Omision Legislativa

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CIUDADANOS

PRESIDENTE, MAGISTRADAS Y DEMÁS MAGISTRADOS DE LA SALA


CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA
SU DESPACHO.-

Yo, MANUEL EDUARDO INOJOSA GOMEZ, titular de las cédula de identidad N* V.-
27.296.24, respectivamente inscrito en INPREABOGADO bajo el N* 127.456, también
respectivamente, de este domicilio, actuando en nuestro propio nombre. acudimos ante esta
Honorable Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de conformidad con lo
previsto en los artículos 336, numeral 7, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y 25, numeral 7, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, a fin de
interponer Recurso de Inconstitucionalidad por Omisión Legislativa de la Asamblea
Nacional de la República Bolivariana de Venezuela por no haber dictado los
lineamientos necesarios para completar el vacío constitucional sobre el proceso del
proyecto final de la Asamblea Nacional Constituyente.

DE LA COMPETENCIA PARA CONOCER DEL RECURSO

Y SU ADMISIÓN

Conforme a lo establecido en el numeral 7º del artículo 336 de la CRBV, entre las


atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia se encuentra:

“7. Declarar la inconstitucionalidad de las omisiones del poder legislativo municipal, estadal
o nacional cuando haya dejado de dictar las normas o medidas indispensables para garantizar
el cumplimiento de esta Constitución, o las haya dictado en forma incompleta; y establecer el
plazo y, de ser necesario, los lineamientos de su corrección.”
Esta atribución es además sustentada por la jurisprudencia nacional, en sentencia Nº 1556
de esta Sala Constitucional de fecha 09 de julio de 2002, al afirmar que:

“(Omissis) Le atribuye directa e inequívocamente la norma constitucional


antes transcrita, la competencia para el conocimiento de la acción de
inconstitucionalidad por omisión, a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, determinando ella, la inconstitucionalidad, no de un acto, sino de la conducta
negativa, de la inercia o inactividad en que haya incurrido algún órgano del poder
legislativo al no adecuar su conducta, en absoluto o parcialmente, al cumplimiento de
una obligación suya de dictar una norma o una medida indispensable para garantizar
el cumplimiento de la Constitución. De acuerdo con la norma, el efecto de la
declaratoria (y de la sentencia que la contenga) es el establecimiento de un plazo para
corregir la inconstitucionalidad declarada. Podrá el juzgador, “de ser necesario”,
establecer “los lineamientos de su corrección”. No aparece limitada en la norma
constitucional, la iniciativa para activar el control de constitucionalidad que significa
la declaratoria de inconstitucionalidad a que nos referimos, tampoco aparece
determinada la legitimación activa para la interposición de la acción, ni señala la
norma el alcance de los lineamientos para la corrección de la omisión, los que
parecen quedar al arbitrio de la Sala Constitucional, ajustados a derecho.”
(Destacado nuestro)

En relación con la admisibilidad del recurso ejercido, se señala que el mismo es admisible,
pues cumple con lo previsto en el artículo 133 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, toda vez que:

1. No está acumulado a otras demandas o recursos que se excluyan mutuamente o


cuyos procedimientos sean incompatibles.
2. Se acompañan los documentos que respaldan la pretensión.
3. No hay falta de legitimidad, por cuanto, según doctrina de esa Sala Constitucional,
la legitimidad en los casos de omisión legislativa es la misma que se exige en los
casos de demandas por inconstitucionalidad contra leyes (acción popular), es decir,
se trata de una legitimidad amplia y no calificada. De lo precedente, se destaca la
posición de la Sala Constitucional de equiparar el recurso por omisión legislativa
con la demanda de inconstitucionalidad de actos normativos, conocida como
“acción popular”, de manera que la legitimación exigida es amplia, por cuanto la
idea es que cualquier persona –natural o jurídica- tenga interés jurídico en denunciar
las inconstitucionalidades e incoar las demandas correspondientes para mantener el
orden constitucional.
4. No hay cosa juzgada.
5. El recurso ha sido planteado en términos respetuosos.
6. No hay falta de legitimación pasiva, pues la Asamblea Nacional es la que
constitucionalmente tiene atribuida la competencia para legislar sobre estos temas.

Se entiende entonces que en el presente caso, la inconstitucionalidad que se demanda se


refiere a la inacción o inercia de la Asamblea Nacional con respecto a la ejecución de una
obligación legislativa orientada a la promulgación de un cuerpo de leyes que regulen el
funcionamiento, duración y forma de referéndum de la Asamblea Nacional Constituyente.

En definitiva, respetados Magistrados, al estar dadas las condiciones legales para la


admisión de esta demanda, la misma resulta admisible, siendo esta Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia el órgano jurisdiccional competente para su conocimiento.
Así respetuosamente solicitamos se declare.

II

ANTECEDENTES

El 19 de enero de 1999 la Sala Político-Administrativa de la entonces Corte Suprema de


Justicia emite una sentencia, con ponencia del magistrado Humberto La Roche, que
establece el principio de la supraconstitucionalidad del poder constituyente sobre el poder
constituido y sobre la Constitución de 1961. Esta sentencia estableció la necesidad de
realizar un referéndum consultivo en el cual se sometiera a consideración del electorado la
convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente y las bases comiciales de la misma.

Con relación al fondo del asunto objeto del recurso de interpretación, conforme lo resumió
la sentencia Referéndum Consultivo I, los directivos de la Fundación recurrente plantearon
lo siguiente:

Existen dos posiciones en cuanto a la forma como deba convocarse la


Asamblea Constituyente: Una Primera, propuesta por el Presidente Electo (la cual ha
sido señalada ya anteriormente), quien considera que basta la convocatoria del
referendo previsto en el artículo 181 de la LOSPP (ley organica de sufragio y
participación política), para convocar la Asamblea Constituyente, en base al principio
de soberanía contenido en el artículo 4 de la Constitución de la República que
reconoce al pueblo como constituyente primario, y; una segunda que considera que el
soberano también tiene a su vez una normativa prevista en la Constitución Nacional,
que debe respetar para producir un referendo, en razón de que el artículo 4 de la
Constitución de la República refiere su soberanía a los poderes constituidos, y que por
lo tanto hace falta una reforma puntual de la Constitución de la República que cree la
figura de la Asamblea Constituyente para llevar a cabo dicha convocatoria”.

Concluyeron los solicitantes señalando que:

Sin pronunciarnos por ninguna de las dos posiciones antes enunciadas,


consideramos que la propuesta del Presidente Electo se basa tanto en el artículo 181
de la LOSPP, como en el artículo 4 de la Constitución (...) por lo que no sería lógico
pronunciarse en relación a la viabilidad constitucional de esta propuesta interpretando
sólo el primero de estos artículos (...) sino que debe incluirse forzosamente la
interpretación también del artículo 4 de la Constitución de la República tal y como lo
estamos solicitando.

La Corte Suprema de Justicia en esta sentencia, no sólo no resolvió de manera expresa el


dilema constitucional que se le había planteado y que ella misma había identificado, sino
que se limitó sólo a decidir que conforme al artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio y
Participación Política, en efecto, sí se podía realizar un referendo consultivo, para consultar
el parecer del cuerpo electoral sobre la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Mediante el Decreto número 3 (Gaceta Oficial 36.634 de 02 de febrero de 1999), el ya
Presidente en funciones Hugo Chávez, dictaría la decisión de convocar al pueblo para un
referendo consultivo sobre la Asamblea Nacional Constituyente. En realidad, y como puede
constatarse del modo como fue planteado el referendo, el presidente Chávez aspiraba a que
la constituyente fuera diseñada según el modo como él consideraba debía conducirse. En
ese sentido, el texto del Decreto va a señalar:

“Artículo 1º: La realización de un referendo para que el pueblo se pronuncie sobre la


convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.

Artículo 2º: El Consejo Nacional Electoral ejecutará los actos necesarios para divulgar el
contenido de la propuesta de convocatoria, invitar a los ciudadanos a participar en el
referendo y realizar el escrutinio del acto de votación.

Artículo 3°: El instrumento electoral contendrá las siguientes preguntas que serán
contestadas con un “si” o un “no”:

Primera: ¿Convoca usted una Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de


transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el
funcionamiento efectivo de una Democracia Social y Participativa?

Segunda: ¿Autoriza usted al Presidente de la República para que mediante un Acto de


Gobierno fije, oída la opinión de los sectores políticos, sociales y económicos, las bases del
proceso comicial en el cual se elegirán los integrantes de la Asamblea Nacional
Constituyente?”.

El 15 de agosto del mismo año se instala la Asamblea Nacional Constituyente. Esta


Asamblea redacta el texto constitucional en tres meses y medio (la actual lleva activa más
de un año), el 15 de diciembre tras un referéndum convocado por el CNE y la presidencia,
de aprueba la nueva constitución. Como una de las innovaciones se agregó la figura de la
Asamblea Nacional Constituyente, aunque ahora el poder constituyente si está
“representado” en la constitución, siguen existiendo vacíos en cuanto a su forma, plazos y
lineamientos.

III
DE LA LEGITIMIDAD

Ciudadanos Magistrados, es criterio de esta honorable Sala Constitucional en materia de la


novedosa acción de inconstitucionalidad por omisión legislativa, que la legitimidad activa
debe entenderse de manera amplia, por ser la misma una subespecie de la acción popular de
inconstitucionalidad. En este sentido, este Alto Tribunal ha dejado asentado su criterio al
respecto en sentencia Nº 1556 de fecha 09 de julio de 2001, caso: Alfonso Albornoz Niño,
con Ponencia del Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero, al exponer lo siguiente:

“…pasa esta Sala a examinar la legitimación necesaria para incoar la acción de


inconstitucionalidad para por omisión de órgano legislativo, respecto de lo cual
observa: En el presente caso, los accionantes han intentado la acción de
inconstitucionalidad contra la omisión en que habría incurrido la Asamblea
Nacional al no dictar dentro de los plazos establecidos, las leyes de aquellas que
determinan, de manera precisa y concreta, las Disposiciones Transitorias Tercera y
Cuarta de la Constitución, invocando como fundamento de su interés y legitimación
para ejercerla, la participación protagónica del ciudadano en los asuntos públicos
a que alude la Constitución; el deber de colaborar en el restablecimiento de la
efectiva vigencia de la Constitución, a tenor del artículo 333 eiusdem, ante lo que
denominan ‘una eventual derogatoria tácita y parcial” que vendría efectuando el
poder legislativo nacional contra la normativa constitucional; y el artículo 22 de la
Constitución, en concordancia con el artículo 51 eiusdem, aduciendo obrar en
beneficio del interés público como abogados en ejercicio. Ha sido criterio de la
extinta Corte Suprema de Justicia en Pleno, acogida por esta Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, que el ejercicio de la acción popular de
inconstitucionalidad, no requiere de mayores exigencias en la legitimación para
poder actuar por lo que cualquier persona, natural o jurídica, posee la legitimación
para ejercerla. La acción de inconstitucionalidad de la omisión del órgano
legislativo podría considerarse como una subespecie, de reciente creación, de la
acción popular de inconstitucionalidad, atendiendo a lo cual, considera esta Sala,
que en el presente caso debe aplicarse el criterio antes referido, y así se declara.
Atendiendo a lo expuesto, esta Sala considera a los recurrentes legitimados para
ejercer la presente acción, y así se declara.”

Del dictamen jurisprudencial expuesto, queda claramente asentado el criterio general de


admisibilidad del interés procesal en casos como el de marras, el cual es plenamente
cónsono con el espíritu inclusivo y popular ínsito en la CRBV., de inclusión popular y de
participación ciudadana.

IV

DE LOS HECHOS

El poder legislativo de la República Bolivariana de Venezuela se ha abstenido de sancionar


una normativa que desarrolle por completo el plazo y los lineamientos a seguir por la
Asamblea Nacional Constituyente, de forma orgánica y sustantiva, en consideración a los
parámetro establecidos en La Constitución y las necesidades de las ciudadanas y los
ciudadanos en la materia, desobedeciendo lo que el mandato constitucional le ordena al
respecto e incluso sin considerar la responsabilidad administrativa, civil, penal o
disciplinaria que pudieran incurrir sus funcionarios.

Es por esta razón que se puede afirmar que el Poder Público, específicamente el
Legislativo, ha incurrido en omisión por inactividad al no promulgar, como debía hacerlo
de acuerdo con la Constitución, una Ley Orgánica que establezca los lineamientos,
principios y directrices de la ANC.

Con respecto a los artículos 347, 348 y 349 de la CRBV, que fueron publicados hace más
de dieciocho (18) años, se evidencia en la actualidad que los artículos no se ajustan
efectivamente a las nuevas disposiciones y necesidades de los ciudadanos debido a la falta
de profundidad en su desarrollo.

Resulta aún menos comprensible cuando ya han pasado cuatro (4) períodos de asamblea y
dos constituyentes, en las cuales se han tocado diferentes temas, algunos con más o menos
importancia, pero no se ha discutido sobre el fondo y la forma de la ANC.

DEL DERECHO

El artículo 187 constitucional, establece las atribuciones de la Asamblea Nacional como


máximo órgano del Poder Legislativo Nacional, en el mismo se establecen pues las
limitaciones y capacidades que posee este cuerpo para la realización de su labor com parte
de uno de los 5 poderes principales de la república. A continuación se establecen pues los
numerales de importancia para este caso.

Según lo expuesto en el numeral 1 del artículo 187 de la constitución de la república el cual


reza “Legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el funcionamiento de las
distintas ramas del Poder Nacional.” se explica entonces el trabajo y responsabilidad que
posee la Asamblea Nacional de legislar en todo momento para la creación de marcos
normativos en aquellos temas de competencia nacional, sin embargo, el caso presentado es
un ejemplo de cómo este órgano se ha privado de normativizar el funcionamiento de la
Asamblea Nacional Constituyente y sus procesos al existir una falta de especificación en el
texto constitucional.

Esto va de la mano con lo establecido en el artículo 187.2, el cual establece que “Proponer
enmiendas y reformas a la Constitución, en los términos establecidos en esta Constitución”
entendiéndose de esta forma que la Asamblea es el único cuerpo encargado de modificar el
texto constitucional cuando no es llamada por el soberano la acción del poder constituyente,
poseyendo las capacidades de especificar el funcionamiento, desenvolvimiento y aplicación
de los mecanismos para llamar a un proceso constituyente y cuáles deben ser los
parámetros para llevar a votación el proyecto de constitución que este genere.

Teniendo en cuenta lo anterior, y viendo lo establecido en el artículo 71 constitucional, el


cual expresa que:
“Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a
referendo consultivo por iniciativa del Presidente o Presidenta de la República en
Consejo de Ministros; por acuerdo de la Asamblea Nacional, aprobado por el voto
de la mayoría de sus integrantes; o a solicitud de un número no menor del diez por
ciento de los electores y electoras inscritos en el registro civil y electoral.

También podrán ser sometidas a referendo consultivo las materias de especial


trascendencia municipal y parroquial y estadal. La iniciativa le corresponde a la
Junta Parroquial, al Concejo Municipal y al Consejo Legislativo, por acuerdo de
las dos terceras partes de sus integrantes; el Alcalde o Alcaldesa y el Gobernador o
Gobernadora de Estado, o a solicitud de un número no menor del diez por ciento
del total de inscritos en la circunscripción correspondiente” (Fragmento del texto
constitucional, Resaltado nuestro)

Puede entenderse entonces que la Asamblea Nacional posee potestad constitucional de


llamar a referendos consultivos cuando así lo considere necesario si existe una materia de
importancia tal que pueda ser considerada como de interés nacional, por lo que sabiendo
que la modificación de una constitución o el abrogamiento de una y posterior creación de
otra nueva puede ser considerada como un asunto de interés nacional debido a la
participación del pueblo venezolano en el proceso luego de haber sido investido con la
soberanía absoluta según la constitución en en su artículo 5, al referir que “La soberanía
reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista
en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos
que ejercen el Poder Público”

Considerando también que según el artículo 345 de la constitución establece que:

“El proyecto de Reforma Constitucional aprobado por la Asamblea Nacional se


someterá a referendo dentro de los treinta días siguientes a su sanción. El
referendo se pronunciará en conjunto sobre la Reforma, pero podrá votarse
separadamente hasta una tercera parte de ella, si así lo aprobara un número no
menor de una tercera parte de la Asamblea Nacional o si en la iniciativa de
reforma así lo hubiere solicitado el Presidente o Presidenta de la República o un
número no menor del cinco por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas
en el Registro Civil y Electoral.

Se declarará aprobada la Reforma Constitucional si el número de votos afirmativos


es superior al número de votos negativos. La iniciativa de Reforma Constitucional
revisada no podrá presentarse de nuevo en un mismo período constitucional a la
Asamblea Nacional.”

Sabiendo entonces que la potestad de la Reforma constitucional recae en la Asamblea


Nacional, que esta misma debe llevarse a referendo según el texto constitucional y
entendiendo que la misma presenta un fin similar al del establecimiento de un proceso
constituyente, señalamos que por Analogía la acción de interponer un referendo revocatorio
al ejercicio finalizado de la Asamblea Nacional Constituyente y todo instrumento emanado
genera una necesaria aprobación del soberano para que esta pueda ser legitimada y
legalizada. Por lo tanto, entendiendo a la analogía como fuente del derecho venezolano, la
responsabilidad de la Asamblea Nacional de llamar a un referendo y legislar para llenar el
vacío constitucional previsto en los artículos 347, 348, 349 y 350 constitucionales se vuelve
latente.

De esta manera y según todo lo estipulado anteriormente, señalamos que existe una clara
omisión por parte de sus responsabilidades de parte del poder legislativo nacional al no
llevar a cabo sus tareas de legislar para llenar los vacíos constitucionales y llamar al
referendo consultivo para el proceso de votación del nuevo proyecto constitucional
emanado por la Asamblea Nacional Constituyente.

VI

CITATORIO

Solicitamos que la citación se practique en cabeza del ciudadano Omar Enrique Barboza
Gutierrez, venezolano, mayor de edad, de este domicilio y titular de la cédula de identidad
Nº 3.379.102, en su carácter de Presidente de la Asamblea Nacional, ubicada en la Avenida
Universidad, de la esquina La Bolsa a Padre Sierra, Hemiciclo Legislativo, sector Capitolio,
Distrito Capital.

VII

PETITORIO

En virtud de los hechos y los fundamentos de derecho expuestos anteriormente, solicitamos


que esta Honorable Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia se sirva:

1. Admitir el presente recurso por inercia del Poder Legislativo, específicamente de la


Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, y a su vez declarar
la inconstitucionalidad de la abstención de ésta Asamblea, al no sancionar una Ley
Orgánica sobre la Asamblea Nacional Constituyente, apegada a los preceptos de La
Constitución, en el lapso previsto por ella para dicha actividad.
2. Ordenar a la Asamblea Nacional la efectiva sanción de una Ley Orgánica sobre la
Asamblea Nacional Constituyente que responda a los principios establecidos en la
Constitución de la república.
3. Fijar un plazo para la sanción y sucesiva promulgación de la Ley Orgánica sobre la
Asamblea Nacional Constituyente, que no sea mayor a los tres (3) meses contados a
partir de la publicación de la sentencia que declare el presente recurso con lugar.
4. Exhortar, al establecimiento de un referendo consultivo del proyecto constitucional
presentado por la Asamblea Nacional Constituyente luego de haberse sancionado y
promulgado la Ley Orgánica sobre la Asamblea Nacional Constituyente, con el fin
de que el pueblo venezolano pueda tomar la decisión de si permanecer o no con la
constitución vigente y pueda dársele extinción al poder Constituyente instaurado.

Es justicia, en Caracas a la fecha de su presentación.

Por Manuel Eduardo Inojosa Gomez

Por Diego Ponce de León Mendoza

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