ESPAÑOL
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EL ÚLTIMO PASAJERO.
David Sánchez Juliao
Llegó en un automóvil de servicio público a la hora del calor. Había sido un largo viaje,
entre aires de salitre y brisas tristes. Durante el camino lamentó no poder asirse a
recuerdos que le dieran sentido de pertenencia a aquella tierra; la de sus padres. Nada la
ataba a las interminables hileras en las plantaciones de banano, a las indómitas luces del
trópico ni a la infeliz sofocación infernal. Había crecido en el invariable frío de las
montañas lejanas, al amparo de la desdicha de Los Andes y al compás de la música de
tiple. Sintió que era allí, junto al mar y entre esas luces, en donde debía de haber
transcurrido su infancia. Y no pensó más, porque Ciénaga --hermoso nombre para una
población-- empezó nacer a partir de callejas de humildes construcciones que pronto
llevaron al esplendor de un centro republicano, de nostálgicas reminiscencias helénicas.
Era una casa oscura, con muebles en caoba de enroscadas formas austríacas y altas
consolas de espejos opacos. Dos carboncillos enmarcados en hojilla dorada flanqueaban
el aparador de la cristalería. Contenían las imágenes de un hombre con bigotes de
manubrio y una mujer de inmaculada golilla: Son tus abuelos, dijo la tía, y agregó: Tu
madre y tú son una mezcla del uno y de la otra. Pero tú eres más hermosa que todos,
porque tu padre fue un hombre apuesto. La sobrina decidió guardar silencio, pese a que
siempre, siempre quiso tener alguna noticia de su padre. Algo, poco aunque fuera; pero
aquel –juzgó— no era el momento de preguntar. La humedad del aire y el calor de los
espacios la asfixiaban; casi.
La tía la condujo por un sombreado corredor de begonias hasta una habitación que, más
allá de la cocina, miraba al patio. No tiene baño privado, dijo la tía al abrir la puerta. El
baño está allá, junto al tendedero de ropas; y señaló hacia una cerca de estacas que
lindaba con la calle. Las estacas eran bajas y se hallaban separadas, de modo que la
sobrina pudo ver al viejo afilador de cuchillos que anunciaba su paso con una fanfarria de
dulzaina. Junto a las sábanas tendidas al sol, estaba la puerta del baño. No temas, volvió
a hablar la tía, este es un pueblo seguro, en donde las cercas de los patios son así. Es lo
único que nos permite conversar con la gente que pasa. Y agregó en el mismo tono de
susurro: Instálate con toda calma, almorzaremos en media hora. Enseguida preguntó con
cierto dejo de ironía, ¿Allá en la Capital todavía llaman almuerzo a la comida del
mediodía? Lo digo porque, tal vez, en los tiempos actuales, le llaman lunch. Y cerró la
puerta.
Con tres golpes en la puerta la tía la llamó para que sacaran dos sillas mecedoras y se
sentaran en la pequeña terraza frente a la puerta de la calle. Es la costumbre. Todo el
mundo lo hace aquí a la hora del fresco, dijo la tía. Es la única oportunidad que tenemos
de lucir la ropa de estreno. La mitad de la gente decente del pueblo pasa a esta hora
saludando, y agregó: Por las estacas del patio se saluda a otro tipo de gente: la del
pueblo raso, ¿entiendes? Sí, dijo la sobrina, entiendo. Tu madre, agregó la tía, era una
joven rebelde cuando tenía tu edad. Le gustaba saludar por entre las estacas del patio a
quien no debía. Y continuó: Por ser tan rebelde fue que le pasó lo que le pasó. Una pareja
de elegante terno de lino blanco irlandés y sombrero panamá, él, y de falda y blusa de
hilo, ella, pasaron entre un adiós que la tía respondió con sonrisas. La sobrina se había
quedado con la pregunta entre labios: ¿Qué le pasó? Que se entregó a tu padre la noche
antes de que tu padre partiera por tres meses para aquel viaje de negocios al que lo
enviaba la Compañía Bananera. ¿Y? Y que cuando tu padre regresaba, sin saber que ya
tú existías en el vientre de tu madre, ocurrió el accidente. El tren se descarriló. ¿Así por
así? Así por así, no. Todo tuvo que ver con la huelga. Dicen que los obreros habían
desenganchado los rieles creyendo que el tren sólo traía bananos para los barcos del
puerto. Dicen que no sabían que venían pasajeros. La sobrina defendió la memoria del
padre: Pero...él venía dispuesto a casarse, ¿no? Eso sostuvo tu madre hasta cuando
murió seis meses después de darte a luz, pero nadie, ni yo, para serte franca, le creyó. La
misma pareja regresaba, acompañada ahora de una pareja más, vestida de forma similar.
Hubo nuevos adioses desde la calle y las mecedoras. ¿Y esa es la razón por la cual mi
madre fue a darme a luz a Bogotá, y por la cual, después de mi nacimiento y de su
muerte, decidiste, tía, traerte su cadáver y dejarme a cargo de las hermanas del orfanato?
La tía fue contundente y despiadada: Sí. Y agregó: Pero hoy estás aquí porque nada
queda oculto bajo el cielo. A los pocos años se supo la verdad. Bastó con que alguien de
este pueblo te viera un día en el orfanato de Bogotá para que se supiera la verdad, y
¿sabes por qué? ¿Por qué? Porque eres idéntica a tu madre, aunque mejorada, como te
digo, por la apostura de tu padre... y que en paz descansen.
Cenaron frutas y panes de centeno antes de las siete bajo las aspas inmóviles del
ventilador del comedor. El calor había cedido con la entrada de la noche. ¿A qué horas te
acuestas?, preguntó la tía. Suelo acostarme temprano pero demoro algunas horas en
dormirme. Leo hasta tarde, es la costumbre del orfanato, sabe. Bueno, entonces tendrás
tiempo de acompañarme a escuchar las noticias en la radio de la sala y a rezar el rosario.
Sí. Eso hicieron. Durante los susurros del rosario, ella volvió a soñar, esta vez despierta,
con los picos nevados y las elevadas cordilleras. Se divirtió con el vuelo de los cóndores y
el zumbido de viento helado. Durante las noticias, que nada nuevo dijeron sobre la
convulsionada situación del país, no pudo elevarse, aunque lo intentó. Los sangrientos
sucesos reportados, sospechó, la ataban a la realidad de aquella tierra de obreros, de
huelgas, de matanzas bananeras y de trenes descarrilados. Buenas noches, dijo la tía al
concluir el último misterio del rosario. Buenas noches, respondió ella como una apostilla a
las avemarías y empezó a caminar por el corredor de begonias con rumbo a su habitación
mientras la tía recorría la casa apagando las luces.
En efecto, se fue a la cama temprano; a las ocho y media, supo por los toques del
campanario cercano. Pero había sido un viaje largo y sofocante desde el aeropuerto de
Barranquilla: cuatro horas por carreteras descubiertas y polvorientas, puentes, y huecos
en los que el automóvil brincaba y que se sentían en las costillas. No pudo leer. La venció
el cansancio. Cuando despertó miró el reloj en la mesa de noche y se halló vestida sobre
el tendido intacto, bajo la calurosa luz del bombillo del techo y con el libro aun sin abrir
sobre el regazo. Eran las cuatro. Oyó a lo lejos, intenso, largo, hiriente, el pito del tren que
partía en dos el fresco silencio de la madrugada. Escuchó voces lejanas y pisadas que
hacían crujir el cascajo y los guijarros de la calle sin pavimentar. Las voces venían de
lejos, se acercaban sobre los pasos ruidosos, se hacían presentes por pocos segundos, y
de nuevo se alejaban. Algunos reían, otros pasaban en silencio o envueltos en una
conversación de susurros parecidos a los del rosario. Presumió que eran los pasajeros del
tren que acababa de llegar; del tren que volvía a pitar anunciando esta vez, dedujo, la
partida hacia la próxima estación. Debía ser agradable, pensó, tomar el tren a esas horas
de la mañana, entre el fresco redentor y los dulces olores del amanecer.
Sintió necesidad de ir al baño. Debía descargar aquel ardor de vejiga y cepillarse los
dientes antes de venir a meterse en la cama. Este osito de peluche debe guardarse en el
estuche, vino a su mente la frase de la Hermana Natalia cuando aún ella era una niña en
el orfanato. La Hermana Natalia, la misma que la había enseñado a leer y a soñar. La
misma que una vez, ya siendo ella mayor, la denunció ante la Madre Superiora diciendo
que se le empezaba a ir la mano en el manejo de la fantasía, pues a veces soñaba lo que
no debía soñar. Pero ella, ¿qué otra cosa podía hacer, si era aquella la única manera
como lograba hacer añicos cualquier dificultad? Además, soñar no cuesta nada, Hermana
Natalia, le decía.
Encontró el patio tan fresco que las begonias del corredor parecían sonreír. Se le antojó
un frescor de otra tierra, la de ella, de primaveras eternas y olores de cerezos. El paso de
las voces había cesado. Mientras caminaba hacia el baño oyó arrancar el tren pesado,
lento, abúlico, como un gigante que despertaba. Desde el baño, en sus abluciones de
lavabo, oyó venir, sin embargo, unos pasos rezagados, pero seguidos por un ruido de
ruedas de metal. El último pasajero, pensó.
Al cerrar tras de sí la puerta del baño y salir al patio, lo vio parado más allá de las estacas
de la cerca, en medio de la calle. El ruido de ruedas de metal correspondía a la carretilla
del maletero de la estación que traía el equipaje. Cuando el pasajero se quedó plantado
en la calle, como un hermoso árbol nevado de plácida fronda, el maletero siguió su rumbo
empujando la carretilla de ejes sin aceitar. El hombre vestía a la usanza de aquellas
tierras tropicales, como los señorones que pasaban saludando a la hora de las sillas
mecedoras de la terraza.
Hola, dijo, al ver que el pasajero rezagado había decidido quedarse allí, mirándola cuando
ella no terminaba aun de cerrar las maderas de la puerta del baño. Hola, dijo el hombre
con una voz cascada y dulce; hermosa, en aquella combinación, como su rostro de tez de
cirio y sus cabellos negros, tan poblados como sus cejas y sus bigotes de ónix. Era un
hombre de estampa atlética. Ella lo advirtió en la erupción que tal presencia provocó en
los cráteres de su pecho y en el incendio de las negras selvas de su vientre; y hermoso,
se lo decían sus ojos, pese a la luz mortecina de la noche que se iba. ¿Me esperabas?,
preguntó él. Ella sintió que aquella voz la iba a matar. De alguna manera, supuso ella que
debía decir en esos casos, según le habría aconsejado la Hermana Natalia. Entonces lo
dijo: Sí, de alguna manera. Todas las cajas y las valijas que lleva el maletero en la carreta
vienen llenas de regalos para ti. ¿Para mí? Sí, y entre ellos viene el vestido de novia para
la boda.
Aquella frase la espantó. Corrió a través del patio y se encerró con doble llave en la
habitación. Guardó silencio, inmóvil bajo el ventilador apagado, hasta cuando sintió que
los pasos del hombre se perdieron en dirección de la plaza. De pronto, se reanudó a lo
lejos el ruido de los ejes sin engrasar de la carreta del equipaje. Entonces pudo respirar
con tranquilidad. Se deshizo de la ropa y vistió el pijama de encajes. Apagó la luz, puso a
andar el ventilador de aspas, hizo sobre frente y pecho la señal de la cruz y se metió en la
cama bajo las sábanas frescas.
No supo por qué durmió sin sobresaltos hasta las siete de la mañana, cuando los nudillos
de la tía sonaron en la puerta; y después la voz, Desayunamos en media hora. Era una
mañana fresca. Le resultaba imposible creer que aquel aire fuera a ser ardiente en pocas
horas, una o dos tal vez. Tomó una ducha lenta y prolongada sin que el suceso de la
madrugada hubiera podido salir de su cabeza. No entendía cómo no se sentía cansada.
Se tranquilizó pensando en que lo que había sucedido no había tomado más que pocos
minutos. Los calculó, paso a paso: abandonó la habitación, entró al baño, salió, vio al
hombre, cruzó con él dos frases, hasta que la impertinencia de las últimas palabras la hizo
salir corriendo. Recordaba que en unos instantes apenas se había quedado dormida.
¡Pero había sido todo tan intenso!
ACTIVIDAD
1. Escoge dos oraciones del texto y señala la función que cumplen cada una de sus
palabras. (nombre o sustantivo, verbo, adverbio, adjetivo, entre otras)
2. Con base en la lectura, explica con tus palabras el significado de las siguientes
palabras: asirse, indómitas, reminiscencias, dulzaina, acotó, apostilla, añicos, usanza.
3. Describa los personajes de la historia, física y psicológicamente.
4. Escriba tres frases textuales que le llamen la atención y explíquelas en el contexto de
la obra.
5. Elabora un mapa mental con los principales hechos utilizados en la obra.
6. Haga una crítica valorativa acerca de la obra. (Mínimo una página)
7. Realiza un resumen de la obra en un total de cuarenta palabras máximo.
COMPETENCIA:
Lee textos literarios de diversa índole y temática, los cuales le permiten, identificar
elementos y procesos del contexto comunicativo y relacionarlo con el entorno.
ACTIVIDAD 1
1. ¿Cuál es la oración del anuncio que apela al sentimiento de insatisfacción?
2. ¿Cuál es el problema que identifica el anuncio?
3. ¿Con qué oración logra el anuncio que el comprador se sienta identificado con una
necesidad?
4. ¿Con qué oración u oraciones ofrece el producto como remedio al problema?
5. ¿Qué hace el anuncio después?
6. ¿Con qué oraciones demuestra que el producto sí soluciona el problema identificado?
7. ¿Con qué oraciones identifica el perfil de quien podría comprar el producto? ¿Cuál es
ese perfil?
8. ¿Qué es lo que el anunciante desea que haga el potencial comprador?
9. ¿Qué hace para lograrlo?
ACTIVIDAD 2
Lee el texto completo por lo menos dos veces, subraya lo más importante del contenido
de cada párrafo y construye una oración que exprese la idea central de cada uno.
Este programa, justo es reconocerlo, es muy exigente para los padres y profesores, que
deberían prepararse previamente para trabajar adecuadamente con él y, sobre todo, para
que el currículo oculto no estuviera en contradicción con estos contenidos. Desde este
punto de vista, la forma en que los padres y los profesores afrontan el éxito, las
dificultades o el fracaso escolar de los hijos y alumnos se convierte, en definitiva, en la
piedra angular de un programa de estas características. El trabajo en estos temas de
manera formal o incidental ayuda a transformar las relaciones entre los agentes
educativos y es la mejor forma de ayudar a los alumnos con problemas de aprendizaje.
En muchas ocasiones, sin embargo, los programas preventivos no evitan la aparición de
problemas de conducta que provocan dificultades en el clima de clase y son disruptivos
para la relación de enseñanza y aprendizaje. En este caso lo más eficaz es, además de la
prevención que ha demostrado tener influencia directa en el clima de la clase, recurrir a
sistemas de disciplina inductiva. […]
Una vez que se han seguido los principios de la disciplina inductiva, es necesario
mantener la coherencia, exigir su cumplimiento y prever la forma (personas y reglas del
juego) en que se determinará si la norma se ha cumplido o no. Asimismo, se debe
establecer el sistema de sanciones, de tal forma que sean inductivas en lugar de ser
considerado como pago de una culpa. Finalmente, es preciso tener previsto las
estrategias de resolver los conflictos que sobrepasen al propio educador.” (Coll, 2001: 181
y 182)
ACTIVIDAD 3
Observa las siguientes ideas y fusiona aquellas que tengan elementos comunes.
Medicina gratuita para 360 niños en escuela (El Telégrafo, miércoles10 de junio de
2009, página 16)
1. El Club de Leones de Guayaquil desarrolló una jornada médica gratuita que inició en
la escuela fiscal Ruperto Arteta Monte.
2. Durante la jornada de atención a todos los niños y niñas de todos los cursos, también
entregaron vitaminas y antiparasitarios.
3. El director de la escuela dijo que no es la primera vez que reciben esta ayuda del
Club.
4. El director declaró: Por varios años recibimos esta asistencia en la cual se examina a
los niños para verificar su nutrición.
5. Cerca de 360 alumnos de primero a séptimo recibieron atención pediátrica
especializada.
6. Ocho pediatras atendieron a los alumnos y les dieron medicinas.
7. Esto hace parte de las actividades del aniversario 40 del Club rememora el camino en
favor de la comunidad.
A finales de 2000, Wendy, una adolescente hondureña, fue violada en grupo por pandilleros de la
Mara Salvatrucha. Tras el ritual conocido como “el trencito”, los mareros decidieron hacer negocio
y corrieron la voz de que cobraban cincuenta lempiras a quien quisiera tener relaciones con la
muchacha. El pasado diciembre la policía detuvo en Málaga a una rumana que había firmado un
contrato para vender sus dos hijas a unos proxenetas. Por 5.000 euros aceptó que fueran llevadas
a España a prostituirse. Luisa, universitaria bogotana, empezó en un videochat. Le pagaban por
desnudarse ante la cámara. De allí pasó a concertar citas vía celular y ya con clientes se enroló en
un lujoso burdel: “Si estoy con un man que me gusta porque sí, ¿por qué no voy a estar con otro
por plata?”. (…) La Valeska vive en función de la plata. Ejerce la prostitución desde los 17 años,
cuando aburrida del maltrato de su padre dejó la comodidad del barrio Laureles para ofrecerse en
Bogotá. (…) Poca gente pasa el umbral, pero son varias las vías para llegar al sexo pago. A pesar de
esta verdad de a puño, muchos se resisten a la evidencia disponible y enfatizan una doctrina cada
vez más terca e improcedente para la prevención: la prostitución siempre es forzada. Sin embargo,
¿cuántas personas venden su cuerpo empujadas por la miseria, cuántas obligadas por proxenetas,
cuántas seducidas y abandonadas, cuántas huyendo del abuso, cuántas por morbo o curiosidad,
cuántas por arribistas, cuántas por la adrenalina, cuántas por hipersexuales? ¿Cuántas Wendys por
cada Valeska o cada Luisa? Nadie sabe, las respuestas no son obvias e incluso la disponibilidad de
testimonios puede estar sesgada. Además de los antecedentes familiares o las experiencias
individuales, el entorno y la época influyen. En Colombia, aunque tenemos indicios de que el
negocio de las prepagos está en franca expansión, no conocemos el tamaño de la actividad ni su
composición. Nadie comprende bien por qué se inician, por qué se mantienen o por qué dejan la
actividad, y cada vez es mayor la influencia de quienes no están interesados en que se sepa. La
industria del rescate es ya una poderosa alianza multinacional de burócratas, periodistas y
oenegés (ONG) que logró simplificar hasta el absurdo el diagnóstico, demostrando de paso que no
solo tiene más prejuicios que la Iglesia, los viejos criminólogos o los médicos higienistas sino que
carece de cualquier vocación para entender lo que ocurre, lo que piensan o lo que quieren las
víctimas. Esa alianza pretende intervenir un mercado sobre el que se sabe no solo poco, sino cada
vez menos. (…) “No me arrepiento absolutamente de nada”, dice una prostituta. Los momentos en
el burdel “fueron unos de los mejores de mi vida, por el simple hecho de haber conocido a
Giovanni y haber encontrado esa mujer nueva que soy ahora… Utilizar el sexo como medio para
encontrar lo que todo el mundo busca: reconocimiento, placer, autoestima y, en definitiva, amor y
cariño... ¿Qué hay de patológico en eso?”. Rubio, M. (2012, junio). Wendy, Valérie y todas las
demás. El malpensante, vol. 131. Tomado y adaptado de:
http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=2573
2. En el párrafo 7 la palabra “víctimas” se resalta en letra cursiva porque en opinión del autor
B. víctima es un término que unos grupos usan para referirse a algunas prostitutas.
D. víctima es un término que unos grupos usan para referirse a todas las prostitutas.
4. El autor usa la expresión “industria del rescate” como parte de un intento por
A. reconocer la labor de un grupo de burócratas, periodistas y ONG que busca salvar a las
prostitutas.
B. descalificar a un grupo de burócratas, periodistas y ONG que se dedica a trabajar por las
prostitutas.
C. destacar un grupo de burócratas, periodistas y ONG que se dedica a trabajar por las prostitutas.
D. justificar la acción de un grupo de burócratas, periodistas y ONG que asume que todas las
prostitutas deben ser rescatadas.
B. narrar las historias de vida de cuatro prostitutas en diferentes países del mundo.
C. argumentar sobre la importancia de que las mujeres no se vuelvan prostitutas.
6. La afirmación de Luisa, “Si estoy con un man que me gusta porque sí, ¿por qué no voy a estar
con otro por plata?” implica que ella
C. cree que el dinero es una razón fuerte para estar con alguien.
A. especializada.
B. científica.
C. general.
D. joven.
C. ilustrar que hay mujeres que se vuelven prostitutas porque las obligan.
CELEBRACIÓN DE LA DESCONFIANZA
El primer día de clase el profesor trajo un frasco enorme: —Esto está lleno de perfume -dijo a
Miguel Brun y a los demás alumnos-. Quiero medir la percepción de cada uno de ustedes. A
medida que vayan sintiendo el olor, levanten la mano. Y destapó el frasco. Al ratito no más, ya
había dos manos levantadas. Y luego cinco, diez, treinta, todas las manos levantadas. — ¿Me
permite abrir la ventana, profesor? —suplicó una alumna, mareada de tanto olor a perfume, y
varias voces le hicieron eco. El fuerte aroma que pesaba en el aire ya se había hecho insoportable
para todos. Entonces, el profesor mostró el frasco a los alumnos, uno por uno. El frasco estaba
lleno de agua. Tomado de: Galeano, Eduardo. (1989). El libro de los abrazos. España. Siglo
veintiuno editores.
A. una librería.
B. una perfumería.
C. un aula de clases.
10. Los testimonios presentados en el texto permiten sostener que el ejercicio de la prostitución
B. atrapa a todas sus víctimas en contra de su voluntad. C. es el medio para que las mujeres tengan
conciencia de su sexualidad.
11. Teniendo en cuenta la relación entre el título y el texto, se infiere que el autor
A. sabe que hay momentos en los que el saber propio se derrumba por la experiencia de otros.
B. cree que el conocimiento de cada uno es el único válido ya que proviene de la experiencia
individual.
C. reconoce que en ciertas prácticas es mejor creer en lo que dicen otros que en lo que se
experimenta de manera personal.
D. reconoce que hay situaciones en las que debería ser más importante dudar que creer en el
saber del otro.
El poder de la población de las grandes urbes Durante siglos, las ciudades han sido descritas como
aglomeraciones antinaturales, violentas y con elevados costos de vida. ¿A qué se debe entonces la
migración en todo el mundo del campo a la ciudad? Investigaciones recientes muestran que las
ciudades producen una cantidad mayor de inventos y de oportunidades de desarrollo económico
pues los aumentos de población promueven interacciones sociales más frecuentes e intensas.
Estas interacciones se correlacionan con tasas más elevadas de innovación y productividad, y
suscitan presiones económicas que limpian las ineficiencias: la población se ve forzada a buscar
nuevas formas de organización, así como productos y servicios más rentables. Adaptado de:
Bettencourt, Luís. y West, Geoffrey. “Grandes urbes: conseguir más con menos”. Revista
Investigación y ciencia, noviembre de 2011. TEXTO 2 Cerebros sobre edificios Se ha demostrado
que la presencia de universidades en una ciudad se correlaciona con ingresos elevados,
crecimiento de la población y aumento de la iniciativa empresarial de sus habitantes.
Anteriormente, cuando una ciudad decaía se ponían en marcha proyectos de construcción y
transporte que resultaban inútiles pues son las destrezas de sus habitantes, y no las estructuras
urbanas, las que constituyen el mejor antídoto contra el fracaso de una ciudad. Adaptado de:
Glaeser, Edward. “Cerebros sobre edificios”. Revista Investigación y ciencia, noviembre de 2011.
12. De acuerdo con el texto 1, las ciudades fueron caracterizadas varios siglos atrás como
13. El enunciado que mejor apoya la posición de los autores del texto 1 es
A. En comparación con las áreas rurales o las zonas residenciales suburbanas, las grandes urbes
resultan menos costosas para sus habitantes.
B. En las ciudades se crean pautas de mayor productividad que se materializan en costos de vida
decrecientes gracias al desarrollo tecnológico.
C. Hay una correspondencia entre el incremento de la población urbana debido a la migración del
campo a la ciudad y el aumento de las rentas y la producción.
2. En el texto la palabra ”siamesa” podría ser cambiada sin que pierda su sentido por
A. Traviesa
B. Hermana
C. Derecha
D. Madre
E. Perversa
A. Sólo al amanecer
B. Sólo al anochecer
C. En todo momento
D. Durante el día
E. Durante la noche
4. En la expresión del texto “lo ahoga en un rio de tinta, la siniestra”, la palabra subrayada se
refiere
A. A la mano
B. Al rio
C. A la tinta
D. Al lago
E. Al pincel
A. Dios
B. Corazón
C. Muerte
D. Amante
E. Enemigo
A. Lo bello y lo feo
B. El hombre y la mujer
C. Lo lógico y lo absurdo
D. El bien y el mal
E. El espíritu y la materia
8. Cinco críticos han dado su opinión acerca del texto anterior. ¿Cuál tiene la razón?
A. “El título del texto nos demuestra que, como cristo, su autor pregona el amor al prójimo”
B. “Se trata de un poema tradicional, donde todos los versos riman perfectamente”
C. “Definitivamente, con este texto Juan Manuel Roca demuestra que es un digno discípulo de su
D. “Al leer este texto con atención, se entiende que sólo el amor puede vencer las diferencias”
E. “Las manos de este escritor son verdaderamente capaces de todas las monstruosidades”
A. Que los hombres van vestidos de negro, mientras que las mujeres llevan vestidos blancos
B. Que los hombres llevan ropas amplias, mientras que las mujeres las llevan ajustadas
D. Que los hombres llevan sombreros de copa, mientras que las mujeres llevan tocados en la
cabeza
10. La palabra que mejor describe la posición de la fila de hombres de negro con respecto al
dibujo es
A. Paralelo
B. Diagonal
C. Periférico
D. Espiral
11. La estrategia que el autor utiliza para resaltar la fila está dada por
A. Un lugar en la calle
B. Un lugar en un salón
C. Una habitación
D. Una cárcel
A. Indiferencia
B. Curiosidad
C. Entusiasmo
D. Cansancio
… En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia
ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas
Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que
tenía el Tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la
Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin
Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los Desiertos del Oeste
perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País
no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.
SUÁREZ MIRANDA: Viajes de varones prudentes, libro cuarto, cap. XIV, Lérida, 1658.
15. Del rigor de la ciencia empieza mostrándonos unas especiales características gráficas. Una de
ellas es el uso indiscriminado de las mayúsculas en muchos de los
17. Apreciamos que cada apartado nos habla de una de las etapas de la historia de
18. El último eslabón de la cadena de palabras geográficas – ciudad, provincia, Imperio – es país,
lo que nos indica en términos temporales – pasado y presente – que
20. La figura del desierto como único testimonio del último mapa elaborado por los antiguos
cartógrafos, logra su efecto gracias a características como
B. La arena y la desolación
21. Podemos suponer, entonces, que los nuevos mapas fueron reglamentados de tal manera
gracias a que fueran una representación
A. Idéntica de la realidad
B. Ficticia de la realidad
C. Reducida de la realidad
D. Histórica de la realidad
A mucha gente le gusta ver en los cuadros lo que también le gustaría ver en la realidad.
Se trata de una preferencia perfectamente comprensible. A todos nos atrae lo bello en la
naturaleza y agradecemos a los artistas que lo recojan en sus obras. Esos mismos
artistas no nos censurarían por nuestros gustos. Cuando el gran artista flamenco Rubens
dibujó a su hijo, estaba orgulloso de sus agradables acciones y deseaba que también
nosotros admiráramos al pequeño. Pero esta inclinación a los temas bonitos y atractivos
puede convertirse en nociva si nos conduce a rechazar obras que representan asuntos
menos agradables. El gran pintor alemán Alberto Durero seguramente dibujó a su madre
con tanta devoción y cariño como Rubens a su hijo. Su verista estudio de la vejez y la
decrepitud puede producirnos tan viva impresión que nos haga apartar los ojos de él y, sin
embargo, si reaccionamos contra esta primera aversión, quedaremos recompensados con
creces, pues el dibujo de Durero, en su tremenda sinceridad, es una gran obra. En efecto,
de pronto descubrimos que la hermosura de un cuadro no reside realmente en la belleza
de su tema. No sé si los golfillos que el pintor español Murillo se complacía en pintar eran
estrictamente bellos o no, pero tal como fueron pintados por él, poseen desde luego gran
encanto.
Tomado de: Gombrich, E. H. (2003). La historia del arte. Madrid: Random House Mondadori.
5. ¿Cuál de los siguientes títulos podría ser el más adecuado para el texto
anterior?
A. En defensa del mal gusto en el arte.
B. El arte como modelo de la realidad.
C. La representación de la belleza en el arte.
D. Rubens, Durero y Murillo: el arte de la pintura.
Para las élites, era una manera excelente de consolidar la riqueza, fusionar recursos y
forjar uniones políticas. Desde la Edad Media, la dote de boda de la mujer constituía el
mayor ingreso de dinero, bienes o tierras que un hombre iba a recibir en toda su vida.
Para los más pobres, también suponía una transacción económica que debía ser
beneficiosa para la familia. Así, se solía casar al hijo con la hija de quien tenía un campo
colindante. El matrimonio se convirtió en la estructura que garantizaba la supervivencia de
la familia extendida, que incluye abuelos, hermanos, sobrinos… Al contrario de lo que
solemos creer, la imagen del marido trabajando fuera de la casa y la mujer haciéndose
cargo de la misma es un producto reciente, de los años 50. Hasta entonces, la familia no
se sostenía con un único proveedor, sino que todos sus integrantes contribuían al único
negocio de la que esta dependía.
8. La palabra “dote” del segundo párrafo puede remplazarse, sin que la frase
pierda su significado, por
A. ahorros de la futura esposa
B. dinero de los familiares
C. aporte patrimonial
D. ceremonia matrimonial
10. ¿Cuál de los siguientes enunciados apoya la idea de que el amor maduro y
sincero no siempre ha sido considerado como la base de la familia?
A. En los años 50 se produjo una marcada distinción entre los roles masculino y
femenino en la familia.
B. La idea del amor como la razón que ha de llevar al matrimonio surgió con el
movimiento romántico en el siglo XVIII.
C. Ambos miembros de la pareja deben poner mucho empeño para que el matrimonio se
sostenga.
D. El matrimonio se consolidó en el siglo XIX como la principal forma de
institucionalización del amor conyugal.
11. ¿Cuál de los siguientes ejemplos ilustra la idea de la familia como una
institución política y económica?
12. ¿Qué implicación sobre el matrimonio entre los fulbes africanos puede derivarse
a partir de lo dicho por el autor?
A. Que en esa comunidad no sucede que haya amor entre esposos.
B. Que en esa comunidad el amor no es una condición necesaria para el matrimonio.
C. Que las mujeres de esa comunidad sienten temor a enamorarse de sus esposos.
D. Que las mujeres de esa comunidad no ven su amor correspondido por sus esposos.
13. De acuerdo con el texto, ¿qué se puede concluir acerca del matrimonio?
A. Que es una institución que varía dependiendo del contexto histórico y social.
B. Que es una institución que tiene únicamente propósitos económicos y políticos.
C. Que es la base de la familia en culturas tan diversas y complejas como las nuestras.
D. Que es un pacto entre dos individuos que debe basarse en el amor y la confianza.