Cap IV Piaget Lldnya

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CAPiTULO IV

LAS OSCILACIONES DEL PENDULO 1


Y LAS OPERACIONES DE EXCLUSION

Acabamos de ver cómo se ingenia el sujeto ante un dispositivo en


el que intervienen muchos f~1<.:tores, para disociarlos y determinar sus ac-
ciones respectivas. Se trata ahora de estudiar las reacciones del niño y
del adolescente ante un dispositivo análogo, 2 pero en el que sólo uno de
los posibles factores es causal, mientras que los otros son inoperantes y
deben pues provocar una exclusión posterior a su disociación. Esto es lo
que sucede en el caso del péndulo, cuyos posibles factores, visibles en
el dispositi\'o, son: la longitud del hilo, el peso, la altura de la caída
(esto es, la amplitud de la oscilación) y el impulso que el sujeto le
imprime. El primero de estos factores es el único efectivo; el problema
consiste entonces en disocia.r)o de los tres restantes y excluir a estos
últimos, cuando se trata -como se solicita a los sujetos- de hacer variar
y explicar la frecuencia de .las oscilaciones de un péndulo.

§ l. ESTADIO l: lNDIFERENCIACION ENTRE LAS ACCIONES


DEL SUJETO Y lOS MOVIMIENTOS DEL PENDULO
El nivel preoperatorio I resulta interesante por el hecho de que las
acciones materiales del sujeto suplantan aún en su totalidad a las opera-
ciones mentales y que incluso se hallan relativamente indisoeiadas de
los movimientos observados en el dispositivo como tal: en efecto, casi
todas las explicaciones se reducen más o menos a concebir que el im-
pulso que el sujeto imprime es la verdadera causa de las variaciones de·
la frecuencia de las oscilaciones:

1 Con la colaboración de A. Morf, F. Maire y C. Lévy.


:! La técnica consiste simplemente en presentar un péndulo bajo la forma
de un sólido suspendido de un hilo y proporcionar al sujeto algo que le pernúta
hacer variar la longitud del l1ilo, los pesos de los objetos suspendidos, la amplitud,
etcétera. El problema consiste en encontrar los factores que condicionan la fre-
cuencia.
DE LA LÓGICA DEL NIÑO A LA LÓGICA DEL ADOLESCENTE 67
Hen (6 años) imprime "impulsos" de fuerzas diferentes: "Esta vez va rápido ...
Esta vez va a ir más rápido. ¿Es correcto? ¡Oh! sí (no hay lectura objetiva de la
experiencia." Luego coloca un peso grueso· con un hilo corto: "Va más rápido
(imprime el impulso). Va aun más rápido. ¿Y para ir muy rápido? Hay que quitar
todos los pesos y hacer funcionar únicamente el piolítt (lo hace así pero con im-
pulso). Los vuelvo a colocar a todos, esta vez va rápido (nuevos impulsos)." En
cuanto a la altura: "Si se coloca muy arriba, va rápido (da un gran impulso)."
Se le pregunta como conclusión si en verdad cree que las velocidades cambiaron:
"No, no se puede, sí se p11ede cambiar la velocidad."
Duc (7;3) está un poco más adelantado en cuanto a lo que sucede con
algunas correspondencias (no sistemáticas) entre el aumento de la longitud del
hilo y el crecimiento de las frecuencias. Sin embargo, no puede impedirse im·
primir a cada instante un impulso y cuenta mal las oscilaciones: lo hace siempre
influido por sus anticipaciones.

Vemos pues que, a falta de seriaciones y correspondencias exactas, el


sujeto no logra ni leer de modo objetivo la experiencia ni siquiera ate-
nerse a afirmaciones no contradictorias entre sí. Sobre todo, se comprueba
que el niño interviene constantemente en los movimientos del péndulo sin
poder disociar d impulso que imprime y los movimientos independientes
de su acción.

§ 2. ESTADIO Il: SERIACIONES Y CORRESPONDENCIAS


PERO SIN DISOCIACION DE LOS FACTORES
Los sujetos del estadio II son capaces de seriar las longitudes, alturas,
etcétera, y juzgar de modo objetivo diferencias de frecuencias. Logran
así establecer correspondencias exactas desde el punto de vista de la ex-
periencia bruta, pero no logran disociar los factores, salvo en el caso del
impulso.
En el nivel II A, no se produce aún un~, seriación exacta de los
pesos:
Jac (8 años) después de algunos ensayos en los que hacía variar la longitud
del hilo: "Cttanto menos alto es (o sea cuanto meno~argo es el hilo) más rápido
va." En cuanto al peso establece, en cambio, relaciones no coherentes: "los grandes
(esto es, los pesados) caen mejor, van. más rápido", por ejemplo "no es éste (500 g)
es aquél (lOO g) ·que va más lentamente", pero después de un nuevo ensayo, dice
acerca del peso de 100 g: "va más <ápido. ¿Qué hay que hacer para que vaya
más rápido? Poner dos pesos. ·¿O bien? No poner ninguno, va nuís rápido cuando
es más liviano." En cuanto a la altura de caída: ''Si se suelta muy bajo, va muy
rápido" y "va más rápido si se suelta arriba" perC) en este' segundo caso Jac tam-
bién acorta el hilo.
68 B. INHELDEH Y J. PIAGET

Las sedaciones establecidas son pues exactas, excepto en el caso del


peso; el sujeto puede entonces descubrir, a partir de este nivel, la corres-
pondencia inversa entre la longitud del hilo y la frecuencia- de las oscila-
ciones. Pero como no sabe disociar los factores, el sujeto deduce que este
primer factor no es el único que se halla en causa. Y si también atribuye
una función al peso y a la altura de caída, es p<_?rque hace variar muchas
condiciones a la vez. ·
A pesar de los progresos realizados, en el nivel II B, por una seria-
ción exacta de los efectos del peso (en la experiencia bruta), no se diso-
cian aún los factores:
Bea (10;2) hace variar SÍ)} orden sistemático la longitud del hilo (según las
unidades 2, 4, 3, etcétera); sin embargo deduce una correspondencia inversa co-
rrecta: "Va más lentamente cuando es más largo." Para los pesos, compara lOO g,
con una longitud de 2 o de 5, con 50 g, con una longitud 1, y de nuevo deduce
una correspondencia inversa ·entre el peso y la frecuencia. Luego hace variar la
altura de caída sin cambiar ni el peso ni la longitud (sin intenci6n de igualar,
s6lo por simplificación de sus propios movimientos) y concluye: "Las dos alturas
van a la misma velocidad." Por último, varía el impulso, siempre sin modificar nada
y también concluye: "Es totalmente lo mismo."
Cro (10;2) no puede asimismo disociar el peso y la longitud, pero además
hace variar al mismo tiempo la altura de caída. Comienza con un hilo largo Y
100 g, luego acorta el hilo y toma 200 g que deja caer desde más arriba: "¿En-
contraste algo? Que el pequeño (1 00 g) va más lentamente y que cuanto más arriba
está (200 g con. un hilo corto) más rápido va." Pero luego coloca 50 g sobre el
mismo hilo corto: "El peso pequeño va aun más rápido." Sin embargo el sujeto
deja de lado este último caso: ''Para ir más rápido, hay que su-bir el hilo (disminuir
la longitud) y el pequ,eño va menos rápido porque es menos pesado." Luego:
"¿Te preguntas todavía c6mo hay que hacer para ir más rápido? El peso pequeño
va más rápido. ¿Cómo puedes probarlo? Hay que subir el piolín (disminuir la
longitud)."
Per (10;7) es un caso sorprendente de falta de disociaci6n de los factores:
hace variar al mismo tiempo el peso y el impulso, luego el peso, el impulso y
la longitud, y luego el impulso, el peso y la altura, etcétera, y concluye en primer
lugar: "Hay que cambiar de peso e impulso, pero para nada el hilo. ¿Cómo sabes
que el hilo no interviene? Porque es el mismo hilo (no hizo variar la longitud
en sus últimos ensayos y antes la cambió con el impulso, lo que complica la lec-
tura de la experiencia). Pero la velocidad ¿cambi6? Depende, a veces es la misma . ..
Sí, no m1tcho. . . Depende también de la altura que se ponga: cuando se suelta desde
abajo, hay poca velocidad." Deduce luego la acci6n de los cuatro factores: "Hay
que cambiar el peso, el impulso, etcétera. Con el hilo corto, va más rápido", pero
también "hay que cambiar el peso, hay que dar 1tn impulso más fuert~" y "con
la altura, se puede colocar más alto o más bajo". "¿Cómo lo puedes probar? Hay
q1~e probar dando imp1~lso, bajamlo o lev11ntando el hilo, camJ,iando la alt>11ra :Y
e
el peso i todo al mismo tiempo!)."
DE LA LÓGICA DEL NIÑO A LA LÓGICA DEL ADOLESCENTE 69
i\tlat (10;6) llega incluso a construir la variaci6n simultánea de los factores:
"¿Cómo sabes que con el peso va más rápido? Cttando se coloca un peso grueso
va más rápido. ¿Encontraste esto? Sí, mbiendo el hilo (esto es, disminuyendo la
longitud), luego se coloc'r el t>eso g~·11eso al misma tiempo."

Estos casos son muv instructivos en cuanto a la diferencia de las


operaciones concretas y formales. Desde el primero de estos dos puntos
de vista, los sujetos se hallan en posesión de todas las formas de seria-
ción y correspondencia que les permiten hacer variar los 4 factores y ase-
gurar la lectura del resultado de estas variaciones. Pero, a partir de estas
operaciones sólo saben extraer inferencias fundadas sobre su transitividad
(del modelo A< C si A< B y B < C) y siguen siendo incapaces de
formular un razonamiento fom1al. Sus dos errores fuñdamentales, desde
este segundo punto de vista, son los siguientes: l) Al hacer variar varios
~es al mismo~p_o, A 1 , A 2 , A3 , A 4 en A\, A'2 , A'3 , A'4, y al com-
probar el cambio del resultado, X en X', ~--baber_d~~~?_ti_!ª~~~ c::~a
uno de _est2~}a_Et<_>res produce por_~Í__ll!i~~º-~Lrf:s!ili:tclQ. X'. Traduciao a
un lenguaje proposicional, el error consistiría así en deducir a partir de
(p · q · r · s) :> x la fórmula (p o x) · (q o x) · (ro x) · (so x) sin sospe-
char la existencia de las otras combinaciones posibles (véase Mat en el caso
de dos factores: p · q ·o x por lo tanto q :1 x). 2) De modo recíproco, el
sujeto Per, una vez modificados todos los factores salvo uno (la longitud
del hilo) y al no estar muy seguro de que el resultado se modificó, de-
duce la no eficacia de este único factor que permaneció constante (no se
trata "para nada del hilo.. . ¡porque es el mismo hilo!"). En otros tér-
minos, de 17 • q • r •.S • (x) V p • q • f • S(XVX) deduce p :1 X.
Resulta pues evidente que esto.c; sujetos carecen aún de algún instru-
mento lógico para interpretar los datos de la experiencia y que, si no
disocian los factores, no es por simple pereza mental: así como Bau
(cap. III, § 2) hacía variar dos factores a la vez en la comparación de
la flexibilidad de las varillas, para que el resultado fuera "más diferente",
así Mat y los sujetos anteriores se proponen, de modo explícito, modifi-
carlo todo a la vez para obtener transformaciones más grandes. Carecen
de una combinatoria formal: habituados a clasificar, seriar v establecer
correspondencias, se atienen a sus cuadros de variación sin imaginar la ·mul-
tiplicidad de las combinaciones que de ellas pueden extraerse y, a falta
de esta combinatoria fundada s0bre el "conjunto de las partes", no pien-
san en disociar los factores en juego.

~ 3. SUBESTADIO III A: DISOCIACION POSIBLE


. PERO NO ESPONTANEA
En el nivel formal inferior III A, el niño se vuelve capaz de disociar
los factores cuando se halla en presencia de las combinaciones en las que
varía uno de los factores mientras que los otros permanecen constantes:
70 B. INHELDER Y J. PIAGET

razona entonces de manera correcta y ya no según el tipo de inferencias


de las que acabamos de ver algunos ejemplos. Sin embargo, no sabe aún
provocar por su cuenta y de modo sistemático estas combinaciones, vale
decir, que las operaciones formales ya están suficientemente esbozadas
para permitir ciertas inferencias, pero aún no lo bastante organizadas para
funcionar a título de esquema anticipatorio.

.Tot (l2;i) supone que "Htt}' qtte tirar (alargar) el hilo". Cuelga 20 g y
varía la longitud: "Va más lentamente cuando se baja (esto es, cuando se alarga)
el hilo y más rápiclo cuando está tUTiba. ¿Es esto todo? El peso quizás hace otra
cosa." Pero para verificarlo toma 100 g, alarga y acorta el hilo, luego toma 50 g y
alarga y acorta de nuevo el hilo: "Sí, va más rápido cuando está arriba (esto es,
cuando el hilo es corto); es el hilo." En otras palabras, hace variar el hilo en lugar
de los pesos, luego cambia de peso y de nuevo hace variar de la misma manera el
hilo: este procedimiento permite llegar a conclusiones correctas con la condición de
que recuerde, al pasar de una situación a la otra, las frecuencias respectivas, pero
complica las cosas de modo inútil. Cuando se le solicita que pruebe el papel que
desempeña la longitud, se contenta con sólo una deducción: "Cuando el hilo es
largo, pone más tiempo para ir de un extremo al otro. Cuando es corto pone
menos tiempo."

Ros (12;8) descubre de entrada el papel de la longitud cuando alarga y


acorta el hilo con un mismo peso. Luego disminuye el peso pero al mismo tiem-
po acorta el hilo: 200 g con un hilo largo y 20 g con un hilo corto. Concluye que
"el peso también actúa". Procede del mismo modo para controlar el papel del
impulso y concluye que "taml1ién influye el impttlso". Pero, comienza a dudar en
lo que se refiere al peso y percibe la necesidad de dejar invariante el otro factor:
la longitud; entonces acorta el hilo y coloca sucesivamente 50 g y lOO g. Como el
resultado no cambia su duda aumenta: "Hay que rehacer todo para ver si es
correcto.'' Entonces vuelve a empezar pero de nuevo hace variar el peso y la
longitud. Esta vez duda re~pecto del papel de la longitud, toma 20 g, alarga y
luego acorta el hilo: "Cuando es más pequeño (más corto), el peso va más rápido:
es porque no había colocado ·rm mismo peso." No obstante sigue creyendo que el
peso tiene influencia. Entonces se procede a cambiar ante él y al mismo tiempo
los pesos y las longitudes: "Esto, ¿prueba algo? No, porque hay que poner el mismo
peso. ¿Por qué? P~rque el peso hace ir con mqs rapidez (!)."

Lor~ (I 3;4) compara asimismo 20 g con hilo corto con 50 g con hilo largo
y concluye que "va más rápido con el peso pequeño". Luego, cosa muy curiosa,
vuelve a hacer una experiencia semejante pero invierte los ¡1esos (50 g con un hilo
largo y 100 g con un l1ilo corto), pero esta vez concluye que "cuando es corto,
VtJ más rápido'' y "me parece que el peso gratrde va más rápido'"; ahora bien,
¡no concluye sin embargo que el peso no juega papel alguno! "¿El peso interviene
para algo? Sí (toma un hilo largo con 100 g y uno corto con 20 g). ¡Oh! me
ol·vidé de cambiar el. hilo (lo acorta, pero sin mantener constante el peso). ¡Ahl
no, no hubíce t¡u.e cambiarlo. ¿Por qué? Porque httsca'bamos (el papel) (d) el hilo.
pE LA LÓGICA DEL NIÑO A LA LÓGICA DEL ADOLESCENTE f:i,~~'
!:...\[~.!
'',-_.,;"

Pero, ¿qué viste? Cuando el hilo es largo, va más lentamente." Lou verificó, a
pesar de él, el papel de la longitud, pero no comprendió la necesidad de dejar
constantes los factores no analizados ni de hacer variar el factor que se analiza.

Estos casos de transición presentan un interés evidente y muestran


casi mejor aún que los ejemplos del nivel II B la dificultad que provoca
la disociación de los factores y el método "permaneciendo igual todo lo
demás". En primer lugar, como para los sujetos del nivel II B, volvemos
a encontrar la tendencia a hacer variar sin intención alguna dos factores a
la vez e incluso (en el caso de Lou) la tendencia a no hacer variar
el factor en cuestión. Sin embargo, como a pesar de ellos mismos y
bajo la influencia de las operaciones formales nacientes, estos sujetos
sienten que, al proceder así, no demuestran nada. Llegan entonces a
transformar en hecho el factor que querían dejar sin modificación (como
Lou), o bien (como Jot) a variarlo todo pero alternativamente y sin saber
concentrar el método de análisis en el punto que se analiza. Su conclu-
sión es entonces exacta en lo que se refiere al papel del factor longitud,
el único eficaz; pero no lo es, a falta de combinaciones destinadas a per-
mitir la exclusión, en lo que concierne a los factores peso o incluso im-
pulso, etcétera. En otros términos, la lógica formal en vías de formación
es, en ellos, superior a su capacidad experimental y no estructuró aún bas-
tante sus métodos de prueba: logran pues manejar las operaciones más
fáciles -las que afirn1an lo que es- y establecen las implicaciones ver-
daderas, pero fracasan en el caso de las más difíciles -las que excluyen
lo que no es- y niegan las implicaciones falsas.

§ 4. SUBESTADIO III B: LA DISOCIACION DE LOS FACTORES


Y LA EXCLUSION DE LAS RELACIONES INOPERANTES

Los sujetos del nivel III B logran, en el caso del péndulo como en el
de la flexibi1idad (cap. III), disociar todos los factores en juego mediante
el método que consiste en hacer variar sólo uno por vez y mantener
"igual todos los demás". Pero, como sólo uno de estos cuatro factores
en juego desempeña en este caso particular un papel causal, los tres res-
tantes deben excluirse: esta exclusión constituye pues el hecho nuevo,
tanto en oposición con el nivel 111 A, en el que esta operación era aún
imposible, co.mo en comparación con la experiencia de la flexibilidad,
donde no tenía que intervenir para nada.
Eme (15;1) después de elegir 100 g con un hilo largo y un hilo mediano,
luego 20 g con un hilo largo y otro corto y, por último, 200 g con uno largo
y uno corto, concluye: "La longitud del hilo hace que vaya más rápido o más
lento; el 11eso ·tlo interviene." Excluye asinti5mo la altura de caída y el impulso.
72 B. INHELDER Y J. PIAGET

Egg (15;9) al comienzo cree que intervienen los cuatro factores. Estudia
diferentes pesos con un hilo de la misma longitud (media) y no comprueba ningún
cambio apreciable: "No cambia el ritmo." Luego hace variar la longitud del hilo
con un mismo peso de 200 g y encuentra que '"cuando el h.ilo es peqt~eiío, el ba-
lanceo va más rápido". Por último, hace variar la altura de caída y el impulso
(sucesivamente) con un mismo hilo medio y un mismo peso de 200 g y concluye,
para cada uno de estos dos factores: "No cambian n.trda."

La simplicidad de estas respuestas, comparada con las dudas del ni-


vel III A, no debe provocar ilusiones: es el resultado de una elaboración
compleja, cuyo mecanismo operatorio se trata ahora de analizar.
Llamemos p al enunciado de una modificación en la longitud del
p
hilo y a la ausencia de esta modificación; q será el enunciado de una
modificación del peso y q la ausencia de esta modificación; asimismo r
y s enunciarán una modificación de la altura de caída y del impul-
so, y r y S la invariancia de estos factores. Por último X será la proposi-
ción que enuncie una modificación del resultado, esto es, de la frecuencia
de las oscilaciones, mientras que x enunciará la ausencia de todo cambio
en las frecuencias.
Cuando Eme hace variar la longitud del hilo con pesos iguales (y
sucesivamente para tres pesos diferentes) comprueba entonces la verdad
de las siguientes combinaciones:
1) (p . q . x) V (p •. e¡ . x) V Cp . q . X) V cp . q .X)
Vale decir que la modificación de la longitud corresponde, con
modificación del peso o sin ella, a una modificacitSn de la frecuencia y
la ausencia de la primera transformación . corresponde, con modificación
del peso o sin ella, a la ausencia del resultado x.
En cambio, las cuatro combinaciones (p · q ·X) v (p • q · x) v
Cf · q · x) v e¡· q · x) permanecen in verificadas porque cuando se tie-
ne F nunca se tiene x y, de modo recíproco, cuando se tietle x nunca se
tiene p. ·
Ahora bien, la expresión (1) se descompone en dos operaciones. En
primer lugar, hay una implicación recíproca entre p y x, o sea p ~ x,
lo que expresa el sujeto cuando dice: "La longitud del hilo hace que
vaya más rápido o más lento." En segundo lugar, no existe relación par-
ticular entre q y x puesto que se realizan las 4 combinaciones posibles
(q • x) V (q • X) V (q • X) V cq • X) (lo escribirémos bajo la forma
*
(q x) y diremos que hay entonces tautología o "afirmación completa").
El sujeto la expresa cuando afim1a: "El peso no interviene." En cuanto a
la relación entre p v q, la escribiremos p• · (q v q) o, para abreviar p [q],
esto es, hay afirmación de p con o sin q; asimismo se tiene p· (q v q), es
decir, hay negación de 1' con o sin q (esta afim1ación y esta negación
reuni~las equivalen entontcs a p*q).
DE LA LÓGICA DEL NIÑO A LA LÓGICA DEL ADOLESCENTE 73
Se puede entonces escribir la expresión (I) del siguiente modo:
2) Cp2x)· (q*x)=p·(qvq)ªx o abreviando p[q]~x

Se comprueba entonces que la exclusión del peso como causa de


la modificación de las frecuencias de oscilaciones resulta simplemente de la
comprobación de (q * x), esto es, del hecho de que se realizan todas
las combinaciones entre q y x: excluir el peso significa entonces excluir
toda relación particular entre q y x.
Los razonamientos son los mismos en lo que concierne a la exclu-
sión de la altura de caída y del impulso. Pero como el sujeto toma en
cuenta a la vez la longitud y el peso cuando analiza el papel de la
altura de caída (r y f), existen entonces 8 combinaciones verdaderas:
3) (p·q·r·x)v (p·q··r·x) v(p·q~r·x) v(p·q·r·x) v
(p' q ' r • x) V (p· q • f• X) V cp' q' r • XJ V (p • q • r• X)
= [(p ~ x) · (q * x). (r * x)] = p [q v r] ~ x
en la cual la expresión p [q v r] significa p · (q v r) v p · (q • r).
Por otra parte, a] estudiar el papel del impulso (s 6 s), el sujeto tam-
bién toma en cuenta la longitud, el peso y ]a altura de caída. Se halla
entonces en presencia de 16 combinaciones verdaderas:
4) (p·q·r·s·x) v (p·q·r·s·x) v (p·q·r·s·x) v (p·q·r·s·x) v
(p·q·r·s·x) v (p·q·r·s·x) v (p·q·r·s·x) v
v (p·q·r·s·x) v(p·q·r·s·X) v(p·q·r·s·x) v(p·q·r·s·x) v
Cp·q·r·s·x) v
v Cp·q·r·s·:X) v (p·q·r··s·x) v (jl·q·r·s·x) v
v (p·q·r·s·:X) = [(p~x) · (q*x) · (r*x) · (s*x)]=p
(q V r V s] ~X

De este modo se comprueba que la exdusión de los tres factores ino-


perantes que parece tan simple a primera vista, como la implicación recí-
proca de la longitud y el resultado x, suponen en realidad una combina-
toria complicada y el sujeto sólo la domina cuando logra seriar uno a uno
los factores que deben variarse manteniendo al mismo tiempo invariantes
a todos los demás. Por ejemplo, en la expresión ( 4) le bastará con las dos
primeras combinaCiones (p · q • r · s • x) v (p • q • r • s · x) para deducir
que la frecuencia no implica la intervención del impulso (s · x) y le
bastará añadir las dos últimas combinaciones para deoucir (s*x), esto
es, para excluir totalmente. el papel de este factor. Pero resulta evidente
que para elegir así las combinaciones que sirven como prueba, hay que
tener una idea, por lo menos aproximada, del conjunto de las otras. Por
ello la disociación de los factores mediante el método de "permaneciendo
igual todo lo demás" y la exclusión de los factores inoperantes son tan
tardías y sólo corresponden al nivel III B.
74 B. INHELDER Y J. PIAGET

La mejor prueba de la necesidad de esta combinatoria la encontra-


mos en el hecho de que el sujeto del subestadio III B no se conforma
con extraer, con una simplicidad aparente, las conclusiones exactas de las
combinaciones demostrativas que se imagina durante la experiencia: tam-
bién evita el conjunto de los paralogismos que hemos observado en los
niveles 11 B y III A. Ahora bien, si se comparan las inferencias correctas
del subestadio 111 B con estas falsas inferencias, se comprueba que la
clecci6n se halla nuevamente dictada por la presencia de una o dos com-
binaciones probadoras, lo que supone, una vez más, un cierto dominio del
sistema de todas las combinaciones posibles.
Por ejemplo, en el caso de la influencia eventual del peso (q) el
sujeto puede dudar entre la operaci6n (3) y [q]~ x y las operaciones
(y v q) ~ x ó (y • q) ~ x admitidas en el nivel 111 A y que significan
que el cambio de frecuencia se produce por la longitud, por el peso, o
por ambos a la vez (p v q), o también que se produce siempre por la
presencia de ambos (p • q). En estos casos tendríamos:
5) [ (p v q) ~ x] =(p • q · x) v (p •. q · x) v cp · q · x) v CP •q · X)
y /
6) [(p • q) gX) = (p' q • X) V (p • q •X) V (p • q • X) V (p •q •X)
Se comprueba pues que la expresión (5) no difiere de las expre-
siones (1) y (2), equivalentes entre sí, salvo por la presencia de (p · q • x)
y la ausencia de cp · q • x) Y. que la expresión (6) sólo difiere de ellas
por la presencia de (p . q . x) y la ausencia de (p • q . x). Ahora bien,
el adolescente del nivel 111 B sabrá muy bien excluir cp · q • x) y (p • q · x)
puesto que precisamente verifica la falsedad de p · x y y· x (=cambios
de frecuencia sin modificación de la longitud o recíprocamente) al mismo
tiempo que admite la verdad de q • x y de q · x (= cambio simultáneo
de frecuencia y peso o invariancia de ambos) cuando el factor longitud
interviene al mismo tieii:J.po. Resulta entonces claro que el heceho de re-
chazar un modo de razonamiento admitido corrientemente hasta el sub-
estadio 111 B supone de nuevo una cierta elecció~ entre combinaciones
posibles, es decir, entre las que deben excluirse y entre las verdaderas.
Para referirnos a un caso concreto, recordamos que Ros (en 111 A) hace
variar al mismo tiempo el peso y la longitud y deduce la influencia del
primero: a partir de las combinaciones (p • q · x) v cp •q ·X), extrae
q ~ x o x:) q. Ahora bien, lo propio de la experiencia de Eme (en III B)
consiste precisamente en no contentarse con estas dos combinaciones y re-
tener la verdad de las 4 combinaciones contenidas en la expresión (1),
sobre todo la de (y · q · x) que excluye x ~ q (ya que q · x =variación
de la frecuencia sin modificación del peso) y la de cP . q • x) que ex-
x
cluye q ·~ x (ya que q • =variación del peso sin resultado sobre la fre-
cuencia). Este mismo tipo de elecci6n vuelve a encontrarse, por supuesto,
DE LA LÓGICA DEL ~ÑO A LA LÓGICA DEL ADOLESCENTE 75
en los casos de la altura de caída y del impulso. Si registramos todas
las inferencias admitidas por un sujeto del nivel 111 B y todas las que
rechaza, debemos, forzosamt~nte, concederle el conocimiento de las com-
e
binaciones de la expresión 4), que suponen otras 16 combinaciones re-
chazadas, o sea, una elección realizada entre 32 combinaciones de base.3
Estas elecciones implican, en definitiva, un muestreo entre un conjunto
de combinaciones de base y, una vez más, son estas elecciones -o este
muestreo- las que constituven la combinatoria formal fundada sobre
el "conjunto de las partes", ~tientras que las operaciones concretas sim-
plemente constituyen una construcci6n de las correspondencias que com- _
ponen estas combinaciones de base.

3 En el caso de la Aexil>ilidad (5 factores y el resultado) habrá incluso 64


combinaciones de base. Pero, para encontrar el papel de cada factor basta con
que se retengan alternativamente las parejas ele combiuaciones cuyo modelo pro-
porciona la operación (3) del cap. lll.

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