Compendio Unidad 1
Compendio Unidad 1
Compendio Unidad 1
3 créditos
UNIDAD No. 1
LA FAMILIA, PRIMER AGENTE DE
SOCIALIZACIÓN
Tabla de contenido
Introducción …………………………………………………………………………………….. 1
La competencia parental……………………………………………………………………. 7
1
Resultado de aprendizaje de la asignatura
Promueve acciones que sensibilicen a las familias y sus comunidades sobre los
procesos de inclusión social y educativa en Educación Inicial
Introducción
El estudio de esta evolución histórica nos ayudará a comprender los factores determinantes de
sus estructuras, al tiempo que permitirá identificar la diversidad que en tal sentido prevalece en
las concepciones estructurales de la familia en la actualidad; elementos básicos para desarrollar
una conveniente labor educativa en nuestras aulas de la educación inicial.
El papel que desempeña la labor de la familia en la formación los niños en las edades más
tempranas, resulta determinante en la creación de hábitos de vida, la transmisión de la cultura, en
el mantenimiento de ceremonias y costumbres, en la conservación del patrimonio, la represión de
los instintos y la adquisición de la lengua materna; determinando con ello en buena medida los
procesos fundamentales del desarrollo psíquico y la organización de las emociones de los futuros
individuos.
La socialización entendida como el proceso mediante el cual las personas adquirimos los valores,
creencias, normas y formas de conducta apropiados en la sociedad a la que pertenecemos es el
resultado de la interacción que se da entre el individuo y la sociedad. A partir de este proceso se
aprenden las pautas de comportamiento, las normas, roles y costumbres, por lo que el periodo de
la infancia es fundamental en este proceso de socialización, determinando el papel privilegiado
que la familia juega en la transmisión de pautas culturales.
Los primeros años de vida son entendidos como los espacios generadores de los principales
aprendizajes básicos del individuo. En ellos se fundamentan hábitos, prácticas, sentimientos y
valores; que acompañan al ser humano durante buena parte de su desarrollo y moldean sus
características psicosociales básicas.
2
Un importante papel juega la familia en la gestión de estos aprendizajes pues a partir de las
interacciones con padres, hermanos y demás familiares próximos, basados en el estímulo y la
imitación de patrones de conducta que se desarrollan y observan; los infantes adquieren los
fundamentos de los mismos. De ahí la importancia de un adecuado equilibrio y trabajo conjunto
entre la labor de la familia y la escuela de educación inicial ha de tener en el propósito de garantizar
el desarrollo futuro de la persona.
Desde el surgimiento del hombre, este se ha asociado para poder subsistir; inicialmente con el
objetivo de desafiar la fuerza externa que entrañaba la naturaleza para obtener los alimentos y
trabajar. Así ese grupo humano, conformado en los albores de la historia y nombrado como
comunidad, desempeñaba diversas formas y funciones, sin que mediaran inicialmente lazos de
parentesco y luego por consanguinidad.
El clan fue la primera manifestación de solidaridad humana, la forma más primitiva de unión
destinada a lograr una posibilidad de defensa, que hiciera factible la supervivencia en un medio
hostil. Pero a medida que los sentimientos de los individuos se afinaban, el vínculo común y
general fue siendo remplazado, paulatinamente, por la solidaridad familiar que aunó a grupos más
pequeños.
Los indicios más remotos, nos muestran que en las primeras etapas de su evolución la mujer
desempeñaba el papel más importante en el seno familiar; su rol era fundamental, mientras que
el del hombre se presentaba con carácter accidental y transitorio. La madre en algunos casos ni
siquiera se preocupaba por determinar quién era el padre de su criatura, ya que ella misma seguía
ligada a su padre y a sus hermanos. Los lazos fraternos eran más afectivos e intensos que los
vínculos entre marido y mujer. El hombre, por el contrario, continuaba viviendo con su gente y
visitaba clandestinamente a su mujer. Esta estructura familiar se reconoce como Familia
Consanguínea.
Mas adelante en el tiempo comienzan a establecerse relaciones de carácter grupal, gestadas por
la necesidad de una actividad más organizada para la subsistencia surgiendo lo que se conoce
como Familia Punalúa la que consistía en excluir a los padres y a los hijos de la actividad sexual
recíproca, y posteriormente por razones económicas y prácticas; la familia tuvo que dividirse, su
extensión disminuyó y renunció a la unión sexual entre hijos de la misma madre.
3
La denominada Familia Sindiásmica, término proveniente del latín <syndyasmos> que significa
“parear”; surge en la etapa final de la época conocida como salvajismo a partir de prohibiciones
más drásticas relacionadas con las uniones y relaciones sexuales entre los individuos. Se fundaba
en el pareo de un varón y una mujer, bajo la forma de unión matrimonial, pero sin cohabitación
exclusiva. La separación estaba definida al libre albedrío del marido tanto como de la mujer. Esta
forma de familia limitaba el grado de consanguinidad existente en las familias.
4
• La familia nuclear o elemental: es la unidad familiar básica que se compone de esposo
(padre), esposa (madre) e hijos. Estos últimos pueden ser la descendencia biológica de la
pareja o miembros adoptados por la familia.
• La familia monoparental: es aquella familia que se constituye por uno de los padres y sus
hijos. Esta puede tener diversos orígenes. Ya sea porque los padres se han divorciado y los
hijos quedan viviendo con uno de los padres, por lo general la madre; por un embarazo precoz
donde se configura otro tipo de familia dentro de la mencionada: la familia de madre soltera; o
por fallecimiento de uno de los cónyuges; familia en la que la madre desde un inicio asume
sola la crianza de sus hijos/as.
Generalmente, es la mujer quien la mayoría de las veces asume este rol, pues el hombre se
distancia y no reconoce su paternidad por diversos motivos. En este tipo de familia se debe
tener presente que hay distinciones pues no es lo mismo ser madre soltera adolescente, joven
o adulta.
Independientemente de las diversas formas que adopten, es importante resaltar las tres funciones
básicas que debe atender cualquier familia.
5
La primera de ellas de carácter elemental y objetivo es la función material o económica,
indispensable para poder desempeñar el resto de los roles que le corresponden como ente social
básico, nos referimos al hecho de proveer el sustento para lograr alimentarse, vestirse, calzarse
y garantizar un nivel de vida digno.
La segunda es la función afectiva, ya que debemos aceptar que es en el seno del hogar y de la
familia donde el niño, joven o adolescente, recibe las primeras muestras de amor y cariño, lo cual
redundará luego en el fomento de una personalidad segura.
Aquí tiene un peso preponderante el ejemplo y actuar diario de los padres en la formación de
conocimientos, habilidades, valores y hábitos. De esta función básica depende la estabilidad
emocional de los miembros de la familia y el mantenimiento de una estabilidad estructural.
Así, por ejemplo, es posible encontrar con relativa frecuencia familias donde todas las necesidades
de tipo económico están resueltas de manera satisfactoria y, sin embargo; existen graves
carencias en el plano espiritual y afectivo que dificultan la adecuada formación del niño o el joven,
las que se reflejan en una falta de estabilidad personal, pudiendo traer como consecuencia serios
trastornos incluso en la funcionalidad de la familia como tal.
A nivel global muchas de las dificultades que se aprecian en el modelo de familia en la actualidad
asociado al no cumplimiento de sus funciones básicas, tienen su expresión en problemas de
trascendencia para cada una de las naciones. Por ejemplo; en el terreno de la función social nos
parece importante aludir a la reducción de las tasas de nupcialidad y natalidad en los países de
mayor desarrollo, con el consiguiente envejecimiento de la población y la reducción de las
disponibilidades de fuerza de trabajo para los próximos años.
La familia es reconocida como institución a través de las normas que rigen la sociedad a partir del
establecimiento del estado de derecho y su papel se refrenda soberanamente en función de la
Constitución, Leyes y Reglamentos. En el Ecuador la Constitución de la República, define el
6
carácter de la familia como parte de los derechos ciudadanos; sus bases fundamentales aparecen
en el Material Complementario 3.
Si bien la familia debe asumir la responsabilidad por la educación inicial del niño, debe continuar
después apoyando afectiva, moral y materialmente el proceso de educación a través de la escuela.
La competencia parental
En la actualidad asumir una competencia parental, coloca a las personas frente a una gran
responsabilidad y las enfrenta a un gran desafío: la responsabilidad sin duda es la de educar,
interviniendo, guiando, orientando, inculcando, mostrando; con el objetivo de potenciar y optimizar
su desarrollo y madurez, generando entonces las condiciones indispensables para el desarrollo
saludable de los niños.
Si bien los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos es claro que no es
dominio exclusivo de ellos el guiar, influir y educar a sus hijos; está labor en definitiva ha de ser
una tarea compartida, encomendada a distintos grupos o entidades sociales.
Lo que sí resulta evidente es que la escuela no puede sustituir el papel de la familia, no puede
suplantar las necesidades afectivas de los niños y adolescentes; aun cuando cubra todas las
carencias materiales y las demandas cognoscitivas de los educandos, la institución escolar no
está preparada ni diseñada para ocupar el lugar de los padres, hermanos, abuelos, y los efectos
en la personalidad de los sujetos carentes de este vínculo afectivo son siempre perceptibles, a
pesar de que el sistema escolar les haya brindado la mejor atención posible.
7
Vivimos actualmente en una sociedad donde se producen cambios a un ritmo vertiginoso, con
transformaciones científicas, comunicacionales, tecnológicas, dónde los estilos educativos
parentales y las formas de relación adulto-niño con la que fueron educados los adultos en su
infancia y adolescencia se encuentran en franca declinación, ya no les sirven para educar a sus
hijos
En este sentido, ser padres es una tarea que se encuentra en permanente transformación,
producto de cambios temporales, histórico-sociales y evolutivos a medida que cambia la edad de
los padres y de los hijos. En términos generales los adultos de hoy posiblemente hayan sido
educados desde otro paradigma, en donde el niño era visto como objeto, que debía cumplir con
su educación, ser obediente, dependiente y servil. Muchos de ellos entonces, han sido educados
en el respeto sin condiciones a sus adultos, la obediencia irrestricta, donde la última palabra la
tienen los mayores y además no se cuestionan las decisiones tomadas por los padres.
La época en la que fueron educados la mayoría de los adultos actuales, era una en la que
prevalecía un modelo educativo parental, rígido, férreo, sin concesiones, autoritario. Hoy la forma
de relacionarse entre padres e hijos claramente es otra, el lugar la consideración que se tiene por
el niño en nuestra sociedad ha cambiado, las ideas y las acciones sobre éstos son distintas.
Aparecen entonces conceptos como el interés superior del niño, el niño como sujeto de derecho,
etc. Son términos, conceptos que colocan a los niños en relación con los derechos humanos en
igualdad de condiciones con los adultos.
8
Es allí donde, en muchas ocasiones, se produce el distanciamiento, la fractura relacional entre
padres hijos y escuela. Nos encontramos entonces y sólo a modo de ejemplo, con algunos padres
y madres con un estilo educativo con características rígidas, inflexibles, alejado de las
necesidades de los chicos, autoritario.
Mientras que por otro lado encontramos padres y madres que han dimitido del ejercicio de sus
funciones parentales, han renunciado al ejercicio de la autoridad, del rol protagónico que todo
padre y madre debería tener en la educación de sus hijos, ejerciendo una disciplina “light” o
“diluida”; o sea, adultos que ejercen sus funciones desde un estilo educativo permisivo o
negligente, contemplativo y pasivo.
9
Socialización y valores
La socialización se reconoce como: el proceso mediante el cual las personas adquirimos los
valores, creencias, normas y formas de conducta apropiados en la sociedad a la que
pertenecemos.
De esa forma construye su conocimiento a través de los reflejos, de las percepciones y de los
movimientos que realiza. En los primeros momentos de la vida, la inteligencia en las primeras
etapas tiene un carácter natural (práctico); porque se manifiesta en acciones sobre el propio
cuerpo y las demás personas.
Como bases teóricas de los procesos que tienen lugar durante la infancia, es indispensable
reconocer los aportes de Jean Piaget (1896-1980) y en particular los resultados de sus estudios
relacionados con el desarrollo intelectual y cognitivos de los niños, estructurando una visión a
partir de diferentes etapas.
10
estas se desarrollan según sus capacidades y las oportunidades de aprendizaje que brinda el
ambiente.
Esto implica que cada niño y niña tendrá diferentes tipos de inteligencia y formas de aprender,
sean estas: musicales, visuales, kinestésicas, lógicas, lingüísticas, naturalista, intrapersonales e
interpersonales y de igual manera nos refuerza que las propuestas educativas deberán brindar un
espacio y momento para que estas habilidades sean desarrolladas con actividades variadas y
respetuosas de la diversidad.
Por otra parte, es indispensable el reconocimiento que ha tenido en los fundamentos teóricos
relacionados con los estudios acerca del papel de la socialización en la educación de los niños y
jóvenes, el denominado aprendizaje social promovido a partir de los resultados de los trabajos del
destacado psicólogo ruso Lev Vigotsky (1896-1934) en particular, sus aportes en relación a lo que
denominó como Zona de Desarrollo Próximo.
Los trabajos de Vygotsky fueron complementados posteriormente por los aportes de Bandura &
Walters (1974); destacándose como parte de los mismos la caracterización del proceso de
aprendizaje en los primeros años la que según estos autores, se manifiesta por medio de la
observación y la modelación en el desarrollo de las destrezas y la imitación como proceso
cognitivo.
Unido a ello los avances en las neurociencias nos demuestran que el cerebro recibe influencia
tanto del entorno como de su base genética y que existe un período temprano de oportunidades
para brindar al niño la adecuada nutrición, estimulación y seguridad que necesita para desarrollar
su cerebro al máximo y ayudarle a alcanzar todo su potencial.
Durante los primeros años de vida a través de la estimulación oportuna, las familias y educadores
pueden promover el desarrollo óptimo de los niños a largo plazo y aprovechar las oportunidades
para que ellos puedan aprender.
La estimulación es un proceso natural en el que, a través del juego libre, los niños exploran con
sus sentidos (ver, oír, probar, oler y tocar) y ponen en práctica sus capacidades físicas,
emocionales, sociales y cognitivas para optimizarlas de acuerdo a su ritmo de evolución mientras
ejercen mayor control sobre su mundo.
Un niño que, durante sus primeros años de vida, vive en un ambiente estimulante física y
emocionalmente, desarrollará un mayor número de conexiones cerebrales necesarias para
procesar la información del entorno y aprender. Los bebés cuentan con una capacidad innata para
relacionarse activamente con su entorno y buscar oportunidades para aprender; además, poseen
11
mecanismos que les permiten controlar la cantidad óptima de estimulación para sentirse
confortables y protegerse de la estimulación excesiva.
Así, conforme los niños van creciendo, irán transformando sus reflejos en mecanismos de auto
preservación efectiva y desarrollarán su habilidad para regular los estímulos mientras interactúan
en su ambiente, lo que asegurará que las experiencias típicas que ellos vivan durante sus primeros
años promuevan su desarrollo sin abrumarlos.
A largo plazo los niños que reciben estimulación oportuna muestran un mejor desempeño cuando
ingresan a la enseñanza escolarizada y manejan mejor las situaciones estresantes en
comparación con los niños que recibieron poca estimulación.
Al contrario, cuando los niños pasan sus primeros años en un ambiente poco estimulante, con
interacciones limitadas y carentes de apoyo emocional, su desarrollo cerebral y funciones pueden
ser afectadas, pues la carencia de estímulos altera la organización cerebral y la posibilidad de
crear estructuras funcionales para el aprendizaje, por lo que tendrán mayores posibilidades de
presentar retrasos cognitivos, problemas sociales o de comportamiento y dificultades para
enfrentar situaciones de mayor complejidad.
Como ya hemos insistido los niños aprenden a partir de las interacciones que establecen con todo
aquello que hay en su entorno inmediato. Nos referimos a un sinnúmero de objetos, de personas
y situaciones, las que generan infinidad de estímulos.
Ahora bien, nunca es el aprendizaje tan significativo como cuando un adulto está presente; sobre
todo, cuando ese adulto se encarga de mediar, trasladar y traducir cada estímulo al niño, en
función de alcanzar determinados aprendizajes. Esta constituye la labor fundamental de los
familiares que de manera sistemática interactúan con ellos y por supuesto de los educadores.
Los juguetes, los hermanos, los otros niños tanto en la casa como en la escuela, son necesarios
y contribuyen al proceso de aprendizaje. Pero no son suficientes. El desarrollo infantil se potencia
con la interacción con el adulto guía, en el hogar o en las instituciones educativas. Además, la
consistencia y presencia de los adultos en cada ambiente, da seguridad al niño y refuerza su
autoestima.
Los valores constituyen un conjunto de principios con los que nos identificamos y asumimos como
modelos de nuestro comportamiento. Los valores sirven, por tanto, para ir constituyendo y
modelando nuestras actitudes, así como para establecer normas al juzgar el comportamiento de
los demás.
12
Es importante destacar el indispensable componente social en su formación, lo que hace
determinante su expresión a partir de las relaciones que establecemos con las demás personas,
así como con los contextos físicos, sociales y culturales en los que nos desarrollamos.
Para lograrlo se acostumbra a proponer valores cívicos que constituyan una especie de común
denominador, recurriendo a fuentes documentales e institucionales que nos ofrezcan este tipo de
valores ampliamente compartidos, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de
1948, las Constituciones y Leyes fundamentales de los respectivos países y estados. En tal
sentido la Ley Orgánica de Educación Intercultural de la República del Ecuador establece
como parte de sus principios, lo siguiente:
Por otro lado, también existen posiciones contrarias, sobre todo determinadas familias, que
piensan que toda la tarea educativa es responsabilidad de los centros escolares. Paradójicamente,
la sociedad culpa, en muchos casos, a las instituciones educativas de que no eduquen en valores,
como la convivencia y la paz, sobre todo cuando surgen situaciones de violencia e intolerancia,
pero lo que realmente no les perdonaría, sin decirlo, es que no se enseñen los contenidos que
favorecen el éxito académico.
En un sistema educativo de un país democrático es imprescindible esta explicitación para que los
valores sean conocidos y debatidos por todos los sectores de las comunidades educativas, con la
finalidad de intentar llegar a acuerdos básicos sobre su selección y su tratamiento educativo.
El currículo para la Educación Inicial en el Ecuador, propone la formación integral de los niños,
esto implica el desarrollo de los diferentes ámbitos que permiten especificar la tridimensionalidad
de la formación del ser humano, es decir, lo actitudinal, lo cognitivo y lo psicomotriz, con énfasis
predominante en lo actitudinal, ya que en este nivel es fundamental el fomento de la práctica de
buenos hábitos y actitudes como base para la construcción de principios y valores que les
permitirán desenvolverse como verdaderos seres humanos y configurar adecuadamente el
desarrollo de su personalidad, identidad y confianza.
13
En perspectiva desde el punto de vista formativo el Currículo de la Enseñanza Obligatoria en el
Ecuador, tiene como sustento la formación integral basada en tres ejes o valores: Justicia,
Innovación y Solidaridad. Cada uno de esos ejes tiene expresiones concretas en relación a las
capacidades que han de irse consolidando a través de la Enseñanza Básica y el Bachillerato, las
que se resumen en el siguiente gráfico:
JUSTICIA
J.1. Comprendemos las necesidades y potencialidades de nuestro país y nos involucramos en la
construcción de una sociedad democrática, equitativa e inclusiva.
J.2. Actuamos con ética, generosidad, integridad, coherencia y honestidad en todos nuestros
actos.
J.3. Procedemos con respeto y responsabilidad con nosotros y con las demás personas, con la
naturaleza y con el mundo de las ideas. Cumplimos nuestras obligaciones y exigimos la
observación de nuestros derechos.
J.4. Reflejamos y reconocemos nuestras fortalezas y debilidades para ser mejores seres humanos
en la concepción de nuestro plan de vida.
INNOVACIÓN
I.1. Tenemos iniciativas creativas, actuamos con pasión, mente abierta y visión de futuro;
asumimos liderazgos auténticos, procedemos con proactividad y responsabilidad en la toma de
decisiones y estamos preparados para enfrentar los riesgos que el emprendimiento conlleva.
I.2. Nos movemos por la curiosidad intelectual, indagamos la realidad nacional y mundial,
reflexionamos y aplicamos nuestros conocimientos interdisciplinarios para resolver problemas en
forma colaborativa e interdependiente aprovechando todos los recursos e información posibles.
I.3. Sabemos comunicarnos de manera clara en nuestra lengua y en otras, utilizamos varios
lenguajes como el numérico, el digital, el artístico y el corporal; asumimos con respo nsabilidad
nuestros discursos.
I.4. Actuamos de manera organizada, con autonomía e independencia; aplicamos el razonamiento
lógico, crítico y complejo; y practicamos la humildad intelectual en un aprendizaje a lo largo de la
vida.
SOLIDARIDAD
S.1. Asumimos responsabilidad social y tenemos capacidad de interactuar con grupos
heterogéneos, procediendo con comprensión, empatía y tolerancia.
S.2. Construimos nuestra identidad nacional en busca de un mundo pacífico y valoramos nuestra
multiculturalidad y multietnicidad, respetando las identidades de otras personas y pueblos.
S.3. Armonizamos lo físico e intelectual; usamos nuestra inteligencia emocional para ser positivos,
flexibles, cordiales y autocríticos.
S.4. Nos adaptamos a las exigencias de un trabajo en equipo en el que comprendemos la realidad
circundante y respetamos las ideas y aportes de las demás personas.
La Educación Inicial como antecedente de tales propósitos educativos debe tomar como
lineamientos estratégicos aquellas acciones educativas que promuevan las bases para asumir la
formación de estas capacidades, las que de una manera explícita se relacionan con los Ejes y
14
Ámbitos de Desarrollo y Aprendizaje definidos en el currículo de la Educación Inicial en el
Ecuador.
Bibliografía utilizada
Barg, L. (2001). La familia: sus cambios en el nuevo milenio. Desde el Fondo. Disponible en:
http://200.61.250.7/publicaciones/publicaciones/desde_el_fondo/pdf/Nro_21/2%20Barg%2021.p
df
Ministerio de Educación. (2015) Las relaciones entre familia y escuela. Experiencias y buenas
prácticas. XXIII Encuentro de Consejos Escolares Autonómicos y el Estado. España. Disponible
en: https://sede.educacion.gob.es/publiventa/descarga.action?f_codigo_agc=16957
15