Dogmas Marianos

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1

1. María Madre de Dios

1.1María en la historia de la salvación

Para conocer dónde y cómo se empieza a vislumbrar la figura de María y


su misión en la historia de la Salvación, debemos ir en primer lugar a la
Sagrada Escritura, y en nuestro caso no solo a los textos del Nuevo
Testamento sino al Antiguo Testamento, en él se narra la historia del pueblo
elegido y la revelación de Dios de modo progresivo. En esta revelación Dios
prepara la venida de su Hijo. “Muchas veces y de muchos modos habló Dios
en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos
tiempos nos ha hablado por medio del Hijo...” (Hb1, 1-2). Por tanto se debe
considerar al Antiguo Testamento como una prolongada y gradual preparación
a la venida de Cristo. Todos sus escritos se orientan y dirigen al Mesías, Él
está presente en cada una de las paginas veterotestamentarias. Esta presencia
de Cristo se ha expresado con el aforismo Ubique de Ipso: está presente
siempre y en toda la historia del pueblo elegido.
Teniendo en cuenta esta presencia de Jesucristo en todo el Antiguo
Testamento, ahora nos preguntamos si podemos decir lo mismo de María.
Contemplamos a María siempre junto a Jesús tanto en los textos del Nuevo
Testamentos, en la liturgia, y en la piedad cristiana, pero necesitamos saber si
esta asociación de María a Jesús, se remonta a los inicios de los tiempos o
solo desde la anunciación. Esta pregunta ha obtenido diversas respuestas
entre los exegetas católicos. Para algunos María está ausente en todo el
Antiguo Testamento, o las alusiones a ella son tan implícitas o indirectas que
es imposible encontrar en ellas algún esbozo de doctrina mariana. Otros
afirman que María se encuentra en toda la biblia al menos de forma indirecta,
porque, si se habla de Cristo, por la indisoluble unión entre el Hijo y la Madre,
también se habla de ella.
1.1.1 Antiguo Testamento

El Concilio Vaticano II nos proporciona unas pautas clarificadoras para


acceder a los textos del Antiguo Testamento, dice:

« En efecto, los libros del Antiguo Testamento narran la historia de la


salvación, en la que paso a paso se prepara la venida de Cristo al mundo.
Estos primeros documentos, tal como se leen en la Iglesia y tal como se
interpretan a la luz de una revelación ulterior y plena, evidencian poco a
poco, de una forma cada vez más clara, la figura de la mujer Madre del
Redentor. Ella misma, bajo esta luz es insinuada proféticamente en la
2

promesa, dada a nuestros primeros padres, caídos en pecado, de la victoria


sobre la serpiente (cf. Gen 3, 15). Asimismo, ella es la Virgen que concebirá
y dará a luz un Hijo, que se llamará Emmanuel (cf. Is 7,14; cfr. Mi 5, 2-3;
Mt 1, 22-23). Ella sobresale entre los humildes y pobres del Señor, que
confiadamente esperan y reciben de El la salvación »1.

a) Gn 3,15

“Establezco enemistad entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya. Él te


pisará la cabeza mientras tu acechas su calcañar”

Este versículo según C. Pozo debe calificarse como un oráculo de Yahvé,


porque son palabras colocadas inmediatamente en boca de Dios. Y por ser
interpelado la serpiente con el pronombre personal« tú», este pasaje se puede
concretar en una triple oposición:
15 a: la serpiente- la mujer.
15 b: linaje de la serpiente – linaje de la mujer.
15 c. la serpiente – linaje de la mujer.

Sentido mesiánico:

Teniendo en cuenta que el texto del Gen 3,15 pertenece al documento


Yahvista, uno de los teólogos más notables del Antiguo Testamento, podemos
afirmar que las características de este documento nos permiten descubrir
verdades muy profundas, que están cargados de sentido mesiánico.
Primeramente porque no podemos separar este texto de otros textos yahvistas,
como por ejemplo la profecía sobre la estrella, el dominador de Números 24,
en donde leemos pasajes tales como: “Sale un héroe de su descendencia,
domina sobre pueblos numerosos” (Num 24,7) o “Lo veo, aunque no para
ahora, lo diviso, pero no de cerca: de Jacob avanza una estrella, un cetro
surge de Israel” (Num 24,17). Estos textos son del siglo X, pertenecen a la
época monárquica y ya están cargadas de esperanza mesiánica, Así como se
ve en la profecía de Natán (Cfr. 2 Sam7, 1-17).
En Gn 3,15 se puede explicar el paso de 15b “descendencia colectiva” a 15c
“descendiente individual”, que sería el descendiente mesiánico. Porque, «para
el yahvista todo se hace en función de un pueblo, por el jefe de este pueblo
“elegido”»2.
Siguiendo directamente el versículo 3,15c: “él te aplastará la cabeza, mientras
tú…” se debe interpretar que es el “linaje de la mujer” el que aplastará la
cabeza de la serpiente, pero al tratar del linaje de la mujer se debe interpretar
de modo individual, por las siguientes razones:

1
Concilio Vaticano II, Constitución Lumen Gentium, n. 55.

2
B.RIGAUX, La mujer y su linaje en el Génesis, obra citada en: C. Pozo, María, nueva
Eva. Pág. 153.
3

primero por el carácter individual del oponente al “linaje de la mujer”,


es decir la serpiente; exige el carácter individual de la descendencia.
 Segundo porque los predicados verbales de esta perícopa están en
singular, lo que puede suponer un sujeto singular.
 tercero porque «la descripción de la lucha está hecha con rasgos
absolutamente individualizados: un pie se dirige a una cabeza (la de la
serpiente) y la aplasta, mientras esa cabeza hace un movimiento
instintivo de defensa, ineficaz e inútil, contra el calcañar de ese pie» 3.
Se puede sostener por tanto, que en Gen 3,15, Dios, después de la caída,
ofrece al hombre la esperanza de una victoria definitiva, sobre el pecado y la
muerte. Esta promesa hecha a la mujer recae directamente a su linaje, que es
el Mesías, Jesucristo. Su victoria sobre el demonio será total, frente a su
poder, el demonio no podrá hacer nada eficaz.
Era necesario, descubrir el sentido mesiánico de este texto, para poder
plantear la cuestión de si, existe una doctrina mariológica en él. Ahora
pasamos a buscar el sentido mariológico en este texto.

Sentido Mariológico:

En cuanto al linaje de la mujer se refiere al Mesías, alguien concreto, singular


y no colectivo, debemos dilucidar, entonces, quien es la mujer que menciona
Gen 3,15c, de quien vendrá aquel que derrotará a la serpiente.
Es evidente que existe un sentido inmediato que tiene referencia directa a Eva,
ella es la mujer que recibe el primero de los nombres que se impone a un ser
humano, es la primera llamada ,la que hace posible el dialogo interpersonal,
con ella amanece el nosotros, la comunidad familiar por la cual son imagen y
semejanza de Dios (Trinidad), con su llegada la palabra se hizo escuchada, el
hombre deja de sentirse solo porque encontró una ayuda semejante, sin
embargo, Eva representa también, la fatalidad , el dolor , la muerte. Pues por
dejarse seducir y caer ante la tentación del demonio recibe el castigo divino
que el v.16 contiene.

Antes de identificar el sentido mariológico me parece necesario exponer la


diversidad de pareceres entre los exegetas y teólogos católicos. De modo
sintético veremos estas opiniones4:
a. Algunos suponen que la mujer es exclusivamente Eva y no puede
probarse que María esté incluida, en ningún sentido ni pleno ni típico.
b. Otros afirman que la mujer es Eva en sentido literal y María en sentido
típico o espiritual.
c. Un grupo de exegetas ve en la mujer de una forma literal a María.
d. Otros consideran finalmente que la mujer es Eva en sentido literal
inmediato, y María en sentido literal profundo y pleno. Como es el caso
de C. Pozo.
3
C. POZO, María en la Escritura y en la fe de la Iglesia, 45.
4
Cfr. Ibíd.
4

La tendencia que prevalece actualmente es la última de las expuestas. Según


C. Pozo «la significación de “la mujer” no puede excluir, como su sentido
inmediato, la figura de Eva. El contexto lo impide. En todo el capítulo 3, “la
mujer” que ha estado hablando con “la serpiente”, ha sido tentada y ha
inducido a Adán al pecado, es literariamente, sin ningún género de duda,
Eva»5. En efecto la mujer del 15a es evidentemente Eva, ella es la protagonista
de toda la escena desde el v.13 hasta el v. 16. Por tanto es claro que la mujer
del v.15a, entendido en sentido literal inmediato, es Eva. Ahora bien si nos
remitimos solo al v.15, aquí se constituye a la mujer como enemiga
irreconciliable de la serpiente. Esta enemistad es total, absoluta y radical 6. Y
en contraposición con el v. 16, donde la desolación impera sobre la mujer por
la pena impuesta, dada la falta cometida, en el v.15a, la imagen de la mujer es
triunfalista y evidentemente, Eva no se puede considerar como triunfadora
sino todo lo opuesto.
Si recorremos la Sagrada Escritura, jamás vamos a encontrar una imagen
victoriosa, de Eva aureolada por esta luz triunfal, sino, todo lo contrario,
aparece como la mujer seducida, vencida, sumida en la tristeza y con la
terrible carga de haber sido la primera responsable de introducir el pecado y la
muerte en el mundo. Basta observar algunos pasajes: “Por la mujer fue el
comienzo del pecado, y por causa de ella morimos todos” (Eclo 25,24); “Temo
que, al igual que la serpiente engañó a Eva con su astucia, se perviertan
vuestras mentes apartándose de la sinceridad con Cristo” (2 Cor 11,3); “El
engañado no fue Adán, sino la mujer que, seducida, incurrió en la trasgresión” (I
Tim 2,14); etc.
 De aquí que en Gen 3,15a, haya que afirmar con certeza que detrás de Eva
hay otra mujer, la Nueva Eva, y por lo cual tendríamos que la palabra mujer
está designando en sentido literal inmediato a Eva y en sentido pleno a María.
  C, Pozo señala que una vez identificada “la mujer” de 15a, todo el versículo
adquiere una nueva significación. «En 15c se anuncia la victoria definitiva de
Cristo, “el descendiente de la mujer”, frente al diablo. Dada la universalidad
del colectivo “el linaje de la mujer” en 15b, es evidente que Cristo este incluido
en ese linaje. De este modo, en 15b se presenta a todo “el linaje de la mujer”
en enemistad con “el linaje de la serpiente”. Pero es claro que el grado de
enemistad que se realiza en Cristo es singular y está a un nivel esencialmente
distinto del de la enemistad del resto del linaje» 7.para entender mejor lo que C.
Pozo señala, debemos volver la mirada, sobre la triple oposición contenida en
Gen 3,15, sin dejar de lado que la palabra principal es “establezco”, pues es la
que manifiesta la voluntad divina en una acción concreta, es clave detenerse
en el término “enemistad”, porque constituye el gozne sobre el cual gira todo el
argumento del texto.

5
C. Pozo, María, la nueva Eva, pag.161.
6
Cfr. J. Luis Bastero de Eleizalde. María, Madre del Redentor, pág. 86.

7
C. Pozo, María, la nueva Eva, pag.163.
5

Por tanto se debe aplicar un doble plano ya en 15b, un sentido superficial e


imperfecto, y un sentido de enemistades plenas. Paralelamente podemos
identificar que en 15a hay un doble plano de enemistades: uno imperfecto en
Eva y otro pleno en María. Para nuestro autor esta construcción paralelística
es de gran importancia teológica porque, en primer plano, la enemistad de Eva
está en paralelo a la enemistad de su linaje, por eso son esencialmente
equivalentes e imperfectas. Pero hay un nivel más profundo, en el que se
encuentran María y Cristo en enemistad con el demonio y su linaje expresada
también paralelamente, en este sentido ambas tienen con respecto al demonio
enemistades plenas y totales, “la misma enemistad” sostenido por Pío IX en la
bula Ineffabilis Deus. Con ello se confirma que Gen 3,15 habla en sentido
pleno de María.
De todo lo que se ha podido interpretar de Gen 3,15 queda claro que este texto
tiene una doctrina mariológica, creo que es la base para tener un
conocimiento profundo respecto al papel de maría en la Historia de la
Salvación. Pero claro esta luz sobre la mujer del Gen 3,15 está en relación
íntima con los textos proféticos- mesiánicos del Antiguo Testamento y con los
pasajes del Nuevo Testamento. El Mesías Cristo es el que arroja una luz sobre
esta mujer y por él podemos reconocer en ella, a la nueva Eva, María la Madre
del Mesías.
Is 7,14:
“El Señor mismo por su cuenta os dará una señal: he aquí que una doncella
está en cinta y da a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel”.
La Iniciativa parte de Dios. Se habla de una mujer que dará a luz un hijo que
será el Emmanuel, (Dios está con nosotros), nombre que se utiliza para
referirse al Mesías.
Almah: mujer en edad de concebir, y siempre que lo usa el AT, lo hace para
referirse a vírgenes.
Betula: virgen propiamente dicha porque incluye a mujeres ancianas que ya
no pueden dar a luz. (LXX, parthenos).
El signo es una mujer joven que da a luz al mesías, así lo entendió el NT y los
padres de la Iglesia.
Mi, 2-3
“Él los abandonara hasta el momento en que dé luz la que ha de dar a luz”.
Hace referencia al texto anterior.

1.1.2 Nuevo Testamento

Entre los textos evangélicos tenemos en primer lugar a:


Mt 1,18-25
 Aquí se afirma claramente la maternidad virginal de María o
dicho de otro modo la concepción virginal de Cristo.
 Hay dos hechos importantes: que Jesús es concebido
virginalmente, es decir que María es madre virginal y que tiene
las características propias de Dios. Solo Dios puede salvar a su
6

pueblo de sus pecados, en él se cumple lo que profetizó Isaías


acerca del Emmanuel, citado expresamente por el evangelista.

Lc 1, 26-38

 Aparece fundamentalmente la colaboración de María con el plan


de salvación
 Nos presenta María como virgen desposada que recuerda a Eva,
virgen también desposada.
 La iniciativa de la maternidad virginal de María es de Dios.
indica que la salvación ofrecida por Dios y la vocación de María
para ser la madre del redentor son dones gratuitos de Dios.
 El apelativo con que el ángel se dirige a María indica una de sus
cualidades más importantes : llena de gracia
 El participio kecharitomene, indica el efecto de la acción de
Dios en María y por estar en perfecto griego indica que la
gracia le fue dada antes del anuncio.
 En María hay algo novedoso en el campo de la gracia, algo
que le es propio
 Características divinas del hijo de María: hijo del Altísimo,
poseerá el trono de David, nacerá santo, será llamado Hijo de
Dios.
 La respuesta final de María: “he aquí la esclava del Señor”, si se
entiende en la línea del siervo de Yahvé, del profeta Isaías, María
sería instrumento elegido por Dios para la salvación porque
colaborara con Dios en su obra salvadora.
 “hágase en mi según tu palabra”, es la aceptación personal de
María a la vocación a la que había sido llamada.

Jn 2,1-12

 Con este milagro Jesús da a entender que se está produciendo el


paso de la Antigua alianza a la Nueva Alianza.
 En este contexto María realiza el papel del Israel fiel que quiere
hacer lo que Dios ordene: “haced lo que él os diga”.

Jn 19,25-27

 Pone de relieve la misión de María como madre del discípulo.


 En este texto donde se describe el nacimiento de la nueva
humanidad, de la Iglesia al pie de la cruz, la virgen María tiene
un puesto esencial.

Ap 12

 Nos muestra a la mujer, que representa el Israel fiel, la Iglesia y


se puede aplicar a María, cuyo parto doloroso no ha sido el
7

nacimiento del Mesías sino el alumbramiento de su descendencia


al pie de la cruz.
 De nuevo aparece la figura de la serpiente opuesta a la mujer y a
su descendencia.

1.2Maternidad divina

1.2.1 Sagrada Escritura

 En Ga 4,4 se dice que Dios envió a su hijo nacido de una mujer,


donde da a entender la preexistencia del Hijo y la actividad
generadora de su madre, respecto a la naturaleza humana.
 En Rm 9,5 se afirma que Cristo procede de los israelitas según la
carne y es Dios bendito.
 Lc 1,35 se llama al que va a nacer de María , hijo de Dios
 Lc 1,43 Isabel llama a María la madre de mi Señor.

1.2.2 Padres de la Iglesia

San Ignacio obispo de Antioquía (+110)

Habló de la verdadera maternidad de María como garantía de la encarnación


del Hijo de Dios y de que esta maternidad fue debido a una concepción
verdaderamente virginal y esta afirmación es parte del núcleo primitivo del
símbolo de la fe.

Justino (+165) e Ireneo (+200)

Insisten sobre el cumplimiento de la sagrada Escritura en Jesús sobre todo de


Is 7, 14 que avala la realización del plan divino de la nueva creación en la
encarnación.

Tertuliano a su vez habla de (160-240)

La utilidad de la venida del Espíritu Santo sobre María para justamente


realizar el misterio de la encarnación del ser divino en la carne de María: de lo
contrario, ¿para qué hubiera descendido el Espíritu Santo sobre María, sino
para traer la salvación en la carne?

1.2.3 Magisterio de la Iglesia

En el s. IV no solo era habitual llamar a María madre de Dios (Theotokos), sino


que el titulo había pasado a las fórmulas de plegaria: “Bajo tu amparo” o
llamada también Sub tuum praesidium.

Controversia en torno al título Theotokos

 Desde el año 428 Nestorio es patriarca de Constantinopla.


8

 El 23 de Diciembre del mismo año un famoso orador Proclo, en su


discurso en la catedral, donde estaba también presente Nestorio,
después de citar Ez 44,1s, concluye que María es la puerta por la cual
entró Yahveh, Dios de Israel, al mundo, y señala que es la presentación
elocuente de santa María, madre de Dios.
 Nestorio rechaza el título de madre de Dios conferido a María. En
síntesis su pensamiento se resume en:
1. María solo ha engendrado el templo, la naturaleza humana.
Pero el Verbo de Dios, que habitó en ese templo no pudo ser
engendrado por María.
2. Dios que existe desde siempre no puede deberle la existencia a
María, no puede ser su Hijo.
3. Por eso se puede llamar a María madre de Cristo pero no madre
de Dios.
4. El Hijo de Dios no es la persona de Cristo, sino un mero
habitante en el templo que sería el hombre Jesús.

Errores de Nestorio

 La acción generativa de los padres se termina en la persona.


 Nuestros padres no producen nuestra alma, que es espiritual e
inmortal. Sin embargo les llamamos nuestros padres.
 Se es padre no solo del cuerpo que se produce, sino de la persona,
aunque ellos no producen el alma.

Consecuencias de los errores de Nestorio:

Teniendo en cuenta que el sujeto último de la responsabilidad sobre lo que


dice y hace es la persona:

 Si Dios no es la persona de Cristo sino un mero habitante en el


templo que sería el hombre Jesús, entonces ¿quien murió por
nosotros?
 Toda madre es madre de la persona de su hijo, negar que María es
madre de Dios, es negar que Jesús, sea persona divina.

Concilio de Éfeso

 María es la madre de Dios porque de ella ha nacido el cuerpo


animado de un alma racional, a la que el Verbo se ha unido
hipostáticamente.
 El Verbo ha sido engendrado según la carne.
 Debido a la unión de las dos naturalezas la divina y la humana, en
la unidad de la sola persona del Verbo, Él es el sujeto último de
responsabilidad en Cristo.

1.3 Virginidad perpetua


9

1.3.1 Doctrina Bíblica

a) virginidad antes del parto

Lc 1, 26 s

María es virgen en el momento de recibir el anuncio del ángel.

v.34 la objeción de María, por su condición de ser virgen se resuelve con la


promesa de que la concepción de Jesús se hará de manera milagrosa. Por la
fuerza creadora de Dios y sin intervención de varón.

Mt1, 16

“y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado


Cristo”

Buscando el sentido semítico subyacente:

“Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual Dios engendró a Jesús,


que es llamado el mesías”

 Explícitamente nos dice que la concepción de Jesús ha cumplido la


profecía de Is 7, 14 sobre la concepción virginal del Mesías.

V.18-20 “se halló en cinta por obra del Espíritu Santo (…) lo que ha sido
engendrado en ella es obra del Espíritu Santo”

 El mensaje a José subraya que aunque el niño engendrado es obra de


Espíritu Santo, José debe quedarse para dar el nombre al niño e
introducirlo jurídicamente en la descendencia davídica.

V. 25 “y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo”

 Aquí se afirma que no hubo ningún comercio carnal antes del


nacimiento de Jesús.

b). Virginidad en el parto

Is7, 14

“He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre
Emmanuel”

Una traducción más literal, habría traducido con dos participios de presente,
muy característico de las visiones proféticas, en las que el profeta considera
un hecho futuro como algo que estuviera realizándose ante sus ojos: “He aquí
que la virgen está concibiendo (harah) y dando luz (Yoledet) un hijo”
10

 Los dos participios de presente indican una simultaneidad entre el


hecho de ser virgen y las acciones que los participios expresan: concebir
y dar a luz.
 La madre del Mesías es virgen al concebir y al dar a luz, es decir, virgen
en la concepción y virgen en el parto.

Lc 2,7

“…dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le recostó en un


pesebre…”

 La situación concuerda con un parto sin dolores naturales

Jn 1,13

“Los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de


hombre sino que nacieron de Dios”

Según la lectura crítica:

“pero a los que le recibieron les dio poder de llegar a ser hijos de Dios, a los
que creen en el nombre de Aquel que no nació de sangres, ni de apetito carnal,
ni de deseo de varón, sino de Dios, y el Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros” (Jn 1, 12ss.)

 El parto que dio María fue un parto sin dolor, fue un parto milagroso.
 La virginidad de María durante el parto se convierte en signo de la
intervención maravillosa de Dios que no destruye sino que conserva al
actuar.

c) Virginidad después del parto

Lc 1,34 “como será eso pues no conozco varón”

Según el semitismo subyacente sería “cómo será esto, pues no puedo (o no


quiero) conocer varón”

 A partir de aquí se concluye que existía en María un propósito de


virginidad. (Exegesis de san Gregorio de Nisa)
 También se puede afirmar la virginidad posterior de María, porque si
pone su virginidad como dificultad al anuncio del ángel, no se puede
pensar que cambie de mentalidad después de la concepción y el
nacimiento de Jesús.
 tampoco se comprendería que Dios hubiera realizado un milagro para
que María conservara la virginidad en la concepción de Jesús si tal
virginidad no se iba a conservar después.
11

1.3.2 Enseñanza de los padres y del magisterio

Los santos padres

Los santos padres afirman la perfecta virginidad de María. Así San Agustín
señala que María “fue virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, virgen
durante el embarazo, virgen después del parto, virgen siempre” 8.Y a partir del
s. IV utilizan el título de “siempre Virgen”.

Magisterio:

El dogma de la virginidad de María está asegurada por una larga lista de


decisiones magisteriales.

I concilio de Toledo (400)

Enseña que e Hijo de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos, «santificó
en el seno de la bienaventurada Virgen María y de ella tomó al hombre
verdadero, engendrado sin semilla de varón».

Concilio de Letrán (649)

Enseña que la Virgen María concibió en los últimos tiempos sin semilla, por
obra del Espíritu Santo, al mismo Verbo de Dios. Y que permanece siempre
virgen incluso después del parto.

Paulo IV (1559) en un documento, condena a aquellos que niegan que Jesús


fue concebido, según la carne en el seno de la beatísima y siempre virgen
María por obra del Espíritu santo, sino como los demás hombres, de la semilla
de José.

Lumen Gentium (1964)

Enseña que la siempre Virgen María, gracias a su fe y obediencia engendró en


la tierra al mismo Hijo de Dios Padre, y sin conocer varón, sino cubierta por la
sombra del Espíritu Santo.

Motivos de Dios para querer a su Madre Virgen

Catecismo de Iglesia Católica (n. 502- 507)

Las razones se refieren tanto a la persona de Cristo como a la aceptación de


María de esta misión con los hombres.

 Iniciativa absoluta de Dios en la encarnación. Jesús no tiene como


Padre más que a Dios. Es consubstancial con su Madre en nuestra
humanidad y consubstancial al Padre en su divinidad.
 La concepción obrada por el Espíritu Santo en el seno de la virgen
María, indica que Jesús es el nuevo Adán, que inaugura la nueva
8
S. AGUSTÍN, Sermones, 18,1.
12

creación. Símbolo excelso del Reino de Dios y de la existencia


escatológica
 Jesús, el nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo
nacimiento de los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe.
 María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe “no adulterada
por duda alguna” y su entrega total a la voluntad de Dios.
 María es a la vez Virgen y madre porque ella es la figura y la más
perfecta realización de la Iglesia.

2. La perfecta Redención de María

2.1 Inmaculada Concepción

2.1.2 Fundamento bíblico

a) Antiguo Testamento

Gn 3,15

Siguiendo el sentido mariológico, desde un nivel profundo, allí se afirma


que Dios pone una enemistad entre María y el demonio, paralelamente
a la enemistad entre Cristo y el diablo. María y Jesús tienen las mismas
enemistades contra el diablo. Se trata de una enemistad total que
excluye cualquier amistad originaria con el diablo o cualquier estado
originario de pecado en María.

b) Nuevo testamento

Lc 1,28
13

En el anuncio el ángel llama a maría con la palabra griega de


Kecharitomene = “hecha objeto de la gracia de Dios”
La reflexión de fe ha descubierto que esa gracia es en ella “plenitud de
gracia”. Adquirida desde el primer instante de la existencia y que
abarca toda la vida de María.
María tiene la gracia que le corresponde a su dignidad de madre de
Dios.

2.1.3 Padres de la Iglesia

1. San Cipriano de Cartago s. III

“Tampoco hizo justicia, que como vaso de elección debía ser abierta a las faltas
comunes; exaltada sobre otros, ella participó de su naturaleza, no de su
pecado”9.

2. San Agustín en el siglo IV

Escribe también a favor de la pureza de María, aunque en otros textos da a


entender lo contrario. Sobre los textos a favor encontramos:

"La piedad exige que la confesemos exenta de pecado". Exceptuando, pues, a


la santa Virgen María, acerca de la cual, por el honor debido a nuestro Señor,
cuando se trata de pecados, no quiero mover absolutamente ninguna cuestión
(porque sabemos que a ella le fue conferida más gracia para vencer por todos
sus flancos al pecado, pues mereció concebir y dar a luz al que nos consta que
no tuvo pecado alguno); exceptuando, digo, a esta Virgen10.

3. San Fulgencio de Ruspe s. V

Fue, discípulo de San Agustín también expresó en su sermón XXXVI:

“Cuando el Ángel le dice a María: Dios te Salve, le patentiza que su salutación


es celestial: y cuando le añade: llena de gracia le manifiesta que
íntegramente fue excluida la ira de la primera sentencia 11.
 
4. San Proclo  s. V

Él salió de ella sin ningún defecto, y le hizo para sí mismo sin ninguna
mancha12. 
 
9
CIPRIANO, citado en Summa Aurea de laudibus Beatissimae Virginis Mariae. Joannes
Bourassé. Pág. 383.
10
SAN AGUSTÍN, De la naturaleza y la gracia, 42.
11
F.RUSPE, Sermon XXXVI. De laudibus Mariae ex partu Salvatoris.
12
PROCLO, Oratio I. Laudatio in sanctissiman Dei genitricem Mariam, PG 65. 683B.
14

5. Teodoreto de Ancira s. V

Escribe:

En lugar de Eva, un instrumento de muerte, se elige una virgen, más


agradable a Dios y llena de su gracia, como un instrumento de vida. Una
Virgen incluida en el sexo de la mujer, pero sin compartir en la culpa de la
mujer. Una virgen inocente; inmaculada; libre de toda
culpa; impecable; sin mancha; santa en el espíritu y el cuerpo; el lirio entre
las espinas13.

6. San Anastasios s.VI

“El Verbo, que en el principio era Dios, queriendo hacerse hombre, puesto
que el hombre no podía ser salvado de otra manera, descendió a un seno
virginal, exento de toda corrupción, pues María era una virgen casta de
cuerpo y espíritu”14.

2.1.3 Discusión teológica

En torno al dogma de la inmaculada concepción, se dieron diversas posturas


en el ámbito teológico.

San Bernardo (1090-1153)

Poeta y trovador de la Virgen María, pero se opuso tenazmente al dogma de la


inmaculada concepción de la Virgen. Su rechazo tenía como sustento la carta
a los Romanos capítulo 5, que enseñaba la universalidad del pecado original.

Los siguientes Doctores de la Iglesia: San Agustín, San Buenaventura (1274),


San Alberto Magno, (1280), Santo Tomás de Aquino (1274). Planteaban que la
Virgen María había sido santificada antes del nacimiento, aunque no en su
concepción.

Santo Tomas de Aquino (1274)

No admite la Inmaculada concepción de la virgen María porque su aceptación


hubiera establecido una excepción a la universalidad absoluta de la salvación
de Cristo15. Si María no tenía pecado alguno, ¿se podía decir que había sido
salvada por Cristo? ¿Tendría necesidad de un salvador en tal hipótesis?

Duns Scotto (1266-1308)

Explicó la cuestión por el camino de la conveniencia. Convenía que la Madre


de Dios, fuera liberada del pecado original anticipadamente por los méritos de
Jesucristo que padecería luego en la cruz, a fin de otorgar a su Hijo Divino

13
T. ANCYRA, Homilía VI. In S. Deiparam et in nativitatem domini. PG 77, 1427A.
14
ANASTASIO, Oratio III. De incarnatione, PL 87, 1338A.
15
Cfr. T. de Aquino, Suma Teológica, 3, q. 27, a. 2, ad.2.
15

una naturaleza humana perfecta, sin ninguna parte en la desarmonía en que


nos sumió el pecado de nuestros primeros padres.

El mérito de Scotto es que desarrolla la idea de una redención que preserva de


caer, en vez de librar después de haber caído, es una redención más perfecta.
En este sentido María también fue redimida por los méritos de Cristo pero de
un modo más perfecto.

Dificultades teológicas y soluciones:

Primera dificultad: la universalidad de la redención operada por Cristo.


¿Cómo explicar la excepción en la herencia del pecado original que todos
recibimos y en la necesidad que todos tenemos de ser redimidos?

Respuesta: no hay excepción, María no es una criatura exenta de redención,


por el contrario, es la primera redimida por Cristo. Y de un modo inminente, en
atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano.

Segunda dificultad: ¿cómo podía una persona ser redimida sin haber
contraído al menos un instante el pecado original?

Respuesta: se debe tener en cuenta la distinción entre redención liberativa,


que se aplica a todos nosotros con el bautismo. Redención preservativa, es la
que aconteció en María ya antes de que pudiera incurrir en pecado.

La fe del pueblo:

Antes del triunfo del dogma, la fe del pueblo tenía su expresión en la


celebración de la fiesta de la concepción de María, que se celebraba en
Inglaterra en el siglo XI, desde donde a partir del siglo siguiente se difundió
por Francia, Bélgica, España y Alemania. A finales de la edad media se
celebraba en Roma. Luego esta fiesta será aprobada por el magisterio para
luego hacerse universal.

2.1.4 Magisterio de la Iglesia

a) El Papa Sixto IV (1476)

Aprueba la fiesta y el Oficio de la Concepción Inmaculada de la Santísima


Virgen María, y hacernos más aptos para recibir la divina gracia 16. Y Clemente
XI, el año de 1708, extiende la fiesta de la inmaculada como precepto a toda la
Iglesia Universal.

b) El Concilio de Trento

En la sesión V del Concilio de Trento se trata el Decreto sobre el pecado

16
Cfr. DZ 734.
16

original17 (1546),y se explicita lo siguiente:

1. Adán fue creado en amistad con Dios, es decir, en gracia.


2. Perdió la gracia por el pecado original, así como los dones preternaturales
(inmunidad, ciencia, integridad, inmortalidad), y así lo transmitió a sus
descendientes por generación.
3. Quedó bajo la influencia nefasta de Satanás.
4. La justificación y el Bautismo lo quitan (este pecado de los orígenes)

♦ Pero, sin embargo, y sin afirmar ni negar lo contrario, dice explícitamente el


Concilio que en este Decreto NO SE INCLUYE A LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA.

5. El Papa Paulo III, también durante el transcurso del Concilio de Trento ya


en el año 1547, en el Decreto sobre la Justificación, expresa:
Nadie está exento de pecar o de perder la gracia, ni de evitar todos los
pecados, aún los veniales. SALVO ESPECIAL PRIVILEGIO DE DIOS, como la
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA18.

c) El Papa San Pío V

En 1567 prohíbe decir que la Virgen murió por el pecado original, es decir,
como consecuencia de él (cfr. DZ 1073)

d) Alejandro VII

En 1661, afirma que la Inmaculada Concepción, es una antigua creencia que


ya casi todos los católicos la abrazan:
Que la Santísima Virgen María estaría inmune del pecado desde la infusión de
su alma en el cuerpo, por los méritos de la pasión, muerte y resurrección de
Nuestro Señor Jesucristo, aplicados a ella anticipadamente, previniéndola
para su Maternidad Divina19 .
Y renueva las declaraciones en favor de esta opinión cada vez más certera.
San Juan Eudes, San Luis María Gringon de Monfort y San Alfonso María de
Ligorio, enseñan esta doctrina y la fiesta del 8 de diciembre se va extendiendo
por toda la Iglesia.

e) Papa Pío IX

El 8 de Diciembre de 1854 , con la bula Ineffabilis Deus , Pío IX sostiene,


proclama y define el dogma, invocando la autoridad de Nuestro Señor
Jesucristo, de los Apóstoles Pedro y Pablo y la suya propia, y para exaltación

17
cfr. DZ 790.
18
Cfr. DZ 790 ss.
19
cfr. DZ 1100.
17

de la Gloria de Dios, honor y ornamento de la Madre de Dios, afianzamiento de


la fe católica y acrecentamiento de la religión cristiana:

La Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa


original en el primer instante de su concepción ´por singular gracia y privilegio
del Dios Omnipotente , en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del
género humano´. Doctrina que está revelada por Dios y debe ser creída por
todos los fieles católicos20.

Razones divinas para la Inmaculada Concepción de María

1. La maternidad divina. María fue dotada por Dios con dones a la


medida de una misión tan importante.
2. El amor de Dios a su madre. El teólogo Juan Duns Escoto,
quiere comprender este cumulo de gracias en María y afirma:
Convenía, Dios podía hacerlo, luego lo hizo.
3. El CEC n. 722 indica una poderosa razón de la gran
conveniencia de la plenitud de gracia de María desde el primer
momento de su concepción: la razón es para poder dar el
asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación. Su
respuesta requería de toda la fuerza de una libertad purísima

2.2 La asunción de la Virgen María

2.2.1 fundamentos bíblicos

Los testimonios bíblicos sobre la asunción son indirectos.

Gn 3,15: Habla de una victoria futura y definitiva sobre el demonio. El


protoevangelio, anuncia una victoria absoluta sobre el pecado y la muerte, dos
realidades inseparables en los escritos del Apóstol de los gentiles (Cfr. Rm 5-6;
Co 15,21-26; 54-57)21.

20
Cfr. DZ, 1641.
21
Cfr. Pio XII, Munificentessimus Deus. DZ 2333.
18

Ap 12,1: “y una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con
la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”

A partir del sentido profundo de este texto podemos afirmar:

Que la visión indica a María en el cielo, o mejor dicho dentro del cielo. Se debe
entender que la proposición griega en no equivales a la proposición castellana
que tiene un significado un poco elástico, más bien significa a dentro de. Pero
cuál es su significado ¿que nos quiere decir Juan cuando dice que ha visto a
María en el cielo?

Según Cándido Pozo, en teoría significa que María está en el cielo o dentro del
cielo, pero también simplemente que María pertenece a la esfera de lo celeste o
a la esfera de lo divino. Pero por el contexto en el que aparece una situación de
dolores de parto, la persecución del dragón, estos acontecimientos son
incompatibles con el hecho de estar en el cielo.se debe entender como
acontecimientos que suceden en la tierra a una mujer que en realidad
pertenece a la esfera de lo celeste.

En conclusión se puede decir que Ap12 describe a María dentro de la esfera de


lo celestial. Pero nada más.

Heb 2,14s

Aquí se entiende la victoria de cristo sobre el diablo como liberación de la


muerte. Ésta liberación comienza en Cristo resucitado y terminará
envolviéndonos también a nosotros cuando resucitemos. Pero sucederá en un
orden muy concreto.

Este orden es descrito por:

1Cor 15,23

“La primicia, Cristo; después, los de Cristo en su parusía; después vendrá el


fin”

La singularidad de la asociación de María en la lucha de Cristo contra el


diablo que tenía el poder de la muerte es absolutamente superior a la
asociación que tenemos los de Cristo en esa lucha. Por tanto la asociación de
María en la victoria de Cristo sobre la muerte tiene un nivel singular y propio,
superior al de los de Cristo (nosotros) que resucitarán en la parusía del Señor.

Sin embargo para presentar un argumento firme en favor del dogma es


necesario recurrir a la Tradición.

2.2.2 padres de la Iglesia

Gracias al estado actual de las investigaciones científicas, podemos, sin


exageraciones optimistas, reconocer que no pocos apócrifos son narraciones
19

populares o catequesis ornamentadas con elementos de imaginación popular


en orden a enseñar verdades válidas de tradición.

1. San Melitón

Obispo de Sardes. Entre las obras espurias de San Melitón encontramos: De


transitu uirginis Mariae o “Tránsito de la virgen María” 22 . La obra puede ser
del siglo IV o V, pero recoge tradiciones (apócrifos) de mayor antigüedad,
posiblemente de los siglos II-III. Afirma la resurrección definitiva de del cuerpo
de María y su elevación a los gozos del paraíso en intimidad completa y
permanente con cristo glorioso23.Para Melitón, el concepto de asunción es el de
resurrección anticipada. Ofrece argumentos teológicos para corroborar este
acontecimiento. Los fundamentos de la asunción de María son la maternidad y
la virginidad de María.

2. Arzobispo Juan de Tesalónica (s. VII)

Escribió otro apócrifo sobre la Dormición de María, que lleva como epígrafe:
Dormición de nuestra Señora, Madre de Dios y siempre virgen María. Es un
relato pormenorizado de los sucesos que rodearon la Asunción de María en
cuerpo y alma al cielo. El tono y el estilo son de carácter homilético. El
arzobispo informa del acontecimiento y exhorta a su pueblo a celebrar la fiesta
correspondiente. Como sucede en otros apócrifos, el prelado recoge tradiciones
mucho más antiguas, que posiblemente se remontan a los tiempos
apostólicos. Juan escribe en el siglo VII, pero se sirve de materiales anteriores
al IV.

3. san Juan Damasceno (s. VII)

El más ilustre transmisor de esta tradición, comparando la asunción de la


santa Madre de Dios con sus demás dotes y privilegios, afirma, con elocuencia
vehemente:

"Convenía que aquella que en el parto había conservado intacta su virginidad


conservara su cuerpo también después de la muerte libre de la
corruptibilidad. Convenía que aquella que había llevado al Creador como un
niño en su seno tuviera después su mansión en el cielo. Convenía que la
esposa que el Padre había desposado habitara en el tálamo celestial. Convenía
que aquella que había visto a su hijo en la cruz y cuya alma había sido
atravesada por la espada del dolor, del que se había visto libre en el momento
del parto, lo contemplara sentado a la derecha del Padre. Convenía que la
Madre de Dios poseyera lo mismo que su Hijo y que fuera venerada por toda
criatura como Madre y esclava de Dios."
22
Patrología Griega, 5, 1231-1240
23
C. Pozo, María en la escritura y en la fe de la Iglesia, 145.
20

4. san Germán de Constantinopla (s. VIII)

Afirma que el cuerpo de la Virgen María, la Madre de Dios, se mantuvo


incorrupto y fue llevado al cielo, porque así lo pedía no sólo el hecho de su
maternidad divina, sino también la peculiar santidad de su cuerpo virginal:

"Tú, según está escrito, te muestras con belleza; y tu cuerpo virginal es todo él
santo, todo él casto, todo él morada de Dios, todo lo cual hace que esté exento
de disolverse y convertirse en polvo, y que, sin perder su condición humana,
sea transformado en cuerpo celestial e incorruptible, lleno de vida y
sobremanera glorioso, incólume y participe de la vida perfecta."

5. Testimonio litúrgico

La fiesta de la dormición de María se celebra en Jerusalén desde el siglo VI. Y


hacia el año 600 en Constantinopla. A finales del siglo VII la fiesta se
introduce en Roma. Donde a la fiesta se la llama “Asunción de santa María”.
Durante los siglos VIII y IX la fiesta se extiende por todo occidente.

6. Enseñanza de los teólogos.

La Entre los teólogos escolásticos no faltaron aquellos que, queriendo penetrar


más profundamente en las verdades reveladas y mostrar el acuerdo entre la
razón teológica y la fe católica, señalaron que este privilegio de la asunción de
la Virgen María está admirablemente de acuerdo con las verdades que existen
enseñado por las Sagradas Escrituras.

A partir de esta suposición, presentaron para ilustrar este privilegio mariano


varias razones, contenidas casi en germen: que Jesús quería que María fuera
llevada al cielo por su piedad filial hacia ella. Por lo tanto, creían que la fuerza
de estos argumentos descansa en

 la dignidad incomparable de la maternidad divina y en todas las


cualidades que se derivan de ella:
 su santidad sobresaliente, superior a la de todos los hombres y
todos los ángeles; 
 la íntima unión de María con su Hijo
  y el amor supremo del Hijo a su Madre que la hizo más digna.
21

Los teólogos siguen los pasos de los santos padres y para ilustrar su fe en la
asunción, usan, con cierta libertad, incluso sacando los textos de su contexto,
hechos y dichos de la Sagrada Escritura. Para citar solo algunos de los textos
más utilizados tenemos a:

Salmo 131, 8: ¡Levántate Yahve, hacia tu reposo, ven con el arca de tu poder!

Ven en el arca del pacto hecho de madera incorruptible y colocada en el


templo del Señor, casi una imagen del cuerpo más puro de la virgen María,
preservado de toda corrupción de la tumba y elevado a tal gloria en el cielo.

Sal 44, 10.14-16:

Con el mismo fin, describen a la Reina que entra triunfalmente en el palacio


celestial y se sienta a la derecha del divino Redentor.

Ct 3, 6; cf 4, 8; 6, 9: así como a la Novia de la Canción de las Canciones "que


se eleva desde el desierto, como una columna de humo de los aromas de mirra
e incienso " se propone como figura de la Divina Esposa, que es elevada al
palacio real de los cielos.

2.2.3 magisterio de la Iglesia

Bula Munificentissimus Deus

El 1de Noviembre de 1950, Pio XII definió como dogma de fe la asunción


corporal de maría.

Motivos del dogma

“Dado que la iglesia universal en la que el Espíritu de verdad vive y lo lleva


infaliblemente al conocimiento de las verdades reveladas, a lo largo de los
siglos ha manifestado su fe de muchas maneras, y desde todos los obispos del
mundo católico con un consentimiento casi unánime, piden que sea Se define
como el dogma de la fe divina y católica la verdad de la asunción corporal de la
Santísima Virgen María al cielo: la verdad fundada en el s. Escritura,
profundamente arraigada en las mentes de los fieles, confirmada por la
adoración eclesiástica desde tiempos remotos, supremamente en consonancia
con otras verdades reveladas, espléndidamente ilustrada y explicada por el
estudio de la ciencia y la sabiduría de los teólogos: creemos que ha llegado el
momento predeterminado por la providencia de Dios para proclamar
solemnemente este privilegio de la virgen María”24.

Definición solemne

24
Pio XII, Bula Munificentissimus Deus, DZ 2333.
22

“ Proclamamos , declaramos, y definimos ser dogma divinamente revelado que


la inmaculada Madre de Dios, siempre virgen María , cumplido el curso de su
vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial” 25.

“…cumplido el curso de su vida terrestre…”

 Se determinó no definir si María había muerto o si había sido tomada


y glorificada por Dios en toda su realidad existencial humana si pasar
por la muerte (cfr. 1 cor 15,51).
 La glorificación del cuerpo de María no se aplaza hasta el fin de los
tiempos.
 El cuerpo de María no sufrió la injuria más leve de las leyes naturales
que producen la descomposición del cadáver.
 Recibió anticipadamente la suerte de los justos. Se trata de una
resurrección gloriosa anticipada26.

“…la inmaculada Madre de Dios, siempre virgen María…”

 Se menciona los tres dogmas anteriores como razones teológicas a favor


de la asunción.

25
Ibid.
26
Cfr. Pablo VI, professio fidei 15, AAS60 (1968), 438- 439.
23

3. Santa María, madre de la Iglesia

El papel de María con relación a la Iglesia es inseparable de su unión con


Cristo, deriva directamente de ella. "Esta unión de la Madre con el Hijo en
la obra de la salvación se manifiesta desde la concepción virginal de Cristo
hasta su muerte”27.

 Después de la Ascensión de su Hijo, María "estuvo presente en los


comienzos de la Iglesia con sus oraciones" (LG 69). Reunida con los
apóstoles y algunas mujeres, "María pedía con sus oraciones el don del
Espíritu, que en la Anunciación la había cubierto con su sombra" (LG 59)28.

3.1 Mediación materna

Ahora veremos las características de esta mediación maternal de María


siguiendo las enseñanzas de Juan Pablo II en la carta encíclica Redemptoris
Mater. De manera especial nos centraremos en el capitulo III.

 « La misión maternal de María para con los hombres no oscurece ni


disminuye en modo alguno esta mediación única de Cristo, antes bien
sirve para demostrar su poder », es mediación en Cristo. « Hay un solo
Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús,
hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos »
(1 Tm 2, 5-6).
 « todo el influjo salvífico de la Santísima Virgen sobre los hombres...
dimana del divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de
Cristo; se apoya en la mediación de éste, depende totalmente de ella y de
la misma saca todo su poder. Y, lejos de impedir la unión inmediata de los
creyentes con Cristo, la fomenta ».
 La mediación de María está íntimamente unida a su maternidad y posee
un carácter específicamente materno que la distingue del de las demás
criaturas. Pero se trata de una mediación participada y siempre
subordinada. « La única mediación del Redentor no excluye, sino que
suscita en las criaturas diversas clases de cooperación, participada de la
única fuente ».
 La mediación de María es de carácter especial y extraordinario. Brota de
su maternidad divina y puede ser comprendida y vivida en la fe, solamente
sobre la base de la plena verdad de esta maternidad.
 Siendo María, en virtud de la elección divina, la Madre del Hijo
consubstancial al Padre y « compañera singularmente generosa » en la
obra de la redención, es nuestra madre en el orden de la gracia ». Esta
función constituye una dimensión real de su presencia en el misterio
salvífico de Cristo y de la Iglesia.

27
Catecismo de la Iglesia, n. 964.
28
Ibíd.
24

 El consentimiento de María para la maternidad del hijo de Dios es sobre


todo fruto de la donación total a Dios en la virginidad.
 Las palabras « he aquí la esclava del Señor » expresan el hecho de que
desde el principio ella acogió y entendió la propia maternidad
como donación total de sí, de su persona, al servicio de los designios
salvíficos del Altísimo. Y toda su participación materna en la vida de
Jesucristo, su Hijo, la vivió hasta el final de acuerdo con su vocación a la
virginidad.
 La elección de María al sumo cometido y dignidad de Madre del Hijo de
Dios, a nivel ontológico, se refiere a la realidad misma de la unión de las
dos naturalezas en la persona del Verbo (unión hipostática). Este hecho
fundamental de ser la Madre del Hijo de Dios supone, desde el principio,
una apertura total a la persona de Cristo, a toda su obra y misión.
 Las palabras « he aquí la esclava del Señor » atestiguan esta apertura del
espíritu de María, la cual, de manera perfecta, reúne en sí misma el amor
propio de la virginidad y el amor característico de la maternidad, unidos y
como fundidos juntamente.
 Por tanto María ha llegado a ser no sólo la « madre-nodriza » del Hijo del
hombre, sino también la « compañera singularmente generosa » del Mesías
y Redentor. Ella avanzaba en la peregrinación de la fe y en
esta peregrinación suya hasta los pies de la Cruz se ha realizado, al
mismo tiempo, su cooperación materna en toda la misión del Salvador
mediante sus acciones y sufrimientos.
 A través de esta colaboración en la obra del Hijo Redentor, la maternidad
misma de María conocía una transformación singular, colmándose cada
vez más de « ardiente caridad » hacia todos aquellos a quienes estaba
dirigida la misión de Cristo. Por medio de esta « ardiente caridad »,
orientada a realizar en unión con Cristo la restauración de la « vida
sobrenatural de las almas ».
  María  fue la primera en experimentar en sí misma los efectos
sobrenaturales de la única mediación de Cristo « llena de gracia »,
entonces es necesario decir, que por esta plenitud de gracia y de vida
sobrenatural, estaba particularmente predispuesta a la cooperación con
Cristo, único mediador de la salvación humana. Y tal cooperación
es precisamente esta mediación subordinada a la mediación de Cristo.
 En el caso de María se trata de una mediación especial y
excepcional, basada sobre su « plenitud de gracia », que se traducirá
en la plena disponibilidad de la « esclava del Señor ».
 Jesucristo, como respuesta a esta disponibilidad interior de su
Madre, la preparaba cada vez más a ser para los hombres « madre
en el orden de la gracia ». Esto indican, al menos de manera
indirecta, algunos detalles anotados por los Sinópticos (cf. Lc 11,
28; 8, 20-21; Mc 3, 32-35; Mt 12, 47-50) y más aún por el
Evangelio de Juan (cf. 2, 1-12; 19, 25-27
 María, entrando con los apóstoles en el cenáculo a la espera de
Pentecostés, estaba presente como Madre del Señor glorificado. Era no sólo
25

la que « avanzó en la peregrinación de la fe » y guardó fielmente su unión


con el Hijo « hasta la Cruz », sino también la  « esclava del
Señor »,  entregada por su Hijo como madre a la Iglesia naciente : « He aquí
a tu madre ». Así empezó a formarse una relación especial entre esta Madre
y la Iglesia.
 En efecto, la Iglesia naciente era fruto de la Cruz y de la resurrección de su
Hijo. María, que desde el principio se había entregado sin reservas a la
persona y obra de su Hijo, no podía dejar de volcar sobre la Iglesia esta
entrega suya materna.
 Después de la ascensión del Hijo, su maternidad permanece en la Iglesia
como mediación materna; intercediendo por todos sus hijos, la madre
coopera en la acción salvífica del Hijo, Redentor del mundo. Al respecto
enseña el Concilio: « Esta maternidad de María en la economía de la
gracia perdura sin cesar... hasta la consumación perpetua de todos los
elegidos ». 
 Con la muerte redentora de su Hijo, la mediación materna de la esclava del
Señor alcanzó una dimensión universal, porque la obra de la redención
abarca a todos los hombres.
 Con este carácter de « intercesión », que se manifestó por primera vez en
Caná de Galilea, la mediación de María continúa en la historia de la Iglesia
y del mundo. Leemos que María « con su amor materno se cuida de los
hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y
ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada ». De este
modo la maternidad de María perdura incesantemente en la Iglesia como
mediación intercesora, y la Iglesia expresa su fe en esta verdad invocando a
María « con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora ».
 « Cristo, habiéndose hecho obediente hasta la muerte y habiendo sido por
ello exaltado por el Padre (cf. Flp 2, 8-9), entró en la gloria de su reino.
María, esclava del Señor, forma parte de este Reino del Hijo. La  gloria de
servir  no cesa de ser su exaltación real; asunta a los cielos, ella no termina
aquel servicio suyo salvífico, en el que se manifiesta la mediación materna,
« hasta la consumación perpetua de todos los elegidos ».

4. Culto a María

La Iglesia enseña que ha de tributarse a la santísima Virgen un culto de


veneración (dulía), pero suprema, llamado hiperdulía debido a la eminente
dignidad de la madre de Dios. Este culto es distinto al culto de Latría
(adoración) reservado solo a Dios, a la humanidad de Cristo, y a la santa
cruz, y del simple culto de dulía propio de los santos.

4.1Magisterio

« La verdadera devoción no consiste ni en un sentimentalismo estéril y


transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica,
que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos
impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus
virtudes»29.

29
Lumen Gentium, n. 67.
26

Siguiendo a la exhortación Apostólica Marialis cultus, presentaremos


algunos aspectos por los cuales el culto Mariano es cristocéntrico y forma
parte importante de la liturgia cristiana.

c) La devoción a la Santísima Virgen , esta insertada en el cauce del único


culto que "justa y merecidamente" se llama "cristiano". En Cristo tiene
su origen y eficacia, en Cristo halla plena expresión y por medio de
Cristo conduce en el Espíritu al Padre. El carácter cristocéntrico de la
piedad mariana es un elemento cualificador de la genuina piedad de la
Iglesia.
d) La práctica cultual de la Iglesia se centra en el plan redentor de Dios,
debido a ello corresponde un culto singular al puesto también singular
que María ocupa dentro de él. Asimismo todo desarrollo auténtico del
culto cristiano redunda necesariamente en un correcto incremento de la
veneración a la Madre del Señor.
e) La historia de la piedad filial como "las diversas formas de piedad hacia
la Madre de Dios, aprobadas por la Iglesia dentro de los límites de la
doctrina sana y ortodoxa”, se desarrolla en armónica subordinación al
culto a Cristo y gravitan en torno a él como su natural y necesario
punto de referencia.
f) La reflexión de la Iglesia contemporánea sobre el misterio de Cristo y
sobre su propia naturaleza la ha llevado a encontrar, como raíz del
primero y como coronación de la segunda, la misma figura de mujer: la
Virgen María, Madre precisamente de Cristo y Madre de la Iglesia.
g) Un mejor conocimiento de la misión de María, se ha transformado en
gozosa veneración hacia ella y en adorante respeto hacia el sabio
designio de Dios, que ha colocado en su Familia -la Iglesia-, como en
todo hogar doméstico, la figura de una Mujer, que calladamente y en
espíritu de servicio vela por ella y "protege benignamente su camino
hacia la patria, hasta que llegue el día glorioso del Señor".

El culto a la Virgen en la liturgia

«El santo Concilio enseña de propósito esta doctrina católica y amonesta a


la vez a todos los hijos de la Iglesia que fomenten con generosidad el culto
a la Santísima Virgen, particularmente el litúrgico; que estimen en mucho
las prácticas y los ejercicios de piedad hacia ella recomendados por el
Magisterio en el curso de los siglos»30.

Considerando la veneración que la tradición litúrgica de la Iglesia universal


y el renovado Rito romano manifiestan hacia la santa Madre de Dios;
recordando que la Liturgia, por su preeminente valor cultual, constituye
una norma de oro para la piedad cristiana.

30
Ibid.
27

La Iglesia, cuando celebra los sagrados misterios, adopta una actitud de fe


y de amor semejantes a los de la Virgen, por eso se comprende cuán justa
es la exhortación del Concilio Vaticano II a todos los hijos de la Iglesia para
que promuevan generosamente el culto, especialmente litúrgico, a la
bienaventurada Virgen.

Exhorta a que en las expresiones de culto a la Virgen se ponga en


particular relieve el aspecto cristológico y se haga de manera que éstas
reflejen el plan de Dios, el cual preestableció "con un único y mismo
decreto el origen de María y la encarnación de la divina Sabiduría". Esto
contribuirá indudablemente a hacer más sólida la piedad hacia la Madre
de Jesús y a que esa misma piedad sea un instrumento eficaz para llegar al
"pleno conocimiento del Hijo de Dios, hasta alcanzar la medida de la
plenitud de Cristo" (Ef 4,13).

Celebraciones litúrgicas:

 Durante el tiempo de Adviento la Liturgia recuerda frecuentemente a


la Santísima Virgen en su preparación a la venida del salvador. El 8
de diciembre, se celebra la Inmaculada Concepción de María.
 El tiempo de Navidad constituye una prolongada memoria de la
maternidad divina, virginal, salvífica de Aquella "cuya virginidad
intacta dio a este mundo un Salvador”. El 25 de Diciembre y el 1 de
Enero en la solemnidad de la Natividad del Señor, la Iglesia, al
adorar al divino Salvador, venera a su Madre gloriosa.
 El 6 de Enero, la Epifanía del Señor, al celebrar la llamada universal
a la salvación, contempla a la Virgen, verdadera Sede de la
Sabiduría y verdadera Madre del Rey, que ofrece a la adoración de
los Magos el Redentor de todas las gentes (cf. Mt 2, 11).
 En la fiesta de la Sagrada Familia (domingo dentro de la octava de
Navidad), escudriña venerante la vida santa que llevan la casa de
Nazaret Jesús, Hijo de Dios e Hijo del Hombre, María, su Madre, y
José, el hombre justo (cf. Mt 1,19).
 El 25 de marzo es una fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: el
Verbo que se hace "hijo de María" (Mc 6, 3), y de la Virgen que se
convierte en Madre de Dios. 
 La solemnidad del 15 de agosto celebra la gloriosa Asunción de
María al cielo: fiesta de su destino de plenitud y de bienaventuranza,
de la glorificación de su alma inmaculada y de su cuerpo virginal, de
su perfecta configuración con Cristo resucitado; una fiesta que
propone a la Iglesia y a la humanidad la imagen y la consoladora
prenda del cumplimiento de la esperanza final.
 El 22 de Agosto, ocho días después se contempla a Aquella que,
sentada junto al Rey de los siglos, resplandece como Reina e
intercede como Madre.
28

Después de estas solemnidades se han de considerar, sobre todo, las


celebraciones que conmemoran acontecimientos salvíficos, en los que la
Virgen estuvo estrechamente vinculada al Hijo, como las fiestas de:

 La Natividad de María (8 setiembre)


 La Visitación (31 mayo)
 La memoria de la Virgen Dolorosa (15 setiembre),
 La Presentación del Señor, memoria conjunta del Hijo y de la Madre
(el 2 de febrero)
Memorias o fiestas vinculadas a motivo de culto local, pero que han
adquirido un interés más amplio
 11 febrero: la Virgen de Lourdes;
 5 agosto: la dedicación de la Basílica de Santa María

Otras celebradas originariamente en determinadas familias religiosas, pero


que hoy, por la difusión alcanzada, pueden considerarse verdaderamente
eclesiales

 16 julio: la Virgen del Carmen;


 7 octubre: la Virgen del Rosario;
 Sábado del segundo domingo después de Pentecostés: el Inmaculado
Corazón de María.
 Frecuente conmemoración litúrgica mariana con el recurso a la
Memoria de Santa María "in Sabbato".

María y la Liturgia

María es ejemplo de la actitud espiritual con que la Iglesia celebra y vive los
divinos misterios. La ejemplaridad de la Santísima Virgen en este campo
dimana del hecho que ella es reconocida como modelo extraordinario de la
Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo.

"Virgen oyente"

 Acoge con fe la palabra de Dios: fe, que para ella fue premisa y camino hacia
la Maternidad divina. Fe, que fue para ella causa de bienaventuranza y
seguridad en el cumplimiento de la palabra del Señor" (Lc 1, 45): fe, con la que
Ella, protagonista y testigo singular de la Encarnación, volvía sobre los
acontecimientos de la infancia de Cristo, confrontándolos entre sí en lo hondo
de su corazón (Cf. Lc 2, 19. 51). Esto mismo hace la Iglesia, la cual, sobre todo
en la sagrada Liturgia, escucha con fe, acoge, proclama, venera la palabra de
Dios, la distribuye a los fieles como pan de vida y escudriña a su luz los
signos de los tiempos, interpreta y vive los acontecimientos de la historia.

"Virgen orante"
29

Abre su espíritu en expresiones de glorificación a Dios, de humildad, de fe, de


esperanza: tal es el "Magníficat"(cf. Lc 1, 46-55), la oración por excelencia de
María, el canto de los tiempos mesiánicos, en el que confluyen la exultación
del antiguo y del nuevo Israel. En efecto, el cántico de la Virgen, al difundirse,
es presencia orante de María en la Iglesia naciente y en la Iglesia de todo
tiempo, porque Ella, asunta al cielo, no ha abandonado su misión de
intercesión y salvación. "Virgen orante" es también la Iglesia, que cada día
presenta al Padre las necesidades de sus hijos, "alaba incesantemente al
Señor e intercede por la salvación del mundo" ha convertido en oración de
toda la Iglesia en todos los tiempos.

"Virgen-Madre"

Prodigiosa maternidad constituida por Dios como "tipo" y "ejemplar" de la


fecundidad de la Virgen-Iglesia, la cual "se convierte ella misma en Madre,
porque con la predicación y el bautismo engendra a una vida nueva e inmortal
a los hijos, concebidos por obra del Espíritu Santo, y nacidos de Dios"

"Virgen oferente"

Las palabras de Simeón, las cuales unían en un solo vaticinio al Hijo, "signo
de contradicción", (Lc 2, 34), y a la Madre, a quien la espada habría de
traspasar el alma. Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la
redención alcanza su culminación en el calvario, donde Cristo "a si mismo se
ofreció inmaculado a Dios" (Heb 9, 14) y donde María estuvo junto a la cruz
(cf. Jn 19, 15) "sufriendo profundamente con su Unigénito y asociándose con
ánimo materno a su sacrificio, adhiriéndose amorosamente a la inmolación de
la Víctima por Ella engendrada" y ofreciéndola Ella misma al Padre Eterno.
Para perpetuar en los siglos el Sacrificio de la Cruz, el Salvador instituyó el
Sacrificio Eucarístico, memorial de su muerte y resurrección, y lo confió a la
Iglesia su Esposa, la cual, sobre todo el domingo, convoca a los fieles para
celebrar la Pascua del Señor hasta que El venga. De este modo María es, sobre
todo, modelo de aquel culto que consiste en hacer de la propia vida una
ofrenda a Dios

El Ángelus

Sobre el rezo del Ángelus exhorta a mantener su rezo acostumbrado,


donde y cuando sea posible. El "Ángelus" no tiene necesidad de restauración:
la estructura sencilla, el carácter bíblico, el origen histórico que lo enlaza con
la invocación de la incolumidad en la paz, el ritmo casi litúrgico que santifica
momentos diversos de la jornada, la apertura hacia el misterio pascual, por lo
cual mientras conmemoramos la Encarnación del Hijo de Dios pedimos ser
llevados "por su pasión y cruz a la gloria de la resurrección" , hace que a
distancia de siglos conserve inalterado su valor e intacto su frescor.
30

Santo rosario

Razones por las cuales el magisterio considera el rezo del santo rosario
como parte de la piedad verdaderamente cristiana.

1. Es importante en la piedad mariana por su carácter evangélico, en


cuanto saca del Evangelio el enunciado de los misterios y las
fórmulas principales.
2. El santo Rosario considera en armónica sucesión los principales
acontecimientos salvíficos que se han cumplido en Cristo:
Desde la concepción virginal y los misterios de la infancia hasta los
momentos culminantes de la Pascua, la pasión y la gloriosa
resurrección. Y los efectos de ella sobre la Iglesia naciente en el día
de Pentecostés y sobre la Virgen en el día en que, terminando el
exilio terreno, fue asunta en cuerpo y alma a la patria celestial.
3. La triple división de los misterios del Rosario no sólo se adapta
estrictamente al orden cronológico de los hechos, sino que sobre
todo refleja el esquema del primitivo anuncio de la fe y propone
nuevamente el misterio de Cristo de la misma manera que fue visto
por San Pablo: humillación, muerte, exaltación (Flp 2,6-11).
4. Se trata de una oración evangélica centrada en el misterio de la
Encarnación redentora, el Rosario es, pues, oración de orientación
profundamente cristológica. Su elemento más característico es la
repetición litánica en alabanza constante a Cristo, término último de
la anunciación del Ángel y del saludo de la Madre del Bautista:
"Bendito el fruto de tu vientre" (Lc 1,42). A demás la repetición del
Ave María constituye el tejido sobre el cual se desarrolla la
contemplación de los misterios.
5. El documento recalca que el rosario tiene tres modos de oración:
Alabanza, ruego y contemplación.

En la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, el papa Juan Pablo II, el


16 de Octubre de 2002 añade los misterios luminosos  que permiten
meditar sobre la vida pública de Cristo, desde su bautismo hasta la víspera
de su Pasión. Esta adición constituye el único cambio sustancial del
rosario en muchos siglos. Juan Pablo II dijo: «Por medio del rosario los
fieles reciben abundantes gracias, como desde las mismas manos de la
Madre del Redentor»31.

Establecida la diferencia sustancial entre la liturgia y el rezo del santo


rosario, no hay quien no vea que el Rosario es un piadoso ejercicio
inspirado en la Liturgia y que, si es practicado según la inspiración
originaria, conduce naturalmente a ella, sin traspasar su umbral.

31
J. pablo II, Carta Apostólica, Rosarium Virginis Mariae, n.1.
31

La meditación de los misterios del Rosario, haciendo familiar a la mente y


al corazón de los fieles los misterios de Cristo, puede constituir una óptima
preparación a la celebración de los mismos en la acción litúrgica y
convertirse después en eco prolongado. Sin embargo, es un error, que
perdura todavía por desgracia en algunas partes, recitar el Rosario durante
la acción litúrgica.

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