La Filosofia
La Filosofia
La Filosofia
Filosofía
disciplina de estudio sobre la realidad fundamental a través de la reflexión
La filosofía (del griego antiguo φιλοσοφία 'amor a la sabiduría' derivado de φιλεῖν [fileîn] 'amar' y σοφία [sofía] 'sabiduría';[1] trans. en latín
como philosophĭa)[2] es una disciplina académica y un conjunto de reflexiones y conocimientos de carácter trascendental que, en un
sentido holístico, estudia la esencia, las causas primeras y los fines últimos de las cosas.[3] Trata de responder a una variedad de
problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia y el ser (ontología y metafísica), el conocimiento (epistemología y
gnoseología), la verdad (lógica), la moral (ética), la belleza (estética), el valor (axiología), la mente (filosofía de la mente), el lenguaje
(filosofía del lenguaje) y la religión (filosofía de la religión).[4] [5]
[6] A lo largo de la historia, muchas otras disciplinas han surgido a raíz de la
filosofía, por lo que es considerada la base de todas las ciencias modernas por muchos autores.[7] La disciplina ha existido desde la
Antigüedad en Occidente y Oriente, no solo como actividad racional sino también como forma de vida. La historia de la filosofía nos permite
comprender su evolución.
El término probablemente fue acuñado por Pitágoras.[8] Al abordar los problemas, la filosofía se distingue
del misticismo, el esoterismo, la mitología y la religión por su énfasis en los argumentos racionales sobre
los argumentos de autoridad,[9] y de la ciencia porque generalmente realiza sus investigaciones de una
manera no empírica,[10] sea mediante el análisis conceptual,[11] los experimentos mentales,[12] la
especulación u otros métodos a priori, aunque sin desconocer la importancia de los datos empíricos.
Históricamente, la filosofía abarcaba todos los cuerpos de conocimiento y un practicante era conocido
como «filósofo». Desde la época del filósofo griego Aristóteles hasta el siglo xix, la «filosofía natural»
abarcaba la astronomía, la medicina y la física; por ejemplo, el término se menciona en la obra Principios
matemáticos de la filosofía natural (1687) de Isaac Newton.[13]
La filosofía occidental ha influido sobre otras ramas del conocimiento humano, por ejemplo, en el ámbito
de la ciencia, la religión y la política.[14] [15] Muchos filósofos importantes fueron a la vez grandes
científicos, teólogos o políticos y algunas nociones fundamentales de estas disciplinas todavía son Platón y Aristóteles, detalle de La
escuela de Atenas, pintura de Rafael.
objeto de estudio filosófico. Esta superposición entre disciplinas se debe a que la filosofía es una
disciplina muy amplia. En el siglo xix, el crecimiento de las universidades de investigación modernas llevó a la filosofía académica y otras
disciplinas a profesionalizarse y especializarse.[16] [17]
Desde entonces, varias áreas de investigación que tradicionalmente formaban parte
de la filosofía se han convertido en disciplinas académicas separadas, como la psicología, la sociología, la biología, la lingüística y la
economía.
Hoy en día, los principales subcampos de la filosofía académica incluyen la metafísica, que se ocupa de la naturaleza fundamental de la
existencia y la realidad; epistemología, que estudia la naturaleza del conocimiento y las creencias; la ética, que se ocupa del valor moral; y
lógica, que estudia las reglas de inferencia que permiten deducir conclusiones a partir de premisas verdaderas.[18] [19]
Otros subcampos
notables incluyen la filosofía de la ciencia, la filosofía de la tecnología y la filosofía política.
Índice
Definiciones
Inicialmente, el término se refería a cualquier rama de conocimiento.[8] En este sentido, la filosofía está estrechamente relacionada con la
religión, las matemáticas, las ciencias naturales, la educación y la política.[20]
En la sección trece de Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, la historia de la filosofía más antigua que se conserva (siglo
III), Diógenes Laercio presenta una división en tres partes de la investigación filosófica griega antigua:[21]
Filosofía natural (es decir, física, en griego, ta physika, lit. 'cosas que tienen que ver con physis [naturaleza]') fue el estudio de la
constitución y procesos de transformación en el mundo físico.[22]
Filosofia moral (es decir, ética, êthika, 'que tiene que ver con carácter, disposición, modales') fue el estudio de la bondad, el bien y el mal, la
justicia y la virtud.[23]
Filosofía metafísica (es decir, lógica, de logikós, 'de o perteneciente a la razón o el habla') fue el estudio de la existencia, causalidad, Dios,
lógica, formas, y otros objetos abstractos.[24] (meta ta physika, 'sobre la Física')
En Contra los lógicos el filósofo pirronista Sexto Empírico detalló la variedad de formas en que los filósofos griegos antiguos habían dividido
la filosofía, y señaló que Platón, Aristóteles, Jenócrates y los estoicos estuvieron de acuerdo en esta división en tres partes.[25] El filósofo
escéptico académico Cicerón también siguió esta división en tres partes.[26]
Esta división no está obsoleta, pero ha cambiado: filosofía natural se ha dividido en las diversas ciencias naturales, especialmente la física,
astronomía, química, biología, y cosmología; filosofia moral ha dado a luz las ciencias sociales, sin dejar de incluir la teoría de valor (p.ej.
ética, estética, filosofía política, etc.); i filosofía metafísica ha dado paso a las ciencias formales como la lógica, matemáticas i filosofía de la
ciencia, sin dejar de incluir epistemología, cosmología, etc. Por ejemplo, en Principios matemáticos de la filosofía natural (1687) de Newton,
ya que está clasificado como un libro de física, utiliza el término filosofía natural como se entendía en ese momento, abarcando disciplinas
como astronomía, medicina y física que luego se asoció con las ciencias.[27]
Ramas
Las ramas y los problemas que componen la filosofía han variado mucho a través de los siglos.[28] [29] Con el tiempo, algunas ramas de la
filosofía se han independizado y vuelto ciencias. Por ejemplo, en sus orígenes, la filosofía abarcaba el estudio de los cielos que hoy
llamamos astronomía, así como los problemas que ahora pertenecen a la física.[28] En la actualidad, la lógica está atravesando un proceso
similar...
Metafísica
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La metafísica (del latín metaphysica, y este del griego μετὰ [τὰ] φυσικά, «más allá de [la] naturaleza»)[30]
es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales
de la realidad.[31] [32]
[33]
Esto incluye la clarificación e investigación de algunas de las nociones
fundamentales con las que entendemos el mundo, como entidad, ser, existencia, objeto, propiedad,
relación, causalidad, tiempo y espacio. Junto con la lógica y la epistemología, la metafísica es la rama
más básica de la filosofía. Ha sido estudiada por filósofos como Platón, Aristóteles, Agustín, Boecio,
Aquino, Leibniz, Locke, etc.[34]
Antes del advenimiento de la ciencia moderna, muchos de los problemas que hoy pertenecen a las ¿Cuáles son los principios y causas
ciencias naturales eran estudiados por la metafísica bajo el título de filosofía natural.[35] [36]
Hoy la del mundo? Grabado de Camille
Flammarion: L'Atmosphere:
metafísica estudia aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación empírica. Según
Météorologie Populaire (París, 1888).
Immanuel Kant, las afirmaciones metafísicas son juicios sintéticos a priori, que por principio escapan a
toda experiencia sensible.[37] Aristóteles designó la metafísica como «primera filosofía».[38] En la química se asume la existencia de la
materia y en la biología la existencia de la vida, pero ninguna de las dos ciencias define la materia o la vida; solo la metafísica suministra
estas definiciones básicas.[39]
La ontología es la parte de la metafísica que se ocupa de investigar qué entidades existen y cuáles no, más allá de las apariencias.[40] [41]
La metafísica tiene dos temas principales: el primero es la ontología, que en palabras de Aristóteles es la ciencia que estudia al ser en
cuanto tal. El segundo es la teleología, que estudia los fines como causa última de la realidad. Existe, sin embargo, un debate que sigue aún
hoy sobre la definición del objeto de estudio de la metafísica, y sobre si sus enunciados tienen propiedades cognitivas.
Es difícil encontrar una definición adecuada de metafísica.[34] A lo largo de los siglos, muchos filósofos han sostenido de alguna manera u
otra, que la metafísica es imposible.[42] Esta tesis tiene una versión fuerte y una versión débil.[42] La versión fuerte es que todas las
afirmaciones metafísicas carecen de sentido o significado.[42] Esto depende por supuesto de una teoría del significado.[42] Ludwig
Wittgenstein y los positivistas lógicos fueron defensores explícitos de esta posición. Por otra parte, la versión débil es que si bien las
afirmaciones metafísicas poseen significado, es imposible saber cuáles son verdaderas y cuáles falsas, pues esto va más allá de las
capacidades cognitivas del hombre.[42] Esta posición es la que sostuvieron, por ejemplo, David Hume e Immanuel Kant. Por otra parte,
algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición natural hacia la metafísica. Kant la calificó de «necesidad
inevitable», y Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como «animal metafísico».
Gnoseología
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La gnoseología (del griego γνωσις, gnōsis, «conocimiento» o «facultad de conocer», y λόγος, logos,
«razonamiento» o «discurso»), también llamada teoría del conocimiento,[43] es la rama de la filosofía que
estudia la posibilidad, el origen o medios, la naturaleza o esencia, y la fenomenología del
conocimiento.[44] [45]
La gnoseología no estudia los conocimientos particulares, como pueden ser los conocimientos de la
física, de la matemática o del entorno inmediato, sino la naturaleza del conocimiento en general. Muchas
ciencias particulares tienen además su propia filosofía, como por ejemplo la filosofía de la física, la
filosofía de la matemática, la filosofía de la historia, etc. Otras disciplinas también se ocupan del
conocimiento en general, pero desde otros puntos de vista. La psicología estudia los aspectos de la vida El experimento mental del cerebro en
mental implícitos en el conocer, la lógica estudia la corrección o incorrección de los razonamientos que una cubeta pretende poner a prueba
distintas teorías acerca del
pueden implicar nuevos conocimientos, y la ontología o metafísica estudia la naturaleza de los objetos
conocimiento.
que se pueden conocer.
Los problemas en torno al conocimiento son centrales en la filosofía y su consideración se inicia con la filosofía misma, especialmente en
el Teeteto de Platón. Prácticamente todos los grandes filósofos han contribuido a la gnoseología.[46]
Epistemología
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La epistemología, del griego ἐπιστήμη ─epistḗmē («conocimiento»)─ y λόγος ─lógos («estudio»)─, es la rama de la filosofía que estudia el
conocimiento científico, su naturaleza, posibilidad, alcance y fundamentos.
Algunos autores distinguen a la epistemología, estudio del conocimiento científico, de la gnoseología,
estudio del conocimiento en general.[48] Otros, en cambio, consideran que el término «epistemología» ha
ido ampliando su significado y lo utilizan como sinónimo de «teoría del conocimiento», sobre todo en el
mundo anglosajón.
1. El análisis filosófico de la naturaleza del conocimiento y las condiciones requeridas para que una creencia haga parte del
conocimiento, como la verdad y la justificación.
2. Recursos potenciales del conocimiento y creencias justificadas como la percepción, la razón, la memoria y el testimonio.
3. La estructura del conocimiento o de la creencia justificada incluyendo si todas las creencias justificadas deberían derivarse de
creencias originales justificadas o si la justificación requiere solo un conjunto coherente de creencias.
4. Escepticismo filosófico, el cual cuestiona la posibilidad del conocimiento y problemas relacionados como si el escepticismo fuera una
amenaza para nuestro conocimiento común y si es posible refutar argumentos escépticos.
Las teorías del conocimiento específicas son también parte de la epistemología, por ejemplo la epistemología de las ciencias físicas o de
las ciencias psicológicas.
Lógica
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La lógica es una rama de la filosofía[49] de carácter interdisciplinario, entendida como la ciencia formal
que estudia los principios de la demostración y la inferencia válida,[50] las falacias, las paradojas y la
noción de verdad.[51]
La lógica se divide en varias categorías según su campo de estudio. La lógica filosófica estudia el
concepto y la definición, la enunciación o proposición y la argumentación utilizando los métodos y
resultados de la lógica moderna para el estudio de problemas filosóficos. La lógica matemática estudia
la inferencia mediante sistemas formales como la lógica proposicional, la lógica de primer orden y la
Esquema del modus ponens, una regla
lógica modal. La lógica informal se enfoca en el desarrollo lingüístico de los razonamientos y sus de inferencia fundamental de la lógica
falacias. La lógica computacional es la aplicación de la lógica matemática a las ciencias de la proposicional.
computación.
Los orígenes de la lógica se remontan a la Edad Antigua, con brotes independientes en China, India y Grecia. Desde entonces, la lógica
tradicionalmente se considera una rama de la filosofía, pero en el siglo XX la lógica ha pasado a ser principalmente la lógica matemática, y
por lo tanto ahora también se considera parte de las matemáticas, e incluso una ciencia formal independiente.
No existe un acuerdo universal sobre la definición exacta o los límites de la lógica.[52] [53] [54] Sin embargo, el ámbito de la lógica
(interpretada en sentido amplio) incluye:
Ética
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La ética o filosofía moral es la rama de la filosofía que estudia la conducta humana,[55] [56]
lo correcto y lo incorrecto,[57] [58]
lo bueno y lo
malo,[58] la moral,[59] el buen vivir,[60] la virtud, la felicidad y el deber. La ética contemporánea se suele dividir en tres ramas o niveles: la
metaética estudia el origen, naturaleza y significado de los conceptos éticos, la ética normativa busca normas o estándares para regular la
conducta humana, y la ética aplicada examina controversias éticas específicas.[61] [62]
Ética y moral son conceptos muy relacionados que a veces se usan como sinónimos, pero tradicionalmente se diferencian en que la ética
es la disciplina académica que estudia la moral.[59] La ética no inventa los problemas morales, sino que reflexiona sobre ellos.[63] Las
acciones relevantes para la ética son las acciones morales, que son aquellas realizadas de manera libre, ya sean privadas, interpersonales o
políticas.[64] La ética no se limita a observar y describir esas acciones, sino que busca determinar si son buenas o malas, emitir juicio sobre
ellas y así ayudar a encauzar la conducta humana.[65]
El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y
variado. A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas propuestas morales orientadoras de la vida
humana.
Aunque la ética siempre fue una rama de la filosofía, su amplio alcance la conecta con muchas otras disciplinas, incluyendo la antropología,
biología, economía, historia, política, sociología y teología.[66]
Estética
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La estética (del griego αἰσθητική [aisthetikê], ‘sensación’, ‘percepción’, y este de[aísthesis], ‘sensación’,
‘sensibilidad’, e -ικά [-icá], ‘relativo a’) es la rama de la filosofía que estudia la esencia y la percepción de la
belleza y el arte.[67] [68]
Algunos autores definen la estética de manera más amplia, como el estudio de las experiencias estéticas
y los juicios estéticos en general, y no solo los relativos a la belleza.[69] Cuando juzgamos algo como
«bello», «feo», «sublime» o «elegante» (por dar algunos ejemplos), estamos haciendo juicios estéticos,
que a su vez expresan experiencias estéticas.[69] La estética es el dominio de la filosofía, estudiando el
arte y cualidades como la belleza; asimismo es el estudio de estas experiencias y juicios que suceden día
a día en las actividades que realizamos, produciendo sensaciones y emociones ya sean positivas o
negativas en nuestra persona. La estética busca el por qué de algunas cuestiones, por ejemplo, por qué
algún objeto, pintura o escultura no resulta atractivo para los espectadores; por lo tanto el arte lleva
relación con la estética ya que busca generar sensaciones a través de una expresión. El David de Miguel Ángel, Florencia.
En otra acepción, la estética es el estudio de la percepción en general, sea sensorial o entendida de manera más amplia. Estos campos de
investigación pueden coincidir, aunque no necesariamente es lo mismo.
La estética estudia las más amplias y vastas historias del conocimiento isabelino, así como las diferentes formas del arte. La estética, así
definida, es el campo de la filosofía que estudia el arte y sus cualidades, tales como la belleza, lo eminente, lo feo o la disonancia. Es la
rama de la filosofía que estudia el origen del sentimiento puro y su manifestación, que es el arte, se puede decir que es la ciencia cuyo
objeto primordial es la reflexión sobre los problemas del arte, la estética analiza filosóficamente los valores que en ella están contenidos.
Desde que en 1750 (en su primera edición) y 1758 (segunda edición publicada) Alexander Gottlieb Baumgarten usara la palabra «estética»
como ‘ciencia de lo bello, misma a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones de ésta con la belleza y los demás
valores’. Algunos autores han pretendido sustituirla por otra denominación: «calología», que atendiendo a su etimología significa ciencia de
lo bello (kalos, ‘bello’).
Al ser la estética también una reflexión filosófica sobre el arte, uno de sus problemas será el valor que se contiene en el arte; y aunque un
variado número de ciencias puedan ocuparse de la obra de arte, solo la estética analiza filosóficamente los valores que en ella están
contenidos. Por otro lado, filósofos como Mario Bunge consideran que la estética no es una disciplina.[70] Además Elena Oliveras, formada
tanto en el campo filosófico como en el artístico, define el concepto de estética como la marca de Modernidad de su momento de la
historia donde se realiza su nacimiento, donde se inaugura el principio de subjetividad.
Política
Esta sección es un extracto de Filosofía política[editar]
La filosofía política es la rama de la filosofía que estudia cómo debería ser la relación entre las personas
y la sociedad,[71] e incluye cuestiones fundamentales acerca del gobierno, la política, las leyes, la libertad,
la igualdad, la justicia, la propiedad, los derechos, el poder político, la aplicación de un código legal por
una autoridad, qué hace a un gobierno legítimo, qué derechos y libertades debe proteger y por qué, qué
forma debe adoptar y por qué, qué obligaciones tienen los ciudadanos para con un gobierno legítimo (si
acaso alguna), y cuándo lo pueden derrocar legítimamente (si alguna vez).[72] [73]
Mientras la ciencia
política investiga cómo fueron, son y serán los fenómenos políticos, la filosofía política se encarga de La filosofía política de John Locke y
otros influyó en la redacción de la
teorizar cómo deberían ser dichos fenómenos.[71] [74]
Declaración de Independencia de los
Estados Unidos, que luego sirvió de
En un sentido vernacular, el término «filosofía política» a menudo refiere a una perspectiva general, o a modelo para muchos otros países.
una ética, creencia o actitud específica, sobre la política que no necesariamente debe pertenecer a la
disciplina técnica de la filosofía.[75] Charles Blattberg, que define la política como «responder a los conflictos con el diálogo», sugiere que
las filosofías políticas ofrecen consideraciones filosóficas de ese diálogo.[76]
La filosofía política tiene un campo de estudio amplio y se conecta fácilmente con otras ramas y subdisciplinas de la filosofía, como la
filosofía del derecho y la filosofía de la economía.[71] Se relaciona fuertemente con la ética en que las preguntas acerca de qué tipo de
instituciones políticas son adecuadas para un grupo depende de qué forma de vida se considere adecuada para ese grupo o para los
miembros de ese grupo.[71] Las mejores instituciones serán aquellas que promuevan esa forma de vida.[71]
En el plano metafísico, la principal controversia divisora de aguas es acerca de si la entidad fundamental sobre la cual deben recaer los
derechos y las obligaciones es el individuo, o el grupo.[71] El individualismo considera que la entidad fundamental es el individuo, y por lo
tanto promueven el individualismo metodológico.[71] El comunitarismo enfatiza que el individuo es parte de un grupo, y por lo tanto da
prioridad al grupo como entidad fundamental y como unidad de análisis.[71]
Los fundamentos de la filosofía política han variado a través de la historia. Para los griegos la ciudad era el centro y fin de toda actividad
política. En la Edad Media toda actividad política se centraba en las relaciones que debe mantener el ser humano con el orden dado por
Dios. A partir del Renacimiento la política adopta un enfoque básicamente antropocéntrico. En el mundo moderno y contemporáneo surgen
y conviven muchos modelos, que van desde los totalitarismos hasta los sistemas democráticos participativos (entre los cuales existen
muchas variantes).
Algunos filósofos políticos influyentes fueron: en el Reino Unido, Thomas Hobbes, John Locke, John Stuart Mill, Jeremy Bentham y James
Mill; en Francia, Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Voltaire; en Italia, Cesare Beccaria, Giambattista Vico y Giuseppe Mazzini; y en
Alemania, Karl Marx y Friedrich Engels.
Lenguaje
Esta sección es un extracto de Filosofía del lenguaje[editar]
La filosofía del lenguaje es la rama de la filosofía que estudia el lenguaje en sus aspectos más generales
y fundamentales, como la naturaleza del significado y de la referencia, la relación entre el lenguaje, el
pensamiento y el mundo, el uso del lenguaje (o pragmática), la interpretación, la traducción y los límites
del lenguaje.
La filosofía del lenguaje se distingue de la lingüística en que se sirve de métodos no-empíricos (como ¿Cuál de estas figuras es kiki y cuál es
experimentos mentales) para llegar a sus conclusiones.[77] Además, en la filosofía del lenguaje bouba? El efecto bouba/kiki sugiere
que la relación entre los sonidos y las
generalmente no se hace diferencia entre el lenguaje hablado, el escrito o cualquiera otra de sus
cosas no siempre es completamente
manifestaciones, sino que se estudia aquello que es común a todas ellas. Por último, los lingüistas en arbitraria.
general estudian el lenguaje con fines descriptivos, analizando sus formas, niveles y funciones. En
cambio, el enfoque de los filósofos del lenguaje es más abstracto y desligado de la descripción práctica de los lenguajes particulares.
La semántica es la parte de la filosofía del lenguaje (y de la lingüística) que se ocupa de la relación entre el lenguaje y el mundo.[78] Algunos
problemas que caen bajo este campo son el problema de la referencia, la naturaleza de los predicados, de la representación y de la
verdad.[78] En el Crátilo, Platón señaló que si la conexión entre las palabras y el mundo es arbitraria o convencional, entonces es difícil
entender cómo el lenguaje puede permitir el conocimiento acerca del mundo.[78] Por ejemplo, es evidente que el nombre «Venus» pudo
haber designado cualquier cosa, aparte del planeta Venus, y que el planeta Venus pudo haberse llamado de cualquier otra forma. Luego,
cuando se dice que «Venus es más grande que Mercurio», la verdad de esta oración es convencional, porque depende de nuestras
convenciones acerca de lo que significan «Venus», «Mercurio» y el resto de las palabras involucradas. En otro lenguaje, esas mismas
palabras podrían, por alguna coincidencia, significar algo muy distinto y expresar algo falso. Sin embargo, aunque el significado de las
palabras es convencional, una vez que se ha fijado su significado, parece que la verdad y la falsedad no dependen de convenciones, sino de
cómo es el mundo. A este «fijar el significado» se lo suele llamar interpretación, y es uno de los temas centrales de la semántica.
Un problema ulterior en esta dirección es que si una interpretación se da en términos lingüísticos (por ejemplo: «Venus es el nombre del
segundo planeta a partir del Sol»), entonces queda la duda de cómo deben interpretarse las palabras de la interpretación. Si se las
interpreta por medio de nuevas palabras, entonces el problema resurge, y se hace visible una amenaza de regresión al infinito, de
circularidad, o de corte arbitrario en el razonamiento (tal vez en palabras cuyo significado sea supuestamente autoevidente). Pero para
algunos este problema invita a pensar en una forma de interpretación no lingüística, como por ejemplo el conductismo o la definición
ostensiva.
La pragmática, por otra parte, es la parte de la filosofía del lenguaje que se ocupa de la relación entre los usuarios del lenguaje y el
lenguaje.[79] Algunas de las cuestiones centrales de la pragmática son la elucidación del proceso de aprendizaje del lenguaje, de las reglas
y convenciones que hacen posible la comunicación, y la descripción de los muchos y variados usos que se le da al lenguaje,[79] entre ellos:
describir estados de cosas, preguntar, ordenar, bromear, traducir, suplicar, agradecer, maldecir, saludar, rezar, etc.[80]
Mente
Esta sección es un extracto de Filosofía de la mente[editar]
La filosofía de la mente es la rama de la filosofía que estudia la mente, incluyendo las percepciones,
sensaciones, emociones, fantasías, sueños, pensamientos y creencias.[81] Uno de los problemas
centrales de la disciplina es determinar qué hace que todos los elementos de esta lista sean mentales, y
otros no.[82] Además de las cuestiones ontológicas acerca de la naturaleza de los estados mentales, la
filosofía de la mente estudia cuestiones epistemológicas en torno a la cognoscibilidad de la mente.
Tanto para la fenomenología como para la filosofía analítica, un candidato importante para ser una
condición necesaria, aunque no suficiente, de todo fenómeno mental es la intencionalidad.[83] La
intencionalidad es el poder de la mente de ser acerca de, de representar, o de ponerse en lugar de cosas,
propiedades o estados de cosas.[83] Por ejemplo, uno no recuerda simplemente, sino que recuerda algo, y
tampoco quiere en abstracto, sino que quiere algo determinado. La propuesta de algunos filósofos es que
todo lo que sea mental está «dirigido» hacia algún objeto, en el sentido más general de objeto, y que por Representación frenológica de las
áreas cerebrales en correspondencia
lo tanto la intencionalidad es una característica necesaria, aunque no suficiente, de lo mental. con las funciones mentales. La
frenología fue uno de los primeros
Otra característica importante y controversial de lo mental son los qualia, o propiedades subjetivas de la intentos de relacionar funciones
experiencia.[84] Cuando uno ve una nube, se pincha un dedo con un alfiler, o huele una rosa, experimenta mentales con partes específicas del
cerebro.
algo que no se puede observar desde fuera, sino que es completamente subjetivo. A estas experiencias
se las llama «qualia». Parte de la importancia de los qualia se debe a las dificultades que suscitan al fisicalismo para acomodarlos dentro
de su concepción de lo mental.[84] Algunos neurocientíficos como Antonio Damasio y Gerald Edelman han incursionado en la filosofía de la
mente y sostienen que los qualia existen y no son eliminables y reemplazables por otra cosa como conductas o propiedades objetivas del
cerebro observadas en imágenes de resonancia magnética.[85] [86]
La filosofía de la mente se relaciona con la ciencia cognitiva de varias maneras.[87] Por un lado, las filosofías más racionalistas pueden
considerarse como parte de las ciencias cognitivas.[87] En cambio, otras filosofías más naturalistas que dan énfasis a la biología y
neurociencia critican a la ciencia cognitiva por suponer que lo mental es representacional o computacional o por equiparar a los seres vivos
a artefactos mecánicos. Por ejemplo, algunos críticos señalan que la ciencia cognitiva descuida muchos factores relevantes para el estudio
de lo mental, entre ellos las emociones, la conciencia, el cuerpo y el entorno.[85] [86]
[87]
Algunos problemas centrales en la filosofía de la mente son el problema de la relación entre la mente y el cuerpo, el problema de la
permanencia de la identidad personal a través del tiempo, y el problema del reconocimiento de otras mentes.[81]
Naturaleza
Esta sección es un extracto de Filosofía de la naturaleza[editar]
La filosofía de la naturaleza, a veces llamada filosofía natural o cosmología fue el estudio filosófico de la
naturaleza y el universo físico que era dominante antes del desarrollo de la ciencia moderna. Se
considera el precursor de lo que hoy conocemos como las ciencias naturales y física hasta mediados del
siglo XIX.
Problemas como los del determinismo o indeterminismo, causalidad, finalismo, orden y probabilidad,
especificidad de la vida, etc., eran considerados argumentos propios de la filosofía de la naturaleza la
cual debería ser independiente de la propiamente dichas las ciencias e investigaciones empíricas y
teóricas. Similarmente se hablaba de "teología natural" o "racional" como la investigación filosófica
referida a Dios basados en la razón y la experiencia ordinaria de la naturaleza.[88] La filosofía natural trató
cuestiones que pocas ciencias naturales se han planteado, como la existencia de un mundo inmaterial.
Por esta cuestión, la cosmología se interpenetra con la "psicología" como estudio del alma.[89]
Desde el mundo antiguo, comenzando con Aristóteles, quien llamaba este estudio "física", la filosofía
natural era el término común para la práctica de estudiar la naturaleza hasta el siglo XIX. Fue en el siglo
La primera y segunda ley de Newton,
XIX que el concepto de "ciencia" recibió su forma moderna con nuevos títulos emergentes como en latín, en la edición original de su
"biología" y "biólogo", "física" y "físico" entre otros campos y títulos técnicos; se fundaron instituciones y obra Philosophiæ Naturalis Principia
Mathematica.
comunidades, y se produjeron aplicaciones e interacciones sin precedentes con otros aspectos de la
sociedad y la cultura. Así, el conocido tratado de Isaac Newton, Philosophiæ naturalis principia mathematica (1687), cuyo título se traduce
como "Principios matemáticos de la filosofía natural", refleja el uso actual de las palabras "filosofía natural", similar al "estudio sistemático
de la naturaleza".
Ciencia
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La filosofía de la ciencia es la rama de la filosofía que investiga el conocimiento científico y la práctica científica. Se ocupa de saber, entre
otras cosas, cómo se desarrollan, evalúan y cambian las teorías científicas, y de saber si la ciencia es capaz de revelar la verdad de las
«entidades ocultas» (o sea, no observables) y los procesos de la naturaleza. Son filosóficas las diversas proposiciones básicas que
permiten construir la ciencia. Por ejemplo:
Si bien estos supuestos metafísicos no son cuestionados por el realismo científico, muchos han planteado serias sospechas respecto del
segundo de ellos[90] y numerosos filósofos han puesto en tela de juicio alguno de ellos o los tres.[91] De hecho, las principales sospechas
con respecto a la validez de estos supuestos metafísicos son parte de la base para distinguir las diferentes corrientes epistemológicas
históricas y actuales. De tal modo, aunque en términos generales el empirismo lógico defiende el segundo principio, opone reparos al
tercero y asume una posición fenomenista, es decir, admite que el hombre puede comprender la naturaleza siempre que por naturaleza se
entienda "los fenómenos" (el producto de la experiencia humana) y no la propia realidad.
En pocas palabras, lo que intenta la filosofía de la ciencia es explicar problemas tales como:
Naturaleza y la obtención de las ideas científicas (conceptos, hipótesis, modelos, teorías, paradigma, etc.)
Cómo la ciencia describe, explica, predice y contribuye al control de la naturaleza (esto último en conjunto con la filosofía de la
tecnología)
La filosofía de la ciencia comparte algunos problemas con la gnoseología —la teoría del conocimiento— que se ocupa de los límites y
condiciones de posibilidad de todo conocimiento. Pero, a diferencia de esta, la filosofía de la ciencia restringe su campo de investigación a
los problemas que plantea el conocimiento científico; el cual, tradicionalmente, se distingue de otros tipos de conocimiento, como el ético o
estético, o las tradiciones culturales.
Algunos científicos han mostrado un vivo interés por la filosofía de la ciencia y algunos como Galileo Galilei, Isaac Newton y Albert Einstein,
han hecho importantes contribuciones. Numerosos científicos, sin embargo, se han dado por satisfechos dejando la filosofía de la ciencia a
los filósofos y han preferido seguir haciendo ciencia en vez de dedicar más tiempo a considerar cómo se hace la ciencia. Dentro de la
tradición occidental, entre las figuras más importantes anteriores al siglo XX destacan entre muchos otros Platón, Aristóteles, Epicuro,
Arquímedes, Boecio, Alcuino, Averroes, Nicolás de Oresme, Santo Tomas de Aquino, Jean Buridan, Leonardo da Vinci, Raimundo Lulio,
Francis Bacon, René Descartes, John Locke, David Hume, Emmanuel Kant y John Stuart Mill.
La filosofía de la ciencia no se denominó así hasta la formación del Círculo de Viena, a principios del siglo XX. En la misma época, la ciencia
vivió una gran transformación a raíz de la teoría de la relatividad y de la mecánica cuántica. Entre los filósofos de la ciencia más conocidos
del siglo XX figuran Karl R. Popper y Thomas Kuhn, Mario Bunge, Paul Feyerabend, Imre Lakatos, Ilya Prigogine, etc.
Religión
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La filosofía de la religión es una rama de la filosofía que tiene por objeto de estudio a la religión, la espiritualidad, como una manifestación
humana consciente y reflexiva sobre el sentido trascendente de la existencia y el mundo,[92] lo que incluye sus argumentos sobre la
naturaleza, la existencia de Dios, el problema del mal, dando cuenta de su universalismo en tanto que ha prevalecido considerablemente en
la historia de las culturas humanas, como también sobre la relación entre la religión y otros sistemas de valores como la ciencia.[93]
Se advierte la distinción entre la filosofía de la religión y la filosofía religiosa,[94] dado que la última alude a un saber que se considera
inspirado y guiada por su Dios y su religión, como pueden ser las filosofías judía, cristiana e islámica.[95] [96]
El término "filosofía de la religión" no dio comienzo general en Occidente hasta el siglo XIX, cuando se empleó para referirse a la articulación
y crítica de la conciencia religiosa de la humanidad y sus expresiones culturales en el pensamiento, el lenguaje, el sentimiento y la
práctica.[97] [98]
Métodos
La filosofía utiliza varios métodos de investigación. En general se distingue del método científico por ser a priori, es decir que se realiza sin
recurrir a la experiencia (aunque también existe la filosofía experimental).[99] Algunos son comunes a la ciencia, como los experimentos
mentales y el método axiomático, otros no, como la duda metódica y la mayéutica.
Argumento
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Un argumento (del latín argumentum) es la expresión oral o escrita de un razonamiento o idea[100] mediante el cual se intenta probar, refutar
o incluso justificar una proposición o tesis.[101] [102]
Las cualidades fundamentales de un argumento son la consistencia y coherencia;
entendiendo por tal el hecho de que el contenido de la expresión, discurso u obra adquiera un sentido o significado que se dirige a un
interlocutor con finalidades diferentes:
Como contenido de verdad: consistencia y coherencia con otras verdades admitidas, o con referencia a un hecho o situación que haga
verdadero o falso dicho contenido.
Como esquema lógico-formal: consistencia y coherencia con un sistema que no admite contradicción.
Como función lógico-matemática: consistencia y coherencia con el hecho de «ser algo real» frente a una mera posibilidad lógica que
define un mundo o una situación posible en un determinado marco teórico que justifica la función.
Como discurso dirigido a la persuasión[103] como motivación para promover o proponer una determinada acción.
Como finalidad de acción: consistencia o coherencia con otros intereses o motivaciones del individuo o individuos receptores del
contenido como motivación a actuar de determinada manera.
Al entendimiento, para «convencer» o generar una creencia nueva mediante el conocimiento evidente de nuevas verdades, basándose en
una racionalidad común.
En jurisprudencia un argumento se lo conoce como alegato y sirve para llegar a una verdad procesal en los estados de derecho.
Falacia
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En lógica, una falacia (del latín fallacia ‘engaño’) es un argumento que parece válido, pero no lo es.[104] [105]
Algunas falacias se cometen
intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En
ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha atención para detectarlas.[106]
Que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean falsas ni que sean verdaderas. Un argumento puede tener
premisas y conclusión verdaderas y aun así ser falaz. Lo que hace falaz a un argumento es la invalidez del argumento en sí. De hecho, inferir
que una proposición es falsa porque el argumento que la contiene por conclusión es falaz es en sí una falacia conocida como argumento ad
logicam.[107]
El estudio de las falacias se remonta por lo menos hasta Aristóteles, quien en sus Refutaciones sofísticas identificó y clasificó trece clases
de falacias.[104] Desde entonces se han agregado a la lista cientos de otras falacias y se han propuesto varios sistemas de
clasificación.[108]
Las falacias son de interés no solo para la lógica, sino también para la política, la retórica, el derecho, la ciencia, la religión, el periodismo, la
mercadotecnia, el cine y, en general, cualquier área en la cual la argumentación y la persuasión sean de especial relevancia.
Deducción
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El razonamiento deductivo o deducción es un argumento donde la conclusión se infiere necesariamente de las premisas.[109]
Tradicionalmente se consideraba, y en muchos casos todavía se considera, que la deducción es un método de razonamiento «top-down», o
que «va de lo general a lo particular». Esto, en oposición a la inducción, que sería un método «bottom-up», o que «va de lo particular a lo
general».
En su definición lógica formal, una deducción es una secuencia finita de fórmulas, de las cuales la última es designada como la conclusión
(la conclusión de la deducción), y todas las fórmulas en la secuencia son, o bien axiomas, o bien premisas, o bien inferencias directas a
partir de fórmulas previas en la secuencia por medio de reglas de inferencia.[109] [110]
En resumen es comprender/entender(deducir) algo
con base en un argumento.
Un razonamiento deductivo es «mediato» porque se efectúa siguiendo una serie de «pasos lógicos». Estos razonamientos deductivos, nos
permiten referir los objetos o fenómenos estudiados a las leyes que los rigen; de igual manera, permiten descubrir una consecuencia
desconocida, a partir de un principio conocido. Estos principios se consideran como premisas.
Inducción
Esta sección es un extracto de Razonamiento inductivo[editar]
El razonamiento inductivo o inducción es una forma de razonamiento en que la verdad de las premisas apoyan la conclusión, pero no la
garantizan. Un ejemplo clásico de razonamiento inductivo es:
En principio, podría ser que el próximo cuervo que se observe no sea negro. En contraste a los razonamientos deductivos, los
razonamientos inductivos tienen la ventaja de ser ampliativos, es decir que la conclusión contiene más información de la que hay contenida
en las premisas. Dada su naturaleza ampliativa, los razonamientos inductivos son muy útiles y frecuentes en la ciencia y en la vida
cotidiana. Sin embargo, dada su naturaleza falible, su justificación resulta problemática. ¿Cuándo estamos justificados en realizar una
inferencia inductiva, y concluir, por ejemplo, que todos los cuervos son negros a partir de una muestra limitada de ellos? ¿Qué distingue a un
buen argumento inductivo de uno malo? Estos y otros problemas relacionados dan lugar al problema de la inducción, cuya vigencia e
importancia continúa desde hace siglos.
La lógica inductiva estudia las maneras de medir la probabilidad de que una conclusión sea verdadera, así como las reglas para construir
argumentos inductivos fuertes. A diferencia de los razonamientos deductivos, en los razonamientos inductivos no existe acuerdo sobre
cuándo considerar un argumento como válido. De este modo, se hace uso de la noción de «fuerza inductiva» que hace referencia al grado
de probabilidad de que una conclusión sea verdadera cuando sus premisas son verdaderas. Así, un argumento inductivo es fuerte cuando
es altamente improbable que su conclusión sea falsa si las premisas son verdaderas.[111]
Tradicionalmente se consideraba, y en muchos casos todavía se considera, que la inducción es un método «bottom-up», o que «va de lo
particular a lo general». Es decir, es una modalidad de razonamiento que, a partir de premisas que contienen datos particulares o
individuales, obtiene conclusiones generales. Por ejemplo, a partir de la observación repetida de objetos o eventos de la misma índole se
establece una conclusión general para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.[112] [113]
[114]
Esto, en oposición a la deducción, que
sería un método «top-down», o que «va de lo general a lo particular».
Sin embargo, esa definición ha caído en desuso. Si con estas definiciones de inducción e inducción se quiere decir que en un argumento
inductivo válido las premisas son siempre todas afirmaciones particulares y la conclusión es una afirmación general (esto es,
cuantificacional).[115] [116]
Lo anterior, es dado porque es posible tanto enunciar proposiciones inductivas en forma «deductiva»[117] como
de manera que no corresponden formalmente a lo que clásicamente se consideraba razonamiento inductivo.[118] Cuando en este método
se parte de algunos casos, la inducción se denomina «incompleta»; por el contrario, cuando se enumeran todas las cosas para llegar a una
conclusión general, esta inducción se conoce como «completa».
Consecuentemente, en el presente, «mucho de la inferencia sintética o contingente ahora se toma como inductiva, algunas autoridades van
tan lejos como a considerar toda inferencia contingente como inductiva.»[119] Véase Juicios analíticos y sintéticos y Peirce en La inducción
como probabilidad más abajo.
Muchos consideran que aunque la inducción no se puede validar (ver Problema de la inducción y más abajo), dado que expande nuestro
conocimiento del mundo real, es parte indispensable del método científico:[120] «La gran ventaja de la inducción no es que se puede
justificar o validar, como puede la deducción, pero que, con cuidado y un poco de suerte, puede corregirse, como otros métodos no lo
hacen.»[121]
Abducción
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El razonamiento abductivo (del latín abdūctiō y esta palabra de ab, desde lejos, y dūcere, llevar) es un tipo de razonamiento que, a partir de la
descripción de un hecho o fenómeno, ofrece o llega a una hipótesis que explica las posibles razones o motivos del hecho mediante las
premisas obtenidas. Charles Sanders Peirce la llama una conjetura.[122] Esa conjetura busca ser, a primera vista, la mejor explicación, o la
más probable. Sin embargo, la abducción y la inferencia a la mejor explicación son dos tipos de razonamientos distintos, aunque existen
autores que lo discuten.
Aristóteles investigó los razonamientos abductivos en sus Primeros analíticos (II, 25). Según Aristóteles, los razonamientos abductivos son
silogismos en donde las premisas solo brindan cierto grado de probabilidad a la conclusión.[123]
Según Peirce, la abducción es algo más que un silogismo: es una de las formas de razonamiento junto a la deducción y la inducción.
Analogía
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Una analogía (del griego αναλογíα, ana ‘reiteración o comparación’ y logos ‘estudio’) es una comparación
o relación entre varias cosas, razones o conceptos; comparar o relacionar dos o más seres u objetos a
través de la razón; señalando características generales y particulares comunes que permiten justificar la
existencia de una propiedad en uno, a partir de la existencia de dicha propiedad en los otros.[124]
En el aspecto lógico, permite comparar un objeto con otros, en sus semejanzas y en sus diferencias.[125]
Una analogía permite la deducción de un término desconocido a partir del análisis de la relación que se
La analogía del relojero es un
establece entre dos términos desconocidos. argumento teleológico para la
existencia de Dios el cual afirma que
La analogía posibilita una vía inductiva de argumentar. Nos permite intentar representar un pensamiento el diseño implica un diseñador.
Experimento mental
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Un experimento mental es un recurso de la imaginación empleado para investigar la naturaleza de las cosas. En su sentido más amplio es
el empleo de un escenario hipotético que nos ayude a comprender cierto razonamiento o algún aspecto de la realidad. Existe una gran
variedad de experimentos mentales y se utilizan en campos tan variados como la filosofía, el derecho, la física y la matemática. Sin
embargo, todos emplean una metodología racional independiente de consideraciones empíricas, en el sentido de que no se procede por
observación o experimentación física (otra forma de realizar la misma distinción sería entre lo a priori y lo a posteriori).
En filosofía, los experimentos mentales se utilizan por lo menos desde la Antigüedad clásica, algunos filósofos presocráticos, y eran
igualmente bien conocidos en el derecho romano. Varias teorías o posturas filosóficas se fundan en los resultados de experimentos
mentales: el dilema del tranvía en ética, la habitación china y la tierra gemela en filosofía del lenguaje, el cerebro en una cubeta y el cuarto
de Mary en filosofía de la mente, etc.
En física, el siglo XVII fue testigo de experimentos mentales brillantes por parte de Galileo, Descartes, Newton y Leibniz. La creación de la
mecánica cuántica y la relatividad son casi impensables sin el papel crucial jugado por los experimentos mentales. Dos ejemplos famosos
de experimentos mentales en física son el demonio de Maxwell y el gato de Schrödinger.
Especulación
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La especulación (del latín speculari, observar) es una forma filosófica de pensar para ganar conocimiento yendo más allá de la experiencia o
práctica tradicional y enfocándose en la esencia de las cosas y sus primeros principios. La especulación es la actividad intelectual que
permite la resolución dialéctica de las contradicciones en una unidad de orden superior. El término figura en un lugar crucial en la filosofía
de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, para el cual este procedimiento de resolución (la Aufhebung o superación) constituía la esencia del
pensamiento filosófico.
El término griego theoría (visión) fue traducido en latín por speculati y significaba contemplatio al mismo tiempo. En De Trinitate (XV, VIII 14,
IX 15), San Agustín reinterpretó el término en una demarcación deliberada de la tradición: con referencia a 1 Cor. 13,12 (Ahora vemos a
través de un espejo en forma misteriosa, pero luego cara a cara) y 2 Cor. 3,18 lo derivó de "speculum" (espejo). En la especulación el hombre
ve la verdad como en un espejo oscuro. Este espejo está oscurecido por la caída en el pecado, y el hombre mismo, como ser espiritual y
como imagen de Dios, representa el espejo que se puede iluminar con un giro fiel a Dios. El término se transforma aquí con elementos de la
teoría de la emanación neoplatónica.
Mayéutica
Esta sección es un extracto de Mayéutica[editar]
La mayéutica (del griego μαιευτικóς, maieutikós, «perito en partos»; μαιευτικη´, maieutiké, «técnica de asistir en los partos»[126] ) es el
método aplicado por Sócrates a través del cual el maestro hace que el alumno, por medio de preguntas, descubra conocimientos.[127]
Como la partera, Sócrates lleva a cabo tres funciones principales o fundamentales: despierta y apacigua los dolores del parto, conduce bien
los partos difíciles y provoca, si es necesario, el aborto; el proceso es doloroso debido a las crueles interrogantes del método socrático,
pero esto desencadena la iluminación, en la que la verdad parte desde el mismo individuo.[128] La invención de este método del
conocimiento se remonta al siglo IV a. C. y se atribuye por lo general al Sócrates histórico en referencia a la obra Teeteto, de Platón.
La mayéutica es la segunda de las fases del método socrático. La primera es la llamada ironía socrática, en la que el maestro simula
ignorancia sobre la materia a tratar ensalzando inicialmente las cualidades de su interlocutor para, después, hacer comprender a este que lo
que creía saber en realidad no lo sabe y que su conocimiento estaba basado en prejuicios o costumbres.[129]
A continuación vendría la mayéutica, que es la acción pedagógica del método. La técnica consiste en hacer preguntas al interlocutor
mediante las que este va descubriendo conceptos generales que le ayudan a ver la luz.[130] [129]
Duda metódica
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La duda metódica es un método y principio para llegar a una base de conocimiento cierto, desde donde partir y cómo fundamentar otros
conocimientos del mundo. René Descartes populariza este método en el siglo XVII. No obstante, son notables y numerosos los escritos y
filósofos anteriores que coinciden en formulaciones similares, no solo en su contenido, sino también con evidentes similitudes formales,
que sugieren fuertemente que los pudo haber tomado como fuente de consulta e inspiración en su propia filosofía.
Descartes expone que su objetivo es encontrar verdades seguras, tangibles y fácticas de las cuales no sea posible dudar en absoluto,
verdades evidentes que permitan fundamentar la edificación del conocimiento con absoluta garantía. El primer problema planteado es
cómo encontrarlas y, para resolverlo, expone el método de la duda.
En este método la cuestión preliminar y fundamental es la de decidir por dónde empezar la búsqueda. La respuesta y el primer momento de
este proceso de búsqueda del conocimiento verdadero es la llamada duda metódica. La duda metódica consiste en descartar cualquier
supuesto no seguro, del que se pueda dudar. Si esta existe, este supuesto podría ser verdadero o falso. No permitiría construir sobre él el
conocimiento.[131]
Descartes publica por primera vez esta idea en francés en 1637, «Je pense, donc je suis», (Pienso, luego existo), en su Discurso del
método.[132] Luego aparece en latín en su famosa expresión «Cogito, ergo sum», en 1644 en sus Principios de la Filosofía.[133]
Temas
Ser
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Existen dudas o desacuerdos sobre la exactitud de la información en este artículo o sección.
Ser es el más general de los términos. Con la palabra «ser» se intenta abarcar el ámbito de lo real en sentido ontológico general, esto es, la
realidad por antonomasia, en su sentido más amplio: «realidad radical». El Ser es, por lo tanto, un trascendental, aquello que trasciende y
rebasa todos los entes sin ser él mismo un ente, es decir, sin que ningún ente, por muy amplio que sea y se presente, lo agote. Dicho de otro
modo: el Ser desborda y supera dialécticamente el mundo de las formas, el mundus asdpectabilis, trasladándose en otro contexto, «más allá
del horizonte de las formas», más allá de toda la "morfología cósmica".[134]
La pregunta por el ser no corresponde solamente a Occidente: ya los filósofos antiguos de China desarrollaron independientemente
posiciones acerca del ser. Laozi en el siglo VI a.C. hace la distinción entre ser y no-ser. Luego, las escuelas neo-taoístas (Wang Bi, Guo
Xiang, etc.) harán prevalecer el no-ser sobre el ser.
Concepto unívoco de ser: «ser» es la característica más general de diferentes cosas (llamadas entes o entidades), aquello que sigue
siendo igual a todos los entes, después de que se han eliminado todas las características individuales a los entes particulares, esto es: el
hecho de que «sean», esto es, el hecho de que a todas ellas les corresponda «ser» (cfr. diferencia ontológica). Este concepto de «ser» es
la base de la «metafísica de las esencias». Lo opuesto al «ser» viene a ser en este caso la «esencia», a la cual simplemente se le agrega la
existencia. En cierto sentido no se diferencia ya mucho del concepto de la nada. Un ejemplo de ello lo dan ciertos textos de la filosofía
temprana de Tomás de Aquino (De ente et essentia).
Concepto analógico del ser: el «ser» viene a ser aquello que se le puede atribuir a «todo», aunque de distintas maneras (analogía entis). El
ser es aquello, en lo que los diferentes objetos coinciden y en lo que, a su vez, se distinguen. Este enfoque del ser es la base de una
metafísica (dialéctica) del ser. El concepto opuesto a ser, es aquí la nada, ya que nada puede estar fuera del ser. La filosofía tardía de
Tomás de Aquino nos brinda un ejemplo de esta comprensión de «ser» (Summa theologica)
Causalidad
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La causalidad es la "relación que se establece entre causa y efecto. Se puede hablar de esa relación entre acontecimientos, procesos,
regularidad de los fenómenos y la producción de algo".[135]
No existe una única definición comúnmente aceptada del término "causa". En su acepción más amplia, se dice que algo es causa de un
efecto cuando el último depende del primero; o, en otras palabras, la causa es aquello que hace que el efecto sea lo que es. Esto se puede
dar de muchos modos diversos y, por ello, no es extraño que a un efecto correspondan multitud de causas.
Dos condiciones necesarias pero no suficientes para que A sea causa de B son:
Verdad
Esta sección es un extracto de Verdad[editar]
La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación
se refiere[136] o la fidelidad a una idea.[136] El término se usa en un sentido técnico en diversos campos
como la ciencia, la lógica, las matemáticas y la filosofía.
El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de los estudiosos y las teorías sobre la verdad continúan
siendo ampliamente debatidas. Hay posiciones diferentes acerca de cuestiones como:
Qué es lo que constituye la verdad.
Con qué criterio podemos identificarla y definirla.
Si existen las revelaciones o la verdad puede alcanzarse tan solo mediante la experiencia, el
entendimiento y la razón.
Este artículo procura introducir las principales interpretaciones y perspectivas, tanto históricas como
actuales, acerca de este concepto. El Tiempo salvando a la Verdad de la
Falsedad y de la Envidia, tela de François
Lemoyne, 1737.
La pregunta por la verdad es y ha sido objeto de debate entre teólogos, filósofos y lógicos a lo largo de
los siglos considerándose un tema concerniente al alma y al estudio de una llamada psicología racional dentro del campo de la filosofía.
La investigación científica de la función cognitiva[142] introduce nuevas perspectivas acerca del conocimiento basado en la evidencia
como creencia epistemológicamente verdadera con justificación válida.[143]
Interesa a la antropología filosófica, pues parece evidente que los seres humanos prefieren la verdad a la falsedad, al error o la mentira y
prefieren la certeza a la duda.
Interesa a la Historia, por cuanto el aprecio hacia la verdad y la condena de la mentira o del error varía en intensidad según las épocas y
las culturas, pues tanto el concepto de verdad como su valoración no siempre es el mismo a lo largo de la historia y según las diferentes
culturas.
Moral
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La moral (del gen. latín mōris, ‘costumbre’, y de ahí mōrālis, ‘lo relativo a los usos y las costumbres’) es el conjunto de costumbres y normas
que se consideran "buenas" para dirigir o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad.[145] Se distingue de la ética en que
esta es una moral transcultural o universal, aunque ambas se suelen confundir. La moral permite distinguir cuáles acciones son buenas y
cuáles son malas con criterios objetivos. Otra perspectiva la define como el conocimiento de lo que el ser humano debe hacer o evitar para
conservar la estabilidad social.[146]
El término «moral» tiene un sentido opuesto al de «inmoral» (contra la moral) y «amoral» (sin moral). La existencia de acciones susceptibles
de valoración moral está fundamentada en el ser humano, como sujeto de actos voluntarios. Abarca la acción de las personas en todas sus
manifestaciones, además de que permite la introducción y referencia de los valores.
Los conceptos y creencias sobre la moral llegan a ser considerados y codificados de acuerdo a una cultura, religión, grupo, u otro esquema
de ideas, que tienen como función la regulación del comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones también
puede ser conocida como moral y se considera que la sociedad depende del uso generalizado de esta para su existencia. En la práctica,
suelen ser conductas morales basadas, no en planteamientos religiosos, sino coherentes con un determinada antropología. Pueden llegar a
darse situaciones equívocas si se pretende negar valor ético a comportamientos que tengan su origen en la religión.[147]
Hay diversas definiciones y concepciones de lo que en realidad significa moral, lo que ha sido tema de discusión y debate a través del
tiempo. Múltiples opiniones concuerdan en que el término representa aquello que permite distinguir entre el bien y el mal[148] de los actos,
mientras que otros dicen que son solo las costumbres las que se evalúan virtuosas o perniciosas.
El concepto de la moral se diferencia de la filosofía moral o ética en que esta última reflexiona racionalmente sobre los diversos esquemas
morales con la finalidad de encontrar ideas principales racionales que determinen las acciones de la ética correcta y las acciones de las
éticas incorrectas, es decir, la ética busca principios absolutos o universales, independientes de la moral de cada cultura.
Belleza
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La belleza se describe comúnmente como una cualidad de los objetos que hace que estos objetos sean placenteros de percibir. Tales
objetos incluyen paisajes, puestas de sol, seres humanos y obras de arte. Belleza es una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de
la existencia humana. La belleza se estudia dentro de la disciplina filosófica de la estética, además de otras disciplinas como la historia, la
sociología y la psicología social. La belleza se define como la característica de una cosa que a través de una experiencia sensorial
(percepción) procura una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción.[149] Proviene de manifestaciones tales como la forma, el
aspecto visual, el movimiento y el sonido, aunque también se la asocia, en menor medida, a los sabores y los olores. En esta línea y
haciendo hincapié en el aspecto visual, Tomás de Aquino define lo bello como aquello que agrada a la vista (quae visa placet).
La percepción de la «belleza» a menudo implica la interpretación de alguna entidad que está en equilibrio y armonía con la naturaleza, y
puede conducir a sentimientos de atracción y bienestar emocional. Debido a que constituye una experiencia subjetiva, a menudo se dice
que «la belleza está en el ojo del observador».[150] Aunque tal relativismo es exagerado y suele
asociarse a cosmovisiones y modas, lo concreto es que existen objetos y seres que dan la
impresión de belleza ya desde su objetividad natural porque se corresponden con los requisitos
naturales del homo sapiens, por ejemplo: el sabor dulce es preferido al sabor amargo porque el
amargo suele corresponder a tóxicos, lo mismo que la fragancia de muchas flores se prefiere
naturalmente en gente psíquicamente sana al hedor pútrido.
Una dificultad para entender la belleza se debe al hecho de que tiene aspectos tanto objetivos como
subjetivos: es vista como una propiedad de las cosas pero también como dependiente de la
respuesta emocional de los observadores. Se ha argumentado que la capacidad del sujeto
necesaria para percibir y juzgar la belleza, a veces conocida como el "sentido del gusto", puede
entrenarse y que los veredictos de los expertos coinciden a largo plazo. Esto sugeriría que los Rosetón estilo Gótico radiante de la Catedral
de Notre Dame (París). En la Arquitectura
estándares de validez de los juicios de belleza son intersubjetivos, es decir, dependientes de un
gótica, la luz es considerada la más bella
grupo de jueces, en lugar de completamente subjetivos o completamente objetivos. Las revelación de Dios.
concepciones de la belleza apuntan a captar lo que es esencial en todas las cosas bellas. Las
concepciones clásicas definen la belleza en términos de la relación entre el objeto bello como un todo y sus partes: las partes deben estar
en la proporción correcta entre sí y así componer un todo armonioso integrado. Las concepciones hedonistas incluyen la relación con el
placer en la definición de belleza al sostener que hay una conexión necesaria entre el placer y la belleza, por ejemplo, que para que un objeto
sea bello es necesario que cause placer desinteresado. Otras concepciones incluyen definir los objetos bellos en términos de su valor, de
una actitud amorosa hacia ellos o de su función.
Problemas
Un problema filosófico es una cuestión cuyo planteamiento teórico se presenta sin aparente respuesta o cuya solución es cuestionable. Los
problemas tienden a expresar temas de recurrente dominio de la filosofía como: la sabiduría, el hombre, la verdad, el conocimiento, la moral,
el arte, la reflexión, la conciencia, la lógica, la realidad, la ciencia, el sentido de la vida, etc. Estos problemas se pueden presentar en dilemas
o paradojas.
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El dilema del tranvía es un experimento mental en ética, ideado por Philippa Foot y analizado
extensamente por Judith Jarvis Thomson y, más recientemente, Peter Unger. Problemas
similares han sido tradicionalmente tratados en derecho penal y, algunas veces, regulados en
los códigos penales, también en derecho civil. Un ejemplo clásico de esos problemas es
conocido como la tabla de Carnéades, elaborado por Carnéades para atacar la inconsistencia
¿Deberías desviar el tranvía?
de las teorías morales estoicas.
Dilema de Eutifrón
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El dilema de Eutifrón es planteado en el diálogo Eutifrón de Platón. Sócrates pregunta a Eutifrón: «¿Es el
piadoso (τὸ ὅσιον) amado por los dioses porque es piadoso, o es piadoso debido a que es amado por los
dioses?».[151]
Aunque originalmente se aplicó al panteón griego antiguo, el dilema tiene implicaciones para las
religiones monoteístas modernas. Gottfried Leibniz preguntó si lo bueno y lo justo "es bueno solo porque
Dios lo quiere o si Dios lo quiere porque es bueno y justo".[152] Desde la discusión original en Platón, esta
cuestión ha presentado un problema para el teísmo, haciendo que surgieran defensas para ambos
cuernos del dilema respectivamente o incluso que es un falso dilema. Aún hoy sigue siendo objeto de
discusión teológica y filosófica, en gran parte dentro de las tradiciones cristianas, judías e islámicas.
Trilema de Münchhausen
Esta sección es un extracto de Trilema de Münchhausen[editar]
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Busto de Sócrates romano en el
El trilema de Münchhausen o trilema de Agripa es un ataque a la posibilidad de lograr una justificación Museo de antigüedades de Leiden
última para cualquier proposición, incluso en las ciencias formales como la matemática y la lógica.
Un trilema es un problema que admite sólo tres soluciones, todas las cuales parecen inaceptables. El argumento discurre así: cualquiera
que sea la manera en que se justifique una proposición, si lo que se quiere es certeza absoluta, siempre será necesario justificar los medios
de la justificación, y luego los medios de esa nueva justificación, etc. Esta simple observación conduce sin escape a una de las siguientes
tres alternativas (los tres cuernos del trilema):[153]
Una regresión infinita de justificaciones: A se justifica por B, B se justifica por C, C se justifica por D, etc. La necesidad de remontarse cada
vez más en la búsqueda de fundamentos, un proceso sin fin irrealizable que no provee ningún fundamento seguro.
Un corte arbitrario en el razonamiento: A se justifica por B, B se justifica por C, y C no se justifica. Esta última proposición se puede
presentar como de sentido común o como un principio fundamental (postulado o axioma), pero en cualquier caso representaría una
suspensión arbitraria del principio de razón suficiente recurriendo a un dogma.
Una justificación circular: A se justifica por B, B se justifica por C, y C se justifica por A. En el proceso de
justificación se recurre a enunciados que ya antes se habían mostrado como enunciados que requieren
justificación y por lo tanto sin llegar nunca a una justificación segura por ser lógicamente defectuosa.
Problema de Gettier
Esta sección es un extracto de Problema de Gettier[editar]
Desde al menos el Teeteto de Platón,[154] la gnoseología contaba con una definición generalmente
satisfactoria del conocimiento proposicional: si S es un sujeto y p una proposición, entonces S sabe que
p si y sólo si:
El barón de Munchausen se saca del
S cree que p lodo tirando de su propio pelo.
p es verdadera
Por ejemplo, Newton sabe que de alguna manera tiene una manzana si y sólo si:
Sin embargo, en 1963, Edmund Gettier publicó un artículo de tres páginas titulado ¿Es el conocimiento creencia verdadera justificada? en el
que argumentó que la definición clásica no es suficiente. Gettier mostró que hay casos en los que una creencia verdadera justificada puede
fallar en ser conocimiento. Es decir, hay casos en los que los tres requisitos se cumplen, y sin embargo intuitivamente nos parece que no
hay conocimiento. Retomando el ejemplo anterior, podría ser que Newton crea que tiene una manzana y esté justificado en ello (por
ejemplo, porque parece una manzana), pero que sin embargo la manzana sea de cera. En ese caso, según la definición clásica, Newton no
posee conocimiento, porque falta que sea verdad que tiene una manzana. Pero supongamos también que dentro de la manzana de cera hay
otra manzana, más pequeña, pero real. Entonces Newton cumple con los tres requisitos: Newton cree que tiene una manzana; Newton está
justificado en su creencia; y de hecho tiene una manzana. Sin embargo, intuitivamente nos parece que Newton no posee conocimiento, sino
que solamente tuvo suerte (lo que se llama suerte epistémica).
Frente a este problema, muchos filósofos contemporáneos intentaron y aún intentan reparar la definición, dando lugar a nuevas corrientes
gnoseológicas. Otros filósofos han propuesto problemas ligeramente diferentes, que se han incorporado a los contraejemplos enunciados
por Gettier. El conjunto de estos problemas y el desafío que plantean a la cuestión ¿qué es conocer? recibe el nombre de el problema de
Gettier. Aunque se han dedicado cientos de artículos a esta cuestión, no hay consenso respecto a la solución al problema general.[155] El
problema de Gettier es uno de los motores principales de la gnoseología contemporánea.
Problema de la inducción
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A partir de la definición de Platón del conocimiento como «creencia verdadera y justificada»,[157] disponer
de una justificación adecuada para la inducción es requisito indispensable para que tales «creencias»
constituyan conocimiento válido o legítimo.
La RAE define «inducir» en su sentido filosófico, como «extraer, a partir de determinadas observaciones o
experiencias particulares, el principio general que en ellas está implícito». Esas «extracciones» son de El hallazgo por Willem de Vlamingh de
cisnes negros en Australia, en 1697,
dos tipos:
obligó a corregir la vieja creencia
inductiva de que todos los cisnes eran
Generalizaciones acerca de las propiedades de «clases de objetos», efectuadas a partir de una cierta blancos. Lo mismo podría ocurrir en el
cantidad de observaciones de casos individuales. Por ejemplo: la inferencia que las esmeraldas son futuro con otras generalizaciones
científicas.
verdes a partir de la observación de algunas (quizás muchas) esmeraldas individuales.
Presunción de que eventos en el futuro continuarán presentando la misma forma o que las mismas causas ocasionarán los mismos
efectos observados en el pasado (ver causalidad). Lo que implica, por ejemplo, la creencia en que las leyes científicas serán válidas en el
futuro. John Stuart Mill llamó a esta asunción el principio de la uniformidad de la naturaleza.[158]
Dado que ambas son utilizadas, ya sea explícita o implícitamente, en forma generalizada para proponer hipótesis —ya sea formales o no— a
partir de observaciones empíricas, su cuestionamiento pone en duda una gran parte, si es que no la totalidad, del conocimiento humano. El
problema adquiere especial relevancia en el ámbito científico, dado que generalmente se pensaba que las asunciones necesarias para
formular leyes científicas requieren tanto generalizaciones como expectativas de que eventos en el futuro continuarán exhibiendo los
mismos comportamientos que en el pasado.[159] Esto se expresa generalmente como el principio de simetría[160] [161]
[162]
o principio de
invariancia[163] (véase también principio de Curie[164] y teorema de Noether).
Consecuentemente Alfred North Whitehead describió la inducción como «el rompecabezas (the despair) de la filosofía»[165] y el filósofo C.
D. Broad sugirió: «La inducción es la gloria de la ciencia, y el escándalo de la filosofía».[166]
Según el sentido de la teoría de la justificación la ciencia ha de consistir en proposiciones probadas.[167] El experimento no es una
verificación de la teoría que lo sustenta, como mostró Karl Popper desnudando el problema de la inducción.[168] Por otro lado, las
inferencias lógicas transmiten la verdad, pero no sirven para descubrir nuevas verdades.[169] Las teorías generales no son directamente
contrastables con la experiencia, sino solamente mediante casos particulares, con soluciones específicas mediante teorías específicas,
como modelos teoréticos. Cuanto mayor sea la lógica que detente una teoría, menor será la contrastabilidad empírica. Esto quiere decir que
teorías tan generales como la teoría de la información, mecánica clásica o mecánica cuántica solo pueden ser contrastadas respecto a
modelos teóricos específicos en el marco de dichas teorías, teniendo en cuenta que no siempre es posible saber qué es lo que hay que
corregir en el modelo cuando el contraste empírico fracasa o, si por el contrario, es la propia teoría general la que contiene el error,[170]
teniendo muy presente la dificultad de poder asegurar que el valor de los datos manejados y obtenidos sean los correctos. Por ello la
filosofía de la ciencia adquiere un carácter de investigación científica muy importante.[171] [172]
El problema del ser y el deber ser (también llamado ley de Hume, la guillotina de Hume y a veces
confundido con la falacia naturalista) es un problema en metaética acerca de la posibilidad de deducir
oraciones normativas a partir de oraciones descriptivas. Las oraciones descriptivas son aquellas que
dicen lo que es el caso (por ejemplo «los emperadores son crueles») mientras que las oraciones
normativas son aquellas que dicen lo que debe ser el caso («los emperadores deben ser crueles»).
Claro que así como se puede pedir justificación para las oraciones normativas, se puede pedir
justificación para las oraciones descriptivas. Pero esto es otro problema, que puede encontrar otras
respuestas. Las oraciones descriptivas se pueden (quizás) justificar a partir de la investigación empírica.
Así por ejemplo, el valor de verdad de la oración «los emperadores son crueles» se puede determinar
haciendo una investigación histórica. Sin embargo, no sucede lo mismo con la oración «los emperadores
deben ser crueles». La verdad o falsedad de esta oración se debe determinar por otros métodos, y si se David Hume planteó el problema del
descarta la posibilidad de probar su verdad a través de una deducción a partir de premisas verdaderas, ser y el deber ser en su Tratado sobre
la naturaleza humana.
entonces vale preguntar si hay algún otro camino.
El abismo que separa a los hechos de los deberes no tiene nada que ver con el contenido de las proposiciones descriptivas de las que se
parte. Lo mismo da que se trate de proposiciones metafísicas, científicas o de la vida cotidiana. El error se encuentra en el procedimiento,
no en el punto de partida. La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a falacias lógicas tales como: «La
esencia de la sexualidad es la procreación. Por lo tanto, la anticoncepción no está permitida, porque no refleja la naturaleza de la
sexualidad».
La dicotomía hechos/valores de Hume, se relaciona con la dicotomía analítico/sintético: las proposiciones analíticas (lógicas) no tienen
necesidad de verificación (siempre son verdaderas), mientras que las proposiciones sintéticas se deben verificar con la experiencia y
pueden ser verdaderas o falsas, y las proposiciones éticas vienen de la experiencia.[173]
Problema mente-cuerpo
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El problema fue descrito por René Descartes en el siglo XVII, y por los filósofos aristotélicos, Diagrama de los diferentes enfoques para resolver
en la filosofía de Avicena, y en las anteriores tradiciones asiáticas.[175] [176]
[177]
Una variedad el problema mente-cuerpo.
El problema mente-cuerpo está estrechamente ligado a la intencionalidad, la causalidad mental, el problema difícil de la consciencia, el del
libre albedrío, el de la significación de los símbolos, el de la identidad del individuo, el problema de otras mentes, etc.
La ausencia de un punto de interacción causal identificable entre la mente no-física y su extensión física ha demostrado ser problemática
para el dualismo de sustancias, y muchos filósofos de la mente contemporáneos piensan que la psique no es algo separado del
cuerpo.[178] [179]
Las posturas no cartesianas y no idealistas también van ganando terreno en círculos científicos. A esto ha ayudado el
advenimiento de la sociobiología, la computación, la psicología evolutiva, la revolución cognitiva y las evidencias de la neurociencia que
ponen de manifiesto la dependencia de los fenómenos mentales en sustratos corporales.[180] [181] [182] [183] [184] Aun así, se considera que el
problema mente-cuerpo sigue abierto y está lejos de ser sepultado. En efecto, filósofos de corte materialista como David Chalmers y Colin
McGinn advierten que algunas de las preguntas planteadas podrían ser inasequibles a la explicación científica o de cualquier otro tipo.
Otros como Daniel Dennett dan pronósticos más optimistas, sin dejar de reconocerlo en calidad de problema.
El problema del mal es la pregunta de cómo reconciliar la existencia del mal con la existencia de una deidad omnisciente, omnipotente y
omnibenevolente (véase teísmo).[187] [188]
[189]
El argumento del mal afirma que debido a la existencia del mal, o Dios no existe o no tiene
alguna de las tres propiedades mencionadas. Los argumentos para sostener lo contrario se les conoce tradicionalmente como teodiceas.
Además de la filosofía de la religión, el problema del mal también es importante en los campos de la teología y ética. El problema del mal se
puede expresar de la siguiente forma:
¿Es que Dios quiere prevenir el mal, pero no es capaz? Entonces no es omnipotente.
¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces es malévolo.
¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? Entonces, ¿por qué llamarlo Dios?
Paradoja o trilema de Epicuro[190] [191]
A menudo se formula de dos formas: el problema del mal lógico y el problema del mal evidencial.[187] La
versión lógica del argumento intenta demostrar deductivamente una imposibilidad lógica en la
coexistencia entre Dios y el mal,[188] mientras que la evidencial sostiene inductivamente que dado que
existe el mal en el mundo, es improbable que exista un dios omnipotente, omnisciente y perfectamente
bueno.[189] Esta versión inductiva del argumento es más popular que su versión deductiva. El problema
del mal también se ha extendido a los seres vivos no humanos, incluidos el sufrimiento animal provocado
por la naturaleza y la crueldad animal humana.[192]
Lactancio atribuye a Epicuro ser el
primer exponente del problema del
Existe una amplia variedad de respuestas al problema del mal y se clasifican en: refutaciones, defensas y
mal en De Ira Dei.[185] [186]
teodiceas. Hay además muchas discusiones sobre el mal y problemas relacionados en otros campos
filosóficos, tales como la ética secular[193] [194] [195] o la ética evolucionista,[196] [197] pero en el sentido ordinario el "problema del mal" se
trata dentro del contexto teológico.[187] [189]
El problema del mal aplica intensamente a las religiones monoteístas seguidoras del teísmo clásico, como el cristianismo, islam y
judaísmo, que creen en un dios monoteísta que es omnipotente, omnisciente y omnibenevolente;[198] [199]
pero la pregunta "¿Por qué existe
el mal?" ha sido estudiada en religiones no teístas o politeístas como el budismo, hinduismo y jainismo.[200] [201] El problema del mal
también se aplica al politeísmo si algún dios tiene los atributos ya mencionados.
Historia
Occidente
Esta sección es un extracto de Historia de la filosofía occidental[editar]
La historia de la filosofía occidental es la historia de la tradición filosófica en Occidente, en contraste con la historia de la filosofía oriental,
que se desarrolló de manera relativamente independiente. Se remonta a más de 2500 años a la Antigua Grecia y se la puede dividir en cinco
grandes períodos: filosofía antigua, filosofía medieval, filosofía renacentista, filosofía moderna y filosofía contemporánea,[202] [203] que se
corresponden con la periodización convencional de la historia universal en Edad Antigua, Edad Media, Renacimiento, Edad Moderna y Edad
Contemporánea.
Edad Antigua
La filosofía antigua del año a.c es el período de la historia de la filosofía occidental que corresponde a la Edad Antigua. Comprende la
filosofía griega (presocrática y helenística) y la filosofía romana.[204] Duró más de 1100 años, desde alrededor del año 600 a. C. (con Tales
de Mileto) hasta el siglo VI d.C., cuando los últimos neoplatónicos estaban activos. Sus principales ubicaciones fueron la antigua Grecia y el
Imperio Romano.
La filosofía de la antigüedad fue limitada geográficamente en el Mediterráneo. Los filósofos de la antigüedad pueden dividirse a grandes
rasgos en diferentes grupos. Primero, los filósofos anteriores a Sócrates, llamados «presocráticos» (alrededor del 600 - 400 a.C.) y
conocidos por dar «el paso del mito al logos». Luego, el período clásico griego, que comienza con Sócrates (alrededor del 500 - 300 a. C.).
Platón, alumno de Sócrates, y Aristóteles, alumno de Platón, se convirtieron en dos de los filósofos más importantes e influyentes,
conocidos como los «socráticos mayores». Otros contemporáneos fueron los sofistas y los «socráticos menores» (megáricos, cínicos y
cirenaicos).[205] Finalmente, la filosofía del período helenístico siguió al período clásico, seguida por la filosofía de la antigüedad tardía, que
incluyen a los epicúreos, los estoicos, los escépticos y los neoplatónicos.
Otras tradiciones filosóficas importantes de la antigüedad fueron la filosofía china y la filosofía india, influyentes fueron las culturas del
judaísmo, el antiguo Egipto, el Imperio Persa y Mesopotamia. En las regiones del Creciente Fértil, Irán y Arabia surgió la literatura filosófica
de los libros sapienciales y que hoy domina la cultura islámica. La literatura sapiencial temprana del Creciente Fértil era un género que
buscaba instruir a las personas sobre la acción ética, la vida práctica y la virtud a través de historias y proverbios. En el Antiguo Egipto,
estos textos eran conocidos como sebayt («enseñanzas») y son fundamentales para nuestra comprensión de la filosofía del Antiguo Egipto.
La astronomía babilónica también incluyó muchas especulaciones filosóficas sobre la cosmología que pudieron haber influido en los
antiguos griegos.
La filosofía judía y la filosofía cristiana son tradiciones religio-filosóficas que se desarrollaron tanto en Oriente Medio como en Europa, que
comparten ciertos textos judaicos primitivos (principalmente el Tanaj) y creencias monoteístas. Los pensadores judíos como los Geonim
de las Academias Talmúdicas en Babilonia y el filósofo Maimónides estudiaban la filosofía griega e islámica. Más tarde, la filosofía judía
estuvo bajo fuertes influencias intelectuales occidentales e incluye las obras de Moisés Mendelssohn, quien marcó el comienzo de la
Haskalá (también conocida como la ilustración judía), el existencialismo judío y el judaísmo reformista.
La filosofía persa preislámica comienza con el trabajo de Zoroastro, uno de los primeros promotores del monoteísmo y del dualismo entre
el bien y el mal. Esta cosmogonía dualista influyó en los desarrollos iraníes posteriores, como el maniqueísmo, el mazdakismo y el
zurvanismo.
Edad Media
La filosofía medieval es la filosofía que se desarrolló en Europa y Oriente Medio durante lo que hoy se llama el Medioevo o la Edad Media,
que se extiende aproximadamente desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento.[206] La Stanford Encyclopedia of Philosophy
describe la filosofía medieval como la "receta" de una combinación de "la filosofía pagana [...] con la nueva religión cristiana" y "una variedad
de aromas de la herencia intelectual judía e islámica" cocinada por unos 1300 años.[207] Algunas de
estas doctrinas fueron especialmente difíciles de combinar (como la encarnación y la trinidad), pero el
esfuerzo por resolverlas fue el motor de gran parte de la filosofía medieval, y llevó a desarrollar
conceptos, teorías y distinciones que heredaría toda la filosofía posterior.
El filósofo inglés sir Anthony Kenny declaró en su libro Una nueva historia de la filosofía occidental que
para "el desarrollo después de la filosofía el evento más importante en el siglo I fue la vida de Jesús de
Nazaret". Tras la muerte de Jesús, sus discípulos mantienen una actividad de evangelización por casi
300 años, volviéndose el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano. El impacto de esta
religión en la filosofía occidental tuvo dos grandes efectos: Primero, redujo el interés por la filosofía; y
segundo, la filosofía pasó a ser "sierva" de la teología, siendo las conjeturas paganas opuestas a los
dogmas de fe rechazadas.[208] San Pablo escribió: "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no Las siete artes liberales, según una
ilustración del siglo XII.
según Cristo."[209] Sin embargo, la influencia de la filosofía pagana fue crucial para la filosofía medieval.
Durante los primeros siglos de la era común, se hicieron grandes esfuerzos de conciliar la filosofía pagana al servicio del cristianismo,
como hicieron Justino Mártir, Clemente de Alejandría, Gregorio de Nisa, Orígenes y Eusebio de Cesarea. La doctrina elaborada por los
Padres de la Iglesia se llama patrística.[210] San Agustín de Hipona, el más famoso de ellos, alabó las enseñanzas neoplatónicas con el
cristianismo.[211] Otros pensadores, como Tertuliano y Lactancio, se opusieron.
Los llamados años oscuros de la Alta Edad Media (desde la caída del Imperio Romano hasta el siglo X) marcarán un momento de
decadencia en la filosofía occidental, quedando pocos vestigios de estudios clásicos que sobrevivieron en los monasterios, especialmente
en Irlanda, siendo Juan Escoto Erígena uno de los filósofos más importantes de ese tiempo. El historiador Will Durant escribió: "fue en los
años oscuros cuando el espíritu irlandés brillo con su luz más potente".[212]
La gran mayoría de los textos de autores clave, como Platón, Aristóteles y Plotino; fueron inaccesibles a los estudiosos medievales.[207] Los
medievales tuvieron acceso al pensamiento de estos y otros autores principalmente a través del trabajo de autores patricios como
Tertuliano, Ambrosio y Boecio, y de autores paganos como Cicerón y Séneca.[207] En los siglos XII y XIII, sin embargo, una gran cantidad de
trabajos de Aristóteles viajaron a Europa Occidental desde Al-Andalus y desde Constantinopla, influenciando enormemente a la
filosofía.[207] Este importante hecho permite dividir a la filosofía medieval en dos períodos: el período antes del reingreso de Aristóteles, y el
período durante y después de su reingreso.[207]
El primer período fue marcadamente platónico, con un estilo generalmente ameno y asistemático, y sin una distinción clara entre teología y
filosofía.[207] [211]
Algunos de los autores más importantes fueron Boecio, Juan Escoto Erígena, Anselmo de Canterbury y Pedro
Abelardo.[207] El segundo período fue más aristotélico.[207] Asistió a la creación de las universidades, a una mayor profesionalización y
sistematización de la filosofía, a nuevas traducciones y a nuevas formas de enseñanza.[207] La escolástica fue el movimiento teológico y
filosófico dominante, y entre los autores clave estuvieron Ramon Llull, Tomás de Aquino, Juan Duns Scoto, Guillermo de Ockham y
Buenaventura de Fidanza.
Algunos de los temas centrales a lo largo de la filosofía medieval fueron la relación entre la fe y la razón, la existencia y naturaleza de Dios,
la cuestión de la compatibilidad entre atributos divinos, el problema del mal, el problema de la compatibilidad de la omnisciencia divina con
el libre albedrío, el problema de los universales, la causalidad,[207] los límites del conocimiento, la lógica aristotélica y la individuación de las
sustancias divisibles e indivisibles.
Después de las conquistas musulmanas, la filosofía islámica temprana desarrolló las tradiciones filosóficas griegas en nuevas direcciones
innovadoras. Esta Edad de Oro islámica influyó en los desarrollos intelectuales europeos. Las dos principales corrientes del pensamiento
islámico temprano son Kalam, que se centra en la teología islámica y la escuela falsafa, que se basó en el aristotelismo y el neoplatonismo.
Aristóteles fue muy influyente entre falsafa como Al-Kindi, Al-Farabi, Avicena y Averroes. Otros, como Al-Ghazali, criticaron a los métodos de
la filosofía aristotélica de los falsafa. Los pensadores islámicos también desarrollaron un método científico, medicina experimental, una
teoría de la óptica y una filosofía jurídica. Ibn Khaldun fue un pensador influyente en la filosofía de la historia. En Irán, varias escuelas de
filosofía islámica siguieron floreciendo después de la Edad Dorada e incluyen corrientes como Illuminacionismo, la filosofía sufí y la
teosofía trascendente de Mulla Sadra. El mundo árabe de los siglos XIX y XX vio el movimiento nahda (despertar o renacimiento) que
influyó en la filosofía islámica contemporánea.
En la filosofía judía, el filósofo más importante fue Maimónides, quien compuso un manual de lógica aristotélica y la Guía de los Perplejos,
escrita en árabe hacia 1190, donde intenta demostrar que no puede haber contradicciones entre la fe con la razón y que todos los principios
metafísicos de la filosofía aristotélica están presentes en la Biblia y en el Talmud.
Renacimiento
En el Renacimiento, la filosofía todavía era un campo muy amplio que abarcaba los estudios que hoy se
asignan a varias ciencias distintas,[213] así como a la teología. Teniendo eso en cuenta, los tres campos
de la filosofía que más atención y desarrollo recibieron fueron la filosofía política, el humanismo y la
filosofía natural.[213]
En la filosofía política, las rivalidades entre los estados nacionales, sus crisis internas y el comienzo de la
colonización europea de América renovaron el interés por problemas acerca de la naturaleza y moralidad
del poder político, la unidad nacional, la seguridad interna, el poder del Estado y la justicia
internacional.[213] En este campo destacaron los trabajos de Nicolás Maquiavelo, Jean Bodin y Francisco
de Vitoria.[213]
El humanismo fue un movimiento que enfatizó el valor y la importancia de los seres humanos en el El Hombre de Vitruvio, de Leonardo Da
Vinci, resume varias ideas del
universo,[213] en contraste la filosofía medieval, que siempre puso a Dios y al cristianismo en el centro. pensamiento renacentista.
Este movimiento fue, en primer lugar, un movimiento moral y literario, protagonizado por figuras como
Erasmo de Róterdam, Santo Tomás Moro, Bartolomé de las Casas y Michel de Montaigne.[213]
La filosofía de la naturaleza del Renacimiento quebró con la concepción medieval de la naturaleza en términos de fines y ordenamiento
divino, y comenzó a pensar en términos de fuerzas, causas físicas y mecanismos.[213] Hubo además un retorno parcial a la autoridad de
Platón por sobre Aristóteles, tanto en su filosofía moral, en su estilo literario como en la relevancia dada a la matemática para el estudio de
la naturaleza.[213] Nicolás Copérnico, Giordano Bruno, Johannes Kepler, Leonardo da Vinci y Galileo Galilei fueron precursores y
protagonistas en esta revolución científica, y Francis Bacon proveyó un fundamento teórico para justificar el método empírico que habría de
caracterizar a la revolución. Por otra parte, en la medicina, el trabajo de Andreas Vesalius en anatomía humana revitalizó la disciplina y
brindó más apoyo al método empírico.[213] La filosofía de la naturaleza renacentista tal vez se explica mejor por dos proposiciones escritas
por Leonardo da Vinci en sus cuadernos:
No hay certeza en la que no se puedan usar ninguna de las ciencias matemáticas ni ninguna de las ciencias derivadas de las ciencias
matemáticas.
De manera similar, Galieo basó su método científico en experimentos, pero también desarrolló métodos matemáticos para su aplicación a
problemas de física, un ejemplo temprano de física matemática. Estas dos formas de concebir el conocimiento humano formaron el fondo
para el inicio del empirismo y el racionalismo, respectivamente.[213]
Otros filósofos del renacimiento influyentes fueron Pico della Mirandola, Nicolas de Cusa, Michel de Montaigne, Francisco Suárez, Erasmo
de Róterdam, Pietro Pomponazzi, Bernardino Telesio, Johannes Reuchlin, Tommaso Campanella, Gerolamo Cardano y Luis Vives.
Edad Moderna
La filosofía moderna es aquella filosofía desarrollada durante la edad moderna y asociada con la
modernidad. No es una doctrina concreta o escuela (por lo que no debe ser confundida con movimientos
específicos como el Modernismo), a pesar de que muchos autores de esta era comparten ciertos
supuestos comunes, lo cual ayuda para distinguirla de filosofía anterior y posterior.[216]
El siglo XVII marca el inicio de la filosofía moderna, mientras que el comienzo del siglo XX marca
aproximadamente su fin. Cuánta parte del Renacimiento debería ser incluido como parte de la filosofía
moderna es un asunto controvertido: el Renacimiento Temprano es a menudo considerado menos
moderno y más medieval comparado al Alto Renacimiento más tardío.[217] También se debate si la
modernidad ha acabado o no en el siglo XX y si ha sido reemplazada por la posmodernidad. Cómo uno
decide estas cuestiones determina el alcance del uso del concepto de «filosofía moderna». Otro de estos
usos es datar la filosofía moderna desde la «Era de la Razón», donde la filosofía sistemática se hizo René Descartes, padre de la filosofía
moderna.[214] [215]
común, lo cual excluye a Erasmo de Róterdam y a Nicolás Maquiavelo como «filósofos modernos». Otra
forma es fecharla, de la misma forma que la mayoría del período moderno está fechado, desde el Renacimiento. Para algunos, la filosofía
moderna terminó en 1800 con el surgimiento del hegelianismo y del idealismo. Una visión general tendría entonces a Erasmo de Róterdam,
Francis Bacon, Nicolás Maquiavelo y Galileo Galilei como representantes del auge del empirismo y del humanismo.
Durante los siglos XVII y XVIII, las figuras importantes en filosofía de mente, epistemología y metafísica se podían dividir aproximadamente
en dos grupos principales. El racionalismo, dominante en Francia y Alemania, que argumentaba que todo conocimiento tiene que empezar
de ideas innatas en la mente. Racionalistas importante fueron René Descartes, Baruch Spinoza, Gottfried Leibniz, y Nicolas Malebranche. El
empirismo, por otro lado, defendió que el conocimiento siempre empieza por la experiencia sensorial que recibimos a través de los
sentidos. Figuras importantes de esta línea de pensamiento fueron David Hume, John Locke y George Berkeley. La ética y la filosofía
política generalmente no se subsume dentro de estas categorías, aunque todos estos filósofos trabajaron en la ética en sus estilos
distintivos propios. Otras figuras importantes en filosofía política son Thomas Hobbes y Jean-Jacques Rousseau.
A fines del siglo XVIII, Immanuel Kant estableció un sistema filosófico innovador que pretendía reconciliar el racionalismo y el empirismo.
Ya sea que tuviera o no razón, la terminar la disputa filosófica continuó. Kant influyó fuertemente en las obras filosóficas alemanas a
principios del siglo XIX, comenzando así la tradición del idealismo alemán. El tema característico del idealismo fue que el mundo y la mente
deben entenderse de acuerdo a las mismas categorías. El idealismo alemán culminó con el trabajo de Georg Wilhelm Friedrich Hegel, quien,
entre muchas otras cosas, dijo que «lo real es racional; lo racional es real».
El siglo XIX se caracterizó por ser en gran parte una reacción a la filosofía de Immanuel Kant,[218] y en el último tercio a la publicación de El
origen de las especies. Comenzó con el desarrollo del idealismo alemán (principalmente Fichte, Schelling y Hegel), pero siguió con una
cantidad de otros movimientos,[219] la mayoría de los cuales fueron creados por filósofos trabajando desde fuera del mundo
académico.[220] En Alemania, los excesos metafísicos del idealismo dieron lugar a un movimiento neokantista. Arthur Schopenhauer llevó
el idealismo a la conclusión de que el mundo no era más que un inútil juego de imágenes y deseos, y defendió el ateísmo y el pesimismo.
Nietzsche, en cambio, consideró que esto no llevaba al pesimismo, sino a la posibilidad de un nuevo tipo de libertad, proclamó la muerte de
Dios y junto con Kierkegaard sentaron las bases para la filosofía existencialista.[221] Auguste Comte acuñó el término «positivismo» y
popularizó la escuela del mismo nombre.[222] [223] En la ética, Jeremy Bentham y John Stuart Mill elaboraron el utilitarismo, según el cual la
acción correcta es aquella que produce la mayor cantidad de felicidad general.[224] Karl Marx y Friedrich Engels invirtieron la filosofía
hegeliana para sentar las bases del materialismo dialéctico. En los Estados Unidos, Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey
dieron origen a la escuela pragmatista.[225] Por el final del siglo, Edmund Husserl inició la escuela de la fenomenología trascendental. En el
último tercio del siglo, Gottlob Frege empezó con su trabajo en lógica matemática, que habría de proveer las herramientas para la filosofía
analítica, pero que permanecería desconocido hasta el siglo XX. La filosofía británica del siglo XIX de a poco fue dominada por el
pensamiento neohegeliano y como reacción contra esto, figuras como Bertrand Russell y George Edward Moore crearon el movimiento de la
filosofía analítica, que es esencialmente una actualización del empirismo tradicional acomodando la invención de la lógica moderna por el
matemático alemán Gottlob Frege.
Edad Contemporánea
Las tradiciones filosóficas más significativas y abarcadoras del siglo XX fueron la filosofía analítica en el
mundo anglosajón, y la filosofía continental en la Europa continental.[228] El siglo XX también vio el
surgimiento de nuevas corrientes filosóficas, como el positivismo lógico, la fenomenología, el
existencialismo, el postestructuralismo, y el materialismo filosófico.
En este período la mayoría de los filósofos más importantes trabajaron desde las universidades,
especialmente en la segunda mitad del siglo.[228] Algunos de los temas más discutidos fueron la relación
entre el lenguaje y la filosofía (este hecho a veces es llamado «el giro lingüístico»). Los principales
exponentes de este «giro» fueron Martin Heidegger en la tradición continental y Ludwig Wittgenstein en la Friedrich Nietzsche criticó la
metafísica y la objetividad del
tradición analítica.[229]
conocimiento y la razón del
pensamiento dominante filosófico
Oriente
occidental.[226] [227]
Pintura de Edvard
Esta sección es un extracto de Filosofía oriental[editar] Munch.
La filosofía oriental o filosofía asiática incluye las diversas filosofías de Asia del Sur y Asia Oriental, incluida la filosofía china, la filosofía
india, la filosofía budista (dominante en el Tíbet, Bhután, Sri Lanka y el Sudeste Asiático), la filosofía coreana y la filosofía japonesa.[230] [231]
La categoría de «filosofía oriental» o «filosofía asiática» es un producto de la academia occidental del siglo XIX y no existía en Asia Oriental
ni en la India. Esto se debe a que en Asia no existe una sola tradición filosófica unificada con una sola raíz,[232] sino varias tradiciones
autóctonas que a veces han estado en contacto. Arthur Schopenhauer fue uno de los primeros pensadores de la filosofía occidental en
compartir y afirmar principios importantes de la filosofía oriental, como el ascetismo y la apariencia del mundo.[233]
Persia
A lo largo de la historia iraní y debido a los cambios políticos y sociales notables tales como conquista musulmana de Persia y las
invasiones mongolas de Persia, un amplio espectro de escuelas de pensamiento mostraron una variedad de puntos de vista sobre
cuestiones filosóficas que se extienden desde antiguas tradiciones iraníes y sobre todo relacionadas al zoroastrismo, a las escuelas que
aparecen en las finales de la era pre-islámica, como el maniqueísmo y el Mazdakismo, así como varias escuelas post-islámicas. La filosofía
iraní después de la invasión árabe de Persia, se caracteriza por diferentes interacciones con el filosofía persa antigua, la filosofía griega y
con el desarrollo de la filosofía islámica. La escuela de iluminación y la filosofía trascendente son consideradas como dos de las principales
tradiciones filosóficas de la época en Persia.
India
La filosofía hindú (en sánscrito: darśana, «enseñanza»)[241] abarca las filosofías, visiones del mundo y
enseñanzas [242] del hinduismo que surgieron en la antigua India. Estos incluyen seis sistemas ortodoxos
[243]
(shad-darśana) Sankhya, Yoga, Nyaya, Vaisheshika, Mimamsa y Vedanta.
Las tradiciones de la filosofía india se clasifican generalmente como ortodoxas o heterodoxas, āstika o
nāstika,[244] dependiendo de si aceptan la autoridad de los Vedas y si aceptan las teorías de Brahman y
Atman.[245] [246] Las escuelas ortodoxas, propiamente hinduistas generalmente incluyen Nyaya,
Vaisheshika, Samkhya, Yoga, Mīmāṃsā y Vedanta, y las escuelas heterodoxas comunes son Jainismo,
Budismo, Ajñana, Cārvāka, Ajivika y Lokaiata.
El Om es uno de los mantras más
Algunos de los primeros textos filosóficos que sobreviven son los Upanishads del período védico sagrados de las religiones dhármicas
como el hinduismo y el budismo.[240]
posterior (1000-500 a. C.). Los conceptos filosóficos indios importantes incluyen dharma, karma,
samsara, moksha y ahimsa. Los filósofos indios desarrollaron un sistema de razonamiento epistemológico (pramana) y lógica e
investigaron temas como la metafísica, la ética, la hermenéutica y la soteriología. La filosofía india también cubrió temas como la filosofía
política como se ve en el Arthashastra (siglo IV a. C.) y la filosofía del amor como se ve en el Kama Sutra.
Las seis escuelas ortodoxas comunes surgieron entre el comienzo de la era común y el Imperio Gupta.[247] Estas escuelas hindúes
desarrollaron lo que se ha llamado la «síntesis hindú» fusionando elementos brahmánicos y elementos heterodoxos del budismo y el
jainismo.[248] El pensamiento hindú también se extendió hacia el este llegando al imperio indonesio Srivijaya y el Imperio jemer camboyano.
Estas tradiciones se agruparon más tarde bajo el nombre Hinduismo. El hinduismo es la religión dominante en Asia del Sur. El hinduismo es
una categorización de distintos puntos de vista intelectuales o filosóficos, más que un conjunto de creencias rígidas,[249] y con cerca de mil
millones de seguidores es la tercera religión más grande del mundo, después del cristianismo y el islam.[250]
Desarrollos posteriores incluyen el desarrollo del Tantra y las influencias islámicas. El budismo desapareció en su mayoría de la India
después de la conquista musulmana en el subcontinente indio, sobreviviendo en las regiones del Himalaya y el sur de la India.[251] El
período moderno temprano vio el florecimiento de Navya-Nyāya (la «nueva razón») bajo filósofos como Raghunatha Siromani (circa 1460-
1540) que fundó la tradición, Jayarama Pancanana, Mahadeva Punatamakara y Yashovijaya (quien formuló una respuesta jainista).[252]
En la historia de la filosofía india se pueden distinguir tres grandes períodos. El primer período es el del vedismo, que transcurrió
aproximadamente desde el siglo XV a. C. hasta el siglo VIII a. C. Durante este primer período se desarrollaron los primeros textos védicos,
en particular el Rig vedá, el Sama vedá, el Iáyur vedá y el Átharva vedá, así como el sistema de castas. El segundo período es aquel del
brahmanismo, aproximadamente desde el siglo VIII a. C. hasta el siglo V a. C. En este período se incorporaron los Upanishads al conjunto
de textos sagrados. Y el tercer período es el del hinduismo propiamente, que comienza aproximadamente en el siglo V a. C. y aún continúa.
La era moderna vio el surgimiento del nacionalismo hindú, los movimientos de reforma hindúes y Neo-Vedanta (o el modernismo hindú)
cuyos principales proponentes incluyeron a Vivekananda, Mahatma Gandhi y Aurobindo y que por primera vez promovió la idea de un
«hinduismo» unificado. Debido a la influencia del colonialismo británico, gran parte del trabajo filosófico indio moderno surgió en inglés e
incluye pensadores como Sarvepalli Radhakrishnan, Krishna Chandra Bhattacharya, Bimal Krishna Matilal y M. Hiriyanna.[253]
China
La filosofía china es la suma de escuelas filosóficas creadas en China. Tiene una historia de varios miles
de años y su inicio se suele establecer en el siglo xii a. C. con la escritura del I Ching (El libro de los
cambios), un compendio antiguo sobre adivinación que introdujo alguno de los términos fundamentales
de la filosofía china. Sin embargo, la tradición oral se remonta a épocas neolíticas.
La historia de la filosofía china se puede dividir en cuatro períodos. El primero vio venir las primeras
doctrinas de la dinastía Shang acerca de lo cíclico, así como el I Ching (el Libro de los cambios). El
segundo período es el de la filosofía china clásica, conocido por la variedad y cantidad de escuelas que Una de las salas principales del
se formaron. Entre ellas destacaron el confucianismo, el taoísmo, el moísmo, el legalismo y la Escuela de Guozijian (colegio imperial) en el
centro de la ciudad Beijing, la
los Nombres. El tercer período comenzó cuando la dinastía Qin adoptó como filosofía oficial el legismo,
institución más alta de educación
persiguiendo además a los confucianistas y moistas. Luego la dinastía Han impuso al confucianismo y superior en la China premoderna.
taoísmo como doctrinas oficiales, y su influencia continuaría hasta el siglo XX. El último período, el de la
modernidad, se caracteriza por la importación e incorporación de la filosofía occidental.
Durante la dinastía Zhou occidental y los siguientes períodos después de su caída, florecieron las cien
escuelas del pensamiento (siglo VI a 221 a. C.).[254] [255] Este período se caracterizó por importantes
desarrollos intelectuales y culturales y vio el surgimiento de las principales escuelas filosóficas de China:
el confucianismo, el legalismo y el taoísmo, así como numerosas otras escuelas menos influyentes.
Estas tradiciones filosóficas desarrollaron teorías metafísicas, políticas y éticas como Tao, Yin y yang,
Símbolo del Pa Kua pavimentado en
Ren y Li que, junto con el budismo chino, influyeron directamente en la filosofía coreana, la filosofía
un claro a las afueras de la ciudad da
vietnamita y la filosofía japonesa (que también incluye la tradición sintoísta nativa). El budismo comenzó Nanning , provincia de Guangxi, China.
a llegar a China durante la dinastía Han (206 a. C.-220 d. C.) a través de una transmisión gradual a través
de la Ruta de la Seda, y mediante influencias nativas desarrollaron distintas formas chinas (como Zen) que se extendieron por toda la esfera
cultural de Asia Oriental. Durante las dinastías chinas posteriores, como la dinastía Ming (1368-1644), así como en la dinastía coreana de
Joseon (1392-1897), un renacimiento del neoconfucianismo dirigido por pensadores como Wang Yangming (1472-1529) se convirtió en la
escuela de pensamiento dominante, y fue promovido por el estado imperial.
En la era moderna, los pensadores chinos incorporaron ideas de la filosofía occidental. Gottfried Leibniz fue uno de los primeros
intelectuales europeos que reconocieron el valor y la importancia del pensamiento chino.[256] [257]
La filosofía marxista china o maoísmo se
desarrolló bajo la influencia de Mao Zedong, mientras que el pragmatismo chino bajo el ascenso de Hu Shih y el nuevo confucianismo fue
influenciado por Xiong Shili.
Japón
La filosofía japonesa se origina a partir del desarrollo cultural de Japón, a través del proceso religioso e
histórico que surgió del pensamiento chino, manteniéndose hasta el período Heian, del cual se inicia el
pensamiento japonés y al igual que el primero, se orienta a los asuntos de sabiduría práctica.
El pensamiento japonés moderno se desarrolló bajo fuertes influencias occidentales, como el estudio de
las ciencias occidentales (llamado «Rangaku») y la sociedad intelectual modernista Meirokusha, que se
inspiró en el pensamiento europeo. El siglo XX vio el surgimiento del sintoísmo estatal y también el
nacionalismo japonés. La Escuela de Kioto, una influyente escuela filosófica japonesa, surgió también
influenciada por la fenomenología occidental y la filosofía budista japonesa medieval.[258]
Corea
Chamanismo coreano, taoísmo, Budismo y Confucianismo han moldeado el estilo de vida y pensamiento
coreano.
Budismo
La filosofía budista comienza con el pensamiento de Gautama Buddha (circa siglos VI y IV a. C.) y se conserva en los primeros textos
budistas como las Nikayas del Canon Pali. El pensamiento budista es transregional y transcultural. Se originó en la India y luego se extendió
a Asia oriental, el Tíbet, Asia central y el Sudeste Asiático, desarrollando tradiciones nuevas y sincréticas en estas diferentes regiones. Las
diversas escuelas del pensamiento budistas son la tradición filosófica dominante en el Tíbet y en países del sudeste asiático como Sri
Lanka y Birmania.
La principal preocupación del budismo es la soteriología, definida como la libertad desde dukkha (inquietud).[262] Debido a que la
ignorancia sobre la verdadera naturaleza de las cosas se considera una de las raíces del sufrimiento (dukkha), la filosofía budista se ocupa
de la epistemología, la metafísica, la ética y la psicología.[263] Los textos filosóficos budistas también se deben entender dentro del
contexto de las prácticas meditativas que se supone que producen ciertos cambios cognitivos.[264] Los conceptos innovadores clave
incluyen las Cuatro Nobles Verdades, Anatta (no-yo) una crítica de una identidad personal fija, la transitoriedad (Anicca) de todas las cosas
y un cierto escepticismo sobre las preguntas metafísicas.[265]
Después de la muerte de Buda, varios grupos comenzaron a sistematizar sus principales enseñanzas y desarrollaron sistemas filosóficos
denominados Abhidharma.[266] Los filósofos de Mahayana como Nagarjuna y Vasubandhu desarrollaron las teorías de shunyata (vacuidad
de todos los fenómenos) y «vijnapti-matra» (solo apariencia), una forma de fenomenología o idealismo trascendental.[267] La escuela de
Dignāga o escuela de pramāṇa promovió una forma de epistemología y lógica. A través del trabajo de Dharmakirti, esta tradición de lógica
budista se ha convertido en el principal sistema epistemológico utilizado en la filosofía y el debate de budismo tibetano.[268]
Según el profesor de filosofía budista Jan Westerhoff, las principales escuelas indias desde 300 a. C. hasta 1000 d. C. fueron:[269]
Las escuelas Sthavira («Ancianos») que incluyen: Sarvāstivāda, Sautrāntika, Vibhajyavada (más tarde conocida como Theravada en Sri
Lanka) y Pudgalavada.
La filosofía islámica es el conjunto de doctrinas relacionadas con la vida, el universo, la ética, la sociedad
y demás cuestiones fundamentales vinculadas al mundo islámico.
La tradición islámica actual combina algunos pensamientos del neoplatonismo y del aristotelismo con
otros conceptos que fueron insertados mediante el desarrollo del Islam. Ciertos filósofos de peso como
el árabe al-Kindi y los persas al-Farabi y Avicena, así como Ibn Tufail y Averroes, originarios de la
península ibérica, precisaron algunas interpretaciones de Aristóteles que fueron después absorbidas por
los intelectuales judíos y cristianos.
La historia de la filosofía islámica contiene ejemplos significativos de
otros filósofos que abordaron un gran número de cuestiones que terminaron por influenciar al
escolasticismo medieval de Europa, entre ellos se encuentran Al-Ghazali y Mulla Sadra.
Los musulmanes, y en menor medida los cristianos y los judíos, contribuyeron con el folclor arábigo y se Representación de Sócrates en un
distanciaron entre sí de acuerdo a sus dogmas filosóficos más que por sus doctrinas religiosas. Cuando manuscrito árabe ilustrado del siglo
XIII.
los pueblos árabe y bereber llegaron a la península ibérica, la literatura filosófica arábiga fue traducida a
los idiomas hebreo y latín; contribuyendo al desarrollo de la filosofía europea.
África
La filosofía africana es la filosofía producida por la gente africana, filosofía que presenta visiones del mundo, ideas y temas africanos, o
filosofía que utiliza diferentes métodos filosóficos africanos. El pensamiento africano moderno se ha ocupado de la etnofilosofía, con
definir el significado mismo de la filosofía africana y sus características únicas y lo que significa ser africano.[270]