La Política Del Sujeto en Nuestra América
La Política Del Sujeto en Nuestra América
La Política Del Sujeto en Nuestra América
COORDINADORES
EN
NUESTRA AMÉRICA
La Política del Sujeto en Nuestra América
Introducción
dimensión colonialista y racista, sin haber perdido la esperanza de lograr sus utopías
asumido, con lo que duda que sea y lo que afirma. Una identidad compleja y en
organizaciones que impulsan acciones colectivas. De hecho, sólo desde la crítica a los
El estudio de las nuevas propuestas de organización social, y de las formas en que los
Las reflexiones acerca de la teoría (o teorías) que genera las prácticas de los sujetos
políticos en América Latina han avanzado en la discusión teórica (cuya vinculación con
vez que sobre el significado de reconocerse como sujeto en un colectivo que se libera
del lugar de asignación forzada por la exterioridad dominante (colonia, Tercer Mundo,
Estas enunciaciones son inseparables de las prácticas políticas y culturales que están
Estudiando la pluralidad de las acciones sociales en acto, salta a la vista que han
redefinido el carácter de los sujetos, así como sus conocimientos y la naturaleza de sus
derechos civiles. Por otra parte, al necesitar una perspectiva metodológica abierta y
capaces de reubicar el debate dentro del terreno de lo político —que tiene como base los
con las comunidades urbanas, rurales, indígenas y la concepción que desde el mundo
académico se tiene sobre los protagonistas de los movimientos sociales. Si bien sus
aportaciones fueron predominantemente teóricas, no ignoraron los datos “duros”,
para definirse, aun para reconocerse, y al hacerlo construyen sus acciones en relación
con ideas políticas diversas, dirigidas a evidenciar lo que el poder dominante tiende a
ocultar.
En la escena política pública, los movimientos que organizan la resistencia social con el
sin olvidar las dimensiones ecológicas que estos procesos afectan, se configuran como
Esta doble acción de los sujetos implica ubicar desde América Latina temas centrales de
expresan una voluntad imperialista de hacer decaer todo espacio económico y político
independiente, de anular las transformaciones sociales y de homogeneizar las prácticas
democracia.
Las modalidades que adopta la toma de conciencia sujetiva y grupal del ejercicio
llevan consigo su cultura e identidad regional y ven restringidos al máximo sus más
que llevamos a cabo en el Plantel Del Valle de la UACM, entre la cátedra de Historia de
Maestra en Filosofía María del Rayo Ramírez Fierro y la colaboración del pasante de
también nos situamos en el ahora para, desde este tiempo, trazar una línea que nos ligue
Los recientes movimientos sociales de Bolivia, que culminaron con la elección del
aymara Evo Morales como presidente de esa república, le sirven a Luis Tapia para
Pensar desde la historia nos lleva a retomar un pasado que nos es propio, a la búsqueda
de una identidad propia, no impuesta desde afuera, que todavía está en proceso y que
viene, como naciones, desde las luchas por la independencia, como afirma Horacio
Cerutti. Además, nos obliga a analizar la democracia, desde sus inicios en el siglo XIX
más por la cuestión formal, dejando de lado las aspiraciones populares. Por su parte,
políticas represivas de los gobiernos. Lo mismo sucede con algunas leyes aprobadas por
los congresos que, por tratarse de legítimas aspiraciones de la sociedad que desafían a la
Justicia para que determine si en verdad se ajustan a las normas constitucionales, según
Federal.
Y si hablamos de políticas del sujeto, son las mujeres las que ofrecen otro modo de
cotidiana con sus diferencias de clase y etnia, de donde surge la crítica a un sistema
Así, Francesca Gargallo, en un recorrido por las diferentes corrientes del feminismo,
que incorpora las uniones del mismo sexo, como forma aceptada de relación, en
contraposición con las mujeres que sostienen que la institución matrimonio es un modo
de sujeción de las mujeres; las mujeres que se quedan solas, también quedan afuera de
maquilas, de migrantes, escribe Mariana Berlanga, mujeres asesinadas por el solo hecho
nombres y temas aquí no expresados. Son los de Mario Magallón, Eli Bartra, Benjamín
Panduro, Gustavo Ogarrio, María Teresa Espinoza, Irma Saucedo, Jesús Serna, Vanessa
También el agradecimiento a los estudiantes de Filosofía del Plantel del Valle que
NUESTROAMERICANAS
IDENTIDAD NUESTROAMERICANA1
I- Bosquejo contextual:
La preocupación por la identidad constituye uno de los leit motiv del pensamiento
Nuestra América. ¿Qué somos?, ¿quiénes somos?, ¿cuál es el papel que nos corresponde
en la historia?, ¿qué elementos distinguen a nuestra cultura?, ¿hasta qué punto nos
equiparamos con otras zonas culturales?, ¿quién decide sobre nuestro presente y futuro?,
son algunas de las preguntas que en estas u otras formulaciones se vienen reiterando por
pocas ocasiones. En los días que corren estas preguntas han dejado de ser patrimonio
1
Texto de la Conferencia Magistral pronunciada en el Coloquio Internacional de Filosofía
Latinoamericana “La política del sujeto en nuestra América” el 8 de diciembre de 2006 en el Auditorio
Plantel del Valle de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Agradezco a las autoridades de la
UACM y de la SECNA, así como a la Dra. Francesca Gargallo y a Rosario Galo Moya por su fraterna
invitación. El tema lo he desarrollado también en las conferencias que pronuncié en el Instituto de
Historia de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile, el 4 de septiembre de 2006 y en la Facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, el 31 de octubre de 2006.
Agradezco las gentiles invitaciones, respectivamente, del Sr. Decano de la Facultad de Filosofía y
Educación, Dr. Baldomero Estrada y de la Titular de la Cátedra de Pensamiento Argentino y
Latinoamericano, Prof. María Cristina Liendo. He tomado como base para estas conferencias el texto
inédito en español de mi trabajo del mismo título publicado en ruso en: Pensamiento contemporáneo de
América Latina: identidad y globalización (Estrellas del pensamiento contemporáneo). Ekaterinburg,
Rusia, Casa Editorial Discur Pi, 2006, pp. 15-31. El neologismo “nuestroamericana” lo he gestado a partir
de la propuesta martiana. Cf. mi Introducción “Nuestra América... Hoy” a la publicación bilingüe polaco-
castellana del texto de José Martí, Nuestra América. Varsovia, Centro de Estudios Latinoamericanos,
1992, pp. 25-32. Antecedentes de estas reflexiones se encuentran en la primera sección “La cuestión de la
identidad” de mi libro: Memoria comprometida. Prólogo de Eduardo Saxe Fernández (Cuadernos
Prometeo, 16). Heredia, Costa Rica, Universidad Nacional, 1996, 170 págs. y en mi artículo “Identidad y
dependencia culturales” en: David Sobrevilla (editor), Filosofía de la cultura (Enciclopedia
Iberoamericana de Filosofía, 15). Madrid, Trotta, 1998, pp. 131-144.-
∗
Mexicano de origen argentino, Doctor en Filosofía por la Universidad Estatal de Cuenca, Ecuador.
Investigador del Centro coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos y profesor de la Facultad en
la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM). Expresidente de la Asociación filosófica de México; Doctor
Honoris Causa por la Universidad Ricardo Palma, Perú. Entre sus publicaciones más recientes figuran:
Configuraciones de un filosofar sureador, 1ª reimpresión corregida, 2006 y Filosofía de la liberación
latinoamericana, 3ª edición corregida y ampliada, 2006.
exclusivo de la región o preocupaciones de zonas marginales del mundo, para entronizarse
como interrogantes que angustian a la humanidad. Quizá no sería aventurado afirmar que,
actual en la que la temática que nos ocupa adquiere nuevos matices. La llamada
articula con los borrosos límites de lo público y lo privado para diluir la propia imagen,
dignidad.
La comparación de éstas con la tela de Penélope se impone con fuerza disolvente. Con
las enfermedades, los avances tecnológicos y... los y las migrantes. En el plano individual,
quizá la imagen más sugerente de esos avances a terrenos insospechados hasta hace pocos
años, sea la de la ingeniería genética sobre lo que antes podía denominarse, quizá todavía
con dejos poéticos, intimidad personal. Volviendo al plano colectivo, junto con el
cuestionamiento a identidades nacionales que parecían sólidas hasta hace poco, se presenta
en diferentes regiones del globo una fuerte presión hacia la redefinición del papel y la
estructura misma del Estado. Y todo esto en los momentos mismos en que -fugazmente- se
organización de la existencia colectiva2. Como si fuera poco, por la pura y simple agresión
se transgreden ahora las más elementales normas del derecho internacional. Hace unas
supuesta clave explicativa de todo lo que ocurría al interior de las sociedades menos
beneficiadas del globo (siempre el "centro" era postulado como causa de los males de la
"periferia"...). Rebasada en su fuerza explicativa –no en todas, pero en una buena parte de
dependencia? No sólo pareciera que no, sino que hasta se han robustecido. Y este complejo
noción alude, por debajo de ese uso retórico y manipulador, a relaciones que bien merecen
ese nombre. Pero, también escamotea el hecho de que las decisiones fundamentales sobre
algunos niveles de los países centrales, en el mejor de los casos con la cobertura de
2
Para mayores detalles remito a mi artículo “¿La ‘democracia’ es todavía posible entre nosotros?” en:
José Emilio Ordóñez Cifuentes (coordinador), La construcción del Estado nacional: democracia, justicia,
paz y Estado de derecho. México, UNAM, 2004, pp. 17-24.-
demás, las interpretaciones conspirativas de la historia y de la política han quedado
que aquí se propone, exige explicitar el nivel conceptual en que se sitúa. No puede ser ni
otros niveles de reflexión imposibles de considerar aquí. Por otra parte, hay que anotar
desde ahora una referencia ineludible: identidad se dice de muchas maneras, pero
tensión hacia el futuro y algo más que pasado congelado. Hablar de identidad requiere
oscilan entre la brutalidad y la sutileza. Es, en suma, cuestión que exige compromiso.
Examinar este tema presenta dificultades, al menos, en dos sentidos. Por una parte,
porque la categoría misma de identidad es poco precisa. Por la otra, porque la discusión
histórico con uno sistemático para poder esclarecer, aunque sea en parte la cuestión.
3
Cf. mis artículos “Utopía y organización política de la resistencia” en: Revista Universidad – Verdad.
Cuenca, Ecuador, Universidad del Azuay, nº 34, agosto 2004, pp. 9-17 e “Integrarse para vivir: ¿una
utopía humanista?” en: Resistencia popular y ciudadanía restringida: ¿Está en riesgo la democracia en
América Latina?, libro colectivo en prensa.-
II- Aproximación histórica:
Históricamente, es menester considerar desde los primeros atisbos del tema hasta su
tratamiento actual. El problema se planteó con toda claridad por parte de los criollos y
España en el siglo XIX, con sus antecedentes en el siglo XVIII. La pregunta por el
los jesuitas por Carlos III en 1767, los criollos comenzaron a interrogarse sobre su propia
encabezada por Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda en el siglo XVI, en la cual se
discutió acerca de la naturaleza del aborigen americano; si era plenamente humano o no.
Aunque los abrumadores argumentos de Fray Bartolomé fueron inobjetables y aún hoy
como niños ayudó a protegerlos y a generar, entre los enemigos del imperio español, una
leyenda negra cuyos efectos se prolongan hasta hoy. Siempre, por supuesto, en la visión
estuviera en continuidad con la lucha emancipadora, la cual, por cierto, tuvo el carácter de
una guerra civil. El indio muerto y lejano fue glorificado como antecesor digno. El indio
4
Cf. mi ponencia: “Las Casas, precursor de los movimientos libertarios de nuestra América” en: varios
autores, Symposium Fray Bartolomé de Las Casas: Trascendencia de su obra y doctrina. México,
UNAM, 1985, pp. 253-264.-
indio sobrevive como campesino y marginal a quinientos años de choque intercultural5.
resistido, sobreviven y buscan, por medios inéditos, el protagonismo político que les
corresponde. Pero, esto es otro tema7. Lo que interesa destacar aquí es que el problema de
la identidad se constituyó como tal, al menos tal como hoy se lo reconoce en la tradición
asumir una postura política propia y autónoma. Fue en ese momento, coincidiendo con el
cuestión de la identidad. Nadie lo ha hecho con tanta precisión conceptual -sin mengua de
la fuerte carga emotiva que el tema conlleva- como el Libertador Simón Bolívar. En su
célebre Carta de Jamaica de 1815 se preguntaba ¿qué somos?, para concluir: un "pequeño
género humano". Pero, no hay que llamarse a engaño. Esta conclusión no es un juicio
es y en parte se lo debe ser. ¿Por qué? Porque sería imposible gobernar un mundo nuevo
que no tuviera cierta unidad. Ahí estaba el punto clave. Desparramados e incluso
mucho más, cualquier intento de organización de nuevas entidades políticas. Por lo tanto,
5
Cf. Jesús M. Serna Moreno, México, un pueblo testimonio. Los indios y la nación en Nuestra América.
México, UNAM / Plaza y Valdés, 2001, 180 págs.-
6
Cf., entre otros de sus numerosos estudios, de Luz María Martínez Montiel (coordinadora), Presencia
africana en Sudamérica. México, CNCA, 1995, 654 págs.-
7
Nada mejor, para introducirse en él, que consultar los trabajos de Carlos Lenkersdorf, Filosofar en clave
tojolabal. México, Miguel Ángel Porrúa, 2002, 277 págs. Éste viene precedido, entre otros, por un
magnífico esfuerzo galardonado con el premio de ensayo Lya Kostakowsky, en el cual su autor brinda
una primera aproximación de conjunto: Los hombres verdaderos. Voces y testimonios tojolabales. Lengua
y sociedad, naturaleza y cultura, artes y comunidad cósmica. México, Siglo XXI / UNAM, 1996, 197
págs.-
fue subordinándolo al proyecto político criollo que se intentó resolver de algún modo el
problema de la identidad. Se propició una alianza que aceptara la hegemonía criolla, que la
impusiera o que, por lo menos, no la pusiera en discusión y se buscó, así, la eficacia del
proyecto criollo. Bolívar fue muy explícito, al especificar una comparación con la
...mas nosotros, que apenas conservamos vestigios de lo que en otro tiempo fue, y que, por otra parte, no
somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores
españoles; en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos
que disputar éstos a los del país, y que mantenernos en él contra la invasión de los invasores; así, nos hallamos
sujeto histórico social eficiente, maquillando así lo que hoy se denominaría ‘hegemonía’.
Estas consideraciones estarán detrás del esfuerzo por construir nuevos estados
nacionales, los cuales surgieron o fueron hechos surgir desde "arriba hacia abajo", con
unas características impuestas que obligaron a un gran énfasis educativo: había que
inventar al ciudadano.
de sangre, que se concretaría en las conocidas y reiteradas frases de Juan Bautista Alberdi
Faustino Sarmiento no quería ahorrar sangre de gauchos para poder convertir a la región en
8
Simón Bolívar, “Carta de Jamaica. Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla
[Henry Cullen]” fechada en Kingston, el 6 de septiembre de l815 en: Ideas en torno de Latinoamérica.
México, UNAM / UDUAL, 1986, p. 25.-
los Estados Unidos de la América del Sud. En México soñó con este proyecto Justo Sierra
y lo enunció en los mismos términos: constituirse en los estados unidos del sur. Llevar a la
práctica esta propuesta implicó más violencia y los resultados quedaron a la vista.
Queriendo ser lo que no se era, lo único que se logró fue deformar un poco lo que se era,
sin alcanzar lo que "utópicamente" (en el sentido peyorativo cotidiano del término) se
pretendía llegar a ser. El historicismo romántico cumplía así con su objetivo: a su modo
Hacia fines del XIX, José Martí enunciaría en "Nuestra América" la afirmación
taxativa: "no hay razas" y dejaría las razas para caldos de cabeza típicos de librerías.
En el umbral de este siglo, José Enrique Rodó enunciará nuevamente lo que podría
ser la consigna de esta latinidad. Afirmación de valores propios ante la decrepitud de los
y ramplón pragmatismo.
José Carlos Mariátegui, por su parte, sin renegar de lo europeo, tomaría partido
multinacionales, que incluyan las naciones aborígenes y las comunidades negras con pleno
con todo el dolor de los partos, a avanzar en esta concepción que no parece, ni mucho
menos, disgregadora de la nación. Al contrario, pareciera reforzarla, consolidarla,
robustecerla9.
más a identidad nacional. Tanto una como la otra se constituyen en un proceso histórico y
puede que sus mapas conceptuales no coincidan. Otro tanto podría decirse de la identidad
cultural, sin que por ello se limite a aspectos biológicos o genéticos puramente. Hay etnias
Por otra parte, la identidad como conjunto de características comunes con la que grupos
endogamias, xenofobias. Mucho tiene que ver con un imaginario social o colectivo, por el
generalmente, más positivas que las de otros grupos circundantes. Los nacionalismos
agresivos del siglo XX supieron explotar con gran habilidad estas tendencias gregarias de
formando parte de un conjunto. Ahora bien, no puede perderse de vista, en tema tan
9
Cf. de Marisa Belausteguigoitia, “Los Caracoles como pedagogía zapatista: tiempo y espacio del sujeto
femenino indígena” en: Resistencia popular y ciudadanía restringida: ¿Está en riesgo la democracia en
América Latina?, libro colectivo en prensa.-
complejo, que la afirmación de los pueblos y las comunidades como indias y negras, las
borrar la existencia del mestizaje. Por cierto, sobre ese mestizaje fáctico se han organizado
hasta hoy múltiples reflexiones. Probablemente, las más conocidas son las de José
metafórica y menta lo que todavía no es y se pretende que sea. Una combinación de los
factores positivos de todas las razas, una raza que no es raza, sino metáfora de la mezcla
cultural del continente y fue con ese sentido que acuñó el lema de la Universidad Nacional
muchos estudiosos actuales, que la facticidad del mestizaje es pasible de ser manipulada
propuesta del que fuera llamado maestro de América, la raza cósmica era una metáfora
Por otra parte, hay que introducir también algunas convenciones en cuanto al uso
marginalidad tienen sus consecuencias a nivel mental y el uso ha terminado por imponer
metábasis eis alló génos. Para evitar estas confusiones o deslizamientos injustificados de
10
Cf. Héctor Díaz Polanco, El canon Snorri. Diversidad cultural y tolerancia. México, UACM, 2004.
abuso, de estos términos. "Colonialismo mental" expresa el estado de conciencia del
colonizado, para quien la percepción de su ser está determinada por el otro, por el
si se fuera el otro, sin serlo. "Dependencia mental" es la actitud según la cual se percibe al
propio ser (y se procura ser) como el otro pretende que se sea. Y "marginalidad mental"
refiere un mecanismo por el cual se percibe uno a sí mismo como pasivo, desvalorizado,
sin fuerzas y fuera del juego. En todos los casos se está en presencia de complejos
imaginarios que mezclan ilusiones con facticidades, indispensables estas últimas para
y prácticas distintas, muchas veces forzadas por las circunstancias. No se trata sólo de un
proceso voluntario, sino de una confluencia de factores atingentes, entre los cuales no cabe
categorías que se encuentran en boca de todos, pero que se resisten a la precisión. Hay que
deshistorizarlas.
Una primera distinción que cabe efectuar a continuación es entre una noción de identidad
ontológica y otra histórica. Por cierto, ambas tienen su historia y ambas se refieren al ser.
No es éste el espacio para reconstruir el modo cómo han sido formuladas, sus respectivas
contexto el papel de una especie de catalizador de la vida social, que se prolongará hasta la
tejiendo toda una fantasmagoría que culmina en el mito de la raza elegida y que podría
perfecta y acabada. Este proceso, abierto por definición, incluye una noción de creación
cultural que no puede ser ex nihilo. Siempre se crea a partir de materiales culturales
itinerantes, que enriquecen unas a otras las formaciones culturales. Y es inevitable que
11
Cf. la obra clásica de Laureano Vallenilla Lanz, Cesarismo democrático y otros textos. Prólogo, notas,
cronología y bibliografía Nikita Harwich Vallenilla. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1991, 386 págs.
También Alberto Filippi, “Las interpretaciones europeas (“cesaristas” y “fascistas”) de Bolívar como
elaboraciones historiográficas y de teoría política sobre Venezuela (y América Latina)” en: Instituciones e
ideologías en la independencia hispanoamericana. Buenos Aires, Alianza, 1988, pp. 251-287.-
migren, lo cual es muy sano. La identidad, así pensada, admite como valiosas las
dimensión utópica. Una tensión hacia el ideal, que no se conforma con lo adquirido y sí
caracterizar tipos ideales, porque estamos ante dos consideraciones históricas- muestra que
la identidad es una categoría que incluye cierta espacialidad en su misma concepción. Hay
una permanente alusión a un "dentro" y a un "fuera" siempre figurados, pero que remiten
cual el individuo padece discriminación y hasta violencia física. Cualquiera que haya sido
extranjero en alguna parte y por algún tiempo ha experimentado estas situaciones. ¿Se
confirma con ello que el "ciudadano del mundo" sigue siendo sólo un ideal de almas bellas
12
No se trata de “utopismo”, tan bien caracterizado y denunciado por Mijail Malishev en colaboración
con Boris Emelianov y Manola Sepúlveda, Ensayos sobre Filosofía de la Historia Rusa. México, Plaza y
Valdés / Universidad Autónoma de Nuevo León, 2002, 273 págs., sino de “utopía” o, mejor, “tensión
utópica” como prefiero denominarle. Cf., entre otros de mis trabajos, “¿Teoría de la utopía?” en: Oscar
Agüero y Horacio Cerutti Guldberg (editores), Utopía y Nuestra América. Quito, Abya-Yala, 1996, pp.
93-108.-
en el proceso (siempre espacio-temporal) busca precisar sus perfiles, afinar sus proyectos,
V- Experiencias de la alteridad:
En las tres últimas décadas se ha enfatizado en esta región una preocupación paralela a la
modifican y no sin angustia se inquiere: ¿quién eres?, ¿quién es el otro? Estas últimas
constituyen las preguntas complementarias o -más radicalmente todavía- las que hacen
asumimos los términos en un sentido estricto y literal-: colocarse en el lugar del otro. La
examinamos sus diferentes versiones, se ubica en esta línea tendencial de pretensión límite.
Asumirse como "la voz de los sin voz" o enfatizar axiológicamente la "visión de los
"opción", cuyo carácter es muy discutible, ha podido ser suavizada, matizada, manipulada
y hasta borrada por el matiz cualificador que introdujo la adjetivación "preferencial". "La
13
Remito a mis libros: Filosofía de la liberación latinoamericana. México, FCE, 3 ed. corregida y
aumentada, 2006, 527 págs. y Filosofías para la liberación ¿liberación del filosofar?. Toluca, UAEM, 2
ed., 2001, 221 págs.-
voz en lugar de" ha quedado silenciada, porque los propietarios o emisores de la voz la han
esgrimido por sí mismos y diciendo muchas veces, la mayoría de ellas, lo inesperado para
patente que las perdidas fueron sólo batallas, que la resistencia nunca amainó y que las
visiones de los temporalmente derrotados eran también partes de las derrotas. Vale decir, el
precisando, delimitando mejor en estos años. Aun cuando las aguas no terminan de adoptar
esta aprehensión inicial. El caso del tránsito del "buen salvaje" al mal civilizado es, en los
proceder15.
La pregunta por la identidad es una pregunta que remite, en último término, al ser de los
14
Cf. mi “Urgencia de un filosofar vigente para la liberación” en: Erasmus. Revista para el diálogo
intercultural. Río Cuarto, Argentina, Ediciones del ICALA, 2003, pp. 15-27 y Cristina Liendo, Paola
Gramaglia y Juan Carlos Salazar, “Entrevista a Horacio Cerutti Guldberg: la política y la utopía en
América Latina” en: Silabario. Córdoba, Argentina, Universidad Nacional de Córdoba, nº 7, agosto 2004,
pp. 197-208.-
15
Cf. de Juan Antonio Ortega y Medina, Imagología del buen y del mal salvaje. México, UNAM, 1987,
151 págs. y mi libro Presagio y tópica del descubrimiento. México, UNAM, 1991, 156 págs.-
averiguar los meandros de la propia identidad expresa un anhelo por conocer lo propio y
transformarla. Quizá la clave se encuentre en examinar con cuidado estas cuatro partes
de la respuesta16.
16
Lo cual he efectuado con todo detalle en Filosofar desde Nuestra América. Ensayo problematizador de
su modus operandi. México, Miguel Ángel Porrúa / UNAM, 2000, 202 págs.-
Los aspectos aquí desarrollados, sólo aspiran a constituir una propedéutica al
tema de la identidad de Nuestra América y, al mismo tiempo, quieren ser una invitación
el estudio de la filosofía producida desde esta región del globo, con afán de
interlocución mundial. Por ello, partir de una noción de identidad histórica y recuperar
la historicidad parece ser una vía promisoria de enorme avance en ese sentido.
El sujeto en la filosofía latinoamericana actual.
INCIHUSA-CONICET / U. N. de Cuyo
Mendoza, Argentina
nuestra América que asume el quehacer filosófico como una reflexión contextual sobre
los problemas concretos de una comunidad históricamente situada, entre los cuales no
ocupa un lugar menor la preocupación por la propia identidad (Fornet Betancourt: 2004,
7).
En esta ocasión nos interesa indagar sobre el nexo fundamental entre esa
teórica de grupos humanos subalternos, que emergen en ruptura con el estado de cosas
instituido. La pregunta por las razones de la relación entre un tópico filosófico que
ascendente del progreso continuo -puesto que en ella entran en escena diferentes y
plurales sujetos, con una actuación muchas veces episódica y sólo excepcionalmente
∗
Doctora en Filosofía por la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina; profesora de la misma
Universidad; investigadora independiente del CNACYT, con lugar de trabajo en el Instituto de Ciencias
Humanas, Sociales y Ambientales de Mendoza, Argentina. Ha publicado, entre otros libros, Revolución y
utopía: Francisco de Miranda y la Independencia hispanoamericana, 2001.
victoriosa-, puede resultar el disparador de una reflexión interesante y fecunda, en la
discontinuidad.
en América Latina por el sujeto, tenemos que remontarnos a la llegada de los españoles
al nuevo mundo, cuando la “destrucción” de la población nativa por parte del europeo
ciertamente, la tarea del filosofar. En efecto, Arturo Roig ha señalado que la génesis de
portador de una cultura y capaz de lenguaje, surge en América por primera vez en la
Bartolomé de Las Casas-, quienes, imbuidos de los ideales del Renacimiento europeo,
casos, en las expresiones críticas y libertarias de los sujetos que fueron tomando la posta
grupo que se va perfilando como “criollo”, pero también otros sectores de la sociedad
Dentro de la misma, ya en los umbrales del siglo XIX, se produce la evolución del
España.
continuidad en otras expresiones ideológicas, siempre en contacto con las luchas de los
hegemónico.
alteridad.
“americano”.
A partir del manifiesto alberdiano, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX
y las primeras décadas del XX, nuestra filosofía se fue enriqueciendo como campo
Samuel Ramos, etc. Sin embargo, es en los años 40 del siglo pasado, a partir del aporte
descolonización de Asia y África, hacia los años 70, esa preocupación se articularía con
nacional y social de los pueblos latinoamericanos, que, aunque recibió los duros
embates de los golpes militares en Suramérica que se sucedieron a partir del año 73, y
limitante del despliegue de las potencialidades del sujeto, que no puede hacerse dueño
centro de la escena teórica y pasó a ser percibida, dentro de esa tradición filosófica,
filosofía latinoamericana contemporánea, por una parte, y esa tenaz tradición crítica que
hace del sujeto un tópico axial. Intentaremos mostrar, entonces, que esa tradición de
encuentra, como es lógico, repensada y reformulada, de cara a los nuevos desafíos que
plantea la conformación actual de la sociedad capitalista global, y del lugar que le está
reservado a la región dentro de esa estructura mundial; pero en ella se reconoce todavía
planteada será el tema del sujeto como núcleo central del pensamiento de dos
Para Roig, la filosofía, en tanto saber crítico, no comporta solamente una interrogación
por el mundo objetivo sino también por el modo de ser del sujeto, entendido como
objetividad, de toda relación con los objetos. En ese sentido, la filosofía es un saber
9-17].
Esta relación entre la filosofía, por una parte, y el sujeto con su normatividad
específica, por otra, habría sido captada por Hegel y formulada magistralmente por él en
su Introducción a la historia de la filosofía, cuando se plantea el problema del
“comienzo de la filosofía”.18 En ese famoso texto, Hegel habría establecido que las
condiciones para ese comenzar sólo se dan cuando hace su aparición en la historia un
sujeto con determinadas características: es, por una parte, un sujeto plural, que
una forma específica, esto es, según la formulación de Roig, se tiene “a sí mismo como
Ese acto de un sujeto colectivo, que se pone a sí mismo como valioso, constituye
la condición de posibilidad de la filosofía, que es lanzada y relanzada cada vez que esa
kantiano con el cual se señala la prioridad del sujeto respecto de cualquier desarrollo
sistema social e histórico de códigos, sin los cuales no es posible ningún discurso sobre
No se trata, con esto, de postular una reducción del ser al pensar. La conciencia
desde el cual “resulta posible la experiencia” (Roig: 1981, 257). El carácter valorativo
18
Cfr. G. Hegel, “El comienzo de la Historia de la Filosofía”, en Introducción a la Historia de la Filosofía, 9 ed.,
Buenos Aires, Aguilar, 1977, 196-209.
de ese acto originario de autoafirmación, por el cual el hombre se constituye como
constitución del hombre como sujeto hace nacer al mundo como objeto y el ‘tomar
realidad absorbente”, imposible de diferenciar de uno mismo (Roig: 1981, 77). Aunque
Hemos visto cómo Arturo Roig recupera a Hegel para pensar la cuestión del
sujeto; ello no significa, empero, que adhiera a todas las connotaciones filosóficas de la
teoría hegeliana del sujeto y, de forma particular, a aquella según la cual es posible
pensar los fenómenos humanos a partir del paradigma de una historicidad separada de la
empiricidad.
como tal a partir de su ejercicio, pero siempre dentro de un mundo epocal y socialmente
un sujeto empírico, inmerso en la historia y en una sociedad determinada; por tanto, con
subjetividad, ni empaña la dimensión social del mismo. Roig sostiene la integración del
individuo en una totalidad social, por obra de la cual la afirmación del sujeto como
a cabo desde un lugar social determinado y con pretensión de universalidad. “Así como
no hay objetividad sin sujetividad, tampoco hay individualidad sin universalidad. ‘Tener
pensar plantear sus respuestas en relación con lo universal” (Roig: 1981, 77).
historicidad es activada, para Roig, desde el lugar donde la misma ha sido negada,
El sujeto así teorizado por Arturo Roig tiene como modo predilecto de
mundo de bienes cosificados o fetichizados, que Roig llama “totalidades objetivas” (el
condiciones de la vida como un marco que posibilite la dignidad del hombre. Una
dignidad que siempre peligra, que siempre es avasallada, y que, sin embargo, debe ser
permanentemente recuperada.
racionalidad
sufre cambios, hasta desembocar en una forma específica de negación, de índole tanto
actual.
Hay una primera aparición del sujeto moderno, que tiene lugar al interior de la
enfrentado al mundo de los objetos, entendidos como res extensa. Esta forma de la
La lógica del mercado dejada a su suerte produce un tipo de sociedad que niega el
ser corporal, esto es, es un sujeto de necesidades que convive con otros sujetos
vivientes, y que, para reproducir su vida, debe permanecer integrado a sus congéneres y
al medio natural. Desde esta perspectiva, la naturaleza y el otro social no son objetos
que yacen frente a nosotros, sino que constituyen la condición de posibilidad de la vida.
Esta dimensión despeja un tipo de relación diferente, que remite, no ya a un yo
recíprocamente para reproducir la vida, tanto individual como colectiva. Esta dimensión
totalidad histórico-natural, que necesita integrarse con los demás hombres y con la
división del trabajo social y la interdependencia de los productores, entre ellos y con la
naturaleza. Tanto esta como el mundo creado por la actividad humana son producto
intersubjetivo.
acción humana a un tipo de acción específica: la acción directa medio-fin. Esto es, un
Estos efectos se han convertido en “amenazas globales”; tres son las más evidentes: la
condición natural y material del hombre, que necesita satisfacer necesidades en términos
viviente como grito de resistencia frente a la barbarie desatada, que pone en riesgo la
de transformarla.
deber-ser de tipo esencial a una “naturaleza humana” hipostasiada y colocada más allá
una “ausencia” que grita, que está presente sólo como ausencia y que solicita. Nunca es
una presencia positiva, sino una necesidad y una potencialidad humana. La categoría de
siempre en los límites de la finitud. En ese marco, el sujeto viviente se manifiesta como
cálculo destruye las bases de sustentación de la propia vida. El sujeto es, por tanto, una
de la autorrealización del ser humano por la afirmación de su subjetividad”, esto es, una
ética del sujeto corporal, necesitado y vulnerable, que nunca puede resolverse en la
la vida humana misma. Por el contrario, se trata de una ética que no reconoce ningún
otro principio que la prioridad de la vida, entendida como vida de todos y todas
(incluida la naturaleza), y que se sintetiza en el imperativo de “echar por tierra” toda
ley, toda institución, todo sistema que “humille, sojuzgue, abandone o desprecie al ser
fetiche, ya sea religioso o secular). Es, en segundo lugar, universal, pues el criterio de
de la vida individual y genérica. Con esto queremos decir que la “ética del sujeto” se
plantea con un alcance auténticamente universal, pues exige juzgar las mediaciones
sociales a partir del criterio del reconocimiento mutuo de los seres humanos vivientes,
Conclusiones
contestataria, de larga presencia en América Latina. Pensamos que las raíces del sujeto
que despunta en ambas formulaciones teóricas pueden rastrearse hasta la denuncia del
conceptuar al sujeto como una instancia de carácter a priori, pero que se revela en la
kantianas: como los a priori del filósofo de Königsberg, el a priori antropológico es una
necesidades humanas insatisfechas. Por tal, el pensador argentino entiende las diversas
contra las diversas manifestaciones de la “ética del poder”, esto es, el conjunto de
valores y normas objetivadas en las instituciones sociales que representan la ética de los
dignidad de todo ser humano. En definitiva, del ejercicio del a priori antropológico
resulta el reconocimiento, históricamente objetivado, del valor intrínseco de todo
resultado de un camino histórico. El ser humano no nace sujeto de por sí, sino que llega
a constituirse como tal a lo largo de un proceso, de una experiencia que le revela que no
la crítica paulina de la ley,20 el filósofo de origen alemán entiende que la inercia del
colectivo, enlazado desde su corporeidad con otros cuerpos humanos y con el cuerpo de
que, si quiere vivir, debe oponerse a la inercia del sistema. Su conformación como
racionalidad del sujeto como ser vivo, corporal, integrado al conjunto social y natural
racionalizado. Pero, curiosamente, a lo largo de ese proceso, ese sujeto que es resultado,
20
Nos referimos a Pablo de Tarso, para quien el pecado sustantivo no consistiría en ninguna trasgresión a la ley sino,
por el contrario, en matar cumpliendo la ley (cfr., Hinkelammert: 2000, 27-35).
que es producto histórico, se descubre como a priori de todo el proceso. Su condición es
mundial unipolar aplasta esa dimensión de lo humano que hemos llamado “sujeto”, la
humano –nos dice Hinkelammert- difícilmente se reduce a ser individuo. Siempre tiene
un pie fuera de la jaula” (Hinkelammert: 2004, 15). Ese resto que resiste a la
domesticación del sistema, ese principio subjetivo, creador de toda objetividad y fuerza
emerge, de diversas formas, ese sujeto que interpela al lenguaje y a las instituciones, y
Bibliografía
F.C.E.
Roig, Arturo Andrés (1984). El humanismo ecuatoriano en la segunda mitad del siglo
XVIII, 2 vol, Quito, Banco Central del Ecuador.
Roig, Arturo Andrés (2002). Ética del poder y moralidad de la protesta. Respuestas a la
crisis moral de nuestro tiempo, Mendoza, EDIUNC.
NUESTRA AMÉRICA
SEGÚN
SUS SUJETOS
La reflexión sensible de los antagonismos sociales como fundamento del
conocimiento social
comprendida
expresada en un verbo, es posible afirmar que los "grandes sujetos" políticos del siglo
XX fueron los estados, los gobiernos, los ejércitos, los partidos políticos de derecha y de
izquierda, "la clase obrera" y, al menos durante las últimas cinco décadas de ese siglo,
"las mujeres". A través de este conjunto de términos nominales cualquier hablante podía
fuerza social a los conglomerados de varones -y a las pocas mujeres- que componían
Nos acostumbramos a leer o escuchar enunciados como los siguientes cuando la acción
"El gobierno boliviano decidió reestructurar los centros mineros para reactivar la
“El Estado mexicano se prepara para contener la amenaza de expansión del zapatismo".
∗
Mexicana. Matemática, Maestra en Filosofía por la UNAM. Es candidata a Doctora por la Benemérita
Universidad de Puebla e investigadora del Centro de Estudios Andinos y Mesoamericanos, AC.
Fundadora y militante del Ejército Guerrillero Tupac Katari en Bolivia hasta su detención en 1992, que le
costó cinco años de reclusión en la Cárcel de Mujeres de Obrajes, La Paz. Entre sus publicaciones están:
Desandar el laberinto. Introspección en la feminidad contemporánea (La Paz, 1999). Junto con Fabiola
Escárcega organizó la compilación Movimiento indígena en América Latina (2 vol., México, 2005 y
2006); el año pasado dio a conocer la edición mexicana de ¡A desordenar! Por una historia abierta de la
lucha social.
O, al querer enunciar la acción desde las resistencias, no resultaban extrañas
Así, ocurre que a través de nuestras formulaciones lingüísticas -que en el fondo exhiben
acerca de un mundo ordenado, previsible y bien delimitado donde los sujetos actuaban
de manera identificable y por tanto, cognoscible. Esta forma de razonar y enunciar los
acontecimientos sociales no era exclusiva de la derecha; más bien, era compartida por
mundo que existe independientemente de ella.22 Sobre esta base y, con una gran
conocimientos a fin de bosquejar predicciones, eligiendo o bien "al sujeto" o bien "al
21
En Oaxaca, México durante varios meses de 2006 se ha producido una rebelión multifacética y
polifónica que comenzó, inicialmente, como una huelga magisterial con la demanda central de
"rezonificación" enarbolada por la sección XXII de la CNTE. Sin embargo, los acontecimientos
posteriores a la represión al magisterio ocurrida del 14 de junio cuando se suman a la lucha, hombres y
mujeres de los barrios oaxaqueños, colectivos estudiantiles diversos, grupos de padres y madres de
familia organizados desde las escuelas de sus hijos y desde los barrios que habitan, disidencias de otras
instancias sindicales, algunas organizaciones políticas con registro y sin él, organizaciones sociales,
civiles y personas con algún tipo de prestigio o capital simbólico... ¿qué es lo que hay ahí? Todo este
heterogéneo conglomerado de hombres y mujeres articuló una enorme capacidad de movilización e
impugnación del orden político y económico en el Estado, fijando como consigna central del movimiento
la "salida de Ulises Ruiz" como gobernador de Oaxaca y dotándose de un nombre: Asamblea Popular de
los Pueblos de Oaxaca que, cuando menos hasta el 12 de noviembre cuando se realizó un "congreso
constitutivo" a partir del cual seguramente perderá una gran parte de su fuerza, tenía la ventaja de ser
únicamente el nombre para referirse a la acción y capacidad colectiva así como para desarrollar una
sistemática oleada de variadas acciones auto-convocadas.
22
Después de Descartes, Kant brindando una gran cantidad de elementos acerca del sujeto cognoscente,
reinstala la escisión entre objeto y sujeto, entre otras categorías con la distinción entre fenómeno y
noumeno.
objetos predilectos: la clase obrera, los "campesinos", "las mujeres", sus organizaciones,
"el sistema corporativo", "el capitalismo"; o bien, los gobiernos, las instituciones, los
estados, las asociaciones, las corporaciones, etc., buscando identificarlos -ie, dotarlos de
definición-, clasificarlos y fijar los conceptos que contuvieran los significados básicos
Sin embargo, los antagonismos fundamentales sobre los que discurre nuestra vida
Como ya puede suponerse, la postura que voy a defender en las siguientes páginas se
guía por la idea de que es a través de la reflexión acerca de los modos concretos del
abiertas o cerradas para los varones y las mujeres histórica y geográficamente situados a
cada momento en medio de tal antagonismo, como podemos conocer hoy a nuestro
continente.
anhelos compartidos
Una vía de entrada al tema del conocimiento de nuestra América hoy, más allá del
identificar a quienes han protagonizado las últimas oleadas de luchas. En este sentido y
los pueblos indígenas;23 después de ellos, "las mujeres" y, finalmente, llegó el turno a
fundamental del término sujeto es, también, ser el pasado participio del verbo sujetar,
cuya definición según el diccionario de la Real Academia tiene dos acepciones muy
cercanas: "1. Someter a dominio; 2. Afirmar o contener una cosa por la fuerza".
estudiado y quienes lo clasifican de una u otra forma o, incluso, quien paga para que se
En contraste con ello, la postura teórica -académica o militante- que centra la atención
situado, podrá entender las múltiples maneras en que se configura de manera tensa y
subordinación social tanto desde la vida cotidiana como en los momentos de rebelión
social abierta. A través de este acercamiento no sólo es posible distinguir entre distintas
23
La cuestión de los sujetos indígenas ha sido debatida ampliamente en la literatura contemporánea de
manera taxonómica: se eligieron los pueblos indígenas y se escudriñaron exhaustivamente produciéndose
una enorme cantidad de útiles etnografías. Una visión contrastante con este acercamiento, donde se
privilegia la narración en primera persona de los conflictos que han protagonizado los indígenas y las
organizaciones que van construyendo puede encontrarse en Movimiento indígena en América Latina.
Resistencia y proyecto alternativo, volúmenes I y II, Juan Pablos-CEAM-UAM-BUAP, México D.F,
2005 y 2006.
24
En América Latina, durante los últimos años 90 hasta ahora han proliferado un gran número de
"movimientos sociales" que son abordados dentro de una compleja "clasificación", oscilando desde
ciertas variantes de "organizaciones sociales" más o menos instituidas, hasta articulaciones temporales e
intermitentes de luchas diversas. En Bolivia, por ejemplo, el actual vice-presidente Alvaro García (junto a
Marxa Chávez y Patricia Costas), publicó en 2005 un tratado sobre Movimientos sociales en Bolivia,
Oxfam, La Paz, 2005 que, posteriormente, ha establecido no sólo un modo de mirar, sino un modo de
establecer la relación entre el gobierno de Morales y algunos representantes de tales movimientos.
profundidades de impugnación del orden social, sino que incluso resulta posible
valor de cambio y el poder estatal, avanza por las sendas del despojo, el saqueo, la
sobre-explotación y el desprecio; desde el lado del trabajo vivo, el privilegio del valor
acciones sociales multitudinarias en los últimos años en los diferentes países de nuestra
no liberal.
Una pregunta abierta mirando desde este ángulo es: ¿Qué es lo que podemos aprender
Según Raúl Zibechi, todas las nuevas formas de protesta y despliegue del antagonismo
25
Zibechi Raul, Genealogía de la revuelta, Letra libre-Nordan, Buenos Aires, 2003. Desde entonces,
pero con más contundencia posteriormente, Zibechi propone no ceñirse al canon explicativo que exige
Considero entonces que el problema para entender lo que ocurre en nuestro continente
es establecer pistas a fin de percibir los rasgos comunes de los polifónicos contingentes
y grupos sociales que se han comenzado a movilizar; es decir, reflexionar sobre cómo
leer en el propio despliegue del antagonismo movilizado, las más profundas tendencias
interpeladoras del poder que, por lo general, se han levantado a lo largo de la última
confrontaciones que se expanden por toda nuestra geografía, como manera de saber lo
Para desarrollar esta tarea, una posibilidad es avanzar a lo largo de tres niveles de
Las luchas sociales en América Latina en cierta medida, han ocasionado la erosión o el
existencia de partidos; forma política esta, que se nos impuso como parte del paquete de
"fijar" y "definir" con total claridad a cada "movimiento social", sino que propone la noción "sociedad en
movimiento" para estudiar, justamente, las formas, intensidades y modos del despliegue del antagonismo.
Este camino me parece sumamente fértil.
devaluada simbólica y prácticamente por los profesionales de la decisión política y la
voz pública.
i) De alguna manera, durante gran parte del siglo XX, conocimos una forma de
relaciones productivas y sociales, llevada a cabo dentro del ámbito del Estado-nación
Así, y sobre todo en países como Argentina, Bolivia, y en cierta medida en Brasil,
fueron las luchas surgidas desde el centro de trabajo las que dotaron de identidad –los
Ahora, en el siglo XXI, las multitudes argentinas en movimiento durante varios años,
los tumultos bolivianos sostenidos por comunidades y barrios movilizados entre 2000 y
constituyen otro sujeto social, infinitamente más denso que la “sociedad civil” y mucho
menos compacto y rígido que “la clase trabajadora” (sobre todo pensada bajo las pautas
de intelección del siglo XX). Algunos autores llaman a esto forma multitud de
intervención política.26
Estos hombres y mujeres que se movilizan y rebelan, generalmente lo hacen a partir del
trabajo hasta la vivienda y la comida, desde los servicios públicos hasta la regulación de
la convivencia. La identidad que surge a partir de estas agregaciones es, casi siempre,
nebulosa y ampara mayormente la posibilidad de acción común articulada más allá del
empresa, profesores jubilados sin recursos, jóvenes sin empleo, mujeres solas que han
conseguido una vivienda ocupando un predio, etc. Igual sucede, aunque por supuesto de
26
Esta noción fue desarrollada en Bolivia por el grupo Comuna durante varios años como esfuerzo
teórico para entender los rasgos de las nuevas luchas, en sintonía con otros esfuerzos en otros países. Tal
formulación, si bien tiene cierto parecido con la noción de multitud defendida por Hardt y Negri, tiene un
significado y un uso lógico y semántico distinto. Al hablar de forma multitudinaria de intervención
política no se intenta encontrar un nuevo "sujeto" para reemplazar a la débil o ausente "clase obrera", sino
que se ensaya un término para describir el modo de la confrontación social que se despliega. Solamente
después de fijar con nitidez este rasgo se procede a intentar distinguir los distintos organismos,
asociaciones, sindicatos y grupos múltiples que irrumpen en el espacio público, esto es, la fijación de
distinciones no es lo decisivo para la intelección de la acción colectiva.
manera mucho más ordenada con los "regantes": campesinos de la zona peri-urbana de
Cochabamba y de los valles circundantes que utilizan agua para riego gestionándola de
manera autónoma desde hace siglos y que, por lo general, hasta antes de la Guerra del
social ya alcanzada: las centrales obreras, los frentes populares; en el siglo XXI
y tumultuoso ¡Ya basta! dado a luz como actividad colectiva donde las multitudes con
todo, expresan que ya no aceptarán más el camino, las recetas, las medidas y los planes
levantamiento. Durante estas acciones colectivas, lo más llamativo es que los hombres y
mujeres hacen, dicen y construyen modos más eficaces de decir y de hacer de manera
simultánea.
27
En los años recientes es muy interesante la lucha que lleva adelante la CONACAMI (Coordinadora
Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería), que está habilitando un interesante espacio de
articulación entre "afectados" y auto-proponiéndose el objetivo de expulsar a las transnacionales mineras
de la región andina peruana.
Estas maneras de expresión del antagonismo social abren un amplísimo abanico de
los hombres y mujeres que se reúnen, hacen brotar una enorme diversidad de
política agraria comunitaria? Estos problemas no han sido zanjados hasta ahora y el
28
Una manera fértil de entender las luchas bolivianas ya durante el gobierno de Evo Morales, es no
perder de vista la tensión entre los modos en que este gobierno está cumpliendo desde el Estado la agenda
puesta en la agenda pública por la gente movilizada durante los años de sublevación y levantamiento
(2000-2005), que son recuperación de los hidrocarburos y convocatoria a una Asamblea Constituyente; y
la forma en la que está intentando "estabilizar" y "gestionar" verticalmente la participación política de la
multiplicidad organizativa boliviana.
ensayo más interesante, el gobierno de Morales en Bolivia, oscila entre reinstalar el
hace mucho más difícil que se imponga la pesada rigidez de la institucionalidad estatal
Si uno lee los textos resolutivos de casi cualquier asamblea de barrio en Argentina o en
muy rica, múltiples iniciativas humanas, esforzándose por reorganizar los pactos
importante en nuestra forma de pensar lo político que necesita de una reflexión de fondo
como tal por todos los movilizados y un horizonte “revolucionario” guiado por la
noción de “toma del poder”, pensado a fin de cuentas como ocupación del andamiaje
completa el cuadro.
Hoy día, percibimos un horizonte múltiple de lucha que combina de manera compleja la
polifónica de democratización social que, hasta hoy, se ejecuta de manera práctica como
política del tumulto –o de la multitud-. Poco a poco se escucha una insistente exigencia
por reconstruir el carácter público del conjunto de bienes que constituyen la riqueza
social.
Aquí, la pregunta es no sólo qué está pasando, sino básicamente, hacia dónde va el
comprehensivas. Los argentinos, los ecuatorianos y los bolivianos, con base en sus
compacta barrera común y abrieron con su acción una pregunta mil veces más difícil:
¿Y ahora, qué?
Sin embargo, los conceptos para leer y orientar las luchas que heredamos del siglo XX
nos resultan cuando menos, inapropiados. Las taxonomías básicas que organizan las
movimiento social/partido, etc. Y más aún, se superponen sobre las nuevas prácticas
los ejecuta en común, que exige trabajo y rechaza los subsidios y que, al mismo tiempo,
“estrategia de sobrevivencia”? ¿No están construyendo, a partir de la red social que han
pueden sostener formas políticas nuevas? ¿Cómo se expanden esos rasgos de lo nuevo?
impugnación de las decisiones del gobernante del Estado y de la propia Federación, sólo
acción llevada a cabo por conglomerados variados de hombres y mujeres que se han
ingeniado para potenciar su unificación con otras acciones y, a partir de ahí, expandir el
objetivo común... Esta perspectiva, considero, enlaza con lo que solíamos en otras
(FFyL-UNAM, SECNA)
cultura latinoamericana, sobre sus complejas relaciones con otras regiones del
mundo, ha sumado nuevas voces y escrituras que intentan realizar el añejo sueño
y de sus contradicciones.
que aspiran a desentrañar las claves que le dan movimiento y sentido a la cultura
económicos y políticos, al tiempo que postulan estrategias concretas para romper con
latinoamericano.
∗
Ciudad de México, 1970. Maestro en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Es autor del libro
Cartografías del poder y la imagen (UMSNH, 2006). Ha publicado ensayo y narrativa en las revistas
Crítica, Archipiélago, Tierra Adentro, y en los suplementos de cultura La Jornada Semanal, La Gaceta
del Fondo de Cultura Económica y Acento de La Voz de Michoacán. En el año 2005 ganó el XXXIV
Concurso Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés; en 2006 obtuvo el XXII Premio Nacional de
Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción y ganó la quinta edición del Concurso de Crónica Urbana
Salvador Novo.
cultura que paulatinamente han impulsado una renovación en los enfoques sobre
América Latina y que convocan incluso a una ardua discusión sobre la razón misma del
concepto.
tópicos que cuentan con una larga historia: las posibilidades y realidades de la identidad
diferentes del debate, en tanto que documentan la emergencia y desarrollo de las líneas
de los enfoques generales que manejan los textos: el primero de ellos, Posmodernidad
frente a cualquier tipo de producción teórica que vaya más allá de las fronteras
europeas”30; el segundo momento, marcado por la edición del libro The Postmodernism
29
Santiago Castro-Gómez, “Los tres tiempos del debate en torno a los estudios culturales y la
poscolonialidad en América Latina”, en Latinoamérica. Anuario de Estudios Latinoamericanos, no. 35,
CCyDEL-UNAM, México, 2003.
30
Ibid, p- 56.
Debate in Latin America, “busca intervenir en un debate político al interior de la
América Latina y globalización son los temas que los estudios culturales y el
culturales realizadas por teóricos latinoamericanos, así como sus principales ejes en la
... nuestra época exige una razón crítica para enfrentar el supuesto pluralismo del mercado,
además de que los medios audiovisuales han modificado notablemente la relación con los
las voces contrahegemónicas, minoritarias, y que en mi opinión le dan a los estudios culturales
es ahora el lugar para ejercer lo transdisciplinario? Sin embargo, en esta cuestión también hay
que introducir límites... Esto sin renunciar a los usos heterodoxos del saber y a revisar con ese
mismo espíritu a nuestros autores latinoamericanos, navegando siempre en distintas latitudes del
32
discurso.
31
Ibid, p- 61.
32
Gustavo Ogarrio, “Teorizar en los márgenes. Entrevista con Nelly Richard”, en Archipiélago. Revista
cultural de Nuestra América, no. 39, enero-marzo 2003, México, p- 32- 33.
Richard enuncia algunas dificultades que los estudios culturales deberán
el valor literario del texto? Yo diría que no... Lo que creo que hay que hacer es
América Latina también estarían construyendo una serie de silencios que pudieran ser
englobados en las siguientes preguntas: ¿De qué manera los estudios culturales, el
de la cultura se rinde rápidamente ante las categorías de las distintas versiones del
33
Ibid, p- 32- 33.
34
El concepto de “era imaginaria” lo utiliza José Lezama Lima como una alternativa de periodización
abierta en su poética de la historia. Véase La expresión americana, FCE, México, 2001.
pensamiento posmoderno y muchas veces reduce la complejidad de conceptos,
“metarrelatos” latinoamericanos.
Así, este diálogo pendiente entre las nuevas corrientes de pensamiento sobre y
iluminar zonas poco transitadas por el debate actual. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, el
heterogeneidad cultural de América Latina en las distintas narrativas de los siglos XIX y
que tiene que ver con la constitución histórica de su cultura, al tiempo que impide
“descentradas”, sólo que con perfiles diametralmente diferentes y que están ahí,
poéticas y de disciplinas?
Walter Mignolo nos dice que “conviene recordar una larga trayectoria en la cual las
sería América Latina en una visión perspectivista de la historia, que estaría exigiendo
una respuesta crítica que únicamente podría darse en el terreno de una racionalidad
ciencias sociales”.37
Pero ¿qué pasaría si este saber fronterizo ya hubiera ocurrido en alguna zona de
zorro de arriba y el zorro de abajo, de José María Arguedas, como el ejemplo de una
escritura enmarcada en una crisis de identidad, generada por el enfrentamiento entre las
35
Walter Mignolo, “Posoccidentalismo: el argumento desde América Latina”, en Teorías sin disciplina.
Latinoamericanismo, poscolonialidad y globalización en debate, Santiago Castro-Gómez y Eduardo
Mendieta (coordinadores), Porrúa-USF, México, 1998, p- 44.
36
Ibid, p- 55.
37
Ibid, p- 54.
disonantes”38. Al recibir el premio Inca Garcilaso de la Vega, Arguedas intenta
caracterizar su obra literaria como una lucha constante, estética y política, contra la
Contagiado para siempre de los cantos y los mitos, llevado por la fortuna hasta la Universidad de
San Marcos, hablando por vida el quechua, bien incorporado al mundo de los cercadores, visitante feliz
de grandes ciudades extranjeras, intenté convertir en lenguaje escrito lo que era como individuo: un
vínculo vivo, fuerte, capaz de universalizarse, de la gran nación cercada y la parte generosa, humana, de
39
los opresores... El cerco podía y debía ser destruido.
letrada practicada por Europa y por las elites latinoamericanas– y la oralidad, de origen
popular y que trae al texto el torrente de mitos y símbolos de la cultura indígena. En este
interacciones de una frontera cultural que pervive hasta nuestros días, simbolizada en el
relato mítico andino de los zorros: la letra y la oralidad como lenguajes de mundos en
planteado por Nelly Richard: el valor literario del texto, la especificidad de sus
38
Martin Lienhard, “La <andinización> del vanguardismo urbano”, en José María Arguedas, El zorro de
arriba y el zorro de abajo, edición crítica, Eve-Merie Fell (coordinadora), CONACULTA, colección
Archivos, México, 1992, p- 323.
39
José María Arguedas, El zorro de arriba y el zorro de abajo, en op. cit., p- 257.
procedimientos literarios, sirve como mediación para articular la lectura estética a los
respecto, Mignolo afirma: “...<civilización> sirvió como una categoría que negó poder
los conflictos políticos y culturales de gran parte del siglo XIX, al menos los
40
Mignolo, ibid, p- 48.
ejemplo de las “construcciones discursivas de la barbarie en la filosofía latinoamericana
trascendentales.
que fija en toda su extensión la disputa entre civilización y barbarie, Roig realiza una
análisis en las imposibilidades que plantea el contrapunteo entre ambas nociones, deja
que la dicotomía abra “las puertas para una visión conflictiva”42 de la cultura en
América Latina.
elusión e ilusión43.
las obras de Andrés Bello, de Simón Rodríguez y del mismo Sarmiento los “atisbos y
pensamiento crítico han sido eludidos en las lecturas de los poscolonialistas y de los
posoccidentalistas?
(El libro) tiene el indudable mérito de recordar, incluso desde la elección del título..., que eso a
lo que actualmente se denomina como “estudios culturales” tiene en América Latina una ya
larga y vigorosa tradición, que merecería ser tenida en cuenta en los debates actuales en torno a
difundido en ámbitos académicos, de una ausencia de tradición crítica en América Latina es una
43
Ibid, p 165.
44
Ibid, p- 168.
cuestión de óptica; pero también es cierto que, ni el largo predominio de concepciones
inmanentistas que proyectaban sobre los textos modelos supuestamente universales, ni las
45
pugnas por el poder institucional han contribuido a destacarla.
posoccidentalismo sobre los lugares y tiempos en los que se mueve América Latina en
intelectual?
Ahora más que nunca es necesario ejercer desde América Latina un cruce
herramientas necesarias para elaborar cartografías con mayor profundidad sobre nuestra
condición cultural, estética y política, sobre nuestras tradiciones y rupturas, que nos
Latina.
45
Francoise Perus, “Aportes de la crítica literaria al estudio de la cultura latinoamericana”, en
Latinoamérica. Anuario de Estudios Latinoamericanos. no. 35, CCyDEL-UNAM, México, 2003, p- 84.
Si las representaciones de nuestra heterogeneidad son siempre evasivas y
su magnitud el desafío metafórico que el poeta cubano Lezama Lima arroja sobre la
Introducción
dinámica regional, más allá de las diversas definiciones y énfasis dados al concepto, a
mediados de los 90 nos encontramos con el escenario inverso. Tal como señala José
casi ha desaparecido como principio de análisis. Desde luego, se nombra a las clases
sociales pero, sobre todo, de dos maneras: o en términos muy descriptivos muy
∗
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Maestra en
Ciencias Sociales (FLACSO-México) y Doctorante de Estudios Latinoamericanos (UNAM). Profesora de
tiempo completo en la UACM. Es autora del libro Ensayo e identidad cultural en el siglo XIX
latinoamericano, Simón Rodríguez y Domingo F. Sarmiento, 2003.
Este desplazamiento o pérdida de centralidad de la categoría de clases sociales
se puede observar desde dos dimensiones: una teórica y una simbólica. Por una parte,
habría una acumulación de críticas e insuficiencias que buscan justificar, desde la teoría
que alguna vez lo tuvo46, y/o habría sido rebasada por nuevas realidades que exigirían
Por otra parte, habría un problema histórico e ideológico que tiene que ver con
los años 70 y, posteriormente, la caída del muro y el fin del socialismo real. En este
clases, describe muy bien este proceso al señalar que “el fracaso de ese proyecto –
socialista- arrastró consigo las premisas que le servían de base: dado que los derrotados
comunistas habían afirmado que las sociedades capitalistas estaban estructuradas por
46
Al respecto, y dependiendo del marco teórico desde donde se parte, encontramos al menos dos grandes
posiciones. Por un lado, quienes afirman que la categoría de clases sociales siempre presentó dificultades
para el estudio de la realidad latinoamericana debido a las particularidades del desarrollo capitalista en
nuestra región. El debate sobre el fenómeno del populismo, con su diversidad de miradas, fue una manera
de encarar este problema. Por otro lado, quienes afirman que el paradigma clasista pertenece a una época
pasada que se agota cuando surge un “nuevo sistema de acción histórica”. Aquí encontramos
fundamentalmente a los teóricos de los nuevos movimientos inspirados en la obra de Touraine y Castells.
A nuestro juicio, en las dos últimas décadas del siglo XX y lo que llevamos de la
actual, estas dos dimensiones mencionadas se han entrelazado, articulado, de tal manera
que han opacado el análisis y han vuelto difícil distinguir entre la problematización y el
debate sistemático y fundado sobre las diversas concepciones de las clases sociales -
“ideologización”.
capitalismo mundial y regional, abonó el terreno para una progresiva omisión o elusión
de las clases sociales como principio de análisis sociopolítico. Tal como sostiene
Grüner: “Puesto que el horizonte del 'imaginario social e histórico' ya no nos permite
quedarse. La energía crítica en este contexto encuentra una válvula de escape sustitutiva
en la lucha -sin duda necesaria pero no suficiente- por diferencias culturales que, en el
fondo, dejan intacta la homogeneidad básica del sistema capitalista” (2002: 86).
y que saldara cuentas con algunas problemáticas teóricas y políticas abiertas en las
décadas de los 60 y 70 que, a nuestro juicio, y análisis crítico mediante, siguen vigentes
Si seguimos el curso de las temáticas privilegiadas por la agenda de debate de las ciencias sociales en los últimas décadas, podemos
distinguir, a grandes rasgos, tres grandes momentos en los que se da este desplazamiento de las clases sociales. Un primer momento
de problematización del concepto de clases sociales a la luz de la especificidad latinoamericana, dentro del marco general que
podríamos llamar el paradigma del conflicto; un segundo momento de críticas al concepto orientadas a formular un cambio más
amplio de paradigmas teóricos; un tercer momento de eliminación del concepto de la agenda temática desde nuevos presupuestos
teóricos e históricos.
I. En un primer momento ubicamos los trabajos producidos entre la segunda mitad de la década de los 60 y mediados-
fines de los 70. Si bien las clases sociales están presentes en la literatura sociopolítica latinoamericana desde mucho tiempo antes,
esta coyuntura nos parece fundamental ya que con la crisis del desarrollismo, la influencia de la Revolución Cubana y la rápida
expansión de las guerrillas, el marxismo reingresa a la discusión académica y la categoría se vuelve una referencia fundamental; por
su peso teórico y político, quienes la utilizan se ven obligados a precisar, definir, esclarecer (aunque esta definición y precisión no se
estos años se produce un amplio debate, desde diversos ángulos, sobre la pertinencia,
referencia al problema de las clases sociales como eje de análisis. Podemos mencionar
como paradigmáticos, por el tratamiento específico del tema y la cantidad y talla de los
intelectuales que participaron en ellos, los dos seminarios que tuvieron lugar en México,
Mérida y Oaxaca, en los años 71 y 73 respectivamente y que fueron publicados bajo los
títulos de Las clases sociales en América Latina (Benítez Zenteno, 1973) y Clases
sociales y crisis política en América Latina (Benítez Zenteno, 1975). Los trabajos de
este encuentro están atravesados por las fuertes discusiones sobre los principales
el debate sobre la dependencia; el debate entre distintas concepciones teóricas dentro del
marxismo.
Es importante destacar sobre este momento que si bien hubo acuerdo general sobre la relevancia de la categoría, no
existió ningún consenso en cuanto a definiciones conceptuales, al papel específico otorgado a las clases dentro del proceso histórico
y a las consecuencias políticas derivadas de los análisis. Por el contrario, y a diferencia de la imagen homogeneizadora y simplista
que a menudo presentan sobre el periodo muchos de los estudios sobre los nuevos movimientos sociales, estos trabajos se
caracterizan por abrir una multiplicidad de ejes de análisis sobre las clases. No obstante, esta diversidad y profundidad de cuestiones
sin resolución definitiva no llevó a los autores a descartar la categoría. Algunos puntos representativos de este debate son (en
Zenteno, 1973):
Asimismo, las clases reconocidas como tales no se “comportan” como clases (obreros
(Edelberto Torres Rivas); problemas para visualizar las clases en momentos de baja
Cardoso).
5. Niveles de manifestación de las clases. ¿En qué medida las clases son grupos reales,
Santos) Falta de análisis empíricos sistemáticos sobre las clases (Jorge Graciarena) y, en
pero también nos parecen significativas precisamente porque ellas se utilizarán más
sociales.
década de los 70 y fines de los 80. La gran mayoría de estos trabajos está marcada por la
mediados de los 80). Se hace presente aquí un problema y categoría que pronto va a
estudios sobre los nuevos movimientos sociales. Bajo el signo de “nuevos temas y
1990). En estos años retornan al centro del debate los temas y conceptos del discurso
denominó como “el retorno del actor”. En términos generales se trata de rescatar el
papel activo, la “agencia”, de los sujetos frente a las estructuras que lo condicionan.
como problema político y teórico tiene lugar en condiciones históricas y políticas muy
procesos de democratización caracterizan por un lado a las nuevas luchas encaradas por
los movimientos populares tras las derrotas sufridas, pero también ese lenguaje se halla
detrás de los principales proyectos de recambio en el interior del propio sistema que
alientan para América Latina grandes fuerzas internacionales” (1980: 8). En esta
de clases sociales.
décadas anteriores dan lugar a un proceso de revisión crítica de los objetivos, estrategias
y supuestos que los sustentaban. En esta coyuntura se hace sentir con fuerza la crisis
produciéndose en los países centrales desde hace una década y media. La lucha por la
flancos. Mientras una parte importante de los autores se aboca a profundizar los
omisión del problema de las clases sociales, otros autores, en particular quienes vienen
III. En un tercer momento incluimos los trabajos de la década de los 90. Con la
caída del muro y el derrumbe del socialismo real se consolidan algunas tendencias de
los años 80 y aparecen otras. Junto con el problema específico de las clases se desplaza
todo un paradigma de análisis hacia otro más “flexible”, vinculado en términos muy
agendas intelectuales.
obstante, ante la evidencia cada vez más contundente de los límites de la democracia
sociales, se produce una crisis de representación política que plantea una nueva fuga de
lo político a lo social.
Desde las teorías de los movimientos sociales se profundizan los análisis sobre
Para este momento nos encontramos ya envueltos, como señala Nun, en una
sociales.
La oposición entre lo “viejo” y lo “nuevo”
sobre los movimientos sociales en América Latina. A pesar de que esta tensión ha sido
y es señalada por los propios estudiosos de los movimientos sociales como conflictiva
(Parra, 2002), sobre ella descansa el sentido de la constitución de este objeto de estudio.
Sin esta tensión se desvanecería gran parte de su atractivo explicativo. Es sobre esta
los actores sociales; b) las perspectivas analíticas. Si bien se plantea que hay una
estrecha interrelación entre estos dos niveles, no siempre queda claro de qué manera se
relacionan entre sí. Depende del énfasis dado a cada uno, los análisis adquieren distintas
implicaciones.
Cuando se dice que los actores son los “nuevos” se hace referencia
de los actores colectivos que se opondrían a las viejas formas, relacionadas con la
“clase”, centradas en la toma del poder del Estado y la organización del partido. El
el espacio público con las grandes agrupaciones clasistas” (Calderón en Parra, 2002), no
antes lo tenían; b) que la presencia clasista está vinculada sólo con determinadas formas
organizativas: sindicatos y partidos que buscan el control del Estado; c) que la clases
el propio problema teórico de las clases sociales. En primer lugar, en América Latina ni
los sindicatos ni los partidos dominantes han sido estrictamente clasistas sino complejas
expresaron únicamente en este tipo de organizaciones. Por otra parte, en América Latina
actores con demandas heterogéneas, es tanto o más importante que la experiencia del
Portes denomina a este argumento como la “falacia realista” y sostiene “cuando se trata
de las clases, los críticos exigen que la teoría no sólo ofrezca explicaciones plausibles,
sino que los involucrados las avalen” (2003:14). Se pierde aquí toda vinculación
análisis que la categoría involucra. El tránsito de la clase en sí a la clase para sí, los
distintos niveles de manifestación que la clase, así como la relación entre estructura y
Consideramos que esta ruptura entre lo nuevo y lo viejo hace referencia a una
realidad que no corresponde del todo con nuestra historia. Se exagera el quiebre entre
dos momentos históricos haciendo pasar una parte -el modelo marxista leninista- por el
étnicas, obreras y campesinas. Esto no significa que no tenga sentido la revisión crítica
del pasado, pero precisamente la distinción tan tajante entre viejo y nuevo no permite
hacer una evaluación más seria y justa sobre los límites y potencialidades de las
distintas formas organizativas de esos años, pero sobre todo, de las conexiones y
continuidades que se pueden presentar con las luchas del presente. Tampoco permite
Por otra parte, el corte entre lo viejo y lo nuevo sugiere que los nuevos
movimientos y actores estarían casi por definición -como parte de la sociedad civil que
resiste los embates del Estado- exentos de los vicios que se critican a los del pasado. Sin
desestimar los aportes planteados desde estos nuevos movimientos (el sentido de
autonomía frente a las instituciones de toda clase, las experiencias de autogestión, las
renovadas formas de solidaridad frente a la crisis, entre otras), es necesario ver cuáles
son en concreto los “vicios” que se habrían superado y cuáles no; cuáles son las
estas dificultades con las circunstancias históricas concretas en que están inmersos estos
movimientos. En este sentido vale la pena recordar, por ejemplo, que el EZLN –uno de
los referentes más importantes de los nuevos movimientos sociales- al mismo tiempo
que plantea una nueva forma de hacer política, se sostiene con una estructura
en otras realidades -aunque puedan ser útiles- sino recuperando la historicidad propia de
nuestra región.
Por otra parte, a la inversa de lo que critican a los análisis de los años 70, en el
sentido de que sólo estudiaban las clases dominantes, muchos teóricos de los nuevos
dominación más profundas. Esto nos da pie para abordar el segundo aspecto de lo
“nuevo”.
Cuando se dice que las perspectivas analíticas son “nuevas” se hace referencia
necesario hacer ciertas precisiones sobre aspectos que se confunden. Que los análisis de
dimensión “simbólica”, esto no significa que esta dimensión no haya estado presente en
identitaria, de los actores y organizaciones constituye una novedad de la teoría más que
de los actores. Esto es, una ampliación y complejización –muy necesaria por cierto- de
los niveles del análisis social. Al atribuir esta dimensión sólo a los cambios en los
actores, se profundiza esta escisión entre lo nuevo y lo viejo, impidiendo, por ejemplo,
el ejercicio histórico de revisar las prácticas de los “viejos” movimientos para rescatar la
con los análisis estructurales de la época y encontrar las continuidades y rupturas con el
presente.
reconocer cualquier principio social articulatorio que les de sentido, es promover una
visión fragmentada de la realidad social que resulta teóricamente cuestionable y
políticamente peligrosa.
La alerta sobre este desplazamiento del problema de las clases sociales no pretende
Creemos que estos han sido ampliamente denunciados y argumentados en las últimas
teóricos, sino que se reemplazara en bloque a los anteriores y se los colocara como
contexto mundial y regional que plantean grandes desafíos a las categorías con las que
interpretativos que impide ver los procesos, las continuidades y las lógicas del proceso
aspectos que el paradigma clasista, cabe considerar, en sentido inverso, que la elusión
del problema de las clases generó el mismo efecto en sentido inverso. Así, señala Nun,
“es desde la perspectiva clasista que aparecen como tópicos tanto la explotación como
el aspecto capitalista del Estado; y ni uno ni otro son liquidables por fiat teórico y,
mucho menos, por un cambio de moda intelectual” (1994: 46). Junto a estos dos
aspectos centrales podríamos agregar otros dos aspectos fundamentales que la oposición
reductibles a una crisis funcional del sistema político, de las instituciones o del
gobierno. La visión del conflicto social que privilegia la oposición categorial sociedad
estos dos polos así como su compleja inserción en el marco del modo de producción
conflictos o una visión no conflictiva del conflicto social (Guido y Fernández, 1990).
(Grüner, 2002).
Benítez Zenteno, Raúl (coord.), Las clases sociales en América Latina, México, IIS-
UNAM, Siglo XXI, 1973.
Benítez Zenteno, Raúl (coord.), Clases sociales y crisis política en América Latina,
México, IIS-UNAM, Siglo XXI, 1975.
Guido Béjar, Rafael, Otto Fernández y Ma. Luisa Torregrosa (comp.), El juicio al
sujeto. Un análisis global de los movimientos sociales, México, FLACSO-Porrúa, 1990.
Grüner, Eduardo, El fin de las pequeñas historias. De los estudios culturales al retorno
(imposible) de lo trágico, Buenos Aires, Paidós, 2002.
Parra, Alejandra, “La construcción de los movimientos sociales como sujetos de estudio
en América Latina”, en Athenea Digital, núm.8, otoño de 2005, p. 72-94.
todo lo que había estado construyendo, soñé que mi tránsito por Estados
Unidos sería corto y con el único objetivo de juntar dinero para poder viajar a
proceso aprendí, gracias a la magnífica poeta Audre Lorde y lo que más tarde
∗
Licenciada en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Illinois, EU. Maestrías: en Ciencias
Sociales por la Universidad de Chicago, EU, y en Sociología por la Universidad de Barcelona, España.
Candidata a Doctora por la última institución. Ha realizado investigación y docencia en los temas: cuerpo
e identidad femenina, violencia doméstica, y salud y sexualidad y publicado numerosos ensayos y
artículos en revistas especializadas, fundamentalmente en lo que se refiere a la violencia en contra de las
mujeres.
47
Parafraseo a Rosi Braidotti, quien en el Prólogo de su libro añade una nota biográfica que titula “¿Qué
hay en una fotografía?”. Braidotti, Rosi, Sujetos Nómades, Buenos Aires, Paidós, 2000.
Ese aprendizaje y experiencia de vida me ha ayudado a permanecer
como una premisa básica para iniciar cualquier diálogo sobre la acción política.
siglo XX, tenemos que preguntarnos sobre el tipo de sujeto y agencia que
inestabilidad, para poder escapar de las redes de poder del sistema que nos
Los sueños son para ser soñados, pero también son metáforas de
nuestro mundo interno que nos dan pistas del camino a seguir en el tránsito por
política de este país y nuestro continente, porque estoy convencida de que los
sociedades.
Pero para poder hablar del sujeto ético feminista permítanme aclarar algunos puntos
La década de los sesenta dio origen a un contradiscurso que puso en tela de juicio
la mujer y por un proceso de "intuición y razón" las feministas interesadas en construir una
complejidad de la tarea, por lo que asumiendo el riesgo que representa sintetizar debates
por demás complejos, sólo mencionaré los aportes que la teoría crítica feminista ha
Teoría Crítica, ha desarrollado teoría para construir un imaginario social que contribuya a
48
De Lauretis, Teresa, Diferencias. Etapas de un camino a través del feminismo, Madrid: horas y
HORAS, 1999.
desplazar la utopía de una sociedad democrática liberal a una democracia social
enfrentar las diferentes tendencias del marxismo del siglo XX para encontrar elementos
una teoría feminista capaz de incluir en sus bases teóricas y metodológicas, la diferencia
sexual y la experiencia de las mujeres. El elemento común que identifica a este grupo es
siglo XX requirió nada menos que un cambio de paradigma del marxismo que se puede
progresista”. Esta posición de búsqueda por una unión más progresista fue abanderada
49
Benhabib and Cornell, “Introduction”, en Seyla Benhabib and Drucilla Cornell. Feminism as Critique.
Minneapolis: University of Minnesota Press, 1987.
50
Esta idea se popularizó debido al artículo de Hedi Hartman titulado “The Unhappy Marriage of
Marxism and Feminism: Toward a more progressive union”, publicado en la compilación elaborada por
Lidia Sergent en 1981.
por lo que se identificó como un feminismo “ortodoxo” que no desafiaba la centralidad
había sido utilizado por Marx para designar la continuidad cíclica y persistencia de la
producción en el tiempo.
modelo, sino que subsume las actividades típicamente femeninas bajo el modelo de
subsumir las actividades femeninas bajo las categorías del marxismo ortodoxo, se
fueron los esfuerzos de muchas teóricas feministas para unificar clase y género.
Algunas feministas mantuvieron que el género era una forma de clase, mientras
que otras plantearon que se podía hablar de las mujeres como clase por la posición que
construir la posición de las mujeres como una clase oprimida, sobre la base de esta
adecuar el marxismo a las experiencias de las mujeres, por una tarea más compleja aún:
subordinación femenina.
Ha sido en los últimos años que, principalmente a través del desplazamiento del
lo que esta visión comprende, sí existe consenso sobre la utopía mínima de la vida
género
Sexual de Kate Millet (1975). Esta autora plantea la posibilidad de considerar la relación
existente entre los sexos desde un punto de vista político, en contra de la visión biologicista
la prioridad del varón sobre la hembra y del macho mayor sobre el menor.
poder. Para Millet las relaciones de poder son las relaciones sine qua non que darán pistas
ideología y el poder, se puede reconocer que la supremacía del varón no radica tanto en su
valores, “un pacto social”, que nada tiene que ver con la biología.
dominación masculina pero sin valor explicativo (Gomariz, 1992). El tema del poder,
inseparable del concepto de género. Sin embargo, actualmente existen trabajos importantes
que exploran las posibilidades de avanzar en esta línea reexaminado los trabajos de Michel
Foucault.
permita dar cuenta del comportamiento de hombres y mujeres como seres sexuados que
funcionan en ámbitos particulares de ejercicio del poder. Esta perspectiva supone un uso
más especifico de la referencia conceptual, puesto que sostiene que hay que aplicar como
herramienta heurística central la diferencia entre sexo (hecho biológico) y género (hecho
como una posición explicativa al interior del pensamiento feminista que surge como
alternativa de otras matrices explicativas, como la teoría del patriarcado (Gomáriz op.cit.).
un nuevo debate al interior del feminismo sobre el proceso de construcción de una teoría
feminista critica versus el uso higiénico de las categorías elaboradas desde el feminismo en
carácter feminista en los discursos o cómo se haya implicada la teoría feminista en los
conexión radica en la forma en que el género, de concepto explicativo pasa a ser una
tecnología más (desde el concepto foucaltiano) aplicada sobre las mujeres. Una de las
limitaciones de este uso es que la noción de "diferencia sexual" tiende a limitar el potencial
52
De Lauretis, Teresa (1986). Feminist Studies, Critical Studies. Indiana, University of Indiana Press.
como relaciones sexuales; un sujeto que en consecuencia, no es unitario sino múltiple y
que no se encuentra tanto dividido como en contradicción" (De Lauretis op. cit: p. 233).
Aún cuando una buena parte de este debate está enmarcado en la crítica al
esencialismo culturalista dentro de los estudios feministas, se puede decir que para algunas
preocupación por elaborar nuevos conceptos para avanzar en una práctica feminista no
esencialista.
posicionalidad, son más útiles para el debate. La idea de que la "la propia identidad está
tomada (y definida) como un punto de partida político, como una motivación para la
acción, y como un esbozo de la política personal", junto con la idea de que desde el
concepto de posicionalidad podemos pensar que ser mujer "es tomar una posición dentro
de un contexto histórico en movimiento y ser capaz de elegir qué hacer en esta posición y
como alterar el contexto", permite a las mujeres feministas o no, articular un conjunto de
así como también a los elementos contradictorios que son característicos de todo
punto de partida político, como una motivación para la acción, y como un esbozo
conjunto de intereses y fundar una política feminista que logra eludir los
53
Judith Butler, en Mecanismos Psíquicos del Poder, plantea que la posibilidad de entender el sujeto
moderno en tanto agencia requiere de un análisis sobre el poder y la constitución psíquica de los seres
humanos que construye identidades a través de divisiones dicotómicas y excluyentes en la línea de
género.
discursos esencialistas sobre las mujeres, al mismo tiempo que construye agencia
en el ámbito de la política.
como una identidad corporeizada, una manera de ser en el cuerpo y de vivir en el cuerpo.
Por lo tanto el sistema sexo-género es la malla a través de la cual las sociedades y culturas
develar este hecho y desarrollar una teoría que sea emancipatoria y reflexiva y que ayude
Para Benhabib la teoría feminista puede ayudar en esta lucha de dos maneras, por un lado,
historia, culturas o sociedades; lo cual requeriría investigación científica crítica. Por otro
lado, articulando una utopía anticipatoria, crítica de las normas y valores de la sociedad y
cultura actual; lo cual requiere un acercamiento normativo y filosófico que clarifique los
55
Este punto de vista sería consistente con la propuesta de De Lauretis, presentada en el apartado anterior,
sobre el sujeto “engendrado”.
56
Benhabib, Seyla. “The Generalized and the Concrete Other”, en Carol C. Gould (ed.) Gender. Key
Concepts in Critical Theory. New Jersey: Humanities Press, 1997. pp. 290-298.
principios morales y políticos, tanto a nivel metaético en relación con su lógica de
Para poder avanzar en este tema desde un posicionamiento feminista tenemos que
enfrentar el riesgo que significa fijar la diferencia. Para Rosi Braidotti,57 la diferencia es
se requiere de una discusión política sobre cómo lidiar con estas diferencias y qué
la política actual de nuestro continente. Muy similar a lo que pasó en la década de los
setenta, Los Políticos y Las Políticas siguen intentando construir bases clientelares bajo
el viejo rubro de la diferencia: pobres, indígenas, mujeres, gays, lesbianas, personas con
derecha, izquierda, centro o cualquier fuerza que llegue al poder. Pero también tenemos
reflexiones para cada contexto nacional, considero que podríamos iniciar con una
reflexión lo suficientemente simple que permita ir encontrando las formas en que esto se
57
Braidotti. Entrevista realizada por Amalia Fischer, durante el curso de verano de 1999, en el Women’s
Studies de la Universidad de Utrech, Holanda, editada por Irma Saucedo
Basados en una política de la identidad promovida por el sistema capitalista para
mitad del siglo58 XX a situaciones similares a las vividas durante el siglo XIX y la
• Países con una diáspora que sostiene el “equilibrio” de las mal llamadas
democracias en el continente.
¿Qué hacer?
podemos resistir, podemos tomar posturas subversivas y actuar, y podemos hacerlo por
hacer un mapeo cognitivo (cognitive mapping) es central porque tenemos que describir
58
Desafortunadamente en este espacio sería imposible hacer una revisión histórica de este tema, baste
mencionar que la revisión de las políticas sociales de países como México muestran que una gran parte de
los logros obtenidos en el ámbito de salud y seguridad social en el país han sido desmantelados en los
últimos 20 años.
Jameson ve las producciones culturales como expresión de un momento del
capitalismo; aunque también como un sitio posible de resistencia. Podemos decir que su
propuesta nace en el momento en que los estudios culturales surgen como una verdadera
connotaciones. Esta posición se opone a la escuela francesa con su teoría del declinar de
las modernidades, porque el declinar es la teoría de la crisis. Pero, ¿crisis de qué? Podría
ser del humanismo clásico, del eurocentrismo, de todo aquello que heredamos de la
Ilustración.
que muchos conceptos con los que trabajamos provienen del siglo XVIII y, no obstante,
se siguen utilizando para darle sentido a las realidades políticas-cognitivas de hoy. Por
elevados que Occidente jamás podrá abandonar o incluso cumplir cabalmente; pero
ideales de los cuales una gran parte de la población ni siquiera se ha enterado de que
existen. Por eso siguen existiendo feministas que plantean que hay que “llevar” el
(politics of location) que permita y promueva alianzas entre los diferentes movimientos
Así, con la idea de comenzar a partir de diferentes ubicaciones uno termina con
diferentes mapas cognitivos y, por ello, con distintas opciones... esto es, con un abanico
Una oportunidad para todos y todas nosotras: hacer nuestra genealogía como
otras. Podría volver a enunciar la pregunta sobre la crisis de otra manera, ¿De quién es
cambio.
pensamiento crítico del fin (o principio del milenio). Las condiciones de globalización
que los sujetos dominantes conciben como una crisis de valores, constituye una apertura
a nuevas posibilidades.
59
Braidotti, Rosi. Sujétos Nómades. Corporeización y diferencia sexual en la teoría feminista
contemporánea. Paidós. 2000.
materialidad corporal poniendo énfasis en la estructura corporeizada, y por lo tanto
radical del esencialismo. Las figuraciones son imágenes de base política que retratan la
posición en la que uno se halle. En la medida que ejes de diferenciación como la clase,
por ellos: desdibujar las fronteras sin quemar las puertas. En el mundo globalizado, la
Europa que desdibuja fronteras y la migración mundial, las ficciones políticas pueden
llegar a ser más efectivas que los sistemas teóricos. La cuestión en juego es la necesidad
pensamiento y conducta.60
60
Toma el esquema de pensamiento de Deleuze que implica una disolución total de la idea de centro y,
por consiguiente, de la noción de sitios originarios o de identidades auténticas y de cualquier tipo. p.31.
Los desplazamientos nómades designan un estilo creativo de transformación;
una metáfora performativa que permite que surjan encuentros y fuentes de interacción
práctica del “como sí” como técnica de relocalización estratégica que permite rescatar lo
que necesitamos del pasado a fin de trazar senderos de transformación en nuestras vidas
aquí y ahora.
rápidamente la forma paradigmática del conflicto político a finales del siglo XX. Para
esta autora, las demandas de reconocimiento alimentan las luchas de grupos que se
como el remedio para la injusticia y el objetivo de la lucha política. Todo esto en medio
61
Fraser, Nancy, “From Redistribution to Recognition? Dilemmmas of Justice in a “Post-Socialist” Age”,
New Left Review, No 212, july-august, 1995.
Esta situación requiere desarrollar una teoría crítica de reconocimiento, que
para las demandas de nuestro tiempo. Para enfrentar este dilema, Fraser examina
para la injusticia tienen el objetivo de corregir los resultados desiguales de los arreglos
sociales sin afectar el entramado que los sustenta. Los remedios transformadores, tienen
como el análogo cultural del socialismo. Esta matriz permitiría realizar una valoración
de la compatibilidad de las estrategias de los remedios. Por esta razón, Fraser sugiere
que la economía socialista combinada con la política cultural funciona mejor para afinar
el dilema entre dos identidades bivalentes como son la raza y el género y que
REFLEXIONES FINALES
una debacle política para nuestro Continente. Al menos en el caso de México, ante la
alianzas, acciones y discursos que lo identificaran con los indígenas, las feministas, el
movimiento lésbico, gay, transexual, etc. Para evitar la debacle necesitamos retomar los
todas y todos.
Los conceptos tienen historia, son parte de las teorías a las que pertenecen, y
política y reflexión intelectual de tensión y sus usos son resultado de una interpretación
textual sin fin. Como muestran la historia de construcción de la teoría crítica feminista y
mujer ha permitido revisar la teoría crítica y abrir nuevos campos discursivos tanto en el
La visión de una vida social racional, justa y satisfactoria que ha estado presente
resultado una profundización sobre el tratamiento teórico y práctico que se debe dar a
las diferencias.
Aun falta mucho camino por recorrer antes de dar por concluido el debate sobre
muestra que queda mucho por hacer… para comprender nuestro tiempo. Pero, esos
de la Teoría Crítica Feminista muestra que ésta permite ampliar el abanico de opciones
y explicaciones para afrontar las preguntas que el ideal de justicia y libertad han
Benhabib, Seyla. “The Generalized and the Concrete Other”, en Carol C. Gould (ed.)
Gender. Key Concepts in Critical Theory. New Jersey: Humanities Press, 1997. pp.
290-298.
I.
estado. Las rebeliones son procesos de movilización política que instauran una crisis
política estatal, en tanto cancelan de manera general o parcial la autoridad de las leyes y
el gobierno, a partir de una fuerza resistente, que a veces se proyecta como base de otra
Este breve texto argumenta que las rebeliones que se han dado en el país, en
organizadoras de la vida social y en este sentido también del orden político, por lo
menos en parte, a ser parte de momentos y fuerzas de fusión que las articulan como
parte de los procesos de desorganización temporal del mismo orden político. Las cosas
participación política además de ser activadas por las estructuras preexistentes producen
∗
Boliviano. Doctor en Filosofía por la UNAM. Profesor de Filosofía Política en la Universidad de San
Andrés (La Paz, Bolivia). Ha publicado La invención del núcleo común (2006) y participa en el libro
colectivo Sujetos y formas de la transformación política en Bolivia (2006).
fluidez en el que las variaciones y desórdenes que la imaginación y la experiencia
cotidiana producen, pueden adquirir en esos momentos la forma de una fuerza de acción
A modo de esquema sugiero que las estructuras de rebelión son una articulación
de las siguientes dimensiones: Forma de organización; una historia común más o menos
aspectos. Comienzo por lo último, que sirve para nombrar la articulación del contexto
de las crisis en las que se dan las rebeliones. La estructura del conflicto (la presento ya
una visión más comparada) contiene una línea de clivajes o divisiones sociales y
políticas que organizan las relaciones de explotación y desigualdad, por un lado, y las
estructura de conflicto más o menos compleja que se levanta como un segundo piso
cantidad y gravedad de los clivajes que se vuelven motivo de lucha de clases, de lucha
política.
colonial, que ha ido cambiando de formas pero persiste. Hay un nivel de relaciones de
explotación o de clivajes clasistas. Hay un nivel de clivajes políticos diversos, que van
épocas) que hoy se encuentra organizada a través del sistema de partidos; pasa por los
clivajes políticos; aunque cabe decir que al final de cuentas todos son clivajes político-
sociales.
conflicto del país en diversos momentos históricos, es decir, de cómo se jerarquizan las
fase y coyuntura.
general del país, esto es, la organización de las relaciones entre gobernantes y
exclusión; el sistema de instituciones que organiza los espacios públicos y las normas de
importante son las formas de organización que al interior de la forma política general
generan espacios de participación que en coyunturas críticas se vuelven espacios de
vida política de los pueblos dominados. Se trata de otra sociedad que se mueve contra la
A partir del trabajo de Sinclair Thompon62 se puede ver que algunos ciclos de
rebeliones indígenas son causados y preparados por una dinámica interna a los espacios
sirven de mediación con el poder colonial y republicano, producto del abuso cometido
por ellas. Se despliega una doble lógica igualitaria. Una en relación a las relaciones de
de sus autoridades, y otra en relación al estado boliviano que les exige tributo, por un
62
Thompos, Sinclair. We alone, will rule. Andean politics in an age of insurgency, Wisconsin University
Press, 2003.
de identificación en torno al cual se establecen las equivalencias y los sentimientos de
Esto funciona con más fuerza en el caso de los grupos y clases que ya son
nacional entre sectores de trabajadores. Los sindicatos han sido y son la principal forma
buena parte del siglo XX, de los años 40 en adelante, con momentos de mayor fuerza y
éxito, también han sido núcleos y redes de articulación de lo nacional, en los procesos
sectores medios.
los sindicatos, los partidos y el estado, por el otro. En las comunidades la autoridad es
una responsabilidad rotativa. Se podría pensar las rebeliones como una forma de
rotación de facto de las autoridades que establecen las mediaciones entre comunidad y
como impuesto, arbitrario e injusto, y la demanda y proyecto de sustituirlo por uno que
emane de sí mismos. En esto hay formas políticas que en ciertos momentos son
propicias para funcionar como estructuras de rebelión. En el caso de las comunidades es
toda una sociedad o conjunto de estructuras sociales que se mueve contra lo que se
y con representación hacia el resto del país y en particular en relación al estado. Los
fluidez en la vida política de estas organizaciones; tanto para la remoción de sus propias
de organización hacia adentro, con la huelga como modo de lucha, y con la insurrección
cuando se pasa del conflicto parcial sobre salarios y condiciones de trabajo al conflicto
Con esto quiero pasar a la dimensión clave, la de la historia común, los hechos
rebelión. Cabe tomar en cuenta que la memoria y el proyecto existen en plural, en varias
versiones pero como parte de un horizonte común que produce la identificación, que es
que permiten vincular la presencia selectiva del pasado con un horizonte de acción.
que, por un lado, seleccionan en la complejidad de los hechos aquello significativo para
memoria no jala fuerzas, del mismo modo y con la misma intensidad. En este sentido,
II.
que se vuelven nacional-populares con un núcleo obrero en principio. Hay varios ciclos
Las rebeliones indígenas se han dado por siglos de manera separada. Durante el periodo
comunitario rebelde.
que comienza en abril del 2000, para luego plantear dos hipótesis sobre los ciclos y la
acumulación política e histórica que se fusionaron para producir las crisis del estado y la
Una línea de acumulación histórica es la del MNR, que tenía una década desde
escamoteados por un gobierno impuesto. Aquí cabe resaltar que el método de las capas
medias para participar en la disputa por el poder político fue la organización en partido,
articuló a su favor la acumulación política que empezaron a gestar los socialistas desde
estado.
también desde inicios de siglo. Desde la década de los 40 entra en una etapa de
63
Marof, Tristán. La justicia del inca,1921.
maduración y extensión que le permite enfrentar cada vez más el despotismo del capital
minero. Aquí cabe señalar que la forma primordial de organización de la clase obrera es
insurrección armada.
rebelión del 52, produciendo la coyuntura de crisis y refundación del estado en Bolivia.
nacionalista y socialista.
una finalidad moderna. Se trata de organizar la soberanía del estado nacional. En torno a
eso confluyen las formas de rebelión de los sectores populares urbanos y la de los
fueron las estructuras de rebelión. Estas reaparecen como los principales núcleos de las
peso o presencia cada vez más fuerte. En el 52 no fue extensiva ni central. En torno a
estas dos formas el espectro de organizaciones que componen las estructuras de rebelión
se ha ido ampliando.
década del 40 configura el horizonte moral e intelectual del proyecto político. El clivaje
articula el otro clivaje, el clasista, que opera de manera secundaria pero con fuerza el 52.
contradicción sí estaba planteada por una serie de rebeliones indígenas que tuvieron su
momento más alto a fines del siglo XIX con el cerco de La Paz, luego continúan en otra
articulación del proyecto de la república del Tahuantinsuyu planteada por Nina en las
primeras décadas del siglo XX, como parte de un movimiento más amplio de
tierras.
torno al par de contradicciones nacional y clasista, que organizan a los bloques sociales
las estructuras de gobierno existentes. En las décadas de los 70 y 80, los partidos han
tenido un papel muy secundario y después de la asamblea popular, a inicios de los 70,
se podría decir que los partidos ya no forman parte de las estructuras de rebelión,
aunque sí de las de resistencia durante los 70 y 80. Durante los 90 y hasta hoy los
partidos para nada participan de las estructuras de rebelión. Son, más bien parte de las
64
Ver Forrest Hylton, “Tierra común: caciques artesanos e intelectuales radicales y la rebelión de
Chayanta”, en Ya es otro tiempo el presente. Cuatro momentos de insurgencia indígena, Muela del
Diablo, La Paz, 2003.
Hay que tomar en cuenta los componentes del proyecto de la rebelión del 52 y
soberanía económica del país. Menciono esto porque hoy reaparece como centro del
proyecto nacional-popular.
como parte del proyecto político. Las reformas, la rebelión y/o la revolución por hacer
obreros y campesinos.
bien núcleos de sustento de nuevo estado, más o menos conservadores, Se puede ver,
más bien, que allí donde la reforma agraria no ha desorganizado la forma comunitaria a
de rebelión.
campesinos con sus propias formas de lucha, en particular el bloqueo organizado por
agrarios, los sindicatos obreros y las formas gremiales de organización de los sectores
masa, que no es algo informe sino más bien una forma rebelde que se articuló a partir de
políticos para todos, el cogobierno como forma práctica del principio de igualdad
trata de gente actuando más allá de la sociedad civil y la comunidad, aunque a partir de
ellas, en un grado de fusión política que hace que no sólo sean obreros, campesinos o
crítica que instauran las rebeliones produce, a su vez, la forma de fusión política que
obreros, por un lado, que son los que empujan la transición a través de un proceso de
los que instauraron y sustentaron la dictadura, con apoyo de los gobiernos militares de
democratización del país, la estructura del conflicto también está compuesta por el
clivaje clasista, que es la base social en movimiento, que opera o instituye la centralidad
movimiento político aymara que organiza el nuevo sindicalismo y sus partidos políticos,
El siguiente ciclo de rebeliones comienza en abril del 2000 con la guerra del
que es un movimiento victorioso. Cabe recordar también que en la historia del país sólo
algunas rebeliones nacional-populares han sido exitosas, no así las rebeliones indígenas
Un rasgo de las rebeliones victoriosas, abril del 2000 y octubre del 2003, es que
no se habían propuesto una revolución o un cambio global del poder político y el orden
social. Tenían fines parciales, limitados, reformas dentro del estado existente: la
partir de demandas y fines limitados y parciales se han ido planteando, sin embargo,
cual fueron confluyendo los sindicatos agrarios y los comités de regantes, sobre todo.
rebelión.
del 79, como revuelta que confluye hacia la ciudad en la que se enfrenta al ejército y la
movilización: La de los pueblos del oriente, la amazonía y el chaco, que tuvo un ciclo
mediano plazo.
La otra veta es la del Movimiento sin tierra, que está combinando algo de la
y quechuas en el altiplano, que tuvo su momento más fuerte en septiembre del 2001.
parciales y locales, a lo cual se sumaron las movilizaciones contra la venta del gas por
Chile y por un cambio en la ley de hidrocarburos que recupere el gas bajo control
particular en El Alto. Esto se viene gestando desde hace tiempo, desde la década de los
70, pero recién aparece desde el 2000 en la arena política nacional produciendo crisis.
Hay que tener en cuenta que las coyunturas fuertes de las rebeliones indígenas
rebelión.
nacional-popular desde la guerra del agua en abril del 2000. A veces lo nacional-popular
lo nacional-popular.
Coordinadora. En octubre del 2003 por primera vez las juntas vecinales se vuelven
estructuras de rebelión. La diferencia entre abril del 2000 y octubre del 2003 es que en
que cada vez tenía carácter más nacional. Uno de los rasgos de octubre es que fue una
convergencia contra la tiranía del gobierno, contra la venta del gas y por su
nacionalización, y por las reivindicaciones particulares de cada sector. Una combinación
de lo general y lo específico.
La estructura de los conflictos que se están desplegando los últimos años está
a núcleos macro, una vez que las reformas desreguladoras del trabajo y el capital
producción. La disputa por el excedente no está tanto al nivel del salario sino al del
planteado por las organizaciones aymaras y quechuas, por un lado, y las organizaciones
de los pueblos de las tierras bajas, la amazonía y el chaco. En los últimos hay una
apuesta estratégica por la vía de las reformas inclusivas en el seno del estado boliviano.
III.
exclusivamente rural sino también urbano. Esta condición tiende a imbricarlo con lo
en las formas de acción y organización, pero sobre todo en las formas de fusión o de la
lo comunitario en el país.
Cada una de las coyunturas de crisis del 2000 en adelante ha sido de una
rebelión y de los grupos sociales, así como en lo que se refiere a las formas de
fluidez y se está masificando con más frecuencia. Se trata de una masa rebelde que tiene
entre trabajadores.
Las movilizaciones empezaron con marchas organizadas por el MAS, por el partido
irse a sesionar a Sucre, nuevas fuerzas se mueven hacia la capital del país, mineros y
campesinos, que junto a los estudiantes cercan nuevamente a los parlamentarios y evitan
activado para evitar la vuelta de los partidos al gobierno, pero están actuando cada una
por su lado y con mandos autónomos, que se articulan difícilmente a no ser en los
En el horizonte político del presente siglo está configurado por las rebeliones
ha incorporado en ese horizonte la victoria electoral del partido campesino que contiene
por las rebeliones. Estamos en el horizonte de una victoria electoral cuya condición
Eli Bartra ∗
Quemadas en la hoguera, las míticas brujas han renacido y de sus cenizas han surgido,
como el ave fénix, las nuevas feministas de las últimas décadas del siglo XX. Aquellas
brujas fueron severamente castigadas por sus saberes, por su osadía y, finalmente, por
su autonomía. También las feministas de todas las épocas han pasado a la historia con
atributos similares.
Algunas de las cuestiones a las que me voy a referir ya las he comentado en diversos
foros y las he escrito en mi capítulo del libro Feminismo en México ayer y hoy que ya es
Nombrar resulta a menudo riesgoso, aunque quizá no tan riesgoso como historiar puesto
Ponerle nombre a los movimientos sociales o a las corrientes del pensamiento es no sólo
riesgoso sino a veces también complicado, por eso, de manera un tanto cómoda pero
∗
Mexicana. Doctora en Filosofía por La Sorbona. Profesora-investigadora del Departamento de Política y
Cultura de la UAM-Xochimilco. Fundó y coordinó el área de investigación Mujer, Identidad y Poder y el
Posgrado en Estudios de la Mujer en la misma Universidad. Ha publicado libros acerca del arte de las
mujeres y de Filosofía Feminista.
El movimiento neofeminista es, sin lugar a dudas, el movimiento político y social más
importante de la segunda mitad del siglo XX, sin embargo, en México se ha historiado
muy poco, es uno de los menos analizados y sobre el que casi no se ha reflexionado. La
“verdadera” historia -una más completa- se hará, con seguridad, cuando todas las
ignorándonos unas a las otras, en francos monólogos descubriendo cada una el hilo
negro una y otra vez. En buena medida, el diálogo de sordas se produce tal vez porque
las mexicanas, las leemos poco. Me parece que el movimiento feminista en México, y el
imperante en muchos ámbitos del país. Bastantes de los textos que se escriben sobre
feminismo en América Latina tienen, por lo menos, un noventa por ciento de referencias
Considero que se debería de hacer un esfuerzo por intentar resolver este problema.
que sucede con frecuencia en nuestro país. Tuvieron que pasar varias décadas para que
En cuanto a la historia del feminismo en México propongo que se podría pensar en tres
grandes etapas de luchas. No me refiero en absoluto a las múltiples luchas que han
emprendido las mujeres, por diversas causas y por mucho tiempo, y que tienen su
propia historia. Por ejemplo, pensemos en el Movimiento Inquilinario de Veracruz de la
segunda década del siglo XX (tan ignorado y poco estudiado también), en las mujeres
mujeres que se han organizado para crear un sindicalismo independiente, como las
Septiembre. La lista sería muy larga aunque solamente se mencionara a las mujeres que
se han organizado y luchado para mejorar sus condiciones de trabajo o de vivienda tanto
en las grandes urbes como en las pequeñas e incluso en el agro. Sin embargo, por lo que
se refiere a las luchas que considero propiamente feministas propongo que en México –
siguiente manera:
década de 1970. (Quiero señalar aquí nuevamente el problema de nombrar. Por mucho
aún hoy en día hay quienes, incluso desde el feminismo, lo nombran así y no lo
consideran feminista). En esa primera etapa se dieron las luchas por los derechos de las
mujeres tales como la educación así como las movilizaciones por la obtención del voto.
Ese feminismo se caracterizó por ser una lucha política formal; se trataba de modificar
las leyes para la actuación de las mujeres en el ámbito público. Por lo tanto, era una
privada. Se buscaba ante todo la igualdad con los varones; igualdad en cuanto a los
derechos políticos, sociales y económicos de que gozaban ellos y eran negados a las
movimiento sobre todo hacia adentro en todos los sentidos. Hacia adentro de cada mujer
donde prevalecía el diálogo. Por supuesto que se quería también modificar leyes, pero
la diferencia. Las mujeres no son iguales a los varones, por lo tanto, lo que se quería era
3) En los albores del siglo XXI lo que se vislumbra es que el feminismo es ante todo, de
política formal. Sin embargo, se trata de luchas mucho más sofisticadas y quizá más
ricas en muchos sentidos. Paralelamente es posible que nos encontremos en los albores
esta etapa se hace a un lado, con frecuencia, la idea de luchar por las diferencias de las
mujeres como grupo social frente a los varones y, en cambio, se subraya la diferencia
entre las mujeres. Al mismo tiempo se lucha por una paridad entre los géneros tanto en
¿Podría hablarse de que se ha formado una espiral? ¿Representa acaso el feminismo del
siglo XXI una síntesis de los dos anteriores? ¿Será el feminismo sufragista la tesis, el
movimiento neofeminista de las tres últimas décadas del siglo XX. Dentro de éste, o sea
del segundo momento al que me he referido, también se puede hablar de tres épocas o
a) La década de 1970 fue la época del despertar de la conciencia de las mujeres en tanto
rebeldía espontánea. Los primeros grupos fueron: Mujeres en Acción Solidaria (MAS) y
donde sé no había nada en otras partes del país entre 1971 y 1974.65 Las características
fundamentales del movimiento en esta década fueron la autonomía (frente a todo, a los
por la Organización de las Naciones Unidas (ONU); considero que esta Conferencia no
fue lo más importante que sucedió en esa década, como se nos ha hecho pensar desde
esta que las nuevas generaciones piensan que “gracias” al Año Internacional se
el punto nodal, crucial, para ello. Esta ha sido una forma de interpretar la historia un
tanto sesgada por los intereses institucionales. El movimiento feminista surgió cuatro
65
Para una historia más detallada del neofeminismo ver Eli Bartra, Ana Lau y Anna María Fernández
Poncela, Feminismo en México, ayer y hoy, y también Ana Lau, La nueva ola del feminismo en México.
La Coalición de Mujeres Feministas se creó en 1976 con seis grupos autónomos que
Cámara de Diputados, en donde aún debe dormir en algún cajón llena de polvo y
telarañas.
Hacia finales de la década de 1970 surgió el Frente por la Liberación y los Derechos de
movimiento feminista autónomo a algunos partidos y sindicatos, con lo cual se dio paso
médula fue el asistencialismo, o sea, los grupos que integraban el movimiento, sobre
todo en la capital del país, llevaban a cabo tareas que en realidad le corresponden al
Estado, pero como este no las realizaba, las feministas ponían curitas apoyando a
capital.
Nacionales.
d) Los 90 se caracterizaron por la plena institucionalización y la burocratización del
movimiento en esta década se caracterizó por ser más sereno y más reflexivo, al tiempo
en que se incrementó la investigación sobre las mujeres y las relaciones entre los
géneros.
Si en la primera etapa del feminismo al que me referí más arriba se buscaba la igualdad
con los varones, eso significaba una idea de identidad, de coincidencia total entre los
dos géneros. Se deba por hecho que hombres y mujeres debían de ser sujetos idénticos y
que, por lo tanto, deberían de tener los mismos derechos, las mismas obligaciones y
todo igual en la vida social. Se hacía caso omiso tanto de las diferencias biológicas
neofeministas se refiere, lo que se buscó primero fue la equidad que hace referencia a la
justicia, a la rectitud. Se buscaba que la relación entre los géneros fuera ya no igual, sino
sobre todo, equitativa, “pareja”. Lo que se persigue hoy principalmente es que se dé una
parece un tanto más afortunado ya que con él se señala la diferencia existente entre los
¿Y qué sucedió después de treinta años con la cuestión de la despenalización del aborto?
Muy poco, sigue fundamentalmente penalizado en todo el país. Han cambiado unas
cuantas causales en el D.F. sobre todo a raíz de la denominada Ley Robles de 2002.
Sabemos que el aborto libre y gratuito que se necesita no se obtendrá por ahora porque
sería otorgarles a las mujeres un poder enorme sobre su cuerpo y sobre la demografía
perfectamente incluyentes.
dejó de lado a las mujeres por el género, y también ahí, quedaron invisibilizadas. Hablar
más aséptico, hablar de género, ahí quedan bien arropaditos los dos, hombres y mujeres,
y no hay discriminación a la vista. Por ello, lo más fácil es elaborar discursos que
aluden a la perspectiva de género, que en realidad a menudo poco tienen que ver con el
género se ha despolitizado. El uso de los conceptos mujer, mujeres y género tiene una
género” para esconder lo más posible al feminismo y a las mujeres es, en sí, una acción
política. El género ha sido cargado con otros significados, otras implicaciones políticas,
La cuestión del género, de los géneros, es algo bien sabido que se refiere a
los cuerpos sexuados son para la reproducción, luego entonces mujer = mamá; hombre
= papá. Sólo está en el imaginario social que hombres y mujeres se hallan determinados
mismo con los hombres. O bien se nace hembra y se decide ser hombre y practicar una
sexualidad elegida... esta persona ¿qué género tendrá? Los sujetos transgenéricos crean
polimorfa ¿qué es? Y bueno, a lo mejor es que el género de estos sujetos es el que
debería poner a la tan traída y llevada “perspectiva de género” de cabeza de una vez y
para siempre.
Por otro lado, se puede decir que hace treinta años las mujeres militantes vivían para el
ha dado la profesionalización.
En la última década del siglo pasado se puso notoriamente el acento en las diferencias y
denominador común de las mujeres como género para privilegiar las innegables y
de la modernidad.
los ricos o sea la iniciativa privada, y todos ellos para darlo ponen sus condiciones. Las
instancias del gobierno han realizado algunas acciones en favor de los derechos de las
mujeres, pero es muy difícil imaginar que lleven a cabo una política realmente
feminista.
Con la institucionalización del movimiento, dentro y fuera del gobierno, además de que
primero, e individuales después, por encima de los intereses de las mujeres como
las acciones que a la persona que lo dirige le interesen personalmente y luego aparecerá
nueva época del feminismo. Algunas mujeres que se encuentran trabajando dentro de la esfera política formal han intentado
organizarse como al crear el Grupo Plural del cual no se ha oído hablar ya para nada, pero quizá aún existe. La idea de este grupo
era, justamente, la de conformar un organismo plural y diverso -porque diversas y diferentes son las posiciones políticas de las
mujeres que participaron- para discutir y buscar estrategias de lucha conjuntas; entre ellas había feministas, no feministas y pseudo
feministas. También se han venido creando puentes entre “políticas profesionales” y feministas militantes para “conspirar”, se ha
Quizá, en virtud de esto mismo, es hora también de buscar nuevamente la autonomía del
separatismo y la marginación.
feministas como las mujeres indígenas. Por ejemplo, se realizó el Encuentro de Mujeres
Indígenas en Chilpancingo a principios del 2003, que manifestó públicamente una serie
expresando las jóvenes como tales con sus intereses propios, y también se escuchan,
Francesca Gargallo resume de manera lúcida lo que es hoy en día en el siglo XXI el
…una fuerza minoritaria de crítica política, organizada en pequeños grupos muy activos y dispersos (sólo
a veces en diálogo entre sí), diversas individualidades en fuga hacia organizaciones políticas y sociales
mixtas y una macro-organización de “especialistas en temas de género” –relacionada con los gobiernos
del área y las instituciones supranacionales, sin ninguna crítica estructural al sistema de expoliación
económica y ambiental, y alimentada por las últimas generaciones de estudiantes que se han acercado a
las mujeres desde las aulas de las universidades y no desde el reconocimiento de sus cuerpos y sus deseos
que se decidió llevar a cabo, de las elecciones que se tomaron. Las escasas feministas
pasaría de ser un añadido, una opción transitoria y nunca central. Se eligió como una
estrategia que hacía posible, no más fácil, el desarrollo de los estudios de la mujer, la
66
Declaración y Plan de Acción de la Primera Cumbre de Mujeres Indígenas de las Américas
http://www.mujeresindigenas.net/documentos_de_discusion/declaracion_mujeres.htm, p.1.
creación de posgrados. Así, aún siendo pocas y débiles, se ha podido crear programas
fuertes y consolidados.
Hoy en día muchas académicas se siguen interrogando sobre cómo hacer para que el
posible cambiar las disciplinas de raíz porque están en manos de académicos/as que las
quieren tal como están. Al mismo tiempo, existen los programas de posgrados en donde
se tiene el control casi absoluto sobre la docencia que se imparte. Desde ahí se
la academia no se interesan para nada en lo que provenga del feminismo. Hay una
deseado.
los albores del siglo XXI las mujeres siguen estando en situación de desventaja si bien
habían contemplado hasta hace poco tiempo. Aquello de a trabajo igual salario igual, no
es más que una entelequia porque no hay trabajo igual y porque las mujeres siempre
tienen que trabajar más para ganar lo mismo en empleos similares. O simplemente
ganan menos en trabajos parecidos. Los trabajos para las mujeres con frecuencia, sabido
es, siguen siendo extensiones del trabajo doméstico que ellas desempeñan como una
obligación natural. Por otro lado, el trabajo de las mujeres es siempre socialmente
devaluado: es trabajo femenino. Y, por ejemplo, el trabajo intelectual, para que sea
mejor valorado, tiene que parecerse al de los varones, si no, es de segunda. ¿Cuándo
dejamos las mujeres de ser el segundo sexo? Las mujeres no pueden escribir en
femenino y mucho menos con carácter feminista porque es automáticamente devaluado;
Se ha logrado mucho en diferentes terrenos a lo largo sobre todo del siglo XX, en buena
medida gracias a las luchas de las mujeres y a las luchas feministas. Se logró la
superior a la masculina, sin embargo, hay disciplinas que son totalmente para hombres y
No hay duda de que existe aún una discriminación hacia las mujeres en todas las esferas
doméstico. En nuestra sociedad ellas nacen para casarse con un hombre y tener hijos,
simultáneamente es luchar; se han organizado y han luchado por sus derechos desde
Las mujeres siempre han trabajado, eso no es nada nuevo. Dentro y fuera del hogar. Y
de guarderías (no sólo para las mujeres trabajadoras sino también para los hombres), se
ha luchado por licencias de maternidad, también para ambos sexos. Las reiteradas crisis
económicas, la migración masculina y, sobre todo, la pobreza han lanzado a las mujeres
derechos laborales para mejorar las condiciones y la calidad de vida, pero también hay
que promover sus derechos como mujeres en todos los demás ámbitos.
Para concluir quisiera citar unas cuantas palabras de la feminista española Victoria
Ha sido la nuestra, una revolución bulliciosa y callada al mismo tiempo, porque hemos estado en las
barricadas del cambio y en las catacumbas de la resistencia. Hemos bajado a los infiernos de la
transformación interior y también hemos tomado las calles, la noche, la libertad. Hemos cambiado las
leyes, pero también la vida, en lo doméstico y en lo público; hemos roto creencias y prejuicios, y las
prioridades ya no son las que eran. No hay números rojos en este balance, por más que la regresión
política del momento amenace con barrenar lo que hemos construido. Les va a costar, porque no es el
nuestro un castillo de naipes, y porque otras, las más jóvenes y las más distantes geográficamente, están
Es demasiado nuevo aún el siglo y el milenio, como para saber a ciencia cierta hacia
donde se van a dirigir las luchas feministas en el mundo y en nuestro país en particular.
lado, está por consolidarse la dictadura del género –dentro y fuera de la academia-
mujeres que conforman hoy a los “nuevos” sujetos sociales. Otras voces, otras acciones,
desde las distintas experiencias concretas de las mujeres que, a pesar de tantas décadas
y se verán.
Bibliografía
Bartra, Eli, Ana Lau, Anna Mª Fdez. Poncela. Feminismo en México ayer y hoy,
México, UAM, 2ª ed., 2002.
--------- "El Colectivo La Revuelta o de cuando las brujas conspiraban", fem, México,
Año 20, Nº163, octubre 1996.
Lamas, Marta. "El feminismo mexicano y la lucha por legalizar el aborto", Política y
Cultura, México, UAM-X, Nº 1, otoño 1992. pp. 9-22.
Stimpson, Chatharine R. “¿Qué estoy haciendo cuando hago estudios de mujers en los
años noventa?”, Marysa Navarro y Chatharine R. Stimpson (comps.) ¿Qué son los
estudios de mujeres?, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1998. pp.127-165.
Sendón de León, Victoria. Marcar las diferencias. Dicursos feministas ante un nuevo
siglo, Barcelona, Icaria, 2002.
DE NUESTRO PASADO
PARA EL FUTURO
HISTORIA INTELECTUAL Y MUNDO COMO REPRESENTACIÓN
CCyDEL/UNAM
historia del pensamiento o historia de las ideas, ya sean políticas, sociales, económicas,
estéticas y científicas. En las tres últimas décadas del siglo XX en nuestra realidad
grandes pensadores de la filosofía, la política o la ciencia, sino, más bien, a las formas de
pensar dominantes en las diversas épocas del pasado ya fueran de la sociedad en general, o
de los grupos que componen la realidad social, o de las clases que constituyen el hacer
social y humano.
ideas o de las mentalidades. La historia de las ideas ha tomando importancia a través del
tiempo tanto en Europa como en Latinoamérica. Uno de los más agudos pensadores de la
Collingwood67 ha señalado que toda historia es historia de las ideas; es el ser humano
detrás de toda acción social e histórica. En continuidad con esa misma afirmación, se
puede decir que tanto la historia de las ideas como de la filosofía llevan inevitablemente
historiografía filosófica.
∗
Licenciado y Maestro en Filosofía por la UNAM, Doctor en Estudios Latinoamericanos por la misma
Universidad. Investigador de tiempo completo en el CCyDEL y profesor de la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM. Es autor de Los retos de la democracia en América Latina a finales del siglo XX,
2002, entre otros libros y artículos.
67
Cfr. R.G. Collingwood, Idea de la historia, México, FCE, 1968.
José Gaos ha a este respecto señalaba:
68
José Gaos, De antropología e historiografía, Xalapa, Universidad Veracruzana, 1967. p. 32.
recuperación del valor del ensayo, de las utopías de la esperanza que hacen ver el futuro de
la humanidad menos desolador y sin salidas. Es una vuelta a la razón, a las filosofías
racionales, a la historia de las ideas, del pensamiento filosófico, de los discursos y los
En este nuevo horizonte que la actualidad nos plantea, tanto en el filosofar como el
modo de hacer filosofía se requiere de pensar con categorías conceptuales, con teorías
filosóficas y, por ende, de dar razón del propio quehacer, sobre el ser humano y la realidad
misma. Esta forma de proceder racionalmente es volver a revisar los principios de la crítica
antropología filosófica que hoy más que nunca requiere ser revisada y refundamentada
69
Cfr. Mauricio Beuchot, Interpretación y realidad en la filosofía actual, México, Instituto de
Investigaciones Filosóficas/UNAM, 1996.
70
José Gaos. op. cit., p. 60.
La historia intelectual o de las ideas (del pensamiento, de las mentalidades, de la
historiografía y de la antropología filosófica) ha sido abordada desde otra perspectiva, por
Roger Chartier, aunque debo advertir, que no comparto en su totalidad, su forma teórica y
metodológica de hacerlo. Su propuesta abre perspectivas nuevas para una mejor
comprensión de la problemática de la historia de las mentalidades.
Chartier, en su libro El mundo como representación analiza, configura y justifica
racionalmente la relación entre la historia intelectual y la historia de las mentalidades, hasta
llegar a incluir la primera en la segunda. Para ello recurre a formas de precisión conceptual
y metodológica.71 Recupera el trabajo de Lucien Febvre y Panofsky de la década de los
cuarenta, dentro de la llamada historia francesa de los Annales.
Comienza por redescubrir el interés que tenía Febvre en conectar las ideas y los
sistemas de pensamiento, como de las condiciones que autorizan su producción como las
formas de vida social. Es un intento por superar la imagen tradicional que considera que la
historia de las ideas constituye un universo de abstracciones donde el pensamiento parece
no tener límites. Sin embargo, Febvre – nos dice Chartier- toma distancia de las nociones
que se habían convertido en sustrato de los estudios de su época, como aquellas que
postulan una relación consciente y transparente entre los productores intelectuales y sus
productos; la asignación de la creación intelectual y estética a la exclusiva inventiva
71
Cfr. Roger Chartier, El mundo como representación, España, Gedisa, 1994.
72
Ibid., p. 18.
Chartier recupera del pensamiento de Panofsky dos conceptos: hábito mental y
fuerza forjadora de las costumbres. El primero puede ser definido como conjunto de
esquemas del inconsciente, principios interiorizados que otorgan unidad a las maneras de
pensar de una época. Sin embargo a Chartier le parece inconsistente y demasiado débil la
propuesta de Panofsky, cuando la compara con su propuesta de utillaje conceptual,
mediante el cual sugiere la existencia, casi objetiva, de una armadura o panoplia de
instrumentos intelectuales como sería: palabras, conceptos, categorías, símbolos, etc.
El otro concepto que le resulta útil a nuestro autor es el del inconsciente, porque
obliga a hacer hincapié en la necesidad de analizar los mecanismos por los cuales unas
categorías de pensamiento se convierten, dentro de un grupo concreto, en esquemas
interiorizados, llegando a estructurar todos los pensamientos o acciones individuales. De
tal manera, la historia intelectual es una reformulación que forma parte de la historia de las
mentalidades, como de historia de las representaciones colectivas, sociales, lo cual
previene de una historia intelectual de las ideas, sin soporte teórico.
El utillaje conceptual se puede concebir como la estructura teórico-conceptual
constituida por categorías, ideas, proposiciones, discursos, palabras, símbolos, etc.
Constituye una nueva forma de comunicación discursiva entre los individuos en su
accionar concreto de una realidad histórica y social, donde los seres humanos se
constituyen en sujetos del pensar y del obrar, en un ejercicio libre del pensar y del actuar,
sólo obstaculizado por las limitaciones propias de las prácticas concretas del poder y de las
instituciones sociales donde viven, se desarrollan, producen y crean.
Esto no es otra cosa que la desconstrucción de las teorías tradicionales de la historia
de las ideas y de las mentalidades, recuperando para sí la desconstrucción de la diferencia
entre lo culto y popular, de las fronteras entre la producción y el consumo; y la
desconstrucción de los límites de la realidad y de la ficción. Lo cual requiere de superar la
dicotomía entre cultura popular y erudita. Esto es, construir una noción compresiva que
permita estudiar a ambas, desde sus propias fuentes consideradas como testimonios.
Desde una perspectiva desconstructiva tampoco es válida la partición de
producción y consumo, porque, según Chartier, “anular la ruptura entre producir y
consumir es afirmar que la obra no adquiere sentido más que a través de la estrategia de la
interpretación”; es necesario reconsiderar la desconstrucción de la frontera entre realidad y
ficción, lo cual legitima el uso de fuentes documentales como fuentes de las mentalidades
y de las ideas, ya no sólo de los textos literarios. Esto no es otra cosa que una forma útil de
la construcción histórica que se esfuerza bajo distintas modalidades: filosóficas o literarias.
De tal manera, que a los textos documentales ya no se les puedan oponer los literarios, en
el entendido de que el texto, ya sea filosófico, literario, político, económico, es una
“representación de la realidad.”
El texto no tiene una relación transparente con la realidad, sino, más bien, depende
de una estrategia discursiva. Los documentos, los testimonios, los discursos obedecen a
procedimientos de construcción donde están presentes tanto los conceptos como las
obsesiones de sus productores. Por lo tanto, estos procedimientos y estas categorías de
pensamiento son las que se deben actualizar antes de leer la relación del texto con la
realidad.73
Se puede decir que los textos son mediaciones o representaciones como las lecturas
son interpretaciones y apropiaciones. Es necesario apuntar que el texto es una
reconstrucción de sentido de sí mismo, y no donde hay lecturas homogéneas, como
tampoco se puede sostener una división entre una objetividad de la estructura y la
ejercicio del poder supone, por lo menos teóricamente, un equilibrio de las tensiones
específicas entre los grupos sociales que constituyen una sociedad, al mismo tiempo que
73
Cfr. Ibid., pp. 37-39-40.
modela los lazos de interdependencia particulares. Chartier introduce una propuesta
posestructuralista, cuando afirma que las obras no tienen un sentido estable, porque la
recepción siempre inventa, desplaza y distorsiona lo universal fijo, congelado, estable.
En la esfera específica de la producción artística e intelectual, las obras escapan y
toman una densidad en el proceso de peregrinación “a veces en periodos de larga duración,
a través del mundo social”, donde toda creación se inscribe en sus formas, temas,
problemas en relación con las estructuras fundamentales que en un momento y lugar dado,
organizan y singularizan la distribución del poder, la organización de la sociedad, de la
economía. De tal forma, se puede decir que el pensador, el artista, el intelectual se
encuentran bajo la coacción de cumplir con ciertas obligaciones sociales e históricas, no
pueden asumir una posición sin compromiso con la realidad y el entorno vital y ecológico.
Desde la tradición francesa de la escuela de los Annales y a partir de la posición de
Roger Chartier, es posible superar la clásica historia de las ideas europeas; esto implica
comprender tanto las estructuras de la personalidad como las instituciones y las reglas que
gobiernan la producción de obras históricas, sociales, filosóficas, científicas; así como
también la organización de las prácticas sociales. De esta manera es como se pueden
apreciar las múltiples configuraciones intelectuales, a través de las cuales la realidad se
hace contradictoria, compleja y diversa al ser construida por los grupos humanos; esto
requiere de un análisis de las prácticas que haga posible reconocer una identidad social y
de exhibir una manera propia de estar en el mundo y significar, simbólicamente, un
estatuto y una posición. Todo lo cual hace viable reconocer las prácticas del poder
institucionalizado y objetivado y, por medio de ellas, a unos representantes que marcan
una forma visible y permanente de la existencia del grupo social.
Hasta aquí se puede observar la propuesta de un proyecto explícito que busca
apoyar una historia de las representaciones colectivas del mundo social, humano. Es decir,
de las diferentes formas sociopolíticas a través de las cuales las comunidades, desde las
Planteamiento
En una ocasión tuve la oportunidad de participar en un curso sobre filosofía política que
impartía el doctor Horacio Cerutti. Cuando se abordó el tema sobre el sujeto social, se
me ocurrió la puntada de contar un chiste para acompañar una pregunta. Les conté que
– Y entonces, güey, que llego, güey, y que le doy una patada, güey.
– Sí güey. Y luego que le digo, “qué pus qué, güey, te arrugas o qué, güey.
Junto a ellos se encontraba una señora de avanzada edad que los escuchaba con
mucha curiosidad. Después de un rato de oír a los muchachos, ya al momento que se iba
a bajar la viejita, quiso despedirse de sus fortuitos compañeros de viaje, y entonces les
dijo: – ¡Adiós, par de güeyes! Los jóvenes se miraron asombrados y uno de ellos dice: –
pobre y repetitiva de mucha de nuestra gente no sería una manifestación del raquítico
de la viejita era atinada, y que de alguna manera mostraba una percepción crítica sobre
los dialogantes: el estar destinado a existir como bestia de trabajo; donde hay una
∗
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Colima y Maestro en Filosofía por la UNAM.
Actualmente se desempeña como Profesor-investigador en la Escuela de Filosofía de la Universidad de
Colima.
maquinaria económica donde lo único que importa es la producción, y donde por lo
mismo, sólo queda vivir como buey. Sin necesariamente, por supuesto, ser consciente
de esto; por eso les pareció que la viejita era muy grosera, y no se dieron cuenta que la
gente, también es un rasgo muy palpable de los que estudian a la sociedad y sus
problemas, y por supuesto, también de los filósofos. Dice Cerutti que este aprieto viene
desde cuando la Doxa fue menospreciada, desde que la verdad apareció como un
capcioso, ambiguo e incorrecto. Así, se ha creído que las causas de todo están ahí,
esperando a la razón para que las saque de su anonimato y luego las presente a la
otra índole: los investigadores no hemos podido salir del paradigma que privilegia al
la verdad, han sido invocados por muchos pensadores, pero muy pocos han hecho una
reflexión cimentada en ambos soportes. Esto a pesar de la fatua existencia del individuo
y el presente, ya que todo lo que somos está conformado por el pasado, el presente es
que el filósofo debe ser la voz de los sin voz; analista social profundo, aunque
indiferente al hacer investigación social. Además, todo esfuerzo importante por repensar
El espacio desde donde se puede estudiar al sujeto social no puede ser otro que la
misma realidad, porque las hipótesis y teorías son siempre mapas mentales tentativos
lado. Entenderlo así no es fácil, pues el espacio social se percibe nebuloso, unario (4),
mismas que por un lado se enarbolan como las más objetivas, – impidiendo así la
complementación con otras perspectivas diferentes – y por otro, con un lenguaje técnico
tal, que no permite que la comunidad se entienda a sí misma, sino que por el contrario:
contribuye para que los beneficiados del sistema puedan tener mayor control sobre las
masas, y así prolongar el estado de enajenación que hace que la situación de miseria y
dolor persista.
investigación con recursos del Fondo Álvarez Buylla, misma que titulamos: “Base de
eran falacias. Así, decidimos clasificar por tipo de falacias, fracción o dependencia
por parte de los actores políticos y algunos cuantos curiosos de la sociedad en general.
recursos, pero enseguida nos dimos cuenta que para hacer esto teníamos que entrar en la
dinámica del mercado: recurrir a técnicas diversas para hacer más atractiva nuestra
mercancía, hacer gráficas dónde se pudieran apreciar los tropiezos de los otros grupos
apoyara… A tiempo nos dimos cuenta que no teníamos por qué adornar la realidad, ni
por qué hacer más campos de búsqueda, ni gráficas o estadística; decidimos colocar la
información que habíamos acumulado en una página electrónica para su consulta con el
Ahora, después de esta experiencia, quedé convencido que no existe otra forma de
social. Si no hacemos esto, estamos apartándonos del espacio social para actuar de
forma marrullera y tramposa; y por supuesto, para que nuestra investigación sea
social en relación con los intereses de grupos; sin embargo, el razonamiento discursivo
no puede reducirse a esta perspectiva, sino que se enmarca en una visión más amplia y
pertenencia.
La brecha epistemológica
enlazadas con una perspectiva siempre parcial. Por ejemplo, para abordar la
generan a su vez “supuestos” motivos y razones que deben o debieran ser comunes. Y
como ya hemos dicho, no es posible partir del individuo como fundamento de lo social
convicción de sus intereses. De igual forma, los entes sociales y las instituciones
más fundamental o trascendental como lo son la verdad, el sentido del hombre, el origen
y sostén del comportamiento, etc., no tienen ninguna resonancia. Una de las tesis
demostración no tuviese otra referencia más que los deseos del individuo.
Me gusta creer más bien que la exposición de razones tiene su apego y fundamento en
convencer sin ningún tipo de soporte que permita justificar la argumentación como una
El análisis de discurso, a su vez, se ha convertido en una teoría que pretende analizar las
ideologías, dónde se parte del supuesto, erróneo desde mi punto de vista, de considerar
la argumentación social de manera relativa y hasta subjetiva por estar unida a los
manera de que sea de otro modo, me refiero específiciamente a los trabajos de Teun
Van Dijk; llega al grado de subordinar las formas del pensamiento, investigadas por la
lógica a lo largo del tiempo, y las ve tan sólo como una modalidad de la argumentación
en el escenario de la lucha de intereses. También sostiene que las falacias son meras
peculiaridades de forma que adopta un discurso y que el único caso en el que se violan
opinen. (9) Y entonces, ¿dónde queda la comunidad, el espacio común de dónde surge
espacio que es común y que pertenece a la comunidad, de tal manera que actuar a
dicho sobre la verdad, todo lo que nos queda es la búsqueda de conocimiento, actividad
que solo se pude dar en una comunidad, porque es todo lo tenemos y somos.
Con esto, queda claro que tanto la teoría de la argumentación como el análisis de
único soporte del razonamiento que visualizan son los intereses individuales o de grupo.
explicar y fundamentar el comportamiento social, deja mucho que desear pues hace a un
lado una gran cantidad de variables que constituyen el horizonte significativo del ser
que nos conviene a todos, o necesidades básicas con necesidades en general sin entender
que somos seres sociales y que el individuo sólo existe en función de lo común. El
individuales lo es todo; no existe una región o espacio que no esté expuesto a los demás
y a lo otro en general. Todo es común, ordinario y habitual para todos, por eso nos
de los deseos.
Existe un espacio común y objetivo que tiene relación con las condiciones de
posibilidad del espacio humano, es aquí donde visualizamos el deber ser; la esfera de lo
que deseamos para todos está anclada en la realidad, no en los deseos mismos. Es
depende de la idea que se tiene sobre el hombre, sino que es condición real para vivir.
general de la esfera pública, tendrán que apagarse; y lo más sincero y claro que se
puede decir de los estudiosos de la sociedad y sus problemas es que buscan sumarse a
referente a lo social sería una búsqueda de protección para guardar intereses personales
como lo sostiene Nozick al hacer notar el papel que juega el Estado ante los individuos
(10), o como asegura Rawls cuando dice que todos escogeríamos una sociedad más
justa si se nos diera la oportunidad (11). Ambos autores suponen que el individuo es una
especie de roedor que se protege de los demás en las instituciones comunes como si
algo mágico las afianzara y no las mismas personas. Si el individuo egoísta sale de su
social o común? ¿Es una mera suposición basada en el buen deseo para sí mismo del
individuo lo que construye el andamiaje de ese espacio social como lo sustenta Rawls?
Si partimos del individuo egoísta, que se refugia en entidades sociales que el individuo
en el ámbito público, todo sería relativo y subjetivo dado que la entidad creada sería una
cuidar este espacio social donde el sujeto tiene lugar, pues la dobles y el engaño pueden
erosionarlo completamente.
El peso del escepticismo moral ha distorsionado las modernas concepciones del ámbito
público, apreciándose como un espacio dónde los intereses particulares tienen lugar, y
dónde todo se explica desde ellos; no hay lugar para una fundamentación de la razón
un instrumento para abonar o sumar “razones” para los intereses y deseos particulares.
espacio común, lo social, sólo es una buena intención de todos los que nos congregamos
entorno a una sociedad ¿Cómo encontrar el criterio por el cual se pueda distinguir un
razonamiento objetivo de otros relativos o sesgados en este espacio común que sólo es
argumentación sobre un interés que no está anclado en miras normales no resiste mucho
tiempo una contra argumentación que sí lo está. (12) La evaluación fuerte en última
los argumentos no se sopesan por democracia sino por su propio rigor y consistencia.
Rasgos que sólo pueden encontrarse en una visión del hombre como un ser necesitado
de los demás para darse forma y contenido, en donde las personas sean vistas como lo
más importante.
El Maestro Luis Villoro distingue tres estadios éticos como fundamento para que la
coinciden con las etapas de la humanidad.(13) Según esto toda la etapa clásica la
comunidad humana lucho por lograr orden, un espacio habitable dónde el individuo
aislado pueda coexistir con sus demás congéneres; en la etapa moderna, el hombre más
bien se caracteriza por buscar la libertad pues de alguna forma la cuestión de forma,
diseño y orden de lo social tiene una concretización más o menos generalizada en las
modernos.
El deseo y la razón, en general, de alguna forma conciben estos estadios porque están
estas etapas del crecimiento humano en general, dándose el caso de que un individuo
propio esfuerzo y capacidad visionaria. Son condiciones de posibilidad del ser humano
que se pueden rastrear en todas las culturas y sociedades con mayor o menor claridad de
visualizar la ruta de este crecimiento humano que visualiza Villoro; esta tarea queda
circunscrita a la clase intelectual. Sin embargo aquí hace falta una justificación que haga
posible creer que los intelectuales no están defendiendo, con su aparente diáfano
presencia de lo otro y los demás. Erróneamente hemos creído que somos seres
autónomos con cierto grado de soberanía, capaces de elevarnos por encima de todo,
personales o sectoriales.
Aquí es dónde la lógica y la ética tienen que darse la mano pues surgen de una misma
fuerza que nos hace visualizar tanto lo extraño como lo familiar, es la misma que nos
hace visualizar el bien común. Sin embargo, la alienación del hombre marca el rumbo
alienación misma.
sabiduría y la verdad. Esta enseñanza tan antigua y tan sabia a la vez, sigue sin
entenderse del todo. Es tan difícil dar cuenta de uno mismo por que hemos herrado el
lo que somos, sin saber que los demás forman parte indisoluble de nosotros mismos. Y
que el yo sin los otros es ininteligible. Entonces, el adagio de conócete a ti mismo tiene
Así, es importante que cada investigación que hagamos sobre la sociedad, abra un área
privilegiada que polariza, empobrece, enajena y destruye el espacio del sujeto social.
NOTAS
BIBLIOGRAFÍA
UACM-SECNA
A manera de introducción
Parece un disparate entrelazar nociones como mito, historia y utopía, pues los esquemas
Generalmente se asume que el mito es una fábula, una explicación del mundo proto-
histórica, esto es, una cosmovisión que coloca a los seres humanos y a sus pueblos,
único lugar desde donde puede vivir su expresión del mundo, en un tiempo sin historia.
Así, el mito del origen del mundo desde la nada o mediante el trabajo de los dioses y las
diosas para darle forma, continuidad y sustento, le da un lugar a los hombres y mujeres
dentro de una lógica del tiempo circular que requiere ser reinventada para mantenerse.
Con la utopía pasa algo similar, queda fuera de la historia cuando se asimila a la
objetivo y manipulable.
Mito y utopía, desde nuestra perspectiva, han sido despojadas de su valor en la cohesión
∗
Mexicana. Licenciada y Maestra en Filosofía por la UNAM. Profesora-investigadora de tiempo
completo de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Profesora del Colegio de Estudios
Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Es autora de Simón Rodríguez y su utopía para América y de Utopología desde nuestra América (en
prensa).
También es cierto que bajo el horizonte moderno de comprensión se ha contrapuesto
utopía a mito y que ambos se han focalizado como nociones que se encaran a la historia,
pues ambos son síntomas de una evasión del presentismo alucinante de la modernidad
que siempre pasa, siempre deviene, hacia un horizonte jamás alcanzable y que se halla
dice, que mito y utopía se contraponen a historia en tanto ambos se evaden de ella; el
mito, porque nos lanza hacia una temporalidad vinculada al pasado y la utopía porque
nos impulsa hacia un futuro fuera del tiempo. Por otro lado, en el debate sobre la utopía
sin tiempo o bien un tiempo circular que retorna siempre a través de los rituales,
mientras que, la utopía, en el sentido de función o tensión utópica, porque tiene como
colecivos. Así, en este debate, mediante el mito el ser humano se evadía de la historia
terrena mientras que por la tensión o función utópica el ser humano era capaz de
terrenalizarse o de historizarse.
74
La emergencia de los pueblos indígenas representa un “articulado movimiento social y político de
pueblos indígenas que han surgido en el continente y en todo el mundo; en Guatemala, Nicaragua,
Ecuador, Bolivia y México, para hablar de nuestra región, y también en Canadá, Estados Unidos,
Filipinas y Nueva Zelanda, por hablar de algunos” Rodolfo Stavenhagen, “La emergencia de los pueblos
indígenas como nuevos actores políticos y sociales en América Latina” en Movimiento indígena en
América Latina: resistencia y proyecto alternativo, 2ª. reimp. Bolivia, Gobierno del Distrito Federal-
Casa Juan Pablos-Benemérita Universidad Autónoma de Puebla-Universidad Nacional Autónoma de
México-Universidad Autónoma de la Ciudad de México, p. 49.
particularmente en los lugares donde siguen existiendo los pueblos testimonio,75 parece
difícil mantener la separación entre las nociones de mito, historia y utopía. Por lo
anterior, aquí nos proponemos repensar estas nociones, con la conciencia de que ello
Lo primero, que es una petición de principio en estos tiempos que corren, es asumir que
las tres nociones que proponemos relacionar tienen diferentes significados y que éstos
dependen de los ámbitos disciplinarios donde se utilicen, como pueden ser el filosófico,
exponer los lugares teóricos desde donde proponemos vincular estas nociones.
2. De la historia
Conviene hacer una primera distinción en el uso del término ‘historia’, que en el
75
J. Jesús Serna Moreno, México, un pueblo testimonio. Los indios y la nación en nuestra América.
México, Plaza y Valdés-UNAM, 2001. Jesús Serna recupera el concepto de “pueblo testimonio” del
antropólogo brasileño Darcy Ribeiro y señala que los pueblos testimonio están “formados por los
remanentes actuales de las altas civilizaciones originales, sin que los conquistadores consiguieran, del
todo, asimilarlos a una condición de simples implantes suyos”75 y los cuales se encuentran México,
Guatemala, Perú y Bolivia. P. 50.
formulación latina que se expresa con los términos de res gestae (cosa en gestación) y
de rerum gestarum (cosa gestada). Así, los acontecimientos sociales o culturales pueden
abordarse como hechos pasados o como acontecimientos que van siendo, que van
acontecer, que implica la novedad y la repetición jamás absolutas. Tras lo dicho, sin
embargo, hay una selva de interpretaciones.76 Una primera conclusión es que la historia
(oral o escrita) como registro de los hechos pasados, se relaciona con un cierto tipo de
memoria.
Siguiendo al filólogo, filósofo y poeta español Agustín García Calvo, para quien la
palabra es una forma de acción, en su libro Historia contra tradición, tradición contra
historia hay que distinguir entre una memoria noética (ideativa, fotográfica, visual,
individuos como en los pueblos. Aquí hay que hacer dos anotaciones: 1) que los
“recuerdos ideativos pueden encadenarse el uno con el otro por motivos de asociación
76
Así por ejemplo, Agustín García Calvo (1926) en Historia contra tradición. Tradición contra historia,
2ª. ed., España, Editorial Lucina, 1998, distingue cinco significados en el uso de la noción de ‘Historia’:
a) Historia desde que hay lenguaje humano, tesis que presupone la presencia de los hombres, aunque más
valdría decir, hombres y mujeres, y sus diversas expresiones lingüísticas que bien pueden ciudades,
esculturas, pinturas, textiles, etc.; b) Historia desde que hay ‘escritura’ por medio de la cual unos seres
humanos se expresan a otros seres humanos; en este sentido la escritura puede ser de muchas maneras: es
decir, escritura ideográfica y fonémica; c) Historia desde que hay Historia en tanto género literario en
prosa que subsume las “tradiciones míticas o las anteriores crónicas o anales, y que de algún modo dan
razón de los hechos, nuevo acto de reflexión sobre el mero registro” (14); d) Historia desde que hay
Renacimientos, es decir, conciencia de la ruptura con un pasado inmediato y continuidad consciente con
un pasado mediato, cualquiera que éste sea; y e) finalmente, Historia desde que hay conciencia histórica
que se caracteriza por la conciencia de la relatividad de una época que encaja en un tiempo abierto, pero
que expresa un fin o Destino de la Humanidad y que se universaliza como historia unitaria. Cfr., págs.
14-15.
77
El autor señala que no utiliza el concepto freudiano de subconsciente por lo que implica de ya sabido y
se ha olvidado conscientemente por represión. V. Agustín García Calvo, Historia contra tradición.
Tradición contra historia, op. cit., p. 9.
diversos, pero ese encadenamiento está regido por impulsos rítmicos o secuenciales en
general; y al revés, una secuencia de actos o sucesos puede quedar configurada como
visión que pueda quedar configurada como memoria eidética”78; y 2) que no hay
escisión real entre individuo y sociedad, entre un “yo” y un “nosotros” -¿será necesario
manera tal que “la separación entre individuo singular y comunidad indefinidamente
múltiple es más bien falsa y artificiosa”79. Así pues, para García Calvo la memoria
memoria no ideativa, en tanto memoria de los pueblos, o bien, en tanto tradición, no hay
lugar, siguiendo García Calvo, ni para el futuro, ni para el pasado, pues la tradición
todas las comunidades humanas: la danza, el canto, la música, las artes verbales como la
popular, civil o religiosa, que distingue a cada pueblo, grupo o comunidad. García
78
Ibidem, p. 12.
79
Ibidem, p. 13.
80
Ibidem, p. 33. Conviene citar en extenso la caracterización de tradición por parte del filósofo español:
“cualesquiera procesos que se reconozcan como ejercicio de memoria, y para el caso, como transmisión
de más experimentados a menos diestros de la gente, sea de costumbres, de ritos, de recitaciones, de
técnicas, o de sabidurías, con la condición de que no intervengan en ello los trámites de visualización
reflexiva de las propias actividades y la idea explícita de sí mismas, caerá dentro de lo que llamamos
tradición”; Ibidem, p. 34.
81
Ibidem, p. 35.
pastoreo. Mención obligada merece en este punto un libro maravilloso, Río de vellón,
río de canto. Cantar a los animales, una poética andina de la creación, donde se
productivas alrededor de los animales andinos como el marcado, el esquileo del vellón,
podríamos incluir en este tipo de memoria, sin temor a equivocarnos, la sabiduría del
dicho de cómo deben construirse las viviendas y las instituciones sociales, políticas y yo
agregaría religiosas.
especialmente en los primeros meses de vida, que dota a cada recién llegado de “la
fundación y modelo de los mecanismos para [la transmisión de] todas las tradiciones
propiamente dichas”83 y cuya transmisión es por línea materna. ¿Será por esta razón que
Tanto la Historia como la tradición son “dos modos de memoria colectiva”84 que se
4. Del mito
82
Denise Y. Arnold y Juan de Dios Yapita. Río de vellón, río de canto. Cantar a los animales, una
poética andina de la creación. Hisbol-ILCA. La Paz-Bolivia, 1999, pp. 575.
83
Agustín García Calvo, op. cit., p. 36.
84
Ibidem, p. 39.
85
La aparición de la escritura que es fijación de un momento, trae consecuencias profundas en la
transmisión de la tradición: aparecen por ejemplo, las leyes, la poesía, la literatura, los cánones, las
técnicas de construcción, etc., hasta desencarnarlos de su sentido original.
Por su parte, mito refiere en un primer momento a un relato de tiempos inmemoriales, a
García Calvo, que se trata de una memoria no ideativa. El mito no es una simple fábula
sino, según lo afirma la filósofa mexicana Leticia Flores Farfán, un “testigo del pasado,
[…] una historia sagrada con envergadura ontológica”86 que da sentido y consistencia al
Así, desde esta perspectiva es posible “enlazar mito e historia, mito y política, mito y
ley, mito y pensamiento, que implica devolverle al mito [su] valor interpretativo”.87 El
mito tiene una fuerza estructurante de los códigos de la realidad, del comportamiento
que debe guardarse, de los límites del mundo humano por excelencia. Y esta fuerza
memoria” que implica, “asumir que somos nuestro pasado, nuestra tradición, y que, por
y sus propios mitos pretendidamente desmitologizados, nos cueste trabajo entender que
del mito, en este sentido articulante y estructurante de la vida social, política, ética
86
Leticia Flores Farfán, “Atenas, ciudad de Atenea. Mito y política en la democracia ateniense del siglo
V” en Mitogramas, [Blanca Solares y Leticia Flores Farfán, coords.], México, Cuernavaca, Centro
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias/Universidad Autónoma del Estado de Morelos/Los
Reyes, 2003, p. 26.
87
Ibidem, p. 27.
88
La autora retoma este concepto de Emilio Lledó y refiere su obra Memoria de la ética; ibidem, p. 35.
89
Ibidem, p. 44.
5. De la utopía
De utopía, como ya se afirmó, cabe hablar de muchas maneras. Para los fines de esta
con su suelo histórico expresa las contradicciones que lo conforman en sus diversos
(colonialidad, por ejemplo) y los tiempos cortos y coyunturales, vinculados con los
mecanismos propios del control estatal moderno y con los procesos económicos
coyunturales. Habrá que decir, que en América Latina heterogénea o híbrida, se cruzan
¿Cómo se vinculan mito, historia y utopía? Como podrá apreciarse, el mito y la utopía
aquí, a guisa de ejemplo, a las luchas del campesinado y del indígena quechuaymara,
encuentran:
elementos análogos al mito del Inka Ri, que conoce múltiples variantes en la
región andina del sur del Perú y Bolivia. Según el mito, la cabeza cercenada del
Inca se encuentra creciendo bajo la tierra. Llegará el día en que el cuerpo
terminará de crecer y completarse, y entonces el Inca retornará y el mundo
“volverá sobre sus pies”.91
Al mensaje del mito se une la realidad histórica de Túpak Katari, cuyos miembros
cercenados fueron enterrados en los cuatro puntos cardinales en las luchas indígenas de
1780-1782.
Por su parte Féliz Patzi nos dice que en los movimientos indígenas bolivianos que desde
el 2000 emplearon el bloqueo de caminos como una táctica de lucha “se reedita la
90
Esta versión del mito del Inkarrí es de Feliciano Mejía Hidalgo y fue bajada de Internet el martes 5 de
diciembre de 2006. La dirección electrónica es htpp:/www.poetasdelmundo.com. Seguramente habrá más
versiones orales, pero ésta, por el momento, es a la que pudimos acceder. Conservamos la grafía del
nombre del personaje del mito en cada fuente que citamos.
91
Silvia Rivera Cusicanqui, Oprimidos pero no vencidos. Luchas del campesinado aymara y quechua
1900-1980. Aruwiyiri-Editorial del Taller de Historia Oral Andino (THOA). La Paz, 2003. p. 86.
memoria de la lucha de Túpak Katari, que intentó hacer escapar a los españoles
La socióloga boliviana, Silvia Rivera Cusicanqui, por su parte, aclara que el hecho
doble sentido en su interpretación tanto para los colonizadores como para los
concreta es que la praxis política o ideológica tiene eficacia, pues en la acción simbólica
Así pues, algunas veces mito y utopía se fecundan en un ejercicio ideológico pertinente,
con el espacio de lo posible, y se abrió […] un resquicio por el cual plantear una serie
Habrá que contrastar, no sólo las diversas interpretaciones del descuartizamiento del
la llegada al poder de Evo Morales por la vía democrática liberal y las expresiones
habrá que recordar el carácter festivo, mítico, de la primera toma de protesta que
A manera de conclusión
provenientes de una memoria larga y una memoria corta, que permiten la experiencia de
la contingencia histórica en dos niveles y dos sentidos: hacia atrás; el legado histórico
expresada en la utopía que porta el sentido del futuro deseable, que se intenta hacer
posible mediante las demandas concretas de una comunidad con identidad cultural y
pueblo oprimido.
94
Ibidem, p. 87
Hegel y el occidentalismo
David Gómez Arredondo ∗
UNAM-SECNA
A lo largo del cuerpo de la obra hegeliana podemos encontrar una distinción entre
espíritu y naturaleza. Una parte del sistema, tal y como es expuesto en la Enciclopedia
de las ciencias filosóficas, está dedicada a la filosofía de la naturaleza. Al diferenciarse,
la Idea se exterioriza en la naturaleza. Como objeto de la sensibilidad, la naturaleza se le
opone al espíritu como un ámbito extraño. Desde sus lecciones de Jena, Hegel había
tratado de mostrar el modo en que el espíritu emerge de la naturaleza y se constituye a
través de su oposición con ésta. Al nombrar, el espíritu toma distancia de sus intuiciones
y logra sobrepasar el nivel de la representación sensible por medio de los símbolos que
configuran una memoria. El lenguaje le permite al espíritu ejercer un dominio sobre la
naturaleza al fijar los objetos que son designados. La fantasía y el caos de sensaciones
en que se ve inmerso el espíritu en un grado de su despliegue en el que predomina la
animalidad se truecan en la vigilia del espíritu que se distingue de la naturaleza
designada y representada. Al utilizar instrumentos para modificar sus objetos, el
espíritu pospone el goce y aprende a obedecer a los dictados que le impone la
naturaleza.95
Yo, éste, veo el árbol y afirmo el árbol como el aquí; pero otro yo ve la casa
y afirma que el aquí no es un árbol, sino que es la casa.97
95
Sobre este punto, ver Jürgen Habermas, “Trabajo e interacción. Notas sobre la filosofía hegeliana del
período de Jena” en Ciencia y técnica como ideología, Rei, México, 1993. G.W.F. Hegel, Filosofía Real,
Fondo de Cultura Económica, México, 184, pag. 154-161.
96
Jean Hyppolite, Génesis y estructura de la fenomenología del espíritu, Península, Barcelona, 1974.
97
G.W.F. Hegel, Fenomenología del Espíritu, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, pag.66.
introduce el momento de la subjetividad como inmanente a la sustancia.98 Para llegar al
pleno conocimiento de sí misma, la sustancia deviene sujeto. El recorrido del espíritu
absoluto atraviesa por su exteriorización y diferenciación en la naturaleza, para
reconocerse y regresar a sí a través del espíritu finito. En el punto final o momento
consumado de desarrollo del saber, la naturaleza, como objeto de la sensación, deja de
presentársele al espíritu como extrañeza u otredad que se le enfrenta como exterioridad.
La naturaleza es purificada y concebida como pensamiento puro que ha pasado por el
momento de la escisión. En este plano, el idealismo hegeliano se opone a cualquier
forma de realismo o materialismo. La afección de la sensibilidad, que en el tratamiento
de Kant proporcionaba un elemento ajeno al pensamiento e indispensable para el
conocimiento, se reduce en Hegel a una manifestación mediada de la Idea que se piensa
dividiéndose.99 El pensamiento hegeliano consuma la tradición de la ontoteología
occidental que opone, devaluando a uno de sus polos, a la naturaleza y al espíritu. La
peculiaridad del pensamiento de Hegel quizá consista en que concibe al Absoluto en
movimiento, razón por la cual se vuelve problemática la exposición de la temporalidad
en su filosofía. Cierta linealidad temporal se hace patente en el espíritu que se
manifiesta en la historia. El desarrollo progresivo del Espíritu absoluto que tiende hacia
la libertad atraviesa las fases que limitan su concepto. Por otra parte, cierta circularidad,
a veces descrita como esfera de esferas o círculo de círculos, forma parte de la
naturaleza de lo Absoluto. Aunque en las Lecciones la distinción entre naturaleza y
espíritu organiza los conceptos de arte, historia, religión y filosofía, no es evidente que
haya una sucesión entre ambos. En la naturaleza ya se encuentra el absoluto, pero no se
ha elevado a la forma del pensamiento y liberado de su manifestación sensible. El
espíritu regresa a la naturaleza y la tiene como objeto durante todo su recorrido por las
figuras que lo llevan al saber absoluto, cuando adquiere la transparencia sobre su propia
esencia. Los grados de la naturaleza tienden y se dirigen hacia el espíritu y la
emergencia de éste sólo puede concebirse como superación: ruptura que conserva. El
camino recorrido por la Idea, su manifestación fenoménica y posterior reconciliación
requiere de cierta linealidad. Pero la continuidad lineal o el tránsito por la naturaleza
inorgánica y orgánica hacia la autoconciencia en el espíritu tiene una contraparte
98
Sobre la identidad entre ser y pensamiento ver Max Horkheimer, “Hegel y el problema de la
metafísica” en Historia, metafísica y escepticismo, Alianza, Madrid, 1982, pag. 119-136.
99
Sobre la sensibilidad en Hegel ver “Sentido y entendimiento” en Lucio Colletti, El marxismo y Hegel,
Grijalbo, México, 1977.
circular: el saber absoluto se distingue por su sincronía o eternidad, aunque requiere de
figuras dialécticas de desarrollo anterior.100
100
Sobre el saber absoluto, ver Pierre-Jean Labarriére, La fenomenología del espíritu de Hegel, Fondo de
Cultura Económica, México, 1985, cap. XI.
101
G.W.F. Hegel, Lecciones sobre la filosofía de la religión I, Alianza Universidad, Madrid, 1987,
pag.173.
modernidad. Mientras se agudizaba la crítica de la religión como una forma teórica que
acompañó al tambaleo del sistema hegeliano, no se ponía en cuestión el punto mismo
desde donde se narraba la crisis del Absoluto: el occidente cristiano. En la inversión
antropológica de la ontoteología hegeliana la teoría se centraba en los dogmas cristianos
como modos de la alienación de la esencia humana.102 La “crítica crítica” posthegeliana
permanecía dentro de los límites de un derrumbamiento inmanente de la cristiandad.
103
Asumida esta crítica, el materialismo histórico y la crítica de la economía política
procedieron a una inversión del hegelianismo sin modificar el occidentalismo que le
subyacía.
Sólo una lectura detallada de las Lecciones pudiera mostrar el esquema teórico que le da
soporte al occidentalismo de Hegel. A grandes rasgos, pudiera señalarse que las
diferencias entre espíritu y naturaleza, que tanta relevancia tienen para exponer la
consumación del espíritu absoluto en su proceso de reconciliación con lo otro, son
disueltas. A la parte del mundo histórico que corresponde a la alteridad de Occidente se
le hunde en un grado inferior del ser: la naturaleza o la vida todavía no autoconsciente.
El occidentalismo requiere de un basamento ontológico que divide los grados del ser
para marcar una diferencia inconmensurable: al espíritu libre se le contrapone el espíritu
todavía inmerso en la naturaleza de la que busca escindirse. Al oponer de tal modo al
espíritu y la naturaleza se vuelve indispensable cierta narrativa lineal que indica los
distintos momentos que conducen desde la pura naturaleza hasta el espíritu liberado de
cualquier elemento sensible. Al basar las distinciones entre Occidente y su alteridad en
supuestos ontológicos que indican los distintos momentos necesarios que debe atravesar
el espíritu hasta revelarse, la narrativa de las Lecciones no sugiere propiamente una
sucesión temporal. Como resultado de la exposición debía de encontrarse una
permanencia simultánea de figuras del espíritu que representan un momento superado.
No sólo el mundo histórico y fenecido es pensado como una fase que el espíritu ha
recorrido y superado: también el mundo contemporáneo ajeno a Occidente es concebido
como una etapa del espíritu que pertenece, en cierto modo, al pasado.
Se pudiera hablar, entonces, de cierta tópica o “sentido espacial” que guía a las
manifestaciones fenoménicas del Espíritu. En las Lecciones sobre la filosofía de la
102
Ludwig Feuerbach, La esencia del cristianismo, Juan Pablos, México, 1971.
103
Carlos Marx/Federico Engels, La sagrada familia, Grijalbo, México, 1967.
historia universal el medio natural que rodea a los pueblos resulta muy relevante para
determinar el principio del espíritu que representarán en la historia. La centralidad de
Occidente está relacionada con sus vínculos con el mar Mediterráneo. La relación con
la exterioridad o el carácter universal que se asocia con la capacidad para desplazarse le
otorga a Occidente el lugar privilegiado de consumación de la historia. Pero,
particularmente, la narrativa occidentalista de Hegel queda al descubierto al mostrar el
sentido que adoptan los dogmas cristianos como reproducción especular de la naturaleza
del Absoluto. La dicotomía expuesta en las Lecciones sobre filosofía de la religión entre
las religiones determinadas y la religión consumada, en la cual ubica a la cristiandad
caracterizada como momento definitivo en la revelación del Espíritu, representa
también un intento por presentar el contenido del cristianismo a la luz de la filosofía
post-kantiana del Absoluto. La primacía del cristianismo y la pretensión de que, por su
propio contenido, refleja de manera más precisa que las religiones determinadas al
Absoluto se basa en la representación de la Trinidad. En la diferencia trinitaria de la que
participa la unidad de Dios, se reflejan el principio ontológico consistente en la escisión
del Espíritu absoluto junto con el principio antropológico del desgarramiento de la
unidad de la humanidad con la naturaleza. Por ello, sorprende a veces, en las Lecciones,
el tratamiento de la escisión en las religiones determinadas. Fuera del ámbito de
Occidente, la escisión dual o la división tripartita en la representación de la infinitud
sólo puede estar encadenada al momento de la religión de la naturaleza. Las partes
correspondientes a China y la India se detienen en la exposición del pensar trinitario del
Tao y la trinidad hindú de Brahma, Vishnú y Shiva. Pero, al contraponer el Tao al
momento especulativo, se le acusa de ser un principio abstracto que no muestra sus
determinaciones o no responde a la exigencia de que descienda al campo de la finitud.
Se repite, entonces, una objeción que en el texto hegeliano se le presenta
constantemente al entendimiento. En la oposición entre razón y entendimiento, la
primera logra llegar al campo del saber especulativo al superar las divisiones que en la
realidad había encontrado el entendimiento. Mientras la razón piensa la unidad
diferenciada, el entendimiento sólo logra captar el momento aislado, fijado y cosificado
del ser. A lo largo de las Lecciones, el entendimiento aparece como momento que se
encarna en diversas representaciones, ajenas a Occidente, del espíritu absoluto. Al
depender de representaciones que vinculan el pensamiento a las potencias naturales, el
Todo sólo puede pensarse de modo abstracto, esto es, sin determinaciones en
movimiento. El modo de presentar al Occidente cristiano con su alteridad sugiere cierta
continuidad lineal o modo narrativo de concebir al espíritu absoluto en su
manifestación:
104
G.W.F. Hegel, Lecciones sobre filosofía de la religión,,Alianza Universidad, Madrid, 1984, pag. 27.
105
Ver, Walter Mignolo, “Posoccidentalismo: el argumento desde América Latina” en Santiago Castro
Gómez y Eduardo Mendieta (coordinadores), Teorías sin disciplina. Latinoamericanismo,
poscolonialidad y globalización en debate, Porrúa/University of San Francisco, México, 1998, pag. 31-
58.
presentarse como opuesta a la purificación conceptual de la naturaleza, el delirio
báquico y la figura de Dionisio se presentaron, unas décadas después, como la
dimensión trágica, corporal y sensible perdida.
106
G.W.F. Hegel, Lecciones sobre filosofía de la religión, op. cit., pag. 182.
representación del Absoluto. La narrativa hegeliana no es independiente de la
diferencia colonial y se vale de la tradición ontológica occidental para otorgarle ciertos
atributos al mundo “salvaje”. Al situar al punto de vista universal o de la sustancia
basándose en un modelo cristiano que se consuma en Occidente, encuentra su límite
opuesto en el espíritu natural de la magia. Pero, al juzgar a la magia, no se recurre al
criterio de su pobre eficacia para lograr sus efectos en la realidad, sino a la ontología
que supone. El dominio de la naturaleza extraña es uno de los momentos indispensables
para la emergencia del espíritu. Al negar su objeto y posponer el goce, la autoconciencia
adquiere la subsistencia en la objetividad. El siervo se reconoce a sí mismo por medio
del trabajo. Sin utilizar instrumentos para dominar a la naturaleza, el mago no logra
reflejarse como sustancialidad pero pretende dominar a la naturaleza.
El Nuevo Mundo sólo es tratado en las Lecciones sobre filosofía de la historia universal
en el apartado sobre la conexión de la naturaleza debido a dos razones: su dimensión
temporal le corresponde al futuro y antes del dominio europeo no puede hablarse de un
desarrollo del espíritu. Al segundo motivo se debe que América no se encuentre en las
Lecciones sobre filosofía de la religión. Ni siquiera en el apartado sobre la religión de la
magia se encuentran alusiones al mundo amerindio. Esa decisión puede hacer pensar
que Hegel consideraba que la “cultura natural” amerindia no lograba llegar a la
diferencia del espíritu con respecto a la naturaleza que va aparejada a la religión de la
magia.107 Al tratar el genocidio americano, Hegel recurre a cierta terminología que
sugiere el trasfondo de violencia y dominación que acompañan a su ontología
occidentalista del espíritu. El “soplo” de la actividad europea desemboca en el
exterminio del mundo amerindio. A la debilidad amerindia se le contrapone la fuerza,
intensidad y superioridad europeas. El espíritu que se acerca a la cultura natural y la
hace perecer tiene una fuerza que explica la ruina del mundo americano. En estos
pasajes, parece que Hegel piensa al ser del espíritu como fuerza y poder. Para ilustrar lo
107
Georg Wilhelm F. Hegel, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal I, Altaya, Barcelona,
1994, traducción de José Gaos, pag. 171.
que debiera de funcionar, en el corpus hegeliano, como una determinación del concepto,
se recurre a un ejemplo muy empírico: la inferioridad amerindia se “demuestra” por la
estatura. La fuerza es entendida en estos pasajes conforme al proceder del
entendimiento. La dimensión del genocidio de la modernidad temprana que se constata
en las Lecciones al dar cuenta de un exterminio de siete millones de habitantes, se
concibe como un momento resultante de la naturaleza del mismo espíritu. Por su propia
fuerza, al entrar en contacto con la cultura natural, la hace perecer.
108
Ibid, pag. 172.
proporciona una especie de moraleja que indica la complicidad entre la filosofía
hegeliana de la historia y la diferencia colonial del siglo XIX:
los ingleses intentan evitar en la India la emergencia de una “raza criolla” que sentiría el
amor del país propio.
Por último, al buscar un horizonte posoccidental que pretenda ejercer algo más que una
inversión o una crítica inmanente del occidentalismo se requiere trabajar, al mismo
tiempo, con la tradición de la ontoteología occidental y con los saberes emanados de
sus márgenes. En este plano, la filosofía hegeliana es una referencia indispensable, ya
que representa la consumación especulativa de la ontoteología occidental. Una
“destrucción” posoccidentalista de la ontoteología hegeliana debe acompañarse del
ejercicio fronterizo del pensamiento en los distintos momentos del espíritu. Sin
embargo, no para reconstruir la totalidad en otro orden. La sucesión evolutiva es
sustituida por la sincronía y la discontinuidad pero, sin embargo, no se puede renunciar
totalmente a la pretensión holista que guía a la ontoteología. Así, por ejemplo, la
oposición entre el pensamiento y los sentidos que forma parte constitutiva de la
ontología moderna de Occidente se resuelve en la inversión de la cristiandad al declarar
la muerte de Dios. Pero, en este plano, se trata de una crítica inmanente de la cristiandad
desde una filosofía de la historia que pretende invertir la consideración cristiana o moral
de juzgar. No se ha llegado a un ejercicio simultáneo del pensar que “destruya” los
momentos de la ontoteología mientras hace aparecer su exterioridad no subsumible.
Este ejercicio del pensar ¿se encuentra en la analéctica de la liberación? Basta recordar
que una de las primeras formulaciones metódicas de la analéctica consistía en una
superación de la dialéctica hegeliana.109 Quizá sólo cabría añadir que los avatares de la
analéctica han mostrado su cercanía, en su reciente consideración de los sistemas
interregionales, con el impulso especulativo de la totalidad que guiaba a la filosofía
hegeliana. Los distintos niveles de la exterioridad que irrumpen en cualquier totalidad
cerrada son nuevamente ordenados, por lo que parece constituirse otra narrativa, con sus
109
Enrique Dussel, Método de una filosofía de la liberación. Superación analéctica de la dialéctica
hegeliana (1971), Universidad de Guadalajara, México, 1991.
distintos “momentos”, manteniéndose dentro de un esquema invertido de las categorías
de la ontología.
Bibliografía
Habermas, Jürgen, “Trabajo e interacción. Notas sobre la filosofía hegeliana del período
de Jena” en Ciencia y técnica como ideología, Rei, México, 1993
Hegel, Georg, Wilhelm F., Lecciones sobre la filosofía de la historia universal I y II,
Altaya, Barcelona, 1994, traducción de José Gaos.
Zea, Leopoldo, La filosofía americana como filosofía sin más (1969), México, Siglo
XXI, 1994.
SUJETO
EDUCACIÓN
EQUIDAD DE GÉNERO, SUJETO Y EDUCACIÓN
El camino a la igualdad entre los géneros no es ni ha sido fácil, tanto en América como
natural, delimitaba los ámbitos del hombre y la mujer y determinaba, entre muchos
Durante los dos últimos siglos las reclamaciones femeninas de tipo político o social
la educación: el derecho a contar con la protección de las leyes, a trabajar y a votar eran
Los estudios medios y superiores estuvieron, hasta hace relativamente poco tiempo,
dificultados e incluso cerrados para las mujeres -la ignorancia de la mujer es una
valiosa fuente de control social-, que veían cómo sus demandas de equiparación
En este contexto, el presente trabajo tiene como intención trazar un esbozo del
equidad de género, que hagan reflexionar, tanto a las instancias educativas como a los
∗
Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, candidato a doctor en
Filosofía por la Universidad A Coruña, España.
110
En Francia, por ejemplo, la igualdad de enseñanzas (la igualdad para que tanto niñas como niños
accedan a la educación) no se proclama sino hasta 1925.
medidas eficaces que abran una vía a una igualdad efectiva, desde el conocimiento de
las diferencias, pero también desde el compromiso individual con el uso del lenguaje y
En este camino de propuestas e intentos, creo que es conveniente que partamos de unos
postulados que den sentido a los planteamientos que aquí se desgranarán: la igualdad de
género, desde la diferencia, es justa; útil, desde un punto de vista práctico, y necesaria,
como elemento primordial de interacción humana. Por tanto, deseable como objetivo a
alcanzar.
los contrastes de dichas políticas en los períodos diversos. Pero, como apunta Eunice
Ribeiro, “es posible detectar algo común o general en los diferentes sistemas […] los
común y problemas semejantes, los gobiernos parecen operar con un número limitado
de alternativas políticas”.111
como naciones; así, nos encontramos con un proceso de secularización que sufrieron
instituciones públicas y laicas bajo un férreo control estatal –algo que no estaba muy
alejado de lo que sucedía en ese mismo tiempo en los países europeos católicos-, o
estudiantiles –que todavía se puede respirar en los centros de educación superior-, que
111
Rollin Kent (comp.) Los temas críticos en la educación superior en América Latina,
México, Fondo de Cultura Económica, 1996, p.9.
conferían a la universidad la capacidad de convertirse en instrumento transformador de
la sociedad.
En los años cincuenta del siglo pasado el ritmo de urbanización en América Latina se
número ingente de niños que circulaban por las calles y la necesidad de mantenerlos
Esta vinculación práctica del estudio al trabajo se ha ido asociando de un modo más
modo bastante irregular, las tensiones surgidas por las evoluciones en los mercados
laborales, que, a su vez, eran dependientes de los procesos del desarrollo económico en
Sin embargo, hay aspectos muy positivos que destacar en las reformas emprendidas en
los planes educativos latinoamericanos a mediados del siglo XX: la investigación en las
universidades –como valor asociado a la evolución industrial- formó parte del ideario
además, hubo una ampliación del acceso a la educación superior mediante el aumento
Hoy en día, las políticas educativas están orientadas a la revisión de un modelo que
financiamiento del sistema público amplía la brecha entre la situación vigente y las
112
Hay que reseñar que el surgimiento de instituciones privadas no confesionales también obedece a una
lógica de mercado.
metas de los gobiernos y de los organismos internacionales;113 el deterioro de la
educación.
definiendo previa y externamente a las universidades las labores sociales que éstas
educativas. Pero, además, propugnan otras medidas que definitivamente quiebran los
raíz del problema educativo, como son los políticos y los tecnológicos.114
Si es necesaria y urgente la revisión de las políticas educativas, desde los niveles más
demandas de una sociedad cada vez más compleja y desigual, es igualmente necesario
que, de una vez por todas, en los planteamientos educativos modernos latinoamericanos
113
Tampoco se ha cumplido el sueño que esperaba que la educación se desarrollara de una manera
definitiva desde el aporte de los organismos internacionales, de los gobiernos o los expertos.
114
Hay que tener presente la influencia de los movimientos sociales y revolucionarios en gran parte de los
países americanos durante el último medio siglo y su influencia en las propuestas educativas. Así como
los avances tecnológicos, que marcan la curricula de muchas de las carreras del ciclo superior, e influyen
en los aportes presupuestarios estatales para la investigación y desarrollo científico en las universidades.
alumnas; para que sepan actuar en el moderno entramado social y lo hagan de un modo
Universal de Derechos Humanos; porque si ésta considera que “todos los seres nacen
De acuerdo con diversos análisis relativos al tema del género, los sistemas educativos
relación entre conocimiento y poder en complicidad con los sectores poderosos, lo que
ha hecho casi imperceptibles las reiteradas violaciones de los derechos de estos amplios
de género.
Por ello, a pesar de los avances que las mujeres han logrado en el acceso a la
las llevan a colocarse en una posición subordinada. Todo esto nos indica que, aunque se
impartan las mismas clases a las y los estudiantes sin diferencia, no se ha alcanzado una
igualdad real, ya que en las relaciones sociales se siguen llevando a cabo actitudes
desigualdad del género femenino; es decir, que el ideal de igualdad entre los géneros ha
Tal es el caso del "edocentrismo en la ciencia" que es un término que sirve para
medida de todas las cosas.116 Una de las bases del sistema educativo es la transmisión
saberes se seleccionaron unos y se relegaron otros a través del tiempo, tomando como
las ideologías. Los contenidos de los programas educativos, incluidos los programas y
115
Marina Subirats Martori, “Conquistar la igualdad: la coeducación”. Revista Iberoamericana de
Educación no. 6. (Monográfico), Género y Educación. Septiembre-diciembre, Organización de Estados
Iberoamericana para la educación, la ciencia y la cultura. Madrid, 1994, pág. 64.
116
Marina Subirats Martori, loc. cit.
planes de las universidades, en tanto que se estipulan para la transmisión de estos
privilegie a ninguno de los dos, porque inclinar la balanza hacia lo masculino ha tenido
Entonces, ¿qué sería apropiado tener en la mira del cambio educativo para encaminar
laborales, etcétera.
repasar los planes de estudio, los libros de texto y materiales instructivos, los
Y todo esto con la finalidad de cumplir una de las metas principales que ayudaría a la
entre los individuos por cuestiones de diferenciación sexual, es decir, del sexismo.
Esta meta tendría dos vertientes que afectan al plano más personal del proceso
actuar.
también como objeto de estudio y aprendizaje; por lo tanto, su análisis puede revelar un
lo que se debe cuestionar. Podemos decir que es una especie de espejo social, donde se
Son muchos los elementos lingüísticos que, dentro y fuera de las aulas, impiden un
valoraciones menospreciativas por el uso de los atributos femeninos, que sirven para
117
No hay que olvidar otros elementos como la publicidad y los medios de comunicación, o la literatura,
como vehículos transmisores de estereotipos sexistas.
podríamos seguir con una larga lista de estereotipos, lenguaje discriminatorio y sexista,
del profesorado en los que se demuestran prejuicios sexistas, por el uso de estereotipos
ligados al sexo; o no verbales, pero que ponen de manifiesto esta desigualdad, como
una mayor atención a los niños, en detrimento de las niñas, o un cambio de lenguaje
algunas cosas de determinada manera viene el hábito de pensar acerca de ellas de esta
misma manera. Por ello, la predisposición lingüística de hablar de las mujeres con
tonos sexuales facilita que el orador piense acerca de ellas de esta forma. Ello apoya la
bien conocida tendencia de pensar en las mujeres como “objetos sexuales”. Es en este
sentido, pues, en el que puede decirse que el lenguaje refuerza, como también refleja, la
La segunda vertiente sobre la que se debe actuar está referida al individuo y la relación
que mantiene con el lenguaje, en su vida cotidiana, así como con el proceso de
educación.
Los docentes asistimos, muchas veces, a situaciones en las que las alumnas y alumnos
118
Elena Larrauri (Comp.), Mujeres, derecho penal y criminología, Madrid, Siglo XXI de España
editores, 1994, pág.51.
Uno de los motivos de esto puede estar relacionado con el carácter predominantemente
diversa practicidad que debe estar presente en todos los ámbitos de la vida.
Pero también se debe hablar de lo que en ocasiones podemos observar los maestros: el
educativas que, evitando –o no sabiendo dar impulso- al desarrollo pleno del sentido
Así, el individuo se contempla –y puede llegar a ser contemplado- como parte inerte de
conciencia de maestros y alumnos en los procesos educativos, y madurez para que las
motor del desarrollo psicológico, emocional, intelectual y social del género humano, las
maestras y los maestros son: “…el agente inicial, el primer generador de la enseñanza
básica –la letra, el número, la palabra- la destreza y los valores del alumno […] es el
119
Carlos Fuentes, Por un progreso incluyente, México, Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de
América, 1997, pág. 79.
Reflexiones finales
propicien rupturas epistemológicas en los y las docentes, en los y las estudiantes y así
se refiere al orden simbólico con que una cultura elabora y construye la diferencia
difícil, pero si damos un paso a la vez, quizás esa realidad no esté tan lejos; y ese primer
paso podría ser introducir el concepto de equidad de género como categoría analítica y
mucho más amplias, dando sentido a un cambio real en las relaciones de género: el
diferencias, pero medido desde una posición igualitaria de sus derechos y sus
La lucha por la igualdad de género debe ocupar el primer lugar en la fila de las luchas
desigualdades y de soluciones; son muchos también los puntos de vista y los estudios
que al respecto se han hecho; sin embargo, el margen de este trabajo –soy muy
consciente de esto- es muy limitado para retratarlos todos y darles el valor que, sin
duda ninguna, se merecen. Pero, dejando a un lado los lamentos por lo que no se pudo,
Bibliografía
KENT, Rollin (comp.) Los temas críticos en la educación superior en América Latina,
México, Fondo de cultura Económica, 1996, pág.9.
Con el neoliberalismo, se propagó por el mundo la tesis de que era urgente reformar a
fondo la Educación. Se dijo que lo que se hacía en este ámbito carecía de pertinencia
población.
corrompe y se vuelve ineficiente. De esa forma, la educación se vuelve uno más de los
demanda y que debe tener como premisa esencial la satisfacción del cliente.
desapareciendo de los textos legales de los discursos políticos. En pleno combate por las
ideas, debemos replantear una concepción que ponga por delante la dignidad de la
120
Coordinador del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México.
persona y sostener que no estamos frente a un artículo de comercio, sino ante un
Derecho Humano.
elementos que deben estar a disposición de cualquier ser humano, más allá de su
Culturales, que son inseparables de los Civiles y Políticos, se deben incorporar a las
versión de que los sistemas educativos públicos habían perdido viabilidad y que era
estudiantes y a los profesores, no a quienes han definido las políticas educativas. Los
que daban cuenta de lo lejos que pretendían llegar. Su fuente de inspiración fueron los
dictados del Banco Mundial, que caracterizó a la educación como un “bien privado”. A
deliberadamente al sistema educativo público, con lo cual las instalaciones y los equipos
decreció la capacidad adquisitiva de los trabajadores del sector. Pero no fue éste el mal
mayor.
Lo que más fue afectado por las políticas neoliberales fue la autoestima de los agentes
educativos, pues las continuas reprobaciones que emiten los organismos evaluadores los
somete el desprecio social. Al restarles aprecio por sí mismos, se les preparó para
Para los promotores y beneficiarios del neoliberalismo, el enemigo a vencer son los
profesores. Aseguran que éste tiene intereses creados y se mueven por una inercia
tradicionalista que los impulsa a oponerse a las transformaciones. Pugnan por ello que
desaparezcan como figura conceptual, la de Educador, para dar paso a una nueva: la del
121
Esa tendencia continúa hasta nuestros días, como puede verse con la propuesta de presupuesto que
para el 2007 presentó el gobierno del usurpador Felipe Calderón. Sobre la base de privilegiar la
“seguridad”, propone que se recorte el gasto destinado a la educación superior y a la cultura. “El recorte
afectará áreas y proyectos sustantivos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), de los
institutos nacionales de Antropología e Historia (INAH), de Bellas Artes (INBA) y el Mexicano de
Cinematografía (Imcine), las compañías de danza, así como los canales Once y 22 de televisión”. La
Jornada. 7 de diciembre del 2006, página 4a.
en manos ajenas. También las evaluaciones, las certificaciones y las acreditaciones. Al
ser calificados externamente, sus ingresos dependen de los resultados que obtengan.
Los intereses de que habla el Banco Mundial incluyen tanto lo material como lo
intelectual. Los primeros son los derechos laborales (salario digno, estabilidad en el
ejercer la bilateralidad y utilizar la huelga como medio de presión hacia el patrón), y los
segundos tienen qué ver con el contenido educativo (qué cosas se enseñan y cuáles se
educando, que desde ese momento pasa a ser cliente. Éste es el centro del quehacer
educativo, pero no como actor, sino como receptáculo.122 Se terminó con la visión del
opresión.
superiores a los del mercado. Hoy sería un espécimen arcaico, por estar desprovisto de
ánimo mercantil.
122
En la terminología de Freire, es un receptor de datos y conocimientos que otros depositan en él.
Denomina a ésta la concepción bancaria de la educación.
Lo esencial del discurso neoliberal en la educación
plantea que fracasaron los programas públicos de educación, porque el nivel de esta no
todos compiten para lograr inversión creadora de puestos de trabajo y de riqueza. Para
salir adelante, los Estados y sus gobiernos deben aplicar medidas que atraigan al capital,
que haga negocios con tranquilidad.123 Parte importante es que los egresados de los
dirige por los privados el quehacer de la sociedad, esta prosperará y los réditos
trasmina de arriba abajo, como el agua en diversas capas de tierra, hasta llegar al fondo,
o sea a los más pobres. Esta idea es tan ilusoria como la del mercado perfecto.
costo-beneficio. Toda inversión tiene que producir utilidades. Para ello, la escuela
es una de las unidades que conforman el proceso industrial. Se va dejando de lado las
123
Es muy frecuente que escuchemos que “los inversionistas están nerviosos” por algún acontecimiento
social o político que les haga creer que su dinero está en riesgo.
Operada como negocio, dicen, la educación es exitosa, mientras que en manos del
Estado constituye un monopolio que rompe la regla mágica del capital: la competencia.
inutilidad. Añaden que los recursos de la sociedad se dilapidan cuando los burócratas
toman decisiones, porque no les importa el costo debido a que los recursos que manejan
no son suyos.
públicos. Arguyen que compiten deslealmente con los privados, pues no pagan
impuestos y muchos de sus costos de producción del servicio son pagados por el erario.
En los hechos, el estado neoliberal entrega riquezas públicas a actores privados y los
competidores pequeños, a los que obligan a “asociarse con ellos” o los llevan a la ruina
124
El mejor ejemplo que tenemos de lo anterior es el duopolio Televisa-Tv Azteca, que recibieron del
Estado la concesión para explotar el espacio radiomagnético junto con otro monopolio, Teléfonos de
México.
Más allá de su retórica, y muchas veces a contrapelo de ella, los gobiernos que México
1.- Creció la influencia de los negociantes privados en las tareas educacionales, pues no
sólo atienden a un porcentaje mayor de la población, sino también tienen en sus manos
2.- Parte de los recursos provenientes de los impuestos se destinan a financiar empresas
“de beneficencia”, entre los que se cuenta “Vamos México”, de Marta Sahagún de Fox.
Se diluyeron los límites entre los intereses colectivos y los individuales, lo cual fue bien
aprovechado por personajes como Diego Fernández de Cevallos, quien siendo senador
hizo excelentes negocios demandando a entidades del sector público federal. El tráfico
gran crisis del ISSSTE, que “se resolverá” dejando sin protección a la población con
6.- Los centros educativos pierden autonomía a medida que se someten a esquemas de
extranjeras) los que deciden quién ingresa a la educación formal, quién recibe premios
7.- Creció la influencia de los llamados educadores informales, sobre todo la de los
que dictan la moda, mandan qué debe consumir la gente y hasta entronizan presidentes,
muebles cuando algún jugador anota un gol. De esa forma, se diluye la responsabilidad
ofertar empleo. Se han dado casos en que los diarios publican anuncios diciendo: se
busca una persona con tales y cuales habilidades y características y que no provenga de
equis universidad. También sucede que se descarte a quienes tienen muchos títulos
10.- Las empresas de evaluación, como el CENEVAL, hacen grandes negocios, pues
La idea de promover la liberación del ser humano sigue siendo esencial en el quehacer
educativo.
que la tarea central es ver que el educando se eduque junto con el educador, teniendo
En el combate global por las ideas, es importante difundir y aplicar la tesis de que
La escuela debe utilizar los avances tecnológicos para cumplir mejor su tarea. Esto
implica participar en la lucha porque tales medios estén al alcance y al servicio de las
mayorías.
A fin de cuentas, la globalización, que no es más que otra cara del imperialismo, puede
ser revertida. Verla como una fatalidad es el inicio de la derrota. Salir de la historia no
Los valores supremos de las mujeres y los hombres tienen que ser la fuente de
Romper el monólogo
flotar en el tiempo
abrir ventanas en los muros
hasta saturar la luz de los
laberintos
Florecer
cambiar el destino de la
desesperación
y mientras la palabra lucha
algo grande y misteriosa
comienza; un presentimiento
de existencia.
Crecer
Lliana Mizrahi, Argentina.
derecho a una educación para ser, conocer, hacer y convivir, tal y como lo plantea J.
Delors (1997). Para ello es vital que en las escuelas y en los hogares nos formemos y
brindemos a niños y niñas el espacio para la convivencia del presente y del futuro. El
derecho a existir con dignidad y justicia se ha convertido en una demanda urgente, pero
es imposible garantizar este derecho sin una educación para la convivencia que tenga
∗
Psicólogo, terapeuta sexual, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, investigador en
Educación para la Paz, integrante del Grupo Interdisciplinario de Sexología (GIS).
Toda persona tiene derecho a desarrollar sus capacidades al máximo; facilitar el medio
Para Graciela Hierro los derechos humanos son fundamento de la ética. Citando a
que cada una tiene respecto de las cosas que son suyas o de las cosas que le son debidas.
es la temporalidad, puesto que lo esencial que nos ocurre transcurre en el tiempo que
conocimiento que no es obviamente universal por estar ligado al tiempo” (Hierro, 2001,
p. 103). Consideramos necesario señalar que, en una cultura de paz, la apropiación del
capacidades; por ello, consideramos que el tiempo y la expresión del sí mismo en los
En la actualidad existe un desdén difuso por una educación integral que permita
el desarrollo de todas las capacidades humanas, pues la educación que el sistema escolar
fomenta es:
América Latina que asisten a la escuela lo hacen por placer. El 50% del alumnado
consultado dice tener dificultades para plantear sus problemas y hablar de sus
alumnas. ¿De qué depende que niños y niñas vayan con gusto y placer? Evidentemente
de la manera en que sean recibidos, de la manera en que sean tratados y de los modos de
relación en donde prevalezca un absoluto respeto por ser menores y por ser nosotros
globalización y depredación sin límites. De aquí que uno de los derechos de la niñez sea
derecho, las cuales tienen que ver con la sensibilidad, el afecto, las pasiones, el gusto
de la naturaleza.
Fundamento teórico
educación, opina que los sentidos son la base para la construcción de las capacidades
cognitivas, y las artes son los medios para enriquecer las experiencias sensibles. De ahí
deriva que la intuición es uno de los recursos del conocimiento que permite captar el
carácter común de las cosas y permite explorar y comprender el mundo. De tal modo
que la intuición, lejos de ser algo acientífico o pre-lógico, se explica como la capacidad
Lourdes Palacios -quien cita a Arnheim- afirma que el arte, entendido como una
imagen utópica del ser humano y sus acciones, se ha degradado desde el Renacimiento,
con actividades más acordes con las demandas del mercado. Los parámetros para elegir
una carrera son aquellos que garantizan seguridad y estabilidad económica en el futuro.
Ned Hermann demuestra que las funciones de hemisferio derecho tienen que ver con la
necesarios para las relaciones interpersonales pasan por la integración a nivel de sistema
habilidades y valores artísticos no sólo son básicos, sino que permiten el encuentro y el
más allá de que es posible educar los sentidos, es necesario hacerlo. Los avances en
capacidades, incluyendo aquellas que tienen que ver con nuestras emociones y sentidos.
Las investigaciones emprendidas desde 1947 por la bióloga italiana Rita Levi-
Múltiples, se refiere a que existen en todas las personas una serie de capacidades que se
intrapersonal y la lingüística.
símbolos como formas del mundo, necesarios para la significación de la vida y para el
Goodman sostiene que el arte posee racionalidad y discursividad, pues ambas son
formas del lenguaje en el que se expresan los signos, por medio de los cuales se genera
el pensamiento.
preguntas como: ¿quién es el ser?, ¿es posible educar la personalidad?, ¿cuáles son sus
absurda en las ciencias, dividiéndolas en científicas y sociales, las que tienen que ver
con lo valioso y las inútiles; de aquí que todo aquello que remita a modos de expresión
olvida que la mente no actúa por compartimentos sino como un sistema fluido
en el puente en 1986, reflexiona acerca de lo difícil que son los cambios en su poesía:
Torturas
Nada ha cambiado
El cuerpo es doloroso
tiene que comer y respirar y dormir,
tiene una piel delgada y justo debajo de ella, sangre;
tiene una considerable cantidad de dientes y de uñas,
sus huesos son frágiles, sus articulaciones moldeables.
En las torturas, se tiene en cuenta todo eso.
Nada ha cambiado.
El cuerpo tiembla como temblaba
antes y después de la fundación de Roma,
en el siglo veinte antes y después de Cristo;
las torturas son como eran, sólo la tierra se ha hecho
más pequeña,
y cualquier cosa que pasa sucede en casa del vecino.
Nada ha cambiado.
Únicamente hay más gente,
junto a antiguas culpas aparecieron nuevas,
manipuladas, reales, momentáneas y no culpas,
pero el grito con el que el cuerpo responde por ellas
era, es y será un grito de inocencia
según una escala y un registro eternos.
Nada ha cambiado.
O sólo los modales, las ceremonias, los bailes.
El movimiento de las manos protegiendo la cabeza
sigue, no obstante, siendo el mismo
El cuerpo se retuerce, forcejea, convulsiona;
cae derribado, contrae las rodillas,
se amorata, se hincha, babea y sangra.
Nada ha cambiado.
Excepto el curso de los ríos,
la línea de los bosques, de las costas, de los desiertos
y de los glaciares.
Entre estos paisajes el alma vaga,
desaparece, regresa, se acerca, se aleja,
extraña para sí misma, inasible,
una vez segura, otra insegura, de su existencia,
mientras que el cuerpo está y está y está
y no tiene dónde meterse.
El motivo principal por el cual instituciones, personas y grupos rechazan la práctica de
una formación integral, más justa y equitativa, debe rastrearse en las ideologías que
una educación de ciudadanía y para la paz que revierta las tendencias deshumanizantes
el bienestar individual.
Elliot Eisner, artista plástico, propone que es través de lo sentidos que se pueden
Partiendo del supuesto que no puede definirse qué es el arte social ni afirmarse la
expresión del otro, la equidad entre las personas y la inclusión. Descartando la idea que
toda producción artística tiene por finalidad el mercado, la inteligencia para la vida y la
intuición.
del medio.
y de la niña.
Para el poeta mexicano Alí Chumacero, el arte es una expresión de los afectos, es un
ente colectivo, sale desde la emoción para construir puentes de comunicación, no sabe
cuál lenguaje será el preciso, sólo sabe que necesita decir lo que no es posible callar.
“El arte –escribe Chumacero- es una fuerza inconsciente, luego cae la conciencia
escultor no hace más que quitar lo que sobra. El mármol es simplemente una materia
que se va a deshacer y la estatua es eterna; ese es el valor del arte” (Chumacero, 2004,
p.37).
Por ello, necesitamos una educación que vaya más allá de la oferta de datos y
que el modelo educativo sea integral, que estimule todas las capacidades humanas.
Necesitamos una educación que no esté determinada por las necesidades empresariales
ya que lo único que genera para la sociedad son personas con bajo nivel de pensamiento
para los jóvenes en los campos de las ciencias sociales, las humanidades y sobre todo en
sensibilización que el arte brinda a las y los estudiantes para ofrecerles algunos,
Nicol, dice: “El humanismo es acto de memoria: reencuentro con lo humano, con lo
la vida contemporánea.
vida, con su cuerpo y con el mundo: con la naturaleza entera. De ahí deriva el sentido
de las características que lo deben configurar según un deber ser. Una cosa es su
límite. El ser humano es tan diferente como las relaciones que establece con las demás
constituye y desde una conciencia de equidad y justicia. No se puede dar sin memoria,
Para Eduardo Nicol, el humanismo no es un saber, sino una forma de ser… Ser
humanista es ser mejor; si bien se requiere una sophía, el humanismo inició con la
literatura: con la capacidad de disfrute de la obra poética, con la sapiencia, que significa
literalmente el sabor de la palabra bella. Las humanidades son desinteresadas y por esto
Nicol continúa diciendo que las humanidades son un alivio. El humanista lleva
especial a la poesía, lo cual le permite mantener una serenidad que la reflexión moral
poética de los ataques que el ser humano dirige contra la humanidad. Saber que el
Los conflictos existen a lo largo de todas las etapas de la vida. Algunas personas los
niegan, otros más postergan su posible solución; sin embargo, en una educación para la
que evitar o evadir. Una educación artística que tenga entre sus fines alcanzar una vida
en paz deberá saber trabajar en los conflictos para resolverlos. Para ello es necesario que
• Trabajar la cooperación.
Para ello es necesario que las y los profesores sepan que el narcisismo femenino
se constituye desde un “ser para otros”, lo cual genera entre las niñas una tendencia a la
pasividad, reversible con una educación activa al placer de hacer arte. Para ello habrá
posición.
del arte, permitirá que los varones dejen de ver la necesidad del ejercicio del domino y
ante todo una potencialidad a ser desplegada, un proceso multidimensional que nos
sexualidad y el dolor, las fuerzas complejas que sostienen la vida, la subjetividad y las
identidades, el tiempo y la muerte […] gravitan sobre una condición de experiencia que
Para Margarita Baz, el potencial de imaginación del que depende toda expresión
y su devenir.
el propio cuerpo así como el intercambio con otros cuerpos, formas que quedan,
literalmente, encarnadas: son hábitos, gestos, manejo del espacio, modos de hablar, de
y demás formas del uso y la vivencia del cuerpo. Todos ellos son códigos que
conforman un peculiar gobierno del cuerpo sobre una ética fundada en lo aceptable, lo
deseable, lo prohibido, las zonas públicas y las privadas: moral acogida en los cuerpos
1999, p. 27).
Mario Benedetti refleja en su poesía la falta de una cultura del buen trato hacia sí
A manera de conclusiones
Lograr que las y los estudiantes en todas las etapas de su formación y de su vida sean,
BIBLIOGRAFÍA
http://www.mujereshoy.com/secciones/3107.shtml
Le Gal, Jean. Los derechos del niño en la escuela, Barcelona, España, Ed. Graó, 2005.
Martínez Bonafe Jaumé. Ciudadanía poder y educación. Barcelona, España, Ed. Graó,
2003.
SUJETO CRÍTICO
Notas sobre una estética para un sujeto político crítico:
Corporalidad, sensibilidad, liberación126
en una conferencia reciente:127 una tarea ética a partir de las morales emergentes contra
las eticidades vigentes, que evite propuestas moralizantes; una tarea pedagógica
magisterial); una tarea estética que dé cuenta de la relación entre los procesos de
producción y los sujetos creadores; y por último, lo que denomina la magna tarea de la
relación entre liberación y estética en función de repensar los procesos que permiten, o
latinoamericana. Por esto no aludiré a otras corrientes filosóficas que han tratado la
126
El siguiente trabajo es deudor de los aportes de los filósofos Horacio Cerutti Guldberg y Mario
Magallón Anaya; y del Seminario Permanente de Filosofía Latinoamericana: La Teoría de las Prácticas,
coordinado por Francesca Gargallo y Rosario Galo Moya (organizado por UACM y SECNA), quienes me
dieron una cálida acogida, donde junto con otros compañeros pude debatir las tesis centrales aquí
presentadas entre los meses de agosto y noviembre de 2006.
∗
Licenciado en Filosofía por la Universidad Católica de Córdoba, Argentina; docente en la misma
Universidad y en el Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos. Actualmente cursa la Maestría en
Estudios Latinoamericanos en la UNAM. Su más reciente publicación es “Liberación y Estética”, en
Pensares y Quehaceres. Revista de Filosofía Política, n° 1, netre otros artículos y libros colectivos.
127
Horacio Cerutti, “Avances en algunas tareas filosóficas urgentes”. Conferencia realizada en el XII
coloquio de investigación “América Latina: permanencia y cambio” organizado por el CCyDEL. UNAM,
23 y 24 de octubre de 2006.
cuestión estética, por ejemplo, las que se desarrollaron en México,128 que desconozco
encuentra que desde sus inicios la impronta ética tuvo su lugar privilegiado y es uno de
filosófica, como la aquí propuesta no está presente, aunque en algunos autores y autoras
cual evidencia a los adversarios (los neoliberales) y a los compañeros. Por tanto no
renuncio a la categoría liberación que, aunque con diversos sentidos, está presente en
128
María Rosa Palazón Mayoral, 2006.
129
Gustavo Cruz, 2005
130
Dos ejemplos son Arturo Roig, 2002 y Enrique Dussel, 1998.
131
H. Cerutti, 2006.
132
H. Cerutti Guldberg y C Mondragón. (comp.), 1999; Mario Magallón, 2003 y E. Dussel E. 2001 y
2006.
133
M. Magallón., 1993.
134
Ver F. Gargallo, 2004; A. Roig, 2004
135
Originalmente el grupo fue conformado por Gustavo Meeks, Carlos Asselborn, Oscar Pacheco y yo.
Actualmente se está conformando civilmente con los tres últimos mencionados como Centro de
Pensamiento Crítico Latinoamericano. El mismo tiene vínculos con el Centro de Estudios Filosóficos y
Teológicos de Córdoba – Argentina. Ver Carlos Asselborn, Oscar Pacheco, Gustavo Cruz, 2000, 2005a y
b, 2006
movimientos socio-históricos como: en las comunidades eclesiales de base de un
conciente.137
136
Ver Francesca Gargallo, 2004; Raúl Fornet-Betancour, 2001. Según R Fornet-Betancour las filosofías
contextuales que asumieron su historicidad Latinoamericana (el marxismo latinoamericano, la filosofía de
la liberación, la filosofía de lo americano) han repetido cierto etnocentrismo, aunque ya no euro-céntrico,
pues los tres modelos señalados en general han sido parcialmente latinoamericanos pues se han ocupado
de lo latino teniendo como interlocutor a las tradiciones "criollas", "mestizas" o "europeas" del
continente. Eso ha llevado al olvido de las tradiciones indígenas y afroamericanas. Aunque en la década
del 60 Rodolfo Kusch realizó una interpretación del pensamiento indígena andino, en particular el
quechua, al que se le puede objetar por ser una interpretación sobre el “objeto indígena”, lo que no niega
aportes interesantes pero ambiguos en su pensamiento.
137
Cabe también a las filosofías de la liberación la crítica que se realiza a la filosofía occidental por estar
centrada en un logo falocéntrico.
Se trata de continuar con la crítica a toda concepción dualista de la subjetividad, aun
presente en la modernidad, que se expresa muy bien en el lenguaje cuando decimos que
Es verdad que Enrique Dussel ha planteado una perspectiva corporalista desde sus
liberación.141 Entre las décadas del ochenta y noventa del siglo pasado la ética filosófica
volvió a la palestra de tal modo que negarla como viable parece coincidente con la
horizonte casi omniabarcante: desde la ética del discurso, las éticas comunitaristas, la
invalidar toda praxis política por considerarla intrínsecamente corrupta, es decir, in-
proliferaron los centros de estética y dietética corporal, gimnasios, etc., con las
138
Ver Le Breton D., 2002 a y b.
139
E. Dussel., 1969.
140
E. Dussel. 1998, 2001, 2006.
141
Ver H. Cerutti, 2006.
diferencias de clase evidentes. Para algunos intelectuales esto se explica con la
cada vez más profunda crisis del neoliberalismo.143 Algunos la proponen como
subjetividades sacrificadas trabajan con una moral obrera acorde a la moral puritana del
del conjunto social, de la pérdida de los sujetos críticos colectivos e incluso del
otra.
Ante esto, ¿la propuesta de una estética de y para la liberación está acompañada de
hubo quienes se dedicaron a leer novelas (en el mayor de los casos) y a escribirlas (en el
menor). Decayeron las militancias políticas, crecieron los centros de estética corporal y
Para evitar equívocos planteo ahora lo que entiendo por estética basándome en la
definición de Oscar Pacheco: “la estética, no es entendida como una reflexión sobre el
arte para “artistas”, sino como una aproximación a la sensibilidad humana, aquella
142
Ver Santiago Castro-Gómez, 1996. Cap. 1.
143
Ver O. Guariglia, 2001.
144
Ídem, pp. 137-143.
capaz de ubicarnos en “lo abierto” frente a “lo cerrado” del sistema”.145 Esta definición
sistemas de dominación.
antes que de una filosofía del arte. ¿Se pretende una estética sin arte? No, pues eso que
se puede denominar “arte”, que como toda producción humana está nominada también
por y desde el poder, es un ámbito privilegiado para filosofar sobre la sensibilidad de las
Pienso en las mayorías populares (urbanas y rurales) que no leen novelas clásicas ni
en sus casas. Esa subjetividad colectiva también está acosada por una estética de
dominación, pero cuando se rebela también interviene críticamente con una estética de
liberación. Poner el cuerpo que somos, y no que tenemos, en las rutas argentinas como
lo hicieron los piqueteros, o bien, el pañuelo blanco de las Madres y Abuelas de Plaza
políticas críticas.
realizar una crítica a los sistemas de opresión hay que recurrir adonde éstos se afincan.
145
Oscar Pacheco, objetivos del Programa de la Asignatura Estética perteneciente al Centro de Estudios
Filosóficos y Teológicos (CEFyT), Córdoba – Argentina., 2006.
El capitalismo neoliberal se alimenta a través de seducciones opresivas.146 Actúa
ofreciendo algo, pero esto ofrecido no es donación, sino que lo prometido debe ser
lógica, pues los “feos-sucios-bajos”147 no tienen lugar allí. Se instala una “estética del
poder reactivo. Esto produce políticas de sacrificialidad de las mayorías,148 éticas del
La seducción opresiva produce y actúa por el miedo. La propiedad siempre puede ser
arrebatada por otro lobo, así como el primer lobo miedoso arrebató antes la suya.
siendo una de sus expresiones típicas el miedo, hasta del propio cuerpo que somos. El
146
C. Asselborn, O. Pacheco, G. Cruz, 2005.
147
Ver Ricardo Melgar Bao, 2005.
148
Ver Franz Hinkelammert, 1993.
149
Estas afirmaciones son deudoras de K. Marx, Manuscritos Económicos-Filosóficos (1844), estudiados
en C. Asselborn, O. Pacheco, G. Cruz, 2006.
miedo es funcional al sistema porque paraliza el poder del deseo y lo resitúa desde la
políticas de represión. Cuando los lobos tienen miedo por sus propiedades, reclaman
ética y derecho, se asustan ante la estética de los “sucios y feos”. Sus intelectuales
orgánicos (del capitalismo) saben que la lógica de la acumulación (que es la lógica del
deseo pervertida) no tiene fin, por tanto estetizan la política, reclaman éticas del
sacrificio y del control del cuerpo. Cuando no alcanza con ética, alcanza con fuerza
policial.
conciencia y colonizan la sensibilidad. Por tanto no habrá viabilidad de una ética y una
política de y para la liberación sin una estética de y para la liberación. En ese sentido
apelar a la conciencia crítica para una subjetividad ética y política liberadora quizá no
baste, pues ésta se “asienta” en una sensibilidad que puede estar colonizada. Una
conciencia crítica es impotente ante un gusto colonizado. Por tanto la eficacia histórica
150
Asumo aquí la tesis central de Oscar Pacheco, en “Una estética para la liberación”, CEFyT 2004,
Inédito.
151
El presente apartado forma parte de un estudio más amplio sobre la filosofía de E. Dussel: “Una
lectura de la Ética- Política de la Liberación: entre la normatividad y la estética”. Inédito.
En el siguiente apartado me propongo mostrar algunos argumentos a favor de la
necesidad de una estética para la liberación. Por tanto, analizaré brevemente un aspecto
Dussel que me interesa indagar. ¿Qué sucede con el sujeto sin alguna normatividad y sin
algunos principios que la sustenten? ¿Qué ocurre con la comunidad hegemónica?, ¿qué
horizonte último es la liberación, por tanto ¿se trata de normar para liberar? Parece que
sin normatividad todo nos está permitido. Un sujeto, una comunidad, que se propone más
allá de las normas parece caer, hundirse, en el bajo fondo caótico de la a-moralidad (me
la cuestión estética, me ocuparé del problema del que parte Dussel, en sus 20 Tesis
pues “el fetichismo comienza por el envilecimiento subjetivo del representante singular, que
152
E. Dussel, 1998.
153
E. Dussel, 2001 y 2006.
154
El modo como Dussel analiza la función del deseo y el placer en el proceso de corrupción, remite al
modo como Marx analiza lo mismo en el proceso de dominación del obrero por el capital en los
Manuscritos (1844). Esto lo analizamos en Asselborn Carlos., Pacheco Oscar, Cruz Gustavo 2006.
tiene el gusto, el placer, el deseo, la pulsión sádica del ejercicio omnipotente del poder
Destaco que las categorías que usa Dussel para describir el proceso de
corrupción subjetiva son preponderantemente estéticas: gusto, placer, deseo. Todas ellas
bajo una explicación pulsional: la pulsión sádica o placer-muerte. Del otro lado tenemos
como los salarios, aunque fueran altos no son nunca suficientes (para la avaricia desmedida del
que se regodea en el placer del ejercicio del poder sin limitación alguna), la acumulación de
El placer del ejercicio del poder se desliza también hacia la dominación erótica
de la mujer, dice Dussel: “Se trata de una confusión subjetiva inconsciente en la que se
entrecruzan la libido o placer del ejercicio despótico del poder sobre el otro, con la avaricia en la
lo erótico (placer sexual). ¿Por qué en ningún caso se sugiere que el problema sea
racional o de normas, sino, estético? Decir que el corrupto tiene el argumento, la razón,
la competencia comunicativa como pulsión sádica del ejercicio omnipotente del poder
155
E. Dussel, 2005, Tesis 5.21.
156
Ernesto Cardenal, Epístola a Monseñor Casaldáliga, En P.M. Casaldáliga, 1974, Tierra nuestra,
libertad. Guadalupe, Buenos Aires. p. VII.
157
E. Dussel, 2005, Tesis 5.33.
158
Ídem.
Hasta aquí no se trata del pueblo, sino de los sujetos que asumieron su
pudieron elegir pueblos enteros a Hitler, GW Bush o gobiernos como los Menem o Fujimori
(porque Salinas no fue electo, sino que significó una vulgar usurpación)?”.159
¿Ese pueblo elector, estaba solo equivocado, o alienado, o corrompido? ¿Por qué
el pueblo y los políticos se fetichizan? Buscando alguna razón, Dussel acude a una
conduce la medio-cracia (el poder fetichizado del dinero penetra todos los intersticios de
los sistemas político, invirtiéndolo: poniéndolo al servicio del poder como dominación).
160
La comunidad política puede ser alienada.
“política espectáculo” remite a una estética. Dussel se refiere al poder de las imágenes
televisivas, diciendo que “se imponen al espectador como la realidad misma. El mejor
¿Qué hace que un sujeto termine “dominado” por una “libido sádica”, quizá
movido por una “libido masoquista”? ¿Se puede “combatir” la hegemonía como
dominación del neoliberalismo que, según los textos citados de Dussel, no recurre a la
159
Ídem, Tesis 5.37.
160
Ídem, Tesis 8.37
161
Ídem, Nota 6, p. 67.
conciencia, al mejor argumento, sino al nivel estético del sujeto: al gusto, la pulsión, el
Una perspectiva crítica mostrará que la estética, por caso la neoliberal con su
puede mover o transformar al sujeto conformado por una estética (del regodeo de la
¿Cómo hacer para que un sujeto alienado, fetichizado, corrompido por el poder vuelva
al “recto camino” de sujeto normado y crítico? ¿Por qué no dar la batalla en el ámbito
De otro lado, ¿existe un deseo, placer, gusto virtuoso? Y más aun, ¿existe un
deseo, placer, gusto crítico? ¿Un sujeto crítico se conforma a partir del gozo, el placer
fraternal, de una pulsión de vida?162 Estas preguntas no tienen aun una respuesta clara,
donde el sujeto es sólo movido por pulsiones, deseos, gustos, etc. Pero lejos de allí,
estamos proponiendo aplicar el uso de la razón crítica para comprender uno de los
Ahora bien, ¿cómo hacerlo sin principios éticos y políticos, es decir, sin normas?
Reconozco que por lo menos estaríamos perdidos, de ahí la validez de una ética y
política crítica. Pero quizá sin la perspectiva estética ambas no serán más que
impotentes, buenas razones, claros principios, normas críticas… que no mueven más
que a los ya convencidos. Entiendo que las normas no orientan la acción humana, sólo
162
Para no reducir el planteo de Dussel a una pulsión negativa, de muerte, se debe considerar su
tratamiento sobre la pulsión de vida. Ver, E. Dussel, 1998, Cap. 4.
la disciplinan.163 La subjetividad está orientada por la sensibilidad: el placer, el gusto, el
deseo de vivir.164
uno de los más importantes para esta estética. La Escuela de Frankfurt (Adorno,
También en América Latina existen estéticas como teorías del arte para una política
163
Sé que repito una vieja teoría, utilitarista dirán algunos, freudianas para otros, estética según nuestra
comprensión. Ver C. Asselborn, O. Pacheco, G Cruz, 2005 y 2006.
164
Se asume que el “deseo de vivir” es un criterio universal. Para evitar ciertos vitalismos Dussel precisa
de dónde proviene su reflexión: “Vida aquí tiene que ver con la experiencia de nuestras culturas
originarias latinoamericanas, como la de los mayas en Chiapas, con el pensamiento de K. Marx, S. Freud
o F. Hinkelammert”. E. Dussel, 2001, p. 199.
165
Un estudio al respecto fue realizado por C. Asselborn, O. Pacheco, G. Cruz. “corporalidad y
liberación latinoamericana”. ponencia leída en las II Jornadas Intercátedras del Pensamiento
Latinoamericano. Facultad de Filosofía y Humanidades – UNC, septiembre 2005.
166
Ver A. Roig, 2002. Pp. 55-76.
167
La filosofía europea crítica al dualismo se ocupó de la corporalidad, algunos negando el dualismo
antropológico y otros invirtiéndolo. Sin ser exhaustivos, podemos rastrear en la filosofía europea la
centralidad de la corporalidad subjetiva en K. Marx (Manuscritos económico-filosóficos), F. Nietzsche
(Ecce Homo), G. Marcel (Ser y Tener), J.P. Sartre (El Ser y la Nada). La fenomenología tendrá una
especial atención por la corporalidad, por ejemplo M. Merleau-Ponty (Fenomenología de la percepción),
E. Levinas (Totalidad e Infinito) y M. Henry (Encarnación. Una filosofía de la carne).
Dussel), con la teología y la economía (F. Hinkelammert),168 con la axiología y el
derecho (A. Rico Bovio), pero no con la estética. Horacio Cerutti (2005) da cuenta de la
política. El filósofo argentino Nicolás Casullo reflexiona sobre este tema en su artículo
¿Es posible una estética sin arte? Ante esta pregunta, algo extrema hasta la duda de
la absurdidad, existen dos vías: hay estéticas del arte y estéticas de las subjetividades
168
Ver Estela Fernández Nadal, 2006.
169
Presentado en el taller desarrollado en el ámbito de Escenarios culturales, género y transdisciplina en
América Latina. Facultad. de Cincias. Políticas – Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos –
PUEG. UNAM, 2 y 4 de octubre de 2006.
170
Publicado en revista Pensamiento de los Confines, Nº 18, junio de 2006, Buenos Aires. Éste número
está dedicado a la Estética y la Política.
171
Con Baumgarten (1705) se funda la estética filosófica, y se pone en cuestión a la misma filosofía en
cuanto ejercicio racional. Ahora la filosofía racionalista se enfrenta a la sensibilidad, la libido, la
encuentra el engarzamiento de estética y política, ya que ésta también se dirige al
cuerpo viviente como camino de poder. También la estética posee un potencial crítico
A Casullo le interesa una estética que de cuenta de los nuevos sujetos políticos,
antes que de las nuevas expresiones del arte.172 Se trata de pensar las multitudes en las
calles, figuras incompletas que hacen las protestas. Son los sujetos desagregados, ante
los cuales habría dos opciones: o una nueva totalización al constituirse, y explicarse,
como partidos políticos; o bien la desagregación en cuanto esos sujetos son multitudes.
Ante esto advierte que hablar de sujetos de la protesta no debe conducir al equívoco de
bien precisa, la derecha hoy también sale a la calle a constituirse como sujeto político, el
Concluye que politizar, como en la creación estética, es crear desde las ruinas,
aludiendo a la estética romántica. Afirma, y coincido, que los sujetos de la protesta más
pensar es que “la única historia de masas en América Latina es la populista”.174 Para
Casullo existen mejores posibilidades de dar cuenta de estos sujetos de la protesta desde
la estética. Afirma:
Estética y política aparecen discutiendo y en una apertura crítica que cuesta reconocer en
otros ámbitos. Estetizaciones y politizaciones logradas o truncas implantan un orden del día
desde el simple experimentar lo real. El cielo de las representaciones, sus literaturas como
donde lo político buscó a las estéticas humanas como arquitecturas de poder y contrapoder
cultural, y estas lenguas estéticas jamás disimularon su vocación por ensayar mundos –
Nuestramérica. La tarea urgente propuesta por Horacio Cerutti aquí es abordada como
una estética de y para la liberación, que puede seguir el camino señalado, u otros que
encuentro sugerentes como el de Miguel Ángel Esquivel (2003), Ricardo Melgar Bao
estético, sin renunciar (lo que también supone criticar) a la liberación como
175
Casullo, 2006a.
Bibliografía
Casullo N., 2006a, “El milenario camino de una actualidad en debate”. Publicado en
12,
Editores.
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Madrid, Trotta.
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UNAM.
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Salazar Bondy, A, 1968, ¿Existe una filosofía de nuestra América?. México, Siglo XXI
2004, “Arte impuro y lenguaje. Bases teórica e histórica para una estética
Rico Bovio, Arturo, 1990, Las Fronteras del Cuerpo. Crítica de la Corporeidad.
Chihuahua.
∗
Licenciada en Filosofía por la UNAM. Curadora independiente en las exposiciones Arte y prisión:
efectos secundarios, obra de David Alfaro Sequeiros y Jacobo Silva (Sala de Arte Público Sequeiros),
abril-agosto 2006, y de La aprehensión de la vida, del pintor Jacobo Silva Nogales, muestra itinerante en
el Museo Tridimensional de Azcapotzalco, CBTI Refugio Reyes, Nezahualcoyotl, y la Universidad
Autónoma Metropolitana, Centro Cultural “Casa de las bombas”. En la actualidad se desempeña como
miembro del Grupo de Historia y Teoría del Arte Contemporáneo del Centro Nacional de Investigación e
Información de las Artes Plásticas, del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Guatemala, El Salvador y Nicaragua, han contado con burguesías con una sólida cultura
de extorsión del trabajo.
A fines del siglo xx, en Latinoamérica el empresariado tiene en su haber dos triunfos
rotundos: la abolición de reformas agrarias y el derrumbe de los diversos intentos de
reforma tributaria que beneficien a su población.
La región vivió años de crisis profunda, como consecuencia del estallido revolucionario
en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, se empeoró la crisis fiscal con fuga de
capitales, crisis en los precios de la agro-exportación, y el agotamiento del mercado
común centroamericano, había menos margen de políticas redistributivas que de todos
modos no mostraban una vocación realmente redistributiva para con sus pueblos.
En el decenio de los 90, los índices de pobreza eran mayores que al iniciarse el
conflicto, además de observar una consolidación de la importancia de la población
vinculada a la economía informal: a principios de los 80 el peso promedio del sector
informal en el total del empleo metropolitano era de 38 por ciento, 35 y
aproximadamente en San Salvador, Managua, Guatemala y Honduras respectivamente;
a fines del decenio, tales porcentajes ascendían a 47 por ciento en Managua mientras
que en el resto de las ciudades se mantenía aproximadamente en 30 por ciento
En esta panorámica se dieron importantes trabajos artísticos y culturales como los de
Roque Dalton, Cecilia Meireles, Víctor Jara, Mario Payeras, Ernesto Cardenal, artísticos
como el de Guayasamín, Ramírez Amaya, Armando Morales entre muchos otros.
Latinoamérica es un territorio cuya dimensión estética ha sido poco estudiada y peor
aun reconocido de manera amplia. Debido en parte a la tradición represiva y la historia
en gran medida ficticia en lo que se refiere a apoyos culturales y educativos en una
tradición de ineficiencia y corrupción de sus clases dominantes con una cultura
primordialmente de despojo.
Pese a ello la resistencia en las luchas de Latinoamérica es ejemplar. Una masa de
significados y sentidos complejos, que convoca la atención contestataria y de resistencia
frente al encono de funcionarios y conservadores del fingido estado de derecho.
Latinoamérica es como señaló alguna vez Herbert Marcuse: la dimensión estética
planteada como proceso de humanización y reconciliación con la naturaleza por vía de
hacer de la resistencia los usos sublimatorios del arte, ante la opresión y la represión.
Ni propuestas “subjetivas a priori”, ni personalidades avasalladoras dispuestas a
autoinmolarse por el trabajo, ni cosmos prometeicos, eso y más que nos exigen
trascender la critica de arte y su reducción literaria. Cuando lo necesario es hacer de la
estética la crítica de la producción, reproducción y valoración de signos orientados por
la emancipación total de estas luchas.
Nada de esto podría constituirse como reducción simple y mecánica de la lucha de
liberación nacional librada en Centroamérica. Importantes teóricos lo han advertido en
su afán de convertir la producción plástica y cultural en ampliación social constituyente
del pueblo.
Latinoamérica es siempre distinta. Ni solo desigualdad económica, ni lealtad siempre
desmovilizadora, producción sígnica de totalidad de las relaciones como referente
principal de la estética para determinar el lugar de partida de colectivos, frentes,
coaliciones, ong., etc. Su origen, la oposición a un proyecto neoliberal con amplia
participación transnacional de miles de millones de dólares. Para los habitantes de
Latinoamérica, una miseria a cambio de sus tierras, recursos naturales, su cultura y sus
tradiciones. Riqueza minada por la depredación del sistema.
Impedir a toda costa el funcionamiento de mercados con precios desiguales, y de
funcionarios y burócratas en tareas de control de las comunidades, es medida instintiva
de autodefensa constituyente del pueblo en lucha con la retaguardia estratégica del
pueblo sin adjetivos, y con un potencial de lucha y resistencia como reserva.
De un lado, el gobierno de empresarios para empresarios como el tristemente paso de
Fox por el sexenio mexicano perdido. Del otro lado, un proyecto de humanización
aparentemente improvisado como autodefensa elemental. Las relaciones de producción
propias de la globalización capitalista y la preservación de la naturaleza convencida de
dar frutos a quienes las trabajan han estado en juego por las luchas de defensa y
resistencia, organización de las comunidades nacida y crecida como prueba de acuerdos
comunitarios frente al decreto de aniquilamiento de gobiernos y sus socios.
La noción de progreso ostentada por los gobiernos de las ultimas décadas contra los
resistentes a los ilusorios beneficios del proyecto dictaminado como de interés social sin
considerar que los afectados jamás se han subido a la modernidad tan referida, y sólo
han visto el progreso cuando helicópteros atacan desde el aire para guiar las agresiones
en tierra, exhibe el desarrollo desigual y combinado característico de las dos terceras
partes de la humanidad y por tanto, de toda ella.
Estudiosos y participantes de esta realidad nos descubren el contexto de una política del
sujeto en nuestra América, y de un arte para un sujeto critico, una complejidad que
apunta necesariamente el rechazo práctico a la noción ilustrada de progreso,
escalofriante certeza de la modernidad incumplida que jamás aportó libertad y
fraternidad a todos los pueblos.
De ahí la importancia de estudiar la totalidad de las fuerzas productivas -incluidas las
relaciones de producción- ya que plantean una potencialidad histórica y social orientada
por la humanización en situación concreta.
Relación directa entre arte y la clase social en ascenso, puesta en crisis una vez más en
América latina. De aquí los signos de la resistencia, carteles, mantas, afiches, poesía
como los de Mario Payeras, dirigente del EGP, lúcido escritor de literatura infantil,
ensayos filosóficos, análisis políticos pero sobre todo artista que narra el Mundo como
flor y como invento:
“Quien piense dirigir una guerra en la selva, tiene que aprender de la flor del
tamborillo. Ningún general asedia al adversario con tanta maestría, como esta flor
amarilla. Todos los años toma febrero por asalto, instaura la floración total de la
primavera y se retira sin ruido por las rutas de marzo.176
176
Payeras, Mario. Poemas de la zona reina. Guatemala: Artemio Edinter editores; 2 edición 2000
desinformación hasta las elecciones, como expropiadores de la nación, por un estado
violentamente aterrador.
Los machetes y las resorteras en acción, el estruendo de los cohetotes disparados por
adolescentes en plazas y calles con barricadas, da al accionar de la resistencia y
autodefensa un sentido teatral aparentemente aleatorio, pero en realidad orientado por
una racionalidad colectiva, purificadora de los sentidos necesarios para triunfar sobre las
explicaciones pervertidas de medios de comunicación mercantiles y entregados a grupos
empresariales de todo tipo.
Sin proclama ni manifiestos clasistas con y por el juego simbólico de la lucha cotidiana
en su concreción político-militar, Latinoamérica construye una democracia cognitiva al
convencer de lo justo de su lucha no sólo a los pueblos vecinos, sino ahora a la
solidaridad nacional e internacional.
Hay pues una tendencia que hace coincidir lo político y lo estético. “El realismo deja de
ser una temática y una redundancia sígnica, para adquirir su pleno sentido brechtiano de
representar a la clase mas avanzada en la lucha para convocar a las demás”, diría
Alberto Hijar, para no sólo afectar la producción de signos, sino consolidar en su
reproducción comunitaria y en la valoración anticapitalista contradicha por el estado, y
no sólo por los gobiernos -de cualquier país- al reducirla a asociación delictuosa, motín
y rebelión como es el caso actual de México.
También los códigos jurídicos son puestos en crisis por un sujeto crítico. De aquí la
resistencia de las organizaciones en “el inagotable proceso de lo que existe, antes de
aniquilarse”177
Marcuse habla de clase en ascenso y clase en descenso que solo produce arte decadente,
problemática abierta desde el siglo antepasado, debido en parte a que parece imposible
la relación mecánica entre la clase y sus signos.
Durante ya muchas décadas en Latinoamérica se ha apuntado a la mera celebración
individualista, formalista y a su dimensión empresarial, propiciada por los estados
subsumidos en la autoridad. Otro principio de realidad activada por el sujeto –en
colectivo-critico contra la realidad inhumana impuesta.
Afectar todo proceso a la manera de Marcuse como actualmente afirman los grupos
artísticos contemporáneos a la importante movilización social de sus pueblos y
comunidades y no únicamente a la producción, sino también la reproducción y la
177
Payeras, Mario. El mundo como flor y como invento. Artemio editores. Guatemala:1998 Pág. 97.
valoración que han de ser afectados y transformados con la construcción de una
subjetivad revolucionaria con otro cuerpo distinto al impuesto por modas y con
consecuencias sentimentales y sensoriales.
Que las manifestantes artísticas sean rachadas o ignoradas por Bienales y Ferias por no
estar acordes a las políticas artísticas en boga dispuestas a despojarlas de los recursos
sígnicos de la resistencia, es lo mismo que cuando el dictador Pinochet prohibió el
bombo y la quena en Chile de la década de los 70. Igual actúan los gobiernos que
reparten su propaganda sobre muros pintados con demandas, consignas y murales en
resistencia para no dejar huellas de la producción estética de sus sociedades.
De ahí la importancia de liberar la imaginación de rutinas y redundancias, tarea donde la
crítica teórica ha de oponerse al pragmatismo dominante y del orden del día, de aquí el
trabajo y la práctica estética en situación emancipadora de un sujeto crítico.
Este es, pues, el camino difícil para la conformación de un arte para un sujeto(s) critico.
Los problemas temáticos, de contenido y formales que derivan de esta elección son
complejos, pues se habla de interpretar, representar o reflejar un mundo en devenir,
imperfecto con relaciones y en eterno conflicto. No hay recetas, manuales o
instructivos, simplemente experiencia acumulada en la historia del arte y sus diversas
manifestaciones.
Literatura y sujeto crítico
tema que serviría para quién sabe cuántas tardes de café y discusión.
Pero antes de empezar quiero confesarles que voy a hacer una pequeña trampa. Yo soy
escritor y literato. Por lo tanto, para mí, hablar de arte es hablar de literatura. Así en el
suceder.
La primera es, ¿sirve la literatura para formar un sujeto crítico?; la segunda, ¿cuál es la
relación de un sujeto crítico con la palabra escrita?, y la tercera, ¿al fin y al cabo qué de
la realidad describe, retrata o reinventa la literatura?, o antes, si quieren, ¿es eso lo que
hace?
argumentación.
El sujeto crítico, ¿cómo definirlo? Parafraseando a Sartre, podría decir que es aquella
persona que decide decidir. Pero no por el hecho de escoger en sí, porque quien se
abstiene de hacerlo, está por eso mismo decidiendo. El sujeto crítico es aquel ser
humano que reflexiona, si bien, no todos los actos de su vida, por lo menos sí los más
∗
Profesor-investigador de la Universidad del Valle de Guatemala, escritor; Angélica en la ventana es el
título de su más reciente libro de cuentos.
importantes. Y que al hacerlo de alguna forma sabe que construye su ideal de ser
humanidad.
tanto, el ser que reflexiona se vuelve constructor del sujeto crítico colectivo.
¿Y qué mejor herramienta hay para esta reflexión que la lectura? Y no me refiero
únicamente a la que todos conocemos, sino a esa más integral que es la lectura de la
realidad. Para tomar decisiones hay que saber leer el mundo en el que interactuamos.
Pero esta realidad nuestra no es fácil. En primer lugar, porque generalmente vivimos
sino aquella que sea capaz de enseñarnos la escritura, no sólo de la realidad de nuestro
pedacito, sino el de los otros. Y que además nos proporcione una visión global.
fuera cierta la idea romántica de que la vida es la mejor escuela. Eso sería una gran
ventaja, ya que una cantidad muy importante de nuestra población ni siquiera termina la
primaria.
Pero vamos aterrizando. Asumamos que alguna escuela es capaz de formar a ese ser que
puede leer la realidad. ¿Será, además, capaz de ir un paso más allá e interpretarla? Aquí
Porque si algo enseña el mucho leer es a encontrar las claves que están en los espacios
en blanco, entre las líneas y los silencios. Los elementos básicos de la interpretación.
Y es que esta sociedad nuestra está llena de símbolos que la convierten en un laberinto a
veces infranqueable.
Quiero ponerles un ejemplo. La ciudad de Guatemala está levantada en un valle
barrancos, en barrios marginales. Allí vive la gente más pobre, en casas construidas en
cortes practicados sobre paredes casi verticales, cuyas ventanas dan a precipicios
Esta población vive en una realidad de violencia e inseguridad que es difícil describir y
Allí las maras ejercen el poder. Sí, estos grupos de jóvenes a los que se ha mitificado
tanto, pero que, según los he ido conociendo, no son más que el reflejo del país en
general. Repito, la sociedad los ha mitificado, pues no acepta que puedan ser fruto de
ella misma. Prefiere verlos como satánicos desquiciados, venidos saber de dónde, que
los reviste de una verdad que no imagina. Si los mareros son perversos y violentos, es
El barranco «abajo», es una repetición de la otra ciudad, «arriba». Las maras tienen el
poder porque tienen las armas y el dinero y gozan casi de total impunidad. Igual que
«arriba». ¿Cómo obtienen sus ingresos? Cobran impuestos. A los comercios y a los
de ello.
Pero no son grupos de desquiciados satánicos e infernales, como a mucha gente les
gustaría creer, repito. No nos confundamos. Son grupos violentos, sí, drogadictos en su
mayoría, también, que ejercen control porque a través del poder obtienen respeto
(aunque sea por miedo), mujeres (aunque sea violando) y dinero. ¿Y no es eso lo que
día a día nos venden en la televisión como el paraíso? ¿Poder, mujeres y dinero?
A dónde quiero llegar con esto. Es sencillo leer la realidad de los barrancos. Hay
miseria, violencia y maras. Pero si vamos más allá y leemos entre líneas, vamos a
encontrar muchos más elementos para interpretar esta situación y no quedarnos en una
simple lectura.
El barranco mismo es un símbolo. Cuando se vive metido en un hoyo, además con las
viviendas separadas apenas por unos dos metros, desaparece el horizonte. Y vivir sin
horizonte es vivir sin esperanza. Una carga más dura que la pobreza.
La ciudad «arriba», como ya dije, prefiere no ver esta realidad. Prefiere mitificarla. Las
muertes que suceden «abajo» ni siquiera salen en los periódicos «serios», sólo en los
sensacionalistas.
Permítanme una última interpretación (que no es mía sino del Padre Manolo Maquieira,
un sacerdote jesuita que trabajó diez años en una de estas colonias y que acaba de
fallecer). ¿Qué es un marero? Hagamos una analogía. En los sesenta, los hippies se
también eran excluidos (a veces por ellos mismos y otras no), y su intento fue el querer
cambiar la sociedad injusta por una en la cual pudieran vivir y sentirse bien. Los
mareros en los noventas y en este siglo, son también excluidos, pero a diferencia de
aquellos, no les interesan las utopías, ni los sueños. No les importa si la sociedad los
quiere o no y a ellos, hasta ahora, no les interesa pertenecer. Prefieren su mundo allá
Digo hasta ahora, porque algunos ya están coqueteando con el mundo de las ONG,
lectura que se hace de la realidad. Para interpretarla, para hacer hermenéutica, desde un
punto de vista que no es el de las ciencias sociales. Desde esta perspectiva es que se
puede leer entre líneas la desesperanza como fruto de la no existencia del horizonte y el
Pero esto tiene desventajas. Y muchas. Porque una lectura de este tipo requiere, o bien
un texto que sea capaz de presentarnos correctamente esta situación, o bien conocerla de
suficientemente bueno para que se pueda leer entre líneas de él. Y eso requiere a un
buen escritor. Y si escritores hay muy pocos, escritores buenos hay menos.
Pero antes de entrar a hablar de escritores, quiero discutir un poco sobre el complicado
Porque creo que eso es la literatura. Un espejo. ¿Cómo debe ser ese espejo?, ¿uno que
retrate casi fotográficamente lo que describe? No. En el siglo pasado tuvimos ejemplos
bastante fallidos de esto. Empezó con el asunto del realismo socialista, el cual, años más
tarde, acogimos con devoción algunos militantes de izquierda. Y lo que logramos fue
una literatura donde lo que más resaltaba era el panfleto, no un reflejo de la sociedad
Al pretender ser demasiado fieles y, sobre todo, al querer dotar a los escritos de una
pero no trasladarlos tal cual (eso es trabajo de las ciencias sociales) sino, a través de la
Claro, este tipo de discurso requerirá de un lector capaz de descifrarlos. Por eso digo
¿Hay escritores en la Guatemala de hoy capaces de esta reinterpretación? Sí. Los hay.
Pero, como ha sido siempre, estos artistas son una elite que la mayoría de las veces
guerra y la posguerra. La siguiente generación, los que tienen entre treinta y cuarenta
era el rechazo a lo que quedó después de la guerra. Así que optaron por escribir acerca
acentuado. Lo cual les atrajo la animadversión del status quo literario. Sin embargo, fue
del desencanto. ¿Qué pretendíamos, que ellos asumieran como suyo lo que significó una
El discurso de los que quedan de esa generación X se ha vuelto más intimista y están
Pero ser escritor en estos países, salvo contadísimas excepciones, se requiere pertenecer
barranco. Lo afirmo por la cantidad de libros que se publican, pero sobre todo por la que
se vende y se lee. Por eso, hasta ahora, los escritores han podido decir casi lo que
quieren. Lo cual no sería tan fácil si la lectura influyera más en la sociedad. Si así fuera,
descarriados.
A mí me gustaría ver a jóvenes que viven dentro de los sectores marginales en la tarea
de escribir su historia. Así habría muchísimo más material donde leer esas entrelíneas la
Claro, ustedes, con justa razón, me podrán acusar de estar en el intento de descubrir el
hilo negro. La mayoría de escritores en todas las épocas han pertenecido a las elites.
Pero sería bueno que eso cambiara algún día. ¿Se vale soñar, o no?
Para hablar de la relación entre un sujeto crítico y la literatura, voy a incorporar otro
elemento.
que una lectura profunda de este texto deje a un sujeto crítico indiferente.
Y el final de la novela, «Por las ánimas benditas del Santo Purgatorio... Kyrie
Pues esa es la cuestión. Un sujeto crítico que se enfrenta a esta novela se ve obligado a
tentado a tomar acciones para intentar romper de una vez por todas este círculo vicioso.
Y tomar acciones significa comprometerse. Por eso digo que la literatura puede, en
Claro. Asumimos aquí que el sujeto que reflexiona no está de acuerdo con una sociedad
llena de profundas desigualdades económicas y sociales. Que cree que esta situación va
en contra del ideal de ser humano. Pero ojo, puede que haya personas reflexivas, pero
cuya conclusión sea que esta situación conviene a sus intereses y es mejor no hacer nada
para cambiarla.
espacio en el que fue escrito. En cambio, propone que la lectura debe hacerse en el
tiempo y el espacio del lector. Así, un libro, aunque haya sido escrito hace doscientos
años, si es un buen reflejo, tendrá entre sus líneas mucho que decirnos.
Quiero concluir, ahora sí, diciendo que creo que, como la literatura, otras disciplinas del
arte tienen también la capacidad de poetizar la realidad y con ello, ser una opción para
análisis? Claro que sí. ¿Que es una buena forma de educar sujetos críticos? También.
No sé que tan objetiva haya sido esta reflexión. Sobre todo porque viene de alguien que
vive de la literatura. Espero, eso sí, haberles contagiado un poco de mi pasión, porque
soy un convencido de que este mundo sería mejor si lo viéramos a través de las letras o
Bibliografía
Asturias, Miguel Ángel. 1946. El Señor Presidente. México, D.F. Costa-Amic. 309
págs.
Barthes, Roland. 1980. El grado cero de la escritura. 4ª ed. México, D.F. Siglo XXI.
247 págs.
Beristáin, Helena. 1999. Análisis estructural del relato literario. México, D.F.
UNAM/Limusa. 201 págs.
Meletinski, E. 1972. Estudio estructural y tipología del cuento. Buenos Aires. Rodolfo
Alonso Editor. 90 págs.
Mignolo, Walter. 2002. Los cánones y (más allá de) las fronteras culturales.
Universidad de Duke, EE.UU., en bibliografía del Seminario sobre Canon,
UNCo. Dic. 2002.
Ricoeur, Paul. 2002. Del texto a la acción. Ensayos de Hermenéutica II. México, D.F.
Fondo de Cultura Económica. 380 págs.
SUJETOS CIUDADANOS
Estado, Estado de excepción y violencia
Pilar Calveiro ∗
Consideraciones preliminares
1. Buena parte de las reflexiones sobre América Latina consideran que los llamados
diferentes. Contra esta perspectiva, propongo pensar a las actuales democracias desde
una mirada doble: verlas, a la vez, como ruptura pero también como continuidad de los
setenta.
2. Son una ruptura puesto que han permitido, en algunos países, que ciertos sectores
sociales y sobre todo políticos, excluidos y reprimidos durante aquellos años, accedan al
eje de resistencia, tímida pero resistencia al fin, contra los designios del Imperio para
3. Por otra parte, representan una continuidad puesto que las actuales democracias son
los mercados para dar cabida al capital transnacional, la impunidad de los gobiernos
∗
Argentina. Doctora en Sociología. Profesora de la UACM y de la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla. Entre sus libros publicados se encuentra: Redes familiares de sumisión y resistencia, 2003.
izquierda mediante una neutralización y derechización de sus demandas, que las hace
implementaron previamente en los países periféricos para aplicarse luego en los centros,
es decir que en muchos aspectos las periferias precedieron a los centros. América Latina
autoritarias basadas en la simple emisión del sufragio para convalidar a las elites
derechos y dignidades (como en México), en fin, de todas las prácticas de las que se
6. A partir de estos supuestos exploraré los usos estatales de la violencia como parte de
las replicaciones y reorganizaciones del poder político en América Latina. ¿Por qué
relaciones de poder -principalmente de las que se organizan en torno del Estado- y, por
lo tanto, desnudan los rasgos muchas veces negados pero siempre centrales de la
Violencias estatales
las últimas décadas en América Latina refutan la pertinencia tanto de una visión
guerrera de la política como de una mirada pacificada y hasta cierto punto de vista
ingenua.
efecto, la sanción que la ley establece para cualquier violencia ajena a las instituciones y
representar para la sociedad sino, sobre todo, del hecho de que constituyen un desafío
para el derecho mismo y las relaciones de poder que en él se expresan. No obstante esta
violación de la ley, amparada desde el propio derecho, para ampliar la violencia estatal
oportunidades bajo las formas de Estado de sitio, Estado de emergencia y otras figuras
legales que se utilizan para ampliar sus atribuciones y que han tenido particular
donde peligra el orden establecido o existe una fuerte disputa de la hegemonía, como
efectivamente ocurrió en América Latina en esos años. Por el contrario, se podría decir
que esta salida de los límites del derecho es la “norma”, que está sucediendo
permanentemente sobre una parte de la sociedad que, de hecho, queda fuera del orden
instituido. El derecho iguala sólo a los “iguales”, mientras otros quedan fuera de su
como ocurre, por ejemplo, con la población indígena o con ciertos grupos de mujeres,
Si en las sociedades modernas la ley protege la vida y la propiedad, sin embargo hay
quienes carecen de esta y cuya vida no está a resguardo, o bien quienes teniendo
propiedad y vida pueden ser despojados de ambas sin que tal despojo constituya un
delito. Son los prescindibles-peligrosos: los racialmente impuros en el mundo nazi, los
de la simple existencia, sobre las que el Estado –pero también otros, particulares-
pueden disponer más allá de las fronteras de lo legal sin que el derecho responda. La
experiencia latinoamericana, desde los años setenta y hasta nuestros días muestra que el
y se podría afirmar que esto ocurre fuera y dentro de las llamadas “democracias” por el
carácter restringido y estrictamente electoral de las mismas. Es por ello que todo intento
sobre dicha excepcionalidad que permite disponer de estas vidas -nuda vida-,
establecido, el derecho de disponer sobre la vida de los excluidos que, en virtud de ello,
exclusión radical contra algunos. Pero es importante señalar que la excepción de la que
ser suprimida por medios cruentos o incruentos, sin que el derecho se sienta aludido. En
Venezuela, únicos países que están por debajo de esas cifras y en los que la tasa de
presos en relación con la población es decreciente. Todos los demás acusan tasas de
Agamben afirma que en el mundo actual “las grandes estructuras estatales han entrado
espacio jurídicamente vacío del Estado de excepción ha roto sus confines espacio-
el ordenamiento normal, en el cual todo se hace así posible de nuevo” (Agamben, 1998:
22).
Creo importante señalar que algunas de las características del mundo actual, como la
que se refiere este autor, parecen haber ocurrido desde antes en América Latina, más
posible de nuevo”, rompiendo la legalidad vigente para instaurar otra, mucho más
funcional al orden global actual que contempla, por ejemplo, formas de legalización de
llamada “guerra sucia”, a través de esa transnacional del Estado de excepción que fue la
se ha adoptado a escala mundial por las grandes estructuras estatales de los países
reglas del derecho nacional, internacional y bélico (suponiendo que éste exista) pero
están, al mismo tiempo, totalmente integrados; es decir, quedan fuera del derecho
que se aplica una violencia regulada- y unos espacios externos, de excepción, en donde
se suspende toda protección de la ley para dar lugar a cualquier forma e intensidad de la
violencia estatal. Pero esta excepcionalidad, la creación de este espacio donde “todo se
vale”, donde ya no hay norma, está prevista y protegida por el propio orden jurídico y
político mediante una serie de subterfugios legales como las figuras de “combatientes
antiterrorista”, puede parecer ajena a la realidad latinoamericano sólo desde una mirada
setenta y con los procesos económicos y políticos que les dieron sustento. En este
sentido, podría decirse que las transformaciones entonces sufridas por las sociedades
de la reorganización global.
En segundo lugar, el hecho de que Guantánamo, la porción más visible de la nueva red
irrelevante. La política concentracionaria siempre esconde sus prácticas a la vez que las
explicarse por una cercanía territorial con Estados Unidos -completamente irrelevante
en relación con las comunicaciones del mundo actual-. Tampoco se explica por una
Guantánamo sólo puede entenderse como una señal de la impunidad del poder estatal
llamada “guerra antiterrorista” por parte de la mayor parte de los gobiernos locales.
Incluso aquellos cuya política intenta cierta autonomía de los dictados norteamericanos
Guantánamo.
Si la “guerra antiterrorista” le permite a los nuevos factores de poder global (estatal-
como ocurre en Colombia, donde el propio gobierno incluyó el conflicto interno –que
En ese contexto -donde toda violencia antiestatal se asimila al terrorismo y donde la sola
orden mundial represivo y amenazante. Dentro de este orden, las democracias que
sistema político por la vía electoral, resultan funcionales y útiles; no así las que
Por lo mismo, el antipartidismo y el abandono de toda lucha dentro del sistema político,
que propician algunos sectores, refleja una cierta “inocencia” política, en el mejor de los
abonan el uso de la fuerza y las distintas formas del Estado de excepción. Debemos
escenario latinoamericano, no terminan propiciando una política cada vez más elitista,
del Estado de Excepción, cuyos rasgos hemos experimentado desde sus primeras
utilizar esos recursos –como ocurre en este mismo momento en Oaxaca-, opera
principalmente por los mecanismos “sordos” de exclusión radical que implican formas
igualmente violentas. Por ello, frente al discurso legalista del Estado, que sin embargo
- Benjamín, Walter, Para una crítica de la violencia y otros ensayos, Iluminaciones IV,
Madrid, Taurus, 1991.
Francesca Gargallo ∗
las mujeres que, en la última década del siglo XX, ha empezado a desconstruir el
El ideario que sostiene al feminismo latinoamericano es fruto, como todas las ideas
igualdad de las mujeres. El racismo heredado de la Colonia no permitió que las mujeres
se reconocieran como tales, sino las relegó a categorías ligadas tanto a la clase de
A finales del siglo XIX, mujeres mexicanas, brasileñas, argentinas y venezolanas de los
explayaban sus ideas acerca de qué eran con respecto a los hombres, daban a conocer
∗
Licenciada en Filosofía por la Universidad de Roma “La Sapienza y Doctora en en Estudios Latinoamericanos
por la UNAM. Profesora-investigadora de Historia de las Ideas en la UACM. Escritora y feminista, admás de ocho
novelas y dos libros de cuentos, ha publicado ensayos sobre la historia y el pensamiento del feminismo
latinoamericano, entre ellos Ideas Feministas Latinoamericanas (2 ediciones, México, UACM,2006), que obtuvo
una mención en el primer Premio Libertador al Pensamiento Crítico del Ministerio de Cultura de la República
Bolivariana de Venezuela. Asimismo, en 2000, obtuvo el premio al pensamiento caribeño, rubro historia, con
Garífuna, Garínagu, Caribe.
sus cuentos y poemas y compartían noticias sobre modas y modales.
salarios iguales para trabajos iguales, aunque las obreras eran una parte mínima de las
trabajadoras. Así, por diversos caminos, elaboraron un ideal de igualdad entre los sexos
que sólo en sus expresiones tardías y más radicales exigió la igualdad jurídica y el
derecho al voto.
Las feministas latinoamericanas del siglo XIX parecen mucho más conservadoras que
en que la política masculina como tal nos las excluía, en un mundo donde los liberales
continente que en 1823 era mayoritariamente gobernado por independistas liberales, que
exilio. Igualmente, en México, las mujeres de alcurnia que se negaban a casar con los
invasores franceses y austriacos y sostenían con sus finanzas la lucha de Benito Juárez
Una visión histórica de las ideas feministas toma en cuenta las condiciones en que se
formaron y los diversos aportes culturales, filosóficos y políticos del que se nutrieron.
Tal y como el comportamiento “digno” o “educado” de las sufragistas del siglo XIX, el
la organización autónoma de las mujeres, por el simple hecho que las mujeres estaban
igualdad que en la sociedad que pretendían transformar con su lucha y en las que eran
A principios del siglo XXI, las ideas feministas latinoamericanas se vinculan al éxito
sus secuelas de racismo y colonialismo que intentan reorganizarse en las ideas y las
Según María del Rayo Ramírez Fierro, ubicar el propio análisis de la realidad desde
América Latina implica hacerlo desde “todos los lugares marginales del imperio
global”.180 Esto es, desde espacios geográficos, culturales y económicos donde los
niños de la calle, afrodescendientes, migrantes) para estructurar reclamos que tienen que
ver con algo más profundo, más elemental que la lucha por la socialización de los
178
Margarita Pisano, El triunfo de la masculinidad, Surada Ediciones, Santiago de Chile, 2001, p. 54.
179
Arnoldo Mora, en “Notas sobre una filosofía latinoamericana”, en Archipiélago. Revista cultural de
nuestra América, n.40, México, julio-septiembre 2005, p. 6, afirma que “América Latina pertenece a las
naciones periféricas de Occidente. No es, por ende, un región occidental sino occidentalizada”.
180
María del Rayo Ramírez Fierro, “Nuevos movimientos sociales y sus horizontes ético-políticos”, en
Lilia Esther Vargas Isla (compiladora), Territorios de la ética, UAM-Xochimilco, México 2004, pp.127-
141.
instrumentos de producción, posiblemente con el cambio de una cultura basada en el
trasnacional, el latifundio y la agroindustria: son los sin tierra de Brasil, los sin rostro de
México, y los sin techo de toda América, es decir son los seres humanos
extranumerarios para el sistema capitalista mundial que, desde sus márgenes, son
maestra Perla Francisca Betanzos Gondar, de Milpa Alta. “Quien estudia español ya no
cosmovisión, la relación con la naturaleza como madre, la idea que el principio creador,
entender por qué en América Latina los poderes, por violentos que sean, son
enfrentados por ciertas resistencias que desafían las relaciones más asimétricas.183
181
Ibid., pp. 128-129.
182
Entrevista personal, en San Juan Tepenahuac, noviembre de 2005. La maestra ha escrito la tesis de
licenciatura en Pedagogía: “Enseñanza y aprendizaje de la lengua nahuatl: ¿resistencia cultural?”,
Universidad Pedagógica Nacional, 2006.
183
Pilar Calveiro, Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años 70, Norma, Buenos
Aires, 2005, p. 11.
reconstrucción, ya que existe entre las mujeres de los pueblos originarios una “urgencia
historia negada, o convertida en relato repetido, implica revisitar el pasado como algo
Mientras estas reflexiones toman fuerza, filósofas como la brasileña Sueli Carneiro,
músicas activistas como la dominicana Ochy Curiel, dirigentes indígenas como la ñahño
Macedonia Blas Flores, coinciden en que toda situación de conquista y dominación crea
condiciones para la apropiación sexual de las mujeres de los grupos derrotados para
contra las mujeres, en general, y en particular contra las mujeres indígenas, negras y
Las que podrían ser consideradas historias o reminiscencias del periodo colonial
orden social supuestamente democrático que mantiene intactas las relaciones de género
27 y 28 de agosto de 2001:
La violación colonial perpetrada por los señores blancos a mujeres indígenas y negras y
la mezcla resultante está en el origen de todas las construcciones sobre nuestra identidad
nacional, estructurando el decantado mito de la democracia racial latinoamericana, que
en Brasil llegó hasta sus últimas consecuencias. Esa violencia sexual colonial es
también el cimiento de todas las jerarquías de género y raza presentes en nuestras
sociedades configurando lo que Ángela Gilliam define como “la gran teoría del esperma
en la conformación nacional”, a través de la cual:
1. El papel de la mujer negra es rechazado en la formación de la cultura nacional;
2. la desigualdad entre hombre y mujer es erotizada; y
3. la violencia sexual contra la mujer negra ha sido convertida en un romance.184
discriminadora.
trabajo gratuito de las mujeres descanse en una naturaleza invariable, construida desde
la cultura.
que gocen de los mismos derechos y obligaciones que los hombres. Corrientes de
184
Sueli Carneiro, “Ennegrecer el feminismo. La situación de la mujer negra en América Latina desde
una perspectiva de género”, en Nouvelles Quéstions Féministes. Revue Internationale francophone,
volumen 24, n.2, 2005, Edición especial en castellano, “Feminismos disidentes en América Latina y el
Caribe”, ediciones fem-e-libros, pp. 21-22.
determinando por qué, cuándo y de qué forma las mujeres de todo el mundo pueden y
deben liberarse del yugo de culturas que no les permiten gozar de su integridad física,
ubicar a las mujeres latinoamericanas? ¿Acaso son occidentales las centenas de mujeres
Urge situar no sólo las aportaciones del feminismo latinoamericano,186 como teoría
política y como filosofía práctica, al feminismo mundial, con sus específicas reflexiones
acerca de la relación polimorfa entre los ámbitos íntimo, privado y público,187 con las
colectivo de las débiles,188 del feminismo indígena y sus conflictos con el poder
185
Cf. Asunción Lavrín (comp.), Las mujeres latinoamericanas. Perspectivas históricas, Fondo de
Cultura Económica, México, 1980.; Mujeres que cambiaron nuestra historia, Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia/Universidad de Panamá, Panamá, 1996; Grace Prada Ortiz, Mujeres forjadoras
del pensamiento costarricense .Ensayos femeninos y feministas, EUNA, Heredia, Costa Rica 2005..
186
Como vimos, el sufragismo latinoamericano tuvo particulares connotaciones nacionalistas defensivas
–antiimperialistas- y de política de la educación, debido a su condición de personas que buscaban la
ciudadanía plena en países que seguían defendiendo su independencia política y, en algunos casos, su
territorio frente a Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos (México, Nicaragua, Panamá, etc.); su
pacifismo se tiñó en varias ocasiones de antirracismo (Brasil); en el siglo XX, el feminismo de la
liberación de las mujeres, en sus vertientes igualitarista y de la diferencia sexual, ha defendido su
autonomía sin perder su relación con las reflexiones y políticas progresistas, redistributivas, pacifistas y
antiimperialistas.
187
Cf.. Julieta Kirkwood, Ser política en Chile, Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile 1990.
188
Sueli Carneiro, “Ennegrecer el feminismo. La situación de la mujer negra en América Latina desde
una perspectiva de género”, op. cit., p. 21-26.
de sus comunidades,189 sino ir más allá y encontrar los móviles colectivos por los que
Imaginar implica desear una imagen de sí, una imagen utópica, diversa de la que los
algo o alguien exterior, sino anhelo de saber y saberse desde sí. De tal modo, renovar el
imaginario del ser mujer por parte de una colectividad femenina supone la voluntad de
querer revisarse en la historia, para saber si existe una posibilidad de autodefinirse como
status quo que, como dice Marta Sánchez Néstor, se sigue de “recordar nuestras
Los géneros son construcciones sociales que, con base en los genitales de un cuerpo
por tanto, una compleja construcción cultural que se absolutiza en todos los países
189
Cf. Palabras de la Comandante Ramona en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Indígenas,
Oaxaca, 1997.
190
Marta Sánchez Néstor, “Mujeres indígenas en México: acción y pensamiento. Construyendo otras
mujeres en nosotras mismas”, en Nouvelles quéstions féministes. Feminismos disidentes en América
Latina y el Caribe, op. cit., p. 41.
acompañan y refuerzan uno a otro, porque tienen un mecanismo de jerarquización
común en su base.
Para deshacerse de la asignación del género con sus características impositivas, las
En Sexo y conquista, Araceli Barbosa Sánchez analiza cómo el odio de los españoles
contra las mujeres y contra toda “feminidad” de los hombres, llevó a los conquistadores
diferencia de los inquisidores que transcribieron con lujo de detalles los saberes
feminista europeo identificarse con las brujas, una vez que se llegó a demostrar la
positiva diferencia de sus saberes con los de la cultura de la represión que sostuvo al
positiva de sus antepasadas pueden identificarse las latinoamericanas sin pasar por una
191
Araceli Barbosa Sánchez, Sexo y conquista, Centro Coordinador y Difusor de Estudios
Latinoamericanos-UNAM, México, 1994, pp. 73 y s.
revisión antropológica de las culturas americanas actuales e históricas, y por la ruptura
con la cultura mestiza hegemónica, que encubre la historia en sentido racista y sexista?
Dos figuras, en la historia andina, podrían ser símbolos de la lucha que las mujeres son
capaces de conducir contra el colonialismo, pero no dejan de estar sujetas al poder real y
simbólico de sus maridos. Bartolina Ciza, esposa de Tupac Katari, ejecutada por
tierras del Alto Perú, radicalizando las posiciones antiespañolas. Micayla Bastidas, jefa
rebelión del inca junto con toda su familia; durante la sublevación indígena peruana
siempre instó a su marido a radicalizar sus posiciones y reclamar Perú para los
de género, pero son una real presencia histórica, aunque mitizada que, en ocasiones,
estriba en que, si bien pueden analizarse textos literarios, testamentos, cartas y juicios en
su contra, que permiten encontrar actitudes de simpatía hacia otras mujeres en criollas,
mestizas y negras desde el siglo XVII (mujeres que heredan sus bienes a sus criadas,
hijas y sobrinas contra la voluntad del marido y de los hijos varones, que alegan contra
no se encuentran muchas palabras indias explícitas acerca del valor de ser mujeres.
Pablo Rodríguez,192 las dos terceras partes de las legatarias son mujeres –relación que se
192
Edición y prólogo de Pablo Rodríguez Jiménez, Testamentos indígenas de Santa Fé de Bogotá, Siglos
XVI-XVII, Alcaldía Mayor de Bogotá D.C.-Instituto Distrital de Cultura y Turismo, Bogotá, 2002.
explica por el desbalance producido por la muerte de hombres durante la conquista o
Muchas de estas indias habían recibido sus lotes como legado testamentario de sus amos
o de los padres de sus hijos naturales, otras los compraron a sus vecinos blancos, y en él
construyeron varios bohíos redondos para sus hijas, hijos y para rentar, insistiendo en
era que sus descendientes tuvieran donde vivir y donde cuidar una huerta y criar puercos
y gallinas. Los testamentos indican la habilidad con que las indígenas se integraron al
sabían de intereses. Asimismo hablan de lo mucho que las indias se habían vuelto
familiares. Los legados de madre a hija están siempre pospuestos a las necesidades del
Algunas de estas hijas eran indias, hijas de un esposo indio; otras eran mestizas, hijas
del amo, de un vecino y en ocasiones de un marido blanco o mestizo; algunas más eran
unas y otras no eran “preferidas” a sus hermanos naturales, recogidos o legítimos por la
madre. Asimismo, los consejos que reciben son los convencionales de una madre
católica que, como muestra de amor, deja –cuando mucho- a la hija escoger el tipo de
tradición que en ella tenían las mujeres.195 En la actualidad, hay más escritos de
afrolatinoamericanas que de indígenas, más denuncias del racismo -aún al interior del
La historia de las mujeres indígenas, según la convención que la historia inicia con la
dos mil lenguas americanas es tan reciente que existe un escasísimo registro anterior al
siglo XX.
193
Beatriz, india de Turmequé, ibid., p. 105.
194
Doña Isabel de Portugal, gobernadora y esposa de Carlos V, el 10, 24 y 31 de agosto de 1529 dirigió al
obispo electo de México, fray Juan de Zumárraga, cartas donde lo obligaba a fundar, proteger, apoyar a
los colegios de niñas y doncellas de la aristocracia indígena. Cf. Josefina Muriel, La sociedad
novohispana y sus Colegios de Niñas, I, Fundaciones del siglo XVI, Universidad Nacional Autónoma de
México, México, 1995, p. 31.
195
Fray Toribio de Benavente, Motolinía, describe cómo las indias educadas desde niñas en la religión
católica no sólo eran de increíble “pureza” y “honestidad”, sino las principales divulgadoras del
Evangelio y su moral, aunque, por supuesto, no se les permitía predicar por su cuenta. En Memoriales, o
Libro de las Cosas de la Nueva España y de los Naturales de ella, edición al cuidado de Edmundo
O’Gorman, , tomo III, cap. XVI, UNAM, México, 1971, pp. 73-75.
196
Para los estudios de historia demográfica de la Conquista y la Colonia, Cf. cualquier estudio de
Sherburne F. Cook y Woodrow Borah. Estudiaron los efectos que la conquista europea y la subsiguiente
dominación tuvieron sobre la población indígena, en particular de Mesoamérica. Entre sus libros: Ensayos
sobre historia de la población: México y el Caribe, Siglo XXI, Colección América Nuestra, México,
1977.
continuidad cultural posible entre el antes y después de la masacre, si tomamos en
recordarla toda. ¿Cuántas condiciones del ser mujeres existían antes de la invasión y la
Más allá de las zapotecas del Istmo de Tehuantepec, que sorprenden con sus grandes
que las mujeres indígenas ofrecen en México y Centroamérica es casi unívoca, a pesar
de las diferencias culturales: mujeres sometidas por el padre y el marido, golpeadas, que
occidentales que indias, blancas que morenas, genéricamente oprimidas que miembros
Independencia.
197
Coincido con Pilar Calveiro cuando define la resistencia como un movimiento de no confrontación,
por lo tanto no heroico, que permite la sobrevivencia hasta que se den las condiciones para la
visibilización y liberación. Resistir posterga la rebelión, pero mantiene viva su posibilidad. Pilar Calveiro
Garrido, Redes familiares de sumisión y resistencia, Universidad de la Ciudad de México, México, 2003.
La relación entre mujeres indígenas y feministas hasta finales del siglo XX fue de
el discurso hegemónico, aunque sea desde una posición crítica al modelo de dominación
tienen a sus “otras”. Y las mujeres indígenas que llegan a las capitales latinoamericanas
En mayo de 2005, un domingo por la mañana, Juanita Pérez Martínez, tojolabal de Las
Margaritas, Chiapas, tuvo un día libre durante un taller para mujeres indígenas que se
impartía en la Ciudad de México. Decidió salir a pasear con tres compañeras del taller,
se hizo patente y adquirió varios matices de racismo: un grupo de jóvenes que iba
rumbo a Chapultepec se mofó de ellas por su indumentaria; dos hombres mayores les
instaron para no demorarse en las escaleras mecánicas; una señora les gritó desde el
andén opuesto que necesitaba una sirvienta y se ofendió cuando le contestaron que no
buscaban trabajo. Una vez en Xochimilco, a la más joven de ellas el lanchero intentó
seducirla y hasta la jaló de un brazo; cuando ella se alejó con sus amigas, el hombre le
Huechapan, Puebla, declaraba en una entrevista a Melissa Cardoza que “sólo pobre un
198
Por ejemplo, Mujeres Creando se reconoce como un colectivo de “indias, putas y lesbianas” para
resaltar su negativa total a incorporarse al patriarcado racista dominante.
indio es el verdadero indio”,199 dando a entender que únicamente se comprende la
colonial. A la vez, apunta que la pobreza es el lugar asignado a los indios por el sistema
La condición indígena y de género se suman, no sólo porque ser una mujer india es estar
condición indígena son, ambas, frutos de una misma tecnología de jerarquización que
confiere siempre a las mujeres y a los indios el lugar del derrotado, quitándoles su voz y
saberes de los hombres y los occidentales (exactamente como a los derrotados se les
excluye de la historia).
la cultura hegemónica impone a todas las culturas que domina. La negación del valor
199
La entrevista todavía no ha sido publicada; se efectuó para la elaboración de un informe en septiembre
de 2005.
200
Marcela Lagarde insiste que una india está siempre expuesta a una triple opresión: racial, genérica y
económica, no obstante no asume su situación como un cautiverio del sistema poscolonial. Cf. Los
cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas, UNAM, México, 1993.
Desde una posición radicalmente lésbica, algunas feministas reivindican la libertad
colonial. Esta libertad implica “la radicalización de la democracia”, según afirma Ochy
Curiel.201 Esto es, dejar de vivir en la mentira de la democracia como sistema que se
“Mujeres es una categoría política que nos articula, con historias y siglos de
social” que debe ser desconstruida para dar paso a “cuerpos históricos”, autónomos,
políticos en sí. Defender las vidas de las mujeres, para Curiel, implica defender los
sobre las especialistas del mundo lésbico con poder adquisitivo que trabajan en
deudor de una tradición internacional, tanto cuanto el mismo feminismo. Los estudios
201
Ochy Curiel, “Subvertiendo el patriarcado desde una apuesta lésbica-feminista”, mimeo, texto
presentado en el X Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe, 9-12 de octubre de 2005, Sierra
Negra, Sao Paulo, Brasil.
202
Ibid., p. 4.
Aunque en América Latina, se han encontrado con los estudios chicanos, con las
verdadero), los estudios queer ofrecen pocas manifestaciones propias.203 A la vez, las
difícil relación con el feminismo en general, pues lo visualizan como un espacio que no
mecanismo que mantiene las desigualdades y los privilegios entre las mujeres blancas y
Mujeres Rebeldes, Brecha Lésbica (de La Paz, México, Buenos Aires, Porto Alegre), y
una historia que no es fundada por europeos (aunque actualmente esté influenciada
política radical.
203
Como la de “Los Poliamorosos”, en la Ciudad de México, críticas y críticos de la normatividad en la
sexualidad.
204
Jurema Werneck, “De lalodês y Feministas. Reflexiones sobre la acción política de las mujeres negras
en América Latina y el Caribe”, en Nouvelles Quéstions féministes, op. cit., p. 28.
Mientras el X Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (octubre de 2005, en
Democracia”, desde la perspectiva de las feministas que han ingresado a los partidos
para evidenciar que la democracia entendida sólo como ejercicio del voto y reparto de la
La democracia se presenta como una matriz civilizadora, pero sólo responde al sujeto
ilustrado que el feminismo de la segunda mitad del siglo XX criticó por haberse
Las disidentes reafirmaron en Brasil que no puede hablarse de democracia sin abordar la
lucha contra los sistemas de opresión que tocan a las mujeres, y sin criticar a fondo la
perspectiva occidental del feminismo, pues éste como movimiento de reflexión urbano
de las mujeres los encuentros conflictivos o violentos con occidente, con el patriarcado,
205
Ochy Curiel, “Subvirtiendo el patriarcado desde una apuesta lésbica-feminista”, op. cit..
La escritora y militante hondureña Melissa Cardoza propone el “lesbianismo político”
como un activismo que se explaya únicamente con mujeres para potenciar la fuerza de
todas las mujeres. Sus ideas coinciden con las de Adrienne Rich cuando, en 1983,
definía el feminismo lesbiano como la manifestación política del amor entre mujeres,
como la lucha por un mundo en que la integridad de todas sea considerada un aspecto de
confrontación con los hombres para hacer política. Sin embargo, excluye la
¿En qué momento el lesbianismo político entra en contradicción con la libertad erótica
de las mujeres? ¿Acaso el deseo erótico puede considerarse a-político? ¿En qué
sexual no puede erigirse sobre una norma de exclusión, porque es exactamente por el
daña a las mujeres indígenas aumentando la inseguridad personal y familiar por los
desalojos, las expropiaciones y el agotamiento del agua y otros recursos. Fuera de sus
Dadas las condiciones, sólo una perspectiva feminista puede ofrecer a las indígenas la
lesbianas.
motivos sexistas todas las mujeres los sufrieron y sufren de algún modo, sólo que las
Bibliografía
tensión de dos elementos centrales del Estado tal y como lo conocemos en América
Latina. Es la tensión entre la democracia y los derechos fundamentales. Por una parte
supremos. Por otra parte, un conjunto amplio también de movimientos sociales han
camino para consolidar sus demandas frente a una mayoría conservadora. Esta es la
paradoja que nos obliga a pensar la relación entre los derechos y la democracia, desde la
perspectiva de los sujetos que reivindican la centralidad de sus luchas bordeando los
∗
Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana, con estudios de Doctorado en Derechos
Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid y Maestría en Humanidades en la UAM
Iztapalapa. Fue director de la Academia Mexicana de Derechos Humanos de 2004 a 2005. Ha publicado
diversas investigaciones sobre derechos humanos, sexualidad y política. Actualmente es Coordinador de
Alternativa Socialdemócrata y Campesina, partido político en el Distrito Federal. En noviembre de 2006,
apoyo la Ley de Sociedades de Convivencia del Distrito Federal.
206
Michael Ignatieff, Los derechos humanos como política y como idolatría, Ediciones Paidós Ibérica,
Barcelona, 2003, p. 51.
denominar como una “relación estable”. Aunque de larga data en la reflexión filosófica,
tanto jurídica como política, la democracia y los derechos tal y como ahora los
entendemos, son elementos centrales del diseño político en los países americanos, pero
las tradiciones políticas de las que surgieron en sus inicios se consideraban opuestas.
marcos de las constituciones del siglo XIX. Cabe señalar que aun siendo discursos que
países, su cumplimiento efectivo sigue siendo en la mayoría de los casos una lejana
promesa. No dejo de advertir que una parte fundamental del espectro de movimientos
la configuración del Estado actual y por lo tanto contra las nociones de democracia y de
humanos. Para efectos de estas líneas me centraré en la tensión que se observa en los
Robert Alexy207 señala que hay tres formas de contemplar la relación entre derechos
1. La concepción ingenua, que parte de la idea que ambos conceptos son algo
bueno y por lo tanto pueden convivir sin límite alguno. Visión que rechaza los
puntos de conflicto.
207
Robert Alexy, “Derechos fundamentales y Estado constitucional democrático”, en Miguel Carbonell
(Ed.) Neoconstitucionalismo (s), Editorial Trotta, Madrid, 2003, p. 37 y ss.
derechos fundamentales con la democracia se halla no en este mundo, sino en
Las concepciones propuestas, dan cuenta que, a pesar de los intentos por armonizar dos
sujeta a inevitables tensiones en nuestra realidad política y social. Ahora bien, esta
concepción realista nos podría llevar adoptar dos posiciones extremas. La primera
modo que protejan lo que todos los ciudadanos consideran tan importante como
para que no pueda ser confiado a la mayoría parlamentaria simple. De esta forma
Son conocidas las críticas a esta teorización, principalmente en torno al peligro, que en
palabras de Gustavo Zagrebelsky, podrían representar los jueces como nuevos señores
siguiendo el modelo propuesto por Dworkin. Juan Carlos Bayón anota dos objeciones:
legislador democrático.210
teórico como aquella concepción del Estado de derecho en nuestros tiempos y que
décadas del siglo pasado. En los más recientes debates sobre filosofía del derecho, el
208
Robert Alexy, op. cit., p. 39.
209
Gustavo Zagrebelsky, El derecho dúctil, Ley derechos y justicia, Editorial Trotta, Madrid, 1995.
210
Juan Carlos Bayón, “Derechos, democracia y constitución”, en Miguel Carbonell (Ed.)
Neoconstitucionalismo (s), Editorial Trotta, Madrid, 2003. 214
objeciones contramayoritarias o triunfos contra las mayorías, en la terminología de
Un ejemplo del cambio de paradigma que supone el constitucionalismo sería para Luigi
autoaplicables, aun ante la ausencia de una legislación que las regula en lo específico. El
inaplicabilidad.
Dentro de este nuevo paradigma las constituciones de los estados modernos emergen
de Jürgen Habermas:
subjetivos. Estos derechos conceden a una persona jurídica ámbitos de acción legalmente
definidos dentro de los cuales pude conducir su acción de acuerdo con sus propias
preferencias.211
Es sabido que para Habermas, el derecho adquiere pleno sentido normativo no a través
211
Jürgen Habermas, “Acerca de la legitimación basada en los derechos humanos”, en, Jürgen Habermas,
La constelación posnacional: Ensayos políticos, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, 2000, p. 148
(iusnaturalismo), sino por un procedimiento de producción legislativa que genera
legitimidad: “en el nivel postradicional de justificación, sólo puede tenerse por legítimo
el derecho que pudiese ser racionalmente aceptado por todos los miembros de la
comunes”.212
constitucionalista dura -que él rechaza- incorpora dentro del sistema de aplicación del
legisladores, jueces) y en última instancia por los tribunales constitucionales, por lo que
en normas del legislador, ya que actualmente quien tiene la última palabra es la Corte
intersubjetivo.
¿Pero que consecuencias tiene este cambio de paradigma en el sistema jurídico con
212
Jürgen Habermas, Facticidad y validez: Sobre el derechos y el Estado democrático de derechos en
términos de la teoría del discurso, Editorial Trotta, Madrid, 2000, p. 202.
compuesta por los derechos. Ernesto Garzón Valdés llama a esta esfera intangible el
“coto vedado”; por su parte, Michael Ignatieff lo denomina “el núcleo defendible”.
Estos autores consideran que el contenido de estos espacios no debe abarcar todo tipo de
derechos sino sólo aquellos indispensables y ven con preocupación una “inflación de
Quienes desde diversas formas de constitucionalismo hacen suya la tesis del “coto
actuales, sus alcances son precisados en cada decisión por los operadores jurídicos y en
última instancia por los tribunales constitucionales. Los riesgos que se advierten son en
En suma los derechos no son lo que cada interpretación subjetiva o intersubjetiva arroje,
en nuestras sociedades los derechos son lo que el tribunal constitucional en turno decida
por mayoría que estos son. La pregunta que cabe es si ¿como ciudadanos deberíamos
213
Ibidem, p. 212.
Si la actividad interpretativa se asocia con las labores cotidianas de instancias judiciales
preponderantemente, incluso opacando el hecho de que interpretar es algo que hace toda
persona que opera con el derecho, sea un particular o una autoridad, al vincularse el
resolver en última instancia y cuáles argumentos utiliza en sus decisiones, toda vez que
encomendarse a los jueces. Esto conviene cuestionarlo para que la defensa de los
humanos, no sirva de pretexto para que se minimice a las instancias políticas en las que
adoptan con base en la regla de mayoría, en los órganos de carácter colegiado, como lo
La regla de mayoría mantiene una relación interna con la búsqueda de la verdad por vía
de que la decisión tomada por la mayoría sólo representa una cesura en una discusión
ininterrumpida, que no fija, por así decir, sino el resultado provisional de una permanente
producirse bajo la premisa de que los asuntos en litigio se han discutido de una forma
cualificada…214
Desde quienes ven con escepticismo el paradigma del constitucionalismo apuntan que
214
Habermas, Facticidad y validez, op. cit., p. 247.
reconociendo las desventajas de la mayoría representativa en los congresos, la prefieren
plausible si se entendieran a los derechos como algo dado, estático y permanente. Pero
estabilidad en omisiones requeridas del Estado, así como en acciones positivas para
A manera de conclusión podemos decir que es cierto que el paradigma del Estado
Quizá no sea del todo grave en países que tuvieron por muchos años un sistema judicial
débil y subordinado, sin embargo, en los últimos meses, hemos podido apreciar, el sin
número de temas determinantes tanto para los ciudadanos como para la misma política
en México y América Latina que han terminado en manos de las y los ministros de la
Corte, o los magistrados del tribunal electoral con las consecuencias indeseables que
esto tiene.215
del poder judicial, entre otros temas. Inclusive algunos partidos políticos que en el
215
Véase, Andrea Greppi, Concepciones de la democracia en el pensamiento político contemporáneo,
Editorial Trotta, Madrid, 2006.
debate parlamentario y en su correlación de fuerzas pierden algunas batallas, en el plano
del sentido de los derechos no tiene nada que ver con la capacidad de autodeterminación
derechos son una pieza fundamental de la democracia, las decisiones sobre sus bordes y
¿La respuesta de quien vigila al vigilante?, es hoy más pertinente que nunca. Sólo como
hipótesis de un equilibrio entre derechos y democracia, apuntaría que habría que partir
de la desconfianza en las capacidades y virtudes tanto del poder legislativo como del
poder judicial. El camino no por dicho hasta el cansancio resulta menos importante,
cotidiana, pensar el discurso reivindicatorio de los derechos humanos más allá de las
Finalmente, en tanto los procesos de transformación nos lleven, mediante las luchas
aspectos, como quise argumentar en este trabajo, se está dando en los espacios de la
judicial sigue despertando poco interés fuera de los análisis académicos. Pero ha llegado
la hora de que los jueces rindan cuantas ante una sociedad que en su vida cotidiana,
observa el efecto concreto de sus decisiones cuando resuelve las múltiples tensiones
nuestra vida política son sustraídos de los legislativos y qué alcances les imponen los
tribunales a los derechos que luchamos por ejercer, es una tarea democrática que habría
Norma Mogrovejo ∗
los sesenta y principios de los setenta estuvo motivado por el clima de represión y
sexual.
año a año era cuestionada, los movimientos sociales junto al reclamo por derechos
democráticos exigían el respeto de los derechos humanos, así, para muchos activistas, la
∗
Mexicana de origen peruano, lesbianóloga. Doctora en Etudios Latinomericanos por la UNAM, docente
de tiempo completo en la UACM. Entre sus publicaciones figura Un amor que se atrevió a decir su
nombre. La lucha de las lesbianas y su relación con los movimientos homosexual y feminista en América
Latina (2000), Teoría lésbica, participación política y literatura (2004), además de libros de cuentos.
216
Aún cuando las razzias han sido una estrategia de persecución permanente en Latinoamérica, la década del
70 tuvo la particularidad de estar relacionada al activismo político.
produciendo y difundiendo panfletos217, activando o saliendo en marchas públicas,
militares o las reformas políticas que reforzaban las incipientes democracias significó
democracia traía consigo el concepto de igualdad jurídica y esta fue concebida por
para la definición del sujeto: todos los seres humanos son iguales porque son comunes
radica en que debe ser válida para todos los sujetos racionales,218 pero la pregunta del
217
Los integrantes del grupo Nuestro Mundo de Argentina en 1969, liderados por un ex militante comunista
segregado del partido por homosexual, se dedicaron durante dos años a bombardear las redacciones de los
medios porteños con boletines mimeografiados que pregonaban la liberación homosexual. En 1974, la
Comunidad del Orgullo Gay de Puerto Rico iniciaron la publicación del periódico Pa´Fuera. En 1978 un
grupo de homosexuales brasileños lanzó Lampiño da Esquina (farol de esquina) en referencia a la vida
callejera homosexual, publicación que dio origen a la formación de Somos: Grupo de Afirmación Homosexual.
El grupo mexicano Frente Homosexual de Acción Revolucionaria publicó en 1979 Nuestro Cuerpo.
218
Amorós, Celia. Feminismo, igualdad y diferencia. Colección libros del PUEG. Coordinación de
Humanidades. UNAM, 1994.
identidades disidentes cuando aún persiste el supuesto esencialista que califica a la
Las primeras formas de interlocución política del naciente movimiento homosexual con
presentando candidaturas abiertamente gays, las que si bien para la época podrían haber
nuevo tipo de imagen del homosexual, comprometido con los problemas sociales de su
entorno y su tiempo.
representante del Frente Nacional Contra la Represión (FNCR) -uno de los espacios
más fuertes de la oposición-, y por primera vez, siete candidaturas gays para diputados
porque ofrecía una estrategia segura para salir políticamente del closet, para lo que
pronunciarse sobre la sexualidad pero con el trabajo del CLHARI, el XIX Congreso del
resultado fue positivo, ya que la campaña permitió al movimiento una amplia cobertura
de difusión. El espacio público empezaba a ser ganado, las marchas cada vez más
organización guerrillera y quién se había declarado gay durante su exilio en Francia, fue
alcanzó una diputación local gracias al convenio realizado entre dicha agrupación
Ante las diversas formas de violencia ejercidas contra la disidencia sexual que van
por conseguir garantías legales tanto a nivel constitucional como leyes contra la
219
“Sexualidad y Política”, ponencia presentada por el PRT al Foro de Derechos
Humanos, Cd. Universitaria, octubre de 1989. Documento (fotocopia).
220
Green, James, “Deseo y militancia: lesbianas, gays y el partido de los trabajadores de Brasil”, en
Drucker, Meter, Arco iris diferentes, Siglo XXI, México, 2004.
discriminación por razones de orientación sexual. Entre 1987 y 1988 el movimiento
25% del congreso aprobó el artículo. En 1997, Ecuador se convirtió en el primer país de
discriminación por razón de opción sexual entre otras causales y dos años después su
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Institución que tiene como gran reto,
El término crímenes de odio, aparece en 1998 a raíz del asesinato del joven
Mathew Shepard, de 22 años, al que sólo por su condición gay, dos delincuentes
Perú se convierte en el cuarto país de América Latina que cuenta con esta protección a
nivel nacional, después de Ecuador (Constitución), Uruguay (Código Penal) y México
(Ley Federal).
Despenalización de la homosexualidad
declaró inconstitucional por unanimidad el inciso 1 del artículo 516 del código penal
implicó una lucha del movimiento homosexual chileno de aproximadamente siete años,
que había venido librando una larga batalla por la despenalización del artículo 103221,
221
Margarita Sánchez De León, pastora de la Iglesia "Comunidad Metropolitana Cristo Sanador",
integrante de la Coalición contra el Artículo 103 y Pro-Derechos a la Intimidad, en la ciudad de
Santurce, acudió a la Fiscalía admitiendo haber violado el artículo 103 del Código Penal, conocido
como Ley de Sodomía que sanciona con cárcel de 10 a 12 años. El fiscal, Ramón Muñiz Santiago, le
indicó que no podía ser procesada debido a que este artículo no se aplica a mujeres lesbianas
porque es necesario un "miembro viril" para cometer el delito. Agregó que aún cuando dos
hombres homosexuales acudieran a confesar su delito, no podrán ser procesados por no existir
víctimas o perjudicados en sus actos. Con ello afirmaba que la ley no se implementa si no hay una
celebró la declaración de inconstitucionalidad que el Tribunal Supremo de Estados
Unidos, a raíz del caso “Lawrence vs. State of Texas”,222 otorgó a cualquier ley que
vez también puso en entredicho la habilidad del Estado de clasificar como delito lo que
estados a eliminar de sus respectivos códigos penales; delitos sobre la sodomía y el sexo
oral entre adultos del mismo sexo. Considerado como “estado libre asociado”, Puerto
disidente a la norma heterosexual es un delito. Aun cuando la ley ha sido letra muerta,
Derechos sociales
La lucha por los derechos sociales ha tenido una lenta expresión, sin embargo son
del mismo sexo como beneficiarias/os de una póliza de seguro de vida y de seguro
víctima y al no haber víctima o persona perjudicada, pues no hay delito. Sin embargo, la existencia
de la penalización implica el uso de la discrecionalidad para discriminar y ponen en peligro los
derechos de un importante sector de la población. Por ello exigían al Estado la intención clara de
no procesar a quienes consientan en tener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo y para
ello una enmienda del estatuto para precisar esta posición.
222
La raíz del caso en Texas viene de una pareja homosexual que fue sorprendida practicando sexo
anal cuando un vecino llamó a la Policía para decir que un hombre se estaba "volviendo loco" en la
casa. El vecino, según el caso, hizo la llamada para perjudicar a la pareja de homosexuales. En
defensa del caso, el estado de Texas argumentó que la permanencia del estatuto antisodomía ayuda
a fomentar la institución de la familia y el matrimonio. Los dos hombres que recurrieron al caso,
John Geddes Lawrence y Tyron Garner, recibieron una multa de $200 cada uno y pasaron una
noche en la cárcel tras haber sido convictos de una falta sexual en 1998.
médico, además de la posibilidad de solicitar conjuntamente préstamos para la vivienda
Instituto Nacional del Seguro Social para el pago de pensión a los viudos gays y a las
extranjero. El Instituto Nacional del Seguro Social en el estado de Bahía confirmó que
por el Grupo Gay de Bahía) se considera como documento válido para acceder a los
beneficios que él otorga. En Porto Alegre, Rio Grande do Sul, el alcalde reglamentó la
validez del vínculo de pareja homosexual para acceder al derecho de pensión, en el caso
de empleadas/os municipales.
La lucha por el reconocimiento a las parejas del mismo sexo ha sido menos fructífera en
la región. Gran número de países en la región han presentado proyectos de ley para el
actor político regulador del papel del Estado. Con argumentos estrictamente morales se
convivencia.
En el caso de Brasil, el Proyecto de Ley de Unión Civil entre Personas del
Mismo Sexo presentado en 1995 por una diputada federal del PT, a once años, sigue
afirman ser testigos de una derechización porque para la elección de Lula estuvieron
Asamblea Legislativa del Distrito Federal223 en 2001 fue impedida su discusión debido
a la presión de la iglesia. A finales del 2003 fue el jefe de gobierno del DF, preocupado
por no bajar su popularidad, quién cedió a las presiones de la iglesia y se opuso a que el
desde los 80, de apoyo a la causa homosexual, provocando una sentida reacción de
En Colombia, a pesar del apoyo del Senado, el Defensor del Pueblo y de tres ex-
presidentes, la iglesia católica envió cartas a todas las senadoras y senadores instando a
del Ministro de Justicia en contra del mismo y la falta de quórum los días de la
gran campaña de los activistas, el proyecto se votó y fue derrotado y archivado por
tercera vez.
223
Enoé Uranga, candidata plurinominal de la agrupación feminista “Diversa”.
La legislatura de Buenos Aires, pese a la oposición de la iglesia, aprobó en mayo
del 2003, por primera vez en América Latina, el reglamento de la Ley de Uniones
que demuestren que tienen al menos dos años de convivencia y no estén casados. Otra
de las condiciones que impone esta ley es que uno de los contrayentes debe ser residente
capitalino por al menos dos años. Los deberes y derechos de las parejas que formalicen
su unión mediante esta ley serán los mismos que los de los casados, excepto porque no
podrán heredar ni adoptar hijos. El proceso de aprobación de esta ley demoró dos años
durante los cuales no faltó la polémica. Como reacción, varias provincias argentinas
Convergencia y del Trabajo. Cinco horas fueron el colofón de casi siete años de
En este caso, la lucha de la disidencia sexual no sólo fue obstaculizada por la iglesia y
presidencia del partido de la izquierda en una extraña alianza con la iglesia católica. La
ley aprobada reconoce a las y los convivientes, de diferente o del mismo sexo, derechos
(Chile, Perú, Panamá) despertado entre los partidos políticos de derecha y sus
el matrimonio y la familia”.
Si bien gran parte de la comunidad defiende la legalización de la convivencia, la
adopción, a pesar de que el contenido de los mismos no incluye tales figuras. Aún
porque mantendría un estado inferior y anticonstitucional para las parejas del mismo
alcanzar. La batalla, para esta corriente (de la igualdad), es sobre todo contra la
crimen y los activistas de la igualdad apuestan a que los cambios culturales son más
planteó la búsqueda de una “identidad” propia que marcaría su diferencia con respecto
que concierne a los modos de ser humano, la peculiaridad de las experiencias, fines, y
posibilidades de cada quién (Lonzi, 1981). La teoría de la diferencia sexual plantea que
el sistema de géneros como relación jerárquica, ata a las mujeres a los hombres,
femenina es la forma más profunda de lograr la desconstrucción del orden que se erige a
sí mismo como modelo único a seguir.224 Esta corriente es crítica a las reivindicaciones
de la igualdad ya que considera que no han propuesto nuevos valores. En tal sentido,
uno de los principales cuestionamientos está dirigido al matrimonio debido a que este es
una institución de control y estratificación social para subordinar a las mujeres y los
organización social y que ha devenido en crisis incluso para los heterosexuales; por lo
servir como base para dialogar con el mundo de los opresores ni para reclamarles algo,
224
Gargallo, Francesca, “Unos apuntes sobre la teoría lésbica de Norma Mogrovejo”, presentación de
libro.
reconocimiento del control reproductivo, no ha implicado escapar a otras formas de
basada en la diferencia.
reforzada por nuevas leyes y lógicas económicas más duras. De esta manera las mujeres
con nuevas leyes migratorias. Este sistema restrictivo orilla al reconocimiento de las
La pregunta que plantea Jules Falquet, ¿tenemos que aceptar que el Estado nos
Hasta qué punto somos conquistadas por las lógicas económicas y aceptamos la
pareja porque es más fácil dividir los gastos entre dos, se puede gozar del seguro social,
compartir la renta, etc, es posible que la lógica económica sea más atractiva que el
monogámica más que una necesidad material, es sublimada como ideal y aceptada
utilizar la pareja gay o lésbica “casada” de la misma forma en que utiliza el matrimonio
225
Falquet Jules, De la cama a la Calle: perspectivas teóricas lésbico-feministas. Brecha lésbica,
Bogotá 2006.
heterosexual para ordenar a la sociedad en la obediencia a las instituciones emanadas
que no tienen hijos, ni marido, ni dueños, ni patrones, las que nada valen y que nadie
reclama por ellas, dice Chuy Tinoco. Las que intentaron viajar “solas” o vivir “solas”.
Hay que analizar cómo se afina el sistema de exterminio gradual de las mujeres. La
persecución de las mujeres “solas” hace que no quede otra que mantenerse en la
la llamada “diversidad”.
exclusividad sexual y afectiva que tiende a reducir la vida social política y laboral,
donde los celos juegan un papel central para mantener a las mujeres, incluso lesbianas
encierro de a dos y los celos, ante la faltas de espacios sociales, “guardarla” aunque sea
226
Gargallo, Francesca, “Para ahondar en la práctica política de la diferencia sexual”. Ponencia
presentada al seminario Nuevos y Grandes retos del feminismo en el siglo XXI, Colegio de México,
29 de junio 2005.
227
En: Falquet, ibidem.
por la fuerza puede volverse una necesidad vital, sumado a ello la hostilidad lesbofóbica
construir redes sociales y políticas que dan fuerza a proyectos alternativos; así, en vez
opuestos entre ellos por intereses egoístas divergentes, podríamos soñar con un
entramado social que permita poner en común nuestros recursos materiales, afectivos y
fuera del sistema de plantaciones; la mejor solución para las lesbianas prófugas del
posible.
sexuales y éticas porque cargamos los conceptos de pareja, fidelidad, celos, inseguridad
separatistas tanto en Europa, Estados Unidos y América Latina, muchas de ellas basadas
que hay que redefinir el amor y para ello, volvemos a la pregunta inicial, ¿necesitaremos
cotidiano e histórico? Para Yan María Castro, hay que sacar al amor del ámbito
individual y personalizado y ligarlo a un sentimiento colectivo de justicia social,
analizar el sistema patriarcal, el papel del estado y sus leyes, el sistema capitalista y la
comunitarias, 3) como instrumento para aislar a los individuos, 4) como arma de control
social que cancela la autonomía del sujeto, 5) como medio para el control de las mujeres
que oculta la relación heterosexual como una relación de dominación bajo el discurso de
la “preferencia sexual”.
228
En: Falquet, op. cit.
El feminicidio: sus fronteras y la construcción del nuevo sujeto femenino en
América Latina
Mariana Berlanga ∗
América Latina, año 2006. El comienzo de siglo nos sorprende a las mujeres con un
nuevo término, una palabra que tiene que ver con nosotras y con una realidad cotidiana;
realidad que para unas es casi increíble y para otras, ineludible. En los periódicos, la
radio y la televisión, incluso en los libros, se empieza a hablar de femicidio o
feminicidio como si se tratara de un término que siempre formó parte de nuestro
vocabulario. Asumimos que lo entendemos cuando vemos la imagen de un zapato
femenino en medio del desierto o cuando los medios de comunicación lo resumen
simplemente como “asesinatos de mujeres”.
Pero, ¿desde cuándo empezamos a hablar de feminicidio?, ¿a qué nos referimos
exactamente con este término?, ¿por qué es el feminicidio un concepto que
ineludiblemente nos remite a la(s) frontera(s)? y ¿cómo podemos vincular el feminicidio
con la constitución del nuevo sujeto femenino en América Latina?
A pesar de que a través de la historia de la humanidad y en específico, de nuestra
región, las mujeres han sido maltratadas, ultrajadas, violadas, torturadas y asesinadas en
muchos momentos y por diversas razones, es durante los últimos años cuando el
problema adquiere otra dimensión. En otras palabras, los asesinatos de mujeres no son
una novedad en la historia de América Latina, pero las razones y las formas de estos
crímenes sí constituyen un fenómeno nuevo. Y es en ese sentido, que vale la pena
aclarar lo que hoy en día se entiende por feminicidio.
La periodista mexicano-estadounidense Diana Washington Valdez comienza el prólogo
de su libro Cosecha de mujeres. Safari en el desierto mexicano diciendo: “La saña con
que las mataban fue lo que al principio me llamó la atención”.229 La cito porque
seguramente la situación específica a la que nos referimos cuando hablamos de
∗
Periodista y feminista. Egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Sepién García. Maestra en Estudios
Latinoamericanos por la UNAM, con la investigación titulada: Nuevos problemas sociales de América
Latina. El feminicidio en México y Guatemala. También edita la revista Manovuelta de la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México y colabora en el suplemento de mujeres de Milenio Diario.
229
Washington Valdez, Diana. Cosecha de mujeres. Safari en el desierto mexicano. Editorial Océano.
México 2005. P.21
feminicidio tiene sus primeras bases en esa percepción de brutalidad insospechada, casi
incomprensible, con la que un asesino anónimo, evidentemente de sexo masculino, mata
a una mujer en un espacio y tiempo perfectamente delimitados. Por lo tanto, podemos
afirmar que el término feminicidio sí es relativamente novedoso, puesto que el
fenómeno también lo es.
Más allá de las distintas definiciones que existen de feminicidio es importante aclarar
que sin duda alguna, el término se refiere a crímenes por razones de género, es decir,
cuando a una mujer se le agrede, se le violenta y finalmente se le mata simplemente por
el hecho de ser mujer, sin existir, por lo menos visiblemente, otro motivo.
Feminicidio y frontera
Hoy en día es común escuchar argumentos que se esgrimen para minimizar la
importancia del suceso. Frases tales como: “en tal país o ciudad se asesinan a más
hombres que a mujeres y a nadie le parece tan relevante”. Es verdad que tanto el
asesinato de hombres como de mujeres debe entrañar una seria preocupación, y que la
violencia entre personas del mismo o de diferente sexo es en sí misma inquietante. Sin
embargo, no deben dejar de despertar un especial asombro las manifestaciones de
violencia que sólo se justifican por el sexo de la víctima. Este tipo de crímenes no
pueden ni deberían entrar en la misma categoría de los demás; mucho menos deben
etiquetarse como “violencia intrafamiliar”, sutil nombre que suaviza las agresiones
cometidas en contra de las mujeres y que evidencian una actitud sexista, misógina, pero
sobre todo, discriminatoria. Si bien, en varios países centroamericanos estos asesinatos
son cometidos por familiares (maridos o parejas sentimentales, casi siempre), se trata de
una acción de menosprecio y odio que se convierte en la expresión máxima de la cultura
patriarcal. La etiqueta de “violencia intrafamiliar” resulta todavía más confusa si se
considera que en este tipo de crímenes, en muchos de los casos (por lo menos en lo que
respecta a los casos específicos de México y Guatemala), las víctimas no conocían ni
tenían ninguna clase de vínculo con su agresor.
Cuando hablamos de feminicidio nos estamos refiriendo a una serie de asesinatos de
mujeres comunes y corrientes, mujeres que caminaban tranquilamente por la calle
cuando fueron sorprendidas por su agresor, quien además de poner fin a su vida, se
encargó de dejar una evidente huella de odio hacia su cuerpo femenino. También nos
estamos refiriendo a asesinatos que ocurren al interior del propio hogar por razones
aparentemente incomprensibles. Lo interesante aquí es que la muerte de estas mujeres
no fue un ajuste de cuentas, no fue una venganza, ni siquiera una persecución política o
accidente, sino la consecuencia de un crimen perpetrado por quienes la consideran de
poca valía; un objeto desechable, pero además despreciable por su cuerpo sexuado, y
seguramente por el papel que juega o que puede llegar a jugar en la sociedad.
Como parte del bagaje teórico feminista, en 1992, Jill Radford y Diana Russell
definieron femicide como “una acción desencadenada por motivaciones misóginas, que
incluyen violencia sexual y que tienen por objetivo el exterminio de la víctima”.230
La traducción de femicide que se ha hecho al español es feminicidio. Es un término que
en su forma original, busca homologarse con el de homicidio y sólo significa asesinato
de mujeres. Sin embargo, en la traducción el término tiene un sentido más amplio,
refiriéndose a los hechos de lesa humanidad que contienen los crímenes y las
desapariciones de mujeres.
Según la Comisión Especial para Dar Seguridad a las Investigaciones Relacionadas con
los Feminicidios de la Cámara de Diputados en México, para que se de el feminicidio
concurren de manera criminal, el silencio, la omisión, la negligencia y la colusión de
autoridades para prevenir y erradicar estos crímenes. En palabras textuales de dicha
Comisión: “Hay feminicidio cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea
condiciones de seguridad en la comunidad, en la casa, ni en los espacios de trabajo, de
tránsito o de esparcimiento. Más aún, cuando las autoridades muestran deficiencia en
sus funciones. Por eso el feminicidio es un crimen de Estado”.
En este contexto, seguir negando que la frontera de género o de sexo sea de primera
importancia (comparada con la de clase social, por ejemplo) en las relaciones de
desigualdad, aquí como en China, contribuye a perpetuar el círculo vicioso que engloba
la historia de la humanidad, por lo menos de los últimos siglos y que se refleja en este
tipo de actos que generan asombro, pero que por otro lado son solapados y engendrados
por la misma red social. Si bien, tanto en el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, como de
otras ciudades mexicanas y centroamericanas, el análisis del feminicidio conlleva
necesariamente la consideración de otras fronteras (la de raza y clase social, por lo
menos), es esa frontera, esa línea divisoria que separa el destino de los hombres y las
mujeres la que realmente nos puede dar la clave para entender, si no el origen del
problema, sí el contexto y el orden simbólico en el que se da. Por otro lado, la sola
230
Radford, Jill y Diana E.H. Russell. Feminicide: The Politics of Woman Killing, New York Tawne
Publishers, 1992.
existencia del feminicidio como tal, aun en un contexto de posmodernidad y el caos que
de este se desprende, los conceptos de sujeto, identidad, pero sobre todo, el de
ciudadanía se tambalean si la frontera de género no se considera esencial. Es por todos
estos motivos, que no veo otra forma de abordar el fenómeno del feminicidio, más que
desde la óptica de los estudios culturales y del feminismo. No solamente para intentar
explicar por qué ocurren estos asesinatos de mujeres, sino también para identificar de
qué manera, las mujeres en América Latina dejan y dejarán de ser objetos, para
constituirse como un nuevo sujeto femenino y de esta manera, hacerle frente a todas
estas prácticas discriminatorias en nuestra región.
Afirmo que los estudios culturales pueden ser de gran utilidad para intentar comprender
las causas del feminicidio, primero que nada porque el análisis serio de un problema de
esa naturaleza (confusa y evidente, a la vez) requiere de una transversalidad
disciplinaria. Para intentar explicar los asesinatos de mujeres que tienen hoy lugar en
América Latina, no basta con una óptica sociológica, ni antropológica. Es necesario
echar mano de la Economía, de la Historia de las Ideas y de todo conocimiento que
pueda dar un poco de luz a un fenómeno que sin duda tiene asideros en el contexto
cultural, político, social y económico.
Por otro lado, como apunta Nelly Richard, “la palabra –cultura- señala diferentes
procesos y actividades cuya definición varía según los campos de resonancia (el mundo
de la vida cotidiana, las tradiciones artísticas y literarias, las políticas institucionales y
de mercado, etc.) en los que se inserta para designar aquellas manifestaciones
simbólicas y expresivas que desbordan el marco de racionalidad productiva de lo
económico-social.”231
Más adelante, señala Richard que “lo primero que caracterizó a los estudios culturales
fue su voluntad de democratizar el conocimiento y de pluralizar las fronteras de la
autoridad académica, dándoles entrada a saberes que la jerarquía universitaria suele
discriminar por impuros en cuanto se rozan, conflictivamente, con el-fuera-de-corpus de
231
“Globalización académica, estudios culturales y crítica latinoamericana”. Nelly Richard. En Estudios
Latinoamericanos sobre cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización. Daniel Mato
(comp.) CLACSO, Buenos Aires, 2002. P.185
ciertos bordes llamados “cultura popular”, “movimientos sociales”, “crítica feminista”,
“grupos subalternos”, etc.”.232
La autora llega, incluso, a afirmar que uno de los aspectos más productivos del proyecto
de los estudios culturales en los años 60, en Inglaterra, fue precisamente la revisión de
los cruces entre las diferentes versiones de lo cultural, desde las tensiones entre lo
simbólico y lo institucional, lo histórico y lo formal, lo antropológico y lo literario,
etcétera.
Marisa Belausteguigoitia, afirma por su parte que “durante las últimas décadas se ha
revolucionado el concepto de cultura de forma tal que ha empezado a funcionar, más
que como un campo, como un dispositivo transdisciplinario, como puente para pensar
en los mecanismos de construcción de identidades, alteridades, subalternidades, y sus
múltiples procesos de resistencia, empoderamiento y asimilación en un mundo
globalizado”.233
Por otro lado, los estudios culturales se basan en la construcción de mediaciones y
traductores. En ese sentido, sólo las voces de otras mujeres pueden hablar por las que ya
no están, por las que fueron encontradas muertas y ultrajadas, por las que salieron de su
casa y nunca volvieron. Y es de esta manera, como se va perfilando el nuevo sujeto
femenino en América Latina; un sujeto que sobrevive y resiste a la discriminación en su
más exacerbada expresión, un sujeto sensible y solidario, que apunta con el dedo los
horrores de un sistema, pero que a su vez propone una forma de convivencia menos
desigual.
La importancia del feminismo como corriente teórica para pensar fenómenos como el
feminicidio, se evidencia con las palabras de la filósofa mexicana Graciela Hierro
cuando dice que éste nació “de los grupos de mujeres que a la menor provocación
cuentan su historia. Comienzan a tomar conciencia de vivencias compartidas de dolor y
sufrimiento y a comprender aquello que les sucede por el hecho de ser mujeres.
232
Ídem. P. 189
233
Marisa Blausteguigoita y Martha Leñero (coordinadoras). Fronteras y cruces: Cartografía de
escenarios culturales latinoamericanos. PUEG – UNAM, México, 2005. P. 14.
“Se rastrea la propia historia hasta alcanzar el mecanismo gatillo que te introduce al
feminismo: la primera vez que te rebelaste por comprender que lo que te sucede es
injusto e intolerable, que te ocurre porque eres mujer y te opones a ello para intentar
cambiarlo.”234
O como lo dice Eli Bartra: “El feminismo (o los feminismos) representa el
enfrentamiento con el sistema patriarcal, es la lucha por destruirlo; tiene su razón de ser
porque persigue la transformación económica, política, social, ideológica, psíquica y
sexual de las mujeres. Estos cambios buscan el mejoramiento, el enriquecimiento, pero
a su vez significan un paso más en el proceso general de –humanización- del ser
humano. Es una lucha civilizatoria por excelencia, como lo es toda defensa de los
derechos humanos; es una lucha contra la barbarie, la injusticia racional, la animalidad
que manifiestan, aún hoy en día, unas personas sobre otras”.235
Es por esta razón y porque la razón de ser del feminismo es fundamentalmente su crítica
a la cultura patriarcal, considero que la visión de Julia Monárrez, investigadora de El
Colegio de la Frontera Norte de Ciudad Juárez, Chihuahua, sobre el origen social y
cultural del feminicidio, es la que más se acerca a la realidad que estamos viviendo las
mujeres en América Latina, especialmente, en México y Centroamérica.
Según Monárrez, analizar los crímenes en contra de mujeres y niñas, necesariamente
remite al constructo teórico del feminicidio. Y agrega: “este fenómeno social está ligado
al sistema patriarcal, que predispone en mayor o menor medida a las mujeres para que
sean asesinadas, sea por el sólo hecho de ser mujeres, o por no serlo de manera
“adecuada”. La falta de adecuación presupone que la mujer “se ha salido de la raya” Y
ha traspasado los límites de lo establecido”.236
En síntesis, tanto el feminismo como los estudios culturales se caracterizan por darle
voz al “otro”, por poner el énfasis en la alteridad y, de esa manera, hacer trizas la visión
hegemónica que esconde el verdadero fondo del problema.
234
Graciela Hierro, “Madres simbólicas del feminismo en México”. En Griselda Gutiérrez Castañeda
(ccordinadora), Feminismo en México. Revisión histórico-crítica del siglo que termina. PUEG – UNAM.
México, 2002.
235
Eli Bartra, “Tres décadas de neofeminismo en México”. En Eli Bartra, Anna M. Fernández Poncela,
Ana Lau, Feminismo en México, ayer y hoy, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2000. P.47
236
Julia Monárrez Fragoso. “Feminicidio sexual serial en Ciudad Juárez, 1993 – 2001”. Revista Debate
Feminista. Año 13. Vol. 25. Abril 2002.
Cuando afirmo que el feminicidio es, necesariamente, un concepto fronterizo no me
refiero solamente al derrotero epistemológico desde el cual debe ser analizado. Me
refiero también a la característica intrínseca de sus sujetos y evidentemente, del espacio
en el que se lleva a cabo. Si bien, es verdad que el feminicidio se caracteriza por el
asesinato de mujeres por su condición de “ser mujeres”, es verdad que no cualquier
mujer es igualmente susceptible de ser asesinada.
En su estudio, Víctimas de crímenes sexuales, Julia Monárrez, subraya que en el caso de
los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, “la mujer es menos que mujer,
menos que ser humano, es un objeto al que se le niega su experiencia subjetiva. La
estrategia de dominio masculino se apropia del cuerpo de las mujeres al mismo tiempo
que dispone del espacio público.”237
Por lo tanto, estamos hablando de que en el feminicidio, la mujer deja de ser sujeto para
convertirse en objeto, y lo que la hace convertirse en objeto es, primero que nada, su
sexo, pero también el hecho de ser pobre, morena (o con facciones indígenas) y muy
probablemente, migrante.
Así narra Diana Washington la ola de asesinatos que tuvo lugar en Ciudad Juárez,
Chihuahua, de 1993 al 2003: “Durante esa terrible década, la mayoría de las víctimas
eran mexicanas originarias de Juárez o procedentes del interior del país, en busca de
oportunidades de trabajo. Llegaron tanto de ciudades como de regiones rurales, de
lugares tales como Coahuila, Durango, Zacatecas, Sinaloa, Guanajuato, Veracruz, la
Ciudad de México y Chiapas. Muchas de ellas buscaron trabajo en las maquiladoras,
mientras que otras mantenían la esperanza de cruzar la frontera hacia el norte. Aun
cuando se mostraron entusiasmadas de encontrar trabajo, muy pronto las recién llegadas
se dieron cuenta que su salario no alcanzaba para satisfacer sus necesidades básicas”.238
En ese sentido, para describir a las mujeres víctimas del feminicidio, cabe utilizar el
concepto de “rajada”, como lo hace Marisa Belausteguigoitia239. Ella define a la rajada
como el concepto del que “han conformado el discurso nacional”. La rajada, dice, “es
una herida causada por una traición al cuerpo, pero sobre todo de la lengua”.
237
Julia Monárez Fragoso. Víctimas de crímenes sexuales. Citado por SergioGonzález Rodríguez en
Huesos en el desierto. Anagrama, Barcelona, 2002
238
Op. Cit. P. 45-46
239
Marisa Belausteguigoitia. Las nuevas malinches. Mujeres fronterizas.
Y más adelante, agrega: “Rajar en cuerpo y lengua testifica uno de los sinos de las
mujeres desde el registro patriarcal: la entrega corporal al otro, el exceso verbal y la
traición (…)
“El rajar con la lengua y abrir el cuerpo a lo exterior, es decir, portar la simiente de la
traición en cuerpo y mente al traducir, como en el caso de La Malinche, aquellos
discursos que quiebran la unidad y replantean las formas tanto en presencia como de
liberación o resistencia”.
En ese sentido, las mujeres fronterizas a las que alude Belausteguigoitia son las más
vulnerables para ser violentadas o asesinadas en la medida en que, como dice Julia
Monárrez, no son lo que la sociedad espera de ellas. Son mujeres que van en busca de
su propio destino, que salen a buscar trabajo, que muchas veces lo encuentran y aunque
se encuentren con las más terribles formas de explotación, son las que tienen un sueldo
fijo, las que llevan el sostén de la casa, las que transgreden roles, aunque esa
transgresión sea parte fundamental de la supervivencia. Y es que, a final de cuentas, son
esas mujeres las que van traicionando los discursos, no solamente los que tienen que ver
con la identidad nacional, sino con lo que la sociedad entiende y espera del “ser mujer”.
Por lo tanto, estamos hablando que el blanco de estos asesinatos son mujeres que viven
en el límite: en el límite de la supervivencia, porque con trabajos pueden reunir lo
suficiente para salir al paso; en el límite de una identidad, porque si bien se reconocen
juarenses, la mayoría de ellas viene de algún otro estado de la república; y en el límite
de una frontera física en dos niveles: la del propio cuerpo, ya que su sexualidad es el
detonante de la agresión, y la del propio país, territorio que termina y que comienza,
pero cuya línea divisoria se desdibuja en un lugar de nadie, o mejor dicho, en un no
lugar, en una zona proclive a la delincuencia exacerbada, en un hacer de la legalidad
una burla y de la violencia, una forma de vida.
Sergio González Rodríguez, por ejemplo, describe a Ciudad Juárez y la expansión que
comenzó a tener a partir de los años 90 de la siguiente manera:
Era el núcleo de una sociedad desgarrada que comenzaba a confrontar sus flaquezas culturales. Y hacía
del espacio público la arena de sus diferencias y contrastes extremos. La sobrepoblación, la penuria
urbana, la violencia externa o intrafamiliar, las inercias de género –presentes en muchas otras partes de la
República mexicana- transformaban lo cotidiano en una pesadilla singular. Sobre todo para las mujeres, la
mitad de la población, poco más de 400 000 de ellas.240
Cualquier frontera del norte de México conforma un territorio idóneo que urde el anonimato radical de los
migrantes. Para los menos de ellos, la –línea- fronteriza implica una nueva identidad, para los más,
aquella encarna la experiencia del tránsito de México hacia Estados Unidos, la pérdida de la identidad
natal y la búsqueda de otra nueva, volátil, proclive a enfrentar riesgos. Una golpiza policiaca, estafas,
robos, cohechos, o hasta la muerte.
240
Op. Cit. P. 13
241
Estela Serret. Mujeres y hombres en el imaginario social. La impronta del género en las identidades.
consideró a los hombres, dejando en segundo plano a las mujeres. Iris Marion Young242
lo explica de la siguiente manera:
La ciudadanía es una expresión de la vida humana: es un dominio de racionalidad y libertad como algo
opuesto al dominio de las necesidades, deseos e intereses particulares.
Nada en esta concepción de la ciudadanía como universal opuesto a lo diferenciado, implica una
ampliación del estatus pleno a todos los grupos. De hecho, al menos algunos republicanos modernos
pensaron justamente todo lo contrario. Mientras alabaron las virtudes de la ciudadanía como expresión de
la universalidad, excluyeron conscientemente a algunas personas en función de que quizás no se
adaptaran al punto de vista general, o bien porque su inclusión dispersaría y dividiría las personas y
asuntos públicos. El ideal de un bien común, de una voluntad general, de una vida pública compartida
conlleva precisiones en pro de una ciudadanía homogénea.
Pero además, porque hablar de ciudadanía es dar por hecho que las mujeres (y las
mujeres fronterizas, específicamente) son sujetos de derecho, lo cual, como ya vimos
anteriormente, en la práctica esto es completamente falso. Y si tomamos la noción de
ciudadanía, a pesar y haciendo caso de la crítica que hace Iris Marion Young, nos
vemos en la necesidad de definir (y tal vez, de encasillar) a este grupo de mujeres
pobres, migrantes y fronterizas para incluirlas en esa sociedad homogénea a la que alude
el concepto de ciudadanía.
Por lo tanto, para analizar e intentar comprender las causas del feminicidio, así como
para tratar de detener dicho fenómeno, se requiere de una práctica constante y
consistente de desconstrucción.
Si ya antes me referí a la importancia de los estudios culturales y del feminismo, es
precisamente porque ambos consideran valiosa y fundamental esta forma de hacer
conocimiento.
El feminismo, por ejemplo, sería impensable si entre sus propuestas no estuviera el
dejar de equiparar lo universal con lo masculino, como se ha hecho, por lo menos,
durante los últimos veinte años de la humanidad. Como lo afirma Francesca Gargallo:243
… el movimiento feminista mientras dice a las diferentes culturas que apresan a las mujeres en los
sistemas de parentesco masculinos: sus medidas y hasta su sistema de medición no nos sirven porque
242
Iris Marion Young. “Vida política y diferencia de grupo: una crítica del ideal de ciudadanía universal”.
En Perspectivas feministas en teoría política. Carmen Castells (compiladora). Ed. Paidós. Barcelona,
19996.
243
Gargallo, Francesca. Las ideas feministas latinoamericanas. Ediciones Desde abajo. Bogotá, 2004.P.
17 - 18
hemos aprendido a reconocernos unas a las otras […] Las feministas en los últimos treinta años ya no
quisimos ser iguales a los hombres sino instaurar el no-límite de órdenes distintos, de números pares
conviviendo en la explicación de la realidad y la organización de la política, de la no separación entre la
naturaleza y la humanidad.
La reconstrucción implica no dar por hecho nada, sino atreverse a ir más allá. Es tirar el
muro y comenzar de cero, es intentar derribar, aunque sea con pico y pala cualquier
pensamiento hegemónico. Ya, Edgardo Lander,244 como pensador latinoamericanista, ha
destacado su importancia:
Conclusión
244
Edgardo Lander. “Ciencias sociales: saberes coloniales y eurocéntricos”. En La colonialidad del
saber: egocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Edgardo Lander (compilador).
CLACSO. Buenos Aires, 2000.
(y de hecho lo están haciendo) en el nuevo sujeto femenino de América Latina. De estas
mujeres y de aquellas que se solidaricen con ellas depende esta nueva voz.
Porque estas mujeres están traspasando el muro. Están dejando de ser “objetos” para
convertirse en sujetos que aprovechan momentos de visibilidad para ejercer prácticas
discursivas que buscan intervenir en lo político. Estas mujeres y nosotras, las que vemos
en su vulnerabilidad nuestra fortaleza, somos sujetos, porque también somos efectos de
esas prácticas discursivas. Somos sujetos, mas no sujeta(da)s, porque en esas prácticas
discursivas, ejercemos la libertad. Por lo tanto, somos y nos estamos convirtiendo en el
nuevo sujeto femenino de América Latina que pone en evidencia lo mismo la
desigualdad de sexos que la desigualdad de razas. Y tal vez sea esta propia condición
fronteriza la que nos permita repensar nuestra región desde otro lugar.
Bibliografía
Radford, Jill y Diana E.H. Russell. Feminicide: The Politics of Woman Killing, New
York Tawne Publishers, 1992.
Estela Serret. Mujeres y hombres en el imaginario social. La impronta del género en las
identidades. (artículo)
Iris Marion Young. Vida política y diferencia de grupo: una crítica del ideal de
ciudadanía universal. En Perspectivas feministas en teoría política. Carme Castells
(compiladora). Ed. Paidós. Barcelona, 19996.
INTRODUCCIÓN
Estructuras de rebelión
Luis Tapia
Hegel y el occidentalismo
David Gómez Arredondo
SUJETO Y EDUCACIÓN
Equidad de género, sujeto y educación
Alejandro Caamaño Tomás
Feminismo latinoamericano
Francesca Gargallo
Derechos y democracia
Jesús Robles Maloof
Francesca Gargallo
Escritora y Filósofa feminista. Historiadora de las Ideas. Licenciada en Filosofía por la
Universidad La Sapienza de Roma (Italia), Maestra y Doctora en Estudios
Latinoamericanos por la UNAM. Profesora-investigadora de tiempo completo de
Historia de las Ideas en la UACM. Es fundadora de la Asociación Iberoamericana de
Filosofía y Política. Además, es fundadora y Secretaria General de la Sociedad de
Estudios Culturales Nuestra América (SECNA) y miembro de Afroamérica-México,
AC. Tiene publicados ocho novelas y dos libros de cuentos. Su ensayo Garífuna,
garínagu, Caribe (2002) recibió el Premio al Pensamiento Caribeño. Asimismo, su
Ideas feministas en Latinoamericanas (1ª, ed., 2003; 2ª. ed., 2006, en esta misma casa
editorial) recibió mención honorífica en el Premio Libertador al Pensamiento Crítico,
otorgado por el Ministerio de Cultura de la República Bolivariana de Venezuela.
Además, fue coordinadora del Seminario Permanente de Filosofía Latinoamericana “La
Teoría de las Prácticas” durante los años 2006 y 2008, en el Plantel del Valle de la
UACM.