Los Pueblos Nahuas de Morelos - Atlas Etnogr PDF
Los Pueblos Nahuas de Morelos - Atlas Etnogr PDF
Los Pueblos Nahuas de Morelos - Atlas Etnogr PDF
D I VU L GA C I N
MORELOS
ATLAS ETNOGRFICO
TOHUAXCA, TOGENTE
LO NUESTRO, NUESTRA GENTE
ATLAS ETNOGRFICO
Luis Miguel Morayta Mendoza (coord.)
Mara Elizabeth Hernndez Vzquez, Alfredo Paulo Maya,
Adriana Saldaa Ramrez, Marco A. Pacheco Gonzlez
MORELOS
LOS PUEBLOS NAHUAS DE
ISBN 978-607-484-144-2
GOBIERNO DEL ESTADO DE MORELOS
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGA E HISTORIA
9 786074 841442 >
LOS PUEBLOS NAHUAS DE
MORELOS
ATLAS ETNOGRFICO
TOHUAXCA, TOGENTE
LO NUESTRO, NUESTRA GENTE
LOS PUEBLOS NAHUAS DE
MORELOS
ATLAS ETNOGRFICO
TOHUAXCA, TOGENTE
LO NUESTRO, NUESTRA GENTE
ISBN: 978-607-484-144-2
La edicin de esta obra fue posible gracias al apoyo del Gobierno del Estado de
Morelos.
Esta investigacin forma parte del Proyecto Nacional de Etnografa de las Re-
giones Indgenas en Mxico en el Nuevo Milenio auspiciado por el Instituto
Nacional de Antropologa e Historia, a travs de la Coordinacin Nacional de
Antropologa y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa.
Consejo Acadmico
Gloria Arts
Miguel A. Bartolom
Margarita Nolasco ()
Alicia M. Barabas
Sal Milln
Coordinacin editorial
Pedro Molinero
Diseo
Quinta del Agua Ediciones, S.A. de C.V.
Cartografa
Tlaoli Ramrez
Grficas y vietas
Ruth Rodrguez
Fotografa
Portada: Seora Tetelcinga en el Altar, Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo,
Morelos, 2009
Contraportada: Nio moro, Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, 2009
ISBN: 978-607-484-144-2
15
Para entrar a esta obra
L. Miguel Morayta Mendoza
21
Estudios bsicos
CAPTULO 1 23
Presencias, comunidades y San Ce
L. Miguel Morayta Mendoza
CAPTULO 2 35
El panorama general del nhuatl y los dialectos de Morelos
Antonio Garca de Len
CAPTULO 3 43
Identidades
L. Miguel Morayta Mendoza
45 n Los Chinelos / L. Miguel Morayta Mendoza
52 n Danza de las Tetelcingas / Pedro Villazana Milln ()
55 n Cuauhtmoc y la madre Tetelcinga en el decorado urbano de Cuernavaca /
Ricardo Melgar Bao
CAPTULO 4 63
Los tejidos regionales sociales de los pueblos
L. Miguel Morayta Mendoza
69 n La peregrinacin de la Danza de los Vaqueros de Tetelcingo a Chalma /
Alfredo Paulo Maya
8 LO S P U E B LO S N A H UA S D E M O R E LO S. ATL A S E TN O G R F I CO
CAPTULO 5 81
Ires y venires en Morelos
Kim Snchez Saldaa y L. Miguel Morayta Mendoza
85 n Lejos de casa (Huejca tocalli) / Gustavo Zapoteco Sideo
87 n Me voy lejos (Huecanias) / Gustavo Zapoteco Sideo
88 n Comerciantes nahuas en Morelos / Catharine Good Eshelman
94 n Jornaleros migrantes de la regin de Zitlala, Guerrero, en Morelos /
Gustavo Zapoteco Sideo
CAPTULO 6 1 01
Migracin indgena a los campos agrcolas de Morelos
Kim Snchez Saldaa y Adriana Saldaa Ramrez
CAPTULO 7 119
Visin del mundo: la fuerza divina, el chicahualistle
Alfredo Paulo Maya
122 n Las Piedras del Rayo entre los kiatlaskes de Morelos / Alfredo Paulo Maya
CAPTULO 8 131
Visin del mundo: territorialidad sagrada y los aires desde el poniente
de Morelos
Mara Cristina Saldaa Fernndez
133 n Visin del mundo entre las agrupaciones de pedidores del temporal en el
norte de Morelos / Alfredo Paulo Maya
137 n Una peregrinacin de los pedidores del temporal al Divino Rostro del
Popocatpelt (El centro de la Tierra) / Alfredo Paulo Maya
14 3 n Xochimamastle / Mara Cristina Saldaa Fernndez
CAPTULO 9 151
Historia prehispnica
Druzo Maldonado Jimnez
156 n Mito sobre la invencin del calendario en tierra de Cuernavaca /
Fray Jernimo de Mendieta
CAPTULO 10 165
La hacienda, entre la memoria y los recuerdos
L. Miguel Morayta Mendoza
168 n Los Cuentepecos de San Pedro Tultepec. La danza como testimonio /
Mara Isabel Hernndez Gonzlez y Efran Corts Ruiz
183
Ensayos temticos
CAPTULO 11 185
Visin del mundo y ritual de los pueblos de tradicin cultural nahua desde el
poniente de Morelos
Mara Cristina Saldaa Fernndez
187 n El huentle a los aires, Coatetelco, Morelos / Druzo Maldonado Jimnez
192 n La cruz de pericn y la primera cosecha ritual en Morelos / Dora Sierra Carrillo
195 n Milakuaj, ofrenda a la piedra del aire en Cuentepec, Morelos /
Livia Roxana Gonzlez ngeles
CAPTULO 12 215
Mikailhuitl de Xoxogolan (Da de Muertos de Xoxocotla)
Inocente Ros y Elvira Martnez
220 n Objetos rituales: sahumerios, velas, flores / Mara Cristina Saldaa Fernndez
CAPTULO 13 229
Mitos y relatos
Mara Cristina Saldaa Fernndez
232 n Mito del Tepozteco / L. Miguel Morayta Mendoza
CAPTULO 14 243
Lo que cura y lo que enferma en los pueblos indgenas de Morelos
Alfredo Paulo Maya
CAPTULO 15 251
Los aires y los vientos: enfermedades fras y sus tratamientos
herbolarios. Un anlisis etnomdico de la mirada fisiolgica deductiva
y analgica de la medicina indgena
Bruno Giovanni Parodi Callejo
CAPTULO 16 259
El mizcotn: una enfermedad carencial entre los grupos indgenas del
estado de Morelos
Francisco Garca Fajardo
10 LO S P U E B LO S N A H UA S D E M O R E LO S. ATL A S E TN O G R F I CO
CAPTULO 17 27 5
Singularidades de la tradicin cultural nahua
2 7 6 n El significado de la vestimenta en Tetelcingo /
Tirso Clemente
CAPTULO 18 301
Mocalli, la casa en Cuentepec, Morelos
Livia Roxana Gonzlez ngeles y Mara del Pilar Angn
Urquiza
305 n Altares familiares / L. Miguel Morayta Mendoza
31 1 n El cuexcomate, de granero tradicional centenario
a una artesana comercial / L. Miguel Morayta
Mendoza
CAPTULO 19 3 17
Las danzas como rituales, como historia y como
identidad
L. Miguel Morayta Mendoza y Pedro Villazana Milln ()
32 1 n Armona y respeto entre el hombre y la naturaleza.
La Danza Azteca / Jess Ramrez Figueroa
CAPTULO 20 337
Tradicin cultural nahua en el teatro popular
comunitario
Francisco Omar Sustegui Torres
CAPTULO 21 349
Imaginando futuros
L. Miguel Morayta Mendoza y Mara del Pilar Angn
Urquiza
CONTENIDO 11
CAPTULO 22 367
Cierre. Atlas etnogrfico de los otros, por los pueblos
de tradicin nahua de Morelos
L. Miguel Morayta Mendoza
369
Glosario
375
Bibliografa
381
Identificacin de imgenes
Estados Unidos
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Sonora
Chihuahua
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Mapa 1. Localizacin del estado en la Repblica.
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Chiapas
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Presencia olmeca en Chalcatzingo, Morelos. Nube en el relieve del Rey
Para entrar a esta obra
L. Miguel Morayta Mendoza*
C
omnmente, los atlas etnogrficos han sido elaborados para
agrupar en diferentes temas una serie de rasgos que distinguen cultural-
mente a algn o algunos grupos tnicos de otros. Esta obra pretende que
el lector encuentre diferentes entradas a la historia y cultura indgena en Morelos,
que le permitan entenderlas ms all de un simple listado de prcticas exticas,
interesantes y ajenas. Asimismo, pensamos que esta obra puede ser como un es-
pejo en el que los que transiten por sus pginas puedan encontrarse con el mundo
indgena y reconocer, por un lado, lo que les es afn y, por otro, la legitimidad de
ser diferentes.
El estado de Morelos contiene evidencias de ms de 3 500 aos de activi-
dad humana organizada socialmente. De este amplio panorama histrico, el
presente atlas destaca sobre todo la presencia de los nahuas, quienes proba-
blemente han ocupado esta rea durante los ltimos 1 200 aos. Se puede
decir, con cierto sustento, que por lo menos lo han hecho en los ltimos 700
aos. Se han visto influenciados y aun fuertemente presionados por las gran-
des conformaciones de poder bajo las cuales han desarrollado su existencia.
Sistemas y grupos dominantes han sido protagonistas fundamentales en los
procesos de construccin, persistencia y transformacin de la sociedad regio-
nal, hoy morelense.
En dichos procesos, en la geografa del territorio aludido, no slo los rasgos del
medio ambiente han sido importantes; el propio medio, en s, ha sido un verdade-
ro protagonista en los mbitos econmicos, polticos y socioculturales.
El territorio morelense est conformado por un gran declive norte-sur. Desde
la parte ms alta sobre el nivel del mar, el volcn Popocatpetl y las montaas, se
inicia una captacin de aguas pluviales que forman en muchos casos corrientes
subterrneas. Dichas corrientes empiezan a aflorar arriba de los valles de tierra
caliente, haciendo posible construir sistemas de irrigacin en las frtiles tierras de
esos valles. Esta combinacin de agua, tierras frtiles y climas calurosos constituye
un fabuloso potencial agrcola, que no slo es importante en los valles de tierra
caliente, sino tambin en las partes altas donde los rendimientos son abundantes
y, por lo general, hoy rebasan la media nacional.
Este potencial agrcola ha marcado el inters y los apetitos de los grupos ex-
ternos de dominacin que estructuraron la regin hoy morelense a travs de una
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A Regin Norte y Altos B Regin Oriente C Regin Centro Sur D Regin Sur E Regin Poniente
estos ajustes y adaptaciones para afrontar estas presiones han reformado mucho
de su tradicin cultural, reformulndola y resignificndola ante los nuevos escena-
rios. La presente obra muestra la vigencia de esta cultura, aunque a veces no tenga
la visibilidad de otras pocas.
Trece captulos, distribuidos en dos partes, construyen la presente obra que
abarca generalidades y particularidades de la tradicin cultural indgena, que
en conjunto conforman una buena parte del paisaje de esta tradicin cultural
en el estado de Morelos. La primera parte de este atlas -estudio bsico- pre-
senta en sus apartados algunas de las bases ms constitutivas de esta tradicin
cultural de origen prehispnico, pero en su continua reelaboracin a travs de
todas las pocas que le siguieron. Se plantean ciertos elementos constitutivos
de las presencias nahuas, desde su organizacin social y los conceptos que la
encuadran. Se toca el nhuatl de Morelos en la huella de su historia y de su
diversidad y en algunas de sus caractersticas propias y en su relacin con otras
regiones del pas. Se presentan algunas cuestiones de identidad vistas a travs
de situaciones concretas desde lo ajeno, lo propio, lo instrumental, la identidad
negativa y la positiva. En esta primera parte se muestran los tejidos sociales y
culturales que se extienden por regiones vividas construyendo estos tejidos
que tejen la historia, la identidad y la vida de hoy en colectivo. La migracin
de familias e individuos con tradicin cultural indgena hacia y desde Morelos
se muestran en la importancia que sta tiene, en la actualidad, en la dinmica
poblacional. Las ideas acerca de la visin del mundo incluyen los saberes res-
pecto a lo sagrado, incluyendo sus entes, sus territorios y sus prcticas. Las
historias muy antiguas recorren la conformacin poltico-administrativa de los
pueblos y provincias que existan a la llegada de los espaoles en el siglo xvi y
la complejidad de los dioses imaginarios. Se da cuenta de los siglos que siguie-
ron a la conquista espaola a travs de la memoria histrica de los pueblos de
hoy y su manera de transmitir esos episodios siguiendo un eje conductor: las
haciendas.
Desde este ngulo, la lectura de dichos apartados podr dotar al lector de una
comprensin ms completa del contenido de la segunda parte: los ensayos tem-
ticos. En esta segunda parte se presentan particularidades de la tradicin cultural
nahua, de lo ms general a lo ms particular, hasta terminar con algunas singulari-
dades nahuas en Morelos. En toda la obra se intenta mostrar que un rito agrcola,
una danza o una manera de entender y curar una enfermedad son manifestacio-
nes de formas de comprender, pensar y dar sentido a las cosas desde la lgica de
lo nahua.
Son temas de la segunda parte: la ritualidad, que es uno de los aspectos cons-
titutivos de la tradicin indgena en Mxico; las prcticas e ideas indgenas alre-
dedor de la salud, la enfermedad y la curacin son grandes depositarios de las
concepciones y terapias dentro de esta tradicin cultural, por lo cual se presentan
algunas de las ms importantes.
Como cada regin de Mxico con presencia cultural indgena, los espacios
y construcciones domsticas y las vestimentas asumen rasgos particulares que
los diferencian de otras comunidades vecinas. Dichas particularidades se for-
man smbolos de identidad ms all de sus aspectos utilitarios. Las danzas
tradicionales y dramatizacin de las obras histricas o religiosas se comen-
tan ms all de sus caractersticas escenogrficas y coreogrficas; se muestran
PA R A E N TR A R A E STA O B R A 19
Mural conteniendo la
mitologa tepozteca penetrada
como contenedores y vehculos de valores, saberes, prcticas rituales, y aun co- por la modernidad.
mo portadores de historias locales y regionales. La obra cierra con el captulo
Imaginando futuros, donde se da cuenta de la continua e intensa defensa de
lo suyo que la gente de la tradicin indgena ha mantenido en forma constante.
Estudios bsicos
Presencias, comunidades
y San Ce1
L. Miguel Morayta Mendoza*
S
egn los datos censales en Morelos, y especialmente en la zona
conurbada de Cuernavaca, existen miembros provenientes de casi 50 gru-
pos de tradicin indgena que viven hoy en Morelos. La mayora de stos
slo tiene uno o dos miembros. La presencia de los individuos y colectividades con
una herencia cultural nahua conforma la mayor parte de este abanico. Cuntos
son? Esto depende de a quin se incluye como indgena. Si escogemos el criterio
de circunscribir a slo los que hablan una lengua indgena probablemente no reba-
sen los 30 000. Por otro lado, el Instituto Nacional Indigenista (ini), en su tiem-
po, y el Consejo Consultivo para la Atencin a Pueblos Indgenas (ccapi) marcan
una poblacin cercana a los 300 000 para finales de la dcada de los noventa, sobre
la base de criterios culturales.
Entender a quines se pueden llamar indgenas representa un problema muy
complejo. A continuacin ofrecemos una manera de entender y resolver esta si-
tuacin. Esta propuesta es producto de las investigaciones y reflexiones que este
equipo regional ha logrado dentro del proyecto de Etnografa de las Regiones
Indgenas de Mxico en el nuevo milenio.
Cmo conceptualizar lo indgena en Morelos, especialmente lo nahua, fren-
te a un panorama de comunidades que presentan varias situaciones que han
oscurecido sus adhesiones a una identidad como tales? Entre algunas de es-
tas situaciones podemos destacar las siguientes. Muchas de dichas comunida-
des centenarias, y algunas hasta milenarias, fueron desconectadas de su pasado
ms remoto en sucesivas acciones impositivas en que los mexicas y luego los
espaoles tuvieron un papel hegemnico. Cmo ubicarnos para entender a
los pueblos que fueron profundamente afectados en sus posibilidades de seguir
un desarrollo y una construccin cultural autnoma? No olvidemos el largo y
ominoso dominio que las haciendas azucareras ejercieron sobre los territorios,
el agua y la fuerza de trabajo, alterando profunda y diferencialmente a las cultu-
ras locales. Cmo acercarse a estas comunidades cuyas historias e identidades
quedaron negadas por las polticas del gobierno estatal posrevolucionario? stas
afirmaban una y otra vez: en Morelos no hay indios, como signo de moderniza-
cin. La inclusin progresiva en la economa nacional presionaba a las familias
y a las comunidades para abandonar los rasgos ms visibles de su estigmatizada
*
Investigador Centro INAH-Morelos.
1
Buena parte de las ideas aqu plasmadas estn tomadas de Morayta et. al. (2003).
23
24 ESTUDIOS BSICOS
El pasado en el presente de la
cultura nahua en 1935.
lectual, emocional para realizar un propsito especfico. Su conceptualizacin
refleja una alta valoracin cultural del trabajo y de la experiencia de ste. Don
Domingo Daz es un hombre de ms de 70 aos de edad, del pueblo de Ocote-
pec; se ha entregado a las tradiciones de su pueblo: rezandero, maestro de varias
danzas, especialista en poner ofrendas y arcos florales en las portadas, maestro del
concilio, autor de obras teatrales y sobre todo msico de una familia que abarca
desde su bisabuelo hasta sus nietos; nos lo ha expresado de manera clara, cuando
habla de sus trabajos en la msica y en las tradiciones: el alma conoce lo que uno
tiene (siente con) amor; cmo decir?; es como amar a una esposa, es igual; en esta
vida es como todos los trabajos, estimar un trabajo; siento que todos los trabajos
as son. Hay que subrayar que la amplitud de su concepto de tequitl reconoce las
aportaciones de todos los individuos en la comunidad y valora muchas actividades
desempeadas por las mujeres, los nios y los ancianos, a diferencia de la visin
occidental del trabajo. Hasta cuando el etngrafo se encuentra registrando esta
palabra se dice que esto es tequitl, es decir, como el trabajo conjunto de explicar y
entender en Coajomulco y Cuentepec.
Otro concepto cultural incide en las relaciones y la organizacin social de
los nahuas. En Guerrero se apropiaron de la palabra castellana fuerza, pero la
pronuncian con tono especial y le dan un significado propio, muy especfico.
En el lxico local, fuerza connota el uso de energa, perseverancia, el poder del
carcter o espritu personal para realizar un objetivo. Igual que trabajo, fuerza
se refiere a las actividades fsicas y se extiende a elementos rituales, artsticos e
intelectuales. En la lengua nahua, el equivalente ms cercano para fuerza es chi-
cahualiztli. No es diferente la significacin entre los nahuas de Morelos, aunque
el significante pueda ser chechekahua, como en el caso de Cuentepec. El vocablo
28 ESTUDIOS BSICOS
1988), define y delimita la comunidad. Por eso las fiestas y el trabajo comunal son
tan importantes para la identidad comunitaria orientando la reproduccin del
grupo en la historia.
El ltimo eje de este sistema cultural es la conceptualizacin de la historia. Los
nahuas de Guerrero utilizan ciertas palabras o frases para referirse a los procesos
histricos que han vivido como grupo indgena: Ihcsan es el pasado, un pasado
muy antiguo, pero orgnicamente ligado al presente que habitan los vivos; se
traduce lo de antes, de mucho ms antes. La expresin ihcsan ohualah (esto
ha venido hasta nosotros desde antes, de ms antes) evoca la herencia comn,
la cultura3 transmitida a los de hoy de los que vivieron antes. La palabra tococol-
huan (nuestros abuelos y abuelas) se refiere a los ancestros colectivos del grupo
social. Un concepto de continuidad histrica del grupo es central a la capacidad
de la sociedad de reproducir sus formas de organizacin social.
De ninguna manera estamos negando el cambio como aspecto permanente y
posibilitador de la existencia de estos pueblos. Por un lado, pensamos que mu-
cho del cambio se da tratando de no romper el cordn de las vas esenciales de la
existencia comunitaria. Por otro, pensamos que mucho del cambio se da, dado
el carcter centralista, homogeneizante y excluyente de las instancias supraloca-
les y sus grupos de poder que ejercen dominio econmico, poltico y religioso
sobre los pueblos indgenas apoyndose en grupos de inters local. Los pueblos
replican a travs de sus tradicionales organizaciones comunitarias, expresndose
3
No se basa en una idea del tiempo lineal y cronolgicamente ordenado, sino que sigue rigiendo la vida de hoy. Otra
frase expresa la accin de mantener continuidad con los de vivieron antes. Cotona significa jalar un mecate, cordn o hilo
hasta que rompa; su uso figurativo indica la ruptura definitiva con una tradicin o modo establecido de hacer algo. Casi
siempre lo he escuchado en el negativo, Xhuel nicotonas, xhuel ticotoniskeh, Yo no puedo romper el cordn, no podemos
romper los hilos. Nontles (nuestra madres
mayores), la conversacin
del respeto.
30 ESTUDIOS BSICOS
Los nahuas de ciertas regiones, como el Alto Balsas y Morelos, llaman a las per-
sonas con quienes mantienen relaciones de intercambio recproco y ayuda mutua
la gente de uno, que coincide en parte, pero no completamente, con personas
relacionadas por el parentesco o compadrazgo, ya que los lazos con los vecinos,
las amistades y los amantes tambin son muy estrechos. Al hablar de sus parien-
tes y compadres, los nahuas mencionados siempre distinguen entre las personas
con quienes mantienen relaciones de ayuda recproca y las que no responden
a ese intercambio de reciprocidad. Por ejemplo, dicen l es mi hermano y me
quiere mucho o ella es mi ahijada y me respeta para aclarar que dentro de la
relacin de parentesco o compadrazgo se brinda apoyo mutuamente. Igualmente
dicen l es mi hijo, pero no me quiere o ella es mi hermana, pero somos como
nada para indicar que a pesar de la relacin no hay reciprocidad. Estos comen-
tarios dejan ver que subordinan los lazos formales a los principios de amor y
respeto que se tienen que manifestar en la accin, en hechos concretos. Una
mujer dijo de su sobrina con quien no tiene relaciones recprocas: es mi sobrina,
pero ella no existe para m. Otra mujer se refiri a una relacin cordial que no se
concreta en reciprocidad con la frase nos amamos mucho, pero solamente con
nuestras palabras.
Dentro de los nahuas se necesita contar con el apoyo de los dems para cubrir
sus necesidades de subsistencia y sus obligaciones sociales y rituales. Hablan
muy explcitamente de su gente y los recursos que pueden ofrecer a cada uno
y de lo que ellos podran aportar. Al principio parecen extremadamente intere-
sados y enfocados a sacar algn provecho de ciertas relaciones humanas que la
formacin cultural occidental califica coma afectivas o idealmente altruistas.
Solamente al entender los ejes conceptuales de su visin del mundo social se
puede comprender que tienen una manera propia de crear las relaciones sociales
emotivas. Finalmente, para estos nahuas las relaciones de apoyo voluntarias son
asunto del corazn y del juicio de las personas, incluso entre parientes cercanos
donde la visin occidental planteara el derecho de exigir. Es posible tratar de
influir en los dems y controlar sus acciones hasta cierto punto, pero finalmente
todo depende de ellos. Dicen: slo l; ella sabe lo que tiene en su corazn o pen-
samiento o juicio.
Todas las personas que forman parte de la sociedad indgena participan de
dos redes de lazos sociales: hacia las personas con quienes trabajan juntos como
uno, es decir, con el grupo domstico, y hacia su gente o como dicen en Hue-
yapan, ticentequiti, y en Chalcatzingo, la penca, que abarca la red de relaciones
fuera del grupo domstico inmediato. Es importante destacar que dentro de una
misma unidad domstica los diferentes miembros pertenecen a diferentes redes
recprocas ms amplias, comparten algunas relaciones, pero nadie tiene la misma
red en la prctica. Estos vnculos crean sistemas de obligacin y de apoyo com-
plementario que a veces pueden ocasionar tensiones, ya que todo el mundo est
PRESENCIAS, COMUNIDADES Y SAN CE 31
El respeto y las ceremonias propiciatorias son algunos de los mbitos donde que-
daron circunscritas ciertas creencias, prcticas ceremoniales y las personas que
guardan un contenido de construccin nahua en los pueblos morelenses de hoy.
Desde los aos setenta hemos registrado un sentido reclamo de parte de la gente
de edad avanzada, expresado de esta manera: ya no hay respeto como antes.
Este reclamo no es slo porque las nuevas generaciones no observan los cdi-
gos, la subordinacin y los protocolos de antes, sino es porque toda una manera
de explicarse el sitio en la vida de los individuos y el orden por el cual deben
transitarla ha ido cambiando y no para bien, segn su apreciacin. Don Leno
(Magdaleno Piedra), el huehuechique principal de Santa Catarina, con autntico
pesar nos confiaba: No compadre, mira, no ya no; antes las gentes saludaban
a sus padrinos de bautizo: buenos das, pap! Si no saludaban, uno le daba la
32 ESTUDIOS BSICOS
queja a sus padres: tu chamaco pas y no me salud bien, entonces ellos lo cas-
tigaban. Cualquier seor poda ordenar a cualquier nio o joven a que le hiciera
algn mandado. Ahora si un seor trata de ordenar a un chamaco a que le haga
un encargo, ste ni lo voltea a ver.
El respeto lleg a ser todo un cdigo de valores y comportamientos que ri-
gieron las relaciones entre los individuos, pares, generaciones, las familias, los
pueblos, as como entre los seres humanos y los entes naturales y sobrenaturales.
Este cdigo alcanz tambin el mbito de lo sobrenatural. Se considera que estos
seres, los Seores del Tiempo y Los Aires, son muy sensibles cuando no reci-
ben el respeto apropiado por parte de los seres humanos. Convulsiones, dolor de
cabeza agudo, erupciones en la piel, hemiplejia y aun la muerte, son los castigos
a esta falta. Cuando no se observan las ceremonias propiciatorias con el respeto
indicado, stas no tendrn la efectividad esperada y tendrn que repetirse.
Estos ejemplos sirven para ilustrar el tipo de respeto que se maneja dentro
de la tradicin cultural nahua. Respeto y reciprocidad son dos de los ejes ms
importantes de esta tradicin cultural.
La voluta: transmisin oral
C A P T U L O 2
Antecedentes
E
l nhuatl moderno, el que actualmente se habla en varias en-
tidades de la Repblica Mexicana, y algunos de cuyos restos sobreviven en
los pases de Centroamrica, se halla marcado por la fragmentacin dia-
lectal, es decir, por diferencias regionales que existan de antemano, pero que se
acentuaron como efecto de los procesos de parcelacin que vivieron los pueblos
indios y las comunidades durante la poca colonial. As, el nhuatl se encuentra
fuertemente fragmentado en dialectos o variantes,2 lo cual crea un efecto apa-
rente de que se tratara no de una sola lengua, sino de una familia lingstica
interconectada. Como la inteligibilidad del nhuatl (y de otros idiomas de Me-
soamrica) se da en forma de redes sucesivas, los dialectos ms alejados geogr-
ficamente entre s, los colocados en puntos extremos de la red, tienden a ser casi
mutuamente ininteligibles. Por ello es importante concebir al nhuatl ms como
la red fragmentada de una totalidad mayor que como una sucesin de variantes
a punto de separarse.
Primeramente, desde el siglo xvi la poltica general consider al nhuatl del
valle de Mxico, sede de la Triple Alianza, como el nhuatl Clsico, del cual, segn
la lgica europea de la fragmentacin de las lenguas romances, deberan deri-
var el resto de las variantes del nhuatl. Se conceba al idioma de Tenochtitlan
y Texcoco algo as como el latn culto, la variante socialmente superior y que
debera imponer la norma ideal de todos los hablantes, de los romances vulgares.
As, en muchos textos y documentos del primer siglo de la conquista, como en
las Relaciones Geogrficas ordenadas por Felipe II en 1579-1580, o en los docu-
mentos y probanzas de tierras, se habla de la variante dominante mexica como
la lengua cortesana de Mxico, y a las variantes que no corresponden al modelo
erigido como central se les considera segn diversos criterios de valor de dismi-
* Investigador del Centro INAH-Morelos.
2
El concepto lingstico de dialecto se refiere a una variante inteligible dentro de la totalidad de una lengua extendida
en un territorio dado. Lo aclaro porque en Mxico, como producto de los prejuicios sociales implantados desde la Colonia,
el trmino tiene una connotacin peyorativa: se suele llamar idioma al espaol y dialectos (vid. idiomas inferiores) a las
lenguas o idiomas indgenas.
35
36 ESTUDIOS BSICOS
nucin, que denotan por lo general el antiguo etnocentrismo de los mexicas, pero
revaluado por la administracin colonial hispana. Se usa as una serie de juicios
valorativos para ubicar las hablas distintivas regionales: nhuatl vulgar o mexi-
cano vulgar, mexicano corrupto y, por ltimo, en la escala ms baja, mexicano
mazorral, o bien se usan categoras usadas por los mismos escribanos nahuas del
valle de Mxico: mexicano chontal, mexicano pinotl, etctera. Algunas de estas
denominaciones, en especial las ltimas, se refieren a veces a lenguas distintas
aunque cercanamente emparentadas con el nhuatl y que ya se han extinguido:
como la lengua de Pochutla (Oaxaca), el pochuteco, que es un idioma muy cer-
cano al nhuatl dentro de la gran familia yutoazteca, y que en el xvi fue llamada
mexicano mazorral.
El problema de estas clasificaciones es que no todas las variantes derivan del
nhuatl clsico, sino que ste y las dems variantes derivan ms bien de un pro-
tonahua que se fue especializando y expandiendo y que ya no era hablado en
el siglo xvi. As, los dialectos del nhuatl oriental (sur de Veracruz, Tabasco, El
Salvador), del nhuatl del norte (la Huasteca, franjas de la Sierra de Puebla)
o el occidental ( Jalisco, Michoacn) derivan de hablas que en el siglo xvi eran
ya bastante diferentes de la lengua oficial del imperio azteca. Actualmente los
dialectos orientales del nhuatl, por ejemplo, se encuentran tan alejados de
las variantes del centro de Mxico, como pudiera estarlo el espaol del cataln o
del portugus.
Otro rasgo general importante es que, durante todo el periodo colonial, el n-
huatl interactu muy estrechamente con el espaol, proporcionando una gran
cantidad de prstamos a las variantes del espaol de Mxico y Centroamrica.
Asimismo, el nhuatl adopt muchos prstamos del espaol, tanto del siglo xvi
como de los siglos posteriores. El vocabulario se adapt a estos prstamos, se
adoptaron conjunciones y giros tomados del espaol y la consecuencia, en la sin-
taxis, es que el nhuatl moderno utiliza formas sintcticas mestizas, nuevas es-
tructuras que no son espaolas ni nahuas, pero que derivan de esta interaccin de
cuatro siglos.
La huella de la historia
GRFICA 1
L A P O S I C I N D E L N A H UA D E L E S T E C O N R E S P E C TO A O T R A S VA R I A N T E S
Con base en esta hiptesis se hizo una reconstruccin bsica del llamado nahua del Golfo (Garca de Len, 1976).
3
38 ESTUDIOS BSICOS
GRFICA 2
D E S A R R O L L O D E L A P O B L AC I N H A B L A N T E D E L E N G UA I N D G E N A E N R E L AC I N
A L A P O B L AC I N TO TA L D E M O R E L O S
30 896 = 2.00%
2000
1 550 296
19 940 = 1.70%
1990
1 195 059
31 443 = 3.30%
1980
947 089 Poblacin hablante de
lengua indgena
16 354 = 2. 60% Poblacin total
1970
616 119
Elaborado por Alfredo Paulo Maya, con base en VII Censo General de Poblacin y Vivienda Mxico, Secretara de Industria y Comercio, Direccin General de
Estadstica, 1960; IX Censo General de Poblacin, Estados Unidos Mexicanos, Secretara de Industria y Comercio, Direccin General de Estadstica, 1970;
X Censo General de Poblacin y Vivienda, Estados Unidos Mexicanos, Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Infomtica, 1980; XI Censo General de
Poblacin y Vivienda, Estados Unidos Mexicanos, Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica, 1990, y XII Censo General de Poblacin y Vivienda,
Estados Unidos Mexicanos, Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica, 2000.
Por otra parte, hay dos situaciones histricas importantes que se desprenden
de la lingstica histrica del nhuatl: la primera son los prstamos de otras len-
guas que han interactuado en contextos regionales (como el cora y el huichol en
Durango, el totonaco en la Sierra de Puebla, el otom en el Altiplano central, el
popoluca mixeano y el zoqueno en el sur de Veracruz, etctera). Esto ha marcado
muchas de las diferencias y preferencias que han contaminado al corpus y que
tienden a acercar el nhuatl a las lenguas vecinas. Otra es el sustrato, es decir, la
impronta de lenguas anteriores habladas en ciertas regiones que marcan prsta-
mos y acentos regionales. Como el nhuatl, en virtud de su carcter asociado a
la dominacin de sucesivos estados militaristas, era por lo general impuesto en
regiones donde se hablaban otras lenguas, aparece muchas veces con un sustrato
ms o menos visible. La imposicin del nhuatl continu incluso durante el siglo
xvi en algunas regiones, pues la primera poltica de la Corona espaola fue el
convertirlo en lingua franca, en la lengua mexicana de la Nueva Espaa, til para
la evangelizacin y la administracin en una Mesoamrica que apareca ante los
ojos de los conquistadores como una autntica Torre de Babel. Ambas situaciones
son importantes para la reconstruccin histrica de los pueblos nahuas, pero gran
parte de esta tarea est por hacerse.
En Morelos el nhuatl est, desde por lo menos la mitad del siglo pasado, en
franco proceso de extincin, a pesar de que es, de hecho, la nica lengua ind-
gena que se habla en el estado. A pesar de este proceso de rpida disolucin, se
mantiene en algunas localidades del norte, centro, occidente y oriente del estado.
Los dialectos de Morelos muestran lo que hemos estado diciendo: aparecen en
forma de cadena o red dialectal regional; son notorios algunos pisos histricos
que se remontan al Clsico (sobre todo a Xochicalco, donde muy posiblemente
se habl esta lengua), y en algunos de ellos puede percibir un sustrato de algu-
na o algunas lenguas anteriores: como en la variante de Tetelcingo, donde los
cambios fonolgicos y lxicos se relacionan con la presencia anterior de alguna
lengua del grupo otomangue (posiblemente el chocho-popoloca, hablado hasta
el sur del Popocatpetl segn algunas fuentes del siglo xvi). Asimismo, algunos
dialectos del norte, como el de Tlalnepantla y el de Hueyapan, se relacionan
directamente con la red del valle de Mxico, los del occidente (Cuentepec) con
el sur del Estado de Mxico (Ixtapa, Temascaltepec), mostrando interacciones
con lenguas otomianas (ocuilteco, otom y matlatzinca), e indicios arcaizantes,
reflejos lejanos de lo que pudo haber sido el nhuatl de Xochicalco. Las variantes
del centro norte (Ocotepec, Tepoztln y sus sujetos Santa Catarina, Amatln y
Ocotitln) representaran el centro ms tpico de la red morelense: una secuen-
cia que se contina hacia el oriente de Morelos, el sur de Puebla, y con algunas
conexiones hacia el nhuatl oriental del Golfo de Mxico. Algunas caractersticas
fonolgicas, gramaticales y lxicas son descritas por Dakin (1975) y Lastra y
Horcasitas (1980), ubicando a la red morelense dentro de las variantes de lo que
Hasler (1961) llama nhuatl central.
De hecho, la variante morelense que muestra ms cambios, y que ha resultado
una de las ms persistentes en el proceso acelerado de extincin, es la de Tetel-
40 ESTUDIOS BSICOS
GRFICA 3
E V O L U C I N D E L A P O B L AC I N M AY O R D E C I N C O A O S H A B L A N T E D E L E N G UA
I NDGE NA E N MORELOS , P OR MU NICIPIO, 1970 A 2000
2 882
4 920
Cuautla
3 190
4 878
815
4 663
Cuernavaca
1 988
4 468
3 740
3 673
Puente de Ixtla
2 799
2 686
1 157
2 289
Temixco
1 653
3 415
1 998
2 010
Tepoztln
1 521
1 680
2 917
3 611
Tetela del Volcn
2 574
2 035
55
212
Jantetelco
73
157
Elaborado por Alfredo Paulo Maya, con base en IX Censo General de Poblacin, Estados Unidos Mexicanos, Secretara de Industria y Comercio, Direccin
General de Estadstica, 1970; X Censo General de Poblacin y Vivienda, Estados Unidos Mexicanos, Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Infomtica,
1980; XI Censo General de Poblacin y Vivienda, Estados Unidos Mexicanos, Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica, 1990, y XII Censo
General de Poblacin y Vivienda, Estados Unidos Mexicanos, Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e Informtica, 2000.
E L PA N O R A M A G E N E R A L D E L N H UATL Y LO S D I A L E C TO S D E M O R E LO S 41
cingo, la que segn Karen Dakin (1975: 231): Se distingue marcadamente de los
otros dialectos en su sistema voclico [] las diferencias estn en la realizacin
de las vocales largas, que han cambiado de calidad, es decir, que las vocales largas
/a:, e:, i:, o:/, se han convertido en otras vocales, inexistentes en el nhuatl, pero
presentes en las lenguas otomangues, as como en algunos diptongos o grupos
voclicos. Esta caracterstica de las vocales tetelcingas causa un efecto falso de no-
comprensin por parte de los hablantes de dialectos vecinos, como Hueyapan,
pero es en realidad una serie de cambios absolutamente regular.
El nhuatl de Morelos, socialmente, es visto como una lengua disminuida, aso-
ciado a la condicin rural e indgena. Carente de prestigio, ha cesado de transmi-
tirse de una generacin a otra, lo cual significar la muerte de todo un complejo
cultural muy rico que seguramente desaparecer en los aos venideros.
Vestimenta tradicional de Hueyapan
C A P T U L O 3
Identidades
L. Miguel Morayta Mendoza*
Morelos.
43
44 ESTUDIOS BSICOS
LOS CHINELOS
L. Miguel Morayta Mendoza*
Mural en Tepoztln que muestra la leyenda del Tepozteco. Segn la gente local fue financiado por la Pepsi Cola en los
aos cincuenta del siglo XX, pero se desconoce el autor.
Desde lo ajeno
Diferentes obras que publican los resultados de investigaciones a lo largo del si-
glo xx fueron creando diferentes imgenes de la historia y la cultura indgena en
Morelos. La presencia del estilo olmeca en numerosos smbolos prehispnicos en
diferentes sitios de lo que hoy es Morelos, fue estudiada desde los aos treinta del
siglo xx. Algunos, an en la actualidad, han interpretado esta presencia simblica
olmeca como evidencia de la presencia fsica de los generadores de esta antigua
cultura, cosa que no ha sido probada. De cualquier manera, a las sociedades com-
plejas ms antiguas se les etiquet con un nombre venido de la academia: olmecas.
Otras etiquetas siguieron llegando para mostrar la historia prehispnica en una
dinmica parecida a la de los olmecas: teotihuacanos, toltecas, tlahuicas, xochi-
milcas y nahuas. Los estudios arqueolgicos e histricos fueron trayendo estos
trminos en los planteamientos con los que se ha ido armando esta historia. El
problema es que dichos trminos han sido tomados en un sentido impositivo
sobre los pueblos de tradicin indgena morelense. Hablar de una sucesin de
grupos externos como los habitantes antiguos es ignorar a la poblacin nativa
local, la cual estuvo bajo el dominio de muchos grupos externos, pero que fue
propia del lugar.
Por el lado de las identidades tambin las etiquetas externas han dominado
el panorama. Durante la poca colonial, las Leyes de Indias daban ciertos dere-
vamente reciente, es decir, se sumaron tn incluidos los chinelos, los encar- tre el Barrio de los Ramos y los que
a los diferentes elementos culturales gados llevan un rato la danza a la casa veneran a la Virgen de Ftima en San
que crea la regin. Personalmente pu- de los compadres rituales pasados pa- Francisco se haba establecido un com-
de observar algunos casos de cmo se ra brindarles un poco de gusto. Tam- promiso de visitarse en sus fiestas,
fue estableciendo esta prctica. bin danzan un rato en honor de los desde haca ya casi diez aos. Hubo
En algunos casos se debi a que en caseros que atendieron y alimentaron algo que particularmente me impre-
las fiestas dedicadas al santo patrono a los visitantes. sion respecto a la actitud con que los
de pueblos o barrios fueron incorpo- Precisamente en esas visitas, los de San Francisco hacan los chinelos
rando estas comparsas u organizacio- chinelos estimularon a los pueblos ve- y que me voy a permitir narrar.
nes de chinelos a las formas de festejo cinos a crear sus propias comparsas o Al hacer su entrada al pueblo el
intercomunitario. En otros, la crea- a incluirse en las comparsas visitantes. contingente de Los Ramos, los luga-
cin de nuevos carnavales aument el As como los Concheros del Distrito reos parecan muy emocionados con
nmero de comparsas, como cuando Federal y del Estado de Mxico a la danza que les haban estado lle-
en los aos sesenta se dieron varios partir de los aos treinta que vi- vando ya durante algunos aos. Una
efmeros carnavales en la ciudad de nieron a venerar y a crear compaas jovencita como de unos 11 aos de
Cuernavaca. La vistosidad de los tra- en Morelos, los de este estado han edad esperaba ansiosa la llegada de la
jes y de la danza misma, as como la apoyado la creacin de comparsas de msica y de los danzantes. Ella lle-
alegra de la msica, hicieron de los chinelos desde los aos setenta, como vaba un traje que daba el gatazo de
chinelos un excelente regalo con que en Ozumba, en el Estado de Mxico, ser de chinelo y que seguramente su
los pueblos morelenses acompaan o en Xochimilco y Milpa Alta en el familia se lo haba hecho, como Dios
sus promesas cuando visitan espe- Distrito Federal, por slo mencionar les dio a entender. Con una emocin
cialmente pueblos del Distrito Fede- algunos ejemplos. que le traspasaba el alma, la jovencita
ral, del Estado de Mxico y otros del Hace unos siete aos tuve la opor- se meti al grupo y, aunque no pudo
mismo Morelos. tunidad de acompaar a los amigos ejecutar los pasos apropiadamente,
Es comn que cuando una comiti- del Barrio de los Ramos de Ocotepec nadie se fij en eso ni la gente ni
va de peregrinos de Morelos, en cuya al pueblo de San Francisco, junto a los chinelos, que con simpata le hi-
ofrenda a la comunidad anfitriona es- Topilejo, en el Distrito Federal. En- cieron un lugar para que brincara
50 ESTUDIOS BSICOS
chos a los pueblos de indios sobre su territorio y sobre sus formas de gobierno.
Dichas leyes regan directamente sobre los pueblos de indios, por lo que ser
reconocido como indio daba cobertura a los que se definan a s mismos como
tales en los documentos generados durante los conflictos legales por cuestiones
de posesin de tierras entre los habitantes de los pueblos originales y los otros
grupos sociales que intentaban desposeerlos de sus tierras. Los primeros abier-
tamente se manifestaban como indios, invocando con esto las leyes especiales
que los protegan.
En el siglo xix, cuando ya no existan las Leyes de Indias, la palabra indio fue
adquiriendo una mayor carga negativa, descalificadora y que hizo cada vez ms
desventajoso el ser identificado como tal. As, llamarse a s mismo indio fue con-
virtindose en una desventaja.
Entrado el siglo xix, otro trmino fue implantado en la manera de referirse a
los pobladores de los pueblos de tradicin cultural indgena: campesinos. En las
dcadas de los sesenta y setenta, en los mbitos acadmicos, polticos y guber-
namentales se discuta acerca del papel de los campesinos en la economa y en
la sociedad nacional y sobre el destino que debera correr este grupo social. Todos
los que incidan en estas comunidades se referan a ellas y a sus pobladores co-
mo campesinos, cuando hasta entonces estos pobladores no se haban referi-
dos a ellos mismos de tal manera. Ni siquiera en el famoso documento del Plan
de Ayala se menciona la palabra campesinos. Con el tiempo y frente a la presin
de afuera tuvieron que hacerlo. Para ser considerados en los programas de desa-
rrollo y asistencia para campesinos y para estar presentes en las acciones y discu-
siones sobre su destino tuvieron que llamarse campesinos.
En los aos ochenta, el trmino campesino se fue diluyendo junto con la aten-
cin que los diferentes mbitos mencionados fueron mostrando a la cuestin
campesina.
Desde mediados de la dcada de los ochenta y a lo largo de los noventa se
dieron dos situaciones que recayeron en el proceso de marcar la identidad de los
pueblos de tradicin indgena en Morelos. Por un lado, se dio una efervescencia
en los pueblos y comunidades por reconocer y consolidar los elementos culturales
que les dieran un sentido propio, ya fueran danzas tradicionales, historias locales
y de sus propias familias, creencias, ceremonias y rituales relacionados con los fa-
vores de la naturaleza y con la medicacin entre la salud y la enfermedad, y otros
muchos elementos ms.
Por fin, el gobierno estatal reconoci que en el estado s existan indgenas.
Varias instituciones federales y estatales que tenan y tienen relacin con la aten-
cin a los pueblos en cuestin canalizaron parte de esa efervescencia hacia sus
programas. En su mayora dichos proyectos se anunciaban que estaban dirigidos
a los nahuas de Morelos. Esto recuerda los programas de desarrollo dirigidos a
los campesinos de Morelos. Asumirse como nahua daba entrada a esos proyectos.
Decir que se hablaba el nhuatl legitimaba a las personas como indgenas. Por su
DANZA DE LAS
TETELCINGAS1
Pedro Villazana Milln ()*
E l poblado de Tetelcingo se
encuentra en los suburbios de la
ciudad de Cuautla, aproximadamen-
mujeres indias caminan con un tro-
tecito muy peculiar siempre atrs de
su seor. Las tetelcingas son uno
tal como los practicaban en tiempos
remotos.
En esta poblacin existen ceremo-
te a 6 kilmetros, y tiene una po- de los grupos indgenas que an con- nias religiosas muy importantes: fes-
blacin mayoritariamente mestiza y servan sus atuendos tradicionales: tividades, danzas y costumbres a las
30% indgena. An se observa bajar chiquihuites, enredos, huipiles y ce- que no tienen acceso los visitantes;
a estos ltimos con sus chiquihuites idores, aunque no siempre hechos esta decisin ha permitido preservar
con avo de frijol, maz, calabacitas, en telar de cintura. Todava encon- las tradiciones. Cuando asistimos a
tortillas hechas a mano. Van al mer- tramos personas que tejen en el te- sus fiestas, los mayordomos, tatas y
cado a vender su producto. lar prehispnico y tien su lana con representantes no dan informacin
Es muy comn ver que los seo- cochinilla. fcilmente; sin embargo, sabemos que
res bajan a caballo mientras que las Una de las costumbres muy pecu- existe una ceremonia que se realiza a
liares de estas indgenas era teirse puerta cerrada en la iglesia de Cristo
el pelo con pintura vegetal, elabo- Rey la vspera de la fiesta, donde slo
1
Tomado de Villazana (2000: 285-286).
* Maestro de danza en Morelos (1954- rada con hierbas silvestres, dando estn presentes las nanas (mujeres
1996). un aspecto brillante negro verdoso, adultas que han alcanzado el rango
IDENTIDADES 53
y privilegio de participar), el msico contest: Porque as lo decidimos plaza a vender, su riqueza lingstica,
con su violn y de seis a ocho muje- quienes participamos, pues de otra sus pueblos...
res jvenes que se ocupan de tener manera ya estuvieran nuestras tradi-
encendidos los pebeteros, acercar las ciones, que por muchos aos hemos Traigo tortillas blancas
brasas del carbn, el incienso y copal, guardado celosamente, como los bai- blancas y calientitas
en absoluto silencio y sin otro tipo les que ponen en las escuelas. cmprenlas marchantitas
de participacin. Las nanas cantan Al sugerir que sera importante que estn muy sabrositas.
en nhuatl o mexicano y danzan en divulgar esa riqueza que poseen, nos Corriendo y sin descanso
pequeos crculos, de rodillas, con dijo: No; esto es nuestro; esto no con mi chiquito
movimientos pausados, rituales; ele- es juego, y los que ven nuestras dan- envuelto en mi ayatito
van alabanzas, gritos e imploraciones, zas slo se burlan de ellas, no tienen por detrs yo lo cargo.
permitiendo que el ambiente se torne respeto por lo que hacemos; ellos no De Tetelcingo vengo
en ritual profano-religioso. La exis- saben ni lo que ven; no entienden, de Cuautla muy cerquita
tencia de estos ritos no sera posible porque no queremos que entiendan. me llaman mariquita
sin el celo que guardan por ello. El trabajo en Tetelcingo ha sido pero otro nombre tengo.
Por otra parte, se puede decir que difcil, pero no estril; as como noso- Soy de raza tlahuica
son pocos quienes se enteran de esta tros lo hemos intentado, hubo otros mi lengua es mexicana
ceremonia. Se conoce despus de rea- compaeros que hicieron lo mismo. uso huipil de lana
lizada. El profesor Abraham Rivera San- y nadie me lo quita.
Al acercarnos a un mayordomo doval, msico y poeta, oriundo de la
para preguntarle por qu se evita la ciudad de Cuautla, inspirado en las (Versin de Amanda
informacin, responde: S les deci- Maras les llaman as a las tetel- Vernica Barberi Ortiz)
mos, pero slo lo que nosotros quere- cingas, porque a su nombre de pila
mos que sepan; y despus: Nuestras siempre le anteponen Mara com- En la dcada de los aos sesenta,
costumbres son slo nuestras y nadie puso una cancin que relata momen- un grupo de maestros de danza del
tiene que saberlas. Ms adelante, al tos de la vida cotidiana de las indge- Instituto Nacional de Bellas Artes
cuestionarlo acerca de esa actitud, nas: cmo caminan cuando bajan a la (inba), encabezados por el entonces
54 ESTUDIOS BSICOS
lado, los pueblos se definan a s mismos como macehuales, hablantes del mexicano
o del mouseual.
Desde la primera mitad del siglo xx, profesores y polticas de educacin
escolar han ido fabricando ciertas escenografas y coreografas para los festiva-
les de clausura de cursos. As nacen algunas imgenes que se convierten en
iconos de lo indgena. Un ejemplo de esto es la Danza de las Tetelcingas,
que hoy se toma como representativa de las mujeres indgenas de Tetelcin-
go, pero que en realidad fue escrita por un profesor escolar. La letra no deja
lugar a dudas que se trata de una mirada ajena (vase el recuadro Danzas de
las Tetelcingas).
secretario de Turismo, arquitecto Jar- Chincuete de lana o pao azul do una pequea bolsa que se ocupa
del, realiz un trabajo de investigacin marino, que se dobla en tablones por para guardar el dinero, cosas limpias
folclrica de danza y bailes en donde detrs; debe destacarse que este chin- o bien avo que compran; como casi
aparecen una vez ms las tetelcingas, cuete mide entre tres y cuatro metros todos los indgenas, las tetelcingas no
pero ahora se instrumenta la msi- de largo, que antiguamente lo usaban usan ropa interior; trenzan su pelo
ca con banda de viento, dndole un en las noches para cubrirse a manera en una cola floja con listn rojo sen-
color tradicional; los encargados de de sarape o cobertor; huipil abierto cillo, dejando colgar las puntas; usan
crear los pasos y movimientos fueron a los lados en forma de jorongo que pequeos aretes de plata en forma
profesores destacados, lo que permi- se cie o anuda por delante, entre de espuela; en la cabeza lucen una j-
ti que an se conservara. el chincuete y el ceidor, hacien- cara de cuatecomate pintada de rojo
que usan cuando
van al ro para la-
var y tomar agua,
y un chiquihuite
con ayate que lle-
van sobre la es-
palda slo cuando
viajan.
Tenochme es otra danza que marca una referencia a lo prehispnico, muy so-
corrida en la construccin de la identidad indgena desde fuera. Su escenografa
est compuesta por un guila parada sobre un nopal. Esto, y el propio nombre
de la danza, nos llevara a pensar que la fundacin de Tenochtitlan es la tra-
ma de los tenochme. Una mirada a la letra de la cancin que acompaa a la danza
nos indica de inmediato que esta fundacin no slo no es el eje de la represen-
tacin, sino que apenas se nombra.
Los personajes de Tenochme son: Nicols Huehuentzin y su esposa, doa
Catarina Lamatzin, madre de Marainatzin, de Teresatzin y Huehuepontzin,
padre de Papachcualtzin, acompaados del marqus, el monarca, los negritos,
los paisanitos, Martn Corts y Malitzin.
La Danza Azteca o Danza de la Conquista y las expresiones artstico ri-
tuales de los mexictiahuis y de la Universidad Nahua, son otras expresiones
que desde afuera se les ve como muy cercanas a lo que es lo indgena y su base
en la historia y cultura de Tenochtitlan. Esta manera de entender lo indge-
na en Morelos est muy distante de las creaciones identitarias de los pueblos
originarios.
Hay que consignar que tambin algunos elementos culturales de la tradicin
indgena han sido tomados por la sociedad regional morelense en la construc-
cin de su identidad. La danza del chinelo o el brinco se ha ido convirtiendo en
un smbolo de identidad morelense en las ltimas dos dcadas.
Desde lo propio
Los pueblos de tradicin indgena tienen sus propias maneras de conservar, cons-
truir y transmitir su historia, su cultura y sus identidades. Casi siempre es de
manera oral, con un empleo importante de las metforas. Las representaciones
simblicas y lo implcito en los ejes de la organizacin comunitaria de la cultura
indgena morelense son la base de su continuidad.
La historia de estas comunidades est en la pltica de los mayores, en las dan-
zas y en sus paisajes, cuyos nombres son parte de la historia, la tierra de los colga-
dos. En cada calle van llevando las historias de los sucesos y las gentes que llegan
y se van.
En el culto y en la presencia de los muertos y aun los cementerios son fuente
inagotable de la remembranza de otros tiempos. La vida ceremonial y los ritua-
les son temas constantes de comparaciones con otras pocas. Las leyendas y las
danzas propias o de larga presencia en los pueblos conllevan una serie de valores
culturales que quedan grabadas, reelaboradas y confirmadas en la memoria colec-
tiva de la gente, aun en sus sucesivas transformaciones.
Los grupos de revitalizacin cultural comunitaria, sobre todo de los jvenes, a
los que se hizo referencia, han sido recuperadores y constructores de sus histo-
rias, como ellos las reconocen, como ellos las entienden, como ellos las emergen.
Recuperar los corridos y cantarlos con un ritmo ms acorde a los gustos juveniles
actuales es una forma propia de transmitir, como es el caso del grupo Barroco
(barro y rock).
En cuanto a las identidades que tienen un origen ms propio, quisiera slo
referirme a la relacionada con el sentido de pertenencia a algo ms all de la iden-
tidad local. Cuando en un pueblo de tradicin cultural nahua usan el trmino to
gente, se refieren a los que no siendo del pueblo se ven como hermanos, como si
fuera parte de nuestra gente. Esta manera de pertenencia se crea a travs de una
convivencia donde la reciprocidad, el respeto, la solidaridad, la interdependencia y
los afectos han construido una unidad, ms all que la que les da el ser poseedores
de la tradicin cultural nahua.
To huaxca es un trmino parecido a to gente, slo que implica una dimensin
territorial. Lo que se define desde la academia como grupo tnico, entre los pue-
blos de la tradicin nahua de Morelos tiene una dimensin diferente desde los
conceptos propios de la gente.
No podemos negar que algunas de las intervenciones de apoyo que han gene-
rado ciertas instituciones, como el ini y su sucesor, la Direccin de Culturas Po-
pulares, el Centro inah-Morelos, han producido un acercamiento entre pueblos,
dentro y fuera del estado, que tenan poco contacto entre s. Los encuentros, con-
cursos, talleres, seminarios y diplomados que han organizado dichas instituciones
en ciertos casos ampliaron la pertenencia y las identidades supracomunitarias de
estos pueblos.
identidad tetelcinga responda a una estereotipada visin da de grueso gnero azul oscuro amarrada con amplios
acerca de la indumentaria indgena y sus artesanas de ba- pliegues por medio de una faja de color azul o rojo. Difcil-
rro, reproduciendo el modo cultural barroco de confundir mente las tetelcingas se ven retratadas en ese espejo escul-
los lmites entre el ser y el parecer, la indumentaria y la piel trico, pero le sirve a los cuernavaquenses como funcional
de la otredad nativa. Poco importa que la escultora Estela estereotipo de las mujeres nativas de Tetelcingo.
Ovando haya trocado el predilecto azul tetelcinga por el ver- Si la identidad de los tetelcingas se qued esperando
de moho, pero concedamos que fue una mejor opcin que los estudios antropolgicos de finales de los aos noventa
pintarla de dorado siguiendo el ejemplo de la escultura de y principios del nuevo siglo, en cambio el debate pblico
Cuauhtmoc y el anmico canon esttico y cromtico de la acerca de la identidad tlahuica cobr fuerza en los ochen-
municipalidad de Cuernavaca. La Tetelcinga en la cultura ta. Y en ese juego de equivalencias y proximidades tnicas,
popular significa a la segunda piel, es decir, al huipil y la fal- inclusiones ideolgicas y cadenas semnticas, la represen-
tacin escultrica femenina de la Tetelcinga acaso sirvi
tenuemente para publicitar la primordial matria morelense
como clave identitaria indgena, tanto como la controversial
veta tlahuica.
En general, la recepcin criollo-mestiza de la escultu-
ra de la Madre Tetelcinga ha negado su identidad tnica
al renombrarla ldicamente como la seora del boliche.
Resulta clara la operacin metonmica que legitima esta
desindianizacin en el imaginario criollo mestizo. As las
cosas, el objeto jarra que porta la Madre Tetelcinga al per-
der la condicin de un inventado artefacto de identidad
tnica, permite la resignificacin de la imagen en su con-
junto. La redondez del objeto artesanal utilitario de la
Tetelcinga al ser carnavalizada deviene en bola de boliche.
En la realidad, la jarra de barro antes que perdiera es-
Imagen urbana de creacin popular. pacio frente a las de fierro o plstico es compartida por
IDENTIDADES 59
mestizos e indgenas en zonas rurales y urbanas. Igual- simblica anloga a la Malinche, entregando a su hija a
mente llama la atencin otro rasgo relevante de esta re- la otredad cultural dominante. La recepcin popular de la
cepcin: la nia carece de presencia; por lo general no es Madre Tetelcinga no puede dejar de ser asociada al merca-
nombrada, no cuenta. Los demgrafos tienen sus razones do, ms al de la ciudad de Cuautla que al de Cuernavaca,
para prescindir o minimizar el impacto de los indgenas por sus ofertas de tortillas y recaudos (cebolla, jitomate y
menores de cinco aos, pero esa nia tetelcinga con su li- chile). Sucede que en el ms cercano mercado Adolfo L-
bro bajo el brazo excede ese marcador censal del ninguneo; pez Mateos a la figura escultrica, las mujeres indgenas,
quizs haya otras razones para dejarla fuera de vista. Sin morelenses o no, siguen gravitando en los intersticios de
embargo, hay otra posibilidad de lectura; el libro marca sus ofertas formales e informales. No es novedad afirmar
cultural e histricamente a esta figura escultrica comple- que dicho mercado resiente los acosos de las megatiendas,
mentaria. Recordemos que la comunidad tetelcinga fue la de las agresivas polticas municipales y los reiterados y sos-
primera receptora de las misiones culturales durante la ad- pechosos incendios, y su futuro es tan incierto como el de
ministracin educativa de Jos Vasconcelos y centro piloto los indgenas en Morelos.
de la educacin indgena y campesina del cardenismo en Mirando el itinerario y los usos simblicos de la figura
territorio morelense. escultrica de Cuauhtmoc podemos encontrar coordena-
Desde nuestra perspectiva observamos que la imponen- das parecidas a las ya reseadas respecto a la Madre Tetel-
te figura de la Madre Tetelcinga acompaada de su hija cinga y su hija. Entre 1953 y 1957, el gobernador Rodolfo
est colocada sobre un pedestal de casi tres metros de altu- Lpez de Nava proyect un programa escultrico en la ciu-
ra, y ms que simbolizar la identidad indgena morelense, dad de Cuernavaca que sera refrendado por un calendario
parece destinada a celebrar una lectura integracionista. La y ritualismo cvico, como respuesta al preocupante peso de-
Madre Tetelcinga, al acompaar a su hija que porta un li- mogrfico alcanzado por los migrantes forneos y extranje-
bro en su mano derecha, sugiere la relacin simblica po- ros que superaba el de la poblacin nativa.
sitiva entre la ciudad, la escuela y el mercado. La fractura La figura escultrica de Cuauhtmoc fue encargada por
intergeneracional que en trminos reales e histricos el gobernador Lpez de Nava al escultor Everardo Hernn-
generaron las escuelas en los asentamientos indgenas del dez, y se coloc junto a otras del mismo autor dedi-
campo y la ciudad es negada por la figura escultrica. cadas a Benito Jurez, a la bandera, al himno nacional, a
As las cosas, la Madre Tetelcinga cumple una funcin Morelos y a Leandro Valle, colocadas en el muy cntrico
60 ESTUDIOS BSICOS
Las identidades estn marcadas no slo por la pertenencia, sino tambin por la
diferenciacin. Los pueblos de la tradicin cultural nahua marcan su diferencia-
cin con los otros, los que no son nuestra gente, con trminos especiales. Entre
los que hablan el nhuatl en su vida diaria llaman coyome o coyotes a los que no
son sus afines culturalmente y, sobre todo, a los que pertenecen a los grupos so-
ciales que en algn momento han sido abusivos. El uso de este trmino de coyotes
es muy comn entre otros grupos de tradicin indgena en diferentes regiones del
pas. Algunos han interpretado esto como una intencin de negarles una condi-
cin humana a los aludidos. De cualquier manera, es una forma de responder a las
descalificaciones con que se ha y se sigue denigrando a la poblacin de tradicin
indgena, chuntalos, indios, atrasados, necios, nacos, ignorantes, por slo mencio-
nar algunos.
Ser nahua no slo puede ser un referente de la antigua herencia cultural, como
lo han tratado de imponer ciertos grupos. Hoy por hoy los pueblos originarios
tienen, en mayor o menor grado, la presencia de una tradicin cultural nahua im-
bricada en su vida diaria y en los momentos especiales de su cultura local y regio-
nal. No importa si los han forzado a denominarse con nombres que no formaban
parte de su vocabulario identitario. No importa si muchos de estos pueblos han
tenido hoy que definirse como nahuas. Lo importante es reconocer el proceso
creativo en el que estn inmersos todo el tiempo para reelaborar, adoptar, rein-
ventar y abandonar sobre bases permanentes los diferentes aspectos de su cultura.
Jardn de los Hroes. Diez aos contigua conocida como Casino de la en el mismo poste, lo alto anuncia a
despus dicho jardn fue nuevamen- Selva. Con el actual diseo urbano, la Cotsco y lo bajo a la calle Cuauht-
te remodelado, siendo retiradas sus paradoja visual resulta elocuente: por moc. La prdida de visibilidad de las
figuras escultricas por razones est- un lado, mientras la emblemtica figu- seas de identidad indgena es algo
ticas e ideolgicas. En 1984, durante ra de Cuauhtmoc acumula escombro, ms que una cuestin de rtulos; lo
el gobierno estatal de Antonio Riva se le ha decolorado la pintura dorada refrendan las terrazas con jardineras
Palacio y la presidencia municipal de que la cubra, orienta su perfil hacia el que borran de la vista de la avenida
Luis Flores, Cuauhtmoc fue colo- nuevo puente vehicular con que la ad- Plan de Ayala a la altura de Casino de
cado como figura central en el par- ministracin panista del gobernador la Selva, la miseria arquitectnica del
que del mismo nombre, al frente de Sergio Estrada Cajigal y el presiden- barrio de migrantes indomestizos de
la clausurada estacin del ferrocarril te municipal Aguilar agasajaron a la La Estacin. El espejo escultrico
Mxico-Cuernavaca y al emergente empresa Costco y Comercial Mexi- de la simblica indgena en Cuer-
barrio de migrantes pobres indo- cana, tras la derrota del movimiento navaca es congruente con la nueva
mestizos que se apropi de los espa- patrimonialista cultural en torno al escalada etnocida que viven los ba-
cios adyacentes. En los aos noventa hotel Casino de la Selva. No es un rrios urbanos y los pueblos con pre-
Cuauhtmoc fue objeto de discretas hecho aislado que la nomenclatura de sencia nahua en Morelos. Cualquier
y espordicas ofrendas, as como de las calles de Cuernavaca aparezca su- semejanza de este cuadro con lo
peculiares rituales celebratorios in- bordinada a los letreros publicitarios; que sucede es otros escenarios del
dianistas. veamos un ejemplo sin desperdicio: pas es algo ms que una coincidencia
exagerada. En Cuernavaca carecemos
de la existencia de un grupo como
Cuauhtmoc y Corts el de Salvemos Reforma en la ciu-
dad de Mxico, que se moviliz en de-
Sin cambiar de lugar, el posiciona- fensa de la inmovilidad de la estatua
miento escultrico de Cuauhtmoc de Cuauhtmoc; le parece impropio
ha mutado con la remodelacin y al- que el gobierno capitalino pretenda
teracin del uso del suelo en el rea regresarlo a su glorieta original.
IDENTIDADES 61
D
e manera similar a las redes que establecen individuos, fa-
milias, san ces y barrios al interior de una comunidad, ciertos pueblos
establecen entre s lazos normados por la reciprocidad y vividos a travs
de una amplia historia de interacciones. Estos son los ingredientes con que se
construyen las regiones vividas, las que pueden no tener un nombre especfico,
pero son el marco identitario de to gente, nuestra gente.
No cualquier tipo de relacin conforma una regin; slo las que se mantie-
nen entre diferentes, con intensidades y ritmos diferentes. Comunidades rurales
y urbanas han ido estableciendo sus intercambios ceremoniales y veneraciones
religiosas compartidas, los lugares comunes del ritual, las acciones polticas, cos-
molgicas, simblicas, de interdependencia econmica, las historias en comn y
los intercambios identitarios y afectivos.
Los tejidos que establecen las comunidades en su accionar intercomunitario
comnmente van ms all de los lmites de la identidad federativa. La regin al-
rededor del volcn Popocatpetl es parte de una regin que incluye parte del Es-
tado de Mxico y Puebla, especialmente este ltimo. La regin poniente-norte
se extiende al Estado de Mxico y a Guerrero. La regin oriente de extiende al
estado de Puebla y Guerrero. La regin norte se extiende al Distrito Federal y el
Estado de Mxico. El anlisis de esta ltima regin, enfocado en las relaciones re-
ligiosas, servir para comprender mejor el tejido regional al que se est aludiendo.
Los ejes de esta regin estn trazados por santuarios de diferentes envergaduras
que van desde los de veneracin extensa hasta los de influencia local. La extensin
de la regin la va marcando, por un lado, la vinculacin de las comunidades hacia
los ejes mismos y, por otro, la configuracin de las redes de relaciones religiosas,
econmicas y polticas que mantienen entre ellas y que histricamente han tenido
cada tipo de relacin.
63
64 ESTUDIOS BSICOS
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Estado de Mxico
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Pueblos
Pensar en esta Gran Regin nos obliga a romper con la restriccin que nos
marcan los lmites estatales, lo que nos proporciona varias posibilidades de en-
tender mejor la regionalizacin de manera diacrnica y sincrnica. Una de estas
posibilidades es la de ver al norte de Morelos como una subregin o subregiones
liminares, es decir, como el lmite sur, pero de una gran regin ceremonial; por
ejemplo, dentro de la vida ceremonial, las ferias de cuaresma que son toda una red,
las que se dan en Morelos son slo una parte. Al igual, la ruta de los conventos en
Morelos es tan slo hacer referencia a la fraccin que implica al territorio more-
lense toda un rea en que la red se extiende a los estados vecinales.
De acuerdo con Teresita Loera,2 los estilos constructivos y la iconografa de los
retablos del siglo xvi no muestran una tipologa diagnstica del norte de Morelos,
sino ms bien una parte de lo que existi desde el sur de la cuenca del valle de
Mxico hasta el valle de Puebla.
Visto desde Morelos, existe una fuerte relacin con las diferentes subregiones
colindantes defeas y mexiquenses de las cuales nos hablan sus historias. De
dichas relaciones podramos mencionar algunas, como los antiguos contactos
que revela la arqueologa y algunas fuentes documentales sobre las vinculacio-
nes entre el hoy estado de Morelos y la cuenca sur del valle de Mxico. Posibles
composiciones tnicas compartidas de grupos lingsticos otomes, popolocas
y mixtecos previas a la llegada de los grupos nahuas y aun despus. Una cons-
tante invasin de conquista de grupos del valle de Mxico: xochimilcas, chal-
cas, texcocanos y tecpanecas, entre otros, durante los ltimos siglos de la poca
prehispnica.
Rutas de evangelizacin en las que principalmente franciscanos, dominicos
y agustinos penetraron y marcaron con su sello varias partes de esta Gran Re-
gin. Como sealamos, en los altares especialmente de santuarios, catedrales,
parroquias e iglesias patronales existen de manera muy extensa imgenes de
Cristo Crucificado o, en sus ltimos das, la imagen de San Miguel Arcngel y
la Virgen de Guadalupe. Estas imgenes hablan de oleadas de veneracin com-
partida en la Gran Regin, en diferentes pocas, cuya persistencia en forma
diferenciada ha dejado un sedimento en cada comunidad de lo que son sus
acervos veneracionales.
Buscando la vida
2
Restauradora del Centro inah-Morelos.
68 ESTUDIOS BSICOS
Vendedor de pltanos en la feria de Tepalcingo (tercer viernes de Cuaresma). Estos pltanos son utilizados por los vecinos de Tetelcingo en sus rituales.
LOS TEJIDOS REGIONALES SOCIALES DE LOS PUEBLOS 69
en esa poca hubo una fuerte condicin de refugio para los zapatistas y los pacfi-
cos en las subregiones colindantes a Morelos.
De los aos veinte a los cincuenta, la lea y el carbn eran productos bsicos
que enlazaron en un flujo y reflujo a productores y compradores de las subre-
giones, como las que comprenden Xochimilco, Milpa Alta y Cuernavaca; se dio
mientras prevaleci la demanda de estos energticos y mientras las leyes no pro-
hibieron su produccin. Las frutas de la Tierra Caliente morelense significaron
un intercambio dentro de la regin aludida, donde las rutas y el control de la
arriera construy una red de relaciones de interdependencia econmica.
De los aos cuarenta en adelante se establecieron algunas actividades econ-
micas que ahondaron en la interdependencia econmica entre las subregiones.
Precisamente los animales de tiro y de carga de las subregiones colindantes son
los que utilizaban los campesinos surianos cuando se dio la destruccin durante
la Revolucin Zapatista que acab con los animales locales. Durante un buen
tiempo la madera para la construccin de las casas se obtena de los pueblos del
Estado de Mxico. Se dio el comercio de los productos hortcolas como el mango,
las ciruelas y otros ms hacia mercados de Xochimilco, Milpa Alta y otros del
valle de Mxico.
Cuando los cultivos comerciales volvieron a adquirir importancia en la eco-
noma de los valles de Tierra Caliente, inmigrantes temporales o definitivos de
la Gran Regin poblaron los campos y las ciudades morelenses involucrados
Las mandas
Empezar por describir este vehculo ceremonial general que son las mandas.
Cuando uno asiste a una fiesta barrial, a la de un pueblo o a la de algn santuario
del norte de Morelos, con frecuencia uno puede leer en los programas de sus fes-
tejos la presencia de familias, barrios y pueblos del Distrito Federal y del Estado
de Mxico que en formales peregrinaciones llegan a honrar las imgenes vene-
radas localmente. Los peregrinos llegan portando sus estandartes, sus imgenes
peregrinas y sus ofrendas para sumarse a las conmemoraciones y para refrendar
dos cirios. Acto seguido se invoca de El 23 por la maana, el grupo de trasladar a la colonia Palo Verde, la
nuevo la gracia divina del Santo Se- danzantes realiza una procesin a la cual marca el lmite del poblado de
or de Chalma y las imgenes del po- iglesia del Seor de Chalma. Al fina- Tetelcingo con Cocoyoc. Aos atrs,
blado, lo cual indica la despedida de lizar, los jvenes danzantes visitan a este lugar era nombrado en nhuatl
los danzantes, quienes se dirigen a un sus familiares y amigos establecidos Kasienso (casa en el campo), de igual
camin que los trasladar a Chalma. en torno del atrio. Al respecto es forma se le refera como Cocuyucoa-
Al da siguiente, por la maana, importante aclarar que una gran pan (cercano a Cocoyoc). Durante la
los danzantes se dan cita en un para- cantidad de peregrinos provenientes tarde y la noche realizan una velacin
je conocido como Las Tres Cruces de Tetelcingo se hospedaron en el que se prolonga hasta la madrugada.
(en los lmites de Chalma). El moyesu atrio de la iglesia, hoteles o rentando El 26 por la maana el moyesu, su
y su esposa (quien toca una cam- cuartos. esposa (tocando una pequea cam-
pana), los seis danzantes (cargando la El 24 por la maana los vaqueros pana) y cada uno de los seis jvenes
alcanca) y algunos fieles en conjun- parten rumbo al monte en busca de danzantes, dan inicio a una procesin
to dan inicio a una procesin, cuyo heno que ser utilizado para adornar que atraviesa los ejidos de Tetelcingo
destino es el santuario del Seor de el altar a su regreso al poblado. Al y cuyo destino es el altar que se en-
Chalma. medioda se retorna a Chalma, para cuentra en Topixteatl (las ltimas ca-
Una vez en el santuario, todos se realizar la compra de los recuerdos sas del poblado). Al llegar, el moyesu
persignan enfrente de la imagen y en compaa de sus familiares. extiende un petate sobre el piso y en
colocan la alcanca en un costado del El 25 en la madrugada, el grupo de ste los danzantes colocan la alcan-
altar. Acto seguido se dirigen al atrio los danzantes realiza una procesin a ca; a un costado del altar se prende
de la iglesia en donde se han instala- la iglesia para recoger la alcanca que un cirio y se coloca un cuadro con la
do familiares y amigos que realizaron se encuentra en un altar; salen can- imagen del Seor de Chalma, mien-
su peregrinaje de manera separada, ya tando alabanzas. Al mismo tiempo tras que un grupo de mujeres (vecinas
sea caminando o transportndose en los peregrinos de Tetelcingo recogen del lugar) hincadas sahuman el altar.
camin. Una vez que intercambian todas sus pertenencias y proceden En ese instante es encendido un co-
saludos y alimentos, se dirigen a bus- a retornar al poblado. A las 11 de la hete, a lo que se acompaan repiques
car un cuarto en donde dormir. maana abordan el camin que los de campana (desde la iglesia principal
LOS TEJIDOS REGIONALES SOCIALES DE LOS PUEBLOS 71
sus afectos y respetos hacia los lugareos. Frecuentemente las ofrendas o man-
das consisten en arreglos florales, corridas de toros, bandas de msica, dinero y
regalos para los templos. Muchas de dichas visitas son correspondidas por las co-
munidades anfitrionas, con lo que van tejiendo una trama de relaciones religiosas
que se forja con relaciones de parentesco por afinidad a travs de matrimonio y
sobre todo de compadrazgo, y que se vienen a reforzar con las relaciones de inter-
dependencia econmica, aunque stas estn ahora presentes en una escala mucho
menor que en tiempos pasados.
Las fiestas de la Gran Regin anudan niveles familiares, barriales, comunita-
rios y regionales. Los de ms envergadura se dan en los santuarios, principiando
con el de Chalma y siguiendo con los de Amecameca, Mazatepec, Tlaltenango,
Tepalcingo y varios otros de alcances ms reducidos (Totolapan, Huazulco, Ix-
catepec y Tlalnepantla, entre otros). Existe una devocin de los pueblos hacia
algunos santuarios fuera esta Gran Regin: la Baslica de Guadalupe, el santua-
rio de la Virgen de Zapopan, en Jalisco, El Nio de las Palomas, en Zacatecas,
El Niopan en Xochimilco y muchos ms. Para los fines de la propuesta hecha,
slo se consideran los que se encuentran dentro de la Gran Regin. En los
propios altares familiares se puede ir leyendo las preferencias locales hacia los
santuarios de su predileccin. En stos aparecen comnmente en las esqui-
nas inferiores, las estampas o cuadros de las imgenes visitadas por la familia
en sus itinerarios ceremoniales, que los han llevado a santuarios o simplemente
del poblado). Aproximadamente a las can sobre una mesa platos de barro A las dos de la tarde, el moyesu y
ocho de la noche arriban los familia- conteniendo champurrado y reparten el grupo de danzantes introducen la
res del encargado del torito (figura las cervezas entre los presentes. alcanca dentro del nicho, para colo-
de madera), los cuales vienen acom- Aproximadamente a las diez de carle al frente el cuadro con la imagen
paados por una nonontle cargando la noche se presenta la mayordoma del Seor de Chalma y adornarla con
un sahumerio, un muotlokieuale (re- de la capilla de la Santa Cruz. Entre flores de Noche Buena. Colocan la fi-
zandero acompaante) y un gran n- el tlajtle y el muotlokieuale invocan la gura del torito a un costado del altar y
mero de familiares, cada uno con una gracia divina de la imagen del Seor se le rodea con velas encendidas.
flor de Noche Buena en las manos. de Chalma y de cada una de las im- Al iniciar la msica de violn, el
Una vez realizado el acto cere- genes de las capillas, lo cual permite grupo de seis jvenes (previamente
monial del teuchiuale con el que se a los mayordomos en manos de su vestidos de vaqueros) dan inicio a la
solicita la gracia divina del Seor tlajtle hacer entrega al moyesu de una danza; posteriormente se integran 14
de Chalma y de todas las imgenes botella de Don Pedro, mientras que jvenes ms.
de las capillas, todos los presentes los familiares encargados del torito Una hora despus y rodeados de
se hincan y persignan frente al altar, reparten a la mayordoma los platos un gran nmero de personas, el muot-
para posteriormente colocar flores de con champurrado que haban sido lokieuale y el moyesu sacan de una
Noche Buena. Los familiares encar- ofrendados poco antes. Al finalizar, el bolsa listones de colores que tienen
gados del torito entregan al moyesu moyesu, su esposa y el grupo de dan- grabadas las insignias del Seor de
un ramo de flores de Noche Buena, zantes se quedan a dormir y a velar el Chalma, por lo que cada uno de los
una botella con alcohol, una cajetilla altar del topixteatl. integrantes de la Danza de los Va-
de cigarros, cerillos y un cartn de El 27 de diciembre por la maana, queros se hinca para que le amarren
cerveza. Entretanto, las mayordomas los jvenes de la Danza de los Vaque- un listn al cuello; los mismo se hace
colocan un bentle (ofrenda hecha con ros elaboran un nicho con carrizos y con el msico, con el moyesu y su es-
pltanos). Ms tarde se da inicio al heno (cortado en el monte de Chal- posa, con el muotlokieuale y con los
acto ceremonial del tlajpalulestle, en ma), el cual ser utilizado para retor- familiares del responsable del torito.
donde una vez que se invoca la gracia nar la alcanca al altar de la capilla de Al finalizar el acto, la danza contina
divina, los familiares del torito colo- la Santa Cruz. hasta que se escuchan los tronidos de
LOS TEJIDOS REGIONALES SOCIALES DE LOS PUEBLOS 73
a otros pueblos. Es comn que los altares familiares muestren imgenes venera-
das provenientes de santuarios de ms de una regin.
La veneracin compartida a las imgenes de santuarios, fiestas patronales de
los pueblos y los barrios, y fiestas familiares convocan a una convivencia cere-
monial y afectuosa que establece y mantiene vnculos muy importantes. Tan
es as que incluso en ciertos pueblos y barrios del lado norte de Morelos se
realizan los cambios de mayordomas: Iztapalapa lo hace en Tlaltenango, To-
pilejo en Chamilpa y Santa Mara. Conviene sealar que Topilejo es un im-
portante punto de paso de peregrinos de Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa
hacia Morelos.
Entre algunas comunidades de las subregiones, las visitas correspondidas se
hacen total o parcialmente a pie a travs de muy antiguos caminos a lo largo de
los cuales diferentes ceremonias y recibimientos de afecto y respeto van ahon-
dando lo simblico y la emotividad de las visitas. Un ejemplo de lo anterior se
da entre Milpa Alta y Tlayacapan, y entre Xochimilco y Totolapan, por slo
mencionar dos. Todo esto da a la relacin entre comunidades y entre subregio-
nes una mayor fuerza.
La construccin de carreteras y el propio desarrollo tanto regional como na-
cional han ido disminuyendo gran parte de la complementacin econmica, as
como los intercambios comerciales directos entre las subregiones. Incluso, la
vida ceremonial ha sido modificada. Las peregrinaciones que desde hace mucho
cohetes que anuncian la llegada de la ros y los terroncillos, seguida por bailar y los terroncillos a la izquierda
mayordoma de la Santa Cruz, la cual las nonontles (tocando una campana) (sur), en donde hacen sus gracias. En
es encabezada por la nonpasoro (car- y mayordomas (cargando sahume- interior de la capilla el tajle y el muot-
gando un sahumerio) y el tajtle (car- rios), los mayordomos (cargando el lokieuale invocan la gracia divina de la
gando un ramo de flores de Noche nicho), los msicos y, finalmente, los imagen del Seor de Chalma y de las
Buena), seguidos por los mayordo- fieles del poblado. Tiene como des- imgenes que se encuentran en la ca-
mos (cargando cirios y velas), las ma- tino la iglesia principal del poblado pilla, acto que permite a los mayordo-
yordomas y una banda de viento. Del en honor de San Nicols Tolentino, mos sacar del nicho la alcanca, para
lado contrario donde hiciera su entra- lo cual se encuentra en el centro de luego colocarla en el altar; mientras
da la mayordoma, se hacen presentes la comunidad. tanto, en el atrio los vaqueros dan-
los terroncillos (jvenes disfrazados Al ingresar a la iglesia las nonontles zan y son quemados dos toritos.
de monstruos), quienes se ubican en se arrodillan y sahuman con copal en- Cerca de las diez de la noche, el tajle
un extremo del lugar. frente del altar, mientras que los va- y el muotlokieuale de nueva cuenta in-
El tajtle y el muotlokieuale llorando queros las rodean. El danzante que vocan la gracia divina, lo cual precede
invocan la gracia divina, lo cual per- representa al caporal se para frente al el protocolo ceremonial del teuchiuale
mite que cada uno de los integrantes grupo y habla; acto seguido los va- y la despedida de manos. Cinco das
de la mayordoma proceda a hincar- queros salen de la iglesia caminan- despus de haber iniciado, la peregri-
se enfrente del nicho para que se les do de espaldas, seguidos por el resto nacin a Chalma ha concluido.
amarre un listn en el cuello. Acto de los fieles (caminando de frente).
seguido es entregado al moyesu un La procesin contina por las calles
cirio, mientras que la nonpasoro toca centrales de Tetelcingo, rumbo a la
la pequea campana y las mayordo- capilla de la Santa Cruz, en donde un
mas toman los sahumerios, al mismo gran nmero de vecinos se congrega.
tiempo que los vaqueros danzan y Al llegar a la capilla, los mayordo-
cantan alabanzas de despedida. mos se colocan el nicho al interior,
As se da inicio a una procesin, mientras que los vaqueros (norte)
la cual es encabezada por los vaque- se colocan a la derecha del atrio para
74 ESTUDIOS BSICOS
Peregrinos descansando, en el
atrio del Santuario del Seor
de Tepalcingo.
LOS TEJIDOS REGIONALES SOCIALES DE LOS PUEBLOS 75
Portada en el Santuario del Seor de Tepalcingo, construida por devotos de Iztapalapa, DF, como un amarre regional.
LOS TEJIDOS REGIONALES SOCIALES DE LOS PUEBLOS 77
Imgenes peregrinas
Al ver estas imgenes llegar junto con los estandartes encabezando las procesio-
nes se observan los vehculos ms intensos del protocolo de la veneracin y del
respeto, del simbolismo y de los sentimientos.
Encerradas en pequeas cajas de madera que semejan pequeas iglesias, las
imgenes peregrinas son rplicas en pintura o en maqueta de algn santo, virgen
o cristo por el cual se tiene una veneracin especial. A veces dichas rplicas son
llevadas en procesin al santuario, pueblo, barrio o familia de donde los peregri-
nos originalmente formaron su veneracin y correspondencias; algunas de estas
cajas van acumulando objetos que en diferentes ocasiones fueron o son parte de
las relaciones con los devotos: billetes, monedas, milagritos, algunas trenzas, re-
tratos y recaditos en papel para la imagen.
Existe una relacin muy emotiva alrededor de estas miniaturas. Hay quienes
las llaman hermanitos o hermanitas menores de las imgenes de santuarios o pa-
tronales a las cuales estn asociadas. No es extrao ver lgrimas en los ojos de los
peregrinos que regresan a sus pueblos porque el hermano menor ya no ver a su
hermano hasta el prximo ao.
Estas imgenes peregrinas comnmente quedan depositadas en el altar fami-
liar de la casa de algn mayordomo o encargado en turno, y todo el que entra hace
una deferencia a las imgenes de la familia y especialmente a las peregrinas. En
estos altares no slo se asientan las rplicas peregrinas de visitas intercomunita-
Hermanos menores,
rias formales. A manera de actos espontneos, diferentes familias pueden traer imgenes peregrinas del Seor
de Tepalcingo de los pueblos
sus miniaturas y llevarlas al altar de la casa que est cobijando una imagen pere- devotos, al pie de l. Otro
grina; la van a acompaar. Este ltimo caso se multiplica por cientos en la Gran amarre regional.
78 ESTUDIOS BSICOS
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Fuente: Sistema Estatal de reas Naturales Protegidas, Comisin Estatal de Agua y Medio Ambiente (CEAMA)
http://www.ceamamorelos.gob.mx
E
l territorio que hoy ocupa el estado de Morelos ha sido, des-
de pocas remotas, escenario de intensos movimientos de poblacin que,
desde mltiples orgenes y tradiciones, fueron conformando su actual di-
versidad cultural.
A ms de 3 000 aos se extiende el pasado anterior a la conquista espaola.
Las evidencias arqueolgicas marcan una extendida presencia de comunidades
con importantes centros ceremoniales entre los mil aos antes de Cristo y los
100 de nuestra poca. De ah hasta los 700 aos de esa poca se dio una sen-
sible baja de poblacin, an no explicada pero que se reflej en lo escaso de las
evidencias materiales que se han encontrado de esa poca. La ciudad antigua
de Xochicalco pudo construirse y funcionar en los tres siglos siguientes a tra-
vs de una sensible recuperacin demogrfica. Los ltimos 500 aos de ese pe-
riodo prehispnico corresponden a diferentes entradas de poblacin y dominio
de diversos grupos de tradicin nahua sobre la poblacin local. Segn clcu-
los de Peter Gerhard, en el siglo xvi los habitantes de lo que hoy es Morelos
rebas la cifra de 750 000. Esta cantidad de pobladores slo se vio superada
despus de 1970.
Al momento de la conquista, Morelos era ya un espacio en el que haban con-
fluido diferentes culturas de origen mixteco, popoloca, matlatzinca, tlahuica, xo-
chimilca y nahua. La conformacin de la sociedad de la Nueva Espaa implic la
incorporacin de la inmigracin de peninsulares y esclavos del continente africa-
no (con sus respectivas diversidades) y la creacin de criollos, mestizos y mulatos,
quienes junto con la poblacin indgena hicieron ms complejas las relaciones
interculturales y los repertorios identitarios regionales.
En especial, la presencia y actividad de las haciendas azucareras durante el pe-
riodo colonial hasta principios del siglo xx ejerci, en forma diferenciada, una
influencia determinante en las corrientes migratorias segn aumentara o dismi-
nuyera la necesidad de trabajadores para la produccin de caa, de acuerdo con
los vaivenes del mercado de azcar de la ciudad de Mxico. Pero tambin, en el
Porfirismo, el monopolio de la tierra en manos de unos cuantos hacendados haba
provocado la emigracin, afectando negativamente al crecimiento de la poblacin
* Profesora investigadora del Departamento de Antropologa, Facultad de Humanidades, Universidad Autnoma del
Estado de Morelos.
** Investigador Centro INAH-Morelos.
81
82 ESTUDIOS BSICOS
Tepoztlan
Oaxtepec
Cuernavaca Yautepec
Estado de Mxico Yecapixtla
Xochitepec
Xoxocotla Puebla
Zacatepec
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Puente de Ixtla
Tepalcingo
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Guerrero
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1. Tepoztln 10. Yecapixtla 19. Coajomulco 28. Xoxocotla 37. Emiliano Zapata
2. Amatln 11. Huazulco 20. Santa Catarina 29. Hueyapan 38. Temoac
3. Tlalnepantla 12. Cuautla 21. Huitzilac 30. Tetela del Volcn 39. Achichipico
4. Tlayacapan 13. Yautepec 22. Ahuacatitln 31. Ocuituco 40. Tecajec
5. San Andrs de la Cal 14. Chalcatzingo 23. Tlaltenango 32. Tetelcingo 41. Xochitln
6. Totolapan 15. Tenextepango 24. Tetlama 33. Tepalcingo 42. Jiutepec
7. Atlatlahucan 16. Villa de Ayala 25. Cuentepec 34. Jojutla 43. Mazatepec
8. Xochicalco 17. Axochiapan 26. Atlacholoaya 35. Ocotepec 44. Miacatln
9. Metepec 18. Coatetelco 27. Alpuyeca 36. Tlaquiltenango 45. Oacalco
46. Quebrantadero
Cuerpo de agua
Divisin municipal
Fuente: Elaborado por Alfredo Paulo Maya con base en el ndice de Marginacin por localidad 2005.
Estimaciones del Conapo con base en el II Conteo de Poblacin y Vivienda 2005. Carretera
superior a la tercera parte del total de los inmigrantes.2 En efecto, Morelos ha sido
uno de los destinos preferentes de las corrientes migratorias de una entidad alta-
mente expulsora de poblacin, en particular de origen rural.
La llegada de personas y familias que han decidido quedarse a vivir en tierras
morelenses ha contribuido de modo constante al crecimiento de su poblacin.3
Existen, no obstante, momentos particulares en los que ha sido ms significativa
la afluencia de migrantes, como la que empez en los aos sesenta con la cons-
truccin y desarrollo de la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (civac).
Como consecuencia de este desarrollo industrial, pueblos de tradicin indgena
como en Tejalpa y Jiutepec vieron crecer su poblacin con la inmigracin de tra-
bajadores hasta el punto que la poblacin original local qued reducida a menos
de un 5%.
Algunos de estos inmigrantes provinieron de comunidades indgenas, que de
jornaleros temporales se volvieron residentes permanentes en estos municipios
desempendose en otras actividades econmicas, fuera de la agricultura. Un
ejemplo de esto son los mixtecos, que se organizaron en cuadrillas especializadas
en colar lozas.
2
De acuerdo con la informacin censal, el porcentaje que representan las personas nacidas en Guerrero respecto al
conjunto de poblacin inmigrante en Morelos era el siguiente: 39.2 por ciento en 1970, 30.8 por ciento en 1980, 36.9 por
ciento en 1990 y 33.7 por ciento en 2000.
3
De hecho, Morelos tiene los ndices ms elevados de crecimiento poblacional en todo el pas, slo superado por Quin-
tana Roo y Baja California.
HUEJCA TOCALLI
Amatzin, shuca nuyolotl, tajhuajme titepactica,
nican nican canon nichantic Kijtohua nucihua!
nemi ajmantli, Nexpalehui Totatzin!
in tlin pano, Ajacajme xcahuasque!
tlica nuyolotl, mostla niauacampanemi,
aman cajsicamatica de on nucajlli, nepa canonchanti,
Nu Tlajlli, nepa ipantepeyotl,
Nu Tarta ihuan nunana, mostla yeniconcui mohuentli,
tlin nemiya huejca inon yajhuame, te yunca xcahuasque.
nican xochunca cuicatl cenzontlin,
nican on quetzal ca chantic, Nimatzin yecochijtica,
ninan xocjhunca cuajlemdonki on cuauhocotl, nimatzin yetepactiani,
icuajcon quema unca miyec ouatl. cihuatl xmotlacihuiti,
chihualiztli on molli ihuan tamalli,
Un coneu shuca, tlin nimatzin nicontlalica,
nucihua noijki, masque nican xocjhunca,
sen ajacatl xectli tlaijcasijque, cuicatl on cenzontli
najhua ixnicjmati tlin nijchichua, cachanti on quetzal,
nican xocjhunca tapahtiani, ca tzatzi on ocelotl,
Kenin nijpactis? ihuan nuyolotl shucasque,
On ajacatl tlamelahuacxectli, najhua nijkijta on Teotatzijme
miyec shucatica, quema nechpalehuica,
huin xihuitlalbaca ihuan xantocopalli, titepanojtica on monemitis
ixcuajqui topopochtin, quitejtemoti tlin tlacuasque.
IRES Y VENIRES EN MORELOS 87
Para entender la manera en que los distintos flujos migratorios han marcado la
sociedad morelense y la distribucin poblacional en las ltimas dcadas es impor-
tante tener en cuenta la evolucin de determinados procesos socioeconmicos a
nivel estatal y regional, as como otros factores de mayor alcance que han impac-
tado en orientar y reorientar dichos desplazamientos.
4
En particular, en los cultivos con alta demanda de mano de obra estacional, como la caa de azcar, el jitomate, el ejote
y otras hortalizas.
5
Los censos y conteos de poblacin no reconocen los movimientos de poblacin por periodos menores a los seis meses,
lo cual deja fuera de registro a estos jornaleros que suelen permanecer en Morelos por lapsos de uno a cuatro.
COMERCIANTES NAHUAS
EN MORELOS
Catharine Good Eshelman*
Presencias gticas en el
atrio del Santuario del Seor
de Mazatepec.
doble del nmero que actualmente ciudad de Mxico que viene los fines Mxico, pero su presencia es perma-
hay aqu. de semana; muchos de estos turistas nente. El nmero ha disminuido en
Morelos tuvo una serie de ventajas son atrados por las artesanas y las los ltimos diez aos, pero actual-
para estos comerciantes que vale la culturas indgenas, en el caso de Te- mente se puede calcular que hay casi
pena sealar. Dentro del estado exis- poztln. De 1960 a 1994, cuando la 30 familias de Ameyaltepec, 60 de
tieron diversos mercados y diferentes clase media mexicana goz de cierto San Agustn Oapan o Analco, 20
tipos de clientelas para sus productos. poder adquisitivo, los mexicanos lle- de Tlamacazapa, y unas 10 de Co-
Hay una poblacin de extranjeros re- garon a constituir ms de la mitad del palillo ms o menos fijas en Morelos.
sidentes que se interesa en la cultura mercado para esos vendedores. Otra En diferentes momentos del ao, este
indgena y colecciona artesanas de ventaja de los sitios tursticos de Mo- nmero de familias puede duplicar
diferentes regiones de Mxico; este relos desde el punto de vista de los dichas cifras, a causa de la llegada de
grupo siempre ha sido un mercado nahuas de Guerrero es que quedan amistades y vecinos de las familias
importante y fue el primer tipo de relativamente cerca de las comunida- asentadas aqu, por las personas que
comprador en atraer los entonces des de origen y se puede viajar de ida eventualmente pasan por Morelos y
alfareros de Ameyaltepec y Oapan y regreso en un da. Adems, Morelos llegan temporalmente con sus parien-
en los aos cincuenta. Tambin exis- queda cerca de otros mercados im- tes; y si es buena la temporada de ven-
te en Morelos turismo extranjero de portantes, como Taxco, la ciudad de ta, debido a la llegada de originarios
temporada larga, conformado por Mxico, Toluca, Puebla y Tlaxcala, de otras comunidades de artesanos
personas que vienen a pasar todo el as que desde Cuernavaca los vende- nahuas que normalmente viajan a
invierno o que vienen a estudiar es- dores pueden desplazarse hacia otras otros centro tursticos. Cada familia
paol y permanecen varios meses. plazas. implica una presencia temporal de
Tambin hay un turismo de paso, El nmero de vendedores flucta entre tres a 14 personas, por lo que
con visitantes que vienen uno o dos de manera considerable en diferentes si contamos unas 120 familias, pode-
das y se dirigen a Taxco o Acapulco, pocas del ao, segn las necesidades mos estimar un nmero fluctuante de
y que constantemente se renueva. Fi- del trabajo agrcola o las fiestas en el alrededor de 1 000 vendedores, pero
nalmente, Morelos tiene un turismo pueblo, y de acuerdo con las posibi- esto puede incrementarse al doble o
nacional importante, sobre todo de la lidades de venta en otras regiones de ms. Hay un movimiento constante
IRES Y VENIRES EN MORELOS 91
entre las ciudades y los pueblos, so- Cuernavaca. Todos estos vendedores han desarrollado para sobrevivir en
bre todo en periodos festivos; pueden mantienen fuertes lazos con sus co- las ciudades lejos de sus casas. To-
turnarse a cuidar los puestos entre munidades de origen; no obstante dos estos vendedores concentran sus
padres, hijos casados, nietos y otros sus prolongadas estancias en las ciu- esfuerzos en Cuernavaca y Tepoz-
familiares. dades de Morelos y otras partes de tln, donde algunas familias tienen
Empezaron a llegar a principios de la Repblica Mexicana, conservan su puestos permanentes, mientras otros
los aos cincuenta y, conforme cre- identidad cultural propia. Esto se vendedores circulan durante todo el
ci el turismo extranjero y nacional explica por varias razones. Por una ao en los restaurantes y cafs, o vi-
en las dcadas de setenta y ochenta, parte, existen antecedentes histricos sitan zonas arqueolgicas, fiestas y
sus nmeros aumentaron significa- importantes: todos estos vendedores ferias religiosas en diferentes lugares
tivamente. En los ltimos diez o practican una variante moderna de del estado. Algunos vendedores acu-
15 aos, sobre todo a partir de 1994, una tradicin comercial ms antigua; den a los balnearios cuando hay ms
empezaron a salir a otros mercados antes los nahuas de la cuenca del ro afluencia turstica, van a Cuautla los
ms prometedores, aunque siguen Balsas viajaban con mulas dentro de das de plaza y un grupo de 15 fami-
siendo una presencia importante para Guerrero y comerciaban sal de mar, lias ofrece su mercanca en la caseta
la vida cultural de Morelos. productos agrcolas y artesanas para de cobro de Alpuyeca de la Autopis-
uso local entre campesinos. Ahora ta del Sol y aprovechan el trnsito de
viajan a centros tursticos y ofrecen los coches que se dirigen a Acapulco,
Vendedores nahuas en las artesanas a los viajeros nacionales y al lago de Tequesquitengo y al sitio
ciudades extranjeros; han cambiado su produc- arqueolgico de Xochicalco.
to y su mercado, pero siguen dentro El traslado de sus comunidades de
Es de notar que han reproducido su de una adaptacin comercial anti- origen y las actividades comerciales
identidad cultural nhuatl a pesar de gua de la venta ambulante combinada son colectivas, no individuales, y los
las prolongadas ausencias de sus pue- con la agricultura de subsistencia. nahuas han desarrollado estrategias
blos de origen y hay que preguntar Por otra parte, esta fuerte iden- para estar en la ciudad para amorti-
por qu y cmo han evitado la inte- tidad cultural se debe a la capacidad guar el impacto de la cultura urbana
gracin cultural con la poblacin de de adaptacin que colectivamente sobre ellos. Los vendedores se mue-
92 ESTUDIOS BSICOS
ven en los mismos mbitos, duermen y viven como si estuvieran en sus co- cada vez menos atractivo para ellos.
en los mismos hoteles o pensiones y munidades de origen. El descenso del nivel de ingresos de
frecuentan los mismos restaurantes Esta situacin favorable empez a los mexicanos, los secuestros y la in-
o puestos de comida. Eficazmente cambiar durante la dcada de 1990, seguridad generalizada han afectado
recrean un microcosmos de su comu- porque baj mucho la venta en Cuer- al turismo; esto va acompaado con el
nidad y su regin en las ciudades, en navaca; y actualmente los ingresos surgimiento de otros sitios tursticos
las cuales utilizan su idioma, arreglan son de 20 a 25% de lo que fueron en con ms visitantes o con ms posibi-
los espacios con los mismos valores el periodo de auge que termin en lidades de venta, lo que le resta im-
estticos y observan los mismos por- 1989. Algunas familias ya no venden portancia al mercado morelense para
menores como en su pueblo. Las mu- en Morelos y usan las casas como base ellos. De cualquier manera Cuernava-
jeres conservan su ropa tradicional, para viajar a otras ciudades cercanas, ca y Tepoztln siguen siendo lugares
que consiste en un vestido de colores y otras han cerrado las casas y han ido favorecidos para comprar artesanas
fuertes y un delantal tableado decora- a vender en otros lugares. La crisis se y existe la posibilidad de conocer de
do con encaje y aplicaciones bordadas sigue agudizando en Morelos y es cerca indgenas del estado vecino.
que cosen ellas mismas. En la dcada
de los ochenta empezaron a comprar
camionetas para transportar las arte-
sanas y se present el problema de
encontrar estacionamiento. Debido a
la inflacin y la subida de la renta de
los cuartos, unas 20 familias de Ame-
yaltepec y casi 10 de San Agustn
Oapan consiguieron terrenos en una
colonia popular nueva y empezaron a
construir casas. Actualmente se con-
centran en dos colonias de Cuerna-
vaca, donde ocupan casas contiguas
IRES Y VENIRES EN MORELOS 93
Por ltimo, habra que mencionar otro flujo migratorio emergente, sobre todo a
partir de los aos noventa, conformado por los que han decidido probar suerte
en Estados Unidos. Aun cuando ha tomado proporciones importantes, no ha
llegado a los niveles que se da en otras entidades del pas, como Zacatecas y Mi-
choacn. Hoy en Morelos es cada vez ms frecuente encontrar familias en las
que uno o ms miembros estn tratando de establecerse o vivan ya radicados en
territorio norteamericano. Hay lugares en este estado donde la emigracin se ha
acentuado ms, como la regin Oriente.
Es una realidad nacional que la agricultura en general y los agricultores ms
pobres han ido perdiendo su viabilidad econmica frente a procesos globali-
zadores y polticas neoliberales, como el gatt y el tlcan, entre otras. No slo
los productores agrcolas han sido profundamente afectados. El cambio de tipo
de productos que demanda el mercado (pero que controlan los intermediarios),
la disminucin de la tierra cultivada y el constante abandono de esta actividad,
94 ESTUDIOS BSICOS
Jornalero del corte armando los montones, tres montones dan una tonelada, por una tonelada pagan 25 pesos.
96 ESTUDIOS BSICOS
del siglo xx, han tenido que ir reformulando diferentes estrategias migratorias.
En los aos cincuenta, bajo contratacin desde Mxico, muchos se fueron con la
idea de conseguir un necesario ingreso extra y adems conocer lo que haba del
otro lado. Para la mayora, la experiencia se limit a unos meses y regresaron.
Entre la dcada de los setenta y la de los ochenta, las razones y las estancias
en el Norte se expandieron. Unos se fueron para tener con qu construir sus
casas, o financiar los cultivos de la familia, o para aminorar las situaciones ms
apremiantes de sta. La idea es que se iba a regresar despus de algunos aos;
pocos preferiblemente. Las sucesivas rupturas de la economa nacional de Mxico
llamadas generalmente crisis, sobre todo la del error de diciembre de 1994,
cre los escenarios de desempleo, salarios bajos y, con esto desesperanza y angus-
tia. Frente a este escenario, los emigrantes cambiaron la estrategia: se van para ya
no regresar. Se han ido llevando a sus esposas, a sus hijos, a sus padres y a todo
aquel que les ayude a reproducir su parte de familia-comunidad. Si se regresaba
era principalmente para hacer visitas, para vacacionar.
Despus del 11 de septiembre de 2001, el panorama de los inmigrantes en
Estados Unidos ha cambiado drsticamente. Las severas medidas del antiterroris-
mo, incluyendo la construccin del muro, han hecho mucho ms difcil la vida de
los inmigrantes y mucho ms difcil sus visitas a Morelos. Algunos estudios han
mostrado las muy extensas redes de parentesco, organizacin familiar, pertenen-
cia comunitaria y regional, interdependencia econmica que van desde Mxico
la fiesta de la Santa Cruz. pero no poda que cuando stos son llevados fuera
Cmo lloraba mi corazn, pues yo aqu vengo a trabajar, del territorio del albergue, son mal
cmo senta mi corazn, vengo a ganar, vistos por la gente ajena a esta comu-
ese da, no es mi tierra, nidad. Tambin mostraremos cmo
deseaba estar all aunque aqu tenga hermanos la relacin intertnica se manifiesta
cantando, poniendo la flor y seamos uno solo, en uno solo, hablando de uno solo
la velita, el mezcal y el copal, yo aqu no siento igual en su conjunto, pues as funciona en
aunque tal vez el corazn el mundo indgena.
diga que es igual. En el albergue de Tlaltizapn exis-
te una clnica, dependiente del imss,
Tal vez este pequeo poema pueda la cual atiende una poblacin de casi
ilustrarnos lo mucho que existe de 1 800 habitantes.2 Con esto es evi-
rasgos culturales permanentes en la dente que queda un gran espacio de
gente migrante, pero acompaado no-atencin mdica, Qu sucede en
con toda una serie de problemas so- esos lapsos si se presenta alguna en-
ciales que se conjugan para dar una fermedad? Bueno, si la enfermedad es
idea de la situacin de los indgenas muy grave, se llama un taxi y ste te
migrantes en el estado de Morelos. lleva a la clnica ms cercana, pero si
En estas lneas tratar de mostrar no, qu pasa entonces?
cmo se busca la solucin a ciertos Es entonces cuando entran en
aspectos culturales de los indgenas accin los curanderos tradicionales,
migrantes en el albergue caero 1 de pues stos son los que con sus cono-
Tlaltizapn, Morelos.
En el aspecto de la salud veremos 2
Dicha clnica atiende de ocho de la maa-
cmo atienden las enfermedades re- na a tres o cuatro de la tarde; despus no hay
consultas, tenindose que transportar la gente
Anciano de 83 aos, cortador, incansable y sin lacionadas con varios de sus aspectos enferma a la clnica de Tlaltizapn, en el servicio
esperanzas. culturales vigentes en esta tierra, y de urgencias o, en su caso, a la de Zacatepec.
IRES Y VENIRES EN MORELOS 97
cimientos atienden de manera eficaz que se van sus hijos y despertaron a Segundo caso
el problema si est en sus manos. A don Beto y le dijeron que si poda ha-
continuacin se presentan dos casos cerles la sal de vergenza, y dijo que Otra vez se enferm el hijo de Reyna,
para ilustrar la situacin. s, y les dijo: el ms chiquito, Too, el cual empez
Traen la sal? a quedar muy delgado y amarillo; se
S contestaron. deca que estaba tirisiento; tena pe-
Primer caso Dmela, pues. sadillas en la noche, no poda dormir;
Entonces empez a prepararla y le
Una vez doa Luca, una seora que rezaba en tlapaneco; as estuvo como
da de comer (tiene un comedor), se unos 15 minutos y repeta varias ve-
enferm; sera como la una de la ma- ces el nombre de la enferma; cuando
ana cuando le agarr un dolor de termin, les dijo:
barriga y sta se acababa de dolor, Miren, hijas, ahorita llegando
provocndole llanto. Su familia, pre- pongan a hervir este puito de sal con
ocupada, no saba qu hacer hasta epazote y dnselo a tomar, y con esta
que despert doa Bilio y dijo que se otra, pnganselo en forma de cruz en
le preparara un t de hierbabuena con la cabeza, las manos, los pies y en el
manzanilla; se le prepar, y tan pron- ombligo; ya con esto va a sanar.
to como estuvo le dieron de tomar Gracias, don Beto. Cunto le
el t, pero no funcion. Entonces les debemos?
pidi que le dijeran cmo empez, y Nada, hija, nada; ndale, ve a
su familia le coment cmo haba ini- curar a tu mam; maana veremos.
ciado y a qu hora fue; entonces ella As llegaron a su cuarto e hicie-
dijo que tal vez era vergenza. En- ron todo lo que don Beto les dijo;
tonces preguntaron que quin poda al poco rato doa Lucia dorma pl-
hacerla y les dijeron que en la galera cidamente. Mujer trabajando con sus hijos y esposo al ritmo
uno, estaba uno, don Beto, y rpido de los cortadores, $25.00 por tonelada cortada.
98 ESTUDIOS BSICOS
jornaleros agrcolas ha concentrado mayor nmero de estudios de caso, muchos de ellos acerca de los cortadores de caa de
azcar (Quesada y Tapia, 1977; Lerner y Schelan, 1978; vila, 1986; Reyes, 1986; Par et. al., 1987; Chvez y Jimnez, 1988;
Takayanagui, 1996), y en menor medida orientada hacia otros cultivos (Astorga, 1978; Snchez, 1996).
deca que vea que unos cangrejos tnica y rasgos culturales que se viven solicitan sus servicios en Atlacholoa-
y ranas bajaban del techo y paredes, y en el diario vivir del mundo indgena, ya, Olintepec, Acamilpa, Tlayacapan,
que lo queran agarrar y llevrselo, lo cual se perdura en su gente, como Ayala, Otumba, etctera. Ella atiende
y que tambin vea un nio que le de- es el caso aqu del albergue caero de pues, como dice ella, es mi gente. Ella
ca que se fuera con l. Tlaltizapn, en el cual existe una serie ha descubierto los lugares de adora-
Lo llevaron al doctor y no san. de curanderos tradicionales que ejer- cin a los aires, aqu, en el cerro Santa
As estuvo como ocho das, cuando cen sin que la clnica del imss inter- Mara; ella sabe e invita a todo aquel
ya su mam se preocupaba y empez fiera, pues su mbito es diferente. As, que quiera ir, como dice ella: para que
a preguntar que quin saba curar de tenemos que don Beto, de origen tla- no se pierda el costumbre.
eso, y le dijeron que doa Aurelia, la paneco, puede elaborar la sal de ver-
Camashima, era muy buena, as que genza, y que doa Aurelia, de origen
ms presto que rpido fue con ella nahua la cual tambin es parte-
y le platic su problema; dijo que s ra, puede curar de espanto y som-
lo curara; que le consiguiera unas bra. Tambin estn don Ezequiel, de
velas, mezcal, incienso, flores, agua y origen tlapaneco, y don Palemn,
un poco de tierra de alguna tumba de origen popoloca.
de un nio, pues su enfermedad era Pero el curandero con mayor pre-
que un nio muerto se quera llevar sencia es doa Aurelia, la Camashima,
a su Toito. ya que atiende a cualquier gente sin
Reyna consigui todo eso y con importar la etnia, pues aqu en la Ga-
cuatro curadas Toito san. Ahora lera son todos iguales; se es uno solo,
Too corre, re, juega ya contento; ya y si se habla la lengua es mucho mejor,
est engordando; eso s que Camashi- pues as se entiende mejor.
ma es buena. Esta seora radica en el estado;
vive en Huatecalco, lo que hace que
Como estos casos hay muchos, y sea conocida en varias partes del es-
es aqu donde se ve la interrelacin tado donde hay migrantes; as se le
IRES Y VENIRES EN MORELOS 99
Caa de azcar.
Migracin: el camino interminable de los jornaleros migrantes indgenas en Morelos
C A P T U L O 6
M
orelos ha sido un importante polo de atraccin para ind-
genas migrantes de otros estados que salen de sus comunidades bus-
cando mejores alternativas de empleo y bienestar en la agricultura
comercial o en el medio urbano. En algunos casos han construido sus propias co-
lonias o barrios, y en otros ocupan un modesto lugar entre campesinos, poblado-
res autctonos e inmigrados. En general practican el uso cotidiano de sus lenguas
y se mantienen ligados con sus pueblos de origen por diversos medios, recreando
y adaptando sus propias culturas a las nuevas circunstancias.
La mayora son integrantes de comunidades nahuas, mixtecas y tlapanecas de
Guerrero y de pueblos mixtecos y zapotecos de Oaxaca, pero tambin hay triquis,
otomes, chinantecos y miembros de otros grupos tnicos, como lo constata la
amplia variedad de lenguas indgenas registradas en el ltimo censo de poblacin
(2000), y de las cuales slo el nhuatl es oriunda de la entidad.
Por esta ltima razn es difcil distinguir a los miles de nahuas que han inmi-
grado de otros estados. Sin embargo, es conocido que en gran parte provienen
de mltiples comunidades de Guerrero, localizadas en las regiones Norte, Centro
y Montaa.
En cambio, es ms fcil identificar a los mixtecos, quienes suman casi 5 000
personas. Esta cifra los coloca en el segundo lugar entre los grupos indge-
nas presentes en Morelos, superados slo por los nahuas. Es por ello que en los
municipios donde hay escasa presencia del nhuatl, como Atlatlahucan, Tlaya-
capan y Yecapixtla, el mixteco ocupa el primer lugar denotando la importancia
de esas localidades como polos de atraccin para algunas comunidades indge-
nas migrantes.
Provienen sobre todo de la Montaa de Guerrero y de la Mixteca oaxaquea,
y ocupan un lugar destacado entre los trabajadores de la ciudad, generalmente en
las actividades de la construccin, as como entre los jornaleros del campo.
Los mixtecos o uu savi (pueblo de la lluvia) son poseedores de una vigorosa
tradicin y constituyen el cuarto grupo indgena ms numeroso en el pas. Sus
comunidades tradicionales ocupan un amplio territorio que abarca parte de los
estados de Guerrero, Puebla y, sobre todo, Oaxaca, que en conjunto se denomina
* Profesora Investigadora del Departamento de Antropologa, Facultad de Humanidades, Universidad Autnoma del
Estado de Morelos.
** Investigadora del Proyecto Etnografa de las Regiones Indgenas de Mxico en el Nuevo Milenio. Centro INAH-
Morelos.
101
102 ESTUDIOS BSICOS
an
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tl a
Tlayacapan
la
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Estado de Mxico
la
xt
pi
Emiliano Cuautla
ca
Ye
Zapata
Villa de Ayala
Tetecala Puebla
Jojutla
Tepalcingo
Guerrero
KM
0 5 10 20 30
Fuente: Elaboracin propia basada en la investigacion del proyecto Migracin y horticultura en Morelos (UAEM)
Kim Snchez y Adriana Saldaa
Estado de Mxico
Puebla
Guerrero
KM
0 5 10 20 30
Divisin municipal
Fuente: Secretara de Agricultura, Ganadera, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentacin.
Delegacin Federal Morelos, Subdelegacin Agropecuaria. Programa Fomento Agrcola.
Con el temporal, entre junio y julio, comienzan a llegar los jornaleros migrantes
para trabajar en las huertas. Poner varas o postes y colocar los alambres para so-
portar las matas, cuidar su desarrollo y desyerbar, son las tareas que anteceden a
la cosecha, la mayor y ms demandante de sus ocupaciones. La pizca de jitomate
se concentra entre los meses de septiembre y octubre, y es entonces cuando acude
la mayor parte de estos migrantes.
Para los agricultores de la regin esta mano de obra es indispensable para sacar
adelante sus huertas, en las que ellos mismos han invertido considerables recur-
sos y esfuerzos, y que esperan sean compensados con los precios de un mercado
dominado por mltiples intermediarios.
En efecto, para los campesinos y pequeos empresarios de Atlatlahucan, Tla-
yacapan, Totolapan y Yecapixtla la calidad y el relativo bajo costo de esta mano de
obra son condicin necesaria para producir anualmente entre 75 000 y 100 000
toneladas de jitomate y tomate cscara.
La afluencia masiva de migrantes se ha convertido en condicin necesaria para
garantizar la disponibilidad de brazos al momento en que se les necesite. Cada
productor emplea desde dos hasta una decena de peones para la pizca o las tareas
que requiera, dependiendo del tamao de su huerta.
Apenas amanece, los jornaleros acuden a lugares que la costumbre ha estable-
cido como punto de encuentro con los productores que demandan sus servicios.
Los ms importantes en la regin son las cabeceras de Atlatlahucan, Totolapan y
Achichipico, en el municipio de Yecapixtla, donde en una esquina o en una plaza
tiene lugar la oferta y la demanda de mano de obra. Los trabajadores negocian en
trato directo con los empleadores, pues en esta regin no existen enganchadores
ni otras figuras similares como los conocidos cabos de la zafra caera o los capita-
nes en las tierras de riego del oriente. Cerrado el trato, los jornaleros son llevados
en camionetas y camiones hasta las huertas para empezar a trabajar a las siete de
la maana y hasta las dos de la tarde, o ms si el patrn lo exige; cuentan con
media hora para comer el lonche que compran o preparan ellos mismos y, a ve-
ces, tienen que llevar su propia agua. Dependiendo de la lejana del lugar y de la
disposicin del productor, deben cubrir a pie parte o todo el trayecto de regreso
a sus viviendas.
El sistema de pago es por jornada, la cual se respeta en general, de siete de la
maana a dos de la tarde. Durante la temporada 2004, la tarifa oscil de 100 a
150 pesos diarios, dependiendo de las fluctuaciones entre oferta y demanda. Al
concluir la jornada reciben su paga y, si hay ms chamba y gust su trabajo, la re-
lacin puede prolongarse. Por esta va, algunos trabajadores consiguen asegurarse
varios das o semanas con un solo patrn, pero la mayora deben buscar cada
maana el jale. Tambin ocurre que, cuando el trabajo escasea, muchos se quedan
sin conseguir trabajo y tienen que esperar mejor suerte hasta el siguiente da.
Llegan a los pueblos que se han convertido en los centros de contratacin: Atla-
tlahucan, Totolapan y Achichipico. El primero de ellos es el ms importante e
incluso atrae a productores de algunos municipios colindantes del Estado de
Mxico (Ozumba, Tepetlixpa y Atlautla) que tambin se dedican a la siembra
de esas hortalizas.
En Achichipico y Totolapan los jornaleros tlapanecos y mixtecos vienen en fa-
milia y trabajan mujeres e hijos mayores, mientras que en Atlatlahucan son traba-
jadores hombres solos y grupos de paisanos desde los 13 aos de edad.
En esos lugares los pobladores locales rentan a los jornaleros migrantes pe-
queos cuartos de material o de lmina de cartn y hasta un techo donde pasar
MIGRACIN INDGENA A LOS CAMPOS AGRCOLAS DE MORELOS 107
Sembradores de da y
mariachis de noche.
la noche; en Totolapan tambin acostumbran rentarles predios donde ellos mis-
mos construyen rsticas viviendas. En general cuentan con agua, pero hay casos
como en Achichipico donde la mayora tienen que ir a la pila, a las afueras
del pueblo, a baarse y lavar su ropa. Los servicios sanitarios son precarios e
insuficientes, sobre todo en las cuarteras que alojan grupos grandes de hom-
bres o familias. La carencia en la vivienda se agudiza en septiembre y octubre,
cuando es codiciado cualquier espacio para quedarse, llegando a alquilar patios
y corredores en donde duermen prcticamente a la intemperie, como ocurre en
Achichipico.
Excepcin de todas estas condiciones inadecuadas es el Albergue de Jornaleros
de Atlatlahucan, construido por la Sedesol y los gobiernos local y estatal, el cual
est a cargo del Paja, y abierto desde 1996 para dar alojamiento a migrantes por
una mdica suma. En este lugar, los trabajadores tienen adems de habitaciones,
servicio de comedor, baos, regaderas y otros servicios gratuitos. El albergue ha
llegado a ser autosuficiente y slo recibe el apoyo complementario del ayunta-
miento y otras instituciones para su sostenimiento. Cuenta con capacidad para
240 personas, pero cada temporada brinda atencin a un nmero mayor de jor-
naleros debido a que muchos permanecen durante periodos de uno o dos meses.
Aun as, es tal la cantidad de trabajadores que llegan a Atlatlahucan que la mi-
tad o ms de ellos tienen que depender de las cuarteras particulares del pueblo.
Tanto ellos como, sobre todo, los migrantes en Totolapan y Achichipico es-
peran el apoyo del gobierno y autoridades locales para que este beneficio tenga
mayor cobertura en la regin. Y es que mejorar la disponibilidad y la calidad de su
albergue temporal sera una forma de corresponder a la valiosa contribucin que
estos trabajadores hacen a la agricultura de Morelos.
108 ESTUDIOS BSICOS
Familia en Totolapan.
Actualmente, el costo de la vivienda vara en cada lugar, siendo mayor en Atla-
tlahucan donde en las cuarteras les piden de 35 a 40 pesos semanales por per-
sona en cuarto compartido. En ese lugar, a donde no llegan familias, el gasto en
comida es adems una fuente diaria de ingresos para comedores del mercado e
informales, que les ofrecen un plato de frijoles y tortillas por 5 pesos. Pueden pa-
recer modestas sumas, pero al final de la temporada no es fcil ahorrar para llevar
dinero al pueblo.
Cunto de lo que ganan se queda en la misma regin? Probablemente no es
una cifra despreciable para las economas locales, pero no se sabe. Entre otras ra-
zones porque se desconoce la magnitud exacta de esta poblacin de jornaleros y
sus acompaantes, ya que es difcil elaborar un control detallado de cuntos son y
cundo llegan o se van, debido a su gran movilidad y dispersin.
Sin embargo, el Paja cuenta con algunas cifras basadas en el registro de los que
acuden a sus albergues y mdulos de atencin. Por ejemplo, en el Albergue de
Jornaleros de Atlatlahucan en los ltimos aos se han alojado entre 500 y 800
personas por temporada. Adems, se estima que fuera del albergue y dispersos en
cuarteras en Atlatlahucan se encuentra un nmero similar o superior de jorna-
leros migrantes. Eso significara que, por lo menos, en esa localidad de los Altos
convergen entre 1 000 y 1 500 migrantes.
Achichipico, en el municipio de Yecapixtla, presenta un volumen de actividad
menor y, por lo mismo, son menos los que deciden instalarse en esa comunidad.
En el ao 2001 su poblacin fue estimada en alrededor de 600 personas por
promotores de dicho organismo. En el 2004, el Paja con apoyo de las autori-
dades locales y estatales construy un mdulo de servicios con guardera para
atender a la poblacin infantil de las madres trabajadoras. Como se mencion, a
ese lugar la migracin es familiar, ocupndose en las mismas labores mujeres y
adolescentes.
MIGRACIN INDGENA A LOS CAMPOS AGRCOLAS DE MORELOS 109
No es casual que Yecapixtla sea uno en los municipios donde el idioma mixteco
constituye la lengua indgena con mayor nmero de hablantes.
En Tlayacapan tambin encontramos muchos mixtecos, aunque en ese lugar
la migracin ha tenido un carcter ms permanente y ha dado lugar a asenta-
mientos irregulares y colonias; as, el mixteco tambin es la lengua indgena ms
importante del municipio. El cultivo de hortalizas de temporal se alterna con una
importante actividad en tierras de riego de all y ms al sur; pero tambin los jor-
naleros migrantes mixtecos se ocupan en el corte de nopal en Tlalnepantla y otras
actividades no agrcolas, como la construccin y los servicios que han tenido un
explosivo desarrollo en Tlayacapan.
En Totolapan es raro ver mixtecos, ya que ah, como dijera un jornalero gue-
rrerense, no se jallan. En su lugar abundan los tlapanecos de Guerrero, quienes
prcticamente dominan ese mercado de trabajo.
Algunas comunidades tlapanecas son especialmente notables por su partici-
pacin numrica y porque la tradicin de trabajar en la regin data de varias
dcadas, pasando de padres a hijos. En efecto, en Totolapan encontramos que la
mayora pertenece a las comunidades de Santa Mara Tonaya, Las Pilas y San
Pedro Acatln (municipio de Tlapa de Comonfort), y de Santa Cruz, Zilacayo-
titln, Benito Jurez y El Rosario (municipio de Atlamajalcingo del Monte).
Conocidos por los productores, algunos ya tienen sus patrones de confianza
que los esperan. Tambin los tlapanecos prefieren seguir llegando all, seguros de
encontrar ms paisanos y convivir entre ellos en las horas de descanso. Las redes
sociales basadas en el parentesco y el paisanaje han dado lugar a que estos flujos
sean relativamente constantes. Pero tambin influye mucho el aprecio a su trabajo
experto y las relaciones de amistad que han entablado con productores y pobla-
cin local en Morelos.
Por su parte, hacia Atlatlahucan llegan muchos pobladores de Huehuetepec,
en Atlamajalcingo, as como de diferentes comunidades tlapanecas del municipio
de Acatepec, adems de algunas de Tlapa. En las ltimas temporadas agrcolas
los tlapanecos han representado casi el 25% de los trabajadores migrantes que se
instalan en el Albergue Jornalero de esa localidad morelense.
La siguiente escala
Muchos de los jornaleros indgenas migrantes que llegan a los Altos de Morelos
viajan, adems, a otras regiones agrcolas del pas. Con frecuencia su destino se en-
cuentra en Culiacn, Sinaloa, tambin en campos jitomateros a donde son llevados
en diciembre o enero por enganchadores que les ofrecen contratos por tres o cuatro
meses. En menor proporcin se dirigen a los campos de hortalizas en Hermosi-
llo, Sonora, y San Quintn, Baja California, y Yurcuaro, Michoacn, entre otros.
Hacia el noroeste, se suman al masivo corredor migratorio que involucra a
decenas de miles de jornaleros agrcolas que hacen posible el auge y desarrollo
de las grandes empresas agroexportadoras. All los salarios son ms bajos y las
jornadas ms extenuantes. Sin embargo, para ellos estas desventajas estn com-
pensadas por la relativa mayor estabilidad y continuidad en el trabajo, porque
no tienen que pagar renta ni pasaje, y tambin porque se ofrece empleo a sus
hijos menores.
MIGRACIN INDGENA A LOS CAMPOS AGRCOLAS DE MORELOS 111
Hay quienes piensan que estos jornaleros mixtecos y tlapanecos que siguen
diferentes circuitos migratorios representan el sector social ms amenazado por
la crisis del campo, que ha abandonado las expectativas de que las cosas mejoren
algn da en su propia regin de origen e, incluso, que pronto dejarn la casa y la
milpa. Otros consideran que migrar es ya una forma de vida que, de una u otra
manera, se contina con el arraigo a la tierra que cultivaron sus ancestros, pero
que buscan con el trabajo asalariado el recurso que evita un mayor deterioro de las
condiciones de vida de sus familias y comunidades, aunque paradjicamente esto
los lleve a permanecer fuera ms tiempo.
En contraste, hay trabajadores migrantes como los de Mixtecapa para
quienes el trabajo temporal por uno o dos meses en los Altos es su nica o prin-
cipal razn de ausentarse de sus hogares. Tambin de sta y otras localidades slo
viajan los jefes de familia e hijos mayores, porque los menores van a la escuela y
quedan a cargo de sus madres o abuelos. Esto no slo ocurre entre los migrantes
en Atlatlahucan, tambin en Achichipico se encuentran quienes buscan pagar el
gasto de la educacin de sus hijos o ahorrar para compromisos sociales y rituales
propios de su tradicin.
112 ESTUDIOS BSICOS
La comunidad Tula del Ro, situada al norte del municipio de Mrtir de Cuila-
pan, se ubica en la Cuenca Balsas-Mezcala formando parte de la Regin del Alto
Balsas. Es una pequea comunidad nahua de 410 habitantes catalogada como de
muy alta marginacin.
Las familias tulenses llevan a cabo diversas actividades para obtener ingresos
econmicos que les permitan su supervivencia cotidiana, principalmente el tra-
bajo va migracin interregional o va migracin a Estados Unidos y el tejido de
cinta de palma. Dichas tareas son repartidas entre los miembros de la familia para
complementar la entrada de dinero durante todo el ao.
Anteriormente, esta comunidad se dedicaba casi en su totalidad al cultivo de
maz, frjol y ajonjol, que eran destinados al autoconsumo y, en menor propor-
cin, a su venta en mercados cercanos, principalmente en Iguala. Hace casi 10
aos las familias tulenses dejaron de sembrar; las razones tienen que ver con con-
diciones climticas hace mucho que no llueve y por el inters en los ingre-
sos monetarios que obtienen va migracin laboral, que tambin ha desalentado
la actividad agrcola.
La migracin interregional
En estas galeras los tulenses habitan durante los meses del corte y es donde
pasan la mayor parte del tiempo, ya que muy pocas veces se dirigen fuera de los
campos agrcolas. Algunos salen los das lunes para hacer compras en el tianguis
de Tehuixtla, aunque la mayora se desplaza a Jojutla y Puente de Ixtla los viernes,
das de pago. Hay que mencionar que dicho pago es a travs de tarjeta de nmina
y lo obtienen va cajero automtico. Ese da tambin es aprovechado para abaste-
cerse de comida y ropa. Aunque bsicamente salen para cobrar y darse la vuelta,
ya que algunos comerciantes de la zona se dirigen al campamento con sus camio-
netas para la venta de carne, pollo, tortillas, discos compactos y otros productos.
Adems, dentro del campamento, el encargado tiene una tiendita como parte de
los beneficios que le da la empresa.
En el campamento opera el Paja, que se ha encargado de gestionar recursos
con la empresa para destinarlos a proyectos de mejora de las condiciones de vida
de la poblacin jornalera en Morelos. Uno de esos proyectos, ya puesto en prcti-
ca, es el establecimiento de una guardera, donde dan atencin a los nios de lunes
a sbado, mientras las madres se encuentran en el corte. La educacin primaria
est a cargo de jvenes prestadores de servicio social de la Comisin Nacional de
Fomento a la Educacin (Conafe).
Cuando ya han terminado de cortar, los tulenses realizan diferentes actividades
para pasar su tiempo libre. Los hombres, los jvenes varones y los nios se renen
en la tiendita del encargado para jugar baraja. Algunos otros permanecen en la
galera tejiendo sus tarrayas (redes para pescar) o viendo televisin.
Las mujeres se quedan en sus galeras a ver telenovelas o se sientan fuera para
platicar entre ellas, ya que para los tulenses es mal visto que las mujeres platiquen
con los hombres.
Distrito Federal
Estado de
Estado de Mxico
Mxico
Distrito Federal
Cuernavaca
Estado de Mxico
Estado de Mxico M O R E LO S
Jojutla
Tehuixtla
Puebla
Iguala Puebla
G U E R R E RO
Olinal
GuerreroM. de Cuilapan
Ahuacuotzingo
KM Cualc
0 5 10 20 30
KM
0 10 20 30
Divisin municipal
Mapa 9. Municipios de origen de las comunidades proveedoras de jornaleros agrcolas para la cosecha de la okra.
MIGRACIN INDGENA A LOS CAMPOS AGRCOLAS DE MORELOS 117
Palabras finales
E
ntre los nahuas de los estados de Guerrero y Morelos, la
palabra chicohua refiere a un conjunto de ideas relacionadas con dar
fuerza a otro. Se trata de una especie de poder o energa que al transmi-
tirse puede fortalecer al receptor creando una relacin de reciprocidad. Se dice
que al realizar un trabajo en comn se establece un intercambio de fuerza, y
mientras mayor sea el nmero de participantes en los trabajos, el chicohua tender
a vigorizarse.
Estrechamente relacionados con el trabajo y la circulacin de la fuerza est el
concepto huapahua, el cual se asocia con nutrir o criar. Cuando se realiza una
actividad en que se involucra a familiares, amigos y vecinos se espera que las rela-
ciones establecidas se guen por el amor y el respeto, a fin de que stas tengan un
sustento y un fortalecimiento.
Como se ha indicado, la transmisin y la reciprocidad de la fuerza se asocian
con una accin de arreciar, fortalecer, madurar, por lo que en las comunidades
de tradicin nahua, al realizar una actividad es comn que la gente hable de dar
y recibir el trabajo y la fuerza contenida en sta, pero tambin hablan de servir,
cumplir, llamar, invitar a otros.
Sin embargo, entre diferentes especialistas rituales (huehuechique, nenegones,
mayordomos, tlayekonkes, nompasoro, kiatlaskes y la gente de respeto) es recurren-
te la utilizacin del concepto chicahualistle; es decir, una fuerza de origen divino
que es invocada por los hombres para resolver sus problemas.
Al respecto debe aclararse que para los nahuas de Morelos, la existencia de
la naturaleza, los hombres y su destino son producto de la creacin de un ser
superior, por lo que la fuerza es concebida como una especie de poder omnipo-
tente que da vida a todo lo existente, que gua el destino de los hombres y a la
naturaleza.
La fuerza no es una cualidad exclusiva de los hombres, ya que en el principio
de recepcin y otorgamiento, en la que se nutren y fortalecen las relaciones, tam-
bin pueden verse involucrados los elementos de la naturaleza como la tierra, los
aires, las piedras, los manantiales, las nubes, el viento, las cuevas y los cerros,
las plantas y los animales, as como tambin las imgenes religiosas, las cruces
y los estandartes.
* Investigador del Centro INAH-Morelos, Proyecto Etnografa de las Regiones Indgenas de Mxico en el Nuevo
Milenio.
119
120 ESTUDIOS BSICOS
Peregrina limpindose de
males con una piedra del
cerro sagrado de Tepalcingo.
Pero para que los hombres puedan acceder a la bendicin que produce el chica-
hualistle, se requiere de depsitos sagrados, es decir, espacios u objetos que tienen
la facultad de cargarse y transmitir ese poder divino. Al respecto, la poblacin
de tradicin nahua de Morelos indica la existencia de cerros, montaas, manan-
tiales y parajes cuyo misterio radica en que se trata de lugares elegidos por un
ser supremo y, a travs de ellos, los hombres tienen acceso a su poder. De igual
forma, acceden a la gracia divina mediante objetos realizados por los hombres, a
veces con materiales sagrados como pueden ser las imgenes de santos, milagros,
varitas, amuletos y mediante objetos que se piensa tiene un origen divino, tal es el
caso de las piedras del rayo y las centellas, las patitas de tejn, colmillos de coyote,
los cuernos de unicornio, etctera.
Se tiene la creencia de que estos objetos al mantener contacto con los espa-
cios sagrados y al recibir ofrendas y veneracin de los fieles, acumulan la gracia
divina, por lo que quienes los posean y les ofrenden peridicamente pueden
beneficiarse.
Sin embargo, primeramente tienen que establecer un principio de reciprocidad
en donde los hombres deben mostrar la iniciativa de ofrendar plegarias, rezos, el
aroma de las flores y el humo de copal. De igual forma, se debe cumplir con los
servicios en los cargos, organizar o participar en las danzas ceremoniales, compar-
tir alimentos y bebidas rituales, ofrecer el sonido de la msica o de los cohetones.
De esta manera, se establecen las condiciones para que los objetos materiales acre-
cienten la fuerza que contienen.
Al respecto es necesario sealar la importancia de las entidades sagradas que
sirven como intermediaras entre el mundo de lo sagrado y los hombres de la Tie-
rra, esto es, de los santos (San Miguel Arcngel, San Pedro, San Juan Bautista,
entre otros), los aires, los espritus y las vrgenes (Virgen Mara, La Concepcin,
etctera) a quienes se les atribuye la cualidad de comunicar a Dios las plegarias y El timbre, que comunica con
el Popocatpetl, en el calvario
de Cempualtepec.
122 ESTUDIOS BSICOS
des sagradas y los hombres de este culebras de agua, a los cuales contra-
Los seores del temporal y las mundo. rresta mediante un rayo benfico que
piedras del rayo Es importante sealar que si bien se desprende de su espada de fuego.
en la actualidad las representaciones Existe la creencia de que los rayos
L a poblacin campesina de la
regin de los volcanes asocia el
origen de los fenmenos naturales
asociadas con los seores del tempo-
ral se refieren a la religin catlica, la
poblacin campesina les asigna atri-
enviados por San Miguel y los nge-
les blancos toman la forma de piedras,
por lo que al caer quedan enterradas
con el designio de los seores del butos que nos remiten a las culturas en los campos de cultivo.
temporal. Aqu radica la importan- prehispnicas, tal y como se mostrar San Pedro o espritu de la tierra. Su
cia del kiatlaske, ya que al tratarse de a continuacin. hogar est bajo tierra. Es encargado de
un elegido, es el responsable de me- San Miguel Arcngel protector de las dar vida a los vientos y las corrientes
diar las relaciones entre las entida- siembras y el ms adorado. Se dice que subterrneas. Se cuenta que est he-
es el rey de las guardias celestiales. cho de piedra y se localiza justo en la
Con sus poderes de guerrero es capaz puerta que comunica con el cielo.
* Investigador del Centro inah-Morelos,
Proyecto Etnografa de las Regiones Indgenas de destruir los seres malhechores del Santiago Apstol. Protector de los
de Mxico en el Nuevo Milenio. temporal, como lo son el granizo y las catlicos ante las amenazas del ma-
VISIN DEL MUNDO: LA FUERZA DIVINA, EL CHICAHUALISTLE 123
ligno. En las ceremonias de peticin Existen bsicamente dos espacios Sobre la pared se encuentran col-
de lluvias se le llega a nombrar co- ceremoniales donde los kiatlaskes en- gados retratos de imgenes sagradas
mo Seor de los cuatro vientos. El tablan contacto con los seores del como la de San Miguel Arcngel,
que gua las nubes cargadas de lluvia temporal. Santiago Apstol, San Pedro, Se-
por los cuatro puntos cardinales de Los altares: ubicados en el interior or de Chalma, Seor de Tepalcin-
la Tierra. del hogar del kiatlaske, se compo- go, Santo Nio de Atocha, Virgen de
Otros seores del temporal guar- nen por una mesa pegada a la pared Guadalupe, Virgen de la Candelaria,
dan una relacin ms estrecha con en donde son colocados sahumerios etctera.
concepciones de origen prehispnico, (incensarios), veladoras, floreros, la La importancia de las piedras del
lo cual manifiesta la persistencia de la imagen del patrn(a) del poblado y rayo en los altares radica en que al
cosmovisin nahua entre la poblacin una jicarita roja conteniendo las pie- representar objetos provenientes de
campesina de Morelos. dras del rayo y algodn. un espacio sagrado, los kiatlaskes las
De acuerdo con los kiatlaskes, los
ngeles negros son los responsables
de crear las nubes negras que con-
tienen granizo y las culebras de agua
(tornados) que perjudican los cultivos
de maz y frjol. Por su parte, los n-
geles blancos o tlaloques son los encar-
gados de contrarrestar dicha maldad,
al dirigirles rayos (origen masculino
y benfico) con el fin de destruirlos.
El testimonio de esta batalla quedar
plasmado en los campos de cultivo,
pues los rayos se convierten en pie-
dras, las cuales al caer quedan ente-
rradas en el piso. Las Piedras del Rayo.
124 ESTUDIOS BSICOS
utilizan para que les acompaen y sealan que estas les fueron hereda- Gracias al apoyo de Benito Prez
guen durante su viaje onrico por das por kiatlaskes ms viejos (fami- (hijo de una kiatlaske) y contando con
los reinos sagrados del temporal. De liares). En otros casos indicaron ha- la colaboracin de los arquelogos del
igual forma, son utilizadas para con- berlas encontrado enterradas en los inah-Morelos, se pudo averiguar que
trarrestar las enfermedades que los campos de cultivo, un da posterior a las piedras del rayo son objetos ar-
seores temporales han enviado so- la presencia de una tormenta o de la queolgicos que remotan al periodo
bre los humanos. cada de granizo. Clsico (150-650 d.C.).
Los calvarios o cerros sagrados: De acuerdo con los kiatlaskes, las As, las centellas fueron identi-
localizados en las cimas de algunos piedras se clasifican por su morfolo- ficadas como cuentas de un collar, las
cerros o cuevas en los volcanes (Po- ga, por lo que las piezas grandes y cuales eran utilizadas por los nobles
pocatpetl e Iztacchuatl), se cree que medianas (diorita) son reconocidas como ornamentos, en tanto que la
son puertas que conectan directamen- como los rayos, mientras que los ob- piedra del rayo se identific como un
te con los dominios de los seores del jetos pequeos brillosos (obsidia- hacha, la cual se utiliz como un ins-
temporal. En estos espacios sagrados, na verde) son identificados como las trumento para tallar la madera.
las piedras del rayo son colocadas centellas.
sobre el altar principal, sealando
hacia el norte, ya que se cree que de
esta forma se establece contacto con
los seores del temporal localizados
bajo tierra.
De igual forma justo antes de en-
trar en trance y con el fin de realizar
un viaje, el kiatlaske se encomienda
a las piedras del rayo, con el fin de
que stas los guen por los dominios
de los seores del temporal. Quienes
son poseedores de las piedras del rayo,
VISIN DEL MUNDO: LA FUERZA DIVINA, EL CHICAHUALISTLE 125
Nonontles recibiendo la
gracia divina durante la fiesta
de octubre en honor a Totazin
Eterno.
carne de cerdo, la sanda y los alimentos de calidad fra no son ofrendados, pues
significara llamar a la escasez de lluvia y a las heladas, mientras que la comida pi-
cosa y con abundancia de sal o condimentos de tendencia caliente puede generar
un exceso de calor y el alejamiento de las lluvias.
As, se trata de ofrendar alimentos cordiales (ni fros ni calientes); o en su de-
fecto se tratar de hacer una combinacin equilibrada entre ellos; tal es el caso
de la Coca Cola, los refrescos de naranja, el meln, el pltano, cigarros (tabaco) de
la marca Delicados o Alas, galletas y dulces, alimentos preparados con un mnimo
de sal y chile, preferentemente acompaados con carne de pollo.
Otros elementos de la ofrenda son los colores; tal es el caso de las banderitas
hechas con papel de china en donde predominan los colores verde, blanco y rojo.
Se dice que al moverse con el viento llaman la atencin de los aires y que son
agradables para los santitos. De igual forma, los colores de las flores son muy
importantes de acuerdo con la etapa del ao; por lo general, se trata de ofrendar
flores blancas. Al respecto, es importante sealar que se evita utilizar en la ves-
timenta y ofrendas colores muy llamativos, como el naranja y el amarillo, pues
se considera que concentran demasiado calor o que alborotan los aires, siendo
excepcional el rojo, que no slo concentra calor, sino que tambin lo transmite a
los hombres. Finalmente, es importante destacar que la utilizacin de banderas
de Mxico en los rituales y espacios sagrados, ms que por motivos patriotas, se
debe a que son colores agradables para los espritus del temporal.
El tiempo es muy importante para que los hombres puedan acceder a la gracia
divina; si bien se considera que Dios Eterno, Nuestro Padre, es el dador de vida
y quien rige el destino de todo lo que existe en la Tierra y el Universo; como se
ha sealado, los espritus, santos, vrgenes, etctera, son los encargados de hacer
llegar el chicahualistle a los hombres, ya sea en forma de beneficio o adversidad.
Aqu radica la importancia del tiempo, pues sus facultades benefactoras se poten-
cian con los diferentes periodos del ao.
Tal es caso de San Bartolo y San Miguel en el norte de Morelos, donde se
tiene la creencia que el primero suelta al demonio que afecta las siembras con los
vientos, adems de que los hombres buscan pelear; mientras que San Miguel se
126 ESTUDIOS BSICOS
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Distrito Federal Estado de Mxico Y Z
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Guerrero
4 KM
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encarga de amarrar a San Bartolo, meterlo a su iglesia, para despus acabar con el
demonio representado por el hambre y la ignorancia.
Una expresin del chicahualistle para los hombres se manifiesta en las cosechas
de maz, frjol y frutas. Dicho en otras palabras, la cosecha es el resultado de la
concentracin de fuerza sagrada, la cual se expresa de diferentes formas a travs
del tiempo; esto es, un periodo de calor, lluvias, vientos, granizo, ventiscas, nu-
bes, etctera. Los diferentes periodos corresponden con la influencia de uno o
varios santos o espritus, los cuales se encargarn de transformar la gracia divina
en bondad o de perjudicar a los hombres. De aqu la lgica de realizar ceremonias
peridicas durante los ciclos agrcolas, pues se trata de establecer convenios de
reciprocidad y agradecimiento.
As, entre los pueblos de tradicin nahua del estado de Morelos el acceso a la
gracia divina o chicahualistle implica necesariamente la conjuncin del tiempo y
el espacio, ya que slo existen lugares especficos y periodos del ao en donde los
santos y los espritus se manifiestan y potencian sus capacidades de acumulacin
y transmisin de la gracia divina a los hombres.
Lo anterior conforma una visin del mundo que tambin impera en la concep-
cin y funcionamiento del cuerpo humano, ya que se tiene la creencia que la vida
en el hombre depende de la gracia divina que Dios, Nuestro Seor, otorga, pero
este don ha tenido que concentrarse y desarrollarse en diferentes periodos, acon-
tecer divino que se reafirma a travs de los diferentes espacios sagrados en que se
ubican las imgenes y objetos sagrados, como los altares domsticos, las iglesias,
santuarios, capillas, los cerros, manantiales, volcanes, etctera.
El cuerpo humano es depositario de la gracia divina; se trata de una entidad
inmaterial que se expresa en dos formas: la fuerza vital inherente a los humanos y
la gracia que Dios escoge para cada uno de los hombres.
La fuerza vital se relaciona con la vida, los sentimientos y la fortaleza del cuer-
po. Se adquiere al nacer y se incrementa con el paso del tiempo; sin embargo, pue-
de desprenderse o interrumpir su desarrollo, lo que implica debilidad del cuerpo,
la presencia de enfermedades y, en casos extremos, la muerte.
Corona de peregrino
ofrendada en altar de un cerro
sagrado de Tepalcingo. La gracia divina o destino que Dios escoge para cada uno de los hombres es una
facultad o don que requiere nutrirse y fortalecerse con el paso de los aos para
que pueda manifestarse.
De esta forma, el cuerpo humano concentra fuerza por dos vas diferentes, una
vinculada estrechamente con la fortaleza del cuerpo, y la otra designada por Dios
Eterno, pero en ambos casos se tiene que desarrollar y fortalecer con el paso del
tiempo. En caso contrario, esto puede representar la debilidad del cuerpo.
As, el incumplimiento de los compromisos adquiridos con los santos y esp-
ritus particularmente en los periodos de su celebracin, ingresar a los espacios
sagrados sin permiso y respeto, as como por el accionar malfico de los hombres,
puede provocar debilidad y enfermar a quien lo enfrenta.
Como se ha indicado, dado el accionar ambivalente de los santos y los esp-
ritus, stos pueden favorecer o perjudicar la salud de los hombres, aspecto que
se incrementa particularmente en los periodos del ao en que dominan ciertos
santos, aires o espritus; tal es el caso de Santo Domingo, a quien se le atribuye
la facultad de debilitar a nios y mujeres. De igual forma, es el accionar de los
aires, sobre todo en los periodos de lluvias, cuando atacan y debilitan el cuerpo
de hombres y mujeres de todas las edades.
Pero la fuerza del cuerpo tambin puede salirse por no cumplir con el destino
que Dios Eterno eligi para cada uno de los hombres, circunstancia que puede
tener como consecuencia la debilidad del cuerpo y hasta la muerte. Para algunos,
en estos casos se habla de una condenacin en la otra vida, pues quien no obedece
un mandato divino se ver obligado a trabajar eternamente.
VISIN DEL MUNDO: LA FUERZA DIVINA, EL CHICAHUALISTLE 129
Territorialidad sagrada
L
a territorialidad sagrada forma parte de una visin especfica
del mundo en la que prevalece la nocin de fuerza y de otros seres, como
los aires, que requieren de diversos rituales para mostrar la reciprocidad
que el ser humano tiene hacia ellos. Estas creencias se extienden desde el sur hasta
el norte de la entidad.
Tres localidades del suroeste de Morelos (Alpuyeca, Atlacholoaya y Xoxocotla)
guardan cercana geogrfica y comparten cdigos culturales de origen nahua. La
exaltacin de las propias races y tradiciones forma parte de su identidad. Com-
partir las mismas creencias y acciones rituales en torno a ciertos lugares es una
forma de apropiacin de un paisaje simblico que rebasa sus fronteras locales.
El paisaje simblico de lo sagrado en el suroeste de Morelos tiene su punto de
partida en el centro ceremonial del pueblo (la iglesia) y se extiende hacia diversos
santuarios, puntos referenciales de la vida religiosa y smbolos de identidad.
Algunos seres que habitan los lugares especiales, que forman parte de este pai-
saje, estn relacionados con personajes cristianos y con personajes malficos.
Por un lado, Dios, los aires buenos que pueden aparecer como una mujer, la
duea de los manantiales, o como nios pequeos y traviesos. Por otro, los que se
expresan en el mal aire y que muchas veces se representan como un hombre bien
vestido, corpulento, agresivo y de mucho dinero.
Los lugares tienen caractersticas propias, pero su influencia en las personas
depende de la cualidad y la conducta de dichas, es decir, si son respetuosas, si tie-
nen buen o mal corazn pueden o no recibir de estas entidades riqueza, salud o
enfermedad. Existen lugares que tienen una fuerza tal que rebasa las fronteras del
bien y del mal, que se pueden utilizar para daar o sanar a otras personas, lo que
depende de la cualidad de la persona que llega a ellos.
Elegir el bien o el mal tiene sus consecuencias despus de la muerte, pues quienes
prefirieron el bien trabajarn con elementos de la naturaleza; por ejemplo, pueden
ocuparse de guiar a los aires de la lluvia hacia los lugares donde los esperan con
ofrendas, mientras que los que eligieron el mal sufrirn las torturas del infierno.
131
132 ESTUDIOS BSICOS
Cruces del Calvario de Cempualtepec adornadas con flores de pericn durante la celebracin de San Miguel Arcngel.
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El carcter especial de los lugares que se encuentran dentro o fuera del pue-
blo se recrea en los relatos que tratan de las cualidades del lugar, pero tambin
de los seres que habitan en ellos, de su visin del mundo, del bien y del mal, de
la salud y la enfermedad, creencias que sustentan las prcticas de reciprocidad
que establece el ser humano con ellos. Su identificacin como lugares sagrados
o peligrosos se mantiene a travs de las celebraciones rituales y la tradicin oral.
Las cualidades de los lugares tambin se expresan en el mbito de lo imaginario
(los encantos); ah se encuentran, segn las creencias, los seres sobrenaturales
o de una poderosa fuerza que otorga diversos dones, o bien causa enfermeda-
des si se sienten perturbados. Se afirma que todo lo que est debajo de la tierra
son encantos. Se trata de lugares de inmensa riqueza, donde adems de la ob-
tencin de tesoros como el maz, el jitomate, la semilla de calabaza, el ganado, el
dinero, las joyas o los instrumentos musicales. Tambin se obtienen dones para
poseer alguna habilidad o destreza particular, como enamorar a alguien, montar
un toro, cabalgar, ser msico o tener mucho ganado.
En la recreacin del paisaje sagrado interviene la nocin de totalidad; el ser hu-
mano se encuentra en estrecha relacin con su entorno, con los aires. La prctica
de rituales agrcolas y teraputicos, procesiones, peregrinaciones y el trnsito de
comitivas festivas o funerarias implica una nocin de interaccin tanto con el es-
pacio en s como con entidades distintas a las personas, como sus antepasados (los
muertos), los aires, los santos, Dios, los naguales y las fuerzas de la naturaleza,
L as diferentes agrupaciones
del temporal en el norte de Mo-
relos consideran que el mundo est
rra se haba formado en forma simi-
lar a la cada de un rayo sobre un
rbol, por lo que se divide en cuatro
vina de Dios hacia todos los rincones
de la Tierra.
Si bien se comparte la visin de que
formado por cinco espacios que en partes. el volcn Popocatpetl representa el
conjunto dan origen a una especie de De igual forma, comparte la nocin centro de la Tierra a travs del cual se
cruz; esto es, se compone por un cen- de que nada podra existir sobre la vinculan los cuatro puntos cardinales
tro que se ubica en el volcn Popoca- Tierra sin el poder supremo de Dios, o los cabos de la Tierra, la asigna-
tpetl, el cual es rodeado por cuatro ya que todos los acontecimientos en cin de los volcanes o santuarios a ca-
puntos cardinales que coinciden con la Tierra dependen de su voluntad, la da uno de los puntos cardinales difiere
la ubicacin de volcanes o santua- cual se expresa a travs de la fuerza entre las agrupaciones. Tal es el caso
rios. En Hueyapan, la kiatlaske doa divina o la gracia de Dios. Desde de los misioneros del temporal, que
Tefila Flores mencionaba que la Tie- esta perspectiva, toman importancia tomando como centro de la Tierra el
los cuatro cabos y los cuatro caos de Divino Rostro del Popocatpetl o de
la Tierra, es decir, las cuatro orienta- Jesucristo, la advocacin de volcanes
*Investigador del Centro inah-Morelos,
Proyecto Etnografa de las Regiones Indgenas ciones o vas por donde se considera y santuarios se realiza de la siguiente
de Mxico en el Nuevo Milenio. que se distribuye la fuerza o gracia di- manera: Santo espritu de Dios que
134 ESTUDIOS BSICOS
Despus de visitar el Santuario del Seor de Chalma, los peregrinos ascienden a la montaa sagrada a ofrendar su cansancio y pedir bienestar.
con su santo bautisterio y mares. Con claclasquis invocaban a los seores entidades sagradas se encargan de ha-
sus santos aguadores y aguadoras y del temporal, los hermanos rayistas, cer llegar lo ofrendado a Dios, mien-
relmpagos y tronidos. Finalmente, el seor de la Tierra y Huitzilopoch- tras que a travs de los cuatro puntos
en el sur se encontraba el Padre Jess tli. En Hueyapan se les invocaba co- cardinales o cabos de la Tierra hacen
Nazareno (volcn Chiquitero de Ma- mo aguadores, aguadoras y los tlaloc. llegar la fuerza divina o gracia que
tamoros, Puebla), al que invocaban Al inicio del milenio los misioneros Dios otorga a todos los hombres en
como Eterno padre, divino maestro. del temporal refieren a los ngeles de la Tierra.
Todas las agrupaciones de pedido- Dios y los Apstoles. Doa Tefila comenta: Son nios
res del temporal reconocen la existen- Con esta lgica, al realizar una y nias encueraditos; son chinitos. Se
cia de lugares escogidos por Dios en ceremonia de peticin de lluvia en les dice a los tlaloc; muchachos, ni-
la Tierra, en donde es posible estable- un calvario, en primera instancia se os, vengan a traer su fruta, lo que yo
cer contacto con su reino y recibir su ofrenda el olor que desprenden las traigo para ustedes porque ya es hora
gracia o fuerza divina. Destacan los flores y los alimentos, pues se conside- de trabajar con las nubes. Les traigo
calvarios, manantiales, venas de agua ra que se trata de elementos que por el aroma de las flores, del meln y su
(ros) y parajes. El carcter sagrado su condicin espiritual pueden entrar fruta. Para tener mucho trabajo, nu-
de estos espacios depende de su do- en contacto con el reino de Dios. Las bes blancas y renegrinas.
ble condicin material y espiritual.
Si bien en relacin con los volcanes
se considera que tienen un rango in-
ferior; su importancia radica en que
en ellos descansan unos espritus o
encargados de cuidar las ofrendas y
objetos sagrados. La importancia de
las entidades sagradas radica en que
son concebidas como intermediarios
entre los hombres y Dios. A media-
dos de la dcada de los ochenta los
136 ESTUDIOS BSICOS
GRFICA 4
C E N T R O D E XOXO C O T L A , M O R E L O S
V I S I N D E L M U N D O : T E R R I T O R I A L I D A D S A G R A D A Y L O S A I R E S D E S D E E L P O N I E N T E D E M O R E L O S 137
llas, animales y dones para curar, montar, enamorar, tocar o bailar. Van a visitarlo
quienes quieren pedir algn favor; a cambio se comprometen a entregarle su alma
cuando mueran.
Ambos personajes tienen el poder de curar o de enfermar a la gente, de ah
que se les denomine como aires, buenos o malos; el aire del manantial o el aire
del cerro. Ellos adquieren su fuerza a travs de las ofrendas otorgadas por sus
seguidores. Por otro lado, los lugares tienen una fuerza particular. Es el caso de
los sitios que han sido escenario de una imagen religiosa como los cristos, santos,
cruces o de apariciones que pueden provocar un espanto y, consecuentemente,
la prdida de la sombra. La repeticin de estos sucesos da lugar a la creencia de
que son lugares donde hay una fuerza especial, donde habitan los dueos o los
aires, y se vuelven ms fuertes si se llevan ofrendas para recuperar la salud, para
recuperar el agua y obtener riquezas. Si dichos lugares son abandonados pierden
su fuerza, pues los aires que habitaban en ellos se irn. Todos estos seres y los
sitios donde habitan preferentemente delimitan el paisaje sagrado.
En Xoxocotla es recurrente el trmino de fuerza, chicahualistle, que no es ex-
clusiva de los seres humanos.
La creencia acerca de los seres desencarnados,1 los que no todas las personas
pueden ver, es que los aires, los santos y el alma de los muertos deambulan por
1
Se refiere a los muertos, a los espritus que andan todava en algunos sitios.
todas partes, aunque haya sitios de su preferencia. Cuando una persona los tiene
en alta estima, los visita y les lleva ofrendas; ellas se endonarn con ese sitio,
darn continuidad a un ciclo de intercambio de fuerza; se trata de dar y recibir
en la vida o despus de ella. Endonarse es comprometerse con algo, con alguna
entidad como los santos, los aires o con el lugar donde ms les gusta estar (puede
ser la cueva, el manantial, la iglesia, el santuario, el campo). Es tambin estar dis-
puesto a quedarse en determinado lugar, elegir la morada despus de la muerte. El
individuo participante se transforma significativamente, pues adquiere en cierta
medida la fuerza de la divinidad y del lugar que habita: se endona.
Las procesiones, los trayectos rituales hacia lugares especiales y las peregri-
naciones configuran las redes imaginarias que unen a los sitios sagrados, iden-
tificados en el paisaje simblico sagrado, que incluye el pueblo y sitios distantes
a l.
En general observamos tres niveles de apropiacin del paisaje simblico sa-
grado: en primer lugar, el centro ceremonial que incluye el altar domstico, la
iglesia, el cuadro chico (circuito para las procesiones pequeas) y el cuadro grande
(circuito para la gran procesin de Semana Santa), la periferia y el santuario. En
segundo lugar, un espacio ms alejado donde se encuentran los sitios propicios
para la peticin y reciprocidad de bienes entre el ser humano y los aires o los
santos, en los campos del pueblo. En tercer lugar, los puntos ms distantes,
los santuarios que visitan en peregrinacin o en pequeos grupos familiares. Es-
Al iniciar la zona boscosa, los mar- despejar la maleza y empez a gol- por lo que se requiri de su varita de
cados Beto y Selerino se dirigieron pearles los pies mientras que gritaba: membrillo para desalojarles el can-
hacia nosotros para sealarnos lo abandonen estos cuerpos, abando- sancio. Afirm que de no hacerlo, el
peligroso que podan ser los ataques nen estos cuerpos! Entre tanto, los cansancio podra haberse contagiado
de los aires y el espritu de la Tierra, otros mayores (incluido el marcado a todos los fieles. Para entonces, la fa-
por lo que resultaba conveniente per- Selerino), los fieles y yo observba- tiga era evidente entre la mayora de
manecer en el grupo con la gua de mos perplejos el acontecimiento. los peregrinos, quienes respirbamos
ambos marcados. Una vez que los jvenes se recu- aceleradamente y con cierta dificul-
Despus de seis horas ininterrum- peraron, Beto se dirigi al grupo de tad. Adems, las rfagas de viento
pidas de camino, justo cuando los peregrinos y con un tono de reclamo aparecieron. Nuestra piel empez a
rayos del sol empezaban a alumbrar nos seal lo peligroso que era subir agrietarse por el fro, por lo que Beto
nuestra ruta, llegamos a las faldas del al Santo Rostro si antes se haban nos dio la orden de retomar la mar-
Popocatpetl. A pesar de la belleza del cometido pecados graves. Despus se- cha, pues an nos faltaban tres horas
paisaje, el panorama no era alentador, guimos caminando junto con los j- de camino entre barrancas y duras
pues tenamos que enfrentar un pas- venes atacados, aunque los peregri- pendientes.
tizal arenoso e inclinado. Pasada una nos no dejaban de murmurar que los Alrededor de las 9:20 de la maa-
hora, repentinamente se escucharon muchachos haban obrado muy mal y na llegamos a un ojo de agua conocido
los quejidos de dos jvenes que ha- que sus pecados no les haban permi- como la fuente, en donde cada uno de
ban cado al suelo y que no podan tido continuar. los mayores se hinc y persign segn
caminar. El cansancio haba provoca- Superado el penoso incidente, la iban llegando. Posteriormente se de-
do los primeros estragos en esos dos caminata dur aproximadamente me- dicaron a limpiar el lugar de toda po-
peregrinos cados que se quejaban de dia hora ms, hasta llegar a una pila sible maleza y la adornaron con flores
dolor. De inmediato Adalberto aban- de agua en donde descansamos. En blancas. Al iniciar los cantos, encabe-
don la cabeza del grupo y retrocedi este momento, Adalberto se dirigi zados por el cantor Geo, uno de los
hacia donde se encontraban los fieles de nuevo al grupo y nos indic que fieles repentinamente cay desmaya-
en cuestin. Tom con la mano dere- el cansancio y los malos pensamien- do. De inmediato Adalberto orden a
cha la varita que vena utilizando para tos de los fieles los haban castigado, los mayores ngel y don Lupe que le
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tos tres niveles forman parte del paisaje simblico del que se han apropiado, ya
que hay un compromiso de visitarlos frecuentemente.
En el centro, en el espacio domstico, el altar ocupa un lugar importante, pues
es donde la gente adulta, sobre todo los ancianos, agradecen a las divinidades
religiosas el amanecer y el anochecer, espacio frente al cual se despiden si van a
salir del pueblo y donde llegan a saludar. Se trata de un lugar donde se hacen re-
verencias religiosas y se piden beneficios como el sustento y la salud. Tambin son
construidos altares efmeros, entre ellos los altares para santos visitantes y para los
peregrinos de las posadas.
El altar para recibir a algn santo y la mesa de la ofrenda de muertos requie-
ren de un espacio propio, exclusivo. En el hogar suele destinarse una habitacin
para este fin. Es aseada y de ser posible totalmente desocupada, pues ah ser
el aposento del santo. Cuando es el santo patrono quien visita el hogar en un
recorrido intracomunitario de nueve das previos a la fiesta, las danzas que
han dado promesa para la fiesta patronal visitan la casa y bailan en el patio;
tambin se les invita de comer arroz, cochinita, frijol y agua de jamaica. Cada
alimento de la ofrenda es ahumado con incienso antes de ser colocado frente
al santo. A su llegada, los asistentes a los rosarios hacen un saludo inicial y ofre-
cen incienso.
El paisaje perifrico del pueblo est compuesto por los campos, los cerros, las
cuevas, los ojos de agua, los paisajes y su relacin entre s. Dichos lugares ge-
sostuvieran de pie y que se le rezara, continu con los rezos, mientras que ciendo que el fiel haba perdido su
pero Geo fue vctima de los nervios Adalberto se dirigi al posesionado, sombra como consecuencia de la in-
y se vio imposibilitado para conti- a quien tom por los brazos, para tromisin del espritu maligno de la
nuar. Entonces, el marcado Selerino luego jalarle ambos antebrazos hasta Tierra, quien se aprovech de que
las muecas. Casi de manera se trataba de un hombre dbil de al-
instantnea el fiel reaccion; ma. De igual forma nos asegur que
pareca haber regresado de un Geo no pudo continuar con sus re-
sueo profundo. Al observar zos debido a que el maligno tambin
su reaccin, Beto cort un ma- quera poseerlo.
nojo de hierbas silvestres y las Despus del percance, continuamos
frot en el cuello y cabeza del (incluidos los atacados) con nuestra
atacado; despus le sopl en marcha. A partir de ese momento en-
la nuca, provocando una reac- frentamos duras pendientes de arena
cin inmediata en el fiel, quien fina que dificultaban nuestro ascen-
se inclin para vomitar. Final- so; sin embargo, el grupo de fieles se
mente, el mayor Adalberto le mantena expectante y entre ellos era
sob las articulaciones con notorio el mutuo apoyo y, especial-
un compuesto de alcohol y mente, hacia los jvenes que haban
granos de maz, el cual se co- experimentado el ataque de los aires
noce como tequino. Mien- y el espritu de la Tierra. Al recorrer
tras, los mayores, los fieles y aproximadamente una hora ms de
yo observbamos con asom- camino, a travs de la arena se obser-
bro; incluso en los rostros de vaban unas grandes rocas rodeando
algunos peregrinos se notaban una cueva; por fin habamos llega-
expresiones de miedo. do al Santo Rostro!
Pasado el peligro, Beto se Al acercarnos a la cueva se nos or-
Peticin de temporal al volcn Popocatpetl. dirigi de nuevo al grupo di- den a los principiantes y fieles espe-
140 ESTUDIOS BSICOS
neralmente tienen una leyenda particular. Se dice de algunos cerros que estn
comunicados por tneles con el volcn Popocatpetl; es el caso de los cerros
de Atlacholoaya, el Metzontzin, el Jumiltepec, el cerro Peln Grande y el cerro
Peln Chico.
En las afueras de los pueblos se encuentran los pueblos viejos, lugares donde
hay restos arqueolgicos; se trata de asentamientos prehispnicos que son demo-
lidos a veces por el trabajo agrcola, son objeto de saqueo o de olvido, donde los
guijarros y las figurillas tambin se pulverizan al paso de la maquinaria cuando se
hace alguna construccin, como fue el caso del Cereso o crcel estatal de Atlacho-
loaya. Respecto a estos lugares existen leyendas de aparecidos que pueden causar
enfermedad por prdida de sombra.
La cueva de Coatepec es un centro simblico que concentra a los pueblos
de Alpuyeca, Atlacholoaya y Xoxocotla, mismos que se renen ah el da de
la Ascensin; cada uno de los tres pueblos lleva una ofrenda (compuesta por
flores, mole cinco pollitos, una botella de alcohol y cigarros) tambin a otros
lugares. En Alpuyeca van a un lugar que est en el paraje Clalalaguan, rumbo
a la laguna. Debido a la fuerza del lugar, tienen que ir tres personas; ah les
dan de comer a los airecitos; a ese lugar le llaman la Corona, porque hay una
respiracin de aire; se dice que ah pasa un ro por debajo de la tierra. Lo que-
ra harto porque decan que se abre la puerta y est un encanto; haba un mer-
cado; ah haba de todo; quien quera ganado se iba a empautar, pero cuando se
rar, mientras los mayores Adalberto y maban con copal, para posteriormente una fogata, se calentaron los alimen-
Selerino se adelantaban a purificar el colocar los instrumentos sagrados del tos y se compartieron entre todos los
Santo Rostro. Al mismo tiempo, don temporal: una botella con agua; una fieles y mayores. El ambiente era de
Lupe nos explic que el motivo de tal jcara rodeada de cuatro algodones y cordialidad y se notaba la felicidad de
seriedad se deba a que en ese lugar flores blancas. Finalmente, los fieles los mayores por haber cumplido con
sagrado se tena que mostrar un gran arrodillados entregaron a los mayores el trabajo del temporal.
respeto, por lo que slo los sealados los alimentos (tamales, tortillas, galle- El regreso se inici a las cuatro
deban pedir permiso para entrar; de tas, coca-colas y refrescos) que haban de la tarde; a pesar del cansancio,
no hacerlo as, cualquier fiel o miem- llevado para ser ofrendados. los fieles se observaban satisfechos
bro de la compaa podra perder la Una vez finalizada la ceremonia de y se mostraban amables entre s. De
vida. Al respecto, nadie puso en duda peticin del temporal, se cant y rez hecho, durante ms de cuatro ho-
lo dicho; incluso uno de los fieles lo durante ms de una hora. Al termi- ras de camino fueron recordados los
reforz agregando que slo los anti- nar, Adalberto nos indic que se ini- acontecimientos experimentados du-
guos klaklaskis eran capaces de subir ciara la despedida del lugar sagrado, rante la peregrinacin; asimismo se
a la corona del volcn sin ser atacados por lo que empezaran a recoger los intercambiaron muchos episodios re-
por ste. instrumentos sagrados y los alimen- lacionados con los lugares sagrados
Mientras el cantor rezaba, los ma- tos. Cada uno de los fieles, de rodillas, del temporal. Para entonces los fieles
yores, encabezados por los marcados tom los alimentos que los mayores se dirigan unos a otros por sus nom-
Adalberto y Selerino, empezaron a les entregaban. Posteriormente, fue- bres y mostraban un especial respe-
purificar con un sahumerio y a lim- ron saliendo del Santo Rostro. Minu- to y agradecimiento hacia el marca-
piar en general toda la cueva. ngel tos despus, salieron los mayores y, al do Beto.
y don Lupe limpiaron la cueva y de- final, los marcados. Aproximadamente entre las nueve
positaron la basura en un extremo. Caminamos poco ms de media y diez de la noche se observaron las
Simultneamente, ambos marcados hora hacia al paraje conocido como luces de Tetela del Volcn, lo cual in-
echaban agua bendita al piso y sahu- los ocotes; en ese lugar se prendi dicaba el fin de nuestra travesa.
V I S I N D E L M U N D O : T E R R I T O R I A L I D A D S A G R A D A Y L O S A I R E S D E S D E E L P O N I E N T E D E M O R E L O S 141
GRFICA 5
C A M P O S D E XOXO C O T L A , M O R E L O S
142 ESTUDIOS BSICOS
GRFICA 6
M A PA D E AT L AC H O L O AYA , M O R E L O S
V I S I N D E L M U N D O : T E R R I T O R I A L I D A D S A G R A D A Y L O S A I R E S D E S D E E L P O N I E N T E D E M O R E L O S 143
XOCHIMAMASTLE
Mara Cristina Saldaa Fernndez*
pues recorrern todos aquellos lugares a los que solan llevar ofrendas; esto mues-
tra que la fuerza divina es un flujo continuo de reciprocidad. Los niveles espa-
ciales de centro, periferia y santuario constituyen el escenario donde se endonan
quienes brindan ofrendas a lugares especficos, que a su vez constituyen puntos
clave para la delimitacin del territorio simblico.
Por otra parte, la identificacin de algunos lugares dentro y fuera del pue-
blo mediante toponimias obedeca a las caractersticas fsicas del lugar: si ah
haba algn rbol en especial, si era arenoso o si por ah quedaba el corral de toros.
Adems de sus atributos fsicos, los lugares son reconocidos por la fuerza que
prevalece en ellos. Hoy en da el conocimiento de estos nombres es ms de los
ancianos que de las nuevas generaciones, lo que se debe en parte a la prdida del
idioma nhuatl.
Los aires
tituyen a la vez un arte efmero y que deben utilizar. Ellos integran en vidar, de halagar a los aires o a los
continuo. Al hacer los bellos arreglos el grupo a varones de distintas edades, santos, y a la vez de recrear la recipro-
de pericn, de cucharilla o de cem- que inician este oficio como sus ayu- cidad entre los participantes de este
poalxchitl, desde un punto de vista dantes. Estos especialistas realizan trabajo, que piden bendiciones para s
artstico, los floreros recrean un pa- un trabajo en el que la remuneracin mismos, para su comunidad y para
trn simblico que es comprendi- econmica pasa a segundo trmino, el mundo.
do dentro de su propia sociedad, pues en esta actividad importa ms En el suroeste de Morelos la flor
que entabla comunicacin con ella, la convivencia con los amigos y el de cempoalxchitl se cultiva duran-
y que tiene coherencia respecto a los trabajo para los aires. La presenta- te todo el ao. Es muy apreciada por
dems patrones culturales, de mane- cin de arreglos florales involucra a su aroma y por su color. Debido a
ra que es comprendido y esperado todo el pueblo, pues generalmente su utilizacin en la celebracin del
en el grupo social. Su trabajo se lleva se obtiene el recurso necesario para Da de Muertos es conocida tambin
a cabo dentro de un proceso social este trabajo a travs de las coopera- como flor de muertos. El color ama-
inscrito en un sistema de relaciones ciones de la comunidad. En Cuente- rillo simboliza la luz solar y el calor;
entre el artista y su entorno social pec, los ancianos (huehuetzin) elabo- su fuerte aroma es acorde a las creen-
y natural; el resultado, los arreglos ran la portada floral de la iglesia en la cias de que es una forma de alimen-
florales en este caso, deriva de una fiesta patronal; hacen este trabajo por tar a los espritus. El cempoalxchitl
apreciacin mltiple en un sistema invitacin del ayudante. no se limita a la celebracin de Da
ordinario de retroalimentacin (Al- En el contexto que hemos referi- de Muertos, pues se utiliza en fiestas
cina, 1982: 44). Elaborar los arreglos do, los arreglos florales responden a religiosas, fiestas familiares y fiestas
florales es un oficio de los ancianos una convencin cultural de belleza y cvicas. Con estas flores se elaboran
que, despus de muchos aos de tra- placer esttico. La elaboracin de di- collares para los santos de la iglesia,
bajo, se han convertido en especialis- chos arreglos, adems de ser obras para las personas en das de fiesta
tas que dominan la tcnica y conocen para la contemplacin, implica una como 15 aos y casamientos, o bien
la materia prima con la que trabajan, nocin del don, de un intercambio para recibir a invitados importantes
las caractersticas de las plantas, la entre el ser humano y la naturaleza, en las fiestas cvicas, principalmente
forma y el nmero de flores y ramas en el que se trata de ofrendar, de con- a funcionarios polticos a quienes se
V I S I N D E L M U N D O : T E R R I T O R I A L I D A D S A G R A D A Y L O S A I R E S D E S D E E L P O N I E N T E D E M O R E L O S 145
tiempo o los que cuidan los lugares. A los ms poderosos, los que suelen apare-
cerse en lugares como cerros, cuevas o manantiales, y que pueden causar gran-
des beneficios o maleficios, se les llama dueos. Cuando alguna persona les ha
pedido el don de cierta especialidad, como curar, torear, tener dinero o sanarse
de algn padecimiento, requiere la ayuda de un terapeuta tradicional que lo gue
para que a travs de una serie de ayunos y la entrega de ofrendas pueda recibir
el don solicitado.
Se atribuye a los aires una personalidad parecida a la de las personas; ellos se
alegran o se disgustan, y consumen lo mismo que las personas (comida, alcohol y
cigarros). Por ello es conveniente invitarlos al iniciar y al terminar algn trabajo,
como la siembra y la cosecha, la construccin de una casa o la presentacin de
una danza. A ellos les agradan las ofrendas de mole, aguardiente, ceras, copal, ci-
garros, juguetes de barro o listones de colores; as, dichas entidades se quedarn
en paz y no harn travesuras.
Los aires son muy importantes; se cree que si no hubiera aire no hubiera
agua. Cuando una persona le agarr aire recurre a un curandero, quien le dice
que los aires le pidieron huentle que se compone de mole, tamales y un ratito
de msica. Llevan la ofrenda al lugar indicado y la cuidan durante una o dos
horas; no deben tomar los alimentos antes del tiempo debido, pues quien lo hace
ofende a los aires; si toma el alcohol puede volverse alcohlico y morir. En estos
sitios tambin es posible encontrarse con los aires que se presentan como gentes
Xochimamastle en la procesin.
146 ESTUDIOS BSICOS
les da flores e incienso. Tambin se e hilo; todos son lavados y reunidos diano consta de 36 rayos, de unos
elaboran complejos arreglos circula- en cestos. Previamente han extendido 32 cm (34 varitas ms el carrizo que
res que son grandes ramilletes, lla- petates limpios donde harn los arre- forma dos rayos y el asta). El xochi-
mados xochimamastles, los cuales son glos de tres tamaos: chicos, media- mamastle grande consta de 54 rayos
elaborados para embellecer las fiestas nos y grandes. de casi 60 cm (52 varas, ms un carri-
patronales, o para presentarlos co- Los especialistas requieren de ms zo que forma dos rayos y el asta). En
mo ofrenda en la iglesia con motivo de 15 horas para elaborar dichos ra- las varitas se insertan las flores con
de celebraciones rituales de carcter milletes. Consideran que el tiempo un determinado orden, de manera
agrcola. en que realizan este trabajo es muy que al quedar terminado el arreglo
El carcter efmero de estos arre- especial, porque estn haciendo un se han formado varias figuras al in-
glos, en tanto que la materia prima trabajo para Dios, los santos o los terior del crculo. Al centro le llaman
es perecedera, forma parte de la aires. Procuran que su ambiente de moyolo (corazn), y est hecho con
dicotoma que seala la frontera trabajo sea de respeto, pues se trata hoja de zapote; despus contina
entre lo artstico y lo artesanal. En de un trabajo delicado; mientras una rueda, una estrella, planchitas,
contadas ocasiones los xochimamas- trabajan suelen tomar alcohol, orar ventanas y dos ruedas al final. Tan-
tles se elaboran con plstico o papel; en silencio o charlar amigablemente. to las varitas como el carrizo han sido
stos duran mucho tiempo. Sin em- Es en esa ocasin, en la vspera de forradas con hojas verdes. Los carri-
bargo, el carcter vivo y fresco de la fiesta, cuando creen que se abren zos forrados llevan cuatro anillos de
las flores naturales de cempoalx- los encantos y llegan los aires; dicen flores llamados tazas y naranjas. Las
chitl tiene una cualidad importan- que el aroma de las flores les gusta. figuras que se forman al interior de
te si de agradar a los aires se trata: A travs de este trabajo, los floreros este crculo se hacen de acuerdo con
el aroma. entran al mbito temporal y espacial la decisin que tome el grupo de flo-
Cuando los grupos de floreros se denominado, en su contexto cultural, reros; tienen varios modelos, pero
renen para elaborar los xochima- el encanto. stos no se relacionan con alguna
mastles separan la flor de los tallos, or- Un ramillete chico consta de 20 celebracin en particular, de manera
denan carrizos, varitas de totoixquetl, varitas y un carrizo, que da un total que los modelos pueden variar en
hojas de zapote negro, hojas de limn de 21 radios. El xochimamastle me- cada ocasin.
V I S I N D E L M U N D O : T E R R I T O R I A L I D A D S A G R A D A Y L O S A I R E S D E S D E E L P O N I E N T E D E M O R E L O S 147
existen aires feos que suelen ahuyentarse al quemar pericn seco; ellos habitan
en lugares por los que es mejor no pasar.
Entre los aires ms apreciados estn los de la lluvia. Ellos son viajeros incansa-
bles que transportan el agua desde el mar y la llevan a los campos para propiciar
buenas cosechas. De ah la importancia de llevar ofrendas a lugares como cuevas,
manantiales y cerros, los cuales se suelen llevar en das y horas especiales porque
se abren los encantos y el ser humano puede comunicarse con ellos. El copal
atrae a los aires de la lluvia, los llama. Tambin los aires avisan cmo vendr el
temporal a travs de las veladoras, los sueos y las apariciones.
Hay una fuerte relacin entre los aires y los seres humanos; las personas ne-
cesitan de sus beneficios como un buen temporal, la salud y la prosperidad, y
los aires necesitan del reconocimiento del ser humano; les agrada que les lleven
ofrendas, que les traten bien; de no ser as, abandonan los lugares.
Estos crculos florales nos recuer- utensilios de cermica. Es el caso del cas manifestaban el culto al sol como
dan los vestigios arqueolgicos de disco solar de Xochimilco, la piedra astro regenerador, portador de vida y
nuestros antepasados precortesianos, del sol o calendario azteca; en su cen- vencedor de los poderes nocturnos
nos remiten a un pasado en el que la tro se representa el movimiento o (Matos, 1995: 43).
expresin simblica del sol se plas- nahui-ollin, relacionado con el Quinto
maba en esculturas de piedra o en Sol. A travs de estas obras los mexi-
148 ESTUDIOS BSICOS
Xochimamastle y la Virgen.
V I S I N D E L M U N D O : T E R R I T O R I A L I D A D S A G R A D A Y L O S A I R E S D E S D E E L P O N I E N T E D E M O R E L O S 149
En las cuevas viven los aires que controlan las fuerzas de la naturaleza; en
dichos lugares avisan cmo vendr el temporal, si habr lluvia en abundancia o
escasez de agua, tempestades o polvaredas. En esos lugares se les ofrendan ali-
mentos, arreglos florales, copal, ceras, veladoras, alcohol, cigarros, cohetes, jugue-
tes de barro, coloridos listones y silbatos. El tiempo es un factor importante en la
entrega de estas ofrendas.
Desde la vspera de la fiesta, el encanto se abre; en las casas donde se prepa-
ran las ofrendas, las personas procuran estar en un ambiente de armona, pla-
tican acerca de las apariciones de los aires, oran en silencio y toman alcohol;
guardan una actitud respetuosa para no ahuyentarlos. Se trata de llegar a las
cuevas al medioda, una hora que prefieren los aires para presentarse. Se les da
una ofrenda de oraciones y palabras cordiales, que requiere de una gran solemni-
dad. Ellos esperan a que las personas terminen de colocar la ofrenda para tomar
la esencia de las cosas, la luz y el aroma.
Si a los aires les gusta vivir en algn manantial, se convierten en sus dueos.
No todas las personas que se acercan a ellos pueden verlos, pero s pueden sen-
tir su presencia; por ejemplo, sufrir algn malestar o espantarse y tal vez hasta
dejar ah su sombra. Si esto ocurre, un curandero llevar una ofrenda al lugar y
pedir a los aires que dejen ir a esa sombra que atraparon; a cambio le dejarn
preciados alimentos.
En el mejor de los casos, cuando una persona logra ver a los aires se en-
cuentra con una mujer generalmente con el rostro cubierto a la que puede
dirigirle unas palabras o permanecer en silencio. La mayor fortuna es que dicha
mujer tenga entre sus manos una jcara roja, seal de que la persona puede ad-
quirir el don de curar y, si lo acepta, acudir con un curandero que la instruya.
A estos aires les gusta recibir ofrendas, de esa manera permanecern ah;
pero si se sienten abandonados, se van de ese lugar y de acuerdo con la creencia,
el manantial puede secarse y habr escasez de agua.
Serpiente emplumada de Xochicalco
C A P T U L O 9
Historia prehispnica
Druzo Maldonado Jimnez*
E
n vspera de la conquista espaola dos grupos de filiacin
cultural nhuatl se haban establecido y predominaban en el actual estado
de Morelos: los tlalhuicas y xochimilcas. La historia de estos grupos tni-
cos queda comprendida en un lapso de ms de tres siglos, aproximadamente entre
1200-1519 d.C. En Chicomoztoc (Las siete cuevas), los tlalhuicas y xochimil-
cas se identifican por su descendencia de linajes chichimecas, al igual que otros
grupos nahuas que, segn el mito, haban formado parte de un mismo origen; no
obstante, al final de la migracin los diversos grupos fundaron distintos pueblos
en el centro de Mxico y otras regiones.
En esta regin morelense, codiciada por distintas culturas mesoamericanas
desde haca varios siglos por ejemplo, los olmecas establecidos en Chalcatzin-
go; la importante presencia teotihuacana en diversos puntos del estado; y en Xo-
chicalco, gran centro ceremonial, de confluencia de diversos grupos tnicos, a
principios del siglo xiii (1200-1220 d.C.) se asentaron los tlalhuicas, ocupando
predominantemente la tierra caliente del Morelos prehispnico. Sus dominios
englobaban todo el oeste, donde fundaron el seoro de Cuauhnhuac hacia el
este extendieron su territorio poltico hasta Yauhtepec, Huaxtepec y Yacapichtlan.
Los centros de poder de estas cuatro unidades polticas se ubicaban en puntos
estratgicos de la franja central del territorio morelense. Esta extensin poltico
territorial, delimitada por el fraile dominico Diego Durn (1967), es lo que his-
trica y tnicamente conforma a Tlalhuic, topnimo que significa literalmente
hacia la tierra, y que durante la Colonia se conoci como el Marquesado.
Los xochimilcas fueron, al igual que los tlalhuicas, un grupo de filiacin cultu-
ral nhuatl, el cual se asent al sur de la cuenca de Mxico, en la ribera meridional
del lago dulce de Xochimilco. Durn refiere que los xochimilcas, predecesores de
los tlalhuicas, fueron el primer gnero de gente en establecerse en la cuenca de
Mxico, fundando su centro poltico en Xochimilco. Los xochimilcas extendieron
sus dominios hasta Tuchimilco (u Ocopetlayuca), al este de Puebla, abarcando el
abrupto corredor del noreste de Morelos: Ocuituco, Tetela (del Volcn), Hueya-
pan, Tlalmimilulpan, Xumiltepec, Tlacotepec, Zacualpan, Temoac, Tlayacapan,
Totolapan y Tepuztln.
Estos dos grupos migratorios nahuas que a principios del siglo xii no posean
una residencia territorial, pero que tenan ya unidad tnica, al transformarse en
151
152 ESTUDIOS BSICOS
CAPTULO XIV como nosotros tenemos dedicado ta ficcin, como son las dems que
De las fiestas que hacan sus su da en tal tal mes cada uno de crean cerca de sus dioses. Dicen que
dioses, y de su calendario los santos. Que en esto parece haber como sus dioses vieron haber ya
tomado el maldito demonio oficio hombre criado en el mundo, y no te-
quin pondra la primera letra sig- llegaban al nmero cumplido de los la hacan, con sus ritos y ceremonias),
no del tal calendario. trescientos y sesenta y cinco das que por tanto, con mucha razn fu man-
Y en fin, teniendo respeto la tenan como nosotros, tornaban del dado que el tal calendario se extirpase
vieja, acordaron de le dar la mano en principio hasta donde se cumpliesen; del todo, y no pareciese, como el da
los dicho. La cual andando buscando y porque sus meses eran diez y ocho, de hoy no parece, ni hay memoria de
qu pondra al principio del dicho veinte das cada mes, hacan trescien- l. Aunque es verdad que algunos in-
calendario, top en cierta cosa llama- tos y sesenta das. Y a cinco que que- dios viejos y otros curiosos tiene an
da Cipactli, que la pintan manera daban tenan por aciago de ageros, al presente en la memoria los dichos
de sierpe, y dicen andar en el agua, por ser fuera del nmero cumplido, meses y sus nombres. Y los han pin-
y que le hizo relacin de su intento, y llambanlos nemontemi, que quiere tado en algunas partes; en particu-
rogndole tuviese por bien ser puesta decir: <que caen de balde y sin me- lar en la portera del convento de
y asentada por primera letra signo nester>. Y en estos cinco das hacan Cuauhtinchan tienen pintada la me-
del tal calendario; y consintiendo en muchos sacrificios y diversas ofrendas moria de cuenta que ellos tenan an-
ello, pintronla y pusieron ce Cipactli, sus dioses, temiendo algunos malos tigua con estos caracteres signos
que quiere decir <una serpiente>. El sucesos. Este calendario sac cierto llenos de abusin. Y no fu acertado
marido de la vieja puso dos caas, y religioso en rueda con mucha curio- dejrselo pintar, ni es acertado per-
el nieto tres casas, y de esta manera sidad y subtileza, conformndolo con mitir que se conserve la tal pintura,
fueron poniendo hasta trece signos la cuenta de nuestro calendario, y ni que se pinten en parte alguna los
en cada plana, en reverencia de los au- era cosa bien a ver: y yo lo v y tuve dichos caracteres, sino que totalmen-
tores dichos y de otros dioses que en en mi poder en una tabla mas h te los olviden y se rijan los indios so-
medio de cada plana tenan los indios, de cuarenta aos en el convento de lamente por el calendario y cuenta de
pintados y muy asentados en este li- Tlaxcala. das y meses y aos que tiene y usa la
bro del calendario, que contena trece Mas porque era cosa peligrosa que Iglesia catlica romana.
planas, y en cada plana trece signos, anduviese entre los indios, trayndo-
los cuales servan tambin para con- les la memoria las cosas de su infi-
tar los das, semanas, meses y aos: delidad y idolatra antigua (porque en
porque ya que los dichos signos no cada da tenan su fiesta y dolo quien
158 ESTUDIOS BSICOS
Mural de semillas:
imaginando pasados
prehispnicos,Tepoztln,
Morelos.
igual que en Chapultepec, coexistan con las abundantes plantas exticas, medi-
cinales y rituales, cuidadosamente tradas de Cuetlaxtla (Veracruz). Huaxtepec,
Atlixco, Chapultepec, el Pen e Iztapalapa.
La conexin con el sur de la cuenca de Mxico mediante la presencia de Cihua-
catl (La madre de los dioses), patrona de Xochimilco y de la regin chinampa-
neca (Culhuacan, Xochimilco y Cuitlahuac), se evidencia en las sedes de poder po-
ltico tlalhuica: Cuauhnhuac y Huaxtepec. Las deidades de la tierra, la vegetacin
y la fertilidad, en su complejo Cihuacatl-Quilaztli-Ichpochtli-Xochiquetzal, ocu-
paron un sitio predominante dentro del ciclo de los ritos calendricos y agrcolas.
Xochiquetzal, divinidad asociada con el embarazo y el nacimiento, como la jo-
ven-madre, coincide en parte con Cihuacatl-Quilaztli. Asimismo, Xochiquetzal,
era una deidad del hilado y el tejido, con atribuciones de la fertilidad, de las flores
y el amor, as como con asociaciones lunares. En Tlalhuic (Cuauhnhuac, Huax-
tepec, Yauhtepec y Yacapichtlan), en la dcima tercera fiesta del mes Tepelhuitl,
la fiesta de los montes, se llevaba a cabo la Pilahualiztli o Pillahuano, embriaguez
de nios. Tepelhuitl se circunscribe en el marco de la fiesta de los tlaloques, con los
cuales Xochiquetzal estaba relacionada, incluso exista un vnculo ms estrecho
entre Xochiquetzal y los dioses del pulque, que tambin desempeaban un papel
en este ritual (Broda, 1971). Xochipilli-Macuilxchitl, contraparte masculina de
Xochiquetzal, tena cualidades similares a los dioses solares y tambin era vene-
rado en Tlalhuic. Tanto a Xochiquetzal como a Xochipilli, considerados dioses
del grupo tnico de los tlalhuicas, entre otras atribuciones se les relaciona con la
fertilidad y la procreacin.
Despus de las deidades del maz, los dioses del pulque integraban el segundo
grupo importante de los dioses de la vegetacin y de la fertilidad agrcola (Broda,
1971). Tepuztcatl, el de Tepoztln, era una deidad del pulque que se veneraba
en un templo erigido en un pen de la agreste falda del Tlahuiltepec, al norte
de Tepoztln. En Tenochtitlan, Tepoztcatl tena un edificio propio en el gran
templo, el cuadragsimo cuarto. Al santuario de Tepuztcatl, en Tepoztln, cir-
cundado por 11 lugares de culto en los agrestes cerros, acudan en peregrinacin
pobladores de las lejanas tierras de Guatemala y Chiapas. Conforme a la tradicin
local, Tepuztcatl fue engendrado por el dios del viento, Ehcatl. Este ltimo,
como ha sealado Michel Graulich (1990), no slo tena que ver con la lluvia y
las siembras, sino en un sentido ms amplio se relacionaba con el comienzo de la
vida y el nacimiento. Era un dios creador, dador de vida; era no slo el aire sino el
aliento de la vida. En este sentido, el dato etnogrfico resulta significativo, ya que
en el Sacromonte de Amecameca y en San Andrs Metla (en el Estado de Mxi-
co) se colocan cordones umbilicales en los rboles como ofrenda a Tepuztcatl,
simbolizando rituales de nacimiento, dedicados al dios creador del viento (Cook
de Leonard y Lemoine, 1954-1955).
En la regin montuosa del noreste de Morelos se hace manifiesto la concu-
rrencia de las deidades de la guerra, con el omnipresente dios supremo de Tetzco-
co: Tezcatlipoca. En Yacapichtlan, de filiacin tlalhuica, Tezcatlipoca, se ostenta
con dos aspectos: el guerrero, Yaotzin (Yotl o Yatl), el enemigo, y como Titlaca-
hua o Titlacahuan, atributo que no se lo daban a ninguno de los dems, ni a
Huitzilopochtli, con ser tan grande y principal dios, y que le tenan por ayudador
y favorecedor en sus batallas (Torquemada, 1976). En la provincia de Quauhten-
co (Totolapan, Tlayacapan y Atlatlahucan), de filiacin xochimilca, Tezcatlipoca
era el hechicero, el brujo que tomaba muchas formas y figuras. Poco antes de la
conquista espaola, el culto de este antiguo numen se haba extendido por una
vasta regin del Altiplano Central, cuyos enclaves comunes, mercados-santuarios,
comprendan pueblos de diferentes filiaciones culturales y tnicas: Chalco, la pro-
vincia de Quauhtenco, Yacapichtlan y Tianquizmanalco (este ltimo en Atlixco,
Puebla). Los ritos que se verificaban en Panquetzaliztli en Mxico-Tenochtitlan,
en honor del nacimiento de Huitzilopochtli, fueron consagrados, en Yacapichtlan
y en Chalco, al poderoso Tezcatlipoca (Maldonado, 2000).
Amalgamado con los dioses del panten mexica hemos encontrado, en docu-
mentos del siglo xvi, siete deidades cuyo culto se restringa a un mbito local. Su
funcin primigenia residi en ser fundadoras de pueblos; es decir, de los nom-
bres de las divinidades asociadas con antiguos cultos se derivaban los nombres
geogrficos de las comunidades. Este fenmeno de contenido religioso se eviden-
cia en el rea noreste, centro y sur de la provincia de Huaxtepec. De las siete
deidades fundadoras de pueblos, cuatro son deidades femeninas: Xochimilcatzin,
Chinamecatl, Tetzhua (Tezhua o Texhua), y Xochitecacihuatl, y tres son dei-
162 ESTUDIOS BSICOS
COYOACN
Distrito Federal Estado de Mxico
XOCHIMILCO
COATEPEC Tehuitzco TENANGO
Huitzilapan Tepecuytlapilco
Xocotitlan Nepopoalco 1. Ocoxaltepec
Itztepec Tepoztlan Ahuatlan CHIMALHUACAN 2. Huecahuasco
Chamilpa Amatlan Acatzingo 3. Huapalcalco
OCUILAN Tetela Cacatepetlac
Tepetixpla Totolapan 4. Huexotengo
Tepetlapa Zacamilpa
Ocotzingo Tlaltenango Tlayacapan Texcalpan 5. Tetela del Volcn
Atlatlahuca 2 Temimilulpa
(Subdivisin del Barrio Acacueyecan 6. Xochicalco
Oacalco Jumiltepec 1 Nepopoalco
Estado de Mxico de Panchimalco) Cuauhnhuac Amanalco
Itzomatitlan
Huaxtepec
Patzulco Xochitlan 3 85
Acapatzingo Cocoyoc 4 Hueyapan
Yautepec Xochimilcalzingo 6
Yecapichtlan
Xiuhtepec
Tzompango Tetelzingo Ocuituco Metepec OCOPETLAYUCA
Cuentepec Atlhuelic Cuauhtlixco
MALINALCO Temixco Ahuehuepan Tlacotepec
Amatitln Amilcingo
Tetlama Cuautla CUAUHQUECHULLAN
Acatlipac Tezoyuca Tecaxic Zacualpan
Coahuixtla
Miacatln Amayuca Temoac
Xochitepec Anenecuilco
Ticuman Tlayacac Cuahzolco
Mazatepec Atlachotoaya
Coatln Olintepec Xalostoc
Jantetelco ITZOCAN
Alpuyeca Temimiltzingo Chalcatzingo
Coatetelco Xoxocotla Molotla Amacuitlapilco
Huitzillan Puebla
Tlaltizapan Jonacatepec
Ahuehuetzingo
Tetelpa Zacatepec Chinameca
Cuauhchichinola Atotonilco
Tlaquiltenango
Tequesquitengo Tetelilla
Huaxintlan Iztlan Xoxoutla Zacapalco Tepalzingo
CHONTALCOATLAN Amacoztitlan Tlatenchi Telixtac
Ocpayucan Panchimalco Amatepec
Atlacholoaya
Tehuixtla Ixtoluca CHIETLAN
Cuauhchichinola Axochiapan
ACAMIXTLAHUACAN
TEOTLALCO
TLAMACAZAPAN
TLACHMALACAC
Teocalzingo
Guerrero
ATENANGO
KM
0 5 10 20 30
E
xisten varias obras que tratan la poca entre la conquista
espaola y la Revolucin Mexicana de 1910, en lo que es ahora el estado
de Morelos. En estas obras los temas ms comunes son: las instituciones
poltico-administrativas que fueron creadas para administrar y gobernar lo que
hoy es la entidad, los procesos de evangelizacin y la reelaboracin religiosa,
que a partir de dichos procesos realizaron los pueblos originarios, as como la
recomposicin econmica y regional haciendo hincapi en la cuestin de las ha-
ciendas. Diferentes autores nos han llevado a travs de varios aspectos de estos
centros de produccin y dominio, que a su vez se convirtieron en los ejes de la
economa y la poltica regional, lo que las hizo ser mucho ms que slo unidades
de produccin. Vale la pena esbozar el desarrollo de estos procesos, aunque sea en
forma muy sucinta, para dar cuenta de su importancia en la vida de los pueblos
de tradicin cultural indgena. El enorme desarrollo econmico logrado por los
conquistadores en la regin tiene dos partes fundamentales: una fue la de estable-
cer ranchos y haciendas productoras, principalmente de azcar, aunque tambin
las hubo cerealeras y ganaderas, o mixtas, que en varios momentos generaron una
enorme riqueza. Para este fin se fueron apropiando de los recursos naturales y de
la mano de obra de los pueblos indgenas campesinos.
En el siglo xv, y en adelante, el azcar tena una enorme demanda en Europa,
sobre todo en la parte norte. Ms que un endulzante, este producto era apreciado
como conservador de frutas que les permita poder utilizarse durante los largos
y prolongados inviernos. En sus viajes hacia las islas y el continente americano
Cristbal Coln y Hernn Corts, respectivamente, traan caas de azcar en sus
embarcaciones con la finalidad de probar la fertilidad de las tierras en relacin
con estas plantas. Las tierras que hoy conforman el estado de Morelos resultaron
ser excelentes para la caa. No slo las tierras, sino tambin el clima y agua abun-
dante para cultivar. Los deshielos del Popocatpetl, las abundantes lluvias de las
partes altas forman corrientes subterrneas de agua, la que aflora justo arriba de
los valles, irrigndolos por gravedad. Estos valles son de clima subtropical y sus
tierras son excelentes para la agricultura.
Por todo lo anterior, el azcar se empez a producir y a exportar muy pronto
despus de la Conquista, incluso por Hernn Corts. Las haciendas azucareras
que en algunos casos comenzaron como sencillos trapiches fueron creciendo
165
166 ESTUDIOS BSICOS
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Terrenos Terrenos
Comunales Comunales Hacienda
de Huitzilac de Coajomulco
COATEPEC Hacienda
Terrenos comunales BUENAVISTA Hacienda
Terrenos Comunales Terrenos de Tlalnepantla NEXPA
Tlaltenango Terrenos
Comunales Comunales Peq. Prop. Montes de Pequea
Santa Mara de Tepoztln y Diversas Hacienda Apaxco de la propiedad de
Rancho Atzingo Ahuacatitln Terrenos Poblado del Municipio Cia. San Rafael Tetela del Volcn
SAN DIEGO y anexas
Comunales
Peq. Prop. Chamilpa, TEPANTONGO
Chapultepec Terrenos Peq. Prop. de Terrenos
Ocotepec, comunales Tlayacapan Rancho pueblo de
Hacienda Ahuatepec de Tlayacapan Jalatlaco
ATLACOMULCO Huayapan
Hacienda
Estado de Mxico Peq. Prop.
Cuernavaca Terrenos Terrenos
OACALCO Oaxtepec Sucesin de
Hacienda Adrin Terrenos vecinales
Hacienda Carrillo de Tetela del Volcn
Comunales Comunales TLACOMULCO
Hacienda Tejalpa y Yautepec SAN CARLOS
TEMIXCO Cuernavaca Jiutepec Yautepec Pequeas propiedades: Xochitln, Jumiltepec,
Hacienda Ocuituco, Huecahuaxco, Ahuacatln,
Hacienda Hacienda CALDERN Yecapixtla y diversas
Terrenos SAN GASPAR ATLIHUAYAN Hacienda
Sr. Guadarrama Terrenos CASASANO Cuautla
Nacionales Terrenos
Comunales
Terrenos Sr. Lazzi Hacienda Hacienda
comunales SAN VICENTE SANTA INS
Miacatln Sn. Agustn Hacienda Hacienda
Tetlama EL PUENTE XOCHIMANCAS Hacienda
Peq. Prop. Hacienda Hacienda Pequea propiedad
Peq. Prop. Salvador Miacatln CHICONCUAC Terrenos CUAHUIXTLA Tecajec y varias
Coatln del Ro Pueblo EL HOSPITAL
y Tetecala Hacienda propiedades
Tetecalita Terrenos de
Hacienda SAN SALVADOR Terrenos
SATA ROSA MIACATLN comunales de Ticumn
COCOYOTLA Atlacholoaya Terrenos Hacienda
Peq. Prop. Peq. Prop.
Mazatepec Coatetelco Pueblo Nuevo SANTA CLARA
Hacienda Hacienda
SAN IGNACIO Hacienda Hacienda Hacienda
ACTOPAN Tetecala SANTA CRUZ
Hacienda VISTA ALEGRE
Terrenos EL TREINTA
comunales de
Terrenos TEMILPA
Pueblo de
TENEXTEPANGO
Jonacatepec Puebla
Pequeas Propiedades SANTA ANA Tlaltizapn
Xoxocotla
CUAUCHICHINOLA Hacienda
Hacienda
Estancia ZACATEPEC
de Michapa ACAMILPA
Hacienda Terrenos
Hacienda SAN NICOLS Tlaquiltenango
SAN JOS OBISPO
VISTA HERMOSA
Jojutla Hacienda
Hacienda TENANGO
SAN JUAN REINA
Hacienda
SAN GABRIEL Hacienda
EL HIGUERN
Hacienda
SAN JUAN CHINAMECA
Pequeas Propiedades
Jojutla
Guerrero
KM
0 5 10 20 30
Fuente: Tomado del mapa La propiedad de las tierras en Morelos (1910), en vila (2001).
en nmero y en extensin. En el siglo xix, las leyes permitieron que las haciendas
se quedaran con la mayora de las tierras comunales de los pueblos campesinos.
Por el otro lado, ciertos problemas de financiamiento y especulacin presiona-
ron a algunos dueos para que vendieran sus propiedades a las ms poderosas
familias, quienes de esta manera lograron tener verdaderos emporios azucareros,
como las familias Izcabalceta y Pimentel, dueas de las haciendas Santa Clara,
San Ignacio y Tlaltenango, que en conjunto abarcaban casi 70 000 hectreas, y
que en 1906 tuvieron un ingreso bruto de un milln de pesos oro.
La produccin de este dulce se comercializ en la ciudad de Mxico, que
se fue convirtiendo en uno de los ms grandes consumidores de azcar en el
mundo. Alianzas, traiciones y grandes especulaciones enmarcaron esta comer-
cializacin, creando fortunas y ruinas, las cuales compartieron los hacendados
de Morelos.
A pesar de que desde muy temprano los pueblos trataron de defender sus
tierras en los tribunales echando mano de ciertas leyes que supuestamente los
protegan, las haciendas fueron construyendo su base territorial principalmen-
te a travs de la corrupcin de las autoridades. Despojaron a los pueblos de sus
recursos naturales. La extensin de los terrenos de las haciendas excedan con
mucho los requerimientos del cultivo comercial. La caa se sembraba en 10 o 15%
de la superficie total; el resto era para otros aprovechamientos, como mantener
secuestrada a la fuerza de trabajo de las comunidades campesinas. Al no tener
danza. Dichos estandartes son pro- el aire), pues representa la fertilidad, Otro personaje es el guardacaa,
piedad del grupo y representan las de- ya que anda de coqueta y buscando cuya funcin es cuidar los caaverales
vociones de ste: San Pedro Apstol, con quien tener hijos. y su papel es parecido al de un capa-
la Virgen de la Candelaria (venerada El dueo de la hacienda y del ca- taz; son cuatro guardacaas.
por este antiguo pueblo campesino), averal es otro de los personajes Los cuentepecos son los indios
la Virgen de Guadalupe, la Virgen de importantes y le dice al Sebastin: nahuas peones que van a trabajar a la
San Juan de los Lagos, San Salvador Qu pas mi Sebastin, ten cuidado hacienda, forman la cuadrilla y pue-
y algunos ms. con esta gente!, Sebastin cuidado den llegar a ser ms de cuarenta.
La pareja de El Sebastin y La Se- con las herramientas!, ya te vamos
bastiana, conocida esta ltima tam- a pagar Sebastin; vmonos para la
bin como La Bastiana, desempe- hacienda! Al patrn le dicen: ya Desarrollo de la danza
a el papel gracioso y atractivo de la est buena la caa, patrn, ya la va-
danza, pues La Sebastiana le quita los mos a cortar!, a ver, venga hacer la La Danza de los Cuentepecos est
piojos al Sebastin y se pelean hacien- prueba! El patrn responde: Sebas- constituida por segmentos o piezas:
do rer a los espectadores. tin, dale al corte! la primera consiste en hacer un re-
La Sebastiana es una mujer co- El guardamontero es otro perso- corrido por los campos para ver lo
queta que anda buscando hombres, naje que se encarga de cuidar que los que se va a sembrar; la segunda es
y El Sebastin tiene que cuidarla, animales del monte no se coman la cuando se siembra la caa y el patrn
pues es una mujer bonita. El Sebas- fruta, principalmente la naranja. Son inspecciona cmo van creciendo las
tin corretea a los que la enamoran; dos guardamonteros que llevan su plantas. La siguiente es la pieza del
aun as, La Sebastiana traiciona al escopeta y que simulan disparar du- borracho, que representa cuando cor-
Sebastin y ste la corretea con un rante la ejecucin de la danza. Llevan tan la caa, sacan el aguardiente y el
machete. El personaje de La Sebas- en presencia del patrn, tejones y ma- piloncillo, se emborrachan los cuen-
tiana es desempeado por un hom- paches disecados, quienes estaban co- tepecos y todos estn contentos y se
bre vestido de mujer y constituye el miendo la naranja y la fruta. Adems, divierten.
personaje central (realiza giros rpi- se encargan de cuidar a los cuentepe- El baile de los guardacaas es
dos en el baile y le vuela la falda con cos de las culebras del monte. cuando stos juegan y bailan con sus
170 ESTUDIOS BSICOS
machetes, movindolos al aire y ras- para los cuentepecos, ahora que se re- espectador, fundamentalmente na-
pndolos en el piso. gresen a su tierra!, Hay que pagarles ranjas, y dulces.
La chiqueada de los cuentepecos a los cuentepecos sus tlacos para que Se da de comer a los cuentepecos
es cuando los cuentepecos se enojan lleven a su pueblo!, Est bueno el mole, arroz y tortillas ofrecidos por
porque no les han pagado y no tienen aguardiente que se prepara en la ha- el mayordomo de la danza. En el
dinero para comer; se rebelan y pro- cienda: es puro de caa!, Hay que momento de la comida son los nios
testan. El guardacaa los lleva con el traer morralla para Sebastin, si no se los primeros en comer, los cuales se
patrn, quien les paga y les dice que lleva a la gente y qu vamos hacer!, sientan en el piso junto a las ramas.
regresen a su trabajo. Hay que pedirle dinero al patrn, La Sebastiana les da de comer en
Los dilogos se dicen en espaol; ya estn contando los tlacos para los platos desechables. Se ofrece de be-
antiguamente eran en nhuatl. cuentepecos!, Que den la lista de la ber el agua de la hacienda, la cual es
Los guardamonteros y los guar- gente que traen, de qu pueblo son!, pura y sabrosa. Despus de que los
dacaas dicen: La Sebastiana est Es gente de Tlacotepec, de Capul- nios han comido se da al pblico
muy guapa, y el Sebastin ya est titln, del Barrial, de Tlacomultenco; un taco.
viejo, lo vamos a desbancar!, La Se- la gente es muy trabajadora!, La En la danza se dice que los cuente-
bastiana est hermosa, muy gracio- Sebastiana es bruja, se mete por pecos van a trabajar a la hacienda del
sa, mira nada ms cmo se menea!, Tetecala!, A Sebastin hay que lle- santo festejado, para que nada le falte
La Sebastiana anda buscando a ver varlo a Tlacomultenco para desban- a ste: de este modo cuando se festeja
qu hombre le gusta para llevrse- carlo y emborracharlo!, Dicen que a San Pedro, la hacienda es la de San
lo!, Cuidado con los animales del Sebastin se convierte en vbora y Pedro; cuando se trata de la Virgen de
monte, valedor, no te vayan hacer que es brujo! la Candelaria, trabajan en la hacienda
dao! Debido a que se reproduce el de la Candelaria, y cuando se trata de
Los guardamonteros y los guarda- ambiente del campo de Morelos, se San Salvador en la que corresponde a
caas se emborrachan con el aguar- plantan en el piso ramas de rbol, as esta imagen.
diente junto al trapiche: Tengan como caas en torno a las cuales se En el centro que ocupan los dan-
cuidado con El Sebastin, que es bru- ejecuta el baile. Durante el desarrollo zantes se coloca el trapiche represen-
jo de Tetecala!, Junta la morralla de la danza se ofrece fruta al pblico tado por tres maderos, dos que son
LA HACIENDA, ENTRE LA MEMORIA Y LOS RECUERDOS 171
tierras donde sembrar, muchas familias tenan que trabajar para la hacienda por
un salario que les permitiera comprar el maz que antes sembraban en sus tierras.
Quedaba la alternativa de rentar terrenos de la hacienda para sembrar, lo que
conllevaba a entregar parte de la cosecha, el zacate y varias semanas de trabajo
como forma de pago. Esto signific para las haciendas un ingreso considerable.
Las relaciones entre los dueos de las haciendas y las familias de los pueblos esta-
ban marcadas por un pronunciado clientelismo por la dependencia econmica en
la hacienda, por el poder poltico que tenan local, regional y aun nacional, y por
ciertas convivencias que los dueos tenan con los peones en las que se creaban
escenarios emotivos y simblicos. Situacin muy diferente era la que se daba entre
los administradores y los peones. Los primeros cometan toda clase de abusos y
maltrato con los segundos, de tal manera que fue una razn ms para alzarse en
armas en la Revolucin de 1910 para recuperar sus tierras, sus aguas, sus propios
destinos y su dignidad.
Un tema poco abordado es el de cmo se imaginan hoy las comunidades de
tradicin cultural nahua su pasado despus de la Conquista.
En estas comunidades escasean las historias que hagan referencia a la manera
en que fueron conquistadas. Tambin lo referente a la evangelizacin y las coloni-
zaciones tempranas. Las historias aprendidas en la escuela y las que han aportado
grupos revitalizadores de la cultura de Tenochtitlan han llenado algunos de los
huecos de su imaginario colectivo.
los pies o piernas unidos por un ter- de la comunidad para conocer qui- En la actualidad pocas familias
cero en el que se coloca una campana, nes quieren participar en la danza. se dedican a la agricultura, 98% de
la cual sirve para llamar a los cuente- Actualmente, entre los danzantes se la poblacin econmicamente activa
pecos al trabajo. El trapiche se adorna encuentran nios y mujeres, lo cual se dedica a la carpintera, elaborando
con papeles de colores y junto a l los no era permitido anteriormente. Los muebles de madera o bien son obre-
guardamonteros y los guardacaas se nios pueden participar desde los ros en fbricas y talleres de la regin.
emborrachan, mientras los cuentepe- tres aos, que aunque no bailen se Algunos ms son msicos, ya que
cos danzan alrededor de las plantas van enseando, las mujeres desde ni- este oficio es tradicional en esa po-
colocadas en el espacio de la danza. as pueden vestirse de cuentepecas. blacin (algunos msicos trabajan en
La distribucin de los personajes Es importante sealar que la Dan- la Sinfnica del Estado de Mxico y
en el espacio, corresponde a las rela- za de los Cuentepecos nicamente se hay maestros de msica que ensean
ciones de jerarqua y poder; de este realiza en San Pedro Tultepec, cons- en el Conservatorio de Toluca). Los
modo, los guardacaas y guardamon- tituyendo, por tanto, una tradicin cuentepecos representan un testi-
teros van al centro, mientras que los muy particular de esa localidad que monio de los tiempos pasados de la
cuentepecos danzan en la periferia. representa la relacin entre la tierra antigua comunidad agrcola, cuando
La msica tradicional de esta dan- fra y la caliente, as como el trabajo la poblacin se mantena del teji-
za es interpretada con dos violines y agrcola jornalero en las haciendas ca- do del tule y la explotacin de recur-
dos guitarras. Existen dos grupos de eras del estado de Morelos. sos lacustres.
msicos, los cuales son originarios
de San Pedro Tultepec; uno de ellos
introdujo el saxofn en lugar del vio-
ln, manteniendo la guitarra. El otro
grupo est constituido por un abuelo
que toca un violn y sus nietos que lle-
van guitarras y violn.
Para esto, tanto el encargado como
los mayordomos visitan a las familias
172 ESTUDIOS BSICOS
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0 5 10 20 30
Los abuelos y los padres cuentan a sus menores sean familiares o no las
historias del pueblo, aunque cada vez es ms difcil para los mayores encontrar
tiempos y situaciones propicias, cada vez ms complicado por los restringidos
espacios que han venido dejando la televisin, las computadoras, juegos de video y
dems. En algunas ocasiones, como en el movimiento social de Tepoztln contra
el proyecto del Club de Golf, la comunicacin entre diferentes generaciones se
ha restablecido.
A veces los aos van alejando a las generaciones ms recientes de los he-
chos que provocaron los recuerdos y las historias de los mayores; stas han ido
perdiendo inters para los jvenes. No es que se pierda la capacidad creativa
de hacer memoria, aun las ms antiguas narraciones retoman una fuerza y un
significado renovado cuando hay necesidad de enfrentar alguna situacin de
peligro, o bien otros hechos ms recientes pasan a ser memoria colectiva.
En los recuerdos transmitidos y de las memorias reelaboradas, las hacien-
das tienen un peso mayor en el periodo mencionado entre la Independencia
y la Revolucin Zapatista. Trabajadores de la hacienda que an viven (1976)
relatan:
A los grandes pagaban 50 centavos y a los nios 25 (a principios del siglo xx)
por un da de trabajo. Antes de las 5 de la maana se formaba uno frente a la
puerta grande hasta que abran. Luego que pasaban lista, nos ponan a rezar y
La toreada
El Amo y el Mayordomo.
El Mayordomo y el Caporal.
se ofrecan gracias a Dios. Despus empezaban a la faina, que era cargar 4 panes
de azcar de 11.5 kilogramos cada uno. Los nios cargaban solamente 2 pa-
nes. Esto duraba una hora y media. De ah al campo donde nos fijaban una
tarea que consista en 25 surcos de 40 metros cada uno (mil metros lineales,
pero trabajando por ambos lado del surco). A las siete de la maana nos daban
15 minutos para echarse unas cuantas tortillas que nos traan de la casa. Nos
daban media hora para comer los tacos que tambin nos traan del pueblo los tla-
cualeros (acarreadores de comida). Si no terminbamos la tarea, el mayordomo
nos rebajaba la paga, adems de que nos trataba a punta de groseras. El trabajo
terminaba a las 7 o 7:30 de la noche. Despus de que nos volvan a contar y pasar
lista, nos bamos a nuestra casa y a descansar para estar listos para el otro da
(Morayta, 1980:50).
Poco antes de la Revolucin de 1910 hubo algunos intentos de que les mejo-
raran la paga y las condiciones de trabajo. Eran los nios los que peor la pasaban,
ya que se les empleaba en diversos trabajos, tanto en las labores del campo como
en la fabricacin de azcar. Trabajaban de talateros, extinguidores de hormigas,
cargadores, peoncitos de campo y otros oficios ms (como sentarlos en el cuello
del buey ms fuerte para que animara su paso), lo malo era que los trataban con
groseras y luego hasta los chirroneaban. Con afn de mejoramiento se hicieron
algunas huelguitas, pero stas se volvan muy pronto insostenibles debido a que
La lengua, por ser ms sabrosa, La panza para doa Pancha. Lomo de afuera para ni nuera.
para doa Rosa. Las tripas para las Felipas. La cola para doa Bartola.
El gogote para Simonote. Las tripillas para las bonitillas. El cuero para los mezcaleros.
El corazn para el seor Antn. El librito para el seor Vitor. La cerda pa los cedaceros.
El bofe para don Onofre. El cagalar para el seor Aguilar. Las patas para las chatas.
La asadura entera para el seor El caujo pa los que vienen de abajo. Cuarto trasero, por ser ms regala-
Cura. El sebo para los veleros. dor, para el seor Regidor,
La jiel para el seor Miguel. Lomo de adentro para el Convento. y otro queda para el cantor.
El bazo para el seor Gervasio. El espinazo para el seor Inacio. Una mano para el seor Montano
y otra para su hermano.
Las pezuas para doa Bruna.
A: Ya acabamos, Terroncillo?
T: No, seor amo, una cosa nos hace
falta.
A: Qu cosa nos hace falta?
T: Las ancas y los riones.
A: Pus eso quede pa todos los miro-
nes.
T: Ya vieron, seores y seoras;
Maana se arriman temprano;
Ya ven que les va tocando algo.
la hacienda traa gente de Puebla para sustituir a los huelguistas; entonces los
jornaleros ya no pedan mejor paga; pedan que siquiera les dieran otra vez su
trabajo (Morayta, 1980: 50).
En particular, la hacienda y la comunidad de Chalcatzingo vivieron en el si-
glo xx varios captulos de relaciones clientelares.
CUADRILLAS
(DANZA DE CAEROS)1
Pedro Villazana Milln ()*
Esta actitud era congruente con los principios de los Garca Pimentel que
estaban involucrados fuertemente en la corriente del catolicismo social, de
principios del siglo xx. En esta corriente plantea un acercamiento y un tra-
to lo ms humano posible a los trabajadores ( Jane Dale Lloyd, 2003). Algu-
nos recordaban que en una poca hasta hubo atencin mdica, aunque no
est claro si la pequea clnica estaba en la hacienda o en el pueblo vecino de
Jonacatepec.
Esta imagen positiva coexista con la memoria de que la hacienda les haba
quitado sus terrenos de siembra y de monte. Era quien les haba arrebatado sus
aguas y que era, adems, la responsable de la dura vida de los jornaleros que
tenan que trabajar casi doce horas diarias, o completar una tarea, mil metros de
labranza, para poder cobrar cincuenta centavos. Pero esto era visto y transmitido
a las generaciones jvenes as; el mal se personificaba en los administradores de
Santa Clara, responsables directos de los abusos y maltratos fsicos; los patrones
eran otra cosa (Morayta, 1980).
etctera. Este sistema es recibido con Las mujeres vestan faldas largas Msica
manifestaciones de alegra y bullicio. sin holn y blusa de manga larga de
En seguida bailan otro son, en el que bata con repulgo al frente y alforzas Ejecutada por una banda formada
con paso sencillo muestran todo el atrs, ceidas por abajo del busto. principalmente por saxofn, trompe-
sabor provinciano; as contina la in- Cuello de tira antiguo, todo en tela ta, tarola, tambora, platillos y guita-
terpretacin entrelazndose la danza satn. Un mandil rectangular a cua- rra. Los sones son alegres y contagio-
con los dilogos, acompaados por la dros, trenzas cadas a servilleta bor- sos, aunque monorrtmicos.
banda de viento. dada por ellas mismas, en la que se
Entre los sones ms caractersticos lleva la comida para su marido.
est el del compadre, donde se simu-
la encontrarlo en la calle, e inmedia-
tamente regresan a su coreografa y
continan narrando todo el proceso
hasta que la caa crece.
Vestuario
Manos que reproducen la centenaria habilidad de crear sus graneros, los cuexcomates; mujer de Cuentepec,
tejiendo a Cristo crucificado, con la tradicin milenaria de tejer la palma; cardando la lana para hilarla luego,
Hueyapan, Morelos; manos y maz, conjuncin que ha dado la vida por miles de aos a los pueblos originarios;
mujer artesana; la palma, que las manos de la gente de Cuentepec se vuelve casas, graneros y objetos de ritual;
Protegiendo la flama de su cirio y la esperanza de sus plegarias ante el Seor de Mazatepec; haciendo comales a
mano, la herramienta principal en este oficio centenario; manos curtidas al infinito, en los campos de la caa;
bruendo cajetes con los mismos instrumentos centenarios, las manos y una piedra de cuarzo; manos testimonios
de la explotacin de los jornaleros inmigrantes indgenas, de cada da, cada ao y cada generacin.
Cruz con collar de flor de San Miguelito para ofrenda a los aires
C A P T U L O 1 1
Introduccin
E
l ritual como una de las manifestaciones culturales de los
pueblos morelenses de tradicin nahua est presente en diversas oca-
siones de la vida social. El ritual se ha definido como una conducta formal
relacionada principalmente con la creencia en seres o fuerzas msticas. De acuerdo
con Turner (1980), el ritual se caracteriza por sus propiedades, como la accin,
la repeticin, el comportamiento estilizado, orden en tiempo y espacio determi-
nados, reglas, guas, puesta en escena, carcter colectivo, sentimientos y diversos
medios de expresin. Los rituales unifican la relacin entre el decir y el hacer, la
comunicacin verbal y la no verbal, sntesis que se expresa en la tradicin y los
mitos. Daz Cruz (1995) plantea que el ritual es uno de tantos puntos constituti-
vos de la cultura. Adems de su carcter de sacralidad, el ritual posee un sentido
prctico, reproduce la cultura y se convierte en un instrumento de historia, en
proceso social por su capacidad de transformar, desmitificar y crear la realidad. El
ritual rebasa el mbito cerrado de lo mstico y lo sagrado, pues favorece la creacin
de nuevas significaciones que no disuelven sino que, debido a los cambios socia-
les e histricos, recrean la tradicin cultural. Comaroff (1993: xvi) plantea que
el ritual es visto como la unificacin de lo diverso, ya que su capacidad creativa
extiende el carcter potico de los signos en la totalidad, es un medio para crear
nuevos sentidos y conocimientos a travs del posicionamiento, contraste, diversi-
dad y redundancia de imgenes.
Existe una estrecha interrelacin entre la visin del mundo y el ritual. La vi-
sin del mundo aporta el sustento de las ideas y las creencias sobre la realidad, la
efectividad y la pertinencia de llevar a cabo el ritual. ste es una forma de recrear
la visin del mundo; en su ejecucin interviene el don, sistema de relaciones de
reciprocidad entre las personas o entre el ser humano y los seres sobrenaturales,
sobre todo los sagrados como Dios, los santos y los aires. Se lleva a cabo en las di-
ferentes celebraciones en que se otorgan regalos, como alimentos y promesas, que
son ofrendas compuestas por alimentos especiales y aromticos, flores, danzas,
rezos y acompaamiento, segn la ocasin. Los obsequios para los aires tambin
deben ser consumidos por el ofrendante, de manera que si una persona le brinda
alcohol puro a un manantial, ella tambin debe tomarlo.
185
186 E N S AYO S T E M T I CO S
Ofrenda en la cueva de
Coatepec.
poniente, norte y sur, pues en cada uno de estos lados hay aires correspondien-
tes a los rumbos del universo. Diversos trabajos sobre la visin del mundo y el
rea mesoamericana hacen referencia a la cruz como la representacin de los
cuatro puntos cardinales y el centro de la Tierra. En Xoxocotla consideran que
para realizar algn ritual se debe pedir permiso en direccin a estos puntos;
inician en el centro, para hablar con Jehov; despus hacen una reverencia a los
cuatro vientos y al final invocan nuevamente al centro; este ritual generalmente
se realiza con un sahumerio y copal.
Los puntos cardinales hacen referencia a los aires que vienen desde los dis-
tintos confines de la Tierra. Aire se dice hehecatl; de acuerdo con sus nombres en
nhuatl, el oriente es tzopelcahiehiecatl, el poniente calihiehiecatl, el norte cualihie-
hiecatl, el sur malihiehiecatl. El oriente es por donde sale el sol, principal fuente
de energa; ste la da al ser humano y a la naturaleza. El poniente nos descansa.
Cada punto cardinal tiene una cualidad; nos dirigimos al oriente pidindole al
Sol lo que necesitamos. Del norte recibimos energa y sabidura. Del sur a veces
unos compaeros salen moribundos, de ah proviene el mal aire. En una cu-
racin se debe llamar a Dios, pedir que quite los malos espritus y a aquel que
est haciendo dao. Debemos ser cuidadosos, pues nunca estamos sanos. Los
danzantes se presentan en ayunas; tienen fuerzas. El ayuno es energa, da fuerza
al creador para desalojar malos aires (Ricardo Alberto Castaeda, Xoxocotla,
Morelos; comunicacin personal, noviembre de 2003).
Introduccin agrarios con la produccin agrcola en consideran con atributos pluviales, del
prctica ritual; es decir, sobre el terri- tiles, pero que con sus cualidades hu- En Coatetelco, a los airecitos que
torio ejidal se yuxtapone una geogra- manizadas adjudicadas pueden mani- se invocan en el rito agrario del
fa ritual: la de los parajes y oratorios festarse de forma visible a quienes han huentle a los aires, se les nom-
consagrados a los aires. La hiptesis recibido ese privilegiado don de verlos. bra pilachichincles, en mexicano (don
que se propone en relacin con estas No son, pues, un mero concepto abs- Pedro, comunicacin personal). Se
entidades agrarias es que poseen un tracto; se les asignan rangos jerrqui- describe que los aires son nios
sustrato de origen prehispnico, los cos similares a la gente del pueblo, de chiquitos, negritos (don Juan, co-
ehecatotontin, los tlaloque y los tepic- manera que hay aires de malos mo- municacin personal), negritos, cha-
toton (sbditos de Ehcatl Quetzal- dos, sordos, castellanos: los castellanos parritos (don Pedro, comunicacin
catl, Tlloc, y dioses de las monta- son como nosotros [hablan castilla], personal). Pilachichincles, que en Coa-
as, respectivamente). los mudos ni hablan, los sordos no tetelco se interpreta como nios que
oyen, y qu hablas con ellos? Por acarrean la lluvia; es un vocablo n-
eso, cuando agarran a un enfermo o huatl castellanizado que proviene del
Los atributos de los aires espantado los aires malos, para qui- nhuatl pilacatzitzintin, que desglosa-
trselos!, porque no hablan, cmo te do proviene de pilli, nio; ahcatl (de
En Coatetelco, al aire (es decir, a los contestan?; estn sordos, no te oyen, ehcatl), aire, tzitzin, reduplicacin
fluidos gaseosos invisibles de la atms- aunque les hables muy recio. As como reverencial, y tin, plural; de manera
fera), se le concibe como un fenmeno hay aqu de todo, as tambin hay de que metafricamente significa: aires
de la naturaleza, el cual est impreg- todo con ellos, en su mundo de ellos. pequeos como nios que traen la
nado de atributos especiales que se Tambin [hay] una generacin de lluvia (Constantino Medina Lima,
manifiestan con dos matices: 1) el ellos y una generacin de nosotros. Los comunicacin personal).
aire maligno (ente que provoca en- aires son de otro espacio, son de otro
fermedades, como el mal aire), y mundo, no son del de nosotros, pero
2) el aire benigno (ente agrario da- luego se revuelven con nosotros. Se les El huentle a los aires
dor del buen temporal, la lluvia). A habla en mexicano. Ahora en castilla.
los aires se les conceptualiza como Todo en castilla. Ya no hay mexicano Los diferentes elementos que com-
entidades pequeas, invisibles y vol- (don Juan, comunicacin personal). ponen el huentle a los aires se obtie-
V I S I N D E L M U N D O Y R I T UA L D E LO S P U E B LO S D E T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 189
Dos jarritos de barro con tepache pilachichincles sorditos y pilachichin- Pilachichincles, pilachichincles sordi-
El tepache es una bebida que se pre- cles muditos [...]. Luego se identifi- tos y pilachichincles muditos [del
para con alcohol, jugo de limn y can todos los nombres de los cerros paraje] del Momoztle, del museo.
piloncillo. o volcanes lejanos donde se cree que O [del paraje] de Las Pozas, de la
habitan, en el siguiente orden: Pila- barranca del Mango. O [del para-
Comida chichincles, pilachichincles sorditos y je] del Capire, de la barranca del
Mole verde de pipin con pollo (de pilachichincles muditos del Cerro de Capire. O [del paraje] del Amate
rancho) servidos en dos platitos nue- Zempoala, del Cerro Fro, y del Ce- Prieto, de la barranca las Habillas.
vos de barro y 24 tamales nejos (del rro de la Campana (versin de don O [del paraje] de la Candelaria, de
nhuatl nexo, ceniciento) en minia- Juan, correspondiente a la regin nor- la laguna de Coatetelco.
tura, sin sal. te del territorio). Segn la versin de
don Pedro, correspondiente a la re- En tercer trmino se les habla, se les
gin sur del territorio: nombran los ofrecimientos y se les pi-
La invocacin a los de de favor:
pilachichincles Pilachichincles, pilachichincles sordi-
tos y pilachichincles muditos del Ce- Aqu les traemos su huentlecito
La invocacin se realiza en 31 ora- rro Tepozteco, del Cerro de Zem- Pilachichincles del [] (se dan los
torios (14 en el norte y 17 en el sur poala, del volcn Nevado de Toluca, nombres de los cerros y volcanes
del territorio ejidal), situados en dis- del Cerro Tepuztli (la Campana), y de los parajes del territorio ejidal
tintos parajes asociados con la laguna del volcn Pico de Orizaba. que se invocan). Aqu estamos, les
de Coatetelco, la laguna del Rodeo, traemos sus banderitas para que
varios montculos (momoztles; cons- Inmediatamente se llama a los jueguen. Aqu estamos, les traemos
truidos en cerros y lomeros); ojos de aires del paraje sealado en el terri- su molito, su pollito, sus tamalitos
agua y rboles de amate o capire (en torio ejidal de Coatetelco y se nombra nejos [o quanextli], sus jarritos de
barrancas), respiraderos, etctera. el elemento geogrfico (arquitectni- tepache. Ustedes saben ah cmo
En primer trmino, se les llama pa- co, hidrogrfico, etctera) al cual es- se reparten. Queremos que, por fa-
ra que se presenten: Pilachichincles, tn asociados. Por ejemplo: vor, nos regalen tantita agua. Que-
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remos que nos regalen tantita agua tambin. Que Dios nos acompae. tos en el camposanto, en la vspera del
porque estamos murindonos de Gracias. Da de San Miguel Arcngel, el 28 de
sed. Les suplicamos que nos man- septiembre.
den ms agita porque los tiempos Despus de la peticin y el ofrecimien- Mediante el huentle a los aires,
han venido medio reseco. Ay- to los aires visitantes se retiran a su la apropiacin religiosa de la natu-
dennos a echar el agua para este paradero, a su lugar []; noms vie- raleza se reafirma y se actualiza, y
lado. Queremos pedir un favor, un nen a la fiestecita, a la ofrenda. Se que- representa un smbolo social ances-
favor seor San Pedro que venga dan los que son de aqu [de los parajes tral, de pertenencia y de cohesin que
con las llaves y les abra las puertas del ejido] (don Pedro, comunicacin se correlaciona en el presente con el
del cielo [a los airecitos] para que personal). Los primeros frutos de la territorio ejidal, que se ha moldeado
nos echen el agua; usted como re- cosecha se ofrendan (elotes y tamales), histricamente y sobre el cual se con-
gador del campo debe ayudarnos como un agradecimiento, a los muer- figura una geografa ritual.
192 E N S AYO S T E M T I CO S
E l 28 de septiembre, da an-
terior a la llegada de San Mi-
guel, es una fecha clave para los cam-
cultivos, sus hogares y todo su pa-
trimonio familiar. Para evitarlo, los
agricultores acostumbran colocar por
vos y sus hogares con el smbolo sa-
cro; las familias van al cementerio a
cubrir las tumbas de sus difuntos con
pesinos morelenses y de otros lugares la maana cruces de la amarilla y aro- grandes manojos de pericn para que
prximos a la entidad; ese da se lleva mtica flor de pericn en las cuatro es- el maligno no pueda pasar a esos san-
a cabo la primera cosecha ritual. El quinas de las siembras, en las puertas tos lugares y no perturbe la paz de los
elote est tierno, ya pueden cortar- y ventanas de las casas, en el cruce de sepulcros.
lo y compartirlo con los familiares caminos, en los comercios y hasta en Los trabajadores del campo tienen
y amigos en una grata convivencia o los medios de transporte. La mayora la creencia de que el 28 de septiembre
elotada. de las iglesias tambin se protegen no el Diablo anda suelto causando mu-
Sin embargo, es entonces cuan- slo con las cruces, sino que muchas chos males; para protegerse realizan
do las fuerzas malignas representa- la adornan con elaboradas portadas la ceremonia llamada la periconeada.
das por el Demonio se desatan y los cubiertas de dicha flor. As, cuando el 29 Dios le da permiso
fuertes vientos pueden perjudicar sus En Xoxocotla y Coatetelco se lleva a San Miguel de bajar a la Tierra, l
a cabo una ceremonia especial en el defender todo aquello que est en-
panten de cada poblacin despus florado con pericn. Arcngel y flor
* Direccin de Etnohistoria, INAH. de que han salvaguardado sus culti- son dos smbolos protectores; si se
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debe a que los brotes de la planta a este cuerpo de creencias sobrevive Esta asociacin se presenta cuando
aparecen con las primeras lluvias, de el uso del yauhtli o pericn. el Arcngel se integra a la cosmovisin
modo que su crecimiento es casi pa- Los agricultores morelenses con- indgena como un santo protector de
ralelo al del maz. sideran que el fuerte olor de la flor las cosechas, con un gran poder sobre
Dentro de la compleja cosmovi- de pericn repele, aleja al Demonio; el agua y el rayo. En la religiosidad
sin mesoamericana el uso de plan- esta flor y la espada de San Miguel popular contempornea San Miguel
tas en determinados ritos tuvo tal son smbolos que los defienden de las comparte atributos semejantes con
importancia que las sobrevivencias fuerzas destructivas de la naturaleza Tlloc, el antiguo dios de las aguas
que se observan en muchas ceremo- como vientos y tormentas represen- terrestres y celestes. Ambos nmenes
nias agrcolas y teraputicas de las tadas por el chamuco. Slo el poder contienen la dualidad fro/caliente;
sociedades campesinas del Mxico caliente de la planta y del arma sagra- la antigua hacha del dios acutico es
actual, como el uso mgico-religioso da podr atacarlas y vencerlas. ahora la espada que empua San Mi-
del pericn, es una muestra de ello. guel con todo el poder para abrir el
La antigua hierba de Tlloc trascen- temporal y controlar las lluvias y los
di en el tiempo y continu con su vientos.
funcin protectora, slo que ahora La importancia de los poderes y
integrada al smbolo sacro cristiano: el valor simblico atribuido a la flor
la cruz de pericn. de pericn, es un hecho que permi-
En el sistema de ideas y creencias te establecer fuertes vnculos cere-
de los agricultores morelenses des- moniales entre los miembros de un
taca la importancia de los conceptos grupo o de una comunidad, otor-
y rituales relacionados con los aires gndoles un sentido de pertenencia
y su carcter ambivalente como en- e identidad que se expresa en este
tidades malficas y benficas; en tor- ritual agrcola profundamente arrai-
no a ellos estn implicadas las cuevas, gado entre los campesinos del centro
los rayos, las barrancas, las lluvias de Mxico, en especial en el estado de
y las tormentas. Estrechamente unido Morelos.
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MILAKUAJ, OFRENDA A
LA PIEDRA DEL AIRE EN
CUENTEPEC, MORELOS
Livia Roxana Gonzlez ngeles*
de los motivos para llevar a cabo esta aj cuando ya est floreando. S, de la maana, segn el nmero de
celebracin. Sin embargo, tambin se pa que no se cae. ofrendas que se hayan asignado para
les pide que se alejen con el fin de ase- ese da. El lugar es el rincn del patio
gurar la maduracin de la planta del de la casa donde se localiza la piedra,
maz, que para ese momento se en- Colocacin de la ofrenda y slo los jefes de familia y el curan-
cuentra en la etapa de espigamiento. dero estn presentes en el momento
Luego de una o dos semanas de pre- del ofrecimiento. Los nios de la casa
Sabes qu, que se pone de la fren- parativos es colocado el huentle. Esto no pueden estar presentes en la cere-
da pa que no se caigan los milpas, se realiza entre las cinco y las once monia, aunque hayan participado en
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los padres de la mujer de la unin de la pareja. Para esta visita se hacen acom-
paar del pariente mayor del novio; antiguamente se recurra al huehuechique,
anciano que efectuaba la peticin de la mano de la muchacha. Los parientes
del novio realizan unas tres o cuatro visitas hasta que los padres acepten la
boda de su hija y definan la fecha. En esas visitas llevan de regalo un canasto
con pan, chocolate y alcohol. Durante dichas reuniones los parientes de am-
bos jvenes les aconsejan cmo llevar adecuadamente una vida en pareja. En el
recuadro La boda tradicional en el poniente de Morelos se abunda sobre
este tema.
Ritual funerario
En los pueblos morelenses de tradicin cultural nahua est muy arraigada la
creencia de la presencia de los muertos. Constituye el sustento del ritual fu-
nerario que se realiza cuando una persona muere, en el aniversario luctuoso
de uno o ms aos, y en la celebracin anual de las ofrendas a los difuntos,
que igualmente trasciende el mbito domstico y adquiere una importancia de
carcter nacional. El recuerdo de los muertos es una ocasin para la reciproci-
dad, manifiesta en la ofrenda que se coloca en un lugar especial, al pie del altar
domstico. Se brindan ofrendas a los muertos en diferentes das del ao, en el
mbito domstico para el aniversario del fallecimiento de la persona, en el m-
los preparativos, pues se considera El tlapajtihke es el encargado de co- paado por una pieza de gallo recio,
que estn muy expuestos a los da- locar sobre las hojas de pltano, uti- el cual se coloca en 12 platos de barro
os que pueden provocar los aires. lizadas como mantel, cada uno de los y sobre un montculo de tamales nejos
elementos de la ofrenda. Primero se y de frjol, junto con 12 pequeas jca-
Te puede agarra el aire, te puedes enciende un sahumador con copal y ras que contienen un poco de pulque
morir. Es ms peligroso porque no dos velas para avisar a los aires que el mezclado con tepache. Adems, se
sabes lo que haces. Te tiene que ofrecimiento est iniciando. La comi- esparce sobre las hojas de pltano un
cuidar la mam. da de la ofrenda es mole verde acom- poco de tabaco silvestre conocido en
la comunidad como tenextl.
Al preguntarle a uno de los ha-
bitantes del lugar por qu se ofreca
precisamente esta comida y no otra,
respondi que
guelito y uno o dos collares realiza- ofrenda, se para frente a ella (casi pal y las botellas que contuvieron el
dos con la misma flor. Los pequeos siempre viendo al norte) y comienza a pulque y el tepache.
atados son puestos frente a la piedra, hacer una plegaria en nhuatl. En ella,
12 de cada lado, y la gua floral sobre llama a los aires a aceptar la comida
una cruz de madera clavada frente a la que se les ofrece y les pide que, des- Conclusin del ritual
piedra de los aires. pus de tomar sus alimentos, vayan a
Una vez que el curandero ha ter- su casa a descansar y no causen dao El proceso ritual concluye cuando la
minado de colocar, con ayuda de los a las milpas ni a las personas que se familia anfitriona y quienes partici-
jefes de familia, los elementos de la encuentren en su camino. paron en los preparativos, ingieren la
Cuando el tlapajtihke termina de comida que no fue llevada a la ofren-
hacer la plegaria, los ah presentes da y platican acerca de lo acontecido
interactan entre ellos durante me- durante su colocacin. La mitad de
dia hora, aproximadamente, mientras los alimentos usados en la ofrenda son
cada uno fuma un cigarro para pre- entregados al curandero junto con su
venir el posible dao que el contacto paga. Slo l tiene permitido comer
con los aires les pueda causar. Trans- esos alimentos. La otra mitad se que-
currido ese tiempo, el curandero en- da en la casa de los ofrendadores, pero
tierra detrs de la piedra un tamal no es para consumo humano, pues su
abierto en cruz, dentro del que colo- esencia ha sido absorbida por los aires.
ca la cabeza del gallo recio, y vierte La descripcin de la ofrenda a los
sobre l un poco de pulque, tenextl aires que se celebra en la comunidad
y tepache. Minutos despus inicia el de Cuentepec, Morelos, hace evidente
levantamiento de la ofrenda, despus el hecho de que en esta regin an hay
del cual slo quedan en el lugar las grupos que continan rigiendo parte
hojas de pltano, los atados y la gua de su vida por un calendario agrcola
de flores, las velas encendidas, las cru- y un calendario ceremonial basado en
ces de madera, el sahumador con co- la observacin de la naturaleza.
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La ayuda colectiva de las redes de apoyo de la gente de uno, manifestadas en la tinajas de refrescos y cartones de cerveza.
LA PROMESA
DE LOS ELOTES1
Mara Cristina Saldaa Fernndez*
E n el estado de Morelos, el
28 de septiembre varias locali-
dades de la entidad realizan una ce-
huertos, en las puertas de las casas y
en los cuexcomates (graneros).
En Alpuyeca, adems de colocar
La Promesa de los Elotes es una
representacin en que coinciden el
juego carnavalesco y la seriedad del
remonia agrcola llamada la enflorada las cruces de pericn en las casas, agradecimiento por las primeras co-
o la periconeada. sta consiste en la automviles y en los campos, el 28 sechas, expresado como una promesa
colocacin de ramos de pericn en de septiembre realizan una singular religiosa. El antecedente de esta pues-
forma de cruz en las cuatro esquinas festividad que es la Promesa de los ta en escena es el castigo que se apli-
del terreno de la siembra, ya sea s- Elotes. Constituye un smbolo de la caba a los ladrones hace muchos aos;
ta de maz, de frjol, cacahuate, caa abundancia, pues se obtienen las pri- una vez que eran sorprendidos y atra-
de azcar o jitomate, as como en los meras cosechas. Esta promesa se lleva pados, los bandoleros sufran el rigor
a cabo desde hace muchos aos; es en del ltigo y la exhibicin pblica. La
honor de San Miguel y se presenta Promesa de los Elotes representa un
en la vspera del da de su celebracin, suceso que tiene como antecedente el
1
Fragmento del anlisis del ritual agrco-
la presentado en la tesis doctoral Proceso ritual al medioda. Los que siembran rega- descubrimiento de un ladrn, que era
en Morelos: la fiesta de la Ascensin, UAM-I. lan milpas con elotes; una parte se sancionado por sus delitos; integra
*Profesora Investigadora, Centro de In-
vestigacin en Biodiversidad y Conservacin entrega en la iglesia como ofrenda y tanto una sancin moral hacia el robo
(cibyc), uaem. otra es regalada a la gente. y una forma de intercambiar regalos
200 E N S AYO S T E M T I CO S
Hacen una analoga entre la carne del difunto y la carne de la comida, por lo que
no ofrecen la carne porque tienen la creencia de que si lo hicieran sera como si
se estuvieran comiendo al difunto. Para el novenario s preparan pollo o carne
de cerdo, rezan un rosario a la media noche y si al difunto le gustaba la msica,
hay un acompaamiento musical (Saldaa, 1993: 136).
Los objetos rituales que acompaan el cuerpo son acordes a la creencias res-
pecto al ms all. Al cuerpo de un nio le ponen en las manos una pieza de
pan y una tortilla en miniatura. A un adulto le ponen 12 bolsitas pequeas con
12 semillas de maz; se cree que en su camino encontrarn pollos que no los de-
jan pasar y con el maz podrn distraerlos. Tambin tienen la creencia de que la
gente debe tratar bien a los perros, porque al morir ellos le ayudarn a atravesar
el ro; prefieren a los de color negro, pues dicen que los blancos tendrn temor
de ensuciarse en la travesa (Saldaa, 1993: 137). Tambin es de gran impor-
tancia la celebracin del Da de Muertos, porque involucra tanto en creencias
como en actividades a toda la comunidad.
El ritual teraputico
Segn las prcticas y creencias de las comunidades de ascendencia nahua, la en-
fermedad puede ser causada por factores externos como los cambios bruscos de
temperatura y problemas de alimentacin, entre otros. Sin embargo, tambin
entre las personas, y entre las per- llevaron a la iglesia y ah entreg lo Manuela, que es la mujer del ladrn.
sonas y San Miguel. Las personas que haba robado. Despus de esa El ladrn slo tiene una mujer, pero
brindan al santo esta representacin afrenta, no volvi a robar. en 1999 hubo tres disfrazados de
y una ofrenda de elotes, simblica- En la maana, los agricultores pa- mujeres que provocaron una mayor
mente y de acuerdo con la creencia y san a dejar una docena o ms elotes euforia carnavalesca. Un hombre trae
con la prctica de proteger todo con en la salida del pueblo donde prepa- la mulita amarrada a la cintura, que
cruces de pericn; el santo elige entre ran las cruces. Hacen cuatro cruces es una cabeza tallada en madera; la
el bien y el mal, y de esta forma los de caas con elotes, adornadas en el vienen jalando, se la quitaron al la-
feligreses hacen votos para ser elegi- centro con pequeas cruces de pe- drn y descargaron los elotes que
dos por el santo y no por el maligno. ricn; adems, preparan unos ocho llevaba a cuestas; despus se los pu-
La trama refiere lo siguiente: un manojos de elotes que llevan cargan- sieron al ladrn para que los fuera
hombre haca estragos en la milpa; do. Cada ao hombres de diferentes cargando.
acostumbrado a robar, despojaba a edades se ofrecen como voluntarios La Mara viene con su molinillo
sus vecinos de sus cosechas. Llevaba para representar a los personajes de y su canasta, cuida a la mulita, le da
a su casa una buena cantidad de elo- esta promesa; los seores mayores agua, lleva una olla de barro y el mo-
tes que cargaba a su mula. l viva con toman bastante alcohol en ese da; linillo; los espectadores dicen que va
su mujer, que era la Manuela. Cuan- hacen la promesa por fe, porque es- a hacer chocolate, ya haba ido a com-
do fue sorprendido, lo detuvieron y le tn bien conscientes de no perder su prar; lleva una canasta con verduras,
quitaron la carga de elotes. Encade- tradicin. Los personajes son el la- jitomates, cebollas, chiles y frutas, lo
nado, lo pasearon por las calles cen- drn de elotes, la Mara o la Manue- que es recaudo de la cocina, y una
trales del pueblo para que la gente lo la, la Mulita, el msico del teponaztle, cuchara de madera que le sirve para
identificara; con l iba su mujer que, cargadores de milpa y los msicos. defenderse de los agresores que le
junto con la bestia, padeca las bur- En la comitiva de la promesa van quieren jalar el vestido o quitarle sus
las y maltratos de las personas. En el en primer lugar unos jvenes disfra- pertenencias. Durante el jaloneo le
trayecto, los delatores iban tocando zados de mujeres, que se han tizna- quiebran sus trastos. La gente arreme-
el teponaztle para que la gente saliera do la cara para no ser reconocidos; te contra la Mulita y la Mara por ser
a verlo y se enterara de su delito. Lo ellos representan a la Mara o la cmplices del robo; ellas se defienden
V I S I N D E L M U N D O Y R I T UA L D E LO S P U E B LO S D E T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 201
Los rituales que se llevan a cabo en el mbito domstico estn relacionados con
la proteccin de las personas y de sus pertenencias, como sus casas, sus anima-
les y sus parcelas. Se trata de una proteccin de las fuerzas de la naturaleza,
que suelen manifestarse en aires malficos o de las fuerzas dainas que ejercen
algunas personas en los dems.
En los rituales de proteccin que generalmente previenen de las fuerzas
de la naturaleza se utilizan los objetos domsticos que, adems del uso coti-
diano, tienen usos simblicos; por ejemplo, aventar al patio el tejolote, texolotl,
o mano del molcajete, para pedir a Dios que cesen las tormentas. Estas piedras
tambin se emplean en la curacin del mal de aire (Morayta, 1997: 235). En
varios pueblos recurren a la quema de cruces de palma bendita para detener
tormentas. En Hueyapan ahuyentan el granizo al aventar puos de sal, ex-
tienden los brazos en forma de cruz en el centro del patio, hacen la seal de
la cruz con la mano y la sal, y la avientan en direccin a las nubes (Paulo,
1997: 266). En San Andrs de la Cal encienden cohetes para detener y ahuyen-
tar a los malos aires del granizo y el agua viento. Otra forma de ahuyentarlos
es quemar cruces de pericn secas, o regar agua bendita. En el campo suelen
enterrar piedras verdes para garantizar la germinacin de la semilla (Ruiz,
2001: 187).
El ritual posee una dimensin espacial y una temporal. En el ritual agrcola
son aprensibles signos visuales como la ofrenda, los ramos florales y danzas,
y signos auditivos, ya sean plegarias verbales, plegarias auditivas (msica), co-
hetes encendidos y los relatos que refieren las creencias sobre la explicacin
de algunos componentes del ritual. El ritual agrcola es un componente de la
E S Q U E M A 1 . R I T UA L D E L A P R O M E S A D E L O S E L O T E S
po de msica nortea. Consideran calificacin; una se ubica en un mbi- una sntesis temporal, en tanto que
que hacer este recorrido con un bulto to de seriedad, de respeto, de buena a la trasgresin de lo establecido, el
bastante grande de elotes hoy en da fe, mientras que la otra es calificada papel de la Manuela y sus perse-
no es una penitencia, sino una volun- como una mera diversin; esta ltima guidores, le sigue el ladrn castigado
tad de ofrecer la promesa. se inscribe en el sentido carnavalesco que al ser expuesto pblicamente y
La participacin en este ritual tiene de transgredir simblicamente el or- que al devolver lo robado reestablece
dos opciones que estn expuestas a la den. En esta celebracin se representa el orden, un estado de armona en el
V I S I N D E L M U N D O Y R I T UA L D E LO S P U E B LO S D E T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 203
que el don, la reciprocidad, se mani- minacin entre el bien y el mal y los y otros ms que le han regalado. El
fiesta, pues los concurrentes han re- favorecer con sus bendiciones. La teponaztle, que es muy antiguo, y la
galado inicialmente caas y elotes que otra forma del don se expresa en la Mulita permanecen guardados en
simblicamente ofrecen a San Miguel colaboracin y el intercambio de elo- la iglesia hasta el ao siguiente en que
y, al terminar la celebracin, son re- tes entre los participantes. harn esta promesa otra vez. Entre
partidos entre los asistentes. Basada en la creencia de que un risas y tragos de alcohol dicen los
En este ritual se expresa el don acontecimiento como ste ocurri ha- seores que ahorita ya la llevaron a
gratuito y espontneo, que se lleva ce mucho tiempo, la Promesa de los alzar, ya estar cansada, ya la fueron
a cabo entre parientes y amigos de la Elotes simboliza el agradecimiento, a dejar, tanto que la hicieron jugar, es
comunidad; de acuerdo con Godelier la sancin al robo y la reciprocidad, la tradicin.
(1989: 16), con l se refuerzan re- adems, esta expresin deriva en un Esta celebracin constituye un
laciones recprocas en las que no se intercambio de las primeras cosechas ofrecimiento y el cumplimiento de
espera una devolucin inmediata y de maz entre los feligreses. Cuando una promesa. En el proceso en que
explcita. Estamos, segn el anlisis se acercan a la entrada del atrio la se lleva a cabo esta promesa se dis-
de Mendoza (1999) ante la forma de Mara, la Mulita y sus perseguidores, tinguen dos etapas. En la primera se
un don vertical y horizontal en tanto continan su camino hacia la casa en efecta la procesin que da inicio en
que se otorgan dones a un ser supe- que se disfrazaron; los que llevan las la entrada de la iglesia y recorre el cir-
rior, San Miguel, y entre los feligre- milpas y el ladrn de los elotes entran cuito propio para estas celebraciones
ses de la iglesia. La promesa a San a la iglesia a entregar la promesa, se en las calles que rodean este recinto.
Miguel se manifiesta al participar en persignan respetuosamente y oran en Va encabezada por la Manuela y sus
el ritual, al interpretar alguno de los voz baja, mientras tanto en el atrio atacantes, ellos representan un am-
personajes, con la colaboracin en las ya han puesto un bote en el fuego biente catico, el desorden, la trans-
actividades necesarias para realizarlo, para cocer los elotes; una vez cocidos gresin; en sntesis, el mal. Atrs de
mediante el regalo y el intercambio de los regalan a la gente que se encuen- ellos van los dems personajes y sus
elotes y al colocar cruces de pericn tra ah. Quien representa al ladrn acompaantes. La segunda etapa es
en sitios y objetos determinados. El de los elotes se ha llevado como pre- la entrada a la iglesia y representa la
santo, por su parte, har una discri- mio los elotes que llevaba cargando recuperacin del orden. La comitiva
204 E N S AYO S T E M T I CO S
CAMPESINOS VOLCANEROS
Julio Glockner*
bin se apila la lea trada del monte, cen durante dcadas o siglos en la por maleficios. Las visitas a estos ce-
los rboles frutales y las hortalizas, memoria de los pueblos. rros, que ellos denominan calvarios,
los establos con vacas, burros, chivos, Entre los campesinos de la regin tienen como finalidad mantenerlos
borregos y bueyes, los patos, los gua- ha surgido una religiosidad sincrti- purificados, es decir, limpios de male-
jolotes y los pollos andando por todos ca integrada por una cosmovisin de ficios, para que las lluvias puedan lle-
lados. El hombre del campo hospeda origen mesoamericano, en la cual la gar a tiempo y se pueda controlar su
a la naturaleza en su casa. existencia de una dimensin espiri- regularidad durante todo el temporal,
Las faldas de los volcanes estn tual se hace accesible a los hombres que comprende de mayo a octubre.
habitadas tambin por cristos, vrge- a travs de sus sueos, fusionada en Los calvarios propiamente dichos son
nes y santos patronos de los pueblos. una concepcin judeocristiana que patios ceremoniales ubicados en la
Imgenes milagrosas y protectoras ha dispuesto de las deidades y el san- cima de los cerros. En general estn
que proporcionan sosiego a los deses- toral catlico no slo para integrar la formados por un crculo de cruces
perados, consuelo y alivio a los enfer- espiritualidad de esos pueblos, sino orientadas al sur, es decir, hacia los
mos. Imgenes ante las que se postra para alcanzar los milenarios objetivos campos de cultivo, teniendo detrs
la gente que llega a la iglesia a suplicar, de toda sociedad agrcola que cultiva de ellas al dador de agua: el volcn
a llorar, a arrepentirse, a examinarse tierras de temporal: asegurar su ma- Popocatpetl. Desde las alturas de los
introspectivamente para justificarse nutencin. calvarios pueden verse los huertos y
o para reconocer en silencio las fal- El 3 de mayo de 1998, da de la los campos de maz, algunos pueblos
tas cometidas, los pecados, las cul- Santa Cruz, los Misioneros del Tem- con sus cementerios y otros cerros re-
pas. Imgenes vivas en una estofa- poral acudieron a uno de los 12 ce- lacionados ritual o mticamente con el
da quietud, pero capaces de ver, de rros que tienen bajo su custodia a pe- complejo ceremonial que desde hace
escuchar y compadecerse del dolor dir las lluvias y de esta manera iniciar siglos se realiza en estas tierras.
humano, de interceder ante Dios a ritualmente el ciclo agrcola. Semanas El mayor de la congregacin de
favor de sus devotos. Imgenes do- antes, algunos miembros de la con- pedidores de lluvia haba soado ha-
tadas de poder para hacer pequeos gregacin haban recibido en sueos ca poco con el Nevado de Toluca, lo
favores y milagros en el curso de la avisos en los que se les anunciaba que indicaba la posibilidad de heladas
vida diaria; milagros que resplande- la existencia de lugares perturbados y granizo durante el temporal. El ao
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tro del pueblo. Los encargados preparan comida en sus casas para atender a sus
invitados, entre ellos los danzantes tradicionales (moros, tecuanes o pastoras)
que van a bailar ante las cruces. En Ocotepec enfloran las cruces de los barrios.
Hace algunos aos la cruz del manantial de Santa Mara, cuando provea a la
comunidad de agua, era enflorada y reciba ofrendas.
cin a Dios y de las frases reverenciales para pedir ayuda a los aires de la lluvia.
Otra celebracin ritual de carcter agrcola es la peticin de lluvia en lugares
sagrados como cuevas, ojos de agua, las cimas de los cerros, o bien en la iglesia;
algunas de stas se efectan el 3 de mayo. El hallazgo de ofrendas que datan
probablemente de la poca prehispnica o de los primeros aos de la Colonia,
como el caso de la ofrenda de la cueva de Chimalacatepec (Broda y Maldonado,
1997: 175), corrobora la antigedad de estas prcticas que an se realizan hoy
en da.
En San Andrs de la Cal llevan ofrendas a varias cuevas para pedir lluvia a
los aires. Tienen la creencia de que los aires de la lluvia, los yeyecatl-yeyecame,
viajan por muchos lugares y en fechas sealadas se presentan en lugares como
cuevas y manantiales. Los aires de las cuevas son muy ordenados; toman los
alimentos de la ofrenda hasta que el especialista ha terminado de colocarla, y
esperan a que l toque la trompeta para empezar a comer. Cuando han termi-
nado de poner la ofrenda avisan con cohetes de plvora; se cree que la pl-
vora provoca el trueno, arma de los aires; por eso se considera tambin como
parte de la ofrenda (Huicochea, 1997: 243, 245 y 249). En los alimentos que
ponen de ofrenda eliminan la sal, pues se considera que los aires de la lluvia
son de agua dulce. De acuerdo con su visin del mundo, una manera de comu-
nicarse con los aires es a travs de objetos como silbatos, del fuego, de ceras, de
los aromas, preferencialmente de la flor de cempoalxchitl, del humo de copal
pan de cada da [...] Seor, t que Seor, no saben lo que hacen. Pero lleguen a poner mis hermanos en
tienes a tus mensajeros alrededor nosotros como mensajeros tuyos un lugar sagrado, sean cosas bue-
de ti, Padre Santsimo, como no- te rogamos, Padre Eterno, que nas. Si son cosas buenas, concde-
sotros tambin estamos contigo. no les vayas a dar permiso a esos les, Padre! Pero si son cosas malas,
Nosotros como mensajeros de esta ngeles que tienes a tu alrededor. que las entierran, que las tiran para
madre tierra, te pedimos y te roga- Quin como t, seor? Que vas a hacer maldades, Seor, perdna-
mos, Seor Jesucristo, que no les cuidar nuestros sembrados en los los y nos les concedas [...] T eres
des permiso a tus ngeles. El que campos para que reverdezcan. Y bueno, t eres un Dios vivo que
riega los granizos, el que riega las as te daremos las gracias cuando nos das de comer hasta en la boca.
nevadas, como es el volcn de To- levantemos los frutos de la tierra. En veces, seor, cuando nosotros
luca, Seor, que no les des permiso Porque no tenemos con qu darte no podemos, cuando nosotros no
en todo este temporal de regar en las gracias, Seor, slo con lo que tenemos de dnde, Seor, t ha-
ninguna parte con sus nevadas. t nos das, Padre Santsimo, con el ces tus milagros y llega en la casa
Seor, vamos a empezar el tem- pan de cada da que t nos das, te el alimento sin esperarlo. Porque
poral y vamos a sembrar los ma- daremos las gracias, Seor. t eres un Dios tan poderoso que
ces, los frutos de la tierra que son Aqu, Seor, en este glorioso nunca nos dejars sin comer, tanto
para todos mis hermanos y para da, esperamos tambin a Nuestra a nosotros como a todo el universo
toda la humanidad, Padre Eterno, Madre Santsima, la Virgen Mara entero. Gracias te damos porque
que es con lo que tenemos el pan de las Nubes, que es la que viene nos has tomado en cuenta, nos has
de cada da [...] Nosotros sabemos a revestir a todo el universo ente- mandado lluvias de gracia cuando
las necesidades de esta madre tie- ro. Montes, llanos, selvas y todo tu las hemos pedido. Gracias Seor y
rra, Seor, y si en alguna parte tu universo. Viene con sus regadeles que se haga tu santa voluntad as
mensajero riega las nevadas, que y con sus ngeles. Seor, a ti te pe- en la tierra como en el cielo.
no vaya a perjudicar a alguno de dimos que no vayas a recortar el
mis hermanos de esta madre tie- tiempo en este ao de 1988. Seor,
rra. Y si alguno llega a pedir esos en este da 3 de mayo te rogamos y
granizos, esas nevadas, perdnalos, te pedimos que todas las cosas que Fragmentos tomados de Glockner (2000).
1
V I S I N D E L M U N D O Y R I T UA L D E LO S P U E B LO S D E T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 209
LA BODA TRADICIONAL EN EL
PONIENTE DE MORELOS
Mara Cristina Saldaa Fernndez*
E l da de la boda efectan un
recorrido por las calles, en diver-
sos trayectos que van de la casa de los
paados con msica de banda. En
algunos casos colocan a los novios y
de ms concurrentes collares de cem-
tarios llevan los cntaros; en ocasio-
nes tambin entregan dos guajolotes,
los cargan y bailan de igual forma con
novios a la casa de los padrinos. En poalxchitl, llamados en nhuatl xo- ellos. Cuando se detienen en la cruz-
Xoxocotla, durante ese trayecto en chicscatl. Los huehuechiques llevaban calle invitan agua de tamarindo a los
cada cruz-calle se detienen y bailan la un bastn de mando adornado con concurrentes.
pieza tradicional llamada xochipitza- esta misma flor, llamados cuaguix- Al llegar a la casa de la novia, sta
huatl (flor esbelta). A muy temprana chitl (Saldaa, 1993: 114). Durante recibe regalos de muebles como ro-
hora, el novio se viste en la casa de los la misa los novios sostienen una cera peros, estufas o alacenas. De ah se
padrinos de casamiento. La novia se encendida. Cuando termina la misa dirigen a la casa del padrino del pas-
cambia en la casa de sus padrinos de todos se dirigen a la casa del padri- tel. Despus todos van a la casa del
bautizo. El novio, sus familiares y los no del tamarindo; ah, despus de novio; las familias de los contrayen-
padrinos de velacin van por la novia que han ofrecido a los visitantes agua tes hacen una comida por separado;
y juntos se dirigen a la iglesia acom- fresca, entregan los cntaros con agua los familiares de la novia tienen sus
de tamarindo adornados con colla- propios invitados y les ofrecen una
*Profesora Investigadora, Centro de In-
vestigacin en Biodiversidad y Conservacin res de flor de cempoalxchitl o listo- comida en su casa, al igual que los
(cibyc), UAEM. nes de papel crep. Hombres volun- familiares del novio. Despus de la
210 E N S AYO S T E M T I CO S
e incienso. Una forma de protegerse de los malos aires es a travs del humo
de cigarro.
Hacia el centro y sur de la entidad se llevan ofrendas a las cuevas para pedir
el vital lquido. En San Andrs de la Cal y Santa Catarina, el 3 de mayo los lu-
gareos llevan ofrendas a nueve cuevas. La ofrenda est compuesta por jarritos
con atole, cazuelitas con mole, figurillas de barro como muecas(os), bailarinas,
tortugas, araas, sapos, culebritas, gallinitas ponedoras, soldados (que pelean
contra los malos aires) y silbatos. Adems, tamales sin sal, vino jerez e incienso
del que se dice que el humo llega hasta Dios. Los animalitos son para llamar
el agua y los muecos para que jueguen los aires. Los huehuentles, especialistas
ofrendadores en las cuevas, llaman a los aires con los silbatos para pedir lluvia.
Los cohetes tambin son parte de la ofrenda, pues la plvora es para que traba-
jen los seores del temporal (Huicochea, 1997).
En el suroeste de Morelos, en las comunidades de Alpuyeca, Atlacholoaya y
Xoxocotla llevan a cabo el ritual de la Ascensin en fecha variable, pues se efec-
ta cuarenta das despus del Sbado de Gloria. Estos pueblos llevan ofrendas
a los aires de la lluvia, que se encuentran en varios sitios de las localidades,
como barrancas, manantiales, cerros y en la cueva de Coatepec. En dicha cueva,
tambin llamada la Cueva Santa, se renen los tres pueblos y llevan ofrendas
a los pozos que estn dentro de la cueva. La ofrenda est compuesta por ceras,
incienso, alcohol, mole verde sin sal, tamales y flores (gladiolas y ramilletes de
Versin nhuatl Tech in copa, tech in chile, Manin mostla, manin uipla,
Nictlahcali in nodespedida. Ticpitzosque in cone chichile.
Xochipitzauc del alma ma,
Cualani in monana por acmo na.
Manin mostla, manin uipla,
Tinemisque en compana.
1
Obra tomada de Friedlander (1975). Boda, El Higuern, Morelos.
V I S I N D E L M U N D O Y R I T UA L D E LO S P U E B LO S D E T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 213
En el copa, en el chile,
Tiro mi despedida.
Sea maana, sea pasado,
Besaremos la chichi de nene.
Boda en Chalcatzingo.
Cruz con collar de flor de San Miguelito para ofrenda a los aires
C A P T U L O 1 2
Mikailhuitl de Xoxogolan
(Da de Muertos de Xoxocotla)
Inocente Ros y Elvira Martnez*
S
e levanta la cosecha empezando con el corte de cacahuate,
despus con la pizca de la mazorca; teniendo ya la cosecha en casa, em-
pezamos a sentir la llegada del Da de Muertos; nueve das antes en mi
pueblo Xoxocotla se hace un novenario y todas las noches se realiza un rosario
en la iglesia de San Felipe Apstol; al mismo tiempo las campanas empiezan a
repicar con el mikatzilini (se le llama as porque es un toque doble que anuncia
el fallecimiento de una persona grande). As contina durante todo el rosario;
al mismo tiempo en todas nuestras casas de los que somos catlicos ponemos
agua en jarritos de barro nuevo, flores y veladoras prendidas en nuestro altar, en
donde estn las imgenes de nuestros santos.
Hacemos esto porque nos platican nuestros paps que ellos inician un cami-
no de regreso para estar presentes el Da de Muertos; el agua es para la sed, la
vela es para ir guiando nuestros pasos y no tropezar, y as poder llegar tranqui-
lamente a la casa de nuestras familias, que ya nos estn esperando.
Las campanas estn repicando con este sonido: tan, tan, tan. Hay tres con
sonidos diferentes: el fino, el medio y el grave; los tres se tienen que tocar.
Al terminar el rosario se repica de la misma manera que cuando inici con el
mikatzilini (toque doble).
Empezamos los preparativos en esa semana; las mujeres compran el cacao para
el chocolate; primero hay que tostarlo, despus quitarle la cascarita. Se muele
en el metate o se lleva al molino (pero cambia un poco el sabor), se le pone az-
car y canela; ya hecha la pasta se contina en la elaboracin de las tablillas o
rueditas de chocolate. Por otra parte, los hombres han terminado el trabajo en
la cosecha. Se van al campo a cortar el acahual para hacer el koatlapechtli (es una
cama donde se pondr la ofrenda). El paisaje del campo tambin siente la cerca-
na del Da de Muertos; los colores cambian de tonos, verdes que tiene cuando
llueve, a los colores de un crepsculo; de un atardecer en agona, amarillos, ocres,
sienas y pequeos puntos de verde como resistindose a morir. Ya en casa se hace
el koatlapechtli.
Anteriormente el panadero pona con tiempo a calentar el horno. Recuerdo
que cuando era nio en esos momentos: cmo sala el humo blanco y negro!,
pura contaminacin. Pero en esos aos el aire era limpio, el humo era natural
porque era de lea y no nos perjudicaba tanto. Elvira recuerda que acompaaba
215
216 E N S AYO S T E M T I CO S
miento de un nio[a]), despus se sigue con un tan, tan, tan con intervalos de
un zanlamatzilini.
Todos en la casa ayudan; se empieza desde muy temprano; la mam pone el
agua a calentar, mata los pollos y en una cazuelita junta la sangre para el piollestli
(tamales de sangre de pollo; se les pone cebolla, hierbabuena, semilla de calabaza
y chile ya molido y mezclado con el consom de pollo). Los pollos muertos se
meten al bote de agua para poderlos pelar, lavarlos muy bien y destazarlos; los
tamalitos de pagalli (tamal blanco agrio) ya se estn preparando, la abuelita est
haciendo el mole; no debe estar picoso y los tamales deben ser chiquitos porque
son para los nios(as).
OBJETOS RITUALES:
SAHUMERIOS, VELAS, FLORES
Mara Cristina Saldaa Fernndez*
A las doce del da del primero de noviembre se van los difuntos. Las cam-
panas de la iglesia los despiden con un repique de zanlamatzilini (toque senci-
llo), e inmediatamente inician con un mikatzilini (repicar doble, que es como
cuando muere una persona adulta); llegan los difuntos grandes.
Una vez ms, el trabajo se inici desde muy temprano; los pollos ya estn
muertos, pelados y destazados. Las familias que no han tenido la prdida de
un familiar pequeo hoy empiezan con la ofrenda. Van al mercado, que desde
muy temprano ya est lleno de flores, frutas, puestos de jarritos, saleros, cazue-
litas, platos, sahumerios; casi todo es de barro y las velas, veladoras y el copal
no deben faltar.
En el ambiente no se siente la tristeza; en los rostros se ve la alegra y todos
sentimos la cercana de nuestros seres queridos que se han ido; pensamos que
van al cielo (los buenos), el malo (al infierno), pero que de igual manera los espe-
ramos con mucho entusiasmo anhelando el Da de Muertos, porque vienen no
en cuerpo sino en espritu, porque hay experiencias vividas de los que no creen.
Anteriormente todos hacamos el koatlapechtli (cama de acahual donde se pone
la ofrenda, con cuatro horquetas chiquitas, cuatro hoyos que se hacan en el sue-
lo, dos palos atravesados y se tenda la cama); ahora algunos, los ms jvenes,
utilizamos mesas de madera y se le pone todo igual. En lugar de un mantel, se
ponen hojas de pltano; esto significa que venimos de la tierra y a ella regresare-
mos; todo debe ser natural; el agua bendita no debe faltar.
Los tamales nejos envueltos en hojas de milpa ya los estn preparando; son
planitos; el tamal blanco o agrio envuelto con hojas de mazorca, son de forma
redondita; ahora son grandes. Con el piollestli (sangre de pollo, cebolla, hierba-
buena, semilla de calabaza y chile ya molido, mezclado con el consom de pollo)
tambin se hacen dos o cuatro tamalitos; no alcanza para ms.
Nuestras mams ahora hacen un mole ms picosito, porque es para los gran-
des; los paps arreglan el koatlapechtli, las mesas frente al altar; los hijos ayudan
en el arreglo de las flores en las macetas, el cempoalxchitl, clemolito, oloxochitl
(mejor conocido como el peln) que hay de color morado y blanco, y el tercio-
pelo rojo, o el que es blanco con las orillas doradas, que se colocan en las cuatro
esquinas del koatlapechtli o mesa.
Los encargados de la iglesia una vez ms van al panten, a la misma hora del
da anterior, llevando los ciriales, el sahumerio y los cuetes. Ahora fueron por
los muertos grandes; se llega a la iglesia; de ah ellos se van a sus casas en donde
los esperamos con mucho gusto. El mole y los tamales estn a punto de su co-
cimiento. Las campanas en la iglesia no paran de repicar. En la ofrenda el sa-
humerio est humeando; el aroma del copal y de las flores mezclndose hacen
un olor muy agradable. Cocido ya el mole y los tamales, inmediatamente se
llevan a la ofrenda; ah se destapan porque el vapor que sale es lo que reciben
Cadenas de flor de 3 de mayo que se colocan en las cruces que se encuentran camino al santuario del Seor de Ixcatepec en Tepoztln.
M I K A I L H U I T L D E XOXO G O L A N ( D A D E M U E R TO S D E XOXO C OT L A ) 223
Cementerio de Totolapan.
Ofrenda de varitas de xochitlalanontli y flor de gladiola en la cruz marcadora del Seor de Ixcatepec.
M I K A I L H U I T L D E XOXO G O L A N ( D A D E M U E R TO S D E XOXO C OT L A ) 225
su dueo, principalmente a los perros porque ellos nos ayudan a cruzar los ros
cuando ya somos difuntos.
Un detalle muy importante que se me estaba pasando es que los pollos que
se han matado deben ser gallinas, no gallos porque se cree que ellos cantan en el
momento que estn comiendo las almas, y escuchando el canto dejan de comer.
Los trastes deben ser nuevos. Si una cruz ya est acabada se manda a hacer una
nueva y se pone tambin de ofrenda, para que al da siguiente se lleve al pan-
ten. Las campanas de la iglesia no han dejado de repicar durante los dos das y
dos noches. Ya estamos viviendo el da 2 de noviembre; a las diez de la maana
se celebra una misa en honor a nuestros muertitos en la iglesia de San Felipe
Apstol. Ellos estn presentes en alma escuchando para despus regresar al
mundo al que pertenecen; mientras en nuestras casas, en donde est la ofrenda,
se encienden todas las velas durante toda la celebracin; al terminar se apagan.
La ofrenda se debe levantar al tlakotonalli (medioda) porque existe la creencia
de que, si no se hace as, despus llegan los brujos o naguales a comer todo lo
que encuentran y no est bien. Casi al finalizar el medioda, se ponen de ofrenda
las mejores mazorcas que se cosecharon, la conserva de calabaza y el sahumerio
con el copal, bendiciendo de esta manera nuestras buenas intenciones, para que
ellos tengan qu comer durante todo el ao, y puedan regresar para el siguiente.
El incienso y las brasas en el sahumerio no deben faltar; por medio del humo se
elevan nuestras plegarias dndole gracias a Dios que nos ha permitido un ao
Cripta 2. Casa
miniatura, una famosa
tumba en Ocotepec.
hueco, porque nos habamos acostumbrado al sonido de las campanas. Con las
ltimas brazas y el incienso se eleva al cielo el humo, que es el aliento de nues-
tros difuntos. Al terminar, la mam da gracias a Dios diciendo una oracin, el
Padre Nuestro o el Ave Mara: Gracias Dios mo, ya vimos el Da de Muertos;
dentro de un ao quin sabe si lo volveremos a ver.
A partir de esa hora la gente empieza a llevar las cruces, las flores y el agua
bendita al panten; van saliendo de casa en casa
en diferentes puntos de la comunidad. En los ros-
tros no se ve la tristeza; se nota la alegra porque
se ha vivido un ao ms el mikailhuitl (Da de los
Muertos).
A las cinco de la tarde se hace una celebracin
eucarstica en el camposanto (as se le conoca an-
teriormente, ahora es el panten) en conmemo-
racin a nuestros fieles difuntos; se les hace un
responso (recordatorio de que han pasado a una
mejor vida) mencionando todos los nombres de
cada uno de ellos; los familiares tienen que dar el
nombre.
Una familia, por iniciativa propia, ao con ao
se encarga de elaborar unos globos de papel de chi-
na de colores. Los globos tienen un mechero en la
base y por medio del aire caliente se elevan. Cree-
mos que de esta manera los muertos regresan al
cielo y as despedimos a nuestros seres queridos
que se nos han adelantado. El panten se llena de
flores; nuestras tumbas casi todas son de tierra y
se tapizan de flores que hemos llevado; se mira un
paisaje de un atardecer impresionante, de un cre-
psculo en agona, dndole el color amarillo del
cempoalxchitl, de un da ms que se acaba o un
cuerpo que ha dejado de existir.
Entierro sealado con
una vara y una pequea cruz
entre arbustos.
El tepozteco con la campana de la catedral de la ciudad de Mxico
C A P T U L O 1 3
Mitos y relatos
Mara Cristina Saldaa Fernndez*
E
n el Estado de Morelos el alcance de los mitos y relatos reba-
sa las fronteras geogrficas de las comunidades de tradicin nhuatl, ya
que es posible encontrar versiones similares en lugares que se encuentran
muy distantes entre s.
El mito alude a un pasado remoto en el que aconteci la creacin; por lo tanto,
refiere a los orgenes del mundo, la humanidad, los animales, las plantas o cosas,
los fenmenos naturales, el origen de los pueblos y la vida de los hroes y de los
dioses. Las leyendas describen hechos reales y aspectos sobrenaturales o fantsti-
cos que han ocurrido en un pasado cuyas repercusiones se hacen presentes en la
actualidad; generalmente, las leyendas se reelaboran en el transcurso del tiempo,
en tanto que las creencias constituyen el pensamiento (y la accin, en consecuen-
cia) sobre algo en el presente.
Para los antroplogos, la tradicin oral es considerada como un sistema simb-
lico, una herramienta til que de manera implcita y explcita les puede permitir
comprender las formas, sentidos y significados de una cultura. Para la poblacin
indgena, la finalidad del mito es alcanzar por medios mnimos una comprensin
general y total del universo; permite a quien lo narra y escucha entender el mun-
do, pero quiz lo ms importante es que afirma la continuidad de la tradicin
cultural. Al hacer referencia a una forma metafrica, los propios nahuas refieren
que se trata de una raz de calabaza, que aunque puede tener muchos caminos,
sta nos lleva al pasado en que se fund la tradicin de los antiguos.
De acuerdo con Lpez Austin (1986: 49-50), el mito tiene un carcter sagra-
do, ya que generalmente trata sobre dioses, hroes o seres sobrenaturales quienes
realizan sus hazaas. Actan en el tiempo primordial; lo sobrenatural irrumpe
en el mundo para fundamentar su existencia. As, la esencia de la accin sagrada,
mediante la repeticin del mito y el rito, se vuelve creble.
En los pueblos de tradicin nahua de Morelos, los mitos y narraciones aluden
a otro tiempo y espacio, al mbito del encanto; segn las creencias se accede a
ellos durante ciertos das festivos y mediante la realizacin de rituales. De igual
forma recrean la cultura, pues contiene la realidad ms profunda de la comuni-
dad: sobre la historia, la geografa, la religin o su tradicin cultural. Expresa la
persistencia y la continua reelaboracin de aspectos del mundo religioso y arts-
tico de los pueblos indgenas.
229
230 E N S AYO S T E M T I CO S
Los volcanes2
Bueno, segn Popocatpetl era pastor, Iztacchuatl era la novia del Popocat-
petl, all por Puebla; entonces en ese tiempo todava por estados, era el valle de
Mxico. Este Popocatpetl siempre pastoreaba a los borregos; Iztacchuatl
1
Compilacin y traduccin de Jos Tambonero en Tetelcingo, Cuautla, Morelos, 2001.
2
Ricardo Alberto Castaeda, Xoxocotla, Puente de Ixtla, Morelos, 1994. Compilado por Mara Cristina Saldaa
Fernndez.
232 E N S AYO S T E M T I CO S
siempre iba a platicar con l; eran nativos de Cholula; ese pueblo de Cholula
ya era antiguo; de ah sala Popocatpetl a pastorear. Pero la mala desgracia o
buena desgracia la que les toc. Lleg Iztacchuatl, que se acuesta. Mientras
Popocatpetl ah se sent al pie de ella; ah se sent por ac as y Popocatpetl
se sent por los pies; ah estn platicando; entonces de repente vio Popoca-
tepetl a Iztacchuatl, ya se converta en cerro, ya no se poda mover, pero te-
na sentido como humano; todava le habl que se levante. Dijo Iztacchuatl:
Yo ya no me levanto, aunque vengan los bandidos aqu me quedo; le dice:
Pero yo estoy entendido que se va a enojar tu pap o tu mam, a lo mejor dirn
que te traje a la fuerza para ac, pero t vienes a visitarme por tu voluntad para
que platiquemos como novios. Bueno, te aviso si te quieres ir, que decidida-
mente no nos vamos. Cuando sintieron ya, debajo de ellos est pasando un
ro de agua; Tezoyotl (y su familia) vivan ah cerquita, con el ruido del agua ya
no estaban contentos, ya estaban preocupados; no se sabe qu ruido es el que se
oye, a lo mejor... O algo as; ya no quedaban conformes... Entonces Popocatpetl
que les habla: No tengan miedo, vnganse. Se arrimaron con ellos y dice: Mira
si ya les estorbaron.
La mujer y sus dos hijos, ah vienen. Entonces est el otro cerrito aqu en
Atlacholoaya, ese nombrado Metzontzin; entonces pasaron junto a l, bueno
como los hijos vienen delante pasaron primero, hasta la seora pas. Pero l co-
mo vena de frente y aqu est Metzontzin, iban pasando y que le habla Tezo-
MITO DEL
TEPOZTECO1
L. Miguel Morayta Mendoza*
yotl y que le dice: Hasta donde van ustedes? Nosotros ya casi llegamos hasta
all adelantito. Nos vamos a cambiar, a ver si nos quedamos a vivir ah. Le dice:
Pero vas muy cansado, no quieres un trago de mezcal?; le dio un trago de
mezcal y l lo recibi, Tezoyotl no bebi un trago, fueron tres; entonces dice:
Ya nos vamos. Pero la seora y sus hijos ya venan cansados y Tezoyotl traa el
bule cuando de repente se dio un porrazo; lo malo es que el bule cay de este
lado, no cay para ac. Por eso el agua casi quiero decir se tir pall! Por eso
ah qued tras de los cerros... ah naci el agua, y si hubiera cado la boca del bule
para ac, entonces nacera el agua, vaya, que sera por Texcala; ah quedaron, ya
se convirtieron en cerros! Ah naci el pozo Chihuahuita. Entonces esa leyenda
desde cuando los ms primitivos la inventaron, hasta la fecha, esa leyenda sigue
y hay un escrito completo, pero como est esa leyenda, por escrito, s, claro!, se
hizo una leyenda de ese Tezoyotl.
Dicho mito fue platicado por mi abuelo a mi padre el seor Simn Tambo-
nero Rey y escrito por Jos Tambonero Tlapa. Este mito o leyenda lle-
3
Compilacin y traduccin de Jos Tambonero, en Tetelcingo, Cuautla, Morelos.
Representacin del nacimiento del Tepozteco, en arco mural de semillas a la entrada de la parroquia de Tepoztln.
234 E N S AYO S T E M T I CO S
va hace aproximadamente 200 aos o dos siglos para que se haya escrito en
papel.
Decan que cierta vez empez la gente a reunirse en las iglesias a hacer ora-
cin. Una pareja de la que ahora se habla, un da el marido se dio cuenta de
que por las noches lo abandonaba su mujer del hogar y empez a preocupar-
se preguntndose a dnde ir? Las primeras ocasiones el marido no le dio
importancia. Su esposa continuaba abandonndolo a su marido. Cierta ocasin
el marido se dijo: La voy a vigilar a donde va siempre. En una noche hizo
como que ya dorma, pero estaba consciente. Su esposa se levanta y sale por
la noche. El marido fue tras ella vigilndola sin que la esposa se diera cuenta.
La esposa al salir camin en direccin de una iglesia en donde se concentran
todas las noches a bailar y a cantar al Seor. El marido al ver la iglesia, para
ver qu es lo que hacan, despus de darse cuenta de todo antes, el marido se
adelant. Se acost como si nada. Al llegar su compaera hizo que estaba dur-
miendo. No le dijo nada, durmieron. Pasaron los das y en una ocasin, como
tenan un hijo, el marido empez a cantarle tal y como cantaban en la iglesia.
Contesta su compaera o esposa a su marido llorando que dnde haba escu-
chado ese canto; ellas no cantan noms porque s. Y le vuelve a insistir otra
vez dnde escuch ese canto. El marido le contesta: Ningn lado, noms lo
invent. Contesta su esposa: Nosotros no noms cantamos porque cantamos;
nosotras cantamos porque se va a perder el mundo; el mundo se va a renovar.
tiene una importancia marcada desde embarazada... la hija, pues. Por que a llevar y llevar; pero que un anciano
la poca colonial. ests as? Quin es tu pretendiente? y una anciana estaban lavando en el
Otra de las hazaas que se relata Cmo entr? Y todo... No, pues ro, cuando ven llega, llega esa caji-
es la de haber puesto en su lugar la no... No hay nadie, ni nadie. Enton- ta; entonces la viejita le dice a su vie-
campana del Palacio Nacional. En di- ces, por qu ya ests embarazada?... jito: Oye viejo, mira esa cajita, qu
ferentes menciones se seala que fue No llevo a nadie... Pero, acurdate, traer?... Porque va a pasar: el ancia-
la campana de la Catedral de Mxico. acurdate... entonces ya no s nada... no, s lo alcanz a agarrar, lo sostuvo
En algunas ocasiones, el Tepozteco es Qu es, entonces? Fjese, viene un y ya. Se escondieron de los dems
un joven y en otras es ya un viejito. Se pajarito, siempre viene y viene, van que estn lavando y fueron a ver la
menciona que la fundacin de Mxi- a ver al rato y ese pajarito, empez a cajita qu contena, porque la dems
co fue en Tepoztln, pero al dejar salir venir, cantaba, se me acerc, lo aga- gente no le hizo caso; el ancianito y
las palomas, ya no fue posible. rr, se dej, y empec a acariciarlo y la ancianita, cuando van rescatando
eso fue todo. Viene, llega y ya... vie- y van abriendo, pues era un beb,
ne conmigo, lo acaricio y me canta y un nio porque viene as. Ahorita
Haba un rey... y tena una hija; en- se va... Entonces, pues como el Rey, dice nos lo llevamos... Y qu
tonces esa hija en su balcn sala y all pues el Rey no quera ser despresti- le vamos a dar?... No... pues, ah
le llegaba a cantar siempre un pajari- giado por su hija, quera conservarla vemos qu le damos... Se lo llevaron
to y se adaptaron los dos, se agarra- siempre doncella y pensaron entre el a su casa, lo comenzaron a cuidar;
ron los dos; y llegaba la muchacha, Rey y la Reina, pensaron y dijeron: ya dej de mamar... de mamar; ya
lo acariciaba, el pajarito, y le cantaba Bueno, y ahora, cmo le vamos a creci, seis aos; ya andaba, ya ca-
el pajarito, y le agarraba, y as... pero hacer? Ms que Dios, nadie va a sa- minaba, ya le deca pap al anciani-
volva el pajarito. Entre eso suceda, ber, y a nadie le vamos a hacer caso... to y mam a la ancianita. Quiero
pues como era hija del Rey, pues no Naci el nio; de que segn naci que me compres, que me hagas mi
la dejaba salir, sino ah encerrada. Y con tantos das de nacido, con varas arco y mi flecha. Como lo quera el
cuando menos la ven, ya estaba em- y con brea. Y bien acontradito la caji- abuelito, pues le prepar el arco y su
barazada. El rey le pregunta a la hija ta, y ah metieron al nio, bien envuel- flecha; no s cuntas flechas le hara.
y a su esposa, y de ah luego sali tito, y lo llevaron, y el ro le empez Ya despus... dicen que andaba des-
M I TO S Y R E L ATO S 235
Y contina con las lgrimas dndose lstima a ella misma por la renovacin del
mundo. El marido le contesta: Ests loca, cmo va a perderse el mundo, cmo
va a renovarse.
Su seora le empez a hablar a su marido de la fecha que va a suceder; ella
se tendr que ir, pero l se tiene que quedar. Le dijo que va a pasar un diluvio,
llover mucho; pero para que a l no le pase nada, le recomend cortar un tronco
de rbol de lo ms grueso posible y lo ms largo posible que haya. En ese tronco
del rbol le dijo que pondra todas sus cosas para que no le falte nada mientras
pasa el diluvio. Le recomend que no saliera del tronco si senta que se mova o
se meneaba, y que saliera cuando sienta que ya el tronco no experimente algn
movimiento.
Pas el diluvio y se estatiz el tronco. Se sali del tronco; al salir vio a la tierra
muy brillante. Observ al salir; vio a la tierra muy brillante. Observ al mar con
grandes cantidades de peces. Este hombre que se salv del diluvio empez a ha-
cer fuego y a consumir pescado. Despus de varios das, Nuestro Padre del cielo
le empez a llegar mucho humo; y empez a preguntarse: Qu estar pasando
all en la tierra?, hay mucho humo quin estar? Llama a un ave, el halcn, y le
ordena a que vaya a ver all en la tierra, quin es el que humea tanto. El halcn
baja a la tierra, ve quin es el que humea tanto. El halcn baja; al darse cuenta
esta persona lo llama al halcn para que lo acompae a comer; baj con l y que-
d en la tierra para no volver a Nuestro Padre del cielo.
calzo, pero hablaba en nhuatl. Ya lito, el pap, ya no quera llevarlo a la barranca del Tepozteco. Y se fue
despus, miraba y tiraba hacia arri- porque, pues era travieso. Pues, en en una loma, en una loma, y con
ba; ya traa una lagartija; con flechas fin, l lo llev, conoci bien por dn- su tambora le empez a sonar. Ah
regresaba con una lagartija, regresa- de caminar, luego regresaron don- van! Ya lo acusaron! Ah van los
ba con un ratn; ya por ltimo ya el de haba una tocata, y luego le dice: policas, y no le tiraban, lo queran
pap o el abuelito, le deca: Bueno, Pap, pues cundo me vuelves a agarrar vivito para quitarle la tam-
dnde vas, dnde tiras o cmo lo llevar?... Pues otro da te voy a llevar, bora. Ya vio que ah van. Pues que
ves?... Yo lo aviento, pero la flecha pero ya no hagas maldades. Dice: se echa a correr, llega hasta la He-
ya sabe dnde llega, y agarra y se No, ya no; me gusta cmo toca la rradura, se sube arriba y empez a
viene. Y su misterio era de l, ya... msica. Luego ya no hizo nada, pe- tocar la tambora, y ah van los que
entonces, que segn ya el chamaqui- ro l sabiendo qu andaba pensando. lo persiguen, llega el que los vio que
to como de unos 10 o 12 aos, lo lle- Entonces, cuando llega a la tercera ya iban cerca, baja de la Herradura
van a la feria de Tepoztln, lo llevan a vez, cuarta vez, llega, pues ya los m- y le corre y se va. Hasta el cerro, an-
la feria a Tlaltenango; en Tlaltenan- sicos ya lo conocieron, ya como que tes de llegar a Tepoztln, el cerro ese,
go, creo en... en el jardn, creo... que confiaron en l. Entonces, que se des- ah se fue a subir, que segn por eso
estaba tocando, as en el jardn, esta- cuidan los de la banda, pasa a arre- esos cerros se ven bonitos, porque
ba tocando la banda de msica... batar, ste agarra los platillos y los l los compuso, al momento, pues te-
Le gust cmo tocaba la banda y empez a sonar. Ya el dueo de los na yo creo que virtud, de que nadie
se suba en el quiosco, y los integran- paltillos lleg y no: No ests tocan- pudiera subir. Ve que est como pa-
tes de la banda lo corran, porque do! Par hasta ah llorando, porque redn, yo supongo.
ahora s, tentaba los instrumentos. hasta dej de llorar; que va, agarra Ya estaban, pero l, como que los
Agarraba y lo corran... entonces, de la tambora y el bolillo, y [palmada] compuso por la virtud que tena. Por
gusto agarraba el bolillo de la tam- a correr. Se echa a correr, y a correr, eso se ven como que estn hechos. Y
bora, lo sonaba y todo... era su abue- pues era chamaquito, y su tambora se subi arriba de los cerros y ya... Ah
lito. Pero era un nio inquieto que y ah van atrs de l, y atrs de l, y va la persecucin: l est tocando...
dice: Pap, cundo me llevas otra no dej, no se dej a que lo agarraran. Ya que van cerca, le corre y ah va... y
vez a donde toca la banda? El abue- Corri por el puente Porfirio Daz, se va hasta lleg all y ya est tocan-
236 E N S AYO S T E M T I CO S
Como no haba respuesta y continuaba con el humo, el Seor del cielo volvi
a llamar a otra ave, ahora un zopilote, y lo envi a averiguar quin es el que con-
tinua humeando, pero para esta ocasin le advirti a que no coma nada all en la
tierra. Baja el zopilote y ocurre lo mismo; se queda en la tierra, y no regres con
el Padre del cielo. Nuevamente el Seor del cielo llama a otra ave que ahora es
una paloma blanca y le dice: Ve all en la tierra y observa quin es el que humea
y regresa; me dices quin es y qu hace.
Esta ave viaja; slo observ quin era y qu hace la persona en la tierra. Al
regresar esta ave al cielo con el Seor, le comunic que era una persona el que
estaba humeando y que se alimentaba de peces. Dicha persona viva sola. El Pa-
dre del cielo le envi una compaera para que vivieran juntos. Pero para que el
compaero no platicase de todo lo vivido en el diluvio, los convirti a ambos en
changos y continu la creacin con otras especies.
El origen de la humanidad4
A travs de la creacin en la que Dios se llev siete das para crear todo lo exis-
tente. Otras tienen que ver con lo del diluvio universal. Otras ms hablan de
4
Tomado de Morayta et. al., 2003: 53.
cmo nuestro padre Adn, junto con nuestra madre Eva, tuvieron que procu-
rarse su sustento, despus de que fueron desterrados del paraso. Nuestro padre
Adn observ a unas hormigas que llevaban cargando unos granos de maz. Esto
lo hizo pensar y decidi sembrar el maz. Conocimos otras ms, pero casi todas
en el mismo tenor con una combinacin de versiones bblicas y mesoamericanas
generalmente fragmentadas.
5
Don Lucio, Cuentepec, 2001. Tomado de Morayta et. al., 2003: 27.
conocerlo. No, esa historia no. Pero su resortera y est arreglando; los tar; era una ardillita, ah est, se est
es que quiero conocerlo, quiero co- dems dijeron: Hay que dejarlo, si riendo la ardillita, le est viendo la
nocerlo. Lleg el momento de que no, nos acaba aqu, como convirti a cara, haciendo sus payasadas. Ya otros
ya era el momento para que le lle- aquel. Como convirti, sigui en la le dicen: Pues aprale. S, empez a
varan ese anciano a Tlantepoztli. No resortera, l sabiendo lo que estaba brincar de all y se aventaba dentro
lo dej el nio: Qu es eso de que haciendo. Por fin llegaron, y cuando del caso y sala por otro lado. Se est
te lleven a ti?, que me lleven a m, a llegaron, Tlantepoztli estaba ham- riendo, es un chamaco; entonces ya
mi abuelo no, pues cmo no. No, ll- briento. Ya llegamos, ya llegamos. despus que se deja un chubasco...
veme a m, primero a m y luego, des- Ya era hora, se tardaron un montn, Yo creo que ya te vas a salir, porque
pus, a mi pap. Los convenci y se yo ya me estoy muriendo de hambre. te vamos a llevar con Tlaltepoztli,
lo llevaron, quin sabe a dnde existe S. Trajimos a ste, pues no dej tiene mucha hambre. Dice: Ah,
ese Tlantepoztli. Se lo llevaron, y en que viniera su pap. Pero trajimos pues denle la prueba! Pero, cmo;
el camino que lo llevaban caminando, ste. No, pues vayan por su pap, denme un cuchillo! Le traen un
iba jugando pues; muchacho, chamaco porque con ste no me va a alcanzar, cuchillo y corta su pajarito, su ner-
travieso, iba jugando y jugando. Uno ste me lo voy a tragar luego. Des- vio con todo y testculos, lo corta.
de los comisionados ya le dio coraje y pus ah, con sus cubiertos llenos de Y llvenle la prueba a Tlantepoztli.
agarra y corta una vara y le pega. Des- agua, cubiertos de lumbre, el agua, Estoy sabroso. Y ya que se van, le lle-
pus que le peg con la vara, a otra para que se cosa. Entonces le dice: varon. No, pues aprense, ste ni me
parte se fue a sentar y comenz a jun- Desvstete tu calzn, tu camisa, tu supo a nada. Ah s, trigamelo! Ya
tar zacatn, y empez a trenzar; si no sombrero, todo, tu morral, djalo ah, tengo hambre. Ya fueron. Dice que
quieres. No, estoy haciendo mi reata y te metes. Le dijo jugando: Ap- s. Bueno, yo solito me voy, pero d-
de lazar; est torciendo el zacate, era rate, Tlantepoztli se est muriendo ganle a Tlantepoz que abra toda su
pues lo que estaba haciendo. Otro se de hambre. Uy, pues dganle que se boca, toda su boca. Que abra para
atreve que le va a dar un varazo, que espere. Ya, aprate. Pues se desvis- que yo entre yo derecho. Abre sus
lo convierte en peasco. te, en la madera, brinca y zas. Vas a ojos, cierra sus ojos, para ver toda
S camin, ya camin. Ya, cuando sentarte del otro lado, en donde est la trompa y l, ese chamaquito llega
a sentar otra vez, ya me cans, sac la lumbre. Al otro lado se iba a sen- en forma de ardilla y se mete por el
238 E N S AYO S T E M T I CO S
Un da Dios pas por el pueblo y vio a una mujer que haca tortillas; l tena
hambre y sed. Pidi a la mujer que le diera un taco y ella no le contesta; vol-
vi a pedirle de comer y ella de mala gana le dio una tortilla con tierra. Eso
disgust al Seor, y por eso convirti a la mujer en piedra caliza y desapareci
al pueblo. Despus tom el metlapil de la mujer y lo meti en el manantial y el
agua no volvi a salir. Entonces el pueblo se mud a un lado del cerro de la cal;
ah est el manantial Azontzompantla. Llamaron al pueblo Tenextitla y desde
entonces llevan ofrendas al manantial, para que no falte el agua de temporal.
Andrs Domnguez Marquina, Cuentepec, Temixco, Morelos. Compilado por Elke Mller.
7
hocico. Pero no vieron que segn, adentro de sus intestinos, us sus vi- campana. Seor, no puede subirla
que esos... esos vidrios los llevaba drios y empez a despedazarlos para l solo. Te llamamos a ti para que le
escondidos y entr con todo y todo... quitar las tripas; para despedazar las ayudes, y esta campana... Le da una
Estando all, despus como pas tripas, ah lo destrip bien; lo hizo en patada, rueda la campana. Le da otra
noms adentro, no lo mastic el pedacitos, y entonces cuando Tlan- patada se compone. Entonces, ah
Tlantepoz, pas noms. Pues no tepoz les dice a sus criados: Qu es donde ya sac sus reatas de za-
me supo a nada. Dice: Vayan por el me trajeron?, ya me hizo dao, ya catn, con la ms pesada y ya lleg
viejito! S, ahorita ya fueron, ahori- me abri la barriga, que me trajeran all, ya llega, ya llevaba su zacatn:
ta vienen. Bueno, est bien, que se a un anciano, ste ya me hizo dao, Yo la subo. Yo no s si Moctezuma,
apuren. Pero antes de eso, cuando el nio. Vinieron los retortijones y no recuerdo quin. Quiere ayudar-
lo llev, antes que lo llevaran, le dijo retortijones. Se parti Tlantepoztli me? Dice: Usted con qu va subir.
a su abuelito o a su pap, su mam; y es cuando se levant el hombre... Yo s cmo. Y aqu est, yo me aplico
les dijo: Yo voy a ir, y voy a comba- No s cmo le hayan platicado eso. solo. Aqu estn los lazos, aqu es-
tir ese Tlantepoz. Pero si durante, en Subi la campana del Palacio de tn los horcones, noms cudenlos.
medioda, salen y si ven humo, este, Mxico. Entonces, con qu los vas a subir?
sale el humo negro y se para bien, S, en pleno da, en pleno da! Dice: Aqu est mi lazo. Las cade-
ya me gan. Pero si ven que la hu- Pero se solt un fuerte viento, las ca- nas, los lazos los revientan. Menos
mareda, se para derecho, tambin sas, todos empezaron a cerrar y que ese zacatn, no te va a servir. Dice:
derechito, pero humareda blanca, ya nadie saliera afuera, porque es que No, yo s lo que hago, djenme y
le gan!: Pero, qu piensas hacer, soltaba el aire. Entonces, cuando l... vyanse a encerrar, pero que nadie
hijo, con eso? Dice: Ya vern qu era porque el que iba a su ser, como salga. Porque el viento y es cuando
voy a hacer. Tengan cuidado en eso. tena virtud... En hablarle l, se lo se puede. Ya lo subi y ya; ah le di-
Dios mediante, no les quite a su hijo, llevaron y vinieron a pedir a Tepoz- jo: Y cuando oigan repicar la cam-
no cuando vieran la humareda se tln, se lo llevaron para Mxico. De pana, ya la sub, ya se salen... y se
para. De ah que, cuando pas eso, all llegaron, entonces cuando: Para juntan aqu y vienen a ver mi tra-
con la ardillita, la ardilla se lo trag qu me quieren? Dicen: Te quere- bajo. Pues que s... Cuando encerr
el Tlantepoz, y ste conforme lleg mos para que nos ayudes a subir esta toda la gente y ya empez el airona-
M I TO S Y R E L ATO S 239
Le dicen Muro Viejo porque todava se ve una casa hecha de muro de piedra
y se supone que es una iglesia antigua. Nuestros antepasados hicieron este muro
cuando vivan all.
Por qu ya no se encuentra Cuentepec all? Se dice que un hombre que vi-
va en Kuentepetzin se llamaba Sebastin y un da decidi irse a vivir donde
hoy en da se encuentra ubicado Cuentepec.
En esta zona hay varias lomas y Cuentepec queda en aquella por donde sale
el sol, mientras Kuentepetzin queda al otro lado, donde se mete el sol.
Algunas personas dicen que Sebastin se vino a vivir por aqu porque el lugar
era ms grande que la otra loma y ms plano. Otros dicen que se vino a vivir por
aqu simplemente porque le gust el lugar. Adems, Sebastin ya saba que iba a
haber mucha gente y no toda esta gente hubiera tenido espacio en Kuentepetzin.
Entonces nuestros antepasados trajeron al hombre que se llamaba Sebastin
a Cuentepec. Y toda la gente que viva en Kuentepetzin le sigui. Y empezaron a
vivir donde ahora est Cuentepec.
All donde est el Muro Viejo viva tambin un hombre que se llamaba Mi-
guel. Y despus l tambin se cambi a Cuentepec. La gente dice que as empe-
zaron a vivir aqu donde vivimos hoy.
Ahora adoran a Sebastin y a Miguel como santos, y cada ao les hacen su
fiesta. A Sebastin le hacen su fiesta en el mes de enero y a Miguel en septiembre.
Ahora mucha gente siembra donde est el Muro Viejo y se da mucho maz.
zo, y l subi la campana. Cuando lomas dos cajas, dos huacales grandes traan los huacales ya no presentaron
oyeron, ya est sonando la campa- llenos de palomas. Pues que s. Pas. ms palomitas y las plumas nada ms.
na. Se junt rpido la gente, el aire Fue a la llave, empez a llenar su Les dijo a los que traan: Para que se
se calm. Entonces cuando oy a la cntaro; fue cayendo el agua y no se les quite, todo el tiempo van a andar
gente, les dice: Pues ya no me gus- puede llenar el cntaro. Segn de cargando esos huacales. Con eso se
t cmo qued. Porque este sonido Mxico mand el agua para el Te- van a mantener, porque le echaron a
llega hasta el cielo y ensordece a mi pozteco y de ah, ya lleno su cnta- perder el oro que yo les tena. Unas
padre. Vayan a esconderse otra vez, ro, lo tap. Agarr sus cosas: ahora palomas quedaron en Tepoztln y
la voy a bajar, le voy a amarrar la s, ya me voy. Y mand a traer los otras bajaron all.
boca, que ya no suene. Pero ya con- de Tepoztln, llegaron los enviados
fiados, la gente se fue, se fue a en- y llvense estas cajas, pero no los va-
cerrar, y les dijo: Cuando oigan que yan a ver, porque si los abren ah us-
ya suena la campana, entonces sa- tedes saben. Se los cargaron. Pero
len otra vez. Se fueron y comenz qu cosas llevas, hacen ruido adentro,
el aironazo; baj la campana, cmo no dejan los huacales, qu cosa, qu
le baj el tono y el sonido? Quin cosa llevas? En el trayecto del cami-
sabe? Vuelve a subir y se mece con no, qu pas? Curiosos descansan:
la campana. Ya la gente se junta. Y Vamos a ver qu lleva. Qu lleva.
entonces que le van a pagar. Bueno, Que abren un poquito, pasan a salir
ya viniste a trabajar. Les voy a pedir las palomas. Salen las palomas: que
una cosa llevaba su cntaro, una unas se fueron, quedaron en Tepoz-
cosa les voy a pedir nada ms. Quie- tln, otras bajaron all, que segn
ro dos huacales de palomas, quiero por eso, el plan del Tepozteco era
que me llenen de agua este cantarito. Mxico; Mxico no iba a ser Mxico.
Quieres agua? Pues ah tmala, ah ste iba a ser en Tepoztln. Su padre
est la llave, ah llnala. Ah, bueno no le dej, no se le hizo. Ya cuando
dijo, pero me preparan mis pa- llegaron a Tepoztln, pues los que
240 E N S AYO S T E M T I CO S
El brujo y el pobre8
Que ste era un hombre pobre, pobre, pobre, que no tena qu comer. Y tena
un compadre, pero ese compadre era Chichtztli; entonces que le dice a su amigo:
este... andas as porque t quieres... Contesta el otro: Compadre, pero cmo
voy hacer para quitarme de pobre? Si te decides y quieres, yo te voy a decir
cmo. Entonces l, como que quera y como que no, y no le resolvi. Por fin, ya a
la de tres veces que le dijo, el compadre Chichtztli se decidi y le dijo: Te espero
all en la casa, y all te voy a decir cmo le vamos a hacer, cmo le vas a hacer. Y
s, ya empezando a oscurecer, lleg el compadre en casa del brujo y ya le dijo. Le
dice: Mira, vamos a salir de aqu y vamos, te voy a platicar en tal parte. Qu es
lo que vas a hacer y cmo le vamos a hacer. Y s, el otro, el compadre agarr y se
fue. Llega el compadre Chichtztli, le empez a decir: Revulcate. El otro compa-
dre no quera: No, pues, te digo que te revuelques. Entonces, que se revuelca; al
revolcarse, cuando se levanta, ya no era humano, ya era un burro. Entonces, dice:
Ahora vmonos, vente, y los dos se convirtieron en burro. Se fueron, se lo llev.
Antes de entrar a un pueblo, le deca: Vamos a entrar a ese pueblo, revulcate
otra vez, y se revolcaba y se converta en gato; el otro se revolcaba y se converta,
se converta en gato. Y as, los dos fueron. Cada pueblo iba pasando, iban ha-
ciendo para poder pasar, en gato, en perro y se fueron. Ya llegaron a Mxico y ya
se convirtieron, convertidos pues en gato. Ya llegaron a un banco y le dice:
Ahora, revulcate. Otra vez, se revuelca el compadre. Ya cuando se revolc se
convierte en pulga, pulga...
Aj, y el otro se revuelca y s, ya los dos eran pulgas. Entonces, dice: Ahora,
mtete, y entraron por la rendija, el zagun o el portn que era y se meten.
Cuando entran, dice: Ahora, prate a buscar el dinero, busca el dinero, rpido
y yo tambin voy a buscar. Y s, dice: Pero te vas a llevar lo mejor, no vayas a
llevar una mugre, te vas a llevar lo mejor. Se refiri a los billetes ms pesados. Y
s, cuando pas eso, ya hicieron cargas, se salieron en forma de pulgas. Salieron.
8
Narrado por Marino Cedillo, Coajomulco, Huitzilac, Morelos. Recopilado por Alfredo Paulo Maya, 2002.
M I TO S Y R E L ATO S 241
Y salieron del banco y ya, se revolcaron otra vez, se revolc uno y luego el otro. Y
ya, se convirtieron nuevamente en burro. Y all van. Y se regresaron, nuevamente,
llegando a orillas de un pueblo, se revolcaban y se convertan en gato o perro y
as se vinieron hasta que llegaron a su pueblo. Ya cuando llegaron a su pueblo,
ya eran burros. Y ya se revolcaron otra vez y se convirtieron en ser humano, y
as lo hicieron. Varias veces fueron a robar. Entonces el compadre, el que estaba
de aprendiz para Chichztli, quiso ganarse la ventaja l solo. Y lo hizo; entonces
cuando va y llega a otro banco y roba, pero en eso se le ocurre devisar parriba,
y al devisar parriba, pierde esa virtud de ser pulga y se convirti en humano. Y
ah qued atrapado. Por devisar para arriba. Entonces el otro compadre se dio
cuenta y que va y que lo va a sacar. Ya lo sac y ya, lo trajo, y ya; lo rega; que por
qu devis para arriba. Y por esa causa, pues, se convirti, por divisar para arri-
ba se convirti en ser humano. Ah termina ese cuento que me platicaron ayer.
El nacimiento de Zapata9
Llegaron de lo alto una seora y un seor, a casa de una mujer que estaba molien-
do para llevarle de comer a su marido en el campo. Y le dijeron: Qu hacemos,
te ayudamos? Pero mira, el muchacho todava lo tienes chiquito en tu barriga.
Entonces ya nacer. Maana venimos otra vez a esta hora.
Al otro da llegaron y le dijeron: Mira, ya venimos otra vez. Y dndole un
libro, le dijeron: Este libro no lo vas a dar a tu abuelo, ni a ninguno. Este libro lo
vas a dar a tu hijo cuando nazca. Va a nacer Zapata!
Entonces dicen: Va a ser nio, no mujer. Va a ser valiente contra los espao-
les, los va a correr pa su rumbo! T te quedas aqu!
Bueno, lleg el da y naci el chiquito. En la cabecera del nio, en su almohada,
ah lo tena y nunca le dijo a su marido; lo tena en su cabecera.
La hora en que llegaba ese da, eran las doce: quin iba a dar de comer a su
marido que estaba trabajando en el campo? Le est dando a la milpa y le dicen:
Ya llegar hora en que sea un hombre, no se lo vayas a dar de nio. Se lo tienes
que dar cuando sepa guardar los papeles. Bueno, as lo hizo, lo puso en su al-
mohada debajo de su cabecera, pero la mam no se dio cuenta qu cosa deca el
libro, porque los ngeles que llegaron a medioda as se lo dijeron.
Ese mismo da en que llegaron y le dijeron en sueo: Tu hijo no se va a morir,
ninguna bala le va a pegar, l va a ser valiente contra los espaoles por las tierras
que estn agarrando, los va a correr de todas las haciendas.
Y llega el da en que Zapata se hizo hombre. Tena 19 aos cuando su mam
sac el libro de donde lo guardaba y le dijo: Hijo, aqu est tu libro.
Zapata le pregunt: De dnde lo agarraste?
Y le contest su mam: Slo Dios sabe, gurdalo. Yo no s, aqu est el papel.
Lo guardas, no se lo fes a ninguno! Tienes que guardar este libro.
Zapata le contest: Est muy bien, mam!
Se puso en un rincn para mirar el libro y dijo: Est bueno, empezar la
Revolucin!
9
Fragmento del mito narrado por Agustn Gadea, Tetelcingo, Cuautla, Morelos, 1991. Recopilado por Alfredo
Paulo Maya.
Cuachalalate, planta utilizada en la medicina tradicional en Morelos
C A P T U L O 1 4
L
a gran mayora de los investigadores que han estudiado aspec-
tos del proceso salud/enfermedad/atencin en las comunidades indge-
nas del estado Morelos (implcita o explcitamente) han hecho referencia
a la cosmovisin mesoamericana (de origen prehispnico) en base en la mane-
ra de pensar la salud, la enfermedad y la curacin.1 A partir de la calidad de lo
fro y lo caliente, la creencia en espritus y el accionar de seres sobrenaturales
(aires) se han analizado las prcticas teraputicas de los pueblos indgenas, aun-
que en las dos ltimas dcadas del siglo xx, algunos autores han sealado que
la medicina tradicional es el resultado de la fusin de creencias prehispnicas
y coloniales.
En trminos generales, la mayora de los estudios han concluido que en los
pueblos indgenas de Morelos la salud es entendida como una relacin armnica
entre las partes fsicas y espirituales del cuerpo, la polaridad fro-caliente, las
emociones, las normas sociales y los seres sobrenaturales. La ruptura de dicha
armona produce la enfermedad.
El esfuerzo, que se ha hecho por tratar de demostrar la continuidad de las
creencias mesoamericanas-prehispnicas respecto a la salud y la enfermedad, ha
restado importancia al anlisis de las transformaciones que dichas nociones ex-
perimentaron a travs de la historia. Dentro de esta tendencia no se abord la
influencia que la biomedicina tiene sobre la medicina tradicional; no se explica
cmo los conceptos sobre la salud y la enfermedad de origen prehispnico se han
transformado y dado origen a nuevas representaciones.
Es importante destacar que si bien los investigadores han dado evidencia de
que los recursos de la medicina tradicional se rigen por principios conceptuales
diferentes a los de la medicina moderna, sus modelos explicativos, desde los
cuales han analizado las representaciones y prcticas teraputicas, como pueden
ser los modelos y sistemas mdicos, el complejo cultural mesoamericano y las
medicinas alternativas, han subordinado esta manera de entender las cosas de
los propios actores respecto a la forma en que perciben y explican lo que cura y
lo que enferma.
* Investigador del Centro inah Morelos, Proyecto Etnografa de las Regiones Indgenas de Mxico en el Nuevo
Milenio.
1
lvarez, (1987), Baytelman (1986), Ingham (1983), Bentez (1966), Lewis (1976), Zolla y Castaeda (1989), Paulo
(1990) y Von Mentz (1995).
243
244 E N S AYO S T E M T I CO S
Modernidad y tradicin juntos en las plantas que curan en la feria de Cuaresma de Tepalcingo.
LO QUE CURA Y LO QUE ENFERMA EN LOS PUEBLOS INDGENAS DE MORELOS 245
Lectura de mizcotn
con copales.
248 E N S AYO S T E M T I CO S
Nio coronado en el
santuario a la usanza
prehispnica.
E
l conjunto de trastornos fsicos y emocionales causados por
los aires, enfermedad de filiacin nahua, representan un desequilibrio de
la dicotoma fro-caliente en que se comprende la salud y la energa en la
medicina nhuatl, ya sea prehispnica o dentro de su situacin actual. Los aires
o los vientos corresponden a influencias asimiladas por los enfermos, mismas
que pueden provenir de personas, animales, plantas, objetos que puedan reflejar
o emitir esas influencias, o que sean mandados directamente por dioses, nme-
nes o dueos de los vientos, causando en quien los absorbe un rompimiento de
su equilibrio fsico y emocional, que se verifica por su condicin de calor o fro
en el funcionamiento del organismo.
Si la salud representa un estado de equilibrio entre lo fro y lo caliente, am-
bos conceptos corresponden al efecto o ritmo de actividad del metabolismo y al
nivel aproximado de concentracin y densidad de los fluidos orgnicos y la con-
dicin de los conductos y glndulas, as como de las diferentes estructuras del
organismo entero. En este sentido, lo fro y lo caliente representan un nivel de
actividad. As, la sintomatologa refleja en el enfermo, a travs del calor, el efecto
de las mltiples reacciones qumicas simultneas dentro del organismo, y sus
variaciones y lmites en los extremos de ambas condiciones. Si esto sucede en
el ambiente interno y se expresa externamente a travs de las manifestaciones,
interpretadas desde la cosmovisin, por otra parte estn los factores externos,
especialmente el viento como influencias que modifican el ambiente interno,
penetrando al organismo y rompiendo el equilibrio. Se trata, pues, de una po-
lientidad que puede ser producida por causas naturales o sobrenaturales.
La sangre, el abdomen, el cerebro, el corazn, los pulmones, el rin y las arti-
culaciones son habitualmente, segn la causa o etiologa, las partes ms afectadas
del organismo.
251
252 E N S AYO S T E M T I CO S
El viento mueve al aire y el aire lo remueve todo. El viento existe tanto afuera
como adentro de nosotros. El viento tiene sus dueos. El viento de afuera es
mandado por sus dioses, sus seres sobrenaturales. El viento precede a muchas
cosas. El viento remueve el calor del sol y lo cambia por fro o por sequedad. El
viento de afuera puede tener varias direcciones y varias intensidades. El viento
interno nos enfra o, eventualmente, nos calienta, pero en cualquier caso el re-
sultado es extremo. El viento afecta a unos y a todos a la vez. El viento interno
puede emanar incluso hasta dispersarse o fugarse. Despus, entrarnos fro.
El viento es el puente de enlace que liga al mundo sobrenatural con el na-
tural y provoca la intuicin de su coexistencia, su necesidad mutua. El viento
como fenmeno fsico es mayor y superior al hombre, mientras que el viento co-
mo fenmeno de pensamiento mgico-religioso parece sealarnos que detrs de
la ideologa est el conocimiento que la ha construido. Como fenmeno objetivo
de correlato semiolgico de enfermedad, desde dentro de la cultura, es un fen-
meno de alta frecuencia en la patologa de la vida indgena.
En un sentido fisiolgico, el viento es una especie de sustancia vital que des-
pide el cuerpo; esto es, una entidad anmica conocida como tonalli. El viento
tambin es Ehcatl, o Seor del quinto da.
L O S A I R E S Y L O S V I E N T O S : E N F E R M E D A D E S F R A S Y S U S T R ATA M I E N T O S H E R B O L A R I O S 253
En principio, entre las plantas medicinales que se usan contra los aires, es-
tn las plantas calientes. Pero de entre ellas las que usamos para los dolores de
fro, es decir, aquellos dolores que son resultado de la disminucin de activi-
dad, de movimiento, los dolores que entumen, que engarrotan, que nos quitan
la destreza, la habilidad y la tornan torpeza, rigidez, pasividad, apata, desgano,
prdida de la vivacidad, de la agudeza del pensamiento, los dolores que proce-
den de las preocupaciones que nos enferman, los inframundos de la depre-
sin, de la tristeza sin esperanza, de la vaciedad despus del enojo extremo,
los dolores de fro intenso, de la depauperacin personal cuando perdemos las
ganas de luchar o de seguir adelante. Los dolores fros que nos roban el opti-
mismo, la confianza. Los dolores viejos de la amargura, del pesimismo, de los
pensamientos ms oscuros y ms secretos de la conciencia, de las emociones
que nos pierden, del fro que produce la prdida real del tonalli, de la vitalidad y
de la luz personal.
Las plantas calientes que aumentan la fuerza, la vitalidad, que contribuyen a
devolvernos la confianza, a soltarnos, a arriesgar all donde antes nos retraamos,
donde los miedos marcaban el paso y limitaban la libertad de osar, de arriesgar,
de aceptar la realidad con sus riesgos, de aceptar incluso la adversidad sin perder
la risa, la esperanza; sas son las plantas que alejan los aires, las que nos dejan
ver, las que devuelven el movimiento, las que nos aceitan las cuerdas, las que
dispersan los nudos que se forman en la carne, en los msculos. Por ello, porque
son muchas, hay que distinguir sus acciones, saber combinarlas, saber cmo y
dnde administrarlas.
Entre las plantas que se distinguen por activar el calor interno estn los lla-
mados tlacopatli, especies del gnero Aristolochia (Aristolochia brevipes, Aristo-
lochia taliscana, Aristolochia maxima, etctera) tambin conocidas vulgarmente
como guacos. Sus usos teraputicos pueden ser tanto ingeridas como aplicadas
exteriormente sobre las reas de dolor. El retiro del tlazol, es decir, la basura
del cuerpo, es decir, la energa oscura, la sombra del pensamiento, el mal que
contamina el pensamiento, se da con la dispersin de ese fro mediante el for-
talecimiento de lo luminoso, es decir, del calor en las intenciones, del resta-
blecimiento del calor innato de la persona, retirando el fro de la angustia, del
temor, de la inestabilidad, de la debilidad en la conducta humana y todas sus
formas de transgresin. Es por ello que las enfermedades o trastornos rela-
cionados con esta condicin incluyen los trastornos propiciados por terceros,
como el mal de ojo, susto, el fro de la culpa; tras la transgresin, tanto en el
transgresor, como el transgredido. Esto presupone que el viento o aire es
el medio para provocar la salida del calor innato y meter el fro y la declinacin
de la fortaleza interna. Un ejemplo de ello est en que el aire (fro) puede pe-
netrar en la cara de una persona despus de salir de una habitacin caliente, o
de una condicin de calor excesivo en la persona, tras salir al aire o al viento
fro de la tarde o de la noche. El fro se verifica en la sintomatologa de la es-
pasticidad y el dolor, como en la llamada parlisis facial, designacin moderna
de un trastorno por aires o viento. Lo mismo puede suscitarse con algunos
casos de convulsiones sbitas tras el fro producido en el convulsionante, tras
sentirse abandonado emocionalmente o traicionado, y sentirse solo y temeroso
L O S A I R E S Y L O S V I E N T O S : E N F E R M E D A D E S F R A S Y S U S T R ATA M I E N T O S H E R B O L A R I O S 257
E
l mizcotn es una enfermedad de predominio infantil, que
tuvo amplia difusin en los grupos indgenas del estado de Morelos, ac-
tualmente reducida a las poblaciones de Coatetelco, municipio de Miaca-
tln, y de Cuentepec, municipio de Temixco. Sin embargo, existen antecedentes
de ella en las comunidades de San Juan Tlacotenco, Santa Catarina y la cabecera
del municipio de Tepoztln. Tambin hay datos recientes de su presencia en
Xoxocotla, municipio de Puente de Ixtla, en Atlacholoaya y Alpuyeca del mu-
nicipio de Xochitepec. En Tepoztln y Cuentepec esta enfermedad es conocida
con el nombre de mizton o mizcotn; en las dems localidades mencionadas se
le da el nombre de escapulario, pero reconocen que anteriormente se le conoca
como mizcotn.
Mizcotn es una palabra compuesta de mizton, proveniente del nhuatl que
significa gato, y otra en espaol, cotn o gabn. Entre los pobladores de San-
ta Catarina, municipio de Tepoztln, le dan el significado de gabn del gato.
Cuando un nio presenta caractersticas clnicas definidas por ellos, mencionan
que este nio quiere gato, quinequi mizton, y por lo tanto el tratamiento estar
destinado a restituir esta falta del nio. Con el trmino mizcotn se denomina
a la vestimenta del gato, a la vestimenta que se le pone al nio como parte del
tratamiento, pero tambin a la enfermedad misma.
Esta enfermedad tiene importancia sanitaria y cultural porque expresa,
en los portadores infantiles, una desnutricin dentro de un contexto cultural
que le confiere particularidades tanto para el diagnstico como para el tra-
tamiento. Adems, este contexto cultural permite la confluencia de concep-
ciones indgenas antiguas respecto al fenmeno salud-enfermedad-atencin
con la medicina oficial actual. Es de subrayarse que en el mbito sanitario
estatal ha llamado poco la atencin y la preocupacin por investigar los
padecimientos dentro del mbito de la medicina popular indgena del estado
de Morelos.
* Mdico pasante de la maestra en antropologa y ex miembro del Centro INAH-Morelos. La informacin con la
que el autor elabor este artculo, la obtuvo durante su servicio social como mdico en la comunidad; en su participa-
cin en el proyecto Actores de la Flora Medicinal y sus investigaciones particulares, desde que dej de participar en el
proyecto citado.
259
260 E N S AYO S T E M T I CO S
Curacin de mizcotn.
264 E N S AYO S T E M T I CO S
Curacin de mizcotn:
presentacin de los alimentos
para la curacin (izquierda); el nio comienza a tomar las galletas y los dulces y los come. Para esto los hom-
escapulario; elemento bres que estn afuera del cuarto rasguando la puerta producen ruidos
utilizado en la curacin del
mizcotn (derecha). similares al de los gatos: miau, miau. Con los tomates y chiles la madre hace
una salsa, la cual comer el nio posteriormente. Al terminar esta ceremonia se
echa un cohete para espantar al gato y se sirven bebidas embriagantes; bailan y
despus se les ofrece mole verde. En Santa Catarina existen otras variedades de
esta enfermedad, y son: cuando el nio quiere pollo, quiere carne de res o quiere
codorniz. Como parte del tratamiento el enfermo comer, hasta saciarse, carne
de esos animales.
En Cuentepec, para tratar al enfermo se busca un padrino o madrina. En esta
seleccin tambin participa el santo productor de la enfermedad. Para saber si es
el padrino o madrina adecuada, stos acuden a la casa del enfermo y le colocan
listones rojos en las muecas de las manos y en los tobillos. Mientras realizan
esta ceremonia le echan al enfermo humo de copal. Si el enfermo siente mejora
en las horas siguientes se avisa a los padrinos para que se preparen para la cere-
monia; de no ser as, se buscar a otros padrinos hasta encontrar los adecuados.
Si el enfermo no mejora se interpreta que los santos no queran ese padrino. El
da de la ceremonia los padrinos acudirn con la ropa roja y el escapulario, los
cuales se pondrn al enfermo y portar durante ocho das. Una vez terminada la
ceremonia los asistentes bailarn y bebern bebidas embriagantes. Despus se les
ofrece una comida de mole verde.
En Coatetelco, una vez realizado el diagnstico por el curandero, los familia-
res del enfermo buscan a los padrinos para esta ceremonia y les indican el da
en que se llevar a cabo. A su vez los padrinos invitan a familiares y amigos para
EL MIZCOTN: UNA ENFERMEDAD CARENCIAL ENTRE LOS GRUPOS INDGENAS DE MORELOS 265
El nio enfermo de mizcotn muestra prdida de apetito, irritabilidad y tristeza, entre otros sntomas.
266 E N S AYO S T E M T I CO S
El nio recibe de su padrino el escapulario, acto que precede el baile y el consumo de alimentos por parte del nio enfermo (arriba-izq.); el mole de pipin
es ofrendado a San Antonio y Santo Domingo para que sacien su apetito (arriba-dcha.); padrino en la ofrenda (centro-izq.); se tiene la creencia de que el
santo se impone en el nio, como una forma de exigir una ofrenda en su honor (centro-dcha.); padrino comparte la bebida entre los familiares del nio y
sus amistades (abajo-izq.); el nio que se muestra contento, se asocia con la curacin del mizcotn (abajo-dcha.).
EL MIZCOTN: UNA ENFERMEDAD CARENCIAL ENTRE LOS GRUPOS INDGENAS DE MORELOS 267
El nio que enferma de mizcotn es el centro de atencin de sus familiares y amigos durante el tiempo que dura el ritual, as
las tensiones intrafamiliares aminoran temporalmente.
268 E N S AYO S T E M T I CO S
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En todos los lugares estudiados se dice que esta enfermedad proviene de tiempos
antiguos. En Coatetelco se comenta que en una ocasin le destaparon la cara a
Santo Domingo, imagen que se encuentra en Atlacholoaya, lo que origin que
muchos nios murieran.
Don Hernando Ruiz de Alarcn (1988 [1629]), al referirse al sortilegio de las
manos, menciona que los curanderos eran consultados por los indgenas para
saber quin les provocaba la enfermedad, resultando con frecuencia que eran los
santos de origen espaol.
Don Hernando tambin menciona que no slo los santos eran productores de
enfermedades, sino tambin los que ellos tenan por dioses, como las nubes, los
cerros, los ros, el aire y el fuego (Ruiz de Alarcn, 1988: 161). Cuando el enojado
era algn santo, trataban de contentarlo de la siguiente manera:
EL MIZCOTN: UNA ENFERMEDAD CARENCIAL ENTRE LOS GRUPOS INDGENAS DE MORELOS 271
Conclusiones
Agradecimientos
Singularidades de la tradicin
cultural nahua
E
n este apartado del Atlas mostraremos algunos elementos
que aun siendo parte de la tradicin cultural nahua en general y que son
compartidos por muchas comunidades en diferentes regiones del pas, en
la mayora de los casos tienen un sello particular en Morelos. Dichos elementos
distinguen a las comunidades de una regin de otras, ya que van adquiriendo
formas, contenidos y significados distintivos de familias, comunidades y regiones
de la tradicin cultural nahua en Morelos. Vestimentas y arreglos personales, las
formas y la distribucin de los espacios de las casas, las escenografas y las coreo-
grafas de las danzas, formas de preparar alimentos cotidianos y ceremoniales,
composicin de las ofrendas, las maneras de practicar los rituales, entre otros, a
la vez son manifestaciones de las ideas constitutivas que orientan a las culturas
locales y regionales de la tradicin nahua; son producto de largos procesos de
persistencia y cambio.
Aqu se mostrar cmo las vestimentas tradicionales son en s mismas un
producto de uno de los procesos de persistencia y cambio aludidos, como los
huipiles de las mujeres tetelcingas que son muy singulares en comparacin a lo
que se usa en todo el pas, pero que lejos de tejerlos en la comunidad, a veces son
telas finas compradas en la tienda de Liverpool. Por otro lado, las enaguas de las
mujeres de Hueyapan s son tejidas por las mujeres con tal minuciosidad que
tardan mucho tiempo en hacerlo. Al casarse una hija, su madre le regala a ma-
nera de herencia una enagua. Las vestimentas de tradicin nahua en Morelos
no slo marcan diferenciacin, pertenencia e identidad; algunas prendas tienen
una funcin y un significado anclado en ideas y conceptos de cosmovisin, como
las fajas de Tetelcingo.
Las casas son estructuras y espacios con una gran flexibilidad en su distribu-
cin y manejo, pero a la vez conllevan significados que las estructuran segn cier-
tos patrones. Los materiales, las formas, los altares, los graneros y aun los fogones
o tlecuiles de las cocinas, tienen funciones y significados especiales en la vida de las
familias y grupos domsticos.
Las danzas tradicionales, incluyendo las de carcter teatral, generalmente
ligadas a las ceremonias y rituales en las comunidades, se describen aqu en
su dimensin como rituales, como historias y como identidades. Se presentan
algunas de las danzas ms comunes y se destaca su perspectiva ritual, histrica
o identitaria.
275
276 E N S AYO S T E M T I CO S
El significado de la vestimenta
en Tetelcingo
Tirso Clemente1
Desde la poca prehispnica hasta 1870, las mujeres y los hombres se vestan con
prendas de manta y cuero de venado.
En Tetelcingo se cultivaba el algodn yechcatl (yehkaf ) y, adems, manufac-
turaban en tela de manta tzotzomahtle (zozomfe), material parecido al yute
cemuoyotl (semuoyof ), estambre chuchohmetl (huhmef ), hilo de estambre
yecpatl (yekpaf ), bolas de estambre yecpateme (yekpateme) con diferentes colo-
res: rojas chichilteque (hihilteke), anaranjadas aloxoxteque (aloxoxteke), amarillas
cuosteque (kuosteke), verdes xoxocteque (xoxokteke), azules nehnexteque (nnex-
teke), ailes onilteque (onilteke), violetas teyoyohtec (teyoytek), rosa tlapal che-
pacteque (fapal hepaktek), etctera. Tambin se han industrializado las fajas de
estambre puoxahme (puoxme) que usan las mujeres de un solo color, de varios
colores o con colores del arco iris okuncemuonutl (okunsemuonuf ).
En este pueblo se sembraba maguey metl o memetl (mef o memef ) y se indus-
trializaba en lazos pececteque mecame (pesektek mekame), hondas tietemuotlame
(tietemuofame), mecapal mekapalenfe (mekapalenfe), redes yichoyo chamactle
(yih oyohamakfe), cinchos o fajas de lazo yich palteme o yich puxahme (yih pal-
teme noso yih puxme), morrales kuol puxahme (kuol puxme) y guaraches
cacme (kakme). Tambin se cultivaban los tecomates tecunmame (tekunmame)
Tepalcingo, lugar donde los
morelenses obtienen sus 1
Profesor de nhuatl del CELE (UAEM) y lder en su comunidad, Tetelcingo, Morelos.
jcaras para uso diario y
rituales.
S I N G U L A R I DA D E S D E L A T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 277
La jcara, al ser colocada en la cabeza de una mujer, la identifica como anfitriona de una fiesta o ritual.
278 E N S AYO S T E M T I CO S
Significados
Vestimentas
El kuotuntle (kuotunfe) o cotn y el cuieyetl (kuieyef ) o chincuete. Simbolizan el
maz ancho morado, negro o azul; alimento para los seres energticos (el aire);
el viento, las nubes, las montaas y el cosmos o universo; dentro de la sociedad
simboliza la nobleza, el poder, autonoma e independencia. Ixcacles, calzado de
tradicin centenaria para
vivos y muertos.
280 E N S AYO S T E M T I CO S
Objetos
Xikalentle (xikalenfe). La jcara roja, azul, verde o color rstico se usa para pro-
tegerse de la luz solar o del calor; cuando la mujer se pone la jcara en la cabeza
significa felicidad, amor, fiesta, unidad, conocimiento, dignidad, lealtad, sabidura,
magia para el bien y poder, autonoma; tambin en la filosofa simboliza la mujer,
el sol y el planeta viviente.
Caktle (kakfe). Camino, peregrinacin, espritus en existencia, viaje astral. Sig-
nifica canto, baile, aviso, mensaje, unidad, smbolo o espritu de la Luna, el hom-
bre y la vbora de cascabel.
Zozonahtle (zozomfe). El manto significa fiesta religiosa en compromiso; a la
persona que le colocan en la espalda este manto le llaman tlamuomteka, que sig-
nifica que para el siguiente ao l est comprometido en hacer la fiesta religiosa.
Esto se lleva a cabo nicamente en las fiestas religiosas denominadas tlalbekextile.
2
Investigador del Centro INAH Morelos, proyecto Etnografa de las Regiones Indgenas de Mxico en el Nuevo
Milenio.
ga, y que se distribuye hacia los cuatro puntos cardinales; as pues, se crea que
las mujeres que se dedicaban al tejido de las fajas obtenan el conocimiento para
esta tarea al experimentar la muerte temporal y generar un estado espiritual que
les permita trascender sus lmites corporales para poder acceder al centro de la
Tierra y adquirir as los conocimientos, que a su vez le permitan tejer las fajillas
o protectores sagrados de la fuerza divina de la mujer, que como se ha indicado
se ubica en el vientre, y en particular se manifiesta a travs de su ombligo.
Cabe sealar que, en trminos biolgicos, el ombligo es un conducto que per-
mite alimentar y nutrir al feto y as transmitirle la fuerza vital. Tambin corres-
ponde a nuestro centro de gravedad. As, todo elemento o vestimenta que resalte
la zona de la cintura, como el ombligo, se considera una representacin de lo
que marca la escisin entre lo racional y las decisiones o la voluntad (arriba de la
cintura, en particular, la cabeza) y lo emocional (debajo de la cintura, que com-
prende la zona genital reproductora). De la misma manera, el ombligo por
analoga con el centro de la Tierra es la fuente a partir de la cual irradia y se
distribuye la fuerza divina.
3
Palegrafa nacida en Hueyapan, Morelos. Colaboradora en el equipo Morelos del proyecto Etnografa de las Regiones
Indgenas de Mxico en el Nuevo Milenio y ex miembro del Centro INAH Morelos.
parte de enfrente lo adornan con encaje y unas alforzas o pliegues verticales que
lo hacen ver ms lujosa.
El tzincueitl=tzohmigueitl=chincuete o falda es de lana color azul ail, marino
casi negro; sta es elaborada y teida completamente a mano; desde el corte de
lana al borrego y el teido, hasta la formacin de la pieza que es tejida en telar
de cintura. Es de dos piezas unidas en ambos lados para hacer un crculo y larga
hasta los tobillos.
Para colocrsela se meten al crculo y empiezan a hacer la parte de atrs que
son como tres o cuatro tablones o pliegues encontrados y encimados, quedando
un poco abultado, lo que adems da elegancia; tambin sirve de acojinamiento
cuando se sientan en algo duro; y con el resto de la pieza van circulando la cintura
con aproximadamente seis tablones o lo que alcance alrededor de ella, que van
deteniendo con la faja que alcanza a dar dos vueltas a la cintura, quedando bien
sostenida o apretada para evitar que se caiga.
Debajo del chincuete llevan unas enaguas blancas (tlanigeitl=naguas de deba-
jo) de tela comprada, ya sea manta o popelina, hechas en mquina de coser con
pretinas de la misma tela y con tira bordada en la orilla; esto les sirve de fondo.
Algunas de las mujeres que todava usan el vestuario, ya no visten el chincuete
de lana, sino que ahora ya compran la tela negra de casimir, simulando al de lana
tejido en telar de cintura.
Cabe comentar que cuando una mujer est embarazada, no tiene que usar
ropa especial, pues la amplitud del chincuete y de la faja les permite ir aflojan-
do poco a poco conforme va creciendo el vientre; sucede una cosa muy cu-
riosa: saben protegerlo tan bien que casi nadie nota cuando una mujer est
embarazada.
El payo (rebozo)
Se usan dos tipos de rebozo: el de lana y el de bolita. El rebozo de lana (pa-
yotzohmitl), se elabora a mano como el chincuete, slo que menos ancho y menos
largo, es usado en tiempo de fro.
El rebozo de bolita es comprado generalmente en las ferias de Huazulco y
Tepalcingo, que ah van a venderlos de otros lugares como Tenancingo, Esta-
do de Mxico, Este rebozo se usa cuando no hace fro, en eventos especiales y
fiestas; tambin se cubren hasta la cabeza para evitar que les d mucho el sol
y cuando entran a la iglesia o algn lugar de respeto como un altar y es
smbolo de mucho respeto.
Los rebozos tienen otras funciones tan hermosas, como la de cargar a los pi-
piltzitzin (bebitos); si son recin nacidos se les hace una especie de cunita con el
rebozo, ayudado con la mano izquierda y envolviendo al piltzintle y sosteniendo
con el otro extremo, por debajo de la espaldita, quedando perfectamente cubier-
to, slo con una abertura que permite que la madre est constantemente obser-
vando al piltzintle. As se les carga hasta que comienzan a enderezar la cabecita.
Cuando los pipiltzitzin ya tienen fuerza para levantar la cabeza, ya se les carga de
otra manera cuando estn despiertos; se coloca sentando al piltzintle en el brazo
izquierdo, se envuelve desde la parte de la espaldita hacia abajo en el extremo
izquierdo del rebozo, y con el otro extremo envolviendo y metiendo la punta del
rebozo entre el cuerpo del piltzintle y la mam; esto les da mucha seguridad a los
pipiltzitzin y las mams se cansan menos.
286 E N S AYO S T E M T I CO S
Cardando, Hueyapan,
Morelos.
sacadas del maguey); tejen la suela o base plana, en la parte de los dedos un puente
de lado a lado todo bien cosido y se amarra con unos hilos previamente torcidos
y amarrados de la talonera al puente.
Usar este tipo de calzado es muy sano, porque el pie no suda, va bien ventilado
y, por consiguiente, no da cabida a crear hongos de ningn tipo. Adems, por el
tipo de tejido de la suela que tiene como bordillos da masaje a la planta del pie y
no cansan. Hombres y mujeres al morir tambin se les calza con ichcacles nuevos
para su camino. Al hombre no se le pone cuitlaxcacti por las correas, que son
derivados de animal.
En excavaciones arqueolgicas de Cuernavaca y Ticumn se han encontrado
sandalias de ms de 2 700 aos de antigedad, que son muy parecidas a los
ixcacles.
4
Facilitadora ambiental en el Watershed (Centro de Recursos Sustentables) en Australia.
5
Investigadora en Dilogo y Movimiento A.C.
Mujer cuentepeca tejiendo
palma.
S I N G U L A R I DA D E S D E L A T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 289
comunidades nahuas del estado de Morelos, las diferencias en los roles llevan a
las mujeres y a los hombres a presentar diferencias en su manera de modificar y
reelaborar algunos de los elementos fundamentales del atuendo.
Entre las mujeres hay tres tipos de vestimenta, de acuerdo con la edad y con
las necesidades laborales o de estudio que tengan. Los hombres, por su parte, han
dejado de utilizar el notlakemetl o calzn de manta para usar los pantalones y las
camisas de polister o a la mezclilla y al algodn.
Estas diferencias en la manera de vestir de los habitantes del poblado nos mues-
tran cambios que causan conflictos y negociaciones al interior de la unidad fami-
liar. El contacto con valores culturales que tienen referencias distintas hace que
las nuevas generaciones se enfrenten a cuestionamientos de su visin de persona.
Los atuendos
Mujeres
La tela utilizada por las mujeres suele ser brillante y de colores vivos (como el
amarillo, el verde, azul rey o rosa) que, en algunas ocasiones, presentan bordados
de flores y hojas. Otro de los elementos caractersticos de la indumentaria femenil
en Cuentepec es el uso del payo o rebozo, que es utilizado generalmente fuera de
la vivienda.
Cuando se observa detenidamente a las mujeres del pueblo se distinguen tres
tipos de atuendo segn la edad.
Las mujeres mayores, utilizan soltik mukue (falda), mo sako (blusa) y lelental
(delantal). La blusa es de manga larga, con olanes y pliegues en el pecho y con
grandes cuellos adornados con encajes de tejido grande; la falda es tableada y
llega debajo de las rodillas. Estos elementos son acompaados con un mandil a
cuadros que cubre el bajo vientre y se amarra en la parte de atrs; generalmente
tiene aditamentos, como pequeas bolsas en un costado para guardar monedas.
Las mujeres jvenes y de edad media utilizan un kueuitl o vestido hecho con
telas de colores vivos, con pliegues en el pecho y tablas en la falda. El kueuitl es
ms corto que las faldas de las mujeres mayores, pues llega arriba de la rodilla.
El mandil que acompaa esta prenda es de tela cuadriculada, cubre el pecho y el
bajo vientre de la mujer, y es ms corto que el vestido.
Las nias y jovencitas presentan una variedad amplia de vestimenta; algunas
de ellas utilizan faldas de diversas telas y colores. En contadas ocasiones llevan
mandil, e incluso han empezado a sustituir los vestidos y faldas tableadas por
pantalones de mezclilla para salir a la calle. En cuanto al payo o rebozo, slo al-
gunas lo utilizan, y generalmente sirve para ocasiones festivas.
En cuanto al calzado (tekak), las amas de casa utilizan sandalias de plstico
sin tacn o huaraches slo cuando salen de su hogar; en caso contrario gustan de
deambular descalzas. Las chicas que asisten a la escuela suelen utilizar el calzado
escolar de piel y de color negro, que contrasta con las calcetas blancas que les
llegan abajo de la rodilla.
Varones
Los varones solan utilizar el notlakemetl (calzn) y camisa de manta, caracters-
tico de las comunidades indgenas, pero desde hace un tiempo llevan pantalones
290 E N S AYO S T E M T I CO S
Vestimenta de la gente de
Cuentepec, hoy.
y camisas de polister que adquieren en el tianguis semanal o en los mercados de
las comunidades cercanas. Los pocos varones que utilizan notlakemetl son en su
mayora adultos mayores y slo lo hacen en su casa.
Un elemento que acompaa a la vestimenta de los seores maduros es el
kuatlaxeloxtlin (sombrero de ala ancha) que utilizan en cualquier hora del da,
a excepcin de los momentos en que ingieren los alimentos en compaa de su
familia y cuando asisten a la iglesia a dejar una promesa al santo.
Respecto al tekak (calzado), los varones suelen utilizar tekaktle (huaraches),
hechos con tiras de piel y suela de llanta, tanto para estar en casa como para
realizar las labores del campo. Las diferencias generacionales hacen que notemos
que los varones ms grandes tiendan a utilizar slo huaraches, mientras que los
varones de mediana edad los utilizan para trabajar el campo y zapatos de piel
para trabajar fuera del pueblo. Los jvenes utilizan el calzado de piel para asistir
a la escuela, o bien para realizar su trabajo en las ciudades cercanas.
Haciendo referencia al atuendo, un habitante de la comunidad expres: Como
antes [se usaba] sombrero... kuatlaxeloxtlin, camisa notlakemetl, s camisa, pero
camisa con pantaln [de manta], todo as era.
Relacionado con el estilo de vestir utilizado por los ms jvenes de la comu-
nidad, es pertinente aclarar que no se presenci ningn caso en que alguno de
ellos vistiera de calzn de manta; incluso tampoco utilizan pantaln y camisas
de polister; en lugar de ello se estilan los pantalones de mezclilla, las playeras
de algodn y las gorras con visera. En algunos casos la influencia de ciertos ele-
S I N G U L A R I DA D E S D E L A T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 291
mentos de la moda citadina se hace presente y hay casos de chicos que comien-
zan a utilizar perforaciones (piercings) en los labios y en las cejas, y pantalones
muy holgados.
Cambio y permanencia
Para salir a la calle utilizan un rebozo oscuro, tipo Santa Mara. La costumbre
es que las mujeres solteras lo llevan abierto mientras que las casadas se lo cruzan.
Con l cubren la carga que lleven: la cubetita de nixtamal o al hijo de brazos, que
no deben llevar destapado, pues pueden hacerle mal de ojo.
por lo que la vestimenta tradicional debe ser abandonada, al menos durante las
horas de clase.
Migracin y cambios
Ornamentos personales.
Cmo se tean el pelo las tetelcingas
6
Texto elaborado por un profesor nativo hablante de la colonia Cuauhtmoc, Tetelcingo, Morelos.
S I N G U L A R I DA D E S D E L A T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 293
la cabeza para que el pelo tomara un color uniforme; el color que tomaba el pelo
era verde oscuro. Para realizar este proceso la mujer debe de estar en esa posicin
durante 24 horas y no levantarse, excepto para ir al bao.
Este proceso no se realizaba en cualquier poca del ao; slo se haca una vez
al ao el 18 de octubre, porque en esa fecha alcanza su mxima maduracin el
arbusto y se logra un buen color en el pelo; por esta razn, las mujeres que quisie-
ran pintarse el pelo se preparaban para esa fecha, porque si la dejaban pasar ya no
podan pintarse el pelo hasta el ao siguiente; as, la duracin del tinte en el pelo
era de un ao y en muchas ocasiones el tinte en el pelo era an visible y lista para
repetirse el proceso.
Por lo general las mujeres que se pintaban el pelo eran adultas y en muy pocas
ocasiones se pintaban el pelo las jovencitas, esto porque se tena la creencia que
en poca de temporal, a causa de los rayos, el pelo teido atraa ms electricidad
y ocasionaba movimientos repentinos, lo que asustaba a las nia; por esta razn
casi no se recomendaba teir el pelo a las nias. Otra causa por la que se pintaban
el pelo, era por su funcin curativa; es decir, si alguna mujer padeca un dolor de
cabeza continuo (parecido a la migraa) era recomendable pintarse el pelo, y eso
calmaba el dolor.
Lamentablemente esta costumbre se ha perdido, as el arbusto que utilizaban
como colorante; esto se debi al crecimiento de la comunidad y a las construc-
ciones nuevas. La modernidad ha ocasionado la destruccin de varias cosas, sin
Honda (el corte),
importar en lo absoluto la prdida de estos conocimientos.
don Salvador Tapia.
S I N G U L A R I DA D E S D E L A T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA 295
La honda:
tejido de lechuguilla y de recuerdos
7
Investigador del Centro INAH-Morelos.
Honda (el tejido),
don Salvador Tapia.
296 E N S AYO S T E M T I CO S
Honda (uso),
don Salvador Tapia.
Mocalli, la casa en
Cuentepec, Morelos
Livia Roxana Gonzlez ngeles* y
Mara del Pilar Angn Urquiza**
E
n Cuentepec, como en la mayora de los pueblos nahuas de
Morelos, la vivienda tiene un papel muy importante en las relaciones fa-
miliares y en la conformacin del Yo colectivo a partir del Yo privado. Es
a la casa del padre donde el hijo varn lleva a vivir a su esposa, y es ah tambin
donde se aprende y se reproduce no slo en la dinmica social familiar, sino
tambin en la colectiva o comunitaria.
Caractersticas generales
301
302 E N S AYO S T E M T I CO S
Cocina, muestrario de la
tradicin domstica de
Cuentepec. sobre el suelo, con cemento o ceniza y tierra mojada donde la familia se
sienta (sobre sillas bajas) a saborear los alimentos hechos por la seora de
la casa.
Cambios y permanencias
FIGURA 1
CRO QUIS DE U NA VIVIE NDA DE CUE NTEPEC
304 E N S AYO S T E M T I CO S
ALTARES FAMILIARES
L. Miguel Morayta Mendoza*
E n un espacio determinado
sobre una de las paredes de las vi-
viendas las familias van construyendo
Los altares familiares estn for-
mados por las imgenes que mayor
relacin tienen con las actividades de
sus altares. Ah se van poniendo cua- cada quien. Si hay msicos en la fa-
dros, imgenes de bulto, fotografas e milia, estar la Santa Cecilia; si hay
imgenes impresas de los santuarios agricultores, San Juan, San Miguel
que los miembros de la familia han y San Isidro, los tres o al menos uno
ido visitando, a veces por diferentes de ellos va a estar presente. San Cris-
generaciones. Ms all de ser un es- tbal estar en las casas de los con-
pacio slo del ritual, esos altares son, ductores de autobuses, al lado de la
por un lado, una ventana a la historia oracin del chofer. Las imgenes van
de cada familia y al acervo veneracio- entrando y saliendo de la venera-
nal de cada miembro de la casa, y por cin familiar, segn tengan congruen-
otro lado un espacio donde se esta- cia con los oficios que van a tomando
blecen relaciones de compadrazgo, o desechando las diferentes gene-
al tener cada imagen importante sus raciones.
padrinos. Otras imgenes pueden estar pre-
sentes porque fueron regaladas a la
* Investigador Centro INAH-Morelos. familia o simplemente por recomen- Ventana a la vida ritual de la familia.
306 E N S AYO S T E M T I CO S
juegan, donde los pollos, los guajolotes y los perros deambulan libremente, y
donde al caer la tarde se rene la familia a comer alguna fruta o simplemente a
ver terminar el da. Pero en ocasiones los patios sufren transformaciones que a
veces no son tomadas en cuenta debido al fluir de las actividades cotidianas, das
como aquellos en que, luego de la cosecha de maz, tanto el padre como la madre
y algunos de los hijos se encuentran ah sentados desgranando y deshojando una
a una las mazorcas (kamauk) que se han cosechado. En esos momentos, gran
parte del patio se transforma en una alfombra de mazorcas rodeada de chiquihui-
tes y cubetas, que son los recipientes donde se depositan los granos y las hojas.
Los das en que se celebran las dos grandes fiestas patronales del pueblo, as
como los que les anteceden y les siguen, son tambin causantes de grandes trans-
formaciones en los patios de las viviendas de Cuentepec. Los das en que las
fiestas se celebran, los habitantes de la comunidad esperan a sus compadres y
amigos que vienen de fuera, a quienes han invitado para que vengan acompaar
y a convivir un rato; es ah, en sus patios, donde disponen mesas y sillas en las
que les servirn a sus invitados mole rojo, tortillas hechas a mano, frijoles, be-
bidas de distinto tipo y muchas atenciones. Entonces, los patios se convierten
en espacios donde ajenos y propios conviven y socializan. Tambin en el marco
de las festividades existen otros das en que pequeas secciones de los patios se
transforman en lugares sagrados donde se realizan ofrendas, como la dedicada
a San Miguelito o la que se conoce como Milakuaj. La primera se celebra el 28
genes ms importantes de un altar ofrendas. En ciertos casos estas visitas En algunas comunidades, la fami-
son apadrinados. La noche anterior al se prolongan durante ms de tres ge- lia escoge una de las imgenes que
da en que el calendario catlico mar- neraciones de padrinos y anfitriones, ms fuerza haya acumulado para dr-
ca la celebracin a una imagen, los enlazados por ceremonias realizadas sela a una pareja de esposos jvenes
padrinos pasan a visitarla, trayndole en estos espacios familiares. para que inicie su propio altar.
Altar en el hogar del Moyesu, espacio sagrado del jefe de la Danza de los Vaqueros.
MOCALLI, LA CASA EN CUENTEPEC, MORELOS 309
Para que, dicen unos, para que caiga el agita. Para que hay para comer.
Para que haber los elotes, el frjol, cacahuate, que caiga el agita, pues.
Dice que de repente viene los muertitos, que pasan las casas donde; unos que se
acuerdan todava donde viva, dice que tienen que pasar. Otro lado no saben.
EL CUEXCOMATE, DE GRANERO
TRADICIONAL CENTENARIO A UNA
ARTESANA COMERCIAL
L. Miguel Morayta Mendoza*
Dos pisos de adobe, techos de dos aguas y teja plana, tienen que ser casas de Hueyapan.
extremo grueso y una especie de do- beza de otra formando cadenas que a cho cultivo se ha ido reduciendo.
ble cola en el otro. Las dobles colas de su vez van constituyendo la enorme Durante muchos aos, las familias no
una iguana se entrelazan con la ca- olla. La gran capacidad de los maes- se quedaban con la cosecha; vendan
tros cuexcomateros de los pueblos de buena parte de ella o toda. Algunas
tradicin indgena en Morelos es real- familias prefirieron compartir con su
mente sorprendente. Van construyen- san ce los cuexcomates que ya existan.
do estas ollas y los techados haciendo De los ombligos que son los orifi-
gala de destrezas y clculos que pro- cios por donde sale el grano, cada
vienen de un pasado muy remoto. familia deja salir la parte que le co-
Los cuexcomates tienen diferentes rresponde. Los ombligos son tapa-
capacidades para guardar en su in- dos con olotes envueltos en plstico,
terior los diferentes granos de maz. despus los inquilinos y dueos del
Los hay que pueden guardar hasta granero acuerdan las cantidades que
100 cargas, casi 1 500 kilos de grano. cada quien puede sacar.
Estos graneros tienen muchas venta- En Chalcatzingo, Morelos, exis-
jas de almacenamiento. La forma de tieron maestros cuexcomateros exce-
olla dificulta la entrada de roedores. lentes. Don Juan Barranco, quien fue
El zacate queda de tal manera que los tal vez el ms hbil sus magnficas
insectos tambin tienen dificultades obras an perduran, y algunos de
para entrar. El barro mantiene una los que heredaron esta destreza de-
temperatura constante al interior de cidieron hacer cuexcomates en minia-
la olla. En pocas palabras, es un gra- tura, como artesana comercial que
nero excelente. poco a poco se fue popularizando.
Pero si son tan buenos, por qu Ahora encontramos cuexcomates no
dejaron de construirse y en buena slo en los patios de las casas, sino en
parte de usarse? Esto tiene que ver oficinas, consultorios y en las casas de
Artesano cuexcomatero. Chalcatzingo. con la historia misma del maz. Di- diferentes clases sociales.
MOCALLI, LA CASA EN CUENTEPEC, MORELOS 313
la noche, si es que son muchos los preparativos o si se tiene que cuidar algn
alimento en especial. En esos momentos un petate junto al tlauahcapan hace las
veces de cama, y el calor del fogn se encarga de calentar a quien ah duerme.
Los ejemplos anteriores dan cuenta no slo de la flexibilidad del espacio en las
viviendas de Cuentepec, sino tambin de las dinmicas sociales que son vividas
en el interior de las mismas.
Lo expuesto nos habla de las viviendas de Cuentepec no slo como edificadas
a partir de ciertos materiales fsicos, sino tambin gracias a las interacciones y
relaciones sociales que ocurren en su interior. Es partiendo de las experiencias
que en ellas se viven que el habitante de Cuentepec forma no slo su ser indivi-
dual sino tambin su ser colectivo y comunitario, pues con lo que sucede en las
viviendas se transmiten enseanzas y se adquieren conocimientos bsicos para el
desarrollo de la vida en la comunidad.
Cuarto-taller y vestimenta.
Teponaztle
C A P T U L O 1 9
Las danzas
L. Miguel Morayta Mendoza1
Y
a en los ensayos que tienen que ver con la visin del mundo,
los ciclos rituales, los mitos, las identidades y otros temas, se ha hecho
mencin de la idea de que muchos de los elementos culturales visibles
tanto en las ceremonias como en la vida cotidiana son manifestaciones de for-
mas de entender y manejar los pensamientos ms amplios de la cultura. Las dan-
zas desempean diferentes papeles en la cultura local y a la vez en la regional, solo
que cada danza pone un nfasis diferente en los papeles que deben marcarse con
mayor intensidad. As pues, mientras una danza puede tener ms importancia
como factor de identidad regional, otra puede tenerlo por la calidad de su con-
tenido ritual y otra ms como una representacin de los reflejos de las historias
regionales y locales.
Como rituales
Las danzas, la msica, las ofrendas, la bebida y las ceremonias han sido des-
de tiempos prehispnicos, expresiones importantes de la dinmica social de los
antiguos y los modernos habitantes de Mxico. Los ritos y mitos del ayer y
hoy se encuentran cargados de simbolismos que denotan profundos conteni-
dos religiosos y espirituales de generaciones: las cuales conciben en la danza
la disposicin del cuerpo, la mente y el espritu en espacios pblicos como me-
dio para entrar en comunicacin con lo sagrado, a travs del accionar colectivo.
(Sandoval, 2004: 9).
La Danza de los Vaqueros, los Santiagueros y de los Gaanes de Tetelcingo
son buenos ejemplos de danzas que son parte de complejos rituales de una co-
munidad, no slo en el papel ritual que tiene la mayora de los personajes, sino
tambin por los significados de los elementos usados en las mismas.
1
Investigador del Centro INAH-Morelos.
317
318 E N S AYO S T E M T I CO S
Como historias
La religin, las danzas, los ritos son mecanismos de socializacin mediante los
cuales la poblacin del municipio y de los barrios expresan en forma colectiva
y organizada los sucesos de sus antepasados. Registrando con esto una crea-
cin de identidad religiosa y cultural, con fechas definidas, que reiteradamente
se transmite a generaciones venideras (Sandoval, 2004: 113). Las danzas en s
mismas son un compendio de elementos histricos, de su reconstruccin y de
su resignificacin. Fueron creadas o importadas en una poca especfica (lo cual
les da una construccin acorde a esa poca), pues travs de los aos se van reela-
borando conforme al contexto de las nuevas pocas que atraviesan. La Danza de
los Cuentepecos y los parlamentos de la Danza de los Vaqueros son reflejos
de la poca de las haciendas.
o no se han forjado lo indgena y lo morelense. Por otro lado, las danzas han
sido los vehculos de reciprocidad por excelencia. Cuando una comunidad visita
un pueblo o santuario en su fiesta patronal, por devocin, amistad o agradeci-
miento, si les es posible concurre con una o ms danzas tradicionales como un
presente a la imagen venerada. Muchas veces de esta forma se van construyendo
y reafirmando lazos afectivos entre los pueblos, ya que la correspondencia en
reciprocidad de presentes en las fiestas religiosas de tradicin indgena es uno de
los ejes que conforman las regiones de tradicin nahua. En ocasiones, un grupo,
con el fin de darle el mayor realce posible a sus fiestas, invita a la danza de otro
pueblo, aun cuando ste quede muy lejos. Por eso no fue extrao ver en Morelos,
en la localidad de Ocotepec, a los voladores totonacos de Papantla, Veracruz, en
la dcada de los ochenta.
A continuacin se presentan varias danzas, de las cuales se asientan algunos
fragmentos de sus parlamentos. Estos ejemplos debern apreciarse conside-
rando estos tres aspectos: la danza como ritual, como historia y como factor
de identidad.
Danza de Santiagueros
(Tetelcingo)2
Pedro Villazana Milln3
Por lo mismo, estimo de gran valor este documento, producto de los escasos
informes que obtuvimos de mayordomos y principales de la comunidad.
Todo inicia cuando la seora Martina Tlalpexco Baln y el seor Juan Ber-
nab Ixtemixco solicitan a la Direccin de Danza apoyo para el vestuario de los
santiagueros.
Martn explicaba que no queran que su tradicin terminara, pues desde hace
ms de cien aos ya se bailaba esta danza para el patrn de la fiesta, as que recu-
rra al gobierno para lograr apoyo.
Su peticin tuvo respuesta; se compraron las telas y se confeccionaron los
ochenta trajes; slo hizo falta el del seor Santiago. Por nuestra parte, aten-
diendo la invitacin que se nos hizo, no perdamos la oportunidad de asistir a
la fiesta. Y como tampoco quisimos perdernos los detalles, llegamos a las
4:30 a. m. del 24 de octubre. La cita era en la casa del maestro de danza, seor
Pascual Pamos, donde ya se encontraban los msicos y algunas personas con
su ofrenda (ramos de flores, velas, aguardiente y cigarros), quienes se ocupa-
ran ms tarde de acompaar la procesin. El rincn y los cigarros son para
los msicos.
Los invitados y los danzantes seguan llegando; algunas mujeres vestidas a
la usanza ofrecan, adems de flores, sahumerios con oloroso copal, que hacan
llegar al altar previamente establecido en uno de los cuartos de la casa. Ante l se
arrodillan, rezan y persignan, dejando su ofrenda.
E n el poblado de Tetelcingo
los conocen como Uopuoche, tam-
bin se les conoce como Danza Azte-
de traslado de imgenes, del Calvario
a la parroquia principal y viceversa,
de la parroquia principal al Calvario.
entre el hombre, la naturaleza y el
universo permitir una mejor vida en
el Tloltekpaktle mundo en el que vi-
ca, mejor conocido como concheros. En esta ocasin no danzan y tampoco vimos. Dentro de esta misma danza
Estos grupos de danza aparecieron en visten con su disfraz. Slo vestidos de se pretende esa armona interior entre
la dcada de los cuarenta al integrar- civil y alabando al Seor. el Uopuoche (danzante), los instru-
se en los festejos del cierre del ciclo El significado central se manifiesta mentos musicales y los cuatro puntos
agrcola del temporal, especficamen- de la ideologa de los bailes prehisp- cardinales ms el centro. Al inicio de
te en el mes de octubre, con el tras- nicos, expresando la relacin de armo- la danza se enciende kopalli o kopal
lado de las imgenes al Calvario. Tam- na entre Tlacatl (el hombre) y Xixtla con la intencin de purificar el Tlol-
bin se representan al inicio del ciclo (la naturaleza), aunque este trmino tekpaktle; para ello se ofrece hacia los
agrcola en el mes de julio, cuando las significa lugar de hierbas verdes y el cinco puntos cardinales: el Norte (de
imgenes son movidas del Calvario a respeto que se tiene hacia las leyes donde venimos), al Oriente (por don-
la Santa Cruz. En la Semana Santa del Ilbekak Tlahtohone (Seor Celeste de sale el tnel, tonalli o Sol), hacia
participan en los dos movimientos o Dios). Dichas leyes hacen referen- el Sur (nuestro destino), al poniente
*Profesor de ciencias sociales del Colegio cia a la necesidad de un orden tanto (en donde se encuentra la Kali, calli:
de Bachilleres, plantel 11, Nueva Atzacoalco. natural como social. As, la armona casa del Sol), finalmente hacia el cen-
322 E N S AYO S T E M T I CO S
Al filo del alba los santiagueros toman su formacin original: los jurellos
y los moassiehaltes formando largas hileras; los dos santiagos encabezando y
quienes actan como Pilatos al final de ellas. Ambos tienen como misin
especial resguardar el orden entre los danzantes; en el trayecto corren y cam-
bian de lugar en prolongados bastones humanos; al concluir su movimiento
giran y continan caminando y repiten de vez en vez la misma evolucin.
Los invitados guardan prudente distancia para no entorpecer la coreografa;
solamente avanzan con sus flores y cirios encendidos; la primera enramada
de descanso se encuentra frente a la casa del mayordomo principal, y ms
adelante en casa de la mayordoma que representa a la mujer; en los dos casos
los santiagueros danzan algunos de sus sones. El Santiago como principal,
acompaado de una guardia de cuatro vasallos, gira con ellos al centro de las
filas, y entonces golpea con su machete las supuestas armas, de palo, de stos,
continuando as hasta la iglesia del Calvario. Para entonces, un gran nmero
de fieles acompaa la procesin; los cohetes se escuchan a lo lejos anunciando
la prxima llegada. Esta visita se debe a la invitacin que hacen a la Virgen
de la Concepcin para que, junto con Cristo Rey, presida la fiesta en la igle-
sia del pueblo.
Las pastoras con atuendos azules y cnticos en nhuatl interrumpen su ac-
tuacin para dar paso a los giles santiagueros, que entre el polvo levantado por
su carrera llegan al altar a saludar a la Virgen, quien ya est dispuesta para re-
cibir a sus fieles. Las nanas (ancianas sabias con gran jerarqua y autoridad en
el pueblo) se adelantan al contingente llevando consigo el collar de ms de un
metro de largo, confeccionado con flor de cempoalxchitl y galletas maras, colo-
cndoselo a la Virgen en el cuello en sencilla ceremonia; esto lo hace cada una de
las mayordomas o cofradas, llegando a obtener ms de diez collares igualmente
diseados, los que usan durante el da de fiesta.
En el atrio, los santiagueros y las pastoras danzan, las campanas repican, los
estruendosos cohetes se escuchan sin cesar, y la Virgen cargada en andas toma su
lugar en la procesin para partir hasta llegar a la iglesia.
La nana principal al frente, anunciando con la campana la prxima llegada;
los gaanes, pastoras y santiagueros realizando sus movimientos; sahumerios y
flores de los fieles en gran procesin y, al final, la banda de viento.
Los encargados de las enramadas apresuran sus arreglos; en la parte superior,
suspendidas del techo, cubetas llenas de calabaza, pan, chayote y papel picado,
producto de las ofrendas y ddivas de los habitantes; los postes que las sostie-
nen se encuentran cubiertos con hojas de maz, elote y calabaza; as tambin
adornan el interior de la iglesia. Por la noche, en el transcurso de la procesin,
de regreso al Calvario, y una vez que la Virgen cruza la enramada, las frutas y
verduras son enviadas a la casa de algunas de las nanas. Las mujeres preparan
los fogones y hacen hervir agua para cocer la calabaza en dulce, elotes asados,
hervidos, chayotes y chilacayotes de la misma forma; grandes recipientes llenos
Vestuario
tos musicales, las plumas y los pasajes en Tetelcingo con la intencin de fo- musicales y favorecer poco las danzas
de los camiones porque en ocasiones mentar ms la danza; tambin en como la Azteca.
vamos hasta Quertaro, Guanajuato fiestas patronales, cuando nuestros Actualmente en Tetelcingo exis-
o simplemente a Chalma; tambin recursos nos lo permiten, principal- ten tres cuadrillas de Danza Azteca;
apoyamos las promesas en las ferias, mente en los de Totolapan, Tlayaca- las dos primeras son las que fueron
como la de Tepalcingo, donde asisten pan, cuando nos contratan: porque capitaneadas por Mariano Zavala y
otros grupos danzantes. Danzamos se usa mucho el contratar a grupos Salvador Martnez, ya difuntos. Al
fallecer el primero, por tradicin se
hace cargo de la dirigencia a uno de
sus hijos, don Marciano Zavala. De
este grupo por cuestiones de des-
acuerdos se divide en dos partes,
la de los Zavala y la de los Luna, que
originalmente se mantenan unidos.
Cuando muri el seor Salvador
Martnez, la dirigencia de dicha cua-
drilla la absorbi uno de las familias
que integraba la danza, la familia de
los Bollera.
Oh joven mouseuale!...
LAS DANZAS COMO RITUALES, COMO HISTORIA Y COMO IDENTIDAD 327
en amarillo; tambin cubre su rostro; usa una montera hecha con plumas negras
de guajolote, de la que pende una cinta roja que cae por la espalda; una faja o
barriguilla tambin roja y en la mano derecha un madero de 80 centmetros.
Mazehuatl: Camisa blanca, pantaln azul, pantalonera roja, sombrero costeo
al que ata la cinta roja que cae a la espalda, y un madero en la mano derecha del
mismo tamao que los dems personajes.
Pilatos: Corona de rey, con terminaciones en picos, en la que coloca un espe-
jo de estrella y otros ms a los lados, al frente y detrs; un paliacate cubriendo
totalmente su cabeza; una peluca larga que llega al tobillo hecha de ixtle, que
aparenta una cabellera rubia; una capa rectangular en color vino, al centro una
cruz amarilla, ribeteada con franjas tambin amarillas y verdes; cubre el rostro
con una mscara de chinelo; camisa blanca, pantaln de mezclilla y botas de piel;
porta un machete de cinta en la mano derecha.
Contradanzas6
Antecedentes
6
Fragmento tomado de Villazana (2000).
Coreografa
Vestuario
puntas de un pauelo de color; las otras puntas se sujetan el mandil, por enci-
ma de los hombros, mientras la cuarta parte se deja colgando por atrs. El pa-
uelo debe colocarse flojo, de manera que ofrezca libertad de movimiento a los
brazos. La cara anterior o frente del tocado est adornada con chaquira, lente-
juela y papelillo.
Los ejecutantes llevan un arco colocado a la altura de los hombros, muy ador-
nado con flores multicolores. El arco es al gusto, y varan en tamao y adorno,
pero siempre teniendo como base dos varas amarradas por la punta en propor-
cin con el que lo porta.
El Terroncillo viste calzn corto, medias, zapatos, delantal (que llaman corpi-
o) y una mscara a su eleccin. En lugar de tocado usa gorra o sombrero, y un
chicote en la mano derecha.
Msica
C UA D R O 1
I N I C I O D E L C A N TO D E L A DA N ZA D E LO S S A N T I AG UE RO S
Danza de Tecuani
(Tetelpa, Municipio de Zacatepec)7
La danza a la que nos referimos es la de Tecuanes (del nhuatl Te: alguno, y
Cuani: que come). Seguramente esta danza encuentra su raz en la poca prehis-
pnica, con el asentamiento de los pueblos
tlahuicas. Es una representacin dramtica
que en sus dilogos describe las fechoras
del tigre, la caza y muerte de un venado por
aqul, los esfuerzos de los dems danzantes
por capturarlo (algunos de los cuales caen
heridos y son curados por los doctores),
hasta que finalmente lo cazan y es devorado
por los zopilotes que danzan alrededor.
Especficamente en Tetelpa, la trama se de-
sarrolla en torno a la caza del tigre (tecuan);
para ello intervienen varios personajes, en-
tre los que se encuentran el Salvadorchi y el
Mayezo; incluyen los sabuesos que rastrean
su guarida. El personaje principal, el que
logra que el tigre caiga en la trampa, es el
maraado o sonriente; este personaje es un
Nio Dios vestido de tecuani. ermitao que pocas veces baja a la civiliza-
cin; el cazador y el rastrero tratan de convencerlo para que les ayude a buscar al
tigre. Despus de un buen rato (primero hasta encontrarlo y luego convencerlo),
salen junto con los sabuesos a la bsqueda. Lo encuentran, el tirador dispara con
su escopeta dos o tres balazos que ponen nervioso al tigre, y baja de su escondite;
lo siguen, lo acechan en donde saben que tiene que bajar a comer. El tigre pre-
tende cazar al venado; entonces siguen al venado, personaje que danza por entre
los dems; el tigre lo rastrea, lo sigue de cerca; sus perseguidores no cesan de
acecharlo. Al terminar su actuacin, el venado es perseguido por el tigre, quien
7
Fragmento tomado de Villazana (2000).
La msica y las danzas son parte vital de la vida ceremonial de las comunidades tradicionales: interpretacin de la msica desde el corazn.
334 E N S AYO S T E M T I CO S
Msicos de la feria
veneracional en honor al
Seor de Mazatepec. lo corretea por todo el atrio de la iglesia hasta que lo atrapa, se alimenta de l y,
despus de saciar su apetito, lo abandona. Llegan los zopilotes y devoran la ca-
rroa del venado muerto.
Antes de la escena narrada, los danzantes hacen dos pirmides que suponen
pequeas lomas donde el tigre sube para defenderse de sus incansables persegui-
dores (cabe mencionar que el tigre porta para su defensa una gruesa reata con la
que golpea brutalmente a los personajes). Al ver la gran dificultad que representa
cazar a tan feroz animal, el Mayezo contrata de uno a uno a los personajes de la
danza, pagando la suma que cada uno fija como remuneracin por sus servicios;
para cerrar el compromiso, el Mayezo entrega una pequea lanza con punta de
metal con la que intentarn cazar al tigre (la escena se desarrolla entre dilogos
mitad en nhuatl y mitad en espaol); sin embargo, despus de advertir la res-
ponsabilidad de cazarlo, los personajes se sienten enfermos (parte del dilogo
chusco), entonces entran los mdicos, quienes con pequeas recetas, muy a su
manera (tambin los curan de manera chusca), los dejan aptos para ir en busca
del asediado animal.
Cada personaje, conforme va pasando, pide ms y ms dinero. Inicialmente
50 pesos, y terminan con 5 000; el ltimo en pasar, despus de insultar a todos
por su ineptitud para cazar al tigre, es el Salvadorchi, que tambin se ve derrota-
do en su intento. Llama una vez ms al Mayezo, quien le suplica que busque al
rastrero y le paguen lo que sea para que encuentre al tigre y le den muerte; visita
tambin al chaguasclero para que ayude en su propsito; mientras tanto, los pe-
rros y el maraado hacen travesuras a los personajes de la danza y al pblico. El
chaguasclero tiende una trampa y el hierbero coloca en ella unas ramas embruja-
das que servirn para cazar al tigre.
LAS DANZAS COMO RITUALES, COMO HISTORIA Y COMO IDENTIDAD 335
Salvadorchi Venado
Tirador Zopilotes
Mdico Mayezo
Flechero Rastrero
Pascasio o hierbero Mdico
Lancero La perra
Chaguasclero o trampero Zopilotes
Una banda condensada.
Corona de Sayn: personaje central en las conmemoraciones de la Semana Santa
C A P T U L O 2 0
A
pesar de ser geogrficamente un estado pequeo, Morelos
posee una rica tradicin indgena, pues al recorrer su geografa, visitar
sus pueblos y comunidades, entrar en contacto con su gente y escu-
char sus historias, relatos, leyendas, tradiciones y costumbres, nos ha permitido
tambin entender su propia dinmica de organizacin sociocultural y compren-
der que responden a un proceso de desarrollo comunitario tradicional nico,
en el sentido de su propia realidad y de sus necesidades sociales, econmicas y
polticas ms apremiantes; en ese tenor, podemos referir que con, sin y a pesar de
las instituciones, la cultura popular e indgena goza de buena salud y est vigente
a lo largo y ancho del estado de Morelos, por lo que en el cuadro 1 se ofrece un
panorama general de su vigencia y supervivencia.
Ahora bien, cada una de estas representaciones teatrales o danzas-dramas que
se realizan en el estado tienen su antecedente en el teatro edificante o de evan-
gelizacin, al decir de Robert Ricard y es parte de la conquista espiritual que
emprendieron los frailes misioneros de las diferentes rdenes religiosas que lle-
garon a Amrica. Como se seal, tres son las vertientes a considerar dentro del
teatro popular comunitario por su entorno sociocultural y las caractersticas que
presenta por s mismo; as, tenemos las obras reconocidas como Retos o danzas-
dramas de Moros y Cristianos, que consisten en la simulacin de la batalla entre
moros y cristianos, reminiscencia de las cruzadas medievales en la Europa del
siglo xi. Cada representacin es preparada y esperada con esmero. En ella el pue-
blo se congrega, es uno solo. Actores, escenarios y pblico se conjugan, se mime-
tizan y con los acordes de la msica de viento, los dilogos y los enfrentamientos
entre moros y cristianos son seguidos con atencin hasta el anhelado desenlace:
el triunfo del bien sobre el mal.
Al indagar sobre el origen y desarrollo de esta peculiar manera de hacer teatro
en las comunidades de nuestro estado, encontramos datos muy interesantes que
permiten contextualizar las obras en su verdadera dimensin histrica, social y
cultural. Reminiscencia, como dijimos, del teatro religioso medieval de la Europa
central; su probable origen temporal y geogrfico se puede situar en Espaa en el
siglo xii, fecha en la que se hacan combates fingidos en los que se enfrentaban
bandas contrarias, significando la lucha del bien contra el mal; no olvidar que
fue Espaa la que ms resinti la dominacin musulmana durante ocho siglos.
337
338 E N S AYO S T E M T I CO S
Sayones.
340 E N S AYO S T E M T I CO S
Sayones caminando.
De manera sinttica, el argumento de Los doce pares de Francia trata de
la batalla o desafo entre el emperador Carlomagno y sus doce pares contra el
almirante Baln y sus doce caballeros turcos o mahometanos. Al respecto sea-
la Fernando Horcaditas (1974) que: las races de la danza (los doce pares de
Francia) se encuentra en la Edad de la Caballera en Europa (siglos xi al xvi).
El perodo fue caracterizado por los torneos, las novelas sobre las andanzas de
los caballeros errantes y por ciertos ideales religiosos, sociales, polticos y fsicos.
Otro dato importante para intentar ubicar el origen de esta danza-drama es la
existencia de un libro popular francs fechado en 1478 que llevaba por ttulo
Historia del Emperador Carlomagno, donde se trata de las grandes proezas y ha-
zaas de Los doce pares de Francia, de la cruda batalla que tuvo Oliveros con
Fierabrs, rey de Alejandra, hijo del gran almirante Baln, traducida en 1525
por Nicols de Piamonte. Se afirma que el texto que se reparte y se recita en la
actualidad en los pueblos de nuestro pas est tomado literalmente de la novela
de Piamonte; aunque se ignora quin y en dnde (Espaa o Amrica) tom esta
obra y la volvi danza dialogada en versos con medida y rima, adems de incluir
msica y bailetes nuevos.
Por qu doce caballeros o vasallos? Segn Fernando Horcaditas (1974): del
agrupamiento de Cristo y los doce apstoles parece venir directamente Los doce
pares de Francia y los doce caballeros de la Mesa Redonda del Rey Arturo. Este
nmero, seala el autor, tambin se encuentra en la mitologa indoeuropea: los
doce dioses del Olimpo, los doce hijos de Niobe, los doce santos guerreros de
los hititas, el rey que tena doce hijos.
Otras variantes del teatro religioso que hunden sus races en el complejo proce-
so de evangelizacin que emprendieron los misioneros franciscanos, dominicos,
T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA E N E L T E AT R O P O P U L A R CO M U N I TA R I O 341
agustinos y jesuitas, son las pastorelas de la Natividad del Nio Dios; las loas
poticas y posteriormente las apariciones de la Virgen de Guadalupe, etctera.
Por su importancia e impacto en nuestro estado destaca la representacin de la
loa potica a la Virgen de la Inmaculada Concepcin, que se representa cada 8 de
diciembre en la comunidad de Tetelpa, municipio de Zacatepec. Desde la llegada
de los espaoles a Mxico empieza a ser cultivado el teatro religioso de intencin
cristiana, lo que permite aseverar que nuestro teatro del siglo xvi viene directa-
mente del teatro medieval europeo, el cual se impuso al teatro de origen indgena.
Los misioneros cuando organizaban las fiestas eclesisticas en las que ins-
truan religiosamente a los pueblos sometidos de alguna manera y deliberada-
mente obligaban a los indios para que adaptaran sus mitotes, sus danzas rituales
a asuntos cristianos. La imbricacin de elementos de ambas culturas permiti el
surgimiento de un teatro reelaborado en lengua indgena con conceptos y sm-
bolos catlicos. Con el paso del tiempo, y ya que el proceso de evangelizacin
fue consolidndose, el teatro religioso fue una de las actividades artsticas ms
difundidas y gustadas.
Otra vertiente relacionada con episodios trascendentales del acontecer de
nuestra historia patria es la lucha de independencia de 1810-1821. Cabe desta-
car dos representaciones teatrales que caen dentro de este gnero: El simulacro
de la toma de la Alhndiga de Granaditas en Tetelpa, Zacatepec, pueblo cuya
tradicin indgena tiene hoy una alta visibilidad y La obra del cura Mariano Ma-
tamoros en Jantetelco. La primera es la escenificacin de la lucha del cura Miguel
Hidalgo y Costilla en pro de la independencia de Mxico, en la que intervienen
alrededor de ochenta actores, quienes en el campo de futbol La Granja de Tetelpa Danza de Moros y Cristianos
en San Marcos.
342 E N S AYO S T E M T I CO S
simulan una batalla entre espaoles e indgenas comandados por oficiales criollos,
quienes logran vencer a los espaoles en un episodio trascendente para la histo-
ria de Mxico independiente. Su escenificacin la realizan cada 16 de septiembre
desde hace ms de cuarenta aos ante un pblico de ms de tres mil personas.
La obra del cura Mariano Matamoros se escenifica cada 13 de diciembre en
la plaza pblica de Jantetelco, y tiene un antecedente de ms de cien aos de
que se realiza en ese municipio, pues su representacin parte del ao de 1871, se-
gn la existencia del diario personal de Mara Linarte de Musito, esposa del autor
de la obra, Primo Musito Culhuaca.
En cada uno de los 33 municipios y en las ms de 400 comunidades, sus hom-
bres y mujeres reafirman su identidad cultural a travs de sus tradiciones y cos-
tumbres, sus fiestas patronales, sus ritos y ceremonias religiosas, su artesana, su
msica popular, sus danzas tradicionales, su arquitectura, sus leyendas, crnicas
y relatos, su gastronoma, su lengua, sus usos y costumbres y su teatro popular
comunitario; en suma, en su cosmovisin y en la vida cotidiana que les toc vivir.
La manera en que el teatro comunitario est presente en la cultura local de los
pueblos de la tradicin indgena se puede apreciar desde ciertos testimonios de
los que se han involucrado alguna vez en su vida en este teatro popular campesino.
Moras y Cristianas.
T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA E N E L T E AT R O P O P U L A R CO M U N I TA R I O 343
y por quien se representa esta obra del Reto de Los doce pares de Francia, y
luego le digo a mi mujer: estoy soando al padre Jess y como las mujeres ya
me chingu: tengo que llegar sea como sea, pero tengo que estar ah porque
pues ya es costumbre.
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La pastorela, Mazatepec
Armando Toledo Garca
346 E N S AYO S T E M T I CO S
C UA D R O 1
A L G U N A S D E L A S D A N Z A S - D R A M A S Y R E P R E S E N TAC I O N E S D E
M O R O S Y C R I S T I A N O S M S C O M U N E S E N E L E S TA D O D E M O R E L O S
T R A D I C I N C U LT U R A L N A H UA E N E L T E AT R O P O P U L A R CO M U N I TA R I O 347
Yo creo que se puede acabar la tradicin y el gusto por hacer la obra del cura
Matamoros, porque yo veo que no hay inters de que alguien la contine. De los
que participan, he deseado que me dijeran, mire don Pablo, prsteme el libreto,
yo quiero aprender a dirigir la obra, pero no sucede as; yo ya estoy cansado,
estoy viejo y enfermo, adems. Si algn da me voy al sepulcro, pues adis obra
de Mariano Matamoros; por eso alguna vez le dije a mi familia: cuando yo me
muera y ven que no hay descendencia ni quien contine, echen la obra del cura
Mariano en mi atad para que vaya conmigo al sepulcro y seguir haciendo co-
media con los muertos, ya que a los vivos no les interesa.
Moros y Cristianos.
Enseando y aprendiendo el trabajo de dos mujeres tetelcingas
C A P T U L O 2 1
Imaginando futuros
L. Miguel Morayta Mendoza*
Una reflexin
349
350 E N S AYO S T E M T I CO S
Nios sayones.
Capitana de la Danza de los Concheros, el tiempo pasa y el fervor se La capitana de la Danza de los Concheros en la gracia del Tepozteco,
sigue transmitiendo. Tepoztln.
IMAGINANDO FUTUROS 351
Hace poco platicaba con un amigo y me deca que vamos muy acelerados aqu
en Cuentepec ...qu va a pasar dentro de 10 aos, 20... Si en 10 aos vi esto,
qu va a pasar?1
cesos histricos en cada una de ellas hablan de una tensin constante entre lo
que ensean los abuelos o los padres y lo que la alternativa occidental demanda.
Tratar de comprender esta relacin es tarea difcil, puesto que las contradiccio-
nes y las encrucijadas que se presentan pierden visibilidad en la cotidianeidad y
se incorporan a la dinmica que cada persona tiene con su comunidad. 2
Actualmente la poblacin de Cuentepec, comunidad que pertenece a Temix-
co, est en un proceso de cambio muy acelerado. La mayor incorporacin de
su gente al trabajo asalariado, la educacin oficial, la migracin, la insercin de
proyectos productivos, culturales o de ayuda social a la comunidad, entre otras
razones, han hecho que hoy en da muchas de las relaciones sociales se transfor-
men dando nuevas perspectivas de ellas a sus habitantes.
2
Los testimonios que se presentan a continuacin se eligieron de plticas entabladas con algunos habitantes de la co-
munidad, el 1 de marzo de 2005 y durante el periodo de trabajo de campo para realizar la tesis de licenciatura Etnografa
del Sistema Normativo de Gobierno de Cuentepec, Morelos (enero-mayo de 2004 y agosto-noviembre de 2004). Texto
presentado en el Proyecto Etnografa de las Regiones Indgenas de Mxico en el Nuevo Milenio del INAH.
Percepciones generales
Yo creo que seguiremos cambiando y seguiremos viendo nuevas cosas, pero es-
peremos que sean para bien. Pienso que hay huecos, porque nosotros, Cuente-
pec, estamos muy atrasados, o ya nos han dejado muy lejos. Apenas hace dos
Tetelcingas recibiendo la aos se conoce la palabra computadora y hasta apenas hoy se conoce lo que es
marcha del Alto Balsas, Internet en Cuentepec. Es como querer alcanzar a como d lugar, porque es de
Guerrero. Puente de Ixtla,
Morelos.
IMAGINANDO FUTUROS 355
Y al da siguiente.
un solo tajo y te falta pasar por ciertas etapas y quieres ir hasta donde van los
dems, y en ese querer alcanzar se pueden perder cosas importantes. Sigo pen-
sando que hay huecos; que tuvimos que vivir un tiempo en ese espacio, pero lo
cerramos; es como un camino; cuando ponemos un tope, 100 m planos, pero si
pones un tope ya no son 100 m planos y se siente el salto.3
3
Too (23 aos).
El violinista acompaante de los danzantes durante el retorno de las imgenes a la Capilla de las Cruces.
la mayor capacidad de traslado, a las temticas que los libros de texto manejan o
bien a la influencia que la televisin aporta.
El nhuatl
Si hacemos una visita al pueblo, caminamos por sus calles o nos asomamos a las
casas, podemos escuchar el nhuatl en todas ellas. La mayora de las personas
tienden a ser bilinges (hablan tanto el nhuatl como el espaol), sobre todo en las
generaciones ms jvenes. Algunos padres hablan con sus hijos solamente en espa-
ol, pero tanto con sus familiares como con sus vecinos la relacin se da en nhuatl,
por lo cual la prctica del nhuatl es algo cotidiano para todas las generaciones.
Cuando abordamos la cuestin de la lengua con los mayores, escuchamos que
suelen remontarse a los viejos das en los que la palabra implicaba mucho ms
que slo hablar; expresaba relaciones de jerarqua, respeto a los mayores, a los
santos o a los entes anmicos. Cuando estos seores vislumbran el futuro estn
conscientes de que el espaol es hablado da a da, pero esperan que su labor
4
Mara (11 aos).
La casa.
IMAGINANDO FUTUROS 359
S que se habla... aqu todos hablan, los nios hablan el nhuatl: mis nietos ha-
blan el nhuatl. Quin sabe ms padelante, unos treinta aos; quin sabe, pero
ora s se habla. Antes no respetaban... la gente [de afuera] no respetaba, si ha-
blaba nhuatl no respetaban. Ahora s... ya te respetan. Estn ayudando a que se
hable el nhuatl...5
Creo que hablamos nhuatl y espaol y as seguir; no se puede hacer nada
si no se habla espaol, pero nhuatl es importante, en las casas, en el pueblo... el
nhuatl aqu nos sirve; vamos afuera y puro espaol; me gusta los dos [nhuatl
y espaol]. Es bonito saber los dos.6
Organizacin poltica
organizacin de las fiestas patronales. Tenemos entonces que existe una jerarqua
de cargos a los que se accede de manera escalonada de acuerdo con el estado civil,
la edad y la experiencia. Por ello, los jvenes recin casados ocupan los cargos de
menor rango y la gente de mayor edad y prestigio es susceptible de formar parte
del Consejo de Ancianos.
Respeto: el tiachcame
8
Tina (casi de 30 aos).
IMAGINANDO FUTUROS 363
Orita todava hay Tiachcame, pero quin sabe ms pa delante, si van a perder
Tiachcame... en unos aos, unos diez aos, yo creo que ya no va a haber nada,
pus, se va perdiendo, se van muriendo. Y quin va a hacer la cucharilla?9 pos
ya hay quin, ya no hay, ya no va a haber... Cuando hacen la fiesta a otros que
vienen, que ayudan... pus, ora que fue, noms la cooperacin pues fueron dos
noms los que quisieron ir por la cucharia, unos que y como el ayudante ya
est perdiendo, ya no quiere mandar la gente que van a trair las cucharillas...
pues por su voluntad, por cooperacin, jueron dos noms, ya se est perdiendo
las cucharias.
Nuevos valores
Educacin escolarizada
En Cuentepec hace muy poco tiempo que existe el bachillerato como opcin
educativa (lo abrieron en 2001); el sistema que utilizan es semiescolarizado y
el horario vespertino. Antes que hubiera bachillerato, los estudiantes tenan que
estudiar fuera del pueblo.
La visin que muchos tienen de lo que pasar con su pueblo y lo que desean
que venga para el futuro, por ahora sigue muy relacionado con la tierra, el matri-
monio, la lengua y el trabajo. Poco a poco las nuevas generaciones van cambiando
esta perspectiva, y son ellas las que a travs de espacios de participacin ajenas
a la organizacin del pueblo comienzan a generar una propuesta que empata
las enseanzas de los abuelos y los padres con la educacin escolarizada y la vida
fuera del pueblo.
Las mujeres expresaron esta necesidad de cambio haciendo hincapi en ello.
Ya sean nias, jvenes o adultas esperan que la educacin escolarizada sea una
alternativa para cambiar algunos esquemas sociales, sobre todo aquellos en que
el rol est dado por el gnero, el matrimonio entonces no es el nico horizonte
posible para las nuevas generaciones. A pesar de ello, este cambio seguramente
no ser a corto plazo, pues al igual que con la cuestin de los cargos, el rol social
es muy importante para las personas.
9
Cucharilla o sitolin son los nombres que le dan los habitantes del pueblo a una planta cactcea, utilizada para realizar
coronas para los santos en las fiestas patronales. Para tejer las coronas, el ayudante suele nombrar una comisin que las corta
en un monte cercano, perteneciente al Estado de Mxico. Un da antes de cualquiera de las fiestas, los principales se sientan
afuera de la ayudanta y, junto con jvenes que hicieron promesa, hacen el adorno y lo llevan a los santos. Don Florencio es
miembro del Tiachcame desde hace 10 aos.
10
Don Alfonso, 70 aos de edad. Ha trabajado en varios cargos; no es tiachcan, pero se lo han ofrecido. Dedic toda su
vida a trabajar la tierra y se vincul con algunos grupos de izquierda en los aos setenta.
IMAGINANDO FUTUROS 365
estar lejos de l; bueno si es que tengo. Adems, algunos esposos cuando estn
borrachos les pegan; no me gusta.11
Migracin
Hasta hace veinte aos en este pueblo la gente trabajaba en lugares cercanos a l.
Fue a finales de los aos ochenta que los hombres jvenes comenzaron a migrar
a Estados Unidos; no son muchos los que han tomado esta alternativa, pero cada
vez hay ms que lo consideran y toman esta decisin. Esto trae cambios muy
importantes en la manera de visualizar el futuro de la comunidad. Los padres
impulsan a los muchachos para que se vayan, pues ello fructifica en mejores con-
diciones de vida para ellos.
Mis hijos se van [a Estados Unidos]; aqu pagan $100.00 y trabaja mucho.
Quin sabe si regresan; el ms grande dijo que viene en agosto, pero el otro
no dice. Unos s regresan, traen dinero, compran carro; yo he visto. Mijo ya
vino una vez y se volvi a ir, pero yo creo que s regresa otra vez. El otro, el ms
chico, ya se quiere ir, dice que noms acaba la escuela y se va, para ganar dinero,
con sus hermanos. Le gusta aqu, pero el trabajo es mucho y no hay dinero;
no hay para pagar la escuela; no puede estudiar porque no se puede pagar y
ya no dan el dinero de las Oportunidades... Yo creo que los trabajos no son
buenos ac, por eso se van los hijos; ellos trabajan el campo y trabajan mucho,
pero les pagan mejor all, en el norte.13
11
Mara (11 aos)
12
Too (23 aos)
13
Eliseo, de 50 aos de edad; agricultor y jornalero. Trabaja sus tierras de temporal en la poca de lluvias y trabaja en los
campos de Xochitepec, Acatlipa, Alpuyeca y poblaciones cercanas en las secas. En ocasiones le ofrecen trabajo como pen
de obras en Temixco y Cuernavaca.
Telfono celular y voluta: dos medios de la comunicacin indgena
C A P T U L O 2 2
T
al vez no tarde mucho en aparecer un atlas etnogrfico en
que la mirada indgena retrate la vida de los observadores.
Esto tal vez nos brinde un espejo donde encontremos algunas res-
puestas.
La obra que aqu presentamos fue realizada gracias a la extraordinaria dedica-
cin y esfuerzos sin medida de Mara Elizabeth Hernndez Vzquez y Adriana
Saldaa Ramrez, quienes ordenaron y reordenaron una y otra vez con infinita
paciencia este material. Por lo anterior son merecedoras de un amplio reconoci-
miento. Asimismo, se agradece a la primera de ellas la idea original de las vietas
presentadas en la obra. Las estupendas imgenes, sus amplios conocimientos y
su actitud de compartir todo con entusiasmo del fotgrafo Marco Antonio Pa-
checo fueron aportaciones fundamentales para el logro de este Atlas.
367
Glosario
Bentle: ofrenda.
Biebentzetzi: ancianos.
369
370 LO S P U E B LO S N A H UA S D E M O R E LO S. ATL A S E TN O G R F I CO
Gazon: calzn.
Goton: saco.
Hehecatl: aire.
Huapahua: circulacin de fuerza; nutrir, criar.
Huehuechique: anciano de respeto encargado de diversos aspectos rituales
como hablar para los santos en su papel de representante de la comuni-
dad, pedidor de la mano de la novia, los que tienden las ofrendas como la del
aire en Cuentepec, entre otros.
Huehuentles: especialistas ofrendadores en las cuevas.
Huehuetl: viejo.
Huehuetlatol: la lengua de respeto.
Huejca: lejos.
Huentle: ofrenda.
Kueuitl: vestido.
Kuotuntle: cotn.
Lelental: delantal.
Libekak Tlahtonhone: Seor celeste; Dios.
Pilcintles: aires.
Piollestli: tamales de sangre de pollo; se les pone cebolla, hierbabuena, semilla
de calabaza y chile ya molido y mezclado con el consom de pollo.
Piltzintle: beb.
Popochtli: sahumerio.
Popojcalli: cocina.
Shompelo: sombrero.
Soltik mukue: falda.
To huaxca: forma parte de los trminos propios que utilizan los nahuas para
definirse a s mismos y a su relacin con individuos pares culturalmente. Sus
trminos estn comprendidos en el pensamiento y la denominacin de origen
nahua que en varias ocasiones estn conformadas por metforas: to huaxca,
lo nuestro, la gente que pertenecemos a la misma tierra, la gente de aqu.
El mismo principio opera con to gente (nuestra gente) y con san ce (la gente
como uno solo).
Tonalli: sol.
Totorohtzin: torito.
Uopuoche: danzantes.
Xixtla: naturaleza.
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Identificacin
de imgenes
12 Mapa 1. Localizacin del estado en la Repblica. Diseo de Tlaoli Ra- 61 Concheros en la fiesta de Tepoztln. Mara Elizabeth Hernndez Vz-
mrez. quez, Tepoztln, Morelos, 2000.
17 Mapa 2. Pueblos referidos en el Atlas. Diseo de Tlaoli Ramrez. 64 Mapa 3. La gran regin ceremonial. Diseo de Tlaoli Ramrez.
19 Mural conteniendo la mitologa tepozteca penetrada por la moderni- 66 Los tres seores, imgenes de la Capilla de las Cruces en Tetelcingo.
dad. Marco Antonio Pacheco, Tepoztln, Morelos, 2009. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
20 Diversidad regional y tnica congregada por la fe al Seor de Tepalcingo. 68 Vendedor de pltanos en la feria de Tepalcingo (tercer viernes de
Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009. Cuaresma). Estos pltanos son utilizados por los vecinos de Tetel-
24 Presencias nahuas al inicio del siglo xx, naturaleza y cultura. Xochical- cingo en sus rituales. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos,
co. Fondo Hugo Brehme-inah. Clave: 121709, 1935, Cuernavaca. 2009.
25 La esttica de lo indgena en Morelos a travs del ojo occidental. Cuer- 71 Danza de Vaqueros procedentes de Chalma a su llegada a casa, Tetelcin-
navaca. Fondo Hugo Brehme. Clave: 423012, (ca. 1910). go. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
27 El pasado en el presente de la cultura nahua en 1935. Clave: 373218, 72 Devociones regionales de Cristocentrismo, en la feria del Seor de Ma-
(ca. 1935). zatepec. Marco Antonio Pacheco, Mazatepec, Morelos, 2009.
29 Nontles (nuestra madres mayores), la conversacin del respeto. Alfredo 74 Peregrinos descansando, en el atrio del Santuario del Seor de Tepal-
Paulo Maya, Tetelcingo, Morelos, 2008. cingo. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009.
32 Retrato de un indgena de la regin. Fondo Hugo Brehme-inah. Clave: 76 Portada en el santuario del Seor de Tepalcingo, construida por devotos
373150, 1935, Cuernavaca. de Iztapalapa, DF, como un amarre regional. Marco Antonio Pacheco,
37 Grfica 1. La posicin del nahua del este con respecto a otras variantes. Tepalcingo, Morelos, 2009.
Diseo de Ruth Rodrguez. 77 Hermanos menores, imgenes peregrinas del Seor de Tepalcingo de
38 Grfica 2. Desarrollo de la poblacin hablante de lengua indgena en los pueblos devotos, al pie de l. Otro amarre regional. Marco Antonio
relacin a la poblacin total de Morelos. Diseo de Ruth Rodrguez. Pacheco, Mazatepec, Morelos, 2009.
40 Grfica 3. Evolucin de la poblacin mayor de cinco aos hablante 78 Mapa 4. reas naturales protegidas en el estado de Morelos de carcter
de lengua indgena en Morelos, por municipio, 1970 a 2000. Diseo de federal y estatal. Diseo de Tlaoli Ramrez.
Ruth Rodrguez. 79 Estandartes de los santos patronales, de los pueblos que veneran al Se-
44 Dos expresiones de identidad, en el paisaje urbanizado de Tetelcingo, or de Tepalcingo, otro amarre regional. Marco Antonio Pacheco, Te-
Morelos. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009. palcingo, Morelos, 2009.
46 Remarcando la tradicin del brinco del chinelo. Mara Elizabeth Her- 82 Mapa 5. Expansin de la mancha urbana de Cuernavaca, Cuautla y Jo-
nndez Vzquez, Cocoyoc, Morelos, 2008. jutla, 1970-1980-2000. Diseo de Tlaoli Ramrez.
47 Mural en Tepoztln, que muestra la leyenda del Tepozteco. Segn la 83 Mujeres mixtecas de San Pablo Tijaltepec. Kim Snchez, Achichipico,
gente local fue financiado por la Pepsi Cola en los aos cincuenta del Morelos, 2004.
siglo xx, pero se desconoce el autor. Marco Antonio Pacheco, Tepoz- 84 Mapa 6. Grado de marginacin en el ao 2005 de las comunidades refe-
tln, Morelos, 2009. ridas en el atlas etnogrfico. Diseo de Tlaoli Ramrez.
47 Anunciando el paso de los chinelos. Mara Elizabeth Hernndez Vz- 87 Cortador de los campos de Tlaltizapn, joven puma. Marco Antonio
quez, Cocoyoc, Morelos, 2008. Pacheco, Tlaltizapn, Morelos, 2009.
47 Los chinelos, ventanitas de la imaginacin a lo prehispnico. L. Miguel 89 La Espera, Cuernavaca, Morelos. Enrique Torresagatn, Clave: 111/26/A,
Morayta Mendoza, Ocotepec, Morelos, 2005. Concurso: Libre, Serie: Sin Titulo, Acervo: Fototeca-Escuela Nacional
48 Comparsas de chinelos en un mural annimo, de la dcada de los cin- de Antropologa e Historia. Fondo: Concurso de Fotografa antropol-
cuenta del siglo xx, financiado por la Pepsi Cola, segn los lugareos. gica, 1983.
Marco Antonio Pacheco, Tepoztln, Morelos, 2009. 90 Presencias gticas en el atrio del Santuario del Seor de Mazatepec.
49 Mural en Ocotepec, muestrario de elementos histricos, en la imagina- Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009.
cin de la gente de Ocotepec, Morelos. Marco Antonio Pacheco, Ocote- 95 Jornalero del corte armando los montones, tres montones dan una tone-
pec, Morelos, 2009. lada, por una tonelada pagan: 25 pesos. Marco Antonio Pacheco, Tlalti-
50 El Instituto Politcnico Nacional, el poli, en el volantn de un chinelo zapn, Morelos, 2009.
de Tepoztln. Marco Antonio Pacheco, Tepoztln, Morelos, 2009. 96 Anciano de 83 aos, cortador, incansable y sin esperanzas. Marco An-
51 La imagen de la Virgen de Guadalupe en el sombrero y en la veneracin tonio Pacheco, Tlaltizapn, Morelos, 2009.
local de Tepoztln, Morelos. Marco Antonio Pacheco, Tepoztln, Mo- 97 Mujer trabajando con sus hijos y esposo al ritmo de los cortadores,
relos, 2009. $25.00 por tonelada cortada. Marco Antonio Pacheco, Tlaltizapn,
53 Tenochme de Xoxocotla actuando en Tetelcingo. L. Miguel Morayta Morelos, 2009.
Mendoza, Tetelcingo, Morelos. 99 Caas de azcar. Jupiter Images.
54 Las tetelcingas frente al mural de Ocotepec. L. Miguel Morayta Mendo- 102 Mapa 7. Poblacin jornalera indgena inmigrante en el estado de More-
za, 1999. los. Diseo de Tlaoli Ramrez.
56 Las prehispnicas frente al mural de Ocotepec. L. Miguel Morayta 104 Mapa 8. Principales cultivos en Morelos por superficie sembrada en el
Mendoza, Ocotepec, 1999. ao agrcola, 2005. Diseo de Tlaoli Ramrez.
56 Cuauhtmoc la memoria indgena enclavada en el espacio urbano de 105 Armador de cajas de madera para empacar la produccin regional, lo-
Cuernavaca. Mara Elizabeth Hernndez Vzquez, Cuernavaca, More- grada por los campesinos indgenas locales y forneos. Marco Antonio
los, 2009. Pacheco, Central de abastos, Cuautla, Morelos, 2009.
57 La madre tetelcinga, de la demagogia al olvido. Marco Antonio Pache- 107 Sembradores de da y mariachis de noche. Marco Antonio Pacheco, Ye-
co, Cuernavaca, Morelos, 2009. capixtla, Morelos, 2009.
58 Imagen urbana de creacin popular. Mara Elizabeth Hernndez Vz- 108 Familia en Totolapan. Adriana Saldaa Ramrez, Totolapan, Morelos,
quez, Temixco, Morelos, 2005. 2002.
59 La madre tetelcinga, asfixiada por la urbanizacin sin concierto. Marco 111 La Santa Cruz Apostolado en su nicho durante la fiesta patronal. Adria-
Antonio Pacheco, Cuernavaca, Morelos, 2009. na Saldaa Ramrez, Tula del Ro, Guerrero, 2005.
381
382 LO S P U E B LO S N A H UA S D E M O R E LO S. ATL A S E TN O G R F I CO
113 Vista de las galeras del campamento de la Brasilera Chica. Kim Snchez, 177 Los micos montan a un nio, en el lomo del Pinto (Danza de los Vaque-
Tehuixtla, Morelos, 2002. ros). Marco Antonio Pacheco, 2009.
114 Vista del interior de las galeras, la Brasilera Chica. Kim Snchez-Adria- 178 Los danzantes de vaqueros ofrecen una bebida de grosella, que simboli-
na Saldaa Ramrez, 2002-2003. za la sangre del toro sacrificado. Marco Antonio Pacheco, 2009.
115 Interior de galeras del campamento de la Brasilera Chica. Kim Snchez, 180 Mayordomos encargados de la Danza de Gaanes, Tetelcingo, Morelos.
Tehuixtla, Morelos, 2002. Alfredo Paulo Maya, 2004.
116 Mapa 9. Municipios de origen de las comunidades proveedoras de jor- 181 Recuerdos y fantasas del glamour de las haciendas. Marco Antonio Pa-
naleros agrcolas para la cosecha de la okra. Diseo de Tlaoli Ramrez. checo, San Javier de las Palmas, Morelos, 2010.
120 Peregrina limpindose de males con una piedra del cerro sagrado de 182 Manos que reproducen la centenaria habilidad de crear sus graneros, los
Tepalcingo. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009. cuexcomates; mujer de Cuentepec, tejiendo a Cristo crucificado, con la
120 Peregrinos depositan las piedras con las que limpiaron su cuerpo en tradicin milenaria de tejer la palma; cardando la lana para hilarla luego,
el altar del Cerro de Tepalcingo. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Hueyapan, Morelos; manos y maz, conjuncin que ha dado la vida por
Morelos, 2009. miles de aos a los pueblos originarios; mujer artesana; la palma, que
121 El timbre, que comunica con el Popocatepetl, en el calvario de Cempual- las manos de la gente de Cuentepec se vuelve casas, graneros y objetos
tepec. Alfredo Paulo Maya, Tetela del Volcn, 1988. de ritual; protegiendo la flama de su cirio y la esperanza de sus plegarias
122 El mayor don Abundio pide la fuerza divina en el Calvario de Mete- ante el Seor de Mazatepec; haciendo comales a mano, la herramienta
pezin. Alfredo Paulo Maya, Metepec, 1986. principal en este oficio centenario; manos curtidas al infinito, en los
123 Las Piedras del Rayo. Alfredo Paulo Maya, 1999. campos de la caa; bruendo cajetes con los mismos instrumentos cen-
125 Nonontles recibiendo la gracia divina durante la fiesta de octubre en tenarios, las manos y una piedra de cuarzo; manos testimonios de la
honor a Totazin Eterno. Alfredo Paulo Maya, Tetelcingo, Morelos. explotacin de los jornaleros inmigrantes indgenas, de cada da, cada
126 Mapa 10. Espacios religiosos en la zona de los volcanes Morelos-Puebla. ao y cada generacin.
Diseo de Tlaoli Ramrez. 186 Ofrenda en la cueva de Coatepec. Mara Cristina Saldaa Fernndez,
127 Altar adornado para celebrar la misa en honor a San Juan Labrador, Xoxocotla, Morelos.
cerro de Metepezin. Alfredo Paulo Maya, Metepec, 1986. 189 Ofrenda en la Santa Cruz. Mara Cristina Saldaa Fernndez, Xoxo-
128 Corona de peregrino ofrendada en altar de un cerro sagrado de Tepal- cotla, Morelos.
cingo. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, 2009. 191 Cargando los cntaros. Marco F. Gonzlez, Xoxocotla, Morelos, 2009.
129 Flores y plegarias, el atuendo de la Virgen (Dolorosa) durante la fiesta 193 Portada de flor de pericn. Mara Cristina Saldaa Fernndez, Xoxo-
de Cristo Rey. Mara Elizabeth Hernndez Vzquez, Tetelcingo, More- cotla, Morelos.
los, 2010. 195 Cntaros llenos de agua fresca. Marco F. Gonzlez, Xoxocotla, Morelos,
132 Cruces del Calvario de Cempualtepec adornadas con flores de pericn 2009.
durante la celebracin de San Miguel Arcngel. Alfredo Paulo Maya, 196 Esquema de uno de los patios donde se realiza de ofrenda. Realizado
Tetela del Volcn, 2008. por Livia Roxana Gonzlez ngeles. Diseo de Ruth Rodrguez.
134 El Nio Dios en el altar se asocia con los primeros milagros curativos 197 Mole, gallo recio y tamales: alimentos preferidos por los aires. Livia R.
de Cristo en la Tierra y con las cabauelas. Marco Antonio Pacheco, Gonzlez ngeles, Cuentepec, Morelos, 2004.
Hueyapan, Morelos, 2009. 198 Ofrenda a los Aires. Realizado por Livia Roxana Gonzlez ngeles.
135 Despus de visitar el Santuario del Seor de Chalma, los peregrinos as- Diseo de Ruth Rodrguez.
cienden a la montaa sagrada a ofrendar su cansancio y pedir bienestar. 199 La ayuda colectiva de las redes de apoyo de la gente de uno, manifes-
Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009. tadas en la tinajas de refrescos y cartones de cerveza. Marco Antonio
136 Grfica 4. Centro de Xoxocotla, Morelos. Realizado por Mara Cristina Pacheco, 2009.
Saldaa Fernndez. Diseo de Ruth Rodrguez. 201 El ladrn: Promesa de los Elotes. Mara Cristina Saldaa Fernndez,
139 Peticin de temporal al volcn Popocatpetl. Alfredo Paulo Maya, Re- Alpuyeca, Morelos.
gin de los volcanes, 1992. 202 Esquema 1. Ritual de la Promesa de los Elotes. Realizado or Mara
141 Grfica 5. Campos de Xoxocotla, Morelos. Realizado por Mara Cristi- Cristina Saldaa Fernndez. Diseo de Ruth Rodrguez.
na Saldaa Fernndez. Diseo de Ruth Rodrguez. 203 Ofrenda en las posadas. Mara Cristina Saldaa Fernndez, Xoxocotla,
142 Grfica 6. Mapa de Atlacholoaya, Morelos. Realizado por Mara Cristi- Morelos.
na Saldaa Fernndez. Diseo de Ruth Rodrguez. 204 Promesa de los Elotes, Alpuyeca, Morelos. Mara Cristina Saldaa Fer-
145 Xochimamastle en la procesin. Mara Cristina Saldaa Ramrez, Alpu- nndez, Alpuyeca, Morelos.
yeca, Morelos. 206 Ofrenda a la Virgen en las posadas. Mara Cristina Saldaa Fernndez,
148 Xochimamastle y la Virgen. Mara Cristina Saldaa Ramrez, Alpuyeca, Xoxocotla, Morelos.
Morelos. 207 Panormica del volcn Popocatpetl. L. Miguel Morayta Mendoza, Ye-
152 La piramide, metfora del cerro Delgado, en el milenario Chalcatzingo. capixtla, Morelos, 2004.
Marco Antonio Pacheco, Chalcatzingo, Morelos, 2009. 209 El baile de la cabeza y del guajolote en una boda tradicional. L. Miguel
152 Panormica de la zona de los relieves en lo alto del cerro Gordo de Chal- Morayta Mendoza, Chalcatzingo, Morelos, 1976.
catzingo. Marco Antonio Pacheco, Chalcatzingo, Morelos, 2009. 210 El ropero y la estufa, regalos para los novios. Adriana Saldaa Ramrez,
154 Proveedor del papel prehispnico, el rbol de amate, en el sitio arqueo- Xoxocotla, Morelos, 2008.
lgico de Chalcatzingo. Marco Antonio Pacheco, 2009. 210 Boda en Cuentepec. Adalberto Ros, Cuentepec, Morelos.
155 El Rey, relieve icono de la presencia del pensamiento olmeca en Chal- 211 Cabeza de marrano en una boda tradecional. L. Miguel Morayta Men-
catzingo. Marco Antonio Pacheco, Chalcatzingo, Morelos, 2009. doza, Chalcatzingo, 1976.
158 Mural de semillas: imaginando pasados prehispnicos,Tepoztln, Mo- 212 Boda, El Higuern, Morelos. L. Miguel Morayta Mendoza, El Higue-
relos. L. Miguel Morayta Mendoza, 2005. rn, Morelos, 1976.
160 Mitad jaguar y mitad humano, presencia de la dualidad y del jaguar, 213 Boda en Chalcatzingo. L. Miguel Morayta Mendoza, Chalcatzingo,
dos ejes de la cosmovisin mesoamericana prehispnica. Marco Antonio 1976.
Pacheco, Museo de Chalcatzingo, Morelos, 2009. 216 Altar para recibir a los difuntos del Barrio de la Santa Cruz, en su
163 Mapa 11. Reconstruccin poltico-territorial del Morelos prehispnico primer ao de muertos. L. Miguel Morayta M., Ocotepec, Morelos,
(1519). Diseo de Tlaoli Ramrez. 2009.
166 Mapa 12. Principales conventos fundados en el siglo xvi. Diseo de 217 Altar para recibir a un familiar, en la primera visita de su muerte. L.
Tlaoli Ramrez. Miguel Morayta M., Ocotepec, Morelos, 2009.
167 Mapa 13. Haciendas y tierras de los pueblos de Morelos (1910). Diseo 217 Ofrenda nueva dedicada a la primera llegada a un querido familiar di-
de Tlaoli Ramrez. funto. L. Miguel Morayta M., Ocotepec, Morelos, 2009.
169 Entrando al pasado, Hacienda de Xochimancas. Marco Antonio Pache- 218 Representacin del difunto simulando su cuerpo, con ropa, zapatos y
co, Ticuman, Morelos, 2009. sombrero. Marco Antonio Pacheco, Ocotepec, Morelos, 2012.
170 Testimonios: Elementos del recuerdo, San Javier de las Palmas. Marco 219 Don Domingo Daz construyendo la ofrenda nueva a su hijo con
Antonio Pacheco, San Javier de las Palmas, Morelos, 2009. el pan, los pltanos que su gente ms allegada le brinda. L. Miguel Mo-
172 Mapa 14. Ingenios y trapiches en Cuernavaca-Cuautla. Diseo de Tlao- rayta, M., Ocotepec, Morelos, 2009.
li Ramrez. 220 Cripta 1. Casa miniatura, una famosa tumba en Ocotepec. L. Miguel
173 Los documentos coloniales fuentes de la historia y la imaginacin. Mar- Morayta Mendoza, Ocotepec, Morelos, 1999.
co Antonio Pacheco, Hueyapan, Morelos, 2009. 221 Bentle (ofrenda) de pltanos y virotes que se cargarn con la gracia divi-
174 Fotos de familiares zapatistas, en el hogar de un lder miembro de la na. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
Danza Azteca. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009. 222 Cadenas de flor de 3 de mayo que se colocan en las cruces que se en-
176 Danza de los Vaqueros en procesin por las calles centrales de Tetelcin- cuentran camino al santuario del Seor de Ixcatepec en Tepoztln. Ma-
go. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, 2009. ra Elizabeth Hernndez Vzquez, Santa Catarina, Morelos, 2008.
176 Danza de los Vaqueros al ingresar a la Capilla de las Cruces. Marco 223 Cementerio de Totolapan. L. Miguel Morayta Mendoza, Totolapan,
Antonio Pacheco, Tetelcingo, 2009. Morelos, 2000.
177 El toro Pinto es toreado durante la Danza de los Vaqueros. Marco An- 223 Resplandor de la ofrenda de la Danza de los Concheros. Marco Antonio
tonio Pacheco, 2009. Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009.
IDENTIFICACIN DE IMGENES 383
224 Ofrenda de varitas de xochitlalanontli y flor de gladiola en la cruz mar- 277 La jcara, al ser colocada en la cabeza de una mujer, la identifica como
cadora del Seor de Ixcatepec. Mara Elizabeth Hernndez Vzquez, anfitriona de una fiesta o ritual. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo,
Tepoztln, Morelos, 2008. Morelos, 2009.
225 Las ceras escamadas, herencia ritual colonial. Marco Antonio Pacheco, 278 El ayate en los hombros de una mujer simboliza la responsabilidad
Ocotepec, Morelos, 2009. de realizar un ritual. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos,
226 Cripta 2. Casa miniatura, una famosa tumba en Ocotepec. L. Miguel 2009.
Morayta Mendoza, Ocotepec, Morelos, 1999. 279 Ixcacles, calzado de tradicin centenaria para vivos y muertos. Marco
226 En espera del difunto en el camposanto. L. Miguel Morayta Mendoza, Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
Morelos. 280 Faja que resguarda el centro de energa corporal de la mujer, el ombligo.
227 Entierro sealado con una vara y una pequea cruz entre arbustos. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
L. Miguel Morayta Mendoza, Morelos. 281 Jcara y faja, dos elementos esenciales de la vestimenta tetelcinga. Marco
231 Arco mural de semillas, donde se plasm la imaginacin histrica de los Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
tepoztecos. Marco Antonio Pacheco, Tepoztln, Morelos, 2009. 282 Las sandalias para los vivos y para los muertos, herencia centenaria: los
233 Representacin del nacimiento del Tepozteco, en arco mural de semillas ixcacles. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan, Morelos, 2009.
a la entrada de la parroquia de Tepoztln. Marco Antonio Pacheco, Te- 283 Cardando, Hueyapan, Morelos. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan,
poztln, Morelos, 2009. Morelos, 2009.
236 Arco mural de semillas, ancianos que cuidaron del Tepozteco. Marco 284 Cardando, Hueyapan, Morelos. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan,
Antonio Pacheco, Tepoztln, Morelos, 2009. Morelos, 2009.
240 Las hormigas de los mitos en el arco mural de semillas. Marco Antonio 287 Cardando, Hueyapan, Morelos. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan,
Pacheco, Tepoztln, Morelos, 2009. Morelos, 2009.
244 Modernidad y tradicin juntos en las plantas que curan en la feria de 288 Mujer cuentepeca tejiendo palma. Marco Antonio Pacheco, Ocotepec,
Cuaresma de Tepalcingo. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, More- Morelos, 2009.
los, 2009. 290 Vestimenta de la gente de Cuentepec, hoy. Marco Antonio Pacheco,
245 Lectura de huevo que permitir estimar la prdida del alma en un enfer- Cuentepec, Morelos, 2009.
mo. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan, Morelos, 2009. 293 Nahuas woman of Tetelcingo, Morelos, dyeing her hair green [Mujer nahua
246 Amuleto que se le atribuye la facultad de anular la envidia de los vi- de Tetelcingo, Morelos, se tie el pelo de color verde]. Cordy, Donald
sitantes a un negocio. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, & Cordry, Dorothy, Tetelcingo, Morelos, 1966.
2009. 294 Honda (el corte), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza,
247 Lectura de mizcotn con copales. Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, Tepoztln, Morelos, 1977.
Morelos, 2009. 295 Honda (el tejido), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza,
248 Venta de amuletos en el atrio de la feria de Tepalcingo (tercer viernes de Tepoztln, Morelos, 1977.
Cuaresma). Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009. 296 Honda (el tejido), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza,
249 Nio coronado en el santuario a la usanza prehispnica. Marco Antonio Tepoztln, Morelos, 1977.
Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009. 297 Honda (el tejido), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza,
253 Colocando la ofrenda a los aires durante los festejos en honor a San Tepoztln, Morelos, 1977.
Miguel Arcngel. Alfredo Paulo Maya, 2009. 298 Honda (el tejido), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza,
260 Los padrinos llegan al hogar del nio enfermo de mizcotn. Marco An- Tepoztln, Morelos, 1977.
tonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. 298 Honda (el tejido), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza,
260 Tamales nejos, que son ofrendados durante el ritual del Mizcotn. Mar- Tepoztln, Morelos, 1977.
co Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. 299 Honda (uso), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza, Te-
261 Escapularios con la imagen de San Antonio y Santo Domingo, perso- poztln, Morelos, 1977.
najes de la salud y la enfermedad. Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, 299 Honda (uso), don Salvador Tapia. L. Miguel Morayta Mendoza, Te-
Morelos, 2009. poztln, Morelos, 1977.
262 Paciente con escapulario una semana despus de su curacin. Marco 302 Cocina, muestrario de la tradicin domstica de Cuentepec. Marco An-
Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. tonio Pacheco, Cuentepec, Morelos, 2009.
263 Curacin de mizcotn. Francisco Garca Fajardo, Coatetelco, Morelos, 303 Figura 1. Croquis de una vivienda de Cuentepec. Realizado por Livia
2001. Roxana Gonzlez ngeles. Diseo de Ruth Rodrguez.
264 Curacin de mizcotn: presentacin de los alimentos para la curacin. 304 Interior de una cocina. Ma. del Pilar Angn Urquiza, Cuentepec, More-
Francisco Garca Fajardo, Coatetelco, Morelos, 2001. los, 2004.
264 Escapulario; elemento utilizado en la curacin del mizcotn. Francisco 305 Ventana a la vida ritual de la familia. L. Miguel Morayta, Ocotepec, Mo-
Garca Fajardo, Coatetelco, Morelos, 2001. relos, 2009.
265 Durante el ritual de mizcotn el padrino viste de rojo a su ahijado. Marco 306 Alimentando a los santos en el altar domstico, Ocotepec, Morelos.
Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. Marco Antonio Pacheco, Ocotepec, Morelos, 2009.
265 El nio enfermo de mizcotn muestra prdida de apetito, irritabilidad 307 El festejado junto a su pastel. Adriana Saldaa Ramrez, Xoxocotla,
y tristeza, entre otros sntomas. Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2008.
Morelos, 2009. 307 Inicio del bautizo. El Nio Dios sale de su altar. Adriana Saldaa Ram-
266 El nio recibe de su padrino el escapulario, acto que precede el baile y rez, Xoxocotla, Morelos, 2008.
el consumo de alimentos por parte del nio enfermo. Marco Antonio 308 Altar en el hogar del Moyesu, espacio sagrado del jefe de la Danza de
Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. los Vaqueros. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
266 El mole de pipin es ofrendado a San Antonio y Santo Domingo para 309 Una cocina hecha con elementos vegetales. L. Miguel Morayta Mendo-
que sacien su apetito. Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, za, Cuentepec, Morelos, 2004.
2009. 309 Techo de tejas planas, un recuerdo del paisaje de los pueblos morelenses,
266 Padrino en la ofrenda. Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, antes de 1950. Marco Antonio Pacheco, Chalcatzingo, Morelos, 2009.
2009. 310 Cuexcomate, granero de Chalcatzingo, lugar de prodigiosos maestros en
266 Se tiene la creencia de que el santo se impone en el nio, como una el arte de hacerlos. Susan Keyes, Chalcatzingo, Morelos, 2007.
forma de exigir una ofrenda en su honor. Marco Antonio Pacheco, Coa- 311 Cuexcomate, estragos del abandono. L. Miguel Morayta Mendoza,
tetelco, Morelos, 2009. Chalcatzingo, Morelos, 2000.
266 Padrino comparte la bebida entre los familiares del nio y sus amistades. 312 Dos pisos de adobe, techos de dos aguas y teja plana, tienen que ser ca-
Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. sas de Hueyapan. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan, Morelos, 2009.
266 El nio que se muestra contento, se asocia con la curacin del mizcotn. 312 Artesano cuexcomatero. Chalcatzingo. Adalberto Ros.
Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. 313 Joven haciendo artesana comercial de una tradicin: el cuexcomate.
267 El nio que enferma de mizcotn es el centro de atencin de sus fami- Marco Antonio Pacheco, Chalcatzingo, Morelos, 2009.
liares y amigos durante el tiempo que dura el ritual, as las tensiones 314 Manejo del espacio domstico en Cuentepec. Marco Antonio Pacheco,
intrafamiliares aminoran temporalmente. Marco Antonio Pacheco, Coa- Cuentepec, Morelos, 2009.
tetelco, Morelos, 2009. 314 Acomodo domstico, una tradicin de Cuentepec. Marco Antonio Pa-
269 Mapa 15. Casos de chipilez y mizcotn en Morelos. Diseo de Tlaoli checo, Cuentepec, Morelos, 2009.
Ramrez. 315 Cuarto-taller y vestimenta. Ma. del Pilar Angn Urquiza, Cuentepec,
271 San Antonio se asocia con la presencia de diarreas en los nios, aun- Morelos, 2004.
que tambin entristece a los viejos. Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, 318 Conchero. Concurso: Libre, Serie: Sin ttulo. Cuernavaca (1983). Acer-
Morelos, 2009. vo: Fototeca-Escuela Nacional de Antropologa e Historia. Fondo de
272 Enfermar significa negociar con los santos la curacin del nio; se trata Concurso de Fotografa Antropolgica. Enrique Torresagatn. Clave:
de un principio de reciprocidad caracterstico de los pueblos de Morelos. 111/26/C.
Marco Antonio Pacheco, Coatetelco, Morelos, 2009. 320 Conchero (de frente con sus instrumentos). Marco Antonio Pacheco.
276 Tepalcingo, lugar donde los morelenses obtienen sus jcaras para uso Tepalcingo, Morelos, 2009.
diario y rituales. Marco Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009. 322 Conchero. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009.
384 LO S P U E B LO S N A H UA S D E M O R E LO S. ATL A S E TN O G R F I CO
323 Danza Azteca. L. Miguel Morayta Mendoza, Tetelcingo, Morelos, 1988. 347 Moros y Cristianos. L. Miguel Morayta Mendoza, Totolapan, Morelos,
324 Altar con concheros. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 1996.
2009. 350 Nios sayones. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan, Morelos, 2009.
325 Ensamble de instrumentos de concheros. Marco Antonio Pacheco, Te- 350 Capitana de la Danza de los Concheros, el tiempo pasa y el fervor se
telcingo, Morelos, 2009. sigue transmitiendo. Marco Antonio Pacheco, San Juan Tlacotenco,
326 Oh joven mouseuale!... Porfirio Ramos Baln, Tetelcingo, Morelos. Morelos, 2009.
327 La Contradanza, Fiesta de los Ramos. L. Miguel Morayta Mendoza, 350 La capitana de la Danza de los Concheros en la gracia del Tepozteco.
Ocotepec, Morelos, 2005. Mara Elizabeth Hernndez Vzquez, Tepoztln, Morelos, 2000.
328 Entre los Santiagueros, el uso del morral identifica al responsable de la 351 Seora Teo de Hueyapan, Morelos. Omar Meneces, Morelos, 1992.
danza. Porfirio Ramos Baln, Tetelcingo, Morelos. 352 Registro de un ritual por un nio tetelcingo, participacin doble. Marco
330 Los dlares en la Danza de los Tecuanes, un reflejo de los tiempos. Antonio Pacheco, Tetelcingo, Morelos, 2009.
L. Miguel Morayta Mendoza, Ocotepec, Morelos, 2009. 353 Msico y maestro de tradicin de Ocotepec. L. Miguel Morayta Men-
331 Cuadro 1. Inicio del canto de la danza de los Santiagueros. Realizado doza, Ocotepec, Morelos, 2009.
por Tirso Clemente. 354 Tetelcingas recibiendo la marcha del Alto Balsas, Guerrero, Puente de
332 Nio Dios vestido de tecuani. L. Miguel Morayta Mendoza, Ocotepec, Ixtla, Morelos. Clave: XIV/5/B, Concurso: Movimientos polticos, Se-
Morelos, 2007. rie: 500 aos despus. Autor: Ma. Trinidad Prez Blas, (1992), Acervo:
332 Al tan tan del corazn. L. Miguel Morayta Mendoza, Ocotepec, More- Fototeca-Escuela Nacional de Antropologa e Historia, Fondo: Con-
los, 2005. curso de Fotografa Antropolgica.
333 La msica y las danzas son parte vital de la vida ceremonial de las co- 355 Y al da siguiente. Clave: VIII/23/J, Concurso: Tres aspectos de la cul-
munidades tradicionales: interpretacin de la msica desde el corazn. tura popular en Mxico, Serie: Fiesta del Santo Patrn, Seor Santiago
Miguel Tafoya, Xoxocotla, Morelos, 2005. del Pueblo de Tenextepango. Autor: Carlos Morales, Lugar y Fecha:
334 Msicos de la feria veneracional en honor al Seor de Mazatepec. Mar- Tenextepango, (S/F). Acervo: Fototeca-Escuela Nacional de Antropo-
co Antonio Pacheco, Mazatepec, Morelos, 2009. loga e Historia, Fondo: Concurso de Fotografia Antropolgica.
335 Sonidos del corazn. L. Miguel Morayta Mendoza, Chalcatzingo, Mo- 355 Mujeres indgenas vendiendo su fruta. Cuernavaca, Morelos, ca. 1935,
relos, 2005. Fondo Hugo Brehme, Clave 373152.
335 Una banda condensada. L. Miguel Morayta Mendoza, Chalcatzingo, 356 Rostro de ocho dcadas, labrado por el corte de caa y por la deses-
Morelos, 2005. peranza en el futuro. Marco Antonio Pacheco, Ticumn, Morelos,
338 Nio moro. Marco Antonio Pacheco, Tepalcingo, Morelos, 2009. 2009.
339 Sayones. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan, Morelos, 2009. 357 El violinista acompaante de los danzantes durante el retorno de las
340 Sayones caminando. Marco Antonio Pacheco, Hueyapan, Morelos, imgenes a la Capilla de las Cruces. Marco Antonio Pacheco, Tetelcin-
2009. go, Morelos, 2009.
341 Danza de Moros y Cristianos en San Marcos. L. Miguel Morayta Men- 357 Aprendiendo el gusto de la monta de toros. L. Miguel Morayta Men-
doza, San Marcos Acteopan, Puebla, 1977. doza, Ocotepec, Morelos, 2009.
342 Moras y Cristianas. L. Miguel Morayta Mendoza, San Marcos Acteo- 358 La casa. Livia Roxana Gonzlez ngeles, Cuentepec, Morelos, 2004.
pan, Puebla,1985. 359 Chinelos, un gusto que se hereda. Marco Antonio Pacheco, Tlayacapan,
344 Mapa 16. Teatro tradicional comunitario. Diseo de Tlaoli Ramrez. Morelos, 2009.
347 Cuadro 1. Algunas de las danzas-dramas y representaciones de Moros 361 Transportando modernidad y tradicin. Marco Antonio Pacheco, Yeca-
y Cristianos ms comunes en el estado de Morelos. Realizado por Fran- pixtla, Morelos, 2009.
cisco Omar Sustegui Torres. 363 Mural. Tepozteco: la fuerza de las races culturales. L. Miguel Morayta
347 Danza Azteca del Estado de Mxico, en la fiesta patronal de San Mendoza, Tepoztln, Morelos, 2005.
Juan Tlacotenco. Identidad, amarre regional y emotividad. L. Miguel 367 La mirada del otro. L. Miguel Morayta Mendoza, Cuentepec, Morelos,
Morayta Mendoza, San Juan Tlacotenco, Morelos, 2009. 2003.
Los pueblos nahuas de Morelos.
Atlas etnogrfico
se termin de imprimir en agosto de 2011
en los talleres de Offset Rebosn, S.A. de C.V.
Av. Acueducto 415, Col. San Lorenzo Huipulco,
Tlalpan, 14370 Mxico, D.F.
Produccin: Direccin de Publicaciones de la
Coordinacin Nacional de Difusin
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D I VU L GA C I N
MORELOS
ATLAS ETNOGRFICO
TOHUAXCA, TOGENTE
LO NUESTRO, NUESTRA GENTE
ATLAS ETNOGRFICO
Luis Miguel Morayta Mendoza (coord.)
Mara Elizabeth Hernndez Vzquez, Alfredo Paulo Maya,
Adriana Saldaa Ramrez, Marco A. Pacheco Gonzlez
MORELOS
LOS PUEBLOS NAHUAS DE
ISBN 978-607-484-144-2
GOBIERNO DEL ESTADO DE MORELOS
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGA E HISTORIA
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