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Los Años Libios
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Los Años Libios

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Durante cuatro largos años el autor se sumergió en el mundo árabe con una mentalidad feudal, ante los que piensan de otra manera (no musulmanes). Los Años Libios es un relato autobiográfico de sus experiencias allí y su huida de Libia durante la guerra que vino después. Un libro dualista sobre los árabes que necesitan tecnología occidental para explotar el petróleo, pero al mismo tiempo desprecian a "esos occidentales" con todo su ser; ellos son una sociedad dividida que nos necesita, pero nos odia, los años turbulentos de Libia. Años de asesinato y crueldad en un país que merece mejores gobernantes. Una verdadera historia escrita.

 

San Daniel es un comerciante de vinos de Andalucía que vivió en una sociedad volátil hace años. Hace muchos años, se dirigió a un pequeño pueblo dentro de Andalucía y el pueblo envolvió sus brazos alrededor de él como un hijo adoptivo. ¡Él nunca salió de allí! Su corazón se ha convertido en andaluz.

IdiomaEspañol
EditorialSan Daniel
Fecha de lanzamiento22 nov 2021
ISBN9798201475727
Los Años Libios
Autor

San Daniel

San Daniel es un comerciante de vinos de Andalucía que vivió en una sociedad volátil hace años. Hace muchos años, se dirigió a un pequeño pueblo dentro de Andalucía y el pueblo envolvió sus brazos alrededor de él como un hijo adoptivo. ¡Él nunca salió de allí! Su corazón se ha convertido en andaluz.

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    Los Años Libios - San Daniel

    Los Años Libios

    Guerra de los Siete Días se libró entre el 5 y el 10 de junio de 1967, entre Israel y Siria, Egipto y Jordania. La guerra es también conocida como la Guerra de los Seis Días. Las verdaderas y oficiales hostilidades duraron 5 días, pero en la realidad, la zona era y había sido un foco de disturbios. Las escaramuzas y provocaciones ya tenían mucho tiempo sucediendo. Egipto en ese momento tenía a Abdhul Nasser como presidente, quien era visto como el hombre grande en el mundo árabe.

    ––––––––

    En ese momento, nuestra familia vivía en Libia, el vecino país de Egipto. Desde meses antes se estaba gestando, incluso en Libia. Mi padre trabajaba en la empresa petrolera Oasis, un conglomerado estadounidense que manejaba muchas concesiones en el desierto. Vivimos allí durante muchos años. Mi padre era uno de los chicos del petróleo, un grupo de expertos que ejecutaba en todo el mundo proyectos llave en mano desde Texas. El cliente ordena la construcción de refinerías y taladros, pozos, etc. y luego sencillamente comienza a operar, sólo necesita girar la llave y encender el proceso, eso es lo que llaman proyectos llave en mano. Eran hombres con una formación técnica muy fuerte y una amplia experiencia en petróleo. Mi padre y yo éramos tan similares en nombre y actitud que no pudimos atravesar juntos una puerta, durante 40 años, para ser exactos. Altamente individualistas, se podría decir. Mi padre siempre trabajó en contratos que duraban cuatro años, después de que toda la instalación estaba en funcionamiento, pasaba un año de prueba, el quinto año, que estaba destinado, en caso de que fuera necesario, a solucionar problemas y a proceder a realizar una transferencia sin problemas. Estamos hablando de proyectos de millones y millones de dólares. Así que nos mudábamos cada 5 años a otro país. Esto tiene sus inconvenientes, pero por otro lado, todo eso permite desarrollar una perspectiva diferente del mundo.

    ––––––––

    En Libia, la división entre los ricos y los nativos pobres era muy grande. Rusia, y tengo que hablar precisamente de ello, en ese momento, la Unión Soviética, siempre puso a los países árabes en contra del mundo occidental y la mayoría de los árabes veía a los

    y todo lo relacionado con ellos como el diablo y a los rusos como los amigos del estado utópico que les ayudaba a ellos. Esa ayuda soviética no existía. Se apoderaron ansiosamente de la cuestión palestina para dar la falsa impresión de que los Estados Unidos era pro-israelí y por lo tanto anti-árabe y eso abrió una brecha en una guerra falsa que luego se llamaría: la guerra fría. La Guerra Fría no era más que un campo de tensión en Europa, que también incluía al mundo árabe.

    ––––––––

    Ellos eran los peones en estos conflictos por una sola razón, el petróleo.

    ––––––––

    Mi padre, que nació en Indonesia como un colono holandés, tenía un ojo agudo para detallar acontecimientos negativos, los amenazantes acontecimientos políticos, y podía evaluar muy bien el tiempo que vivíamos. Era un hombre con un fuerte instinto de supervivencia y es una de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida. El mundo civilizado aún estaba ahí, desde las masacres en el Congo Belga, y los ataques japoneses a Singapur unos pocos años antes, seguido por todas las atrocidades cometidas contra la gente blanca, todo eso flotaba como una nube con aire de advertencia sobre las cabezas de los blancos no-árabes que trabajaban en los países petroleros.

    ––––––––

    El odio racial es malo y si los tiempos empeoran, el odio se espesa como la melaza en el cielo, se siente ese odio intenso día a día, cuando vas caminando como una minoría. Sientes los ojos pegados a tu espalda y tienes que caminar erguido, porque si demuestras el miedo, los otros lo sienten y pueden lanzarte una piedra. Por desgracia, en este tipo de países, si alguien tira una piedra, pareciera que los demás se contagian y en pocos minutos todos alrededor están tirando piedras. Si no consigues un refugio, te apedrearán hasta matarte. Así de simple. Porque eres blanco, o porque piensan que eres estadounidense, o cristiano. O simplemente porque pueden hacerlo. O por la envidia y frustración que sienten y no saben como enfrentar.

    ––––––––

    Los americanos tenían la tecnología y los recursos y Libia tenía muchísimo petróleo y estaba lejos.

    ––––––––

    Todo comenzó unos meses antes del 5 de junio de 1967, el único canal de televisión en Libia era rico, gracias a los americanos, y de paso, transmitía indistintamente desfiles militares, seguido de fanfarronadas nacionalistas del grandilocuente Nasser. El único periódico fue nacionalizado, en una clara señal de querer crear una barrera. Luego se convirtió en un portavoz de los políticos. Un periódico como el Domingo Chibli (que significa la tormenta de arena el domingo), ahora sólo llevaba artículos, alabando a la URSS, todo era acerca de la Rusia soviética y las bendiciones de sus planes a cinco años. Los males del capitalismo y las muchas insinuaciones hacia el American Gringo cuyo único objetivo parecía ser acabar con todos los árabes y ayudar a Israel.

    ––––––––

    El Rey Idris quien en ese momento tenía 78 años, estaba medio senil y seguía siendo el gobernante feudal de Libia, se unió para apoyar a sus compañeros árabes que sufrían mucho por culpa de los americanos y su vasallo el estado de Israel. Todo el mundo se olvidó de que las empresas estadounidenses eran los únicos empleadores verdaderamente importantes en Libia y mucha de su nueva riqueza fue generada por su tecnología en un país que antes sólo tenía criadores de cabras y lecheros analfabetas, que podían ser fácilmente manipulados por cualquier razón nacionalista o religiosa.

    ––––––––

    Por cada ingeniero, cada técnico americano o europeo, que las compañías petroleras contrataban, era también incorporado el mismo número de Libios inútiles. Mi padre no podía asignar cualquier trabajo a estas personas a pesar de que estaban en la nómina, eran un peligro dentro del ambiente de ingeniería pesada de la compañía, por lo que los sentaba fuera el complejo en una zona a la sombra. Dos mundos completamente separados. Que nunca se unirían. Las personas que tienen difi cultad para calcular 3 x 3 deben mantenerse lejos de los entornos profesionales donde el gas de hidrógeno es separado y luego almacenado. Cuando al petróleo se le aplican procesos complejos, los indicadores de presión y las lecturas de los mismos, determinan tu vida o muerte.

    ––––––––

    Lo vimos venir. Coca Cola fue prohibida por decreto real. Los talleres que reparaban los pocos coches americanos, fueron cerrados. El cónsul holandés se fue. Una semana después, todos los productos estadounidenses fueron boicoteados. El odio reinaba en las casas y se reflejaba de vez en cuando por las calles y nos buscaba como una ansiosa mano sanguinaria.

    ––––––––

    El canal estadounidense salió del aire. La Base Aérea Wheelus que se encontraba a sólo dos kilómetros de nosotros, cerró sus puertas. Los americanos trajeron sus familias a la base y los hombres regresaron al desierto para trabajar en los complejos técnicos. Fuimos repudiados, tuvimos que conducir de vuelta aún no siendo americanos y en el camino, enviaron los coches hacia los lados, sacaron a la gente que iba dentro y prendieron fuego a los coches. No se les permitió entrar a la base a los que no fueran americanos. Ellos estacionaron unos tanques en la puerta y pusieron hombres con ametralladoras a resguardarlos. La Base Aérea Wheelus tenía armas nucleares en el sitio y en ese momento era un trampolín para todo el Medio Oriente.

    ––––––––

    La Base Wheelus había sido bien informada, no fue hasta varias semanas más tarde, que el verdadero conflicto estalló. Mi madre me pidió que comprara una barra de pan en la panadería de la esquina de nuestra calle. Mi madre y mis hermanas nunca estaban en la calle, habrían sido acosadas inmediatamente, las mujeres pertenecen a la casa y no deben ir solas por la calle. Alguien se acercó detrás de mí, empezó a gritar suavemente primero, luego lo hizo más y más fuerte. Una piedra voló por el aire. No miré, pero caminaba con la espalda recta, siendo el niño valiente que era.

    ––––––––

    Ahora más piedras volaron, acompañadas por más voces y cuando una piedra golpeó mi hombro, lo entendí, salí corriendo y una lluvia de piedras enfurecidas estaba cayendo. Ellos estaban cazando y yo era la presa. Miré por encima del hombro y vi una cara conocida. Entre los lanzadores corría un árabe amigo mío, Abat Mesjier, tenía una mano llena de piedras y sus ojos tenían una mirada salvaje. Me golpearon en la cabeza y sentí algo caliente que bajaba por mi cuello.

    ––––––––

    Ahora corrí como un loco. Lo peor fue que ahora incluso los adultos estaban lanzando piedras, sin empatía, sin conciencia, como cuando los animales salvajes huelen sangre. Usted es obviamente muy valiente cuando lanza piedras a un niño hasta matarle. Había un hombre árabe trabajando en su jardín que se paró y se puso delante de mí, en la calle. Él comenzó a gritar fuertemente contra los que lanzaban las piedras, apretó un puño y me arropó con su manto y me llevó a su jardín. A través de un camino, a su casa.

    ––––––––

    Él me limpió la sangre y fue muy amable. Le di las gracias en el poco árabe que había aprendido a regañadientes en la escuela. Soekroen ivendi, Gracias señor. Otro hombre llegó con una taza Sjahi, un té muy dulce. Era una familia que trabajaba para una empresa estadounidense. Habló en un inglés muy malo y dijo que no debería andar solo por la calle. gente estar loca, por Dios y por americanos. Caminó junto a mí, compré mi barra de pan y él me llevó de vuelta a mi casa. Así que siempre me han ayudado en mi vida. Estoy convencido de que si no hubiera sido salvado por el enérgico y americanizado árabe, me habrían apedreado hasta la muerte y me habrían tirado a los perros.

    ––––––––

    Desprecio de todo corazón la mentalidad cobarde de los que lanzaban piedras y estoy muy agradecido con el árabe que me salvó. El Rey Idris se había unido a la Yihad, la guerra santa contra los paganos. Eso era lo que el árabe trataba de decirme cuando me dio el té. La gente estaba loca, por Dios y por los estadounidenses

    ––––––––

    Mi madre se sorprendió cuando me vio llegar con las heridas en la cabeza, que siempre sangran de manera muy exagerada, y cerró las puertas. Mi padre volaría al día siguiente desde el desierto. Las concesiones estaban a 300 kilómetros de Trípoli y la compañía utilizaba aviadores novatos de Piper para llevar y traer a los ingenieros.

    ––––––––

    Ahora sólo se transmitía música de marcha militar, mi hermano mayor llegó a casa de la Universidad De La Tecnología Avanzada, Británico-Americana que se especializaba en el petróleo. Él estaba molesto. El instituto fue declarado indeseable, todas las personas fueron expulsadas, los jóvenes árabes de clases altas y los profesores y los blancos por decirlo así, y antes de clausurar el lugar, llegó un policía Árabe riendo y lanzando al viento una pila de papeles soplándolos lentamente.

    ––––––––

    Esto fue mucho antes del mundo civilizado, pero daba indicios de un confl icto. Fue la base de la guerra de 7 días. Todo era sombrío. Tiendas cerradas. Además, como blanco, no podías ir a la ciudad. Mohammed nuestro joven jardinero hacía las compras por nosotros.

    ––––––––

    Mi padre llegó a casa y de inmediato quitó el signo de la petrolera Oasis de nuestra casa. Un escudo de plástico que estaba en todas las casas de la empresa, para que el chofer de la compañía pudiera encontrar a los empleados más fácilmente. Mi padre técnico al fin, era muy pragmático. He pasado por esto antes, dijo. Oasis Petróleo fue tomada, la empresa fue nacionalizada y se cerró indefinidamente. Unos pocos estadounidenses decidieron abandonar el barrio. Les voltearon en su coche y le prendieron fuego, quemándolos vivos.

    ––––––––

    La radio anunció la guerra y comenzó a transmitir camorras grandilocuentes. Libia envió su fuerza aérea, combatientes estrella, quienes habían sido comprados a los estadounidenses para ayudar a Egipto. Libia envió tropas y a todos los que querían luchar por Allah, podían ser voluntarios. Deben haber pensado que Israel era una presa fácil. De una vez por todas Israel desaparecería, sería borrado del mapa. La gente estaba delirando con la lujuria y la guerra, Nasser fue el gran hombre que se atrevió a asumir la pelea con los Estados Unidos e Israel.

    ––––––––

    Los israelitas no tenían luchadores lentos, ellos volaban los Mirages franceses, que en ese momento eran la máquina de guerra más avanzada. Fueron entrenados en Estados Unidos y los pilotos hablaban Inglés entre ellos. El radar de Egipto se enfocó en Israel. Los Mirages israelíes volaron hacia Malta, dieron una ligera curva y atacaron Egipto por el lado libio. El lado del aliado. Bombardearon el aeropuerto casi en su totalidad antes de que los luchadores egipcios se expandieran. Los pocos que tomaron el cielo fueron también disparados.

    ––––––––

    Egipto había sufrido un golpe y Libia había perdido su fuerza aérea completa. La curva que el Mirage había tomado y la conversación en Inglés, fue declarada de inmediato como prueba de que los estadounidenses fuera de la Base Aérea Wheelus habían conducido cobardemente el ataque y habían atacado a Egipto desde atrás. Prestige es en el mundo árabe un activo y sí, tu quieres explicar tu derrota, por supuesto. Vivíamos a dos millas de la Base Aérea Wheelus, créanme, ni un solo avión había despegado!! Los estadounidenses negaron un ataque, pero lo hubieran negado también si hubieran atacado. Todo el mundo, blanco o americano, podrían ahora ser asesinados.

    ––––––––

    Mi padre cogió su arma y salió por la puerta hacia final de la calle, disparó un par de veces al aire y volvió caminando, se detuvo frente a nuestro jardín y disparó al aire una vez más. Así, dijo el pragmático padre para que todo el mundo supiera que tenemos armas. Fuimos a la mesa y mi padre dijo, vayan y busquen algunas pequeñas cosas que realmente aprecien. Si nos quedamos aquí, nos matarán a todos, y si no es ahora, será entonces un poco más tarde. Escribí una carta a Janet, una chica de la escuela que me gustaba mucho y le pedí a Mohammed que la enviara.

    ––––––––

    Mi padre salió y cortó las cuerdas de nuestros columpios, de lo contrario, pronto nos colgarían de nuestros propios columpios, dijo. Mi hermano y yo le ayudaron con eso. Preguntó mi hermano: debemos salir de aquí? Ciertamente, dijo mi padre: Pasé por esto en Indonesia cuando las mujeres Knil eran violadas y abusadas y nosotros seríamos asesinados y nuestros cuerpos mutilados luego se ser humillados por nuestra raza. OH, dijimos perplejos.

    ––––––––

    Mi padre veía borrosa delante de él y dijo que si las masas estúpidas empezaban a moverse no habría quien las parara. Pero si estamos muertos, ¿qué pueden hacernos a nosotros?, le pregunté? Hijo, dijo mi padre, "no puedes imaginar lo malo que es el hombre en tiempos de guerra. Yo encontré a mis amigos allá en Indonesia, colgados con sus testículos cortados llenando sus bocas. Nosotros lo entendimos.

    ––––––––

    Llamó a Mohammed y le dio un par de libras libias. Mohammed, dijo, nos vamos de viaje, vamos a volver, así que ten mucho cuidado de nuestra casa, te voy a pagar más cuando vuelva. ¿Volveremos entonces? pregunté sorprendido. Si no nos agarran, sí, dijo mi padre, pragmáticamente, hasta entonces no quiero que mi casa sea saqueada.

    ––––––––

    Un poco más tarde estábamos todos montados en el Opel, apretados, muy apretados. Mi madre se sentó a mi lado en la parte posterior con una de mis hermanas en su regazo. Mi hermana mayor estaba sentada a mi lado también con otra hermana en su regazo. Nuestro destino estaba conectado. Aquí todo podía terminar de una manera desagradable. Mi padre conducía, mi hermano se sentó junto a él con la escopeta entre las piernas. Vimos algunas casas cercanas incendiándose. Las nubes de humo flotaban sobre nuestra calle.

    ––––––––

    Había muchos grupos en la calle. Abre tu ventana y dispara al aire, ordenó mi padre, mientras conducía para dispersar a los grupos de enfrente. Mi hermano obedeció y en efecto los que estaban delante se dispersaron y nosotros atravesamos rápidamente. No tenía idea hacia donde quería ir mi padre, pero seguro había trabajado en su plan como lo hacía siempre de forma profesional, racional y calmada con todo bajo control. Nos dirigimos hacia la parte antigua de Trípoli y sentí pánico, tuvimos que atravesar por todo tipo de residuos de automóvil que habían sido quemados. De vez en cuando mi hermano disparó al aire y finalmente llegamos al puerto. Una barrera nos detuvo. Dos funcionarios de aduanas libios salieron corriendo y miraron inquisitivamente a mi padre.

    ––––––––

    Hemos venido a decirle adiós a los amigos, mi padre dijo mientras le daba un paquetito con unas libras y señalaba a mi hermano. Mi hermano el que tenía el arma. El primer hombre saludó y gruñó algo al segundo, la barrera subió. Fuimos en coche a lo largo del muelle, donde las grúas estaban en desuso. Busquen una bandera europea, mandó mi padre. Momentos más tarde vimos un bote con una bandera italiana. Mi padre se detuvo junto a él. Sal del coche, dijo mi padre: ustedes sigan esperando. A mi hermano le dijo, tengo que ir a arreglar algo, dispara a cualquier cosa que no sea europeo o americano.

    ––––––––

    Mi padre caminó por la rampa y después de un tiempo que pareció una eternidad, regresó Levántense, dijo. Caminamos por la rampa y vimos como mi papá simplemente condujo el coche hacia una red y cómo ésta fue izada por una grúa de elevación y todo eso, justo ahí en el muelle. Se levantó y dijo: ahora estamos en territorio italiano, lo hemos logrado. Se rió de una manera relajada. Debe haberle costado unas cuantas libras. Momentos después, soltaron las amarras y nos sacaron de un país que odia todo lo que no sea árabe. Mi hermano tenía el arma aún bajo el brazo. Puedes ver eso?, preguntó mi papá y tan pragmático como era y poniendo el broche de oro, se arrojó al mar. A lo lejos vimos las palmas de Libia a lo largo de la costa que desaparecieron hasta ser una débil línea en el horizonte. Una costa que jamás en mi vida me gustaría volver a ver.

    ––––––––

    Un día más tarde, llegamos a nuestra residencia en Catanzaro un lugar agradable al sur de Italia. Tuvimos que esperar hasta que mi padre pudo estar de nuevo en contacto con su empleador y los saldos de las cuentas bancarias ya no estuvieran congelados. Fueron unas semanas maravillosas, podríamos simplemente caminar por las calles sin ser odiados. Se tardó

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