Salud Mental

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

UNIDAD ACADÉMICA DE ESTUDIOS GENERALES

FACULTAD MEDICINA HUMANA

SALUD MENTAL: DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS SEGÚN LA


PSICOLOGÍA

Oscar Castillero Mimenza

Hace relativamente poco tiempo, concretamente el 10 de octubre, se celebra a nivel


internacional el Día Mundial de la Salud Mental. Si bien para una gran parte de la población
este hecho ha permanecido inadvertido, lo cierto es que esta celebración permite hablar y
visibilizar respecto a muchos aspectos propios de la psique, a menudo relacionados con la
presencia de trastornos como la esquizofrenia, el TOC, el trastorno bipolar, las fobias, el
abuso de sustancias o los problemas de ansiedad.

Es importante hablar de estos hechos, dado que los problemas de salud mental se encuentran
altamente invisibilizados e incluso hoy en día muchos de ellos siguen conllevando un
importante estigma social.

Asimismo, cabe señalar que aunque la mayoría de personas podría llegar a identificar o definir
al menos por encima lo que es un trastorno mental, curiosamente no ocurre lo mismo con el
concepto aparentemente opuesto. Y es que... ¿a qué llamamos exactamente salud
mental? Vamos a discutirlo a lo largo de este artículo.

SALUD MENTAL: DEFINICIÓN DEL CONCEPTO


El término de salud mental puede ser en apariencia sencillo, pero lo cierto es que en el fondo
es un concepto altamente complejo para la cual no hay una única definición global. Y es que
depende de quien la haga y desde la disciplina y perspectiva biológica y cultural desde la que
se parta lo que se entiende como salud mental puede ser muy diferente.

De una manera general es posible definir la salud mental como el estado de bienestar
subjetivo en el que la persona es capaz de hacer frente a las demandas psicosociales
del día a día, es consciente de sus capacidades y puede gracias a ellas adaptarse e integrarse
de manera efectiva en el mundo que le rodea.

Estaríamos ante un estado de equilibrio entre la persona y el mundo tanto cognitivo como
emocional y como conductual, en el cual la primera se siente y es capaz de funcionar
adecuadamente, y puede no solo satisfacer sus necesidades sino sentirse bien y realizado.
Asimismo, se debe tener en cuenta de que la salud no es considerada como un objetivo per
se, sino como algo que forma parte de nuestra vida diaria y que nos permite llevar a cabo
nuestras aspiraciones. Dentro del concepto de salud mental se incluye también la capacidad
de realizar las conductas necesarias para mantener y promover la propia salud tanto física
como mental.
Es importante tener en cuenta que salud mental y trastorno mental no son opuestos, ya que
no es suficiente con no tener ningún tipo de patología para poder considerar estar sano.

No se trata pues de no tener enfermedades o trastornos físicos o mentales, sino también


de gozar de un equilibrio biopsicosocial que nos permita mantenernos en buenas condiciones,
ser capaces de adaptarnos al medio y disfrutar de nuestro día a día. Dicho de otra manera,
es necesario tener un buen estado de bienestar psicológico para poder considerar una buena
salud mental.

Críticas a este concepto


En el ámbito de la psicología, no todo el mundo considera útil el concepto de la salud mental.
Esto ocurre sobre todo en el paradigma del análisis de la conducta, en el que se ve de un
modo crítico la tendencia a ver los problemas psicológicos como problemas de salud.
Por ello, desde este punto de vista el objetivo de la psicología aplicada al bienestar no es tanto
potenciar algo llamado salud mental, sino centrarse en las conductas inadecuadas en sí, y
promover otras más adaptativas.

El bienestar psicológico: ¿que implica?


Tal y como hemos visto la salud mental implica un estado de bienestar, no solo a nivel físico
también psicológico. En este sentido, entendemos como bienestar psicológico al conjunto de
sensaciones positivas derivadas de un funcionamiento mental en el que prevalece la
autorrealización y la capacidad para hacer frente o adaptarse a las situaciones y
demandas ambientales.

El bienestar subjetivo se configura principalmente, según el modelo de Carol Ryff, por la


presencia de una elevada auto-aceptación o capacidad para validar tanto lo bueno como lo
malo de uno mismo de tal modo que se esté satisfecho con quien es uno mismo, la búsqueda
y mantenimiento de relaciones positivas y profundas con el entorno, la capacidad de influir en
el entorno y la percepción de dicha capacidad, la existencia de capacidad para elegir de
manera independiente y tomar las propias decisiones en función de las propias creencias, la
posibilidad de crecer y desarrollarse personalmente de tal modo que podamos optimizarnos
al máximo posible y, por último y no menos importante la existencia de propósitos vitales o
metas a conseguir.

A todo ello puede añadirse la existencia en el día a día de una elevada proporción de afecto
positivo y baja de negativo, satisfacción y sensación de coherencia, integración, aceptación
social. Además, también influye la percepción de ser útil y generar algo a la comunidad.

Principales características
Son muchos los aspectos que hay que considerar a la hora de valorar la salud mental. En este
sentido puede ser interesante señalar y subrayar diferentes características a tener en cuenta
en lo que respecta a lo que implica la existencia de salud mental. Entre ellas podemos
encontrar las siguientes:

1. No solo es ausencia de trastorno


Tal y como hemos ido viendo, cuando hablamos de salud mental no estamos hablando de la
mera ausencia de trastornos o problemas mentales sino de un estado de bienestar general
que permite un buen funcionamiento y participación en el mundo y una correcta relación
para con uno mismo.
2. Incluye cognición, emoción y conducta
A menudo cuando hablamos de salud mental solemos imaginar a alguien con algún tipo de
problemática vinculada a la existencia de problemas cognitivos. Sin embargo, dentro de la
salud mental también encontramos elementos emocionales y motivacionales e incluso
conductuales: la salud mental no solo implica tener una forma de pensar concreta, sino
también de sentir y hacer.

3. Se va desarrollando a lo largo de la vida


El estado de salud mental de cada uno no aparece de la nada, sino que es producto de un
largo proceso de desarrollo en el cual factores biológicos, ambientales y
biográficos (las experiencias y aprendizajes que hacemos a lo largo de la vida) van a influir
en gran medida.
La vivencia de un estado de bienestar o de la falta de este puede variar en gran medida de
una persona a otra, y dos personas diferentes o incluso una misma en dos momentos vitales
distintos puede llegar a tener una consideración diferente respecto a su estado de salud
mental.

4. Influencia cultural
Tal y como ya hemos visto anteriormente, el concepto de salud mental puede ser complejo de
definir de manera universal debido a que diferentes culturas tienen diferentes
concepciones de lo que es o no es sano. Del mismo modo, se utiliza por lo general la
comparación con el grupo de referencia para valorar el propio estado de salud mental: algo
es considerado sano si se ajusta a lo que la sociedad considera como tal. Así, un mismo sujeto
puede considerarse mentalmente sano en un contexto y no en otro.
Por poner un ejemplo, en un país individualista se hará más énfasis en la autonomía y la
autodeterminación mientras que en uno colectivista será considerado como más sano aquel
que sea capaz de pensar más en el grupo o la comunidad. Otro ejemplo lo encontramos en
el manejo y consideración de las emociones: algunas culturas o países tienden a buscar
esconder o suprimir las negativas, mientras que otras buscan una mayor aceptación y
validación de éstas.

5. Salud mental como algo dinámico y trabajable


Al igual que ocurre con la salud física, el estado de salud mental puede variar a lo largo de la
vida en base a los diferentes patógenos y vivencias que tengamos a lo largo de nuestra vida.
En este sentido es posible trabajar por mejorar la salud mental: los problemas de salud mental
pueden tratarse y la situación de cada individuo puede llegar a mejorar en gran medida.
Asimismo, podemos establecer estrategias y medidas que contribuyen a mejorar
nuestro estado de salud mental y prevenir posibles problemas.
Por otro lado, también es posible que ante determinadas situaciones una persona con un buen
nivel de salud mental llegue a padecer algún tipo de problema o patología.

6. Interrelación cuerpo-mente
Otra idea que es necesario tener en cuenta cuando hablamos de salud mental es el hecho de
que no es posible entender por completo el funcionamiento de la mente sin el cuerpo o del
cuerpo sin la mente.
La presencia de enfermedades y alteraciones médicas supone un factor a tener en cuenta a
la hora de explicar el estado de salud mental, y viceversa. Resulta fácilmente visible si
pensamos en los efectos que pueden generar en nuestra psique enfermedades graves,
crónicas o muy peligrosas: el estrés, miedo y sufrimiento que pueden conllevar
problemas tan importantes como un cáncer, un infarto, una diabetes o una infección por
VIH.

En este sentido hay que tener en cuenta tanto la posible afectación de la enfermedad en el
estado de salud mental (por ejemplo, una intoxicación puede generar alteraciones mentales)
como la que genera la percepción de enfermedad. Esto no quiere decir que no se pueda
preservar la salud mental pese a tener una enfermedad, pero sí que puede suponer un
hándicap o una dificultad para mantener un estado de bienestar mental.

Asimismo, la práctica de deporte y el mantenimiento de hábitos de vida saludables favorece


la salud mental, el equilibrio y el bienestar. Del mismo modo, la salud mental tiene un efecto
sobre la salud física: una buena salud mental favorece que el cuerpo se mantenga sano,
mientras que si existe algún problema es más fácil que se sucedan cansancio, malestar, dolor
físico, bajada del sistema inmune, somatizaciones… y ello puede llevar a padecer
enfermedades.

Referencias bibliográficas:
 American Psychiatric Association (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales. Madrid: Panamericana.
 Clariana, S.M. y De los Ríos, P. (2012). Psicología de la salud. Manual CEDE de Preparación PIR,
04. CEDE: Madrid.
 National Collaborating Centre for Mental Health. Depression. (2009). The treatment and management
of depression in adults (updated edition). National Clinical Practice Guideline Number 90. London:
British Psychological Society and Royal College of Psychiatrists.
 Öhman A (2000). "Fear and anxiety: Evolutionary, cognitive, and clinical perspectives". In Lewis M,
Haviland-Jones JM (eds.). Handbook of emotions. New York: The Guilford Press. pp. 573 - 593.
 Organización Mundial de la Salud (2013). Salud mental: un estado de bienestar. [Online]. Disponible
en: https://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
 Ryff, C. (1989). Happiness is everything, or is it? Explorations on the meaning of psychological well-
being. Journal of Personality and Social Psychology, 57, 1069-1081.
 Sylvers, P.; Lilienfeld, S.O.; LaPrairie, J.L. (2011). Differences between trait fear and trait anxiety:
implications for psychopathology. Clinical Psychology Review. 31(1): 122 - 137.

DATOS IMPORTANTES SOBRE SALUD MENTAL

¿Qué es la salud mental?


La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en
que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a
determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos
decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y
la adolescencia hasta la adultez y la vejez.

¿Qué son las enfermedades mentales?


Las enfermedades mentales son afecciones graves que pueden afectar la manera de pensar,
su humor y su comportamiento. Pueden ser ocasionales o de larga duración. Pueden afectar
su capacidad de relacionarse con los demás y funcionar cada día. Los problemas mentales
son comunes, más de la mitad de todos los estadounidenses serán diagnosticados con un
trastorno mental en algún momento de su vida. Sin embargo, hay tratamientos disponibles.
Las personas con trastornos de salud mental pueden mejorar y muchas de ellas se recuperan
por completo.

¿Por qué es importante la salud mental?


La salud mental es importante porque puede ayudarle a:
 Enfrentar el estrés de la vida
 Estar físicamente saludable
 Tener relaciones sanas
 Contribuir en forma significativa a su comunidad
 Trabajar productivamente
 Alcanzar su completo potencial

Su salud mental también es importante porque puede afectar su salud física. Por ejemplo, los
trastornos mentales pueden aumentar su riesgo de problemas de salud física, como accidente
cerebrovascular, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.

¿Qué puede afectar mi salud mental?


Hay muchos factores diferentes que pueden afectar su salud mental, incluyendo:
 Factores biológicos, como los genes o la química del cerebro
 Experiencias de vida, como trauma o abuso
 Antecedentes familiares de problemas de salud mental
 Su estilo de vida, como la dieta, actividad física y consumo de sustancias
También puede modificar su salud mental tomando medidas para mejorarla, como hacer
meditación, usar técnicas de relajación y ser agradecido.

¿Puede cambiar con el tiempo mi salud mental?


Con el tiempo, su salud mental puede cambiar. Por ejemplo, puede estar enfrentando una
situación difícil, como tratar de controlar una enfermedad crónica, cuidar a un pariente enfermo
o tener problemas de dinero. La situación puede agotarle y abrumar su capacidad de lidiar
con ella. Esto puede empeorar su salud mental. Por otro lado, recibir terapia puede mejorarla.

¿Cuáles son las señales de tener un problema de salud mental?


Cuando se trata de sus emociones, puede ser difícil saber qué es normal y qué no. Pero los
problemas de salud mental tienen signos de advertencia, como:

 Cambios en sus hábitos alimenticios o de sueño


 Aislarse de las personas y actividades que disfruta
 Tener nada o poca energía
 Sentirse vacío o como si nada importara
 Tener dolores y molestias inexplicables
 Sentirse impotente o sin esperanza
 Fumar, beber o usar drogas más de lo habitual
 Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enojado, molesto, preocupado o
asustado
 Tener cambios de humor severos que causen problemas en sus relaciones
 Tener pensamientos y recuerdos que no puede sacar de su cabeza
 Escuchar voces o creer cosas que no son ciertas
 Pensar en lastimarse a sí mismo o a otros
 No poder realizar tareas diarias como cuidar a sus hijos o ir al trabajo o la escuela

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