La depresión infantil se diferencia del estado anímico triste cuando los síntomas son constantes, conflictivos e interfieren con las actividades del niño. Puede manifestarse a través de síntomas afectivos, cognitivos y físicos como irritación, sentimientos de soledad e indecisión, y cambios en el apetito y sueño. Múltiples factores como la pérdida de un ser querido, el maltrato o cambios importantes pueden llevar a un niño a la depresión, por lo que es importante que los padres estén at
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La depresión infantil se diferencia del estado anímico triste cuando los síntomas son constantes, conflictivos e interfieren con las actividades del niño. Puede manifestarse a través de síntomas afectivos, cognitivos y físicos como irritación, sentimientos de soledad e indecisión, y cambios en el apetito y sueño. Múltiples factores como la pérdida de un ser querido, el maltrato o cambios importantes pueden llevar a un niño a la depresión, por lo que es importante que los padres estén at
La depresión infantil se diferencia del estado anímico triste cuando los síntomas son constantes, conflictivos e interfieren con las actividades del niño. Puede manifestarse a través de síntomas afectivos, cognitivos y físicos como irritación, sentimientos de soledad e indecisión, y cambios en el apetito y sueño. Múltiples factores como la pérdida de un ser querido, el maltrato o cambios importantes pueden llevar a un niño a la depresión, por lo que es importante que los padres estén at
La depresión infantil se diferencia del estado anímico triste cuando los síntomas son constantes, conflictivos e interfieren con las actividades del niño. Puede manifestarse a través de síntomas afectivos, cognitivos y físicos como irritación, sentimientos de soledad e indecisión, y cambios en el apetito y sueño. Múltiples factores como la pérdida de un ser querido, el maltrato o cambios importantes pueden llevar a un niño a la depresión, por lo que es importante que los padres estén at
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Hace muchos años, el estado depresivo se veía confundido como
la melancolía, culpabilidad e infelicidad que una persona sentía ante una
determinada situación. Sin embargo, no fue sino hasta la evolución de la medicina y la psicología que fue catalogada como un trastorno del estado anímico, caracterizada por un profundo sentimiento de tristeza, decaimiento, desinterés e imposibilidad de experimentar cualquier tipo de placer, manifestándose de largos a cortos periodos de tiempo.
De esta forma, con el pasar de los años varios estudios han
confirmado que la depresión no tiene distinción de edad ni género, es decir, afecta tanto a hombres como mujeres, ya sean adultos o niños, siendo una enfermedad con un gran impacto negativo en las actividades diarias y relaciones sociales. Así mismo, aunque la depresión sea indistinta para niños y adultos, al enfocarnos en la depresión infantil, se pueden observar varias diferencias sintomáticas en comparación de la adulta, por lo que también su tratamiento y abordaje también varía.
La depresión infantil se diferencia del estado anímico triste
cuando los síntomas son constantes, conflictivos e interfieren con sus actividades sociales, familiares y académicas. Para algunos niños, esta etapa de su vida puede resultar muy confusa y, el entorno que los rodea, puede empeorar o mejorar su estado y comportamiento. De este modo, existen diversas características sintomáticas observables (y no observables) que permiten conocer si hay o no sospecha de una depresión infantil:
Síntomas afectivos: En muchos casos se evidencia irritación por lo
que lo rodea, tienden a realizar berrinches acompañados de fuertes llantos. Además, empiezan a desconfiar del amor que sus padres profesan hacia él, sintiéndose no queridos e inútiles, por lo que empiezan a despreciarse y recriminarse a sí mismo.
Síntomas cognitivos: En este caso, el niño continuamente
experimenta sentimientos de soledad, desesperanza e indecisión, mostrándose reacio hasta de sus propios padres, encerrándose en su propia burbuja sin querer aceptar ningún tipo de ayuda externa.
Síntomas motivacionales: Este punto es característico y clave para
sospechar la presencia de la depresión; Muchos niños pierden de la noche a la mañana el interés en sus actividades, puesto que dejan de sentir la diversión y satisfacción al realizarlas. Además, manifiestan un continuo miedo al rechazo de sus amistades y familia. Así mismo, su concentración y rendimiento escolar también decaen por miedo a los errores y a las críticas, por lo que termina aislándose.
Síntomas físicos: Una de las características más notables es la
pérdida alarmante de energía y el aumento o disminución del apetito, muchos niños se niegan a comer e ir a la escuela prefiriendo quedarse en cama al “no sentirse bien”. Por otra parte, también pueden presentarse cambios en los patrones del sueño, es decir, algunos días con insomnio y otros con pesadilla, quejas y molestias físicas (dolores de cabeza, de estómago…)
Por supuesto, cabe destacar que no todos los niños presentan el
mismo cuadro sintomático, unos pueden ser más evidentes que otros, así como su nivel de gravedad. No obstante, hay que tener claro que la depresión infantil no aparece de un día para otro sin razón aparente, cada niño puede experimentar en su entorno diversas situaciones negativas que, de un modo u otro, los afecta de tal forma que los lleva a caer en estado depresivo, las causas son varias y pueden ir desde: la pérdida de un ser querido, experimentar un tipo de maltrato, la separación de sus padres o hasta enfrentarse a un cambio de escuela, todo depende de cómo es la personalidad del niño en sí.
En este sentido, es importante resaltar el apoyo e intervención de
padres y tutores en este tipo de casos, los niños a pesar de no tener un concepto claro de lo que significa la muerte y lo que pueda conllevar, no los frena, de cierta forma, a exponerse a situaciones (consciente o inconscientemente) que atentan contra su vida, buscando un tipo de bálsamo que calme su dolor y sufrimiento. Muchos niños perciben una situación severa como algo sin solución, su capacidad de pensamiento es limitada por lo que se sienten motivados a encontrar una solución, ya sea autolesionándose físicamente para distraerse del dolor emocional o buscar de forma inmediata el suicidio, pensando que de esa forma dejaran atrás toda perturbación que los atormente.
Por ello, es importante para los padres prestar inmediata atención a
sus hijos cuando se percaten que algo no ande “del todo bien” con ellos, muchos padres se ciegan a la idea de que sus hijos se encuentren mal o tengan algún problema, causando más daño al ignorar por completo la situación. Existen casos donde el mismo niño pide que lo ayuden en su dolor, así como también hay otros que esconden todo malestar para no ser una “molestia” para quienes lo rodean y así encargarse él mismo de “solucionar” la situación, por ello, es indispensable acudir a un especialista antes que el problema de agravié y sea demasiado tarde para actuar.