Adopción en Parejas Homoparenterales
Adopción en Parejas Homoparenterales
Adopción en Parejas Homoparenterales
Uno de los sectores en riesgo de vulneración de estos derechos, y que es víctima además
de los prejuicios sociales, son las personas con orientación sexual e identidad de género
no hegemónica. En los últimos años se han dado resultados importantes, avances
jurídicos en cuanto a la protección de sus derechos propiciando una mayor igualdad en el
ejercicio y goce de los mismos.
Las personas cultivan varios tipos de prejuicios estos pueden ser económico, sociales,
políticos, religiosos, sexuales, profesionales, etcétera, que pueden ser directamente
reforzados por los medios de comunicación, los que por ejemplo son: una de las fuerzas
más poderosas en la transmisión y el mantenimiento de los estereotipos sexuales
tradicionales. Por ello, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha examinado
el importante papel que juegan los medios de comunicación en la implementación de
estrategias para prevenir y combatir la violencia por prejuicio y el discurso de odio contra
las minorías sexuales y recomendó a los Estados estimular la adopción de códigos
profesionales voluntarios de conducta para los medios y periodistas, en tanto éstos
pueden jugar un rol fundamental en la lucha contra la discriminación y la promoción de los
principios de igualdad.
La familia como grupo social ha cambiado su estructura con el paso del tiempo,
incorporando nuevas costumbres y dinámicas sociales que modifican su composición.
Precisamente, uno de los efectos del reconocimiento del matrimonio civil entre parejas del
mismo sexo, es la constitución formal de una familia y con él los deberes de fidelidad y
socorro mutuo, la modificación del estado civil, el surgimiento de la sociedad conyugal, el
ingreso al orden de sucesión, la posibilidad de suscribir capitulaciones, que pueden
invocar los beneficios tributarios por tener cónyuge o compañero permanente y, de llegar
la nueva familia a establecer su residencia en otro país, las respectivas autoridades
deberán brindarles la protección legal que tienen los cónyuges. Asimismo, las relaciones
entre los miembros de la familia se han democratizado y son más igualitarias que en
tiempos pasados.
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México fue uno de los primeros países del mundo en permitir la adopción homoparental,
pero a la vez sigue siendo un lugar lleno de discriminación hacia esta práctica incluso hoy
en día. Así, a pesar de que en 2009 se legalizó la adopción por parte de parejas
homosexuales en Ciudad de México, aún ahora se sigue trabajando en este tema.
Cuando la ley que permitía que las personas homosexuales adoptasen fue aprobada, se
alzaron numerosas protestas, la mayoría de ellas lideradas por la Iglesia católica.
Esto llevó a que, en el año 2010, la Suprema Corte de Ciudad de México dictaminase que
las parejas del mismo sexo tienen el mismo derecho a adoptar que las heterosexuales en
este estado.
Sin embargo, en 2011 el Tribunal Supremo del estado de Coahuila atacó la nueva
legislación dictaminando que las parejas del mismo sexo no deberían poder adoptar allí,
al mismo tiempo que presionó al país entero para que eliminase la nueva ley.
La protección al interés superior de los niños y las niñas consagrado en el artículo 4o. de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es un principio que exige
su cumplimiento por parte del Estado en todos sus niveles de gobierno y ámbitos
competenciales y si bien es cierto que tratándose de la institución civil de la adopción, los
derechos de los menores sujetos a adopción se encuentran en posición prevalente frente
al interés del adoptante o adoptantes, también lo es que ello no se traduce en que la
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orientación sexual de una persona o de una pareja lo degrade a considerarlo, por ese solo
hecho, como nocivo para el desarrollo de un menor y, por ello, no permitirle adoptar.
Cualquier argumento en esa dirección implicaría utilizar un razonamiento vedado por el
artículo 1o. constitucional que, específicamente, prohíbe la discriminación de las
personas por razón de sus preferencias, lo que además sería contrario a la interpretación
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha desarrollado respecto del tipo de familia
protegido por el artículo 4o. constitucional y los derechos de los menores. Así pues, en el
caso de la adopción, lo que exige el principio del interés superior del menor es que la
legislación aplicable permita delimitar el universo de posibles adoptantes, sobre la base
de que ofrezcan las condiciones necesarias para el cuidado y desarrollo del menor
establecidas en la ley, para que la autoridad aplicadora evalúe y decida respecto de la
que represente su mejor opción de vida, pues sostener que las familias homoparentales
no satisfacen este esquema implicaría utilizar un razonamiento constitucionalmente
contrario a los intereses de los menores que, en razón del derecho a una familia, deben
protegerse.
El Tribunal Pleno, el cuatro de julio en curso, aprobó, con el número 13/2011, la tesis
jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a cuatro de julio de dos mil once.
Es un tema delicado que genera discusión enfocada en el “bienestar” de los hijos. Muchas
personas piensan que esta situación puede afectarlos de alguna manera en su
crecimiento sin embargo, de acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicología
(APA, por sus siglas en inglés). Un informe reciente que evalúa numerosos estudios
psicológicos y psiquiátricos concernientes al tema, dicen que no hay evidencia de que la
adopción por parte de parejas homoparentales sea dañina para los niños. En realidad, el
estudio arroja que no hay diferencias sustanciales entre el desarrollo de los niños con
padres del mismo sexo y el de los hijos de parejas heterosexuales. La información no es
nueva: un reporte del Seminario de Ética y Bioética de la UNAM menciona que no hay
razones objetivas para conjeturar riesgos para los niños educados por parejas
homoparentales. Sin embargo, los prejuicios y temores persisten.
Los principales argumentos apelan que los niños sufrirán discriminación en la escuela por
tener padres del mismo sexo. La realidad es que los niños pueden ser malos, sin importar
que los compañeros vengan de una familia con dos mamás o dos papás. El bullying existe
para los niños ricos, pobres, asiáticos, de papás heterosexuales y para los niños por ser
niños, sin una razón justificable.
Sin embargo, no podemos olvidar que México es el segundo país más homofóbico del
mundo después de Brasil. Al menos en el país o hay 65 casos por año, cinco al mes y al
menos uno a la semana de agresiones contra homosexuales, lesbianas, bisexuales,
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transexuales. Es importante este dato para tomar en cuenta que hay otra creencia por la
que se está en contra de la adopción homoparental y es que se cree que la identidad
sexual del niño puede resultar „dañada‟ debido a la preferencia de sus padres o bien que
la estabilidad y salud mental del infante será dañada por la preferencia de sus padres. Y
hay un miedo, una creencia particularmente preocupante: ¿los niños educa dos por
padres o madres homosexuales son más vulnerables al abuso sexual por parte de sus
tutores o los amigos de estos?
En los estudios evaluados por Asociación Estadounidense de Psicología todos los niños
estudiados, hijos de padres homosexuales, estaban contentos con su género y no tenían
deseo de pertenecer al sexo opuesto. Por otro lado, en cuanto a roles culturales de
género, no se encontraron variaciones entre hijos de madres homosexuales y
heterosexuales: todos ellos poseen las mismas preferencias de juguetes, actividades y
ocupaciones. Además, los datos no sugieren índices elevados de homosexualidad entre
los descendientes de padres y madres homosexuales.
Por lo tanto no hay evidencia que sugiera que hombres y mujeres homosexuales sean
incapaces de ser buenos padres. De hecho, lo que se muestra es que no hay diferencias
radicales entre sus formas de crianza y las de los padres heterosexuales. Un estudio de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descarta el impacto negativo en el
desarrollo de los niños adoptados por parejas homosexuales, además de que aseguran
que no se violan los derechos de los menores y garantizan la igualdad de acceso a las
familias homoparentales.
La conclusión es que la adopción es un tema muy delicado. Quien está a cargo del
proceso de adopción está, de alguna manera, investido de un poder inconmensurable,
que determina el destino del niño a adoptar. Muchas adopciones de todo tipo de
escenarios de la vida han sido para los bienes mayores tanto para el niño como para los
padres. Una minoría ha terminado de manera diferente.
Por lo tanto, asumimos que la adopción es buena para los niños que se dejan solos. Es
mejor para ellos vivir y ser criados por una persona, dos o varias sin importar sus
preferencias sexuales.