Índice: Editorial
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NDICE
EDITORIAL
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TESTIMONIOS
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RESEA BIBLIOGRFICA
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EDITORIAL
Con este octavo nmero de la revista figura/fondo cerramos y
celebramos el cuarto ao de su existencia. Todo se inici con la
inquietud de algunos profesores del Instituto Humanista de Psicoterapia
Gestalt AC, de profundizar en algunos temas de la Psicologa Humanista
en general, y de la terapia guestltica en particular. Se inici as el
seminario de metodologa de investigacin, que despus se convertira en
una materia obligada para los alumnos del ltimo semestre. La revista
sera el conducto a travs del cual el Instituto difundira los trabajos de
investigacin creados por su personal, tanto acadmico como estudiantil, y
abrira sus hojas a las colaboraciones de instituciones y profesionales
filiales. Este proyecto, que inicialmente arranc con un primer volumen de
ochenta pginas, ahora se duplica. La productividad del Instituto, con la
colaboracin cada vez creciente de los otros centros de formacin en la
Repblica Mexicana, y de autores extranjeros, ha hecho posible poner a
disposicin de nuestra comunidad nacional e internacional una revista con
un contenido cada vez ms diverso y rico.
A esta satisfaccin se agrega otra no menos importante, que se refiere al
alcance que los egresados del Instituto van teniendo en las varias reas de
participacin social en el pas. Esto es posible, de una parte, por el
crecimiento de los centros de formacin, y por otra, por el trabajo
profesional que despliegan los egresados. En efecto, es cada da ms
patente la presencia de exalumnos en trabajos relacionados con las
profesiones de ayuda en ms estados de la repblica, algunos de stos con
problemas sociopolticos importantes, como Chiapas, poniendo de esta
manera la Psicoterapia Gestalt al alcance de mayor nmero de gente.
Despus de quince aos de estar formando psicoterapeutas en esa
especialidad, podemos prever que en poco tiempo la Psicoterapia Gestalt
ser la segunda fuerza de su gnero en el pas.
Esta consolidacin, de por s importante, es todava ms trascendente en
el momento histrico que est viviendo Mxico, donde se estn dando
grandes y dramticos cambios hacia la democratizacin, pero al mismo
tiempo, se estn manifestando las poderosas fuerzas que actan en
sentido inverso. La difusin de las ideas de la Psicologa Humanista, es
ahora un imperativo para que prevalezca el respeto a la unicidad y
pluralidad de cada persona, independientemente de su signo, raza, o
preferencia. Tenemos un compromiso con el crecimiento del ser humano
en libertad, sin fundamentalismos, y sin restricciones, salvo las que
impone respetar los derechos de los dems; figura /fondo est al servicio
de estos ideales, y como siempre, se mantiene abierta a todas las voces
que se quieran sumar a la nuestra.
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PREMISAS
Una tarea abierta para la Terapia Gestalt sigue siendo la sistematizacin de
una teora sobre el desarrollo. En efecto, aunque el inters de F. Perls por el
desarrollo dental y sus implicaciones haya sido una de las intuiciones
fundamentales en el nacimiento de la Terapia Gestalt (Perls, 1969), y aunque
se encuentren en la literatura y mucho ms en la praxis reflexiones
e intuiciones estimulantes sobre el crecimiento y el desarrollo, no se ha
llegado hasta ahora a la elaboracin de una teora evolutiva gestltica.
(*) Giovanni Salonia es Psicoterapeuta gestltico, docente. Co-dirige, adems de la revista
Quaderni di Gestalt, la Escuela de Formacin en Psicoterapia Gestalt del Instituto de Gestalt
(H.C.C.) de Ragusa.
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Tabla 2
CUADROS DE REFERENCIA
Con terminologas y perspectivas diversas, los autores que, en estos ltimos
decenios, se han interesado por el desarrollo infantil indican como
dimensin central del desarrollo el paso de un estado de completa
dependencia y de relativa falta de diferenciacin en el interior del self y entre
el yo y el otro, a una definicin del self y a una autonoma cada vez mayores.
Se habla de dependencia madura (Fairbain, 1970), de camino hacia la
independencia (Winnicott, 1970), de Self narrativo (Stern, 1989), de
separacin-individuacin (Mahler et al., 1978).
La ptica gestltica focaliza en el desarrollo infantil la organizacin y la
maduracin de la capacidad de entrar en contacto, de forma sana y
nutriente, con el ambiente. Competencia sta que se forma a travs de una
secuencia evolutiva de modalidades de contacto cada vez ms complejas y
funcionales, en un delicado tejido entre la maduracin interna y la
separacin materna.
Cuando hablamos de contacto en Terapia Gestalt entendemos aquel evento
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La tabla 2 hay que leerla con una perspectiva sinptica: presenta junto al
modelo evolutivo de la Terapia Gestalt, el de Mahler et al. (1978), el de Stern
(1987), que estn entre los ms recientes y significativos, y finalmente el de
Wilber (1989) que, a mi parecer, es una buena sistematizacin de los
estudios sobre el desarrollo infantil. Las fases estn escritas sobre dos rayas
para recordar visualmente que el inicio de una fase se encuentra en la
precedente.
Como para cada grfico evolutivo, tambin para ste es necesario explicitar
algunas anotaciones (cfr. tambin Erikson, 1982):
a) Cada fase representa tres momentos relevantes que se suceden segn el
progresivo despliegue de la nueva modalidad relacional; sta, en efecto,
en un primer momento emerge lentamente y de forma episdica; en un
segundo momento se afirma plenamente y alcanza su perfeccionamiento;
en fin, en un tercer momento, se asimila y va hacia el fondo para dar
espacio a una nueva y ms madura modalidad. Cada estadio, por tanto,
incluye el precedente y tiene en germen la potencialidad del siguiente
que, a su tiempo, producir una nueva serie de desestructuraciones,
reestructuraciones y asimilaciones.
b) Cuando el ambiente es, para decirlo como Winnicott, lo suficientemente
bueno, a cada fase le sigue otra de modo progresivo y espontneo;
c) Con todo, en las fases fundamentales del pasaje, existen periodos de
regresin, de retorno al estadio precedente, como recuerda Winnicott
(1989, 38):
" Cada fase del desarrollo se alcanza y se pierde, y se alcanza y se
pierde, una y otra vez; la adquisicin de un estadio del desarrollo se
opera slo gradualmente y, en ese caso, slo en ciertas condiciones.
Poco a poco estas condiciones se hacen cada vez menos esenciales,
pero quiz no pueden ser nunca descuidadas del todo..."
d) Por estos motivo, resulta difcil datar, con precisin, los momentos del
paso desde una fase a otra. Esto tambin explica los desacuerdos entre
los distintos autores sobre este tema.
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acta, quin vive las tensiones, porque para el nio y, en algunos aspectos,
para la madre, en esta fase no estn todava definidos los lmites-del-yo, la
diferenciacin entre el yo y el no-yo.
La disponibilidad de la madre a la confluencia (cfr. Spagnuolo, 1988, 79 ss.)
permite que las vivencias del nio se anclen, sin perderse en una amalgama
catica, confusa e inconsciente: podramos decir que cumple la misma
funcin que las paredes del tero que permite al vulo fecundado anclarse
sin ser reabsorbido por la nada. (Es til tener presente que, a su vez,
tambin la madre necesita en este perodo de un arraigo -ya sea la propia
madre, el compaero u otras figuras significativas- para evitar perderse en
una confluencia que podra empujarla a fugas psicticas o transformarse en
una "folie deux"). En otros trminos, la madre permite al nio sentirse
contenido sin ser destruido (psicosis autistas o simbiticas, esquizofrenia)
por las propias angustias -que han sido descritas, en esta fase, como
angustia de "romperse en pedazos, de caer para siempre, de no tener
ninguna relacin con el cuerpo, de no tener orientacin" (Winnicott, 1970).
Ya se ha dicho que tener en brazos (holding) permite la integracin.
Confluencia primaria significa que esta fase se caracteriza por la modalidad
relacional del "nosotros", sin olvidar que tambin en esta fase, especialmente
despus del tercer mes, el nio tiene un sentido del self emergente primero y
del self nuclear despus (Stern, 1987). Sentido del self que se construye a
medida de la organizacin y la estructuracin de las distintas sensaciones de
un self agente (autor de las acciones), de un self cohesionado (sentido de la
propia consistencia), de un self continuo, de un self afectivo. Hacia el quinto
o sexto mes la confluencia se asimila y la relacin madre -nio evoluciona.
Del Nosotros al T
Despus de la sensacin del nosotros-sin-lmites-claros, emerge del fondo de
la vivencia madre-nio, el sentido del lmite del otro, del t: el nio aprende a
reconocer los propios lmites a travs y en el interior de la experiencia del
lmite-t. Este proceso se articula, como veremos, en dos momentos
especficos.
Segunda fase: introyeccin (del quinto o sexto mes al noveno).
Como hemos visto, hacia el quinto o sexto mes, de la gestalt del nosotros se
pasa a ncleos de consciencia del ser diferenciados. Es un momento
dramtico: por esto es por lo que Mahler habla de la "ruptura de la cscara"
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cuando stas son conscientes, llegan a ser estmulos para una mayor
clarificacin y una profundizacin.
Apunto algunas de estas tareas abiertas:
Profundizar el estudio de la psicopatologa en relacin a las varias fases
evolutivas;
Estudiar los modos en que las disfunciones en una determinada fase
condicionan a la siguiente;
Investigar los procesos de conexin y estratificacin de las distintas
modalidades disfuncionales;
Desarrollar las posibles profundizaciones en el nivel de la diagnosis y de
intervencin diferencial.
Hablar de tareas abiertas en la Terapia Gestalt me trae a la mente las
palabras de I. From (1985): "Durante treinta y dos aos yo he estado
inmerso en la prctica y en la enseanza de la Terapia Gestalt. Su teora ha
continuado nutriendo tanto mi prctica como mi enseanza. Todava no he
agotado las potenciales implicaciones y las ulteriores posibilidades de la
Terapia Gestalt".
(Este artculo ha sido traducido en el Centro de Terapia y Psicologa por M Cruz
Garca-de Enterra en 1997, del original publicado en Quaderni di Gestalt, n. 8/9,
1989, pp.45-53)
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LA
SOLEDAD
Y
LOS
REALIZACIN FEMENINA
INTROYECTOS
DE
EL CONCEPTO DE SOLEDAD
La etimologa de la palabra soledad refiere que sta proviene del latn
solitas, atis. Se trata de un sustantivo femenino que significa carencia
voluntaria o involuntaria de compaa; lugar desierto o tierra no habitada;
pesar y melancola que se sienten por la ausencia, muerte o prdida de
alguna persona o cosa. (Espasa Calpe, 1924, tomo XLVII, pg. 93).
Destaca la caracterizacin de la soledad como un estado del ser humano y
como un sentimiento que emerge ante la prdida o la ausencia de aquello
que se quiere. As, se define con palabras que hablan de aislamiento y
melancola, retiro y pesadumbre. Slo una palabra se refiere a una accin
elegida, la que habla de una carencia voluntaria de compaa.
Esta aclaracin es muy importante porque plantea que la soledad puede
ser tanto un estado que se vive involuntariamente como una condicin
elegida. Desde este punto de vista, deja de tener la connotacin negativa
que por lo general se le concede y obtiene una amplitud que permite
definirla en trminos ms objetivos. Me refiero al hecho de que la soledad
puede implicar algo ms que un sentimiento de pesadumbre y melancola
por la carencia de compaa; pero de eso no hablan los diccionarios.
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para crear.
La soledad, adems de un mal y una situacin penosa, puede
convertirse en una benfica fuente de fortaleza interior (Giusti, 1988,
pg. 43). El anlisis de Rogers sobre la soledad del ser humano en el
mundo moderno se enlaza con el aumento en la incidencia de la soledad
forzada:
No existe ninguna apariencia que proporcione seguridad. Por ello,
el hombre moderno vivencia, y en un grado probablemente antes
desconocido, su soledad, su estar excluido, su aislamiento, tanto
en lo que se refiere a su ser ms profundo como en relacin con los
dems. (Rogers, s/fecha, pg. 111).
Las tradiciones le ofrecan seguridad al individuo, pero a costa de su
libertad y su autonoma. A diferencia de pocas pasadas, el individuo
que habita en las grandes metrpolis -sobre todo en Occidente- tiende a
experimentar situaciones y sentimientos de soledad e incertidumbre an
en lo que respecta a su propia identidad y a sus elecciones.
Este fenmeno plantea una paradoja: por un lado, puede provocar
actitudes destructivas o autodestructivas en las personas (por ejemplo,
la bsqueda de una falsa seguridad a travs de las adicciones y la
violencia); y por otro lado, puede conducir a un desarrollo personal a
partir del momento en que el individuo asume su situacin de soledad e
incertidumbre y busca alternativas para lidiar con ellas.
El incremento de la soledad forzada plantea un reto ante la humanidad:
el de aprender a vivir y a encontrar un camino para el desarrollo a pesar
de los momentos de inseguridad y de ausencia de compaa. Es el reto
de transformar los efectos destructivos y autodestructivos de la soledad
forzada, en oportunidades para la autoexploracin, el desarrollo de
potencialidades creativas y la generacin de una vida constructiva para
s mismo y para los otros.
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mujer que por sus malas acciones no merece ser feliz, es casi siempre
solitario. Se trata de una soledad forzada, no elegida. Rara vez se plantea
que una mujer puede sentirse realizada si vive sola; por el contrario, esta
condicin se asocia directamente con la amargura y la frustracin.
En el mundo contemporneo, elegir una forma de realizacin distinta a la
establecida por la sociedad, como lo es el vivir sola, sin casarse y sin tener
hijos, implica enfrentar el rechazo o el desprecio de muchos segmentos
sociales y la presin para volver al buen camino tradicional.
Por otro lado, uno de los mayores problemas para la mujer soltera es que
ninguna institucin social le plantea qu hacer en caso de experimentar
una situacin como la suya. As, con la sensacin de miedo producida por
la falta de status social, de un destino manifiesto y compaa constante, y
con el rechazo o el desprecio de algunos segmentos de la sociedad, el
trnsito a travs de la vida a veces resulta ms tortuoso. Por ello, no es de
extraar que una mujer se sienta desorientada, insegura y temerosa, con
sentimientos de inferioridad y desproteccin, cuando llega a una edad en
la que prcticamente todas sus conocidas y amigas estn casadas y ella
empieza a ser la solterona del grupo. Para la mujer soltera no hay lugar
en el mundo. Su vida, de acuerdo con las pautas sociales tradicionales,
carece de sentido. Ante este escaso nmero de opciones y el carcter
determinante de las mismas, es comprensible que la solterona dude
respecto al sentido de su existencia y entre en serios conflictos para
encontrar un sentido que realmente la justifique.
Un testimonio de la crisis que puede llegar a experimentar la mujer que se
queda soltera, es decir que permanece sola porque no tuvo mejor
alternativa, aparece en la siguiente declaracin, recopilada por Tere
Gonzlez de Young en uno de sus artculos:
... vivo sola... en mucho compenso con comida la soledad, la
tristeza, el vaco y el dolor que siento por la vida que me toc vivir...
Mi vida emocional es triste, gris e intrascendente, con das sin
huella... Quien diga que la soledad es bonita no sabe que, cuando
la vida te la impone, es muy dura de sobrellevar y muy dolorosa...
debido a mi fsico no he tenido suerte... cmo quisiera tener alguien
a mi lado, al cual abrazar y ser abrazada, apoyada y respaldada y
que me diga que lo que hago est bien hecho... Un tumor en la
matriz... me imposibilit el ser madre, por lo que nunca sabr cmo
es ese sentimiento... Con mi familia me siento juzgada, criticada,
rechazada y menospreciada... no he podido volver a trabajar por
incompetente y falta de prctica, por mi edad yo parecera la mam
de los compaeros... En lo que se refiere al sentido de mi vida, vivo
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sentirse realizada.
Una concepcin tal del sentido de la vida necesariamente provoca una baja
autoestima y un sentimiento de desesperanza. Estos son los principales
efectos de la soledad sobre las mujeres que circunscriben la realizacin
femenina al mbito del matrimonio y la procreacin (hasta el momento la
mayora). Si dichos efectos son llevados a sus ms graves consecuencias,
pueden redundar en una grave crisis existencial y una depresin
profunda. Y ms an, si este proceso de deterioro es agudo y progresivo, la
mujer puede ser vctima de una o varias adicciones. Los casos ms
dramticos, como el de Alfonsina Storni, terminan con un suicidio.
Alfonsina Storni, poetisa y escritora argentina nacida en 1892. De carcter
sensible y pasional; tuvo una existencia solitaria que llen con su
extraordinaria capacidad creativa (seis libros de poesa, uno de poemas en
prosa y tres obras teatrales, entre otras obras). A los 46 aos de edad, al
conjugarse el dolor causado por su soledad con los sufrimientos generados
por el cncer, se suicid arrojndose al mar. Falleci en 1938, dejando un
hermoso legado para la humanidad. Sirva de ejemplo el fragmento inicial
del poema Alma desnuda, escrito en 1919:
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus ptalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peasco, una selva y una ola.
LAS PAUTAS
INTROYECTOS
CULTURALES
TRADICIONALES
LOS
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CONCLUSIONES
Este trabajo me ha permitido darme cuenta de que aquellas creencias que
he vivido como obsesiones, no han sido ms que introyectos integrados a
mi personalidad en el transcurso de mi historia. Dichos introyectos,
constituidos como la necesidad de cumplir con las pautas culturales
tradicionales en lo que se refiere a la realizacin femenina, han sido
condiciones que, por su incumplimiento, me han conducido, como a
muchas otras mujeres, a un estado de sufrimiento, temores y un
sentimiento de irrealizacin.
Por esta razn, los introyectos relacionados con la realizacin femenina
deben cuestionarse ms que nunca en toda la historia, ya que la
incidencia de la soledad forzada entre las mujeres adultas -al menos en
Occidente- es un fenmeno en ascenso. El testimonio recopilado por
Gonzlez de Young que se presenta como ejemplo en este trabajo, pone de
manifiesto una problemtica que con seguridad se repite en muchas
latitudes. Sin embargo, la visin que la sociedad tiene sobre este problema
tiende a ser tal como la pinta Rosario Castellanos: una visin de desprecio
y mofa ante situaciones que la mujer experimenta al nivel de una crisis
existencial intensa y profunda.
Tal vez este incremento de la vida en soledad entre las mujeres, comience
a modificar la visin social de la quedada o solterona y ayude a enfocar
su situacin desde un punto de vista ms justo y serio, en vez de ocultarla
en los rincones como lo prohibido y lo temido o reducirla a las bromas.
El primer paso en este proceso de cambio debe ser la toma de conciencia.
Sin instruccin las mujeres difcilmente podrn obtener la libertad y la
independencia necesarias para ampliar sus alternativas de realizacin y
elegir la forma de vida que se ajuste ms a sus necesidades autnticas.
As, para tomar decisiones y responsabilizarse por ellas es necesario
contar con informacin veraz y con ms experiencia.
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LA
FRUSTRACIN
DEL
ANHELO
DE
LA
MATERNIDAD. La influencia de los introyectos y su
atencin psicoteraputica desde el Enfoque Gestalt
Valentina Rojas Nova (*)
Para poder enfrentar tranquilamente la vejez y la muerte,
hay que haber tenido un hijo, plantado un rbol y escrito un libro.
(Proverbio chino)
Mi inters por escribir sobre este tema parte de una necesidad personal,
durante cinco aos estuve intentando embarazarme, padec un enorme
sufrimiento tanto fsica como emocionalmente, y me di cuenta de las
carencias que imperan en el terreno profesional de la medicina, ya que a
los mdicos lo nico que les interesa es lograr embarazos y elevar la
estadstica. Me sent objeto de estudio y no persona; nadie me pregunt
cmo me encontraba, excepto mi pareja, y yo me arriesgaba cada vez ms,
mi objetivo era lograr ser madre biolgica aun a costa de mi integridad
personal.
Recuerdo que tena constantemente sueos, en los cuales yo cargaba a un
beb, lo alimentaba y lo arrullaba, al despertar me senta desilusionada.
Durante mi asistencia a Biologa de la Reproduccin (especialidad
derivada de la ginecologa, para lograr la reproduccin), observaba a
infinidad de mujeres jvenes y no tan jvenes sufrir, enojarse, llorar. Su
cara reflejaba una profunda tristeza y manifestaba su frustracin por no
ser madre. Y ah nos encontrbamos, en la salita de espera, comentando
algunos de los sentimientos que tenamos con respecto a las mujeres que
s tienen hijos, expresbamos nuestro enojo, impotencia, celos, de una
manera casi imperceptible, haba que aguantar y no perder la esperanza
de que esta vez s funcionara el tratamiento.
Tambin vivamos con la constante culpa por no ser capaces de darle un
hijo a nuestra pareja, y por haber dejado pasar tanto tiempo ignorando
nuestro reloj biolgico.
Valentina Rojas Nova. Profesora de Primaria (SEP). Lic. en Psicologa (UNAM).
Orientacin en Enfoque Centrado en la Persona. Especialidad en Psicoterapia Gestalt
(IHPG). Experiencia con adolescentes infractores y en violencia intrafamiliar. Dedicada a
la docencia con nios y a la psicoterapia individual.
(*)
CULTURA
Para la mayora de las personas lo normal es que cuando se case una
mujer tenga hijos. Esto es as porque en nuestra cultura la maternidad
forma parte de la identidad femenina; maternidad e identidad femenina se
hayan ntimamente vinculadas desde edad muy temprana.
No hay que ir muy lejos, vivimos en un pas patriarcal que ha marcado
roles muy estrictos para ambos sexos. Durante siglos, se consider que los
roles primarios de la mujer eran el de esposa y madre. An hoy, en los
albores del siglo XXI la mujer que elige no tener hijos es considerada
anormal por mucha gente.
La mayora de las mujeres suean con ser madres desde la infancia y esto
es fomentado por una cultura como la nuestra, en donde se elaboran y
venden juguetes con un claro significado social; basta observar los
aparadores con cocinitas, casitas, muecas que comen y que incluso
hablan, vemos como la nia es la madre de las muecas, las alimenta, las
acuna a la hora de dormir y tambin las regaa. Durante la adolescencia y
la temprana juventud el sueo consiste en enamorarse, contraer
matrimonio y formar una familia.
En Mxico, los troqueles donde se da forma a la nia le brindan desde
pequea la aceptacin del rol maternal. Santiago Ramrez (1977) plantea
que la nia observa a una madre muy fecunda, pronto se le asignan
funciones en el cuidado de sus hermanos menores, y en sus juegos se
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MATERNIDAD-GNERO
El ser mujer u hombre significa formas de vida totalmente diferentes.
Siendo nias se nos ensean ciertos tipos de tareas propias de lo
femenino o de lo masculino. Es as como muchas mujeres vivimos
pensando que una de nuestras funciones es ser madres, porque
biolgicamente estamos conformadas para tener hijos. De tal modo, ante
una maternidad frustrada, nosotras las mujeres la experimentamos de un
modo diferente a los hombres; no es que ellos no sufran, pero la presin
social sobre la maternidad es mayor para la mujer.
Mara Izquierdo menciona que:
La maternidad es una funcin biolgica, pero es tambin una
funcin cultural. Biolgicamente tiene que ver con el sexo y es
capacidad exclusiva de las hembras Culturalmente es uno de los
aspectos que caracteriza ms claramente al gnero y en este
sentido es una funcin femenina. (Fem. 1985, Ao 9, No. 43,
pg.6).
En lo referente a la maternidad, la biologa seala al sexo femenino como
al responsable de la reproduccin y, en nuestra cultura, el papel de mujer
gestante y luego lactante, se prolonga en el de madre cuidadora,
educadora, etc.
Por aos, y en la mayor parte del mundo, tener hijos ha sido
tradicionalmente considerado como la realizacin de un matrimonio, se daba
por hecho que una pareja casada tena hijos y ms tarde nietos. (Mc. Cary,
citado por Papalia, 1975, pg. 289).
Slo la mujer que llegaba a ser madre se realizaba plenamente, slo a la
47
TEORAS
Revisemos ahora algunos planteamientos de los tericos con respecto a la
interrogante Por qu las mujeres quieren tener hijos?
Los tericos del Psicoanlisis sostienen que las mujeres tienen un
profundo deseo instintivo de dar a luz y criar hijos, que de este modo
reemplazan a sus propias madres, y que sus bebs son substitutos del
pene que nunca tuvieron. En la poca victoriana en la que Freud
desarroll sus teoras, no haba un inters real por estudiar lo femenino,
as que considero que su sustento es endeble. Por otro lado, si esto fuera
cierto, todas las mujeres de todo el mundo desearamos tener bebs, pero
hay estudios como el de las Islas Marquesas, (Ramrez, 1977, pg. 135)
que demuestran que el aprendizaje tiene mucha influencia, y en ese lugar,
el ser madres no es prioridad para las mujeres; no se despierta su
instinto maternal, ms bien son expectativas sociales.
Erikson (psiclogo del yo), define:
La maternidad y paternidad en trminos de habilidades en
crecimiento y de recursos de la personalidad, considerando la
generatividad, o preocupacin por establecer y guiar a la siguiente
generacin, como una necesidad evolutiva bsica. (Erikson,
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INTROYECCIN
Creo que la cultura influye en forma importante para que una mujer
anhele tener hijos, y que a travs de la introyeccin es como vamos
moldeando nuestra forma de ser y comportarnos en el ambiente en el que
nos encontramos inmersos.
Perls dice que: La introyeccin es el mecanismo neurtico mediante el
cual los introyectos estructuran la personalidad, incorporando patrones,
actitudes, modos de actuar y pensar que no son verdaderamente
nuestros. (Fritz Perls, 1976, pg. 45).
As es como los introyectos, al no tener fundamento en la experiencia
propia, se oponen a lo autntico, y son mensajes recibidos del ambiente
quenos tragamos sin digerirlos, y por lo tanto son las necesidades de otros.
(Myriam Muoz Polit, 1998, Apuntes de Psicoterapia ). Precisamente, las
mujeres que anhelan la maternidad, han incorporado introyectos que la
cultura provee, estos son algunos de los ms fuertes que definen a la
mujer como tal:
1. Una mujer debe casarse y tener hijos.
2. Una mujer adulta debe ser madre.
3. Si una mujer no tiene hijos est incompleta.
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4.
5.
6.
7.
8.
Enfermedades venreas.
Infidelidad.
Masturbacin.
Pensamientos y actos homosexuales.
Placer sexual.
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PROCESO DE PENA
De acuerdo con la Dra. Elisabeth Kbler-Ross (1993) el proceso de pena se
compone de cinco fases que son:
1. Negacin: la primera reaccin de la mujer al enterarse de su
infertilidad es de incredulidad, las frases caractersticas son: no, no
es cierto, o tambin puede restarle importancia a lo que le est
sucediendo no es para tanto, no me importa. Durante esta fase la
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CONCLUSIONES
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59
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figura/fondo No. 8.
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CLIMATERIO
La menopausia es el momento en que la menstruacin se suspende
permanentemente. Los ovarios dejan en forma paulatina de ovular, as
como de segregar la provisin cclica de estrgenos. Se produce una
declinacin en la produccin de la hormona progesterona, que cada mes
ha constituido el forro interior del tero, preparndolo para el vulo
fertilizado. Estos cambios hormonales significan que ya no se es capaz de
concebir. Mientras el cuerpo se ajusta al rpido decrecimiento de
estrgenos, pueden experimentarse algunos sntomas incmodos. La
menopausia generalmente ocurre entre los 48 y los 52 aos.
El climaterio es el perodo anterior y posterior de la menopausia. Tambin
se le conoce como fase premenopasica y postmenopasica
respectivamente y puede abarcar hasta quince y, a veces, veinte aos.
Como los ovarios tienen vida limitada, empieza el declinamiento de su
funcin alrededor de los 40 aos de edad y van disminuyendo
paulatinamente. Sin embargo despus de la menopausia algo siguen
funcionando, durante el climaterio, algunos aos; y adems vendrn
sustitutos a tratar de suplir la funcin de los ovarios, principalmente la
corteza suprarrenal.
1. CAMBIOS BIOLGICOS
Es difcil generalizar sobre los cambios biolgicos, pero los ms comunes
que pueden ocurrir son: bochornos o sofocaciones; resequedad vaginal, de
la piel y de las uas; cada del cabello; prdida de masa sea
(osteoporosis); dolores de cabeza; flacidez en el cuerpo; baja de energa y
hasta afecciones cardacas.
Los bochornos se presentan como una repentina sensacin de calor en la
cabeza, el cuello y el pecho, a veces con enrojecimientos en la piel.
Generalmente, duran varios segundos y puede haber sudoracin; cuando
esto sucede, suelen sentirse escalofros, ocurren cuatro o cinco veces al da
y con ms frecuencia por la noche, lo que provoca trastornos en el sueo.
Todava no se comprende la relacin entre la baja hormonal y dicho
fenmeno. Un factor importante es que la glndula pituitaria aumenta la
produccin de la hormona estimulante del ovario en respuesta a la
disminucin de produccin de estrgeno y progesterona.
Los estrgenos son una fuente de defensas para el cuerpo y protegen
contra muchas infecciones y enfermedades. Por fortuna el cuerpo se
acostumbra a este nuevo nivel ms bajo de estrgeno y vuelve a mantener
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Naturaleza
se
vengar;
cada
accin
trae
consigo
unas
consecuencias."(Schneider, 1992, Pg. 221). Coincido con esta opinin,
puede tener algunas ventajas el reemplazo hormonal pero es necesario
valorar el precio que se pague al forzar al organismo a no aceptar el
deterioro normal de la edad.
Deseo sexual. Con relacin a la actividad sexual, se ha comprobado que
una mujer sana es capaz de tener orgasmos intensos durante toda su vida.
En una encuesta a un grupo de mujeres, al preguntarles sobre sus
experiencias en la menopausia, se encontr que es muy frecuente que
vean como un alivio el dejar de menstruar, el no tener que tomar ms
anticonceptivos y no ms calendarios para planear las vacaciones. El
considerar que las mujeres pasan por un sinnmero de problemas es
cultural, y no se toma en cuenta a quienes no la sufren sino al contrario
disfrutan de esta poca, que tal vez podra ser la mayora. Por ejemplo, la
respuesta sexual cambia tanto en los hombres como en las mujeres con la
edad, la excitacin toma ms tiempo. Algunas mujeres reconocen que
gozan ms el sexo que antes puesto que hay ms tiempo de caricias por la
tardanza en la excitacin. (Cottin, 1996)
Dieta y ejercicio. Hacer ejercicio genera endorfinas, las que producen
sentimientos de euforia.
"Todo parece indicar que el ejercicio fsico estimula las
emociones positivas, actuando directamente sobre las propias
races hormonales del xtasis." (Colgan, 1996, Pg. 288).
Las protenas de los msculos necesitan un tiempo mnimo de seis meses
para renovarse. Y la mayor parte de los huesos se renuevan tan slo una
vez al ao. Es fundamental ser constantes, empezar 30 minutos, tres das
a la semana, con caminata. El yoga es una disciplina en la que no slo se
ejercita todo el cuerpo sino que tambin se practica una buena respiracin
y relajacin lo que permite librarse de rigideces y tensiones.
No olvidar lo indispensable que es contar con una buena alimentacin y
una dieta equilibrada, en la que debe evitarse al mximo las tres
sustancias blancas: la sal, la harina, y el azcar, as como las grasas de la
carne, de los alimentos fritos, de la pastelera y dulces. Resulta mucho
ms sano obtener las protenas de los cereales y las legumbres. Las
caloras que no se queman pero se ingieren se convierten en grasa; como
consecuencia, provocan un aumento de peso que repercute en atrofias en
las articulaciones.
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PSICOTERAPIA GESTALT
Fritz Perls, cofundador de la Psicoterapia Gestalt, tuvo influencias
filosficas de la Fenomenologa, del Existencialismo, del Psicoanlisis y de
varias corrientes de la Psicologa.
La Psicoterapia Gestalt es una terapia humanista que pretende ayudar a
las personas a desarrollarse plenamente, con responsabilidad sobre su
vida. Que aprendan a tomar contacto con sus necesidades y a buscar la
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cmo lo hace, sabe que tiene alternativas y elige ser como es". (Yontef,
1998, Pg. 135).
Raquel hizo la tarea durante una semana de darse cuenta si eran los
bochornos los que le causaban insomnio, vio que era su necesidad de
control lo que la haca no soltar su cuerpo y poder descansar por las
noches.
Los introyectos estn en el origen de las prohibiciones, de los deberes, de
las normas, de las obligaciones, de la ideologa. Se producen al entrar en
contacto con los padres, profesores, o cualquier persona que influye en su
educacin. Despus de haber recibido esos mandatos, se quedan grabados
y se aceptan como propios, por ejemplo: muchas creen la idea de que las
mujeres son "dependientes" y pasan del tutelaje de los padres al del
marido y posteriormente al de los hijos.
Un ejercicio que sugieren los Polster es terminar las frases con el empiezo
Yo creo que... stas nos dan material para revisar:
Cuntas representan juicios personales, si resultan de su propia
experiencia, o cuntas son meras repeticiones de prejuicios
rancios, recibidos de otras personas en el curso de su vida.
Cualquier experiencia que intensifique en el paciente el sentido del
yo, es un paso fundamental para deshacer la introyeccin.
El
introyector minimiza la diferencia entre lo que se traga entero y lo
que verdaderamente querra, si se permitiera discriminarlo.
Neutraliza as su propia existencia. La impaciencia por engullir
algo rpidamente, la pereza cuando hay que esforzarse mucho
para deglutirlo, la voracidad por tener lo ms posible lo ms pronto
posible: todas estas tendencias conducen a la introyeccin. La
rebelin es necesaria para deshacer los introyectos." (Polster,
1985, Pg. 83- 86).
Margarita, al realizar el ejercicio de Yo creo que... se dio cuenta de
cuntos mandatos de su madre haba introyectado: mantenerse delgada
para seguir siendo atractiva, tratar de disimular la edad y nunca
confesarla, su mrito fundamental deba basarse en ser una buena
madre, y otros ms, que haba obedecido para no ser criticada. La Gestalt
se centra en los sentimientos y sensaciones, la amplificacin de stos
puede ser un medio para reducir la introyeccin, darse cuenta que son
capaces de cambiar sus creencias.
Pude observar en el grupo de terapia que alguna paciente se ayudaba con
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2. Autenticidad.
3. Responsabilidad.
Se utilizarn papelgrafos, plumones, plumas y papel.
En cada sesin: Para realizar los ejercicios es conveniente sentarse en
crculo, cerrar los ojos. Pensar en s mismas. Contestarse Quin soy
ahora realmente? Cules son mis necesidades reales aqu en este
momento? Analizar cules son mis propios deseos. Con qu no estoy
satisfecha?
Despus de integrar al grupo se marca un reglamento: la puntualidad es
importante para respetar las horas de salida, se requiere discrecin,
respeto, hablar de s mismas, no de las dems, no aconsejar. Entre todas,
fijar las reglas para que exista armona, y hacer cualquier aclaracin en el
grupo para que no queden cosas pendientes. Se realizarn meditaciones
para relajarse, juegos y experimentos.
CONCLUSIONES
Estar en la edad de la menopausia no es lo mismo que iniciar la vejez,
muy al contrario, es una de las etapas ms productivas, ms
satisfactorias y ms plenas en nuestro ciclo. Me queda muy claro que las
mujeres, al llegar a esta edad, si conservan una actitud optimista, tienen
una sensacin de plenitud. En cambio, en quienes se han credo el mito
de que la menopausia es el fin de su femineidad, el declive es rpido, el
envejecimiento prematuro y la prdida total de su vitalidad, acelerada.
Entiendo que el mensaje de que nuestro valor principal radica en tener
hijos permanece muy vivo dentro del inconsciente colectivo. Es un viejo
pensamiento que es difcil de erradicar, pero si nos informamos,
podremos cambiar esas ideas obsoletas.
Vuelvo a insistir en que si las mujeres estn ocupadas, si practican
actividades deportivas, artsticas, de inters social o profesionales,
obtienen un mayor significado en sus vidas, y no se detienen a sufrir por
los cambios. Porque es innegable que al llegar a la quinta dcada se
presentan diferentes prdidas, tanto en el propio cuerpo como en su
entorno, los hijos ya crecieron, las relaciones de pareja sufren deterioro,
son frecuentes los divorcios, los requerimientos de padres ancianos
aumentan, pero depende de cada una verlo como el caos o como retos
nuevos a vencer.
Un comentario que se repiti en el grupo de terapia, es que en esta etapa
75
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figura/fondo No. 8.
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TCNICAS
CREATIVAS
DE
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PSICOTERAPIA
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ALTERNATIVAS
QUE
PROPONE
LA
TERAPIA
GESTALT PARA EL TRABAJO CON UN NIO
MALTRATADO
Catalina Obeid Layn (*)
INTRODUCCIN
Me gustara iniciar este artculo planteando la siguiente pregunta: Se
daa ms a un nio por someterlo a golpes fsicos o se le lastima ms
exponindolo constantemente al ridculo y a la humillacin de su persona?
La violencia es un fenmeno social que representa uno de los principales
problemas de salud pblica, aunque en nuestro pas no est reconocido
como tal; esto lo podemos comprobar cuando al presentarse la necesidad
de recurrir a las autoridades porque un hombre maltrata a su esposa o a
sus hijos, al menos que estos vayan demasiado lastimados, no es posible
hacer nada en contra del agresor.
La violencia puede haber sido ejercida contra menores, contra la mujer,
contra los ancianos, contra los discapacitados; o debida a la tortura
poltica, la guerra y el suicidio. Mi inters en escribir este artculo es en
referencia al maltrato del menor, las repercusiones que ste puede tener
en el nio y lo que sugiere la Terapia Gestalt como alternativa de trabajo
con pequeos que desde temprana edad han sido afectados por esta
problemtica.
Da a da aumenta el nmero de nios maltratados, cuando pensamos en
maltrato, generalmente lo asociamos a golpes. Sin embargo, el maltrato
puede ser activo o pasivo, expresado fsica o psicolgicamente. Las causas
pueden ser diversas: violencia fsica, abandono fsico y emocional, maltrato
emocional, explotacin sexual, etc. El maltrato emocional, en ausencia de
daos fsicos no se puede detectar fcilmente.
Considero importante, que a travs de esta lectura, dirigida a personas no
familiarizadas con el campo teraputico, pueda ampliarse el conocimiento
(*) Catalina Obeid Layn. Psicoterapeuta Gestalt. Especialidad en Adolescentes,
Sueos, Sntomas, Sensibilizacin. Actualmente dedicada a la psicoterapia privada y a la
docencia.
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EL MALTRATO INFANTIL
Se considera maltrato al nio todo aquello que le impida un crecimiento y
un desarrollo adecuado de sus potencialidades (Primero Rivas, Luis, 1992).
Actos o carencias que daan al nio, que atentan contra su integridad
corporal, su desarrollo fsico, afectivo, intelectual y moral; hechos que se
manifiestan con el descuido y o lesiones fsicas, psquicas y sexuales, por
parte de un familiar o persona que est al cuidado del nio.
El maltrato puede ser fsico o emocional, no necesariamente es intencional
o premeditado. Puede considerarse maltrato fsico el no dar alimentos y
medicamentos cuando el nio lo necesita; pellizcar al nio, darle
cachetadas, golpes con objetos (cinturones), apretones que dejen marcas,
quemaduras, fracturas, etc.
Se considera maltrato emocional el humillar, devaluar, comparar, gritar,
insultar, intimidar verbal o no verbalmente al nio, omitir caricias,
abandonarlo en lugares pblicos, encerrarlo en la casa, rechazarlo
continuamente o hacer que sienta que es una carga indeseable (Kempe,
1996). A pesar del dao que ocasiona el maltrato emocional, no es
fcilmente detectado, y slo se diagnostica aos despus, a travs de las
alteraciones del afectado, stas dependern de la magnitud de la agresin
y de la etapa de desarrollo en la que la persona se encuentra.
Raymundo Macas menciona las etapas de desarrollo y lo que sucede en
cada una de ellas: En la etapa postnatal, las necesidades del nio son
principalmente fisiolgicas: de alimentacin, abrigo y descanso, y la
insatisfaccin de las mismas se manifiesta a travs del llanto. En esta
etapa la forma de agredir al nio es descuidando el que estas necesidades
sean cubiertas.
La siguiente etapa es la de lactancia, en ella la relacin del hijo con la
madre es de dependencia. El nio ordena a travs del llanto y la madre
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en comn
queridos, tienen baja autoestima. Estos menores pueden ser muy pasivos
o muy agresivos y hostiles. Constantemente desafan a un adulto, no
expresan sentimientos y rara vez sonren con las personas que los rodean.
Buscan aceptacin con conductas inadecuadas y confirman as el rechazo.
Presentan trastornos de sueo: dificultad para dormir y terrores
nocturnos. No sostienen la mirada y tienen problemas de lenguaje. Son
sensibles a la crtica o al rechazo. Al entablar una relacin, intentan
agradar.
En el mbito escolar, no tienen buena capacidad para aprender y
comprender. Se presenta una falta de desarrollo del lenguaje y no hacen
amigos; atacan a otros nios. Poco se permiten disfrutar el bromear y
rerse. Piensan que son malos, antipticos y estpidos. Exigen de s
mismos para hacer las cosas bien. (Kempe, 1996). Son nios que necesitan
el juego repetitivo, as logran tener control sobre su mundo. Las
consecuencias que sufre un pequeo que ha sido maltratado pueden
presentarse a corto y a largo plazo, manifestndose la problemtica en
diferentes reas conductuales. En caso de que se detecte algn
comportamiento que indique el maltrato de un menor es recomendable
brindarle apoyo psicolgico, para lo cual existen distintos tipos de ayuda,
entre otros est la Terapia Gestalt.
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El Dibujo
Es esencial en la terapia infantil, sobre todo cuando el nio no expresa con
juguetes lo que le pasa. No se interpreta, se trabaja junto con el nio. En
este caso el terapeuta se limita a lo que el nio quiera decir de s mismo y
del dibujo. Se le pide al nio que se vaya convirtiendo en cada uno de los
elementos de su dibujo, hablndolo en primera persona, y el facilitador
hace un dilogo con cada parte mencionada.
Violet Oaklander propone algunas ideas para utilizar el dibujo, entre otras:
1) Tu mundo, en colores, formas y lneas; pide al nio representar su
mundo usando slo formas, lneas, curvas y colores. Se inicia primero
con una pequea fantasa guiada en la que veas tu propio mundo,
como una parte de ti, cmo lo expresaras slo usando curvas, lneas y
formas. Piensa qu colores tendra, qu espacio ocupara cada forma,
en qu parte del dibujo te colocaras a ti mismo. Una vez que el nio
hace su dibujo le pide que hable de l y lo lleva a que, por medio del
dibujo, descubra sus sentimientos.
2) Dibujo de la familia: un ejercicio muy efectivo es que los nios dibujen
a su familia con smbolos o formas de animales. Nuevamente antes de
dibujar, lleva al nio a una fantasa, en que puede visualizar a su
familia, y la forma, colocacin y elementos que utilizara. Pide luego a
los nios una descripcin general del dibujo, y luego que diga algo a
cada una de las personas del dibujo. La forma de trabajar con el
dibujo vara en cada caso y depende del contacto entre el nio y el
terapeuta as como de la creatividad de ste ltimo.
3) El garabato: retoma esta tcnica de Edith Kramer, en donde el
procedimiento original consiste en pedir primero al nio que utilice todo
su cuerpo para hacer un dibujo en el aire con amplios movimientos
rtmicos. Luego, con los ojos cerrados, que dibuje estos movimientos en
una hoja grande de papel. Luego los nios cuentan alguna historia
sobre sus dibujos y se sigue trabajando como en los anteriores.
4) Dibujos de enojo: cuando los nios expresan enojo y coraje en las
sesiones, puede ser la ocasin para que puedan expresar este tipo de
sentimiento. Se le pide que use de preferencias rayas o figuras, y que
utilice colores que se relacionen con lo que siente, luego comenta el
dibujo.
5) Completando un dibujo: consiste en hacer una marca cualquiera,
generalmente con color negro y pedir al nio que la utilice para hacer el
dibujo que l quiera. Luego puede hacer una historia sobre su dibujo,
ser el dibujo o hablar con el dibujo.
6) Dibujo en grupo: cuando se trabaja con un grupo o familia se puede
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tono de voz, que repita algo que ha dicho y luego facilitando el aprendizaje
que pueda obtener de esta representacin.
En la fase de accin puede incluirse una tcnica de Guestalt, la silla
vaca. Se utiliza para trabajar alguna polaridad y consiste en que el nio
haga una inversin de roles, tomando el dilogo de un personaje y luego
cambiando de roles. Al mismo tiempo se le pide que cambie de lugar, de
manera que de un lado quede sentado un personaje o parte de l mismo
y en la otra silla quede sentada la otra parte.
La tercera parte del psicodrama es la participacin cuyo objetivo es
reintegrar al protagonista al grupo y promover la catarsis grupal. Los
participantes recuperan lo que han aprendido de la escenificacin, en la
que proyectaron partes suyas, as como lo que dejaron all, tales como
situaciones que no deseamos repetir, o roles estereotipados.
Etapas de la Psicoterapia Gestalt infantil
Guadalupe Amescua propone 3 etapas en este proceso, son:
1) Contacto y juego repetitivo
2) Juego creativo
3) Autoexpresin. Integracin del yo
La de contacto y juego repetitivo es la etapa en la cual el nio establece
contacto con el terapeuta. Este puede darse de inmediato o puede llevarse
ms tiempo, dependiendo de si el nio es extrovertido o introvertido.
Es importante que el silencio del nio sea respetado; de hecho, el silencio
tambin habla del proceso que el nio est viviendo. Si se le da el tiempo
suficiente, a su propio ritmo el nio se abre y entabla la relacin.
Ya entablada la relacin entre el nio y el terapeuta, ste empieza a jugar
de una manera repetitiva, el que sea as, da seguridad al nio, es su forma
de revivir lo que lo conflicta. Es necesario que el nio tenga la
oportunidad de hacer su juego repetitivo todo el tiempo que le sea
necesario y cuando l lo permita, entonces el terapeuta podr intervenir,
ayudndolo a expresar sus sentimientos, dndose cuenta de la relacin
que tiene el juego con su vida real. Si el nio no est listo para la
confrontacin, el dilogo que se presente debe darse en tercera persona y
ajeno a l.
Cuando el nio no puede expresar hablando lo que le pasa, entonces se le
puede proponer que lo haga a travs del dibujo o la actuacin. Hasta que
el menor supere su conflicto, el juego dejar de ser repetitivo y podr
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CONCLUSIONES
El nio puede ser agredido de diferentes formas en nuestra sociedad. La
ms obvia de ellas es la agresin fsica, aunque muy daina tambin
puede resultar la que se comete por omisin, ignorancia, insensibilidad o
pasividad.
El maltrato es un problema social, que da a da, toma mayor dimensin,
se da en cualquier estrato, raza o religin; por lo que vale la pena observar
a nuestros pequeos desde temprana edad y apoyarlos psicolgicamente,
en caso de que esto sea necesario. La solucin a esta problemtica no es
solamente el atender al menor que ha sido maltratado, sino el darnos
cuenta en que medida estamos participando en este maltrato y ver la
manera de prevenirlo.
Un sntoma, de los expuestos, no indica
problemtica en el nio, varios de ellos al mismo tiempo invitan al tutor o
a los padres a estar alerta de la conducta del menor agredido.
Pretendo contribuir a la solucin de este problema familiar y social, al
menos, creando conciencia de las consecuencias que el maltrato al menor
puede tener en su vida adolescente y adulta.
Una de las opciones de ayuda al nio que ha sufrido maltrato, es la
Terapia Gestalt, que a travs del juego, el dibujo y la expresin corporal,
ayuda al nio a expresar sus sentimientos, a canalizar la energa que le
provoca el enojo (que le genera el ser maltratado) y a recuperar su sentido
de s mismo. Los buenos resultados de esta ayuda dependern de la
relacin que se d entre el nio y el terapeuta, relacin que ayudar a que
el nio vuelva a tener confianza en el mundo que le rodea.
En el caso del nio maltratado, se aplica la Terapia Gestalt igual que en
cualquier otro caso, la diferencia radica en el tiempo que necesita el nio
para su desarrollo emocional y recuperacin de sus capacidades. La etapa
de juego repetitivo, suele tambin llevarse varios meses, a travs de los
cuales pudiera pensarse que no est habiendo avance en el proceso.
Desde mi experiencia, puedo decir que tener informacin ms clara de lo
que el problema del maltrato al menor significa, el ver que s hay opciones
para atenderlo a tiempo, y el confiar en que el nio nos muestre todas sus
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ANTECEDENTES
En un estudio del instituto nacional de salud mental en los Estados
Unidos de Amrica se mencionan treinta y ocho nombres como dao
cerebral
mnimo,
disfuncin
cerebral
mnima,
sndrome
hiperquintico, alteracin del impulso entre otros.
Dao o disfuncin son conceptos que se utilizan de forma indistinta, sin
embargo se considera que existe dao cuando se utiliza algn
procedimiento que evala la estructura del sistema nervioso demostrando
lesin anatmica.
Dao cerebral mnimo es un nombre que trata de describir la lesin causal
del cerebro que pudo haber ocurrido en tero, durante el parto o al poco
tiempo de nacido. Cuando no se comprueba, se habla de disfuncin.
Clements propuso en 1966 la siguiente definicin para la disfuncin
mnima cerebral, en una reunin de especialistas convocada para
esclarecer la terminologa que permitiera la identificacin del sndrome, as
como la posibilidad y validez del diagnstico:
Se refiere a un cuadro clnico que se presenta en nios o adultos
cuya inteligencia es normal, cercana a lo normal o mayor a lo
normal con trastornos en el aprendizaje, conducta de intensidad
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DIAGNSTICO
Existe un marco conceptual del SDMC, el cual toma en cuenta que ste
puede ser multifactorial y presentarse en varios grados, y que es
diagnosticable por los factores orgnicos que ejercen una influencia
importante al interactuar con el ambiente y la sociedad, provocando
alteraciones de la subjetividad, de la conducta y del organismo y sus
funciones.
Se dice que el diagnstico puede ser conductual como otros de carcter
psiquitrico pero cules son los datos que mediante observacin y
exploracin (signos) as como del interrogatorio (sntomas) se pueden dar?.
Existe un cuadro clnico que comprende los siguientes datos de los cuales
basta con que la mitad sea identificable para dar el diagnstico de
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Hiperactividad no situacional.
Distractibilidad.
Hiperreactividad a los estmulos.
Impulsividad.
Inconsistencia y conducta impredecible.
Dificultad para completar tareas.
Incoordinacin.
Defectos del lenguaje.
Temeridad [incapacidad para advertir el peligro].
Respuestas inadecuadas al castigo.
Rabietas o berrinches.
Dficits sensoperceptivos.
Incapacidad para aprender de la experiencia.
101
EVALUACIN ELECTROENCEFALOGRFICA
Las seales elctricas cerebrales poseen una gran complejidad y no
obedecen
a
patrones
exactos
como
los
observables
en
el
electrocardiograma, debido a la gran variabilidad que sufre el sistema
nervioso en su desarrollo por lo que es muy importante tomar en cuenta
que el electroencefalograma rara vez muestra evidencia de dao cerebral o
disfuncin mnima que tenga relacin con el trastorno de dficit de la
atencin o trastorno de aprendizaje, sin embargo el SDMC representa una
entidad real y los hechos apuntan hacia la existencia de trastornos
funcionales del cerebro, aunque en muchas ocasiones no se registren.
Esto hace difcil el diagnstico, provocando confusiones o negando su
existencia, sin embargo, la realidad es que se presenta un cuadro
sintomatolgico con datos de enfoque clnico que nos hace suponer que los
factores a los que se atribuye una accin, son principalmente orgnicos y
de los cuales podemos destacar los siguientes:
Los antecedentes del SDMC se sitan en etapas tempranas de la vida.
La cualidad de los sntomas:
En especial las dificultades de
aprendizaje, problemas visomotores y la dificultad para organizar
conceptos relativos a disfuncin de ciertas reas cerebrales.
Predominio de factores emocionales.
Incidencia de numerosos signos neurolgicos coincidentes con severos
trastornos de la conducta.
Frecuencia de anormalidades electroencefalogrficas mayor que en
otros trastornos de conducta.
El efecto teraputico producido por los psicoestimulantes, es distinto de
las respuestas sostenidas en cuadros clnicos o de normalidad.
En conclusin el SDMC, en la naturaleza de sus trastornos conductuales,
parece estar relacionado principalmente con cambios estructurales sin los
cuales los sntomas seran distintos en sus manifestaciones cualitativas.
Sabemos que ni el patrn es nico, ni los datos son fcilmente
identificables lo cual no demuestra la inexistencia del sndrome sino las
dificultades que la clnica ha de enfrentar para identificarlo.
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BIBLIOGRAFA
CALDERN, G. Ral. (1988). EL NIO CON DISFUNCIN CEREBRAL.
Trastornos del lenguaje, aprendizaje y atencin en el nio. Editorial Limusa.
Mxico D.F.
HARMONY, Thala y ALCARAZ, Vctor Manuel. (1987) DAO CEREBRAL
Diagnstico y Tratamiento. Editorial Trillas. Mxico D.F.
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ZONA EXTERNA
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4
3
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ZONA INTERMEDIA
ZONA INTERNA
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en seis fases:
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Primer
Tiempo
Segundo
Tiempo
Tercer
Tiempo
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BIBLIOGRAFA
ALLOUCH, Jean (1996). ERTICA DEL DUELO EN EL TIEMPO DE LA
MUERTE SECA. Editorial Edelp, Mxico, D.F.
ASOCIACIN PSIQUITRICA AMERICANA (1995).
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DELACROIX, Jean-Marie (1998). A Propsito del Vaco. FIGURA-FONDO.
Revista del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt. Primavera.
Vol.2.No. 1: 119-130, Mxico.
FREUD, Sigmund (1917). Duelo y Melancola, en: (1996)
COMPLETAS, Amorrortu Editores, Buenos Aires.
OBRAS
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Entrems: La confianza
Papalia (1989) comenta que prcticamente todas las sociedades han
desarrollado rituales que giran en torno a la comida, por lo que sta puede
simbolizar amor, obligaciones sociales o ser un signo de opulencia. De
igual forma, la manera de comer puede reflejar nuestras actitudes hacia
nosotros mismos, hacia nuestra familia y nuestra sociedad.
La tesis principal de Roth (1992) al respecto, es que tratamos de sustituir
el amor que no recibimos de nios con la comida que ingerimos. De esta
forma, nuestro peso y la comida slo son los sntomas de un problema
mucho ms profundo. De igual forma Roth considera que el conflicto
principal se origina en la falta de confianza que tiene el individuo en s
mismo y en el mundo que lo rodea y como consecuencia desarrolla miedo
a la intimidad.
Leer lo anterior me impact, ya que por lo menos en mi caso as es. Me
cuesta muchsimo trabajo establecer una relacin con alguien, ya sea de
amistad o de pareja, debido a que no confo fcilmente en los dems.
Siempre me dijeron que no creyera que por mi linda cara me mereca las
cosas; que para obtener lo que yo quera, tena que ganrmelo, ya que
nada se consigue gratis, y que si alguien se acercaba para darme algo sin
que yo hiciera nada, lo ms seguro es que tuviera otras intenciones. Las
cosas no te llegan as nada ms, hay que trabajar duro para conseguir lo
que uno quiere, ya que lo que fcilmente te llega no vale la pena o
fcilmente se te va.
Ensalada: El control
Una vivencia que de alguna forma me marc fue la muerte de mi pap,
poco antes de que yo cumpliera tres aos. Creo que la peor consecuencia
fue la soledad, ya que mi mam trabajaba todo el da para poder salir
adelante. Cuando en ocasiones le reclamaba su presencia, ella se enojaba
conmigo y varias veces me contest que era una egosta, por slo pensar
en m y no darme cuenta de que haca todo eso para sacarme adelante.
Entend que esto significaba que yo pensaba primero en m, en vez de
pensar en ella. Con el tiempo, mi mam se cas, y despus naci mi
hermana, por lo que estos pensamientos se extendieron hasta ella de tal
manera que qued incluida. Por lo tanto, ser egosta era sinnimo de ser
mala. As, crec con la conviccin de que pensar en m misma no era
correcto y si lo segua haciendo corra el riesgo de que no quisieran estar
conmigo, y me abandonaran.
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relaciones.
El problema de renunciar a la dramatizacin - tanto con la comida
como en las relaciones- es que sin ella no sabemos qu hacer. No
estamos seguros de estar realmente vivos. Tenemos que afrontar
algo con lo que nunca contamos: la posibilidad de paz y alegra.
(Roth, 1992. Pg. 86).
Estos sentimientos requieren de prctica. Son, entre otras cosas, la
consecuencia de detenernos en el momento presente para mirar a nuestro
alrededor. El problema es que cuando de nios tuvimos la sensacin de
que estar quietos significaba dejarnos aplastar; ahora sentimos que estar
contentos es una amenaza a nuestra supervivencia (Roth, 1992. Pg. 87).
A menos que haga algo con mi miedo, la tristeza o la rabia, con los
sentimientos de abandono o de destruccin, con los mensajes sobre mi
propio valor y mi derecho a ser amada que recib y que interioric; todo
esto seguir estando arraigado en el terreno de mi niez, donde fue
plantado. Seguir sintindome vctima de mi pasado hasta que no lleve
todo esto a la superficie, donde pueda mirarlo y afrontarlo, darle todas las
vueltas necesarias y decidir cul es su lugar ahora, si es que le
corresponde alguno. Creo que estoy en el proceso de desmantelar mi
habitacin de nia. Slo con cada sentimiento que voy tocando, por el que
me permito llorar y me duelo, puedo dejarlo de lado; de igual forma, con
cada recuerdo de miedo y con cada experiencia de prdida, las paredes se
van desmoronando. Soy digna de amor y capaz de amar, y si me doy la
oportunidad, eso se reflejar en mis elecciones de alimento (Roth, 1992.
Pg. 128).
BIBLIOGRAFA
BRANDEN, Nathaniel. (1995) LOS SEIS PILARES DE LA AUTOESTIMA.
Editorial Paids. Mxico.
CLAUDE-PIERRE, Peggy. (1998). ALERTA! ANOREXIA Y BULIMIA. Editor
Javier Vergara. Argentina.
PAPALIA, Diane. (1989). PSICOLOGIA. Editorial Mc Graw Hill. Mxico.
PERLS, Fritz. (1996). SUEOS Y EXISTENCIA. Editorial Cuatro vientos.
Chile.
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TESTIMONIOS
SOY UN COJN
Guy-Pierre Tur
Hola todos!... Soy un cojn del Instituto Humanista de Psicoterapia
Gestalt. Estoy hecho de tela azul marino en mi parte exterior y por dentro
tengo cuadros verdes. Me rellenaron con hule espuma. Soy de forma
cuadrada y bastante confortable. Me amoldo a cualquier cosa o persona
que me aprieta o que se apoya en m. Me parezco mucho a todos mis
compaeros del Instituto. Todos azules, todos cuadrados, todos rellenos y
todos confortables.
Aunque ustedes no lo alcanzan a percibir, soy
bastante diferente de mis congneres. Aqu y ahora, vivo en el tercer piso
de esta casa, en el saln ms amplio. Cuando la puerta est abierta y
estoy en un buen lugar, puedo distinguir que mi saln tiene nombre. Se
llama Dr. Frederick S. Perls.
Descanso tranquilo sobre una alfombra caf. Puedo mirar el techo blanco
con sus lmparas de nen, las paredes blancas y lisas donde cuelga un
pizarrn, las ventanas corredizas desparramando generosamente la luz del
cielo, tambin veo una muy presente columna blanca de metal. A veces
me da el sol, pero esto no me afecta mucho. No soy como ustedes, no me
pongo moreno, al contrario, me puedo decolorar poco a poco. Pero como
esto toma mucho tiempo, gozo plenamente del color y de la luminosidad.
Creo que ni se imaginan como es mi existencia. De hecho, es la primera
vez que me ponen atencin muchos de ustedes. La verdad es que la
mayora del tiempo me la paso con mis colegas cojines.
Desde mi lugar, alcanzo a ver el cielo a travs de la hermosa jacaranda.
Este rbol es un buen amigo, me encantan sus hojas que parecen plumas
y sus flores moradas que cada ao regala con abundancia antes de la
primavera. En sus conversaciones me cuenta del viento, del polvo, de las
mariposas y de la lluvia que lo baa. Gracias a l, veo diferentes tipos de
pjaros, sobre todo los pequeos colibres. Tambin me platica que existen
los perros, los gatos y los caballos. l me cuenta que cerca de sus races
pasan unos vehculos que apestan. Algo que sin l nunca hubiera siquiera
imaginado. En nuestras conversaciones, aprendo muchas cosas del
mundo de afuera. Siempre disfruto enormemente estos espacios con l.
Mi vida es bastante estable. Recostado, tranquilo, con mucho tiempo de
pura contemplacin. Hoy que se me da la oportunidad de hablar, voy a
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Pero no vayan a creer que esto es todo no, no, no!. Fjense que vivo
muchos encuentros cercanos (casi ntimos) con celebridades del mundo
del desarrollo humano. Imagnense, tuve el honor de ser el asiento de ni
ms ni menos que de Joel Latner mismo, y estuve muy cerca de Jean
Marie Delacroix y su compaera Agnes (sus respiraciones tntricas
tuvieron un efecto sorprendente en nuestra comunidad!), Marta
Slemenson me toc a travs de su biografa corporal (me mora de ganas
de saber qu lectura hubiera hecho de mi cuerpo). Dolores Bates, una
canadiense, me us para su creatividad en el experimento. En cuanto a la
famosa Nana (Adriana Schnacke), ella dialog conmigo, claro,
convirtindome en algn estmago. Gisle Barret me mir varias veces,
buscando qu uso me podra dar, tomndome muy en cuenta todo el
tiempo. Vi a Celedonio Castanedo de lejos. Paul Rebillot una vez, entr al
saln pero slo para visitar las instalaciones. Francisco Huneeus me hizo
bailar hasta el cansancio. Y dicen que como el Instituto cumple 15 aos
van a venir muchos ms. Esto se va a poner bueno!.
Tambin tuve la oportunidad de trabajar con Myriam Muoz en sus
demostraciones. Ella es la que supo darle vida a este espacio. Pero
esprense: hay algunas cosas ms que quiero compartir con ustedes, como
cojn de este recinto.
Frecuentemente me usan para algo que llaman experimento.
Sucesivamente me transforman en toda una serie de personajes diversos y
similares. Esto le da a mi vida mucha variedad. A veces me apapachan,
me abrazan o me besan y esto me gusta pero a veces me golpean, patean,
muerden y aun peor, me tiran a travs del saln o afuera del mismo. Que
me expulsaran sola angustiarme muchsimo, pero ahora se que siempre
me vuelven a integrar con mis queridos compaeros.
La verdad, me siento como un sper actor capaz de ponerse la piel de
cualquier personaje. A veces, en ciertas prcticas confusas no se ni quin
soy.
S, en ocasiones nada queda claro o tratan de transformarme en
algn concepto abstracto a los cuales son muy aficionados los humanos y
que me son completamente ajenos. Ni mi gran amigo el rbol me pudo
instruir.
Aprendo mucho en este ambiente, adems de la "nalgologia". S
perfectamente, por haberlos vivido, todos los detalles de los modos de
relacin. La proyeccin es mi favorita porque me permite actuar todo
tipo de cosas, plantas, animales y personajes. Si les digo la lista de lo que
he sido no lo creeran: llegan a mi mente ahora, porque dejaron en m un
recuerdo, un vino tinto aejo, Madonna en concierto, Snoopy rescatando a
Robinson Crusoe, una escalera que lleva a una palmera del Paseo de la
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No saben lo feliz que estoy, por primera vez en mi vida les pude decir lo
que soy - un simple, prctico y til cojn azul del Instituto Humanista de
Psicoterapia Gestalt.
A propsito, odio las sillas, se ven muy presumidas en comparacin con
nosotros (a mi compaera la alfombra, tampoco le gustan, me dice que la
lastiman con sus cuatro patas). Parece que traen tacones! La verdad, la
entiendo. Prefiere nuestras pancitas redonditas. Bueno ya los dejo, va a
empezar una clase. Desenme suerte. Hasta pronto!
P.D.
El autor de este artculo avisa que el uso
de personajes ficticios o reales es mera proyeccin...
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REFLEXIONES EN TORNO A UN AO DE
FORMACION o Cmo intentar ser terapeuta
humanista y no morir en el intento?
Psic. Enrique Montero Clavel
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aunque ella tena miedo y bastantes dudas, yo saba que tampoco tena
otra opcin: era demasiado mujer para ser mascota. Viv envidiando los
ojos verdes y la magia que en los otros causaba la sonrisa del nio-ngel,
atenta siempre a descubrir cul era el papel que haca falta en la farsa.
Pero un da se acab la familia y yo me qued desempleada: el nio se hizo
adulto y suficientemente fuerte como para no necesitar que alguien le
amortiguara la cada o le indicara en donde doblar a la derecha. La
mascota, aunque tan rara como dice, ya no pudo ocultar ms su belleza, y
la libertad le haba obsequiado la magia que un da tuvo el pequeo nio
rubio, su ser mujer se despleg al mximo, y desde mi cortina la vi brillar,
Esper entonces mis tres minutos de gloria, deseando siempre algn da
brillar con la fuerza con la que mi dolo sin saberlo, la mascota, brillaba,
en ocasiones deseando al menos un poquito de su gracia.
Al final de las cosas la espera fue premiada por la vida al convertir mis tres
minutos en treinta: treinta minutos largos para el fantasma!. Nadie me
volvi a contratar como extra, as es que cambi la actuacin por la
psicologa, y me prepar durante aos para esos treinta minutos: el da de
mi examen profesional. En l por primera vez (y por algo bastante
circunstancial) no fui extra sino protagonista; no escuch, fui escuchada;
no mir desde el silencio, me miraron... 'fue el instante de la gloria y fue el
momento que la vida me dio para decirle a mucha gente, pero sobre todo a
mi misma, que tengo una apuesta, que el camino de mi espera
esperanzada tiene forma: "mi forma"; una que nace de las cenizas y de los
silencios, y que as como escucha, quiere ser escuchada. Que le apuesto a
mi vida, a mis sueos y a un mundo como el que invent en esas noches
de silencios y fantasmas, que no soy un extra, que no soy un ngel, que no
soy mascota o mujer hermosa, que soy simple y maravillosamente
"Mnica". Una Mnica que no quiere ser ms fantasma: existo, nac y
estoy viva. Ese da, tratando de recordrselo, lo descubr yo misma.
Fue entonces cuando me pude sentar a recuperar, sentir, reconstruir y
apropiarme de mi fuerza, mi poder y mi magia perdida, y asumir por
primera vez (con responsabilidad) que yo tampoco haba querido mirar a
travs del espejo, y que en ese no mirar haba perdido mi Imagen que, por
cierto, tambin es hermosa.
Me quit los parches, dej de ser comodn en la historia, y me asum, en
cambio, como personaje nico y lleno de historia; renunci a ser "lo que
los dems necesiten que sea" porque descubr que "soy", que "quiero ser" y
que no voy a parar hasta alcanzarlo; para ello la vida me ha devuelto
piernas, decisin y movimiento... me ha devuelto el poder que cultiv en
aos de espera; y aunque tambin perd algo de ese mundo que invent
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detrs de una cortina, gan con la luz, la voz y los sueos... me gan a mi
misma... y lo ms curioso es que al renunciar a ser extra y fantasma, al
atreverme a ser simplemente lo que soy, la familia tambin me encontr un
lugar y un papel, que por primera vez, fue precisamente, el de "Mnica".
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DIS-CLPAME, NO ME DIS-CAUSES...
Gabriel Ortiz Gmez (*)
Dis-clpame, no me dis-causes;
invtame a ver el mundo
a verte a ti, a verme a m
desde tus ojos, desde tus
necesidades
para hacerte bien, para no hacerte
dao.
Y, si eso pasa,
no har contacto, ni conmigo
ni contigo
y la culpa me desterrar de mi
propia morada
pues no podr reparar nada.
Y, apresrate si te es posible
porque esto es mientras vivimos,
cuando hay margen de hacer,
deshacer, rehacer.
No respondas a mi imprudencia
y a mi miopa
con tu angustia hecha silencio
con tu enojo hecho distancia...
Habla contigo
- desprndete de lo que hice y luego
me dis-culpas
podremos reiniciar el lazo
- ahora ms limpio por el fuego que una lo que vivimos.
No me castigues, no me deseches,
no me rompas en aicos,
ms bien reprame
para que aprenda ms - y mejor a repararme.
Si t desatas,
si al hacerte caso (sin que yo te
estorbe)
(*) Gabriel Ortiz Gmez. Licenciado en Psicologa (UNAM). Filosofa. Obtuvo la medalla
Gabino Barreda. Profesor de Psicologa, Coordinador del Departamento de Orientacin
Escolar, Catedrtico y Asesor del Diplomado en Educacin Familiar, Consultor en Praxis, del
Instituto de Humanidades y Ciencias. Estudiante de la especialidad en Logoterapia.
Psicoterapeuta.
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RESEA BIBLIOGRFICA
BARRET, Gisle. (1995). PEDAGOGA DE LA SITUACIN EN
EXPRESIN DRAMTICA Y EN EDUCACIN. Recherche en
Expression. Outremont. Quebec.
Leer a Gisle Barret es volver a vivirla. Cuando se tienen muchos aos de
lidiar da a da con el reto de ensear en una escuela, leerla equivale a
mirar abrirse una ventana a un cielo claro, intensamente azul y luminoso.
Nuestra esperanza recibe alas y nuestro cansancio consuelo.
La pedagoga de la situacin, es un texto en dos partes que se
complementan y continan. En la primera Gisle despliega en un lenguaje
claro y accesible todo lo que su larga experiencia le ha permitido acumular
en esta deliciosa propuesta didctica, en la segunda parte viajamos por un
calidoscopio de experiencias que reverberan entusiasmo.
La propuesta ciertamente marcha a contracorriente, pero como otras
tantas, demuestra todo lo tan posible como necesarias que resultan,
porque, efectivamente le devuelven al acto de aprender, al espacio y al
ritmo didcticos, su intensidad vital, ondulante y diversa.
El espacio de formacin dramtica en el que Gisle se ha desbordado,
guarda de similitud con cualquier otro espacio educativo, los ejes
fundamentales de lo vital, la necesidad de abrirse a la vivencia del aqu y
ahora del que quiere aprender y la apertura espontnea a la diversidad
imprevisible, de una realidad dinmica e interactiva.
Atreverse como docente a responder a los imperativos del momento,
requiere sin duda de una visin holstica, guestltica, de una comprensin
muy clara del encuentro humano, y de una suerte de atrevimiento a darle
la cara a la diferencia, a lo confrontante, sin miedo y bien dispuestos a
coexistir con ellos. El texto de Gisle Barret aporta sin duda una cantidad
de elementos, de sabidura, y de trucos prcticos, que vendran a ser
como el equivalente de la escalera, para acceder a la ventana vital que su
propuesta nos abre.
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