160 Boersner - 1790 1828

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La transición independentista (1790-1828)

DEMETRIO BOERSNER

“RELACIONES INTERNACIONALES DE AMÉRICA LATINA La independencia de Haití


BREVE HISTORIA”
En Haití el movimiento revolucionario que culminó en la independencia se
EDITORIAL NUEVA SOCIEDAD inició en 1790. La Revolución Francesa, aunque no proclamó de inmediato la
libertad de los esclavos, otorgó la igualdad jurídica y política a los mulatos y los
negros libertos, transformándolos en ciudadanos de la República Francesa en el
CARACAS mismo plano que los blancos. Pero esa resolución fue desoída por los latifundistas
franceses de Haití, quienes, por decisión de su propia asamblea territorial, mantu­
1996 vieron la discriminación contra los mulatos. Un conato de insurrección esclava en
1790, dirigida por Santiago Ogé, fue seguido en 1791 por un levantamiento de
mulatos. Temerosos de una rebelión de los esclavos, y alentados por los comisio­
nados de la metrópoli revolucionaria, los franceses de Haití concedieron la igualdad
LECTURA OBLIGATORIA: a los mulatos en 1792. Una comisión del gobierno, dirigida por mulatos de
inspiración jacobina, quiso extender los derechos civiles a los negros libertos. Ello
provocó un golpe reaccionario de los blancos. El mulato Jacobino Sonthonax
• “LA TRANSICIÓN INDEPENDENTISTA (1790-1828)” prometió la libertad a los esclavos y se alzó con ellos contra la minoría blanca en
(PAGINAS 57 A 86). 1 ’ 1793. En el mismo año se inició la gran guerra de las monarquías contra Francia
revolucionaria. Tropas británicas desembarcaron en los puertos haitianos, mientras
fuerzas españolas avanzaron desde Santo Domingo. Los principales cabecillas de
la revuelta de los negros se retiraron a la parte oriental de la isla y se pusieron al
servicio de España.
Entre los oficiales negros haitianos que condujeron tropas bajo mando español
contra los franceses se destacó particularmente Toussaint Louverture, extraordina­
rio militar y estadista, verdadero padre de la independencia haitiana. Toussaint tenía
como metas firmes la emancipación de su pueblo y la eventual independencia de su
patria. Sin embargo, su sentido político le dictaba una táctica gradualista: primero,
aprovechar a los españoles contra los esclavistas franceses, luego, desechar a los
españoles y conquistar la autonomía haitiana dentro del marco de la hegemonía
francesa.
Al haber liberado la mayor parte de Haití con apoyo español, Toussaint firmó
la paz con el bando francés liberal y democrático, y se pasó con sus tropas al ejército
de Francia. Como consecuencia de ello, en la isla se debilitó la posición española.
En 1795, por el Tratado de Basilea, España cedió Santo Domingo a Francia, pero
se mantuvo la separación administrativa entre las dos partes de esa Antilla.
Toussaint, nombrado teniente gobernador y general en jefe de las fuerzas
armadas de la independencia francesa de Santo Domingo, ejerció un poder cada vez
más soberano sobre toda la isla. En 1798, Maitland, almirante inglés, trató de
convencer al gobernante negro de que se desprendiera de Francia y se aliara con
Gran Bretaña. A cambio de ello, se le reconocería como rey de Santo Domingo.
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Toussaint Louverture rechazó el ofrecimiento. Francia, por su parte, desde 1798 En el transcurso de los combates, los soldados negros se apropiaron y repartie­
trató de restablecer su control completo y efectivo sobre la isla, disminuyendo los ron las haciendas de los blancos. Con el reparto de las plantaciones, la exportación
poderes de Toussaint. Para tal efecto, azuzaron en su contra al mulato Rigaud, de azúcar decayó casi a cero, quedando el país sumido en grandes dificultades
instalado en la parte sur de Haití. Louverture golpeó y derrotó militarmente a Rigaud económicas. A ello se agregaron problemas políticos. Dessalines se hizo coronar
en 1799 y fortaleció su propio poder, reduciendo la influencia francesa metropoli­ emperador, pero fue derrotado y muerto en 1806. Durante su reinado había pasado
tana a una mera ficción política. por su mente la idea de invadir Estados Unidos, emancipar a los esclavos y convertir,
Su gestión de gobernante, en materia interna, fue moderadamente liberal. el sur de Norteamérica en un estado negro, federado con Haití. Así mismo, se
Conservó las plantaciones para no destruir la economía del azúcar; quiso ordenar interesó por el problema de la futura independencia de Hispanoamérica, y manifestó
a los ex esclavos, convertidos en jornaleros, a continuar trabajando durante cinco su apoyo a Francisco de Miranda.
años en las haciendas de sus antiguos amos. A cambio de ello los hacendados debían Después de la muerte del general Dessalines, Haití quedó dividida entre un
pagar salarios mínimos decentes. Pero ese intento de implantar una economía reino en el Norte y una república en el Sur. En el norte, el rey Henri Christophe
azucarera capitalista, basada en el trabajo libre, fracasó. Las tensiones sociales implantó un régimen autoritario y estableció el trabajo obligatorio bajo disciplina
engendradas por el pasado eran demasiado fuertes y la experiencia esclavista colectiva. Reconstituyó las plantaciones bajo la forma de explotaciones colectivas
demasiado traumatizante: como sucedió también en otras Antillas, los negros se dirigidas por el Estado, y fomentó la producción de azúcar. Lamentablemente
negaron a acatar la orden de seguir trabajando bajo sus odiados opresores aunque malgastó colosales energías en la construcción de su suntuosa Ciudadela en Cabo
fuera como obreros libres. Exigieron la expropiación de las plantaciones y su Haitiano, y fue derrocado y muerto en 1820. En el Sur, en Puerto Príncipe, fue
reparto entre los trabajadores rurales. Los hacendados, por su parte, intensificaron proclamada la república bajo la presidencia de Alejandro Petión, amigo y protector
la tensión por su arrogancia y brutalidad. Como resultado de ello, la producción de Bolívar. Petión decretó el reparto definitivo de la tierra en parcelas individuales
azucarera bajó catastróficamente. entre los campesinos, dando origen al grave problema del minifundismo, fenómeno
Durante este período Toussaint había establecido vínculos cordiales con que muy pronto deshizo el inicial efecto democrático de la medida y permitió la
Estados Unidos: el gobierno del presidente John Adams, haciendo caso omiso de las dominación del capital usurero sobre los campesinos arruinados y desesperados.
objeciones de algunos esclavistas del Sur, envió barcos y víveres al gobernante La parte hispánica de la isla fue devuelta a España por los tratados de 1814-
haitiano, y lo alentó a liberarse cada vez más de la dominación francesa. 1815, pero el gobierno de Fernando VII, ocupado en el combate contra las fuerzas
Napoleón miró el poder autónomo de Toussaint Louverture con creciente de independencia en México y América del Sur, no estableció una autoridad eficaz
irritación. En 1800 el corso concibió el proyecto de establecer un imperio colonial en Santo Domingo. En 1821, por motivos vinculados a la rebelión de Riego en la
francés en América, con la isla de Santo Domingo y el territorio de Luisiana, al oeste madre patria, los dominicanos declararon su independencia. Ello sirvió de pretexto
del Mississippi, como núcleos fundamentales. Para tal efecto negoció con España para que el sucesor de Petión, Jean-Pierre Boyer —quien acababa de unificar el
la devolución de Luisiana. En 1801 envió a Haití un ejército al mando de su cuñado, norte y el sur de Haití bajo su autoridad única—, invadiera la parte oriental de la isla
el general Leclerc. Abandonado por otros comandantes haitianos, Toussaint se vio en 1821 y la anexara a la república negra. Francia reconoció la independencia de la
obligado a capitular ante Leclerc en 1802. Después de prometer la libertad y una isla de Santo Domingo, unificada bajo el mando de Boyer, en 1825.
pensión de retiro al procer haitiano, los franceses lo arrestaron traicioneramente y
lo enviaron a Francia, donde murió prisionero en 1803.
Pero en Haití estallaron nuevamente todas las fuerzas de la revolución social, Levantamiento e independencia de las colonias españolas
racial y nacional, en su forma más violenta. Con el caudillo Jean-Jacques Dessalines
a la cabeza, el movimiento revolucionario negro —temeroso del restablecimiento Durante la última década del siglo XVIII se intensificó el descontento de todas
de la esclavitud—desencadenó la guerra a muerte contra los blancos. Alrededor de las clases de la sociedad criolla. El ojo acucioso del barón Alejandro de Humboldt,
100.000 hombres combatieron bajo la bandera negra y roja de Dessalines. La fiebre durante su viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Mundo, en los años de
amarilla ayudó a los haitianos y diezmó al ejército francés. El propio Leclerc murió transición del siglo XVIII al XIX, notó y comprobó la vehemencia del sentimiento
víctima de la fiebre en 1802. La noticia de su muerte hizo que Napoleón, desalen­ rebelde e inconforme en las diversas capas de la sociedad colonial.
tado, abandonara sus planes colonialistas para América y consintiese en vender Los terratenientes y comerciantes criollos se quejaban de la falta de libertad de
Luisiana (violando la promesa hecha a Carlos IV de España) a los enviados empresa. Al mismo tiempo, protestaban contra las discriminaciones políticas y
norteamericanos Livingston y Monroe. sociales que los colocaban en desventaja con respecto a los grupos peninsulares
El ejército francés continuó el combate bajo el mando del atroz Rochambeau dominantes. Las capas medias, integradas por artesanos, pequeños comerciantes y
pero, para fines del año 1803, acompañado de los sobrevivientes de la población profesionales humildes (en general, mestizos o “pardos”), abrigaban un sentimiento
civil blanca de Haití, se embarcó y abandonó la isla, totalmente derrotado por las de rebeldía a la vez nacional y social. Los campesinos, sometidos a formas de
fuerzas revolucionarias y la naturaleza hostil. El Io de enero de 1804, Dessalines servidumbre semifeudal, y los esclavos, constituían una gran reserva revolucionaria
proclamó la independencia nacional de Haití. potencial: el ejemplo haitiano no tardó en llegar a sus oídos.
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Por otra parte, Latinoamérica vibraba con ideas nuevas, llegadas desde más allá dedicados a la agricultura en explotaciones de tamaño mediano y pequeño, y con un
del océano. Los intelectuales, y sobre todo la juventud, rechazaban el dogmatismo, sector latifundista relativamente débil. En el conjunto de Centroamérica, la presión
la censura y los resabios de la Inquisición. El liberalismo, el racionalismo y los conservadora, con base en Guatemala, logró ahogar los movimientos republicanos
ideales de la francmasonería penetraban en Hispanoamérica. La literatura subver­ y liberales, y mantener la autoridad de la corona española. Pero en 1820 se presentó
siva o revolucionaria de Francia e Inglaterra entraba de contrabando a los países el mismo fenómeno que en México. La nueva España liberal provocó la antipatía
iberoamericanos y pasaba de mano en mano. El ejemplo de la Revolución en armas y el temor de los terratenientes guatemaltecos; además era tentador —para los
entusiasmaba y estimulaba. productores y comerciantes centroamericanos, al igual que para los mexicanos y los
La ocupación napoleónica de España y la rebelión del pueblo español contra el de toda Latinoamérica— el acceso al libre comercio mundial, con Gran Bretaña
usurpador fueron detonantes directos de la rebelión en las colonias. En 1810 se como socio principal. Como Iturbide, los dirigentes conservadores de Guatemala en
constituyeron juntas patrióticas y se desconoció la autoridad de los gobiernos 1821 resolvieron abrazar la causa de la independencia. Poco después, pidieron que
peninsulares en Caracas, México, Bogotá, Buenos Aires y otras capitales provincia­ Centroamérica fuese anexada al imperio mexicano de Agustín Iturbide; esa unión
les de América. Caracas y Buenos Aires serían luego los más importantes centros se efectuó en 1822.
de irradiación revolucionaria patriótica. El gran movimiento de los pueblos en Pero el imperio no duró más de 18 meses. El pueblo de México no toleró el
búsqueda de su libertad encontró a dirigentes y proceres de extraordinaria enverga­ régimen ultraconservador de Iturbide. Sus propias ambiciones y las presiones
dura, descollando entre ellos la figura gigantesca de Bolívar. populares impulsaron a los generales de la independencia a alzarse contra el antiguo
En México, el sacerdote Miguel Hidalgo dirigió la primera ola revolucionaria, compañero de armas y a deponerlo. En 1823 fue proclamada la república.
con un pronunciado contenido popular. Para 1812 Hidalgo fue derrotado y muerto, Casi de inmediato Centroamérica resolvió cortar sus lazos con México. Los
pero José María Morelos recogió la bandera de la insurrección patriótica y se colocó liberales, que desde el principio habían combatido la anexión al gran vecino, de
a la cabeza del pueblo. En 1813 convocó al primer congreso mexicano y proclamó pronto hallaron apoyo de los conservadores, que temían posibles iniciativas
la independencia formalmente. En 1815 Morelos perdió la vida, pero la lucha liberales de la República Mexicana. Una asamblea reunida en Guatemala proclamó
independentista continuó, siempre con la más activa participación de las clases la independencia de Centroamérica y, en 1824, adoptó una Constitución federal,
humildes. Cuando en 1820 se supo la noticia de la revolución liberal ocurrida en modelada sobre la Carta Magna de los Estados Unidos de Norteamérica.
España, bajo la jefatura de Riego, cambió la actitud de los sectores conservadores Cuba, durante la lucha por la independencia de los demás países de América,
mexicanos ante el problema de la independencia nacional. se mantuvo bajo dominación española. La gran prosperidad azucarera, estimulada
Mientras en España prevaleció el absolutismo tradicionalista de Fernando VII, por el conflicto napoleónico y luego por el debilitamiento de algunos competidores,
las oligarquías latinoamericanas se sintieron respaldadas y amparadas por el poder tales como Haití, hizo que en Cuba se sintieran satisfechos con el statu quo colonial
de la corona. Pero cuando súbitamente España se convirtió en foco del detestado no sólo la oligarquía, sino igualmente los sectores medios, partícipes de la bonanza.
liberalismo, enemigo de los privilegios aristocráticos y feudales, la oligarquía Las corrientes políticas radicales e independentistas, inspiradas por los ideales de
criolla prefirió romper los vínculos con la madre patria y procurar que un régimen la Revolución Francesa y del liberalismo inglés, así como por el ejemplo de Bolívar,
conservador y monárquico se estableciese en un México independiente. Influido fueron dominadas y reprimidas por las autoridades realistas.
por la oligarquía, el general realista Agustín Iturbide negoció un acuerdo con el Cuando a partir de 1824 ya Sudamérica estaba libre, Bolívar y sus compañeros
comandande republicano Vicente Guerrero, para proclamar en 1821 el Plan de pensaron seriamente en armar una expedición para liberar a Cuba de la dominación
Iguala, que previo la independencia nacional de México bajo un signo conservador. española. En la isla, la Sociedad de Soles y Rayos de Bolívar, logia radical e
En 1822, Iturbide fue designado emperador por un congreso dominado por la independentista, promovía, mediante una propaganda ilegal pero eficaz, la eman­
oligarquía tradicionalista. cipación de Cuba y su acercamiento a la Gran Colombia. Pero Estados Unidos, al
Entre tanto, la Capitanía General de Guatemala se había mantenido bajo conocer los preparativos que en 1825 se estaban haciendo en Venezuela y Nueva
dominación española y al margen de la guerra independentista. Centroamérica Granada para invadir a Cuba, se alarmaron y adoptaron una posición radicalmente
estaba unida bajo la autoridad de Guatemala, que tendía a asfixiar las peculiaridades opuesta a la idea. Para John Q. Adams, presidente de Estados Unidos, la liberación
de las provincias más pequeñas. de Cuba por la Gran Colombia significaría la pérdida de un futuro campo de
En Guatemala se había implantado un sistema latifundista, basado en la expansión norteamericana y la extensión de la influencia británica (a través de la
abundante mano de obra agrícola que constituyen los laboriosos indios, descendien­ Gran Colombia) sobre Cuba. Inglaterra, siempre inclinada a dividir para dominar,
tes de la civilización maya. Por ello, en la provincia dominante de la Capitanía contribuyó, a su vez, a convencer a las repúblicas hispanoamericanas para que
General, la oligarquía terrateniente y el pensamiento conservador tenían su asidero abandonaran sus planes con respecto a la liberación de Cuba.
más importante. Las cuatro provincias menores, menos oligárquicas y más vincu­ Puerto Rico igualmente se mantuvo bajo dominación española. Cabe señalar,
ladas al mercado exterior, eran más permeables a la corriente ideológica liberal. sin embargo, que el ambiente psicológico de la isla fue tan favorable a la causa de
Costa Rica representaba socialmente el extremo opuesto al de Guatemala, con una la emancipación hispanoamericana, que las autoridades locales, junto con los
región de escasa población indígena, colonizada por descendientes de españoles representantes de la población, se negaron rotundamente al reclutamiento de
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puertorriqueños por parte de los ejércitos realistas, y manifestaron que no darían a Entre las provincias del Río de la Plata, Paraguay poseía una raíz propia desde
Fernando VII ni siquiera “un solo miliciano para llevarlo a pelear contra sus la etapa colonial. La población india guaraní imprimió a la nación paraguaya
hermanos los caraqueños”. características étnicas y culturales que la diferencian de sus vecinos. Durante el
En Venezuela, a raíz del desconocimiento del capitán general Vicente Emparan, siglo XVIII el país tuvo experiencias importantes. A principios de ese siglo surgió
el 19 de abril de 1810 una Junta Patriótica asumió el poder. Aunque dicha junta en los centros urbanos y en zonas rurales vinculadas a las corrientes del comercio
inició sus funciones en nombre de Fernando VII, desde el comienzo un grupo de un importante movimiento de comuneros, precursores de la democracia y de la
radicales que aspiraban a la independencia nacional de Venezuela empezó a ejercer conciencia nacional independiente. Por otra parte, las zonas de fuerte población
influencia. Como colonia económicamente muy vinculada al mercado exterior indígena fueron objeto del interesante ensayo socialista de los padres jesuítas:
—con sus largas costas abiertas al Atlántico y al Caribe— , Venezuela estaba esbozo de una República de Platón o de un Reino de Dios sobre la tierra, con
destinada a sentir con particular ímpetu las influencias del liberalismo y del espíritu propiedad común del agro y otros medios de producción, y la aplicación del
revolucionario universales. Al cabo de un año —el 5 de julio de 1811—Venezuela principio “a cada quien según su trabajo”. La expulsión de los jesuítas de los
declaró su independencia, impulsada por el grupo patriota radical. dominios del rey de España en 1776 derivó en la brutal ocupación de las tierras
En Nueva Granada el movimiento revolucionario también surgió en Bogotá y indígenas y en la esclavización de los indios paraguayos por parte de los terratenien­
otras ciudades a partir de 1810. En la provincia una oligarquía realista se opuso tes pero, junto con el recuerdo de la rebelión de los comuneros, quedó grabada en
inicialmente a la corriente patriota. A partir de 1813, las gestas emancipadoras de la mente del pueblo el recuerdo de la justicia social y la autarquía económica
Nueva Granada y de Venezuela se entrelazaron y unieron. El esfuerzo independen­ implantadas por los jesuítas. Cuando en 1810-1811 Paraguay sintió los vientos de
tista mancomunado derivó, en 1819, en la creación de la Gran Colombia, a la cual la rebelión hispanoamericana, su autoafirmación nacional tuvo un carácter especí­
se unió Quito, donde existieron impulsos liberales e independentistas desde 1810 fico, distinto del que ese proceso revistió en otras partes del continente. La
hasta que la liberaron las tropas del mariscal Sucre. declaración de independencia paraguaya —la primera de toda Hispanoamérica—
Perú experimentó rebeliones independentistas desde 1810 pero permaneció en se dio en mayo de 1811, bajo la jefatura del doctor Gaspar Rodríguez Francia, quien
manos realistas hasta 1820, cuando los ejércitos de San Martín penetran el país. Aun asumió el mando político del país con el apoyo de las capas medias y populares.
después de ello continuó la resistencia realista, y fue sólo en 1825 cuando, con la Hasta su muerte, en 1840, Rodríguez Francia presidió un régimen nacionalista con
batalla de Ayacucho, se dio el toque final a la independencia peruana. Perú había aspiraciones de autarquía económica, manteniéndose al margen de las relaciones
constituido la colonia más aristocrática y más feudal del imperio español, un internacionales de los demás pueblos latinoamericanos.
prestigioso y espléndido virreinato con una clase dominante satisfecha y tradicio­ En Uruguay, o Banda Oriental, un primer impulso hacia la independencia fue
nalista, y un pueblo duramente reprimido. Algunos sectores del país aceptaron la dado desde fuera por la intervención inglesa en 1807. Después de su fracaso en
independencia a regañadientes, como una imposición desde el exterior. El Alto Perú Buenos Aires, los británicos se atrincheraron en Montevideo y, desde allí, trataron
—Charcas, posteriormente Bolivia— proclamó su independencia separadamente de sublevar a la América Latina contra el rey de España. Al igual que los
del resto del antiguo virreinato, el 6 de agosto de 1825. bonaerenses, el pueblo uruguayo rechazó a los invasores y se mantuvo leal a las
En Chile existió una junta patriótica que apoyaba la independencia desde 1812, autoridades españolas. Sin embargo, en 1810 la Banda Oriental se alzó, bajo la
y que en 1814 negoció un acuerdo con los realistas, bajo mediación inglesa. El jefatura de José Artigas, patriota vinculado a la población rural. Ocupado por las
acuerdo fue repudiado tanto por los patriotas chilenos como por el virrey de Perú, fuerzas de la monarquía luso-brasileña en 1811 y, nuevamente, en 1817, anexado
y la nación chilena batalló por su independencia en dura lucha, a partir de 1816, bajo a Brasil desde esa fecha hasta 1824, Uruguay tardó en adquirir su independencia.
la dirección de Bernardo O’Higgins, quien recibió el apoyo militar de San Martín. Esta se logró en 1828, por voluntad y conforme a los intereses de la potencia
Argentina constituyó un foco fundamental del movimiento de independencia británica mediadora entre Brasil y Argentina.
latinoamericano. En 1806 una fuerza expedicionaria inglesa, comandada por el
almirante Sir Home Popham y el general William Beresford, ocupó Buenos Aires, Brasil
tratando de levantar al pueblo argentino contra el rey de España (en aquel momento
aliado de Napoleón y adversario de Gran Bretaña). Pero los ingleses fueron La independencia de Brasil se realizó por una vía distinta a la que siguieron los
repelidos por el pueblo bonaerense (en cuyo seno crecía el afán de libertad pero que países de habla española. En 1807 don Juan de Braganza, regente de Portugal, se
no estaba dispuesto a aceptar una emancipación impuesta por armas extranjeras). trasladó de Europa a Brasil para escapar de Napoleón, quien había invadido y
Sólo en 1810 Buenos Aires y otras provincias rioplatenses se alzaron contra el poder ocupado el reino portugués. Don Juan estableció un gobierno eficaz en la vasta
español. Esta vez la rebelión fue fuerte y decidida. En Buenos Aires una cohorte de posesión americana de su país. Brasil fue del gusto del príncipe, quien decidió
hombres patrióticos ascendió al poder y comenzó a marcar el destino de la nación permanecer allí, en vez de retornar a Portugal, aun después de la caída de Napoleón.
argentina. En 1816 se declaró la independencia definitiva de Argentina por parte del Su labor en materia administrativa fue beneficiosa para la nación brasileña, ya que
Congreso de Tucumán. Ya los ejércitos de San Martín habían liberado el país y se creó los mecanismos adecuados para mantener unido y coordinado el enorme país.
encontraban en Chile, en avance hacia Perú.
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En materia de política exterior, don Juan se sintió obligado a defender el principio el Viejo Mundo, dejando al príncipe Pedro como regente de Brasil durante su
de la legitimidad monárquica y a intervenir represivamente contra ciertos movi­ ausencia. Pronto llegaron noticias preocupantes: las Cortes portuguesas, estimando
mientos independentistas y republicanos de territorios hispánicos. Al mismo que la libertad debía otorgarse a nivel individual a todos los ciudadanos del reino
tiempo, esa política intervencionista respondió a los intereses de las clases domi­ __eliminándose a cambio de ello los fueros regionales—, tenían la intención de
nantes brasileñas, deseosas de extender sus posesiones territoriales. despojar a Brasil de su condición autónoma para someterlo nuevamente al gobierno
La española Carlota Joaquina de Borbón, esposa de don Juan, actuó por de la metrópoli. Esto provocó la oposición tanto de los liberales como de los
iniciativa propia al anunciar su intención de asumir la regencia sobre Hispanoamé­ conservadores. Los primeros vieron en el centralismo de las Cortes una violación
rica, en nombre de la sucesión legítima, una vez que Napoleón había impuesto en de la libertad y del respeto a la personalidad de todas las partes del reino. Los
España la monarquía usurpadora de José Bonaparte. Carlota acudió directamente a segundos rechazaron el liberalismo de las Cortes portuguesas; temían que un mayor
los ingleses y pidió el apoyo de laescuadra de Sir Sidney Smith para ocupar Uruguay control por parte de los reformistas de Lisboa representara un peligro para los
en nombre de los Borbones de España. Pero la Gran Bretaña, junto con don Juan, privilegios de los terratenientes de Brasil. Por presión conjunta de los sectores
se opuso al proyecto, y contribuyó a contrarrestar los proyectos y las intrigas de la liberales y conservadores mencionados, el regente Pedro aceptó, el 7 de septiembre
ambiciosa mujer. El propio don Juan estaba dispuesto a intervenir contra los de 1822, dar el “grito de Ypiranga” y proclamar la independencia del país. Pedro
movimientos revolucionarios latinoamericanos, pero no a dejarse envolver por su reconoció la inevitabilidad de la independencia y, al abandonar la causa de su padre
esposa en un proyecto de virtual anexión de toda laporción hispánica del continente. y aceptar el título de Emperador de Brasil que los patriotas le ofrecían, pensó salvar
En cuanto a los ingleses, su interés económico y político les dictaba la conveniencia por lo menos el principio monárquico y la continuidad de los Braganza como familia
de impedir la constitución de un poder unificado en la América Latina. El expan­ reinante en Río de Janeiro y Lisboa.
sionismo comercial británico derivaría en mayor provecho de la existencia de varios
núcleos políticos latinoamericanos, relativamente débiles, y no en la creación de un
solo centro de decisión, con la eventual capacidad de oponerse eficazmente a los Relaciones entre los nuevos países
designios de la gran potencia mercantil.
En 1815 don Juan elevó Brasil a la categoría de reino y le otorgó la igualdad Las luchas por la independencia latinoamericana provocaron inevitables pro­
jurídica del propio Portugal. Con ello dio satisfacción a los anhelos de los blemas y diferencias entre los diversos países que estaban surgiendo a la vida
terratenientes y comerciantes del país, a la vez que acalló los reclamos autonomistas soberana.
de los liberales. En 1818, luego de la muerte de su madre, don Juan asumió la corona Ya hemos mencionado las relaciones entre México y América Central. Esta
del Reino Unido de Portugal, Brasil y los Algarves. En esa época, el jefe de la Capitanía General se había liberado de la dominación española sólo en 1821, bajo
diplomacia inglesa, Castlereagh, trató de convencer al nuevo rey de que regresara la jefatura fundamental de los conservadores de Guatemala. En vista de que en el
a Lisboa para mantener y estabilizar el orden en Portugal, pero don Juan rechazó la vecino México se establecía en aquellos momentos la dictadura y luego la monar­
sugerencia y optó por permanecer en Brasil. quía de Agustín Iturbide, los conservadores centroamericanos promovieron la
En 1816 las tropas brasileñas penetraron en Uruguay (Banda Oriental) para anexión de su país al imperio mexicano. En 1823, al proclamarse la república en
reprimir las fuerzas rebeldes de Artigas. Este había contado con el apoyo de las México, la oligarquía guatemalteca resolvió independizarse y se unió a los liberales
demás provincias del Río de la Plata, pero en 1816 el gobierno unitario argentino, contra la dominación mexicana. Para 1824 las Provincias Unidas de Centroamérica
presidido por Pueyrredón como director supremo, asumió una actitud hostil hacia adoptaron su Constitución federal. Como herencia del breve período de anexión a
el caudillo uruguayo, quien quedó abandonado, dejando libre a Brasil para interve­ México quedó en el ánimo de los centroamericanos cierta prevención contra su
nir contra él. Gran Bretaña, a su vez, se sintió complacida por el sometimiento de fuerte vecino del Norte. México a lo largo de su historia independiente ha
Artigas, cuyo nacionalismo constituía un obstáculo potencial para la libre penetra­ representado para los centroamericanos un foco de atracción en muchos aspectos,
ción de las mercancías inglesas. Cuando en 1819 Pueyrredón fue derrocado y pero al mismo tiempo también aparece como un “coloso” potencialmente absorben­
Argentina volvió a una estructura confederal, ya Uruguay estaba firmemente te.
ocupado por los brasileños. En América del Sur, el proceso independentista provocó un enfrentamiento
La independencia de Brasil se produjo en 1822, después de que Juan VI ideológico y diplomático entre los dos libertadores, Bolívar y San Martín. Estos dos
aceptara, finalmente, trasladarse a Lisboa para jurar fidelidad a los principios de la grandes hombres encarnaban dos concepciones distintas del porvenir de la América
Constitución que los liberales portugueses, llegados al poder en 1820, habían Latina. Ambos se inspiraron en las ideas universales del liberalismo. Con todo, la
elaborado. Inicialmente, Juan no quiso viajar sino que ofreció enviar a Lisboa a su formación intelectual de Bolívar, através de Simón Rodríguez, fuemásrousseauniana,
hijo, don Pedro. Las Cortes portuguesas insistieron en que Juan arreglara el asunto más democrática que la de San Martín. El libertador argentino concebía la libertad
personalmente; en Brasil mismo los liberales ejercieron presiones para que el rey de los pueblos según los patrones de la masonería británica; su espíritu revolucio­
compareciera ante los representantes del pueblo luso, y que él manifestara su nario era menos radical que el del venezolano. Mientras Bolívar insistía en el
aceptación de los principios constitucionales. Bajo esa presión, don Juan salió para republicanismo y en la ruptura integral con todo poder político del Viejo Mundo,
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San Martín aceptaba la fórmula de la monarquía constitucional posiblemente con grandes países que de este modo difícilmente llegarían a unificar sus políticas frente
príncipes salidos de dinastías europeas. Tanto Bolívar como San Martín eran a la potencia inglesa. Lord Ponsonby, el mediador británico, lo expresó en términos
partidarios de la alianza con Gran Bretaña al aceptar a esa potencia como el futuro más benévolos: “Hemos metido”, dijo, “un pedazo de algodón entre dos cristales”
socio comercial más importante; pero el procer argentino se inclinaba más que el (Delgado de Carvalho, 1959, p. 60).
venezolano a escuchar los consejos del Foreign Office con respecto a la estructura
política futura de la América Latina. Por último, en el plano personal, las ambicio­
nes de Bolívar chocaban con las de la dirección política y militar argentina. Latinoamérica frente al mundo exterior
Los ejércitos conducidos por los dos libertadores avanzaron simultáneamente,
en direcciones opuestas, y se encontraron en la frontera norte de Perú en 1822. Las El proceso de independencia latinoamericana se enmarca en la historia general
fuerzas bolivarianas habían liberado la provincia de Quito y las de San Martín se de la época de la Revolución Francesa, de Napoleón y de la Restauración. Al mismo
encontraban en tierras peruanas. Se planteaba entre los dos libertadores el problema tiempo, constituye un episodio dentro de la pugna de los imperios europeos por la
del porvenir de Guayaquil —¿Perú o Colombia?—, además del interrogante sobre posesión de factorías y mercados ultramarinos. El descontento de las aristocracias
la futura fórmula constitucional de los países liberados: ¿monarquía constitucional y los pueblos de Latinoamérica ante la dominación colonial española y portuguesa
(conforme al anhelo de los ingleses) o régimen republicano? se vio influido y estimulado por la gran corriente de la revolución liberal burguesa.
Bolívar invitó a San Martín a la entrevista de Guayaquil que se realizó el día 26 Por otra parte, las ambiciones comerciales de Gran Bretaña en pleno desarrollo
de julio de 1822. Son desconocidos muchos pormenores de la conversación que industrial hicieron de esa potencia el principal actor externo en el desenvolvimiento
sostuvieron los dos grandes hombres. Sabemos que, como resultado de ella, el de la lucha independentista hispanoamericana.
general San Martín se inclinó ante las tesis bolivarianas en casi todos los aspectos. Los esfuerzos de Gran Bretaña —así como de Holanda y Francia— por pene­
Guayaquil quedó incluida en la Gran Colombia. Las fuerzas de San Martín se trar comercialmente en los imperios español y portugués, ya han sido señalados en
retiraron de Perú y lo dejaron en el ámbito de influencia de Bolívar. El principio un capitulo anterior. Para fines del siglo XVIII Inglaterra había logrado una parte
republicano —en el cual insistía el héroe caraqueño— fue aplicado a todos los de sus aspiraciones: tenía un asidero en las Antillas y participaba en algunos
países hispanoamericanos liberados. El libertador argentino se retiró al poco tiempo aspectos del comercio con las colonias españolas, pero todavía quedaba por realizar
de la vida pública y partió al extranjero. Lo asombroso es que una retirada tan el objetivo de la penetración económica directa en todo el vasto continente
importante de un prestigioso estadista y conductor de ejércitos ante otro se haya sudamericano. La revolución industrial, que se inició alrededor de 1770, dio
realizado sin conflicto aparente, sin amenazas de guerra civil y sin que se haya impulso al expansionismo económico británico. El auge de la industria manufactu­
manifestado posteriormente en el pensamiento de San Martín ningún resentimiento rera británica durante la época del bloqueo napoleónico intensificó esa tendencia
hacia Simón Bolívar (sus presuntas quejas antibolivarianas son apócrifas). Tal expansionista y la transformó en “imperialismo liberal”.
conducta sólo es comprensible si se considera que la época era de grandeza en todos Los sectores dirigentes de las colonias, por su parte, deseaban la abolición del
los órdenes, y que eso se reflejó en el ánimo de los libertadores. monopolio hispano-portugués y la posibilidad de tener, a su vez, libre acceso al
Por último, el proceso independentista suscitó diferencias importantes entre mercado mundial —sobre todo inglés— sin tener que pasar por los canales
Brasil y las provincias del Río de la Plata. La ocupación y anexión de la Banda monopolistas ibéricos. En las regiones iberoamericanas más estrechamente vincu­
Oriental (Uruguay), incorporada a Brasil como “provincia cisplatina”, no fue ladas al mercado exterior esa aspiración era más fuerte, mientras el conservaduris­
aceptada por el pueblo argentino ni tampoco por sus dirigentes patrióticos. El mo realista predominaba en aquellas zonas donde las condiciones eran las de una
conflicto brasileño-argentino estalló a raíz del desembarco de los treinta y tres economía cerrada, feudal o semifeudal. En las regiones donde existía mayor
patriotas uruguayos en 1825 y la declaración de la independencia de Uruguay en relación económica con el mundo exterior también estaban dadas las condiciones
agosto de ese mismo año. Buenos Aires y otras provincias argentinas acudieron en para una mayor flexibilidad ideológica y para la acogida de ideas progresistas de
ayuda de los patriotas uruguayos contra las fuerzas imperiales brasileñas. Las armas vigencia universal. Las capas terratenientes vinculadas al capitalismo internacio­
argentinas demostraron su superioridad sobre las brasileñas, pero la corte de Río de nal, así como los sectores comerciales criollos, llegaron a aceptar los principios del
Janeiro empleó la diplomacia para impedir que la Banda Oriental fuese incorporada liberalismo inglés y de la Revolución Francesa en la medida en que esas ideas
a las provincias del Plata. A tal fin, los brasileños movilizaron a los ingleses, pudieran servir como armas contra el realismo opresor y que no se planteara su
interesados en controlar la salida del Río de la Plata y en impedir que Uruguay aplicación plena en el futuro orden interno de las colonias emancipadas. Así como
formase parte del conjunto geopolítico, vasto y difícil de dominar, que constituía la hoy algunos grupos nacionalistas burgueses del Tercer Mundo se dicen “socialis­
ascendente nación argentina. La mediación británica, aceptada por brasileños y tas”, sin tener la intención de implantar un socialismo auténtico en sus países, los
argentinos, promovió la fórmula de la independencia de Uruguay, suscribiéndose aristócratas y los grandes comerciantes de la época de la independencia latinoame­
el correspondiente convenio en 1828. El arreglo beneficiaba los intereses imperiales ricana se declaraban “liberales” sin serlo en sus relaciones con las clases populares
de Gran Bretaña, ya que un Uruguay independiente y débil constituía un punto de su propio medio. En ambos casos, la ideología progresista sirve como arma
fácilmente penetrable, y era además una amenaza de discordia permanente entre dos contra el opresor foráneo, pero no como guía para la reorganización social interna.
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De todas maneras, por su impacto ideológico —además del económico y peligro de invasión a las islas británicas. Al mismo tiempo, ese triunfo inglés
político práctico— , los modelos que tuvieron importancia para los patriotas de la perjudicó las comunicaciones entre España y sus posesiones americanas, y abrió
América Latina fueron el inglés, el francés y el norteamericano. La monarquía mayores posibilidades de acción británica en América. Pero el año se cerró con el
constitucional y el parlamentarismo británicos, la doctrina de Rousseau, la Revo­ arrollador triunfo de Napoleón en Austerlitz: la Tercera Coalición fue derrotada; sus
lución Francesa y la práctica democrática de Washington y Jefferson, así como las integrantes continentales quedaron golpeados y dispuestos a buscar la paz con el
enseñanzas de la masonería, constituyeron los principales elementos que, unidos al corso. La cadena de victorias napoleónicas continuó, culminando con la batalla de
interés económico, inspiraron a los dirigentes de la independencia. Jena en octubre de 1806. El emperador dominaba el continente mientras Inglaterra
La Revolución Francesa iniciada en 1789 pronto provocó una guerra general en quedaba sola.
Europa. En 1792, Austria, Prusia e Inglaterra empuñaron las armas contra la causa Sin perder el ánimo, Gran Bretaña se esforzó durante 1806 y 1807 en provocar
libertadora del pueblo francés. A partir de 1796 España se vio obligada a acompañar insurrecciones latinoamericanas contra España, a la vez que en Europa aplicaba un
a Francia: bajo presión del país revolucionario de Europa, la monarquía conserva­ contrabloqueo al sistema continental creado por Napoleón. Sin embargo, la muerte
dora hispánica tuvo que aliarse con él. Así, Inglaterra tuvo como adversarios no sólo de Pitt en enero de 1806 y la naturaleza más vacilante de su sucesor Grenville hizo
a Francia sino también a España, aprovechando la ocasión para apoderarse de que Miranda dejara de recibir el pleno apoyo que ya se le había prometido. El
Trinidad en 1797 y para incitar movimientos americanos de rebelión, principalmen­ Precursor había zarpado de Estados Unidos, en el barco Leander, con ayuda
te el de Gual y España en Venezuela. norteamericana limitada, hacia Barbados, donde el almirante inglés Lord Thomas
Los años comprendidos entre 1801 y 1804 fueron de tregua entre Francia y el Alexander Cochrane estaba comprometido con darle ayuda militar y naval, activa
resto de Europa. Napoleón Bonaparte, cuy a estrella surgió vertiginosamente a partir y directa. Confiando en esa ayuda, Miranda desembarcó en Venezuela, en la costa
de 1797, y quien tomó el poder como Primer Cónsul en 1799, organizó y consolidó de Coro. Pero de pronto falló la parte inglesa: Grenville estimó que una acción
al Estado moderno en Francia. En 1803, al meditar sobre el modelo del nuevo Estado directa de Cochrane haría fracasar su política de “ablandamiento” de España y le
que quería, el gran corso se decidió a favor del camino imperial. Como árbitro entre ordenó que retirara su apoyo al procer venezolano.
la gran burguesía moderada y el pueblo jacobino, Napoleón sería emperador de allí No obstante esta prudencia del gobierno inglés, los medios mercantiles del país
en adelante e identificaría el destino de Francia con el de su propia persona. siguieron presionando en favor de una política audaz de penetración en Hispano­
La guerra de Napoleón contra Inglaterra y la coalición antifrancesa recomenzó américa y lograron que el almirante Sir Home Popham y el coronel Beresford
a principios de 1804. España, aliada de Napoleón, declaró ese mismo año la guerra navegaran del Cabo de la Buena Esperanza (que habían tomado meses antes) hacia
a los ingleses; éstos de algún modo la habían provocado con sus intenciones de Sudamérica, con el fin de ocupar Buenos Aires, Montevideo y el estuario del Río
intervenir bajo cualquier pretexto en América Latina. Para ello Inglaterra tuvo un de la Plata. Popham esperaba que los argentinos acogieran a los ingleses como
valioso aliado en la persona de Francisco de Miranda, establecido en Londres. El amigos y aliados para una lucha liberadora contra España. En junio de 1806 la
Precursor había cultivado la amistad de William Pitt el joven, primer ministro del escuadra de Popham llegó a Buenos Aires y capturó la ciudad; el virrey Sobremonte
rey, así como también la de empresarios y comerciantes como Turnbull, y directivos huyó sin pelear. Durante dos meses, Popham y Beresford gobernaron Buenos Aires,
del almirantazgo como Sir Home Popham. En 1804, Miranda y Popham elaboraron decretaron la abolición de la Inquisición y la vigencia de la libertad de conciencia,
planes para atacar el imperio español en Venezuela, Buenos Aires, Lima, Panamá y llamaron a los habitantes de Hispanoamérica a alzarse contra el rey de España.
y Valparaíso. Los dirigentes ingleses aseguraron a Miranda que no anexarían ni Pero descubrieron —como lo hizo Napoleón en la península ibérica— que desde
retendrían ninguna porción del territorio americano arrebatado a España, sino que fuera no se puede imponer el progreso a un pueblo en contra de su voluntad. Fue
se conformarían con la libertad para comerciar con el continente. Pitt y Miranda se demasiado evidente, por otra parte, la codicia mercantil que inspiraba la política
pusieron de acuerdo: tan pronto como España volviese a estar oficialmente en inglesa. En agosto de 1806 los porteños se alzaron contra los invasores ingleses,
guerra con Gran Bretaña se realizaría la empresa propuesta por el Precursor. bajo la jefatura de Santiago Liniers, argentino de clase media, de origen francés.
Pero el zar de Rusia, aliado de Inglaterra, instó a esa potencia a que tratase de Popham tuvo que retirarse precipitadamente de Buenos Aires y Beresford cayó en
reconciliarse con España para llevarla al campo antinapoleónico. Para complacer a1 manos de los insurgentes. Para salvar su prestigio el gobierno inglés decidió atacar
zar, Pitt aplazó su plan de ayudar a Miranda, por lo cual éste se decepcionó y viajó de nuevo. En enero de 1807 una expedición naval británica capturó Montevideo,
a Estados Unidos en busca de un respaldo más efectivo. En ningún momento pensó mientras el general Whitelocke sitió Buenos Aires. Ante la tenaz y exitosa defensa
Miranda en la posibilidad de volverse hacia Napoleón; la persecución sufrida en porteña, los ingleses aceptaron retirarse del Río de la Plata a cambio de la libertad
1793 a manos de los jacobinos lo había confirmado en su inclinación hacia el de Beresford. De esta manera fracasó el intento inglés de intervención armada
liberalismo moderado de tipo británico: en su primera estadía en Estados Unidos, directa en Latinoamérica. Sin embargo, a mediano plazo, lo sucedido ayudó a la
expresó ante Adams y Hamilton el temor de que en el mundo pudiese triunfar “el causa inglesa: la lucha exitosa de los porteños contra un invasor extranjero
abominable sistema de Francia”. fortaleció el sentimiento nacional argentino que, de un modo inevitable, en lo
En 1805 el gran combate europeo trajo victorias de una y otra parte. En sucesivo iría dirigido contra España y objetivamente en favor de los intereses
Trafalgar, Lord Nelson destruyó el poderío naval napoleónico, y deshizo todo comerciales y políticos británicos.
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Miranda, no obstante la decepción sufrida en 1806, regresó a Londres en 1807. económica y naval del mundo, cuyos intereses coincidían en gran medida con los
Sus amigos ingleses lo habían llamado, confiados en la posibilidad de una futura de las clases terratenientes y comerciales latinoamericanas. Inglaterra, como gran
alianza general entre la potencia británica y las fuerzas rebeldes de América Latina. potencia, podía prestar un apoyo más eficaz que Estados Unidos, país débil y poco
Efectivamente, en 1808 parecía acercarse una fase de acción conjunta entre ingleses desarrollado; por ello era evidente la conveniencia, para los patriotas de Latinoamé­
y eventuales independentistas contra el poder español, ahora ejercido por el rica, de orientar sus principales esfuerzos diplomáticos hacia Londres.
usurpador José Bonaparte. La imposición de “Pepe Botellas” provocó el levanta­ Sir Arthur Wellesley, secretario de Relaciones Exteriores desde fines de 1809,
miento del pueblo de España contra el nuevo rey y contra los franceses. Los rebel­ recibió la visita en 1810 de una misión de la Junta Patriótica de Caracas, integrada
des españoles, partidarios de la sucesión de Fernando VII, se declararon aliados de por Simón Bolívar y Luis López Méndez, acompañados y asistidos por Andrés
Gran Bretaña. Igual consigna adoptarían pronto en Hispanoamérica los elementos Bello. Bolívar, jefe y portavoz de la misión, representaba dentro del conjunto de los
opuestos al orden existente. patriotas venezolanos la corriente más radical, partidaria de la separación completa
En 1809 Napoleón concibió la idea de contrarrestar la penetración inglesa en de la metrópoli española. Con franqueza, Bolívar planteó ante Wellesley la tesis de
Latinoamérica. Ante la rebelión del pueblo español, en nombre de Fernando VII un apoyo y una protección sin reservas por parte de Gran Bretaña, para lograr la
contra José Bonaparte, el emperador decidió movilizar a los hispanoamericanos en ruptura de los lazos de dependencia entre España e Hispanoamérica.
favor de José y de Francia mediante la promesa de la independencia. Sin consultar El secretario del Foreign Office desplegó toda su capacidad diplomática para
a su hermano José, quien se oponía al otorgamiento de la independencia a las lograr que Bolívar aceptase, por el momento, una fórmula más moderada. Londres
colonias, Napoleón envió agentes a Hispanoamérica, con el encargo de fomentar la apoyaría totalmente a los hispanoamericanos en sus exigencias económicas, coin­
idea de una soberanía nacional bajo protección e influencia francesas. De ese modo, cidentes con los intereses comerciales de los ingleses. En cuanto al aspecto político,
la causa bonapartista tendría de su parte a los americanos contra Fernando VII. Al no era posible por el momento un apoyo a la independencia latinoamericana.
mismo tiempo, Francia ganaría acceso a los mercados del Nuevo Mundo y cerraría Inglaterra era aliada de la Junta de Sevilla contra Napoleón y no podía colocarse
el camino a su enemigo británico. abiertamente al lado de fuerzas radicalmente adversas a su aliado. La fórmula que
Esa iniciativa se saldó con un fracaso. Napoleón, conocido por su despotismo Wellesley recomendó a los venezolanos fue la de la autonomía limitada, en lugar
creciente y sus arbitrariedades, no convenció a los liberales de Hispanoamérica. de la independencia completa. Inglaterra estaría dispuesta a servir de mediadora
Ante la actitud fría de patriotas y liberales latinoamericanos, Napoleón retiró a sus entre España y los latinoamericanos para tratar de lograr que aquélla concediera a
agentes y abandonó su segundo plan para establecer la presencia francesa en éstos una autonomía política amplia, acompañada de la total libertad comercial.
América Latina. Bolívar y López Méndez tomaron nota con beneplácito de la disposición inglesa:
Fue Inglaterra la que logró en 1809 ganar la confianza tanto de los brindar apoyo limitado al movimiento latinoamericano de emancipación; pero
antibonapartistas españoles como de los patriotas y liberales de Hispanoamérica. Se lamentaron que ese apoyo no fuese irrestricto.
firmó en ese año un tratado por el cual Inglaterra reconoció a la Junta de Sevilla En ese mismo año (1810), un factor de apoyo a las aspiraciones inglesas en
como legítimo gobierno de España. Sir Arthur Wellesley trató de presionar a la Latinoamérica lo constituyó el tratado comercial suscrito entre Gran Bretaña y el
Junta para que concediera a los ingleses la libertad de comercio en América Latina. reino portugués. Don Juan, por dicho instrumento, otorgó a Gran Bretaña una
A tal fin, utilizó a Miranda como medio de chantaje: si la Junta no cedía, Londres irrestricta libertad de comercio con Brasil y le concedió la cláusula de la nación más
podría optar por apoyar al combativo y peligroso venezolano. Pese a este chantaje, favorecida. A partir de este momento, Brasil quedó convertido en un virtual
la Junta de Sevilla no se comprometió en el sentido deseado por los ingleses. protectorado de Inglaterra en el terreno económico. Poco después, don Juan invadió
En 1810, al estallar la rebelión hispanoamericana, cada uno de los focos Uruguay para reprimir el movimiento independentista y nacionalista de Artigas.
insurreccionales se apresuró a buscar contactos con el mundo exterior para conse­ Inglaterra no dio su consentimiento a esa invasión, aunque era conveniente para los
guir asistencia. Ya descartada la posibilidad del apoyo napoleónico, los rebeldes intereses británicos: Artigas era nacionalista en lo económico y promovió el
latinoamericanos pudieron elegir entre una orientación preferente hacia Inglaterra desarrollo de la provincia uruguaya con autonomía frente al mundo exterior. Sin
o hacia Estados Unidos. Ambas potencias compitieron por el favor de las juntas embargo, la aparente aprobación inglesa al golpe brasileño contra Artigas provoca­
patrióticas hispanoamericanas, mediante el envío de agentes político-comerciales. ba el repudio de algunos patriotas latinoamericanos. Por ello, Londres se apresuró
En 1811 el Congreso norteamericano adoptó la Resolución de No Transferen­ a proclamar su inocencia en el asunto y a ofrecer sus buenos oficios para una paz
cia, con miras a contrarrestar cualquier posible intento, por parte de España, de ceder negociada entre Brasil y los patriotas de la Banda Oriental, asistidos por un cuerpo
sus colonias a Francia o a Inglaterra. Desde 1816 en adelante la corriente política expedicionario bonaerense que había acudido en ayuda de los uruguayos. Por efecto
encabezada por Henry Clay favorecía en Norteamérica el reconocimiento de los de la mediación británica —apoyada por la capacidad de ejercer discretas presiones
nacientes Estados independientes latinoamericanos. Esos gestos de apoyo político económicas sobre todos los interesados— se logró una tregua; las tropas brasileñas
le granjeó algunas simpatías latinoamericanas a Estados Unidos. Para los teóricos y argentinas fueron retiradas del país, y Artigas tuvo que abandonar el país y dejar
radicales de América Latina, Estados Unidos ofrecía la atracción de un sistema de en el gobierno a Elio, representante de la metrópoli española.
gobierno republicano, mientras que Gran Bretaña representaba la máxima potencia Entre 1811 y 1814 Inglaterra mantuvo su papel de aliada de España contra
72 O Relaciones internacionales de América Latina La transición independentista (1790-1828) □ 73
Napoleón, a la vez que protectora de las tendencias autonomistas y liberales en mismo, la diplomacia inglesa se opuso a las presiones de la Santa Alianza o del
Hispanoamérica. En 1812 Castlereagh sustituyó en el Foreign Office a Wellesley Concierto Europeo en favor de las pretensiones absolutistas y restauradoras de
quien, bajo el nombre de duque de Wellington, entró en la historia como vencedor Fernando VII en América. En 1817 España, respaldada por Rusia, planteó ante una
de Napoleón Bonaparte. Continuamente el nuevo secretario de Relaciones Exterio­ conferencia de embajadores del Concierto Europeo la conveniencia de intervenir
res de Gran Bretaña trató de convencer a España de que diera completa libertad a conjuntamente contra la insurrección latinoamericana. Inglaterra movilizó a sus
los intereses comerciales ingleses en Latinoamérica: a cambio de ello, Londres diplomáticos y logró que la conferencia se abstuviera de adoptar una decisión sobre
dejaría de alentar esperanzas independentistas en el Nuevo Mundo y haría lo posible la materia. En 1818 España se presentó nuevamente ante el Concierto para quej arse
para que los americanos aceptasen la fórmula de la autonomía restringida dentro del de la segunda intervención militar portuguesa-brasileña contra los rebeldes urugua­
marco de la dominación política española. Insistentemente las Cortes españolas yos. Aunque Fernando VII se contentaba de la derrota de Artigas, no podía aceptar
—liberales en lo referente a los derechos de los ciudadanos— se negaron a aceptar sin protestas la ocupación, e inminente anexión, de una parte de Hispanoamérica por
la fórmula liberal y autonomista, propuesta por los patriotas hispanoamericanos de la corona portuguesa. Gran Bretaña apoyó a Portugal y Brasil, protegidos y vasallos
tendencia moderada, así como por Gran Bretaña. Una proposición hecha por España suyos en el ámbito económico, y propuso fórmulas de transacción que permitieron
en 1811, según la cual Inglaterra podría participar en el comercio latinoamericano a España aceptar dignamente la ocupación brasileña de la Banda Oriental. España
a cambio de un importante préstamo al fisco peninsular, fue rechazada por el rechazó las mencionadas fórmulas y en 1819 el Concierto Europeo aceptó la
gobierno de Londres. anexión de Uruguay a Brasil.
Para fines d el814 España había logrado restablecer el control sobre sus En este caso se hizo evidente que Gran Bretaña sólo apoyaba a aquellos rebeldes
colonias americanas. Bolívar tuvo que refugiarse en Jamaica, después de la latinoamericanos que se mostraban dispuestos a hacerle concesiones comerciales.
desastrosa derrota sufrida a manos de Boves y de Morillo. Los patriotas argentinos El Reino Unido de Portugal y Brasil daba plena libertad económica a los intereses
y mexicanos fueron igualmente derrotados. En aquel momento, quizás habría sido británicos; por parte de Bolívar y San Martín existía la misma inclinación. En
posible para un gobierno español esclarecido crear una mancomunidad hispánica cambio, Artigas — en grado menor que Rodríguez Francia en Paraguay— encar­
estable, fundamentada en la libertad económica y el autogobierno interno de las naba un nacionalismo económico latinoamericano, reñido con las ambiciones del
provincias americanas, bajo lapresidenciapolíticay cultural de la metrópoli ibérica. imperialismo económico, y por ello fue mirado como adversario por los dirigentes
Pero la obstinación de Fernando VII, alentado por los elementos más reaccionarios ingleses.
y oscurantistas de la nobleza y el clero españoles, hizo imposible tal solución. El rey En el Congreso de Aquisgrán, efectuado por el Concierto Europeo en 1818,
español quiso restablecer el absoluto monopolio colonial en las relaciones comer­ España reiteró su petición de que las potencias del Viejo Mundo interviniesen
ciales con Hispanoamérica, y negar a las dependencias americanas todo asomo de conjuntamente para aplastar la rebelión del Mundo Nuevo. Una vez más, Gran
autodeterminación o autogobierno. Sin embargo, a fines de 1815, cuando comenzó Bretaña se opuso y logró evitar que se tomara una decisión sobre el tema. El
en América la segunda fase de la lucha independentista, el gobierno español Congreso manifestó su deseo de que la rebelión de los súbditos americanos del rey
recapacitó en parte: se dirigió a Gran Bretaña y le ofreció el libre comercio con las de España llegase a su fin, a través de la mediación ofrecida por la Gran Bretaña.
colonias hispanoamericanas si, a cambio de ello, Inglaterra aceptaba socorrer a los Entre tanto, la actitud de Francia, sometida desde 1815 al régimen de la
ejércitos españoles en la represión del movimiento emancipador, condición ésta que Restauración, fue hostil hacia la causa de la independencia. En el Congreso del
los ingleses no podían ni querían aceptar. Concierto Europeo (Aquisgrán,1818), cuando Fernando VII pidió la intervención
Ante esas manifestaciones de intransigencia española, ocurridas mientras los colectiva contra los rebeldes americanos, la Francia de Luis XVIII se mostró
patriotas hispanoamericanos seguían haciendo gestos de buena voluntad hacia favorable a la idea. Ello se debió, en primer lugar, al pensamiento contra­
Inglaterra y los ingleses, el gobierno de Londres inició una política de doble aspecto. rrevolucionario y antiliberal de un régimen representativo de la nobleza y la alta
En el nivel oficial siguió instando a la corona española para que aceptara una burguesía financiera. En segundo término, Francia vio en una eventual intervención
mediación imparcial entre ella y sus colonias. A cambio de la libertad de comercio colectiva en Hispanoamérica la posibilidad de lucirse como potencia militar en un
otorgada como condición previa, Inglaterra se esforzaría por moderar los ímpetus plano de igualdad con los vencedores de 1814.
independentistas y por convencer a los dirigentes de la revolución nacional Sin embargo, a partir de Aquisgrán, Francia comenzó a comprender que la
americana para que aceptaran una autonomía limitada dentro del marco del imperio independencia hispanoamericana era inevitable. Desde entonces, intentó desplazar
hispánico. Por otra parte, en el plano secreto, los dirigentes de la política inglesa la influencia inglesa y liberal de los nuevos Estados, en beneficio de su propia
alentaron y apoyaron a los luchadores por la independencia latinoamericana: el asilo orientación, favorable a las corrientes monárquicas y conservadoras. Esa línea de
de Bolívar en Jamaica, préstamos y créditos otorgados a los patriotas, la tolerancia acción se perfiló con mayor claridad a partir de 1820, cuando la revolución liberal
y la complicidad oficiales ante el contrabando de armas inglesas para los rebeldes, sacudió a España. Ese mismo año la diplomacia gala trató de convencer a los
y el estímulo discreto a los voluntarios de la Legión Británica y otras unidades al argentinos de que aceptasen como rey al príncipe de Lucca, miembro de la familia
servicio de la causa independentista, constituyeron las principales formas de Borbón. Pero los patriotas rioplatenses rechazaron tal fórmula: si aceptaban un
colaboración de Gran Bretaña con la lucha libertadora de Latinoamérica. Así régimen monárquico, éste debía ser constitucional y liberal.
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En 1822, en el Congreso de Verona, Francia—junto con las demás potencias española constituyó una calamidad y una amenaza; temían el contagio subversivo
de la Santa Alianza— apoyó la decisión de intervenir militarmente en España para y la expansión del movimiento antiabsolutista de España a otros países. El zar de
suprimir el régimen liberal y restablecer el poder absoluto de Fernando VII. Francia Rusia amenazó con intervenir unilateralmente contra los revolucionarios españo­
se mostró en principio dispuesta a participar en tal empresa, a fin de ganar prestigio les, arrogándose la representación del Concierto. Las demás potencias lo disuadie­
militar y político, así como para obtener eventuales ventajas comerciales. Pero Gran ron: Inglaterra, con una energía considerable, ya que para sus intereses era
Bretaña, por las iniciativas que se describen más abajo, en relación con la Doctrina conveniente el auge del liberalismo y de las clases medias mercantiles en España;
Monroe, disuadió al gobierno de París de sus intenciones. Austria, con menos energía pero también con insistencia, en vista de que Rusia era
En 1824, Francia trató de intervenir por última vez en el proceso independen­ su rival con respecto a la hegemonía sobre Europa centro-oriental; Francia, que no
tista de Hispanoamérica. Con el fin de sobreponerse a la pérdida de prestigio sufrida deseaba la interferencia de una potencia del Este en la esfera de los Borbones.
ante Gran Bretaña en 1823, el gobierno francés intentó convocar un Congreso del Para 1821 Inglaterra trataba de persuadir a las potencias del Concierto Europeo
Concierto Europeo sobre Latinoamérica, para representar el papel de árbitro de los de que no sólo toleraran la existencia del constitucionalismo liberal en España, sino
destinos del Nuevo Mundo. La diplomacia francesa convenció a Fernando VII para que igualmente dieran reconocimiento a los nuevos Estados latinoamericanos, bajo
que éste emitiera las invitaciones. Lamentablemente para Francia, el testarudo e la condición de que éstos adoptaran regímenes monárquicos constitucionales.
insensato monarca español acompañó las invitaciones con la exigencia de una Desde 1820 Inglaterra había tratado de convencer a Bolívar y a Colombia para que
acción intervencionista en América Latina y se negó a pedir la participación de Gran abandonaran su terco republicanismo y aceptaran la fórmula monárquica que ya
Bretaña en el congreso. Ante esa actitud irritante y divisionista del rey de España, había sido aceptada por San Martín, pero que resultaba inaplicable si Bolívar no
las potencias se negaron a acudir a la cita. daba su consentimiento.
Mientras las relaciones entre Francia y los pueblos latinoamericanos, durante Además de la oposición bolivariana, también la actitud de Francia hizo-
la época de la lucha independentista, fueron pues muy poco fructíferas, y mientras imposible la aceptación de la proposición inglesa. El sector más absolutista y
Estados Unidos sufría las desventajas de su relativa debilidad e insuficiente reaccionario de la nobleza francesa, encabezado por el conde de Artois, hermano del
desarrollo, Gran Bretaña desempeñó el papel más destacado como actor externo en rey, logró que el gobierno francés manifestara su oposición no sólo al reconocimien­
el proceso de la lucha emancipadora: fue la gran aliada del movimiento de to de eventuales monarquías constitucionales americanas sino igualmente a una
independencia de la América Latina. Sus intereses comerciales e imperialistas la aceptación del régimen liberal español. Coincidiendo con Rusia, la monarquía
impulsaban a tal política. Los proceres de la independencia se aprovecharon de la francesa se hizo partidaria de una intervención armada en España, con el fin de
ayuda inglesa, sin hacerse ilusiones sobre los motivos que la inspiraron, y también restaurar el poder absoluto de Fernando VII.
trataron de sacar ventajas de las contradicciones de intereses entre las potencias. El reconocimiento de los nuevos países por Estados Unidos en 1822 sirvió para
Bolívar tendía a dar mayor preferencia a la ayuda inglesa que a la norteameri­ fortalecer las presiones de la burguesía industrial y comercial inglesa, en el sentido
cana. Veía con honda preocupación y desconfianza las tendencias expansionistas de que su gobierno procediera de la misma manera, reconociendo unilateralmente
que se manifestaban en el país del Norte. Sin embargo, otros importantes dirigentes a los Estados latinoamericanos, pese a que la mayoría de ellos tenía regímenes
latinoamericanos, como Francisco de Paula Santander, veían a Estados Unidos con republicanos El ministro Castlereagh se había opuesto a ello buscando una fórmula
una inclinación más positiva. aceptable para el Concierto Europeo. Pero Castlereagh se suicidó en agosto de 1822,
y su sucesor, Canning, era partidario de una política unilateral inglesa, de indepen­
dencia frente al Concierto y de entendimiento con las fuerzas liberales del mundo.
La Doctrina Monroe En 1822, el Congreso del Concierto en Verona estuvo dominado por los
representantes de la Santa Alianza. Canning estaba seguro desde el comienzo de que
Estados Unidos y Gran Bretaña coincidieron en defender a Latinoamérica el Congreso terminaría con la adopción de resoluciones represivas, antiliberales e
contra el proyecto de reconquista que las potencias de la Santa Alianza tramaban intervencionistas, incompatibles con los intereses de Gran Bretaña y de la causa del
para el año de 1823. Las medidas que Gran Bretaña tomó para proteger y defender libre comercio mundial. El duque de Wellington fue enviado como representante
a los países latinoamericanos liberados fueron prácticas y efectivas. Las medidas británico al Congreso de Verona, en una vana tentativa de frenar los ímpetus
adoptadas por Estados Unidos fueron de naturaleza doctrinaria y propagandística, represivos e intervencionistas de las potencias continentales, inclinadas a aplastar
y se plasmaron en la proclamación de la Doctrina Monroe. violentamente el liberalismo español. Ante la actitud intransigente de la Santa
En 1820 el golpe liberal dirigido por Riego acabó con el absolutismo de Alianza, Inglaterra no pudo por el momento hacer nada, y el duque se retiró del
Fernando VII y abrió la vía para una evolución constitucionalista en España. Los Congreso de Verona el día 30 de noviembre de 1822. En ausencia de los ingleses,
revolucionarios trataron a Fernando VII con todo respeto, pero le amputaron sus el Concierto decidió intervenir en España y confió a Francia la tarea de liquidar el
poderes y le obligaron a acatar las disposiciones de una constitución fundamentada régimen constitucional de Madrid y restaurar el poder absoluto de Fernando VII.
en avanzados principios de libertad y de soberanía popular. Para la Santa Alianza El 6 de abril de 1823 los “Cien mil hijos de San Luis” cruzaron los Pirineos bajo
—es decir, las potencias absolutistas dentro del Concierto Europeo— la revolución el mando del duque de Angulema. El movimiento liberal español, debilitado por
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divisiones y contradicciones internas, cayó, y Fernando VII reasumió el mando vez, podían con pleno derecho intervenir en América. Para Adams era imperativo
absoluto e inició una feroz represión contra los constitucionalistas. Por otra parte, mantener incólume el principio de que, a cambio de la no interferencia extranjera
insistió ante las potencias de la Santa Alianza para que le ayudaran a reprimir el en las Américas, Estados Unidos se abstendría de participar en la política de Europa.
liberalismo y la revolución no sólo en la metrópoli sino también en los territorios Por otra parte, Adams se mostraba reacio a una declaración conjunta con los
hispánicos de ultramar. Lo que pedía Fernando era nada menos que una expedición ingleses. Como realista político de ideas imperialistas, John Q. Adams preveía el
colectiva de la Santa Alianza para reconquistar los países hispanoamericanos y porvenir de Estados Unidos en términos de hegemonía sobre las Américas. Por el
someterlos nuevamente a la autoridad del déspota peninsular. Rusia y Francia se momento, sin duda, esa hegemonía estaba en manos de Inglaterra, pero Estados
mostraban de acuerdo en principio, mientras que el gobierno inglés temía que la Unidos estaba destinado, en el transcurso de su desarrollo hacia la condición de gran
expedición interventora en América Latina pudiera convertirse en realidad. potencia, a chocar con los intereses británicos, y a neutralizarlos y desplazarlos
Igual preocupación existía en Estados Unidos. El gobierno del presidente paulatinamente. Había que vivir en paz con Inglaterra, ya que esa potencia era
Monroe no sólo se sentía alarmado por la amenaza de intervención de la Santa grande y peligrosa; había que cooperar con ella en algunos campos, pero no debía
Alianza en América Latina, sino también por el expansionismo manifestado en el desestimarse ninguna oportunidad para afirmar la personalidad y los intereses
propio continente norteamericano por una de sus potencias miembros, Rusia. En soberanos de Estados Unidos, y competir con Gran Bretaña siempre que fuera
1821 un ucase del zar Alejandro I extendió los límites del mar territorial ruso hasta posible. Latinoamérica, y sobre todo el área del Caribe, eran zonas de rivalidad entre
100 millas italianas frente a la costa de Alaska, y más abajo hasta el paralelo 51°. Inglaterra y Estados Unidos. En ningún caso —pensaba Adams— debía darse a
Se prohibía a barcos de otras nacionalidades penetrar en ese espacio marítimo. La Gran Bretaña la ventaja moral y propagandística de figurar como iniciadora y
medida equivalía de hecho a un avance del imperialismo ruso de Alaska hasta promotora principal de una gestión conjunta. En las actuales circunstancias, se
Oregón. No sólo por el Sur sino también desde el noreste, Estados Unidos sentía la trataba de ganar la amistad y la confianza de los países latinoamericanos. Entre
presión intervencionista de la Santa Alianza. Ante la pretensión territorial y Inglaterra y Estados Unidos, ¿cuál de los dos países lograría figurar como el
marítima rusa, Adams reaccionó con firmeza, comunicando al gobierno del zar que defensor y protector más decidido y leal de las nuevas naciones emergentes y, por
Estados Unidos sostenía “el principio de que los continentes americanos ya no ende, se convertiría en su guía hegemónico? Si Estados Unidos aspiraba a ese papel,
deben ser objeto de nuevas colonizaciones europeas”. debía aprovechar la ocasión para emitir una declaración unilateral y no conjunta con
Canning, vivamente preocupado ante la amenaza de intervención contra Inglaterra.
Latinoamérica, resolvió en agosto de 1823 proponer a Estados Unidos una gestión Monroe tuvo objeciones iniciales al planteamiento de su secretario de Estado.
conjunta en contra de dicha amenaza. Propuso a Richard Rush, ministro plenipoten­ ¿Acaso tenía Estados Unidos la fuerza suficiente para enfrentarse solo a la Santa
ciario norteamericano en Londres, que los dos países coordinasen su acción y Alianza, sin ayuda inglesa? ¿No era peligroso y temerario un gesto de desafío
emitiesen una declaración conjunta, en la cual manifestarían su decisión de no unilateral a tan poderoso conjunto de países? Adams tranquilizó a su presidente.
tolerar la recolonización de Hispanoamérica por las potencias de la Santa Alianza. Inglaterra —él lo sabía bien— estaba obligada por sus intereses vitales a actuar en
Rush se mostró receptivo pero insistió en que Inglaterra, como condición previa a contra de una intervención de la Santa Alianza. Con declaración conjunta o sin ella,
una declaración conjunta, debía dar reconocimiento oficial a las repúblicas latinoa­ la flota británica se interpondría entre Hispanomérica y las potencias absolutistas,
mericanas. Canning rechazó esa condición, que resultaba inaceptable para la protegiendo la nueva esfera comercial inglesa de las apetencias de los demás
opinión de los círculos dominantes ingleses, y cuya aprobación habría significado Estados europeos. Las Américas, comprendido Estados Unidos, no necesitaban
un golpe contra las potencias del Concierto. Pese a la negativa británica, Rush temer nada, pues Gran Bretaña las defendería necesariamente por su propio interés.
informó a su gobierno de la proposición de Canning. Sin correr ningún verdadero riesgo físico, la república norteamericana lograría por
Monroe consultó sobre la propuesta inglesa a los ex presidentes Jefferson y una declaración unilateral un importante triunfo propagandístico y político sobre su
Madison, así como a su secretario de Estado John Quincy Adams. Los dos antiguos rival inglés.
mandatarios se mostraron a favor de una declaración conjunta con Gran Bretaña. Adams quiso que la declaración resultante fuese comunicada a las diversas
Madison pensaba que tal documento debía tener el carácter de un manifiesto general potencias por nota diplomática. Monroe, por su parte, creyó preferible incorporarla
elaborado por los dos países anglosajones liberales contra el absolutismo y la al mensaje presidencial de fin de año; Adams aceptó esa tesis. El presidente preparó
opresión: no sólo debía hablarse de defender la integridad de las Américas, sino que un proyecto en el que aparecieron menciones a Grecia y al despotismo en el Viejo
también se aprovecharía la oportunidad para hacer un pronunciamiento a favor de Mundo, y el secretario de Estado lo convenció de que suprimiera tales alusiones. La
la liberación de Grecia, y así pasar a la ofensiva contra los opresores de los pueblos. versión definitiva de la declaración se debe esencialmente a la pluma de Adams. Su
Adams se opuso tajantemente a esas ideas. En primer lugar, le pareció peligrosa una tenor, como parte del mensaje presidencial presentado al Congreso el 2 de
declaración que hablara de Grecia u otros países del Viejo Mundo, ya que tal diciembre de 1823, es el siguiente: “Los continentes americanos, por la condición
declaración violaría la doctrina de los “dos hemisferios”, emitida por George libre y soberana en que se encuentran, desde ahora no han de ser considerados como
Washington. Si Estados Unidos se arrogaba el derecho de intervenir, solos o en objetos de futura colonización por parte de cualesquiera potencias europeas (...) El
compañía de Gran Bretaña, en problemas europeos, las potencias de Europa, a su sistema político de las potencias aliadas es esencialmente diferente (...) del sistema
78 □ Relaciones internacionales de América Latina La transición independentista (1790-1828) □ 79

de América (...) Por ello, en honor a la franqueza y a las relaciones amistosas ricanas en asuntos internos de los pueblos latinoamericanos; intervenciones dicta­
existentes entre Estados Unidos y aquellas potencias, debemos declarar que das por larapacidad y la ambición de poder, pero justificadas en teoría por el empeño
consideraríamos todo intento de su parte de extender su sistema a cualquier porción de “proteger” o “defender” a las víctimas, supuestamente en peligro de ser atacadas
de este hemisferio como algo peligroso para nuestra paz y seguridad (...) Con las por potencias extracontinentales.
colonias existentes (...) de cualquier potencia europea, no hemos interferido ni
tenemos la intención de interferir. Pero con respecto a los gobiernos que han
declarado su independencia (...) no podríamos considerar ninguna intervención El Congreso de Panamá
realizada con el propósito de oprimirlas (...), por parte de cualquier potencia
europea, de otra manera que como la manifestación de una disposición inamistosa En contra del concepto unilateral y hegemónico contenido en la Doctrina de
hacia Estados Unidos (...) Nuestra política en lo concerniente a Europa (...) sigue Monroe, el Libertador Simón Bolívar planteó el principio de la solidaridad de todos
siendo la misma; es decir, la de no interferir en los asuntos internos de ninguna de los países latinoamericanos en un plano de igualdad, y la seguridad colectiva como
sus potencias (...)”. fórmula de defensa común contra agresiones emanadas desde dentro o fuera de la
Mientras Adams redactaba esos párrafos del mensaje de su Presidente, el región. El pensamiento bolivariano rechazaba las hegemonías; para él, los pueblos
secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña había realizado las gestiones hispanoamericanos debían adoptar mecanismos multilaterales para que, unidos y en
que realmente, de manera práctica y efectiva, salvaron a la América Latina de una perfecta igualdad de condiciones, garantizaran su seguridad y su progreso.
intervención de la Santa Alianza. A sabiendas de que Francia era la potencia de cuya A partir de 1821 el Libertador tuvo la idea de organizar un congreso de las
decisión dependía una eventual expedición contra los países liberados, Canning repúblicas libres del continente, con el fin de crear las bases de una Hispanoamérica
concentró sus esfuerzos en comunicar al gobierno de París que una decisión de unida y solidaria. Por instrucciones de Bolívar, Pedro Gual, como canciller de
invadir Hispanoamérica sería mirada como hecho muy grave por Inglaterra, Colombia, escribió a los gobiernos de los nuevos países proponiéndoles una
quedando implícita la amenaza de utilizar la flota británica para impedir por la confederación que sería una réplica contra la Santa Alianza, una alianza de pueblos
fuerza cualquier desembarco. libres, una “verdadera sociedad de naciones hermanas”. El gobierno colombiano
La advertencia de Canning fortaleció en París los argumentos de aquellas envió plenipotenciarios que, por lo pronto, suscribieron convenios de alianza con
personas que desaconsejaban una expedición hacia Latinoamérica, ya fuera por otros países del continente para la defensa conjunta de su independencia ante
motivos políticos o por consideraciones de índole financiera y administrativa. El 9 España o cualquier otra potencia.
de octubre de 1823, el príncipe de Polignac, embajador de Francia ante la Corte de Para 1823 la convocatoria de un congreso de los países americanos liberados
St. James, suscribió un memorando en el cual negaba que Francia abrigase intención adquirió mayor urgencia. Existía el peligro de una intervención armada de la Santa
alguna de intervenir en Hispanoamérica. Con el memorando Polignac en su gaveta, Alianza, tal como señalamos en páginas precedentes. El canciller de la Gran
y la certeza de que ya no existía peligro de intervención de la Santa Alianza en Colombia, Pedro Gual, dijo que había llegado el momento de convocar un congreso
América, Canning perdió todo interés en una gestión conjunta con Estados Unidos, con sede en Panamá, para crear una confederación americana. Cada país americano
y eludió todo contacto con el ministro plenipotenciario Richard Rush. Al recibir la soberano enviaría a dos representantes plenipotenciarios para debatir los puntos
noticia de la declaración, hecha unilateralmente por el presidente Monroe, Canning siguientes:
se disgustó: después de que Inglaterra había realizado todo el trabajo para disuadir 1) alianza y confederación perpetua de los Estados americanos;
a la Santa Alianza de intervenir en el Nuevo Mundo, Estados Unidos se arrogaba el 2) delimitaciones territoriales sobre la base del uti possidetis de 1810;
mérito y se robaba los laureles correspondientes al Foreign Office. 3) respeto a la soberanía de cada parte contratante;
Con el fin de aclarar las cosas y explicar al mundo que no era la declaración 4) no intervención.
norteamericana la que había salvado a Latinoamérica de la intervención, sino que En 1824, desde Lima, Bolívar reiteró su idea de celebrar el Congreso y emitió
el hecho se debía a la energía y al poder de Gran Bretaña, el secretario Canning invitaciones a los gobiernos. El Libertador deseaba que la participación quedase
resolvió publicar el Memorando Polignac. La publicación se efectuó en el mes de limitada a los Estados de Hispanoamérica, excluía Estados Unidos. Para Bolívar,
marzo de 1824 y ofendió gravemente al gobierno francés. Sin embargo, esta Norteamérica constituía una amenaza potencial para los pueblos latinoamericanos,
indiscreción sirvió para demostrar a las naciones que la verdadera protectora de los más que un amigo y aliado. Uno de los motivos del Libertador para pensar de ese
nuevos países hispanoamericanos no era Norteamérica sino Inglaterra. modo residía en el comportamiento de Estados Unidos frente a Cuba.
La declaración emitida en diciembre de 1823 por el presidente de Estados En 1823 Adams temió seriamente que España pudiera ceder Cuba a Francia, a
Unidos llegó a ser conocida como la Doctrina de Monroe. A través de ella, cambio de la participación francesa en la reconquista de los países rebeldes de
Norteamérica asume unilateralmente el papel de protectora de los demás países del Hispanoamérica. (Efectivamente, en España asomó este tipo de ofrecimiento.)
hemisferio. Los espíritus críticos en Latinoamérica, y sobre todo Simón Bolívar, se Adams creía igualmente posible que España terminaría por entregar Cuba a los
dieron cuenta en seguida del contenido potencialmente imperialista y hegemónico ingleses, como premio por una mediación británica favorable en el conflicto entre
de la Doctrina, que serviría más adelante de base para las intervenciones norteame­ la potencia ibérica y sus dependencias insurgentes. Ante esos temores, el secretario
80 □ Relaciones internacionales de América Latina La transición independentista (1790-1828) □ 81
de Estado norteamericano optó por hacer todo lo posible para mantener el statu quo pero sabían que la no asistencia al Congreso dañaría la posición de Estados Unidos
en Cuba. Mientras la isla permanecía en manos de España, Norteamérica no debía en Latinoamérica.
temer que fuese usada como base de ataques contra ella. Así mismo, en la Cuba Los ingleses, a través de su observador en el Congreso, no perderían la
española quedaba abierta la posibilidad de una paulatina penetración de la influen­ oportunidad de aprovecharse de la ausencia norteamericana para mejorar su propia
cia estadounidense, hasta que en alguna etapa futura las condiciones estuviesen imagen y consolidar su influencia. El debate entre los proponentes y los adversarios
dadas para una anexión de la valiosa isla. de la participación norteamericana en el Congreso de Panamá se prolongó de tal
Los gobiernos de Colombia y México, víctimas de ataques españoles lanzados manera que los dos plenipotenciarios finalmente designados salieron con retraso.
desde territorio cubano, decidieron en 1824 replicar por la fuerza. Barcos colombia­ Llevaban instrucciones de asumir una actitud pasiva en el Congreso. Uno de los dos
nos y mexicanos atacaron navios españoles en alta mar, hasta las cercanías del enviados pereció en el viaje, a consecuencia de la fiebre amarilla; el otro llegó a
Estrecho de Gibraltar. Para 1825 la Gran Colombia y México preparaban una Panamá apenas a tiempo para asistir a la sesión de clausura.
invasión a Cuba, para expulsar a los colonialistas españoles de su última base Edward J. Dawkins, observador inglés en el Congreso de Panamá, se aprovechó
importante. Estados Unidos reaccionó con alarma. Adams—ya presidente para ese plenamente de la ausencia norteamericana para realizar una activa campaña
entonces— se sintió angustiado ante la idea de que los latinoamericanos indepen­ propagandística a favor de Gran Bretaña y en contra de Estados Unidos. Conforme
dientes pudiesen liberar la isla y arrebatarla de la influencia yanqui. El gobierno a las instrucciones recibidas del Foreign Office, Dawkins señaló a los delegados que
norteamericano propuso a Inglaterra una política conjunta para disuadir a Colombia Gran Bretaña había recibido con beneplácito el plan bolivariano de liberar a Cuba,
y México de su empeño. Pero Londres y Washington siguieron distintas líneas de mientras Estados Unidos acudía en apoyo del colonialismo español y volvía los
acción. cañones de su flota contra las escuadras del Libertador. Los latinoamericanos
Canning se limitó a sugerir tímidamente que un ataque colombiano y mexicano quedaron tan convencidos de la buena fe británica que Pedro Gual propuso pedir a
a Cuba dificultaría el logro de una eventual paz entre España y sus ex colonias. En Inglaterra que asumiera la misión mediadora entre Latinoamérica y España para el
cambio, la línea norteamericana fue dura. En diciembre de 1825, el secretario Clay reconocimiento de la independencia y la paz. Esa proposición no fue votada ni
exigió a Colombia y a México que suspendiesen sus planes de invasión a Cuba, y aprobada, pero no cabía duda de que Inglaterra gozaba de la simpatía y la aprobación
en 1826 el presidente Adams ratificó su firme voluntad de garantizar que Cuba generales, en contraste con Estados Unidos.
siguiera en manos de España. El Congreso de Panamá se inició el 22 de junio de 1826. Estuvieron presentes
Este no fue el único motivo por el cual Bolívar miraba a Estados Unidos con los representantes de la Gran Colombia, Perú (incluida Bolivia), México y
recelo. El Libertador no sólo repudiaba la tendencia expansionista del país del Centroamérica. Las Provincias Unidas del Río de la Plata, Brasil y Chile, por
Norte, sino también su carácter esclavista. La intención original de Bolívar había diversos motivos no aceptaron asistir. Paraguay no fue invitado. Argentina no
sido la de inscribir en la agenda del Congreso de Panamá un punto referente a la asistió debido al conflicto bélico que tuvo con Brasil por la Banda Oriental. Brasil
abolición no sólo del comercio negrero internacional sino también de la esclavitud no asistió en parte por ese mismo conflicto, y también por su temor de que pudiera
como institución interna de los países americanos. Tanto Estados Unidos como plantearse el tema de la esclavitud o se cuestionara su sistema monárquico.
Brasil habrían quedado excluidos del Congreso por su apego a la institución El 15 de julio de 1826 las cuatro potencias participantes suscribieron el Tratado
esclavista; Brasil, además, por su régimen monárquico. Si Bolívar hubiera podido de Unión, Liga y Confederación Perpetua, por el cual acordaron ligarse y confede­
proceder por completo a su propio modo de ver, sin concesiones a las circunstancias rarse para la guerra y la paz. El objeto del tratado sería sostener y defender la
y los intereses, el Congreso de Panamá habría sido exclusivamente latinoamerica­ soberanía e independencia de las partes, mantener la paz y auxiliarse mutuamente
no, republicano y abolicionista. Sin embargo, por no poder ignorar la importancia en caso de agresión. En caso de guerra común contra un agresor, cada signatario
del coloso lusoamericano, B olivar admitió que se le invitara al Congreso. En cuanto otorgaría libre tránsito por su territorio a las tropas de los países aliados, y el
a Estados Unidos, se les invitó en contra de la voluntad del Libertador, por iniciativa gobierno transitante pagaría los gastos ocasionados; lo mismo se aplicaría al paso
del vicepresidente de Colombia, Francisco de Paula Santander, respaldado por los de barcos por los puertos y las aguas territoriales de las partes contratantes. Ninguno
gobernantes de México y Centroamérica. de los confederados firmaría la paz por separado con un agresor; sólo lo haría de
A pesar de haber sido invitado, Estados Unidos de Norteamérica por su propia común acuerdo con los demás. Los países signatarios colaborarían, igualmente,
iniciativa se abstuvo de participar en el Congreso. Los representantes de la para desarrollar conjuntamente su comercio y bienestar mutuos. Procurarían
oligarquía de los estados del sur se opusieron a la participación en el Congreso de desarrollar bases comunes de política exterior, sin intervenir en las decisiones de
Panamá. En primer término porque, según ellos, Norteamérica no debía atarse las cada nación aliada. Así mismo, en el tratado se previo hacerlo extensivo a los demás
manos en compromisos multilaterales, incompatibles con el carácter unilateral y países soberanos de América, y celebrar congresos o asambleas cada dos años en
hegemónico de la Doctrina de Monroe. En segundo término, la clase dominante tiempo de paz, y cada año en tiempo de guerra, para examinar los problemas
sureña repudió el Congreso por temor a que en él fuera discutida la cuestión de la comunes de América y coordinar la política a seguir por los signatarios.
esclavitud y se colocara a Estados Unidos y Brasil en el banquillo de los acusados. De este modo, quedaron planteados para el hemisferio occidental dos posibles
Adams y Clay entendían esos argumentos, y en el fondo simpatizaban con ellos, esquemas de convivencia y organización internacional. El primero, de Monroe, se
82 □ Relaciones internacionales de América Latina La transición independentista (1790-1828) D 83

fundamentaba en el predominio de una nación sobre las demás, para protegerlas y


defender su independencia. El segundo, de Bolívar, expresado en el Congreso de
Panamá, tiene por base la igualdad entre los pueblos, la solidaridad y la seguridad
colectiva. El esquema de Monroe es fundamentalmente hegemónico y refleja en
parte las ambiciones expansionistas de los sectores dominantes del sur de Estados
Unidos. En cambio, el esquema de Bolívar es intemacionalista y democrático.
Para su época, el esquema bolivariano fue utópico. Las ideas del Libertador,
geniales y hermosas, carecían de base de sustentación en la sociedad latinoameri­
cana. Tanto la creación de gobiernos liberales y estables, basados en la soberanía del
pueblo como la eventual unidad o confederación latinoamericana, habrían requeri­
do la existencia de capas medias y populares conscientes. Las ideas bolivarianas
sólo hubieran podido ser puestas en práctica por una sociedad burguesa, con
infraestructuras capitalistas y con buenas vías de comunicación, y vínculos de
comercio, entre un país y otro. Pero Latinoamérica era un continente precapitalista
y preburgués. Los estragos causados por las luchas de independencia habían
ahondado el atraso. Los sectores de la economía latinoamericana que estaban
vinculados al comercio internacional —minería, ganadería y plantaciones— no por
ello tenían relaciones de producción modernas, sino que en su estructura interna
conservaban rasgos feudales o esclavistas. La gran burguesía comercial tenía
características psicosociales parecidas a las de la aristocracia terrateniente. Las
capas medias integradas por agricultores, artesanos y pequeños comerciantes
carecían de los medios de hacer valer sus derechos y sus aspiraciones frente al poder
dominante de las oligarquías terratenientes y mercantiles. Los generales de los
ejércitos de la independencia constituían un factor decisivo de feudalización.
Reacios a entregar el poder que sus armas les habían dado, los generales se
convirtieron en árbitros de la política y en amos de la tierra. Cada caudillo regional,
militar y latifundista, constituía un factor centrífugo, destructor de la unidad de las
naciones latinoamericanas, y de la unidad del continente. Ante tal realidad, era
inevitable que Bolívar fracasara en lo inmediato y que triunfara el esquema de
Monroe, realista y practicable ya que se basaba en la hegemonía de un país burgués
sobre otros de sociedad tradicional.

Resumen
La época de la independencia latinoamericana se abrió con la insurrección de
Santiago Ogé en Haití en 1790. La protesta nacional y social del pueblo haitiano,
esclavo en su mayoría, fue estimulada por los sucesos revolucionarios de Francia.
Después de la etapa moderada dominada por Toussaint Louverture, la revolución
haitiana adquirió su máxima dimensión bajo la jefatura de Dessalines a comienzos
del siglo XIX, y desembocó en la independencia completa, convirtiéndose la
república negra en foco de irradiación independentista y en centro de solidaridad
internacional hasta 1820.
En las colonias españolas la rebelión se fue gestando desde comienzos del siglo
XIX, por motivos de explotación económica colonial, discriminación política,
opresión social e infiltración de ideas subversivas. La lucha armada en gran escala
estalló en 1810-1811 en centros como México, Caracas, Bogotá, Buenos Aires,
86 □ Relaciones internacionales de América Latina
Asunción y Montevideo. Chile se alzó algo más tarde. Perú y la América Central
dieron el paso hacia la independencia en 1821, en gran medida bajo presión
externa. Cuba y Puerto Rico permanecieron en manos de España, aunque en su
seno no faltó la agitación revolucionaria de minorías decididas.
Brasil, que se había convertido en sede de la monarquía portuguesa por efecto
de la invasión napoleónica a la península ibérica, se mantuvo tranquilo hasta 1822,
cuando proclamó su independencia sin violencia y bajo dirección monárquica.
Las luchas por la independencia latinoamericana estuvieron acompañadas de
problemas y divergencias entre algunos de los nuevos países. Aparte de la pugna
entre Brasil y Argentina por Uruguay, y los problemas entre México y Centroamérica,
debemos destacar las contradicciones entre Bolívar y San Martín, superadas en la
reunión de Guayaquil.
El mundo extralatinoamericano observó con interés la lucha de las ex colonias
ibéricas por su independencia y trató de sacar beneficios de ese proceso. Inglaterra
fue la potencia externa que mejor supo aprovechar la gesta independentista
latinoamericana, dando su apoyo a los nuevos países emergentes y obteniendo, a
cambio de ello, ventajosos tratados comerciales, así como una discreta pero
inconfundible influencia semicolonialista sobre las decisiones de algunos Estados
de la región. Por su parte, Estados Unidos trató de asumir el rol de protector de las
nuevas repúblicas ascendentes pero, a causa de su debilidad y de sus manifestacio­
nes anexionistas con respecto a las Floridas y Cuba, quedó en un segundo plano por
detrás de los ingleses. Francia, con una política contradictoria y generalmente
reaccionaria frente a las nuevas fuerzas latinoamericanas, no alcanzó ninguna
influencia significativa en la época que nos ocupa.
Los dos hechos más significativos de la época de la conquista de la indepen­
dencia latinoamericana son:
a) El dinamismo y el vigor del movimiento nacional revolucionario latinoame­
ricano, dirigido en gran medida por élites terratenientes y comerciales, inspiradas
por las ideas burguesas liberales de Europa y apoyadas por pueblos en busca de
identidad nacional y de avances en la senda de la libertad y la justicia. Durante ese
lapso de su historia Latinoamérica deja de ser objeto más o menos pasivo de la
política de centros de poder externos, y asume un papel activo.
b) El surgimiento de dos enfoques o visiones del futuro del hemisferio
occidental: la visión bolivariana, latinoamericanista, de solidaridad multilateral de
países iguales, y el enfoque monroista, de protección ejercida por el gran país del
Norte sobre las naciones más débiles del Sur.

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