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Salud mental: definición y

características según la
psicología
Este concepto es fundamental en la psicología
clínica y la psiquiatría. Veamos qué es.

Oscar Castillero Mimenz


Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en
Psicología Clínica
Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la
Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización en Orientación en
Educación Secundaria. Cursando el Máster en Psicología General Sanitaria por la UB.

Hace relativamente poco tiempo, concretamente el 10 de octubre, se


celebraba a nivel internacional el Día Mundial de la Salud Mental. Si bien para
una gran parte de la población este hecho ha permanecido inadvertido, lo
cierto es que esta celebración permite hablar y visibilizar respecto a muchos
aspectos propios de la psique, a menudo relacionados con la presencia de
trastornos como la esquizofrenia, el TOC, el trastorno bipolar, las fobias, el
abuso de sustancias o los problemas de ansiedad.

Es importante hablar de estos hechos, dado que los problemas de salud


mental se encuentran altamente invisibilizados e incluso hoy en día muchos
de ellos siguen conllevando un importante estigma social.

Asimismo, cabe señalar que aunque la mayoría de personas podría llegar a


identificar o definir al menos por encima lo que es un trastorno mental,
curiosamente no ocurre lo mismo con el concepto aparentemente opuesto. Y
es que... ¿a qué llamamos exactamente salud mental?Vamos a discutirlo a lo
largo de este artículo.

 Artículo relacionado: "Psicología clínica: definición y funciones del


psicólogo clínico"

Salud mental: definición del concepto


El término de salud mental puede ser en apariencia sencillo, pero lo cierto es
que en el fondo es un concepto altamente complejo para la cual no hay una
única definición global. Y es que depende de quien la haga y desde la
disciplina y perspectiva biológica y cultural desde la que se parta lo que se
entiende como salud mental puede ser muy diferente.

De una manera general es posible definir la salud mental como el estado de


bienestar subjetivo en el que la persona es capaz de hacer frente a las demandas
psicosociales del día a día, es consciente de sus capacidades y puede gracias a
ellas adaptarse e integrarse de manera efectiva en el mundo que le rodea.

Estaríamos ante un estado de equilibrio entre la persona y el mundo tanto


cognitivo como emocional y como conductual, en el cual la primera se siente y
es capaz de funcionar adecuadamente, y puede no solo satisfacer sus
necesidades sino sentirse bien y realizado. Asimismo se debe tener en cuenta
de que la salud no es considerada como un objetivo per se, sino como algo
que forma parte de nuestra vida diaria y que nos permite llevar a cabo nuestras
aspiraciones. Dentro del concepto de salud mental se incluye también la
capacidad de realizar las conductas necesarias para mantener y promover la
propia salud tanto física como mental.
Es importante tener en cuenta que salud mental y trastorno mental no son
opuestos, ya que no es suficiente con no tener ningún tipo de patología para
poder considerar estar sano.

No se trata pues de no tener enfermedades o trastornos físicos o mentales, sino


también de gozar de un equilibrio biopsicosocial que nos permita
mantenernos en buenas condiciones, ser capaces de adaptarnos al medio y
disfrutar de nuestro día a día. Dicho de otra manera, es necesario tener un
buen estado de bienestar psicológico para poder considerar una buena salud
mental.

El bienestar psicológico: ¿que implica?


Tal y como hemos visto la salud mental implica un estado de bienestar, no
solo a nivel físico también psicológico. En este sentido, entendemos como
bienestar psicológico al conjunto de sensaciones positivas derivadas de un
funcionamiento mental en el que prevalece la autorrealización y la capacidad
para hacer frente o adaptarse a las situaciones y demandas ambientales.

El bienestar subjetivo se configura principalmente, según el modelo de Carol


Ryff, por la presencia de una elevada auto-aceptación o capacidad para
validar tanto lo bueno como lo malo de uno mismo de tal modo que se esté
satisfecho con quien es uno mismo, la búsqueda y mantenimiento de
relaciones positivas y profundas con el entorno, la capacidad de influir en el
entorno y la percepción de dicha capacidad, la existencia de capacidad para
elegir de manera independiente y tomar las propias decisiones en función de
las propias creencias, la posibilidad de crecer y desarrollarse personalmente
de tal modo que podamos optimizarnos al máximo posible y, por último y no
menos importante la existencia de propósitos vitales o metas a conseguir.
A todo ello puede añadirse la existencia en el día a día de una elevada
proporción de afecto positivo y baja de negativo, satisfacción y sensación de
coherencia, integración, aceptación social. Además también influye la
percepción de ser útil y generar algo a la comunidad.

Principales características
Son muchos los aspectos que hay que considerar a la hora de valorar la salud
mental. En este sentido puede ser interesante señalar y subrayar diferentes
características a tener en cuenta en lo que respecta a lo que implica la
existencia de salud mental. Entre ellas podemos encontrar las siguientes.

1. No solo es ausencia de trastorno


Tal y como hemos ido viendo, cuando hablamos de salud mental no estamos
hablando de la mera ausencia de trastornos o problemas mentales sino de un
estado de bienestar general que permite un buen funcionamiento y
participación en el mundo y una correcta relación para con uno mismo.

 Quizás te interese: "Los 16 trastornos mentales más comunes"

2. Incluye cognición, emoción y conducta


A menudo cuando hablamos de salud mental solemos imaginar a alguien con
algún tipo de problemática vinculada a la existencia de problemas cognitivos.
Sin embargo, dentro de la salud mental también encontramos elementos
emocionales y motivacionales e incluso conductuales: la salud mental no solo
implica tener una forma de pensar concreta, sino también de sentir y hacer.
3. Se va desarrollando a lo largo de la vida
El estado de salud mental de cada uno no aparece de la nada, sino que es
producto de un largo proceso de desarrollo en el cual factores biológicos,
ambientales y biográficos (las experiencias y aprendizajes que hacemos a lo
largo de la vida) van a influir en gran medida.

La vivencia de un estado de bienestar o de la falta de este puede variar en gran


medida de una persona a otra, y dos personas diferentes o incluso una misma
en dos momentos vitales distintos puede llegar a tener una consideración
diferente respecto a su estado de salud mental.

4. Influencia cultural
Tal y como ya hemos visto anteriormente, el concepto de salud mental puede
ser complejo de definir de manera universal debido a que diferentes culturas
tienen diferentes concepciones de lo que es o no es sano. Del mismo modo, se
utiliza por lo general la comparación con el grupo de referencia para valorar el
propio estado de salud mental: algo es considerado sano si se ajusta a lo que
la sociedad considera como tal. Así, un mismo sujeto puede considerarse
mentalmente sano en un contexto y no en otro.

Por poner un ejemplo, en un país individualista se hará más énfasis en la


autonomía y la autodeterminación mientras que en uno colectivista será
considerado como más sano aquel que sea capaz de pensar más en el grupo o
la comunidad. Otro ejemplo lo encontramos en el manejo y consideración de las
emociones: algunas culturas o países tienden a buscar esconder o suprimir las
negativas, mientras que otras buscan una mayor aceptación y validación de
éstas.
5. Salud mental como algo dinámico y trabajable
Al igual que ocurre con la salud física, el estado de salud mental puede variar a
lo largo de la vida en base a los diferentes patógenos y vivencias que
tengamos a lo largo de nuestra vida. En este sentido es posible trabajar por
mejorar la salud mental: los problemas de salud mental puede tratarse y la
situación de cada individuo puede llegar a mejorar en gran medida.
Asimismo, podemos establecer estrategias y medidas que contribuyen a mejorar
nuestro estado de salud mental y prevenir posibles problemas.

Por otro lado, también es posible que ante determinadas situaciones una
persona con un buen nivel de salud mental llegue a padecer algún tipo de
problema o patología.

6. Interrelación cuerpo-mente
Otra idea que es necesario tener en cuenta cuando hablamos de salud mental
es el hecho de que no es posible entender por completo el funcionamiento de
la mente sin el cuerpo o del cuerpo sin la mente.

La presencia de enfermedades y alteraciones médicas supone un factor a


tener en cuenta a la hora de explicar el estado de salud mental, y viceversa.
Resulta fácilmente visible si pensamos en los efectos que pueden generar en
nuestra psique enfermedades graves, crónicas o muy peligrosas: el estrés,
miedo y sufrimiento que pueden conllevar problemas tan importantes como un
cáncer, un infarto, una diabetes o una infección por VIH.

En este sentido hay que tener en cuenta tanto la posible afectación de la


enfermedad en el estado de salud mental (por ejemplo una intoxicación
puede generar alteraciones mentales) como la que genera la percepción de
enfermedad. Esto no quiere decir que no se pueda preservar la salud mental
pese a tener una enfermedad, pero sí que puede suponer un hándicap o una
dificultad para mantener un estado de bienestar mental.

Asimismo la práctica de deporte y el mantenimiento de hábitos de vida


saludables favorece la salud mental, el equilibrio y el bienestar. Del mismo
modo, la salud mental tiene un efecto sobre la salud física: una buena salud
mental favorece que el cuerpo se mantenga sano, mientras que si existe algún
problema es más fácil que se sucedan cansancio, malestar, dolor físico, bajada
del sistema inmune, somatizaciones… y ello puede llevar a padecer
enfermedades.

Referencias bibliográficas:

 Clariana, S.M. y De los Ríos, P. (2012). Psicología de la salud. Manual CEDE de


Preparación PIR, 04. CEDE: Madrid.
 Organización Mundial de la Salud (2013). Salud mental: un estado de
bienestar. [Online]. Disponible en:
https://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
 Ryff, C. (1989). Happiness is everything, or is it? Explorations on the meaning of
psychological well-being. Journal of Personality and Social Psychology, 57,
1069-1081.

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