Caso Cabrera García y Montiel Flores VS
Caso Cabrera García y Montiel Flores VS
Caso Cabrera García y Montiel Flores VS
MÉXICO
26 DE NOVIEMBRE DE 2010
demanda se relaciona con la alegada responsabilidad del Estado por el sometimiento de los
señores Teodoro Cabrera García y Rodolfo Montiel Flores (en adelante, los señores ―Cabrera
García‖ y ―Montiel Flores‖ o ―los señores Cabrera y Montiel‖) ―a tratos crueles, inhumanos y
degradantes, mientras se encontraban detenidos y bajo custodia de miembros del Ejército
mexicano, por su falta de presentación sin demora ante un juez u otro funcionario autorizado
para ejercer funciones judiciales que controlara la legalidad de la detención, y por las
irregularidades acaecidas en el proceso penal que se adelantó en su contra‖. Además, la
demanda se refiere a la supuesta falta de debida diligencia en la investigación y sanción de los
responsables de los hechos, la falta de investigación adecuada de las alegaciones de tortura, y la
utilización del fuero militar para la investigación y juzgamiento de violaciones a los derechos
debido a que las violaciones cometidas en su contra se dieron como ―una represalia a su
participación en una organización dedicada a la defensa del medio ambiente y
Tribunal recibió doce escritos en calidad de amicus curiae de las siguientes personas,
instituciones y organizaciones: La Clínica de Derechos Humanos del Programa de Derechos
Humanos de la Escuela de Derecho Universidad de Harvard, Texas, CIDE, ITAM, Escuela Libre de
Derecho, Uievrsidad Iberoamericana, Human Rights, entre otros.
El Estado sostuvo que ―la Corte no puede determinar si los tribunales nacionales aplicaron
correctamente el derecho interno o si el fallo emitido fue equivocado o injusto‖
los señores Cabrera y Montiel interpusieron ―un recurso para inconformarse por la formal prisión
en su contra, recurso con el que obtuvieron resultados parcialmente favorables‖, y que ―también
tuvieron acceso a instancias en las que pudieron apelar el fallo condenatorio de primera instancia
y a otras más para recurrir las determinaciones posteriores, recursos con los que también fueron
beneficiados‖,
el Estado toma como punto de partida que no ha existido ninguna violación de derechos humanos
en el presente caso, cuando es precisamente ello lo que se debatirá en el fondo del asunto.
el Estado alegue que los tribunales nacionales hayan ejercido ex officio un ―control de
convencionalidad‖ entre las normas internas y la Convención Americana
1) Teodoro Cabrera García, presunta víctima, testigo propuesto por los representantes, quien
declaró sobre: i) ―el proceso organizativo de la Organización de Campesinos Ecologistas de la
Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán (OCESP), y su participación en esa organización‖; ii) los
hechos de las presuntas violaciones cometidas, ―así como las [alegadas] persistentes
afectaciones en su salud física y psicológica‖; iii) ―las [presuntas] afectaciones a los miembros
de su familia derivadas de las violaciones denunciadas‖, y iv) ―las medidas que el Estado tendría
que adoptar para reparar el daño‖;
2) Miguel Olivar López, hijo de crianza del señor Cabrera García, testigo propuesto por los
representantes, quien declaró sobre: i) las presuntas afectaciones a la familia Cabrera López
derivadas de ―la [alegada] detención ilegal y arbitraria, tortura, encarcelamiento, proceso penal
y falta de justicia en el caso de su padre‖; ii) la forma cómo ―las [presuntas] violaciones de
derechos humanos denunciadas impactaron en la capacidad de la familia de ganarse la vida
sembrando la tierra de su antigua parcela en [la] comunidad‖; iii) las alegadas afectaciones en la
salud y bienestar en los miembros de la familia; iv) ―la [presunta] imposibilidad de que regresen
a su comunidad‖; v) ―la [alegada] persistente afectación [a su] familia, debid[o] tanto a la
[supuesta] falta de reconocimiento de la inocencia de su padre como a la [alegada] inefectiva
investigación de los actos de tortura y otros abusos cometidos en su contra‖; vi) ―la situación
actual de Teodoro Cabrera y su familia‖, y vii) ―las medidas que el Estado debe adoptar para
reparar el daño en el presente
Celsa Valdovinos Ríos, defensora de los bosques de Petatlán y acreedora del premio ambiental
―Chico Mendes‖ por su labor en pro del medio ambiente en el estado de Guerrero
a las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública y la [alegada] falta de controles adecuados,
internos o civiles, sobre la actuación de dichas fuerzas‖;
Rodolfo Montiel Flores, presunta víctima, testigo propuesto por los representantes, quien declaró
sobre: i) ―su labor como defensor de los bosques, describiendo el proceso organizativo de la
[OCESP] para frenar la [alegada] tala inmoderada de la región por empresas trasnacionales y
locales‖; ii) ―el contexto de ataques contra los miembros de la OCESP en la década de los
noventa‖; iii) las presuntas ―violaciones concretas [que habrían sido] padecidas por él y por el
señor Teodoro Cabrera[,] a partir de mayo de 1999.
Juana Ma. del Carmen Gutiérrez Hernández, perita médica legista oficial de la Procuraduría
General de la República, perita presentada por el Estado, quien emitió una opinión técnica en
materia médico forense sobre las siguientes valoraciones médicas:
Conforme a la jurisprudencia de este Tribunal, las declaraciones rendidas por las presuntas
víctimas, por tener un interés directo en el caso, no pueden ser valoradas aisladamente sino
dentro del conjunto de las pruebas del proceso
la declaración del testigo Magallón Larson, el Estado señaló que ―formula ciertas aseveraciones
poco documentadas en relación al nivel de deforestación en México y, particularmente, sobre la
situación que vive la comunidad de Petatlán‖. En cuanto a la ―supuesta complicidad de las
autoridades gubernamentales en lo relativo a la tala clandestina en la sierra de Petatlán‖, el
Estado alegó que ―el testigo no proporciona fundamento alguno para sus afirmaciones‖. De otra
parte, el Estado señaló que el ―testigo reconoce que no tuvo un involucramiento directo con los
hechos del caso y que la labor de asesoría brindada por la organización Greenpeace a las
presuntas víctimas inició mucho tiempo después‖, razón por la cual el Estado solicitó se tome en
cuenta ―única y exclusivamente‖ las afirmaciones relacionadas con el período en el que ―el
testigo tuvo participación [directa] en el caso
En cuanto a los peritajes de la señora Deutsch y del señor Quiroga, el Estado presentó diversos
alegatos sobre la metodología que emplearon, alegadas insuficiencias y errores en los que
incurrirían, entre otros temas dirigidos a desvirtuar su peso probatorio.
Los representantes alegaron que los señores Cabrera y Montiel ―a causa de su activismo‖ en
defensa del medio ambiente, fueron ―ilegal y arbitrariamente detenidos, y luego torturados‖.
Precisaron que estas agresiones ―no han podido ser sino una represalia por su activismo
ambientalista‖. Además, señalaron que dicha represalia se enmarcaba en un patrón de ataques
contra defensores del medio ambiente y, en particular, contra la Asociación Civil Organización de
Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán (en adelante ―OCESP
la prolongación en la detención y la falta de información sobre [su] paradero […], provocó en sus
familiares sentimientos de desesperación y angustia profunda que continúan afectándoles al día
de hoy
observ[ó] que las presuntas violaciones a los derechos consagrados en los artículos 13 [libertad
de expresión], 15 [derecho de reunión] y 16 [libertad de asociación] no fueron alegad[a]s por los
peticionarios durante la etapa de admisibilidad‖. Así, en su demanda, la Comisión sólo mencionó
que en 1998 los señores Cabrera y Montiel establecieron, junto con otros campesinos, la OCESP
―para detener las operaciones de tala en los bosques de las montañas de Guerrero que, en su
opinión, amenaza[ba]n el medio ambiente y el sustento de las comunidades campesinas locales
El Estado alegó que la Comisión ―jamás h[izo] alusión a actos de hostigamiento en contra de
miembros de [la OCESP]‖ y que ―[e]sta cuestión nunca fue señalada en el informe de la
[Comisión]‖ y tampoco ―fue señalada por los peticionarios durante la etapa de admisibilidad
el Estado señaló que ―tampoco es posible alegar que los supuestos actos de hostigamiento son
hechos supervinientes
el modo en que se llevó a cabo la detención (incluidos los tratos durante la misma) y el proceso
penal contra las víctimas‖, y tales hechos, ―así como las circunstancias en que ocurrieron,
surgen de la demanda de la Comisión‖.
la Comisión sólo mencionó como hechos del caso que los señores Cabrera y Montiel pertenecían a
la OCESP, que habían ganado cuatro premios relacionados con la defensa del medio ambiente,
que, tras su liberación, las presuntas víctimas no habrían regresado a Guerrero, y que una de
ellas habría solicitado asilo en un país extranjero.
los abusos cometidos por las fuerzas militares destacadas en el Estado de Guerrero‖, algunos
patrones de uso de la tortura en México y el impacto que ello tiene en los procesos judiciales, así
como la ―utilización del fuero militar para la investigación y juzgamiento de violaciones de
derechos humanos‖.
2 de mayo de 1999 el señor Montiel Flores se encontraba fuera de la casa del señor Cabrera
García, junto con éste y tres personas más, además de su esposa e hija, en la comunidad de
Pizotla, Municipio de Ajuchitlán del Progreso, estado de Guerrero. Ese mismo día, alrededor de
las 9:30 horas, aproximadamente 40 miembros del 40º Batallón de Infantería del Ejército
Mexicano entraron en la comunidad, en el marco de un operativo de lucha contra el narcotráfico,
que verificaba información respecto a un grupo señalado como
―gavilla‖ presuntamente encabezado por Ramiro "N" y Eduardo García Santana. En dicho
contexto, un disparo proveniente de una de las armas de los efectivos militares impactó en el
señor Salomé Sánchez, quien perdió la vida en el acto. Los señores Cabrera y Montiel se
escondieron entre arbustos y rocas, y permanecieron allí por varias horas. Aproximadamente a
las 16:30 horas de ese mismo día fueron detenidos
Las fuerzas militares mantuvieron detenidos a los señores Cabrera y Montiel a orillas del Río
Pizotla hasta el 4 de mayo. Ese día, pasado el mediodía, los trasladaron en un helicóptero hasta
las instalaciones del 40º Batallón de Infantería, ubicado en la ciudad de Altamirano, Estado de
Guerrero.
raíz de la denuncia presentada por ciertos miembros del Ejército en contra de los señores
Cabrera y Montiel por la comisión de los presuntos delitos de portación de armas de fuego de uso
exclusivo del Ejército y sin licencia y siembra de amapola y marihuana, el Ministerio Público del
Fuero Común de Arcelia, Guerrero, inició una investigación penal. El 4 de mayo de 1999 dicho
órgano decretó la legal retención de los señores Cabrera y Montiel.
El 28 de agosto de 2000 este juzgado dictó sentencia contra los señores Cabrera y Montiel, y los
condenó a penas privativas de libertad de 6 años y 8 meses de duración en el caso del señor
Cabrera García y de 10 años de duración en el caso del señor Montiel Flores
Procesos de amparo iniciados por los señores Cabrera y Montiel mediante los cuales se impugnó la decisión del Primer
Tribunal Unitario.
El 9 de marzo de 2001 las presuntas víctimas presentaron una demanda de amparo ante el
Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito (en adelante, ―el Segundo Tribunal
Colegiado‖), con el objeto de impugnar la decisión establecida por el Primer Tribunal Unitario. En
dicha demanda, entre los varios argumentos que expusieron los defensores, se alegó que la
sentencia de apelación no tuvo en cuenta un dictamen médico que concluía la comisión de tortura
contra los señores Cabrera y Montie
El 9 de mayo 2001 el Segundo Tribunal Colegiado otorgó el amparo, y ordenó al Primer Tribunal
Unitario emitir una nueva sentencia de apelación en la que admitiera dicha prueba pericial
ofrecida por la defensa. El 16 de julio de 2001, luego de valorar dicha prueba, ésta instancia
judicial confirmó la sentencia condenatoria que había dictado el Juez Quinto de Distrito contra los
señores Cabrera y Montiel. Contra esta sentencia, el 24 de octubre de 2001 la defensa de los
señores Cabrera y Montiel presentó una nueva demanda de amparo directo.
En el proceso penal llevado a cabo en contra de los señores Cabrera y Montiel, el 26 de agosto de
1999 su defensa solicitó al Juez Quinto de Distrito que ordenara al Ministerio Público investigar
las denuncias de tortura, incomunicación y detención ilegal que habrían sufrido en las
instalaciones del Ejército
El 14 de julio de 2000 la CNDH determinó que el ―personal militar trasgredió a los señores
Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera García, el principio de legalidad y su derecho a la libertad;
[...] [y debido] al silencio reiterado [de la PGJM], tuvo por ciertos los alegados hechos de tortura
de acuerdo con los artículos 38 y 70 de la Ley de la CNDH, por lo que se recomendó que ―la
Unidad de Inspección y Contraloría del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana inici[ara] una
investigación administrativa en contra de los miembros del Ejército [m]exicano que autorizaron,
supervisaron, implementaron y ejecutaron el operativo del 1 al 4 de mayo de 1999
Los hechos del presente caso se producen en un contexto de importante presencia militar en el
estado de Guerrero en los años 90, como respuesta estatal al narcotráfico y a grupos armados
como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Ejército Popular Revolucionario
(EPR).
Guerrero es ―de l[o]s poc[o]s [estados] que concentra dos zonas militares del total de 41‖ y,
además, incluye una región militar, ―la IX, del total de XII regiones, región cuyo presupuesto
tuvo un incremento porcentual de 50.14% del año 2000 al 2009, aumento superior a todas las
otras regiones a excepción de la I‖.
Por su parte la defensa de las presuntas víctimas en el ámbito interno señaló que el Ejército
mexicano no es autoridad competente para la investigación y persecución de los delitos y ―será
el Ministerio Público, la Policía Judicial a su mando o los auxiliares del propio Representante
Social quienes podrán verificar [las] molestias [y la privación a la libertad
Corte considera que, en algunos contextos y circunstancias, la alta presencia militar acompañada
de intervención de las Fuerzas Armadas en actividades de seguridad pública, puede implicar la
introducción de un riesgo para los derechos humanos
De otra parte, esta Corte ya ha señalado que si bien el Estado tiene el derecho y la obligación de
garantizar su seguridad y mantener el orden público, su poder no es ilimitado, pues tiene el
deber, en todo momento, de aplicar procedimientos conformes a Derecho y respetuosos de los
derechos fundamentales, a todo individuo que se encuentre bajo su jurisdicción‖. Así, el Tribunal
ha enfatizado en el extremo cuidado que los Estados deben observar al utilizar las Fuerzas
Armadas como elemento de control de la protesta social, disturbios internos, violencia interna,
situaciones excepcionales y criminalidad común
los Estados deben limitar al máximo el uso de las Fuerzas Armadas para el control de la
criminalidad común o violencia interna, puesto que el entrenamiento que reciben está dirigido a
derrotar un objetivo legítimo, y no a la protección y control de civiles, entrenamiento que es
propio de los entes policiales.
La Comisión señaló que ―una vez detenid[a]s las [presuntas víctimas] debieron ser llevad[a]s
[…] sin demora ante el Ministerio Público para que éste l[a]s entregara a un juez‖, lo cual ―no
sucedió sino hasta al menos cuatro días después de su detención‖
las presuntas víctimas estuvieron detenidas ―por 48 horas en el puesto de mando militar que se
improvisó a orillas del río Pizotla […], luego fueron trasladad[a]s al Batallón [donde estuvieron]
dos días más, hasta el viernes 7 de mayo [que] fueron puest[a]s a disposición de un juez
Cabrera y Montiel fueron detenidos de modo ilegal sin orden de aprehensión y sin que estuvieran
cometiendo delito alguno. Además, que la causa de la detención se realizó ―a manera de
represalia en contra de [éstos] por su defensa de los bosques‖, ―con uso excesivo de la fuerza‖ y
―para torturarlos y obligarles a firmar confesiones falsas‖
el Tribunal recuerda que la parte inicial del artículo 7.5 de la Convención dispone que la
detención de una persona debe ser sometida sin demora a revisión judicial.
En relación con las formalidades que deben cumplirse al realizar una detención, el artículo 16 de
la Constitución Mexicana, al momento de los hechos del caso, establecía lo siguiente:
Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. En los casos de delito flagrante,
cualquier persona puede detener al indiciado poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad inmediata y ésta, con la
misma prontitud, a la del Ministerio Público.
[…]
En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido deberá inmediatamente ratificar la
detención o decretar la libertad con las reservas de ley.
[…]
Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele
a disposición de la autoridad judicial. […]
a) el domingo 2 de mayo de 1999 a las 16:30 horas, los señores Cabrera y Montiel fueron
privados de su libertad, cuando supuestamente se encontraban en flagrancia respecto a la
comisión de los delitos de portación de armas prohibidas y sin licencia, y siembra y posesión de
amapola y marihuana;
b) el martes 4 de mayo de 1999 a las 08:00 horas, la autoridad del Ministerio Público de Arcelia
se presentó al lugar de los hechos para dar fe del cadáver de Salomé Sánchez Ortiz, sin tomar
custodia de las presuntas víctimas. Posteriormente, pasado el mediodía, miembros del Ejército
trasladaron a los señores Cabrera y Montiel en un helicóptero de la misma institución hasta las
a) el domingo 2 de mayo de 1999 a las 16:30 horas, los señores Cabrera y Montiel fueron
privados de su libertad, cuando supuestamente se encontraban en flagrancia respecto a la
comisión de los delitos de portación de armas prohibidas y sin licencia, y siembra y posesión de
amapola y marihuana;
b) el martes 4 de mayo de 1999 a las 08:00 horas, la autoridad del Ministerio Público de Arcelia
se presentó al lugar de los hechos para dar fe del cadáver de Salomé Sánchez Ortiz, sin tomar
custodia de las presuntas víctimas. Posteriormente, pasado el mediodía, miembros del Ejército
trasladaron a los señores Cabrera y Montiel en un helicóptero de la misma institución hasta las
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instalaciones del 40º Batallón de Infantería ubicado en la ciudad de Altamirano. Según el
expediente judicial a las 18:00 horas de ese mismo día los señores Cabrera y Montiel habrían
sido puestos a disposición de la respectiva autoridad del Ministerio Público de Arcelia;
c) el miércoles 5 de mayo de 1999 a las 16:00 horas, el Ministerio Público de Arcelia remitió la
indagatoria al Ministerio Público Federal de Coyuca de Catalán por incompetencia;
d) el jueves 6 de mayo de 1999 los señores Cabrera y Montiel habrían sido transportados hasta
las oficinas del Ministerio Público Federal, en la ciudad de Coyuca de Catalán. Ese mismo día, a
las 03:00 y a las 04:00 horas, las presuntas víctimas habrían realizado una segunda declaración
ante el Ministerio Público. De esta manera, el Agente del Ministerio Público consignó la
averiguación previa 33/CC/999, mediante la cual resolvió que existían elementos para acreditar
la probable responsabilidad penal de las presuntas víctimas. A las 18:06 horas habrían quedado a
disposición del Juez de Primera Instancia del Distrito Judicial de Mina, el cual inició el expediente
03/999 y calificó como legal la detención de los señores Cabrera y Montiel, y
e) el viernes 7 de mayo de 1999 el Juez de Primera Instancia del Distrito Judicial de Mina ordenó
el traslado de las presuntas víctimas a su despacho para que rindieran las declaraciones
preparatorias.
98. Al respecto, en la Recomendación 8/2000 la CNDH
militares.
101. Consecuentemente, la Corte constata que desde el momento de la detención de las
presuntas víctimas los agentes del Ejército contaron con más de un medio para transportarlas y
llevarlas sin demora, primero ante el Ministerio Público y, posteriormente, ante la autoridad
judicial, por lo menos el día 3 de mayo de 1999. Además, cabe reiterar que la autoridad del
Ministerio Público de Arcelia se presentó al lugar de los hechos a las 08:00 horas del 4 de mayo
de 1999 y, no obstante ello, no asumió la custodia de las presuntas víctimas (supra párr. 97).
concierne a la autoridad competente para la remisión sin demora, este Tribunal reitera que los
señores Cabrera y Montiel debieron ser llevados ante el juez lo más pronto posible y, en este
caso, ello no ocurrió sino hasta casi 5 días después de su detención. En ese sentido, el Tribunal
observa que los señores Cabrera y Montiel fueron puestos a disposición de la autoridad
competente excediendo el término establecido en la Convención Americana
indicó que ―existen suficientes elementos de convicción que permiten inferir […] que las víctimas
fueron objeto de tratos crueles, inhumanos y degradantes‖.
Los representantes indicaron que existe tortura porque se trató de un conjunto de actos
perpetrados sistemáticamente durante varios días con el propósito de hacer que las víctimas
aceptaran los cargos que se les presentaron y que firmaran confesiones autoinculpatorias, lo cual
les ocasionó un grave sufrimiento. A su vez, agregaron que ―las instancias nacionales
descartaron las denuncias de tortura‖ basándose en certificados médicos que ―no cumple[n] con
ningún estándar, mucho menos [d]el Protocolo de Estambul‖.
Asimismo, subrayó ―que quizá […] por las condiciones en que e[l] examen [de los señores
Tramsen y Tidball-Binz] fue realizado [su] opinión […] no cumple con los estándares científicos
técnicos básicos [y no] cuestiona el cúmulo de valoraciones médicas presentadas‖, a lo cual
agregó la falta de parcialidad por parte de dichos médicos
las denuncias de las presuntas víctimas, y que éstas incurrieron en inconsistencias que ―son
sustanciales y no se deben al mero uso del lenguaje
consta que se denunciaron: i) jalones en los testículos; ii) toques eléctricos; iii) golpes en
distintas partes del cuerpo, como los hombros, el abdomen y la cabeza; iv) que fueron vendados
y amarrados; v) que fueron situados en forma de cruz según la ubicación del sol; vi) que fueron
encandilados por una luz brillante; vii) que recibieron amenazas mediante armas, y viii) que se
utilizó el ―tehuacán‖ para introducirles agua gaseosa en las fosas nasales.
cuando […] la persona [es] detenida o las personas [son] detenidas, el Ministerio Público […] gira una petición para llevar a cabo un[a certificación] de
integridad física o de lesiones de la persona, en ese sentido el médico lo que tiene que hacer es certificar a la persona, que le conste lo que él está
viendo en cuanto a lesiones y describirlas‖. ―Ahora bien, si derivado de una declaración ya por parte de estas personas o cualquier otra se hace la
denuncia de tortura entonces el Ministerio Público […] solicita específicamente que se indague sobre las lesiones que se presentan, pero con el enfoque
de documentación médico legal y entonces es cuando ya [se] t[iene] que cumplir con las directrices que marcan los estándares internacionales para
documentar tortura. A manera de resumen, los quince certificados médicos [sic] que se hicieron fueron únicamente para certificar [la] integridad física
[de las víctimas] y no para documentar tortura‖.
la Corte concluye que, dada su finalidad, los 14 certificados médicos mencionados no son
suficientes, por sí solos, para fundamentar el rechazo o la aceptación de los alegatos de tortura
en el presente caso
La Corte observa que el 29 de julio de 2000, cuando las víctimas ya se encontraban en el Centro
de Rehabilitación Social de Iguala, los doctores Christian Tramsen y Morris Tidball-Binz, a nombre
de la Organización ―Médicos por los Derechos Humanos-Dinamarca‖,
Más aún la historia médica de los examinados coincide con el desarrollo correspondiente de los
síntomas descritos por la ciencia médica‖. No obstante ello, recomendaron que ―de cualquier
manera […] se realicen exámenes adicionales a ambos individuos con el objeto de establecer […]
la repercusión total del daño físico y psicológico producido por la tortura y proponer el
tratamiento correspondiente‖.
En el informe psicológico de la perito Ana Deutsch rendido ante fedatario público se diagnosticó
que los señores Cabrera y Montiel tenían síntomas de estrés post traumático y de depresión
mayor, presuntamente vinculados al daño físico derivado de la alegada tortura de la cual habrían
sido víctimas