La tesi che vorrebbe molti dei prodotti europei, siano essi di letteratura (all’interno della cui categoria bisogna poi distinguere i generi della narrativa, del resoconto di viaggio oppure, per esempio, del saggio scientifico) o di arte visiva, aventi per oggetto la rappresentazione dell’Oriente, come strumento finalizzato in maniera surrettizia, subliminale e in ultima battuta alla conquista culturale e politica dell’altro è stata dibattuta da molti studiosi. A partire dal 1453, quando cioè gli eruditi bizantini scappano da Costantinopoli ora in mano agli Ottomani, e riparano soprattutto in Italia, l’Europa inizia a formulare numerosi e diversi paradigmi circa l’Oriente. Paradigmi che Martin Bernal (1937-2013) definisce modello antico, che influenzeranno l’estetica europea fino alla metà del Settecento e che lo stesso Edward Said (1935-2003), figlio di una concezione foucaultiana del sapere, giudica come di parte e costruiti in malafede. In questo scritto prendiamo come buona la teoria, analizzando un caso particolare di rappresentazione pittorica del vicino Oriente agli inizi dell’Ottocento.

„Ein Museum ist nichts anderes, als das, was damit getan werden kann, die Formen, durch die die Menschen es sich aneignen. Das ist unser Beitrag zu einer radikalen politischen Neudefinition künstlerischer Relationalität.“  Mit diesen Worten formuliert Jorge Ribalta bereits 2004 die Stoßrichtung seiner Vermittlungsansätze für das MACBA in Barcelona. Das Museum, das er beschreibt, geht ein Risiko ein: Es wird zum öffentlichen Raum, in dem gesellschaftliche Fragen verhandelt werden. In unserem Beitrag möchten wir diese radikaldemokratische Perspektive auf Museen und ihre Vermittlung aufgreifen und nach den theoretischen Hintergründen einer Partizipation fragen, die nicht nur als bloßes „Mitmachen“ verstanden wird, sondern als eine Form der Teilnahme und Teilhabe, die die Bedingungen des Teilnehmens selbst ins Spiel bringt.

Este libro clásico recién incorporado al conjunto de Academia.edu da cuenta de los prolegómenos y los primeros años de la antropología posmoderna. Con el correr de un par de décadas pudo verificarse que mi sombrío pronóstico, asentado en un prólogo que se come la mitad del libro, no era del todo descaminado: la antropología posmoderna no pudo formular en todo ese tiempo una sola heurística positiva. La postura crítica que adoptó el posmodernismo, y que rara vez toca resortes epistemológicos esenciales, permaneció asimismo ajena a todo conato de genuina reflexividad: la crítica posmoderna es siempre crítica de otras estrategias, jamás de la propia.

En cuanto a la presunta radicalidad política del posmodernismo antropológico, mejor ni hablar; no es necesario ser Noam Chomsky (o Alan Sokal) para percibir el carácter inherentemente inocuo y retrógrado de su posicionamiento, que con el tiempo ha resultado funcional al del neoliberalismo cuya trayectoria acompañó.

Ya en su sexta o séptima edición, esta obra ha sido clave en el conocimiento del posmodernismo en general y del posmodernismo antropológico en particular en los países de habla castellana. Si usted no está al tanto de los detalles personales, conviene que le aclare que nunca he sido posmoderno. Más bien todo lo contrario.

Sumado a otro caso bien conocido (La interpretación de las culturas), el libro en cuestión es sólo un indicador de la irreprimible propensión que tenemos ciertos autores a estudiar y difundir ideas con las que nadie en su sano juicio debería estar de acuerdo. Ideas que se promovieron, además, como las últimas (literalmente) que valía la pena tener en antropología. Y que algunos siguen sosteniendo, como si el posmodernismo no fuera ya, desde hace unos cuantos años, una agenda agotada. De hecho, los libros, artículos, ponencias y páginas de Web que se titulan algo así como “Qué fue el posmodernismo” ya son legión. Cuando en la década de los noventa los vientos cambiaron, buena parte de los antropólogos posmodernos propuso mudarse a los estudios culturales, un tema álgido al cual he dedicado otro libro.

Este texto, mientras tanto, sigue siendo lectura obligada sobre una teoría antropológica que, lejos de ser heterodoxa, es sustentada por muchos de los que todavía hoy dominan la academia: una generación en vías de jubilarse pero que no acaba de morir.

Contenidos:

Clifford Geertz – "Géneros confusos. La refiguración del pensamiento social".
Richard Shweder – "La rebelión romántica de la antropología contra el Iluminismo, o el pensamiento es más que razón y evidencia".
Michael Agar – "Hacia un lenguaje etnográfico".
James Clifford – "Sobre la autoridad etnográfica".
George Marcus y Dick Cushman – "Las etnografías como textos".
Marilyn Strathern – "Fuera de contexto. Las ficciones persuasivas de la antropología".
Dennis Tedlock – "Preguntas concernientes a la antropología dialógica".
Stephen Tyler – "Acerca de la “descripción/desescritura” como un “hablar por”".
Dennis Tedlock – "Sobre la representación del discurso en el discurso".
Stephen Tyler – "La etnografía posmoderna: De documento de lo oculto a documento oculto".

Este libro da cuenta de los prolegómenos y los primeros años de la antropología posmoderna. Con el correr de un par de décadas pudo verificarse que mi sombrío pronóstico, asentado en un prólogo que se come la mitad del libro, no era del todo descaminado: la antropología posmoderna no pudo formular en todo ese tiempo una sola heurística positiva. La postura crítica que adoptó el posmodernismo, y que rara vez toca resortes epistemológicos esenciales, permaneció asimismo ajena a todo conato de genuina reflexividad: la crítica posmoderna es siempre crítica de otras estrategias, jamás de la propia.

En cuanto a la presunta radicalidad política del posmodernismo antropológico, mejor ni hablar; no es necesario ser Noam Chomsky (o Alan Sokal) para percibir el carácter inherentemente inocuo de su posicionamiento, que con el tiempo ha resultado funcional al del neoliberalismo cuya trayectoria acompañó.

Ya en su sexta o séptima edición, esta obra ha sido clave en el conocimiento del posmodernismo en general y del posmodernismo antropológico en particular en los países de habla castellana. Si usted no está al tanto de los detalles personales, conviene que le aclare que nunca he sido posmoderno. Más bien todo lo contrario.

Sumado a otro caso bien conocido (La interpretación de las culturas), el libro en cuestión es sólo un indicador de la irreprimible propensión que tenemos ciertos autores a estudiar y difundir ideas con las que nadie en su sano juicio debería estar de acuerdo. Ideas que se promovieron, además, como las últimas (literalmente) que valía la pena tener en antropología. Y que algunos siguen sosteniendo, como si el posmodernismo no fuera ya, desde hace unos cuantos años, una agenda agotada. De hecho, los libros, artículos, ponencias y páginas de Web que se titulan algo así como “Qué fue el posmodernismo” ya son legión. Cuando en la década de los noventa los vientos cambiaron, buena parte de los antropólogos posmodernos propuso mudarse a los estudios culturales, un tema álgido al cual he dedicado otro libro.

Este texto, mientras tanto, sigue siendo lectura obligada sobre una teoría antropológica que, lejos de ser heterodoxa, es sustentada por muchos de los antropólogos crepusculares que todavía hoy dominan la academia.

Publication Name: Published in Anthropology and Humanism, Vol. 36(1), pp 101–121.

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Riassunto: Il saggio analizza una serie di prese di posizione antropologiche – quelle di Lévi-Strauss, Geertz, Clifford, Appadurai, Latour, Viveiros de Castro, Descola in particolare – che  hanno  al  centro  il  rapporto  natura/cultura.  Esso  mostra  la ricchezza di visioni e strategie insite in queste posizioni, quanto le loro complesse e  spesso  inavvertite  correlazioni.  Il  saggio  mostra  come  i raddoppiamentidella natura e  della cultura, così come i  tentativi  di trovare scappatoie all’opposizione, assumano significato  in relazione alla semiotica e possano  ispirare  nuovi modelli per  pensare  la  cultura.  In  particolare  il  lavoro  antropologico  ci  darà  modo  di individuare nel semioticoquella dimensione relazionale che sta al fondo tanto della natura  quanto  della  cultura,  che  attraversa l’umano e il non umano, che ci sfida come semiotici a ripensare il valore e la forma del nostro stesso relazionalismo.

Parole-chiave: semiotica; antropologia; cultura; relazionalismo; ontologia.

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THROUGH THE LOOKING GLASS OF ANTHROPOLOGY: THE NATURE, THE CULTURE, THE SEMIOTIC

Abstract: The essay analyzes a series of anthropological positions – in particular the ones of Lévi-Strauss, Geertz, Clifford, Appadurai, Latour, Viveiros de Castro, Descola – that cope with the relationship between nature and culture. It highlights the wealth of visions and strategies of these positions as well as their complex and often unnoticed correlations. The essay will show how the doublings of nature and culture, as well as the attempts to find loopholes to the opposition, take on significance in relation to semiotics and can inspire new models to think culture. In particular, anthropological work will give us the opportunity to identify in the semiotic that relational dimension that lies at the bottom of both nature and culture, which crosses the human and the non-human and challenges us as semioticians to rethink the value and form of our own relationalism.

Keywords: semiotics; anthropology; culture; relationalism; ontology.

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Il link all'intero numero di Estudos Semióticos dedicato al rapporto fra "Semiotica e cultura":
https://www.revistas.usp.br/esse/issue/view/12043

Per capire se il linguaggio dei diritti può diventare un linguaggio universale, se può stabilirsi un'intesa completa intorno al loro contenuto e alla loro applicazione, dobbiamo identificare quali problemi comporti questa idea. Sotto questo aspetto la difficoltà più rilevante sembra essere quella del relativismo culturale, ovvero della dottrina che asserisce che culture diverse determinano "forme di vita" fra loro incommensurabili. Ovviamente, se il relativismo culturale dovesse rivelarsi fondato, la possibilità di una comunicazione tra culture differenti risulterebbe pregiudicata e con essa la prospettiva di un'intesa globale intorno ai diritti.

En este culo discuto la visión de James ClifSord tal cual es expuesta en su tíltimo libro, Rutas, Los principales tópicos recogidos en la discusión son: la tensión entre estaljilidad y movimiento, la mirada metodológica de una antropología multilocal, y la etnografia autoconciente. Aunque iluminador, el trabajo de Clifsord no logra irlnt@caraltemativaspara traducir su agenda en tos cambios a los que él aspira. Sin embargo, el autor plantea temas dignos de ser considerados por la antropología contemporánea. Entre estos sobresale E a negociación de significados entre e1 investigador y la .

En este artículo, defiendo que las creencias religiosas pueden ser pragmáticamente racionales. Una creencia religiosa es pragmáticamente racional si es consistente con una ética de las virtudes, como la de Martha Nussbaum, al margen de si tal creencia tiene evidencia o justificación como soporte epistémico. Para lograr tal objetivo, primero, analizaré algunas tesis pragmatistas y anti-evidencialistas de William James y Richard Rorty. En segundo lugar, analizaré el evidencialismo de William Clifford y Susan Haack. Luego, argumentaré que, aunque los argumentos evidencialistas son más fuertes que los anti-evidencialistas, es posible satisfacer las demandas de ambas posiciones. En particular, sostendré que la diferencia pragmática relevante descansa en garantizar que la creencia religiosa no implique daño moral. Finalmente, argumentaré que, para satisfacer las demandas evidencialistas y anti-evidencialistas, es necesario establecer un marco moral para cualquier cuerpo de creencias religioso

Resumen: En el presente escrito evidenciaré la imposibilidad de separar escenarios animistas, institucionales y globales en la comprensión de las configuraciones identitarias en las comunidades indígenas. Para esta tarea, primero, identificaré las características compartidas de las prácticas animistas. Segundo, analizaré cómo las lógicas estatales en articulación con el multiculturalismo y el medioambientalismo influyen en las expresiones discursivas y estéticas de los grupos étnicos. Por último, estableciendo un diálogo entre los dos momentos previos, expondré la productividad analítica de considerar la simetría y retroalimentación entre las experiencias sobrenaturales de interacción y negociación con entidades no-humanas, y las experiencias Estatales y globales de coerción e instrumentalización en las que se construye la representación del nativo ecológico.

Abstract: In this paper I will demonstrate the impossibility of separating animist, institutional and global scenarios in the understanding of identity configurations in indigenous communities. For this task, first, I will identify the shared characteristics of the animistic practices. Second, I will analyse how State logic in articulation with multiculturalism and environmentalism influence the discursive and aesthetic expressions of ethnic groups. Finally, establishing a dialogue between the two previous moments, I will discuss the analytical productivity of considering the symmetry and feedback between the supernatural experiences of interaction and negotiation with non-human entities, and the State and global experiences of coercion and instrumentalization in which build the representation of the ecological native.

O antropólogo José Reginaldo Santos Gonçalves propõe o uso de “patrimônio cultural” como uma categoria de pensamento que poderia contribuir para o entendimento da vida social e cultural. Em sua exploração da presença dessa categoria e seus contornos semânticos em sistemas de pensamento e contextos históricos e culturais distintos da tradição ocidental, Gonçalves argumenta pela universalidade de categorias como “patrimônio cultural” e outras intimamente a ela relacionadas. Creio que os conceitos restritos de “colecionamento” e “propriedade” que são apresentados na argumentação do autor não correspondem à diversidade real de relações, tensões e significações que perpassam o patrimônio mesmo em seu sentido mais estrito. Questiono, ao mesmo tempo, se tratar toda acumulação ou ordenação de objetos como “colecionamento” não teria o efeito de mascarar as diferenças e particularidades de cada contexto, ao invés de revelá-las.

Surveys contemporary moving image makers from Australia, Canada, New Zealand and the United States. Briefly introduces ethnographic approaches to experimental films, artists cinema, technology and art as well as notions of place. Part Two of the Diary of a Viewer

Despite a history deeply implicated in an imperial, bourgeois and phallocentric social order, the museum is a cultural institution that can be redeemed from this legacy of racism, classism and sexism. Or so it would seem from reading the now burgeoning critical scholarship on museums. Here, almost all of the museum’s analysts argue that, in some way or another, the institution can be reformed so that it can overcome the exclusions of the past and realize its true democratic vocation. Seduced by the institution’s own rhetoric of its democratic potential, these cultural analysts produce redemptive narratives that ultimately mimic the reformism of the museum’s own political logic. Defending this contention, this article proceeds, first, by demonstrating the persistence of this redemptive narrative as an enduring trope in critical museum scholarship; second, it focuses on two sophisticated variations on this narrative - those articulated respectively by James Clifford and Tony Bennett. Third, drawing on Foucault’s work on subjectivation, this article proposes a critical politics that returns to museums not with the demand that they better represent ‘us’ so that ‘we’ can finally ‘discover who we are’, but rather with the theoretical and political injunction that, as modern institutional sites that subjectivize subjects, museums are one of those key cultural loci where ‘we’ might, indeed must, ‘refuse what we are’.

Este texto expõe parte dos resultados de uma pesquisa de tese realizada na temática das ‘festas, patrimônios e paisagens’. A análise ora apresentada é focada nas trajetórias temporais e espaciais que os grupos de Congado do Alto da Cruz, de Ouro Preto (MG), percorreram no passado e ainda realizam na contemporaneidade pelo estado de Minas Gerais e no espaço intra-urbano daquela cidade. Este exame possibilita compreender como as festas de coroação de reis negros, ocorridas em uma das paisagens patrimoniais mais emblemáticas do país, são fruto de uma série de deslocamentos espaciais realizados ao longo do tempo e como este elemento de mobilidade se constituiu como um dos principais fundamentos da identidade dos grupos que as realizam. Neste sentido, as rupturas históricas e as mobilidades geográficas são interpretadas como uma estratégia dos grupos para se manter espacial e temporalmente ativos. Mais do que uma narrativa linear, a pesquisa pode identificar como fatores internos e externos aos congadeiros, como mudanças socioeconômicas e de projetos de vida, fez com que a festa em diferentes contextos tivesse de se reelaborar para que pudesse sustentar seu discurso de positividade da herança afro-brasileira. Migrações entre regiões, cidades e bairros e as viagens para diferentes municípios foram, por exemplo, medidas que os mantedores da festa necessitaram realizar para que ações dos grupos pudessem ter continuidade desde o período colonial. A partir de documentos iconográficos e das narrativas dos guardiões da memória foi possível identificar como a festa analisada, mais do que se constituir numa forma cristalizada, se reinventa conforme as possibilidades de cada momento. Desse modo, o estudo de caso em questão aponta para como a abertura para o contato a partir dos deslocamentos entre espaços também é um elemento fundante das festas. Conforme a análise realizada foi possível perceber como essa capacidade inventiva e recriadora dos grupos faz com que, apesar das adversidades, as festas do Congado do Alto da Cruz sejam marcadas por uma postura de abertura, sendo elas o encontro de uma multiplicidade de trajetórias e coexistências (MASSEY, 2008). Mais do que serem marcadas por limites rígidos, são as fronteiras móveis e porosas, com abertura para o contato e para o novo, que fazem com que os grupos em questão e seus lugares festivos se reestabeleçam a cada nova conjuntura (QUINN, 2005). Tudo isso nos leva a caracterizar o Congado do Alto da Cruz como uma cultura viajante, tal como a compreensão de Clifford (2000).

Perché studiare l’attesa? Perché l’attesa la fa da padrona nella maggior parte del tempo, nei momenti più ordinari e meno ordinari dell’esistenza, attraverso le forme aspettualizzate del vissuto (il compiuto e l’incompiuto, il perfettivo e l’imperfettivo, etc.): di fatto, aspettiamo al panificio e dal dottore, al supermercato e dal meccanico, al pronto soccorso e in parrocchia, davanti un ascensore e dietro un semaforo, al cospetto di un tizio e alle spalle di un altro, al botteghino di un teatro e aspettano pure, molte volte, i migranti dopo lo sbarco, infreddoliti, scampati alla traversata in mare aperto. Aspettiamo noi, aspettano gli altri. La domanda che rivolgo a me stesso e al lettore, allora, è la seguente: che vuol dire, oggigiorno, in un’epoca pensata da molti studiosi come estremamente mobile, indugiare nell’attesa e nell’ascolto? Prendendo piede da questa osservazione, a partire da un vissuto in parte autoetnografico, prendo in conto congiuntamente la nozione di attesa e di aspettualizzazione al fine di mostrarne una valenza talvolta inaspettatamente positiva, comunque fondativa dal punto di vista antropologico. Parlo dunque concretamente dell’attesa e dell’aspettualizzazione della temporalità mettendole in scena nell’intreccio prodotto con l’intersecarsi di alcuni miei spaccati di vita (al bar, dopo un convegno; nella sala d’attesa di un medico) e ricorrendo al contempo ad alcuni usi dell’attesa praticati da parte di due antropologi: Malinowski e Clifford. Se per Malinowski la ricerca sul campo si svolge all’insegna del perfettivo, del concluso e puntuale che annulla il valore positivo dell’attesa, per Clifford al contrario la ricerca è dell’ordine dell’imperfettivo e del non concluso, durativo e iterativo; se per Malinowski la ricerca è aspettualizzata dall’ordine della programmazione che annulla il valore del caso e dall’ostentazione dell’azione che offuscherebbe il valore dell’attesa, per Clifford la ricerca è aspettualizzata dal caso e dai processi polifonici in atto. Su questa base comparativa, il mio saggio è volutamente costruito in modo da tenere il lettore – man mano che vengono esposti alcuni principi di base dell’attesa e dell’aspettualizzazione – sul filo della narrazione e dell’attendere. Alcune strategie retoriche da me utilizzate allo scopo sono la digressione e l’intercalare dell’enunciazione, l’indugiare e l’esitazione, il ‘pensiero che si pensa’ (Lotman) e il ‘pensiero al di fuori di sé’ (Foucault): in questo modo, l’attesa è introdotta praticamente nel meccanismo stesso di produzione e ricezione del saggio che il lettore legge. Per quanto riguarda l’attesa stessa intesa dal punto di vista esistenziale, propongo di assaporarne il valore di ‘azione in sé che tende a risolversi in un suo compimento che indugia invece nel suo stesso darsi’. A questo fine, vengono da me discussi alcuni studiosi dell’attesa che ne prospettano definizioni ‘politiche’ e ‘retoriche’: Greimas (l’attesa come fondamento della sintassi emotiva), Barthes (l’attesa come scenografia del luogo in cui si attende l’amato), Bourdieu (l’attesa come forma di imposizione del proprio potere sull’altro), Van Gennep (l’attesa come componente fondamentale dell’agire nella sua forma ritualizzata), Crapanzano (l’attesa come forma di anticipazione cristallizzata dalla speranza). Infine, proponendo il neologismo concettuale di ‘aspettatività’, indico alcune vie da perseguire al fine di meglio cogliere la dimensione temporale e agentiva implicita nell’agire e non-agire umano. L’essere umano, per gradi diversi, è infatti dotato di aspettatività: cioè di una qualche competenza ad aspettare che ingloba il sapere sull’azione. Di conseguenza, nella mia ipotesi, l’attesa va pensata in potenza e in atto: come un preliminare pratico del grado di agentività individuale e sociale. Questo affondo teorico mi serve, inoltre, a mettere a fronte una nozione di vita intesa linearmente e una nozione di vita più magmatica – quella che io prediligo – in cui si mostra tutto il valore della torsione zigzagante del tempo e del caso. Ma non è tutto. Oltre che per riflettere sul valore dell’attesa in antropologia e nell’esistenza, ho scritto questo saggio con un altro intento meno evidente: fare riferimento a quelle citazioni d’altri autori che, in passato, nei miei scritti, avevo già utilizzato per meglio spiegare il mio pensiero. Questo mio espediente mi apparenta al modo di concepire la scrittura da parte dei membri dell’Oulipo i quali si imponevano di redigere i loro testi a partire da una o più costrizioni testuali e letterarie. Nel mio caso, la costrizione a cui ho fatto capo è la citazione d’altri autori già da me stesso utilizzati in altri miei scritti. A che può valere in antropologia, ci si può chiedere, questo espediente apparentemente letterario? Direi che le costrizioni testuali sono sovente anche costrizioni d’ordine cognitivo. Redigere un testo a partire da ‘invarianti legate’ obbliga, infatti, a pensare/pensarsi per decentramenti. Dal mio punto di vista, questo principio è essenziale: la forza dell’antropologia risiede proprio nella capacità di continuo decentramento teorico ed esistenziale. E, concettualmente e operativamente, recuperare il valore dell’attesa negli studi antropologici significa rivedere innovativamente, nel bene e nel male, il modo in cui la dimensione cognitiva si intreccia con quella agentiva ed emotiva nel mondo odierno.

This paper argues that there is a conflict between two theses held by John McDowell, namely i) the claim that we are under a standing obligation to revise our beliefs if reflection demands it; and ii) the view that veridical experience is a mode of direct access to the world. Since (i) puts no bounds on what would constitute reasonable doubt, it invites skeptical concerns which overthrow (ii). Conversely, since (ii) says that there are some experiences which we are entitled to trust, it undermines the prescriptive scope of (i). Drawing on C. S. Peirce’s distinction between genuine and contrived doubt, I maintain that critical revisions of beliefs should be triggered only by unwanted disruptions of habits, thereby restoring unity between McDowell’s two theses.

In this paper I evaluate Brian Zamulinski's recent attempt to rebut an argument to the conclusion that having any kind of religious faith violates a moral duty. I agree with Zamulinski that the argument is unsound, but I disagree on where it goes wrong. I criticize Zamulinski's alternative construal of Christian faith as existential commitment to fundamental assumptions. It does not follow that we should accept the moral argument against religious faith, for at least two reasons. First, Zamulinski's Cliffordian ethics of belief is defective in several regards. Second, the truth of doxastic involuntarism and the possibility of doxastic excuse conditions can be used to demonstrate that the argument is unconvincing.

TO READ THE WHOLE BOOK -- PLEASE GO TO THE "CHAPTER" SECTION FOR POETICS WHERE EACH CHAPTER HAS ITS OWN PDF. It has been published in 1990 and is also available for free download from the University of California Press.

The romantic, nineteenth-century image of the Bedouin as fierce, independent nomads on camelback racing across an endless desert persists in the West. Yet since the era of Ottoman rule, the Mzeina Bedouin of the South Sinai desert have lived under foreign occupation. For the last forty years Bedouin land has been a political football, tossed back and forth between Israel and Egypt at least five times.

ABSTRACT The anthropological notion of Culture is founded on the presupposition of a radical difference between self and other, here and there, Eurocenter and Third World. This conceptual foundation has increasingly been under chal-lenge, as the Eurocenter is being forcibly ...

Questo libro affronta il tema dell’identità in Italo Calvino, rileggendo come fondamentale la sua relazione con le Americhe. Un percorso che inizia dagli Stati Uniti, dalle corrispondenze mai raccolte unitariamente dei primi anni Sessanta, arrivando al Messico, alterità americana profonda guardata attraverso l’occhio di Palomar o gustata da un turista atipico, che è anche archeologo e collezionista di culture. Grazie a nuove intersezioni con autori latinoamericani e con l’antropologia di viaggio, emerge la figura ideale di un cosmopolita in una megalopoli del desiderio, in un ponte tra Vecchio e Nuovo Mondo, ma che non può dimenticare l’Italia. Suggerendoci un’idea preziosa per vivere l’oggi: l’identità come forma in movimento, fatta di contiguità e condivisione di sguardi, piuttosto che d’esclusività o separazione.

ALESSANDRO RAVEGGI (1980), studioso e scrittore. Assegnista della Universidad Nacional Autónoma de México dal 2009 al 2011, ha pubblicato libri e articoli. Insegna lingua e letteratura italiana in varie università.

ABSTRACT: [Original text in German.] Having given a short review of the history of antiquarian book-selling and of letterpress the essay tries to reveal the double meaning of the book as a receptacle of information and a carrier of information whilst looking on the theories of Walter BENJAMIN. The "aura" of an old book may be described as a buying cause for bibliophiles. Regarding the model of capital transformation of Pierre BOURDIEU there are other reasons buying antiquarian books to be seen: the wish to acquire knowledge, and higher social prestige in an honest and also not so honest way with respect on better positioning of the own person within the social hierarchy. At least theoretically the not honest way acquiring social prestige is more easier affordable by persons of the ruling wealthy class. Models for the activities of antiquarian book-sellers are represented by the art-culture-system of James CLIFFORD and the cooperation-convention-modell of Howard Becker. The essay is provided with a comprehensive bibliography. *** Nach kurzem Abriss der Geschichte des Antiquariatshandels und des Buchdrucks eröffnet der Essay den Blick auf den Doppelcharakter des Buches als Informationsgefäß und als Informationsträger, der sich mit Hilfe der BENJAMINschen Auffassung vom Kunstwerk schärfer fassen lässt und die „Aura“ eines alten Buches als ein Kaufgrund für Bibliophile ausmacht. Zieht man das Kapitaltransformationsmodell von BOURDIEU heran, werden andere Kaufgründe von BuchsammlerInnen sichtbar: der Wunsch nach Wissenserwerb, nach erhöhtem Sozialprestige auf lauterem und auf unlauterem Weg zwecks besserer gesellschaftlicher Positionierung der eigenen Person. Der unlautere Weg kann theoretisch besehen am ehesten von VertreterInnen der kapitalkräftigen herrschenden Schicht eingeschlagen werden. Modelle für die Vorgänge im Antiquariatshandel liefern das Art-Culture-System von James CLIFFORD und das Kooperations-Konventionsmodell von Howard BECKER. Der Essay beinhaltet eine umfangreichere Bibliographie.

This article aims to track down among the aesthetic reflections of the nineteenth and twentieth century – within the theoretical-artistic field which James Clifford defined ‘ethnographic surrealism’ – some constitutive passages of the reflexivity of the modern view, useful to understand the bond between autobiography and ethnography which characterizes the most interesting experiments of movie making in the age of intermediality. Going through the conceptual poetic images of Baudelaire, Benjamin’s flâneur and Arthur Rimbaud’s seer, we arrive at the modern cinema theories of Gilles Deleuze, where reflexivity and the effectiveness of the gaze are characterized by a clairvoyance skill. Through Deleuze, it is explained how the self-reflexivity of modern subjects gets translated into movies: from Neorealism to the visual anthropology of Jean Rouch.

ArtFagCity's post was hardly a "takedown," more like a differing opinion. Paddy is smug, snarky, and elitist, in other words a typical art blogger. Note that my merely asserting that doesn't make it so any more than her asserting something is "bad art" makes it true.

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Em " Sobre a psicanálise selvagem ", de 1910, Sigmund Freud narra ao leitor a experiência subsequente de uma senhora de 40 e poucos anos à separação de seu último marido. A madura mulher começou a sentir uma permanente angústia depois do término do relacionamento e resolveu procurar um médico aos arredores de sua cidade, Viena, experiência que ocasionou a piora de seus sintomas. O avanço sintomático se colocou após ao fato de que em resposta à visita e aos relatos da senhora, o médico explicou-lhe que todas as angústias que advinham dela só poderiam ser fruto de sua carência sexual e que, para resolver isso, haviam apenas 3 caminhos possíveis para aplacá-la: ou ela voltava para o marido, ou achava um amante ou satisfazia a si mesma pela masturbação. Para a mulher, os três caminhos se tornavam impossíveis pois para o marido se recusava voltar e os dois restantes contrariavam sua moral e religiosidade. A amiga, que a acompanhava durante todo o difícil processo, disse a Freud que o médico deveria ter se enganado, visto que em sua experiência pessoal como viúva não sofria quaisquer angústias similares.