Grupo 3
Grupo 3
Grupo 3
• Las capas superficial, intermedia y profunda de la fascia de revestimiento recubren las caras
externas de las tres capas musculares de la pared anterolateral del abdomen y sus aponeurosis
(tendones planos extendidos), de los que no puede despegarse fácilmente.
• Estas fascias de revestimiento son extremadamente delgadas y están constituidas en gran parte
por el epimisio (capa externa de tejido conectivo fibroso que envuelve a todos los músculos),
situado en la superficie de los músculos o entre ellos.
• La porción que recubre la superficie profunda del músculo transverso del abdomen y su
aponeurosis es la fascia transversal (transversalis).
MÚSCULOS DE LA PARED ANTEROLATERAL DEL
ABDOMEN
• Los tres músculos planos son el oblicuo externo del abdomen, el oblicuo interno del abdomen
y el transverso del abdomen.
• Las fibras musculares de estas tres capas musculares concéntricas tienen orientaciones
distintas, de modo que las fibras de las dos capas externas se disponen diagonalmente y
perpendiculares
• Los dos músculos verticales de la pared anterolateral del abdomen, envueltos por la vaina de
los músculos rectos, son el recto del abdomen, grande, y el piramidal, pequeño.
MÚSCULO OBLICUO EXTERNO DEL ABDOMEN
• El músculo oblicuo externo del abdomen es el mayor y más superficial de los tres músculos
planos abdominales anterolaterales
• A diferencia de las dos capas más profundas, el músculo oblicuo externo no se origina
posteriormente desde la fascia toracolumbar; sus fibras más posteriores (la parte más gruesa
del músculo)
• El oblicuo externo derecho y el oblicuo interno izquierdo actúan juntos para flexionar y rotar
el tronco de forma que el hombro derecho se orienta hacia la cadera izquierda (movimiento de
torsión del tronco).
(A)VISTA ANTERIOR (B) VISTA ANTERIOR
• A excepción de sus fibras más inferiores, que surgen de la mitad lateral del ligamento inguinal
• Las fibras de su parte carnosa discurren de forma perpendicular a las del oblicuo externo,
discurriendo superomedialmente (como los dedos cuando se coloca la mano sobre el tórax).
MÚSCULO TRANSVERSO DEL ABDOMEN
• Las fibras del transverso del abdomen, el más interno de los tres músculos abdominales
planos, discurren más o menos horizontalmente, excepto las más inferiores, cuya dirección es
paralela a las del oblicuo interno.
• Entre los músculos oblicuo interno y transverso del abdomen se encuentra un plano
vasculonervioso, que se corresponde con un plano similar en los espacios intercostales.
• Los dos músculos rectos, separados por la línea alba, se encuentran muy próximos en su parte
inferior.
• Está encerrado en su mayor parte en la vaina del músculo recto del abdomen.
• El recto del abdomen está fijado transversalmente por inserciones a la lámina anterior de la
vaina del recto en tres o más intersecciones tendinosas (bandas fibrosas transversas).
• Las intersecciones, señaladas por surcos de la piel entre las protuberancias, se encuentran
generalmente a nivel del proceso xifoides del esternón, del ombligo, y a la mitad de la
distancia entre estas dos estructuras.
VASCULARIZACIÓN E INERVACIÓN DE LA
PARED ANTEROLATERAL DEL ABDOMEN
Dermatomas de la pared anterolateral
del abdomen
•Fascia. La fascia de la pared anterolateral del abdomen consta de las porciones subcutánea .
Inferiormente al ombligo, la lámina subcutánea se modifica e incluye una capa adiposa
superficial y una capa membranosa profunda.
•La capa adiposa superficial se ha especializado en este lugar, sobre todo en el varón, para
almacenar lípidos, y la capa membranosa profunda es lo bastante completa para
compartimentar líquidos extravasados (sangre u orina) y para ser suturada en las
intervenciones quirúrgicas.
• Las fibras de las aponeurosis se entrelazan en la línea media, formando la línea alba, y
continúan en las aponeurosis de los músculos contralaterales.
• Las fibras aponeuróticas de los oblicuos externos también se continúan a través de la línea
media con las de los músculos oblicuos internos contralaterales. ●
PARED INTERNA DEL ABDOMEN Y REGIÓN INGUINAl
Pared interna del abdomen. Las principales características de la cara interna de la pared
anterolateral del abdomen son unos pliegues peritoneales que recubren estructuras e
irradian desde el anillo umbilical y las fosas peritoneales formadas en relación a los
pliegues.
Las fosas peritoneales formadas en relación a los pliegues umbilicales incluyen las fosas
supravesicales transicionales, cuya altura cambia en función del llenado vesical, y las
fosas inguinales mediales y laterales, que cubren áreas potencialmente débiles de la pared
anterior del abdomen, donde pueden producirse hernias inguinales directas e indirectas.
Región inguinal. La región inguinal se extiende desde la EIAS hasta el tubérculo del
pubis; el pliegue inguinal superficial marca el límite entre el abdomen y el miembro
inferior.
Estas dos bandas son engrosamientos de los bordes inferiores de la aponeurosis del
oblicuo externo y la fascia transversal sobre la pared abdominal, respectivamente.
El peritoneo está formado por dos hojas continuas: el peritoneo parietal, que tapiza la superficie
interna de la pared abdominopélvica, y el peritoneo visceral, que reviste vísceras como el estómago y
los intestinos. Las dos hojas del peritoneo están constituidas por mesotelio, una capa de células
epiteliales escamosas simples.
Al igual que la piel suprayacente, el peritoneo que recubre el interior de la pared corporal es sensible
a la presión, el dolor, el calor, el frío y la laceración. El dolor del peritoneo parietal generalmente está
bien localizado, excepto el de la cara inferior de la porción central del diafragma, cuya inervación
procede de los nervios frénicos.
• Los órganos intraperitoneales están casi totalmente cubiertos por peritoneo visceral (p. ej., el
bazo y el estómago)
• . En este caso, intraperitoneal no significa dentro de la cavidad peritoneal (aunque este término
se utiliza clínicamente para las sustancias que se inyectan en dicha cavidad).
• Los órganos retroperitoneales, como los riñones, se encuentran entre el peritoneo parietal y la
pared posterior del abdomen, y tienen peritoneo parietal sólo en sus caras anteriores (a
menudo con una cantidad variable de tejido adiposo interpuesto).
DIAFRAGMA
Vasos y nervios del diafragma
Las arterias del diafragma se ramifican en las caras superior
(torácica) e inferior (abdominal) del diafragma. Las arterias que
irrigan la cara superior del diafragma son las arterias
pericardiofrénica y musculofrénica, ramas de la arteria torácica
interna, y las arterias frénicas superiores que se originan en la
aorta torácica.
Las venas que drenan la cara superior del diafragma son las
venas pericardiofrénicas y musculofrénicas, que drenan en las
venas torácicas internas, y en el lado derecho una vena frénica
superior.
Hay un foramen para la vena cava inferior y hiatos para el esófago y la aorta, así como otras
aperturas menores.
El foramen de la vena cava es una abertura en el centro tendinoso destinada principalmente al paso
de la VCI.
También lo atraviesan ramos terminales del nervio frénico derecho y algunos vasos linfáticos en su
camino desde el hígado hacia los nódulos linfáticos frénicos medios y mediastínicos.
HIATO ESOFÁGICO
El hiato esofágico es un orificio oval para el esófago situado en el músculo del pilar derecho del
diafragma al nivel de la vértebra
.
Por el hiato esofágico también pasan los troncos vagales anterior y posterior, ramas esofágicas de
los vasos gástricos izquierdos y unos pocos vasos linfáticos.
HIATO AÓRTICO
El hiato aórtico es un orificio posterior del diafragma para el paso de
la aorta .
Como la aorta no perfora el diafragma, el flujo sanguíneo por esta
arteria no se ve afectado por los movimientos del músculo durante la
respiración.
OTRAS APERTURAS DEL DIAFRAGMA
Además del foramen y los hiatos principales, entre las inserciones
esternal y costal del diafragma hay una pequeña apertura, el triángulo
(foramen) esternocostal.
A través de este triángulo pasan vasos linfáticos de la cara
diafragmática del hígado y los vasos epigástricos superiores.
Acciones del diafragma
Cuando el diafragma se contrae, sus cúpulas se mueven inferiormente, de
modo que la convexidad del diafragma se aplana un poco.
Aunque este movimiento se describe a menudo como «descenso del
diafragma», sólo descienden sus cúpulas; la periferia del diafragma se
mantiene fija a las costillas y a los cartílagos costales de las seis costillas
inferiores.
A medida que el diafragma desciende, empuja las vísceras abdominales
inferiormente.
Esto aumenta el volumen de la cavidad torácica y reduce la presión
intratorácica, con la consiguiente entrada de aire en los pulmones.
Además, el volumen de la cavidad abdominal disminuye levemente y la
presión intraabdominal aumenta en la misma medida.