Variable Compleja
Variable Compleja
Variable Compleja
VARIABLE COMPLEJA
APUNTES DE CÁTEDRA
JULIO DE 2016
JORGE YAZLLE
PREFACIO
Jorge F. Yazlle
Julio de 2016
Índice general
Capítulo 4. INTEGRACIÓN 59
1. Curvas y contornos en el plano complejo 59
2. Integral de funciones complejas de variable real 61
3. Integral de funciones de variable compleja sobre contornos 62
4. Integración sobre contornos cerrados 67
5. Las fórmulas integrales de Cauchy. Consecuencias 74
APÉNDICE: Demostración de la fórmula generalizada de Cauchy 80
EJERCICIOS 83
1
2 Índice general
Bibliografía 159
Capítulo 1
NÚMEROS COMPLEJOS
Los números reales, a pesar de sus excelentes propiedades, presentan algunas deciencias,
2
como por ejemplo la inexistencia de soluciones de ecuaciones sencillas tales como x +1 =
0. Los números complejos surgieron como consecuencia de encontrar solución a ecuaciones
algebraicas de este tipo, y, a partir de su aparición, fueron objeto de estudio a los nes de
extender las nociones del cálculo a un ambiente más general. Es así como se fueron desarrollando
los conceptos de funciones de variable compleja, y sus operaciones de límites, derivación e
integración. Pronto se advirtió también la sencilla forma en que, mediante simples operaciones
algebraicas entre números complejos, podía llevarse a cabo movimientos del plano tales como
rotaciones, traslaciones, simetrías, etc., dando origen a nuevos campos de estudio y aplicaciones
de los números complejos.
En este capítulo estudiaremos la estructura algebraica y geométrica de los números comple-
jos. Veremos distintas formas de representarlos, y extenderemos a este ámbito muchas de las
nociones que conocemos para números reales.
C = {(a, b) : a, b ∈ R}
En otras palabras, si z es un número complejo, debe ser z = (a, b) en donde a y b son ambos
números reales; a se denomina la parte real de z (denotada mediante Re z ), y b se denomina
la parte imaginaria de z (denotada mediante Im z ).
Se dice que dos números complejos son iguales si sus respectivas partes reales son iguales
y, al mismo tiempo, sus respectivas partes imaginarias son también iguales. Es decir,
(a1 , b1 ) = (a2 , b2 ) ⇐⇒ a1 = a2 ∧ b1 = b2
Por supuesto que, así presentado, pareciera ser que C es simplemente otro nombre para R2 . Sin
embargo, con las operaciones que deniremos a continuación se genera un sistema con profundas
diferencias.
El sistema de los números complejos es el conjunto C de todos los números comple-
jos con las operaciones de suma (+) y producto (·) denidas de la siguiente manera, para
complejos cualesquiera (a1 , b1 ) y (a2 , b2 ):
(a1 , b1 ) + (a2 , b2 ) = (a1 + a2 , b1 + b2 )
(a1 , b1 ) · (a2 , b2 ) = (a1 a2 − b1 b2 , a1 b2 + b1 a2 )
Muchas veces, omitiremos el punto para denotar un producto de números complejos.
Como vemos de la denición, + y · son operaciones binarias (cerradas) en C. Veremos ahora
otras propiedades básicas.
Si (a1 , b1 ) y (a2 , b2 ) son dos complejos, gracias a la conmutatividad de la suma de números
reales tenemos que
3
4 1. NÚMEROS COMPLEJOS
a b
x= 2 y = − ,
a + b2 a2 + b 2
lo que muestra que cualquier complejo z = (a, b) 6= (0, 0) posee un único inverso para el
producto, que se denomina el inverso de z y se denota por z −1 , siendo z −1 = a2 +b a b
2 , − a2 +b2 .
Como vemos, (C, +, ·) tiene estructura de cuerpo abeliano. Como en todo cuerpo, ocurre
que el producto de dos complejos es igual al neutro de la suma si, y sólo si, al menos uno de los
factores es ese neutro (hecho que también puede vericarse haciendo las respectivas cuentas).
Una diferencia esencial que presenta en relación con el cuerpo de los números reales consiste en
que no introduciremos un orden en C, por lo que expresiones tales como z1 < z2 , con z1 , z2 ∈ C,
no tendrán, en general, sentido para nosotros (excepto que z1 y z2 estén representando números
reales, en el sentido que explicaremos a continuación).
isomorsmo permite identicar cada complejo real con el real correspondiente a su parte real,
siendo conveniente en la práctica escribir al complejo (a, 0) directamente como a; en particular,
(0, 0) = 0 y (1, 0) = 1. Resulta fácil vericar que para reales a, b, λ cualesquiera, se tiene que
λ · (a, b) = (λa, λb), y, en particular, 0 · (a, b) = 0.
1.3. Forma binómica de los números complejos. Los números complejos que tienen
parte real igual a cero se llaman números imaginarios puros. En particular, el número com-
plejo imaginario puro que tiene componente imaginaria igual a 1 se llama unidad imaginaria,
y se denota mediante i; es decir,i = (0, 1), que satisface que i2 = −1, como es fácil de vericar.
En virtud del isomorsmo entre los complejos reales y los reales, y de que i = (0, 1), cualquier
complejo z = (a, b) puede escribirse como
a1 + b 1 i (a1 + b1 i)(a2 − b2 i) a1 a2 + b 1 b 2 b 1 a2 − a1 b 2
= = 2 2
+i 2
a2 + b 2 i (a2 + b2 i)(a2 − b2 i) a2 + b 2 a2 + b22
1.4. Potencias de la unidad imaginaria. Las potencias sucesivas de i son:
i0 = 1
i1 = i
i2 = −1
i3 = i2 i = (−1)i = −i
Análogamente,
i4 = 1 i5 = i i6 = −1 i7 = −i
En general, si el exponente de i es un número natural p > 3, al efectuar su división por 4 se
tiene que p = 4q + r, con 0 ≤ r < 4. En consecuencia
q
ip = i4q+r = i4q ir = i4 ir = 1ir = ir
y este cálculo se reduce a uno de los cuatro casos anteriores cuando r es igual a 0, 1, 2 o 3.
Ejemplo 1.1. i27 + i186 = i3 + i2 = −1 − i.
1.5. Conjugación y módulo de números complejos. El conjugado de z = (a, b) =
a + bi es el número complejo z = (a, −b) = a − bi. El símbolo z también se lee z conjugado .
Es fácil vericar que la operación de conjugación es involutiva: z = z.
El módulo de z = (a, b), denotado por |z|,
es la raíz cuadrada no negativa de la suma de
√
los cuadrados de sus partes real e imaginaria. Vale decir, |z| = a2 + b2 . Observar que |z| es
un número real no negativo.
La conjugación y el módulo satisfacen las siguientes propiedades, para todos z, w ∈ C:
(a) z+w =z+w (b) z−w =z−w
z z
(c) z·w =z·w (d) = (w 6= 0)
w w
(e) z + z = 2 Re z (f ) z − z = 2i Im z
(g) |z| = 0 ⇐⇒ z = 0 (h) | − z| = |z|
(i) |z| = |z| (j) |z|2 = zz
(k) |Re z| ≤ |z| (l) |Im z| ≤ |z|
(m) |z · w| = |z||w| (n) |z −1 | = |z|−1 (z 6= 0)
(o) |z + w| ≤ |z| + |w| (p) |z − w| ≥ |z| − |w|
Las demostraciones son de rutina y quedan de ejercicio, excepto la correspondiente al inciso (o),
conocida como la propiedad triangular, por razones que veremos más adelante. Asumiremos
todas las anteriores demostradas, por lo que podemos arrancar considerando la expresión para
el cuadrado del módulo de la suma (inciso (j)):
|z + w|2 = (z + w)(z + w) = (z + w) (z + w) = zz + zw + wz + ww
= |z|2 + zw + zw + |w|2 = |z|2 + 2 Re(zw) + |w|2 ≤ |z|2 + 2 |Re(zw)| + |w|2
≤ |z|2 + 2 |zw| + |w|2 = |z|2 + 2|z| |w| + |w|2 = |z|2 + 2|z||w| + |w|2 = (|z| + |w|)2
y entonces |z + w| ≤ |z| + |w|.
1. EL SISTEMA DE LOS NÚMEROS COMPLEJOS 7
A través de una sencilla inducción matemática, puede verse que la desigualdad triangular
vale para la suma de varios complejos:
Xn X n
zk ≤ |zk |
k=1 k=1
Fácilmente se deduce que R2 y C, con las operaciones habituales de suma y producto por un
escalar, son isomorfos como espacios vectoriales sobre el cuerpo de los reales, y para verlo bas-
ta considerar la función identidad f (x, y) = (x, y). Debido a este isomorsmo, un número
complejo puede verse como un punto o como un vector en el plano; en este último caso, conven-
dremos que dos vectores con igual longitud, dirección y sentido representan un mismo número
complejo, independientemente de su punto de aplicación (o sea, los complejos son vectores li-
bres). Por ello, el número complejo z = (x, y) se puede representar mediante cualquier vector
cuyos puntos de origen (a1 , b1 ) y destino (a2 , b2 ) satisfagan a2 − a1 = x, b2 − b1 = y .
El módulo de un número complejo es la longitud de cualquiera de los vectores que lo re-
presentan, o igualmente la distancia entre el punto que representa al complejo y el origen de
coordenadas.
Cuando los números complejos se consideran en correspondencia uno a uno con los puntos del
plano cartesiano, al plano se lo denomina plano complejo o plano z . Los ejes de coordenadas
se llaman eje real y eje imaginario del plano z .
Ahora podemos entender el porqué del nombre de la propiedad triangular: en cualquier trián-
gulo, la medida de un lado no puede exceder a la suma de las medidas de los otros dos.
El vectorz1 − z2 es la otra diagonal del paralelogramo que tiene como lados adyacentes
a los vectoresz1 y z2 : el vector que va desde z2 hasta z1 , como puede verse al construir el
paralelogramo correspondiente a la suma de z1 y −z2 .
x = r cos θ y = r sen θ
p y
r = |z| = x2 + y 2 tan θ =
x
2. FORMA EXPONENCIAL DE LOS NÚMEROS COMPLEJOS 9
2.1.1. Determinación geométrica del producto. Sean los números complejos: o = (0, 0),
u = (1, 0), z1 6= 0 y z2 6= 0. Considerando a ou como homólogo a oz2 , construimos el triángulo
oz2 w semejante al triángulo ouz1 , con arg w = arg z1 + arg z2 = θ1 + θ2 .
1Otra abreviación que algunos textos emplean para cos θ + i sen θ es cis θ . Usando esta expresión, resulta
z = rcis θ, conocida como la forma polar de z .
10 1. NÚMEROS COMPLEJOS
ow oz2 ow |z2 |
= ⇒ = ⇒ ow = |z1 | |z2 |
oz1 ou |z1 | 1
Luego,
reiθ = rei(−θ) ,
mostrando así que el módulo del conjugado es igual al módulo del complejo original, y un
argumento del conjugado es el opuesto del argumento (propiedades fácilmente visibles en la
representación geométrica).
2.3. Inverso multiplicativo en forma exponencial. Sea z = reiθ 6= 0 (es decir, r>0
2
y θ ∈ R). Por propiedad vista antes, sabemos que zz = |z| . Por lo tanto,
z
z =1
|z|2
De allí que, por la unicidad del inverso multiplicativo,
z
z −1 =
|z|2
En consecuencia, en la forma exponencial, el inverso de z = reiθ es
re−iθ
z −1 = = r−1 e−iθ
r2
Como vemos, el módulo del inverso de z es el inverso del módulo de z (propiedad que ya
conocíamos), y un argumento del inverso de z es el opuesto del argumento de z: el inverso
tiene la misma dirección que el conjugado. Usando ese hecho, queda como ejercicio realizar una
construcción geométrica para obtener el inverso de z a partir del punto que representa a z en
el plano complejo.
z1 r1
= z1 z2−1 = r1 eiθ1 r2−1 e−iθ2 = ei(θ1 −θ2 )
z2 r2
Por lo tanto, el cociente de dos números complejos tiene como módulo el cociente de los mó-
dulos, y como argumento la diferencia de los argumentos de dichos números (si el complejo del
numerador es 0, el argumento queda indeterminado).
3. RADICACIÓN 11
(1) z n = rn einθ
Es decir que: |z n | = |z|n = rn y arg (z n ) = n arg z = nθ.
3. Radicación
Si z n es √
es un número complejo yun entero positivo, se dice que el número complejo w es
una raíz n-ésima de
√wz,= n
z , si ocurre que wn = z .
denotado
n √
De la denición, surge que 0 = 0. Nos preguntamos entonces por n z0 cuando z0 es un
iθ n
complejo no nulo cualquiera. Es decir, buscamos algún número w = re tal que w = z0 .
iθ0
Consideremos a z0 en su forma exponencial: z0 = r0 e , con θ0 = Arg z0 (aunque igualmente
n inθ
podría considerarse cualquier otro argumento). Debe ocurrir entonces que r e = r0 eiθ0 , y,
por igualdad de números complejos en forma exponencial:
√
r n = r0 ⇒ r =
r0 n
θ0 + 2kπ
nθ = θ0 + 2kπ ⇒ θ = cualquiera sea k∈Z
n
√ √ Arg z0 +2kπ
Entonces,
n
z = n r0 ei n donde k es cualquier entero. Podría parecer que hay innitas
raíces n-ésimas, correspondientes a los innitos valores que puede tomar k. Sin embargo, que-
da de ejercicio demostrar que para k = m + n se obtiene el mismo valor que para k = m, y
que n valores distintos consecutivos parak producen distintos números complejos. En conse-
cuencia, sólo es necesario tomar n valores consecutivos para k (por ejemplo, 0, 1, . . . , n − 1), y
reemplazarlos en la fórmula de las raíces n-ésimas, para generar todas las raíces posibles.
i Arg z
En resumen, si z = |z|e ,
√ p Arg z+2kπ
(2)
n
z = n |z|ei n ; k = 0, 1, ..., n − 1
√ √
|z| y arg ( n z) = Arg z+2kπ
p
Es decir, | z| = ; k = 0, 1, ..., n − 1
n n
n
Esto nos dice que existen n raíces n-ésimas distintas de cualquier número complejo distinto
2π
de cero. Todas tienen el mismo módulo y sus argumentos dieren en múltiplos de . El valor
√ n
que corresponde a k = 0 se denomina la determinación principal de n
z , o la raíz n-ésima
principal de z .
12 1. NÚMEROS COMPLEJOS
Geométricamente, cuando n es mayor que dos, las raíces n-ésimas de z son los vértices de
un polígono regular de n lados, inscripto en un círculo con centro en el origen y radio igual a
Arg z
la raíz n-ésima de |z|. La dirección del complejo correspondiente a uno de los vértices es
n
.
√
5
Ejemplo 1.2. Calcular −1.
√
5
p π + 2kπ
El módulo de cualquier −1 es r = 5
| − 1| = 1, y sus argumentos son , con
5
k = 0, 1, 2, 3, 4.
Por tanto, las cinco raíces quintas de −1 son:
i π5 π π
k = 0 : w0 = e + i sen
= cos
5 5
3π 3π 3π
k = 1 : w1 = ei 5 = cos + i sen
5 5
k = 2 : w2 = eiπ = cos π + i sen π
7π 7π 7π
k = 3 : w3 = ei 5 = cos + i sen
5 5
9π 9π 9π
k = 4 : w4 = ei 5 = cos + i sen
5 5
Estas cinco raíces son vértices de un pentágono regular, como se observa en la siguiente gura.
√
5
Pentágono determinado por −1
√
3
Ejemplo 1.3. Calcular 27.
√
3 2kπ
El módulo de cualquier 27 r = 3, y sus
es argumentos son θ= , con k = 0, 1, 2.
3
Por tanto, las tres raíces cúbicas de 27 son:
√
3
Triángulo determinado por 27
4. LA EXPRESIÓN EXPONENCIAL ez . LOGARITMOS EN C 13
√
A veces se denota también a
n
z como z 1/n . También es posible denir expresiones como la
anterior, pero en las cuales el exponente es fraccionario, del siguiente modo: para m y n enteros
positivos coprimos,
√
z m/n = n
zm
teniéndose que, para z = reiθ es
√
z m/n = n m i(mθ+2kmπ)/n
r e k = 0, 1, . . . , n − 1
|ez | = ex arg ez = y
Ejemplo 1.4. e3−2i = e3 (cos (−2) + i sen (−2)) ' −8. 3585 − 18. 264i.
Dejamos como ejercicio probar las siguientes propiedades:
1. ∀z ∈ C : ez 6= 0 4. ez = 1 ⇐⇒ ∃k ∈ Z : z = 2kπi
2. ez1 ez2 = ez1 +z2 5. ∀n ∈ Z, (ez )n = enz
ez1
3.
z
= ez1 −z2
e 2
x = ln |z0 | y = θ0 + 2kπ
en donde k representa a cualquier entero.
Resumiendo, obtenemos la siguiente expresión, válida para cualquier z 6= 0:
(4) ln z = ln |z| + i (Arg z + 2kπ) en donde k es cualquier entero
La expresión (4) arroja innitos valores complejos distintos. De todos ellos, el valor que corres-
ponde ak = 0 se denomina la determinación principal del logaritmo de z , o el logaritmo
principal de z , denotado Ln z :
Ln z = ln |z| + i Arg z con − π < Arg z ≤ π
Ejemplo 1.5. Calcular ln (−1) y ln (5 − 12i).
1. ln (−1) = ln |−1| + iπ + i2kπ = i (π + 2kπ) , para cualquier k ∈ Z.
2. ln (5 − 12i) = ln |5 − 12i| + i arctan − 12
5
+ i2kπ ∼= ln 13 − 1. 176i + i2kπ ∼
= 2. 5649 −
1. 176i + 6. 2832ik , para cualquier k ∈ Z.
14 1. NÚMEROS COMPLEJOS
7. Potenciación en general
En secciones anteriores, vimos cómo calcular za para z∈C y a ∈ Z, y para z=e y a ∈ C.
Ahora consideraremos el caso general en que la base es un complejo distinto de e y el exponente
sea complejo.
Sean z, a ∈ C, con z 6= 0 y z 6= e. La expresión exponencial generalizada se dene como
(5) z a = ea ln z
y puede escribirse de la forma:
1. un solo valor si a es un entero, que coincide con lo denido en la fórmula (1), para
potencias enteras de un número complejo.
1 √
2. un número nito de valores si a es un racional. En particular zn coincide con
n
z,
denido a través de la expresión (2).
Observación 1.6. Tener en cuenta que la expresión (5) sólo vale para z 6= e, y que ea es
una expresión univaluada que se calcula según la fórmula (3).
3
Ejemplo 1.7. Mostrar que: (1 − i)2 tiene un solo valor, (−1 − i) 5 tiene cinco valores dis-
tintos y 1251−3i tiene innitos valores.
1. En relación a (1 − i)2 :
π
√ π 2
(1 − i)2 = e2 ln(1−i) = e2(ln 2−i 4 +i2kπ) = eln 2 e2(− 4 +2kπ)i = eln 2 e− 2 i e2kπi
π
π
h π π i
= 2e− 2 i (1)2 = 2 cos − + i sen − = −2i
2 2
ln 2 − π2 i 4kπi
De la expresión e e e ya podemos deducir que el valor de (1 − i)2 es sólo uno
4kπi
porque e = 1, para k = 0, ±1, ±2, ...
3
2. En relación a (−1 − i) 5 :
3 3
√ √
2−i 3π
(−1 − i) 5 = e 5 ln(−1−i) = e 5 (ln +i2kπ )
3 3
2− 9π 6kπ
4 = e 5 ln 20
i
e 5
i
16 1. NÚMEROS COMPLEJOS
6kπ
i
donde e 5 toma sólo cinco valores distintos, para k = 0, 1, 2, 3, 4 (por ejemplo, k=5
3
produce el mismo valor que k = 0), por lo que (−1 − i) 5 tendrá nada más que cinco
valores distintos.
3. En relación a 1251−3i :
1251−3i = e(1−3i)(ln 125+i2kπ) = e(ln 125+6kπ) ei(−3 ln 125+2kπ)
= e(ln 125+6kπ) ei(−3 ln 125) ei2kπ = e(ln 125+6kπ) ei(−3 ln 125)
Dado que e(ln 125+6kπ) tiene un valor distinto para cada k = 0, ±1, ±2, ..., 1251−3i toma
innitos valores.
EJERCICIOS
1. Obtener z tal que (2 − i)z + (3, −1) = 2z
2. Dados z1 = 1 − i, z2 = 3 y z3 = −2 + i, obtener z1 + z2 , z3 − z1 , z1 + z2 z3 , z1 z1 , Im(z1 z3 ),
z32 , z3 /z1 y z1 2 . Gracar.
3. Mostrar que (C, +) y (C − {0}, ×) son grupos conmutativos, y que el producto de
complejos es distributivo respecto de la suma.
x y
4. Mostrar que el conjunto de todas las matrices de la forma , con las opera-
−y x
ciones habituales de suma y producto de matrices, es isomorfo al cuerpo de los números
complejos.
5. Mostrar que C tiene estructura de espacio vectorial, con la suma habitual de complejos
y la multiplicación por escalar dada por λ(a, b) = (λa, λb) (λ, a, b ∈ R).
6. Realizar una construcción geométrica para obtener el inverso de z a partir del punto
que representa a z en el plano complejo.
7. Justicar las siguientes propiedades, válidas para todos z, w ∈ C:
|z|
z
a) Im(iz) = Re(z) b) zw = z · w c) = (w 6= 0) d) |z − w| ≥ |z| − |w|
w |w|
−n n
8. Para n = 1, 2, . . . , 10, obtener i . ¾Cómo se obtiene i para n ∈ Z?
9. Si z es un número complejo, ¾son siempre conjugados los complejos z + 2i y z − 2i? ¾O
es necesario imponer condiciones a z?
10. Para z = x + iy , encuentre el módulo de (3z + i)/(3z − i)2 en términos de x e y .
11. a ) Suponga que z ∈ C satisface que |z − 1| ≤ |z + 1|. Pruebe que entonces se satisface
que |z − 1| ≤ |z + 1|.
b ) Visualice grácamente que cualquier complejo del primer cuadrante (incluyendo los
semiejes) satisface que |z − 1| ≤ |z + 1|, mientras que los del segundo cuadrante no.
Pruébelo analíticamente.
c ) Encuentre todos los complejos z que satisfacen la expresión |z − 1| ≤ |z + 1|.
12. Sean z1 , z2 y z3 complejos con z1 6= z2 . Muestre que los tres están sobre una misma
recta si, y sólo si, (z3 − z1 )/(z2 − z1 ) es un número real.
13. Interpretar grácamente y demostrar la igualdad del paralelogramo:
∀z, w ∈ C, |z + w|2 + |z − w|2 = 2 |z|2 + |w|2
Habiendo establecido en el capítulo anterior las propiedades y operaciones básicas del con-
junto de los complejos (en particular, la noción de distancia entre dos números en el plano
complejo), nos proponemos, en lo sucesivo, realizar un estudio de funciones cuyo dominio de
denición es algún subconjunto de los complejos, y extender a ellas las ideas de límites, deri-
vación e integración aprendidas para las funciones de variable real. En los cursos previos de
cálculo, en los que se aprendieron esos conceptos, la idea de distancia entre números reales
(|a − b|) fue relevante, permitiendo denir en base a ella la noción de conjunto abierto, ce-
rrado, clausura, etc. Veremos aquí cómo, de manera análoga, la distancia entre complejos da
pie a extender esos conceptos a ese conjunto, deduciendo varias propiedades que serán útiles
posteriormente.
∀z1 , z2 ∈ C, |z1 − z2 | = 0 ⇐⇒ z1 = z2
Nótese que todas las propiedades anteriores son extensiones de las correspondientes propiedades
de valor absoluto en el campo de los números reales.
Con la noción de distancia así establecida, pasamos a la siguiente denición crucial.
18
1. LA DISTANCIA EUCLÍDEA EN EL PLANO COMPLEJO. CONJUNTOS ABIERTOS Y CERRADOS 19
nito (pues Br (z) ∩ E es nito) de números positivos, por lo que r0 > 0. Tendremos que Br0 (z)
no contiene puntos de E − {z}, por lo que z tampoco es punto de acumulación de E.
Corolario 2.7. Los subconjuntos nitos de C no poseen puntos de acumulación.
Demostración. Sea
S {Ak }k∈Λ una familia cualquiera de subconjuntos abiertos S de C. Si
z ∈ k∈Λ Ak , existe S k0 ∈ Λ tal que z ∈ Ak0 , luego hay un entorno Br (z) ⊂ Ak0 ⊂ k∈Λ Ak , lo
que muestra que k∈Λ Ak es abierto. Esto prueba la primera armación.
Tn
n
Sea {Ak }k=1 una familia nita de subconjuntos abiertos, y z ∈ k=1 Ak . Para cada k ∈
{1, . . . , n}, existe un rk > 0Ttal que Brk (z) ⊂ Ak . Sea r = mı́n{rk : k = 1, . . . , n}. Será r > 0.
n
Veriquemos que Br (z) ⊂ k=1 Ak : para todo z1 ∈ C con |z − z1 | < r , será |z − z1 | < rk
cualquiera sea k ∈ {1, . . . , n} por la elección de r , por lo que z1 ∈ Brk (z) ⊂ Ak para todo
k ∈ {1, . . . , n}, de donde z1 ∈ nk=1 Ak . Por lo tanto nk=1 Ak es abierto. Esto muestra la segunda
T T
armación. Un ejemplo que muestra que la armación no es válida para intersecciones arbitrarias
T∞
es Ak = B 1 (0) para k ≥ 1, pues se tiene que k=1 Ak = {0}, que no es un subconjunto abierto
k
de C.
Sea {Ck }k∈Λ
una familia cualquiera de subconjuntos cerrados de C. Por las leyes de De
c
= k∈Λ Ckc , siendo este último un conjunto T
T S
Morgan, se tiene que k∈Λ C k abierto, según
c
se demostró en el primer ítem, ya que cada Ck es un conjunto abierto. Luego k∈Λ Ck es un
conjunto cerrado. Esto demuestra la tercera armación.
n
Sn c
Finalmente, sea {Ck }k=1 una familia nita de subconjuntos cerrados. Será ( k=1 Ck ) =
Tn c
S n
k=1 Ck un conjunto abierto según el inciso segundo de este teorema, por lo que k=1 Ck es
cerrado.
Teorema 2.11. Un subconjunto de C es abierto si, y sólo si, es una unión de entornos.
Demostración.
c
1. Mostraremos que el complemento de E es abierto. Sea z∈E, luego z ∈ / E , por lo que
exister > 0 : Br (z) ∩ E = ∅ (prop. 2.5). Como Br (z) es abierto (prop. 2.4), para cada
z1 ∈ Br (z) existe r1 > 0 tal que Br1 (z1 ) ⊂ Br (z), y entonces Br1 (z1 ) ∩ E = ∅, por lo que
c c
z1 ∈
/ E . Entonces Br (z) ⊂ E . Ya que z es arbitrario, se sigue que E es un conjunto
abierto.
2. La ida es inmediata por el inciso anterior. Para la vuelta, siendo E cerrado, se tiene que
E 0 ⊂ E , por lo que E = E ∪ E 0 = E .
0 0
3. Primero observemos que si E ⊂ F , debe ser E ⊂ F : si z ∈ E 0 , ∀r > 0, ∃z1 ∈ E :
|z − z1 | < r con z1 6= z . Pero también z1 ∈ F pues E ⊂ F . Por lo tanto z ∈ F 0 . Con
0 0
esto podemos ver que E = E ∪ E ⊂ F ∪ F = F , es decir, E ⊂ F .
4. Puesto que E ⊂ E , es directo que diam(E) ≤ diam(E). Sea ε > 0, y tomemos z y z1
0 0 0 0
arbitrarios en E . Sean z , z1 ∈ E tales que |z − z | < ε/2 y |z1 − z1 | < ε/2 (prop. 2.5).
0 0 0 0 0 0
Luego, |z − z1 | ≤ |z − z | + |z − z1 | + |z1 − z1 | < ε + |z − z1 | ≤ ε + diam(E). Es decir,
|z −z1 | ≤ ε+ diam(E). Como z y z1 son arbitrarios, se sigue que diam(E) ≤ ε+ diam(E),
y, puesto que ε también se eligió arbitrariamente, se deduce que diam(E) ≤ diam(E).
Teorema 2.13. Sea E ⊂ R. E es abierto en R si, y sólo si, existe A⊂C tal que A es
abierto en C y E = A ∩ R.
Demostración. Para la ida: supongamos que E es abierto en R. Eso quiere decir que,
para cada
S x ∈ E , existe rx > 0 tal que el intervalo (x − rx , x + rx ) está contenido en E . Notar
S
que E = x∈E (x − rx , x + rx ). Hagamos A = x∈E Brx (x) (aquí estamos considerando entornos
en C de radio rx alrededor de x). A es un subconjunto abierto de C (teor. 2.11). Además,
S S S
A∩R= x∈E Brx (x) ∩ R = x∈E (Brx (x) ∩ R) = x∈E (x − rx , x + rx ) = E .
Para la vuelta, supongamos que E = A ∩ R para algún conjunto A abierto en C. Sea x ∈ E .
Existe r > 0 : Br (x) ⊂ A. Entonces Br (x) ∩ R ⊂ A ∩ R, es decir, (x − r, x + r) ⊂ E , luego E
es abierto en R.
Lema 2.14. Sean G, E y D subconjuntos de un conjunto universal X, tales que E ⊂ D. Se
tiene que D − E = D ∩ G si, y sólo si, E = D ∩ Gc .
22 2. LA TOPOLOGÍA USUAL DE LOS COMPLEJOS
Proposición 2.19. Sea E un subconjunto de los reales, y supongamos que E posee cota
superior. Entonces el supremo de E pertenece a la clausura de E. Luego, si E es cerrado en R
y acotado superiormente, el supremo de E pertenece a E.
Demostración. Sea s = sup E . Se tiene que, para todo r > 0, el intervalo (s − r, s + r)
posee un punto de E (pues sino s−r sería una cota superior para E , pero menor que el supremo,
y eso sería una contradicción). Luego, s ∈ E . Para probar la última armación en el enunciado
del teorema, notemos que si E es cerrado en R, también lo será en C (cor. 2.17), así que E = E
(teor. 2.12), por lo que s ∈ E .
2. Conjuntos compactos
Estudiaremos ahora una clase de conjuntos que resultará de extrema importancia en el
estudio de la teoría de funciones que veremos posteriormente. A pesar de que su denición es
un tanto abstracta, llegaremos a ver que los conjuntos de esa clase son fácilmente caracterizables
2. CONJUNTOS COMPACTOS 23
Para cada j ∈ {1, . . . , n}, Br (p) ∩ Wqj = ∅ (en caso contrario, habría un z tal que |p − z| < r y
|z − qj | < rqj , deSdonde 2rqj = |p − qj | ≤ |p − z| + |z − qj | < r + rqj ≤ 2rqj , contradicción). De
n c
allí que Br (p) ∩ j=1 Wqj = ∅, y entonces Br (p) ∩ K = ∅, de donde Br (p) ⊂ K . Luego p es un
c
punto interior de K , el cual resulta, en consecuencia, ser un conjunto abierto. Por eso, K es
cerrado.
Para ver queK es acotado, notemos que la familia de todos los entornos de radio 1 alrededor
de los puntos de K es un cubrimientoSn por abiertos para el compacto K , así que hay una
n
subfamilia nita {B1 (zj )}j=1 tal que j=1 B1 (zj ) ⊃ K . Denamos r = 1+máx{|zj | : 1 ≤ j ≤ n}.
Sea z ∈ K . z pertenece a B1 (zm ) para algún m ∈ {1, . . . , n}, de modo que |z| ≤ |z −zm |+|zm | <
|zm | + 1 ≤ r, y entonces z ∈ Br (0). Luego, K es acotado.
Resulta que las dos condiciones necesarias de la proposición anterior también son sucien-
tes para decidir si un conjunto de números complejos es compacto. Los siguientes resultados
apuntan a la demostración de este hecho.
Demostración. Hagamos δ = |(a, c) − (b, d)| (la medida de las diagonales de R0 ). Ob-
viamente, para todos z1 , z2 ∈ R0 , es |z1 − z2 | ≤ δ . Para probar el lema por contradicción,
supongamos que hay un cubrimiento por abiertos {Ak }k∈Λ para R0 que no admite subcubri-
miento nito. Trazando las perpendiculares a cada lado de R0 por su punto medio, dividámoslo
en cuatro rectángulos iguales, R00 , R01 , R10 y R11 , de modo que R0 = R00 ∪ R01 ∪ R10 ∪ R11 .
Al menos uno de ellos (llamémosle R1 ) no puede ser cubierto por una subfamilia nita de
{Ak }k∈Λ (de lo contrario, R0 estaría cubierto por una subfamilia nita de {Ak }k∈Λ , en contra
de la suposición). Las diagonales de R1 miden δ/2. Apliquemos a R1 el mismo razonamiento, y
continuemos así sucesivamente. Generaremos entonces una familia de rectángulos {Rn }n∈N con
las siguientes propiedades:
De la condición (a), existe z ∈ C tal que z ∈ Rn para todo n (cor. 2.24). Además, por ser
{Ak }k∈Λ cubrimiento para R0 , existe k0 ∈ Λ tal que z ∈ Ak0 . Puesto que Ak0 es abierto, existe
r > 0 tal que Br (z) ⊂ Ak0 . Sea n lo sucientemente grande como para que 2−n δ < r. Del ítem
(c), la diagonal de Rn medirá menos que r , por lo que será Rn ⊂ Br (z), y en consecuencia Ak0
es cubrimiento para Rn , contradiciendo la condición (b). La contradicción provino de suponer
que R0 no es compacto.
Teorema 2.26. (HeineBorel) Un subconjunto de C es compacto si, y sólo si, es a la vez
cerrado y acotado.
Proposición 2.27. Si {Kj }j∈Λ es una colección de subconjuntos compactos con la propiedad
T
de que la intersección de cualquier subfamilia nita es no vacía, entonces j∈Λ Kj es no vacía.
T
Demostración. Supongamos que j∈Λ Kj = ∅.
m cualquier elemento de Λ. Sería
Sea
T c S
= j∈Λ−{m} Kjc .
T T
entonces j∈Λ K j = K m ∩ j∈Λ−{m} K j = ∅, y entonces K m ⊂ j∈Λ−{m} K j
c c
Cada Kj es abierto (teor. 2.21), por lo que {Kj }j∈Λ−{m} es un cubrimiento por abiertos para
2. CONJUNTOS COMPACTOS 25
Km , y, siendo éste compacto, hay una subfamilia nita {Kjc1 , . . . , Kjcn } que cubre a Km . Es decir,
T c
Km ⊂ nq=1 Kjcq = n
S
q=1 K jq , o sea Km ∩ Kj1 ∩ . . . ∩ Kjn = ∅, contradiciendo la hipótesis. La
T
contradicción provino de suponer que j∈Λ Kj = ∅.
Corolario 2.28. Si {Kn }n∈N T
es una colección de subconjuntos compactos no vacíos tal
T ∀n ∈ N, Kn ⊃ Kn+1 , entonces
que n∈N Kn 6= ∅. Además, si lı́mn→∞ diam(Kn ) = 0, entonces
Teorema 2.29. Sea K ⊂ C. K es compacto si, y sólo si, todo subconjunto innito de K
posee un punto de acumulación en K.
Demostración. Para la ida, sea E un subconjunto innito de K, y supongamos que
ningún punto de K fuese punto de acumulación de E . Entonces, para cada q ∈ K habría rq > 0
tal que Brq (q) ∩ E contiene a lo sumo un punto de E (q , en el caso en que q ∈ E ). La familia
{Brq (q)}q∈K es cubrimiento por abiertos para K , pero ninguna subfamilia nita puede cubrir
a E (pues E es innito y cada miembro de la familia tiene a lo sumo un punto de E ), por lo
que ninguna subfamilia nita puede cubrir a K . Contradicción con la compacidad de K .
Recíprocamente, supongamos que K posee la propiedad de que todo subconjunto innito
de K posee un punto de acumulación en K . Por el Teorema de HeineBorel, alcanza con ver
que K es cerrado y acotado.
Si K no fuese acotado, para cada entero n ≥ 1 existiría zn ∈ K tal que |zn | > n.
Haciendo E = {zn : n ≥ 1}, tendríamos que E ⊂ K pero E no tiene ningún punto
de acumulación en C, y por lo tanto tampoco en K , contradiciendo la suposición. La
contradicción provino de suponer que K no es acotado.
Si K no fuese cerrado, existiría z ∈ C que es punto de acumulación de K pero no
pertenece a K . Entonces, para cada n ≥ 1, existiría zn ∈ K − {z} tal que |zn − z| < 1/n.
0
Haciendo E = {zn : n ≥ 1}, tendríamos que z ∈ E (pues dado r > 0, se toma n ∈ N tal
que 1/n < r , resultando zn 6= z y |zn − z| < 1/n < r ) y, en consecuencia, E es innito
(corolario 2.7). Además, tal E no tiene ningún otro punto de acumulación en C. Para
0 0
ver esto último, tomemos z 6= z , hagamos r = |z − z|/2 y elijamos N sucientemente
grande como para que r > 1/N ; para todo n ≥ N , será |zn − z| < 1/n ≤ 1/N < r , y
0 0 0 0
entonces |z − zn | = |(z − z) − (zn − z)| ≥ |z − z| − |zn − z| > |z − z| − r = r ; por lo
0 0
tanto, Br (z ) contiene a lo sumo una cantidad nita de puntos de E , por lo que z no
es punto de acumulación de E (prop. 2.6).
Habríamos construido entonces un subconjunto innito de K que no tiene punto
de acumulación en K , contradiciendo la hipótesis. La contradicción provino de suponer
que K no es cerrado.
El hecho de que dos conjuntos E y F sean disjuntos no garantiza que la distancia entre los
puntos de uno y los del otro esté acotada inferiormente por un número estrictamente positivo,
aún cuando para todos z ∈ E w ∈ F , d(z, w) > 0. Por ejemplo, si E es el intervalo real
y
(0, 1) y F el (1, 2), para cualquier ε > 0 pequeño, los números 1 − ε/4 ∈ E y 1 + ε/4 ∈ F
están a distancia menor que ε. Sin embargo, la siguiente proposición, que será de utilidad
posteriormente, expresa que esa situación no puede ocurrir si, además de ser disjuntos, uno es
compacto y el otro cerrado.
1. A1 y A2 son abiertos.
2. A1 ∩ A2 = ∅
3. A ⊂ A1 ∪ A2
4. A ∩ A1 6= ∅ =
6 A ∩ A2
Si A no es disconexo, se dice que es conexo. Un conjunto se dice totalmente disconexo si los
únicos subconjuntos no vacíos de él que son conexos constan de un único punto. Un dominio
es un subconjunto del plano que es a la vez abierto y conexo. Una región es la unión de un
dominio con algún subconjunto de la frontera de ese dominio.
Generalmente, una buena estrategia para demostrar que un conjunto A es conexo es tomar
conjuntos A1 , A2 que satisfagan tres (cualesquiera) de las cuatro condiciones dadas más arriba,
y mostrar que la restante no puede cumplirse.
Intuitivamente, un conjunto conexo consta de una sola pieza, mientras que un conjunto
disconexo está compuesto de partes contenidas en abiertos disjuntos. Con estas ideas en mente,
resulta aceptable que, por ejemplo, cualquier intervalo de números reales es conexo. Demos-
tremos ésto, de acuerdo a la denición que dimos de conexidad, para el caso de los intervalos
cerrados (para los otros tipos de intervalos, la demostración es análoga).
disjuntos, esto implica que S es un subconjunto (no vacío) del intervalo cerrado [a, b − r], así
que a ≤ s ≤ b − r.
s ∈ A1 . Siendo A1 abierto, existiría δ > 0 tal que Bδ (s) ⊂ A1 . Tal δ puede
Supongamos
δ
elegirse menor que r , por lo que s +
2
∈ A1 ∩ I pero sería mayor que el supremo de
A1 ∩ I . Contradicción que proviene de suponer s ∈ A1 . Por lo tanto, s ∈ / A1 .
Supongamos s ∈ A2 . Siendo A2 abierto, existiría δ > 0 tal que Bδ (s) ⊂ A2 . Tal δ
puede elegirse menor que s − x (que sería estrictamente positivo pues x ∈ A1 , s ∈ A2 y
A1 ∩ A2 = ∅); por propiedad de supremo, existiría t ∈ A1 ∩ I tal que s − δ < t ≤ s; pero
entonces t ∈ Bδ (s) ⊂ A2 , es decir, t pertenecería a A1 ∩ A2 . Contradicción pues esos
conjuntos se supusieron disjuntos. La contradicción proviene de suponer s ∈ A2 . Por lo
tanto, s ∈/ A2 .
Así que s ∈ I pero s ∈ / A1 ∪ A2 . Entonces A1 ∪ A2 no puede contener a I . Esto permite concluir
que I es conexo.
Definición 2.34. Dados z1 , z2 ∈ C, el segmento desde z1 hasta z2 es el conjunto
y decimos que [z1 , z2 , . . . , zn ] es una poligonal desde z1 hasta zn . Un polígono es una poligonal
[z1 , z2 , . . . , zn ] tal que zn = z1 .
Es decir, una poligonal es la concatenación de dos o más segmentos por sus extremos, y un
polígono es una poligonal cerrada, o sea, una poligonal cuyo punto nal coincide con el inicial.
Como es fácil imaginar, cualquier segmento es un conjunto conexo (más adelante lo de-
mostraremos formalmente, en base a la proposición 2.33), al igual que cualquier poligonal (un
ejercicio que se propone más adelante, junto con la conexidad de los segmentos, permitirá
arribar a esta conclusión).
Veremos seguidamente otras caracterizaciones de los conjuntos conexos. La primera expresa
que un conjunto es conexo si no es la unión de dos subconjuntos separados no vacíos. Dos
conjuntos C y D se dicen separados cuando C ∩ D = ∅ = C ∩ D.
Lema 2.35. Sean A y C subconjuntos disjuntos, con A abierto. Entonces A ∩ C = ∅.
Demostración. Como A ∩ C = ∅, es C ⊂ Ac , y, siendo Ac cerrado por ser A abierto, es
c
C⊂A (teor. 2.12), de donde se concluye el resultado buscado.
Teorema 2.36. Un conjunto es disconexo si, y sólo si, es la unión de dos conjuntos no
vacíos separados.
S S
Entonces, denamos A1 = z∈C BRz (z) y A2 = w∈D Brw (w). Por lo dicho previamente,
será A1 ∩ A2 = ∅. Además, se tiene que
1. A1 y A2 son abiertos (teor. 2.11).
2. A ⊂ A1 ∪ A2 , pues A1 ⊃ C y A2 ⊃ D , teniéndose que A1 ∪ A2 ⊃ C ∪ D = A.
3. A ∩ A1 6= ∅, pues como C es no vacío, existe z ∈ C ⊂ A, de donde z ∈ A1 y z ∈ A.
Análogamente, A ∩ A2 6= ∅.
En consecuencia, A es disconexo.
A primera vista, puede parecer que si un conjunto es conexo, es posible unir cualquier pareja
de sus puntos por medio de un trazo continuo nito sin salirse del conjunto. Sin embargo, de
acuerdo a nuestra denición, eso no es correcto; por ejemplo, el conjunto
1
x, sen ∈ C : 0 < x ≤ 1 ∪ {0}
x
satisface la denición de conexidad, pero es imposible unir los complejos 0 y (1, sen 1) con
uno de tales trazos sin salirse del conjunto. Sin embargo, la situación cambia si el conjunto es
abierto.
Teorema 2.37. Sea A un subconjunto abierto no vacío de C. A es conexo si, y sólo si, dos
puntos cualesquiera de A pueden ser unidos por medio de una línea poligonal contenida en A.
Demostración. Para la ida, supongamos que A es abierto y conexo. Sea z cualquier punto
de A. Denotemos porA1 al conjunto de puntos de A que pueden unirse con z a través de una
poligonal contenida en A, y hagamos A2 = A − A1 . Mostremos primero que A1 es abierto.
Si z1 ∈ A1 , por ser A abierto, existe r > 0 tal que Br (z1 ) ⊂ A; todo punto de Br (z1 ) puede
conectarse con z1 a través de un segmento (que estará contenido en A), y el propio z1 con
z a través de una poligonal contenida en A (pues z1 ∈ A1 ). Luego, Br (z1 ) ⊂ A1 , mostrando
que A1 es abierto. Ahora mostremos que A2 es también abierto. Sea z2 ∈ A2 . Por ser z2 ∈ A,
0
existe r > 0 tal que Br 0 (z2 ) ⊂ A. Si algún punto de este entorno pudiera conectarse a través
de una poligonal con z , se podría conectar a z2 con z a través de una poligonal, lo que no es
posible pues z2 ∈ A2 . Entonces Br 0 (z2 ) ⊂ A2 , con lo que probamos que A2 es abierto. Además,
A1 ∩ A2 = ∅. Si A2 no fuese vacío, tendríamos que A no es conexo, contradiciendo la hipótesis.
Luego, A2 = ∅, y resulta que z puede conectarse mediante una poligonal con cualquier punto
de A. Como z se escogió arbitrariamente, tenemos demostrada la ida.
Para probar la vuelta por contradicción, supongamos que A es un abierto no conexo tal
que dos cualesquiera de sus puntos pueden ser unidos mediante una poligonal contenida en A.
Existen abiertos disjuntos (no vacíos) A1 y A2 tales que A ⊂ A1 ∪ A2 y A ∩ A1 6= ∅ = 6 A ∩ A2 .
Elijamos z1 en A1 y z2 en A2 cualesquiera. Sea P una poligonal desde z1 hasta z2 contenida en
A. Notar que P ∩ A1 6= ∅ porque z1 está en P y en A1 , y análogamente P ∩ A2 6= ∅. Además,
P ⊂ A ⊂ A1 ∪ A2 . Luego, la poligonal P no es conexa. Contradicción.
De hecho, la poligonal aludida en el resultado anterior puede elegirse con los segmentos
paralelos a los ejes (la demostración de este hecho es exactamente la misma).
En el plano complejo extendido suponemos que el punto del innito satisface las siguientes
reglas con los números nitos:
z z ∞
z±∞=∞ z · ∞ = ∞ (z 6= 0) =0 = ∞ (z 6= 0) =∞
∞ 0 z
Las siguientes expresiones no están denidas:
∞
∞±∞ 0·∞
∞
No es posible representar al número complejo innito por un punto del plano complejo. Sin
embargo, es posible tener una representación concreta de C∞ , mediante un ingenioso articio:
la proyección estereográca.
1.5
1
0.5
z’
z 0
-0.5
-2 2-1
-1 1
0 0
1 -1
-2
2
No es difícil ver intuitivamente (y probar analíticamente) que este mecanismo establece una
correspondencia biyectiva entre C y R − {N }. Haciendo corresponder al polo norte el punto del
innito, obtenemos una correspondencia biyectiva entre los puntos del plano extendido, C∞ , y
los de la esfera de Riemann, R; esta correspondencia se llama proyección estereográca.
Vamos a deducir las expresiones para las coordenadas (x0 , y0 , ξ0 ) de Z en función de las
2 2 2
coordenadas (a, b) de z . Nuestros datos son que Z ∈ R (por lo que x0 + y0 + ξ0 = 1) y que Z
pertenece a la recta del espacio que pasa por (0, 0, 1) y por (a, b, 0). Una ecuación paramétrica en
R3 para esta recta es (x, y, ξ) = (0, 0, 1)+t(a, b, −1) con t ∈ R. Para encontrar las intersecciones
de la recta con la esfera, debemos encontrar los valores de x, y, ξ, t tales que, simultáneamente,
tengamos:
x2 + y 2 + ξ 2 = 1
x = ta
y = tb
ξ = 1−t
30 2. LA TOPOLOGÍA USUAL DE LOS COMPLEJOS
t2 a2 + t2 b2 + 1 − 2t + t2 = 1
2
2 2
que equivale a t (a + b + 1)t − 2 = 0. De aquí que t = 0 o t = 2 2 . El valor t = 0
a +b +1
corresponde a la intersección de la recta con la esfera en N , por lo que el que nos interesa es
2
el otro valor: t = 2 2 . Reemplazando en las otras ecuaciones, y recordando que a = Re z ,
a +b +1
b = Im z y que a + b = |z|2 , tenemos las coordenadas de Z en función del complejo z :
2 2
2 Re z 2 Im z |z|2 − 1
x0 = y0 = ξ0 =
|z|2 + 1 |z|2 + 1 |z|2 + 1
Ahora el problema inverso: dado un punto de la esfera distinto de N , ¾a qué número complejo
corresponde? Para resolverlo, usemos las relaciones que obtuvimos recién, teniendo que
1 + ξ0
|z|2 =
1 − ξ0
Reemplazando en las fórmulas para x0 e y 0 , y despejando Re z e Im z , deducimos que
x0 y0
Re z = Im z =
1 − ξ0 1 − ξ0
Hacemos notar que el exterior del círculo unitario centrado en el origen del plano C∞ corres-
ponde al hemisferio norte, sin el ecuador; los puntos de la frontera de dicho círculo son jos
para la proyección estereográca, y los puntos interiores corresponden al hemisferio sur. En
particular, 0 corresponde al polo sur.
Además, para cada r positivo, los puntos del plano complejo exteriores al círculo |z| = r
corresponden a puntos de la esfera próximos al punto N . Por esta razón, llamaremos al conjunto
{z ∈ C : |z| > r} un entorno de radio 1/r del punto del innito. Es decir:
EJERCICIOS
1. ¾Cuáles de los siguientes conjuntos son abiertos, y cuáles cerrados, en la topología usual
de C?
a) {z ∈ C : |z| < 1} b) R c) {z ∈ R : 0 ≤ z < 1}
d) {z ∈ R : 0 ≤ z ≤ 1} e) {z ∈ C : ∃n ∈ Z : n ≥ 1, z n = 1}
2. Mostrar que en C con la distancia euclídea, la clausura de un entorno Br (z0 ) es el
conjunto de todos los complejos z tales que |z − z0 | ≤ r.
3. Sea E ⊂ C.
a ) Mostrar que si A ⊂ E y A es abierto, entonces A ⊂ E ◦ .
◦ c
b ) Demostrar que E c = (E ) .
◦
c ) Mostrar que ∂E = E ∩ E c = E − E .
c ◦ c ◦ ◦
d ) Probar que (∂E) = E ∪ (E ) , que E = E ∪ ∂E y que E = E − ∂E
4. Encontrar la clausura en C de los conjuntos
1 1
x + i sen : 0 < x ≤ 1 y x + ix sen : 0 < x ≤ 1
x x
5. Para cada k ∈ N, considérese denido un conjunto Ak de C. Probar que, para cualquier
n ∈ N,
[n [n ∞
[ ∞
[
Ak = Ak Ak ⊃ Ak
k=0 k=0 k=0 k=0
Mostrar, mediante un ejemplo, que la última inclusión puede ser estricta.
6. a ) Dé un ejemplo de una familia decreciente de conjuntos acotados (no vacíos) cuya
intersección sea vacía.
EJERCICIOS 31
A1 = {z ∈ C : |z| ≤ 1} ∪ {z ∈ C : |z − 2| < 1}
1
A2 = {x ∈ R : 0 ≤ x < 1} ∪ 1 + : n ∈ Z, n ≥ 1
n
T S
11. Sea {Ck }k∈Λ una familia de conjuntos conexos tal que k∈Λ Ck 6= ∅. Mostrar que k∈Λ Ck
es un conjunto conexo. Mostrar que cualquier poligonal es conexa, asumiendo que los
segmentos son conexos.
12. Una componente conexa maximal (o, simplemente, componente) de un conjunto A
es un subconjunto conexo de A que no está contenido propiamente en un subconjunto
conexo de A.
a ) Encontrar las componentes de cada uno de los conjuntos del ejercicio 10.
b ) Mostrar que cualquier conjunto es la unión de sus componentes, y que dos compo-
nentes distintas son disjuntas.
13. Gracar las siguientes regiones del plano complejo:
i) {z ∈ C : Re z = −2} {z ∈ C : Re z = 3 Im z}
ii)
1
iii) {z ∈ C : Im z ≥ Re z} iv) z ∈ C : |z − 3 + i| =
2
z + 1
v) {z ∈ C : 3 < |z + 3 − 4i| ≤ 5} vi) z ∈ C : =4
z − 1
iθ
iθ π 4
vii) z = re : r = 2, θ ∈ R viii) z = re : r = 2 ∧ ≤ θ ≤ π
3 3
5 3 7
ix) z = reiθ : θ = π, r ∈ R+0 x) z = reiθ : π < θ < π, r ∈ R
4 4 4
14. Sea R la esfera de Riemann. Hallar los puntos de R correspondientes a los números
complejos z0 = 0, z1 = 0,5 + 0,5i y z2 = 3 + 2i.
15. Hallar los subconjuntos de R correspondientes a los ejes real e imaginario en C∞ .
π
16. Dado el real β tal que −
2
< β < π2 , ¾cuál es, en el plano complejo, la imagen del
paralelo de R que tiene latitud β ?
17. Dados los reales α y r tales que 0 ≤ α < 2π y r ≥ 0, hallar en R la imagen del rayo
arg z = α, y de la circunferencia |z| = r.
0 0
18. Sean Z y Z puntos de R correspondientes a los complejos z y z respectivamente, y sea
W el punto de R que corresponde a z + z 0 . Hallar las coordenadas de W en términos
0
de las coordenadas de Z y Z .
0
19. Demostrar que una condición necesaria y suciente para que dos complejos z y z sean
las proyecciones estereográcas de dos puntos diametralmente opuestos de la esfera es
que z z 0 = −1.
Capítulo 3
Nos proponemos ahora el objetivo de estudiar las funciones complejas denidas en subcon-
juntos del plano complejo provisto de la distancia euclídea. Veremos cómo muchas de las ideas
conocidas para funciones de variable real pueden ser extendidas a C. Por ejemplo, queremos
aquí llegar a denir límite y derivada de funciones complejas, y visualizar métodos de cálculo.
Presentaremos también un concepto más fuerte que el de la derivabilidad: el de la analiticidad,
que es clave en la teoría de variables complejas.
1. Preliminares
Suponemos conocido el concepto de función entre dos conjuntos cualesquiera. Sin embargo,
precisaremos ahora alguna notación y ciertas propiedades de las funciones que nos resultarán
de utilidad en lo sucesivo.
Si f es una función de X en Y , A ⊂ X y B ⊂ Y , denotamos por f (A) al conjunto de todos
los elementos de Y que son imagen por f de algún elemento de A, y por f −1 (B) al conjunto de
todos los elementos de X cuya imagen por f pertenece a B . Formalmente:
1. A ⊂ E ⇒ f (A) ⊂ f (E)
2. B ⊂ F ⇒ f −1 (B) ⊂ f −1 (F )
3. Si f es inyectiva, f (X − A) ⊂ Y − f (A). Si f es sobreyectiva, f (X − A) ⊃ Y − f (A).
Luego, para f biyectiva, es f (X − A) = Y − f (A).
4. f −1 (Y − B) = X − f −1 (B)
5. f (f −1 (B)) ⊂ B (si f es sobreyectiva, vale la igualdad).
−1
6. A⊂ Sf (f (A)) S(si f es inyectiva, vale la igualdad).
7. f A = f (Ak )
Tk∈Λ k Tk∈Λ
8. f A ⊂ f (Ak ) (si f es inyectiva, vale la igualdad).
−1
S k k∈Λ
k∈Λ S −1
9. f k∈Λ Bk = Tk∈Λ f (Bk )
−1 −1
T
10. f k∈Λ Bk = k∈Λ f (Bk )
Sif : X → Y y S ⊂ X , se dene la restricción de f a S como la función g : S → Y tal que
g(x) = f (x) para todo x ∈ S . Una notación habitual para la función restringida es f |S , aunque
haciendo abuso de notación, también suele usarse el mismo nombre f .
f :D⊂C → C
z 7→ w = f (z)
32
2. FUNCIÓN COMPLEJA DE VARIABLE COMPLEJA 33
1 1 x + iy x y
w = f (z) = = = 2 + i
z x − iy x + iy x + y2 x2 + y 2
de donde surge que
x y
u(x, y) = ∈R v(x, y) = ∈R
x2 + y2 x2 + y2
ambas denidas para todo vector no nulo de R2 .
Dada una función compleja siempre podemos obtener la función parte real u : D ⊂
f,
R → R y la función parte imaginaria v : D ⊂ R2 → R. Recíprocamente, cualquier par de
2
2
funciones reales de dos variables u(x, y) y v(x, y) con dominio D ⊂ R dene una función
f (z) = f (x + iy) = u(x, y) + iv(x, y) en el mismo dominio D (visto como subconjunto de C).
Para cualquier función compleja f, el conocimiento de las funciones de parte real e imagi-
naria u y v será importante en el estudio de las propiedades de f (a título de ejemplo, nótese
que f está denida en x0 + iy0 si, y sólo si, uyv están denidas en (x0 , y0 )). Por eso es esencial
saber encontrarlas. A continuación presentamos algunos ejemplos más.
Ejemplo 3.2. Dadas las siguientes funciones, hallar el dominio y determinar sus partes real
e imaginaria, en función de las partes real e imaginaria de la variable independiente.
1. f (z) = z 2 + 1. Esta expresión está bien denida para cualquier z ∈ C, por lo que, en
este caso, el dominio de denición de la función es D = C. Por la sustitución z = x + iy ,
tenemos que
2 2
Por lo tanto, u(x, y) = x − y + 1 y v(x, y) = 2xy .
z+1
2. f (z) = . El único valor de z en que esta expresión no puede ser evaluada es en 2i.
z−2i
Por lo tanto, D = C − {2i}, y
x + iy + 1 (x + 1) + iy (x + 1) + iy x − i(y − 2)
f (z) = = =
x + iy − 2i x + i(y − 2) x + i(y − 2) x − i(y − 2)
(x + 1)x + y(y − 2) + i − (x + 1)(y − 2) + yx
=
x2 + (y − 2)2
x2 + x + y 2 − 2y 2x − y + 2
= 2 2
+i 2
x + (y − 2) x + (y − 2)2
2 −2y 2
Es decir, u(x, y) = xx+x+y
2 +(y−2)2
2x−y+2
y v(x, y) = 2
x +(y−2)2
.
2
3. f (z) = Re z +|z| . El dominio es C. Notemos que si z = x+iy , es Re z = x. Por lo tanto,
f (z) = x + x2 + y 2 , y, en consecuencia, tenemos que u(x, y) = x2 + y 2 + x, v(x, y) = 0.
4. f (z) = Ln z = ln |z| + i Arg z . Aquí tenemos que D = C − {0}, pues el logaritmo
principal de un número complejo está bien denido para cualquier complejo no nu-
p
lo. Dado que ln |z| y Arg z son números reales, tenemos que u(x, y) = ln x2 + y 2 y
y
v(x, y) = arctan x .
34 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
Ejemplo 3.3. Obtener las partes real e imaginaria u y v de las siguientes funciones, en
términos de las coordenadas polares r y θ de la variable independiente.
1 1 iθ r2 + 1 r2 + 1 r2 + 1
f reiθ = reiθ + iθ
= re + e = cos θ + i sen θ = cos θ + i sen θ
re−iθ r r r r
2 2
Luego, u(r, θ) = r r+1 cos θ y v(r, θ) = r r+1 sen θ, con dominio D = C − {0}.
iθ
2. Para f (z) = Ln z , con dominio C − {0}, tenemos que f re = ln r + iθ, por lo que
u(r, θ) = ln r y v(r, θ) = θ.
G = {(z, w) : z ∈ D ∧ w = f (z)} ⊂ C × C
Como vemos, está contenido en un espacio vectorial de dimensión cuatro sobre los reales. Su
representación gráca en ejes independientes es entonces imposible, por lo que recurrimos al
siguiente articio: vamos a representar a los valores de la variable independiente z y de la
variable dependiente w en dos planos complejos distintos que llamaremos plano z (con ejes x
e y) y plano w (con ejes u y v ), respectivamente. Entonces, la relación funcional w = f (z)
establece una correspondencia entre los puntos (x, y) del plano z y los puntos (u, v) del plano
w.
Ejemplo 3.4. Consideremos la función f (z) = Ln z , y veamos cómo transforma los puntos
2
que están sobre la parábola {z ∈ C : Im z = (Re z) , z 6= 0}.
p
Del ejemplo 3.2, sabemos que u(x, y) = ln 2 2
2
√ x +y . Si z está sobre la parábola, se satisface
que y = x , y, en ese caso, u(x) = ln |x| 1 + x2 . Análogamente, si z es un complejo del
primer cuadrante (es decir, si x > 0), tenemos que v(x) = arctan x, mientras que si z está en
π π
el segundo (x < 0), es v(x) = π + arctan x (tomando − ≤ arctan x ≤ ). La siguiente gura
2 2
3. LÍMITES 35
D = z ∈ C : Im z = (Re z)2 , Re z 6= 0
f (D) = {w ∈ C : w = Ln z, z ∈ D}
3. Límites
Al igual que en el caso de funciones reales de variable real, la prolíca e importante noción
de límite permite el desarrollo posterior de dos conceptos fundamentales: la derivación y la
integración.
Notar que no es necesario que z0 ∈ D para poder hablar de límite cuando z tiende a z0 .
Además, aún estando denida la función en z0 , podría ocurrir que f (z0 ) 6= L.
Podríamos haber dado una denición equivalente de límites en términos de entornos, según
veremos ahora.
Ejemplo 3.8. Si z0 , k y k0 son números complejos jos, la función g:C→C dada por
k0
si z = z0
g(z) =
k si z 6= z0
tiene límite k cuando z → z0 ,ε > 0, basta con tomar δ = 1 para ver que se satisface
pues dado
la denición. Nótese que la condición 0 < |z − z0 | hace que no interese cuánto vale la función
0
en z0 (k en este caso), importando sólo los valores en entornos reducidos de z0 .
Ejemplo 3.9. Sea h : C → C denida mediante:
0 si z tiene ambas componentes racionales
h(z) =
z en cualquier otro caso
Mostraremos que lı́m h(z) = 0. Sea ε > 0. Tomemos δ = ε, y consideremos cualquier z ∈C
z→0
tal que 0 < |z| < δ . Si z |h(z)| = |0| = 0 < ε, y
tiene ambas coordenadas racionales, es si z
tiene alguna de sus coordenadas irracional, es |h(z)| = |z| < δ = ε. Como vemos, siempre que
0 < |z| < δ , es |h(z)| < ε, lo que demuestra que lı́m h(z) = 0.
z→0
no tiene límite cuando z → 0. Porque supongamos que existiese L∈C lı́m s(z) = L.
tal que
z→0
Notemos que en todo entorno reducido de 0 existe z con ambas coordenadas racionales. Entonces
L no puede ser 0, pues la denición de límite fallaría tomando ε = 1. Entonces es L 6= 0, con lo
que |L| > 0. Para ε = |L|/2 (positivo), sea δ > 0 tal que |s(z) − L| < ε toda vez que 0 < |z| < δ .
∗
Tomemos z ∈ Bδ (0) tal que z tiene alguna de sus coordenadas irracional. Luego, s(z) = 0, por
lo que |s(z) − L| = |L| > ε, contradiciendo la denición de límite. La contradicción proviene de
suponer que s tiene límite cuando z tiende a 0.
Desarrollaremos ahora propiedades generales de los límites. Comenzaremos por mostrar que
el límite de una función, cuando existe, es único.
Demostración. Supongamos que lı́m f (z) = L1 , y sea L2 6= L1 . Hagamos ε = |L2 −L1 |/2,
z→z0
resultando ε > 0 al que le corresponde δ >0 tal que si z ∈D y 0 < |z − z0 | < δ , entonces
|f (z) − L1 | < ε, y por lo tanto, para cualquiera de tales z , es
|f (z) − L2 | = |f (z) − L1 − (L2 − L1 )| ≥ |L2 − L1 | − |f (z) − L1 | > 2ε − ε = ε
Ya que cualquier entorno reducido alrededor de z0 contiene puntos z ∈ D a distancia menor
que δ, y para ellos |f (z) − L2 | > ε, se sigue que lı́m f (z) 6= L2 .
z→z0
Ejemplo 3.13. Para f (z) = z/z , analicemos la existencia del límite cuando z tiende a 0.
Si nos aproximamos a 0 por el semieje real positivo, tenemos que z = z, por lo que el cociente
z/z vale constantemente 1; en consecuencia, el límite de la función por esta trayectoria es 1.
Pero si nos acercamos a 0 por el semieje imaginario positivo, para esos puntos es z = −z (pues
+
si z = iy para y ∈ R , es z = 0 + iy = −iy = −z ) y entonces el límite por esta trayectoria es
−1. Luego, no existe límite de la función cuando z tiende a 0.
Ahora encontraremos una caracterización de límites de funciones de variable compleja a
partir de límites de funciones de variables reales, lo que nos permitirá obtener rápidamente
propiedades algebraicas de los procesos de límite en el caso complejo (basados en el conocimiento
de propiedades análogas para funciones reales).
Proposición 3.14. Sea f (z) una función compleja denida en D ⊂ C, con partes real e
imaginaria u(x, y) y v(x, y) respectivamente. Sean x0 , y0 , a, b ∈ R, y hagamos z0 = x0 + iy0 .
Entonces
Demostración. ⇒ Sea ε > 0. Ya que lı́m f (z) = a + ib, existe δ > 0 tal que |u(x, y) +
z→z0
iv(x, y) − (a + ib)| < ε toda vez que x + iy ∈ D y 0 < |x + iy − (x0 + iy0 )| < δ . Es decir,
p
(x, y) ∈ D ∧ 0 < (x − x0 )2 + (y − y0 )2 < δ =⇒ u(x, y) − a + i v(x, y) − b < ε
Como el módulo de un complejo es siempre mayor o igual que el módulo de sus partes real e
p
imaginaria, tenemos entonces que si (x, y) ∈ D y 0 <
(x − x0 )2 + (y − y0 )2 < δ , se satisface
que u(x, y) − a < ε y que v(x, y) − b < ε. Esto quiere decir que lı́m u(x, y) =
(x,y)→(x0 ,y0 )
a y lı́m v(x, y) = b.
(x,y)→(x0 ,y0 )
⇐ Sea ε > 0. Existe δ1 > 0 tal que si (x, y) ∈ D y 0 < (x, y) − (x 0 , y0 ) < δ1 , entonces
|u(x, y) − a| < 2ε . También existe δ2 > 0 tal que si (x, y) ∈ D y 0 < (x, y) − (x0 , y0 ) < δ2 ,
ε
entonces |v(x, y) − b| < . Tomando δ = mı́n{δ1 , δ2 }, tendremos que para cualquier z = (x, y) ∈
2
D con 0 < |z − z0 | < δ ocurrirá que |u(x, y) − a| < 2ε y |v(x, y) − b| < 2ε . Por lo tanto,
|f (z) − (a + ib)| = |u(x, y) + iv(x, y) − a − ib| = u(x, y) − a + i v(x, y) − b
≤ u(x, y) − a + v(x, y) − b < ε
por lo que lı́m f (z) = a + ib.
z→z0
En resumidas cuentas, el límite de una función de variable compleja existe si, y sólo si,
existen los límites (dobles) de sus partes real e imaginaria en el punto (x0 , y0 ), y, en ese caso,
las partes real e imaginaria del límite son, respectivamente, los límites de la parte real y de la
parte imaginaria.
Veremos ahora aspectos algebraicos de los límites de funciones de variable compleja, teniendo
en mente propiedades del límite de funciones reales de dos variables reales: límites de suma
o producto de funciones se obtienen, respectivamente, por suma o producto de los límites
individuales, siempre y cuando los mismos existan. Para el cociente, hay que pedir además
que el límite de la función en el denominador no sea 0.
lı́m f (z)
f (z) z→z0
3. Si además es lı́m g(z) 6= 0, entonces lı́m =
z→z0 z→z0 g(z) lı́m g(z)
z→z0
i lı́m
v1 (x, y) + i lı́m v2 (x, y)
(x,y)→(x0 ,y0 ) (x,y)→(x0 ,y0 )
= lı́m u1 (x, y) + i lı́m v1 (x, y) +
(x,y)→(x0 ,y0 ) (x,y)→(x0 ,y0 )
lı́m u2 (x, y) + i lı́m v2 (x, y)
(x,y)→(x0 ,y0 ) (x,y)→(x0 ,y0 )
Demostración. Sea
ε > 0. Tomemos δ > 0 tal que para todo z ∈ D con 0 < |z − z0 | < δ ,
se satisfaga que f (z) < ε/M . Luego, para todo z ∈ D con 0 < |z − z0 | < δ , se cumple que
f (z)g(z) < ε. Entonces lı́m f (z)g(z) = 0.
z→z0
3.1. Límite innito y límite en el innito. La denición de límite que hemos consi-
derado hasta ahora corresponde a valores nitos para la variable y para el límite, pero veremos,
a continuación, variantes de la denición, que permiten que la variable tienda a innito, o que
el límite sea innito.
Límite en el innito: dada una función f :D⊂C→C de modo tal que D contenga el
exterior de algún círculo con centro en el origen, y dado L ∈ C, decimos que lı́m f (z) =
z→∞
L si ∀ε > 0, ∃δ > 0 : |z| > δ ⇒ |f (z) − L| < ε.
Como vemos, f debe estar denida en algún entorno del innito, y para cada ε>0
debe haber un entorno del innito en el cual los valores de la función dieren de L (en
módulo) en una cantidad menor que ε.
40 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
1. Existe f (z0 ).
2. Existe lı́m f (z).
z→z0
3. lı́m f (z) = f (z0 )
z→z0
z ∈ D ∧ |z − z0 | < δ ⇐⇒ z ∈ D ∩ Bδ (z0 )
y que
|f (z) − f (z0 )| < ε ⇐⇒ f (z) ∈ Bε f (z0 )
Por lo tanto, la denición de continuidad equivale a que
∀ε > 0, ∃δ > 0 : ∀z ∈ D ∩ Bδ (z0 ), f (z) ∈ Bε f (z0 )
lo cual es equivalente a que ∀ε > 0, ∃δ > 0 : f D ∩ Bδ (z0 ) ⊂ Bε f (z0 ) .
4. CONTINUIDAD 41
Entonces, por proposición 3.6, lı́m (g ◦ f )(z) = g(L), según queríamos mostrar.
z→z0
Teorema 3.33. Sea f : D ⊂ C → C. f es continua en D si, y sólo si, para todo subconjunto
−1
V que sea abierto en C, existe un abierto G tal que f (V ) = D ∩ G.
Demostración. ⇒ Supongamos f continua en D . Sea V un abierto. Para cada w ∈ V , sea
Pw = {z ∈ D : f (z) = w}, y εw > 0 tal que Bεw (w) ⊂ V . Si Pw = ∅, hagamos Gw = ∅. De lo
contrario, por continuidad de f en D , para cada z ∈ Pw , existe δz > 0 tal que f (D ∩ Bδz (z)) ⊂
S
Bεw (w), y en esteScaso hagamos Gw = z∈Pw Bδz (z). En cualquier caso, Gw resulta abierto (teor.
2.10). Sea G = w∈V Gw , que resulta abierto (teor. 2.10), y mostremos, por doble inclusión,
−1
que f (V ) = D ∩ G.
−1
Si z0 ∈ f
S0 ) ∈ V , por lo que z0 ∈ D. Sea w0 = f (z0 ). Tenemos que z0 ∈ Pw0 ,
(V ), f (z
con lo que Gw0 = z∈Pw0 Bδz (z) ⊃ Bδz0 (z0 ), y entonces z0 ∈ Gw0 ⊂ G.
Si z0 ∈ G ∩ D , z0 ∈ D y existe w ∈ V tal que z0 ∈ Gw . Luego Gw 6= ∅, por lo que existe
z ∈ Pw tal que z0 ∈ Bδz (z). Entonces, z0 ∈ D∩Bδz (z), y de allí que f (z0 ) ∈ Bεw (w) ⊂ V .
−1
Luego, z0 ∈ f (V )
⇐ Sean z0 ∈ D y ε > 0. Tomemos V = Bε f (z0 ) . V es abierto, por lo que, de la hipótesis,
−1
existe un abierto G tal que f (V ) = G ∩ D. Ya que z0 ∈ f −1 (V ), tenemos que z0 ∈ G. Porser
−1
δ > 0 tal que Bδ (z0 ) ⊂ G. Luego, f Bδ (z0 ) ∩ D ⊂ f (G ∩ D) = f f (V ) ⊂
G abierto, existe
V = Bε f (z0 ) . Luego, f es continua en z0 . Como z0 se eligió arbitrariamente en D, se tiene
que f es continua en D .
Corolario 3.34. Sea f : D ⊂ C → C con D abierto en C. f es continua en D si, y sólo
si, para todo subconjunto V que sea abierto en C, f −1 (V ) es un subconjunto abierto.
Demostración. Sea {Vj }j∈Λ un cubrimiento por abiertos para f (K). Para cada j ∈ Λ,
−1
existe un abierto Gj tal que f (Vj ) = K ∩ Gj (teor. 3.33).
−1
Dado z ∈ K , existe J ∈ Λ tal que f (z) ∈ VJ , por lo que z ∈ f (VJ ) ⊂ GJ . Esto muestra
que la familia {Gj }j∈Λ es cubrimiento (por abiertos) para el compacto K , y entonces hay una
Sn
subfamilia nita {Gj1 , . . . , Gjn } de {Gj }j∈Λ tal que k=1 Gjk ⊃ K .
Si w ∈ f (K), existe z ∈ K tal que f (z) = w . Por lo que vimos, existe k ∈ {1, . . . , n} tal
−1
que z ∈ Gjk , de donde z ∈ f (Vjk ), y entonces f (z) ∈ Vjk , es decir, w ∈ Vjk . Por lo tanto,
{Vj1 , . . . , Vjn } es subcubrimiento nito de {Vj }j∈Λ para f (K). Luego, f (K) es compacto.
Corolario 3.37. Sea f : D ⊂ C → C. Si K es un subconjunto compacto de D y f es
continua en K, entonces f (K) es compacto.
Demostración. De la prop. 3.27, f |K es continua en K . Sabemos que f (K) = f |K (K),
pues f (z) = f |K (z) para todo z ∈ K. Por teorema 3.36, f |K (K) es compacto. Luego, f (K) es
compacto.
La función continua f (z) = z , considerada sobre el disco abierto D = {z ∈ C : |z| < 1},
cumple que su módulo no alcanza un máximo en D: no hay ningún z0 en D tal que para todo
z∈D |f (z)| ≤ |f (z0 )| (pues ∀z ∈ D, |f (z)| < 1 pero |f (z)| toma valores arbitrariamente
sea
cercanos a 1 en D ). El siguiente corolario muestra que esta situación no podría darse si el
subconjunto D fuese un compacto; concretamente, expresa el hecho de que si una función
continua se considera restringida a un conjunto compacto, entonces el módulo de la función
alcanza un máximo y un mínimo en puntos del conjunto compacto, y en consecuencia una
función continua denida sobre un compacto tiene módulo acotado. Este resultado se usará
frecuentemente en los capítulos que siguen.
aplicando a g lo demostrado previamente, tenemos que existe zm ∈ K tal que, para todo
z ∈ K , es |g(z)| ≤ |g(zm )|, es decir, |f (zM )| − |f (z)| ≤ |f (zM )| − |f (zm )|. Luego, para todo
z ∈ K , es |f (z)| ≥ |f (zm )|.
Otra propiedad interesante de las funciones continuas es que transforman subconjuntos
conexos en conexos.
Ya que E ∩ f (D) 6= ∅, existe w ∈ E tal que w ∈ f (D). Por ello, existe z ∈ D tal que
f (z) = w ∈ E , y entonces z ∈ A, de donde deducimos que A es no vacío. Análogamente,
B 6= ∅.
A ∪ B = D ya que
A ∪ B = (D ∩ GA ) ∪ (D ∩ GB ) = D ∩ (GA ∪ GB ) ⊂ D
A ∪ B = f −1 (E) ∪ f −1 (F ) = f −1 (E ∪ F ) ⊃ f −1 (f (D)) ⊃ D
GA ∩ B = ∅ (pues si hubiera z ∈ GA ∩ B , tendríamos que z ∈ GA , z ∈ GB y z ∈ D, de
donde z ∈ A y z ∈ B , por lo que f (z) ∈ E y f (z) ∈ F , contradiciendo que E ∩ F = ∅),
y entonces, por lema 2.35,
∅ ⊂ A ∩ B ⊂ GA ∩ B = ∅
De esto, vemos que A ∩ B = ∅. Análogamente, A ∩ B = ∅
Luego, por teorema 2.36, D es disconexo.
Corolario 3.40. Sea f : D ⊂ C → C. Si C es un subconjunto conexo de D y f es continua
en C, entonces f (C) es conexo.
5. Derivabilidad
Definición 3.44. Sea f : D ⊂ C → C, y sea z0 un punto interior de D. f se dice derivable
en z0 (o también diferenciable en z0 ) si
f (z) − f (z0 )
lı́m
z→z0 z − z0
existe; en tal caso, dicho límite se llama la derivada de f en z0 y se denota por f 0 (z0 ) o
df
también .
dz z0
f (z)−f (z0 )
La expresión se llama cociente incremental en z0 . A través del cambio de variable
z−z0
∆z = z − z0 , la derivada de f en z0 también puede expresarse como
f (z0 + ∆z) − f (z0 )
f 0 (z0 ) = lı́m
∆z→0 ∆z
Ejemplo 3.45. A través de la denición, encontremos la derivada de la función f (z) =
(1 + 2i)z 2 en todos los puntos en que exista.
En z0 = 0:
|z|2 − 0 zz
f 0 (0) = lı́m = lı́m = lı́m z = 0
z→0 z − 0 z→0 z z→0
Para z0 = x0 + iy0 6= 0 y z = x + iy 6= z0 , es
f (z) − f (z0 ) |z|2 − |z0 |2 x2 + y 2 − x20 − y02
= =
z − z0 z − z0 (x − x0 ) + i(y − y0 )
Si restringimos a la recta y = y0 , es z = x + iy0 , y por esta trayectoria el cociente
incremental tiene límite que vale
x2 − x20
l1 = lı́m = lı́m (x + x0 ) = 2x0
x→x0 x − x0 x→x0
46 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
y 2 − y02 1
l2 = lı́m = lı́m (y + y0 ) = −2iy0
y→y0 i(y − y0 ) y→y0 i
f (z) − f (z0 )
f (z) = (z − z0 ) + f (z0 )
z − z0
f (z)−f (z0 )
Como lı́m (z − z0 ) = 0, lı́m = f 0 (z0 ) y lı́m f (z0 ) = f (z0 ), podemos aplicar a la
z→z0 z→z0 (z−z0 ) z→z0
igualdad anterior la proposición 3.15 para deducir que lı́m f (z) = f (z0 ), de donde deducimos
z→z0
que f es continua en z0 .
De la denición, es directo ver que las funciones constantes son derivables en cualquier punto
interior de su dominio, y que la derivada vale siempre 0. La derivación en C conserva además
algunas propiedades básicas ya conocidas en R.
Proposición 3.48. Sean f y g funciones complejas derivables ambas en z0 , y sea k una
constante compleja. Entonces:
d kf (z)
1. = kf 0 (z0 )
dz
z0
d f (z)+g(z)
2. = f 0 (z0 ) + g 0 (z0 )
dz
z0
d f (z)g(z)
3. = f 0 (z0 )g(z0 ) + f (z0 )g 0 (z0 )
dz
z0
d f (z)/g(z) f 0 (z0 )g(z0 )−f (z0 )g 0 (z0 )
4. Si además es g(z0 ) 6= 0, entonces dz
=
(g(z0 ))2
z0
f (z) = f (z0 ) + (z − z0 )f 0 (z0 ) + (z − z0 )λf (z) g(z) = g(z0 ) + (z − z0 )g 0 (z0 ) + (z − z0 )λg (z)
Por lo tanto, para z 6= z0 , es
f (z) + g(z) − f (z0 ) − g(z0 )
= f 0 (z0 ) + g 0 (z0 ) + λf (z) + λg (z)
z − z0
d f (z)+g(z)
con lı́m λf (z) + λg (z) = 0. Luego, nuevamente por la proposición 3.17, es dz
=
z→z0
z0
f 0 (z0 )+g 0 (z0 ). Con consideraciones análogas, se demuestra lo relativo a la derivada del producto
y del cociente.
5. DERIVABILIDAD 47
f (z) = f (z0 )+(z −z0 ) f 0 (z0 )+λ1 (z) g(z) = g(f (z0 ))+(z −f (z0 )) g 0 (f (z0 ))+λ2 (z)
Redeniendo λ2 en f (z0 ) en caso de ser necesario, podemos suponer que λ2 es continua en f (z0 ),
es decir, λ2 (f (z0 )) = lı́m λ2 (z) = 0.
z→f (z0 )
Para cualquier z ∈ D, tenemos entonces que
= g f (z0 ) + f (z) − f (z0 ) g 0 f (z0 ) + λ2 f (z)
g f (z)
= g f (z0 ) + (z − z0 ) f 0 (z0 ) + λ1 (z) g 0 f (z0 ) + λ2 f (z)
Veremos ahora cómo valernos de las partes real e imaginaria u(x, y) y v(x, y) de una función
f para analizar su derivabilidad.
Si hacemos tender z a z0 por una línea paralela al eje real, tendremos entonces que
z = x + iy0 . La condición de tender z a z0 resulta equivalente a la de tender x a x0 . Por
48 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
Por lo tanto,
f (z) − f (z0 )
= ux (x0 , y0 ) + ivx (x0 , y0 ) +
z − z0
Re(z − z0 ) Im(z − z0 )
λ1 (x, y) + iλ3 (x, y) + λ2 (x, y) + iλ4 (x, y)
z − z0 z − z0
Por propiedades de módulo, tenemos que
Re(z − z0 ) Im(z − z0 )
z − z0 ≤ 1 z − z0 ≤ 1
50 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
f (z) − f (z0 )
f 0 (z0 ) = lı́m = ux (x0 , y0 ) + ivx (x0 , y0 )
z→z0 z − z0
Es decir, f es derivable en z0 .
Ejemplo 3.55. Para f (z) = ez , tenemos que u(x, y) = ex cos y y que v(x, y) = ex sen y , de
donde
ux (x, y) = ex cos y uy (x, y) = −ex sen y
vx (x, y) = ex sen y vy (x, y) = ex cos y
Las cuatro derivadas parciales existen y son continuas en todo el plano, y también las ecuaciones
z
de CauchyRiemann se cumplen en todo punto. Por lo tanto, e es derivable en todo C. Su
derivada vale
Ejemplo 3.56. Para f (z) = Ln z , es u(r, θ) = ln r y v(r, θ) = θ = Arg z . Por lo tanto, para
todo z 6= 0, es ur = 1/r , uθ = 0, vr = 0 y vθ = 1. Se satisfacen entonces las ecuaciones de
CauchyRiemann (en coordenadas polares) para todo z 6= 0. Además, para r 6= 0 y −π < θ < π ,
sen θ cos θ
las expresiones ur , uθ , vr , uθ , cos θ , − , sen θ y son todas continuas, de donde ux , uy ,
r r
vx y vy también lo son. De allí que, por el teorema 3.54, la función Ln z es derivable en todo
el plano complejo excepto en 0 y en el semieje real negativo (donde no es derivable pues no
es continua, ya que Arg z no es continua allí, según vimos en el ejemplo 3.24). La derivada en
z0 = r0 eiθ0 , con r0 6= 0 y −π < θ0 < π , vale
1 1 1
f 0 (z0 ) = ur (r0 , θ0 ) + ivr (r0 , θ0 ) e−iθ0 = e−iθ0 =
=
r0 r0 eiθ0 z0
6. Analiticidad
Veremos ahora un concepto más fuerte que el de derivabilidad, y que es clave en la teoría
de funciones de variable compleja.
Ejemplo 3.59. Vimos, en el ejemplo 3.46, que la función f (z) = |z|2 sólo es derivable en
z = 0; por lo tanto, cualquier entorno de 0 contiene puntos donde no existe la derivada, y en
consecuencia f (z) no es analítica en z = 0, ni en ningún otro punto. Notar que f no tiene
singularidades.
Ejemplo 3.60. Cualquier función racional es derivable en todo el plano excepto en los
puntos en que el denominador se anula (observ. 3.49). En consecuencia, toda función racional
es analítica en todo el plano excepto en las raíces del polinomio denominador, que resultan ser
singularidades evidentemente aisladas.
1
Ejemplo 3.61. h (z) =
sen(1/z)
. El numerador es una función constante, y por lo tanto
derivable en C. Como la función seno es derivable en todo C (ej. 3.55), por prop. 3.50 se tiene
que el denominador sen(1/z) es derivable en C − {0}; además, se anula en los reales de la forma
1
1
cualquiera sea k ∈ Z. Sea F = {0} ∪ : k ∈ Z , el cual es cerrado en C. Por proposición
2kπ 2kπ
3.48, h resulta derivable en C−F . Cada z ∈ C−F admite r > 0 tal que Br (z) ⊂ C−F . Por ello,
h es analítica en C − F. Cualquier entorno alrededor de cualquier punto en F contiene puntos
del semiplano superior, donde, según vimos, h
es analítica. Por lo tanto, cada complejo en F
1
es una singularidad de h; con k ∈ Z son singularidades aisladas,
los complejos de la forma
2kπ
mientras que 0 es una singularidad no aislada, pues para cualquier r > 0 se puede elegir k ∈ N
tal que k > 1/(2πr), teniéndose que la correspondiente singularidad no nula 1/(2kπ) está en
Br (0).
52 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
De entrada, vemos que la función no es analítica en 0 pues no está denida allí. Para
(x, y) 6= (0, 0), tenemos que
y 2 − x2 −2xy
ux (x, y) = 2 uy (x, y) = 2
x2 + y 2 x2 + y 2
2xy y 2 − x2
vx (x, y) = 2 vy (x, y) = 2
x2 + y 2 x2 + y 2
Las ecuaciones de CauchyRiemann se satisfacen en todo el plano complejo, excepto 0.
Las cuatro derivadas parciales son sumas, productos, cocientes y composición de funcio-
2
nes que son continuas en todo R salvo (0, 0), y en consecuencia son funciones continuas
2
en R − {(0, 0)}.
Luego, las condiciones sucientes de analiticidad se satisfacen en todo el plano complejo excepto
el 0. De allí que la función f (z) es analítica en C − {0}.
Por supuesto, el ejemplo anterior podría haber sido resuelto también, y de manera más
directa, si hubiésemos advertido desde el principio que f (z) es la función racional 1/z , analitíca
C − {0}.
El comportamiento algebraico de las funciones analíticas es el que la proposición 3.48 nos
deja fácilmente entrever.
Teorema 3.66. Si dos funciones son analíticas en un punto, la suma y el producto son
analíticas en ese punto. El cociente de estas funciones es analítico en el punto, excepto que el
denominador se anule allí.
La analiticidad también se preserva bajo composición.
eiz + e−iz
f (z) = cos z =
2
Dado que las funciones z , cz (c ∈ C) y ez son derivables en todo el plano, y que f (z) se puede
obtener como composición y suma de ellas, f (z) resulta analítica en todo el plano complejo.
Análogamente, la función sen z es entera. En consecuencia, la función tan
z es analítica en todo
punto del plano tal que cos z 6= 0. Por lo tanto, tan z es analítica en C − π2 + kπ : k ∈ Z .
6.1. Analiticidad de funciones elementales. Para generalizar el ejemplo 3.68, diga-
mos que los teoremas 3.64, 3.66 y 3.67 permiten estudiar fácilmente la analiticidad de muchas
de las funciones de variable compleja que ya conocemos, y obtener su derivada. En la siguiente
tabla resumimos esta información para las funciones polinómicas, exponencial, trigonométricas
e hiperbólicas, indicando con D el mayor subconjunto de C en donde cada función es analítica.
f (z) D f 0 (z) f (z) D f 0 (z)
z n (n ∈ N) C nz n−1 ez C ez
sen z C cos z cos z C − sen z
tan z C − {π/2 + kπ : k ∈ Z} sec2 z cot z C − {kπ : k ∈ Z} − cosec2 z
sec z C − {π/2 + kπ : k ∈ Z} tan z sec z cosec z C − {kπ : k ∈ Z} − cot z cosec z
senh z C cosh z cosh z C senh z
tanh z C − {iπ/2 + ikπ : k ∈ Z} sech2 z coth z C − {ikπ : k ∈ Z} − csch2 z
sech z C − {iπ/2 + ikπ : k ∈ Z} − tanh z sech z csc z C − {ikπ : k ∈ Z} − coth z csch z
7. Funciones Armónicas
Un resultado que estaremos en condiciones de demostrar más adelante en este curso es que el
cumplimiento de las ecuaciones de CauchyRiemann y la continuidad de las derivadas parciales
en todo un entorno de un punto son también necesarias para la analiticidad de una función en
ese punto. Como consecuencia de ello, deduciremos que si una función f (z) = u(x, y) + iv(x, y)
es analítica en un dominio D, entonces:
En lo que resta de este capítulo, asumiremos estos hechos como demostrados (aún cuando
la demostración queda pendiente) para mostrar propiedades matemáticas interesantes de las
funciones analíticas.
54 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
eiz + e−iz e−y+ix + ey−ix e−y cos x + ie−y sen x + ey cos x − iey sen x
cos z = = =
2 2 2
−y y −y y
(e + e ) cos x (e − e ) sen x
= +i
2 2
Es decir,
(e−y +ey ) cos x
u(x, y) = 2
Entonces, para todo (x, y) ∈ R2 , se tiene que uxx (x, y) + uyy (x, y) = 0. Como vemos, u es
armónica en todo el plano. Lo mismo se puede vericar para v .
Volviendo al problema planteado al inicio de esta sección, podemos responder a la pregunta
armativamente, en caso de que la función u sea armónica y el dominio D sea simplemente
conexo. Intuitivamente, un dominio es simplemente conexo cuando no posee agujeros en su
interior (daremos una denición más formal posteriormente). Por ejemplo, cualquier entorno es
un dominio simplemente conexo, no así los entornos reducidos o las coronas de tipo {z ∈ C :
r1 < |z − z0 | < r2 } (0 < r1 < r2 ).
1Pierre Simon Laplace (1749-1827). Astrónomo, físico y matemático francés. Descubrió la ecuación diferen-
cial que lleva su nombre cuando estudiaba la gravitación y su relación con el movimiento planetario.
7. FUNCIONES ARMÓNICAS 55
Teorema 3.72. Sea u(x, y) una función real armónica en un dominio simplemente conexo
D. Existe una función v(x, y) armónica en D tal que la función f (z) = u(x, y) + iv(x, y) es
analítica en D.
Omitiremos la demostración del teorema anterior. Cualquier función v de las que enuncia el
teorema se denomina una armónica conjugada de u en el dominio D. Todas las armónicas
conjugadas de u dieren en una constante, y pueden ser encontradas por integración a partir
de las ecuaciones de CauchyRiemann, como mostramos en el siguiente ejemplo.
7.1. Curvas de nivel. Por si no ha quedado claro de los párrafos precedentes, resulta
u(x, y) y v(x, y) denidas
casi ilusorio pensar que si uno toma dos funciones reales cualesquiera
en un dominio D, f (z) = u(x, y) + iv(x, y) vaya a ser
la correspondiente función compleja
analítica en D . Para empezar, u y v deben ser armónicas en D . Pero eso no alcanza: v debe ser
también una armónica conjugada de u en D . Luego, u y v deben satisfacer las ecuaciones de
CauchyRiemann en D . Esto trae aparejado también una consecuencia geométrica para u y v ,
según veremos ahora.
Recordemos que si u(x, y) es una función real de dos variables, la curva de nivel de u
correspondiente al valor c ∈ R es la curva en el plano cartesiano xy denida implícitamente
por la expresión u(x, y) = c. Conforme c varía en R, tendremos las distintas curvas de nivel que
corresponden a u.
Ejemplo 3.74. Para u(x, y) = x2 − y 2 , las curvas de nivel de u se obtienen de hacer variar
2 2
el parámetro c en la expresión x − y = c.
es decir, toda vez que una curva de nivel de u se interseca con una de v en un punto de D, lo
hace en ángulo recto (excepto tal vez en los puntos en que se anula la derivada de f ).
Teorema 3.75. Sea f (z) = u(x, y) + iv(x, y) una función analítica en un dominio D.
Sea C1 una curva de nivel de u y C2 una de v . Supongamos que C1 y C2 se intersecan en
z0 = (x0 , y0 ) ∈ D, y que f 0 (z0 ) 6= 0. Entonces, la recta tangente a C1 en (x0 , y0 ) es perpendicular
a la recta tangente a C2 en ese mismo punto.
10
7.5
2.5
-2.5
-5
-7.5
-10
Figura 1
EJERCICIOS 57
EJERCICIOS
1. Demostrar todas las propiedades generales de las funciones que se enuncian en la sección
Preliminares: A ⊂ B ⇒ f (A) ⊂ f (B), etc.
2. Considerar las siguientes funciones f (z) con z = x + iy . Expresarlas como f (x + iy) =
u(x, y) + iv(x, y), indicando dominio de denición:
1 z 2 −2
i) f (z) = ii) f (z) = iii) f (z) = (z − i) iv) f (z) = z +i
|z| 1+z
1 1
3. Vericar, por denición, que lı́m = 2i+1
z→1+i z 2 +1
z 2 +z−2
4. Mostrar que lı́m no existe, calculándolo a través de dos trayectorias distintas.
z→1 z−1
5. Mostrar que si existe lı́m f (z), entonces, dado cualquier ε > 0, existe un entorno redu-
z→z0
cido de z0 tal que para cualesquiera z1 , z2 en ese entorno que pertenezcan al dominio de
denición de f, |f (z2 ) − f (z1 )| < ε.
se tiene que
6. Sea S un conjunto conexo, y supongamos que f es una función continua en S que toma
sólo valores enteros. Mostrar que f es constante en S .
7. Sea f : K ⊂ C → T ⊂ C, con K compacto y f biyectiva y continua en K . Mostrar que
f −1 es una función continua en T . Mostrar mediante un ejemplo que la compacidad de
K es necesaria en este resultado.
1
8. Usando la denición, vericar que lı́m
(z−i)2
= ∞, y que lı́m zz+2i
2 +4 6= ∞.
z→i z→−2i
9. Analizar para qué valores de z = x + iy las siguientes funciones f (z) tienen derivada,
encontrando el valor de la misma.
i) f (z) = z ii) f (x + iy) = x2 − y 2 − 2xy + i (2xy + x2 − y 2 )
z z 3 −z
iii) f (z) = e iv) f (z) = 2 v) f (z) = sen z
z +i
10. Mostrar la validez de la Regla de L'Hôpital:
Sif y g son funciones complejas diferenciables en z0 , con f (z0 ) = 0 = g (z0 ) y
0
g (z0 ) 6= 0, entonces
f (z) f 0 (z0 )
lı́m = 0
z→z0 g (z) g (z0 )
z 9 +z−2i sen z
Usar esta regla para encontrar lı́mz→i y lı́mz→0 .
z 15 +i z
2 2
11. Mostrar que la función f (z) = x + iy es derivable sólo si y = x, y, por lo tanto, no es
analítica en ningún punto. Hallar el valor de la derivada en los puntos en los que existe.
12. Determinar en qué regiones del plano complejo son analíticas las siguientes funciones, y
calcular su derivada en esos puntos:
−1
2
i) f (z) = 2z + 3 ii) f (z) = z + z iii)f (x + iy) = −xy + 2i (x2 − y 2 )
1 x2 −y 2 2xyi
iv) f (z) = 4 v) f (z) = z Re(z) vi) f (x + iy) = e e
z +2z 2 +1
2
vii) f (z) = senh z viii) f (z) = tan z ix) f (z) = (3x + 5y) + i(6xy − 5x)
13. Demostrar que si f (z) es analítica en z0 y g(z) no es analítica en z0 , entonces h(z) =
f (z) + g(z) no es analítica en z0 .
14. Encontrar los valores de los parámetros a, b, c ∈ R de manera tal que la función f (z) =
x + ay + i(bx + cy) sea una función entera.
15. Hallar la forma polar de las ecuaciones de Cauchy-Riemann, y con ella estudiar la
n
analiticidad de las funciones f (z) = Ln z , g (z) = z y h (r cisθ) = r cos θ + ir .
16. Sea D un dominio en C, y f : D ⊂ C → C una función analítica en D. Supongamos
que f (z) = u(x, y) + iv(x, y).
0
a) Mostrar que si f (z) = 0 para todo z ∈ D , entonces f es constante en D . (Su-
2
gerencia: Suponga que φ : D ⊂ R → R satisface que φx es idénticamente nula
en D . Use el Teorema del Valor Medio para funciones reales de una variable real
para demostrar que φ es constante sobre cualquier segmento horizontal contenido
en D . Análogamente para los segmentos verticales cuando φy es idénticamente nula.
58 3. FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA
INTEGRACIÓN
Definición 4.1. Una curva continua es una función continua z cuyo dominio es algún
intervalo cerrado [a, b] y cuyo codominio es C; z(a) y z(b) se llaman, respectivamente, punto
inicial y punto nal de la curva, y se dice que la curva va desde z(a) hasta z(b). Una
curva suave, o curva regular, es una curva continua cuya derivada z 0 es continua y no nula
en [a, b]. Una curva continua se llama suave a trozos, o curva regular a trozos, o contorno,
si hay una partición nita a = t0 < t1 < . . . < tn = b del intervalo [a, b] tal que la restricción de
z a cada subintervalo [tj , tj+1 ] es una curva suave. Un contorno se dice cerrado si z(b) = z(a).
Haremos referencia a los contornos indistintamente a través del lugar geométrico que des-
criben (el contorno C , con la consideración implícita del sentido de su recorrido) o a través de
la expresión que los dene (el contorno z(t), a ≤ t ≤ b). La expresión z(t), con a ≤ t ≤ b, se
denomina una parametrización de C.
Grácamente hablando, una curva suave es un trazado continuo con vector tangente z 0 (t)
bien denido en cada punto, y que además va girando en forma continua. Un contorno es un
número nito de curvas suaves concatenadas sucesivamente por los extremos. En los puntos de
unión, puede haber vértices, es decir, puntos angulares, en los que puede no estar denido
z 0 (t), pero son sólo una cantidad nita, y en ellos Re(z 0 (t)) e Im(z 0 (t) pueden presentar una
discontinuidad con salto nito. Un contorno cerrado tiene punto nal igual a su punto inicial.
59
60 4. INTEGRACIÓN
t − tk
pk (t) = zk + (zk+1 − zk )
tk+1 − tk
2. INTEGRAL DE FUNCIONES COMPLEJAS DE VARIABLE REAL 61
con parámetro t tal que tk ≤ t ≤ tk+1 . De este modo, una parametrización para P es dada por
p(t), a ≤ t ≤ b, con p(t) = pk (t) para t ∈ [tk , tk+1 ], k = 0, 1, . . . , n − 1.
Como es de esperarse, cuanto más na es una partición (es decir, cuanto más pequeña es
su norma), más ceñida es la poligonal P al contorno C.
Proposición 4.3. Sea C z(t), a ≤ t ≤ b, y sea ε > 0.
un contorno con parametrización
Existe δ > 0 tal que si P es una partición con norma menor que δ , entonces P induce una
poligonal P con parametrización p(t), a ≤ t ≤ b, tal que para todo t ∈ [a, b], |p(t) − z(t)| < ε.
t − tk ε ε
0≤ ≤1 |z(t) − z(tk )| < |z(tk+1 ) − z(tk )| <
tk+1 − tk 2 2
de donde
t − tk
|p(t) − z(t)| = zk + (zk+1 − zk ) − z(t)
tk+1 − tk
t − tk ε ε
≤ |z(tk ) − z(t)| + |z(tk+1 ) − z(tk )| < + = ε
tk+1 − tk 2 2
Supongamos que C es además subconjunto de algún abierto D. Cabe preguntarse si una
poligonal inscripta en C es también subconjunto de D . Como la intuición ya nos podría estar
indicando en base al resultado anterior, si la partición es sucientemente na, eso efectivamente
ocurre.
Proposición 4.4. Sea C un contorno en un conjunto abierto D. Existe δ > 0 tal que toda
partición del intervalo de variación del parámetro de C con norma menor que δ induce una
poligonal inscripta en C que está contenida en D.
Demostración. Sea z(t), a ≤ t ≤ b, una parametrización para C . Siendo C compacto, Dc
c c
cerrado y C ∩ D = ∅, existe ε > 0 tal que ∀z ∈ C, w ∈ D , |z − w| ≥ ε (prop. 2.31). Notar
que, en consecuencia, ∀z ∈ C, Bε (z) ⊂ D . Apelando a la prop. 4.3, sea δ > 0 tal que cualquier
partición P de [a, b] con kPk < δ induce una poligonal con parametrización p(t), con a ≤ t ≤ b,
tal que |z(t) − p(t)| < ε para todo t ∈ [a, b]. Sea P cualquiera de tales particiones, y P la
poligonal inscripta en C que ésta induce. Si w ∈ P , es w = p(t) para algún t ∈ [a, b]; como
|z(t) − p(t)| < ε, y z(t) es un punto de C , es w ∈ Bε (z(t)) ⊂ D. Siendo w arbitrario en P ,
tenemos que P ⊂ D .
siempre que las dos integrales que aparecen a la derecha existan, en cuyo caso diremos que
z(t) es integrable en el intervalo [a, b]. En particular, si z(t) es continua (excepto en, a lo
sumo, una cantidad nita de puntos del intervalo donde haya discontinuidades con salto nito),
también lo serán Re(z(t)) e Im(z(t)), y existirá la integral.
62 4. INTEGRACIÓN
Proposición 4.5. Sea z(t), con a ≤ t ≤ b, una función compleja de variable real tal que z0
Rb 0
es integrable en [a, b]. Entonces a
z (t)dt = z(b) − z(a).
Demostración. Supongamos que z(t) = x(t) + iy(t). Entonces, por denición de integral
y por nuestros comentarios previos,
Z b Z b Z b
0 0
z (t)dt = x (t)dt + i y 0 (t)dt = x(b) − x(a) + i(y(b) − y(a)) = z(b) − z(a)
a a a
una función continua salvo en un número nito de puntos (en los que no hay saltos innitos),
por lo que la integral existe.
Se puede demostrar que el valor de la integral es independiente de la parametrización elegida
para C (ejercicio).
Veremos, a continuación, ejemplos de cálculo de integrales a través de la denición, algunos
de los cuales, a su vez, ilustran diversas situaciones de interés que pueden presentarse.
R R
Ejemplo 4.6. Calculemos
C1
f (z)dz y C2 f (z)dz cuando f (z) = z , C1 es el segmento recto
2
desde 0 hasta 1+i y C2 es el arco de la parábola Im(z) = Re(z) desde 0 hasta 1 + i.
Para la primera integral, como no conocemos una expresión para la curva, nuestro primer
trabajo es encontrar una. Para eso, viendo al segmento en cuestión como subconjunto de R2 ,
corresponde a la recta y = x con x variando entre 0 y 1. De allí que una posible forma de
representar paramétricamente a la curva es tomando x(t) = t, y(t) = t con 0 ≤ t ≤ 1. Es decir,
z(t) = t + it, por lo que z 0 (t) = 1 + i. Entonces f (z(t)) = z(t) = t − it = t(1 − i) y z 0 (t) = 1 + i.
Por lo tanto,
Z Z 1
1 1 1
t(1 − i)(1 + i)dt = (1 − i)(1 + i) t2 0 = 1 − i2 = 1
f (z)dz =
C1 0 2 2
Para la integral sobre C2 ,
consideramos la parametrización del contorno dada por z(t) = t + it2
con 0≤t≤ 1. Por lo tanto, z 0 (t) = 1 + 2it, y entonces
Z Z 1 Z 1 Z 1
2
f (z)dz = t(1 − i)(1 + 2it)dt = (1 − i) tdt + 2i t dt
C2 0 0 0
1 2 1 2i 3 1
1 2i 7 1
= (1 − i) t 0+ t 0 = (1 − i) + = + i
2 3 2 3 6 6
R R
En el ejemplo anterior, notar que
C1
f (z)dz 6= C2 f (z)dz aún cuando el integrando es el
mismo y los dos contornos van desde el mismo punto inicial hasta el mismo punto nal. Queda
claro entonces que, en general, el valor de la integral depende también de los valores que toma
el integrando en los puntos intermedios del contorno. Sin embargo, hay casos en los que el valor
de la integral depende sólo de los puntos inicial y nal, como lo muestra el siguiente ejemplo.
resulta
F 0 (t) = x(t)x0 (t) − y(t)y 0 (t) + i(x0 (t)y(t) + x(t)y 0 (t)) = z(t)z 0 (t)
Luego, por la proposición 4.5,
Z Z b
1 1
zdz = z(t)z 0 (t)dt = F (b) − F (a) = z22 − z12
C a 2 2
El ejemplo anterior muestra que para las funciones f (z) = 1 y f (z) = z , la integral de
cualquiera de ellas sobre cualquier curva suave cerrada vale 0. Esto no es cierto en general, aún
cuando el integrando sea una función analítica en cada punto del contorno de integración.
Ejemplo 4.8. Sea cualquier número complejo, y C cualquier circunferencia con centro
z0 R dz
z0 recorrida una vez en sentido positivo. Entonces, C z−z 0
= 2πi.
Para verlo, llamemos r al radio de C . Una parametrización para el contorno de integración
0
es z(t) = z0 + r cos t + ir sen t, con 0 ≤ t ≤ 2π , teniéndose que z (t) = −r sen t + ir cos t =
i (ir sen t + r cos t) = i (z(t) − z0 ). Luego,
Z Z 2π Z 2π
dz 1
= i (z(t) − z0 ) dt = i dt = 2πi
C z − z0 0 z(t) − z0 0
3.1. La integral compleja y las integrales de línea de funciones reales de dos
variables. Supongamos que f (z) = u(x, y) + iv(x, y) y que C tiene expresión paramétrica
z(t) = x(t) + iy(t) con a ≤ t ≤ b. Haciendo el producto f (z(t))z 0 (t), y aplicando la denición
de integral, vemos que
Z Z b
f (z)dz = u(x(t), y(t))x0 (t) − v(x(t), y(t))y 0 (t) +
C a
0 0
iu(x(t), y(t))y (t) + iv(x(t), y(t))x (t) dt
Z b
= (u(x(t), y(t))x0 (t) − v(x(t), y(t))y 0 (t)) dt +
a
Z b
i (u(x(t), y(t))y 0 (t) + v(x(t), y(t))x0 (t)) dt
a
Z Z
= (u(x, y)dx − v(x, y)dy) + i (v(x, y)dx + u(x, y)dy)
C C
en donde las últimas integrales son las conocidas integrales de línea de funciones reales de dos
variables reales. Una manera fácil de recordar esta última fórmula es expresar a f como u + iv ,
a dz como dx + idy , y desarrollar el producto.
3.2. La integral como límite de sumas. Una partición nita a = t0 < t1 < . . . < tn =
b del intervalo [a, b] induce una partición del contorno C en arcos z0 z1 , z1 z2 , . . . ,zn−1 zn en donde
zk = z(tk ). Si para cada subintervalo de la partición se elige ηk cumpliendo tk ≤ ηk ≤ tk+1 ,
se obtiene un punto ξk = z (ηk ) de la porción del contorno entre zk y zk+1 , y llamando ∆zk =
Pn−1
zk+1 − zk para 0 ≤ k ≤ n − 1, podemos calcular k=0 f (ξk ) ∆zk . Es factible mostrar, a partir
de la denición, que si la norma de la partición es sucientemente pequeña, esta suma diere
en módulo del valor de la integral en cantidades arbitrariamente pequeñas, independientemente
de la elección de ηk en el intervalo [tk , tk+1 ]. Es decir, para todo ε > 0 existe δ>0 tal que toda
partición de [a, b] con norma menor que δ produce
Z
n−1
(A)
X
f (z)dz − f (z(ηk )) (z(tk+1 ) − z(tk )) < ε
C
k=0
3. INTEGRAL DE FUNCIONES DE VARIABLE COMPLEJA SOBRE CONTORNOS 65
para cualquier elección de cada ηk [tk , tk+1 ]. Para verlo, basta recordar la pro-
en el intervalo
piedad análoga de las integrales de línea: sea u(x, y) una función real de dos variables, y sea
C un contorno R de su dominio, con parametrización x(t), y(t) , a ≤ t ≤ b. Supongamos que
existe I = u(x, y)dx. Entonces, para todo ε > 0, existe δ > 0 tal que para cualquier partición
C
{t0 , . . . , tn } de [a, b] y cualquier selección {η0 , . . . , ηn−1 } con tk ≤ ηk ≤ tk+1 , k = 0, . . . , n − 1, se
tiene que
n−1
X
I − u (x (ηk ) , y (ηk )) (x (tk+1 ) − x (tk )) < ε
k=0
Usando esta propiedad y la expresión que relaciona la integral compleja con las integrales de
línea de funciones reales de dos variables, se obtiene la propiedad mencionada en (A) (ejercicio).
2. kf (z)dz = k f (z)dz
ZC ZC
3. f (z)dz = − f (z)dz
C −C
4. Si C es la concatenación de las curvas suaves C1 , . . . , Cn , entonces
Z n Z
X
f (z)dz = f (z)dz
C k=1 Ck
Veamos la cuarta, para el caso n=2 (el caso general es análogo). Si C1 está dada por z1 (t)
con a ≤ t ≤ c, podemos obtener una parametrización z2 (t) para C2 con c ≤ t ≤ b. Denamos
entonces, para a ≤ t ≤ b,
z1 (t) si t≤c
z(t) =
z2 (t) si t>c
66 4. INTEGRACIÓN
z10 (t)
si t<c
z 0 (t) =
z20 (t) si t>c
y entonces
Z Z b Z c Z b
0 0
f (z)dz = f (z(t))z (t)dt = f (z(t))z 0 (t)dt
f (z(t))z (t)dt +
C a a c
Z c Z b Z Z
0 0
= f (z1 (t))z1 (t)dt + f (z2 (t))z2 (t)dt = f (z)dz + f (z)dz
a c C1 C2
Una importantísima cota para el módulo de una integral es la que sale del siguiente resultado:
Proposición 4.9. Sea C un contorno de longitud L, y f (z) una función continua denida
en un dominio que contiene a la curva. Sea M un real tal que para todo z∈C es |f (z)| ≤ M ,
entonces Z
f (z)dz ≤ M L
C
Teorema 4.12. (Teorema Fundamental del Cálculo). f (z) una Sea D un dominio, y
función continua en D tal que sus integrales sean independientes del camino en D . Sea z0 un
Rz 0
punto de D , y hagamos F (z) = z f (ζ)dζ . Entonces, F (z) es analítica en D , y F (z) = f (z).
0
F (w)−F (z)
Demostración. Mostraremos que para cualquier z ∈ D, lı́mw→z w−z
existe y vale
f (z), con lo que tendremos el resultado.
Sea entonces z un punto cualquiera de D, y ε > 0. Por ser z un punto interior a D, existe
δ1 > 0 tal que el círculo con centro z y radio δ1 está contenido en D. Como por hipótesis es
f continua en z , hay un δ2 > 0 tal que para todo w con |w − z| < δ2 , es |f (w) − f (z)| < ε/2.
Hagamos δ = mı́n{δ1 , δ2 } y tomemos w que cumpla 0 < |w − z| < δ . Sea C un contorno de
z0 a z en D, C1 el segmento recto desde z hasta w y C2 la concatenación de C con C1 . Notar
que C2 es un camino de z0 a w contenido en D . Entonces, por la hipótesis de que la integral es
independiente del camino,
Z w Z Z Z Z
F (w) = f (ζ)dζ = f (ζ)dζ = f (ζ)dζ + f (ζ)dζ = F (z) + f (ζ)dζ
z0 C2 C C1 C1
F (w)−F (z) 1
R R
por lo que
w−z
= w−z C1
f (ζ)dζ . Además, el ejemplo 4.7 muestra que
C1
dζ = w − z , por
lo que
F (w) − F (z) −
Z
1 w z
− f (z) = f (ζ)dζ − f (z)
w−z w − z
C1 w − z
Z
1
=
f (ζ)dζ − (w − z)f (z)
w−z
Z C1 Z
1
f (ζ)dζ − f (z)
= dζ
|w − z| C1
C1
Z Z
1
= f (ζ)dζ − f (z)dζ
|w − z| C1 C1
Z
1
(f (ζ) − f (z)) dζ ≤
1 ε
= |w − z| < ε
|w − z| C1
|w − z| 2
pues cada punto sobre C1 está a distancia menor que δ de z.
Designemos por T0 a la región formada por C0 con su interior, y digamos que su perímetro
valeL. Notar que, siendo D simplemente conexo, es T0 ⊂ D, por lo que f es analítica en todo
1 2 3 4 0 0 0 0 0 0
punto de T0 . Llamemos C1 , C1 , C1 y C1 , respectivamente, a los triángulos AA C , A BB , B CC
0 0 0 1 2 3 4
y A B C (todos con orientación positiva), y T1 , T1 , T1 y T1 , a las regiones constituidas por
cada subtriángulo junto con su interior. Cada subtriángulo tiene perímetro L/2. Resulta ser
que Z Z Z Z Z
f (z)dz = f (z)dz + f (z)dz + f (z)dz + f (z)dz
C0 C11 C12 C13 C14
pues se compensan varias integrales sobre lados recorridos primero en un sentido y luego en el
inverso. Por lo tanto, de acuerdo a la propiedad triangular,
Z Z Z
Z
Z
f (z)dz ≤
1 f (z)dz + 2 f (z)dz + 3 f (z)dz + 4 f (z)dz
C0 C1 C1 C1 C1
De los cuatro términos de la derecha, elijamos uno que sea mayor o igual que los otros tres, y
llamemos C1 al correspondiente triángulo, y T1 al triángulo con su relleno. Tendremos que
Z Z
f (z)dz ≤ 4 f (z)dz
C0 C1
Hagamos sobre C1
el mismo proceso que hicimos sobre C0 : tomemos los puntos medios de
1 2 3 4 2
sus lados (generándose cuatro triángulos C2 , C2 , C2 y C2 , cada uno con perímetro L/(2 )), y
1 2 3 4
llamemos T2 , T2 , T2 y T2 a cada subtriángulo con su respectivo interior; escojamos aquel en
el cual el módulo de la integral de f es mayor o igual que sobre los otros tres, llamándolo C2 , y
T2 a ese triángulo relleno.
Continuando de esta manera, generaremos una sucesión de contornos triangulares {Cn }n≥0
y de triángulos rellenos {Tn }n≥0 con las siguientes propiedades, válidas para todo n:
Cn es la frontera de Tn , y tiene perímetro L/(2n ).
Rn ⊃ Tn+1 .
T R
Cn f (z)dz ≤ 4 Cn+1 f (z)dz
Viendo que Z Z Z
f (z)dz ≤ 4 f (z)dz ≤ 4 4 f (z)dz ≤ . . .
C0 C1 C2
llegamos a que, para todo n, es
Z Z
n
f (z)dz ≤ 4 f (z)dz
C0 Cn
70 4. INTEGRACIÓN
Demostración. Por inducción en el número de lados del polígono. El caso base de induc-
ción es el Lema 4.14.
Para proceder con el paso inductivo, aceptaremos sin demostración el hecho geométrico de
que todo polígono simple de al menos cuatro lados posee una diagonal íntegramente contenida en
su interior. Entonces, si P es un polígono de n+1 lados, con vértices z0 , z1 , . . . , zn , z0 , existen j, k
con 0 ≤ j < k ≤ n tales que el segmento [zj , zk ] es interior a P . Llamemos P1 al polígono cuyos
vértices son z0 , . . . , zi , zj , . . . , zn , z0 y P2 a aquel cuyos vértices son zi , zi+1 , . . . , zj , zi , ambos
recorridos en el mismo sentido que P . Por hipótesis y por elección de zi y zj , f es analítica sobre
y dentro de ambos polígonos, que tienen menos lados que P . Luego, por hipótesis inductiva,
R R
P1
f (z)dz = 0 = P2 f (z)dz . Se tiene además que los lados de P1 y de P2 son los de P , excepto
la diagonal zi zj que es recorrida en un sentido en P1 y en sentido inverso en P2 . Por lo tanto,
Z Z Z
f (z)dz = f (z)dz + f (z)dz = 0
P P1 P2
según queríamos demostrar.
4. INTEGRACIÓN SOBRE CONTORNOS CERRADOS 71
Ahora, elijamos una partición {t0 , . . . , tn } de [a, b] con norma ρ menor que mı́n{ρ1 , ρ2 , ρ3 }, y
denominemos P al polígono inscripto en C correspondiente a esta partición; sea z1 (t), a ≤ t ≤ b
una expresión para P, y llamemos L1 a su longitud. Designemos Sk al segmento de P que va
de z(tk ) hasta z(tk+1 ). Observemos que:
L de P ) es menor o igual que L (la longitud de C ).
1 (laPlongitud
I − n−1 (z(tk+1 ) − z(tk )) f (z(tk )) < ε pues ρ < ρ3 .
k=0 2
P es un polígono cerrado (pues z1 (a) = z1 (t0 ) = z(t0 ) = z(tn ) = z1 (tn ) = z1 (b)) inscripto
en C y contenido en K , pues ρ < ρ1 .
0 0
Si t y t se eligen en [a, b] de modo que |t − t | ≤ ρ, siendo ρ < ρ2 y P ⊂ K , entonces
0
|z(t) − z(t )| < ε2 ; en particular, |z(tk+1 ) − z(tk )| < ε2 . Luego, para cualquier z ∈ Sk , se
ε
tiene que |z − z(tk )| ≤ |z(tk+1 ) − z(tk )| < ε2 y entonces ∀z ∈ Sk , |f (z) − f (z(tk ))| < .
2L
72 4. INTEGRACIÓN
R
Por lo tanto, siendo f (z)dz = 0 (cor. 4.16), tenemos que
P
Z Xn−1 Z
n−1 Z
X
|I| = I − f (z)dz = I − f (z)dz = I − (f (z(tk )) + f (z) − f (z(tk ))) dz
P
k=0 Sk
k=0 Sk
n−1 Z
X n−1 Z
X
= I − f (z(tk ))dz − (f (z) − f (z(tk ))) dz
k=0 Sk k=0 Sk
n−1 n−1 Z
X X
= I − f (z(tk )) (z(tk+1 ) − z(tk )) − (f (z) − f (z(tk ))) dz
k=0 Sk
k=0
n−1
X X n−1 Z
≤ I − f (z(t )) (z(t ) − z(t )) + (f (z) − f (z(t ))) dz
k k+1 k k
k=0 Sk
k=0
n−1 Z n−1
ε X ε X ε ε ε
< + (f (z) − f (z(tk ))) dz ≤ +
|z(tk+1 ) − z(tk )| = + L1 ≤ ε
2 k=0 Sk 2 k=0 2L 2 2L
Figura 1.
y, en consecuencia,
Z Z Z Z
f (z)dz + f (z)dz = f (z)dz + f (z)dz
C10 C100 C20 C200
y se sigue el resultado.
Podemos decir todavía más: supongamos que C2 puede deformarse continuamente has-
R
ta transformarse en C1 sin pasar por ninguna singularidad de
C1
f (z); entonces, f (z)dz =
R
C2
f (z)dz . Este resultado es un poquito más general que el anterior, ya que no se necesita
que C1 esté íntegramente contenida en int(C2 ). Para verlo, basta elegir un contorno cerrado C0
contenido en int(C2 ) ∩ int(C1 ), que punto a punto esté sucientemente cerca de la frontera de
esa intersección, como para que f (z) sea analítica en (int(C2 ) ∩ int(C1 )) − int(C0 ) (ver g. 2).
Figura 2.
Entonces, C0 será una curva cerrada contenida en int(C2 ) y la función no tendrá singulari-
R
dades entre ambas curvas, por lo que es aplicable el resultado anterior, es decir
C2
f (z)dz =
R R R
C0
f (z)dz . Y análogamente es
C1
f (z)dz = C0
f (z)dz , de donde se tiene lo que se quería.
4.3.2. Independencia de las trayectorias.Sea f (z) analítica en un dominio simple-
mente conexo D. Entonces, la integral de f (z) es independiente del camino en D.
En efecto, si C1 y C2 son contornos que van ambos desde z1 hasta z2 en D , podemos llamar C
a la concatenación de C1 con −C2 , resultando C un contorno cerrado en un dominio simplemente
R
conexo en el que f (z) es analítica. Luego, por el Teorema de Cauchy, es f (z)dz = 0, es decir,
C
74 4. INTEGRACIÓN
R R R
C
f (z)dz + −C2
f (z)dz = 0, de donde, por propiedades de la integración, es
C1
f (z)dz =
R1
C2
f (z)dz .
Recordando el Teorema Fundamental del Cálculo para funciones complejas (teor. 4.12),
obtenemos fácilmente el siguiente resultado.
Teorema 4.20. (Fórmula integral de Cauchy) Sea f (z) una función analítica en un
dominio simplemente conexo D, y C un contorno cerrado simple en D. Entonces, para todo
complejo z0 en el interior de C , es
Z
f (z)
dz = 2πif (z0 )
C z − z0
cuando C se recorre en sentido positivo.
R Demostración. Sea
z0 un complejo en int(C). Veremos que, para todo ε > 0, se cumple que
f (z)
− 2πif (z0 ) < ε, con lo cual tendremos el resultado. Observemos que el integrando
dz
C z−z0
es una función analítica sobre C y en su interior excepto en z0 .
Sea ε > 0. Elijamos δ1 > 0 tal que Bδ1 (z0 ) ⊂ int(C). Ahora, por ser analítica f en z0 , existe
δ2 > 0 tal que, para todo z ∈ D,
f (z) − f (z0 ) 0
ε
0 < |z − z0 | < δ2 ⇒
− f (z0 ) <
z − z0 2πδ1
Tomemos ahora cualquier real positivo r r < mı́n{δ1 , δ2 }, y designemos por Cr a
tal que
la circunferencia con centro en z0 y radio r recorrida en sentido positivo. Por ser r me-
δ1 y que δ2 , tenemos
nor que
que Cr ⊂ int(C) ⊂ D, y que, para todo z ∈ Cr , se cumple
f (z)−f (z0 )
que − f 0 (z0 ) < 2πδ
ε
. Además, por el principio de deformación de contornos, es
z−z0 1
R f (z)
dz = Cr z−z0 dz . Por otro lado, del ejemplo 4.8, surge que Cr fz−z
R f (z) R (z0 )
C z−z0 0
dz = 2πif (z0 ), y,
0
R
del ejemplo 4.7 y propiedades de integración, se tiene que
Cr
f (z0 )dz = 0. Juntando todo esto,
tenemos que
Z Z
f (z) f (z)
z − z0 dz − 2πif (z0 ) = dz − 2πif (z0 )
C
z − z0
ZCr Z
−
Z
f (z) f (z 0 ) f (z) f (z0 )
= dz − dz = dz
z − z0 Cr z − z0 z − z0
ZCr Cr
f (z) − f (z0 )
Z
f 0 (z0 )dz
= dz −
z − z0
ZCr Cr
f (z) − f (z0 ) 0
=
− f (z0 ) dz
Cr z − z0
ε
≤ 2πr < ε
2πδ1
pues r/δ1 < 1.
5. LAS FÓRMULAS INTEGRALES DE CAUCHY. CONSECUENCIAS 75
Corolario 4.21. Sean C1 y C2 dos contornos cerrados simples tales que C1 ⊂ int(C2 ). Sea
D = int(C2 ) − (C1 ∪ int(C1 )). Supongamos que f (z) es una función analítica en todos los puntos
de C1 , C2 y D . Entonces, para todo z0 ∈ D , se tiene que
Z Z
f (z) f (z)
2πif (z0 ) = dz − dz
C2 z − z0 C1 z − z0
cuando ambas curvas son recorridas en sentido positivo.
Figura 3.
Teorema 4.22. (Fórmula generalizada de Cauchy) Sea f (z) una función analítica
en un dominio simplemente conexo D, C un contorno cerrado simple en D, y n un entero no
negativo. Entonces, para cualquier z0 ∈ int(C), f (n) (z0 ) existe y vale
Z
(n) n! f (z)
f (z0 ) = dz
2πi C (z − z0 )n+1
cuando C se recorre en sentido positivo.
de radio r/2 alrededor de z0 . Por la continuidad de f (z) sobre Cr , existe M > 0 tal que para todo
z ∈ Cr , es |f (z)| < M . Además, para cada z ∈ Cr , es |z − z0 | = r, de modo que |z − z0 |2 = r2 .
Y para cada w ∈ Br/2 (z0 ) y cada z ∈ Cr , es |z − w| > r/2. Esto signica que, para cada
z ∈ C y cada w ∈ Br/2 (z0 ), es (z−z0f)(z) 2M 2M
2 (z−w) ≤ r 2 r = r 3 , es decir, la función g es de módulo
acotado en Br/2 (z0 ). Por ello, y dado que lı́mz→z0 (w − z0 ) = 0, se tiene, por proposición 3.16,
R (w−z0 )f (z)
que lı́mw→z0 dz = 0.
Cr (z−z0 )2 (z−w)
Por lo tanto, tomando en (7) el límite del cociente incremental cuando w tiende a z0 , tenemos
la fórmula que queríamos demostrar.
Corolario 4.23. Sea f una función analítica en un dominio D. Entonces, para todo n ≥ 0,
f (n) (z) es una función analítica en D.
Demostración. Sea n ≥ 0, y sea z0 ∈ D. Tomemos r >0 tal que el círculo Cr = {z ∈
C : |z − z0 | = r} esté contenido en D . Entonces f es analítica sobre y dentro de Cr , de modo
(n+1) (n)
que, por el teorema anterior, f existe en cada punto del interior de Cr . De allí que f es
(n)
analítica en z0 . Como z0 era un punto arbitrario de D , se sigue que f es analítica en D .
Ejemplo 4.24. Usando el teorema de Cauchy o las fórmulas integrales de Cauchy, verique-
mos que si n es cualquier entero, z0 es cualquier complejo jo y Cr es cualquier circunferencia
con centro en z0 y radio r>0 en sentido positivo, entonces
Z
n 0 si n 6= −1
(z − z0 ) dz =
Cr
2πi si n = −1
5. LAS FÓRMULAS INTEGRALES DE CAUCHY. CONSECUENCIAS 77
En el ejemplo 4.8, ya hemos chequeado por parametrización el caso n = −1, pero veamos cómo
el uso de las fórmulas simplica la tarea.
Si n = −1, basta tomar f (z) = 1 (analítica en todo el plano complejo) y aplicar la fórmula
del teorema 4.20.
n ≥ 0, el integrando es una función entera, por lo que la integral vale 0.
Si
n 1
Si n ≤ −2, hagamos m = −n − 1, teniendo que m ≥ 1 y que (z − z0 ) = . Entonces,
(z−z0 )m+1
(m)
tomando f (z) = 1, es f = 0, por lo que la integral también vale 0.
En base a los resultados recientemente deducidos, obtendremos una sucesión de interesantes
propiedades de las funciones complejas.
5.1. Derivadas de las componentes de una función analítica. A partir del impor-
tantísimo hecho de que una función f (z) que es analítica en un dominio D tiene derivadas de
todos los órdenes en D, y son todas funciones analíticas en el mismo (corolario 4.23), deducire-
mos la continuidad de las derivadas parciales de cualquier orden de las partes real e imaginaria
de f en D.
Teorema 4.25. Si f (z) = u(x, y) + iv(x, y) es analítica en D, entonces todas las derivadas
parciales de u y v existen y son funciones continuas en D.
Demostración. Primero veamos, por inducción matemática, que, para todo n ≥ 0 y para
∂ n u(x,y) n
todos k, r ∈ {0, 1, . . . , n} con r + k = n, es
k (n)
i f (z) = ∂xr ∂y k
+ i ∂∂xv(x,y)
r ∂y k .
∂0u 0v
Si n = 0, debe ser k = r = 0, así que
∂x0 ∂y 0
= u y ∂x∂0 ∂y 0 = v . Además, f
(0)
(z) = f (z),
0 0
0 (0)
así que i f (z) = f (z) = u + iv = ∂x∂0 ∂y
u ∂ v
0 + i ∂x0 ∂y 0 , y la proposición se cumple.
u0 (x(t), y(t)) = ux (x, y)x0 (t) + uy (x, y)y 0 (t) = ux (x, y)x0 (t) − vx (x, y)y 0 (t)
78 4. INTEGRACIÓN
v 0 (x(t), y(t)) = vx (x, y)x0 (t) + vy (x, y)y 0 (t) = vx (x, y)x0 (t) + ux (x, y)y 0 (t)
donde hemos usado las ecuaciones de Cauchy-Riemann. Siendo ux y vx continuas por analiti-
0 0 0 0 0
cidad de f , así como x e y por ser z(t) una curva suave, se tiene que u y v son funciones
0
continuas de t, por lo que w (t) existe y es continua en todo punto de [a, b]. Para terminar de
0
ver que es una curva suave, falta ver que es w (t) 6= 0 en (a, b):
Demostración. Supongamos que C tiene una parametrización dada por z(t) con a≤t≤
b. Debe ser z(a) = z1 y z(b) = z2 . Hagamos G(t) = F (z(t)). Por la regla de la cadena, es
G0 (t) = F 0 (z(t))z 0 (t), por lo que, por proposición 4.5,
Z Z b Z b
0 0 0
F (z)dz = F (z(t))z (t)dt = G0 (t)dt = G(b) − G(a) = F (z(b)) − F (z(a))
C a a
= F (z2 ) − F (z1 )
con lo que se tiene el resultado.
R
La proposición anterior dice, en denitiva, que si uno debe calcular
C
f (z)dz y puede
encontrar una primitiva de f que sea analítica sobre C, entonces la integral se puede resolver
por el método de la primitiva, es decir, por diferencia entre el valor de la primitiva en los
puntos nal e inicial del contorno. Como sabemos que la derivada de una función analítica en
un dominio es también analítica en ese dominio, concluimos que si f (z) no es analítica en
algún punto de C , es inútil buscarle una primitiva que sea analítica en cada punto
de C , de modo que, en ese caso, no podremos resolver la integral por el método de
la primitiva.
R
Ejemplo 4.27. Obtener z 2 dz siendo C el segmento desde 1 + i hasta −1 + 3i.
C
3
Una primitiva para f (z) = z es F (z) = z /3, que es analítica en todo el plano complejo.
28
3 3
Luego, la integral vale (−1 + 3i) /3 − (1 + i) /3 = − 20 i.
3 R 3
Más generalmente, podemos ver que siempre es
C
z 2 dz = z23 /3 − z13 /3, siendo z2 y z1 ,
respectivamente, los puntos nal e inicial de C .
R −1
Ejemplo 4.28. Obtener
C
z dz si C es el arco de circunferencia con centro en el origen
que va desde 1 hasta i en sentido horario.
Uno tiene ganas de considerar, como primitiva, la rama principal de log z , es decir, F1 (z) =
ln |z| + i Arg z con −π < Arg z ≤ π , habida cuenta de que su derivada es precisamente 1/z .
Pero enseguida notamos que esta elección no satisface las hipótesis de la proposición, pues esa
primitiva es analítica en todo el plano complejo salvo en el semieje real no positivo, y la curva
5. LAS FÓRMULAS INTEGRALES DE CAUCHY. CONSECUENCIAS 79
pasa por −1. Tampoco nos serviría usar, como primitiva, la función F2 (z) = ln |z| + i arg z con
0 ≤ arg z < 2π , que no es analítica en el semieje real no negativo, siendo que C pasa por 1.
Sin embargo, podemos considerar la siguiente primitiva: F (z) = ln |z| + i arg z con π/4 <
arg z ≤ 9π/4. Es analítica en todo el plano complejo, excepto en la semirrecta que comienza
◦
en el origen y tiene dirección 45 (que no toca a C ), y su derivada es 1/z , lo que puede verse
por aplicación de las ecuaciones de Cauchy-Riemann en forma polar. Siendo z2 = i, se tiene
que arg z2 = π/2 + 2kπ , y, de todos esos ángulos, el que satisface estar entre π/4 y 9π/4 es
π/2, luego F (z2 ) = ln |i| + iπ/2 = iπ/2. Análogamente, para evaluar F (z1 ) corresponde tomar
arg z1 = 2π y entonces F (z1 ) = ln |1| + i2π = 2πi. Entonces, C z −1 dz = i π2 − i2π = −3πi/2,
R
hecho que puede conrmarse resolviendo la integral por denición.
Si hubiéramos resuelto tomando como primitiva la función F1 o la F2 que especicamos más
arriba, en cualquiera de los dos casos correspondía tomar arg z2 = π/2 y arg z1 = 0, por lo que
la integral valdría, según nuestros cálculos, ln |i| + iπ/2 − (ln |1| + i0) = iπ/2, resultado erróneo
aunque sabemos por qué.
5.4. Teorema de Morera. Este resultado es un recíproco del Teorema de Cauchy.
R
Teorema 4.29. Si f (z) es continua en un dominio D y si C
f (z)dz = 0 para todo contorno
cerrado C contenido en D , entonces f (z) es analítica en D .
Demostración. Primero mostremos que, bajo las hipótesis del teorema, la integral de
f (z) es independiente del camino en D. Sean z1 y z2 dos puntos de D, y C1 y C2 dos contornos
en D que van de z1 a z2 . Entonces la concatenación de C1 y −C2 es un contorno cerrado en D ,
R R
por lo que
C 1
f (z)dz + −C2 f (z)dz = 0, y eso signica, por propiedades de la integración, que
R R
C1
f (z)dz = C2 f (z)dz , es decir, la integral es independiente del camino.
Rz
Ahora, sea z0 cualquier punto de D , y denamos en D la función F (z) = f (ζ)dζ . F (z)
z0
0
es analítica en D , y F (z) = f (z) (Teor. 4.12). Siendo f (z) la derivada de una función analítica
en D , es f (z) analítica en D (Cor. 4.23).
5.5. Desigualdad de Cauchy. Veremos ahora una cota para la n-ésima derivada de una
función en un punto, cuando sabemos que la función es analítica en algún círculo que contiene
a ese punto.
Proposición 4.30. Sea f (z) analítica sobre y dentro de un círculo C de centro z0 y radio
r. Sea M una cota superior para |f (z)| sobre C . Entonces, para todo entero no negativo n,
f (z0 ) ≤ M n!
(n)
rn
Demostración. Para todo z sobre C , es |z − z0 | = r, y entonces |z − z0 |n+1 = rn+1 . Luego,
para todo z ∈ C, es
|f (z)| M M
n+1
≤ n+1
= n+1
|z − z0 | |z − z0 | r
De allí,
Z Z
n! f (z) n! f (z) ≤ n! M 2πr
(n)
f (z0 ) = dz = dz
n+1 n+1 2π rn+1
C (z − z0 ) 2π C (z − z0 )
2πi
(n)
por lo que f (z0 ) ≤ M n!/rn .
5.6. Teorema de Liouville. Este sorprendente teorema enuncia que si una función no
constante es analítica en todo el plano complejo, entonces su módulo toma valores arbitraria-
mente grandes (comparar con la función real f (x) = cos x).
Teorema 4.31. Sea f (z) analítica en todo el plano complejo. Si |f (z)| es una función
acotada en C, entonces f (z) es una función constante.
80 4. INTEGRACIÓN
5.7. Teorema fundamental del Álgebra. Usando los resultados anteriores, vamos a
demostrar ahora que cualquier polinomio no constante debe tener al menos una raíz compleja.
|an | − |w(z)| > |an |/2, lo que nos permite ver que si |z| > r es
1 1 2
|g(z)| = = <
|f (z)| |an + w(z)||z|n |an |rn
Luego, |g| es acotada en el exterior del disco Dr . Pero además, siendo Dr compacto y g(z)
continua, |g| es acotada en él. Resumiendo, |g| es una función acotada en C.
O sea que g(z) satisface las hipótesis del Teorema de Liouville, y entonces g(z) es una
constante, lo cual, por la denición de g(z), implica que f (z) es una función constante.
Hemos demostrado que si un polinomio no tiene raíces en C, es una función constante.
Luego, si un polinomio no es una constante, debe tener al menos una raíz compleja.
Recordemos que la fórmula generalizada de Cauchy establece que si f (z) es una función
analítica sobre y dentro de un contorno cerrado simple C , y n es cualquier entero no negativo,
(n)
entonces, para cualquier z0 ∈ int(C), f (z0 ) existe y vale
Z
(n) n! f (z)
f (z0 ) = dz
2πi C (z − z0 )n+1
cuando C se recorre en sentido positivo.
Lo demostramos por inducción matemática sobre n. Para el caso n = 0, f (0) (z0 ) existe pues
es f (z0 ), y la fórmula a vericar corresponde a la fórmula de Cauchy que hemos demostrado en el
teorema 4.20, así que la armación es verdadera. Ahora supongamos la armación válida para n,
(n) n!
R f (z)
es decir, supongamos que f (w) = 2πi C (z−w)n+1
dz , para cualquier w en el interior de C . De-
(z0 ) = (n+1)! f (z)
(n+1)
R
bemos mostrar que la armación vale para n + 1, es decir, que f dz
2πi C (z−z0 )n+2
para cualquier z0 ∈ int(C). Sea entonces z0 un punto interior de C. Sea r > 0 tal que el
APÉNDICE: DEMOSTRACIÓN DE LA FÓRMULA GENERALIZADA DE CAUCHY 81
1 (z − z0 )n+1 − (z − w)n+1
Z
(n+1) n!
(8) f (z0 ) = lı́m f (z)dz
2πi w→z0 Cr w − z0 (z − z0 )n+1 (z − w)n+1
Por el teorema del binomio, tenemos que
n−1
n+1 n+1 n
X n+1 2
(z −z0 ) −(z −w) = (n+1)(z −w) (w −z0 )+(w −z0 ) (z −w)n−1−j (w −z0 )j
j+2
j=0
De allí,
1 1 w−z0
y entonces, dado que
(z−z0 )n+1 (z−w)
= (z−z0 )n+2
+ (z−z0 )n+2 (z−w)
, tenemos que
1 (z − z0 )n+1 − (z − w)n+1
Z
f (z)dz
Cr w − z0 (z − z0 )n+1 (z − w)n+1
n−1
(w − z0 )j f (z)
Z Z
(n + 1)f (z) X n+1
= dz + (w − z0 ) dz
Cr (z − z0 )
n+1 (z − w) j+2 j
Cr (z − w) (z − z0 )
n+1
j=0
(n + 1)(w − z0 )
Z Z
(n + 1)f (z)
= n+2
dz + n+2 (z − w)
f (z)dz +
Cr (z − z0 ) Cr (z − z0 )
n−1
(w − z0 )j f (z)
Z
X n+1
(w − z0 ) dz
j+2 j
Cr (z − w) (z − z0 )
n+1
j=0
Vamos ahora a demostrar que los límites, cuando w tiende a z0 , de los términos del último
miembro existen, determinando sus valores:
R (n+1)f (z) R f (z)
1. lı́mw→z0 Cr (z−z0 )n+2
dz
= (n + 1) Cr (z−z n+2 dz pues la expresión no depende de w .
R (n+1)(w−z00))f (z)
2. Veremos ahora que lı́mw→z0 dz = 0. Sea ε > 0. Por la continuidad de
Cr (z−z0 )n+2 (z−w)
f (z) sobre Cr , existe un M > 0 tal que para todo z ∈ Cr , es |f (z)| < M . Además, para
n+2
cada z ∈ Cr , es |z − z0 | = r , de modo que |z − z0 | = rn+2 . Y si se elige w en el interior
82 4. INTEGRACIÓN
del círculo con centro en z0 y radio r/2, se tiene que, para todo z ∈ Cr , |z − w| > r/2
pues
(w − z0 )j f (z)
Z
n+1
lı́m (w − z0 ) dz = 0
w→z0 j+2 Cr (z − w)j (z − z0 )n+1
Sea ε > 0. Por la continuidad de f (z) sobre Cr , existe un M > 0 tal que para todo
z ∈ Cr , es |f (z)| < M . Además, para cada z ∈ Cr , es |z − z0 | = r, de modo que
|z − z0 |n+1 = rn+1 . Y si se elige w en el interior del círculo con centro en z0 y radio r/2,
1 j
se tiene que, para todo z ∈ Cr , |z − w| > r/2, por lo que, para z ∈ Cr , es
|z−w|j
< 2rj .
Por lo tanto, para cualquier z ∈ Cr tenemos que
j j
f (z) ≤ M2 = 2 M
(z − z0 )n+1 (z − w)j rn+1 rj rn+j+1
Entonces, por la desigualdad ML, es
(w − z0 )j f (z)
Z
(w − z0 ) n + 1
dz
j+2 j
(z − w) (z − z0 ) n+1
Cr Z
n+1
j+1 f (z)
= |w − z0 | dz
j+2 Cr (z − z0 )
n+1 (z − w)j
j
n+1 2M
≤ |w − z0 |j+1 2πr
j + 2 rn+j+1
n + 1 2j+1 πM
j+1
= |w − z0 |
j+2 rn+j
s
−1
n+1
r j+1 rn+j ε
de donde vemos que basta tomar δ = mı́n , j+1 πM para satisfacer
2 2 j+2
la denición de límite.
Con los resultados de estos tres ítems, tenemos que la fórmula (8) queda:
Z Z
(n+1) n! f (z) (n + 1)! f (z)
f (z0 ) = (n + 1) n+2
dz = dz
2πi Cr (z − z0 ) 2πi Cr (z − z0 )n+2
que era el resultado que buscábamos.
EJERCICIOS 83
EJERCICIOS
1. Sean f1 (t) y f2 (t) funciones complejas de variable real, con a ≤ t ≤ b para ambas.
0 0 0 0 0
Suponga que f1 y f2 existen en [a, b]. Mostrar que (f1 + f2 ) (t) = f1 (t) + f2 (t) y
(f1 f2 )0 (t)R = f10 (t)f2 (t) + f1 (t)f20 (t).
2. Evaluar
C
f (z)dz para los siguientes casos:
a) f (z) = z
1) C : el segmento desde i hasta 1.
2
2) C : el arco de la parábola y = (1 − x) desde i hasta 1.
2 2
3) C : el arco de la circunferencia x + y = 1 desde i hasta 1, en sentido horario.
z
b) f (z) = e
1) C : el segmento desde 0 hasta 1.
2) C : el segmento desde 1 hasta 1 + i.
3) C : segmento desde 1 + i hasta 0.
(Compruebe que se satisface el teorema de Cauchy al integrar ez sobre el perí-
metro del triángulo de vértices z0 = 0, z1 = 1 y z2 = 1 + i.)
1
c) f (z) = z+1+i
1) C : El arco de la circunferencia con centro −1 − i y radio 1, desde −1 hasta
−2 − i, en sentido horario.
2) C : El arco de la circunferencia con centro −1 − i y radio 1, desde −2 − i hasta
−1, en sentido antihorario.
n
d ) f (z) = (z − z0 ) , C : el círculo con centro en z0 y radio r > 0 (Sol.: vale 2πi si
n = −1, y 0 en cualquier otro caso)
3. Mostrar que si C es un contorno, entonces admite una parametrización z(t), a ≤ t ≤ b,
con a < b elegidos arbitrariamente.
4. Sea f (t), a ≤ t ≤ b, una función compleja de variable real continua en [a, b]. Denamos
Rs
g : [a, b] → C mediante g(s) = a f (t)dt. Mostrar que g 0 existe en [a, b], y está dada por
g 0 (s) = f (s). (Sugerencia: use el teorema fundamental del cálculo para funciones reales
continuas de una variable real.)
5. Completar los detalles de la demostración de que si f es continua sobre un contorno C
con parametrización z(t), a ≤ t ≤ b, entonces para todo ε > 0 existe δ > 0 tal que toda
partición {t0 , . . . , tn } de [a, b] con norma menor que δ produce
Z
n−1
X
f (z)dz − f (z(ηk )) (z(tk+1 ) − z(tk )) < ε
C
k=0
R
1 33
c) C e z dz ≤ con C el segmento recto desde i hasta 2 + i.
10
8. Demostrar que cualquier polígono es una unión nita de polígonos simples y de seg-
mentos que se recorren dos veces en direcciones opuestas. (Sugerencia: inducción en el
número de lados del polígono; para un polígono [z0 , z1 , . . . , zn , z0 ] de n+1 lados, consi-
dere las distintas alternativas para zn en cuanto a su posición con respecto a zn−1 y z0 :
en dicho segmento, fuera del segmento pero sobre la recta que éste determina, o fuera
de dicha recta.)
9. Usando el teorema de Cauchy o la fórmula integral de Cauchy, calcular:
cos z cos z dz
R R R
i)
|z|=1 z+2
dz ii)
|z+2|=2 z+2
dz iii)
|z−i|= 12 1−ez
dz dz 2z+1
R R R
iv)
|z|=3 (z−2)ez
v)
|z+1|=1 1+z 3
vi)
|z+1|= 21 z 2 +z
dz
10. PorRmedio de la fórmula generalizada de Cauchy, obtener: R
ez cos z
i)
|z|=1 z n+1 dz , con n ∈ N ii)
|z+1|=5 (z+2)2
dz
R e 2z R e2z
iii) 1 3 z 2 dz iv)
|z+i|= 12 (z+i)3 z 2
dz
R |z|= 2 e(z+i)
az
n
v)
|z|=1 z n+1
dz , con n ∈ N (Sol.: 2πia /(n!))
R
11. En caso de ser posible, calcular las siguientes integrales
C
f (z)dz por el método de la
primitiva. Si no es posible, explicar por qué.
1
2
a ) f (z) = z − z , C : el semicírculo desde i hasta −i que pasa por −1.
1
b) f (z) la determinación principal de z C : el semicírculo desde i hasta −i que pasa
2,
por −1.
1
c) f (z) la rama principal de z 2 , C : el segmento desde −1 + i hasta 1 + i.
d) f (z) la rama principal de ln z , C : el semicírculo desde i hasta −i que pasa por −1.
12. Calcular las siguientes integrales:
R dz
a) , siendo C :
C
(z − i)(z + 1 + i)
Ri) |z| = 57 ii) |z + i| =
3
2
iii) |z − 1 − i| = 5
2z+1
b) C z 2 +z
dz , siendo C :
1 1 1
i) |z| = ii) |z − | = iii) |z| = 2
R dz 4 2 4
c) 3 , siendo C el círculo |z + 1| = 1 en sentido antihorario.
RC 1+z cos z
d) C z(z 2 +4)
dz , siendo C :
Ri) |z|e2z= 1 ii) |z − i| = 2 iii) |z| = 3
e) 4 dz sobre el círculo |z| = 3.
RC (z+1) ez
f) C z(1−z)3
dz siendo C :
1 1
Ri) |z| dz =2 ii) |z − 1| =
2
iii) |z| = 2
g) 2 (z 2 +4) sobre el círculo |z| = 3 en sentido horario.
RC zz2 −z+2
h) C z 3 +2z 2
dz sobre el rectángulo de vértices 3 ± i y −1 ± i en sentido horario.
13. El número de vueltas de un contorno cerrado alrededor de un punto.
1 −1
R
a ) Sean z0 ∈ C y n ∈ Z. Calcular 2πi C (z − z0 ) dz siendo C el contorno con para-
int
metrización z(t) = z0 + e , 0 ≤ t ≤ 2π (observar que z0 ∈ / C ). ¾Qué representa
geométricamente n? ¾Cuál es la interpretación geométrica del signo de n?
b ) Sea C un contorno cerrado (no necesariamente simple) y z0 ∈ / C . Mostrar que
1 −1
R
2πi C
(z − z0 ) dz es un número entero. (Sugerencia: Sea z(t), a ≤ t ≤ b una
R s z0 (t)
parametrización para C . Considerar g(s) = dt, con a ≤ s ≤ b. Aplicar
a z(t)−z0
propiedades de la derivación de funciones complejas de variable real para mostrar
d
e−g(s) (z(s) − z0 ) = 0, por lo Rque e−g(s) (z(s) − z0 ) es constante. Concluir
que
ds
observando que z(a) = z(b), g(a) = 0,
C
(z − z0 )−1 dz = g(b).)
EJERCICIOS 85
Estamos aquí interesados en sucesiones y series cuyos términos son números complejos,
con la intención de extender nociones que son conocidas en el campo de los números reales.
En particular, analizaremos la posibilidad de obtener desarrollos en serie de potencias para
funciones que sean analíticas en ciertos conjuntos.
1. Sucesiones complejas
Definición 5.1. Una sucesión compleja es una función z de los naturales en C. Designa-
mos por zn al nésimo término de la sucesión (es decir, a la imagen de n a través de la función
z ) y por {zn }n∈N (o, más brevemente, {zn }) a la sucesión completa. El campo de variabilidad
de la sucesión {zn } es {w ∈ C : ∃n ∈ N : zn = w}, es decir, el conjunto de valores que toma la
acotada si su campo de variabilidad es un conjunto acotado. Si
sucesión. Una sucesión se dice
E ⊂ C y {zn } tiene campo de variabilidad contenido en E , entonces decimos que {zn } es una
sucesión en E , y escribimos {zn } ⊂ E .
Decimos que una sucesión {zn } es convergente si existe un número L ∈ C con la propiedad
de que ∀ε > 0, ∃N ∈ N : ∀n ≥ N, |L − zn | < ε. Es decir, a partir del N que corresponde a ε,
todos los términos de la sucesión están en Bε (L). En ese caso, decimos que la sucesión converge
hacia L, o que L es el límite de {zn }, y escribimos lı́mn→∞ zn = L.
Una sucesión {zn } diverge a innito (lı́mn→∞ zn = ∞) si ∀K ∈ R, ∃N ∈ N : ∀n ≥
N, |zn | > K .
Si zn está denido al menos para todo n ≥ n0 , la expresión {zn }n≥n0 , con n0 no necesaria-
mente 0, equivale naturalmente a la sucesión {zn+n0 }n∈N .
Observemos que decir que lı́mn→∞ zn = L ∈ C es equivalente a decir que lı́mn→∞ |L − zn | =
0 (convergencia de sucesión de números reales).
Teorema 5.2. Sea {zn } una sucesión compleja, y L ∈ C.
1. {zn } converge hacia L si, y sólo si, cualquier entorno de L contiene a todos los términos
de la sucesión, salvo una cantidad nita de ellos.
2. Si {zn } converge, su límite es único.
3. Si {zn } converge, es acotada.
Demostración.
1. Supongamos primero que lı́mn→∞ zn = L. Sea r > 0. Existe N tal que para todo
n ≥ N, |L − zn | < r, por lo que para todo n ≥ N, zn ∈ Br (L), es decir, Br (L) contiene
todos los términos de la sucesión salvo, posiblemente, z0 , . . . , zN −1 .
Recíprocamente, supongamos que cada entorno de L contiene todos los términos de
la sucesión, salvo una cantidad nita. Sea ε > 0, y hagamos F = {n ∈ N : zn ∈ / Bε (L)}.
Por hipótesis, F es un conjunto nito, así que tomando N = 1 + máx F , tenemos
que, para cualquier n ≥ N, n ∈ / F , es decir, |zn − L| < ε. Siendo ε arbitrario, es
lı́mn→∞ zn = L.
0
2. Supongamos que lı́mn→∞ zn = L, y sea L un complejo distinto de L. Consideremos
0
ε = |L − L |/2, que será positivo. Por el ítem anterior, Bε (L) contiene todos los términos
0
de la sucesión, salvo quizá una cantidad nita. Siendo Bε (L) ∩ Bε (L ) = ∅, concluimos
0
que Bε (L ) contiene a lo sumo una cantidad nita de términos de la sucesión, y entonces,
0
nuevamente por el ítem anterior, {zn } no converge a L .
86
1. SUCESIONES COMPLEJAS 87
Cada término de una sucesión compleja {zn } tiene parte real que llamaremos xn y parte
imaginaria yn . Es decir, zn = xn +iyn . Hay dos sucesiones de números reales que pueden entonces
asociarse naturalmente a la {zn }: ellas son {xn } e {yn }, que llamaremos, respectivamente, la
sucesión de partes reales y la sucesión de partes imaginarias. Veremos cómo el estudio
de la convergencia de la sucesión {zn } en C se puede reducir al estudio de la convergencia de
{xn } y de {yn } en R.
Proposición 5.3. Sea {zn }n≥0 una sucesión de números complejos, con zn = xn + iyn , y
sea L un número complejo. Se tiene que {zn } converge a L si, y sólo si, {xn } converge a Re L
e {yn } converge a Im L.
Demostración. Digamos que las partes real e imaginaria de L son, respectivamente, x e
y.
Para la ida, supongamos que lı́mn→∞ zn = L. Sea ε > 0. Existe un N tal que para todo
n ≥ N, |zn − L| < ε. Pero es |zn − L| ≥ |xn − x| y |zn − L| ≥ |yn − y|. Luego, para todo n ≥ N
es |xn − x| < ε y |yn − y| < ε. Entonces, lı́mn→∞ xn = x y lı́mn→∞ yn = y .
Para la vuelta, sea ε > 0. Existe N1 tal que para todo n ≥ N1 , |xn − x| < ε/2. Del mismo
modo, existe N2 tal que para todo n ≥ N2 , |yn − y| < ε/2. Tomando N = máx{N1 , N2 },
vemos que para todo n ≥ N es |zn − L| = |xn + iyn − (x + iy)| = |(xn − x) + i(yn − y)| ≤
|xn − x| + |yn − y| < ε/2 + ε/2 = ε, por lo que {zn } converge a L.
Los puntos de acumulación de conjuntos pueden caracterizarse en términos de sucesiones
convergentes.
Definición 5.5. Sea {zn } una sucesión en C. Decimos que {zn } es una sucesión de
Cauchy si ∀ε > 0, ∃N ∈ N : ∀m, n ≥ N, |zm − zn | < ε.
Conocido es que, en el conjunto de los reales con la distancia usual, decir sucesión conver-
gente equivale a decir sucesión de Cauchy. Esta equivalencia no necesariamente es válida en
contextos más generales, pero sí en el campo de los complejos.
Proposición 5.6. Una sucesión compleja es convergente si, y sólo si, es de Cauchy.
Análogamente, {yn } es una sucesión de Cauchy en R, por lo que existe y = lı́mn→∞ yn . Entonces
{zn } converge a x + iy ∈ C (Prop. 5.3).
Si {zn } es una sucesión compleja y designamos por EN al conjunto {w ∈ C : ∃n ≥ N : w =
zn }, resulta directo que {zn } es una sucesión de Cauchy si, y sólo si, lı́mN →∞ diam(EN ) = 0.
1.1. Álgebra de sucesiones. Supongamos que {zn } y {wn } son dos sucesiones de nú-
meros complejos. Con ellas, se pueden denir las siguientes sucesiones:
zn lı́mn→∞ zn
lı́m =
n→∞ wn lı́mn→∞ wn
Demostración. Veamos cómo demostrar la propiedad del producto, siendo las otras análo-
gas. Sea zn = xn + iyn , wn = un + ivn , lı́mn→∞ zn = x + iy y lı́mn→∞ wn = u + iv . Tenemos
que lı́mn→∞ xn = x, lı́mn→∞ yn = y , lı́mn→∞ un = u y lı́mn→∞ vn = v (prop. 5.3). Es zn wn =
(xn un − yn vn ) + i(xn vn + yn un ). Por propiedades de convergencia de sucesiones reales, tenemos
que lı́mn→∞ (xn un − yn vn ) = (lı́mn→∞ xn ) (lı́mn→∞ un ) − (lı́mn→∞ yn ) (lı́mn→∞ vn ) = xu − yv , y,
análogamente, tenemos que lı́mn→∞ (xn vn + yn un ) = xv + yu. Dado que zn wn tiene parte real
xn un −yn vn y parte imaginaria xn vn +yn un , se tiene que zn wn es una sucesión de complejos cuya
sucesión de partes reales converge a xu − yv y cuya sucesión de partes imaginarias converge a
xv + yu. Entonces, por prop. 5.3, lı́mn→∞ (zn wn ) = (xu − yv) + i(xv + yu) = (x + iy)(u + iv) =
(lı́mn→∞ zn ) (lı́mn→∞ wn ).
1.2. Subsucesiones. Sea {zn }n∈N una sucesión compleja. Consideremos una sucesión
{nk }k∈N nk < nk+1 para todo k . Con
estrictamente creciente de números naturales, es decir,
estas dos sucesiones, podemos denir una nueva sucesión {wk }k∈N en C haciendo wk = znk . La
sucesión {wk }k∈N se llama subsucesión de {zn }n∈N y se denota mediante {znk }k∈N . Si {znk }
converge a L, es decir, si lı́mk→∞ znk = L, entonces L se llama punto de acumulación de
{zn }. Observar que para todo k ∈ N, nk ≥ k .
Observación 5.8. Un hecho que usaremos frecuentemente en las demostraciones que siguen
es que un subconjunto de números naturales es innito si, y sólo si, es no acotado.
Teorema 5.9. Una sucesión {zn } converge hacia L si, y sólo si, cualquiera de sus subsu-
cesiones converge hacia L.
Demostración. Supongamos que {zn } converge a L, y sea {znk } una subsucesión. Hay un
N tal que ∀n ≥ N, |zn − L| < ε. Luego, si k ≥ N , será nk ≥ nN ≥ N , por lo que |znk − L| < ε.
La vuelta es trivial, ya que {zn } es subsucesión de sí misma.
1. SUCESIONES COMPLEJAS 89
Proposición 5.10. Sea {zn } una sucesión compleja, y sea L un número complejo. L es
punto de acumulación de {zn } si, y sólo si, cualquier entorno de L posee innitos términos de
{zn }.
Demostración. Supongamos que L es un punto de {zn }. Hay una sub-
acumulación de
sucesión {znk }k∈N de {zn }n∈N tal que Sea ε > 0. Existe N ∈ N tal que
lı́mk→∞ znk = L.
∀k ≥ N, znk ∈ Bε (L). Como cada término de la subsucesión es un término de {zn }, se tiene que
Bε (L) contiene una cantidad innita de términos de {zn }.
Recíprocamente, supongamos que todo entorno de L posee una cantidad innita de términos
de {zn }. Elijamos n0 tal que |L − zn0 | < 1. Ahora elijamos n1 > n0 tal que |L − zn1 | < 1/2.
Tal elección es posible, pues si hacemos I = {n ∈ N : zn ∈ B1/2 (L)}, por la hipótesis I
es innito, y entonces es no acotado (observ. 5.8), de donde debe existir un n1 mayor que
n0 en I . Continuando de esta manera, para cada k > 1 debe existir un nk > nk−1 tal que
|L − znk | < 1/(k + 1). Se tiene que {znk } es subsucesión de {zn } y que lı́mk→∞ znk = L, lo que
demuestra la suciencia de la condición.
Es fácil construir sucesiones con una cantidad nita de puntos de acumulación, y queda de
ejercicio construir una que tenga innitos. En cualquier caso, los puntos de acumulación de una
sucesión dada forman un conjunto cerrado.
Teorema 5.11. Dada la sucesión compleja {zn }, el conjunto de sus puntos de acumulación
es un conjunto cerrado.
Ejemplo 5.13.
1. Si zn = (−1)n y f (z) = i, {zn } no es convergente pero {f (zn )} sí, pues es una sucesión
constante.
2. Sea zn = (−1)n /(n + 1) y
i si Re z ≥ 0
f (z) =
−i si Re z < 0
{zn } es convergente a 0, mientras que {f (zn )} no converge pues tiene dos puntos de
acumulación, que son i y −i.
Teorema 5.14. Sea f : D ⊂ C → C, supongamos que a es punto de acumulación de D,
y sea L ∈ C. Se tiene que lı́mz→a f (z) = L si, y sólo si, lı́mn→∞ f (zn ) = L para toda sucesión
{zn } en D − {a} que converja a a.
Demostración. Para la ida, supongamos que lı́mz→a f (z) = L. Sea {zn } una sucesión en
D − {a} tal que lı́mn→∞ zn = a. Sea ε > 0. Existe δ > 0 : 0 < |z − a| < δ ⇒ |f (z) − L| < ε.
Correspondiente a ese δ > 0, existe N ∈ N : ∀n ≥ N, |zn − a| < δ . Luego, si n ≥ N , se tiene
que |f (zn ) − L| < ε, por lo que lı́mn→∞ f (zn ) = L.
Para la vuelta, supongamos que lı́mz→a f (z) 6= L. Entonces existe ε > 0 : ∀δ > 0, ∃z ∈ D
tal que 0 < |z − a| < δ pero |f (z) − L| ≥ ε. En particular, para cada n ∈ N, existe zn tal que
0 < |zn − a| < 1/(n + 1) pero |f (zn ) − L| ≥ ε. Ya que lı́mn→∞ |zn − a| = 0, tenemos que {zn }
es una sucesión en D − {a} que converge a a. Sin embargo, lı́mn→∞ f (zn ) 6= L.
Corolario 5.15. Si f es continua en a y lı́mn→∞ zn = a, entonces lı́mn→∞ f (zn ) = f (a).
que involucra la suma de una cantidad innita de complejos y, por lo tanto, no tiene signicado
por sí sola. Para asignarle un sentido a la serie, denimos, en base a la sucesión {zj }j≥0 , otra
sucesión de
Pn
sucesión compleja {Sn }n≥0 en la que Sn = j=0 zj . La sucesión {Sn }n≥0 se llama
sumas parciales de {zj }j≥0 . EnP
caso de converger la sucesión de sumas parciales a un número
la serie
∞
converge a
S , y escribimos ∞
P
complejo S , se dice que j=0 zj j=0 zj = S ; es decir,
∞
X n
X
S= zj = lı́m zj ,
n→∞
j=0 j=0
P∞
Proposición 5.16. Una serie compleja j=0 zj es convergente si, y sólo si, ∀ε > 0, ∃N :
P
∀m ≥ n ≥ N, mj=n j < ε.
z
Dicho intuitivamente, sin importar cuántos términos se sumen a partir del N que corres-
ponde a cada ε, el módulo de esa suma no superará a ε.
P∞
Si j=0 zj es convergente y particularizamos la proposición 5.16 al caso m = n, tenemos
que para cada ε > 0 existe N tal que para todo n ≥ N, |zn | < ε. Obtenemos así una condición
necesaria de convergencia que nos debe sonar familiar de nuestro conocimiento de las series de
números reales, y que resumimos en el siguiente enunciado.
Como pasa con las series de números reales, convergencia absoluta implica convergencia.
Criterios de comparación:
1. Sean {zj }
{w } tales que existe un N0 tal P
y
Pj ∞ que ∀j ≥ N0 , |zj | ≤ |wj |. Supongamos
∞
también que |w | converge. Entonces j=0 zj converge absolutamente. (La
P∞ j
j=0
convergencia de j=0 wj no permite la conclusión; por ejemplo, tomar zj = 1/(2j)
j
y wj = (−1) /j .)
2. Sean {zj } y {wj } tales que existe un N0 tal que ∀j ≥ N0 , |zj | ≥ |wj |. Supongamos
P∞ P∞ P∞
también que j=0 |wj | diverge. Entonces j=0 |zj | diverge. (Pero j=0 zj puede
j
converger; por ejemplo, tomar zj = 2(−1) /j y wj = 1/j .)
zj+1
Criterio del cociente (D'Alembert): Supongamos que existe L = lı́m . Entonces:
j→∞ zj
P∞
1. Si L < 1, la serie zj converge absolutamente.
Pj=0
∞
2. Si L > 1, la serie j=0 zj diverge.
En efecto, tomando β tal que 1 < β < L, existe N tal que ∀j ≥ N, |zj+1 /zj | > β ,
de donde se deduce que 0 < β|zN | < |zN +1 | < |zN +2 | < · · · . No se cumple entonces
la condición necesaria de convergencia establecida en la prop. 5.17.
1
P∞ P∞ 1
3. Si L = 1, no podemos decir nada por este criterio. Las series j=1 j y j=1 j 2
tienen ambas L= 1, siendo la primera divergente y la segunda convergente.
p
Criterio de la raíz (Cauchy): Supongamos que existe L = lı́m j
|zj |. Entonces:
j→∞
P∞
1. Si L < 1, la serie zj converge absolutamente.
Pj=0
∞
2. Si L > 1, la serie z
j=0 j diverge. p
En efecto, tomando β tal que 1 < β < L, existe N tal que ∀j ≥ N, |zj | > β , de
j
j
donde |zj | > β > 1. No se cumple entonces la condición necesaria de convergencia
establecida en la prop. 5.17.
P∞ 1
3. Si L = 1, no podemos decir nada por este criterio. Las mismas series j=1 j y
P∞ 1
j=1 j 2 lo demuestran.
converge uniformemente a una función real f (x) dada: en un par de ejes cartesianos, trácese la
gráca de f (x) y, para ε > 0, grafíquense f (x) + ε y f (x) − ε (es decir, trasládese hacia arriba y
hacia abajo la gráca de f (x) una distancia ε). Si la convergencia es uniforme, seremos capaces
de encontrar un N tal que la gráca de todas las fj (x) con j ≥ N están íntegramente entre las
curvas correspondientes a f (x) − ε y f (x) + ε cuando x varía en D . Si es posible vericar esto
para cualquier ε, entonces la convergencia de {fj (x)} a f (x) es uniforme en D . En el ejemplo
5.22 tenemos convergencia uniforme, no así en el ejemplo 5.23 (analizar lo que ocurre en las
cercanías de x = 1).
Veamos un criterio útil para ver si una sucesión funcional converge uniformemente en un
conjunto. El mismo establece que las sucesiones numéricas que se obtienen al reemplazar a la
variable por los números complejos de ese conjunto, son uniformemente de Cauchy.
Demostración. En cuanto a la suma, sea ε > 0. Existe N1 ≥ 0 tal que para todo j ≥ N1
y todo z ∈ D, es |f (z) − fj (z)| < ε/2. Similarmente, existe N2 ≥ 0 tal que para todo j ≥ N2 y
todo z ∈ D , es |g(z) − gj (z)| < ε/2. Tomemos N = máx{N1 , N2 }. Entonces, si j ≥ N y z ∈ D ,
es |f (z) − fj (z)| < ε/2 y |g(z) − gj (z)| < ε/2, de donde
|(f (z) + g(z)) − (fj (z) + gj (z))| ≤ |f (z) − fj (z)| + |g(z) − gj (z)| < ε
En relación al producto por una función acotada, sea M una cota superior positiva para |h(z)|
en D. Sea ε > 0. Existe N tal que ∀j ≥ N, ∀z ∈ D, |fj (z) − f (z)| < ε/M . Luego, para todo
j ≥ N y todo z ∈ D, es
ε
|h(z)fj (z) − h(z)f (z)| = |h(z)| |fj (z) − f (z)| ≤ M |fj (z) − f (z)| < M =ε
M
Proposición 5.27. Supongamos que {fj (z)} converge uniformemente a f (z) en D ⊂ C. Si
las fj (z) son continuas en D, f (z) también lo es.
3. SUCESIONES Y SERIES FUNCIONALES 95
Demostración. Sea z0 ∈ D, y ε > 0. Debemos mostrar que existe δ > 0 tal que si z ∈ D
y |z − z0 | < δ , entonces |f (z) − f (z0 )| < ε. Por la convergencia uniforme en D , existe N tal que
∀z ∈ D, |fN (z) − f (z)| < ε/3 (en particular, |fN (z0 ) − f (z0 )| < ε/3). Además, ya que fN (z) es
continua en z0 , existe δ > 0 tal que si z ∈ D y |z − z0 | < δ , es |fN (z) − fN (z0 )| < ε/3. Entonces,
si z ∈ D y |z − z0 | < δ , tenemos que
|f (z) − f (z0 )| ≤ |f (z) − fN (z)| + |fN (z) − fN (z0 )| + |fN (z0 ) − f (z0 )| < ε/3 + ε/3 + ε/3 = ε
Luego, f (z) es continua en z0 , y ya que z0 es arbitrario en D, se sigue que f (z) es continua en
D.
Proposición 5.28. Sean C un contorno en C y {fj (z)} una sucesión de funciones complejas
continuas sobre
R C . Supongamos
R que las fj (z) convergen uniformemente a f (z) en C . Entonces,
C
f (z)dz = lı́m j→∞ C fj (z)dz .
R R
Demostración. Debemos ver que ∀ε > 0, ∃N : ∀j ≥ N, C fj (z)dz − C f (z)dz < ε.
Llamemos L a la longitud de C . Sea ε > 0. Por la convergencia uniforme, hay un N tal que
para todo todo j ≥ N y todo z ∈ C , es |fj (z) − f (z)| < ε/(2L). Luego, ∀j ≥ N se tiene que
Z Z Z
fj (z)dz − f (z)dz = (fj (z) − f (z)) dz ≤ ε L < ε
2L
C C C
Proposición 5.29. Sea {fj (z)} una sucesión de funciones complejas analíticas en un do-
minio D ⊂ C.Supongamos además que la sucesión funcional converge uniformemente a f (z)
0 0
en D . Entonces, f (z) es analítica en D , y f (z) = lı́mj→∞ fj (z) para todo z ∈ D .
3.3. P
Convergencia uniforme de series funcionales. Decimos que una serie funcional
j (z) converge uniformemente a f (z) en D ⊂ C si la sucesión funcional de
∞
compleja j=0 fn o
Pn
sumas parciales j=0 fj (z)
converge uniformemente a f (z) en D .
n≥0
Ciertas propiedades que hemos deducido para las sucesiones funcionales uniformemente
convergentes se extienden con facilidad a series funcionales uniformemente convergentes.
P∞
P∞
Proposición 5.30. Supongamos que j=0 fj (z) y j=0 gj (z) convergen uniformemente en
D ⊂ C, a f (z) y g(z) respectivamente. Supongamos
P∞ también que h(z) es una función de módulo
+ gj (z) y ∞
P
acotado superiormente en D . Entonces, f
j=0 j (z) j=0 h(z)fj (z) convergen en D
uniformemente a f (z) + g(z) y h(z)f (z), respectivamente.
96 5. SUCESIONES Y SERIES. SERIES DE TAYLOR
Pn Pn
Demostración. Sean Sn (z) =
j=0 fj (z) y Tn (z) = j=0 gj (z). Por hipótesis, {Sn (z)} y
{Tn (z)} convergen en D uniformemente a f (z) y g(z), respectivamente, de modo que, por prop.
5.26, {Sn (z) + Tn (z)} converge uniformemente en D a f (z) + g(z). Ya que Sn (z) + Tn (z) =
Pn P∞
j=0 fj (z) + gj (z), se tiene entonces que j=0 fj (z) + gj (z) converge uniformemente a f (z) +
g(z).
Para probar la otra armación, observemos que, por prop. 5.26, se tiene que {h(z)Sn (z)}
Pn
converge uniformemente a h(z)f (z) en D . Siendo h(z)Sn (z) = j=0 h(z)fj (z), tenemos que
P∞
j=0 h(z)fj (z) converge uniformemente a h(z)f (z) en D .
P∞
Proposición 5.31. Supongamos que j=0 fj (z) converge uniformemente P en D a f (z). Si
0 ∞
las fj (z) son continuas en D , f (z) también lo es, y ∀z0 ∈ D ∩ D , lı́m f (z) = j=0 fj (z0 ).
z→z0
Pn
Demostración. Sea Sn (z) = j=0 fj (z). Por hipótesis, f (z) = lı́mn→∞ Sn (z), y la con-
vergencia es uniforme en D . Por ser suma nita de funciones continuas en D , cada Sn (z) es
0
continua en D . Entonces f (z) es continua en D (Prop. 5.27). Si z0 ∈ D ∩ D , por continuidad
P∞
de f en z0 , es lı́m f (z) = f (z0 ) = j=0 fj (z0 ).
z→z0
Proposición 5.32. Supongamos que {fj (z)} es una sucesión de funciones complejas
P∞ con-
tinuas sobre un contorno C , y que j=0 fj (z) converge uniformemente en C . Entonces,
∞
Z X ! ∞ Z
X
fj (z) dz = fj (z)dz
C j=0 j=0 C
Pn
Demostración. Sea j=0 fj (z). Cada Sn (z) es continua en C , y por hipótesis
Sn (z) =
{Sn (z)} converge uniformemente en D , digamos a f (z). Entonces, por prop. 5.28 y por linealidad
de integrales para sumas nitas de funciones, se tiene:
Z Z n
Z X n Z
X ∞ Z
X
f (z)dz = lı́m Sn (z)dz = lı́m fj (z)dz = lı́m fj (z)dz = fj (z)dz
C n→∞ C n→∞ C j=0 n→∞ C C
j=0 j=0
Proposición 5.33. Sea
P∞ {fj (z)} una sucesión de funciones complejas analíticas en D, y
supongamos que f
j=0 j (z) converge uniformemente a f (z) en D . Entonces, f (z) es analítica
0
P∞ 0
en D , y f (z) = j=0 fj (z).
Pn
Demostración. Sea Sn (z) = j=0 fj (z). Cada Sn (z) es analítica en D por ser suma nita
de funciones analíticas en D , y, por hipótesis, {Sn (z)} converge uniformemente a f (z) en D .
Entonces, por prop. 5.29, f (z) es analítica en D , y además, por regla de derivación para sumas
nitas de funciones, se tiene:
n
X ∞
X
0
f (z) = lı́m Sn0 (z) = lı́m fj0 (z) = fj0 (z)
n→∞ n→∞
j=0 j=0
El siguiente criterio nos da una condición suciente para la convergencia uniforme de una
serie.
Teorema 5.34. (Criterio de Weierstrass) Sea {Mj } una sucesión de números reales
P ∞
no negativos tal que j=0 Mj es convergente. Sea {fj (z)} una sucesión de funciones complejas
denidas en D ⊂ C. Si para todo j ≥ 0 y todo z ∈ D se tiene que |fj (z)| ≤ Mj , entonces
P∞ P∞
j=0 fj (z) converge uniformemente en D . Además, para cada z ∈ D , j=0 fj (z) converge
absolutamente.
4. SERIES DE POTENCIAS. SERIES DE TAYLOR 97
P∞ j
Debe quedar perfectamente claro que en la expresión j=0 cj (z−z0 ) , cj es el factor complejo
que multiplica a la potencia j -ésima de z − z0 ; además, cj no puede depender de z . El siguiente
ejemplo advierte algo en relación a estas consideraciones.
Sabemos que, por el criterio del cociente, la serie convergerá absolutamente para cualquier z
cj
que satisfaga r(z) < 1. Esa desigualdad se cumple cuando |z − z0 | < lı́mj→∞ , de modo que
cj+1
cj
la serie converge para todo z en el interior de un círculo de centro z0
R = lı́mj→∞ cj+1
y radio
.
El mencionado círculo se denomina círculo de convergencia de la serie, y la cantidad R es
el radio de convergencia de la serie. El radio de convergencia de una serie puede ser 0 (lo
que signica que la serie converge sólo cuando z = z0 ), ∞ (lo que signica que la serie converge
para todo z ∈ C) o algún número real positivo.
Investiguemos ahora qué tipo de convergencia posee una serie de potencias en el interior del
círculo de convergencia.
P∞ j
Lema 5.41. Supongamos que la serie j=0 cj (z − z0 ) converge cuando se reemplaza a z por
algún complejo z1 . Sea r cualquier real no negativo menor que |z1 − z0 |, y designemos por Dr al
círculo con centro z0 y radio r junto a su interior. Entonces, la serie converge uniformemente
en Dr , y la convergencia es absoluta para todo z ∈ Dr .
Demostración. Ya que la proposición es trivial si z1 = z0 , veamos el caso z1 6= z0 .
r
Hagamos p = , que satisfará 0 < p < 1.
P∞ |z1 −z0 | j j
Como j=0 cj (z1 − z0 ) es convergente por hipótesis, debe ser lı́mj→∞ cj (z1 − z0 ) = 0 (prop.
j
5.17). Es decir, la sucesión {cj (z1 − z0 ) } es una sucesión convergente, y, por lo tanto, acotada.
+ j
Entonces existe m ∈ R tal que para todo j ≥ 0, |cj (z1 − z0 ) | ≤ m.
Tomemos z satisfaciendo |z − z0 | ≤ r. Observemos que para todo j ≥ 0 es
j j
cj (z − z0 )j = |cj ||z1 − z0 |j z − z0 ≤ m r = mpj
z1 − z0 z1 − z0
4. SERIES DE POTENCIAS. SERIES DE TAYLOR 99
P∞
Mj = mpj . Mj = ∞ mpj = m ∞ j
P P
Designemos entonces Observemos que
P∞ j=0 j=0 j=0 p que es
j
convergente pues |p| < 1. Por lo
tanto, la serie j=0 cj (z − z0 ) satisface las condiciones del
criterio de Weierstrass (Teor. 5.34) y converge absoluta y uniformemente en Dr .
P∞ j
Teorema 5.42. Cualquier serie de potencias j=0 cj (z − z0 ) Pconverge a una función ana-
0 ∞ j−1
lítica f (z) en el interior de su círculo de convergencia, y f (z) = j=0 jcj (z − z0 ) para todo
z en dicho conjunto.
Demostración. Sea R el radio de convergencia de la serie. Tomemos cualquier complejo
w en el interior del círculo de convergencia, resultando |w − z0 | < R, y elijamos r y r1 tales
que |w − z0 | < r < r1 < R. z1 a distancia
Tomemos cualquier complejo
P∞ r1 de z0 .j Nótese que z1
también está en el interior del círculo de convergencia, y entonces j=0 cj (z1 −z0P) converge. Sea
Dr el círculo con centro en z0 y radio r, incluido su interior. Como r < |z1 −z0 |, ∞ j=0 cj (z −z0 )
j
j
converge uniformemente en Dr (Lema 5.41), y ya que para todo j es cj (z − z0 ) una función
P∞ j
entera, por prop. 5.33 se tiene que j=0 cj (z − z0 ) converge a una función analítica en Dr (en
0
P ∞ j−1
particular en w ), y que f (w) = j=0 jcj (w − z0 ) . Ya que w es arbitrario en el interior del
círculo de convergencia de la serie, se sigue el resultado.
P∞ j
Observación 5.43. Sea R el radio de convergencia de j=0 cj (z − z0 ) , y f (z) la fun-
ción analítica a la cual la serie converge en su círculo de convergencia. El teorema anterior
0
garantiza que f (z) posee desarrollo en serie de potencias en ese mismo conjunto, siendo
f 0 (z) = j=0 jcj (z − z0 )j−1 = ∞
∞ j−1
= ∞ j
P P P
j=1 jcj (z − z0 ) j=0 (j + 1)cj+1 (z − z0 ) . El radio de
convergencia de ese desarrollo es
0
(j + 1)cj+1 j + 1 cj+1
R = lı́m = lı́m lı́m =R
j→∞ (j + 2)cj+2 j→∞ j + 2 j→∞ cj+2
∞
X
(n)
f (z) = j(j − 1) · · · (j − n + 1)cj (z − z0 )j−n
j=0
El teorema 5.42 establece que una serie de potencias, en el interior de su círculo de conver-
gencia, converge a una función analítica. Nos interesa ahora saber si hay un recíproco de este
resultado, es decir, si una dada función analítica en cierta región, admite desarrollo en serie de
potencias allí. La respuesta la da el siguiente Teorema de Taylor.
Teorema 5.44. (Desarrollo en serie de Taylor) Sea f (z) una función analítica en el
interior de un círculo C con centro en z0 y radio R > 0. Entonces existe una serie de potencias
P∞ j
j=0 cj (z − z0 ) que converge a f (z) en cada punto
P∞
del interior de C . Es decir, para todo z ∈ C
j
que satisfaga |z − z0 | < R, se tiene que f (z) = j=0 cj (z − z0 ) . Los coecientes del desarrollo
f (j) (z0 )
están dados por cj = j!
.
Ya que f (z) es analítica en Cr , tiene módulo acotado por alguna constante M . Luego, para
f (z) M
P∞ z1 −z0 j
todo z ∈ Cr , es z−z0 ≤ r
. Además, según vimos en el ejemplo 5.36, j=0 z−z0
converge
1
uniformemente a
1−
z1 −z0 en Cr . De allí que, por las proposiciones 5.32 y 5.30, tenemos que
z−z0
∞ j !
f (z) X z1 − z0
Z Z
1 f (z) 1
f (z1 ) = dz = dz
2πi
Cr (z − z0 ) 1 − 1 0z −z 2πi Cr z − z0 j=0 z − z0
z−z0
∞
! ∞ Z
1
Z X f (z) z1 − z0 j
1 X
f (z) z1 − z0
j
= dz = dz
2πi Cr j=0 z − z0 z − z0 2πi j=0 Cr z − z0 z − z0
∞ ∞
f (j) (z0 )
Z
X 1 f (z) j
X
= j+1
dz (z1 − z0 ) = (z1 − z0 )j
j=0
2πi Cr (z − z0 ) j=0
j!
en donde en el paso nal hemos usado la fórmula generalizada de Cauchy. Hemos demostrado
entonces que para cualquier z1 en el interior del círculo de convergencia, f (z1 ) se puede expresar
P∞ j f (j) (z0 )
como j=0 cj (z1 − z0 ) con cj independiente de z1 y valiendo
j!
.
Antes de ver ejemplos de desarrollos en serie de Taylor, estableceremos algunas propiedades
adicionales de los mismos relativas a la unicidad de la representación en serie y a la región de
validez del desarrollo obtenido.
4.1. Ceros de una función analítica. Sea f (z) una función de variable compleja. Un
cero de f es un número complejo z0 tal que f (z0 ) = 0. Un cero z0 de f se dice aislado si
existe un entorno reducido alrededor de él en el cual f no posee ceros.
Teorema 5.50. Sea f (z) una función analítica en z0 , y supongamos que z0 es un cero de
f. Entonces o bien z0 es un cero aislado de f o bien existe un entorno Br (z0 ) tal que f (z) = 0
para todo z ∈ Br (z0 ).
Demostración. Por ser
P∞ f analítica en z0 , existe un desarrollo en serie de Taylor de f
j
alrededor de z0 , c
j=0 j (z − z0 ) , válido para un entorno Bε (z0 ). Dado que f (z0 ) = 0, debe ser
cP0 = 0. Si todos otros los cj fuesen 0, la proposición es cierta pues para todo z ∈ Bε (z0 ), f (z) =
∞ j
j=0 0(z − z0 ) = 0. Si no todos los cj son 0, sea m el menor entero positivo tal que cm 6= 0.
Entonces, para todo z ∈ Bε (z0 ), es
f (z) = cm (z−z0 )m +cm+1 (z−z0 )m+1 +cm+2 (z−z0 )m+2 +· · · = (z−z0 )m (cm + cm+1 (z − z0 ) + · · · )
Hagamos φ(z) = cm + cm+1 (z − z0 ) + cm+2 (z − z0 )2 + · · · , notando que φ(z0 ) = cm 6= 0. Además,
φ(z) es una serie de potencias alrededor de z0 que converge en todo punto de Bε (z0 ) (a cm en
f (z)
z0 y a (z−z m en z 6= z0 ). Luego φ(z) es analítica en z0 (Teor. 5.42), y, por tanto, φ es continua
0)
en z0 . De allí que, por prop. 3.26, existe r > 0 tal que φ(z) 6= 0 para todo punto de Br (z0 ).
m
Como f (z) = (z − z0 ) φ(z), se tiene que f (z) 6= 0 para todo z ∈ Br (z0 ) − {z0 }.
El entero positivom que aparece en la demostración anterior sugiere la siguiente denición.
Sea z0 un cero aislado de una función f (z) analítica en z0 . z0 es un cero de orden m
para f (z) si existe un entorno B alrededor de z0 y una función φ(z) analítica en z0 tales que
φ(z0 ) 6= 0 y f (z) = (z − z0 )m φ(z) para todo z ∈ B . Un cero de orden 1 se denomina cero
simple de f (z).
El concepto de orden de un cero no aislado de una función analítica es una generalización
del concepto de multiplicidad de una raíz de una función polinómica (de hecho, el orden de un
cero de una función polinómica es su multiplicidad). De la misma demostración del Teorema
5.50, puede verse que el orden de z0 es el menor de los enteros positivos cuyo correspondiente
coeciente en el desarrollo en serie de f alrededor de z0 es distinto de 0. Por esto mismo, ya
f (m) (z0 ) (m)
que cm =
m!
, el orden de z0 es el menor entero positivo m tal que f (z0 ) 6= 0. Esto
proporciona una herramienta útil para encontrar el orden de un cero: derivar sucesivamente y
evaluar en z0 hasta obtener un resultado distinto de 0.
4.2. Cambio de centro. Prolongación analítica. Muchas veces, se tiene el desarrollo
en serie de una función alrededor de z0 , e interesa cambiar el centro del desarrollo, es decir,
obtener un desarrollo válido para la misma función pero alrededor de otro punto en el interior
del círculo de convergencia. Lógicamente, los coecientes de este nuevo desarrollo pueden no
102 5. SUCESIONES Y SERIES. SERIES DE TAYLOR
ser los mismos que en el desarrollo alrededor de z0 , pero el siguiente resultado muestra cómo
calcular, al menos en teoría, los nuevos coecientes en base a los originales.
P∞ j
Proposición 5.51. Sea j=0 cj (z − z0 ) el desarrollo en serie de Taylor de f (z) alrededor
de z0 con radio de convergencia R, y sea z1 un punto en el interior del círculo de convergencia.
P∞ j
Entonces, f (z) tiene un desarrollo en serie de Taylor alrededor de z1 dado por
P∞ j=0 dj (z − z1 )
k! k−j
con dj = k=j ck (k−j)!j! (z1 − z0 ) , y dicho desarrollo es válido en el disco D1 = {z ∈ C :
|z − z1 | < R − |z1 − z0 |}.
Demostración. Como el desarrollo en serie alrededor de
P∞ P∞ z0 es válido en z1 ,Pse tiene que
f (z1 ) = k 0
k=0 ck (z1 − z0 ) , f (z1 ) =
c
k=1 k k(z 1 − z0 )k−1
, y, en general, f (j) (z1 ) = ∞k=j ck k(k −
f (j) (z ) ∞ k!
1) . . . (k−j +1)(z1 −z0 )k−j , de donde dj = j! 1 = k=j ck (k−j)!j! (z1 −z0 )k−j . Como el disco D1
P
tiene que
∞ k−j ∞ k j+1
X k! 1−i X (k + j)! 1 − i 1 2
dj = = = =
(k − j)!j! 2 k!j! 2 1−i j+1 1+i
k=j k=0 1− 2
1
P∞ (k+N −1)! k
(hemos usado que el desarrollo en serie de Taylor de N alrededor de 0 es k=0 z )
P∞ j
√ (1−z)
2
P∞ k!(N −1)!1−i j
2 j+1
y el radio de convergencia de j=0 dj (z − z1 ) es n2 . Luego, f2 (z) = j=0 z− 2
1−i
√2 o 1+i
es una prolongación analítica de f1 (z) en el disco z ∈ C : z − 2 < 2 .
EJERCICIOS
1. Estudiar la convergencia y la convergencia absoluta de las siguientes series de números
complejos:
∞ ∞ ∞ ∞
P cos(in) P n sen(in) P cos(in2 ) P in
i) ii) iii) iv)
2n 3n 5n2 n
n=0 n=0 n=0 n=1
∞ π ∞ ∞ π
P in
e√
P ln n
P cosh(i n )
v) vi) vii) ln n
n senh(in) n
n=1 n=1 n=1
EJERCICIOS 103
10. Sea f analítica en un dominio D, y sea A = {z ∈ D : f (z) = 0}. Mostrar que las
siguientes proposiciones son equivalentes:
a) A
tiene un punto de acumulación en D .
(k)
b ) Existe un punto z0 ∈ D tal que f (z0 ) = 0 para todo k ∈ N.
c) f vale constantemente 0 en D.
Usando estas equivalencias, deduzca:
i) Si f es constante en algún entorno contenido en D, entonces f es constante en D.
ii) El Principio de Identidad: si dos funciones analíticas en un dominio D coinciden en
algún subconjunto de D que tiene un punto de acumulación en D, entonces dichas
funciones coinciden en todo D.
(Sugerencia: Para a ⇒ b, muestre que ese punto de acumulación pertenece a A y,
en consecuencia, es un cero no aislado para f . Observe entonces el correspondiente
desarrollo en serie de Taylor. Para b⇒ c, observe que f vale 0 en algún Br (z0 ); suponga
que existe w ∈ D tal que f (w) 6= 0. Hay una poligonal P en D desde z0 hasta w . Sea Z
el subconjunto de puntos de P en que f tiene un cero no aislado, y N = P − Z . Cada
punto de N admite un entorno tal que, en el correspondiente entorno reducido, f no se
anula, y cada punto de Z admite un entorno en que f se anula. Las respectivas uniones
de esos entornos muestran que P no es conexa.)
Capítulo 6
En base a las deniciones precedentes, resulta fácil extender, a series funcionales biinnitas,
las operaciones con series funcionales innitas establecidas por las proposiciones 5.30, 5.31, 5.32
y 5.33.
P∞ P∞
Proposición 6.2. Supongamos que j=−∞ fj (z) y j=−∞ gj (z) convergen uniformemente
en D ⊂ C, a f (z) y g(z) respectivamente. Supongamos también que h(z) es una función de
módulo acotado superiormente en D. Entonces:
P∞ P∞
1. j=−∞ fj (z) + gj (z) y j=−∞ h(z)fj (z) convergen en D uniformemente a f (z) + g(z)
y h(z)f (z), respectivamente.
2. Si las fj (z) son continuas en D , f (z) también lo es, y, para cualquier contorno C en D ,
R P∞ R
C
f (z)dz = j=−∞ f (z)dz .
C j
0
P∞ 0
3. Si las fj (z) son analíticas en D , f (z) es analítica en D , y f (z) = j=−∞ fj (z).
104
1. DESARROLLOS EN SERIES DE LAURENT 105
convergen todas absoluta y uniformemente en D, digamos a F1 (z), F2 (z), G1 (z) y G2 (z) res-
pectivamente, con F1 (z) + F2P(z) = f (z) y GP1 (z) + G2 (z) =P
g(z) para todo z en D.
∞ ∞ ∞ P∞
Lo anterior implica que j=0 fj (z) + j=1 f−j (z) + j=0 gj (z) + j=1 g−j (z) converge
uniformemente en D a F1 (z)+F2 (z)+G1 (z)+G2 (z) (prop. 5.30), lo que, por denición, signica
P∞
que j=−∞ fj (z) + gj (z) converge uniformemente en D a F1 (z) + F (z) + G1 (z) + G2 (z), es
P∞ 2 P∞
decir, a f (z) + g(z). Además, nuevamente por prop. 5.30, h(z) j=0 fj (z) y h(z) j=1 f−j (z)
P∞
convergen en D uniformemente a h(z)F1 (z) y h(z)F2 (z), de donde h(z) j=−∞ fj (z) converge
uniformemente en D a h(z)f (z). Esto prueba el primer inciso.
Si cada fj (z) es continua, por prop. 5.31 se deduce que tanto F1 (z) como F2 (z) son continuas
en D , de donde f (z) también lo es. Además, para cualquier C ⊂ D ,
Z Z X∞ X∞ Z
F1 (z)dz = fj (z)dz = fj (z)dz
C C j=0 j=0 C
Z Z X ∞ X∞ Z
F2 (z)dz = f−j (z)dz = f−j (z)dz
C C j=1 j=1 C
de donde
Z Z Z ∞ Z
X ∞ Z
X ∞ Z
X
f (z)dz = F1 (z)dz + F1 (z)dz = fj (z)dz + f−j (z)dz = fj (z)dz
C C C j=0 C j=1 C j=−∞ C
|z1 −z0 |
Demostración. Hagamos
P∞ r
, que satisfará 0 < p < 1.
p=
−j −j
Como j=1 cj (z1 − z0 ) es convergente por hipótesis, debe ser lı́mj→∞ cj (z1 − z0 ) =0
−j
(prop. 5.17). Es decir, la sucesión {cj (z1 − z0 ) } es una sucesión convergente, y, por lo tanto,
+ −j
acotada. Entonces existe m ∈ R tal que para todo j ≥ 1, |cj (z1 − z0 ) | ≤ m.
Tomemos z satisfaciendo |z − z0 | ≥ r. Observemos que para todo j ≥ 1 es
j j
cj (z − z0 )−j =
|cj | z1 − z0
≤ m z1 − z0 = mpj
|z1 − z0 |j z − z0 r
106 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
en A(z0 , ρ1 , ρ2 ) a f (z).
Teorema 6.5. (Desarrollo en serie de Laurent) Sea f (z) analítica en D = A(z0 , r1 , r2 ).
Entonces, f (z) D
una única representación en serie de Laurent con centro en z0 .
admite en
1
R f (w)
Los coecientes del desarrollo están dados por cj = 2πi C (w−z )j+1 dw , en donde C es cualquier
0
circunferencia con centro z0 y radio r (con r1 < r < r2 ) recorrida en sentido antihorario. La
convergencia de la serie biinnita a f (z) es absoluta en D, y uniforme en A(z0 , ρ1 , ρ2 ) para
ρ1 , ρ2 cualesquiera satisfaciendo r1 < ρ1 < ρ2 < r2 .
Demostración. Sea z D, cumpliéndose entonces que r1 < |z −z0 | <
cualquier complejo en
r2 . Tomemos ρ1 , ρ2 r1 < ρ1 < |z − z0 | < ρ2 < r2 . Designemos por C1 a la
cualesquiera tales que
circunferencia con centro z0 y radio ρ1 , por C2 a la circunferencia con centro z0 y radio ρ2 , y por
C a cualquier circunferencia con centro en z0 y radio r con r1 < r < r2 , todas con orientación
positiva (ver g. 1).
Figura 1.
Desarrollemos
por separado las dos integrales del segundo miembro. Para la integral sobre C1 ,
w−z0
notemos que
z−z0
< 1 cuando w está sobre C1 , por lo que, teniendo presente las proposiciones
5.26 y 5.32 y el ejemplo 5.36, es
Z Z Z
f (w) f (w) f (w)
dw = dw = − dw
C1 w−z C1 (w − z0 ) − (z − z0 ) C1 (z − z0 ) 1 − w−z0
z−z0
∞
! ∞
f (w) X (w − z0 )j f (w) (w − z0 )j
Z X Z
= − dw = − dw
C1 (z − z0 ) j=0 (z − z0 )j j=0 C 1
z − z 0 (z − z0 ) j
X∞ Z
= − f (w)(w − z0 )j dw (z − z0 )−j−1
j=0 C1
X∞ Z
= − f (w)(w − z0 ) j−1
dw (z − z0 )−j
j=1 C1
X∞ Z
= − f (w)(w − z0 ) j−1
dw (z − z0 )−j
j=1 C
Z Z Z
f (w) f (w) f (w)
dw = dw = dw
C2 w−z C2 (w − z0 ) − (z − z0 ) C2 (w − z0 ) 1 − z−z0
w−z0
∞
! ∞ Z
f (w) X (z − z0 )j
Z
X f (w)
= dw = dw (z − z0 )j
C2 (w − z0 ) j=0 (w − z0 )j j=0 C 2
(w − z0 ) j+1
∞ Z
X f (w)
= j+1
dw (z − z0 )j
j=0 C (w − z0 )
∞ Z ∞ Z
1 X f (w) 1 X
f (z) = j
dw (z − z0 ) + f (w)(w − z0 ) dw (z − z0 )−j
j−1
2πi j=0 C (w − z0 )j+1 2πi j=1 C
1
R f (w) P∞
Para j ∈ Z, hagamos cj = 2πi C (w−z 0 )j+1 dw . Resulta entonces que f (z) = j=0 cj (z −
j
P∞ −j
P∞ j
z0 ) + j=1 c−j (z − z0 ) = j=−∞ cj (z − z0 ) . Dado que z fue arbitrariamente elegido en D, y
que cada cj es una constante compleja independiente de z , concluimos que f (z) admite en D el
desarrollo en serie de Laurent dado por la expresión anterior. Por el lema 6.4, la convergencia
de esa serie a f (z) es absoluta y uniforme en A(z0 , ρ1 , ρ2 ), cualesquiera sean ρ1 , ρ2 tales que
r1 < ρ1 < ρ2 < r2 . P
∞ j
Por último, sea j=−∞ dj (z − z0 ) un desarrollo en serie de Laurent para f (z) válido en
D. Fijemos r satisfaciendo r1 < r < r2 , y designemos por Cr a la circunferencia con centro z0
y radio r con orientación positiva. Del lema 6.4, esta serie biinnita converge uniformemente
en la clausura de cualquier subcorona de D , y entonces converge uniformemente a f (z) en Cr .
Luego, si m es cualquier entero, para todo z ∈ Cr tenemos que
∞
f (z) X
m+1
= dj (z − z0 )j−m−1
(z − z0 ) j=−∞
108 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
Z ∞ Z
f (z) X
dz = dj (z − z0 )j−m−1 dz
Cr (z − z0 )m+1 j=−∞ Cr
Ejemplo 6.6. Desarrollemos en serie de Laurent la función f (z) = (z − 2i)−1 con centro
en z0 = i, en todas las regiones del plano complejo en que dicha función admita desarrollo.
Primero veamos cuáles son todas las posibles combinaciones de valores de r1 y r2 (minimales
y maximales, respectivamente) tales que f (z) es analítica en A(i, r1 , r2 ). La función tiene una
sola singularidad, correspondiente al complejo 2i. Por lo tanto, es analítica en A(i, 0, 1) y
A(i, 1, ∞).
1. Desarrollo válido para A(i, 0, 1) z−i
Cualquier z en este conjunto satisface |z − i| < 1, y, en consecuencia, < 1.
i
Por
lo tanto, en esta región, tenemos que
∞ j X ∞
1 1 1 1 X z−i (z − i)j
= =− = i =
z − 2i (z − i) − i i 1 − z−i
i j=0
i j=0
ij−1
f (z) = ∞ j
P
por lo que, para esta región, j=−∞ cj (z − i) con
0 si j < 0
cj = 1
ij−1
si j≥0
Notemos que resultó un desarrollo sin potencias negativas, lo cual era de esperarse ya
que f (z) es analítica también en z0 , y, consecuentemente, analítica en todo el interior
del círculo con centro i y radio 1.
2. Desarrollo válido para A(i, 1, ∞)
1. DESARROLLOS EN SERIES DE LAURENT 109
i
Cualquier z en este conjunto satisface |z − i| > 1, y, en consecuencia,
z−i
< 1. Por
lo tanto, en esta región, tenemos que
∞
1 1 1 1 1 X j
= = i = i (z − i)−j
z − 2i (z − i) − i z − i 1 − z−i z − i j=0
∞
X −1
X
−j−1
= j
i (z − i) = i−j−1 (z − i)j
j=0 j=−∞
P∞
Entonces, para esta región, f (z) = j=−∞ cj (z − i)j con
−j−1
i si j < 0
cj =
0 si j ≥ 0
Ejemplo 6.7. Desarrollemos ahora en serie de Laurent la función f (z) = (z + 2i)−1 con
centro en z0 = i, en todas las regiones del plano complejo en que dicha función admita desarrollo.
La función tiene una sola singularidad, correspondiente al complejo −2i. Por lo tanto, es
analítica en A(i, 0, 3) y A(i, 3, ∞).
z
Ejemplo 6.8. Veamos cómo desarrollar en serie de Laurent la función f (z) =
(z−i)(z 2 +4)
con centro en z0 = i, en todas las regiones del plano complejo en que dicha función admita
desarrollo.
En este caso, la función tiene singularidades en i, 2i y −2i. Así, las coronas maximales con
centro z0 en las que f (z) es analítica son A(i, 0, 1), A(i, 1, 3) y A(3, ∞).
Observemos que
1 z z
f (z) = 2
= (z − i)−1 2
z −iz +4 z +4
110 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
−1
La expresión (z − i) ya es una potencia de (z − z0 ), de modo que la estrategia será desarrollar
z −1
en serie a 2 y luego multiplicarla por (z − i) . Para encontrar ese desarrollo, recurramos a
z +4
la descomposición en fracciones parciales, debiendo encontrar A y B tales que, para todo z que
no anule denominadores,
z A B
= +
z2 +4 z − 2i z + 2i
Es decir, A(z + 2i) + B(z − 2i) = z . Como buscamos una identidad en z , haciendo z = −2i
obtenemos B = 1/2, y haciendo z = 2i obtenemos A = 1/2. En efecto, es fácil chequear que
z 1/2 1/2
= +
z2 +4 z − 2i z + 2i
para todo z ∈/ {2i, −2i}. Del ejemplo 6.6, ya sabemos cuáles son los desarrollos válidos para
−1
(z − 2i) con centro en i, y, del ejemplo 6.7, los de (z + 2i)−1 con centro en i, en cada una de
las regiones. Usamos esos desarrollos para la función f (z) del ejemplo actual, como sigue:
z
1. Desarrollo de f (z) = (z−i)(z 2 +4)
en A(i, 0, 1). En esta región, tenemos que
∞ ∞
!
j
1 X 1 1 X (−1)
f (z) = (z − i)−1 j−1
(z − i)j + j+1
(z − i)j
2 j=0 i 2 j=0 (3i)
∞
(−1)j
−1
X 1
= (z − i) j−1
+ j+1
(z − i)j
j=0
2i 2(3i)
∞ ∞
(−1)j (−1)j+1
X 1 j−1
X 1
= j−1
+ j+1
(z − i) = j
+ j+2
(z − i)j
j=0
2i 2(3i) j=−1
2i 2(3i)
P∞
Luego, para esta región, f (z) = j=−∞ cj (z − i)j con
(
0 si j < −1
cj = 1 (−1)j+1
2ij
+ 2(3i)j+2
si j ≥ −1
z
2. Desarrollo de f (z) = (z−i)(z 2 +4)
en A(i, 1, 3). En este caso,
−1 ∞
!
1 X −j−1 1 X (−1)j
f (z) = (z − i)−1 i j
(z − i) + (z − i)j
2 j=−∞ 2 j=0 (3i)j+1
−1 ∞
X i−j−1 j−1
X (−1)j
= (z − i) + j+1
(z − i)j−1
j=−∞
2 j=0
2(3i)
−2 ∞
X i−j−2 j
X (−1)j+1
= (z − i) + j+2
(z − i)j
j=−∞
2 j=−1
2(3i)
P∞
Entonces, para esta región, f (z) = j=−∞ cj (z − i)j con
(
i−j−2
2
si j < −1
cj = (−1)j+1
2(3i)j+2
si j ≥ −1
1. DESARROLLOS EN SERIES DE LAURENT 111
z
3. Desarrollo de f (z) = (z−i)(z 2 +4)
en A(i, 3, ∞). Para esta región, es
−1 −1
!
−1 1 X −j−1 1 X
f (z) = (z − i) i j
(z − i) + (−3i)−j−1 (z − i)j
2 j=−∞ 2 j=−∞
−1 −j−1
(−3i)−j−1
X i
= + (z − i)j−1
j=−∞
2 2
−2 −j−2
(−3i)−j−2
X i
= + (z − i)j
j=−∞
2 2
f (z) = ∞ j
P
Entonces, para esta región, j=−∞ cj (z − i) con
−j−2 (−3i)−j−2
i
+ si j ≤ −2
cj = 2 2
0 si j ≥ −1
Ejemplo 6.9. Desarrollemos
1 z+1
f (z) = e z
z2
con centro z0 = 0, en todas las partes del plano en que sea posible.
La única singularidad de la función coincide con el centro del desarrollo, así que podemos
encontrar una serie de Laurent con centro en 0 para f (z) en A(0, 0, ∞).
Observemos que
∞ j X ∞
z+1 1
X 1 1 e −j
e z = ee = e
z = z
j=0
j! z j=0
j!
Por lo tanto,
∞ ∞ −2
1 X e −j X e −j−2 X e
f (z) = z = z = zj
z 2 j=0 j! j=0
j! j=−∞
(−2 − j)!
P∞
Por lo tanto, en A(0, 0, ∞), es f (z) = j=−∞ cj (z − i)j con
e
si j ≤ −2
(−2−j)!
cj =
0 si j ≥ −1
Ejemplo 6.10. Desarrollemos en serie de Laurent la función g(z) = (z − 2i)−2 con centro
en z0 = i, en todas las regiones del plano complejo en que dicha función admita desarrollo.
Aprovecharemos los desarrollos obtenidos en el ejemplo 6.6, habida cuenta de que, para todo
0 −1
z 6= 2i,es g(z) = −f (z), con f (z) = (z − 2i) . Por lo tanto, para A(i, 0, 1), tendremos que
∞ ∞
X j j−1
X j+1
g(z) = − j−1
(z − i) = − j (z − i)j
j=0
i j=0
i
−1
X −2
X
−j−1
g(z) = − ji j−1
(z − i) = (j + 1)i−j−2 (z − i)j
j=−∞ j=−∞
112 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
Ln(z + 2)
f (z) =
z3
en serie de Laurent con centro z0 = 0, en todas las zonas del plano en que dicho desarrollo sea
posible.
La función dada tiene singularidades en0 y en todos los complejos que están sobre el eje real
desde −2 hacia la izquierda. Por lo tanto, podremos encontrar desarrollo sólo para A(0, 0, 2)
(pues, en cualquier otra corona con centro en 0, f (z) contendrá singularidades).
−1
Notemos que Ln(z + 2) es una primitiva para (z + 2) en el interior del disco D = {z ∈ C :
|z| < 2}. Por ello, para todo z ∈ D, llamando Cz a cualquier contorno en D desde 0 hasta z , es
Z
1
(10) dξ = Ln(z + 2) − Ln 2
Cz 2 + ξ
∞ j ∞
1 1 1 1 X 1 X (−1)j
= −ξ
= − ξj = ξj
2+ξ 21− 2 2 j=0
2 j=0
2j+1
∞ ∞
(−1)j (−1)j z j+1
X Z X
j
Ln(z + 2) = ln 2 + ξ dξ = ln 2 +
j=0
2j+1 Cz j=0
2j+1 j + 1
∞
! ∞
j
1 X (−1) −3
X (−1)j
f (z) = 3 ln 2 + j+1
z j+1 =z ln 2 + j+1
z j−2
z j=0
(j + 1)2 j=0
(j + 1)2
∞
X (−1)j+2 j
= z −3 ln 2 + z
j=−2
(j + 3)2j+3
f (z) = ∞ j
P
Por lo tanto, en A(0, 0, 2), es j=−∞ cj z donde
j ≤ −4
0 si
cj = ln 2 si j = −3
(−1)j+2
(j+3)2j+3
si j ≥ −2
1
Aún sin estar denida en i, el límite de f cuando z tiende a i existe y vale
2i
, porque
1/(z + i) es continua en i.
Por otro lado, obtengamos el desarrollo en serie de Laurent para f con centro i en
A(i, 0, 2). En dicho conjunto, es
∞ ∞
1 1 1 1 1 X (z − i)j X (−1)j
f (z) = = = = = (z − i)j
z+i 2i + (z − i) 2i 1 − z−i
−2i
2i j=0
(−2i)j
j=0
(2i) j+1
L = ∅, z − z0 son nulos. En
es decir, todos los coecientes de las potencias negativas de
este caso, z0 se dice una singularidad evitable de f . Por ejemplo, i es una singularidad
2
evitable para la función (z − i)/(z + 1) (ejemplo 6.12).
L no es vacío pero tiene un cantidad nita de elementos. En este caso, se dice que z0 es
un polo de f . Si hacemos m = − mı́n L, se dice que el orden del polo z0 es m. Los
polos de orden 1 se llaman polos simples. Por ejemplo, −i es un polo simple para la
2
función (z − i)/(z + 1) (ejemplo 6.12).
L tiene una cantidad innita de elementos. En este caso, se dice que z0 es una singula-
ridad esencial de f . Por ejemplo, 0 es una singularidad esencial para la función e1/z
(ejemplo 6.13).
114 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
Vamos a ver ahora cómo se comporta una función en las cercanías de una singularidad
aislada, dependiendo del tipo de singularidad de que se trate.
Dicha expresión es, como vemos, una serie de potencias, que converge en todo punto de Br (z0 )
f (z) en Br∗ (z0 ), y a c0 en z0 ). Ya que lı́mz→z0 ∞ j
P
(a j=0 cj (z − z0 ) = c0 (prop. 5.31), tenemos que
lı́mz→z0 f (z) = c0 ∈ C. Queda demostrado entonces el siguiente resultado:
Proposición 6.14. Si z0 es una singularidad evitable de f (z), entonces lı́mz→z0 f (z) existe
en C.
Como vemos, el término evitable proviene del hecho de que, con una adecuada redenición
de f en el centro del entorno, logramos una función que es analítica en todo el entorno (incluido
el centro) y que coincide con f en el entorno reducido.
De la proposición 6.14, podemos extraer la siguiente consecuencia:
Proposición 6.16. La función f (z) tiene un polo de orden m en z0 si, y sólo si, existe
λ(z)
un entorno reducido de z0 en el que f puede expresarse como f (z) = (z−z )m , donde λ es una
0
función analítica en z0 y λ (z0 ) 6= 0.
analítica en z0 y λ (z0 ) 6= 0 (prop. 6.16). Siendo λ continua en z0 , tenemos que lı́mz→z0 λ(z) 6= 0.
m
Por otro lado, lı́mz→z0 (z − z0 ) = 0, de modo que lı́mz→z0 f (z) = ∞.
λ(z)
f (z) =
(z − z0 )m
para algún entorno reducido de z0 , con λ analítica en z0 y λ(z0 ) 6= 0 (y, por continuidad de λ
en z0 , puede suponerse que λ no tiene ceros en ese entorno). Pero esto equivale a que, en ese
entorno,
1 1
= (z − z0 )m
f (z) λ(z)
con 1/λ(z) analítica en z0 (pues λ es analítica en z0 y λ (z0 ) 6= 0), lo que, por denición, equivale
a que 1/f tiene un cero de orden m en z0 .
La proposición anterior establece un criterio que es muy útil a veces para ahorrar trabajo a
la hora de detectar el orden de un polo, pues conocemos varios criterios para averiguar el orden
de un cero, por ejemplo el criterio de la derivada.
sen(π/z)
Ejemplo 6.19. Para la función f (z) = senz π , resulta que g(z) = 1/f (z) = z
, cuyos
z
ceros son los reales de la forma 1/k (k ∈ Z − {0}).
π π
g 0 (z) = −πz cos − z 2 sen
z z
1
g0
= − πk cos(kπ) − k12 sen(kπ) 6= 0, así que cada cero es de orden
y, para k ∈ Z − {0}, k
es
uno. Luego, los números de la forma 1/k con k entero no nulo son polos simples para f (z).
Singularidades esenciales. La característica fundamental en relación a este tipo de sin-
gularidades es que no existe límite de la función cuando z tiende a una cualquiera de ellas,
según se desprende fácilmente del siguiente teorema, que enuncia que, en cualquier entorno de
una singularidad esencial, una función toma valores tan cercanos como se desee a cualquier
número complejo.
ε > 0 arbitrarios. Si existe z1 ∈ Bδ∗ (z0 ) tal que |f (z1 ) − w| = 0, el resultado ya está establecido.
∗
Si no existe tal z1 , hagamos B = Bδ (z0 ) y consideremos la función g : B → C denida por
1
g(z) =
f (z) − w
Observar que f (z) = w + 1/g(z) y que g(z) no se anula en B . Además, como f es analítica
en B , y f (z) 6= w en B , tenemos que z0 es singularidad aislada para g . Por lo tanto, g admite
P∞ j
desarrollo en serie de Laurent con centro z0 válido para B , digamos g(z) = j=−∞ cj (z − z0 ) .
que z0 no puede ser singularidad evitable de g : si lo fuera, sería g(z) =
P∞Veamos primero j
c
j=0 j (z − z 0 ) , con algún cj 6= 0 (de lo contrario, habría contradicción con el hecho de que g
P∞ j
no es nula en B ); denamos entonces, en Bδ (z0 ), h(z) = j=0 cj (z −z0 ) (h es igual que g , salvo
que denida en el centro del entorno); h es analítica en z0 y, para todo z ∈ B , f (z) = w+1/h(z).
Vemos que suponer que z0 es singularidad evitable de g nos lleva en cualquier caso a una
contradicción. Por lo tanto, existe m>0 tal que c−m 6= 0. Pero, por el Teorema de Laurent,
Z
1 g(z)
c−m = dz
2πi CR (z − z0 )−m+1
donde CR es cualquier circunferencia con centro z0 y radio R satisfaciendo 0 < R < δ. Por lo
tanto, para todo R que satisfaga esas condiciones, es
1
máx g(z)(z − z0 )m−1 : z ∈ CR 2πR = máx {|g(z)| : z ∈ CR } Rm
0 6= |c−m | ≤
2π
De allí que
|c−m |
máx {|g(z)| : z ∈ CR } ≥
Rm
Como el lado derecho se hace arbitrariamente grande en la medida que R tiende a 0, podemos
elegir R>0 tal que
1
máx {|g(z)| : z ∈ CR } >
ε
lo cual implica que existe z1 ∈ CR tal que |g(z1 )| > 1/ε, de donde 1/ |g(z1 )| < ε, así que
|f (z1 ) − w| < ε, quedando establecido el teorema.
El Teorema de Cassoratti-Weierstrass arma que, en cualquier entorno de una singularidad
esencial, la función toma valores arbitrariamente cercanos a cualquier número complejo. Existe
una versión más general de ese teorema, que arma que, en cualquier entorno de una singula-
ridad esencial, la función toma todos los valores complejos, salvo una posible única excepción,
una cantidad innita de veces. Es el Teorema de Picard, que enunciamos sin demostración, por
requerir de herramientas más avanzadas.
Ejemplo 6.22. Consideremos la función f (z) = e1/z , analizada en el ejemplo 6.13. Vimos
allí que 0 es la única singularidad de f, y que es de carácter esencial. La función jamás toma
3. RESIDUOS. EL TEOREMA DE LOS RESIDUOS 117
el valor 0 (es decir, E = {0}). Sin embargo, para cualquier w = ρeiθ 6= 0, los complejos de la
forma
ln ρ θ + 2kπ
zk = −i
(ln ρ)2
+ (θ + 2kπ) 2 (ln ρ) + (θ + 2kπ)2
2
1/zk
satisfacen e = w, cualquiera sea k ∈ Z. Para k sucientemente grande, |zk | se hace arbi-
trariamente pequeño, por lo que, en cualquier entorno de 0, hay innitos de tales zk , es decir,
innitos puntos en los que f (z) toma el valor w .
El teorema 6.20 permite resumir los modos de comportamiento de una función en las cer-
canías de una singularidad aislada, de acuerdo al siguiente resultado.
Demostración. Elijamos r > 0 tal que Br (z0 ) ⊂ int(C). Entonces, la única singularidad
f en Br (z0 ) es z0 . Sea ∞ j
P
de j=−∞ cj (z − z0 ) el desarrollo en serie de Laurent de f (z) con centro
∗
en z0 válido para Br (z0 ), y sea C1 cualquier circunferencia con centro z0 y radio menor que r .
R R
Por el principio de deformación de contornos, es
C
f (z)dz = C1 f (z)dz , y, por el Teorema de
R
Laurent, es 2πic−1 = f (z)dz . Combinando estas dos expresiones, y teniendo en cuenta la
C1
denición de residuo de f en z0 , se sigue el resultado.
Entonces, queda claro que si disponemos de algún método para calcular fácilmente residuos,
contaremos con una buena alternativa de cálculo de ciertos tipos de integrales sobre contornos
cerrados.
En cualquier caso, realizar el desarrollo en serie de Laurent para f con centro en z0 válido
para un entorno reducido de z0 es una alternativa para obtener el residuo de f en z0 sin resolver
la integral dada en el Teorema de Laurent (basta con observar, en tal desarrollo, el coeciente
−1
de (z − z0 ) ). De hecho, éste es el único método del que se dispone para el caso en que z0
es singularidad esencial. Por otro lado, el cálculo del residuo en las singularidades evitables
es automático: vale 0 por la denición de ese tipo de singularidades. Veamos entonces cómo
podemos calcular residuos en polos, dado que existen alternativas para obtenerlos sin siquiera
hacer desarrollos en serie.
Supongamos que f (z) tiene en z0 un polo simple. Luego,
(z − z0 )f (z) = c−1 + c0 (z − z0 ) + c1 (z − z0 )2 + c2 (z − z0 )3 + · · ·
Tomando en ambos miembros límite cuando z tiende a z0 , resulta
z i 1
Res (f, i) = lı́m(z − i)f (z) = lı́m = 2 = i
z→i z→i z 2 +4 i +4 3
Análogamente,
z 2i 1
Res (f, 2i) = lı́m (z − 2i)f (z) = lı́m = =− i
z→2i z→2i (z − i)(z + 2i) i(4i) 2
3. RESIDUOS. EL TEOREMA DE LOS RESIDUOS 119
y
z −2i 1
Res (f, −2i) = lı́m (z + 2i)f (z) = lı́m = = i
z→−2i z→−2i (z − i)(z − 2i) (−3i)(−4i) 6
Es de observar que si hubiésemos decidido calcular residuos haciendo los desarrollos en serie,
del ejemplo 6.8 sólo podríamos concluir que el residuo de f en i es i/3, pero para los residuos
en 2i y −2i no nos hubiera servido ninguno de los desarrollos obtenidos en aquel ejemplo, ya
que los mismos son con centro en i, pero aquí necesitamos desarrollos con centro en 2i y −2i,
respectivamente.
Veamos un caso particular de polo simple que aparece a menudo en los cálculos.
g(z)
Proposición 6.28. Supongamos que f (z) = h(z)
, con g y h analíticas en z0 , z0 cero simple
de h, y g(z0 ) 6= 0. Entonces,
g(z0 )
Res (f, z0 ) =
h0 (z0 )
Demostración. Por ser z0 cero simple de h,
en algún entorno de z0 debe ser h(z) =
(z − z0 )λ(z), con λ analítica en z0 y λ(z0 ) 6= 0. Entonces, h0 (z) = λ(z) + (z − z0 )λ0 (z), por lo
0
que h (z0 ) = λ(z0 ). Luego,
d
(z − z0 )2 f (z)
c−1 = Res (f, z0 ) = lı́m
z→z0 dz
En general, siguiendo este procedimiento, para un polo de orden m tenemos el siguiente
resultado.
en algún Br∗ (z0 ), con c−m 6= 0. Entonces, en ese entorno reducido tenemos que
∞
X
m
(z − z0 ) f (z) = cj (z − z0 )j+m
j=−m
3.1. El Teorema de los Residuos. La proposición 6.26 nos proporciona una herramien-
ta para calcular integrales sobre contornos cerrados simples cuando la función del integrando
posee una única singularidad en su interior. Sin embargo, podemos extender fácilmente la me-
todología para el caso en que la función presenta, en el interior del contorno, una cantidad nita
de singularidades (que serán, obviamente, aisladas), a través del siguiente resultado.
Figura 2.
mientras que el otro tiene en su interior exactamente una singularidad de f, digamos zn . En-
tonces, por hipótesis inductiva y por proposición 6.26, las integrales de f sobre Γ1 y Γ2 valen,
respectivamente:
Z n−1
X
f (z)dz = 2πi Res (f, zk )
Γ1 k=1
Z
f (z)dz = 2πi Res (f, zn )
Γ2
Por lo tanto,
2π √
Z
1 1 2π
dx = 2πi Res(f, 0) + Res f, −2 + 3 i = 2πi − √ i = √
0 2 + sen x 3 3
4.2. Integrales de tipo f (x)dx.
R∞
−∞
Si f (x) es una función real (de la variable real x) continua en todo x ∈ R, se dene la
integral impropia de f (x) entre −∞ e ∞ como
Z ∞ Z 0 Z R2
f (x)dx = lı́m f (x)dx + lı́m f (x)dx
−∞ R1 →∞ −R1 R2 →∞ 0
suponiendo que ambos límites a la derecha existen. Por otro lado, se dene el valor principal
de Cauchy de esa integral como
Z ∞ Z R
V PC f (x)dx = lı́m f (x)dx
−∞ R→∞ −R
cuando ese límite existe. Es posible mostrar que si la integral impropia existe, coincide con su
VPC. Presentaremos ahora un método de cálculo de VPC a través del Teorema de los Residuos.
La estrategia será considerar al integrando f como una función de variable compleja e integrarla
sobre un contorno cerrado simple apropiado (utilizando para ello el Teorema de los Residuos)
de manera tal que el valor de esa integral coincida con el VPC de la integral de f (x).
Para lo que sigue, dado R ∈ R, designaremos por LR al segmento del plano que va desde
el complejo −R hasta el complejo R, y por SR a la semicircunferencia con centro 0 y radio R
desde R hasta −R, en sentido positivo. Es decir,
LR = {x : −R ≤ x ≤ R} SR = {Reit : 0 ≤ t ≤ π}
Supongamos que f (z) es una función denida en algún dominio en C que contiene a R, y
tal que, para todo z ∈ R, f (z) es un número real (de modo que f |R es una función real
R RR
de variable real). Obsérvese que, para cualquier R ∈ R, f (z)dz = −R f (x)dx, por lo
R∞ R LR
que V P C f (x)dx = lı́mR→∞ LR f (z)dz . Por otro lado, la concatenación de LR con SR es
−∞
un contorno cerrado simple. Si f (z) fuese analítica sobre el eje real y tuviera una cantidad
nita de singularidades en el semiplano por encima del eje real, resultaría que, para todo R
sucientemente grande, la concatenación de LR y SR contendría en su interior a todas ellas (ver
g. 3).
Figura 3.
124 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
Por lo tanto,
Z Z X
f (z)dz + f (z)dz = 2πi Res (f, zk )
LR SR Imzk >0
donde el subíndice de la suma indica que la misma debe realizarse sobre todas las singularidades
que f tenga en el semiplano superior (que son las que tienen parte imaginaria estrictamente
positiva). El lado derecho de la igualdad anterior es una constante compleja. Entonces, tomando
límite cuando R tiende a innito (suponiendo que existan los límites individuales),
Z ∞ Z X
V PC f (x)dx + lı́m f (z)dz = 2πi Res (f, zk )
−∞ R→∞ SR Imzk >0
Lema 6.34. Sean r, t1 , t2 números reales tales que r > 0 y −π ≤ t1 < t2 ≤ π . Hagamos
D = {z ∈ C : |z| ≥ r ∧ t1 ≤ Arg z ≤ t2 }. Sea f una función analítica en D, satisfaciendo que
para todo ε > 0, existe δ > 0 tal que para todo z ∈ D con |z| > δ , se cumple que |zf (z)| < ε.
Entonces,
Z
lı́m f (z)dz = 0
R→∞ CR
donde CR = {Reit : t1 ≤ t ≤ t2 }.
Demostración. Para cualquier R > r, la longitud de CR es (t2 − t1 )R, y entonces, por la
desigualdad M-L,
Z
f (z)dz ≤ máx {|f (z)| : z ∈ CR } R(t2 − t1 ) = máx {|zf (z)| : z ∈ CR } (t2 − t1 )
CR
Sea ε > 0. Por hipótesis, existe δ > 0 tal que si |z| < δ , entonces |zf (z)| < ε/(t2 − t1 ). Luego,
para cualquier real R mayor que δ y que r , es
Z
≤ ε
f (z)dz t2 − t1 (t2 − t1 ) = ε
CR
Teorema 6.35. Sea f (x) una función real de variable real que admita extensión a una
función compleja f (z) tal que satisfaga:
1. f (z) es analítica sobre el eje real, y tiene una cantidad nita de singularidades en el
semiplano por encima del eje real.
2. |zf (z)| tiende a 0 cuando z tiende a innito por el semiplano superior.
Entonces,
Z ∞ X
V PC f (x)dx = 2πi Res (f, zk )
−∞ Imzk >0
La condición de tender |zf (z)| a 0 por el semiplano superior es satisfecha por una amplia co-
lección de funciones, en particular por las funciones racionales en las que el grado del polinomio
del denominador es al menos dos unidades mayor que el grado del polinomio del numerador.
z2
Para ello, consideremos f (z) = z 4 +1
, que es analítica en todo el plano excepto en eiπ/4 , e3iπ/4 ,
e−iπ/4 y e−3iπ/4 , que son polos simples. Sólo las dos primeras de las singularidades mencionadas
están en el semiplano superior. Además, para z 6= 0, es
z3 1
zf (z) = = 1
z4 + 1 z+ z
que tiende a 0 cuando z tiende a innito, y entonces |zf (z)| tiende a 0 cuando z tiende a
innito.
Por otro lado, aplicando la proposición 6.28, es
√
iπ/4
1 1 2
Res f, e = iπ/4
= (cos(−π/4) + i sen(−π/4)) = (1 − i)
4e 4 8 √
1 1 2
Res f, e3iπ/4 =
3iπ/4
= (cos(−3π/4) + i sen(−3π/4)) = (−1 − i)
4e 4 8
Para verlo, basta con particionar el intervalo de integración en π/2, teniéndose que
π
Z π Z
2
Z π
ek sen x dx = ek sen x dx + ek sen x dx
π
0 0 2
126 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
Figura 4.
y, haciendo el cambio de variable t = π − x, se puede ver que la última integral resulta igual a
R π k sen x
0
2
e dx.
Teorema 6.37. Sea m > 0, y sea f (x) una función real de variable real que admita exten-
sión a una función compleja f (z) tal que satisfaga:
1. f (z) es analítica sobre el eje real, y tiene una cantidad nita de singularidades en el
semiplano por encima del eje real.
2. |f (z)| tiende a 0 cuando z tiende a innito por el semiplano superior.
Entonces,
Z ∞ X
f (x)eimx dx = 2πi Res f (z)eimz , zk
V PC
−∞ Imzk >0
Demostración. Sea r > 0 tal que para toda singularidad zk de f (z) en el semiplano
superior, |zk | < r. Sea R cualquier real mayor que r. Entonces f (z)eimz es analítica sobre LR
y sobre SR , y en el interior del contorno cerrado determinado por la concatenación de ambas,
excepto en una cantidad nita de singularidades . Por lo tanto,
Z Z X
imz
f (z)eimz dz = 2πi Res f (z)eimz , zk
f (z)e dz +
LR SR Imzk >0
de donde
Z ∞ Z X
imx
f (z)eimz dz = 2πi Res f (z)eimz , zk
V PC f (x)e dx + lı́m
−∞ R→∞ SR Imzk >0
R
así que el resultado estará establecido al demostrar que lı́mR→∞ SR
f (z)eimz dz = 0.
Si hacemos M (R) = máx{|f (z)| : z ∈ SR }, por hipótesis para f sabemos que lı́mR→∞ M (R) =
0. Para z = Reiθ , con 0 ≤ θ ≤ π , tenemos que imz = imR cos θ − mR sen θ, de donde
eimz = e−mR sen θ+imR cos θ , así que
Por lo tanto,
Z Z π
imz
iθ
−mR sen θ+imR cos θ iθ
f (z)e dz =
f Re e Rie dθ
SR 0
Z π
f Reiθ e−mR sen θ Rdθ
≤
0
π
Z π Z
2
−2mRθ/π
≤ RM (R) e dθ = 2RM (R) e−2mRθ/π dθ
0 0
−π π
e−mR − 1 = 1 − e−mR M (R)
= 2RM (R)
2mR m
Es decir que, para R sucientemente grande,
Z
π
1 − e−mR M (R)
imz
f (z)e dz ≤
SR m
−mR
Dado que
R M (R) y e tienden a 0 cuando RR → ∞ (pues m es positivo), se tiene que
En particular, las funciones racionales en las que el grado del denominador es al menos una
unidad mayor que el grado del numerador satisfacen el requisito de que lı́mz→∞ |f (z)| = 0.
Ejemplo 6.38. Calculemos
Z ∞
x sen(3x)
V PC dx
−∞ x2 + 1
Dicho valor corresponde a la parte imaginaria del valor principal de
∞
xei3x
Z
dx
−∞ x2 + 1
Por el teorema 6.37, este último vale
2
zei3z ie3i
π
2πi Res 2
, i = 2πi = 3i
z +1 2i e
Por lo tanto,
Z ∞
x sen(3x) π
V PC 2
dx = 3
−∞ x +1 e
De paso, hemos deducido también que
Z ∞
x cos(3x)
V PC dx = 0
−∞ x2 + 1
EJERCICIOS
1. Encontrar el desarrollo en Serie de Laurent de las siguientes funciones alrededor de 0:
sen z sen2
z 1
i)
z2
ii)
z
iii) z3e z
1 ez −1
iv)
z
sen2 z2 v)
z
vi)
1+cos z
z4
2. Desarrollar las siguientes funciones en Serie de Laurent en las regiones indicadas:
1
√ √
a ) z(z+i) en: i) |z − 1| < 1; ii) 1 < |z − 1| < 2; iii) |z − 1| > 2; iv) 0 < |z| < 1; v)
|z| > 1
1
b ) z 2 (z−3)2 en: i) 0 < |z − 3| < 3; ii) |z − 3| > 3
e2z
c ) (z−1)3 en |z − 1| > 0
128 6. SERIES DE LAURENT. TEOREMA DE LOS RESIDUOS
3. Clasicar las singularidades de las siguientes funciones, y, en los casos en que sean
evitables, redenir la función de modo que sea analítica en ellas.
1
z 2 +z+1
i) f (z) = cosh z1 ii) f (z) = ze z−1 iii) f (z) = sen z
senh z
iv) f (z) = 2z+1−i 3
√
1 1 sen z
i) ii) iii)
z−sen z e−z +z−1 e−z +z−1
1
1 1−cos z
i)
1−sen z
ii)
z2
iii) e z+2
1 1 z cos z1
iv) cos
z
v) −z
e −1
+ z12 vi)
cos z−1
1+cos z z 2 −3z+2 1
i)
z−π
(z0 = π) ii)
z 2 −2z+1
(z0 = 1) iii) cos z+π (z0 = −π)
Ln(1+z 3 ) sen z2
iv)
z2
(z0 = 0) v)
z
(z0 = 0) vi) cos z1 + sen 2−πz
2z
(z0 = 0)
10. Calcular el residuo en los puntos singulares para las siguientes funciones:
tan z ez z
i)
z 2 − π4 z
ii) 1
−sen2 z
iii)
z 2 +4
z + 2i
4
− 1 2+ 1
e z2
iv)
1+z 4
v) cos( z1 ) + z 3 vi) ez z2
cos z z 2n
vii)
z 3 − π2 z 2
viii)
(z−1)n
(n ∈ Z+ ) ix) cot2 z
11. Calcular las siguientes integrales por el teorema de los residuos, cuando sea posible:
R 1 1
a) γ 1 dz siendo γ la circunferencia con centro en 0 y radio 10 .
R sen1 z 1 1
b) γ
sen z1
dz siendo γ la circunferencia con centro en 2π y radio
30
.
z
R R
i)
|z|=1
z tan(πz)dz = 0 ii)
|z|=10 (z−1)2 (z+2)
dz =0
ez 2
z 2 sen z1 dz = − π3 i
R R
iii)
|z|=2 z 3 (z+1)
dz = 1− e
πi iv)
|z|= 12
2
ez −1 −4π
= 2 πe (e − 1)i z
R R
v)
|z−1|=3 z 3 −iz 2
dz vi)
|z−1|=5 ez +3
dz = 3
i ln 3
EJERCICIOS 129
R 2π dθ 2π
R 2π dθ 2aπ
iii)
0 1−2k sen θ+ρ2
= 1−k2
para k2 < 1 iv)
0 (a+b cos θ)2
= 1 (a > b > 0)
(a2 +b2 ) 2
R∞ x3 dx
R∞ x π
iii)
−∞ 1+x8
=0 iv)
−∞ (x2 −2x+2)2
dx = 2
con t ∈ [0, 1] y C recorrido en sentido positivo. Muestre que el denominador del inte-
grando no tiene ceros sobre C y que φ es continua en [0, 1]. Aplique entonces el ejercicio
anterior para concluir que φ es constantemente igual a algún entero. Concluya el ejercicio
observando a qué es igual φ(0) y φ(1). Para la continuidad de φ, probar que
i (z − z) m (z + z)
= +n
2 2
i i m m
z− z = z+ z+n
2 2 2 2
m i m i
+ z+ − z+n = 0
2 2 2 2
m
Llamando
2
+ 2i y C = n, vemos que la ecuación de una recta no vertical en el plano
B =
complejo está dada por Bz + Bz + C = 0, para B ∈ C (B ∈
/ R) y C ∈ R. Procediendo en forma
análoga para una recta vertical, cuya ecuación en el plano cartesiano es x = k (para k ∈ R),
obtenemos la expresión z + z + (−2k) = 0. De todo esto concluimos que, en general, una recta
en el plano complejo se representa por una expresión de la forma
(12) Bz + Bz + C = 0; B ∈ C , B 6= 0, C ∈ R
o por una expresión que admita ser llevada a esa forma por manipulación algebraica. Recípro-
camente, cualquier expresión de la forma (12) representa una recta en el plano complejo.
Observaciones:
Si C = 0, la ecuación corresponde a una recta que pasa por el origen, ya que (0, 0)
C 6= 0, la recta no pasa por el origen.
verica la ecuación. Si
SiB y C son tales que se puede obtener una expresión de la forma z + z + D = 0, con
D ∈ R, resulta x = −D/2 lo que representa una recta vertical.
131
132 7. TRANSFORMACIONES EN EL PLANO COMPLEJO
Veamos ahora cómo obtener una expresión para una circunferencia, en términos de z y z.
Sabemos que una circunferencia de centro z0 y radio r puede representarse por la ecuación
|z − z0 | = r. Trabajando esta expresión, vemos que
(z − z0 ) (z − z0 ) = r2
(z − z0 ) (z − z0 ) = r2
zz − zz0 − z0 z + z0 z0 − r2 = 0
zz + (−z0 ) z + (−z0 ) z + |z0 |2 − r2
= 0
(13) Azz + Bz + Bz + C = 0; A, C ∈ R, A 6= 0, B ∈ C
Recíprocamente, una ecuación de la forma Azz +Bz +Bz +C = 0 representa una circunferencia
en el caso en que A y C sean reales, A 6= 0, y el complejo B satisfaga |B|2 > AC ; en este caso,
√ 2
B |B| −AC
el centro de la circunferencia es z0 = − y el radio es r = |A|
.
A
Observaciones:
Destaquemos que la ecuación (13) se puede interpretar como una generalización de la ecuación
(12), o que esta última corresponde a la (13) con A = 0. Entonces, podemos resumir todo
diciendo:
La ecuación de una recta o una circunferencia en el plano complejo está dada por:
Azz + Bz + Bz + C = 0
Si A = 0 (y B 6= 0), se tiene una recta (que pasa por el origen si y sólo si C = 0).
2
Si A 6= 0 y |B| > AC , se tiene una circunferencia (que pasa por el origen si y sólo si
C = 0).
u = u (x, h (x))
v = v (x, h (x))
2. TRANSFORMACIÓN DE CURVAS Y REGIONES 133
Aquí tenemos un sistema de dos ecuaciones en u y v con el parámetro x, que, eliminado (sin
perder de vista las restricciones, si las hubiere), producirá una expresión de la forma F (u, v) = 0
que indicará cuál es el transformado de la curva.
Para representar grácamente transformaciones utilizaremos dos planos: el plano z (con ejes
x e y) para el dominio y el plano w (con ejes u y v) para la imagen, aunque a veces haremos
de cuenta que ambos planos están superpuestos.
u2 v 2
25 + 9 = 1
4 4
Deducimos entonces que el transformado de la curva C por f es la mitad superior de la elipse
con centro en el origen, semieje horizontal 5/2 y semieje vertical 3/2. La gura 1 muestra los
grácos correspondientes.
y v
2 2
3
1.5
2
1
1
0.5
5 -1 1 5
x -
-2 -1 1 2 2 2
1
Figura 1. Transformación de un semicírculo bajo la función w = f (z) = z + z
En algunos casos, la porción del plano que se transforma puede ser una curva innita
(que, técnicamente, no corresponde a una curva, según nuestra denición). Sin embargo, el
procedimiento para encontrar su transformado es esencialmente el mismo que explicamos an-
teriormente.
Para x < −1: u = x + x1 y v = 0. Del gráco de la función u (x) = x + x1 , podemos deducir que
u < −2.
2 2
Para −1 ≤ x < 1: por ser x + y = 1, resulta u = 2x y v = 0, de donde obtenemos:
−2 ≤ u ≤ 2.
1 1
Para x > 1 : u = x + y v = 0. Del gráco de la función u (x) = x + , podemos deducir
x x
que u > 2.
Por lo tanto, el transformado de C es
y v
1 1
x u
-5 -4 -3 -2 -1 1 2 3 4 5 -5 -4 -3 -2 -1 1 2 3 4 5
Figura 2.
Ahora supongamos que queremos ver en qué se transforma un cierto subconjunto R del
dominio de denición de una función compleja f (x + iy) = u (x, y) + iv (x, y)
bajo la acción
de la misma, es decir, f (R). Haremos de cuenta que R, visto como subconjunto de R2 , puede
ser considerado como la unión innita de curvas elementales (por ejemplo, un disco es una
unión de circunferencias, el interior de un cuadrado es una unión de segmentos, etc.) cada una
de las cuales depende de algún parámetro. La estrategia será entonces hallar el transformado
de una curva elemental genérica (usando la técnica vista más arriba) y ver su imagen, que
dependerá del parámetro; luego hacer variar el parámetro y ver qué es lo que resulta. Veamos
lo que dijimos a través de ejemplos.
2
(r2 −1) (r2 −1)2 2
r2
− (r2 +1)2
u.
2
u v2
Si r 6= 1, + = 1 con v≥0
1 < r ≤ 3.
y
r2 +1 2 r2 −1 2
r r 2 q
r2 +1 2 2
Si r = 1, por ser u = r2
x y v = r r−1
2 r2 − r2r+1 u2 , resulta: −2 ≤ u ≤ 2 y v = 0.
Entonces:
0 u2 v2
C = {w = (u, v) ∈ C : + = 1, v ≥ 0, 1 < r ≤ 3} ∪ {w = (u, v) ∈ C : −2 ≤
r2 +1 2 r2 −1 2
r r
u ≤ 2, v = 0}
2. TRANSFORMACIÓN DE CURVAS Y REGIONES 135
u2 v2
En particular, si r = 3: + =1 con v ≥ 0. Luego:
10 2 8 2
3 3
( )
0 u2 v2
R = (u, v) ∈ C : + 8 2 ≤ 1; v ≥ 0
10 2
3 3
Vemos la situación grácamente en la gura 3.
y v
3 8
3
C
C’
r
r
u
x 10 -2 -1 1 2 10
-3 -2 -1 1 2 3 -
3
3
1
Figura 3. Transformación de una región bajo la función w = f (z) = z + z
y
3
v
1 C 6
4
C’
2
x u
1 t 3 -1 15 2 313
-2
4
4
-4
-1 -6
-2
-3
3. Transformaciones conformes
Supongamos que C1 es una curva suave con expresión z(t) (a ≤ t ≤ b), que z0 = z(t0 ) es
un punto de ella, y que f es una función denida en un dominio que contiene a C1 , analítica
0
en z0 y con f (z0 ) 6= 0. Llamemos C2 a la imagen de la curva C1 por f , con expresión w(t) =
f (z(t)) (a ≤ t ≤ b), y w0 = w(t0 ). El vector tangente a C1 en z0 es z 0 (t0 ) y tiene argumento
φ1 = arg z 0 (t0 ). En la curva C2 , el vector tangente en w0 = f (z(t0 )) es w0 (t0 ) y su argumento es
φ2 = arg w0 (t0 ) = arg f 0 (z0 ) + arg z 0 (t0 ) pues w0 (t0 ) = f 0 (z0 )z 0 (t0 ). Si llamamos α = arg f 0 (z0 ),
resulta φ2 = φ1 + α. Es decir, el ángulo del vector tangente a la curva transformada en w0 es el
ángulo del vector tangente a la curva sin transformar en z0 , más la constante real α. Supongamos
0 0 0
que C1 es otra curva suave que pasa por z0 y C2 es su transformada por f . Sea φ1 el argumento
0 0 0
del vector tangente a C1 en z0 y φ2 el del vector tangente a C2 en w0 . Por un razonamiento
0 0 0
análogo, φ2 = φ1 + α. Entonces, las dos curvas C2 y C2 se intersecan en w0 formando un ángulo
φ02 −φ2 = (φ01 +α)−(φ1 +α) = φ01 −φ1 , vale decir, el mismo ángulo que forman las curvas C10 y C1 al
intersecarse en z0 . En otras palabras, el ángulo entre las curvas antes y después de transformarse
es el mismo. Las transformaciones que actúan de esta manera (no alterando el ángulo entre
curvas que se intersecan) se denominan transformaciones conformes. Resumiendo:
Proposición 7.5. Sea f una función analítica en un punto z0 . Si f 0 (z0 ) 6= 0, entonces f
es una transformación conforme en z0 .
Nos preguntamos por la validez de la proposición recíproca. Los desarrollos en series de
Taylor nos permiten establecer que la condición de tener derivada no nula es también necesaria
para la conformidad de una función analítica.
Teorema 7.6. Sea f una función analítica en z0 . Se tiene que f es conforme en z0 si, y
sólo si, f 0 (z0 ) 6= 0.
Demostración. La vuelta del enunciado es el contenido de la proposición 7.5. Veamos la
ida, por contrarreciprocidad. Supongamos entonces que f 0 (z0 ) = 0. Por ser f analítica en z0 ,
existe r>0 tal que f admite desarrollo
∞
X f (j) (z0 )
f (z) = f (z0 ) + (z − z0 )j
j=1
j!
∞
X f (j) (z0 )
f (z) − f (z0 ) = (z − z0 )j
j=2
j!
Si fuese f (j) (z0 ) = 0 para todo j ≥ 2, sería f constante en B, y entonces no sería conforme en
z0 ,
por lo que la implicación ya estaría establecida. En caso contrario, sea m≥2 minimal tal
(m)
que f (z0 ) 6= 0. Entonces, para todo z ∈ B , tenemos que
∞ ∞
X f (j) (z0 ) j
X f (j+m) (z0 )
f (z) − f (z0 ) = (z − z0 ) = (z − z0 )j+m
j=m
j! j=0
(j + m)!
∞
f (m) (z0 ) X f (j+m) (z0 ) m!
= (z − z0 )m (z − z0 )j
m! j=0
f (m) (z0 ) (j + m)!
Por teorema 5.42, h(z) es analítica en z0 , por lo que es continua en z0 , y h(z0 ) = 1. De allí que,
para cualquier z ∈ B , es
arg (f (z) − f (z0 )) = arg(z − z0 )m + arg f (m) (z0 ) + arg h(z) − arg m!
= m arg(z − z0 ) + arg f (m) (z0 ) + arg h(z)
Sea C1 una porción de curva suave contenida en B que pase por z0 , y C10 su imagen por f .
Llamemos θ1 al ángulo orientado del vector tangente a C1 en z0 , y φ1 al del vector tangente a
C10 en f (z0 ). Tendremos que
θ1 = lı́m arg(z − z0 ) φ1 = lı́m arg (f (z) − f (z0 ))
z → z0 z → z0
z ∈ C1 z ∈ C10
f (z) = z + b b∈C
Cualquier complejo z, bajo la acción de una traslación, se traslada según el vector constante
b (recordar la interpretación geométrica de la suma de complejos). Resulta entonces que la
imagen de cualquier subconjunto de C es una copia de ese subconjunto, desplazada según la
dirección, sentido y módulo de b. En particular, una recta se transforma en una recta, y un
círculo en un círculo de igual diámetro.
138 7. TRANSFORMACIONES EN EL PLANO COMPLEJO
f (z) = az a ∈ C − {0}
Hemos excluido el caso a=0 pues de lo contrario la función sería trivial.
¾Por qué se puede llamar rotación? Por lo que hemos visto acerca de la multiplicación
de números complejos: el producto tiene argumento igual a la suma de los argumentos de los
factores. Como a es una constante, cada z del plano, al aplicársele la función, rota un ángulo
igual al argumento de a alrededor del origen. Por otro lado, el módulo del producto es el
producto de los módulos; luego, el complejo resultante, az , tendrá módulo |az| = |a| |z|. Por
ésto, az estará más cerca del origen que z si |a| < 1, más lejos si |a| > 1, y a igual distancia
del origen si |a| = 1. De allí la otra parte del nombre, cambio de escala. El cambio de escala
se llama expansión o dilatación cuando |a| > 1 y contracción cuando |a| < 1. Si |a| = 1, la
transformación es isométrica.
De acuerdo a lo dicho, es claro que una recta se transforma en otra recta y un círculo en
otro círculo (posiblemente de distinto diámetro). Corroboraremos ésto analíticamente, usando
la ecuación (1) que representa rectas o circunferencias:
Azz + Bz + Bz + C = 0 la ecuación de una recta o un
Sea círculo (A, C ∈ R, B ∈ C).
Hagamos w = az , por lo que z = w/a y z = w/a. Reemplazando en la ecuación de la recta o
el círculo, queda
ww w w
+B +B +C = 0
A
aa a a
0 0 0
A ww + B w + B w + C = 0
0 A 0 B
donde A = 2 ∈ R, C ∈ R y B = ∈ C. Es decir, llegamos a la ecuación de una recta o una
|a| a
circunferencia en el plano w . Más aún, si partimos de una recta (A = 0) en el plano z , llegamos
0
a otra recta (A = 0) en el plano w , y si partimos de una circunferencia (A 6= 0) llegamos a
0
otra circunferencia (A 6= 0).
f (z) = az + b a, b ∈ C, a 6= 0
Como puede verse, una transformación lineal es la composición de una rotación y cambio
de escala con una traslación. De este modo, es fácil analizar el transformado de una gura
cualquiera a través de una función lineal: primero hay que rotarla alrededor del origen un
ángulo igual al argumento de a, luego cambiarle la escala (de acuerdo a |a|), y nalmente
trasladarla según el vector b. La gura 5 muestra, al centro, un conjunto de origen que, por
distintas transformaciones lineales, genera los otros cuatro dibujos.
10
x
2 4 6 8 10
Ya conociendo cómo trabajan las rotaciones con cambio de escala y las traslaciones, de-
ducimos que las transformaciones lineales, como composición de ambas, transforman rectas en
rectas y circunferencias en circunferencias.
1
w = f (z) =
z
Observamos que ésta es una función uno a uno entre los puntos no nulos del plano complejo.
Dado un punto z 6= 0, ¾dónde se encuentra el transformado? Usando expresión exponencial,
observamos rápidamente que, haciendo w = 1/z , tenemos que
1
|w| = arg w = − arg z
|z|
por lo que concluimos que (ver gura 6):
1 1
El punto w= se encuentra en la dirección del conjugado de z, a la distancia del origen.
z |z|
Imz
z
1
Rez
1
-1
z
Figura 6.
Cww + Bw + Bw + A = 0
Esta expresión nos permite visualizar de modo directo que la inversión transforma una recta o
circunferencia en otra recta o circunferencia no necesariamente preservándose el tipo de gura.
Más especícamente:
140 7. TRANSFORMACIONES EN EL PLANO COMPLEJO
FIGURA SE TRANSFORMA EN
Recta que pasa por el origen (A
= 0 = C) Recta que pasa por el origen
Recta que no pasa por el origen (A = 0, C 6= 0) Circunferencia que pasa por el origen
Circunferencia que pasa por el origen (A 6= 0, C = 0) Recta que no pasa por el origen
Circunferencia que no pasa por el origen (A 6= 0 6= C ) Circunferencia que no pasa por el origen
4.4.1. Circunferencia de inversión. Siz = reiθ , para hallar los puntos jos en la inversión
1
planteamos la ecuación f (z) = z , es decir,
z
= z , que nos conduce a z 2 = 1, es decir, z = ±1.
O sea que los puntos jos de la inversión son 1 y −1.
¾Qué pasa con los puntos que están sobre la circunferencia unitaria con centro en el origen?
f eiθ = e1iθ = e−iθ . Obtenemos otro complejo sobre la circunferencia; precisamente, obte-
nemos su conjugado.
De todo lo anterior, podemos concluir que:
Por esta razón, la circunferencia unitaria centrada en el origen se llama circunferencia de in-
versión.
Nótese que:
ImHzL
10
ImHwL
8 ReHwL
0.05 0.1 0.15 0.2
-0.025
-0.05
6
-0.075
-0.1
4 -0.125
-0.15
2 -0.175
ReHzL
2 4 6 8
1
,
si z 6= 0 ∧ z 6= ∞
w = f∞ (z) = z
∞, si z=0
0, z=∞
si
ImHwL
0.4
ImHzL
0.3
2
ReHzL 0.2
2 4 6 8
-2 0.1
-4 ReHwL
0.050.10.150.20.250.3
-6 -0.1
-0.2
a z + ab a z + ab
az + b a
f (z) = = d
= b
=
cz + d c z+ c c z+a c
con lo cual la función sería una constante. Para evitar este caso trivial, establecemos el requisito
de que ad − bc 6= 0.
Suponiendo que c 6= 0, podemos extender estas transformaciones a C∞ del siguiente modo:
az + b d
, si z 6= − ∧ z 6= ∞
cz + d c
w = f∞ (z) = d
∞, si z=−
c
a,
si z=∞
c
4.5.1. Propiedades.
a0 az+b
+ b0
cz+d a0 az + a0 b + b0 cz + b0 d
(f2 ◦ f1 ) (z) = f2 (f1 (z)) = =
c0 az+b
cz+d
+ d0 c0 az + c0 b + d0 cz + d0 d
(a0 a + b0 c) z + a b + b d 0 0
=
(c0 a + d0 c) z + c0 b + d0 d
Debe cumplirse que (a0 a + b0 c) (c0 b + d0 d) − (a0 b + b0 d) (c0 a + d0 c) 6= 0. Veamos que así es:
(a a + b c) (c b + d d) − (a b + b d) (c a + d c) = a ad d + b cc b − a0 bd0 c − b0 dc0 a
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
= ad (a0 d0 − b0 c0 ) − bc (a0 d0 − b0 c0 )
= (ad − bc) (a0 d0 − b0 c0 ) 6= 0,
por ser ad − bc 6= 0 y a0 d0 − b0 c0 6= 0
142 7. TRANSFORMACIONES EN EL PLANO COMPLEJO
En efecto, si c 6= 0,
a z + dc − dc + b a z + dc − ad
az + b +b a bc − ad 1
f (z) = = d
= d
c = +
z + dc
cz + d c z+ c c z+ c c c2
Esta expresión es la secuencia de las siguientes funciones:
d
f1 (z) = z + Traslación
c
1
f2 (z) = Inversión
z
bc − ad
f3 (z) = z Rotación y Cambio de Escala
c2
a
f4 (z) = z + Traslación
c
Por lo tanto, una transformación de Möbius transforma una recta o circunferencia en una recta
o circunferencia, ya que es composición de transformaciones que operan de esa manera.
EJERCICIOS
1. Considerar las transformaciones f1 (z) = 2z − 1 y f2 (z) = z 2 .
a ) Para cada una de ellas, obtener el transformado de:
1) la recta y = 0, la recta x = 0, la recta y = x y la recta y = −x.
2) la recta y = ax con a ∈ R − {0, 1, −1}.
b ) Sean r1 la recta y = 2x y r2 la recta y = 3x.
1) Calcular el ángulo α que forman r1 y r2 en su punto de intersección.
2) Calcular el ángulo que forman los transformados por f1 de r1 y r2 , en su punto
de intersección. Compararlo con α.
3) Calcular el ángulo que forman los transformados por f2 de r1 y r2 , en su punto
de intersección. Compararlo con α.
2. Escribir una ecuación de la forma Azz +Bz +Bz +C = 0 para cada una de las siguientes
guras:
a ) Recta que pasa por 1−i
2 − i.y
b ) Recta horizontal que pasa por 2i.
c ) Recta vertical que pasa por 1 − 3i.
d ) Círculo que pasa por el origen, con centro −2 + i.
e ) Círculo tal que uno de sus diámetros es el segmento que va de −1 − i a 2 + 3i.
3. Decidir cuáles de las siguientes expresiones representan una recta o una circunferencia,
y, en ese caso, gracar el correspondiente conjunto de puntos.
a) izz + (3 − i)z + (3 + i)z + 4i = 0
b) izz + (3 − i)z + (−3 − i)z + 4i = 0
c ) (3 − i)z + (−3 − i)z + 4i = 0
d ) (3 − i)z + (−3 − i)z + 4 = 0
4. Sea R = {z ∈ C : 0 ≤ Re z ≤ 2 ∧ 0 ≤ Im z ≤ 1}. Determinar el transformado de R bajo
√ iπ √ π
las funciones f1 (z) = z + (1 − 2i), f2 (z) = 2e 4 z y f3 = 2ei 4 z + (1 − 2i).
5. Dado un triángulo T con vértices z1 , z2 , z3 , y f (z) = az + b, encontrar el área de f (T )
en función del área de T . (Sugerencia: el área de un rectángulo se puede obtener como
la norma del producto vectorial de sus vectores lado.)
6. Encontrar el transformado del rectángulo de vértices (2, 1), (3, 1), (2, 4) y (3, 4) bajo la
z
transformación w = e .
EJERCICIOS 143
z2 + 1 1
iz + (1 − i) sen
z−i z
11. Encontrar todas las transformaciones lineales que tengan a i como punto jo.
12. Mostrar que por medio de la transformación w = 1/z , el círculo C dado por |z − 3| = 5
se transforma en el círculo |w + 3/16| = 5/16. ¾En que región se transforma el interior
del círculo?
13. Determinar la ecuación de la curva en el plano w en la cual la línea recta x+y =1 se
transforma por:
2
(a) w = z (b) w = 1/z
14. En la gura 9, al dibujo de la izquierda se le aplicó una inversión 1/z . Identicar, en la
gura de la derecha, la imagen de cada trazo que compone la gura de la izquierda.
Im
Im
10 Re
0.05 0.1 0.15 0.2
-0.025
8
-0.05
6 -0.075
4
-0.1
-0.125
2
-0.15
2 4 6 8
Re -0.175
Figura 9.
Im
Im
0.4
2
0.3
Re
2 4 6 8 0.2
-2 0.1
0.05
0.1
0.15
0.2 0.3 Re
0.25
-4
-0.1
-6 -0.2
Figura 10.
144 7. TRANSFORMACIONES EN EL PLANO COMPLEJO
2z − 5
15. Hallar los punto jos de la transformación bilineal w= .
z+4
16. a) Considerar la transformación bilineal f (z) = (az + b)/(cz + d) con ad 6= bc. Sean z1 ,
z2 , z3 y z4 números complejos dos a dos distintos, y sea wi = f (zi ) para 1 ≤ i ≤ 4.
Mostrar que
En este último capítulo, se presentará una fascinante aplicación de las funciones de variable
compleja: los fractales. Veremos distintos mecanismos para generarlos, y trataremos de mostrar
algunas de las cuestiones matemáticas que los sustentan. Nos basaremos, para ello, en varias
de las propiedades ya aprendidas para el sistema de los números complejos.
1. Conjuntos de Julia
Veremos ahora cómo generar conjuntos con imágenes vistosas, en base a ideas realmente
muy sencillas.
Definición 8.1. Dados un número complejo z0 y una función de variable compleja f :C→
C, se dene la órbita de z0 bajo f a la sucesión de números complejos {zk }k∈N cuyo primer
elemento es z0 y, para k > 0, el k -ésimo término es zk = f (zk−1 ).
k -ésimo término de la órbita corresponde
Como puede constatarse a partir de la denición, el
a la composición de f consigo misma k z0 . Denotaremos f [k] a la función que
veces, aplicada a
[0]
resulta de componer f consigo misma k veces (convenimos que f es la función identidad),
[k]
de modo que el k -ésimo término de la órbita de z0 es f (z0 ), y la órbita completa de z0 es la
[k]
sucesión f (z0 ) .
k∈N
El proceso que conduce a la obtención de la órbita de z0 se denomina iterativo, pues consiste
en aplicar reiterativamente la función f a lo que salió en la etapa anterior. El hecho de aplicar
f en cada paso se llama una iteración.
Si imaginamos a f como una acción que mueve partículas en el plano (de modo que una
partícula en posición correspondiente al complejo z , luego de aplicada la acción, queda en f (z))
que se aplica a intervalos regulares de tiempo, y a k como indicador de tiempo, podríamos
[k]
interpretar a f (z0 ) como la posición, al instante k , de una partícula que inicialmente se
encontraba en z0 . Se tiene así un proceso dinámico. Interesa entonces saber cuál es el destino
nal de esa partícula, o, en otras palabras, qué ocurre con la órbita de z0 .
punto nalmente periódico para f si existen n ≥ 0, m ≥ 1 tales que f [n+m] (z0 ) = f [n] (z0 )
(tal m se denomina un período nal de z0 ). Se dice que la órbita de z0 bajo f no escapa si
[n]
existe R > 0 tal que ∀n ∈ N, f (z0 ) < R; en caso contrario, se dice que la órbita de z0 bajo
f escapa.
145
146 8. DINÁMICA EN EL PLANO COMPLEJO: FRACTALES
{z0 , z0 , z0 , . . .} ,
la de uno nalmente jo es de tipo
{z0 , z1 , . . . , zn , zn , zn , . . .} ,
la de uno periódico de período m tiene forma
1.2. Conjuntos de Julia. El hecho de que una órbita escape o no, depende de la función
f y del z0 inicial. En nuestro ejemplo 8.3, tuvimos la posibilidad de realizar una deducción
analítica, pero no siempre es el caso, y para que el lector lo compruebe en carne propia, lo
2
invitamos a determinar cuáles son los z0 cuyas órbitas no escapan bajo la función f (z) = z − 1.
Una cuestión que debe haber dejado intrigado al lector es la determinación de lo que signica
unos cuantos, tanto en número de iteraciones como en posibles valores de z0 . Nuevamente, esto
depende de f . En la siguiente sección, abordaremos estas cuestiones para un caso especial, pero
de gran riqueza.
Demostración. Sea c ∈ C tal que |c| > 2. Quiere decir que |c| = 2 + δ para algún δ > 0.
[n] [1]
Veamos, por inducción en n ≥ 1, que f (0) ≥ 2 + nδ . Para n = 1, f (0) = |f (0)| =
2
|0
[n]+ c| = |c| = 2 + δ , vericándose la base del proceso inductivo. Ahora supongamos que
f (0) ≥ 2 + nδ , y comprobemos la aseveración para n + 1. Tenemos que
[n+1] 2 2 2
f (0) = f f [n] (0) = f [n] (0) + c ≥ f [n] (0) − |c| = f [n] (0) − |c|
completando la inducción.
Dado que para todo n ≥ 1 es f [n] (0) ≥ 2 + nδ , y que 2 + nδ tiende a ∞ con n, se tiene
que la órbita de 0 bajo fc escapa.
Por razones que veremos más adelante, nos interesará restringirnos a valores de c tales que
la órbita de 0 bajo fc no escapa, por lo cual, en vistas del teorema 8.6, en la consideración de la
familia cuadrática, nos vamos a restringir a valores complejos de c que tengan módulo menor o
igual que 2.
Teorema 8.7. Sea c un complejo tal que |c| ≤ 2. Entonces, la órbita de cualquier complejo
de módulo mayor que 2 bajo fc escapa.
Demostración. Sea z0 ∈ C tal que |z0 | > 2 . Quiere decir que |z0 | = 1+δ para algún δ > 1.
[n] n [1] 2
Veamos, por inducción en n ≥ 1, que f (z0 ) ≥ 1 + δ . Para n = 1, f (z0 ) = |z0 + c| ≥
2 2 2
|z0 | − |c| ≥ (1 + δ) − 2 = 1 + 2δ + δ − 2 = 2δ + (δ − 1)(δ + 1) ≥ 2δ ≥ 1 + δ , vericándose
[n]
la base del proceso inductivo. Ahora supongamos que f (z0 ) ≥ 1 + δ n , y comprobemos la
aseveración para n + 1. Tenemos que
[n+1] 2 2 2
f (z0 ) = f f [n] (z0 ) = f [n] (z0 ) + c ≥ f [n] (z0 ) − |c| = f [n] (z0 ) − |c|
≥ (1 + δ n )2 − |c| ≥ 1 + 2δ n + δ 2n − 2 = 1 + 2 (δ n − 1) + δ 2n ≥ 1 + δ n+1
1.3.1. El método directo. Los resultados anteriores nos proporcionan un criterio para aco-
tar la búsqueda de los z0 cuya órbita no escapa, en el caso en que la función sea un miembro
de la familia cuadrática cuyo parámetro tenga módulo menor o igual que 2: considerar sólo
los z0 en el disco de radio 2 con centro en el origen. Igual siguen siendo innitos, pero hemos
progresado bastante, pues también podemos ver que si algún punto de la órbita de z0 cae fuera
de ese disco, la órbita de z0 escapa con seguridad (recordar la observación 8.4).
En relación a la innitud de los posibles z0 en el disco, podríamos considerar sólo los z0 que
se encuentren en los vértices de una malla de paso pequeño, digamos ε. Es decir, calcular las
órbitas de todos los complejos de la forma (kε, jε), con k y j enteros satisfaciendo
2 2 2 2
− ≤k≤ − ≤j≤
ε ε ε ε
(si bien algunos de ellos corresponden a complejos de módulo mayor que 2, se simplica la tarea
computacionalmente.)
Con esta discretización, hemos soslayado el problema del innito espacial, pues sólo cal-
cularemos la órbita de una cantidad nita de puntos, a cambio de que obtendremos sólo un
esbozo del verdadero conjunto de Julia relleno. El esbozo será tanto más parecido al conjunto
verdadero cuanto más pequeño sea el valor de ε.
¾Y cómo soslayar el problema del innito temporal? Podemos jar un N , y calcular los
primeros N términos de la órbita de cada z0 ; si en el cálculo aparece un término de módulo mayor
que 2, ya sabemos que la órbita de z0 escapa; si ninguno de esos términos tiene módulo mayor que
2, pronunciamos por decreto que no escapa (aún cuando tal vez, en alguna iteración posterior,
efectivamente pudiera aparecer un término de módulo mayor que 2). De nuevo, obtenemos un
esbozo del verdadero conjunto, tanto más parecido cuanto mayor sea N.
A pesar de las dos aproximaciones (la discretización del plano y la obtención de los N pri-
meros términos de cada órbita), los conjuntos que se obtienen suelen ser bastante aproximados
a los verdaderos conjuntos.
En resumen, podemos proceder de la siguiente manera, para tener una gráca aproximada
del conjunto de Julia relleno asociado a un miembro de la familia cuadrática cuyo parámetro c
sea de módulo a lo sumo 2:
Conforme varía c, cambia JfRc , obteniéndose generalmente conjuntos fractales, que tienen la par-
ticularidad de que, al examinar porciones muy pequeñas de los mismos, se encuentran réplicas
en menor escala de porciones más grandes del dibujo. Esta propiedad se denomina autosimilari-
dad bajo magnicación. En la gura 1, mostramos algunos conjuntos de Julia rellenos asociados
a miembros de la familia cuadrática, indicando en cada caso el valor de c.
1.3.2. El método de la órbita hacia atrás. Existe un ingenioso método, que enunciarmos
ahora, para dibujar rápidamente un Conjunto de Julia (no relleno) Jfc asociado a un miembro
de la familia cuadrática. Comencemos exponiendo un caso particular.
Ejemplo 8.8. Consideremos f (z) = z 2 , para la cual ya sabemos que Jf = {z ∈ C : |z| = 1}.
Sea z0 cualquier complejo no nulo, y consideremos las dos raíces cuadradas de z0 .
Si |z0 | > 1, sus raíces cuadradas tienen módulo estrictamente entre 1 y |z0 |.
Si |z0 | < 1, sus raíces cuadradas tienen módulo estrictamente entre |z0 | y 1.
Si |z0 | = 1, es decir, si z0 ∈ Jf , sus raíces cuadradas también están en Jf .
1. CONJUNTOS DE JULIA 149
c=0 c = −1
Figura 1.
Por lo tanto, en cualquier caso, cualquiera de las raíces cuadradas de z0 está más próxima a
Jf que lo que estaba z0 (o en Jf si z0 lo estaba). Repitiendo este razonamiento con las raíces
cuadradas de z0 , y continuando de manera análoga, obtenemos una sucesión de complejos cada
vez más próximos a Jf (o directamente en Jf ). Si |z0 | =
6 1, el acercamiento de los puntos a
Jf ocurre con extremada velocidad, si tomamos cualquier z0 no nulo de módulo a lo sumo 2.
Resulta que si dibujamos todos estos complejos (obviando los obtenidos en los, digamos, 50
primeros pasos), obtenemos una excelente aproximación de Jf .
Nótese que estamos obteniendo una especie de órbita de
√ z0 , pero bajo la función multiforme
2
g(z) = z, que es, en algún sentido, inversa de la función cuadrática f (z) = z . Tal órbita
se llama la órbita hacia atrás de z0 , y tiene la particularidad de que dibujando sus puntos
(obviando los primeros) se obtiene la mencionada aproximación de Jf .
Con herramientas avanzadas, puede demostrarse que el procedimiento explicado más arriba
puede abreviarse considerando en cada paso sólo una de las dos raíces cuadradas obtenidas,
elegida al azar (teniendo cada raíz probabilidad 50 % de ser elegida), manteniéndose el hecho
de que, al dibujar los puntos obtenidos (obviando los primeros), se obtiene una aproximación
de Jf .
c=0 c = −1
Figura 2.
2. El conjunto de Mandelbrot
Del análisis visual de los conjuntos de Julia correspondientes a la familia cuadrática, se
desprende que los mismos caen en una de las siguientes dos categorías:
Los conjuntos que caen en esta última categoría se denominan polvo fractal.
No es trivial la demostración de que, efectivamente, desde el punto de vista de la conexidad,
no hay otras posibilidades para los conjuntos de Julia asociados a la familia cuadrática. Es
sorprendente el hecho de que la órbita del 0 permite discernir a qué categoría pertenece el
respectivo conjunto Julia: J es un polvo fractal si, y sólo si, la órbita de 0 bajo la función
z 2 +c
z 2 + c escapa. Este hecho, cuya demostración está fuera del alcance de estas notas, motiva la
siguiente denición.
Figura 3.
1. Escoger una cantidad n de transformaciones contractivas del plano complejo (por ejem-
plo, transformaciones lineales de la forma az + b con |a| < 1), digamos w1 , w2 , . . . , wn . El
conjunto cuyos elementos son estas transformaciones se llama un sistema de funciones
iteradas, abreviado SFI.
2. Elegir cualquier conjunto compacto (es decir, cerrado y acotado) no vacío de números
complejos, digamos B ⊂ C. Tal B recibe el nombre de conjunto inicial, y podría ser,
por ejemplo, B = {0}.
3. A partir del SFI y del conjunto inicial, generar una sucesión B0 , B1 , B2 , . . . de subcon-
juntos del plano del siguiente modo:
B0 = B
Bk = w1 (Bk−1 ) ∪ w2 (Bk−1 ) ∪ · · · wn (Bk−1 ) (para k > 0)
Resulta que conforme k se hace cada vez más grande, Bk se hace tanto más parecido a un
determinado conjunto que tiene, en general, la característica fractal de la autosimilaridad. Ese
conjunto límite se denomina atractor del sistema de funciones iteradas, y tiene la sorprendente
característica de que no depende del conjunto inicial del cual arranca el proceso iterativo.
Por ejemplo, para un SFI de tres transformaciones dadas por
z z+1 z+i
w1 (z) = 2
w2 (z) = 2
w3 (z) = 2
y conjunto inicial B0 = {i}, algunos elementos de la sucesión {Bk }k∈N se muestran en la gura
siguiente.
152 8. DINÁMICA EN EL PLANO COMPLEJO: FRACTALES
B0 B4 B6 B8
Definición 8.10. Sea {xn }n∈N una sucesión en el espacio métrico (X, d).
1. Se dice que {xn }n∈N es una sucesión de Cauchy en X si
Definición 8.11. Un espacio métrico (X, d) se dice completo si toda sucesión de Cauchy
en X es una sucesión convergente en X.
Nos interesan las funciones que actúan en un espacio métrico, interpretándose que las mismas
mueven los elementos del espacio. De tales funciones, las que acercan entre sí los puntos del
espacio constituyen una clase importante para la teoría de los SFI.
Definición 8.12. Sea (X, d) un espacio métrico, y f una función de X en X. Se dice que
f es una transformación contractiva en X (o una contracción en X ) si existe un número
real s ∈ [0, 1) tal que
∀x1 , x2 ∈ X, d (f (x1 ), f (x2 )) ≤ s · d(x1 , x2 )
Un tal s se llama un factor de contractividad para f .
3. SISTEMAS DE FUNCIONES ITERADAS 153
El siguiente resultado, conocido como el Teorema del Punto Fijo de las Transforma-
ciones Contractivas, es clave para la demostración de la existencia y unicidad del atractor
de los SFI, y de la independencia respecto del conjunto inicial.
Teorema 8.13. Sea f : X → X una contracción del espacio métrico completo (X, d).
Entonces, f posee un único punto joxf ∈ X , que además satisface que
H = {B ⊂ C : B es compacto y B 6= ∅}
Antes de denir una distancia para H, deduciremos propiedades adicionales de dc .
Proposición 8.22. ∀A, B ∈ H, dc (A, B) ∈ R+
0.
∀a ∈ A, b ∈ B, c ∈ C, |a − b| ≤ |a − c| + |c − b|
Luego,
∀a ∈ A, c ∈ C, dp (a, B) ≤ |a − c| + dp (c, B)
Ahora sea a ∈ A. Elijamos c∗ ∈ C tal que dp (a, C) = |a − c∗ | (proposición 8.15). Tenemos
que
Ahora ya estamos en condiciones de denir una distancia entre elementos de H que capture
adecuadamente cuán parecidas son dos guras de ese conjunto.
Con no poco trabajo y consideraciones más especícas de los espacios métricos, es factible
mostrar el siguiente resultado, que nosotros admitiremos sin demostración.
3.3. Atractores. Más arriba hemos visto que el proceso iterativo de un SFI consiste
en generar una sucesión de conjuntos aplicando reiteradamente la unión de transformados
w1 (Bk−1 ) ∪ · · · ∪ wn (Bk−1 ). Formalmente, estamos considerando la transformación
W : H→H
W (B) = w1 (B) ∪ · · · ∪ wn (B)
Para ver que efectivamente W (B) ∈ H toda vez que B ∈ H, empecemos recordando que
cada wj es una transformación contractiva en C.
Demostración. Puesto que B es compacto no vacío y que para cada j ∈ {1, . . . , n}, wj es
continua (lema 8.29), cada wj (B) es compacto no vacío (teorema 3.36), de donde w1 (B) ∪ · · · ∪
wn (B) es no vacío, y compacto pues es unión nita de conjuntos cerrados y acotados (teorema
2.10).
La transformación W denida más arriba no sólo está bien denida en H, sino que, más
aún, es contractiva.
Teorema 8.33. Sea {w1 , . . . , wn } un sistema de funciones iteradas. Existe un único conjun-
toA compacto no vacío, denominado el atractor del sistema, tal que para cualquier conjunto
B0 ∈ H, la sucesión {B0 , B1 , B2 , . . .} denida por Bk = w1 (Bk−1 ) ∪ · · · ∪ wn (Bk−1 ) para todo
k > 0, converge a A en el espacio métrico (H, h).
158 8. DINÁMICA EN EL PLANO COMPLEJO: FRACTALES
Demostración. Del teorema 8.32, sabemos que W es una contracción en el espacio métrico
completo(H, h). Entonces, por el Teorema del Punto Fijo de las Transformaciones Contractivas,
A ∈ H tal que W (A) = A, y lı́mk→∞ W [k] (B0 ) = A cualquiera sea B0 ∈ H.
existe un único
Por construcción, la sucesión {B0 , B1 , B2 , . . .} cumple que su k -ésimo término (k > 0)
[k]
es Bk = W (Bk−1 ), y de allí que Bk = W (B0 ). Luego, lı́mk→∞ Bk = A, cualquiera sea
B0 ∈ H.
Una consecuencia del resultado anterior es que el atractor A del SFI {w1 , . . . , wn } satisface
A = w1 (A) ∪ · · · ∪ wn (A)
de donde se ve que si las wj son similitudes, entonces el atractor puede verse compuesto de n
copias más pequeñas de sí mismo, es decir, goza de la propiedad de autosemejanza.
Bibliografía
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