Este documento describe una investigación sobre la vivencia de ciudadanía en niños en la escuela primaria en Chile. El estudio utilizó un diseño de casos múltiples en ocho escuelas primarias. El análisis de observaciones, entrevistas y documentos generó tres categorías principales: "alteridad" con subcategorías de sumisión, dominación, discriminación de género y estética; "lo común" relacionado con pertenencia, participación, democracia y control normativo; e "identidad" vinculada con prestigio social y
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Este documento describe una investigación sobre la vivencia de ciudadanía en niños en la escuela primaria en Chile. El estudio utilizó un diseño de casos múltiples en ocho escuelas primarias. El análisis de observaciones, entrevistas y documentos generó tres categorías principales: "alteridad" con subcategorías de sumisión, dominación, discriminación de género y estética; "lo común" relacionado con pertenencia, participación, democracia y control normativo; e "identidad" vinculada con prestigio social y
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tratado sobre la discriminación en las escuelas de mexico
Este documento describe una investigación sobre la vivencia de ciudadanía en niños en la escuela primaria en Chile. El estudio utilizó un diseño de casos múltiples en ocho escuelas primarias. El análisis de observaciones, entrevistas y documentos generó tres categorías principales: "alteridad" con subcategorías de sumisión, dominación, discriminación de género y estética; "lo común" relacionado con pertenencia, participación, democracia y control normativo; e "identidad" vinculada con prestigio social y
Este documento describe una investigación sobre la vivencia de ciudadanía en niños en la escuela primaria en Chile. El estudio utilizó un diseño de casos múltiples en ocho escuelas primarias. El análisis de observaciones, entrevistas y documentos generó tres categorías principales: "alteridad" con subcategorías de sumisión, dominación, discriminación de género y estética; "lo común" relacionado con pertenencia, participación, democracia y control normativo; e "identidad" vinculada con prestigio social y
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Escuela e identidad: Un desafo
docente para la cohesin social Silvia Redn Pantoja Universidad Catlica de Valparaso, Valparaso, Chile. Email: silvia.redon@ucv.cl Resumen: La investigacin que se expone, realizada en Chile 1 , se vin- cula a la vivencia de ciudadana en nios y nias en el espacio escolar, a travs de la configuracin de lo comn como plataforma de cohesin social. El diseo metodolgico corresponde a estudio de casos mltiples, correspondien- te a ocho centros escolares de primaria. El anlisis de los registros de observa- cin, entrevistas y documentos, nos permitieron levantar tres grandes catego- ras: La categora denominada, alteridad con las subcategoras de sumisin/ dominacin, discriminacin por gnero y esttica. La segunda gran categora llamada: lo comn, con lneas discursivas vinculadas al sentido de pertenen- cia, participacin, democracia, sociabilidad y control normativo. Y por ltimo, Identidad, vinculada a prestigio social y autonoma versus dependencia. Los estudiantes configuran distintas identidades de prestigio social segn clase, el cual obedece a un estereotipo normativo configurado por el adulto, como for- mas de control para el mantenimiento del orden desde el poder oficial en la escuela y que impacta en el horizonte ideolgico, tico poltico de las repre- sentaciones simblicas de nios y nias de ausencia de vivencia de ciudadana en la escuela primaria. Palabras clave: alteridad, lo comn, identidad, cohesin social School and Identity: An educational challenge for social cohesion Abstract: The present research, that took place in Chile, refers to childrens citizenship experience in the realm of school, through the confi gurati on of the common as a soci al cohesi on pl atform. The methodological design is a case study in eight primary level educational cen- tres. The data analysis from observation, interviews, and documents, results in three main categories: the first is the alterity (otherness) with the subcategories submission/domination, gender discrimination and aesthetics. The second large category is the common, related to the discursive lines of ownership, participation, democracy, sociability and normative control. And the last is identity related to social prestige, and autonomy versus dependency. The students build different prestiges identities according to social class. The identities match with a normative stereotype modelled by the adult, as control mechanisms to maintain order in school from the established power. This control impacts the ideological, ethical and political horizon of the childrens symbolic representations, that are experienced by them as the lack of citizenship in the primary school. Key words: otherness, the common, identity, social cohesion Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N30 , 2011, p. 447-476 Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 448 Escola e Identidade: Um desafio para o ensino da coeso social Resumo: A pesquisa mostrada, realizada no Chile, est ligada experincia de cidadania em crianas no ambiente escolar, atravs da definio de comuns como uma plataforma para a coeso social. O desenho metodolgico corresponde a estudos de casos mltiplos, o que corresponde a oito escolas de ensino funda- mental. A anlise dos registros de observao, entrevistas e documentos, nos permitiu construir trs grandes categorias: A categoria chamada de alteridade, com as subcategorias de submisso / dominao, discriminao de gnero e estti- ca. A segunda categoria grande chamado comum linhas discursivas ligadas a um sentimento de pertena, participao, democracia, sociabilidade e controle regulamentar. E, finalmente, Identidade, ligada ao status social e autonomia ver- sus dependncia. Os estudantes configuram diferentes identidades de prestgio social conforme classe, que segue um conjunto de pressupostos normativos configurado pelo adulto, como uma forma de controle para a manuteno da ordem a partir do poder oficial na escola e que impacta no horizonte tico e poltico ideolgico das representaes simblicas das crianas na ausncia de experincia de cidadania na escola primria. Palavras-chave: alteridade, o comum, identidade, coeso social * * * Introduccin Los resultados de investigacin que se exponen en este artculo, res- ponden a los objetivos por: conocer y comprender las prcticas de ciuda- dana y cohesin social presentes en nios y nias, en el espacio escolar como morada de lo comn. Para el logro de este objetivo se indag a travs de un diseo de estudios de casos mltiple, en ocho centros escola- res, con diferentes plataformas de contexto de habla situada en lo socio- educativo y socio-econmico. El presente artculo se organiza con la siguiente estructura: Al inicio se definen y discuten los conceptos de ciudadana y cohesin social, como prcticas que surgen desde un una identidad de estudiante que se construye en la escuela. Una vez aclarados los conceptos, se expone la metodologa utilizada para recoger informacin de campo, desde una epistemologa her- menutica que argumenta el diseo utilizado y los criterios de seleccin en las unidades de Casos utilizadas para el estudio. Por ltimo, se da cuenta y explicitan los procesos analticos que conducen a categoras emergentes producto de las fuentes de informantes, explicitando los mecanismos por los cuales se configuran las prcticas y representaciones simblicas de cohesin social traducidas en lneas discursivas vinculadas a la identidad como prestigio social, sentido de pertenencia, sentido de lo comn, sentido de seguridad, en la construccin de subjetividad en la infancia. 449 Planteamiento del problema y preguntas de investigacin Este proyecto de investigacin surge por la necesidad de indagar en la escuela como espacio de subjetivacin en la construccin de identidad, como cimiento en la constitucin de lo comn (sentido poltico). Esta necesidad indagatoria nos lleva a preguntarnos: Desde qu terreno identitario forjan la comunidad los infantes? Qu iniciativas se movilizan en los espacios de recreo para aunar el sentido de lo comn? Cmo surgen desde la naturalidad, las formas de relacionarse? Qu es lo comn entre nios y nias? A qu configuracin identitaria obedece el inters por lo comn? Qu proyecto comn los ana? Qu valoran como bien comn?. stas y otras interrogantes, resaltan una urgencia por conocer lo que piensan, sienten y hacen nios y nias para forjar redes vinculares de cohesin social y levantar las categoras que describan la configuracin en sus representaciones simblicas identitarias en la construccin de lo co- mn, sustentada en una convivencia aunada por un algo (idea, valor, emocin, objetivo, proyecto) que los cohesiona o la inexistencia del mismo. Marco terico y definicin de categoras conceptuales La discusin terica, escuetamente sita los conceptos que sostie- nen esta problemtica de estudio: Escuela e identidad, entendiendo la iden- tidad como el cimiento que subyace a un proyecto comn y cmo dialcti- ca permanente social-personal en la vida de los sujetos, cuya morada o espacio de lo comn institucionalizada se denomina escuela, capturando o albergando al sujeto en un itinerario vital por ms de doce aos. La Escuela: La definicin de la escuela, como institucin escolar, no est expli- cada desde su itinerario histrico 2 , tampoco desde su componente curricular como intencionalidad pedaggica. Sin embargo, cabe destacar que la es- cuela en sus inicios, surge como un privilegio de elite, vinculada al poder de la Iglesia 3 y/o a particulares, tan slo en los dos ltimos siglos, se responsabiliza al estado, como su deber en la tarea por masificar el proceso educativo a toda la poblacin y como derecho ciudadano 4 . La escuela desde la modernidad, constituye un espacio pblico, en el cual la sociedad y sus representaciones en el Estado se configuran y redefinen. 5 . Desde esta perspectiva en el contexto escolar se producen y reproducen las significaciones sociales y polticas macro y micro que cons- tituyen la vida social poltica de los sujetos y sus identidades. El factor sustancial que regula las relaciones en la escuela, lo constituye las rela- ciones de poder la existencia de dependencia entre profesorado y Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 450 alumnado, la vivencia de la dominacin la resistencia ante el poder autoritario (Martnez. J , 2005: 17). La escuela como nicho de relaciones interpersonales, ha sido un proceso de construccin histrica desde los Es- tados Nacionales del siglo XIX. El panptico desde ese entonces, cubra todas las dimensiones de la sociedad. Con un fin homogenizador, la crcel, el ejrcito, la escuela, la iglesia, en fin, la vida cotidiana misma fue objeto del control, la vigilancia y el castigo. El panptico es una mquina ma- ravillosa que, a partir de deseos de lo ms diferentes, fabrica efectos de poder homogneos 6 (Foucault 2009: 234) Una ciudadana imaginada, fabricada en estas instituciones, al servicio de intereses de las elites, llama- das imperios del colonialismo. En nuestro pas, el proceso tiene matices en la historia chilena, que transita desde un presidente que proclama el lema: gobernar es educar 7 hasta llegar a una dictadura 8 en la que apagar las conciencias y desincentivar la prctica ciudadana se disfrazaron en la es- cuela bajo la lgica instrumental de un currculum racio-tcnico exclu- yente y silenciador de la escuela pblica. La cultura escolar 9 entendida como el conjunto de prcticas y simbolizaciones construidas en la escuela, se encuentra hoy afectada pre- dominantemente por el cruce de dos culturas; una asociada a la tradicin atrapada en el control, la vigilancia y el castigo reproducido por el propio sistema educativo y otra emergente del contexto social contingente, que promueve desde los cdigos del mercado un individualismo que repercute en las formas de trato, guiada por una lgica que instrumentaliza las rela- ciones humanas, debilitando con ello, el sentido de lo pblico, como bien comn. La escuela, tambin ha perpetuado un concepto de infancia o de joven, que desde su devenir histrico desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, se ha definido como naturaleza biolgica-psicolgica, de es- tadios, rtulos y definiciones organizadas en corpus tericos heredados de la ciencia positiva, observndolo como fenmeno natural ms que cons- truccin social. A lo anterior, se agrega adems un enfoque escolar de aprestamiento y preparacin para la formacin cognitiva que contribuya a largo plazo a la insercin econmica laboral y a la integracin-reproduc- cin del sistema social imperante. Una sociedad democrtica vigorosa, necesita desarrollar en sus miem- bros la idea que se trata de un proyecto comn, que compromete en su construccin a todos los contemporneos, pero en la que tambin los que ya se fueron pusieron su parte y en la que los que vendrn pondrn la suya. Ese tipo de compromiso cvico sobre el que se soporta la democracia, re- quiere que los miembros de la sociedad se sientan vinculados con las de- ms personas que forman parte de su comunidad. Nada de eso, puede ser alcanzado sin una experiencia escolar que induzca en los nios y en los jvenes las virtudes ms bsicas de la vida compartida y los provea, al mismo tiempo, de una identidad comn emergente de slidas identidades personales, que les permita tejer lealtades entre s y reconocerse como iguales en una comunidad que los contiene. (Pea 2004). 10 451 El Centro escolar entendido como cultura de agencia de simbolizacin y subjetivacin; de asociatividad asegurada por la institucionalidad obligatoria de Deber y Derecho pblico, de vivencia de la identidad y la alteridad, supone un proyecto educativo que plantee vivir la pluralidad cultural, desarrollando los valores de solidaridad, igualdad, res- peto, y justicia, para superar cualquier tipo de discriminacin y permitir, la formacin para laprevencin de conflictos en todos los mbitos de la vida personal, familiar y social. Los pases requieren ciudadanos, ca- paces de tener lealtades entre ellos y dispuestos a cumplir las reglas. Esto aportar confianza y cohesin social, tanto intra-grupos como inter-grupos. Y nada de eso se logra, o se explica, cuando concebimos la poltica como un simple intercambio 11 (Pea: 2007). Los infantes estn invisibilizados por su condicin de tal, sin embargo, son ellos y ellas, los que en aos posteriores les tocar asumir la herencia que la escuela ha forjado como construccin de un proyecto de bien-estar comn, como ciu- dadanos responsables en la lectura del mundo y re-configuracin del mis- mo, en sus dimensiones sociales. La vivencia de la democracia, emergente de la autonoma de los sujetos, la experiencia de lo comn en acciones, sentidos y polticas de participacin se aprenden o se silencian (desaprenden) en la escuela. La consolidacin de una identidad personal, como cimiento en la forma de relacionarse (alteridad) para construir lo comn y el sentido valorativo de bien comn como lo poltico, requieren de un docente capaz de inspi- rar en este gran desafo de transformacin social-personal. Hoy los itinerarios de vida de los sujetos estn capturados en el bucle: metro-trabajo-tele-cama (Castodiaris 2002): Qu hacer? El pano- rama se observa borroso al observar un empobrecimiento de lo humano expresado en una cultura cada vez ms reducida, asfixiada por contextos alienantes provocados por el control meditico que introyecta a la con- ciencia e impone una dinmica mercantil, instrumental, cosificante, de un sistema social poltico y econmico sin participacin/control ciudadano, fortalecido por un neoliberalismo ciego, que acenta y exacerba ms indi- vidualismo en sus manifestaciones, fomentando itinerarios de vida captu- rados por espirales de consumo, que dificultan redes vinculares. La educa- cin pblica ha sido fagocitada por las leyes de mercado y con ello hemos perdido la nica posibilidad de construir lo comn en un espacio pblico que nos rena a todos y todas en equidad de derechos y deberes. Desde esta perspectiva, surgen los cuestionamientos que sostienen este tejido proble- mtico que mira a la escuela como nicho de construccin de identidad- alteridad para conformar lo comn que motivaron este proyecto de in- vestigacin Identidad: Al buscar documentos en la red con la palabra identidad, apare- cen casi treinta millones de resultados (29.272.000), clasificados segn cuadro que se adjunta: Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 452 Sumado a la gran variedad bibliogrfica que ataen al concepto de identidad en libros ISBN, que se han publicado en estas ltimas cinco d- cadas, sin duda, evidencian lo recurrente de la temtica y la produccin de teora desde diferentes ciencias 12 . Por ello es necesario precisar que en esta investigacin, el concepto de identidad es trabajado desde la relacin entre sujeto, el espacio del yo y la identidad, conectados en el proceso de subjetivacin, que permite al individuo considerarse un s mismo dentro de un colectivo, que a su vez, tambin lo determina, aludiendo con ello a una mirada antropolgico- social. El concepto de identidad que trabajaremos no se comprende, como fin o como destino, debido a que no es un punto de llegada, sino una constante transformacin, que la alteridad permite reelaborar constantemente, especialmente en la otredad que alude a la dife- rencia y no a una alteridad especular. Qu es la identidad? Qu significa identidad tnica, de gnero, cultural, humana? Tenemos una identidad como especie humana? En los contextos de globalizacin cultural en la que estamos inmersos, cul es nuestra identidad multicultural? Qu tenemos en comn y qu nos dife- rencia?, La palabra griega, oms, que los romanos tradujeron por homo, el hombre, el ser humano, significa semejante, igual, comn, el mis- mo (J uregui: 2001). Distinguiremos el concepto de identidad personal, aquella que se construye desde la hibridacin del tejido de identidades co- lectivas 13 , desde un enfoque socio-antropolgico ms que psicolgico, sin entrar en pugna dualista con ambas corrientes. Sin embargo es necesario precisar que la identidad personal del sujeto, pertenece al espacio del yo, que es disciplinariamente el espacio de la psicologa. Yo es el acto de ocupacin del sitio biogrfico o egocntrico. En psicologa, el sujeto es el sujeto de s mismo. Decir que el sujeto es el espacio del yo implica concebir al yo como principio de identidad del sujeto. En el yo radica- ra la invariancia del sujeto ms all de las dimensiones morfolgicas y psicolgicas. Desde la psicologa, el yo es el centro del estudio, su foco de atencin, entendiendo al contexto, el medio, los otros/as como aspec- tos constitutivos de ese yo, que es lo central y lo medular de un sujeto individual, singular. La antropologa centra la nocin de sujeto en la interaccin que emerge del colectivo, dirigiendo la mirada a la dimensin social y no al 453 espacio egocntrico. Tambin explicaremos la identidad desde la dimen- sin histrica del sujeto, como un conjunto de identidades tejidas con dis- tintos niveles de conciencia, incorporado unas y apartando otras: la identi- dad femenina, la identidad masculina, la identidad popular, cultural, san- gunea, tribal, de minoras tnicas, en fin, identidades con mayores o meno- res rangos de status en la tela del s mismo, en desventaja con el pro- totipo configurado desde la elite ilustrada y poltica como sujeto histrico nico. En general en las ciencias sociales la nocin de sujeto se focaliza en lo colectivo y no incorpora la dimensin del sujeto que proviene del espa- cio egocntrico por considerar esta dimensin esencialista. En este trabajo se considerar al sujeto en su doble vertiente, singular y colectiva (Subercaseaux; 2002). Podramos asumir que la dimensin intra-personal e interpersonal tejen un yo desde un contexto socio-histrico que lo expli- ca, su dimensin singular, con su dimensin colectiva, su mbito privado con el pblico, sus sitios de poder y/o exclusin que lo determinan junto a la complejidad de emociones y plataforma fsica-biolgica en la que se asientan. Este tejido complejo construye muchos yoes, que implican un llegar a ser distinto en cada sujeto pero igual en colectivos que comparten cdigos culturales comunes. (Op Cit). El concepto de identidad que trabajaremos pretende profundizar su configuracin desde la pertenencia al grupo y reconocimiento del mismo, en el que se dan relaciones de dominacin y sumisin, con base muchas veces de actuaciones afectivas ante la legitimacin o consolidacin de la identidad colectiva con la identidad personal. Desde esta perspectiva, pre- tendemos iluminar esta relacin social/personal, desde los anlisis post- estructuralistas (Foucault 1990) 14 y postcoloniales 15 , especficamente en los estudios de campo de estrategias de resistencia y acomodacin al poder oficial, con los conceptos trabajados por Bhabha de: ambivalencia, es- tereotipo, mimetismo e hibridacin, que estn atravesadas metafrica- mente por una especie de colonizacin en la que existe un sujeto de poder, que debe absorber a otro sujeto a la cultura hegemnica. el anlisis de la identidad colonial que emerge de la difcil relacin entre el colonizador y el colonizado y el de la condicin violenta y neurtica de esa identidad, totalmente alejada de las aspiraciones civilizadoras de los gobiernos coloniales, de los misioneros cristia- nos o de las sociedades filantrpicas. (Bhabha, en Vega; 2007). Esta lnea de pensamiento es complementada con la teora de los subalternos desarrollada por Spivak (2009; 2010) que complementa con los susten- tos provenientes del feminismo y marxismo a la teora postcolonial. Aunque Spivack ( 2010) critica la teora de Foucault y Deleutze, por incompleta al no incorporar la condicin psicoanaltica-social, de gne- ro a la identidad de los subalternos, hemos utilizado estos autores por que integran muy bien las fibras de la construccin subjetiva desde el psicoanlisis social, la filosofa postestructuralista, de la de-construc- cin, que explican a un sujeto que se configura ambivalentemente con distintos estereotipos que giran en torno a las relaciones de dominacin versus sumisin. Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 454 Desde otros anlisis tericos, tambin incorporamos los anlisis so- ciolgicos que hace Bauman (2006) de la identidad en la modernidad lqui- da, como elementos constitutivos de una identidad entendida como desti- no, una identidad constreida por lo temporal, abierta y plural en que coin- cidiendo con Amartya Sen (2007) se comprende como un conjunto de iden- tidades que transitan por caminos de flexibilidad acomodaticios segn los contextos, carente de consecuencias vinculares estables en el tiempo. Lo interesante en la teora de Bauman, es el traslado de la responsabilidad social en la configuracin de la identidad, al individuo, que arraigado slo en s mismo ha desaprendido la dependencia afectiva, laboral, geogrfi- ca por la inestabilidad (licuacin) que provoca el contexto actual. Segn estas reflexiones tericas, la crisis social se vive como crisis individual, lo que conlleva a una regresin psicologicista para comprender los fenme- nos socio-personales. Por otra parte, esta identidad lquida trabajada por Bauman, tienen plena coincidencia con Richard Sennett, con respecto a cmo el contexto neoliberal capitalista impacta en la configuracin identitaria, (Sennett:2006) 16 , en la que las formas de vivir el trabajo, desde la variabilidad, incertidumbre del mismo con su consecuente inesta- bilidad, exigen flexibilidad, apertura y adaptacin al cambio, disfrazan- do las cadenas en las cuales los sujetos envueltos por un capitalismo opre- sor, creen ser muy libres depositando los vaivenes del trabajo en la res- ponsabilidad individual. Siguiendo a Sennett en esta problemtica cabe preguntarse: Cmo pueden perseguirse objetivos a largo plazo en una sociedad a corto plazo? Cmo sostener relaciones sociales dura- deras? Cmo puede un ser humano desarrollar un relato de su identi- dad e historia vital en una sociedad compuesta de episodios y fragmen- tos? Las condiciones de la nueva economa se alimentan de una expe- riencia que va a la deriva en el tiempo, de un lugar a otro lugar, de un empleo otro. (Sennett: 2006: 28). Este traspaso de los fracasos de la vida (estabilidad, logro) desde lo social a lo personal, transita por todos los esla- bones de edad y por casi todas las instituciones, atrapados en una afirma- cin de valores como aseveraciones estticas y dejando la experiencia en el olvido: Rico afirma los valores intemporales que caracterizan a la persona que l es, para siempre y de una manera permanente y esen- cial. Su voluntad se ha vuelto esttica; est atrapado en la mera afir- macin de los valores. Lo que falta entre los polos opuestos expe- riencia a la deriva y aseveracin esttica es un relato que organice su conducta 17 . (Op Cit: pg. 29). Este relato que se precisa para organizar ya no slo nuestra conducta sino la configuracin de nuestra identidad, se requiere una mediacin explcita de la escuela comprometida socialmente, para colaborar con una relectura de un mundo fagocitado por el capitalis- mo, que ha hecho del consumo la condicin de ciudadano/a, con el peso de experiencias cotidianas traducidas en sentir pensar y actuar que no deciden, no son, no valen, no tiene identidad. Por ltimo, la construccin del Sujeto no culmina nunca en la organizacin de un espacio psicolgico, social y cultural perfectamen- te protegido. El apartamento de la mercanca y la comunidad nunca se termina; el espacio de la libertad es constantemente invadido y el Suje- 455 to se constituye tanto por lo que rechaza como por lo que afirma. Nun- ca es amo de s mismo y de su medio, y siempre hace alianzas... contra los poderes establecidos, con el erotismo que invierte los cdigos socia- les y con una figura sobrehumana, divina, de s mismo. Quienes redu- jeron al ser humano a lo que hace lo encerraron en la dependencia con respecto a la tcnica, las empresas y los estados... (Touraine, 1999; 71) Touraine por su parte, tambin realiza un recorrido interesante en torno a la construccin de sujeto, ya que por un lado alude al muerte del sujeto cuando lo construye desde lo colectivo, sin embargo, por otra parte, lo ubi- ca como bandera de salvacin al concebirlo como individuo. Alejada de las corrientes liberalistas y comunitaristas ubica al yo-sujeto como la nica respuesta a la independencia para construir una sociedad alejada de estas dos dimensiones totalitaristas, comunitaristas o liberalistas que lo fagocitan. Yo no defino el Sujeto en trminos universalistas y por tan- to no sociales (criatura de Dios hecha a su imagen, portador de un derecho natural, ciudadano de una ciudad que se basa en un contrato social y por ende en el imperio de la ley), sino en trminos de combina- cin de una actividad racional y una identidad cultural y personal. (Touraine 1998: 178). Sin embargo, aunque no permitamos el totalitarismo comunitarista y menos su fundamentalismo, esta claro que el sujeto se convierte en ser humano o posee identidad humana, slo desde la interaccin con lo social. El individuo est ubicado en espacios sociales de composicin relacional, los cuales generan una suma de fuerzas que modelan su conducta (Matuccelli: 2007:13) al hablar del individuo social, hablamos de un individuo que desde que nace se constituye como tal desde los otros/as y es percibido como el fruto de entrecruzamientos de fuerzas que actan en funcin de la estructura de relaciones sociales en accin. (Op. Cit). Lo ms bsico de la identidad humana, incluso en sus dimensiones biolgicas e instintivas (postura bpeda, lenguaje simblico) slo se logran en la interrelacin con otro/a humano, vale decir, es la alteridad lo que confiere identidad en las diferentes dimensiones de los humano. Epistemologa en la que sea sienta el estudio La metodologa utilizada en esta investigacin emerge desde un pa- radigma epistemolgico cualitativo, que quiere conocer y comprender las representaciones simblicas que configuran la identidad y alteridad para conformar el sentido de lo comn de los sujetos a travs de sus discursos y acciones, en el espacio escolar. Desde este objetivo hemos utilizar un dise- o metodolgico de estudio de caso mltiple, en la medida que son parti- cularmente apropiados para estudiar una situacin en intensidad en un pe- rodo de tiempo, facilitando la identificacin de los distintos procesos interactivos que conforman una realidad (Del Rincn y Latorre, 1992). Los criterios de seleccin de las escuelas como casos de estudio son: Nivel socio econmico: determinados por la administracin corporativa educa- cional del pas en: colegios pblicos que concentran a una poblacin ten- diente de clase baja; colegios subvencionados que concentran una pobla- cin de clase media y media-baja y colegios particulares pagados que Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 456 concentran clases medias y medias-altas. Adems se seleccionaron es- cuelas del Contexto urbano y contexto geogrfico rural, en un total de ocho escuelas. Presentacin Resultados Investigacin Los resultados se corresponden a los procesos analticos producto de la informacin recogida en los registros de observacin, los anlisis de los documentos y el anlisis de los discursos, tanto de entrevistas clsicas y formales como espontneas y fotos-memoria que fueron especialmente utilizados para los nios y nias ms pequeos. Es importante sealar que la mirada se focaliz en las interacciones de los nios y nias, con sus pares y docentes en la institucin escolar, no como cultura del currculum con toda su complejidad y mltiples elementos, sino focalizada en las relacio- nes a s mismo, al espacio fsico, la normatividad, el sentido de pertenencia y la red vincular entre pares y docentes. Las categoras emergen desde es- tos diferentes mbitos de focos de atencin y recogida de informacin: Formas de relacin con los docentes (aula); Formas de relacin con la es- cuela (espacio fsico y sentido de pertenencia); Formas de relacin entre pares. Estos diferentes mbitos relacionales, configuran una categorizacin que se traduce en el siguiente cuadro: La primera matriz categorial de identidad/alteridad, rene la informacin recogida con respecto a las relaciones que configura el sujeto, con el otro/a o lo otro, la alteridad est relacionada con aspectos de so- ciabilidad y modelamiento en el aprendizaje de conductas prototpicas, que subyace a la red vincular con los pares, la escuela, los docentes, los medios, y el impacto de esta relaciones en la configuracin identitaria del sujeto. Estos estereotipos configurados por el poder hegemnico, se instalan en la escuela basadas en referentes de tica; esttica y gnero: Buen o buena alumno/a; esta categora surge de la interaccin entre docente y estudian- tes, y est construida por discursos y actuaciones del docente vinculada a un conjuntos de conductas esperadas. Estas conductas esperadas se rela- 457 cionan con obediencia al poder oficial traducida en cumplimiento de las tareas, sumisin al poder y al orden establecido, acato de la normativa y logro acadmico. El estudiante que cumple con estas caractersticas goza de reconocimiento por parte docente y de prestigio social por parte de los pares. El mal estudiante sera la oposicin a lo descrito, vale decir su polo contrario. Lo bello y lo feo, lo estticamente aceptado por la gran mayo- ra de los estudiantes. En esta categora los pares se excluyen y se aceptan o rechazan segn un patrn de esttica relacionada con el cuerpo o fenotipo. Mujer y varn: prejuicios sexistas con respecto a estereotipos de lo que la mujer y varn deben hacer y pueden hacer, referidos a juegos, comportamientos y liderazgos. Esta gama de rtulos y patrones instalados en las formas de relacin espontneas en espacios de juego y recreo, se observa como exclusin y/o integracin por una parte y sumisin/domina- cin por otra. Configuracin del buen alumno, buena alumna: La homogeneidad como valor y la obediencia ciega como coronacin de ese valor La forma de relacionarse en la escuela 18 estn instaladas en una es- tructura panptica 19 , tanto fsicas (edilicias) como humanas (personales/ sociales). La organizacin del tiempo, los contenidos, las actividades y ta- reas escolares son reproducidos en la mecnica disciplinaria de control, desde la homegenidad: todas por igual, al mismo tiempo, ritmo y espa- cio. Estas formas reproducidas por las instituciones sociales, fortalecidas en una epistemologa positivista, tien a las instituciones educativas estu- diadas, a las que subyace la verdad absoluta o incuestionable de la medi- cin y generalizaciones arropando a la institucionalidad con estereotipos y normativas que regulan la conducta de los que participan en ella. La cul- tura dominante se impone con el supuesto que somos iguales y por tanto que tenemos las mismas necesidades. En la escuela acontecen mltiples sucesos en los que se evidencia la lgica panptica en sus rutinas: las filas para entrar y salir de la sala, los momentos informativos de patio, en los que, en una lugar ms alto, se ubica el inspector/a y la directiva, regis- trando a los estudiantes que se mueven, conversan o se salen de la fila con la respectiva sancin. Por otra parte se generalizan normativas desde lo arbitrario, como por ejemplo: Un nio se accidenta en una salida a terreno y luego en consejo de docentes se acuerda suprimir todas las salidas a terre- no. Un nio se accidenta jugando ftbol y luego se suprime el juego de ftbol en la escuela, aspecto reclamado por los estudiantes, sin lograr ser escuchados. La vida y los sucesos escolares, no se miran como una particu- laridad compleja, se norma desde una generalizacin simplista, que obede- ce ms a una lgica transductiva 20 que deductiva o inductiva. El sujeto, los hechos, la vida, los acontecimientos, los conflictos, los accidentes en la escuela se invisibilizan en una mecnica de no-pensamiento, desdibujados Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 458 por la normativa controladora sin sentido y muy alejada de la vida. En ms de 120 registros de observacin, la mayora de stos, son referidos al tema de imposicin de normas sin sentido de coherencia y racionalidad y casi la totalidad en la dinmica de autoritarismo. Se observa en la rela- cin profesor/a estudiante, una tendencia de relacin asimtrica, mediatizada por un poder y control ejercido por el adulto, quien ordena y hace cumplir estas normas ( que muchas veces l o ella mismo/a no cumplen), especialmente las que dicen relacin con un orden preestablecido por la Institucin. Re-configurando a este sujeto nio/nia, capturado por la mecnica normativa sin sentido, que no piensa la vida, no discute (argumenta) los sucesos que emergen en la cotidianidad de la escuela, y menos dialoga, va construyendo una subjetividad inmersa en una pasividad de decisiones. Esta dependencia al locus de control externo conecta muy bien con la lgica del mercado, el que se apodera de lo social (y por ende lo personal) en la denominada por Giddens modernidad tarda, o por Beck, segun- da modernidad; tambin llamada por Aug sobre-modernidad y por lti- mo en un concepto metafrico preciso; modernidad lquida acuado por Bauman 21 . Estas denominaciones que poseen un profundo anlisis sociol- gico y antropolgico, caracterizan el cambio epocal como una crisis o ne- bulosa de sentido ante los grandes cambios identificados como desarrollo y progreso, en el que hoy se evidencian profundas contradicciones y vacos en lo epistemolgico, lo social, lo econmico (productivo) y especialmente lo poltico en los ideales que configuraron al Estado-nacin. Algunas de las caractersticas sociales de este contexto se observan reflejadas en la transitoriedad de los vnculos, la fragmentacin y el carcter episdico de la vida, con la respectiva ansiedad, incertidumbre, inseguridad que conlle- va a la ausencia de responsabilidades. Esta percepcin del sujeto consigo mismo, que se subsume a los vaivenes lquidos del xito, carente de plata- formas slidas de redes vinculares, se encuentra en contextos que no lo reconocen, no le respetan, ni siquiera le ven, gobernados por una lgica de consumo y mercado sin control que desplom al estado benefactor. Los desafos de la persona moderna por aceptar relaciones a corto plazo, desa- rrollar habilidades para lo cambiante y saber desprenderse del pasado (Sennett 2008; 2006), requieren trabajar en la escuela el fortalecimiento de la dignidad entendida como libertad que implica la auto-gobernabilidad, autonoma y sentido de bien comn (lo poltico), cuestiones que no se ani- dan en la cotidianidad natural y espontnea del espacio escolar. En el horario de recreo, estudiantes asumen protagonismos segn sean los mecanismos de prestigio social y pertenencia, inspirados por los mass media que le ofrecen estereotipos sociales, especialmente instalados en programas televisivos de farndula 22 , en las que tragan modelos y pautas de comportamiento sin decidir, reflexionar, actuar y forjarse como sujetos constructores de lo social y por ende personal. Luego como jvenes que dedican gran tiempo a la comunicacin online Los jvenes- apren- dices se implican en ciclos de creacin y consumo como parte de su participacin en las culturas web, desarrollando simultneamente su 459 identidad online , se inventarn identidades en la Web e interactuarn con un medio que les facilita el anonimato y la fantasa por configurar identidades que anhelan. La gente joven experimenta con diferentes identidades online a travs de la escritura de narrativas (fan-fiction), representaciones multimedias de ideas, uso de diferentes herramientas digitales de comunicacin, adopcin de roles e inmersin en mundos virtuales. Actualmente los jvenes prueban sus identidades a travs de su presentacin en pginas Web, blogs, y redes sociales. 23 . Paradjicamente, al maestro/a inmerso en el espacio artificial de la sala de clases slo le interesa que su estudiantes se comporten de forma obediente, y aprendan la leccin para obtener buenas mediciones estandarizadas, no se observa intencionalidad por construir un sujeto ciu- dadano a contrapeso del sujeto-consumidor, un hombre y mujer que posea un relato biogrfico tico y poltico con identidad personal, denso en redes vinculares, como sostn a los vaivenes de navegacin en esta lquida mo- dernidad. Trato dado al otro/a: pares y convivencia: El mal trato A lo largo de la investigacin se pudo constatar que dentro de los centros educativos la dinmica frente a este tema es la siguiente: los nios y nias que se encuentran en grupos pequeos de amigos cercanos son muy leales entre ellos, dndose una dinmica de compaerismo recproco, pero en grupos ms numerosos, donde las relaciones no se dan desde la cercana y los afectos, los nios acostumbran a manifestar bajos niveles de toleran- cia y frente a cualquier rose con sus pares, las reacciones ms comunes se expresan desde las descalificaciones e insultos, hasta los golpes. Esto se da ms comnmente en los cursos superiores (de 3, 4 y 5 Bsico). Se puede evidenciar en los siguientes extractos: Nio 1: Profe, Hay que escribirlo? Nio 2: No, tonto estpido. 24 Nia (Sexto bsico): Que te pasa fea culi 25 , Por qu te metiste en esa wea? Hocicona. (Le tira el pelo a la nia de cuarto y viceversa) Nia: sultame, sultame!!! Profesor: Mrenlas y eso que son primas. 26 El mal trato, genera una plataforma relacional en que los nios y nias desarrollan su identidad a travs de lo que los otros/as, les permiten ver de ellos (espejo), en este sentido se puede ver que en los registros existen focos de exceso de poder de parte de algunos nios/as hacia otros que se muestran ms dbiles y sumisos frente a esto. Este mal trato emerge traducido en descalifica- ciones, exclusiones, agresiones verbales o fsicas. Sin embargo no se puede asociar el uso de palabras groseras nicamente a mal trato o descalificacin, pues en los mltiples registros de observacin, las palabras soeces se utilizan en contextos de amistad y cario, como lo expresa la cita: Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 460 Nio: Oye, el otro da puta que te veai bonita. Nia: Cuaaaaaaal?, Nio: Aaaaa, el otro da cuando te vi pasar por ah po. Nia El domingo? siiiiiiiiiiii. 27 Ello refleja como estrategia de trasgresin en los nios y nias, la leve importancia que otorgan al lenguaje como forma o significante y el enorme peso que atribuyen al mismo, como realidad de significado. Vale decir, es el contexto el que sita al habla con su sentido de comunicacin y no el habla por el habla misma, perdiendo su valor de uso. El peso, lo da el contexto y el lenguaje mudo es lo que subyace a las emociones y relacio- nes en sus significados. Ello denota cierta ausencia de racionalidad y cohe- rencia (forma-fondo) en la forma de relacin vincular y con-vivencia. En la dinmica de la cotidianidad de la escuela, se observan episo- dios que de tanto repetirse se vuelven normales, como es el caso de un pequeo quemado que se siente mal tratado por sus compaeros al escu- char las burlas debido a su condicin fsica. El problema grave de este suceso, es que la accin agresora se invisibiliza, lo anormal se vuelve nor- mal y los docentes hacen como si nada pasa ante el cansancio por la repeticin de estas conductas. Ello refleja una prdida del sujeto en la con- figuracin de su dignidad, su respeto en la vida cotidiana de la escuela, en la que se supone se forja su identidad y su sentido ciudadano. Discriminacin por esttica En los distintos casos encontramos que los nios discriminan a los que no cumplen con las caractersticas socialmente atribuidas a la belleza. Muchas veces los nios y nias se dejan influenciar por los prototipos de belleza entregados tanto por la televisin como tambin por la escuela, la familia y la sociedad en general, los cuales en la mayora de las ocasiones no coinciden con las caractersticas del pueblo chileno. sta es una proble- mtica que afecta la red vincular y sentido de identidad, al discriminar a una persona por su aspecto fsico o fenotpico, vulnerando sus derechos de ciudadano, bsicos de un comn unidad. El ser diferente a los dems no nos hace menos ciudadanos, el ser ms bajo, ms gordo, ms moreno, el tener un corte de pelo que no est a la moda, no debiera traducirse en el terreno afectivo y tico-normativo como ser ms o ser menos que otros, que amerite la exclusin a lo comnPues al parecer lo comn en cuanto a representacin simblica observada, lo ha configurado el mercado canali- zado por los mass media. Alumno: Oye Anglica, mejor ndate pa la ltima fila Alumna: Por qu po si la profe me puso ac? Alumno: Porque con tu cara de poto 28 , ten que estar atrs (re) 29 De ms de un centenar de registros de observacin, ms de una de- cena de planillas de observacin estn referidas a discriminacin por est- 461 tica y belleza. Durante la recogida de datos todos los registros relacionados con esttica y belleza, siguen esta dinmica de descalificacin y de desva- loracin que se arropa de caractersticas fsicas que concuerdan con el pa- trn de belleza validado por el poder dominante, y que se corresponde al fenotipo aria, hombre/mujer. Entrevistadora: Ahora dime cul es el lugar que menos te gus- ta de la escuela? Nia: Mmm..., el lugar que menos me gustala cancha de ce- mento Entrevistadora: Por qu? Nia: Porque ah mmm... andan todos los nios de mi curso y me molestan Entrevistadora: Qu te dicen? Nia: Ehhh me empiezan a decir que soy negra y gorda y me empiezan a molestar. Me dicen negra si 30 Discriminacin por Gnero El concepto de gnero es un concepto aprendido y construido por cada sociedad para sus varones y mujeres. Esta construccin comienza en las familias y el hogar desde el momento en el que el nio/a nace, e incluso antes, pero se agudiza principalmente en las escuelas, donde nios y nias comparten la mayor parte del tiempo. En este lugar los nios se identifican como varones y las nias como mujeres diferenciados por su plataforma biolgica en primer lugar, y en segundo lugar sumndole, aspectos cultura- les respectos de las acciones aceptadas por el grupo, en lo que debe realizar cada uno. En los centros educativos investigados se encontr gran cantidad de registros referidos a este tema, justificando la violencia fsica en varones y privilegios de liderazgo como mecanismos de discriminacin. En el caso de estudio del colegio privado, confesional y particular pagado, la discriminacin de gnero se expresa exigindole a la nia comportarse segn la imagen de mujer cristiana con rasgos tales como: paciente, serena, sacrificada, seorita, dispuesta a soportar, renunciar y ceder. Vale decir, la discriminacin de violencia es disfrazada por la repre- sin, la renuncia, la tolerancia, la paciencia y el autocontrol. Contradicto- riamente segn las cifras, las mujeres cada vez estn tomando ms partici- pacin en la administracin de los hogares y en los puestos de trabajos, cuestin que no se integra al currculum. Las nias deben hacer cosas femeninas como maquillarse, ha- cer pijamadas y jugar a las muecas, mientras con los hombres deben hacer cosas masculina como jugar ftbol, a la pelea y a las figuras de accin. Entrevistadora: Y Qu crees t que pueden hacer los nios que no pueden hacer las nias? Nio: Pelear 31 Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 462 En este discurso, queda claro cmo los nios y nias diferencian ciertas acciones e incluso ciertos juegos en para hombre o para muje- res marginando a unos de los otros, haciendo que nios y nias crezcan con sentimientos de represiones respecto a la imposicin que no pueden jugar a ciertos juegos ya que socialmente est establecido lo contrario. Por otra parte, el levantamiento de esta categora se ve justificado por otra res- puesta obtenida de la misma entrevista anterior en una pregunta referida al respeto entre los compaeros/as dentro de la escuela. La nia seala al respecto que: Nia: Los hombres se pueden defender a golpe, las mu- jeres no, porque no pelean. 32 En esta respuesta se observa otro tipo de discriminacin en que el varn puede defenderse a golpes, legitimando la violencia fsica, mientras que ellas no pueden, slo porque son mujeres. Llama la atencin esta res- puesta ya que al ocurrir situaciones as dentro de la escuela, las nias y los nios legitimarn el valor de la violencia en el varn y en las mujeres se anular, en la lgica de la tolerancia la aceptacin de dichas conductas por el hecho de ser varn. Los nios buscarn ser respetados mediante gol- pes mientras que las nias tendrn que hacerlo de otra manera. Esto es, visiblemente un factor que afecta al ciudadano/a en su forma futura de ha- cer valer sus derechos o deberes. En base a esto, no debiera causar asombro el enterarse de las cifras de maltrato hacia la mujer que existen en el pas. El 50% de las mujeres en Chile dice haber sido vctima de violencia domstica En lo que va corrido de este ao, la cifra de femicidios llega a 56. En 2007, fueron 58. Es decir, los esfuerzos no alcanzan toda- va a cambiar radicalmente el escenario. Muchas de las situaciones de violencia se dan porque hay muchas personas que creen que esto es normal. Es un problema cultura, asegura Albornoz. (BADE, G; 2008) As la vivencia de ciudadana en la escuela requiere de una mirada reflexi- va y prctica de: ciudadana y educacin como lo desarrolla Arnot (2009) en la que distingue distintas formas de ciudadana segn gnero. Participacin, Democracia y Control Normativo Esta categora surge con los registros de observacin intra-aula, en- trevistas y algunos anlisis de documentos. En dos escuelas pblicas y en la escuela rural de la regin, se observa una construccin de consenso ante las normas que ordenarn la convivencia de la escuela, destacando que en la escuela pblica urbana, esto se enfatiza en el sector parvulario y tiende a desaparecer, paradjicamente, a medida que avanza el tramo evolutivo es- colar. Sin embargo, en los cinco casos restantes, los estudiantes no deciden casi nada, ni el turno de habla, lugares de asiento, contenidos, actividades, espacio, tiempo escolar. En siete de los casos observados, la directiva es escogida por el docente, ante el estereotipo configurado de buen alumno o buena alumna. En dos casos, el docente escoge una terna, y los nios y nias eligen ante esta propuesta a sus lderes. Vale decir, la participacin es parcial, sesgada y la democracia deliberativa es arbitraria segn valoracio- nes del docente ante su evaluacin de buen alumna o buena alumna, a lo 463 que subyace una forma de mirar al nio y nia como sujetos carentes de derechos por su condicin de tal. Se evidencia control normativo para todos los niveles y elementos del currculum: horarios, normas de patio, uniformes, orden, aseo, deberes acadmicos, deberes de apoderados, formas de presentacin personal, que adems se encuentran consignados en los estatutos de la institucin. Lla- ma la atencin que en su mayora, los deberes se concentran en los estu- diantes y apoderados, escasamente en los maestros/maestras y directivos/ as. El docente es el agente regulador de normas dentro de la sala, en la que prescriben los ejes sustantivos ticos de lo correcto e incorrecto, que en su mayora no tiene sentido para los nios y nias y por supuesto sin participacin en su creacin y consenso. El libro de clases, es el receptcu- lo de la sancin del trasgresor, muchas veces depsito de la emocin nega- tiva del docente al perder el control disciplinario y del orden establecido. La tendencia de las anotaciones en el libro de clases de 1 a 8 bsico, es de un 90% de anotaciones negativas y un 10% de positivas. El anlisis de los textos, rene lneas discursivas que transitan por la desesperacin del docente ante la prdida de su poder de control, sin evidencia posterior que la real problemtica ha sido abordada y trabajada con los trasgresores. Slo se canaliza al poder superior para acentuar la sancin. En los recreos se generan contextos en los cuales se observa liber- tad para agruparse, seleccionar los juegos compartidos y actividades diver- sas. Ante la pregunta a los estudiantes respecto si el establecimiento pre- senta contextos y situaciones en las cuales el estudiante puede elegir, ellos responden que no, y que slo es posible hacerlo en el recreo; a veces nos anotan por llegar atrasados, porque una vez nos anotaron porque llegamos tarde a gimnasia con un compaero, y la ta no nos dejo entrar, y tuvimos que ir donde el to Gustavo para que nos diera un pase y llegamos y la ta nos anot porque habamos llegado diez minutos tarde, y habamos llegado un minuto tarde. 33 En general en todos los casos, que suman ocho escuelas, el cumpli- miento de normas como plataforma comn, se percibe como un sin sentido por los estudiantes. stas son vivenciadas como una contradiccin con el sentido comn, sustentado en razonamientos que emergen de las lgicas reflexivas de nios y nias. Ello debilita la seguridad en sus reflexiones individuales y colectivas, sus posibilidades argumentativas, sus sentidos de pertenencia como actores y protagonistas (ciudadanos), domesticndolos a obedecer ciegamente como dispositivo de subsistencia o sobre vivencia, en la mal llamada comn-unidad escolar. Se puede decir que el control normativo en sus mltiples formas tiende a debilitar el sentido de pertenencia en los grupos estudiados, pese a la rica actividad social que se propicia en el establecimiento. Se observa una subjetividad que demanda espacios de expresin y que es silenciada Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 464 por las pautas de accin que desarrollan los docentes desde una aproxima- cin maternal/paternal, mediatizada por el afecto controlador y coerciti- vo que es reforzada por la familia, con lo que se identifican algunos cen- tros. Los dispositivos 34 de control actan fortaleciendo dicha experien- cia a travs de la libreta de comunicaciones asociada a la informacin de referencia negativa y castigo de los padres; el uso de diseminacin del con- trol involucrando a los propios compaeros, aquellos que forman parte de la convivencia grata, quienes se transforman en controladores (reproductores) efectivos de las tareas, se presentan como deberes ser de responsabilidad ante el grupo, que suma al control del profesor y el inspec- tor, llegando hasta mensajes-carteles sensibilizadores, personalizando en listas pblicas de buena conducta y mala conducta para mantener el orden dispuesto en las sala de clases. Prestigio social Esta categora se levanta con diferentes significados segn la de- pendencia administrativa de los centros: En el colegio particular pagado y subvencionados, ambos confesionales, la categora de prestigio social se configura desde la identificacin de un estereotipo vinculado a la exce- lencia acadmica, obediencia al docente, cumplimiento de normas y buen trato a compaeros/compaeras. Este patrn y su vivencia, permiten al su- jeto gozar de prestigio social. Esta categora presenta una evolucin des- de 1 nivel de transicin al 4 bsico, en la que se distinguen matices en los comportamientos por sexo y a medida que avanzan en el tramo evolutivo, se adhieren a este patrn normas y valores morales, tales como solidaridad, respeto a Dios, normas y deberes, los cuales son seguidos y difundidos por los lderes que sirven de ejemplo para los dems nios del grupo. Sin em- bargo este comportamiento moral de base religiosa, no se mantiene en cuarto ao bsico, primando un liderazgo que se ordena segn los nios que re- presentan los mayores intereses del grupo curso, de acuerdo a los intereses y comportamientos comunes. En los colegios municipales, pblicos el prestigio social lo configu- ra el patrn o estereotipo de resistencia y trasgresin al poder oficial. Vale decir, el que goza de prestigio social en su grupo de pares, es el que se rebela a la norma, el ms violento, el que se atreve en valenta romper el mandato oficial. Esta legitimidad que hace el grupo a su lder, se da por grados segn tramo evolutivo, crece en la medida que se avanza de nivel en el tramo de primaria. Si bien, en todos los centros la categora que se configura de presti- gio social, cobra mayor fuerza desde el grupo de pares a medida que avan- za el ciclo evolutivo, en los colegios subvencionados y particular pagado, esta legitimacin de pares, es ms lenta y hasta cuarto bsico hay un fuerte nfasis de prestigio social, otorgado por la configuracin que hace el do- 465 cente de este estereotipo apegado a la obediencia del cumplimiento de la norma establecida por el poder oficial. Tambin se configuran estereotipos sexistas en el prestigio so- cial diferenciado por nivel econmico. Cabe destacar que a muy tem- prana edad, una nia de primero bsico de una escuela municipalizada goza de prestigio social por resistir todas las normas establecidas y contradecir estereotipos estticos conservadores, a diferencia del cole- gio particular pagado confesional en que el prestigio social femenino, los configura la imagen de la virgen, madre abnegada, en un marco bur- gus femenino conservador. Esta valoracin al prestigio social por los pares, podra predecir dificultades en la red de cohesin social vincular puente, pues las configuraciones obedecen a estereotipos muy dismiles en el reconocimiento del grupo de pares a quien goza de aquel prestigio en el liderazgo del grupo. Estas representaciones simblicas de presti- gio social en la infancia, son preocupantes a la hora de configurar el imaginario de un tejido social que tiene por objetivo una cohesin so- cial puente ntergrupos. Visto de esta forma, si los individuos no logran cohesionarse ni forjar una idea de un nosotros, difcilmente lograrn desarrollar valo- res ciudadanos, debido a que el trabajo ciudadano no es una tarea indi- vidual, sino un ejercicio social. Sin embargo, en muchas situaciones se pudieron ver dinmicas que s aluden a esta dinmica, como por ejem- plo, en juegos de patio, en dnde los nios y las nias al estar fuera de la supervisin y autoritarismo del docente, practican valores ciudada- nos correspondientes al mbito del espacio comn, como el respeto, la tolerancia, la capacidad organizativa, la solidaridad. Dadas estas dos contraposiciones, se puede concluir, que la dificultad que poseen nios y nias para construir el concepto del nosotros, guarda relacin con la percepcin que el dominio de la Escuela, no es suyo, lo albergan los docentes y, en general, los adultos en nuestra sociedad. Es por esta ra- zn que al contestar la pregunta de Sientes que el colegio es tuyo?, muchos respondieron que no, que es de otros, o porque mandan otros, no poseen sentido de pertenencia hacia el espacio escolar por una per- cepcin asociada al derecho y al deber participativo. De esta forma, ese otros correspondera a Los adultos, pues los nios y las nias cuan- do se encuentran solos, logran cohesionarse. Los individuos se configuran en la medida en que practican la alteridad, es decir, se relacionan con un par que les permite compararse, diferenciarse y por lo tanto, descubrirse relacionndose con otros dentro de un grupo, desarrollando el sentido social/personal. La identidad en un prin- cipio, es un proceso que ayuda a definirse individualmente, es decir, sirve para crear conciencia de la propia existencia, luego, la identidad se cons- truye desde la colectividad, por lo tanto, las prcticas pedaggicas con sus implicancias relacionales pueden llegar a plasmar tanto desde lo negativo como de lo positivo, la construccin de lo que nios y nias sern en el futuro como ciudadanos. Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 466 Palabras finales a modo de resultados o reflexiones emergentes Lo comn y la sociedad se presentan como categoras debilitadas tanto desde la experiencia y significacin de los estudiantes, (representa- ciones simblicas) as como de los docentes. Ambos coinciden en sus ac- ciones y discursos una constitucin de lo social regulado por una normativa sin sentido y pertenencia, en el cual ellos actan de forma pasiva. Se obser- va una forma de relacin como transaccin, regulada por tendencias neoliberales de sustitucin de lo pblico por el mercado. Se instalan este- reotipos y actuaciones reguladas por los medios de comunicacin en gene- ral, en que los modelos a imitar por los nios y nias, obedecen a los conos que la farndula de programas televisivos valoran e instalan como leg- timos, exacerbando la lgica de transaccin y sustitucin de la tica por la esttica inventada por el mercado, careciendo en la mayora de los casos de valor poltico en torno a la convivencia y el bien comn. Los estudiantes, reflejan representaciones simblicas configuradas desde los medios que aluden a: estereotipos sexistas, estereotipos estticos, relaciones de exclu- sin, discriminacin, inseguridad y desconfianza. En suma, se observa un dficit de lo comn-social en los nios/nias mediado por la experiencia disponible dada por la procedencia de clase social y la edad y por la media- cin dbil realizada por los docentes. Las representaciones simblicas que se configuran en torno al presti- gio social avizoran un problema serio de fragmentacin social por clase, en lo ms profundo de la identidad que se valora como prestigiosa, contradictoria segn colegio de procedencia. El tema de cohesin social en sus dimensiones vincular puente 35 es fundamental si se quiere crecer como pas en desarrollo humano y capital social. Sin embargo la estructura educacional del pas posee una plataforma administrativa escolar que segrega en nichos sociales de clase, lo que implica desde los primeros aos distintas configuraciones en las repre- sentaciones de lo comn, la identidad, la forma de tratarse, el prestigio social, los sentidos de pertenencia y por ende el ideario comn. Las escuelas observadas en sus dimensiones funcionales y estructu- rales se caracterizan desde el panptico de vigilancia para controlar y castigar a quin no cumpla con el orden establecido. Un orden que intenta imponer la regularizacin de la vida, que en s misma es catica 36 a dife- rencia de un orden jerrquico como objeto imaginativo que organiza la auto-comprensin individual (Sennett; 2006) que tambin es orden milita- rizado adoptado por la obsesin de uniformidad de las instituciones en la modernidad. Estas escuelas capturadas en su espacio y tiempo por estas caractersticas propias de la modernidad est desfasada con el sujeto que interacta en la nueva o lquida modernidad, que requiere fortalecer su iden- tidad en trminos de auto-gobernabilidad, conciencia de s (texto y contex- to), sentido tico-poltico (idea del bien comn) con la respectiva consoli- dacin de redes vinculares que le permitan al sujeto comprender los suce- sos de la vida social desde lo social, y no desde lo individual nicamente en 467 dnde la meritocracia (subyugacin a la explotacin, obediencia ciega a la danza del mercado) son los soportes del xito o el fracaso de la vida. En el contexto de estas reflexiones emergentes, producto de anli- sis interpretativo del discurso y la accin, se levantan nuevas preguntas e hiptesis que ameritan la necesidad por re-pensar el sentido de la Escuela, que implique mirar ms all a la mera reproduccin de aprendizajes descontextualizados del mundo social-personal, poltico y econmico. En este sentido, el foco debiera iniciarse en los docentes, administrativos y estudiantes, en donde prime, la identidad local de la comn-unidad, susten- tada en la solidaridad, la tolerancia, el respeto y la libertad, valores bsicos para educar en democracia fortaleciendo la identidad personal. Los docentes tienen el gran desafo y deber tico por conocer, com- prender y vivir un proyecto poltico, como tambin la toma de conciencia sobre la importancia y repercusin social de la escuela en la formacin ciudadana y la construccin de identidad, como base para la cohesin so- cial de un pueblo. El tema de la homogenizacin, no deja de ser menor en la forma de configurar el itinerario cotidiano de escuelas muy dismiles en TODO, sin embargo a simple vista se observa un habitus 37 estructurante y estructurado por un automatismo mecanicista que arropa la escuela de horarios, normas, estatutos, reglas y especialmente mediciones estandarizadas en que lo desigual se disfraza de lo igual y por tanto perver- samente y /o profundamente inequitativo como sistema social. Se destaca la realidad rural en el caso estudiado, como espacio es- colar de congruencia con la formacin ciudadana y cohesin social. Por qu en la ruralidad se da esta dinmica democrtica? Un aspecto relevante lo constituye el trabajo de parte de los docentes y estudiantes de esta es- cuela rural que est centrado en la auto-gestin, vale decir, ellos son quie- nes buscan sus propias redes de apoyo para cambiar cuestiones curriculares y as plantear una propuesta educativa distinta dentro de un sistema apresa- do por la burocracia, el miedo a la sancin ante las mediciones como con- trol. Otro aspecto sumado al compromiso docente y estudiantil, lo consti- tuye el espacio fsico, la estructuracin del tiempo y las aulas tan dismiles con los centros urbanos. La naturaleza en la escuela rural, es una otra que interacta desde lenguajes congruentes y armoniosos arropados por la fuerza arrolladora del ecosistema natural, lo que se traduce en distintas formas de relacin y vivencia de ciudadana y cohesin social en la escuela. Esta es- cuela rural, nos ha permitido volver a creer en la escuela a pesar de que el sistema homogenizador y aplastante del sistema educacional, muchas ve- ces no vaya en favor (en la accin, no en el discurso) de una cultura escolar que desarrolle identidades singulares y colectivas en bien de una formacin ciudadana. Nos ha devuelto la esperanza por hacer posible una nueva es- cuela que se vivencia en la silenciosa cotidianidad de unas murallas es- condidas entre los rboles, un ro que acompaa con su lenguaje permanen- te, una huerta y el colorido de las flores, el canto de los pjaros como len- guajes que se tejen junto a los lenguajes del afecto en las relaciones de docentes y estudiantes, directora y profesores/as, el compromiso, el gusto Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 468 por la tarea, las races folklricas, la integracin de las familias, y la sonrisa de unos nios y nias que no quieren marcharse de la escuela. Es necesario terminar estas reflexiones resaltando el afecto que sien- ten los estudiantes hacia sus profesores, sobre todo en la primera infancia, es decir, a pesar de todos estos registros de autoritarismo docente e institucional que hemos observado en la investigacin, los estudiantes ma- nifiestan agrado por asistir a la escuela. Este sedimento de gran carga afectiva, vinculado a los pares y a los docentes, es una gran potencia para remirar la importancia de la escuela en la formacin para la ciudadana. Sin embargo no se podr hablar de propender a una mayor cohesin social a travs de la escuela, porque en Chile la escuela no es el espacio pblico para la convivencia de sus ciudadanos, muy por el contrario, acenta la cohesin vincular intragrupo pertenecientes a nichos sociales, totalmen- te fragmentados entre s, con fuertes cargas de identidades colectivas (as- pecto discutido en el cuerpo de este articulo) destacando la peligrosidad en la configuracin de prestigio social, de forma antagnica segn clase so- cial. El espacio escolar en nuestro pas segrega y fragmenta an ms, lo que ya est segregado geogrficamente, culturalmente y socialmente a travs de sus dimensiones administrativas: particular pagada versus clase media y media alta, subvencionada, media y media baja y pblica clase de baja o de pobreza en su mayora. Ello plantea un desafo mayor para valorar la im- portancia de la escuela como potencia transformadora de realidades, con- fiando en la capacidad de los docentes y la institucin para no perder la esperanza en construir una sociedad ms justa cuyos protagonistas sean nuestros nios y nias de la escuela y por ende la sociedad. A la escuela le compete comprender lo pblico como espacio de inters colectivo. Entender la escuela como plataforma de fortalecimiento de cohesin social, ya que la fragmentacin dificulta el pacto poltico so- cial y provoca freno al cambio y debilita la gobernabilidad democrtica, implica re-mirar la escuela como centro dinamizador de valores cvicos y conocimiento de derechos y deberes. Ello implica remirar la escuela en esta modernidad lquida 38 en sus redes vinculares, fugaz en su conviven- cia, incierta en realidades laborales y por tanto ambivalente de identidades, ms que en seguir insistiendo nicamente en los puntajes de mediciones de matemtica, lectura y escritura. Sin duda herramientas bsicas y sustantivas de todo ciudadano y ciudadana para ejercer sus derechos y deberes, pero que fracturadas y ajenas al contexto econmico, poltico y social, son dis- positivos de adiestramiento para la reproduccin del sistema imperante. Todo ello requiere de una maestra y maestro que valoren el estudio perma- nente y la lectura, que anhelen instruirse en temas de filosofa poltica, de sociologa, antropologa, literatura, que permita el pensarse as mismo/a, para reconstruir lo social, la vida, la escuela, como aspectos sustantivos del deber docente, porque independiente de la disciplina particular que posea cada docente, la Educacin es una institucin de bien comn ms que bien social y como tal, todo maestro y maestra que forman parte de dicha insti- tucin, requieren saber lo que implican los conceptos de lo social y lo co- mn, en esta era compleja, llamada nueva, tarda o lquida modernidad. 469 Notas 1 Silvia Redn Pantoja: CONICYT - Fondo Nacional de Ciencia y Tecnologa Repblica de Chile FONDECYT 11070100 2007/2009: La escuela como espacio de formacin ciudadana. Silvia Redn Pantoja investigadora principal; Fondo Nacional de Investigacin en Educa- cin, Ministerio de Educacin Repblica de Chile: FONIDE cdigo 035- 2007/2008: La vivencia de lo comn en la escuela: Prcticas y configuraciones de representacin simb- lica de cohesin social y construccin de comunidad en nios y nias. 2 Existen documentos histricos que permiten conocer la existencia de escuelas en Egipto del Imperio antiguo, unos 2.500 aos antes de nuestra era 2 (Esteve; 2003:35). J os Manuel Esteve, (ver La tercera revolucin Educativa 2003) Describe la primera revolucin edu- cativa, con la primera aparicin formal de la escuela que ensea, situando histricamente este proceso en el antiguo Egipto, con la aparicin de las primeras escuelas destinadas a la escritura escuelas de escribas del faran reservadas a la elite sacerdotal. Una segunda revolucin educativa la constituye la aparicin de la imprenta y el traslado de lo privado (preferentemente la Iglesia y particulares) a lo pblico en la incipiente responsabilidad del Estado en la Educacin (Prusia 1787). Finaliza su obra, desarrollando con profundidad la tercera revolucin educativa, que implica la complejidad de la docencia en una escolarizacin que intenta ser inclusiva. El 100% de cobertura en la escolarizacin, es tambin el 100% de problemticas sociales, multiculturales, ticos, morales, en un espacio escolar en el que el docente debe integrar en el aula problemas de delincuencia, abusos, atropellos, severas carencias emocionales, sin sentidos en un contexto socio-histrico en el que el ser huma- no se desdibuja cosificado por el mercado. 3 Gimeno Sacristn: destaca la similitud de estructuras, significantes, ritos, habitus con el monasterio y la cultura eclesial. Ver Pgina 159 El alumno como invencin. 4 Un hito importante de nuestra sociedad moderna, lo constituye la Toma de la Bastilla y la declaracin de los Derechos Humanos en la revolucin francesa el ao 1789, que obliga al estado la responsabilidad y el deber por la educacin de sus ciudadanos. 5 Ver Gimeno Sacristn. Hace referencia pblica de la escuela en Convivir en la aldea global, publicado el ao 2000. 6 Foucault en Vigilar y castigar Aborda el tema del panptico desde su dimensin histri- ca, asociada a las plagas y epidemias que exigan de la localidad normativas legales de vigilancia control y castigo y lo utiliza como metfora para explicar prcticas institucionales de regulacin, normatividad y sancin. 7 Bajo el lema Gobernar es educar, Aguirre Cerda fue electo como Presidente de Chile para el perodo entre 1938 y 1944. Allende, Salvador, 1971-1973, fue tambin un gran estatista contemporneo, que ms se asemej a Aguirre Cerda, ambos destruidos por el poder oligrquico de un estado clasista y postcolonial. 8 Golpe de Estado en Chile. 11 de septiembre de 1973 liderado por el dictador: Augusto Pinochet Ugarte, muere ( se suicida) el presidente elegido democrticamente: Salvador Allende Gosen. Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 470 9 Prez Gmez A.(1998) Ver el concepto y el cruce de 5 culturas propuesto por el autor en la cultura escolar en la sociedad neoliberal. Morata. Madrid. 10 http://www.educarchile.cl/Userfiles/P0001/File/Mineduc%202004%20Comisin% 20formacin%20ciudadana.pdf ; http://www.curriculum-mineduc.cl/docs/informe/comision- ciudadana.pdf 11 Carlos Pea (2007). Crnica de El Mercurio seccin Reportajes D12 El mal infinito. Domingo 10 de junio 2007. 12 La sociologa, la filosofa y el existencialismo, el estructuralismo, el post-estructuralismo, la hermenutica, la psicologa presente en todas sus corrientes: analticas, conductistas, socio-constructivistas, humansticas, antropolgicas, la economa y la literatura con toda su riqueza narrativa de representaciones simblicas. 13 Amartya Sen, en su libro Identidad y violencia 2007, realiza un detallado itinerario del concepto de identidad desde las identidades colectivas con las luces y sombras que esto implica para el tejido social de un estado nacin. 14 Foucault en tecnologas de yo clasifica estas tecnologas en cuatro dimensiones: meca- nismos de produccin; sistemas de significaciones sentidos y smbolos, sistemas de poder como dominacin ante fines impuestos que involucran la objetivacin y el espacio del cuer- po del sujeto que decide. 15 las dos obras ms influyentes del psiquiatra negro FRANTZ FANON lo constituye Peau Noire (1952), que se presentaba en la poca como un sociodiagnstico de la coloniza- cin, y Les damns de la terre (1961), una obra poltica y militante, que apareci pstu- ma en Pars que apareci pstuma en Pars y precedida de un prlogo explosivo de J ean Paul Sartre. Mara J os Vega Universitat Autnoma de Barcelona http://turan.uc3m.es/ uc3m/inst/LS/apolo/bhabha.html . 16 Sennett en la corrosin del carcter 2006 novena edicin. 17 La negrilla es ma para relevar la idea. 18 Al referirnos en el texto al concepto de escuela se alude a los casos estudiados y no al concepto como generalizacin. 19 Panptico: De pan- y -ptico, adjetivo: Se dice del edificio o construccin cuyo interior puede verse completamente desde un punto. Diccionario, El pas. Es utilizado para graficar el dispositivo de control, vigilancia y castigo que permite ver, sin ser visto. Tomado del filosofo Bentham que en 1791 crea la estructura de los centros penitenciarios. http:// es.wikipedia.org/wiki/Pan%C3%B3ptico. As, Foucault (en Vigilar y castigar) consider el diseo como un ejemplo de una nueva tecnologa de observacin que afecta al ejrcito, las fbricas y la educacin. 20 Piaget define la transductividad como una caracterstica del pensamiento egocntrico, en el que el nio/nia explica un hecho o caracterstica particular, por otro hecho particular: por ejemplo: el perro es caf porque tiene cola larga. LA J ohn H. Flavell, 1997 edicin revisada. Psicologa evolutiva de Jean Piaget Editorial: Antonio Machado. ISBN: 9788477740872 471 21 Bauman alude a las denominaciones realizadas por Giddens y Beck en sus entrevistas compilada en el libro: La Ambivalencia de la Modernidad y otras conversaciones. El concepto utilizado por Aug se encuentra en su artculo Sobremodernidad; del mundo del hoy al mundo del maana en http://www.scribd.com/doc/7986929/Marc-Auge- sobremodernidad 22 Se recogi informacin masiva a travs de encuestas con respecto a lo que hacen nios y nias al llegar a casa, otorgando a la TV y juegos informticos la supremaca en la utiliza- cin del tiempo, compartida con tareas escolares y en algunos casos, el juego de barrio o vecindad. Estas caractersticas estn diferenciadas por edad y por clase. En las escuelas pblicas, el barrio y la calle ocupan un espacio para la recreacin, en reducido porcentaje, en el caso rural, la red vincular con parientes es significativa, sin embargo se impone en todos los nios y nias, el mayor tiempo libre, dedicado a mirar TV y juegos informticos. Con las respuestas masivas se logr evidenciar la gran cantidad de tiempo que destinan a este medio de comunicacin masivo, qu tipo de programacin prefieren, etc. Los datos recogidos son de suma importancia si se considera que en nuestros tiempos la televisin tiene una gran presencia en el itinerario vital de las personas, pues configura pensamientos, provee modelos a seguir y maneja la informacin de lo que en el mundo acontece, por lo tanto, podra tener fuertes influencias en los significados que los nios y nias construyen. (Maritza Blanco, 2007). 23 Greenhow, Christine, Robelia, Beth, and Hughes, J oan E. (2009) Web 2.0 and Classroom Research: What Path Should We Take Now? en Educational Researcher Vol 38, N4: 246- 259. Vase tambin sobre la identidad y la vida online de los jvenes Youth, Identity, and Digital Media. Edited by David Buckingham. The J ohn D. and Catherine T. MacArthur Foundation Series on Digital Media and Learning. Cambridge, MA: The MIT Press, 2008 24 Caso 2, Registro N 25 25 Cul es un chilenismo como uso de palabra soez significa literalmente haberle in- troducido el pene por va anal. Sin embargo no se utiliza en su sentido literal. Wea alude al rgano sexual masculino. Hocicona alude a la identificacin de la boca con el hocico del animal, cuando una persona ha hablado ms de la cuenta. 26 Caso 2, Registro N 7 27 Caso 4, Registro N 1 28 Poto es un chilenismo que atae a los glteos. 29 Caso 1, Registro N 3 30 Caso 2, Foto-memoria N 4 31 Caso N 4 32 Caso 1, Entrevista 4 33 Caso 8, grupo focal. 34 Deleuze sostiene el dispositivo es una estructura social que instala un conjunto multilneal y bi-dimensional, de una mquina para hacer ver y para hacer hablar. Los dispo- Silvia Redn Pantoja Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 10, N 30, 2011 472 sitivos estn compuestos por lneas de visibilidad, enunciacin, fuerza, subjetivacin, rup- tura, fisura, fractura, etc., que al entrecruzarse y mezclarse tienen capacidad de suscitar otras mediante variaciones de disposicin. Presentan lneas de fuerza que atraviesan umbrales en funcin de los cuales son estticos, cientficos, polticos, etc. Cuando la fuerza en un dispositivo en lugar de entrar en relacin lineal con otra fuerza, se vuelve sobre s misma y se afecta, no se trata de saber ni de poder, sino de un proceso de individuacin relativo a grupos o personas que se sustrae a las relaciones de fuerzas establecidas como saberes constituidos... Nez Artola http://antroposmoderno.com/an- tro-articulo.php?id_articulo=137 35 Putnam establece la diferencia entre cohesin social vincular y puente. Una hace refe- rencia a grupos de igual capital cultural y social y la otra a nter grupos de distinto emerger cultural y social. 36 La naturaleza, dice Gleick, cre pautas y patrones; unos estn ordenados en el espacio y desordenados en el tiempo, y otros, viceversa. No olvidar que las teoras del Big-Bang y los agujeros negros son expresiones csmicas del caos TORRES MARTNEZ, 2003. 37 Bourdieu, ha definido el concepto de habitus como un sistema de disposiciones dura- ble, traspasable, estructuras estructuradas dispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, esto es como principios de generacin y estructuracin de prcticas y repre- sentaciones Ver Bourdieu. Outline of a theory of practice. D Cambridge university press, 1977. p. 72 Ver Bourdieu. Outline of a theory of practice. Cambridge University Press, 1977. p. 72. (N. del E.). en GUTIRREZ A. (2002): Las prcticas sociales: una introduccin a Pierre Bourdieu. Tierra de nadie ediciones, Madrid. 38 Expresin acuada por Bauman para explicar los cambios de la modernidad slida a la posmodernidad denominada lquida. 473 Bibliografa Angulo F.J .; Connell R.W.; Goodman J .; Kemmis S.; McLaren P.; Miller J . N.; Paraskeva J . (2008), Democracia, Educacin y Participacin en las Instituciones Educativas, 1 Edicin Morn, Sevilla, Espaa. Aple M.W.; Beane, J .A. (1997), Escuelas Democrticas, Reimpresin 2000, Editorial Morata, Espaa. Argot Madelein (2009), Coeducando para una ciudadana en igualdad Editorial Morata, Madrid, Espaa. Bhabha, Homi (2002), El lugar de la cultura Editorial Manantial, Buenos Aires, Argentina. Balibar E. (2005), Violencias, Identidades y Civilidad. Para una cultura poltica y global, Editorial Gedisa, S.A, Barcelona. Bartolom Pina M. (2002), Identidad y Ciudadana. Un reto a la educa- cin intercultural, Narcea, S.A de Ediciones, Madrid, Espaa. Bauman Zygmunt (2006), Comunidad. 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