Pared Anterolateral Del Abdomen
Pared Anterolateral Del Abdomen
Pared Anterolateral Del Abdomen
ABDOMEN
Aunque la pared del abdomen es continua, a efectos descriptivos se
subdivide en pared anterior, paredes laterales derecha e izquierda, y
pared posterior (fig. 5-3). Se trata de una pared musculoaponeurótica,
excepto en su cara posterior, que incluye la porción lumbar de la
columna vertebral. El límite entre las paredes laterales y anterior es
indefinido. En consecuencia, a menudo se usa el término pared
anterolateral del abdomen. Algunas estructuras, como los músculos y
los nervios cutáneos, se encuentran tanto en la pared anterior como en
las paredes laterales. La pared anterolateral del abdomen se extiende
desde la caja torácica hasta la pelvis.
Fig. 5-3. Subdivisiones de la pared abdominal. Corte transversal del abdomen que muestra diversos aspectos
de la pared y sus componentes. *Los músculos dorsales ancho, relativamente superficial, y psoas mayor, más
profundo, son músculos axioapendiculares que se insertan distalmente en los miembros superior e inferior,
respectivamente.
La pared anterolateral del abdomen está limitada superiormente por
los cartílagos de las costillas 7ª a 10ª y el proceso (apófisis) xifoides
del esternón, e inferiormente por el ligamento inguinal y los bordes
superiores de las caras anterolaterales de la cintura pélvica (crestas
ilíacas, crestas púbicas y sínfisis púbica) (fig. 5-4 A).
ÍNDICE:
o Piramidal
Región inguinal
o Ligamento inguinal y tracto iliopúbico
o Conducto inguinal
o Funículo espermático
o Escroto
o Testículos
o Epidídimo
Fig. 5-8. Pared inferior del abdomen y región inguinal de un varón. La aponeurosis del músculo oblicuo externo
se ha seccionado parcialmente, y el funículo espermático se ha seccionado y extirpado del conducto inguinal.
Podemos palpar el ligamento inguinal presionando profundamente en
el centro del pliegue situado entre el muslo y el tronco, y moviendo las
yemas de los dedos arriba y abajo. Inferiormente, el ligamento inguinal
se continúa con la fascia profunda del muslo. Por lo tanto, el ligamento
inguinal no es una estructura independiente, aunque —por su utilidad
como punto de referencia— a menudo se representa de ese modo.
Actúa como retináculo (banda de sostén) para las estructuras
musculares y vasculonerviosas que discurren profundos a este y
entran en el muslo. Las partes inferiores de los dos músculos
abdominales anterolaterales profundos se relacionan en su origen con
la porción lateral del ligamento inguinal. Las complejas modificaciones
e inserciones del ligamento inguinal y de las porciones inferomediales
de las aponeurosis de los músculos de la pared anterolateral del
abdomen se tratarán detalladamente junto a la región inguinal (más
adelante en este capítulo).
Músculo oblicuo interno del abdomen
El oblicuo interno del abdomen es el músculo plano abdominal
intermedio y consiste en una delgada lámina muscular que se abre
anteromedialmente en abanico (figs. 5-5 B, 5-8 y 5-9 A).
La vaina del músculo recto del abdomen está formada por las
aponeurosis entrelazadas y decusadas de los anterolaterales del
abdomen (fig. 5-6 B). La aponeurosis del oblicuo externo contribuye a
la pared anterior de la vaina en toda su longitud. Los dos tercios
superiores de la aponeurosis del oblicuo interno se dividen en dos
hojas (láminas) en el borde lateral del recto del abdomen; una lámina
pasa por delante del músculo y la otra por detrás. La hoja anterior se
une a la aponeurosis del oblicuo externo, formando la lámina anterior
de la vaina del recto. La hoja posterior se une a la aponeurosis del
transverso abdominal, formando la lámina posterior de la vaina del
recto.
Fig. 5-10. Inervación de la pared abdominal anterolateral. A) Dermatomas y nervios de la pared anterolateral del
abdomen. B) Plano neurovascular (trayecto) de las ramas nerviosas lumbares. A, aorta; GS, ganglios simpáticos
del tronco simpático; RC, rama comunicante; RD, rama dorsal.
Nervios de la pared anterolateral del abdomen
La piel y los músculos de la pared anterolateral del abdomen están
inervados principalmente por los nervios siguientes (figs. 5-9 A y 5-10;
tabla 5-3):
REGIÓN INGUINAL
La región inguinal, o ingle, se extiende entre la EIAS y el tubérculo del
pubis. Es una zona de importancia anatómica y clínica:
anatómicamente, porque hay estructuras que entran y salen de la
cavidad abdominal, y desde un punto de vista clínico porque las vías
de entrada y salida son zonas de posible herniación.
Fig. 5-14. Estructuras de la región inguinal. El ligamento inguinal es el borde inferior engrosado y enrollado
hacia atrás del músculo oblicuo externo del abdomen, formando un retináculo que se extiende sobre el espacio
subinguinal. El anillo inguinal superficial es un foramen rasgado entre los pilares medial y lateral de la
aponeurosis del músculo oblicuo externo, atravesado por fibras intercrurales.
Conducto inguinal
La formación del conducto inguinal se relaciona con el descenso de
los testículos durante el desarrollo fetal. En los adultos, el conducto
inguinal es un paso oblicuo, de unos 4 cm de largo, dirigido
inferomedialmente a través de la porción inferior de la pared
anterolateral del abdomen. Se sitúa paralelo y superior a la mitad
medial del ligamento inguinal (figs. 5-14 y 5-15). Las principales
estructuras que ocupan el conducto inguinal son el funículo
espermático en el hombre y el ligamento redondo del útero en la mujer.
Se trata de estructuras funcional y evolutivamente diferenciadas que
se encuentran en una misma localización. El conducto inguinal
también contiene vasos sanguíneos y linfáticos, el nervio ilioinguinal y
la rama genital del nervio genitofemoral (fig. 7-29 A).
Fig. 5-18. Arcadas del conducto inguinal. El conducto inguinal está constituido por una serie de tres arcadas
musculoaponeuróticas, atravesadas por el funículo espermático o por el ligamento redondo del útero (flecha).
La contracción muscular, que aumenta la presión intraabdominal, también provoca el descenso del techo del
conducto, estrechándolo, mientras simultáneamente el conducto se colapsa en sentido anteroposterior a causa
del aumento de la presión interna.
FUNÍCULO ESPERMÁTICO, ESCROTO Y TESTÍCULOS
Funículo espermático
El funículo espermático (cordón espermático) contiene estructuras
que se dirigen hacia el testículo y que provienen de él, y suspende el
testículo en el escroto (fig. 5-19; tabla 5-6). Empieza en el anillo
inguinal profundo, lateral a los vasos epigástricos inferiores, pasa a
través del conducto inguinal, sale al nivel del anillo inguinal superficial
y termina en el escroto, en el borde posterior del testículo. El funículo
espermático está rodeado por cubiertas fasciales derivadas de la
pared anterolateral del abdomen durante el desarrollo prenatal. Las
cubiertas del funículo espermático son:
Escroto
El escroto es un saco cutáneo formado por dos capas: piel muy
pigmentada y la túnica dartos, estrechamente relacionada con ella, una
capa de fascia sin grasa que incluye fibras de músculo liso (músculo
dartos) que confieren su aspecto rugoso (arrugado) al escroto (fig. 5-9
B; tabla 5-6). Puesto que el músculo dartos se fija a la piel, su
contracción hace que el escroto se arrugue cuando hace frío, lo que
engruesa la capa tegumentaria, reduce la superficie escrotal y ayuda al
cremáster a mantener los testículos más cerca del cuerpo, y todo ello
disminuye la pérdida de calor.
Los nervios del escroto (fig. 5-19) incluyen ramos del plexo lumbar
para la cara anterior y ramos del plexo sacro para las caras posterior e
inferior: