Los 4 Evangelios
Los 4 Evangelios
Los 4 Evangelios
INSTITUCIÓN EDUCATIVA
TEMA
LOS 4 EVANGELIOS
ASIGNATURA
EDUCACIÓN RELIGIOSA
ALUMNO
DOCENTE
LA CRUZ, 09 DE SETIEMBRE
2017
LOS 4 EVANGELIOS
(Leví o Leví de Alfeo, llamado San Mateo Apóstol o San Mateo Evangelista; Siglo I)
Evangelista y uno de los doce apóstoles de Jesucristo. La tradición cristiana le atribuye la
autoría del primero de los tres evangelios llamados sinópticos (los de San Mateo, San
Marcos y San Lucas).
Mateo residía en Cafarnaúm, ciudad de una gran importancia comercial por estar situada
en la gran ruta recorrida por las caravanas en sus viajes entre Siria y Egipto, y, también, a
causa de su proximidad a la frontera que separaba el territorio de Filipo del de Herodes
Antipas. Mateo ejercía como recaudador de impuestos en nombre de este último.
De acuerdo con el propio evangelio de San Mateo (9:9) y el de san Marcos (2:14), Mateo
se hallaba en su despacho de recaudación de tributos en Cafarnaúm, junto al mar de
Galilea, cuando Jesús le dijo: «Sígueme.» San Mateo respondió con admirable prontitud a
la exhortación al apostolado del Maestro: se despidió con un suntuoso banquete de sus
amigos y de su vida pasada y siguió, pobre, los pasos y la doctrina de Jesús.
Como la ocupación de Mateo, recaudador al servicio de Herodes Antipas, tetrarca de
Judea, era mal vista y aun despreciada por el pueblo judío, los fariseos criticaron a Jesús al
verlo comer con los publicanos y los pecadores, a lo que Jesús contestó: «... No he venido
a llamar a los justos, sino a los pecadores» (Marcos 2; 15-17). Se supone que Jesús le
impuso el nombre de Mateo, que significa «don del Señor»; antes de seguirle, Mateo era
llamado Leví o Leví de Alfeo, es decir, hijo de Alfeo.
El Evangelio de San Mateo, escrito probablemente hacia el año 80, va dirigido a lectores
palestinos o judíos cristianizados y, por ello, familiarizados con el Antiguo Testamento.
También por ello pone especial empeño en demostrar que Jesús es el Mesías anunciado.
Desde los primeros tiempos de la Iglesia se concedió gran importancia a su testimonio; no
obstante, la crítica moderna rechaza atribuirle, al menos en su totalidad, dicho evangelio.
La festividad de San Mateo se celebra el 21 de septiembre.
San Marcos (Evangelista)
Según tradición eclesiástica, Marcos, llamado también Juan Marcos o simplemente Juan,
es el autor de un evangelio y el intérprete que traducía a Pedro en sus predicaciones
frente a auditorios de habla griega. Era hijo de una cierta María, cuya casa de Jerusalén
estaba abierta a la primitiva comunidad Cristiana. Primo de Bernabé, probablemente
fuera como él de estirpe sacerdotal. Afirma por una parte la tradición que Marcos nunca
habría oído personalmente la predicación del Señor, pero por otra muchos han querido
descubrirlo en aquel muchacho que huyó desnudo en el huerto de Getsemaní, episodio
que sólo el evangelio a él atribuido refiere. Tal vez haya conocido al grupo de seguidores
sin llegar a ser propiamente discípulo.
Bernabé, deseoso de llevar nuevamente a Marcos con ellos cuando el apóstol planeaba
su segundo viaje, encontró la oposición de Pablo, que partió solo. Marcos siguió, pues, a
Bernabé una vez más hasta Chipre. Sin embargo, Marcos reaparece junto a Pablo en
Roma, pero es creencia que fue más bien discípulo de Pedro, quien confirma esta
suposición al llamarlo "hijo" suyo en su primera carta. El evangelio que se le atribuye,
además, sigue muy de cerca el esquema de los discursos de Pedro que nos ha conservado
el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Nada sabemos de su existencia posterior. La segunda carta a Timoteo lo señala entre los
compañeros de este discípulo de Pablo; conforme a un dato que recoge el historiador
Eusebio de Cesarea (a comienzos del siglo IV), la Iglesia de Alejandría lo habría tenido por
fundador. Sus últimos años y el lugar de su muerte nos son desconocidos.
El breve relato que lleva su nombre descubre un espíritu observador y ágil. Sólo Marcos,
por ejemplo, destaca el verdor de la hierba sobre la que Jesús hizo sentar a la
muchedumbre hambrienta antes de multiplicar los panes y los pescados por primera vez.
El secreto mesiánico, del que Marcos hace un tema central, da así todo su fruto: Jesús,
siervo humillado por la maldad y la ignorancia de los hombres que él había venido a
rescatar, es exaltado por Dios, como ha de serlo todo el que a él se una de corazón y lo
siga en el camino, el único que permite comprender esa "Buena Noticia de Jesús, Mesías,
Hijo de Dios" que Marcos nos ha trasmitido en un lenguaje popular, muchas veces
incorrecto en la forma, pero vivaz y lleno de encanto.
(San Lucas Evangelista; siglo I) Autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles.
Se ignoran los detalles de su biografía, si bien la tradición indica que nació en Siria y que
fue discípulo de San Pablo, quien se refiere a él como su ayudante e iluminador. De sus
obras se infiere que acompañó a San Pablo a lo largo de toda su vida, que dedicó a la
enseñanza y a la predicación. Se le atribuye la autoría del tercer Evangelio y de los Hechos
de los Apóstoles, obras que en realidad conforman un mismo libro.
San Lucas (óleo de El Greco)
La prosa de San Lucas, muy rica, denota una alta formación académica y es, sin duda
alguna, la más literaria de los autores del Nuevo Testamento. Escrito en griego, su
evangelio relata la predicación y los hechos de Jesús, aunque afirma que no fue testigo de
sus obras; por ello, y también por el estilo y vocabulario utilizado, la crítica suele fechar
sus escritos alrededor del año 70 d.C. Patrón de pintores y de médicos, puesto que la
tradición lo describe como amigo de artistas y con conocimientos de medicina, la Iglesia
Católica lo venera el 18 de octubre.
Biografía
Son escasos los datos que se conocen acerca de San Lucas. Contra la tradición, que lo
supone oriundo de Antioquía (Siria), parece haber nacido en la ciudad de Filipos, o al
menos en Macedonia; los pasajes donde habla en primera persona se refieren,
precisamente, a acontecimientos de estos lugares, por él mejor conocidos que los
restantes. El nombre de Lucas, seguramente abreviación de Lucano o Lucio, puede ser el
de un liberto entregado al estudio.
Las primeras referencias a su persona están contenidas en las epístolas de San Pablo, en
las que se le cita como «colaborador» y como «querido médico». En los Hechos de los
Apóstoles, San Lucas habla de sí mismo usando el plural «nosotros». En ese mismo libro
aparece acompañando a San Pablo en su segunda misión, en el viaje que éste hizo de
Troas a Filipos. Después de permanecer en aquella ciudad por espacio de unos seis años,
volvió a acompañar a San Pablo en un viaje a Jerusalén, y nuevamente cuando aquél fue
conducido prisionero a Roma. En la víspera de su martirio, San Pablo recordó que «sólo
Lucas está conmigo» (II Timoteo 4:11).
El propio San Lucas se excluye a sí mismo de las personas que fueron testigos directos de
Cristo. Interesado por la verdad histórica, San Lucas reprodujo en su Evangelio aquello
que había oído directamente a los apóstoles y discípulos de Jesús: «... según nos lo
transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y luego servidores de la
palabra, también yo, después de haber investigado con exactitud todos esos sucesos
desde su origen, me he determinado a escribírtelos ordenadamente...» (Lucas 1:2-2).
Luego conoce a un comerciante con el que trabajó y con él hace un primer viaje
a América. Llegó primero a Cartagena de Indias (Colombia) luego al Reino de Nueva
Granada, pasando por Pasto y Quito (Ecuador), para llegar finalmente al Virreinato del
Perú donde se quedaría hasta su muerte. Su primera acción al llegar a Lima fue indagar
sobre la Orden de Predicadores, indicando que se proponía ingresar a ella para servir a
Dios de acuerdo a la voz que escuchó a los 20 años que le ordenaba venir al Perú.
Confiado en su especialidad trabajó con ganaderos en las afueras de la ciudad y allí nace
su vocación a la vida religiosa. Su extrema bondad lo hacía frecuentemente repartir lo
poco que tenía entre los pobres, hacía labor social y apoyaba a la Orden de
Predicadores como hermano lego en el convento de dominicos de Santa María
Magdalena donde finalmente fue admitido y luego el 23 de enero de 1622 tomó los
hábitos. Un año después hizo los votos definitivos el 25 de enero de 1623.
San Juan Macías, amigo íntimo de San Martín de Porres y coetáneo de Santa Rosa de
Lima. Fueron los tres santos Dominicos que, en el siglo XVII animaron la vida Cristiana de
la ciudad de Lima.
Sus milagros
Cuentan las crónicas que una noche un fuerte temblor de tierra sorprendió a Lima.
Mientras los fieles rezaban el oficio en el coro, San Juan Macías oraba en la capilla
de Nuestra Señora del Rosario. El primer sacudón hizo que los religiosos salgan
presurosos a refugiarse en el jardín del claustro, pero él escuchó una voz que lo detuvo, él
contó que era la Bienaventurada Virgen María y se quedó porque se sintió protegido.
Finalmente quedó sano y salvo y el templo casi íntegro.
Otro milagro tras su muerte fue la multiplicación del arroz, cuando una monja dominica
recordó su nombre en voz alta cuando faltaba el cereal para los pobres, éste de pronto
comenzó a aumentar desmesuradamente en la olla. Este hecho fue reconocido como
milagro oficial.
Muerte
Sesenta años de edad contaba fray Juan Macías cuando le visitó la enfermedad que le
llevaría a la tumba. El médico que le asistía había perdido toda esperanza de
recuperación, y el propio fray, Juan Macías se daba cuenta que le había llegado la hora de
partir de este mundo al Padre, para entrar en la contemplación definitiva de aquellos,
"Cielos nuevos y tierras nuevas" que, en repetidas ocasiones había visitado fugazmente
en compañía de su venerable amigo San Juan Evangelista. En aquel trance supremo, de
cara a la verdad absoluta que es Dios contó a los religiosos de su convento, los favores
que Dios le había regalado en su vida, desde su niñez hasta aquel momento, y cómo le
había hecho gozar de la visión de su santa gloria en repetidas ocasiones. No me olvide,
hermano, y encomiéndame a Dios, le rogó fray Juan de la Torre, su amigo. "Padre mío,
donde la caridad es más perfecta, cree su reverencia que me habría de olvidar? Le doy mi
palabra: allá le seré mejor amigo de lo que le fui acá", le respondió. A otro que le
recomendaba a sus pobres, le contestó: "Con que tengan a Dios les sobra todo; y para su
consuelo, les queda el hermano Dionisio de Vilas y otros buenos amigos que no les harán
faltar lo necesarios. Juan Quezada, benefactor de los pobres, llegó también hasta su lecho
para pedirle que no se olvidara de él y de su esposa. "Olvidarme? En el corazón le llevó
bien asentado, y también a la señora doña Sebastiana, su mujer". ¡Qué esperanza la que
nos diste fray Juan. Cumple lo que dijiste! La hora señalada por Dios, ha llegado. Es la
hora de la despedida definitiva. Fray Juan Macías se lo advierte a los hermanos, que lo
acompañan: "Ahora, sí. Es llegada mi hora. Que se haga en mí la voluntad del Señor".
Siguiendo la costumbre de aquellos tiempos, los religiosos de la comunidad se dirigen
procesionalmente a la habitación de fray Juan, acompañando el Santo Viático. Fray Juan
se sienta, con la ayuda de sus hermanos y, por última vez, recibe con todo fervor la santa
comunión.
Beatificación y canonización
Gracias a la pluma de fray Juan Meléndez, O.P. hoy podemos conocer la fisonomía de fray
Juan Macías; "Era de cuerpo mediano, el rostro blanco, las facciones menudas, frente
ancha, algo combada., partida con una vena gruesa que desde el nacimiento del cabello
del cual era moderadamente calvo, descendía al entrecejo, las cejas pobladas, los ojos
modestos y alegres, la nariz algo aguileña, las mejillas enjutas, pero sonrosadas y la barba
espesa y negra.
Con la muerte de fray Juan Macías se inició una nueva etapa de veneración de su
memoria: su sepulcro comenzó a ser visitado por mucha gente.
Treinta y seis años después de su muerte, los restos de fray Juan Macías fueron
trasladados a un ataúd de cedro y, para sorpresa de todos los presentes, los hallaron
incorruptos. Ahora mismo, se pueden apreciar los restos de fray Juan Macías, disecados,
mas no corruptos.
Como todos los años, los restos de San Juan Macías son trasladados el jueves posterior a
su fiesta central (18 de septiembre) desde la Basílica de Santo Domingo en el Cercado de
Lima, llamada “La de los Santos Peruanos”, hasta la parroquia que lleva su nombre
ubicada en el jr Kikijana s/n, (Urbanización Túpac Amaru) en San Luis, Lima. La razón por
la cual los restos de San Juan Macías debían llegar un jueves y retirarse el día lunes
posterior obedece a que la Parroquia San Juan Macías se encuentra cerca a los terrenos
que pertenecían a la antigua hacienda Limatambo administrada por la Orden. Por tal
motivo, el día lunes de su retorno a la Basílica de Santo Domingo en el Centro de Lima, es
obligatorio su paso por el Asentamiento Humano "San Juan Macías", en donde se
encuentra la Cuasi Parroquia "Virgen Peregrina" de San Borja, la que se encuentra en
territorio de la antigua Hacienda Limatambo, lugar en donde San Juan Macías, iba junto
a San Martín de Porres, su gran amigo.
La Parroquia que lleva su nombre data del año 1970, en que fue inaugurada gracias a los
aportes de sus fieles y por impulso de la Orden de Predicadores (Padres Dominicos). La
Orden de Predicadores fue convocada inicialmente por Su Eminencia, Cardenal Juan
Landázuri Ricketts (+), quien dispuso que se establecieran en la que hoy es la Parroquia
"San Norberto" de Santa Catalina, en el distrito de La Victoria - Lima. Sin embargo, por
allá en el año 1970, se había terminado de construir la Urbanización Túpac Amaru,
situada en dos distritos: La Victoria y San Luis.
Procesión de San Martín de Porres y San Juan Macías pasando al costado de Palacio de
Gobierno (Lima-Perú).
Además, cada año, sale en procesión por las calles del Centro histórico de Lima, el cuarto
domingo del mes de septiembre, en hombros de sus devotos de la Hermandad de
Caballeros de San Martín de Porres y San Juan Macías O.P.. Esta Hermandad, junto a la de
la Hermandad de San Juan Macías de San Borja, son las únicas Hermandades Oficiales,
reconocidas por Resolución Arzobispal. Cabe destacar que ambas Hermandades se
encuentran asentadas en las mismas zonas en las que San Juan Macías vivió. La primera
de ellas en la zona de La Recoleta, donde daba de comer a sus pobres y la segunda en la
zona de la ex hacienda Limatambo, donde San Juan Macías caminó y laboró tantas veces.
Durante la celebración por los sesenta años de vida sacerdotal de los padres Andrés
Hernández O.P. y Manuel Álvarez O.P., en la Parroquia San Juan Macías, el primero de
ellos destacó lo especial de dicha Parroquia. Dijo: "Esta Parroquia tiene algo especial,
algo que no tienen otras, tiene la bendición de San Juan Macías y eso se siente en el
ambiente, en el aire que respiramos. Debemos tener presente a nuestro Juan y saber que
siempre estará protegiéndonos".
GRACIAS