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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

NDICE
EDITORIAL

ENCUENTRO GESTLTICO

LA GLOBALIZACIN DE LA PSICOTERAPIA O QU NO ES GESTALT


Myriam Muoz Polit

TERAPIA GESTLTICA GRUPAL


Paco Pearrubia

11

CMO CERRAR ASUNTOS INCONCLUSOS


Celedonio Castanedo

25

ESTILOS DE PERSONALIDAD Y POLARIDADES. LA TEORA DE T.


MILLON APLICADA A LA TERAPIA GESTLTICA
Carlos A. Vinacour
EL ENAMORAMIENTO EN LA RELACIN TERAPUTICA
Mara Beln Bordes
CARACTERSTICAS DE LOS HIJOS ADULTOS DE ALCOHLICOS,
COMO RESULTADO DE EXPERIENCIAS OBSOLETAS
Mireya M. Gmez Coronel
TEORA DEL CAOS Y PSICOTERAPIA GESTALT
Yaqui Andrs
ESTRATEGIAS PARA UNA PSICOTERAPIA BREVE DEL ATAQUE Y
DEL TRASTORNO POR PNICO
Grupo Phobos: Napolitano, Bianchi, Cleris, Revuelta.

37
51

73
95

115

EL HUMANISMO DESDE UNA PERSPECTIVA LITERARIA DEL SIGLO XIV 121


Mery Hamra
LAS DISFUNCIONES SEXUALES: OTRA VOZ DE LOS DEMONIOS
Francisco Fernndez Romero

TESTIMONIOS

135

151

EL TRABAJO GESTLTICO CON LA SALUD-ENFERMEDAD. Amor Daz.


CHICLE BOMBA. Carlos Osegueda

RESEAS BIBLIOGRFICAS

157

AMARSE CON LOS OJOS ABIERTOS. Jorge Bucay. Por Yolanda Falcn.
CONTACTO & RELACIN EN PSICOTERAPIA. Jean Marie R. Por Ann Duckles.

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Otoo 2001

LA GLOBALIZACIN EN LA PSICOTERAPIA O QU
NO ES GESTALT
Myriam Muoz Polit

(*)

INTRODUCCIN
En los ltimos aos he tenido la oportunidad de viajar y de estar en
contacto con colegas y alumnos de muchos lugares, intercambiando ideas,
vindolos trabajar y en general percatndome de cules son las diversas
maneras de concebir a la Psicoterapia Gestalt, tanto a un nivel terico
como prctico. Al ir haciendo este recorrido, comenc con la suposicin de
que la Psicoterapia Gestalt estaba unificada y que las diversas escuelas e
instituciones que la ensean y practican, tendran una concepcin y una
aplicacin bastante parecida. Desgraciadamente no es as.
Parecera que bajo el nombre de Psicoterapia Gestalt (PG) ocurren cosas no
slo diversas, que tal vez estara muy bien que sucediesen bajo otro
nombre, sino tambin cosas absolutamente contradictorias y en muchos
casos hasta opuestas a lo que tericamente se concibe como Psicoterapia
Gestalt en los libros de texto de la misma.
En nombre de la PG he visto hacer Programacin Neurolingstica,
Psicoanlisis, Terapia Racional Emotiva, Bioenergtica, etc. He visto
inducir, provocar, manipular, violentar, imponer y no he visto respetar,
empatizar, aceptar, acompaar.
En este momento siento la urgente necesidad de decir en voz alta lo que
veo pues amo a la Psicoterapia Gestalt y los valores que ella representa y
me preocupa mucho que se le llame Gestalt a casi cualquier cosa. Veo el
nombre de la Psicoterapia Gestalt asociada a enfoques y mtodos
psicoteraputicos que tienen poco o nada en comn con ella, resultando
grotesca y antagnica su asociacin.

(*) Myriam Muoz Polit. Fundadora y Directora General del Inst. Humanista de
Psicoterapia Gestalt. Dedicada desde hace 26 aos a la docencia y la psicoterapia
individual y grupal. Sus temas de inters son los sentimientos, los sntomas, los sueos,
el nuevo paradigma cientfico, la psicoterapia comunitaria y todo lo que tiene que ver con
el entrenamiento de profesionales de la Psicoterapia Gestalt. Co-fundadora de la revista
figura-fondo.

LA GLOBALIZACIN PSICOTERAPUTICA
Parece que hay una tendencia general a una especie de globalizacin
psicoteraputica en donde, como sea, hay que evitar y evadir las
diferencias. Parece un nuevo tipo de pecado el no unirse, el no
homogeneizarse; pero si esto ocurre y perdemos nuestra diferencia con las
otras corrientes y aplicaciones psicoteraputicas, perdemos la posibilidad
del autentico contacto, de asimilar lo que nos es digerible de los otros
enfoques y de rechazar lo que es contradictorio y nos hace perder
originalidad.
Hay muchas escuelas que tienen un fundamento filosfico acerca del ser
humano que es opuesto y no compatible con la PG, como todas aquellas
que son deterministas o mecanicistas, que ven al ser humano como
intrnsecamente destructivo o como totalmente a merced del medio
ambiente.
No es que rechacemos lo que otros enfoques han aportado, pero no
podemos tragarnos todo lo que afirman, especialmente cuando en sus
afirmaciones implcitamente tienen una concepcin del ser humano
opuesta al humanismo. El grave problema es que con este eclecticismo que
ha surgido de un pragmatismo tan avalado por los psiclogos de Estados
Unidos, es fcil que se provoque confusin en los profesionales que se
contagian de esa sed de soluciones rpidas y con ello una prdida de
identidad con el enfoque psicoteraputico que se pretende aplicar; es por
ello importante que los tericos de la PG, y las escuelas donde se prepara a
sus profesionales, se ocupen de mantener, aclarar y enfatizar los
principios tericos y metodolgicos en los cuales est fundamentada.
Esta tendencia hacia un eclecticismo me parece una forma muy elegante
de llamar a la confluencia y a la introyeccin; creo que lo que promueve es
la formacin de profesionales con poca o nada de congruencia interna,
incongruencia filosfica, de marcos tericos y de aplicacin.
Si nuestra concepcin del ser humano es una concepcin humanista, la
primera pregunta que nos tenemos que hacer es qu es ser humanista?
Esto est ampliamente escrito, Carl Rogers lo ha descrito con una gran
claridad, lo mismo que Maslow, May y muchos otros de los grandes
tericos de la Tercera Fuerza, de la Psicologa Humanista. Ser humanista
no es estar abierto a todo y aceptarlo pasivamente, es estar abierto a la
novedad, pero de una forma activa y crtica. Busca aceptar, pero no
implica aprobar todo. Es estar abierto pero tener filtros. Implica que antes
de tragarnos algo hay que desestructurarlo para poderlo asimilar.
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Bajo estas mismas ideas humanistas no puedo aceptar lo que considero


irrespetuoso, inductor, manipulador y violentador para el ser humano;
tampoco puedo aceptar las conductas de los psicoterapeutas que no tienen
respeto por sus clientes, que son violentos, que no les escuchan, que no
les respetan, que les tratan de imponer ideas y actitudes desde su
posicin de poder. Nada mas lejos del autntico humanismo y del cuidado
de lo que, desde esa perspectiva, consideramos valioso. El humanismo
representa un buen intento de tener relaciones horizontales y de respeto
con el otro al que se busca ayudar, y todas aquellas posiciones
teraputicas donde el ideal es la relacin vertical, son opuestas a dicho
enfoque y por consecuencia a la PG.

ELEMENTOS
CONSTITUTIVOS
PSICOTERAPUTICO

DE

UN

ENFOQUE

La solidez de un enfoque psicoteraputico se puede medir tanto por la


riqueza de su aportacin terica y prctica, como por la realidad de su
aplicacin. Con esto ltimo me refiero no solo a que se aplique en un
extenso mbito y que tenga un reconocimiento acadmico, sino tambin a
que dichas aplicaciones tengan coherencia con la teora que las sustenta.
Un autntico enfoque psicoteraputico se fundamenta en marcos tericos
de referencia explcitos que como mnimos han de ser los siguientes:
1. Un modelo filosfico. O sea una concepcin de ser humano y de la
existencia como tal.
2. Marcos tericos especficos. Que abarquen las siguientes reas:
Una teora del aprendizaje.
Una teora de la motivacin.
Una teora del desarrollo.
Una teora de la funcionalidad y disfuncionalidad.
3. Una metodologa de intervencin.
Obviamente el modelo filosfico es de un nivel ms alto que el nivel de
marcos tericos y stos han de estar supeditados a l. As mismo los
marcos tericos son de un nivel lgico ms alto que la metodologa y esta
ha de estar supeditada a ellos.
La metodologa y los marcos tericos estn sustentados y han de ser
congruentes con la concepcin que se tiene del ser humano.

La concepcin del ser humano de la Psicoterapia Gestalt


El ser humano tiende a la preservacin y al crecimiento. Tiene
innatamente mecanismos de auto-regulacin y va siendo y construyndose
a travs de su relacin con el mundo. Es bueno por naturaleza, en el
sentido de que busca espontneamente lo mejor para su sobrevivencia y
para su desarrollo dentro del medio en donde se encuentra. Para lograr
desarrollar plenamente su potencial requiere de un ambiente propicio en
donde sea tratado con respeto, con valoracin y con comprensin,
otorgndole oportunidades para desplegar sus recursos. Lo que favorece y
obstaculiza el desarrollo est presente aunque provenga de experiencias
pasadas y se revisa en su manifestacin presente.
Marcos tericos especficos
La PG ha ido desarrollando diferentes marcos tericos para explicar de
manera ms especifica el funcionamiento del ser humano en sus
diferentes aspectos, pienso en concreto en los diferentes modos de
relacin, la teora de campo y su aplicacin en la PG, el ciclo de
satisfaccin de necesidades, etc. Todos estos y muchos ms han sido
ampliamente desarrollados por Goodman, Perls, Zinker, Robine, Yontef, y
muchos otros. No es de inters para este artculo hablar en especfico de
cada uno de ellos, simplemente he dado estos ejemplos para explicar un
poco a qu me refiero con este punto.
La metodologa de intervencin de la Psicoterapia Gestalt
Otro asunto importante en la prctica es la metodologa que se utiliza y
aqu es donde creo que no hay que confundir la tecnologa con la
metodologa. La metodologa es la visin global del cmo, dnde, cundo, y
para qu de una intervencin y las tcnicas son las formas especficas que
usamos para llevar a cabo dicha metodologa. Pero el que se usen las
tcnicas que algn enfoque ha implementado no quiere decir que se estn
usando de acuerdo a la metodologa que las origin. Por ejemplo: he visto
usar la tcnica de la silla vaca con una metodologa no fenomenolgica.
As mismo, puedo usar tcnicas de otros enfoques que incorporo a mi
metodologa, el problema es que se llame PG a una intervencin donde se
usa una tcnica implementada en gestalt, pero sin su correspondiente
metodologa fenomenolgica; eso definitivamente no sera estar haciendo
PG. Muchos de los llamados psicoterapeutas eclcticos no son mas que
simples pragmticos, son coleccionistas de tcnicas, mismas que aplican
segn lo que les parezca puede ser til para el problema que quieren
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resolver. En la PG la tcnica es lo menos importante, lo ms importante es


trabajar bajo una metodologa fenomenolgica y esa metodologa est
sustentada en marcos tericos y en una concepcin del ser humano
ampliamente explicitada por diferentes autores.
En toda intervencin psicoteraputica hay diversos niveles: un nivel de
actitud, un nivel de habilidad, y un nivel terico. Lo terico y la habilidad
tienen que estar supeditados a la actitud, que no es ms que la vivencia
autntica del modelo filosfico en el que se est sustentado. Se pueden
aplicar muchas tcnicas en cada una de nuestras intervenciones
psicoteraputicas, pero stas han de estar fundamentadas y ser
congruentes con la teora en la cual estn sustentadas, me parece que una
aplicacin indiscriminada de las tcnicas de la PG, o de cualquier otra
tcnica bajo el nombre de la Gestalt, puede obrar en detrimento de la
solidez del enfoque terico en el cual se basa la Psicoterapia Gestalt.
La Gestalt ha elaborado tcnicas, pero no es una tcnica, y son tcnicas
que han salido de una forma experimental, han sido creadas en la
experimentacin dentro de un proceso especfico y han resultado buenas,
por eso han permanecido, pero no empezaron como una tcnica pura y
mucho menos fueron creadas para resolver un problema determinado. En
la PG el nfasis metodolgico est puesto en generar experimentos que se
van creando de acuerdo a las necesidades especficas de un proceso
particular y dentro de un contexto psicoteraputico, no en tcnicas
establecidas para facilitar la resolucin de problemas especficos. Algunos
de esos experimentos han resultado mtodos tiles que facilitan la
vivenciacin de forma general y se han convertido en las llamadas tcnicas
clsicas de la PG. En especfico pienso en el tipo de mtodo que usamos
para trabajar con los sueos, los sntomas, en la silla vaca etc.

LA PSICOTERAPIA GESTALT Y SU RELACIN CON OTROS


ENFOQUES
Para poder asociar y hermanar a la Psicoterapia Gestalt con otros
enfoques tiene que haber una base de congruencia y coherencia
especialmente en cuanto a la concepcin que se tiene de ser humano y a
su comportamiento funcional y disfuncional, en cuanto a lo que es un
desarrollo humano sano y las razones por las cuales dicho desarrollo se ve
obstruido. Desde este punto de vista, hermanar a la PG con el
Psicoanlisis, con el Anlisis Transaccional, con la Bioenergtica, con la
Programacin Neurolingstica, etc., me parece un verdadero desatino.

Definitivamente hay posturas tericas y/o prcticas incompatibles con la


Psicoterapia Gestalt, ya que esta es fundamentalmente una manera de ser,
y estar en el mundo, esto quiere decir que pone su nfasis principal en las
actitudes, luego en la prctica y por ltimo en la teora, en ese orden sin
que ninguna de las tres formas pierda importancia. Hay cosas especficas
de otros enfoques que nos pueden enriquecer, de hecho las hemos tomado
hacindolas nuestras porque no contradicen nuestra concepcin del ser
humano. Usar algunas de las tcnicas corporales que ha aportado por
ejemplo la Bioenergtica, no quiere decir que aprobemos que la expresin
es ms importante que el contacto. Que nos parezcan muy interesantes y
de mucha aportacin terica algunas investigaciones en el psicoanlisis,
no quieren decir que concordemos con su manera de ver al ser humano y
con su metodologa psicoteraputica.
La PG slo puede hermanarse y complementarse con enfoques del tipo
teraputico que comparten con ella una manera de ver al ser humano y a
la vida y, adems, una metodologa congruente con ello. Estos enfoques,
que le son complementarios y enriquecedores son aquellos que han
surgido de la Tercera Fuerza de la Psicologa, o sea de la Psicologa
Humanista, como por ejemplo el Enfoque Centrado en la Persona, la
Psicoterapia Existencial, etc.

CONCLUSIONES
1. Muchas instituciones que forman profesionales y pretenden ensear
Psicoterapia Gestalt y muchos de los psicoterapeutas que se auto
nombran como gestlticos no necesariamente lo son, especialmente a
un nivel actitudinal y prctico.
2. Hace falta una clarificacin y reflexin ms profunda tanto en la
produccin escrita, como en la supervisin de la prctica del modelo
terico y experiencial, respectivamente, de la PG. Especialmente en las
escuelas e institutos de formacin.
3. Hay que tener cuidado con los intentos de integracin con otros
enfoques que por cuestiones filosficas de tipo valoral y tico son
incompatibles con la PG.
4. La PG es naturalmente compatible con los enfoques tericos y
psicoteraputicos que han surgido de la Psicologa Humanista, y habra
que ser cuestionadores y crticos para valorar en que s y en que no se
es compatible con los enfoques que provienen de la primera y de la
segunda fuerza de la Psicologa.

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TERAPIA GESTLTICA GRUPAL


Paco Pearrubia (*)
RESUMEN
Exposicin de dos modelos clsicos de trabajo gestltico grupal: gestalt en
grupo y gestalt de grupo, representados por Fritz Perls y la escuela de
Cleveland respectivamente.
Sntesis del autor, denominada gestalt grupal, entendida como fase de nodirectividad (escuchando los fenmenos grupales para los que propone el
mapa de Bennis y Shephard) y fase de intervencin (con trabajos
individuales y experimentos grupales).
Desarrollo del concepto de experimento colectivo.

Hablar de Psicoterapia Gestltica hace pensar casi inevitablemente en


grupos, porque ste era el encuadre favorito de su creador, Fritz Perls,
cuya poca de esplendor (sesentas) coincide tambin con la eclosin de los
grupos en la cultura humanista, en la que l tuvo una influencia decisiva y
una responsabilidad innegable.
Sin embargo no podemos afirmar con rigor que el grupo gestltico sea una
terapia de grupo, sino ms bien una terapia en grupo.
En la tradicin psicoanaltica nos encontramos con una polmica muy
similar. Hay psicoanlisis en grupo, donde se analiza a los pacientes como
si estuvieran aislados y tomados de uno en otro (Woli y Schawart); hay
psicoanlisis del grupo, donde se psicoanaliza al propio grupo como si se
tratara de un solo paciente (Ezriel y Bion); y por ltimo hay grupoanlisis,
que analiza simultnea y globalmente al individuo y al grupo (Campos,
1980. Pg. 39).

(*) Paco Pearrubia. Psiclogo. Psicoterapeuta. Director del CIPARH. C/Corredera Baja
de S. Pablo, 53 1 Centro. 28004. Madrid. (91) 532 61 41

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GESTALT EN GRUPO
En la tradicin gestltica contamos con dos modelos bsicamente: uno
viene del psicoanlisis, lo encarna Perls (a quin Claudio Naranjo define,
entre otras cosas, como un neofreudiano) y al que, como dije antes,
podramos denominar "gestalt en grupo".
En su poca californiana Perls haba abandonado la terapia individual y
enfatizaba la eficacia del encuadre de tipo grupal sobre el individual
porque actuaba de manera ms contundente en las resistencias del
paciente. Algo as como que el individuo puede defenderse mejor de las
intervenciones del terapeuta individual (cuando ste frustra las evitaciones
de su paciente e intenta confrontarlo con su falsedad) pensando, por
ejemplo, que son "cosas del terapeuta". Esto mismo difcilmente ocurrir
en grupo: no se puede descalificar lo que estn viendo docenas de ojos que
coinciden en sealar los juegos neurticos del individuo que trabaja en ese
momento en el centro del grupo.
Perls trabajaba habitualmente as, en una especie de sesin individual
ante el grupo, utilizando a ste como una comparsa muy especial, puesto
que se converta en un resonador energtico del trabajo que se estaba
desarrollando en el centro. Algunos conciben este estilo heredado de Perls
y habitual entre los gestaltistas, como una prolongacin de la personalidad
autoritaria de su creador, que conllevara un cierto desprecio de los
recursos del grupo.
No comparto esta crtica, y cualquiera que haya experimentado esta
manera de trabajar en grupo coincidir en que los niveles de implicacin,
de compromiso y de autenticidad que se dan en esa "sesin", son
netamente superiores a la sesin individual, posiblemente por la magia de
ese "aqu y ahora", que es la condicin de la filosofa existencial: el
individuo en un contexto irrepetible y puntual, o dicho en trminos de la
Teora de la Gestalt o Psicologa de la forma: el grupo como fondo y el
paciente/terapeuta como figura o primer plano.
Y recordemos que fondo y figura son inseparables en lo que respecta a la
percepcin.
Es cierto que Perls, que tanto insisti en la autorregulacin organsmica
como sinnimo de la salud personal, no tena la fe de Rogers en la
autorregulacin del propio grupo, al que bastaba "dejar ser" para que se
convirtiera en un agente curativo, ms all de la figura de conocimiento o
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de poder que represente el terapeuta (al que Rogers llamaba precisamente


"facilitador" de ese proceso), a diferencia del modelo mdico del terapeuta.
La personalidad arrolladora de Perls introdujo un modelo de terapeuta
ms directivo, susceptible de ser entendido como excesivamente poderoso,
pero tambin podemos entenderlo como el ms profundamente respetuoso,
puesto que apoyar al paciente ms all de los mnimos es infantilizarlo, es
no respetar que l eche mano de su propio autoapoyo. As es que el estilo
de Fritz era facilitador en el sentido ms duro de la palabra, es decir,
dificultando lo neurtico e invitando al vaco, a ese espacio del centro del
grupo que llamamos: "silla caliente" como eufemismo de "silla elctrica".
Al final de sus das Perls ni siquiera crea ya en el grupo teraputico
convencional, sino que propugnaba la comunidad teraputica, el "Kibbutz
gestltico" donde la convivencia y la propia vida seran los factores de
aprendizaje de la gestalt como filosofa de vida.
Si bien dije que este estilo perlsiano viene del psicoanlisis (en el sentido
de que el psicoanlisis grupal estaba muy poco desarrollado en los aos
20-30, poca de su formacin analtica) tambin creo que este uso del
grupo, es herencia del aprendizaje teatral de Perls con el gran director
alemn Max Reinhardt (Pearrubia, 1990. Pgs. 13-18)
El grupo como fondo o comparsa tiene muchas resonancias con el coro
teatral, tan importante en la tragedia griega, y al que Reinhardt dedicaba
especial atencin como contrapunto subrayador, contrastador, etctera de
la accin central. El coro-grupo as entendido es el contexto del trabajo del
"protagonista": este coro a veces pone la palabra de la sociedad, a veces la
voz de los dioses (como alter-ego psicodramtico), a veces se contagia de la
emocin y encadena la siguiente sesin en el centro, a veces es utilizado
como recurso de espejos proyectivos para quien est trabajando.
Los trabajos de Fritz que nos han llegado registrados en vdeo, nos lo
muestran en muchas ocasiones, como un magistral director de escena que
saca el mximo partido del grupo y del individuo en una nter-relacin tan
sutil como poderosa para su finalidad teraputica: ampliar la conciencia
interna y externa.
Ruth C. Cohn llama tambin a este estilo "mtodo del coro griego" como
definicin de la terapia de grupo gestltica que haca Perls. Ella ha
investigado con cinco modelos de interaccin grupal: el psicoanaltico, la
terapia experiencial, el grupo T, su propio mtodo al que llama "interaccin
centrada en un tema" y la terapia gestltica as entendida.
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Descubri que:
"Invariablemente los grupos exhibieron la mayor participacin
personal en el laboratorio de terapia gestltica, pese a que la
mayor parte del tiempo eran espectadores ms que participantes
en interaccin. La observacin del dilogo dramtico teraputico
tena mayor repercusin que la interaccin personal" (Cohn, 1973.
Pgs. 135-143)

GESTALT DE GRUPO
El otro estilo gestltico de trabajo grupal procede de la Psicologa de la
Forma y se encarna en el modelo de Cleveland.1
Laura Perls conoca bastante mejor que Fritz las teoras de la Psicologa de
la Gestalt o de la forma, uno de cuyos postulados bsicos es que "el todo
es ms que la suma de las partes". Parecera una consecuencia lgica
aplicar este principio al grupo, cosa que Fritz no hizo, pero que s han
desarrollado Laura y la escuela de Cleveland en un modelo concreto que
formul Elaine Kepner, en los aos 70 (Kepner, 1980). Aqu al grupo se le
mira con una doble atencin: enfocando el desarrollo de los individuos en
el grupo e, ininterrumpidamente, el desarrollo del grupo como un sistema
social. Es una sntesis entre la gestalt individual y la dinmica de grupos
lewiniana. Este modelo afirma que el grupo pasa por cuatro fases
denominadas: fase de Identidad (que remitira a la pseudoidentidad o
dependencia), fase de Influencia (que alude a los fenmenos de autoridad,
normas, etctera y nos remitira a la contradependencia), fase de Intimidad
(que alude a las interacciones grupales, a la interdependencia) y por ltimo
la fase de Cierre (que alude a la recogida de la experiencia).
Este modelo resuena inevitablemente con el enfoque grupo-analtico de
Foulkes que, como ya dije, analiza simultneamente al individuo y al
grupo, y quien hace el anlisis es el propio grupo, al que como uno ms,
pero con caractersticas distintas, pertenece el terapeuta como miembro.
Personalmente prefiero el esquema foulkiano, es ms, me parece que es el
modelo "gestltico" por excelencia segn la Psicologa de la Forma. Si
1

Una de las Escuelas ms reconocidas de formacin gestltica, fundada en los aos 50


por Fritz Perls y su espose Laura, es el mximo exponente de la llamada "Gestalt de la
Costa Este" cuyos intereses se han centrado en la sistematizacin terica, frente a la
''Gestalt Californiana'' ms interesada en el desarrollo de la intuicin.

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alguna deuda tiene la Terapia Gestalt con dicha Psicologa (en el caso de
Fritz, desde luego que ninguna).
Foulkes sera la lnea ms directa en lo que se refiere a grupos. Foulkes,
que era alemn aunque desarroll sus teoras grupales en Inglaterra,
colabor estrechamente con Kurt Goldstein adscrito a la escuela de la
gestalt, con quien tambin trabaj Fritz Perls en Frankfurt, siendo su
ayudante de 1926 a 1927. Siguiendo con las coincidencias, diremos que
Foulkes se analiz con Helena Deutsch, que tambin fue la supervisora de
los primeros pacientes de Perls en Viena.
El abordaje de Foulkes representa una excelente sntesis del psicoanlisis
y la dinmica de grupos (Foulkes sigui con inters los estudios de Lewin
en Amrica, otra rama de aquella Psicologa de la Gestalt, dedicada ahora
a la investigacin de la dinmica de los grupos pequeos). El modelo
foulkiano recoge la tradicin analtica respecto al grupo, es decir, un
especial nfasis en la comprensin de los fenmenos respecto a la
autoridad, cosa que apunt Freud y desarroll Bion. A su vez, el terapeuta
como un miembro ms del grupo resuena con el enfoque rogeriano y apoya
el poder teraputico del propio grupo. Su modelo alude a cuatro fases de la
historia del grupo, encadenadas en una secuencia: Conformidad-AutoridadDependencia-Cambio, pudiendo primar cualquiera de estas fases en
cualquier momento del grupo.
La Conformidad recoge aquello que Kepner llama "identidad", es decir, los
fenmenos grupales que surgen de la tensin de adecuacin del individuo
a las normas y cultura del grupo. Autoridad que refleja tanto las relaciones
con la autoridad instituida (el terapeuta) como el propio poder personal
que va desarrollndose a lo largo de la historia del grupo. Dependencia,
que seala los fenmenos de rebelda y de frustracin de expectativas
depositadas en un terapeuta omnipotente y por ltimo los procesos de
maduracin que recoge la fase de Cambio.
Como explicacin de los fenmenos grupales, que son el resultado de la
dinmica de los individuos y del grupo, me resulta ms sugerente la
formulacin de Foulkes que la de Kepner, en parte porque actualiza y
recoge la literatura psicolgica tradicional sobre grupos y en parte porque
sintetiza coherentemente los aportes de la Psicologa de la Gestalt, de la
Dinmica de Grupos de Lewin, del Psicoanlisis e incluso de la Sociologa:
en los aos de Foulkes en Frankfurt, el Instituto Psicoanaltico comparta
el edificio (e incluso actividades comunes) con el instituto de Sociologa o
Escuela de Frankfurt que nutri a pensadores de la talla de Adorno, y W.
Benjamn. En uno de los pocos textos castellanos sobre grupos y Gestalt,
Marta Atienza (Atienza, 1987) resuena con Foulkes cuando alude a que la
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dinmica del grupo atraviesa perodos de desorganizacin (conformidad),


de voracidad dependiente y de condenacin (dependencia, autoridad) as
como perodos expansivos y elaborativos (cambio).
Aparte de los modelos tericos de referencia, que, como hemos visto, son
bastante similares, lo que va a diferenciar ms a un terapeuta
grupoanaltico y a un gestaltista es la manera de hacer. Generalmente el
gestaltista es ms directivo, interviene ms en la actividad del grupo,
proponiendo (y a veces participando en...) experiencias, ejercicios, juegos y
experimentos grupales que involucren a la totalidad de los miembros. No
atiende tanto a los conceptos de transferencia y resistencia, sino a la
autenticidad y franqueza de las comunicaciones y las conductas,
"haciendo mayor hincapi teraputico en la singularidad y espontaneidad
del individuo en la interaccin grupal", como Ruth C. Cohn seala, propio
del terapeuta experiencial.

GESTALT GRUPAL
Segn vamos viendo, en terapia gestalt se trabaja con grupos de muy
diversas maneras, casi siempre en funcin del estilo personal del
terapeuta.
Puede ser una sucesin de trabajos individuales (a la manera clsica de
Perls). Pueden ser propuestas de trabajo en subgrupos (parejas, tradas...)
dirigidos a la exploracin del aqu y ahora o a la indagacin de asuntos
inconclusos de cada persona; Claudio Naranjo (1990) ha desarrollado
eminentemente esta especialidad, entre otras, como una forma de
autoterapia o terapia autogestionada dentro del grupo, transmitiendo una
profunda fe en el valor curativo de la interaccin relacional, en un clima de
transparencia y confianza y donde el terpeuta es ms un "supervisor" de
las tareas del subgrupo, ya que son los propios miembros, quienes se
acompaan, aportando su presencia y su escucha ms neutra, sin juegos
"sociales" o manipulatorios.
Pueden ser ejercicios propuestos al grupo (fantasas dirigidas, juegos, etc.)
cuya capacidad movilizadora suscite material para trabajar despus
individualmente (Castanedo, 1990. Pgs. 127,184) adoptando aqu el
terapeuta, un rol ms activo y apriorstico.
Mi forma caracterstica de trabajar con grupos ha ido cambiando con el
tiempo. En la actualidad podra definirla como una polaridad entre no
directividad e intervencin, con lo que cada uno de estos aspectos
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conlleva.
A. Desde la No-Directividad atiendo especialmente a lo que el grupo
expresa de muy diferentes maneras: verbal y gestualmente, en la
distribucin del espacio, en el sentido, en el silencio, en el tono de la
voz, en el cdigo del lenguaje (personal e impersonal, etc.). Esta
escucha actitudinalmente neutra, que significa algo ms que atencin
flotante freudiana o la empata rogeriana, y que en gestalt podra
traducirse por presencia completa, considero que es la cualidad bsica
del buen terapeuta y que permite la comprensin del grupo o del
paciente como si de un libro abierto se tratara.
A esta escucha le dedico el tiempo inicial (que pueden ser horas si se
trata de un grupo intensivo al estilo de taller de fin de semana) que
durar ms o menos en funcin del material que aparezca y de mi
propia habilidad para captarlo. En estas secuencias no directivas
suelen emerger los fenmenos de grupo que han recogido todos los
modelos clsicos: Bion, Foulkes, Lewin, Bales, etc., y que creo que el
esquema de Bennis y Shepard (Bennis y Shepard, 1956. Pgs. 415-437)
aglutina en forma abarcadora y comprehensiva este esquema, que me
parece uno de los mapas ms tiles, con tal de que no confundamos al
mapa con el territorio, viene a decir, en sntesis, que el proceso de un
grupo tiene dos ciclos o fases por las que pasa.
La primera tiene que ver con lo que llaman Dependencia y se refiere a
todos los asuntos con la autoridad. La segunda, denominada
Interdependencia, tiene que ver con los asuntos de intimidad entre los
miembros del grupo. Es como si la lnea vertical que inaugur Freud al
hablar de que la psicologa del grupo atae a la identificacin de cada
miembro con el padre-terapeuta, y que desarroll Bion a travs de sus
supuestos bsicos de Dependencia, Lucha-Fuga y Emparejamiento, (por
no repetir lo que tanto Foulkes como Kepner sealan al respecto, aqu se
combinara con la lnea horizontal que atae a los vnculos afectivos entre
los propios componentes del grupo.
Estos dos ejes, vertical y horizontal, van a definir el proceso del grupo, es
decir, su resolucin de los conflictos de poder por un lado y los del amor
por otro. Lo que Bennis y Shepard afirman, y mi experiencia en grupos lo
corrobora, es que hasta que no se resuelvan los conflictos con la autoridad
(fase de Dependencia) no afloran en el proceso grupal los fenmenos ms
claramente afectivos (fase de interdependencia).
Este mapa explica la evolucin de cada fase en trminos dialcticos:
situacin de partida, desequilibrio-conflicto y solucin o nueva situacin
17

de equilibrio. Paralelamente tiene en cuenta la tipologa de los miembros


del grupo segn se manejan con el poder y con los afectos, de forma que,
en lo que se refiere a la autoridad hay personas dependientes,
contradependientes e independientes (y esta actitud de independencia,
aparte de que haya personas ms maduras en todo grupo, es la meta
precisamente del proceso teraputico grupal); en lo que se refiere a la
intimidad y el amor, hay miembros sobrepersonales (que establecen lazos
afectivos de forma compulsiva), contrapersonales (fbicos al contacto) y
personales (aquellos que diramos en gestalt que contactan y se retiran
adecuadamente).
Todos estos factores operan dinmicamente en la vida de un grupo y
explican los pasos y cambios que van ocurriendo en su historia. As es que
la mayora de los grupos parten de una situacin de dependencia donde se
depositan poderes casi mgicos en el terapeuta, actitud sta que
representarn mejor los individuos ms dependientes que suelen ser los
lderes de este momento grupal; en la medida en que el terapeuta no hace
un uso narcisista de estos poderes que le han proyectado, sino que los va
devolviendo a sus legtimos dueos, los miembros del grupo, sobreviene un
momento de conflicto y desequilibrio (denominado subfase de
Contradependencia-lucha, tan afn al concepto de lucha-Fuga en Bion),
situacin de destete que suele ser vivida dramticamente y donde las
rivalidades entre los miembros del grupo apoyan los liderazgos ms
rebeldes, los caudillajes contradependientes y el resentimiento contra el
terapeuta por su "abandono", por no ser Dios y no secundar la demanda
neurtica del grupo.
Esta situacin va evolucionando hacia su solucin, ya que los miembros
del grupo van madurando a travs de estos conflictos, con la ayuda de las
personas ms independientes que jugarn el papel ms importante en este
momento grupal y que ayudarn a superar la ambivalencia hacia la
autoridad, percibindola ms objetivamente, como alguien con mayor
experiencia y conocimientos, pero un ser humano como ellos. Este pasaje
por los infiernos cristaliza en una mayor madurez del grupo, una actitud
de autorresponsabilidad y un reconocimiento del propio poder personal.
En lo que respecta a la fase de interdependencia o dinmica de los afectos
interpersonales, el grupo parte igualmente de un equilibrio engaoso,
(denominado Encantamiento) pero necesario despus de los conflictos que
han sufrido: algo as como "no volvamos a otra crisis capaz de
deshacernos, forcemos el acuerdo y el entendimiento, ammonos",
representada en especial por los miembros sobrepersonales. Esta tregua se
revela antes o despus insatisfactoria, porque reprime las individuales y
las legtimas diferencias.
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

El equilibrio se rompe de la mano de los miembros ms contrapersonales y


el grupo entra de nuevo en una situacin de conflicto: amores y odios,
alianzas y rupturas... y todo aquello que tiene que ver con la ambivalencia
hacia la necesidad/negacin de amor y calor. Esta subfase, denominada
Desencanto, igualmente dramtica, evoluciona hacia su solucin, donde
primarn las actitudes ms personales y maduras a este respecto, capaces
de apoyar lo autntico de los dems y de ilustar lo neurtico o
manipulador sin descalificar por ello a la persona total.
El esquema aqu resumido me parece uno de los que mejor explican los
avatares de la historia de un grupo y el cambio de actitudes a que da lugar
y que son un sinnimo de curacin o salud. Aun manejndome con este
mapa cognitivo, slo la escucha atenta y la mnima directividad me pueden
proporcionar la comprensin del momento puntual en que se mueve el
grupo.
FASE: Dependencia
Subfase 1: DependenciaHuda
Subfase 2:
Contradependencia-Lucha
Subfase 3:
Solucin- Catarsis

Miembros

FASE: Interdependencia
Subfase 1:
Encantamiento-Huda
Subfase 2:
Desencanto-Lucha
Subfase 3:
Solucin- Consenso

Miembros

Dependientes
Contradependientes
Independientes

FENMENOS
DE
AUTORIDAD-PODER

Sobrepersonales
Contrapersonales
Personales

FENMENOS
DE
INTIMIDAD-AMOR

B. A partir de aqu entiendo cundo mi intervencin puede ser til y


facilitadora. lntervenir significa a veces sealar los aspectos
fenomenolgicos observados, devolver lo obvio que el grupo no percibe,
no se "Da Cuenta" o se percata.
La sealizacin gestltica trata de no caer en un "acercadesmo"
("aboutism", expresin de Perls que denuncia la palabrera, el hablar
acerca de algo, defendindose de vivenciarlo) sino ms bien invitar a la
experiencia. Esto puede desembocar frecuentemente en un trabajo
individual al estilo de lo que llam "gestalt en grupo", con las ventajas
situacionales ya sealadas:
19

"Lo que el grupo posibilita ms que la sesin privada es que para


todo el grupo es obvio que la persona angustiada no ve lo obvio, no
ve la forma de salir del impasse, no ve (por ejemplo) que la mayor
parte del sufrimiento es pura imaginacin. Frente a esta conviccin
colectiva del grupo, el paciente no puede usar su habitual conducta
fbica, consistente en renegar del terapeuta cuando no logra
manipularlo. De alguna manera, la confianza en el grupo parece
ser mayor que la confianza en el terapeuta, a pesar de toda la as
llamada confianza transferencial." (Perls, 1978. Pg. 25)
El trabajo individual ocupa muy a menudo el lugar del "emergente grupal",
es decir, permite que aflore en forma de conflicto personal lo que sera
conflicto grupal.
En este sentido suelo ser yo el que selecciona qu trabajo hacer, invitando
a unos y no a otros a explorar en el centro ese asunto que estn
manifestando. Otras veces, de forma espontnea y ante la pregunta
"Quin quiere trabajar?". La persona que se ofrece, acaba mostrando un
retrato puntual y simblico de lo que pasa en el grupo y entonces soy yo
quien lo extrapola y lo explicita al grupo. Esto fomenta que el feedback del
grupo sea ms comprometido y autorresponsable y da lugar a un
encadenamiento de trabajos individuales que son acumulativos respecto al
nivel de apertura y conciencia del grupo, lo cual viene a suscribir de forma
aparentemente paradjica aquello de que el todo es ms que la suma de las
partes.
La segunda intervencin por excelencia es el experimento. Los Polster
(1976) sealan que los tres principios gestlticos aplicables al trabajo con
grupos son la oportunidad de crear experimentos junto con la toma de
contacto y la toma de conciencia (awareness). Tambin Perls alude al grupo
como espacio de experimentacin:
"Hay otras ventajas al trabajar con un grupo. Gran parte del
desarrollo individual puede ser facilitado haciendo experimentos
de retirada, o aprendiendo la importancia de la atmsfera, o
mostrando a la persona en el lugar mismo cmo aburre
colectivamente, hipnotiza o divierte al entorno. En la pena o
situaciones de similar carga emocional, ocurren frecuentemente
reacciones en cadena. El grupo aprende pronto a entender la
diferencia entre ayudar con buenas intenciones y el verdadero
apoyo." (Perls, 1978. Pg. 25)
Podramos generalizar que el espacio que en el grupo psicoanaltico ocupa
la interpretacin, en el grupo gestltico lo ocupa el experimento, ya que
20

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

cuando el terapeuta propone un determinado juego, ejercicio o


experimentacin improvisada en el momento, parte de una hiptesis
acerca de lo que est pasando y precisamente propone ese trabajo
colectivo para explorar, para ampliar la conciencia, para que el grupo se
percate ms y mejor de lo que ocurre. En rigor esto no es tanto una
interpretacin sino una organizacin selectiva de lo fenomenolgico que el
terapeuta observa y devuelve estructurado al grupo para que juegue y lo
vivencie.
Hay ejercicios colectivos clsicos en gestalt cuya probada eficacia los hace
especialmente tiles depediendo el momento:

Rondas grupales: donde cada cual expresa su percepcin de los otros,


haciendo hincapi en lo negativo (lo que Claudio Naranjo denomina
"reduccin del ego", entendiendo que aqu "ego" se refiere a la falsa
personalidad, tal como se entiende en las tradiciones espirituales), en lo
positivo o en ambas cosas. Este tipo de juego pone de relieve una de las
mayores ventajas del grupo: la multiplicacin de espejos proyectivos, es
decir, la situacin grupal favorece que cada persona deposite en los
dems miembros del grupo, aspectos propios rechazados y
precisamente porque explicita estas proyecciones puede volver a
apropirselas y recuperar lo suyo enajenado en los otros.

Juegos de acercamiento/distanciamiento: donde cada cual puede


experimentar sus temores y deseos de contacto con los otros.

Fantasas dirigidas: donde el terapeuta puede proponer imgenes


significativas que amplifiquen la conciencia emocional del momento
grupal. A veces son de corte regresivo: fantasas de vuelta a la infancia
para rememorar y vivenciar asuntos emocionales inconclusos. Puede
ser proyecciones en el futuro, para tantear los aspectos motivacionales,
las metas de autorrealizacin y denunciar las paralizaciones que hacen
que en el presente el grupo no se haga responsable de sus legtimas
necesidades. Otras veces ayudan a jugar a favor de las resistencias
para desarticular de forma simblica lo defensivo: alentar la evitacin,
refugindose en fantasas gratificantes y luego volver con ms fuerza y
seguridad a enfocar lo conflictivo donde antes se atasc el grupo.

Por lo general, y segn he constatado en mi experiencia, es la escucha


atenta lo que va a devenir en experimentos nuevos y creativos adecuados
al momento. Lo que he observado con frecuencia es que en los momentos
de crisis con la autoridad (la situacin de desequilibrio dentro de la fase de
dependencia), el grupo tiende a paranoizarse y resultan especialmente
21

eficaces los experimentos que faciliten la expresin de la agresin:


explicitar las rivalidades entre lderes, confrontar los subgrupos en pugna,
recuperar las proyecciones puestas en los otros, enfrentarse a la autoridad
del terapeuta, afirmarse asertivamente, exagerar la rebelda y la sumisin,
expresar las demandas de necesidad, peleas de cojines, enfrentamiento de
"machos" por las mujeres, etc.
En la fase de crisis afectiva (aquello que citamos como Desencanto durante
la fase de lnterdependencia) los fenmenos ms susceptibles de
experimentacin son aquellos que tienen que ver con la identidad (quin
soy yo ante los otros), con el temor a expresar rechazos y atracciones, con
los fantasmas de erotizacin, con las dificultades de pedir, dar y recibir
amor, las rivalidades y alianzas con el propio sexo frente al sexo opuesto,
la confianza y la aceptacin, experimentar y atravesar el temor a ser
"engullido" por el grupo, etc.
Tambin quiero expresar la riqueza de propuestas experimentales que
surgen del propio grupo, experiencia sta que tengo muy constatada en los
grupos de creatividad, o grupos de crecimiento humano coordinados con
tcnicas creativas. En estos grupos, suelo trabajar en la despenalizacin
de lo neurtico precisamente para que aflore, para que se favorezca la
toma de conciencia y para transformar esos aspectos neurticos en
herramientas creativas para la vida. El clima de transparencia que suele
darse en este tipo de grupo, favorece que sea el propio grupo quien
proponga los experimentos a desarrollar y siempre acabo asombrndome
de lo atinado, rico y poderoso de esas propuestas que, obviamente, aliento
a jugar y vivenciar.
Este asombro, sorpresa y agradecimiento puedo reconocerlo en general en
mi trabajo con grupos y es el acicate que me motiva despus de tantos
aos. Sin menoscabo de la terapia individual, el grupo me moviliza ms
dinmicamente y aporta al proceso del cliente el mejor laboratorio para el
ensayo de nuevas conductas y el mejor sistema de espejos dnde
reconocerse.

22

figura/fondo No. 10.

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BIBLIOGRAFA
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CASTANEDO, C. (1990). GRUPOS DE ENCUENTRO EN TERAPIA GESTALT.
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POLSTER, E. y M. (1976). TERAPIA GESTLTICA. Amorrortu. Buenos
Aires.

23

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CMO CERRAR ASUNTOS INCONCLUSOS *


Celedonio Castanedo (*)
No es verdad que el alma te pese.
El alma no pesa; es aire, y humo y sea.
La noche es vasta. Tiene espacios para volar por
donde quieras
Jos Hierro. Premio Cervantes, 1998

Una de las principales fuentes de malestar psicolgico en la gente, la


producen los asuntos inconclusos, que aparecen cuando una persona se
siente dolida, enojada, o resentida hacia otra persona y no encuentra la
forma de resolver estos sentimientos. En consecuencia, la experiencia es
incompleta. Reteniendo esta experiencia incompleta o evitando el cierre,
una persona invierte una gran parte de su energa, lo que hace que le
quede poca energa disponible para hacer frente a nuevas situaciones.
Los asuntos inconclusos son bsicamente producto de situaciones
pasadas o conflictos intra-psquicos no resueltos. Algunas manifestaciones
de situaciones inconclusas son el resentimiento o la rabia no expresada a
los padres, hermanos, pareja, y a otras personas significativas. Adems,
los asuntos inconclusos son consecuencia del amor no expresado, la
culpabilidad no-resuelta, las acciones del pasado no-aceptadas, etc. La no
resolucin puede implicar otras personas o algunos aspectos de uno
mismo. Cuando las personas no actan adecuadamente para hacer un
cierre, cuando no pueden olvidar las acciones que han ocurrido en el
pasado, o cuando no aceptan las situaciones como son, entonces son
incapaces de funcionar de forma sana y enrgica. Recuerdo que en una
ocasin vea en psicoterapia a una joven que haba solicitado ser admitida
en una Universidad. Al ser denegada su admisin entr en una profunda
depresin. En la psicoterapia se detect que su reaccin emocional se
basaba en la creencia de que si fracasaba no mereca ser querida. En su
infancia, esta joven, las nicas veces que reciba muestras de cario de su
padre era cuando obtena buenas notas escolares y ahora, al no conseguir
entrar en la Universidad, senta que lo mismo que la ocurra con su padre
la pasara con otros hombres: ningn hombre podra quererla.
(*) Conferencia pronunciada en la Direccin de Desarrollo Estudiantil de la Universidad
de Guanajuato, (Guanajuato, Mxico) el 13 de julio de 2000.
(*) Celedonio Castanedo. Pionero de la Psicoterapia Gestalt. Psicoterapeuta didctico de
la Asociacin Espaola de Psicoterapia Gestalt.

25

De ah provena su desesperacin. La intensidad de su emocin era


provocada por los sentimientos no-resueltos hacia su padre.
Algunas veces la tensin que mantiene el asunto inconcluso est
encubierta, quiere decirse, est protegida por las resistencias que
bloquean el darse cuenta, de tal forma que la naturaleza misma de la
tensin est enmascarada. Otras veces, la tensin encuentra su expresin
en el cuerpo, produciendo trastornos psicosomticos como son las lceras,
los fuertes dolores de cabeza, el dolor de espalda, la artritis, o las crisis de
asma. (Rolf, 1977; Lowen, 1967, y Reich, 1949). Trastornos todos ellos
originados por la retroflexin que ms adelante tratar.
La salud psquica, desde el punto de vista de la Terapia Gestalt, reside
en vivenciar la formacin y el cierre de la figura; actualizarse en el sistema
de valores; adquirir sabidura, poder (el sentido que le da Carl Rogers a
este concepto en su libro del mismo ttulo), y amor; desarrollar el sistema
de auto-soporte (Laura Perls); ser responsable y autntico; y, lo ms
importante, establecer un buen contacto consigo mismo y con el entorno.
La persona sana identifica lo que necesita en cada momento existencial y
lucha con todas sus fuerzas para conseguirlo. Goldstein (1939) postul
que la satisfaccin de necesidades, en cualquier nivel, proporciona el darse
cuenta directo, (formacin de la figura) de otras necesidades o metas que
significan realizaciones ms elevadas. De ah proviene la formulacin
jerarqua de necesidades de Maslow y el concepto humanstico de
autorrealizacin del mismo autor (Maslow, 1954).
Por otra parte, la salud txica bloquea, impide, evita, interrumpe la
formacin y el cierre de las Gestalten, lo que provoca ansiedad, depresin,
resistencia al cambio, rigidez, y control neurtico; se hacen intentos para
manipular el ambiente, buscando obtener soporte del mismo, negando las
experiencias personales con la utilizacin de resistencias como son la
desensibilizacin, la proyeccin, la introyeccin, la retroflexin, la
deflexin, y la confluencia.
Todas estas resistencias interrumpen o frenan el Ciclo de la Experiencia,
impidiendo al organismo establecer contacto sano con el entorno y consigo
mismo.
La madurez es un proceso que consiste en desplazarse de la dependencia a
manipular el medio para obtener soporte, a darse auto-soporte, autosostenerse. Para Laura, alcanzar la madurez significa saltar de recibir
soporte del medio al auto-soporte. En palabras de Fritz: a rascarse uno
mismo sus propias pulgas. Aunque, a veces es necesario, incluso para las
personas sanas, aprender a manipular con eficacia, lo que puede ser una
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

forma sana para sobrevivir en un medio que no ofrece suficiente soporte.


Una persona sana puede elegir una conducta manipulativa, cuando sta le
permite llegar a cierres satisfactorios. A diferencia del neurtico, que no se
da cuenta de sus manipulaciones y los efectos de stas sobre s mismo.
Cuando el Ciclo de la Experiencia se auto-interrumpe cuando se produce
un asunto inconcluso. Entonces se acumula en el organismo la tensin
que produce la Gestalt incompleta o inconclusa. En la auto-interrupcin
algunas partes del cuerpo no se utilizan en su totalidad. Puede ser que un
brazo y un puo hayan sido frenados para no golpear, una mandbula no
haya podido ser capaz de triturar, lgrimas a flor de piel no hayan podido
brotar, los pulmones se bloquean para no gritar, a la tripas no se las
permite retorcerse de risa, y a la pelvis desplazarse. En todas estas
situaciones el cliente auto-interrumpe el ciclo de la experiencia desviando
la conducta y anulando las funciones de una parte de su cuerpo.
El trabajo teraputico modalidad expresiva, consiste en permitir la
expresin de la conducta y al mismo tiempo retomar la parte corporal
ausente. Por ejemplo, s un cliente retroflecta su rabia cerrando con fuerza
su puo (accin de retroflectar), cuando est hablando de su jefe, puede
ser invitado a hacer un trabajo en el que golpee un cojn (accin concreta)
que representa a su jefe (interaccin simblica). Es as como la conducta
corporal concreta, conlleva el significado simblico de expresar la rabia
directamente al blanco apropiado (simbolizado). En este caso puede ser
que se rompan las reglas del introyecto; una voz interna que le dice no
expreses la rabia. En ese momento el despertar de su rabia permite su
expresin, as se completa el ciclo. En esta situacin es importante que le
quede claro al cliente que este trabajo es simblico y no se trata de darle
permiso para que ejecute literalmente la conducta de dar un puetazo a su
jefe. El cliente tiene que distinguir entre el acting out simblico y la
prctica de la accin concreta. Aprender la diferencia entre los bloqueos e
inhibiciones, de una parte, y el freno moral de la otra.
El cierre gestltico se refiere a la tendencia inherente del ser humano a
completar percepciones incompletas o confusas (Ley de la pragnanz, por
ejemplo: una letra hecha de puntos tiende a percibirse cerrndose los
puntos como s estos fueran una lnea continua). El cierre se rige por el
principio de que la gente lucha activamente para completar la percepcin o
accin y no est satisfecha hasta que lo consigue. Es un proceso de
equilibrio. Una figura cerrada es mejor que una figura abierta. Una figura
incompleta es una situacin inconclusa. Una de las ms importantes
labores que puede ofrecer el terapeuta, es ayudar a la gente a confrontar
los asuntos inconclusos, alrededor de los cuales estn atascadas o
bloqueadas las personas.
27

En una serie de experimentos realizados por Zeigarnik (1938) y Ovsiankina


(1976), se demuestra que la memoria de tareas incompletas o
interrumpidas es dos o tres veces mayor que la memoria de tareas
finalizadas. Lewin considera que las tareas finalizadas son Gestalten
cerradas, en las que la tensin se ha retirado al satisfacer una meta. La
tarea incompleta situacin inconclusa- crea tensin y deja a la persona
insatisfecha. Ejemplos de este fenmeno abundan en la vida cotidiana: los
asuntos no acabados que exigen nuestra atencin constante hasta que no
son resueltos tales como los sentimientos bloqueados que no pueden ser
expresados, un acontecimiento interesante que mientras eludimos su
significado viene a nuestro recuerdo de vez en cuando.
Los sentimientos no expresados, a las personas significativas, son asuntos
inconclusos que a menudo estn relacionados con situaciones de
intimidad y control, y especialmente tienen que ver con el maltrato en la
infancia o situaciones traumticas del pasado provocadas por una persona
significativa (Greenberg et al., 1993). Las respuestas emocionales aparecen
en la superficie e interfieren con el funcionamiento psquico mucho
despus de que el acontecimiento o la relacin haya cambiado o finalizado.
La meta es tener acceso a la emocin primaria procesada y expresarla para
re-procesarla.
Unas sesiones de Terapia Gestalt con un cliente, tomadas de Greenberg y
Paivio (1997, pp. 148-149), ilustran claramente el trabajo teraputico que
se realiza con un cliente que tiene un asunto inconcluso. En este caso el
paciente es una persona de mediana edad que acude a terapia por el
estrs y los conflictos emocionales que le proporciona tener que cuidar de
su padre anciano, al que odia. La clera y la impaciencia que siente hacia
su padre le hace estar irritable y colrico hacia sus propios hijos y teme
que pueda llegar a tratarlos a ellos de la misma forma que su padre le
trat a l. Tanto el terapeuta, como el cliente, estn de acuerdo en que los
resentimientos persistentes del pasado son los determinantes de sus
emociones actuales y de los conflictos con su familia. La sesin se inicia
con quejas sobre la conducta de su padre. El terapeuta desplaza la energa
del cliente del campo externo para que hable de su experiencia interna.
Explicando al cliente la necesidad de este cambio para lograr salir del
atasco en que se encuentra. Sugiere al cliente que se desbloquee hablando
desde sus tripas, en lugar de quedarse en la superficie de las cosas.
Adems, le pide permiso para hacerle re-enfocar en su experiencia interna
cada vez que este deflecte a descripciones externas. Las intervenciones
incluyen la evocacin de recuerdos de numerosas experiencias de la
infancia, cuando se sinti ofendido, dolido, y rechazado por su padre.
El terapeuta le dirige hacia su experiencia interna de dolor y clera
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figura/fondo No. 10.

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mientras explora estos recuerdos vitales diciendo a su padre sentado en


la silla vaca de enfrente- lo que resiente. Esto le permite acceder a la
experiencia primaria de clera y necesidades incompletas. Por ejemplo,
recuerda cuando estuvo esperndole un domingo durante horas para jugar
ftbol con l, mientras su padre estaba en su casa viendo la TV y
bebiendo cerveza con sus amigos. El cliente pudo expresar claramente esta
emocin diciendo: Resiento que me hicieras esperar de esa manera.
Cmo te atreviste a hacerme esperar tanto, tuviste tan poca
consideracin. Resiento que en aquella ocasin tus amigos fueran antes
que yo. Siento rabia de todas estas situaciones, me merezco un padre
que se interese ms por m. En todas estas intervenciones se necesit que
el cliente imaginase a su padre en la silla vaca siendo ms joven de lo que
en ese momento era; verlo frgil y anciano hubiera inhibido la expresin
de rabia del hijo.
Como en muchas otras situaciones que implican relaciones vinculares, el
expresar resentimiento le permiti acceder al dao profundo que le
produca la falta de atencin afectiva de su padre. En una de las sesiones,
despus de expresar la rabia que senta, dijo que nunca haba recibido de
l un abrazo de cario. En ese preciso momento fue capaz de expresarle
que esto era lo que ms necesitaba. Adems, reconoci que ahora como
adulto an segua necesitando que su padre le acariciase la cabeza y esto
era lo que ms rabia le daba. Acceder a estas necesidades no satisfechas
de aprobacin, atencin y afecto, le permiti re-estructurar su propia
percepcin y la relacin con su padre, suavizando la relacin con l, as
lleg a ser ms tolerante ante las debilidades y limitaciones de su padre
anciano. En otra ocasin, tuve en psicoterapia de familia a una joven y a
sus padres y sta reclamaba a su padre que el da en que ella haba nacido
l no estaba presente en la maternidad.
Para Latner (1973) los asuntos inconclusos producen indigestiones en el
organismo. Nos atascamos con sustancias extraas. Las Gestalten
inconclusas son el resultado de nuestra propia interferencia con un
funcionamiento libre. Al bloquearse la toma de conciencia y disminuir la
energa no podemos dedicar mucho de nosotros a las nuevas situaciones.
Careciendo de una participacin total las nuevas Gestalten son dbiles e
incompletas, acompaadas de emociones como el resentimiento y la
preocupacin. Y con el tiempo, nos damos cuenta de que hemos
coleccionado una larga lista de situaciones incompletas, frases, afectos e
impulsos no expresados y sueos recurrentes.
Lo mismo que cada Gestalt tiende al cierre, cada partcula de un asunto
inconcluso lucha para completarse. Todo lo que reprimimos tiende a salir
a flote.
29

Aunque por s solos nuestros impulsos no pueden olvidarse o reprimirse;


nicamente se olvida o se reprime su expresin.
Nuestro equilibrio emocional, nuestra armona, no pueden lograrse y
desarrollarse si no logramos identificar y cerrar las diferentes Gestalten de
nuestra existencia. Este concepto de la Terapia Gestalt puede explicarse de
la siguiente forma: desde el comienzo de nuestra existencia todos hemos
tenido diversas necesidades en diferentes niveles. Algunas de ellas han
sido satisfechas, lo que ha permitido a nuestro organismo crecer fsica y
psquicamente-. Otras no han sido satisfechas, entre stas ltimas,
algunas pueden an estar presentes en nuestra mente, lo que hace que
una parte de nuestra energa se utilice tratando de satisfacerlas. Otras
necesidades han sido olvidadas, reprimidas y, sin embargo, continan
ejerciendo presin sobre nuestro comportamiento y sobre nuestra forma de
ser en el mundo.
El objetivo de la Terapia Gestalt es que esas necesidades, no satisfechas,
aparezcan a nivel del darse cuenta en el campo perceptual de la persona,
lo que se consigue trabajando con las emociones que aparecen, cuando
surge este conjunto de cosas olvidadas (dejadas en el bal de los
recuerdos) y que, sin embargo, an estn activas. Se necesita que los
asuntos inconclusos retomen su forma especifica en la totalidad del
organismo cuerpo, emocin, mente-. La Terapia Gestalt pretende que el
cliente se d cuenta de que tiene necesidades insatisfechas, que las
identifique, y que las reviva emocionalmente durante las sesiones de
psicoterapia.
Cualquier Gestalt incompleta es un asunto inconcluso que requiere su
cierre o resolucin. En general, como ya he mencionado, estos asuntos
inconclusos tienen la forma de sentimientos o emociones no resueltos o
inexpresados. Los clientes que acuden a Terapia Gestalt son invitados por
el terapeuta a experimentar con asuntos inconclusos. En los grupos de
encuentro, focalizados en la persona, si el asunto inconcluso es un
sentimiento (amor-odio, afecto-desafecto) no expresado por un participante
a otro o a otros miembros del grupo, se le pide a ste que lo exprese
directamente a la persona o personas. Los resentimientos son los
sentimientos ms frecuentemente no expresados. Estos resentimientos
pueden expresarse a la persona con frases que inician con resiento de
ti.... Me disgusta de ti...
Toda interrupcin o bloqueo en el Ciclo de la Experiencia significa dejar
una necesidad insatisfecha o un asunto inconcluso. Las interrupciones de
una persona en el Ciclo de la Experiencia impiden que sta finalice ese
ciclo e inicie otro.
30

figura/fondo No. 10.

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En ese momento la energa se concentra en la fijacin o el bloqueo. El


encuentro teraputico tiene como objetivo que el cliente salga de esa
fijacin y logre avanzar hasta la resolucin o cierre de esa Gestalt. El
aporte ms importante del Ciclo, al campo de la psicoterapia, se sita en la
utilizacin de ste dentro del proceso teraputico. Siguiendo el recorrido de
las fases del Ciclo, el terapeuta trata los asuntos inconclusos que emergen
en cada sesin. Cualquier situacin existencial con la que tenga que
trabajar el terapeuta (duelos no resueltos, pesadillas, polaridades, vacos
existenciales, etc.) puede ser manejada eficazmente cuando el terapeuta
inicia el encuentro con la sensacin (primera fase del Ciclo) de la situacin,
escalando en el Ciclo hasta llegar a darse cuenta de lo que es figura de su
existencia en ese momento, en el aqu y el ahora, movilizando la energa,
para despus descender a la fase de la accin, llegando a establecer
contacto y al cierre. Con esta modalidad gestltica cada asunto o situacin
es tratado como un Ciclo de la Experiencia. Estos ciclos son parte del todo
que es la persona. En consecuencia, los diferentes ciclos forman una gran
Gestalt o la totalidad de la experiencia de la persona.
Lo que a continuacin transcribo de una intervencin teraputica, ilustra
la aplicacin del Ciclo: Se trata de una joven que me solicita ayuda para
resolver un asunto inacabado: el duelo no resuelto por la prdida de su
hermana, muerta recientemente. La cliente me relata que vive una gran
angustia por las noches a la hora de acostarse, con mucho miedo al
apagar la luz de la habitacin y quedarse a oscuras. Adems, en sus
sueos repetitivos se le aparece su hermana muerta en el atad. Ella
quera evitar esta pesadilla alejando las imgenes visuales internas que
acudan constantemente a su mente todas las noches. Con esto, no
solamente no lo consegua, sino que paradjicamente ocurra lo contrario:
las imgenes aparecan cada vez con mayor frecuencia en su mundo
onrico. Viva obsesionada con la muerte de su hermana, reprochndose
repetidamente el no haberse despedido de ella en vida. Al iniciar la sesin
ped a esta joven que cerrase los ojos y construyera una imagen visual de
su hermana en la que la viese viva, que hiciese un encuentro con ella. En
esa primera fase del ciclo la cliente se resista a ver, a sentir,
desensibilizndose, sin poder ver ninguna imagen de su hermana en el
pasado. Continuando con la intervencin apagu la luz de la sala de
terapia y comenc una fantasa dirigida en la que por aproximaciones
sucesivas la cliente iba reviviendo la muerte de su hermana. Fantasa que
se iniciaba con una despedida de su hermana an viva. En esa despedida
ella le deca a su hermana todo lo que no le haba dicho antes. Despus de
esto se despidi de ella con un adis. Seguidamente vio a su hermana
en el atad, fra y muerta (segn sus propias palabras). Inmediatamente
la confront con el da del entierro, y de nuevo ella se despidi de su
hermana, cuando ya estaba dentro del fretro en la capilla, y por ltima
31

vez cuando era enterrada en el nicho del cementerio. Finalizada esta


fantasa dirigida repet el experimento realizado al inicio de la sesin
(despedida) y esta vez cuando ella estaba fijando su mirada hacia arriba y
a su derecha vio a su hermana en forma de nube en algn lugar que ella
crea era el cielo. Moviendo su mirada hacia la izquierda record a su
hermana cuando las dos eran pequeas, un da en que estaban en la
escuela. Seguidamente explorando el rea sensorial auditiva y uniendo
ambas experiencias, la de la nube y la de la escuela, ella oye en el sonido
de las nubes las palabras que su hermana le deca el da recordado en que
estaban juntas en la escuela. Se supone que construir y reciclar imgenes
visuales y auditivas, como se hizo en este ltimo experimento, se debi a
los efectos producidos por la fantasa dirigida que la confront con lo
mismo que ella quera evitar: ver a su hermana muerta. En esta sesin, el
momento emocional ms intenso lo vivi cuando en el cementerio se
despidi por ltima vez de su hermana. Unos meses ms tarde la
encontr y me comunic, con gran satisfaccin, que las pesadillas que
antes tena con la muerte de su hermana haban desaparecido por
completo de sus sueos y que ya poda dormir con la luz de su habitacin
apagada. Lo que confirma la resolucin de este asunto y adems el ahorro
energtico reflejado en el pago de la factura de la luz.
En un Taller de Grupo de Encuentro, al finalizar la fantasa Encuentro
con el hombre sabio, una participante quiso compartir con el grupo su
experiencia: el hombre sabio que haba aparecido en su fantasa era su
abuelo paterno; haba hablado con l y le haba preguntado cmo es que
haba muerto tan pronto, cuando ella tena nicamente cinco aos, cmo
es que la haba abandonado si ella tanto lo necesitaba, a lo que el hombre
sabio respondi mirndola fijamente a los ojos: Todo lo que nace muere,
antes o despus, dicho esto ella lo abraz y se despidi de l, cerrando as
un asunto que tena pendiente desde haca ms de 25 aos!!!
A lo largo de este trabajo he mencionado infinidad de veces la importancia
que tienen las resistencias que se dan en el Ciclo de la Experiencia,
cuando se trabaja con asuntos inconclusos. En consecuencia, considero
que es conveniente aclarar qu significado tienen estas resistencias en el
campo de la Terapia Gestalt.
El Ciclo de la Experiencia fue inicialmente descrito por Perls, Hefferline, y
Goodman (1951), en cuatro subfases de contacto: pre-contacto, contacto,
contacto final y post-contacto; por ejemplo: estrechar la mano o dar una
abrazo a otra persona. En los ltimos cincuenta aos el Gestalt Institute of
Cleveland (GIC) ha desarrollado (y fundamentalmente uno de mis maestros
del GIC, Zinker, 1977), el ciclo en seis fases con sus correspondientes
interrupciones o resistencias.
32

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

El ciclo se inicia con sensaciones que proporcionan el darse cuenta de lo


que est ocurriendo, tanto internamente como externamente a la persona,
implica el uso de los cinco sentidos: auditivo, visual, tctil, olfativo, y
gustativo. Asimismo, esta fase incluye las sensaciones propioceptivas (al
interior de la piel) de los sueos, pensamientos, etc.
La desensibilizacin es la resistencia que impide el uso de los referidos
sentidos y sensaciones. Como todas las resistencias en algunas
situaciones puede tener ventajas y en otras desventajas, puede ser
biopositiva o bionegativa, por ejemplo la desensibilizacin al dolor fsico o
emocional puede ser til o desastrosa, depende del contexto en que se
site. Es disfuncional s su uso es general, si se convierte en un estilo de
vida. Por otra parte hay algunas personas que tienen dificultades al ser
excesivamente sensibles e incapaces de desensibilizarse. Otras tienen
dificultades al ser insensibles a las seales sensoriales internas y externas.
De la fuerza de las sensaciones depende la naturaleza del darse cuenta (2
fase del ciclo). Este darse cuenta determina la naturaleza de los estmulos
cercanos, por ejemplo cuando una persona es tocada o tiene sensaciones
propioceptivas dentro de la piel. El darse cuenta est compuesto de una
alta conciencia de las sensaciones, las acciones, los sentimientos, los
pensamientos, la memoria, los planes, el darse cuenta del self interno y
externo de los otros, y del ambiente en general. A medida que la habilidad
a concentrarse aumenta, existen ms posibilidades de formar figuras que
guen en la satisfaccin de las necesidades.
El darse cuenta puede bloquearse con la proyeccin, una tendencia a
responsabilizar el ambiente (objetos y personas) de lo que es uno mismo.
La persona que proyecta, desarrolla suposiciones basadas en sus fantasas
y no reconoce que ella misma crea esas suposiciones. La persona enva al
entorno partes de s misma que no desea aceptar. A menudo las
proyecciones son el resultado de las introyecciones, se da en personas que
no pueden aceptar sus emociones y acciones, l no se debera sentir o
actuar de esa forma. No todas las proyecciones son neurticas; planificar
es una forma sana de proyectarse en el futuro, la persona que planifica y
se da cuenta se sita en la situacin futura, proyectndose en otro
ambiente y analizando las consecuencias. Como todas las resistencias se
convierte en una neurosis cuando es inapropiada y crnica. Proyectarse
uno mismo en otra persona con empata, comprendindola, es saludable y
funcional cuando hay conciencia de los lmites y se aprecian las
diferencias. Los paranoicos racionalizan sus proyecciones, no aceptan su
propia agresin hacia los otros, por lo tanto proyectan esas emociones a
otra persona, grupos, o entorno. Perciben que otros les persiguen, les
quieren hacer dao, e incluso que les quieren destruir.
33

El paranoico racionaliza esta situacin creada por su propia imaginacin.


Al concentrarse en el auto darse cuenta, se moviliza la energa necesaria
para satisfacer las necesidades. En este contexto la movilizacin de energa
significa la habilidad que tiene la persona para ejecutar el trabajo. La
eficacia de esta energa est determinada por la habilidad que tenga la
persona para concentrarse en el darse cuenta de sus diferentes
sensaciones.
Aunque, la energa se bloquea con la aparicin de la introyeccin, la
persona se ve a s misma como parte del entorno que ha ingerido pero que
no ha asimilado. Para crecer y desarrollarse, la persona necesita desestructurar, digerir, y asimilar todo lo que ingiere del entorno. Al desestructurar y destrozar el material extrao este forma parte de la persona.
El alimento como los introyectos tiene que ser digerido para que sea
nutritivo y se convierta en una fuente de energa y crecimiento. No
solamente las sustancias alimentarias y la energa tienen que ser
asimiladas para que se conviertan en una fuente nutritiva, tambin las
ideas. Digerir alimento y digerir ideas son dos procesos similares, por
ejemplo un nio que se traga un pedazo de carne sin des-estructurarlo,
quiere decirse sin masticarlo, introyecta un cuerpo extrao en su aparato
gastrointestinal que aparecer en sus heces sin haberle nutrido, por lo
tanto, con esa sustancia alimenticia. De la misma forma, las creencias, las
reglas, la auto-imagen, etc., son frecuentemente absorbidas o
introyectadas. La persona que introyecta puede tener dificultades para
adaptarse al cambio que significa desarrollar adaptaciones creativas al
entorno. El prototipo de persona que introyecta no desea que se den
cambios en su existencia. Asimismo, tampoco aprende de la experiencia,
para aprender de la experiencia es necesario extraer todo lo nutritivo que
tiene la experiencia, contactndola.
Las fases de sensacin-darse cuenta-energa, implican bsicamente un
cambio en la percepcin de uno mismo y/o un cambio en la percepcin del
mundo que nos rodea, que es principalmente contingente a la habilidad de
la persona a concentrar sus darse cuenta en sus sensaciones. Todo esto
no lo puede observar ms que la misma persona.
De la movilizacin de la energa se llega a la fase denominada accin. Es
aqu cuando por medio de comportamientos adecuados y habilidades
sociales, surgen las respuestas motoras que permiten entrar en contacto
con el entorno para satisfacer las diferentes necesidades. La accin puede
interrumpirse por medio de la retroflexin. La persona que retroflecta se
hace a s misma lo que quisiera hacer a las otras. Una persona frustrada
que siente agresin hacia los otros re-dirige la agresin hacia s mismo y se
34

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

auto-culpa. Si es incapaz de expresar amor y ternura a los otros, se lo


expresa a s mismo. La energa que debera canalizarse hacia fuera para
afectar el entorno es re-dirigida internamente haca s mismo. En resumen,
el retroflector se hace a s mismo lo que deseara hacer a los dems o lo
que quisiera que le hicieran. El opuesto de la retroflexin es la proflexin.
El proflector hace a la otra persona lo que desea que est le haga.
Contacto es el resultado del proceso integrativo de las sensaciones, el darse
cuenta de las sensaciones, la movilizacin de la energa, y la conducta
motora. Contacto es mucho ms que simplemente tocar, alcanzar algo o
alguien. La persona responde a una figura de inters y se implica
activamente con esa figura. Ambas, la figura y la persona, se transforman
por medio de ese compromiso. El contacto no implica precisamente
alcanzar una meta. Es un compromiso de lo que es posible en la
interrelacin organismo-ambiente. El contacto se da en un punto en que
se alcanza el conocimiento del cmo, cundo, dnde y de qu forma una
necesidad puede ser satisfecha. El contacto con otra/s persona/s puede
evitarse cuando se utiliza la deflexin que es una forma de
despersonalizarse. A veces el humor puede utilizarse para distraer fuertes
emociones en una interrelacin o para evitar conversaciones que generan
emociones no deseadas como la rabia o la clera. Algunas personas
deflectan utilizando una gran cantidad de palabras sin decir nada
(modalidad lingstica estilo Cantinflas). Otras personas reducen
miserablemente el discurso de lo que dicen.
El contacto puede convertirse en una fijacin s se produce la confluencia,
en ese momento no hay retirada de la fuente de contacto. Perls conceba la
confluencia como una resistencia en la que la persona pierde la habilidad
a diferenciar entre su self y lo que no es su self, no pone lmites entre s
mismo y el ambiente, siente que ambos son uno, confluye con el entorno.
No distingue las partes de la totalidad, es incapaz de ver la diferencia entre
s mismo y el resto del mundo. Las relaciones interpersonales sanas
requieren diferenciacin entre las personas.
El contacto es una experiencia de la que se puede extraer un valioso
significado. La resolucin es el acto de extraer este significado y reconocer
que la situacin se cierra o se completa. El aprendizaje se produce
extrayendo el significado del contacto con el entorno. Es un aprendizaje
del organismo, que incluye, aunque no se limita, el aprendizaje cognitivo:
se retira la atencin de la figura. En cierta forma esta figura desaparece, se
destruye. El ciclo se completa y lo que ha sido aprendido, con esta
experiencia, forma parte de la persona y est disponible para que lo utilice
en cualquier otro momento.
35

As el organismo entra en reposo y se prepara a iniciar otro ciclo con


nuevas sensaciones.
ste es el mundo existencial de la Gestalt: abrir y cerrar constantemente
Gestalten mientras la vida exista. Cerramos aquellos asuntos inconclusos
que nos quitan energa fsica y psquica, y nos centramos en resolver
nuevas situaciones que le den significado a nuestras vidas.

BIBLIOGRAFA
CASTANEDO, C. (1993). Terapia gestalt: el ahora y el cmo. En
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ZINKER, J. (1977). THE CREATIVE PROCESS IN GESTALT THERAPY. New
York: Vintage
36

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

ESTILOS DE PERSONALIDAD Y POLARIDADES. LA


TEORA DE T. MILLON APLICADA A LA TERAPIA
GESTLTICA.
Carlos A. Vinacour (*)
Este artculo es un resumen de los principales conceptos que Theodor Millon
presenta en Trastornos de la Personalidad. Ms all del DSM-IV. Algunas
ideas han sido tomadas textualmente del libro. Otras han sido modificadas
parcialmente y adaptadas a un modelo de pensamiento gestltico.

LA NECESIDAD DE UN DIAGNSTICO
Toda psicoterapia supone en los primeros encuentros el logro de dos metas
fundamentales:
1. La construccin de un vnculo entre el consultante y el consultado.
2. La elaboracin de un diagnstico.
En Psicoterapia Gestltica la construccin del vnculo remite a lo que Martin
Buber llam encuentro, dilogo Yo-T, o dilogo existencial. (Buber,
1956).Tan fundamental es este tipo de relacionamiento, que Gary Yontef ha
llegado a afirmar que el dilogo Yo-T es a la terapia gestltica lo que la
Neurosis de Transferencia es para el psicoanlisis. (Yontef, 1995, pag191)
Slo cuando los dos procesos mencionados han podido llevarse adelante,
estamos en condiciones de iniciar una tarea orientada al cambio1
psicoteraputico. Sin embargo, si bien el dilogo Yo-T ha sido
histricamente central en la tradicin gestltica, la elaboracin de un
diagnstico, ha sido siempre un tema conflictivo.
Millon recuerda una frase de Sartre, cada vez que me pones una etiqueta,
me derrotas (Millon, 1998, pag.6). Sartre denuncia desde el
existencialismo la forma en que se exaltan los esquemas diagnsticos,
destaca la idea de que un diagnstico es una forma de privilegiar la
Utilizo la palabra cambio en un sentido amplio, consciente de las distintas acepciones
que para cada terapeuta pueda tener (modificacin de determinadas conductas,
crecimiento personal, o al decir de A. Beisser la tarea de convertirse en lo que uno es.)

(*) Carlos A. Vinacour. Mdico Psiquiatra. Psicoterapeuta Gestltico. Argentina

37

homogeneidad del grupo a expensas del individuo. Es una forma de


derrotar al individuo a travs del reduccionismo.
Acorde con esta lnea ideolgica, la gestalt durante aos ha privilegiado la
descripcin fenomenolgica por sobre los rtulos, como una forma de
resaltar que los individuos no pueden ser comparados y contrastados entre
s. Cada individuo es el resultado de una historia nica, donde se imbrican
factores contextuales y constitucionales. Esa persona nunca ha existido
antes ni volver a existir en el futuro. Reducirla a un diagnstico,
etiquetarla, es una forma de derrotarla. Es tambin, un modo de negar el
valor fundamental del dilogo existencial, del reconocimiento del otro como
un otro, con sus complejidades y sus singularidades.
El problema, sin embargo es que los individuos, a pesar de su singularidad
no pueden hacerse tan individuales que se conviertan en inefables
(Millon, 1998, pag.8.). Nuestra tarea requiere la necesidad de plantear
generalizaciones que orienten nuestros pasos.
Citando nuevamente a Millon, no podemos permitirnos el lujo de limitarnos
al descubrimiento y la explicacin de leyes de comportamiento especficas
para una persona o para un grupo muy reducido de personas (Millon, 1998,
pag. 9). Esto hara extenuante y azaroso nuestro quehacer. Si bien nuestra
tarea, con cada consultante, es una aventura nica y apasionante, cada
proceso teraputico no puede transformarse, en un eterno empezar, sin
brjulas ni hojas de ruta, sin orientaciones que ordenen nuestra tarea.
En general debemos coincidir en que las lneas del pensamiento
psicolgico, basadas en la descripcin de estructuras psquicas,
mecanismos, motivaciones, etc., plantean modelos que tienden a ser
muy consistentes, pero que son a su vez limitados y muchas veces difciles
de aplicar con precisin (Millon, 1998, pag 8)
Las
etiquetas
diagnsticas
son
construcciones,
meras
superficialidades que van superndose en la medida en que avanza
el conocimiento, y al hablar en un sentido abstracto, dicen poco o
nada de la persona como persona. (Millon, 1998, pag 6)
Sin embargo si nos permitimos usar los diagnsticos de manera
heurstica, como guas que se reformulan y se cambian cuando la
necesidad lo impone, son una ayuda extremadamente valiosa para
orientar de manera ordenada y coherente un tratamiento. (Millon,
1998, pag 8)
Aplicados sin actitudes fundamentalistas y con una visin operativa y
38

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

elstica, ofrecen una visin til y una forma de obviar caminos vagos e
imprecisos que a veces alargan innecesariamente los tiempos de una
terapia.
Planteada esta toma de posicin la pregunta que surge inmediatamente es:
qu modelo diagnstico es el ms til en nuestra tarea psicoteraputica?
Me he permitido diferenciar tres grandes formas diagnsticas

El diagnstico situacional
El diagnstico clnico
El diagnstico de estilo o trastorno de personalidad

El diagnstico situacional plantea que, por ejemplo, el paciente A est


aquejado por un problema de pareja que perturba otros mbitos de su
vida, lo que hace necesario requerir una intervencin teraputica que ayude
a resolver este problema interaccional. Esta categora diagnstica est
emparentada con el Eje IV del DSM-IV y constituye un tipo de diagnstico
muy utilizado en las terapias breves. En verdad es el diagnstico de eleccin
en las llamadas terapias para resolver problemas.
Otra posibilidad diagnstica, no excluyente con la primera, es realizar un
diagnstico clnico. Podemos plantear que el mismo paciente, posiblemente
como consecuencia o derivado de sus dificultades de pareja y a la vista de
una serie de parmetros clnicos, padece un trastorno depresivo que
requiere complementar las intervenciones vinculares con otras ms
precisas y especficas a su cuadro clnico. Esta categora corresponde
especficamente al Eje I del DSM-IV y es el diagnstico de eleccin en
psiquiatra. Nos dice si nuestro paciente posee o no algn trastorno
psquico y si es necesario que, por ejemplo, sea medicado.
La tercera posibilidad, tambin complementaria y no excluyente con las
anteriores, es agregar un diagnstico de estilo o trastorno de personalidad.
Esta categora se relaciona con el Eje II del DSM-IV y es a mi entender el
diagnstico por excelencia en psicoterapia. Este diagnstico nos orienta
sobre la estructura-proceso en la que est apoyada la problemtica que
aqueja a nuestro consultante.
Creo importante no descuidar los dos primeros diagnsticos. Pero a su vez
veo como prioritario basar las intervenciones teraputicas y la
profundizacin de nuestra tarea, en la gua orientativa que nos da la
tercera
posibilidad diagnstica. Tener claridad sobre el estilo y
caractersticas de personalidad del paciente, hace a un proceso teraputico
39

decididamente ms consistente. Sin embargo es importante aclarar que al


hablar de diagnsticos de personalidad no estamos refirindonos a
cuestiones de ndole mdica, a enfermedades diagnosticables, aislables y
que pueden ser eliminadas o revertidas. Hablar de personalidad es hacerlo
en trminos funcionales. Los trastornos y por supuesto los estilos estn
ms ligados al fondo que a la forma.
Aunque los nombremos como sndromes diagnsticos por
problemas lingsticos, son en realidad contextos en los que las
entidades ms parecidas a enfermedades, obtienen una significacin
nica para cada caso individual. (Millon, 1998, pag 145)
No existe, ni ha nacido, ni nacer persona alguna con un trastorno
de personalidad. Estos giros sintcticos son tiles para la
comunicacin clnica, pero la naturaleza del constructo excluye que
sean verdaderos. (Millon, 1998, pag 143)
Por lo tanto, el diagnstico de personalidad, no consiste, como en el modelo
mdico, en la determinacin de la presencia o ausencia de un proceso de
enfermedad. Por el contrario, debe ser enfocado con un criterio ms
pragmtico que ontolgico.
Los estilos o los trastornos de personalidad comprenden el patrn
idiosincrsico de percibir, sentir, pensar, afrontar y comportarse del
individuo (Millon, 1998, pag 4), son el fondo en el que se apoyan entidades
o cosas ms parecidas a lo que podramos llamar enfermedades, el
sustrato y el contexto en el que podemos comprender mejor las variadas
formas de la psicopatologa (Millon, 1998, pag 145).
La nica distincin importante que cabe hacer es que, cuando nos referimos
a estilos de personalidad, hablamos de la representacin del mayor o menor
esta
estilo distintivo de funcionamiento plstico2 de un individuo. Segn
formulacin los trastornos representaran entonces, estilos particulares de
funcionamiento rgido debidos a deficiencias, desequilibrios o conflictos en la
capacidad del individuo para relacionarse con su entorno.
Esto no supone considerar a los trastornos como enfermedades sino
slo como patrones permanentes e inflexibles de experiencia interna
y de comportamientos estables en el tiempo y que comportan
malestares y perjuicios para el sujeto (Millon, 1998, pag 11).
En ese sentido los estilos representan caractersticas ms flexibles y en
Millon utiliza el trmino adaptativo. Razones ideolgicas me llevan a preferir una
palabra con otras connotaciones.

40

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

principio no generadoras de malestares. Los trastornos ni son entidades


mdicas, ni perversidades humanas. Son estilos problemticos de
personalidad que generan malestar. Por lo tanto, el propsito ltimo de
esta forma diagnstica no es ni etiquetar ni patologizar. Se trata slo de
describir las distintas formas de estar en el mundo, y reducir as el
nmero de hiptesis que en la clnica necesitamos manejar. Si hemos
realizado una buena evaluacin, lo que se conoce ayuda a acotar lo que
hay que hacer. (Millon, 1998, pag 145)
Un trastorno de ansiedad en una persona con un estilo
dependiente de personalidad
es distinto a un trastorno de
ansiedad en una persona con un estilo negativista. Por lo tanto
tratar un trastorno del Eje I del DSMIV sin tratar el trastorno de
personalidad o prestarle atencin al estilo es lo mismo que
neutralizar los sntomas sin tratar la enfermedad. (Millon, 1998,
pag 144)

LAS CATEGORAS DIAGNSTICAS


Existen en la actualidad muchas escuelas que plantean diagnsticos de
estilos de personalidad, el psicoanlisis, la bioenergtica y hasta la
astrologa, para nombrar solo unos pocos. Sin embargo de las muchas
posibilidades he elegido la que ofrece el DSM-IV, por dos motivos principales.
1) Est basado en una lectura fenomenolgica y no interpretativa de las
conductas. Lo cual es coherente con una visin gestltica de la
psicoterapia.
2) Utilizar el DSM-IV en nuestro trabajo clnico es una manera de
homogeneizar lenguajes entre las distintas corrientes psicopatolgicas y
ayudar de este modo a un intercambio cientfico eficaz y fluido.
El DSM-IV reconoce diez categoras diagnosticas de trastornos de
personalidad, Millon agrega cuatro categoras ms, todas ellas son
compatibles dentro de un continuum con catorce estilos diferentes de
personalidad, a su vez, Millon las agrupa en cuatro grupos bien
diferenciados.
Quiero dejar aclarado que estas categoras no son rgidas. Es posible que
ninguna persona real se adapte ntegramente al prototipo terico, o
diferentes personas se aproximen en distinto grado, o que en una misma
persona encontremos ms de una categora.

41

Grupo I: personalidades con dificultades para el placer:


Los estilos esquizoide, evitativo y depresivo de la personalidad.
Grupo II: personalidades con problemas interpersonales:
Los estilos dependiente, histrinico, narcisista y antisocial de la
personalidad.
Grupo III: personalidades con conflictos intrapsquicos:
Los estilos obsesivo-compulsivo, sdico, negativista y masoquista de la
personalidad.
Grupo IV: personalidades con dficit estructurales:
Los estilos paranoide, esquizotpico y lmite de la personalidad.

Las personas incluidas en el Grupo I, corresponden a tres estilos que


tienden a un aislamiento o desvinculacin de sistemas de apoyo externo.
Suelen tener pocos canales para sublimar y pocas fuentes interpersonales de
apoyo y tienden a las preocupaciones autistas.
Las personas incluidas en el Grupo II, son personas que estn ms
orientadas en su estilo de personalidad, tanto hacia las relaciones con los
dems, como hacia el logro de sus propias necesidades. Si existen en ellos
desequilibrios estn orientados hacia la exagerada independencia como
hacia la exagerada dependencia.
Las personas incluidas en el Grupo III, son personas que presentan un
desdoblamiento entre sus relaciones interpersonales y sus estructuras
psquicas; en otras palabras, son incapaces de mantener una direccin
consistente o coherente que les permita orientar sus relaciones personales
y sus sistemas de defensa. Se encuentran en permanente conflicto entre,
por ejemplo, asumir una actitud dependiente o independiente, se suelen
sentir intrapsquicamente divididos, los acompaa la duda.
Las personas incluidas en el Grupo IV, son tres personalidades con serias
dificultades de relacin y a menudo aislados, hostiles o confusos. El estilo
esquizotpico y el lmite tienen una clara rotura en la cohesin de la
organizacin de la personalidad, con un Yo con capacidades diluidas y
difusas; por el contrario en el estilo paranoide se muestra una rigidez
estructural exageradamente marcada y falta de flexibilidad

C. T. MILLON Y SU TEORA SOBRE LAS POLARIDADES


Al estudiar estilos y trastornos de personalidad T. Millon concibe una teora
basada en el aprendizaje biosocial, con un modelo evolutivo subyacente. Uno
de los aspectos fundamentales es que la personalidad y la psicopatologa se
42

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

desarrollan como resultado de la interaccin de fuerzas ambientales y


organsmicas. Estas interacciones empiezan en el mismo momento de la
concepcin y se mantienen a lo largo de toda la vida. En esta teora se
propone un grupo de tres dimensiones que de hecho se utilizaron como
base, una y otra vez, para la construccin de la personalidad. Se trata de las
polaridades actividad-pasividad, sujeto-objeto y placer-dolor.
La dimensin actividad-pasividad se refiere al amplio abanico de los
comportamientos en los que puede verse involucrada una persona. De lo que
habla especficamente es de si el individuo toma la iniciativa para configurar
los acontecimientos que le rodean, o si su comportamiento es bsicamente
reactivo a ellos. Se refiere a los modos de adaptacin, es decir a la
acomodacin ecolgica en el medio ambiente. El individuo puede tender
hacia una modificacin activa, interviniendo o alterando el propio entorno
o pude adoptar una acomodacin pasiva. La polaridad sera entonces
acomodacin-modificacin o lo que es lo mismo polaridad activa-pasiva. Lo
que prima en esta polaridad es la confianza en s mismo. Lo que determina
las acciones no es slo lo que pueden hacer, sino cmo se sienten frente a lo
que pueden hacer.
El problema no es solamente si una persona posee realmente habilidades
para manejar los acontecimientos. Se trata de ver si le falta confianza para
probar, aventurarse o competir; o por el contrario, posee una excesiva
confianza en el otro polo. As, o cree que sus esfuerzos tendrn poca o
ninguna eficacia y adopta una actitud pasiva de esperar o en el polo opuesto
acta modificando el ambiente de forma activa.
La distincin placer-dolor reconoce que, en ltimo termino, las motivaciones
apuntan necesariamente hacia una de las dos direcciones: tendencia hacia
los acontecimientos que son atractivos o que refuerzan positivamente, frente
a la tendencia a centrar las conductas en alejarse de los estmulos que son
aversivos o que refuerzan negativamente.
No significa esto que las personas ubicadas en este punto de la polaridad
busquen activamente conectarse con el dolor, el problema es que conciben el
mundo con una ptica donde el dolor y el displacer tienen una fuerte
presencia y la mirada est puesta, muchas veces sin xito, en intentar
alejarse de ese estmulo o de esa fantasa aversiva.
La actitud bsica que acompaa a la fijacin dentro de esta polaridad es la
confianza en los dems, es decir el sentimiento de que uno puede fiarse del
afecto y apoyo de los dems. La confianza y la desconfianza representan
facetas de la polaridad placer-dolor. El individuo desarrolla una actitud
optimista y confiada hacia los dems o tiende a aislarse y evitar a las
43

personas por temor a que stas le provoquen malestar y angustia. Esta


polaridad, entonces, tiene que ver con la potenciacin y preservacin de la
vida, y se traduce en la tendencia hacia la bsqueda existencial de una
mejor calidad de vida y una tendencia contra las acciones o entornos que
disminuyen o ponen en peligro la propia existencia. Dichos mecanismos
constituyen la polaridad placer-dolor. Muchos individuos tienen ambos
procesos: bsqueda del placer, evitacin del dolor, otros tienen un dficit
en tales objetivos (esquizoides).
De forma parecida, la distincin sujeto-objeto (o s mismo-otro) reconoce
que entre todos los objetos de nuestro entorno existen dos que destacan de
entre los dems por su poder para afectarnos: nosotros mismos y los otros.
Esta polaridad tiene que ver en un extremo con las acciones individuales
que los dems perciben como egostas, insensibles, desconsideradas y
descuidadas y en el polo opuesto, acciones que tienden al contacto con los
otros desde actitudes afiliativas, ntimas, protectoras y solcitas. Es la
polaridad s mismo- otros. Lo central en esta polaridad tiene que ver con
la asimilacin de los papeles sexuales. Se encuentra seguridad en las
relaciones con los iguales o por el contrario el sentimiento es de
inseguridad en la relacin con los pares. El placer por lo tanto, est en el
contacto con los otros o el placer est en el contacto consigo mismo.
En otras palabras, estas polaridades reflejan el tipo de refuerzo, que las
personas aprenden a perseguir o evitar (placer-dolor), dnde intentan
obtenerlo (en s mismos o los otros) y cmo han aprendido a comportarse
para conseguirlo o escapar de l (actividad-pasividad).

POLO DEL
PLACER

POLO DEL
DOLOR

TIPO DE
REFUERZO

COMO
OBTENERLO

DNDE
OBTENERLO

CONFIANZA EN
LOS DEMS
POLO DE LA
PASIVIDAD

POLO
ACTIVO

POLO DEL
S MISMO

POLO DE
LOS OTROS

CONFIANZA EN
S MISMO

ASIMILACIN DEL
PAPEL SEXUAL

En los distintos estilos de personalidad estas polaridades tienen una


dimensin que Millon cuantifica en dbil, media y fuerte. Los estilos o los
44

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

trastornos, entonces, podra representarse por un esquema particular,


donde cada uno de los seis polos tendran distintos grados de prevalencia.
Algunos con una presencia fuerte, otros con una dimensin mediana o
dbil. Habla de los prototipos, para referirse al cuadro de polaridades que
sintetiza el modelo categorial y dimensional de cada estilo o trastorno.
Incluso, Millon identifica estilos donde, ms all del desequilibrio de
polaridades, se dan conflictos entre las mismas (una situacin crnica de
tensin entre las dos orientaciones de la polaridad), y adems, otras
situaciones a las que denomina como inversin de polaridades (habla de
comportamientos discordantes con los objetivos de la polaridad).
Segn surge de este esquema, (si bien no es sta estrictamente la
propuesta de Millon), es posible desde el modelo gestltico, realizar, previo
diagnstico de la personalidad, una planificacin coherente y simple de
objetivos teraputicos basada en tres puntos fundamentales:
1) Qu polaridades es necesario equilibrar.
2) En qu pares polares existen conflictos que son necesarios trabajar.
3) En qu pares polares hay inversin de polaridades.
Este modelo no implica que la terapia se reduzca a la tarea de trabajar las
polaridades, ste es slo un aspecto de nuestra intervencin. El objetivo es
orientar al terapeuta en esta rea para lograr claridad y precisin y por
ende, un mayor nivel de eficacia y eficiencia.
A continuacin se exponen dos ejemplos clnicos. Por razones de espacio
omito realizar un estudio detallado de cada estilo. A su vez para un
diagnstico preciso de estilo remito al lector a consultar el Eje II del DSM-IV.

GRUPO I: PERSONALIDADES CON DIFICULTADES PARA EL


PLACER
Estilo depresivo de la personalidad. El patrn de rendicin
Ejemplo clnico
Elvira es una muchacha de 30 aos, soltera, desocupada, estudiante de
teatro. Vive sola, en una casa antigua de un barrio de clase media y es
mantenida econmicamente por los padres que son gente de muy buen
nivel econmico. Acude a consulta porque se encuentra pasando un
momento de crisis importante, comenz el ao y no tiene proyectos, ni
sabe qu hacer, nada le entusiasma y cualquier cosa en la que piensa la
45

descarta porque asegura que ser algo en lo que le va a ir mal. Tiene un


aspecto sombro, triste, se viste en forma desaliada, es bonita pero no es
cuidadosa con su persona. Estos sentimientos y esta situacin no son
nuevos para ella, ya los pas muchas veces. Muchas veces inici estudios
universitarios sin xito y con el convencimiento de que no le iba a ir bien,
muchas veces tambin se emple y abandon porque no se senta apta. Si
bien Elvira no se lleva bien con los padres, los visita seguido por temor a
que se cansen y dejen de protegerla. Una frase que repite a menudo es
Soy muy sensible a la aprobacin de los dems, y de hecho en los pocos
sitios donde se mueve est muy pendiente de ser aceptada. Se queda
mucho en la casa, sale poco, puede pasarse tardes enteras viendo
televisin. Sin embargo vive culpndose a s misma, sintindose muy
poca cosa y pensando que en verdad sta es la vida que le toc vivir.
Elvira no est clnicamente deprimida. A pesar de que llora con facilidad
y vive su vida con enojo y mal humor, no ha perdido peso, no sufre de
insomnio ni duerme demasiado, no tiene lentitud o agitacin en sus
movimientos corporales, no se siente fatigada o sin energa, no tiene
dificultades para concentrarse, no tiene pensamientos de muerte ni
ideacin suicida.
El DSM-IV define sucintamente el estilo depresivo de la personalidad como
un patrn general de abatimiento, caracterizado por actitudes de desnimo,
con llanto fcil, triste y arisco, caractersticamente preocupado y cavilador,
con mal humor que rara vez remite. Este cuadro empieza al principio de la
edad adulta y se da en diversos contextos3.
Prototipo depresivo de la personalidad
El patrn de rendicin
POLO DEL
PLACER

POLO DEL
DOLOR

POLO DE LA
PASIVIDAD

POLO DE LA
ACTIVIDAD

POLO DEL
S MISMO

POLO DE
LOS OTROS

Dbil en la dimensin de la polaridad


Medio en la dimensin de la polaridad
Fuerte en la dimensin de la polaridad
3

Para ms datos ver Millon Trastorno depresivo de la personalidad.

46

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Como se ve en el esquema, hay una representacin fuerte tanto en el polo


del dolor como en el de la pasividad. Esto significa, en primer lugar, un
exceso de inters en el dolor y la angustia, y en segundo lugar, que la
persona se ha rendido, aceptando el inevitable hecho de continuar sufriendo
y padeciendo. Pese e las similitudes, esta modalidad es diferente de la
evitadora. En ambos lo central est puesto en la reduccin del dolor y en
ambos se presta poca atencin a los placeres y las gratificaciones.
La distincin bsica es que el evitador busca activamente minimizar el
dolor anticipndose a su aparicin y llevando a cabo planes para
distanciarse de esa posibilidad o de evitarla. Por el contrario, el depresivo
no intenta evitar la angustia o la desesperanza de la vida, sino que la
acepta como si fueran hechos inevitables e invencibles. Los depresivos
permanecen pasivos y resignados ante las penosas realidades que han
sufrido, sin intentar cambiarlas, rindindose a ellas.
En el nivel de la tercera polaridad, el papel del s mismo frente a los otros
es de mnima relevancia: ellos son solo factores secundarios en la
orientacin y motivacin de la vida del individuo depresivo.
Intervenciones teraputicas:
Equilibrar las polaridades
Disminuir la desesperanza/dolor
Incrementar el placer
Estimular el polo de la actividad
Frente a este esquema de situacin, la actitud clnica asumida por el
terapeuta fue, en primer trmino, no centrar la atencin en el polo s mismootros. Esta polaridad no representa el problema bsico de Elvira. El eje de
la terapia estuvo puesto en las otras dos polaridades.
Como primer paso se le pidi a Elvira que escribiera una biografa personal
sobre los principales hechos positivos y gratificantes que ella pudo llevar
adelante en su vida. El resultado fue una historia escueta pero que sirvi de
base para trabajar dos personajes centrales en el proceso teraputico. Por
un lado la Elvira resignada y fatalista (relacionada con el polo del dolor) y
por otro un aspecto dbilmente optimista que poda reconocer pequeos
logros (relacionada con el polo del placer). A partir de aqu no fue difcil
estimular en un trabajo de dilogo entre opuestos a la optimista para que
se animara a llevar adelante pequeas tareas estimulantes. Si bien Elvira
debi luchar contra su pasividad y pesimismo, a medida que profundiz el
dilogo de opuestos pudo ir modificando lentamente estas actitudes bsicas.
47

GRUPO
III:
PERSONALIDADES
INTRAPSQUICOS

CON

CONFLICTOS

Estilo obsesivo compulsivo de la personalidad: el patrn conformista.


Ejemplo clnico
Ins es una mujer de 32 aos, casada, sin hijos, experta en marketing,
trabaja en un banco de primera lnea desde hace varios aos, siendo una
empleada reconocida por su eficiencia y su dedicacin al trabajo. Su
marido, contador, gusta contar cmo Ins se las arregla para tener su
casa, tan limpia y ordenada a pesar de trabajar a veces ms horas de las
que debera.
Sin embargo todo est perfecto, la comida a tiempo y es una cocinera
excelente. Pero Ins no disfruta. Consulta por sus dificultades en el mbito
sexual: no desea tener relaciones y cuando las tiene no siente nada. Ins
se presenta como una mujer muy pulcra, bien vestida, cuidadosa de los
detalles y sumamente respetuosa de los horarios y las normas. Me trata
con correccin, se dirige a m siempre como Doctor, y es sumamente
respetuosa de su educacin religiosa. Ins quiere complacer al marido a
quien ama profundamente, pero siente que un impulso ms fuerte que ella
la lleva evitar todo contacto sexual. El DSM-IV describe al estilo obsesivo
compulsivo de la personalidad como un patrn general de preocupacin por
el orden, el perfeccionismo y control mental e interpersonal, a expensas de la
flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al principio de la
edad adulta4.
Prototipo obsesivo compulsivo de la personalidad
El patrn conformista
POLO DEL
PLACER

POLO DEL
DOLOR

POLO DE LA
PASIVIDAD

PPOLO DE LA
ACTIVIDAD

POLO DEL
S MISMO

POLO DE
LOS OTROS

Dbil en la dimensin de la polaridad


Medio en la dimensin de la polaridad
Fuerte en la dimensin de la polaridad
Conflicto entre polaridades
4

Para ms informacin ver DSM-IV Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad.

48

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Como se ve el esquema de polaridades destaca la dominancia de los


extremos polares pasivo y otros. Merece hacerse notar tambin la flecha
situada entre los recuadros S mismo y Otros, que representa el conflicto
experimentado entre estas dos orientaciones. El compulsivo es uno de los
dos estilos de personalidad ambivalente; tanto los compulsivos como los
negativistas luchan por obedecer las rdenes de los otros o cumplir sus
propios mandatos. El compulsivo resuelve este conflicto anulando todas
las seales de inters propio y dedicando todos sus esfuerzos a cumplir el
deseo de los otros. La dbil intensidad que se observa en la polaridad del
S mismo y por el contrario la fuerte intensidad de la polaridad de los
Otros, representa esta resolucin. Con el fin de asegurarse de que sus
propios deseos no conscientes no se presenten de una manera manifiesta,
el compulsivo es extremadamente acomodaticio, sin llegar a tomar nunca
la iniciativa, esperando siempre seales de los dems para saber que
hacer. En la figura tambin se destaca la relativa potencia de la polaridad
dolor por sobre el placer. Esta diferencia marca el firme objetivo que tienen
los compulsivos por autoprotegerse del posible dao y de las crticas y una
indiferencia marcada por la bsqueda del placer y la alegra; es aqu donde
podemos ver el comportamiento inflexible y triste caracterstico de estas
personalidades.
Intervenciones teraputicas:
Equilibrar las polaridades
Identificar y estabilizar el conflicto S mismo-Otros
Fomentar las acciones decisivas

Este es un claro ejemplo de un par polar en conflicto. La tarea con Ins fue
un clsico trabajo gestltico de conexin con su cuerpo (sus necesidades y
emociones) y trabajar fuertemente el conflicto entre sus necesidades y la
tendencia a cumplir el deseo de los otros.
A medida que este conflicto fue trabajndose las polaridades placer-dolor y
pasivo-activo fueron lentamente acomodndose. Ins fue realizando un
lento pero importante viraje hacia el reconocimiento de su s mismo y de la
aceptacin de su cuerpo.

49

BIBLIOGRAFA
MILLON, Theodore (1998). TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD. Ms all
del DSM-IV. Editorial Masson. Barcelona (Espaa).
YONTEF, Gary (1995). "Terapia Gestltica un Mtodo Dialogal", en
PROCESO Y DILOGO EN PSICOTERAPIA GESTLTICA, editado. Editorial
Cuatro Vientos. Santiago de Chile.

50

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

EL
ENAMORAMIENTO
TERAPUTICA

EN

LA

RELACIN

Mara Beln Bordes (*)


RESUMEN
El presente artculo trata sobre las implicaciones que en la relacin
teraputica supone el enamoramiento del cliente hacia su terapeuta. En la
primera parte expongo el marco terico que sobre el tema del
enamoramiento recogen varios autores, para en una segunda parte
presentar los testimonios de veintitrs terapeutas gestalt acerca de su
propia experiencia respecto al tema citado.

AGRADECIMIENTOS
Este artculo naci a raz de la sincera declaracin de un cliente
enamorado, lo que motiv en m esta investigacin. Quiero dejar manifiesto
agradecimiento a l por su honestidad y fortaleza.
Por otro lado, este trabajo no hubiera sido posible sin la colaboracin de
todos los terapeutas a los que acud con mis preguntas que, no slo me
brindaron su tiempo, sino su confianza y apertura en las revelaciones
ntimas de sus experiencias en el campo de la relacin teraputica. Sus
aportaciones me han permitido realizar una aproximacin a la realidad del
fenmeno del enamoramiento en la relacin teraputica. Mi ms sincero
agradecimiento a todos ellos.

INTRODUCCIN
En la sptima sesin de nuestros encuentros teraputicos, T.S., de treinta
y nueve aos, me declar casi al finalizar el tiempo:
(*) Mara Beln Bordes. Licenciada en Medicina y Ciruga por la Universidad Autnoma
de Barcelona. Psicoterapeuta del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt.
Especialidad en Sntomas.

51

Voy aprendiendo los beneficios de expresar mis sentimientos, as


que djame decirte algo muy importante estoy enamorado de ti.
En ese momento fueron demasiadas las cosas que pasaron por mi mente,
por mi mundo de las sensaciones y de las emociones, demasiadas
preguntas, dudas, intuiciones y certezas tambin. En ese instante dese
estar en una profesin ms exacta, con respuestas tales como: si se
presenta la situacin A, entonces recurrir a la solucin BPero no es
el caso, ni tampoco lo quisiera si soy honesta conmigo misma. De lo que s
me di cuenta, es que poco o casi nada, se haba siquiera citado del
enamoramiento durante mi entrenamiento. As que cerrando la sesin
como pude y supe, llev inmediatamente el caso a supervisin. Me inquiet
no conocer ms bibliografa del tema y cuanto ms buscaba, y menos
encontraba entre los autores humanistas y gestaltistas, ms me
cuestionaba si me estaba topando de narices con un tab de nuestra
profesin. Probablemente s. De ah surgieron mis ganas, curiosidad e
inters por tratar el tema de forma abierta, clara y fenomenolgica.
Cun a menudo y desde dnde se enamoran los clientes de sus
terapeutas? Qu sentimientos despierta esta situacin en el
terapeuta? Qu tipo de material vale la pena aprovechar
teraputicamente? Cules son las dificultades o circunstancias
que hacen inviable continuar con la relacin teraputica?
stas son algunas de las preguntas que me rondaban por dentro. Decid
entonces recoger informacin basada directamente en la experiencia de
varios terapeutas. Las respuestas fueron diversas, como lo es la
individualidad de los que trabajamos en esta profesin. Sin embargo,
eliminando los matices personales, he querido sintetizar la informacin en
puntos generales que aqu expongo. La finalidad es presentar abiertamente
la informacin a los terapeutas que se encuentran en esa situacin o les
preocupa tener que manejarla algn da, y que de este modo puedan
apoyarse en la experiencia previa, ampliar su punto de vista o
cuestionarse algn aspecto que no contemplaban. Como manifestaba un
terapeuta entrevistado:
El enamoramiento del cliente hacia su terapeuta es un tema importante. Se
da constantemente. Hay que tratarlo abiertamente. Es negativo no tener una
posicin clara ante l.
Por ltimo quisiera aclarar que, de todas las posibilidades del
enamoramiento en terapia, como el enamoramiento bilateral -cliente y
terapeuta mutuamente enamorados-, y el enamoramiento unilateral, ser
52

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

ste ltimo en su acepcin del cliente enamorado de su terapeuta el tema


de mi presente investigacin. No porque considere que las otras sean
menos relevantes o frecuentes, sino porque mi propia experiencia me llev
a reparar importancia en esta circunstancia concreta.

EL ENAMORAMIENTO: UNA DEFINICIN INCOMPLETA


Definir el enamoramiento es una tarea compleja. Despus de leer varios
libros referidos al tema, todava no encuentro una frase que describa la
experiencia del enamoramiento en una simple oracin. En su conocido
libro: Enamoramiento y amor , Francesco Alberoni, cita:
El enamoramiento es el jardn del Edn. Todos lo conocemos, hemos estado
en l, lo hemos perdido, todos sabemos reconocerlo.
Y yo aadira: pero difcilmente podemos definirlo.
El enamoramiento es descrito por Alberoni como un estado naciente, un
estado de liberacin, de plenitud de vida. Al enamorarnos
experimentamos una revolucin interna, una transformacin profunda y
extraordinaria de nuestro ser. El enamoramiento es la experiencia ntima y
subjetiva de nuestro propio renacimiento, de la creacin de un nuevo
mundo para nosotros. Al enamorarnos sentimos haber despertado a la
vida, viendo y viviendo sta de una forma diferente. Entonces, el mundo
que nos rodea, el mundo que tenemos a nuestros ojos, nos parece
extraordinariamente hermoso y perfecto para existir y disfrutar en l.
El enamoramiento nos adentra en una existencia diferente sin ninguna
garanta de que se realicen todas nuestras expectativas depositadas en la
persona amada. De algn modo, cuando nos enamoramos, creemos haber
encontrado el sentido ltimo de nuestra vida, revelado a travs de otro ser
humano. Nos sentimos finalmente completos, con la ilusin de haber
hallado la plenitud, superando nuestras carencias con la presencia del
otro.
El enamoramiento es un proceso; el enamoramiento no dura siempre.
Tiene una estructura intrnsecamente inestable. El enamoramiento como
estado naciente es, por definicin, transitorio. No es un estar, es un estar
yendo hacia.
El enamoramiento es un acontecimiento que se impone y prevalece.
53

Es como un animal salvaje que nos arrastra y nos obliga a sentir. Es algo
que va contra el juicio o la razn, contra la propia voluntad o el control. El
enamoramiento aparece, nos captura. Domesticarlo sera desaparecerlo,
transformarlo en amor cotidiano. El enamoramiento no forma parte de la
estabilidad.
La vida adquiere una intensidad que nos eleva ms all de la experiencia
ordinaria. Y esta misma intensidad se vive en la polaridad. Es un estado
de polaridad entre xtasis y tormento. Enamorados nos sentimos esclavos
y prisioneros de nuestro amor, y sin embargo, al mismo tiempo, libres,
extasiados y felices. Sufrimos y nos atormentamos, pero lo ltimo que
quisiramos es renunciar a nuestro amor.
Estar enamorado es vivir en el mundo de la ilusin. De este modo lo
describe Thomas Moore en su conocido libro El cuidado del Alma:
Estar enamorado es estar en pleno juego, estar dominado por ilusiones. Nos
engaamos para que el alma pueda crear algo con la materia de nuestras
emociones y fantasas. ( Moore, 1993, pg 116)
Tambin seala el mismo autor que el enamoramiento es un estado del
alma que despierta la imaginacin.
Quiz necesitemos que el amor nos cure de nuestro apego a una vida sin
fantasa. Tal vez una funcin del amor sea curarnos de la anemia que sufre
nuestra imaginacin, de una vida desprovista de ataduras romnticas y
abandonada a la razn... ( Moore,1993, pg. 117)
Enamoramiento y Eros
Por ltimo, para terminar este intento de definir el enamoramiento
quisiera aadir la aportacin que hace Carol Pearson acerca del arquetipo
del Amante -entendiendo por arquetipos las diferentes energas o facetas
del alma que expresan nuestro ser en el mundo-. Cuando nos
enamoramos, la energa del amante se hace presente y activa en nuestra
vida. Este arquetipo est gobernado por Eros. Cules son los regalos que
trae Eros a nuestra vida? Son esencialmente cuatro: El deseo, el anhelo de
compromiso, el poder creativo y el poder de transformacin profunda de
nuestro ser.
Segn los griegos, Eros es el poder que nos atrae, es el deseo; Eros ansa
la unin con la otra persona en el deleite y la pasin. Eros es el anhelo de
establecer una unin, una relacin plena.
54

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Cuando experimentamos en nuestra vida una conexin apasionada y


todo enamoramiento tiene esta connotacin- estamos bajo el influjo de la
energa de Eros en nuestra vida. Es as como nos sentimos
verdaderamente vivos.
Eros es una potente llamada a nuestra alma para dejar de vivir de forma
desconectada, para vincularnos, para comprometernos de lleno con la
vida. Su presencia tiene el poder de amalgamarnos con la vida.
Por otro lado, la presencia de Eros tiene un impacto fuerte en nuestro
poder creador. La persona enamorada es ms creativa en su quehacer
cotidiano y en sus relaciones.
Repasando los cuatro atributos de Eros en nuestra vida, se me hace
importante sealar que tres de ellos son tambin desde mi punto de vistaimprescindibles para que un proceso teraputico sea fructfero para el
crecimiento: el compromiso con la misma relacin; la creatividad para
hacer de patrones rgidos, inadecuados u obsoletos, nuevas formas de
estar en el mundo; y por ltimo la transformacin de nuestro ser,
entendido como resultado de una relacin y no como un objetivo
propositivo del terapeuta o cliente.

LA VIVENCIA DEL ENAMORADO


El enamoramiento es un fenmeno emocional y psicolgico
muy
especfico. Cuando estamos enamorados nos vivimos a nosotros mismos y
a la persona amada de forma peculiar. Quisiera entonces resaltar cules y
cmo son estas vivencias del enamorado. En este captulo veremos
reflejadas experiencias de nuestros propios enamoramientos y
descubriremos o formularemos otras. No obstante mi inters es identificar
las experiencias principales por las que nuestro cliente enamorado est
pasando, precisamente con nosotros como objeto de su amor:

Toda la experiencia sensorial y fsica se hace ms intensa. Es como si


nuestra sensibilidad se dilatara. El enamorado lo percibe todo
transfigurado. La naturaleza, los sonidos, los olores, los colores son
ms intensos. Cuando nos enamoramos es como si abriramos todos
nuestros sentidos a la vida.

La persona enamorada se encuentra en una situacin extraordinaria.


Vive en una especie de ebriedad, de xtasis, de locura divina. El
55

enamoramiento convierte nuestra experiencia ordinaria,


cotidiana en algo diferente, nuevo y extraordinario.

comn,

El enamorado proyecta el futuro, el enamoramiento en s constituye un


impulso hacia el futuro, hace desear el futuro. El enamoramiento es el
punto de partida para adentrarnos en el maana llenos de ilusin, de
planes, de proyectos de vida.

En la experiencia del enamoramiento el ser amado es objeto total y


absoluto de nuestro deseo. Nuestro universo particular cambia su
centro, se mueve y gira en torno a la persona amada. En ella
focalizamos nuestras ilusiones, pensamientos y expectativas.

El ser amado se convierte en un ser absolutamente especial. Es


alguien insustituible, nico, no comparable con nadie. Es un ser no
reemplazable por ningn otro ni por ninguna otra cosa. Es el nico ser
sobre la tierra capaz de brindarnos instantes de absoluta plenitud y
felicidad.

Con el enamoramiento sufrimos una profunda transformacin emotiva


y mental. Nos volvemos capaces de entender, comprender, apreciar y
amar al ser en s mismo, como reconociendo la esencia del ser amado,
incluso sa que l ignora. El enamoramiento nos hace amar al otro por
lo que es, amamos incluso sus defectos y carencias. El ser amado no
tiene que ser ni hacer nada especial para que sintamos por l lo que
sentimos. Es una experiencia gratuita.

Cuando la persona amada hace observaciones, juicios y emite sus


valores u opiniones, el enamorado las tiene en cuenta de forma muy
especial. Las mismas palabras, opiniones dichas por cualquier otro, tal
vez las considerara superficial, equivocada o ingenuas. Pero cualquier
aportacin del ser amado hace que la reflexionemos, le encontremos
un valor y nos enriquezcamos a partir de ella.

El enamoramiento sacraliza el espacio y el tiempo compartido con el ser


amado. Los instantes que pasamos junto a la persona amada y el lugar
que nos acoge, adquieren un tinte sagrado. Son como los altares del
amor que contienen la experiencia. El lugar ms desagradable sobre la
tierra eleva su condicin por la presencia del ser amado. El instante
ms fugaz adquiere la sensacin subjetiva de eternidad.

En la experiencia del enamoramiento luchamos por valorizar la mejor


parte de nosotros mismos, la que sentimos ms verdadera, ms
56

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

genuina, ms nuestra. Intentamos vivirnos en nuestra individualidad


valiosa por s misma. Y nuestra necesidad y deseo es que la persona
amada la aprecie, la valore y la ame como nosotros amamos la suya.

La experiencia del enamoramiento es una experiencia de autenticidad,


de transparencia, de verdad. El enamorado siente la necesidad de
contar su vida, de detallar todo respecto a l mismo, de hacer participar
al otro de la totalidad de su ser.

El enamoramiento libera nuestro deseo, lo coloca en el centro de cada


cosa. Deseamos, queremos algo absolutamente para nosotros. Toda
nuestra vida se dirige hacia una meta que tiene la supuesta felicidad y
plenitud como premio. Y el desearlo hace que nos movamos interior y
exteriormente para conseguirlo. El ser amado indica la direccin
absoluta hacia la cual moverse.

El enamoramiento es monogmico, pretende la exclusividad en el


sentimiento. Yo estoy enamorado de ti y quiero que t te enamores de
m. Es por ello que en el enamoramiento predomina el anhelo de
fusin completa y total con la persona amada. Es un deseo de T-Yo
en exclusivo. Es dejar de pensar y de preocuparme de mi solitario yo y
anhelar un nosotros. De algn modo, el enamoramiento es otra de las
formas por las que los seres humanos pretendemos superar la
separatividad, abandonar la soledad existencial que nos acompaa. Al
respecto seala Fromm: Ese deseo de fusin interpersonal es el impulso
ms poderoso que existe en el hombre. Constituye su pasin ms
fundamental, la fuerza que sostiene a la raza humana (Fromm, 2000,
pg 21.)

CONDICIONES QUE FAVORECEN EL ENAMORAMIENTO


Puede parecer que el enamoramiento sea una experiencia que podamos
vivir en cualquier momento de nuestra vida, sin embargo no es as. Si bien
es cierto, como seal en puntos anteriores, que el enamoramiento es
imprevisible e impredecible, tambin lo es que se enamora quien est
dispuesto a enamorarse, quien est disponible para vivir la experiencia. No
son las ganas de enamorarse las que definen la disponibilidad, sino
determinadas circunstancias existenciales, psicolgicas o emocionales de
vida.

57

Seala Alberoni: Nadie se enamora si, aunque sea parcialmente, est


satisfecho de lo que tiene y de lo que es. Nos enamoramos cuando
estamos insatisfechos del presente, de nuestro modo de vivirnos en la
vida, de lo que doy de m mismo en mis relaciones. Previo al
enamoramiento hay un cierto malestar y rechazo con respecto a mi
presente, se da cierto sentimiento de inautenticidad. Y he aqu que el
enamoramiento permita precisamente esa transformacin interior que
revoluciona nuestro estar en el mundo, que nos puede impulsar a una
vida ms verdadera, ms intensa, ms real.

Nos enamoramos cuando tenemos el impulso vital, la energa interior


para explorar algo desconocido y nuevo para nosotros. Es un impulso
vital que es capaz de provocar en nosotros un salto adelante, con el
riesgo que ste supone. Es por ello que hay perodos en que la persona
no est en condiciones de enamorarse; tal es el caso de una depresin
donde no existe el impulso vital o de un duelo, cuando la energa vital
est concentrada en curar la herida.

Nos enamoramos cuando estamos dispuestos a cambiar, a potenciar


capacidades que no habamos aprovechado, a explorar mundos que
an no habamos explorado, a realizar sueos y deseos a los que
habamos renunciado. Nos enamoramos cuando existe en nosotros la
capacidad de arriesgar.

Nos enamoramos cuando no estamos enamorados:


Si alguien enamorado dice enamorarse de alguien ms, hay que
poner en duda que sea un verdadero enamoramiento. Puede que
se trate de que ama a una y se enamora de otra o bien que est
en la fase de exploraciones amorosas, cuando todava no se ha
dado el enamoramiento en toda su extensin.(Alberoni.,1997,
pg. 28)

Se me hace especialmente relevante el paralelismo entre condiciones para


el enamoramiento y las circunstancias que en muchos casos llevan a una
persona a iniciar un proceso teraputico: la insatisfaccin con el presente
en uno o varios mbitos de la vida, las ganas, disponibilidad e incluso
necesidad de cambiar el modo de estar y vivir la vida. Y por ltimo estar
con cierto grado de energa vital que nos permita explorar lo desconocido.
La persona que entra en proceso teraputico lo hace para ir ms all de lo
conocido en su forma de ser y actuar.

58

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

LA PSICOTERAPIA: UNA RELACIN


INTIMIDAD

DE ACEPTACIN

Quisiera empezar este captulo recogiendo algunas citas literales de varios


autores:
Es posible hacer que alguien se enamore, en el momento
adecuado, si una persona se le presenta mostrndole que lo
comprende en profundidad, si lo tranquiliza en su voluntad de
renovacin, si lo impulsa en esa direccin, lo alienta, se declara
dispuesta a compartir con l el riesgo del futuro quedndose a su
lado, hombro con hombro, de parte de l, de todas maneras,
incondicionalmente. ( Alberoni., 1997, pg.33)
Una persona acude a terapia con la sincera intencin de
obtener cuidado y cura, y entonces se enamora de su terapeuta.
La situacin en s, es decir, los encuentros regulares, una
habitacin privada, la intimidad de la conversacin, puede ser tan
eficaz y tan intensa como la pocin de amor de Isolda. []
Fcilmente caemos en fantasas de amor con ciertas personas,
especialmente las que ejercen determinadas profesiones:
maestros, directivos, enfermeras y secretarias. El amor se
produce en el marco de la terapia, la medicina y la educacin por
obra de la conversacin atenta y las confesiones ntimas y por el
slo hecho de escuchar. Escuchar a otro e interesarse por su
bienestar puede ser una experiencia tan consoladora que la
mgica aureola del amor desciende cuando nadie est
mirando.(Moore,1993, pg. 128)
Pens que precisamente sa es la razn por la cual los
terapeutas no deben involucrarse emocionalmente con sus
pacientes. Por virtud de su rol privilegiado, por su acceso a los
sentimientos profundos y a la informacin secreta, sus reacciones
siempre asumen una significacin exagerada. Es casi imposible
que el paciente vea al terapeuta tal cual es. (Yalom, 1998, pg.
49 )
El enamoramiento ocurre cuando encontramos a alguien que
nos ayuda a crecer, a realizar nuevas posibilidades. A ir en una
direccin que responde a nuestras exigencias internas. (Alberoni,
1997, pg. 31 )
Me llam poderosamente la atencin que, en las entrevistas que llev a
59

cabo con veintitrs terapeutas experimentados con el fin de recoger


informacin acerca de la fenomenologa del enamoramiento en la relacin
teraputica, veintids respondieron afirmativamente a la pregunta Tienes
la certeza o la intuicin de que algn cliente se ha enamorado de ti?. De
algn modo, cuando inici este trabajo intua que era una situacin que
se daba con cierta frecuencia. Sin embargo, la experiencia de los propios
terapeutas habla por s sola. Los terapeutas tenemos que ser capaces de
manejar diversas y complejas situaciones de vida y el enamoramiento de
alguno o varios de nuestros clientes, es una de ellas. Un terapeuta lo
explica con las siguientes palabras:
Que el cliente se enamore de su terapeuta es bastante comn, de hecho
yo dira que es un momento del proceso, pasajero pero real.
La relacin teraputica tiene componentes que facilitan la posibilidad del
enamoramiento por parte del cliente.
ste se siente escuchado,
comprendido, aceptado, estimado, valorado, y todo ello en un ambiente de
gran intimidad y confianza. Con ello no estoy queriendo afirmar que el
enamoramiento sea ms frecuente en la relacin teraputica que entre dos
compaeros del trabajo, del gimnasio, del vecindario o entre amigos; pero
s remarcar que el enamoramiento, lejos de ser poco habitual entre cliente
y terapeuta, est favorecido por la caractersticas de la relacin y por el
poder con el que el mismo cliente inviste a su terapeuta. Al respecto
seala G. Borja: El terapeuta , muchas veces, quermoslo o no , es un
smbolo de lo que en nuestra fantasa consideramos como lo perfecto, lo que
debe ser (Borja, 1997, pg. 22)

LA FENOMENOLOGA DEL
RELACIN TERAPUTICA

ENAMORAMIENTO

EN

LA

Para realizar este apartado me he basado en entrevistas, como cit


anteriormente, con veintitrs terapeutas Humanistas Gestalt.
La finalidad es conocer ms de cerca y abiertamente qu ocurre en la
experiencia teraputica con el enamoramiento de los clientes hacia sus
terapeutas, cules son las reacciones o sentimientos que esto despierta en
los terapeutas , qu material es trabajable en terapia respecto a esta
situacin y bajo qu condiciones es preferible terminar con la relacin
teraputica.

60

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Qu tan frecuente se da el enamoramiento del cliente hacia el


terapeuta
Lo ltimo que quisiera en este punto es dar cifras estadsticas. Ni son
significativas con la muestra que he explorado, ni me resulta, en este caso,
interesante hacerlo. Simplemente recalcar lo anteriormente citado: de
veintitrs terapeutas entrevistados veintids hacen referencia a esta
experiencia del cliente enamorado. El enamoramiento de nuestros
clientes hacia nosotros terapeutas se da como en la vida misma. Mientras
lo escribo caigo en la cuenta y me entra la risa acaso la terapia no es
tambin la vida misma?.
Ante la pregunta general sobre: Qu piensas del enamoramiento en la
relacin teraputica? todos los terapeutas utilizaron expresiones como es
real, se da constantemente, es frecuente, es normal, es natural que se
d, ocurre, simplemente ocurre, existe, claro que existe, del cliente hacia
el terapeuta es bastante normal, el cliente est en desventajase enamora
ms fcil y platnicamente que el terapeuta, es un tema importante por su
frecuencia.
Con todo lo expuesto, me atrevo a concluir que es una situacin que
prcticamente todo terapeuta en activo tendr que manejar antes o
despus.
Cules son los sentimientos que suele despertar en el terapeuta esta
situacin
Cuando el terapeuta se percata del enamoramiento de su cliente o por el
contrario es sorprendido por su cliente con la confesin de su
enamoramiento, se despierta generalmente uno o varios de los siguientes
sentimientos:

Halago: Este sentimiento aparece muy frecuentemente. Algn


terapeuta lo define como sentirse especialmente valorado, apreciado y
reconocido por el cliente. Es sentir el orgullo -eliminando de ste la
connotacin negativa cultural que en muchas ocasiones le aadimosde ser amado por alguien. Creo que es de gran importancia reconocer
que uno mismo se siente halagado, puesto que hay ocasiones en que
esto supone trabajo personal para el propio terapeuta. Como
comentaba literalmente uno de ellos en la entrevista:
Opino que es muy importante separar entre este sentirme halagado y mi
propia necesidad de alimentar mi ego, mi propia vanidad, esa imagen de
gur que a ratos todos tenemos,- o por lo menos yo tengo- la tentacin de
creerme.
61

Sorpresa: en algunas ocasiones el terapeuta se ve totalmente


sorprendido por la declaracin del cliente. En este caso una sensacin
de Cmo es posible?, A qu horas ocurri todo esto?, Qu pasa
conmigo que no me he enterado? invade al terapeuta, teniendo que
enfrentar la situacin con la impresin de estar fuera de juego.

Confusin: hay ocasiones en que la confusin acompaa a la sorpresa.


Otras, en las que el terapeuta ya va percibiendo el enamoramiento, la
confusin y el miedo son los sentimientos predominantes. Es un
momento de dudas ante el cliente: Ser capaz de seguir adelante con
la relacin?, Ser conveniente para el cliente hacerlo?, Qu tan sincero
debo ser con mi cliente respecto a mis sentimientos hacia l?, qu tan
trabajable es la situacin ?, Cmo me mover yo en la relacin? Estas
son algunos de los muchos cuestionamientos que el terapeuta empieza
a hacerse. Curiosamente el enamoramiento en la relacin teraputica
es un tema casi tab durante el entrenamiento. As lo fue para m por
lo menos. Sin embargo es una cuestin que se abre con cierta
frecuencia en supervisin. El entrenamiento pretende acercar al
mximo las distintas realidades con las que el terapeuta tendr que
enfrentarse durante el ejercicio de su profesin (asuntos inconclusos,
retroflexin, introyectos, experimentosy un largo etctera). Creo que,
al menos citar esta otra realidad de la relacin, enriquecera en otro
aspecto la preparacin del terapeuta.

Preocupacin: de la preocupacin real y activa por el cliente y su


proceso, deriva el hecho real que tantos terapeutas trabajen el
enamoramiento de sus clientes en supervisin. Ello habla del inters
por parte de los terapeutas comprometidos por su profesin, por
manejar la situacin de la manera ms positiva, realista
y
enriquecedora posible para ambos. Este artculo pretende ser una
herramienta ms de ayuda en el manejo de la situacin.

Culpa: Yontef define la culpa con las siguientes palabras: La culpa es


el sentimiento que acompaa la experiencia de hacer algo malo, herir a
alguien, violar algn cdigo moral o legal (G. Yontef p. 461). Este
sentimiento, cuando se despierta en el terapeuta, lo lleva a cuestionarse
seriamente cunto ha contribuido personalmente, consciente o
inconscientemente, para que el cliente se enamore de l. El modo en
que maneja la seduccin en su vida, su ego-teca y vanidad, la
necesidad de ser admirado o sus propias carencias son, entre otros, los
temas que en el mbito individual descubren o reformulan los
terapeutas en su propia terapia a raz de este sentimiento.

62

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Admiracin : Es una admiracin hacia el cliente por la valenta y los


recursos personales que utiliza para tomarse el riesgo de abrir sus
sentimientos hacia el terapeuta. Al respecto comentaba un terapeuta:
Curiosamente ahora que te lo digo me doy cuenta que habindolo sentido
no se lo he manifestado al cliente. Ves? Esto es un fallo. Creo que en
este caso es de especial importancia transmitirlo, pues no en vano, es
un sentimiento que nace de la accin concreta del cliente, que habla de
su propia capacidad de tomarse riesgos. Es una oportunidad de
reafirmar al cliente en su autoapoyo.

La apertura del enamoramiento


Una de las preguntas que inclu en las entrevistas era: Se trat
abiertamente la situacin del enamoramiento? . En caso afirmativo Quin lo
abri?
Este es uno de los puntos en los que he encontrado posturas ms
claramente definidas y divergentes: Por un lado est el terapeuta que no
abre la situacin- aun percibindola claramente- dejando la posibilidad de
que sea el cliente quien lo exponga. Las razones aducidas son diversas.

No creo que sea mi derecho abrir algo tan ntimo y difcil para el cliente
Es muy amenazante para el cliente
Creo que el cliente se debe responsabilizar de sus sentimientos y abrirlo
es una forma de hacerlo
No lo abro porque creo que es un momento pasajero del proceso
teraputico y de la relacin
No lo abr, no porque creyera que era lo ms adecuado, sino por mi
propio miedo a no saber manejarlo luego
La primera vez que ocurri no lo supe abrir. Despus, en una segunda
ocasin, habiendo trabajado el asunto en mi supervisin s lo hice, creo
que es positivo para el cliente.

Por el otro lado est el terapeuta que, en caso de que su cliente no lo haga,
lo expone a su cliente abiertamente:
Yo lo abro expresando lo que siento desde mi autenticidad, no tanto
ponindole la etiqueta de ests enamorado de m, sino lo que yo
percibo de sus sentimientos
Creo que es importante abrirlo para el cliente, yo lo hago desde las
actitudes que manifiesta
Siempre lo ha abierto el cliente sin embargo, si alguna vez no ocurriera,
creo que yo lo abrira, la experiencia me ha enseado que es importante
63

trabajarlo
Siempre he procurado trabajarlo abiertamente, si el cliente lo abre bien,
si no yo lo hablo desde mi percepcin, creo que es una oportunidad nica
e importante para el cliente el poder trabajar la fenomenologa de sus
relaciones amorosas.
Yo creo que hay que abrirlo desde la autenticidad de la relacin, el
enamoramiento est siendo el foco de la relacin, no tocarlo es como
hacer un tab de la figura de la relacin.

Indudablemente este es un punto en el que hay que tomar una postura.


Creo que, como todo en la terapia, la honestidad es una buena gua para
llegar a la respuesta ms adecuada para cada uno de nosotros. Sera
preguntarnos Qu necesidad Ma hay detrs de no abrirlo? Cul es Mi
necesidad de abrirlo?. Y de este modo poder actuar ms para favorecer al
cliente en su proceso de crecimiento y no tanto desde mi carencia, miedo o
inconsciencia.
El material trabajable para el cliente
El psicoanlisis sostiene que nos enamoramos de alguien que nos
recuerda a las personas amadas durante nuestra infancia y con tal
premisa el enamoramiento del cliente hacia su terapeuta ser nicamente
trabajado a travs de la tcnica de transferencia. El gestaltista no trabaja
desde los presupuestos transferenciales. Al respecto subraya Pearrubia:
Al hablar de transferencia no negamos el fenmeno en s;
cualquier terapeuta puede confirmar que los pacientes actualizan
sus relaciones biogrficas en el aqu y ahora teraputico, que le
identifican y reaccionan ante l como si fuera el padre, madre o
cualquier otra figura significativa y de autoridad y que esto afecta
a los sentimientos y la conducta del terapeutaLo que pasa es
que trabajamos desde otro lado. Simplificando lo que ya hemos
dicho, la tcnica gestltica puede resumirse en: atencin al
presente, darse cuenta y hacerse responsable de s en el
encuentro Yo-T. (Pearrubia , 199, pg. 185)
En el mismo captulo Pearrubia cita las palabras de Marie Petit:
Al final de su vida Perls rechaza el concepto de
transferenciaCoherente con su planteamiento fenomenolgico del
aqu y ahora, ve en la relacin teraputica la confrontacin de
dos individuos que ponen en juego, en dicha relacin, todas sus
caractersticas personales. Mi experiencia, compartida por varios
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

colegas, me hace pensar que, si no transferencia en el sentido


estricto de la palabra, s que suele ocurrir que el cliente invista al
terapeuta de un poder casi mgico y de proyecciones que a
menudo toman forma transferencial, aunque su anlisis inmediato
haga que duren poco. (Ob. Cit)
Uno de mis principales objetivos al iniciar la investigacin, era recoger
informacin acerca del material que el terapeuta puede trabajar con su
cliente a partir del enamoramiento de ste ltimo. La gran mayora de los
terapeutas son partidarios de manejar en terapia el enamoramiento desde
diferentes puntos de vista. Son varios los que opinan que es una buena
oportunidad que permite al cliente valorar, fenomenolgicamente, lo que
est ocurriendo. Se me hace importante remarcar que la sensibilidad,
madurez
y delicadeza del terapeuta son esenciales, deben estar
especialmente desarrolladas en un trabajo que tenga estas circunstancias,
puesto que la vulnerabilidad del cliente ante el terapeuta es enorme. Los
sentimientos del cliente son relevantes, impactantes, ntimos y
absolutamente presentes y dirigidos al propio terapeuta. Estos son los
aspectos ms frecuentemente citados por los terapeutas para ser objeto de
trabajo:

Proyeccin de caractersticas personales: Una de las opciones de


trabajo es hacer posible que el cliente exponga cules son las
caractersticas personales del terapeuta que le enamoran (vase el
ejemplo: tu calidez, sensibilidad, tu inteligencia, tu seguridad, tu
empata, el sentido del humor, etc.). En este material existen
cualidades reales y muchas otras fantasas del cliente. El trabajo sera
cules de estas peculiaridades, casi siempre favorables o positivas, son
puntos ciegos a reconocer, aceptar y asimilar como propias del cliente.

Proyeccin de necesidades: Mayoritariamente, los


terapeutas
consideran que buena parte del componente enamoramiento tiene
mucho de proyeccin de necesidades actuales e insatisfechas del
cliente. Cal es tu necesidad de ser correspondido en este
enamoramiento?, Qu aporta este enamoramiento a tu vida que ests
necesitando?, Qu necesidades no cubiertas en tu vida s cubre esta
relacin?, Qu tipo de amor andas buscando? son algunas de las
preguntas que pueden ir develando la necesidad oculta a tal
sentimiento. Un terapeuta entrevistado expone su experiencia al
respecto de la siguiente manera:
Curiosamente despus de explorar la necesidad real del cliente
detrs del enamoramiento por ejemplo la necesidad de encontrar
una relacin de pareja nutritiva, la necesidad de amar y ser
65

amado- me he encontrado que en un perodo relativamente corto


de tiempo el cliente est ms abierto y consciente a buscarlo en su
vida externa a la terapia. No es raro que en menos de seis meses el
cliente me comparta que est iniciando una nueva relacin ntima.

Fantasa: Explorar la fantasa del cliente respecto a la relacin es otra


manera de recuperar proyecciones y ampliar el darse cuenta del cliente
respecto a sus necesidades insatisfechas.

Sentimiento de enamoramiento: Otro enfoque a posible sera ayudar


al cliente a exponer la fenomenologa de su propio enamoramiento.
Cmo vive el enamoramiento en su vida, cul es su posicin en las
relaciones amorosas, cmo las maneja, qu le aporta, qu actitudes
toma ante l, cules son sus miedos y frenos, cules sus impulsos,
cmo vive la experiencia.

Responsabilizacin: Es tambin una oportunidad para que el cliente


se responsabilice de su propia vivencia, qu quiere hacer con la relacin
teraputica a la que invierte su tiempo y dinero ante ese sentimiento.
Cun capaz se siente de seguir en un aprovechamiento real de su
proceso de crecimiento estando por medio un sentimiento tan presente
y poderoso como es el enamoramiento.

La seduccin: En otras ocasiones el enamoramiento del cliente es una


buena ocasin para trabajar fenomenolgicamente con su capacidad de
seduccin. Hasta qu punto la hace valer, cmo maneja, en su vida
cotidiana, su capacidad de seduccin, para qu, cmo se siente ante
eso, qu reaccin provoca en el seducido.

Huecos en su actual relacin de pareja: Cuando el enamoramiento


se da en un cliente con una relacin estable de pareja es una rica
ocasin para explorar la situacin de la misma. Los sentimientos del
cliente respecto a su pareja, sus carencias, las expectativas respecto a
sta, la necesidad de actualizar la relacin, la responsabilizacin del
cliente respecto a la misma.
Fenomenologa ante la experiencia de exponerse ante el terapeuta:
Trabajar con la fenomenologa de exponer la misma situacin es otra
posibilidad. Qu pasa cuando abres este sentimiento, de qu te sirve,
cmo te hace sentir. Aqu entra tambin cmo se siente ante la
revelacin del propio terapeuta respecto a sus sentimientos. En caso de
no ser correspondido como ocurre en la mayora de los casos- cmo te
hace sentir recibirlo y qu haces con eso.
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

El material trabajable para el terapeuta


Otra de las preguntas que plante a los terapeutas era Supuso trabajo en
tu proceso personal tener que manejar el enamoramiento de un cliente hacia
ti? En la gran mayora de los casos la respuesta ha sido S.
Considero que es uno de los grandes privilegios de los que trabajamos en
el mundo de la terapia, puesto que nuestros propios clientes y lo que
vivimos en la relacin, son detonadores y motor para nuestro continuo
proceso de crecimiento como personas y profesionales. Me gustara citar
algunos de los temas que ms frecuentemente han aparecido para poder
enriquecer el trabajo personal de los terapeutas que se encuentren con
esta situacin. Algunos son:

La responsabilizacin en el enamoramiento: Para algunos terapeutas


ha supuesto una revisin de su estar en la relacin, cunto, qu y cmo
han favorecido o potenciado el enamoramiento del cliente hacia ellos.
Darse cuenta de qu genera o pone de su parte para despertar el
sentimiento del cliente y qu necesidad hay detrs de ello o qu pautas
de comportamiento repetidas en otras relaciones. Puede suponer
tambin revisar patrones de seduccin conscientes o inconscientes que
se reflejan con determinados pacientes.

Incrementar la atencin en los detalles: Para aquellos terapeutas que


han sido literalmente sorprendidos con la declaracin del cliente
respecto al sentimiento de enamoramiento, ha supuesto revisar en la
supervisin qu tanto han estado en la atencin de los detalles o
incluso evitando escuchar los mensajes de la propia intuicin. Un
terapeuta lo expresa as: Cuando supervis lo que me ocurri me di
cuenta de que era amenazante para m enfrentar la situacin, de algn
modo no quise captar lo que era evidente.

Replanteamiento de la autenticidad: Personalmente le doy a este


punto un nfasis especial. Uno de los mayores obstculos que refieren
los terapeutas es cmo comunicar la realidad de sus sentimientos hacia
el paciente sin lastimarlo. Creo que es importante, como dije
anteriormente, ser especialmente sensible y emptico al trabajarlo; lo
cual no es en absoluto incompatible con ser sinceros y autnticos
respecto a los sentimientos que s existen y los que no. La autenticidad
es no cambiar lo que uno es y aceptar lo que uno tiene. Es la capacidad
de manifestarse tal y como se es, sin ocultamientos.
Lo autntico es y tiene valor. ( Borja, 1997, pg.59 )

67

En este intento de autenticidad varios entrevistados opinan que es


importante dejar de lado el rol de terapeuta y como personas - como
hombre o como mujer manifestar los sentimientos reales hacia el
cliente. De nuevo retomo palabras de Borja:
Los y las pacientes pueden saber quin de ellos nos gusta o
no. Podemos decirlo. El afecto se va a manifestar en el proceso
teraputico. El reclamo existir mientras el terapeuta no sea
honesto. El derecho a gustar es universal, aunque no da
derecho automtico a tener lo que se quiere. Pero s se puede
decir lo que se siente y eso es salud, bienestar.[] Trabajamos
a partir de la verdad, la verdad es curativa. (Borja, 1997, pg.
82 )

Reconocerme atractivo para el sexo contrario: Para algunos de los


entrevistados esta circunstancia les ha permitido experimentarse y
vivirse como capaces de atraer y gustar al sexo contrario, actualizando
la experiencia obsoleta del adolescente no visto.

Vivenciar por primera vez la declaracin del enamoramiento de un


cliente homosexual: En este caso el terapeuta refiere esta experiencia
como sorpresiva, novedosa e impactante.
La primera vez que un homosexual se me declar enamorado fue
precisamente un cliente de terapia. La verdad es que me sac
mucho de onda.

Trabajar en la renuncia a una relacin que me es erticamente


atractiva: En el caso de varios terapeutas hombres aparece ste como
un componente confrontante en la declaracin de una de las clientes
que le son erticamente atractivas. Por la naturaleza de la relacin
teraputica hay una conciencia tica de no involucrar o utilizar esa
ventaja en hacer real una relacin sexual, lo que no implica que esta
renuncia no sea difcil para algunos terapeutas.

Las carencias en la propia relacin de pareja: Cuando los terapeutas


se sienten involucrados afectivamente en ese enamoramiento tambin
han hecho referencia a utilizar la experiencia para explorar las
carencias en su propia relacin de pareja.

Las circunstancias que hacen inviable la continuidad de la relacin


68

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

teraputica
Para finalizar mi entrevista quise por ltimo conocer cules han sido las
circunstancias que han provocado la finalizacin de la relacin teraputica
ante el enamoramiento del cliente. Estas circunstancias han sido de dos
tipos, por un lado los lmites del propio terapeuta y por otro, la
consideracin de que es lo ms favorable para el proceso teraputico del
cliente. Las circunstancias expuestas por los entrevistados han sido:

Sentimiento de acoso e invasin personal: Cuando el cliente somete


al terapeuta a un continuo acoso de llamadas, invitaciones, visitas,
etc. que invaden su espacio personal, ste suele tomar la decisin de
terminar la relacin. Tambin se da la circunstancia del cliente celoso
que empieza a requerir atencin especial, cuestionando la libertad de
accin y sentimiento del terapeuta. Es otro tipo de acoso personal que
hace sentir molesto al terapeuta.

Incomodidad del terapeuta: Algunos terapeutas han manifestado su


incapacidad de continuar con el cliente por sentirse incmodos ante
sus declaraciones de deseo ertico o simplemente por sentir que ellos
no corresponden en absoluto a ese sentimiento. En estos casos la
congruencia les ha llevado a finalizar el proceso del cliente.

Sentimiento correspondido por parte del terapeuta: Cuando el


terapeuta se enamora tambin de su cliente pierde la objetividad en el
trabajo profesional y, en ese caso, la decisin a terminar con la relacin
teraputica es considerada, por todos los terapeutas entrevistados,
como la postura ms adecuada. Una relacin amorosa y teraputica al
mismo tiempo es totalmente desaconsejable tanto para el cliente como
para el terapeuta.

Decisin de iniciar una relacin amorosa con el cliente: Dado el


punto anterior, con ms razn si se toma la decisin de empezar una
relacin afectivo-amorosa con el cliente, esto impide, lgicamente,
seguir con un proceso teraputico.

Exposicin excesiva del cliente: Esta circunstancia hace que a veces


sea el propio cliente quien tome la decisin de abandonar la terapia. El
cliente ha manifestado sus sentimientos, deseos y necesidades y tras
recibir una negativa por parte del terapeuta, prefiere terminar la
relacin por sentirse excesivamente avergonzado, vulnerable y expuesto
ante la persona del terapeuta.
Cuando el inters por la persona del terapeuta es mayor que por el

69

trabajo personal: Cuando el terapeuta capta que el enamoramiento del


cliente jala toda la energa del trabajo teraputico opta por canalizar
al cliente. Sera cuando el sentimiento de enamoramiento entorpece e
interfiere bsicamente todo el trabajo.
Un terapeuta lo expone as:
Lleg un momento en que su inters era ms captar mi atencin y
gustarme que ser l mismo. Sent que haba perdido toda
objetividad en su propio proceso de crecimiento. Era una mutua
prdida de tiempo desde mi punto de vista.
Lgicamente, en un primer momento del enamoramiento, esto casi
siempre ocurre, a medida que siga el proceso permite hacer una
valoracin ms precisa de la situacin. Con estas palabras lo expresa
un entrevistado:
Al enamoramiento del cliente hay que dejarle su tiempo y espacio
en el proceso teraputico. Es muy importante que el terapeuta se
supervise y siga en la relacin teraputica en la medida de lo
posible por lo positivo que para el cliente es completar toda su
vivencia y darse cuenta de cmo le hace en sus acercamientos
amorosos.

REFLEXIONES FINALES
Tal vez algn lector eche de menos un manojo final de conclusiones. Si as
es, siento decepcionarlo. Desde mi punto de vista exponer conclusiones
sera invalidar la enorme riqueza de la individualidad de las situaciones
que se dan en la relacin teraputica. Lo vlido es la experiencia personal.
No hay relacin teraputica extrapolable a otra. No hay enamoramiento del
cliente que quepa en la misma horma que el de otro.
S quisiera terminar exponiendo resumidamente lo que ha sido mi propia
experiencia personal. Inici el artculo citando la declaracin de
enamoramiento que me expuso cierto da mi cliente. Han pasado ya varios
meses desde que eso ocurri. Ambos seguimos comprometidos en la
relacin teraputica. Al inicio sent miedo e inseguridad acompaada,
paradjicamente, de grandes certezas, a la vez que enorme ternura y
admiracin por la honestidad y claridad con que me expuso sus
sentimientos.
Desde el inicio le manifest la incertidumbre que senta ante una situacin
70

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

nueva para m y la necesidad de trabajar en mi propio proceso todo lo que


eso me despertaba. Tambin desde un primer momento le expres con
absoluta claridad mis sentimientos de afecto y cario sinceros pero
totalmente alejados de un enamoramiento por mi parte. Me agradeci
dolorosamente la sinceridad y claridad de mis palabras. Durante varias
sesiones trabajamos necesidades afectivas profundamente insatisfechas
proyectadas en ese enamoramiento. Tambin cerr asuntos inconclusos de
sus primeras relaciones amorosas.
Me he guiado muy particularmente por mi intuicin durante todo el
proceso; una intuicin que me deca que era importante estar presente
durante su enamoramiento para que l pudiera cerrar asuntos y enfrentar
la crudeza de su situacin.
De nuevo me encuentro en un momento difcil del proceso. Han pasado
unos meses, su enamoramiento sigue vivo y dada la dificilsima
circunstancia que vive mi cliente como consecuencia de un accidente
hace quince aos est cuadrapljico postrado en una cama- retomo el
hacer balance mutuo del sentido de la continuidad de la relacin. Es
mucho lo que l ha trabajado, avanzado y crecido durante este tiempo. Y
yo junto a su propio proceso. La intuicin est tomando nuevo rumbo. Voy
a darle un poco ms de tiempoy luego te cuento.
Curiosamente termino el artculo con ganas de ampliar muchos de los
puntos sealados durante el mismo. No cabe duda de que mucho queda
por decir.

71

BIBLIOGRAFA
ALBERONI, F. (1998). ENAMORAMIENTO Y AMOR.
Espaa.

Editorial Gedisa.

ALBERONI, F. (1997). TE AMO. Editorial Gedisa. Espaa.


BORJA, G. (1997). LA LOCURA LO CURA. Un manifiesto psicoteraputico.
Editorial Cuatro Vientos. Mxico.
FROMM, E. (2000). EL ARTE DE AMAR. Editorial Paids. Mxico.
MOORE, T.(1993). EL CUIDADO DEL ALMA. Editorial Urano. Espaa.
PEARSON, C.S. (1994). DESPERTANDO LOS HEROES INTERIORES. Doce
arquetipos para encontrarnos a nosotros mismos y transformar el mundo.
Editorial Libro Gua.
PEARRUBIA, F. (1998). TERAPIA GESTALT. La va del vaco Frtil. Alianza
Editorial. Espaa.
YALOM, I. D. (1998). VERDUGO DEL AMOR. Editorial Emec. Argentina
YONTEF, G. (1997). PROCESO Y DIALOGO EN GESTALT. Ensayos de
terapia gestltica. Editorial Cuatro Vientos. Chile.

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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

CARACTERSTICAS DE LOS HIJOS ADULTOS DE


ALCOHLICOS,
COMO
RESULTADO
DE
EXPERIENCIAS OBSOLETAS.
Mireya M. Gmez Coronel. (1)
INTRODUCCIN
El alcoholismo es una enfermedad familiar que daa a quienes viven en
compaa de un alcohlico. Los miembros de una familia se encuentran
involucrados emocionalmente con la persona adicta, como de hecho lo
estaran con cualquier otro familiar cercano que se enfermara, pero en el
caso del alcoholismo, la implicacin es ms profunda, dado que este
padecimiento afecta fsica, mental y espiritualmente a todos aquellos con
quienes tiene contacto.
Los alcohlicos, adems de ser vctimas, tienen una influencia adversa
sobre aquellos con quienes se relacionan. Las personas ms cercanas son
las que sufren ms. La familia del alcohlico padece los efectos del
alcoholismo pues se ve afectada, por ejemplo, cuando despiden al
alcohlico de su trabajo, cuando el ingreso familiar se gasta en la bebida,
o cuando los parientes y amigos evitan al adicto y a su familia. Los
miembros resultan afectados por la impredecible conducta del alcohlico,
por el temor de que situaciones desagradables se repitan, por la angustia,
por la vergenza y, con el tiempo, tambin ellos se enferman
emocionalmente.
Es importante sealar que, en un hogar donde existe alcoholismo, la
conducta del padre adicto se ve afectada por las sustancias que ingiere y
la conducta del padre no alcohlico se ve tambin afectada por la reaccin
emocional continua ante el alcohlico. En este tipo de hogar, queda poca
energa para satisfacer las necesidades fsicas y emocionales de los hijos,
que se contagian de la enfermedad familiar. Cuando crecen, si carecen de
la orientacin y de la ayuda adecuadas, corren el peligro de convertirse a
(1) Mireya M. Gmez Coronel. Es licenciada en Qumica, con Especializacin en
Docencia por el Centro de Investigacin y Servicios Educativos de la UNAM. Maestra en
Enseanza Superior y Doctora en Pedagoga por la Facultad de Filosofa y Letras de la
UNAM. Tiene las Especialidades en Orientacin y Desarrollo Humano, Psicoterapia
Gestalt, Grupos Gestalt y Parejas por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt y el
Diplomado en Programacin Neurolingstica por el Instituto Mexicano de Programacin
Neurolingustica.

73

su vez en alcohlicos, en neurticos, en cnyuges de alcohlicos, o bien de


presentar por lo menos trastornos de personalidad. (Black 1991, pg. 14)
No fue fcil para m decidirme por el tema de este artculo, pues a penas
hace muy poco tiempo, como resultado de la conciencia que me ha
despertado la psicoterapia Gestalt, reconoc y acept el problema de
alcoholismo de mi padre. Aun habindolo reconocido, escribir sobre este
tema, me pareca como manchar su querida memoria.
He de confesar que a pesar de que asist por ms de cinco aos a Al-Anon
(rama familiar de Alcohlicos Annimos), para tratar de solucionar los
problemas que se presentaron en mi matrimonio, pues a mi vez, me cas
con un bebedor, nunca me atrev a reconocer mi propia situacin de hija
de alcohlico. Creo que me cost mucho trabajo aceptarlo porque,
cuando era nia, solamente de mi padre recib cario en la forma en que
yo lo necesitaba. Como defensa, consider y sostuve siempre que mi padre
slo era un bebedor fuerte, argumentando que no se emborrachaba muy
frecuentemente que no recordaba que hubiera faltado nunca a su
trabajo o que nunca dej de cumplir sus obligaciones por causa de la
bebida. De hecho, mi padre era del tipo de bebedores que slo tomaba en
fiestas o en fines de semana, pero all se armaba el problema, pues
terminaba tropezndose, o insultando a los familiares, peleando con mi
madre, o por lo menos, discutiendo necedades, con la consecuente
vergenza y enojo de todos, especialmente de m. Sin embargo, me cre que
no exista realmente alcoholismo pues no era tan frecuente,
desconociendo que en Alcohlicos Annimos se define como alcohlico
simplemente a aquel que tiene problemas con su manera de beber y
vaya que mi padre tuvo problemas!
Adems de la conciencia generada por mis estudios y por todos los aos
que llevo en terapia individual, otro hecho que me llev a reconocer que
yo era una hija adulta de alcohlico, fue que en un viaje a Canad, por
casualidad cay en mis manos un libro de la Dra. Janet Woititz, terapeuta
norteamericana de hijos de alcohlicos, llamado Adult Children of
Alcoholics. En ese libro ella describe las trece conductas que caracterizan a
esta poblacin y me qued sorprendida cuando pude identificarme en
todas sus descripciones, sin excepcin. Pas buena parte de la noche
leyendo y llorando. Por fin me di cuenta y desde entonces, no he podido
negarlo ms.
Con el debido respeto a la memoria de mi queridsmo padre, que fuera del
problema del alcoholismo era un hombre excelente y que me dio mucho
del amor que como nia necesit, eleg este tema con el fin de que mis
compaeros terapeutas pudieran comprender y ayudar a sus pacientes
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

hijos adultos de alcohlicos y dispusieran de algunas herramientas


teraputicas de utilidad para trabajar con ellos.
En la primera parte del artculo describir algunas generalidades sobre el
alcoholismo y sus repercusiones en la familia. En la segunda, har
referencia a quines son los hijos adultos de alcohlicos y a sus
caractersticas, segn la Dra. Woititz. En la tercera, me referir a las
denominadas experiencias obsoletas desde la terapia Gestalt, ya que
muchas de las conductas de los hijos adultos de alcohlicos, son la
consecuencia, precisamente, de esas experiencias obsoletas acumuladas
durante su infancia y adolescencia. En la cuarta intentar ilustrar con
vivencias personales, las caractersticas de hijos de padres alcohlicos,
relacionndolas con las experiencias que les dieron origen. Por ltimo,
propondr algunas herramientas teraputicas y estrategias para ayudar a
pacientes con este problema.

QU ES EL ALCOHOLISMO
El alcoholismo es una enfermedad primaria y crnica, ya que no es
causada por ninguna otra, persiste a travs del tiempo. Es un
padecimiento multicausal, ya que es originado por factores genticos,
psicosociales y ambientales, que influyen sobre su desarrollo y
manifestaciones. Este padecimiento se caracteriza por una ingestin
repetida y excesiva de alcohol pese a la desaprobacin general y al dao
que produce en el individuo.
A menudo la enfermedad es progresiva y mortal, porque los cambios
fsicos, emocionales y sociales se van acumulando y van progresando a
travs del tiempo, hasta conducir al alcohlico a la locura o a la muerte.
(Elizondo, J.A. 1992. pg. 5). En algunas personas la enfermedad se
manifiesta rpidamente y en otras, tarda aos.
Algunos inician su alcoholismo bebiendo compulsivamente y otros no.
Algunos beben a diario, otros se mantienen abstemios durante diversos
intervalos de tiempo. Unos beben grandes cantidades de licor y otros no, al
decir de Black:
Los alcohlicos son personas que no son capaces de controlar ni de
predecir sus hbitos de beber y cuya forma de ingerir alcohol causa
problemas en aspectos importantes de sus vidas. (Black, 1991, pg. 14)

75

CMO AFECTA EL ALCOHOLISMO A LA FAMILIA


El alcoholismo, conforme va avanzando, va deteriorando las diversas reas
de la vida del alcohlico y desafortunadamente afecta en primera instancia
a aquellas personas ms cercanas a l.
El alcoholismo se denomina enfermedad familiar en dos sentidos:
1. Existe una tendencia familiar para desarrollar la enfermedad del
alcoholismo. Los mdicos han observado que en muchas familias hay ms
de un enfermo alcohlico. Algunas investigaciones indican que puede
haber una tendencia gentica hacia la enfermedad. Muchos alcohlicos
tienen hermanos o hermanas alcohlicos y a menudo, son hijos de
alcohlicos tambin. (Black, 1991, pg. 14). En mi familia, varios
hermanos de mi padre eran tambin alcohlicos y los tres hijos del
matrimonio de mis padres tenemos problemas adictivos, sin contar que
incluso, yo me cas con un alcohlico.
2. En otro sentido, el trmino enfermedad familiar se refiere a que el
alcoholismo de un miembro afecta a toda la familia. Las personas que
estn en contacto con un alcohlico reaccionan emocionalmente ante su
manera de beber; tratan de controlarlo, disculparlo o esconderlo;
se
culpan a s mismos y se sienten heridos: a la larga, se enferman
emocionalmente. (Al-anon Family Group, 1989, pg. 1)

HIJOS ADULTOS DE ALCOHLICOS


Quines son?
Al hablar de hijos adultos de alcohlicos nos referirnos a aquellos nios y
jvenes que han vivido y crecido en hogares donde existe alcoholismo y que
cuando crecen, presentan daos emocionales y trastornos de personalidad,
que pueden ir desde leves hasta graves. (Al-Anon Family Group, 1991,
Hijos Adultos de Alcohlicos. pg. 2)
De hecho, el grupo ms numeroso afectado por el alcoholismo son los
hijos. Diversas estadsticas aplicadas en Mxico por el Sector Salud,
estiman que en nuestro pas existen ms de veinte millones de hijos de
alcohlicos. (Velasco, 1996, pg. 12) En nuestro siglo, el inters clnico y
popular se ha centrado ms en el alcoholismo, prestando menor atencin a
la familia y ms especficamente a los nios que viven en hogares de
alcohlicos, a quienes ha sido difcil identificar por razones tales como la
vergenza o la ignorancia, aceptar que el alcoholismo es una enfermedad,
la negacin familiar del problema y la tendencia a proteger a los nios de
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

verdades desagradables.
Las caractersticas de los hijos adultos de alcohlicos.
Aunque el sufrimiento se manifiesta de diferentes maneras, los hijos de
alcohlicos parecen tener en comn una baja autoestima. No es de
sorprender, ya que, segn Reynaud, quien realiz numerosos estudios con
adolescentes provenientes de familias donde existe el alcoholismo, los hijos
se desalientan fcilmente y frecuentemente se deprimen, se sienten
aislados, piensan que nadie los quiere y se consideran antipticos.
Adicionalmente, tienen dificultades para expresar lo que piensan y ms
an, lo que sienten. No saben defenderse de las agresiones de otros ni
aceptar los defectos ajenos o propios. Estn tan absortos en la conciencia
de s mismos y en su ansiedad, que su capacidad de desarrollo emocional
y de realizacin se ve seriamente obstruida. (Reynaud, 1993, pg 3)
Janet Woititz, terapeuta norteamericana de hijos de alcohlicos refiere
que, en una investigacin sobre autoestima en hijos de alcohlicos, se
demostr que tienen una autoestima ms baja en comparacin con
chicos que no tienen ese problema, dado que la presencia sistemtica de
condiciones como falta de respeto, de aceptacin y de inters por parte de
personas significativas, influyen en la capacidad de sentirse bien consigo
mismos esta falta de autoestima, no depende de la edad. Personas de
veintitrs aos, de cincuenta o de doce, se ven a s mismos esencialmente
de la misma manera. Puede cambiar su dedicacin, su comportamiento, o
su actitud, pero no as la manera como se perciben a s mismos.
(Woititz, 1998, pag.18- 20)
Afirma la Dra. Woititz que los hijos adultos de alcohlicos repiten de uno o
de otro modo ciertas pautas y conductas generales derivadas de las
experiencias de su infancia. Estas caractersticas, reiteradamente
observadas por ella y reconocidas por los afectados, sea en terapia
individual o colectiva, le han permitido hacer un esbozo de las siguientes
caractersticas generales de este grupo:
a) Los hijos adultos de alcohlicos no saben cul es el comportamiento
normal y tienen que adivinarlo. Les cuesta trabajo llevar un proyecto
a trmino.
b) Mienten cuando no es necesario y cuando sera igualmente sencillo
decir la verdad.
c) Se juzgan y se exigen con mucho rigor.
d) Se toman demasiado en serio a s mismos y les cuesta trabajo
divertirse.
e) Les cuesta trabajo mantener relaciones ntimas.
f) Reaccionan exageradamente ante estmulos y ante situaciones sobre las
77

g)
h)
i)
j)
k)

que no tienen control.


Constantemente tratan de obtener aprobacin y afirmacin.
Se sienten diferentes de otras personas.
Son sumamente responsables. O bien, muy irresponsables.
Son sumamente leales y comprometidos, aun con quien no lo merece.
Corren el peligro de desarrollar adicciones, convertirse a su vez en
alcohlicos, en neurticos, o por lo menos, en cnyuges de alcohlicos.
(Woititz, 1990, pg. XIX)

LAS EXPERIENCIAS OBSOLETAS COMO BLOQUEOS


INTERRUPCIONES DEL DESARROLLO PERSONAL

Segn la Psicoterapia Gestalt existen tres factores que interrumpen,


desvan, o bloquean el desarrollo personal de un individuo.
Coloquialmente se les conoce como los tres demonios del desarrollo y
son: Los introyectos, las experiencias obsoletas y los asuntos inconclusos.
(Muoz Polit, M. 1997) Aunque los introyectos y los asuntos inconclusos
son tambin determinantes en la vida de los hijos de alcohlicos, en este
artculo me referir solamente a las experiencias obsoletas, tratando de
mostrar con experiencias de mi propia vida, su influencia en la
personalidad y en la conducta cuando se llega a ser adulto.
Las experiencias obsoletas son mandatos propios interiorizados, es
decir, son autoexigencias que rigen la futura actuacin de una persona en
ciertas circunstancias; por ejemplo, ante una experiencia adversa, la
persona se promete a s misma: Ya no vuelvo nunca ms a hacer tal
cosa. No me conviene comportarme as Si digo esto, me van a censurar
y me dejarn de querer; ms me conviene actuar con cuidado. Es
decir, estas normas y conductas fueron aprendidos por vivencia propia y
debido a que tienen fundamento en la experiencia, la persona las adopt
como guas, como leyes de vida, como valores que haba que seguir y
como modelos de la personalidad.
Estas normas ofrecen al individuo la seguridad de algo conocido y
experimentado, y su transgresin hace que la persona sufra culpa, miedo,
angustia y ansiedad, si no acta conforme a estos patrones
autoimpuestos. (Muoz Polit, 1999). Dicho de otra manera, debido a
alguna experiencia del pasado, generalmente de la infancia, la persona
tiende a extraer una conclusin hacindose una promesa general para
futuras actuaciones. Esa respuesta, consciente o inconsciente, fue
adecuada en su momento pues satisfizo una necesidad de la persona; el
problema es que cuando crece, o cambia el contexto, sigue respondiendo
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figura/fondo No. 10.

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del mismo modo, tal y como si las circunstancias primarias


desencadenantes, no hubieran variado. (Muoz Polit, 1997 pag 9)

CMO SE HAN PRESENTADO EN MI VIDA LAS


CARACTERSTICAS DE LOS HIJOS ALCOHLICOS COMO
RESULTADO DE EXPERIENCIAS OBSOLETAS
He citado en apartados anteriores, que la Dra. Woititz en su trabajo en
clnicas norteamericanas, ha encontrado que los
hijos adultos de
alcohlicos repiten, de uno o de otro modo, pautas crnicas de conducta
derivadas de su aprendizaje infantil que influyen en
su desarrollo
emocional sano. Desde mi punto de vista, estas generalizaciones
reportadas por la Dra. Woititz pueden considerarse lo que en Gestalt se
llama experiencias obsoletas, dado que las conductas que se presentan
en la edad adulta tienen su raz en vivencias de la infancia o de la
adolescencia que originaron automandatos o promesas que la propia
persona se hizo.
En los siguientes prrafos, tratar de demostrar que muchas pautas de
conducta de mi vida adulta, son una consecuencia de mandatos
autoimpuestos, es decir, de alguna experiencia obsoleta resultante de mi
historia, en un hogar donde existi alcoholismo. Sobre la base de las
investigaciones de la Dra. Woititz, me permito presentar mis propias
vivencias a modo de ilustracin de las caractersticas generales de los hijos
adultos de alcohlicos, para su eventual anlisis entre estudiantes y
terapeutas del campo de la Psicoterapia Gestalt.
a) Los hijos adultos de alcohlicos no saben
comportamiento normal y tienen que adivinarlo.

cul

es

el

Crec en un ambiente en donde un sentimiento de inseguridad me


acompa siempre. No querer hacer frente a la realidad, fue el mayor
problema de mi hogar, afectado por el alcohol. Por ello, me es difcil
discernir con sano juicio qu me conviene. Desde nia, muchas veces he
tratado de adivinar lo que es apropiado. Como no tuve muchas referencias
sobre lo que era estar en un hogar normal, ni para saber qu estaba bien
decir o sentir, constantemente me cuestiono mis actuaciones,
sentimientos e ideas y tiendo a comportarme con extremo cuidado todo el
tiempo; me da miedo expresar lo que pienso pues temo comunicarme mal
y vivo con la sensacin de estar equivocada.
79

Cuando era nia, no aprend a resolver problemas; no aprend cmo hacer


frente a los conflictos, ni a manejarlos y menos a resolverlos. En mi casa,
los problemas se evitaban, no se resolvan, por lo cual no aprend a confiar
en mi sabidura interna como gua para decidir cul era la manera ms
adecuada de comportarme, ni en la validez de mis sensaciones ni
sentimientos.
Hasta el da de hoy, cuando algo me incomoda, fsica o emocionalmente,
no identifico bien lo que es, y si llego a hacerlo, frecuentemente lo
desapruebo, o considero que, de alguna manera, estoy mal. Del mismo
modo, confundo la normalidad con la perfeccin, por lo que idealizo o
devalo, admiro o desprecio, pero rara vez me ubico en lo normal pues
no s bien lo qu es. Fomento fantasas acerca de mi yo ideal y de otras
personas ideales y todo esto hace que mi vida y mis relaciones sean
sumamente difciles pues aspiro a ser la madre perfecta, la amiga
perfecta, la profesionista perfecta, y exijo a los dems que sean: el
cnyuge perfecto, el amigo perfecto, las hijas perfectas Puesto que
estas fantasas estn condenadas al fracaso -porque no existen
comportamientos perfectos- paso mucho tiempo enjuicindome a m
misma o a los dems y me resiento porque la vida no funciona de acuerdo
con mis modelos y expectativas.
b) Los hijos adultos de alcohlicos mienten aun cuando sera ms
fcil decir la verdad.
Mentir es esencial en un sistema familiar afectado por el alcohol en el cual
existe una negacin declarada de realidades desagradables; un constante
ocultamiento de sentimientos, acompaado de encubrimientos, promesas
incumplidas e incongruencias; por ejemplo, recuerdo con tristeza algunas
Navidades en que mis hermanos y yo nos perdimos la esperada fiesta
familiar llena de alegra y regalos, en la casa de mis abuelitos, porque mi
padre haba empezado a brindar desde temprano, y ya para esa hora
estaba muy pasado de copas y mi madre impeda que furamos a la fiesta
para no arriesgarse a pasar alguna vergenza o zafarrancho familiar.
Avisbamos por telfono que no asistiramos, inventando que alguien
estaba enfermo, o que el coche estaba descompuesto; mis hermanos y yo,
llenos de coraje y resentimiento, nos metamos a la cama y all acababa la
Navidad.
En mi niez y adolescencia, mentir se volvi para m lugar comn, ya que
me evitaba situaciones desagradables y me haca la vida ms cmoda,
pues me resultaba camino fcil para salirme con la ma y escabullirme de
mi casa, para irme con mis amigas y tener tiempo para hacer lo que me
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figura/fondo No. 10.

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complaca. Por lo dems, cada vez que me atreva a decir la verdad o a dar
una respuesta franca, se me regaaba o criticaba; en poco tiempo aprend
que decir la verdad era lo peor que poda hacer por lo que decid que
mentir estaba bien, con la condicin de ser lo suficientemente lista para
disimularlo. Eso hice y me las ingeni casi siempre para que no me
descubrieran.
Acostumbrada a un ambiente de negacin, me enga a m misma
sosteniendo siempre que mi padre slo era un bebedor fuerte, pero no
un alcohlico; que en mi casa todo estaba bien y que la nuestra era una
familia feliz. El alcoholismo de mi padre, negado en el seno familiar, podra
representarlo ahora con una metfora. Era como si un gran cocodrilo
verde se hubiera instalado en medio de la sala; todos lo veamos, todos lo
temamos, pero nadie se atreva a hablar de l, ni a reconocer cunto
miedo le tenamos.
Criada en un ambiente de falsedad, en mi ser de adulto me ha costado
mucho enfrentar la verdad y no mentir en situaciones que involucran
temor, prdida de prestigio o tener que confesar abiertamente algn error.
El mentir en mi vida adopt muchas formas sutiles, no tanto en forma
de engao a los dems, sino como un alejamiento de la verdad, en trampas
tales como mentirme a m misma, negar la realidad y no reconocer ni
expresar mis necesidades y sentimientos.
c) Los hijos adultos de alcohlicos se exigen con mucho rigor y se
juzgan sin piedad.
Cuando nia, nada de lo que hiciera era suficientemente bueno, a juicio
de mis padres; por mucho que lo intentara, siempre deba esforzarme ms;
era constantemente criticada y siempre me senta culpable e imperfecta.
Creo que si una persona escucha a menudo y durante un perodo largo
que no es como se espera que sea, termina creyndoselo.
En
consecuencia, absorb las crticas como sentimientos condenatorios hacia
m y aunque hoy ya nadie me las repite, esos sentimientos permanecen.
Considero que he mantenido por muchos aos una imagen negativa de m
misma, aun cuando tengo muchas evidencias que me sugieren lo
contrario. Casi nunca me perdono o, al menos, justifico y, si algo sale
mal, lo asumo como responsabilidad ma. Con frecuencia me digo: quiz
no puse todo mi empeo o deb de hacerlo de otro modo. Tiendo a
enjuiciar todo lo que hago, y en parte creo que se debe a que todo lo veo
en blanco o negro. Para m, no hay medias tintas: o todo es bueno, o todo
es malo.
81

Exigirme y criticarme se volvi parte de m: los deberas y no deberas,


son los lentes con los que me he juzgado continuamente. As como no
haba manera de llegar a los niveles de perfeccin que me exigan en mi
infancia, hoy tampoco alcanzo nunca los niveles que yo misma me fijo.
Desde muy nia aprend a cuidar demasiado las cosas, a ahorrar lo poco
que tena, a ser previsora, a preocuparme demasiado por pasar inadvertida
y a no molestar a nadie. Casi nunca me permit enojarme y no aprend a
defenderme de las agresiones de mis familiares o de mis compaeros;
siempre le he tenido pavor al conflicto por lo que normalmente lo he
evitado o tratado de disolverlo, aunque yo tenga que salir perdiendo.
Como fui tan criticada, no aprend a aceptar tranquilamente mis
insuficiencias o limitaciones, ni a perdonarme por mis defectos. Por tanto,
siempre me he exigido demasiado y me he responsabilizado tanto de lo
que me corresponde como de lo que no. Por ello, al juicio implacable sobre
mi persona, va -por supuesto- aparejado un enjuiciamiento de los dems,
el cual no es, con mucho, tan duro como el que me aplico yo misma.
Tambin para los dems uso el negro o blanco, bueno o malo. Qu
difcil me ha sido en la vida ponerme cmoda, relajarme, reconocer mis
errores, perdonarme mis fallas, ver mis logros, aceptarme como soy y
tambin aceptar a los dems como son.
En resumen, creo que mi mayor conflicto emocional, deriva del hecho de
que nunca fui nia, pues siempre estuve consciente de los problemas en
mi casa, muy preocupada por el alcoholismo de mi padre, por los pleitos
que se generaban entre mis padres y por la situacin econmica de mi
hogar. Estuve siempre demasiado absorta en mi y por otro lado,
preocupada por los dems, por lo que viv llena de ansiedad los aos en
que nios en mejores condiciones se sienten protegidos, tranquilos y
felices.
d) Los hijos adultos de alcohlicos se toman demasiado en serio a s
mismos y les cuesta trabajo divertirse.
En mi infancia, no me divert mucho. Viv como en un trauma crnico.
La vida era un asunto muy serio y amenazador. Es cierto que muchos das
transcurran normalmente y jugaba con mis amigos o con mi hermano,
pero exista siempre en el horizonte una nube negra, un acecho incierto
en el ambiente, que pona freno a mi alegra infantil. Cundo volver a
tomar mi padre?

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En mi casa no haba mucho espacio para la diversin y renunci muy


temprano a ella. Sencillamente, el nio espontneo que haba en mi
interior fue acallado, pues me vi presionada desde muy pronto, a ser
responsable y portarme como persona mayor. Hoy, en mi vida adulta,
tampoco me doy muchas oportunidades de divertirme e incluso critico a
las personas que hacen bromas y se comportan menos seriamente,
aunque sean adultas. Sin embargo, a veces las envidio y quisiera ser
como ellas. Para m, la vida sigue siendo un asunto muy serio y por mi
inseguridad crnica, lo peor que puede pasarme es arriesgarme a ser
criticada, o a hacer el ridculo.
Tomo muy en serio mis responsabilidades y trabajos, a veces hasta a
costa de mi bienestar personal; sin embargo, cuando me doy la
oportunidad de relajarme, de descansar y de divertirme, sale mi nia
interior, alegre y espontnea y me doy cuenta que ha pasado mucho
tiempo reprimida y necesita ser descubierta y liberada. No cabe duda de
que tengo que recuperar en ciertos momentos la nia que casi nunca fui.
e) A los hijos adultos de alcohlicos les cuesta trabajo mantener
relaciones de intimidad.
Como hija adulta de alcohlico, en mi hogar no tuve un marco de
referencia de lo que significa una relacin ntima sana. El nico modelo
que tuve fueron mis padres y esa relacin distaba mucho de ser sana,
pues haba perro de arriba y perro de abajo. Conviv con un padre
alcohlico, dbil y bonachn y con una madre excesivamente controladora
y rgida, cuyos ambivalentes mensajes cotidianos parecan ser: Te odiote quiero o bien, acrcate-vete de aqu. En mi infancia un da me senta
querida y otro rechazada.
Recuerdo como si lo viera ahora, la angustia de mi madre cuando mi
padre no llegaba y por otro lado, los pleitos que se armaban cuando l
apareca por la casa borracho. Recuerdo con susto y coraje las ofensivas
palabras que se dirigan cuando haba pleitos despus de una parranda.
Mi madre, como tpica esposa de alcohlico, se enferm emocionalmente
pues consagr su vida y sus esfuerzos a cuidar de mi padre y a tratar de
controlarlo para que l no tomara unas copas de ms. Como ejemplo
dir que ella lo acompa durante 20 aos, todos los sbados y domingos
a la casa de sus cuados, donde todos eran alcohlicos y por supuesto, el
centro de la fiesta era la botella. Mi madre viva siempre con el temor de
que l tomara, as es que lo controlaba, procurando divertirlo y atenderlo,
de manera que l no tuviera la tentacin de irse a la cantina con los
83

amigos. La preocupacin central de mi madre era siempre mi padre, por lo


que, para la atencin y cuidado de sus hijos, le quedaba muy poco tiempo.
Nosotros tuvimos que adaptarnos a estar siempre solos, a cuidarnos, a
resolver todo tipo de problemas, a buscar nuestras diversiones y a valernos
por nosotros mismos, desde pequeos.
Como podr comprenderse, por esta situacin nunca me sent querida
gratuitamente por mi madre, sino que haba que pagar el precio de su
atencin con la moneda del trabajo, del esfuerzo y de la perfeccin. Esto ha
hecho que en mi vida adulta piense que siempre tengo que dar mucho
para ser querida.
Considero que estos patrones han matizado mi vida afectiva adulta, pues
mis relaciones, especialmente con los hombres, han sido inestables e
infelices. No s si temo amar o si temo ser amada; ms bien creo que temo
ser lastimada y por eso no me arriesgo. Siempre he tenido la sensacin de
que slo podr enamorarme de alguien si llena mis expectativas, si esa
persona es absolutamente perfecta y fantaseo que, en cuanto entre por la
puerta, podremos tener una relacin perfecta.
Crec con el miedo continuo de que mi hogar se destruyera y de ser
abandonada; por tanto, el miedo al abandono se ha atravesado siempre
en la construccin de mis relaciones. Las parejas normales resuelven sus
problemas y dificultades, en cambio para m, como hija adulta de
alcohlico, un desacuerdo sin importancia se convierte pronto en algo
grande, porque el fantasma del abandono se mezcla con el asunto que
origin el desacuerdo. Me siento como si tuviera que hacer muchas cosas
para que las personas
se quedaran y como si hubiera que pagar un
precio muy alto por la relacin. Otro matiz de este temor es que
experimento una reaccin de pnico muy fuerte cuando alguien se enoja
conmigo; el miedo es tan intenso que evito el conflicto a toda costa. Creo
que se debe a que yo relaciono el conflicto con el abandono.
Al entablar una relacin, no tengo confianza en m misma ni me siento
una persona que merezca que la amen. Busco en el otro lo que no puedo
encontrar en m misma para completarme y sentirme bien; de esta
manera entrego al que amo un gran dominio sobre m. Es decir, en mis
relaciones, sin quererlo, le doy al otro el poder de levantarme o de
derribarme y busco constantemente su aprobacin.
Los sentimientos de inseguridad, de dificultad para confiar en los dems,
el desequilibrio en el dar y recibir, las preguntas sobre si ser lastimada y
el miedo al rechazo y al abandono experimentados en mi infancia, y la
experiencia de las malas relaciones que he vivido, sobre todo en los catorce
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figura/fondo No. 10.

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aos que dur mi matrimonio, han sido obstculos muy potentes que me
frenan para buscar una nueva relacin.
f) Los hijos adultos de alcohlicos reaccionan exageradamente ante
estmulos y ante situaciones sobre las que no tienen control.
Esto es muy fcil de comprender. Los hijos pequeos de alcohlicos no
tuvimos dominio sobre nada; no se nos tom en cuenta. A fin de
sobrevivir, necesit desde pequea resolver sola mis problemas y hacerme
cargo de muchas de mis necesidades. Por eso, aprend a confiar slo en
m misma, en mis habilidades y en mi responsabilidad y, en cierta medida,
a desconfiar de los dems. Como consecuencia, tiendo a considerar que
mi punto de vista es el ms adecuado y a tomar bajo mi control todas las
situaciones en las que puedo intervenir. Existe, sin duda, un cierto temor
de que si yo no las tomo bajo mi responsabilidad, las cosas saldrn mal.
De este modo, quiero que todo se haga justo como yo digo, por lo que me
percibo frecuentemente rgida y controladora.
En relacin con el segundo punto, reacciono exageradamente ante
frustraciones menores, perdiendo el control debido. Por simples tonteras,
como no encontrar una cosa en su lugar, me salgo de mis casillas y me
pongo furiosa. En el mismo sentido, me cuesta mucho trabajo que algo me
haga cambiar de planes, o ser tolerante con las fallas de los dems; un
incidente sin importancia es la gota que derrama el vaso y me torno
descontroladamente iracunda, muy seguramente porque estas situaciones
me hacen evocar el dolor que sufr de nia y la ira reprimida durante esa
poca, ante desilusiones o castigos injustos.
g) Los hijos adultos de alcohlicos constantemente tratan de obtener
aprobacin y afirmacin.
Creo firmemente que las condiciones que llevan a un nio a considerarse
una persona de vala radican en la calidez paternal, los lmites claramente
definidos y en el respeto incondicional. De estas tres condiciones para la
autoestima, slo conoc la segunda, pero tampoco considero que los lmites
exagerados en los que viv hayan contribuido a mi crecimiento sano.
Siempre fui una nia solitaria que me entretena tejiendo, resolviendo
crucigramas y obsesionada por hacer mis trabajos y tareas escolares con
mucha perfeccin, pues dada mi baja autoestima, muy pronto descubr
que la nica moneda con la que poda ganar cierta aprobacin y
reconocimiento por parte de mi madre, era con mi aplicacin en la
85

escuela. Ella nunca valor mis cualidades, mi inteligencia o mi bondad y


menos apreci mis sentimientos, mis gustos o mis amistades; solamente
mis medallas y mis dieces. Desde all aprend a creer que los dems slo
me apreciaran si era aplicada, bondadosa y complaciente. Por tanto, mi
actitud siempre se ha orientado a ganarme la atencin y el cario de los
otros a travs de ser muy servicial, muy eficiente, muy adaptable, muy
educada, muy comprensiva y muy sacrificada.
Como los hijos de alcohlicos constantemente buscamos apoyo y
aprobacin en otras personas, paradjicamente cuando nos lo dan no
parece que sepamos aprovecharlo. Como los mensajes que recib de nia
eran contradictorios, me parece que fui programada para no confiar y
para creer que lo que se dice no es necesariamente lo que se piensa. As,
cuando alguien me ha ofrecido ayuda, apoyo y aliento, me ha costado
mucho trabajo reconocerlo, creerlo, aceptarlo y aprovecharlo. En forma
complementaria, busco reconocimiento de los dems porque me es difcil
obtener autoapoyo y sentirme contenta por lo que hago bien. Igual que mis
padres, siempre ando buscando el peroCasi siempre pongo ms nfasis
en lo que hago mal que en mis logros y xitos.
Como parte de mi inseguridad, me dejo llevar por el pnico y
constantemente hago fantasas catastrficas que pronostican desastres,
ante situaciones en las que por el contrario- todo el mundo me predice
xito. La gente me dice: Claro que puedes! Pero yo, por dentro, me digo:
Algo va a fallar, no me creo capaz.
En el mismo sentido, cuando logro algo, considero que esto tiene que ver
con la casualidad, o con mi buena suerte. Frecuentemente desestimo mis
logros diciendo: Fue muy fcil, No es algo tan importante, No vale
mucho, Cualquiera podra hacerlo. Esto no lo digo por adoptar una
postura humilde, sino que de verdad lo pienso. Quiz se deba a que es
ms seguro mantener una imagen negativa de m misma, que aceptar
alabanzas por ser competente, pues significara cambiar la manera como
me veo a m misma y eso me resulta desconocido y amenazante.
h) Los hijos adultos de alcohlicos se sienten diferentes de otras
personas.
Los hijos adultos de alcohlicos nos sentimos diferentes a otras personas,
aunque en realidad no lo seamos tanto. La sensacin de ser diferente ha
estado conmigo desde la niez y el sentimiento sigue ah, aunque las
circunstancias sean distintas.
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Por mi baja autoestima, siempre me sent aislada, diferente de las dems


nias y casi incomprendida. Siempre tem que los dems me criticaran,
que descubrieran cosas malas de m por lo que aprend a no expresar lo
que pensaba y menos an lo que senta. Es ms, creo que ni yo misma
identificaba mis sensaciones, sentimientos o necesidades.
En cierta forma, al sentirme diferente, me aisl y no desarroll las
habilidades necesarias para sentirme parte de un grupo. Cuando era nia
me abra paso en un grupo regalando mis juguetes o prestando mis cosas;
hoy me descubro abrindome camino tratando de agradar y caer bien,
siendo simptica, buena onda y muy servicial. Estas actitudes me siguen
funcionando como anzuelo para ser aceptada, pese a que lo ms comn
sea que me sienta aislada.
Tambin he sido diferente respecto a lo que pido de la gente con la que
he decidido relacionarme de cerca. Por lo general, elijo gente de la cual yo
me hago una imagen irreal: brillantes, encantadores, amables y, sobre
todo, los de espritu altruista. Las personas bravuconas, agresivas, o
impositivas me asustan y hasta inconscientemente me alejo de ellas,
seguramente porque me recuerdan la relacin con mi madre.
De adolescente tambin fui diferente, pues mientras mis compaeras
escogan a los hombres ms guapos, yo, con cierto espritu de Cruz Roja
elega a los ms fetos, a los menos populares, con toda seguridad porque
internamente no me crea merecedora de que los hombres atractivos se
fijaran en m y no quera ser rechazada. Ciertamente a los hijos adultos
de alcohlicos nos resulta difcil creer que podemos ser aceptados por lo
que somos, sin que ello tenga que ganarse. Derivado de lo anterior, el
sentirme diferente y un poco aislada, ha sido parte de la mscara bajo la
cual he ocultado mi miedo a relacionarme con los dems.
i) Los hijos adultos de alcohlicos son sumamente responsables, o
bien muy irresponsables.
Personalmente se me da mucho ms lo primero, que lo segundo. En mi
vida yo me encargo de todo o renuncio a todo, no hay punto intermedio.
Cuando era nia, trataba de complacer a mis padres haciendo mucho ms
de lo que se me peda, y como no tuve a mi alrededor un modelo de
familia en el que todos colaboraran al logro de tareas u objetivos comunes,
tiendo a hacer todo por mi misma, o bien, nada.
Por otro lado, cuando me comprometo, no soy consciente de mis propias
limitaciones y puesto que decir que no es para m extraordinariamente
87

difcil, trato de hacer ms y ms y ms. Esto es as porque no tengo un


sentido realista de mi capacidad y porque, igual que como pasaba en mi
casa, creo que haciendo mucho, me aprobarn, me aceptarn y me
querrn Siempre dando ms de lo que me piden y haciendo ms de lo
que me toca, me parece como si tuviera la fijacin de tener que responder
obligatoriamente a todo. A pesar de que s que la gente muy responsable
tiende a ser explotada, constantemente me veo ofreciendo lo que no me
piden y resintindome porque ni siquiera me lo agradecen.
Paradjicamente me parece que en otros aspectos, en los que debera ser
especialmente cuidadosa, soy muy irresponsable. No me preocupa mi
cuerpo, ni mi salud, ni mi descanso. A veces, me siento tan bloqueada,
cansada, agotada que entonces decido no ir a trabajar. En este desorden
vital, cuando tengo demasiado trabajo, me pongo histrica y como ajuste
creativo, pierdo el tiempo en ir de un lado para otro, o me distraigo en
cosas que no son urgentes y, aunque tenga mucho trabajo, me evado
platicando por telfono o me voy al supermercado, perdiendo horas y
horas...
j) Los hijos adultos de alcohlicos son sumamente
comprometidos, aun con quien no lo merece.

leales

Considero que el hogar de los alcohlicos es un sitio de mucha lealtad,


pues los familiares aprendemos a cuidar y a proteger al alcohlico. Este
aprendizaje me ha permitido permanecer mucho tiempo en relaciones,
que ms valdra que hubieran terminado. En mi juventud, cuando a
alguien le interes lo suficiente para formar una relacin estable conmigo,
llmese pareja o amigo,
existi siempre en m un sentimiento de
agradecimiento y de vinculacin, que me hizo experimentar una especie
de obligacin a permanecer con esa persona para siempre. En mi
matrimonio, no importaba lo que mi marido hiciera o dijera; si me trataba
mal, yo disculpaba su comportamiento y hasta me senta culpable.
Posiblemente por mi necesidad de seguridad, me prenda de lo conocido,
aunque fuera malo.
Por otra parte, en mi infancia no aprend gran cosa de lo que significa
tener una buena relacin, pues entre mis padres siempre hubo el que
manda y el que obedece. As es que me las arregl como pude y me
qued siempre con lo que tena, sin considerar en mucho tiempo si
mereca aspirar a algo diferente. Frecuentemente me enganch mediante
el sentimiento de culpa y tard mucho en darme cuenta de que esa
relacin no vala la pena.
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

K) Los hijos adultos de alcohlicos corren el peligro de desarrollar


adicciones, convertirse a su vez en alcohlicos, en neurticos, o
por lo menos, en cnyuges de alcohlicos.
Los estudiosos de la enfermedad del alcoholismo, no han podido ponerse
de acuerdo si hay influencia del entorno, de los genes o una combinacin
de ambos, pero todos absolutamente apoyan el anterior enunciado. Por
fortuna,
personalmente no desarroll el alcoholismo, pero s otras
adicciones como el fumar y el comer compulsivo,
tal vez como
compensaciones ante el sufrimiento.
Como he mencionado antes, con todas las experiencias vividas en mi
hogar, aprend a no confiar, a no pedir, a no expresar mis sentimientos y
desde mi ms tierna infancia me proteg contra el dolor evitando sentir y
llorar. Admitiendo que a esta difcil tarea me ayudaron tanto mi fantasa,
como mi exceso de trabajo, no puedo dejar de constatar el papel
sustitutivo de mi aficin a comer demasiado. Desde nia aprend que
comiendo dulces, panes y chocolates no se sufre y que la comida ayudaba
para no tocar tristeza. Recuerdo la ilusin que me causaba comer a diario,
al salir de la escuela dos barquillos de mamey y cmo me consolaban en
mis tardes solitarias los dulces que me compraba con el peso que me
daban para gastar. Desde nia fui gorda y creo que mi grasa corporal ha
sido la muestra visible de mi escudo contra el sufrimiento. Ser gorda ha
sido la coraza con la que me he enfrentado a la dureza de la vida. Por lo
mismo, en la adolescencia aprend a fumar, adiccin que me ha resultado
una manera cmoda de librarme de la tensin y la ansiedad.

SUGERENCIAS PARA EL TRABAJO TERAPETICO CON


HIJOS ADULTOS DE ALCOHLICOS
El trabajo teraputico con hijos de alcohlicos merecera un artculo
aparte pero, dada la necesaria brevedad de este trabajo, me limitar a
proponer algunas orientaciones a mis colegas, derivadas de mi experiencia
de lo que me ha funcionado como ayuda a mi proceso de recuperacin
dentro de la Psicoterapia Gestalt.
En primer lugar, sugiero explorar si un paciente proviene de un
hogar con problemas de alcoholismo. Si es as, se debe verificar si la
persona est dispuesta a trabajar el problema y si se considera lista para
afrontarlo.

Promover el contacto y el darse cuenta. Los hijos de alcohlicos no


89

estn entrenados en el contacto, puesto que tienen una desensibilizacin


crnica. Por ello es necesario resensibilizarlos tratando de que recuperen
la conciencia de sus sensaciones, para que puedan hacer aflorar los
sentimientos y de ah pueda surgir la verdadera necesidad organsmica; no
se debe perder de vista que contactar con la necesidad es el nico camino
para superar la experiencia obsoleta. Considero que hay que empezar
desde la resensibilizacin de su cuerpo negado, para que las sensaciones
formen figura. Para ello el terapeuta puede hacer uso de ejercicios de
concentracin, de ampliacin de la respiracin y de revitalizacin corporal.
Como los hijos de alcohlicos tienden a vivir en fantasa, ya sea
idealizadora o catastrfica, considero que conviene ayudarlos a darse
cuenta de lo que es realidad, en el aqu y el ahora. (Kepner)
Trabajar en la ampliacin de fronteras. Los hijos de alcohlicos se
mantienen dentro de lmites de permisividad muy estrechos, o demasiado
amplios. Tener en cuenta que los hijos de alcohlicos se han impuesto a s
mismos No confiar, no sentir, no expresar.
Para este punto conviene hacer ejercicios para explorar las fronteras
personales y determinar qu clase de trabajo se necesita hacer en este
campo, ya sea en el terreno de los valores, de la expresividad, del contacto,
de la familiaridad, del cuerpo, etctera. (Polster, M. y Polster, E. 1994.).
Trabajar con los sentimientos. Tomando en cuenta que los hijos
adultos de alcohlicos no estn habituados a enfrentar sentimientos, el
trabajo con stos es muy importante, dado que por experiencias obsoletas
han aprendido a evadirlos para no sufrir. En terapia sera muy
conveniente la identificacin de sentimientos, nombrarlos y habituar a los
pacientes a permanecer en ellos, sin deflectarlos. Habra que trabajar con
los sentimientos de la tercera lista: la culpa, la vergenza, y la
devaluacin; con la angustia de ser hijo de un alcohlico, con todas las
frustraciones que esto conlleva. Con mucha certeza, debajo de estos
sentimientos de la tercera lista, aparecern los verdaderos sentimientos
primarios: el miedo, la tristeza, el enojo y a partir de ellos, entrenarlos en
su uso constructivo. Del sentimiento surgir la necesidad que ha sido
reprimida por la experiencia obsoleta. Puede pedirse que la persona
trabaje, por ejemplo, con sus ganas de tener una nueva pareja, aunque se
haya prometido que nunca ms la tendra.
Fortalecer la autoestima y el autoconcepto. Los hijos de alcohlicos
tienen un yo debilitado y una baja autoestima, caractersticas que los han
llevado a mantener muchas experiencias obsoletas para sobrevivir. Al
trabajar la autoestima, es previsible que brotarn
las necesidades
organsmicas.
90

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Con este objetivo en mente, es muy importante la seguridad que se le


brinde al paciente en el espacio teraputico, para promover experimentos
de autoexploracin y de ajuste de fronteras, de modo que pueda darse
cuenta de las partes alienadas de su yo, para que las pueda poner a su
favor.
Explorar modos de relacin. En los hijos de alcohlicos se presentan
casi todas las pautas de relacin, unas ms marcadas en algunas
personas, que en otras: como no saben qu es lo normal, lo buscan fuera
de ellos, por lo que son fuertemente introyectores; tanto su falta de
identidad personal, como sus sentimientos de abandono, los hacen ser
altamente confluentes; la no expresin de sus sentimientos y emociones,
aunada a su tendencia a culparse por todo, los convierte en retroflectores;
su necesidad de no tocar sentimientos negativos, los hace especialmente
deflectores; desarrollan en gran medida la proflexin, pues como no se
sienten queridos, dan a los dems lo que quisieran recibir; como se sienten
diferentes es marcada su propensin al aislamiento, finalmente su gran
responsabilidad y lealtad hace que se vuelvan obsesivos y presenten
frecuentemente fijaciones.
Explorar bloqueos en el ciclo de la experiencia. Los hijos de
alcohlicos generalmente son personas desensibilizadas, que no forman
figura fcilmente de lo que les sucede. Frecuentemente se reprimen
ideolgica y fisiolgicamente; tienen planes y no juntan energa para la
accin, o si actan, no contactan con el satisfactor de modo que nada les
es suficiente. Si llegan a contactar con un satisfactor, se aferran a l y les
es difcil retirarse, cerrar el ciclo y alistarse para contactar nuevas
experiencias.
Trabajar polaridades. Los hijos de alcohlicos ven todo en negro o
blanco; idealizan o desprecian. Ven las situaciones como totalmente
positivas, o francamente nefastas. Se les dificulta tener una visin
realista, o situarse en el punto medio. Por tanto es importante el trabajo
de partes y de dilogo de polaridades, para su reconocimiento e
integracin.
Promover la responsabilizacin y la congruencia y traerlos al
aqu y ahora. Al mismo tiempo que se incrementa la conciencia del s
mismo y de todos los automandatos que han regido su vida, se podra
ayudar a la persona a que descubra y se haga cargo de cules son sus
propias normas para cada momento de su existencia. Los hijos de
alcohlicos tienden mucho, por el miedo de tocar sentimientos, a evadir el
contacto con lo que les pasa, con lo que necesitan y con lo que les
conviene. Como son impulsivos, no se dan tiempo suficiente para pensar
91

las mejores soluciones para sus problemas. A partir de una falta de


contacto con su interior, usan la fantasa para fugarse y les cuesta trabajo
decidir. Deflectan mucho tiempo y al enfrentar la necesidad, toman una
decisin apresurada o bien, de tanto pensarla, no la toman, dejando que
la vida decida por ellos. Para contrarrestar esta conducta sera adecuado
enfrentarlos con las decisiones pendientes y con lo que es realidad, en
contraposicin a su vivir en fantasa, tanto idealista como catastrfica.
Como viven en el pasado o en el futuro, es preciso traerlos constantemente
al aqu y al ahora.
Trabajar cada una de las experiencias obsoletas Sera necesario,
con cada paciente detectar cules son sus propias experiencias obsoletas,
puesto que hay que tener en cuenta que las trece pautas generales,
descritas por la Dra. Woititz y desarrolladas en este trabajo, pueden sufrir
variantes personales.
Es recomendable entonces, ayudar al paciente a darse cuenta en qu
circunstancias aprendi ciertas conductas y respuestas o cundo se hizo
una promesa a s mismo; todo esto para ayudarlo a cobrar conciencia de
que los mandatos no slo vienen de l mismo, sino que ya no le
funcionan, porque sus circunstancias actuales han cambiado. De cada
una de las experiencias obsoletas, desafiarle lo que sea incoherente y
ayudarle a darse cuenta de lo siguiente: De qu le ha servido? Cules
han sido las prdidas y cules las ganancias? Qu pasara si no
cumpliera el automandato? Que sera lo amenazante? Cul podra ser la
fantasa catastrfica ante otra conducta? Esa promesa seguira
funcionando hoy? En qu reas de la vida funcionara y en cules no?
Funcionara con unas personas y con otras no?
Pedir tareas concretas. Como las experiencias obsoletas son
autoexigencias, como tareas concretas, se le podra pedir por ejemplo, que
la persona se atreviera durante una semana a jugar el papel contrario al
que haba venido desempeando. Al jugarlo, es probable que el paciente
se diera cuenta de su necesidad organsmica al experimentar las ventajas
de romper con los antiguos patrones; si representar el rol le fuera muy
amenazante, se le podra pedir que lo hiciera en fantasa, o bien, que
observara a alguuien conocido que jugara usualmente el rol contrario: todo
esto para aproximarlo a comprender las ventajas del cambio de rol.
Vinculado con lo anterior, el terapeuta podra animar a la persona a tomar
riesgos y apoyarla por medio de dejarle tareas de darse cuenta, de correr
riesgos, de observar y ubicarse, etctera; por ejemplo, se le puede decir:
No te enamores si no quieres, pero por lo menos, sal con l!. Observa qu
te pasa. Date cuenta
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

En el mismo sentido, convendra apoyarlo para que en una situacin


amenazante, experimentara y pudiera darse cuenta de lo que le pasa; si
por ejemplo, alguien dice: Yo me haba prometido no generar broncas en
mi familia, se le poda encargar generarlas, pidindole que observe lo que
le pasa y siente con ello. En otra sesin, se le podra pedir: Ahora vas a
ser muy buena hija y a mirar qu pasa; es decir, que observe qu se
siente al hacer, o no hacer, lo que se prometi.
Trabajar asuntos inconclusos. Seguramente en los hijos de
alcohlicos habr necesidades de seguridad o afecto que se quedaron
insatisfechas, sea con el progenitor adicto o con el coalcohlico enfermo
emocionalmente. Ser necesario cerrar estos asuntos, porque de otro
modo, los pacientes seguirn buscando a travs de la vida, el satisfactor de
su necesidad con diferentes personas, con lo que se rigidizar la
bsqueda del satisfactor. Si bien, otras personas les brindarn afecto,
seguirn buscando el satisfactor deseado. Justamente, estos asuntos
inconclusos tendern a producir necesidades de segundo orden: angustia
vergenza, insomnio, etctera. Por tanto, es preciso aclarar cul es la
necesidad y quin esperan que la cubra. As, cuando el paciente se
encuentre preparado, se sugiere usar la silla vaca para despedirse y
cerrar asuntos inconclusos. (Muoz Polit M. 1999)
Actitud del terapeuta. Lo ms importante de un terapeuta de hijos de
alcohlicos, ser promover el contacto, promover el darse cuenta y tener
potencia teraputica. Asimismo, es indispensable crear un ambiente de
confianza, pues los hijos de alcohlicos aprendieron a no confiar; evitar la
deflexin, tpica de los hijos de alcohlicos; mantener el contacto. Cada
paciente debe elegir lo que quiere hacer de su tiempo, pero si est evitando
algo, hay necesidad de hacerle conciencia, promoviendo la expresin,
frecuentemente alienada en estos pacientes; finalmente, no evitar el
conflicto, pues los hijos de alcohlicos son expertos en hacerlo.
Por otra parte, muy recomendable es seguir las orientaciones del enfoque
humanista: acompaar, empatizar, reflejar incongruencias, respetar y
aceptar incondicionalmente a la persona. Todo eso es importante, pero
quiz la habilidad ms importante del terapeuta de hijos de alcohlicos es
la de responsabilizar y reflejar incongruencias, as como que sea potente y
firme para poder frustrar lo que no sea autntico, lo que no lleve al
contacto y la tendencia manipuladora caracterstica de estos pacientes.
(Muoz Polit, M. 1995 33-38.)

93

BIBLIOGRAFA
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Mxico. Manual Moderno,
MUOZ POLIT, Myriam.(1995). LA SENSIBILIZACIN GESTALT, UNA
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Psicologa. Mxico. UNAM.
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ALCOHLICOS. Traduccin: Laura Lecuona Gonzlez. Mxico. Editorial
Diana.

94

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

TEORIA DEL CAOS Y PSICOTERAPIA GESTALT:


Nuevas aproximaciones a la configuracin de la totalidad.
Un voto a favor del indeterminismo.
Yaqui Andrs Martnez Robles (*)
Si nuestros sentidos fueran lo suficientemente perfectos,
veramos el abismo como un caos que danza.
Nietzsche
Desde hace algn tiempo que me he sentido especialmente interesado por
el nuevo paradigma cientfico (teora cuntica, teora holotrpica, estudios
de la conciencia, psicologa transpersonal, etc). Mi inters radica en las
diversas posibilidades de seguir ampliando mi comprensin del ser
humano y, de esta manera, seguir mejorando en mi prctica de la
psicoterapia.
Dicho paradigma abarca reas tan amplias como la fsica, la qumica y los
estudios de la conciencia. Obviamente esto empieza a tener repercusiones
sobre el campo de la psicologa y la psicoterapia y con ello en la
Psicoterapia Gestalt. Dentro del nuevo paradigma, existe una postura que
me llama particularmente la atencin, me refiero a la teora del caos, la
nueva ciencia de la complejidad y la totalidad. Dicha teora surgi
principalmente dentro del campo de la fsica, sin embargo creo que cada
vez sern ms evidentes sus aplicaciones al estudio del ser humano y su
psicologa.
Conforme he ido leyendo y revisando los diferentes planteamientos de la
teora del caos, ha sido sorprendentemente grato para m descubrir que,
muchas de esas ideas ya se encuentran planteadas (o al menos
bosquejadas) en las bases mismas de la psicoterapia Gestalt, y que stas
se encuentran presentes en la psicologa de la gestalt, o en la
fenomenologa y el existencialismo y, ms especficamente, en la Teora de
Campo. Hace 9 aos ingres por primera vez a un proceso de psicoterapia,
con el objetivo de aclarar mi existencia y poder resolver algunas
problemticas personales.
(*) Yaqui Andrs Martnez R. Psiclogo UIC. Especialidades en Enfoque Centrado en la
Persona, Psicoterapia Gestalt, y Psicoterapia Grupal Gestltica en el IHPG.
Musicoterapeuta. IMMH. Docente y psicoterapeuta de individuos y grupos. E-mail:
yaquiandres@hotmail.com

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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

A lo largo de todo este tiempo he pasado por distintos procesos de diversas


corrientes. Al principio, mi primer terapeuta se esforz por ayudarme a
entender cmo mis dificultades personales deban tener su origen en la
posicin depresiva de la que hablaba Melanie Klein, as como en una
dificultad para integrar la escisin malo-bueno generada en mi tierna
infancia por un proceso de separacin-individuacin deficiente. Dicha
explicacin, basada en el psicoanlisis Kleiniano y de las relaciones
objetales, me brindo tranquilidad por un tiempo, aunque las condiciones
que me haban llevado a terapia continuaban.
Despus de algunos meses, dicha explicacin no fue suficiente y al cabo de
medio ao, decid cambiar de terapeuta. Ingres entonces a un
psicoanlisis Frommiano en el que encontr una nueva explicacin:
seguramente todo comenz cuando de nio mis padres no pudieron
hacerme sentir lo suficientemente valorado como para tener conciencia de
merecimiento, con lo que mi libertad se vea empobrecida por haber
internalizado el carcter social y las necesidades externas.
De nuevo me sent calmado (aunque mis problemas seguan) y durante
ao y medio aproximadamente eso me fue suficiente. Sin embargo, pasado
dicho lapso sent que algo faltaba... la explicacin ya no se ajustaba del
todo y poco a poco mi incomodidad volvi a acrecentarse. Por ciertas
diferencias de horarios, necesit cambiar de terapeuta e ingres con uno
de pensamiento existencial-transpersonal. Nunca me haba sentido tan
comprendido como hasta ese momento. Ahora las explicaciones del origen
de mis complicaciones personales tenan que ver con una situacin de
crisis existencial evolutiva. Probablemente era algo que yo traa
arrastrando de vidas pasadas y mi alma me peda que limpiara mi Karma.
Como se puede suponer, tambin esto me tranquiliz, me dio esperanza
en que por fin podra vislumbrar la solucin ahora que vea tan
claramente sus causas.
Despus de dos aos segua sintindome inconforme con mi existencia y
las ltimas causas que haba encontrado ya no me satisfacan. Por aquel
entonces me encontraba en entrenamiento en Psicoterapia Gestalt, por lo
que ingres a un proceso teraputico de dicho enfoque. Me sent renovado
y lleno de vitalidad. Ahora poda comprender que todo era cuestin de mis
introyectos y mis asuntos inconclusos, mis gestalts inacabadas que
constantemente me reclamaban por cerrarse. Mi ciclo de satisfaccin de
necesidades se vea truncado por la retroflexin y deflexin que haba
desarrollado desde nio, como un ajuste creativo ante la imposibilidad de
una mejor respuesta y, por ello, no haca un buen contacto. Me sent
profundamente identificado con esta explicacin de las causas. Despus
de todo, yo me estaba preparando para ser un terapeuta Gestalt; y crea
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

totalmente en esta manera de entender la realidad.


Adems de brindarme calma en mi vida personal, me proporcionaba un
marco de seguridad en el cual apoyarme para mi propia prctica clnica.
Erich Fromm (1971) pensaba que una de las cinco necesidades
existenciales es la de tener un marco de orientacin que nos sirva de gua
ante la incertidumbre y yo crea haberlo encontrado. Aunque la filosofa
y la prctica de la Psicoterapia Gestalt me eran (y me son) altamente
satisfactorias, algo en mi vida segua sin acomodarse plenamente a las
explicaciones anteriormente sealadas.
Paulatinamente me fui percatando de que esto es vlido, de alguna
manera, tambin para mis clientes. Las hiptesis que yo me formulaba
sobre el origen y las causas de sus problemticas me apoyaban a trabajar
con una gua ms clara, sin embargo, no resultaban de una verdadera
utilidad en el fondo. Siempre me ha resultado evidente que lo
verdaderamente sanador es el encuentro genuino entre nuestras
humanidades. Este encuentro se da cuando he podido generar una
relacin que permite que exploremos juntos las vicisitudes de su manera
de relacionarse con el mundo, consigo mismo y su existencia, y conmigo,
en el aqu y ahora de la situacin teraputica.
Pero senta que algo estaba mal... no deba yo de seguir intentando
encontrar la hiptesis que hiciera un rotundo clic con la persona a quien
intentaba ayudar?... mas, cmo podra hacerlo, si no haba encontrado
aquella que encuadrara al 100% para conmigo mismo?. Mi viaje por la
psicoterapia personal continu. Ahora acud a un enfoque tanto Gestltico
como Psicocorporal, y a toda la lista de explicaciones le sum el desarrollo
de una caracterologa rgida y psicoptica con ciertos bloqueos energticos
en algunas partes de mi cuerpo, mientras sobrecargaba otros. De nuevo
me sent inconforme... empec a preguntarme: De qu me han servido
tantas explicaciones?, s, es verdad que me han brindado calma durante
algn tiempo pero, en realidad me han ayudado a resolver mis asuntos?.
Acorde con la tendencia al cierre de la psicologa de la gestalt, y con la
necesidad de un marco de orientacin de la que habla Fromm, Wilber
(1999) opina que estamos condenados a un mundo de significados,
condenados a la creacin de juicios y valores; no basta con saber que
tengo una indisposicin, sino que tambin necesito saber por qu tengo
esa indisposicin. Este autor destaca cmo en muchas ocasiones la
explicacin del por qu de la indisposicin causa ms dao que la
indisposicin en s misma.
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Los intentos por comprender las causas de nuestros problemas no son


negativos per s, despus de todo, responden a una tendencia muy
humana de querer salir de la incertidumbre, de poner cierto orden en el
Caos. Despus de todo hemos sido educados desde nios en la postura
positivista que intenta descubrir el por qu de todas las cosas. La
complicacin se presenta cuando intento hacer de mi explicacin LA
EXPLICACIN. Cuando apuesto todo porque esa es, o debe ser, la razn,
la causa de la dificultad. Mas, con qu derecho puedo asumir que s con
seguridad lo que le est ocurriendo al otro... si con dificultad puedo saber
(y an no s) los orgenes de lo que me pasa a m?.
No es asumir una posicin un tanto narcisista?... Mientras me haca
todos estos cuestionamientos, tuve acceso a travs de un grupo de
entrenamiento y terapia grupal, a la Teora del Caos. Por primera vez me
plante preguntas diferentes: y si no fuera posible acceder a las razones
de por qu soy como soy?... y si todas estas explicaciones que he ido
coleccionando tuvieran algn porcentaje de realidad, mas ninguna fuera
particularmente importante por encima de las dems?; si hubiera un
sinnmero de razones ms que pudiera ir agrupando, sin que ninguna
fuera ms importante que las otras?.
Dichas preguntas me sumieron de pronto en un universo infinito e
inalcanzable. Al mismo tiempo, las posibilidades se ampliaron y sent una
gran relajacin. Puedo sentir como mi vida es diferente a partir de que ya
no lucho por buscar las razones de mis comportamientos, sentimientos y
sensaciones. Puedo dedicarme por completo a observar el cmo de mi
ser-en-el-mundo y actuar en consecuencia y con responsabilidad hacia mi
futuro. Paradjicamente, mis problemticas se han ido reduciendo
considerablemente desde entonces. Hasta qu punto yo cooperaba con su
cronificacin, por buscar explicaciones sobre sus orgenes? No lo s. Lo
que s s es que ahora encuentro un abanico de posibilidades inmensas
que me ayudan en mi vida y en las vidas que tengo el privilegio de
acompaar a travs de mi prctica clnica.
Ya s que se podr argumentar que a final de cuentas es una nueva
explicacin pero, como dije antes, esto no es problemtico en s mismo, y
la ventaja de esta nueva postura ante la realidad es, como veremos a
continuacin, que se trata de la explicacin de la no-explicacin. Una
invitacin abierta a reconocer y a aceptar la incertidumbre, nuestra
necesidad de salir de ella y nuestra imposibilidad de lograrlo por completo.
Es decir, es una invitacin, a reconocer con humildad, que no podemos
saberlo todo y que la causalidad es algo mucho ms complejo de lo que
nos imaginamos.
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Otoo 2001

A partir de ese momento me he dedicado a estudiar ms a fondo lo que la


teora del Caos puede aportar para ampliar la comprensin del ser
humano. Y, en mi caso, la posibilidad de proporcionar un mejor servicio a
mis clientes. Esta teora ofrece conceptos que me resultan interesantes y
de amplia aplicacin en la psicoterapia. Comenz con investigaciones
realizadas en el campo de la fsica, la qumica, la meteorologa, la
matemtica y la biologa, pero cada vez ms, demuestra su utilidad en el
campo de la sociologa y la psicologa.
Los estudios del Caos, la complejidad y los nuevos acercamientos a la
totalidad pueden asociarse a nombres como Popper (1996), Lorenz (2000),
Capra (1996), Allen (1996), Marmgren (1998), Briggs y Peat (1994),
Poincar (1963), Bohm (1980), Gleick (1988), Mandelbrot (1982), Ruelle
(1991) y, por supuesto, tal vez el principal vocero, Prigogine (1994, 1997,
etc). En el campo de la psicologa y la psicoterapia tenemos a:
Chamberlain, Btz, Moran, McCown, Hawkins, Swinney, etc. (1998) y,
especficamente en el campo de la Psicoterapia Gestalt: Meara (1999).
Estos y otros investigadores comenzaron a reaccionar en contra de la
visin determinista y reduccionista de la realidad, que percibe a sta como
una serie de sistemas aislados unos de otros (cerrados), en los cuales las
influencias se llevan a cabo de forma lineal (a, luego b, luego c).
El reduccionismo ve la naturaleza como la vera un relojero. Un
reloj se puede desarmar y descomponer en dientes, palancas,
resortes y engranajes. Tambin se puede armar a partir de esas
partes. El reduccionismo imagina que la naturaleza se puede
armar y desarmar de la misma manera. (Briggs y Peat, 1994,
pg. 21)
Poco a poco se percataron de que la realidad es mucho ms compleja, que
existen ciertas reas y fenmenos en los cuales es imposible hacer
predicciones, ya que no siguen un patrn lineal de comportamiento. El
mejor ejemplo de esto son los estudios meteorolgicos. Muy probablemente
la gran mayora de nosotros haya experimentado por s mismo la escucha
del reporte del tiempo en la maana anunciando un da caluroso y
soleado y, al salir a la calle con ropa ligera, tener que preocuparnos por
cmo cubrirnos de la torrencial lluvia que est a punto de caer.
La ciencia ha reconocido el Caos desde siempre, mas se pensaba que se
trataba de excepciones a la regla del orden y que adems respondan a
nuestra ignorancia sobre los procesos. Se crea que todo era cuestin de
ampliar nuestros conocimientos para poder hacer las predicciones
adecuadas, es decir, se tena la fantasa de que algn da todo sera
predecible y que las causas de todo estaran al alcance de la razn de la
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humanidad. el caos era meramente una complejidad tan grande que en


la prctica los cientficos no podan desentraarla, pero estaban seguros
de que en principio un da seran capaces de hacerlo (Ibid; pg. 22). Ahora
sabemos, gracias a los estudios sobre la complejidad y la totalidad, que el
Caos es ms la regla que la excepcin.
La Teora del Caos ha sido definida como: ... una ciencia del proceso ms
que del estado, del llegar a ser ms que del ser. (Gleick en Chamberlain,
1998, pg. 5)
Los conceptos que exploraremos para analizar su aportacin al
entendimiento del ser humano, su realidad y la psicoterapia son: relacin
Caos-Orden-Caos-Orden, no-determinismo, orden acausal, no-linealidad,
fractales, efecto mariposa, puntos de bifurcacin, auto-organizacin,
complejidad, lejos del equilibrio, atractor extrao, iteracin, etc.
Relacin Caos-Orden-Caos-Orden
Para la ciencia ordinaria un fenmeno tiene orden o es ordenado, si sus
movimientos se pueden explicar en un esquema causa-efecto (lineal). Por
Caos con C mayscula, se entiende aquella situacin o conjunto de
fenmenos que, aunque resultan desordenados a nuestra percepcin, la
Teora del Caos ha descubierto que, paradjicamente, guardan cierto
orden, slo que se trata de un orden no-lineal. Sabemos que muchas veces
los fenmenos que percibimos nos resultan ordenados, pero el orden que
percibimos es impuesto por nosotros mismos en el acto mismo de percibir.
Como habamos dicho, necesitamos percibir la realidad en forma de
gestalten organizadas; nos resulta muy amenazante quedarnos con la
incertidumbre de lo Catico e inventamos nuestro particular orden.
Este acto de construir orden a partir del Caos es, segn los cientficos que
apoyan esta teora, una expresin de un impulso bsico presente en toda
realidad. El Caos lleva en s mismo la esencia y el impulso hacia el orden.
El mundo no-lineal es holstico; es un mundo donde todo est
interconectado, as que siempre existe un orden sutil. (Ibid, pg. 127) Este
orden es dinmico, es decir que no es que se encuentre presente, sino ms
bien que se va presentando, construyendo. En congruencia con los
planteamientos existenciales, el orden es un proceso en constante
construccin. En Psicoterapia Gestalt, a este continuo fluir entre Orden
que va al Caos y de Caos que va al Orden en la experiencia humana, se le
conoce como el proceso de construccin/destruccin de las gestalts, que
es otra forma de referirnos al ciclo de la experiencia.
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La realidad parece asemejarse ms a un proceso continuo Caos-OrdenCaos-Orden que a algo esttico y equilibrado. Si esto es verdad para los
fenmenos concretos, hablando de personas, vidas y fenmenos humanos,
es an ms real. La Psicoterapia Gestalt en su concepto de ajuste
creativo o ajuste creador, ejemplifica dicho proceso. El ajuste ocurre
cuando el Caos va hacia el Orden y lo creativo o creador cuando el Orden
va hacia el Caos. En el ajuste, una experiencia novedosa intenta
asimilarse, el organismo se adapta a su medio. En el momento creativo, el
organismo modifica al medio para generar nuevos contextos.
Por lo tanto, resulta til tratar de descubrir en qu momento del proceso
antes mencionado se encuentra nuestro cliente para, de esta manera,
poder apoyar el paso siguiente. Si la persona tiene un exceso de Caos, lo
que requiere es Orden, ajuste; si por el contrario hay mucho Orden, tal vez
no le caera mal un poco de creatividad y permitirse entrar en el Caos de la
incertidumbre, lo que en Gestalt llamamos el vaco frtil. De la misma
manera, es importante no perder del todo las posibilidades (lo frtil) que
ese vaco nos puede proporcionar.
... La mente, en su labor, va del desorden al orden. Es
importante conservar hasta el fin los recursos del desorden, para
que el orden que ha comenzado a surgir no lo sujete por completo,
como una amarra, y le impida modificar y utilizar su libertad
inicial. (Prigogine en Spire, 2000, pg. 27)
De la misma manera, un gran Orden puede hablarnos de un enorme Caos
interno (como en el caso de la llamada neurosis obsesivo-compulsiva), y
viceversa (como se podra observar en un artista en el momento de trazar
las primeras pinceladas de su obra maestra). Como terapeutas, es
importante no privilegiar a un momento sobre otro. No es mejor el Orden
que el Caos, ni viceversa. Lo mejor, desde este particular punto de vista,
es el constante fluir del proceso al que nos referimos, el no detenernos en
ningn lugar del mismo. La disfuncionalidad es entendida como una
detencin en el libre fluir del desarrollo y de acuerdo con el contexto en el
que se encuentra.
La teora del Caos acenta la interdependencia e intercomunicacin del
todo. Como todo est interconectado, no podemos hablar de una persona
neurtica o disfuncional. Lo correcto sera decir que hay procesos
disfuncionales o, incluso, relaciones o interacciones neurticas de la
persona con su medio o con parte de l; jams podemos decir, de acuerdo
con esta perspectiva, que la disfuncionalidad (al igual que la
funcionalidad) se encuentra en los individuos. Al mismo tiempo, en
ocasiones un orden en gran escala emerge de un caos en pequea
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escala. (Briggs y Peat, 1994, pg. 125). Esto significa, desde mi punto de
vista, un voto de esperanza. Es probable que lo que parece un terrible
problema, lleve consigo la semilla de un gran desarrollo de la personalidad,
que las crisis sean, en efecto, grandes oportunidades de crecimiento. Me
parece significativo que el ideograma que utilizan los chinos para
representar la palabra crisis, est formado por las palabras peligro y
oportunidad. Desde esta perspectiva, cada uno de nuestros problemas,
conflictos, o circunstancias incomodas en la vida, pueden ser las puertas
hacia nuevas organizaciones de la personalidad, que pueden dirigirnos a
niveles superiores de conciencia.
Fractales
La presencia del Orden en el Caos queda bien ejemplificada con los
llamados fractales. El trmino fractal hace referencia a los resultados
de una serie de investigaciones matemticas sobre las dimensiones. Los
investigadores se dieron cuenta que haba una serie de datos, y/o
fenmenos, que no podan ser clasificados bajo la regla de las tres
dimensiones, ya que posean dimensiones fraccionarias. Muchos de estos
fenmenos o datos los encontramos en la naturaleza, de hecho, podemos
decir que existen fractales por doquier. Una buena manera de
introducirnos al tema de los fractales es utilizar el ejemplo de un famoso
escrito titulado Qu longitud tiene la lnea costera de la gran Bretaa?
(Mandelbrot; 1967). Diferentes publicaciones dan una medida diferente
para lo que parecera una pregunta sencilla. Cmo es posible? Ser un
problema de mal clculo?..., si queremos saber la longitud de la frontera
Mxico Estados Unidos, podramos conseguir un mapa, poner un hilo a
lo largo de la frontera, medirlo y posteriormente multiplicarlo por la escala
de dicho mapa. Sin embargo, sabemos que esto tendra muchas
dificultades porque un mapa podra omitir muchos detalles. Podramos
conseguir un mapa ms detallado.
De esta manera el hilo se torcera ms en los detalles y tendramos una
medida mayor y ms exacta, pero... podemos ser an ms exactos?
Podramos recurrir a un topgrafo que realizara la medicin en intervalos
de 100 metros a lo largo de toda la frontera o con intervalos de 10 o de 1
metro y la medida sera an ms exacta y mayor. En cada etapa, nuestro
hilo se torcera ms y de manera cada vez ms compleja. Es evidente que
en cuanto ms detalles incluyamos, a medida que queramos ser ms
exactos, la medida se incrementar. Si incluyramos todos los detalles
como rocas, polvo, e incluso molculas y tomos, nos percataramos de
que la verdadera medida de la frontera Mxico- Estados Unidos, es igual a
la de la costa de la Gran Bretaa, igual a la de cualquier otra lnea
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fronteriza, o a la distancia que hay entre mi casa y la casa de enfrente:


infinita. Este es el mundo de las dimensiones fractales. A mayor intento de
exactitud, mayor complejidad.
Esto viene a reforzar la postura humanista que privilegia la investigacin
cualitativa en vez de la cuantitativa, ya que, si es imposible realizar una
medida 100% exacta para un pedazo de tierra, menos an podemos
realizar medidas verdaderamente significativas en cuestiones humanas.
Adems, los estudios cualitativos se preocupan ms por el funcionamiento
de la totalidad, que por la divisin en sus partes: En la modalidad
cualitativa, los cientficos no preguntan cunto de esta parte afecta aquella
parte, sino cmo luce el todo a medida que mueve y cambia... (Briggs y
Peat, 1994, pg. 83)
Tal vez todas las dimensiones de la naturaleza sean tan engorrosas como
sta (la medida de longitud); depende de cmo las miremos. (Briggs y
Peat; 1994; pg. 94).
Otro aspecto importante al hablar de fractales, es la llamada
Autosimilitud:
... en muchos sistemas fractales, diversas piezas... se hacen
idnticas
a todo el conjunto cuando se les amplifica
adecuadamente. Lo cual implica, desde luego, que las diversas
subpiezas de cada pieza, aumentadas, equivaldran a la pieza y
por ende, a todo el sistema. (Lorenz, 2000, pg. 175)
Tal vez uno de los atractivos del fractal consista en que cada una de sus
partes es una imagen de la totalidad... cada parte o fenmeno...
representa un microcosmos del todo. (Briggs y Peat, 1994, pg. 110 y
112). Podemos localizar fcilmente estructuras fractales en los rboles y
sus hojas (si cortamos una rama del rbol, sta se asemeja al rbol total, y
si cortamos de nuevo una sub-rama, encontraremos una nueva
representacin del rbol completo), en los copos de nieve, en el sistema
respiratorio del ser humano, etc., o tambin cuando colocamos un espejo
frente a otro. Recuerdo una lata de harina que de nio me llamaba mucho
la atencin, en la etiqueta, se vea el dibujo de una lata idntica cuya
etiqueta, a su vez, tena una lata idntica, cuya etiqueta... . Soaba con el
infinito que se abra en la simple etiqueta de una lata de harina.
Este planteamiento apoya a la visin holstica de la realidad en la cual se
basan los hologramas. Segn el principio hologrfico, en ciertos sistemas,
... no solo la parte est en el todo, sino que el todo est en la parte. (Spire,
2000, pg. 94). De acuerdo con dicho planteamiento, el individuo forma
parte de la sociedad, al tiempo que la sociedad est presente en cada
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individuo, en cuanto a totalidad, a travs de su lenguaje, su cultura, sus


normas.
En trminos psicolgicos, se puede afirmar que cada comportamiento
humano expresa al ser humano completo es decir, es Fractal. El nfasis
en el aqu y ahora es entonces todo un acierto por parte de la Psicoterapia
Gestalt, ya que representa a la totalidad de la persona y su organizacin
en el momento presente y vivo de la sesin teraputica. Por lo mismo,
cuando trabajamos con una parte o aspecto del ser humano que hace el
rol de nuestro cliente, estamos trabajando con la persona total y, de la
misma manera, es posible decir que cuando trabajamos con un individuo o
grupo, estamos trabajando, hasta cierto punto, con la humanidad
completa de la cual, tambin nosotros formamos parte. De alguna manera
ponemos nuestro granito de arena en la promocin de un aumento de
conciencia global. ... Ninguna parte de la raza humana est separada de
otros seres humanos ni del ecosistema global. Todos nos levantamos o
caemos juntos. (Meadows en Briggs y Peat, 1994, pg. 178)
Sin embargo, como nos recuerda la teora de campo, no es posible decir
que la parte le da significado al todo, sino que solamente lo influye. Es el
todo el que le imprime significado a la parte. La cola no hace al perro, ni
la oreja cortada a Van Gogh; decir que el todo est en la parte, no niega
que la configuracin de la totalidad se realice de manera jerrquica. La
parte est en el todo y el todo en la parte, ms el significado se imprime de
la totalidad hacia las partes y no viceversa, aunque ello no excluye que las
partes, por muy pequeas que sean, no influyan de manera decisiva sobre
el orden de la totalidad.
Aun nuestros sueos son fractales. El contenido de un sueo expresa las
preocupaciones existenciales del soante. Se encuentran reflejos de ellas
tanto en el sueo general como en detalles del mismo. Esto explica por qu
podemos trabajar con un fragmento pequeo del sueo y a veces es
suficiente, no hace falta trabajar con el resto. Luego entonces, podemos
decir que un fractal es una organizacin que de alguna manera presenta
elementos que influyen y expresan a la organizacin mayor, y donde cada
elemento es, a su vez, una organizacin con elementos que la representan.
Auto-organizacin
Otro concepto interesante es el de la Auto-organizacin. Los sistemas
abiertos tienden a organizarse de manera automtica, buscan su propio
Orden dentro del Caos, esto podemos verlo en el proceso de auto
regulacin organsmica en el cual el organismo tiende a regular su
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proceso dinmico de bsqueda de satisfaccin de necesidades. Esto


significa que los seres humanos siempre estn en busca de una
organizacin mayor a la que en su momento poseen, aunque el
crecimiento biolgico pueda detenerse e incluso seguir un proceso de
degradacin con la edad; el crecimiento psicolgico, emocional y espiritual,
parece no tener fin. La autorregulacin organsmica, significa que:
... no es necesario programar, estimular o inhibir deliberadamente
los impulsos del apetito, sexualidad, etc., en aras de la salud o la
moral. Si estas cosas se dejan en paz, se autorregulan
espontneamente, y si se han perturbado, tendern a equilibrarse
solas. (Perls, Hafferline y Goodman en Stoehr, 1998, pg. 34)
Este es el aspecto positivo de la auto-organizacin. Nos infunde esperanza
en los procesos y el futuro de las personas. Es una invitacin al
optimismo. A su vez presenta un aspecto digno de cuidarse. La autoorganizacin tambin se presenta en la necesidad de la persona de
encontrar la armona en una situacin llena de conflicto, aun antes de
aprender de dicha situacin o de que se resuelva. Se ha visto, por ejemplo,
que las mujeres que viven en grupos cerrados como crceles y hospitales,
tienden a sincronizar sus ciclos menstruales. Este efecto tambin puede
observarse en los grupos teraputicos (tambin en la terapia individual) en
los cuales tiende a establecerse un sistema de reglas, tanto explcitas como
implcitas que guan al proceso grupal a travs de qu tipo de situaciones
se aprueban y cuales no. Es importante que el terapeuta tanto de
individuos como de grupos, est pendiente a cmo se impone dicha autoorganizacin para evitar que, por mantener la armona, se pierdan las
posibilidades creativas del Caos. Una buena manera de hacer esto, es
evitar la pacificacin prematura de los conflictos.
Incluso las llamadas resistencias responden a este principio. Los
sistemas vivientes en general, tienden a mantener su estructura aun
cuando sta no les permita seguir su proceso de desarrollo. Lo anterior
puede atenderse desde dos puntos de vista. Desde el primero, la
resistencia es un evento contra el que hay que luchar. Desde el segundo,
responden a un proceso natural del organismo que lejos de hablarnos de
algo terrible o disfuncional, nos habla de una capacidad para encontrar
armona aun en situaciones desfavorables. Siguiendo al segundo punto,
lejos de luchar para vencer las resistencias, lo correspondiente es aliarse
a ellas para rescatar el principio de auto-organizacin presente, y poder
aprovecharlo en el camino hacia la salud o el crecimiento. Si la persona
siempre est en bsqueda de su auto-organizacin, es conveniente atender
a los fenmenos ocurridos en el aqu y ahora y, de esta manera, trabajar
con la figura viva que va emergiendo; en ella se expresa dicho principio, y
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lo hace en el presente.
Efecto mariposa: sensibilidad (influencia) de las condiciones iniciales
Hay una frase famosa dentro de la teora del caos: El aleteo de una
mariposa en Hong Kong puede generar un tornado en Nueva York. Dicha
frase hace referencia al hecho de que, en los estados alejados del equilibrio
esttico (como los seres humanos), condiciones iniciales, por mnimas que
sean, pueden magnificarse e influir de manera altamente significativa
sobre el estado futuro del sistema (o persona). Esto ocurre por la
realimentacin que implica la continua absorcin de lo que ocurri
anteriormente, presente de manera continua en los seres humanos. A este
tipo de procesos se les llama Iteracin o bucles de realimentacin. No
aprendemos, por ejemplo, de la nada, sino que cada nuevo aprendizaje se
sita en el contexto de todo lo que habamos aprendido anteriormente.
Cada nueva figura con la que entramos en contacto tiene como fondo,
adems del contexto externo del ambiente en el que se presenta, el
contexto del interior del organismo, que incluye todo el acervo de
experiencias previas de la persona que realiza el contacto.
Esto significa que algo pequeo (que podra parecer insignificante) en
algn momento puede resultar de una elevada importancia para el
organismo, y/o grupo, y su personalidad. Un participante de un grupo, por
ejemplo, podra observar como uno de sus compaeros llega con retraso al
inicio de una sesin, y sentirse profundamente herido y decepcionado. Es
el retraso el que le provoca tal herida? S y no; por supuesto que dicho
evento es una influencia importante aunque pudiera parecer algo
insignificante para otros. Muy probablemente la persona a la que nos
referimos tiene cierto contexto (ya sea externo o al interior de su organismo
fsico y/o emocional) en el cual esta situacin especfica representa algo
tan terrible.
En concordancia con el principio de posible relevancia de la teora de
campo, ningn detalle puede ser descartado, y no slo eso, sino que es
imposible saber hasta qu punto las condiciones actuales fueron
fuertemente influenciadas por algo que nos pareci insignificante, o que
incluso no fue captado de manera consciente. Del mismo modo que es
imposible conocer qu tanto y cmo el pasado ha influido en el presente,
no podemos realizar predicciones basadas en las circunstancias actuales.
Una consecuencia inmediata de la dependencia sensible en cualquier
sistema es la imposibilidad de realizar predicciones perfectas, o ni siquiera
mediocres, suficientemente alejadas en el futuro. (Lorenz, 2000, pg.10)
Es importante entender que dicha frase no hace referencia a un asunto de
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causalidad lineal del tipo de por un clavo se perdi una herradura, y


sigue avanzando desde la herradura hasta el caballo, del caballo al jinete,
de ste a la batalla, y de la batalla al reino, etctera, etctera, ya que esto
resultara ridculo. Sabemos que existen millones (de hecho, infinitas)
circunstancias ms que influyeron durante la anterior secuencia. Esto
puede entenderse si colocamos dicha frase en una adecuada perspectiva:
1.- Si un nico aleteo de una mariposa puede contribuir a generar
un tornado, del mismo modo pueden serlo los aleteos anteriores y
posteriores, como tambin pueden serlo los aleteos de otros
millones de mariposas, por no mencionar las actividades de
innumerables y ms poderosas criaturas, incluyendo a las de
nuestra propia especie; y
2.- Si el aleteo de una mariposa puede contribuir a generar un
tornado, igualmente puede actuar para prevenirlo. (Lorenz, 2000,
pg.185)
La anterior aclaracin nos ayuda a dimensionar ms adecuadamente la
tan famosa frase. A simple vista, pareciera un comentario a favor del
determinismo ms recalcitrante. Competira por el primer lugar con
aquella de Infancia es destino!!! En realidad, dicha frase habla de lo
absurdo de la causalidad lineal, ya que si un simple aleteo pudiera
provocar un tornado, imaginemos lo que hara un bombardeo!. A lo que
en realidad se refiere es al hecho de que todo est interconectado, por lo
que no es posible hablar de que algo causa o caus aquello, sino de que
todo influye a todo; y, por lo mismo, que no podemos rechazar ninguna
informacin por poco importante que parezca. Recuerdo una ocasin hace
tiempo en mi consultorio, en que un cliente, que ltimamente haba
mostrado fuertes tendencias a la introyeccin y la confluencia, desvi
momentneamente su mirada hacia dos nuevos libros en mi librero. Al
principio no le d importancia, hablamos acerca de sus nuevos deseos de
incursionar en la prctica de alguna disciplina espiritual, un tema que
hasta el momento, no habamos tocado. Cuando se fue, me percat del
titulo de los libros: Espiritualidad Esencial y El ojo del Espritu. Hasta
qu punto su tema no estuvo motivado por mi evidente inters en temas
espirituales?. No lo s, mas resultara ingenuo no pensar al menos en la
influencia que pudo haberle proporcionado la visin de esos dos nuevos
libros en mi consultorio.
A partir de ese momento le doy ms importancia a lo obvio, incluso de los
objetos, indumentaria y otros aspectos que estn presentes, tanto para m
como para mi cliente en el momento de la sesin.
El efecto mariposa nos invita a no olvidar que pequeos detalles pueden
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influenciar de manera decisiva en la persona, ya sea para observar


atentamente lo que acontece en el proceso de una sesin de psicoterapia,
o para mirar positivamente las posibilidades de desarrollo de nuestros
clientes, e infundir nuevos bros a la fe en nuestro trabajo teraputico.
La realimentacin puede motivar e influir en la aparicin de algo benfico
para el desarrollo de la persona, pero tambin puede influir en la
presencia de aspectos disfuncionales, por ejemplo, las llamadas profecas
autocumplidoras entraran en dicha categora, en donde a base de
estarse repitiendo cierta posibilidad (no voy a lograrlo, de seguro me va
a abandonar, voy a volver a fallar, etc.), propiciamos las circunstancias
para que dicha profeca se realice. Por ello es importante atender a la
realimentacin de nuestros clientes.
Puntos de bifurcacin
En el proceso de desarrollo de la Totalidad, y de nuestro particular proceso
de desarrollo humano, hay momentos particularmente importantes en los
que necesitamos tomar una decisin. Instantes ante los cuales se abren al
menos dos posibilidades diferentes, dos o ms caminos se perfilan ante
nuestros ojos y no podemos dar marcha atrs. Tenemos que elegir.
Renunciar al resto de posibilidades y tomar una eleccin. A estos
momentos se les llama puntos de bifurcacin. Prigogine les llama:
... la encrucijada donde se producen ramificaciones en cada
punto de bifurcacin del pasado de nuestro sistema surgi un flujo
en el cual existan muchos futuros... se escogi un futuro y las
dems posibilidades se esfumaron para siempre. (en Briggs y
Peat, 1994, pg. 113-114)
Cada ramificacin representa una posibilidad diferente de desarrollo. Un
futuro diferente. El punto de bifurcacin sera aquel en donde se abre la
disyuntiva de las dos posibilidades (al menos dos ya que, como sabemos,
en trminos humanos, en lugar de hablar de bifurcacin, podramos hablar
de polifurcaciones), y la rama de la bifurcacin que se elegir es
imprevisible.
En Gestalt conocemos estos momentos con el nombre de impasse o callejn
sin salida. Cuando los comportamientos previos se han vuelto obsoletos y
no es posible dar marcha atrs, mas todava no sabemos cul ser la
mejor manera de reaccionar a continuacin. Los instantes en los que,
aunque el futuro aparece incierto, necesitamos tomar una decisin acerca
de cmo vamos a actuar. Despus de todo, parte de la tarea teraputica
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consiste en poder acompaar a nuestros clientes a que lleguen a dichos


puntos de su proceso y, a partir de ah, tomen una decisin libre
(consciente) y responsable sobre como dirigir su vida.
Dichos puntos suelen provocar angustia, sin embargo, cabe recordar que
son fractales, es decir, que se nos han presentado momentos similares en
repetidas ocasiones; todos hemos pasado muchas veces a travs de ellos y
lo hemos hecho con xito. De no ser as no estaramos aqu. A lo largo de
nuestra existencia hemos tomado mltiples decisiones que nos han
conducido a la vida que llevamos ahora. Conviene recordarlo en los
momentos en que las alternativas nos atemoricen.
Shopenhauer... seala que cuando uno llega a una edad
avanzada y evoca su vida, sta parece haber tenido un orden y un
plan, como si la hubiera compuesto un novelista. Acontecimientos
que en su momento parecan accidentales e irrelevantes se
manifiestan como factores indispensables en la composicin de
una trama coherente. Quin compuso esa trama? Shopenhauer
sugiere que, as como nuestros sueos incluyen un aspecto de
nosotros mismos que nuestra conciencia desconoce, nuestra vida
entera est compuesta por la voluntad que hay dentro de nosotros.
Y as como personas a quienes aparentemente slo conocimos por
casualidad se convirtieron en agentes decisivos en la
estructuracin de nuestra vida, tambin nosotros hemos servido
inadvertidamente como agentes, dando sentido a vidas ajenas. La
totalidad de estos elementos se une como una gran sinfona, y
todo estructura inconscientemente todo lo dems... el grandioso
sueo de un solo soador en donde todos los personajes del
sueo tambin suean... Todo guarda una relacin mutua con todo
lo dems, as que no podemos culpar a nadie por nada. Es como si
hubiera una intencin nica detrs de todo ello, la cual siempre
cobra un cierto sentido, aunque ninguno de nosotros sabe cul es,
o si ha vivido la vida que se propona.
Joseph C. (cit. por Briggs y Peat; 1994; pg. 1) (Subrayados mos)
En psicoterapia es posible ayudar a un cliente no slo a que llegue a
dichos momentos, sino que podemos apoyar para que permanezca el
tiempo suficiente para aprender de su toma de decisiones, aprendizaje que
le ser til para toda su vida, ya que seguramente atravesar (al igual que
nosotros) por muchos momentos de bifurcacin.
Hay ocasiones en que, aunque podemos elegir entre una gran nmero de
opciones, tendemos a realizar determinas elecciones. Esto es debido a lo
que se llama atractores extraos: ciertos aspectos que nos inclinan hacia
un estilo de existencia. Aqu podemos incluir patrones de comportamiento
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figura/fondo No. 10.

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guardados en la memoria colectiva. Esto es a lo que Jung (1997) llam


arquetipos; por ejemplo, cuando nuestras elecciones podemos
entenderlas a la luz de lo que Campbell (1997) llam la aventura del
hroe.
Aunque tambin podemos reconocer atractores extraos en las
circunstancias traumticas de nuestra vida. De esta manera podemos
explicar la llamada compulsin a la repeticin; esas conductas que
aunque sabemos que nos daan, seguimos repitindolas (como en las
adicciones). Pareciera que hacemos honor a aquella cancin que deca
tropec de nuevo y con la misma piedra.... De este modo los introyectos,
los asuntos inconclusos, y las experiencias obsoletas que continuamos
perpetuando, entraran dentro de la categora de atractores extraos.
Todos los diferentes modos de interrumpir la secuencia natural del
contacto responderan a dicha categora. Es por esto que resulta
conveniente apoyar a nuestro cliente a permanecer en el punto de
bifurcacin, justo antes de decidir de manera automtica por lo conocido.
Otra forma de apoyarlo, consiste en promover conciencia sobre aquellas
sutiles diferencias en cada repeticin ya que, como nos aclara la visin de
la teora del Caos ...la repeticin exacta es imposible. (Moran, en
Chamberlain, 1998 pg. 34). La conciencia de dichas diferencias puede
apoyarnos a localizar el punto de bifurcacin y, de este modo, coadyuvar
para una decisin ms consciente y responsable.
Complejidad. No linealidad
Hoy en da la ciencia va hacia una descripcin ms estocstica
(es decir, menos previsible y ms aleatoria) e irreversible del
mundo, y en definitiva ms prxima a la condicin humana.
(Prigogine en Spire, 2000, pg. 25)
Tal vez el aspecto ms importante de la teora del Caos es la confirmacin
de la intuicin de la filosofa que sustenta a la corriente psicolgica
existencial-humanista, acerca del no determinismo y del orden acausal. El
sentido comn (debido muy probablemente a la influencia de la ciencia
positivista, as como a nuestra necesidad de organizar ordenadamente la
realidad), tiende a afirmar que todo suceso es causado por alguno de los
sucesos que lo precedieron, de modo que ...todo suceso puede ser
explicado o predicho si conocemos todos los sucesos precedentes
significativos con suficiente detalle. (Popper, 1996, pg. 21)
Por otro lado, el mismo sentido comn otorga a las personas maduras y
cuerdas la capacidad de decidir sobre qu rumbo dar a su existencia; la
libertad sobre su propia vida y, por ende, la responsabilidad sobre la
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alternativa que se haya elegido. Estas dos posturas chocan entre s. El


llamado determinismo cientfico (Popper; 1996) afirma la primer postura
y, muchas veces, las psicologas (incluso aquellas enmarcadas dentro de la
tradicin humanista) caen en la misma idea.
La teora del Caos no slo nos apoya en rechazar el uso de la pregunta
por qu?, sino que nos muestra cmo resulta absurda en trminos de lo
que influye en los seres humanos. Pregunta: Por qu se muri?;
respuesta: porque la semana anterior asisti a una fiesta y llovi
muchsimo y como no llevaba paraguas, se empap, contrajo pulmona y
muri, despus de todo, tena 65 aos. Como sabemos, existen muchas
personas incluso de 66 aos o ms que sobreviven a experiencias
similares. Podemos entonces confiar de la respuesta? Resulta obvio que
no puede ser tan simple. Esta teora muestra como, al igual que la teora
de campo, todos los sucesos pasados, presentes y futuros, si se
encuentran presentes en la mente de la persona, influyen en alguna
medida sobre su comportamiento, presente o futuro, as como en su forma
de vivenciar su pasado. No podemos hablar de una causalidad lineal sino
ms bien Catica con C mayscula para enfatizar, como se dijo antes,
ese Caos que guarda un orden que va ms all de nuestra comprensin.
Con esto se confirma el hecho de que toda respuesta a la pregunta por
qu?, aunque sea vlida, no resulta ms que un ...rudo esfuerzo por
clasificar; o, en el mejor de los casos, de construir un esquema situacional
hipottico que haga la accin totalmente inteligible. Son, en toda su
extensin, tentativas para entender post hoc... (Popper,1996, pg. 48)
Con esto no se quiere decir que no exista un orden, sino que es imposible
conocer todas las causas ya que todo en ltima instancia est
interconectado; y si recordamos el efecto mariposa, luego entonces todo
es causa de todo. La realidad empieza a vislumbrarse como un
rompecabezas del que siempre hay ms piezas (ya que son infinitas), y
cuya imagen final cambia con cada nueva pieza que agregamos. Orden no
lineal significa que ...el acto de jugar el juego es una forma de cambiar las
reglas. (Gleick en Chamberlain, 1998, pg. 10). Esto confirma el principio
de proceso cambiante de la teora de campo. La paciente que tenemos
enfrente hoy no es la paciente que se nos presentar la prxima sesin, y
ella no tendr exactamente al mismo terapeuta. (Moran, en Chamberlain,
1998, pg. 35). En realidad (segn afirma esta teora) decir que X
persona es co-dependiente porque su padre era un alcohlico, o que W
no puede relajarse porque tiene un gran introyecto de sobre-exigencia, o
que Z evade los conflictos porque es una persona confluente, slo
evidencia una postura determinista ya que, si el presente est causado por
el pasado, qu caso tiene la psicoterapia? De todos modos el futuro estar
111

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

causado por el presente (que ya est determinado por el pasado). La frase


de infancia es destino vendra a aconsejarnos el no esforzarnos ya que, a
fin de cuentas, no somos responsables de nada, podemos echarle la culpa
a Adn y Eva y su pecado original y a todo el resto de nuestros
antepasados de la edad de piedra.
La postura determinista se apoya en nuestra necesidad de certidumbres.
Sin embargo, ...se trata de una tendencia que expresa un profundo
pesimismo. La necesidad de certidumbres traduce la conciencia de lo
trgico. (Prigogine en Spire, 2000, pg. 64). Sin embargo la nueva ciencia
de la complejidad nos rescata de ese embrollo y nos regresa la libertad de
la que ya nos haba hablado Sartre. El hombre no simplemente existe,
siempre decide qu ser su existencia, qu llegar a ser en el siguiente
momento... cada ser humano tiene la libertad de cambiar en cualquier
momento (Frankl en Chamberlain, 1998, pg. 84)
La teora del Caos:
... permite a la naturaleza (incluido el hombre) abandonarse a un
juego creativo, producir algo nuevo, no contenido implcitamente en
sus estados precedentes. Su destino est abierto. Su futuro ya no
est determinado por su presente ni por su pasado. La meloda no
est compuesta de una vez para siempre. Se elabora sin cesar... A
partir de ahora, el mundo puede estallar de creatividad.
(Prigogine en Spire, 2000, pg.65)
De la misma manera que no podemos predecir el futuro o destino de una
persona, ya que a final de cuentas ser la persona misma quien decida el
curso de su vida, y en cualquier momento puede tomar una decisin que
la lleve hacia una direccin completamente diferente de la que
originalmente se vislumbraba, no es posible determinar qu fue lo que
origin, caus, o provoc, una determinada conducta. Podemos llegar a
comprender qu fue lo que la dispar, la gota que derram el vaso, el
factor que precipit la situacin en cuestin. Incluso podemos conocer
muchos de los factores que influyeron sobre ella, mas nunca podremos
estar completamente seguros del grado de influencia de unos ni de otros.
Podemos describir (fenomenolgicamente) lo que le sucede a una persona,
es decir el cmo se presenta aqu y ahora determinada condicin y, a
partir de entonces, hacer todo lo posible por ampliar la conciencia (darse
cuenta) para que la persona pueda optar entre las muchas alternativas
que tiene para dirigir su vida (en los puntos de bifurcacin). Este
planteamiento es una motivacin para no perder tiempo tratando de
encontrar culpables a nuestra situacin actual ni a la de nuestros clientes.
Esto es vlido incluso en trminos de la gentica. No se cuestiona:
112

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

...la existencia de determinaciones genticas, pero en general


stas son parciales. Ello significa... que la modificacin de un gen
no es sino una causa entre otras de las caractersticas de un
individuo. As mismo, las enfermedades ms frecuentes tienen
componentes genticos que no son causas totales sino slo
factores de predisposicin. (Atlan en Spire, 2000, pg. 89)
La libertad que se abre ante nuestros ojos puede ser angustiante, mas
puede brindarnos la energa suficiente para dar el rumbo que deseamos a
nuestras existencias y colaborar para que nuestros clientes retomen las
riendas de su vida.
El no-determinismo es sinnimo de creatividad, sensibilidad y dilogo. La
teora de la complejidad introduce el pensamiento y es decir, incluyente.
El principio dialogstico establece que Lo contrario de una verdad trivial es
un error estpido, pero lo contrario de una verdad profunda es siempre
otra verdad profunda. (Bohr en Spire, 2000, pg. 93)
Por lo tanto, a la hora de tratar con seres humanos, necesitamos modificar
nuestro pensamiento de manera que pueda incluir la idea del Caos y la del
Orden de manera simultnea, sin excluirse. Para ello es necesario
abandonar nuestros hbitos y reflejos mentales que excluyen las sorpresas
entre causa y efecto y adoptar hbitos de pensamiento que se basen ms
en posibilidades y probabilidades. El pensamiento complejo integra la
incertidumbre con la certidumbre, haciendo caso de la recomendacin de
los filsofos existencialistas. Liberando nuestro lado visionario.
Hay siete conceptos que podemos empezar por, al menos, poner entre
parntesis ya que corresponden con aquellos patrones mentales que se
apoyan en el positivismo determinista:
1. El comportamiento es predecible (si conocemos los suficientes datos).
2. Un comportamiento es 100% repetible en igualdad de circunstancias.
3. El comportamiento cambia poco a poco.
4. Se necesita ingresar mucha energa para obtener mucha energa.
5. Los eventos y/o comportamientos pueden ser entendidos aisladamente.
6. El Caos es destructivo, aberrante e improductivo. y
7. Podemos realizar observaciones objetivas. (Chamberlain; 1998)
La teora del Caos y la complejidad nos recuerda que la Psicoterapia
Gestalt, al apoyarse en los tres pilares metodolgicos: Fenomenologa,
Existencialismo Dialogal, y Teora de Campo (Meara, 1999); parte de una
postura no determinista de la realidad en la que trabajamos con procesos
ms que con estados; en donde todo est interconectado e influyndose
mutuamente; donde vale la pena estar atentos a la figura que emerge en
113

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

cada momento (aqu y ahora) y su relacin con las figuras anteriores. Esto
es vlido tanto para la terapia individual como para los enfoques grupales.
En estos ltimos, la postura que presentamos aqu recomendara los
modelos interactivos del proceso grupal ya que, de esta manera, se hacen
evidentes y explicitas las influencias que de otra manera quedaran a un
nivel implcito y/o fuera del darse cuenta. Tambin nos invita a recordar
que ningn evento sucede aislado y que nunca terminaremos de entender
el contexto, por lo cual resulta ms conveniente profundizar en el cmo de
la experiencia en el momento dado, que en el por qu de la misma.
El ciclo de formacin y destruccin de las gestalts o ciclo de la experiencia,
es a final de cuentas el ciclo Caos-Orden-Caos-Orden, y podemos
aprovechar las aportaciones de esta teora para colaborar de una mejor
manera en el desarrollo de nuestros clientes.
Bienvenidos a la incertidumbre.
A. Un orden violento es desorden: y
B. Un gran desorden es orden.
Ambas cosas son una.
WALLACE STEVENS
Conocedor del caos

BIBLIOGRAFA
BRIGGS, John; y PEAT, F. David. (1994) ESPEJO Y REFLEJO: DEL CAOS
AL ORDEN. Gedisa. Espaa.
CHAMBERLAIN, Linda; y BTZ, Michael. (1998) CLINICAL CHAOS.
Brunner/Mazel. U.S.A.
LORENZ, Edward. (2000). LA ESENCIA DEL CAOS. Debate. Espaa.
POPPER, Karl. (1996). EL UNIVERSO ABIERTO. Tecnos. Espaa.
SPIRE, Arnaud. (2000). EL PENSAMIEMTO DE PRIGOGINE. Andrs Bello.
Espaa.
STOEHR, Taylor. (1998). AQU, AHORA Y LO QUE VIENE. 4 Vientos. Chile.

114

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

ESTRATEGIAS PARA UNA PSICOTERAPIA BREVE


DEL ATAQUE Y DEL TRASTORNO POR PNICO
Grupo Phobos (*)
NAPOLITANO Alejandro, BIANCHI Fernando, CLERIS Teresa,
REVUELTA Mara Elena
(Trabajo presentado en el VII Congreso Internacional de Gestalt, Ro de
Janeiro, Octubre de 2000)
En este trabajo presentamos un esquema de tratamiento breve,
combinado, psicoteraputico gestltico y psicofarmacolgico, con una
duracin aproximada de 12 a 16 semanas, destinado a superar la
situacin catastrfica invalidante del ataque de pnico y del trastorno por
pnico, acompaado o no de fobias. El ataque de pnico es un trastorno
por ansiedad, cada vez ms frecuente, que se presenta con sntomas que
llegan a ser francamente invalidantes. Se observa en el 1,5% al 4% de la
poblacin, siendo la mayora de los casos mujeres de edad entre 25 y 40
aos.
La forma que adquiere involucra intensos sntomas corporales, tales como
palpitaciones, mareos, sudoracin, ahogo, temblor, opresin torcica, y
sntomas cognitivos que se caracterizan por la significacin catastrfica
atribuida a los sntomas. Esta ideacin catastrfica siempre supone un
dao, ya sea somtico (miedo a padecer un infarto, miedo a morir),
psquico (miedo a enloquecer), o social (vergenza de que otras personas
noten lo que me est sucediendo).
El tratamiento que desarrollamos comprende cuatro etapas claramente
delineadas. stas son: Diagnstico, Evaluacin psicofarmacolgica, Primer
momento psicoteraputico, Segundo momento psicoteraputico.
(*) El Grupo Phobos es un equipo interdisciplinario dedicado a la investigacin de los
trastornos por ansiedad (fobias, pnico, T.O.C., ansiedad generalizada, stress posttraumtico, etc.) y a la asistencia de quienes los padecen, con el objetivo de desarrollar y
aplicar modelos teraputicos breves que brinden alivio en corto plazo. Integramos este
grupo: Lic. Fernando Bianchi, Lic. Teresa Cleris, Lic. Mara Elena Revuelta y Dr.
Alejandro Napolitano (coordinador).
Nuestras direcciones son:
www . grupophobos . com
grupophobos @ hotmail.com
Tel/fax: (54 11) 4783-8374 y (54 11) 4585-0533

115

DIAGNSTICO
A lo largo de una o dos entrevistas se evala detenidamente la situacin
que presenta el paciente, diferencindola de trastornos de personalidad,
depresin, hipocondra, fobias, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno
por ansiedad generalizada, ansiedad de separacin, stress y crisis vitales.
El diagnstico diferencial incluye la discriminacin con algunos cuadros de
la clnica mdica como el hipertiroidismo y el prolapso de la vlvula mitral,
por ejemplo.
Es de importancia psicosemiolgica detectar la presencia de sensibilidad a
la ansiedad (miedo al miedo) como fundamento psicopatolgico del cuadro.

EVALUACIN PSICOFARMACOLGICA
En una entrevista conjunta paciente-terapeuta-psiquiatra, se toma la
decisin acerca de la conveniencia o no de utilizar psicofrmacos. Es
importante resaltar que en caso afirmativo la medicacin formar parte
explcita del encuadre teraputico, en el sentido de que existir un
seguimiento permanente de los resultados de la misma que no
compromete slo al psiquiatra. El acuerdo del paciente y el conocimiento
del terapeuta acerca de los efectos del esquema farmacolgico, as como su
capacidad de dar respuesta a algunas de las interrogantes del paciente,
sin solicitar la intervencin del psiquiatra, son considerados puntos vitales
del xito teraputico. El terapeuta toma claramente el rol de coordinador
del equipo, y el psiquiatra funciona como auxiliar. Se hace necesaria la
elaboracin previa del vnculo terapeuta-psiquiatra.

PRIMER MOMENTO PSICOTERAPUTICO


El objetivo estratgico de esta etapa del tratamiento es lograr modificar la
relacin de lucha y desesperacin por el control de los sntomas de la
ansiedad primaria (sntomas fsicos), buscando una mejor aceptacin de
los mismos trabajando sobre la ansiedad secundaria (reaccin ante los
sntomas fsicos). El objetivo principal es observar atentamente la
aparicin de ideacin automtica catastrfica.
En este sndrome, la aparicin de los sntomas fsicos (ansiedad primaria)
dispara en forma automtica los sntomas cognitivos catastrficos
(ansiedad secundaria) en ausencia de una situacin externa claramente
angustiante o un objeto fobgeno ntidamente configurado.
116

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

As, el propio cuerpo es tomado como objeto a temer. Tal es el


caracterstico miedo al miedo. Frente a esta situacin, quien padece de
este estado trata infructuosamente de establecer un control sobre los
sntomas mismos, tratando de no sentir lo que siente y no pensar lo que
piensa. Esto agrega un problema extra que realimenta el circuito de la
ansiedad.
Este momento del tratamiento estar dirigido a disolver el vnculo
automtico entre ansiedad primaria y secundaria, permitiendo al paciente
darse cuenta de significaciones alternativas. Para ello, se brindan
herramientas destinadas a desarrollar: a) apoyos corporales, b) autoobservacin y c) expresin emocional (muy frecuentemente de la ira que
subyace al miedo en estos cuadros).
Desarrollo de los apoyos corporales
Rescatamos las primeras elaboraciones de Perls en "Yo, hambre y
agresin" al entender la angustia como bloqueo respiratorio proponiendo
una serie ejercicios que permiten el contacto claro con la respiracin y las
fantasas ligadas a la misma. As mismo, seguimos a Alexander Lowen,
cuando afirma que los miedos ms primarios estn referidos al miedo a
ahogarse y a caer. Estos dos miedos estn relacionados con dos cortes
energticos que se producen en las zonas ms angostas del cuerpo (el
cuello y la cintura), dando lugar a una acumulacin de tensin como
expresin del conflicto entre el impulso y la defensa, convirtindose en
angustia. Dichos cortes energticos impiden la libre circulacin de la
sangre y las sensaciones, dando por resultado la obstruccin del proceso
respiratorio en el corte superior, y la consecuente ansiedad de ahogo. En el
corte inferior entre el trax, los genitales y las piernas, se genera ansiedad
de cada.
Utilizamos tcnicas derivadas de la Bioenergtica para desarrollar estos
soportes del contacto, tales como los ejercicios de grounding o arraigo que
ayudan a recobrar la conciencia de piernas y genitales y la fluidez
bioenergtica.
Del mismo modo que estos trabajos estn indicados para recuperar la
fluidez, el ejercicio conocido como "dejarse caer" (Lowen) est dirigido a
operar sobre la necesidad neurtica de control, y ha resultado, para
nosotros, una excelente herramienta en ese sentido. Suele producirse una
grata sensacin cuando resulta posible atravesar la experiencia de ceder el
control y entregarse a las fuerzas de la naturaleza (la ley de gravedad)
dndose cuenta que nada terrible ha ocurrido.
117

Tcnicas para la auto-observacin


El objetivo de estas tcnicas es desarrollar la capacidad de autoobservacin, de modo que surjan mayores recursos para encontrar
relaciones significativas alternativas, entre la ansiedad primaria y
secundaria, volviendo ms conscientes los procesos preconscientes que
determinan el automatismo. Utilizamos un cuaderno a tres columnas
(situacin-emocin-ideas), en el cual se le pide al paciente que lleve un
registro donde anotar, en los momentos en que presente un estado de
ansiedad intensificada, los siguientes tems: en la primera columna, la
descripcin de la situacin lo ms detallada posible; en la segunda, las
emociones y sensaciones corporales y en la tercera columna, las ideas que
se le imponen en ese momento. Este cuaderno permite documentar y
visualizar la secuencia de cada episodio y las caractersticas de los
mismos. Es interesante agregar una cuarta columna donde se indique la
fecha y hora, para conocer la frecuencia y momentos del da en que se
presentan los episodios.
Ejercitacin del continuum de conciencia
Mostramos en nuestra presentacin, cmo este ejercicio clsico de la
terapia gestltica permite explorar y operar sobre el trastorno que nos
ocupa.
Dentro de este primer momento psicoteraputico, una vez que ha mejorado
la situacin de lucha por el control de los sntomas a travs de tcnicas de
respiracin, relajacin y auto-observacin, pasamos a la etapa que
podemos llamar de introvisin, en el sentido de ir llevando la mirada hacia
adentro, cada vez ms profundamente, con el objetivo de posibilitar, ir
aproximndose, lentamente a entrar en contacto con las introyecciones
implicadas en el cuadro. En este momento, de mirada ms profunda,
utilizamos otro recurso del enfoque gestltico: la fantasa guiada. Sabemos
que las fantasas dirigidas son semejantes a los sueos y a la obra del
artista, en cuanto a que inducen un estado de agudizacin corporal que
facilita el debilitamiento del control racional. Lo que se busca es la
expresin y despliegue de lo temido. Pensamos que esto temido es algo
arraigado muy profundamente, muchas veces ligado a escenas de la
infancia. Adems la situacin pnica moviliza situaciones que son
arquetipos clsicos, de los que se ocup la mitologa y la literatura de
terror, cuyos aportes buscamos aprovechar.
Al nivel de pensamiento aparecen en estos pacientes, como apuntamos
reiteradamente, rfagas de pensamientos e imgenes que acompaan a los
118

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

sntomas corporales, dndole un significado grave. "Me estoy volviendo


loco", "me voy a desmayar, me voy a morir", "qu vergenza", se hacen
interpretaciones catastrficas que otorgan a los sntomas un significado
amenazante para con la integridad vital. Podemos decir que se hacen
figura creencias que estaban en el fondo y que son la base de la vivencia
de vulnerabilidad, o sea, creencias que desacreditan la capacidad de
enfrentar. "Estoy aqu solo, apuesto a que lo peor me suceda y no tengo
recursos". Este componente cognitivo se procesa a nivel preconsciente, el
mismo nivel en el que acta la fantasa dirigida. Elaboramos una fantasa
guiada, a partir de la escena temida. Esta fantasa es nica y personal. La
tarea del terapeuta es ir acompaando paso a paso el darse cuenta del
paciente para ayudar que se vayan desplegando escenas internas.

SEGUNDO MOMENTO PSICOTERAPUTICO


Este segundo momento psicoteraputico, referido al trabajo sobre la
vivencia de vulnerabilidad, se inicia cuando el paciente ya se encuentra en
un vnculo teraputico que le es confiable. En el caso de que haya sido
necesaria la utilizacin de medicacin, sta ya habr sido suficientemente
tolerada y aceptada (como un "yeso" que se coloca hasta que "solde" lo que
haya que soldar). As mismo, habr cedido desesperacin por controlar los
sntomas de la ansiedad primaria. Se podra comparar el trastorno por
pnico con la fiebre. La fiebre es un sntoma que indica que el organismo
atraviesa un proceso infeccioso. En este caso la fiebre sera el conjunto de
sntomas (sudoracin, mareos, palpitaciones, ideas de muerte y locura).
Esto es lo que aparece, lo que hace figura.
A esta altura del tratamiento se indagar cul es el fondo de esta situacin
o sea el "foco infeccioso". Basaremos nuestra intervencin en las
investigaciones hechas por el Dr.Norberto Levy.
Qu es el miedo?
El miedo es la emocin surgida de la percepcin de una amenaza o un
peligro. No una amenaza en s mismo, sino una seal de la amenaza.
Tampoco una amenaza en abstracto, sino una amenaza "para alguien". Se
constituye como amenaza en funcin de los recursos con que cuento para
enfrentarla. Por lo tanto tendr miedo cada vez que perciba una
desproporcin entre la amenaza y los recursos de que dispongo. La
pendiente nevada de una montaa puede ser terriblemente amenazante,
pero para un experto esquiador deja de serlo.
119

Por lo tanto no hay miedo justificado o injustificado sino "para alguien".


Los seres humanos no slo producimos la emocin, como por ejemplo el
miedo, sino una segunda emocin reactiva ante esta emocin. Tenemos
miedo y a continuacin podemos sentir vergenza, humillacin o rabia por
tener miedo. Segn como sea mi respuesta, el miedo se atenuar y ser
miedo funcional (bsqueda de recursos para enfrentar la amenaza). Pero si
siento miedo y mi respuesta es la crtica, la autoagresin, o la
descalificacin, el miedo aumentar, e ir apareciendo un miedo
disfuncional que me dejar impotente ante la posibilidad de buscar
recursos. La amenaza ya no es slo externa, sino que tambin interna. Yo
me constituyo en mi propia amenaza, y el miedo se agravar derivando en
fobia, o iniciando una "escalada del miedo" que conduce al pnico. El
miedo disfuncional ya no es una seal que protege sino una amenaza en s
misma, fuente de terror, impotencia, desorganizacin, ira.
Cuando una persona observa su aspecto temeroso y desea cambiarlo
rechazndolo, ingresa en un camino del cual se hace difcil salir. Esta
actitud cambiadora inadecuada, violenta, descalifica o simplemente no
legitima la existencia del aspecto temeroso. Lo nico que se logra es
acorralar y amenazar a este aspecto, llevndolo a producir respuestas de
furia, resentimiento, terror o vergenza. Se hace necesario, en una
estrategia de auto-apoyo, desarrollar un asistente interior capaz de
escuchar y aceptar el discurso del aspecto temeroso, que es quien
finalmente tiene las claves de la curacin. Ese es el trabajo desarrollado en
este momento del tratamiento. Al cabo del mismo damos por terminado el
proceso de psicoterapia breve, centrado en el sntoma.

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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

EL
HUMANISMO
DESDE
LITERARIA DEL SIGLO XIV

UNA

PERSPECTIVA

Mery Hamra(*)
El manzano y sus races
un sube y baja
me integro
Mery Hamra

INTRODUCCIN
En 1994 estaba terminando mi carrera en Lengua y Literaturas Hispnicas
en la UNAM; en ese momento de mi vida me encontraba con la necesidad
de rescatar mi judasmo despus de haberlo cuestionado y rechazado en
algunos momentos de mi vida. En cierto sentido quera regresar a mis
orgenes pues me senta perdida, sin una base donde pisar, sin tener un
cimiento que me diera fortaleza y me nutriera. Cuando revivo mi
experiencia ahora que escribo este artculo, llega a mi mente la
comparacin de mi ser con la de un rbol: me senta como un manzano
perdido en un campo de cedros, casi muerto y sin la posibilidad de dar
frutos pues mis races estaban olvidadas. Durante mucho tiempo pens
que poda tomar mi alimento de ideas que oa decir a algunas personas: el
dinero es lo ms importante en la vida, las cosas materiales sirven para
sentirse fuerte.
Esta creencia hizo que durante aos me sintiera chiquita, pues si me
comparaba con la gente que tena ms dinero que yo, eso significaba que
no vala, que no poda ser fuerte. Los valores materiales eran ms
importantes que los espirituales, y estos ltimos ni siquiera los tena
claros. Tener dinero significaba no sentir vergenza de m misma. Con el
transcurso de los aos mi posicin econmica floreci y pens que se era
el camino que deba llevarme a la felicidad. Hoy aprendo que el dinero no
es el nico camino para ser feliz.
En el ltimo semestre de la licenciatura decid hacer mi investigacin
sobre un autor judo, pensaba que de esa manera poda redimir mi
historia al aventurarme a mi propio pasado.
Mery Hamra. Lic. en Lengua y Literaturas Hispnicas por la UNAM. Psicoterapeuta
Gestalt, especializacin en Sensibilizacin, Nios, Sntomas y Grupos. Actualmente
dedicada a la Psicoterapia individual.
(*)

121

Mi asesora de tesis me entreg una fotocopia de lo obra, pues era


imposible encontrar en Mxico un ejemplar original de los Proverbios
Morales, escritos en Espaa, en el siglo XIV, por Sem Tob de Carrin. La
primera vez que abr el texto qued impactada, pues los versos estn
escritos en espaol antiguo por ser Sem Tob un autor de la Edad Media.
Tard mucho tiempo en aprehender en mi ser los proverbios de este gran
autor. Hubo momentos en que mi desesperacin de entrarle de lleno a la
obra fue tal que, me empujaba a desertar y pensar en cambiar de tema,
mas mi esfuerzo y dedicacin, y tambin mi exigencia, me ayudaron a no
desviar mi rumbo. En 1996 entr al Instituto Humanista de Psicoterapia
Gestalt. Haban pasado dos aos desde que comenc mi proyecto y me
senta frustrada, paralizada, sin saber a ciencia cierta por dnde
continuar. Para ese entonces mi hija Michelle haba nacido y mi vida dio
un giro tal que me dediqu a ser madre por dos aos, aunque mi
bsqueda como persona no estaba abandonada.
Avanzaba lentamente en mi tesis haciendo una nueva traduccin de la
obra de Sem Tob y sacando a la luz los temas que l trata en sus
Proverbios Morales, cuando me di cuenta, con gran asombro, que algunos
de los asuntos que Sem Tob en el siglo XIV expone en su libro son los
mismos que los estudiosos de la Psicologa Humanista y la Psicoterapia
Gestalt retoman para darle una base a su filosofa. Este artculo nace de
mi necesidad de integrar ambas disciplinas a mi vida: la literatura y la
psicoterapia gestalt. Este es el objetivo principal de mi escrito.

SEM TOB DE CARRIN


La vida de Sem Tob1 es un poco misteriosa porque en realidad no hay
muchos detalles biogrficos que nos hablen de este gran poeta. No se sabe
con exactitud cundo y dnde naci, ni cul fue el lugar de su muerte. Se
piensa que naci en la ltima dcada del siglo XIII y que sobrevive hasta el
final de los aos setentas del siglo siguiente. Lo que s se conoce es que
residi en Carrin de los Condes en la provincia de Palencia, en Castilla la
Vieja; y que vivi un tiempo en Soria.
A travs de su obra se puede rescatar parte de su vida, a veces
tormentosa. Se sabe que fue judo, rasgo que influy en su historia si se
recuerda que durante ese perodo en Espaa se gest una campaa en
contra de los judos, por lo cual muchos decidieron convertirse al
1

Sem Tob en hebreo significa Buen Nombre

122

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

cristianismo.2 Se puede pensar que Sem Tob perteneciera a la clase media.


Jos Luis Alborg escribe que amaba profundamente los libros y que
renunci al comercio para dedicarse oscuramente a los libros, contento
con un mediano pasar. (Alborg, 1985, pg. 308). Con esto queda
manifiesto que Sem Tob fue congruente consigo mismo al renunciar a los
valores materiales para seguir el camino que ms lo enriqueca: su amor
por los libros. Uno de los temas que Sem Tob alaba en sus Proverbios
Morales y que personalmente a m me gusta mucho, es precisamente el
libro como medio para transmitir sabidura.
El libro es el mejor amigo del hombre, en l se encuentra plasmado el
conocimiento de los sabios, la manera como ellos ven el mundo y es ah
dnde se pueden encontrar algunas de las respuestas. Sem Tob elogia al
libro y le hace al mismo tiempo una alabanza a los eruditos dndoles un
lugar importante en el mundo. Gracias a los libros escritos por los sabios,
el conocimiento puede perdurar en el tiempo y el saber se puede
transmitir. Es as que los Proverbios Morales son tambin parte de esta
sabidura sagrada: en su obra estn depositadas las enseanzas de Sem
Tob. As el autor expresa:
quant omre fuer tomando
con el libro porfa,
tanto ir ganando
buen saber toda va;
(cuanto ms vaya uno cogiendo empeo en un libro, tanto ms ir
ganando buen saber continuamente) (Sem Tob, p.96)

SEM TOB Y LA PSICOLOGA HUMANISTA: TEMAS EN


COMN DE LO GENERAL A LO PARTICULAR
Homo sum: humani nihil a me alienum puto
(Hombre soy, y nada humano juzgo ajeno a m)
Terencio

Para un estudio ms extenso sobre la situacin social, econmica, poltica y cultural de


los judos en Castilla la Vieja durante el perodo de Alfonso XI y Pedro el Cruel, ver Jos
Amador de los Ros, Historia social, poltica y religiosa de los judos en Espaa, p. 29-75

123

SEM TOB

P. H. Y GESTALT

Movimiento del hombre


Relatividad de la vida
Opuestos
Responsabilidad
Aqu y ahora

Existencialismo. Proceso
Fenomenologa
Polaridades
Como actitud, como tcnica
Centrarse en el presente

MOVIMIENTO DEL HOMBRE: EXISTENCIALISMO. PROCESO


El ser humano est en continuo movimiento, evoluciona, se transforma.
En otras palabras, es proceso. Existe un concepto en el existencialismo
que dice: la existencia precede a la esencia.
Esto quiere decir que nuestro ser cambia continuamente por el simple
hecho de existir. Como dice Myriam Muoz: el existencialismo surge como
una reaccin al esencialismo y en contraposicin a l, afirma que no
existe una esencia en la naturaleza que puede ser descubierta de una vez y
para siempre, sino que sta se rehace cada da. (Myriam Muoz, 1997,
pg. 8) En otras palabras, estamos siendo todo el tiempo.
Sem Tob, en sus versos, hace una bella comparacin del movimiento del
hombre con los astros y lo expresa de esta manera:
Non quedan las estrellas
punto en un logar:
seri mal lazrar ellas
e los omres folgar.
No s mecn las estrellas
por fazer a s vicio:
es el mecerse dellas
fazer a Dios servicio;
e el mecers` del ombre
es pora mejorar
a s, e non o otre
le mandaron lazrar
(No se estn un momento las estrellas quietas en un mismo sitio: estara
mal que ellas se fatigasen y los hombres estuvieran ociosos.
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figura/fondo No. 10.

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No se mueven las estrellas por darse a s mismas gusto: el moverse de


ellas es hacerle servicio a Dios; y el moverse del hombre es para mejorarse
l mismo, y no para otra cosa lo mandaron trabajar.) (Sem Tob, pg. 77)
El haber descubierto el concepto del hombre en movimiento hace que
sienta un gran alivio, ya que por muchos aos pens que siempre sera
igual y eso me angustiaba. Ahora, con el paso del tiempo, me he dado
cuenta que ya no soy la misma Mery de antes, y que en realidad nunca lo
fui. La ltima lnea que menciona Sem Tob: el moverse del hombre es
para mejorarse l mismo, me hace sentido. Hoy me siento ms segura de
mi misma, he incorporado a mi ser la fortaleza que pens que no tena por
la idea de mi ser dbil. El estar cambiando me motiva, me reanima. Al
moverme evoluciono gracias a las experiencias que continuamente me
enriquecen, ya sean dolorosas o alegres. El estar en movimiento me ayuda
a entrar en contacto con el ambiente, sin el cual no podra sobrevivir. Es
en este contacto cuando abro mis fronteras para dejar entrar aquello que
me nutre, y al mismo tiempo logro rechazar lo que me hace dao.
Con esto quiero decir que existe una interdependencia ecolgica entre el
campo ambiente y el organismo. Durante muchos aos, y especialmente
durante mi adolescencia, me viv aislada, era difcil para mi abrirme con
las personas y expresar lo que senta. Me volqu hacia los libros, hacia mis
pensamientos plasmados en mis diarios. Tena mucho miedo de sentir, por
mi temor a ser rechazada. Vea en el sufrimiento el nico camino para
crear. Tena poco contacto con el exterior y mi riqueza, con el transcurso
de los aos, se fue agotando. Me senta sin recursos para nutrirme a m
misma. Fue despus de unos aos de terapia y de estar en el Instituto que
pude abrirme al mundo. Fui tomando riesgos y mis fronteras se fueron
ampliando.
Puedo ahora expresar lo que siento sin sentir vergenza al equivocarme,
me nutro de los otros; he aprendido a recibir, y con esto he logrado
revivirme. Ahora que menciono la vergenza como un sentimiento muy
conocido en m, y despus de haber estudiado a fondo la historia de los
judos en Espaa durante el siglo XIV, me doy cuenta que este sentimiento
lo hered. En el fondo de mi ser senta vergenza por ser juda y tena
mucho miedo a ser rechazada y discriminada por mi religin. Son
sentimientos que vengo arrastrando de mis antepasados, como si hubiera
nacido y crecido con ellos. El estudiar los Proverbios Morales de Sem Tob
me ha ayudado a liberar muchos de mis temores y a entender el por qu
de mis culpas, el por qu a veces me siento indefensa; con lo que he
podido ahora transformar mi existencia.

125

RELATIVIDAD DE LA VIDA: FENOMENOLOGA


El modelo utilizado por la psicologa humanista para captar la realidad, sin
juicios preconcebidos, desde la intuicin y la conciencia y no desde la
razn, es la fenomenologa. Este modelo propone volver a las cosas
mismas. Miguel Martnez dice que la prescripcin positiva del mtodo
fenomenolgico nos aconseja que dejemos al fenmeno hablar por s
mismo, observando, analizando y describiendo todos sus aspectos, detalles
y matices precisa y exactamente como aparecen. Esto quiere decir que
abordemos el tema sin una idea previa, con una mente limpia para poder
observarlo como un todo.
La siguiente historieta ejemplifica lo anterior:
Varios ciegos trataban de investigar a un elefante. El que lo toma asido por
la trompa dijo: Es largo y suave, y exhala aire. Otro, que agarraba las
patas del animal, dijo: Es masivo, cilndrico y duro. Otro, que palpaba la
piel: Es spero y escamoso. Todos estaban mal informados. Todos
generalizaron un conocimiento parcial. (M. Martnez, 1982, pg. 152)
Ms que estar mal informados, cada uno de los ciegos est expresando su
experiencia, limitada por la falta de vista. Por eso no hay una sola verdad
para un mismo hecho. La moraleja de esta historia es que existe ms de
un modo posible de conocer. Entonces se puede decir que hay tantas
realidades como observadores y, que a su vez, la realidad de cada quien es
limitada porque percibimos a travs de nuestros sentidos.
El tema sobre la relatividad de la vida se repite constantemente en los
versos de los Proverbios Morales. Para el autor no hay una verdad
absoluta, es decir, cada hombre tiene una manera peculiar de ver y de
estar en la vida dependiendo de su experiencia personal. As Sem Tob dice:
Mas sta es seal
que non ha bien certero
en mundo, nin ha mal
que sea verdadero.
(Pero eso es seal de que no hay bien cierto en el mundo, ni hay mal que
sea verdadero). (Sem Tob, pg. 65)
La vara que menguada
la diz el comprador,
ssa mesma sobrada
la diz el vendedor.
126

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

(La vara de medir que el comprador dice que mide de menos, esa misma
dice que mide de ms el vendedor). (Sem Tob, pg. 69)
Esta nueva manera de ver la vida ha enriquecido mi prctica teraputica y
tambin mis relaciones cercanas. El saber que puedo tener una visin
distinta a la del otro me ha ayudado a no generalizar las experiencias de
los dems.
La manera en que vivencio mis experiencias no significa que es la misma a
la de mis pacientes, familiares o amigos cercanos; y por supuesto tampoco
significa que la ma es correcta y la de los dems es equivocada. De esta
forma mi visin se ampla y no queda restringida. El acercarme a la otra
persona desde mi intuicin y sentir, y no desde la razn, es un aprendizaje
que no ha sido fcil para m, pero he descubierto que entre ms me dejo
sentir a mi misma y entre ms consigo hacerle caso a mi intuicin, el
acercarme al otro desde este lugar se me ha ido facilitando con el tiempo.
Lo sigo aprehendiendo con la prctica.

OPUESTOS: POLARIDADES
El tema de las polaridades ha existido desde la antigedad. Si nos
remontamos a las culturas prehispnicas encontramos que los indgenas
explicaban la existencia humana por medio de los fenmenos de la
naturaleza. Adoraban al sol y a la luna, el da y la noche, el fuego y el
agua, por mencionar algunos.
En la cultura oriental las polaridades resumen la concepcin del yin y el
yan donde una no puede existir sin la otra. La cultura occidental ha
concebido la vida de una manera distinta. El hombre occidental se queda
solamente de un lado, si soy fuerte no puedo ser dbil; de esta manera
divide su ser y se ciega a observar que las polaridades a su vez son una
unidad, la cual una parte necesita de la otra para existir.
En el campo de la Psicologa, Jung propone que en el ser humano existen
tambin los opuestos. De esta manera los nombra como nima y nimus.
La primera es la parte femenina en el hombre, mientras la segunda la
parte masculina en la mujer. Dicha parte se encuentra escondida dentro
de la persona, y por eso Jung la llama la sombra que todos llevamos
dentro.
En la Psicologa Humanista se dice que para estar en contacto con algn
sentimiento es necesario conocer su polaridad.
127

Una persona que se considera feliz porque nunca llora no puede saber el
verdadero significado de su alegra ya que nunca ha estado en contacto
con la tristeza. Mientras ms aceptamos nuestros sentimientos nuestra
manera de sentir ser ms plena, ms integral. Sobre esto Guadalupe
Amescua dice:
Cuando hablamos de polaridades nos estamos refiriendo a la
integracin de los opuestos, a la complementacin y al logro del
equilibrio (...) consideramos que precisamente lo que la persona ha
perdido a lo largo de su desarrollo son sus polaridades, capacidad
de tener pares opuestos en su expresin y capacidad vivencial,
quedado fragmentada al excluir algunos aspectos de su potencial
creativo. (Amescua, 1998, pg. 18-19).
Zinker al respecto menciona:
Mi teora de las polaridades sostiene que si no me permito ser
malvado, nunca ser genuinamente bondadoso. Si estoy en
contacto con mi propia maldad y amplo esta parte de m mismo, mi
bondad cuando se manifieste, ser ms rica, ms plena, ms
completa. Si no me permito a mi mismo tener contacto con mi
feminidad, mi masculinidad ser exagerada, hasta perversa: ser
un tipo duro. (Zinker, sacado de Ibid. Pg. 17)
Mediante los opuestos Sem Tob logra plasmar su realidad. Los temas
cotidianos los desarrolla en sus proverbios y presenta con ellos las dos
caras de la misma moneda. De esta manera, el lector puede ponerse de
ambos lados y entender lo favorable y lo adverso de cada parte. Como l
mismo expresa:
La bondat de la cosa
sbes por su revs,
por agra la sabrosa,
la faz por el envs:
si noche non ovissemos,
ninguna mejora
conocer non sabriemos
a la lumre del da.
(Lo bueno de una cosa se sabe por su contraria, por la amarga la sabrosa,
el anverso por el reverso). (Sem Tob, pg. 70). (Si no tuviesemos noche, no
sabramos percibir mejora ninguna en la luz del da). (Sem Tob, pg. 71).
128

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Personalmente, quiero compartir que con el andar de los aos, he podido


sentirme ms ntegra. El enojo era el sentimiento que menos poda
expresar, ya que ni siquiera lo contactaba.
Me impresiona darme cuenta en este momento de lo desintegrada que me
encontraba. Hoy en da he aprendido a enojarme a mi manera, y descubro
que mi alegra la puedo sentir ms intensamente. Llega a m la imagen de
un sube y baja, de un lado estoy expresando mi alegra y cuando termino
expreso mi enojo, para encontrar por fin el equilibrio momentneo, y
despus comenzar de nuevo a subir y bajar.

RESPONSABILIDAD: COMO ACTITUD, COMO TCNICA


La Psicologa Humanista y la Psicoterapia Gestalt promueven la
responsabilidad como una actitud ante la vida. Es, mediante la
responsabilidad, como el individuo llega a ser l mismo y deja de
esconderse detrs de un sin fin de mscaras por miedo a mostrarse como
realmente est siendo. Carl Rogers, en su libro El proceso de convertirse
en persona, cita al filsofo dinamarqus Kierkegaard al hablar sobre el
dilema del individuo:
...por lo general, la causa de la desesperacin reside en no elegir
ni desear ser uno mismo y que la forma ms profunda de
desesperacin es la del individuo que ha elegido ser alguien
diferente a s mismo. Por otro lado, en el extremo opuesto a la
desesperacin se encuentra el desear ser el s mismo que uno
realmente es ; en esta reaccin radica la responsabilidad ms
profunda del hombre. (Rogers, 1987, pg. 105)
En otras palabras, si el individuo empieza a ser l mismo al hacer, pensar
y sentir congruentemente desde sus necesidades autnticas y no desde
sus creencias, ste llega a un conocimiento de s mismo ms profundo que
le permite mostrarse tal como est siendo, y al mismo tiempo logra
responsabilizarse de su persona como un ser holstico, nico e inigualable.
Sem Tob, en sus versos lo expresa de esta manera:
Del mundo mal dezimos,
e en l otro mal
non ha si non nos mismos,
nin vestiglos nin l.

129

(Hablamos mal del mundo, y en el no hay otro mal sino nosotros mismos,
ni fantasmas ni monstruos ni nada ms). (Sem Tob, pg. 143)
Cuando leo este proverbio lo que resuena en mi interior es la manera que
tiene el autor de inyectar el sentido de la responsabilidad. Personalmente
me ensea a mirarme a m misma. Como si sus versos fueran el espejo de
mi propio ser. Al escuchar su voz por medio de los Proverbios Morales
percibo la ma y logra con esto hacerme consciente de mi propio proceso.
Sem Tob seala que el hombre tiene como deber responsabilizarse de sus
actos. Al hombre, muchas veces, le es ms fcil echarle la culpa a otros de
lo que l hace, en este caso, al mundo. Cuando acto de esta manera
pongo afuera lo que es mo, de esta forma excluyo de m lo que me
pertenece. Responsabilizarme significa que tengo la obligacin de
responder ante los actos y errores que yo cometo.
Es decir, tengo la posibilidad de cambiar, de redimir mis errores porque
me doy cuenta de lo que yo hice y, con esto, logro sentirme mejor conmigo
misma. Es decir, puedo decidir cambiar, crecer, no quedarme en el mismo
lugar. El hablar en primera persona por las cosas que hago o siento, es
otra modo de relacionarme conmigo, es una forma de entrar en contacto
con lo que me est pasando en el momento presente. Es expresar lo que
me pasa a m en determinada situacin, que puede ser compartida por
alguien ms de una manera distinta a la ma.
Con esto quiero decir que al hablar desde este lugar me hago responsable
solamente de lo que me pasa a m y, al hacerlo, logro llegar a niveles ms
profundos obteniendo resultados favorables. Con el tiempo tambin he
llegado a responsabilizarme por mis acciones y por mi propia vida y, desde
aqu he podido quitarme muchas mscaras para verme como realmente
soy, con mis defectos y virtudes, y muchas veces con un miedo inmenso,
mas tambin con mucha satisfaccin al aceptarme como soy.

AQU Y AHORA: CENTRARSE EN EL PRESENTE


Uno de los conceptos asociados a la terapia gestalt es el de aqu y ahora.
Como dice Jean-Marie Robine:
No es una regla que se tratara de inculcar al cliente, sino una
herramienta de trabajo a disposicin del terapeuta. En efecto, en
absoluto se trata de considerar que el pasado carece de inters y
que el futuro no es sino fantasa, sino de centrar la atencin en el
hecho de que ahora es cuando recuerdas, o de que ahora es
130

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

cuando anticipas. El recuerdo que ahora acude ilumina el


presente de un nuevo da, tal como el presente ilumina el recuerdo
que viene a cruzarlo. (Robine, 1998, pg. 78-79)
Centrarse en el presente ayuda al individuo a que pueda darse cuenta de
qu le est pasando en el momento, tanto a nivel fsico como emocional.
Sem Tob no habla de vivir en el aqu y ahora, pero cuando leo sus
proverbios, algo pasa en m que logra centrarme en el presente, es como si
su voz bajara del cielo y me preguntara: Oye, Mery, y t, cmo vives la
insatisfaccin del hombre?. Uno de los temas centrales plasmados en los
Proverbios morales es precisamente la ambicin del hombre. El autor lo
expresa as:
Quando lo poco vien,
cobdicia de ms crece;
quanto ms omre tien
tanto ms le fallece...
(Cuando le viene lo poco, surge deseo de ms; cunto ms tiene uno, tanto
ms le falta, y cunto ms consigue, diez veces ms desea (...).) (Sem Tob,
pg. 81).
Y le respondo: me sorprende que hayas hablado de esto en el siglo XIV, y
que hoy en da siga siendo un tema recurrente. El hombre ambiciona
llenarse de cosas materiales para aplacar el vaco que siente en su interior.
Ser que desde tiempos remotos el hombre no ha escuchado lo que su
corazn le dice?. El hombre no vive en el aqu y en el ahora por miedo a
perder lo que tiene. Es difcil aprender a liberarse, y aferrarnos a lo
material impide el disfrute del momento presente. El hombre se
materializa y, de esta manera, se separa de su parte espiritual dndole
ms importancia a la primera y descuidando la segunda. Y leo en sus
versos:
E le tanto non plaze
del algo qu ha averlo
quanto pesar le faze
el miedo de perderlo;
(Y de la hacienda que tiene no saca tanto placer en tenerla como el miedo a
perderla le causa pesadumbre;) (Sem Tob, pg. 82)
no s farta, no l cabiendo
en arca nin talega,
e lazra, non sabiendo
pora quin lo allega.
131

(no se satisface con ella, a pesar de que no le cabe en arca ni en bolsa y,


trabaja y pena, sin saber para quin lo est acumulando). (Sem Tob, pg.
83).
Y reflexiono:
El hombre le da un sentido a su vida que no le satisface, por eso la
necesidad de seguir acumulando riquezas. Una vez ms se ve claramente
como el ser humano busca afuera lo que debiera buscar en su interior. Por
eso para Sem Tob, la sabidura es una de las virtudes ms importantes
que el ser humano puede tener. El que es sabio aprende a satisfacerse
tambin a partir de lo espiritual. Todava hoy en da es difcil pensar que
todo tiene un fin y, cuando llega el momento de una prdida, que puede
ser material o humana, el dolor es tan intenso que nos toma mucho
tiempo aceptarla. La acumulacin de bienes es el miedo a quedarnos sin
nada y, de esta manera, olvidamos que nos tenemos a nosotros mismos.
Competimos con el otro para sentirnos mejor; cuando logramos tener ms
que l y negamos el hecho de que todos nacemos y morimos sin nada. De
ah que la envidia, como la ambicin y la codicia, sean aspectos que logran
que el hombre se sienta cada vez ms solo, ms vaco, ms insatisfecho.
Sus versos me confirman lo anterior:
La alma grande viene
a perderse co l celo:
cuidando que ms tiene
su vezino un pelo,
(El alma grande acaba por perderse en la envidia: pensando que su vecino
tiene una pizca ms que l,). (Sem tob, pg. 83)
tin le gran miedo fuerte
que l aventajar:
no l miemra de la muerte,
que los egualar
(tiene de l un miedo tremendo de que lo vayan a aventajar: no se acuerda
de la muerte, que ha de igualarnos a ambos.) (Sem Tob, pg. 83).
Ahora que releo lo que escribo me doy cuenta que ese es mi sentir del
momento de mi vida en el cual me senta perdida, sin un piso firme donde
pisar, cuando pensaba que lo material me llevara a la felicidad plena,
cuando en mi matrimonio me senta insatisfecha.

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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Aqu y ahora me responsabilizo por todo lo que expreso anteriormente. Esa


es mi experiencia, as lo vivo yo. Y me respondo a mi misma, y me digo
alegremente que ahora estoy del otro lado, abierta a llenar mi alma con lo
que a m me nutre: los libros, mi hija, las relaciones interpersonales, la
naturaleza y la pintura, entre otras cosas.

CONCLUSIONES

El humanismo existe desde que el hombre es hombre.

Los temas por los que el ser humano se enfrenta durante su existencia son
recurrentes. De ah que temas mencionados por Sem Tob en la Edad
Media, como la insatisfaccin del hombre, la envidia, la codicia, la
responsabilidad, entre otros, sean actuales. Cabe mencionar que los temas
pueden ser los mismos, mas cada persona los vive de una manera distinta.
Con esto se puede ver lo individual en lo universal. De ah la importancia
de trabajar con lo fenomenolgico y no desde la interpretacin de los
hechos.

Con este trabajo logro integrar a mi persona las dos disciplinas por las
cuales he transitado durante los ltimos aos de mi vida: la literatura y la
Psicoterapia Gestalt.

133

BIBLIOGRAFA
AMADOR, de los Ros Jos. (1986). HISTORIA SOCIAL, POLTICA Y
RELIGIOSA DE LOS JUDOS EN ESPAA. Editorial Orbis. Barcelona.
AMESCUA, Guadalupe. (1988). La integracin del nio y del hombre, en
REVISTA FIGURA-FONDO. Vol. 2, No. 2. IPGH, Mxico.
ALBORG, Jos Luis. (1985). HISTORIA DE LA LITERATURA ESPAOLA.
Editorial Gredos. Madrid.
MARTNEZ, Miguel. (1982). LA PSICOLOGA HUMANISTA; fundamentacin
epistemolgica, estructura y mtodo. Editorial Trillas. Mxico.
MUOZ, Myriam. (1997). La psicoterapia gestalt y el nuevo paradigma
cientfico (segunda parte), en REVISTA FIGURA-FONDO. V.1, IPGH,
Mxico.
ROBIN, Jean Marie. (1988). TERAPIA GESTALT. Editorial Gaia. Madrid.
ROGERS, Carl. (1996). EL PROCESO DE CONVERTIRSE EN PERSONA.
Editorial Piados. Mxico.
TOB, Sem. GLOSAS DE SABIDURA O PROVERBIOS MORALES Y OTRAS
RIMAS. (1983). Editorial Alianza. Madrid.

134

figura/fondo No. 10.

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LAS DISFUNCIONES SEXUALES: OTRA VOZ DE LOS


DEMONIOS
Francisco Fernndez Romero (*)
Los demonios tienen muchas voces. Dicen lo mismo siempre, pero de
muchas maneras. Dicen que te detengas, que no crezcas ms, que te
quedes all para siempre.
Los demonios introyectos dicen: debes de..., dan rdenes, prohiben,
reprimen, castigan.
Los demonios asuntos inconclusos encadenan al pasado, obligan a dar
vueltas en una noria hacindo creer que se va hacia algn lado.
Los demonios experiencias obsoletas hacen tropezar una y otra vez con la
misma piedra, hacen creer que se puede andar la vida usando unos
zapatos gastados e intiles.
Hablan mucho. Los demonios saben poco de silencios, porque en el
silencio hay sensaciones, sentimientos, gritos, mensajes de la vida. Hablan
con diferentes voces. Hablan en el cuerpo tenso, en las emociones
contenidas, en el miedo a cambiar, en la confusin... y en la sexualidad.
Introyectos, asuntos inconclusos, experiencias obsoletas, se reflejan en la
sexualidad de las personas. Y no es de extraarse si pensamos que la
sexualidad es una dimensin humana en la que est presente todo lo que
somos.
Mi sexualidad dice cmo soy. Tal como soy en el ejercicio de mi sexualidad,
soy en mi vida cotidiana. Si nos fijamos con cuidado, si nos acercamos a
escuchar lo que ocurre en la persona que no puede disfrutar de una
sexualidad plena y libre, en la persona que se prohibe el placer, en la
persona que siente la sexualidad como una carga... casi siempre podremos
escuchar -a veces de forma muy clara, a veces de forma oculta- la voz
inconfundible de los demonios.
___________________________________

(*) Francisco Fernndez Romero. Licenciado en Pedagoga. Especialista en Sexologa


Clnica, Sexologa Educativa y Sensibilizacin y Manejo de Grupos. Especialista en
Psicoterapia Gestalt.

135

EL CASO DE ROBERTO: MAS ALL DEL SNTOMA


Roberto se notaba nervioso. Grandes anteojos, una barba que
prcticamente ocultaba toda su cara, 34 aos. Trataba de aparentar
tranquilidad sin lograrlo. Finalmente se decidi, aclar su garganta y me
dijo con voz poco clara: Tengo problemas con mi vida sexual: eyaculo muy
rpido, evito estar con mi pareja, no s qu hacer.
Hablamos. Efectivamente haba una discontrol eyaculatorio severo. Lo
padeca desde haca mucho tiempo pero no busc ayuda hasta entonces
porque por primera vez, luego de muchos aos, tena una relacin de
pareja estable y pensaba en casarse. Rehua los encuentros sexuales,
pona pretextos, su pareja empez a sentirse abandonada en este aspecto.
Mientras ms aumentaba la ansiedad de Roberto, ms precoz era su
eyaculacin.
Se trata de un caso muy frecuente en mi trabajo como sexlogo clnico. Sin
duda, las disfunciones sexuales tambin son casos frecuentes en muchos
consultorios de psicoterapia, aun cuando no estn especializados en
sexologa. La gente habla de sus problemas sexuales al mdico, al
sacerdote, al terapeuta... si es que los habla. Muchas veces permanecen en
el silencio, ocultos, como si fuera vergonzoso hablar de ellos.
En ocasiones, la persona no los expresa al principio de un proceso
teraputico, sino despus de varias sesiones. Incluso puede ocurrir que la
persona llegue a trabajar alguna otra cuestin y que en el transcurso del
trabajo teraputico la disfuncin haga figura y sea importante trabajarla.
La Terapia Sexual tradicional, la que se trabaja desde los 70s, tiene sus
propias propuestas, la mayora son intervenciones conductistas que
buscan que la persona re-aprenda el ejercicio de su sexualidad. A travs
de ejercicios, caricias dirigidas, autoerotismo, contraccin de msculos,
relajacin, sensibilizacin, se busca que la persona logre un ejercicio
sexual satisfactorio.
Y hay que decir que esta Terapia Sexual tiene xito. Las personas mejoran
y superan la disfuncin... por un tiempo.
Porque en muchsimos casos la disfuncin vuelve, y si no esa disfuncin
especfica, otra distinta pero con efectos similares. Ahora lo sabemos como
un hecho: la Terapia Sexual tradicional no basta. Sin duda aporta
elementos muy tiles y efectivos, pero no es suficiente: atrs de las
disfunciones sexuales hay algo ms, algo que no se revierte por la mera
aplicacin de ejercicios.
136

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

La Sexologa moderna busca nuevas alternativas. El trabajo desde el


enfoque humanista ha venido a enriquecer nuestro trabajo. Nos ha
permitido profundizar, buscar las razones que sustentan cada disfuncin.
En otras palabras, a ir ms all del sntoma.
Quiz sta es la deficiencia ms grave de la terapia sexual tradicional:
quedarse en los sntomas. As, si el problema es, por ejemplo, la falta de
orgasmo, el trabajo debe dirigirse a conseguir el orgasmo, y al lograrlo, el
problema ha desaparecido. Poco importan la causa o causas ms
profundas de la disfuncin.
Tratar de ejemplificarlo con el caso de Roberto.
A partir de la terapia sexual tradicional, la disfuncin de Roberto tendra
una solucin ms o menos simple. La intervencin ira dirigida a unos
objetivos concretos (Kaplan, 1975):
1. Que Roberto ubicara los msculos que intervienen en el control
eyaculatorio (los msculos pubococcgeos).
2. Que fortaleciera estos msculos.
3. Que reconociera claramente el momento de inminencia eyaculatoria.
4. Que aprendiera a detener o disminuir el estmulo antes de llegar a la
inminencia eyaculatoria.
Tericamente, esto bastara para superar el discontrol. Cada uno de estos
objetivos se alcanzara a travs de algunos ejercicios ya determinados
(Kaplan, 1975):

Retener la orina en el momento de la miccin permite identificar los


msculos pubococcgeos.

Los ejercicios de Kegel ayudarn a fortalecer estos msculos.


Consisten bsicamente en contracciones intermitentes de los
msculos pubococcgeos, que aumentan gradualmente en nmero y
en duracin.

Para reconocer la inminencia eyaculatoria y ser capaz de disminuir


el estmulo antes de que ocurra, se utilizan diferentes ejercicios
(Semans, Stop-and-Go, Pomeroy), dependiendo de si la persona
puede hacerlos en pareja o si debe realizarlos a solas. En general,
estos ejercicios consisten en experimentar estmulo sexual en el
pene hasta unos momentos antes de la eyaculacin, y en ese
instante detener el estmulo. Al hacer estos ejercicios muchas veces,
137

y al ir aumentando la intensidad del estmulo poco a poco, la


persona va aprendiendo a controlar su eyaculacin.
Basndonos en el ciclo del contacto (Kepner, 1987, pag. 90), podramos
ubicar la disfuncin en la etapa anterior a la sensacin. Estaramos
hablando de una desensibilizacin: la persona no percibe la sensacin de
inminencia eyaculatoria y por lo tanto, no puede controlarse.
As, desde este enfoque, bastara que la persona realizara sus ejercicios
adecuadamente y de manera constante para que en algunos meses la
disfuncin fuera superada.
Sin embargo, esto no es tan simple. La disfuncin se superar de verdad
slo cuando se encuentre su causa original y se trabaje con ella, slo
cuando el terapeuta sea capaz de verla como una manifestacin de la
persona completa (que es mucho ms que un pene o cualquier otra parte
del cuerpo) y descubra que muy posiblemente esto que ocurre en la vida
sexual de la persona, no es sino un reflejo de lo que ocurre en muchos
otros espacios de su vida.
Volvamos al caso de Roberto.
Cuando lleg a la consulta, hubo varios aspectos que me llamaron la
atencin en los primeros momentos: primero, su modo de caminar y de
estar en el consultorio. Era sumamente rgido, pareca que sus
articulaciones estuvieran entumecidas, casi como si se tratara de un robot
o un soldado.
Su rostro tambin tena algo llamativo: usaba una barba sumamente
espesa y descuidada y unos gruesos anteojos de gran aumento. La
combinacin de esa barba y esos anteojos casi escondan su rostro
totalmente, como si solo la nariz y parte de la frente quedaran al
descubierto, me pareci casi una mscara.
Llam mi atencin tambin su forma de hablar: muy rpida, con prisa,
atropellando las palabras, enredndose en ellas. Recuerdo que pens:
Habla como eyacula. Sin pausa, sin control.
Conforme avanz esa sesin y las siguientes, otros datos fueron
apareciendo.
Uno sumamente importante era su constante racionalizacin. Buscaba
una explicacin intelectual para todo y en cuanto yo pretenda acercarme
a su mundo emocional, creaba una cortina de palabras y teoras. Roberto
138

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

estaba en su cabeza y pareca decidido a no salir de all.


Otro dato definitivo en el trabajo fue el hecho de que su eyaculacin fuera
sumamante precoz slo en determinadas circunstancias. Roberto eyaculaba
con gran rapidez durante la experiencia coital, pero eso no ocurra en otras
experiencias. Si su pareja lo estimulaba con la boca o con la mano, su
eyaculacin era perfectamente controlable.
Este hecho, que parece simple, en realidad daba una dimensin diferente a
la disfuncin. Desde el enfoque de la Terapia Sexual tradicional, la razn
bsica de que alguien eyacule precozmente es que no ha aprendido a
reconocer el momento de inminencia eyaculatoria (bloqueo en la
Sensacin), de forma que no sabe cundo disminuir el estmulo para
alargar as la experiencia.
Pero esto no ocurra en el caso de Roberto. Aparentemente, l poda
detectar la inminencia eyaculatoria y controlar su eyaculacin ante
diferentes estmulos sexuales. Pero dejaba de hacerlo durante el coito. Es
decir, su disfuncin iba ms all que el desconocimiento de ese momento.
Ms bien, me empez a parecer, tena que ver con la experiencia misma del
coito, con lo que el coito significaba para l.

A SALVO EN SU ARMADURA
La primera intervencin importante se dio desde el momento en que ped
que se percatara de su rpida forma de hablar y de la constante evitacin
de sus emociones. Una y otra vez fui llamando su atencin a las formas
bruscas o sutiles de escapar a los sentimientos.
Al darse cuenta no le result difcil encontrar el Para Qu: Para
protegerme, fue su respuesta. Poco a poco fue hablando de su infancia, de
su ser diferente a otros nios, de los aos difciles en un colegio
militarizado, de la muerte temprana de su padre y su obligacin de ser el
hombre de la casa.
Finalmente, habl de que en l haba dos personas: un Roberto duro,
fro, capaz de enfrentar situaciones difciles sin mostrar nerviosismo, el
Roberto que estuvo en el funeral de su madre sin derramar una lgrima. Y
el otro Roberto: el que siente profundamente, el romntico, el que escribe
cosas a escondidas, el que se conmueve con una cancin.
Era momento de que ambas partes se escucharan (Naranjo, 1989,
139

pag.109).
El resultado de este trabajo fue, para m, asombroso. Debo confesar que en
mi novatez no esperaba aquello. Roberto fue colocndose alternativamente
en cada una de las partes.
Yo repasaba mentalmente los pasos para trabajar adecuadamente. Me
pareca que la identificacin no estaba logrndose cuando de pronto
ocurri: Roberto, en su parte sensible, como l la llam, estall en llanto.
Se cubri la cara con ambas manos y se dej experimentar un llanto largo
y hondo. Recuerdo lo mucho que me impresionaron las lgrimas y los
sollozos de este ser humano tan duro en apariencia.
Y entonces habl del miedo a ser lastimado, de las muchas humillaciones
soportadas en el colegio militarizado, de la necesidad de esconder esto
para hacerse cargo de su familia. Te necesito le dijo a su parte dura-,
necesito que me protejas. Y su parte dura, su armadura, como l
mismo le llam, asegur que no lo dejara solo y vulnerable, que estaba all
para protegerlo.
Para Roberto, sta fue una experiencia importante: se daba cuenta de la
existencia de ambas partes, de su utilidad, de la forma como se fueron
construyendo. Tambin fue importante para el proceso de la terapia, ya
que a partir de ese experimento y de lo que trabajamos al respecto, se
permiti acercarse ms a sus emociones.

EN LA SENSACIN O EN EL CONTACTO?
En lo referente a lo sexual, volvimos a aquella pregunta importante: Por
qu razn era solamente durante el coito (o unos segundos antes) cuando
se presentaba el discontrol?, Qu significado tena el coito para Roberto?
Un nuevo experimento nos dio cierta luz: ped a Roberto que reviviera
presentificando (Naranjo, 1989, pag.144)- una experiencia sexual en donde
se diera el discontrol. Me fue narrando sus sensaciones y sentimientos
paso a paso. Le ped entonces que se identificara con su pene (Naranjo,
p.99) que fuera su pene y tradujera lo que su pene expresaba en esos
momentos. La respuesta fue clara: No quiero entrar, no quiero estar all.
Haba una razn poderosa para esto: la mujer con quien estaba le pareca
muy desagradable, no le atraa en absoluto, incluso not cierta repulsin.

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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Hablamos al respecto y aparecieron nuevos datos importantes: en general,


se relacionaba sexualmente con mujeres que consideraba poco atractivas,
feas incluso. Platic acerca de su historia sexual y con mucha dificultad
pudo recordar a alguien que le gustara. Al adentrarnos en el tema, fueron
apareciendo otras cosas: no soportaba quedarse ni un minuto en la cama
luego de una experiencia ertica. Prob: Si me quedo, entonces... no me
podr ir, me pueden atrapar, respondi. Entonces, tratamos de
averiguar si la rapidez en su eyaculacin tena ese mismo objetivo. Pareca
que s: eyacular precozmente serva para no ser atrapado, para no
permanecer all.
Si volvemos al Ciclo del Contacto, puede verse que el bloqueo estaba no en
la Sensacin de donde partira la terapia Sexual tradicional- sino en el
Contacto. El discontrol eyaculatorio era, en este caso especfico, una forma
de evitar el contacto, entre otras cosas, por miedo a no poder retirarse
despus.
Estamos hablando entonces de una sobrelimitacin del contacto (Kepner,
1987, pag.176), construida como respuesta ante unos lmites que alguna
vez fueron tan permeables que lastimaron a la persona. Kepner se refiere
a cuatro funciones del lmite: conservar la diferencia, rechazar el peligro,
enfrentarse a obstculos, y elegir y apropiarse de la novedad asimilable.
(Kepner, 1987, pag.166)
Muy posiblemente, los lmites de Roberto en la relacin con mam (como
se ver ms adelante) fueron sobrepasados; como consecuencia, y
buscando justamente diferenciarse, evitar el peligro de perderse a s
mismo, tener la posibilidad de aceptar o rechazar lo nuevo, endureci sus
lmites hasta impedirse el contacto.
Al explorar juntos esta posibilidad, aparecieron otras situaciones en las
que ocurra algo similar: Roberto mencion no poder soportar que alguien
lo abrazara. En algn momento, tampoco poda abrazar. Con su pareja
reciente, haba un cambio importante: luego de la experiencia ertica poda
quedarse en la cama sin ansiedad (o con menos) e incluso abrazarla, lo
que no soportaba an era ser abrazado por ella.
Ser abrazado, penetrar vaginalmente e incluso usar pulseras, collares o
anillos era percibido como muy amenazante. Mostrar sus emociones o su
vulnerabilidad a otras personas tambin lo era. Descubrir relacin entre
todo esto, saber que sus reacciones tenan cierta direccin motiv a
Roberto a seguir explorando.

141

TRAS LA PISTA DE LOS DEMONIOS


Intent, en principio, hacer un experimento en donde Roberto viviera la
situacin de sentirse atrapado. Esperaba ingenuamente, en lugar de
trabajar con lo que hubiera aqu y ahora- que quisiera escapar y que al
hacerlo descubriramos dnde, cundo y con quin se haba sentido as.
No result as. El experimento consisti en acercarme a l despacio, desde
atrs. Que fuera percibiendo sus sensaciones y emociones ante mi
cercana, experimentando distintas distancias y si era posible, el contacto.
Por supuesto que lo vivi con mucha ansiedad, pero al menos en esa
ocasin no relacion aquello con alguna otra experiencia. Tampoco hizo
nada por evitar la cercana a pesar de la ansiedad.
Fue algn tiempo despus cuando mencion algo que me hizo figura. Si
bien no fue muy directo, si expres algo respecto a una beca a la que
renunci para no dejar sola a su mam. Le propuse trabajar justo eso: su
relacin con mam... y algo ocurri. Sent que quera evitar el tema
(evadindolo, minimizndolo), se lo reflej y respondi que efectivamente le
inquietaba mucho. Exploramos juntos esa inquietud y pronto apareci
algo: evitaba el tema porque la amaba, porque fue el hijo ms cercano a
ella, porque se sentira raro, ingrato, mal, criticndola.
Poco a poco fue delinendose uno de los demonios. Roberto no deba
criticar ni molestarse con su madre porque la amaba y le deba mucho.
Molestarse, quejarse, reclamar no eran compatibles con sentir amor y
estar agradecido. Era un introyecto.
Trabajamos los introyectos, en primer lugar, particularizando: No es
posible molestarse con alguien y al mismo tiempo amar a esa persona?,
en ningn caso? Roberto se percat de que podra haber objeciones a esa
regla: en realidad era posible amar a una persona y molestarse con ella
(de hecho, eso le pasaba con su pareja), sin embargo era ms difcil pensar
as con respecto a su madre. Poco a poco fuimos tratando de descubrir
desde cundo y de quin aprendi esa idea. Si bien no record un
momento especfico, s pudo ubicar que era su madre quien le recordaba
constantemente que debera ser agradecido, y que ante cualquier muestra
de enojo, en su niez, volva al tema.
Se dio cuenta de que al transgredir el introyecto se senta ingrato, no
sabiendo corresponder a lo recibido, un mal hijo. Intent que contactara
con sus necesidades de ese momento, sobre todo aquellas que fueran
opuestas al introyecto, tambin que distinguiera entre lo que quera y lo
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

que deba. Tuve pocos resultados, la sola idea de enojarse con mam era
muy amenazante para Roberto. Trat entonces de que se diera cuenta de
este hecho, de que se percatara de su fuerte resistencia y de para qu
resista. Decid explorar ms, y promover que me hablara de su relacin
con mam empezando por las partes ms satisfactorias para l, las ms
sencillas y las que menos le amenazaran.
Algo curioso ocurri: al pedirle que me hablara de su relacin sin criticar o
juzgar, Roberto fue capaz de decir mucho de lo que le molestaba. Se
trataba de una relacin en la que era muy clara la confluencia que vivieron
durante muchos aos. Roberto asumi que deba cuidar a la familia por
ser el mayor, al morir su padre se convirti en el hombre de la casa (otro
introyecto). Si bien, siempre fue el consentido de su madre, a partir de
aquel momento se hicieron casi inseparables. Roberto deba moverse de un
extremo de la ciudad al otro para comer con su madre. El traslado de ida y
vuelta le dejaba unos pocos minutos para descansar, pero su mam le
reclamaba si la dejaba comer sola. En muchas ocasiones volva tarde al
trabajo y lo descuidaba por hacer este viaje todos los das.
Al preguntarle qu costo tena esa forma de relacionarse no dud en
contestar: dej de aceptar trabajos que le eran importantes, renunci a
una beca que realmente deseaba y despus, a la posibilidad de vivir fuera
de la ciudad. Al profundizar ms, pudo darse cuenta de que termin
algunas relaciones de pareja por la crtica constante de su madre hacia
ellas. Y hoy, aqu y ahora, eso dola, segua doliendo.
Sin embargo, le era difcil saber lo que quera hacer con ese dolor. De
hecho, este dolor era una emocin vaga, borrosa. l mismo no tena claro
si se trataba de enojo, de tristeza, de miedo... Trabajamos entonces por
ubicar ese dolor, por conocerlo mejor y saber cmo era. Lo hicimos
utilizando tcnicas de Focusing (Gendlin, 1978). Aquel dolor (la sensacin
sentida de ese dolor) se pareca a un gran peso que provocaba, incluso,
que sus hombros y cuello estuvieran adoloridos.
Al exagerar ese peso sobre los hombros, Roberto decidi que necesitaba
dejar de cargarlo. Qu es lo que cargas?, pregunt. Responsabilidades,
obligaciones, contest l. Cmo decides cargarlas, cmo es que las sigues
cargando si pesan tanto? Y entonces descubri que no poda hacerlas a un
lado porque fallara a su mam, y an ms: que lo que cargaba era el peso
de mam.
Se trataba de un gran peso, y lo llevaba a cuestas desde haca muchos
aos. Y nunca lo dijo. Al preguntarle, acept que hubiera querido decirlo, y
que no lo hizo por amor a ella, para no lastimarla. De nuevo el introyecto,
143

pero esta vez, tambin apareca el segundo demonio: Asuntos Inconclusos.


Y muy cerca, fueron apareciendo los primeros rastros del tercer demonio...
Durante muchos aos, Roberto dej muchas cosas por su madre, y al paso
del tiempo, la exigencia de ella se hizo mayor. Construyeron una relacin
de confluencia en la que l se senta sumamente culpable si no cumpla
con las expectativas de ella, que tambin incluan el cuidar de sus
hermanos (ya adultos los dos). A partir de esta relacin y esta experiencia
aprendi algo: acercarse a alguien ntimamente, querer a alguien hasta ser
vulnerable, significaba la posibilidad de ser atrapado y renunciar a s
mismo. Y lo aprendi tan bien, que hasta aquel momento no se permita
un acercamiento profundo con alguien, ni nada que le remitiera a la
posibilidad de ser atrapado, llmese abrazo, vnculo, coito...
Quiz fue til aprender la leccin: no acercarse, no permanecer para no
dejarse atrapar. Luego, ese mismo aprendizaje se volvi una carga, y
pesaba mucho. Experiencias Obsoletas, el tercer demonio.
As, construy mecanismos que lo pusieron a salvo de esta amenaza: no
tener pareja, relacionarse con mujeres que le eran desagradables, su
armadura fsica... y el discontrol eyaculatorio.

HABLAR CON MAM Y VOLVER AL PRESENTE


El trabajo con el asunto inconcluso, lo hicimos utilizando la silla vaca.
Con dificultad y con dolor, Roberto puso a su madre en la silla. Como not
que le era muy difcil decir ciertas cosas, le suger que empezara por
decirle lo que le agradeca, lo que aprendi de ella. Esto abri el camino.
Cuando me pareci que Roberto expresaba con ms facilidad lo que senta,
le suger que le dijera tambin lo que no haba dicho.
Algo que ayud en el proceso fue pedirle que iniciara sus frases diciendo:
Te quiero mucho, y necesito decirte que... As, poco a poco pudo hablar
a su madre del dolor y el enojo por lo que perdi, de su cansancio de
cargarla durante esos aos y de su necesidad de no cargarla ms, y pudo
decirlo sin dejar de expresar su cario. Te quiero mucho y ahora dejo de
cargarte.
Con el tiempo fueron apareciendo nuevas situaciones que quedaron sin
decir, y fue necesario hacer trabajos similares, a veces usando la silla
vaca, a veces escribiendo una carta para expresar lo que qued pendiente.
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Para trabajar con la Experiencia Obsoleta hicimos diferentes cosas. En


primer lugar, valorar la forma creativa como su organismo dise una
estrategia til en aquel momento. Ver la disfuncin y los otros sntomas,
no como un enemigo, sino como una respuesta de todo su ser ante cierta
situacin.
Esto lo asombr mucho: darse cuenta que el discontrol eyaculatorio tena
relacin con otras experiencias de su vida (su relacin con las mujeres, la
ansiedad al ser abrazado, etc.) y ms an, que se trataba de una respuesta
creativa ante una amenaza.
Lo siguiente fue cuestionar la existencia de esa amenaza relacionada con
otras personas, y en especial, con una persona en concreto (Ins, su
pareja). Me habl de ella como una mujer independiente, profesionista,
inteligente, que buscaba una relacin madura, con libertad. A travs de la
silla vaca, trajo a Ins y habl con ella, le habl de su temor a ser
atrapado y a renunciar a s mismo, y fue descubriendo que Ins no era
como mam, que Ins no quera atraparlo, y que lejos de impedirle hacer
cosas, lo impulsaba a hacerlas.
Hicimos algunos experimentos en donde yo lo abrazaba durante unos
momentos hasta que l decida que era suficiente, entonces, deba
expresar su molestia o incomodidad y pedir de forma clara y asertiva lo
que necesitaba.
Durante este tiempo, Roberto haba estado trabajando con los ejercicios de
Kegel (ubicar y fortalecer msculos pubococcgeos) y con la tcnica de
Pomeroy (para controlar la eyaculacin trabajando individualmente).
Aunque hubiera sido ideal trabajar con su pareja, no pudo hacerse hasta
entonces porque ella viva en otro estado y contaban con pocos momentos
de intimidad.
A pesar de esto, ms adelante me pareci que sera muy til que realizara
algunos experimentos que combinaran el trabajo de sensibilizacin con el
de Experiencias Obsoletas. Para esto, cre que sera necesario trabajar con
su pareja a pesar de la dificultad que haba por la distancia y para contar
con tiempo y espacio. Se comprometi a hacer el experimento al menos
una vez a la semana. Consisti en usar la tcnica de Caricias y
Reconocimiento Corporal (sensate focus) desarrollada por Masters y
Johnson en 1978, y agregar a esta tcnica un experimento de darse cuenta
del aqu y el ahora (que en este caso agregaba el con quien).
La tcnica de Caricias y Reconocimiento Corporal es una experiencia
sexual estructurada, es decir, un conjunto de ejercicios que se prescriben a
145

la pareja para hacerlos en la intimidad. Consiste en explorarse y


acariciarse por turnos todo el cuerpo (yendo de menos a ms en el
transcurso de las semanas), estando ambos desnudos, con ternura y
afecto, en un ambiente plcido y tranquilo. Al final, cada uno comparte su
experiencia con el otro. La intencin es lograr una experiencia de cercana
e intimidad, ms delante de erotismo, sin la obligacin de cumplir con
ciertos parmetros de desempeo, sin la presin de obtener logros.
(Alvarez-Gayou, 1986, pag. 205)
A esta tcnica agregamos algo: durante los ejercicios, Roberto se detendra
un momento para darse cuenta de lo que haca en ese momento y con
quin estaba. Luego lo expresara en voz alta. Es decir, en algunos
momentos del ejercicio se detendra unos instantes y dira algo como: En
este momento estoy acariciando tu espalda Ins, Ins, en este momento,
siento que acaricias mi cuello.
Lo fundamental era realmente percatarse de la presencia de su pareja en
ese momento. No slo era importante lo que estaba haciendo, sino
tambin, con quin lo haca. Pretenda que este constante darse cuenta lo
hiciera consciente de la presencia de esta persona concreta que le
inspiraba confianza y seguridad, esta persona que no quera atraparlo,
esta persona que era independiente y respetaba su libertad.
No fue posible, como estaba planeado, que realizaran los ejercicios cada
semana. Propuse que cuando no fuera posible hacerlos tal y como se
sugirieron, al menos hicieran una experiencia de abrazos. Es decir, que
ella lo abrazara firmemente, l fuera consciente del aqu, ahora y con
quin, y pidiera ser soltado, de forma afectuosa, cuando lo necesitara.
A diferencia de lo que se pide en Terapia Sexual al hacer estos ejercicios
(abstinencia durante todo el proceso), yo decid no dar esta indicacin y
dejar abierta la posibilidad de que llegaran al coito cuando lo decidieran.
Solo ped que al igual que en Caricias y Reconocimiento Corporal,
Roberto hiciera consciencia de con quin estaba en ese momento. Algunos
resultados empezaron a aparecer: en esas experiencias, la eyaculacin
empez a retardarse a veces de forma muy clara.
El siguiente paso, desde mi punto de vista, sera utilizar los ejercicios para
control eyaculatorio en pareja (Semans) (Alvarez-Gayou, 1986, pag.212).
Sin embargo, la dificultad de hacerlos con la frecuencia requerida no se
dio. Decidieron esperar a su boda y a iniciar su vida juntos (en tres
semanas) para poder realizarlos ya sin problemas y tanto como fuera
necesario. Adems, los preparativos de la boda hacan imposible que nos
viramos.
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figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

Unos das despus, Roberto habl para avisarme que tenan la


oportunidad de irse a otro estado del pas a vivir. Cada vez, me dijo, tena
un mejor control de su eyaculacin, pero queran continuar el trabajo una
vez al mes. Le contest que no era posible hacerlo as lo conveniente es
trabajar una vez por semana- y los puse en contacto con un compaero
sexlogo- residente en aquel estado.
Algn tiempo despus supe que no asistieron con la persona con quien los
canalic pues consideraron que ya no era necesario por los avances que
seguan teniendo.

LA NECESIDAD DE UNA INTERVENCIN INTEGRAL


Me parece que el caso expuesto puede ejemplificar algunos aspectos
importantes del trabajo teraputico en sexualidad, en particular con las
disfunciones sexuales. Si bien, el caso se refiere a una disfuncin
especfica (discontol eyaculatorio), creo que muchos de estos elementos
son comunes al trabajo con las dems disfunciones.
1. La sexualidad no es algo que tenemos o que hacemos, es,
fundamentalmente, algo que somos. En ese sentido, a travs de la
sexualidad expresamos lo que pasa en nosotros tanto como lo
expresamos en otras reas de la vida (nuestro cuerpo o nuestros
sueos, por ejemplo). En general, somos en la sexualidad como somos
en el mundo.
2. Si al hacer Psicoterapia, hago a un lado la dimensin sexual de la
persona, no la estoy viendo de forma completa y pierdo una
informacin valiosa que me permitira intervenir de forma ms
adecuada; de la misma forma, pretender hacer terapia sexual sin
incluir los dems aspectos del ser humano, es hacerlo de forma
limitada e incompleta.
3. Las disfunciones sexuales, en la mayora de los casos, son formas
como los demonios (Introyectos, Asuntos Inconclusos, Experiencias
Obsoletas) se manifiestan. No slo esto, tambin en la disfuncin
sexual pueden manifestarse los distintos modos de evitacin del
contacto y los bloqueos en el ciclo de la experiencia.
La anorgasmia o la incompetencia erctil pueden ser una consecuencia
de introyectos, de aislamiento, de retroflexin; el vaginismo puede
147

hablarnos de un asunto inconcluso o de experiencias obsoletas; el


deseo sexual inhibido puede darse como respuesta a la confluencia; en
la preorgasmia puede haber deflexin. Atrs de cada disfuncin sexual
de origen psicognico hay un bloqueo en el ciclo del contacto.
4. El trabajo teraputico con las disfunciones sexuales se enriquece si
exploramos lo que hay ms all del sntoma, si las vemos como otra
manifestacin de lo que pasa en la persona total, sin perder de vista
los dems aspectos de su vida. As, la intervencin a partir de un
enfoque Gestltico permite trabajar con los sustentos de cada
disfuncin sexual.
5. Desde este punto de vista, hacer una terapia sexual integral supone el
manejo de conocimientos, herramientas y actitudes sin las cuales, me
parece, el trabajo sera parcial y posiblemente poco efectivo. Se
requiere entonces:
a) El manejo adecuado de una corriente psicoteraputica. En ste
trabajo me he referido a la Psicoterapia Gestltica por ser la que
conozco y por los resultados que he podido comprobar.
b) Una adecuada formacin terica acerca de la sexualidad humana
vista como una realidad multidimensional que abarca al ser humano
completo. Dentro de estos conocimientos es necesario incluir
aspectos biomdicos, psicolgicos y sociolgicos relacionados con la
sexualidad: anatoma y fisiologa, respuesta sexual humana,
disfunciones sexuales y su etiologa, orientacin sexual, expresiones
comportamentales, sexualidad en distintas edades de la vida,
enfoque de gnero, violencia sexual, transgenerismo... por
mencionar algunos de los temas ms bsicos.
c) Conocimiento terico y prctico acerca de la terapia sexual: etiologa
de las disfunciones, entrevista en sexualidad, historia clnica sexual,
deteccin, manejo de estrategias de intervencin y de tcnicas
teraputicas en sexualidad.
d) Un profundo trabajo con las propias actitudes respecto a la
sexualidad (la propia y la de los dems). Esto supone el haber
trabajado, tambin de forma vivencial, con diferentes aspectos de
nuestro ser sexual. Actitudes personales ante la enorme y
maravillosa diversidad sexual, ante las distintas orientaciones
(homo, bi o hetero), ante las diferentes expresiones comportamentales, ante la desnudez, ante el propio erotismo y el de los dems.
Me refiero a actitudes que me permitan acercarme al otro con un
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figura/fondo No. 10.

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profundo respeto y al mismo tiempo de forma clara y directa, ms


all de juicios valorativos y con una gran apertura a la vivencia
sexual del otro.
Finalmente, me parece que, en general, la formacin psicoteraputica ha
sido insuficiente en lo que respecta a la sexualidad humana. Igual que a
nivel social, la sexualidad es un tema siempre presente pero poco
conocido, atrae y espanta.
Me parece que es necesario preocuparnos y ocuparnos- ms en conocer
de este tema que seguramente est presente en muchas de las personas
que acuden a nosotros. Conocerlo para intervenir, si cuento con las
herramientas, o para canalizar, que es otra forma necesaria de ayuda.
Conocerlo, finalmente, porque al conocer ms de sexualidad, conocemos
ms de nosotros mismos.

BIBLIOGRAFA
LVAREZ-GAYOU, Juan Luis. (1986). SEXOTERAPIA INTEGRAL. Editorial
Manual Moderno. Mxico.
GENDLIN, Eugene T. (1983). FOCUSING. Editorial Mensajero. Espaa
KAPLAN, Helen S. (1975). LA NUEVA TERAPIA SEXUAL. Editorial Alianza.
KEPNER, James I. (1987). PROCESO CORPORAL. Editorial Manual
Moderno. Mxico.
NARANJO, Claudio. (1989). LA VIEJA Y NOVSIMA GESTALT. Editorial
Cuatro Vientos. Chile.

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Otoo 2001

TESTIMONIOS

EL TRABAJO GESTLTICO
CON LA SALUD - ENFERMEDAD
Mara del Amor Daz Cruz
Algunas cosas son fciles de hacer. Otras como la psicoterapia o la
facilitacin de talleres han significado para m un curso inacabable del que
s no voy a graduarme.
Quiero comentar mi experiencia acerca de uno de stos, el cual es el
curso-taller del trabajo gestltico con la salud-enfermedad (sntoma) que
se imparte en el IHPG desde hace cuatro aos gracias a la creacin de este
modelo propuesto por la Dra. Adriana Schnake y a la estructuracin del
curso por la Dra. Myriam. Muoz P.
Fue en 1997 cuando asist por primera vez al Seminario de Enfoque
Holstico de la Enfermedad con la "Nana", donde inici mi proceso de
maduracin con este modelo.
Actualmente, son diversas las maneras que utilizamos para compartir este
enfoque con los alumnos. Por supuesto que hablamos de nuestros
sntomas, revisamos lecturas que tratan de manera holstica la
salud-enfermedad, penetramos en el conocimiento del cuerpo humano de
manera terico-vivencial, se modela y practica el dilogo con el rgano
afectado.
Cuando empec a utilizar este dilogo entre el rgano sano, el afectado y el
paciente, lo haca de una manera mecnica, siguiendo los pasos al pie de
la letra; con el tiempo he aprendido a seguir mi intuicin y a desapegarme
de la expectativa y preocupacin por querer sanar a la persona que tengo
enfrente.
Ahora, cuando modelo ante el grupo o realizo una sesin teraputica en el
consultorio, siento que estoy en un ritual. Paul Rebillot menciona que un
ritual es una puerta a travs de la cual nos movemos de un mundo
ordinario a otra dimensin; es un evento donde podemos experimentar
una expansin de la conciencia que fertiliza nuestra vida cotidiana y que el
espacio donde se realiza es un templo protegido que las personas creamos
151

para escuchar "aqu suceder el misterio". Por ello, cuando entramos a


este espacio tenemos que ser capaces de volar.
Y esto es lo que sucede cuando nos entregamos al trabajo con nuestra
enfermedad, contactamos profundamente con la sabidura del rgano -su
anatoma y fisiologa- y al mismo tiempo nos damos cuenta de la analoga
psicolgica, que nos permite encontrar la proyeccin de nuestros puntos
ciegos.
Generalmente, el dilogo con un rgano afectado o no, se realiza slo una
vez, de manera que este momento teraputico es determinante.
Es una gran oportunidad para:
desestructurar introyectos acerca de una enfermedad,
prevenir una enfermedad,
conocer la sabidura de nuestro organismo,
escuchar el mensaje que nos da el sntoma,
descubrir entonces una polaridad exagerada o disminuida,
detectar nuestra pauta disfuncional bsica,
descubrir nuevos temas de trabajo teraputico, etc.
Por lo tanto, este dilogo es un camino para facilitar la curacin del
sntoma.
En fin, cada vez que termino un curso acerca de este tema, celebro
haberme permitido indagar por estos rumbos y puedo decir que,
independientemente de que se logre una mejora o curacin del sntoma de
los participantes, me quedo con la sensacin de autoconciencia e
intimidad con mis colegas, gracias a nuestros amigos los rganos y la
enfermedad, y como dira Perls: "con una experiencia de totalidad".

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EL FENMENO CHICLE BOMBA (o endulzando la


soledad del ser)
Carlos Osegueda
Msica "hip" llena mis odos al entrar a este lugar, catedral de los dulces
de todo tipo que traen hacia m los recuerdos de esos aos que se fueron;
de mi niez en la que la goma de mascar era el premio que me haca sentir
querido y aliviado. An ahora su olor a frutas llena mis pulmones con la
misma vehemencia de entonces.
Seguramente sabes de lo que estoy hablando...
Respiro profundo y de pronto voy olvidando el mundo de all fuera en
medio de una coleccin de colores de arcoiris y muecos de accin que cre
olvidados.
Loncheras de lmina, discos LP ahora convertidos en piezas de coleccin
bien pagadas, a cambio de la ilusin devuelta por un instante. Una sonrisa
se apodera de m y tal vez de mi generacin entera. Un palacio de fantasa
y evasin de la realidad. Un rato feliz.
La "Montaa de Azcar" (the Sugar Mountain), es la cadena de tiendas que
prolifera a pasos agigantados en la siempre cambiante faz de Toronto, esta
ciudad en la que vivo desde hace tres aos. Esta multiplicacin y cmo la
experimento y observo me ha llevado a reflexionar sobre lo que yo llamo el
fenmeno chicle bomba: la necesidad del individuo de encontrar un oasis
donde perderse en los recuerdos felices para seguir adelante en la
jornada.
Estas montaas de ilusin no estn dirigidas a nios. No se encuentran en
los parques de Diversiones ni junto a las escuelas, estn estratgicamente
posicionados en las zonas YUPPIES de la ciudad, donde los jvenes
profesionistas urbanos(YUPPIE = Young Urban Professional) de entre 18 y
35 aos se hacinan en caros departamentos que apenas pueden alojar
algunos muebles. La caracterstica de esta poblacin consiste en
pertenecer y sobresalir en la competencia.
El xito de las "Montaas de Azcar" est en el imn que ejercen sobre
quienes como yo, necesitan del dulce auto-regalo, de la retroflexin que
reconforte el alma en medio de la incesante jornada.
153

Dulces, tiras, pastillas, comics, chocolates con tipografas de antao,


caramelos a granel y recuerdos de series televisivas que ya no existen.
Todo por cubrir a medias una necesidad ms profunda de contacto y paz,
en va de mientras.
Pero, por qu esta proliferacin? Como latino en Canad, he sido
observador y participante de una sociedad que me llen de novedad e
intriga, y que ahora me convierte en proceso mismo de su extraa
naturaleza. Inmigrante en busca de oportunidades- y de m mismoencontr una metrpoli tan eficiente en su funcionamiento como exigente
de perfeccin y orden, de lucha y competencia por ganarle la guerra a la
soledad final, el envejecimiento y la pobreza del retiro.
Encontr luz y sombra de una sociedad progresista, donde las polaridades
son mas obvias, menos cuidadas de la luz pblica que en Mxico; o tal vez
son slo diferentes y por eso ms evidentes para m. Eficiencia, bienestar,
bosques impecables y la calificacin de la ONU como mejor pas del mundo
para vivir.
S, y droga y violencia cada vez ms comn entre jvenes; progreso y
ancianos abandonados, gente que muere bajo la nieve cada invierno en
resistencia a "vivir en sociedad", xito y fracaso, virtud y oscuridad, paz y
violencia, bienes y pobreza. Una sociedad polar sin duda, en la que los
valores no aceptados son proyectados sobre grupos minoritarios, por raza,
orientacin sexual o fsica, para expiar las culpas de una sociedad que no
puede parar, ni mirar atrs, hacia su lado flaco; a los pobres. Los que en
palabras de Teresa de Calcuta, carecen de polos de atraccin.
As la lucha diaria es por no caer en ese grupo carente de atraccin. Y la
lucha empieza temprano. Esta ciudad madura a sus jvenes con un
crecimiento acelerado, para dejarlos en la soledad de sus obligaciones y la
dificultad del encuentro, del contacto saludable. A los hroes de aqu se les
impulsa a salir del hogar a los 18 aos o antes, con una espada que
habrn de usar en cada lucha y adiestrarse en su manejo, con un corazn
hambriento de amor y de encuentro verdadero consigo mismo y con un ser
superior - en el que posiblemente no creen como una opcin real. Al igual
que Parsifal, el hroe del mito medieval que debe volver la salud a su Rey y
a su reino, entran a la lucha empujados slo por sus recuerdos de
felicidad, de la niez.
En las luchas van siendo heridos, a veces en el corazn, saben que
necesitan curacin y reposo pero no cmo encontrarlos debido a la
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Otoo 2001

dificultad de establecer contacto con sus autnticas necesidades. Pocos


han sido entrenados para ello.
No puedo decir que este proceso sea exclusivo de esta sociedad. Con
seguridad tambin ocurre en Mxico y todos hemos sido testigos. Tal vez
sea la distancia y los ojos frescos los que me han hecho descubrir en esto
algo nuevo y cuestionante, al menos en mi experiencia, como muestra de
las implicaciones del cambio a ncleos ms urbanos, ms vidos de bienes
materiales y de eficiencia y progreso.
As, esta ciudad va creando su propia historia de hroes, que buscan
refugio y el elixir de la curacin en montaas de azcar que sirvan como
oasis para poder seguir adelante. El chicle bomba devuelve la ilusin de la
vida dulce y la infancia despreocupada, aunque slo dure lo mismo que el
tutti-fruti de la goma de mascar o el azul-blanco del pirul.
Bueno o malo, no lo s. Veo su utilidad en lo cotidiano, en el fondo intuyo
la deflexin de la necesidad verdadera, escape del contacto real. Ken
Wilber y su teora transpersonal diran que ah, en la regresin, no est
Atman(la conciencia superior universal, Dios para algunos), ah est un
sustituto de Atman. No estn el encuentro con el universo, ni el contacto
con el profundo yo o la conciencia superior. Para bien o para mal, la
montaa de azcar es slo remanso de paz momentnea y fantasa para
seguir adelante.
Cada vez que veo el horizonte de Toronto, en el que hoy las montaas de
azcar conviven con los rascacielos - nuevos castillos de poder -, y de la
soledad que se arrastra por el suelo, no puedo dejar de pensar en la
necesidad que yo he sentido, y que s que mucha gente tiene, de hacer
contacto con mi verdadero yo, con mi historia personal en el mundo, mi
propio mito y mi propio sentido para llegar a Atman. De brincar de la
fantasa regresiva del dulce, a la evolucin madura de mi ser. Ms que
nunca comprendo la importancia de la terapia como parte del proceso de
curacin, no slo de los individuos sino de las sociedades. He
experimentado cmo los principios gestlticos para facilitar el contacto son
cruciales para cerrar crculos abiertos y satisfacer necesidades de una
manera saludable; cmo el enfoque de Jung para identificar el mito
personal a travs de sueos, fantasas y smbolos es una gran ayuda en el
camino del hroe; y sobre todo, cmo el contacto humano en la relacin
teraputica es lo que cataliza la curacin de las heridas que todos
llevamos.
Mientras ms veo el hoy de Toronto, ms encuentro el maana de Mxico.
Veinte aos, tal vez treinta, y veremos all lo mismo que sucede aqu.
155

Ms experimento mi camino y ms me doy cuenta de que, si no queremos


ver las polaridades que aqu ocurren hoy, hay mucho que hacer desde lo
pequeo, desde el trabajo con el individuo, desde mi trabajo personal para
asegurar que nuestra sociedad evolucione psicolgicamente de la manera
ms sana posible, donde los individuos no se pierdan en la lucha y en el
miedo a la soledad, sino que crezcan en contacto con sus necesidades
reales y autnticas. Creo que ese es el regalo que he encontrado, entre
muchos otros, en esta jornada que habr de cerrarse con mi vuelta a casa.
Montaas u oasis, montaas o desiertos, montaas o puentes. El dulce en
los dientes y el polvo de azcar en las manos. Chicle bomba, que hoy me
permite encontrarme con mi niez, para encontrar mi fantasa y mi mito,
para seguir el camino y encontrar el elixir verdadero que cura el corazn y
regala vida.

156

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

RESEAS BIBLIOGRFICAS
AMARSE CON LOS OJOS ABIERTOS
BUCAY, Jorge y SALINAS, Silvia. (2000). AMARSE CON LOS OJOS
ABIERTOS. Editorial Ocano de Mxico.
De lectura rpida, comprensible e interesante Amarse con los ojos
abiertos es un libro que atrapa, resulta muy difcil soltarlo o leerlo
lentamente.
La historia de Roberto, su computadora y algunos e-mails que lo llevan a
enamorarse de una mujer desconocida, tan creble en esta poca
electrnica, es una ingeniosa novela con suspenso y un final diferente e
inesperado; es literatura amena.
Segura estoy de que Jorge Bucay y Silvia Salinas son expertos en el tema y
en este libro no dejan cabos sueltos; hablan de los problemas en las
relaciones de pareja, del enamoramiento, el amor, la sexualidad, la
identidad, la proyeccin.
El primer punto es tomar conciencia de que las dificultades son parte
integral del camino del amor y dejar de lado la fantasa de la pareja ideal.
El mejor, el ms preciso y cruel de los espejos es la relacin de pareja:
nico vnculo donde pueden reflejarse de cerca los peores y los mejores
aspectos.
La propuesta es corregir la propia vida sin esperar que nadie lo haga por
uno y no intentar resolverle la vida al otro.
Jorge y Silvia hablan de que, cuando nos ponemos en pareja, los viejos
dolores aparecen y culpamos al compaero, que el nio herido es como un
agujero negro que chupa todo, llenando de dolor nuestra vida y si le damos
un espacio a este nio para que exprese su dolor y su enojo, empieza a
crecer y deja de interferir en nuestras relaciones ntimas.
Algo que aprend en este libro es la importancia de darnos, en nuestra
relacin, el espacio de dolor y la confusin que aparecen cuando
desarmamos nuestra estrategia antifrustracin; por otra parte lo
importante que es aceptar y respetar el ritmo del otro.
157

El tema de los celos no poda quedar fuera, lo consideran un sntoma


neurtico, una expresin de nuestro aspecto obscuro.
Nos da miedo entragarnos al otro, necesitamos protegernos contra los dos
monstruos: el rechazo y el abandono.
Encontr tambin consejos muy valiosos como:
Aceptarnos a nosotros mismos.
Aprender a escuchar.
Tener un proyecto de vida.
Estar en el aqu y el ahora.
Resolver nuestros cuestionamientos personales. Nadie puede hacerlo
por nosotros. Cul es el sentido que quiero dar a mi vida? Qu me
gusta? Cmo quiero divertirme?
As podemos encontrar a alguien que no interfiera en el camino de nuestra
vida sino un compaero que nos nutra y se nutra con nosotros. Por qu
no intentar encontrar otro entero en vez de conformarse con uno por la
mitad?.
Amarse con los ojos abiertos es un buen libro escrito con sencillez por
Jorge Bucay y Silvia Salinas, psicoterapeutas gestaltistas, y prologado por
Adriana Schnake (Nana). Puede ser muy til a cualquier persona no slo a
los psicoterapeutas, aunque se habla de psicoterapia, pacientes y
terapeutas, la verdad es que todos los seres humanos que tenemos
relacin de pareja nos vemos involucrados de una u otra forma en los
problemas que se tratan en este libro, as pues la lectura de ste puede ser
de gran ayuda para todos, basta ponerse a pensar un momento y darse
cuenta de nuestra manera de actuar en la relacin de pareja.
Jorge y Silvia, con un bien ganado prestigio como psicoterapeutas,
consiguen transmitirnos estas valiosas enseanzas en forma de novela,
por dems interesante y llena de suspenso.
Otros libros de Jorge Bucay son: Cartas para Claudia, Cuentos para
Pensar, Recuentos para Damin, De la Autoestima al Egosmo.

Yolanda Falcn Flores

158

figura/fondo No. 10.

Otoo 2001

CONTACTO & RELACIN EN PSICOTERAPIA


ROBINE, Jean Marie. (1999). CONTACTO & RELACIN EN PSICOTERAPIA.
Reflexiones sobre Terapia Gestalt. Cuatro Vientos. Chile.
Qu importancia tiene para nosotros como maestros, alumnos y
practicantes de la psicoterapia Gestalt ir a los orgenes de la teora y leer o
estudiar el libro Gestalt Therapy de PerIs, Hefferline y Goodman?
Gestalt Therapy ha sido llamado la biblia de la Gestalt en una variedad
muy grande de tonos, infirindole por un lado muchsima importancia
como la base terica que sustenta el quehacer de la psicoterapia Gestalt, y
por otro lado, en un tono un poco burln, considerndolo un primer (y
deficiente) intento de presentar y definir una teora novedosa y
experimental, que ha encontrado mayor expresin en autores ms
recientes.
El libro es, ciertamente, de difcil comprensin y lectura (adems de que no
est traducido al espaol), pero tambin es cierto que es casi imposible
encontrar algn libro acerca de la teora de la terapia Gestalt que no haga
referencia a, o cite, el PHG, llegando en ocasiones a utilizar una misma
referencia para sostener y demostrar puntos de vista completamente
divergentes.
Jean Marie Robine, Director del Instituto Francs de Terapia Gestalt de
Burdeos, Francia, en su libro Contacto y Relacin en la Psicoterapia,
comparte su reflexin terica profunda, producto de no una, sino muchas
lecturas de PHG y una exploracin de las fuentes y orgenes de lo que ha
ido dando forma a la terapia Gestalt, sealada por Robine como el
Prototipo de la terapia del maana (pg. l).
La lectura que hace Robine de la teora es comprometida, polmica y
amplificadora. Ahonda y descubre nuevas perspectivas que lo llevan a
nuevas conclusiones y nuevas consecuencias en el quehacer teraputico.
Acompaarlo en este recorrido incita a volver a las fuentes, provistas ahora
de brillo, de movimiento y de novedad.
Adentrarse en este retador pensamiento es una invitacin a reconsiderar lo
que hacemos como terapeutas, a encontrarle nuevos significados,
estirando la mente, cambiando la manera en que acomodamos los
159

conceptos que pensbamos que conocamos y sutilmente modificando la


relacin con nuestros pacientes y la manera cotidiana de trabajar.
Robine se adentra en Gestalt Therapy, lo desmonta, persigue ideas y
rastrea sus orgenes, decifrando intenciones con una inteligencia aguda,
atrevida y novedosa o sea, gestltica, e invita al lector a hacer su propio
recorrido por el pensamiento de Perls y de Goodman, acompaado por esta
visin esclarecedora. Resultan ser entonces, dos los libros que hay que
leer:
PERLS, HEFFERLINE and GOODMAN (1951). GESTALT THERAPY,
EXCITEMENT AND GROWTH IN THE HUMAN PERSONALITY. The Julian
Press, Inc. New York.
Anita Duck1es

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