La Economia Latinoamericana
La Economia Latinoamericana
La Economia Latinoamericana
AMERICA LATINA
1. Buenos días. Es un placer estar aquí en México entre amigos y caras conocidas. Antes
que nada, permítanme ofrecerles una disculpa por la ausencia del Sr. De Rato, nuestro
Director Gerente, quién no pudo acompañarnos por una obligación surgida de último
momento.
3. Comencemos con una nota positiva. La economía mundial registró un muy buen
desempeño en 2004: según nuestras estimaciones, el crecimiento fue de alrededor de
5%, la tasa de expansión más alta en casi 30 años. Ciertamente este resultado refleja
políticas macroeconómicas acomodaticias llevadas a cabo por los principales países
industrializados. Sin embargo, variables que reflejan aspectos fundamentales de las
economías también experimentaron avances notables: la rentabilidad de las empresas
aumentó, coadyuvando al saneamiento de sus balances; las tasas de interés externas
continuaron a niveles bajos, lo cual, junto con el factor anterior, estimuló la inversión
privada. Por otro lado, la creación de empleos respondió más al crecimiento económico
en varios países, lo cual respaldo al consumo privado. Todo lo anterior contribuyó a
amortiguar el efecto económico del reciente encarecimiento del petróleo.
7. Obviamente América Latina todavía enfrenta retos muy significativos. Quizás el más
apremiante es como acelerar aun más la tasa de crecimiento económico con estabilidad.
No deja de ser notorio que en el 2004, año en que todas las regiones de países en
desarrollo mostraron un ritmo de crecimiento económico vigoroso, América Latina lo
hizo a la menor tasa. Además, el desempleo y la pobreza siguen registrando niveles
inaceptablemente altos, y persiste una grave disparidad de ingresos. Las condiciones
favorables que imperan hoy son un excelente telón de fondo para actuar y aliviar estas
vulnerabilidades.
8. En cuanto a las perspectivas para 2005, el crecimiento mundial debería seguir siendo
vigoroso gracias al ímpetu que adquirió el año pasado, aunque podría experimentar una
ligera desaceleración. Prevemos que en Estados Unidos en particular la actividad
económica se enfríe hasta llegar a un ritmo más sostenible—en buena medida debido a
que el estimulo monetario se ha venido eliminando—, y que en la zona del euro y en
Japón la actividad se mantenga por debajo del potencial. América Latina, por su parte,
debería continuar registrando un sólido desempeño económico en 2005. Este panorama,
generalmente favorable, podría verse opacado por ciertas inquietudes. La principal es la
acumulación de desequilibrios en la cuenta corriente entre las principales regiones del
mundo. Para muchos, este es el problema más apremiante en la escena económica
mundial actual.
10. Los déficit en cuenta corriente no son malos de por sí. De hecho, sabemos que las
políticas monetarias y fiscales acomodaticias aplicadas por Estados Unidos en los
últimos años que contribuyeron a engrosar los déficit en cuenta corriente, también
evitaron que la economía mundial sufriera una desaceleración más grave en 2002-2003,
y facilitaron su actual reactivación. Pero lo problemático es un déficit insostenible. Es
decir, no pueden mantenerse año tras año déficit en cuenta corriente de la magnitud que
Estados Unidos ha venido registrando (alrededor del 5,5% del PIB en 2004), y los
superávit que, como contrapartida, han concentrado unos pocos países. La disyuntiva es
fácil de conceptualizar: nos encontramos entre la posibilidad de un ajuste ordenado de
los citados desequilibrios, o uno accidentado que puede descarrilar la recuperación
económica mundial.
12. Para los países emergentes mucho está en juego, dependiendo de la naturaleza del
ajuste de los desequilibrios mundiales. Si éste es brusco, la rápida depreciación del dólar
se transmitiría mayores tasas de interés y a una contracción de la liquidez mundial. Si
bien la mayoría de los países emergentes han mejorado mucho su calidad crediticia, el
acceso al financiamiento externo sería más caro y limitado en montos y plazos.