Embarazo y Exclusión Educativa
Embarazo y Exclusión Educativa
Embarazo y Exclusión Educativa
Ley 366, la cual establece cómo los colegios deben generar políticas de inclusión, solo toma en
cuenta a los niños en situación de discapacidad como sujetos de intervención, pero vemos que
hay otras necesidades de tipo social, emocional y familiar que están generando exclusión en las
aulas”.
Por lo tanto, el embarazo en la adolescencia es un problema social que tiene un impacto en la vida de la
adolescente, su hijo, su familia. La maternidad adolescente para un grupo de madres es planificada y
deseada, formando parte de su proyecto de vida, para otras es inesperado y producto del
desconocimiento de los métodos de planificación familiar. La maternidad adolescente generalmente
tiene como contexto problemas económicos y sociales que conducen a la adolescente al abandono
escolar temprano antes o después del embarazo, por falta de apoyo emocional, afectivo y económico de
sus familias (Issler, 2001; Panduro, 2012; Pantelides, 2004; De Jesús y Menkes 2011; De Jesús,
2011; De Jesús y González); por lo cual la maternidad adolescente no necesariamente es la causa
principal de la deserción escolar (Salazar, Rodríguez y Daza, 2007), sino diversos factores que marcan
las desigualdades sociales y la exclusión social.
El nivel educativo de las adolescentes y las condiciones socioeconómicas del hogar inciden en el inicio
de las relaciones sexuales y la maternidad adolescente (Henao et al., 2007).
La maternidad adolescente puede tener consecuencias sociales y económicas negativas para las madres,
las familias y la sociedad. Un número importante de adolescentes se han visto obligadas a abandonar sus
estudios, lo que significa que tendrán menos cualidades y oportunidades en el desarrollo de su vida. En
la vereda Pomarroso, Menzulí bajo del municipio de Piedecuesta, donde habitan alrededor de 40 familias
se ha intensificado un fenómeno de desarraigo tanto educativo como social, en el último año dos
adolescentes han quedado embarazadas, una en el octavo grado y la otra en noveno. En el centro
educativo los cauchos se ha elaborado un ambiente negativo para poder continuar sus estudios, desde los
maestros, padres de familia y compañeros se ha levantado una nube de humo de críticas y señalamientos
para que abandonen las aulas y supuestamente cese el mal ejemplo que su presencia representa para los
otros jóvenes. Un motivo puede referirse a que históricamente en este sector rural semiurbano de
estratificación del 1 al 3, con condiciones socioeconómicas problemáticos se haya convertido este sea un
fenómeno en repetitivo, incidiendo en el inicio tempranero de relaciones sexuales y por ende los
embarazos. Además, entre estas adolescentes hay marcadas diferencias y condiciones que ponen de
manifiesto grandes desigualdades que vienen de prácticas sociales que han tolerado la exclusión y
favorecido el abandono del colegio, entonces acá no hay acompañamiento psicológico, ni pedagógico
pues la maternidad se ha visto como una forma alternativa de forma de vida femenina ante las cuales
existen pocas opciones reales.
Entonces en mi rol de LIDER SOCIAL es importante cambiar el panorama para las niñas y las mujeres
de este sector, propender la extensión de la escolarización y la apertura de opciones de vida distintas a la
maternidad, pues la falta de La falta de educación limita las posibilidades de insertarse en el mercado
laboral, y el desempleo y subempleo traen desigualdad social. La falta de un empleo estable trae consigo
un empleo inestable sin beneficios sociales, lo cual conduce a la pérdida de integración social y a la
exclusión, desintegrándose las relaciones sociales (Vite, 2007).
Entonces para prevenir la exclusión se deben identificar y promover de manera gradual y efectiva la
solidaridad, la participación y acceso a adecuados recursos que constituye un proceso que sólo se irá a
produciendo conforme se vayan modificando las formas y visiones de los maestros, directivos padres de
familia, alumnos y vecinos de la comunidad en las instituciones cercanas involucradas en estos casos
como el caso de la mención: El colegio Los Cauchos de Menzuli bajo donde hasta ahora las restringen o
se hacen de la vista gorda en medio de la problemática
Es por ello que normalmente los esfuerzos del organismos públicos y privados por brindar mayor
información y acceso a los anticonceptivos para prevenir el embarazo adolescente no terminan de ser
eficaces, pues son las mismas adolescentes que no se sienten motivadas ni tienen las condiciones
adecuadas para hacerlo (Stern, 2012).
Tanto el Estado colombiano como el venezolano reconocen la educación como un derecho, pues el
mismo está consagrado en la Constitución de ambos países. La Constitución Política de Colombia
establece que la educación es un derecho fundamental de los niños (Colombia, Constitución Política,
1991, artículo 44); es un derecho de la persona, es un servicio público, y el Estado, sociedad y familia
son los responsables de la educación, obligatoria entre los cinco y quince años, que debe comprender
como mínimo un año de preescolar y nueve de educación básica (Colombia, Constitución Política, 1991,
artículo 67); y el Estado tiene el deber de promover el acceso a los servicios de educación (Colombia,
Constitución Política, 1991, artículo 64).
En el caso de las adolescentes que abandonaron los estudios antes del primer embarazo, los principales
motivos fueron: en Norte de Santander: no quiso estudiar, necesitaba ganar dinero, la familia necesitaba
ayuda, dificultades de aprendizaje, por estar muy lejos de la casa la escuela o lice
por lo tanto como señala Stern “resulta necesario mejorar las condiciones tanto sociales como
económicas para, de esta manera, abrir aspiraciones de mejores opciones de vida que propicien la
demora de los nacimientos” (Stern, 2007, p. 123). Una manera de favorecer esas condiciones es motivar
que las adolescentes permanezcan en la escuela por más años, es decir, continuar los estudios durante la
adolescencia y poseer aspiraciones en la vida, se convierte en un factor protector en el embarazo
adolescente (Stern, 2004).
Conclusiones:
En el estudio, un poco menos de la tercera parte de las madres adolescentes continúan ejerciendo su
derecho a la educación, lo que significa que la gran mayoría tiene vulnerado su derecho por diversas
razones, lo que refuerza la desigualdad social, por las consecuencias que trae la falta de educación ante
las posibilidades de insertarse en el mercado laboral y lograr un proyecto de vida que implique la
profesionalización o tener un trabajo de calidad.
Con los resultados obtenidos, se concluye que el embarazo adolescente no es la causa principal de
la deserción escolar para la mayoría de madres adolescentes encuestadas, ya que la gran mayoría dejaron
de estudiar antes del embarazo. Por ello, Stern (2012), señ
que es un mito la argumentación o creencia que el embarazo adolescente lleva al abandono escolar,
coarta las pobilidades de una escolarización suficiente, pues la proporción de adolescentes embarazadas
ya habían abandonado la escuela antes de embarazo como también sucede en la sociedad mexicana. No
obstante, es cuestionado el papel del Estado como garante en el cumplimiento de este derecho, así como
el rol de los padres o representantes legales
Para un grupo de madres adolescentes, el embarazo sí fue la causa principal de la deserción escolar,
lo que demuestra el impacto que tiene la maternidad para la vida de la adolescente. Lo grave de los
resultados es que en casi el 70% de las adolescentes en ambos territorios existe una exclusión educativa
que amplía la brecha de desigualdad social. Independientemente de que la deserción escolar sea previa o
posterior a la maternidad, son adolescentes que, teniendo la edad para estudiar y sin haber alcanzado el
nivel educativo acorde con su edad, no han seguido estudiando.
Esta realidad demanda políticas económicas y sociales, así como programas dirigidos a grupos de
población adolescente que promuevan y motiven posponer la maternidad y paternidad adolescente;
garanticen acceso a información para prevenir embarazos y nacimientos no deseados; mejorar la
posición de la mujer; extender la escolarización y oportunidades para jóvenes de lograr empleos;
campañas educativas permanentes en programas de educación básica, media y superior; participación de
los medios de comunicación en dichas campañas educativas; también se necesitan cambios entre adultos
con respecto a su visión y valoración de la sexualidad en la población adolescente, porque si éstos se
nieguen a ello es difícil que las políticas puedan evitar embarazos no deseados o incluso deseados en la
adolescencia. La intervención del sector Ejecutivo, Legislativo y Judicial también es indispensable, pues
la legislación debe restringir embarazos no deseados, impunidad de los varones en los problemas de
salud reproductiva de la mujer, el abuso sexual entre otras mediaciones (Stern, 2012).
STERN, Claudio (2007) “Estereotipos de género, relaciones sexuales y embarazo adolescente en las
vidas de jóvenes de diferentes contextos socioculturales en México”. Estudios Sociológicos, volumen
XXV, N° 73, 105-129
a falta de educación limita las posibilidades de insertarse en el mercado laboral,
y el desempleo y subempleo traen desigualdad social. La falta de un empleo
estable trae consigo un empleo inestable sin beneficios sociales, lo cual conduce
a la pérdida de integración social y a la exclusión, desintegrándose las relaciones
sociales (Vite, 2007). La exclusión se identifica con las relaciones sociales; existe
una pérdida de solidaridad, participación y acceso a recursos (Albert, Davia,
2011). En ese sentido:
ESPÍNDOLA, Ernesto y LEÓN, Arturo (2002). “La deserción escolar en América Latina: un tema
prioritario para la agenda regional”. Revista Iberoamericana de Educación. Nº 30, 39-62.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (s/f). Únete por la niñez.
Documento consultado en internet el 10/03/2016
en http://www.unicef.org/lac/Fast_facts_ SP(1).pdf