FiME CINARA
FiME CINARA
FiME CINARA
A1-1
CINARA, INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO EN AGUA POTABLE, SANEAMIENTO BASICO
Y CONSERVACION DEL RECURSO HIDRICO
Cinara surgió como Centro Inter-regional de Abastecimiento y Remoción de Agua en la década de los 80’s y ahora opera como
un Instituto de la Universidad del Valle El Instituto contribuye a mejorar la eficacia y sostenibilidad de las inversiones en el
sector, con base en actividades metódicas e interdisciplinarias de investigación y transferencia, trabajando en equipo con otras
instituciones y promoviendo el potencial del nivel local y comunitario para el mejoramiento de la prestación de los servicios
básicos y la conservación del ambiente.
Los proyectos que realiza Cinara tienen relación con instituciones nacionales como el Departamento Nacional de Planeación,
Colciencias, ministerios de Desarrollo Económico y de Salud, Findeter, gobiernos departamentales y municipales, empresas
prestadoras de servicios e internacionales de países como Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Guatemala, Santa Lucía,
Inglaterra, Países Bajos, Suiza, India y Pakistan. En el Instituto han hecho pasantías profesionales de Latinoamérica, El Caribe,
Europa y Asia con apoyo de organismos como DGIS, IRC, UNICEF, OPS/OMS, SECAB, IHE/DUT de los Países Bajos,
SANDEC de Suiza, ODA, BC, Universidad de Surrey de Inglaterra.
CINARA
A.A. 25157
CALI, COLOMBIA, SUR AMERICA
E-MAIL: cinara@cinara.univalle.edu.co
El IRC es una fundación independiente y sin ánimo de lucro que actua como Centro Colaborante en Abastecimiento de Agua y
Saneamiento Ambiental, en interrelación con el Gobierno de los Países Bajos, el PNUD, el Banco Mundial, la UNICEF y la
OMS.
El IRC está al servicio de las miles de personas que dedican sus esfuerzoa al mejoramiento de las condiciones sanitarias y
apoya el desarrollo de organizaciones orientadas al cumplimiento de este objetivo.
Su radio de acción se extiende a entidades adscritas a la Organización de las Naciones Unidas por medio de convenios
bilaterales, a instituciones del sector de agua y saneamiento y a organizaciones no gubernamentales en los países menos
desarrollados.
El trabajo del IRC, está orientado a la generación, transferencia y aplicación de información y experiencia para el mejoramiento
de los suministros de agua y el saneamiento. En su metodología, enfatiza la integración de aspectos técnicos y
socioeconómicos y concentra esfuerzos en la participación de la comunidad, el papel de la mujer, el uso apropiado de la
tecnología, la educación en salud y el desarrollo de estrategias para facilitar el intercambio de información.
IRC
P.O. BOX 93190, 2509 AD The Hague, The Netherlands
E-MAIL: general@irc.nl
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Foto de la portada: Planta de tratamiento con Filtración en Múltiples Etapas del Corregimiento de
Mondomo, Santander de Quilichao, Colombia.
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ABREVIATURAS
A : AREA
BM : BANCO MUNDIAL
C : COSTO
Kg : KILOGRAMO
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l/s : LITROS POR SEGUNDO
m : METRO
ml : MILILITROS
mm : MILIMETROS
NA : NO APLICABLE
pH : POTENCIAL DE HIDROGENIONES
Q : CAUDAL
Qf : CAUDAL FILTRADO
Qi : CAUDAL AFLUENTE
r : COEFICIENTE DE CORRELACION
r : TASA DE DESCUENTO
TC : TIEMPO COMPLETO
V : VIDA UTIL
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TABLA DE CONTENIDO
Pág
ABREVIATURAS........................................................................................................ i
PREFACIO................................................................................................................... iv
1. INTRODUCCION............................................................................................. 1-1
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
A1-9
ANEXOS
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1. INTRODUCCION
El abastecimiento de agua potable y el saneamiento básico son aspectos esenciales para el mejoramiento de la
salud pública y el desarrollo socioeconómico, particularmente en países con una parte importante de su
población afectada por enfermedades relacionadas con el agua. Este tipo de enfermedades se encuentra entre
las tres principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo (Craun et al., 1994), afectando
principalmente a los grupos humanos que viven en asentamientos con deficiencias en su infraestructura
sanitaria. Esta situación limita la posibilidad de una vida digna y reduce significativamente la productividad
de la población.
Entre 1990 y 1994 la población de 38 países de Africa, 23 de Asia y el Pacífico, 5 de Asia Occidental y 18 de
América Latina y el Caribe, se incrementó en 312 millones de habitantes hasta alcanzar una cifra global de
4383 millones. En el mismo período un total de 781 millones de personas ganaron acceso a mejores sistemas
de abastecimiento de agua, sin embargo aún carecen de ellos 1115 millones, cifra que representa el 25% de la
población total en tales países. Las cifras más altas en el mejoramiento de los sistemas se alcanzaron en Asía
y el Pacífico, donde por ejemplo, la cobertura en abastecimiento de agua para la zona rural se incrementó de
53% a 78%, mientras que en América Latina varió de 51% a 56% y en Africa del 35% al 37%. Los
progresos en saneamiento aún al finalizar la Década del Agua fueron muy limitados y por el contrario las
cifras en cobertura se redujeron del 67% al 63% en la zona urbana y del 20 al 18% en la zona rural. Aún
permanecen cerca de 2800 millones de habitantes con necesidad de mejorar su nivel de saneamiento
(WHO/UNICEF, 1996).
La situación es aún más crítica, pues no todos los sistemas de abastecimiento de agua incluidos en los índices
de cobertura brindan un buen servicio. Una evaluación de 40 sistemas de abastecimiento de agua en el
Ecuador, mostró que el nivel y la calidad de los mismos no correspondían con el riesgo sanitario asociado a
las fuentes de suministro (Visscher et al., 1996). Lloyd y Helmer (1991) informan sobre una zona de estudio
en Perú donde ninguno de los sistemas comunitarios de abastecimiento de agua operaba de acuerdo con los
requerimientos mínimos de calidad recomendados por la OMS. En Colombia, sólo el 4% de los
asentamientos humanos con menos de 12000 habitantes cuenta con infraestructura para el mejoramiento de la
calidad del agua (DNP, 1991) y no hay información confiable sobre las condiciones de operación y
mantenimiento. Este tamaño de asentamientos incluye el 34% de la población colombiana y corresponde a
valores mayores en otros países de la región, como Bolivia y Ecuador.
Tradicionalmente los planificadores, diseñadores y las comunidades han dado prioridad a indicadores de
cobertura y cantidad de agua y no a otros como: continuidad y calidad. Sin embargo, esta situación ha
empezado a cambiar. En la actualidad los gobiernos y las comunidades muestran una mayor preocupación
por la calidad en la prestación de este servicio, lo mismo que por la conservación y protección de las fuentes
de agua, entre otras razones, porque la reciente epidemia de cólera en la región, evidenció que el
abastecimiento de agua, el saneamiento y un mejor comportamiento en las prácticas de higiene necesitan
combinarse para alcanzar un impacto sostenible en la salud.
A1-11
Esta nueva actitud es necesaria por el deterioro significativo de cuencas hidrográficas y fuentes superficiales,
la mayoría de ellas afectadas por contaminación doméstica o industrial. Esto es particularmente relevante para
las comunidades de América Latina y el Caribe, donde se estima que más del 50% de ellas dependen de
fuentes superficiales para sus sistemas de abastecimiento y en algunas zonas, como el valle geográfico del río
Cauca en los Andes colombianos, estas fuentes se usan aproximadamente en el 70% de las cabeceras
municipales y en el 60% de los núcleos rurales. La figura 1.1 presenta una fuente superficial en zona andina
colombiana, aun sin el deterioro ambiental a que están expuestas la gran mayoría de cuencas hidrográficas en
el contexto latinoamericano.
Figura 1.1. La protección de las fuentes es siempre la primera manera de contribuir a la seguridad de un sistema de
abastecimiento de agua. Río Meléndez, Cali, Colombia, 1997.
El efecto de la erosión de las cuencas hidrográficas en las fuentes superficiales se refleja en concentraciones
fluctuantes, con promedios muchas veces altos, de sólidos suspendidos. Las descargas sin tratamiento del
98% de las aguas residuales municipales se reflejan en los niveles de contaminación fisicoquímica y
microbiológica de las fuentes receptoras (IRC, 1995). Esta situación determina los riesgos sanitarios
asociados con este tipo de fuentes y el agua que se suministra a las poblaciones se aleja cada vez más de los
estándares de calidad establecidos por las autoridades sanitarias nacionales o por las guías de la WHO (1996).
Frente a esta realidad, la adecuada selección, el mejoramiento y la protección de las fuentes de agua se vuelve
un factor muy importante, pues de otra manera la complejidad, la vulnerabilidad y los costos de los sistemas
de tratamiento de agua serán cada vez más elevados (Okun, 1991). Sin embargo, aún la mejor fuente de
abastecimiento con buena protección en su microcuenca, puede requerir de algún tipo de tratamiento.
A1-12
Adicionalmente, la apropiación del sistema por parte de la comunidad es un factor importante para obtener un
uso racional de los recursos necesarios que permitan alcanzar los objetivos últimos de los sistemas como son
los de mejorar la calidad de vida de las comunidades. La figura 1.2 ilustra un taller participativo en una
comunidad para la toma de decisiones respecto a su sistema de abastecimiento de agua y saneamiento básico,
utilizando como instrumento de apoyo la pintura dactilar.
Figura 1.2 Taller de diagnóstico participativo. Corregimiento de Ceylan, Municipio de Bugalagrande, Colombia, 1997.
Existen diferentes tecnologías para el tratamiento de agua. Así por ejemplo, el tratamiento de agua para
consumo humano con base en la dosificación de coagulantes químicos ha demostrado su gran potencial y su
aprovechamiento se ha promovido a nivel mundial. Durante las últimas dos o tres décadas, la ingeniería
latinoamericana, por citar nuestro contexto geográfico, ha hecho importantes aportes a la optimización de los
procesos asociados con la filtración rápida (FiR) de agua químicamente coagulada y a la reducción de sus
requerimientos de instrumentos y equipo mecanizado (Arboleda, 1993; Di Bernardo, 1993). Esto redujo los
costos de la tecnología y acercó el tratamiento de agua a un significativo número de municipalidades. Sin
embargo, la operación, el mantenimiento y la administración de esta tecnología continua siendo exigente para
la gran mayoría de cabeceras municipales y núcleos rurales de la región. En efecto, la necesidad de gestionar,
comprar, transportar, almacenar y dosificar adecuadamente coagulantes químicos, ha limitado el
aprovechamiento eficaz de la tecnología de FiR.
La tecnología de Filtración en Múltiples Etapas (FiME) que se presenta en este documento es una respuesta a
la necesidad de alternativas de tratamiento de agua de fuentes superficiales, que sean menos complejas de
sostener para el nivel local que FiR. FiME es una combinación de dos tipos de pretratamiento con filtración
en grava y tratamiento con filtración lenta en arena (FLA). La combinación de estas etapas de filtración
permite el tratamiento de aguas con niveles de contaminación más elevados que aquellos con los que puede
operar la tecnología de FLA independientemente, sin sacrificar las bondades asociadas con sus bajos
requerimientos de infraestructura física y de mano de obra con bajos niveles de escolaridad. Un proyecto de
demostración construido a escala real de la tecnología FiME se muestra en la figura 1.3
A1-13
Figura 1.3 Planta de tratamiento por Filtración en Múltiples Etapas, FiME, construido en la Zona Cafetera. Corregimiento de
Salónica, Municipio de Riofrio, Colombia. 1997.
A1-14
2. CONCEPTOS EN EL MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD DEL AGUA
1.1 2.1 CONSIDERACIONES HISTORICAS
El establecimiento de pueblos y ciudades desde las antiguas civilizaciones estuvo siempre acompañado de
obras orientadas a superar los problemas de abastecimiento de agua y drenaje. Evidencia de ello se
encuentra, por ejemplo, en las ruinas de Tihuanaco, Macchu Picchu o Ciudad Perdida en Sur América y
Alejandría o Roma en el Mediterráneo. Si bien desde las más antiguas referencias presentadas por Baker
(1948), los seres humanos muestran preocupaciones por la calidad del agua que consumen, sólo hasta el año
98 de nuestra era se refleja por primera vez en relación con un sistema público de abastecimiento, cuando
Sextus Julius Frontinus publicó sus “Dos Libros sobre el Abastecimiento de Agua de Roma”, incluyendo
aspectos de tratamiento, como embalses de sedimentación.
El rápido crecimiento de pueblos en Europa del siglo XIX creó complejos problemas locales y de salud
pública, como las epidemias de cólera que estimularon el interés general sobre la salud y el ambiente urbano.
Los sanitaristas urgían esfuerzos de gran escala para limpiar este ambiente, creyendo que los problemas de
salud pública responderían a las soluciones técnicas requeridas.
Según Coley (1989), Edwin Chadwick en Londres aceptó la teoría predominante del “miasma”, la cual decía
que las enfermedades infecciosas eran causadas por los malos olores de los drenajes o de la materia orgánica
en descomposición en las calles. En las décadas siguientes a su “Report on the Sanitary Conditions of the
Labouring Population of Great Britain” (1842) y con base en sus propuestas, se iniciaron actividades de
mejoramiento del ambiente urbano en muchas de las mayores ciudades Inglesas. Coley (1989) también
reporta que tendencias semejantes se vivían en otros países europeos, como fue el caso del profesor Max Van
Pettenkofer en Alemania, quien, como Chadwick, promovía sus propuestas con base en consideraciones
económicas. El fundó un Instituto de Higiene en Munich en 1866 y seis años más tarde presentó dos
conferencias populares sobre "The value of health to a city" las cuales influyeron en la reforma sanitaria de
Munich.
En la segunda mitad del siglo XIX fue generalmente aceptado que la solución a los problemas de salud
pública dependían de una mejor infraestructura sanitaria que incluía grandes proyectos de ingeniería. Hacia
finales del siglo, la ciencia y la medicina empezaron a tener un papel creciente en esta creencia. Con el
surgimiento de la bacteriología, después de los descubrimientos de Pasteur y Koch en los años 1880s, la
teoría de los “gérmenes” (germ theory) cobró importancia en la lucha contra las enfermedades contagiosas
(Coley, 1989), enriqueciendo el interés por aspectos que incluían acciones de abastecimiento de agua,
saneamiento básico y educación en higiene, entre ellas, la sedimentación simple y la filtración en medios
porosos.
Si bien la sedimentación simple podía clarificar el agua, la filtración podía mejorar aún más su apariencia. La
filtración lenta en arena fue introducida por primera vez para servir una ciudad y una pequeña industria en
Paisley, Escocia, en 1804 y el ingeniero James Simpson, de la Chelsea Water Company, la introdujo en 1828
en Londres, después de realizar visitas de observación a sistemas de abastecimiento en diferentes localidades
y de estudios a escala piloto realizados por él mismo. Sólo después de la teoría de los gérmenes de los 1880s,
se encontró, que en el lecho de arena hay una biomasa que incluye bacterias, protozoarios, algas y larvas que
oxidan la materia orgánica y que contribuyen a la remoción de los gérmenes.
El potencial de los filtros lentos fue bien valorado y aprovechado en Europa. Los norteamericanos
recuperaron su experiencia a finales del siglo XIX pero la necesidad de procesar mayores dotaciones y la
diversidad de calidades de agua en las fuentes, estimuló el desarrollo de la filtración rápida en arena, la cual
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resolvía el problema del volumen creciente pero requería coagulantes para trabajar adecuadamente y no
resultaba tan eficiente como la filtración lenta en la remoción de gérmenes.
Aunque la filtración rápida presentara remociones altas de microorganismos, éstas no eran completas ni
permanentes y sus efluentes aún podían presentar algún riesgo de causar enfermedades. El cloro fue entonces
reconocido por su potencial para desinfectar y reducir estos riesgos y empezó a ser utilizado en Estados
Unidos en sistemas de abastecimiento de agua desde 1904 como solución de hipoclorito y desde 1913 como
gas cloro, comprimido y almacenado en cilindros metálicos (Bryant et al, 1992). Otros países, como Francia,
han preferido el ozono para controlar estos riesgos. La expansión continuada en el uso de la filtración rápida
y la desinfección a lo largo del siglo XX, ha contribuido substancialmente a la reducción de enfermedades
asociadas con el agua y a mejorar la productividad y la calidad de vida en todos aquellos asentamientos
humanos que han tenido la posibilidad y la capacidad de adquirir y sostener estas tecnologías.
Si bien son muchas las opciones tecnológicas de tratamiento de agua, la selección de la mejor para una
comunidad específica aun sigue siendo un reto, particularmente si ella es de bajos ingresos económicos y no
cuenta con instituciones o formas organizativas mínimamente consolidadas. La superación de este reto
requiere criterio y trabajo metódico, para decidir por una solución económica y sencilla de operar, mantener y
administrar, procesando agua de fuentes que cada vez necesitan más y mejores acciones de conservación.
1.2 2.2 RIESGOS PARA LA SALUD PUBLICA ASOCIADOS CON EL AGUA PARA
CONSUMO HUMANO
Un buen servicio de abastecimiento de agua es esencial para la vida y la productividad en los asentamientos
humanos. La protección de las fuentes es siempre la primera manera de contribuir a la seguridad de este
servicio. En efecto, el mayor impacto de las aguas residuales sobre la salud pública sucede a través de los
sistemas de abastecimiento de agua, cuyas cuencas están siendo degradadas con descargas que incluyen
desechos domésticos, escorrentía superficial de aguas lluvias, excedentes de sistemas de riego y desechos del
procesamiento de alimentos y en algunas circunstancias hasta efluentes de procesos industriales.
La contaminación con excretas de humanos y animales contribuye con gran variedad de virus, bacterias,
protozoarios y helmintos. Fallas en la protección de las fuentes o en el tratamiento del agua captada pone a la
comunidad en riesgo de sufrir enfermedades transmisibles, particularmente, los niños, ancianos o, en general,
la población con deficiencias en su sistema inmunológico. Para ellos las dosis infectivas son
significativamente más bajas que para el resto de la población (OMS, 1993). Los riesgos asociados a la
contaminación microbiológica son pues de tal importancia que su control debe ser siempre considerado con
prioridad.
Hay pocos contaminantes del agua de naturaleza química que puedan dar lugar a riesgos agudos de salud
publica, excepto a través de accidentes significativos y en muchos de estos casos el agua es rechazada por su
apariencia, sabor u olor. Normalmente, los problemas asociados con productos químicos se deben a su
capacidad de afectar la salud pública después de largos períodos de exposición. En consecuencia, su control
es importante pero son segunda prioridad en sistemas de abastecimiento expuestos a contaminación
microbiológica severa (OMS, 1993; Craun et al, 1994).
Saber que el cloro reacciona con materia orgánica presente en el agua, originando subproductos químicos
potencialmente peligrosos para la salud (Rook, 1974), llegó a generar inquietudes sobre la conveniencia de su
aplicación para prevenir la transmisión hídrica del cólera (Salazar, et al; 1993). Ahora es claro que los riesgos
para la salud pública de estos subproductos son muy bajos en comparación con los riesgos asociados con una
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inadecuada desinfección y que esta etapa de tratamiento no debe comprometerse para controlar dichos
subproductos. Es mas, en la búsqueda o promoción de otros desinfectantes, se debe tener en cuenta también
sus posibles subproductos y si son tan económicos y sencillos de dosificar y controlar como el cloro.
La selección de buenas fuentes de agua o su adecuado tratamiento, incluida la filtración, reduce las dosis
necesarias de cloro, como también la posible formación de subproductos, haciendo más eficiente la
desinfección. En Estados Unidos la tasa de brotes de enfermedades de origen hídrico en comunidades que se
abastecen de aguas superficiales sin filtración, ha sido ocho veces mayor que en aquellas con filtración
(Craun et al, 1994).
Los usuarios de los sistemas de abastecimiento aceptan el agua y se orientan muchas veces por sus sentidos.
Aspectos como la turbiedad, el color, el sabor o el olor pueden resultar claves para rechazarla y
eventualmente prefieren otra fuente aceptable para sus sentidos, pero de mayor riesgo para su salud.
Consecuentemente, estos aspectos deben ser tenidos en cuenta en la estimación y el manejo de riesgos
asociados con el abastecimiento de agua.
A medida que la esperanza de vida al nacer, la capacidad institucional y los recursos económicos han
aumentado en muchos países, el tratamiento de agua ha empezado a combinar la reducción de riesgos
agudos, la gran mayoría de las veces de naturaleza microbiológica, con la reducción de riesgos crónicos
para la salud pública, normalmente de naturaleza fisicoquímica, junto con la protección de los valiosos
sistemas de almacenamiento y distribución de agua. Una ilustración de esta idea es presentada en la figura
2.1.
Finalmente, teniendo en cuenta que la transmisión de enfermedades puede seguir múltiples rutas, es
importante armonizar el programa de mejoramiento del servicio de abastecimiento de agua, con acciones de
saneamiento básico y de educación en higiene.
(Avanzado)
Cancerígenos
Metas de
Orgánicos
Remoción Sólidos (Disueltos Totales)
Bacterias
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(Básico)
(Bajo) Nivel Socio-Económico (Esperanza de Vida) (Alto)
Figura 2.1 Representación conceptual del nivel socioeconómico y los objetivos del Tratamiento (Adaptado de Reid,
1982).
Los valores en las guías de la OMS (1993) representan concentraciones de parámetros físicoquímicos y
bacteriológicos, con el propósito de que el agua sea agradable a los sentidos y cuyo consumo a lo largo de la
vida no represente riesgo significativo para la salud. Estas guías pueden orientar la preparación de normas
nacionales, cuyo establecimiento debe tener en cuenta factores locales geográficos, socioeconómicos y
culturales y enmarcarse en los sistemas legales e institucionales de los respectivos países.
El desarrollo de guías o normas de calidad de agua es relativamente reciente y en las últimas cinco décadas se
pasó de menos de diez parámetros, a más de 40 en 1980 (Taros, 1981) y a cerca de 150 en las últimas guías
de la OMS (1993). La primera normatividad en aplicarse a nivel federal en los Estados Unidos se basó en la
SDWA (Safe Drinking Water Act) de 1974, cuando el Congreso de este país subestimó el tiempo necesario
para que USEPA (US Environmental Protection Agency) desarrollara una reglamentación confiable
(Pontiuos, 1990). Por ejemplo, la National Interim Primary Drinking Water Quality Regulation, esperada en
1975 se hizo efectiva en 1977, cubriendo contaminantes orgánicos, inorgánicos y microbiológicos, junto con
turbiedad. La SDWA fue revisada por el Congreso en 1986, ordenando el establecimiento de nueva
reglamentación que se desarrollaría en el período 1986 -1991, incluyendo la exigencia de la desinfección para
todos los sistemas públicos de abastecimiento de agua y los criterios bajo los cuales se requiere la filtración en
aquellos sistemas que utilizan fuentes superficiales.
El establecimiento de normas debe tener en cuenta los riesgos para la salud pública, junto con otros factores
tales como la viabilidad tecnológica y económica. Las normas sin consideraciones prácticas sobre las fuentes
de agua, opciones de tratamiento y acciones de vigilancia, soporte y control, no conducirán a los resultados
deseados (Lloyd and Helmer, 1991). Cuando los valores establecidos en las normas no se cumplan, se deben
investigar las causas e identificar y ejecutar medidas correctivas. El establecimiento de “normas interinas” es
una posibilidad, como parte de un proceso para cumplir con otras metas a mediano plazo y en este caso su
vigilancia y control serán herramientas para establecer prioridades y orientar recursos y acciones hacia
aquellas comunidades sometidas a mayores riesgos.
• E. coli; se aceptan como alternativa las bacterias coliformes termotolerantes, usualmente referidas como
coliformes fecales.
• Cloro residual (si se aplica)
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• pH (si se aplica cloro)
• Turbiedad
En la tabla 2.1 se incluyen las guías para E. coli y turbiedad, junto a otros parámetros relevantes para la
aceptación del servicio de agua por parte de los usuarios y para la aplicación de las tecnologías de filtración y
desinfección. La existencia de equipo portátil de laboratorio facilita la valoración de estos parámetros y para
algunos de ellos (turbiedad, pH, cloro residual y color) estos equipos incluyen opciones simplificadas que
pueden aprender a utilizar operarios o funcionarios del nivel local, aun si poseen niveles bajos de escolaridad.
La figura 2.2 presenta una evidencia de la participación de un operador con bajo nivel de escolaridad en el
seguimiento y control de un sistema de tratamiento FiME.
Si el servicio de agua está sometido a riesgos significativos de naturaleza tal que no puedan ser controlados
con base en estos parámetros básicos, las autoridades sanitarias deben procurar que el nivel local reciba
capacitación o apoyo adicional para hacer el seguimiento correspondiente.
Tabla 2.1 Guía sobre Parámetros Básicos de Calidad de Agua para Consumo Humano (con base en Lloyd and Helmer, 1991;
OMS, 1993)
E. Coli; coliformes fecales en 100 ml No detectable Si el cloro residual libre en la red está entre 0.2 y 1.0
mg/l; pH < 8 y turbiedad <5, o mejor<1.0; es poco
probable que la muestra contenga coliformes fecales y el
análisis puede ser precautelativo.
Turbiedad (UNT) <5 Idealmente < 1 UNT para una mejor desinfección.
Hierro (mg/l) < 0.3 Generan sabor y posibilidades de color o de manchas que
causan rechazo.
Los análisis de calidad de agua tienen la limitación de basarse en muestras puntuales, y aunque sean tomados
en períodos secos o lluviosos, pueden no reflejar completamente la situación real. Por esta razón la WHO
(1993) indica que éstos deben ser complementados con inspecciones sanitarias.
A1-19
Figura 2.2 Operador realizando análisis básicos de calidad de agua, con base en un programa de seguimiento y control de su
sistema de tratamiento. La Sirena, Cali, Colombia, 1997.
1.4 2.4 INSPECCION SANITARIA Y ANALISIS DE CALIDAD DE AGUA
La inspección sanitaria consiste en una observación metódica, realizada, en lo posible, por personas con
experiencia en el sector de agua, trabajando en equipo con miembros de la comunidad y de la organización
local encargada de la prestación del servicio. La inspección se orienta a identificar todas las situaciones o
factores potenciales de riesgo, tanto en la cuenca, como en el sistema de abastecimiento (bocatoma;
conducción; tratamiento, si lo hay; almacenamiento; distribución y consumo). La inspección debe identificar
evidencias o hechos que puedan comprometer la seguridad del sistema y la salud de los usuarios. La figura
2.3 muestra una inspección sanitaria participativa con autoridades locales y comunidad.
Además, personas del nivel local con un mínimo de capacitación y con el soporte de miembros de la
comunidad, pueden realizar inspecciones sistemáticas y frecuentes (preferiblemente varias veces al año), sin
soporte externo especializado. Las actividades en la cuenca abastecedora deben contribuir a identificar
posibles factores de contaminación cuyo impacto en la salud puede ser eliminado ó reducido, al brindarse
adecuada asistencia a los usuarios del sistema de abasto y éstos posean argumentos para concertar acciones
con los moradores o colonos que habitan en la microcuenca.
A1-20
Figura 2.3 Líderes comunitarios y autoridades del sector de agua y saneamiento realizando actividades de inspección sanitaria.
Microcuenca río Mondomo, Municipio Santander de Quilichao, Colombia, 1997
Esta estrategia también puede involucrar acciones de las autoridades respectivas en el marco de la legislación
vigente.
La inspección sanitaria y los análisis de calidad de agua son actividades complementarias e idealmente
deberían realizarse juntas. Mientras que la inspección identifica los riesgos potenciales, los análisis indican si
en el momento y en el punto de muestreo, había contaminación y su nivel o intensidad. La inspección
sanitaria es indispensable para la adecuada interpretación de los resultados de laboratorio y para establecer
prioridades en las acciones de mejoramiento. Sin embargo, ante las limitaciones existentes para realizar
análisis de laboratorio con relativa frecuencia en muchos de los sistemas comunitarios de abastecimiento de
agua, se recomienda realizar inspecciones sanitarias con mayor frecuencia.
Por ejemplo, durante una visita a una microcuenca en Bolivia en período de verano, se encontraron indicios
significativos de erosión, además de depósitos de material muy fino en el lecho del río. A partir de estos dos
A1-21
aspectos y de discusiones con la comunidad asentada a lo largo del río, se concluyó que pueden esperarse
altas turbiedades de naturaleza coloidal.
La incidencia de enfermedades de origen hídrico en una comunidad puede ayudar a confirmar los resultados
obtenidos, lo que además puede constituirse en un indicador del riesgo sanitario de la fuente y/o de hábitos
inadecuados de higiene. Sin embargo, las estadísticas de salud no siempre están disponibles y por lo tanto un
registro de baja incidencia de enfermedades de origen hídrico, no es una garantía de un bajo nivel de riesgo
sanitario, pues por ejemplo, muchos casos de diarrea pueden no estar registrados. De otra parte, una alta
incidencia de enfermedades de origen hídrico, puede ser el resultado de la contaminación de agua de buena
calidad como resultado de la manipulación por los usuarios dentro de la vivienda, desde la recolección hasta
su consumo.
El establecimiento del nivel de riesgo en una inspección sanitaria así como la interpretación de los resultados
de los análisis de calidad de agua, requiere perspicacia y experiencia. En la inspección sanitaria el riesgo se
identifica sobre la base de una lista de chequeo que categoriza los problemas identificados por cada sistema
de abastecimiento de agua. Dependiendo de la complejidad de los sistemas, puede implementarse un
formato global o formatos independientes para cada componente del sistema, revisando separadamente el
área de la cuenca, la captación, conducción, el sistema de tratamiento y la red de distribución. El
establecimiento del nivel de riesgo se hace listando los 10 ó 20 posibles riesgos principales, tales como
defecación a campo abierto en el área de la cuenca, o infiltración de agua superficial en la conducción o
tanque de almacenamiento. Si tales riesgos son evidenciados, se da un puntaje positivo, los cuales al final
deberán sumarse. Las sumatorias más altas corresponden a localidades donde las situaciones observadas
presentan el mayor potencial de riesgo.
Para condiciones similares en términos de geografía, tipo de sistema y de vegetación, la forma de realizar la
inspección puede ser estandarizada, reduciendo los costos de personal especializado y posibilitando la
realización de comparaciones. Lloyd and Helmer (1991) y la WHO (1996) presentan ejemplos de
inspecciones sanitarias y la forma aplicada en cada caso para valorar los riesgos. Estas formas pueden ser una
buena base que necesita ser ajustada a las condiciones específicas del área en observación.
Los análisis bacteriológicos de calidad de agua también pueden ser clasificados por niveles de riesgo, lo cual
es importante para establecer el posible nivel de tratamiento requerido por una fuente de agua específica. Si
un gran número de sistemas necesitan ser comparados, la clasificación del riesgo puede ser ajustada con base
en los resultados obtenidos, de tal manera que se posibilite el establecimiento de prioridades. La tabla 2.2
muestra dos casos de clasificación de riesgo en diferentes sitios.
Tabla 2.2 Ejemplos de clasificación de sistemas de abastecimiento de agua con base en niveles de contaminación con
coliformes fecales (Lloyd y Helmer, 1991).
A 0 Ninguno 0 Ninguno
B 1 - 10 Bajo 1 - 10 Bajo
C 11 - 100 Intermedio a alto 11 - 50 Intermedio
D 101 - 1000 Alto > 50 Alto
E > 1000 Muy alto ---- ----
A1-22
UFC, Unidades formadoras de colonias
Los resultados de los análisis de calidad de agua y de las inspecciones sanitarias desarrolladas para
diferentes sistemas, pueden ser llevados a un modelo como lo propusieron Lloyd and Helmer, (1991), el cual
puede ser útil para definir necesidades prioritarias a realizar en sistemas existentes de abastecimiento de
agua y orientadas a reducir particularmente el riesgo asociado con contaminación micriobiológica.
En este modelo (figura 2.4), tanto los sistemas identificados a través de la inspección sanitaria, como de
riesgo sanitario alto y los sistemas que afrontan una alta contaminación microbiológica, necesitan
mejoramiento urgente. Para estos sistemas donde coinciden ambos niveles de riesgo, la decisión es fácil. Sin
embargo, para aquellos sistemas que solamente tienen un alto puntaje en uno de los dos niveles de riesgo,
los mejoramientos continúan siendo una prioridad. La discrepancia entre los dos puede ser debida, por
ejemplo, a fuentes de contaminación no identificadas en la inspección sanitaria, tales como conexiones
cruzadas o infiltración de agua contaminada en la red de distribución, lo que puede causar un alto nivel de
coliformes fecales.
Ya que los análisis de calidad de agua se basan en muestras puntuales, no siempre reflejan el nivel verdadero
de contaminación. Aun en estos casos los datos deben verificarse cuidadosamente para evitar inversiones
indebidas como consecuencia de una interpretación inadecuada de resultados. Por ejemplo, en un área de la
microcuenca que esté bien protegida, con alta cobertura vegetal y muy poca actividad humana, se deberían
esperar niveles bajos de riesgo y por consiguiente, bajo costo de tratamiento. Al detectarse contaminación
microbiológica, es recomendable realizar una doble verificación a fin de precisar si tanto el muestreo como
la inspección fueron realizados correctamente.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
por Contaminación Bacteriológica
Sin Riesgo Riesgo Bajo Riesgo Intermedio a Alto Riesgo Muy Alto
Figura 2.4 Identificación de acciones prioritarias de mejoramiento con base en la reducción de riesgos o de niveles de
contaminación microbiológica, (adaptado de Lloyd y Helmer, 1991).
A1-23
En el modelo, es posible relocalizar la posición de un sistema de abastecimiento específico, por ejemplo,
cambiando de fuente; modificando prácticas de defecación a campo abierto y de pastoreo, haciendo menos
énfasis en los requerimientos de tratamiento de agua y posibilitando la adopción de métodos de tratamiento
menos complicados que pueden ser fáciles de operar y mantener por la comunidad.
Una estrategia comprobada que contribuye eficazmente a reducir los riesgos de naturaleza microbiológica y
contribuir a prevenir la transmisión de enfermedades de origen hídrico, lo constituye el uso de la mejor fuente
de agua disponible, su protección de la contaminación, el tratamiento del agua captada para remover o
inactivar patógenos, su adecuado almacenamiento y distribución y la existencia de prácticas adecuadas de
manejo y consumo por parte de los usuarios del sistema de abastecimiento (Okun, 1991; Craun et al, 1994;
Geldreich y Craun, 1996).
Un factor importante para contribuir a la protección de las cuencas es la reducción de riesgos asociados con
las descargas de aguas residuales, en particular cuando ellas incluyen el aporte potencial de patógenos
originados en los desechos de humanos y animales. Para poblaciones dispersas o de baja densidad, esta
reducción se puede conseguir tratando las aguas residuales en el sitio de producción. Para poblaciones
nucleadas y de alta densidad, se pueden recolectar y tratar en un sitio diferente a los de su producción. Los
niveles de tratamiento de las aguas residuales deben ser tales que sus efluentes no superen la capacidad de
autodepuración de las fuentes de agua receptoras.
Aún manteniendo las barreras anteriores, las fuentes superficiales de agua requieren regularmente tratamiento
para cumplir con los parámetros básicos recomendados por la OMS (1996). Una tecnología de tratamiento de
agua para consumo humano, confiable y eficiente, se beneficia de cumplir con los siguientes conceptos
básicos o características principales ilustrados en la figura 2.5.
A1-24
Etapa de
Etapa Principal
Etapas de Pretratamiento Desinfección
de Tratamiento
Agua
Cruda
Separación de
Material Grueso
Remoción Gradual de Materia
Fina y Microorganismos Barrera de Seguridad
Figura 2.5 Esquema para ilustrar la aplicación de los conceptos de múltiples etapas, de tratamiento integrado y de desinfección
de seguridad en el tratamiento de agua.
Este concepto tiene una larga historia, ha evolucionado de la práctica en mejoramiento de la calidad de agua
(Craun, 1988) e implica tener más de una etapa de tratamiento. Juntas, estas etapas remueven
progresivamente los contaminantes para producir agua de buena calidad. Idealmente, se debe tener agua de
bajo nivel de contaminación fecal antes de la etapa final de tratamiento, la cual se convierte entonces en una
barrera de seguridad (Lloyd et al, 1991).
Tratamiento Integrado
Al aplicar el concepto de tratamiento en múltiples etapas es importante reconocer que cada una de ellas
pueden diferir en los mecanismos y eficiencias de remoción de los diferentes contaminantes. Según el
concepto tratamiento integrado, las fortalezas y debilidades de cada etapa debe ser reconocida, estimada y
balanceada para remover los contaminantes efectiva y económicamente (Lloyd et al, 1991). En general, la
experiencia ha establecido la conveniencia de separar primero el material más pesado o de mayor tamaño y
gradualmente ir avanzando en la remoción del material más pequeño, que incluye microorganismos, para
finalizar en la desinfección.
La Desinfección Terminal
A1-25
bajas y poco variables de desinfectante, haciendo más económica, confiable y sencilla de operar esta última
etapa de tratamiento.
La tabla 2.3 presenta un ejemplo que ilustra la aplicación de estos conceptos en el tratamiento, sin la
dosificación de coagulantes, de una fuente superficial. En este ejemplo el objetivo es producir agua que
cumpla con los requerimientos básicos de las guías de la OMS.
Tabla 2.3 Ejemplo de combinación de etapas de tratamiento para remover turbiedad e indicador de contaminación fecal (Lloyd et
al, 1991; OMS, 1993).
Cribado NA ** NA NA NA ** NA NA
Sedimentación 50 60 600 50 1000 10000
Filtración en grava 80 30 300 90 500 5000
Filtración lenta >90 6 60 95 50 500
Desinfección NA <1 <5 >99.9 <3 <25
Red de distribución <1 <5 <1 <1
∗ Remociones esperadas en cada etapa para cumplir con los objetivos del tratamiento. UNT, unidades nefelométricas de turbiedad y UFC,
unidades formadoras de colonias.
** NA, no aplicable. La etapa de tratamiento o proceso no se específica para remover turbiedad o bacterias.
En Estados Unidos, la normatividad vigente acepta la desinfección de aguas superficiales como única etapa
de tratamiento sólo cuando se cumplen una serie de ocho (8) condiciones (Pontius, 1990), las cuales se
presentan de manera resumida a continuación:
• La turbiedad no debe ser superior a 5 UNT. Ocasionalmente se aceptan valores superiores pero con
frecuencia estadística inferior a dos veces por año.
• La desinfección debe operarse para inactivar el 99.9 % y 99.99 % de quistes de Giardia y virus
respectivamente. Esto se controla con base en valores mínimos reglamentados del producto de C, cloro
residual, por T, tiempo de contacto del cloro con el agua hasta el primer usuario, medido a la hora pico de
consumo.
• Llevar a cabo inspecciones sanitarias anuales con participación de la autoridad sanitaria o su delegado.
A1-26
• Haber eliminado los brotes de enfermedades de origen hídrico.
A1-27
2. LA BUSQUEDA DE SOLUCIONES SOSTENIBLES.
Atendiendo una solicitud de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Comisión Mundial sobre Medio
Ambiente y Desarrollo incluyó el concepto de Sostenibilidad en su informe de 1987. Desde ese momento, tal
concepto empezó a influir en la concepción de los programas de desarrollo. El concepto, en general, indica
que las actividades que se realizan en la presente generación, no deben comprometer los recursos ni las
condiciones ambientales de las futuras generaciones.
En respuesta a esta orientación el DAC, Development Assistance Committee del OECD, Organization for
Economic Cooperation and Development, plantea que un programa de desarrollo es sostenible cuando es
capaz de suministrar un nivel apropiado de beneficios, durante un período extenso de tiempo, después de que
la asistencia financiera, administrativa o técnica de un ente externo haya terminado (OECD/DAC, 1988
citado por MDF, 1992). Esta definición esta inscrita en la forma de trabajo de las instituciones de los países
miembros de la OECD, la cual se orienta a la ejecución y financiación de proyectos que luego se transfieren a
los gobiernos o las comunidades. Warner (1990) presenta el mismo concepto pero orientándolo más a la
comunidad. Este considera que el éxito o la sostenibilidad de un proyecto se alcanza cuando cumple con sus
objetivos y es mantenido por los usuarios durante un período significativo de tiempo.
Estas aproximaciones al concepto de sostenibilidad no hacen referencia clara a la conservación del ambiente.
Es posible que un proyecto sea mantenido durante años por el nivel local, beneficiando la presente generación
de usuarios, pero los subproductos del mismo estar comprometiendo el bienestar de las nuevas generaciones.
Este proyecto no sería sostenible en concepto de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo, pero
si lo sería, según el criterio de la OECD/DAC. Tampoco es razonable esperar, como parece sugerirlo Warner,
que los usuarios de los servicios, o sus formas organizativas a nivel local, estén solos, después de concluidas
las inversiones o intervenciones eventuales de agencias externas a la localidad
El sector de agua se mueve ahora en nuevos escenarios y en ellos, el papel del estado y las instituciones
cambia de proveedor a facilitador, brindando apoyo y asesoría sin suplantar las funciones y responsabilidades
de las comunidades u organizaciones locales, y por el contrario, mediante trabajo en equipo se debe
posibilitar el fortalecimiento de sus capacidades y potencialidades (Vrom, 1995). Entonces, el nivel local,
con espacios abiertos a la participación de mujeres, hombres y niños, debe jugar papel protagónico en el
proceso de su desarrollo.
Aunque para algunos es todavía bastante novedoso, en el contexto político actual el nivel local tiene poder en
la toma de decisiones, sin perjuicio del derecho a buscar asistencia de las instituciones especializadas
relacionadas con el sector. A su vez, es conveniente que el nivel local tenga en cuenta que las instituciones
hacen esfuerzos para adaptarse y ser más eficientes en roles ajustados a los nuevos escenarios jurídicos y de
política sectorial. Reconocer que existen estas limitaciones es importante para empezar a superarlas,
asumiendo el desarrollo como un proceso permanente de aprendizaje.
Junto con las limitaciones institucionales más evidentes para los niveles locales, como aquellas asociadas a la
financiación, capacitación o asistencia técnica, es necesario identificar y promover la superación de otras
restricciones para conseguir un sector dinámico y eficiente. Estas incluyen, por ejemplo, limitaciones para
realizar programas de investigación y desarrollo o de vigilancia y control. Normalmente, instituciones con
este tipo de misiones trascienden el nivel local y requieren legitimidad social, con base en la cantidad y
calidad de sus productos, lo mismo que economía de escala, mediante el trabajo en equipo con otros actores
del desarrollo, para estar con ellos al servicio de muchos sistemas con gran número de usuarios.
A1-28
En este capítulo se revisa el concepto de sostenibilidad en relación con el sector de agua y saneamiento y se
presentan consideraciones que orientan el proceso de búsqueda de las mejores soluciones para el nivel local.
Después se revisan aspectos relacionados con el concepto y se identifican y proponen indicadores para
facilitar su aplicación. Estos indicadores incluyen asuntos relacionados con el funcionamiento y
aprovechamiento del sistema y con la administración de la prestación del servicio. Finalmente se reflexiona
sobre varios aspectos relevantes en la realización de proyectos de tratamiento de agua.
Siguiendo los recientes desarrollos del sector y considerando la experiencia de Cinara-IRC la siguiente
aproximación a sistemas sostenibles en abastecimiento de agua y saneamiento puede ser considerada. Un
sistema de abastecimiento de agua ó saneamiento es sostenible cuando:
La administración del sistema es un aspecto crucial que cada vez más debe quedar en manos de
organizaciones de base comunitaria. Los proyectos que relacionan la capacidad de gestión y autoestima de
las comunidades y aseguran soluciones conjuntas, han incluido dentro de su método de trabajo, las
condiciones locales, la cultura y particularmente han identificado y caracterizado los problemas sanitarios que
prevalecen, dando así una mejor oportunidad para desarrollar sistemas sostenibles.
La definición de sostenibilidad implica, un encuentro entre las estructuras política, socio-económica, legal e
institucional en lo cual, los sistemas necesitan operar y para lograrlo se deben involucrar 3 estrategias que
interrelacionan dimensiones como se indica en la figura 3.1 (Galvis, 1993; Galvis et al, 1994):
• La comunidad y las instituciones de nivel local. Esta dimensión incluye variables tales como, capacidad
y deseos de pagar por el nivel de servicio requerido; posibilidades de financiación o cofinanciación de la
inversión inicial por parte de agencias nacionales o internacionales; capacidad de operación y
mantenimiento; recursos y programas para asistencia técnica, vigilancia o control por parte del estado a
nivel nacional o seccional; capacidad del nivel local para gestionar proyectos de desarrollo, manejar
conflictos o trabajar en equipo con otras instituciones; educación ambiental, etc.
A1-29
AMBIENTE Y REDUCCION DE LOS CIENCIA Y
RECURSOS LOCALES FACTORES DE TECNOLOGIA
RIESGO
SOLUCIONES
SOSTENIBLES
RIESGO APROPIACION
COMUNIDAD E
INSTITUCIONES
LOCALES
CONTEXTO
Político, Jurídico e Institucional
Figura 3.1 Marco conceptual para ilustrar la búsqueda de soluciones sostenibles en programas de desarrollo en agua potable y
saneamiento.
A1-30
El marco conceptual ilustrado en la figura 3.1, es una simplificación del proceso que requiere la búsqueda de
las mejores soluciones en los programas de desarrollo. Sin embargo, se resalta la diversidad de variables en
juego, muchas veces subestimadas por falta de información oportuna y de buena calidad; por restricciones
para el trabajo interdisciplinario; o por limitaciones en la capacidad o en las oportunidades para realizar
actividades de investigación, con base en inquietudes originadas inclusive en los programas mismos de
desarrollo. Si bien para estas inquietudes la ciencia y la tecnología no siempre tienen respuestas claras,
especialmente en el contexto o entorno específicos en que se requieren, normalmente si tiene los fundamentos
o las herramientas metodológicas para enriquecer su búsqueda y la calidad de los resultados. Los beneficios
de la adecuada divulgación y aplicación de estos resultados normalmente compensan con creces las
inversiones realizadas para hallarlos.
Se subraya la necesidad de que los programas de desarrollo en el sector de agua y saneamiento apoyen o
estimulen el fortalecimiento de la capacidad de instituciones de realizar actividades de investigación y
desarrollo de buena calidad, con acceso a redes especializadas de información y con posibilidades de
contactos o de trabajo en equipo con grupos activos en tópicos de común interés y relevantes para contribuir
al entendimiento y a la búsqueda más sistemática de soluciones sostenibles, en los contextos o entornos
específicos en que se requiere actuar en el sector de agua potable y saneamiento.
Se subraya también que, al menos en parte, las respuestas que puede tener la comunidad o las instituciones
del nivel local y que es clave establecer con ellas los mejores canales posibles de comunicación para
recuperar su experiencia y potenciar su iniciativa y creatividad.
En la zona del programa, en muchas circunstancias se puede obtener gran parte de las soluciones a los
problemas existentes, en consecuencia, se aconseja revisar participativamente las experiencias locales para
enriquecer con ellas los planes de acción correspondientes. De otra parte, si se considera la opción de
introducir nuevas tecnologías, es necesario verificar si requieren adaptación o validación en las condiciones
locales, antes de promover su utilización masiva. Es necesario acompañar y apoyar su puesta en marcha, con
el fin de realizar los ajustes necesarios para las condiciones específicas de operación y mantenimiento.
También se debe analizar la conveniencia de producir o adaptar y promover adecuadamente material
didáctico, en armonía con actividades de capacitación bien organizadas, según la cultura y los niveles de
escolaridad de los diferentes actores del desarrollo.
De acuerdo con las tres dimensiones indicadas y en evidencia como la reportada por Esrey (1990), se reitera
que para lograr un mayor impacto en la salud pública de las localidades, las acciones de mejoramiento de
calidad del agua, deben acompañarse de otras que incluyan actividades relacionadas con higiene personal,
saneamiento básico y educación ambiental.
La ejecución ajustada de los cronogramas de actividades y de los presupuestos son metas importantes a
cumplir en la administración de los programas de desarrollo, pero no son en si, indicadoras del impacto de las
inversiones realizadas en las localidades incluidas en el programa. La valoración de este impacto se facilita
reconociendo que los servicios de agua potable y saneamiento son necesarios para posibilitar una mejor salud
pública y unas mejores condiciones para la productividad y la calidad de vida (WASH, 1993). En
consecuencia, para verificar el cumplimiento de estas necesidades para el desarrollo, resulta clave establecer
si estos servicios funcionan adecuadamente y son bien aprovechados por los usuarios. Estos dos aspectos
(funcionamiento y aprovechamiento) son la base de los procedimientos mínimos de evaluación (Mínimum
Evaluation Procedures) presentados por WHO (1983).
A1-31
Cuando se discute acerca de sistemas sostenibles, el énfasis debe incluir desde los propósitos de la
construcción hasta localizarse en indicadores que muestren de la mejor manera los resultados del proyecto
tanto a mediano como a largo plazo. Tres grupos principales de indicadores han sido identificados, los que se
describen a continuación:
La identificación clara de indicadores facilita la toma de decisiones tanto en la comunidad como con agencias
financieras en aspectos relativos al nivel de servicio esperado por los usuarios en un sistema nuevo. Cada
tópico necesita de indicadores específicos que cuantifiquen los beneficios requeridos y los que el sistema debe
proveer. A través de indicadores se debe establecer la necesidad de gestión y soporte.
Para establecer el nivel de servicio de sistemas de abastecimiento de agua se pueden aprovechar los siguientes
criterios o indicadores básicos (adaptados de Lloyd et al., 1987):
Cobertura, referida como el acceso que la comunidad tiene al sistema de abastecimiento. El servicio debe ser
equitativo para el mayor número de usuarios posible. Por ejemplo, en zonas montañosas el diseño hidráulico
del sistema de distribución, debe permitir a los residentes de las partes altas recibir cantidades semejantes de
agua que a los de las partes bajas. Aunque este puede ser el indicador más importante en comunidades con
problemas de cobertura, las experiencias de la Década del Agua indican que no es suficiente enfocarse en este
único aspecto.
La cobertura puede ser expresada como el porcentaje de viviendas ocupadas en la localidad que tienen
conexión al sistema o mejor aún, que tienen un servicio equitativo. La cobertura puede ser también un
indicador de gestión, pues cambios en el tiempo pueden indicar si el ente encargado de administrar del
servicio, mantiene el número o porcentaje de conexiones existentes o mejor, logra incrementos, sin perjuicio
de otros indicadores de la prestación del servicio.
La continuidad se puede evaluar con base en el número de veces que se suspende la prestación del servicio
por más de cierto tiempo por año; o más específicamente, por el número de horas sin suministro por día, en
períodos representativos del año. Estos pueden corresponder, por ejemplo, con las suspensiones del servicio
eléctrico o de escasez de combustible en sistemas con bombeo; con la época de sequía en localidades con
problemas de escasez de agua, o con períodos de lluvias o de deshielos en localidades con problemas de
erosión en las cuencas. La continuidad se puede reportar también por zonas dentro de una localidad, donde
A1-32
las diferencias de valores pueden estar asociadas con problemas de diseño, operación o mantenimiento en la
componente de distribución.
Cantidad de agua es factor importante para el mejoramiento de la salud pública y la calidad de vida, al
posibilitar una mejor higiene personal, lavado de los alimentos y ahorro de tiempo de acarreo, especialmente
de mujeres y niños. Para ello el agua suministrada debe ser suficiente para beber, cocinar y aseo tanto
personal como de la vivienda. Las consecuencias socioeconómicas y ambientales de incluir otros posibles
consumos debe revisarse con la comunidad. Si ella está dispuesta a financiar otros tipos de usos y si la fuente
y las condiciones de saneamiento existentes lo permiten, se podrían considerar dotaciones mayores. Sin
embargo, la comunidad debe hacer conciencia de cuando presenta consumos excesivos y explorar prácticas y
procedimientos para superar esta situación limitante para la sostenibilidad del sistema. Consecuentemente, el
uso indiscriminado de normas que asignan cifras globales y rígidas a la dotación, puede conducir a sistemas
inadecuados, con poca aceptación y apropiación local.
Una primera aproximación de la cantidad de agua que se está suministrando en un sistema, puede ser definida
a partir de la relación entre el consumo diario, medido en el tanque de almacenamiento, y el número de
usuarios que se abastecen. Sin embargo, este valor es mayor que el consumo percápita, pues se incluyen las
pérdidas visibles y no visibles que se presentan dentro del sistema. La cantidad suministrada solo puede ser
analizada en detalle, si existen lecturas confiables de medidores domiciliarios, o durante un estudio, si la
calidad de agua lo permite instalando algunos con base en una muestra representativa.
Otro punto clave en un servicio sostenible, lo constituye la relación entre el volumen de agua suministrada
para el consumo y la capacidad de la fuente abastecedora. Esta relación debe ser menor que uno durante el
período crítico de verano; entre menor valor tenga la relación, mucho más ventajoso para la fuente misma,
particularmente si el abastecimiento compite en la fuente con otros usos relevantes para el desarrollo de la
localidad y su entorno.
Calidad, factor clave para la salud pública y para la aceptación, operación y mantenimiento del sistema de
abastecimiento de agua. Aspectos de calidad de agua se revisaron en los apartes 2.2, 2.3 y 2.4. Se recuerda
que la combinación de observaciones metódicas de campo (inspecciones sanitarias) con la medición de
niveles o intensidad de la contaminación (análisis de muestras) constituyen la base para la identificación de
factores de riesgos para la selección de acciones orientadas a superarlos. En el capítulo 2 se citan partes
relevantes de las guías de la OMS para los alcances de este documento; sin embargo, se recomienda al lector
revisar adicionalmente las normas nacionales o las guías mismas de la OMS.
Costo, determinado en buena parte por niveles de riesgo en la fuente y por características geográficas del
asentamiento humano a servir. La combinación de fuentes de agua, en algunas circunstancias puede
contribuir a la viabilidad económica del sistema de abastecimiento. En la vereda de Zaragoza costa pacífica
colombiana, por ejemplo, en algunas localidades, para evitar bombeos o conducciones costosas, están
aprovechando fuentes superficiales cercanas de baja capacidad, con el uso de aguas lluvias. De cualquier
manera, la solución planteada debe, en lo posible, guardar armonía con las condiciones socioeconómicas y
sobre todo con la voluntad de pago de los usuarios del sistema. La tarifa debe cubrir como mínimo aspectos
de operación, mantenimiento preventivo, reparaciones menores y algunas circunstancias, costos de
administración del sistema . Además, si se requiere, dependiendo de la reglamentación de los programas
nacionales de financiación o cofinanciación, se deben incluir recursos para la recuperación de la inversión,
bajo criterios convenidos entre la fuente financiera y los usuarios.
A nivel internacional se considera que la tarifa mensual no debe superar del 3 al 5% de los ingresos promedio
mensual del usuario (UNDP, 1990). Esta consideración puede orientar el establecimiento de criterios a nivel
A1-33
local dependiendo de los costos que se decidan finalmente recuperar con la tarifa y de la estimación de los
ingresos de los usuarios . Además, como un indicador de la voluntad de pago, se puede utilizar la morosidad,
expresada como el porcentaje de usuarios que adeudan los últimos dos, tres ó cuatro meses.
La actitud de la comunidad frente al ambiente en general y al agua en particular, son aspectos importantes a
revisar coordinadamente con ella. La preservación de fuentes y el aprovechamiento eficaz de su sistema de
abastecimiento son tópicos a precisar. En la región Andina, por ejemplo, se han identificado consumos en el
rango de 20 a 600 l/hab/d, en localidades con diferente nivel de servicio y condiciones socio culturales y
económicas. Entendiendo la "Cultura del Agua" como la forma en que la comunidad percibe y usa su recurso,
es importante comprender creencias y costumbres que orientan su comportamiento, lo cual en muchas
circunstancias puede estar relacionado con sus antecedentes históricos o con condiciones en su entorno. Esta
comprensión debería proporcionar herramientas para facilitar reflexiones al interior de la comunidad, que
conduzcan a nuevas actitudes o prácticas en el uso del agua en la vivienda o en su entorno, tales como riego
de huertas, cuidado de animales, grifos permanentemente abiertos o la necesidad de realizar mantenimiento a
conexiones intradomiciliarias y aparatos de fontanería.
En muchas circunstancias los consumos excesivos se originan en redes de distribución pobremente diseñadas,
con demasiada energía disponible al momento de abrir los grifos en los domicilios, o pobremente construidas
o mantenidas con fugas excesivas. También un diseño o una construcción deficiente en la estructura puede
generar pérdidas constantes bien sea a través de rebose en el almacenamiento ó por fisuras debido al proceso
constructivo. En otras circunstancias, el inadecuado mantenimiento de las unidades de micro y macro
medición, puede arrojar información no coherente con la realidad.
Además de la pobreza en el diseño hidráulico ó de obras civiles, limitaciones de las especificaciones técnicas
ó de los mismos procesos constructivos, se presenta otro factor como elemento importante para el incremento
de las fugas en los sistemas de abastecimiento de agua. Este hace referencia a la ausencia de adecuadas
especificaciones para construcción con materiales utilizados dentro del sector de agua potable y saneamiento,
aunado al hecho de falta ó ausencia de control en la calidad del producto distribuido. Una estrategia que
obvie tales limitantes deber ser concertada entre los entes involucrados, pensando bajo toda circunstancia en
la sostenibilidad de los sistemas.
Como indicadores que pueden ser usados para evaluar el uso eficiente del agua se sugieren: el consumo
promedio por usuario, de manera global, individual o por zonas en la localidad; el porcentaje de usuarios que
utilizan agua de otras fuentes con alto riesgo sanitario para el consumo humano; el porcentaje de viviendas
con aparatos de fontanería en mal estado; el uso no previsto o concertado para riego o aseo de animales; y los
usuarios que hierven el agua para niños mayores de 1 o 5 años, aún si el agua suministrada cumple con las
normas nacionales o las guías de OMS.
2.2.3 La administración.
Se debe procurar que la capacidad de organización y de gestión del nivel local correspondan con las
necesidades de operación, mantenimiento y administración del sistema, con un mínimo razonable de apoyo
gubernamental o institucional externo. El ente administrador de la prestación del servicio a nivel local, debe
estar al tanto de los requerimientos de personal y de materiales para mantener su sistema en óptimas
condiciones. Es evidente que una buena administración requiere de un control contable adecuado y de claras
A1-34
y frecuentes comunicaciones sobre la situación financiera de la organización y sobre el comportamiento del
sistema. Estas comunicaciones deben establecerse y conservarse con las instituciones que brindan la
asistencia técnica y hacen la vigilancia o el control y con la comunidad misma.
Es importante que la comunidad confíe en el ente administrativo y en sus instancias de soporte o seguimiento,
tanto en aspectos técnicos, como administrativos; para consolidar esta confianza no debería ahorrarse
esfuerzo alguno. La administración debe ser muy cuidadosa con los contratos de suministro y construcción,
los cuales deben tener especificaciones claras y completas, exigiendo a los contratistas las garantías del caso.
Los gobiernos deberían procurar que las instituciones de soporte no suplanten las funciones de los entes
administrativos de nivel local, o de las asociaciones de núcleos rurales, de municipios u otras opciones
legalmente reconocidas para la prestación del servicio. Además parece, por lo menos inconveniente,
concentrar en una misma institución la asistencia técnica con las funciones de vigilancia y control de los entes
administradores de los sistemas.
La administración del sistema puede revisarse aprovechando indicadores indirectos como, experiencia
relevante de los funcionarios y capacitación recibida; participación de hombres y mujeres y su papel en la
toma de decisiones; número de reuniones del grupo directivo; frecuencia y calidad de las comunicaciones
entre el ente administrador con representantes de la comunidad o comunidades beneficiadas, en el caso de
asociaciones o empresas que sirvan a más de una localidad; frecuencia y calidad de la supervisión del trabajo
de fontaneros u operadores del sistema; calidad de atención a los usuarios vía, por ejemplo, número, tipo y
tiempo requerido para atender quejas de los usuarios, frecuencia y calidad de las actividades de soporte,
vigilancia o control, etc.
La administración puede revisarse también con base en indicadores más directos, como, el número de
inspecciones realizadas al sistema de abastecimiento; cumplimiento de la reglamentación vigente sobre
calidad de agua, presentación de estados financieros de la organización, etc.; búsqueda de soluciones a
problemas de morosidad de pago, de oportunidades de capacitación para funcionarios o de educación para la
comunidades beneficiadas; gestiones realizadas ante otras instancias en beneficio del mejoramiento del
sistema, etc.
La formulación de indicadores debe ser clara y creativa. Por ejemplo, un indicador de cobertura puede ser el
número de usuarios conectados al sistema dividido por el número de familias en una comunidad. Sin
embargo, en una zona dispersa con nacimientos de agua bien protegidos, el sistema comunitario no tiene que
alcanzar una cobertura del 100%. En este caso el indicador de cobertura podría formularse, por ejemplo,
como el número de familias con acceso al sistema, dentro de una distancia de 200 m de su casa, sobre el
número de familias en la comunidad.
A1-35
En la tabla 3.1 se presentan una serie de indicadores adaptados de una experiencia de evaluación participativa
sobre sostenibilidad en Ecuador, con base en 40 sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento básico
(Visscher et al., 1996).
Los niveles deseables para los indicadores incluidos en la tabla anterior deben entenderse sólo como un
ejemplo ya que fueron formulados teniendo en cuenta la situación en la zona de aplicación y las condiciones
en que debió realizase la evaluación. En consecuencia, el lector es invitado a revisarlos o reformularlos, de
acuerdo con las circunstancias en las cuales hace su contribución al desarrollo. Los indicadores pueden
formularse por actividades del ente administrador, o por componentes del sistema de abastecimiento.
En el anexo 1 se incluye una propuesta de seguimiento para la tecnología de tratamiento de agua FiME. En
ella se presentan rangos aceptables para cada indicador y se recomiendan acciones en caso de que los valores
observados estén por fuera de los rangos indicados.
Tabla 3.1 Ejemplo de indicadores de sostenibilidad en sistemas de abastecimiento de agua * (Adaptado de Visscher et al., 1996).
A1-36
3. Continuidad Número de horas de suministro por día 24 horas
*Estos indicadores deben ser formulados y concertados entre los diferentes actores del desarrollo según su contexto específico. Las actividades que
se promueven con la comunidad deben incluir acciones de información, educación, consulta, fortalecimiento de la iniciativa, gestión, fiscalización,
concertación y una toma de decisiones.
Lo anterior requiere de una población consciente de la importancia ambiental, económica, etc. de los recursos
hídricos y de las crisis y conflictos crecientes que hay alrededor de ellos y que esté en capacidad de participar
en los análisis y en la toma de decisiones alrededor de problemas específicos. En el caso de proyectos de
abastecimiento de agua, se subraya la necesidad que los habitantes de la localidad, o en últimas los
representantes de todos los sectores de la población (hombres y mujeres con diferentes niveles de ingresos y
formas de producción; etnias; grupos religiosos; etc.), sean informados, consultados y se hagan participes de
la toma de decisiones, desde el inicio del proyecto, como requerimientos para posibilitar su apropiación a
nivel local. Después de realizar talleres participativos con la comunidad sobre identificación de riesgos y
acciones a implementar en su sistema de abastecimiento de agua, la figura 3.2 ilustra un representante
comunitario exponiendo los resultados de su grupo de trabajo, con base en la aplicación de la técnica con
pintura dactilar.
A1-37
Figura 3.2 Exposición de resultados por un líder comunitario dentro de un taller participativo sobre el sistema de abastecimiento de
agua. La Sirena, Cali, Colombia, 1996.
Algunos aspectos relevantes en los cuales la comunidad puede participar, se reiteran a continuación:
• La conservación y la protección de los recursos naturales, en particular de las fuentes de agua. En efecto
estos aspectos son los primeros afectados por la pobre protección, originada en muchas circunstancias
por quienes viven más cerca de tales lugares, pero los que a la vez, podrían ser los mejores vigilantes de
los recursos hídricos.
• Las implicaciones técnicas (v.g. operación y mantenimiento) y financieras (v.g. tarifa) de la selección de
fuentes, niveles de servicio u opciones de localización o construcción para los diferentes componentes
del sistema de abastecimiento.
En la práctica no siempre es fácil comunicarse con todos los sectores de la comunidad y en algunas culturas
en particular, con las mujeres. Sin embargo, son ellas quienes normalmente están relacionadas más
directamente con el agua y el saneamiento por ser usuarias, amas de casa, educadoras de los niños y
protectoras de la salud de la familia. En consecuencia, es necesario concertar procedimientos para vincularlas
a las diferentes etapas del proyecto. Para ello pueden contactarse programas afines presentes en la zona,
A1-38
consultarlas informalmente en sus lugares de trabajo o enriquecer las reuniones comunitarias tradicionales
con técnicas participativas que estimulen y faciliten su participación efectiva (Wijk Sijbesma, 1985; García,
1996).
3.4.1 La localización
El período de diseño y la dotación por habitante son criterios con implicaciones en el tamaño de las obras y
consecuentemente en los costos de inversión y sostenimiento. El período de diseño debe guardar armonía con
la dinámica de crecimiento de la población y con el costo de oportunidad de acceso a la financiación o
cofinanciación de los proyectos. En general, deben evitarse períodos largos, que superen los 10 o 15 años, por
sus implicaciones innecesarias en costos. Especial atención se recomienda durante el diseño para prever y
especificar las obras de tal manera que se facilite, en todo lo posible, el trabajo de hombres o mujeres cuando
realizan las actividades rutinarias o esporádicas de operación y mantenimiento que requerirá la planta.
Las decisiones sobre la dotación deben incluir la revisión de patrones de consumo en el tiempo, procurando
estimar un valor representativo para el consumo máximo diario (CMD) con base en el cual se recomienda el
diseño de la planta. Sin embargo, para valores muy altos de CMD con respecto al promedio, puede ser más
económico prever más almacenamiento que aumentar por esta razón el tamaño de la planta. Es importante
involucrar a la comunidad en la discusión, sobre todo cuando hay un sistema existente con dotación muy alta
o cuando las expectativas de la gente rebasan la capacidad de la fuente de abastecimiento o los recursos
disponibles para inversión o sostenimiento de las obras.
La planta de tratamiento debe proyectarse con consideraciones estéticas, y puede convertirse en un sitio
lúdico para la comunidad o en herramienta de capacitación para las escuelas o colegios de la localidad,
particularmente con la tecnología de FiME, por la naturaleza de sus procesos o etapas de tratamiento.
Consideraciones adicionales sobre los criterios de diseño de esta tecnología se presentarán en los siguientes
capítulos.
A1-39
Un buen diseño no garantiza la calidad de las obras. Para esto se requiere también un buen proceso
constructivo. Este proceso se beneficia de previsiones realizadas durante las etapas de planeación y diseño
sobre aspectos tales como: disponibilidad y calidad de materiales; accesibilidad al sitio; características
geotécnicas y topográficas del lugar y calidad de la mano de obra disponible. Cuando se trate de construir
tecnologías relativamente novedosas para la región donde se realiza el proyecto, es importante requerir y
brindar condiciones para que los diferentes actores en el proceso se capaciten y tengan criterio para tomar
decisiones frente a situaciones imprevistas. Aún las tecnologías que parecen más sencillas tienen elementos
claves que suelen ser subestimados por constructores con experiencia en tecnologías complejas y que luego
afectan negativamente la operación o el mantenimiento de las obras.
Con una adecuada capacitación, la comunidad puede ejercer las funciones de veeduría social, cívica o
ciudadana, según la reglamentación de cada país. Esta veeduría debe contribuir a una mejor ejecución de las
obras, si se entiende y realiza apropiadamente. El interventor “clásico” debe comprenderla y estimularla, pues
no solo contribuirá a la solución de conflictos, sino a agilizar la solución de inquietudes y a aprovechar mejor
los recursos de la zona, con lo cual todos pueden salir ganando, incluido, por supuesto, el constructor. Esto
puede contribuir también a un manejo más transparente del proceso y a enriquecer la apropiación del
proyecto por parte del nivel local.
De nuevo, buenos diseños y procesos constructivos contribuirán muy poco a la sostenibilidad de las obras, si
éstas no se operan y mantienen adecuadamente. Aquí el trabajo de los operadores u operadoras es clave, para
lo cual requieren capacitación adecuada y un ambiente de trabajo respetuoso y estimulante. Un operador
motivado y capacitado es esencial para contribuir a la salud de la comunidad, como se ilustra en la figura 3.3.
A1-40
Durante las etapas de planeación, diseño y ejecución de las obras se deben tener siempre en cuenta las
comodidades y los recursos necesarios para su operación y mantenimiento. Para que el operador u operadora
pueda desarrollar sus labores de manera adecuada, debe tener un esquema o plan básico de trabajo claro y
contar con el apoyo del ente administrador del sistema y de la comunidad y recibir también acompañamiento
de las instituciones del sector. El ente administrador o su delegado formal, coordinan el trabajo de operación y
debe procurar mantener una buena comunicación, de tal manera que todos los niveles de la comunidad
conozcan sobre el desempeño del sistema y puedan enterarse oportunamente sobre interrupciones en el
suministro, generadas por reparaciones o ejecución de labores imprevistas de mantenimiento. Se subraya la
conveniencia de que el operador conozca con quien coordinarse y que esto sea, en lo posible, respetado por
los demás actores que contribuyen en la localidad al sostenimiento del sistema.
El plan básico de operación debe incluir las tareas más importantes y su frecuencia de aplicación. Estas tareas
pueden incluir también actividades en otros componentes del sistema de abastecimiento, por ejemplo, la
captación, la conducción o la red de distribución y también apoyo al ente administrador, por ejemplo, en la
distribución de los recibos de pago. Estas combinación de tareas no impide que se obtengan buenos
resultados en las labores de operación y mantenimiento de los sistemas, si la tecnología de tratamiento no
requiere de la presencia continua de personal.
A1-41
4. FILTRACION EN MULTIPLES ETAPAS
Si bien en las últimas décadas se han hecho avances significativos en el desarrollo de la tecnología de
filtración rápida de agua químicamente coagulada, FiR, y en su adaptación a condiciones propias de la
América Latina (AWWA, 1990; ASCE - AWWA,1990; Arboleda, 1993; Di Bernardo, 1993), aún dista
mucho de ser ésta una solución sostenible en la mayoría de localidades o asentamientos humanos nucleados
en la región andina, por sus limitaciones de infraestructura y de capacidad institucional para utilizar eficaz y
continuamente alguna de sus aplicaciones al tratamiento de agua. En efecto, la búsqueda de soluciones a las
necesidades de mejoramiento de la calidad de agua en asentamientos humanos que utilizan fuentes
superficiales en esta región, originó el desarrollo de la tecnología de filtración en múltiples etapas, FiME,
según se la presenta en esta publicación.
Esta búsqueda ha sido catalizada por los procesos de descentralización administrativa, las posibilidades de
participación de formas organizativas del nivel local en la selección de opciones tecnológicas para la
prestación de los servicios de agua potable y saneamiento básico, lo mismo que en su administración y
sostenimiento. En estas circunstancias, las dificultades para aprovechar adecuadamente alguna de las
variantes de la tecnología FiR en el tratamiento de agua, originadas en la necesidad de adquirir, transportar,
almacenar o dosificar coagulantes químicos, generalmente limitan su aplicación a ciudades grandes o
intermedias. Estas dificultades se agudizan en los casos frecuentes de localidades pequeñas abastecidas con
fuentes superficiales que presentan cambios bruscos de calidad de agua, por la complejidad de cuantificar,
ajustar y controlar oportunamente la dosificación de químicos.
La superación de estas dificultades se esta haciendo por dos vías principales. La una, cuando existe la
disponibilidad de coagulantes y es necesaria su dosificación, por ejemplo ante altos contenidos de color o de
sólidos de naturaleza coloidal, consiste en innovar la aplicación de FiR con el desarrollo de nuevas
modalidades de clarificación y acondicionamiento de agua, con base en la utilización de algunas de las
modalidades de filtración en gravas o filtración gruesa, en combinación con técnicas simplificadas de
dosificación de coagulantes (Cinara e IRC, 1996; Ahsan, 1995; Cruz, 1997). Esta combinación parece tener
buenas posibilidades de reducir las cantidades necesarias de coagulantes químicos y de simplificar los
procedimientos para estimarlas y controlarlas durante la operación. Si las actividades de investigación y
desarrollo tecnológico, actualmente en ejecución, confirman y precisan estas posibilidades, se ampliaría el
potencial técnico, económico y ambiental de la tecnología de FiR hacia localidades que hoy no la pueden
utilizar adecuadamente.
La otra vía consiste en la búsqueda de opciones de acondicionamiento de la calidad del agua cruda, orientadas
a superar las limitaciones de la tecnología de filtración lenta en arena, FLA, para operar adecuadamente como
única etapa de tratamiento, antes de la desinfección terminal (Galvis y Visscher, 1987; Galvis et al, 1989;
Lloyd et al, 1991). Para conservar el potencial de la tecnología de FLA, originado en sus requerimientos
relativamente bajos de operación y mantenimiento, estas opciones de acondicionamiento o pretratamiento no
deben requerir la dosificación de coagulantes químicos, ni ser mas complejos de operar y mantener que la
tecnología FLA, manteniéndose así su potencial para contribuir a la búsqueda de la sostenibilidad de los
proyectos de mejoramiento de calidad de agua en un mayor número de localidades. Con base en este tipo de
razones, las opciones incluyeron la identificación y el desarrollo de etapas de pretratamiento mediante la
filtración en gravas y el estudio comparativo de diferentes combinaciones de estas etapas de filtración,
operando en serie con la tecnología FLA. La combinación de estas diferentes modalidades de filtración en
una planta de tratamiento es lo que ahora se denomina tecnología de filtración en múltiples etapas, FiME.
Dependiendo de la calidad del agua en la fuente y de las normas vigentes para el agua de bebida, la tecnología
de FiME puede ir precedida de otros procesos de tratamiento, como sedimentación simple en embalses o
A1-42
desarenadores, cribas, etc. y siempre que sea posible se debe incluir la desinfección terminal, como barrera de
seguridad, según se consideró en el aparte 2.6 de esta publicación.
Teniendo en cuenta las experiencias de la última década en proyectos a escala piloto y real con esta
tecnología y su gran potencial para contribuir al mejoramiento de la calidad de agua, junto a limitaciones
existentes de información sobre su aplicación, los siguientes capítulos de esta publicación se centran en
presentar una visión de sus antecedentes y evolución, junto a su desarrollo y aplicación en el valle geográfico
del río Cauca en Colombia, con consideraciones sobre cantidades de obra y costos, guías para selección de la
tecnología y características y especificaciones de los componentes o etapas de tratamiento de la tecnología.
Esto se hace recuperando experiencias de un conjunto de proyectos de investigación aplicada y de
transferencia de tecnología, realizados por Cinara, instituto de investigación y desarrollo de la Universidad
del Valle, trabajando en equipo con el IRC y con organizaciones de base comunitaria, instituciones nacionales
del sector y agencias de cooperación bilateral y multilateral.
La utilización de la filtración de lenta arena, FLA, para suministro de agua a una comunidad empieza a
documentarse desde 1804, cuando John Gibb vendió agua filtrada de una fuente superficial a los habitantes de
Paisley, en Escocia. El filtro desarrollado por James Simpson fue puesto en operación en Londres en 1829
(Baker, 1948), después de tres años de experimentación y de viajes de observación.
En 1852 en Londres la filtración se convirtió en un requisito legal para toda agua captada de fuentes
superficiales. FLA se empezó a utilizar en Berlín en 1856, en Altona en 1860 y en Zurich en 1871. En 1892
se presentó en Alemania un hecho que resaltó la importancia de la filtración: en Hamburgo se presentaron
cerca de 7500 muertes en una epidemia de cólera, mientras que en la ciudad vecina de Altona solo se
presentaron unas pocas defunciones (Huisman et al, 1974). Ambas ciudades captaban agua del río Elba, pero
solo en Altona se filtraba antes de distribuirla. La planta de filtración de Hamburgo fue construida luego a
marchas forzadas y puesta en operación en 1893 (Hazen, 1913; citado por Bellamy et al, 1985). En Europa,
al finalizar el siglo XIX, ya se trataban con FLA cerca de 55 m3/s, antes de su distribución (Hazen, 1913).
FLA continua hoy siendo utilizada en Europa pero con una renovada perspectiva, motivada por el nivel de
industrialización, la naturaleza y los niveles de contaminación o por las exigencias de la reglamentación
vigente. En general, ahora es una de las etapas finales de las plantas de tratamiento, antes que la unidad
convencional, de cuya eficiencia dependía esencialmente la calidad del agua producida. Por esta razón, al
revisar literatura europea reciente sobre la tecnología de FLA, el lector debe ser cuidadoso sobre las
condiciones en que se proyectan u operan las unidades con base en las cuales se escribe, antes de aplicarlas a
propio contexto.
En EE UU, la primera aplicación reportada de FLA fue en Poughkeepsie, New York, en 1872. Las carreras
cortas de filtración en las unidades de FLA, asociadas con las aguas turbias en algunas regiones del país,
estimularon el desarrollo de la tecnología de FiR (Bellamy et al, 1985). Para 1940, había 2275 plantas
utilizando FiR y cerca de 100 utilizando FLA (Fox et al, 1994). Encuestas realizadas a 47 plantas con
unidades convencionales de FLA ( Slezak et al, 1984; Sims et al, 1991) permitieron una visión sobre su
aprovechamiento. El 76% de la población servida por estas plantas corresponde a comunidades menores de
104 habitantes, el 21% entre 104 y 105 y el 3% a mayores de 105. La mayoría, el 54%, utilizan ríos pequeños,
el 41% lagos o embalses y el 5% agua subterránea.. Estas fuentes tenían turbiedades promedio de 2 UNT, con
valores pico de 15 UNT. El 88% de las plantas producían efluentes con turbiedades inferiores a 1 UNT. el
80% de las fuentes de agua tenían menos de 100 coliformes por 100 ml y mas del 70% de las plantas
A1-43
producían efluentes con niveles inferiores o iguales a 1 coliforme por 100 ml. En los 90s se esperaba que un
buen número de comunidades construyeran plantas de tratamiento para cumplir con la reglamentación
vigente sobre calidad de agua, la agencia de protección ambiental, USEPA, estimaba en el orden de 1000 las
poblaciones que utilizarían FLA para cumplir con los requerimientos de filtración para fuentes superficiales
de agua (Fox et al, 1994).
En América Latina y el Caribe, FLA fue usada en el tratamiento de agua de ciudades como Buenos Aires y
Kingston. Sin embargo, la mayoría de las que utilizaron tecnología para el tratamiento de agua en la primera
mitad del siglo XX lo hicieron aprovechando variantes de la tecnología FiR. La introducción de FLA en la
región fue realizada, en la mayoría de las veces, sin un procedimiento adecuado de adaptación y
transferencia y su aprovechamiento ha sido muy limitado. El mayor número de plantas se construyeron en
países como Brasil(Hespanhol, 1969) y Perú (Canepa, 1982; Lloyd y Helmer, 1991) y los resultados fueron
muy deficientes.
Situaciones parecidas se han encontrada en Africa, en países como Camerún , Kenia y Zambia y en Asia, en
países como India, Pakistán y Thailandia. Por ejemplo, en el Estado de Andhra Pradesh, en India, existen
unas 1100 plantas de FLA, la mayoría de ellas con deficiencias en su concepción o funcionamiento (Visscher,
1993).
A pesar de las dificultades antes enunciadas, desde comienzos de la década de los 90s hay un renovado
interés en la tecnología FLA. Para explicar este hecho podrían citarse factores como las actividades
realizadas por organismos de la ONU, en el marco del Decenio del Agua; el “Development and Demostration
Programme on Slow Sand Filtration” apoyado por el gobierno de los Países Bajos y realizado por el IRC, en
colaboración con instituciones de diferentes países, incluido Colombia (Galvis et al, 1989); el trabajo en red
de universidades, centros e instituciones del sector, lo cual ha estimulado la innovación y la transferencia de
conocimiento, incluido el campo del tratamiento de agua; el reconocimiento de FLA en EE UU como una
buena alternativa de tratamiento de agua; y la decisión política de mejorar la cobertura y la calidad de la
prestación de los servicios de agua potable y saneamiento básico, catalizada por la epidemia de cólera que
afectó las Américas desde comienzos de 1991.
Las unidades de FLA deben operan con velocidades bajas de filtración, usualmente en el rango de 0.1 a 0.3
m/h. La velocidad no debe variar significativamente y para ello, el caudal a filtrar puede ser controlado a la
salida o a la entrada. La estructura de una unidad de FLA consiste básicamente en un tanque con un lecho de
arena fina, de diámetro efectivo entre 0.15 y 0.30 mm y profundidad de 0.5 a 1 m, colocada sobre una camada
de grava, que constituye el medio de soporte y de transición al fondo del filtro, donde se encuentra un sistema
de drenaje; el drenaje puede estar constituido por ladrillos, bloques de concreto porosos o, después de la
experiencia de Cinara en Colombia, por tubería corrugada perforada, como la utilizada en el drenaje de
suelos. En las figura 4.1 se muestra una foto de una planta de tratamiento con unidades de FLA y en la figura
4.2 se ilustran, de manera esquemática dos unidades de FLA. En el capítulo 10 se incluye información
específica sobre FLA, como una de las etapas de tratamiento de FiME.
A1-44
Figura 4.1 Planta de Filtración lenta en arena, comunidad la Sirena, Cali Colombia.
Después de que el filtro ha estado produciendo agua de buena calidad durante varias semanas o meses, los
primeros centímetros del lecho se colmatan debido a la acumulación de material inorgánico y orgánico,
incluyendo biomasa, lo cual da origen a una especie de biomembrana, conocida también como
“schmutzdecke”, “dirt blanket” o “capa sucia”. En ella sucede la gran mayoría del incremento de pérdida de
energíaa hidráulica del lecho de arena durante una carrera de filtración, de tal manera que su raspado permite
recuperar la conductividad hidráulica que tenía el lecho al inicio de la carrera Esto se hace retirando 1 o 2 cm
de la parte superior del medio filtran
filtrante.
te. Después de diferentes raspados, cuando se llegue a 50 cm, altura
mínima recomendable del lecho de arena, se requiere el rearenamiento. Actividad mediante la cual se repone
la arena retirada previamente del filtro, colocándola debajo de la arena que no se había removido durante los
raspados. Esta actividad se realiza con muy baja frecuencia, una vez cada tres o mas años.
A1-45
Figura 4.2 Esquema de un filtro lento en arena
arena.
El tratamiento del agua en una unidad de FLA es el producto de un conjunto de mecanismos de naturaleza
biológica y física, los cuales interactúan de manera compleja. Si bien es difícil establecer el papel de cada
mecanismo específico en la reducción de los niveles de contaminación en FLA, Haarhoff y Cleasby (1991)
identifican los siguientes, con base en evidencia reportada en la literatura: predación de algas por
invertebrados bénticos y de bacterias por protozoarios; consumo de detrito o materia muerta por saprófitos;
muerte o inactivación de microorganismos en el ambiente relativamente hostil del filtro; actividad metabólica
asociada con la reducción parcial de carbono orgánico.
Los primeros tres predominan en FiR y aún de mayor manera predominan también en FLA, como lo
muestran Haarhoff y Cleasby (1991), con base en la revisión del trabajo de Yao et al. (1971). En efecto,
según este modelo y considerando criterios típicos de diseño de FiR y FLA, las eficiencias de remoción de
partículas en FLA pueden ser alrededor de 8 veces mas altas que en FiR por el mecanismo de intercepción, de
34 por el mecanismo de difusión y de 200 veces por el mecanismo de sedimentación. Esto se explica, en
general, por que comparando la remoción partículas del mismo tamaño y densidad en FLA y en FiR, la
eficiencia de estos mecanismos se ve favorecida en FLA por que sus granos en el medio filtrante son cerca de
la mitad en tamaño; por que en sus lechos de filtración hay aproximadamente el doble de “colectores” y por
que su velocidad de aproximación a la superficie de filtración es alrededor de 100 veces menor.
En relación con los mecanismos de adherencia, no es claro cómo se pueden remover partículas en una unidad
de FLA, sin el uso de coagulantes químicos. La posibilidad de atracción electrostática parece discutible dado
que la gran mayoría de partículas están cargadas negativamente alrededor de pH neutral. Sin embargo,
Haarhoff y Cleasby (1991), citando el trabajo de Jorden (1963) y de McConnell (1984), dejan abierta la
posibilidad de que cationes polivalentes puedan actuar como puentes entre partículas y superficies cargadas
negativamente. En efecto, se ha observado que la adsorción de virus en la arena mejora cuando se incrementa
la concentración de iones y la valencia de los cationes en solución.
La Filtración lenta en arena (FLA) es reconocida como una tecnología de tratamiento sencilla, confiable y
eficiente, no superada en este conjunto de características por ningún otro proceso o etapa única de tratamiento.
En efecto, FLA puede producir efluentes de baja turbiedad, libre de impurezas ofensivas disueltas, y aún mas
importante, virtualmente libres de entero-bacterias, entero-viruses y quistes de protozoarios. Con base en
revisión de literatura, en la taba 4.1 se presenta una visión de las eficiencias de remoción que pueden
alcanzarse con la tecnología FLA para varios parámetros de importancia sanitaria . Estas eficiencias han sido
reportadas en unidades operadas con temperaturas superiores a 5 °C, velocidades en el rango de 0.04 a 0.20
m/h, profundidades de lecho filtrante superiores a 0.5 mm y tamaños efectivos de los granos de arena entre
0.15 y 0.30 mm
Tabla 4.1 Eficiencias típicas de tratamiento de unidades convencionales de FLA (Bellamy et al, 1985; Ellis, 1985; Huck, 1987;
Rachwal et al, 1988; Haarhoff, 1991; Hrubec et al, 1991; Fox et al , 1994)
A1-47
Parámetro de Efluente o Comentarios
calidad reducción típica
Turbiedad < 1 UNT Nivel de turbiedad, naturaleza y distribución de tamaño de partículas
afectan capacidad de tratamiento.
Entero Bacterias 90 a 99.9% Afectada por temperatura; velocidad de filtración; tamaño, uniformidad
y altura de arena; limpieza de lechos.
Entero virus y quistes 99 a 99.99% Remociones altas, inclusive después de la limpieza de los lechos
de giardia (remoción de biomembrana).
Color real 25 a 30% Color asociado con materia orgánica natural, sustancias. húmicas
TOC < 15 - 25% COT, carbono orgánico total.
Aún con los valores altos de remoción resumidos en la tabla 4.1, frecuentemente la tecnología FLA, por si
sola, no puede producir un efluente que cumpla consistentemente las normas de calidad de agua establecidas,
debido a los altos niveles de contaminación originados en la naturaleza geológica de algunas cuencas o a la
falta de protección de muchas fuentes de agua. La figura 4.3 muestra información sobre la calidad del agua
cruda, en términos de recuento de coliformes fecales en tres ríos andinos Colombianos. Con el alto recuento
en los ríos Cauca y Pance (derivación del Colombo), sería necesario depender fuertemente del proceso de
desinfección, aunque se lograran eficiencias de remoción del 99% en las unidades de FLA. Esta situación,
además de dificultar la aplicación del concepto de desinfección terminal como barrera de seguridad,
enunciado en el capítulo 2, coloca la salud pública en situación de alto riesgo, particularmente en
Latinoamérica y el Caribe, donde se requieren realizar actividades orientadas a mejorar la confiabilidad de la
desinfección en la mayoría de localidades de la (Reiff, 1995).
A1-48
10000
1000
100
10
oct nov dic ene feb mar abr may
Figura 4.3 Recuento de unidades formadoras de colonias de coliformes fecales (UFC/100 ml) en tres ríos andinos (Octubre
1990 - Mayo 1991).
Claramente, FLA no es una panacea para todos los problemas de calidad de agua, en todas las circunstancias.
Los factores asociados con las deficiencias son múltiples y consideraciones como las presentadas en el
capítulo 3 deben contribuir a superarlas. Además, especial atención merecen las características de la fuente
de agua que limitan la viabilidad de FLA como opción de tratamiento y, en general, se pueden distinguir dos
situaciones principales en las cuales FLA presenta limitaciones:
• Niveles de contaminación en el agua cruda que superan la capacidad del tratamiento para cumplir con la
normatividad vigente o para tener carreras o ciclos de filtración suficientemente largos.
La limitación mas comúnmente mencionada en relación con las unidades convencionales de FLA, utilizadas
como única etapa de tratamiento, es su severa restricción para tratar fuentes de agua donde el material
particulado supere niveles relativamente bajos. Este material puede crear condiciones ambientales adversas
para la biomasa que actúa en los lechos de arena, v.g. para grupos de protozoarios que predan bacterias y que
contribuyen a pulir la calidad microbiológica del efluente (Lloyd, 1974; Lloyd, 1996). Sin embargo, no son
estas posibles implicaciones de importancia sanitaria las que usualmente se citan en la literatura, si no las
dificultades del tratamiento de fuentes donde predominen partículas pequeñas, de naturaleza coloidal o el
impacto de las altas concentraciones de material particulado en la longitud de las carreras de filtración. La
figura 4.4 muestra información sobre los niveles de turbiedad de los mismos tres ríos andinos Colombianos y
en relación con este parámetro, sólo el agua de La Elvira podría ser tratada directamente con FLA. Este no es
el caso de El Cauca, el cual tuvo, entre Enero y Septiembre de 1990, niveles de sólidos suspendidos en el
rango de 20 a 4200 mg/l, con un promedio de 212 mg/l
A1-49
1000
100
TURBIEDAD (UNT)
10
0,1
oct nov dic ene feb mar abr may
Figura 4.4 Niveles Río Cauca Río Pance La Marina de turbiedad (UNT)
en tres ríos andinos (Octubre 1990 -
Mayo 1991).
Si bien no se presentan razones claras para justificar la longitud mínima de una carrera o ciclo de filtración,
algunos autores consideran que deben ser mayores de 30 días, por factores de tipo económico u operacional
(Hendricks, 1991). Para prevenir efluentes con turbiedades elevadas, colmataciones de los lechos de arena
demasiado frecuentes o ambientes desfavorables para la actividad microbiológica, se recomiendan diversos
limites para la turbiedad en el afluente; estos varían desde < 5 UNT (Cleasby, 1984) o < 10 UNT (Hendricks,
1991), hasta < 50 UNT ( Ellis, 1985; TSS, 1987). Además, la mayoría de referencias aceptan, sin ser
deseables, valores altos, en el rango de 50 a 120 UNT, siempre que sus duraciones sean inferiores a 1 o 2
días. Sin embargo, la turbiedad del agua, como único parámetro, no se considera una medida suficiente para
identificar limitaciones asociadas con la duración de las carreras (Cleasby, 1984). Si bien la turbiedad, por su
sencillez, seguirá siendo un parámetro muy usado como indicador indirecto de la presencia de material
particulado, se sabe que no refleja siempre bien la carga de sólidos que reciben los lechos filtrantes,
especialmente cuando las partículas no son de naturaleza arcillosa o silícea, como es el caso de algas o de
flóculos de hierro. Como carga máxima de sólidos suspendidos (SS) existen pocas recomendaciones, una de
ellas recomienda SS< 5 mg/l, con base en experiencias a escala piloto, utilizando suspensiones de caolín
como fuente de agua a tratar (Wegelin, 1986)
Hierro y Manganeso
En los lechos de filtración, pueden haber bacterias capaces de contribuir a la oxidación del hierro y el
manganeso presentes en el agua. Pequeñas cantidades de precipitados de hierro mejoran la capacidad de
remoción de compuestos orgánicos (Collins et al, 1985). Sin embargo, concentraciones de hierro superiores a
1 mg/l, pueden contribuir significativamente a la colmatación de las unidades de FLA (Spencer et al, 1991).
Algas
La presencia de algas en cantidades moderadas son usualmente benéficas para el funcionamiento de las
unidades de FLA. Las algas son generalmente retenidas a la altura de la parte superior de los lechos, donde se
desarrolla una especie de biomembrana, con traspasos individuales de algas unicelulares (Toms et al, 1988).
A1-50
Los crecimientos significativos de algas pueden ocasionar la pérdida acelerada de energía hidráulica en los
lechos y reducir hasta en cinco sextos los períodos de filtración (Ives, 1957). También pueden ser factor
importante en las concentraciones altas de orgánicos solubles y de problemas de olores y sabores. Además,
Como consecuencia de la actividad fotosintética, las algas pueden afectar la capacidad reguladora del agua y
aumentar el pH a niveles aún por encima de 10 u 11, los cuales pueden ocasionar precipitaciones de
hidróxidos de magnesio y calcio sobre la arena (Ives, 1957); esto contribuye a la obstrucción de los lechos o a
aumentar el tamaño efectivo de la arena, lo cual puede repercutir en una menor eficiencia de tratamiento.
Consecuentemente, varios valores de indicadores directos o indirectos se han propuesto para establecer
límites deseables a los niveles de algas (Tabla 4.2). Finalmente, se resalta que las algas pueden estar
presentes en las fuentes de agua o crecer en el sobrenadante de los filtros, si existen condiciones favorables de
nutrientes y radiación solar. Sólo en este último caso, la cobertura de las unidades de FLA contribuiría a
aliviar el efecto de las algas en los procesos de tratamiento y antes de hacerlo, se recomienda verificar si la
operación y el mantenimiento puede hacerse compatible con su presencia, particularmente cuando se
presentan en cantidades bajas o moderadas.
La remoción de color real asociado a carbono orgánico disuelto o sustancias húmicas, es reportada
normalmente como baja, del orden de 25 a 30% (Cleasby et al, 1984; Ellis, 1985; Collins et al, 1991). Esta
remoción baja es consistente con la reportada para otros parámetros más directamente ligados con la
medición de materia orgánica, como se muestra en la tabla 4.1. Debido al riesgo potencial de tipo crónico
asociado con los subproductos de la desinfección con cloro en presencia de este tipo de materia orgánica, los
niveles de color deseables en el agua a tratar son bajos, según los autores citados en la tabla 4.2. Sin embargo,
se subraya, que riesgos agudos, de naturaleza microbiológica, son prioritarios de tratar y que estos niveles
deseables de color no deben comprometer, de ser posible, la etapa de desinfección terminal del agua (Craun
et al, 1994).
De otra parte, niveles mínimos de materia orgánica y nutrientes parecen ser necesarios para tratar mejor otros
indicadores de calidad de agua. Bellamy et al (1985) reportan remociones de turbiedad en el rango de 27 a
39%, para un río de montaña con muy bajo contenido de materia orgánica y observaron que estas eficiencias
se mejoraban significativamente al agregarse carbono orgánico y nutrientes al afluente de las unidades de
experimentación.
Diversas circunstancias pueden interferir con los procesos de tratamiento en las unidades de FLA y no
alcanzarse las eficiencias esperadas de remoción. Por ejemplo, carreras de filtración demasiado cortas para
una adecuada maduración de los filtros; niveles de sólidos que crean ambientes desfavorables para el
establecimiento de una biomasa adecuadamente diversa y activa; bajas temperaturas; escasez de nutrientes y
bajos niveles de oxígeno disuelto. A continuación se amplían consideraciones sobre algunas de ellas
Bajas temperaturas
A temperaturas bajas aumenta la viscosidad del agua y se reduce la actividad bioquímica en los lechos de
arena, lo cual afecta la eficiencia de remoción de algunos parámetros. Huisman (1974), reporta que la
A1-51
remoción de E. Coli se reduce de 99% a 50%, cuando la temperatura baja de 20 oC a 2 oC, respectivamente.
Esta observación es consistente con la reportada por Toms et al (198
(1988)
8) según la cual, filtros convencionales
en Londres, antes de su optimización, operados a 0.30 m/h y a temperaturas inferiores a 4 oC, producían
efluentes con niveles de coliformes fecales por encima de los 50 UFC/100 ml. La estrategia en regiones
estacionales,
nales, con inviernos fuertes, v.g. Canadá, Suiza, Países Bajos y parte de EE UU, para evitar
congelamiento o reducir el impacto de bajas temperaturas, ha sido cubrir o enterrar los filtros, con sus
correspondientes implicaciones económicas. Reducir las ve velocidades
locidades de filtración también aminora el
impacto de bajas temperaturas y Toms et al (1988) presenta evidencia en este sentido pues los mismos filtros
en Londres, operando a velocidades menores de 0.20 m/h produjeron efluentes con menos de 10 UFC/ml, aún
a bajas temperaturas. En la figura 4.5 se presenta un filtro lento en arena que se encuentra congelado por
efectos del invierno en el Norte de los Estados Unidos.
Figura 4.5 Filtro lento en arena congelado, ubicado al Norte de los Estados Unidos.
Nutrientes
Los microorganismos activos en los lechos de arena requieren carbono, nitrógeno, fósforo y azufre para su
metabolismo y crecimiento. Los ácidos húmicos y fúlvicos son ricos en carbono pero pobres en el contenido
de otros elementos (Spencer et al, l, 1991). Esto podría ser, al menos en parte la explicación para las
limitaciones de FLA a remover color natural de fuentes de agua bien protegidas y los resultados reportados
por Bellamy et al (1985), según los cuales, la adición de nutrientes permitió au
aumentar
mentar la actividad biológica
en lechos experimentales de arena y mejorar las eficiencias de remoción de turbiedad y de indicadores de
contaminación microbiológica.
Oxígeno Disuelto
A1-52
Cuando las velocidades de filtración son muy bajas, y hay suficiente demanda en el agua, el contenido de
oxigeno puede agotarse debido al largo contacto con la biomasa que lo consume (Joshiet et al, 1982). Estas
posibilidades de situaciones anóxicas o anaeróbicas en los lechos deben evitarse, pues pueden dar origen a
serios problemas de calidad de agua, tales como olores, sabores o la resuspensión de metales con
implicaciones estéticas o de interferencia con la etapa de desinfección terminal (Ellis, 1985).
En la tabla 4.2 se resumen algunos criterios que, a juicio de varios autores, hacen una fuente ideal para su
tratamiento directo con unidades de FLA. De las limitaciones mencionadas antes y de los criterios mostrados
en la tabla 4.2, resulta claro que para la gran mayoría de fuentes superficiales, particularmente lagos o
embalses con algún grado de eutroficación, ríos no regulados en cuencas no muy bien conservadas o fuentes
en el trópico, expuestas a períodos mas o menos cortos pero intensos de lluvia, no pueden ser tratadas
adecuadamente con unidades de FLA, como única etapa de tratamiento, antes de la desinfección terminal.
Tabla 4.2 Calidad de agua para tratamiento directo con FLA (Galvis et al., 1993)
(1) Son significativas la naturaleza de la turbiedad y la distribución de tamaño de las partículas y la manera en que se producen los cambios de calidad de
agua en el afluente.
(2) Importantes tanto el número, como las especies presentes en la fuente de agua. Esta recomendación supone filtros cubiertos.
(3) Este límite (0.005 mg/l) corresponde a clorofila-a en el agua encima del filtro, como una medida indirecta del nivel de algas.
Para conservar las bondades y superar limitaciones de FLA, resulta útil revisar, así sea globalmente, la
manera como se han identificado otros procesos de tratamiento, con capacidades complementarias a las de
FLA y que en combinación con ella procuran producir agua que cumpla los requisitos cada vez mas exigentes
de tratamiento. Esta revisión incluye inicialmente algunas ciudades europeas y después algunos de los
proyectos o trabajos que antecedieron o acompañaron la propuesta de FiME.
Londres: A comienzos del siglo XX Embalses, con períodos de retención del orden de semanas
(sedimentación simple) y desinfección terminal con cloro, fueron incorporadas como etapas adicionales de
tratamiento en Londres. Cada una de las tres etapas y su combinación fueron claves para darle calidad al
A1-53
agua. Sin embargo, la proliferación de algas en los embalses y el aumento en los niveles de sólidos
suspendidos, crearon problemas de colmatación en las unidades de FLA. Este problema se superó cuando en
1923 la Metropolitan Water Board (MWB) introdujo su primer filtro “rápido” de arena, el cual no requería la
dosificación de coagulantes (Ridley, 1967). Con sólo modificaciones menores, este sistema de filtración
doble en arena se utilizó hasta los 80s. En la figura 4.6 se ilustra el mejoramiento microbiológico gradual del
agua, en cada una de las cuatro etapas de tratamiento. En los 90s, para cumplir con los requerimientos de la
comunidad Europea, las plantas fueron optimizadas, incluyendo ozono y una camada adicional de carbón
activado en el interior de los lechos de arena de las unidades de FLA, para incrementar biodegradabilidad y la
remoción de compuestos orgánicos y para mejorar la confiabilidad de la desinfección.
Aeración
Almacenamiento Cloración
Figura 4.6 Remoción de coliformes fecales en las diferentes etapas de tratamiento de una planta típica de Londres hasta los
años 80s. Datos promedios de los 60s (Adaptado de Windle, 1974)
Zurich: La ciudad se abastece de tres fuentes: Lago de Zurich, agua subterránea y nacimientos. La primera
planta tratando agua del lago utilizó unidades de FLA y entró en operación en 1871; actualmente el agua del
lago representa el 70% del abastecimiento y es tratada en dos plantas, Lengg y Moss. Para atender nuevos
riesgos de contaminación y una reglamentación cada vez mas estricta, sobre todo en lo relacionado con
sustancias orgánicas, FLA es ahora una de las múltiples etapas de tratamiento de estas plantas que incluyen:
pre-oxidación en los colectores de agua del lago, coagulación / floculación, ajuste de pH, filtración, rápida en
arena, tratamiento con ozono, filtración en carbón activado, FLA y desinfección usando dioxido de cloro para
proteger el sistema de distribución. Esto se ilustra en la figura 4.7. En Zurich El agua cruda es de buena
calidad y debido al impacto de las etapas precedentes, el impacto de FLA, se refleja principalmente en la
reducción de COA., carbono orgánicamente asimilable (Huck, 1987).
A1-54
Tanque de Filtro de
Lago de Zurich Filtro Rápido Contacto Carbón Activado
Dioxido
de Cloro
Figura 4.7 Diagrama de Flujo Planta de Tratamiento Lengg en Zurich (Huck, 1988)
Como lo ilustran los dos casos anteriores, FLA continúa siendo utilizada en las plantas de tratamiento de
importantes ciudades Europeas, pero ahora como una sus últimas de etapas o de los procesos que las
constituyen. En consecuencia, las unidades de FLA reciben agua de muy buena calidad, mucho mejor que la
requerida por los autores citados en la tabla 4.2 y por eso puede operar como filtros lentos “rápidos”, con
velocidades del orden de 0.4 a 0.8m/h, muy superiores a los valores mas tradicionalmente usados, en el rango
de 0.04 a 0.2 m/h. Debe ser claro para el lector en otros contextos, que estas velocidades altas pueden ser
adecuadas sólo si se cumplen las condiciones que las están haciendo posibles. Además, la estrategia reciente
de estas ciudades para alcanzar dichas condiciones es mas exigente en términos de instrumentación y
equipamiento, que la clásica dosificación de coagulantes que ha dificultado la aplicación de FiR en tantas
localidades de la región. A continuación una visión parcial sobre la búsqueda de otras etapas o procesos de
pretratamiento orientadas a posibilitar estrategias menos exigentes en recursos humanos e infraestructura para
el tratamiento del agua, aprovechando la tecnología de FLA.
El uso adecuado de la tecnología FLA ha estado determinado por la disponibilidad de fuentes de agua de
buena calidad, como parece ser el caso de su aplicación en EE UU, según lo evidencia la revisión de literatura
resumida en el aparte 4.1, o por la posibilidad de utilizar diferente modalidades de pretratamiento para
acondicionar la calidad del agua antes de su entrada a las unidades e FLA. Estas modalidades incluyen
sedimentación simple, microcribado, filtración en grava o arena gruesa y más recientemente ozono o carbón
activado para potencializar su capacidad de remover orgánicos.
En las últimas décadas y en la perspectiva de promover el uso de la tecnología de FLA en núcleos rurales y
cabeceras municipales pequeñas o medianas se ha vivido un renovado interés por recuperar y optimizar el
aprovechamiento de los filtros en grava, tales como los que se ilustran en la figura 4.8. Entre otras
experiencias, se enuncian investigaciones y aplicaciones llevadas a cabo por el Instituto Asiático de
Tecnología (AIT) en Tailandia con la filtración gruesa horizontal (FGH); en el marco del proyecto
A1-55
Internacional de Filtración Lenta en Arena, coordinado por el IRC, se construyeron unidades de FGH a escala
real en Ban Bangloa, Tailandia (Visscher et al.,1992). Un mayor empuje a la alternativa FGH fue realizado
con base en los trabajos reportados por Wegelin (1986) y Wegelin et al. (1991), los cuales incluyeron la
construcción de unidades a escala piloto y real en varios países, Perú y Colombia entre ellos. En
Latinoamérica se realizaron también estudios con filtración gruesa de flujo descendente (FGD) en Perú (Pérez
et al., 1985; Pardón, 1987; Lloyd et al, 1987) y con filtración gruesa de flujo ascendente en Brasil y Colombia
(Di Bernardo 1991; Galvis y Visscher, 1987; Galvis et al, 1989). En Colombia, Cinara, trabajo en el
desarrollo de la filtración gruesa dinámica (FGDi) orientada a superar los problemas asociados con los
cambios bruscos en los niveles de sólidos suspendidos que presentan la mayoría de ríos andinos (Galvis y
Fernández, 1992; Galvis et al, 1992).
Filtro Grueso
Filtro Grueso Horizontal
Ascendente en Capas
Figura 4.8 Ilustración de un filtro grueso dinámico y de filtros gruesos de flujo ascendente, descendente y horizontal.
Al finalizar los años 80s parecía claro que la filtración en gravas o filtración gruesa (FG), era una buena
opción para pretratar o acondicionar el agua antes de las unidades de FLA. Sin embargo, no había
información que orientara la selección ni la combinación de las diferentes alternativas reportadas en la
literatura para especificarlas en combinación FLA, frente a la necesidad de tratar una fuente específica de
agua. Esto estimuló la realización de un programa integrado de investigación y demostración sobre
alternativas de pretratamiento, el cual incluyó estudios comparativos de las diferentes modalidades de la
filtración en gravas; búsqueda de posibles combinaciones de las diferentes etapas de pretratamiento, orientada
por los conceptos de barreras múltiples y de tratamiento integrado, que permitieran producir un efluente en las
unidades de FLA que se acercara al concepto de desinfección terminal como barrera de seguridad (estos tres
conceptos fueron enunciados en el marco del capítulo 2); estudios sobre costos y la producción herramientas
metodológicas y de material didáctico que facilitara la transferencia de la experiencia (Cinara e IRC, 1992;
A1-56
1996; Galvis et al. 1996). Parte de la experiencia en desarrollo de este programa se presenta en los siguiente
capítulos de esta publicación.
En resumen, por ahora, puede decirse, que para las condiciones en que se realizó el programa, la combinación
de filtración gruesa dinámica (FGDi) con la filtración ascendente (FGA) resultó ser la mejor opción para
pretratar el agua antes de las unidades de FLA. En todas las alternativas estudiadas se incluyeron múltiples o
"manifolds" como sistema de drenaje, innovación, que ha facilitado significativamente el proceso de limpieza
de las unidades de filtración gruesa. No obstante, el sistema de drenaje es quizá uno de los campos en que
más se requiere investigación, para continuar potencializando esta tecnología. Otro desarrollo importante es
el FGDi, el cual es un filtro grueso con flujo descendente, funcionando como primera etapa de tratamiento y
como una especie de “válvula automática”, que paulatinamente o rápidamente declina el flujo captado ante
valores altos o de cambios bruscos en los sólidos suspendidos que lleguen a la planta de tratamiento.
La combinación de las etapas de filtración gruesa y filtración lenta en arena, es lo que en esta publicación se
denomina filtración en múltiples etapas, FiME. Esta tecnología ha tenido buena acogida en Colombia, donde
ya hay alrededor de 50 plantas operando, 10 de ellas desde mediados de la década de los 80s, con efluentes de
bajo riesgo sanitario antes de la desinfección terminal y con bajos costos de operación y mantenimiento, los
cuales son cubiertos en su totalidad por los usuarios pagando una tarifa de alrededor de 3 dólares americanos,
en un país donde el salario mínimo oficial está por encima de los 150. Todos estos sistemas son
administrados por organizaciones de base comanditaria, con apoyo técnico de instituciones relacionadas con
el sector, el cual aún resulta difícil, a pesar de la transferencia de recursos y responsabilidades a los niveles
locales, en del proceso de descentralización que vive el país.
FiME no compromete las ventajas asociadas a los requerimientos sencillos de operación y mantenimiento de
FLA y permite la producción de agua de buena calidad en un gran número de núcleos rurales y de cabeceras
municipales, donde el tratamiento con productos químicos es poco factible. La tabla 4.3 presenta un resumen
de consideraciones sobre la tecnología de FiME.
4.4.1 Descripción de los componentes con filtración gruesa.
FiME, puede estar conformada por dos o tres componentes o etapas principales de filtración, dependiendo de
los niveles de contaminación en la fuente. La opción de tres componentes, FGDi, FG y FLA, se ilustra en
figuras 4.9. La segunda componente, o sea FG, puede obviarse con fuentes de buena calidad. FGDi se
orienta principalmente a la reducción de sólidos suspendidos, con base en la remoción de las partículas mas
grandes; a medida que el agua avanza en las siguientes etapas, gradualmente se prioriza la remoción de
partículas mas pequeñas y microorganismos.
Tabla 4.3 Resumen de consideraciones sobre FiME
Consideración Comentario
Calidad del agua Es una excelente alternativa para mejorar la calidad física, química y microbiológica del agua. En
tratada muchas localidades FiME es la única opción confiable de tratamiento.
Facilidades de El diseño relativamente simple y facilita el uso de materiales y de la mano de obra del lugar. No se
construcción requiere equipo especializado.
Costos de La construcción con materiales y mano de obra local reduce los costos. Usualmente, no se requieren
construcción materiales importados.
A1-57
Facilidades de O&M Después de un corto período de capacitación operadores locales, sin alto nivel de escolaridad, pueden
operar y mantener el sistema.
Costos de O&M Los costos de operación y mantenimiento y las necesidades de energía eléctrica son menores que en
otros sistemas. No requieren productos químicos para coagulación.
Confiabilidad Riesgo bajo de fallas mecánicas o de problemas asociados con cambios en la calidad del agua cruda.
Esto pueden resolverse la mayoría de las veces sin interrumpir el servicio
.
Limpieza El proceso de limpieza es simple aunque laborioso y esto no debe representar un problema mayor en
países donde la mano de obra es relativamente barata.
Requerimientos de Una planta convencional de FiR, con áreas de almacenamiento y de manejo de químicos, zonas de
área superficial tráfico, etc., puede requerir áreas comparables a FiME.
No es una panacea Existen niveles de contaminación o factores ambientales que superan la eficiencia o inhiben los procesos
de tratamiento ligados con FiME.
Los Filtros Gruesos Dinámicos (FGDi) incluyen una capa delgada de grava fina en la parte superior y otra
grava más gruesa en contacto con el sistema de drenaje en el fondo. El agua que entra en la unidad pasa
sobre la grava y parte de ella es captada a través del lecho, hacia la próxima etapa de tratamiento. Con
niveles moderados o estables de sólidos en la fuente, las unidades de FGDi se obstruirán gradualmente; ante
cambios bruscos la colmatación será mas rápida y una fracción significativa o, eventualmente, el total del
flujo captado fluirá sobre el lecho colmatado y retornará a la fuente, protegiendo de esta manera las etapas de
tratamiento relativamente mas difíciles de operar y mantener. En el capítulo 8 se amplia la información sobre
esta componente de FiME.
De acuerdo con el sentido del flujo en los lechos de grava de la segunda etapa de tratamiento, los
filtros gruesos pueden ser de tipo ascendentes (FGA), descendentes (FGD) u horizontales (FGH). Según se
resume en el capítulo 5, después del estudio comparativo de estas modalidades de FG (Cinara e IRC;
1992;1996), se encontró técnica y económicamente ventajosas las variantes de FGA, si bien, las opciones de
FGD y FGH también presentaron buenas eficiencias de remoción en los parámetros de mayor relevancia
sanitaria revisados en el capítulo 2.
Fuente
de Agua
Filtro Grueso Filtro Grueso Filtro Lento Desinfección
Dinámico
Los Filtros Gruesos de flujo Descendente en Serie (FGDS) hasta ahora evaluados constan de tres
compartimientos, con gravas que van de gruesas a finas en el sentido del flujo. En el capítulo 5 se incluye
información sobre el comportamiento de esta opción, en comparación con otras modalidades de filtración
gruesa. El comportamiento de FGDS es semejante al de FGAS3, en términos de eficiencias de remoción, sin
embargo, el mantenimiento se hace mas difícil, pues el lodo tiende a acumularse en la superficie de la primera
unidad de la serie de tres y su limpieza es relativamente mas difícil que en las unidades de FGAS, donde el
lodo se acumula preferencialmente en la camada inferior de grava, cerca de los drenes.
En los Filtros Gruesos de flujo Horizontal (FGH) las unidades consisten de uno o varios módulos
construidos que conforman tres compartimientos separados por una pared perforada. En un comienzo estas
opción era muy voluminosa pues no incluía un sistema de drenaje que facilitara su limpieza hidráulica.
Después de su aplicación en diferentes países, incluidos Perú y Colombia, se le incluyó un sistema de drenaje.
Si bien esto permitió reducirle el tamaño a las unidades, las actividades de operación y mantenimiento de
FGH son las mas exigentes en términos de mano de obra y de consumo de agua. Cinara ensayó con una
nueva variante, la filtración gruesa horizontal en serie (FGHS) y encontró que con ella se puede optimizar el
comportamiento hidráulico de esta opción de pretratamiento (Galvis et al., 1996), lo cual debe contribuir a
reducir la longitud de los lechos de grava, manteniendo los mismos niveles de eficiencia que ahora presenta la
tecnología “convencional” de FGH. En el Capítulo 5 se incluye información sobre el comportamiento de
FGH y sus variantes, estudiadas en Colombia.
Existen otras posibilidades de pretratamiento que pueden ser utilizadas en combinación con FiME y que no
comprometen su simplicidad en términos de operación y mantenimiento. Se incluyen en este ítem algunas
alternativas que tienen buen potencial, tales como: pozos o galerías de infiltración y la sedimentación simple.
Una de las técnicas más antiguas de pretratamiento la constituyen la filtración de agua a orillas de los ríos o
pozos de infiltración. Dependiendo de la calidad del agua en el río y de las características del suelo a través
del cual debe percolar el agua a captar, ésta puede resultar inadecuada tanto para desinfección, como afluente
para unidades de FLA. Engels et al. (1989) reportan problemas en la resuspensión de óxidos de hierro y
manganeso presentes en el suelo, cuando los niveles de oxígeno en el río han caído por debajo de 1 mg/l.
Cambios en la capacidad de transporte de sólidos de la fuente pueden afectar la capacidad de captación de los
pozos, dada la dificultad de mantenimiento del material filtrante.
A1-59
Galerías de Infiltración
Las galerías de infiltración están constituidas principalmente por tuberías perforadas colocadas en los lechos
de los ríos. Si la permeabilidad del lecho natural es muy baja, este puede ser reemplazado parcialmente por
otro material, tal como grava y arena. Se han reportado velocidades de captación en el rango de 0.25 a 1.5
m/h, dependiendo de la turbiedad en la fuente y de los requerimientos de calidad en el efluente. En ríos con
turbiedades bajas se han reportado buenos resultados, mientras que en fuentes con crecientes y picos de
turbiedad, la obstrucción periódica de los lechos hace necesaria su limpieza, o la reposición del material
filtrante. En la práctica, este mantenimiento se dificulta por la localización del sistema de captación.
Evaluaciones realizadas en Colombia a captaciones de lecho filtrante mostraron eficiencias muy bajas,
generalmente inferiores al 20% (Cinara - IRCWD, 1988). El reconocimiento de este tipo de limitaciones
motivó en Cinara el desarrollo de los Filtros Gruesos Dinámicos, FGDi.
Sedimentación Simple
La sedimentación es un proceso físico que permite reducir el contenido de sólidos suspendidos presentes en el
caudal afluente a la unidad de tratamiento. Su eficiencia de remoción depende de la carga superficial
(relación entre caudal y área superficial), número de Reynolds, numero de Froude, temperatura y de
características propias de las partículas a sedimentar, tales como densidad y tamaño. La calidad efluente de
un sedimentador podría ser adecuada para su tratamiento posterior por FLA.
Se pueden distinguir dos variantes principales en la aplicación de la sedimentación simple. De una parte,
aquellas con períodos teóricos cortos de retención (menos de un día) y de otro lado, aquellas con períodos
largos (varios días o semanas). Fuentes de agua con valores altos de sólidos suspendidos pueden mostrar
significativas reducciones con períodos de algunas horas de detención. En contraste, puede tener poco
impacto en fuentes con turbiedad de naturaleza coloidal.
El potencial de la sedimentación para períodos menores de un día, puede estimarse a través de columnas de
sedimentación; para períodos más largos otros elementos como efectos térmicos, eólicos o producción de
algas, comienzan a ser de mayor importancia, especialmente en unidades a escala real (Cleasby, 1991). La
sedimentación simple con largos períodos de retención es de uso común en Londres, donde el crecimiento
periódico de algas ha obligado la colocación de microcribas o de filtros “rápidos”, sin coagulación, antes de
los filtros lentos (Ridley, 1967). Para controlar el crecimiento de algas en los embalses, de Londres se han
desarrollado técnicas orientadas a prevenir la estratificación térmica, las cuales incluyen diferentes sistemas
de bombeo. El potencial de los embalses como alternativa de pretratamiento en países tropicales y en zonas
con limitaciones para sostener estos niveles de mecanización, debe ser cuidadosamente evaluado antes de
promover su aprovechamiento amplio.
La sedimentación optimizada por medio de tubos o placas paralelas permite reducir en un 60-70% el área
necesaria para la sedimentación simple. La sedimentación en placas paralelas ha sido aplicada exitosamente
en el tratamiento de agua químicamente coagulada, sin embargo la experiencia con aguas no coaguladas es
limitada. Experiencias desarrolladas en la estación de Cinara, en predios de la Empresas Municipales de Cali,
no reportaron buenos resultados (Castilla et al., 1989).
A1-60
5. COMPORTAMIENTO DE LA TECNOLOGIA FiME
La investigación de la tecnología FiME ha sido realizada en el marco del Proyecto Integrado de Investigación
y Demostración de Métodos de Pretratamiento para Sistemas de Abastecimiento de Agua, Pretratamientos,
con base en unidades experimentales y en proyectos de demostración a escala real ubicadas en la región del
Valle del Cauca en Colombia.
El desarrollo de la investigación se realizó en el valle geográfico del río Cauca, localizado en el suroccidente
de Colombia, y en su mayoría hace parte del departamento del Valle del Cauca. La figura 5.1 presenta la
localización geográfica del Colombia y el departamento del Valle del Cauca, incluyendo los proyectos de
demostración a escala real.
Figura 5.1
Local
Oceano Atlántico
izació
n Colombia
N
geogr
Oceano Pacífico
Sur América
áfica
del
Proye
cto
Pretra
a
tamie Ceylan
c
Cau
ntos La Marina
R ío
Oceano Atlántico
temperatura Cali
Colombo
promedio anual de Valle
La Rivera
Colombia Cañas Gordas
24 °C con bajas El Retiro
Ecuador Brasil
fluctuaciones Shaloom
estacionales, esta Perú
Para el desarrollo del Proyecto Pretratamientos, se construyeron líneas de investigación con tres componentes
básicos: filtro grueso dinámico, una alternativa de filtración gruesa y un filtro lento en arena. Cuatro FGDi
constituyeron el sistema de acondicionamiento común a todas las líneas, cada de ellas incluyó una unidad de
filtración gruesa, con una de las siguientes alternativas: filtros gruesos ascendentes en serie de 2 y 3 etapas, un
ascendentes en capas, filtros gruesos de flujo horizontal convencionales y en serie y un filtro grueso
descendente en serie. Con el fin de evaluar el impacto de la calidad efluente del sistema de pretratamiento ,
cada línea incluyó un FLA. La figura 5.3 ilustra un esquema de las líneas de pretratamiento evaluadas
A1-62
CRUDA PRETRATAMIENTO TRATAMIENTO
FLA 1
FLA 2
INTERGRADA
FILTRACION GRUESA HORIZONTAL EN SERIE (FGHS)
FLA 5
FGDi-D
FILTRACION GRUESA ASCENDENTE EN SERIE 2 ETAPAS (FGAS2)
TANQUE
DE MEZCLA
FLA 6
Figura 5.3 Representación esquemática de las líneas de tratamiento en unidades a escala técnica de investigación. Proyecto
Pretratamientos.
Los filtros ascendentes en serie consisten en sistemas de 2 o 3 tres unidades. En el caso de 2 unidades en
serie, la primera unidad contiene grava gruesa y grava clasificadas entre media y fina en la segunda; para el
caso de 3 unidades en serie, en la segunda y tercera unidad predomina la grava media y fina respectivamente.
El filtro ascendente en capas consiste en una unidad llena con capas de grava de diferentes tamaños, ubicadas
de gruesa en el fondo a fina en la superficie. Dos tipos de filtros grueso horizontales fueron usados, uno
convencional que utiliza los mismos tamaños de grava del filtro grueso ascendente en serie de tres etapas,
diseñado y construido con los criterios propuestos en Wegelin (1986). La segunda unidad de filtración
horizontal fue acondicionada con longitudes de lecho filtrante similares a los del filtro ascendente en serie,
que con el fin de mejorar su comportamiento hidráulico, el compartimiento principal fue dividido en tres
pequeñas unidades en serie. El filtro grueso descendente comprende tres unidades en serie, con tamaños de
grava similares al filtro grueso ascendente en serie de tres etapas.
La investigación evaluó cada etapa de tratamiento dentro de la línea de investigación tanto de manera
independiente como en su conjunto. Así por ejemplo, los FGDi fueron evaluados, considerando aspectos
hidráulicos, de operación y mantenimiento y eficiencias de remoción y factores que la limitan.
Los filtros gruesos se evaluaron usando velocidades de filtración de 0.30, 0.45, 0.60, 0.70 y 1.0 m/h. Se
establecieron comparaciones en el funcionamiento hidráulico y en eficiencias en el mejoramiento de la
calidad del agua, entre los seis tipos de filtración gruesa estudiados. Se realizaron mediciones en la remoción
de parámetros físico químicos y bacteriológicos por cada componente de filtración gruesa para las
velocidades de filtración indicadas, y orientadas a establecer límites de trabajo en cada caso. Las
características de cada componente FiME de tratamiento se presentan en la tabla 5.1
Tabla 5.1 Características de componentes FiME evaluados a nivel de plantas piloto a escala técnica.
A1-63
Componente Número de Unidades Area de Lecho Filtrante
FiME en Serie Filtración Tamaño (mm) Longitud (m)
(m2)
El río Cauca presentó variaciones en su calidad de agua influenciadas por las épocas secas y lluviosas. En
la figura 5.4 se pueden apreciar la presencia de estos periodos, con base en la variación diaria de turbiedad
en el río Cauca durante un año. Altos niveles de turbiedad se presentaron durante el periodo abril a junio y
en septiembre y octubre, mientras que niveles mas bajos se presentaron entre julio y septiembre.
Figura 5.4 Variación diaria de turbiedad del agua en el río Cauca. Periodo marzo a octubre de 1990.
600
500
TURBIEDAD (UNT)
400
300
200
100
0
M AR A BR M AY JUN JUL A GO SEP OC T
A1-64
Los valores de turbiedad estuvieron en el rango entre 15 y 1880 UNT, el color real se presentó entre 24 y
344 UPC, mientras que los coliformes fecales estuvieron en el rango 7300 y 396000 UFC/100 ml. Durante
los períodos de lluvia, los valores de turbiedad se incrementan, presentándose ocasionalmente variaciones
fuertes y bruscas de la calidad del agua cruda, que en menos de dos o tres horas incrementaron la
turbiedad entre cinco y diez veces su valor promedio, según se ilustra en la figura 5.5 en el seguimiento
horario a sólidos suspendidos, turbiedad, y color real.
La calidad del agua del río Cauca presentó promedios de hierro total y manganeso para los periodos de
evaluación entre 3.5 y 14.0 mg/l y entre 0.5 y 0.9 mg/l respectivamente, con un valor máximo en hierro de 48
mg/l, el cual fue medido durante una condición anaeróbica del río, que presentó una duración aproximada de
2 horas.
3500
TURB IEDA D (UNT)
3000 SOLIDOS SUS. (mg/l)
2000
1500
1000
500
0
1 6 11 16 21 26 31 36 41 46 51 56 61 66 71
HORAS
Figura 5.5 Seguimiento horario de un incremento brusco de la calidad del agua en el río Cauca. Marzo 26, 27 y 28 de 1990.
Bajo las condiciones de calidad presentadas anteriormente, esta fuente es muy contaminada y con valores
elevados de gran variabilidad; por lo cual no se recomienda para ser tratada mediante filtración lenta en
arena, tal como se discutió en el capitulo 4. Sin embargo para los propósitos del Proyecto Pretratamientos esta
calidad es muy útil para probar la tecnología bajo condiciones exigentes.
La evaluación del el flujo superficial en los FGDi mostró que este no presenta ningún efecto sobre el arrastre
de las partículas, ni sobre la calidad del agua efluente de la unidad. Este resultado es particularmente
importante cuando se requiere el bombeo del agua cruda hacia el sistema de tratamiento, ya que en estos
A1-65
casos se debe bombear un caudal de exceso para garantizar el flujo superficial sobre la unidad. Mayores
detalles de esta evaluación se encuentran en Latorre et al (1996).
El eliminar el flujo superficial motivó evaluar la operación del sistema a tasa constante, lo cual se realizó
comparando el comportamiento de una unidad a tasa declinante con una tasa constante. La evaluación mostró
que las unidades a tasa constante presentan un mejor comportamiento hidráulico debido a que en la capa
superficial de grava los sólidos son removidos de manera uniforme sobre la superficie, mientras que en la
unidades a tasa declinante se presentan zonas preferenciales en la acumulación del lodo, lo cual genera zonas
muertas y cortos circuitos (Guzmán, 1997).
El estudio de la eficiencia de remoción de estas unidades utilizando velocidades de filtración entre 1.0 y 5.0
m/h, mostró que la eficiencia de remoción en turbiedad y sólidos suspendidos de unidades de filtración
gruesa dinámica no presentaba diferencias significativas en el rango entre 1.0 y 4.0 m/h, y están en el orden
de 50% para turbiedad y entre el 80 y 90% para sólidos suspendidos. Este resultado puede motivar la
utilización de la velocidad de filtración mas alta del rango, sin embargo el costo de esta unidad representa del
orden del 5% del costo total de inversión inicial del sistema de tratamiento, por lo tanto utilizar velocidades
de filtración mas bajas no incrementaría los costo substancialmente, pero si permitiría contar con una mayor
flexibilidad en la operación del sistema.
Un estudio comparativo entre unidades de filtración gruesa ascendente en serie de tres etapas con las unidades
de flujo horizontal convencionales y en serie, operando con velocidades de filtración de 0.70 m/h, mostró que
el sistema de unidades de flujo ascendente en serie presentó las mayores remociones en términos de
coliformes fecales, las cuales fueron del 99.4%, del 95.6% para FGHS y del 95.4% para FGH, en términos
de turbiedad la remoción fue del 80% para FGAS3, 66.7 % para FGHS y del 68.5% para FGH y en sólidos
suspendidos 97.9% para FGAS3, 93.8% tanto para FGHS como para el FGH.
De igual manera, se indica que el comportamiento hidráulico del sistema con flujo ascendente, basado en el
modelo del número virtual de reactores en serie, fue considerablemente mejor que en las unidades de
filtración horizontal. Mientras en el FGAS3 el número de reactores estuvo en el rango de 9 a 13, para el
FGHS fue de 6 a 12 y para el FGH convencional entre 3 y 5. La comparación de las unidades en cuanto a
operación y mantenimiento mostró que las unidades ascendente en serie son menos exigentes en términos de
tiempo por persona por metro cuadrado requerido para la limpieza mensual, mientras que el FGAS3 requiere
1.35 horas-persona /m2 de área de filtro, el FGH y FGHS requiere respectivamente 2.20 y 1.39 horas-persona/
m2, de igual manera, el volumen de agua requerido para la limpieza de cada una de estas unidades indica que
es menor para el FGAS3 siendo 2.2 m3/ m2, y de 3.4 y 2.7 m3/ m2 para el FGH y FGHS respectivamente.
Los anteriores resultados indican que la unidades de flujo ascendente pueden ser una mejor alternativa de
pretratamiento que las unidades de flujo horizontal para las condiciones de la región Andina, dado que su
utilización implica menores costos de tanto de inversión inicial como de operación y mantenimiento. Sin
embargo dado que los FGH presentan un mayor volumen de almacenamiento y que sus eficiencias de
remoción en términos de sólidos suspendidos son muy similares a las obtenidas en los FGAS3, estas unidades
podrían ser utilizadas bajo contextos, en los cuales las fuentes de agua presentan altas concentraciones de
sólidos suspendidos durante varios días. También podrían tener aplicación en zonas de emergencia pues
podrían excavarse zanjas sobre el terreno con longitudes similares a las de un filtro grueso horizontal y
rellenarse con grava de diferentes tamaños, según se recomienda en la literatura (Wegelin, 1986).
A1-66
El comportamiento frente a la calidad del agua cruda del río Cauca del sistema de unidades de FAGS3
operando a una velocidad de filtración de 0.45 m/h, se pueden apreciar en las figuras 5.6 y 5.7 donde se
presentan las series de tiempo en sólidos suspendidos, turbiedad, color real y coliformes fecales. Durante
los días 66 a 178 de este período se observa que la turbiedad en el agua cruda presenta valores que
oscilaron entre 20 y 1880 UNT, los cuales corresponden con una época de lluvia. Niveles de sólidos
suspendidos altos también se presentaron durante este período variando entre 33 y 813 mg/l. El
desempeño de las unidades de tratamiento se ve afectado por estos niveles, así el efluente del FGAS3
produjo turbiedades que superaron la mayor parte del tiempo las 10 UNT, lo cual representó valores de
sólidos suspendidos que oscilaron entre 0.1 y 8.0 mg/l.
Tal como se discutió en el capítulo 4, valores de turbiedad y sólidos suspendidos en los rangos
mencionados anteriormente pueden limitar no solamente la duración carreras de los filtros lentos, sino
también afecta la eficiencia de remoción, en particular la relacionada con la actividad biológica. Este
efecto puede observarse en las figuras 5.6 y 5.7 con los efluentes de coliformes fecales en el filtro lento,
los cuales variaron entre 0 y 231 UFC/100 ml durante los días de operación 66 a 107, el cual corresponde
con un período de lluvia con las características de agua cruda indicadas en el párrafo anterior. En
contraste, durante el período de operación 107 a 178, la calidad física del agua cruda mejoró, lo cual se
manifiesta en valores más bajos en el efluente del FLA, oscilando entre 3 y 10 UNT y los coliformes
fecales efluentes del filtro lento en el rango de 0 a 5 UFC/100 ml, mejorando significativamente la calidad
bacteriológica del agua producida.
Las unidades de filtración lenta, durante su arranque, presentaron un efecto de "maduración" como se aprecia
en la figura 5.8 para el FLA de la línea que contiene FGAS3. De esta manera la calidad microbiológica del
agua producida durante los primeros veinte días presentó niveles de contaminación superiores a 10 UFC/100
ml. Sin embargo después de este período, el efluente presentó consistentemente niveles bajos de
contaminación bacteriológica. Este comportamiento es importante tenerlo en cuenta ya que durante el período
de maduración, la desinfección debe ser aplicada rigurosamente, de igual manera, las medidas de vigilancia y
control de la calidad del agua así como la operación y el mantenimiento deben ser extremadas.
A1-67
Figura 5.6
Comportamiento de
100 la línea de filtración
gruesa en serie
FGAS3 tratando
agua cruda del Río
10 Cauca, en los
parámetros sólidos
suspendidos y
turbiedad. Velocidad
1 de filtración en
FGAS3: 0.45 m/h.
Período Abril-
Agosto de 1994.
0,1
68 77 89 103 117 131 140 149 159 168 177
D I A S D E O PER A C I O N
1000 1000
Figura 5.7
Comportamiento de
la línea de filtración
gruesa en serie
FGAS3 tratando
100
100 agua cruda del Río
Cauca, en los
parámetros: color
real y coliformes
fecales. Velocidad
10 de filtración en
10
FGAS3: 0.45 m/h.
Período Abril-
Agosto de 1994.
1
66 1 71 76 82 92 102 115 125 135 146 156 167
68 75 82 93 103D I A114
S D E 124 133
OPER A C IO N 140 147 154 161 168 175
D I A S D E O PER A C I ON
1000000
100000
10000
1000
100
10
0,1
68 77 86 96 107 117 128 138 149 159 170
A1-68
D I A S D E O PER A C I O N
100000
10000
COLIFORMES FECALES
1000
(UFC/100 ml)
100
10
0,1
3 28 49 70 94 115 143 164 185
DIAS DE OPERACION
Figura 5.8 Variación de coliformes fecales (UFC/100 ml), en la línea que incluye FGAS3 como pretratamiento. Período
Enero-Junio de 1991.
En las tablas 5.2 a 5.5 se resumen los resultados de sólidos suspendidos, turbiedad, coliformes fecales y
color real obtenidos en la evaluación de la línea con filtración ascendente en serie de tres etapas para
diferentes velocidades de operación. Las tablas incluyen además el rango de calidad de agua cruda,
promedio y desviación estándar (σ) para cada etapa del tratamiento, además del percentil 90 para el agua
cruda y tratada; también se incluyó para el efluente del FLA la frecuencia de datos con turbiedad menores
de 1 y 5 UNT, coliformes fecales menores a 3 y 25 UFC/100 ml y la frecuencia de color real menor a 15
UPC.
La eficiencia en la remoción de turbiedad en la línea con FGAS3 estuvo al rededor del 80%, para todas las
velocidades de filtración evaluadas. Las etapas de FGDi + FGAS3 remueven entre el 80 y el 85% de la
turbiedad del agua cruda. Esta combinación presenta eficiencias aun mayores a las obtenidas en turbiedad
para sólidos suspendidos, donde se remueve del orden del 99%. Estas remociones están acorde con el
concepto de multibarrera en el cual las etapas de FGDi y FGAS3 se orientan hacia la remoción del
material grueso.
Tabla 5.2 Turbiedad (UNT) en unidades a escala técnica de investigación en la línea de tratamiento con filtración gruesa
ascendente en serie.
1.0 15 -219 37 131 62 8.6 -136 25 1.6 - 132 5 0.4 - 3 2.0 2.2 17 100
(179-250)
0.30 16 -330 62 251 134 6 - 267 43 0.9 - 56 7 0.2 - 1.4 2.0 5.0 46 91
(251-402)
Tabla 5.3 Coliformes fecales (UFC / 100 ml) en unidades a escala técnica de investigación en la línea de tratamiento con
filtración gruesa ascendente en serie.
1.0 17000 - 116000 18 224000 81000 - 81000 67 - 192 0- 1.0 3 100 100
(179-250) 396000 163000 1630 3
Reducciones importantes de coliformes fecales también se alcanzaron en estas dos primeras etapas de
tratamiento, variando entre 2.6 y 3.2 unidades log. Reducciones entre 1.4 y 2.5 unidades log se
presentaron para el filtro lento y en su conjunto el sistema presentó reducciones entre 4.5 y 5.5 unidades
log.
Tabla 5.4 Color real (UPC) en unidades a escala técnica de investigación en la línea de tratamiento con filtración gruesa
ascendente en serie.
A1-70
(251-402)
Tabla 5.5 Sólidos Suspendidos (mg/l) en unidades a escala técnica de investigación en la línea de tratamiento con
filtración gruesa ascendente en serie.
En color real, la tecnología presentó remociones totales entre el 86% y el 89%, con promedios en el agua
cruda entre 63 y 93 UPC y promedios en el efluente del FLA entre 8.2 y 12.0 UPC. La frecuencia de
datos que presentaron valores menores o iguales a 15 UPC estuvo entre el 77% y 96% para los diferentes
períodos o velocidades de evaluación.
En turbiedad, aunque los promedios en el efluente estuvieron entre 2.0 y 5.5 UNT, estos pueden resultar
inapropiados para la desinfección, ya que la frecuencia de datos con turbiedad menor a 1 UNT alcanza en
el mejor de los casos, el 46% . Esta información contrasta con las frecuencias de coliformes fecales, para
las cuales el 95% del tiempo los datos presenta menos de 25 UFC/100 ml. Esto parece indicar que a pesar
de la existencia de valores de turbiedad superiores a 1 UNT, la contaminación bacteriológica es baja, y por
lo tanto, la desinfección podría ser aplicada de manera confiable.
De otra parte parámetros como el hierro y manganeso que limitan de una parte la aplicación de la
filtración lenta en arena cuando la concentración es mayor a 1.0 mg/l (Spencer et al., 1991), y de otra la
desinfección cuando se encuentra en estado disuelto, fueron removidos significativamente en las líneas de
tratamiento. Las unidades de filtración gruesa presentaron efluentes en el rango de 0.17 y 1.01 mg/l de
hierro y entre 0.07 y 0.17 mg/l para el manganeso, mientras que los FLA presentaron promedios por
debajo de 0.30 y 0.1 mg/l respectivamente.
Estos resultados muestran que aunque la combinación de filtración gruesa en dos etapas con filtración
lenta en arena, logra potencializar el uso de esta última tecnología de tratamiento, en el caso de fuentes
A1-71
superficiales con alto grado de contaminación, y en particular con niveles de sólidos suspendidos
elevados (> 100 mg/l), se debe mirar críticamente la selección de las barreras de tratamiento a
recomendar y ser coherente con el tipo de riesgo existente y su variabilidad en el tiempo. En algunas
circunstancias es preferible estudiar la viabilidad técnica que puedan presentar otras fuentes de
abastecimiento; en otras circunstancias es recomendable realizar estudios a nivel piloto antes de implantar
una solución.
En Colombia y particularmente en la región del Valle del Cauca se encuentran operando más de 50 plantas
de potabilización de agua, que utilizan FiME como sistema de tratamiento. Estas vienen siendo
administradas, operadas y mantenidas por las comunidades beneficiadas a través de Empresas Prestadoras
de Servios, con el apoyo de organizaciones del sector y entidades no gubernamentales de la región.
Error! Switch argument not specified.Los sistemas ubicados al norte del Valle, Ceylan y la Marina, son
abastecidas por fuentes superficiales con bajo grado de intervención humana, mientras que las plantas
localizadas en la zona sur de Cali, El Retiro, Cañas Gordas, La Rivera, Shaloom y Colombo, tratan agua
de una misma fuente superficial, el río Pance, sin embargo, las obras de captación en cada caso han sido
construidas sobre diferentes derivaciones del río, generando que en su recorrido hasta la planta de
tratamiento, se contaminen y presenten niveles de riesgo diferentes. La temperatura ambiental promedio
en los sistemas ubicados al norte del Valle es de 18°C, mientras que en la ubicadas al sur de Cali están
sometida a una temperatura promedio de 24°C, con variaciones de mas o menos 10°C, para ambos casos.
El río Pance presenta un grado de intervención moderado y su cuenca es utilizada como receptora de
aguas de infiltración efluentes de minas de carbón, con altas concentraciones de hierro y manganeso. La
fuente es también es utilizada como sitio de recreación por los habitantes de la ciudad de Cali.
Todos los sistemas de tratamiento incluyen un FGDi, con excepción de las plantas Ceylan, La Marina y la
Rivera, un filtro grueso ascendente en capas o en serie con dos o tres etapas y filtración lenta en arena
como tratamiento final. Previo al almacenamiento, se aplica la desinfección con hipoclorito de sodio como
barrera de seguridad. La planta El Retiro inicialmente operó con un desarenador previo al filtro grueso, sin
embargo a partir de 1992, parte de esta unidad fue transformada en un filtro grueso dinámico. En 1995, el
sistema de tratamiento se amplio de 10 l/s a 20 l/s, y se construyó dos unidades nuevas de FGDi, dos
FGAC y dos FLA. Una descripción general de los sistema se presenta en la tabla 5.6
Los sistemas a escala real del norte del Valle incluyen un desarenador previo al sistema de tratamiento,
que permite controlar el ingreso de partículas discretas. Estos sistemas fueron construidos entre 1987 y
1989, por lo cual no se beneficiaron de los desarrollos mas recientes alcanzados en la tecnología de FiME.
En este sentido, los sistemas Ceylan y la Marina, presentan estructuras de filtración gruesa en serie de dos
y tres etapas respectivamente, las cuales para el nivel de riesgo de la fuente de abastecimiento representan
mayores costos de inversión inicial de los necesarios.
A1-72
El sistema de la Rivera, cuenta con un lago previo al sistema de tratamiento, el cual cumple la función de
mejorar la calidad del agua, retener partículas discretas y granizar el abastecimiento de agua cruda
durante el periodo seco. Los filtros dinámicos no fueron incluidos en el diseño de este sistema tratamiento,
tomando en consideración el efecto sobre la calidad del agua cruda que produce el lago.
La planta de tratamiento Cañas Gordas abastece una comunidad de altos ingresos; cuenta con un filtro
dinámico, el cual inicialmente fue operado con una velocidad de filtración de 10.2 m/h, sin embargo, esto
genero carreras de filtración del orden de 24 horas, causando problemas de operación y mantenimiento. A
partir de mediados de 1997 se inició la construcción de dos unidades de FGDi nuevas, las cuales operan
con una velocidad de filtración de 1.5 m/h.
La derivación del río Pance que abastece el sistema de tratamiento del Colombo, presenta una alta
contaminación bacteriológica, la cual se ha incrementado de un promedio de 25100 UFC/100 ml en 1991
a 95890 UFC/100 ml en 1996. Este sistema abastece una comunidad estudiantil de la zona.
A1-73
En general los efluentes de los sistemas de tratamiento presentaron turbiedades promedio menores a 1
UNT, lo cual es considerado apropiado para aplicar la desinfección terminal de manera confiable.
En la tabla 5.8 se puede apreciar el desempeño de los sistemas FiME a escala real en la reducción de la
contaminación bacteriológica. Las fuentes de abastecimiento, presentaron gran variación en el contenido
de coliformes fecales, presentando la menor contaminación los sistemas del norte del Valle, y la mayor
corresponde al Colombo. Los sistemas presentan remociones mayores para las aguas mas contaminadas,
lo cual implica que las barreras pueden volverse más efectivas si el agua cruda presenta un mayor riesgo, y
aún así producir un efluente con bajo riesgo sanitario. Por ejemplo en Ceylan, con una concentración
promedio en el agua cruda de 332 UFC/100 ml de coliformes fecales, presenta un reducción promedio de
2.5 unidades logarítmicas, mientras que en el Colombo con un agua más contaminada 44556 UFC/100 ml
de coliformes fecales promedio, logra reducciones del 4.6 unidades logarítmicas, presentando en los
efluentes del FLA, en ambos casos, concentraciones promedio de 1.0 UFC/100 ml.
Tabla 5.7 Turbiedad (UNT) en sistemas de tratamiento con FiME, que son operadas a escala real
Rango Media N P90 Rango Media Rango Media Rango Media P90 FREC. (%)
<= 1 <= 5
Ceylan 0-6 -15 2.8 114 4 * * 0.1 - 6.0 0.8 0.1 - 6.0 0.4 0.6 98 99
La Marina 0.5 -112 6.0 110 9 * * 0.2 - 63 3.0 0.9 - 8.6 1.0 1.9 65 98
Cañas Gordas 2.0 - 75 13.0 112 29 29 - 98 11 2.3 - 87 6.0 0.1 - 4.1 0.8 1.3 84 100
El Retiro(FGDi) 3.2 -120 15.0 153 32 2.0 - 150 7.6 1.2 -30 4.6 0.2 -12.0 0.8 1.3 86 99
El Retiro (Desa.) 4.0 - 180 14.0 85 25 3.0 - 150 13.0 1.2 - 19 4.4 0.1 - 2.7 0.7 0.9 91 100
Colombo 2.8 - 122 15.0 219 30 1.4 - 62 6.5 1 - 51 4.5 0.2 - 3.7 0.5 0.9 93 100
Shaloom 0.6 - 15 3.3 31 6 0.4 - 18 2.5 0.3 - 5 1.6 0.4 - 2.0 0.6 1.0 97 100
La Rivera 1.5 - 30 6.5 42 14 1.4- 10 4.0 0.4 - 3.5 1.7 0.1 - 3.3 0.8 1.6 69 100
* No tiene FGDi N: número de datos
** Sedimentador FREC. : frecuencia
Desa: Desarenador
El desempeño de los sistemas en color real se presenta en la tabla 5.9. El color en las fuentes de
abastecimiento evaluadas, al igual que en los parámetros presentados anteriormente es menor en las
fuentes del norte del Valle, y valores más elevados en el río Pance, los cuales superan los limites
reportados en la literatura y mencionados en el capitulo 4 para su tratamiento por FLA, sin embargo, todos
los sistemas de filtración gruesa logran en promedio reducir el color a valores que pueden ser tratados por
FLA, los cuales a su vez producen efluentes con valores promedio de color menores a 4.0 UPC.
Los resultados de la evaluación en los sólidos suspendidos se presenta en la tabla 5.10. Los valores
promedio en el agua cruda presentaron la misma tendencia que en los parámetros anteriores, siendo
menores para Ceylan y la Marina, y mas elevados para el río pance. Los sistemas de filtración gruesa
presentaron en sus efluentes concentraciones de sólidos suspendidos promedio entre 0.2 y 2.8 mg/l y los
filtros lentos produjeron concentraciones menores de 0.1 mg/l, sin embargo no se logro establecer su valor
por las limitaciones en el método de medición frente a bajas concentraciones.
Tabla 5.8 Coliformes Fecales (UFC/100 ml) en sistemas de tratamiento con FiME, que son operadas a escala real
Rango Media N P90 Rango Media Rango Media Rango Media P90 FREC. (%)
<= 3 <= 25
Ceylan 46 - 332 110 610 * * 4- 50 0- 1.0 3 95 100
1920 382 24
La Marina 30 - 817 103 1050 * * 0- 139 0- 2.0 4 84 99
A1-74
35700 1250 29
Cañas Gordas 260- 4870 111 11600 120 - 4409 14 - 418 0- 1.0 3 92 100
56000 95000 3670 11
El Retiro(FGDi) 140 - 7416 168 11400 80 - 3150 8- 358 0- 1.3 1 85 98
162000 11800 11800 85
El Retiro (Desa.) 240 - 5896 85 10200 80 - 4726 24 - 312 0- 1.8 3 91 97
69500 62800 2000 92
Colombo 800 - 44556 219 97000 210 - 8051 24 - 1837 0- 1.0 2 94 99
470000 193000 48400 17
Shaloom 200 - 2765 31 7000 138 - 2228 26 - 155 0- 2.2 6 74 100
3300 10900 1020 17
La Rivera 370 - 4250 43 65000 70 - 1027** 4- 68 0- 0.2 1 100 100
23100 19300 491 2
* No tiene FGDi N: número de datos
** Sedimentador FREC. : frecuencia
Desa: Desarenador
Tabla 5.9 Color Real (UPC) en sistemas de tratamiento con FiME, que son operadas a escala real.
Rango Media N P90 Rango Media Rango Media Rango Media P90 FREC
. (%)
<= 15
Ceylan 2 - 21 5.4 114 9 * * 2 - 21 4.0 2-8 3.0 5 100
La Marina 2 - 116 7.0 111 12 * * 2 - 103 5.5 2 - 16 3.0 5 98
Cañas Gordas 3 - 70 20.0 113 39 3 - 70 19.0 2 - 61 15.0 2 - 12 3.3 6 100
El Retiro(FGDi) 2 - 188 24.0 152 45 2 -158 20.0 2 - 158 15.0 2 - 38 4.4 8 99
El Retiro (Desa.) 4 - 100 19.0 87 36 2 - 70 17.0 2 - 55 14.0 2 - 16 4.0 7 99
Colombo 3 - 122 24.0 243 42 2 - 107 19.0 2 - 107 15.0 2 - 13 4.0 8 100
Shaloom 4 - 27 12.0 32 24 3 - 34 10.0 3 - 34 7.4 2-7 4.0 7 100
La Rivera 3 - 54 15.0 42 25 2 - 25 2.0 2 - 19 7.5 2 - 12 4.0 8 100
* No tiene FGDi N: número de datos
** Sedimentador FREC. : frecuencia
Desa: Desarenador
Estos valores bajos de sólidos suspendidos en el efluente de filtros grueso, esta correlacionado con las
duraciones de carrera promedio en los filtros lentos, las cuales estuvieron entre 178 y 46 días,
correspondiendo la mas alta a Ceylan y la mas baja a la planta La Marina. En esta ultima planta además de
presentar uno de los efluentes del filtro grueso con mayor nivel de sólidos suspendidos, presentó un gran
crecimiento de algas, el cual puede ser la causa principal para la corta duración de las carreras. En la tabla
5.11 se presentan las duraciones de carrera promedio en las unidades de filtración lenta de los sistemas
evaluados.
Tabla 5.10 Sólidos suspendidos (mg/L) en sistemas de tratamiento con FiME, que son operadas a escala real
A1-75
Tabla 5.11 Duración de Carrera de los Sistemas a escala real. Basado en información colectada en el
período Octubre de 1990 a junio de 1996.
Los resultados de los sistemas a escala real muestran el potencial de la tecnología FiME en la reducción
del riesgo fisicoquímico y bacteriológico, las calidades de agua tratada están acorde con las
recomendaciones de WHO (1996) para contar con desinfección confiable, utilizando dosis constantes y
baja de cloro.
Sin embargo claramente se observa que la tecnología no es la panacea y también presenta limitaciones
particularmente con niveles altos de contaminación, en la cual el agua efluente no siempre presenta la
calidad deseable para ser desinfectada.
La tecnología con fuentes superficiales de baja o moderada contaminación, como la que se presenta en las
fuentes que alimenta las plantas a escala real evaluadas, parece ser un una alternativa confiable en
términos del mejoramiento de la calidad del agua. Sin embargo, el usar fuentes superficiales tan
contaminadas como el Río Cauca, puede presentar dificultades para su tratamiento, en cuyo caso se
recomienda realizar un estudio a nivel de planta piloto antes de tomar una decisión sobre el uso de FiME
bajo estas condiciones.
A1-76
3. 6. COSTOS DE PLANTAS FiME
3.1 6.1 PRESENTACION
Tener acceso a herramientas que permitan obtener fácilmente y en forma aproximada los costos de
potabilización del agua, es de gran utilidad para las instituciones y profesionales vinculados con la toma
de decisiones en campos asociados con planificación, diseño, financiación, construcción, administración,
operación y mantenimiento de los sistemas de tratamiento de agua.
Entre los factores que han limitado el aprovechamiento de la tecnología FiME, se encuentra la falta de
información debidamente sistematizada y validada sobre costos, tanto de inversión inicial como
recurrentes, estos últimos asociados con la administración, operación y mantenimiento. Esta carencia de
información ha impedido realizar estudios comparativos entre FiME y otras opciones tecnológicas de
tratamiento, así como también, entre varias combinaciones posibles de los componentes de la filtración en
múltiples etapas. El conocimiento de los costos asociados a una tecnología a través de su vida útil, es un
aspecto clave a considerar en la selección de tecnología, financiamiento de obras, identificación e
implementación de tarifas, definición del manejo del sistema de tratamiento y sobre todo, la inclusión de
la comunidad ó de las instituciones en la toma de decisiones.
En este capítulo se presenta un procedimiento que permite estimar de manera ágil los costos totales de un
sistema de tratamiento por filtración en múltiples etapas. La estimación de costos se realiza a partir tanto
del suministro de información básica sobre precios unitarios de materiales, como de requerimiento de
materiales y de mano de obra en la zona del proyecto. Para determinar los costos de cada alternativa
FiME en estudio, se han derivado modelos que permiten estimar cantidades de obra en los ítems de mayor
incidencia en los costos de construcción. También se suministran criterios para estimar tiempo y personal
requerido para las labores de operación, mantenimiento y administración. Finalmente se incluyen
consideraciones sobre la distribución porcentual del costo, el efecto de economía de escala y el impacto de
los costos sobre las tarifas del servicio de abastecimiento de agua, cuando se mejora su calidad.
La falta de información documentada sobre costos de los sistemas de tratamiento de agua para consumo
humano, es un aspecto crítico, especialmente en el caso de los sistemas que abastecen a pequeños y
medianos municipios y comunidades rurales. A principios de los 80´s Arboleda et al (1982) compararon
los costos de inversión inicial de plantas convencionales de tratamiento construídas en los Estados
Unidos con las de América Latina para capacidades entre 0.025 m3 /s y 4.0 m3 /s. Esta publicación
muestra reducciones significativas de costos como resultado de innovaciones en la adaptación de la
tecnología a las condiciones de América Latina.
En Colombia el Instituto Nacional de Fomento Municipal desarrolló un modelo para predecir los costos de
inversión inicial para sistemas convencionales de tratamiento de agua para consumo humano que incluyen
procesos de mezcla rápida, coagulación, floculación, sedimentación, filtración, desinfección y
acondicionamiento de pH (INSFOPAL, 1982). A partir de información generada por las empresas de
agua adscritas al Instituto, se desarrollaron tres modelos para diferentes regiones de Colombia. Estos
modelos se limitaron a caudales inferiores a 2600 m3 /día y fueron expresados en función de la capacidad
de la planta tal como se indica a continuación:
Aunque el país fué dividido en dos grandes regiones, zona norte y zona centro sur, el modelo obtenido fué
poco confiable ante la gran dispersión de los datos, y al hecho de que en cada región estudiada existen
sectores con grandes variaciones en costos unitarios, mano de obra y condiciones socioeconómicas y
culturales.
Cinara con el apoyo del IRC desarrollo en 1988, con base en experiencias de proyectos de demostración
construidos a escala real en la zona de ladera del Valle del Cauca, modelos de costos de unidades de
filtración lenta en arena (Cinara, 1989; Galvis, et al 1988). El estudio incluyó modelos para estimar el
volumen y los costos de construcción de sistemas FLA, con caudales entre 2 l/s y 30 l/s usando
velocidades de filtración de 0.15 m/h. También se estudió el efecto de la economía de escala y de la altura
del filtro lento, sobre los costos de inversión inicial. De manera preliminar también se incluyeron los
costos de las unidades de pretratamiento los cuales fueron estimados en un 75 % de los costos de FLA.
Esta estimación se basó en los primeros experimentos a escala real desarrollados en Colombia con la
tecnología de pretratamiento. Los modelos de costos resultantes aplicados para sistemas FLA, operando
a 0.15 m/h con áreas superificiales entre 48 y 720 m2 fueron:
C= 0.2801 A0.8533
C= 4.2166 Q0.8533
Para la comparación entre los sistemas de filtración lenta en arena con pretratamiento y las plantas
convencionales, en el marco del estudio Cinara/IRC, en 1988, se utilizó el estudio del INSFOPAL para la
zona centro-sur del país, con las limitaciones anteriormente mencionadas. Esta comparación indicó que,
considerando solo inversión inicial, los sistemas de filtración lenta en arena con pretratamiento eran más
favorables que los sistemas convencionales hasta caudales de 6000 m3/día (70l/s), con lo cual se podría
abastecer a una población de 40000 habitantes con una dotación de 150 l/hab/día.
C = 0.1321 A 0.86
A1-78
En cuanto a costos de operación, mantenimiento y administración, han sido escasos los estudios
realizados, con algunas referencias recientes relacionadas con sistemas convencionales de tratamiento.
La consecución de información confiable es una de las dificultades que limita tanto la adecuada
formulación del modelo de costos como su utilidad práctica. De otro lado, la gran cantidad de variables
que inciden en el costo de un sistema de tratamiento dificultan la formulación de un planteamiento
general. Entre los principales factores que afectan el costo de inversión inicial de un sistema de
tratamiento, se pueden indicar, entre otros:
• Caudal
• Tipo de planta (tipo de tecnología)
• Criterios de diseño
• Costo de materiales (locales e importados)
• Costo de mano de obra (local e importada)
• Localización geográfica
• Transporte
• Condiciones climáticas
• Nivel de competencia entre firmas constructoras
• Costo del diseño
Entre los factores que inciden en el costo de administración, operación y mantenimiento se destacan los
siguientes:
• Número de usuarios
• Costo de mano de obra
• Costo de materias primas (locales e importadas)
• Costo de equipos (locales e importados)
• Requerimiento de mantenimiento
• Costo de energía eléctrica
• Normas de calidad a cumplir
Sin embargo, no resulta práctico incluir todos estos factores dentro de un modelo de costos. Para un
sistema de tratamiento en una región determinada, y para una tecnología de tratamiento en particular, se
puede plantear el siguiente modelo para la componente de inversión inicial (costos de construcción):
C = aQb (6-1)
ó Ln C = Ln a + bLn Q (6-2)
En las ecuaciones (6-1) y (6-2) el valor de la constante “a” corresponde al costo de una planta con
capacidad igual a la unidad. El valor de “b”, generalmente inferior a la unidad, permite visualizar la
economía de escala. A medida que este valor tiende a uno (1.0) la economía de escala es menos
A1-79
significativa, y por consiguiente, existirá menor reducción en el costo unitario con el incremento en el
tamaño de la obra.
Teniendo en cuenta la gran cantidad de factores que inciden en los costos de construcción de un sistema
de tratamiento, un modelo de costos solo es aplicable a la región para la cual son válidos los costos
unitarios de materiales y mano de obra, utilizados en la elaboración del presupuesto de obra
correspondiente. Es así como resulta más útil tomar como base, la relación entre cantidad de obra de los
ítems de mayor incidencia en el costo de construcción y el caudal del sistema de tratamiento. Para el caso
de FiME, al definir la velocidad de filtración y para un caudal determinado, se puede expresar la relación
en términos de área de filtración por cada componente del sistema.
Al evaluar opciones constructivas de FiME con diversos materiales y en diferentes regiones de Colombia,
se identifica por ejemplo, que al construir una planta de tratamiento en concreto reforzado, los
componentes de mayor peso en el costo de construcción, corresponden al concreto, hierro de refuerzo,
grava, arena, excavación, caseta y válvulas. Estos elementos en conjunto representan generalmente cerca
del 80% de los costos directos de construcción. El 20% adicional se distribuye entre costos de terreno,
cerramiento, iluminación, andenes, tuberías, accesorios y otros.
Los costos de materiales, incluyendo desperdicios, sumados a los costos de mano de obra, constituyen los
costos directos de construcción. Este valor afectado por las componentes de administración, imprevistos y
utilidad (AIU) del proyecto, determinan el costo total de la obra.
Consecuente con lo anterior, al definir los modelos requeridos para determinar cantidades de obra por
cada uno de los ítems de mayor peso, se pueden estimar fácilmente los costos directos de construcción,
con base en los costos unitarios locales. Los costos recurrentes pueden ser calculados tal como se indicó
en el ítem 6.3. La figura 6.1 ilustra el aprovechamiento de grava y arena local, materiales que en algunas
regiones pueden representar un valor significativo dentro de los costos directos de construcción.
A1-80
3.4.2 Figura 6.1 Explotación artesanal de grava y arena. Materiales básicos para el tratamiento FiME. Río Cauca,
corregimiento El Hormiguero, Cali, Colombia, 1997
3.4.3
En este ítem se presentan los modelos de cantidades de obra asociados a los costos de construcción de
plantas de tratamiento FiME, los cuales han sido desarrollados con base en los siguientes supuestos:
• Los caudales a estudiar han sido definidos entre 2 l/s y 25 l/s, dados los tamaños poblacionales de
nuestros asentamientos rurales, y de pequeños y medianos municipios. Para generar la información
requerida por los modelos de cantidades de obra, para cada una de las opciones de tratamiento, se
realizaron diseños típicos hidráulicos y estructurales para caudales de 2 l/s, 8 l/s, 15 l/s y 25 l/s, usando
los criterios de diseño indicados en la tabla 6.1.
Tabla 6.1 Criterios de diseño para el dimensionamiento de cada uno de los componentes de FiME.
Información básica para determinar los modelos de cantidades de obra.
Componente FiME
FGDi FGAC FGAS2 FGAS3 FLA
Criterio de Diseño
Longitud del medio filtrante (m) (1) 0.60 1.2 2.4 3.6 1.05
A1-81
(incluye lecho de soporte)
Altua del filtro (m). Incluye borde 0.80 1.4 1.4 1.4 2.15
libre
• Aunque la longitud del medio filtrante es función del nivel de riesgo a tratar, para efecto de determinar
los modelos de cantidad de obra, se han empleado los valores máximos de longitud de medio filtrante,
en cada componente FiME , según se indica en los capítulos 8, 9 y 10.
• Las investigaciones realizadas por Cinara muestran las siguientes alternativas de tratamiento FiME:
FGDi + FLA;
FGDi + FGAC + FLA;
FGDi + FGAS2 + FLA;
FGDi + FGAS3 + FLA.
• Las válvulas han sido incluídas sobre la base de las especificaciones requeridas para cada unidad de
tratamiento respecto a tamaño y número (anexo 3). Tanto las válvulas, accesorios y tuberías recolectoras
o difusoras (múltiples) se especifican con base en una tasa de lavado de 15 m/h para filtros gruesos
dinámicos y 20 m/h para filtros gruesos ascendentes.
• Para efectos del cálculo estructural las unidades de filtración, se consideran enterradas o semienterradas,
adoptándose una capacidad portante mínima de 1.8 Kg/cm2.
• Se estima que el 80% de los costos directos corresponden a: excavación; concreto ó mampostería, grava,
arena; acero de refuerzo; caseta y válvulas. El 20% adicional incluye otros costos especificados en el
ítem 6.4.1; tal distribución de costos puede ser diferente en algunas zonas geográficas, debido al peso
que pueden implicar los costos del material filtrante y del terreno donde se contruirá la planta de
tratamiento. Bajo estas circunstancias, el modelo propuesto debe ser ajustado.
Con base en los supuestos básicos presentados previamente, se desarrollan ecuaciones que relacionan las
cantidades de obra de los ítems de mayor incidencia en los costos directos con el área de filtración de cada
componente FiME. Estos modelos han sido obtenidos a partir de información generada para plantas
diseñadas con caudales entre 2 l/s y 25 l/s, utilizando como alternativas de construcción, concreto
reforzado y mampostería en ladrillo. Los resultados obtenidos con coeficientes de correlación superiores a
0.95, permiten estimar cantidades de obra las cuales son presentadas en las tablas 6.2; 6.3 y anexo 3.
Tabla 6.2 Modelos para estimar cantidad de obra expresados en función del área de filtración (A) de cada
componente. de los ítems con el peso más alto en los costos de construcción de plantas FiME. Concreto
reforzado; caudales entre 2 l/s y 25 l/s.
A1-82
Item A:(3.6 y 45) m2 A: (12 y150) m2 A: (24 y 300) m2 A: (36 y 450) m2 A: (48 y 600) m2 A: (19 y 167) m2
Excavación ( m3 ) 9.24 A 0,61 1.71 A + 13.87 1.74 A + 9.38 1.73 A + 12.87 5.52 A 0,90 0.14 A1,05
Concreto (m3) 7.75 e0,04A 0.32 A + 5.32 0.33 A + 9.20 0.33 A + 13.42 0.27 A + 19.20 0.47 A0,82
3000 psi
Acero de refuerzo 466.19 e0,04A 24.03 A + 487.88 25.02 A + 821.88 24.51 A + 1200.50 20.26 A + 1713.60 50.3 A0,48
(Kg)
Las áreas requeridas por cada planta FiME han sido expresadas en función del caudal, según se indica en
las ecuaciones 6-3; 6-4; 6-5 y 6-6, para valores entre 2 l/s y 25 l/s. El tipo de ecuación a utilizar esta
asociado con el nivel de riesgo en la fuente, así por ejemplo, a mayor nivel de contaminación, mayor
número de etapas de tratamiento y por consiguiente, mayor área requerida para un mismo caudal a tratar:
Tabla 6.3 Modelos para estimar cantidad de obra de los ítems de mayor peso en los costos de
construcción de plantas FiME. Expresados en función del área de filtración (A) de cada componente.
Concreto reforzado; Mampostería en ladrillo; caudales entre 2 l/s y 25 l/s.
FGDi FGAC FGAS 2 FGAS 3 FLA Caseta
2 2 2 2 2
Item A: (3.6 y 45) m A: (12 y 150) m A: (24 y 300) m A:(36 y 450) m A: (48 y 600) m
A: (19 y 167) m2
Excavación (m3) 9.24 A0,61 1.71 A + 13.87 1.74 A + 9.38 1.73 A + 12.87 5.52 A 0,90 0.14 A1,05
Concreto (m3) 0.35 A + 3.13 0.19 A + 1.18 0.20 A + 2.53 0.19 A + 3.65 0.17 A + 7.72 0.47 A0,82
3000 psi
Acero de 24.03 A + 192.22 12.04 A + 93.09 12.33 A + 183.75 12.21 A + 265.16 10.41 A + 562.52 50.30 A0,48
refuerzo (Kg)
Mampostería 22.10 e 0,04 A 0.86 A + 28.00 0.92 A + 43.83 0.89 A + 64.00 0.81 A + 103.34 5.22 A0,56
(m²)
A1-83
FGDi + FGAC + FLA : A = 220.66 Q0.62 (6-4)
FGDi + FGAS2 + FLA : A = 241.41 Q0.63 (6-
5)
FGDi + FGAS3 + FLA : A = 263.39 Q0.63 (6-
6)
Donde, A = Area, en m2
Q = Caudal, en l/s
Por cada componente de FiME se recomienda un rango de áreas superficiales según se indica en las tablas
6.2 y 6.3 tanto para concreto reforzado como para mampostería en ladrillo. Las áreas indicadas son las
requeridas por las unidades de tratamiento incluyendo, estructuras de entrada y salida, caseta para
operación y almacenamiento de arena, cámaras de lavado y zonas de comunicación interna. Para zonas de
ladera con pendientes de terreno clasificadas entre moderadas y altas, las áreas requeridas además de lo
indicado, deben considerar otros factores como, estabilidad del terreno, conformación y pendiente de
talud, áreas para explanación y posible construcción en niveles.
Los modelos no incluyen áreas adicionales requeridas (servidumbres) por las obras de conducción de agua
cruda afluente al sistema de tratamiento, ó por la conducción del agua tratada efluente. Igual
consideración se realiza para el emisario final que conduce los desagües desde la plantas hasta el sitio de
disposición final, pués su localización y longitud, está condicionada por aspectos topográficos, uso y
tenencia del suelo en la zona del proyecto.
Es importante indicar que la tecnología no requiere de equipos especiales. Sin embargo el sistema de
abastecimiento en su conjunto, puede requerir, por ejemplo, del bombeo de agua cruda ó de agua tratada
hacia el almacenamiento ó la red de distribución. Los costos que se puedan generar bajo estas
condiciones de bombeo, no han sido considerados dentro de los análisis realizados para el sistema de
tratamiento. Estos costos se consideran iguales y comunes para cada alternativa en estudio.
Las tablas 6.4; 6.5 y 6.6 presentan información muy útil para estimar los requerimientos de personal para
las labores de operación y mantenimiento. Estas tablas fueron obtenidas con base en los rendimientos
reportados para cada una de las actividades diarias, periódicas y eventuales, evaluadas en plantas de
tratamiento FiME a escala real ubicadas en el valle geográfico del río Cauca - Colombia y en unidades a
escala piloto en la Estación de ivestigación y transferencia de tecnología de Cinara, en Puerto Mallarino,
Cali - Colombia. Los datos presentados en la tabla 6.4 indican los requerimiento de operador para realizar
actividades rutinarias además de limpieza de zonas de acceso, jardines, etc, dentro de la planta de
tratamiento.
A1-84
Tabla 6.4 Requerimiento de operador para realizar las labores diarias y periódicas de operación y
mantenimiento de plantas FiME, estimado en tiempos completos equivalentes (TC).
Caudal
(l/s) 1 5 10 20
Alternativa FiME
Con el propósito de estimar un tiempo de dedicación por año, se elaboró la tabla 6.7, teniendo en cuenta la
información suministrada en las tablas 6.5 y 6.6.
Tabla 6.5 Rendimientos estimados de mano de obra para realizar actividades eventuales por componente
de la tecnología FiME
Componente de Rendimiento
FiME (horas/m3 de material filtrante)
FGDi 5.6
FGAC 2.6
FGAS2 2.0
FGAS3 1.3
FLA 1.0
Tabla 6.6 Frecuencia de realización de actividades eventuales para diferentes alternativas de FiME.
Número promedio de eventos por año.
Componente
Alternativa FGDi FGAC FGAS2 FGAS3 FLA
de FiME
Tabla 6.7 Requerimiento de operador para realizar las labores eventuales de operación y
mantenimiento de plantas FiME, estimados en tiempos completos equivalentes (TC).
Caudal
A1-85
Alternativa (l/s) 1 5 10 20
de FiME
Nota: Estos valores tienen sentido cuando se consideran varios años de funcionamiento del sistema, puesto que la mayoría de estas
labores varían su periodicidad entre algunas veces al año hasta una vez cada 5 años o más.
Con base en la información suministrada por el personal responsable de ejecutar las actividades
administrativas en las plantas de tratamiento de 5 comunidades en el valle geográfico del río Cauca (El
Retiro, Cañas Gordas, Ceylan, La Marina y La Sirena) con caudales entre 7.5 l/s y 9.4 l/s y número de
suscriptores entre 93 y 500, se encontró que los requerimientos de tiempo para actividades administrativas
exclusivamente para plantas FiME, fueron del orden de 0.30 tiempo completo, (0.30 TC/mes). Estas
actividades incluyen labores como: supervisión, planeación, atención a usuarios, compras, pago y
reuniones con entidades del sector de agua potable y saneamiento.
3.4.5.2 Administración.
Se estima que un valor entre 0.30 y 0.5 TC/mes por actividades administrativas relacionadas con la planta
de tratamiento puede ser aplicable a los sistemas FiME para el rango de caudales en estudio, 2 l/s a 25 l/s,
pués las actividades de promoción y gestión ante el ente administrador, comunidad e instituciones no varía
significativamente en la mayoría de los casos, en el rango de caudal indicado.
3.4.6
3.4.7 6.4.4 Metodología para obtener los costos.
A partir de los modelos de cantidades de obra presentados en las tablas 6.2; 6.3 y anexo 3 y de los costos
unitarios locales, se pueden obtener los costos directos de inversión inicial. Para obtener el costo total es
necesario incrementar el costo directo en un factor que incluya los ítems de administración, imprevistos y
utilidades (AIU). En Colombia este valor puede oscilar entre el 20% y 30% de los costos directos
Para los costos de administración, operación y mantenimiento se deben utilizar las tablas 6.4 y 6.7 y lo
indicado previamente en el ítem de administración. Con esta información se puede obtener el tiempo
requerido de personal en términos de tiempos completos durante el año. Conocido el valor de salarios del
personal requerido, y considerando que este ítem representa aproximadamente el 85% del costo
recurrente, será posible entonces, obtener el valor total respectivo.
3.5
3.6 6.5 MODELO DE COSTOS DE CONSTRUCCION PARA EL VALLE DEL CAUCA
Con el propósito de ilustrar las características de los costos de la tecnología FiME, se hace un análisis con
caudales de 2 l/s, 8 l/s, 15 l/s y 25 l/s, utilizando costos unitarios de la Ciudad de Cali, Colombia, los
cuales pueden ser aplicables, con una buena aproximación, a otros lugares del valle geográfico del río
Cauca e inclusive a otras localidades en Colombia ubicadas en lugares cercanos a centros urbanos
capitales de departamento.
Para cada uno de los caudales se realizaron diseños típicos, con base en los criterios indicados en la tabla
6.1 y las consideraciones presentadas en el ítem 6.4.2. A partir de estos diseños, se realizó un
A1-86
presupuesto detallado tanto de los ítems de mayor incidencia como de los de menor peso en el costo. Esto
último con el propósito de validar la distribución porcentual considerada en los supuestos básicos de los
modelos de cantidad de obra.
La información anterior ha sido la base para determinar:
• Un modelo de costos directos de construcción para cada componente de FiME, en concreto reforzado y
mampostería en ladrillo.
• Un modelo de costos directos para diferentes alternativas de FiME, en concreto reforzado, incluyendo
además de cada unidad de filtración, otros elementos del sistema como andenes, cerramientos,
desagües, iluminación, etc.
En las tablas 6.8 a 6.10 y figuras 6.1 y 6.2 se muestran los resultados para concreto reforzado y en las
figuras 6.3 y 6.4 los modelos obtenidos para mampostería en ladrillo.
Tabla 6.8 Costos directos de construcción de componentes de plantas FiME, para diferentes caudales.
Concreto reforzado; costos estimados para el valle geográfico del río Cauca en los Andes Colombianos.
Valores en $ US, Agosto de 1996.
Caudal
Componente (l/s) 2 8 15 25
FiME
Tabla 6.9 Costos directos de construcción de plantas FiME, para diferentes caudales. Concreto reforzado;
Costos estimados para el valle geográfico del río Cauca en los Andes Colombianos. Valores en $US,
Agosto de 1996.
Caudal
Alternativa (l/s) 2 8 15 25
FiME
FGDi + FLA 37442 70175 120595 184553
FGDi + FGAC + FLA 42832 81531 142464 221069
FGDi + FGAS2 + FLA 47560 91158 161437 253094
FGDi + FGAS3 + FLA 52540 101231 181158 286576
Nota: En esta tabla se incluyen además de las unidades de filtración los demás elementos del sistema:
andenes, cerramientos, desagües, iluminación, etc.
A1-87
Tabla 6.10 Distribución porcentual (%) estimada de los costos directos de construcción de los
componentes de Plantas FiME, por cada alternativa de tratamiento, en el valle geográfico del río Cauca, en
los Andes Colombianos. Agosto de 1996.
Alternativas
de FiME FGDi + FLA FGDi + FGAC + FGDi + FGAS2 FGDi + GFAS3
Componente FLA + FLA + FLA
de FiME
FGDi 10 9 8 7
FGAC - 15 - -
FGAS2 - - 24 -
FGAS3 - - - 32
FLA 55 46 42 37
Caseta 12 10 - 8
Otros 23 20 17 16
Total 100% 100% 100% 100%
Nota: Estos cálculos se han realizado con base en la alternativa de concreto reforzado. Sin embargo para este caso en particular, los valores
para la opción de mompostería en ladrillo son muy similares a los indicados en esta tabla.
1000
C = 2.61 Q0.57
C: Costos Directos de Construcción
C = 2.93 Q0.75
C = 5.54 Q0.74
C = 8.16 Q0.75
100
(miles de US$)
C = 11.76 Q0.74
10
1
1 10 100
Q: Caudal (l/s)
FGDi FGAC FGAS2 FGAS3 FLA
Figura 6.1 Modelos de costos directos de construcción de componentes de plantas FiME, en concreto
reforzado, desarrollados para el valle geográfico del Río Cauca, en los Andes Colombianos. Agosto de
1996.
A1-88
1000
C: Costo Directos de Construcción
(miles de US$)
100
C = 22.57 Q0.62
C = 25.42 Q0.64
C = 27.98 Q0.65
C = 30.56 Q0.66
10
1 10 Q: Caudal (l/s) 100
Figura 6.2 Modelos de costos directos de construcción, para diferentes alternativas de plantas FiME,
construidas en concreto reforzado, para el Valle del Cauca en los Andes Colombianos. Agosto de 1996.
1000
0.55
C= 2.30 Q
C: Costos Directos de Construcción
0.80
C= 2.19 Q
0.79
C= 4.18 Q
0.79
100 C= 6.17 Q
(miles de US$)
C= 9.96 Q
0.76
10
1
1 10 100
Q: Caudal (l/s)
FGDi FGAC FGAS2 FGAS3 FLA
Figura 6.3 Modelos de costos directos de construcción de componentes de plantas FiME, en mampostería
en ladrillo, desarrollados para el valle geográfico del Río Cauca, en los Andes Colombianos. Agosto de
1996.
.
A1-89
1000
C: Costo Directos de Construcción
(miles de US$)
100
C= 20.49 Q0.63
C= 22.49 Q0.65
C= 24.42 Q0.66
C= 26.35 Q0.68
10
1 10 100
Q: Caudal (l/s)
Figura 6.4 Modelos de costos directos de construcción, para diferentes alternativas de plantas FiME,
construidas en mampostería de ladrillo, para el Valle del Cauca en los Andes Colombianos. Agosto de
1996
• El método planteado es una buena guía para la obtención de costos de construcción, operación y
mantenimiento de plantas FiME para caudales entre 2 l/s y 25 l/s. Sin embargo para su adecuada
aplicación es importante conocer los supuestos básicos y criterios de diseño presentados en el ítem
6.4.2.
• Los modelos de cantidades de obra y los tiempos estimados de requerimientos de personal pueden ser
ajustados para cada situación ó región en particular, en la medida en que se evaluen metódicamente las
experiencias propias tanto a nivel piloto como a escala real.
• El nivel de precisión en los costos obtenidos, depende en buena medida de la calidad de la información
sobre costos unitarios utilizados. Es importante tener en cuenta que, cada modelo de costos obtenido
solo es aplicable a la región, donde se generan los costos unitarios.
• Para la tecnología FiME el costo se incrementa con el nivel de riesgo sanitario en la fuente, pues con
ello se incrementa también el número de barreras requeridas y por consiguiente los volúmenes de
construcción.
A1-90
• Cuando se tienen dos alternativas FiME con velocidades de operación diferentes, es necesario hacer
una comparación para identificar la opción más económica.
Del modelo de costos obtenido para plantas FiME en el Valle del Cauca, se puede inferir las siguientes
observaciones específicas:
• El componente de menor peso porcentual (ver tabla 6.10) es el FGDi (7-10%) y el de mayor peso es el
FLA (37-55%). Esto indica que la optimización del FLA va a producir un mayor impacto en los costos
de inversión del sistema.
• El ítem “otros” representa entre el 16 y el 23%, (ver tabla 6.10) lo cual se ajusta al supuesto de
considerar esta componente como el 20% de los costos directos de construcción de la planta de
tratamiento por FiME.
• El coeficiente “b” es del orden de 0.75 para los componentes FGAC, FGAS2, FGAS3 y FLA, mientras
que para FGDi es 0.60 (figura 6.1). Se observa entonces que los componentes de mayor peso
porcentual tienen menor economía de escala. Para el sistema de tratamiento en conjunto (figura 6.2)
estos coeficientes estan en el rango de 0.62 a 0.66, indicando algun grado de economía de escala.
• Teniendo en cuenta que los modelos de cantidades de obra han sido desarrollados en función del área
de filtración, es posible estimar el costo de los componentes de FiME para otras velocidades de
filtración diferentes a las indicadas en la tabla 6.1.
El modelo de costos de inversión inicial, para sistemas convencionales obtenido con la información de
INSFOPAL (Zona Centro-Sur), para caudales, entre 9 l/s y 25 l/s, actualizado a 1996, puede ser expresado
de la siguiente manera:
De acuerdo a lo presentado en las figuras 6.1 a 6.4, los costos de construcción de plantas FiME, en
mampostería, para el valle geográfico del Río Cauca, presentan costos más bajos que la opción en
concreto reforzado.
3.8 6.7 IMPACTO DE LA TECNOLOGIA SOBRE LA TARIFA
Una vez definida la viabilidad de una alternativa de tratamiento, en el sentido de manejar eficientemente
los factores de riesgo, de ser compatible con la conservación del medio ambiente y con la cultura de la
comunidad usuaria, la opción tecnológica seleccionada debe ser analizada para medir la potencialidad de
ser ejecutada y garantizar su sostenibilidad durante el transcurso de su vida útil.
La tecnología FiME, además de mostrar su fortaleza con respecto al cumplimiento de los criterios
anteriormente enunciados, compite favorablemente por su estructura de costo. Sus costos de operación,
mantenimiento y reposición son bajos comparados con otras opciones ya que no requiere materias primas
ni energía para su operación; además, suministra autonomía a las localidades, pues no requiere de
A1-91
productos químicos, ni importación de repuestos, ni maquinaria o exigir personal experto con alto nivel
de escolaridad. De otra parte, sus costos de inversión presentan un factor de economía relativamente bajo
(ver figura 6.1 y 6.3), lo cual implica que su desarrollo constructivo puede hacerse por módulos
relativamente pequeños. Lo anterior significa que, en economías como las de los países latinoamericanos,
expuestas a grandes variaciones y dependientes de factores internos y externos, los períodos de diseño
(que determinan el tamaño de las estructuras), podrían ser inferiores a 10 ó 15 años. Esta condición
produce costos de inversión más bajos, que aquello generados cuando se construye bajo los conceptos
tradicionales de la ingeniería, con períodos de diseño entre 20 y 30 años.
Este criterio, tiene repercusiones positivas dentro de los esquemas económicos y financieros de las
comunidades, teniendo en cuenta que:
• Al ser los costos de inversión más pequeños en el tiempo (se construye cada 5, 10 ó 15 años), se facilita
el manejo financiero y por tanto da mayores posibilidades a las poblaciones para tener acceso a créditos
o a sistemas de cofinanciación estatales, que son comunes en estos países.
• Los períodos de diseño bajos, dan oportunidad para aprovechar recursos locales (materiales de
construcción principalmente); y para acomodarse a cambios en las demandas de agua de las
comunidades. Así mismo, permite aceptar e incorporar más fácilmente, desarrollos tecnológicos
futuros que impliquen mejor calidad a menor costo.
• La construcción por etapas relativamente cortas permite mayor flexibilidad para la recuperación de la
inversión, ya que reduce al máximo el “capital ocioso”, que se genera cuando se construye para
períodos grandes. Lo anterior, junto con los bajos costos de operación y mantenimiento, repercute
positivamente, de inmediato, en la tarifa que la comunidad establece para el sostenimiento de su
sistema de tratamiento de agua.
• La vida útil de las instalaciones es, en su conjunto, en muchas ocasiones, mayor que 50 años, lo cual
posibilita establecer largos períodos, para recuperar la inversión.
Si se quiere comparar costos, estudiar tarifas, o revisar el impacto del período diseño, se deben convertir
los costos de construcción y los costos recurrentes en unidades comparables en el tiempo. Algunos costos
recurrentes anuales tienen valores fijos, por ejemplo los salarios de los operarios; mientras que otros
costos están relacionados con el período durante el cual funciona un equipo y por consiguiente, con la
cantidad de agua suministrada, por ejemplo el consumo de combustible.
A continuación se presenta el método del costo equivalente anual, el cual permite expresar el costo de
inversión en costos equivalentes anuales durante la vida útil del sistema. El costo total anual se obtiene
sumando los costos anuales recurrentes a estos costos equivalentes. Con este monto total se puede calcular
la contribución de la tarifa para recuperar los costos recurrentes y la fracción de la inversión inicial que la
comunidad convenga pagar con el gobierno o la agencia financiera.
A1-92
Método de costo equivalente anual
Con este método el costo de capital se hace equivalente a una serie de cuotas anuales, distribuidas durante
la vida útil de las obras (Hofkes y Visscher, 1990). La suma de los costos equivalentes anuales será mayor
que el costo inicial de capital del sistema, pues se adiciona el interés sobre la deuda pendiente, el cual debe
ser incluido en las asignaciones anuales correspondientes. El costo equivalente anual de una inversión de
capital (C), con vida útil de (v) años, puede calcularse mediante la ecuación 6-8.
r (1 + r )
v
CEA = C (6-8)
(1 + r ) v − 1
La tasa de descuento y la vida útil son las dos variables más importantes de la ecuación (6-8). De una
parte, la tasa de descuento puede entenderse como una tasa de rendimiento que considera tanto el costo de
capital como el riesgo asociado a la incertidumbre de invertir en el sector, en este caso el de agua potable
y saneamiento. En general, el Banco Mundial aplica tasas de descuento en el rango de 8 a 15% (Hofkes y
Visscher, 1990). En Colombia se trabaja con tasas en el rango de 10 al 12%. De otra parte, la vida útil de
los componentes principales de FiME, como son las estructuras de concreto o mampostería, es del orden
de 50 años, mientras la vida útil de otros componentes, como válvulas, con menor peso en los costos de
construcción es más baja. Esta tasa varia de país a país.
Se puede presentar la ecuación (6-8) como: CEA = fc.C, en la cual fc representa el valor del factor de
recuperación de capital. Por ejemplo el valor de fc para un tasa de descuente de 10 % es 0.16 cuando el
tiempo de recuperación es de 10 años y 0.13 cuando es de 15 años y 0.11 cuando es de 25 años. Se puede
apreciar que para un período largo de recuperación fc se acerca más a la tasa de descuento.
Si bien, la vida útil de las estructuras principales de FiME es relativamente larga y fc podría ser igual a la
tasa de descuento, en la práctica surgen complicaciones originadas por el tiempo en que se debe pagar el
crédito. Si éste es de 15 años y la tasa de 10%, cada año se debe pagar 0.13 C a lo largo de los 15 años.
Sin embargo, después de éste período, todo la inversión está libre y aquella parte del sistema con mayor
vida útil seguirá funcionando, convirtiéndose en patrimonio de la localidad. Si se continúa con la misma
tarifa después del período, los ingresos serán superiores a los egresos y se podrá, por ejemplo, realizar
mayor provisión para reposición, mantenimiento, o aspirar a un nuevo crédito, si se requiere ampliar el
sistema o someterlo a reparaciones mayores.
En los sistemas que son cofinanciados, se aplica la tasa de descuento solo sobre la fracción de la
financiación que la comunidad aceptó cofinanciar. Las consideraciones anteriores son lustradas con un
ejemplo, representativo de un núcleo rural o de una cabecera municipal pequeña, asentada en el valle
geográfico del río Cauca, en los Andes Colombianos.
En una localidad 900 familias están conectadas al acueducto y cada una de ellas paga en promedio una
tarifa de US$2 por mes, para un consumo diario de 0.8 m3. El ente encargado de la administración de la
prestación del servicio, en equipo con el gobierno local y con las instituciones del sector activas en la
zona, deciden mejorar la calidad del agua del sistema de abastecimiento, mediante la combinación de
FGDi + FGAC + FLA, etapas de tratamiento dentro de las opciones de la tecnología FiME. Para efectos
A1-93
del ejemplo y entendiendo que el período del diseño depende de muchos factores, algunos de ellos
difíciles de controlar en nuestro contexto, se asume éste de 10 años. La estimación de crecimiento
promedio de los usuarios en la localidad es de 1.5% anual, de acuerdo con la historia censal y las
perspectivas de la comunidad.
900 x (105
. ) x 0.8 x 10 3
10
Con base en la ecuación 2 de la figura 6.2, se calculan los costos directos de construcción, los que se
multiplican por 1.2 para cubrir los costos de administración, imprevistos y utilidades (AIU):
En concertación con la comunidad, se precisa forma como será financiada la inversión: la inversión será
financiada, 50% con fondos nacionales de cofinanciación y 50% con fondos locales, de los cuales la
mitad será en efectivo y el saldo en mano de obra y materiales. Así, la comunidad decide recuperar el
25% de la inversión en efectivo y aunque la vida útil global de la infraestructura es de 40 años, solo se
obtiene un préstamo a 20 años con tasa de descuento de 10% . Por consiguiente,
. (110
. )
20
01
CEA = 0.25x130580 x = US $ 3834
. ) 20 − 1
(110
Para evaluar los costos de personal, se aprovecha la experiencia indicada en las tablas 6.4 y 6.6, que
permiten estimar, en tiempos completos equivalentes (TC), las necesidades de operación y mantenimiento
para la opción de FiME seleccionada. Para labores de administración se considera 0.3 TC, de acuerdo a lo
indicado en el aparte 6.4.3.
Total 1.40 TC
Asumiendo el costo promedio mensual de cada TC en 150 US$, el costo de personal es aproximadamente
US$ 212/mes. Valor que debe ser incrementado en 15% para cubrir otros costos según se deduce en el
aparte 6.4.4. Los costos de personal representan, en promedio el 85% de los costos de operación,
mantenimiento y administración de FiME. En consecuencia, los costos recurrentes para los ítems
identificados serán US$ 244/mes.
La tarifa mensual por usuario, correspondiente al mejoramiento de la calidad del agua, será US$ 0.63 y el
total de la tarifa, incluyendo la cantidad anteriormente pagada sin calidad de agua, será de US$ 0.63+ 2.0
= US$ 2.63. Este valor se considera razonable y factible de ser cubierto por la comunidad, pues
representa menos del 3% (UNDP, 1990) de los ingresos promedio de la mayoría de usuarios.
A1-94
A1-95
7. SELECCION DE ALTERNATIVAS DE LA TECNOLOGIA FIME
La selección de tecnología para la potabilización del agua involucra un gran número de factores tal como se
discutió en el capítulo 3. Entre otros, se incluyen las condiciones socioeconómicas y culturales de la
comunidad, la disponibilidad de recursos, materiales de construcción e insumos químicos además del soporte
institucional y características de la calidad del agua. El objetivo de la selección es en consecuencia, contribuir
a la sostenibilidad de los sistemas a través de la realización de proyectos con cobertura adecuada que
suministren agua apta para consumo humano, con criterios de continuidad, cantidad y calidad a un costo
manejable por los usuarios.
En este capítulo se presenta una aproximación o guía de selección de las variantes de la tecnología FiME
como alternativa de tratamiento de agua. En primera instancia se presentan indicadores del riesgo sanitario,
posteriormente y con base en el seguimiento de proyectos a escala piloto y real, se presentan las eficiencias
obtenidas con diferentes alternativas de tratamiento FiME. Para las alternativas de FiME estudiadas, se
realiza un análisis de costos, según fue tratado en el capítulo 6. Con base en lo anterior se realizan las
recomendaciones para la selección de las alternativas de tratamiento por FiME.
Para conformar la guía de selección se revisó el modelo desarrollado por la Universidad de Oklahoma y
publicado por Reid (1982), el cual se fundamenta en 4 bloques de información: factores técnico-sociales,
fuentes de abastecimiento, calidad de agua cruda e información demográfica. Otro concepto presentado en la
literatura toma como base factores técnicos, socioeconómicos, ambientales, capacidad de gestión , operación
y mantenimiento (Hofkes y Visscher, 1990).
En el modelo presentado en este capítulo solo se comparan entre si las diferentes alternativas de FiME,
excluyendose varios de los factores mencionados anteriormente, pués en la práctica las diferencias entre las
variantes de FiME no son muy grandes en su impacto ambiental, ni en su nivel de complejidad en términos de
operación y mantenimiento. La información demográfica tampoco representa un factor de gran peso, pues las
economías de escala para las diferentes alternativas FiME, presentan valores semejantes. Así, la guía de
selección considera tres bloques principales: el riesgo sanitario de la fuente, la eficiencia del tratamiento y los
costos de inversión, administración, operación y mantenimiento.
En el esquema que se presenta, no se compara FiME con otras alternativas de tratamiento como por ejemplo
la filtración rápida de agua químicamente coagulada, pues este tipo de sistema no guarda armonía con la
capacidad de gestión, operación y mantenimiento de la gran mayoría de los núcleos rurales de cabeceras
municipales pequeñas o medianas, que en muchas circunstancias no pueden garantizar la disponibilidad de
productos químicos o de energía necesarios para el funcionamiento del sistema. Adicionalmente, la
tecnología FiME tiene buena aceptación por parte de las comunidades pués su administración, operación y
mantenimiento son comparativamente más simples que las requeridas por otros sistemas de tratamiento de
agua para consumo humano.
Las opciones de FiME revisadas en este capítulo, involucran como mínimo FGDi + FLA; además se incluyen
alternativas de tratamiento que involucran las combinaciones de Filtros Gruesos Ascendentes mensionadas en
el capítulo 5 y 9 del presente manual.
A1-96
En este item se presenta una propuesta para la clasificiación de la calidad del agua de fuentes superficiales
utilizadas para el abastecimiento de agua para consumo humano. La propuesta se basa en los siguientes tres
aspectos :
• Al tratar el agua de una fuente superficial, el efluente del sistema de tratamiento debe cumplir con las guías
de calidad de agua para consumo humano propuestas por WHO (1996).
• La calidad del agua para consumo humano se determina con base en tres parámetros básicos turbiedad y
coliformes fecales según Lloyd y Helmer (1991) y se incluyó el color real tal como se discutió en el
Capítulo 2.
• La experiencia adquirida por Cinara en proyectos de investigación y desarrollo tratando agua de fuentes
superficiales en Colombia con diferentes niveles de calidad, le permite proponer criterios sobre la
clasificación de la calidad del agua. Estos criterios podrán ser ajustados en la medida que se cuente con
mayor información, ó donde las características de la zona de influencia sean distintas, se podría plantear
su propia clasificación.
La experiencia de Cinara ha sido adquirida por más de 7 años de seguimiento a 10 fuentes que abastecen
igual número de plantas FiME. La propuesta de clasificación de las fuentes aquí presentada, es preliminar,
pues la calidad del agua y su variabilidad esta condicionada por variables no controladas dentro del alcance de
este documento, v.gr., características hidroclimatológicas, aspectos geomorfológicos y uso y tenencia de la
tierra en las microcuencas, entre otros. De otro lado, la eficiencia de remoción de la tecnología FiME,
depende de la temperatura del agua, dada la naturaleza biológica de algunos de los procesos involucrados.
Aquellas localidades con bajas temperaturas, estan expuestas a menores eficiencias que las aquí reportadas,
requiriéndose por consiguiente, la capacidad crítica del lector para asumir adecuadamente los criterios de
selección y/o diseño para un sistema FiME en particular. En regiones con baja o ninguna experiencia en la
utilización de la tecnología FiME y/o alta incertidumbre en la calidad y cantidad del agua en las fuentes, se
recomienda iniciar su proceso de aprendizaje y familiarización con la tecnología, a través de un programa de
investigación y desarrollo , donde se validen o adapten los criterios presentados. Las universidades locales y
los institutos de investigación y otros agentes del desarrollo, pueden jugar un papel importante.
En los párrafos siguientes se justifican y proponen, específicamente los rangos de clasificación de la calidad
del agua.
7.1.1 Turbiedad
La turbiedad es un parámetro de vital importancia pues afecta tanto la aceptabilidad del agua a consumir,
como la selección y eficiencia de los procesos de tratamiento, particularmente la eficiencia de la desinfección
con cloro (aumenta su demanda y protege los microorganismos) y estímula el crecimiento bacterial.
A1-97
En todos los procesos en los cuales se incluya la desinfección, la turbiedad siempre debe ser baja
preferiblemente < 1 UNT. Se recomienda que la turbiedad en el agua a ser desinfectada sea consistentemente
< 5 UNT e idealmente posea un valor medio < 1 UNT (WHO, 1996). La norma colombiana (Decretos 2105
de 1983 y 475 de 1998) establece como valor admisible en el efluente de la planta antes de la desinfección,
una turbiedad máxima de 5 UNT, con valor deseable ≤ 1 UNT.
Tomando en cuenta las eficiencias de turbiedad y la remoción de las diferentes alternativas FiME discutidas
en el capítulo 5, se presentan tres rangos para la clasificación de la turbiedad :
• Rango bajo, con turbiedad promedia < 10 UNT, asociado con cuencas poco intervenidas, sin trazas de
erosión y sin terrenos de uso agrícola que drenen directamente en la fuente.
• Rango intermedio, fuentes con turbiedades predominantes entre 10 y 20 UNT, con buenas posibilidades de
tratamiento. En el capítulo 11 se presenta una aproximación a este rango.
• Rango alto, turbiedad promedia entre 20 y 70 UNT; promedios superiores a este nivel requieren una
investigación más profunda, particularmente en tamaño y distribución de partículas, que pueden tener un
gran impacto sobre la eficiencia de FiME.
En general el uso de turbiedades promedias, como se maneja en casi toda la literatura, no caracteriza el agua
de manera suficiente, pues los promedios pueden ser el resultado de una serie de picos o de niveles
relativamente constantes. En la práctica, el diseño debe garantizar que valores de turbiedad superiores al
rango normal de variación (picos) sean controlados con el uso de FGDi y con actividades de operación y
mantenimiento adecuadas, que eviten la reducción en la eficiencia del tratamiento y en la duración de las
carreras de filtración. Estas actividades pueden incluir el cierre total o parcial del suministro de agua a la
planta. Además, con base en la disponibilidad de agua en la fuente y en su calidad, se debe estudiar la
conveniencia de incluir otras etapas de tratamiento, como cribas, reservorios o desarenadores, previas a las
opciones de FiME aquí presentadas.
Como se indicó en el Capítulo 2, los riesgos presentes para consumo humano asociados con la contaminación
microbiológica, son tan importantes, que su control debe ser siempre una prioridad. En este sentido, para
obtener una desinfección confiable en sistemas de abastecimiento de agua para pequeñas comunidades, WHO
(1996) establece que el valor promedio de coliformes fecales debe ser < 3 y máximo < 25 UFC/100 ml.
Después de la desinfección el valor de coliformes fecales debe ser 0 UFC/100 ml.
Considerando las experiencias de los proyectos de investigación y desarrollo en Colombia, tratando aguas
superficiales con la tecnología FiME, la siguiente clasificiación de la calidad del agua es propuesta :
• Rango bajo, niveles de coliformes fecales menores a 500 UFC/100ml estos valores parecen corresponder
a una cuenca muy poco intervenida y con actividades humanas o de pastoreo.
• Rango intermedio entre 500 y 10000 UFC/100ml, que según la inspección sanitaria parece estar
relacionado, con cuencas donde existen zonas de defecación a campo abierto, donde se genera arrastre de
excretas directamente a la fuente durante el período de lluvias. En este rango no se considera ni el
vertimiento de aguas residuales a la fuente, ni la presencia de zonas con pastoreo intenso, ni sitios de
recreación masiva.
A1-98
• Rango alto, se considera entre 10000 y 20000 UFC/100ml, que corresponde a cuencas con alta
intervención humana y descargas directas de agua residual doméstica.
El agua para consumo humano debería ser incolora. El color en aguas para consumo humano podría ser
debido a la presencia de materia orgánica coloreada, v.gr. sustancias húmicas, metales como hierro y
manganeso o desechos industriales altamente coloreados. El color verdadero es una medida indirecta de
ácidos fulvicos y húmicos los que en muchas circunstancias se constituyen en el material orgánico más
abundante en aguas superficiales (Ellis, 1985; Spencer y Collis, 1991). Dado que el cloro reacciona con la
materia orgánica para formar subproductos de la desinfección potencialmente peligrosos, se discuten los
efectos adversos sobre la salud humana. Sin embargo la evidencia científica actual es inadecuada para
concluir que la cloración del agua representa un riesgo significativo para los humanos (ILSI, 1993).
Incertidumbre sobre la evidencia toxicológica disponible limita diagnosticar los riesgos en la salud humana
asociados con cloro, cloraminas, dioxido de cloro y desinfección con ozono. La evidencia epidemiológica
sobre los incrementos en los riesgos de cáncer por agua clorada para consumo humano, es equivocada
(Craun, 1993).
En consecuencia, no hay duda que la prioridad de tratamiento por desinfección lo sigue constituyendo la
remoción del riesgo microbiológico, no obstante la presencia de color verdadero en aguas para consumo
humano con valores superiores a 15 UPC (WHO 1996).
Establecer límites para color es complicado pues su remoción varia grandemente y depende de la forma en
la cual se encuentre, por lo cual no se puede generalizar las eficiencias encontradas y discutidas en el
Capítulo 5. El seguimiento y evaluación de proyectos a escala piloto y real con diferentes niveles de riesgo
permiten suponer los siguientes rangos de calidad :
• Rango alto, nivel de color entre 30 y 40 UC. Sin embargo, si la calidad de la fuente presenta niveles
superiores a 40 UC o entre 20 y 40 UC pero con turbiedad <10 UNT es conveniente efectuar estudios de
tratabilidad a escala piloto, para establecer la viabilidad de tratamiento con FiME.
La tabla 7.1 presenta de manera resumida la clasificación propuesta para la calidad del agua de fuentes
superficiales, considerando los tres parámetros básicos discutidos. Estos rangos están asociados con las
características del agua cruda en tres tipos de fuentes superficiales : riesgo bajo con fuentes de ladera bien
protegidas; riesgo intermedio en fuentes con alta intervención humana y con moderados niveles de sólidos,
turbiedad, color y riesgo alto con características como los ríos de valle que reciben vertimientos de aguas
residuales y aguas de escorrentía superficial de zonas agroindustriales.
Tabla 7.1 Resumen de rangos de calidad de agua en fuentes superficiales para orientar la selección de opciones de FiME
Los resultados obtenidos en la remoción de riesgo microbiológico por la tecnología FiME, muestran
eficiencias globales entre 5.0 y 6.0 unidades log. Este hecho refleja el alto potencial de esta tecnología para
tratar problemas de contaminación fecal en fuentes superficiales y por consiguiente, remover riesgo agudo.
Con base en estos logros se han propuesto rangos de calidad microbiológica para las fuentes superficiales
(tabla 7.1), a partir de los cuales se puede obtener un efluente tratado con bajo nivel de contaminación antes
de la desinfección.
En la medida que los niveles de contaminación se incrementan, las barreras de tratamiento se robustecen. El
tratamiento mínimo para aguas superficiales de rango bajo que requiere más que una simple desinfección,
corresponde a la combinacion de FGDi + FLA. Con un nivel de contaminación bacteriológica más alto, la
efiencia de la tecnología y particularmente de los filtros gruesos, parece incrementarse, produciendo niveles
efluentes de coliformes fecales adecuados para una desinfección segura.
Los modelos de costos indicados en el Capítulo 6, claramente muestran que el sistema FiME con el costo más
bajo comprende FGDi + FLA, seguido por un sistema que además de los anteriores incluye FGAC, y
seguidamente FGAS2; en reemplazo del FGAC para contaminación más alta. La opción con mayor costo
incluye FGDi + FGAS3 + FLA.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que diferentes combinaciones pueden alcanzar niveles similares de
tratamiento. Por ejemplo, una fuente de agua superficial con un rango de calidad intermedio puede ser
tratada con resultados similares, usando un FGAS3 con una velocidad de filtracion de 0.6 m/h y un lecho
A1-100
total de grava de 3.6 m, ó utilizando un FGAC con una velocidad de filtración de 0.3 m/h y un lecho filtrante
de 1.2 m. En este caso, la diferencia entre las dos opciones de tratamiento se basa en el costo de los
componentes, por lo cual un estimativo de las cantidades de obra requeridas serán una buena base para su
comparación. En la tabla 7.2 se presentan los criterios de diseño, y se comparan las cantidades de obra de
los materiales relevantes expresados como perímetro de muros, volúmen de grava y sistema de drenaje.
Como se puede observar, la alternativa FGAC requiere menor cantidad de obra en los items indicados como
(1) y (2).
Tabla 7.2 Comparación de indicadores de construcción para las alternativas FGAC y FGAS3 que
tratan una misma calidad de agua.
Con base en las consideraciones anteriores y acorde con la experiencia de Cinara con fuentes superficiales de
rango intermedio y alto, se ha establecido la siguiente guía para la selección de la alternativa de tratamiento
de FiME (tabla 7.3), la cual se basa en los rangos de los parámetros seleccionados de calidad de agua, la
eficiencia de las etapas de tratamiento y consideraciones de costos. Para cada alternativa se ha indicado la
velocidad de filtración. Las especificaciones del material filtrante para cada sistema está en armonía con los
criterios de diseño indicados en los capítulos 5, 8, 9 y 10.
A1-101
Tabla 7.3 Modelo para la selección de un sistema de tratamiento de agua por filtración en multiples etapas, FiME. (Todas las
opciones tienen FGDi 2.0 y FLA0.15)
(*) Para valores superiores a 70 UNT; 20000 UFC/100 ml o 40 UC, se recomienda realizar estudio en planta
piloto.
(El subíndice indica la velocidad de filtración recomendada en m/h)
medio
alto
Es importante resaltar que esta guía es solamente una orientación para el lector, pues está basada sobre la
experiencia de tratamiento con diferentes fuentes superficiales en el valle geográfico del río Cauca en
Colombia. Los procesos biológicos involucrados en la tecnología de tratamiento por FiME son importantes,
pero no fáciles de predecir. Por lo tanto, bajo condiciones diferentes a las presentadas en este documento, no
se pueden garantizar eficiencias similares. En consecuencia, al no existir experiencia con la tecnología en
una región especifica, se recomienda adoptar criterios de diseño conservativos es decir, iguales o inferiores a
los aquí recomendados por lo menos en los primeros proyectos y hasta tanto, la región en cabeza de los
profesionales diseñadores y autoridades del sector, incluyendo la comunidad, puedan analizar críticamente las
experiencias iniciales. También se recomienda realizar estudios a nivel de planta piloto para evaluar la
viabilidad de tratamiento y de funcionamiento del sistema FiME bajo condiciones locales.
A1-102
8. FILTRACION GRUESA DINAMICA
Este capítulo presenta una descripción del FGDi como acondicionador de la calidad del agua cruda y de su
papel como primera etapa de pretratamiento, incluyendo eficiencias de remoción. También se describe de
manera general, los componentes físicos de un FGDi y sus criterios de diseño y dimensionamiento;
finalmente se dan consideraciones sobre operación y mantenimiento de las unidades.
Un sistema FGDi consiste básicamente de dos o más módulos operados en paralelo con flujo descendente,
donde cada unidad es empacada con lechos de grava de tamaños variables en el rango de gruesa en el fondo a
fina en la superficie (Ver figura 8.1). La grava de menor tamaño origina grandes áreas superficiales dentro
del lecho filtrante y por consiguiente valores bajos de carga superficial, favoreciendo el proceso de
sedimentación como mecanismo predominante en la remoción de material sólido (Latorre, et al., 1996).
Qe
Caudal filtrado
Qf
En un FGDi, el caudal de diseño Qi afluente a la unidad, percola verticalmente a través de lechos de grava
para ser colectado en el fondo por un sistema de drenaje que lo conduce a la siguiente etapa de tratamiento.
En la zona de salida se proyecta un vertedor de rebose cuya cresta es diseñada entre 0.03 y 0.05 m por encima
del nivel superficial de grava, lo cual contribuye a mejorar el comportamiento hidráulico del filtro (Guzmán,
1997). Al inicio de la carrera de filtración (pérdida de carga generalmente < 0.01 m) la unidad opera a tasa
constante y progresivamente la resistencia hidráulica se incrementa hasta alcanzar la cresta de rebose. A
partir de ese momento, el FGDi empieza a declinar, distribuyéndose el Qi entre el caudal filtrado, Qf y el
caudal de rebose, Qe. La capacidad de declinar, origina el nombre de “dinámico” a la unidad de filtración.
La obstrucción de la unidad puede producirse de forma gradual cuando las condiciones de calidad de agua en
la fuente son consideradas normales, y de manera acelerada ante incrementos rápidos del contenido de sólidos
suspendidos en el agua cruda. Este hecho hace que a los FGDi se les conozca también como “Válvula
Tapón”, mostrando su capacidad de respuesta a la colmatación del lecho superficial, cerrando total ó
parcialmente el suministro de agua a las siguientes unidades de tratamiento. La figura 8.2 muestra unidades
experimentales de FGDi.
A1-103
Figura 8.2 Zona de experimentación a escala piloto, con diferentes unidades de filtración gruesa dinámica. Estación de
investigación y transferencia de tecnología en agua potable. Cinara, Puerto Mallarino, Cali, Colombia, 1997.
• Cámara de filtración
• Lechos filtrante y de soporte
• Estructuras de entrada y salida
• Sistema de drenaje y cámara de lavado
• Accesorios de regulación y control
Es la zona donde se realiza el proceso de tratamiento y el lugar donde se ubica el lecho filtrante, los medios
de soporte y el sistema de drenaje. La altura total de la cámara está determinada por la altura del lecho
filtrante, la altura del vertedor de salida y el borde libre requerido. Normalmente la altura total del filtro es de
0.70 m, con paredes verticales construidas generalmente en mampostería estructural o concreto reforzado.
Físicamente las cámaras de filtración poseen forma rectangular, aunque Guzmán (1997) sugiere realizar
mayor investigación sobre el modelaje físico de los FGDi a fin de superar algunos limitantes en el
comportamiento hidrodinámico de la unidad.
Tanto la grava de fondo como la intermedia funcionan como lechos de soporte, aunque existen evidencias de
su contribución en la remoción de material suspendido, Latorre (1994). El mantenimiento inadecuado de estas
zonas, facilita la acumulación progresiva de lodo y la colmatación total de la unidad, obligando a su vaciado
completo.
El diámetro del lecho de soporte varía según el tamaño de la grava superficial y del diámetro de los orificios
del múltiple recolector. En general, la altura del lecho de soporte no debe ser inferior al diámetro del
conducto recolector principal.
La estructura de entrada debe incluir elementos que permitan la disipación de energía, el control, la medición
y distribución de flujo y el vertimiento de excesos. El buen diseño de estos componentes contribuye
significativamente a la adecuada operación y mantenimiento del FGDi y del sistema de tratamiento en
general.
La estructura de salida debe permitir tanto el drenaje del caudal de rebose durante la operación a tasa
declinante del FGDi, como el vertimiento del agua de lavado durante la limpieza superficial del filtro.
El sistema de drenaje tiene el propósito de facilitar la recolección uniforme del agua durante la operación
normal de filtración, así como también, el drenaje de la unidad al realizar las actividades de mantenimiento.
Normalmente el sistema de drenaje consiste de tuberías PVC que forman los colectores laterales, provistos de
orificios a través de los cuales se capta el agua para ser entregada al colector principal, que la transporta hasta
la fase siguiente de tratamiento ó a la cámara de desagüe, según el proceso que se efectúe.
Para facilitar la limpieza hidráulica del filtro se instala una válvula de apertura rápida (VAR) en la tubería de
drenaje, tal como se ilustra en la figura 8.1, con diámetro igual al del conducto principal colector. El punto
de descarga del colector principal en la cámara de lavado, debe localizarse a una profundidad mínima de 0.5
m medida respecto a la losa de fondo del FGDi.
Al menos una cámara para lavado del material filtrante, debe construirse en un sitio próximo al FGDi, de tal
manera que facilita el mantenimiento de las unidades.
Los accesorios utilizados en las unidades de FGDi incluyen válvulas para regulación de caudal, válvulas de
apertura rápida, vertedero de aforo y reglillas de aforo (anexo 4). Las VAR pueden ser tipo mariposa,
compuerta o globo, construidos en hierro fundido, acero inoxidable o PVC tal como se indica en el anexo 4.
A1-105
En la tabla 8.1 se presentan los criterios de diseño recomendados por Cinara-IRC tomando como base su
trabajo a nivel de planta piloto y el seguimiento a proyectos a escala real.
Criterio Valores
Recomendados
(*) En estaciones de bombeo de agua con períodos de bombeo inferiores a 24 h/día, se recomienda
proyectar un almacenamiento de agua cruda, a partir del cual se suministre agua de manera continua al FGDi y
demás componentes.
(**) Medidos a partir del lecho superficial de grava fina.
La disposición del material filtrante dentro de la unidad requiere especial atención, pues de ella depende el
buen desempeño de la unidad de tratamiento. Es importante conservar la estratificación propuesta, pues ello
facilitará el comportamiento del FGDi como un filtro a superficie. La mezcla de los medios filtrantes origina
por consiguiente un lecho no estratificado, lo cual puede implicar menor eficiencia remocional, mayor
penetración de lodo a lo largo de toda la profundidad del lecho, aumentando las rutinas de mantenimiento.
Esta hipótesis esta siendo estudiada por Cinara con participantes del Programa de Postgrado en Ingeniería
Sanitaria y Ambiental de la Universidad del Valle. Para facilitar y conservar la estratificación se recomienda
instalar mallas plásticas como separador de lechos. (anexo 4).
La velocidad de filtración recomendada para estos sistemas FGDi no debe exceder los 3.0 m/h pues se pueden
generar valores de esfuerzo cortante que resuspendan y transporten el material sedimentado en el efluente de
la unidad, disminuyendo la eficiencia del proceso y modificando las rutinas de mantenimiento, Latorre,
(1994).
Adicionalmente y ante los bajos costos de inversión inicial que el FGDi representa (entre 7% y 10% de los
costos directos de construcción), no se justifica emplear velocidades de filtración superiores a las
recomendadas. Para facilitar las actividades de operación y mantenimiento se deben diseñar dos unidades
como número mínimo operando en paralelo, con actividades de mantenimiento escalonadas.
Las cámaras de lavado deben ser amplias, seguras y de fácil acceso. sus dimensiones deben ser tales que
faciliten el desplazamiento y maniobrabilidad del operador, recomendándose áreas superficiales entre 3 y 5
m2 profundidades entre 0.20 y 0.40 m. La cámara debe ser abastecida con agua cruda para facilitar el
mantenimiento eventual del FGDi (ítem 8.6). El conducto de desagüe, debe ser calculado para evacuar el
caudal máximo de lavado y evitar sedimentación en su interior. La losa de fondo de la cámara de lavado
puede construirse en concreto simple mientas los nuevos perimetrales en mampostería de ladrillo
A1-106
En la tabla 8.2 se presentan las características del medio filtrante recomendado para unidades FGDi. y en la
figura 8.3 se presenta un FGDi construido a escala real.
Tabla 8.2 Especificaciones del lecho filtrante recomendado para filtros gruesos dinámicos, FGDi.
Figura 8.3 Filtros gruesos dinámicos, FGDi, operando en paralelo. Parcelación el Retiro, Cali, Colombia, 1997.
Aunque el FGDi está orientado a reducir la concentración de material suspendido, también se han registrado
remociones significativas en parámetros microbiológicos y físicoquímicos. En la tabla 8.3 se presenta un
resumen de reducciones típicas para fuentes superficiales en Colombia con diferentes niveles de riesgo.
Tabla 8.3 Eficiencias de remoción encontradas en fuentes superficiales tratadas por filtros gruesos dinámicos.
A1-107
Color Real Entre 10 y 25%, con fuentes en el rango entre 15 y 20 UPC.
Hierro, Manganeso Entre 40 y 70% como hierro total y entre el 40 y 60% para manganeso.
Coliformes Fecales Entre 50 y 80%, para niveles de coliformes fecales en el agua cruda en el
rango 2000 a 100000 UFC/100 ml y sólidos suspendidos entre 10 y 50
mg/l.
8.5 DIMENSIONAMIENTO
Las dimensiones del FGDi, particularmente el ancho de la unidad, están condicionadas tanto por el caudal
disponible para el lavado superficial, como por su velocidad superficial de flujo (Galvis et al., 1991), tal como
se presenta en la ecuación 8.1.
C2 QL
b = ---------- (8.1)
( Vs )3
De manera práctica el valor de C según la ecuación para vertederos de cresta ancha, puede ser considerado
igual a 1.84 (m1/2/s) (King et al., 1988). Por lo tanto, el ancho se expresa como:
QL
b = 3.4 -------- (8.2)
(Vs )3
Según los criterios de diseño indicados en la tabla 8.1, Vs puede variar entre 0.15 y 0.3 m/s, dependiendo del
tipo de material predominante en el agua cruda; velocidad de 0.15 m/s cuando predominan limos y material
orgánico y superiores a 0.2 m/s para arenas y arcillas.
El caudal para lavado debe adoptarse con base en el flujo disponible en la estructura de entrada al FGDi. Por
ejemplo, al presentarse bombeo de agua cruda, el caudal disponible para lavado corresponderá al impulsado
por la bomba.
Calculada el área superficial con base en el caudal de diseño y la velocidad de filtración, el largo de la
estructura se determina a partir de la ecuación (8.3):
As
l= ---- (8.3)
b
A1-108
La operación de los FGDi se fundamenta tanto en el control de la velocidad de filtración, como en la
medición y calidad del agua producida, mientras que el mantenimiento se concentra en la recuperación de la
pérdida de carga en los medios filtrantes a través del lavado manual superficial y de descargas de fondo.
Estas actividades de operación y mantenimiento se han clasificado con base en su frecuencia de ejecución en
diarias, periódicas y eventuales. En la tabla 8.4 se presentan las actividades diarias de operación y
mantenimiento.
Control de Qf Revisar caudal efluente del FGDi, el cual debe corresponder al requerido
por los filtros gruesos.
Decidir necesidad de mantenimiento en FGDi.
Medición de turbiedad Con equipo de campo, medir turbiedad de agua afluente y tratada.
Cuando el valor de turbiedad a la salida indique valores mayores a los
niveles esperados, decida sobre la necesidad de efectuar mantenimiento.
En caso positivo, cierre la válvula de salida y limpie el FGDi.
Registro de Información En el libro de registro diario, anotar el valor de turbiedad del agua, la
fecha de lavado y otras observaciones que se consideren importantes.
La velocidad de filtración en ningún momento debe superar el valor de diseño. En tal sentido, el caudal Qi
afluente a la unidad debe ser controlado y ser coherente con el caudal requerido para generar la velocidad de
diseño. Solamente durante las actividades de mantenimiento y en particular durante el lavado superficial se
puede aumentar el valor de Qi, de tal manera que se facilite el arrastre del material resuspendido por efecto
de las acciones de rastrillo y arado sobre el lecho de grava fina.
El control de la calidad de agua efluente permite tomar decisiones sobre su operación y mantenimiento. Así
por ejemplo, en situaciones donde se detecte deterioro de la calidad efluente y si la demanda lo permite,
puede optarse por disminuir el caudal de entrada o posponer el lavado de la unidad.
Al presentarse cambios bruscos en la calidad del agua, continuamente se deben controlar las calidades
afluente y efluente de todas las unidades del sistema de tratamiento pues la eficiencia puede reducirse. Ante
estas circunstancias y si el caudal efluente del FGDi no declina rápidamente y la turbiedad afluente a los
filtros lentos presenta valores superiores a 20 UNT, será necesario disminuir el caudal de operación de la
planta en un 50%. Al persistir esta situación, se debe operar el sistema de tratamiento con un 25% del caudal
de diseño o en caso extremo, suspender la entrada de agua a la planta.
El mantenimiento de los FGDi incluye actividades periódicas (tabla 8.5) que consisten principalmente en la
limpieza de la capa superficial de grava y en el lavado hidráulico o drenaje de fondo utilizando la válvula de
apertura rápida.
Tabla 8.5 Actividades periódicas de operación y mantenimiento
A1-109
Actividades Acciones Claves
Limpieza hidráulica o de fondo Llenar la cámara de filtración con agua cruda y abrir y cerrar 10 veces
del filtro (una vez por semana) consecutivas la válvula de apertura rápida, dejar abierta la válvula y drenar
el filtro hasta que el agua de lavado sea ópticamente similar al agua cruda.
Este procedimiento puede repetirse por 2 ó 3 ocasiones, cuando el agua de
lavado sea muy diferente al agua cruda.
El lavado de los FGDi pretende restituir la capacidad de filtración y de almacenamiento de lodo dentro del
lecho filtrante, recuperando por consiguiente, la pérdida de carga en la unidad en mantenimiento. El
desarrollo de la pérdida de carga, es función de la calidad del agua cruda y de la velocidad de filtración
utilizada.
Generalmente las actividades periódicas se realizan una vez por semana con una duración cercana a 30
minutos, pero en períodos lluviosos y particularmente en fuentes superficiales con alto grado de
contaminación, el arrastre de sólidos se incrementa generando obstrucciones rápidas del lecho filtrante, y
aumentando por consiguiente la frecuencia de mantenimiento.
Después del lavado, la pérdida de carga hidráulica del filtro debe reducirse con relación a la existente previa
al lavado y retornar en lo posible, a las condiciones iniciales. Las causas de que esto no suceda pueden ser
originadas por:
Si terminado el lavado no se recupera la carga hidráulica, se debe drenar nuevamente el filtro para descartar
las dos primeras causas. Si la situación persiste, puede estar presentándose la tercera causa, condición que
puede aparecer después de varios meses e incluso años de operación de la unidad. Para superar esta situación
será necesario retirar todo el lecho filtrante, lavarlo manualmente o con ayuda mecánica e instalarlo
nuevamente, conservando la estratificación inicial.
Se debe tener especial cuidado en la extracción y posterior colocación de las camadas de grava, a fin de evitar
su mezcla. Si esto sucede, las gravas deben ser retiradas, tamizadas y colocadas nuevamente en correcto
orden. Las acciones claves para las actividades eventuales se presentan en la tabla 8.6.
A1-110
Actividades Eventuales Acciones Claves
A1-111
9. FILTRACION GRUESA ASCENDENTE
9.1 DESCRIPCION GENERAL
Los sistemas de filtración gruesa ascendente consisten de una o varias unidades que contienen grava en su
interior.
En sistemas conformados por una sola unidad, Filtración Gruesa Ascendente en Capas (FGAC), ésta es
empacada con lechos de grava de diferente tamaño en el rango de gruesa en el fondo, a fina en la superficie
(ver Figura 9.1). En sistemas con más de una unidad, Filtración Gruesa Ascendente en Serie (FGAS), cada
módulo se llena con un tamaño de grava predominante que decrece en el sentido del flujo (Ver Figura 9.2).
Un proyecto de demostración construido a escala real de filtración gruesa ascendente se presenta en la figura
9.3.
Rebose
Afluente viene
del FGDi
Efluente
La filtración gruesa ascendente tiene la ventaja de favorecer la acumulación de sólidos en el fondo del filtro,
donde se localiza el sistema de drenaje, facilitando asi, el lavado hidráulico o de fondo de las unidades.
Adicionalmente, la dirección vertical del flujo reduce interferencias generadas por temperatura o diferencias
de densidad del fluido, mejorando el comportamiento hidráulico de la unidad, evitando zonas muertas y
produciendo tiempos de retención más homogéneos. Estos factores influyen significativamente en la
eficiencia del proceso de tratamiento (Galvis et al., 1996).
A1-112
Camara de Camara de
entrada salida
Afluente
Efluente
Figura 9.3 Filtro grueso ascendente en capas con tres unidades en paralelo. La cubierta removible contribuye a disminuir el
crecimiento de algas y a facilitar el mantenimiento de las unidades. Parcelación El Retiro, Cali, Colombia, 1997.
A1-113
La altura total del filtro está determinada por la altura del lecho de grava (incluyendo la capa de soporte), el
nivel de agua sobrenadante, la altura de agua adicional para facilitar y mejorar el lavado hidráulico y el borde
libre.
Normalmente la altura total del filtro está en el rango de 1.1 a 1.5 m, con mayores alturas en los FGAC. Las
paredes pueden ser verticales ó inclinadas, construidas generalmente en concreto reforzado, ferrocemento ó
mampostería estructural y de forma rectángular ó circular.
El lecho filtrante normalmente consiste de 5 capas de grava con tamaños diferentes, variando entre 25 y 1.6
mm en la dirección del flujo y distribuidas en 1, 2, ó 3 compartimientos. Las características de las capas de
grava (tamaño del material y espesor del lecho) deben ser seleccionadas cuidadosamente con el fin de
optimizar tanto el funcionamiento hidráulico como el mantenimiento de las unidades. Usualmente, los
primeros 0.20 a 0.40 m de grava en contacto con el sistema de drenaje, constituyen el lecho de soporte, cuyo
tamaño depende del diámetro de los orificios del múltiple y del tamaño de grava predominante en la unidad.
En el ítem 9.2 se presentan los tamaños de grava y longitudes de lecho para las alternativas FGAC y FGAS
recomendados por Cinara - IRC con base en el seguimiento realizado a sistemas FiME tratando diferentes
fuentes superficiales en Colombia. Los resultados indican que a menor riesgo sanitario en el agua cruda,
mayor velocidad de filtración puede ser especificada, o menor longitud de lecho filtrante es requerida.
Un incremento en la longitud de lecho filtrante implica, mayor tiempo de retención; mayor volumen para
acumulación de lodo, de microorganismos, de materia orgánica, etc., y por consiguiente, mayor eficiencia en
el proceso de remoción. Sin embargo las condiciones de lavado del lecho filtrante se vuelven más exigentes,
requiriendo en consecuencia, tasas de lavado más altas que las especificadas para un lecho de menor
longitud.
La estructura de entrada tiene por objeto disipar energía, controlar, medir y eliminar excesos de caudal, tal
como se ilustra en la figura 9.4. Esta estructura consiste de un canal pequeño que conduce el agua
previamente acondicionada hasta la cámara de entrada a los filtros gruesos. Previo a la descarga sobre la
cámara de carga, el flujo es aforado por un vertedor cuyas características hidráulicas dependen entre otros
factores, de la cantidad de agua a medir y de la pérdida de carga disponible. Para facilitar el registro de la
medición, principalmente a operadores con bajo nivel de escolaridad, se sugiere fijar sobre la pared vertical
del canal de acceso y antes del vertedor, una reglilla de aforo, debidamente calibrada, cuyos detalles son
presentados en el anexo 4.
A1-114
Figura 9.4 Estructura de entrada a unidades de
filtración gruesa. Universidad Javeriana, Cali,
Colombia, 1997.
Al realizar las actividades de operación y mantenimiento de los filtros gruesos como se indica en el ítem 9.4,
se disminuye la pérdida de carga. Una buena limpieza debe disminuir el nivel de agua en la cámara de
entrada hasta valores similares a los inicialmente obtenidos con filtro limpio. El aumento progresivo del nivel
de agua en esta cámara aún después del lavado, indica acumulación de lodo en las unidades de prefiltración y
aunque este hecho pueda ser inevitable, no se deben suspender las rutinas de mantenimiento; por el
contrario, en períodos con turbiedad alta, las rutinas deben aumentarse.
Una pérdida de carga acumulada cercana a 0.30 m es el valor máximo recomendado en un filtro grueso y el
que sólo se alcanza, después de varios años de operación continua, siguiendo lo indicado en el ítem 9.4. El
correcto dimensionamiento de la cámara de entrada, facilita las actividades de operación y mantenimiento y
elimina la entrada de aire a las unidades de filtración gruesa, contribuyendo a un mejor funcionamiento
hidráulico.
La cámara de salida permite la recolección del agua filtrada, a través de orificios proyectados en la pared
vertical del filtro grueso y lozalizados entre 0.02 y 0.05 m por encima del nivel superficial de grava. El nivel
A1-115
de agua máximo en la cámara debe posibilitar la descarga libre del agua afluente prefiltrada y por
consiguiente la aeración de la misma. En los casos donde se utiliza la alternativa FGAS, la cámara de salida
sirve como dispositivo de entrada a la siguiente unidad de filtración gruesa. En consecuencia, al dimensionar
esta cámara se deben considerar las variaciones en el nivel de agua debidas a la pérdida de carga en el medio
filtrante.
Dada la condición de flujo ascendente de los filtros gruesos, el sistema de drenaje se proyecta para cumplir
con dos propósitos básicos: distribuir uniformemente el flujo en el área filtrante, y recolectar el agua de
lavado.
Usualmente el sistema de drenaje se proyecta en tubería PVC con orificios, cubierta por una capa de grava
gruesa que actúa como medio de soporte. Para facilitar el cumplimiento de los dos propósitos del sistema de
drenaje, su diseño debe obedecer a los criterios propuestos para el diseño de múltiples recolectores
presentados en el anexo 5. Es evidente que áreas grandes de filtración, requieren diámetros mayores en sus
múltiples recolectores y por consiguiente mayor altura del lecho de soporte.
Para facilitar la limpieza hidráulica del filtro se instala una válvula de apertura rápida (VAR) en la tubería de
drenaje, (ver anexo 4). La VAR puede ser tipo bola ó mariposa y se específica de diámetro igual al de la
tubería de drenaje principal; bajo toda circunstancia debe ser hermética, simple de operar y mantener y sus
partes libres de generar corrosión o inscrustación.
La diferencia estática entre el nivel de agua superficial en el filtro grueso y el punto de descarga de la tubería
de drenaje a la atmósfera, es el parámetro clave para determinar la carga de lavado, cuyo valor mínimo de
diseño no debería ser inferior a 20 m3/m2/hr. Las experiencias de diseño y el seguimiento a proyectos piloto y
a escala real indican que la descarga de la tubería de drenaje, debe ubicarse ente 1.5 y 2.0 m por debajo de la
losa de fondo del filtro grueso; sin embargo este valor debe ser justificado con base en cálculos hidráulicos en
cada situación.
Con base en lo anterior, los desagües del sistema de tratamiento deben ser generalmente profundos, con
implicaciones en los costos de construcción, particularmente en zonas planas. Experiencias con plantas a
escala real y piloto han mostrado que donde la profundidad de los desagües, sea un limitante, es preferible
disminuir la profundidad de la tubería de descarga e incrementar las labores de mantenimiento. Desagües
profundos y con baja pendiente, pueden generar represamientos del agua de lavado, lo que a su vez podría
afectar la salud del operador por contacto directo con agua de alto riesgo sanitario, ver figura 9.5.
A1-116
Figura 9.5 Cámara
general de desagües. Planta FiME, El Retiro, Cali, Colombia, 1997.
Las VAR se ubican en las cámaras de descarga, las cuales pueden ser construidas de manera individual o
colectiva, donde varias válvulas descargan a un punto común. En la decisión, se consideran aspectos
topográficos, hidráulicos y criterios económicos; las cámaras deben ser amplias, seguras y permitir el fácil
acceso y maniobrabilidad del operador. En su diseño deben incluirse tapas o cubiertas removibles, al igual
que escaleras de acceso. La tubería de desagüe que transporta el agua de lavado, efluente de la cámara, debe
ser calculada para el máximo caudal de lavado y descargar en un sitio cuya disposición no ponga en riesgo la
estabilidad de las estructuras ni de su entorno en general, incluyendo la salud de la comunidad.
Los accesorios utilizados en las unidades de Filtración Gruesa incluyen válvulas para regulación de caudal,
vertederos de aforo y reglillas de aforo, dispositivos que se instalan en la estructura de entrada de cada etapa
de tratamiento.
En las paredes verticales perimetrales de los filtros gruesos, a regular distancia y entre 0.02 y 0.05 m arriba
del nivel de grava de cada módulo, se instalan pasamuros soldados a adaptadores de limpieza PVC, con el
fin de evacuar el agua del lavado durante la limpieza manual superficial del lecho de grava. Los adaptadores
permanecen cerrados durante la operación normal de filtración y se abren durante la limpieza superficial. Un
mínimo de dos (2) pasamuros pueden ser instalados por cada muro perimetral, con diámetros de 50 mm, para
áreas de prefiltración por modulo inferior a 15 m2 y 100 mm para áreas hasta de 25 m2. Las descargas de los
pasamuros deben ser recogidas a través de canaletas perimetrales para luego ser transportadas y descargadas
al sistema de drenaje general de la planta de tratamiento o a la cámara de lavado, indicada en el ítem 9.1.4.
A1-117
En la tabla 9.1 se resumen los criterios de diseño para filtros gruesos ascendentes, basados en la experiencia
con unidades experimentales y plantas a escala real, evaluadas en el marco del Proyecto de Investigación y
Demostración de Métodos de Pretratamiento para Sistemas de Abastecmiento de Agua, desarrollado en
Colombia por Cinara-IRC.
La selección del número de unidades (1, 2 ó 3), velocidad de filtración y longitud de lecho filtrante, dependen
del riesgo sanitario presente en el agua cruda, de la eficiencia de remoción del filtro grueso y de los
requerimientos de calidad del agua efluente. En la tabla 9.2 se presentan los tamaños y alturas de lecho
filtrante para las alternativas de FGAC, FGAS2 y FGAS3. También se incluye información sobre tamaño y
espesor del lecho de soporte.
Tabla 9.1 Guías de Diseño para Filtros Gruesos Ascendentes.
(mm) 1 2 1 2 3
A1-118
* Lecho de soporte
Para ríos de ladera con bajos niveles de contaminación, es decir, turbiedades inferiores a 20 UNT y
coliformes fecales menores a 10000 UFC/100 ml, se puede especificar un FGAC, con altura de lecho filtrante
mínima de 0.60 m (no incluye lecho de soporte). Para fuentes superficiales de valle con un nivel de
contaminación mayor se debe incrementar la longitud del lecho filtrante y/o variar la velocidad de filtración
según el riesgo. Otra alternativa viable consiste en aumentar el número de unidades de filtración, pasando a
sistemas FGAS2 ó FGAS3.
En la tabla 9.3 se presentan remociones típicas encontradas en sistemas de filtración gruesa ascendente, tanto
en capas como en serie, tratando aguas superficiales de valle y de ladera. Los filtros gruesos operaron con
velocidades de filtración entre 0.30 m/h y 0.75 m/h, con lechos filtrantes entre 1.0 y 1.55 m de longitud. El
agua tratada por estas unidades fue sometida previamente a tratamiento por FGDi, con velocidades de
filtración iguales ó inferiores a 3.0 m/h.
Los filtros gruesos de flujo ascendente constituyen la segunda etapa de tratamiento, orientada a minimizar el
número de partículas gruesas y a disminuir la concentración de las más pequeñas. En este sentido remociones
importantes en sólidos suspendidos, al igual que en hierro, manganeso y coliformes fecales han sido
registradas.
Sólidos Suspendidos Alcanza hasta el 95%, siendo 90% el valor comúnmente reportado en fuentes
superficiales con altos contenidos de material suspendido, en el rango de 50 a 200
mg/l. En fuentes con material suspendido en el rango de 5 a 50 mg/l, se reportan
remociones del orden del 50 al 90%.
Turbiedad Entre 50 y 80% en fuentes superficiales de valle, siendo mayores para los FGAS.
En fuentes superficiales de ladera la remoción está en el rango 50 - 90%
Color Real Remociones entre 20 y 50%
Coliformes Fecales Reducciones entre 0.65 y 2.5 unidades log, siendo mayor para FGAS tratando agua
con contaminación bacteriológica en el rango de 20000 a 100000 UFC/100 ml y
contenido de sólidos suspendidos entre 20 y 200 mg/l. La menor eficiencia se
presentó con fuentes de calidad bacteriológica entre 500 y 20000 UFC/100 ml.
A1-119
9.4 OPERACION Y MANTENIMIENTO
La operación de los filtros gruesos ascendentes está relacionada con el control de la velocidad de filtración y
el control de la calidad de agua efluente. El mantenimiento está asociado con los lavados y las acciones
tendientes a prevenir o reparar daños.
En general, las actividades de operación y mantenimiento se dividen en diarias, periódicas y eventuales. Las
actividades diarias permiten al operador tener un control sobre el funcionamiento de la planta frente a
cambios en la calidad de agua afluente, de esta manera puede implementar los correctivos del caso. Para
facilitar la labor del operador, las estructuras deben poseer todas las válvulas y accesorios para regulación y
control de flujo.
La medición de pérdida de carga permite al operador tener control sobre las rutinas de mantenimiento y
eficiencias de las unidades. Para facilitar la lectura de la pérdida de carga, se puede trasladar el nivel de agua
en la superficie del filtro grueso a la cámara de entrada; este nivel puede ser señalado con pintura a prueba de
agua, a partir del cual el operador puede determinar fácilmente la pérdida de carga, midiendo la diferencia
entre esta línea y el nivel de agua presente en la cámara. En la tabla 9.4 se relacionan los pasos a seguir para
efectuar estas actividades.
Medición y control de caudal Chequear nivel de agua en la reglilla de aforo de cada unidad.
Ajustar válvula de entrada, según se requiera, hasta alcanzar el caudal de
operación del filtro.
Medición de turbiedad Medir turbiedad del agua a la entrada del filtro grueso ascendente, utilizando
el equipo de campo.
Cerrar válvula cuando la turbiedad del agua afluente sea mayor que el valor
previsto para operación normal
.
Retiro de material flotante Retirar material desprendido del lecho filtrante con una nasa.
Registro de información Anotar en el libro de registro diario los valores de turbiedad del agua afluente
y efluente al filtro grueso, fecha de lavado del filtro, cambios en el caudal
durante el día, si se efectúan.
En la tabla 9.5 se indican las actividades periódicas del filtro. El lavado de las unidades deberá efectuarse con
mayor frecuencia cuando se presenta deterioro en la calidad de agua afluente, incrementado la pérdida de
carga por encima del valor normalmente alcanzado cada semana, al finalizar cada carrera de filtración.
A1-120
En algunas circunstancias al finalizar la carrera de filtración semanal, la pérdida de carga puede presentar
variaciones mínimas que a juicio del operador no ameritan la ejecución del lavado, sin embargo es necesario
tener mucho cuidado con este parámetro, pués el hecho de no lavar oportunamente, puede producir la
compactación del material removido y almacenado en el interior de la unidad, ocasionando ineficiencia del
lavado, aumento en la pérdida de carga, incremento en las actividades de operación y mantenimiento y
disminución en la eficiencia del proceso de tratamiento. Una ilustración del mantenimiento de un filtro
grueso se presenta en la figura 9.6.
En forma similar a lo que ocurre en el FGDi, después del lavado, la pérdida de carga debe reducirse hasta el
valor que normalmente se presenta al inicio de cada carrera de filtración (cada semana). Las causas de que
esta reducción no se presenten pueden ser debidas a:
A1-121
Abrir entrada de agua.
Abrir salida de agua.
(1)
Eventualmente el efluente de la unidad se deteriora después del lavado, el operador debe estar atento para realizar los
correctivos del caso.
Figura 9.6
Lavado superficial
de un filtro grueso
ascendente en
capas. Los
Chancos,
municipio de San
Pedro, Colombia,
1997.
En los dos
primeros casos
se debe drenar
nuevamente el
filtro; en el
tercer caso, se
debe introducir
una sonda por
el adaptador de
limpieza conectado a la tubería de drenaje, localizado en la cámara de lavado por encima de la válvula de
drenaje. En el cuarto caso se debe proceder la extracción total del lecho filtrante; antes de efectuar esta
actividad se debe constatar que efectivamente la obstrucción del lecho es total, pues es una actividad costosa
y dispendiosa frente a las actividades de mantenimiento rutinarias. La obstrucción total se constata si al
efectuar lavados consecutivos en la unidad no se logra la reducción de la pérdida de carga y si el caudal que
sale por la válvula de drenaje es muy inferior a lo normal. En la tabla 9.6 se indican los pasos a seguir para el
retiro, lavado manual y reinstalación de todo el material filtrante en el filtro grueso ascendente.
9.5 COSTOS
La diferencia en los costos de operar y mantener un sistema de filtración gruesa ascendente en serie o en
capas, está representada por el tiempo requerido por el operador al efectuar la limpieza superficial de cada
filtro, y por la cantidad de agua empleada al lavar uno u otro sistema. Existe sinembargo una mayor
diferencia en términos del tiempo que debe permanecer cada sistema de filtración gruesa fuera de operación
por ejecución del lavado, particularmente durante el lavado mensual, ya que para efectuar el mantenimiento
de las segundas y terceras etapas, se hace necesario esperar el llenado de la (s) etapa (s) previa(s), una vez
concluido el lavado.
A1-122
Actividad Acciones claves
A1-123
4. FILTRACION LENTA EN ARENA
Este capítulo tiene como base la publicación del IRC - Cinara, (1992) Filtración Lenta en Arena Tratamiento
de Agua para Comunidades, Planeación, Diseño, Construcción Operación y Mantenimiento e información
desarrollada en el marco de proyectos de investigación y desarrollo que han sido realizados por Cinara en
colaboración con diferentes instituciones en Colombia. En consecuencia, se presenta una descripción general
de un filtro lento en arena y sus principales componentes, consideraciones de diseño, aspectos constructivos
y aspectos de operación y mantenimiento.
Una unidad de filtración lenta en arena consta básicamente de los siguientes elementos, ilustrados en la figura
10.1.
Estructura
de salida
Afluente
Lecho filtrante
Desagüe
La caja del filtro posee una área superficial condicionada por el caudal a tratar, la velocidad de filtración y el
número de filtros especificados para operar en paralelo. Las experiencias en Colombia indican que la altura
total del FLA puede oscilar entre 1.80 m y 2.10 m, dependiendo del espesor de la capa de arena, de la altura
de agua sobrenadante y del sistema de drenaje empleado. Para el caso descrito en el presente documento, la
altura del sistema de drenaje está alrededor de 0.25 m, mientras que otras opciones reportadas en la literatura
pueden alcanzar hasta 0.50 m. Las cajas de filtración pueden ser construidas de hormigón reforzado,
ferrocemento, concreto ciclópeo o mampostería estructural y sus paredes pueden ser verticales o inclinadas.
La estructura de entrada a las unidades de filtración lenta debe permitir controlar el caudal afluente, disipar
energía, distribuir flujo y verter excesos tal como se presentó en la figura 9.3 para el caso de los filtros
gruesos ascendentes. La estructura consta de un vertedor de excesos, canales o conductos para distribución,
dispositivos para medición y control de flujo, cámara de entrada y ventana de acceso al filtro propiamente
dicho. A través de la cámara de entrada al FLA se disipa la energía de posición generada entre el nivel de
agua en el canal de acceso y el nivel de agua en el FLA . La energía es máxima cuando el nivel de agua en el
filtro es mínimo. La cámara es una estructura simple con dimensiones superficiales de 0.8 x 0.8 m
aproximadamente y 1.0 m de profundidad, construida en mampostería ó concreto. Sobre el fondo de la
cámara y con profundidad de 0.20 m se colocan cantos rodados con tamaños entre 0.10 m y 0.20 m, que
contribuyen a amortiguar el impacto de caída. La ventana de acceso, comunica la cámara de entrada con el
FLA propiamente dicho; la velocidad de paso del agua a través de la ventana debe ser inferior a 0.10 m/s. El
borde inferior de la ventana coincide en el nivel máximo de arena en el FLA (figura 10.1).
La selección del tamaño de los granos del medio filtrante es un factor crucial en el rendimiento del filtro; un
tamaño efectivo con grano fino mejorará la eficiencia del proceso de tratamiento, aunque aumentará las
pérdidas de carga inicial (Bellamy et al., 1985). La adecuada selección de arena incluye entre otros los
siguientes factores: tamaño y distribución de los granos, contenido de impurezas y grado de solubilidad del
material. El tamaño de los granos se determina con base en el diámetro efectivo d10, y su distribución
granulométrica por el coeficiente de uniformidad Cu. El d10, es la abertura del tamiz a través del cual pasa el
10% (en peso) de los granos. El coeficiente de uniformidad es la relación entre el diámetro efectivo y la
abertura del tamiz a través del cual pasa el 60% (en peso) de los granos, d60. En consecuencia, Cu = d60/d10.
Se recomienda arena relativamente fina con diámetro efectivo entre 0.15 y 0.30 mm y coeficiente de
uniformidad menor de 5 y preferiblemente entre 2.0 y 4.0 (Di Bernardo y Escobar, 1996). En la figura 10.2
se ilustra la distribución de tamaños y granos de una muestra de arena, tomada en un río de valle.
A1-125
100
90
80
PORCENTAJE QUE
PASA AL PESO (%)
70
60
50
40
30
20
10
0
0,01 0,1 1 10
Figura 10.2 Curva granulométrica de una muestra de arena tomada del río Cauca, Colombia, 1996.
Generalmente se selecciona arena como medio filtrante dado que es un material inerte, granular, económico
y de fácil consecución. Al colocarse dentro del filtro, el material debe estar limpio, libre de arcilla, limo y
materia orgánica. En la práctica, asegurar la limpieza de la arena es una actividad muy importante y de mucho
cuidado, que implica un arduo y prolongado trabajo, generando en consecuencia costos importantes por mano
de obra y agua de lavado. El suministro de material filtrante total ó parcialmente sucio, interfiere con el
proceso de tratamiento y obliga después de un corto tiempo de operación, a la extracción de la arena para su
correcto lavado y posterior colocación.
La limpieza periódica del FLA se realiza mediante el raspado y retiro de 0.01 ó 0.02 m de arena superficial,
labor que implica una reducción gradual en la altura inicial del lecho, que en ningún caso debe ser inferior a
0.5 m; cuando el nivel mínimo de arena sea alcanzado, debe rearenarse la unidad, proceso que se indica en el
ítem de operación y mantenimiento.
Dos especificaciones adicionales sobre la calidad del arena son realizadas por (Visscher et al., 1987). La
primera relacionada con el contenido de lodo, que no debe ser mayor al 1% en volumen antes de instalarse en
el filtro. El contenido de lodo se determina, colocando 100 ml de agua limpia en un cilindro graduado al cual
se le acondiciona una muestra de arena hasta alcanzar 200 ml; se agita vigorosamente la combinación,
dejándola sedimentar entre 5 y 10 minutos. Visualmente se identifica el volumen del depósito de sedimento
formado en la superficie de la arena, el cual se reporta con relación al volumen de arena.
La segunda especificación hace referencia al contenido de carbonato de calcio, pues su dilución gradual
aumenta la dureza del agua tratada. Por tanto, la solubilidad de la arena en ácido clorhídrico no debe exceder
el 5% después de 30 minutos de iniciada la prueba.
Cuando las características de la arena no cumplen con las especificaciones granulométricas indicadas en el
ítem 10.2.1, se hace necesario investigar, en otras fuentes ó bancos de suministro. Si las nuevas opciones
tampoco cumplen las especificaciones indicadas, se pueden combinar arenas de diferentes bancos ó fuentes
en proporciones a definir según las circunstancias. Este método de ensayo y error en peso, proporciona los
factores de combinación posibles, requeridos para alcanzar las especificaciones del proyecto a escala real.
A1-126
La altura de agua sobrenadante proporciona la carga hidráulica necesaria para permitir el paso del agua a
través del lecho de arena, ser colectada por el sistema de drenaje, llegar a la cámara de salida y pasar por el
vertedero de aforo. En un filtro con control a la entrada, la carga inicial es cercana a 0.05 m, valor que
gradualmente se incrementa hasta alcanzar el nivel máximo, oscilando entre 0.60 y 0.80 m. El valor más alto
se recomienda para afluentes con gran variación en su calidad.
Hasta 1992 la altura de agua sobrenadante adoptada por Cinara a nivel de diseño fue de 1.0 m; sin embargo,
evaluaciones posteriores a proyectos construidos a escala real muestran un comportamiento de tipo
exponencial en la pérdida de carga de un FLA, como se presenta en la figura 10.3. A través del 85% de la
carrera de filtración se desarrolla 0.40 m de pérdida de carga, mientras en el 15% restante alcanza hasta 0.55
m. La duración promedio de carrera de filtración fue de 75 días con turbiedades afluentes al FLA entre 7 y 14
UNT. La pérdida fue medida tomando como referencia la cota del vertedor de salida. En consecuencia, la
altura de agua sobrenadante recomendada es de 0.70 m.
Un dispositivo móvil con desplazamiento vertical desarrollado por Cinara presentado en la figura 10.4 con
detalles constructivos en el anexo 4, denominado "cuello de ganso", empotrado en una de las paredes
verticales del FLA, permite realizar las siguientes operaciones:
Figura
70 10.3 Pérdida de
carga de un filtro
60 lento en arena.
Pérdida de Carga (cm)
50
40
30
20
10
0
0 10 20 30 40 50
A1-127
Figura 10.4 Actividades de mantenimiento de un FLA. Operación del “Cuello de Ganso”. La Sirena, Cali, Colombia, 1997.
A1-128
10.1.4 Sistema de drenaje y cámara de salida
• Soportar el material filtrante e impedir su arrastre a través del lecho de grava y dispositivos de colección y
transporte.
• Asegurar la recolección uniforme del agua filtrada en toda el área de filtración.
• Permitir el llenado ascendente de los FLA y la distribución uniforme del agua de llenado, bien sea durante
el arranque inicial ó después del raspado de cualquier módulo de filtración.
El sistema de drenaje consta de un dren principal y sus respectivos conductos laterales que pueden construirse
a partir de tuberías perforadas, tuberías corrugadas, ladrillo sobre ladrillo, losas prefabricadas de hormigón
sobre vigas de hormigón o baldosas de hormigón sobre cuartos de baldosas. Independiente del material
empleado, los laterales deben ser cubiertos con un lecho de grava debidamente gradada. El lecho de grava se
constituye en una interfase entre la arena fina y los orificios de colección, evitando la penetración del material
filtrante al sistema de drenaje; una capa de arena gruesa entre el lecho de grava y la arena fina complementa
la interfase. El espesor del lecho de grava incluyendo la capa de arena gruesa puede variar de 0.20 a 0.25 m
(figura 10.5).
Arena de filtro
D10: 0.15 - 0.3 mm
Arena gruesa
0.80 m
1.0 - 1.4 mm
Grava
2.0 - 9.0 mm 0.05 m
0.05 m
Grava
9.0 - 19.0 mm
0.10 - 0.15 m
Dada la calidad del agua filtrada a colectar, se sugiere utilizar tuberías corrugadas comerciales de PVC
drenaje, las cuales han mostrado economía, facilidad de transporte y ante todo buen comportamiento
mecánico e hidráulico (Visscher et al., 1992). Esta tuberías conducen agua filtrada hasta el dren principal que
la transporta hasta la cámara de salida, donde descarga libre a la atmósfera. El dren principal también permite
drenar total o parcialmente la unidad de filtración a través de la válvula (d) especificada para tal fin en la
figura 10.1.
En la cámara de salida generalmente se proyectan uno o varios vertederos que permita aforar el efluente,
pero también mantener un nivel mínimo de agua por encima del nivel máximo de arena. (ver figura 10.6).
Esta condición de salida previene el desarrollo de una presión inferior a la atmosférica dentro del medio
filtrante y asegura el funcionamiento del filtro independiente de las fluctuaciones en el nivel del tanque de
agua limpia. Las cámaras de salida están intercomunicadas entre si, facilitando el llenado ascendente de los
A1-129
FLA´s con agua tratada después del mantenimiento de uno cualquiera de los módulos. En la cámara de salida
y en la descarga del vertedero si aplica la solución de cloro, aprovechando la turbulencia que se genera. El
agua clorada es entonces transportada hasta el tanque de contacto donde se garantiza el tiempo de retención
respectivo.
El agua a ser tratada por FLA debería tener la mejor calidad posible, con bajos niveles de turbiedad, color,
metales pesados, sustancias tóxicas, precursores de trihalometanos, algas y otros residuos químicos, como
hierro y manganeso. El uso de la inspección sanitaria como herramienta para identificar la variación
potencial del riesgo en la fuente debe ser utilizada tal como se indica en el ítem 2.4.
El agua de origen superficial posee diferentes características dependiendo de su procedencia. Este hecho hace
que el contenido y tipo de sólidos varíe significativamente según su origen, factor que condiciona
necesariamente el tipo de tratamiento a seleccionar, cuando se piensa en su remoción al considerar agua
superficial como fuente de agua cruda para un sistema de abastecimiento de agua, se debe dar preferencia a
lagos, embalses o represas siempre y cuando los niveles de oxigeno, algas ó color natural no generen
problemas significativos en su de tratamiento. Los procesos naturales de purificación, reducen los niveles y
la variación de la concentración de sólidos, simplificando las necesidades de tratamiento. El agua superficial
que fluye presenta con frecuencia cambios rápidos en su calidad lo que tiende a hacer más difícil su
tratamiento.
Dado que el proceso de filtración lenta es de naturaleza física y biológica, podría ser afectado por la
temperatura y particularmente por grandes cambios, como puede suceder, de bajas temperaturas a
condiciones extremas de calor. Bajas temperaturas tienden a disminuir la actividad biológica del filtro y por
consiguiente a disminuir su eficiencia, mientras que temperaturas del agua entre 10 y 20 °C son las más
favorables. Temperaturas a 20°C generan excelente tratamiento biológico, por períodos tan largos como lo
permita la disminución del oxígeno disuelto.
A1-130
10.3 CONSIDERACIONES DE DISEÑO
En el mundo, existen grandes diferencias en los sistemas de FLA, dado que su aplicación depende de la
calidad del agua cruda, del nivel de pretratamiento y de las condiciones locales, incluyendo la disponibilidad
de materiales y capacidad de gestión y organización de la comunidad. El diseño de un FLA debe garantizar
el paso lento del agua a través del lecho de arena, a razón de 0.1 a 0.3 m3/m2/h, mejorándose
considerablemente su calidad al reducir en ella la concentración de sólidos suspendidos y número de
microorganismos (bacteria, virus, quistes).
La velocidad no debe variar significativamente y para ello, el caudal a filtrar puede ser controlado a la salida o
a la entrada. En la figura 10.7 se ilustran las opciones. En ambas el sobrenadante, con una profundidad
máxima del orden de 0.75 m, asegura la energía para que se de el flujo a través del medio filtrante y de las
estructuras necesarias para la recolección y transporte del efluente.
En la opción de control a la salida, el nivel del sobrenadante tiende a permanecer alto y constante, para lo cual
se necesita el ajuste periódico de una válvula reguladora de pérdida de energía en el efluente que mantenga el
caudal aproximadamente constante, a medida que el lecho filtrante se colmata; esta opción es
tradicionalmente utilizada en Europa y en parte de las unidades que operan en Norteamérica; en su favor se
argumenta la conveniencia de un volumen sobrenadante grande sobre el lecho de arena que amortigüe
cambios cortos de calidad de agua y proteja el lecho de arena de congelamiento parcial del sobrenadante. En
la opción de control a la entrada, el aumento gradual de pérdida de energía hidráulica en el lecho, se
compensa con un aumento gradual de nivel en el sobrenadante. En esta publicación se recomienda utilizar la
modalidad de control a la entrada, principalmente porque el operador puede ver el impacto de la colmatación
del lecho en el aumento del nivel del sobrenadante, facilitándole la programación de las acciones de limpieza
correspondientes. Esto también contribuye a simplificar las actividades de control y capacitación.
A1-131
E
I
A
Capa de agua sobrenandante
Ventilación
Película biológica H
A Lecho de arena
B G
Sistema de drenaje
F
C D
H
A
Figura 10.7 Unidades de Filtración lenta en arena con control a): a la salida y b): a la entrada.
Las unidades de FLA operan usualmente con velocidades cercanas a 0.15 m/h pudiendo ser sobrecargadas
hasta 0.2 ó 0.3 m/h, sólo durante períodos cortos en los cuales se realiza su mantenimiento. Esta actividad
debe ser programada y coincidir con períodos de baja demanda en la localidad y con adecuados volúmenes de
reserva en su tanque de almacenamiento. La sobrecarga de un filtro debe ser un proceso gradual que evite
bajo toda circunstancia un impacto negativo en la calidad del efluente. La experiencia europea de las últimas
décadas es diferente, reportando unidades que operan con velocidades de filtración de hasta 0.8 m/h sin
embargo, debe tenerse en cuenta que los niveles de concentración de sólidos y de microorganismos en los
afluentes a las unidades son, en general, muy bajos y las condiciones de operación y mantenimiento son
confiables.
En la tabla 10.1 se resumen los criterios de diseño presentados por varios autores con base en diferentes
experiencias y circunstancias. También se incluyen los criterios recomendados por Cinara-IRC, obtenidos a
partir del seguimiento y evaluación de proyectos construidos en Colombia tratando fuentes superficiales con
diferentes niveles de riesgo.
La aplicación de técnicas adecuadas de pretratamiento, permitirá criterios de diseño más flexibles con un
claro impacto en la ampliación de la competitividad técnica y económica de esta tecnología. La investigación
en India por ejemplo, ha concluido que se puede operar un FLA a velocidades de 0.3 m/h en aguas con
turbiedades menores de 5 UNT sin afectar la eficiencia bacteriológica. En Suiza y Holanda FLA's operan
entre 0.6 - 0.8 m/h, tratando agua con turbiedades menores de 1 UNT y riesgo sanitario muy bajo, dado que el
A1-132
afluente al filtro ha pasado por 6 u 8 procesos previos de tratamiento con controles de calidad muy exigentes.
En situaciones donde el control no se puede garantizar y los riesgos sanitarios son superiores, no es viable un
gran incremento en la velocidad de filtración, dado que ello podría implicar mayor penetración de las
impurezas a remover y por consiguiente, incremento en la frecuencia de limpieza y producción de mayor
volumen de arena a raspar, remover, lavar y transportar. En consecuencia, para sistemas de abastecimiento de
agua en comunidades rurales, pequeños y medianos municipios se recomienda una velocidad igual entre 0.1 y
0.3 m/h.
Los estudios desarrollados por Cinara - IRC en unidades FLA a escala real y piloto sobre el desarrollo de la
pérdida de carga, características granulométricas y altura de lechos de arena, además del comportamiento
hidráulico de manifolds, han permitido disminuir la altura total de los filtros desde valores entre 2.20 y 240 m
hasta 1.90 m, hecho que contribuye significativamente a disminuir los costos de inversión inicial.
Tabla 10.1 Criterios de diseño recomendados para unidades de filtración lenta en arena (Pyper et al., 1991) y Cinara - IRC (1997).
Recomendación
Criterios de Diseño Huisman and Ten States Visscher et Cinara, IRC
Wood Standards al., (1997)
(1974) USA (1987)
(1987)
n.e.: no especificado
Durante el mantenimiento de un FLA, los módulos restantes pueden sobrecargarse con los cuidados indicados
previamente; sin embargo, al aumentar el número de módulos en paralelo, la sobrecarga en el momento del
mantenimiento disminuye en las unidades en operación. Otra posibilidad interesante de sobrecarga, se puede
presentar principalmente en zonas cafeteras durante el período de cosecha cuando se incrementa la población
por la migración de los recolectores de café. Durante este tiempo de cosecha que coincide con época de
verano (bajos niveles de turbiedad y posiblemente menor riesgo), se podría aumentar la velocidad de
filtración. Es entonces muy importante, analizar los criterios de diseño y en algunas circunstancias no
asumirlos literalmente, pero sí buscar su entendimiento y aplicabilidad, sin poner en riesgo la salud de la
comunidad, ni la permanencia de las obras en el tiempo.
Con relación al período de diseño se solicita al lector pensar, más que en un número, procurar una buena
estimación de la realidad local, considerando factores específicos, tales como, tasas de crecimiento negativas,
impacto de la población flotante y aspectos socioeconómicos y geográficos. Además, en la medida que el
sector de agua y saneamiento se descentraliza y se fortalece la participación del nivel local en la planificación
A1-133
y administración de los servicios básicos de agua y saneamiento, es más importante que las inversiones
guarden más armonía con el uso eficiente de las obras y la capacidad de pago de la población productiva
presente. Estos es particularmente importante en el caso de FLA donde hay poca economía de escala.
El área superficial total requerida por los FLA´s es el resultado de la relación entre el caudal máximo diario
y la velocidad de filtración seleccionada. Un mínimo de dos módulos operando en paralelo son requeridos a
fin de garantizar una operación segura, continua y posibilitar la limpieza del medio filtrante alternadamente.
El número de módulos puede incrementarse con un costo adicional bajo, pues este hecho aumenta la
flexibilidad al ejecutar actividades de operación y mantenimiento.
n = (0.5) 3 A
El área superficial máxima por módulo de filtración en zonas rurales de preferencia debe ser inferior a 100
m2, pues facilita su mantenimiento en un sólo día. En algunas circunstancias el área por módulo puede estar
condicionada por características topográficas y geomecánicas, pero también factores hidroclimatológicos y
culturales podrían condicionar el dimensionamiento de las unidades, en este caso, áreas para operación y
mantenimiento.
En términos de áreas mínimas requeridas de filtración, no hay un consenso en el valor, pues éste puede
depender del caudal de diseño, del comportamiento hidráulico de las unidades, de la facilidad de operación y
mantenimiento, como también de garantizar la continuidad de operación de las unidades.
El tamaño, la forma y el número de unidades de filtración determinará la longitud total de pared (Ltp) en
unidades de FLA. Para unidades circulares, Ltp puede calcularse con la expresión:
[ ΠA ]
0.5
Ltp = 2n
Los filtros rectangulares tienen la ventaja de construirse con paredes comunes cuando las unidades se sitúan
una junto a otra (figura 10.8) La longitud total de pared (Ltp) puede calcularse así:
Ltp = 2bn + a (n + 1)
Para una
determinada área a
1 2 n
superficial y cierto
número de unidades
con paredes
comunes, la
nxb
longitud total de las
paredes variará con
diferentes combinaciones de (b) y (a) y adquiere su mínima expresión cuando:
0.5
2A (n + 1) a
l = y b =
n + 1 2n
Lm = 2 a (n + 1)
= 2 [2A (n + 1)]
0.5
Diferentes formas geométricas y diversos tipos de materiales pueden considerarse al planear la fase de diseño
y construcción de los componentes principales de FiME. Los filtros gruesos y los filtros lentos pueden
proyectarse con base en consideraciones topográficas, geomecánicas y disponibilidad de terreno. Algunas
formas geométricas constructivas son presentadas en la figura 10.9.
• El entendimiento del proyecto a ejecutar no solamente desde el punto de vista civil ó hidráulico, sino como
proceso de tratamiento y más aún como factor generador de calidad de vida. Este hecho debe contribuir a
generar una actitud de trabajo en equipo, crítica y metódica entre constructor, interventor, entes financieros
y comunidad; ésta última como beneficiaria final del proyecto.
A1-135
• El cumplimiento del cronograma y del presupuesto del proyecto son factores que dan aceptabilidad y
credibilidad ante la comunidad y las instituciones participantes. La justificación oportuna y coherente de
cualquier modificación al proyecto original, puede obviar limitaciones durante el desarrollo normal del
mismo.
• Verificar la instalación de juntas de construcción y/o dilatación con base a planos y/o especificaciones
técnicas.
• Revisar la instalación de pasamuros y puntos de empalme entre losas de fondo y muros verticales, pues
son focos de fugas de agua en las obras hidráulicas. Evitar líneas de flujo o cortos circuitos entre la arena
y las paredes verticales del filtro lento. Para obviarlo se debe incrementar la rugosidad de la pared en
contacto con la arena.
• Realizar pruebas de estanqueidad a las estructuras antes del llenado con los medios filtrantes.
A1-136
Aunque estas recomendaciones son de tipo general, deben ser asimiladas y tenidas en cuenta cuando se va a
llevar a cabo un proyecto de filtración en múltiples etapas. Los puntos aquí expuestos son también aplicables
a otras estructuras, tales como filtros gruesos dinámicos y filtros gruesos ascendentes.
Uno de los aspectos más atractivos del FLA es la sencillez de operación y mantenimiento. Para lograr su
adecuado funcionamiento es muy importante que la puesta en marcha del filtro se realice lentamente, con el
fin de alcanzar la formación y maduración de la capa biológica en un tiempo más corto; en la tabla 10.2 se
describen los pasos requeridos para poner en marcha el filtro lento y en la figura 10.7b se indican las válvulas
y accesorios básicos para iniciar el funcionamiento de un FLA.
Tabla 10.2 Actividades para poner en marcha un nuevo filtro lento en arena.
Llenar ascendentemente el Abastecer la unidad utilizando la conexión provisional (c) hasta que el agua
filtro aparezca sobre la superficie de arena. Conservar (d) cerrado.
Nivelar la superficie del lecho Abrir la válvula (d) para descender el nivel de agua hasta 0.1 m debajo de la
de arena. superficie de arena. Conservar (c) cerrado.
Nivelar las irregularidades en la superficie de arena.
Poner en marcha el filtro Realizar nuevamente la conexión provisional (c) hasta que el nivel del agua
alcance 0.2 m sobre la superficie de arena. Cerrar (c).
Abrir la válvula (a) de regulación del filtro y mantener la velocidad de
filtración en 0.02 m/h.
Abrir la válvula (e) de desagüe del agua filtrada.
Aumentar la velocidad de filtración 0.02 m/h cada semana hasta alcanzar la
velocidad de diseño (generalmente 0.10 ó 0.15 m/h). Si al alcanzar la
velocidad de diseño, la turbiedad es superior a 5 UNT, se debe continuar
con la misma velocidad hasta que la turbiedad sea inferior a 5 UNT.
Revisar la calidad del agua Durante el período de maduración del filtro, medir a diario si el agua filtrada
reúne los criterios de calidad acordados para suministro.
Pasar el agua filtrada al Cuando la calidad el agua filtrada sea aceptable, cerrar la válvula (e) de
sistema de abastecimiento desagüe del agua filtrada y abrir la válvula (f) de distribución.
Las tareas del operador dependen del tipo de control del filtro. Los filtros construidos en Colombia poseen
control a la entrada; en este caso, el aumento gradual de pérdida de energía hidráulica en el lecho, se
compensa con un aumento en el nivel del agua sobrenadante. Esto hace sencillo el trabajo diario del operador
quien sólo tiene que revisar y registrar el caudal afluente, la calidad del agua cruda y tratada y remover
material flotante, además de observar y registrar el nivel de agua sobrenadante para estimar cuándo se debe
realizar el raspado.
En el área superficial del lecho de arena, es donde se acumula la mayor parte del material inorgánico,
orgánico y la biomasa. En esta biomembrana sucede la mayor parte de la pérdida de energía hidráulica, de tal
manera que su raspado permite recuperar la conductividad hidráulica del filtro. En las tablas 10.3 y 10.4 se
indican las actividades de operación en el filtro lento y el procedimiento para su raspado.
A1-137
Tabla 10.3 Actividades de operación normal de un filtro lento en arena con control a la entrada.
Decidir la limpieza del lecho Cuando la altura del agua alcance el nivel de la tubería de rebose
en el cuello de ganso, se debe suspender el funcionamiento del
filtro en servicio e iniciar su limpieza. Programe las limpiezas
para que nunca saque de servicio más de un filtro al mismo
tiempo.
Los raspados periódicos continúan progresivamente hasta alcanzar una profundidad mínima del lecho de
arena del orden de 0.5 m; una vez alcanzado este nivel se debe proceder al rearenamiento. Para el
rearenamiento es importante conocer previamente la cantidad de arena disponible en la caseta de
almacenamiento, la cual debe ser suficiente para restablecer la altura inicial del lecho filtrante; cerca del 20%
de la arena instalada inicialmente en el filtro se pierde en el lavado y transporte entre el filtro, la cámara de
lavado y la caseta de almacenamiento. Es necesario también prever los requerimientos de mano de obra para
llevar a cabo el rearenamiento a fin de efectuar la actividad en corto tiempo. En la tabla 10.5 se describe el
procedimiento para efectuar el rearenamiento de un FLA.
Como las características de cada planta son diferentes, se debe desarrollar con el operador un esquema de
trabajo que cubra todas las actividades diarias, semanales, mensuales y eventuales. además se tiene que
desarrollar con el ente administrativo y el operador un esquema de monitoreo, y diseñar un formato que el
operador discutirá semanal ó mensualmente con la administración del sistema de abasto.
En la figura 10.10 se ilustra una actividad periódica para cuya correcta ejecución, se requiere la coordinación
entre operador, ente administrador y comunidad.
Extraer el material flotante Utilice la válvula (b) ó el cuello de ganso y lleve hacia éste el material
flotante.
Mantener la producción de agua Ajuste la velocidad de filtración en los otros filtros; no exceda la velocidad
A1-138
de la planta de 0.3 m/h.
Llegar al lecho filtrante Entre en la caja del filtro usando la escalera corta.
Proteger el lecho filtrante Raspe una pequeña área, cúbrala con tablas y coloque el equipo sobre ella.
Raspar la capa superior Marque áreas (3 x 3 m²) raspando en franjas estrechas. Raspe 1 cm de la
parte superior de cada área.
Nivelar la superficie de arena Use una tabla de raspar o un rastrillo de dientes finos para nivelar la
superficie.
Comprobar la profundidad del Mida la altura desde el borde superior del muro hasta el lecho filtrante.
lecho de arena
Dar tiempo para la maduración La maduración generalmente toma de 1 a 2 días en zonas tropicales
biológica (siempre y cuando la limpieza no dure más de 1 día).
Pasar el agua al sistema de Si al segundo día la calidad del agua efluente del filtro recién raspado es
suministro aceptable, cierre la válvula (e) y abra la válvula (f) de suministro.
Rellene el lecho de arena Rellene con arena limpia el filtro, utilizando la almacenada en la
caseta, hasta alcanzar una altura de 0.30 m, coloque sobre ésta la
que previamente ha amontonado; hasta alcanzar la altura
máxima de arena.
Continúe el raspado con las otras zonas del filtro, procediendo de
igual manera.
A1-139
Nivelar la superficie de arena Nivelar la superficie de la arena, de la misma manera que se
hace después del raspado
.
Poner en servicio nuevamente Siga el procedimiento indicado en la tabla 10.3.
el filtro.
Figura 10.10 .Mantenimiento periódico de un filtro lento en arena. Raspado del lecho de arena. La Sirena, Cali, Colombia, 1997.
A1-140
11. EJEMPLOS DE DISEÑO DE SISTEMAS FiME
En este capítulo se presentan a manera de ejemplo, los parámetros de diseño y dimensiones de tres sistemas
de tratamiento que utilizan la tecnología FiME. En cada caso se han considerado aguas crudas de fuentes
superficiales con diferentes rangos de calidad clasificados como bajo, medio y alto, según se estableció en el
capítulo 7.
Después de estudiar las diferentes alternativas de abastecimiento disponibles en la zona del proyecto y con
base en los resultados obtenidos de las inspecciones sanitarias con la comunidad y las autoridades del sector
de agua y saneamiento, se identificó una fuente superficial de ladera como la mejor opción, dada su calidad y
nivel de variabilidad en el tiempo, al igual que la posibilidad de suministro por gravedad. La fuente presenta
una cuenca bien protegida, con poca intervención humana, y con pequeños asentamientos dedicados al
pastoreo; no se identificó minería en la región.
Los datos de monitoreo de la calidad del agua de la fuente, muestran que los cambios hidroclimatológicos en
la región (dos períodos de lluvia y dos secos en el año) tienen muy poco impacto en la variabilidad de la
calidad y cantidad de agua. En la tabla 11.1, se presentan los valores promedio así como la desviación
estándar (DST) para el 95% las muestras.
Con base en los criterios presentados en el Capítulo 7, la calidad del agua presentada en la tabla 11.1 puede
ser tratada por una combinación de FGDi + FLA. El FGDi se orientará al control de la variación en la
turbiedad, particularmente cuando ésta sobrepasa las 10 UNT, mientras que el filtro lento se orientará a la
remoción de la contaminación microbiológica.
En la tabla 11.2 se resumen los parámetros de diseño empleados para este ejemplo, así como las dimensiones
de las unidades y características de lecho filtrante. En la figura 11.1 se presenta una distribución en planta del
sistema de tratamiento incluyendo distribución de estructuras, tanque para contacto de cloro, cámaras de
lavado, unidad de operación, caseta para almacenamiento de arena y zonas de acceso. Las figuras 11.2 y
11.3 presentan detalles del FGDi Y FLA respectivamente.
Tabla 11.2 Parámetros de diseño y dimensiones de una planta FiME que trata agua superficial clasificada en el rango bajo de
calidad de agua.
Características Generales
Velocidad de filtración (m/h) 2.0 0.15
Caudal (l/s) 2.0 2.0
Area superficial (m2) 3.6 48
Número de unidades en paralelo 2 2
Dimensiones por unidad
Largo (m) 2.70 5.7
Ancho (m) 0.70 4.2
Altura total (m) 0.70 1.90
Lecho filtrante
Material Grava Arena
Longitud total (m) Incluye lecho de soporte. 0.6 1.05
Ver detalles de los lechos filtrantes y de
soporte en los capítulos 8 y 10.
Diámetro (mm) 6.0-25 Cu =3.0
d10 = 0.20
A1-142
FGDi
Agua cruda
.70
.80 Efluente FGDi
.70 Unidad de operaciones
Vertedor de
excesos
Cámara de
excesos Desagüe
Vertedor de
aforo
FLA Salón
Alcoba
5.70
Figura 11.1 Planta general del sistema FiME para tratar aguas superficiales clasificada con rango bajo de calidad .
La calidad del agua en la fuente es presentada en la tabla 11.3 y corresponde al resultado de un año de
monitoreo con frecuencia de una vez cada dos semanas. La información suministrada por la comunidad
indica que durante el período de lluvia, ocurren cambios rápidos en la calidad del agua, básicamente
asociados con el contenido de sólidos suspendidos, con una duración generalmente inferior a 5 horas.
A1-143
Estructura de entrada FGDi
Cámara de
Vertedor Vertedor de Cámara Vertedor excesos
de excesos entrada de entrada de rebose
Válvula de Válvula de
control de flujo apertura rápida
Válvula
Grava 6 - 13 mm
Grava 13 - 19 mm Efluente
Agua cruda Grava 19 - 25 mm
Desagüe Cámara de
Desagüe lavado
Tubería de recolección
de agua filtrada y de lavado Tubería
de lavado Desagüe
Estructura de entrada
Válvula de
control de flujo
Vertedor Cuello Cámara
Vertedor de salida
de excesos de aforo de ganso
A tanque de
N. A. max. contacto de cloro
0.90
N. A. min.
Desagüe
Arena
Agua pretratada Lecho de soporte
Válvula
Sistema de drenaje de drenaje
A1-144
Para los niveles de contaminación presentados en la tabla 11.3 y con base en los criterios de Selección de
Tecnología FiME expuestos en el capítulo 7, la combinación de FGDi + FGAC + FLA, es la solución de
tratamiento propuesta.
Durante los cambios bruscos de calidad en la fuente, el filtro grueso dinámico se orienta a la protección del
sistema de tratamiento contra altas concentraciones de sólidos suspendidos, removiendo material particulado
principalmente. Durante períodos de estiaje e invierno también contribuye en la remoción de otros elementos
como turbiedad, coliformes fecales, hierro y manganeso en menor proporción, según se indica en la tabla 8.3.
El filtro grueso ascendente en capas se orienta a la reducción tanto del contenido de sólidos finos como de la
contaminación bacteriológica y algunos compuestos de naturaleza química.
En la tabla 11.4 se resumen los parámetros de diseño utilizados así como las dimensiones de las unidades y
características de lecho filtrante. La figura 11.4 presenta la planta general del sistema de tratamiento y las
figuras 11..2 y 11.5 detalles del FLA y FGAC.
Tabla 11.4 Parámetros de diseño y dimensiones de una planta FiME que trata agua superficial clasificada en el rango medio de
calidad de agua.
A1-145
Estructura de entrada FGDi
Agua cruda
Efluente
Unidad de operaciones
Vertedor
de excesos
Cámara de excesos Desagüe Vertedor
de excesos
Vertedor de aforo
Salón
2.10 2.10 Alcoba
FGAC 2.85
Caseta de
almacenamiento
Cámara de salida de arena
Cámara de desagüe
Cámara de
FLA lavado de arena
5.70
4.20 4.20
Efluente FGAC
Cámara de salida
Tanque de
Desagüe contacto de cloro
A tanque de
almacenamiento
Figura 11.4 Planta general del sistema FiME para tratar agua de fuentes superficiales clasificadas con rango medio de calidad.
.20
Grava 3 - 6 mm .30
Grava 6 - 12 mm .20
Desagüe
.80 Grava 12 - 18 mm .20 Va a FLA
Viene de FGDi Grava 18 - 25 mm .20
Tubería de drenaje
A1-146
Figura 11.5 Corte longitudinal de un Filtro Grueso Asecendente en Capas.
Tabla 11.4 Parámetros de diseño y dimensiones de una planta FiME que trata agua superficial clasificada en el rango medio de
calidad de agua.
(1) Se adoptó 0.70 m de lecho filtrante y 0.30 m de lecho de soporte. El análisis crítico de la información de calidad de agua,
posibilitará disminuir ó aumentar la altura del lecho de grava.
2
11.3 EJEMPLO DE DISEÑO CON RANGO ALTO DE CALIDAD
La fuente de abastecimiento corresponde a un río típico de valle, con caudal promedio anual de 140 m3/s. Su
calidad esta afectada por dos períodos de lluvia, caracterizados por deterioro en sus parámetros
físicoquímicos y microbiológicos y dos períodos secos donde la calidad mejora desde el punto de vista físico
principalmente.
El río recibe aguas residuales sin tratamiento de poblaciones medianas y pequeñas asentadas aguas arriba del
sitio de captación. Adicionalmente, existen ríos afluentes que durante los periodos de lluvia arrastran gran
cantidad de material suspendido y disuelto.
Los datos de la calidad del agua del río son presentados en la tabla 11.5, los cuales se basan en cinco años de
muestreo con frecuencia semanal realizados en una estación de investigación localizada cerca a la captación
del sistema de abastecimiento de la localidad.
A1-147
Coliformes Fecales (UFC/100 ml) 15300 ; 7200 3200 ; 125000 18000
Debido a la pobre calidad del agua cruda, tanto en los parámetros físicos como bacteriológico, es
recomendable utilizar mejor número de barreras de tratamiento que en los casos anteriores. En este sentido,
como se indica en el Capítulo 7, la selección recomendada para este sistema es una combinación de FGDi +
FGAS3 + FLA, adoptando una velocidad de filtración de 0.3 m/h. La selección de este sistema está
soportada con los resultados obtenidos de la evaluación a diferentes combinaciones de FiME llevadas a cabo
en la estación de investigación adyacente.
En la tabla 11.6 se resumen los parámetros de diseño utilizados así como las dimensiones de las unidades y
características de lecho filtrante. En la figura 11.6 se ilustra la planta general del sistema de tratamiento y las
figuras 11.2 y 11.7 contienen detalles de los otros componentes.
Tabla 11.6 Parámetros de diseño y dimensiones de una planta FiME que trata agua superficial clasificada en el rango alto de
calidad de agua.
Características Generales
Velocidad de filtración (m/h) 2.0 0.3 0.15
Caudal (l/s) 2.0 2.0 2.0
Area superficial (m2) 3.6 24 48
Número de unidades en paralelo 2 2 2
Dimensiones por unidad
Largo (m) 2.70 4 5.7
Ancho (m) 0.70 3 4.2
Altura total (m) 0.70 1.40 1.90
Lecho filtrante
Material Grava Grava Arena
Longitud total (m) Incluye lecho de soporte. Ver 0.6 3.6 (1) 1.05
detalles de los lechos filtrantes y de soporte en los
capítulos 8, 9 y 10.
Diámetro (mm) 6.0-25 3.0-25 Cu = 3.0
d10 = 0.20
(1) El análisis crítico de la información de calidad de agua, posibilitará disminuir o aumentar la altura de lecho de grava.
A1-148
11.4 CONSIDERACIONES FINALES
Además de las etapas de FiME aquí consideradas, se recomienda incluir la desinfección como barrera de
seguridad. En tal sentido, la dosificación de cloro y el dimensionamiento del tanque de contacto de cloro
previo al tanque ó reservorio de agua tratada, deben ser diseñados.
Se recomienda al lector adoptar una actitud metódica crítica y creativa a través del desarrollo de un proyecto
de mejoramiento de calidad de agua, no solamente al utilizar FiME sino cualquier otra tecnología, teniendo
presente que el objeto final de su trabajo se orienta a contribuir a mejorar la calidad de vida en asentamientos
humanos.
FGDi Cámara de lavado
Cámara de desagüe
Agua cruda
Efluente FGDi
Desagüe
Vertedor y cámara
de excesos
Vertedor de excesos
Vertedor de aforo
3.0 3.0
FGAS3 4.0
Etapa 2
Salón
Etapa 3 Alcoba
4.0
Caseta de
Cámara de salida almacenamiento
de arena
Cámara de lavado
Vertedor de excesos
Vertedor de aforo
Efluente FLA
Cámara de salida
Desague A tanque de almacenamiento
Figura 11.6 Planta general del sistema FiME para tratar agua de fuentes superficiales clasificadas con rango alto de calidad.
A1-149
Estructura de entrada
FGAS3
Válvula de Cámara
Vertedor de control de flujo de caga
excesos
Cámara de
0.20 salida
0.20
De FGDi Grava 6 -13 mm. 0.75
Grava 3 - 6 mm. 0.20
Grava 13 -19 mm. 0.70
0.15
Grava 19 -25 mm. 0.30 Grava 6 -13 mm. 0.15
Grava 13 -19 mm. 0.15 Grava 3 -6 mm. 0.75
Grava 19 -25 mm. 0.20
Grava 6 -13 mm. 0.15
Va a FLA
Grava 13 -19 mm. 0.15
Figura 11.7 Corte longitudinal de un Filtro Grueso Ascendente en Serie de tres etapas.
A1-150
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A1-158
ANEXO 1
FORMATO DE MONITOREO EN PLANTAS DE TRATAMIENTO POR
FILTRACION EN MULTIPLES ETAPAS
1
Esta frecuencia de mantenimiento puede incrementarse en época de invierno. Si se ha incrementado, buscar la causa y establecer conveniencia para el funcionamiento del sistema.
Sitios de muestreo (Ver Figura A1-1): 1. Entrada 2. Salida filtro dinámico 3. Filtro grueso 1 4. Filtro grueso 2 5. Salida filtros gruesos
6. Filtro lento 1 7. Filtro lento 2 8. Tanque de almacenamiento 9. Casa usuario 10. Casa usuario 11. Casa usuario
Fecha: Responsable:
A1-159
A1-160
Figura A1-1 Sitios de muestreo en una planta FiME
A2-161
ANEXO 2
ESQUEMA DE OPERACION Y MANTENIMIENTO DE UNA PLANTA DE
TRATAMIENTO POR FILTRACION EN MULTIPLES ETAPAS (FiME)
Una herramienta importante para el operador y que contribuye a alcanzar un mejor control sobre
el funcionamiento del sistema, lo constituye el formato de control, el cual debe ser diligenciado
diariamente según el programa de seguimiento concertado con el ente de soporte en control y
vigilancia de la calidad del agua. Los registros obtenidos para los parámetros de intereses deben
A2-162
ser comparados con los valores deseables a fin de identificar el funcionamiento de la planta de
tratamiento y tomar acciones en caso de ser necesario.
La información presentada en el formato para control del funcionamiento de la planta FiME, son
aplicables para sistemas que incluyen un filtro grueso dinámico, dos filtros gruesos ascendentes
en capas y dos filtros lentos. Una planta con diferentes etapas de tratamiento, requiere de
formatos con mayor o menor número de sitios de medición.
A2-163
5. FORMATO DE CONTROL DE FUNCIONAMIENTO DE LA PLANTA DE TRATAMIENTO DE AGUA
Semana del ________ al ________ de 19____ Operador __________________________ Hoja No.____
Parámetro Sitio Valor Día de la semana
Deseable
Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado
Limpieza
Observaciones
A2-164
A2-165
TABLA A2-2 Problemas más Frecuentes y sus Soluciones en plantas FiME.
PROBLEMA SOLUCION
2 Llega mucha agua a los filtros Controle que el filtro grueso dinámico sólo trate la
gruesos ascendentes y a los filtros cantidad de agua necesaria para los filtros gruesos
lentos. ascendentes.
3 El agua no pasa entre el filtro grueso Identifique si hay alguna obstrucción en la tubería o
dinámico y los filtros gruesos válvula que comunica entre si, los filtros
ascendentes, a pesar de que el filtro introduciendo una sonda por la tubería de llegada a
grueso dinámico está limpio. los filtros gruesos ascendentes.
Si no es posible destapar la tubería de esta manera,
solicite apoyo de un técnico.
4 Durante la noche entra agua con Realice lavado adicional al filtro grueso dinámico y
mucho lodo a la planta y alcanza a a los filtros gruesos ascendentes, tal como se indica
llegar a los filtros gruesos para el lavado semanal.
ascendentes (esto se puede observar
por el aspecto del agua en la Este lavado no reemplaza el lavado semanal
superficie de los filtros gruesos normal.
ascendentes.
5 Abundancia de algas flotantes en los Retire diariamente, con la nasa, las algas flotantes.
filtros gruesos ascendentes y en los
filtros lentos, las cuales no permiten Si esto no es suficiente, puede ser necesario cubrir
A2-166
PROBLEMA SOLUCION
una adecuada filtración y dan mal los filtros.
aspecto a los filtros.
6 El agua efluente de los filtros gruesos Introduzca una sonda por la tubería afluente a los
ascendentes no llega a los filtros filtros lentos. La sonda se puede introducir por la
lentos. boca del tubo en la cámara de salida de los filtros
gruesos ascendentes o por la tubería de llegada a
los filtros lentos.
8 El agua que entra al filtro lento Disminuya la entrada de agua a los filtros gruesos
presenta una turbiedad entre 20 y 50 hasta que el caudal esté en la mitad de lo normal. Si
UNT. la turbiedad se mantiene, por lo menos una hora,
por debajo de 20 UNT, ponga a funcionar los filtros
gruesos con el caudal normal.
9 El agua que entra al filtro lento Cierre la entrada de agua a los filtros gruesos
presenta una turbiedad mayor que 50 ascendentes hasta alcanzar la cuarta parte del
unidades. caudal. Haga esto hasta que la turbiedad sea inferior
a 50 UNT.
A2-167
PROBLEMA SOLUCION
10 No sale suficiente agua del filtro lento Vacíe parte del agua del filtro hasta un nivel por
después del raspado de la arena. debajo de la arena y llénelo de nuevo por la cámara
de salida con agua del otro filtro lento.
12 No hay regla de aforo o está fuera del Instálela con la asesoría de un técnico.
sitio donde fue ubicada inicialmente.
13 Regla de aforo con números borrados. Avise a la Entidad Administradora para que se haga
y se instale nuevamente la regla con la asesoría de
un técnico.
15 Fugas en las válvulas por: En cualquiera de estos casos repare lo antes posible
el daño y cambie la válvula si es necesario.
Daño en el empaque. Las válvulas se deben lubricar y pintar
Daño en el soporte. periódicamente para evitar daños en el soporte,
Rotura por: problemas en el cierre y oxidación.
- Oxidación.
- Exceso de pintura.
A2-168
ANEXO 3
Tomando como base los criterios de diseño de cada componente FiME presentados en los
capítulos 8, 9 y 10 tanto para las actividades de filtración como para lavado de las unidades y
facilitar en toda circunstancia la adecuada ejecución de las actividades de operación y
mantenimiento, se presenta en la tabla A3-1, las necesidades de válvulas (bola, compuerta y
mariposa), indicando los diámetros respectivos
Tabla A3.1 Requerimiento de válvulas en plantas FiME, para caudales entre 2 l/s y 25 l/s.
Caudal
Alternativas FiME
l/s
FGDi + FLA FGDi + FGAC + FLA FGDi + FGAS2 + FLA FGDi + FGAS3 + FLA
+ 3B(2”)
2 4B(1.5”) 4B(1”) + 3B(2”) + 6B(1.5”) + 4B (1”) + 3B (2”) + 6B (1.5”) + 4B(1”) + 3B(2”) + 6B(1.5”) +
2M(4”) 4M (4”) 6M(4”)
4 8B(1.5”) + 1C(3”) + 8B(1.5”) + 2B(2”) + 1C(3”) + 8B(1.5”) + 2B(2”) + 1C(3”) + 8B(1.5”) + 2B(2”) + 1C(3”) +
2M(3”) 2M(3”) + 2M(4”) 2M(3”) + 4M(4”) 2M(3”) + 6M(4”)
6 8B(2”) + 1C(4”) + 8B(2”) + 1C(4”) + 2C(3”) + 8B(2”) + 1C(4”) + 2C(3”) + 8B(2”) + 1C(4”) + 2C(3”) +
2M(4”) 2M(4”) + 2M(6”) 2M(4”) + 4M(6”) 2M(4”) + 6M(6”)
8 8B(2”) + 1C(4”) + 8B(2”) + 1C(4”) + 2C(3”) + 8B(2”) + 1C(4”) + 2C(3”) + 8B(2”) + 1C(4”) + 2C(3”) +
2M(4”) 2M(4”) + 2M(6”) 2M(4”) + 4M(6”) 2M(4”) + 6M(6”)
10 8B(2.5”) + 1C(6”) + 8B(2.5”) + 1C(6”) + 2C(4”) + 8B(2.5”) + 1C(6”) + 2C(4”) + 8B(2.5”) + 1C(6”) + 2C(4”) +
2M(6”) 4M(6”) 6M (6”) 8M(6”)
12 8C(3”) + 1C(6”) + 12C(3”) + 1C(6”) + 6M(6”) 12C(3”) + 1C(6”) + 10M(6”) 12C(3”) + 1C(6”) + 14M(6”)
2M(6”)
15 8C(3”) + 1C(6”) + 12C(3”) + 1C(6”) + 6M(6”) 12C(3”) + 1C(6”) + 10 M(6”) 12C(3”) + 1C(6”) + 14M(6”)
2M(6”)
18 12C(3”) + 1C(8”) + 16C(3”) + 1C(8”) + 2M(6”) + 16C(3”) + 1C(8”) + 2M(6”) + 16C(3”) + 1C(8”) + 2M(6”) +
2M(6”) 4M(8”) 8M(8”) 12M (8”)
20 12C(3”) + 1C(8”) + 16C(3”) + 1C(8”) + 4M(6”) + 16C(3”) + 1C(8”) + 4M(6”) + 16C(3”) + 1C(8”) + 4M(6”) +
4M(6”) 4M(8”) 8M(8”) 12M(8”)
22 12C(3”) + 1C(8”) + 12C(3”) + 1C(8”) + 4C(4”) + 12C(3”) + 1C(8”) + 4C(4”) + 12C(3”) + 1C(8”) + 4C(4”) +
4M(6”) 4M(6”)+ 4M(8”) 4M(6”) + 8M(8”) 4M(6”) + 12M(8”)
25 16C(3”) + 1C(8”) 16C(3”) + 1C(8”) + 4C(4”) + 16C(3”) + 1C(8”) + 4C(4”) 16C(3”) + 1C(8”) + 4C(4”) +
+ 4M(6”) 4M(6”) + 4M(8”) + 4M(6”) + 8M(8”) 4M(6”) + 12M(8”)
Notas: 1. B= Válvula de bola; C = Válvula de compuerta; M = Válvula de mariposa. Ejemplo 4B (1”) significa 4 válvulas
de bola de ∅ 1”
A2-169
ANEXO 4
ACCESORIOS DE SISTEMAS DE FILTRACION EN MULTIPLES ETAPAS.
Los accesorios más comúnmente usados en el diseño de filtros gruesos pueden clasificarse en dos
grupos de acuerdo al uso.
1. CONTROL DE LA OPERACION
Dentro de este grupo se incluyen las compuertas para regulación de caudal, los vertederos de aforo y
las reglas de aforo. Estos dispositivos son descritos en los ítems siguientes:
Las primeras experiencias de Cinara consideraron como elemento de regulación, las compuertas
construídas en lámina de hierro protegidas con anticorrosivo y reguladas con un tornillo sinfín
(figura A4-1,a). Entre los limitantes presentados por estos sistemas, se incluían la necesidad
periódica de protección contra las corrosión y principalmente, su baja sensibilidad como elemento
regulador para caudales pequeños (<10 l/s). Ante tal situación, se desarrolló otro tipo de compuerta
conocida como, compuerta en Te (figura A4-1,b), construída aprovechando acrílico y accesorios
comerciales como PVC sanitaria, mucho más sensible a la variación de nivel de agua y caudal, pero
con problemas en la combinación de los materiales empleados y con altos costos de construcción,
dada su construcción artesanal.
Para obviar esto y los problemas de corrosión y durabilidad en los materiales y considerando su
facilidad de maniobra y de consecución en los mercados locales, se recomienda emplear válvulas de
compuerta ó de bola, que se adaptan sin mayor inconveniente a los diferentes tipos de tuberías y
accesorios existentes comercialmente.
1.2 VERTEDEROS
Regularmente los vertederos se emplean para medir el caudal de agua que fluye libremente y está
expuesto a la presión atmosférica. Los vertederos más comunes son los de pared delgada, con
abertura rectangular o triangular sobre la cual fluye el agua. La pared del vertedor usualmente, se
construye en material metálico (acero ó bronce) o sintético (acrílico), cuyos bordes en la escotadura
se especifican relativamtente afilados, con el fin de disminuir la pérdida de carga y facilitar la libre
depresión de la lámina de agua. En la figura A4-2 se muestran dos tipos de vertederos de pared
delgada. De éstos, el vertedero triangular (a) es el más usado para caudales pequeños (<30 l/s)
A2-170
(a) (b)
Figura A4-1 Compuertas de regulación construídas con diferentes materiales: (a) en lámina de hierro, (b)
combinando accesorios PVC sanitaria y acrílico.
(a)
(b)
Figura A4-2 Vertederos de pared delgada: (a) de abertura triangular (b) de abertura rectangular.
Hay dos condiciones básicas para el correcto diseño de vertederos. En primer lugar, el vertedero
debe instalarse en el canal de acceso en forma tal que la velocidad de aproximación sea cercana a
cero; en segundo lugar, la altura de agua H que se correlaciona con el caudal a medir, no
corresponde a la lámina de agua que cruza exactamente sobre la sección del vertedero sino a la
diferencia de alturas entre la cresta ó vértice del vertedero y el nivel de la superficie del agua,
medida a cierta distancia, entre 6 y 10 H aguas arriba de dicho punto (figura A4-3).
A2-171
Figura A4-3 Carga de agua sobre el vertedero.
Los primeros desarrollos de Cinara para medir caudales utilizaron el sistema de flotadores metálicos
instalados en la cámara de aquietamiento, donde la altura de agua sobre el vertedero se trasladaba
utilizando un dispositivo mecánico, hasta una tabla previamente calibrada, según las características
del vertedero empleado. A partir de la lectura en la tabla, se obtuvieron los valores de caudal y
velocidad de filtración. La dificultad de lectura, de calibración del vertedero y la interpretación del
resultado, limitaron el uso de este tipo de accesorios.
Para facilitar el trabajo del operador y superar las limitaciones encontradas, se implementó otro
dispositivo fundamentado en la utilización de reglas con señales de colores (verde, amarillo y rojo)
que permiten de manera visual, registrar variaciones de caudal y por consiguiente, de velocidad de
filtración de las unidades (figura A4-4). Cuando el nivel de agua en la zona de medición alcanza el
color verde, se indica la condición de diseño de la planta; el color amarillo pintado por encima del
verde, indica la zona de sobrecarga admisible (generalmente hasta el 50% del caudal de diseño), el
amarillo por debajo, representa la zona en la cual se aconseja operar el filtro en los momentos de
picos afluentes de turbiedad; la zona roja tanto superior como inferior al color amarillo, indica al
operador, velocidades extremas tanto altas como bajas. Las reglillas se construyen fácilmente en
aluminio, madera ó acrílico.
A2-172
Figura A4-4 Regla de aforo.
Este elemento denominado cuello de ganso, dada la movilidad de la tubería, permite que se use
como rebose o que se sumerja para drenar el sobrenadante en corto tiempo, tal como se presentó en
el Capítulo 10. Una especificación detallada de la construcción de este dispositivo que puede
realizarse en tubería PVC, se presenta en la Figura A4-5.
A2-173
1. Codo PVC Sanit ∅“ x 45 CxC
2. Niple PVC Sanit. ∅ x L
3. Codo PVC Sanit ∅“ x 90 CxC
4. Niple PVC Sanit. ∅ x 15 cm
5. Tee PVC Sanit. ∅
6. Adaptador de limpieza PVC Sanit.
7. Niple pasamuro PVC Sanit.
8. Niple PVC Sanit.
9. Empaque plástico
10. Varilla corrugada ∅ 3/4”
11. Listón de madera
12. Tornillo
Existen experiencias positivas en la utilización de tubería de drenaje PVC corrugada, como sistema
de drenaje en filtros lentos, dada la facilidad de instalación, transporte, economía, comportamiento
mecánico e hidráulico. Este aspectos importante, derivado de esta experiencia, consiste en permitir
disminuir el espesor de la capa de grava por encima de los tubos corrugados de PVC , a solo 100
mm, tal como se presento en el capítulo 10, cuando se especifico el medio de soporte.
2 MANTENIMIENTO
Son dispositivos de descarga instalados en el sistema de drenaje de las unidades de filtración gruesa
para facilitar su mantenimiento, pués mediante aperturas y cierres rápidos, se generan condiciones
hidráulicas que producen un impacto sobre el lecho filtrante, promoviendo la desestabilización y
arrastre de material acumulado en él y que no alcanza a ser removido a través de una simple
descarga de fondo (Wolters, 1988).
En la figura A4-5 se presentan dos esquemas de este tipo de válvulas, que corresponden a
desarrollos iniciales para la limpieza de los filtros gruesos en la década de los 80s. La primera
derivada de una experiencia Peruana (a) y la segunda (b) desarrollada en Colombia usando como
modelo las tapas de las vasijas de transporte de leche. En ambas experiencias el operador entra en
contacto con el efluente del lavado implicando riesgos para la salud, lo cual hace no recomendable
el empleo de este tipo de dispositivos.
A2-174
(a) (b)
Figura A4-6 Válvulas de drenaje. (a) experiencia peruana, (b) experiencia colombiana.
La válvula comercial tipo wafer con disco de mariposa y mando de palanca es ilustrada en la figura
A4-6. El cuerpo de este accesorio es fabricado en hierro fundido, acero inoxidable y bronce, entre
otros. Como características principales se destacan: fácil maniobrabilidad, estanqueidad total,
reducida pérdida de carga y facilidad en el montaje y desmontaje.
Adicionalmente y dado el tipo de unión (bridas) que posee la válvula, ésta se puede acoplar
fácilmente en la tubería de drenaje de las unidades de filtración gruesa, antes del punto de descarga,
disminuyendo el riesgo por contacto entre el agua de drenaje y el operador. En consecuencia, la
válvula tipo wafer parece presentar las mejores características técnicas y de operatividad para
recomendar su instalación.
A2-175
Figura A4-7 Válvula de apertura rápida tipo comercial.
Actualmente
almente se promueve la colocación de mallas de plástico con el objeto de separar las diferentes
capas de grava cuando son colocadas dentro del filtro grueso ó del filtro dinámico. Dos fines son
buscados: primero, permitir al operador controlar la profund
profundidad
idad de penetración de la planta durante
el lavado superficial de los filtros y segundo, mantener la estractificación de las gravas por tamaños
cuando se extraen de la unidad.
A2-176
ANEXO 5
DISEÑO DE MULTIPLES
1. CRITERIOS DE DISEÑO
Los múltiples consisten en un conducto principal con laterales normalmente espaciados a intervalos
regulares por medio de los cuales se pretende alcanzar una adecuada distribución de flujo y
garantizar así, al menos desde el punto de vista hidráulico, el mejor comportamiento de la estructura
o reactor al cual el múltiple esta asociado.
Los múltiples son estructuras hidráulicas muy importantes y de frecuente uso en plantas de
potabilización, plantas de tratamiento de aguas residuales, piscinas de enfriamiento, bocatomas,
reactores industriales, etc.
Pueden ser diseñados dos tipos de múltiples: unos que distribuyen el flujo (múltiples difusores) y
otros que lo recolectan (múltiples recolectores). Algunos múltiples cumplen esa doble función como
es el caso de los sistemas de drenaje en los filtros rápidos en plantas de potabilización, o en las
unidades de filtración gruesa de flujo vertical.
En un filtro grueso de flujo vertical ascendente, la utilización de los múltiples se hace en los dos
sentidos: difusor durante el proceso de filtración y recolector durante el proceso de lavado. Durante
el proceso de filtración, los caudales son pequeños y por este motivo el proceso no es el más
desfavorable, con mayor razón si se tiene en cuenta el efecto distribuidor de las gravas como
material filtrante. Durante el lavado, la condición del múltiple cambia y es más desfavorable debido
a las altas velocidades implicadas; en este caso el múltiple se convierte en recolector ya que el
lavado se hace en forma descendente.
La distribución uniforme de caudales es esencial para el buen funcionamiento del múltiple. Una
distribución aceptable de caudales entre el orificio más cercano a la salida del múltiple y el más
alejado de ella es de un 20%.
A2-177
A continuación se presentan algunas recomendaciones dadas por Fair et al., (1981) sobre criterios de
diseño de múltiples, usados para la recolección de agua filtrada, y que también sirven para la
distribución del agua de lavado, en filtros rápidos, resumidas en la tabla A5-1.
• Relación del área del orificio y el área del lecho lavado: entre (1.5 y 5.0) x 10-3 a 1.0.
• Relación del área del tubo lateral a la suma de las áreas de los orificios: (2.0 a 4.0) a 1.0.
• Relación entre el área de la tubería principal a la suma de las áreas de las tuberías laterales:
entre (1.5 a 3.0) a 1.
• Diámetro de los orificios: entre 1/4" y 3/4" (de 6.35mm a 19.05 mm).
En este estudio se usan las ecuaciones obtenidas por Hudson et al (1979) y se presenta un
procedimiento generalizado para el calculo de múltiples, tal como se indica en los párrafos
siguientes:
A2-178
Q = Caudal total al inicio del múltiple.
Vi = Velocidad en el tramo i del conducto principal del múltiple, inmediatamente antes de un lateral i.
Vi = Velocidad en el lateral i.
g = Aceleración de la gravedad
α = Coeficiente de velocidad para expresar las pérdidas por entrada en función de la carga de
velocidad en el lateral, según Ecuación (2).
Para los resultados experimentales usados por Hudson et al., (1979), se hacen las siguientes
aclaraciones:
A2-179
Figura A5-1 Condiciones en un múltiple difusor.
De acuerdo a lo anterior y a lo indicado en el figura A5-1, la pérdida de energía entre el punto 1 y el
punto 2 puede ser expresado como:
(Vi ) 2
Hi = h′ f i + 1.0 (1)
2g
α ( Vi ) 2
h′ f i = (2)
2g
Haciendo uso de resultados experimentales de diferentes múltiples, Hudson et al. (1979), dibujaron
los valores de α vs (Vi/vi)2 según se indica en la figura A5-2, indicando así que el valor de α cae
dentro de una línea recta según la ecuación (3):.
(V i )2 (3)
α = φ + θi
( v i )2
A2-180
Figura A5-2 Coeficiente d
Los valores de Φ y θi son diferentes según se trate de laterales cortos o largos. Un lateral corto se
define como aquél cuya longitud es menor que tres veces su diámetro. Los valores de Φ y θi
aparecen en la tabla A5-2.
Tabla A5-2 Valores de Φ y θ para laterales cortos y largos. Tomado de Hudson, (1981).
Lateral θi Φ
Largo 0.4 0.90
Corto 0.7 1.67
Los coeficientes para el lateral largo son menores que para el corto probablemente porque el primero
permite una recuperación parcial de la carga de velocidad al expandirse el chorro después de su
contracción.
A2-181
Vi 2
β = φ( ) + θ i + 1.0 (4)
vi
Teniendo en cuenta las pérdidas por salida y haciendo R = a/A y para laterales cortos, se tiene
según Hudson et al., (1979):
R Qi 2 (5)
β i = 1.67 ( ) + 1.7
qi
En los párrafos
siguientes se analiza el efecto del coeficiente ß y la presión a lo largo del conducto principal:
- Coeficiente ß
La situación ideal para un orificio que descarga a un lateral es que aguas arriba de la derivación el
fluido esté perfectamente quieto.
En un múltiple difusor el último lateral se acerca a esta condición. Al inicio del múltiple el conducto
principal lleva todo el caudal y por lo tanto la velocidad a lo largo del conducto es máxima en esta
zona si su sección es constante. Al final, habiéndose derivado la casi totalidad del caudal, la
velocidad es mínima. Mientras menor sea la velocidad en el conducto principal, menor será la fuerza
necesaria para producir el cambio de velocidad hacia el lateral, por lo cual se facilita la entrada del
agua en este último conducto. Por esta razón el coeficiente ß va disminuyendo hacia aguas abajo y
los laterales finales; por este aspecto, tienden a derivar más caudal. Se comprende pues, la
importancia de este coeficiente en la distribución del flujo a lo largo del múltiple.
Si las pérdidas por fricción y cambios de velocidad fueran menores que la carga de recuperación a lo
largo del conducto principal, la presión aumentaría hacia aguas abajo en este conducto. En estas
condiciones la descarga en los laterales finales sería mayor que en los iniciales por este concepto.
Generalmente las pérdidas por fricción son mayores que la carga de recuperación y por este solo
aspecto, las descargas tienden a disminuir hacia el final de múltiple. Las pérdidas de carga a lo largo
del conducto principal tienen un efecto compensador en relación con el efecto del coeficiente ß, en
un múltiple difusor.
En resumen, la descarga en los laterales es el resultado del efecto combinado de las cargas de
recuperación, del coeficiente ß y de las pérdidas por fricción y cambios de velocidad a lo largo del
conducto principal. La importancia de cada uno de estos factores depende de las condiciones de
cada caso particular.
Ocurre con frecuencia que las pérdidas en el conducto principal se pueden despreciar sobre todo en
un nuevo diseño. En estos casos es posible determinar aproximada pero directamente la relación de
A2-182
áreas entre el lateral y el principal para producir una distribución de caudal uniforme, dentro de una
variación dada. Para el caso de un 20% y para múltiples difusores, se calcula en la forma siguiente:
Para el último lateral se puede admitir que ß = 1.70 por ser la relación V/v = 0. (Laterales cortos).
qn 2 q (6)
( ) ( n )2
a = 1.7 a
Hn = βn
2g 2g
qn 2 q (7)
( ) ( n )2
Hn = β1 1.20 * a = 1.7 a
2g 2g
Admitiendo que:
q1 + q n Q (9)
=
2 n
Donde n es el número de laterales y teniendo en cuenta que se está obligando a que qn sea igual a
1.2 q1, se tiene:
(10)
0.909 Q
q1 =
n
Qn (11)
β1 = 1 .6 7 (R 2
) + 1 .7 = 2 .4 4 8
0 .9 0 9 Q
A2-183
0.61 (12)
de donde: R =
n
Como en el caso de múltiples difusores las pérdidas de carga en la tubería principal tienen un
notorio efecto compensador, para este caso es razonable, de acuerdo con la experiencia adquirida.
En consecuencia se admite R = 1.0/n.
El múltiple recolector, como su nombre lo indica, es aquél en el cual el caudal final en el conducto
principal es mayor que el caudal inicial. La pérdida por entrada es igual a 0.4 ó 0.5 veces la carga de
velocidad en el lateral, valor no incluido en la pérdida h'f de la ecuación (7) La pérdida h'f se
produce entre un punto en el lateral inmediatamente después de su entrada y otro punto en el
conducto principal después del lateral, debido al cambio de velocidad entre dichos puntos y al
cambio de dirección. En la Figura A5-3 se muestra un esquema de la situación. En la Figura A5-4
tomada del libro Water Clarification Processes de H.E. Hudson (1981), se muestra la gráfica de α vs
V/v.
A2-184
Alfa (α) sigue siendo la relación entre la pérdida de carga h'f y la carga de velocidad en el lateral:
h′ f i
(V i )2 V (13)
α = = 1 - [0.7 ( i )0.5 ]
2g vi
V i 0.5 (14)
β 1 = 1.5 - 0.7 ( )
vi
( q n )2 (16)
(a )2
Hn = *β 1
2g
Obligando a q1 = 1.2 qn y combinando las ecuaciones (15) y (16) se obtiene (H1 = Hn) cuando se
desprecia la fricción:
1.5 (18)
β1 = = 1.042
(1.2 )2
Se admite que:
q1 + q n Q 1.2 q n + q n 2.2 q n
= = =
2 n 2 2
Q (19)
q n = 0.909 y
n
(20)
q1 = 12
. qn
(21)
Q Q
q 1 = 1.2 * 0.909 = 1.091
n n
R Q1 n 0.5 (22)
β 1 = 1.042 = 1.5 - 0.7 ( )
1.091 Q1
A2-186
Reemplazando la ecuación (21) en la 14, para ß1 se tiene:
0.47 (24)
R =
n
Como se puede observar en las ecuaciones (12) y (24), el múltiple recolector requiere un diseño más
cuidadoso que el difusor. Durante la filtración los caudales son más bien pequeños y por este motivo
este proceso no es el más desfavorable, con mayor razón si se tiene en cuenta el efecto distribuidor
de la grava como material filtrante. En cambio el lavado del filtro si resulta ser una condición muy
desfavorable por las altas velocidades implicadas y además, los múltiples son recolectores ya que el
lavado se hace con flujo descendente. La velocidad del lavado recomendable es de 20 m/h (5.46
mm/s) mientras la velocidad de filtración es solamente 0.7 m/h (0.194 mm/s).
nR ≤ 1.0 = K
nR ≤ 0.5 = K
na A2-187
= K
A
(25)
naQ (26)
= K
AQ
o sea :
Vp
= K
VL
Vp ≤ VL
V p ≤ 0.5 V L
Ancho = 2.1m
Largo = 2.7 m
20 * 2.1* 2.7
Q = V*A = = 31.5 l / s
3.6
A2-188
Considerando un principal de 2.6m de largo e instando 4 laterales, el espaciamiento entre ellos será
de 0.65 m y el caudal por lateral (qL ) será:
Q .
315
qL = = = 7.9 l / s
4 4
Σ Area orificios n Ao
Ro = =
Area de lecho AL
Π d 20
Ao = = 0.785 d 20
4
A0 = 7.085 * 10 -5 m2
n * 7.085*10.5
0.00015 =
5.67
1/ 2
d L = (2.32 ) 0.95 = 7.4cm
d L = 2.9" , se adoptan 3"
A2-189
R = 0.5 / n
lo cual da :
dp = 2n d L
Con dos laterales descargando en cada sección del principal el diámetro del principal será igual a:
dp = 2 * 2 * 3"
d p = 2 * 3" = 6"
En las figuras A5-5 y A5-6 se ilustran esquemas del multiple diseñado. Cualquier solución
razonable, con parámetros diferentes, que produzca una buena velocidad de lavado, es aceptable.
A2-190
Figura A5-5 Distribución esquemática del múltiple difusor en un filtro grueso
Figura A5-6 Ubicación de los orificios en el múltiple recolector del filtro grueso
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
HUDSON, H.E.; UMLER, R, AND BALLEY. (1979). Dividing flow manifold With square adgeg
lateral. Journal. EED., Asce: 745.
HUDSON, H.E. JR. Water clarification Processes Practical Design and Evaluantion. (1981). Van
Nostrand Reinhold Company. New Yok, USA.
FAIR, G,; GEYER, J. AND OKUN, D. Ingeniería Sanitaria y de Aguas Residuales.( 1987) Editorial
Limusa, S.A. Versión española. México, D.F..
VERNARD, J.C. AND DENTONI, D.K.( 1954). Discussion to Mechanics of manifold flow. Trans.
Asce. 119: 1136,
TOMAS D. Hydraulic Loss in Pipe world power conf. (1929).Tokyo, Japón 2: 446.
WOLTERS, H. Roughing Filtration : a Literature Study. (1988). A Msc Thesis Report. Delft, The
Netherlands,
A2-191
A2-192