Violencia Obstetrica
Violencia Obstetrica
Violencia Obstetrica
y ejemplos
Examinamos el concepto de violencia obstétrica, sufrida
por algunas mujeres embarazadas.
Si bien los profesionales del parto tienen conocimientos y práctica para poder
ejercer correctamente su profesión, a veces se cometen errores que pueden
perjudicar la salud de las mujeres y estos puede incurrir en lo que se ha
denominado como violencia obstétrica.
Este término tiene su historia, pero ha ido viralizándose estos últimos días a
raíz de la nueva reforma de la Ley del Aborto y las ampollas que ha levantado.
Abordemos en profundidad qué implica este tipo de violencia y por qué está
generando tanto debate.
Artículo relacionado: "Los 11 tipos de violencia (y las distintas clases
de agresión)"
Las mujeres que aseguran haber sido víctimas de este tipo de violencia
sienten como algunos profesionales médicos hacen con ellas lo que quieren,
como si el cuerpo no les perteneciera. Denuncian que, desde que se quedan
embarazadas, las mujeres pierden el derecho sobre su propio cuerpo y que se
justifica el uso de cualquier práctica médica, por muy dolorosa y humillante
que pueda ser, usándose como argumento que todo se vale por el simple
hecho de salvar al “producto”, esto es, el feto. Además, critican que casi nadie
les informe adecuadamente de los procedimientos y que se convierten en
“úteros con patas”.
psicología de la víctima"
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alternativas.
Impedir el apego precoz del bebé con su madre cuando no hay causa
justificada.
Negar cargar y amamantar al bebé recién nacido sin tener urgencia
médica.
Usar técnicas de aceleración del parto sin el consentimiento voluntario,
de la mujer.
Insistir en practicar una cesárea aun pudiendo practicarse un parto
natural.
Dar a la usuaria un trato infantil, autoritario, paternalista, humillante,
rutinarias.
Raspaje del útero sin anestesia.
concreto.
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características"
Hay mujeres que no se atreven a denunciarlo por miedo a que sean tildadas
de exageradas o que se les diga que realmente quien habla son sus hormonas.
Añadido a esto, pocas son las mujeres debidamente informadas sobre sus
derechos reproductivos, creyendo muchas de ellas que es normal ser
sometida a procedimientos médicos desagradables sin dar su consentimiento
explícito.
Otra de las causas que explicaría por qué la comunidad sanitaria no parece ser
consciente de este problema es que no recibe la debida formación e
información sobre este tipo de comportamientos, además de no disponer
de las herramientas necesarias para detectar ni gestionar las prácticas
irrespetuosas para con las mujeres embarazadas, de parto y en el puerperio.
de la mujer embarazada"
El debate en España
El debate está muy activo en España en estos momentos, debido a que el
Ministerio de Igualdad anunció su intención de incluir a la violencia
obstétrica como delito en la reforma de la Ley del Aborto (modificación de
la Ley Orgánica 2/2010), incluyéndola además como un subtipo de violencia
machista. A pesar de las buenas intenciones detrás de la medida, esta es
rechazada por ginecólogos, tanto hombres como mujeres, puesto que se teme
que con ella se criminalice su profesión, además de que podría romper la
relación médico-paciente y la confianza de las mujeres embarazadas en la
ginecología y la obstetricia.
Los ginecólogos consideran que la mala praxis en los partos son negligencias
más, que deben ser debidamente investigadas y penalizadas en caso de darse,
al igual que con cualquier mala acción de un sanitario de cualquiera otra rama
de las ciencias médicas. En este caso en concreto, la comunidad ginecológica
considera que no se deben confundir con la violencia sexista las
negligencias en el parto, tal y cómo lo expresó recientemente el Consejo
General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) o la Unión Profesional de
Médicos de Ejercicio Libre (Unipromel).