Psicosis 1
Psicosis 1
Psicosis 1
Concepto y clasificación:
Psicosis: enfermedades mentales en que las funciones psíquicas se hallan tan afectadas, que el
sujeto que las padece:
1. no puede cuidar adecuadamente de sí mismo
2. controlar sus impulsos
3. establecer un correcto juicio crítico de la realidad
4. tener conciencia de sus propias alteraciones
5. en gran parte de los casos, convivir razonablemente con los demás.
Tal vez lo más característico de los enfermos psicóticos sea la incapacidad para distinguir entre el
mundo externo y su propia vida psíquica.
Clasificación:
a) orgánicas: existe una patología cerebral o somática general (tumor cerebral, traumatismo,
infección, esclerosis vascular, degeneración del tejido encefálico, etc.) como causa fundamental de
la perturbación psíquica.
b) funcionales o endógenas: no existe una alteración orgánica concreta y desencadenante del
trastorno psíquico. Se considera que existe una multiplicidad de factores somáticos (hereditarios,
metabólicos, neuroendocrinos, energía de los instintos, etc.) y psicológicos (desarrollo del yo,
experiencias infantiles, regresión, fijaciones, frustraciones, situación ambiental, etc.) que se
conjugan entre sí de diversos modos, dando lugar a la eclosión de la enfermedad.
Las psicosis funcionales se dividen en tres grandes grupos:
1. psicosis esquizofrénicas
2. psicosis paranoicas
3. psicosis afectivas o maníaco- depresivas
Psicosis esquizofrénica:
Clínica:
- Forma más grave y extendida de las psicosis funcionales
- Usualmente, se presentan en forma de brotes, con períodos de remisión espontánea.
- Si la terapéutica no llega a detener su curso, evolucionan hacia la cronicidad, dando lugar a
una profunda desorganización de la personalidad.
Sintomatología:
a) Autismo:
- Es tal vez el rasgo más esencial de la esquizofrenia.
- Bleuler, el creador del término, lo define como la evasión de la realidad unida al
predominio, relativo o absoluto, de la vida interior. Llegando a ser el mundo autístico, dice
Bleuler, para estos enfermos más real que el mundo exterior.
- La vida psíquica se constituye en un sistema cerrado de la persona y de su mundo interno,
sin comunicación con la realidad externa.
b) Discordancia:
- incoherencia, falta de unidad y cohesión, disgregación de la conciencia y la personalidad.
Esta discordancia la hallamos en las esferas cognitiva, afectiva, perceptiva, volitiva y
psicomotora, dando lugar a:
c) Actividad delirante
La esquizofrenia es una enfermedad esencialmente delirante, puesto que el resultado del autismo
y la discordancia es, precisamente, la organización delirante de las relaciones del enfermo con los
demás y con el mundo de la realidad.
B) Heberfrenica/ desorganizada:
- El nombre de hebefrenia deriva de la diosa griega Hebe, diosa de la juventud
- La característica más importante consiste en un empobrecimiento psíquico progresivo que
afecta a la vez a la esfera intelectual y a la afectiva.
- Son características principales la precocidad de aparición, casi siempre antes de los 20
años, y la malignidad evolutiva
C) Catatónica:
- Se caracteriza por trastornos psicomotores que oscilan entre el estupor, la inmovilidad, el
negativismo y los movimientos estereotipados, versus las crisis de excitación psicomotriz.
2) Psicosis paranoicas:
- Psicosis crónica
- Se caracteriza por el desarrollo insidioso de un sistema delirante duradero, inquebrantable,
acompañado de una perfecta claridad y orden del pensamiento, la voluntad y la acción.
El delirio tiene 4 rasgos esenciales: desconfianza, rigidez, hipertrofia del ego, falsedad del juicio.
-El delirio es interpretativo y lógico.
-Los tipos mas importantes de delirio son: de reivindicación, de celos, de invención, de injusticia,
erotomanía.
Recordar que la paranoia el delirio permanece contenido dentro de unos límites, porque hay más
fuerza y capacidad defensiva del yo, sin invadir todo el sistema de relaciones del individuo. La
regresión instintiva y el conflicto entre instancias psíquicas no conducen a la disgregación de la
personalidad que se da en la esquizofrenia.
Varias teorías:
1. Freud: Regresión de la catexia- Economia libidinal (carga o investimento que hace que
cierta energía psíquica se halle unida a una representación, partes del cuerpo, objeto, etc):
- Freud: regresión de la catexia como génesis de la esquizofrenia
- La libido es retirada de los objetos y convertida en libido narcisista
- Esta teoría tiene dos fundamentos: la economía libidinal (catexia), y el narcisismo.
División de la esquizofrenia paranoide según Freud en tres categorías, cada una representa una
fase de la regresión o de la posterior redistribución libidinosa.
La libido que investía la representación del mundo externo es retirada y regresa al estado previo
de narcisismo infantil. Lo que produce la ruptura con la realidad y síntomas que tienen que ver con
los sentimientos en relación con la percepción del mundo que lo rodea.
2) Alteraciones de la psicomotricidad
- Por la regresión, las inhibiciones psicomotrices y aparece una motilidad arcaica.
- Hay un remanente de establecer un relación de tipo oral por lo que aparecen: ecolalia,
ecopraxia, que reproducen la actividad imitativa del bebe.
3) Heberfrenia :
- El yo se abandona pasivamente a la perdida de las relaciones de objeto
4) Pensamiento paleológico:
- Llamado también «arcaico», «primitivo», «prelógico», «autístico», «proceso primario del
pensamiento»
- Consecuencia de la regresión del yo que acompaña a la regresión de la libido
- Sus características son: tendencia a la gratificación inmediata de las pulsiones, fácil
desplazamiento de la energía que catectiza una idea se desplace a otra idea o
representación mental, tendencia a la condensación de las catexias.
- S Arieti, principio de Von Domarus : las personas aceptan la identidad sobre la base de
idénticos sujetos, el esquizofrénico puede aceptar la identidad sobre idénticos predicados.
Idénticos predicados hacen idénticos sujetos.
- El arte esquizofrénico está lleno de distorsiones y condensaciones
- Confusión entre la palabra y aquello que con la misma se intenta designar.
2) Fase 2: Hipercatexis
- Hipocondría, ideas de grandeza y delirios megalomaniacos como resultado de la hipercatexis
- Según M. Mahler, en el inmediato período posnatal, durante las tres o cuatro primeras
semanas de vida, el bebé se halla protegido por una coraza autística constituida por un
altísimo umbral de sensibilidad frente a los estímulos externos.
-Considera a este período como una fase de autismo normal, en el sentido de que se trata de
un sistema monádico cerrado, autosuficiente en su alucinatoria satisfacción de las
necesidades.
- A partir del segundo mes, se inicia una fase de normal simbiosis en que el niño se comporta y
funciona como si él y su madre fueran una unidad.
- En esta fase el niño está expuesto al dolor provocado por el hambre y otras necesidades y no
puede ser aliviado más allá de los límites de la realización alucinatoria de deseos, a menos que
se obtenga una satisfacción que proviene del mundo externo.
- La repetida experiencia de que el alivio del sufrimiento viene «del exterior>> produce en él
una vaga discriminación afectiva entre el interior y el exterior; el self y el no-self. Las huellas
mnémicas de estas experiencias son un factor de la máxima importancia para la diferenciación
del yo y para el proceso de individuación.
- Los mecanismos utilizados por el niño para este fin son fundamentalmente: desanimación,
desdiferenciación, desvitalización, fusión y defusión. M. Mahler los denomina «mecanismos de
mantenimiento»
Clase 1
Miércoles 13/01/2020
TAREA
Vacuidad:
- El complejo de vacuidad entendido como el vacío existencial de Víctor Frankl y otros
autores que mencionan la necesidad del sentido y la búsqueda de significado de nuestra
experiencia personal y social
Moria:
- Sinónimo: manía chistosa. La moria es una euforia superficial generalmente producida por
lesiones del lóbulo frontal.
Pan-neurosis:
- Síndrome neurótico general, pan-neurosis o síndrome de Tyrer
Un intento directo de cuestionar esa disgregación conceptual de las neurosis se encuentra
en la defensa por Peter Tyrer de un “síndrome neurótico general”. Lo define como
“demostración de síntomas de ansiedad primaria y depresión, que muestran cambio en su
primacía en diferentes momentos, se manifiesta en ausencia de acontecimientos
importantes de la vida y se presentan ordinariamente en el fondo de una perturbación de
la personalidad, en la cual son prominentes las cualidades inhibidas y/o dependientes.
Es probable también que haya una historia familiar positiva de una situación similar”
Este síndrome excluye el trastorno obsesivocompulsivo (que también para otros autores
ha adquirido entidad propia y diferenciada). Incluye síntomas de ansiedad, distimia y
angustia; también (de forma más matizada) de agorafobia o fobia social. No deja clara la
ubicación de los trastornos somatoformes y disociativos.
En apoyo de su tesis, Tyrer sostiene que las clasificaciones ateóricas desarrolladas desde
1980 dividen los diagnósticos anteriores en diversos compartimientos que, aunque
pueden funcionar bien para los investigadores y la industria farmacéutica, no concuerdan
con la realidad que se presenta en la clínica. Estos compartimientos sólo se mantendrían
separados mediante reglas arbitrarias sin sentido clínico y son incompatibles con un
concepto satisfactorio de las neurosis. Ese concepto satisfactorio de neurosis tendría que
superar la mera descripción de síntomas y conductas para integrar tres aspectos:
1. El componente hereditario de las neurosis y los trastornos de personalidad.
2. El concepto de predisposición o vulnerabilidad de la personalidad frente a la neurosis.
3. Los cambios diagnósticos consecuentes a diversas experiencias vitales.
Biografías
Freud
Fumador empedernido, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, acabó sus días
entre los sufrimientos provocados por el cáncer de paladar que le fue
diagnosticado en 1923. Convertido en una de las figuras más influyentes del
pensamiento contemporáneo, Freud dijo una vez: "Si quieres vivir, prepárate
para morir", y sin dejar de escribir y publicar artículos, su vida se apagó el 23 de
septiembre de 1939 en Londres.
UN MUNDO MARCADO POR EL ANTISEMITISMO
Nacido el 6 de mayo 1856 en Freiberg (Moravia), Sigmund Freud fue el mayor de
seis hermanos. Su familia se vio obligada a trasladarse a Viena para intentar
reflotar el negocio de lanas de su padre. A pesar de ser judío, el joven Sigmund
fue educado al margen de cualquier idea religiosa y nacionalista. Tampoco
las dificultades económicas por las que atravesó su familia fueron un obstáculo
para que ingresara en la Universidad de Viena a los 17 años, donde estudió
Medicina. Ante el creciente ambiente de antisemitismo que se respiraba en la
capital austríaca, Freud decidió cambiarse el nombre y pasó de llamarse
Sigismund a llamarse Sigmund, el nombre con el que sería conocido a partir
de entonces.
La familia se trasladó a Viena debido a las dificultades económicas,
y el antisemitimsmo obligó a Freud a cambiar su nombre por el de
Sigmund
Tras aprender español de forma autodidacta, Freud fundó junto con su
amigo Eduard Silberstein una especie de sociedad secreta a la que llamaron
Academia Castellana, donde bajo los seudónimos de Cipión para Freud y
Berganza para Silberstein, emprendieron juntos la lectura de obras de Miguel
de Cervantes entre las que destacan El coloquio de los perros, de donde
escogieron sus apodos.
En 1886, Freud se casó con Martha Bernays y tras la publicación de unas cartas
enviadas a su entonces prometida y luego esposa, se ha sabido que hizo un
intento frustrado de curar con cocaína a su amigo Ernst von Fleischl-
Marxow, que era adicto a la morfina. El tratamiento no surtió efecto y sólo
sirvió para añadir una adicción más a las que ya sufría su amigo, el cual
falleció poco después.
Intento sin éxito curar con cocaína a su amigo Ernst von Fleischl-
Marxow, que era adicto a la morfina, lo que acabó provocando la
muerte de éste
EL FRACASO DE LA HIPNOSIS
Basándose en algunos experimentos llevados a cabo por su mentor Josef
Breuer, Freud abrió una clínica para realizar sus prácticas en el campo de
la neurosis y de la histeria en las que uso la hipnosis y la catarsis. Una
misteriosa paciente llamada Anna O. (su nombre real era Bertha Pappenheim) fue
tratada por Breuer y Freud en aquel entonces. El tratamiento consistía en
inducir en la paciente un estado hipnótico que le permitiese rememorar las
circunstancias previas a la aparición de los síntomas. A pesar de que todo
parecía ir bien, en la lectura del caso clínico se observó con claridad que Breuer
improvisó y modificó el tratamiento de acuerdo con el extravagante cuadro
sintomático de su paciente. Al acabar el tratamiento catártico, la paciente no
había mejorado y acabó siendo internada en un centro psiquiátrico. Una vez
recuperada, Berta Pappenheim se volcaría en la causa feminista. Poco después
Freud abandonó estas técnicas (y su colaboración con Breuer) en favor de la
asociación libre (base del psicoanálisis), técnica con la que creyó poder aliviar
los síntomas de sus pacientes, que verbalizaban sin traba alguna cualquier tipo de
ocurrencia que se les pasara por la cabeza.
Melanie Klein
Introducción
Aunque las teorías de Melanie Klein nacieron del cuerpo teórico-técnico creado por
Sigmund Freud, llegaron a revolucionar la metapsicología tradicional, dándole a sus
conceptos centrales matices muy peculiares, lo que obliga a encuadrarlas como una
doctrina psicoanalítica particular.
En el surgimiento de las ideas kleinianas hay que recordar el Simpósium sobre análisis
infantil que tuvo lugar en mayo de 1927 en la Sociedad Psicoanalítica Británica, donde
se mantuvo una dura polémica en torno a las opuestas perspectivas de Melanie Klein y
de Anna Freud, que en su Introducción a la técnica del análisis de niños destacaba que
la conducta infantil en la situación analítica estaba fundamentalmente mediatizada por
los hechos vividos en la realidad presente con los padres, en especial en lo tocante a
sus aspectos negativos, pensando que era imposible que un chico pequeño
estableciera una genuina transferencia, calificando de silvestre el trabajo analítico de
Klein, ya que ésta, en un contexto de juegos inocentes y no en el de las asociaciones
libres, utilizaba interpretaciones profundas sobre falsos fenómenos transferenciales
(1).
El posicionamiento de Anna Freud se situaba en la línea abierta por Hermine von Hug-
Hellmuth, que en un trabajo de 1920, titulado Sobre la técnica del análisis infantil,
insistió en la función educativa del psicoanálisis en la niñez, propugnando que a través
del mismo debían inculcarse valores morales, estéticos y sociales (2), lo que fue
absolutamente rechazado por Klein que asumió la posibilidad de un análisis en toda
regla del niño pequeño (3). Ha de tenerse en cuenta en todo caso que para Klein la
transferencia, esencial para un trabajo analítico, no suponía la reedición de una pasada
neurosis infantil, como se entiende en el modelo freudiano, sino la impregnación de las
relaciones de la vida ordinaria (relaciones con los objetos externos) con productos
procedentes de la fantasía inconsciente que ocasionaba la realidad subjetiva
(relaciones con los objetos internos), lo que sería válido tanto para el niño como para
el adulto, aconteciendo lo patológico cuando tiene lugar una invasión excesiva de la
fantasía interna inconsciente en la vida externa (4). Por otro lado, la técnica del juego,
y el soporte teórico que implica, lo consideró un elemento sustitutivo de la asociación
libre de ideas que podía tener lugar en los adultos y no en los pequeños (5).
Aunque en el terreno técnico se produjo con el paso del tiempo un cierto acercamiento
entre Anna Freud y Melanie Klein, aceptando aquélla la posibilidad de tratar niños
antes del período de latencia y emplear el juego como un instrumento técnico, como
puede verificarse en la versión de 1946 de su Introducción a la técnica del análisis de
niños, que apareció entonces con el título de Psicoanálisis de niños (6), en el campo
teórico, por el contrario, el alejamiento entre ambas se fue acusando progresivamente,
sobre todo después de que Klein concretara definitivamente sus teorías de las
posiciones y de las relaciones objetales precoces, a partir de mitad de la década de los
años cuarenta, dado que con esto dejaba de lado el tradicional complejo de Edipo
como fuente central del desarrollo normal y patológico en favor de la llamada posición
depresiva y situaba la aparición del yo y superyó muy precozmente, además de darle
una prioridad total a la pulsión tanática sobre la erótica. Todo ello abocó, en tales
fechas, a grandes controversias en el seno de la Sociedad Psicoanalítica Británica, lo
que desembocó en la constitución en la misma de dos grupos de formación, uno con
los seguidores de Anna y otro con los afines a Melanie (7). A partir de entonces la
escuela kleiniana se autonomizó en el seno de dicha Sociedad, aunque hacia la mitad
de la década de los cincuenta, empezaron algunas deserciones a causa de las
divergencias respecto al papel de lo constitucional en el desarrollo y en la
psicopatología y más concretamente en cuanto al protagonismo de la envidia innata;
así mismo tampoco había acuerdo en lo tocante a la función de la contratransferencia y
las subsiguientes intervenciones del terapeuta.
Melanie Klein (de soltera Reizes) nació en Viena el 30 de marzo de 1882, en el seno de
una familia centroeuropea de origen judío. Su padre, Moriz Reizes era médico general
y dentista. Su madre, Libussa Deutsch, tenía veinticuatro años menos que su marido,
del que tuvo cuatro hijos, Emile (que murió con veinticinco años, agotado por el
alcohol, la droga y la pobreza), Emanuel, Sidonie (que falleció con ocho años de
tuberculosis) y Melanie.
Melanie, tras tener que dejar de lado su intención de estudiar medicina a causa de su
noviazgo con 17 años y casamiento a los 21 (contrajo matrimonio el 31 de marzo de
1903), estudió Arte e Historia en la universidad de Viena, pero sin llegar a graduarse
en nada (8).
No hay precisión sobre cuándo llevó a cabo su primer análisis personal con Sàndor
Ferenczi, situándolo Grosskurth (8) desde finales de 1914 hasta 1919, mientras que
Petot (9) refiere que debió transcurrir durante el año 1916 y principios de 1917, para
ser reanudado en mayo de 1917 (a mediados de febrero Ferenczi enfermó de
tuberculosis pulmonar, ingresando en un sanatorio cercano a Viena). Dicho tratamiento
terminó por convertirse en su primer período de formación psicoanalítica, asistiendo en
1918 como invitada al V Congreso Psicoanalítico Internacional, celebrado los días 28 y
29 de septiembre en Budapest, donde vio por vez primera a Sigmund Freud (10).
Ferenczi animó a Melanie a que se ocupase del campo psicoanalítico infantil, iniciando
ésta tal labor con su propio hijo Erich (Fritz), pero sólo con intenciones pedagógicas y
preventivas, sirviéndole este trabajo de base para la disertación de presentación que
llevó a cabo en la Asociación Psicoanalítica Húngara el 13 de julio de 1919, cuyo
contenido fue publicado parcialmente a finales de 1920 con el título de La novela
familiar 'in statu nascendi' y más tarde en una versión completa, pero corregida
(ocultando la identidad del hijo), bajo el título El desarrollo de un niño (11).
En Berlín, Klein analiza a una niña que ha pasado a ser famosa en la literatura
psicoanalítica, Rita, así como a otros niños pequeños, cuyos casos están recogidos
en El psicoanálisis de niños (13), sin que se mencionen en esta obra los tratamientos
con sus hijos, los cuales aparecen en otras publicaciones con los pseudónimos que
indicamos entre paréntesis.
Finalmente, desde los años cincuenta hasta su muerte, Klein centra su trabajo teórico
en la envidia primaria, ocupándose también de ciertos componentes de la técnica,
pudiendo recordarse al respecto los artículos Sobre los criterios para la terminación de
un psicoanálisis (1950), Los orígenes de la transferencia (1952), Algunas Conclusiones
teóricas sobre la vida emocional del bebé (1952), La técnica psicoanalítica del juego:
su Historia y significación (1955), Sobre la identificación (1955), así como los
libros Envidia y gratitud (1957), Nuestro mundo adulto y sus raíces en la
infancia (1959), Sobre el sentimiento de soledad (1959), Las emociones básicas del
hombre (1960) y la obra póstuma Relato del psicoanálisis de un niño (1961).
Calificándolos como SÍNTOMAS FUNDAMENTALES, mientras que otros síntomas como Las Ideas
Delirantes y Las Alucinaciones las Consideró «ACCESORIOS», ya que podían aparecer en otros
Trastornos, como en La Enfermedad Maniaco Depresiva. Las ideas de Bleuler adquirieron una
aceptación tras la publicación en 1911 de su clásico libro Dementia Praecox, or the Group of
schizophrenias, Tras la Publicación de este Libro en 1911 se Introduce el Termino de Esquizofrenia
en sustitución al de Demencia Precoz.
Durante décadas los Psiquiatras Aprendieron a recitar las 4 “A” (que Bleuler propugnó), para hacer
el Diagnostico de Esquizofrenia:
1.-Asociaciones laxas (Desorganización).
2.-Afecto Inapropiado.
3.-Autismo (Pensamiento Dereístico, Empobrecimiento del pensamiento y apatía).
4.-Ambivalencia (Indecisión de los sentimientos y de los pensamientos).
Como consecuencia se desarrollaron una serie de definiciones y una conceptualización cada vez
más amplia de La Esquizofrenia, llegándose a considerar a las neurosis como síntomas pre-
esquizofrénico. En Estados Unidos, se hicieron populares conceptos como: ‹‹el trastorno
limítrofe››, dentro de una concepción dicotomica francamente limitada « la esquizofrenia latente»
y «la esquizofrenia seudo-neurótica» que se reflejaron en las primeras ediciones del DSM. Sin
embargo con el paso del tiempo los Psiquiatras advirtieron que estos criterios eran demasiado
amplios, vagos e imprecisos lo que suscitó la creación de entrevistas más estructuradas, criterios
diagnósticos operacionales más claros y objetivos y el actual Examen Mental Estado Actual. Con lo
cual los criterios bleulerianos quedaron relegados debido a su Ambigüedad e imprecisión,
enriqueciéndose y ampliándose la definición del concepto de Esquizofrenia.
Psicoterapia vs psicoanálisis
Clase 2
20-01-2021
- Buscar sobre trastorno del sueño, leer duelo y melancolía de Freud, buscar libro de
Horacio Echegoyen, Luis Chiozza, investigar sobre el vitíligo y su relación con los estados
emocionales, revisar cambios en la adolescencia, constancia objetal,
- En terapia, hacer silencio, fijarse en el lenguaje las palabras que usa, la resonancia del
afecto. Escuchar, el paciente es el que tiene toda la info que a nosotros nos puede ser útil.
Sacar las palabras a cucharadas. No extenderse más de 50 minutos
- Acompañar al niño, aclarar las diferencias entre psicólogo y dermatólogo, atención a los
cambios de la edad.
- Ver película Black: los detalles de la psicosis y la relación medico paciente. El paciente
identificado, en ella se depositan cosas que comparte todo el grupo familiar. Tomar en
cuenta la cultura de la India. Herida narcisista de los padres por lo que le pasa al hijo “la
niña me nació enferma” Verse también en el profesor, su razón para ejercer esa
profesión.
- Series complementarias, etapas del desarrollo psicosexual,
- La primera serie complementarias es el bebe lo organico, la segunda es la relación
simbiótica con la mama, experiencias infantiles, la tercera el papa. Bio- psico- social la
experiencia desencadenante. Alucinación satisfactoria del deseo.
- Ver película la escafandra y la mariposa
- Coderch mas duelo y melancolía, mas depresión., etapas del desarrollo psicosexual y los
mecanismos de defensa inconsientes propios de esas etapas. La escafandra y la mariposa,
TAREA
- Series complementarias (Freud)
La idea de la serie complementaria se afirma con máxima claridad en las Lecciones de introducción
al psicoanálisis (Vorlesungen zur Ein-führung in die Psychoanalyse, 1916-1917). Al principio ello
sucede en relación con el problema del desencadenamiento de la neurosis (la): desde el punto de
vista etiológico, no se trata de elegir entre el factor endógeno, representado por la fijación, y el
factor exógeno, representado por la frustración; ambos varían entre sí en razón inversa: para que
se desencadene la neurosis, puede ser suficiente un trauma mínimo en el caso de que la fijación
sea intensa, y viceversa. Por otra parte, la fijación puede a su vez dividirse en dos factores
complementarios: constitución hereditaria y experiencias infantiles (Ib). El concepto de serie
complementaria permitiría situar cada caso dentro de una serie, según la parte relativa que
corresponda a la constitución, a la fijación infantil y a los traumatismos ulteriores. Freud utiliza
principalmente el concepto de serie complementaria para explicar la etiología de la neurosis; pero
también puede aplicarse a otros sectores, en que interviene igualmente una multiplicidad de
factores que varían en razón inversa entre sí.
La introducción del concepto de narcisismo en 1914 y el papel fundamental que éste desempeña
en la insanía cíclica, tal como Freud denomina al par de patologías manía-melancolía, es lo que
permitió un avance en su investigación sobre estas afecciones.
En este trabajo Freud presenta por primera vez las premisas fundamentales de la melancolía y de
la manía, su mecanismo y su función, a partir de la analogía de la melancolía con el duelo.
Freud las aborda desde una perspectiva económica y tópica, y las articula con nociones tales como
identificación, narcisismo e instancia crítica o conciencia moral.
Analizaremos este mecanismo a partir de dos ejes conceptuales.
En la base del mecanismo de la melancolía, Freud propone como abordaje del primer eje una
analogía entre el proceso del duelo y el de la melancolía.
Freud define al duelo como ”la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una
abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc.”.
En el duelo el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto amado y en el proceso, que se
prolonga un tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, el sujeto pierde el interés por el
mundo exterior sustrayendo la libido de todo objeto que no remita al objeto perdido. Así, el
objeto perdido es investido por toda la capacidad libidinal que pueda emplear el sujeto a tal
efecto, impidiendo toda nueva ligazón.
En la melancolía el sujeto parece reportar con su dolor psíquico la pérdida de un objeto de amor
sustraída de su conciencia. El sujeto se comporta como si hubiese sufrido una pérdida real, no
puede dar cuenta de lo que ha perdido ni logra precisar la magnitud de dicha pérdida.
A estos síntomas se agregan el insomnio y la falta de apetito (a la vida) que el sujeto melancólico
padece y están intrínsecamente relacionados con un desfallecimiento de la pulsión.
El sujeto sufre de una inhibición y de un angostamiento del Yo definido por Freud como un
“cuadro de delirio de insignificancia moral” 2 que se perciben en manifestaciones tales como
autorreproches, rebaja en el sentimiento de sí y expectativa de castigo.
Este empobrecimiento yoico no es tan manifiesto en el duelo, al menos no en estas dimensiones,
siendo por lo tanto, característico de la melancolía.
En la melancolía, Freud sentencia que si el sujeto dice tener culpa, él ha de tener razón. Y es a
partir de esta afirmación que desarrolla su teoría de la melancolía.
En la melancolía, a diferencia del duelo, el quantum libidinal resignado por la pérdida del objeto de
amor, no es destinado a las ligazones de nuevos objetos. En ella, la libido sustraída del objeto
perdido vuelve al Yo por el mecanismo de la identificación regresiva. El Yo no cede el objeto, no
quiere resignarlo, aunque éste se sabe definitivamente perdido. Es mediante la identificación
narcisista del Yo con el objeto perdido, que el Yo lo sustituye. La identificación narcisista por
regresión tiene por objeto la sustitución del objeto de amor resignado.
La segunda identificación que Freud elabora en “Psicología de las Masas y Análisis del Yo” es la
identificación al objeto de amor. El sujeto renuncia a la elección de objeto de amor y por vía
regresiva causada por la represión, lo resigna y lo sustituye identificándose al objeto.
Freud da como ejemplo de esta identificación, un caso de identificación al síntoma.
El Yo del sujeto identificado al objeto, es rebajado a la condición de Cosa, de la Cosa por siempre
perdida.
Y es en este punto en donde se logra advertir la severidad y causa de la instancia crítica que se
ensaña con el Yo rebajado a la condición de objeto, muy lejos de responder a las exigencias del
Ideal del Yo. La escisión del Yo en términos freudianos, y la división subjetiva en términos
lacanianos, son el efecto de esta identificación del sujeto con el objeto.
El odio es definido en “Duelo y Melancolía” como la reacción del sujeto ante una amenaza a su
narcisismo primario proveniente del mundo exterior. La pulsión yoica se propone preservar la
integridad del Yo.
Por el contrario, el amor encarna el paradigma del puro placer del Yo con el objeto y es la pulsión
sexual quien lo comanda.
Freud considera la presencia acentuada del conflicto de ambivalencia como una de las premisas de
la melancolía en donde amor y odio están polarizados.
El amor por el objeto perdido, se refugia en la identificación narcisista, mientras que el odio se
ensaña con el objeto sustitutivo a la manera de una satisfacción sádica. Así Freud define al
sadismo dirigido al objeto encarnado por el Yo como un “automartirio gozoso” 2.
El odio en la melancolía pugna por desatar la libido del objeto, causa de su pesar psíquico, en un
intento por conservar y reafirmar su narcisismo.
La enfermedad se comporta como el refugio, como la manera de sustraerse y evitar el
enfrentamiento con aquella hostilidad acuciante.
El suicidio melancólico encuentra su explicación en las tendencias sádicas del sujeto y no es sinó la
puesta en acto de la hostilidad y el sadismo, dirigidos al Yo propio del sujeto tomado en tanto
objeto.
Freud explica así cómo la investidura de objeto ha sufrido en la melancolía un destino doble. Por
un lado ha regresado la identificación al narcisismo primario, y por el otro, ha regresado a la etapa
anal-sádica bajo el influjo del conflicto de ambivalencia.
Karl Abraham, discípulo de Freud que mantuvo con él correspondencia prolongada, debatía acerca
de la melancolía y los procesos psíquicos que se juegan en ella.
En su artículo titulado “Un breve estudio de la evolución de la libido, considerada a la luz de los
trastornos mentales” (1924) Abraham reclama como suya su tesis sobre la analogía entre el duelo
y la melancolía. Además establece una relación de semejanza entre la neurosis obsesiva y la
melancolía.
El principal aporte de Abraham a la teoría de la melancolía gira en torno a la pérdida de la
capacidad libidinal del sujeto asi como la regresión de la libido a la segunda fase oral pregenital
que responde a tendencias sádicas en el sujeto.
Es en este trabajo en donde Abraham propone la división de cada fase de la organización
pregenital en dos sub-fases definidas por el conflicto de ambivalencia.
Freud señala que ya en su “Manuscrito G” (1895) él había advertido la similitud entre neurosis
obsesiva y melancolía, pero es en “Duelo y Melancolía” donde Freud elabora estos conceptos
estableciendo como punto en común para ambas estructuras el conflicto de ambivalencia y como
resultado su marcada tendencia sádica.
Freud disiente con Abraham en su insistencia en la fijación de la libido en la fase oral. Si bien Freud
coincidía con él en esta cuestión, cuando en referencia a la melancolía en su ”Manuscrito G”
utilizaba la expresión “hemorragia de libido”, pero ya en “Duelo y Melancolía” abandona esta
tesis, reemplazando la pérdida de libido por la pérdida de objeto. Es la pérdida del objeto y su
efecto de división subjetiva, lo que caracteriza a la melancolía.
La pérdida de objeto
La ambivalencia
La regresión de la libido al Yo.
La neurosis obsesiva responde a las dos primeras premisas pero no a la tercera. El neurótico
obsesivo puede sufrir la pérdida real de un objeto amado y vivirla como un típico proceso de
duelo. Además es característica, según se ha hecho referencia en este trabajo, la relación con el
objeto mediada por el conflicto de ambivalencia.
Es sólo la tercer premisa de Freud, sobre la regresión de la libido al narcisismo del Yo, una premisa
que no concierne a la estructura de la neurosis obsesiva.
De esta manera, Freud establece el punto de divergencia fundamental entre melancolía y neurosis
obsesiva, atribuyendo a la melancolía la característica de la regresión de la libido al narcisismo.
Esta observación freudiana se constituye como una clave en la clínica para el diagnóstico
diferencial.
La insanía cíclica condujo a Freud al interrogante por la manía y su intrínseca relación con la
melancolía.
En “Duelo y Melancolía” la manía aparece como lo simétrico a la melancolía, y ambas responden a
un mismo complejo y tienen idéntico contenido.
La diferencia entre ambas patologías radica en el dominio o no del Yo de tal complejo. Mientras
que en la melancolía el sujeto sucumbe a los efectos de dicho complejo, en la manía el sujeto
parece festejar su dominio sobre él.
En la fase maníaca, el sujeto goza de un empinado talante, siente alegría, euforia, júbilo y una
sensación de triunfo que rebalsa su psiquismo y ocupa todo su pensar. Este estilo expresivo
constituye el paradigma normal de la manía.
La manía es un triunfo pero queda en ella oculto, como sucede en la melancolía, eso que el Yo ha
vencido y sobre lo cual triunfa.
La pregunta obligada que surge en Freud a partir de estas orientaciones es por qué al final del
duelo no debería darse un estado de excitación maníaca? Y la respuesta, poco esclarecedora, es
proporcionada por Freud en términos económicos y tópicos.
El factor tiempo tiene una función en el proceso del duelo que es necesario comprender. El
desasimiento de la libido de las investiduras de objeto es de una ejecución lenta, como indica
Freud “una ejecución pieza por pieza”, en cada escena se va produciendo una verificación de que
el objeto no está más.
Así Freud conjetura acerca de la diferencia entre el final del duelo y el estallido maníaco sólo en
función del tiempo que insume el desasimiento de la investidura libidinal y sus efectos
económicos.
A mi entender es este un punto oscuro que exige esclarecimiento.
El proceso secundario es un proceso más elaborado. Nos movemos entre ambos procesos.
Clase 4
10/02/2021
Clase 5
17-02-21