A Bitter Trial
A Bitter Trial
A Bitter Trial
Evelyn Waugh y
John Carmel Cardenal Heenan
acerca de los cambios Litúrgicos
Editado por
Scott M.P. Reid
Dedicado
a la memoria de
Arzobispo T. F. Little
Índice
Apéndice:
Declaración Oxoniense acerca de la Liturgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
3
que el movimiento litúrgico preconciliar así como también las manifiestas intenciones
de Sacrosanctum Concilium han sido en buena medida frustradas por poderosas
fuerzas contrarias, que podrían ser descritas como burocráticas, filisteas y secularistas.
El efecto ha sido privar al pueblo católico de mucho de su herencia litúrgica.
Algo de estos sentimientos fueron expresados por Waugh en los últimos años de su
vida. Por supuesto que él no vivió como para ver el Novus Ordo de la Misa, normativo en
el Rito Romano desde el primer domingo de Adviento de 1969. Lo que experimentó antes
de su muerte en 1966 fue lo que de hecho algunos estudiosos consideran como la última
forma del Rito Romano Tradicional1, comúnmente conocido como “Rito Interim”.
Pero aún este rito no dejaba de presentar sus dificultades para Waugh. Se puede
sospechar que eso no se debía al hecho de que objetara en sí mismas las precisas reformas
pedidas por el Concilio, pese a que no era ciertamente un hombre enamorado de cualquier
cambio, sino por el espíritu y la manera en que se llevaron a la práctica.
1
Cfr Klaus Gamber, The Reform of the Roman Liturgy: Its Problems and Background (Una Voce Press &
Foundtion For Catholic Reform, 1993), pp. 31-34.
4
Nadie puede estar más unido a la Misa Latina que yo. Pero cuando la Santa
Sede da órdenes debemos obedecerlas. No debe pensar que el idioma vernáculo es un
2
Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia: Sacrosanctum Concilium, n.14. Traducido
aquí como “participación real “, lo cual consideramos se presta menos a confusión que la versión usual
“participación activa”. Cfr. Joseph Ratzinger, Das Fest des Glaubens.
3
Arzobispo T.F. Little: Homilía en la Misa Exequial del P.Francis Aloysius Doolan, Saint Mary´s Church,
East Malvern, Victoria, Australia, 16 de abril de 1986.
5
Uno posterior
4
Carta fechada el 17 de diciembre de 1964, Archivo del Arzobispado de Westminster [AAW], HE1/142.
5
Carta fechada el 29 de abril de 1967, ibid.
6
En 1971 el Cardenal Heenan le pidió personalmente a Paulo VI que autorizase la continuación de la
celebración del rito tradicional de la Misa. Las circunstancias que rodean al así llamado “Indulto Heenan” se
hallan descritas en: Annibale Bugnini, La Riforma Liturgica: 1948-1975, Centro Liturgico Vincenziano,
Roma, 1997, pp. 298-9.
7
The Oxford Declaration on Liturgy, n 3.
6
Scott M.P.Reid,
14 de octubre de 1999.
8
The Letters of Nancy Mitford & Evelyn Waugh (Charlotte Mosley ed. , Hodder & Stoughton, 1997)
7
Agradecimientos
El Editor.
Es improbable que los políticos del mundo estén siguiendo las sesiones conclusivas
del Concilio Vaticano con la atenta mirada con que se siguieron las sesiones de apertura en
1869. Entonces el balance de poder en Europa era precariamente dependiente de la
situación de los Estados Papales en Italia; Francia y Austria directamente, Prusia
indirectamente y el reino Piamontés particularmente, estaban involucrados en su futuro.
Inclusive la protestante Inglaterra estaba atenta. Gladstone tenía sus propias y personales
9
The Spectator, 23 de noviembre, 1962, pp. 785-8. El 27 de octubre Waugh le había escrito a Nancy Mitford:
“El Concilio es de la mayor importancia. Como en 1869-70 los Franceses & Alemanes están llenos de malas
intenciones pero, como entonces, la verdad de Dios prevalecerá”. (Mosley, op. cit., p. 466.)
8
preocupaciones teológicas y se escribía en forma extraoficial con Lord Acton, pero Lord
Clarendon, el Ministro de Relaciones Exteriores y la mayor parte del Gabinete estudiaban
los despachos de su agente, Odo Russell (posteriormente editados bajo el título de La
Cuestión Romana) y le exigían los más mínimos detalles. Manning fue privadamente
dispensado de su voto de secreto de tal modo de poder mantener a Russell informado.
Victoria reinaba tanto sobre súbditos Católicos como Anglicanos, una parte de los cuales se
mostraban en Irlanda más y más problemáticos.
El Concilio, como es bien sabido, fue interrumpido en dramáticas circunstancias que
parecían presagiar un desastre. La historia subsiguiente confirmó sus decisiones. La
Comuna de París aniquiló el Galicanismo. El Kulturkampf de Bismarck quitó todo apoyo
significativo a los disidentes Teutones. Todo lo que Odo Russell había constantemente
predicho tuvo lugar, a pesar de los deseos de los Estadistas europeos.
No es de esperar que las sesiones, reanudadas luego del largo receso y dignificadas
por el título de Segundo Concilio Vaticano, tengan la misma directa influencia afuera de la
Iglesia. Los diarios se han concentrado en frases tomadas de las alocuciones del Papa,
sugiriendo que habría un proyecto de unión de la Cristiandad. La mayor parte de los
cristianos, basados en las profecías directas de Nuestro Señor, esperan que esto ocurra en
algún momento de la historia. Pocos creen que ese momento sea inminente. La aspiración
católica es que, cuánto más se manifieste el verdadero carácter de la Iglesia, más se verán
compelidos los disidentes a realizar sus sumisión. No hay posibilidad de que la Iglesia
modifique sus doctrinas definidas para atraer a aquellos que las rechazan. Las Iglesias
Ortodoxas del Oriente, con las cuales las diferencias doctrinales son pequeñas y técnicas,
son más hostiles a Roma que los Protestantes. Para ellos, el saqueo y la ocupación de
Constantinopla en la primera mitad del siglo trece –un hecho sin demasiado peso histórico
en la estimación occidental, es un recuerdo tan amargo y vivo como la persecución de
Hitler a los judíos. Los milagros son posibles, aunque sea presuntuoso esperarlos; sólo un
milagro puede reconciliar al Oriente con Roma.
Con las Iglesias Reformadas, entre las cuales la Iglesia de Inglaterra ocupa una
posición única, siendo que la mayor parte de sus miembros creen pertenecer a la Iglesia
Católica Occidental, las relaciones sociales son más calurosas pero las diferencias
intelectuales son agudas. Un siglo atrás los católicos eran todavía vistos como potenciales
9
latín, contribuimos al sostenimiento del clero. Raras veces tenemos algún contacto directo
con la jerarquía. Afrontamos dificultades para educar a nuestros hijos en la fe. Esperamos
morir fortificados por los Sacramentos. En toda época hemos formado el cuerpo principal
de ‘los creyentes’, y creemos que fue para nosotros, así como para los santos y los
pecadores notorios que la Iglesia fue fundada. ¿Es nuestra voz la que los Padres Conciliares
están preocupados por escuchar?
Hay tres cuestiones referidas a su autoridad que a veces suscitan nuestra atención.
Una es la Index de libros prohibidos. Me han dicho que su promulgación depende
de la discreción del obispo diocesano. Ignoro si ha sido promulgado en mi diócesis. No es
nada fácil conseguir una copia. Cuando uno la encuentra, se topa con algo muy aburrido, en
su mayor parte consistente en panfletos y tesis de controversias olvidadas. No incluye la
mayor parte de las tesis antropológicas, marxistas y psicológicas que, leídas en forma no
crítica pueden poner en peligro la fe y la moral. No incluye, como popularmente se cree,
absurdidades como Alicia en el país de las maravillas. Hay algunas pocas obras, como los
Ensayos de Addison que uno esperaría encontrar en cualquier hogar respetable y varias de
lectura obligatoria en las universidades, pero en general no es un documento conflictivo. La
presencia de Sartre en la lista proporciona una excusa conveniente para no leerlo. Pero es
una evidente anomalía preservar un acto legal que es generalmente pasado por alto. Pienso
que la mayor parte de los laicos estarían contentos si los Padres del Concilio considerasen
si el Index tiene algún sentido en el mundo moderno; si no sería mejor dar una advertencia
general acerca de las lecturas peligrosas y permitir a los confesores decidir en los casos
particulares, mientras se retiene la censura particular sobre libros técnicos de teología que
puedan ser tomados por enseñanza ortodoxa.
Una segunda cuestión es la de los procesos de los tribunales eclesiásticos. La mayor
parte de los laicos pasan la mayor parte de sus vidas sin verse involucrados con ellos, del
mismo modo en que viven sin tener nada que ver con procesos judiciales. Sin embargo los
casos de nulidades matrimoniales se están volviendo más comunes, y las grandes demoras
resultantes de las congestiones de las cortes y de sus laboriosos métodos causan mucha
irritación y frecuentemente gran sufrimiento. El laico no cuestiona la autoridad de la ley o
la justicia de las decisiones; simplemente se trata de que cuando él se encuentra en duda,
debería conocer en un tiempo razonable su verdadero status legal.
12
En tercer lugar, sería conveniente conocer los límites de la autoridad personal del
obispo sobre el laicado. No se han hecho votos de obediencia. No ocurre en Inglaterra, pero
es frecuente en otras partes del mundo ver una proclama ordenando a los fieles “bajo pena
de pecado mortal” votar en una elección parlamentaria o abstenerse de ciertos
entretenimientos. ¿Tienen realmente nuestros obispos el derecho de lanzar amenazas de
condenación eterna de esta manera?
A medida que los meses pasan y el Concilio se ve abocado a su labor principal, es
muy probable que la prensa preste menos atención de la que le brindó en su espectacular
apertura. Las cuestiones a discutir son materia de especulación para todos los que están
afuera del círculo íntimo pero hay un persistente rumor de que se realizarán cambios en la
liturgia. Hace poco escuché el sermón de un entusiasta neopresbítero quien habló,
probablemente aludiendo a la infeliz frase de Macmillan con relación al África, de un “gran
viento” que está a punto de soplar, barriendo las irrelevantes acrecencias de los siglos y que
revelará a la Misa en su prístina y apostólica simplicidad. Mientras tanto yo miraba su
congregación, compuesta por parroquianos de un pequeño pueblo rural, del cual me
considero un miembro típico, y pensaba en cuán poco se correspondían sus aspiraciones
con las nuestras.
Ciertamente ninguno de nosotros tenía intenciones de usurpar su púlpito. Hay
especulaciones entre teólogos laicos del norte de Europa y de los Estados Unidos.
Ciertamente una cantidad de expertos han profundizado en la teología y son libres de
expresar sus opiniones pero no conozco ninguno cuyo juicio yo preferiría al del más simple
párroco. Las mentes más agudas podrán explorar los problemas verbales más sutiles, pero
la verdad está más pronta a aparecer en la larga rutina del seminario y en una vida
transcurrida entre los Oficios de la Iglesia. Es digno de mención que en los dos períodos en
que los laicos tuvieron la parte más activa en la controversia teológica, aquellos de Pascal y
Acton, ellos estuvieron equivocados.
Menos todavía aspiramos a usurpar su lugar en el altar. “El sacerdocio de los fieles”
es una engañosa frase de esta década, abominable para todos aquellos que nos la hemos
topado. No pretendemos ninguna igualdad con nuestros sacerdotes cuyos defectos
personales y miserias (cuando existen) sirven sólo para enfatizar el misterio de su llamado
único. Cualquier cosa en lo que respecta a indumentaria o maneras o hábitos sociales que
13
tienda a camuflar dicho misterio es algo que nos aleja de las fuentes de la devoción. El
fracaso de los “sacerdotes obreros franceses” todavía está fresco en nuestra memoria. Un
hombre que envidia de otro una posición más alta y especial está muy lejos de ser un
cristiano.
Mientras la Misa continuaba de la manera habitual me pregunté cuántos de nosotros
deseábamos ver algún cambio. La Iglesia era más bien oscura. El sacerdote se encontraba
bastante lejos. Su voz no era clara y el lenguaje que utilizaba no era el de todos los días.
Ésta era Misa por cuya restauración los mártires Isabelinos habían ido al cadalso. San
Agustín, Santo Tomás Becket, Santo Tomás Moro, Challoner y Newman hubiesen estado a
gusto entre nosotros; de hecho, estaban presentes entre nosotros. Posiblemente pocos de
nosotros lo estuviésemos conscientemente considerando, pero su presencia y la de todos los
santos nos sustentaba silenciosamente. Su presencia no hubiese sido más palpable si
hubiésemos hecho las respuestas en voz alta al modo moderno.
Creo que no es por una mera confusión etimológica que la mayoría de los anglo-
parlantes creemos que ‘venerable’ significa ‘viejo’. Hay en el corazón humano una
conexión profunda entre adoración y edad. Pero la nueva moda se inclina por algo brillante,
estentóreo y práctico. Ha sido establecida por una extraña alianza entre los arqueólogos
absorbidos en sus especulaciones acerca de los ritos del siglo segundo, y los modernistas
que desean dar a la Iglesia el carácter de nuestra deplorable época. Combinando ambas
cosas, se llaman a sí mismos “liturgistas”.
El difunto dominico francés Couturier, estaba siempre pronto a solicitar los
servicios de los ateos para diseñar ayudas para la devoción; el resultado es que las iglesias
que él inspiró son más frecuentadas por turistas que por creyentes. En Vence hay una
famosa pequeña capilla diseñada por Matisse en su vejez. Siempre está llena de turistas y
las religiosas que la atienden están orgullosas de ella. Pero las estaciones del Via Crucis,
garabateadas en una única pared están de tal modo dispuestas que es apenas posible rezar el
ejercicio tradicional delante de él. Las hermanas a cargo tratan de evitar que los visitantes
parloteen, pero de hecho no hay nadie a quien molestar; en las ocasiones en que he estado
allí no he visto a nadie rezando, como uno frecuentemente encuentra en simples iglesias
decoradas con yeso y oropel.
14
liturgia”. (The Manuscript Department of the British Library [BL] Add. Ms. 69798 ff. 37 & 38) La entrada
del diario de Waugh para la Pascua de 1956 reza: “Fui a Downside el Miércoles Santo y me quedé hasta la
Misa Solemne de Pascua. No había amigos de retiro en el monasterio este año por lo que no tuve
distracciones durante el triduo. Fue realmente bastante aburrido pues la nueva Liturgia introducida por
primera vez este año dejas muchas horas en blanco... Me encontré ... amargado por la nueva liturgia. El
Jueves, en vez de la Misa de la mañana, el Mandato, Tinieblas y la vigilia nocturna ante el Monumento, hubo
una Misa vespertina con el Mandato interpolado luego del Evangelio y el altar del Monumento fue vaciado a
la medianoche. El Viernes, en vez de la Misa de Presantificados, Via Crucis y Tinieblas, una adoración de la
cruz vespertina y comunión general. El Sábado nada (con excepción de las pláticas) hasta la vigilia Pascual a
las 10.30 con la misma modalidad que hemos sufrido los dos últimos años. A pesar de todo encontré valioso
el Triduo”. The Diaries of Evelyn Wugh (Michael Davie ed., Weidenfield & Nicholson, 1976), p. 758.
16
les es completamente extraña. No puede ser una pura coincidencia que cuerpos tan
independientes unos de otros se hayan desarrollado del mismo modo. El temor reverencial
es la predisposición natural para la oración. Cuando los teólogos jóvenes hablan de la
Sagrada Comunión como de una ‘comida social’, hallan poca respuesta en los corazones y
en las mentes de sus menos refinados hermanos.
No hay dudas de que existen ciertas mentes clericales a las cuales el
comportamiento de los laicos en la Misa les parece chocantemente anárquico. Nos
reunimos obedeciendo a la ley de la Iglesia. Los sacerdotes desempeñan su función en
exacta conformidad con la regla. Pero nosotros, ¿qué hacemos? Algunos estamos siguiendo
el misal, pasando exactamente las páginas buscando introitos y colectas extra, diciendo
silenciosamente todo lo que los liturgistas quisieran que dijésemos en voz alta y al unísono.
Otros están rezando el Rosario. Algunos están luchando con niños inquietos. Otros están
arrobados en oración. Algunos están pensando en cualquier cosa hasta que reciben el
llamado de atención de la campanilla. No hay uniformidad aparente. Sólo en el Cielo
seremos reconocibles como el cuerpo unido que somos. Es fácil ver por qué algunos
clérigos quisieran que mostrásemos más conciencia unos de otros, más evidencia de estar
tomando parte en una ‘actividad grupal social’. Idealmente tienen razón pero ello significa
presuponer una vida espiritual privada mucho más profunda de la que la mayor parte de
nosotros ha alcanzado.
Si nos apartáramos de largas horas de meditación y oración solitaria, como los
monjes y las monjas, para una ocasional incursión de solidaridad social en la recitación
pública del oficio, estaríamos sin duda realizando la plena vida cristiana a la que estamos
llamados. Pero ese no es el caso. La mayor parte de nosotros, creo, realizamos nuestras
oraciones matutinas y vespertinas en forma maquinal y abreviada. El tiempo que pasamos
en la Iglesia –más bien poco, es el que separamos para renovar a nuestra modo nuestros
negligentes contactos con Dios. No es como debería ser, pero es, pienso, como ha sido
siempre para la mayor parte de nosotros, y la Iglesia, sabia y caritativamente, siempre ha
cuidado de los de segunda clase. Si la Misa es cambiada de tal modo de enfatizar su
carácter social, muchas almas se encontrarán alejadas de su verdadera meta. El peligro es
que los Padres Conciliares, en razón de su profunda piedad personal y porque han sido
17
llevados a pensar que hay un fuerte deseo de cambio por parte del laicado, aconsejen
cambios que se revelarán frustrantes para los menos piadosos y menos elocuentes.
Podrá parecer absurdo hablar de “peligros” en el Concilio cuando todos los
católicos creen que todo lo que se decida en el Vaticano será la voluntad de Dios. Mas
pertenece a la naturaleza sacramental de la Iglesia el que los fines sobrenaturales se
alcancen por medios humanos. La interrelación entre lo espiritual y lo material es la esencia
de la Encarnación. Usando una comparación inferior, la “inspiración” de un artista no es un
proceso de aceptación pasiva de un dictado. Abocado a su trabajo, realiza falsas partidas y
se ve forzado a comenzar de nuevo; se ve impelido en cierta dirección, y la sigue
alegremente hasta que toma conciencia de que se ha alejado de su verdadero curso; nuevos
descubrimientos vienen a su mente mientras está luchando con otro problema; de ese modo,
por ensayo y error, es consumada una obra de arte. Lo mismo pasa con las decisiones
inspiradas de la Iglesia. No son reveladas por una súbita y clara voz proveniente del Cielo.
Los argumentos humanos son los medios por medio de los cuales la verdad eventualmente
emerge. No es para nada impertinente susurrar otro argumento humano en medio de las
elevadas deliberaciones.
Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh 11
11
Las cartas de Heenan a Waugh comprenden parte de la hasta ahora no catalogada colección de cartas
recibidas por Waugh.
18
La verdadera dificultad (pienso) es que los Continentales están retorciendo las cosas
de tal modo de hacernos lo más posiblemente parecidos a los Protestantes. Cómo desearía
que pudiésemos persuadirlos (temo que son una gran mayoría) que permanecer con
nuestras ceremonias y nuestra Misa es mucho más importante que estar de acuerdo con los
libros de las antigüedades litúrgicas.
En mi Catedral, por cierto, nadie mirará la cara de nadie (excepto tal vez,
subrepticiamente, dos jóvenes enamorados). El Altar Mayor está fuera del centro y no
habrá gente detrás de él. El camino estará expedito para que los sacerdotes lleven el
Santísimo Sacramento para la Comunión en la Misa.
Que Dios lo bendiga.
+ John C. Heenan,
Arzobispo de Liverpool.12
Evelyn Waugh
Carta a Lady Acton13.
Queridísima Daphne:
Te estoy devolviendo el ensayo14 que gentilmente me prestaste con algunas notas
marginales. No me gustó para nada. Además de objetarle gran parte de la tesis, pienso que
12
El manuscrito tiene la anotación “Dio marcha atrás en todo esto”. Martin Stannard atribuye esto a
Christopher Sykes en Evelyn Waugh: No Abiding City 1939-1966 (Dent, 1992), p. 480.
13
The Letters of Evelyn Waugh (Mark Amory ed., Weidenfield & Nicholson, 1980). pp. 602-603.
14
Presumiblemente del Padre (Charles) Davies, mencionado más abajo en la carta, autor de Liturgy and
Doctrine, (Sheed & Ward, 1960)
19
está escrito en forma pedestre, que a veces afirma como un hecho aquello que debe probar
y que a veces cae en lugares comunes.
Algunas personas como Penélope Betjeman, gustan de armar alboroto en la iglesia y
no veo por qué no deberían hacerlo, del mismo modo en que los abisinios bailan y agitan
matracas. Me avergonzaría bailar y me da vergüenza rezar en voz alta. Toda parroquia
debería tener una Misa bullanguera para aquellos que les gusta. Pero también debería
haberlas silenciosas para aquellos que gustan de la quietud.
Las Iglesias Uniatas son muy relevantes. Se les permite mantener sus ancestrales
hábitos de devoción y su rito en idiomas como el siríaco, el griego bizantino, el ghiz y el
paleoeslavo, las cuales son lenguas mucho más muertas que el latín. ¿Por qué no podríamos
tener una Iglesia Romana Uniata y dejar que los alemanes tengan sus funciones
estrambóticas?
Pienso que es una gran desfachatez por parte de los alemanes pretender enseñar al
resto del mundo algo acerca de la religión. Deberían permanecer en perpetuo saco y ceniza
por todas las enormidades cometidas desde Lutero a Hitler.
El peor error de tu Padre Davis es su casi blasfema degradación del concepto del
Cuerpo Místico en una reunión parroquial. Tú y yo y los abisinios danzantes y los santos en
la gloria somos, como bien sabes, parte del Cuerpo Místico. No hay por qué andar
gritándonos de un banco al otro de la iglesia.
Cuando el P.Davis dice que la nueva y empobrecida Semana Santa es algo bueno
porque enseña a la gente el Antiguo Testamento, está delirando. Había seis veces más del
Antiguo Testamento en los antiguos servicios que en el nuevo.
La palabra “vernáculo” casi no tiene sentido. Si se proponen tener versiones de la
liturgia en el habla cotidiana de la gente tendrán que tener cientos de miles de versiones.
Entre los países civilizados, Noruega por ejemplo tiene dos lenguas, España tres, los
milaneses no pueden entender el siciliano, etc. Y si vamos a Asia y África estamos ya en
Babel. Como sabes, la mayor parte de las lenguas africanas son incapaces de transmitir los
conceptos teológicos, y se me ha dicho que algunas ni siquiera tienen una palabra para
“virgen”, simplemente dos palabras para las muchachas antes y después de la pubertad.
20
Penélope Betjeman me retó por mi artículo15. Pero admite que ella solo quiere hacer
ruido, y enseñar a niños inmaduros.
Por cierto, uno de los signos del Espíritu Santo que los niños inmaduros y los
iletrados de algún modo captan las verdades de la Iglesia sin entender las palabras.
Tengo entendido que la decisión que finalmente se tomará en el Concilio será que
toda la introducción al Canon de la Misa será en lengua vernácula los días de precepto.
Dicen también que debemos tener la misma versión que los Nortamericanos, el Cielo nos
ampare . . .
Cariños
Evelyn.
Evelyn Waugh
Carta al Editor de The Tablet
Señor, las Iglesias Uniatas Orientales mantienen antiguas formas de adoración que
les son muy caras, y liturgias que en muchos casos son ininteligibles para los fieles. ¿No
será tiempo de buscar los mismos privilegios para los Católicos Romanos? ¿Estaría
dispuesto a promover una petición a la Santa Sede para el establecimiento de una Iglesia
Uniata Latina que observase todos los ritos tal como eran durante el pontificado de Pío IX?
Su servidor,
Evelyn Waugh.
Arzobispo Heenan
Carta Pastoral con motivo del Concilio Vaticano.
Cuaresma, 1964.
15
The Same Again, Please, que hemos traducido aquí como Más de lo mismo, por favor.
21
Nunca antes ha despertado la Iglesia tanta simpatía e interés en este país. Tomad
vuestro periódico y todos los días veréis alguna noticia concerniente a los católicos. Pero no
debéis creer todo lo que leéis. Debéis estar en guardia especialmente en relación a las
noticias desde el exterior. Ved el caso del Concilio. Algunos diarios dan espléndidos
reportes pero otros solo transmiten desacuerdos entre los Padres Conciliares. Hubo, por
supuesto, desacuerdos y algunos Padres hablaron en forma encendida. Pero eso no debe
sorprender a nadie. Debéis esperar pastores de almas que sientan apasionadamente las
cuestiones que afecten a la salvación de las almas.
Los fieles también las sienten del mismo modo. Lo sé por algunas de vuestras
cartas. Tomad, por ejemplo, los cambios en la Santa Misa. Algunos de vosotros estáis
sobremanera alarmados. Imagináis que todo será cambiado y que lo que habéis conocido
desde la niñez se os será arrebatado. Por el contrario, otros son totalmente favorables al
cambio y temen que se altere demasiado poco.
Ambas actitudes son erróneas. La Iglesia por supuesto realizará ciertas reformas.
Esa es una de las razones por las que los Concilios se realizan. Pero nada será cambiado
excepto lo que sea para el bien de las almas. Los obispos con el Papa somos la Iglesia
Docente. Amamos nuestra Fe y amamos a nuestros sacerdotes y a nuestros fieles.
Cuidaremos que no seáis despojados. El Concilio, leal al Papa Juan y al Papa Pablo,
acercará la Iglesia a Cristo, y al mundo mismo a la Iglesia de Cristo.
La Iglesia cree en la libertad y durante el desarrollo de un Concilio todos son
alentados a hablar libremente. Es un tiempo para que los sacerdotes y los fieles hagan
escuchar sus voces. Algunas de los puntos de vista expresados son, por supuesto,
extraordinarios. Unos pocos escritores católicos son tan amargos en sus críticas que se
podría pensar que se olvidan que la Iglesia es su madre. Pero ellos aman a la Iglesia de
corazón. Tal vez exageran para llamar la atención sobre sus puntos de vista. Pero pueden
22
fácilmente desorientaros. Por lo tanto permitidme deciros llanamente que la Iglesia no tiene
poder para alterar la Ley de Dios. Lo que es erróneo e inmoral nunca podrá volverse
correcto. Ni tampoco puede cambiarse ninguna doctrina de la Iglesia Católica. “La verdad
del Señor permanece para siempre” (Ps 116,2). Mis queridos hijos en Cristo Jesús, quiero
tranquilizaros. La Iglesia, el Reino de Dios sobre la tierra, está fundada sobre una roca. No
os fallará. Para vuestro consuelo, os repito las palabras de Nuestro Señor, “No temas,
pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino” (Lc
12, 32).
La Iglesia surgirá del Concilio más fuerte que nunca. Debemos prepararnos para ser
dignos de esa gran hora. Más y más gente pregunta acerca de la Iglesia. Debéis estar
dispuestos a responder a sus preguntas. Leed vuestras publicaciones católicas y los folletos
de la Catholic Truth Society. Mostrad vuestro amor por vuestros hermanos separados
dándoles la información que desean. Combatid el fanatismo y la intolerancia con todas
vuestras fuerzas.
Os pido hoy oraciones por nuestro Santo Padre y por el Concilio. Durante la
Cuaresma tratad diariamente de asistir a Misa y de recibir la Santa Comunión. La Misa
vespertina y las nuevas reglas acerca del ayuno lo hacen prácticamente posible a todos.
Cuando vaya a Roma en unos días quiero poder decirle al Papa Pablo que la arquidiócesis
rezará durante toda la Cuaresma por él y por el Concilio.
Sé que durante la Cuaresma os privaréis de algunas cosas superfluas para dar
limosna a los necesitados. Hay necesidad en torno nuestro a pesar de la prosperidad de
nuestro país. Las personas mayores tienen jubilaciones inadecuadas; las viudas con niños
pequeños tienen que enfrentar una lucha diaria. Si trabajan para sostener a sus familias
posiblemente se les reduzcan las asignaciones. Parece absurdo, pero así es la ley actual.
Con las limosnas de Cuaresma espero que podamos ayudarlos. Como buenos ciudadanos
Católicos deberá presionarse a los políticos para que apresuren medidas en favor de los
ancianos, los desposeídos y los sin techo. Tampoco debemos olvidar cuantos jóvenes
matrimonios que inician la vida familiar se encuentran en una situación desesperante por la
escasez de alojamiento.
Termino encomendándome a vuestras oraciones y deseándoos la bendición de Dios.
Con San Pablo digo: “vivid de una manera digna de la vocación a la que habéis sido
23
llamados”, (Ef 4, 1). Que esta Cuaresma sea un tiempo de oración y penitencia en el
espíritu de Pablo, el Papa peregrino.
+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster
Evelyn Waugh
Entrada del diario: Pascua, 1964.17
Comparar la Misa con el coto de caza. La primera tarea del cazador (sacerdote) es
encontrar y matar zorros. Será recompensado si muestra una buena presa a los
perseguidores. Algunos están a la altura de los sabuesos si tienen buena monta y conocen el
terreno, y llegan a presenciar la captura de la presa; otros se esconden en los cafés [?] a
hurtadillas y andan trotando por las sendas.
Cuando me acerqué por vez primera a la Iglesia, no lo hice atraído por espléndidas
ceremonias sino por el espectáculo del sacerdote como artesano. Él tenía un trabajo
importante que realizar para el que nadie sino él estaba calificado. Él y su aprendiz
irrumpían en el altar con sus herramientas y comenzaban el trabajo sin mirar atrás, mucho
menos con la intención de causar una buena impresión en ellos.
“Participar” – la palabra tramposa – no significa hacer alboroto como los alemanes
suponen. Uno participa en una obra de arte cuando la estudia con reverencia e inteligencia.
Evelyn Waugh
16
9 de febrero de 1964.
17
Davie, op. cit., ppp. 792-3. En una carta a Ann Fleming del 3 de marzo de 1964, Waugh escribió: “Voy a
Roma para Pascua para evitar los horrores de la Liturgia Inglesa.” (Amory, op. cit., p.618.)
24
Señor, como todos los editores Vd. justamente afirma no ser responsable de las
opiniones de vuestros corresponsales y reclama que se le conceda crédito por establecer un
‘foro’ abierto. Por otra parte escribe cosas como ‘explosiva renovación’ y ‘manifiesto
dinamismo del Espíritu Santo’, simpatizando en consecuencia con los innovadores del norte
que desean cambiar el aspecto exterior de la Iglesia. Pienso que causa un daño a su causa
cuando semana tras semana publica (para mí) fatuas y descabelladas propuestas de gente
irresponsable.
El P. John Sheerin no es ni fatuo ni descabellado pero lo encuentro un poco pagado
de sí mismo. Si lo interpreto correctamente está pidiendo magnanimidad hacia los vencidos.
Los viejos (y jóvenes) carcamanes no deben ser reprobados. Han sido ‘instruidos’
imperfectamente. Los ‘progresistas’ deberían pedir con suma cortesía a los conservadores
que reexaminen su posición.
No puedo alardear de suma cortesía pero, ¿puedo sencillamente sugerir que los
progresistas reexaminen la propia? ¿Fueron ellos perfectamente instruidos? ¿Encontraron
más bien tediosa la disciplina de sus seminarios? ¿Pensaron que estaban perdiendo el
tiempo con un latín que les resultaba antipático? ¿Quieren casarse y engendrar otros
pequeños progresistas? ¿Piensan ellos, como el Papa actual, que la literatura italiana es una
ocupación más deseable que la apologética?
La distinción entre Catolicismo y Romanità ya ha sido remarcada en el periódico
norteamericano Commonweal. Por supuesto que es posible tener fe sin Romanità y
Romanità sin la fe, pero la historia nos enseña que las dos se han mantenido siempre muy
cercanas. ‘Pedro ha hablado’ sigue siendo la garantía de la ortodoxia.
Seguramente (?) [sic] es un truco periodístico hablar de la ‘era Joánica’. El Papa
Juan era un hombre piadoso y atractivo. Muchas de las innovaciones, que muchos de
nosotros encontramos detestables, fueron introducidas por Pío XII19. La vida del Papa Juan
en Bérgamo, Roma, en el Levante, en París y en Venecia tuvo poco contacto con los
Protestantes hasta que en su extrema vejez se reunió con educados clérigos de varias sectas,
a los cuales saludó, como lo hizo con los ateos rusos, con ‘suma cortesía’.
18
7 de agosto de 1964
19
Waugh se refiere en particular a la reforma de la Semana Santa llevada a cabo bajo Pío XII. Cfr. nota 10.
25
No creo que tenga idea alguna del verdadero carácter del Protestantismo moderno.
Cito de un artículo de la revista Time del 10 de julio:
Evelyn Waugh
Carta al Arzobispo Heenan 20
20
AAW, HE 1/142.
27
Mi querido Arzobispo,
Por favor disculpe mi atrevimiento al enviarle este recorte de diario. No lo
hago por creer en su interés intrínseco. Vd. debe estar tediosamente familiarizado con todo
lo que allí dice. Se lo envío porque me han sorprendido las consecuencias. Lo escribí la
semana pasada para el Catholic Herald, una publicación principalmente escrita y leída por
los fervientes ‘progresistas’. He recibido una abundante correspondencia, que a grandes
rasgos dice ‘¿Por qué no hace algo para liderar un partido? ¿Por qué no organiza una
petición al Arzobispo?’
No creo que una petición le haga impresión. Es bien sabido que se pueden juntar
firmas para cualquier causa si uno se toma el trabajo. Pero me pregunto si la jerarquía está
al tanto del malestar causado por su amenaza de Adviento –no tanto por las modestas y
razonables innovaciones propuestas sino por la rendija que parece ofrecer para cambios
más radicales y desagradables.
Pienso que le debo a las numerosas personas que me escribieron el presentarle el
caso. Unos pocos eran sacerdotes, la mayor parte laicos y laicas de edad madura y
ancianos; aproximadamente la mitad conversos que preguntan: “¿por qué dejamos la iglesia
de nuestra niñez para encontrar que la iglesia de nuestra adopción asume las mismas formas
que nos disgustaban?”.
¿Es mucho pedir que se ordene que todas las parroquias tengan dos Misas, una
‘Pop’ para los jóvenes y otra ‘Trad’ para los viejos? Pienso que una minoría vociferante se
ha impuesto a la jerarquía y les he hecho creer que existía una demanda popular cuando de
hecho no hubo ni siquiera una preferencia.
Mi negocio son las palabras y cada día me vuelvo más escéptico acerca de la
compresión verbal –especialmente en la extraña área de las oraciones vocales.
Le suplico disculpe mi impertinencia en aconsejarle, siendo que Vd. tiene muchas
mejores fuentes de información que yo.
Sinceramente suyo,
Evelyn Waugh.
28
Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh 21
Hare Street House,
Buntingford, Herts.
20 de agosto de 1964
Mi querido Waugh,
He leído y disfrutado su carta al Catholic Herald. Mi primera reacción fue
de gratitud por haber Vd. escrito. Podrán tildarlo de reaccionario pero nadie puede llamarlo
tonto. Pienso que los líderes del nuevo pensamiento (si esa no es una palabra demasiado
fuerte) no son tanto los jóvenes pop como los ‘intelectuales’ católicos. Así es como ellos se
llaman a sí mismos y creen que son. Cualquiera con el secundario aprobado es ahora un
intelectual.
Hay gente que protesta por la brecha entre la jerarquía y el laicado educado: en gran
medida la crean. Nos miran como campesinos mitrados y buscan guía en el clero
continental (que en gran parte ha sido abandonado por los trabajadores) o en sus anteriores
maestros (que naturalmente carecen de experiencia pastoral).
La jerarquía está en una posición difícil. No hemos perdido todavía el respeto de los
Católicos ordinarios pero el constante hostigamiento de los intelectuales y sus infatigables
(¿pesadas?)22 cartas a la prensa y artículos en las publicaciones católicas pueden
eventualmente perturbar al fiel ordinario. La mayor parte de nosotros de buen grado
demoraría los cambios pero el humor del Concilio nos compele a actuar. De otro modo el
ataque de nuestra propia gente se volvería más encarnizado: inimici hominis domestici
eius23.
Pero no hay que desesperar. Los cambios no son tan grandes como los hacen
aparecer. Aunque se ha establecido una fecha para introducir la nueva liturgia me
sorprenderá que todos los obispos quieran que todas las Misas de cada día sean en el nuevo
21
BL.
22
Juego de palabras con tireless y tiresome. N del Tr.
23
Mt 10, 36: Los enemigos del hombre serán los de su parentela. N. del Tr.
29
rito. Trataremos de tener en cuenta las necesidades de todos – Pops, Trads, Rockeros, À la
page, Los que están ‘in’, y Los que están ‘out’.
Espero que pueda venir a cenar conmigo si viene a Londres.
Dios bendiga a Vd. y a su familia.
+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster
Evelyn Waugh
Carta al Arzobispo Heenan24
Combe Florey House
25 de agosto de 1964
Querido Arzobispo,
Muchas gracias por su amable carta. No tengo deseos de agregar a sus cargas
una correspondencia conmigo, pero literalmente todos los días recibo cartas de laicos
afligidos que piensan que yo debo hablar por ellos.
La angustia no es causada por los modestos cambios en la Misa que amenazan para
Adviento sino por el tono de los ‘progresistas’ quienes parecen considerarlos como un mero
inicio de cambios radicales.
Detecto un nuevo tipo de anticlericalismo. Los viejos anticlericales al imputar
avaricia, ambición, inmoralidad, etc. al sacerdocio al menos reconocían su carácter peculiar
y esencial, lo que hacía más notables sus caídas. Los nuevos anticlericales parecen
minimizar el carácter sacramental del sacerdocio y sugerir que los laicos son sus pares.
Es muy amable de su parte sugerir un encuentro. Será un gran placer para mí. Estoy
comprometido para el 3 de septiembre. Aparte de dicha fecha puedo ir a Londres en
24
AAW, HE 1/142.
30
cualquier momento. Debe Vd tener una agenda repleta. ¿Tiene alguna tarde libre antes de
fines de septiembre de modo que pueda Vd. cenar conmigo sólo y de incógnito en mi club
de Londres?
Sinceramente suyo,
Evelyn Waugh.
Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh25
Mi querido Waugh,
Por supuesto que tiene razón. Eso explica por qué están molestando tanto
con todo eso del Pueblo de Dios y el Sacerdocio de los laicos. La Misa no es más el Santo
Sacrificio sino la Comida en la que el sacerdote es el mesero. El Obispo supongo es el
maître y el Papa el dueño del negocio.
Hablaremos más acerca de esto. Regreso a Londres el próximo viernes y parto para
Roma el 13 de septiembre. No tengo la agenda cerca pero ¿podría Vd. pedirle a alguien que
llama a mi secretario (Mons. Kent o el P.Burke) Victoria 4717 y haga los arreglos para
venir a cenar el 8, 9 ó 10 de septiembre? Venga temprano, a eso de las 7 de la tarde. No
invitaré a nadie más.
Devotamente
+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster
Evelyn Waugh
Carta a Katharine Asquith26
Combe Florey House
25
BL.
26
Amory, op. cit., p. 624.
31
14 de septiembre de 1964
Cariños a Helen,
Evelyn.
Evelyn Waugh
Carta a Lady Diana Cooper27
Combe Florey House
Día de todos los Santos, 1964
Querida Pug,
... El Concilio Vaticano pesa gravemente en mi espíritu. No tengo dudas de
que la verdad prevalecerá pero se están hablando muchas pavadas . . .
Con amor,
Bo.
Evelyn Waugh
Carta al Arzobispo Heenan28
Combe Florey House
27
BL Add. Ms. 69798 f. 70.
28
AAW, HE 1/142.
32
3 de enero de 1965
Querido Arzobispo,
Le pido me disculpe por molestarlo. He leído en muchas publicaciones que
el clero recibe con beneplácito sugerencias del laicado. Lo dudo mucho, pero su amabilidad
en nuestro último encuentro me anima a escribirle. Cuando me fui lo hice convencido de
que las novedades que estaban a punto de ser introducidas serían grandemente mitigadas.
No sé cómo están las cosas en Westminster. En las provincias están tohu bohu29 (si me
disculpa una cita de una lengua por otra parte desconocida por mí)
Aparte de la aflicción de encontrar nuestros hábitos espirituales desordenados (y sé
que este es un punto menor comparado con los más graves peligros a la fe y a la moral
planteados en el Concilio) mis amigos y yo estamos totalmente desorientados en cuanto a la
comprensión de la nueva forma de la Misa.
Debe desecharse cualquier idea de que atraerá a los Protestantes. Los Anglicanos
tienen un tipo de oficio elegante y comprensible. Sólo carecen de las órdenes válidas para
hacerlo preferible. Si lo que se deseaba era una Misa completamente Inglesa, el primer libro
de Eduardo VI con unas pocas enmiendas hubiese sido satisfactorio. En vez tenemos un
revoltijo de griego, latín e inglés tosco.
En la antigua Misa un vistazo al altar era suficiente para informarme del preciso
punto de la liturgia en que me encontraba. La voz del sacerdote era frecuentemente
inaudible e ininteligible. No escribo con la galanura de un erudito clásico. Sé menos latín
ahora del que sabía hace 45 años. Pero no requería ningún estado elevado de oración unirse
a la acción del sacerdote.
El tener que estar repetidamente parándose y diciendo “Y contigo” dificulta la
relativamente íntima asociación y ‘participación’.
Algunas partes de la Misa eran familiares a los menos educados, vgr. el Pater
Noster, el Credo, Domine non sum dignus, etc. Sólo éstos solamente fueron traducidos al
inglés.
¿Por qué se nos insiste hasta el hartazgo que debemos abonarnos a las escuelas
Católicas si éstas son incapaces de impartir estos rudimentos?
29
Cfr. Gen 1, 2; vacío y desolación, caos, completa confusión.
33
Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh32
Carissime,
30
El cura párroco de Taunton.
31
El 2 de marzo, Waugh escribió a Nancy Mitford: “Las innovaciones en la Iglesia me angustian
profundamente”. (Mozley, op. cit., p. 497)
32
BL.
34
¡Ay de mí! Luego de una ausencia de tres meses he sido ciertamente incapaz
de ponerme al día con la correspondencia que me estaba esperando; y mucho menos
ocuparme de los que los americanos llaman correo entrante. Discúlpeme.
Habrá visto que le he pedido a cada párroco que convoque a una reunión
para recoger impresiones y reacciones de los fieles. En este momento la Misa es un
desordenado enredo.
He convocado una reunión de obispos para el mes que viene. Hay tantas
cosas que, coincido con Vd., son indeseables. Pero la enorme mayoría (así me dicen
mis sacerdotes) disfruta el inglés en la Misa; aún muchos que se oponían antes.
Con una afectuosa bendición y esperando verlo pronto nuevamente .
Devotamente,
+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster
Evelyn Waugh
Carta a Lady Diana Cooper33
Combe Florey House
7 de febrero de 1965.
Querida,
. . . Es lindo ir a Roma. Están destruyendo todo lo que era superficialmente
atractivo en mi Iglesia. Es un gran dolor para mí y, por una vez, inmerecido. Si ves al
Cardenal Bea escúpele en el ojo.
Cariños,
Bo.
33
BL Add. Ms. 69798 f. 73.
35
Cardenal Heenan
Carta Pastoral con motivo del Concilio Vaticano.
Cuaresma, 1965.
Posteriormente lamentó la larga ausencia de los obispos de sus sedes. También lamentó lo
que se dijo o escribió para alarmar y desalentar a los fieles católicos. Pero nunca tuvo dudas
de que el Concilio es la obra de Dios. Él estaba convencido que había llegado el tiempo en
que la Iglesia debía cuidadosamente mirarse a sí misma para descubrir si era necesaria
alguna reforma y para buscar nuevas formas de acercar el mensaje de Cristo al mundo.
Ningún Papa hizo más que él para sanar las heridas de una Cristiandad dividida. El
Concilio fue su instrumento elegido para renovar a la Iglesia y promover la Unidad
Cristiana.
No debemos pretender que nada debía ser cambiado. La verdad en sí misma no
cambia pero el conocimiento de la verdad está siempre cambiando, de otro modo nunca
habría desarrollo de la doctrina Cristiana. Las costumbres también cambian. Vean, por
ejemplo, las alteraciones en la extensión del ayuno eucarístico. En una época el ayuno era
desde la medianoche. Luego se lo redujo a tres horas. Ahora la Iglesia nos pide sólo una
hora y en consecuencia cientos de miles reciben la Sagrada Comunión más frecuentemente.
Los cambios en la Misa han tenido un gran impacto en los fieles. Algunos se quejan
de que el uso del inglés en la Misa ha significado echar por la borda los beneficios de una
lengua universal en una Iglesia universal. Es cierto que algo se ha perdido al tener la
liturgia en inglés. Pero el Papa y los obispos de toda la Iglesia estaban convencidos de que
sería una inmensa ganancia para la mayor parte de los fieles que se utilizase su lengua
madre. Cualesquiera que sean nuestra preferencias personales, el hecho es que millones que
hasta entonces eran simples asistentes ahora están tomando parte activa en la Misa.
El Concilio ha traído cambios y para muchos católicos estos cambios son dolorosos.
Pero el cambio es casi siempre doloroso. Por ejemplo, la erradicación de las villas, que
obliga a gente mayor a cambiar suciedad por decente limpieza es frecuentemente resistida
al principio. Lo mismo pasa con el Concilio. Hay muchas cosas que causan malestar. Las
controversias están en el aire y cada hombre tiende a ser su propio teólogo. Frecuentemente
se emiten opiniones desconcertantes. Pero esto prueba lo que los católicos siempre han
sostenido: que existe libertad en la Iglesia. Durante un Concilio es necesario que haya
quienes, intentando estar a la moda del pensamiento, causen escándalo. Pero estas modas
pronto pasarán. El año próximo no serán los discursos ni los artículos los que cuenten sino
37
Evelyn Waugh
Carta a Mons. McReavy35
Combe Florey House
7 de febrero de 196536.
Reverendo Monseñor,
Le ruego disculpe que lo moleste. Lo hago porque se me ha dicho que se
caracteriza por dar experimentados consejos a laicos atribulados.
34
9 de febrero de 1964.
35
Amory, op. cit., pp. 630-631. Mons. McReavy contestaba consultas en el Clergy Review.
36
Jueves Santo.
38
Su obediente siervo,
Evelyn Waugh.
Evelyn Waugh
Entrada del diario: Pascua, 1965.38
37
Amory indica que la respuesta decía que Waugh estaba técnicamente en lo cierto en lo que respecta al
primer punto pero que la obligación se refería a la Misa completa.
38
Davie, op. cit., p. 793.
39
Ruego a Dios nunca apostatar pero ahora sólo puedo ir a la iglesia como un acto de
deber y obediencia – del mismo modo como un centinela en el Palacio de Buckingham es
apostado sin posibilidades de ser empleado en defender la vida de su soberano.
El Cardenal Heenan se ha mostrado doble en este asunto. Tuve una comida con él a
solas en la que expresó completa solidaridad con los conservadores y, según le entendí,
prometió resistencia a las innovaciones que ahora está llevando a cabo. ¿Cómo supone él
que la causa de la participación es promovida por medio de la prohibición de arrodillarse en
el Incarnatus durante el Credo?
La prensa católica no ha realizado oposición. No viviré para ver las cosas
enderezadas39.
Cardenal Heenan
Carta a Evelyn Waugh40
Mi querido Evelyn,
Rara vez cumplo con los propósitos para el año nuevo pero debo cumplir
con éste –escribirle. Quiero agradecerle todo lo que ha hecho por la Vieja Fe y desear que
haga aún más en el año que comienza.
Los recientes años han sido muy exigentes pero, reflexionando acerca del Concilio,
estoy seguro que ha sido Algo Bueno. La última sesión trajo cordura y espero que antes de
hayan transcurrido dos años comenzaremos a cosechar resultados.
Hágame saber cuando esté por venir a Londres. Quisiera compartir con Vd. una
cena anti-progresista.
39
El 5 de septiembre Waugh escribió a Nancy Mitford: “El emputecimiento de la Iglesia es muy penoso para
mí y para todos los que conozco. Escribimos a los diarios. No sirve de nada.” (Mosley, op. cit., p. 500)
40
BL.
40
Evelyn Waugh
Carta al Cardenal Heenan41
Combe Florey House
14 de enero de 1966.
Mi Señor Cardenal,
Muchas gracias por su amable carta, la cual me alienta a aferrarme a la Fe a
pesar de todo lo que se está haciendo para degradarla.
Es una alegría que esté de vuelta entre nosotros y que el Concilio haya
acabado. No puedo esperar que ninguno de los dos viva como para ver enmendados la
multitud de sus males. La Iglesia ha soportado y sobrevivido a muchos períodos oscuros.
Nuestra desgracia es vivir durante uno de ellos.
Por favor rece por mi perseverancia y por la de tantos católicos ingleses
angustiados y perplejos por los cambios que se les han impuesto.
Soy suficientemente afortunado de vivir mitad de camino entre dos
admirables parroquias. Mi cuñado se ha hecho Cristiano Ortodoxo.
Las seguridades que me dio cuando gentilmente me invitó a verlo en
Londres se han visto defraudadas, mas no tan desastrosamente como la prensa hace parecer.
Evelyn Waugh
41
AAW, HE 1/142.
41
Con amor,
Evelyn
Evelyn Waugh
Carta a Lady Mosley43
Combe Florey House
30 de marzo, 1966
. . . La Pascua significaba tanto para mí. Antes del Papa Juan y su Concilio –
ellos destrozaron la belleza de la liturgia. Todavía no me he rociado de nafta y prendido
fuego, pero ahora me aferro a la Fe tenazmente sin gozo. La asistencia a la Iglesia es un
puro alarde de deber. No viviré para verla restaurada. Es peor en muchos otros países. . .
Con amor,
Evelyn.
42
Amory, op. cit., p. 638.
43
Amory, op. cit., p. 639.
42
Evelyn Waugh
murió en su hogar el
domingo de Pascua de
1966 habiendo
retornado de la Misa
matutina celebrada en
latín por el P. Philip
Caraman, S. J.
R.I.P.
Margaret Waugh
Carta a Lady Diana Cooper44
Combe Florey House
Jueves de Pascua45.
No se sienta demasiado acongojada por Papá. Pienso que fue una especie de
maravilloso milagro. Vd. sabe cuánto deseaba él morir; y morir como él el domingo de
Pascua, cuando toda la liturgia es acerca de la muerte y la resurrección, luego de una Misa
44
BL Add. Ms. 69798 f. 117.
45
14 de abril de 1966.
43
en latín y la Santa Comunión, es exactamente lo que deseaba. Estoy segura que pidió la
muerte en la Misa. Estoy muy, muy feliz por él.
Hablaba mucho de Vd. en sus últimos días. Estaba muy preocupado y molesto por
el robo que Vd. sufrió. Asimismo hablamos mucho acerca de nuestra estancia con Vd. en
Chantilly hace exactamente diez años.
Laura Waugh
Carta a Lady Diana Cooper46
Combe Florey House
Jueves de Pascua47.
Querida Diana,
Muchas gracias por tu carta. Significabas tanto para Evelyn y lo entendías tan bien –
pienso que estuvo pidiendo la muerte desde hacía mucho tiempo y que no pudo haber
ocurrido de un modo más bello y feliz para él –sin ningún sufrimiento físico o enfermedad
–de tal modo que sólo puedo agradecer a Dios por esta gracia para Evelyn. Pero la vida
nunca volverá a ser lo mismo para nosotros sin él.
Habrá una Misa en su memoria el jueves48 en la Catedral de Westminster pero no iré
pues bien sé [sic] que siempre hemos detestado las pompas de la muerte. Pero por favor
reza una oración por él y por mí.
46
BL Add. Ms. 69798 f. 118.
47
El manuscrito no tiene fecha.
48
21 de abril de 1966.
44
Laura.
Cardenal Heenan
Intervención en el Sínodo de los Obispos, Roma.
Octubre, 1967.
2. Hoy día hay más necesidad que nunca de enfatizar la Presencia Real de
Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento. No debería realizarse ningún
cambio en la Misa que pareciese echar algún manto de duda sobre esta
doctrina.
3. Muchos obispos en este Sínodo han hablado acerca de la necesidad de
acudir al rescate de los fieles perturbados por los demasiado frecuentes
cambios en la Misa. En consecuencia debo preguntar que actitud tomará el
Consilium con relación a estas advertencias de los pastores de la Iglesia.
Confieso seriamente que temo que los liturgistas digan “estos obispos no
saben nada de liturgia”. Sería trágico que luego que los obispos se
hubiesen ido no se tuviese en cuenta sus opiniones.
tal modo es más probable que sean oídos los pareceres de los episcopados
de todo el mundo.
Cardenal Heenan
Carta Pastoral
Adviento, 1967.
John Carmel, Cardenal Presbítero de la Santa Iglesia Romana del título de San
Silvestre in Capite, por la Gracia de Dios y el favor de la Sede Apostólica, Arzobispo de
Westminster y Metropolitano, al Clero y al Pueblo de la Diócesis, salud y bendición en el
Señor.
En el Concilio Vaticano hubo casi tres mil participantes y fue difícil tener
verdaderos debates. En el reciente Sínodo de Obispos nuestro número fue lo
suficientemente reducido como para reunirnos a todos en una sala del Vaticano. Estuvimos
en condiciones de discutir las cuestiones íntima y exhaustivamente. Los resultados de
nuestras reuniones fueron enviados al Sumo Pontífice quien los estudiará apenas se haya
recuperado de su operación. El Sínodo, como sabéis, fue convocado para aconsejar al Papa
y sin dudas él anunciará sus decisiones en el transcurso del próximo año.
Una de las cuestiones en discusión fue la liturgia. Obispos de todo el mundo
coincidieron en que grandes beneficios han venido del uso de la lengua madre en la Misa.
Los fieles han comenzado a tener un papel mucho más activo en el Santo Sacrificio. Los
niños, especialmente, muestran gran entusiasmo ahora que pueden seguir la Misa en su
propia lengua. Muchos obispos, sin embargo, hablaron de la pérdida para toda la Iglesia
que significaría la desaparición de la Misa Latina. Sería trágico que la Iglesia Católica
careciese de una lengua universal para el culto. Podría llegar a considerársela como una
iglesia nacional en cada país. Tuve el gusto de poder expresarle ante el Sínodo que en
Westminster tenemos una Misa latina en cada iglesia cada domingo.
47
Pero mientras que es importante no dejar que muera la Misa latina, no es menos
importante hacer la Misa en inglés lo más perfecta posible. Actualmente es más bien una
mezcolanza con su mixtura de inglés y latín. La Santa Sede nos ha dado ahora libertad para
decir todas las palabras de la Misa en inglés.
El Papa quiere que los países del mismo grupo lingüístico usen la misma traducción.
Cuando el Concilio estaba todavía en sesión establecimos una comisión de sacerdotes y
laicos, expertos en liturgia o en lengua inglesa. Su tarea era producir una traducción
aceptable para todos los países de habla inglesa. No es sencillo hacer coincidir en un texto
común a gente acostumbrada a los modismos de Londres, Washington o Sydney. Esa es
una de las razones por las cuales hemos tenido que esperar tanto tiempo para tener una
traducción común del Canon, la parte más importante de la Misa. No se escatimó esfuerzo
para estudiar la mejor manera posible de expresar el sentido del texto latino en inglés.
El resultado es una traducción precisa, clara y digna. Escuchen atentamente la nueva
traducción. Lleva tiempo acostumbrarse a algo nuevo. En consecuencia no abran juicio
demasiado pronto acerca de la nueva versión. Debemos darle una razonable oportunidad. Si
no os gusta se le dirá al comité internacional para el inglés en la liturgia que lo intente
nuevamente. Esta versión, en todo caso, es experimental. La reforma final de la liturgia está
todavía por venir.
Sin embargo, espero que éste será el último cambio por mucho tiempo. Obispo tras
obispo se ha levantado durante el Sínodo quejándose de que su gente está absolutamente
cansada de los constantes cambios. No se les ocurra imaginar que sus obispos aprueban el
cambio por el hecho del cambio. Estamos más que ansiosos por terminar con la confusión
que las alteraciones en la Misa han traído. Por sobre todas las cosas queremos que se os
deje en paz para adorar a Dios del modo que vosotros sabéis y amáis. Pero la reforma fue
necesaria. Cuando tengamos la Misa en un estilo simple y con un bello lenguaje todas las
molestias causadas por los experimentos habrán demostrado valer la pena.
La Misa que estamos esperando en estos días es la que fue llamada Misa de Cristo.
Ese era el antiguo nombre de la Navidad50. Estaréis presentes en mis tres Misas y en todas
mis oraciones en el día de Navidad. Por favor, tenedme presente en las vuestras y pedid a
Dios que me dé la gracia de servirlo a Él y a vosotros en el próximo año. Os agradezco
50
Juego de palabras en inglés entre Christ’s Mass y Christmas. N. del Tr.
48
nuevamente las oraciones que elevasteis durante mi enfermedad. Es realmente gozoso estar
de vuelta con mis sacerdotes y mi pueblo. Que Dios bendiga a cada familia de la diócesis
en esta Navidad y en el año entrante.
Cardenal Heenan
Carta Pastoral sobre la
Nueva Liturgia y el Sínodo de los Obispos
Septiembre, 1969.
John Carmel, Cardenal Presbítero de la Santa Iglesia Romana del título de San
Silvestre in Capite, por la Gracia de Dios y el favor de la Sede Apostólica, Arzobispo de
Westminster y Metropolitano, al Clero y al Pueblo de la Diócesis, salud y bendición en el
Señor.
51
3 de diciembre de 1967.
49
tienen más significado para ellos en su propio lenguaje. Sería por supuesto triste si se
obstruyese la determinación del Concilio de mantener el latín como la lengua del Rito
Romano. Esa es la razón por la que en la diócesis de Westminster las parroquias tienen por
lo menos una Misa en latín cada domingo –por supuesto que esto solo no va a preservar la
liturgia latina. Pero no es momento para que la Iglesia pierda su lengua universal. Los
viajes no son más el monopolio de los ricos. Muchos de vosotros habéis viajado al exterior
–aunque sea a Lourdes. Espero que los católicos en todas partes puedan ser capaces de
cantar el Credo todos juntos en latín.
No obstante es un hecho que el uso de la lengua vernácula ha acercado la Misa al
pueblo. Los niños pueden seguir la Misa aún antes de aprender a leer un misal. Las monjas
que preparan las hostias me dicen que las parroquias están continuamente incrementando
los pedidos. Muchos miles están recibiendo la Santa Comunión regularmente. Éste es uno
de los espléndidos resultados de las reformas litúrgicas.
Todo esto es cierto pero no responde a la pregunta “¿Por qué la Misa sigue
cambiando?” Ésta es la respuesta. Hubiese sido temerario introducir los cambios todos
juntos. Algunos entusiastas dijeron que los obispos estaban “arrastrando los pies”. Pero era
evidentemente más sabio cambiar gradual y suavemente. Si todos los cambios se hubiesen
producido al unísono os hubieseis conmocionado. Ahora estamos llegando a la etapa final
de la reforma y no experimentareis dificultades. Entre la fecha de hoy y la Cuaresma
vuestro sacerdote os dará diversas instrucciones acerca de la liturgia. Su aspecto se
mantendrá casi igual pero la Misa será más simple y un poco más corta. Habrá más
variedad en las lecturas de la Escritura y la feligresía estará más unida al sacerdote. En
consecuencia en el futuro el sacerdote y el pueblo rezarán juntos “Yo confieso”. Ése es un
ejemplo de los cambios visibles que encontraréis en esta reforma final de la Misa.
Cuando hablo de reforma “final” me refiero principalmente al Ordinario de la Misa
en el cual probablemente no habrá revisión ulterior hasta que, con el transcurso de los
siglos, el lenguaje y las costumbres sociales la requieran. No estoy sugiriendo que ahora la
liturgia se vuelva completamente rígida. Habrá, espero, nuevas formas de la Misa diseñadas
para los niños, los enfermos, los sordos y los mudos, los ciegos y tal vez otros grupos
especiales. Mientras tanto están siendo compuestas y traducidas hermosas nuevas plegarias
para usar en el Bautismo, el Matrimonio y otros sacramentos. El progreso litúrgico
50
Apéndice
52
El Cardenal Heenan luego dedica dos parágrafos al próximo Sínodo de Obispos, cuya temática no pertenece
a la materia de este libro.
53
12 de octubre de 1969.
54
Varias ponencias de esta conferencia han sido publicadas en Beyond the Prosaic: Renewing the Liturgical
Movement (Stratford Caldecott ed., T.& T. Clark, 1998).
51
29 de junio de 1996,
San Pedro y San Pablo.