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Otoo 2001
NDICE
EDITORIAL
ENCUENTRO GESTLTICO
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TESTIMONIOS
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RESEAS BIBLIOGRFICAS
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AMARSE CON LOS OJOS ABIERTOS. Jorge Bucay. Por Yolanda Falcn.
CONTACTO & RELACIN EN PSICOTERAPIA. Jean Marie R. Por Ann Duckles.
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LA GLOBALIZACIN EN LA PSICOTERAPIA O QU
NO ES GESTALT
Myriam Muoz Polit
(*)
INTRODUCCIN
En los ltimos aos he tenido la oportunidad de viajar y de estar en
contacto con colegas y alumnos de muchos lugares, intercambiando ideas,
vindolos trabajar y en general percatndome de cules son las diversas
maneras de concebir a la Psicoterapia Gestalt, tanto a un nivel terico
como prctico. Al ir haciendo este recorrido, comenc con la suposicin de
que la Psicoterapia Gestalt estaba unificada y que las diversas escuelas e
instituciones que la ensean y practican, tendran una concepcin y una
aplicacin bastante parecida. Desgraciadamente no es as.
Parecera que bajo el nombre de Psicoterapia Gestalt (PG) ocurren cosas no
slo diversas, que tal vez estara muy bien que sucediesen bajo otro
nombre, sino tambin cosas absolutamente contradictorias y en muchos
casos hasta opuestas a lo que tericamente se concibe como Psicoterapia
Gestalt en los libros de texto de la misma.
En nombre de la PG he visto hacer Programacin Neurolingstica,
Psicoanlisis, Terapia Racional Emotiva, Bioenergtica, etc. He visto
inducir, provocar, manipular, violentar, imponer y no he visto respetar,
empatizar, aceptar, acompaar.
En este momento siento la urgente necesidad de decir en voz alta lo que
veo pues amo a la Psicoterapia Gestalt y los valores que ella representa y
me preocupa mucho que se le llame Gestalt a casi cualquier cosa. Veo el
nombre de la Psicoterapia Gestalt asociada a enfoques y mtodos
psicoteraputicos que tienen poco o nada en comn con ella, resultando
grotesca y antagnica su asociacin.
(*) Myriam Muoz Polit. Fundadora y Directora General del Inst. Humanista de
Psicoterapia Gestalt. Dedicada desde hace 26 aos a la docencia y la psicoterapia
individual y grupal. Sus temas de inters son los sentimientos, los sntomas, los sueos,
el nuevo paradigma cientfico, la psicoterapia comunitaria y todo lo que tiene que ver con
el entrenamiento de profesionales de la Psicoterapia Gestalt. Co-fundadora de la revista
figura-fondo.
LA GLOBALIZACIN PSICOTERAPUTICA
Parece que hay una tendencia general a una especie de globalizacin
psicoteraputica en donde, como sea, hay que evitar y evadir las
diferencias. Parece un nuevo tipo de pecado el no unirse, el no
homogeneizarse; pero si esto ocurre y perdemos nuestra diferencia con las
otras corrientes y aplicaciones psicoteraputicas, perdemos la posibilidad
del autentico contacto, de asimilar lo que nos es digerible de los otros
enfoques y de rechazar lo que es contradictorio y nos hace perder
originalidad.
Hay muchas escuelas que tienen un fundamento filosfico acerca del ser
humano que es opuesto y no compatible con la PG, como todas aquellas
que son deterministas o mecanicistas, que ven al ser humano como
intrnsecamente destructivo o como totalmente a merced del medio
ambiente.
No es que rechacemos lo que otros enfoques han aportado, pero no
podemos tragarnos todo lo que afirman, especialmente cuando en sus
afirmaciones implcitamente tienen una concepcin del ser humano
opuesta al humanismo. El grave problema es que con este eclecticismo que
ha surgido de un pragmatismo tan avalado por los psiclogos de Estados
Unidos, es fcil que se provoque confusin en los profesionales que se
contagian de esa sed de soluciones rpidas y con ello una prdida de
identidad con el enfoque psicoteraputico que se pretende aplicar; es por
ello importante que los tericos de la PG, y las escuelas donde se prepara a
sus profesionales, se ocupen de mantener, aclarar y enfatizar los
principios tericos y metodolgicos en los cuales est fundamentada.
Esta tendencia hacia un eclecticismo me parece una forma muy elegante
de llamar a la confluencia y a la introyeccin; creo que lo que promueve es
la formacin de profesionales con poca o nada de congruencia interna,
incongruencia filosfica, de marcos tericos y de aplicacin.
Si nuestra concepcin del ser humano es una concepcin humanista, la
primera pregunta que nos tenemos que hacer es qu es ser humanista?
Esto est ampliamente escrito, Carl Rogers lo ha descrito con una gran
claridad, lo mismo que Maslow, May y muchos otros de los grandes
tericos de la Tercera Fuerza, de la Psicologa Humanista. Ser humanista
no es estar abierto a todo y aceptarlo pasivamente, es estar abierto a la
novedad, pero de una forma activa y crtica. Busca aceptar, pero no
implica aprobar todo. Es estar abierto pero tener filtros. Implica que antes
de tragarnos algo hay que desestructurarlo para poderlo asimilar.
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ELEMENTOS
CONSTITUTIVOS
PSICOTERAPUTICO
DE
UN
ENFOQUE
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CONCLUSIONES
1. Muchas instituciones que forman profesionales y pretenden ensear
Psicoterapia Gestalt y muchos de los psicoterapeutas que se auto
nombran como gestlticos no necesariamente lo son, especialmente a
un nivel actitudinal y prctico.
2. Hace falta una clarificacin y reflexin ms profunda tanto en la
produccin escrita, como en la supervisin de la prctica del modelo
terico y experiencial, respectivamente, de la PG. Especialmente en las
escuelas e institutos de formacin.
3. Hay que tener cuidado con los intentos de integracin con otros
enfoques que por cuestiones filosficas de tipo valoral y tico son
incompatibles con la PG.
4. La PG es naturalmente compatible con los enfoques tericos y
psicoteraputicos que han surgido de la Psicologa Humanista, y habra
que ser cuestionadores y crticos para valorar en que s y en que no se
es compatible con los enfoques que provienen de la primera y de la
segunda fuerza de la Psicologa.
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(*) Paco Pearrubia. Psiclogo. Psicoterapeuta. Director del CIPARH. C/Corredera Baja
de S. Pablo, 53 1 Centro. 28004. Madrid. (91) 532 61 41
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GESTALT EN GRUPO
En la tradicin gestltica contamos con dos modelos bsicamente: uno
viene del psicoanlisis, lo encarna Perls (a quin Claudio Naranjo define,
entre otras cosas, como un neofreudiano) y al que, como dije antes,
podramos denominar "gestalt en grupo".
En su poca californiana Perls haba abandonado la terapia individual y
enfatizaba la eficacia del encuadre de tipo grupal sobre el individual
porque actuaba de manera ms contundente en las resistencias del
paciente. Algo as como que el individuo puede defenderse mejor de las
intervenciones del terapeuta individual (cuando ste frustra las evitaciones
de su paciente e intenta confrontarlo con su falsedad) pensando, por
ejemplo, que son "cosas del terapeuta". Esto mismo difcilmente ocurrir
en grupo: no se puede descalificar lo que estn viendo docenas de ojos que
coinciden en sealar los juegos neurticos del individuo que trabaja en ese
momento en el centro del grupo.
Perls trabajaba habitualmente as, en una especie de sesin individual
ante el grupo, utilizando a ste como una comparsa muy especial, puesto
que se converta en un resonador energtico del trabajo que se estaba
desarrollando en el centro. Algunos conciben este estilo heredado de Perls
y habitual entre los gestaltistas, como una prolongacin de la personalidad
autoritaria de su creador, que conllevara un cierto desprecio de los
recursos del grupo.
No comparto esta crtica, y cualquiera que haya experimentado esta
manera de trabajar en grupo coincidir en que los niveles de implicacin,
de compromiso y de autenticidad que se dan en esa "sesin", son
netamente superiores a la sesin individual, posiblemente por la magia de
ese "aqu y ahora", que es la condicin de la filosofa existencial: el
individuo en un contexto irrepetible y puntual, o dicho en trminos de la
Teora de la Gestalt o Psicologa de la forma: el grupo como fondo y el
paciente/terapeuta como figura o primer plano.
Y recordemos que fondo y figura son inseparables en lo que respecta a la
percepcin.
Es cierto que Perls, que tanto insisti en la autorregulacin organsmica
como sinnimo de la salud personal, no tena la fe de Rogers en la
autorregulacin del propio grupo, al que bastaba "dejar ser" para que se
convirtiera en un agente curativo, ms all de la figura de conocimiento o
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Descubri que:
"Invariablemente los grupos exhibieron la mayor participacin
personal en el laboratorio de terapia gestltica, pese a que la
mayor parte del tiempo eran espectadores ms que participantes
en interaccin. La observacin del dilogo dramtico teraputico
tena mayor repercusin que la interaccin personal" (Cohn, 1973.
Pgs. 135-143)
GESTALT DE GRUPO
El otro estilo gestltico de trabajo grupal procede de la Psicologa de la
Forma y se encarna en el modelo de Cleveland.1
Laura Perls conoca bastante mejor que Fritz las teoras de la Psicologa de
la Gestalt o de la forma, uno de cuyos postulados bsicos es que "el todo
es ms que la suma de las partes". Parecera una consecuencia lgica
aplicar este principio al grupo, cosa que Fritz no hizo, pero que s han
desarrollado Laura y la escuela de Cleveland en un modelo concreto que
formul Elaine Kepner, en los aos 70 (Kepner, 1980). Aqu al grupo se le
mira con una doble atencin: enfocando el desarrollo de los individuos en
el grupo e, ininterrumpidamente, el desarrollo del grupo como un sistema
social. Es una sntesis entre la gestalt individual y la dinmica de grupos
lewiniana. Este modelo afirma que el grupo pasa por cuatro fases
denominadas: fase de Identidad (que remitira a la pseudoidentidad o
dependencia), fase de Influencia (que alude a los fenmenos de autoridad,
normas, etctera y nos remitira a la contradependencia), fase de Intimidad
(que alude a las interacciones grupales, a la interdependencia) y por ltimo
la fase de Cierre (que alude a la recogida de la experiencia).
Este modelo resuena inevitablemente con el enfoque grupo-analtico de
Foulkes que, como ya dije, analiza simultneamente al individuo y al
grupo, y quien hace el anlisis es el propio grupo, al que como uno ms,
pero con caractersticas distintas, pertenece el terapeuta como miembro.
Personalmente prefiero el esquema foulkiano, es ms, me parece que es el
modelo "gestltico" por excelencia segn la Psicologa de la Forma. Si
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alguna deuda tiene la Terapia Gestalt con dicha Psicologa (en el caso de
Fritz, desde luego que ninguna).
Foulkes sera la lnea ms directa en lo que se refiere a grupos. Foulkes,
que era alemn aunque desarroll sus teoras grupales en Inglaterra,
colabor estrechamente con Kurt Goldstein adscrito a la escuela de la
gestalt, con quien tambin trabaj Fritz Perls en Frankfurt, siendo su
ayudante de 1926 a 1927. Siguiendo con las coincidencias, diremos que
Foulkes se analiz con Helena Deutsch, que tambin fue la supervisora de
los primeros pacientes de Perls en Viena.
El abordaje de Foulkes representa una excelente sntesis del psicoanlisis
y la dinmica de grupos (Foulkes sigui con inters los estudios de Lewin
en Amrica, otra rama de aquella Psicologa de la Gestalt, dedicada ahora
a la investigacin de la dinmica de los grupos pequeos). El modelo
foulkiano recoge la tradicin analtica respecto al grupo, es decir, un
especial nfasis en la comprensin de los fenmenos respecto a la
autoridad, cosa que apunt Freud y desarroll Bion. A su vez, el terapeuta
como un miembro ms del grupo resuena con el enfoque rogeriano y apoya
el poder teraputico del propio grupo. Su modelo alude a cuatro fases de la
historia del grupo, encadenadas en una secuencia: Conformidad-AutoridadDependencia-Cambio, pudiendo primar cualquiera de estas fases en
cualquier momento del grupo.
La Conformidad recoge aquello que Kepner llama "identidad", es decir, los
fenmenos grupales que surgen de la tensin de adecuacin del individuo
a las normas y cultura del grupo. Autoridad que refleja tanto las relaciones
con la autoridad instituida (el terapeuta) como el propio poder personal
que va desarrollndose a lo largo de la historia del grupo. Dependencia,
que seala los fenmenos de rebelda y de frustracin de expectativas
depositadas en un terapeuta omnipotente y por ltimo los procesos de
maduracin que recoge la fase de Cambio.
Como explicacin de los fenmenos grupales, que son el resultado de la
dinmica de los individuos y del grupo, me resulta ms sugerente la
formulacin de Foulkes que la de Kepner, en parte porque actualiza y
recoge la literatura psicolgica tradicional sobre grupos y en parte porque
sintetiza coherentemente los aportes de la Psicologa de la Gestalt, de la
Dinmica de Grupos de Lewin, del Psicoanlisis e incluso de la Sociologa:
en los aos de Foulkes en Frankfurt, el Instituto Psicoanaltico comparta
el edificio (e incluso actividades comunes) con el instituto de Sociologa o
Escuela de Frankfurt que nutri a pensadores de la talla de Adorno, y W.
Benjamn. En uno de los pocos textos castellanos sobre grupos y Gestalt,
Marta Atienza (Atienza, 1987) resuena con Foulkes cuando alude a que la
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GESTALT GRUPAL
Segn vamos viendo, en terapia gestalt se trabaja con grupos de muy
diversas maneras, casi siempre en funcin del estilo personal del
terapeuta.
Puede ser una sucesin de trabajos individuales (a la manera clsica de
Perls). Pueden ser propuestas de trabajo en subgrupos (parejas, tradas...)
dirigidos a la exploracin del aqu y ahora o a la indagacin de asuntos
inconclusos de cada persona; Claudio Naranjo (1990) ha desarrollado
eminentemente esta especialidad, entre otras, como una forma de
autoterapia o terapia autogestionada dentro del grupo, transmitiendo una
profunda fe en el valor curativo de la interaccin relacional, en un clima de
transparencia y confianza y donde el terpeuta es ms un "supervisor" de
las tareas del subgrupo, ya que son los propios miembros, quienes se
acompaan, aportando su presencia y su escucha ms neutra, sin juegos
"sociales" o manipulatorios.
Pueden ser ejercicios propuestos al grupo (fantasas dirigidas, juegos, etc.)
cuya capacidad movilizadora suscite material para trabajar despus
individualmente (Castanedo, 1990. Pgs. 127,184) adoptando aqu el
terapeuta, un rol ms activo y apriorstico.
Mi forma caracterstica de trabajar con grupos ha ido cambiando con el
tiempo. En la actualidad podra definirla como una polaridad entre no
directividad e intervencin, con lo que cada uno de estos aspectos
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conlleva.
A. Desde la No-Directividad atiendo especialmente a lo que el grupo
expresa de muy diferentes maneras: verbal y gestualmente, en la
distribucin del espacio, en el sentido, en el silencio, en el tono de la
voz, en el cdigo del lenguaje (personal e impersonal, etc.). Esta
escucha actitudinalmente neutra, que significa algo ms que atencin
flotante freudiana o la empata rogeriana, y que en gestalt podra
traducirse por presencia completa, considero que es la cualidad bsica
del buen terapeuta y que permite la comprensin del grupo o del
paciente como si de un libro abierto se tratara.
A esta escucha le dedico el tiempo inicial (que pueden ser horas si se
trata de un grupo intensivo al estilo de taller de fin de semana) que
durar ms o menos en funcin del material que aparezca y de mi
propia habilidad para captarlo. En estas secuencias no directivas
suelen emerger los fenmenos de grupo que han recogido todos los
modelos clsicos: Bion, Foulkes, Lewin, Bales, etc., y que creo que el
esquema de Bennis y Shepard (Bennis y Shepard, 1956. Pgs. 415-437)
aglutina en forma abarcadora y comprehensiva este esquema, que me
parece uno de los mapas ms tiles, con tal de que no confundamos al
mapa con el territorio, viene a decir, en sntesis, que el proceso de un
grupo tiene dos ciclos o fases por las que pasa.
La primera tiene que ver con lo que llaman Dependencia y se refiere a
todos los asuntos con la autoridad. La segunda, denominada
Interdependencia, tiene que ver con los asuntos de intimidad entre los
miembros del grupo. Es como si la lnea vertical que inaugur Freud al
hablar de que la psicologa del grupo atae a la identificacin de cada
miembro con el padre-terapeuta, y que desarroll Bion a travs de sus
supuestos bsicos de Dependencia, Lucha-Fuga y Emparejamiento, (por
no repetir lo que tanto Foulkes como Kepner sealan al respecto, aqu se
combinara con la lnea horizontal que atae a los vnculos afectivos entre
los propios componentes del grupo.
Estos dos ejes, vertical y horizontal, van a definir el proceso del grupo, es
decir, su resolucin de los conflictos de poder por un lado y los del amor
por otro. Lo que Bennis y Shepard afirman, y mi experiencia en grupos lo
corrobora, es que hasta que no se resuelvan los conflictos con la autoridad
(fase de Dependencia) no afloran en el proceso grupal los fenmenos ms
claramente afectivos (fase de interdependencia).
Este mapa explica la evolucin de cada fase en trminos dialcticos:
situacin de partida, desequilibrio-conflicto y solucin o nueva situacin
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Miembros
FASE: Interdependencia
Subfase 1:
Encantamiento-Huda
Subfase 2:
Desencanto-Lucha
Subfase 3:
Solucin- Consenso
Miembros
Dependientes
Contradependientes
Independientes
FENMENOS
DE
AUTORIDAD-PODER
Sobrepersonales
Contrapersonales
Personales
FENMENOS
DE
INTIMIDAD-AMOR
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ZINKER, J. (1977). THE CREATIVE PROCESS IN GESTALT THERAPY. New
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LA NECESIDAD DE UN DIAGNSTICO
Toda psicoterapia supone en los primeros encuentros el logro de dos metas
fundamentales:
1. La construccin de un vnculo entre el consultante y el consultado.
2. La elaboracin de un diagnstico.
En Psicoterapia Gestltica la construccin del vnculo remite a lo que Martin
Buber llam encuentro, dilogo Yo-T, o dilogo existencial. (Buber,
1956).Tan fundamental es este tipo de relacionamiento, que Gary Yontef ha
llegado a afirmar que el dilogo Yo-T es a la terapia gestltica lo que la
Neurosis de Transferencia es para el psicoanlisis. (Yontef, 1995, pag191)
Slo cuando los dos procesos mencionados han podido llevarse adelante,
estamos en condiciones de iniciar una tarea orientada al cambio1
psicoteraputico. Sin embargo, si bien el dilogo Yo-T ha sido
histricamente central en la tradicin gestltica, la elaboracin de un
diagnstico, ha sido siempre un tema conflictivo.
Millon recuerda una frase de Sartre, cada vez que me pones una etiqueta,
me derrotas (Millon, 1998, pag.6). Sartre denuncia desde el
existencialismo la forma en que se exaltan los esquemas diagnsticos,
destaca la idea de que un diagnstico es una forma de privilegiar la
Utilizo la palabra cambio en un sentido amplio, consciente de las distintas acepciones
que para cada terapeuta pueda tener (modificacin de determinadas conductas,
crecimiento personal, o al decir de A. Beisser la tarea de convertirse en lo que uno es.)
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elstica, ofrecen una visin til y una forma de obviar caminos vagos e
imprecisos que a veces alargan innecesariamente los tiempos de una
terapia.
Planteada esta toma de posicin la pregunta que surge inmediatamente es:
qu modelo diagnstico es el ms til en nuestra tarea psicoteraputica?
Me he permitido diferenciar tres grandes formas diagnsticas
El diagnstico situacional
El diagnstico clnico
El diagnstico de estilo o trastorno de personalidad
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POLO DEL
PLACER
POLO DEL
DOLOR
TIPO DE
REFUERZO
COMO
OBTENERLO
DNDE
OBTENERLO
CONFIANZA EN
LOS DEMS
POLO DE LA
PASIVIDAD
POLO
ACTIVO
POLO DEL
S MISMO
POLO DE
LOS OTROS
CONFIANZA EN
S MISMO
ASIMILACIN DEL
PAPEL SEXUAL
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POLO DEL
DOLOR
POLO DE LA
PASIVIDAD
POLO DE LA
ACTIVIDAD
POLO DEL
S MISMO
POLO DE
LOS OTROS
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GRUPO
III:
PERSONALIDADES
INTRAPSQUICOS
CON
CONFLICTOS
POLO DEL
DOLOR
POLO DE LA
PASIVIDAD
PPOLO DE LA
ACTIVIDAD
POLO DEL
S MISMO
POLO DE
LOS OTROS
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Este es un claro ejemplo de un par polar en conflicto. La tarea con Ins fue
un clsico trabajo gestltico de conexin con su cuerpo (sus necesidades y
emociones) y trabajar fuertemente el conflicto entre sus necesidades y la
tendencia a cumplir el deseo de los otros.
A medida que este conflicto fue trabajndose las polaridades placer-dolor y
pasivo-activo fueron lentamente acomodndose. Ins fue realizando un
lento pero importante viraje hacia el reconocimiento de su s mismo y de la
aceptacin de su cuerpo.
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BIBLIOGRAFA
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Cuatro Vientos. Santiago de Chile.
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EL
ENAMORAMIENTO
TERAPUTICA
EN
LA
RELACIN
AGRADECIMIENTOS
Este artculo naci a raz de la sincera declaracin de un cliente
enamorado, lo que motiv en m esta investigacin. Quiero dejar manifiesto
agradecimiento a l por su honestidad y fortaleza.
Por otro lado, este trabajo no hubiera sido posible sin la colaboracin de
todos los terapeutas a los que acud con mis preguntas que, no slo me
brindaron su tiempo, sino su confianza y apertura en las revelaciones
ntimas de sus experiencias en el campo de la relacin teraputica. Sus
aportaciones me han permitido realizar una aproximacin a la realidad del
fenmeno del enamoramiento en la relacin teraputica. Mi ms sincero
agradecimiento a todos ellos.
INTRODUCCIN
En la sptima sesin de nuestros encuentros teraputicos, T.S., de treinta
y nueve aos, me declar casi al finalizar el tiempo:
(*) Mara Beln Bordes. Licenciada en Medicina y Ciruga por la Universidad Autnoma
de Barcelona. Psicoterapeuta del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt.
Especialidad en Sntomas.
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Es como un animal salvaje que nos arrastra y nos obliga a sentir. Es algo
que va contra el juicio o la razn, contra la propia voluntad o el control. El
enamoramiento aparece, nos captura. Domesticarlo sera desaparecerlo,
transformarlo en amor cotidiano. El enamoramiento no forma parte de la
estabilidad.
La vida adquiere una intensidad que nos eleva ms all de la experiencia
ordinaria. Y esta misma intensidad se vive en la polaridad. Es un estado
de polaridad entre xtasis y tormento. Enamorados nos sentimos esclavos
y prisioneros de nuestro amor, y sin embargo, al mismo tiempo, libres,
extasiados y felices. Sufrimos y nos atormentamos, pero lo ltimo que
quisiramos es renunciar a nuestro amor.
Estar enamorado es vivir en el mundo de la ilusin. De este modo lo
describe Thomas Moore en su conocido libro El cuidado del Alma:
Estar enamorado es estar en pleno juego, estar dominado por ilusiones. Nos
engaamos para que el alma pueda crear algo con la materia de nuestras
emociones y fantasas. ( Moore, 1993, pg 116)
Tambin seala el mismo autor que el enamoramiento es un estado del
alma que despierta la imaginacin.
Quiz necesitemos que el amor nos cure de nuestro apego a una vida sin
fantasa. Tal vez una funcin del amor sea curarnos de la anemia que sufre
nuestra imaginacin, de una vida desprovista de ataduras romnticas y
abandonada a la razn... ( Moore,1993, pg. 117)
Enamoramiento y Eros
Por ltimo, para terminar este intento de definir el enamoramiento
quisiera aadir la aportacin que hace Carol Pearson acerca del arquetipo
del Amante -entendiendo por arquetipos las diferentes energas o facetas
del alma que expresan nuestro ser en el mundo-. Cuando nos
enamoramos, la energa del amante se hace presente y activa en nuestra
vida. Este arquetipo est gobernado por Eros. Cules son los regalos que
trae Eros a nuestra vida? Son esencialmente cuatro: El deseo, el anhelo de
compromiso, el poder creativo y el poder de transformacin profunda de
nuestro ser.
Segn los griegos, Eros es el poder que nos atrae, es el deseo; Eros ansa
la unin con la otra persona en el deleite y la pasin. Eros es el anhelo de
establecer una unin, una relacin plena.
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DE ACEPTACIN
LA FENOMENOLOGA DEL
RELACIN TERAPUTICA
ENAMORAMIENTO
EN
LA
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No creo que sea mi derecho abrir algo tan ntimo y difcil para el cliente
Es muy amenazante para el cliente
Creo que el cliente se debe responsabilizar de sus sentimientos y abrirlo
es una forma de hacerlo
No lo abro porque creo que es un momento pasajero del proceso
teraputico y de la relacin
No lo abr, no porque creyera que era lo ms adecuado, sino por mi
propio miedo a no saber manejarlo luego
La primera vez que ocurri no lo supe abrir. Despus, en una segunda
ocasin, habiendo trabajado el asunto en mi supervisin s lo hice, creo
que es positivo para el cliente.
Por el otro lado est el terapeuta que, en caso de que su cliente no lo haga,
lo expone a su cliente abiertamente:
Yo lo abro expresando lo que siento desde mi autenticidad, no tanto
ponindole la etiqueta de ests enamorado de m, sino lo que yo
percibo de sus sentimientos
Creo que es importante abrirlo para el cliente, yo lo hago desde las
actitudes que manifiesta
Siempre lo ha abierto el cliente sin embargo, si alguna vez no ocurriera,
creo que yo lo abrira, la experiencia me ha enseado que es importante
63
trabajarlo
Siempre he procurado trabajarlo abiertamente, si el cliente lo abre bien,
si no yo lo hablo desde mi percepcin, creo que es una oportunidad nica
e importante para el cliente el poder trabajar la fenomenologa de sus
relaciones amorosas.
Yo creo que hay que abrirlo desde la autenticidad de la relacin, el
enamoramiento est siendo el foco de la relacin, no tocarlo es como
hacer un tab de la figura de la relacin.
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teraputica
Para finalizar mi entrevista quise por ltimo conocer cules han sido las
circunstancias que han provocado la finalizacin de la relacin teraputica
ante el enamoramiento del cliente. Estas circunstancias han sido de dos
tipos, por un lado los lmites del propio terapeuta y por otro, la
consideracin de que es lo ms favorable para el proceso teraputico del
cliente. Las circunstancias expuestas por los entrevistados han sido:
69
REFLEXIONES FINALES
Tal vez algn lector eche de menos un manojo final de conclusiones. Si as
es, siento decepcionarlo. Desde mi punto de vista exponer conclusiones
sera invalidar la enorme riqueza de la individualidad de las situaciones
que se dan en la relacin teraputica. Lo vlido es la experiencia personal.
No hay relacin teraputica extrapolable a otra. No hay enamoramiento del
cliente que quepa en la misma horma que el de otro.
S quisiera terminar exponiendo resumidamente lo que ha sido mi propia
experiencia personal. Inici el artculo citando la declaracin de
enamoramiento que me expuso cierto da mi cliente. Han pasado ya varios
meses desde que eso ocurri. Ambos seguimos comprometidos en la
relacin teraputica. Al inicio sent miedo e inseguridad acompaada,
paradjicamente, de grandes certezas, a la vez que enorme ternura y
admiracin por la honestidad y claridad con que me expuso sus
sentimientos.
Desde el inicio le manifest la incertidumbre que senta ante una situacin
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BIBLIOGRAFA
ALBERONI, F. (1998). ENAMORAMIENTO Y AMOR.
Espaa.
Editorial Gedisa.
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QU ES EL ALCOHOLISMO
El alcoholismo es una enfermedad primaria y crnica, ya que no es
causada por ninguna otra, persiste a travs del tiempo. Es un
padecimiento multicausal, ya que es originado por factores genticos,
psicosociales y ambientales, que influyen sobre su desarrollo y
manifestaciones. Este padecimiento se caracteriza por una ingestin
repetida y excesiva de alcohol pese a la desaprobacin general y al dao
que produce en el individuo.
A menudo la enfermedad es progresiva y mortal, porque los cambios
fsicos, emocionales y sociales se van acumulando y van progresando a
travs del tiempo, hasta conducir al alcohlico a la locura o a la muerte.
(Elizondo, J.A. 1992. pg. 5). En algunas personas la enfermedad se
manifiesta rpidamente y en otras, tarda aos.
Algunos inician su alcoholismo bebiendo compulsivamente y otros no.
Algunos beben a diario, otros se mantienen abstemios durante diversos
intervalos de tiempo. Unos beben grandes cantidades de licor y otros no, al
decir de Black:
Los alcohlicos son personas que no son capaces de controlar ni de
predecir sus hbitos de beber y cuya forma de ingerir alcohol causa
problemas en aspectos importantes de sus vidas. (Black, 1991, pg. 14)
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verdades desagradables.
Las caractersticas de los hijos adultos de alcohlicos.
Aunque el sufrimiento se manifiesta de diferentes maneras, los hijos de
alcohlicos parecen tener en comn una baja autoestima. No es de
sorprender, ya que, segn Reynaud, quien realiz numerosos estudios con
adolescentes provenientes de familias donde existe el alcoholismo, los hijos
se desalientan fcilmente y frecuentemente se deprimen, se sienten
aislados, piensan que nadie los quiere y se consideran antipticos.
Adicionalmente, tienen dificultades para expresar lo que piensan y ms
an, lo que sienten. No saben defenderse de las agresiones de otros ni
aceptar los defectos ajenos o propios. Estn tan absortos en la conciencia
de s mismos y en su ansiedad, que su capacidad de desarrollo emocional
y de realizacin se ve seriamente obstruida. (Reynaud, 1993, pg 3)
Janet Woititz, terapeuta norteamericana de hijos de alcohlicos refiere
que, en una investigacin sobre autoestima en hijos de alcohlicos, se
demostr que tienen una autoestima ms baja en comparacin con
chicos que no tienen ese problema, dado que la presencia sistemtica de
condiciones como falta de respeto, de aceptacin y de inters por parte de
personas significativas, influyen en la capacidad de sentirse bien consigo
mismos esta falta de autoestima, no depende de la edad. Personas de
veintitrs aos, de cincuenta o de doce, se ven a s mismos esencialmente
de la misma manera. Puede cambiar su dedicacin, su comportamiento, o
su actitud, pero no as la manera como se perciben a s mismos.
(Woititz, 1998, pag.18- 20)
Afirma la Dra. Woititz que los hijos adultos de alcohlicos repiten de uno o
de otro modo ciertas pautas y conductas generales derivadas de las
experiencias de su infancia. Estas caractersticas, reiteradamente
observadas por ella y reconocidas por los afectados, sea en terapia
individual o colectiva, le han permitido hacer un esbozo de las siguientes
caractersticas generales de este grupo:
a) Los hijos adultos de alcohlicos no saben cul es el comportamiento
normal y tienen que adivinarlo. Les cuesta trabajo llevar un proyecto
a trmino.
b) Mienten cuando no es necesario y cuando sera igualmente sencillo
decir la verdad.
c) Se juzgan y se exigen con mucho rigor.
d) Se toman demasiado en serio a s mismos y les cuesta trabajo
divertirse.
e) Les cuesta trabajo mantener relaciones ntimas.
f) Reaccionan exageradamente ante estmulos y ante situaciones sobre las
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g)
h)
i)
j)
k)
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cul
es
el
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complaca. Por lo dems, cada vez que me atreva a decir la verdad o a dar
una respuesta franca, se me regaaba o criticaba; en poco tiempo aprend
que decir la verdad era lo peor que poda hacer por lo que decid que
mentir estaba bien, con la condicin de ser lo suficientemente lista para
disimularlo. Eso hice y me las ingeni casi siempre para que no me
descubrieran.
Acostumbrada a un ambiente de negacin, me enga a m misma
sosteniendo siempre que mi padre slo era un bebedor fuerte, pero no
un alcohlico; que en mi casa todo estaba bien y que la nuestra era una
familia feliz. El alcoholismo de mi padre, negado en el seno familiar, podra
representarlo ahora con una metfora. Era como si un gran cocodrilo
verde se hubiera instalado en medio de la sala; todos lo veamos, todos lo
temamos, pero nadie se atreva a hablar de l, ni a reconocer cunto
miedo le tenamos.
Criada en un ambiente de falsedad, en mi ser de adulto me ha costado
mucho enfrentar la verdad y no mentir en situaciones que involucran
temor, prdida de prestigio o tener que confesar abiertamente algn error.
El mentir en mi vida adopt muchas formas sutiles, no tanto en forma
de engao a los dems, sino como un alejamiento de la verdad, en trampas
tales como mentirme a m misma, negar la realidad y no reconocer ni
expresar mis necesidades y sentimientos.
c) Los hijos adultos de alcohlicos se exigen con mucho rigor y se
juzgan sin piedad.
Cuando nia, nada de lo que hiciera era suficientemente bueno, a juicio
de mis padres; por mucho que lo intentara, siempre deba esforzarme ms;
era constantemente criticada y siempre me senta culpable e imperfecta.
Creo que si una persona escucha a menudo y durante un perodo largo
que no es como se espera que sea, termina creyndoselo.
En
consecuencia, absorb las crticas como sentimientos condenatorios hacia
m y aunque hoy ya nadie me las repite, esos sentimientos permanecen.
Considero que he mantenido por muchos aos una imagen negativa de m
misma, aun cuando tengo muchas evidencias que me sugieren lo
contrario. Casi nunca me perdono o, al menos, justifico y, si algo sale
mal, lo asumo como responsabilidad ma. Con frecuencia me digo: quiz
no puse todo mi empeo o deb de hacerlo de otro modo. Tiendo a
enjuiciar todo lo que hago, y en parte creo que se debe a que todo lo veo
en blanco o negro. Para m, no hay medias tintas: o todo es bueno, o todo
es malo.
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aos que dur mi matrimonio, han sido obstculos muy potentes que me
frenan para buscar una nueva relacin.
f) Los hijos adultos de alcohlicos reaccionan exageradamente ante
estmulos y ante situaciones sobre las que no tienen control.
Esto es muy fcil de comprender. Los hijos pequeos de alcohlicos no
tuvimos dominio sobre nada; no se nos tom en cuenta. A fin de
sobrevivir, necesit desde pequea resolver sola mis problemas y hacerme
cargo de muchas de mis necesidades. Por eso, aprend a confiar slo en
m misma, en mis habilidades y en mi responsabilidad y, en cierta medida,
a desconfiar de los dems. Como consecuencia, tiendo a considerar que
mi punto de vista es el ms adecuado y a tomar bajo mi control todas las
situaciones en las que puedo intervenir. Existe, sin duda, un cierto temor
de que si yo no las tomo bajo mi responsabilidad, las cosas saldrn mal.
De este modo, quiero que todo se haga justo como yo digo, por lo que me
percibo frecuentemente rgida y controladora.
En relacin con el segundo punto, reacciono exageradamente ante
frustraciones menores, perdiendo el control debido. Por simples tonteras,
como no encontrar una cosa en su lugar, me salgo de mis casillas y me
pongo furiosa. En el mismo sentido, me cuesta mucho trabajo que algo me
haga cambiar de planes, o ser tolerante con las fallas de los dems; un
incidente sin importancia es la gota que derrama el vaso y me torno
descontroladamente iracunda, muy seguramente porque estas situaciones
me hacen evocar el dolor que sufr de nia y la ira reprimida durante esa
poca, ante desilusiones o castigos injustos.
g) Los hijos adultos de alcohlicos constantemente tratan de obtener
aprobacin y afirmacin.
Creo firmemente que las condiciones que llevan a un nio a considerarse
una persona de vala radican en la calidez paternal, los lmites claramente
definidos y en el respeto incondicional. De estas tres condiciones para la
autoestima, slo conoc la segunda, pero tampoco considero que los lmites
exagerados en los que viv hayan contribuido a mi crecimiento sano.
Siempre fui una nia solitaria que me entretena tejiendo, resolviendo
crucigramas y obsesionada por hacer mis trabajos y tareas escolares con
mucha perfeccin, pues dada mi baja autoestima, muy pronto descubr
que la nica moneda con la que poda ganar cierta aprobacin y
reconocimiento por parte de mi madre, era con mi aplicacin en la
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leales
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La realidad parece asemejarse ms a un proceso continuo Caos-OrdenCaos-Orden que a algo esttico y equilibrado. Si esto es verdad para los
fenmenos concretos, hablando de personas, vidas y fenmenos humanos,
es an ms real. La Psicoterapia Gestalt en su concepto de ajuste
creativo o ajuste creador, ejemplifica dicho proceso. El ajuste ocurre
cuando el Caos va hacia el Orden y lo creativo o creador cuando el Orden
va hacia el Caos. En el ajuste, una experiencia novedosa intenta
asimilarse, el organismo se adapta a su medio. En el momento creativo, el
organismo modifica al medio para generar nuevos contextos.
Por lo tanto, resulta til tratar de descubrir en qu momento del proceso
antes mencionado se encuentra nuestro cliente para, de esta manera,
poder apoyar el paso siguiente. Si la persona tiene un exceso de Caos, lo
que requiere es Orden, ajuste; si por el contrario hay mucho Orden, tal vez
no le caera mal un poco de creatividad y permitirse entrar en el Caos de la
incertidumbre, lo que en Gestalt llamamos el vaco frtil. De la misma
manera, es importante no perder del todo las posibilidades (lo frtil) que
ese vaco nos puede proporcionar.
... La mente, en su labor, va del desorden al orden. Es
importante conservar hasta el fin los recursos del desorden, para
que el orden que ha comenzado a surgir no lo sujete por completo,
como una amarra, y le impida modificar y utilizar su libertad
inicial. (Prigogine en Spire, 2000, pg. 27)
De la misma manera, un gran Orden puede hablarnos de un enorme Caos
interno (como en el caso de la llamada neurosis obsesivo-compulsiva), y
viceversa (como se podra observar en un artista en el momento de trazar
las primeras pinceladas de su obra maestra). Como terapeutas, es
importante no privilegiar a un momento sobre otro. No es mejor el Orden
que el Caos, ni viceversa. Lo mejor, desde este particular punto de vista,
es el constante fluir del proceso al que nos referimos, el no detenernos en
ningn lugar del mismo. La disfuncionalidad es entendida como una
detencin en el libre fluir del desarrollo y de acuerdo con el contexto en el
que se encuentra.
La teora del Caos acenta la interdependencia e intercomunicacin del
todo. Como todo est interconectado, no podemos hablar de una persona
neurtica o disfuncional. Lo correcto sera decir que hay procesos
disfuncionales o, incluso, relaciones o interacciones neurticas de la
persona con su medio o con parte de l; jams podemos decir, de acuerdo
con esta perspectiva, que la disfuncionalidad (al igual que la
funcionalidad) se encuentra en los individuos. Al mismo tiempo, en
ocasiones un orden en gran escala emerge de un caos en pequea
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escala. (Briggs y Peat, 1994, pg. 125). Esto significa, desde mi punto de
vista, un voto de esperanza. Es probable que lo que parece un terrible
problema, lleve consigo la semilla de un gran desarrollo de la personalidad,
que las crisis sean, en efecto, grandes oportunidades de crecimiento. Me
parece significativo que el ideograma que utilizan los chinos para
representar la palabra crisis, est formado por las palabras peligro y
oportunidad. Desde esta perspectiva, cada uno de nuestros problemas,
conflictos, o circunstancias incomodas en la vida, pueden ser las puertas
hacia nuevas organizaciones de la personalidad, que pueden dirigirnos a
niveles superiores de conciencia.
Fractales
La presencia del Orden en el Caos queda bien ejemplificada con los
llamados fractales. El trmino fractal hace referencia a los resultados
de una serie de investigaciones matemticas sobre las dimensiones. Los
investigadores se dieron cuenta que haba una serie de datos, y/o
fenmenos, que no podan ser clasificados bajo la regla de las tres
dimensiones, ya que posean dimensiones fraccionarias. Muchos de estos
fenmenos o datos los encontramos en la naturaleza, de hecho, podemos
decir que existen fractales por doquier. Una buena manera de
introducirnos al tema de los fractales es utilizar el ejemplo de un famoso
escrito titulado Qu longitud tiene la lnea costera de la gran Bretaa?
(Mandelbrot; 1967). Diferentes publicaciones dan una medida diferente
para lo que parecera una pregunta sencilla. Cmo es posible? Ser un
problema de mal clculo?..., si queremos saber la longitud de la frontera
Mxico Estados Unidos, podramos conseguir un mapa, poner un hilo a
lo largo de la frontera, medirlo y posteriormente multiplicarlo por la escala
de dicho mapa. Sin embargo, sabemos que esto tendra muchas
dificultades porque un mapa podra omitir muchos detalles. Podramos
conseguir un mapa ms detallado.
De esta manera el hilo se torcera ms en los detalles y tendramos una
medida mayor y ms exacta, pero... podemos ser an ms exactos?
Podramos recurrir a un topgrafo que realizara la medicin en intervalos
de 100 metros a lo largo de toda la frontera o con intervalos de 10 o de 1
metro y la medida sera an ms exacta y mayor. En cada etapa, nuestro
hilo se torcera ms y de manera cada vez ms compleja. Es evidente que
en cuanto ms detalles incluyamos, a medida que queramos ser ms
exactos, la medida se incrementar. Si incluyramos todos los detalles
como rocas, polvo, e incluso molculas y tomos, nos percataramos de
que la verdadera medida de la frontera Mxico- Estados Unidos, es igual a
la de la costa de la Gran Bretaa, igual a la de cualquier otra lnea
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lo hace en el presente.
Efecto mariposa: sensibilidad (influencia) de las condiciones iniciales
Hay una frase famosa dentro de la teora del caos: El aleteo de una
mariposa en Hong Kong puede generar un tornado en Nueva York. Dicha
frase hace referencia al hecho de que, en los estados alejados del equilibrio
esttico (como los seres humanos), condiciones iniciales, por mnimas que
sean, pueden magnificarse e influir de manera altamente significativa
sobre el estado futuro del sistema (o persona). Esto ocurre por la
realimentacin que implica la continua absorcin de lo que ocurri
anteriormente, presente de manera continua en los seres humanos. A este
tipo de procesos se les llama Iteracin o bucles de realimentacin. No
aprendemos, por ejemplo, de la nada, sino que cada nuevo aprendizaje se
sita en el contexto de todo lo que habamos aprendido anteriormente.
Cada nueva figura con la que entramos en contacto tiene como fondo,
adems del contexto externo del ambiente en el que se presenta, el
contexto del interior del organismo, que incluye todo el acervo de
experiencias previas de la persona que realiza el contacto.
Esto significa que algo pequeo (que podra parecer insignificante) en
algn momento puede resultar de una elevada importancia para el
organismo, y/o grupo, y su personalidad. Un participante de un grupo, por
ejemplo, podra observar como uno de sus compaeros llega con retraso al
inicio de una sesin, y sentirse profundamente herido y decepcionado. Es
el retraso el que le provoca tal herida? S y no; por supuesto que dicho
evento es una influencia importante aunque pudiera parecer algo
insignificante para otros. Muy probablemente la persona a la que nos
referimos tiene cierto contexto (ya sea externo o al interior de su organismo
fsico y/o emocional) en el cual esta situacin especfica representa algo
tan terrible.
En concordancia con el principio de posible relevancia de la teora de
campo, ningn detalle puede ser descartado, y no slo eso, sino que es
imposible saber hasta qu punto las condiciones actuales fueron
fuertemente influenciadas por algo que nos pareci insignificante, o que
incluso no fue captado de manera consciente. Del mismo modo que es
imposible conocer qu tanto y cmo el pasado ha influido en el presente,
no podemos realizar predicciones basadas en las circunstancias actuales.
Una consecuencia inmediata de la dependencia sensible en cualquier
sistema es la imposibilidad de realizar predicciones perfectas, o ni siquiera
mediocres, suficientemente alejadas en el futuro. (Lorenz, 2000, pg.10)
Es importante entender que dicha frase no hace referencia a un asunto de
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cada momento (aqu y ahora) y su relacin con las figuras anteriores. Esto
es vlido tanto para la terapia individual como para los enfoques grupales.
En estos ltimos, la postura que presentamos aqu recomendara los
modelos interactivos del proceso grupal ya que, de esta manera, se hacen
evidentes y explicitas las influencias que de otra manera quedaran a un
nivel implcito y/o fuera del darse cuenta. Tambin nos invita a recordar
que ningn evento sucede aislado y que nunca terminaremos de entender
el contexto, por lo cual resulta ms conveniente profundizar en el cmo de
la experiencia en el momento dado, que en el por qu de la misma.
El ciclo de formacin y destruccin de las gestalts o ciclo de la experiencia,
es a final de cuentas el ciclo Caos-Orden-Caos-Orden, y podemos
aprovechar las aportaciones de esta teora para colaborar de una mejor
manera en el desarrollo de nuestros clientes.
Bienvenidos a la incertidumbre.
A. Un orden violento es desorden: y
B. Un gran desorden es orden.
Ambas cosas son una.
WALLACE STEVENS
Conocedor del caos
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STOEHR, Taylor. (1998). AQU, AHORA Y LO QUE VIENE. 4 Vientos. Chile.
114
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DIAGNSTICO
A lo largo de una o dos entrevistas se evala detenidamente la situacin
que presenta el paciente, diferencindola de trastornos de personalidad,
depresin, hipocondra, fobias, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno
por ansiedad generalizada, ansiedad de separacin, stress y crisis vitales.
El diagnstico diferencial incluye la discriminacin con algunos cuadros de
la clnica mdica como el hipertiroidismo y el prolapso de la vlvula mitral,
por ejemplo.
Es de importancia psicosemiolgica detectar la presencia de sensibilidad a
la ansiedad (miedo al miedo) como fundamento psicopatolgico del cuadro.
EVALUACIN PSICOFARMACOLGICA
En una entrevista conjunta paciente-terapeuta-psiquiatra, se toma la
decisin acerca de la conveniencia o no de utilizar psicofrmacos. Es
importante resaltar que en caso afirmativo la medicacin formar parte
explcita del encuadre teraputico, en el sentido de que existir un
seguimiento permanente de los resultados de la misma que no
compromete slo al psiquiatra. El acuerdo del paciente y el conocimiento
del terapeuta acerca de los efectos del esquema farmacolgico, as como su
capacidad de dar respuesta a algunas de las interrogantes del paciente,
sin solicitar la intervencin del psiquiatra, son considerados puntos vitales
del xito teraputico. El terapeuta toma claramente el rol de coordinador
del equipo, y el psiquiatra funciona como auxiliar. Se hace necesaria la
elaboracin previa del vnculo terapeuta-psiquiatra.
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EL
HUMANISMO
DESDE
LITERARIA DEL SIGLO XIV
UNA
PERSPECTIVA
Mery Hamra(*)
El manzano y sus races
un sube y baja
me integro
Mery Hamra
INTRODUCCIN
En 1994 estaba terminando mi carrera en Lengua y Literaturas Hispnicas
en la UNAM; en ese momento de mi vida me encontraba con la necesidad
de rescatar mi judasmo despus de haberlo cuestionado y rechazado en
algunos momentos de mi vida. En cierto sentido quera regresar a mis
orgenes pues me senta perdida, sin una base donde pisar, sin tener un
cimiento que me diera fortaleza y me nutriera. Cuando revivo mi
experiencia ahora que escribo este artculo, llega a mi mente la
comparacin de mi ser con la de un rbol: me senta como un manzano
perdido en un campo de cedros, casi muerto y sin la posibilidad de dar
frutos pues mis races estaban olvidadas. Durante mucho tiempo pens
que poda tomar mi alimento de ideas que oa decir a algunas personas: el
dinero es lo ms importante en la vida, las cosas materiales sirven para
sentirse fuerte.
Esta creencia hizo que durante aos me sintiera chiquita, pues si me
comparaba con la gente que tena ms dinero que yo, eso significaba que
no vala, que no poda ser fuerte. Los valores materiales eran ms
importantes que los espirituales, y estos ltimos ni siquiera los tena
claros. Tener dinero significaba no sentir vergenza de m misma. Con el
transcurso de los aos mi posicin econmica floreci y pens que se era
el camino que deba llevarme a la felicidad. Hoy aprendo que el dinero no
es el nico camino para ser feliz.
En el ltimo semestre de la licenciatura decid hacer mi investigacin
sobre un autor judo, pensaba que de esa manera poda redimir mi
historia al aventurarme a mi propio pasado.
Mery Hamra. Lic. en Lengua y Literaturas Hispnicas por la UNAM. Psicoterapeuta
Gestalt, especializacin en Sensibilizacin, Nios, Sntomas y Grupos. Actualmente
dedicada a la Psicoterapia individual.
(*)
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SEM TOB
P. H. Y GESTALT
Existencialismo. Proceso
Fenomenologa
Polaridades
Como actitud, como tcnica
Centrarse en el presente
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(La vara de medir que el comprador dice que mide de menos, esa misma
dice que mide de ms el vendedor). (Sem Tob, pg. 69)
Esta nueva manera de ver la vida ha enriquecido mi prctica teraputica y
tambin mis relaciones cercanas. El saber que puedo tener una visin
distinta a la del otro me ha ayudado a no generalizar las experiencias de
los dems.
La manera en que vivencio mis experiencias no significa que es la misma a
la de mis pacientes, familiares o amigos cercanos; y por supuesto tampoco
significa que la ma es correcta y la de los dems es equivocada. De esta
forma mi visin se ampla y no queda restringida. El acercarme a la otra
persona desde mi intuicin y sentir, y no desde la razn, es un aprendizaje
que no ha sido fcil para m, pero he descubierto que entre ms me dejo
sentir a mi misma y entre ms consigo hacerle caso a mi intuicin, el
acercarme al otro desde este lugar se me ha ido facilitando con el tiempo.
Lo sigo aprehendiendo con la prctica.
OPUESTOS: POLARIDADES
El tema de las polaridades ha existido desde la antigedad. Si nos
remontamos a las culturas prehispnicas encontramos que los indgenas
explicaban la existencia humana por medio de los fenmenos de la
naturaleza. Adoraban al sol y a la luna, el da y la noche, el fuego y el
agua, por mencionar algunos.
En la cultura oriental las polaridades resumen la concepcin del yin y el
yan donde una no puede existir sin la otra. La cultura occidental ha
concebido la vida de una manera distinta. El hombre occidental se queda
solamente de un lado, si soy fuerte no puedo ser dbil; de esta manera
divide su ser y se ciega a observar que las polaridades a su vez son una
unidad, la cual una parte necesita de la otra para existir.
En el campo de la Psicologa, Jung propone que en el ser humano existen
tambin los opuestos. De esta manera los nombra como nima y nimus.
La primera es la parte femenina en el hombre, mientras la segunda la
parte masculina en la mujer. Dicha parte se encuentra escondida dentro
de la persona, y por eso Jung la llama la sombra que todos llevamos
dentro.
En la Psicologa Humanista se dice que para estar en contacto con algn
sentimiento es necesario conocer su polaridad.
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Una persona que se considera feliz porque nunca llora no puede saber el
verdadero significado de su alegra ya que nunca ha estado en contacto
con la tristeza. Mientras ms aceptamos nuestros sentimientos nuestra
manera de sentir ser ms plena, ms integral. Sobre esto Guadalupe
Amescua dice:
Cuando hablamos de polaridades nos estamos refiriendo a la
integracin de los opuestos, a la complementacin y al logro del
equilibrio (...) consideramos que precisamente lo que la persona ha
perdido a lo largo de su desarrollo son sus polaridades, capacidad
de tener pares opuestos en su expresin y capacidad vivencial,
quedado fragmentada al excluir algunos aspectos de su potencial
creativo. (Amescua, 1998, pg. 18-19).
Zinker al respecto menciona:
Mi teora de las polaridades sostiene que si no me permito ser
malvado, nunca ser genuinamente bondadoso. Si estoy en
contacto con mi propia maldad y amplo esta parte de m mismo, mi
bondad cuando se manifieste, ser ms rica, ms plena, ms
completa. Si no me permito a mi mismo tener contacto con mi
feminidad, mi masculinidad ser exagerada, hasta perversa: ser
un tipo duro. (Zinker, sacado de Ibid. Pg. 17)
Mediante los opuestos Sem Tob logra plasmar su realidad. Los temas
cotidianos los desarrolla en sus proverbios y presenta con ellos las dos
caras de la misma moneda. De esta manera, el lector puede ponerse de
ambos lados y entender lo favorable y lo adverso de cada parte. Como l
mismo expresa:
La bondat de la cosa
sbes por su revs,
por agra la sabrosa,
la faz por el envs:
si noche non ovissemos,
ninguna mejora
conocer non sabriemos
a la lumre del da.
(Lo bueno de una cosa se sabe por su contraria, por la amarga la sabrosa,
el anverso por el reverso). (Sem Tob, pg. 70). (Si no tuviesemos noche, no
sabramos percibir mejora ninguna en la luz del da). (Sem Tob, pg. 71).
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(Hablamos mal del mundo, y en el no hay otro mal sino nosotros mismos,
ni fantasmas ni monstruos ni nada ms). (Sem Tob, pg. 143)
Cuando leo este proverbio lo que resuena en mi interior es la manera que
tiene el autor de inyectar el sentido de la responsabilidad. Personalmente
me ensea a mirarme a m misma. Como si sus versos fueran el espejo de
mi propio ser. Al escuchar su voz por medio de los Proverbios Morales
percibo la ma y logra con esto hacerme consciente de mi propio proceso.
Sem Tob seala que el hombre tiene como deber responsabilizarse de sus
actos. Al hombre, muchas veces, le es ms fcil echarle la culpa a otros de
lo que l hace, en este caso, al mundo. Cuando acto de esta manera
pongo afuera lo que es mo, de esta forma excluyo de m lo que me
pertenece. Responsabilizarme significa que tengo la obligacin de
responder ante los actos y errores que yo cometo.
Es decir, tengo la posibilidad de cambiar, de redimir mis errores porque
me doy cuenta de lo que yo hice y, con esto, logro sentirme mejor conmigo
misma. Es decir, puedo decidir cambiar, crecer, no quedarme en el mismo
lugar. El hablar en primera persona por las cosas que hago o siento, es
otra modo de relacionarme conmigo, es una forma de entrar en contacto
con lo que me est pasando en el momento presente. Es expresar lo que
me pasa a m en determinada situacin, que puede ser compartida por
alguien ms de una manera distinta a la ma.
Con esto quiero decir que al hablar desde este lugar me hago responsable
solamente de lo que me pasa a m y, al hacerlo, logro llegar a niveles ms
profundos obteniendo resultados favorables. Con el tiempo tambin he
llegado a responsabilizarme por mis acciones y por mi propia vida y, desde
aqu he podido quitarme muchas mscaras para verme como realmente
soy, con mis defectos y virtudes, y muchas veces con un miedo inmenso,
mas tambin con mucha satisfaccin al aceptarme como soy.
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CONCLUSIONES
Los temas por los que el ser humano se enfrenta durante su existencia son
recurrentes. De ah que temas mencionados por Sem Tob en la Edad
Media, como la insatisfaccin del hombre, la envidia, la codicia, la
responsabilidad, entre otros, sean actuales. Cabe mencionar que los temas
pueden ser los mismos, mas cada persona los vive de una manera distinta.
Con esto se puede ver lo individual en lo universal. De ah la importancia
de trabajar con lo fenomenolgico y no desde la interpretacin de los
hechos.
Con este trabajo logro integrar a mi persona las dos disciplinas por las
cuales he transitado durante los ltimos aos de mi vida: la literatura y la
Psicoterapia Gestalt.
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BIBLIOGRAFA
AMADOR, de los Ros Jos. (1986). HISTORIA SOCIAL, POLTICA Y
RELIGIOSA DE LOS JUDOS EN ESPAA. Editorial Orbis. Barcelona.
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TOB, Sem. GLOSAS DE SABIDURA O PROVERBIOS MORALES Y OTRAS
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A SALVO EN SU ARMADURA
La primera intervencin importante se dio desde el momento en que ped
que se percatara de su rpida forma de hablar y de la constante evitacin
de sus emociones. Una y otra vez fui llamando su atencin a las formas
bruscas o sutiles de escapar a los sentimientos.
Al darse cuenta no le result difcil encontrar el Para Qu: Para
protegerme, fue su respuesta. Poco a poco fue hablando de su infancia, de
su ser diferente a otros nios, de los aos difciles en un colegio
militarizado, de la muerte temprana de su padre y su obligacin de ser el
hombre de la casa.
Finalmente, habl de que en l haba dos personas: un Roberto duro,
fro, capaz de enfrentar situaciones difciles sin mostrar nerviosismo, el
Roberto que estuvo en el funeral de su madre sin derramar una lgrima. Y
el otro Roberto: el que siente profundamente, el romntico, el que escribe
cosas a escondidas, el que se conmueve con una cancin.
Era momento de que ambas partes se escucharan (Naranjo, 1989,
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pag.109).
El resultado de este trabajo fue, para m, asombroso. Debo confesar que en
mi novatez no esperaba aquello. Roberto fue colocndose alternativamente
en cada una de las partes.
Yo repasaba mentalmente los pasos para trabajar adecuadamente. Me
pareca que la identificacin no estaba logrndose cuando de pronto
ocurri: Roberto, en su parte sensible, como l la llam, estall en llanto.
Se cubri la cara con ambas manos y se dej experimentar un llanto largo
y hondo. Recuerdo lo mucho que me impresionaron las lgrimas y los
sollozos de este ser humano tan duro en apariencia.
Y entonces habl del miedo a ser lastimado, de las muchas humillaciones
soportadas en el colegio militarizado, de la necesidad de esconder esto
para hacerse cargo de su familia. Te necesito le dijo a su parte dura-,
necesito que me protejas. Y su parte dura, su armadura, como l
mismo le llam, asegur que no lo dejara solo y vulnerable, que estaba all
para protegerlo.
Para Roberto, sta fue una experiencia importante: se daba cuenta de la
existencia de ambas partes, de su utilidad, de la forma como se fueron
construyendo. Tambin fue importante para el proceso de la terapia, ya
que a partir de ese experimento y de lo que trabajamos al respecto, se
permiti acercarse ms a sus emociones.
EN LA SENSACIN O EN EL CONTACTO?
En lo referente a lo sexual, volvimos a aquella pregunta importante: Por
qu razn era solamente durante el coito (o unos segundos antes) cuando
se presentaba el discontrol?, Qu significado tena el coito para Roberto?
Un nuevo experimento nos dio cierta luz: ped a Roberto que reviviera
presentificando (Naranjo, 1989, pag.144)- una experiencia sexual en donde
se diera el discontrol. Me fue narrando sus sensaciones y sentimientos
paso a paso. Le ped entonces que se identificara con su pene (Naranjo,
p.99) que fuera su pene y tradujera lo que su pene expresaba en esos
momentos. La respuesta fue clara: No quiero entrar, no quiero estar all.
Haba una razn poderosa para esto: la mujer con quien estaba le pareca
muy desagradable, no le atraa en absoluto, incluso not cierta repulsin.
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que deba. Tuve pocos resultados, la sola idea de enojarse con mam era
muy amenazante para Roberto. Trat entonces de que se diera cuenta de
este hecho, de que se percatara de su fuerte resistencia y de para qu
resista. Decid explorar ms, y promover que me hablara de su relacin
con mam empezando por las partes ms satisfactorias para l, las ms
sencillas y las que menos le amenazaran.
Algo curioso ocurri: al pedirle que me hablara de su relacin sin criticar o
juzgar, Roberto fue capaz de decir mucho de lo que le molestaba. Se
trataba de una relacin en la que era muy clara la confluencia que vivieron
durante muchos aos. Roberto asumi que deba cuidar a la familia por
ser el mayor, al morir su padre se convirti en el hombre de la casa (otro
introyecto). Si bien, siempre fue el consentido de su madre, a partir de
aquel momento se hicieron casi inseparables. Roberto deba moverse de un
extremo de la ciudad al otro para comer con su madre. El traslado de ida y
vuelta le dejaba unos pocos minutos para descansar, pero su mam le
reclamaba si la dejaba comer sola. En muchas ocasiones volva tarde al
trabajo y lo descuidaba por hacer este viaje todos los das.
Al preguntarle qu costo tena esa forma de relacionarse no dud en
contestar: dej de aceptar trabajos que le eran importantes, renunci a
una beca que realmente deseaba y despus, a la posibilidad de vivir fuera
de la ciudad. Al profundizar ms, pudo darse cuenta de que termin
algunas relaciones de pareja por la crtica constante de su madre hacia
ellas. Y hoy, aqu y ahora, eso dola, segua doliendo.
Sin embargo, le era difcil saber lo que quera hacer con ese dolor. De
hecho, este dolor era una emocin vaga, borrosa. l mismo no tena claro
si se trataba de enojo, de tristeza, de miedo... Trabajamos entonces por
ubicar ese dolor, por conocerlo mejor y saber cmo era. Lo hicimos
utilizando tcnicas de Focusing (Gendlin, 1978). Aquel dolor (la sensacin
sentida de ese dolor) se pareca a un gran peso que provocaba, incluso,
que sus hombros y cuello estuvieran adoloridos.
Al exagerar ese peso sobre los hombros, Roberto decidi que necesitaba
dejar de cargarlo. Qu es lo que cargas?, pregunt. Responsabilidades,
obligaciones, contest l. Cmo decides cargarlas, cmo es que las sigues
cargando si pesan tanto? Y entonces descubri que no poda hacerlas a un
lado porque fallara a su mam, y an ms: que lo que cargaba era el peso
de mam.
Se trataba de un gran peso, y lo llevaba a cuestas desde haca muchos
aos. Y nunca lo dijo. Al preguntarle, acept que hubiera querido decirlo, y
que no lo hizo por amor a ella, para no lastimarla. De nuevo el introyecto,
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BIBLIOGRAFA
LVAREZ-GAYOU, Juan Luis. (1986). SEXOTERAPIA INTEGRAL. Editorial
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Moderno. Mxico.
NARANJO, Claudio. (1989). LA VIEJA Y NOVSIMA GESTALT. Editorial
Cuatro Vientos. Chile.
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TESTIMONIOS
EL TRABAJO GESTLTICO
CON LA SALUD - ENFERMEDAD
Mara del Amor Daz Cruz
Algunas cosas son fciles de hacer. Otras como la psicoterapia o la
facilitacin de talleres han significado para m un curso inacabable del que
s no voy a graduarme.
Quiero comentar mi experiencia acerca de uno de stos, el cual es el
curso-taller del trabajo gestltico con la salud-enfermedad (sntoma) que
se imparte en el IHPG desde hace cuatro aos gracias a la creacin de este
modelo propuesto por la Dra. Adriana Schnake y a la estructuracin del
curso por la Dra. Myriam. Muoz P.
Fue en 1997 cuando asist por primera vez al Seminario de Enfoque
Holstico de la Enfermedad con la "Nana", donde inici mi proceso de
maduracin con este modelo.
Actualmente, son diversas las maneras que utilizamos para compartir este
enfoque con los alumnos. Por supuesto que hablamos de nuestros
sntomas, revisamos lecturas que tratan de manera holstica la
salud-enfermedad, penetramos en el conocimiento del cuerpo humano de
manera terico-vivencial, se modela y practica el dilogo con el rgano
afectado.
Cuando empec a utilizar este dilogo entre el rgano sano, el afectado y el
paciente, lo haca de una manera mecnica, siguiendo los pasos al pie de
la letra; con el tiempo he aprendido a seguir mi intuicin y a desapegarme
de la expectativa y preocupacin por querer sanar a la persona que tengo
enfrente.
Ahora, cuando modelo ante el grupo o realizo una sesin teraputica en el
consultorio, siento que estoy en un ritual. Paul Rebillot menciona que un
ritual es una puerta a travs de la cual nos movemos de un mundo
ordinario a otra dimensin; es un evento donde podemos experimentar
una expansin de la conciencia que fertiliza nuestra vida cotidiana y que el
espacio donde se realiza es un templo protegido que las personas creamos
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RESEAS BIBLIOGRFICAS
AMARSE CON LOS OJOS ABIERTOS
BUCAY, Jorge y SALINAS, Silvia. (2000). AMARSE CON LOS OJOS
ABIERTOS. Editorial Ocano de Mxico.
De lectura rpida, comprensible e interesante Amarse con los ojos
abiertos es un libro que atrapa, resulta muy difcil soltarlo o leerlo
lentamente.
La historia de Roberto, su computadora y algunos e-mails que lo llevan a
enamorarse de una mujer desconocida, tan creble en esta poca
electrnica, es una ingeniosa novela con suspenso y un final diferente e
inesperado; es literatura amena.
Segura estoy de que Jorge Bucay y Silvia Salinas son expertos en el tema y
en este libro no dejan cabos sueltos; hablan de los problemas en las
relaciones de pareja, del enamoramiento, el amor, la sexualidad, la
identidad, la proyeccin.
El primer punto es tomar conciencia de que las dificultades son parte
integral del camino del amor y dejar de lado la fantasa de la pareja ideal.
El mejor, el ms preciso y cruel de los espejos es la relacin de pareja:
nico vnculo donde pueden reflejarse de cerca los peores y los mejores
aspectos.
La propuesta es corregir la propia vida sin esperar que nadie lo haga por
uno y no intentar resolverle la vida al otro.
Jorge y Silvia hablan de que, cuando nos ponemos en pareja, los viejos
dolores aparecen y culpamos al compaero, que el nio herido es como un
agujero negro que chupa todo, llenando de dolor nuestra vida y si le damos
un espacio a este nio para que exprese su dolor y su enojo, empieza a
crecer y deja de interferir en nuestras relaciones ntimas.
Algo que aprend en este libro es la importancia de darnos, en nuestra
relacin, el espacio de dolor y la confusin que aparecen cuando
desarmamos nuestra estrategia antifrustracin; por otra parte lo
importante que es aceptar y respetar el ritmo del otro.
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