El Shema Estudio Biblico
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El Shema Estudio Biblico
PABLO Y EL SHEMA
Pablo Y El Shemá
Por Dr. Eli Lizorkin-Eyzenbergmarzo 21, 201634 comments
Introducción
En cierto momento del año pasado, empecé a tener una mayor claridad al
entender personalmente al apóstol Pablo. Creo que como la inmensa mayoría, me
acostumbré a un Pablo a menudo sin sentido. No me malinterpretes, muchísimas
cosas de las que Pablo escribió las encontré comprensibles y de gran inspiración,
pero luego hubo una gran parte de sus escritos en que me quedé con la sensación
de que me estaba perdiendo del punto central por completo.
Cuando hablé sobre Pablo en público, cité al apóstol Pedro de forma rutinaria.
Comprobarás que Pedro también encontraba en las cartas de Pablo “cosas
difíciles de entender” (2 Pedro 3:16).
Pienso que el Shemá, tal como ya habrás visto al principio, no tengo ningún
problema teológico con la Trinidad/Tri-unidad, no tiene nada que ver con la idea de
la pluralidad de Dios en absoluto, sino que tiene que ver con otras dos cuestiones
muy importantes.
La idea de la singularidad del Pacto con Israel (el Señor es nuestro Dios) y con,
La idea de la unidad funcional entre Israel y las Naciones (el Señor es Uno). Ya
sé, aunque hasta el momento no tenga mucho sentido, pero sigue leyendo,
prometo que la niebla se disipará muy pronto.
El Shemá en el apóstol Pablo y en otros sabios judíos
Lo sorprendente es que Pablo no era el único con esta forma de pensar. Hay
buenas razones para ver como Pablo pensaba exactamente igual que lo han
hecho otros judíos a pesar de todo. Por favor, considera los dos enfoques
siguientes.
Uno no está muy lejos de los tiempos de Pablo en absoluto y el otro no está
mucho más allá de aquella época. Ambos entienden el Shemá exactamente igual
como él lo hizo, ambos recurren a Zacarías 14:9:
“El Señor, nuestro Dios” sobre nosotros (los hijos de Israel); “el Señor es Uno”
sobre todas las criaturas del mundo.“El Señor, nuestro Dios” en este mundo; “el
Señor es Uno”, en el mundo que ha de venir. Como está dicho, “el Señor reinará
sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será uno y Su nombre Uno”.
(Sifre en Deuteronomio 6: 4, comentario escrito en el siglo III D.C)
El Señor que es nuestro Dios ahora, pero todavía no es el Dios de las (otras)
Naciones está destinado a ser el Único Señor, como está dicho… “Y el Señor
reinará sobre toda la tierra; en aquel día el Señor será Uno y Uno será Su
nombre”.
(Rashi en Deut. 6:4, comentario escrito en el siglo XI D.C)
La única diferencia real existente que se puede confirmar entre los judíos, autores
de los escritos mencionados anteriormente, interpretando el Shemá y al Apóstol
Pablo era esta:
El Apóstol Pablo y todo el movimiento del Jesús judío del primer siglo, estaban
convencidos de que los últimos días –el tiempo del recogimiento de las Naciones
al Dios de Israel– había llegado ya, mientras que otros judíos no lo veían de igual
forma.
Como muchos otros judíos de su tiempo, Pablo pensaba apocalípticamente (lo
cual quiere decir que creía que el fin de los tiempos había empezado) y lo hizo a la
luz de la profecía (había sido dicho con anticipación). Gran número de no-israelitas
ahora vendrían a adorar al Dios de Israel por medio de Yeshua (Jesús), el Cristo
judío. Esta perspectiva apocalíptica y profética del Shemá es lo que causó que
Pablo y el llamado “Concilio de Jerusalén” (Hech.15) argumentaran contra el
estatus quo de la conversión al judaísmo de las Naciones (Ruth la moabita,
paradigma en Ruth 1:16). Esto precisamente fue así porque el Reino de Dios ya
había llegado y la nueva era de las Naciones allegándose a Dios había
comenzado. Los gentiles pueden (según el Concilio de Jerusalén) y deben (según
Pablo) permanecer en la condición de Naciones (1 Corintios 7:17), pero
encomendándose por entero a la adoración del mismo Dios como hacían los
judíos (paradigma de Naamán en 2 de Reyes 5 vs. paradigma de Ruth,
comprometiéndose con el Dios de Israel, deberías leer algo más en ¿Existen
todavía judíos y griegos en Jesucristo? y considera en hacer el curso online del
Trasfondo Judío en el Nuevo Testamento).
Hay muchos pasajes donde Pablo utiliza la idea de la Unicidad de Dios para
argumentar este punto (“Que no haya equivocación –esta es la idea del Shemá”–).
Aquí hay un buen ejemplo de por qué él piensa que su Dios no puede ser una
deidad tribal (Dios de Israel solamente), pero que debe ser reconocido como Dios
del mundo entero (el Dios de Israel y Dios de las Naciones también).
“…¿es Dios solo el Dios de los judíos? ¿No es también el Dios de las Naciones?
Sí, también de los gentiles. Porque Dios es UNO, y Él justificará por la fe a los de
la circuncisión y por medio de la fe a los de la incircuncisión. Luego, ¿por la fe
invalidamos la ley? En ningún modo, sino que confirmamos la Torá (Ley).
para que os de conforme a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder
en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros
corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de
comprender con todos los santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad y
la altura, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que
seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
A cerca, pues de las viandas que sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo
nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos
que se llaman dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses
muchos señores), para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas, y nosotros somos para Él; y un Señor Jesucristo por
medio del cual son todas las cosas y nosotros por medio de Él.
¿Cuál es aquí el punto del apóstol Pablo? En realidad es bastante simple: las
Naciones deben adorar al Dios de Israel como las Naciones, al igual que los
residentes temporales en Israel (Lev.17-21) y el “Concilio de Jerusalén” lo
confirma en Hechos 15:28-29 (si se toma tiempo para comparar, se podría ver que
el Concilio de Jerusalén no se pronunció, sino simplemente aceptó el resultado de
las leyes existentes en Levítico, para los gentiles que vivían como parte de Israel).
Los judíos también debían seguir igualmente –adorando al Dios de Israel como
judíos sin desligarse del rango como Israel para las Naciones–. Hay solo un
camino hacia Dios para ambos (Israel y gentiles) –Cristo Jesús–. “Solo hay un
camino para ambos de recibir la Salvación, por gracia mediante la fe” – les
argumentó Pablo a un grupo representado de fariseos. Estas son las palabras de
Pablo, el fariseo judío llamado al servicio del Cristo Judío (Filipenses 3:5; Gálatas
2:15-16).
La visión de Pablo era que juntos, tanto judíos como los gentiles (Naciones)
establecerían la Torá –esto es la prueba correcta contra todos sus enemigos
(aquellos que despreciaban/devaluaban la Torá)–. Pablo era muy serio al respecto
ante todas las congregaciones bajo su responsabilidad pastoral, configurándolo
como norma absoluta sobre la permanencia en el mismo estado en el cual fueron
llamados Mesías.(1) Lo que es absolutamente sorprendente hoy, es que, en una
moderna asamblea pública cristiana, el orador pide (tal como yo hice en muchas
ocasiones) que levanten las manos aquellos que conocen de que se trata esta
norma, en la inmensa mayoría de los casos, las respuestas son erróneas. La
mayoría de los seguidores de Cristo hoy, nunca han oído hablar de esta norma,
sin embargo, es una de las claves para entender la radicalidad de este hombre,
por muy judío que llamemos al apóstol Pablo.
Pero cada uno, como el Señor le asignó, y como Dios llamó a cada uno, así haga;
esto ordeno en todas las iglesias. ¿Fue llamado alguno siendo circunciso?
Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide.
La circuncisión nada significa, y la incircuncisión nada significa; lo que importa es
guardar los mandamientos de Dios. Cada uno debe quedarse en el estado en que
fue llamado.
Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la
carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano
en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de
Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin Dios en el mundo. Pero ahora en
Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habeis sido hechos
cercanos por la sangre de Cristo. Porque Él es vuestra paz que de ambos pueblos
hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las
enemistades, la ley de los mandamientos expresados en las ordenanzas, para
crear para sí mismo de los dos uno solo y nuevo hombre, haciendo la paz
mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella
las enemistades… así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino
conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre
el fundamento de los apóstoles y profetas siendo la principal piedra del ángulo
Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser
templo santo en el Señor, en quien vosotros también sois juntamente edificados
para morada de Dios en el Espíritu.
Opto aquí por algo más consistente con la traducción del argumento general de la
decisión de Pablo, donde termina con una frase, a que una puntuación no existía
en el tiempo en que se compuso (compara mi traducción con NASB, del cual la
mía es una variación). Yo también añado en cursivas mi propia traducción
ajustándome a las “ordenanzas” (τὸν νόμον τῶν ἐντολῶν ἐν δόγμασιν
καταργήσας), uno de los significados fundamentales de la cual, es una tradición
«pública» de la sociedad (Ef 2:15). La misma idea está presente por encima de la
citada Col. 2:14 (ἐξαλείψας τὸ καθ᾽ ἡμῶν χειρόγραφον τοῖς δόγμασιν ὃ ἦν
ὑπεναντίον ἡμῖν). Este dogma (δόγμα) tanto en Efesios 2:15 como en Colosenses
2:14 se supera y es completamente destruido en el Cristo judío a través del
Espíritu de Dios. Los judíos y los gentiles ahora son finalmente libres para hacer
frente a los demás sin discriminación o segregación. Estas ordenanzas o decretos
no son decisivamente los mandamientos de Dios, los cuales tal como Pablo ha
argumentado, deben ser mantenidos a toda costa. Esos, de hecho fueron
totalmente destruidos por Cristo con su muerte y posterior resurrección.
¿Podría ser que Pablo haya previsto una Torá judía y otra gentil, pero como dos
conjuntos de leyes aplicables a cada grupo? ¿Podría ser que más tarde
“musulmanes” y “cristianos” estuvieran generalmente equivocados (que pudiera
haber solo una ley para todos)? ¿Podría ser que el judaísmo aunque
minoritariamente, estuviese actualmente en lo cierto? Había solo una Torá para
ambos (judíos y gentiles), pero dos juegos de leyes aplicables apropiadamente
para ambos.