A Bitter Trial

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 53

1

UNA AMARGA PRUEBA

Evelyn Waugh y
John Carmel Cardenal Heenan
acerca de los cambios Litúrgicos

Editado por
Scott M.P. Reid

Dedicado
a la memoria de

Francis Aloysius Doolan


1924 – 1986

Sacerdote, mentor y amigo.

“Tal vez él tenía dudas acerca de las órdenes,


pero [él] nunca tuvo ninguna duda acerca de obedecerlas”.

Arzobispo T. F. Little

Índice

Introducción a la primera edición. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3


Introducción a la segunda edición. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Waugh: “Más de lo mismo, por favor”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Heenan a Waugh: 25 de noviembre de 1962. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Waugh a Lady Acton: 15 de marzo de 1963. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Waugh a The Tablet: 16 de marzo de 1963. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
2

Heenan: Carta Pastoral – Cuaresma, 1964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21


Waugh: Entrada del diario – Pascua, 1964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Waugh a The Catholic Herald: 7 de agosto de 1964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Waugh a Heenan: 16 de agosto de 1964. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Heenan a Waugh: 20 de agosto de 1964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Waugh a Heenan: 25 de agosto de 1964. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Heenan a Waugh: 28 de agosto de 1964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Waugh a K. Asquith: 14 de septiembre de 1964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Waugh a Lady Cooper: Día de todos los Santos, 1964. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Waugh a Heenan: 3 de enero de 1965. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Heenan a Waugh: 17 de enero de 1965. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Waugh a Lady Cooper: 7 de febrero de 1965. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Heenan: Carta Pastoral – Cuaresma, 1965. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Waugh a Mons. McReavy: 3 de abril de 1965. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Waugh: Entrada del diario – Pascua, 1965. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Heenan a Waugh: 12 de enero de 1966. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Waugh a Heenan: 14 de enero de 1966. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Waugh a Lady Mosley: 9 de marzo de 1966. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Waugh a Lady Mosley: 30 de marzo de 1966. . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
Margaret Waugh a Lady Cooper: 14 de abril de 1966. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Laura Waugh a Lady Cooper . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Heenan: Sínodo de los Obispos, 1967. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Heenan: Carta Pastoral – Adviento, 1967. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . 48
Heenan: Carta Pastoral – 15 de septiembre, 1969. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . 50

Apéndice:
Declaración Oxoniense acerca de la Liturgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
3

Introducción a la primera edición

El descubrimiento de manuscritos previamente desconocidos o no publicados es una


inusual recompensa para aquellos dedicados a la investigación archivística
El descubrimiento de cuatro cartas manuscritas de Evelyn Waugh al Cardenal
Heenan entre los papeles de éste es un pequeño descubrimiento. Sin embargo los estudiosos
de los escritos de Evelyn Waugh las hallarán de interés. Y los historiadores litúrgicos
dedicados a estudiar los cambios realizados en la liturgia luego del Concilio Vaticano II
encontrarán en este volumen una valiosa selección de material de primera mano.
Actualmente hay un renovado interés en este período de la historia litúrgica.
En unio de este año estudiosos de varios continentes participantes del Forum
Litúrgico del Centro para la Fe y la Cultura que tuvo lugar en Westminster College,
Oxford, incluido el que escribe, emitieron la Declaración Oxoniense para la Liturgia. Ésta
afirmaba:

que el movimiento litúrgico preconciliar así como también las manifiestas intenciones
de Sacrosanctum Concilium han sido en buena medida frustradas por poderosas
fuerzas contrarias, que podrían ser descritas como burocráticas, filisteas y secularistas.
El efecto ha sido privar al pueblo católico de mucho de su herencia litúrgica.

Algo de estos sentimientos fueron expresados por Waugh en los últimos años de su
vida. Por supuesto que él no vivió como para ver el Novus Ordo de la Misa, normativo en
el Rito Romano desde el primer domingo de Adviento de 1969. Lo que experimentó antes
de su muerte en 1966 fue lo que de hecho algunos estudiosos consideran como la última
forma del Rito Romano Tradicional1, comúnmente conocido como “Rito Interim”.
Pero aún este rito no dejaba de presentar sus dificultades para Waugh. Se puede
sospechar que eso no se debía al hecho de que objetara en sí mismas las precisas reformas
pedidas por el Concilio, pese a que no era ciertamente un hombre enamorado de cualquier
cambio, sino por el espíritu y la manera en que se llevaron a la práctica.

1
Cfr Klaus Gamber, The Reform of the Roman Liturgy: Its Problems and Background (Una Voce Press &
Foundtion For Catholic Reform, 1993), pp. 31-34.
4

Sus frecuentes quejas con respecto a la “bullanguería” en la Iglesia muestran que


había experimentado esa profunda y muy común malinterpretación del llamado del
Vaticano II a una participatio actuosa2, un énfasis en la acción externa sin la suficiente
atención a la inobservable y real participación de la mente y el corazón, las cuales deben
ciertamente tener la prioridad.
Asimismo, él era bien consciente de que la lengua latina, o cualquier otra lengua
sagrada no constituye una barrera para la participación real en la liturgia. En consecuencia,
reaccionó acertadamente contra la ola de “vernacularización” que invadió la liturgia, de una
envergadura de ningún modo pedida por el Concilio. Su mirada crítica en ésta y otras áreas
no se articula fácilmente con su creencia en la autoridad eclesiástica.
En el tiempo del Concilio, el clero y el laicado estaban orgullosos de su lealtad y
obediencia a la autoridad eclesiástica. Ser fiel a la Iglesia significaba hacer lo que a uno se
le decía. Los obispos, sacerdotes y el pueblo cumplían con lo que se les ordenaba y, aunque
a veces “tuviesen dudas acerca de las órdenes”, “nunca tuvieron dudas acerca de
obedecerlas”3. Ciertamente esto era cierto tanto con respecto a Evelyn Waugh como al
Cardenal Heenan.
Posiblemente esta era la razón de la confianza con que Waugh presentara sus puntos
de vista con tanta franqueza a Heenan.
La correspondencia resultante también revela la delgada cuerda por la que este
pastor debió caminar en su intención de mantenerse fiel tanto a las órdenes que Roma le
instaba a ejecutar, como a los sentimientos y necesidades de los fieles. Los papeles de
Heenan muestran su lucha durante años por equilibrar diferentes concepciones de la
liturgia. Hay numerosas respuestas a personas preocupadas por los cambios. Uno de los
primeros ejemplos:

Nadie puede estar más unido a la Misa Latina que yo. Pero cuando la Santa
Sede da órdenes debemos obedecerlas. No debe pensar que el idioma vernáculo es un

2
Concilio Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia: Sacrosanctum Concilium, n.14. Traducido
aquí como “participación real “, lo cual consideramos se presta menos a confusión que la versión usual
“participación activa”. Cfr. Joseph Ratzinger, Das Fest des Glaubens.
3
Arzobispo T.F. Little: Homilía en la Misa Exequial del P.Francis Aloysius Doolan, Saint Mary´s Church,
East Malvern, Victoria, Australia, 16 de abril de 1986.
5

capricho de los obispos o que a la jerarquía inglesa se le ha dejado mucho margen en


esta cuestión4.

Uno posterior

Lo comprendo. Sé exactamente cómo se siente. Es una pena que la Misa haya


tenido que ser alterada pero parece que todos los liturgistas están de acuerdo en que las
ceremonias deben ser simplificadas y hechas más parecidas a la primitiva Misa 5.

A pesar de esto, posteriormente el Cardenal Heenan obtuvo de Pablo VI un especial


permiso para continuar celebrando la Misa Romana Tradicional a todos aquellos que lo
deseasen6.
La publicación de este volumen con la correspondencia entre Waugh y Heenan
acerca de los cambios litúrgicos, junto con una selección de escritos relacionados en los
cuales el pensamiento de ambos se encuentra más desarrollado, ilustra los auténticos
problemas que muchos clérigos y el laicado experimentaron en un período de significativa
conmoción para la Iglesia.
Como la discusión acerca del llamado a un “renacimiento del movimiento litúrgico
y el comienzo de un nuevo ciclo de reflexión y reforma”7 continúa, la “amarga prueba” que
probó la fe de Evelyn Waugh y de tantos de su generación, así como la casi imposible
situación en la que el Cardenal Heenan y mucho de su clero se encontraron, deben ser
tenidas en cuenta.
Scott M.P.Reid,
14 de octubre de 1996

4
Carta fechada el 17 de diciembre de 1964, Archivo del Arzobispado de Westminster [AAW], HE1/142.
5
Carta fechada el 29 de abril de 1967, ibid.
6
En 1971 el Cardenal Heenan le pidió personalmente a Paulo VI que autorizase la continuación de la
celebración del rito tradicional de la Misa. Las circunstancias que rodean al así llamado “Indulto Heenan” se
hallan descritas en: Annibale Bugnini, La Riforma Liturgica: 1948-1975, Centro Liturgico Vincenziano,
Roma, 1997, pp. 298-9.
7
The Oxford Declaration on Liturgy, n 3.
6

Introducción a la segunda edición

Levemente ampliada, más ilustrada y completamente corregida, esta edición incluye


relevantes extractos de cuatro cartas de Waugh a Lady Diana Cooper y una a The Tablet.
Como dos de los extractos se refieren a las reformas preconciliares de los ritos de la
Semana Santa, se incluyen como nota a pie de página a la discusión de Waugh acerca de
esta cuestión en su artículo de 1962 “The Same Again, Please”. La correspondencia
publicada entre Waugh y Nancy Mitford8 aporta sólo breves referencias pertinentes a este
volumen, por lo que en forma similar, las hemos incluido a modo de notas a pie de página.
En respuesta a los pedidos de los lectores y dado su interés histórico, se incluyen los
textos completos de las cartas pastorales del Cardenal Heenan. Se añaden dos pastorales
más del Cardenal para que los lectores puedan seguir su pensamiento acerca de la reforma
litúrgica hasta la promulgación del nuevo Ordo de la Misa en 1969. Hablan por sí mismas.
Se publica a modo de apéndice el texto de la Declaración Oxoniense para la
Liturgia. Sus intenciones están lejos de aquellas expresados por Waugh o Heenan. No
obstante, la incomodidad que ellos experimentaron con respecto a los cambios litúrgicos de
su tiempo enfatizan la Declaración Oxoniense. Sus ideales, por supuesto, son aquellos del
movimiento litúrgico clásico, y ciertamente, los de los Padres del Segundo Concilio
Vaticano (aunque no necesariamente los del Consilium posconciliar). Ojalá que la Iglesia
del tercer milenio Cristiano pueda regocijarse en su realización.
Hacemos votos para que este volumen, orientado hacia ese fin, pueda enfatizar la
necesidad de un prolongado estudio y valoración de lo que se ha hecho y de lo que
urgentemente debe hacerse en nombre de la reforma litúrgica. Ojalá pueda cumplir un
pequeño papel en el largamente postergado proceso de “enriquecimiento, corrección y
resacralización de la práctica litúrgica Católica”.

Scott M.P.Reid,
14 de octubre de 1999.

8
The Letters of Nancy Mitford & Evelyn Waugh (Charlotte Mosley ed. , Hodder & Stoughton, 1997)
7

Agradecimientos

Agradezco a las siguientes personas por su amable asistencia en la compilación y


producción de este volumen: Lee Bradshaw, P. Philip Caraman S.J., Paul Danon, P. Ian
Dickie, Murria Dovey, Carl Green, Joseph Hoban, Pavel Kejik, Ferdi McDermott, Ashley
Paver, la Picture Gallery de la National Portrait Gallery, P. Gregory Pritchard, Stuart
Rowland, Tracey Rowland, David Solly, Prof. Martin Standard, Roger Wemyss-Brooks,
Damien Woods.
Agradecemos asimismo a los siguientes poseedores del copyright el generoso
permiso que nos concedieron para utilizar su material: el Archivo del Arzobispado de
Westminster, el Departamento de Manuscritos de la British Library, The Catholic Herald,
Claudia Fitzherbert, The Peters Fraser & Dunlop Group Ltd., Auberon Waugh y Sra.,
Weidenfeld and Nicholson, The Universe.

El Editor.

Evelyn Waugh – “Más de lo mismo, por favor”9.

Es improbable que los políticos del mundo estén siguiendo las sesiones conclusivas
del Concilio Vaticano con la atenta mirada con que se siguieron las sesiones de apertura en
1869. Entonces el balance de poder en Europa era precariamente dependiente de la
situación de los Estados Papales en Italia; Francia y Austria directamente, Prusia
indirectamente y el reino Piamontés particularmente, estaban involucrados en su futuro.
Inclusive la protestante Inglaterra estaba atenta. Gladstone tenía sus propias y personales

9
The Spectator, 23 de noviembre, 1962, pp. 785-8. El 27 de octubre Waugh le había escrito a Nancy Mitford:
“El Concilio es de la mayor importancia. Como en 1869-70 los Franceses & Alemanes están llenos de malas
intenciones pero, como entonces, la verdad de Dios prevalecerá”. (Mosley, op. cit., p. 466.)
8

preocupaciones teológicas y se escribía en forma extraoficial con Lord Acton, pero Lord
Clarendon, el Ministro de Relaciones Exteriores y la mayor parte del Gabinete estudiaban
los despachos de su agente, Odo Russell (posteriormente editados bajo el título de La
Cuestión Romana) y le exigían los más mínimos detalles. Manning fue privadamente
dispensado de su voto de secreto de tal modo de poder mantener a Russell informado.
Victoria reinaba tanto sobre súbditos Católicos como Anglicanos, una parte de los cuales se
mostraban en Irlanda más y más problemáticos.
El Concilio, como es bien sabido, fue interrumpido en dramáticas circunstancias que
parecían presagiar un desastre. La historia subsiguiente confirmó sus decisiones. La
Comuna de París aniquiló el Galicanismo. El Kulturkampf de Bismarck quitó todo apoyo
significativo a los disidentes Teutones. Todo lo que Odo Russell había constantemente
predicho tuvo lugar, a pesar de los deseos de los Estadistas europeos.
No es de esperar que las sesiones, reanudadas luego del largo receso y dignificadas
por el título de Segundo Concilio Vaticano, tengan la misma directa influencia afuera de la
Iglesia. Los diarios se han concentrado en frases tomadas de las alocuciones del Papa,
sugiriendo que habría un proyecto de unión de la Cristiandad. La mayor parte de los
cristianos, basados en las profecías directas de Nuestro Señor, esperan que esto ocurra en
algún momento de la historia. Pocos creen que ese momento sea inminente. La aspiración
católica es que, cuánto más se manifieste el verdadero carácter de la Iglesia, más se verán
compelidos los disidentes a realizar sus sumisión. No hay posibilidad de que la Iglesia
modifique sus doctrinas definidas para atraer a aquellos que las rechazan. Las Iglesias
Ortodoxas del Oriente, con las cuales las diferencias doctrinales son pequeñas y técnicas,
son más hostiles a Roma que los Protestantes. Para ellos, el saqueo y la ocupación de
Constantinopla en la primera mitad del siglo trece –un hecho sin demasiado peso histórico
en la estimación occidental, es un recuerdo tan amargo y vivo como la persecución de
Hitler a los judíos. Los milagros son posibles, aunque sea presuntuoso esperarlos; sólo un
milagro puede reconciliar al Oriente con Roma.
Con las Iglesias Reformadas, entre las cuales la Iglesia de Inglaterra ocupa una
posición única, siendo que la mayor parte de sus miembros creen pertenecer a la Iglesia
Católica Occidental, las relaciones sociales son más calurosas pero las diferencias
intelectuales son agudas. Un siglo atrás los católicos eran todavía vistos como potenciales
9

traidores, ignorantes, supersticiosos y deshonestos pero había una base común de


aceptación de la autoridad de la Sagrada Escritura y la ley moral. Actualmente, he visto a
clérigos Anglicanos representativos rehusar su asentimiento a dogmas cristianos tan básicos
como el Nacimiento virginal y la Resurrección de Nuestro Señor; en el reciente proceso
judicial referente a El Amante de Lady Chatterley, dos eminentes teólogos Anglicanos, uno
de ellos un obispo, dieron testimonio a favor de la defensa en los términos más
imprudentes. Otro dignatario Anglicano ha dado su aprobación al régimen que está
intentando extirpar el Cristianismo de China. Otros han opinado que un hombre que se crea
amenazado por una muerte dolorosa puede recurrir al suicidio. Aberraciones como estas,
antes que diferencias en la interpretación de la teoría agustiniana de la gracia, son las
verdaderas piedras de tropiezo en la comprensión mutua.
Es posible que el Concilio anuncie una definición de la communicatio in sacris con
miembros de otras comunidades religiosas, hasta ahora prohibida a los Católicos. Algunas
diócesis tienen una praxis rigurosa, otras una más laxa. No hay una norma universal, por
ejemplo, en lo concerniente a la celebración de matrimonios mixtos. Por otro lado, se dice
que algunos sacerdotes franceses, en un exceso de irenismo, cometen la imprudencia, si no
el sacrilegio, de administrar la Comunión a los no Católicos, hecho que no puede sino ser
reprobado. La cordialidad personal dispensada por el Papa a los Protestantes puede muy
bien ser el preludio de un incentivo oficial a la cooperación en actividades sociales y
humanitarias lo que podría quitar la aspereza de una condenación de la comunión en los
sacramentos.
Es improbable que se plantee la cuestión de la Órdenes Anglicanas, pero vale la
pena hacer notar que las condiciones han cambiado desde la condena de su validez.
En ese momento la cuestión fue juzgada desde el punto de vista de la evidencia histórica
del establecimiento de la Reforma. Pero desde entonces ha habido contubernios con
episcopi vagantes, holandeses Jansenistas y obispos orientales heterodoxos, con el
resultado de que una proporción incalculable de clero Anglicano puede de hecho tener el
orden presbiteral. Ellos podrán producir árboles genealógicos apostólicos individuales pero
el resultado no tiene mayor interés en comparación con los mucho más numerosos cuerpos
protestantes hacia los cuales la paternal benevolencia del Papa igualmente se dirige.
10

Un católico cree que todo lo que se decrete en el Concilio afectará en última


instancia a la entera raza humana, pero que sus propósitos inmediatos son domésticos –la
puesta en orden de la casa toscamente perturbada en 1870. Hay muchas cuestiones de gran
importancia en lo que respecta a la constitución de la Iglesia que no afectan directamente al
laico católico ordinario –la demarcación de las diócesis, la jurisdicción de los obispos, la
puesta al día de las prerrogativas de las antiguas órdenes religiosas, los cambios necesarios
en los seminarios para volverlos más atractivos y eficientes, la adaptación de los países de
misión a su nuevo status nacional, y así siguiendo. Todo esto puede ser puede ser con
seguridad dejado en manos de los Padres del Concilio. Pero en la recepción preliminar del
proyecto del Concilio en los tres últimos años ha habido una insistente nota acerca de que la
“Voz del Laicado” debe ser más claramente escuchada; esa voz, tal como ha sido audible el
norte de Europa y en los Estados Unidos, ha sido en su mayor parte la de la minoría que
reclama reformas radicales. Me parece posible que muchos de los Padres, cualesquiera que
sean sus predicciones, tengan la desagradable sensación de que hay un poderoso cuerpo de
laicos urgiéndolos a tomar decisiones, de hecho lejanas del mayoritario, mas silencioso,
cuerpo de los fieles.
No hablo en nombre de nadie sino por mí mismo, pero me parece que represento al
católico inglés típico. El hecho de que yo haya sido criado en otra sociedad religiosa no me
resulta embarazoso en lo más mínimo. He sido católico durante treinta y dos de los que
técnicamente llaman mis “años de la razón”; más tiempo, pienso, que muchos de los
“progresistas”. Más aún: pienso que una gran proporción de los Católicos Europeos, a pesar
de sus bautismos y primeras comuniones, son de hecho “conversos” en el sentido de que el
momento de la íntima decisión acerca de aceptar o rechazar las afirmaciones de la Iglesia se
les presentó en algún momento de la adolescencia o de la juventud.
Pienso que soy un representante típico de ese estamento medio de la Iglesia, lejano
de sus líderes, pero más lejano aún de sus santos; distinto también de los personajes
perplejos, desafiantes y desesperados que notoriamente aparecen en la ficción y el teatro
contemporáneos. No tomamos casi parte, excepto cuando nuestros intereses personales son
avivados, en la vida pública de la Iglesia, en sus innumerables instituciones piadosas y de
benevolencia. Afirmamos el Credo, tratamos de observar la ley moral, asistimos a Misa en
días de precepto y echamos frecuentemente un vistazo a las traducciones vernáculas del
11

latín, contribuimos al sostenimiento del clero. Raras veces tenemos algún contacto directo
con la jerarquía. Afrontamos dificultades para educar a nuestros hijos en la fe. Esperamos
morir fortificados por los Sacramentos. En toda época hemos formado el cuerpo principal
de ‘los creyentes’, y creemos que fue para nosotros, así como para los santos y los
pecadores notorios que la Iglesia fue fundada. ¿Es nuestra voz la que los Padres Conciliares
están preocupados por escuchar?
Hay tres cuestiones referidas a su autoridad que a veces suscitan nuestra atención.
Una es la Index de libros prohibidos. Me han dicho que su promulgación depende
de la discreción del obispo diocesano. Ignoro si ha sido promulgado en mi diócesis. No es
nada fácil conseguir una copia. Cuando uno la encuentra, se topa con algo muy aburrido, en
su mayor parte consistente en panfletos y tesis de controversias olvidadas. No incluye la
mayor parte de las tesis antropológicas, marxistas y psicológicas que, leídas en forma no
crítica pueden poner en peligro la fe y la moral. No incluye, como popularmente se cree,
absurdidades como Alicia en el país de las maravillas. Hay algunas pocas obras, como los
Ensayos de Addison que uno esperaría encontrar en cualquier hogar respetable y varias de
lectura obligatoria en las universidades, pero en general no es un documento conflictivo. La
presencia de Sartre en la lista proporciona una excusa conveniente para no leerlo. Pero es
una evidente anomalía preservar un acto legal que es generalmente pasado por alto. Pienso
que la mayor parte de los laicos estarían contentos si los Padres del Concilio considerasen
si el Index tiene algún sentido en el mundo moderno; si no sería mejor dar una advertencia
general acerca de las lecturas peligrosas y permitir a los confesores decidir en los casos
particulares, mientras se retiene la censura particular sobre libros técnicos de teología que
puedan ser tomados por enseñanza ortodoxa.
Una segunda cuestión es la de los procesos de los tribunales eclesiásticos. La mayor
parte de los laicos pasan la mayor parte de sus vidas sin verse involucrados con ellos, del
mismo modo en que viven sin tener nada que ver con procesos judiciales. Sin embargo los
casos de nulidades matrimoniales se están volviendo más comunes, y las grandes demoras
resultantes de las congestiones de las cortes y de sus laboriosos métodos causan mucha
irritación y frecuentemente gran sufrimiento. El laico no cuestiona la autoridad de la ley o
la justicia de las decisiones; simplemente se trata de que cuando él se encuentra en duda,
debería conocer en un tiempo razonable su verdadero status legal.
12

En tercer lugar, sería conveniente conocer los límites de la autoridad personal del
obispo sobre el laicado. No se han hecho votos de obediencia. No ocurre en Inglaterra, pero
es frecuente en otras partes del mundo ver una proclama ordenando a los fieles “bajo pena
de pecado mortal” votar en una elección parlamentaria o abstenerse de ciertos
entretenimientos. ¿Tienen realmente nuestros obispos el derecho de lanzar amenazas de
condenación eterna de esta manera?
A medida que los meses pasan y el Concilio se ve abocado a su labor principal, es
muy probable que la prensa preste menos atención de la que le brindó en su espectacular
apertura. Las cuestiones a discutir son materia de especulación para todos los que están
afuera del círculo íntimo pero hay un persistente rumor de que se realizarán cambios en la
liturgia. Hace poco escuché el sermón de un entusiasta neopresbítero quien habló,
probablemente aludiendo a la infeliz frase de Macmillan con relación al África, de un “gran
viento” que está a punto de soplar, barriendo las irrelevantes acrecencias de los siglos y que
revelará a la Misa en su prístina y apostólica simplicidad. Mientras tanto yo miraba su
congregación, compuesta por parroquianos de un pequeño pueblo rural, del cual me
considero un miembro típico, y pensaba en cuán poco se correspondían sus aspiraciones
con las nuestras.
Ciertamente ninguno de nosotros tenía intenciones de usurpar su púlpito. Hay
especulaciones entre teólogos laicos del norte de Europa y de los Estados Unidos.
Ciertamente una cantidad de expertos han profundizado en la teología y son libres de
expresar sus opiniones pero no conozco ninguno cuyo juicio yo preferiría al del más simple
párroco. Las mentes más agudas podrán explorar los problemas verbales más sutiles, pero
la verdad está más pronta a aparecer en la larga rutina del seminario y en una vida
transcurrida entre los Oficios de la Iglesia. Es digno de mención que en los dos períodos en
que los laicos tuvieron la parte más activa en la controversia teológica, aquellos de Pascal y
Acton, ellos estuvieron equivocados.
Menos todavía aspiramos a usurpar su lugar en el altar. “El sacerdocio de los fieles”
es una engañosa frase de esta década, abominable para todos aquellos que nos la hemos
topado. No pretendemos ninguna igualdad con nuestros sacerdotes cuyos defectos
personales y miserias (cuando existen) sirven sólo para enfatizar el misterio de su llamado
único. Cualquier cosa en lo que respecta a indumentaria o maneras o hábitos sociales que
13

tienda a camuflar dicho misterio es algo que nos aleja de las fuentes de la devoción. El
fracaso de los “sacerdotes obreros franceses” todavía está fresco en nuestra memoria. Un
hombre que envidia de otro una posición más alta y especial está muy lejos de ser un
cristiano.
Mientras la Misa continuaba de la manera habitual me pregunté cuántos de nosotros
deseábamos ver algún cambio. La Iglesia era más bien oscura. El sacerdote se encontraba
bastante lejos. Su voz no era clara y el lenguaje que utilizaba no era el de todos los días.
Ésta era Misa por cuya restauración los mártires Isabelinos habían ido al cadalso. San
Agustín, Santo Tomás Becket, Santo Tomás Moro, Challoner y Newman hubiesen estado a
gusto entre nosotros; de hecho, estaban presentes entre nosotros. Posiblemente pocos de
nosotros lo estuviésemos conscientemente considerando, pero su presencia y la de todos los
santos nos sustentaba silenciosamente. Su presencia no hubiese sido más palpable si
hubiésemos hecho las respuestas en voz alta al modo moderno.
Creo que no es por una mera confusión etimológica que la mayoría de los anglo-
parlantes creemos que ‘venerable’ significa ‘viejo’. Hay en el corazón humano una
conexión profunda entre adoración y edad. Pero la nueva moda se inclina por algo brillante,
estentóreo y práctico. Ha sido establecida por una extraña alianza entre los arqueólogos
absorbidos en sus especulaciones acerca de los ritos del siglo segundo, y los modernistas
que desean dar a la Iglesia el carácter de nuestra deplorable época. Combinando ambas
cosas, se llaman a sí mismos “liturgistas”.
El difunto dominico francés Couturier, estaba siempre pronto a solicitar los
servicios de los ateos para diseñar ayudas para la devoción; el resultado es que las iglesias
que él inspiró son más frecuentadas por turistas que por creyentes. En Vence hay una
famosa pequeña capilla diseñada por Matisse en su vejez. Siempre está llena de turistas y
las religiosas que la atienden están orgullosas de ella. Pero las estaciones del Via Crucis,
garabateadas en una única pared están de tal modo dispuestas que es apenas posible rezar el
ejercicio tradicional delante de él. Las hermanas a cargo tratan de evitar que los visitantes
parloteen, pero de hecho no hay nadie a quien molestar; en las ocasiones en que he estado
allí no he visto a nadie rezando, como uno frecuentemente encuentra en simples iglesias
decoradas con yeso y oropel.
14

La nueva catedral Católica en Liverpool es de planta circular. La concurrencia debe


ubicarse en gradas como si fuera un quirófano abierto al público. Si levantan los ojos se
miran unos a otros. Las espaldas son frecuentemente distractivas; las caras lo son más. La
intención es ubicar a todos lo más cerca posible del altar. Me pregunto si el arquitecto ha
estudiado el modo en que la gente se ubica en una misa parroquial normal. En todas las
iglesias que conozco, los primeros bancos son los últimos en completarse.
En los últimos años hemos experimentado el triunfo de los “liturgistas” en la
reforma de la Semana Santa. Durante siglos estos ritos han sido enriquecidos por
devociones muy caras a los fieles –la anticipación del oficio matutino de Tinieblas, la
vigilia en el Altar del Monumento, la Misa de Presantificados. No se trata de cómo los
cristianos del siglo segundo celebraban la Pascua. Se trata del crecimiento orgánico de las
necesidades del pueblo. No todos los Católicos podían asistir a todos los oficios, pero
cientos lo hacían, yéndose a vivir a o cerca de casas monásticas y realizando un retiro anual
que comenzaba con el Oficio de Tinieblas en la tarde del Miércoles Santo y culminaba
cerca del mediodía del Sábado Santo con la Misa Pascual anticipada. Durante estos tres
días el tiempo estaba convenientemente distribuido entre los ritos de la Iglesia y las
predicaciones del sacerdote a cargo del retiro, con pocas ocasiones para las distracciones.
Ahora nada ocurre antes de la tarde del Jueves Santo. Toda la mañana del Viernes Santo
está vacía. Hay una hora aproximadamente en la iglesia el Viernes por la tarde. Todo el
Sábado está en blanco hasta la noche tarde. La Misa Pascual es cantada a la medianoche
ante una cansada feligresía que es obligada a “renovar sus votos bautismales” en lengua
vernácula para luego irse a la cama. El significado de la Pascua como una fiesta de la
aurora ha sido olvidado, como lo ha sido el de la Navidad como Nochebuena. He notado en
el monasterio que frecuento una marcada caída en el número de ejercitantes desde las
innovaciones, o como los liturgistas preferirían llamarlas, restauraciones. Puede muy bien
ser que estos servicios se encuentren más próximos a las prácticas de la primitiva
Cristiandad, pero la Iglesia disfruta del desarrollo del dogma; ¿por qué no se le concede
entonces el desarrollo de la liturgia?10
10
Waugh escribió a Lady Diana Cooper expresando su insatisfacción con la “nueva” (post 1955) Semana
Santa al comienzo de 1962. Primero, el 30 de marzo, en Cuaresma: “La nueva liturgia deja interminables
períodos en blanco, en particular el Sábado Santo”. Y luego el Viernes Santo desde Downside Abbey: “Le
deseo una muy feliz Pascua en su nueva casa o dondequiera que esté. Está constantemente en mis oraciones
aquí, donde cual es mi costumbre, paso el Triduo. Cada año hay menos gente, menos amigos. En una época
Simon Elwes sabía hacer de ello una fiesta familiar. Ahora estoy aquí solo con la nueva, empobrecida
15

Hay un partido dentro de la jerarquía que desea realizar superficiales pero


sorprendentes cambios en la Misa para hacerla más ampliamente inteligible. La naturaleza
de la Misa es tan profundamente misteriosa que los más agudos y santos hombres están
continuamente descubriendo ulteriores matices de significación. No es una peculiaridad de
la Iglesia Romana que mucho de lo que ocurre en el altar es en diversos grados oscuro a la
mayor parte de los creyentes. Es de hecho, la marca de todas las Iglesias históricas
apostólicas. En algunas la liturgia se celebra en una lengua muerta como el Ge’ez o el
Siríaco; en otras en griego Bizantino o Paleoeslavo, que difieren mucho de la lengua
hablada comúnmente.
La cuestión del uso de la lengua vernácula ha sido debatida hasta que realmente no
queda nada nuevo por decir. En diócesis como por ejemplo algunas de Asia y África donde
se hablan media docena o más de lenguas diferentes, la traducción es casi imposible. Aún
en Inglaterra y los Estados Unidos donde en gran medida el mismo idioma es hablado por
todos, las dificultades son enormes. Hay coloquialismos que, aunque suficientemente
inteligibles, de hecho son bárbaros y absurdos. El idioma vernáculo puede ser ya preciso y
prosaico, en cuyo caso adquiere el pomposo estilo de un funcionario burocrático, o bien
poético y eufónico, en cuyo caso tiende al arcaísmo y se vuelve menos inteligible. La
versión King James de la Biblia no fue escrita en la lengua corrientemente hablada en la
época, sino en la de un siglo antes. Mons. Ronald Knox, un maestro de la lengua, intentó
plasmar en su traducción de la Vulgata un “inglés atemporal”, mas su realización no ha sido
universalmente bien recibida. Pienso que es altamente dudoso que el feligrés medio
necesite o desee tener comprensión intelectual y verbal completa de todo lo que se dice.
Simplemente concurre a la liturgia a adorar, con frecuencia en forma silenciosa y efectiva.
En la mayor parte de las Iglesias históricas el acto de la consagración tiene lugar detrás de
cortinas o puertas. La idea de apiñarse en torno del sacerdote y observar todo lo que hace

liturgia”. (The Manuscript Department of the British Library [BL] Add. Ms. 69798 ff. 37 & 38) La entrada
del diario de Waugh para la Pascua de 1956 reza: “Fui a Downside el Miércoles Santo y me quedé hasta la
Misa Solemne de Pascua. No había amigos de retiro en el monasterio este año por lo que no tuve
distracciones durante el triduo. Fue realmente bastante aburrido pues la nueva Liturgia introducida por
primera vez este año dejas muchas horas en blanco... Me encontré ... amargado por la nueva liturgia. El
Jueves, en vez de la Misa de la mañana, el Mandato, Tinieblas y la vigilia nocturna ante el Monumento, hubo
una Misa vespertina con el Mandato interpolado luego del Evangelio y el altar del Monumento fue vaciado a
la medianoche. El Viernes, en vez de la Misa de Presantificados, Via Crucis y Tinieblas, una adoración de la
cruz vespertina y comunión general. El Sábado nada (con excepción de las pláticas) hasta la vigilia Pascual a
las 10.30 con la misma modalidad que hemos sufrido los dos últimos años. A pesar de todo encontré valioso
el Triduo”. The Diaries of Evelyn Wugh (Michael Davie ed., Weidenfield & Nicholson, 1976), p. 758.
16

les es completamente extraña. No puede ser una pura coincidencia que cuerpos tan
independientes unos de otros se hayan desarrollado del mismo modo. El temor reverencial
es la predisposición natural para la oración. Cuando los teólogos jóvenes hablan de la
Sagrada Comunión como de una ‘comida social’, hallan poca respuesta en los corazones y
en las mentes de sus menos refinados hermanos.
No hay dudas de que existen ciertas mentes clericales a las cuales el
comportamiento de los laicos en la Misa les parece chocantemente anárquico. Nos
reunimos obedeciendo a la ley de la Iglesia. Los sacerdotes desempeñan su función en
exacta conformidad con la regla. Pero nosotros, ¿qué hacemos? Algunos estamos siguiendo
el misal, pasando exactamente las páginas buscando introitos y colectas extra, diciendo
silenciosamente todo lo que los liturgistas quisieran que dijésemos en voz alta y al unísono.
Otros están rezando el Rosario. Algunos están luchando con niños inquietos. Otros están
arrobados en oración. Algunos están pensando en cualquier cosa hasta que reciben el
llamado de atención de la campanilla. No hay uniformidad aparente. Sólo en el Cielo
seremos reconocibles como el cuerpo unido que somos. Es fácil ver por qué algunos
clérigos quisieran que mostrásemos más conciencia unos de otros, más evidencia de estar
tomando parte en una ‘actividad grupal social’. Idealmente tienen razón pero ello significa
presuponer una vida espiritual privada mucho más profunda de la que la mayor parte de
nosotros ha alcanzado.
Si nos apartáramos de largas horas de meditación y oración solitaria, como los
monjes y las monjas, para una ocasional incursión de solidaridad social en la recitación
pública del oficio, estaríamos sin duda realizando la plena vida cristiana a la que estamos
llamados. Pero ese no es el caso. La mayor parte de nosotros, creo, realizamos nuestras
oraciones matutinas y vespertinas en forma maquinal y abreviada. El tiempo que pasamos
en la Iglesia –más bien poco, es el que separamos para renovar a nuestra modo nuestros
negligentes contactos con Dios. No es como debería ser, pero es, pienso, como ha sido
siempre para la mayor parte de nosotros, y la Iglesia, sabia y caritativamente, siempre ha
cuidado de los de segunda clase. Si la Misa es cambiada de tal modo de enfatizar su
carácter social, muchas almas se encontrarán alejadas de su verdadera meta. El peligro es
que los Padres Conciliares, en razón de su profunda piedad personal y porque han sido
17

llevados a pensar que hay un fuerte deseo de cambio por parte del laicado, aconsejen
cambios que se revelarán frustrantes para los menos piadosos y menos elocuentes.
Podrá parecer absurdo hablar de “peligros” en el Concilio cuando todos los
católicos creen que todo lo que se decida en el Vaticano será la voluntad de Dios. Mas
pertenece a la naturaleza sacramental de la Iglesia el que los fines sobrenaturales se
alcancen por medios humanos. La interrelación entre lo espiritual y lo material es la esencia
de la Encarnación. Usando una comparación inferior, la “inspiración” de un artista no es un
proceso de aceptación pasiva de un dictado. Abocado a su trabajo, realiza falsas partidas y
se ve forzado a comenzar de nuevo; se ve impelido en cierta dirección, y la sigue
alegremente hasta que toma conciencia de que se ha alejado de su verdadero curso; nuevos
descubrimientos vienen a su mente mientras está luchando con otro problema; de ese modo,
por ensayo y error, es consumada una obra de arte. Lo mismo pasa con las decisiones
inspiradas de la Iglesia. No son reveladas por una súbita y clara voz proveniente del Cielo.
Los argumentos humanos son los medios por medio de los cuales la verdad eventualmente
emerge. No es para nada impertinente susurrar otro argumento humano en medio de las
elevadas deliberaciones.

Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh 11

Venerabile Collegio Inglese,


Via Monserrato 45, Roma.
25 de noviembre de 1962.

Venerabilis Frater – como decimos en el Concilio – me deleitó su artículo. No hay


nada en él con lo cual yo no esté de acuerdo. Pero es una pena que la voz del laicado no se
haya escuchado antes. Los entusiastas que escriben en The Tablet y Catholic Herald son
muy fácilmente tomados por católicos vivientes e inteligentes.

11
Las cartas de Heenan a Waugh comprenden parte de la hasta ahora no catalogada colección de cartas
recibidas por Waugh.
18

La verdadera dificultad (pienso) es que los Continentales están retorciendo las cosas
de tal modo de hacernos lo más posiblemente parecidos a los Protestantes. Cómo desearía
que pudiésemos persuadirlos (temo que son una gran mayoría) que permanecer con
nuestras ceremonias y nuestra Misa es mucho más importante que estar de acuerdo con los
libros de las antigüedades litúrgicas.
En mi Catedral, por cierto, nadie mirará la cara de nadie (excepto tal vez,
subrepticiamente, dos jóvenes enamorados). El Altar Mayor está fuera del centro y no
habrá gente detrás de él. El camino estará expedito para que los sacerdotes lleven el
Santísimo Sacramento para la Comunión en la Misa.
Que Dios lo bendiga.

+ John C. Heenan,
Arzobispo de Liverpool.12

Evelyn Waugh
Carta a Lady Acton13.

Combe Florey House.


15 de marzo de 1963.

Queridísima Daphne:
Te estoy devolviendo el ensayo14 que gentilmente me prestaste con algunas notas
marginales. No me gustó para nada. Además de objetarle gran parte de la tesis, pienso que
12
El manuscrito tiene la anotación “Dio marcha atrás en todo esto”. Martin Stannard atribuye esto a
Christopher Sykes en Evelyn Waugh: No Abiding City 1939-1966 (Dent, 1992), p. 480.
13
The Letters of Evelyn Waugh (Mark Amory ed., Weidenfield & Nicholson, 1980). pp. 602-603.
14
Presumiblemente del Padre (Charles) Davies, mencionado más abajo en la carta, autor de Liturgy and
Doctrine, (Sheed & Ward, 1960)
19

está escrito en forma pedestre, que a veces afirma como un hecho aquello que debe probar
y que a veces cae en lugares comunes.
Algunas personas como Penélope Betjeman, gustan de armar alboroto en la iglesia y
no veo por qué no deberían hacerlo, del mismo modo en que los abisinios bailan y agitan
matracas. Me avergonzaría bailar y me da vergüenza rezar en voz alta. Toda parroquia
debería tener una Misa bullanguera para aquellos que les gusta. Pero también debería
haberlas silenciosas para aquellos que gustan de la quietud.
Las Iglesias Uniatas son muy relevantes. Se les permite mantener sus ancestrales
hábitos de devoción y su rito en idiomas como el siríaco, el griego bizantino, el ghiz y el
paleoeslavo, las cuales son lenguas mucho más muertas que el latín. ¿Por qué no podríamos
tener una Iglesia Romana Uniata y dejar que los alemanes tengan sus funciones
estrambóticas?
Pienso que es una gran desfachatez por parte de los alemanes pretender enseñar al
resto del mundo algo acerca de la religión. Deberían permanecer en perpetuo saco y ceniza
por todas las enormidades cometidas desde Lutero a Hitler.
El peor error de tu Padre Davis es su casi blasfema degradación del concepto del
Cuerpo Místico en una reunión parroquial. Tú y yo y los abisinios danzantes y los santos en
la gloria somos, como bien sabes, parte del Cuerpo Místico. No hay por qué andar
gritándonos de un banco al otro de la iglesia.
Cuando el P.Davis dice que la nueva y empobrecida Semana Santa es algo bueno
porque enseña a la gente el Antiguo Testamento, está delirando. Había seis veces más del
Antiguo Testamento en los antiguos servicios que en el nuevo.
La palabra “vernáculo” casi no tiene sentido. Si se proponen tener versiones de la
liturgia en el habla cotidiana de la gente tendrán que tener cientos de miles de versiones.
Entre los países civilizados, Noruega por ejemplo tiene dos lenguas, España tres, los
milaneses no pueden entender el siciliano, etc. Y si vamos a Asia y África estamos ya en
Babel. Como sabes, la mayor parte de las lenguas africanas son incapaces de transmitir los
conceptos teológicos, y se me ha dicho que algunas ni siquiera tienen una palabra para
“virgen”, simplemente dos palabras para las muchachas antes y después de la pubertad.
20

Penélope Betjeman me retó por mi artículo15. Pero admite que ella solo quiere hacer
ruido, y enseñar a niños inmaduros.
Por cierto, uno de los signos del Espíritu Santo que los niños inmaduros y los
iletrados de algún modo captan las verdades de la Iglesia sin entender las palabras.
Tengo entendido que la decisión que finalmente se tomará en el Concilio será que
toda la introducción al Canon de la Misa será en lengua vernácula los días de precepto.
Dicen también que debemos tener la misma versión que los Nortamericanos, el Cielo nos
ampare . . .
Cariños
Evelyn.

Evelyn Waugh
Carta al Editor de The Tablet

Señor, las Iglesias Uniatas Orientales mantienen antiguas formas de adoración que
les son muy caras, y liturgias que en muchos casos son ininteligibles para los fieles. ¿No
será tiempo de buscar los mismos privilegios para los Católicos Romanos? ¿Estaría
dispuesto a promover una petición a la Santa Sede para el establecimiento de una Iglesia
Uniata Latina que observase todos los ritos tal como eran durante el pontificado de Pío IX?

Su servidor,
Evelyn Waugh.

Arzobispo Heenan
Carta Pastoral con motivo del Concilio Vaticano.
Cuaresma, 1964.

15
The Same Again, Please, que hemos traducido aquí como Más de lo mismo, por favor.
21

John Carmel, por la Gracia de Dios y el favor de la Sede Apostólica, Arzobispo de


Westminster y Metropolitano, al Clero y al Pueblo de la Diócesis, salud y bendiciones en
el Señor.

Muy amados Hermanos y Queridos Hijos en Jesucristo.

Nunca antes ha despertado la Iglesia tanta simpatía e interés en este país. Tomad
vuestro periódico y todos los días veréis alguna noticia concerniente a los católicos. Pero no
debéis creer todo lo que leéis. Debéis estar en guardia especialmente en relación a las
noticias desde el exterior. Ved el caso del Concilio. Algunos diarios dan espléndidos
reportes pero otros solo transmiten desacuerdos entre los Padres Conciliares. Hubo, por
supuesto, desacuerdos y algunos Padres hablaron en forma encendida. Pero eso no debe
sorprender a nadie. Debéis esperar pastores de almas que sientan apasionadamente las
cuestiones que afecten a la salvación de las almas.
Los fieles también las sienten del mismo modo. Lo sé por algunas de vuestras
cartas. Tomad, por ejemplo, los cambios en la Santa Misa. Algunos de vosotros estáis
sobremanera alarmados. Imagináis que todo será cambiado y que lo que habéis conocido
desde la niñez se os será arrebatado. Por el contrario, otros son totalmente favorables al
cambio y temen que se altere demasiado poco.
Ambas actitudes son erróneas. La Iglesia por supuesto realizará ciertas reformas.
Esa es una de las razones por las que los Concilios se realizan. Pero nada será cambiado
excepto lo que sea para el bien de las almas. Los obispos con el Papa somos la Iglesia
Docente. Amamos nuestra Fe y amamos a nuestros sacerdotes y a nuestros fieles.
Cuidaremos que no seáis despojados. El Concilio, leal al Papa Juan y al Papa Pablo,
acercará la Iglesia a Cristo, y al mundo mismo a la Iglesia de Cristo.
La Iglesia cree en la libertad y durante el desarrollo de un Concilio todos son
alentados a hablar libremente. Es un tiempo para que los sacerdotes y los fieles hagan
escuchar sus voces. Algunas de los puntos de vista expresados son, por supuesto,
extraordinarios. Unos pocos escritores católicos son tan amargos en sus críticas que se
podría pensar que se olvidan que la Iglesia es su madre. Pero ellos aman a la Iglesia de
corazón. Tal vez exageran para llamar la atención sobre sus puntos de vista. Pero pueden
22

fácilmente desorientaros. Por lo tanto permitidme deciros llanamente que la Iglesia no tiene
poder para alterar la Ley de Dios. Lo que es erróneo e inmoral nunca podrá volverse
correcto. Ni tampoco puede cambiarse ninguna doctrina de la Iglesia Católica. “La verdad
del Señor permanece para siempre” (Ps 116,2). Mis queridos hijos en Cristo Jesús, quiero
tranquilizaros. La Iglesia, el Reino de Dios sobre la tierra, está fundada sobre una roca. No
os fallará. Para vuestro consuelo, os repito las palabras de Nuestro Señor, “No temas,
pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino” (Lc
12, 32).
La Iglesia surgirá del Concilio más fuerte que nunca. Debemos prepararnos para ser
dignos de esa gran hora. Más y más gente pregunta acerca de la Iglesia. Debéis estar
dispuestos a responder a sus preguntas. Leed vuestras publicaciones católicas y los folletos
de la Catholic Truth Society. Mostrad vuestro amor por vuestros hermanos separados
dándoles la información que desean. Combatid el fanatismo y la intolerancia con todas
vuestras fuerzas.
Os pido hoy oraciones por nuestro Santo Padre y por el Concilio. Durante la
Cuaresma tratad diariamente de asistir a Misa y de recibir la Santa Comunión. La Misa
vespertina y las nuevas reglas acerca del ayuno lo hacen prácticamente posible a todos.
Cuando vaya a Roma en unos días quiero poder decirle al Papa Pablo que la arquidiócesis
rezará durante toda la Cuaresma por él y por el Concilio.
Sé que durante la Cuaresma os privaréis de algunas cosas superfluas para dar
limosna a los necesitados. Hay necesidad en torno nuestro a pesar de la prosperidad de
nuestro país. Las personas mayores tienen jubilaciones inadecuadas; las viudas con niños
pequeños tienen que enfrentar una lucha diaria. Si trabajan para sostener a sus familias
posiblemente se les reduzcan las asignaciones. Parece absurdo, pero así es la ley actual.
Con las limosnas de Cuaresma espero que podamos ayudarlos. Como buenos ciudadanos
Católicos deberá presionarse a los políticos para que apresuren medidas en favor de los
ancianos, los desposeídos y los sin techo. Tampoco debemos olvidar cuantos jóvenes
matrimonios que inician la vida familiar se encuentran en una situación desesperante por la
escasez de alojamiento.
Termino encomendándome a vuestras oraciones y deseándoos la bendición de Dios.
Con San Pablo digo: “vivid de una manera digna de la vocación a la que habéis sido
23

llamados”, (Ef 4, 1). Que esta Cuaresma sea un tiempo de oración y penitencia en el
espíritu de Pablo, el Papa peregrino.

Dado en Westminster el 2 de Febrero, en la Fiesta de la Purificación de Nuestra


Señora, en el año del Señor de mil novecientos sesenta y cuatro, y destinado a ser leído el
Domingo de Quincuagésima en todas las Misas, matutinas y vespertinas en todas las
iglesias y capillas de la Arquidiócesis16.

+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster

Evelyn Waugh
Entrada del diario: Pascua, 1964.17

Comparar la Misa con el coto de caza. La primera tarea del cazador (sacerdote) es
encontrar y matar zorros. Será recompensado si muestra una buena presa a los
perseguidores. Algunos están a la altura de los sabuesos si tienen buena monta y conocen el
terreno, y llegan a presenciar la captura de la presa; otros se esconden en los cafés [?] a
hurtadillas y andan trotando por las sendas.
Cuando me acerqué por vez primera a la Iglesia, no lo hice atraído por espléndidas
ceremonias sino por el espectáculo del sacerdote como artesano. Él tenía un trabajo
importante que realizar para el que nadie sino él estaba calificado. Él y su aprendiz
irrumpían en el altar con sus herramientas y comenzaban el trabajo sin mirar atrás, mucho
menos con la intención de causar una buena impresión en ellos.
“Participar” – la palabra tramposa – no significa hacer alboroto como los alemanes
suponen. Uno participa en una obra de arte cuando la estudia con reverencia e inteligencia.

Evelyn Waugh

16
9 de febrero de 1964.
17
Davie, op. cit., ppp. 792-3. En una carta a Ann Fleming del 3 de marzo de 1964, Waugh escribió: “Voy a
Roma para Pascua para evitar los horrores de la Liturgia Inglesa.” (Amory, op. cit., p.618.)
24

Carta al Editor de The Catholic Herald18

Señor, como todos los editores Vd. justamente afirma no ser responsable de las
opiniones de vuestros corresponsales y reclama que se le conceda crédito por establecer un
‘foro’ abierto. Por otra parte escribe cosas como ‘explosiva renovación’ y ‘manifiesto
dinamismo del Espíritu Santo’, simpatizando en consecuencia con los innovadores del norte
que desean cambiar el aspecto exterior de la Iglesia. Pienso que causa un daño a su causa
cuando semana tras semana publica (para mí) fatuas y descabelladas propuestas de gente
irresponsable.
El P. John Sheerin no es ni fatuo ni descabellado pero lo encuentro un poco pagado
de sí mismo. Si lo interpreto correctamente está pidiendo magnanimidad hacia los vencidos.
Los viejos (y jóvenes) carcamanes no deben ser reprobados. Han sido ‘instruidos’
imperfectamente. Los ‘progresistas’ deberían pedir con suma cortesía a los conservadores
que reexaminen su posición.
No puedo alardear de suma cortesía pero, ¿puedo sencillamente sugerir que los
progresistas reexaminen la propia? ¿Fueron ellos perfectamente instruidos? ¿Encontraron
más bien tediosa la disciplina de sus seminarios? ¿Pensaron que estaban perdiendo el
tiempo con un latín que les resultaba antipático? ¿Quieren casarse y engendrar otros
pequeños progresistas? ¿Piensan ellos, como el Papa actual, que la literatura italiana es una
ocupación más deseable que la apologética?
La distinción entre Catolicismo y Romanità ya ha sido remarcada en el periódico
norteamericano Commonweal. Por supuesto que es posible tener fe sin Romanità y
Romanità sin la fe, pero la historia nos enseña que las dos se han mantenido siempre muy
cercanas. ‘Pedro ha hablado’ sigue siendo la garantía de la ortodoxia.
Seguramente (?) [sic] es un truco periodístico hablar de la ‘era Joánica’. El Papa
Juan era un hombre piadoso y atractivo. Muchas de las innovaciones, que muchos de
nosotros encontramos detestables, fueron introducidas por Pío XII19. La vida del Papa Juan
en Bérgamo, Roma, en el Levante, en París y en Venecia tuvo poco contacto con los
Protestantes hasta que en su extrema vejez se reunió con educados clérigos de varias sectas,
a los cuales saludó, como lo hizo con los ateos rusos, con ‘suma cortesía’.
18
7 de agosto de 1964
19
Waugh se refiere en particular a la reforma de la Semana Santa llevada a cabo bajo Pío XII. Cfr. nota 10.
25

No creo que tenga idea alguna del verdadero carácter del Protestantismo moderno.
Cito de un artículo de la revista Time del 10 de julio:

La manera persuasiva de referirse a Jesús hoy día es como la de un “hombre


verdaderamente libre”. Luego de la Resurrección los discípulos súbitamente poseyeron algo
de la única y “contagiosa” libertad que Jesús tenía. Al narrar la historia de Jesús de Nazareth,
contaron la historia del hombre libre que los liberó . . . Aquel que dice “Jesús es amor” dice
que la libertad de Jesús ha sido contagiosa . . . Van Buren concluye que el Cristianismo debe
despojarse de sus elementos sobrenaturales . . . del mismo modo como la alquimia ha debido
abandonar sus connotaciones místicas para convertirse en la útil ciencia de la química.

Estas no son las palabras de un chiflado californiano sino las de un clérigo de la


“Iglesia Episcopaliana” de los Estados Unidos, cuyas Órdenes Sagradas provienen del
Arzobispo de Canterbury. Estoy seguro que dichas cuestiones no fueron planteadas en el
muy publicitado encuentro del Arzobispo y del Papa Juan.
El P. Sheerin sugiere que el conservadurismo católico es el producto de la política
defensiva necesaria en el siglo pasado frente al nacionalismo-masónico-secularista del
momento. Le pediría que tenga en cuenta que la función de la Iglesia en cada época ha sido
conservadora – transmitir en forma no disminuida e incontaminada el credo heredado de
sus predecesores. (Hasta donde yo sé) la pregunta en todos los Concilios Ecuménicos no ha
sido: ‘¿es ésta la noción a la moda que deberíamos aceptar?’, sino: ‘¿es este dogma (una
cuestión en la que estamos de acuerdo) la Fe tal como la hemos recibido?’ No he visto
ninguna evidencia de que el Papa Pablo haya tenido otra cosa en mente cuando convocó el
presente Concilio.
El conservadurismo no es una influencia nueva en la Iglesia. No han sido las
herejías de los siglos dieciséis y diecisiete, el agnosticismo del siglo dieciocho, el ateísmo
de los siglos diecinueve y veinte los enemigos de la Fe que la han apartado de su serena
supremacía a la áspera controversia. Todo a lo largo de su vida la Iglesia ha estado en
guerra contra los enemigos de fuera y los traidores de dentro. La guerra contra el
Comunismo en nuestra época es aguda pero más bien benigna en comparación con aquellas
sostenidas y a menudo ganadas por nuestros predecesores.
26

Finalmente, una palabra acerca de la liturgia. Es connatural a los alemanes armar


alboroto. Las vociferantes asambleas de las Juventudes Hitlerianas expresaban una pasión
nacional. Es consecuente por lo tanto que esto se canalice en la vida de la Iglesia. Pero es
esencialmente no inglés. No buscamos ‘Sieg Heils’. Rezamos en silencio. ‘Participación’
en la Misa no significa oír nuestras propias voces. Significa que Dios escucha las nuestras.
Sólo Él sabe quién está ‘participando’ en Misa. Usando una comparación con algo inferior,
creo que ‘participo’ en una obra de arte cuando la estudio y la amo silenciosamente. No hay
necesidad de gritar. Cualquiera que haya tomado parte en una obra teatral sabe que uno
puede vociferar en un escenario con la mente en cualquier parte. Si los alemanes quieren
ser vocingleros, allá ellos. Pero, ¿por qué deben perturbar nuestras devociones?
Los progresistas estiman que la ‘diversidad’ es una de sus metas contra la sofocante
Romanità. ¿Se la permitirán a los Católicos ingleses?
Ahora soy viejo pero era joven cuando fui recibido en la Iglesia. No fui atraído por
el esplendor de sus grandes ceremonias –que los protestantes podían muy bien remedar. De
las extrañas atracciones de la Iglesia la que más me sedujo fue el espectáculo del sacerdote
y su ayudante en la Misa baja, irrumpiendo en el altar sin mirar cuántos o cuan pocos fieles
había en la concurrencia; un artesano y su aprendiz; un hombre con una tarea que él sólo
estaba calificado para realizar. Esa es la Misa que he ido conociendo y amando. Por
supuesto, dejemos que los bullangueros tengan sus ‘diálogos’, pero que aquellos que
valoramos el silencio no seamos completamente olvidados.
Su servidor,
Evelyn Waugh.

Evelyn Waugh
Carta al Arzobispo Heenan 20

Combe Florey House


16 de agosto de 1964

20
AAW, HE 1/142.
27

Mi querido Arzobispo,
Por favor disculpe mi atrevimiento al enviarle este recorte de diario. No lo
hago por creer en su interés intrínseco. Vd. debe estar tediosamente familiarizado con todo
lo que allí dice. Se lo envío porque me han sorprendido las consecuencias. Lo escribí la
semana pasada para el Catholic Herald, una publicación principalmente escrita y leída por
los fervientes ‘progresistas’. He recibido una abundante correspondencia, que a grandes
rasgos dice ‘¿Por qué no hace algo para liderar un partido? ¿Por qué no organiza una
petición al Arzobispo?’
No creo que una petición le haga impresión. Es bien sabido que se pueden juntar
firmas para cualquier causa si uno se toma el trabajo. Pero me pregunto si la jerarquía está
al tanto del malestar causado por su amenaza de Adviento –no tanto por las modestas y
razonables innovaciones propuestas sino por la rendija que parece ofrecer para cambios
más radicales y desagradables.
Pienso que le debo a las numerosas personas que me escribieron el presentarle el
caso. Unos pocos eran sacerdotes, la mayor parte laicos y laicas de edad madura y
ancianos; aproximadamente la mitad conversos que preguntan: “¿por qué dejamos la iglesia
de nuestra niñez para encontrar que la iglesia de nuestra adopción asume las mismas formas
que nos disgustaban?”.
¿Es mucho pedir que se ordene que todas las parroquias tengan dos Misas, una
‘Pop’ para los jóvenes y otra ‘Trad’ para los viejos? Pienso que una minoría vociferante se
ha impuesto a la jerarquía y les he hecho creer que existía una demanda popular cuando de
hecho no hubo ni siquiera una preferencia.
Mi negocio son las palabras y cada día me vuelvo más escéptico acerca de la
compresión verbal –especialmente en la extraña área de las oraciones vocales.
Le suplico disculpe mi impertinencia en aconsejarle, siendo que Vd. tiene muchas
mejores fuentes de información que yo.

Sinceramente suyo,
Evelyn Waugh.
28

Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh 21
Hare Street House,
Buntingford, Herts.
20 de agosto de 1964

Mi querido Waugh,
He leído y disfrutado su carta al Catholic Herald. Mi primera reacción fue
de gratitud por haber Vd. escrito. Podrán tildarlo de reaccionario pero nadie puede llamarlo
tonto. Pienso que los líderes del nuevo pensamiento (si esa no es una palabra demasiado
fuerte) no son tanto los jóvenes pop como los ‘intelectuales’ católicos. Así es como ellos se
llaman a sí mismos y creen que son. Cualquiera con el secundario aprobado es ahora un
intelectual.
Hay gente que protesta por la brecha entre la jerarquía y el laicado educado: en gran
medida la crean. Nos miran como campesinos mitrados y buscan guía en el clero
continental (que en gran parte ha sido abandonado por los trabajadores) o en sus anteriores
maestros (que naturalmente carecen de experiencia pastoral).
La jerarquía está en una posición difícil. No hemos perdido todavía el respeto de los
Católicos ordinarios pero el constante hostigamiento de los intelectuales y sus infatigables
(¿pesadas?)22 cartas a la prensa y artículos en las publicaciones católicas pueden
eventualmente perturbar al fiel ordinario. La mayor parte de nosotros de buen grado
demoraría los cambios pero el humor del Concilio nos compele a actuar. De otro modo el
ataque de nuestra propia gente se volvería más encarnizado: inimici hominis domestici
eius23.
Pero no hay que desesperar. Los cambios no son tan grandes como los hacen
aparecer. Aunque se ha establecido una fecha para introducir la nueva liturgia me
sorprenderá que todos los obispos quieran que todas las Misas de cada día sean en el nuevo

21
BL.
22
Juego de palabras con tireless y tiresome. N del Tr.
23
Mt 10, 36: Los enemigos del hombre serán los de su parentela. N. del Tr.
29

rito. Trataremos de tener en cuenta las necesidades de todos – Pops, Trads, Rockeros, À la
page, Los que están ‘in’, y Los que están ‘out’.
Espero que pueda venir a cenar conmigo si viene a Londres.
Dios bendiga a Vd. y a su familia.

+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster

Evelyn Waugh
Carta al Arzobispo Heenan24
Combe Florey House
25 de agosto de 1964

Querido Arzobispo,
Muchas gracias por su amable carta. No tengo deseos de agregar a sus cargas
una correspondencia conmigo, pero literalmente todos los días recibo cartas de laicos
afligidos que piensan que yo debo hablar por ellos.
La angustia no es causada por los modestos cambios en la Misa que amenazan para
Adviento sino por el tono de los ‘progresistas’ quienes parecen considerarlos como un mero
inicio de cambios radicales.
Detecto un nuevo tipo de anticlericalismo. Los viejos anticlericales al imputar
avaricia, ambición, inmoralidad, etc. al sacerdocio al menos reconocían su carácter peculiar
y esencial, lo que hacía más notables sus caídas. Los nuevos anticlericales parecen
minimizar el carácter sacramental del sacerdocio y sugerir que los laicos son sus pares.
Es muy amable de su parte sugerir un encuentro. Será un gran placer para mí. Estoy
comprometido para el 3 de septiembre. Aparte de dicha fecha puedo ir a Londres en

24
AAW, HE 1/142.
30

cualquier momento. Debe Vd tener una agenda repleta. ¿Tiene alguna tarde libre antes de
fines de septiembre de modo que pueda Vd. cenar conmigo sólo y de incógnito en mi club
de Londres?
Sinceramente suyo,
Evelyn Waugh.

Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh25

Mi querido Waugh,
Por supuesto que tiene razón. Eso explica por qué están molestando tanto
con todo eso del Pueblo de Dios y el Sacerdocio de los laicos. La Misa no es más el Santo
Sacrificio sino la Comida en la que el sacerdote es el mesero. El Obispo supongo es el
maître y el Papa el dueño del negocio.
Hablaremos más acerca de esto. Regreso a Londres el próximo viernes y parto para
Roma el 13 de septiembre. No tengo la agenda cerca pero ¿podría Vd. pedirle a alguien que
llama a mi secretario (Mons. Kent o el P.Burke) Victoria 4717 y haga los arreglos para
venir a cenar el 8, 9 ó 10 de septiembre? Venga temprano, a eso de las 7 de la tarde. No
invitaré a nadie más.
Devotamente

+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster

Evelyn Waugh
Carta a Katharine Asquith26
Combe Florey House
25
BL.
26
Amory, op. cit., p. 624.
31

14 de septiembre de 1964

Muy querida Katharine,


... Fui secuestrado del tren en viernes pro Violet Powell & pasé la noche en
Chantry. Fue exasperante estar tan cerca y no poderte ver. Había sido citado en Londres por
el Arzobispo Heenan para cenar y discutir tête à tête la actitud de los laicos en relación a
las innovaciones litúrgicas. Se mostró profundamente conservador y comprensivo hacia
aquellos de nosotros espantados por el nuevo movimiento. Cree que ‘los intelectuales’
están todos contra él. ‘Nos ven como campesinos mitrados’, dijo. Pienso que pude darle un
poco de ánimo . . .

Cariños a Helen,
Evelyn.

Evelyn Waugh
Carta a Lady Diana Cooper27
Combe Florey House
Día de todos los Santos, 1964

Querida Pug,
... El Concilio Vaticano pesa gravemente en mi espíritu. No tengo dudas de
que la verdad prevalecerá pero se están hablando muchas pavadas . . .

Con amor,
Bo.

Evelyn Waugh
Carta al Arzobispo Heenan28
Combe Florey House
27
BL Add. Ms. 69798 f. 70.
28
AAW, HE 1/142.
32

3 de enero de 1965

Querido Arzobispo,
Le pido me disculpe por molestarlo. He leído en muchas publicaciones que
el clero recibe con beneplácito sugerencias del laicado. Lo dudo mucho, pero su amabilidad
en nuestro último encuentro me anima a escribirle. Cuando me fui lo hice convencido de
que las novedades que estaban a punto de ser introducidas serían grandemente mitigadas.
No sé cómo están las cosas en Westminster. En las provincias están tohu bohu29 (si me
disculpa una cita de una lengua por otra parte desconocida por mí)
Aparte de la aflicción de encontrar nuestros hábitos espirituales desordenados (y sé
que este es un punto menor comparado con los más graves peligros a la fe y a la moral
planteados en el Concilio) mis amigos y yo estamos totalmente desorientados en cuanto a la
comprensión de la nueva forma de la Misa.
Debe desecharse cualquier idea de que atraerá a los Protestantes. Los Anglicanos
tienen un tipo de oficio elegante y comprensible. Sólo carecen de las órdenes válidas para
hacerlo preferible. Si lo que se deseaba era una Misa completamente Inglesa, el primer libro
de Eduardo VI con unas pocas enmiendas hubiese sido satisfactorio. En vez tenemos un
revoltijo de griego, latín e inglés tosco.
En la antigua Misa un vistazo al altar era suficiente para informarme del preciso
punto de la liturgia en que me encontraba. La voz del sacerdote era frecuentemente
inaudible e ininteligible. No escribo con la galanura de un erudito clásico. Sé menos latín
ahora del que sabía hace 45 años. Pero no requería ningún estado elevado de oración unirse
a la acción del sacerdote.
El tener que estar repetidamente parándose y diciendo “Y contigo” dificulta la
relativamente íntima asociación y ‘participación’.
Algunas partes de la Misa eran familiares a los menos educados, vgr. el Pater
Noster, el Credo, Domine non sum dignus, etc. Sólo éstos solamente fueron traducidos al
inglés.
¿Por qué se nos insiste hasta el hartazgo que debemos abonarnos a las escuelas
Católicas si éstas son incapaces de impartir estos rudimentos?

29
Cfr. Gen 1, 2; vacío y desolación, caos, completa confusión.
33

¿Por qué se traduce el Corpus Christi? ¿Tendremos en el futuro ‘procesiones del


Cuerpo de Cristo’?
¿Por qué se nos priva de las oraciones en la comunión, que incluso los Anglicanos
mantienen: custodiat animam tuam in vitam aeternam?
Recientemente he escuchado un sermón (no por supuesto del admirable Canónigo
Iles30) donde se nos decía que no tenemos nada que hacer en la Misa, a menos que
recibamos la comunión, a menos que estemos en pecado mortal.
Martindale y Knox están muertos. Debe haber jóvenes predicadores. No he tenido la
buena fortuna de escucharlos. ¿Por qué todos estos sermones cuando aquí y en el exterior
una gran proporción de la concurrencia es foránea?
¿Por qué el Agnus Dei primero se dice en latín y luego en inglés?
¿Por qué el sacerdote recita el Credo, que todos conocemos, desde el púlpito?
Toda asistencia a Misa me deja sin consuelo ni edificación. Nunca, Dios no lo
quiera, apostataré pero la asistencia a la iglesia es ahora una amarga prueba.
Presumiblemente en la semana posterior a Pascua discutirá con sus colegas obispos
los efectos de los ‘experimentos’. Por favor transmítales cuánta aflicción causan y rece por
mi perseverancia.
Sinceramente suyo,
Evelyn Waugh31

Arzobispo Heenan
Carta a Evelyn Waugh32

Casa del Arzobispo,


Westminster, Londres SW1.
17 de enero de 1965.

Carissime,
30
El cura párroco de Taunton.
31
El 2 de marzo, Waugh escribió a Nancy Mitford: “Las innovaciones en la Iglesia me angustian
profundamente”. (Mozley, op. cit., p. 497)
32
BL.
34

¡Ay de mí! Luego de una ausencia de tres meses he sido ciertamente incapaz
de ponerme al día con la correspondencia que me estaba esperando; y mucho menos
ocuparme de los que los americanos llaman correo entrante. Discúlpeme.
Habrá visto que le he pedido a cada párroco que convoque a una reunión
para recoger impresiones y reacciones de los fieles. En este momento la Misa es un
desordenado enredo.
He convocado una reunión de obispos para el mes que viene. Hay tantas
cosas que, coincido con Vd., son indeseables. Pero la enorme mayoría (así me dicen
mis sacerdotes) disfruta el inglés en la Misa; aún muchos que se oponían antes.
Con una afectuosa bendición y esperando verlo pronto nuevamente .

Devotamente,

+ John Carmel,
Arzobispo de Westminster

Evelyn Waugh
Carta a Lady Diana Cooper33
Combe Florey House
7 de febrero de 1965.

Querida,
. . . Es lindo ir a Roma. Están destruyendo todo lo que era superficialmente
atractivo en mi Iglesia. Es un gran dolor para mí y, por una vez, inmerecido. Si ves al
Cardenal Bea escúpele en el ojo.

Cariños,
Bo.

33
BL Add. Ms. 69798 f. 73.
35

Cardenal Heenan
Carta Pastoral con motivo del Concilio Vaticano.
Cuaresma, 1965.

John Carmel,Cardenal Presbítero de la Santa Iglesia Romana del título de San


Silvestre in Capite, por la Gracia de Dios y el favor de la Sede Apostólica, Arzobispo de
Westminster y Metropolitano, al Clero y al Pueblo de la Diócesis, salud y bendición en el
Señor.

Muy amados Hermanos y Queridos Hijos en Jesucristo:

El Concilio pronto habrá terminado. La fecha de la cuarta y última sesión ha sido


anunciada por el Papa. Probablemente no habrá otro Concilio en vuestra vida o en la mía.
Por lo tanto vale la pena discutirlo una vez más.
Se han dicho cosas duras acerca de este Concilio Vaticano Segundo. Algunos llegan
tan lejos como a decir que hubiesen deseado de corazón que no hubiese tenido lugar. Han
sido turbados por las críticas a la Iglesia realizada por sus propios hijos. Y sospechan que
algunos católicos, confundiendo la naturaleza del ecumenismo, están buscando aguar las
verdades de la Fe –especialmente aquellas relacionadas con el Santo Sacrificio de la Misa y
la Madre de Dios. Los conversos se quejan, no sin amargura, de que aquello que los atrajo a
la Iglesia está siendo quitado. Tienen en mente la seguridad espiritual que da la voz de una
Iglesia hablando con autoridad.
No hay dudas que esta angustia de mente y alma es genuina. Es importante en
consecuencia tratar de ver qué es lo que presumiblemente alcanzará el Concilio. El Papa
Juan ciertamente no previó cuando convocó el Concilio que éste iba a extenderse tanto.
36

Posteriormente lamentó la larga ausencia de los obispos de sus sedes. También lamentó lo
que se dijo o escribió para alarmar y desalentar a los fieles católicos. Pero nunca tuvo dudas
de que el Concilio es la obra de Dios. Él estaba convencido que había llegado el tiempo en
que la Iglesia debía cuidadosamente mirarse a sí misma para descubrir si era necesaria
alguna reforma y para buscar nuevas formas de acercar el mensaje de Cristo al mundo.
Ningún Papa hizo más que él para sanar las heridas de una Cristiandad dividida. El
Concilio fue su instrumento elegido para renovar a la Iglesia y promover la Unidad
Cristiana.
No debemos pretender que nada debía ser cambiado. La verdad en sí misma no
cambia pero el conocimiento de la verdad está siempre cambiando, de otro modo nunca
habría desarrollo de la doctrina Cristiana. Las costumbres también cambian. Vean, por
ejemplo, las alteraciones en la extensión del ayuno eucarístico. En una época el ayuno era
desde la medianoche. Luego se lo redujo a tres horas. Ahora la Iglesia nos pide sólo una
hora y en consecuencia cientos de miles reciben la Sagrada Comunión más frecuentemente.
Los cambios en la Misa han tenido un gran impacto en los fieles. Algunos se quejan
de que el uso del inglés en la Misa ha significado echar por la borda los beneficios de una
lengua universal en una Iglesia universal. Es cierto que algo se ha perdido al tener la
liturgia en inglés. Pero el Papa y los obispos de toda la Iglesia estaban convencidos de que
sería una inmensa ganancia para la mayor parte de los fieles que se utilizase su lengua
madre. Cualesquiera que sean nuestra preferencias personales, el hecho es que millones que
hasta entonces eran simples asistentes ahora están tomando parte activa en la Misa.
El Concilio ha traído cambios y para muchos católicos estos cambios son dolorosos.
Pero el cambio es casi siempre doloroso. Por ejemplo, la erradicación de las villas, que
obliga a gente mayor a cambiar suciedad por decente limpieza es frecuentemente resistida
al principio. Lo mismo pasa con el Concilio. Hay muchas cosas que causan malestar. Las
controversias están en el aire y cada hombre tiende a ser su propio teólogo. Frecuentemente
se emiten opiniones desconcertantes. Pero esto prueba lo que los católicos siempre han
sostenido: que existe libertad en la Iglesia. Durante un Concilio es necesario que haya
quienes, intentando estar a la moda del pensamiento, causen escándalo. Pero estas modas
pronto pasarán. El año próximo no serán los discursos ni los artículos los que cuenten sino
37

las decisiones de la Iglesia. Y al tomar decisiones el Concilio es guiado por el Espíritu


Santo de Dios.
Que esta Cuaresma sea un tiempo de oración ferviente y abnegación. Ofrezcan la
Misa diaria y la Santa Comunión para que Dios inspire a los obispos y teólogos del
Concilio a hablar y actuar con sabiduría y prudencia. El Concilio no es una reunión pública
de obispos. Es la Iglesia de Dios reunida para escuchar Su voz y obedecer Su voluntad. Este
Concilio es vuestro Concilio. Demos gracias a Dios por él e imploremos Su bendición
sobre su Santa Iglesia.

Dado en Westminster el 27 de Febrero, en la Fiesta de San Gabriel de la Dolorosa,


en el año del Señor de mil novecientos sesenta y cinco, y destinado a ser leído el Domingo
de Quincuagésima en todas las Misas, matutinas y vespertinas en todas las iglesias y
capillas de la Arquidiócesis34.

+ John Cardenal Heenan,


Arzobispo de Westminster

Evelyn Waugh
Carta a Mons. McReavy35
Combe Florey House
7 de febrero de 196536.

Reverendo Monseñor,
Le ruego disculpe que lo moleste. Lo hago porque se me ha dicho que se
caracteriza por dar experimentados consejos a laicos atribulados.

34
9 de febrero de 1964.
35
Amory, op. cit., pp. 630-631. Mons. McReavy contestaba consultas en el Clergy Review.
36
Jueves Santo.
38

Cuando fui instruido en la fe hace unos 35 años se me dijo que la obligación


de oír Misa en los días de precepto a) se aplica sólo a los que viven a tres millas de
la iglesia y que la invención del automóvil no ha modificado dicha disposición y
que b) la obligación se aplica sólo desde el Ofertorio hasta la Comunión del
Sacerdote.
¿Es ésta todavía la normativa?
No pregunto qué es lo mejor para mí; simplemente qué es lo mínimo a lo que
estoy obligado a hacer sin cometer pecado mortal. Encuentro que la nueva liturgia
es una tentación contra la Fe, la Esperanza y la Caridad pero nunca, Dios no lo
quiera, apostataré.
Incluyo un sobre para su amable respuesta37.

Su obediente siervo,
Evelyn Waugh.

Evelyn Waugh
Entrada del diario: Pascua, 1965.38

Un año en el que el proceso de transformación de la liturgia ha seguido un curso


planeado. Las protestas no sirven para nada. Una minoría de chiflados, a favor y en contra
de las innovaciones importa muchísimo. No creo que a la mayor parte de la gente le
importe un ardite.
Más que los cambios en la estética, que despojan a la Iglesia de poesía, misterio y
dignidad, se sugieren cambios en la Fe [sic] y en la moral que me alarman. Hay una clase
de anticlericalismo que busca reducir la posición sacramental única del sacerdote. Se
escribe acerca de la Misa como si fuese una ‘comida social’ en la que el ‘pueblo de Dios’
realiza la consagración.

37
Amory indica que la respuesta decía que Waugh estaba técnicamente en lo cierto en lo que respecta al
primer punto pero que la obligación se refería a la Misa completa.
38
Davie, op. cit., p. 793.
39

Ruego a Dios nunca apostatar pero ahora sólo puedo ir a la iglesia como un acto de
deber y obediencia – del mismo modo como un centinela en el Palacio de Buckingham es
apostado sin posibilidades de ser empleado en defender la vida de su soberano.
El Cardenal Heenan se ha mostrado doble en este asunto. Tuve una comida con él a
solas en la que expresó completa solidaridad con los conservadores y, según le entendí,
prometió resistencia a las innovaciones que ahora está llevando a cabo. ¿Cómo supone él
que la causa de la participación es promovida por medio de la prohibición de arrodillarse en
el Incarnatus durante el Credo?
La prensa católica no ha realizado oposición. No viviré para ver las cosas
enderezadas39.

Cardenal Heenan
Carta a Evelyn Waugh40

Casa del Arzobispo,


Westminster, Londres SW1.
12 de enero de 1966.

Mi querido Evelyn,

Rara vez cumplo con los propósitos para el año nuevo pero debo cumplir
con éste –escribirle. Quiero agradecerle todo lo que ha hecho por la Vieja Fe y desear que
haga aún más en el año que comienza.
Los recientes años han sido muy exigentes pero, reflexionando acerca del Concilio,
estoy seguro que ha sido Algo Bueno. La última sesión trajo cordura y espero que antes de
hayan transcurrido dos años comenzaremos a cosechar resultados.
Hágame saber cuando esté por venir a Londres. Quisiera compartir con Vd. una
cena anti-progresista.

39
El 5 de septiembre Waugh escribió a Nancy Mitford: “El emputecimiento de la Iglesia es muy penoso para
mí y para todos los que conozco. Escribimos a los diarios. No sirve de nada.” (Mosley, op. cit., p. 500)
40
BL.
40

Mi afectuosa bendición a su familia.

+ John Card. Heenan

Evelyn Waugh
Carta al Cardenal Heenan41
Combe Florey House
14 de enero de 1966.

Mi Señor Cardenal,
Muchas gracias por su amable carta, la cual me alienta a aferrarme a la Fe a
pesar de todo lo que se está haciendo para degradarla.
Es una alegría que esté de vuelta entre nosotros y que el Concilio haya
acabado. No puedo esperar que ninguno de los dos viva como para ver enmendados la
multitud de sus males. La Iglesia ha soportado y sobrevivido a muchos períodos oscuros.
Nuestra desgracia es vivir durante uno de ellos.
Por favor rece por mi perseverancia y por la de tantos católicos ingleses
angustiados y perplejos por los cambios que se les han impuesto.
Soy suficientemente afortunado de vivir mitad de camino entre dos
admirables parroquias. Mi cuñado se ha hecho Cristiano Ortodoxo.
Las seguridades que me dio cuando gentilmente me invitó a verlo en
Londres se han visto defraudadas, mas no tan desastrosamente como la prensa hace parecer.

Soy el obediente servidor de vuestra Eminencia,


Evelyn Waugh.

Evelyn Waugh

41
AAW, HE 1/142.
41

Carta a Lady Mosley42


Combe Florey House
9 de marzo, 1966

Muy querida Diana,


… he envejecido mucho en los últimos dos años. No enfermo sino debilitado. No
hay ningún lugar a donde quiera ir y no tengo ganas de hacer nada y soy consciente de ser
un completo pelmazo. El Concilio Vaticano me ha destrozado las entrañas . . .

Con amor,
Evelyn

Evelyn Waugh
Carta a Lady Mosley43
Combe Florey House
30 de marzo, 1966

Muy querida Diana,

. . . La Pascua significaba tanto para mí. Antes del Papa Juan y su Concilio –
ellos destrozaron la belleza de la liturgia. Todavía no me he rociado de nafta y prendido
fuego, pero ahora me aferro a la Fe tenazmente sin gozo. La asistencia a la Iglesia es un
puro alarde de deber. No viviré para verla restaurada. Es peor en muchos otros países. . .

Con amor,
Evelyn.

42
Amory, op. cit., p. 638.
43
Amory, op. cit., p. 639.
42

Evelyn Waugh
murió en su hogar el
domingo de Pascua de
1966 habiendo
retornado de la Misa
matutina celebrada en
latín por el P. Philip
Caraman, S. J.
R.I.P.

Margaret Waugh
Carta a Lady Diana Cooper44
Combe Florey House
Jueves de Pascua45.

Querida Lady Diana,

No se sienta demasiado acongojada por Papá. Pienso que fue una especie de
maravilloso milagro. Vd. sabe cuánto deseaba él morir; y morir como él el domingo de
Pascua, cuando toda la liturgia es acerca de la muerte y la resurrección, luego de una Misa
44
BL Add. Ms. 69798 f. 117.
45
14 de abril de 1966.
43

en latín y la Santa Comunión, es exactamente lo que deseaba. Estoy segura que pidió la
muerte en la Misa. Estoy muy, muy feliz por él.
Hablaba mucho de Vd. en sus últimos días. Estaba muy preocupado y molesto por
el robo que Vd. sufrió. Asimismo hablamos mucho acerca de nuestra estancia con Vd. en
Chantilly hace exactamente diez años.

Con todo mi amor,


Margaret.

A Mami le encantó su carta y pienso que luego le escribirá.

Laura Waugh
Carta a Lady Diana Cooper46
Combe Florey House
Jueves de Pascua47.

Querida Diana,

Muchas gracias por tu carta. Significabas tanto para Evelyn y lo entendías tan bien –
pienso que estuvo pidiendo la muerte desde hacía mucho tiempo y que no pudo haber
ocurrido de un modo más bello y feliz para él –sin ningún sufrimiento físico o enfermedad
–de tal modo que sólo puedo agradecer a Dios por esta gracia para Evelyn. Pero la vida
nunca volverá a ser lo mismo para nosotros sin él.
Habrá una Misa en su memoria el jueves48 en la Catedral de Westminster pero no iré
pues bien sé [sic] que siempre hemos detestado las pompas de la muerte. Pero por favor
reza una oración por él y por mí.

Con todo mi amor,

46
BL Add. Ms. 69798 f. 118.
47
El manuscrito no tiene fecha.
48
21 de abril de 1966.
44

Laura.

Cardenal Heenan
Intervención en el Sínodo de los Obispos, Roma.
Octubre, 1967.

Como todos los obispos ofrezco mi sincero agradecimiento al Consilium. Sus


miembros han trabajado bien y han dado lo mejor de sí. No puedo evitar preguntarme si el
Consilium tal como está constituido en este momento puede responder adecuadamente a las
necesidades de la hora. Porque la liturgia no es primariamente un asunto académico o
cultural. Es por encima de todo una cuestión pastoral puesto que concierne a la vida
espiritual de nuestros fieles. No conozco los nombres de los miembros del Consilium o, lo
que es más importante, los nombres de sus consultores. Pero después de haber estudiado la
así llamada Misa Normativa me resultó claro que pocos de ellos pueden haber sido curas
párrocos. No puedo pensar que nadie con experiencia pastoral pudo haber considerado la
Misa cantada como un asunto de primera importancia.
En casa no sólo mujeres y niños sino también padres de familia y hombres jóvenes
asisten regularmente a Misa. Si les ofreciésemos la clase de ceremonia a la cual asistimos
ayer en la Capilla Sextina (una demostración de la Misa Normativa49) pronto nos quedaría
sólo una concurrencia mayoritaria de mujeres y niños. Nuestra gente ama la Misa pero es a
la Misa baja sin salmos cantados y otras clases de embellecimientos a la que sobre todo se
encuentran ligados. Humildemente sugiero que el Consilium se asegure que el número de
sus miembros que viven en seminarios y comunidades religiosas no exceda el número de
aquellos con experiencia pastoral en parroquias ordinarias.
He aquí algunos pocos puntos que, únicamente por razones de tiempo –puesto que
sólo se nos permiten cinco minutos para comentarios– expongo tan brevemente que pueda
llegar a sonar brusco.
1. La regla de la oración es la regla de la fe. Si en la Misa hubiese más
énfasis en las lecturas bíblicas que en la plegaria Eucarística, la fe tanto
del clero como del pueblo se debilitaría.
49
24 de octubre de 1967. Una descripción y comentarios críticos acerca de la intervención del Cardenal
Heenan pueden encontrarse en Bugnini, op. cit., p. 347
45

2. Hoy día hay más necesidad que nunca de enfatizar la Presencia Real de
Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento. No debería realizarse ningún
cambio en la Misa que pareciese echar algún manto de duda sobre esta
doctrina.
3. Muchos obispos en este Sínodo han hablado acerca de la necesidad de
acudir al rescate de los fieles perturbados por los demasiado frecuentes
cambios en la Misa. En consecuencia debo preguntar que actitud tomará el
Consilium con relación a estas advertencias de los pastores de la Iglesia.
Confieso seriamente que temo que los liturgistas digan “estos obispos no
saben nada de liturgia”. Sería trágico que luego que los obispos se
hubiesen ido no se tuviese en cuenta sus opiniones.

4. En mi diócesis de Westminster – y en varias diócesis inglesas – la regla es


que por lo menos una Misa cada domingo sea celebrada en latín. Sería una
gran ayuda si el Consilium le explicase a toda la Iglesia cómo puede
preservarse la lengua latina. Si la Iglesia debe seguir siendo la Iglesia
Católica es esencial mantener una lengua universal.

5. Un gran número de Religiosas y no pocas parroquias han dedicado sus


vidas a la adoración perpetua del Santísimo Sacramento. A veces se
sienten ansiosas debido al peligro de que la Exposición del Santísimo
Sacramento, y tal vez, la Bendición, puedan algún día ser abolidas sobre la
base de que fueron introducidas muy recientemente en la historia de la
Iglesia. Una palabra de aliento y reaseguro por parte del Consilium sería
muy bien recibida.

6. Termino expresando, si se me permite, dos pensamientos acerca de los


Sínodos en el futuro. Espero, en primer lugar, que se les permita a las
Conferencias de Obispos discutir la agenda con su clero y fieles. Espero
también que en el próximo Sínodo otros obispos tomen nuestro lugar. De
46

tal modo es más probable que sean oídos los pareceres de los episcopados
de todo el mundo.

Cardenal Heenan
Carta Pastoral
Adviento, 1967.

John Carmel, Cardenal Presbítero de la Santa Iglesia Romana del título de San
Silvestre in Capite, por la Gracia de Dios y el favor de la Sede Apostólica, Arzobispo de
Westminster y Metropolitano, al Clero y al Pueblo de la Diócesis, salud y bendición en el
Señor.

Muy amados Hermanos en Cristo:

En el Concilio Vaticano hubo casi tres mil participantes y fue difícil tener
verdaderos debates. En el reciente Sínodo de Obispos nuestro número fue lo
suficientemente reducido como para reunirnos a todos en una sala del Vaticano. Estuvimos
en condiciones de discutir las cuestiones íntima y exhaustivamente. Los resultados de
nuestras reuniones fueron enviados al Sumo Pontífice quien los estudiará apenas se haya
recuperado de su operación. El Sínodo, como sabéis, fue convocado para aconsejar al Papa
y sin dudas él anunciará sus decisiones en el transcurso del próximo año.
Una de las cuestiones en discusión fue la liturgia. Obispos de todo el mundo
coincidieron en que grandes beneficios han venido del uso de la lengua madre en la Misa.
Los fieles han comenzado a tener un papel mucho más activo en el Santo Sacrificio. Los
niños, especialmente, muestran gran entusiasmo ahora que pueden seguir la Misa en su
propia lengua. Muchos obispos, sin embargo, hablaron de la pérdida para toda la Iglesia
que significaría la desaparición de la Misa Latina. Sería trágico que la Iglesia Católica
careciese de una lengua universal para el culto. Podría llegar a considerársela como una
iglesia nacional en cada país. Tuve el gusto de poder expresarle ante el Sínodo que en
Westminster tenemos una Misa latina en cada iglesia cada domingo.
47

Pero mientras que es importante no dejar que muera la Misa latina, no es menos
importante hacer la Misa en inglés lo más perfecta posible. Actualmente es más bien una
mezcolanza con su mixtura de inglés y latín. La Santa Sede nos ha dado ahora libertad para
decir todas las palabras de la Misa en inglés.
El Papa quiere que los países del mismo grupo lingüístico usen la misma traducción.
Cuando el Concilio estaba todavía en sesión establecimos una comisión de sacerdotes y
laicos, expertos en liturgia o en lengua inglesa. Su tarea era producir una traducción
aceptable para todos los países de habla inglesa. No es sencillo hacer coincidir en un texto
común a gente acostumbrada a los modismos de Londres, Washington o Sydney. Esa es
una de las razones por las cuales hemos tenido que esperar tanto tiempo para tener una
traducción común del Canon, la parte más importante de la Misa. No se escatimó esfuerzo
para estudiar la mejor manera posible de expresar el sentido del texto latino en inglés.
El resultado es una traducción precisa, clara y digna. Escuchen atentamente la nueva
traducción. Lleva tiempo acostumbrarse a algo nuevo. En consecuencia no abran juicio
demasiado pronto acerca de la nueva versión. Debemos darle una razonable oportunidad. Si
no os gusta se le dirá al comité internacional para el inglés en la liturgia que lo intente
nuevamente. Esta versión, en todo caso, es experimental. La reforma final de la liturgia está
todavía por venir.
Sin embargo, espero que éste será el último cambio por mucho tiempo. Obispo tras
obispo se ha levantado durante el Sínodo quejándose de que su gente está absolutamente
cansada de los constantes cambios. No se les ocurra imaginar que sus obispos aprueban el
cambio por el hecho del cambio. Estamos más que ansiosos por terminar con la confusión
que las alteraciones en la Misa han traído. Por sobre todas las cosas queremos que se os
deje en paz para adorar a Dios del modo que vosotros sabéis y amáis. Pero la reforma fue
necesaria. Cuando tengamos la Misa en un estilo simple y con un bello lenguaje todas las
molestias causadas por los experimentos habrán demostrado valer la pena.
La Misa que estamos esperando en estos días es la que fue llamada Misa de Cristo.
Ese era el antiguo nombre de la Navidad50. Estaréis presentes en mis tres Misas y en todas
mis oraciones en el día de Navidad. Por favor, tenedme presente en las vuestras y pedid a
Dios que me dé la gracia de servirlo a Él y a vosotros en el próximo año. Os agradezco

50
Juego de palabras en inglés entre Christ’s Mass y Christmas. N. del Tr.
48

nuevamente las oraciones que elevasteis durante mi enfermedad. Es realmente gozoso estar
de vuelta con mis sacerdotes y mi pueblo. Que Dios bendiga a cada familia de la diócesis
en esta Navidad y en el año entrante.

Dado en Westminster el 21 de noviembre, en la Fiesta de la Presentación de


Nuestra Señora, en el año del Señor de mil novecientos sesenta y siete, y destinado a ser
leído el Primer Domingo de Adviento en todas las Misas, matutinas y vespertinas en todas
las iglesias y capillas de la Arquidiócesis51.

+ John Cardenal Heenan,


Arzobispo de Westminster

Cardenal Heenan
Carta Pastoral sobre la
Nueva Liturgia y el Sínodo de los Obispos
Septiembre, 1969.

John Carmel, Cardenal Presbítero de la Santa Iglesia Romana del título de San
Silvestre in Capite, por la Gracia de Dios y el favor de la Sede Apostólica, Arzobispo de
Westminster y Metropolitano, al Clero y al Pueblo de la Diócesis, salud y bendición en el
Señor.

Muy amados Hermanos en Cristo:


Todos hemos escuchado a la gente decir: “¿Por qué no dejan a la Misa
tranquila?¿Por qué todos estos cortes y cambios?” Esta mañana quisiera decirles en pocas
palabras por qué.
El Concilio estaba en lo correcto al reformar la liturgia. Tomemos, por ejemplo, el
uso del latín. Aún aquellos que saben latín son conscientes que las palabras de la Misa

51
3 de diciembre de 1967.
49

tienen más significado para ellos en su propio lenguaje. Sería por supuesto triste si se
obstruyese la determinación del Concilio de mantener el latín como la lengua del Rito
Romano. Esa es la razón por la que en la diócesis de Westminster las parroquias tienen por
lo menos una Misa en latín cada domingo –por supuesto que esto solo no va a preservar la
liturgia latina. Pero no es momento para que la Iglesia pierda su lengua universal. Los
viajes no son más el monopolio de los ricos. Muchos de vosotros habéis viajado al exterior
–aunque sea a Lourdes. Espero que los católicos en todas partes puedan ser capaces de
cantar el Credo todos juntos en latín.
No obstante es un hecho que el uso de la lengua vernácula ha acercado la Misa al
pueblo. Los niños pueden seguir la Misa aún antes de aprender a leer un misal. Las monjas
que preparan las hostias me dicen que las parroquias están continuamente incrementando
los pedidos. Muchos miles están recibiendo la Santa Comunión regularmente. Éste es uno
de los espléndidos resultados de las reformas litúrgicas.
Todo esto es cierto pero no responde a la pregunta “¿Por qué la Misa sigue
cambiando?” Ésta es la respuesta. Hubiese sido temerario introducir los cambios todos
juntos. Algunos entusiastas dijeron que los obispos estaban “arrastrando los pies”. Pero era
evidentemente más sabio cambiar gradual y suavemente. Si todos los cambios se hubiesen
producido al unísono os hubieseis conmocionado. Ahora estamos llegando a la etapa final
de la reforma y no experimentareis dificultades. Entre la fecha de hoy y la Cuaresma
vuestro sacerdote os dará diversas instrucciones acerca de la liturgia. Su aspecto se
mantendrá casi igual pero la Misa será más simple y un poco más corta. Habrá más
variedad en las lecturas de la Escritura y la feligresía estará más unida al sacerdote. En
consecuencia en el futuro el sacerdote y el pueblo rezarán juntos “Yo confieso”. Ése es un
ejemplo de los cambios visibles que encontraréis en esta reforma final de la Misa.
Cuando hablo de reforma “final” me refiero principalmente al Ordinario de la Misa
en el cual probablemente no habrá revisión ulterior hasta que, con el transcurso de los
siglos, el lenguaje y las costumbres sociales la requieran. No estoy sugiriendo que ahora la
liturgia se vuelva completamente rígida. Habrá, espero, nuevas formas de la Misa diseñadas
para los niños, los enfermos, los sordos y los mudos, los ciegos y tal vez otros grupos
especiales. Mientras tanto están siendo compuestas y traducidas hermosas nuevas plegarias
para usar en el Bautismo, el Matrimonio y otros sacramentos. El progreso litúrgico
50

continuará. Sin embargo, vuestra Misa dominical no volverá a cambiar durante el


transcurso de vuestras vidas. En poco tiempo os acostumbraréis al nuevo Ordinario de la
misa y estoy seguro que lo estimareis. Una vez más tendremos razones para agradecer a
Dios por el Concilio Vaticano Segundo . . . 52

Dado en Westminster el 15 de septiembre, en la Fiesta de Nuestra Señora de los


Dolores, en el año del Señor de mil novecientos sesenta y nueve, y destinado a ser leído el
Vigésimo Domingo después de Pentecostés en todas las Misas, matutinas y vespertinas en
todas las iglesias y capillas de la Arquidiócesis53.

+ John Cardenal Heenan,


Arzobispo de Westminster

Apéndice

Declaración Oxoniense acerca de la Liturgia

Emitida por el Foro Litúrgico


Del Centro para la Fe y la Cultura
En Westminster College, Oxford,
A la finalización de la Conferencia del año 1996,
“Más allá de lo prosaico”54

1. Reflexionando acerca de la historia de la renovación y reforma litúrgica


desde el Concilio Vaticano Segundo, el Foro de Liturgia reconoce que ha
habido muchos resultados positivos. Entre estos puede mencionarse la
introducción de la lengua vernácula, la apertura del tesoro de las Sagradas

52
El Cardenal Heenan luego dedica dos parágrafos al próximo Sínodo de Obispos, cuya temática no pertenece
a la materia de este libro.
53
12 de octubre de 1969.
54
Varias ponencias de esta conferencia han sido publicadas en Beyond the Prosaic: Renewing the Liturgical
Movement (Stratford Caldecott ed., T.& T. Clark, 1998).
51

Escrituras, el incremento de la participación en la liturgia y el


enriquecimiento del proceso de la iniciación Cristiana. Sin embargo, el
Foro concluyó que el movimiento litúrgico preconciliar así como las
manifiestas intenciones de la Sacrosantum Concilium se han visto en
buena medida frustrados por poderosas fuerzas contrarias, que podrían ser
descritas como burocráticas, filisteas y secularistas.

2. El efecto ha sido privar al pueblo católico de mucho de su herencia


litúrgica. Ciertamente muchas tradiciones antiguas de música sacra, arte y
arquitectura no han sido sino destruidas. Sacrosantum Concilium dio un
lugar de honor al Canto Gregoriano (Sección 116), sin embargo en
muchas partes esta “teología cantada” de la liturgia Romana ha
desaparecido sin dejar rastros. Nuestra herencia litúrgica no es un
embellecimiento superficial del culto sino que ha de ser considerado
verdaderamente como algo intrínseco al mismo, como también lo es para
el proceso de transmisión de la fe católica en la educación y la
evangelización. La liturgia no puede separarse de la cultura; es la fuente
viviente de la civilización Cristiana y tiene en consecuencia profunda
significación ecuménica.

3. El empobrecimiento de nuestra liturgia luego del Concilio es un hecho aún


no suficientemente admitido o comprendido, para el cual la necesaria
respuesta debe ser un renacimiento del movimiento litúrgico y el
comienzo de un nuevo ciclo de reflexión y reforma. El movimiento
litúrgico que representamos está preocupado por el enriquecimiento,
corrección y resacralización de la práctica litúrgica Católica. Está
preocupado por una renovación de la escatología, cosmología y estética
litúrgicas, y por una recuperación del sentido de lo sagrado –consciente de
que la ley del orar es la ley del creer. Esta renovación será asistida por una
más cercana y profunda vinculación con las tradiciones litúrgicas,
teológicas e iconográficas del Oriente Cristiano.
52

4. El movimiento litúrgico redivivo pide la promoción de la Liturgia de las


Horas, celebrada en forma cantada como una acción de la Iglesia en
catedrales, parroquias, monasterios y familias, y de la Adoración
Eucarística, ya difundida en muchas parroquias. De esta manera, la
Palabra Divina y la Presencia de la realidad de Cristo en la Misa podrá
resonar todo a lo largo del día, haciendo de la cultura humana una morada
para Dios. En el corazón de la Iglesia en el mundo debemos ser capaces de
encontrar esa contemplación amorosa, ese silencio adorante, que es el
complemento esencial para la palabra hablada de la Revelación, y la llave
para la participación activa en los sagrados misterios de la fe55.

5. Llamamos a un mayor pluralismo en los ritos y usos católicos, de tal modo


que todos estos elementos de nuestra tradición puedan florecer y sean más
ampliamente conocidos durante el período de reflexión y retorno a las
fuentes que tenemos por delante. Si el movimiento litúrgico ha de
prosperar debe procurar ponerse por encima de diferencias de opinión y
gustar aquella unidad que es el don del Espíritu Santo al Cuerpo de Cristo.
Aquellos que aman la tradición Católica en su plenitud deberían esforzarse
por trabajar juntos en caridad, llevando las cargas los unos a los otros en la
luz del Espíritu Santo, y perseverando en la oración con María la Madre
de Jesús.

6. Esperamos que cualquier reforma litúrgica futura no será impuesta a los


fieles sino que procederá con la mayor cautela y consideración al sensus
fidelium, desde una cabal comprensión de la naturaleza orgánica de las
tradiciones de la Iglesia56. Nuestro trabajo debe ser sostenido por la
plegaria, la educación y el estudio. No debe ser emprendido con apuro ni
nada que no sea un espíritu sereno. No importa qué dificultades haya por
delante, la gloria del Misterio Pascual –el amor de Cristo, su sacrificio
55
Cf. Orientale Lumen, 16.
56
Sacrosanctum Concilium, 16.
53

cósmico y su confianza de niño en el Padre –brilla a través de toda liturgia


Católica para todos aquellos que tienen ojos para ver, y en esta inmerecida
gracia aguardamos el retorno de la primavera.

29 de junio de 1996,
San Pedro y San Pablo.

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy