CLOWN
CLOWN
CLOWN
El clown intenta parecerse a los demás, trata de “ser normal” pues cree que así lo
aceptarán y lo amarán, lo cual es una de sus principales motivaciones: el clown quiere
ser amado por el público, quiere que sean sus amigos. Habrás oído en más de una
ocasión la frase “todos tenemos un payaso dentro”. Obviamente es una metáfora, pero
sí que es verdad que el payaso de cada uno es distinto, tiene sus peculiaridades que lo
hacen único y por eso podemos decir que “tenemos un payaso dentro”.
Llámalo payaso propio, payaso interior, estado clown, o dimensión clown… para mí son
diferentes formas de decir lo mismo. La cuestión es abrir la puerta al ingenuo, inocente,
ridículo y estúpido personaje que todos somos, soltar lo aprendido en nuestro camino
hacia la adultez, desprendernos de las murallas que hemos edificado para protegernos,
derrumbar las máscaras que nos hemos ido poniendo con los años y dejar aflorar la
locura interna, recuperando en parte algunas de las pautas esenciales de cuando
fuimos niños.
Por lo tanto… decir que “tenemos un payaso dentro” es al fin y al cabo hablar en un
lenguaje coloquial que todo el mundo entiende. Aunque… después de hacer la
siguiente reflexión, uno podría empezar a pensar que lo de tener un payaso dentro, a lo
mejor es literal :o)
Los niños entre 1 y 4 años son puros payasos pues incorporan de forma natural los
principales preceptos del payaso (¿o es al revés?), y si todos hemos sido niños… todos
hemos sido payasos.
Lo que el payaso busca (su principal motivación) es ser amado, quiere que el público
lo ame, quiere que sean sus amigos. Siempre intenta parecerse a los demás, pues cree
que así lo aceptaran y lo amaran, es como un niño que quiere ser adulto.
Los niños entre 1 y 3 años son 100% clowns, podemos aprender mucho de ellos,
pues tienen el "timing", la ingenuidad y algunas de las más importantes consignas
básicas del clown de forma natural, de hecho, desde mi punto de vista el clown viene
del niño. Os pondré algunos ejemplos:
1- Quieren ser amados por sus padres y en general por el mundo entero (el clown por
el público).
2- Quieren ser como los adultos y tratan de imitarlos (el clown hace lo mismo, desea
integrarse e intentara parecerse a la gente "adulta y normal".
3- Son espontáneos y no tienen sentido del ridículo.
4- Expresan sus emociones a tope y pueden pasar instantáneamente de una a otra.
5- Si un niño de esa edad esta por ejemplo golpeando con un juguete un mueble,
parará un momento para mirar a su papa o mama (compartir con el público), si sus
papas se ríen, buen rollo (éxito) eso significa que hay que seguir golpeando el
juguete, si no ríen (fracaso) hay que golpearlo con más fuerza o bien buscar otra
vía, quizás ir a golpear otro mueble, o golpear el mismo mueble con otro juguete.
Los niños siempre que hacen algo, miran al adulto para compartir y buscar su
complicidad y su actitud después de mirarlo dependerá de la reacción del adulto.
6- En general, si los riñes no se defenderán, a lo sumo llorarán o se sentirán en
evidencia, pero seguramente se vengarán más tarde quizás con su actitud hacia ti, o
quizás haciendo una trastada mayor aún. (el clown no se defiende ante un ataque y
menos de la autoridad, pero luego puede vengarse)
7- Son tremendamente curiosos y cualquier cosa puede sorprenderlos y alucinarlos
(capacidad de asombro).
8- Si les regalas un juguete carísimo pueden sacarlo de la caja, dejarlo a un lado, y
pasarse horas jugando con la caja y el envoltorio (el mundo al revés).
Podría continuar, pero pasare a relataros un par de anécdotas de mi hija cuando
tenía 16 meses, la cual a tan temprana edad realizo de forma natural algunos gags
clásicos, como cualquier niño claro.
Donde vivíamos en ese momento había muchos olivos y el suelo estaba lleno de
olivas. Fuimos a dar una vuelta y ella empezó a recoger olivas hasta tener sus dos
manos completamente llenas, entonces se le cayó una oliva y al agacharse para
recogerla se le cayeron varias, me miro e intento de recogerlas de nuevo y se le
cayeron otras, y así una y otra vez. El otro gag fue en casa. Teníamos varios globos por
el suelo y le pedí que me trajera uno, fue totalmente decidida a coger uno, pero antes
de llegar a cogerlo sin querer le dio con su pie y el globo avanzo, me miro sorprendida y
lo volvió a intentar varias veces y siempre le pasaba lo mismo. Era de risa total.
EL CLOWN ES...
TIPOS DE CLOWNS
Este payaso vestirá normalmente una gran nariz cómica, apropiada al tamaño de la
cara. Llevará peluca siempre, pero puede elegir entre una gran variedad de estilos y
colores para acentuar el vestido y el tono de color carne.
El Augusto tiene la mayor variedad de diseños de vestidos para elegir. Podría llevar
una chaqueta o abrigo, corto, normal o largo, con o sin cola, o una selección de cuadros
de colores, rayas, lunares y cuadros, así como colores lisos. Los tejidos teatrales o las
lentejuelas no son apropiados en los vestidos del Augusto. Este payaso es
normalmente un bromista notorio [de mala fama] y puede necesitar un montón de
bolsillos para llevar trucos y bromas. El vestido puede complementarse con accesorios
extravagantes, como corbatas grandes o pequeñas, tirantes y zapatos cómicos de
muchos estilos y colores. Muchas posibilidades de sombreros, como hongos irlandeses,
bombines, chisteras, sombreros de copa, madhatters y crushables. De varios colores,
pero siempre brillantes realzarán el carácter del Augusto. También lleva guantes
blancos o de colores.
Considerado el payaso "más bello" de todos los clowns, va vestido con el tradicional
mono de una o dos piezas, de blanco o de un tejido de un color que encaja con el
personaje del Pierrot clásico. Los estilos pueden variar, pero en general son holgados y
hechos a medida y pueden llevar un cuello que puede separarse. La túnica o camisa es
corta, media o larga y con mangas largas, recta y acabada con vuelo. Los botones o
"pompons" y el cuello rizado tienen contraste de color. Los pantalones son rectos o con
vuelo o rizados. El sombrero del payaso debe encajar con su personaje, puede ser
cónico (largo o corto), o plano o achatado, o el típico sombrero de "Pagliacci". Los
guantes son blancos o a juego con el traje y le cubren las manos y las muñecas. Los
zapatos son de ballet o baile.
Carablanca "Estirado"
El traje está hecho a medida. Usa tejidos teatrales (brillantes, con perlas, etc.…),
satinados con lentejuelas y falsos diamantes. El vestido más común del "Cara blanca"
es un jersey usado y con gorgueras. Sin embargo, un traje de dos piezas o estilo
esmoquin es aceptable también. El vestido, accesorios incluidos, deberían ser de
colores de colores combinados. Los zapatos pueden ser grandes o pequeños, pero
serán simples. Deben llevarse siempre guantes en lugar de sólo el casquete. El color de
la peluca se suele elegir para acentuar otro color del vestido.
Conocido como el Cara Blanca Cómico, es hoy en día el payaso Cara Blanca más
común.
Toda la piel visible de la cara, cuello y orejas se cubre con maquillaje blanco. El
colorido y diseño de las facciones de la cara son lo que lo diferencian del diseño
clásico. El diseño puede incluir largas pestañas falsas, una boca más alargada, nariz de
payaso y otros elementos en la cara. Algunos de estos elementos pueden perfilarse en
negro; también son comunes los brillos y destellos. Se usan pelucas de estilos y colores
variados en lugar del casquete. El color de la peluca se elige generalmente para
acentuar otro color en el vestido.
Aunque se puede usar el tradicional traje vestido, para el payaso Cara Blanca
grotesco también es aceptable con pantalones y camisas de colores brillantes, trajes y
zapatos cómicos largos que van a juego del vestido. Los vestidos son más ostentosos y
mejor combinados en cuanto al color que los trajes del Augusto. Los guantes se
vestirán blancos o de colores. La vestimenta de la payasa Cara Blanca grotesca no
varía demasiado respecto de la Augusta; persiste la tradición en la coordinación de
colores, centelleos, brillos, volantes y cintas. Incluso cuando se use tejidos de algodón,
el aspecto global será elegante y bello.
En el arte del clown pueden contemplarse tres tipos de funciones, en la mayoría de los
casos conectadas entre sí: Función ritual, función sanadora y función social. Además de
estas tres, la función social comprende una subfunción socioeducativa (Ros y Úcar, 2013).
EL CLOWN HOSPITALARIO
Los payasos Hospitalarios, vestidos con batas de medico adornadas, en las que se
permite el color y uno que otro elemento para jugar, van siempre en pareja o en trio,
como lo establece la histórica tradición del clown, para estar atentos a la improvisación,
al juego teatral que les permite interactuar con los usuarios de los servicios que están
visitando, forman equipos cómicos y divertidos que contrastan y dan mucho juego al
momento de abordar las diferentes situaciones y circunstancias que se encuentran en
las habitaciones y espacios del hospital, esto hace que rompa la monocromía y
monotonía del espacio que, por tradición, es silencioso y triste, la presencia de los
Payasos en el hospital ha permitido el ingreso no solo del color, sino también que en
algunos espacios ya se ha creado, la ludoteca, la biblioteca o sala de lectura, y otros
espacios que permiten que los usuarios se sientan en un lugar más acogedor, más
cercano a su espacio cotidiano, permite que interactúen entre ellos y sus
acompañantes, desarrolla la socialización y la creación.
De esta manera, podríamos decir que lo central en el Payaso hospitalario, es la
capacidad de despertar en los otros sentimientos de alegría, de nostalgia de su niñez
solo con mostrar una sonrisa debajo de una nariz roja. Entonces, entendemos que la
nariz roja es para la técnica del clown teatral la máscara neutra que funciona como un
dispositivo que permite conectar a la persona con su (inter)subjetividad, frustraciones o
aquellas cualidades de su personalidad o físicas que le dan vergüenza y ser auténtico
consigo mismo para, como sostiene Lecoq, darle más fuerza a su actuación (Lecoq, J:
2003; 212) o a la intervención terapéutica en el caso de los payasos de hospital. “El
actor se va transformando en clown, a partir del encuentro con los aspectos más
ingenuos e irrisorios de sí mismo, para permitirse otro modo de ser y ver la realidad (…)
Un clown no es estático en su ser, se habilita a la transformación continua a través del
tiempo y sus experiencias. Ser clown es un proceso dinámico”. (Romero, A; Méndez, L;
Bianco M. y Castro Arata, V.: 2012; 55).
Este desarrollo interno que tiene el intérprete hacia su clown, lo materializa en sus
prácticas comunicacionales con su auditorio. Al establecer un vínculo inmediato con su
público se produce un intercambio de estímulos que pueden funcionar, desde la teoría
de Rodari (1983) como puntos de partida para generar nuevas acciones o respuestas
por parte de quienes reciben las intervenciones terapéuticas. Sus espectadores no se
ríen del clown, se ríen de lo que pasa en la escena artística.
Me basaré mucho en la figura del clown a la hora de conseguir que los niños
comprendan la expresión de emociones utilizando el cuerpo, pues en el circo es un
punto de apoyo para llegar al público más pequeño. Llevaré a cabo sesiones de clown
para que los niños aprendan a moverse como ellos, traten de imitarlo, generen
movimientos espontáneos, y poco a poco vayan liberando el propio movimiento sin
limitación de hacer el ridículo.
Concretamente, irán aprendiendo de una manera divertida juegos en los que vayan
sacando al clown que llevan dentro, comunicando emociones a los demás para
después poder llevarlas, alguno de ellos, a la escenificación del circo y quién sabe si
despertaré un interés por seguir haciendo el clown a lo largo de su vida.
La cara, el rostro: “La cara es el reflejo del alma” es un refrán con un gran
significado pues con la cara expresamos nuestros sentimientos y emociones. Sin duda
con ella emitimos la mayor parte de la comunicación verbal. El clown nos muestra con
el rostro una puerta abierta hacia su alma, con ella nos desvela el tipo de payaso ya
que la gestualidad que muestra en las facciones de su cara, nos desvelará emociones
que despierten en nosotros una empatía acorde a la expresión de su cara.
Los ojos, la mirada: Un clown de circo, Machuca, aconsejó a otro que comenzaba:
“si quieres hacerte con el público, tienes que mirar al espectador cara a cara, o de lo
contrario el público se meterá contigo, te increpará. Hay que mirar a la gente cara a
cara para ganártela” (Jesús Jara, 2000). La mirada del clown es un verdadero
exponente de la gestualidad, es una mirada de transparencia total que anuncia, siente y
recibe lo que los demás perciben en ella. Nos muestra su personalidad y nos da
información de sus intenciones. Esto puede ser enseñado a los alumnos para que
aprendan que la mirada muestra más emociones de las que pensamos.
Esta gestualidad nos lleva a la expresión de las emociones, estados afectivos que
sentimos, una reacción anímica al ambiente, que viene acompañada de cambios
influidos por la experiencia.
Tengo la intención de hacer ver a los niños que todo a su alrededor le da una
información de la realidad en la que viven. No solo comunicamos de forma oral, hay
otras maneras conscientes o inconscientes que recibimos información muy valiosa de
los demás.