Tema 7. TOMÁS DE AQUINOOOO

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

7. TOMÁS DE AQUINO. 1. Vida, obra.

Tomás de Aquino nació en el 1224 en el castillo de


Rocasecca, al norte de Nápoles. En esta ciudad cursó estudios universitarios e ingresó en
la Orden de los Dominicos. En 1252 ocupó una cátedra en París (bajo la tutela de San
Alberto Magno). Después, volvió a Italia y se dedicó a la enseñanza en varias ciudades.
Nuevamente en París, en 1269, tras haber reorganizado en Orvieto la facultad de Filosofía y
haber llevado a cabo una relectura de la obra de Aristóteles, asistió a las interminables
disputas que venían sucediéndose entre las distintas escuelas y corrientes de pensamiento
de la época. 39 Murió en 1274, cuando se dirigía al Concilio de Lyon instado por el Papa
Gregorio X. De entre la enorme cantidad de escritos que redactó el Llamado Doctor
angélico a lo largo de su corta vida caben ser destacados la Suma contra los gentiles y la
Suma teológica. 2. Contexto histórico-cultural y filosófico. 2.1. Contexto histórico-cultural.
Santo Tomás vivió al final de la Edad Media (habida cuenta que sus límites cronológicos se
extienden desde la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476, hasta la segunda
mitad del siglo XV). En este período se asiste a sucesivas invasiones por parte de los
pueblos del norte de Europa que traerán consigo la barbarie, la miseria, la guerra y un
oscurecimiento asfixiante de la cultura. En efecto, en el plano socio-económico, nos
encontramos con tres estamentos bien diferenciados: el pueblo, la nobleza y el clero. El
primero de ellos sostiene a los otros dos con su trabajo en el campo (malviviendo con lo que
le queda tras haber pagado la renta, los tributos y demás impuestos). Entre los caballeros y
los siervos se efectúan relaciones de vasallaje. Las guerras entre los señores feudales son
frecuentes y obligan al campesinado a dejar sus quehaceres domésticos y formar parte de
los ejércitos que se baten en ellas. Las hambrunas y epidemias diezman continuamente la
población. Toda la vida gira en torno a los monasterios, verdaderos centros de poder, no
sólo social económico y político, sino también cultural. En el terreno político destacan los
constantes enfrentamientos entre la Iglesia y el Estado, si bien en la mayoría de las
ocasiones se desemboca en acuerdos o alianzas que satisfacen a ambas partes de cara a
seguir ampliando sus respectivos dominios. En el ámbito cultural se produce una notable
decadencia, por no hablar, en algunos momentos, de absoluta paralización. No obstante,
persistirá la admiración por los clásicos y en los monasterios se traducirán y se copiarán las
obras de los principales autores. Ya desde tiempos de Carlomagno (un emperador que en el
siglo VIII aspiró a unificar los distintos reinos de Europa y a dar un impulso a la cultura),
muchos monasterios contaban con una escuela (dirigida por el “escolástico”). En ella se
impartían las siete artes que en la Antigüedad componían el Trivium (letras) y el 40
Cuatrivium (ciencias), a las que después se añadieron la teología, la filosofía y el derecho.
Pero el verdadero despertar de la cultura no se producirá hasta el surgimiento de las
primeras universidades en el siglo XII. Destacan las de Paris, Bolonia, Oxford, Cambridge y
Salamanca. En un principio éstas no eran más que asociaciones de maestros y estudiantes
fuera de los círculos religiosos. Después, recibieron la ayuda de los grandes señores, reyes
y papas y crecieron y se extendieron por todas las grandes ciudades. Otros factores que
contribuyeron al auge de la cultura fueron la aparición de las órdenes mendicantes (como la
de los dominicos y los franciscanos) y el conocimiento de la cultura árabe a través de las
grandes obras de la ciencia y del pensamiento griego, el arte gótico y el comienzo de las
lenguas romances (francés y castellano entre otras). 2.2. Contexto filosófico El contexto
filosófico de Santo Tomás lo constituye, a grandes rasgos, el movimiento llamado
escolástica. Todos los pensadores escolásticos tienen en común la aceptación de dos tipos
de conocimiento: el que proporciona la fe y el que se obtiene gracias a la razón y a los
sentidos. A partir de aquí el principal asunto de debate será cómo lograr la conciliación de
ambas. Otros temas centrales de las discusiones teológico-filosóficas de esta época serán:
a) Las relaciones entre razón y fe. b) La naturaleza de los universales. c) La diferencia
esencia-existencia. d) La relación entre Dios (creador) y los seres (criaturas) La filosofía
escolástica engloba diferentes tendencias: la platónica, la neoplatónica, la agustiniana, la
aristotélica; autores árabes, judíos, cristianos; algunos místicos… De entre todas éstas, las
más influyentes en nuestro hombre serán la agustiniana y la aristotélica. Efectivamente, por
un lado Santo Tomás se muestra un ferviente seguidor de los temas y argumentos
desarrollados por San Agustín. Quizás, la única diferencia entre la filosofía de ambos
consiste, como han afirmado algunos estudiosos, en que en San Agustín predomina el
“orden del corazón”, mientras que en Santo Tomás predomina el “orden intelectual”. En lo
que respecta al aristotelismo, tenemos que Santo Tomás 41 culmina la labor iniciada por los
traductores y comentaristas árabes y judíos del filósofo griego (especialmente Averroes y
Maimonides). Ahora bien, aunque es cierto que el pensamiento de Santo Tomás consiste en
buena parte en una asimilación del pensamiento aristotélico, no ha de pasar desapercibido
que en su obra se hacen patentes también influencias platónicas, de los Padres de la
Iglesia, del Pseudo-Dionisio y de Boecio. 3. La relación entre razón y fe. La razón y la fe
constituyen los dos caminos de que disponemos los humanos para adquirir conocimiento. El
primero nos acerca a la realidad natural y se basa en el discurso racional; el segundo nos
pone en contacto con la realidad sobrenatural y se basa en la revelación. Existen verdades
inteligibles y demostrables racionalmente; otras, en cambio, son inteligibles pero no
demostrables: sólo son cognoscibles mediante revelación. El objeto final de nuestro
conocimiento es Dios. A Él sólo se puede acceder a través de las dos vías mencionadas.
Con todo, según Santo Tomás no cabe hablar de una verdad filosófica y otra teológica,
como hacía el averroismo. La verdad última es única, aunque se pueda llegar a ella por
distintos caminos. Cuando se produzca algún “conflicto” entre las conclusiones a las que
llega la filosofía y las que son producto de la revelación, la última palabra la tiene la
teología. La filosofía, al entender de Santo Tomás, cae a veces en el error porque aplica mal
el método racional o porque trata asuntos que no se pueden conocer racionalmente, sino
sólo a través de la revelación: “Sobre lo que creemos de Dios, hay un doble orden de
verdad. Hay ciertas verdades de Dios que sobrepasan la capacidad de la razón humana,
como es, por ejemplo, que Dios es uno y trino. Hay otras que pueden ser alcanzadas por la
razón natural, como la existencia y la unidad de Dios, etc.; las que incluso demostraron los
Tomás de Aquino. Suma contra gentiles. 4. La distinción entre el ser y los seres. Santo
Tomás afirma que el término “ser” sólo puede utilizarse para denominar a Dios; todas las
demás criaturas son “seres”. Únicamente en El ser su esencia incluye la existencia; el resto
de los seres son contingentes: reciben la existencia del Ser 42 Supremo. En el caso de los
seres podemos conocer su esencia sin saber si existen o no; con respecto a Dios no ocurre
lo mismo: su esencia incluye el hecho de existir. 5. La existencia de Dios. En opinión de
Santo Tomás, que Dios existe es el primer dato que nos ofrece la revelación, pero eso no
significa que sea lo más inmediatamente conocido. Por tanto, si no es una verdad de
evidencia inmediata, necesitamos llevar a cabo una demostración racional de su existencia.
Santo Tomás efectúa esta tarea por medio de sus cinco vías de acercamiento coherente y
razonable a la afirmación de la existencia de Dios: a) Primera vía o vía del movimiento.
Parte del hecho, constatable por los sentidos, de que en el mundo hay cosas que se
mueven. Ahora bien, todo lo que se mueve es movido por otro. No cabe admitir una cadena
indefinida de cosas que se mueven y son movidas. Luego es necesario recurrir a un primer
motor inmóvil que no puede ser otro que Dios. b) Segunda vía o vía de la causalidad.
Tomada también de la física de Aristóteles, esta vía parte del hecho de que todo lo que
existe aparece como efecto de una causa que lo ha producido y que es distinta de sí mismo.
Como no se puede proceder hasta el infinito a la búsqueda de la causa última, es necesario
postular la existencia de una causa primera: Dios. c) Tercera vía o vía de la contingencia de
los seres. Los seres contingentes no pueden darse a sí mismos la existencia. Se exige,
pues, la existencia de un ser necesario, esto es, un ser que no puede no existir. Este ser
que es causa de los demás es, nuevamente, Dios. d) Cuarta vía o vía de los grados de
perfección. Esta prueba se fundamenta en la observación de los diversos grados de
perfección que se observan en las criaturas. Si existen diferentes perfecciones es necesario
que haya algún ser en el que estén realizadas en grado máximo todas las perfecciones
posibles y sea causa de las mismas: Dios. e) Quinta vía o vía del orden cósmico. Santo
Tomás entiende que el universo es un todo ordenado. Esto exige la existencia de una
inteligencia ordenadora suprema a la que llamamos Dios. 6. El ser humano. 43 Siguiendo la
teoría hilemórfica aristotélica, Santo Tomás afirma que el ser humano es un compuesto de
materia y forma. El cuerpo es la materia y el alma la forma. Los dos elementos unidos
constituyen la sustancia humana. A partir de aquí el filósofo otorga al alma las siguientes
características: a) Realiza todas sus funciones (la intelectiva, la sensitiva y la vegetativa) a
través de facultades propias (como el entendimiento y la voluntad) y a través de otras que
comparte con los diferentes órganos que forman el cuerpo. b) Carece de partes. c) Es
inmortal. 7. La ética. Para Santo Tomás, al igual que para Aristóteles, el fin último que
persigue el hombre es la felicidad. Para llegar al él es necesario que sigamos la ley natural,
una ley instaurada por Dios y que resulta accesible para la razón humana. Su precepto
fundamental es el que reza “haz el bien y evita el mal”. ¿Y qué es el bien? Siguiendo de
nuevo al Estagirita, Santo Tomás dirá que “es aquello a lo que todos tienden o que todos
apetecen”. Por lo demás, el filósofo dirá también que lo que diferencia al hombre de los
demás seres es el hecho de que él puede conocer sus propias tendencias y así intervenir
en la realización de las mismas. De aquí deriva la posibilidad de elección o de ejercer el
“libre albedrío”.

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy