Nutrición Mineral
Nutrición Mineral
Nutrición Mineral
NUTRICION MINERAL
El contenido mineral de las plantas está afectado por factores externos y su composición
porcentual en los cultivos varía considerablemente. Los datos de composición de las plantas
(figura 1) han sido a veces erróneamente empleados para formular los programas de
fertilización, siguiendo la idea de que las cantidades de elementos extraídos por los cultivos
deben ser las cantidades remplazadas por los fertilizantes. Esta aproximación ignora factores tan
importantes como las pérdidas por lavado, la fijación en el suelo en formas no asimilables de
ciertos elementos, eficiencia de varias plantas en la absorción de ciertos elementos, y otros
muchos.
Las plantas tienen una capacidad muy limitada para seleccionar los elementos minerales que le
son esenciales para su crecimiento y desarrollo y en muchas ocasiones introducen elementos
minerales que no le son necesarios y que en algunas ocasiones hasta le resultan tóxicos. Por
esta razón, la composición mineral de una planta no puede ser utilizada para establecer la
esencialidad de un elemento.
El término elemento esencial mineral (o nutriente mineral) fue propuesto por Arnon y Stout en
1939. Estos autores concluyeron que para que un elemento sea considerado como esencial
debe cumplir con lo siguiente:
Los elementos esenciales son: carbono, hidrógeno y oxígeno que provienen del aire y del agua
del suelo. Además de: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, azufre, magnesio, fierro, cobre, zinc,
manganeso, molibdeno y boro que son suministrados a la planta a partir de las reservas del
suelo o mediante la aplicación de abonos y fertilizantes.
Muchas especies han demostrado que les resulta benéfica la presencia de cloro, cobalto, silicio,
sodio, níquel, aluminio, iodo y posiblemente vanadio, pero estos no se consideran nutrientes
esenciales.
En una clasificación de los nutrientes un tanto arbitraria (figura 3), el nitrógeno, fósforo y potasio
considerados como macronutrientes, se les denomina nutrientes primarios, mientras que el
magnesio, calcio y azufre también macronutrientes, se les llama nutrientes secundarios.
Son considerados como macronutrientes porque se acumulan en la planta en cantidades
considerables. El fierro, cobre, zinc, manganeso, molibdeno y boro se encuentran en la planta
en cantidades mucho menores que los macronutrientes y se les conoce como micronutrientes u
oligoelementos. Esta difundida clasificación de los nutrientes según su abundancia en la planta
tiene una validez relativa ya que no son pocos los casos en los cuales algunos macronutrientes
pueden encontrarse en cantidades menores que ciertos micronutrientes.
Los nutrientes de la solución del suelo provienen de muchas fuentes, tales como disolución de
los materiales primarios, descomposición de la materia orgánica, aplicación de fertilizantes, etc,.
Una vez que está en solución, un nutriente puede sufrir muchas y variadas reacciones.
Los elementos químicos que actúan como nutrientes forman parte de biomoléculas estructurales
o reguladoras, o actúan como cofactores de enzimas o en la regulación de los potenciales
osmóticos. La acción de los micronutrientes se ejerce principalmente en la catálisis enzimática,
ya sea como cofactores o como componentes de enzimas.
La mayor parte de la absorción de agua se produce cerca de los meristemos apicales de las
raíces, en los pelos radicales, sin embargo, los nutrientes entran a la planta en una zona entre la
región meristemática y la zona de pelos radicales. Esta zona se caracteriza por una incipiente
diferenciación celular donde aún no está plenamente diferenciada la endodermis.
El transporte de nutrientes en la planta puede ser de dos maneras; transporte de nutrientes larga
distancia y transporte de nutrientes corta distancia.
Transporte larga distancia.- Este tipo de transporte se lleva a cabo a través del apoplasto, es
decir, a través del espacio libre aparente en la planta.
La pared celular, los espacios intercelulares y los vasos xilemáticos constituyen el apoplasto
(espacio libre aparente) y es en este conjunto de espacios que los nutrientes circulan en forma
pasiva y libre. La entrada o salida de los iones depende de un gradiente de difusión, es decir
que las sales se van moviendo según las diferencias de concentración que hay entre un punto y
otro.
El movimiento de solutos de bajo peso molecular como son: iones minerales, ácidos orgánicos y
aminoácidos, se lleva a cabo por difusión o por un flujo de masas y no es restringido por la
superficie externa de las raíces (células de la rizodermis). Los iones van ocupando los espacios
en las paredes celulares y los espacios intercelulares de las células de la corteza. Los iones van
avanzando al interior de la raíz siguiendo un gradiente de concentración, van siempre de un
punto de mayor concentración a otro de menor.
Transporte corta distancia.- Este tipo de transporte de nutrientes en la planta, ocurre a través de
la membrana celular y puede ser un transporte sin gasto energético, (transporte pasivo) o bien,
utilizando energía en forma de ATP (transporte activo).
Existen dos teorías que tratan de explicar la absorción de iones minerales con el uso de
transportadores; la teoría de la bomba de citocromos y otra en la que se utiliza energía
proveniente del ATP. La teoría de la bomba de citocromos explica la absorción activa de los
aniones, la cual es independiente de la absorción de los cationes. La bomba de citocromos es
una cadena de reacciones de oxido-reducción (pérdida y ganancia de electrones
respectivamente), que transporta el anión desde el exterior y lo deposita en el interior de la
célula.
La segunda teoría explica como los aniones y cationes son tomados por un fosfolípido, como la
lecitina, que por una enzima específica (la lecitinasa) se hidroliza eliminando los aniones y
cationes, que había tomado, hacia el interior de la célula. Posteriormente la lecitina hidrolizada
pasa a lecitina nuevamente, resintetizándose nuevamente con un gasto de energía proveniente
del ATP.
Para que exista una buena absorción de iones, la raíz debe respirar y para ello el suelo deberá
tener una excelente aireación. Todos los factores que favorecen la respiración de la planta
favorecen en última instancia la absorción de los iones minerales. La oxigenación del suelo
resulta importantísima en la nutrición y en la fertilización de la planta. Una buena práctica
cultural del suelo garantiza una buena aireación.
Los suelos con arcillas sódicas no tienen una buena estructura y por lo tanto el oxígeno existente
en ellos es pobre. Al agregar calcio a ese tipo de suelos se produce un mejoramiento de los
mismos pues los compuestos del suelo pueden agregarse y estructurarse de una manera que se
permite la formación de poros y microporos.
Algunos iones como el fósforo, el azufre y el nitrógeno pueden combinarse en la raíz con
substancias orgánicas ingresando directamente a los conductos floemáticos.
La bicapa lipídica de la membrana actúa como una barrera que separa dos medios acuosos, el
medio donde vive la célula y el medio interno celular. Las células requieren nutrientes del
exterior y deben eliminar sustancias de desecho procedentes del metabolismo y mantener su
medio interno estable. La membrana presenta una permeabilidad selectiva, ya que permite el
paso de pequeñas moléculas, siempre que sean lipófilas, pero regula el paso de moléculas no
lipófilas.
El paso a través de la membrana posee dos modalidades: Una pasiva, sin gasto de energía, y
otra activa , con consumo de energía.
Difusión simple a través de canales (2).Se realiza mediante las denominadas proteínas de canal.
Así entran iones como el Na+, K+, Ca2+, Cl-. Las proteínas de canal son proteínas con un orificio
o canal interno, cuya apertura está regulada, por ejemplo por ligando (cofactores), como
ocurre con neurotransmisores u hormonas, que se unen a una determinada región, el receptor
de la proteína de canal, que sufre una transformación estructural que induce la apertura del
canal.
Difusión facilitada (3). Permite el transporte de pequeñas moléculas polares, como los
aminoácidos, monosacáridos, etc, que al no poder, que al no poder atravesar la bicapa
lipídica, requieren que proteínas trasmembranosas faciliten su paso. Estas proteínass reciben el
nombre de proteínas transportadoras o permeasas que, al unirse a la molécula a transportar
sufren un cambio en su estructura que arrastra a dicha molécula hacia el interior de la célula.
El transporte activo (4). En este proceso también actúan proteínas de membrana, pero éstas
requieren energía, en forma de ATP, para transportar las moléculas al otro lado de la membrana.
Se produce cuando el transporte se realiza en contra del gradiente electroquímico. Son
ejemplos de transporte activo la bomba de Na/K, y la bomba de Ca.
La bomba de Na+/K+ Requiere una proteína transmembranosa que bombea Na+ hacia el
exterior de la membrana y K+ hacia el interior. Esta proteína actúa contra el gradiente gracias a
su actividad como ATP-asa, ya que rompe el ATP para obtener la energía necesaria para el
transporte.
Por este mecanismo, se bombea 3 Na+ hacia el exterior y 2 K+
hacia el interior, con la hidrólisis acoplada de ATP. El transporte
activo de Na+ y K+ tiene una gran importancia fisiológica. De
hecho todas las células animales gastan más del 30% del ATP
que producen ( y las células nerviosas más del 70%) para
bombear estos iones.
NITRÓGENO
Tal vez la función más reconocida del nitrógeno en la planta es su presencia obligada en los
aminoácidos y por ende en la estructura de las moléculas de proteínas en donde se le
encuentra en una cantidad que va del 16 al 18%. El nitrógeno también es encontrado en
moléculas orgánicas muy importantes como las purinas, pirimidinas, porfirinas y en las
coenzimas. Las purinas y pirimidinas son encontradas en los ácidos nucleicos DNA y RNA,
esenciales para la síntesis de proteínas.
Generalmente el nitrógeno es absorbido por las plantas como iones nitrato (NO3-) o como iones
amonio (NH4-), aunque el nitrato es rápidamente reducido, probablemente a amonio por medio
de una enzima que contiene molibdeno.
La mayor parte del amonio tiene que ser incorporado a compuestos orgánicos en la raíz,
mientras que el nitrato tiene una buena movilidad a través del xilema y puede ser almacenado
en las vacuolas de células de la raíz, tallos y en órganos de almacenamiento. La acumulación
de nitratos en las vacuolas es de considerable importancia para el balance cationes-aniones y
para el proceso de osmorregulación.
En algunos cultivos comerciales se aplica una solución de urea a las hojas de las plantas como
una manera de suministrar un suplemento de nitrógeno a las plantas. La urea no es absorbida
por las raíces de las plantas en grandes cantidades, ya que se hidroliza y se transforma en
nitrógeno amoniacal en la mayoría de los suelos. Los iones amonio y parte de los carbohidratos
sintetizados en las hojas son convertidos a aminoácidos en las mismas hojas verdes; por esta
razón tan pronto como el nitrógeno asciende, las proteínas producidas en exceso permiten a las
hojas de la planta alcanzar un mayor tamaño y con ello una mayor superficie para el proceso
fotosintético.
Las proteínas en las células vegetales tienen pueden ser funcionales o estructurales, siendo las
primeras las que se encuentran en una mayor proporción. Las proteínas funcionales no son
formas estables, por lo que constantemente estan rompiéndose y reformándose.
La enzima nitrito reductasa tiene un bajo peso molecular y en las hojas se encuentra asociada a
los cloroplastos y en las células de la raíz se asocia con proplastidios. En las hojas verdes el
donador de electrones (NADH o NADPH) reduce a la ferredoxina, la cual es generada en la luz
por el fotosistema I y en la obscuridad vía respiración.
Síntomas de deficiencia de
nitrógeno
Las plantas con deficiencias de nitrógeno generalmente presentan un desarrollo raquítico que
produce plantas anormalmente pequeñas, con tallos y ramas delgadas, hojas pequeñas. La
floración se adelanta significativamente siendo esta muy escasa y con un gran porcentaje de
flores abortadas. Cuando los amarran, su desarrollo se ve muy limitado por lo que los frutos son
pequeños. Los síntomas anteriores son como respuesta de la planta a una reducida síntesis de
proteínas tanto estructurales como funcionales.
Quizás el primer síntoma que muestra una planta que le falta nitrógeno sea la aparición de una
clorosis (amarillamiento) de las hojas inferiores que cuando se secan adquieren un color pardo
claro como en la figura anterior en plantas de tabaco. En cereales las hojas empiezan a secarse
por los ápices y continúa a toda la hoja por la nervadura central.
Debido a la alta movilidad y a la alta solubilidad que tiene el nitrógeno, los síntomas aparecen
primero en las hojas viejas, sin embargo, si la deficiencia continúa, el aspecto colrótico avanza
hacia arriba de la planta y llega un momento en que toda la planta presenta los síntomas
descritos.
FOSFORO
El fósforo forma parte de muchos compuestos importantes en las plantas como son las
nucleoproteínas que están nvolucradas en la transferencia de la herencia genética en los
cromosomas. También forma parte de los fosfolípidos y un tipo de ellos, la lecitina, se cree que
esta presente en todas las células formando parte de las membranas celulares. Forma parte de
muchos aceptores-donadores de hidrógeno como el nucleótido de difosfopiridina (DPN) o el
nucleótido de trifosfopiridina (TPN) que estan involucrados en la transferencia de H+ que ocurre
en algunos pasos del ciclo de Krebs, la glicólisis y en el ciclo de la pentosa fosfato.
El fósforo forma parte también de los compuestos altamente energéticos adenosín difosfato
(ADP) y adenosín trifosfato (ATP). De hecho, en la mayoría de las reacciones celulares donde
ocurre una transferencia energética, estan involucrados estos dos compuestos y una
considerable proporción de la energía liberada por la respiración se almacena en las células
como enlaces fosfato ricos en energía. Los enlaces fosfato proporcionan la energía para la
síntesis de compuestos como sacarosa, almidón y proteínas.
La aparición de un color púrpura en la planta no solamente puede ser causado por una
deficiencia de fósforo, también en ocasiones puede ser causado por una deficiencia de
magnesio en algodón o de boro en clavel, aunque en el primer caso, el síntoma se presenta en
las hojas viejas y en el caso de la deficiencia de boro, el síntoma se acompaña del daño
característico a la yema terminal.
En cereales, se presenta un sistema radicular raquítico y aún mas raquíticos los tallos y las hojas;
estas adquieren un tono verde-grisáceo y un color rojizo en la base del tallo como en el maíz, el
ahijamiento se disminuye y también el número de tallos fructíferos.
POTASIO
El potasio difiere de los elementos anteriores en que no forma parte estructural de la planta, su
función más bien es activando enzimas que actúan en el metabolismo de la planta. Se han
detectado más de 50 enzimas que dependen o son estimuladas por este elemento. Es el catión
más abundante en el citoplasma y es el elemento que en mayor medida contribuye al
mantenimiento del potencial osmótico celular.
El potasio parece ser importante en la síntesis de los aminoácidos y proteínas a partir de los iones
amonio, ya que los tejidos que crecen en soluciones de alto contenido de amonio y bajo
potasio, pueden morir por la elevada concentración de iones amonio que acumulan en estas
condiciones.
Al parecer el potasio también está involucrado en la translocación de los fotosintatos desde las
hojas hacia otras partes de la planta en caña de azúcar.
Otra de las funciones que son atribuidas al potasio es la de mantener la turgencia celular
regulando el potencial hídrico de las células y también participar en el mecanismo de apertura
de los estomas durante la transpiración.
Síntomas de deficiencia de potasio.
La característica más generalizada entre las plantas de una deficiencia de potasio, es la
presencia de áreas de tejido muerto en el ápice y bordes de las hojas viejas. Las hojas maduras
primero muestran áreas cloróticas en los ápices y bordes que luego cambian a un color café
con una apariencia ligeramente quemada para finalmente transformarse en tejidos muertos. Las
quemaduras del ápice y márgenes también se presentan en monocotiledóneas, como el maíz,
donde el ápice y márgenes son afectados primero.
El síntoma de deficiencia de potasio es fácilmente distinguible del síntoma provocado por falta
de nitrógeno, en el cual el amarillamiento se inicia en la porción media de las hojas. La
deficiencia de potasio también se ha asociado con una acumulación significativa de molibdeno
en la hoja. Plantas con deficiencias de potasio acumulan hasta cuatro veces la concentración
de molibdeno encontrada en plantas normales.
CALCIO
En los ápices aéreos, la deficiencia de calcio afecta tanto la yema terminal, la cual termina por
morir, como las yemas axilares. Las hojas jóvenes cercanas al ápice se encorvan al principio y
mueren finalmente por el ápice y los bordes.
MAGNESIO
El magnesio es necesario en todas las plantas verdes, dado que es el componente central de la
molécula de clorofila. Cada molécula de clorofila contiene un átomo de magnesio el cual
significa el 2.7% del peso molecular de la clorofila. Del total de magnesio en la planta, menos
del 0.1% esta presente en la clorofila; la mayoría de este catión se encuentra unido con ácidos
orgánicos y con aniones inorgánicos.
El magnesio actúa como un elemento de unión para la agregación de las subunidades de los
ribosomas, proceso que es necesario para la síntesis de proteínas. Cuando el nivel de magnesio
es deficiente, las subunidades ribosomales se disocian y se detiene la síntesis de proteínas.
También es requerido por la RNA-polimerasa e incrementa la formación de RNA en el núcleo.
Aunque el SO2 atmosférico es tomado y utilizado por las partes aéreas de las plantas, la fuente
más importante de azufre son los sulfatos que entran a la planta a traves de la raíz. El anion
divalente (SO4=) es tomado por las raíces a velocidades relativamente bajas y para el
transporte a larga distancia es enviado principalmente al xilema.
El azufre es un constituyente de los aminoácidos cistina, cisteína y metionina. Estos aminoácidos
son precursores de otros compuestos que contienen azufre como son las coenzimas, y algunos
productos del metabolismo secundario. El azufre forma parte del ácido lipoico, la tiamina
pirofosfato y la biotina. Está presente también en los lípidos producidos por ciertas plantas como
el aceite de mostaza de las especies de Brassica.
A diferencia del nitrógeno, el azufre reducido puede ser oxidado otra vez en las plantas
superiores, este proceso es más evidente cuando ocurre la rápida degradación de las proteínas
durante la senescencia de las hojas. Durante esta oxidación, el azufre reducido de la cisteína es
convertido a sulfato, que es la forma más segura de almacenar el azufre en las plantas.
Las hemoproteínas mejor conocidas son los citocromos, las cuales contienen un complejo heme
fierro-porfirínico como un grupo prostético. Los citocromos son constituyentes de los sistemas
redox en los cloroplastos y en las mitocondrias; y como enzima citocromo-oxidasa, participa en
el paso terminal de la cadena respiratoria.
Otras enzimas heme son la catalasa y las peroxidasas. La catalasa facilita la dismutación del
peróxido de hidrógeno hacia agua y oxígeno de acuerdo a la ecuación:
H2O2 ® H2O + O2
El fierro también está contenido en otras enzimas como es la xantina oxidasa, que actúa en el
metabolismo de la purina; la aconitasa, que cataliza la isomerización del citrato al isocitrato en
el ciclo de Krebs. En la biosíntesis de la clorofila también está involucrado el fierro ya que
controla la síntesis del ácido d-aminolevulínico el cual es el precursor de la molécula de
clorofila. La incorporación de fierro o magnesio como el átomo central del tetrapirrol permite la
formación de coenzimas heme o de Mg-protoporfirina respectivamente.
Por ser el fierro un elemento pesado y poco soluble, los principales síntomas de deficiencia se
presentan en las hojas jóvenes y consisten en una clorosis de la hoja con las nervaduras
principales y secundarias de color verde. La deficiencia de fierro también está asociada con
una inhibición de la elongación celular, un incremento en el diámetro de la zona apical de la
raíz y una abundante formación de pelos radicales. A nivel ultramicroscópico, la deficiencia de
fierro se manifiesta en una inhibición del desarrollo del cloroplasto.
Manganeso
La función del manganeso más ampliamente estudiada en las plantas superiores es su papel en
la evolución del oxígeno fotosintético. En las reacciones del fotosistema II, la molécula de agua
es descompuesta por una deshidrogenasa que es activada por un ion manganeso. Como
producto de esta reacción, un O2 es liberado y los dos átomos de hidrógeno son enviados a la
plastoquinona para iniciar el transporte de electrones de fotosíntesis.
Al igual que el fierro y otros metales de grupo de los pesados, el manganeso tiene funciones de
activación de numerosas enzimas relacionadas con el metabolismo de los carbohidratos,
reacciones de fosforilación y ciclo del ácido tricarboxílico, y conjuntamente con otros metales
en la activaciónde enzimas tales como arginasa, cisteína de sulfhidrasa, desóxido de nucleasa,
fosfatasa y glutamil transferasa. El manganeso es requerido solo en pequeñas cantidades y
cuando se aplica en grandes cantidades es fuertemente tóxico.
COBRE
El cobre es absorbido en forma de ion cúprico (Cu2+) y puede ser absorbido como una sal de
un complejo orgánico como el EDTA. El cobre divalente es rápidamente reducido a Cu+, el cual
es inestable. En este aspecto el cobre es similar al fierro. La mayoría de las funciones del cobre
en la planta estan basadas en su potencial para actuar en las reacciones redox.
El cobre está presente en tres diferentes formas en las proteínas: proteínas azules que no tienen
actividad oxidativa y cuya función es de transferencia de un electrón (plastocianina); proteínas
no-azules las cuales producen peroxidasas y oxidan monofenoles a difenoles; y proteínas
multicobre que contienen al menos cuatro átomos de cobre por molécula y las cuales actúan
como oxidasas (oxidasa del ácido ascórbico).
Más del 50% del cobre que se localiza en los cloroplastos está unido a la plastocianina,
compuesto que es un componente del transporte de electrones del fotosistema II. Está presente
en la citocromo oxidasa y estimula la formación de la vitamina A en las plantas.
La muerte gradual de los ápices de las plantas seguido por un crecimiento en roseta, ha sido
asociada con una deficiencia de cobre. En plantas de maíz deficientes en cobre, las hojas
muestran un color verde pálido a amarillo y el ápice de las hojas se torna necrótico y muere. En
un nivel bajo de deficiencia de cobre, las hojas jóvenes se secan en el margen cerca de la base
de la hoja.
ZINC
El zinc es absorbido como un catión divalente (Zn2+); en un pH alto, probablemente es
absorbido como un catión monovalente (ZnOH+). Una alta concentración de otros iones
divalentes como Ca2+ inhiben la absorción del zinc. El zinc actúa tanto como un componente
metal de enzimas, como un cofactor funcional, estructural o regulatorio de un gran número de
enzimas.
Como componente de enzimas, el zinc está contenido en al menos cuatro de ellas: alcohol
deshidrogenasa, superóxido Cu-Zn dismutasa, anhidrasa carbónica y la RNA-polimerasa. Como
cofactor funcional, el zinc activa enzimas como: aldolasas, deshidrogenasas, isomerasas,
transfosforilasas y RNA y DNA-polimerasas. También el zinc ha sido asociado con la síntesis de
proteínas en la planta ya que al presentarse una deficiencia de zinc, la síntesis de proteínas se
reduce y se presenta una gran acumulación de aminoácidos y amidas.
Quizás el papel más distintivo del zinc en la planta sea su intervención en el metabolismo de las
auxinas. El zinc es requerido para la síntesis del triptofano, el cual es el precursor del ácido
indolacético.
En maíz, aparece una banda amarillo clara en el centro de la hoja a través de la nervadura
central, además de la presencia de venas rojizo-purpúreas entre la vena central y el borde de la
hoja, principalmente en su mitad inferior.
En los cítricos y en tomate (figura anterior) se presenta una clorosis intervenal irregular; las hojas
terminales se achican y estrechan; la formación de yemas frutales se reduce en gran medida;
las ramas jóvenes se mueren. En durazno, las hojas jóvenes se arrugan y los bordes se ondulan
además de presentarse una clorosis intervenal.
BORO
El boro es absorbido en una o varias de sus formas iónicas, como B4O72-, H2BO3-, HBO32-, o
BO33-. Se requiere en pequeñísimas cantidades y algunas plantas son muy sensibles a este
elemento por lo que cantidades normales para algún cultivo, resultan tóxicas para otros.
Participa en el metabolismo de los carbohidratos y facilita el transporte de azúcares formando
un complejo permeable boro-azúcar aumentando la permeabilidad de la membrana celular.
Otra función atribuida a este elemento es la inhibición de la formación del almidón por medio
de una combinación con la parte activa de la fosforilasa, de esta manera, el boro tiene una
función protectora al prevenir la excesiva polimerización de los azúcares en las situaciones de
síntesis del azúcar. El boro es requerido tanto para la división como para la elongación celular y
participa en la biosíntesis de la lignina por lo que se considera también juega un papel
importante en la diferenciación del xilema.
MOLIBDENO
El molibdeno es absorbido por las raíces de las plantas como un ion divalente MoO42-. El
requerimiento de molibdeno es el más bajo que para cualquiera de los demás nutrientes. Las
funciones del molibdeno estan relacionadas con el cambio de valencias como un componente
de enzimas. En su estado oxidado existe como Mo (VI) y es reducido a Mo (V) y eventualmente
a Mo(IV).
Las enzimas que contienen molibdeno como un cofactor son: xantina oxidasa-deshidrogenasa,
aldehido oxidasa, sulfito oxidasa, nitrato reductasa y nitrogenasa. En la enzima nitrato reductasa
existen dos átomos de molibdeno y esta enzima cataliza la reducción de nitrato a nitrito por un
cambio reversible de valencias. También la molécula de la enzima nitrogenasa contiene dos
átomos de molibdeno por lo que el molibdeno está directamente involucrado en la reducción
del nitrógeno.
Existen elementos minerales que pueden estimular el crecimiento de las plantas pero que no
están comprendidos dentro de los criterios de esencialidad mencionados anteriormente.
Algunos de ellos resultan esenciales solamente para algunas especies o bajo ciertas
condiciones muy especiales. Estos elementos usualmente son definidos como elementos
benéficos y aplica a elementos como: sodio, cloro, silicio, cobalto, vanadio, etc.
SODIO
Aunque el sodio es un elemento no esencial, son muchas las plantas que lo utilizan e inclusive,
tienen un mejor desarrollo en presencia de sodio utilizable que en su ausencia. En casos como
este, el sodio al parecer cumple alguna de las funciones que normalmente realiza el potasio. Las
especies se pueden dividir en cuatro grupos de acuerdo a sus necesidades relativas de sodio en
comparación con las de potasio: a) plantas que necesitan sodio para su desarrollo óptimo, b)
plantas que se benefician si existe sodio utilizable, c) plantas que toleran la substitución en parte
de sodio por potasio y d) plantas que no utilizan el sodio aún cuando exista deficiencia de
potasio.
El mecanismo por medio del cual el sodio funciona como un micronutriente en especies C4
como Atriplex vesicaria, Amaranthus tricolor o Kochia childsii no esta muy claro ya que ni las
enzimas ni el mecanismo completo de la vía C4 se ven afectadas por el sodio.
CLORO
El cloro es absorbido como un anión monovalente (Cl-) y debido a que es aportado para la
planta desde muchas fuentes (lluvia, reservas del suelo, fertilizantes, y contaminación del aire),
es más común encontrar situaciones donde el cloro resulta tóxico, que encontrar deficiencias
del mismo.
Entre los cultivos que responden a la presencia de este elemento están: tabaco, tomate,
lechuga, chícharo, coles, zanahoria, remolacha azucarera, avena, maíz, papa y algodón.
SILICIO
El silicio es el segundo elemento más abundante en la corteza de la tierra. La forma en que se
encuentra diluido en el suelo es como ácido monosilícico, Si(OH)4.
Las plantas superiores difieren en forma característica en su capacidad para absorber el silicio,
dependiendo de su contenido de SiO2, ellas pueden ser divididas en tres grupos: gramíneas de
tierras húmedas, como son el arroz o las “colas de caballo” (Equisetum) con un 10-15%;
gramíneas de tierras secas, como la caña de azúcar y la mayoría de los cereales y unas pocas
dicotiledóneas, con un 1-3%; y la mayoría de las dicotiledóneas, especialmente las
leguminosas, con < 0.5%. En plantas superiores se ha establecido la esencialidad de este
elemento para las especies acumuladoras de sílice (especies silicófilas) como Equisetum
arvense y ciertas especies de pastos de tierras húmedas.
COBALTO
NIQUEL
El níquel es rápidamente absorbido por la mayoría de las especies cultivadas. Como un catión
divalente (Ni2+) compite con otros cationes, incluyendo Ca2+, Mg2+, Fe2+ y Zn2+, sin embargo,
altos niveles de níquel en el suelo y en las plantas pueden inducir deficiencias de zinc o fierro y
se manifiestan los síntomas característicos de clorosis. Existe evidencia que demuestra que el
níquel es el metal de que está compuesta la ureasa, la enzima que cataliza la reacción:
CO(NH2)2 + H2O ® 2NH3 + CO2
SELENIO
El selenio es absorbido por las plantas como selenato (SeO42-) o como selenita (SeO32-). El
selenato y el sulfato (SO42-) compiten por los mismos sitios de unión en la membrana celular de
las células de la raíz. La absorción y el transporte así como la asimilación del selenato sigue la
misma vía que el sulfato y en ocasiones se forman compuestos análogos de selenio de cisteína y
metionina llamados selenocisteína y selenometionina.
ALUMINIO
Muchas plantas cultivadas son sensibles a altas concentraciones de aluminio y la toxicidad del
aluminio en suelos ácidos es un serio problema que ha requerido investigación de
fitomejoramiento para lograr plantas con tolerancia a concentraciones altas de aluminio.
Existen reportes de investigación que muestran que a bajas concentraciones de este elemento
en el suelo o en las soluciones nutritivas puede estimular el crecimiento. Estas concentraciones
varían de 0.2 a 0.5 mg/litro en remolacha azucarera, maíz y algunas leguminosas tropicales. En
plantas de te, la cual es una de las especies cultivadas más tolerantes al aluminio, la
estimulación del crecimiento fue observada a concentraciones tan altas como 27 mg/litro.
También se ha reportado que el aluminio puede servir como un fungicida en ciertos casos de
enraizamiento de raíces. Los efectos del aluminio mecionados pueden ser la excepción, ya que
lo normal es que el aluminio cause efectos negativos en el crecimiento de las plantas que
crecen en suelos de bajo pH.
Existen factores internos y externos de la planta que afectan la absorción de los iones minerales.
Factores internos
El factor puramente genético de la especie determina la capacidad de absorción de los
distintos iones. Existen algunas especies de plantas que pueden absorber sales y acumularlas en
un grado mucho mayor que otras sin que se produzcan efectos tóxicos.
La etapa fenológica de la planta es otro factor interno que determina la absorción de iones. Las
plantas absorben la mayor cantidad de nutrientes durante la etapa vegetativa, ya que en el
momento de la floración se detiene relativamente la absorción pues la planta está gastando
grandes cantidades de energía en dicho proceso de desarrollo. El estado general de sanidad de
la planta también influye directamente. Se ha demostrado que una planta enferma posee
menos capacidad de absorción de nutrientes.
Factores externos
El PH del suelo
La cantidad o concentración de iones de hidrógeno que tiene la solución del suelo determina la
acidez o alcalinidad del mismo. Cuando la concentración de iones de hidrógeno que posea la
solución es alta se dice que es ácida, cuando la concentración de H+ es baja se dice que es
básica o alcalina.
Para medir esta característica de la solución del suelo se usó el pH, un suelo es neutro cuando el
pH es igual a 7, ácido cuando el pH es inferior a 7 y básico cuando es superior a dicho nivel. En
el suelo raramente se llega a un pH inferior a 4 (muy ácido) o al pH 10 (demasiado alcalino). Los
suelos agrícolas generalmente tienen un pH entre 6 y 7.5, rango en el que mejor se desarrolla las
plantas.
Para corregir la acidez total del suelo, es decir, para aumentar el pH de estos suelos ácidos se
procede el “encalado” que es la adición de cal al suelo para sustituir los iones hidrógeno por los
iones de calcio, tanto en la solución como en el complejo como un suelo arcilloso tiene, por las
características de sus coloides, una mayor capacidad de cambio, necesita que se le añada
más calcio que si fuera un suelo arenoso posee una capacidad de cambio menor.