Las Condiciones Del Aprendizaje - Robert Gagne
Las Condiciones Del Aprendizaje - Robert Gagne
Las Condiciones Del Aprendizaje - Robert Gagne
DEL APRENDIZAJE
4a. edición
4
Robert M. Gagné
LIBRO DE CORTE
Florida S t a t e University
Ê'V
Traducción:
IIfc¿»
w íSV3 1
Ramón El izo n do Mata
MEXICO
Revisión técnica:
Dr. Carlos A. Bruner
Investigador Nacional;
Jefe, Departamento de Psicología
General Experimental de Posgrado,
Universidad Nacional Autónoma de México
Supervisión editorial:
Gabriel González-Loyola
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NUEVA
EDITORIAL
INTERAMERICANA
México - España - Nueva York - Brasil - Colombia • Venezuela
S A. de C V
México, D. F. 1987
LAS CONDICIONES DEL APRENDIZAJE
ISBN 968-25-1305-7
ISBN 0-03-063688-4 (Edición original)
Tallahassee, Florida
Enero de 1984
Robert M. Gagné
Prefacio de la tercera
edición
A partir de la publicación de la segunda edición de esta obra se han realiza-
do muchos descubrimientos y planteamientos teóricos nuevos; además, el
propio autor se ha dedicado a la tarea de examinar, durante los años trans-
curridos, todo lo que se sabe acerca de la condiciones de cinco variedades
de resultados del aprendizaje, algunas de las cuales sólo se mencionan bre-
vemente en las ediciones previas. El hincapié que se hace en la presente edi-
ción, sobre la interpretación de los eventos o sucesos del aprendizaje en tér-
minos del modelo de procesamiento de la información, ya no seré una sorpresa
para quienes estén familiarizados con las publicaciones más recientes del
autor, quien considera que esta forma de teorización sobre la enseñanza
representa un importante avance en el estudio científico del aprendizaje hu-
mano.
El considerable cambio realizado en la orientación de la obra, respecto a
la edición anterior, demanda una organización muy diferente en la presente,
lo que ha sido causa de que se reescriba buena parte del material a fin de
incluir nueva información. Este libro, en opinión del autor, merece un prefa-
cio auténticamente franco y más detallado de lo común.
En un esfuerzo por describir las condiciones que afectan al aprendizaje
humano, el autor ha procurado tener siempre presente una pregunta:
¿cuáles son los factores que determinan en realidad la diferencia en la ense-
ñanza? La respuesta a esa interrogante se encuentra dentro de dos temas di-
ferentes, que se estudian a todo lo largo de la obra. El primero de ellos son
las variedades de resultados del aprendizaje. En opinión del autor, para ha-
cer un estudio serio del conocimiento práctico del aprendizaje es necesario ir
más allá de los principios más generales del proceso de aprendizaje, como la
contigüidad y el reforzamiento. Más bien, debe reconocerse que el aprendi-
zaje da por resultado disposiciones retenidas en memoria que pueden tener
propiedades diferentes y distintas organizaciones, las cuales, por tanto, re-
quieren el establecimiento de diferentes condiciones para convertirse en un
logro. El autor da a estas disposiciones aprendidas el nombre general de ca-
pacidades. Sus cinco variedades principales se denominan habilidades inte-
lectuales, estrategias cognitivas, información verbal, habilidades motoras y
actitudes. Los investigadores y teóricos del aprendizaje suelen recurrir a
dichas categorías (que no siempre se designan con esos nombres) en sus
explicaciones del aprendizaje, por lo que no son del todo nuevas. Sin embar-
go, los mismos investigadores suelen omitir la explicitación de diferencias,
como se hace en la presente obra. Conviene destacar que los cinco tipos de
capacidades no tienen relaciones fácilmente ordenables entre sí, por lo
que se les estudia en el orden mencionado, principalmente por conveniencia
de exposición. En lo que se refiere a la manera en que un tipo de capacidad
VI PREFACIO DE LA TERCERA EDICION
Tallahassee, Florida
Diciembre de 197b
Robert M. Gagné
Contenido
1. Introducción 1
2. Aprendizaje por asociación 22
3. Lo que se aprende: variedades 47
4. Procesos del aprendizaje 71
5. Habilidades intelectuales: discriminaciones;
Conceptos concretos 90
6. Habilidades intelectuales: conceptos definidos
y reglas • • • 112
7. Estrategias cognitivas 139
8. Aprendizaje de información verbal 155
- 9. Solución de problemas 178
10. Habilidades motoras 198
11. Actitudes 221
12. Teoría de la enseñanza 245
13. Análisis de los requisitos para el aprendizaje 262
14. Selección de medios para la enseñanza 286
15. Diseño de la enseñanza para un aprendizaje eficaz - 306
Bibliografía 335
Indice de autores 353
Indice alfabético 357
1
Introducción
Los seres humanos con quienes uno se relaciona y traba amistad tienen cier-
ta manera de ser debido, en gran parte, a un aprendizaje. Sus hábitos de vi-
da los han aprendido y pueden cambiarlos mediante un nuevo aprendizaje;
también pueden modificarse sus conocimientos, habilidades y cualidades hu-
manas que los caracterizan como individuos.
Los seres humanos adultos son maravillosamente adaptables; personas
que funcionan de un modo competente. La manera en que lograron avanzar,
desde sus comienzos como infantes dependientes y relativamente ineptos has-
ta alcanzar su estado adulto, es una cuestión de enorme importancia e inte-
rés intelectual. Una parte de la respuesta, indudablemente, se encuentra en
la constitución genética humana y la comprensión del proceso de desarrollo
durante el crecimiento. La otra parte, relativa a un conjunto diferente de cir-
cunstancias que tienen que ver con la vida personal del individuo, es el
aprendizaje. Las habilidades, apreciaciones y razonamientos humanos, en su
inmensa variedad, así como las esperanzas, aspiraciones, actitudes y valo-
res, suelen depender, como se acepta en general, de una serie de sucesos o
eventos a los que se denomina colectivamente aprendizaje.
Podría suceder, si se quiere, que uno dejara de preguntarse acerca del
aprendizaje en este punto, habiendo confirmado, a propia satisfacción, que
el desarrollo humano, en todas sus manifestaciones, depende de los factores
paralelos del crecimiento y el aprendizaje, así como de sus interrelaciones.
Es aceptable afirmar que un niño " y a aprenderá", de la misma manera que
es válido afirmar que "ya saldrá de esto (o llegará a aquello otro)"; es difícil
negar estas premisas. Pero considerar el crecimiento y el aprendizaje como
simples fenómenos naturales significa pasar por alto la diferencia de mayor
importancia entre ellos. Los factores que influyen en el crecimiento se en-
cuentran determinados genéticamente en su mayor parte; los que afectan al
aprendizaje están determinados sobre todo por el ambiente. Una vez que el
material genético de una persona queda definido en el momento de la con-
cepción, el crecimiento no puede ser alterado en gran medida, salvo por fac-
tores extremos. Pero los miembros de la sociedad humana, que modelan en sí
a la persona en desarrollo, ejercen un tremendo grado de control sobre los
fenómenos que afectan el aprendizaje. La experiencia, como se ha menciona-
do ya, es el mejor de los maestros. Eso significa que los sucesos que marcan
la vida de una persona en desarrollo —en su hogar, medio geográfico, es-
cuela y algunos otros ambientes sociales— determinan lo que se aprende y,
por tanto, establecen en gran medida el tipo de persona en que se convierte
el individuo.
Esa enorme dependencia que el aprendizaje tiene con las circunstancias
implica una enorme responsabilidad para todos los miembros de una so-
ciedad humana. Las situaciones en las que se encuentran los niños en de-
sarrollo, deliberadas o no, ejercerán grandes efectos sobre ellos. De hecho,
aún no se logra entender con claridad cuáles son los probables límites de
1
INTRODUCCION 10
1. En primer lugar, existe alguien que aprende, quien es un ser humano (aun-
que también sería posible que quien aprende fuese un animal, pero esa ya
es otra historia o, más exactamente, varias historias aparte). Los educan-
dos poseen órganos de los sentidos, a través de los cuales reciben estímu-
los; también tienen un encéfalo, por medio del cual las señales captadas
por los órganos de los sentidos experimentan transformaciones de varias
maneras complejas; y, por último, estén dotados de músculos, lo que les
permite demostrar lo que han aprendido. El estímulo recibido de manera
constante se organiza en diversos patrones de actividad nerviosa, algunos
de los cuales se almacenan en la memoria del aprendiz de un modo que
permite recuperarlos cuando se necesitan. Esos recuerdos pueden tradu-
cirse luego en acciones observables, como el movimiento de los músculos
al ejecutar respuestas de distintos tipos.
2. Los sucesos que estimulan los sentidos del educando se denominan en con-
junto situación estímulo. Cuando se distingue un solo acontecimiento, por
lo general recibe el nombre de estímulo.
3. Otra fuente de información importante para el aprendizaje es el contenido
de la memoria del aprendiz. Esa información se ha organizado de una ma-
nera que es dictada por las actividades de aprendizaje previas.
4. La acción que resulta de esas entradas de información y sus transforma-
ciones subsecuentes se denomina respuesta. Puede describirse de una ma-
nera más o menos específica. Por ejemplo, cabe hablar del movimiento de
un músculo específico o de la acción del cuerpo entero al caminar. Por es-
ta y otras razones, suele hablarse de las respuestas en términos de sus
efectos, más que en términos de sus aspectos externos. Cuando se las cla-
sifica así, reciben el nombre de acciones. Por ejemplo, una respuesta po-
dría ser el movimiento rítmico de un dedo sobre una pequeña área del
INTRODUCCION 10
cuero cabelludo, pero suele ser mucho más práctico referirse a esa res-
puesta como la acción de rascarse la cabeza.
Asociación
Quizá una de las ideas más perdurables sobre el aprendizaje es que éste de-
pende, en forma fundamental, de la asociación de acontecimientos mentales.
El aprendizaje ocurre cuando, por ejemplo, se asocian los sonidos de una me-
lodía con la voz de un cantante, de modo que las notas de la melodía bastan
para que se "recuerde" al intérprete. El aprendizaje ocurre cuando, a través
de un apareamiento deliberado de sucesos de enseñanza, se logra una aso-
ciación entre " s e m a n a " y "siete días".
Una de las líneas de pensamiento más antiguas, que aún se refleja en la
moderna psicología del aprendizaje, se deriva de las ideas de los psicólogos
asociacionistas ingleses del siglo xix, quienes formularon teorías relativas a
INTRODUCCION 10
Reforzamiento
El término reforzamiento, que se refiere en general a los efectos que tienen
las consecuencias de una acción sobre el aprendizaje, desempeña un papel
significativo en la explicación de los fenómenos del aprendizaje. Cuando
Thorndike estudió el aprendizaje por ensayo y error, concluyó que el apren-
dizaje era influenciado positivamente cuando el animal lograba, con su acti-
vidad, "un estado de satisfacción". Sin embargo, a últimas fechas el reforza-
miento ha cobrado algunos otros significados diferentes, por lo que se duda,
hoy día, que esos significados sean semejantes entre sí.
Uno de los significados del reforzamiento lo presenta el trabajo de Hull
(1943) y el de Spence (1956), y lo interpretan los trabajos de N. E. Miller (1959).
En esta teoría, se considera que el reforzamiento ocurre en general cuando
se satisface directamente una necesidad, por ejemplo, cuando se reduce la
intensidad de la pulsión básica del hambre. El efecto de este reforzamiento
INTRODUCCION 10
Respuestas condicionadas
"Insighí"
En oposición a las ideas asociacionistas del aprendizaje se encuentran los
trabajos e investigaciones de los psicólogos de la gestalt. Tal como esos in-
vestigadores lo conciben, el aprendizaje tiene lugar típicamente como un
"insight",* que es una reorganización repentina del campo de experiencia
vio. A pesar de la claridad de una teoría que explique el "insight" con base
en la estructura de la situación observada, los fenómenos del "insight" son
afectados, según se ha demostrado una y otra vez por medio del aprendizaje
previo.
Una de las más impresionantes pruebas modernas de los efectos del
aprendizaje previo sobrp el comportamiento por "insight" es la que se obtuvo
mediante los estudios de Harlow (1949) sobre disposición al aprendizaje:
entrenó varios monos para que resolvieran problemas en los que la elección
correcta, entre tres objetos, era el "diferente", es decir, el objeto que no se
parecía a los otros. Por medio del aprendizaje por ensayo y error, en el que
los monos fueron recompensados una y otra vez por encontrar la respuesta
adecuada, éstos aprendieron a elegir el objeto diferente de entre tres op-
ciones. En el siguiente problema, Harlow le presentó a los monos tres objetos
novedosos, incluyendo uno diferente, hasta que los animales también apren-
dieron a escoger la opción disímbola; en esta ocasión, sin embargo, los ani-
males tardaron menos tiempo en hacerlo. Luego, los animales resolvieron un
tercer problema, con un nuevo grupo de objetos, con mayor rapidez que en el
segundo problema. Después de resolver algunos otros problemas más de ese
tipo, cada animal fue capaz de resolver problemas de desigualdad (en los que
se le presentaban objetos que jamás había visto) en forma inmediata, sin va-
cilación alguna. El animal había adquirido, en opinión de Harlow. disposición
al aprendizaje que le permitía resolver correctamente problemas extraños
sin necesidad de hacer ensayos y errores.
Estos resultados implican que el aprendizaje previo, adquirido mediante
algunos encuentros anteriores con problemas parecidos, es suficiente para
establecer una capacidad interna que hace al animal muy diferente de los
monos inexpertos de la misma edad y raza. Los monos que tienen ese tipo de
aprendizaje se convierten en "solucionadores de problemas de desigualdad" y
exhiben "insight" cuando se les presentan dichos problemas que resolver.
Obviamente, la capacidad de "insight" no surge de una "estructuración de
la situación", sino que es, más bien, el resultado de una experiencia acumu-
lada basada en muchos ensayos individuales de aprendizaje realizado pre-
viamente.
¿Qué puede decirse del significado del "insight" como prototipo de apren-
dizaje? Por un lado, parece que ese fenómeno representa algunos casos co-
munes de aprendizaje bastante fáciles de identificar. Cuando se invita a los
niños a " v e r " relaciones entre cosas, como las que hay entre la suma y la
multiplicación, o entre el peso y la fuerza de gravedad, dichos niños suelen
exhibir "insight". Por otro lado, es difícil encontrar "insight" en el aprendi-
zaje de una gran variedad de otras cosas. Los niños son incapaces de apren-
der los nombres de las plantas o las estrellas por "insight". Tampoco pueden
aprender a leer por "insight", lo que también se aplica al caso del aprendi-
zaje de un idioma extranjero. Los estudiantes de biología no aprenden las
estructuras y funciones de los animales por "insight". En resumen, el "in-
sight" no puede ser un prototipo para una vasta cantidad de casos de apren-
dizaje comunes en el ser humano. Quizá el "insight" ocurre cuando alguien
aprende a resolver un problema, pero, desde luego, el hombre aprende
muchas cosas más, que no son problemas, como los simples hechos, proposi-
ciones o principios.
INTRODUCCION 10
Procesamiento de la información
claro que la repetición tendrá un efecto similar. Las diferencias entre esos
dos conjuntos de condiciones externas, entre otras, se estudiarán de una ma-
nera más completa en los capítulos subsecuentes. En este punto, la cuestión
importante es notar que las condiciones no son las mismas, ya que se están
aprendiendo dos tipos diferentes de capacidades. Por esa razón, no sólo re-
quieren distintas capacidades previas, sino también diferentes condiciones
externas de aprendizaje.
Es probable que el punto de vista que se desea ampliar en esta obra haya
quedado evidenciado desde varios párrafos atrás. Sin embargo, enunciado
de una manera diferente, sería como sigue: hay diversos tipos de desempeño
que implican el uso de diferentes categorías de capacidades aprendidas.
Dichas veriedades de desempeño también pueden diferenciarse en términos
de las condiciones necesarias para su aprendizaje. Al buscar e identificar
esas condiciones, es necesario ubicar, antes que nada, las capacidades inter-
nas del sujeto y, en segundo lugar, la situación estímulo externa. El aprendi-
zaje de cada tipo de capacidad nueva empieza a partir de un punto diferente
al del aprendizaje previo y, asimismo, es probable que también demande una
situación externa diferente. Los prototipos útiles del aprendizaje las delinean
estas descripciones de las condiciones de aprendizaje.
SUCESOS DE APRENDIZAJE
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•»O
->0
CONDICIONES RESULTADOS DEL
DEL ->o APRENDIZAJE
APRENDIZAJE (CAPACIDADES)
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Fig. 1-1. Las relaciones que hay entre los sucesos, resultados y condiciones del apren-
dizaje, según se estudian en los capítulos subsecuentes del texto.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
La identificación de las variedades de aprendizaje en términos de las con-
diciones que las producen, obviamente, tiene implicaciones definidas en la
educación y en las prácticas docentes. Algunas de esas variedades resulta-
rán evidentes de inmediato para el lector a medida que se familiarice, en los
capítulos subsecuentes, con las condiciones del aprendizaje de cada una de
ellas. Otras, sin embargo, deben ser especificadas por separado, ya que se
relacionan de una manera tan fundamental con los procedimientos educati-
vos que resulta difícil distinguirlas.
Para el estudio de los problemas docentes en los capítulos que siguen, se
emplea el menor número posible de suposiciones relacionadas con la mecáni-
ca (o logística) de la educación; ninguno de los elementos logísticos se da por
sentado. Por el contrario, el punto de vista adoptado es que esas característi-
cas del proceso educativo deben determinarse por la necesidad de lograr
que los alumnos aprendan con eficacia. Por tanto, al exponer las implica-
ciones se parte de la suposición de que no son indispensables para el apren-
dizaje ni un edificio escolar, ni un conjunto de libros, ni escritorios, ni pi-
zarrones, e incluso, ni siquiera un profesor. Si esos componentes del sistema
educativo resultan verdaderamente necesarios por los requisitos particula-
res del aprendizaje, está bien y es bueno. La única suposición real es la exis-
tencia de un alumno capaz de aprender; este es el auténtico punto de partida.
La manera específica de funcionamiento del aprendizaje en las situa-
ciones escolares cotidianas es un tipo de conocimiento de valor inapreciable,
ya que posibilita la realización de actividades de los siguientes tipos:
BIBLIOGRAFIA
CONDICIONAMIENTO CLASICO
Casi todo mundo está familiarizado, de una u otro manera, con el condiciona-
miento de tipo clásico (pavloviano), sea en el caso de los animales domésticos
comunes o en el caso de los seres humanos. Casi todos hemos observado uno
o más casos de ese tipo de aprendizaje entre las mascotas ordinarias. Por
APRENDIZAJE POR ASOCIACION 23
las condiciones que deben presentarse den tro del que aprende, así como con-
diciones que pueden manipularse a través de la situación de aprendizaje.
Extinción. Supóngase que la respuesta condicionada del parpadeo del ojo an-
te el sonido de una campana ya quedó confiablemente establecida. ¿Cómo es
posible eliminarla? La mejor manera de lograrlo es presentando en forma re-
petitiva, a intervalos adecuados, la misma señal (la campana) pero sin apa-
rearla con el estímulo incondicionado (el soplido). Cuando esas condiciones se
ponen en acción, la asociación condicionada se debilita progresivamente; en
otras palabras, ocurre cada vez menos confiablemente, hasta que desapare-
ce por completo. La velocidad con que tiene lugar la extinción se representa
en la fig. 2-2. Después de un periodo inicial de extinción, después de la pre-
sentación de la señal, la respuesta condicionada puede volver a aparecer.
Pavlov dio a ese fenómeno el nombre de recuperación espontánea. Sin em-
bargo, la conexión es obviamente más débil y puede eliminarse una vez más
en unos cuantos ensayos en los que se presenta solamente la señal. En última
instancia, bajo el procedimiento de extinción, la conexión recién aprendida
acaba por desaparecer completamente.
1 2 3 4 5
Ensayos de e x t i n c i ó n
Fig. 2-2. Una curva típica de la extinción de la respuesta galvánica de la piel (RGP),
en la que se muestra la disminución en el porcentaje de respuesta durante cinco ensa-
yos de extinción realizados inmediatamente después del aprendizaje de la señal. (Datos
de G.I. Hovland, "Inhibition of reinforcement" and phenomena of extintion, en Proce-
edings of the National Acaaemy of Sciences, 1936, 22:430-433.)
te un tono que actúa como señal de 1 000 ciclos por segundo. Más tarde
podrá demostrarse que la respuesta es evocada, aunque con menos fuerza,
por un tono de 1 025 ó 975 ciclos por segundo. La asociación condicionada,
en otras palabras, no es muy precisa. También ocurre una generalización an-
te otros estímulos que se parecen al estímulo original, medidos conforme al-
guna dimensión física. Hovland (1937) obtuvo los resultados que se presentan
en la figura 2-3 cuando midió la intensidad de la RGP ante tonos estímulos
que variaban, respecto a la señal original, por grados crecientes de una "di-
ferencia apenas perceptible" (DAP), Desde luego, el gradiente de generaliza-
ción, que es el nombre que reciben esas curvas, desciende de manera abrup-
ta en un principio, pero luego disminuye poco a poco, a medida que se reduce
el aparecido entre el estímulo original y el estímulo experimental.
excepto cuando es la señal para ejecutar esa acción. Pero debido a la exis-
tencia de un aprendizaje operante, un cubo de vivos colores puede volverse
para un niño un objeto que debe recoger,
Realmente es difícil encontrar un ejemplo de aprendizaje humano que pu-
diera representar el aprendizaje operante en la forma relativamente pura de
una asociación simple aprendida. Muchos casos que a primera vista parece-
rían adecuados como ejemplos resultan ser, cuando se estudian más de cer-
ca, casos de aprendizaje un poco más complejos, como el encadenamiento o
la asociación verbal. Los seres humanos adquieren con rapidez un conjunto
básico de conocimientos que intervienen en la adquisición subsecuente de
esas variedades de aprendizaje más complejas.
Esta dificultad hace necesario buscar los ejemplos en la conducta del ni-
ño en sus primeros meses de vida. Aunque la cantidad de pruebas experi-
mentales sistemáticas es muy escasa en lo que se refiere al aprendizaje en
niños, es posible suponer, con cierta seguridad, que no han aprendido gran
cosa previamente. Según lo anterior, el ejemplo que se estudia aquí es la res-
puesta aprendida del niño cuando empieza a sujetar su mamila en la posición
adecuada para alimentarse. ¿En qué condiciones aprende a hacerlo?
Inicialmente, por supuesto, existe una etapa en la que esa conducta aún
no se aprende, de modo que es uno de los padres quien mantiene la mamila
inclinada en la posición correcta para que el bebé se alimente. No obstante,
durante el transcurso de cada comida, hay ocasiones en las que el niño sujeta
la botella, aunque, desde luego, de una manera poco sistemática. Ahora, su-
póngase que el progenitor empieza a soltar la mamila, de modo que se ejerce
_j i i i i i i
75 50 25 0 25 50 75
una mayor presión contra las manos del infante. Mientras las manos del in-
fante ejercen una presión suficientemente firme para mantener inclinada la
mamila, el flujo del alimento continúa, pero si las manos se relajan, el ángulo
de inclinación de la mamila alcanza un punto en el que deja de salir el ali-
mento. En ese momento, quizá, el adulto vuelve a levantar la mamila hasta
que el ángulo es correcto una vez más v se restablece el flujo de léche. Al
brindar una ayuda gradual al niño en la sujeción de la mamila y dejar que la
sujete por sí mismo cada vez más para encontrar sus propias respuestas ade-
cuadas, se va estableciendo la asociación estímulo-respuesta. En última ins-
tancia, el niño, cuando se le da la mamila, ejecuta la respuesta necesaria,
con lo que puede decirse que ha "aprendido a sujetar solo la mamila".
Este tipo de aprendizaje no parece ser un simple caso de ensayo y error,
sino un procedimiento de "aproximación sucesiva", El aprendizaje que tiene
lugar en este caso, como dice Skinner, es cuestión de moldeamiento. Es decir,
un conjunto de estímulos, entre los que cabe mencionar la imagen y sensa-
ción de la botella, así como los estímulos propioceptivos provenientes de los
músculos del brazo y la mano del bebé, se conectan a una respuesta correcta
de sujeción de la mamila en un ángulo que permite succionar el alimento; al
mismo tiempo opera un conjunto ligeramente distinto de estímulos que evocan
una sensación diferente (cuando la botella está más baja) y cuyo resultado es
la falta de alimento en la boca.
Condiciones internas del sujeto. Ante todo, es evidente que debe haber un
acto final que genera reforzamiento. En el ejemplo anterior, es necesario que
el bebé chupe la mamila para obtener un trago de alimento, lo que produce
algo que Thornike llamó un "estado de satisfacción". En términos modernos,
la ingestión de alimento al chupar la mamila es el reforzador contingente a la
acción de sujetarla en posición correcta.
Es posible establecer una correlación E-—*R única cuando el acto reforza-
dor final no sigue inmediatamente a la respuesta, como en el ejemplo de la
mamila, sino que es más remoto. Ese es el caso más usual cuando se investi-
ga la conducta humana. Por ejemplo, una asociación correctamente efec-
tuada puede ir seguida por una palabra de elogio ("¡Bien!"), lo que a su vez
se conecta con una respuesta que, en última instancia, es el reforzador. Así,
para satisfacer esa condición no es necesario que el acto final sea innato, co-
mo la ingestión de alimento; para que el aprendizaje tenga lugar, basta con
asegurarse de que existe esa respuesta adecuada, que termina en reforza-
miento, la cual puede ser ejecutada por el propio educando.
lugar cuando ocurre el acto que va a ser aprendido y sólo cuando éste
ocurre (y no alguna otra acción). En lo que se refiere al reforzamiento, algu-
nos teóricos afirman que debe ser algo que el aprendiz ya hace vigorosamen-
te. mientras que otros opinan que el acto debe conducir a una recompensa
externa, como alimento, elogio o alivio del dolor. No es posible analizar aquí
la naturaleza esencial del reforzamiento como lo estudian, por ejemplo,
Kimble (1961) o Bower e Hilgard (1981), pero el hecho de que el refuerzo, que
determina que el aprendizaje de cualquier nueva asociación E—»R, dependa
de las consecuencias directamente inmediatas es algo ampliamente aceptado.
En el ejemplo del bebé y la mamila, el aprendizaje operante no ocurre si esta
última está vacía y, por tanto, no tiene lugar la succión e ingestión del ali-
mento (a menos, por supuesto, que se proporcione al niño otro reforzador).
Los teóricos modernos del aprendizaje denominan a esa condición la ley em-
pírica del efecto.
La contigüedad juega un papel muy importante en el establecimiento de
las asociaciones E-»R. Cuanto más breve sea el intervalo entre la ocurrencia
de la respuesta aprendida y la presentación del reforzador, con mayor rapi-
dez se realizará el aprendizaje. Si el niño tuviera que esperar, por decir algo,
cinco segundos entre el momento en que inclina correctamente la mamila y el
momento en que llega el alimento a su boca, le sería mucho más difícil apren-
der que cuando el intervalo es de apenas un segundo. Esa relación entre la
facilidad de aprendizaje y la demora del reforzamiento ha sido comprobada
de manera indudable durante estudios experimentales sobre el aprendizaje
operante (Kimble, 1961).
La repetición de la situación estímulo también es una condición necesaria
para la ocurrencia del aprendizaje operante. Como lo demuestran los des-
cubrimientos de Thorndike (1898), la cantidad de repeticiones necesarias
puede variar desde un solo ensayo hasta muchos, dependiendo del tipo de
respuesta que se emplee para el condicionamiento: determinada de manera
innata o previamente aprendida.
mientos placenteros, como sucede con ciertas escenas y melodías en una eta-
pa más avanzada del desarrollo del individuo.
Aumento del lapso "duración de la atención". Los niños pequeños suelen ser
muy poco atentos, de modo que sólo son capaces de seguir las instrucciones
APRENDIZAJE POR ASOCIACION 23
verbales de su profesor durante unos cuantos minutos cada vez. Las condi-
ciones que se sugieren para el aprendizaje deben ser tales que cada periodo
de atención sea seguido por un reforzador (quizá, inicialmente, por una re-
compensa tangible), asegurándose de que éste sólo se proporcione cuando los
niños mantienen su atención fija durante periodos cada vez más prolongados
y que no haya reforzamiento alguno cuando la atención sólo se mantuvo du-
rante un corto tiempo.
son situaciones que pueden representar un serio problema para los estudian-
tes de cualquier edad, e introducen modificaciones de la conducta que son
potencialmente alcanzables mediante la correcta aplicación de las técnicas de
reforzamiento (Skinner, 1968, págs. 145-168). Esas técnicas también han sido
particularmente útiles en lo que se refiere al cambio de la conducta de los ni-
ños "emocionalmente perturbados", lo que se logra por medio de rutinas de
reforzamiento cuidadosamente planificadas y ejecutadas (Hewett, 1968). Otro
campo igualmente importante de aplicación de estas técnicas es la enseñan-
za de los niños con retraso mental (Orlando y Bijou, 1960).
ENCADENAMIENTO
El encadenamiento es la conexión de una serie de asociaciones E —» R indivi-
duales en cierta secuencia. Algunas de las secuencias, como encender el te-
levisor o una lavadora automática, están integradas por respuestas motoras;
pero otras son ciento por ciento verbales, por ejemplo, el saludo "¿Cómo te
ha ido?" o el juramento de fidelidad a la bandera nacional. Para describir la
adquisición de secuencias no verbales se emplea el término encadenamiento.
La subvariedad relacionada con la conducta verbal merece una descripción
independiente como asociación verbal o secuencia de aprendizaje verbal.
E. R. Guthrie (1935) narra la historia de una niña que adquirió el hábito
de dejar caer su abrigo en el suelo en el momento de entrar en su casa. Su
madre, enfadada por el asunto, la reprendió en varias ocasiones y le exigió
que regresara a levantar el abrigo del suelo. No obstante, el castigo había si-
do insuficiente para erradicar esa conducta indeseable. Más tarde, por for-
tuna, la madre descubrió un procedimiento que le dio r sultado: hizo que la
niña saliera de la casa con su abrigo puesto y que luego volviera a entrar y
lo colgara en su sitio. Este ejemplo muestra la importancia del establecimien-
to de la secuencia correcta de los eventos de una cadena. El encadenamiento
que disgustaba a la madre tenía la siguiente secuencia: entrar en casa * de-
jar caer el abrigo—» ver a la madre —>la madre dice "Recoge tu abri-
go" —» recoger el abrigo colgarlo. En este caso, se necesitaba establecer
una nueva cadena más corta y con una secuencia diferente: entrar en ca-
sa —» dejarse el abrigo puesto ir al guardarropa —> colgar el abrigo. La
madre de esta niña aplicó de una manera útil sus conocimientos cuando se
percató de que la segunda cadena no podía ser aprendida mediante la simple
incorporación de nuevos eslabones a la cadena original; lo que se necesitaba
realmente era establecer el encadenamiento deseado con los eslabones
correctos de principio a fin.
1. Puede comenzarse por el acto final y trabajar del final hacia el inicio,
como sugiere Gilbert (1962). Esto asegura que el eslabón que se intenta co-
nectar en cualquier punto de la cadena siempre sea introducido en el or-
den correcto. Para conectar el eslabón 4 con el 3, lo que se hace es espe-
rar la ocurrencia del eslabón 3, y luego se le añade inmediatamente detrás
el eslabón 4 (el acto que genera el refuerzo); luego se observa la ocurren-
cia del eslabón 2 y se le añaden inmediatamente los eslabones 3 y 4, y así
sucesivamente. Este método de las partes progresivas, como podrá notar-
se, sigue el procedimiento del aprendizaje operante para cada uno de los
eslabones sucesivos.
2. Se puede recurrir a un método del apuntador, en el que se utilizan pistas
externas adicionales para asegurar la reorganización de los eslabones en
la secuencia adecuada, comenzando por el principio de la cadena.
luego, es posible aprender ese tipo de cadenas; por ejemplo, se aprende a es-
perar un sonido determinado después de que la moneda cayó dentro de un te-
léfono público.
Una tercera condición se refiere a la variable repetición. Supuestamente,
cuando todas las demás condiciones han sido satisfechas de una manera ade-
cuada, la repetición es innecesaria, ya que la cadena tendería a formarse
desde la primera ocasión. No obstante, en la práctica es difícil asegurarse de
que todas las condiciones estén satisfechas de una manera apropiada. Por
ejemplo, los eslabones individuales pueden haberse aprendido sólo de mane-
ra parcial, el apuntamiento puede ser insuficientemente eficaz o haber algu-
nos retrasos en la ejecución de la cadena.
Dadas las anteriores circunstancias prácticas, la repetición de la secuen-
cia tiene la función de limar las asperezas; además, siempre es deseable
cierta práctica por la misma razón.
La cuarta y última condición para el aprendizaje de cadenas es el refor-
zamiento. El eslabón final debe producir un reforzador: se obtiene alimento,
el motor arranca, se abre la puerta, etcétera. En caso de que el eslabón final
no sirva de reforzador, lo que sucederá es una extinción y la cadena entera
desaparecerá. Se ha descubierto la necesidad de que el reforzador sea inme-
diato para que el aprendizaje de la cadena sea rápido. La introducción de
una demora en el reforzamiento aumenta de manera significativa la dificul-
tad del aprendizaje.
Candenas y procedimientos
ASOCIACION VERBAL
Es cierto que las personas son capaces de aprender una enorme variedad de
actividades en las que intervienen las piernas, brazos y manos, pero es aún
más impresionante el hecho de que sus verbalizaciones manifiestan una in-
creíble versatilidad. Aunque el número de sonidos de que son capaces los se-
res humanos es muy pequeño, las maneras organizadas de acoplarlos son ca-
si ilimitadas. Esos patrones organizados, o por lo menos los más simples de
ellos, se aprenden como cadenas. Pero la gran variedad de esas cadenas, así
como la sutileza de las semejanzas y diferencias entre ellas, hace que la con-
ducta verbal sea un tema de particular interés desde el punto de vista del
aprendizaje. En esta obra se estudian solamente algunos de los tipos más ele-
mentales de conducta verbal, el aprendizaje de las asociaciones y secuencias
verbales. En el capítulo 8 estudiaremos el aprendizaje de las formas más co-
municativas de verbalización como el aprendizaje de la información verbal.
Es probable que las cadenas verbales más simples sean bien ejemplifica-
das por la actividad de dar nombre a las cosas. Se le dice a los niños,
mientras se les señala un objeto tridimensional: "Esta forma geométrica se
llama tetraedro". Guando las demás condiciones son las apropiadas, la si-
guiente vez que el niño vea ese objeto en particular será capaz de decir que
es un tetraedro; no obstante, también son importantes las demás condiciones.
Es bastante fácil identificar algunas que aseguren que el sujeto no aprende-
rá a decir "tetraedro". Para sólo mencionar dos de las más obvias: 1) el niño
no distingue el objeto como un estímulo, y 2) el niño no aprendió a decir el
nombre del objeto.
El acto de nombrar un objeto específico, como el tetraedro, puede ser una ca-
dena formada cuando menos por dos eslabones. El primero de éstos es una
respuesta de observación, una asociación que conecta la aparición del objeto
con algunas respuestas relacionadas con la observación de la índole triangu-
lar de sus caras y que, al mismo tiempo, sirve para diferenciar ese objeto de
otros objetos tridimensionales que tienen aproximadamente el mismo tamaño
y color. El segundo eslabón es la asociación que permite al individuo decir
" t e t r a e d r o " (o sea, mencionar esa palabra es un acto voluntario, en la mane-
ra del aprendizaje de estímulo-respuesta). Como se aprecia en el diagrama, el
simple acto de nombrar un objeto puede representarse mediante este tipo de
cadena:
C "D g "Q
objeto ~~* observación tetraedro tetraedro"
APRENDIZAJE POR ASOCIACION 23
Secuencias verbales
Las cadenas de asociaciones verbales pueden tener más de dos eslabones. Es
muy fácil aprender secuencias verbales relativamente cortas, como cadenas,
en una sola presentación.
Las cadenas verbales pueden ser, de hecho, muy largas si se piensa, por
ejemplo, en la memorización de 28 dígitos a la izquierda del punto decimal o,
para el caso, la memorización literal de los versos de una poesía o de los
libros de la Biblia. Si se le presenta a un sujeto una poesía entera, éste puede
fraccionarla y luego volver a armar los fragmentos de diversas maneras. En
general, las pruebas señalan que, en muchas circunstancias, el procedimien-
to más eficaz es lo que se denomina método de las partes progresivas, en el
que la persona va incorporando pequeñas partes (como los versos de un poe-
ma) mientras practica continuamente las previamente aprendidas (McGeoch
e Irion, 1952). En el primer intento, el sujeto trata de recitar el verso número
1; en el siguiente, los versos 1 y 2; en el siguiente, los versos 1, 2 y 3, y así su-
cesivamente. Este procedimiento no sólo asegura que los fragmentos que se
eligen se encuentren dentro de las capacidades de la memoria inmediata, si-
no que también permite la práctica continua de las partes previamente me-
morizadas, las cuales pueden olvidarse a causa de la interferencia.
En el caso de largas cadenas verbales, algunos aspectos de la secuencia
pueden haber sido aprendidos previamente, lo que también sucede en el caso
de los eslabones individuales. El idioma castellano contiene algunas secuen-
cias notablemente predecibles, lo que puede ejemplificarse mediante el acto
de completar frases como "el niño se encuentra a " y " a h o r a es
el " . La facilidad de predicción de tales secuencias significa que el
orden de las palabras en castellano ha sido previamente aprendido en
muchos casos (G. A. Miller, 1951). Las cadenas más largas pueden conside-
rarse como un "segmento grande" en tales circunstancias. Otra implicación
es que el aprendizaje de muchas secuencias prosísticas ya ha sido realizado
parcialmente.
1. El aprendizaje de la esencia (es decir, las ideas) del material verbal signi-
ficativo se efectúa más rápidamente que el aprendizaje del mismo mate-
rial como cadenas verbales que se deben reproducir al pie de la letra
(Briggs y Reed, 1943; Jones y English, 1926).
2. La retención de las ideas, en comparación con la reproducción literal de
los pasajes significativos de una prosa, es incomparablemente superior en
lo que se refiere a la facilidad del recuerdo (English, Welborn y Killian,
1934).
3. Los efectos de la interferencia, que se asocian principalmente con la re-
tención de material sin sentido, no aparecen en cierto número de estudios
como influencias sobre la retención de los pasajes con significado (Ausu-
bel y Blake, 1958; Hall, 1955; Newman, 1939).
4. El sistema de memoria para la información con significado permite la re-
cuperación de material que no ha sido almacenado directamente, en vez
de limitarse a lo que se presentó de manera específica (Bartlett, 1932; Tul-
ving, 1972).
Estas pruebas han hecho que ciertos teóricos del aprendizaje afirmen que
el encadenamiento verbal es inadecuado por completo para explicar el
aprendizaje del material significativo. El capítulo 8 se consagra a dar porme-
nores de las condiciones que afectan el aprendizaje verbal con significado, al
que se denomina aprendizaje de información verbal.
do el libro adecuado; y aunque saber los versos del himno nacional puede ser
útil en ciertos medios sociales su contenido sólo se comprende a medida que
se escucha una y otra vez. Aunque muy pocos educadores contemporáneos se
atreverían a decir que la memorización es mala, se opina en general que ca-
rece de importancia. Quizá se trate de un asunto de prioridades; la idea es
que los estudiantes adquieran conocimientos y la capacidad de pensar, por
lo que la mayoría de los esfuerzos se encaminan en esa dirección en los
curricula de hoy día.
No obstante, las prioridades han cambiado en muchos sistemas educati-
vos. Hace unos 17 años se insistía aún en la memorización verbal: el alfabe-
to, las tablas de multiplicación, cifras numéricas y fórmulas matemáticas,
poesías, documentos en prosa como la Constitución Nacional, etcétera. Los
estudiantes practicaban mediante la recitación de los pasajes verbales que
habían memorizado; e incluso se premiaban las capacidades oratorias me-
diante concursos de declamación. Hoy día se sigue recalcando la memoriza-
ción verbal en algunos sistemas educativos, particularmente en los de Asia y
algunas partes de Europa.
¿En verdad tiene valor educativo la memorización de secuencias verba-
les? ¿Cuáles son los criterios adecuados para determinar la prioridad de la
enseñanza de ese tipo? La respuesta a esas interrogantes se encuentra en re-
conocer la utilidad principal de recordar las frases, oraciones o p a s a j es ver-
bales memorizados. El tiempo que se ahorra al recordar una fórmula, en vez
de tener que buscarla en un texto, no es tan importante como podría pare-
cer. La utilidad principal de las secuencias verbales memorizadas se en-
cuentra en el terreno del lenguaje mismo, específicamente en la construcción
de expresiones verbales que comuniquen ideas. La pregunta es: ¿qué grado de
habilidad conviene que tengan los estudiantes para e x p r e s a r sus ideas
de una manera oral, independientemente de que se trate de una conversa-
ción cualquiera, una conferencia informal, una conferencia formal o un dis-
curso? ¿Hasta qué grado hay interés porque los estudiantes adquieran las
capacidades de comunicación y persuasión?
No es accidental que algunos de los oradores estadounidenses más desta-
cados de las generaciones precedentes supieran obras, como la Biblia y los
trabajos de Shakespeare, hasta el punto en que eran c a p a c e s de citar pasa-
jes enteros al pie de la letra. Ese tipo de obras literarias son fundamentales
para cualquier idioma. Las personas hábiles en la comunicación oral son ca-
paces de recordar palabras, frases o pasajes enteros de ciertas obras bási-
cas y entretejerlos de maneras muy creativas para formar sus propias expre-
siones vocales. Estas personas no deben su capacidad al simple hecho de
haber leído las obras clásicas de su idioma, sino a que las han memorizado.
En los términos usados en el presente capítulo, esas personas aprendieron
una gran variedad de secuencias verbales y son capaces de recordarlas con
facilidad; también tienen la capacidad de utilizar a voluntar ciertas frases y
citas célebres, como " e l respeto al derecho ajeno es la p a z " o " c o n la vara
que midas serás medido".
Naturalmente, esas secuencias verbales memorizadas también pueden
volverse una fuente de estereotipos en la escritura y la expresión oral. Los
lugares comunes del tipo de "inmaculadamente blanco", " c o n justa razón",
" a su digno c a r g o " y tantos otros, por el hecho de ser tan frecuentes en el
APRENDIZAJE POR ASOCIACION 45
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3
Lo que se aprende:
variedades
47
48 LO QUE SE APRENDE: VARIEDADES
singular dentro de una oración escrita es otro caso. Este tipo de capacidad
aprendida recibe el nombre de habilidad intelectual. Se trata del "sa-
ber cómo", es decir, de un conocimiento procesal.
HABILIDADES INTELECTUALES
Cuando una persona toma una sierra y corta un trozo del extremo de una
tabla está, por supuesto, interactuando con su ambiente de una manera di-
recta. Esta acción, sin embargo, fue precedida por otras acciones, por
ejemplo, planificar las medidas, lo que supuso probablemente medir un largo
de 56.7 cm, encontrar la diferencia entre esa cifra y 61.3 cm y, quizá, em-
plear una regla o escuadra para trazar una línea en ángulo recto al borde de
la tabla. Muchas de las actividades relacionadas con este tipo de planifica-
ción requieren del individuo una interacción indirecta con el ambiente a tra-
vés de símbolos. El sujeto representa las medidas lineales mediante los sím-
bolos "56.7 c m " y " 6 1 . 3 cm"; luego procede a operar sobre esos símbolos en
vez de hacerlo directamente sobre la madera. Es decir, se realizan ciertas
operaciones simbólicas "dentro de la cabeza"; también es probable que
otras tengan que realizarse en una pequeña superficie de escritura. Sin em-
bargo, tales operaciones son muy diferentes de las acciones que sería nece-
sario realizar en forma directa sobre la tabla en caso de que no pudiera lle-
varse a cabo esa actividad simbólica. Las capacidades que hacen posible el
uso de símbolos se han denominado habilidades intelectuales.
Un individuo aprende a realizar muchas habilidades intelectuales simples
y complejas. El contenido de las matemáticas escolares, por ejemplo, es casi
una actividad integrada completamente por habilidades intelectuales. No
obstante, las habilidades intelectuales también pertenecen a los símbolos que
no son precisamente numerales y operaciones numéricas. En un sentido más
amplio, los símbolos utilizados para representar el ambiente del sujeto cons-
tituyen el lenguaje. Una habilidad intelectual relativamente simple en el uso
de los símbolos del lenguaje es la regla gramatical del caso acusativo de un
pronombre después de una preposición ("para ti"). Una habilidad más com-
pleja es la que se necesita para usar una metáfora ("busca r la nata social").
Por emplearse el lenguaje para registrar y comunicar las relaciones (concep-
tos, reglas) que existen en cualquier sujeto, el aprendizaje de esas relaciones
implica, como sería de esperar, el aprendizaje de habilidades intelectuales.
Podrá verse, pues, que dichas habilidades son, de muchas maneras, los tipos
LO QUE SE APRENDE: V AKitJJAUts a -L
Condiciones de a p r e n d i z a j e
¿De qué manera aprenden los individuos el uso de los símbolos y las habilida-
des intelectuales? Resulta evidente que debe haber ciertas condiciones para
ese aprendizaje dentro de los propios sujetos (condiciones internas), mientras
que otras son externas y pueden manipularse para usarlas en la enseñanza.
En los capítulos subsecuentes se estudiarán dichas condiciones; por el mo-
mento sólo se d a r á n algunos ejemplos que ilustran las condiciones de apren-
dizaje.
Supóngase que se ha pedido a ciertos niños aprender cómo encontrar la
diferencia entre una distancia lineal de 56 3/16 cm y otra estimada en 61 1/8 cm,
partiendo de que los niños todavía no saben cómo hacerlo. Los niños pueden
aprender con gran facilidad esa habilidad específica (aplicable incluso a nú-
meros que contienen fracciones como 3/4 ó 1/3), siempre y cuando estén pre-
sentes ciertas condiciones internas. Entre dichas condiciones cab e d e s t a c a r
la disponibilidad de habilidades componentes o subordinadas, las cuales per-
miten "formar fracciones equivalentes mediante la multiplicación del nume-
rador y el denominador por el mismo número (pequeño)" (1/8 x 2 = 2/16;
" f o r m a r fracciones equivalentes mediante la división del numerador y el
denominador entre el mismo número (pequeño)" (6/16 -r 2 = 3/8) y "en-
contrar una diferencia mediante la sustracción de las fracciones que tienen
denominadores comunes" (4/8 — 1/8 = 3/8). Por supuesto, si tales habilida-
des intelectuales subordinadas no hubieran sido aprendidas y almacenada s
previamente en la memoria, no estarían a disposición de los sujetos y, por
tanto, sería n e c e s a r i o aprenderlas.. Por el contrario, cuando ya están presen-
tes como condiciones internas, el aprendizaje de la nueva habilidad puede
proceder con pocas dificultades o retrasos.
Las condiciones externas necesarias p a r a el aprendizaje de la nueva ha-
bilidad pueden comenzar con h a c e r notar que será necesario recordar las
habilidades subordinadas. Muy a menudo, eso se logra por medio de comuni-
caciones verbales: " r e c u e r d a cómo se sustraen fracciones, como 3/16 de
4/16". Un segundo tipo de comunicación verbal sirve para informar a los su-
jetos cuáles son los objetivos del aprendizaje, es decir, cuál es el propósito
específico de la habilidad cuando se termine de aprenderla; esto puede
lograrse en muchos casos mediante una afirmación; por ejemplo, " l a s distan-
cias 56 3/4 y 61 1/3 son diferentes; se desea encontrar la magnitud de esa di-
f e r e n c i a " . También se pueden utilizar un dibujo y un ejemplo para lograr ese
cometido.
El siguiente evento que tiene lugar p a r a el establecimiento de las condi-
ciones e x t e r n a s del aprendizaje de esta habilidad es una comunicación que
indica "poner juntas las c o s a s " ; es decir, lograr una combinación de habili-
dades subordinadas que se convierta en una habilidad nueva. En realidad,
los sujetos pueden haber visto ya en muchos casos cómo lograrlo o tienen la
capacidad de " d e s c u b r i r l o " por sí mismos; en tales situaciones no es necesa-
rio proporcionarles mayores estímulos. No obstante, hay muchos casos en los
que es indispensable proporcionar alguna afirmación clave o pista, como
52 LO QUE SE APRENDE: VARIEDADES
mm
.eb
-i-.. •
y.
Fig. 3-1. Aplicación de una regla: una actividad en la que interviene una habilidad inte-
lectual.
Reglas de orden superior. Al igual que es posible analizar las reglas para re-
velar la necesidad de la existencia previa de habilidades más sencillas (con-
ceptos, discriminaciones), también ocurre el proceso inverso; es decir,
pueden combinarse reglas mediante el aprendizaje y asi obtener reglas aún
más complejas, a las que se denominaría regios de orden superior. Dichas
reglas tendrían una mayor generalidad; es decir, se aplicarían a una mayor
variedad de situaciones que las reglas que las componen. Se pueden aprender
reglas de orden superior en condiciones similares a las de las otras reglas.
No obstante, en algunos casos ocurre que las reglas de orden superior son
resultado del pensamiento del individuo durante la solución de problemas. Al
intentar resolver un problema en particular, el sujeto puede poner juntas dos
o más reglas de contenido muy diferente, de modo que se obtiene una regla
de orden superior que resuelve dicho problema.
Procedimientos. Otro mecanismo a través del cual las reglas se vuelven más
complejas es, simplemente, aumentar su longitud. La regla necesaria para
elaborar una división, por ejemplo, es relativamente larga y merece denomi-
narse regla procesal o simplemente, procedimiento. Tal como sucede en el caso
de otras reglas, el largo procedimiento de división puede analizarse y des-
componerse en reglas subordinadas más simples, incluyendo las de multipli-
cación de números enteros, calcular el cociente, sustraer números, y otras
más. Además de eso, el procedimiento consiste en una cadena de reglas más
simples que deben aplicarse en una secuencia particular para que la división
se efectúe correctamente. Esto significa que, además de conocer cada una de
las reglas más simples (y los conceptos de los que están formadas a su vez),
el sujeto debe ser capaz de ordenarlas en secuencias de pasos de acción.
Muy a menudo, como sucede en las divisiones largas, no es demasiado difícil
recordar la secuencia cuando se ha practicado, ya que los pasos se repiten
una y otra vez conforme se ejecuta el procedimiento. Cuando los procedi-
mientos son demasiado largos y no repetitivos suele ser necesaria una lista
de verificación externa (o algo equivalente), lo que ayuda a recordar la se-
cuencia exacta de los pasos.
r ,
56 LO QUE SE APRENDE: VARIEDADES
Reglas
que requieren como prerrequisitos
Conceptos
que requiren como prerrequisitos
Discriminaciones
que requieren como prerrequisitos
ESTRATEGIAS COGNITIVAS
Un segundo y fundamental tipo de capacidad aprendida por los seres huma-
nos es la que se denomina estrategia cognitiva. Se trata de las habilidades
que permiten a los sujetos regular sus propios procesos internos de atención,
aprendizaje, recuerdo y pensamiento. Dichas habilidades internamente orga-
nizadas han recibido diferentes nombres por los distintos autores. Bruner
(1971) se refiere a ellas como "estrategias cognitivas", y las relaciona princi-
palmente con los procesos utilizados para descubrir y resolver problemas
nuevos. Esas estrategias parecen estar relacionadas con las "actividades
matemagénicas" descritas por Rothkoph (1971) y con las "conductas de auto-
manejo" de Skinner (1968). Varios teóricos del aprendizaje que favorecen los
conceptos del procesamiento de información (Greeno y Bjork, 1973), las deno-
minan "procesos de control ejecutivo".
Además de incrementar el repertorio de capacidades para enfrentarse al
ambiente (habilidades intelectuales), los individuos adquieren estrategias ca-
da vez más sofisticadas, lo que les permite activar y regular el aprendizaje,
retención y uso de sus propias capacidades. En vez de orientarse hacia tipos
específicos de contenido externo, como el lenguaje y los números, las estrate-
gias cognitivas son independientes en gran medida del contenido y, en gene-
ral, se aplican a todos los tipos de situaciones. Si los sujetos mejoran sus
estrategias de atención (un tipo de estrategia cognitiva), dicha estrategia se
63 LO QUE SE APRENDE: VARIEDADES
sayo, aunque, de cualquier manera, los datos deben ser comunicados de ma-
nera eficaz.
INFORMACION VERBAL
Una t e r c e r a categoría principal de c a p a c i d a d e s aprendidas es la informa-
ción verbal. Se espera que los individuos aprendan la información verbal du-
rante el transcurso de sus vidas, de tal m a n e ra que retengan enormes canti-
dades de información para tenerla disponible de inmediato en cualquier
circunstancia.
Se s a b e que los los individuos han aprendido cierta información verbal
cuando son c a p a c e s de " h a b l a r de e l l a " o de enunciarla. Lo que enuncian,
por supuesto, se encuentra básicamente en forma de una o más oraciones (o
proposiciones) que contienen un sujeto y un predicado. La información se
considera verbal, o más exactamente, susceptible de ser verbalizada, porque
se transmite en forma de oraciones. Los enunciados de los sujetos suelen te-
ner la finalidad de " d e c i r algo" a otra persona o personas; sin embargo, no
es raro que las personas se "digan a l g o " a sí mismas.
La información es una capacidad de enorme importancia por ciertas ra-
zones (Gagné y Briggs, 1979, págs. 78-84). En primer lugar, los individuos ne-
cesitan s a b e r ciertas cosas, como los días de la semana, los meses del año,
nombres y localización de ciudades, estados y países, etcétera, simplemente
porque se trata de "conocimiento común" que todo adulto debe tener. En se-
gundo lugar, la información verbal sirve de auxiliar y acompañante del
aprendizaje. Para el estudio de los principios de la economía, por ejemplo, se
necesita que la persona emplee una amplia base de información organizada
60 LO QUE SE APRENDE: VARIEDADES
nrr dos con aquél. La información también se presenta como conjuntos de hechos
interrelacionados, o cuerpos de conocimiento. La organización de tales gru-
pos de hechos, es decir, la manera en que los componentes individuales se re-
-sík. lacionan unos con otros, puede ejercer un efecto considerable sobre el
as aprendizaje y la retención. Es muy frecuente que el conocimiento organizado
, tenga la forma de un esquema, el cual tiene propiedades muy interesantes
que se estudiarán un poco más adelante.
HABILIDADES MOTORAS
ACTITUDES
El tipo final de capacidad aprendida que se estudia en el presente capítulo
es la actitud. Se la puede definir como un estado interno que influye (modera)
las elecciones de acción personal realizadas por el individuo. En general, las
Fig. 3-4. Escuadramiento del canto de una tabla: una habilidad motora.
LU HUfc f>H AfKtlvur,; v n.
debido a una experiencia de terror vivida cuando niños; también pueden ser
resultado de las experiencias individuales de éxito y placer, como cuando un
niño adquiere actitudes positivas fuertes hacia los videojuegos al experimen-
tar un éxito cada vez mayor al practicarlos. Asimismo, con gran frecuencia,
las actitudes se aprenden por imitación de la conducta de otras personas, co-
mo cuando un niño aprende cómo comportarse ante los extraños al observar
las acciones de sus padres. Independientemente de esas variaciones, existen
algunos factores en común en el aprendizaje y modificación de las actitudes,
Condiciones externas. Puesto que hay una gran variedad de situaciones que
pueden conducir a la modificación de las actitudes, no es fácil identificar sus
características comunes. Según parece, debe haber: 1) una experiencia emo-
cional por parte del sujeto al seguir un curso de acción, o 2) la observación
de un " b u e n " o " m a l " efecto de la conducta de un modelo humano. La se-
gunda de estas condiciones hace suponer que el éxito (o alternativamente, el
fracaso) del modelo se experimenta en otra persona; es decir, el sujeto es re-
forzado de una manera indirecta (Bandura, 1971).
En este punto conviene decir una palabra en cuanto a lo inadecuado de
ciertas condiciones externas para efectuar un cambio en las actitudes. A me-
nudo se ha dicho que los enunciados verbales cuya función es persuadir a
una persona para que cambie sus actitudes son totalmente ineficaces
(Hovland, Lunsdaine y Sheffield, 1949). Sea que se basen en un gusto por
los principios morales, en estados emocionales o en argumentos racionales,
esos enunciados parecen ser igualmente ineficaces. De ese modo, al parecer,
LO QUE SE APRENDE: V A K i t U A U t s w
«r i/' •
una condición importante para el cambio de las actitudes suele ser la presen-
cia de una persona que sirva de modelo, sea en la realidad o en la imaginación
f del sujeto. Cuando la persuasión la intenta un modelo al que se respeta, es
muy probable que ocurra un cambio en la actitud de la persona; por el
contrario, los enunciados persuasivos que se hacen en ausencia de ese mode-
— lo son notablemente ineficaces.
Como sucede con otros estados aprendidos, la retroalimentación del éxito,
una recompensa, o el logro de un objetivo también es una condición impor-
tante para el aprendizaje de actitudes. Es muy probable que una persona que
tenga éxito al aprender a patinar en hielo tenga una actitud positiva hacia
dicha actividad. El individuo que sirve de modelo de actitud de dulzura hacia los
animales tiene más posibilidades de mantener esa actitud cuando sus propios
actos de dulzura hacia los animales se ven recompensados de alguna manera.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Los seres humanos aprenden muchas cosas diferentes a lo largo de sus vi-
das. Una de las maneras de darle sentido a la enorme cantidad de resultados
que el aprendizaje produce, es considerarlos como categorías de desempeño.
Aunque dichas categorías penetran en la esencia (contenido) de lo que se
aprende, poseen ciertas características distintivas. Cada categoría introduce
el aprendizaje de un tipo diferente de capacidad.
68 LO QUE SE APRENDE: VARIEDADES
Capacidad
(resultados del aprendizaje) Ejemplos de posibles desempeños
ser aprendida con esas estructuras previamente aprendidas, las cuales fun-
cionan como pistas para la recuperación y como esquemas de organización,
Las estrategias cognitivas son habilidades internamente organizadas que
los sujetos usan para manejar sus propios procesos de atención, aprendizaje,
recuerdo y pensamiento. Dichas estrategias demandan, como condiciones in-
ternas, recuperar las habilidades intelectuales v de información relevante
para las tareas específicas de aprendizaje que se emprenden. Desde el ángu-
lo externo, lo que parece necesitarse es una oportunidad frecuente de practi-
car esas estrategias; durante la práctica se refina y mejora el uso de ellas.
El aprendizaje de habilidades motoras es auxiliado por la recuperación o
recuerdo (o aprendizaje previo) de una subrutina ejecutiva que señale la
secuencia y patrón del desempeño y, a menudo, por la recuperación de habi-
lidades parciales que se combinan e integran el acto motor total. Las condi-
ciones internas se generan principalmente al repetir el desempeño o activi-
dad; es decir, por medio de la práctica.
Las actitudes son estados internos que modifican las elecciones de acción
personal hacia ciertos objetos, personas o sucesos. Se aprenden de muchas
maneras, pero una de las más confiables es la imitación de modelos huma-
nos, para lo cual se requiere la existencia previa de un respeto hacia una
persona real o imaginaria. Cuando se emplea ese método de cambio de las
actitudes, las condiciones externas consisten en la exhibición del comporta-
miento deseado, por parte del modelo, y la observación de un resultado favo-
rable (o recompensa). La experiencia del éxito después de un cambio en el
comportamiento suele tener un efecto positivo directo sobre la actitud del su-
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4
IM
Procesos del
E p I* C» jt'l dlZ Si C3
71
PROCESOS DEL APRENDIZAJE/J
Flujo de la información
El sujeto recibe de su ambiente estímulos que activan ciertos receptores, y
son convertidos en información nerviosa. Inicialmente, dicha información lle-
ga a una estructura (o estructuras) llamada registro sensorial, donde persiste
durante un breve lapso. Las investigaciones de Sperling (1960) y Crowder y
Morton (1969) muestran que la información proveniente de los diversos senti-
dos se " r e g i s t r a " de una manera más o menos completa durante unas cuan-
tas centésimas de segundo. Los componentes de esa representación senso-
rial. que persisten durante un periodo más largo, deben ser objeto del proceso
de atención. Los componentes restantes se desvanecen simplemente y ya no
afectan más al sistema nervioso.
Fig. 4-1. El modelo empleado por las teorías del procesamiento de la información del
aprendizaje y la memoria. (De R. M. Gagné. Essentiols of learning for instruction.
Copyright 1974 por the Dryden Press, división de Halt, Rinehart and Winston. Repro-
ducido con permiso de Holt, Rinehart and Winston.)
R K U L , T S U S JJFCL A F KJFC,l\L)LZAJT / O
nificativas como oraciones o, quizá, unidades aún más globales, Los procesos
de codificación pueden adoptar la forma de cuadros sinópticos, matrices es-
pacialmente ordenadas, diagramas, imágenes o " c u a d r o s " detallados de in-
formación que se está aprendiendo, La principal característica del material
codificado (para que ingrese a la memoria a largo plazo) es que está organi-
zado de una manera semántica o que tenga un significado.
F
ES T RUCTURA PROCESO
pfc-
p a
íiír
RECEPCION DE
PATRONES DE IMPULSOS NERVIOSOS
PERCEPCION SELECTIVA DE
LAS CARACTERISTICAS
SV .<•
Memoria a
corto plazo
¡REPASO
CODIFICACION SEMANTICA
RECUPERACION
ORGANIZACION DE RESPUESTAS
^ DESEMPEÑO O ACTIVIDAD
Efectores
RETROA LI MENTACION • • REFORZAMIENTO
Fig. 4-2. Los procesos de aprendizaje y memoria como entradas y salidas de infor-
mación a partir de las estructuras postuladas del modelo de procesamiento de informa-
ción.
Procesos de control
La descripción del flujo de información y los procesos relacionados permi-
te obtener una concepción de los eventos internos del aprendizaje. En la ter-
minología de la computación, dichos procesos se denominan rutinas. Sin em- -]
bargo, a medida que tienen lugar esos procesos en el aprendizaje humano,
adquieren una riqueza y complejidad que va más allá de su funcionamiento •
básico. Las formas en que una persona orienta su atención en un acto de I
aprendizaje, se enfrasca en él y lo ejecuta, exhiben en su totalidad las J
características de variabilidad, flexibilidad e ingenio. ¿De qué manera se de- ]
ben concebir e integrar al cuadro total esas cualidades del aprendizaje, la »
memorización y la generalización?
La respuesta se encuentra en los procesos mencionados en la parte supe- J
rior de la fig. 4-1, los procesos ejecutivos de control y las expectativas. Esos 1
dos procesos los ha adquirido en buena medida el individuo durante su f
aprendizaje previo. Por esa razón, constituyen una parte independiente de la i
memoria a largo plazo. Su función consiste en determinar {o seleccionar] los :
los muy adecuados para generar atención, De una manera más general aún
cualquier cambio repentino en la estimulación, hacia arriba o abajo, puede
constituir una señal eficaz para poner en alerta a las personas. La repentina
disminución de las luces de un teatro pone en alerta al público; cuando se in-
terrumpe de manera súbita el sonido de una radio, asimismo, se captura la
atención de los escuchas.
Codificación
Para que el material de aprendizaje pueda ingresar en la memoria a largo
plazo y se almacene ahí, es necesario codificarlo; es decir, se transforma en
algo semántico o significativo. Por ejemplo, el término direccional estribor,
PKULitSiUS U£L
m
H•"
Procesos de memoria
Almacenamiento. Después de adquirirse, una nueva capacidad debe ser al-
macenado para considerarla como algo que ha sido realmente aprendido. El
cambio que l e produjo mediante el proceso de codificación se retendrá, aho-
ra, por un periodo que puede abarcar desde unos cuantos minutos hasta toda
la vida.
Una posibilidad intrigante, apoyada en cierta evidencia de tipo clínico, es
que la retención en la memoria a largo plazo persiste durante toda la vida:
eso implicaría, en ese sentido, que es algo permanente. Penfield (1951) comu-
nicó casos en los que los pacientes cuyos encéfalos eran eléctricamente esti-
mulados, durante algún tratamiento medico, han reproducido con pasmosos
detalles ciertos recuerdos de la infancia: episodios en los que había recuerdo
de situaciones, sonidos, conversaciones y otros aspectos de acontecimientos
pasados. Tales sucesos habían sido olvidados en el sentido práctico, aunque
persistían ciertas huellas en el encéfalo. Si en cierto sentido permanecen algunas
huellas de memoria, las razones del olvido deben buscarse en otros fenóme-
nos, como la interferencia ocasionada por otros recuerdos almacenados o a
obstáculos para la recuperación. La idea de que el almacenamiento de infor-
mación en la memoria a largo plazo es permanente, sin embargo, no es algo
demostrado irrevocablemente, aunque es perfectamente posible que el recuer-
PROCESOS DEL APRENDIZAJE/J
Desempeño y su organización
La transformación efectuada por la estructura interna denominada organiza-
dor de respuestas (fig. 4-1) está sometida, desde luego, a los efectos de los
t.
Si PROCESOS DEL APRENDIZAJE ttb
Cuadro 4-1. Procesos internos del aprendizaje y efectos que en ellos pueden ejercer los
fenómenos externos
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
El modelo de procesamiento de la información del aprendizaje y la memoria
tiene una enorme importancia al planificar y diseñar la enseñanza en los
programas educativos. Dicho modelo nos dice que un acto de aprendizaje,
por brevd*o prolongado que sea, consta de varias fases. El aprendizaje se ini-
cia con la recepción de estímulos en los órganos sensoriales y termina con la
retroalimentación que sucede al desempeño adecuado de la persona. Entre
dichos eventos hay varias etapas de procesamiento interno. Así pues, la en-
señanza no es una mera cuestión de presentar un estímulo inicial, sino que
está formada por varios tipos de estímulos externos que influyen en los diver-
sos procesos de aprendizaje.
En forma global, la estimulación aportada durante la enseñanza tiene la
' función de sostener los diferentes tipos de procesamiento interno que
ocurren dentro del sujeto. Los fenómenos externos a los que se denomina en-
señanza tienen la capacidad de sostener los procesos internos al activar una
disposición mental que afecta la atención y percepción selectiva. Asimismo,
un fenómeno puede acrecentar el proceso interno de codificación al generar
una organización que la persona adopta. Otra posibilidad de enseñanza es
mantener la operación de un proceso ejecutivo de control, como pueden ser
las expectativas en lo que se refieren a los resultados de un desempeño, de
tal manera que el procesamiento interno conserve una dirección determina-
da. A medida que se completa el acto de aprendizaje, el fenómeno externo al
que se denomina retroalimentación adquiere una función de extrema impor-
tancia. Puestos juntos, todos esos procesos externos integran lo que se deno-
PROCESOS DEL APRENDIZAJE/J
BIBLIOGRAFIA
90
108 HABILIDADES INTELECTUALES: DISCRIMINACIONES; CONCEPTOSCONCRETOSJLU/
fr
SÍS
des son algo diferentes entre sí, ya que el primero es un poco más simple que
el segundo. En el primer tipo de desempeño, el individuo adquiere la capaci-
J%B' dad de diferenciar una llave de otra, o de otras, de manera que puede emitir
• 1'Sí respuestas diferentes ante los distintos miembros de un conjunto en particu-
lar, A esto se denomina discriminación, o cuando son necesarias varias
Bí
discriminaciones (como en el ejemplo dado), discriminación múltiple. En el se-
j>¡ gundo tipo, el sujeto es capaz de responder de una sola manera ante un con-
junto de objetos como clase; dicha clase se extiende más allá de los
f|n miembros que la conforman originalmente. Este segundo tipo de aprendizaje
P recibe el nombre de aprendizaje de conceptos. Nótese que en el segundo
ejemplo la persona es capaz de distinguir las llaves también, pero la diferen-
rr: cia es que ahora distingue clases de llaves (y ha aprendido dos conceptos di-
f5; ferentes), en vez de distinguir simplemente una llave específica respecto a
m las demás (discriminación). Ambas formas de aprendizaje tienen una conside-
rable importancia en sentido práctico. Como se verá más adelante, el segundo
tipo de aprendizaje depende, en realidad, del aprendizaje previo del primer
tipo, y existe un notable contraste en cuanto a la versatilidad del comporta-
• > miento producido por el aprendizaje del segundo tipo, en comparación con el
del primero.
En este capítulo, pues, se tratan los dos tipos diferentes de aprendizaje
que se presentan cuando una persona se enfrenta a un conjunto de objetos
estímulo. En ciertas circunstancias de aprendizaje por discriminación, la per-
sona puede verse obligada a aprender una respuesta que diferencie (por
nombre o de alguna otra manera) las características estímulo de un solo miem-
bro del conjunto respecto a las de los otros miembros. O bien, el sujeto aprende
a distribuir varios miembros diferentes de un conjunto, emitiendo una res-
puesta diferente ante cada uno de ellos. Después de haber aprendido a hacer
estas distinciones, puede requerirse a la persona que adquiera la capaci-
dad de responder ante el conjunto de estímulos como una clase, de modo que
sea capaz de distinguir los miembros de la clase respecto a objetos que no
pertenecen a ella; esto es lo que significa "aprender un concepto". Por su-
puesto, también puede solicitársele a la persona que responde ante un con-
junto de estímulos en ambas maneras, aunque en ocasiones diferentes, lo que
es algo perfectamente posible.
APRENDIZAJE DE DISCRIMINACIONES
La adquisición de discriminaciones es, obviamente, una empresa de gran im-
portancia en la vida diaria y en el aprendizaje escolar. Los niños pequeños
aprenden desde muy temprana edad a distinguir entre las diferentes partes
de su ambiente: colores, intensidades, formas, tamaños, texturas, distancias,
tonos, etcétera. Los adultos, asimismo, deben aprender continuamente
nuevas discriminaciones de objetos estímulo, como la ubicación de puertas o
calles, las diferencias entre rostros recién conocidos, el sabor de los vinos y
muchas cosas más. Así como ocurre en el aprendizaje escolar, el alumno es
confrontado diariamente con la necesidad de aprender discriminaciones
entre los colores, formas, letras, números y otras cosas impresas, así
como entre los sonidos del habla. Mucho mas tarde, los estudiantes aprenden
las diferencias entre, quizá, las características microscópicas de los tejidos
s-
108 HABILIDADES INTELECTUALES: DISCRIMINACIONES; CONCEPTOSCONCRETOSJLU/
E * R
las cuales tiene una relación específica con una nota en particular; el opera-
dor de un tablero de control de tipo industrial, o de cualquier otra máquina,
suele tener cierto número de respuestas diferentes de activación de contro-
les para distinguir las diversas señales recibidas. En todos estos casos hay 1
una fuerte tendencia a la interferencia entre las cadenas individuales de res- f
puestas, lo que se supera mediante el uso de la p r á c t i c a de contrastes.
dentro de una clase y responder ante cualquier caso de la clase como ante
un miembro de ella. En cierto sentido, este segundo tipo de aprendizaje pare-
ce ser el opuesto al primero, pero es mucho más que eso, ya que incorpora el
primer tipo como una de sus condiciones previas. Este segundo tipo de apren-
dizaje, que le hace posible al individuo responder ante las cosas o fenómenos
como clases, da el tipo de resultado del aprendizaje llamado concepto.
En este punto es importante subrayar que el término concepto posee va-
rios significados. Obviamente, no pueden tratarse al mismo tiempo, lo que
r sería un grave error. En primer lugar es necesario tomar en consideración el
significado más básico, que es exhibido durante la conducta individual al
responder ante cualidades-objeto como las introducidas por los términos rojo.
r doble, circular y liso, o ante objetos comunes como gato, silla, árbol y casa. Se
acostumbra referirse a estos últimos como conceptos concretos, ya que es po-
sible señalarlos físicamente; en otras palabras, son conceptos por observa-
ción. Más tarde será posible describir los conceptos por definición, los cuales
son abstractos en el sentido de que implican relaciones. Algunos ejemplos
son conceptos físicos de masa y temperatura, conceptos de lenguaje rela-
cionados con el sujeto y el objeto, conceptos matemáticos como la raíz
cuadrada y el número primo. En el siguiente capítulo se comprenderán mejor
las descripciones de conceptos definidos.
FASE 1: DISCRIMINACION
Recta Curva
FASE 2: GENERALIZACION
/ (; / I )«
Fig. 5-1. Etapas del aprendizaje, comenzando con una discriminación que llevan hasta
el aprendizaje de un concepto.
le
ESTO ES UN TRIANGULO:
-, /
r (TRES LADOS)
'' -
' ; 7J. ESTO NO LO ES:
ESTO ES UN TRIANGULO:
(LADOS RECTOS)
ESTO NO LO ES:
ESTO ES UN TRIANGULO:
(FIGURA CERRADA)
ESTO NO LO ES:
ESTO ES UN TRIANGULO
(FIGURA SIMPLE)
ESTO NO LO ES:
Fig. 5-2. Ejemplo de enseñanza en el caso del concepto concreto "triángulo", para el
cual se usan unas cuantas instrucciones verbales. Los diversos atributos que se pre-
sentan entre paréntesis sirven como partes de la enseñanza cuando los alumnos son
capaces de identificar las referencias.
El grande es el c o r r e c t o El pequeño es el c o r r e c t o
+ - - +
•
El negro es el correcto El blanco es el c o r r e c t o
+ - + -
Los niños que ingresan en el jardín de niños llegan con muchos conceptos
aprendidos, pero aún les faltan muchos por aprender. Es probable que ya se-
pan los conceptos necesarios para referirse a cierto número de objetos comunes
en su ambiente, como sillas, piso, techo, calle, flores, animales y árboles. Es
muy probable que conozcan también conceptos de lugar, como arriba, abajo,
encima de, debajo de, junto a, enmedio, etcétera. Asimismo, es indudable que
los pequeñines respondan de manera conceptual ante palabras como em-
pieza y detente ve y ven, siéntate y ponte de pie. Pero es necesario todavía
que aprendan muchos otros conceptos que fundamenten una buena parte de
su aprendizaje posterior. Es muy probable que aún no sepan lo que significa
el que está antes de, el siguiente, doble, el que es igual o el que es diferente.
También es factible que los niños en edad preescolar no hayan aprendido a
conceptualizar los sonidos de las palabras como combinaciones de letras
impresas, lo que es el fundamento de la lectura y la escritura. También es
probable que no sean capaces de usar los nombres de los números para
representar cantidades (independientemente de que sepan recitar una cade-
na verbal como "uno", "dos", " t r e s " , etc.), sino que necesiten aprender los
principios de la aritmética. De hecho, sería importante saber con cierta con-
fianza cuáles conceptos aún desconoce el niño promedio que ingresa en el
jardín de niños, o cuáles son los primeros que debe aprender. El problema,
desde luego, es muy importante.
A medida que avanzan los niños en la escuela, van aprendiendo concep-
tos nuevos. Una vez que aprendieron la habilidad fundamental de la lectura,
los conceptos suelen presentarse por medio de una enseñanza acompañada
con imágenes y esquemas. En el caso de las matemáticas, esa labor es bas-
tante fácil, ya que las situaciones estímulo ante las cuales se debe responder
con conceptos suelen ser ciertas marcas en una página impresa; la suma se
representa con el símbolo + , mientras que la resta se representa como —. El
lenguaje también se representa de una manera impresa, de modo que los
conceptos pertenecientes a la estructura del lenguaje (sujeto, verbo, etc.) son
aprendidos en respuesta ante oraciones impresas, como "El sombrero de
)uan está encima de la mesa". No obstante, en el caso de otros temas hay
mayores dificultades para presentar las situaciones básicas que deben ser
conceptualizadas, por lo que suelen emplearse imágenes y esquemas. De este
modo, en cierto momento del aprendizaje de las ciencias naturales, se pre-
senta el concepto de fulcro mediante un conjunto de esquemas en los que se
ilustran palancas; o se presenta el concepto de célula mediante un esquema
idealizado. Casi con toda seguridad, los conceptos más difíciles de todos son
los de tipo abstracto, como familia y legislatura, los cuales son muy usuales
en las disciplinas relacionadas con las ciencias sociales.
El gran valor de los conceptos como medios de pensamiento y comunica-
ción radica en que tienen referencias concretas, una característica funda-
mental. Pero en vista de que los conceptos son aprendidos por el ser humano
a través del lenguaje, siempre se corre el riesgo de que se pierda ese sentido
de. lo concreto. El aprendizaje puede ser sobreverbalizado, lo que significa
que los conceptos aprendidos son inadecuados en lo que se refiere a su rela-
ción con situaciones reales. En otras palabras, el sujeto "no conoce en reali-
dad el significado de la palabra", a pesar de que la usa correctamente
dentro de una oración. Por ejemplo, la información verbal que se obtiene al
108 HABILIDADES INTELECTUALES: DISCRIMINACIONES; CONCEPTOS CONCRETOS JLU/
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HABILIDADES INTELECTUALES: DISCRIMINACIONES; CUNLEKI'US LurviUKtius
Habilidades
intelectuales:
conceptos definidos
y reglas
aprendizaje que se describen aquí sólo son posibles gracias a que fueron pre- j
cedidas por la adquisición de un conjunto de capacidades más simples.
Son muchos los conceptos que no pueden aprenderse de la manera -¡
descrita en el capítulo anterior, es decir, como conceptos concretos. Más I
bien, se los aprende por definición y, por tanto, pueden llamarse conceptos
definidos. Hay ocasiones en las que se les llama abstractos para distinguirlos de
los conceptos de tipo concreto. Por ejemplo, el concepto diagonal es de tipo
definido y no de tipo concreto. La afirmación "una diagonal es la línea que ¡
conecta las esquinas opuestas de un cuadrilátero" representa una relación
("conecta") entre los dos conceptos ("línea" y "esquinas opuestas de un
cuadrilátero"). Otro ejemplo es el concepto pivote, que puede definirse como
la relación "extremo aguzado de una pieza sobre el cual gira otro objeto". En
este caso, el concepto definido consta, como puede verse, de otros conceptos-
concretos como "extremo aguzado", " p i e z a " y " g i r a " . Por supuesto, no
t 112
I126HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
siempre sucede eso; un concepto definido puede estar integrado por uno o
más conceptos que son, en sí, más definidos que concretos.
CONCEPTOS DEFINIDOS
Definición
Las definiciones son enunciados que expresan reglas para la clasificación.
Cualquier individuo que haya adquirido un concepto definido ha aprendido
ese tipo de regla y es capaz de aplicarla a todos los casos pertenecientes a la
clase. Tómese nota de que no es indispensable que el individuo aprenda el
enunciado de la regla (es decir, la definición) para demostrar que aprendió
fi
el concepto, ya que esa definición representa únicamente la regla de clasifi-
cación que se aprendió.
En el caso más simple, una definición representa uno o más objetos (a los
que puede denominarse cosas-concepto] y una relación (o concepto rela-
cional). Tómese por ejemplo la definición de tenedor: un cubierto (cosa-con-
cepto) que se usa para sostener (concepto relacional) los alimentos (cosas-
concepto). Si bien esta es la forma básica, casi todas las definiciones son
mucho más complejas. Las definiciones suelen modificarlas básicamente las
descripciones adicionales de las características de las cosas-concepto que
contienen. La definición de botella, por ejemplo, podría comenzar con un re-
cipiente (cosa-concepto) que se emplea para guardar (concepto relacional)
líquidos (cosa-concepto); sin embargo, para mayor exactitud, esa definición
necesita otras modificaciones, con lo que se obtiene: "un recipiente rígido, de
cuello redondo y estrecho, sin asa, cuya finalidad es guardar líquidos".
Este análisis demuestra que, en el momento de definir objetos, las defini-
ciones deben incluir cuatro partes esenciales:
buenos modales con la cual se expresa respeto por los semejantes". Una de
las maneras de determinar si ese concepto fue aprendido sería presentar a
los sujetos varios ejemplos de conducta (por medio de fotografías, películas o
una descripción verbal). Algunas de las conductas mostrarían buenos moda-
les, otras no; algunas indicarían respeto por los semejantes, mientras que
otras no lo harían. La conclusión de que las personas son capaces de clasifi-
ca r esos ejemplos según la definición quedaría demostrada por el hecho de
que identificaran los ejemplos de conductas que "muestran buenos modales"
y que "muestran respeto por los semejantes", al mismo tiempo que rechaza-
ran los ejemplos que no sean clasificables de esa manera. Una vez más,
podría solicitarse a las personas el uso de las respuestas verbales al pe-
dirles que "digan por qué" clasificaron cada ejemplo como lo hicieron. Este
sería un método conveniente, aunque es obvio que demanda la suposición de
que las personas conozcan el significado de las palabras que están usando.
El evaluador propenderá más a aceptar esa suposición (y, por tanto, la
prueba de que el concepto fue aprendido) en el caso de un niño de doce años
que en el caso de uno de seis años.
Definiciones y ejemplos
Condiciones internas del sujeto. Las personas deben tener acceso, en su me-
moria de trabajo, a los conceptos componentes representados en la definición
del concepto por aprender. Dichos componentes son: 1) las cosas-concepto
(sustantivos), que son el sujeto y objeto del verbo, y 2) el concepto relacional,
que está representado por el verbo. Como se hizo notar previamente, esta úl-
tima relación puede "tener las características de", "funcionar para", o
ambas cosas. Estos conceptos componentes son, simplemente, los requisitos
básicos. Por supuesto, a medida que se vuelven más complejos los conceptos
de definición también se hace necesario conocer el significado de las pa-
labras modificadoras, como los adjetivos y adverbios.
I126HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
% Existe otra condición interna que vale la pena mencionar y que generalmente
es sobreentendida. Cuando se desea que las personas respondan de una manera
adecuada ante un enunciado verbal, es necesario que dispongan previamente
de la habilidad intelectual (regla) de representar la sintaxis de ese enunciado
por sí mismas. Esto quiere decir que deben ser capaces de distinguir el sujeto
(el "protagonista") del verbo (la "relación") y del objeto. Esta habilidad lin-
güística fundamental suele aprenderse durante los primeros años escolares.
REGLAS
Un concepto definido es un tipo particular de regla, una regla que clasifica.
Por tanto, una regla debe ser un estado interno que rige la conducta de la
persona y que le permite demostrar la existencia de una relación. Una regla
debe ser algo más que un enunciado verbal mediante el cual se representa;
por ejemplo, la proposición: "el perímetro de un cuadro equivale a cuatro ve-
ces el largo de uno de sus lados". Debe ser algo que explica la regularidad
de esa conducta ante una variedad casi infinita de estímulos específicos: los
cuadros de cualquier tamaño, independientemente del entorno en el que se
les encuentre. Una regla, entonces, es una capacidad inferida que permite al
120 HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS i
Reglas y verbalizaciones
Una de las distinciones básicas que deben hacerse, es entre una regla como
capacidad inferida y la representación de una regla como enunciado verbal
(o proposición verbal). El proceso de comunicar reglas o describirlas como
capacidades aprendidas demanda el uso de palabras y otros símbolos para
representarlas; pero el término " r e g l a" no debe significar la misma cosa que
su representación como proposición verbal.
Cuando un estudiante es capaz de enunciar la proposición que representa
la regla, por lo general no se hace la suposición de que la regla ha sido
aprendida de hecho. Por ejemplo, un estudiante puede ser capaz de enunciar
la proposición verbal "un milímetro equivale a cuatro centésimas de pulgada",
pero ese hecho no puede ser considerado como una prueba convincente de
que ese alumno "sabe la regla". Para determinar si realmente se aprendió la
regla, en vez de la simple memorización de su enunciado verbal, es necesario
observar si el alumno puede: 1) identificar los conceptos componentes, a sa-
ber, pulgada y cuatro centésimas, y 2} demostrar cuál es la relación que exis-
te entre esos conceptos, es decir, el milímetro. Existen varias maneras de
lograrlo, pero todas ellas parecen reducirse al acto de demostrar lo que es
un milímetro. Una de esas maneras es mostrar al estudiante una regla a es-
cala en la que aparecen pulgadas divididas en centésimas y preguntarle: "si
cada una de las divisiones mayores equivale a una pulgada, dime cómo
puedo calcular cuántos milímetros tiene una pulgada". El desempeño espera-
do sería que el alumno identificara las "cuatro centésimas" y, contando o
calculando, obtener el número veinticinco.
Si bien el hecho de " s a b e r el enunciado verbal" no significa necesa-
riamente "que se entiende la regla", es importante reconocer que los enun-
ciados verbales suelen ser fundamentales en el proceso de aprender una
nueva regla. Una vez que el niño aprendió a usar el lenguaje, el proceso de
aprendizaje se simplifica enormemente con sólo usar afirmaciones verbales
como índices que llevan a la adquisición de nuevos conceptos definidos y
reglas. La enseñanza de adultos, en muchas esferas, es efectuada en buena
parte con el uso de afirmaciones verbales que se leen en libros de texto u
otros materiales escritos. Cuando un estudiante lee por primera vez que "el
gen es un elemento del plasma germinal que transmite los caracteres heredi-
tarios", lo que puede aprender mediante ese enunciado verbal es conside-
rable, particularmente si aprendió con anterioridad los conceptos componen-
tes (plasma germinal, transmite, etc.). Por tanto, es necesario afirmar la
función comunicadora de esos enunciados verbales y su papel en el aprendi-
zaje hasta ponerlos fuera de toda duda, a pesar del hecho de que aun cuan-
do, los estudiantes los recuerden como verbalizaciones, no sea suficiente pa-
ra concluir que hubo una comprensión adecuada.
122 HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
J
Algunos teóricos del aprendizaje afirman que las reglas se aprender irü-
cialmente como información verbal ("conocimiento declarativo") (Neves y
Anderson, 1981). Si se toma como ejemplo el aprendizaje de las reglas gra-
maticales de un idioma extranjero entre los estudiantes de secundaria (o
bien al aprendizaje de las reglas del élgebra y geometría), esa perpectiva no
parece desatinada. Un estudiante de francés puede aprender la afirmación |
verbal de que "los sustantivos de género masculino llevan el artículo 'le"', o '
cualquier otra frase equivalente. Luego, dicho estudiante puede utilizar el
enunciado como una guía que le permite generar una frase correcta, como \
"le chapeau". Sin embargo, es importante notar que, muy a menudo, las
reglas se aprenden sin pasar por la etapa verbal. Por ejemplo, los niños
aprenden las reglas gramaticales de su idioma materno (como la concordan- í
cia entre los sustantivos y verbos, conjugaciones, formación de plurales,}
etc.), y las aplican con gran habilidad sin tener la capacidad de enunciarlas
como proposiciones. Algunos niños son capaces de resolver problemas arit-
méticos de palabras antes de adquirir la capacidad de enunciarlos como
expresiones aritméticas (Riley, Greeno y Heller, 1983). Entre los niños de más
edad y los adultos, las reglas de la interpretación musical en un instrumento
suelen ser adquiridas y utilizadas sin que haya necesidad de expresarlas
verbalmente.
Procedimientos
Hay ocasiones en las que las reglas reciben el nombre de procedimientos, o
como parte del conjunto de capacidades humanas, las habilidades intelectua-
les han sido denominadas conocimiento procesal. Ese nombre tiene como
principal intención distinguir entre el "saber cómo" (conocimiento procesal o
habilidad intelectual) y el " s a b e r qué" (información verbal). Algunas reglas •4
son muy simples, en el sentido de que sólo requieren de unos cuantos pasos
procesales. Por ejemplo, una regla matemática para la suma contiene los si-
guientes pasos:
El paso 1 demanda que la persona tenga presente una regla simple que le es
dada (una regla de tipo "if"); en el paso 2 se requiere lo mismo para una se-
gunda regla simple. El tercer paso es el miembro " t h e n " de la regla, que se
refiere a la suma de las otras dos reglas subordinadas. La regla entera,
pues, consta de tres pasos. Si bien esta regla es un procedimiento, su longi-
tud es muy corta.
Otras reglas constan de largos procedimientos, que en algunos casos in-
cluyen pasos condicionales. Incluso el procedimiento para multiplicar nume-
rales con papel y lápiz requiere de los siguientes pasos, como en el ejemplo
de "multiplicar 253 por 2 7 " :
Y así sucesivamente.
APRENDIZAJE DE REGLAS
Será muy útil comenzar la explicación del aprendizaje de reglas con algunos |
ejemplos de reglas muy simples, que puede aprenderlas un niño, para luego de-1
mostrar cómo esas reglas aumentan su complejidad.
gunos de estos objetos son redondos, ¿puedes señalármelos? .. .(el niño respon-
de)... ¿ Crees que todas las cosas redondas rueden? (El niño responde 'Sí').. .De-
muéstramelo... (el niño responde haciendo rodar dos o tres objetos
redondos) ...¡Bien!" Al terminar el ejercicio anterior, es razonable concluir
que la regla ha sido aprendida. No obstante, para verificar ese hecho, lo que
puede hacerse es presentar un nuevo grupo de objetos diferentes al niño, a
quien se plantea la pregunta: ¿cuáles de estas cosas rodarán?
Para muchos adultos, este tipo de enseñanza puede parecer compleja y de-
tallista, pero es indudable que no lo será para una educadora de jardín de ni-
ños. Algunas personas se preguntan: ¿por qué no se les dice simplemente a los
niños: "las cosas redondas ruedan; recuérdalo"? Existen dos razones primor-
diales. La primera es que los niños no recuerdan todo el tiempo los conceptos
redondo y rodar, lo que puede suceder cuando se les presenta esa oración. Por
eso es necesario tomarse molestias adicionales para asegurar que dichos con-
ceptos estén a disposición del niño en el momento de mostrarle la regla como
enlaciado. La segunda razón es garantizar que los niños no aprenden simple-
mente las palabras "las cosas redondas ruedan" como una cadena verbal. Es-
to, desde luego, es una tarea sencillísima para ellos, pues la cadena es corta y
ya se conocen los eslabones. Sin embargo, en este caso el propósito de la ense-
ñanza no es el aprendizaje de una secuencia verbal, sino el aprendizaje de una
regla. En consecuencia, debe pedirse a los niños que exhiban respuestas termi-
nales que sólo son posibles cuando, de hecho, han tenido la capacidad de rela-
cionar los conceptos redondo y rodar. Saber la regla significa que se tiene la
capacidad de demostrar que las cosas redondas ruedan y no simplemente re-
petir el enunciado verbal.
Muy a menudo, los adultos tienen que aprender principios estructuralmen-
te más complejos que el ejemplo anterior. Un estudiante de biología, por
ejemplo, puede enfrentarse a la regla (a la que con igual derecho podría lla-
marse concepto definido) que dice: "la metamorfosis ocurre cuando la larva de
un insecto se convierte en pupa". Parece muy evidente que también en este ca-
so, para que el sujeto aprenda el principio, no sólo debe saber con anticipación
los conceptos relativamente bien conocidos insecto y convertirse en, sino ade-
más los conceptos menos conocidos, como larva y pupa. Es factible suponer que
el adulto que tiene la intención de hacerlo es capaz de aprender completamen-
te la regla a partir del enunciado verbal. Para lograrlo, basta con que la perso-
na piense en uno o dos ejemplos reales de larvas de insectos que se convierten
en pupas, es decir, que exhiben metamorfosis. Debe recalcarse, sin embargo,
que esta nueva regla tiene mayores probabilidades de ser aprendida correcta-
mente cuando el estudiante ha presenciado la metamorfosis en el laboratorio,
un museo, una excursión al campo o una película. De cualquier manera, no
existe garantía alguna de que una persona adulta que se encuentra con la pro-
posición verbal "la metamorfosis ocurre cuando la larva de un insecto se con-
vierte en pupa" logre, de hecho, aprenderla como regla, a pesar de que ese sea
el objetivo. Así como el niño es capaz de aprender de memoria el enunciado
verbal, el adulto puede hacer exactamente lo mismo.
Para los adultos, pues, las condiciones externas para el aprendizaje de
reglas suelen reducirse a enunciados verbales presentes en los textos o pro-
nunciados en una conferencia. Siempre y cuando se hayan aprendido con ante-
rioridad los conceptos componentes, la enseñanza verbal puede ser sufi-
I 126
HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
w Paso 4: Por medio de una pregunta, solicitar al estudiante que demuestre uno o más
c a s o s concretos de la regla, dándole la retroalimentación adecuada en lo que
se refiere al acierto o desacierto en cada caso.
I126HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
Paso 5: (Opcional, aunque muy útil para el aprendizaje ulterior,) Mediante una pre-
gunta adecuada, pedirle al educando que enuncie verbalmente la regla.
Paso 6: Planificar un " r e p a so espaciado", con un día o más de intervalo después del
aprendizaje, para mejorar la retención de la regla recién aprendida. Presen-
tar al alumno nuevos casos que recordar y demostración de la regla.
¡|APRENDIZAJE DE JERARQUIAS
Aunque es útil estudiar el aprendizaje de una sqla regla, muchas de éstas no
se aprenden en forma aislada (salvo, quizá, en el caso de los niños muy pe-
queños). Más bien, los escolares o adultos aprenden grupos de reglas interre-
lacionadas que pertenecen a un tema más amplio. Lo que se aprende es un
a!'. conjunto organizado de habilidades intelectuales. Las reglas individuales que
integran cada grupo pueden tener relación entre sí en un sentido lógico, pero
también se relacionan en un sentido psicológico, ya que el aprendizaje de al-
si- gunas de ellas es el prerrequisito para aprender otras, al igual que los con-
ceptos son prerrequisitos para el aprendizaje de reglas. Aquí, el interés se
0-í%¡' centra en la organización psicológica de las habilidades intelectuales, más no
en la organización lógica de la información verbal necesaria para efectuar
su aprendizaje.
La organización psicológica de las habilidades intelectuales puede repre-
sentarse como una jerarquía de aprendizaje, la cual suele constar en su ma-
yor parte de reglas. Como ya se demostró, dos o más conceptos son prerre-
quisito del aprendizaje de una sola regla (y en este caso, subordinados a
ella), Del mismo modo, dos o más reglas pueden constituir el prerrequisito del
aprendizaje de una regla subordinada, Una vez que se aprendió esta última,
puede combinarse con otra regla, y así sucesivamente. El conjunto entero de
reglas, organizado de esa manera, forma una jerarquía de aprendizaje que
describe una ruta eficaz, en promedio, para alcanzar el dominio de un con-
junto organizado de habilidades intelectuales que representa la "compren-
sión" de un tema.
Un ejemplo de jerarquía
de aprendizaje
Muchos de los temas que se enseñan en las escuelas tienen una organización
que puede expresarse fácilmente como una jerarquía de aprendizaje. La
regla o conjunto de reglas que constituye el objetivo de aprendizaje está for-
mado, como puede demostrarse, por reglas y conceptos que funcionan como
prerrequisitos. El aprendizaje de las habilidades intelectuales que son el "ob-
jetivo" de la enseñanza es una cuestión de combinar esas habilidades pre-
viamente adquiridas. (Dichas habilidades pueden ser recientemente adquiri-
das o el recuerdo de un conocimiento aprendido tiempo atrás.)
Un ejemplo de esas jerarquías de aprendizaje, aplicable a un tema de
física, se encuentra en la figura 6-1. La habilidad intelectual de demostrar
el cálculo de los componentes vertical y horizontal de una fuerza mediante el
uso de vectores depende, como puede verse, del aprendizaje previo de varias
reglas subordinadas. A fin de adquirir la habilidad que constituye el objeti-
vo, el estudiante tiene que aprender previamente a: 1) usar las reglas para
verificar las condiciones de equilibrio; 2) representar la magnitud y direc-
126
I HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
m
Condiciones de Identificación de
1; : equilibrio: parte de un
i'iv1 • Fx = o; Fy = 0 triángulo
Î
fci '
Fig. 6-1. Una jerarquía de aprendizaje en la que se presenta el análisis de una regla
que va a ser aprendida (cuadro superior), p a r a descomponerla en sus prerrequisitos,
los cuales son reglas y conceptos subordinados.
HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS 131
t
L
Aprendizaje acumulativo
Puesto que las jerarquías de aprendizaje indican la necesidad de ciertos re-
quisitos de aprendiz aje previo, cuando se tiene que aprender un nuevo tipo
de habilidad intelectual, dichas jerarquías introducen varias conclusiones
sobre la presteza para aprender. La presteza para el aprendizaje de cual-
quier habiüdad intelectual nueva se concibe como la presencia de ciertas ha-
bilidades intelectuales, subordinadas, relevantes. Cualquier individuo que se
vaya a enfrentar a la solución de problemas, para adquirir una nueva regla-
de orden superior, debe haber adquirido previamente algunas otras reglas
más simples. Dichas reglas, a su vez, dependen del recuerdo de otras entida-
des, reglas, o quizá conceptos, que ya habían sido aprendidos. Como se ha
visto en los capítulos anteriores, los conceptos dependen, a su vez, del recuer-
do de otros prerrequisitos, las discriminaciones que se relacionan de manera
específica con ellos. La historia del aprendizaje de cada individuo es de índo-
le acumulativa. Las discriminaciones que se aprenden forman los cimientos
en los que se apoyan los conceptos; luego, dichos conceptos contribuyen de
una manera positiva al aprendizaje de reglas y éstas, más adelante, apoyan
el aprendizaje de reglas más complejas y de las capacidades de solución de
problemas.
El aprendizaje tiene el efecto específico de establecer las capacidades ne-
cesarias para la ejecución de cualquier tarea intelectual; pero también tiene
efectos acumulativos. Cuando se aprende una regla en particular, por
ejemplo, el individuo establece una capacidad que puede transferirla al
aprendizaje de no sólo una regla única, más compleja, sino de muchas otras
reglas más. A modo de ejemplo específico, el aprendizaje de las reglas con-
cernientes a la factorización de los números hasta el cien, según puede de-
mostrarse, contribuye al aprendizaje de las reglas de orden superior rela-
cionadas con la suma de quebrados. Las reglas de factorización también son
I 126
HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
i!»"•
¿Hay más en B?
¿X.
f!fl"
t
/I i,Hay más en B?
1
= = -
1
• ^ ">
Evaluación
de las Igualdades
y desigualdades de los
volúmenes de líquidos
almacenados en
recipientes rectangulares
Regla: el v o l u m e n del
l i q u i d o d e p e n d e de
las d i m e n s i o n e s I, w,
y h*
1
Regla: el volumen
es resultado de
Regla: el volumen
es igual a la
-ä
•í
Regla: los líquidos
; ij
la proyección suma de "rebanadas" adoptan la forma
del área en de la misma del recipiente
cualquier dirección área
1•t
\
Regla: comparación
Regla: los
de los tamaños de
Concepto: líquidos pueden
rectángulos a partir
Identidad ser vertidos dentro
de la cuantificación
del liquido de recipientes
de / y v
Regla: el área
de los rectángulos Conceptos:
es determinada liquido, sólido
por / y »V
Conceptos:
rectángulo,
largo, ancho
Concepto:
longitud de las
lineas rectas
mu
I126HABILIDADES INTELECTUALES: CONCEPTOS DEFINIDOS Y REGLAS
BIBLIOGRAFIA
Aprendizaje de reglas
Anderson, J. R. Cognitive psychology and its implications. San Francisco: Freeman,
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Tighe, T. J., and Shepp, B E. lEds.i. Perception, cognition and development. Hillsdale,
\ J . : Krlbaum, 1983.
Estrategias cognitivas
IJJl
Una parte del grupo de estudiantes recibió preguntas cuyas respuestas eran
cantidades numéricas o nombres propios, mientras que otra parte recibió
preguntas sobre palabras comunes o términos técnicos. Después de terminar
la lectura del pasaje, se evaluó la retención de la información en cada una ]
de esas categorías por parte de todos los estudiantes. La retención de canti-
dades numéricas y nombres propios fue mejor en el caso de quienes habían
tisis respondido ese tipo de preguntas durante la lectura (por supuesto, se trataba 1
siempre de preguntas diferentes, pero dentro de esas categorías); los resulta- i
m
dos fueron similares en el otro grupo, pero en lo referente a las palabras co- ®
m
¡«^f,;,
1 muñes y tecnicismos.
Estrategias de recuperación
Las estrategias que permiten a la gente recuperar nombres, fechas y aconte-
cimientos sin relación alguna se conocen desde hace mucho tiempo (Yates'
1966) y han sido denominadas sistemas mnemónicas. Algunos oradoreá
suelen emplear imágenes mentales de "lugares", como ciertos puntos de una,
habitación conocida, para recordar los temas sucesivos de su alocución; esa
*N técnica ya fue citada por Cicerón. En otros " s i s t e m a s " se recurre a la aso-
ciación de los nombres y acontecimientos con ciertos sistemas de codifica
1 ¿»ií ción previamente aprendidos, como las letras del alfabeto, los números o losf
signos del zodíaco. Las palabras que riman y las imágenes nóveles suelen ser;
lliH puntes prominentes en la tarea de recordar masas de información (Paivio
1971).
frt
•Mil Las estrategias cognitivas de este tipo parecen ser útiles para la memori-
zación y la recuperación de tipos especiales de información, sobre todo la
api que no tiene relación alguna con otros conocimientos por su significado o ca-
racterísticas en común. Desde luego, esas estrategias hacen posible asombro- i
ílglfjWI 1
'i'}':' ¡ sos actos de memoria por parte de mnemonistas profesionales. La persona f
'0 f i l promedio tiene poca necesidad de recordar información así de aislada, en ;
casi todas las circunstancias, a menos que desee impresionar a sus amista-
| | | j d e s . Lo que resta de los "sistemas mnemónicos" como técnicas de utilidad un
poco más amplia para la recuperación de datos, son las imágenes visuales y;
los sonidos rimados (que probablemente puedan concebirse como imágenes
fjfcf auditivas).
;P rtT Salatas y Flavell (1976) compararon las estrategias cognitivas de recupe-
ración en niños y adultos jóvenes. Se pidió a los sujetos que aprendieran una
lista que contenía palabras pertenecientes a ciertas categorías (p. ej., ju-f
V
I f
guetes, ropa y utensilios). Después de haber memorizado la lista entera, se
solicitó a cada persona que recordara las palabras mientras se encontraba
en tres situaciones diferentes. En una de esas condiciones, se pidió recordar i
la lista sin hacer mención de los nombres de las categorías (uso espontáneo).
En otra, se pidió explícitamente a los sujetos que usaran las categorías (ins-
trucciones explícitas). Y en la tercera condición, se les solicitó que recorda-
ran una palabra de una categoría, luego una palabra de otra categoría, y así i
sucesivamente (uso flexible). Los niños pequeños no recurrieron al uso de ca-
tegorías como pistas de recuperación en forma espontánea, aunque muchos
lo hicieron cuando se les solicitó directamente. Los estudiantes de preparato-
ria no recurrieron espontáneamente al uso de categorías, pero lo hicieron al
dárseles instrucciones explícitas. Se observó un control flexible de las estra-
tegias en la mitad de los sujetos de jardín de niños, casi todos los de tercer
grado de primaria y todos los estudiantes de preparatoria que intervinieron
F148ESTRATEGIAS COGNITIVAS
ff
gias cognitivas par a la solución de problemas, o sólo son unas cuantas? ¿Qué
Ni 1¡
procesos específicos de pensamiento controlan o influencian esas estrate-;
gias? El problema de identificarlas difiere marcadamente del de identificar:
las habilidades intelectuales descritas en los capítulos precedentes; los con-1
m , ceptos y reglas aplicables a la solución de problemas en á r e a s específicas.-;
|h
1
fe«:« como el lenguaje o las matemáticas son bastante definidos y fácilmente iden- f
tificables.
La segunda dificultad a la que se enfrentan los investigadores es de- |
H, i
mostrar la generalizabilidad o transferencia de las mismas. Cuando se ha I
aprendido una estrategia cognitiva durante el curso de la solución de proble- i
mas (en vez de una mera regla de orden superior), es de esperar que ocurra !
!lr una transferencia del aprendizaje a otras situaciones de solución de proble- jj
JL
mas. No basta con demostrar que el aprendizaje facilita la solución de I
problemas del mismo tipo. Por ejemplo, si los estudiantes aprendieron y prac- |
ticaron una estrategia cognitiva provisionalmente identificada como "tener 1
lili, i presentes varias hipóstesis al mismo tiempo" al resolver problemas reía- j
cionados con comprobaciones geométricas, no basta con demostrar que los
sujetos son capace s de utilizarla en la solución de otros problemas nuevos de
11 geometría. Sí se ha aprendido o perfeccionado una estrategia cognitiva con
íjü' la práctica, entonces debe exhibirse la capacidad de transferirla a la solu-
' :¡1 ; ción de un tipo de problemas completamente distinto, como resolver anagra-
mas o encontrar las raíces de ecuaciones simultáneas. Por lo general es muy
difícil controlar las condiciones hasta el punto en que sea posible demostrar
que hubo transferencia.
Dados a i! b, y m ¡| n.
n medida del ángulo < p = 40'\
Encuentre la medida del ángulo q
Fig. 7-1. Un problema utilizado por Greeno durante su investigación sobre la solución
de problemas geométricos. (De Greeno, J. G., A study of problem solving. En R. Glaser
(Ed.): Advances in Instructional Psychology, Vol. 1. Hillsdale, N. J.: Erlbaum, 1978.
Copyright 1978 por Lawrence Erlbaum Associates. Reproducido con permiso del editor
y del autor.)
1
De: Greeno, J. G., A study of problem solving. En R. Glaser (Ed.): Advances in Instructional Psychology, Voll
1. Hillsdale, N. J.: Erlbaum, 1978. Copyright 1978 por Lawrence Erlbaum Associates. Reproducido con perJ
miso del editor y del autor.
>H
Hay tres puntos, derivados del estudio de las estrategias de este proble-fj
ma de geometría plana, que vale la pena mencionar:
Una bala sale del cañón de un rifle a una velocidad de 400 metros por segundo; el
cañón del rifle mide 50 cm de largo. Si se parte de la suposición de que la bala es
uniformemente acelerada, ¿cuál es la velocidad promedio dentro del cañón?
¿Qué diferencias pudieron observarse entre dos estudiantes con tanta dispa-
ridad en cuanto a experiencia? Los investigadores les pidieron que "pensa-
ran en voz a l t a" y grabaron todo lo dicho durante el proceso de pensamiento
de los dos sujetos.
Cuando se revisaron las grabaciones hubo varias cosas notables en cuan-
to al proceso de solución del problema en el que se enfrascó cada uno de los
sujetos. Primero, el "experto" sólo necesitó catorce " p a s o s " para llegar a
una solución del problema, mientras que el "inexperto" requirió de 29 pasos
para llegar a una respuesta incorrecta, por lo que decidió que "algo estaba
m a l " en el planteamiento del problema. A pesar de esa notable diferencia,
hubo muchas semejanzas en cuanto a los comentarios grabados: observar
que se había cometido un error, hacer una pausa para confirmar el estado
de avance de la solución, enunciar planes, cuestionarse opciones, etc. Esas
estrategias, al parecer, constituyeron el elemento común entre los dos estu-
diantes.
No obstante, hubo otra estrategia, relativa a las diferencias en el desem-
peño de los dos sujetos. Al parecer, el estudiante experto pasó del enunciado
del problema a una representación (como un dibujo o imagen) de la situación
física; luego, pasó de la representación a un conjunto de ecuaciones matemá-
ticas. Por el contrario, el estudiante inexperto tendió a pasar directamente
del enunciado del problema a las ecuaciones. Al hacer eso, se observó en él
F 148 ESTRATEGIAS COGNITIVAS
cer transformaciones del objetivo del problema o de "lo dado". Las otras
estrategias serían: 1) clasificar las secuencias de acción en vez de escogerlas
al azar; 2) definir una "función de evaluación" sobre todos los estados rela-
cionados con la solución de problemas y elegir acciones, en cualquier si-
tuación dada, con base en una evaluación más cercana al objetivo (algo a lo
que se denomina "escalar"); 3) dividir el problema en partes, de manera que
sea posible resolver un conjunto de problemas más simples; 4) identificar las
contradicciones que demuestran que no es posible alcanzar el objetivo a par-
tir de lo dado, y 5) trabajar en sentido inverso, de los objetivos hacia nuevos
enunciados que tengan implícito el enunciado de dichos objetivos. Wic-
kelgren explica en detalle la aplicabilidad de estas estrategias a la solución
de problemas de ajedrez, problemas algebraicos y de geometría, y "quemase-
sos" como Nim y la torre de Hanoi. Resulta evidente que el aprendizaje de
esas estrategias, y su práctica en conexión con dichos problemas (a los que
suele darse el carácter de "rompecabezas"), darían al sujeto poderosas
herramientas que lo ayudaran a resolverlos correctamente. Según se piensa,
también tendrían una aplicabilidad más general en la solución de problemas
que se relacionan con la vida cotidiana, a pesar de que esos problemas sue-
len tener estructuras mucho más simples.
«1
1F
¡i» ¡¡
1114!:
jaban correctamente y las ponían bocabajo en su mesa (lo que las eliminaba
eficazmente como pares incorrectos para los siguientes ensayos). En la " e l
trategia de reemplazo", los niños no recibieron instrucciones de voltear laf
tarjetas incorrectas hacia abajo, de manera que muchos de ellos volvieron,!
P utilizar las mismas tarjetas para volverlas a comparar,
Los resultados de esta investigación mostraron claramente que la estrate-
mí gia de no reemplazo produjo un desempeño superior, no sólo en cuanto i
ipiii '< los conceptos usados para el aprendizaje, sino también en lo que se refiere al
cotejo de conceptos completamente nuevos. Estas últimas tareas de nueyl
1r
m> aprendizaje fueron presentadas a los mismos niños sin darles ninguna insl
trucción en cuanto a "estrategias". De ese modo se obtuvieron claras
pruebas de que las estrategias de aprendizaje de conceptos adquiridas en
j í i f B s-'j
una situación podían ser transferidas y utilizadas ventajosamente en otra §§
tuación relacionada con el aprendizaje de conceptos nuevos.
Otro ejemplo de la transferencia de estrategias cognitivas lo proporciona
lil
hm el programa de pensamiento productivo (The Productive Thinking Program),
del cual se habló poco antes. El aprendizaje de diversas estrategias y su
i
W
te.
transferencia a nuevos problemas desconocidos, presentados de modo sucesi-
vo, quedó demostrado mediante pruebas de desempeño entre las que se
fft-
incluyeron: 1) número de ideas; 2) calidad de ideas; 3) número de hechos
intrigantes detectados; 4) número de invenciones sugeridas, y 5) número de
elementos disponibles que se utilizaron para encontrar la solución. Los re-
gistros de desempeño indicaron mejoras significativas en lo que se refiere a
esos aspectos del pensamiento productivo; dichas mejoras, además, fueron
transferidas de una situación problema a otra.
¡^
rando con la práctica. Las estrategias eficaces, cuando se utilizan para selec-
cionar, iniciar y modular procesos de aprendizaje y pensamiento, pueden
producir sorprendentes cambios en el desempeño intelectual humano. Al con-
siderar el aprendizaje de estrategias cognitivas para su estudio, no sólo debe
prestarse atención a su adquisición inicial, sino también a las preguntas re-
lacionadas con su persistencia y transferencia.
BIBLIOGRAFIA
Estrategias cognitivas
Estrategias de raciocinio
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research. Hillsdate, N. J.: Erlbaum, 1980.
154 ESTRATEGIAS COGNITIVAS
Aprendizaje de
información verbal
las palabras y sus relaciones, función que puede realizarla una imagen
otros tipos de estructuras cognitivas.
Otra característica esencial de la información verbal es que algunas p a
labras de las cuales está formada tengan significado. En un sentido funda-
mental, esto significa que ciertas palabras de la proposición deben ser cono-
cidas como conceptos, como se describió en los capítulos 5 y 6. Ya se vio que;
un conjunto de palabras, como una montaña con máquina de escribir y pelota
de béisbol, no puede ser información porque, si bien las palabras tienen sig-
nificado, no forman una proposición. Tómese por ejemplo la siguiente serie
de " p a l a b r a s " pronunciables, senjuJ cupí madoca. Dichas palabras tampoco
son información, ya que además de ser un caso como el anterior, las pa-
labras ni siquiera tienen significado; no han sido aprendidas como conceptos-
Sin embargo, ocurre un cambio interesante cuando se agrega a la secuencia
una nueva " p a l a b r a " que parezca tener la función de un verbo, lo que
podría ser así; senjuJ cupí soca madoca. Al leer esa secuencia se tiene laj
impresión de que tendría significado si tan sólo se supiera lo que quiere de-
cir soca. Ahora bien, si se introduce un verbo real y conocido se tendría: sen--
jul cupí toca madoca. En esa forma, parece razonable clasificar la secuencia
como un ejemplo genuino de información verbal; información verbal mínima,
quizá, y no muy útil para el sujeto, pero de cualquier manera constituye una
forma proposicional y contiene por lo menos una palabra (el verbo) con signiS
ficado conocido. De este modo, dicha proposición comparte una característi-
ca básica con otras series de palabras que forman oraciones verdaderas, co-
mo el niño toca la puerta.
aprendizaje del concepto. De ese modo, los niños pequeños aprenden la eti-
queta " p l a t o " al mismo tiempo que adquieren el concepto plato. Como ya se
explicó, saber plato como concepto significa tener la capacidad de identifi-
c a r los casos pertenecientes a la clase. Aunque ese desempeño no depende
del conocimiento de la palabra "plato", dicha etiqueta suele emplearse (por
parte del padre o algún otro instructor) como una manera de' evaluar el
aprendizaje del concepto por parte del niño. De ese modo, en la situación na-
tural, el aprendizaje de nuevas etiquetas no parece ser una tarea de aprendi-
zaje muy difícil. El progenitor utiliza la palabra "plato" en muchas ocasiones
diferentes y ampliamente espaciadas, siempre que tiene un plato a vista; de
ese modo, el niño aprende rápidamente a decir "plato" en ocasiones simila-
res, con lo que se refuerza la palabra como respuesta verbal.
1. Las sílabas sin sentido no tienen la función que Ebbinghaus les asignó;
decir, la de ser equivalentemente huecas y desconocidas. El aprendizaje
de una asociación entre dos elementos verbales, sean sílabas o palabras!
está notablemente afectado por el previo aprendizaje discriminativo de
dos miembros del par (Goss, 1963).
2. La mayoría de los investigadores aceptan que el aprendizaje eficaz de una
asociación verbal de dos elementos requiere el uso de un eslabón interven!
tor cuya función sea la de mediación o codificación. Realmente es sorpren-'
dente el aumento de la facilidad de aprendizaje resultante del uso delibe-í
rado de eslabones de mediación bien seleccionados (Jenkins, 1963).
cuales suelen ser implícitos; es decir, están dentro del sujeto y no se manil
fiestan como una conducta patente. En el caso de la asociación enter-"par1
••
;! i,* ticipar", una codificación eficaz podría ser " p a r t i c i p a r " — ^ " e n t r a r " -
ir
I i' enter; desde luego, pueden obtenerse muchos otros eslabones de me-
diación,
3. Es difícil separar los fenómenos del aprendizaje de asociaciones indivi-
||¡|s!
¿1-'!; i, duales de los fenómenos del aprendizaje de asociaciones múltiples. Des-
pués de todo, en el estudio típico del aprendizaje de pares asociados sel
utilizan diez a doce pares como RIY-GEX, pero nunca un solo par, E]
aumento en el número de pares hace cada vez más desproporcionadamen-
ir
8i ¡ti II1!
queta a para un objeto A, b para un objeto B, c para un objeto C, etcétera, se|
dificulta porque las asociaciones de las etiquetas con los objetos tienden
confundirse entre sí o se cancelan unas a otras. Después de haber aprendido;
lag
A-a, lo siguiente que intenta el individuo es aprender B-b; pero en vista de j
que B no es del todo diferente de A, es probable que se aprenda B-a o que nql
m ' se recuerde A-a después de haber aprendido la nueva etiqueta B-b. Cuando
A-a interfiere con el aprendizaje de B-b, el fenómeno recibe el nombre de inl
IIríi
1!
terferencia proactiva; en la situación opuesta, cuando el aprendizaje de B-b;
interfiere con el recuerdo de A-a, el fenómeno se llama interferencia retroaq
ml-1 tiva. Ambos sucesos tienen lugar durante el aprendizaje de series de eti-|
K|!
Bu ' i quetas cuando el número de eventos es considerable. Ambos se han estu¡
diado extensamente en el laboratorio de psicología mediante el uso de sílabas?
i
o palabras en pares asociados (Keppel, 1968; Kausler, 1974).
i de los cuales contenía trece figuras. En uno de los conjuntos, las figuras;!
Éi Bp
Í¡¡
eran semejantes entre sí, mientras que en el otro eran muy disímbolas. En la
figura 8-1 se presentan seis de las figuras utilizadas en cada conjunto. En
ambos casos, los estímulos fueron presentados uno por uno a los sujetos, junto,!
con sus etiquetas (sílabas), En ensayos subsecuentes, -primero se presentaba^
el estímulo y, luego de un breve periodo, durante el cual el sujeto trataba de ';
recordar el "nombre" de la figura, se volvía a presentar la combinación;:
II: de figura y etiqueta. Para el aprendizaje de las figuras muy parecidas entre R
•si
164 APRENDIZAJE DE INFORMACION VERBAL 17 vi
TAREA 1 TAREA 2
Ejemplos de figuras Ejemplos de figuras
muy parecidas muy poco parecidas
Û dP
ñ H-t-
&
0
§
Fig. 8-1. Ejemplos de las figuras usadas en un estudio sobre el aprendizaje de
nombres verbales (sin sentido) para conjuntos de figuras muy parecidas entre sí (tarea
1) y muy poco parecidas (tarea 2). (Basado en E. J. Gibson, Retroactive 'inhibition as a
function of degree of generalization between tasks. Journal of Esperimental Psychology
1941, 28:93-115.)
* * * *
ñ
main mano roí rey
(manual)
Fig. 8-2. Algunos ejemplos de eslabones, verbales y pictóricos que pueden mediar entre
los nombres castellanos de ciertas palabras francesas.
J
Al recordar, se presentó al sujeto la palabra VAGA y se le pidió qug
enunciara la palabra asociada PELOTA. Cuando se utilizó una frase en jg
que había una conjunción, la facilidad para recordar no fue mejor que en ¡É
caso de la ausencia de elaboración. No obstante, se observó una mayor f a c jj
lidad en el recuerdo cuando se utilizó una preposición; éste se facilitó
más cuando se recurrió a una oración verdadera en la que se incluyó un veií
bo. A este estudio inicial siguió una serie de investigaciones que han confié
mado la mayor facilidad de retención cuando se usan elaboraciones en las
que se emplean verbos para crear oraciones completas (Rohwer, 1975.) ;
A partir de estos estudios sobre la codificación de palabras podrá verse
que se conocen varias cosas bien definidas sobre el aprendizaje de etiquetas;
Primero, el aprendizaje de un solo nombre para un objeto en una ocasión ais.
lada es una tarea bastante fácil, ya que es algo natural para la memoria h i f
mana. Así, cuando una persona se encuentra por vez primera con un objete
nuevo y se le dice el nombre de éste, no sólo inicia el proceso de aprendizaje
del concepto concreto del cual forma parte el objeto como un caso particular
sino que también aprende con facilidad a asociar el objeto con su nombre'
Cuando se deben aprender varios nombres para varios objetos diferentes ej
forma simultánea, la tarea se vuelve mucho más difícil. Supuestamente, esi
se debe a las confusiones atribuibles al proceso de interferencia. Existen va
rias maneras de evitar esos efectos de la interferencia, que pueden sugerirsi
a las personas o adoptarse como estrategias autónomas. Por lo general, entn
los mecanismos cabe mencionar algunas formas de h a c e r que cada etiqueti
sea más y más distintiva y rica en significado al asociarla con otros compc
nentes de la memoria y, de esa manera, codificarla para que sea más fácil
mente recuperable. Las etiquetas pueden codificarse con sólo asociarlas ¡
• otras palabras que son significativas en sí, por lo que constituyen "eslabone
mediadores". La codificación también puede tener la forma de imágenes; lo
objetos en sí, cuando son muy distintivos, ayudan en ese proceso. Asimismc
las etiquetas pueden codificarse de otras maneras significativas, por ejen
pío, agrupándolas en categorías previamente aprendidas o convirtiéndola
deliberadamente en oraciones.
Aprendizaje de hechos
Una forma común de información verbal que los seres humanos adquieren
almacenan son los hechos. Las personas aprenden fácilmente una gra
variedad de hechos: una semana contiene siete días, el cloro es un gas ven
noso, cierto político lanzó su candidatura para la presidencia de la repúbl
ca, Julio César consideraba que la Galia estaba formada por tres regione
etcétera. Existen, por supuesto, muchos tipos de hechos. Algunos son bastan
específicos y concretos, como cuando se sabe que "la estatua de la liberte
sostiene una antorcha en la mano", Otros son abstractos, como cuando se c
ce "La necesidad es la madre del ingenio".
Obviamente, los hechos constan de palabras; sin embargo, no siempre i
los almacena en la memoria como palabras o, al menos, no es esa la forn
que adoptan por completo en la memoria. Según se piensa, cualquier persoi
almacena muchos hechos que se le presentan en una fotografía,como imág
nes visuales. No obstante, también deben almacenarse palabras de algui
168 APRENDIZAJE DE INFORMACION VERBAL 17 vi
manera, ya que la única forma que existe para saber si un hecho ha sido
aprendido es que la persona lo enuncie, acto para el cual se necesitan pa-
labras. Es razonable suponer que para la memorización de hechos se re-
quiere el almacenamiento de palabras en alguna forma lingüística, por lo que
las teorías sobre el procesamiento de información como base de la memoria
suelen hacer esa suposición (Tulving y Donaldson, 1972).
No obstante, un hecho es algo más que una hilera de palabras. Las se-
cuencias de palabras que forman oraciones se aprenden y recuerdan con
más facilidad que las listas de palabras del mismo tamaño, pero en las que
no existen conexiones significativas (Briggs y Keed, 1943; English, Welborn y
Killian, 1934). Por ejemplo, no puede esperarse que un estudiante que está
aprendiendo los hechos descritos en un texto de historia demuestre que ha
realizado el aprendizaje mediante una repetición textual de lo escrito, sino
que se espera de él la capacidad de reproducir, de alguna manera ordenada,
las " i d e a s " contenidas en el texto. Las palabras individuales pueden asociar-
se mediante los diversos eslabones que se aplican a las etiquetas. Pero ade-
más de eso, existen razones para suponer que la información factual se
aprende y almacena como proposiciones significativas.
Una teoría destacada sobre el aprendizaje y la retención de hechos signifi-
cativos es la de Ausubel (1968; Ausubel, Novak y Hanesian, 1978): este investi-
gador propone que las ideas significativas nuevas se aprenden por inclusión
dentro de alguna estructura cognitiva previamente establecida (una red de
conocimientos interconectados), lo que se realizó, a su vez, durante el apren-
dizaje previo. Por ejemplo, si se desea que una persona aprenda un nuevo
conjunto de ideas sobre los principios del budismo, esas ideas recién incorpo-
radas se organizan dentro de alguna estructura preexistente. Como ejemplo
de esa estructura pueden citarse los principios del cristianismo, o algo que
es todavía más general, como los principios de la religión comparada. En el
último de estos casos, se hablaría de inclusión derivativa. (Ya que el budismo
es un ejemplo específico de un concepto más general); en el primero de los
casos, se hablaría de inclusión correlativa (ya que en este caso el budismo
sería una extensión o modificación de proposiciones previamente adquiridas
sobre el cristianismo).
La estructura cognitiva preexistente en la memoria del sujeto puede ser
activada, según Ausubel, al presentar inicialmente a la persona un preorga-
nizados El contenido de un preorganizados en relación con lo que se va a
aprender, se encuentra en un nivel de abstracción, generalidad o compren-
sión, mayor. Su objetivo es generar un marco de ideas en el que se incorpore
el material que se va a aprender (Ausubel, 1960, 1978). Cuando está bien
diseñado, un preorganizador ayuda a retener información verbal en forma de
hechos. Se ha descubierto que la técnica también es útil para ayudar a rete-
ner y transferir el aprendizaje de habilidades intelectuales (Mayer, 1979).
Fig. 8-3. Una representación de la oración factual "El bibliotecario le dio el libroJ;
Pedro". (Figura 8-15 de D. A. Norman y D. E. Rumelhart, Explorations in cognition. San
Francisco: Freeman, 1975. Con permiso del propietario del copyright, W . H. Freema|
and Co.)
170 APRENDIZAJE DE INFORMACION VERBAL 17 vi
A c c i d e n t e al Vela
jluminar eli
garage ' L á m p a r a de petróleo
• Directa..
,Colilla encendida
Fumar
Acción • "Fósforo encendido
humana
Flecha
Calor de
parte m ó v i l e s "
Indirecta
Motor
( o p e r a c i ó n de
un a u t o m ó v i l ) C h i s p a del
Sistema
eléctrico : distribuidor
automotriz
Cortocircuito
Eléctrica Calentador
(instalación;
-doméstica)
Cortocircuito
Radiador
Acontecimiento Calor
no h u m a n o radiante^ - C a l e n t a d o r d e gas
. C o n c e n t r a c i ó n de i íI
rayos s o l a r e s
• Pintura
• Oxidación;
\Reacci0n_ " Trapos c o n a c e i t e •¡.i i
quimlca
Substancias químicas
Otra especificas
sentados en ellas. En algunos casos, el formato del cuadro contiene una serie
de " c l a v i j a s " apoyadas en la localización espacial del contenido. Por otra
parte, su organización suele ser j a r á r q u i c a , ya que exhibe relacione s super-
ordinadas y subordinadas entre sus objetos. Por todas estas razones, la pre-
sentación tabular de información factual contiene, según se espera, factores
de organización que ayudan a almacenar y r e c u p e r a r dicha información.
Muchas de e s a s c a r a c t e r í s t i c a s se observan también cuando se recurre a
gráficas o diagramas para hacer una presentación organizada de hechos.
Además, los diagramas pueden recordars e como imágenes visuales y, de ese
modo, facilitar más su recuperación. En la figura 8-5 se presenta un ejemplo
de imagen que organiza un principio científico.
Fig. 8-5. Una imagen que ayuda a organizar la descripción de un principio científico.
Condiciones internas
¿Cuáles son las condiciones internas del sujeto que favorecen el aprendizaje
y retención de la información verbal? ¿Qué factores de disposición interna se¡
han encontrado o propuesto para explicar la codificación, almacenamiento y
recuperación de la información?
Condiciones externas
Las condiciones externas para el aprendizaje, como se vio en el capítulo 4,,:
son los acontecimientos ambientales que apoyan los procesos internos de
dicho aprendizaje. Los acontecimientos críticos para el aprendizaje de infor-i
mación verbal, pues, son aquellos que activan y mantienen los procesos def¡
codificación, almacenamiento y recuperación.
Cualquiera que sea el método empleado para activar los procesos inter-
nos, la función que cumplen esos acontecimientos externos es, obviamente,
transformar un estímulo que carece de significado (una etiqueta que se va a
aprender) en otra asociada con información significativa previamente dispo-
nible para el sujeto. De este modo se codifica adecuadamente la nueva eti-
queta, se le almacena en la memoria a largo plazo y es más fácil recordarla
cuando es necesario.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Los estudiantes aprenden en la escuela una gran cantidad de información
verbal: nombres de objetos, términos técnicos, hechos históricos, fenómenos
científicos y sociales, amplios temas de ficción, y pensamientos políticos y fi-
losóficos. Al aplicar el conocimiento que se-tiene sobre el aprendizaje en la
enseñanza escolar orientada hacia el hecho de impartir información verbal,
es necesario tomar en consideración dos cuestiones: 1) ¿de qué le sirve al in-
dividuo el conocimiento verbal tactual? y 2) ¿qué condiciones de aprendizaje,
internas y externas respecto al estudiante, pueden manejarse en el diseño de
la enseñanza?
Resultado del
s
aprendizaje Procedimiento Ejemplo
.parece ser un hecho bien conocido y que se observa con facilidad en las es-
cuelas. La organización de la información verbal previamente adquirida, pa-
ra convertirla en esquemas, es un proceso que permite a los sujetos anticipar
algunas de las características del nuevo conocimiento, a la vez que les facili-
ta el hecho de incorporarlas dentro de las estructuras organizadas de sus
memorias a largo plazo.
BIBLIOGRAFIA
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9
olución de problemas
L 1 7 8
SOLUCION DE PROBLEMAS 179
(o + b)21 = o • 21 + b • 21
Desde luego, es posible instruir a los estudiantes para que sigan estos pa-
sos específicos, con lo que aprenderían una cadena verbal bastante larga?
Sin embargo, la intención aquí es ejemplificar el caso en el que no se les en*
seña esos pasos (sea en un texto o en un pizarrón; en vez de eso, se les pre*-;
senta únicamente el problema: "demuestra que el siguiente enunciado es!
correcto: (o + b]21 = a • 21 + b + 2 1 " . En el problema al que se enfrenta
los estudiantes tienen que seleccionar y utilizar cierto número de reglas pre-
viamente aprendidas, aplicándolas en un orden que haga posible llegar a una.
solución lógicamente correcta.
Al estudiar ese ejemplo de un conjunto de acontecimientos como solución
de un problema, el lector debe tener presente que ese es el primer encuentro
de los estudiantes con el problema. Una vez que se realizaron las opera!
ciones, desde luego, pueden repetirse muchas veces con cualquier número?
perteneciente a la clase en cuestión. La mayoría de los adultos realizan esas*
operaciones con gran rapidez y, de hecho, tienden a aceptar el enunciado cq-c
mo verdadero después de revisarlo someramente. Sin embargo, los estudian-
tes que se enfrentan por vez primera al problema no disponen de experiencia,
al respecto; todo lo que saben es que los números pueden manejarse según
ciertas reglas. Para los estudiantes jóvenes, la situación es totalmente nueva
y se ven obligados a aportar los pasos del pensamiento que conduce hacia la
solución. Desde el punto de vista de esos niños, existen dos puntos notables
en cuanto a la situación problema. En primer lugar, las instrucciones les indi-
can qué es lo que deben lograr; a saber, un enunciado en el que el producto
de dos números sea igual a la suma de dos productos. En segundo lugar,
tienen que ser capaces de recordar, obviamente, algunas de las reglas ya
aprendidas. ¿
Como un segundo ejemplo, recúrrase a un problema de tipo bastante
simple y concreto que se emplea para el estudio experimental de la solución
de problemas. En este caso, los estudiantes reciben un conjunto de figuras
hechas con cerillos de madera (en la fig. 9-1 se presentan algunos ejemplos)*
En cada caso, se enfrentan al problema de transformar una de las figuras en-
otra en un cierto número de movimientos. El objetivo es que los sujetos ten-í
gan la capacidad de hacer esas transformaciones en una variedad de orde-
namientos de cerillos que jamás habían visto hasta ese momento, y no simple-'
mente recordar los ordenamientos particulares en los que han practicado. En '
SOLUCION DE PROBLEMAS 181
PROBLEMA SOLUCION
r r n n n
| | ] |
— . — •
Mueva 3 cerillos para
f o r m ar 5 cuadros ii ii
I ,1 ii ii I_J
i i
Fig. 9-1. Dos problemas de cerillos y sus soluciones. (Katona, G.; Organizing and memo-
rizing. Nueva York, Columbia University Press, 1940.)
los estudios realizados con esos problemas (Katona, 1940) se obtuvieron los
siguientes resultados:
Péndulo
Fig. 9-2. La solución del problema -de"Maier del péndulo: (Maier, N. R. F:, Reasoning in'ff
humans: 1. On direction. Journal of Comparative Psychology, 1930, 10:115-143.)
SULUUUINi U t f K U H L t M A S XUV)
pared con dos varillas, usándolas para acuñar el objeto con fuerza. Otro gru-
po de sujetos recibió instrucción adicional con el efecto de que el problema
seria muy simple si "los péndulos pudieran ser colgados del techo mediante
clavos" (recuérdese que no había clavos entre los materiales proporciona-
dos).
Los resultados del estudio indicaron que las instrucciones adicionales,
que favorecieron el recuerdo, generaron una mayor proporción de individuos
capaces de resolver el problema que las instrucciones simples, en las que só-
lo se describía el problema. El conjunto de instrucciones finales, al que Maier
denominó dirección, mejoró aún más las probabilidades de éxito. Las propor-
ciones de estudiantes de preparatoria capaces de resolver el problema del
péndulo, en cada una de esas tres condiciones, fueron 0 entre 15 (con el
enunciado del problema), 1 entre 18 (con las primeras instrucciones) y 4
entre 10 (con las primeras instrucciones más la dirección).
Es evidente que las instrucciones verbales utilizadas en esta situación ex-
perimental cumplieron funciones diferentes:
Algunos de los problemas más conocidos por todas las generaciones de niños
y adultos son los problemas de palabras en aritmética. Al mismo tiempo,
constituyen el tipo de problema que ejemplifica claramente la aplicación de
reglas y algunas condiciones que favorecen esa aplicación correcta.
Para la aplicación de hechos básicos de suma y resta, Riley, Greeno y
Heller (1983) identificaron tres tipos de problemas de palabras: los que de-
mandan. "cambio", "combinación" y "comparación". (Aunque también exis-
ten tipos subordinados.)
Un problema de cambio sería el siguiente:
184 SOLUCION DE PROBLEMAS 184
f,
í-
Fig. 9-3. Un esquema del cambio en cantidad. La cantidad de que disponía original-
mente Joaquín, que eran 8 unidades, disminuyó a 5. (De Riley, M. S., Greeno, J. G. y
Heller, J. I.: Development of children's problem-solving ability in arithmetic. En H. P.
Ginsburg (ed.): The Development of Mathematical Thinking. Nueva York, Academic
Press, 1983. Reproducido con permiso del propietario del derecho de autor, Acade-
mic Press.)
que hace el propio sujeto del problema, Las investigaciones sobre la solución
de problemas de física por " e x p e r t o s " y "novatos" (Larkin y Cois, 1980) de-
muestran, claramente, que los primeros son capaces de aportar un enorme y
complejo cuerpo de conocimiento a la solución de problemas. Por el contra-
rio, los novatos tienden a manejar una concepción limitada tras otra, abando-
nando las anteriores cuando no arrojan resultados. Resulta claro que la dife-
rencia entre los expertos y los novatos no radica en la calidad del razona-
miento que exhiben, ya que los novatos en física piensan con corrección
dentro de los límites de su conocimiento. La ventaja del experto en física ra-
dica en los conjuntos de esquemas, ricos en información relacionada con el
problema, y en la correcta interpretación de ellos.
Gracias al estudio de Newell (1980) puede tenerse una idea sobre los
limites y variedad de puntos de vista entre los científicos. Entre las ideas
más destacadas sobre la solución de problemas cabe citar las siguientes:
Condiciones dentro del sujeto. Para resolver un problema, el sujeto debe ser
capaz de recordar las reglas relevantes aprendidas con anterioridad. En el
problema del péndulo, deben recordarse las reglas concernientes al acto de
colgar un peso de un alambre, incluir un instrumento para marcar, acuñar
las varillas para sostener un objeto y añadir varillas para obtener una más
larga, de manera que haya la posibilidad de resolver el problema. En el caso
de los problemas con cerillos, también es necesario recordar ciertas reglas
que gobiernan la construcción de figuras múltiples, sea en forma "aritméti-
c a " o "estructural". En el caso de los problemas aritméticos de palabras, la
persona necesita saber, las reglas de cálculo pertinentes y ser capaz de re-
cordarlas en el orden adecuado. De esa manera, por lo menos en lo concer-
niente al individuo, los problemas jamás se resuelven " e n el vacío". La solu-
ción de problemas siempre depende de la experiencia previa del sujeto;
específicamente, del recuerdo de reglas aprendidas con anterioridad.
Otro requisito importante para la solución de problemas es la posesión de
información verbal organizada de manera adecuada. Los conjuntos de cono-
cimientos relacionados con tipos específicos de problemas (como los proble-
mas con cerillos, intercambio monetario o triángulos congruentes) suelen ser
concebidos como esquemas. Cuando la situación problema o enunciado del
problema contienen una pista que los relacione con algún elemento de un es-
quema, el conjunto entero de conocimientos pertenecientes a dicho esquema
se vuelve accesible para el sujeto dentro de la memoria de trabajo. Como re-
sultado, el sujeto adquiere la capacidad de construir un espacio para el
problema, lo que le brinda la ayuda indispensable para "pensarlo" . Como lo
han demostrado los estudios en que se compara el desempeño de los expertos
y los novatos, la posesión de esos esquemas hace posible que el "experto", a
diferencia del "novato", distinga los aspectos relevantes de la situación
problema y, de esa manera, "defina el problema" con más facilidad.
184 SOLUCION DE PROBLEMAS 191
.3
.i
les sobre la solución; sin embargo, en el caso de la solución de problemas, las
instrucciones no tienen esa propiedad. Por ejemplo, se le dijo a uno de lo s
grupos de personas enfrentadas a la solución de problemas con cerillos que
"retiraran los cerillos que tenían una función doble", mientras que al otro"
grupo no se le dio esa instrucción. En tales condiciones, puede decirse que el
primer grupo emprendió el aprendizaje de reglas, mientras que el segundo^
emprendió el aprendizaje de solución de problemas. El porcentaje de indivi-
duos del segundo grupo que aprendió la regla de orden superior (Katona,
1940, págs. 88 y 95) fue mayor que el del primero; asimismo, la retención de
la regla fue mayor en dicho grupo.
Para que la solución de problemas sirva como método de aprendizaje es I
necesario que los sujetos descubran la regla de orden superior sin que se lesJ
proporcione ayuda específica. De esta manera, según se piensa, dichas per-
sonas construyen la nueva regla con su propio estilo idiosincrático y pueden,
o no, ser capaces de expresarla verbalmente una vez que la construyen. En i
un estudio efectuado por Worthen (1968), se comparó un método de enseñan- ;
za, en el que se resaltaba el descubrimiento, con otro en el que se hacía hin- f
capié en la presentación expositiva, mediante 16 grupos de alumnos de los f
grados quinto y sexto a los que se les estaban enseñando conceptos matemá-1
ticos, durante un lapso de seis semanas. En dicha investigación se descubrió 1
que el método expositivo daba por resultado un mejor recuerdo de las reglas
aprendidas cuando la evaluación se hacía inmediatamente después del pe-i
riodo de aprendizaje. Sin embargo, la presentación de problemas en el méto- ?
do de descubrimiento condujo a una mayor transferencia de las reglas f
aprendidas. Puesto que este segundo resultado es el de mayor importancia
práctica, parece que la motivación para hacer un descubrimiento, en condi-1
ciones en las que la solución de problemas es apropiada para los objetivos de
la enseñanza, tiene una considerable importancia en vista de la incerti- f
dumbre de la interpretación de muchos estudios sobre el "aprendizaje por
descubrimiento" (Shulman y Keislar, 1966) cuyos resultados se basan en te- '
mas relativamente breves.
Las pruebas experimentales obtenidas durante investigaciones relaciona-f
das con el uso del descubrimiento en la solución de problemas no de-1
muestran, desde luego, el hecho de que las reglas de orden superior deben |
ser aprendidas por descubrimiento. En buena parte del aprendizaje realizado ;
por adultos, por ejemplo, la orientación aportada mediante instrucciones ver-I
bales es tan completa que la regla que se va a aprender es enunciada verbal- f
mente durante el curso del aprendizaje. La clave del aprendizaje de la regla f
de orden superior no se encuentra exclusivamente en el método de descubrí- 1
miento. Empero, las evidencias experimetales sugieren fuertemente que el f
logro de una regla de orden superior mediante la solución de problemas pro-
duce una capacidad muy eficaz que se mantiene vigente por mucho tiempo, i
Tómese como ejemplo un estudio realizado por ). T. Guthrie (1967) sobre la
solución de problemas en criptogramas, en el cual se observó una notoria f
ventaja del método de enseñanza por descubrimiento para la transferencia 1
de lo aprendido a una tarea en la que se aplicaban nuevas reglas. Ese des-1
cubrimiento indica que las estrategias exploratorias relevantes de ese nuevo |
aprendizaje pudieron haber sido engendradas por el método de descubrí-f
miento.
SULULJUrv Ut fKUJtJLUlVlAa
s
sujeto se ve obligado a aprenderlas antes de llegar a una solución. En tales
circunstancias, puede darse el caso de que se resuelva un problema en cier-
tas ocasiones y con ciertos individuos; sin embargo, defender este enfoque
como un método práctico de enseñanza carece en absoluto de sentido.
Para resumir, el descubrimiento o solución de problemas implica la com-
binación de reglas previamente aprendidas para obtener una nueva regla, de
H
t-i i
I
crden superior, que "resuelve" el problema en cuestión y es generalizable EM'¡
j4' f
hasta a b a r c a r toda una clase de situaciones estímulo en las que se presentan
problemas del mismo tipo. La solución de problemas ocurre cuando las ins-
trucciones que se le dan al sujeto no incluyen una "solución" verbalmente
enunciada, sino que requieren de la construcción de la respuesta "por los
propios medios". Cuando sucede eso, la regla de orden superior descubierta Mí
individualmente puede generalizarse con facilidad y extenderse a muchas si-
i;
tuaciones y, al mismo tiempo, es resistente al olvido. No obstante, la capaci- «tál ! i ti I
dad adquirida por ese medio no parece diferir, en un sentido fundamental, "i lili
ir
respecto a la aprendida en una situación en la que se incluye un enunciado I »H
verbal de la "solución" (a menos, por supuesto, que el enunciado se aprenda
simplemente como una cadena verbal). Lo que se aprende, en cualquiera de
I
los casos, es una regla de orden superior basada en algunas reglas más sen-
cillas, previamente adquiridas.
liji?
I l'S
Solución de problemas y creatividad
Nadie puede dejar de ponerse respetuosamente de pie, con sincera admira-
ción, ante los grandes descubrimientos intelectuales de la historia: las leyes
del movimiento de Newton. Los principios de Kepler del movimiento planeta-
rio, la teoría general de Einstein sobre la relatividad. Asimismo son dignas de
respetuosa admiración las creaciones artísticas en pintura, escultura, músi- H f !
ca y literatura, las cuales han sido también producto de descubrimientos in-
dividuales. Pero ¿qué relación tienen esos notables logros del genio humano
con la solución de problemas que se está estudiando aquí?
m
184 SOLUCION DE PROBLEMAS 194
W
SOLUCION DE PROBLEMAS 197
BIBLIOGRAFIA
Resolución de problemas
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Habilidades motoras
¿
i 198
218 HABILIDADES MOTORAS 199
í.®
tVT
fes
Fig. 10-1. La prueba del tiempo de reacción discriminativo, un ejemplo de tarea pa-
ra la que se necesitan desempeños motores discretos. (Adaptado de Fleishman, E. A., A
factorial study of psychomotor abilities. Research Bulletin TR-54-15. Lackland Air For-
BE. ce Base, Tex.: Air Force Personnel and Training Research Center, 1954.)
m
218
218 HABILIDADES MOTORAS 202
Procedimientos
El acto de correr alrededor de las bases es un ejemplo de uno de muchos ti- §
pos de actividades humanas a las que puede denominarse procedimientos. Si •ti-üj
bien es cierto que los procedimientos que dan por resultado una acción evi-
dente son desempeños motores, no siempre requieren el aprendizaje de habi- í
lidades motoras (nuevas). Un despachador, por ejemplo, puede necesitar ,'f§
aprender cómo llenar una nueva forma de pedido, en la que se usan símbolos
codificados para el consignatario, forma de pago, números de catálogo de los j
artículos pedidos, etcétera. Es probable que para llenar la orden se necesite Á
verificar la información en determinada secuencia y que, durante el proceso,
tengan que realizarse varias operaciones intelectuales (sumas, restas, cotejos,
etc.). Las acciones evidentes necesarias para realizar la tarea pueden incluir Éi
escritura, marcas de verificación, llenado de formas y aplicación de un sello.
Sin embargo, las habilidades motoras necesarias no las aprendió el des-
pachador en ese momento, pues las que posibilitan esas actividades las
aprendió mucho tiempo atrás y han sido practicadas por muchos años.
M
218 HABILIDADES MOTORAS 207
La adquisición de la habilidad
El curso de aprendizaje de una habilidad motora depende, entre o t r a s cosas,
de la tarea que se va a aprender: la índole y longitud del procedimiento, el ti-
po y número de habilidades p a r c i a l e s que integran la habilidad total. Si se
aprendieron bien los actos motores componentes de una habilidad total, será
mínimo el tiempo que s e invierta en "ponerlos jmitos " dentro de una. secuen-
cia procesal. Por el contrario, cuando no se han aprendido las habilidades
218 HABILIDADES MOTORAS 209
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ENSAYO DE PRACTICA
Fig. 10-4. Una curva de aprendizaje para la prueba de persecución rotatoria, en las
que se muestra el cambio en el desempeño promedio de 403 sujetos durante los prime!
ros 15 ensayos de práctica, cada uno de los cuales tiene una duración de 20 segundos!
con un periodo de descanso de 10 segundos entre un ensayo y otro. (Datos de Melton,y
A. W. (ed.), Apparatus tests. Army Air Forces Aviation Psychology Program Research!
Report No. 4. Washington, D.C., 1947.)
S
miento de los resultados, lo que sirve para indicar que la información pro-
viene de una fuente externa (Singer, 1980). La fuente de información puede
ser un instructor, quien le proporciona a su alumno información sobre las I
respuestas parcialmente correctas o incorrectas. En ciertos juegos (p. ej., bo-
liche o lanzamiento de dardos) se utilizan dispositivos automáticos para dari
a las personas una retroalimentación aumentada precisa. En general, ese ti- :
po de retroalimentación tiende a mejorar el desempeño de la persona duran-
te el tiempo en que se le proporciona. En algunas situaciones, también se h a !
demostrado que el desempeño lo sostiene la persona aun en ausencia del co-
nocimiento " a d i c i o n a l " de los resultados. Desde luego, la retroalimentación
aumentada debe retirarse en un momento adecuado para que la habilidad
sea ejecutada de una manera correcta y "por su propio p i e " .
Un ejemplo práctico muy interesante es del aparato denominado Golf-Lite,
descrito por Mathews y McDaniel (1962). El aparato consiste en una pequeña
luz fija al mango de un palo de golf y energizada por una pila que el jugador
lleva en el bolsillo. La luz proyecta un punto brillante en el suelo, lo que per-¡
mite al jugador recibir información visual de retroalimentación en lo que sel
refiere a la dirección y precisión del movimiento de golpeo; se ha informado
que el aparato realmente mejora la destreza del golfista. Smode (1958) estu-
dió el desempeño de varios sujetos al realizar una t a r e a de seguimiento con : '
sistente en mantener centrada una aguja en movimiento, dentro de una esca-
la, mediante el uso de una manivela giratoria. A un grupo de sujetos se le
proporcionó, después de cada evento de práctica, información relacionada
con el tiempo que pudieron mantenerse dentro del blanco. Al otro grupo se le
dio retroalimentación aumentada mediante el uso de un contador que iba
acumulando el tiempo que lograban mantenerse en el centro en cada evento.
Este segundo grupo alcanzó una destreza mucho mayor que el primer grupo."
Los tiempos que lograron mantenerse en el centro fueron de 6 3 % en compa-
ración con 5 1 % , después de once intentos de práctica. Además, la ventaja
del grupo con retroalimentación aumentada se conservó como una mejor ha-f
bilidad; el desempeño del grupo se mantuvo en mejores condiciones, en un se-
gundo día, cuando los dos grupos fueron puestos a prueba sin ayuda del con-*
tador.
En las tareas de aprendizaje escolares también puede s a c a r s e partido de
la retroalimentación aumentada para acelerar el aprendizaje de las habilida-
des motoras. Un ejemplo es el uso de guías especialmente preparadas para la
escritura de letras. Cuando el movimiento de la mano del niño se aparta de
la forma de la letra deseada, una marca de carbón indica la naturaleza y ex-'
tensión del " e r r o r " . De esta manera, el niño recibe una retroalimentación in-
mediata durante la práctica, en vez de tener que esperar hasta que trace lá
letra en realidad. Al parecer, el dispositivo es particularmente útil durante!
las primeras etapas del desarrollo de la habilidad.
f-v..
Condiciones internas
Recuerdo de las habilidades parciales. Una nueva habilidad motora suele
constar de habilidades parciales, algunas de las cuales ya se habian aprendi-
do con anterioridad. Aun para ejecutar una habilidad "simple", como el tra-
zo de un cuadrado por parte de un niño, demanda el empleo de habilidades
parciales, como saber sostener el lápiz y trazar marcas direccionales sobre
el papel. En el caso de un adulto, un procedimiento motor, como el acto de
cambiar la llanta de un automóvil, consta de habilidades parciales como
ajustar la llave de tuercas sobre éstas, aflojar las tuercas una por una, dan-
do vuelta a la llave, etcétera. No es raro que las habilidades parciales se ha-
yan aprendido y practicado desde muchos años atrás. Para que pueda
aprenderse una habilidad total es necesario recordar las habilidades par-
ciales. Lo anterior quiere decir que las pistas internas que ponen el movi-
miento cada una de las habilidades parciales deben recordarse y ponerse a
disposición de la persona en la memoria de trabajo (a corto plazo). Desde
luego, algunas de las habilidades parciales de una habilidad motora total
tienen que aprenderse por completo. Como ya se dijo, ese nuevo aprendizaje
se realiza con la práctica separada de la habilidad parcial nueva o como una
parte de la práctica relacionada con la habilidad total.
Condiciones externas
Instrucciones verbales. Las instrucciones verbales cumplen un importante
aunque limitado, papel en el aprendizaje de las habilidades motoras. Durante
la primera fase del aprendizaje, cuando es necesario adquirir la rutina eje-
cutiva (plan de movimientos), las instrucciones verbales le dan a la persona
las pistas necesarias para seguir los pasos del procedimiento. El instructor le
dice al conductor novato: "alinea la parte delantera del automóvil con la par-
te delantera del automóvil estacionado delante del sitio que se va a o c u p a r "
"haz girar las ruedas de tal manera que el carro retroceda en un ángulo de
4 0 o " , etcétera. Conforme el aprendizaje avanza, el alumno repasa por cuen-
ta propia las instrucciones almacenadas en su memoria a corto plazo. Se trata
de estímulos, inicialmente externos, que guían a la persona hacia " l o que si-
gue".
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
Si bien es cierto que no es el renglón más destacado de los curricula escola-
res, el aprendizaje de diversas habilidades motoras cumple un importante
papel en la educación. En los grados primarios, las habilidades motoras se
relacionan con muchas actividades personales y sociales, a medida que el ni-
ño aprende a manejar su ropa, artículos de mobiliario y equipo, y otros obje-
tos físicos. Además, hay ciertas habilidades manuales básicas, como escribir
a mano, dibujar o colorear, así como la pronunciación de las palabras, que
son habilidades motoras esenciales cuya aplicación e implicación repercuten
en la educación escolar subsecuente. En los grados que están más allá del ni-
vel elemental, las habilidades motoras ocupan un sitio de menor importancia
en el curriculum, aunque siguen estando presentes en la manipulación de ins-
trumentos científicos, interpretación de música con instrumentos y muchas
actividades de índole vocacional, como el dibujo constructivo, el trabajo de la
madera y los metales, etcétera. Y, desde luego, las habilidades físicas son
prominentes en todo lo referente a la educación física y a las actividades de-
portivas.
Al diseñar la enseñanza de habilidades motoras, es muy importante no ol-
vidar que son mucho más que simples acciones de naturaleza "muscular". Es
frecuente —y hasta demasiado frecuente— que las habilidades motoras se pre-
senten como partes integrantes de procedimientos, en los que interviene la
elección de movimientos alternativos o secuencias de movimientos. En su to-
talidad, un procedimiento es una habilidad intelectual, ya que se trata de
una combinación compleja de reglas. La ejecución del procedimiento puede
ser cuestión de aplicar las reglas en cierto orden; al hacerlo, el individuo de-
be emplear las habilidades motoras que abarcan las actividades deseadas.
Por esta razón, para el aprendizaje de un procedimiento complejo se necesita
haber aprendido, en alguna etapa previa, un plan motor o rutina ejecutiva. '•'3
Los niños no aprenden a escribir la E mediante el simple hecho de ver el mo- -I
delo de una E o al practicar el trazo de líneas aleatorias con un lápiz. Es ne-
cesario, de alguna manera, que dichos niños aprendan la rutina ejecutiva
218 HABILIDADES MOTORAS 219
BIBLIOGRAFIA
Actitudes
Además de las capacidades que cimentan los diversos tipos de actividades hu-
manas, el aprendizaje también da por resultado el establecimiento de estados
internos que influyen sobre las elecciones de acción personal del individuo.
Esos resultados del aprendizaje reciben el nombre de actitudes. Su relación
con el comportamiento del individuo es menos directa que la de las capacida-
des como las habilidades intelectuales o motoras. Las actitudes no determi-
nan acciones particulares; más bien, hacen más o menos probables ciertas
clases de acciones individuales. Por esta razón, las actitudes suelen descri-
birse como "tendencias de respuesta" o estados que se caracterizan por una
"disposición de respuesta". Una definición valiosa que ha soportado la prue-
ba del tiempo es la de Allport (1935, pág. 810): "Una actitud es un estado
mental y neural de disposición organizada mediante la experiencia, que ejer-
ce una influencia dinámica o directiva sobre la respuesta del individuo ante
todos los objetos y situaciones con los que se relaciona".
La relación indirecta (o compleja) que tienen las actitudes con la acción
humana, significa que su logro y modificación representan dificultades para
la evaluación. No es fácil, en otras palabras, estar seguro de que lo que se
está cuantificando es un cambio en actitud, como resultado del aprendizaje,
en vez de alguna otra cosa. Además, parece que las condiciones para el
aprendizaje de actitudes son más complejas que las condiciones pertinentes
a otros tipos de estados internos aprendidos. Sin embargo, no cabe abrigar
grandes dudas, como lo sugiere la definición de Allport: las actitudes se es-
tablecen y "organizan" por medio del aprendizaje.
Históricamente, se ha considerado que las actitudes son el núcleo básico
de la disciplina de la psicología social. En consecuencia, suelen ser ejemplifi-
cadas por medio de casos con una orientación "social" , por ejemplo, la "ac-
titud hacia la religión", "actitud hacia el matrimonio" o "actitud hacia los
indios". En la profusa literatura sobre estudios de las actitudes, los temas de
índole social son prominentes; es decir, la "situación" en la que se detecta la
actitud y el "objeto" hacia el cual se dirige suelen ser definidos en términos
sociales. A pesar de ese enfoque, se acepta en general que el significado de
las actitudes es muy amplio y no es necesario restringirlo al terreno social.
Un tornero, por ejemplo, puede tener una "actitud de precisión" hacia su
trabajo, en el que el objeto de la actitud es una pieza de metal. También se
puede encontrar entre agricultores, pintores de casas o cazadores una "acti-
tud de cuidado" hacia las situaciones en que no se involucra directamente al
ser humano. En otras palabras, no es necesario que las actitudes tengan una
orientación social, aunque muchas de ellas la tienen.
222 ACTITUDES
Una persona que asiste a la iglesia suele tener un buen carácter moral.
Acuerdo Desacuerdo
m
I
Las doctrinas contrapuestas de la iglesia hacen que la religión sea confusa para el "
individuo promedio.
M
Acuerdo Desacuerdo
Las afirmaciones como éstas, y algunas parecidas, son muy frecuentes en las |
pruebas de evaluación de actitudes; la "calificación" de la actitud se obtiene]
mediante la acumulación de los valores asignados a las respuestas que indi-
can el grado de acuerdo o desacuerdo que se tiene respecto a cada reactivo. »!
Obviamente, esas cuantificaciones son indirectas en realidad, al menos en lof
que se refiere a las elecciones de acción del individuo. Las calificaciones ba-f
sadas en esas pruebas aportan información sobre la opinión del individuo!
respecto a la conducta de otras personas, pero no respecto a su propia con-;í|
ducta. Así pues, parte de la razón de que no haya correspondencia entre lasff
medidas de la actitud y el comportamiento puede ser la falta de validez de
esas evaluaciones.
Como un primer paso hacia el logro de una mayor validez en la mediciójjl
de las actitudes, pueden hacerse esfuerzos encaminados a asegurar que lafl
afirmaciones usadas en el cuestionario describan elecciones de acción persaí
nal. Los reactivos de ese tipo los utilizó originalmente Bogardus (1925) para;
evaluar las actitudes hacia la gente de diferentes nacionalidades; el resultíf
do fue una medida de lo que él llamó "distancia social". Las pregunta|
hacían que la gente indicara, respecto a las diferentes nacionalidades, si:'
se casarían con un miembro de ese grupo; 2) tendrían como amigos íntimos!
miembros del grupo; 3) trabajarí a en la misma oficina como miembro del grij
po; 4) tendría entre sus conocidos algunos miembros del grupo, o
expulsaría de la nación a los miembros del grupo. Más tarde, TriandisJ
Triandis (1960) prosiguieron el trabajo con el fin de obtener escalas p¿5
medir la distancia social, lo que condujo al planteamiento de un Diferencia
ACTITUDES ¿ó ó
reactivos de esa medición de las actitudes que tendieron a estar muy correla-
cionados fueran los pertenecientes a determinadas clases de acción perso-
nal, a los que se dieron los nombres de Respeto, Amistad y Superordinación.
La amistad, por ejemplo, quedó señalada por medio de reactivos en los que
se preguntaba sobre: 1) ser compañeros en un juego atlético; 2) comer junto
con la persona; 3) chismorrear con la persona, y 4) aceptar a la persona
como amigo íntimo. La superordinación, como clase distinta, se relacionaba
con: 1) tratar a la persona como un subordinado; 2) dar órdenes a la perso-
na; 3) obedecer a la persona, y 4) criticar el trabajo de la persona.
Así pues, parece que, independientemente del tamaño de la clase de obje-
tos a los que se refiera la actitud, el tipo de acción personal delimita la esfera
de una actitud en el sentido de definir una unidad consistente. La actitud uni-
taria se define por una clase de acción personal hacia una categoría deter-
minada de objetos, personas o acontecimientos.
Lo que se deduce es que no es posible concebir, legítimamente, una actitud
aislada, como lo sería la "actitud hacia los indígenas" o la "actitud hacia la
escuela", y ni siquiera la "actitud hacia Mao Tse Tung". El tamaño de la cla-
se objeto no determina la unidad de la actitud; más bien, la individualidad de
una actitud está determinada por la clase de acción personal sobre la cual
influye. Es posible analizar un instrumento psicológico cuya finalidad sea ¡i
medir la "actitud hacia la escuela", para revelar la existencia de varias ac-
titudes unitarias diferentes: acciones personales de acudir a la escuela, de
asociarse con compañeros, de interactuar con el profesor y de hacer las
tareas escolares. Así pues, un instrumento que incluya todos esos tipos de
acción personal estará midiendo, en realidad, un conjunto de actitudes.
Desde luego, puede darse el caso de que lo que se desea al evaluar los-,
resultados de un programa de enseñanza encaminado hacia el cambio de ac-/
titudes sea cuantificar el cambio en un conjunto de actitudes, más que el,
cambio en una sola actitud. Según esta suposición, un cuestionario de actitu-,
des que midiera el conjunto sería perfectamente apropiado. No obstante, si el;
interés del investigador se relaciona con el asunto de la validez (es decir, con
lo que se está aprendiendo en realidad), es muy importante tener siempre
presente que las actitudes individuales se definen en términos de clase?»
de acción personal.
Actitudes y valores
Con frecuencia se habla de los valores como si fueran actitudes. De hecho
algunos autores utilizan ambos términos como sinónimos, lo que constituye el
punto de vista más sencillo hasta el momento. Otros consideran que valor es
el nombre que se da a una actitud social que goza de amplia aceptació
dentro de la sociedad. Como ejemplos de esas actitudes cabe citar el "respej
to hacia las leyes", "reverencia a Dios" y la Regla de oro: "nunca hagas ^
otro lo que no quieras para ti". Las diferentes sociedades, por supuesto
exhiben y recompensan diferentes elecciones de acción personal que St
reflejan en tales valores (Ringness, 1975):
ordenadas dentro de un continuo que representa grados cada vez más altos
de internalización, que van desde las actitudes tomadas a la ligera hasta
aquellas que son altamente apreciadas (y por tanto, muy resistentes al cam-
bio). Esta es la opinión de Krathwohl, Bloom y Masia en Taxonomy of Educa-
tional Objectives, Handbook II: Affective Domain (1964).
Las actitudes que se toman más a la ligera, según esta concepción, perte-
necen a la categoría general de acciones personales llamada Recepción. Un
ejemplo del deseo de recibir es " a c e p t a r las diferencias de raza y cultura
entre la gente conocida". Los siguientes grados de internalización de las acti-
tudes los indican las categorías de Respuesta y Valorización. La preferencia
de un valor, por ejemplo, está indicada por los tipos de acción reflejados en
las descripciones "adopta un papel activo en las actividades literarias con-
temporáneas" y " e s c r i b e editoriales en la prensa sobre los temas que más le
apasionan."
Hay grados aún mayores de internalización de las actitudes, los cuales
están indicados por las categorías de Organización y Caracterización por un
Complejo de valores. Puesto que en una situación cualquiera puede haber
más de un valor relevante, los valores en cuestión se organizan, en primer lu-
gar, por una conceptualización y, luego, integrándolos a un sistema de valo-
res en el que algunos son más dominantes que los otros. En el grado máximo
de internalización, se alcanza un conjunto generalizado y una caracteriza-
ción de valores que se refleja en el desarrollo de conciencia, códigos de com-
portamiento y una filosofía de la vida.
1
Las creencias e ideas, así como los conflictos entre ellas, pueden ser
descripciones convenientes de los componentes cognitivos de los estados in-
ternos a los que se denomina actitudes. Sin embargo, no parecen ser ade-
cuadas para explicar los efectos dinámicos que las actitudes tienen en su
influencia sobre las opciones de acción del individuo. Esta última caracterís-
tica de las actitudes (a la que en ocasiones se denomina "conductual") es su
peculiaridad más esclarecedora.
CAMBIO DE ACTITUD
Muchas actitudes del ser humano son aprendidas como resultado de una se-
rie de interacciones con otras personas: padres, amigos y compañeros. Asi-
mismo, pueden ser adquiridas o modificadas repentinamente como resultado
de una sola experiencia; en otros casos, el cambio es gradual y tiene lugar
después de varios años, supuestamente como resultado de una serie acumu-
lativa de experiencias.
Hay tres situaciones principales de aprendizaje que han sido estudiadas
a fondo como causa de aprendizaje de actitudes: 1) condicionamiento clásico;
2) percepción del éxito en la conducta, y 3) imitación de modelos humanos.
Condicionamiento clásico
Desde hace mucho tiempo se sabe que el condicionamiento del tipo clásico
(pavloviano) produce reacciones emocionales aprendidas en relación con un
estimulo. El estudio de Watson y Rayner (1920) demostró que un estímulo in-j
condicionado de "miedo" (sonido de una b a r r a metálica al ser golpeada), al
ser acoplado con un estímulo condicionado (una rata blanca) producía con
rapidez una nueva respuesta condicionada (temor hacia la rata) en un niño;
pequeño. Esa respuesta de temor, con su " a f e c t o " aparente, podría s e r con-
siderada. razonablemente, como una prueba del establecimiento de una acti-
tud hacia el animal. Se cree, en general, que ciertos temores irracionales de1'
la infancia, como los que se tienen hacia las serpientes, a r a ñ a s y otros ani-g
males, surgen probablemente a causa de la asociación accidental con?,
estímulos, como en el condicionamiento clásico. Hay ocasiones en las que/
esas actitudes persisten durante años y es muy difícil cambiarlas.
El establecimiento de actitudes por medio del condicionamiento clásico ha
sido investigado por medio de experimentos. Razran (1940), por ejemplo, de.-
mostró que la presentación de un conjunto de lemas políticos junto con una col-
mida gratuita, tenía por consecuencia un cambio de aceptación positiva
hacia dichos lemas; por el contrario, la presentación de lemas acompañados
por olores desagradables ocasionó un cambio en la dirección opuesta. Los
participantes en los experimentos no pudieron recordar, cuando se les pre-
guntó, cuáles eran los lemas que se les habían presentado junto con qué con,-*
diciones. (Este control se utilizó para demostrar que el condicionamiento era
el factor causal, y no una elección deliberada.)
Staats (1967) considera que las actitudes se aprenden por condiciona^
miento clásico en el sentido de que un objeto adquiere un significado emoci
nal con este método. Durante un estudio de laboratorio, efectuado por Staats
S t a a t s y Crawford (1962), se demostró que las p a l a b r a s asociadas co
ACTITUDES ¿ó ó
Reforzamiento
El condicionamiento operante, que incluye la manipulación de las contingen-
cias de reforzamiento, también se ha utilizado como método para el aprendi-
zaje de actitudes. Por ejemplo, Insko (1965) reforzó a los estudiantes por me-
dio del teléfono, usando para ello la palabra " b i e n " cuando estaban en
acuerdo o desacuerdo con enunciados particulares de opinión. Una semana
más tarde, se pidió a los estudiantes que respondieran a esas mismas afirma-
ciones, aunque presentadas en forma de cuestionario. Se descubrió que el re-
forzamiento influyó sobre sus actitudes en la dirección predicha. En un estu-
dio realizado por Scott (1957), se demostró que las actitudes de estudiantes
enfrascados en un debate cambia en la dirección en la cual opinaban cuando
se triunfa en la contienda y hacia la dirección opuesta cuando se pierde. El
reforzamiento generado por las calificaciones (10 en comparación de 5) altera
las actitudes de los alumnos a quienes se pide que escriban ensayos, que fa-
vorecen una posición que no va de acuerdo con sus actitudes originales; en
este caso, un 10 es un reforzador mucho más eficaz que un 5.
Los estudios de este tipo parecen demostrar que es posible establecer ac-
titudes favorables mediante una organización apropiada de las contingencias
de reforzamiento. Asimismo, parece que existe otra manera de interpreta-
ción, la cual indica que las actitudes favorables son resultado del hecho de
experienciar el éxito* (lo que depende, a su vez, del reforzamiento). Muchos
incidentes de la vida diaria atestiguan la importancia que reviste el éxito en
cualquier actividad para que se desarrolle una actitud positiva. Cuando
un niño todavía no experimenta el éxito al patinar, tiende a que " l e disguste
patinar": sin embargo, esa actitud cambia rápidamente hacia el lado positivo
cuando se ha logrado el éxito en esa actividad. El trabajo escolar, desde
luego, exhibe el mismo fenómeno. Las actitudes positivas hacia las matemáti-
cas, la composición en castellano o la oratoria son resultado de una o más
experiencias de éxito en esas actividades. Por el contrario, las actitudes de
rechazo o disgusto son resultado de eventos repetitivos de fracaso. El tema
de un libro escrito por Mager (1968) son los métodos prácticos para el es-
tablecimiento de actitudes con base en los principios del reforzamiento.
Bem (1970) presentó pruebas de que las "actitudes siguen a la conducta".
Esto ocurre, afirma él, porque los individuos infieren sus propios estados in-
*N. del T.: Se r e c u r r e al término " e x p e r i e n c i a r " (tener una experiencia) para d i f e r e n c i a r el signi-
ficado contextual de " e x p e r i m e n t a r " (hacer un experimento, probar, e x a m i n a r , detectar un cam-
bio, etc.).
234 ACTITUDES
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Condiciones internas
Como sucede en el caso de otros tipos de capacidades aprendidas, las actitu
des demandan la presencia de ciertas capacidades como prerrequisit|
dentro del sujeto. Básicamente, se trata de habilidades intelectuales del tipft
del concepto y de cierta cantidad de información relevante.
. sean óptimos, el modelo debe ser concebido como alguien atractivo, poderoso
(en el sentido de que es capaz de controlar), y digno de crédito. Cuando el
concepto del modelo ya está presente (como seria en el caso de un líder estu-
diantil o una figura deportiva prominente), el diseñador de la enseñanza
selecciona simplemente el modelo que tiene las características apropiadas.
Cuando el modelo no se conoce de antemano, es probable que sus caracterís-
ticas atractivas tengan que establecerse como prerrequisito para la comuni-
cación de la actitud en sí.
Condiciones externas
elegir ayudar a otros en las tareas que demanda cooperación. Cuando ese
acto va seguido por indicaciones de placer, agradecimiento o un favor que se
recibe, las condiciones de reforzamiento están presentes. En tales circuns-
tancias, la actitud de cooperación se refuerza, es decir, la elección de tomar
acciones de " c o o p e r a c i ó n" se vuelve más probable en la conducta futura del
niño.
El reforzamiento t r a b a j a bien en todas las edades. Los adultos quienes
han adquirido actitudes en contra de fumar cigarrillos, reciben reforzamien-
<1
to cuando se aprueba socialmente su rechazo al tabaquismo y quizá, también
cuando ven señales de "No f u m a r " en los edificios públicos. Las personas f
quienes han aprendido ha ser hábiles en ciertas actividades (mecanografía, f
buceo o escalonamiento de montañas) adquieren una fuerte actitud positiva f
hacia esas actividades. La experiencia del éxito o, en otras palabras, la satis- I
facción de una expectativa, es un factor muy poderoso en el establecimiento H
de actitudes positivas. Por el contrario, la falta de éxito suele conducir hacia ;;
el establecimiento de actitudes negativas hacia la actividad. V
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
El aprendizaje y modificación de las actitudes, algo a lo que ciertos investiga- §
dores llaman el dominio afectivo de los objetivos, tiene enorme importancia
en los programas educativos de casi todos los tipos. Se acostumbra procurar
que los estudiantes adquieran actitudes positivas hacia cualquier tema que
estén estudiando y de una manera más general, hacia las actividades de f ¡
aprendizaje en. general. En los programas de entrenamiento práctico suelen
incluirse objetivos que representan actitudes hacia el t r a b a j o, hacia los es- 1¡
tándares de desempeño y h a c i a las medidas de seguridad. Se espera que los § ¡
programas educativos produzcan en los estudiantes actitudes útiles para la
vida social, como el interés por los semejantes, la cooperatividad y la tole-
rancia de las diferencias culturales y étnicas. Además, muchos programas
escolares están relacionados con la enseñanza de actitudes que favorecen la ||
protección del ambiente, rechazo de las drogas peligrosas y ejercicio de las i
responsabilidades ciudadanas.
Aunque muchos tipos de educación de actitudes se establecen de manera j |
deliberada, los individuos adquieren un gran número de actitudes como re-*
sultado de sus experiencias en los ambientes sociales y físicos más grandes. ¡
Las influencias de la familia son particularmente significativas para el es-
tablecimiento de actitudes que afectan a la conducta personal e interperso-jf
nal, así como la precisión del lenguaje y el pensamiento. La iglesia, el sindi-|
cato, el club social y el grupo de camaradas, así como otras organizaciones y|
grupos sociales a los que se afilian las personas, ejercen un notable efectoj
sobre las actitudes. Asimismo, los diversos medios a través de los cuales e|
individuo recibe información o diversión suelen ser poderosas fuentes dej¡
cambios en la actitud.
Las actitudes presentan componentes cognitivos y afectivos. Esto quierjg
decir que son mediadas parcialmente, en forma interna, por las proposicio
nes que se relacionan con la categoría del " o b j e t o " (acontecimientos, peí
sonas o cosas) hacia el cual se dirige la actitud. Usualmente, también parece|
ser mediadas en parte por los sentimientos que les confieren su naturale¿||
ACTITUDES ¿ó ó
" a f e c t i v a " . Estas características, por importantes que sean para compren-
der la naturaleza esencial de las actitudes, proporcionan pocos indicios rela-
cionados con la /unción de éstas. Es precisamente este último aspecto de las
actitudes lo que tiene importancia central en los programas educativos. Si se
quiere establecer o cambiar una actitud, debe identificarse como un resulta-
do del aprendizaje y como un objetivo de la enseñanza. Para tales fines, la si-
guiente es una definición útil de actitud: un estado interno aprendido que
influye en las elecciones de acción personal hacia una categoría determina-
da de personas, objetos o acontecimientos. El objetivo de la enseñanza, en
este dominio, es el establecimiento o reforzamiento de estados internos par-
ticulares que realicen esa función.
Aunque las actitudes se forman y cambian de varias maneras, es fácil
saber que los principios de las contingencias de reforzamiento desempeñan
un papel muy importante en el aprendizaje de actitudes. Independientemente
de la manera en que se presente originalmente una actitud, su establecimien-
to (como sucede con otros tipos de conducta) depende de la presencia de un
reforzador para completar el acto de aprendizaje. También es cierto que a la
gente le gusta lo que se hace bien. Los tipos de acción personal que conducen
al éxito tienen las mayores probabilidades de que sean vistos por el individuo
con actitud positiva. En muchas situaciones educativas puede asegurarse
una actitud positiva ante ciertos eventos si se procura que el alumno expe-
riencie el éxito al realizarlo.
Uno de los métodos más confiables para el establecimiento de actitudes
es un conjunto de situaciones de aprendizaje entre las que se incluye la imi-
tación de modelos humanos. En resumen, ese método implica la demostración
o comunicación de la elección de acción personal deseable (la actitud) por
parte de un individuo respetado o admirado. Dicha persona puede ser un
padre, profesor, una figura prominente o popular, o cualquier individuo
quien inspire confianza (Gagné, 1973). El modelo humano puede presentar el
" m e n s a j e " o hacerlo a través de un medio como la televisión o la prensa; asi-
mismo, tampoco es indispensable que el modelo sea " r e a l " , lo que puede
ejemplificarse por medio de un héroe ficticio. Luego, el sujeto percibe que el
modelo es reforzado o recompensado por la acción que eligió realizar, evento
denominado "reforzamiento vicario".
La eficacia de la imitación de modelos humanos para el cambio de actitu-
des se contrapone marcadamente con la ineficacia de los mensajes transmi-
tidos de manera anónima y que sólo contienen información u órdenes verba-
les. Las recomendaciones del tipo de " M e n s a j e con cuidado" son, según las
pruebas obtenidas, ineficaces casi por completo en lo que se refiere al apren-
dizaje de actitudes. También son igualmente ineficaces cuando se las coloca
dentro de contextos más amplios de atracción emocional y argumentos ra-
cionales. Si bien es necesario que el sujeto aprenda cierta información como
prerrequisito para el cambio de actitudes, ese aprendizaje no produce, en sí
o por sí solo, el cambio deseado. Los estudiantes deben saber lo que es un
protonotario antes de poder adquirir una actitud hacia esa clase de perso-
nas. No obstante, ese conocimiento no establece o cambia la actitud del estu-
diante en un grado significativo; lo único que sucede es que ese cambio se
vuelve posible. De la misma manera, la educación respecto a las drogas, si se
ha diseñado para establecer actitudes de rechazo ante el uso de las drogas
244 ACTITUDES
p e l i g r o s a s , no p u e d e s e r e f i c a z si lo ú n i c o q u e h a c e e s t r a n s m i t i r l e a l s u j e t o
una m a y o r información s o b r e d i c h a s drogas.
BIBLIOGRAFIA
•s
•J
•m
m
12
f'
Teoría de la
enseñanza
Si se combinan de una manera racional y sistemática los diversos tipos de re-
sultados del aprendizaje y las maneras de analizar los requisitos de dicho
aprendizaje, se abre la posibilidad de describir un conjunto total de ideas
que constituye una teoría de la enseñanza. La idea de llamar " t e o r í a " a esa
explicación integrada es muy reciente y ha sido influenciada principalmente
por los trabajos de Simón (1969) sobre las "ciencias de lo artificial", Las ideas
descritas en los capítulos anteriores de este libro son el contenido de la
teoría de la enseñanza. Ya se revisaron las características esenciales de lo
que se sabe acerca de los resultados del aprendizaje (caps, 5 a 11). Para
tejer la tela de una teoría de la enseñanza, lo primero que se debe hacer es
repasar brevemente los procesos de aprendizaje que se estudiaron en el
capítulo 4.
Aprendizaje c o m o conjunto de p r o c e s o s
245
246 TEORIA DE LA ENSEÑANZA
1. G e n e r a r atención
~M
af •
Cuadro 12-2. Enseñanza diferencial para cinco resultados del aprendizaje: informar
al sujeto sobre el objetivo
Actitudes. Si' se desea establecer o cambiar una actitud, es raro que el objejggl
tivo se plaritee por anticipado, ya que eso podría estropear la finalidad últijB®
ma de la enseñanza. Típicamente, el objetivo de elegir un curso de accioñml
251 TEORIA DE LA ENSEÑANZA
3. Estimular el r e c u e r d o de lo aprendido
En seguida se le pide al alumno que recuerde algunas de las cosas que
aprendió con anticipación. El mejor tipo de recuerdo se relaciona natural-
mente, de alguna manera, con lo que se eligió como la nueva tarea que será
aprendida. Los tipos de relaciones que debe tener ese material previamente
aprendido con el nuevo aprendizaje son diferentes para cada uno de los re-
sultados del aprendizaje.
En el cuadro 12-3 se describen brevemente las técnicas de enseñanza
apropiadas para cada tipo de resultado del aprendizaje.
Cuadro 12-3. Enseñanza diferencial para los cinco resultados del aprendizaje:
estimular el recuerdo antes del aprendizaje
tarea revela cuáles son las habilidades prerrequisito (que habrán sido apren-
didas previamente): 1) identificar la continuidad en un circuito eléctrico; 2)
usar las terminales metálicas del voltímetro como electrodos, y 3) leer la es-
cala graduada del aparato. Estas serían las cosas previamente aprendidas
que el sujeto tendría que recordar a medida que se emprende la nueva tarea
de aprendizaje.
Cuadro 12-4. Enseñanza diferencial para los cinco resultados del aprendizaje:
presentar el estímulo
4, P r e s e n t a r el estímulo
Cuadro 12-5. Enseñanza diferencial para los cinco resultados del aprendizaje: dar
"orientación en el aprendizaje"
7. Ofrecer retroalimentación
Después del desempeño que manifiesta que el aprendizaje tuvo lugar, debe
haber una comunicación en la que se le informa al sujeto si su desempeño
fue correcto, incorrecto o parcialmente correcto. Esto puede lograrse de di-
versas maneras. En el caso de una habilidad motora, como lanzar dardos ha-
cia un blanco, puede decirse que la retroalimentación está "integrada" a la
actividad y es inmediata. Sin embargo, en el caso de muchas variedades de
desempeño, la retroalimentación acerca de lo correcto de éste debe transmi-
tirla por separado un instructor o algún otro medio. Existen varios tipos de
retroalimentación adecuada a la enseñanza por medio de computadoras. Sin
embargo, los juicios sobre la calidad de una composición escrita son ejemplos
de la precisión de una retroalimentación que depende de un ser humano.
Evaluación del d e s e m p e ñ o
nable, y 2) brindar una práctica adicional que sirva para consolidar lo que
se aprendió.
|
9. I n c r e m e n t a r la retención y t r a n s f e r e n c i a
Condiciones que a f e c t a n a la e n s e ñ a n z a
Otras teorías, como las de Carroll (1963) y Bloom (1976), tratan de explicar la
influencia de un conjunto mucho mayor de variables, entre las que se cuen-
Üfe tan aquellas que surgen más allá de la situación de enseñanza (definida en
un sentido muy estrecho) o las que pertenecen a la administración de los
programas educacionales. También es necesario comentar algo sobre algu-
nas de esas variables para aclarar su relación con la teoría descrita aquí.
BIBLIOGRAFIA
Eventos de la e n s e ñ a n z a
Consúltense las bibliografías de los capítulos 5 a 11.
TEORIA DE LA ENSENANZA ¿OI
Teorías de la enseñanza
Ausubel; D. P., Novak, J. D„ a n d Hanesian, H. Educational psychology': A cognitive view,
2 n d ed. New York: Holt, Rinehart a n d Winston, 1978.
Bruner, J. S. Toward a theory of instruction. Cambridge, Mass: Harvard University
Press, 1966.
Case, R. A developmentally based theory a n d technology of instruction. Review of
Educational Research, 1978, 48, 439-463.
Gagné, R. M., a n d Briggs, L. J. Principles of instructional design, 2nd ed. New York:
Holt, Rinehart a n d Winston, 1979.
Gagné, R. M„ a n d Dick, W. Instructional psychology. Annual Review of Psychology,
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Reigeluth, C. ¡VI., Merrill, M. D„ and B u n d e r s o n , C. V, T h e structure of subject-matter
content and its instructional design implications. Instructional Science, 1978, 7,
107-126.
13
Análisis de los
requisitos para el
aprendizaje
Para un oficinista:
Archivar la correspondencia que llega por nombre, ordenándola por fecha de re-
cepción.
En el caso de alguien que repara aparatos pequeños:
Quitar y reemplazar la resistencia térmica defectuosa de un tostador eléctrico
de pan.
Es muy probable que el primer análisis de las tareas revele que hay una se-
rie de acciones diferentes que deben ejecutarse de manera secuencial o paso
a paso. Es decir, el objetivo de la tarea se logra siguiendo un procedimiento,
como se indicó en el capítulo 10. En la explicación que da Gilbert (1962) de
los procedimientos se incluyen los análisis de las divisiones manuales largas,
lectura del valor codificado en colores de los resistores eléctricos, multiplica-
ción con la regla de cálculo y balance de la contabilidad de los cajeros de un
banco. En la figura 13-1 se presenta un ejemplo sencillo: cambiar la rueda de
un automóvil.
Los procedimientos secuenciales también parecen servir en el caso de ta-
reas engañosamente simples, como las que aprenden los niños de edad prees-
colar. Resnick, Wang y Kaplan (1970) citan ejemplos de procedimientos de
ese tipo. En la figura 13-2 se presenta un caso.
Es muy frecuente que los procedimientos requieran la toma de decisiones
entre varios pasos. Es decir, el resultado de un paso sirve como pista para la
elección correcta en el siguiente paso. Ese tipo de procedimiento suele reci-
bir el nombre de procedimientos condicionales y se describe en diagramas de
flujo mucho más complejos, como el que se presenta en la figura 13-3. En ese
diagrama se distinguen las entradas de información al procedimiento (trape-
zoides), los puntos de decisión (diamantes) y las acciones (rectángulos). Algu-
nos de los pasos que se tomaron los condiciona la decisión que se hace,
mientras que otros siguen simplemente un orden regular.
Resulta evidente que este tipo de análisis de una tarea humana da por re-
sultado una descripción, paso a paso, del desempeño representado por la ta-
rea. Puesto que algunos de los pasos son internos, en vez de ser conductas
definidas, este tipo de análisis se llama análisis de tareas por "procesamien-
to de información": como señala Merrill (1978), es muy diferente del análisis
del aprendizaje que se estudia en la siguiente sección y que debe realizarse
antes de este último tipo (Gagné, 1977). Siegler y Klahr (1982) describen otros
ejemplos de análisis por procesamiento de información asociados con la solu-
ción de problemas en los niños.
El análisis de tareas para revelar sus características procesales tiene
dos implicaciones principales para el aprendizaje. En primer lugar, es evi-
dente que cada paso o "eslabón" del procedimiento debe ser una capacidad
del sujeto. En algunas ocasiones, el paso es bastante conocido (como sacar el
gato de la cajuela de un automóvil); en otras no lo es tanto y debe aprenderse
(como operar el gato para levantar el carro). Para organizar todo el procedi-
miento, el individuo debe saber ejecutar cada paso, incluyendo los que exi-
m ANALISIS DE LOS REQUISITOS PARA EL APRENDIZAJE 266
Colocar
/ \
la c u n a
debajo Guardar
Aflojar
de la Colocar
las t u e r c a s el g a t o ,
rueda Levantar la r u e d a Bajare
q u i t a r la Colocar cufia y
opuesta ! la rueda s o b r e los automóvil
rueda - . el g u a r d ^ rueda
c o n el birlos; c o n el
c o n el polvos desinflada
\
gato apretar Qato
neumático e n la
/ as t u e r c a s
\
Q u i t a r el
desinflado cajuela
guarda-
polvos
/
de la
rueda
gen que se tome una decisión respecto a cuál de las siguientes acciones po-
sibles es la apropiada.
La segunda implicación en el aprendizaje es igualmente importante: el su-
jeto debe aprender la rutina ejecutiva que gobierna el procedimiento entero.
La persona debe ser capaz, en otras palabras, de organizar los pasos del
procedimiento en el orden correcto, para que cada uno siga al otro en una
secuencia que conduzca hacia el objetivo final. Como se vio en el capítulo 10,
el aprendizaje de la rutina puede ser un evento totalmente independiente del
aprendizaje de los pasos individuales del procedimiento. No obstante, hay ca-
sos en los que la tarea entera se aprende "como un todo". Esto último ocurre
la
Tres c o n j u n t o s de o b j e t o s
C o n t a r los e l e m e n t o s d e l o s
c o n j u n t o s y decir cuál
t i e n e m á s (o m e n o s )
Él a n á l i s i s s e
profundiza más
en 5: A y B
6
O r d e n a r las
f i c h a s de
depósito
por
fechas
I n t r o d u c i r las
\ anotaciones
\ del talonario
\ d e c h e q u e s y/
\ balancear 7
7
Marcar con una
l o s t a l o n e s de
cheques que tengan
u n a f i c h a de
depósito o cheque
cancelado
correspondiente
D e d u c i r el c h e q u e
del balance del
talonario
Sumar ios
No depósitos
al balance
del talonario
Análisis de t a r e a s p a r a e n c o n t r a r
los p r e r r e q u i s i t o s
Cuando se han descrito adecuadamente las tareas que representan los resul-
t á i s del aprendizaje y ya se las clasificó de una manera apropiada, se abre
la posibilidad de dar un paso más, el análisis del aprendizaje. En este paso se
identifican los prerrequisitos necesarios para el aprendizaje de la capacidad
representada por la descripción de la tarea.
La mayoría de los investigadores del proceso de enseñanza concuerdan
en que es muy importante, en interés de la planificación, encontrar o deter-
minar lo que la persona aporta a la situación de aprendizaje. Glaser (1967,
1979), por ejemplo, recalca la importancia de la conducta inicial o de entra-
da como uno de los elementos críticos en el diseño de la educación. La idea
básica es que se necesitan recuperar de la memoria a largo plazo, ciertas ca-
pacidades previamente aprendidas, que permanecen a disposición del indivi-
duo en la memoria de trabajo cuando es necesario aprender una nueva capa-
cidad. Esas resultantes del aprendizaje previo apoyan en algunos casos el
aprendizaje de lo nuevo; un ejemplo es la recuperación de una estrategia
cognitiva que permita la codificación de información por aprender. Hay, sin
embargo, otra función de la recuperación que tiene, por lo menos, la misma
importancia: la incorporación de esas capacidades recordadas dentro del
nuevo aprendizaje. Cuando se aprende la habilidad intelectual de sumar en-
teros, la capacidad previamente adquirida de restar números enteros se in-
corpora como uno de los elementos de la nueva capacidad. Asimismo, cuando
se aprende la habilidad intelectual de lograr que el sujeto de una oración
coincida en número con el verbo, en el nuevo aprendizaje quedan incorpora-
das las habilidades previas de identificar el sujeto y el verbo de dicha ora-
ción.
Prerrequisitos como partes de lo que se aprende. Si bien ocurre que las ca-
pacidades previamente adquiridas facilitan el aprendizaje de varias mane-
ras distintas, el verdadero signficado del término prerrequisito es el siguien-
te: una capacidad resultante del aprendizaje previo, incorporada dentro de lo
que se está aprendiendo. La entidad ya aprendida se incorpora de hecho co-
mo una parte de la capacidad recién adquirida, de manera que se vuelve un
elemento de la conducta resultante de los eventos de aprendizaje y se conser-
va dentro del individuo como tal.
Los ejemplos más obvios de prerrequisitos como componentes del nuevo
aprendizaje ocurren en el dominio de las habilidades intelectuales, de las
cuales ya se han citado varios casos. Cuando se aprende la nueva habilidad
de pronunciar las palabras inglesas que tienen una " e " final y una " a " in-
termedia, en dicha habilidad quedan incorporadas las habilidades prerre-
quisitos de: 1) identificar la " e " final; 2) identificar la " a " intermedia, y 3 ) 1
emitir el sonido ei de la letra " a " . Cuando se aprende la habilidad nueva do .
restar números de varias cifras, dicha actividad incorpora las habilidades
prerrequisito de: 1) restar números de una sola cifra; 2) restar el cero de un
número, y 3) "pedir prestados" números (o cualquier otra operación que ten-
ga esa finalidad). Como se indicó en el capítulo 6, puede considerarse que es-|
tos prerrequisitos son habilidades subordinadas a la habilidad nueva y más i
compleja que se está aprendiendo. De hecho, una regla compleja suele estar I
formada por reglas y conceptos más simples. Estos últimos se aprenden c o m o j
prerrequisitos inmediatamente antes de aprender la nueva habilidad, o b i e l S
están presentes en el individuo desde hace tiempo. Cuando se aprende la ha-§|
bilidad nueva y más compleja, las habilidades prerrequisito deben estar a||
disposición de la persona en su memoria de trabajo. J s
Los prerrequisitos incorporados también intervienen en el aprendizaje dejl
otros tipos de capacidades. En el caso de las habilidades motoras, los p r e r r e l l
quisitos suelen ser las habilidades parciales que integran la habilidad t o t a l S
la habilidad de escribir, por ejemplo, incluye las habilidades parciales d w
formar cada una de las letras. Las actitudes, también, tienen prerrequisitojjl
incorporados a su aprendizaje. Las habilidades intelectuales, en forma dgjl
conceptos de las categorías de objetos hacia los cuales se dirigen las a c t i t u g
des, son esenciales para el aprendizaje de éstas. Entonces, para adquirir u n j l
actitud positiva hacia el mantenimiento de la salud, el sujeto debe disponega
de prerrequisitos, en forma de conceptos, que le den significado, a expr||S
siones como "buena salud" en términos del funcionamiento de las diversafS
A N A L I S I S DL L U S K t Q U I S I 1 U S F A K A ÜL ArK£,I\Lll¿AJt, ^ / u
Tipo de resultado
del aprendizaje Ejemplo Prerrequisitos
Fig. 13-4. Una jerarquía de aprendizaje en la que se muestran las relaciones que hay;
entre las habilidades prerrequisito y la tarea: calcular la velocidad a partir de una gráfí
ca recta de posición (eje vertical) contra tiempo (eje horizontal), x = se encontró que,.!
relación no es válida. (Con base en una descripción de White, R. T. y Gagné, R. M FOE
mative evaluation applied to a learning hierarchy. Contemporary Educational PsycKS^
logy, 1978, 3:87-94.)
•A
Usos de los análisis de los prerrequisitos del aprendizaje. Una vez que termi-
na un análisis del aprendizaje, la información sobre las relaciones prerre-
quisito (como las sugiere la columna final del cuadro 13-3) puede usarse para
planificar las condiciones del aprendizaje, es decir, para diseñar la enseñan-
za. Según los demás factores de la situación, hay dos alternativas a disposi-
ción del diseñador. Una manera de usar los prerrequisitos para la planifica-
ción consiste en seleccionar las personas quienes han adquirido las capaci-
dades necesarias mediante el aprendizaje previo y luego proceder con el di-
seño de las condiciones de aprendizaje sobre la base de tal suposición. Este
método se utiliza de vez en cuando en el diseño de programas de capacita-
ción industrial y vocacional. Sin embargo, para la educación pública suele
utilizarse la segunda alternativa: las condiciones para el aprendizaje se plani-
fican de tal manera que los estudiantes quienes no han aprendido los prerre-
quisitos puedan aprenderlos antes de iniciar el "nuevo" aprendizaje. Es in-
dispensable, por el interés de obtener eficacia óptima del último método, ha-
cer una cuidadosa identificación del aprendizaje previo necesario para ca-
da estudiante o grupos de estudiantes con las mismas capacidades en común.
Podrán usarse diversas organizaciones educativas, incluyendo la "agrupa-
ción homogénea" y los programas llamados "compensatorios" o "de regulari-
zación". En los programas de enseñanza individualizada se evalúa el avance
de cada estudiante y se le hace depender del aprendizaje de los prerre-
quisitos necesarios (Gagné y Briggs, 1979).
Condiciones e x t e r n a s d i f e r e n c i a l e s p a r a el aprendizaje
E s t i m u l a c i ó n del r e c u e r d o d e los p r e r r e q u i s i t o s . L a c o n d i c i ó n d e e s t i m u l a r el
recuerdo de los prerrequisitos es común para todos los tipos de resultados
del aprendizaje. Como se vio en el capítulo 4, los estímulos necesarios para
recordar tienen la finalidad de activar la recuperación de entidades pre,^
m ANALISIS DE LOS REQUISITOS PARA EL APRENDIZAJE 281
pués del aprendizaje inicial. Esto se realiza con sólo aplicar la técnica del re-
paso espaciado. Incluso recordar y repasar la regla o concepto aprendido, al
día siguiente, puede incrementar por más tiempo la retención del material.
Mediante un repaso efectuado después de un tiempo, el sujeto tiene la opor-
tunidad de utilizar nuevas pistas que no estaban presentes en el momento de
efectuar el aprendizaje inicial. De ese modo, la variedad de índices para la
recuperación se enriquece con el repaso espaciado. Asimismo, la introduc-
ción deliberada de pistas contextúales variadas durante un repaso tiene la
capacidad de incrementar el grado de transferencia de lo que se aprendió.
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
para los otros cuatro tipos de resultados del aprendizaje (p. ej., la informa-
ción verbal y las habilidades motoras); ni tampoco se ha demostrado aún la
existencia de jerarquías válidas en esas áreas de la capacidad humana. Por
tanto, se necesita idear métodos para describir y esquematizar los prerre-
quisitos esenciales de esas otras capacidades, si es que son posibles. En se-
gundo lugar, el objetivo d é l a s jerarquías de aprendizaje para las habilidades
intelectuales es únicamente indicar cuáles son las subhabilidades indispen-
sables; por tanto, no revelan prerrequisitos de apoyo como la información,
actitudes y estrategias cognitivas. Por esa razón, no contienen toda la infor-
mación necesaria para la planificación de las secuencias de enseñanza.
Sin embargo, las jerarquías de aprendizaje no son el único método de
análisis del conocimiento y habilidades necesarios como prerrequisitos. La
teoría de la enseñaza indica que cada uno de los tipos diferentes de capaci-
dad aprendida tiene su propio tipo de prerrequisito, el cual se establece me-
diante el aprendizaje previo. Uno de los resultados más importantes del análisis
del aprendizaje es la identificación de los prerrequisitos de los cinco tipos de
resultados del aprendizaje. Los prerrequisitos son tipos de resultados del
aprendizaje que, según se espera, el sujeto "que se inicia" en el aprendizaje
de algo nuevo posee como consecuencia de lo que aprendió en el pasado. Una
vez identificados esos prerrequisitos, la planificación de la enseñanza puede
realizarse en una de dos maneras. La primera consiste en diseñar un progra-
ma de enseñanza para los individuos seleccionados con base en la disposi-
ción de las capacidades prerrequisito indispensables (y de apoyo). La otra al-
ternativa es diseñar un programa para enseñar los prerrequisitos de manera
secuencial antes de enseñar las capacidades "objetivos". En la práctica, to-
dos los programas educativos constan de alguna combinación de las dos al-
ternativas.
Un segundo resultado del análisis del aprendizaje es la identificación de
las condiciones externas críticas para el aprendizaje de los diferentes tipos
de capacidades humanas. En particular, la clasificación del tipo de capaci-
dad que va a ser aprendida abre la posibilidad de especificar los aconteci-
mientos externos que son diferencialmente eficaces para cada tipo de resul-
tado del aprendizaje. De esa manera, hay posibilidad de aplicar las condi-
ciones del aprendizaje descritas en los capítulos anteriores al diseño de
programas de enseñanza de cualquier tema.
BIBLIOGRAFIA
Objetivos de la educación
Descripción y análisis de t a r e a s
Miller, R. B. Task description a n d analysis. In R. M. Gagné lEd.i, Psychological princi-
ples in system development. New York: Holt, Rinehart a n d Winston, 1963
14
Selección de medios
para la enseñanza
1i La enseñanza diseñada para un aprendizaje eficaz puede transmitirse de va-
rias maneras y a través de diversos medios. El término medios, cuando se
emplea dentro de un contexto didáctico, significa cualquier combinación de
cosas o sistemas de cosas útiles p a r a transmitir comunicaciones u otros
estímulos de enseñanza al individuo. Los medios no diseñan ni formulan esas
comunicaciones; simplemente las transmiten. El contenido y plan de las co-
municaciones transmitidas por los medios pueden ser asuntos relativamente
sencillos, como sería un conjunto de anotaciones hechas sobre un pizarrón;
pero también pueden ser muy complejos, como en el caso de la retroalimenta-
ción que le da una computadora a la persona. El contenido y programa los
crea un diseñador de la enseñanza, un profesor o un instructor. La transmi-
sión de lo diseñado es la función de un medio o combinación de medios.
En el presente capítulo se intenta mostrar cómo se aplican las ideas de
este libro, en especial la teoría de la enseñanza descrita en el capítulo 12, a
un problema educativo de considerable magnitud y complejidad. Esta empre-
sa rebasa el ambiente de las aulas de las escuelas primarias y secundarias,
las cuales han sido fuente, en muchos casos, de ejemplos de enseñanza. Al to-
.i
i mar en consideración los medios y su selección, se pretende a b a r c a r también
I los escenarios de enseñanza como la educación profesional de adultos y los
ii
programas de capacitación para t r a b a j o s y ocupaciones, así como diver- .
sos programas "informales" de enseñanza, que existen fuera de los límites p:
de las escuelas. Es necesario que el lector se dé cuenta de que los niños de
preprimaria no se ignoran en este capítulo; lo que pasa es que sus necesida-«
des de enseñanza quedan comprendidas dentro de un cuadro mucho más
amplio. Iggg,;
Algunos medios son extensa y frecuentemente utilizados y, por tanto, son |
muy conocidos, como los libros y los programas de televisión. P a r a a b a r c ar 9 |
la gama entera de " c o s a s que comunican", es necesario incluir en uno de losjF*
extremos la voz del instructor y, en el otro extremo, un sistema interactivo |
formado por las computadoras y videograbaciones. Hay ocasiones en las que
la selección de medios se realiza de manera casi automática, como cuandoj
un instructor decide usar "por supuesto" las páginas impresas de un librol
para presentar una lección sobre la poesía de Pablo Neruda. No obstante, enj
otras circunstancias hay alternativas diferentes. Por ejemplo, para enseñara
los principios de la aerodinámica, ¿conviene más el uso de un texto conj
ii¡
286
290 SELECCION DE MEDIOS PARA I.A ENSENANZA 287
SITUACION DE ENSEÑANZA
Casi todos los sistemas de selección de medios proponen que se hagan deci-
siones con base en las características de estos últimos, es decir, los tipos de
propiedades que tienen los medios y que influyen sobre la naturaleza de la
comunicación de la enseñanza (Braby, 1973; Reiser y Gagné, 1982). No obs-
tante, debe reconocerse que la situación de enseñanza en la cual se van a
utilizar los medios es un factor limitante mucho más significativo en la selec-
ción de medios. La naturaleza de la situación de enseñanza es un factor que,
en un extremo del espectro, limita la selección de medios a un simple par de
opciones, mientras que, en el otro extremo, existen disponibles un buen nú-
mero de posibilidades. Los siguientes párrafos describen las razones de esas
limitaciones.
288 SELECCION DE MEDIOS PARA LA ENSENANZA
Transmisión desde una estación central. Otro tipo de limitación de los me-
dios se presenta cuando la enseñanza requiere de una transmisión, desde
una estación central, hacia diversos puntos de recepción. Este tipo de si-
tuación suele presentarse en las regiones cuya población está muy dispersa
en el territorio. Desde luego, la transmisión también puede usarse en las áreas
densamente pobladas, lo que es evidente por el enorme éxito de los progra-
mas públicos de televisión en Estados Unidos.
290 SELECCION DE MEDIOS PARA I.A ENSENANZA 294
Medios de e n s e ñ a n za
¿Cuales son los medios posibles entre los cuales se selecciona? Dichos me-
dios se encuentran anotados en el cuadro 14-1. (Cuando existe algún signifi- ..
cado particular de los medios, también se hacen comentarios de difinición.)
La intención de este cuadro consiste en presentar una lista lo más completa
posible dentro de la cual se incluyan los medios denominados con sus
nombres comunes. Obviamente, algunos son muy conocidos y de uso frecuen-
te, como "texto impreso" y "película". Pero hay otros que tienden a usarse
solamente dentro de contextos especiales, como la capacitación militar e in|¡|
dustrial. Los "simuladores y dispositivos de entrenamiento" pertenecen a esa
categoría. Es más fácil adquirir una opinión equilibrada de la eficacia del;
aprendizaje si se toman en consideración todas las posibilidades.
No
(Al diagrama E, Instructor c o n alfabetas)
7. ¿Autodidáctica? ¿Se espera que los estudiantes aprendan por sí m i s m o s , sin que haya
instructor?
8. ¿Alfabetas? ¿Los a l u m n o s son capaces, con eficiencia razonable, de obtener informa-
ción a partir de un texto impreso?
9. ¿Es una a c t i t u d o es i n f o r m a c i ó n verbal? ¿El objetivo es m o d i f i c a r los valores (actitu-
des) del estudiante o lograr que éste 'enuncie' algo (en vez de 'hacerlo')?
10. ¿Se necesita práctica motora? ¿Para el aprendizaje de la h a b i l i d a d se necesit a una
sincronización armoniosa de los movimientos musculares (una " h a b i l i d a d m o t o r a " ) ?
11. ¿Actitud? ¿El objetivo de la enseñanza es modificar los valores u o p i n i o n e s del estu-
diante?
12. ¿Las imágenes ayudan a recordar? ¿Es probable que el uso de i m á g e n e s visuales ayude
a los estudiantes a establecer imágenes mentales útiles para recordar la i n f o r m a c i ó n
verbal?
ciones de medios a tres posibilidades. Ninguno de los otros medios (con ex-
cepción, desde luego, del instructor) tiene esa importante propiedad. Así, es
posible lograr una considerable reducción en las posibilidades de selección
de medios cuando la respuesta a la pregunta 10 es negativa, lo que identifica
la habilidad intelectual como el tipo de resultado del aprendizaje esperado.
Del mismo modo, puede verse que la respuesta positiva a la pregunta 9 con
dujo a la identificación de no más de cinco posibles opciones como medios,
las cuales eran candidatos para la enseñanza de habilidades, intelectuales o
motoras.
Al continuar con la lógica de la figura 14-1, lo siguiente que se necesita
es suponer que la respuesta de la pregunta 9 es negativa. Eso implicaría que
el resultado esperado no es una habilidad; por tanto, deben analizarse uno o
más de los tipos restantes de resultados del aprendizaje: información verbal,
actitudes, o ambos. De esa manera, el siguiente conjunto de posibilidades que
se va a estudiar son esas categorías de tipo "no habilidad" de las capacida-
des aprendidas.
combina con una mnemotécnica para recordar listas verbales o pares de pa-
labras, como en el caso de la técnica de la palabra clave (Pressley, 1 9 8 i ;
Pressley, Levin y Delaney, 1982) empleada para el aprendizaje de palabras
extranjeras. Se tienen menos pruebas de que las imágenes derivadas de
fotografías o ilustraciones ayudan a la retención de material verbal conecta-
do de una manera significativa. No obstante, hay cierta probabilidad de qu e
dichas ilustraciones ayuden a codificar y recordar los textos expositivos en
prosa.
Así, los recursos visuales adecuadamente planificados pueden conside-
rarse como algo que ayuda a recordar, y esta es precisamente la decisión
que se toma al responder la pregunta 12. Cuando c a b e dar una respuesta
afirmativa, se abre la posibilidad de emplear varios medios, entre los cuales
se incluyen filminas, películas, textos impresos (ilustrados con fotografías o
diagramas), audiovisuales, auxiliares de entrenamiento y cintas optomagnéti-
cas. En otras palabras, cuando los estudiantes son c a p a c e s de leer, no es po-
sible diferenciar, con base en su eficacia para el aprendizaje, los medios en
los que se utilizan textos impresos y figuras. Todos ellos pueden ser igual-
mente eficaces, lo que depende de su contenido particular. Por esa razón, la
selección de medios debe apoyarse en otros criterios: cuestiones prácticas,
como el costo, disponibilidad y atractivo para los estudiantes.
La pregunta sobre la inclusión de material visual (pregunta 12) puede s e r !
contestada negativamente. ¿Tendrá sentido tomar en consideración la alter-
nativa de los medios (orales o impresos) que no van acompañados por
fotografías o diagramas? La respuesta es: desde luego, por dos diferentes ra-
zones. Una de ellas es que cuesta mucho producir y reproducir fotografías;.
Una segunda razón es que los individuos muy aptos para la lectura puedení
preferir la enseñanza por medio de textos impresos, sin recibir en absolutól
la ayuda de las fotografías.
En el caso de estudiantes capaces de leer, es perfectamente posible
transmitir la educación en forma de oraciones y párrafos lógicamente coneof
tados. Dichas oraciones las pueden comunicar como discursos orales las gra-
baciones u otros recursos de ese tipo. Los temas de actualización y las
nuevas técnicas profesionales pueden aprenderlas por medio de grabaciones
los médicos, abogados y otros profesionales quienes escuchan mientras coií
ducen sus automóviles hacia el trabajo. Existen situaciones de aprendizaje
en otras palabras, en las que un medio auditivo económico es una opción e"
celente. No obstante, el texto impreso es el medio apropiado en casi todos lo
casos y el que se usa con mayor frecuencia en autodidáctica cuando los est
diantes son alfabetas. En la siguiente sección se estudian otras implicacione
educativas de este medio. *
El método del diagrama de flujo para la selección de medios, que í
ilustra en la figura 14-1, hace posible un procedimiento altamente sistema*
co con el que sólo se necesitan unos cuantos minutos para lograr resultada
(Reiser y Gagné, 1983). Con base en la teoría de la enseñanza del capítulo 1
el método del diagrama de ñujo hace uso de la idea de las condiciones dif
rencialmente eficaces para el aprendizaje de las habilidades intelectual 6 !,
estrategias cognitivas, información verbal, actitudes y habilidades motora
En particular, este método toma en consideración las-diferentes necesidad?;
del evento de enseñanza denominado "dar orientación en el aprendizaje!
290 SELECCION DE MEDIOS PARA I.A ENSENANZA 297
m
Por ejemplo, la decisión que separa las habilidades motoras de las habilida-
des intelectuales destaca la necesidad de la práctica motora de la secuencia
de movimiento en el primero de estos casos. La decisión que distingue la en-
señanza de actitudes de la de información verbal, pertenece al uso de la con-
ducta de un modelo humano en la comunicación de las actitudes. El objetivo
del diagrama de flujos es señalar como llegan a representar los diferentes
i
Si medios de esas distintas condiciones de aprendizaje. En algunos casos, las op-
5 -K ciones de medios siguen siendo muchas, mientras que en otros se reducen a
sólo una o dos. Si se sigue esa reducción en términos de la eficacia del
aprendizaje, las selecciones finales serán apropiadamente los factores prác-
ticos.
Comunicación oral
8 x 3 + 16 = 5 x 8 ,
8 x 5 = 8 x 5 .
En el caso del estudiante más maduro, hay muchos casos en los que puede
brindarse una adecuada orientación del aprendizaje por medio del lenguaje
oral. La órbita de la tierra alrededor del sol no puede observarse, de modo
que tiene que describirse; también es factible describir verbalmente cómo se
procesa un documento en el Congreso. No obstante, hay comunicaciones ora-
les que aumentan mucho su eficacia cuando se complementan con fotografías
u objetos reales. El profesor de ciencias naturales se sentiría gravemente
obstaculizado si no representara gráficamente el concepto de las ondas
cíclicas; asimismo, la descripción de un mitin popular no sería tan satisfacto-
ria, para fines de codificación, como la observación directa o una filmación
de dicho mitin.
Pueden introducirse oralmente las preguntas diseñadas para aumentar la
retención y transferencia de conocimientos. Si los estudiantes ya aprendieron
información y conceptos relacionados con la distribución de los poderes
entre las ramas legislativa, ejecutiva y judicial del gobierno, se les puede ha-
cer una pregunta como esta: " ¿ c u á l e s serían los posibles medios de restric-
ción legislativa sobre los poderes judiciales?" Cuando se recurre a objetos o
acontecimientos reales de la enseñanza (como los juegos de simulación), se
apresta el escenario para la transferencia del aprendizaje, proceso conti-
nuado por la expresión oral.
Los profesores recurren a las preguntas para evocar el desempeño de
los sujetos, y a los enunciados para darles retroalimentación. En el caso de los
niños pequeños, una buena parte de la conversación del educador pueden
formarla enunciados como " s í " , " ¡ b i e n ! " y "correcto", a medida que los
alumnos alcanzan los objetivos sucesivos de la enseñanza. Cuando las edades
ya son más avanzadas, la necesidad de ese "reforzamiento oral" disminuye
notablemente, puesto que los niños ya tienen la capacidad de comparar su
propio desempeño con estándares externos o con los objetivos que ellos mis-
mos se plantean.
Todas estas funciones, pueden ejecutarse por medio de la comunicación
oral. Quizá esta es la razón por la que el modelo del profesor y el estudiante
que hablan entre sí desde los extremos de un tronco parece ser tan apro-
piada para describir la situación de enseñanza. Sin embargo, muchas de
esas funciones' pueden ser realizadas de una manera más fácil y eficiente
cuando se incorporan también fotografías u objetos reales a la situación
estímulo. Y desde luego, los mismos eventos de enseñanza pueden realizarse
mediante el uso de los medios impresos.
290 SELECCION DE MEDIOS PARA I.A ENSENANZA 300
Medios impresos
mucho pedir que los niños del quinto grado de primaria tuvieran esa expe-
riencia en la autodidáctica por medio de lecturas.
Las potencialidades de los textos impresos para la enseñanza son muy
grandes y es muy dudoso que sean siempre bien explotadas. El diseño de un
texto impreso que enseñe de manera eficaz a los niños de diez años de edad
no consiste simplemente en ajustarse a su vocabulario. Es, en.primer lugar,
una cuestión de organizar los enunciados de tal manera que realicen las fun-
ciones prescritas por la teoría de la enseñanza. A menos que se esté "con-
tando un simple cuento" (es decir, procurando que los alumnos aprendan in-
formación verbal organizada de manera significativa), no es seguro, de nin-
guna manera, que la secuencia apropiada de los enunciados impresos sea co-
mo la de un cuento. Lo más probable es que cada oración o pregunta tenga
una finalidad específica como apoyo de un determinado proceso de aprendi-
zaje interno. El lector será capaz de identificar los eventos de la enseñanza
representados por las proposiciones de la siguiente lista, que se refiere a la
figura 14-2.
1. O b s e r v e los dibujos.
2. ¿Cómo es la presión en el fondo de un r e c i p i e n te lleno d e líquido en relación con
la f o r m a de aquél?
3. R e c u e r d e que la presión es la p r o p o r c i ó n que hay entre una fuerza y (¿qué?)
4. En un recipiente c u y a s p a r e d e s e s t á n i n c l i n a d as hacia a f u e r a (B). ¿donde se ejer-
ce la f u e r z a de la porción cilindrica c e n t r a l del agua?
5. Las á r e a s de los fondos de todos los recipiente s son idénticas.
6. ¿ Q u é p u e d e decir Ud. respecto a la p r e s i ón en el fondo de los recipiente s A y B?
7. Enuncie la relación existente en t érm i no s generales, (ñespuesta: la presión en el
fondo del recipiente de líquido no la a f e c t a la forma de dicho recipiente.)
8. A h o r a observe el otro recipiente, c u y a s p a r e d e s se inclinan hacia a d e n t r o (C).
9. Y así sucesivamente.
Medios no v e r b a l es
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
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15
Diseño de la
enseñanza para un
aprendizaje eficaz
dizaje, y las condiciones que deben ser diferentes para cada una de las va-
riedades de resultados.
1. Generar atención
4. Presentar el material
estímulo
5. Proporcionar orientación
del aprendizaje
vil
6. Evocar el desempeño
7. Dar retroalimentación
8. Evaluar el desempeño
9 . Aumentar la retención
y transferencia
Fig. 15-1. Relaciones que hay entre las fases del aprendizaje y los eventos de la enseñanzff¡jy¡|
tos últimos r e p r e s e n t a n las funciones que cumple la enseñanza en apoyo de los procesos, in£gF
nos de aprendizaje.
310 DISEÑO I)E LA ENSENANZA PARA UN APRENDIZAJE EFICAZ 309
MOTIVACION
Motivación de incentivo
Motivación de tarea
Motivación de logro
La motivación hacia lograr la llevan algunos teóricos mucho más allá de la
idea de la "maestría en las t a r e a s " . Esos autores proponen que los indivi-
310 DISEÑO I)E LA ENSENANZA PARA UN APRENDIZAJE EFICAZ 312
I n f o r m a r los objetivos
al estudiante
ENCAUCE DE LA ATENCION
Uno de los primeros pasos que se deben dar al diseñar la enseñanza es pen-
sar en los medios adecuados para encauzar la atención. Se acepta que hay
dos tipos de atención, es decir, dos significados diferentes del término. El .pri-
mero es una función de alerta general, mediante la cual la postura y tono
muscular general de los estudiantes adoptan un estado en que están listos
para recibir estímulos. Además, también ocurre que las personas vuelven su
cabeza y dirigen sus sentidos hacia el punto de donde provendrá el estímulo.
El estado de alerta lo generan varios mecanismos diferentes: sonidos, cam-
bios de luces y, en general, cualquier cambio repentino en los estímulos. Los
profesores emplean varias técnicas para generarlo en los estudiantes; por
ejemplo, la introducción de estímulos nuevos o cambios en el volumen de la
voz. En los programas de televisión, los cambios repentinos de las imágenes,
producidos con " c o r t e s " rápidos de escenas sucesivas, sirven para mantener
la atención de los televidentes.
El segundo significado de la atención es la percepción selectiva. La estimula-
ción enviada al estudiante está organizada de tal manera que se recalcan las
características distintivas de la presentación, es decir, las característi-
cas que deben almacenarse y procesarse en la memoria a corto plazo. Una
vez más, esa función se realiza de varias maneras. En un texto impreso, las
palabras y frases pueden ir subrayadas, en cursiva o en negritas; en las foto-
grafías y dibujos puede recurrirse a contornos de línea, flechas, círculos o
diferentes colores para destacar las características que deben percibirse de
manera selectiva. Cuando se emplean comunicaciones auditivas, el uso de la
métrica y las rimas son medios eficaces para dirigir la atención. Las técnicas
animadas de las películas y la televisión constituyen otras maneras de asegu-
rar una percepción selectiva del material que se debe aprender.
El diseñador de la enseñanza estará muy consciente de la variedad de re-
cursos con que cuenta para destacar de modo selectivo ciertos estímulos cla-
ve para el aprendizaje. La "información" procesada en el aprendizaje es un.
conjunto selecto de estímulos extraídos de la estimulación global presentada
al sujeto. El uso de técnicas para resaltar componentes y característica s de
la comunicación —sean auditivas, verbales, pictóricas o de cualquier otro
tipo— puede ser uno de los primeros pasos importantes de la cimentación de
lo que se está aprendiendo.
DESEMPEÑO Y RETROALIMENTACION
Cada uno de los actos del aprendizaje, que comprende ciertos procesos inter-
medios, se completa cuando el desempeño del sujeto va seguido de un evento
de reforzamiento. En teoría, ese tipo de evento le proporciona a los sujetos in-
formación relacionada con el grado de precisión de sus acciones o desempe-
ños, o simplemente con el hecho de que son correctas o incorrectas.
Retroalimenta ción
se supone que el sujeto ya aprendió de antemano que estos actos indican que
su desempeño fue correcto. Lo anterior es algo que puede suponerse casi
siempre por ser un conocimiento que se aprende desde muy temprano en la
vida. En el caso de ciertos resultados del aprendizaje, como las habilidades
motoras y estrategias cognitivas, en la retroalimenlación debe incluirse el
grado en que el desempeño o movimiento del alumno se aproxima' a determi-
nado estándar.
Tampoco debe pasarse por alto la utilidad de una retroalimentación fre-
cuente durante la adquisición de capacidades recién aprendidas. Eso es lo
que sucede particularmente en el momento en que se aprenden secuencias o
conjuntos de componentes interrelacionados (p. ej., procedimientos e infor-
mación que debe integrar un discurso ordenado). Es muy frecuente que los
diseñadores de la enseñanza programada resalten la importancia de confir-
mar las respuestas en cada " c u a d r o " del programa (Skinner, 1968). Hay
muchos programas de enseñanza que constan de oraciones individuales en
las que hay espacios en blanco que debe llenar el estudiante y una respuesta
impresa que luego puede compararse con la respuesta anotada. Cuando se
aprenden temas completos, la retroalimentación destinada al buen logro de
cada subtema adquiere un valor considerable al incrementar la eficacia del
aprendizaje. El uso de retroalimentación en forma de "procedimientos de
corrección" es una manera de adaptar la enseñanza a las necesidades del
estudiante individual. R. C. Anderson y Faust (1974) analizan varios procedi-
mientos que tienen esa finalidad.
No en todos los casos la retroalimentación tiene que provenir de concep-
tos o reglas externos, previamente aprendidos y recordados por el sujeto.
Existen muchos casos en los que las personas saben que están en lo correcto
debido a una revisión interna que hacen de sus propias acciones. Por
ejemplo, al terminar el balanceo de la siguiente ecuación química, los com-
puestos de la derecha son conocidos y sus composiciones qiiímicas eran cono-
cidas de antemano.
PROCEDIMIENTOS DE LA ENSEÑANZA
desempeño del sujeto. El orden en que tienen lugar esos eventos de l a ense-
ñanza no está fijo de una manera determinada, aunque, obviamente, algunos
tienen que ir antes de otros. Cada una de l a s funciones es esencial; no obs-
tante, debe h a c e r s e notar que es factible suponer la existencia de un mayor
o menor grado de autodidáctica, lo que depende de la experiencia previa de
los alumnos (Gagné, 1974a, págs. 131-138).
¿Cómo se ensamblan esos procedimientos dentro de un e j e r c i c io típico de
enseñanza? Esto puede ejemplificarse al analizar una secuencia de e n s e ñ a n -
za de ciencias básicas, titulada "Inferir la p r e s e n c i a de vapor de agua en el
a i r e " (AAAS Commission on Science Education, 1963). Dicho e j e r c i c i o tiene
por objetivo enseñarle al niño cómo identificar una inferencia o conclusión, a
saber, que el líquido que se acumula en una superficie fría expuesta al a i r e
proviene de dicho aire. Con la enseñanza dada, se espera que el niño s e a
capaz no sólo de enunciar la regla inferida, sino también de d e m o s t r a r l a s
operaciones que hacen posible la verificación de e s a conclusión. En el
cuadro 15-1 se presenta el análisis de la enseñanza de ese e j e r c i c i o .
En el cuadro 15-1 se a p r e c i a con claridad que cada uno de los paso s del
procedimiento de enseñanza puede e x p l i c a r s e como un evento diseñado p a r a
activar y apoyar los procesos internos del aprendizaje. En primer lugar, es
evidente que se genera un estado de motivación, el cual se convierte en una
expectativa del resultado del aprendizaje. La atención y percepción selectiva
las orienta el instructor por medio de comunicaciones verbales. T a m b i é n s e
recuerdan cierto número de reglas y conceptos previamente adquiridos, los
cuales son prerrequisitos p a r a el nuevo aprendizaje. Se sugieren e s q u e m a s
p a r a codificar conceptos y reglas, aunque hay una considerable dependencia
en el hecho de que las descubrirá el sujeto. Se solicita el desempeño al estu-
diante, a lo que sigue el reforzamiento. Por último se evalúa la posibilidad d e
transferir las habilidades recién aprendidas y se proporciona una retroali-
mentación adecuada p a r a informar al sujeto sobre el éxito que logró en la
ejecución de la nueva capacidad.
5. Les pide que expresen lo que pueden concluir 5. Aprendizaje de una regla por descu-
de sus observaciones. "El líquido es agua pre- brimiento; para algunos de los alum-
sente en el aire." nos, esto puede ser recuerdo. Se les
da retroalimentación.
6. Se señalan otras alternativas ¿Podría tratar- 6. Instrucciones verbales para informar
se de otro iíquido? ¿Podría provenir del metal a los alumnos los resultados espera-
de la l a t a ? ¿Cómo se demuestra que la infe- dos de su enseñanza (cómo compro-
rencia es correcta? bar una inferencia). Se establece una
nueva expectativa.
7. "Cómo puede decirse que el líquido es agua?" 7. Requiere el recuerdo de una regla
("Saboréalo."] previamente aprendida.
8. "Si el agua proviniera del metal, ¿qué sucede- 8. Requiere el recuerdo de una regla
ría a la lata después de sacarla?" ("La lata previamente aprendida.
pesaría menos.")
9. Se les pregunta: "¿si el agua proviene del aire 9. Requiere el recuerdo de reglas pre-
cómo será el peso de la lata cuando se acumu- viamente aprendidas.
le agua sobre ella?" ("El peso de la lata debe
aumentar.") Se hace la observación directa
del aumento de peso de la lata con hielos pe-
sándola en una balanza de brazos iguales.
10. Se les pide que recuerden que la niebla está 10. Requiere el recuerdo de reglas pre-
formada por gotitas de agua y vapor de agua viamente aprendidas.
(un gas invisible). Entonces, el aire puede con-
tener vapor de agua.
11. Se invita a enunciar: a) lo que observaron; 11. Orientación verbal para sugerir la
b) lo que pueden inferir, y c) cómo verificaron codificación de los conceptos de ob-
su conclusión. servación e inferencia, y de reglas
para verificar las inferencias. Se les
da retroalimentación.
12. Se les pide que hagan y verifiquen conclusio- 12. Ejemplos de los conceptos y reglas
nes en dos o tres situaciones nuevas, descri- aprendidos, cuyo propósito es asegu-
biendo las operaciones y razonamientos nece- rar la retención y transferencia de lo
sarios. Podrían ser: a) evaporación del agua;. aprendido.
b) extinción de la llama de una vela dentro de
un cilindro cerrado, c) desplazamiento del agua
por un gas dentro de un cilindro invertido.
13. Se presenta otra situación nueva y se les pide 13. Apreciación con retroalimentación.
que la describan en términos de: a) lo que ob-
servaron; b) lo que concluyeron; c) cómo veri-
ficaron su inferencia.
Tomado de im ejercicio del mismo nombre, en AAAS Commission on Science Education. Scien-
ce: A Process Approach, 4a. parte. Washington, D. C.: American Association for the Advance-
ment of Science, 1963.
Tutelaje
por uno, para que escriban o mencionen los pronombres faltantes y comple-
ten el significado de las oraciones. Lo que ocurre es una combinación de los
eventos de evocar el desempeño, dar retroalimentación y evaluar el desempe-
ño. Cada uno de los estudiantes llamados para anotar uno de los pronombres
faltantes recibe retroalimentación que le informa sobre el grado de acierto
de su respuesta y, en caso de un error, le indica cómo puede corregirla. Al
proseguir la clase, el instructor adquiere una impresión sobre qué tan bien
han aprendido los estudiantes; en otras palabras, tiene lugar paulatinamente
una evaluación informal del desempeño de los estudiantes.
Por supuesto, el riesgo de este método de enseñanza, en cuanto se refiere
al aprendizaje eficaz, se encuentra en el hecho de si todos los estudiantes
tienen la misma capacidad para desempeñarse o no, ya que el instructor sólo
puede observar uno de ellos a la vez. No es raro, en los grados escolares in-
termedios, que los estudiantes "jueguen" a tratar de no ser llamados para
recitar la lección. Cuando una buena porción de la atención de los alumnos
se encuentra dedicada a esa actividad, el instructor puede esperar que el
grado de aprendizaje sea mínimo. En concordancia, los instructores también
recurren al truco de incorporarse al juego de cacería, sorprendiendo a los
estudiantes mal preparados o lanzando una pregunta inesperada a toda la
clase. El objetivo, desde luego, es restablecer los eventos de la enseñanza
que apoyan el aprendizaje.
Grupo de discusión
La discusión es un mecanismo valioso de transmisión de conocimientos, apli-
cable en grupos bastante numerosos, aunque su forma más eficaz se presen-
ta típicamente en pequeños grupos de diez individuos o menos. La enseñanza
en este tipo de grupos puede concebirse como una "comunicación interacti-
v a " (Gall y Gall, 1976). El instructor funcionaría como un moderador de la
discusión e iría introduciendo los temas por medio de preguntas. Los estu-
diantes hablan uno por uno, mientras los demás se dedican a escuchar, res-
pondiendo a medida que lo soliciten las observaciones del expositor y hacién-
dolo de manera ordenada, aunque no necesariamente con una secuencia pre-
determinada. El instructor plantea preguntas y hace observaciones pertinen-
tes; asimismo, cuando lo juzga conveniente, solicita la participación de cier-
tos alumnos en particular. Lo más frecuente es que los grupos de discusión
persigan objetivos de enseñanza en una o más de tres áreas: estudio de mate-
rias, formación de actitudes y solución de problemas (Gall y Gall, 1976).
Clase o c o n f e r e n c i a
diante. Por su parte, el conferencista sólo puede contar con los probables
efectos de dichos eventos sobre los muchos individuos que lo están escuchan-
do.
Evaluación uno a uno. Como su nombre lo dice, este tipo de evaluación lo rea-
liza el diseñador de la enseñanza con un estudiante a la vez. Desde luego, los
estudiantes quienes participan en las pruebas deben ser representativos del
tipo de personas para quienes se diseña la educación. Durante la prueba
se solicitan todas y cada una de las reacciones del estudiante ante el mate-
rial didáctico, lo que tiene la finalidad determinada de encontrar deficien-
cias, errores y omisiones particulares. Al mismo tiempo, el diseñador observa
los titubeos y errores de interpretación del material por parte del estudiante.
También se realiza una evaluación del desempeño del estudiante mediante
un cuestionario o examen; sin embargo, los resultados se interpretan con
gran cuidado y a la luz del procedimiento empleado.
La evaluación uno a uno es capaz de producir una variedad de informa-
ción importante para revisión del proceso. Antes que nada, puede decirle al
diseñador si el material didáctico lo comprende el estudiante o si hay por-
ciones que no se comprendan. En relación con esa característica se en-
cuentra la pregunta de si la enseñanza proporciona a la persona exactamen-
te lo que se quiere. Además, en esta fase existe la oportunidad de detectar
errores "pequeños", como erratas tipográficas, omisiones, etc., y corregirlos
durante una revisión posterior.
vas, sino sumativas. Los estudios de ese tipo abren la posibilidad de obtener
conclusiones sobre qué tan bien funciona la enseñanza; asimismo, conducen
a decisiones, por parte de la institución educativa, relacionadas con la adop-
ción y uso continuo del sistema didáctico, sea en forma de lecciones indivi-
duales, como cursos o como un sistema global (Dick, 1977; Gagné y Briggs,
1979).
Entre los procedimientos de evaluación sumativa de los cursos de educa-
ción y capacitación se incluyen muchos factores que afectan a su diseño y
administración. Dichos aspectos se estudian con mayor detalle en los traba-
jos que tratan de una manera global el diseño y desarrollo de la enseñanza
(Briggs, 1977; Dick y Carey, 1978; Gagné y Briggs, 1979), así como en libros
que estudian directamente los problemas de la evaluación (Popham, 1975;
Struening y Guttentag, 1975; "Worthen y Sanders, 1973).
IMPLICACIONES EDUCATIVAS
La intención del presente capítulo ha sido reunir todas las implicaciones de
la descripción de las variedades de capacidades aprendidas y de las fases de
procesamiento durante el aprendizaje, como se mencionan en el capítulo 12,
que trata de la teoría de la enseñanza. Estas ideas se han aplicado al diseño
de la enseñanza.
Es probable que las fuentes de conocimiento sobre el aprendizaje y sus
condiciones se pongan en uso mediante el proceso de diseño de la enseñanza.
Para efectuarlo con eficacia, dicho proceso debe analizar los detalles y las
características generales del aprendizaje humano. Por lo general, para el di-
seño de la enseñanza se requiere contestar dos preguntas primordiales como
base para los procedimientos de diseño. La primera es: "¿qué tipos de capa-
cidades se van a aprender?" La segunda, "¿qué tipos de estímulos externos
al sujeto apoyan mejor el procesamiento interno necesario para el aprendiza-
• nn
je?
Después de identificar el resultado que se desea del aprendizaje, el dise-
ñador inicia el trabajo de especificar las condiciones externas y englobarlas
en una serie de eventos a la que se da el nombre general de enseñanza (cap.
13). Los eventos de la enseñanza se planifican como estímulo para el sujeto
durante las fases sucesivas del aprendizaje, como se indica en la figura 15-1
y en el cuadro 15-1. La finalidad de esos eventos externos es activar, apoyar y
mantener los procesos internos de aprendizaje (cap. 12; Gagné, 1974a, Gag-
né y Briggs, 1979). Con la situación de aprendizaje en mente, el diseñador se-
lecciona los medios que servirán para comunicar el contenido del material
educativo (cap. 14).
Al diseñar la enseñanza se trazan las especificaciones necesarias para
los eventos que apoyan los procesos de: a) canalización de la motivación y es-
tablecimiento de expectativas; b) atención y percepción selectiva; c) codifica-
ción; d) recuperación y recuerdo; e) transferencia de lo aprendido, y f) un
desempeño que refleje la capacidad aprendida. Por último, el evento de re-
forzamiento completa el acto de aprendizaje al confirmar las expectativas de
quien aprende. Cada uno de esos eventos demanda un diseño específico. Al-
gunos de ellos (como la dirección de la atención) tienen características comu-
nes aplicables al aprendizaje de cualquiera de los tipos de capacidades, pero
310 DISEÑO I)E LA ENSENANZA PARA UN APRENDIZAJE EFICAZ 332
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Glover, J. A., 174 Klahr, D„ 153, 265
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Goodwin, W. L., 148 Klausmeier, H. J., 69, 100, 115, 138, 148
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Gropper, G. L., 304 Köhler, W„ 12
Guilford, J. P., 148, 191 Krathwohl, D. R„ 222, 229, 244
Guthrie, E. R., 36 Kulhavy, R. W„ 118
Guthrie, J. T., 192 Lachman, J. L., 89
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Guttman, N„ 33 LaPiere, R. I., 225
Hall, J. F., 43, 157, 177, 310 Larkin, J„ 148, 188
Hanesian, H., 61, 163, 195 Lawson, A. E„ 197
Harding, S, R., 277 Lawther, J. D„ 220
Harlow, H. E., 13, 110 Lesgold, A. M., 246
Harlow, M. K„ 110 Levie, W. H„ 304, 305
Hastings, J. T., 269, 318 Levin, J. R„ 256, 296, 332
Hayes, J. R., 152 Lewis, D., 215
Hebb, D. 0., 82 Lindahl, L. G„ 216
Heider, F., 224 Lindsay, P. H., 71, 73, 89, 177
Heidt, E. U„ 291, 305 Lindsley, D. B., 81
Heller, J. I., 122, 183, 188 Lloyd, B. B„ 10
Hempel, W. E., Jr., 200 Lochhead, J., 154
Hewett, F. M., 36, 310 Lockhart, R. S., 172
Hilgard, E. R., 21, 32, 45, 246 Loftus, E. F., 84
Hill, W. F., 10, 42 Loftus, G. R., 84
Hinton, A. E., 6 Lorayne, H., 127
Hogan, R., 230 Lott, A. J„ 225
Hooper, F. H., 111 Lowell, E. L., 309
Horton, D. L., 46 Lucas, J„ 177
Hovland, C. I. 224, 237 Lumsdaine, A. A., 66, 237
t
s
iiä . •••.;.
ms
IBI
wu
MS i
"ri
356 INDICE DE AUTORES
G utilidad, 175
Generalización de las estrategias cognitivas, 149 variedades de, 62, 156-170
Insight en la psicología del aprendizaje, 11
Interferencia en, el aprendizaje de discrimina-
H
ción, 93
Habilidades intelectuales, conceptos, concre- la asociación verbal, 42
tos, 96-111
definidos, 112-120
descripción, 50-56 Jerarquías de aprendizaje, 270
discriminaciones, 90-92 cálculo de la velocidad a partir de una gráfi-
ejemplo, 53 ca, 278
en la selección de medios, 294-295 ejemplo de, 129
jerarquías de aprendizaje, 129-137 en, el aprendizaje acumulativo, 131
prerrequisitos del aprendizaje, 55 la, estimulación del volumen de un líqui-
reglas, 119-138 do, 134
subcategorías de, 53 predicción de la ubicación de ciudades,
Habilidades motoras, 198-220 280
combinaciones de habilidades parciales,
212
enunciados de los prerrequisitos, 276-277
condiciones de aprendizaje de, 213 relación con el desarrollo intelectual, 132
continuas, comparadas con las disconti- usos del análisis de prerrequisitos, 279
nuas, 200 vectores de fuerzas, 130
de circuito cerrado, comparación con las de
circuito abierto, 202 M
descripción, 63-199 Medios, diagrama de flujos para la selección
ejemplo, 64 de, 292, 296
en, el estacionamiento en batería, 206 comunicación oral, 298-299
fase, asociativa, 214 definiciones, 291
autónoma, 214 imágenes, contribución de las, 302-303
cognitiva, 214 implicaciones educativas, 304-305
implicaciones educativas, 218-219 impresos, 300-301
persecución rotatoria, 202 lenguaje e imágenes, 297-304
práctica de, 209, 211, 217 no verbal, 302-304
procedimientos, 206 selección de, modelos de, 290
refinadas, comparadas con las burdas, 200 para la enseñanza, 286-305
retroalimentación, 209, 217 situaciones didácticas para los, 287-290
tiempo de reacción discriminativo, 201 Memoria, a, corto plazo, 72
Habilidades parciales combinadas con la habi- largo plazo, 73
lidad motora, 212 de trabajo, 75
Humano, modelamiento. Véase ModeJamiento procesos de, 83
humano recuperación, 74
Método de la palabra clave, 256
Modelamiento humano en el aprendizaje de
Información verbal, 155-177 actitudes, 234-237
codificación, 172 Motivación, de, incentivos, 310
condiciones de aprendizaje, 170 logro, 311-313
conocimiento, organizado, 167 en la teoría de la enseñanza, 309-313
preexistente, 171 planificación de la, para la enseñanza, 309-
contexto significativo, 172 313
descripción, 59 por, información de objetivos al educando, 313
diferenciación de las señales, 174 tareas, 310
ejemplo, 61
en la selección de medios, 295-297 O
enlaces verbales y gráficos, 161 Objetivos, información de los, al educando,
esquema como organizador, 168 249, 313
etiquetas, 156 Orientación para el aprendizaje, codificación,
factores de organización, 164 315-317
hechos, 162 semántica, 355-257
implicaciones educativas, 174 prerrequisitos para el recuerdo, 315
método de la palabra clave, 160
organización textual, 166
pares asociados, 157
procedimiento de enseñanza, 176 Persecusión rotatoria, 202
proposiciones, 162-163 Práctica, condición de aprendizaje para ha-
repetición, 174 bilidades motoras, 217
360 ÍNDICE ALFABETICO