Historia de La Historiografía - Zoraida
Historia de La Historiografía - Zoraida
Historia de La Historiografía - Zoraida
HISTORIA
DE LA
HISTORIOGRAFIA
EDICIONES ATENEO, S. A.
Mxico, D. F.
Primera edicin
Febrero de 1978
10000
ejemplares
A Lotbur
Derechos Reservados
1978 Josefina 'Zoraida Vzquez
1978 Ediciones Ateneo, S. A.
Hroes 82. Mxico. D. F.
Impreso
en
Mxico
Printed
in Mexico
"L.
Introduccin
tendrn siempre una estrecha relacin con las de los problemas y las vigencias del momento en que vive. Tenemos
que tener presente esto cuando analicemos una obra historiogrfica; quiz para nuestro momento parezca inadecuada, pero habr que medir el grado de captacin de la
problemtica de su tiempo, qu contiene y qu valor tuvo
en su propio contexto.
Realizar un esquema sinttico de la historiografa occidental resulta verdaderamente atrevido, pero creemos que
est haciendo una gran falta, sobre todo porque los intentos
realizados han padecido de dos caractersticas que los mantienen alejados del pblico general y no especializado: o
bien son eruditos, llenos de anotaciones bibliogrficas y cansadas aclaraciones, o se elevan, convirtindose en verdaderos
ensayos de filosofa de la historia. El presente intento tiene
una ambicin limitada, quiere hacer un esquema general
del proceso de la historiografa, subrayando sus grandes
momentos. Tiene solamente el papel de una introduccin,
insistiendo en temas y problemas bsicos que guen futuros
estudios o llenen una curiosidad no erudita. Es claro que
empello semejante ha tenido un obstculo importante, a
veces parecer que las individualidades se han diluido en
el empeo de caracterizar un periodo, o bien, el periodo
mismo parece no contener suficientemente a los historiadores agrupados en l. Llamamos la atencin para qu se
tenga ello presente y recordamos que la existencia de la
periodizaci6n ha nacido de la necesidad de facilitar la aprehensin del pasado. Por tradicin visualizamos el pasado
como una sucesin de pocas a las que encontramos dotadas de cierta individualidad -huella
viva aun del legado
cristianoy aunque a medida que nos adentramos en el
anlisis ms hondo de' una poca encontramos cun reducida es la validez de las periodizaciones, el hecho es que
las pocas nos son familiares y as son comprensibles para
nosotros. Por extensin, siendo tan complejos los hechos
humanos, necesitamos no slo de pocas, sino an de una
periodizacin muchas veces iniusta, pero que nos ayuda a
comprender la complejidad del pasado. Hemos tratado de
caracterizar pocas y periodos valindonos de los rasgos
11
,.
y UTa frecuentemente
la humanidad,
que camina
lid
Po
desarrollarse
en dos corrientes
principales.'
la
15
l. Historiografa
griega
Herodoto
Aunque dentro de la epopeya de Homero podramos encontrar huellas de inters vitalmente humano, que podramos aceptar como origen de la historiografa, y aun en
Los trabajos y los das de Hesodo encontraramos ya una
divisin de las pocas de la historia en edad de oro, de
plata, de bronce y de hierro; como lo~~factores divinos
intervienen y determinan el proceso, no podemos decir
que sea an historia. Es Herodoto el encargado de separar,
verdaderamente, la historia de la pica.
Nacido hacia 485 A.C. en Halicarnaso, ciudad de la
costa del Asia Menor, se encuentran noticias suyas hasta
420 A.C. Expatriado por causas polticas, viaj por gran
parte del mundo conocido, permaneciendo en Atenas en
la poca de Pericles, donde trab una gran amistad con
Sfocles, quien le dedic uno de sus dramas. Ms tarde
particip en la fundacin de una colonia en la Magna
Grecia, a donde permaneci hasta 413. Fue la suya una
vida intensamente vivida y en un momento tan crucial
que casi podemos decir que las circunstancias le obligaron ;:J. convertirse en "padre de la historia".
Su obra, conocida por la divisin de los sabios alejandrinos como Los nueve libros de la historia, tiene como
tema central las Guerras Mdicas (492-478 A.C.). Dividida, como su nombre lo indica, en nueve libros con el
nombre de una musa al frente, podemos en ella distin19
guir, sin embargo, tres partes diferenciadas por la materia de que se ocupan. La primera trata de los reinados
de Ciro y Cambises; en ella, adems de los hechos de
conquista de estos monarcas, encontramos la descripcin
de Persia, Egipto, Asiria, Arabia, la India, es decir del
Asia (Clo, Euterpe y Tala). La segunda parte se ocupa
del reinado de Daro y nos describe Europa; el libro cuarto (Melpmene)
contiene una cuidadosa descripcin de
su concepcin del mundo; el quinto y el sexto libros
(Terpscore y Erato) contienen ya los preliminares de
la guerra. La tercera parte circunscribe su inters al Hlade y a los acontecimientos
de la guerra durante el reinado de Jerjes; el momento culminante del libro sptimo
(PoJimnia)
es el paso de las Termpilas;
el del libro
octavo (Urania ) es la batalla de Salarnina, y el ltimo
libro (Calope), centrado en la batalla de Platea, parece
haber quedado incompleto o bien rematado curiosamente,
ya que termina con el relato de los amores de Jerjes.
Al primer vistazo parecera una obra sin estructura y
slo de acumulacin, pero una vez que se penetra en ella
podemos percibir una composicin a manera de drama.
Primero presenta a los actores, desde luego ms larga y
detenidamente
al poderoso y extrao: los medas. En seguida, una vez que hemos seguido el engrandecimiento
de los medas leyendo la descripcin de cada nueva provincia, nos introduce en la lucha y, por ltimo, nos presenta el desenlace. Es decir, la historia est vista como un
espectculo del cual el historiador est fuera.
El libro nos pinta dos culturas antagnicas e irreductibles. Siente a Grecia y a Persia como polaridades histricas, pero no le anima un patriotismo especial. El brbaro con su tradicin milenaria, sus riquezas y podero, le
deja sobrecogido. As le vemos tmido ante los sabios sacerdotes egipcios y asombrado ante la escena de la revista
de Jerjes a sus tropas. Pero ante tal esplendor, el griego,
aunque pobre e ignorante, presenta una cualidad que suple sus deficiencias: la sagacidad.
La obra tiene un aire de ingenuidad que encanta. Herodoto fue resumiendo toda cIase de cuentos, datos y ver-
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Tucldides
Antes de las Guerras Mdicas las ciudades griegas gozaban de una independencia bastante real, y aunque haba
relaciones muy cercanas y un sentimiento de unidad nacional por raza, lengua, religin y cultura, no formaban
un Estado unificado. La transformacin poltica va a tener lugar al terminar la lucha que efectan unidos los
griegos contra el imperio persa (492-479 A.C.), despus
de la cual se perfilan dos poderes antagnicos que tarde
o temprano lucharn por la supremaca: Esparta y sus
aliados y Atenas, que contaba para entonces con tributarios.
La guerra inevitable que tuvo lugar de 431 a 404 A.C.,
vino a significar la desintegracin del sentimiento de unidad espiritual. Frente a esos grandes cambios en el mundo griego, aparece Tucdides, tal vez el ms importante
historiador antiguo.
Nacido hacia 460 A.C., de familia acomodada, goz de
una educacin esmerada en donde no tuvieron poca influencia los sofistas. La primera parte de su vida la hizo
en Atenas, movindose en el medio poltico. En 424 A.C.
k fue confiado el mando de una expedicin naval y al
fracasar fue desterrado. viviendo durante veinte aos en
sus posesiones de Traci. Retorn a Atenas despus de ver
la derrota de sta en 404 A.C. Muri asesinado hacia
396 A.C., cuando an escriba la Historia de la Guerra
del Pcloponeso.
Su obra cuenta con la ventaja de haber sido su autor,
actor y espectador a la vez. La primera parte de la guerra
la vive Tucdides desde dentro, actuando en ella como
poltico y militar. Estar entre telones le permite conocer
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La obra consta de ocho libros, aunque podemos distinguir en ella tres partes naturales. La primera parte sera
lo que se conoce como libro Arqueolgico,
es decir el
libro I. La segunda parte abarcara desde el libro JI
hasta el captulo 25 del libro V, que llega a la paz de
Niceas, fin de la primera etapa de la guerra. Formando
la tercera parte, el resto del libro.
Tucdides adolece de la limitacin inherente a los historiadores 'que hacen historia contempornea,
es decir,
valorar exageradamente el acontecimiento que se presencia. No obstante, en todos los otros aspectos significa un
avance tan gigantesco sobre Herodoto que parece increble. Por fin son superados el mito y los elementos sobrenaturales. Tucdides se enfrenta a la historia con un espritu profundamente
crtico y racional. Cree que el
mtodo histrico tiene dos sencillas reglas: no dar crdito
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a Jos poetas que adulteran la verdad en busca de la belleza de expresin y acercarse con escepticismo a todas
las fuentes.
Aunque a ratos su objetividad y seriedad le hacen cansado, ya que no se permite ninguna clase de digresiones,
como Herodoto, hay una cosa en la que es maestro: los
retratos psicolgicos.
Para l la historia es un proceso mecnico que se repite constantemente, puesto que es producto de la naturaleza misma del hombre. Tal naturaleza, el afn de
dominio, es la causa profunda de las guerras, problema
fundamental de la historia, inevitable y necesaria, como
resultado de la carrera entre los Estados para adquirir
el dominio. Por ello, Tucdides no necesita de la fortuna,
los orculos y los sueos, para explicar la causalidad
de los hechos. Todo puede explicarse, todo es previsible,
aunque literariamente necesita valerse de un subterfugio
para encadenar los hechos y explicar motivos e intenciones: los discursos que pone en boca de sus personajes.
En el libro Arqueolgico nos presenta un resumen de
la historia de Grecia, desde los tiempos primitivos hasta las Guerras Mdicas, para describir el desarrollo del
podero ateniense. En l realiza una hazaa: escribe no
de lo que presencia, sino de lo que imagina debi haber
sucedido. Reconstruye el desarrollo del podero, segn su
hiptesis, rechazando tradiciones y leyendas. Ve la historia de Grecia como la lucha por las tierras ms frtiles,
sealando la cultura y la economa como base para el
desarrollo del poder. Deshace las leyendas alrededor de
Minos y Troya. Al primero lo explica lanzndose al mar
por necesidad. La guerra de Troya originada por temor
y no por rapto alguno.
El primer acontecimiento verdaderamente histrico para
Tucdides lo constituye el establecimiento de las ciudades;
antes no haba historia. Nos ya sealando cmo despus
del asentamiento de los grupos helnicos van desarrollndose diferentes formas de podero. Atenas llega a fundamentar, venciendo la pobreza de sus tierras, el podero
econmico. En cambio, Esparta llega a desarrollar pode24
de la decadencia
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La ltima etapa
Hacia el tiempo en que muere Jenofonte, se efecta un
gran cambio en el mundo griego: la unificacin de Grecia
a travs de la conquista de Grecia y el Asia por Alejandro
el Grande (334-323). Aunque efmero, el imperio de Alejandro trajo grandes cambios en la cultura y en la concepcin de la historia. En primer lugar, la civilizacin
griega rebas las fronteras y se puso en vivo contacto con
las otras culturas. Esto dio como resultado que la rigidez
de un mundo concebido como dividido en griegos y brbaros se rompiera y abriera paso a un universalismo. Adems surgi el inters por seguir un proceso de la historia,
superndose la limitacin de hacer solamente historia
contempornea.
Con este nuevo empeo apareci el mtodo llamado de "autoridades",
al considerarse que la
indagacin directa ya era insuficiente.
Durante el siglo siguiente (ur A.C.) iba a tener lugar el
cambio ms importante del mundo antiguo: la fundacin
del Imperio Romano. Iniciada su gran expansin con las
dos primeras Guerras Pnicas (264-241 y 218-202 A.C.),
Roma se convirti en conquistadora.
Durante el siglo 11
.c\.C. derrota a las fuerzas griegas y anexa sus territorios
al podero romano.
Es esta la poca que vivir el ltimo gran historiador
griego, Polibio de Magal6polis (210-126 A.C.). Destacado
en la poltica desde su juventud, fue entregado entre los
mil ciudadanos griegos rehenes, que Roma exigi para garantizar la paz. Llevado a la gran capital, le toc en suerte
vivir en la casa de Paulo Emilio, donde tuvo ocasin de
observar de cerca la austera vida de los Escipiones: as se
interes en la tradicin patricia romana y en las instituciones del pueblo que se estaba haciendo dueo del mundo. De ese impacto formidable iba a surgir su Historia, que
originalmente constaba de cuarenta libros y de los cuales
slo nos han llegado cinco.
Es indudable que la hazaa histrica que tena lugar
era tan trascendental que un temperamento
despierto iba
a sentirse invitado a tomarla como tema. Polibio estaba
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El despertar de la historiografa
romana
Segn vimos en el captulo anterior, la historiografa griega se desprendi de los poemas picos, naciendo el sentido
histrico de la crtica. aguda a las "falsedades" de las leyendas. En cambio, Roma, nacida con un carcter sumamente prctico no tuvo pica original. La historia
romana se desprende de los anales aparecidos hacia el siglo 1Il A.C. y que subsistieron hasta fines de la repblica.
Dichos anales imitaban el registro de acontecimientos que
llevaba el Pontfice Mximo con fines administrativos
y
religiosos. Los anales empezaban siempre desde los orge31
y por supuesto
canzado la cultura
cidides, es porque
miento de utilidad
que al quejarse tanto de no haber alromana a tener un Herodoto o un Tuencuentra que la historia es un conociinmediata:
romana
de los analistas, como el hecho de narrar los acontecimientos por consulados. Su estilo es claro y elegante, lo
que no era poco adelanto si atendemos a las acres crticas
de Cicern en cuanto a la forma de escribir de los historiadores romanos.
Indudablemente se acerc a toda clase de fuentes disponibles, tanto documentos como literatura, aunque se da
cuenta de que la mayor parte de los anales pontificios y
otros documentos pblicos se haban perdido durante el
incendio de la ciudad. Trata las fuentes con un gran sentido crtico, a pesar de que a menudo nos parece excesivamente crdulo, por ejemplo, respecto a las leyendas de los
primeros tiempos, que narra sin mayor selecci6n o crtica.
No hay que olvidar que ve en la historia una leccin y
por ello, hasta cierto punto, un tanto intocable aun en lo
inverosmil, como hoy da cuando con piedad y sentido
cvico mantenemos cuidadosamente
algunos mitos. Sin
atreverse a resolver el problema de los orgenes, se limita
a decir que en su opini6n "el origen de una ciudad tan
grande y el establecimiento de un imperio que sigue en
poder al de los dioses, se debi a los hados".
No slo no critica las leyendas, sino que en su historia
frecuentemente hace intervenir a los dioses y tienen cabida
innumerables prodigios y presagios. Pero ello se debe quiz
tambin al empeo que tuvo Augusto de tratar no slo
de moralizar, sino de establecer la piedad en los romanos.
Lo que s es indudable, es que da a la fortuna un papel
fundamental en la causalidad histrica y tal vez por ello
su obra carece de intento por ahondar en las causas y se
dedica con entusiasmo al relato de episodios brillantes, especialmente, y con predileccin, blicos.
~
Desde la fundacin de la ciudad resulta por eso un canto
a la grandeza de Roma, destilando hondo patriotismo.
Parece querer mostrar la superioridad de los romanos y
cmo desde los principios haba portentos que anunciaban
la misin que Roma cumplira ms tarde, unificando el
mundo civilizado. Tal visin confiere unidad al proceso
de la historia romana, asimilando pasado, presente y futuro.
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Aunque se queja de la materia, que le reduce a la pintura de personalidades, su penetracin psicolgica es extraordinaria y sus retratos resultan magistrales en ocasiones, como el de Tiberio. Le toca vivir en una poca
montona si se compara con la que le cupo historiar a
Livio y como los actos son pequeos, habr que distinguir
los que honran, de los que degradan. De tal forma, la
historia se convierte para Tcito en supremo tribunal, cuyo
juicio es implacable. Por esto, "el principal objeto de la
historia es el no silenciar las virtudes y despertar el miedo
l la reprobacin
de la posteridad para las acciones y los
dichos malvados".
La historia es, entonces, una forma de suprema justicia
y con una gran importancia pragmtica como leccin. Pero
le salta un problema a Tcito: "Me pregunto con incertidumbre si las cosas mortales se desarrollan segn la voluntad del destino y segn una necesidad inmutable, o bien
al azar?" Profundo problema ante el cual todo historiador
y filsofo con verdadera conciencia histrica, ha tenido que
enfrentarse. No se aventura a mayores meditaciones sobre
el tema, no trata de penetrar hasta los resortes profundos
del acontecimiento y llegar a conocer la verdad absoluta.
Se conforma, fiel representante romano, con presentamos
su verdad til, como ejemplo y enseanza.
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La historiografa
menor
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Corno no hay que buscar la verdad, dado que el cristianismo la conoce, la historia es solamente la manifestacin de Dios, con tres momentos importantes: en el pasado,
la creacin con el drama de la cada; en el presente, la
redencin con el drama de la crucifixin, y en el futuro,
el fin de los tiempos con el drama del juicio final.
La historia est adems dividida en edades, cada un a
distinta en su valor y contenido. Con la venida de Cristo
se ha inaugurado, para algunos, la sptima y ltima, que
al fin purgar el mal y perfeccionar el universo. Mas
con ello se vive en un mundo ya viejo, del cual se saba
su principio y se experimentaba con resignacin la profunda conviccin de la cercana de su ocaso prximo.
En suma, la historia, a pesar de la libertad del hombre
para pecar, ha sido totalmente predeterminada
y como
todo se dirige a su fin, la historia se convierte en una
lnea recta que conduce hacia un destino nico. As se
desenvolva y terminaba el crculo eterno de los antiguos.
Para el cristianismo el drama de la historia consiste, precisamente, en que sucede solamente una vez, no se repite
nunca. Tambin desaparece el azar; los acontecimientos
estn dirigidos por una inteligencia superior, la Providencia. No quiere decir que los eventos pierdan completamente su importancia, sino que la tienen slo como un
eslabn del proceso iluminado hacia la figura de Cristo.
El pasado todo, era el teatro de sucesos efmeros, que
no cobraban sentido sin relacionarlos a los acontecimientos histricos divinos, los nicos verdaderos. De esta manera todas las manifestaciones del pasado contienen la
promesa de Cristo, o bien resultan consecuencia de su
venida.
Antes del acontecimiento central, la redencin, existieron dos historias, la sagrada, que preparaba el advenimiento de Cristo, o historia verdadera, y la profana, que
cobra sentido slo en relacin con la sagrada. Despus de
la venida de Cristo, las dos historias constituyen ya una
nica historia, porque ya no hay pueblo elegido, ahora
toda la humanidad es pueblo elegido, el Evangelio ampara a todo el orbe sin impedimento alguno.
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La patrstica
Con este nombre se conoce al periodo cultural cristiano
durante los ocho primeros siglos de nuestra era. Los primeros padres de la Iglesia realizan la obra formidable de
definir la posicin cristiana, sostienen polmicas, hacen la
apologa del cristianismo y sistematizan sus conceptos.
La historia se present, en los primeros tiempos cristianos, como un conocimiento prcticamente
imposible
dentro de la nueva religin. Cmo justificar la dedicacin
al estudio de realidades romanas en el pasado, si esta vida
es meramente un trnsito hacia la verdadera? Dentro de
estas limitaciones, la nica historia posible era la sagrada,
pero ella se mezclaba con la teologa. La defensa de la
autonoma de la historia, frente a la nueva doctrina, se
debe tambin a uno de los Padres de la Iglesia.
Eusebio de Cesrea (265-339), tambin conocido como
Panfilio, vive en el Bajo Imperio Romano en un periodo
que empieza a sealar la desintegracin de la unidad [9_
man~
e~l
se destacan los emperadores DiocIesiano
y-c0nstan tmo.
Co~ntino
(emperador de 325-337) y el Concilio
de Nicea, presidido por l en 325, el cristianismo pasa de
a poca de las persecuciones a la del afianzamiento de su
fuerza. A Eusebio le toca vivir en un periodo de un cristianismo casi triunfante. hecho que no tiene poca influencia en su pensamiento, puesto que va a tener la vivencia
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Historiografa
bizantina
de invasores germnicos a principios, del siglo v. La organizacin romana fue destruida y aunque parte de la cultura
iba a sobrevivir, la nica institucin que resisti la invasin fue la Iglesia. Por ello, en Occidente, su supremaca
fue tan grande cuando los reinos germanos se empezaron
a formar. La Iglesia, que les llevaba ventaja en la experiencia administrativa, heredada a su vez de la organizacin imperial romana, logr sujetarlos no slo religiosamente sino an polticamente. El dominio de la religin
cristiana produjo una sujecin de la cultura clsica en
forma total; subsisti slo aquello que la nueva doctrina
misma asimil.
En cambio, en el Imperio de Oriente se logr resistir
la- invasin de las tribus brbaras. No hay que olvidar
que Constantinopla no cay bajo un poder invasor hasta
el siglo xv (1453). El Imperio Romano del Oriente, que
siempre haba tenido una mayor influencia del griego y
de la cultura griega, una vez desintegrada la unidad, se
fortaleci. Pero adems de esta diferencia hubo algunas
otras importantes, tanto en el aspecto poltico como en el
cultural.
El cristianismo se extendi tambin por el Imperio del
Oriente, pero el dominio sobre las almas no signific
el dominio poltico, porque la 'Iglesia no se encontr, como
en el Occidente, sobreviviente organizada y fuerte ante un
vaco poltico-religioso, sino por el contrario, frente a las
instituciones bizantinas estructuradas a base de la tradicin
romana. La Iglesia, por tanto, tuvo que plegarse al poder
del Estado. De ah, no slo el diferente matiz de relaciones
entre el Estado y la Iglesia, sino el hecho mismo de que
la cultura clsica se mantuviera presente vivamente, aunque con las transformaciones obligadas por la aceptacin
de la doctrina cristiana.
El contacto con la tradicin historiogrfica griega dio
por resultado una evidente superioridad crtica y adems
se mantuvo ms apegada a intereses mundanos.
El principal historiador bizantino es Procopio de Cesrea
(siglo VI), que viviendo durante el intento de la recons-
medieval
Aunque es claro que no podemos hablar de la Edad Media como de una unidad, -puesto que en diez siglos no
hubo una visin nica del mundo y de la vida, tambin
es cierto que ante sus diferencias es evidente la persistencia
de ciertas convicciones fundamentales. Se suele hacer la
divisin en dos grandes periodos: la Alta Edad Media,
desde la cada del- Imperio Romano hasta el siglo XII, y
la Baja Edad Media, que nos llevar hasta el comienzo
del Renacimiento. La Alta Edad Media es la que contiene
las caractersticas ms acusadas, pues a partir de las Cruzadas se va notando un cambio en las creencias que hacen
de la Baja Edad Media un verdadero periodo de transicin.
Los ideales cristianos hicieron, segn vimos, que los
hombres se alejaran de Jos intereses mundanos. Esto le
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rest importancia a la historiografa de por s, pero adems el inters histrico estuvo siempre determinado por
el religioso. Por ello la produccin medieval es un tanto
pobre y se reduce a dos formas: las crnicas y los anales,
en donde se haca un registro de los acontecimientos ms
importantes del ao, a la manera de los registros que se
llevaban en la poca de los romanos.
Pero los acontecimientos mismos hicieron que el hombre volviera otra vez a centrar sus miradas en su persona
y en este mundo. Las luchas entre la Iglesia y el Estado,
tanto como el contacto ms cercano entre los diversos
grupos europeos, iban a empujar el progreso de una nueva
historiografa profana.
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IV. Historiografa
del Renacimiento
que centran ms y ms inters en el hombre y sus posibilidades en este mundo. El gusto mismo por la Antigedad
no slo va a ser consecuencia de la admiracin, sino una
necesidad de volcarse a una poca no contaminada de
cristianismo. Tales ideas hacen que el pensamiento histrico cambie totalmente. En primer lugar, la historia
pierde su carcter de mostracin de Dios para volver a
ser prctica, til, con lo que se devuelve la dignidad ciceroniana a la historia. Se elimina desde luego la idea de
que la providencia determina el curso de la historia, para
buscar un sentido inmanente al proceso histrico humano. Tambin se excluye el universalismo cristiano para
volver a un inters particular. Por ltimo, se cree en la
verdad, lo que se pone en duda es el camino utilizado
hasta ahora para encontrarla. En realidad, el problema
ms importante de los tiempos modernos va a ser precisamente ste, la bsqueda de un mtodo adecuado, ya
que no se duda de que la razn sea capaz de alcanzar la
verdad.
El humanismo.
Los precursores
Italia, con su caracterstica fisonoma de unidad espiritual y divisin poltica, sus ciudades prsperas y su pasado
grandioso, va a ser la cuna del movimiento que sealar
la entrada a los tiempos modernos.
Toca a Francisco Petrarca (1304-1374) iniciar el camino
de renovacin de la historiografa. Sus obras, Hombres
ilustres y De las cosas memorables, tienen ya un intento
secularizante, a la vez que una bsqueda del pasado por
fuentes que no son las Sagradas Escrituras. Todo lo contrario, una gran parte de su vida fue ocupada en la revisi6n de archivos y bibliotecas en la bsqueda de las obras
hist6ricas clsicas perdidas. Su finalidad era conocer mejor el pasado de grandeza de su patria, consolndose en
esa forma de la divisin y "anarqua floreciente" que era
la Italia de su tiempo. Su tono es, como sus modelos re-
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en Italia
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ordenado por Dios, los navegantes descubridores, al principio, se decidieron a avanzar cautelosamente, poco a poco
y cerca de la costa.
En el siglo xv, con la iniciacin del movimiento humanista, se publicaron estudios geogrficos y mapas de la
antigedad,
como los de Macrobio y Ptolomeo (1436),
lo que tuvo dos clases de reacciones. Por un lado, en su
afn de negar el pasado inmediato, muchos cartgrafos
despreciaron los conocimientos recientemente adquiridos en
forma emprica, para modelar sus mapas de acuerdo a
Ptolomeo, cuya famosa visin de los mares cerrados haba permanecido
viva durante toda la poca medieval.
Un ejemplo sera el mapa de 1477. Otros, decididos, como
fray Mauro (mapas de 1447 y 1459), se atrevieron a
desafiar a las autoridades aceptadas contraponindoles
los
nuevos conocimientos geogrficos de los portugueses y tambin las noticias del libro de Marco Polo. No dejaban
de haber algunos eclcticos que tomaron elementos ptolomaicos, ms parte de la experiencia reciente.
Durante el siglo xv los conocimientos geogrficos avanzaron con bastante rapidez, particularmente
a partir de la
fundacin de la escuela de navegacin por Enrique el Navegante (1394-1460) en Sagres. En 1441 los portugueses ya
haban avanzado hasta Cabo Blanco. En 1446 empezaban
esperanzados, la vuelta por frica que ellos pensaban conducira al Ocano Indico. Desilusionados, comprobaron en
1471 que la costa continuaba hacia el Sur y slo en 1487
lograron rodear la costa africana hasta el Cabo de Buena
Esperanza, con lo que quedaba abierto el camino hacia
la India. Con esto se destrua una gran leyenda: la imposibilidad del cruce del Ecuador.
Ahora, y con el conocimiento de la brjula introducido en Europa a travs de los rabes, otros hombres
intentarn
algo ms atrevido:
atravesar
el Atlntico.
Toc a Cristbal Coln, bajo el patrocinio de la corona
espaola, realizar en 1492 la hazaa de cruzar el mar
y hallar islas y tierras desconocidas. No obstante que
muri pensando que se encontraba
en Asia. haba iniciado, adems de la conquista de nuevs y ricos terri64
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se oyeron y no pudieron ser escriptas, hasta nuestro tiempo", porque aun los ms importantes escritores clsicos
"no escribieron del mundo, sino lo menos".
Los primeros cronistas e historiadores se quedaron en
la superficie de la curiosidad, pero poco a poco penetraron ms hondo, llegando a verdaderas interrogaciones,
,como las del jesuita Acosta. Tambin se nota la independencia que tuvieron los primeros cronistas en la forma
de enfrentarse al tema, sin limitarse a la forma retrica de los humanistas. El mismo Lpez de Gmara que
era letrado, no hace sino pequeas concesiones al estilo
clsico. Esto desaparecer cuando la historia ya no est
en manos de hombres activos en la conquista del mundo, sino que vaya a las plumas de telogos o literatos
para los cuales el tema americano se convertir en un
pretexto para moralizar o hacer obras literarias.
Cristbal Coln (1451-1506), el hroe mismo de la hazaa del hallazgo de las nuevas tierras, es el primero
que har tema de la naturaleza y del hombre de las
Indias, si bien pensar siempre estar en alguna parte del
extremo del Asia. Su Diario y sus Cartas, publicados y
conocidos como Cartas y Relaciones, resultan documentos muy interesantes como ejemplo de las primeras impresiones derivadas del 'contacto de los europeos con otros
hombres y otra circunstancia. Coln es gil escritor; sus
descripciones de la naturaleza revelan una gran sensibilidad. Pero lo ms interesante resulta ver cmo persigue
in('ansablemente encontrar 'las maravillas que por sus lecturas cree que tienen que constituir Asia. Toda la fantasa que trae en la mente la ve reflejada en la realidad.
A ratos pasa de descripciones minuciosamente exactas a
la interpretacin de los decires de los indios -quien
sabe
por qu artes-o, identificando las maravillas de Marco
Polo. Asegura as que los indgenas de la Espaola des-i
cribiendo a los de' Caniba, "decan que no tcnian sino
un ojo y cara de perro".
Va encontrando huellas de caribes, amazonas, las is-
bo
Junto a Corts encontramos a uno de sus soldados, Bernal Daz del Castillo (1492-1581), que indignado por el
secundario papel que otorga al simple soldado la Historia
de Lpez de Gmara 'se decide a escribir, ya viejo y a
mucha distancia de los acontecimientos, la Historia verdadera de los sucesos de la conquista de la Nueva Espaa.
Muestra de una memoria prodigiosa, aunque evidentemente siguiendo los pasos de Gmara, que no por considerarlo mentiroso dej de servirle de gua, la Historia verdadera, es un ejemplo de crnica americana fresca, viva
y amena. La interpretacin del hecho se reduce a considerar la conquista de Mxico como epopeya que supera
las de todas las pocas. Bernal pretende demostrar que
si bien Corts es un capitn a la -rar de un Alejandro
o un Csar, no es el nico autor oe la hazaa sino que
todos sus soldados contribuyeron a ella y que l, Bernal,
es el ms antiguo en aquellas tierras.
Se ha pretendido otorgar primaca a la Historia verdadera sobre las Cartas del Conquistador, considerndola una fuente ms imparcial. En realidad, las dos son
tan objetivas como lo permitieron las limitaciones humanas de sus autores y sus respectivos intentos.
Gonzalo Fernndez de Oviedo y Valds resulta el primer
gran historiador de Indias. Nacido en 1478, tuvo la suer. te de vivir el periodo feliz en que su patria llegaba a
convertirse en la primera de las naciones del mundo. Muriendo en 1557, la vida de Oviedo adems de larga' fue
activa, desempeando los mltiples y diversos papeles de
cronista, soldado, cortesano, gobernador, alcaide, litigante y veedor. De su inquieta vida, treinta aos transcurrieron en el Nuevo Mundo, cuyo contacto le inspir dos
de sus obras histricas: Sumario de la Natural Historia de las Indias e Historia General y Natural de las
Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Ocano.
Su prop6sito era, segn dice, convertirse en el Plinio
del Nuevo Mundo y para que "tales historias sean manifiestas en todas las repblicas del mundo; para que en
68
69
Frente a Fernndez de Oviedo y con un prestigio formidable derivado de su afn de defensa de los indios, encontramos al padre Bartolom de las Casas. Nacido en
J 4,70, pas tempranamente
a Amrica. Despus de diversas actividades
colonizadoras,
se orden de sacerdote.
Organiz entonces un grupo de espaoles para intentar
la conquista pacfica de una parte de la Tierra Firme;
y fracasada
esta empresa entr en la Orden de Santo
Domingo. Como "Procurador
de los Indios" y obispo de
Chiapas, desarroll una actividad increble, cruzando numerosas veces el ocano. Muri en 1566, habiendo logrado influir en la poltica hacia los indios. Sus obras, Historia de las Indias, la Apologtica historia de las Indias, del
nico Modo de Atraer a Todos los Pueblos a la Verdadera Religin y la Brevsima Relacin de la Destruccin de las Indias han tenido una lifusin desmesurada,
sobre todo la primera y la ltima.
En polmica con Oviedo le debe, como Berna: a Gmara, la estructuracin
de su Historia y un sinnmero
de datos. Aunque tuvo en sus manos documentos importantsimos, como el Diario de Coln -del
cual slo conocemos su versinsus afanes histricos eran solamente un instrumento de su polmica sobre los indios; es
por ello que no vacila en exagerar las cifras de muertos,
las crueldades de los conquistadores y las bondades de los
indios.
Su finalidad principal es demostrar que los indios no
son sien os, oponindose a la tesis que pretenda sostener
su adversario Juan Gins de Scplveda apoyado en la tradici6n clsica y en Fernndez de Oviedo, sino que la superioridad moral de los indios requiere slo de unos cuantos
dominicos para la total cristianizacin
de las nuevas
tierras.
La pintura que nos hace Las Casas de los indios tiene
siempre un tono apologtico, descubriendo en sus mismos
rasgos fsicos y morales un significado:
Las caras y los rostros tenanJos comnmente graciosos, hermosos, hombres y mujeres, desde su niez y nacimiento, que
70
hombre y del Derecho de Gentes. Concediendo que el padre argument a veces irracionalmente, tambin es verdad
que tena ante s la terrible muralla de las autoridades
escolsticas, an con gran prestigio. l prepar el terreno para que un poco ms adelante se formularan las tesis
fras y definitivas de Vitoria y de Surez. Por ello y por
influencia buena y mala que ha tenido en la historiografa
americana, su Historia de Indias, su Apologtica historia
y su Brevsima relacin ocupan un lugar especial en la historia de la historiografa americana.
Es el jesuita Jos de Acosta (1539-1566) el que con su
Historia natural y moral de las Indias, ante el cuadro total del universo" sita en la concepcin del hombre y del
mundo, al indio y a la na turaleza americana. Adems de
su intento de caracterizacin de la naturaleza del Nuevo
Mundo, analiza y describe sintticamente
la cultura y la
historia del Per y de Mxico, demostrando que, atenidos
a sus propios recursos, ya que estuvieron fuera del con-:
tacto con el Evangelio, los indios haban alcanzado el
mximo desarrollo cultural a que podan llegar por medio
de su naturaleza; cree que para sobrepasar esta etapa, era
necesaria su conquista por la cultura cristiana.
Dos historiadores, sin haber pisado las tierras nuevas, intentaron hacer historia a base de los relatos recogidos y
de las informaciones odas de los conquistadores. El primero y ms importante es Francisco Lpez de Gmara
(1512-1553), capelln de Corts, que escribi dos obras
sobre el Nuevo Mundo, la Historia de las Indias y la Conquista de Mxico.
Plenamente
renacentista,
tiene un
concepto individualista, aristocrtico y heroico de la historia. Considera que "la mayor cosa despus de la creacin
del mundo, sacando la encamacin y muerte del que lo
cri, es el descubrimiento de Indias, y as las llaman Nuevo
Mundo", por lo que merece elegirse como tema. Tambin
Gmara es providencialista, aunque como humanista, subraya el papel que las personas elegidas desempean en la
historia.
72
y la Contrarreforma
La inquietud espiritual que haba patrocinado el humanismo desarroll la tendencia a someter las ideas aceptadas
tradicionalmente
a una crtica libre. La difusin de la
Biblia gracias, a la imprenta, hizo que, mientras en los pases meridionales se lean vidamente los clsicos griegos y
romanos, los pueblos como Alemania y Holanda prefirieran
la lectura de las escrituras sagradas. El contraste que encontraron entre la doctrina y la prctica, las prdicas de
heterodoxos como Huss y Wiclif y la corrupcin del papado y de las altas jerarquas de la Iglesia fueron causas
del movimiento conocido como la Reforma.
Un fraile agustino, Martn Lutero (1483-1546), inici
el movimiento al protestar por la venta descarada de las
indulgencias a travs de los banqueros Fugger. Despus
de que las primeras protestas no fueron odas, decidi
anunciar una serie de proposiciones que le llevaron a analizar algunos dogmas. Postul slo tres sacramentos, la fe
como principal medio de salvacin y el derecho de leer
e interpretar directamente los Evangelios. Reunida la Dieta en Augsburgo para dictaminar sobre esta actitud en
1520, el Papa conden sus proposiciones y exigi su retractacin. Pero, en un acto de mxima rebelda. Lutero
quem6 la bula papal en la plaza de Wittenberg. An tuvo
ocasin de defenderse en la Dieta de Worms, pero al ser
condenado, hubo de esconderse algn tiempo bajo la pro-
73
:1 Concilio de Trente se perdi la posibilidad de reconiliacin con los reformistas, pero logr salvarse la unidad
el grupo restante;
La historiografa
y la Reforma
75
de fervientes creyentes reunidos alrededor de Flavio Ilrico, conocidos en conjunto como los Centuriadores de
M agdeburgo.
Flavio Ilrico (1520-1575) logr reunir un grupo de colaboradores con los cuales redact las Centurias de historia eclesistica. Llegaron a publicarse trece Centurias y
slo en la ltima ya no colabor Ilrico, que haba sido
expulsado del grupo, el cual no tard en desintegrarse,
El plan de Ilrico era escribir la historia de la Iglesia hasta su tiempo, organizando el-material en centurias. Reparti la tarea y los materiales fueron recolectados por
toda Europa. La labor es impresionante, a pesar de que
no se consigui sino reunir ordenadamente
el material
para ponerlo al ser -icio de la doctrina luterana. Por supuesto, el criterio para elegir la documentacin fue pobre, no importaba sino que reforzara los puntos de vista
de las nuevas ideas y que fuera hostil a los Papas.
Muchas otras obras, sobre todo seudo-histricas, se escribieron contra la Iglesia Catlica. Un buen ejemplo
es El libro de los mrtires, escrito por un protestante ingls y que lleg a adquirir un gran prestigio e influy
grandemente en la formacin de la opinin popular.
La Iglesia tard en reaccionar a la, defensa, en cierta
medida, por la falta de elementos. Pero en 1588 empezaron
a publicarse los Anales eclesisticos, encargados al napolitano Csar Baronio (1538-1607). Trabaj las numerosas
fuentes y los relatos evanglicos con gran minuciosidad
y aunque violent menos las fuentes que los centuriadores,
es indudable que tambin ilumin su bsqueda con un
inters definido, al servicio de la doctrina catlica.
Las grandes experiencias que haban vivido los hombres con los descubrimientos y la Reforma significaban,
ante todo, la liquidacin de la tradicin medieval. Las
interrogantes planteadas por el Nuevo Mundo, junto a la
decidida rebelin contra la jerarqua religiosa que significaba la Reforma, abran el camino para un nuevo intento de conceptuacin y explicacin del mundo y del
hombre, que haba de influir consecuentemente, en la
forma en que los hombres se enfrentarn con su pasado.
76
producidos
una transIorrnacin profunda de la cultura. Tal proceso va a hacerse verdaderamente patente en el siglo XVII, en que se
sintetizarn y precisarn las diferencias an vagas durante
el siglo XVI. Despus de la experiencia del Renacimiento,
como un desafo a la tradicin medieval y un primer intento optimista del hombre por crear y conocer a base de
sus posibilidades humanas, as como con la rebelin a la
autoridad de la Iglesia, el hombre haba roto con gran
parte de las ataduras de la cultura medieval y estaba preparado para construir nuevas bases. La Reforma favoreci
la polmica; cada grupo trat de cimentar y fortalecer sus
argumentos. Y mientras esto provoc un renacimiento de
la fe popular, en las esferas intelectuales abon el escepticismo.
La aparicin de un "nuevo mundo", que no estaba
previsto en las Sagradas Escrituras, ni en las obras de la
Antigedad, sumado al rompimiento de la visin aristotlico-cristiana del universo efectuado por Copmico, impeda lanzarse a los escritos antiguos en busca de la
verdad. Con la Reforma, las' Sagradas Escrituras haban
cobrado una nueva vivencia en materia de fe, pero al
mismo tiempo haban perdido mucho de su vigencia como
fuente de explicacin de los asuntos seculares. Ahora la
duda abarcaba todo 'cl conocimiento del pasado y el siglo XVII llevaba tan profundamente la duda, que la centraba en saber si los mtodos que haban usado los hombres en la Antigedad y en la Edad Media, eran efectivos
para encontrar la verdad. El hombre dudaba no ya de
los resultados, sino del mtodo mismo; haca falta rechazar todo lo hasta entonces conocido y empezar a construir
ACONTECIMIENTOS
de los siglos
XVI
XVII
77
78
79
...
La historiografa
del siglo
XV!!
Las reacciones a las ideas cartesianas fueron diversas. Desde luego, el mtodo fue aceptado bsicamente y, por supuesto, tena que afectar' a la historiografa, aunque a
veces no fuera sino por "el aire de los tiempos". La nica
respuesta directa y decidida ser la del filsofo italiano
Vico. Una influencia "tcnica" fue la incrementacin
de
la erudicin como un medio de fundamentar la validez
en la historiografa. Los historiadores abandonaron definitivamente a "las autoridades" y se empez a aplicar
una crtica aguda a las diversas fuentes. De esta manera
subrayaban su empeo de mejorar los mtodos de trabajo
para alcanzar la verdad. Curiosamente, al mismo tiempo,
la historia se iba a encontrar ms y ms al servicio de
intereses polticos o religiosos.
Como representantes sobresalientes, con gran fama de
erudicin, encontramos a los benedictinos de la Congregacin de San Mauro de la Abada de Sto Germain de
Prs. Gracias a su reclusin, el trabajo en grupo y la
independencia econmica, pudieron llevar a cabo algunos
estudios de grandes dimensiones. de intento religioso, pero
con un cierto sentido moderno. Entre ellos se destacan
Juan MabilIon (1632-1664), con sus Anales de la orden
de San Benito, y Luis Sebastin Le Nain de Tillemont
(1637-1698), autor de la Historia de los emperadores )'
otros prncipes que reinaron durante los seis primeros siglos de la Iglesia.
Si los benedictinos optaron poI' la gran erudicin, los
jesuitas, que desde el siglo anterior venan haciendo historia, se aventuraron en la crtica. Mas ni unos ni otros
lograron superar los grandes obstculos que su carcter
religioso les opona.
La gran historia a la vieja manera cristiana, pero con
una forma moderna la escribira el obispo Jacobo Benigno
Bossuet (1627-1704). Preceptor del Delfn, dej dos obras:
Historia de las variaciones de las iglesias protestantes y
Discurso sobre la historia universal. La primera representa
un intento inicial de anlisis del protestantismo, hecha con
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82
84
la fe, en la razn y el nuevo mtodo de Descartes, el escepticismo religioso, las conquistas de la poltica inglesa y el
sentimiento de haber, al fin, arribado a un mundo mejor,
los hombres dicen entrar en la edad de las luces. Al decir
de Croce: "todos dicen que se ha salido no slo de las tinieblas, sino tambin de los clarores del alba y el sol de
la razn est alto sobre el horizonte, esclarece las inteligencias y las irradia con vivsima luz".
La Ilustracin es una especie de gozo ante la fe y la
esperanza de vivir en un mundo que ha entrado en la etapa del perfeccionamiento. Los historiadores se sienten en
una poca superior a todas las que precedieron. Con un
sentimiento de absoluta seguridad, contemplan el pasado y lo juzgan desde el presente con criterio propio.
En contraste con la laboriosidad y minuciosidad del siglo XVII, los ilustrados vuelven su mirada al pasado con
cierto desenfado, para verlo en conjunto y no perder el
tiempo en estudio de fuentes; nos entregan grandes visiones panormicas donde los datos son secundarios, lo
importante son las hondas reflexiones filosficas.
La Ilustracin cree en la razn y en la perfectibilidad
del hombre. Ve por lo tanto la historia como el lento
camino del hombre hacia la perfeccin. Atrs quedaron,
pues, la irracionalidad, las equivocaciones debidas al desconocimiento y al aprendizaje. Adelante- est el progreso,
Creen que ya han llegado a una etapa decididamente de
progreso. Pero an hay fuerzas que entorpecen el camino. Cules? Dos principales: una, la supersticin y su
aliada principal, la Iglesia. La otra es el absolutismo, la
[alta de libertad, que sostiene una serie de privilcgios absurdos. Por esto la historia es tambin, para ellos, en
parte, un recurso polmico. Pretenden poner de manifiesto la monstruosidad de la supersticin y los abusos
religiosos para exterminarlos con la crtica descarnada. Tan
exagerada era la crtica y tanta influencia ha ejercido en
el pensamiento posterior, que an deforma y tiene vigcncia en algunos de nuestros juicios. Como un ejemplo,
tenemos la triste opinin que an nos merece la Edad
Media como edad de las tinieblas. No vieron la Edad Me-
86
dia como algo que tenan que entender, sino una edad
que haba que refutar, que haba que vencer, ya que
an quedaban vestigios de ella. Hay pues una consciente
rebelda ante la tradicin, no se trata ya del silencio de
los renacentistas ante los temas religiosos, se trata de una
lucha implacable. Los nuevos historiadores tienen que
ser anti-Bossuet, tienen que mostrar los males derivados
de la supersticin, de la intolerancia y de la falta de,
libertades. Hay que poner en ridculo a la religin y. a la
monarqua.
Aquellos que se introducen a la historia no son ya polticos, ni religiosos activos, como en la historiografa de
las dos centurias anteriores, que daban un carcter realista a sus obras; por el contrario, hay un empeo te6rico. Asimismo, asqueados por el panorama de luchas que
ha provocado la irracionalidad, los ilustrados se refugian
en la historia cultural. En ella se ve ms claro y palpable el camino acelerado del progreso en los ltimos tiempos. En todos ellos notamos la impresin de los grandes
descubrimientos. Newton, Galileo, Descartes son la prueba de que el futuro ha comenzado.
Ya dijimos que por primera vez hay un verdadero inters universal. Se ocupan de la China, India, Amrica,
Rusia. Pero no hay inters de verlas autnticamente; ms
bien quieren hacer patente su tolerancia y propia amplitud de criterio. Subrayan cmo otras religiones no
mostraron ese empeo intolerante de imponer sus ideas
por medio de la fuerza como el cristianismo.
En esta poca se acu el trmino filosofa de la historia, que haba de ser tan afortunado. A la Ilustraci6n
le sirvi para designar la ayuda en buenas admoniciones
y preceptos que se podan obtener de la historia cuando
se la investigaba sin prejuicios. Dado que se haban eliminado la Providencia y su intervencin en la explicacin de la historia, las leyes naturales pasaron de lleno
a ocupar este puesto. La historia se converta en el proceso elaborado por las fuerzas de la naturaleza, en movimiento uniforme, inquieto, continuo, inevitable, del cual
era personaje la humanidad. En la naturaleza no haba
87
rarezas, ni milagros, todo estaba regulado por leyes, exista una armona perfecta, inalterable. Lo importante para
los historiadores era, entonces, la bsqueda de eso continuo, uniforme, general: las leyes. El simple dato era
desestimado por completo, no tena ningn sentido.
Optimistas y confiados en los poderes de su razn, los
hombres del siglo XVIII se propusieron derribar toda la
tradicin, restos del pasado que obstaculizaban
el camino del progreso. En lugar de ello esperaban llegar a
instaurar un nuevo derecho y una nueva moral. Estaban
preparados; crean no tener prejuicios.
La historiografa
iluminista
Como todo fenmeno humano, la Ilustracin es una corriente compleja y no sealamos aqu sino algunas de
sus caractersticas
esenciales para cumplir el propsito
de formar una idea muy general del proceso de desarrollo del pensamiento
histrico, relacionndolo
con el
momento en que fue concebido.
'
A pesar de proceder la Ilustracin,
del pensamiento
poltico ingls del siglo XVII, la historiografa
iluminista
europea recibi la influencia principal del pensamiento
ilustrado francs, representado por tres pensadores: Montesquieu, Rousseau y Voltaire. Entre ellos, Voltaire, quiz
el ms importante como historiador, tuvo influencia decisiva en la historiografa inglesa y en los escritos histricos de Federico el Grande. Robertson y Gibbons se
inspiraron de cerca en Voltaire y lo tuvieron constantemente como modelo.
Carlos Luis de Secondat, barn de Montesquieu
(16891755), autor de dos obras de gran difusin, Grandeza y
decandencia de los romanos y El espritu de las leyes,
influy grandemente
en una rama de historiografa
alemana, sobre todo en Winckelman y Moser, Con su caracterstico sentimiento profano y racional de la historia, su
interpretacin
histrica se basaba en la idea de que el
88
clima determinaba
el carcter de los pueblos. Crea que
para su efectividad las leyes deban estar de acuerdo con
el lugar en que iban a regir, es decir, en armona con el
clima.
Juan Jacobo Rousseau
(1712-1778),
cuyo pensamiento
encerrado en sus libros El contrato social, Emilio y Los
Cortesanos fue y ha seguido siendo muchas veces mal comprendido; tuvo gran influencia especialmente en Alemania,
debido a que ya cultivaba los grmenes del Romanticismo, con su sentimiento caluroso de humanidad. Rousseau
pensaba que el hombre era bueno naturalmente,
eran la
sociedad y la educacin las que lo haban corrompido.
Haba que dejar al hombre libremente, para que volviera a su naturaleza.
Sus ms notables discpulos fueron
Schiller y Herder.
Francisco M. Arouet, conocido ,como Voltaire
(16941778), historiador, filsofo y novelista, es sin duda una
de las figuras ms representativas
del movimiento de la
Ilustracin. Para nuestro inters historiogrfico,
Voltaire
nos dej dos obras principales: El siglo de Luis XIV y
el Ensayo sobre las costumbres y el espritu de las naciones y sobre los principales hechos de la historia de Catlomagno a Luis XIII. Adems, su pequeo ensayo sobre
la Antigedad,
al que titul. Filosofa de la historia, y
sus clebres biografas de Carlos XII y de su enemigo,
publicada como Historia del imperio de Rusia bajo Pedro el Grande.
El Ensayo sobre las costumbres fue escrito, segn nos
dice, para satisfacer la curiosidad de madame de Chatelet sobre la historia, sin tener que leer los largos y
aburridos libros de los historiadores. Vol taire interpreta
su curiosidad como inters en la historia como filosofa.
Se decidi a escribir un libro lleno de verdades tiles,
sin datos innecesarios y en donde se pudiera obtener un
concepto general de los pueblos que han habitado la
Tierra, para llegar al conocimiento del espritu de las principales naciones. Como encontr que el nico ejemplo
89
que haba en este aspecto era el libro de Bossuet, Voltaire pens su ensayo como una continuacin del Discurso del Abate; ms tarde, encontr que ste armonizaba poco con su Ensayo, y decidi escribir unas rpidas
consideraciones de historia antigua, las que dej con el
nombre de Filosofa de la historia.
El siglo de Luis XIV pretende relatar "no la vida del
rey, no los anales de su reinado ... " "no las acciones
de un solo hombre, sino el espritu de los hombres en
la ms ilustrada centuria que haya habido jams".
Asegura Voltaire que slo existieron cuatro momentos
de verdadera grandeza del espritu humano. El primero
cae dentro de la historia griega, el tiempo de Filipo y
Alejandro. La segunda edad es la de Csar y Augusto.
La tercera, que sigue a la toma de Constantinopla, es
cuando las artes son "nuevamente trasplantadas de Grecia a Italia" y de ah se expanden por Europa, donde
degeneran de prisa. La: cuarta es la de Luis XIV, la
cual, quiz por ser la cuarta, "est ms cerca de la perfeccin".
Podramos decir que El siglo de Luis XIV es el primer libro verdaderamente moderno, donde se rompe decididamente con la forma analstica. La obra est organizada de manera de buscar el encadenamiento interno
de los acontecimientos. Notamos constantemente el inters pragmtico de Voltaire en la historia. Le preocupa
encontrar las races profundas de la ,diferencia poltica
de Francia, ms culta y refinada y, sin embargo, menos
libre que Inglaterra. Por eso se interesa en penetrar hondamente en una poca de grandeza francesa, para mostrar cmo lleg a lograrse. Concibe su obra como una
leccin para sus compatriotas y, sobre todo, "los reyes,
ya que si leen cuidadosamente aprendern a prevenir
cometer errores del pasado, previendo las desgracias".
Por eso considera til la lectura de la historia de otros
pases, que adems de la comparacin siempre provechosa, despierta el deseo de emulacin.
Vol taire ser visto, ms tarde, como el ms grande y
el ms irrespetuoso de los sintetizadores de la historia
90
92
individual totalmente esclarecida, se someteran espontneamente a las reglas de humanidad y libertad, que seran
cualidades universales. De este modo concibe la historia
no slo en trminos de progreso intelectual, sino tambin
como un avance hacia fines sociales, como sufragio universal, educacin para todos, libertad de expresin y de
pensamiento, igualdad y distribucin equitativa de la riqueza. Cuando todo esto llegara, habria desaparecido la.
desigualdad existente, tanto entre hombres como entre naciones.
El pasado le interesa slo como base para sacar deducciones para trazar el cuadro del progreso futuro del espritu humano. Lo ve sometido a leyes semejantes a las
que se manifiestan en la evolucin del individuo y postula diez pocas en la historia humana:
1"
2"
3"
4"
5"
Tribal.
Pastoral.
Agrcola hasta el descubrimiento del alfabeto.
De las repblicas griegas.
Desde la divisin de las ciencias hasta su ocaso (es
decir, de Platn al Imperio Romano).
6" Edad Media. Edad de decadencia que se extiende hasta las Cruzadas.
7\1 Desde las Cruzadas hasta la invencin de la imprenta. Los hombres empiezan a luchar contra la intolerancia.
8" poca de los Grandes Descubrimientos y de la Reforma. Rebelin del hombre, que culmina con Descartes, Galileo y Bacon.
9\1 poca del Esclarecimiento Humano. "La razn ejercita su derecho de someter a su juicio todas sus opiniones." La Revolucin es el momento culminante de
la lucha de la razn contra los prejuicios.
10" El futuro progreso, que intuye por conocimiento del
pasado que habr de abolirse la desigualdad de los
individuos y de las naciones cuando el hombre logre
su perfeccin.
La Ilustracin
en Inglaterra
La Ilustracin
haba nacido con una evidente inspiracin inglesa. Era la divisin de poderes que exista en
Inglaterra, la base que serva a los ilustrados en su crtica del sistema francs. Fue tambin la filosofa inglesa
la que despert nuevas inquietudes en los ilustrados franceses, aunque con stos alcanzara un desarrollo original.
El hecho de que desde el siglo XVI! los ingleses hubieran
logrado liquidar el absolutismo. iba a hacer a los ilustrados ingleses menos exaltados,
Tres historiadores
iluministas se destacan en la Ilustracin inglesa y los tres tienen, ms o menos, inspiracin volteriana.
El filsofo David Hume (1711-1776) nos dej, adems
de su importante
obra filosfica Tratado de la naturaleza humana, su Historia de Inglaterra. Hume no cree
en el progreso, piensa que todo llega a un florecimiento
y despus a una decadencia. No obstante, su tinte ilustrado le hace confiar en que en el rengln poltico hay
la oportunidad
de la perfeccin, Cree que si el historiador quiere saber el pasado debe observar bien el presente, ya que "la humanidad
es la misma en todos los
tiempos y lugares, y la historia nada lluevo nos informa
sobre este particular".
Encuentra
que el estudio de la
historia es provechoso por tres razones: "satisface la fantasa, mejora el entendimiento y fortalece la virtud". Vemos que a Hume le preocupa, como en general a los
ilustrados, el problema de la conducta y encuentra que
la historia puede, en cierta forma. "servir de ejemplo".
94
Historiografa
iluminista
en Alemania
96
98
plicaciones pantestas. Su pensamiento contribuy hondamente al Romanticismo, sobre todo su sealado empeo
en apuntar ql;le para la existencia de una literatura nacional deba haber una ntima relacin con la tradici6n.
Esta idea era realmente una hereja para la Ilustraciri ortodoxa.
La misin de la historia, en el pensamiento de Herder,
es una explicacin tan total que parte de la relacin
misma del hombre con la creacin toda. Para Herder, el
universo es una primera matriz capaz de generar un organismo ms perfeccionado, el sistema solar. A su vez, el
sistema solar, que tambin es una matriz, genera la Tierra.
La Tierra toma tambin ese carcter y da lugar a diversos
organismos que sucesivamente son ms peculiares y perfectos. As surgen el mundo mineral, el vegetal, el animal
y, por fin, el hombre. La perfeccin y la peculiaridad del
hombre se derivan de que con l la creacin se detiene.
Cada uno de los organismos anteriores se ha creado como
preparacin para el siguiente, pero el hombre es la culminacin, porque es fin en s mismo. As la humanidad
tiene tambin una meta: la evolucin histrica de s misma
hasta completar la realizacin de la propia perfeccin.
La evolucin histrica la ve Herder en un sentido ascendente, toda ella es resultado final de la creacin, est
dividida en razas, como parte de un plan de educacin divino, sumamente poderoso. AS, vio el proceso histrico
dividido en edades comparables a los periodos de la vida
del hombre:
1" Infancia de la Hwnanidad
(Oriente)
2" Edad de la Adolescencia (Egipto y Fenicia)
3" Juventud (Grecia)
4'10Virilidad (Roma)
5" Senilidad (Desde la invasin de los brbaros
Ilustracin)
hasta
la
99
Esta idea fue divulgada y completada por el Abate Cornelio de Paw (1739-1799) y por el jesuita Guillermo Raynal (1713-1799). De Paw, holands al servicio de Prusia, en
sus Meditaciones filosficas sobre los americanos, fundamenta una teora sobre la superioridad humana de los
germanos; afirma que en el continente americano todo
degenera. Plantas, animales y hombres son ms pequeos
yen degeneracin continua; la tierra est baada de aguas
muertas y por ello es casi estril; las plantas, en su mayor
parte, son venenosas; el aire es malsano y fro. Los hombres mismos no se pueden diferenciar de las bestias ms
que en la forma, pues su racionalidad es mnima.
Raynal, que al adoptar las ideas ilustradas no slo abandona la orden sino que adems escribi varios libros contra
la Iglesia catlica, tambin adopt en cierto modo la
misma idea. En su libro, Historia de los establecimientos
de los europeos en las dos Indias, hace extensiva la degeneracin a los europeos que habitan Amrica y, por 10
tanto, afirma la imposibilidad de que existiera cultura.
Las ideas tan adversas a la naturaleza del Nuevo Mundo tuvieron una gran difusin y a la vez, provocaron una
airada reaccin de los americanos. y as como las ideas
polticas de los ilustrados abonaron el terreno y dieron en
cierta medida la pauta a la independencia poltica, asimismo, estas ideas difundidas por los naturalistas sugirieron la idea de una independencia cultural.
101
102
se haban constituido las diferentes nacionalidades. Positivamente, vean el presente como conclusin de un pasado
dinmico, rediman las etapas olvidadas considerndolas
necesarias, aunque es evidente que no las entendan y
tenan tambin hondos prejuicios ante los siglos racionales.
Inglaterra vino a ser el campo predilecto de la elucubracin romntica. Igual que los ilustrados y sin alcanzar
tampoco las causas, los historiadores se maravillaban del
resultado magnfico del Estado ingls, que contrastaba tan
vivamente con sus otros contemporneos. Y en lugar de
analizar los antecedentes, el romanticismo se dio a soar
en la existencia de un espritu popular anglosajn, autor
de dicho estado de cosas. As como los iluministas relacionaron la historia poltica con la historia del comercio
y de la economa, los romnticos prefirieron fundar los
sucesos histricos en una fuerza mstica denominada genio
del pueblo. Slo esta fuerza mstica tena fuerzas vitales,
slo ella poda crear, dar origen al arte, la literatura, el
derecho, las leyes y las constituciones. El sueo vano de los
ilustrados de reformar y oponerse al orden de cosas creado
por la historia, era un sueo condenado al fracaso, a la
esterilidad, como ya lo haba demostrado la Revolucin
Francesa. Este dogma inexacto obligaba al historiador
a intentar un estudio integral de la cultura, tratando de
dar por vez primera una pintura armnica de todos los
estilos culturales que procedan de una misma raz.
Con todas estas caractersticas y sobre todo su empeo
de revivir sentimentalmente el pasado, nos permite comprender por qu era una corriente ms adecuada para la
literatura que para la historia. Se trataba de narrar minuciosa y vivamente el suceso, para acercar al lector a un
hecho lejano; se le proporcionaba el mayor nmero de
consideraciones sobre el paisaje histrico que permitiera contagiarle entusiasmo y, tal vez de esta manera, llevarle al descubrimiento de los encadenamientos profundos
de la historia. Es evidente que la labor la iban a llevar
a cabo con mayor xito los literatos que los historiadores.
y efectivamente, fueron los novelistas los que primero se
105
109
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tirnica, edad de la emancipacin de la razn como autoridad, consumacin del pecado. No quiere decir que el
hombre entre en la anarqua, quiere decir que el sbdito
se apodera del poder. Este concepto revolucionario, como
no es an perfecto, prosigue su proceso lgico, es decir, s~
convierte en tesis y genera el concepto contrario. Da lugar
a una idea de la realidad objetiva, etapa de la razn
como ciencia, principio de la justificacin. La ciencia e's
antirrevolucionaria,
el hombre empieza por ello a limitar
sus acciones a su conocimiento cientfico. Pero como es un
concepto anttesis, tiene que llevar lgicamente a una sin.tesis; este es el momento en que el hombre empieza a
vivir prcticamente
conforme a la verdad, es la etapa
de la razn como arte, la acabada justificacin. Esta edad
es una especie de nueva inocencia, pero ya no es como en
la primera etapa una inocencia recibida, sino una inocencia conquistada.
Fichte piensa que la humanidad de su tiempo, viva
en la tercera edad y, por tanto, es la que caracteriza su
libro. Quedaban an, segn Fichte, dos largas etapas para
que la humanidad llegara a su meta.
Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831), naci en
Stuttgart y estudi teologa en Tubinga. Durante algunos
aos fue preceptor particular en Berna y Francfort, hasta
que en 1801 pas a la Universidad de Jena corno profesor.
Con la victoria napolenica y la momentnea dispersin
de la Universidad, durante 1807-1808, Hegel se dedic a
publicar un peridico. Fue nombrado entonces rector del
Gimnasio de Nuremberg y en 1816 pas a dictar ctedra
a la Universidad de Berln, muriendo en una epidemia
de clera en 1831. Hegel ley a Kant y a Fichte y le dejaron una impresin perdurable.
Hegel construy un elaborado sistema metafsico sin tomar en cuenta las poderosas razones objetadas por Kant
a esta clase de proyectos. Las nociones bsicas del sistema
eran que la realidad es inteligible y que se trata de un
proceso dinmico. Hegel se propone una tarea original,
hacer filosofa de la historia, pero no en el sentido de
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travs de las cuales el espritu alcanza su verdad, la conciencia de s mismo. Las formas de estas fases son los espritus de los pueblos histricos, las determinaciones de su
vida moral, de su constituci6n, de su arte, de su religin
y de su ciencia. Realizar estas fases es la infinita aspiracin
del espritu universal, su irresistible impulso, pues esta articulacin, as como su realizacin, es su concepto. La historia universal muestra tan 0010 c6mo el espritu llega paulatinamente a la conciencia y a la voluntad de la verdad. El
espritu alborea, encuentra luego puntos capitales y llega
por ltimo a la plena conciencia. " Los principios de los
espritus de los pueblos, en una serie necesaria de fases, son
los momentos del espritu universal nico que, mediante
ellos, se eleva en la historia y as se integra a una totalidad
que se comprende a s misma.
Hegel distingue cuatro momentos en la evolucin histrica de los pueblos, expresados segn las etapas de la vida
humana. La primera es la "niez" de la humanidad, la
historia del Oriente, con sus relaciones patriarcales. La segunda es Grecia, "la mocedad", edad de la hermosa libertad. La tercera es Roma, representante de la "edad
viril", edad del imperio profano. La cuarta la representan
los pueblos germano-cristianos,
"la ancianidad" de la humanidad, expresin del imperio espiritual.
La historia representa, como ya dijimos, el progreso de
la libertad, el proceso en el que el espritu llega a la comprensin de s mismo. En tal progreso de la libertad, Hegel
caracteriza tambin las diferentes fases de la historia por
el grado de libertad que representan. En el Oriente hay
un solo hombre libre, el dspota. En Grecia y Roma hay un
grupo de hombres libres, los ciudadanos. Slo en el mundo
germano-cristiano, todos los hombres son libres.
La historia no tiene para Hegel ninguna enseanza
pragmtica:
Suele aconsejarse a los gobernantes, a los polticos, a los
pueblos, que vayan a la" escuela de la experiencia en la historia. Pero lo que la experiencia y la historia ensean es
que jams pueblo ni gobierno alguno han aprendido de la
historia ni han actuado segn doctrinas sacadas de sta.
117
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EL ROMANTICISMO
se haba desprendido de la Ilustracin,
aunque reaccionando contra ella, negando sus postulados
y sus valores. No crea en las posibilidades que el iluminismo haba atribuido a la razn y pensaba que su experimento poltico haba fracasado. Como consecuencia de
ello postulaba nuevos valores, los sentimientos, el carcter mismo del pueblo, su genio creador. Pero con toda su
importancia renovadora, el romanticismo qued reducido
a un gran nmero de escritores. El pblico ley vidamente a Scott, Chateaubriand y aun a Thierry, pero sin
atender, cuando lo haba, el posible mensaje poltico; el
gran pblico estaba preocupado con otras ideas polticas,
las ideas liberales. Y no es sorprendente. Si en lugar de
la visin romntica nos volvemos y tratamos de ver cmo la
burguesa, que dominaba los medios intelectuales, econmicos y en cierta medida polticos, vea la Revolucin
Francesa, nos encontraremos con una opinin totalmente
diferente. Era igual la situacin de la burguesa antes
de la revolucin? Aun considerando la restauracin, la
burguesa haba alcanzado muchos de sus ideales. Consideraba entonces que la revolucin no haba fracasado y
aunque haba metas por alcanzar todava, el problema era
mantenerse en el puesto, perseverar, continuar la lucha
con las mismas armas. Otros, los liberales moderados, los
que ya se sentan satisfechos, aconsejaban simplemente
mantener lo alcanzado por la revolucin.
En este sentido, en el poltico; el liberalismo procede en
lnea directa de la Ilustracin. Los cambios eran producto
de la experiencia de la misma revolucin, del imperio. de
la restauracin. La Ilustracin haba sido ms terica y,
sobre todo, ms polmica. Los iluministas no haban sido,
ni haban podido ser, hombres de accin, no haban puesto
119
duda el triunfo del principio justo. Como crea en un proDocumentos Inditos. Adems, se empe tambin en el
greso poltico, consideraba que el mundo moderno superaba
resurgimiento de la Academia de Ciencias Morales y Po.
lticas. Sin embargo, en un sentido ms concreto, sus " al antiguo.
Guizot concibi que el historiador tena ante s una
puestos polticos y su participacin activa entorpecieron
triple tarea: reunir los hechos y conocer sus relaciones;
su obra como historiador. Casi todas sus obras se endescubrir las leyes que presiden el curso de los acontecicuentran incompletas. Entre ellas destacan: Historia de la
mientos; y, por ltimo, darles vida. "Los hechos ahora
Revolucin Inglesa (hasta la muerte de Carlos 1), Histoinanimados estuvieron un tiempo llenos de vida; si no han
ria de la repblica Inglesa y de Oliverio Cromwell, Hisvivido para vosotros, no podris comprenderlos".
toria del Protectorado de Ricardo Cromwell y del restablecimiento de los Estuardo, Curso de historia moderna,
Adolfo Thiers (1797-1877), presidente de la Repblica
Historia de la civilizacin en Francia, Historia de los
Francesa, naci en Marsella. Estudi derecho, pero deciorgenes del gobierno representativo y Washington, la fundi probar fortuna como periodista en Pars. En 1832 y
dacin de la repblica de los Estados Unidos.
1834 desempe el puesto de ministro del interior y en
La sola lectura de los ttulos de las obras de Guizot
1836 y 1840 fue presidente del Consejo. Partidario de
nos revela su claro inters poltico y su tendencia totalLuis Napolen antes del golpe de Estado, qued a la
mente liberal. Exceptuando las obras que resultaron un
sombra
hasta la cada del imperio. Form parte del grupo
producto de sus cursos en la Sorbona, estupendos esqueque negoci la paz con Alemania en 1871 y fue electo
mas de historia cultural, los otros fueron dictados por su
presidente de la Repblica Francesa. Habiendo dirigido
inclinacin poltica: historia inglesa, orgenes del gobierno
la poltica econmica muy hbilmente, logr que Francia
representativo y, lo que para l era una nueva muestra
pagara
antes de lo estipulado parte de la indemnizacin
de la capacidad poltica anglosajona, la fundacin de la
exigida y que fueran retiradas las tropas de ocuparepblica de los Estados U nidos. En todas ellas su bsquecin. Una vez conseguido esto, decidi retirarse. Nos dej
da de un ejemplo prctico para el presente, es evidente.
dos obras: Historia de la Reoolucin Francesa e Historia
Polticamente Guizot apoya la monarqua constitucional
del Consulado y del Imperio.
y se empea en buscar la comprobacin histrica de sus
Thiers era verdaderamente lo que se entiende por poltico.
virtudes.
"Tenia una idea fundamental, el Estado debe ser fuerte, de
Guizot mantuvo cierta fidelidad a los maestros ilumimanera que no le importaba bajo qu forma de gobierno,
nistas, sobre todo a Voltaire, en sus ensayos culturales, y
siempre que no fuera a la manera del antiguo rgimen.
a Robertson, en sus intentos de historia poltica. Pero, a
Actu
varias veces como "oportunista", lo cual en ninguna
diferencia de ellos, utiliz ampliamente los tesoros de los
forma es extrao, puesto que lo importante para un verarchivos franceses. Su juicio crtico era suficientemente
dadero poltico es tener la oportunidad de actuar. Siempre
agudo para aprovechar las diferentes fuentes y aunque se
tiene la poltica el primer lugar en sus escritos, de hecho,
le ha acusado de haber sido demasiado atrevido en sus
el
relato de los acontecimientos llena toda la obra, sin
generalizaciones, stas estaban dictadas o por sus ideas
consideraciones sobre las causas o el encadenamiento de
polticas de las cuales era difcil que se desprendiera o por
los hechos. Pero como Thiers conoci de cerca las manisu empeo un poco ilustrado de dar una muestra rpida
pulaciones de la poltica francesa y era un estadista consde los grandes cambios de la sociedad y el Estado.
ciente, nos dej una pintura clara y muy objetiva del
Vio en la historia la lucha irreconciliable entre princimovimiento financiero y de la administracin. Tuvo cupios opuestos. Su fe en la Providencia le haca esperar sin
122
123
particular,
quiz el ideal mximo al que debe aspirar
cualquier historiador.
Tal vez de todas las corrientes, ninguna tuvo tantos
adeptos y tanta popularidad
como la historiografa
liberal. Sus valores parecan ser tan universales y se hallaban
tan conjugados con las aspiraciones polticas e ideales de
los pueblos en el siglo XIX, que en todas partes alcanz,
tarde o temprano, un eco importante.
126
127
Bertoldo Jorge Niebuhr (1776-1831), nacido en Copenhague, estudi en Kiel filosofa y derecho; logr aprender
treinta diferentes lenguas y obtuvo un conocimiento profundo de la Antigedad. Al servicio poltico de Dinamarca, fue llamado al de Prusia poco antes del desastre de
1806 donde pudo realizar una importante labor. En 1810
sirvi como catedrtico en la Universidad de Berln, pero
volvi a la poltica en 1816 para servir de embajador ante
el Vaticano. Al ser logrado el Concordato en 1823, volvi a Prusia y se retir definitivamente de la poltica para
dedicarse a su ctedra en Bonn. Precisamente ah le dio
forma definitiva a su Historia Romana, que desde antao
vena trabajando.
Niebuhr trat de aplicar el mtodo de la crtica filolgica al estudio de los orgenes romanos para dilucidar la
verdadera historia de aquellos tiempos. Utiliz todas las
fuentes posibles, incluso las viejas baladas que pens formaban la base de la tradicin mtica. Trataba de analizar
sus fuentes descomponindolas,
de la que result una crtica tan severa de fuentes, que prcticamente
termin
con la fama de Tito Livio.
Pero adems de ser severo crtico, pensaba que haba
que tener un inters y una simpata tan profundos por
el hecho estudiado, de manera que lograra una visin tan
cabal que completara
los datos faltantes. Era la forma
de romper el obstculo de ideas obscuras y palabras
ambiguas. Por esta fase de su mtodo ha sido criticado acremente
de adivino. Sin embargo, muchas veces
declar un empeo restringidamente
cientfico, como su
dicho: "Diseco palabras
como un anatmico
diseca
cuerpos."
La gran aportacin de Niebuhr fue el considerar por
vez primera a Roma, antes que nada como un gran Estado. Cuidadosamente
lo trat de reconstruir desde sus orgenes, y con todos los cambios de sus instituciones politicas. Adems de su enorme erudicin, sus experiencias en
la administracin
poltica de Dinamarca
y Prusia y sus
estudios de derecho le sirvieron como inapreciables instrumentos.
Constantemente
Niebuhr habla del cuidado y de la crtica severa con que ha filtrado sus fuentes; para probar
que se est plegando a la exigencia de escribir con verdad,
incluye trozos de fuentes y sus investigaciones sobre los
mismos, lo que entorpece la lectura. Leopoldo van Ranke
superar completamente
esta falla ya que, sin dejar a un
lado las exigencias metodolgicas, publicar por separado
los volmenes dedicados a fuentes y crtica.
Niebuhr tena todava una concepcin didctica de la
historia, como expresa su empeo de "regenerar
a los
jvenes" por medio de "los nobles ejemplos de la Antigedad". No obstante, Niebuhr haba cambiado el trayecto de la historiografa
con su intento de aplicacin del
mtodo filolgico, para poner en prctica un tratamiento
cientfico del pasado.
Leopoldo van Ranke (1795-1886)
naci en Tubinga y
estudi en Leipzig, teologa y filologa clsica. Empez a
ensear en 1818 en el Gimnasio de Francfort y ms tarde
fue llamado a la Universidad de Berln. Viaj constantemente por toda Europa y encontr muchos materiales no
utilizados en los archivos a los que tuvo acceso. Su obra
es increblemente grande, porque en l se combinaron longevidad, capacidad de trabajo y pasin por la historia.
Amn de obras de menor importancia, mencionaremos las
siguientes: Historia de los pueblos romanos y germnicos,
Historia de los papas, Historia alemana del tiempo de la
Reforma, Nuevos libros de la historia de Prusia, Historia
de Francia, Historia de Inglaterra y la Historia universal,
que qued inconclusa porque haba sido comenzada valientemente cuando el historiador
tena ochenta y seis
aos de edad.
Ranke es uno _de los historiadores que valdra la pena
estudiar con cuidado siguiendo los vaivenes de su obra
a travs de los aos. El proceso de su idea de la historia,
como la de otros historiadores, debe tener no slo variaciones, sino cambios significativos. Vivi mucho y en un
siglo de grandes e impresionantes
cambios, vio muchas
cosas y recibi la influencia de todas las ideologas vi-
130
131
)
gentes en casi un siglo. Naci cuando la Convencin terminaba su labor en Francia y nio an presenci la
dominacin napolenica. A la edad en que se inicia la conciencia de las cosas, pudo sentir el impulso nacional que
se haba despertado en Prusia despus de la cada de
Napolen, e indudablemente
debe haberse contagiado
de aquella voluntad de renacimiento que dio origen a tantas cosas, incluso la publicacin de los volmenes documentales: Monumenta
Germaniae Historia. Viaj por
Europa hacia 1830, cuando la inquietud Iiberalista hizo
su primer gran intento en varios pases. En Viena tuvo
contacto con servios refugiados y se interes por los problemas balcnicos. Volvi a Prusia, sirvi a la poltica en
la publicacin de una revista oficial. Le toc presenciar
todava muchos acontecimientos; primero, la gran conmocin liberal-nacionalista
de 1848, luego, la expansin ele
Prusia y la gran epopeya de la unidad alemana. Fue afortunado como alemn: le toc ver satisfechos los sueos
tradicionales con la instalacin del imperio. Colmada su
inquietud histrica-patritica,
poda dedicarse a otra ms
ambiciosa, escribir una Historia universal. Y tuvo una gran
intuicin, empezaba a inaugurarse realmente la historia
universal. Desgraciadamente era tarde y Ranke no pudo
ver cumplida su obra.
Durante sus constantes viajes por Europa, y con un afn
que no estaba muy alejado de un orgullo de raza, conceba que los pases europeos constituan una unidad por
encima de toda diferencia. Crea que raza y religin, base
de las nacionalidades, haban unificado el destino de los
pueblos europeos desde las invasiones brbaras. A diferencia de sus discpulos y con una gran erudicin, Ranke fue
capaz de ver la historia en conjunto. No crea que deba
estudiarse un hecho aislado, y si por necesidad metodolgica se le separaba del todo, haba que referirlo a ste,
si no perda sentido. En la esfera de la historia universal
estaban en primer trmino los contactos de los pueblos
entre s; luego, religin, creaciones artsticas, grandes acontecimientos y grandes hombres, que unificaban al gnero
humano. Haba una vida histrica general que se mova
132
116
137
labor, para conocer verdaderamente ha de levantarse sobre los hechos. Asimismo, concede valor a la imaginacin
como motivadora de hiptesis.
Comte concibe el conocimiento como una estructura
jerarquizada, cuyas ramas han ido apareciendo a lo largo
de la historia: primero aparecieron las matemticas, luego
la astronoma, la fsica, la qumica, la biologa y, por
ltimo, la sociologa o fsica social. Esta ciencia, por de
pronto, est en perspectiva, tanto por la complejidad
de los fenmenos que maneja, como por su misma novedad. Adems, no hay que olvidar que descansa en un
conocimiento desordenado que no le entrega el material
que necesita para su desarrollo:
Es, pues, sensible que la sociologa deba tomar exclusivamente de la incoherente complicacin de hechos impropiamente denominada historia, las enseanzas susceptibles de
poner en evidencia, segn los principios de la teora biolgica del hombre, las leyes fundamentales de la sociabilidad; lo que exige as, siempre, para cada dato una preparacin especial y a veces muy delicada, para pasarle del
estado concreto al abstracto, despojndole de las circunstancias puramente particulares y secundarias de clima, localidad, etc" sin alterar en l la parte verdaderamente esencial
y general de la observacin.
El sentimiento del deber, las reglas morales, se fortalecern vigorosamente y, lo ms importante polticamente,
se impondr una nueva autoridad espiritual que despus
de haber disciplinado las inteligencias y reconstruido las
costumbres, asimilar pacficamente a Europa y despus
a toda la humanidad.
141
Hiplito Taine (1828-1883), filsofo y profesor de historia del arte, miembro de la Academia Franccsa, nos dej
una serie de obras histricas de decidida influencia positivista: Los orgenes de la Francia contempornea, Ensayo
sobre Tito Livio, Ensayo de crtica histrica, Filosofa del
arte e Historia de la literatura inglesa.
Taine fue tambin un discpulo de Comte, slo que un
discpulo tardo, que llegaba al positivismo ya formado.
Por lo tanto, en l iban a actuar diversas influencias anteriores. La ms importante era, sin duda, la idea romntica de la nacionalidad, pero tambin operaron en su
pensamiento el sistema hegeliano y la idea del factor
clima como influencia decisiva en el carcter de las naciones, formulada por Montesquieu. Con estos elementos,
Taine form su propia visin y crey encontrar la clave
del desarrollo histrico en tres factores: raza, medio y momento.
Con un sentimiento sincero de imparcialidad, se introdujo en el anlisis de la cultura inglesa y del desarrollo
artstico, tratando de demostrar cmo estos tres factores
determinaban
los acontecimientos y, sobre todo, las creaciones artsticas. De tal manera, para Taine slo tenan
importancia los hechos que aparecan regular y repetidamente en la historia. Taine tena una aguda penetracin
psicolgica que le permiti hacer buenas -caracterizaciones
colectivas, sobre todo, la inglesa. Esto y sus comparaciones
siempre tan naturalistas debidas a sus previos estudios de
anatoma y medicina, le dieron un tono muy "positivo".
Historiador cultural, se vio de repente comprometido
en la historia poltica, despus del fracaso terrible de
Francia ante las tropas alemanas en 1870-1871. Su patriotismo intelectual le hizo sentir como una obligacin
moral ayudar con el anlisis de la historia de los errores
franceses a la reconstruccin de su patria. Quera dar una
leccin prctica y fueron apareciendo los tres volmenes
de Los orgenes de la Francia contempornea:
El Anti143
LA
CONQUISTA Y la colonizacin
del Nuevo Mundo, que
tuvo bases y metas tan diferentes, dara lugar a que se
constituyeran
dos principales bloques culturales y polticos: las colonias inglesas (que prcticamente
asimilaron
desde mediados del siglo XVIII a las francesas) y las colonias hispano-portuguesas.
La diferencia no era slo de
lengua y raza, implicaba hondas discrepancias ideolgicas, resultado no slo de tradiciones diversas sino tambin
de los momentos en que se realiz la penetracin. Espaa
entr, segn ya dijimos, desde fines del xv en su empresa
colonizadora, lo cual quera decir que muchos usos e instituciones que impuso eran medievales; adems, se encontr con poblaciones indgenas de' alta cultura con las que
se mezcl. La empresa, aunque hecha constantemente
en
forma individual, fue centralizada
totalmente por la Corona. Las colonias inglesas se iniciaron hacia el principio
del xvn, por tanto, estaban ya dentro de una modernidad
acusada. No se encontraron con altas culturas y combatieron al indio p;:ra realizar el avance colonizador. L;:
empresa fue hecha por compaas individuales o pf:rsonas
particulares que haban logrado privilegios de la Corona
)', a pesar de algunos intentos de centralizacin,
mantuvieron una considerable independencia
econmica, social
y poltica. Las colonias francesas y portuguesas seran u
trmino medio. Interesadas por el comercio ms que por
la colonizacin, establecieron verdaderas factoras, haciendo alianzas con los indios para que les sirvieran de proveedores de mercancas. En el Brasil, colonia portuguesa,
en parte de las colonias espaolas y en la regin sur de
las colonias inglesas, se import la mano nq;ra para el
trabajo de productos agrcolas, lo que dio origen a b
145
144
influencias econmicas externas. Con todos estos problemas, la historia del siglo XIX fue un proceso difcil de
integracin y de lucha por una definicin nacional, y
por lograr una organizacin
poltica adecuada. As habr dictaduras,
revoluciones, reformas, y slo hasta las
ltimas dcadas del XIX empezarn a bosquejarse pases
con una conciencia nacional y una constitucin ms acabada.
Habr
tambin un anhelo por lograr una independencia cultural; ste ser ms evidente en los Estados Unidos, ya que en Hispanoamrica
ms bien se tratar, durantc el siglo XLX, de repudiar y superar la cultura
espaola. Por eso, en la primera etapa, la influencia decisiva va a ser la norteamericana.
Los Estados Unidos
sern el ideal por lograr el ejemplo que seguir. Pero este
ideal se empezar a frustrar despus de la guerra con
Mxico (1847-1848). Desilusionados de la actuacin norteamericana,
casi toda Hispanoamrica
va a caer bajo
una influencia decisivamente francesa. Lo curioso es que
Francia, tambin agresora de Mxico (1 f361-1R67) va a
poder sobrevivir como influencia.
Amrica contina, de una forma o de otra, recibiendo
la influencia de las ideas europeas; alg-unas veces llegarn
retrasadas por la inestabilidad,
pero siempre cumplirn
una misin, se transformarn
al contacto con los nuevos
problemas y la situacin americana.
para hacerse ms
dicaces.
La historiografa
en Hispanoamrica
147
las absurdas ideas de los naturalistas franceses y demostrar qu clase de alta cultura haban alcanzado los indios
mexicanos, En la obra encontramos ya un sentimiento
nacionalista consciente y una visible hostilidad a Espaa.
La independencia se lograr entre 1808 y 1825 y, como
acontecimiento que conmover las races ms profundas
de la poblacin, se convertir ms tarde o ms temprano
en un, tema para los historiadores. En Mxico encontramos historiadores contemporneos al acontecimiento, que
actan en l y nos dejan sus experiencias o simplemente
su visin. Entre stos tenemos a Fray Servando Teresa de
Mier (1763-1827)
y a Carlos Mara de Bustamante
(1774-1848). El primero, amn de obras curiosas y algunos escritos polticos, nos dej la primera obra sobre
la independencia de Mxico, Historia de la revoluci6n de
Nueva Espaa, antiguamente
Anliuac , o verdadero origen y causa de ella, con la relacin de sus progresos hasta
el presente ao de 1813. Bustamante, insurgente y con
un ferviente deseo de contribuir a la construccin de un
espritu cvico, dej una enorme cantidad de trabajos
y public obras importantes de la historiografa colonial
mexicana; su mrito principal es haber salvado gran cantidad de documentos de la independencia. Su obra descollante es el Cuadro histrico de la Revolucin M exicana.
El grupo ms importante de historiadores de la Independencia de Mxico es el que, viviendo el acontecimiento, realmente actu en la dcada siguiente a su consumacin. Estos historiadores, a un poco de mayor distancia
y viendo el hecho globalmente y con los desenlaces subsecuentes, tienen oportunidad de hacer un anlisis bastante maduro del hecho. Aqu encontramos tres figuras
realmente sobresalientes: Lorenzo de Zavala (1788-1836),
Jos Mara Mora (1794-1848) y Lucas Alamn (1792;853). No obstante sus diversas tendencias polticas, la
influencia ms evidente les es comn, la Ilustracin, sin
dejar de tener importancia los viajes que efectuaron a
Europa y, en el caso de Zavala. a los Estados Unidos.
Zavala nos dej su Ensayo histrico sobre las revoluciones
148
de Nueva Espaa; Mora, Mxico y sus revoluciones; Alamn, Historia de Mxico y Disertaciones de historia de
Mxico.
Despus de consumada la independencia, vencido el
partido espaol, van a perfilarse dos grupos que representarn las dos tendencias ms importantes a lo largo
del siglo XIX: liberales y conservadores. Vencedores en
casi todas las repblicas los del grupo liberal, van a perder
el segundo encuentro y tendremos hasta mediados de siglo dictaduras en casi todas partes" sea Santa Anna en
Mxico, Rosas en la Argentina o Francia en el Paraguay.
Durante esa etapa, las fuerzas polticas y culturales parecen estarse forjando para afluir vigorosamente en las
dcadas que siguen a la mitad del siglo, nueva oleada
liberal; dcadas de reformas y nuevamente de revoluciones. Es esta etapa tal vez una de las de mayor preocupacin histrica, en la que aparece un gran grupo de historiadores tanto de los problemas contemporneos como
de la revolucin de la independencia. Tambin son hombres de accin y, desde luego, de partido.
En este grupo hay tantas figuras destacadas que slo
a manera de ejemplo, sealaremos unas cuantas:
Benjamn Vicua Mackena (chileno, 1831-1886), La
Revolucin de independencia del Per, El ostracismo del
general D. Bernardo O'Higgins, escrito con documentos
inditos.' noticias autnticas.
Vicente Fidel Lpez (argentino, 1815-1903), Historia
de la Repblica Argentina, Introducci6n a la historia de
la Revolucin Argentina, Compendio de historia Argentina.
Domingo Faustino Sarmiento (argentino, 1811-1888),
Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamrica y Facundo, civilizacin y barbarie.
Vicente Riva Palacio (mexicano, 1832-1896), El establecimiento y la propagacin del cristianismo en la Nueva
Espaa, Orgenes de la raza mexicana y el tomo II del
Mexico a travs de los siglos. La Colonia.
El grupo tiene como caracterstica comn el escribir la
historia en una forma romntica y con un fondo de pen149
sarniento liberal. Encontramos en ellos empeo nacionalista, toques emotivos, pero sus ideas son liberales y en
casi todos los casos estn al servicio de la poltica.
En realidad, la historia poltica hispanoamericana puede
sintetizarse a lo largo del siglo XIX Y parte del xx en las
luchas de los dos grupos mencionados, liberales y conservadores. La historia ser usada constantemente como
arma poltica y estar influida por las disc:usiones del
momento. Los liberales tratarn de demostrar lo funesto
y daino de la tradicin espaola. La necesidad romntica de encontrar las races de la nacionalidad ser satisfecha en los pueblos de pasado indgena, con una vuelta
a las culturas precolombinas, cantando sus virtudes y
grandezas. Tendrn constantemente a su alcance el ejemplo esplndido de la tradicin sajona para comparar con
lo propio y su meta se desacreditar las instituciones' y
costumbres de origen hispano para poder substituirlas por
las que el liberalismo haba construido en otros pases. Los
conservadores se afianzan a su raz hispnica y aun cuando lleguen a estar de acuerdo en la necesidad de un
cambio, creen que ste debe llevarse a cabo por medio
de la evolucin de las instituciones propias. Los liberales
son anticlericales, ven en la Iglesia el principal puntal
vivo del antiguo orden. Los conservadores defendern
no slo el pasado espaol, sino tambin a la Iglesia como
educadora, colonizadora y organizadora del Nuevo Mundo.
Esta polmica centrada en los conceptos liberal y conservador del pasado dar lugar a un grupo que, rechazando los extremismos de los dos, busque una situacin
ms equilibrada. Encontramos en l generalmente historiadores al margen de la actividad poltica y de ideas
moderadas, o alguno que otro politice que desea rebatir
histricamente a sus oponentes. En conjunto desean hacer
una historia imparcial, sacar a la historiografa de la polmica directamente poltica.
A este grupo le llegan indirectamente dos influencias:
la historiografa cientfica que estaba en el ambiente de la
poca, y el positivismo. Hablan vagamente de encontrar
las leyes de la historia e insisten en buscar y rebuscar
150
vienternente creyeron que el problema era dar una educacin positiva basada en las ciencias naturales,
que
extirpara las ideas metafsicas por las que continuaban
luchando los hombres. Orden, esa era la palabra mgica
que iba a propiciar en algunos pases nuevas dictaduras;
pero eso no importaba, ya se superaran los problemas
polticos despus, lo importante
era el orden, de otra
manera nunca progresaran las repblicas.
Con sus adaptaciones,
el positivismo se aplic a la
educacin y en unas dcadas lleg a ser casi dogmtico
y a influir en la historiografa.
Abiertamente,
los historiadores buscaban las leyes del desarrollo histrico y, como
no era dable encontrarlas de inmediato, se aprestaban a
juntar los hechos verdaderos que algn da permitiran
la formulacin de las leyes anheladas.
Para darse cuenta de hasta qu punto lleg a ser importante el positivismo en pases como Mxico y su influencia en la historia, resultara casi obligatorio mirar
a travs de la Revista Positiva (1901-1911) y leer algunos de los artculos del historiador Carlos Pereyra (IB711948) que, posteriormente,
desilusionado ante la nueva
Revolucin Mexicana, Se refugi en un hispanismo ardiente.
La gran figura de la historiografa positivista, grande
particularmente
porque en muchos aspectos super el positivismo, es Justo Sierra (1848-1912).
Particip en la
obra positiva que demostraba el progreso del pas y cmo
haba superado todos sus problemas: Mxico, su evolucin
social. Sus obras principales son: La evolucin poltica del
pueblo mexicano, [urez, su obra y su tiempo, Compendio de historia de la Antigedad, Historia general e Historia patria.
La historiografa
norteamericana
154
155
obras destacadas: El significado de la frontera en la historia americana y El despertar del Nuevo Oeste.
Tumer llama la atencin hacia el abandono de la historiografa tradicionalmente poltica para buscar aquellos
puntos importantes que caracterizaban
el proceso propiamente americano, empeo que con un sentido ms
claro y dirigido hacia otros campos de la historia, iba a
cumplir ms ampliamente Robinson. Encontr como centro de inters fundamental dos hechos bsicos de la historia norteamericana: el avance hacia el Oeste y la inmigracin.
En su pequeo ensayo El significado de la historia,
nos define su concepto dinmico de la historia, en el que
podemos' reconocer la influencia de Droysen, diciendo:
La historia,
tanto objetiva
como subjetiva,
est siempre
hacindose, nunca se completa ... porque el presente es simplemente
pasado desarrollado
y el futuro un presente sin
desa rrollarse.
La historia es para l un todo de diferentes manifestaciones que actan al mismo tiempo, que nunca deben
intentar aislarse porque pierden su significado. "porque
ningn apartado de la vida social puede ser entendido
en el aislamiento de los otros". La sociedad que l quiere
estudiar es el organismo vivo y "eternamente creciente",
por eso su intento no puede quedarse en los lmites de la
historia de un pas aislado. Ve la historia norteamericana
como una continuacin de la europea; muchos problemas
se han importado, las mismas instituciones son el desarrollo de las tradiciones germanas. Pero donde Turner
resulta original es en su concepto de frontera, como una
idea de expansin poltica desde Europa, que signific
un estmulo para nUeV2S y atrevidas hazaas de la nueva
nacin.
Con su hondo sentido de la historia, como "todos los
recuerdos que nos ha legado el pasado, estudiados con
todo el poder crtico e interpretativo que nos pueda dar
para la tarea el presente", piensa que su fin principal
157
est en que la comunidad pueda verse a la luz del pasado, y "logre nuevos pensamientos y sentimientos, nuevas
aspiraciones y energas".
En el siglo xx, encontramos una decidida renovacin en la
historiografa
norteamericana.
James Harvey Robinson
(1863-1936) se empe afanosamente por cambiar la forma convencional ele la enseanza de la historia e inici
la publicacin de una serie de f tientes de historia cultural
y social. En su empeo por imponer una "nueva historia", dej una serie de textos entre los que encontramos
la Lntroduccion a la historia de la Europa Occidental y
Iil d csairollo de lo. Europa Moderna.
159
XlV.
160
conjunto de hombres reunidos padeca los mismos problemas y viva en las mismas condiciones, lo cual les daba
un sentimiento de unidad. Inicialmente clase marginal, la
-obrera fue adquiriendo
poco a poco, con el desarrollo
de la industria, una fuerza insospechada
y obligada a
efectuar reformas que la ajustaran
en la sociedad. Sus
problemas iban a dar temtica a una serie de ideologas
que clamaban una situacin ms justa, ideologas que en
el siglo XX empezaran a empujar revoluciones polticosociales y a provocar nuevas formas de imperialismo.
El desarrollo increble de la ciencia, que en nuestros
das ha alcanzado un grado extraordinario,
completa el
cuadro de nuestro tiempo. Desde la mquina de vapor, la
electricidad, el telfono, la aviacin, hasta la energa atmica, las computadoras electrnicas y los viajes espaciales,
ha habido una carrera tan sorprendente
que el mundo
parece haber cambiado ms en un siglo, que en los veinte
anteriores. La Tierra se ha empequeecido;
lugares que
antes estaban a meses de distancia, estn a nuestro alcance
en unos momentos por el telfono o a unas cuantas horas
por los aviones a reaccin.
El hombre actual es, pues, un ser que vive en una inquietud constante, dispuesto a admitir cualquier novedad
aun cuando no llegue a comprenderla.
Exceptuando
a
aquellos que profesan un dogma religioso o poltico, los
hombres parecen angustiados ante un futuro que resulta
incierto y una vida a la que buscan dar un sentido. Es el
reflejo de un mundo en crisis, donde los mltiples cambios parecen requerir un reajuste total de las ideas para
asimilar todas las novedades.
En esa inquietud por explicarse su presente y su futuro,
el hombre ha vuelto la mirada al' pasado y lo ha interpretado de muchas formas. Incluimos, a continuacin, aquellas que pensamos responden mejor a la honda inquietud
de nuestra poca. Aparece el materialismo histrico, aunque como ideologa pertenezca al XIX, ya que como doctrina poltica impregna nuestro ambiente y, por lo tanto,
tiene an vigencia.
161
Materialismo
histrico
La importancia de Marx, independientemente de la poltica que tiene hoy en da,' estriba en haber sealado el
factor econmico como fundamental en la historia, enriqueciendo de esta manera, con un nuevo punto de vista,
la comprensin del proceso histrico.
El historicismo
Meinecke se ha referido al historicismo como "la ms
grande revolucin espiritual del mundo occidental",. pero
aun aceptndolo resulta difcil aprehender exactamente
en qu consiste dicha revolucin. El hecho es complejo,
pues siendo la corriente contempornea ms vigorosa, no
presenta una sola posicin, sino que aparece en una multiplicidad de concepciones. Nacida como una reaccin al
iluminismo y a su idea de progreso, que someta a la historia a valores trascendentes que la juzgaban, ha tenido
una larga evolucin durante el siglo XL'{ hasta llegar a
formularse con madurez en el siglo xx. Desde sus comienzos luch por conseguir una autonoma para la historia, y
as pas por una fase de previa formulacin, la historiografa cientfica. Ya vimos cmo Ranke se empe en
separar la historiografa de la especulacin filosfica y
convertirla en una "ciencia". Con toda su novedad y fuerza, esta corriente provoc grandes reacciones en contra.
Jacobo Burckhart haca pblica su meditacin de que la
historia era "la disciplina menos cientfica", lo cual, no disminua en nada su valor. La contradiccin era evidente:
mientras unos intentaban hacer un relato de lo que verdaderamente sucedi, puntos de vista divergentes demostraban cada vez ms lo difcil que era someter la tarea
historiogrfica a los mtodos empricos y demostrables. El
agudo problema empuj a concretar ms la solucin que
constituira la corriente conocida como historicismo.
El historicismo abre un nuevo captulo en la historiografa. Considera como objeto de la historia la vida humana en su totalidad y multiplicidad. Considera que los
conceptos abstractos empleados por la filosofa no son
164
brbaras de la sociedad, como grados necesarios _y positivos de la historia". Pide la aprehensin de lo individual,
reconociendo a la vez lo universal.
Croce tiene gran cuidado en hacer distincin entre la
historia como ciencia, mera crnica, erudicin, pero no
verdadera historia, y lo que l llama historiografa. Lo
que debe hacer el historiador no es establecer los hechos,
sino adquirir conciencia de s mismo en la realidad histrica. No hay otra forma de comprender al hombre que
a travs de los hechos histricos; de tal manera, Croce
Jcga a la atrevida afirmacin de que la misma "filosofa
no es ms que el momento metodolgico de la historiografa", el conocimiento histrico es la reconciliacin de
la teora )' la prctica, y por ello la historia desborda
toda construccin intelectual.
Para Croce, como para el idealismo, la historia es la
realizacin de la libertad, pero no en el sentido que tena
para aquel que daba poca validez al pasado; para Croce
cada momento desde s mismo tiene un valor propio,
puesto que no est referido a una meta final.
El deber y la misin de la humanidad
no consisten en buscar comodidades
sino en realizarse sin cesar en la creacin
de formas siempre ms altas de ~ misma y, como el poeta y
el artista, tejer el eterno poema de la historia ...
Cuando
<e oye preguntar
si el futuro pertenece
a la libertad,
hay
que responder que posee algo mejor, la eternidad,
La corriente
neo providencialista
No obstante que la religin pareca haber sido completamente derrotada desde el siglo XVJIJ y obviamente sufri
un retroceso social, quiz porque ni la ciencia ni la filosofa han logrado arrancar
su secreto a la naturaleza,
nuestro tiempo ha vivido un notable despertar religioso.
Independientemente
de los logros de la ciencia y de las
atrevidas conclusiones de la filosofa, la religin ha continuado sealando su propio camino, que para muchos
ha vuelto a tener validez. Tal hecho ha originado en la
166
El existencialismo
El existencialismo naci tambin como una protesta ante
las pretensiones de la razn. Kierkegaard (1813-1855) se
levant contra los sistemas; todos para l eran estticos y
abstractos, es decir, verdadera anttesis de la vida, del
movimiento, de la existencia universal. Se revelaba el individuo ante una razn que, si bien tena una respuesta
para todo y le asignaba un lugar en sus sistemas, senta
que menoscababa su ser y su libertad. Lo abstracto, lo
general, era enemigo de lo individual. En esa abstraccin
se perda toda vida palpitante; la vida personal poda ser
contradictoria, pero siempre era vida. Al ser publicadas
en 1901 las obras de Kierkegaard, ste cobr popularidad
e influy en la constitucin del existencialismo. Con todas
las diferencias que presentan las diversas ramas formadas,
conservan una caracterstica comn: la primaca que otor168
Ante esa experiencia nueva, ante la cual Toynbee retorna hacia un providencialismo, Jaspers reacciona pre'ocupndose por la existencia individual, el qu soy yo ante
el mundo. Origen y meta de la historia intenta articular
la existencia individual dentro de esa totalidad que es la
historia. Para definir su preocupacin hacia la historicidad, ya que aunque con "la conviccin de que la humanidad tiene .un origen nico y una meta final", como no
las conocernos, decide fijar algo que le seale por lo menos el momento en que la historia es ya compromiso con
la propia existencia. Persigue determinar en qu momento
169
da al hombre de comunicarse entre s para hacer su existencia, en suma, para hacer la historia. y resulta un cierre
lgico para nuestro intento de revisar la historia de la
historiografa terminar con el pensamiento de Jaspers, ya
que lo abrimos justamente en el tiempo-eje, cuando los
griegos adquirieron conciencia de su historicidad y lo
hemos seguido hasta la crisis del momento actual, en
la cual Jaspers define a la historia como
un constante impulso progresivo de hombres -ingulares. stos requieren a los otros para que les sigan. Quien les escucha y comprende,
entra con ellos en el movimiento.
Pero la
historia sigue siendo, al mismo tiempo, el mero acontecer en
el que se registra constantemente
un infructuoso
llamar, un
resistirse y no seguir ...
Este tiempo-eje es lo nico que para Jaspers da estructura y unidad a la historia universal. Despus de esa edad,
slo se ha producido un hecho grave, espiritual y materialmente decisivo, que ejerce en la historia universal una
influencia gigantesca: el advenimiento de la poca cientif ico- tcnica:
Todos tenemos actualmente
la conciencia de que estamos en
un viraje de la historia, que ya hace cien aos se compar
con la decadencia
del mundo antiguo;
pero despus se experiment,
cada vez ms profundamente,
como la gran fatalidad no s6lo de Europa y el Occidente,
sino del mundo
entero, Es la edad tcnica con todas sus consecuencias,
Ias
cuales parecen no dejar existir nada de lo que el hombre,
en el curso de los milenios, ha adquirido en procedimientos
de trabajo, forma de vida, manera de pensar, smbolos ...
no se exagerar nunca lo bastante la mportancia
de la tcnica y sus consecuencias
para todas, absolutamente
todas,'
las cuestiones de la vida ...
171
Indice
Introduccin
l. Historiografa griega ,
Herodoto
Tucdides
Historiografa de la decadencia
La ltima etapa .
JI. Historiografa romana
El despertar de la historiografa romana
La poca de la gran historiografa romana
La historiografa menor
111. Historiografa medieval .
La patrstica
.
Historiografa bizantina
Historiografa medieval
IV. Historiografa del Renacimiento
El humanismo. Los precursores
El marco histrico,
Maquiavclo
Guicciardini
La historiografa humanista en Italia fuera
de Florencia.
.'
La historiografa humanista en los otros pases europeos.
V, Los grandes acontecimientos de los siglos xv
y XVI Y la historiografa.
Los descubrimientos
,
La historiografa del descubrimiento y la
conquista de Amrica .
La Reforma y la Contrarreforma
La historiografa y la Reforma ,
9
17
19
22
25
27
30
31
34
39
42
45
49
51
53
54
55
55
58
58
60
63
63
65
73
75
173
VI.
174
7i
78
80
81
85
88
94
96
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102
112
119
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137
145
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152
160
162
164
166
168
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Editorial
MUniBueBue-
Lima.
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TALLERES
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