Muerte Encefalica en La Etica Medica
Muerte Encefalica en La Etica Medica
Muerte Encefalica en La Etica Medica
BOLIVIA
CARRERA DE MEDICINA
Grupo: D
Contenido
AGRADECIMIENTO.......................................................................................................................2
RESUMEN.....................................................................................................................................5
1. INTRODUCCION...................................................................................................................6
2. MARCO TEORICO.................................................................................................................7
2.1 Definición y determinación de la muerte....................................................................7
2.2 Criterios para diagnóstico de muerte encefálica.........................................................9
a) Prerrequisitos Clínicos:.................................................................................................9
b) Criterios Clínicos:........................................................................................................10
2.2.1 Diagnóstico clínico..............................................................................................10
2.2.2 Coma estructural de etiología conocida y carácter irreversible..........................11
2.2.3 Requisitos clínicos...............................................................................................11
A. Ausencia de alteraciones metabólicas....................................................................11
B. Ausencia de intoxicaciones.....................................................................................11
C. Ausencia de fármacos depresores del sistema nervioso central............................11
2.2.4 Exploración neurológica.....................................................................................12
A. Coma arreactivo.....................................................................................................12
B. Ausencia de reflejos troncoencefálicos..................................................................12
C. Test de atropina.....................................................................................................14
D. Test de apnea.........................................................................................................14
E. Actividad motriz espinal.........................................................................................15
2.2.5 Periodo de observación......................................................................................15
2.2.6 Muerte troncoencefálica "aislada".....................................................................16
2.2.7 Pruebas diagnósticas instrumentales.................................................................16
I. Electroencefalograma.............................................................................................16
II. BIS (Bispectral Index Scale).....................................................................................16
III. Potenciales evocados.........................................................................................17
IV. Doppler transcraneal (DTC)................................................................................17
V. Angiogammagrafía cerebral con radiofármacos difusibles.....................................18
VI. Arteriografía cerebral convencional...................................................................19
VII. Angiografía cerebral mediante tomografía computarizada (angio-TC)...............19
2.2.8 Diagnostico de ME en situaciones especiales:....................................................20
2.3 Obligaciones del médico en la muerte encefálica.....................................................21
2.4 Donacion de órganos.................................................................................................22
3. CONCLUSIONES..................................................................................................................27
4. BIBLIOGRAFIAS..................................................................................................................28
5. ANEXOS..............................................................................................................................29
RESUMEN
Se hizo una valoración de los criterios actuales para definir la muerte y su vinculación
con el trasplante de órganos, así como de algunos aspectos bioéticos relacionados. De la
complejidad del tema, deriva lo difícil de la elaboración bioética del problema, de la
definición y determinación de la muerte, y por tanto la necesidad de fundamentar una
concepción determinada con la mayor integralidad posible. Con el potencial de
aplicaciones que podría aportar la terapia celular y tisular en un futuro cercano, se
deduce que el concepto actual de muerte cerebral como criterio de muerte humana para
la donación de órganos tendrá que ser modificado. Se consideró que en el contexto del
debate actual adquiere gran trascendencia la adopción de una u otra posición, no solo
debido a la importancia del tema, sino dadas sus implicaciones en relación con el diseño
y la implementación de políticas y programas de gran relevancia en el plano social.
La muerte encefálica ha sido reconocida como la muerte del individuo por la comunidad
científica y aceptada como tal en la legislación de diferentes países. La muerte
encefálica se define como el cese irreversible en las funciones de todas las estructuras
neurológicas intracraneales, tanto de los hemisferios cerebrales como del
troncoencéfalo. Esta situación aparece cuando la presión intracraneal supera la presión
arterial sistólica del paciente, lo que da lugar a la parada circulatoria cerebral. La
etiología más frecuente es la hemorragia cerebral y el traumatismo craneoencefálico.
En España, más del 92% de los trasplantes se realizan con órganos procedentes de
donantes en muerte encefálica. La declaración de muerte encefálica es un acto de gran
responsabilidad, con trascendencia médica, ética y legal, ya que exige retirar todas las
medidas artificiales de soporte o realizar la extracción de órganos para trasplante.
1.INTRODUCCION
El concepto de muerte siguiendo criterios neurológicos, lo que se conoce como muerte
encefálica (ME), ha sido reconocido como la muerte del individuo por la comunidad
científica y aceptado como tal en la legislación de diferentes países.
En España, alrededor del 14% de los pacientes que fallecen en las unidades de cuidados
intensivos lo hacen en situación de ME, y pueden llegar a ser el 30% si la UCI es centro
de referencia de neurocirugía. La declaración de ME es un diagnóstico de gran
responsabilidad, con trascendencia médica, ética y legal, ya que exige retirar todas las
medidas artificiales de soporte –incluida la ventilación mecánica– o realizar la
extracción de órganos para trasplante.
En la actualidad, más del 92% de los trasplantes que se realizan en España se hacen con
órganos procedentes de donantes en ME. Estos datos, similares a los de otros países,
demuestran la importancia de la ME como entidad generadora de órganos para
trasplante y la convierten en una de las piezas indispensables del proceso donación-
trasplante. Un amplio conocimiento sobre el diagnóstico de ME y una correcta toma de
decisiones evita el consumo innecesario de recursos y optimiza la obtención de órganos
para trasplante.
2.MARCO TEORICO
2.1 Definición y determinación de la muerte
Definitivamente no hay duda de que el tema de la muerte es actualmente motivo de
debate, no solo en el ámbito filosófico o médico, sino prácticamente en todas las esferas
de la sociedad. Sin embargo, no es posible analizar el tema de la muerte sin considerar
el tema de la vida. Si se quiere discutir en qué momento ocurre la muerte, se debe
reflexionar también sobre el momento en que se inicia la vida. Una no es sin la otra, al
mismo tiempo que una no puede ser al tiempo que la otra; si una es, la otra no puede
ser. Ambas son principio y fin de sí mismas, tanto que por momentos se confunden, se
mezclan y terminan por parecer una sola cosa. Vida y muerte son las 2 caras de una
misma moneda.
Una formulación del concepto de muerte consiste en una definición de lo que significa
morir, con un criterio conceptual que brinda las bases anatómicas y fisiológicas para
sustentar la definición; algunos criterios operativos para determinar si el criterio
conceptual se ha cumplido; y eventualmente, pruebas médicas específicas para
demostrar si los criterios operativos están, sin dudas, presentes. Las pruebas y los
criterios específicos deberán corresponder a una definición precisa. En la tabla se
muestran las diferentes tendencias para clasificar y diagnosticar la muerte. El inciso A
corresponde a la forma clásica de definir y diagnosticar la muerte mediante el cese de
las funciones cardiorrespiratorias. Los incisos B, C y D se refieren a las tendencias
encefálicas para definir y diagnosticar la muerte. El inciso E corresponde a la
formulación reciente de la muerte humana, que por primera vez, incorpora la conciencia
con sus 2 componentes (capacidad y contenido) como núcleo fundamental de dicha
definición.
La muerte es un hecho que afecta al ser humano y ha sido analizada de forma muy
heterogénea, según la concepción teológica, filosófica o científica que se tenga del
mundo. Esta heterogeneidad se debe a que las diferentes maneras de considerarla no
siempre coinciden y mucho menos se complementan a plenitud, pues cada una aspira a
precisar y conocer el fenómeno muerte. Definir a una persona como muerta significa
que ningún tratamiento médico es posible para revertir la cesación de la vida, de aquí la
importancia de un diagnóstico correcto.
Concepto de muerte encefálica: cese irreversible de las funciones del encéfalo, o sea, de
los hemisferios cerebrales, el tallo encefálico y el cerebelo. Criterios diagnósticos de la
muerte encefálica: 1. Coma profundo sin ningún tipo de respuesta. 2. Lesión irreversible
e irreparable del encéfalo. 3. Ausencia de reflejos integrados en el tallo encefálico. 4.
Prueba de atropina negativa. 5. Apnea comprobada con la prueba correspondiente. 6.
Electroencefalograma (prueba opcional). 7. Período de observación.
En los pacientes en estado vegetativo persistente hay estructuras del sistema nervioso
que pueden conservar sus funciones, es decir, no obstante el grave daño sufrido sobre el
sistema nervioso debe considerárseles vivos, con posibilidades anatomoestructurales
objetivas para recuperarse, como ha sucedido en algunos casos.
Hasta la segunda mitad del siglo veinte el diagnóstico de muerte se basaba en el cese
irreversible de las funciones cardiorrespiratorias. La muerte por criterios neurológicos
es una realidad histórica reciente y es la consecuencia de los avances tecnológicos en el
campo biomédico fundamentalmente en la asistencia cardiopulmonar. Los pacientes con
lesiones cerebrales severas que presentaban datos clínicos de inactividad encefálica se
mantenían en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) con soporte farmacológico e
instrumental. Todo ello llevó a plantear problemas nuevos como la futilidad del
tratamiento, el encarnizamiento terapéutico, el uso adecuado de la tecnología, y a
redefinir los criterios clásicos de muerte. En 1968 un Comité ad hoc de la Universidad
de Harvard propone una nueva definición de muerte y por tanto del final de la vida
basándose en el criterio de pérdida irreversible de la actividad encefálica. Por otro lado,
la muerte por criterios neurológicos permite preservar durante un tiempo la
funcionalidad del resto del organismo, y ello posibilita la utilización de órganos de las
personas fallecidas en muerte encefálica (ME) para el trasplante. Actualmente la ME
está reconocida por la comunidad científica y aceptada por las legislaciones de
diferentes países.
a) Prerrequisitos Clínicos:
Existen unas condiciones previas a la realización del proceso de diagnóstico de ME
relacionadas con la historia clínica, las pruebas diagnósticas realizadas al paciente y las
condiciones clínicas y de tratamiento que pueden alterar los hallazgos de la exploración.
Dentro de estos requisitos se encuentran:
b) Criterios Clínicos:
Coma de etiología conocida y de carácter irreversible.
Ausencia de reflejos troncoencefálicos.
Período de observación
B. Ausencia de intoxicaciones
Los tóxicos depresores del SNC pueden motivar graves errores en la valoración
neurológica, por lo que es obligatorio descartar la presencia de dichas sustancias
mediante una exhaustiva historia clínica y determinaciones en sangre y orina.
A. Coma arreactivo
La exploración debe ser bilateral y se debe constatar la ausencia de todos los reflejos.
Reflejo fotomotor.
Reflejo corneal.
Reflejo oculocefálico.
Manteniendo abiertos los ojos del paciente, se realizan giros rápidos de la cabeza en
sentido horizontal. En ME no se observa ningún tipo de movimiento ocular. Vía
aferente, nervio auditivo. Vía eferente, nervio motor ocular común y motor ocular
externo. Nivel anatómico: unión bulboprotuberancial. Exploran a nivel del bulbo
protuberancial el VIII par y el III y VI pares. Llamado también ojos de muñeca. Se
realiza manteniendo abiertos ambos ojos a la vez, realizándose giros rápidos de la
cabeza en sentido horizontal. En condiciones normales los ojos se desvían al lado
contrario del movimiento y vuelven luego a su posición de reposo. En ME la mirada
permanece centrada y fija y no se evidencia ningún movimiento ocular.
Reflejo oculovestibular.
Reflejo nauseoso.
Reflejo tusígeno.
C. Test de atropina
D. Test de apnea
Todas estas situaciones, sin duda muy inquietantes, requieren que se las conozca
ampliamente para informar adecuadamente y tranquilizar al personal sanitario no
experto, y se recomienda la administración de un bloqueador neuromuscular.
Es una entidad poco frecuente que aparece cuando la causa del coma es una afección de
localización puramente infratentorial. En estos casos, está preservada la circulación
cerebral anterior a través de las arterias carótidas internas; esta situación puede persistir
durante varios días si el paciente es portador de un drenaje de líquido cefalorraquídeo.
En estas circunstancias, para diagnosticar ME, además de la exploración clínica, es
necesario realizar un EEG u otra prueba diagnóstica que demuestre la ausencia de
función de los hemisferios cerebrales.
I. Electroencefalograma
Los potenciales evocados (PE) son la respuesta del SNC a un estímulo externo. La
estimulación de diversas vías sensitivas provoca una señal eléctrica cortical de muy
pequeño voltaje. Según el estímulo sensorial, podemos obtener PE visuales (PEV), PE
auditivos troncoencefálicos (PEAT) y PE somestésicos (PES). Los PEAT se obtienen
estimulando la vía auditiva, aplicando ruido en forma de clic de 100 dB y en un número
de 1.000-2.000 estímulos en cada oído. El estímulo recorre la vía auditiva desde el VIII
par craneal hasta la corteza cerebral auditiva; se registra la actividad eléctrica evocada
en los primeros 10 ms y se generan en este recorrido siete ondas que se corresponden
con diferentes estructuras neurológicas. En ME desaparecen todas las respuestas
evocadas de origen encefálico, y únicamente persisten las de generación extracraneal.
Para el diagnóstico de ME, se utilizan los PES del nervio mediano estudiando los PE
generados en los diferentes niveles de la vía sensitiva: nervio periférico, raíz espinal,
columna posterior de la médula, lemnisco medio, tálamo contralateral y corteza
sensitiva del lóbulo parietal contralateral. En ME sólo persisten las ondas generadas en
el plexo braquial y la médula espinal, y desaparecen las ondas de origen intracraneal.
Entre las ventajas de los PE, hay que destacar que es una técnica no invasiva que
permite monitorizar y seguir la evolución clínica del paciente. Salvo casos muy
excepcionales, los PE no son abolidos por fármacos depresores del SNC.
- Sonograma con flujo reverberante, flujo oscilante bifásico o patrón de flujo diastólico
invertido (fig. 1A). Se caracteriza por la presencia de flujo anterógrado en sístole,
acompañado de un flujo diastólico retrógrado o invertido. Este patrón aparece cuando la
PIC es superior o igual a la PAS y se produce el cese de la perfusión cerebral.
- Espigas sistólicas o espículas sistólicas (fig. 1B). En este tipo de patrón se registran
únicamente pequeñas ondas sistólicas anterógradas, cortas y puntiagudas, sin obtenerse
flujo durante el resto de la sístole ni en la diástole.
Un reciente metaanálisis de trabajos publicados sobre el tema desde 1980 a 2004, sobre
un total de 684 pacientes estudiados, refiere una sensibilidad del 89% y una
especificidad del 99%, y llama la atención el elevado número de estudios en que no se
realizaba la exploración de la fosa posterior. Para el diagnóstico de ME hay que
constatar la parada circulatoria cerebral tanto anterior como posterior.
El DTC es una técnica no invasiva que se puede realizar a pie de cama, permite el
control evolutivo del paciente y no tiene interferencia con fármacos depresores del
SNC. Su mayor inconveniente es la "mala ventana sónica", que impide el paso de los
ultrasonidos hasta en un 10% de la población, y que da "falsos negativos" en pacientes
con drenaje ventricular, craniectomía descompresiva y encefalopatía anóxica. En estos
casos, pese a cumplirse los criterios clínicos de ME, persiste flujo en alguna de las
arterias intracraneales estudiadas. Aunque no son los hallazgos más habituales, en un
estudio realizado sobre 61 casos con diagnóstico clínico de ME, encuentran persistencia
de flujo en 18, y precisan repetir varias exploraciones Doppler hasta 96 h después de la
ME clínica para llegar a la confirmación de la parada circulatoria cerebral; refieren una
sensibilidad del 70,5%.
El proceso de diagnóstico de ME sigue las mismas pautas que en adultos pero con unas
particularidades. La causa del coma en los lactantes muy pequeños no siempre es evidente. El
aumento de la presión intracraneal provoca mas lentamente aumento de la PIC, al tener las
fontanelas abiertas y una hipotética mayor resistencia a la hipoxia-isquemia. En los prematuros
y recién nacidos la exploración clínica puede ser difícil en la valoración de los reflejos
troncoencefálicos. Hay que tener en cuenta según la edad gestacional el grado de maduración
del sistema nervioso y el momento de aparición de los reflejos de tronco cerebral lo que obliga
en la exploración clínica a examinar otros reflejos como el reflejo de succión y el reflejo de
búsqueda. En España se considera por ley que en los neonatos pretérmino y hasta los 2 meses
de edad se deben realizar dos exploraciones clínicas y dos EEG separados como mínimo 48
horas, pudiendo acortase el tiempo si se realiza una prueba de flujo que demuestre ausencia
de flujo cerebral. Desde los 2 meses a 1 año se deben realizar dos exploraciones clínicas y dos
EEG separados al menos 24 horas, pudiendo también acortarse el periodo de 13 observación si
se realiza una prueba de flujo que muestre ausencia de flujo cerebral.
Anencefalia:
Se caracterizan por ausencia congénita de la mayor parte del cráneo y los hemisferios
cerebrales, y suelen tener un tronco cerebral rudimentario parcialmente funcional. Los
anencéfalos no cumplen los criterios clínicos actuales de ME.
Otras:
Lesiones severas del macizo facial en que no puede realizarse por dificultad o
imposibilidad el diagnóstico clínico completo. Lesiones infratentoriales en donde los
reflejos de tronco están abolidos y no tiene respiración espontánea, pero pueden tener
actividad hemisférica y flujo en la arteria cerebral anterior. Se debe siempre realizar
pruebas instrumentales que evidencien ausencia de flujo encefálico.
También se deben analizar los aspectos éticos y médicos del donante, quien en realidad
es una persona sana, por lo que algunos países como España, Francia y Reino Unido
tienen una tendencia a su no realización. Recientes investigaciones en células troncales
embrionarias y adultas abren un nuevo camino para la reparación del tejido nervioso.
Los estudios de estas prometedoras células aún se encuentran en estadio preclínico, por
lo cual su aplicación en el tratamiento de enfermedades neurológicas no es inminente,
aunque existen muchas esperanzas de poder recuperar la función cerebral de pacientes
con diagnóstico de muerte cerebral a partir de una terapéutica basada en estas células
troncales.
La palabra donación proviene del latín doni datio, cuya significación etimológica es
dación gratuita. Es una institución que data del derecho romano, pero no ha estado
definida con precisión, pues, aún en la actualidad, su naturaleza jurídica se torna difícil
y compleja dadas sus disímiles formas de manifestación en el campo del derecho.
Nosotros no sabemos si algún día haremos parte de una lista de espera de los que
necesitan trasplante de componentes anatómicos.
3.CONCLUSIONES
La intrínseca complejidad del tema y sus múltiples sutilezas hacen difícil la elaboración
bioética del problema de la definición y determinación de la muerte y, por tanto, la
necesidad de fundamentar una concepción determinada con la mayor integralidad
posible. Es evidente que, el contexto que le es propio sobrepasa los límites de cualquier
disciplina particular y requiere el aporte de la Filosofía, la Teología, la Antropología y
la Bioética junto con las Ciencias Biomédicas, y el lugar de estas últimas es de
particular importancia. Con el potencial de aplicaciones que podría aportar la terapia
celular y tisular en un futuro cercano, se deduce que el concepto actual de muerte
cerebral como criterio de muerte humana para la donación de órganos tendrá que ser
modificado. Cuando se realizan trasplantes con los órganos de pacientes en estado de
muerte cerebral, la actitud de respeto hacia la vida humana no desaparece, pero el
respeto por el cuerpo vivo del donante se ve superado por otro, el respeto a la vida de
quien espera el trasplante. La actitud adecuada ante quien sufre y tiene un donante al
que sus órganos ya no le sirven, es tomar los órganos del donante por mucho respeto
que este último merezca. En el contexto del debate actual adquiere gran trascendencia la
adopción de una u otra posición, no solo debido a la importancia del tema, sino dadas
sus implicaciones en relación con el diseño e implementación de políticas de gran
relevancia en el plano social.
4.BIBLIOGRAFIAS
1. Real Decreto 2070/1999, de 30 de diciembre, por el que se regulan las
actividades de obtención y utilización clínica de órganos humanos y la coordinación
territorial en materia de donación y trasplante de órganos y tejidos. BOE 3/2000 de
4-1-2000, p. 179-90.
5.ANEXOS
Figura 1. Doppler transcraneal de arteria cerebral media. Patrón de flujo
diastólico invertido (A) y de "espigas sistólicas" (B), característicos de
parada circulatoria cerebral.