Tema 5
Tema 5
Tema 5
LA CADENA CINEMATICA
CONCEPTOS GENERALES
El motor
El sistema de transmisión.
Formado por:
El embrague
La caja de cambios o caja de
velocidades
El eje de transmisión,
El grupo cónico-diferencial,
formado por un grupo cónico y
un diferencial, y
Los palieres o semiárboles,
Las ruedas motrices.
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Newtons x metro = Nm.
Par Motor
Las dos características que mejor describen las prestaciones de un motor de combustión
interna de un vehículo son sus curvas de potencia máxima y de par motor máximo.
El concepto de par se puede entender como una fuerza de rotación aplicada al final de un eje
giratorio. Por ejemplo, la fuerza que se hace para girar un destornillador a la hora de enroscar
un tornillo es un par. Cuanto más par se desarrolle, más se podrá apretar el tornillo.
El par motor: Es el par desarrollado por el motor en cada instante y medido en el final
del cigüeñal, volante de inercia o primario del embrague. Se produce debido a la
combustión del carburante en los cilindros, por lo que, en general, cuando más se
apriete el acelerador mayor será el par obtenido.
El par en rueda: Es el par que se aplica en la rueda, proporcionando la fuerza de tracción que
será la que realmente mueva el vehículo. Es diferente al par motor, puesto que la caja de
cambios se encarga de multiplicarlo, ya que, como se verá después, al reducir la velocidad de
giro en la caja se multiplica el par.
El Par Motor Máximo, que es el dado habitualmente proporcionado por los fabricantes, es la
máxima fuerza de giro que puede proporcionar el motor. Se da solamente en unas condiciones
determinadas:
A cargas parciales, es decir, sin el acelerador a fondo, no se puede obtener el par máximo del
motor.
En todos los motores, la curva de par empieza ascendiendo hasta llegar al régimen al que el
motor rinde el par máximo. A partir de ese momento, el par empieza a decrecer
progresivamente.
POTENCIA
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Cuanta más potencia tenga un motor, más trabajo podrá realizar en el mismo tiempo. Con un
motor más potente, un camión puede:
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la potencia y la masa máxima transportada serán fundamentales a la hora del consumo de
carburante.
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La zona de consumo específico
mínimo está situada normalmente
en regímenes ligeramente
inferiores al de par máximo o en la
zona más baja del mismo y con el
acelerador bastante apretado,
aunque no a fondo (en torno a las
3/4 partes de su recorrido).
El régimen de consumo mínimo
baja cuando el acelerador está
menos apretado. Por lo tanto,
mantener el motor en condiciones
de trabajo cercano a las de menor
consumo específico proporciona menores consumos para una misma cantidad de energía
producida.
En estas condiciones el motor aprovechará mejor el carburante, por lo que el vehículo
consumirá menos haciendo el mismo trabajo o, lo que es lo mismo, realizando el mismo
trayecto.
Las "curvas equiconsumo" dan información sobre las zonas de mínimos consumos de
potencia entregada.
Si sobre dichas curvas se superponen las de respuesta del motor a varias posiciones del pedal
del acelerador, se puede ver que, a potencia constante, existe una zona de régimen de giro
donde el consumo específico es mínimo y, por tanto, si se circula en estas condiciones, lo será
también el consumo medio en l/100km. Esta zona se corresponderá con la parte inferior de la
zona verde del cuentarrevoluciones.
Un vehículo necesita más potencia para ir a mayor velocidad, pues aumentan las resistencias
aerodinámicas y de rodadura. En la situación de circulación a una determinada velocidad se
necesita una cantidad fija de potencia entregada por el motor.
Si el vehículo circula, por ejemplo, a 40 km/h, se observa que la potencia necesaria para
circular se puede obtener de distintas formas:
A altas revoluciones, circulando en relaciones de marcha que no son las más largas y
con el pedal acelerador poco pisado.
A más bajas revoluciones, circulando en marchas más largas y con el acelerador
pisado en mayor medida, concretamente, en torno a las 3/4 partes de su recorrido.
Así pues, en su último supuesto, el motor trabajará en la zona de mínimos consumos
específicos del orden de 200 g/kwh, consumiendo considerablemente menos que en el primer
caso, donde los consumos específicos rondarían los 230 g/kwh.
Cada situación exige una velocidad diferente y una
determinada fuerza de tracción en las ruedas motrices
que se traduce en una potencia diferente solicitada por el
motor. La fuerza de tracción debe vencer las resistencias
a la rodadura, aerodinámica, aceleración y pendiente que
cada situación determine.
Conociendo aproximadamente las curvas equiconsumo
del motor para la entrega de una determinada potencia, se
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podrá saber en qué rangos de revoluciones y grados de carga del pedal acelerador el motor
consume menos.
Las zonas de menores consumos específicos de un motor son las que los fabricantes indican
con el color verde en el cuentarrevoluciones. Los mínimos consumos se corresponden con
regímenes de motor de la zona inferior de par máximo o algo menores en motores modernos.
Este régimen varía según la cilindrada de los motores entre las 1000 y 1500 r/min.
Por tanto, en cada situación del tráfico la potencia resistente debe ser proporcionada por el
motor, seleccionando entre las posibles condiciones de su funcionamiento (definidas por la
relación de marchas seleccionada, la posición del pedal acelerador y el régimen de giro del
motor), la que permita obtener un menor consumo de carburante, siempre sin salirse de la
zona de par máximo.
No se debe circular con el motor funcionando por debajo de la zona de par máximo, es decir,
por debajo de la zona verde del cuentarrevoluciones, ya que los vehículos suelen presentar
una brusca caída de par al entrar en esta zona, lo que se podría dar lugar a problemas por
falta de respuesta ante distintas situaciones del tráfico.
Por lo tanto, el mínimo consumo se obtendrá manteniendo el motor en la zona de mínimos
consumos específicos (habitualmente la zona verde del cuentarrevoluciones) y con bajas
demandas de potencia. Es decir, minimizando el régimen sin salirse de la zona verde del
cuentarrevoluciones.
Zona de utilización óptima de un cuentarrevoluciones.
Habitualmente los aparatos cuentarrevoluciones de los vehículos industriales tienen
resaltados varias zonas con diferentes colores, entre ellas una de color verde suele abarcar
desde el punto de inicio del par máximo, por su izquierda, hasta el punto de finalización de la
potencia máxima, por su derecha.
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alcanza un mejor equilibrio entre la cantidad de aire que hay en el cilindro, la cantidad de
carburante que se inyecta y el tiempo necesario para quemarlo, por tanto, se consigue un
mayor aprovechamiento del carburante.
Normalmente se debe conducir de modo que la aguja del cuentarrevoluciones se
encuentre dentro de la zona verde, dado que, los consumos específicos más reducidos
que se van conseguir determinaran un menor consumo final por km. recorridos
OTRAS VENTAJAS DE LA ZONA VERDE- La cantidad de humos y residuos expulsados por el
tubo de escape es más bajo. El desgaste
mecánico de las piezas es menor al ser más
reducido su rozamiento, pues el sistema de
lubricación realiza mejor su función. No es
conveniente circular con la aguja por debajo de
la zona verde, ya que se produce una caída
importante del par motor, lo que dificulta una
respuesta adecuada del vehículo ante las demandas del tráfico.
ZONA EN COLOR ROJO- Otra zona del cuentarrevoluciones es la zona de color rojo que
comprende la parte de máximas revoluciones.
Se ha de evitar la entrada en ella porque, aparte de dispararse el consumo, el motor puede
resultar dañado, sobre todo si se mantienen un tiempo largo. Para proteger el motor, los
vehículos suelen disponer de un mecanismo que corta la inyección de combustible cuando se
alcanza un cierto nº de revoluciones.
ZONA AMARILLA Algunos cuentarrevoluciones también cuentan con una zona de color
amarillo, u de otro color; de este modo se indica el área de utilización del freno motor.
Motores y contaminación.
Hace muchos años que se sabe que los motores diésel son más contaminantes que los de
gasolina y las alertas en su contra son cada vez más visibles tanto por parte de la
administración pública como de asociaciones medioambientales.
Está demostrado que los motores diésel son más eficientes que los de gasolina desde el punto
de vista de convertir combustible en movimiento. Esto implica un menor consumo a costa de
motores con menor potencia. Muchas marcas, para incrementar la potencia de sus motores
diésel inyectan mucho más aire en la mezcla con el combustible, de ahí el hecho de que a día
de hoy casi todos los diésel tengan turbo. Esta inyección de aire sirve para aumentar la
proporción de oxígeno en la mezcla, sin embargo, este incremento de oxigeno implica también
un incremento de nitrógeno. La combustión del oxígeno y el combustible no es perfecta y parte
del oxígeno queda sin quemar, entonces debido a las altas presiones y temperaturas usadas
por este tipo de motores el nitrógeno se combina con el oxígeno no quemado generando los
perniciosos óxidos y dióxidos de nitrógeno normalmente llamados NO2. Además, el diésel
contiene partículas, algunas de ellas nano partículas que no se queman y van junto con el NO2
a la atmósfera.
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Durante años se ha
dicho que los motores
diésel son mejores para
el medio ambiente dado
que generan menos
CO2 y así inciden en
menor medida en el
calentamiento global.
Sin embargo, hay que
decir que el CO2 es
inocuo para nosotros
mientras que el NO2 y
las partículas afectan directamente a nuestra salud. Obviamente hay gases tóxicos en el
humo que desprenden estos motores, sin embargo, el NO2 y las nano partículas han tomado
especial relevancia por sus efectos.
Por ejemplo, el NO2 tiene la capacidad de combinarse con otros compuestos que hay en la
atmósfera y genera dificultades respiratorias en personas sensibles, inflama los
pulmones pudiendo desencadenar asma y bronquitis, aumenta el riesgo de ataques
cardíacos, accidentes cerebrovasculares, etc.
Por otro lado, las nano partículas, de las cuales nuestro cuerpo es incapaz de protegerse, van
taponando los bronquios y alvéolos al respirarlas, lo cual produce una disminución de la
capacidad de oxigenación de la sangre.
¿Y qué hace la UE para protegernos de todos estos contaminantes?
Pues básicamente hace normativas que limitan las emisiones. Actualmente las normativas
referidas a los motores diésel y gasolina permiten niveles máximos de contaminación muy
parecidos.
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Atención, esto no implica que ambos motores contaminen igual, estamos hablando de niveles
máximos. Por ejemplo, en la gráfica siguiente se puede ver la evolución de las normativas
para motores diésel en cuanto a NO2, hidrocarburos, CO y partículas.
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Catalizador de oxidación (DOC). Esta tecnología se basa en la oxidación de los
contaminantes una vez son expulsados. Concretamente oxida los restos de
hidrocarburos, el monóxido de carbono (CO) y algunas de las partículas solubles. Se
estima que las reducciones de emisiones debido a la utilización del DOC se sitúan entre
alrededor de un 20% y un 50% en el caso de partículas y entre un 60% y un 90% en el
caso de los hidrocarburos y del monóxido de carbono.
Filtros antipartículas (DPF). Estos filtros capturan partículas y después las oxidan. Los
hay de dos tipos, difieren
en la forma en que oxidan
las partículas. En un filtro
pasivo, se utiliza un
catalizador que reduce la
temperatura necesaria
para que los gases de
escape oxiden la materia.
En un sistema activo, las partículas se oxidan debido al calor, tan pronto como el filtro
se llena. El calor se suministra de fuentes externas, como un calentador eléctrico.
Actualmente, un modelo común consiste en combinar un DOC y un DPF en un único
elemento. Este modelo puede reducir los hidrocarburos, el monóxido de carbono y las
partículas en un 90%. El inconveniente de estos filtros es que muchas veces acaban
taponándose y los propietarios al ver el coste muchas veces deciden simplemente no
repararlo eliminándolo.
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Sistema de reducción catalítica selectiva (SCR). Este sistema funciona de manera muy
similar a los catalizadores de oxidación, pero utiliza un agente exterior para catalizar
y reducir los NO2 a nitrógeno y agua, que son inocuos. La reducción catalítica selectiva
utiliza amoniaco (en forma de urea comercialmente llamada AdBlue) que se
suministra en dosis pequeñas. Esto requiere de un sistema de vigilancia cuidadosa,
dado que la cantidad de urea debe ajustarse con precisión a la cantidad de NO2. Si esto
no se vigila adecuadamente, se expulsará el exceso de amoniaco, el cual es toxico. La
urea se suministra desde un tanque en el propio vehículo que debe rellenarse cada
cierto tiempo, se estima que el coste en urea ronda los 30 euros anuales. La reducción
catalítica selectiva reduce las emisiones de NOx entre un 75% y un 90%.
Para circular a una determinada velocidad, es necesario que el motor proporcione una
cantidad potencia. Esta potencia se puede obtener de distintas formas que, en definitiva, se
resumen en dos; circular en marchas cortas y con el motor muy revolucionado o, por el
contrario, circular en marchas más largas con el motor poco revolucionado.
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Para elegir la
forma en la que se
transmite la
potencia
necesaria en cada
situación tenemos
la caja de cambio
de velocidades.
Que con los
engranajes que
dispone, perite
variar la relación
entre el nº de
revoluciones del
motor t el nº de
revoluciones de
las ruedas
motrices y, con
ello, el parque llega a las ruedas.
Nivel de aceite bajo. En un país como España, donde suele hacer calor, el cambio
automático trabaja a una altísima temperatura, lo que degrada el aceite a una mayor
velocidad, lo que puede terminar dañando los engranajes y mecanismos que lo
componen.
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Cajas de cambio automáticas
Embrague hidráulico
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mueve el aire y lo proyecta como impulsor o bomba sobre el otro ventilador (2) que está
sin conectar; éste último, al recibir el aire, se pone a girar como una turbina.
Está constituido, como puede verse en la figura inferior, por dos coronas giratorias
(bomba y turbina) que tienen forma de semitoroide geométrico y están provistas de unos
tabiques planos, llamados alabes. Una de ellas, llamada rotor conductor, va unida al
árbol motor por medio de
tornillos y constituye la bomba
centrífuga; la otra, unida al
primario de la caja de cambios
con giro libre en el volante,
constituye la turbina o corona
arrastrada.
Ambas coronas van alojadas en
una carcasa estanca y están
separadas por un pequeño
espacio para que no se produzca
rozamiento entre ellas.
Funcionamiento
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velocidad sin que exista apenas resbalamiento entre ambas (éste suele ser de un 2 %
aproximadamente con par de transmisión máximo).
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Como contrapartida de estos inconvenientes, la utilización del embrague hidráulico
presenta las siguientes ventajas:
Ausencia de desgaste.
Duración ilimitada, incluso mucho mayor que la vida útil del vehículo.
Las vibraciones por torsión en la transmisión están fuertemente amortiguadas,
cualidad muy importante para su utilización en los motores Diésel.
Arranque muy suave, debido a la progresividad en el deslizamiento.
Bajo coste de entretenimiento, no exigiendo más atención que el cambio
periódico de aceite cada 15 000 o 20 000 km.
Convertidor de par
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Funcionamiento
Al girar la bomba accionada directamente por el movimiento del cigüeñal, el aceite se
impulsa desde la rueda de bomba hasta la rueda turbina. A la salida de ésta el aceite
tropieza con los alabes del reactor que tienen una curvatura opuesta a los de las ruedas
de bomba y turbina. Esta corriente de aceite empuja al reactor en un giro de sentido
contrario al de la bomba y la turbina. Como el reactor no puede realizar ese giro ya que
está retenido por la rueda libre, el aceite se frena y el empuje se transmite a través del
aceite sobre la bomba. De esta forma mientras exista diferencia de velocidad de giro
entre la bomba y la turbina el momento de giro (par) será mayor en la turbina que en la
bomba. El par cedido por la turbina será pues la suma del transmitido por la bomba a
través del aceite y del par adicional que se produce por reacción desde el reactor sobre
la bomba y que a su vez es transmitido de nuevo sobre la turbina. Cuanto mayor sea la
diferencia de giro entre turbina y bomba mayor será la diferencia de par entre la entrada
y la salida del convertidor, llegando a ser a la salida hasta tres veces superior.
Conforme disminuye la diferencia de velocidad va disminuyendo la desviación de la
corriente de aceite y por lo tanto el empuje adicional sobre la turbina con lo que la
relación de par entre salida y entrada va disminuyendo progresivamente.
Cuando las velocidades de giro de turbina e impulsor se igualan, el reactor gira incluso
en su mismo sentido sin producirse ningún empuje adicional de forma que la
transmisión de par no se ve aumentada comportándose el convertidor como un
embrague hidráulico convencional. A esta situación se le llama "punto de embrague"
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La ventaja fundamental del convertidor hidráulico de par sobre el embrague hidráulico
es que el primero permite, en situaciones donde se necesita mayor tracción como subida
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de pendientes o
arranques, el
movimiento del reactor
con lo que el par
transmitido se ve
aumentado respecto al
proporcionado por el
motor en caso de
necesidad. Además, el
convertidor hidráulico
amortigua a través del
aceite cualquier
vibración del motor
antes de que pase a cualquier parte de la transmisión.
A pesar de ser el convertidor hidráulico un transformador de par, no es posible su
utilización de forma directa sobre un vehículo ya que en determinadas circunstancias de
bajos regímenes de giro tendría un rendimiento muy bajo. Además, no podría aumentar
el par más del triple. Todo esto obliga a equipar a los vehículos, además de con un
convertidor, con un mecanismo de engranajes planetarios que permitan un cambio casi
progresivo de par.
Engranaje planetario
También llamado "engranaje epicicloidal", son utilizados por las cajas de cambio
automáticas. Estos engranajes están accionados mediante sistemas de mando
normalmente hidráulicos o electrónicos que accionan frenos y embragues que controlan
los movimientos de los distintos elementos de los engranajes.
La ventaja fundamental de los engranajes planetarios frente a los engranajes utilizados
por las cajas de cambio manuales es que su forma es más compacta y permiten un
reparto de par en distintos puntos a través de los satélites, pudiendo transmitir pares
más elevados.
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dentado interior en los satélites y encierra todo el tren epicicloidal. El eje central es
también centro de giro para la corona.
Estos tres componentes (planeta, satélites y corona) del tren epicicloidal pueden
moverse libremente sin transmitir movimiento alguno, pero si se bloquea uno de los
componentes, los restantes pueden girar, transmitiéndose el movimiento con la relación
de transmisión resultante según la relación existente entre sus piñones. Si se bloquean
dos de los componentes, el conjunto queda bloqueado, moviéndose todo el sistema a la
velocidad de rotación recibida por el motor.
Las relaciones que se pueden obtener en un tren epicicloidal dependen de si ante una
entrada o giro de uno de sus elementos existe otro que haga de reacción. En función de
la elección del elemento que hace de entrada o que hace de reacción se obtienen cuatro
relaciones distintas que se pueden identificar con tres posibles marchas y una marcha
invertida. El funcionamiento de un tren epicicloidal es el siguiente:
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4ª relación: si el movimiento entra por el planetario y se frena el portasatélites,
se provoca el giro de los planetarios sobre su propio eje y a su vez estos producen
el movimiento de la corona en sentido contrario, invirtiéndose el sentido de giro
y produciéndose una desmultiplicación grande.
Salida de
1ª Fija Impulsión Grande
fuerza
Salida de
2ª Fijo Impulsión Menor
fuerza
Salida de
4ª Impulsión Fijo Inversión de giro
fuerza
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Invirtiendo la entrada y la salida en las relaciones de desmultiplicación se obtendrían
relaciones de multiplicación.
Estas relaciones se podrían identificar con las típicas marchas de un cambio manual,
sin embargo, se necesitarían para ello distintos árboles motrices por lo que en la
aplicación de un tren epicicloidal a un automóvil las posibilidades se reducen a dos
marchas hacia delante y una hacia atrás. La entrada del par motor se realizaría por el
planetario y la salida por el portasatélites o la corona. La primera relación descrita y la
tercera serían la 1ª marcha y la directa respectivamente y la cuarta relación seria la
marcha atrás.
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Caja de cambios automática Hidramatic
Esta caja cuenta con cuatro velocidades y marcha atrás, está formada por un embrague
hidráulico o convertidor de par y tres trenes de engranajes epicicloidales (I - II - III), que
comunican movimiento del motor al árbol de transmisión de forma automática y
progresiva según la velocidad del vehículo.
La corona (C1) del tren de epicicloidal (I) es solidaria al volante de inercia (4) y recibe,
por tanto, el movimiento directamente del motor. Los satélites (B1) van unidos a la
bomba (P) del embrague hidráulico y a la corona (C2) del segundo tren de engranajes (II)
por medio del embrague (E2). El planetario (A1) puede ser frenado por la cinta de freno
(F1) o hacerse solidario a los satélites (B1) por medio del embrague (E1).
La corona (C2) del tren (II), puede ser frenada por la cinta de freno (F2) o hacerse
solidaria a los satélites (B1) por medio del embrague (E2). Los satélites (B2) se unen
directamente al eje de transmisión (3) y son los encargados de transmitir el movimiento
de la caja de cambios en cualquier velocidad. El planetario (A2) recibe el movimiento
directamente de la turbina (T) a través del árbol (2).
El tren de engranajes (III) sólo funciona para la marcha atrás y tiene la misión de invertir
el giro de los satélites (B2) y del árbol de transmisión. La corona (C3) gira libremente y
sólo es bloqueada por un mando mecánico de la palanca de cambios para obtener la
inversión de giro. Los satélites (B3) se unen directamente a los satélites (B2) a través
del árbol de transmisión. El planetario (A3) va unido a la corona (C2) de donde recibe
movimiento.
Los satélites de todos los trenes de engranajes pueden girar libremente en sus ejes o
sufrir movimiento de translación cuando se lo comunica cualquiera de los demás
componentes de los trenes epicicloidales.
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Funcionamiento y relaciones de transmisión
Primera velocidad
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Segunda velocidad
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Tercera velocidad
Cuarta velocidad
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Marca atrás
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Sistema de mando para el cambio automático
Hemos visto el funcionamiento del convertidor de par y de los trenes epicloidales, ahora
veremos cómo funcionan los elementos que controlan el cambio de velocidades. El
sistema de control del cambio automático en la caja de cambios Hidramatic está
formado por un circuito hidráulico y una serie de elementos, situados en el interior del
cárter de la caja de cambios, que realizan las operaciones de cambio automático para
las distintas velocidades, sin que tenga que intervenir el conductor.
Hay dos elementos principales que se encargan de frenar uno o varios de los
componentes del tren epicicloidal para conseguir las diferentes reducciones de
velocidad. Estos elementos son: la cinta de freno y el embrague.
La cinta de freno: consiste en una cinta que rodea un tambor metálico. Este
tambor puede estar fijado al piñón planeta tal como se muestra en la figura, o
puede ser la superficie exterior de la
corona de engrane interior. Cuando la
cinta de freno esta aplicada, queda
inmovilizado el piñón planeta y el
engranaje epicicloidal actúa como un
reductor de velocidad. La corona
interior estará girando, pues está
montada sobre el eje de entrada. Esta
disposición hace que giren los
piñones satélites, a la vez que
circunden el piñón planeta,
arrastrando consigo al portasatélites,
el cual girara animado de una
velocidad de rotación inferior a la de
la corona interior.
El embrague: consiste en una serie de placas la mitad de las cuales están fijadas
en el anillo exterior, llamado tambor de embrague que es solidario con el planeta
y la otra mitad lo están al portasatélites. Cuando la presión del aceite aprieta
entre si los dos juegos de placas del embrague, éste estará conectado. Cuando
actúa el embrague diremos que el engranaje epicicloidal está "bloqueado" ya
que hacemos solidarios dos de sus componentes y el engranaje epicicloidal
girara al completo sin ningún tipo de reducción.
El aceite a presión que entra a través del tubo de aceite produce la aplicación o
acoplamiento del embrague. El aceite a presión empuja hacia la izquierda al
pistón anular dispuesto en el tambor del piñón planeta, de manera que las placas
del embrague son apretadas las unas contra las otras, quedando así aplicado el
embrague.
En esta situación, el portasatélites y el piñón planeta son solidarios. El juego de
engranaje epicicloidal está ahora en transmisión o marcha directa.
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El dispositivo de la figura superior es solo uno de los varios que se usan en las
cajas de cambios automáticas. En algunas de éstas, cuando la cinta esta
aplicada, permanece inmovilizada la corona interior o el portasatélites. Las
diferentes cajas de
cambio pueden, sin
embargo, inmovilizar
diferentes miembros
conjuntamente
cuando está aplicado
el embrague. No
obstante, en todas
las cajas de cambios
automáticas el
principio es el
mismo. Hay
reducción de marcha
cuando está aplicada
la cinta y hay
transmisión en
directa cuando está
aplicado al
embrague.
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Circuito de mando hidráulico
El sistema es gobernado por el pedal del acelerador (1) (figura inferior) y la velocidad
del vehículo, seleccionando la marcha más adecuada de forma automática, sin que el
conductor tenga que preocuparse del cambio de velocidades ni de accionar el
embrague.
Estas cajas suelen llevar una palanca de cambios (2) con tres posiciones: una para la
marcha atrás (MA): otra (Lo) para cuando el vehículo rueda por terreno malo o con
trafico congestionado, en la que sólo se seleccionan las marchas más cortas; y la tercera
posición (Dr.) para el automatismo total en que se seleccionan todas las marchas hacia
adelante en función de la velocidad del vehículo. El punto muerto se encuentra (N). Esta
nomenclatura varía según los fabricantes del mecanismo.
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Los elementos que componen este circuito de mando son los siguientes:
El fluido para el mando hidráulico es a base de aceite especial para este tipo de
cajas de cambio y se aloja en el cárter (3) de la misma. Este aceite es utilizado
para la lubricación de los engranajes, para llenar el embrague hidráulico o
convertidor de par y para el circuito de mando.
El aceite es distribuido en el circuito por dos bombas de engranajes (4 y 5), que
aspiran el aceite del cárter y lo envían a presión a los elementos de mando a
través de tuberías (a, b y c) de acero estirado en frío sin soldadura, capaces de
soportar la presión con que circula el aceite por ellos.
La bomba (4) recibe movimiento del árbol motor y realiza la lubricación de los
mecanismos, el llenado del embrague hidráulico y suministra aceite con la
suficiente presión al circuito de mando para accionar la primera velocidad.
La bomba (5) recibe el movimiento del árbol de transmisión y añade su flujo de
aceite al circuito de mando para el accionamiento del resto de las velocidades.
Una válvula limitadora de presión mantiene constante la presión en el circuito a
unos 6 kgf/cm2.
Corredera
Este mecanismo de accionamiento mecánico (fig. inferior) consiste en una
válvula corredera (6) accionada por una palanca (2) situada al alcance del
conductor.
En la posición (N) correspondiente al punto muerto, deja pasar la presión de
aceite por la salida (a), dejando libres los frenos y embragues, con lo cual, los
trenes giran en vacío sin transmitir movimiento alguno, cortando además el
suministro de fluido al regulador centrífugo (7) y al distribuidor (8).
En la posición (Dr.), correspondiente al cambio automático (fig. inferior), la
válvula deja pasar el aceite por las canalizaciones (b y c) hacia el regulador
centrífugo (7) y al bombín del freno (11). La posición (Lo) da paso de aceite a un
circuito de bloqueo en el distribuidor, de forma que sólo se seleccionan las
velocidades más cortas.
En la posición de marcha atrás (MA), se bloquea mecánicamente la corona del
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tercer tren y se deja paso de aceite para el funcionamiento del circuito en
posición de marcha atrás.
Regulador centrífugo
Este mecanismo (7) (fig. inferior) recibe movimiento en su eje (B) del árbol de
transmisión, de la misma toma que la bomba de aceite (5). Está formado por un
grueso plato (A) que recibe movimiento por su árbol (B). En el interior de este
plato o volante centrífugo van montadas dos válvulas desplazables (V1 y V2)
unidas a los contrapesos (C1 y C2) de distinto tamaño y peso que, por la acción
centrífuga, se desplazan hacia
afuera abriendo paso al aceite que
llega por el conducto (c) hacia el
distribuidor.
La válvula (V1), por la acción del
contrapeso (C1), se abre
aproximadamente a las 1 300 r. p.
m., dando paso al aceite con la
presión suficiente para accionar la
válvula (1-2) del distribuidor (8) y
pasar de 1ª a 2ª velocidad. La
válvula (V2), por la acción del
contrapeso (C2), se abre a las 3 000 r. p. m., dejando pasar el aceite a mayor
presión, que se suma al anterior para accionar las válvulas (2-3) y (3-4) del
distribuidor, para los cambios de 3ª y 4ª velocidad.
Retardador
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Distribuidor
Este elemento (8) (fig. esquema principal) constituye el cerebro del mando
automático y se compone de tres válvulas (1-2), (2-3) y (3-4) reguladas a distinta
presión de funcionamiento, las cuales reciben el aceite a presión del regulador
(7) en función de la velocidad del vehículo.
Según la presión que llegue a las válvulas, actúa una u otra, mandando el aceite
a presión a los mecanismos que actúan los frenos de cinta o embragues de los
trenes epicicloidales.
Punto muerto
Primera velocidad.
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Segunda velocidad.
Tercera velocidad
Cuarta velocidad
A mayor velocidad del vehículo, el regulador (7) abre las dos válvulas mandando
aceite con la suficiente presión para vencer el resorte de la válvula (3-4) del
distribuidor (8).
La presión de esta válvula llega a la válvula (9) desplazando sus pistones hacia
la derecha, por ser este émbolo de mayor sección. Este desplazamiento deja
libre el paso de aceite procedente de la válvula (1-2) que cierra el bombín (13) y
abre el bombín (11).
De la misma forma, el aceite procedente de la válvula (2-3), cierra el bombín
(14) y abre el (12) con lo que resulta:
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Marcha atrás
Para efectuar la marcha atrás, se sitúa la palanca en posición (MA). De este modo
se accionan mecánicamente unas palancas que producen el enclavamiento de la
corona del tren (III), al mismo tiempo que la corredera (6) permite el paso del
aceite por (a) y (b), obteniéndose:
Generalmente, estas cajas de cambio llevan una posición de la palanca de cambios (Lo),
con la que se efectúa un enclavamiento de la válvula (2-3), impidiendo el paso a la 3ª
velocidad. En estas condiciones el vehículo circula solamente en 1ª y 2ª velocidad. Esta
posición se selecciona para circular con tráfico muy intenso o cuando las pendientes a
subir o bajar son muy pronunciadas.
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presión procedente de la bomba se introduce por la parte anterior del pistón que acciona
la cinta de freno, así como en el pistón del embrague. Esto hace que la cinta de freno se
afloje y que se accione el embrague. En este momento el embrague bloquea
simultáneamente dos elementos del sistema epicicloidal funcionando como un
acoplamiento directo.
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Cambio de convertidor de par
Cambio robotizado
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marcas francesas de PSA y Renault (CMP, ETG), sobre todo en coches urbanos, para
simplificar la conducción.
Han ganado en comodidad y rapidez respecto a hace unos años, pero es de esos cambios
a los que hay que “pillar el truco”. Debe sustituirse el líquido hidráulico del selector de
las velocidades, pues la caja de cambio es convencional. Y, ya a largo plazo, se
recomienda cambiar el embrague por desgaste.
Doble embrague
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CONTROLES DIARIOS CON EL VEHÍCULO EN MOVIMIENTO
CONTROLES MENSUALES 1
100