Amparo Directo
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Amparo Directo
toca: 198/2008
CC. Magistrados del Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito.
C. Magistrado del Primer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito.
Por ser interna del Centro Femenil de Readaptación Social en Tepepan, Distrito
Federal, recibiré notificaciones en Juan de la Barrera 48, Condesa, Cuauhtémoc,
06140. Y, cumpliendo los requisitos del artículo 166 de la Ley de Amparo para la
demanda de amparo directo, digo:
1.Autoridades responsables:
1.1 Ordenadora:
1.2 Ejecutoras:
C. Jueza Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal;
2.Actos reclamados:
Del Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito reclamo la sentencia
pronunciada en segunda instancia, el pasado dos de marzo de dos mil nueve, en
el toca penal 198/2008, que modificó el fallo condenatorio dictado por la C. Juez
Quinto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal en la
causa 25/2006 instruida en mi contra, y que me condenó injustamente a sesenta
años de cárcel por delitos que nunca cometí.
El ocho de diciembre de dos mil cinco, aproximadamente a las diez horas con
treinta minutos (10:30 am), fui detenida arbitrariamente en la carretera federal
México-Cuernavaca por agentes de la policía federal de investigación,
incomunicada por espacio de veinte horas y luego traslada al rancho “Las
Chinitas” en la madrugada del nueve de diciembre.
Ese nueve de diciembre hacia a las seis horas con cuarenta y siete minutos (6.47
am), sin haber sido puesta a disposición del ministerio público, fui fotografiada y
filmada, contra mi voluntad, por los medios de comunicación en lo que se hizo
aparentar una liberación en directo de personas secuestradas en el rancho,
ubicado en Topilejo, Distrito Federal. La noticia y las imágenes que ahí se
exhibieron fueron ampliamente difundidas en los principales noticiarios de la
televisión, matutinos y en demás horarios.
Finalmente, ese día, a las diez horas con dieciséis minutos (10:16 am), fui puesta
a disposición del Ministerio Público adscrito a la Subprocuraduría Especializada de
Investigación en Delincuencia Organizada (SIEDO). En el acuerdo de puesta a
disposición, la autoridad ministerial omitió ordenar la notificación inmediata de mi
detención al Consulado General de Francia por mi condición de ciudadana
francesa.
Ese mismo día, a las quince horas con diez minutos (03:15 pm), sin haber sido
enterada del derecho a la información sobre asistencia consular, rendí mi
declaración ministerial.
El diez de diciembre de dos mil cinco a las doce horas con diez minutos (12:10
pm), la autoridad ministerial se comunicó vía telefónica a la representación
diplomática de Francia. A las quince horas con cuarenta y cinco minutos (03:45
pm), recibí la visita del Cónsul General de la República Francesa en México.
Ese mismo día, la autoridad judicial decretó mi arraigo por noventa días.
El dieciséis de diciembre de dos mil cinco, el periódico “La Crónica” publicó un
encabezado con el título: “La secuestradora francesa iba por 7 clientes VIP del
Fiesta Americana,” una nota sin vinculación con el expediente.
El tres de marzo de dos mil seis, se abrió la causa 25/2006 ante el Juzgado Quinto
de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal y el once de ese
mismo mes se dictó auto de prisión en mi contra.
El trece de mayo de dos mil nueve, la policía federal presentó a los medios de
comunicación un nuevo video en el que aparece una persona que dijo llamarse
David Orozco, ser secuestrador y haberme conocido como cómplice; el video es
ampliamente difundido.
Acumulo 1726 días de injusta cárcel. He sido condenada por efecto de un montaje
televisivo y de la manipulación de mala fe de testimonios que han mudado al
compás de las necesidades publicitarias de la acusación. La realidad de un
proceso paralelo de orden mediático y la manipulación que éste ha exigido, han
anulado el debido proceso y el principio de inocencia y me han privado de una
oportunidad efectiva de defensa.
SOY INOCENTE[1].
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
1. VIOLACION A LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DE ACTUACIÓN
POLICIAL PREVISTOS EN EL CUARTO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 21
CONSTITUCIONAL Y A LAS GARANTÍAS DE ACCESO A LA JUSTICIA Y
EQUILIBRIO PROCESAL POR IGNORAR PRUEBAS QUE ACREDITAN UN
EVIDENTE ACTUAR ILÍCITO DE LA PARTE ACUSADORA.
“El solo hecho de carecer en lo sucesivo de réplica, ha dado a lo falso una
cualidad nueva. Es a la vez lo verdadero que ha dejado de existir casi por todas
partes o, en el mejor de los casos, se ha visto reducido al estado de una hipótesis
que nunca puede ser demostrada. La falsedad sin réplica ha acabado por
hacer desaparecer la opinión pública, que primero se encontró incapaz de
hacerse oír y después, muy rápidamente, incapaz siquiera de formarse. Esto
entraña, evidentemente, importantes consecuencias en la política, las
ciencias aplicadas, la justicia...” Guy Debord , La sociedad del espectáculo,
1967.
El nueve de diciembre de dos mil cinco, las noticieros de las dos televisoras
nacionales, Televisa y TV Azteca, difundieron unas imágenes que mostraban lo
que parecía ser la entrada “en vivo y en directo” de fuerzas especiales de policía
federal a una casa de seguridad en cuyo interior se encontraban supuestamente
tres víctimas y sus captores.
Y sí, ahí estaba yo, Florence Marie Louise Cassez Crepin, puesta ahí contra mi
voluntad por la Agencia Federal de Investigación, la AFI.
Las imágenes fueron ampliamente difundidas. Los videos que contienen esas
imágenes, especialmente el que muestra el operativo reporteado por Pablo Reinah
para el programa matutino “Primero Noticias” y que empezó a rodar a las seis
horas con cuarenta y siete minutos, son piezas del expediente[2].
La presente demanda de garantías hace obligada la vista y análisis de ese video
como primera pieza de estudio, para luego proceder a su contraste con las
testimoniales y demás piezas escritas del expediente.
Como es bien sabido, las imágenes -impactantes por cierto- que contiene ese
video, no son genuinas. La autoridad pretendió minimizarlas como una simple
recreación. Mi defensa, en cambio, ha argüido la existencia de un montaje.
El video pretendía construir una flagrancia que, a primera vista, parecería difícil,
por no decir imposible, de contradecir y destruir.
Las testigos, con los rostros borrados por efecto de la tecnología televisiva,
conceden con percibida calma entrevistas a los reporteros de las televisoras.
Horas más tarde, en sus declaraciones ministeriales, todos ellos eluden cualquier
mención al episodio mediático y omiten cualquier detalle sobre su anuencia e
intervención en el montaje. Abiertamente, faltaron a la verdad al decir que apenas
rescatados, fueron trasladados a las oficinas del ministerio público (SIEDO).
Los testigos participaron en un reportaje que a la postre resultó falso. Eso
técnicamente los convierte en actores de la escenificación y en cómplices,
voluntarios o involuntarios, de la irrealidad urdida por la policía federal.
El video buscaba dibujar un cuadro de contundencia. Tan es así que fue filmado,
antes que los detenidos fuéramos puestos a disposición de la autoridad ministerial.
De hecho, todos, presuntas víctimas y presuntos responsables, fuimos retenidos
para juntos aparecer en televisión.
En lugar de ser puesta, sin demora, a disposición ante el ministerio público, fui
puesta, a la fuerza, en el rodaje de un simulacro policial cuya finalidad era
incriminarme. Las escenas delatan además que la policía permitió a los periodistas
interrogarme en absoluto olvido de mis derechos fundamentales.
El tribunal responsable eludió las conclusiones a que obliga una efectiva tutela
judicial. Primero, que no se trató de una recreación sino de un montaje y, segundo,
que su autoría corresponde a la autoridad y es un acto indebido que mancilla toda
la investigación.
El fin no justifica los medios. Ignorar esta ilegalidad entrañaría justificar un hecho
de la mayor gravedad. El montaje y los abusos pervirtieron el sentido de realidad y
su existencia acusa desprecio a los derechos humanos y a las garantías que
legitiman el proceso penal.
Al concluir este concepto, me permito reproducir el voto del doctor Sergio García
Ramírez, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos[8]:
“… La ausencia o el desconocimiento de esos derechos destruyen el debido
proceso y no pueden ser subsanados con la pretensión de acreditar que a pesar
de no existir garantías de enjuiciamiento debido ha sido justa la sentencia que
dicta el tribunal al cabo de un procedimiento penal irregular. Considerar que es
suficiente con lograr un resultado supuestamente justo,… y la licitud del resultado
depura la ilicitud del procedimiento. Hoy día se ha invertido la fórmula: <<la
legitimidad de los medios justifica el fin alcanzado>>; en otros términos, sólo es
posible arribar a una sentencia justa, que acredite la justicia de una sociedad
democrática, cuando han sido lícitos los medios (procesales) utilizados para
dictarla.
A decir verdad, el montaje y su posterior revelación son el eje neurálgico -el punto
de inflexión- que explica la evolución de los testimonios que condujeron a mi
incriminación. La ceguera judicial frente a los videos, me agravia.
Acaso, convenga empezar por decir que las primeras declaraciones de los tres
testigos que me incriminan, no se verificaron ante el agente ministerial, sino ante
los micrófonos y las cámaras de la televisión.
Luego, sus ampliaciones no son el resultado de una recuperación de memoria o
de un sosiego hallado tras un hecho traumático. El tribunal responsable no
sometió a una crítica razonable la credibilidad de esos testimonios acusatorios.
El criterio imperante concede mayor validez a los testimonios cuyo contenido sea
verosímil y no contradictorio consigo mismo o con el resto del caudal probatorio.
(…) Que diga el testigo si durante el tiempo que duró su secuestro recuerda haber
visto al señor que describe asegura vio un día antes de su secuestro.
RESPUESTA.- No lo vi porque no los podía ver (…)
(…) eran varias personas quienes nos cuidaban, aclarando que en algunas
ocasiones fingían la voz… al parecer llegaban a la casa siete personas, las
cuales identificaba como ANGEL (1)… su voz era ronca, MARGARITO (2)… su
voz era como el personaje que sale en televisión, a OTRO lo identificaba… como
mi primo (3)… tiene la voz no muy ronca, a OTRO SUJETO… me decía “Mi Rey”
(4), OTRO lo identificaba por que en una ocasión le trajo a mi mamá una rosa
(5)… a otro como MIGUEL (6)… sujeto que hacía la voz fingida… decía que le
dijeramos Gabriel, también la voz de otra persona que llegaba diario en los
primeros días… a esta persona le decían HILARIO quien yo considero que es el
jefe (7…)
(…) se le pone a la vista a través del cristal a Florence Marie Louise Cassez
Crepin … se les solicitó manifestarán en voz alta sus generales, actividades
laborales, nombres de sus hijos y sus edades, por lo que después de haberlos
visto y escuchado con detenimiento el menor, manifestó que… la persona de
nombre Florence Marie Louise Cassez Crepin no la reconozco físicamente ni
por la voz (…)
Christian volvió a declarar dos meses después, el catorce de febrero del dos mil
seis. Esta vez lo hizo en la subagregaduría de la Procuraduría General de la
República en San Diego, California, en los Estados Unidos de América.
Conviene apuntar que para entonces ya se había revelado que las escenas
televisadas de mi detención habían generado un duro cuestionamiento a la
Procuraduría y en especial a la Agencia Federal de Investigación.
Esa revelación se dio a conocer públicamente el cinco de febrero de dos mil seis
cuando el titular de la Agencia Federal de Investigaciones y el fiscal
antisecuestros, asistieron al programa “Punto de Partida” de la conductora Denise
Maerker y en cuya emisión reticentemente tuvieron que reconocer que en la
“detención real” no hubo prensa.
Ese programa cerró con una llamada mía al estudio, dónde se produjo un “careo
mediático”, en el que cuestioné y desmentí a los dos servidores públicos:
Denise Maerker: Adelante, Florence. ¿Tiene algo que decir? Sí, sí fui detenida el
ocho de diciembre en la carretera, y me secuestraron en una camioneta, no fui
arraigada el nueve, eso es falso, perdóneme señor que está diciendo eso, yo, a mi
me detuvieron el ocho de diciembre a las once de la mañana, estaba yo en un
coche, me detuvieron y me pusieron adentro de una camioneta y me guardaron
adentro de esta camioneta todo el día del ocho, parte de la noche del ocho, el
nueve en la mañana, a las cinco de la mañana, me metieron a la fuerza, y a la
fuerza me pegaron y a la fuerza me metieron adentro de esta cabañita adentro del
rancho. Pregunta DM: ¿dónde se ven las imágenes? Exactamente. DM: pues
agradezco Florence Cassez que hable desde el lugar que se encuentra
arraigada…
Cinco días después, el diez de febrero de dos mil cinco, la Procuraduría General
de la República tuvo que convocar una conferencia de prensa para explicar el
hecho, aunque nunca reconoció la existencia de un montaje. Llamó al incidente:
una recreación a petición de los medios.
En todo caso, lo cierto y objetivo es que cuatro días más tarde, Cristina Ríos
Valladares y su hijo Christian, estaban en San Diego, California. Y, ahí, en su
segunda declaración, Christian cambió el sentido de su declaración.
(…) el día que me sacaron sangre de mi brazo izquierdo, la mano que sentí y
observé era muy delicada, suave y de piel blanca… observé que la mano era de
una mujer de piel blanca… le comenté a mi mamá que la persona que me sacó la
sangre había sido una mujer, ya que le vi las manos, mismas que eran suaves y
de piel blanca. Por otra parte, recuerdo que cuando me estaba sacando la sangre
escuche que la misma persona que me la sacó pronunció unas palabras que eran
las siguientes “aprieta el brazo” y en ese momento escuche que esta persona lo
pronunció como extranjera, con un acento raro y no con el tono de mexicana (…)
(…) al tener a la vista un casete de audio, el cual fue editado por la Coordinación
de Servicios Periciales de la Institución, mismo que se pone a la escucha del
menor y una vez que lo escucho manifestó… reconozco la voz de la persona que
menciona llamarse Florence Marie Louise Cassez Crepin, como la misma voz de
la persona que me sacó sangre de mi brazo…
(…) Hilario me saca sangre de la vena de mi brazo izquierdo, me dijo que era
para hacerme unos análisis, ya que ellos tenían un doctor (…)
Christian identificó a un hombre Hilario como la persona que le sacó sangre. Esa
afirmación fue clara y sin titubeos y más tarde, interrogado por la defensa, el siete
de junio del dos mil seis, todavía dijo: su voz (Hilario) es inconfundible.
La voz de Hilario, a quien identificó primero como quien le saca sangre, le resultó
inconfundible. La contradicción salta cuando, sin explicación alguna, manifestó:
(…) el día que me sacaron sangre de mi brazo izquierdo, la mano que sentí y
observe era muy delicada, suave y de piel blanca… observé que la mano era de
una mujer de piel blanca (…)
Al final del interrogatorio judicial, Christian Hilario eludió dar cualquier detalle sobre
el montaje y sobre la intervención de la televisión. No obstante, es indubitable que
el menor estuvo presente en la escenificación pues él mismo fue filmado al lado de
su mamá. De esto, dieron cuenta las siguientes preguntas:
34. Que diga el testigo si recuerda qué pasó en el lapso desde el momento que los
rescatan los elementos de la AFI hasta que rinde declaración: RESPUESTA. No,
sólo vi a mi familia, a mis tres tíos, mis tres hermanos y mi papá en las
instalaciones de la AFI. 35. Que diga el testigo si recuerda qué ocurrió desde que
los rescataron los elementos de la AFI hasta que sale de la habitación donde
estaba dormido. RESPUESTA. Nada, sólo me dijeron somos de la policía, me
sacaron y no recuerdo nada más.
Christian se acordó del detalle de mis manos blancas pero no recordó salir en la
televisión.
Cristina Hilda Ríos Valladares
Al igual que su hijo, Cristina Hilda Ríos Valladares declaró varias veces e incurrió
en múltiples contradicciones sobre circunstancias esenciales de los hechos.
Además, en su caso, es posible apreciar ostensiblemente el efecto vía inducción o
presión que la campaña mediática de la autoridad ejerció sobre sus dichos.
(Reportero) cómo la trataban señora, que pasó en estos cuarenta y cinco días en
que estuvo Usted aquí (Señora) A mí me trataban bien y al niño, nos daban de
comer, estuvieron al pendiente de mis medicamentos, por que yo padezco de un
riñón mucho, por que yo padezco de las vías urinarias, siempre estuvieron al
pendiente, nos daban de comer lo que pedíamos… (Reportero) en algún momento
recibió Usted malos tratos (Señora) nunca, nunca, al contrario, siempre
estaban, o sea, me decían que quiere de comer, o el niño nos lo daban…
En ese mismo momento, la testigo contestó sin titubeos, a las preguntas del
reportero:
(Reportero) hablábamos hace rato con un hombre y una mujer de origen francés,
Usted llegó a ubicar a alguno de ellos, cómo se presentaban a Usted, también
veíamos que tenían mascaras (Señora) siempre encapuchados, nunca les vi la
cara, y cuando nos llevaban, por ejemplo a bañarnos, nos vendaban los ojos nada
más
Lo dicho por ella ante las cámaras de televisión, fue ratificado siete horas
después, a las catorce horas ante el Ministerio Público y bajo protesta de decir
verdad[14]:
(…) durante la presente diligencia tuve a la vista a las personas que ahora me
entero responden a los nombres de Israel Vallarta Cisneros y Marie Louise
Cassez Crepin y después de observarlos con detenimiento manifiesto que no
conozco a estas personas y es la primera vez que las veo… también las escuche
articular palabras y manifiesto que no conozco la voz de ellos (…)
Cristina dijo haber sido liberada y enseguida subida a una patrulla y trasladada a
las oficinas de la procuraduría (SIEDO).
Sin embargo, esta narrativa se estrella contra la versión oficial. Cristina nada dijo
de la escenificación. Cristina Hilda eludió contar que luego de su pretendido
rescate, habría venido una “recreación.” Faltó a la verdad pues los autos de la
causa revelan que su salida no fue “enseguida”, no dijo que fue entrevistada por
la televisión, que habría permanecido en la casa y que ahí habría vuelto a estar
junto a sus pretendidos plagiarios. Nada dijo porque nada de eso estaba previsto.
Tiempo después, cuando se supo que las escenas de televisión no eran reales, el
guión tuvo que ser modificado. Entonces, la autoridad enmendó sus
contradicciones de tal manera, para incluir la especie de que habría ocurrido un
primer rescate hacia las seis y media y que luego habría venido la escenificación,
recreación o montaje, como se quiera, a las seis cuarenta y siete.
El nueve de diciembre, existía una narrativa, a saber: las víctimas fueron liberadas
y enseguida sacadas del lugar. Al descubrirse que las escenas televisadas eran
actuadas, y al ampliar los agentes aprehensores su narrativa, devino posible
descubrir que Cristina faltó a la verdad y encubrió la parte televisiva. En ese
momento, había una primera versión. El testimonio indica que Cristina mintió
puesto que meses después la versión se tuvo que modificar. La historia entonces
se desenvuelve de manera distinta, Cristina y los demás permanecieron en la casa
de seguridad y por ende participaron en la escenificación.
Según los datos del expediente de inspección interna, iniciado con motivo del
escándalo, Cristina habría sido “rescatada” a las seis y media de la mañana, y a
las seis horas con cuarenta y siete minutos estaría adentro de la casa de
seguridad; habría permanecido ahí como hasta las siete horas con quince
minutos, lapso durante el cual participó activamente en la escenificación, pues
accedió a ser filmada y a dar entrevistas a los reporteros.
A su vez, el agente José Aburto Pazos, quien es identificado, junto con José Luis
Escalona, como el primero en entrar a la casa de seguridad, respondió a las
preguntas del ministerio público visitador, así:
Sin embargo, esa versión no cuadra con la historia que narraron los agentes
aprehensores ante el ministerio público visitador y quienes coincidieron haber ido
vestidos de civil y quienes dijeron haber liberado a Cristina y su hijo.
También pugna con la versión de Cristina el informe escrito del director Luis
Cárdenas Palomino a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que se
lee[15]:
Otro dato de su narrativa también es cuestionable y pugna contra lo dicho por los
policías. Dice Cristina que, justo antes de ser rescatada:
“… estaba durmiendo con mi hijo, desperté al escuchar ruido como pasos que
corrían y como que escalaban paredes, enseguida escuché que golpeaban la
puerta…”
Voz de Cristina: “… Yo pienso que es injusto que una persona extranjera que
venga aquí a esta ciudad, cometa delitos y se quiera hacer pasar como que ella es
una inocente… una blanca paloma y no, porque desde la primera casa de
seguridad que a mí me llevaron yo escuché su voz, no una ocasión, varias…”
Esa declaración tuvo lugar antes del cinco de febrero de dos mil seis, fecha
cuando se transmite la entrevista en Punto de Partida. Esta grabación formó parte
del programa y por la leyenda “Cortesía de la PGR”, se deduce que fue
proporcionada por la procuraduría. Cristina Hilda Ríos Valladares apareció, su
rostro ahora visible, no borrado como al principio. Su voz empezó aclarando que
soy extranjera y luego salió al paso a defender la posición ministerial y acusarme
en los medios.
Cristina había dicho que no reconocía la voz de nadie. Ahora, ante los medios e
inmersa en una crisis de credibilidad, sin más, dice que “escuchó mi voz, no una,
sino varias” veces. Sin embargo, sus declaraciones oficiales no dirán lo mismo.
Pues bien, si tanto era su miedo ¿Por qué se presta a salir retratada en un video?,
¿Por qué en un video cortesía de la PGR? ¿Por qué sale a defender la posición
del ministerio público? Su presencia y su respuesta se entienden una reacción
mediática al cuestionamiento público. Y de nuevo, la lógica es la misma: ¡Qué
importa el montaje, si la francesa, extranjera, no es una blanca paloma!
Un día después de que Christian Hilario supuestamente recordó haber visto las
manos de una mujer, el quince de febrero del dos mil seis, la testigo añadió:
El ocho de febrero, Cristina Hilda dijo que su hijo le comentó que había escuchado
la voz de una mujer con acento raro. Siete días después, el quince de febrero, ya
en San Diego California, Cristina recordó que ella también había escuchado a la
misma mujer.
(…) la voz de una persona extranjera con acento muy peculiar, por lo que una vez
que he analizado esta voz, con la voz que he escuchado en los medios de
comunicación (televisión) de la persona que se identifica con el nombre de
Florence Marie Louise Cassez Crepin, y sin temor a equivocarme reconozco que
es la misma voz que escuche en varias ocasiones en las dos casas de
seguridad… tener a la vista un casete de audio… el cual contiene la prueba de
las voces de los indiciados… muestra que fue editada por la Coordinación de
Servicios Periciales de la Institución, mismo audio que se pone a la escucha de la
declarante la cual una vez que lo escucho con detenimiento manifestó sin temor a
equivocarse… reconozco la voz de quien dijo llamarse Florence Marie Louise
Cassez Crepin, como la voz de la misma mujer que escucho en las dos casas de
seguridad en que estuvo privada de su libertad, de la misma manera, quiero
precisar que derivado de las llamadas efectuadas y difundidas por los medios
masivos de comunicación, es decir la televisión, de quien refiere ser Florence
Marie Louise Cassez Crepin, al respecto deseo manifestar y sin temor a
equivocarme que ratifico conocer su voz como la voz de la misma mujer que
escuche en el interior de las dos casas de seguridad en las que estuve privada de
mi libertad (…)
Yo fui la que negó los cargos desde un principio. Yo fui la que habría generado el
escándalo y sí, yo fui la que llamó por teléfono al estudio de “Punto de Partida” a
cuestionar a los servidores públicos. Bien vistas, las ampliaciones de los testigos
son manifestaciones que apuntaron directamente a mi persona.
Primero, el nueve de diciembre de dos mil cinco, Cristina Ríos Valladares, ante las
cámaras de televisión, a las siete con diez minutos, al momento del supuesto
“rescate”, respondió a las preguntas de los periodistas:
(Reportero) cómo la trataban señora, que pasó en estos cuarenta y cinco días en
que estuvo Usted aquí (Señora) A mí me trataban bien y al niño, nos daban de
comer, estuvieron al pendiente de mis medicamentos, por que yo padezco de un
riñón mucho, porque yo padezco de las vías urinarias, siempre estuvieron al
pendiente, nos daban de comer lo que pedíamos… (Reportero) en algún momento
recibió Usted malos tratos (Señora) nunca, nunca, al contrario
“Por lo que hace a Israel Vallarta en una ocasión, entró al cuarto y me dijo que me
tapara la cara con un pasamontañas pero primero me vendaron los ojos, sacaron
al niño del cuarto e hizo que me desnudara, le tuve mucho miedo y estaba yo
llorando y le pedí que no me hiciera nada y me dijo que solo iba a buscar algún
chip y después (sic) no ese día fui objeto de que abusaran de mí, y no solo fue
él sino las personas que nos cuidaban…”
La contradicción más grave es la versión del abuso. El contraste con sus primeras
declaraciones es flagrante. En sus respuestas a los reporteros, Cristina Ríos se
apreció serena y articulada y sin titubeo alguno, refiere que NUNCA, NUNCA (lo
repitió) recibió malos tratos. En su declaración ministerial, dijo que ni ella ni su hijo
fueron objeto de maltrato o de abuso sexual.
Sin embargo, las mismas premisas que sirvieron al tribunal para otorgar
convicción a los testimonios de las víctimas, después, fueron utilizadas para negar
fuerza probatoria a mis declaraciones y a la de testigos ofrecidos por la defensa
como fueron los señores Ángel Olmos Morán y Fernando Díaz González.
(…) una vez transcurrido algún tiempo que fui liberada y superado parte de las
secuelas del secuestro del que fui víctima, así como del miedo que tenía por las
amenazas recibidas por mis secuestradores… he recordado (…)
Por su parte, el catorce de febrero, un día antes que su madre, el menor Christian
Hilario, manifestó:
(…) tengo más datos que aportar ya que ahora que ha pasado tiempo de que fui
rescatado y que ya no tengo tanto miedo de que pudiera pasarnos otra vez lo
mismo he recordado (…)
Ezequiel Elizalde fue el primero en salir a cuadro en las imágenes del supuesto
rescate. En esas imágenes apareció vendado de la cabeza. En sus primeras
palabras, explicó al periodista Pablo Reinah la razón del vendaje. En la imagen del
supuesto rescate, sale a cuadro a las siete horas con seis minutos y contesta con
relativa calma todas las preguntas que le formuló el reportero.
… Pregunta Pablo Reinah: ¿Lo maltrataron? Sí señor, nada más le doy gracias a
la… ahora sí que a la policía,… a la policía federal, que me haya rescatado de
ahí… Pregunta PR: ¿Tú me puedes decir…? Primero ¿Qué te pasó en la cabeza,
por qué la tienes vendada? ¿Sabías que no eras el único secuestrado aquí? Este
no… cuando yo cumplí quince días en… eh… bueno, cuando yo cumplí un mes en
aquella casa, la señora llegó junto con el niño,… y el golpe que traigo aquí [se
toma la cabeza] me lo dieron este… la gente que estaba aquí… los plagiearios
(sic) éstos… Pregunta PR: ¿Te pegaron? Sí me pegaban señor! … PR: Tu
familia ¿Quiénes son y que les quisieras decir?… que gracias a Dios estoy vivo y
que pronto voy a estar con ellos… PR pregunta: ¿Tienes hijos?… este un bebé,…
recién nacido…
Meses más tarde, el veintinueve de mayo de dos mil seis, al comparecer ante el
Médico de la defensa, doctor Juan Carlos Rueda García y someterse a su
examen, Ezequiel dijo residir en Texas y narró al galeno examinador lo siguiente:
“Estuve privado de mi libertad del 4 de octubre al 9 de diciembre. Cuando llegaron
los de la AFI sí me apuntaron con sus armas y me golpeaban, me
preguntaban “cómo te llamas” hubo jalones y me golpearon, “hasta que una de
la AFI dijo es víctima¡¡¡” sic inmediatamente me curaron, agarraron una botella
de alcohol que había y me vendaron” sic “no sé con qué me dieron el golpe” sic.
Dijo que fue una agente (femenina) quien lo reconoció como víctima y que así
inmediatamente lo curaron, agarraron una botella de alcohol y lo vendaron. Sin
embargo, su declaración pugna con las versiones de los policías que rindieron el
parte informativo de puesta a disposición, puesto que ninguno de ellos declaró
haber confundido a una víctima por captor y además manifestaron haber entrado a
la cabaña en compañía de Israel Vallarta quien les mostró el lugar dónde estaban
las víctimas. Adicionalmente, ninguno de los dos policías que ingresaron
originalmente a la cabaña o casa de seguridad era mujer, los dos son varones de
nombre José Aburto y José Luis Escalona.
Luego, ¿Por qué, si lo único que hizo fue percibir bien todo lo que veía y
escuchaba, no se acordó o no describió en su declaración ministerial ninguna
golpiza o ningún episodio de violencia física? En suma, su declaración no explicó
ni describió algún suceso relacionado con las supuestas lesiones en la cabeza.
El dato de las lesiones es tanto más sospechoso puesto que no hay ninguna
fotografía de la lesión en la cabeza y sobre todo porque la venda aparece blanca,
demasiado limpia, sin manchas o rastros de sangre, sin suciedad.
Su evidente calma invita a la duda, pues se supone que venía de ser rescatado,
incluso golpeado y ante las cámaras, incluso se dio la ocasión de mandar un
saludo a su familia.
En todo caso, Ezequiel, al igual que Cristina, evadió en sus declaraciones, pero
especialmente en su primera declaración, cualquier mención sobre la
escenificación. En su deposado, no dijo nada de los golpes, no describió cómo lo
habían rescatado, no dijo que lo habían vendado los policías y sobre todo eludió
cualquier detalle sobre su permanencia adentro de la casa de seguridad y su
participación en la escenificación del supuesto rescate.
Al igual que Cristina, Ezequiel fue un actor ¿voluntario? del montaje. Y, al igual
que Cristina, participó activamente en el montaje al aceptar entrevistas.
Acaso, convenga recordar que la averiguación previa inició con la investigación del
secuestro de la joven Valeria Cheja Tinajero. Esto quiere decir que en la
madrugada del nueve de diciembre de dos mil cinco, los policías federales de
investigación que ingresaron al rancho, no estaban trabajando el caso de
Ezequiel. De hecho, conforme a su parte oficial, ellos no sabían que encontrarían
en el rancho.
Los policías no pudieron haberle informado a Ezequiel que iban por su caso, y
comunicarle el nacimiento de su hijo. Sin embargo, su respuesta no expresó
dudas. No dijo que suponía, que su esposa estaba a punto de dar a luz, o que su
hijo posiblemente ya habría nacido, al contrario, dijo categórico: ¡Un bebé, recién
nacido! Su respuesta es indicativa de que ya conocía la noticia. ¿Cómo la supo?
Otro tema, que genera más dudas que convicción, es la historia del piquete o
coloración que presentó el dedo de Ezequiel. En su declaración ministerial,
Ezequiel describió la siguiente escena[20]:
Ezequiel manifestó claramente que, antes del piquete, le pidieron cerrar los ojos y
que se los vendaron. Esto es no vio, sólo sintió. Así lo narró ante la autoridad
ministerial.
En el video, en la imagen a cuadro registrado a las siete veinte o treinta del nueve
de diciembre, se ve al micrófono de Televisa, y se escucha la voz del reportero:
Y tal parece que fue así, pues en las imágenes filmadas el nueve de diciembre de
dos mil cinco, se ve a Ezequiel mostrando el dedo meñique a las cámaras. Luego,
quién relató la historia a la prensa, sería Ezequiel. La imagen da cuenta de ello:
Por otra parte, Ezequiel también manifestó en su ampliación del treinta de mayo
de dos mil seis, lo siguiente:
1.- Que diga el testigo si recuerda que sintió cuando recibió el piquete en el dedo
meñique. RESPUESTA.- Miedo, temor y físicamente se me adormeció el dedo. …
32.- Que diga el testigo si tuvo o ha tenido algún problema o secuela en el dedo
meñique o en la mano desde que fue liberado hasta este momento.
RESPUESTA.- Después de mi liberación solo tenía la mano anestesiada y
hasta este momento estoy bien gracias a Dios, y quiero decir que el piquete aun
sigue aquí…
Ezequiel señaló que la anestesia seguía teniendo efecto sobre su mano al ser
liberado. Es decir, que seguían las secuelas. Ahora bien, ¿Cuánto tiempo duran
los efectos de la anestesia? Unas hora, varias horas, un día (el día anterior) o tres
días como refirió en su declaración ministerial.
Existen otros datos equívocos sobre la temporalidad del suceso. En efecto, el
primero de marzo de dos mil seis, el agente federal de investigación, Carlos Servín
Castorena, en el expediente de inspección interna, DII/113/DF/06, ante el
ministerio público visitador, manifestó lo siguiente:
“Que diga el declarante las condiciones en que encontraron a las víctimas durante
el rescate: RESPUESTA.-… de hecho, el joven nos hizo mención de que le habían
anestesiado el dedo una noche anterior y que se lo iban a mandar de prueba a
su familia.”
Ezequiel Yadir dijo presentar una marca en el dedo meñique de la mano izquierda.
Al concluir su declaración ministerial el nueve de diciembre, se levantó constancia
de una inspección de integridad física en la que se describió lo siguiente: “…así
mismo en dedo meñique de mano izquierda se aprecia un punto de coloración
roja, al parecer típico de cuando se aplica una inyección…”
En el mejor de los casos, esa inspección lo único que acredita es que había
(¿hubo?) un punto de coloración en el dedo, y de ninguna manera que éste sea
producto de una inyección. Al mismo tiempo, ese mismo día, a las dieciséis horas,
se practicó un dictamen de integridad física que consistió en una inspección y
exploración física. Pues bien, el dictamen plasmó lo siguiente:
El dictamen médico del veintinueve de mayo de dos mil seis, elaborado por el
doctor Juan Carlos Rueda García, quien exploró físicamente al testigo paciente,
afirmó que el punto en superficie de la piel de la falange media del dedo meñique:
Precisamente, esa versión se repitió exactamente con los demás testigos, que
arrastraba las “eres”, que tenía un acento francés y que dejaba ver un mechón de
pelo güero. Las coincidencias en los recuerdos e impresiones son extrañas y
cuestionables. Mejor vistas parecen fórmulas fabricadas.
b).- Ezequiel Yadir Elizalde Flores no presenta ninguna huella de punción por
aguja en su dedo, como se desprende de la pericial correspondiente, misma que
no fue controvertida por parte del Ministerio Público de la Federación.
d).- La identificación que dice realizar de la quejosa, como la persona que le llevó
los sándwich y la que le inyectó el dedo, carece de valor probatorio, pues la misma
no cumplió con los requisitos que se señalan en los artículos aplicables del 258 al
264 del Código Federal de Procedimientos Penales. Adicionalmente de la
ampliación de declaración de Enrique Elizalde Menchaca, del ocho de junio de dos
mil seis, se advierte que señaló:
2.- Que diga el testigo si recuerda cuántas personas había en la parte externa
como de la parte interna de la cámara de Hessel cuando le presentaron a las dos
personas para identificarlas. RESPUESTA.- externamente estaban mi hijo
Ezequiel, estaba el jovencito secuestrado Christian, la mamá de Christian y por
último estaba el esposo y no recuerdo haber visto más personas y en la parte
interna cuando los pusieron detrás de la cámara de Hessel era FLORENCE
acompañada por un hombre armado de la policía custodiándola y me parece
que el comandante Cárdenas y con Israel fue de la misma manera.
Es decir, existía una indebida presencia de elementos policiales en la diligencia.
Incluso el reportero Pablo Reinah preguntaba a la señora Cristina Ríos: “sabe que
aquí detuvieron a una mujer de origen francés…”
La inducción viajó luego a las actuaciones ministeriales, concretamente en la
declaración de Cristina Hilda Ríos Valladares, quien el nueve de diciembre del dos
mil cinco, manifestó:
(…) enseguida nos sacaron de la casa y nos subieron a una patrulla de la AFI y
nos trasladaron a estas oficinas; estando a bordo de la patrulla de la AFI me
percate que tenían a dos personas viendo hacia una pared, un hombre y una
mujer rubia, enterándome por uno de los policías que esas personas las
habían detenido en la casa donde estábamos en cautiverio… estoy enterada ,
por voz de los Agentes de la AFI, que las personas que detuvieron son parte
de mis secuestradores (…)
Cristina Ríos dio cuenta de la inducción ejercida por los agentes policiales. Su
testimonio carece de certeza de veracidad sobre el hecho a descubrir. Peor aún, el
dato que los agentes transmiten a la testigo es falso, puesto que los autos de la
causa arrojan que yo no fui detenida en la casa. En todo caso, la testigo dejó
constancia, fueron los agentes federales, quienes me atribuyen responsabilidad.
“Estoy enterada, por voz de los Agentes de la AFI, que las personas que
detuvieron son parte de mis secuestradores, por lo cual denuncio el delito de
privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro cometido en mi agravio
de mi menor hijo CRISTIAN HILARIO RAMÍREZ RIOS y procedo en contra de
ISRAEL VALLARTA CISNEROS Y MARIE LUISE CASSEZ CREPIN
(…) quiero señalar que nunca vi a ninguno de mis secuestradores, por lo que me
sería difícil identificarlos físicamente (…)
Desde ese mismo día, los testigos estuvieron expuestos a la influencia de las
noticias en los medios. Semanas después del nueve de diciembre, la controversia
sobre el operativo de liberación arreció con fuerza en los noticieros en los que,
además, una y otra vez, se hacía referencia a mi persona como la francesa[25].
(…) el día que me sacaron sangre de mi brazo izquierdo, la mano que sentí y
observe era muy delicada, suave y de piel blanca… observé que la mano era de
una mujer de piel blanca… recuerdo que cuando me estaba sacando la sangre
escuche que la misma persona que me la sacó pronunció unas palabras que eran
las siguientes “aprieta el brazo” y en ese momento escuche que esta persona lo
pronunció como extranjera, con un acento raro y no con el tono de mexicana (…)
(…) esta autoridad pone a la vista del menor dos fotografías… A LA PRIMERA.-
se observa una persona del sexo femenino….y una vez que la observó con
detenimiento manifestó: que reconozco a esta persona que ahora se responde al
nombre de Florence Marie Louise Cassez Crepin como la misma que nos fue
mostrada a través de un cuarto donde la vi detrás de un vidrio en las oficinas
en donde declare por primera vez…”
Pues bien, Cristina Ríos quien, antes del cinco de febrero, había salido a los
medios a decir que me había escuchado; en su segunda declaración ministerial
del ocho de febrero, se limitó a decir que tuvo conocimiento de unas manos de
mujer por el dicho de su hijo. La contradicción existe. En los medios, Cristina dijo
una cosa, y en la averiguación, bajo protesta de decir verdad, otra distinta.
El reconocimiento de voz fue realizado a partir de una prueba ilícita -el audio
editado- y, por ende, lo que se desprenda de éste, también lo es.
Más aún, del dicho del menor, se desprende que una de sus referencias fue: “…al
escuchar esta voz en los noticieros que pasan en la televisión, la
reconozco.” Esto es el menor y la diligencia dejan constancia de no ser ajenas o
abstraídas del escándalo mediático. Christian reconoció mi voz como la que pasó
en televisión. En efecto, mi voz pasó en el programa Punto de partida.
En su declaración del quince de febrero del dos mil seis, Cristina Ríos Valladares
introdujo a un supuesto testigo, Leonardo Cortes López, quien sorprendemente,
cinco días antes, el diez de febrero, ya había rendido su declaración ministerial.
(…) recordé que antes de que la señora Cristina se ausentara, logré darme cuenta
que en varias ocasiones, es decir, dos o tres veces, cuando la señora Cristina
Ríos, iba a mi puesto de verduras a comprar, inmediatamente llegaba una persona
(…)
Tan sólo a manera de ejemplo, el nueve de diciembre del dos mil cinco, el
noticiario matutino de Televisa transmitió lo que luego tuvieron a bien calificar,
eufemísticamente, como una “recreación”. Una “recreación” que sirvió para afectar
irremediablemente mi imagen y el sentido de percepción de la opinión pública.
En el caso que nos ocupa, el testimonio de Leonardo Cortes López dio cuenta del
impacto mediático sobre su percepción de los hechos, cuando manifestó:
“ 10/02/2006.
Como haya sido, el testigo reconoció la influencia que las noticias del momento
ejercieron sobre él y sobre su percepción de los hechos. La televisión ya había
emitido su veredicto y lo había dicho: Florence Cassez era la “francesa
secuestradora.” Leonardo Cortes López no hizo más que repetirlo.
(…) no cumplió con los requisitos establecidos por la ley para la celebración de
dichas diligencias, principalmente, por el hecho de que las únicas personas que
se encontraban a la vista del testigo que intervenía en la confronta eran los
ahora quejosos (…)
(…) cabe aclarar que un comerciante que vende verduras sobre la banqueta
cerca de mi domicilio, en días pasados me pregunto si me habían secuestrado y al
decirle que si me comentó que la mujer francesa que ha salido en la televisión en
varias ocasiones la había visto por ahí (…)
Antes del quince de febrero del dos mil seis, ninguna persona vinculada a los
hechos investigados, había referido la existencia de Leonardo Cortes.
¿Cómo supo el Ministerio Público de Leonardo Cortés antes de que Cristina Ríos
lo hubiera mencionado en la indagatoria? La duda crece si se analizan las
declaraciones de ambos testigos.
(…) el día de anteayer miércoles ocho de febrero del presente año, fue a mi
puesto la señora Cristina Ríos Valladares, la cual me sorprendió, e
inmediatamente le pregunté que como seguía de su enfermedad (…)
(…) siendo las once horas con diez minutos del día ocho de febrero del año dos
mil seis, ante el C. Licenciado Alejandro Fernández Medrano…. comparece
voluntariamente la persona que dijo llamarse Cristina Ríos Valladares (…)
Cinco días antes de que la principal involucrada y única testigo refiera la existencia
de Leonardo Cortés, éste ya rendía testimonio ante el órgano investigador.
Por otro lado, en su declaración del quince de febrero, rendida en San Diego,
California, Cristina Ríos mencionó la existencia de una persona que,
supuestamente, podía dar noticias de los hechos investigados. Respecto al nuevo
testigo, el testimonio de Cristina Ríos no aportó ningún elemento de identificación:
(…) cabe aclarar que un comerciante que vende verduras sobre la banqueta
cerca de mi domicilio, en días pasados me preguntó que si me habían
secuestrado (…)
¿Cómo supo Leonardo Cortés López que Cristina había sido secuestrada, si
Cristina y su hijo aparecieron en televisión con los rostros borrados?
Si Cristina Ríos supo del testigo el ocho de febrero antes de declarar ante el
Ministerio Público, por qué no lo refirió en su comparecencia de esa fecha. ¿Por
qué lo introdujo siete días después?
Si, por el contrario, ella se enteró del testigo después de rendir declaración
ministerial. ¿Entonces cómo se enteró el Ministerio Público de Leonardo Cortes
antes del quince de febrero?
Por otro lado, el diez de febrero del dos mil seis, no existe registro de entrada a las
oficinas de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia
Organizada (SIEDO) de Leonardo Cortes López.
El control de ingreso de personal visitante de la SIEDO del día diez de febrero del
dos mil seis, no acusa la entrada, ni salida, de Leonardo Cortes López.
No hay registro de entrada del testigo, sin embargo el control de ingresos de ese
mismo día acusa tres ingresos de Cristina Ríos Valladares.
La nulidad de la prueba ilícita es una garantía fundamental. Las pruebas con las
que el tribunal responsable sustentó mi responsabilidad son ilícitas y nulas.
Finalmente, cierro este capítulo con el pertinente voto expresado por el Ministro
Juan Silva Meza en la discusión sobre el caso Acteal que llevó a la resolución del
amparo directo 9/2008:
“… la obtención fundamentalmente y desahogo de pruebas en forma ilícita, no
puede servir para integrar los elementos que integran la responsabilidad plena…
Detrás de esa visión se encuentra un falso dilema con el que, por lo regular, se ha
tratado de explicar la relación entre la justicia y la seguridad. Frecuentemente para
garantizar la segunda es necesario doblar la primera. El dilema es falso y no
puede, por lo mismo, dar pie a argumento alguno; lo es porque cuando el estado
y las autoridades que lo representan dejan de observar los estándares,
reglas y garantías procesales que en materia penal establece la constitución,
se configura el más claro caso de inseguridad contra la propia sociedad. …”
4. VIOLACIÓN A LA GARANTÍA PREVISTA EN EL CUARTO PÁRRAFO DEL
ARTÍCULO 16 CONSTITUCIONAL Y A LOS ARTÍCULO 193 Y 193 QUATER
DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES EN RELACIÓN
CON LAS GARANTIAS CONSAGRADAS EN LOS ARTICULOS 17 DEL PACTO
DE DERECHOS CIVILES Y POLITICOS Y 11 DE LA CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
La presunción de inocencia… puede periclitar por una mala comprensión del
principio de publicidad. Sobre todo si los medios de comunicación no asumen
responsablemente su tarea de informar sobre procesos judiciales en curso y se
abandonan en sus afanes por constituirse en jueces mediáticos de las personas
acusadas.
Miguel Carbonell. Instituto de Investigaciones Jurídicas.
El video explica en buena medida las violaciones que plagan el sumario. Más aún,
por efecto del montaje fui sometida a un trato degradante que anuló el debido
proceso y la presunción de inocencia.
El tribunal responsable tuvo por cierta como hora de mi detención las cuatro horas
con treinta minutos (04.30 am) del día nueve de diciembre de dos mil cinco.[35]
También señaló que la liberación de las víctimas en el rancho habría ocurrido a las
seis con treinta minutos (06:30 am).
A su vez, el inicio del video muestra las seis horas con cuarenta y siete minutos y
su último registro grabado se ve a las siete horas con veinticuatro o treinta y cuatro
minutos. De ahí, se aprecia cuando mínimo una hora retenida, tiempo durante el
cual ni fui trasladada ni puesta a disposición del Ministerio Público, sino colocada
frente a las cámaras de televisión en la escenificación de un irreal rescate.
La cronología anterior da cuenta que no fui llevada sin dilación ante el Ministerio
Público. Al contrario sufrí una retención ilegal[37].
Así las cosas, aceptando sin conceder la versión y horas oficiales, se aprecia que
en violación al mandato del cuarto párrafo del artículo 16 constitucional, habría
sido retenida más allá del plazo constitucional. Esto es, desde las cuatro horas con
treinta minutos de la madrugada hasta las diez horas con dieciséis minutos de la
misma mañana. Ese tiempo no puede tenerse como pronto o inmediato.
Ahora bien, los autos acreditan que fui retenida ilegalmente cuando menos dos
horas en el rancho “Las Chinitas” para efectos de la escenificación mediática,
desde las seis horas con treinta minutos hasta las ocho con veinte, concretamente
hasta que terminara la emisión de los noticieros matutinos. Esa dilación es ilegal.
No hay fundamento legal o protocolo policial que permita a una autoridad poner a
un indiciado a disposición de los medios y a ser fotografiado, menos aún ser
filmado y ser obligado, contra su voluntad, a estar en un simulacro escénico.
Conviene repetir que no existe fundamento legal para que la policía o cualquier
otra autoridad retengan a una persona -que no ha sido puesta a disposición del
Ministerio Público- a disposición de los medios para ser filmada.
Secuencia:
Los autos dan cuenta que entre las seis cuarenta y siete, hora de inicio del video,
hasta la salida del rancho a las ocho con veinte de la mañana, fui ilegalmente
retenida para propósitos ilícitos, prohibidos por la Constitución y el código adjetivo.
Así las cosas, una escenificación televisada importa un menoscabo tanto mayor a
la dignidad de la persona por verse el efecto magnificado por los medios masivos
de comunicación. El acto de molestia constituye además una forma de violencia
porque me constriñó a ser filmada contra mi voluntad y coloca mis garantías
constitucionales en una situación de extrema vulnerabilidad y desventaja al ser
obligada a contestar preguntas de los medios.
Prueba de ello, fue la publicación, que aparece en autos, del diario “La Crónica de
hoy”, cuyo encabezado apareció en la primera página de la edición impresa del
dieciséis de diciembre de dos mi cinco y que decía:
“La secuestradora francesa iba por 7 clientes VIP del Fiesta Americana[42]”
Y en páginas interiores:…
La imagen que aparece arriba, muestra cuando era retenida por la policía federal
en violación al mandato constitucional y acredita que, además de ser filmada, fui
profusamente fotografiada y expuesta a diversos los medios informativos.
Mi nombre, Florence Cassez, y mi rostro quedaron marcados por la televisión,
radio y medios impresos como la “secuestradora francesa” y todo ello sucedió
antes de ser puesta a disposición de la autoridad investigadora.
El ataque a mi honra se agrava por el hecho de que las escenas televisadas en las
que se ve mi persona, son falsas. Mi réplica ha sido ahogada por la estridencia
mediática y la falsedad repetida ha generado más falsedad. La nota del diario “La
Crónica”, no guarda ni tiene relación alguna con la investigación plasmada en la
averiguación previa.
En suma, reclamo que el tribunal responsable no haya apreciado que los agentes
federales investigadores incurrieron en flagrante violación al artículo 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues omitieron ponerme
sin demora a disposición de autoridad ministerial.
Ahora, la violación que expongo en este apartado, deviene tanto más grave
cuando se considera que en realidad no fui detenida el nueve de diciembre de dos
mil cinco, sino un día antes, el ocho de diciembre sobre la carretera.
La parte acusadora afirmó que yo fui detenida el nueve de diciembre de dos mil
cinco a las cinco treinta de la mañana. Luego, cuestionada por la prensa, aclaró
que tenía que revisar la averiguación “hojita por hojita” y “empatar” las cosas en
los medios de comunicación. El diez de febrero de dos mil seis, la autoridad
ministerial no podía contestar una sencilla pregunta y ofrecer una explicación la
opinión pública.
Yo, por mi parte, he sido consistente y he sostenido haber sido detenida el ocho
de diciembre aproximadamente a las diez horas con treinta minutos.
El tribunal responsable tuvo por buena la fecha que postuló la acusación, sin
embargo, existen indicios de peso que inclinan la balanza hacia el ocho de
diciembre. Esos indicios se hallan en diversas piezas de la averiguación.
¿Qué hicieron los agentes federales los días siete y ocho de diciembre?
En todo caso, desde el seis de diciembre, los agentes contaban ya con un oficio
para actuar. ¿Se esperaron dos días?
El parte informativo de policía federal del nueve de diciembre de dos mil
cinco. El parte original de policía federal de investigación, titulado
“cumplimentación localización y presentación”, fechado el nueve de diciembre de
dos mil cinco, refiere que el servicio de vigilancia sobre la carretera federal
México-Cuernavaca empezó a las cinco horas (05:00 am) de la madrugada y
ubica mi detención a las cinco horas con treinta minutos (05.30 am).
Más adelante, en el mismo informe, los agentes federales dicen haber recibido
apoyo a las siete horas con quince minutos (07:15am) en el puente de Topilejo y
acto seguido dirigirse al rancho y entrar, gracias a Israel Vallarta Cisneros, quien
abrió el zaguán para así permitir el ingreso al predio y liberar a tres personas.
Hasta ahí todo empataba, sin embargo, resulta que el parte de policía federal
investigadora contradice directamente las imágenes vistas en televisión. La
transmisión del operativo inició a las 06:47 am, seis horas con cuarenta y siete
minutos, es decir: ¡Media hora antes que la versión del parte oficial original!
El informe está lleno de cabos sueltos. El dato más inverosímil es que, después de
haber sido detenidos, Israel habría “confesado” ser secuestrador y advertido a los
agentes que de no regresar, sus cómplices ejecutarían a las víctimas. Ante la
urgencia del caso ―continúa el reporte― los agentes pidieron apoyo.
Pasadas las siete quince de la mañana, Israel Vallarta les abrió el zaguán y así,
sin mayor dramatismo, se produjo la liberación.
El parte informativo tiene un cabo suelto y, aquí, una pregunta deviene obligada:
¿Dónde quedaron los supuestos cómplices?
El parte de policía pugna directamente con las imágenes de televisión. Una vez
descubierto el montaje, la cronología del informe resultó tan incongruente como
insostenible. El escándalo mediático obligó a componer la cronología. Ese hecho
explica que al diez de febrero, la autoridad era incapaz de proporcionar un día y
una hora ciertos de mi detención.
Todos coincidieron en advertir el mismo error y todos recularon los hechos una
hora. Todos además lo hicieron justo después del descubrimiento del montaje y la
apertura del expediente de inspección interna.
Comparecencia del agente José Luis Escalona Aldama (10:50 horas am):
MANIFIESTA: se dieron a la tarea de localizar al sujeto que manejaba el automóvil
marca volvo color gris…..el oficio de puesta a disposición de Israel Vallarta
Cisneros y de Maria Louise Florence Cassez, que es la verdad histórica de los
hechos….hubo un error en relación a la hora que se manifiesta en la puesta
a disposición, toda vez que expresa que no fue a las cinco horas del día
nueve de diciembre de dos mil cinco sino a las cuatro empezamos a realizar
nuestras labores… SEGUNDA.- que diga el declarante la hora exacta del rescate
de las víctimas. RESPUESTA.- a las seis horas treinta minutos aproximadamente
de la mañana del día nueve de diciembre de dos mil cinco, aclarando que existió
un error en la hora manifestada en el oficio de puesta a disposición…A LA
OCTAVA.- que diga el declarante si en el operativo acudieron altos mandos de la
Agencia Federal de Investigación.- RESPUESTA.- Desconozco.
“[…] el15 de febrero de 2006 se recibió escrito del señor Pablo Reinah […] En su
escrito de queja, señaló que el 9 de diciembre de 2006, alrededor de las 4:30
a.m. cuando laboraba como reportero de Televisa fue avisado vía celular por el
director de operaciones de la Agencia Federal de Investigación (AFI) Luis
Cárdenas Palomino sobre un caso relacionado con la liberación de personas
secuestradas por lo que se trasladó al lugar para realizar la cobertura. […]
[…] señaló que le permitieron realizar las entrevista necesarias, sin embargo,
agregó que de las declaraciones de la ciudadana francesa ante el Consulado de
Francia dieron como resultado que Genaro García Luna […] argumentara, al ser
cuestionado al respecto de los medios de comunicación, específicamente (que) las
televisoras le solicitaron la recreación del operativo en que fue detenida dicha
mujer …
Este oficio aporta un indicio adicional: A las cuatro horas treinta minutos, el
reportero Pablo Reinah ya era informado sobre el operativo y quien le llama es un
director de la Agencia Federal de Investigación, Luis Cárdenas Palomino.
“En los últimos meses hemos sido testigos de una serie de contradicciones por
parte de las autoridades encargadas de la impartición de justicia en nuestro país.
El día 9 de diciembre de 2005 fui avisado alrededor de las 4.30 am, vía celular
por el director de operaciones de la AFI, Luis Cárdenas, sobre un caso relacionado
con la liberación de personas secuestradas.
…
Mientras esperábamos el momento de entrar al aire, los representantes de la
AFI nos informaron, a un servidor y al equipo de Televisión Azteca, que se
trataba de la detención de dos secuestradores, uno de ellos una mujer de
origen francés, y de la liberación de tres secuestrados.
Ahora ¿Por qué no pudo contestar la autoridad esa sencilla pregunta? A esa
fecha, la autoridad apenas y salía al paso de los cuestionamientos. Una de sus
respuestas fue revisaremos “hojita por hojita” y empataremos en los medios. En
ese momento, las cosas no estaban “empatadas.” En otras palabras, no había
versión que ofreciera consistencia. Las cosas se empezaron a “empatar” en el
expediente de inspección interna y con la reculada de horarios que manifestaron
los agentes aprehensores del primero de marzo. Ahí apareció la nueva versión, de
que la detención habría ocurrido, más temprano, a las cuatro y media.
En sus respuestas, el testigo Carlos Rodríguez Romero manifestó que afuera del
rancho Las Chinitas se encontraba un grupo de entre quince o veinte elementos
policiales. Que en el cuarto que estaba inmediatamente a la derecha de la puerta
principal del rancho observó a una persona del sexo masculino tirada en el piso
boca abajo, vio a una mujer en un sillón, armas, fotografías, papeles, un hombre
sentado con una venda en la cabeza, y en otro cuarto a una mujer con un menor.
A las seis y media llegó el equipo de Televisa y Pablo Reinah ya estaba ahí listo
con la indicación de prepararse para entrar al aire. Esto quiere decir que, para las
seis y media de la mañana, el reportero ya estaba en el rancho. Por otro lado, la
Agencia Federal de Investigación reconoció a la llegada de Pablo Reinah la
detención ya había ocurrido. ¿Entonces cuándo ocurrió la detención?
No es creíble que la policía hubiese permitido la entrada de los medios apenas
quince minutos después de ocurrida la liberación supuestamente real (06:30 am).
Mis declaraciones son más consistentes que las diferentes versiones de la policía.
Aún así, y a pesar de existir contradicciones de peso en las versiones de la policía,
el tribunal responsable concedió mayor peso a la inverosímil e inconsistente
versión de los agentes federales.
“Florence Marie Louise Cassez Crepin tenía un contrato firmado por tiempo
determinado del 07 de noviembre al 09 de diciembre de 2005 presentándose a
laborar por última vez el día 07 de Diciembre no reportando el motivo de su
ausencia los días 08 y 9 de diciembre 2005.”
El reporte es un indicio: Indica que el ocho de diciembre de dos mil cinco no acudí
a trabajar. Empero, ese indicio sí tiene valor probatorio, cuando se enlaza con
nuestras declaraciones y, sobre todo, cuando se cruza contra las inconsistencias
de las versiones proporcionadas por los agentes federales y de las autoridades.
El informe genera más que una duda razonable contra la versión de que la
detención ocurrió el nueve de diciembre. El informe del hotel tiene peso suficiente
para inclinar el peso de los indicios a favor del ocho de diciembre como fecha de
detención. Este indicio permite establecer que mi detención fue el ocho y no el
nueve de diciembre.
Este debate convoca a los principios de equidad judicial y de in dubio por reo. La
policía no dijo la verdad, no lo hizo ni a los medios ni con el Ministerio Público. Yo
digo la verdad y he sido consistente, en cambio, la policía ha variado su versión
repetidamente. Mis declaraciones tienen respaldo en diversos indicios.
A las cinco de la mañana, Televisión Azteca recibió una llamada de la AFI: ¿La
llamada se dio apenas detenidas las personas? ¿Antes de haberse liberado a las
víctimas?
“Que diga… de qué forma hicieron uso de la fuerza legítima cuando detienen al
hoy procesado. Respuesta. Él empezó a manotear y lo que se trata de hacer es
tomarlo de las manos para pasárselas a la espalda e inmovilizarlo.”
Las respuestas de los agentes no son creíbles. Las lesiones no se explican bajo la
mecánica de un simple tomar de manos o una maniobra de inmovilización. Los
tiempos descritos por los policías tampoco encajan con la lesiones. Esas lesiones
revelan que el tiempo de detención necesariamente fue más prolongado y que la
mecánica de lesiones fue algo más que un agarrar de manos. Las lesiones son
indicio de una retención ilegal que implicó la incomunicación necesaria para
violentar al detenido e inferirle quemaduras eléctricas.
Art. 8.- Ninguna confesión o información que haya sido obtenida mediante
tortura podrá invocarse como prueba.
Pues bien, los autos de la causa arrojan el hecho incontrovertible de que el nueve
de diciembre de dos mil cinco, Israel Vallarta Cisneros presentaba lesiones
múltiples y en distintas partes del cuerpo.
“[…] Téngase, por recibido el oficio número 2471 del día de la fecha, signado por
la C. Maestra Concepción Cornejo, Fiscal adscrita a la Unidad Especializada en
Investigación de Secuestros, con el que remite el oficio número
PGR/SIEDO/CIF/672/2005, del día de la fecha, signado por el C. Licenciado
Alberto Aguirre Nila, Fiscal Especial de la Subprocuraduría de Investigación
Especializada en Delincuencia Organizada, por medio del cual informa que la
Comisión Nacional de Derechos Humanos, hizo la recomendación que a la
persona de nombre ISRAEL VALLARTA CISNEROS, se le realice un estudio
radiológico consistente en una placa antero posterior y lateral del tórax y
placa simple de abdomen para destacar lesión ósea o lesión visceral; así
mismo, manifiesta que cuentan con los Laboratorios Chihuahua S.A. de C.V. para
la práctica de dicho estudio, pero deberá trasladarse el antes mencionado; […]
visto lo anterior, y tomando en consideración las constancias que anteceden por lo
que se considera necesario que ISRAEL VALLART[A] CISNEROS, se[a]
trasladado a los Laboratorios Clínicos Chihuahua S.A. de C.V., para que se le
tomen las radiografías recomendadas por la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, […] se ordena,
Protocolo De Estambul
Capítulo I Capítulo V Capítulo IV
Señales Físicas de la Entrevistas a
Tema Derecho Aplicable
Tortura víctimas de tortura
Entiende por tortura:
dolores o El capítulo se alza como Desarrolla estrategias
A sufrimientos graves, un marco normativo para para lograr una eficaz
destacar físicos o mentales, la detección de formas investigación y
en el infligidos a una específica de tortura. documentación al
caso. persona para obtener El Protocolo de Estambul tiempo de efectuar
información, por un enmarca como formas visitas y entrevistas a
funcionario público o específicas de tortura: víctimas de tortura;
bajo su instrucción o toma en
aquiescencia. 1.- Golpes y traumatismos consideración distintos
contextos y lugares.
Obligación del Estado 2.- Choques eléctricos:
(1; f)): “Asegurar que La zona genital es de las Para el Protocolo de
ninguna declaración que muestra lesiones con Estambul, “las
que se demuestre ha frecuencia. La electricidad evaluaciones médicas
sido hecho como proviene de un generador; pueden aportar útiles
resultado de tortura la corriente eléctrica sigue pruebas en contextos
pueda ser invocada el camino más corto entre legales como:
como prueba en dos puntos. Los síntomas (… c))
ningún procedimiento, que provoca siguen esta Determinar las
salvo en contra de una regla. condiciones en las que
personas acusada de ciertos funcionarios del
tortura”. Estado han podido
obtener falsas
confesiones”.
Los torturadores utilizan con frecuencia aguas o geles para aumentar la eficiencia
de la tortura,… y prevenir la detección de quemaduras eléctricas detectables. El
indicio observable de las quemaduras eléctricas suele ser una lesión circular
pardo-rojiza de un diámetro de 1 a 3 milímetros y, en general, sin inflamación,
que puede dejar una cicatriz hiperpigmentada. […] Las quemaduras eléctricas
pueden producir cambios histológicos específicos, pero éstos no siempre existen y
su ausencia en ninguna forma debe interpretarse como ausencia de la quemadura
eléctrica. […]”
Las lesiones que presenta Israel Vallarta Cisneros no son congruentes ni con los
tiempos de detención que reportan los agentes aprehensores. Tampoco son
consistentes con la versión de los policías federales quienes se dijeron que
sometieron a Israel Vallarta y que ese sometimiento se limitó a inmovilizarlo.
Israel Vallarta Cisneros es sujetado por la nuca a nivel de la espalda por una
persona vestida de civil frente a dos micrófonos; la escena, muestra como Israel
Vallarta, al contestar una pregunta, es doblegado y violentado:
Diálogos y secuencia:
Reclamo que el tribunal responsable, no obstante las pruebas del sumario, haya
conferido más peso al contradictorio oficio de puesta a disposición contra la
evidencia del servicio médico legista de la Procuraduría General de la República.
Reclamo que el tribunal unitario ante evidencia contundente, haya dado valor en
juicio a la declaración (“confesión”) ministerial de Israel Vallarta del nueve de
diciembre de dos mil cinco y haya omitido la aplicación del artículo 8º de la Ley
Federal que anula el valor de una declaración rendida bajo violencia.
Reclamo que esa declaración no haya sido excluida del cumulo acervo probatorio
y que, bajo esa misma regla de exclusión, no haya sido valorada como indicio que
opera en contra de la parte acusadora, y de ninguna manera en mi contra. Me
causa agravio directo que la declaración de Israel Vallarta Cisneros haya sido
valorada como un indicio en mi contra y sea tenida como prueba circunstancial y
de ubicación de lugar y tiempo, cuando carece de validez legal.
El primero de marzo de dos mil seis, ante el agente del ministerio Público visitador,
comparecieron los cuatro agentes federales y el subdirector que firmaron el parte
informativo de puesta a disposición. Al concluir sus declaraciones, el agente
visitador les puso a vista el video del operativo del nueve de diciembre de dos mil
cinco. A continuación, reproduzco sus impresiones después de ver el video:
Este agente no participó directamente en el rescate, dice haber llegado a las seis
horas con cuarenta minutos, para entonces reconoce que ya había muchos
medios de comunicación. La versión no encaja con la declaración del policía
anterior que rescató supuestamente a las seis y media y luego no se percató de la
presencia de medios.
“… Israel Zaragoza Rico, quien arribó al lugar, es decir al rancho las chinitas
aproximadamente entre seis treinta y seis cuarenta de la mañana en los
momentos que se daba auxilio médico a las víctimas… Acto seguido se hace
constar que en este momento se le pone a la vista el contenido del video
transmitido en el noticiero Primero Noticias del día nueve de diciembre de dos mil
cinco… después de ver el contenido manifiesta… deseo aclarar que el ingreso al
rancho las chinitas ocurrió cuando amanecía en un ambiente claro oscuro, no con
luz de día, no estaba la persona que aparece de abrigo negro en la toma que
se aprecia en el video en los momentos del ingreso a la construcción donde
estaban las víctimas, tampoco estaban ahí las armas, únicamente se
encontraba la chamarra policial, había credenciales de elector con foto regadas,
donde estaba la televisión había varios papeles, fotos de las personas
aseguradas, el pasamontañas, los celulares, la televisión y el mueble donde
estaba acomodada. Durante el contacto con las víctimas como lo precise con
anterioridad, no me percate de ninguna caravana de vehículos…, no me percate
de ninguna entrevista con florence ni con israel vallarta ni con las victimas ni
tampoco la entrevista que sale en el video, lo que sí me percate que había varios
medios de telecomunicación como tv azteca, un helicóptero de radio red y
varios reporteros en el rancho.
Este agente dice que la persona de abrigo negro que aparece en las imágenes no
estaba en el rescate, también que no había armas en la casa de seguridad. Este
agente reconoce la presencia de los medios, incluso de un helicóptero que
identifica de radio red.
Esta declaración aporta un dato importante, los agentes, las víctimas y los
detenidos salieron del rancho aproximadamente a las ocho horas con veinte
minutos de la mañana. Confirma que se no observó el mandato de ponernos sin
demora a disposición del ministerio público. Al ver el video, señala datos que
evidencian la mala fe, a saber, en la construcción donde supuestamente se
produjo el rescate no había armas, ni pasamontañas y la víctima no estaba
vendada. La duda se impone: ¿Quién, cuándo, cómo y por qué se colocaron las
armas, las credenciales de elector, el pasamontañas y la venda a Ezequiel?
Que el mando intermedio, Israel Zaragoza Rico, arribó a las seis cuarenta.
Que entre el rescate de las víctimas (06:25/30) y el arribo del subdirector (06:40)
mediaron apenas diez o quince minutos a lo sumo.
Que el lugar donde se filmó el supuesto rescate, fue alterado o preparado para la
filmación. Un agente señala que, adentro de la construcción dónde se filmó el
supuesto rescate, no había ni credenciales de elector, ni pasamontañas.
Tres testigos afirman que NO había armas. El contraste con la imagen es duro.
Que Ezequiel Elizalde, una de las pretendidas víctimas, no presentaba una venda
en la cabeza, tal y como luego apareció ante las cámaras de televisión. La venda
se aprecia limpia y sin manchas de sangre.
El dato más grave es el más evidente. Las escenas quisieron mostrar a los
acusados en la casa de seguridad al lado de las víctimas, pero la averiguación
previa claramente refleja que no fuimos detenidos ahí, sino en la carretera.
Más aún, tres agentes federales coinciden que en la construcción dónde habría
ocurrido el rescate no había armas. Pues bien, si en la construcción no había
armas, entonces alguien las puso ahí. Las armas fueron colocadas, “sembradas”
para la escenificación.
Los testimonios arrojan que una de las pretendidas víctimas participó vendado en
el montaje y que no lo estaba al ser supuestamente liberado. Sus vendas
aparecen limpias y sin manchas de sangre. Convoca a duda razonable el hecho
de que una persona supuestamente lastimada y traumatizada, accediera con tanta
premura (¿Quince o diez minutos?) a ser filmado y entrevistado.
Los policías refieren que su prioridad era la seguridad de las víctimas, empero,
sorprende que, nada más liberadas y atendidas médicamente, en cuestión de
minutos, se les pidiera participar en la escenificación. Más increíble aún, que
accedieran. El dato resulta absolutamente inverosímil.
El hecho se aviene tanto más incierto, cuando se considera que tal acto
significaba permanecer en un sitio que representaría traumatismo y miedo y
además implicaba continuar al lado de sus supuestos captores. Todavía más
increíble mantener al menor de edad en un lugar de cautiverio.
Los agentes refieren que las víctimas estaban en estado precario, muy alteradas:
¿Cómo pedirles entonces, en tan reducido tiempo y apenas “rescatadas” de un
trauma grande, que se dejaran filmar y entrevistar por periodistas?
Y luego a las seis horas con cuarenta y siete minutos empezó la transmisión del
programa Primero Noticias del Televisa con la participación del reportero Pablo
Reinah, como consta en el registro del videotape.
Tal versión pugna con el más elemental sentido común y de tiempo. Ahora bien,
el tribunal responsable coincide con el cómputo de los tiempos arriba expuesto,
pero sus conclusiones son distintas.
“Este tribunal de apelación considera que no fue posible que en ese lapso de
quince o treinta minutos que transcurrió desde que fueron liberadas las tres
víctimas que estaban privadas ilegalmente de su libertad en el domicilio que vivía
la inculpada con su novio, aproximadamente a seis horas con treinta minutos del
nueve de diciembre de dos mil cinco, hasta el momento que llegaron los medios
informativos, aproximadamente seis con cuarenta y cinco minutos o siete de la
mañana… esto es quince minutos, sea la temporalidad en que la policía haya
podido preparar de manera dolosa y de mala fe el montaje contra la sentenciada
con la intención de inculparla…”
El tribunal responsable computó bien los tiempos. Quince minutos mediaron entre
el pretendido rescate y la escenificación que registra el inicio de videotape a las
seis con cuarenta y siete (06:47). Su primer razonamiento también es puntual:
ciertamente en quince o treinta minutos es muy difícil planear una escenificación.
El tribunal observó que el tiempo fue muy corto, sin embargo, procedió a justificar
el montaje como una precipitación cuando no hay datos en el sumario que
permitan sostener tal presunción, cuando de hecho hay datos que indican que
desde las cuatro y media de la mañana, la policía se comunicó con los medios.
Reclamo la interpretación que justifica todo como una confusión. Tal conclusión es
incorrecta pues pugna con los elementos de autos y es además contradictoria con
los pronunciamientos de la misma sentencia, cuando por ejemplo, señala:
En suma, los datos del sumario arrojan –y la sentencia así lo reconoce- que se
alteró la escena de los sucesos, que sí se preparó un escenario.
Uno de estos datos robustece la presunción de que la policía tomó más tiempo: la
llamada a Pablo Reinah a las cuatro horas y media de la mañana (04:30 am).
Aparece probado que se alteró la escena y que lo visto fue actuado. Estos datos
indican que la policía forzosamente necesitó más tiempo, que su versión es
inconsistente y, por consecuencia, destruyen la presunción de buena fe.
CONDUCTA PROCESAL DE LAS PARTES, PRESUNCIONES DERIVADAS DE
LA. Siendo la buena fe base inspiradora de nuestro derecho, debe serlo, por
tanto, del comportamiento de las partes en todas sus relaciones jurídicas y en
todos los actos del proceso en que intervenga, y siendo la conducta procesal de
éstas elemento básico para la resolución de los negocios judiciales, los jueces
deben tomarla en cuenta para derivar de ella, en la averiguación la verdad,
las presunciones que lógica y legalmente se deduzcan al mínimo.[59]
Por eso reclamo que el tribunal responsable no haya apreciado los elementos que
delatan mala fe y la actuación poco profesional e ilegal de la policía federal.
Reclamo que no haya apreciado las implicaciones de todo lo que rodea y se
desprende del montaje. En ese tenor, también me causa agravio el siguiente
razonamiento judicial:
Reclamo que el tribunal no haya tomado en cuenta las copias certificadas del
expediente de queja 2006/656/5/Q de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos que concluyó con el reconocimiento de la Agencia Federal de
Investigación que: “(en el) operativo desarrollado por elementos de la Agencia
Federal de Investigación no se precisó que la detención de las personas ocurrió
antes de su llegada y por lo tanto no se le proporcionó información completa,
objetiva y veraz.”
Más aún, las declaraciones de los agentes y las imágenes confirman que sí se
montó un escenario para el montaje, que se pusieron armas de alto poder, que se
acomodaron credenciales de elector y que sembró un pasamontañas.
Una última imagen acusa la manipulación más tosca y grosera. La secuencia del
montaje muestra tres fotografías mías juntas sobre un sillón y la duda asalta:
¿Qué sentido tendría que en la casa de seguridad hubiera tres fotografías
enmarcadas y casi idénticas, con mi rostro?
Adicionalmente, está acreditado que estuve fuera del país de julio a septiembre de
dos mil cinco. Esto es que no pertenezco a una organización criminal.
Ahora, el arrendador manifestó también que el portero del edificio le dijo que no
me quedé a dormir en ese departamento. Así, el tribunal responsable incurrió en
falta de equidad pues se sirvió de lo que es en esencia una declaración de oídas
para desvirtuar mi declaración y sostener que es confusa.
Lo más grave e inequitativo, es que el tribunal haya tolerado y pasado por alto el
montaje, los dictámenes de lesiones, la contradicción manifiesta sobre la hora de
mi detención, las contradicciones de los testigos y, en cambio, se pronuncie, sobre
detalles mucho menores, que mis declaraciones son confusas y contradictorias.
Puestas en el fiel de la balanza, las versiones de la acusación son
manifiestamente mucho más contradictorias que mis declaraciones.
“Artículo 36. Comunicación con los nacionales del estado que envía.
Asimismo, tendrán derecho a visitar a todo nacional del Estado que envía que, en
su circunscripción, se halle arrestado, detenido o preso en cumplimiento de una
sentencia. Sin embargo, los funcionarios consulares se abstendrán de intervenir
en favor del nacional detenido, cuando éste se oponga expresamente a ello.
Conforme a constancias, a las diez horas con dieciséis minutos (10:16 am) del
nueve de diciembre de dos mil cinco fui formalmente puesta a disposición del
Agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad Especializada en Investigación
de Secuestros de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIS/190/2005.
En efecto, ese mismo día, a las quince horas con diez minutos (03:15 pm), sin ser
enterada del derecho a la información sobre asistencia consular, rendí mi
declaración ministerial.[65]
En ese día y hora, la representación diplomática francesa tampoco estaba
enterada de mi detención. Y, en tal diligencia, se me asignó un defensor de oficio y
un traductor al francés de la Procuraduría General de la República.
No fue sino hasta el diez de diciembre de dos mil cinco a las doce horas con diez
minutos (12:20 pm), pasadas más de veinticuatro horas después de mi puesta a
disposición oficial y después de haber rendido declaración ministerial, que
finalmente el ministerio público avisó a la representación diplomática[66].
Ese mismo día, a las quince horas con cuarenta y cinco minutos (03:45 pm), recibí
la visita del Cónsul General de la República Francesa en México. Ese mismo día,
la autoridad judicial decretó mi arraigo por noventa días.
El veintiuno de febrero de dos mil seis, firmé un escrito en el que pedía al agente
del ministerio público varios puntos, entre otros, que se me informara el nombre de
las personas que realizaban imputación en mi contra, y se me informara el avance
de la investigación.
La Corte Interamericana también señaló que los apartados b) y c) del artículo 36.1
de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares se refieren a la
asistencia consular en una situación particular: La privación de libertad. El texto
citado consagra, entre otros, el derecho del extranjero privado de la libertad a ser
informado, “sin dilación” de lo siguiente:
A continuación cito el voto concurrente del juez brasileño A.A. Cançado Trindade
(hoy magistrado de la Corte Internacional de Justicia), y en especial su posición
frente a la oposición de los Estados Unidos de América en cuanto al alcance de la
Opinión Consultiva 16, cuando en el pasado dicho Estado había invocado la
protección de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares[72]:
El nueve de enero de dos mil tres, los Estados Unidos Mexicanos iniciaron una
controversia contra los Estados Unidos de América sobre la aplicación e
interpretación de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. Tal
controversia ante la Corte Internacional de Justicia, conocida ahora como el caso
Avena, versó sobre el caso de mexicanos “arrestados en los Estados Unidos de
América” que “sin tener acceso a la protección consular de su país de origen…
pueden ser condenados a penas severas, incluso la pena de muerte, en violación
de las garantías del debido proceso.”
México también argumentó que “con el propósito de hacer posible una verdadera
asistencia consular,… la notificación debía ser inmediata, o cuando menos
antes de que el acusado rindiera su primera declaración[75].”
Finalmente cierro este concepto con otra cita de la OPINION CONSULTIVA 16/99.
Voto concurrente del juez mexicano, doctor Sergio García Ramírez:
“La tutela profesional del juez como tutor y garante de los derechos fundamentales
de todos los ciudadanos… el poder judicial se vincula con la soberanía popular, la
garantía de derechos fundamentales de todos, enunciados formalmente por la
Constitución pero concretamente verificados por su tutela y justiciabilidad… y es
únicamente sobre esta base como se puede refundar una cultura del poder
judicial… de la independencia del poder judicial como contrapoder institucional…”
Luigi Ferragioli, Derecho y Razón, 1995
La petición del fiscal sugirió que los testigos se presentaran ante el Cónsul
General de México en Los Ángeles, California en los Estados Unidos de América.
El siete de junio de dos mil seis, en la sede del citado Consulado, se presentaron
los testigos Cristina Ríos Valladares, Christian Hilario Ramírez Ríos y Raúl
Ramírez Chávez, quienes desahogaron vía el sistema de videoconferencia las
ampliaciones de declaración solicitadas por la defensa y el ministerio público.
Otro eje rector del debido proceso es la garantía de igualdad entre las partes,
igualdad de derecho y obligaciones en el juicio[80].
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier
acusación penal formulada contra ella…
Mi defensa contaba con esa garantía mínima, pero ésta fue disminuida en el curso
de la instrucción procesal. El acuerdo que admitió y ordenó el desahogo de las
ampliaciones a través del sistema de videoconferencia y vía el Consulado
General, obstaculizó el ejercicio de la defensa al no ofrecer en pie de igualdad la
oportunidad de interrogar a los testigos presentes ante y en sede judicial.
Artículo 29.- Los auxiliares del Ministerio Público de la Federación deberán, bajo
su responsabilidad, dar aviso inmediatamente a éste, en todos los casos sobre los
asuntos en que intervengan con ese carácter, haciendo de su conocimiento los
elementos que conozcan con motivo de su intervención.
Es indudable que el Cónsul General de México en Los Ángeles, California, es
parte del personal del Servicio Exterior Mexicano acreditado en el extranjero.
La imparcialidad del agente consular está comprometida puesto que, por mandato
de ley, es un auxiliar del ministerio público, e incluso le está subordinado en los
asuntos que conciernen sus funciones de auxilio suplementario. Tal subordinación
se desprende de los artículos 22 y 29 de la citada Ley Orgánica.
Por ejemplo, una regla fundamental del interrogatorio judicial es que los testigos
sean examinados separadamente, y así garantizar que el testigo que espera ser
interrogado, no escuche o conozca las preguntas y las respuestas de otros.
El miedo de los testigos tampoco es razón suficiente, puesto que el mismo código
procesal autoriza que la autoridad judicial disponga protección policial a testigos
cuya declaración resulte determinante para absolver o condenar al procesado.
He insistido que los videos son pieza clave del elenco probatorio. Asimismo, el
sumario arroja la existencia de un testimonio que hubiera sido clave para
desentrañar la verdad y cuyo desahogo no se logró.
Convocado para tal diligencia, el testigo Pablo Javier Reinah Martínez manifestó
“por así convenir a sus intereses y en términos de la fracción III, del ordinal 243 bis
del Código adjetivo de la materia y fuero y por su calidad de periodista, se acoge a
dicho beneficio, por lo que no es su deseo rendir atesto en la presente causa.” La
juez de la causa proveyó de conformidad dicha petición.
El siete de diciembre de dos mil seis el Cuarto Tribunal Unitario modificó el auto
impugnado y ordenó de nuevo el desahogo de la testimonial de mérito.
Por no haber sido localizado, el siete de febrero de dos mil siete, la juez de la
causa ordenó girar oficios a diversas dependencias.
El veintiuno de mayo de dos mil siete, la juez de la causa determinó que se citara
al testigo por medio de una publicación en un diario de circulación.
Por ejemplo, la autoridad judicial omitió girar oficios a la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos, organismo ante el cual, el testigo promovió la queja
2006/656/5/Q. Expediente de la cual obra copia certificada agregada al sumario
y del que bien se podría haber desprendido un domicilio. Tampoco dio cabal
cumplimiento al artículo 83 del Código Federal de Procedimientos Penales.
4. Que diga la testigo si recuerda la hora en que le informaron que tenía que
cubrir la nota en el rancho citado. Dicha pregunta no ha lugar a calificarla de
legal en virtud de que la misma se advierte un aviso previo lo cual en su análisis la
Magistrada del Cuarto Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito en los
autos del Toca Penal 477/2006 insta a que la misma no se cuestione al ateste
de que se trata a las fuentes y medios por los cuales se allegó para cubrir la
nota a que ha referencia, en tal virtud,… con apoyo en el artículo 41, párrafo
segundo del Código Federal de Procedimientos Penales, dicho cuestionamiento
se considera inconducente para los fines…
La jueza de distrito no calificó de legal una pregunta clave al conocimiento de la
verdad. Más aún, del fundamento y motivos que invocó para no calificar la
pregunta de legal, se advierte que indirectamente aplicó el impedimento o reserva
previsto en la fracción III del artículo 243 bis del código procesal.
En esencia, ese impedimento trata sobre la reserva de los periodistas para revelar
sus fuentes, o como dice el código “a la identificación de personas que, con
motivo del ejercicio de su actividad, les proporcionen como información de
carácter reservada, en la cual sustenten cualquier publicación o
comunicado.” Como se desprende del texto mismo, la ratio legis de esta norma
es establecer una reservar legal para proteger “la identificación de personas” que
proporcionen información a periodistas.
El tribunal aplicó indirectamente este artículo sirviéndose del 41 que establece una
regla procesal encaminada a que la justicia sea “pronta y expedita.”
“Los problemas con los reportes médicos se deben a varios factores. Primero, las
condiciones de trabajo de los médicos legistas no son adecuadas al debido
ejercicio profesional. Los doctores son empleados del Estado y no reciben
remuneración ni entrenamiento adecuados y a menudo trabajan con equipos
pobres y viejos… Segundo, los médicos legistas no suelen gozar de la debida
independencia de las autoridades administrativas, particularmente el Ministerio
Público…”
Injusticia Legalizada. Procedimiento Penal Mexicano y Derechos Humanos,
ProDH-Lawyers Committee for Human Rights. 2001
Las reglas del debido proceso legal comprenden el derecho de las partes,
especialmente en enjuiciamientos de orden penal, de ofrecer medios de prueba.
Este derecho, a su vez, exige que las pruebas sean admitidas y que los
mecanismos de desahogo agoten exhaustivamente el debate de tal modo que
contribuyan al esclarecimiento de la verdad.
2. (…) Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:
…
f) derecho de la defensa de… obtener la comparecencia, como testigos o
peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;
Así, es regla procedimental que, cuando dos dictámenes ofrecidos por partes
contrarias en juicio, sean discordantes, entonces el juez debe citar a una junta y,
en su caso, señalar a un perito tercero para allegarse mayores elementos y
conservar la imparcialidad. De esta manera, el debate pericial busca iluminar
zonas oscuras o debatidas del proceso.
Artículo 236.- Cuando las opiniones de los peritos discordaren, el funcionario que
practique las diligencias los citará a junta en la que se discutirán los puntos de
diferencia, haciéndose constar en el acta el resultado de la discusión. Si los
peritos no se pusieren de acuerdo se nombrará un perito tercero en
discordia.
En el presente caso, reclamo la inobservancia del artículo 236 del código adjetivo
por no haberse citado a una junta de peritos y nombrado a un tercero en discordia,
frente a la contradicción entre dictámenes médicos sobre un punto medular.
Por su parte, el dictamen de integridad física suscrito por el perito médico oficial de
la Procuraduría General de la República, doctor Humberto G. Hernández Escorcia,
del nueve de diciembre de dos mil cinco, señaló que Ezequiel Yadir Elizalde Flores
presentaba una huella de puntura, que según dicho del propio testigo, fue
producida por una aguja, y se trataba de lesiones que tardan en sanar menos de
15 días:
Sin embargo, en el análisis que realiza de dicho dictamen, no tomó en cuenta, que
dicha pericial concluyó que las características físicas que presentó en su dedo
meñique Ezequiel Yadir Elizalde Flores, no se puede determinar médicamente
si corresponde a cicatriz por punción.
Luego entonces, es claro que el Perito Médico sí señaló que lo que presenta
Ezequiel Yadir Elizalde Flores en su dedo meñique corresponde a una alteración
en piel denominada petequia o hipervascularización sub-dérmica o cúmulo de
varios capilares o vasos sanguíneos ya que desaparece con la digito presión y
reaparce al recibir flujo sanguíneo normal.
En consecuencia y contrario a lo estimado por la responsable ordenadora, el
perito médico Juan Carlos Rueda García, sí cumplió con lo dispuesto por el
artículo 234 del Código Federal de Procedimientos Penales.
“[...] Destaca el hecho de que Israel Vallarta Cisneros, sujeto señalado como uno
de los que participó en la privación ilegal de la libertad de Valeria Cheja Tinajero,
sea el novio o amasio de la sentenciada FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ
CREPIN, como se verá al analizar los medios de prueba de los que resulta
especialmente relevante ese dato, porque al tiempo en que las víctimas Ezequiel
Yadir Elizalde Flores, del menor de edad Christian Hilario Ramírez Ríos (de once
años de edad) y Cristina Ríos Valladares, permanecían privadas de su libertad en
el domicilio ubicado en la carretera federal a Cuernavaca, Kilómetro veintinueve y
medio, calle cerrada de Ahuacatitla, de nombre “Rancho Las Chinitas”, dicha
sentenciada vivía en ese mismo domicilio, respecto al cual como ya se vio, los
agentes de policía tuvieron noticia de que sirvió como la casa en que
permanecieron privadas de su libertad otras personas que fueron secuestradas
además de las víctimas que ocupan el estudio de este asunto.”
“Los anteriores medios de prueba sirven para establecer de manera fehaciente
que la detención de la sentenciada FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ
CREPIN, fue producto o consecuencia de la investigación que los agentes de
policía de la Agencia Federal de Investigación efectuaron respecto al diverso ilícito
de secuestro de Valeria Cheja Tinajero, ya que hasta el día nueve de diciembre de
dos mil cinco, antes de la detención de Israel Vallarta Cisneros y de la sentenciada
FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ CREPIN, los agentes de policía
desconocían que en ese domicilio donde vivía la inculpada y su novio o amasio
Israel Vallarta Cisneros…”
“Lo anterior debe ser destacado para que al momento de apreciar y valorar los
restantes elementos de prueba, no pase inadvertida que la implicación de la
sentenciada en los delitos que se le atribuyen no fue una circunstancia fortuita,
antes bien, como ya se dijo, fue consecuencia o producto de la investigación que
los agentes de policía efectuaron en cumplimiento a la orden de investigación de
la privación de la libertad de Valeria Cheja Tinajero.”
Las anteriores afirmaciones del tribunal responsable son inexactas, pues son
resultado producto de un indebido análisis y apreciación de los diversos elementos
de convicción dado que las piezas del sumario no resultan, ni aptas, ni
suficientes, para acreditar la responsabilidad penal. El tribunal responsable no
analizó, ni tomó en consideración, lo siguiente:
2.- Del informe elaborado por los Agentes José Luis Escalona Aldama, José
Aburto Pasos e Israel Zaragoza Rico, de diez de noviembre de dos mil cinco y su
ratificación del mismo, el once de noviembre de dos mil cinco, se observa que en
relación a los secuestradores, tampoco se menciona la presencia de una persona
del sexo femenino.
3.- Del informe elaborado por los Agentes José Luis Escalona Aldama, José
Aburto Pasos e Israel Zaragoza Rico y ratificación del mismo de cuatro de
diciembre de dos mil cinco, claramente se advierte que solo mencionan a un
sujeto del sexo masculino que conducía un automóvil Volvo, de color gris, el
domicilio ubicado en la calle Moctezuma número doscientos cincuenta y siete,
Colonia Barrio San Miguel y a Marco Antonio y José Fernando Rueda Cacho, pero
no mencionan a una persona del sexo femenino.
4.- Del informe elaborado por los Agentes José Luis Escalona Aldama, José
Aburto Pasos e Israel Zaragoza Rico y la ratificación del mismo de cinco de
diciembre de dos mil cinco, en la investigación de los hechos donde fue privada de
la libertad Valeria Cheja Tinajero solo se menciona como lograron llegar al
domicilio ubicado en la carretera federal a Cuernavaca, a la altura del kilómetro
veintinueve y medio, esquina con la calle cerrada de Ahuacatitla, colonia San
Miguel Topilejo, “Rancho las Chinitas”, en donde dicen implantaron vigilancia en
dicho inmueble.
No obstante la vigilancia implantada en el inmueble, en el referido informe no se
menciona a una mujer, menos aún a mi persona.
5.- De las declaraciones rendidas por Valeria Cheja Tinajero y en forma concreta
en la diligencia de que se denominó reconocimiento de persona, el diez de
diciembre de dos mil cinco, Valeria Cheja Tinajero, señaló:
“4.-Que diga el testigo, con anterioridad al nueve de diciembre de dos mil cinco, en
cuantas ocasiones se implementó servicio de vigilancia en el domicilio que
menciona en su parte de la fecha antes indicada. RESPUESTA.- Yo no, pero mis
compañeros sí, porque ellos eran los encargados del caso. 5.- Que diga el testigo
si con anterioridad al día de la detención de Florence Cassez, la había visto.-
RESPUESTA.- No.”
II.- Carlos Alberto Servín Castorena, a preguntas de la defensa, respondió:
“…1.- Que diga el testigo si en algún momento de los hechos que narra en el parte
informativo de fecha nueve de diciembre de dos mil cinco, en forma personal habló
con mi defendida.- RESPUESTA.- Únicamente cuando se le aseguró, yo no le
hice ninguna manifestación… 3.- Que diga el testigo si con anterioridad al día de la
detención de Florence Cassez, la había visto.- Respuesta.- No. …”.
III.- José Luis Escalona Aldama, a preguntas de la defensa, respondió:
“…1.- Que diga el testigo, si en algún momento de los hechos que narra en el
parte informativo, de fecha nueve de diciembre de dos mil cinco, en forma
personal habló con mi defendida.- RESPUESTA.- No, en ningún momento. . . .3.-
Que diga el testigo, con anterioridad al nueve de diciembre de dos mil cinco, en
cuantas ocasiones se implementó servicio de vigilancia en el domicilio que
menciona en su parte de la fecha antes indicada.- RESPUESTA.- Fueron varias,
en diferentes horas y días, sin poder especificar.-5.- Que diga el testigo, si con
anterioridad al día de la detención de Florence Cassez, la había visto.-
RESPUESTA.- No. . . .”
IV.-José Aburto Pasos, a preguntas de la defensa, manifestó:
“…1.- Que diga el testigo, si en algún momento de los hechos que narra en el
parte informativo de fecha nueve de diciembre de dos mil cinco, en forma personal
habló con mi defendida. RESPUESTA.- No, en ningún momento.-. . .4.- Que diga
el testigo, con anterioridad al nueve de diciembre de dos mil cinco, en cuantas
ocasiones se implementó servicio de vigilancia en el domicilio que menciona en su
parte de la fecha antes indicada.- RESPUESTA.- En diferentes ocasiones son (sic)
recordando días y horas.-5.-Que diga el testigo, si con anterioridad a la detención
de Florence Cassez, la había visto.-RESPUESTA.- No, sino hasta el
aseguramiento del señor Israel. …”
La detención obedeció, según los agentes aprehensores, a la existencia de un
arma larga en el vehículo. Ahora bien, esa misma circunstancia carece de
credibilidad a la luz de las declaraciones de esos mismos agentes federales ante
el ministerio público visitador, ante quien reconocieron el hecho de que en la
cabaña del rancho, supuesto escenario del rescate, no había armas. Lo que
permite indicar que las armas fueron colocadas (“sembradas”) armas largas.
Por tanto, no se puede construir una prueba circunstancial donde no la hay, tal y
como en el caso acontece. No existe indicio alguno que me vincule y que sea
resultado de las investigaciones realizadas por los agentes de la Agencia Federal
de Investigación. En efecto de investigaciones tales como el seguimiento de un
vehículo Volvo y la vigilancia fija realizada en el domicilio denominado “Rancho las
Chinitas”, no se desprende que los agentes investigadores me hayan siquiera
tenido a la vista. Es evidente que esos elementos de convicción, no son aptos ni
generan indicio alguno en mi contra.
“…,cabe señalar que hasta la parte de atrás del rancho donde vivo, tengo una
cabañita, en la cual desde hace tres meses, se fue a vivir mi novia de nombre
FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ CREPIN, la cual conozco desde
aproximadamente un año, cuando me la encontré en un elevador, misma que
actualmente se pasa todo el día trabajando en un hotel de nombre “Fiesta
Americana” de Polanco, motivo por el cual ella no estaba enterada de las
personas que tenía secuestradas dentro de mi casa, ni participo en ninguno de los
secuestros que he narrado, sino hasta el momento en que el día de ayer en
compañía de mi novia salimos de mi domicilio, momento preciso en el cual fuimos
detenidos en el kilómetro 28 veintiocho de la carretera Federal México-
Cuernavaca por los elementos de la Agencia Federal de Investigación, donde me
pasaron a otro vehículo hasta el día de hoy en la madrugada volví a ver a
FLORENCE en mi casa…”
De ahí que se sostenga, que ninguno de los elementos del sumario, es apto o
suficiente para acreditar mi responsabilidad penal en la comisión del delito de
Violación a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Por otra parte, resulta insuficiente, en términos de lo dispuesto por los artículos 40
y 41 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, para pretender
acreditar mi responsabilidad penal, que el tribunal responsable señale, sin
acreditarlo, que la principal función era la dirección, supervisión en las casas de
seguridad a manera de proveer la despensa o medicamentos, ya que respecto
que la parte acusadora no aportó prueba idónea.
Es evidente que las únicas pruebas que existen sobre ese tema, serían las
contradictorias declaraciones de los testigos cuya ineficacia probatoria ya ha sido
expuesta.
“…,cabe señalar que hasta la parte de atrás del rancho donde vivo, tengo una
cabañita, en la cual desde hace tres meses, se fue a vivir mi novia de nombre
FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ CREPIN, la cual conozco desde
aproximadamente un año, cuando me la encontré en un elevador, misma que
actualmente se pasa todo el día trabajando en un hotel de nombre “Fiesta
Americana” de Polanco,… hasta el día de hoy en la madrugada volví a ver a
FLORENCE en mi casa…”
II.- En la declaración Ministerial del nueve de diciembre de dos mil cinco, rendida
por el menor Christian Hilario Ramírez Ríos, claramente señaló:
Este parte informativo tuvo que ser modificado a raíz del escándalo mediático y los
mismos agentes aprehensores que lo suscribieron, se vieron obligados a variar su
contenido. Por las mismas razones asentadas en anteriores conceptos de
violación, carece de valor probatorio.
Sus suscriptores faltaron a la verdad, primero queriendo hacer creer que la
detención de la quejosa ocurrió el nueve de diciembre de dos mil cinco, cuando en
realidad ocurrió el ocho de diciembre del mismo año. Segundo, que los autos
arrojan que sufrí una indebida retención en contravención al mandato del artículo
16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es decir los
agentes incurrieron en una conducta ilícita que incluso está advertida y señalada
en los protocolos de actuación policial. Tercero, que en el interior de la cabaña
fueron colocadas (“sembradas”) las armas puesto que no estaban ahí y que eso
fue reconocido incluso por los agentes federales ante el Ministerio Público
visitador.
Conviene expresar además que le diverso informe o parte policial del cinco de
diciembre de dos mil cinco, correspondiente a la vigilancia previa, arroja datos que
resultan cuestionables. Si se observa con detenimiento las fotografías que lo
acompañan, se podrá apreciar que existen fotografías tomadas desde el interior
del rancho las Chinitas, lo que resulta dudoso puesto que en ese momento se
supone que tan sólo existía una vigilancia exterior. Ese dato es un elemento
adicional que apunta hacia falta de probidad y respalda la duda sobre todos los
informes policiales, particularmente el parte informativo del nueve de diciembre.
Pero además, del contenido del parte informativo, no se pone de manifiesto que
tuviera conocimiento de que en el vehículo en el que viajaba se encontrara una
arma de fuego; así como tampoco se demuestra que la quejosa tuviera
conocimiento de la otra arma de fuego en el interior del Rancho “Las Chinitas”.
Existe duda fundada respecto de las afirmaciones de los agentes captores de que
efectivamente hubieran encontrado esa arma en la camioneta o en el rancho, pues
tal parece que con sus imputaciones buscaron justificar su proceder arbitrario.
18. VIOLACIÓN AL PRINCIPIO CONSTITUCIONAL DE PRESUNCIÓN DE
INOCENCIA Y SU COROLARIO DE DUDA RAZONABLE O “IN DUBIO PRO
REO”.
“El juez no puede, por ejemplo, estar convencido de la verdad de una imputación
porque ha leído en el periódico que los índices de delincuencia aumentan día tras
día. Ni tampoco, porque el imputado tiene cabellos color castaño…”
Mario Eduardo Corigliano. El principio in dubio pro reo y su control en la
casación penal.
Fui imputada, porque un primer testigo dijo haber visto un mechón de pelo güero.
A partir de ese dicho y luego de la escucha de un audio que contenía una voz con
acento raro, de extranjera que arrastra las “erres”, fui condenada a sesenta años
de prisión.
En el proceso ofrecí prueba idónea para contradecir ese hecho, puesto que no soy
rubia o güera como fue el dictamen pericial de anatomía y patología y de que mi
cabello no presentaba huellas de haber sido teñido químicamente. Empero, al
tribunal responsable le bastó refutar tal prueba con un mero razonamiento cultural.
(…) En México es frecuente que los medios de comunicación den a conocer los
nombres y las fotografías o imágenes de personas que acaban de ser
detenidas… Los medios de comunicación,…, vulneran de esa forma la
presunción de inocencia… [94]
Por mérito del impacto mediático, la opinión pública y los testigos quedaron
familiarizados con mi rostro y mi voz. Una vez que empezaron a reconocerme,
Cristina y su hijo siguieron la misma fórmula, la mujer que arrastra las “erres”, la
de acento raro, como francés, y con manos blancas.
Como sea, los tres testimonios que me incriminan, mención aparte de sus
inconsistencias y contradicciones, son islas en un océano de dudas e
irregularidades. No tienen asidero más allá de los propios dichos.
Mi enjuiciamiento, al contrario de debido, fue un proceso inquinado.
En resumen, esas son las certezas a las que arribó el tribunal responsable.
Los testigos pueden mentir, esa es una realidad tan antigua como la Biblia y el
Viejo Testamento. También los testigos pueden faltar a la verdad por manipulación
o sugestión. La sentencia reclamada, toleró las contradicciones a partir de lo que
apreció como una paulatina recuperación de memoria después de un hecho
traumático. Empero, el tribunal no contó con ninguna base pericial u objetiva para
sostener tal afirmación, simplemente hizo suya la justificación de los testigos que
tuvieron que cambiar su declaración y que sabían estar contradiciendo sus dichos.
En febrero de dos mil seis, un debate mediático se libró ante la opinión pública. El
asunto alcanzó su cima cuando el Procurador General de la República y el vocero
de la Presidencia tuvieron que responder a los cuestionamientos. A partir de ese
momento y a nivel de la cuerda jurídica, la investigación se concentró casi
exclusivamente en mi persona. Empero, el tribunal pasó de largo el contexto de la
crisis mediática y de credibilidad en el que se produjo el giro de los testimonios.
Un giro que además está marcado por lo que bien puede describirse un
“reconocimiento condicionado”. Cristina y su hijo me reconocieron a partir de
que les fueron mostradas fotografías mías y sobre todo desde que escucharon
grabaciones con mi voz. Mi voz, la misma que el cinco de febrero llamó a un
programa de televisión, y en vivo cuestionó a altas autoridades policiales y
ministeriales. A otro testigo le fue mostrada mi foto, quien me reconoció por haber
salido en la televisión.
Los testigos pueden mentir o faltar a la verdad por error de memoria, por mala fe,
por agradecimiento o por complacer a la policía y al ministerio público, también por
condicionamiento. Las motivaciones internas pueden ser muchas y fácilmente
pueden convencer al dicente de sus yerros. Sin embargo, los giros radicales de los
testimonios, las irregularidades de los reconocimientos, el contexto de crisis y los
excesos mediáticos que los rodearon, son datos ciertos. El efecto condicionante
no es una apreciación subjetiva, sino una tipología estudiada y documentada.
“[El principio in dubio pro reo] no se trata de ningún beneficio a favor del reo o
una prebenda legislada “para favorecer” sino, muy por el contrario, una limitación
muy precisa a la actividad sancionatoria del Estado. Este principio rige,
fundamentalmente, como principio rector de la construcción de la sentencia
como un todo… El principio in dubio pro reo aplicado a la valoración de la prueba
o a la construcción de la sentencia es una de las consecuencias directas y más
importantes del principio de inocencia.”[98]
Me agravia que el tribunal haya ignorado el actuar ilícito de la policía, las
contradicciones de los testigos y su silencio cómplice en torno al montaje, la
fabricación de un escenario, la retención ilegal de mi persona en contravención de
la norma constitucional, la inverosimilitud de la versión oficial y la incertidumbre de
la detención.
Las armas que habrían justificado una supuesta flagrancia, constituyen un primer
ejemplo de manipulación. Para efecto de las escenas mediáticas fueron colocadas
en la cabañita que se presentó como casa de seguridad. Todos los agentes
aprehensores coinciden en que no estaban ahí. Si fueron sembradas en la
cabañita también fueron sembradas en el vehículo. Por otro lado, la autoridad
ministerial no realizó una prueba dactiloscópica ni aportó algún otro elemento de
convicción para vincular esas armas con mi persona. No hay prueba directa que
me relacione con esas armas.
¿Acaso es creíble que la policía hubiese convocado a los medios desde las cuatro
y media de la mañana del nueve de diciembre, dos horas antes del momento
cuando supuestamente se habría controlado la situación?
¿Es creíble que la policía hubiese invitado y convencido en quince minutos a los
testigos, supuestamente recién liberados, a dejarse filmar y a contestar preguntas
de los periodistas?
La evidencia del sumario arroja indicios de mayor peso sobre el hecho de que la
detención ocurrió el ocho de diciembre y no el nueve. La autoridad fue incapaz de
aclarar la incertidumbre cuando fue cuestionada sobre fecha y hora de detención
por la prensa. Finalmente, al justipreciar el peso de indicios consistentes que
inclinan la balanza por el ocho de diciembre, el tribunal responsable debió aplicar
la regla in dubio pro reo. No lo hizo.
Las imágenes del cateo al rancho las Chinitas son otro dato que apuntan a la
manipulación y a que mi detención ocurrió el ocho de diciembre. Si se observan
esas imágenes con detenimiento, se podrá apreciar que en los muebles que están
en la entrada de la cabaña se encontraron objetos personales, especialmente
varias fotografías familiares mías. Esas fotografías fueron extraídas de mi
departamento y colocadas junto con mis muebles en la cabaña del rancho.
Fotografías
personales que aparecen
en la secuencia del cateo al
rancho Las Chinitas, fotos
extraídas de mi
departamento y colocadas
en la cabañita.
PGR/SIEDO/UEIS/190/2005
En esencia se trata del mismo tipo de manipulación que mis tres fotografías, casi
idénticas, colocadas sobre el sillón de la entrada y que aparecen en las imágenes
del simulacro de rescate. En verdad, ¿Qué sentido tendrían objetos personales y
fotografías de familia en una casa de seguridad? El dato va contra toda lógica.
Ezequiel dijo haber sido anestesiado pero la versión sobre el día cuando ese
episodio habría sucedido es equívoca. Además, la autoridad investigadora nunca
practicó una prueba médica o química determinar la presencia de un anestésico.
Las dudas corroen las imputaciones del expediente. Muchas de éstas además se
vinculan a omisiones flagrantes o zonas oscuras de la indagatoria. Por ejemplo, en
la averiguación previa, los mismos testigos que terminaron incriminándome,
empezaron haciendo señalamientos en otra dirección, hacia otras personas.
Después del cinco de febrero de dos mil cinco, la investigación se centró sobre y
contra mi persona. Mi osadía selló mi suerte pues en esa fecha me atreví a
cuestionar las imágenes de televisión, a exponer el montaje urdido por la policía y
a controvertir públicamente a servidores públicos.
Reclamo por eso que el tribunal responsable haya afirmado en su sentencia que
siempre gocé en el proceso de la garantía de presunción de inocencia. Sostener
tal afirmación e ignorar, como si nada hubiera pasado, los efectos del montaje
mediático implica envolver el razonamiento judicial en un formalismo estrecho,
despegado de la realidad.
“lo reportado como noticia por los medios de información, en torno a la liberación
de tres víctimas en el rancho “Las Chinitas” y la detención de dos personas, una
de ellas sentenciada, no fueron medios de prueba a los que se haya otorgado
valor probatorio y que hayan incidido en perjuicio o beneficio de la inculpada, por
tanto, lo afirmado por la sentenciada de que es una grosería y una violación a su
derecho de presunción de inocencia, no es motivo de estudio y
pronunciamiento por esta alzada, especialmente porque en lo que concierne a
la averiguación previa y a la instrucción, en todo momento durante el
proceso penal, la sentenciada conservó a su favor la presunción de
inocencia.”
“[el peticionario] fue exhibido ante los medios de comunicación, vestido con
traje infamante, como autor del delito de traición a la patria… [cuando éste]
“aún no había sido legalmente procesado ni condenado…”[103]
La exhibición mediática importa una violación del más grave orden, determinó mi
culpabilidad a priori, y provocó que la autoridad quedara comprometida con el
veredicto de un juicio mediático, y mejor dicho quedara atada a mi culpabilidad,
contra toda evidencia o razón que abra la posibilidad de mi inocencia.
La construcción de una mentira selló el inicio del proceso. Repito aquí las palabras
del periodista Pablo Reinah cuando dijo: “Si son capaces de mentir en un
operativo, son capaces de mentirnos todo y eso es lo preocupante.”
[1] www.florence-inocente.com
[2] Tomo XII, foja 322
[3] Prueba documental 19, Tomo VII, foja 793.
[4] Sentencia: Tribunal Unitario de Circuito. Toca penal 198/2008, páginas 501 y
502.
[5] Cfr. Semanario Judicial de la Federación. Novena Época. Tomo XXX,
Noviembre de 2009, Pleno y Salas. Precedente Amparo directo 9/2008. Tesis
rubro: Acceso a la Justicia. Sus Alcances. Principio de Igualdad en el
Proceso Penal. Su Alcance. Páginas 399 y 410.
[6] Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española. 21ª Edición.
[7] Cfr. La Detención. Derechos humanos en la práctica policial. 2ª edición. PGR.
2004 Circular No. C/003/01. DOF 24 de diciembre de 2004.
[8] Opinión Consultiva OC-16/99. 1 de octubre de 1999. CIDH. La nueva
Dimensión de las Necesidades de Protección del Ser Humano en el inicio del
Siglo XXI.
[9] Tesis II.2º.P. 204 P. PRUEBA TESTIMONIAL EN MATERIA PENAL. EL
JUZGADOR, AL VALORAR UN TESTIMONIO, DEBE ATENDER A LOS
ASPECTOS PARTICULARES Y LOS “IMPULSOS MOTIVADORES” O A LA
ESPONTANEIDAD E INDEPENDENCIA DEL TESTIFICANTE. SJF, Tribunales
Colegiados de Circuito. Tomo XXIV, septiembre 2006, página 1518.
[10] Novena época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXV, Enero
2007, p. 356, Rubro: PRUEBA TESTIMONIAL EN EL PROCESO PENAL
CUANDO LOS HECHOS SE CONOCEN POR REFERENCIA DE TERCEROS.
SU VALORACION.
[11] Novena época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XX, Octubre
2004, p. 2252, Rubro: PRUEBA TESTIMONIAL. PRINCIPIOS QUE RIGEN LA
INMEDIATEZ PROCESAL PARA SU VALORACION.
[12] Tomo IX, fojas 362 y 365.
[13] Programa del Noticiero de Televisa, Primero Noticias, Tomo XII, foja 322.
[14] Tomo I, fojas 261-264.
[15] Tomo XII, foja 316. Oficio AFI/DGIP/3041/06
[16] 5 de febrero del dos mil seis, Noticieros Televisa, Noticiero Punto de Partida
con Denise Maerker.
[17] Primero Noticias, op. cit.
[18] Tomo III, fojas 213-222.
[19] Primero Noticias.
[20] Tomo I, fojas 253-260
[21] Petequia: Mancha pequeña en la piel, debida a una efusión interna de sangre.
[22] Programa: Punto de partida, 5 de febrero 2006.
[23] Semanario Judicial de la Federación, Tomo XXX, Noviembre 2009. Pleno y
Salas, página 413.
[24] Primera Sala, Amparo directo 9/2008.
[25] Noticieros Televisa. Denise Maerker. Programa Punto de Partida. Video: 5 de
febrero de 2006.
[26] Semanario Judicial de la Federación: Novena Época; Primera Sala; Tomo
XXX, Noviembre de 2009; página 415; Tesis: 1a. CLXXXVII/2009; Aislada.
[30] Ibidem.
[31] Tesis: 1a. CLXXXVI/2009. PRUEBA ILÍCITA. EL DERECHO A UN DEBIDO
PROCESO COMPRENDE EL DERECHO A NO SER JUZGADO A PARTIR DE
PRUEBAS OBTENIDAS AL MARGEN DE LAS EXIGENCIAS
CONSTITUCIONALES Y LEGALES.
[53] Tomo VII, foja 793. “Acepta AFI que montó operativo.” TV Azteca. Hechos.
Javier Alatorre.
[54] Tomo X fojas 638 y 639.
[55] Sentencia. Toca penal 198/2008. Página 543.
[56] PARTES EN EL PROCESO PENAL, ACTUACION DE LAS. Semanario
Judicial de la Federación, 6ª. Época. Volumen LXXXI, p. 22
[57] Sentencia. Toca penal 198/2008. Página 543.
[58] Sentencia: Tribunal Unitario de Circuito. Toca penal 198/2008, página 502.
[59] Semanario Judicial de la Federación 5ª. Época. Tomo CXXXI, p. 179
[60] Sentencia. Toca penal 198/2008. Página 542.
[61] Sentencia: Tribunal Unitario de Circuito. Toca penal 198/2008, páginas 516 y
517.
[62] www.sre.gob.mx/tratados.
Firma México: 7 de octubre de 1963. Aprobación Senado 24 diciembre 1964.
Vinculación de México: 16 de junio de 1965. Entrada en vigor para México 19 de
marzo de 1967. Promulgación Diario Oficial de la Federación 11 de septiembre de
1968
[63] Vigente en Francia desde el 29 de marzo de 1971. Décret No. 71-288
[64] Tomo I, foja 285.
[65] Tomo I, fojas 288-296.
[66] Tomo I, foja 412.
[67] Tomo III, fojas 505-506
[68] Semanario Judicial de la Federación. Tomo XXX. Pleno y Salas. Noviembre
2009. Página 402. AVERIGUACIÓN PREVIA. LAS TRANSGRESIONES
COMETIDAS DURANTE ESTA FASE CONSTITUYEN VIOLACIONES
PROCESALES EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 160 DE LA LEY DE AMPARO.
[69] Corte Interamericana de Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-16/99. 1
de octubre de 1999, solicitada por los Estados Unidos Mexicanos: “EL DERECHO
A LA INFORMACIÓN SOBRE LA ASISTENCIA CONSULAR EN EL MARCO DE
LAS GARANTÍAS DEL DEBIDO PROCESO LEGAL.”
www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_16_esp.pdf