La Educación Matemática, Una Disciplina en Fomración - Vasco
La Educación Matemática, Una Disciplina en Fomración - Vasco
La Educación Matemática, Una Disciplina en Fomración - Vasco
CARLOS E. VASCO.
Pero en esos mismos grupos sociales en donde fluyen las matemticas realmente
existentes, llega el momento en que se van creando ciertos dispositivos que
podramos llamar "la pedagoga de las matemticas", surgen personas que las
ensean a otras personas, as sea de manera informal. Hay quienes les ensean a
otros a contar, la manera de escribir y manejar cierto vocabulario, ciertas acciones y
smbolos, etc. Esa es la pedagoga de las matemticas como prctica social. No
estoy pensando en la disciplina moderna llamada "pedagoga o didctica de las
matemticas", sino en la prctica pedaggica de comunicar matemticas.
Tendramos pues al menos tres ramales de una trenza diacrnica: las matemticas
realmente existentes en la cultura, la pedagoga de las matemticas o matemticas
escolares, y las matemticas de investigacin. Insisto en que la diferencia entre esos
tres ramales es ms bien terica y analtica; muchas veces somos las mismas
personas las que sabemos contar, las que tratamos de cuadrar la chequera y nos
equivocamos en las sumas, las que luego pasamos a ensear matemticas, o nos
Tomado de: Matemticas. Enseanza Universitaria. Revista de la ERM. Vol. 3, No 2, Mayo de 1994.,
pp. 59-75.
Tratemos pues de pensar este proceso social de las matemticas como si fuera
fluyendo, caminando en el tiempo, y distinguiendo en l las matemticas realmente
existentes, las matemticas escolares como prcticas pedaggicas de enseanza de
las matemticas, y las matemticas de investigacin.
Esa visin de dentro ocurre tambin en las matemticas escolares, o sea en lo que
hemos llamado "la pedagoga de las matemticas". Es la visin del maestro que sabe
matemticas al nivel que l considera necesita saberlas. Por ejemplo ensea clculo
en grado once, y se ofende cuando un profesor universitario dice que no se puede
ensear clculo sin haber tomado cursos de anlisis complejo; en realidad, l no ha
tomado esos cursos, pero s sabe que el anlisis complejo no es necesario para
ensear bien el clculo, y con razn se siente atropellado por los matemticos de
investigacin. Ese profesor que no sabe anlisis complejo s puede saber mucho
sobre su vida cotidiana como maestro de matemticas, sobre la de sus alumnos y la
manera como ellos aprenden los conceptos de lmite, continuidad, derivada, integral
indefinida y definida; sobre las dificultades que tienen con la interpretacin de las
grficas, sobre las maneras como se ensean unos a otros, etc. Ese saber
pedaggico del maestro de matemticas puede tener limitaciones, como por ejemplo
creer que los alumnos aprenden lo que uno les ensea, sin caer en la cuenta de que el
proceso de enseanza est muy lejos del de aprendizaje, hasta el punto de que con
frecuencia llegan a ser contradictorios. Pero ese saber que l tiene sobre los procesos
que l vive cuando ensea, cuando evala, cuando acompaa a sus alumnos en el
aprendizaje, es muy importante como saber pedaggico, como saber sobre la
educacin matemtica desde dentro del proceso.
Pero s parece que algunos de nosotros tenemos una vocacin, as se considere una
especie de deformacin mental, y es que nos gusta mirar los procesos desde fuera.
Esa posicin no sale gratis: tiene sus costos. Pensemos en una persona que va a una
fiesta a observar, a mirar qu, hace la gente, etc. Puede resultarle interesante asumir
esa posicin de antroplogo, pero el costo que paga es que se pierde de lo bueno de
la fiesta, y hasta se convierte en un aguafiestas. Puede observar detalles muy
interesantes respecto a la manera como la gente llega, saluda, forma grupos, excluye
consciente o inconscientemente a otros, etc. Puede que hasta logre publicaciones
muy finas y profundas sobre la microsociologa de las fiestas. Pero el que se dedic a
registrar esos aspectos, probablemente no disfrut del baile, del licor, del buen
ambiente, porque sencillamente estaba en otro plan. Tenemos pues que apreciar, o al
menos tolerar, a los que miran desde fuera los procesos. Y para precisar lo que es
esa nueva disciplina de la educacin matemtica, y para poder ubicarla con respecto a
otras disciplinas, es necesario tomar esa posicin externa y adoptar esa mirada desde
fuera.
Vamos ahora al otro extremo del octgono. La filosofa est influyendo cada vez ms
en la investigacin en educacin matemtica, as sea de manera implcita. Podramos
hablar de la filosofa implcita del practicante de las matemticas de investigacin, o
del educador matemtico. Entre los aspectos filosficos de la ciencia cognitiva se
consideraba slo la epistemologa. Pero la epistemologa es un poco restrictiva, en el
sentido de que trata de los saberes que se llaman a s mismos cientficos. Habra que
considerar una regin ms amplia, ese tratado filosfico sobre el conocimiento que se
llamara gnoseologa o teora del conocimiento en general, del cual el conocimiento
cientfico no es ms que una regin ms estrecha. Se ha visto por ejemplo que el
conocimiento no cientfico de los practicantes es mucho ms importante que lo que
pensaban los cientficos e investigadores.
Pero adems de ese tratado filosfico sobre el conocimiento, la filosofa tiene mucho
que aportar a la educacin matemtica. Pronto aparecen preguntas sobre el por qu y
el para qu de aprender matemticas; sobre qu contribuciones hacen ellas a la
cultura, etc. Esas preguntas exigen una visin ms amplia de la persona humana y de
la sociedad, que slo podra darla una antropologa filosfica, que no puede res-
tringirse ni a la metafsica ni a la gnoseologa . Hay que reflexionar sobre aspectos
como la sensibilidad y la esttica, y cada vez se ve ms claro que hay que reflexionar
sobre la tica. Esa antropologa filosfica nos orientara sobre lo que es y debe ser la
sociedad, el hombre, el comportamiento tico, el papel de lo esttico, etc. La teora de
la accin comunicativa de Habermas trata de recalcar lo razonable (no digamos lo
racional, ni menos lo racionalista) de dialogar sobre aspectos de la tica, la esttica, el
hombre y la sociedad, etc., y no restringir la racionalidad a la lgica o a lo meramente
objetivo y cientfico. Ubiquemos pues la filosofa con todas las ramas mencionadas en
el vrtice superior del octgono.
Habra quienes ubican la lgica como otro tratado filosfico, pero prefiero ponerla
como disciplina especfica en un vrtice cercano del octgono, arriba a la derecha, ya
sea que se le considere como parte de la filosofa, o como parte de las matemticas, o
como disciplina metalingustica.
Pero por el otro lado del octgono debemos ubicar las disciplinas clsicas que
necesitaramos para poder hacer investigaciones serias sobre las matemticas como
prcticas sociales de sujetos humanos, como seran la antropologa, la sociologa y la
psicologa. La dimensin diacrnica es tambin esencial para la compresin de esos
fenmenos, y para ella es necesario ubicar tambin a la historia en un lugar
preeminente del octgono. Empecemos pues por ella en el vrtice superior izquierdo
del octgono, cerca a la filosofa. En particular, no falta quien diga que una buena
epistemologa no es ms que una buena historia de las ciencias, y en particular de las
matemticas. Pero yo creo que la epistemologa tiene una especificidad que desborda
la historia, la que utiliza como una de sus fuentes, con el llamado por Piaget "mtodo
sociogentico", siendo los otros mtodos el psicogentico y el formalizante.
Por la oportunidad e importancia del tema, resumir en esta ltima parte del artculo
las preguntas que se hizo esta comisin internacional, con algunos comentarios
personales al respecto.
No basta pues el punto de vista interno; hay multitud de preguntas interesantes sobre
la investigacin matemtica desde un punto de vista puramente externo.
4.2 Preguntas sobre el objeto de la empresa
Estn tambin los que se inclinan por poner como objeto de la investigacin el binomio
enseanza-aprendizaje, que es considerado por algunos como un solo proceso,
aunque otros distinguen all dos procesos diferentes, y dirigen la atencin hacia las
relaciones entre esos dos procesos de enseanza y de aprendizaje, y al contenido
matemtico involucrado en ellos. Otros piden inclur tambin la realidad del saln de
clase, de la escuela, la comunidad y el sistema educativo formal, as como los canales
de educacin no formal y las concepciones socialmente compartidas acerca de las
matemticas y su enseanza. Por ejemplo, James Stigler de la Universidad de
Chicago ha encontrado que la apreciacin de las mams norteamericanas sobre el
aprendizaje de las matemticas es que algunos nios tienen una especie de don de
Dios que hace que su cerebro est hecho para aprender matemticas, y que la
mayora no tiene ese don. En cambio, las mams del Japn, Taiwan y Corea piensan
que para aprender matemticas basta un trabajo duro v constante, y que el que no las
aprende es porque es perezoso. Esta apreciacin tiene mucho efecto en el inters y el
tiempo que invierten los alumnos orientales en aprender matemticas, y los resultados
de las comparaciones internacionales sobre rendimiento en matemticas muestran
enormes diferencias en favor de ellos.
Ese tipo de problemticas van adquiriendo algunos de los rasgos de los paradigmas
de Thomas Kuhn. Se dan preguntas compartidas, marcos tericos comunes al grupo,
mtodos que se consideran como vlidos, se van conformando pequeas
comunidades sociolgicas alrededor de cada problemtica, etc.
Pero esto genera tambin preguntas alrededor de las problemticas. Cmo distinguir
las problemticas de la educacin matemtica de las de la psicologa del aprendizaje,
o de las de la didctica de las matemticas, o de las de la epistemologa de las
matemticas? Esta discusin nos devolvera al primer grupo de preguntas.
Para dar una indicacin de los tipos de resultados que se han ido presentando en la
literatura, y que tienen especial inters, propondr tres tipos de ellos:
Muy relacionados con las preguntas sobre los resultados son los ltimos interrogantes
que se plante el comit internacional sobre lo que puede considerarse como
suficiente para darle a un resultado la calificacin de "vlido". Estos interrogantes son
especialmente difciles, por involucrar las distinciones entre verdad, validez,
confiabilidad, coherencia, objetividad, relevancia y valor social de la investigacin,
generalizabilidad, replicabilidad, originalidad, impacto educativo y social de los
resultados, etc., as como las operacionalizaciones de esos conceptos, y las
salvaguardias metodolgicas que permitan afirmar algunas de las anteriores
calificaciones acerca de un resultado dado.
Esas son las preguntas permanentes para todo investigador, y en particular para todos
los investigadores en educacin matemtica, ya vengan desde dentro de la prctica
diaria del maestro, o desde la prctica del investigador universitario.
As quedamos al final de este artculo con ms preguntas que respuestas, pero ese es
precisamente el atractivo magntico que ejerce la investigacin en educacin
matemtica sobre los que queremos practicarla.