El Trencito de La Alegría Diego Scarpellino

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El Trencito de la Alegría

Otro estudio acerca de la banalidad del mal

Diego Scarpellino

“Fue como si en aquellos últimos minutos resumiera la lección


que su larga carrera de maldad nos ha enseñado, la lección de la
terrible banalidad del mal, ante la que las palabras y el pensamiento
se sienten impotentes”

HANNA ARENDT, Eichmann en Jerusalén

1
Personajes:

Mickey
El Pato Donald
Minnie
Tribilín

El espacio se encuentra dividido en dos.

El primero, a proscenio, es un espacio neutro y vacío que servirá para varios


propósitos. Está iluminado por tiras de luces de colores (como las antiguas guirnaldas
de kermese) que por momentos estarán fijas y por momentos intermitentes.

El segundo espacio, ocupa todo el fondo de la escena. Es una especie de cocina


comedor o sala de estar situada en un sótano. A un lado, una puerta que comunica con
el primer espacio (es la entrada y salida del lugar). Una puertita a interiores. Hay una
mesa, sillas, un sillón, un televisor, un anafe arriba de una mesada. Un tubo
fluorescente ilumina el lugar. En la entrada hay una máquina en la que “ficharan”
siempre que entren y salgan, tal como lo hacen los operarios de una fábrica. Hay un
estante horizontal en el que se pondrán las “Cabezas” cada vez que los personajes se
las quiten. Es un lugar sin decoración y sumamente apretado y precario. Es “La
casita”.

LUCES DE COLORES. Mickey, el Pato Donald, Tribilín y Minnie (interpretada


por un varón) parados en proscenio y en hilera frente al público. Son los típicos
Muñecos Cabezones de los trencitos infantiles y los parques. Quietos. Largo silencio.
Las luces de colores titilan pobremente. De golpe y al unísono comienzan a saludar tal
como lo hacen estos muñecos en un Trencito de la Alegría. Lo hacen por un buen rato y
en silencio. Forman un trencito y se van, también en silencio, saludando, hasta “la
casita”.

Contraflor al resto
Se acomodan en la mesa. Juegan al truco. Vasos de whisky, botellas, cigarrillos
encendidos. Toman, juegan, hacen bromas. Después de un rato, suena el teléfono. La
llamada lo interrumpe todo, evidentemente están allí esperando esos llamados. Mickey
se levanta, se saca su cabeza y atiende.

2
MICKEY- ¡Trencito de la Alegría, buenos días!... Sí… de dos a cuatro vueltas…
¿Cuántos son? (Escucha.) Ajá… ajá… (Al PATO DONALD.) Che, anotá. (Al teléfono)
un momento (Al PATO DONALD) calle De los Arroyos 347. (Al teléfono.) Ajá… Sí…
Sí… El servicio es completo, sí. ¡Va a ser el niño más feliz de la cuadra!

Cuelga y reanudan el juego. Al rato vuelve a sonar el teléfono. Mickey repite la


rutina anterior: se levanta, se saca su cabeza y atiende.

MICKEY – Trencito de la Alegría buenos días. No, a esa hora tenemos otro… Sí...
Sí... Bueno, sí. Perfecto. Lo mismo de siempre. ¿Cuántos son? Sí. Sí. Páseme la
dirección. (Molesto porque el PATO DONALD no reacciona, chasquea los dedos para
movilizarlo) Av. San Martín 327. Listo. Listo. (Cuelga).

LUCES DE COLORES. Los cuatro miran hacia arriba y a la vez comienza a


escucharse música infantil. Se colocan las cabezas, corren al frente y se ubican.
Coreografía del TRENCITO DE LA ALEGRÍA.

Fin de la música. Caen muertos TRIBILÍN, MICKEY y MINNIE. Queda en pie el


PATO DONALD. Luz sobre él, que se saca la cabeza.

Primer monólogo de la violencia argentina: “Prefiero el mayo


francés al Julio Argentino”
EL PATO DONALD – (posando como si lo estuvieran retratando) La victoria es
nuestra y con ella la gloria. Con los años se sabrá que valió la pena tanto esfuerzo.
(Aparte) Estoy de indios hasta el cuello y de tierra hasta las pelotas. Esa porquería que
toman los soldados me está transformando en un mechero a punto de estallar en llamas.
¡Al sur, al sur, más al sur! (Vuelve la vista al frente) Pero todo habrá valido la pena.
Anoche hubo luna plena en el desierto y pude ver a lo lejos el desfile interminable y
civilizador del ejército y sus pertrechos. ¡Sublime! (Aparte) El Río Negro está cerca…
¡Hay que correr la frontera hasta el Neuquén y avanzar limpiando de indios! ¡Al sur!
¡Más al sur! Éste es el paso del Ejército Argentino a caballo de la sangre y con el fusil
en alto para pelar de aliento al malón asesino. La pólvora es nuestra, no del salvaje. Va a
temblar la Bahía Blanca. Va a cagarse hasta las patas la indiada. Se terminaron las
zanjas y todas esas mariconadas. Es el momento de la agresión simple y llana. No más
vueltas. Ni tratos, ni diplomacia con estas bestias. Bendito seas míster Remington. No le
tengo miedo al cabalgar en cuero de carnero, ni a la tacuara de seis varas de largo, ni a
la tijera de traquillar en la punta. ¡Al sur, más al sur! Tomar Choele Choel, cruzar el
Limay y recostarse sobre el Nahuel Huapi. (Vuelve la vista al frente) “La conquista es
santa, porque el conquistador es el Bien y el conquistado el Mal. Siendo Santa la
conquista de la Pampa, carguémosle a ella los gastos que demanda, ejercitando el

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derecho legítimo del conquistador”1 (Aparte) ¡Al sur! ¡Al sur! Hay que arrasar las
Salinas Grandes y arrodillar al salvaje. 41 millones de hectáreas improductivas ahora se
encaminan hacia las manos sabias de la civilización. ¡Al diablo con el enjambre de
hienas! ¡Al sur! ¡Al sur! ¡Al sur! (Vuelve la vista al frente) La ola de bárbaros que ha
inundado por espacio de siglos las fértiles llanuras ha sido por fin destruida... “El éxito
más brillante acaba de coronar esta expedición dejando así libres para siempre del
dominio del indio esos vastísimos territorios que se presentan ahora llenos de
deslumbradoras promesas al inmigrante y al capital extranjero”.2

CAMBIO DE LUZ. Se escucha la cortina de un programa de TV. Los muertos se


despiertan y vuelven a la casita corriendo a mirar el televisor. Minnie se queda para el
“stand up”. Se saca la cabeza, agarra un vaso con whisky y se sienta en un banquito
alto. Una luz televisiva la ilumina. El personaje que encarna MINNIE para la cámara
está evidentemente borracho y suena conocido aunque no sabemos quién es. Los demás
siguen el programa por la pantalla del televisor de la casita.

Primer chiste barato: Programa de Minnie


A cámara

MINNIE- Un padre le pregunta a su hijo de dos años: “Juancito, ¿qué querés ser
cuando seas grande?” A lo que el nene responde (con voz de nene): “Puto”. El padre,
que pareció no entender, le vuelve a preguntar: “Juancito ¿qué querés ser cuando seas
grande?” Y el pibe responde (con voz de nene): “Puto”. El padre, indignado y seguro de
lo que escuchó le mete un bife al pibe: ¡Paf! Otra vez: “Juancito ¿Qué querés ser cuando
seas grande?” (Con voz de nene) “Puto”. ¡Paf!, otro bife. “Juancito ¿qué querés ser
cuando seas grande?” (Con voz de nene) “Puto” ¡Paf! ¡Paf! ¡Paf! … (Con voz de nene
llorando) “Bueno, está bien, Puto no, Mickey”.
Risas exageradas de los televidentes del fondo

Apagón

El que no salta es holandés


Apenas producido el apagón se empieza a escuchar el relato de un partido de
futbol. Luz. La acción que sigue consiste en una escena de aproximadamente dos o tres

1
Diario “La Prensa”, 16 de octubre de 1878.
2
Fragmento del Discurso de J. A. Roca ante el Congreso de la Nación en ocasión de la finalización de la
llamada “Conquista del desierto”. 1778.

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minutos en la que se intercalan silencios frente al televisor y las típicas reacciones de
los futboleros ante un partido: Reacción, silencio. Reacción, silencio. Etc. Todos son
del mismo equipo, todos reaccionan igual, todos festejan de la misma manera y sobre
todo comparten la misma violencia contra los jugadores, el réferi, el relator, el
comentarista, el director técnico, etc. que va creciendo hasta el clímax final que queda
interrumpido por el teléfono. Es importante no nombrar ni jugadores, ni equipos que
hagan referencia a algún partido o situación particular. Durante el partido Minnie
siente muchas ganas de ir a hacer pis, pero cada vez que intente ir al baño la
posibilidad de un gol la hará volver. Después de unos minutos de este juego suena el
teléfono interrumpiendo todo. Mickey baja el volumen del televisor y atiende.

MICKEY – Hola. Sí, señor. Sí. (Escucha.) Todo listo. Sí, señor. (Escucha.) Sí, señor.
Los muchachos bien señor. Todo listo. (Escucha.) ¿Ahora, señor? (Escucha.) No,
señor… Bueno… eh… Es que… Eh… No, señor… Sí, señor… (Escucha.) No es por
eso, señor… es que… (Largo suspiro, va a decirlo)… el partido no terminó, señor.
(Todos miran cuál será el resultado del último comentario de Mickey)… Gracias,
señor… Gracias, señor. Sí, señor, usted siempre tan bondadoso, señor.

Cuelga y vuelve al sillón con los otros. Todos festejan poder seguir mirando el partido.
Enseguida: ¡Gol! Todos Gritan. Minnie, que al fin había ido al baño, vuelve corriendo
a medio vestir.

MINNIE – ¡La puta que lo parió! Me lo perdí

Salen a festejar. Una vez fuera de la casita todos quedan pausados menos Tribilín que
ingresa a la casa y que va hacia el teléfono. Prende la lámpara de la mesa que le da de
lleno en la cara.

La llamada secreta de Tribilín


TRIBILÍN - ¿Mamá? Soy yo ¿cómo estas…? (Escucha.) ¿Quién va a ser? Tu hijo,
Tribilín. ¿Estabas durmiendo? Uh, ¡mamá! ¿qué hacés a esta hora mirando televisión?
Tenés que descansar, son como la una de la mañana. (Escucha) Sí, mamá. Yo estoy
bien. (Escucha.) No, acá no hace frío, mamá. Sí, estoy abrigado, mamá. Tengo la
mantita que voz me tejiste, mamá. (Escucha) Bueno, sí. Sí. (Escucha, responde:)
Ahora, ahora no. (Escucha) Bueno, después voy, mamá. (Escucha) Voy después, mamá.
Voy después. (Escucha, se impacienta, grita) No, mamá. No, mamá, voy después te
dije. (Escucha una larga perorata) está bien mamá, está bien. (Sale de escena y vuelve
con la mantita en los hombros). Sí, ya la tengo puesta. ¡La tengo puesta te digo!
(silencio, escucha) Sí, mamá. Si, mamá. No te grito más mamá. Perdóname. Sí, mamá.
Yo también, mamá. (Silencio) ¿Tomaste los remedios, mamá?... ¿el de la presión? Mirá
que con la presión no se jode. (Escucha.) “Jode” no es una mala palabra. (Escucha) No,
mamá. Ya sé que no te gusta pero no es una mala palabra… Está bien mamá. Sí, es una
mala palabra; no la digo más. ¿Pluto cómo está? ¡Uh! ¡Pobrecito! Cuidálo bien que
Minnie me mata si le pasa algo… ¿Tose?... Debe ser por el calefactor ese que tenés todo

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el tiempo al mango. Sí, mamá, hace mal. A vos también te va a hacer mal. (Escucha.)
No, no creo que llegue. El laburo está bastante complicado. Tenemos pedidos todos los
días. (Escucha.) Sí, un poco cansado nomás, pero me gusta. Y… sarna con gusto no
pica ¿no? (Escucha.) Tené cuidado mamá. Lo tenés que llamar a Peter para esas cosas.
(Escucha.) Una lamparita puede esperar mamá, no es tan grave (Escucha.) ¿Y si te
llegás a caer de la silla? (Escucha.) Bueno… está bien… pero la próxima vez pedile a
Peter que te la cambia volando. (Silencio) Chau, mamá. Chau.

Cuelga el teléfono y apaga la lámpara. Luego vuelve a su posición junto a los


otros. Todos reanudan el festejo. Dan la vuelta olímpica y regresan a la casa.

El macho argentino
TRIBILÍN - Y entonces yo estaba acá y ella ahí. Yo me hacía el boludo, la miraba
de costado nomás. Y ella, nada. Nada. Miraba para el piso, para el techo para la puerta,
y nada. ¡Cómo me calientan las minas que se hacen las recias! Pedí dos copas de vino.
No era muy bueno, pero era lo que había. La cosa es que antes de arrancar tuve que
pedir otras porque las dos primeras ya me las había tomado. Me acerqué despacito, pero
dejando que me viera. Que se la vea venir, no quería sorprenderla no. Todo lo contrario:
me gusta el suspenso, la intriga. Que se la vea venir me decía, que se la vea venir. Antes
de que yo pudiera abrir la boca me tiró el primer dardo: “no me gusta el vino”. La puta
madre, pensé: ¿Cómo no le va gustar el vino? Me volví a la mesa como un salame, con
las dos copas en la mano. Me senté, me las tomé a las dos de un saque. La puta que la
parió, pendeja engreída.

MICKEY- Vos sos un boludo.

PATO DONALD – Callate, dejalo contar.

TRIBILÍN – Entonces pensé y me dije: esto no puede quedar así. ¿Soy o no soy el
mejor de todos?

MICKEY – No, no sos el mejor de todos. Ni siquiera sabemos qué carajo de animal
sos.
(Risas)

TRIBILÍN – Y vos qué hablás al pedo. ¿Por qué no te quedás en el molde huevón?

PATO DONALD – Dejalo hablar a GOOFY, che.

TRIBULÍN – (Corrigiendo) ¡Tribilín!

(Risas del resto, se nota que siempre lo cargan con lo mismo)

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PATO DONALD – Bueno, Tribilín, GOOFY, como quieras. Pero seguí contando
¿Cómo siguió?

TRIBILÍN – Estuve como media hora sentado sólo en un rincón, como loco malo.
Masticando la derrota. Quedé pagando como un boludo. ¡¿Cómo no me la vi venir?!
Estas minas no son minas cualquiera, están creídas. Se creen que porque leyeron dos
libros de mierda son mejores que nosotros. Te miran desde arriba, con desprecio, con
aires de superioridad. Pero yo las tengo bien caladas a estas pendejas. Ya las conozco.
Lo que pasa es que me distraigo. Les miro las gambas, el cuello, las tetitas… me pongo
como loco y hago ese tipo de boludeces. Me mando como un toro y reboto como un
boludo. Pero si algo tengo de toro…

MINNIE – Los cuernos.

TRIBILÍN – Andá a cagar pelotuda, ¡vos sos la cornuda!

MICKEY – (Cortante. Defendiendo a “su chica”) Epa, epa, epa…

PATO DONALD – Che, déjenlo contar a Goofy, la puta madre.

TRIBILÍN – (Corrigiendo otra vez) ¡Tribilín!

PATO DONALD – Dale. Contá. No jodemos más.

TRIBILÍN- (Retomando) Si algo tengo de toro, decía, es que le sigo encarando. No


me rindo. Para adentro mío me decía: no me puede pasar esto. No soy un principiante,
no soy un principiante. ¿Soy el mejor o no soy el mejor de todos?

PATO DONALD – No, no sos el mejor.

TRIBILÍN – ¿Vos también boludo? Me están haciendo calentar.

PATO DONALD – Dale, no te calentés. Me la dejaste picando, qué querías que


haga. Seguí, dale.

TRIBILÍN - De repente me iluminé y me levanté de un saque y me le fui al humo


con silla y todo. La puse así, al revés, con el respaldo para adelante para poder sentarme
así y quedé cara a cara. Bien cerquita. Le sentía el aliento, el perfume del día, y del
anterior y del anterior, capa por capa todos los olores de la semana.

PATO DONALD – ¿Se te paró?

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MICKEY - ¿Qué?

PATO DONALD - ¿Cómo “¿qué?”? (Incómodo por la presencia de MINNIE) Si se


te paró. Eso. ¿Cómo “¿qué?”? ¿A vos no se te para cuando hacés algo así?

MICKEY – No, ¿a vos si?

PATO DONALD– (Que quedó en evidencia) No, a mí no.

TRIBILÍN – ¿No me digas que se te para cada vez?

PATO DONALD – No boludo, te dije que no.

TRIBILÍN – ¿Cada vez?

PATO DONALD – Les dije que no.

TRIBILÍN – ¿Cada vez que lo hacés se te para?

PATO DONALD – Bueno (por lo bajo), a veces.

TRIBILÍN – Pero mirá vos el patito travieso. (Risas, cargadas, etc.)

PATO DONALD – Bueno, dale. Seguí contando.

TRIBILÍN – Bueno. Entonces yo estaba así y ella así. (TRIBILÍN, que hasta aquí
estaba representando en el aire, modifica la posición de la silla y comienza a hacer
como si el PATO DONALD fuera la chica) Bien cerquita. ¿Cómo te llamás? Nada.
¿Cuántos años tenés? Nada. Para adentro pensaba. Son tercas las minas che, esto con los
tipos no pasa. A mí me llegan a preguntar así y a la segunda pregunta me tienen
hablando diez horas seguidas.

MICKEY – (Por fin interesado) Dale.

TRIBILÍN – Le hice una sonrisa, y me di cuenta, mirándola, oliendo esa


superposición de aromas, de rosas, de jazmín, de tierra, de transpiración, de concha, de
adrenalina; de que en algún lugar ya la estaba aflojando. Pero le erré feo. Era más terca
que la mierda la rubia. ¿Cómo te llamás? Nada. ¿cuántos años tenés? Nada. ¿A qué
colegio vas? Nada. ¿Hace mucho que repartís volantes para los zurdos? Nada. ¿Sos
monto? Nada. (Silencio) A la mierda con todo, dije. ¡DUMBO! ¡traeme los fierros que
tenemos una dura!

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El resto festeja.

PATO DONALD – (de repente) ¡Uy! ¡se me paró!

Más risas

Baile de El Trencito de la Alegría


Se oscurece la casita y se prenden las guirnaldas de colores. Los cuatro se colocan
sus cabezas y bailan LA FACHOMARCHA (Coreografía infantil tipo la anterior pero
esta vez con el tema “Avenida de las camelias”). Fin del baile y de la luz de color.
Todos caen muertos menos Mickey. Luz sobre él. Se saca su Cabeza.

Segundo Monólogo de la violencia argentina: El Tropezón. 3


MICKEY -Paraná que me rodeas como una serpiente. Boa constrictora, apura con
tu arrullo este whisky que por primera vez bebo y prepara mi camino de dolor y
espanto. Tigre ausente, Tropezón de hombre cansado y aturdido. ¡Basta Ya! ¡Basta!.
Sello con este cianuro, con esta cicuta socrática el final de mi vida y el principio de una
estirpe maldita. ¡Que así sea!

(Pausa. A un multitudinario auditorio imaginario).

Tal cual en tiempo del Inca, cuando por justo homenaje al Hijo del Sol traíanle lo
mejor de cada elemento natural las ofrendas de los países, la República Argentina ha
enviado al glorioso Perú de Ayacucho todo cuanto abarca el señorío de su progreso y de
su fuerza.

(Pausa. Para sí).

Te dejo mundo. Te dejo un puñado de libros. Millares de palabras, poemas, algo de


belleza. ¡Basta! ¡Basta de palabras! Te dejo mi herencia más oscura. Te dejo la
maldición de mi estirpe. Te dejo en mi hijo la picana en mano, te dejo en mi nieta la
picana entre las piernas. Te dejo más suicidios. Más Paraná, más Quirogas.

(Pausa. Vuelta al auditorio imaginario).

3
Este monólogo contiene fragmentos del Discurso escrito y pronunciado en Lima en 1924 por Leopoldo
Lugones en ocasión del aniversario de la batalla de Ayacucho. Es conocido como el discurso “La Hora de
la espada”.

9
Señores: Dejadme procurar que esta hora de emoción no sea inútil. Yo quiero
arriesgar también algo que cuesta mucho decir en estos tiempos de paradoja libertaria y
de fracasada, bien que audaz, ideología. Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la
hora de la espada. Así como ésta hizo lo único enteramente logrado que tenemos hasta
ahora, y es la independencia, hará el orden necesario, implantará la jerarquía
indispensable que la democracia ha malogrado hasta hoy, fatalmente derivada, porque
ésa es su consecuencia natural, hacia la demagogia o el socialismo. Pero sabemos
demasiado lo que hicieron el colectivismo y la paz.

(Para sí)

Muerte que purificas,


muerte que me silencias.
Lava mi cuerpo.
Entiérrame sin cajón y sin lápida.
Deja que corra el tiempo
sin llantos y sin lágrimas.
Que me cubra el silencio.
Que me maldigan hasta los muertos.
Deja que sobre mi nombre
anochezca el misterio.

(Para un público imaginario).

El sistema constitucional del siglo XIX está caduco. El ejército es la última


aristocracia, vale decir, la última posibilidad de organización jerárquica que nos resta
entre la disolución demagógica. Sólo la virtud militar realiza en este momento histórico
la vida superior que es belleza, esperanza y fuerza. Habría traicionado, si no lo dijera
así, el mandato de las espadas de Ayacucho. Puesto que este centenario, señores míos,
celebra la guerra libertadora; la fundación de la patria por el triunfo; la imposición de
nuestra voluntad por la fuerza de las armas; la muerte embellecida por aquel arrebato ya
divino, que bajo la propia angustia final siente abrirse el alma a la gloria en la heroica
desgarradura de un alarido de clarín.

CAMBIO DE LUZ. Se escucha la cortina del programa de TV. Los muertos se


despiertan y vuelven a la casita corriendo a mirar el televisor. TRIBILÍN se queda
para el stand up. Se saca la cabeza, agarra el vaso con whisky y se sienta en el
banquito alto. La luz televisiva lo ilumina. Los demás siguen el programa por la
pantalla. El personaje que encarna TRIBILÍN para la cámara está evidentemente
borracho y suena muy conocido, podría ser un alter ego de Galtieri. Los demás siguen
el programa por la pantalla del televisor de la casita.

Segundo chiste barato: Programa de Tribilín

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TRIBILÍN – Primer acto: Está un boludo mirando televisión parado y viene por
detrás un perro manchado y se lo coge.

Segundo acto: El mismo boludo está caminando por el bosque y viene un perro
manchado por atrás y se lo coge.

Tercer acto: El mismo boludo está mirando el atardecer y viene un perro manchado
por atrás y se lo coge.

¿Cómo se llama la obra?...

… Siento un dálmata.

Risas exageradas de televidentes del fondo.

Apagón

¿Sabés cómo le dicen?


La casita. Están los cuatro evidentemente aburridos. Alguno tirado en el sillón,
otro jugando al solitario, etc. De vez en cuando alguien se levanta y controla si el
teléfono tiene tono. Miran la hora, le cambian la yerba al mate, etc. Los cuatro están
sin sus cabezas. Después de un buen rato se repite lo del teléfono: hay tono pero nadie
los llama.

PATO DONALD - (De puro aburrido y por TRIBILÍN) ¿Sabés cómo le dicen a
éste? (silencio) Bombacha de vidriera... Nunca tocó una concha.

(Risitas de tedio y aburrimiento. Larga pausa).

MICKEY - (Por TRIBILÍN) ¿Sabés como le dicen a GOOFY?

TRIBILÍN – (Corrigiendo) ¡Tribilín!

MICKEY - Cable de Plancha… Parece piola, pero es un forro.

Tedio y largas pausas. Alguno puede volver a revisar si funciona el teléfono, otro
preparar mate, jugar con una pelotita, al solitario con las cartas, etc.

MINNIE - (por MICKEY) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Bioquímico: vive


analizando las cagadas de los demás.

(Risitas tímidas. Pausa).

TRIBILÍN - (por el PATO DONALD) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Balde de


plástico: se raja cuando uno más lo necesita.

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PATO DONALD - (Por MICKEY) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Bolsillo de atrás:
no sirve ni para rascarse las bolas.

(Va creciendo el interés y las risas).

MICKEY - (Por MINNIE) ¿Sabés cómo le dicen a ésta? Culo de Estatua: no hizo
un sorete en toda su vida.

MINNIE - (Por TRIBILÍN) ¿Sabés como le dicen a éste? Cabeza de Clavo: no


tiene ni un poquito de seso.

TRIBILÍN - (Por MICKEY) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Gato de circo: el único
animal que no trabaja.

MICKEY - (Por PATO DONALD) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Tortuga… duerme
con la cabeza adentro.

De a poco comienza a notarse que se ríen más de los “chistes” dirigidos al PATO
DONALD. Aumenta la violencia.

MINNIE - (Por TRIBILÍN) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Mono manco: porque
agarra la banana con el culo.

TRIBILÍN - (Por el PATO DONALD) ¿Sabés como le dicen a éste? Nido de


paloma: si no fuera por la paja se le caen los huevos.

(Risas desmedidas).

MICKEY - (Por MINNIE) ¿Sabés cómo le dicen a ésta? Alambre de escoba:


porque está alrededor de las 10.000 pajas.

MINNIE - (Por el PATO DONALD) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Lámpara


antigua: sin alcohol no sirve para nada.

El PATO DONALD - (por TRIBILÍN) ¿Sabés cómo le dicen a éste? Papel araña:
porque es el forro más conocido.

(Casi nada de risas. De ahora en más, todos los “chistes” serán dirigidos sólo al
PATO DONALD, más precisamente hacia su novia, DAISY. Al pato no le gusta ni
medio).

MICKEY - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de este? Tiro libre: porque si te agarra
te deja los huevos doliendo.

(Risas).

MINNIE - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Reloj de arena: porque la ponen
culo pa arriba cada media hora.

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(Las risas son cada vez más burlonas y desproporcionadas, no se aguanta la
violencia).

TRIBILÍN - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Auto de mafioso: porque


siempre tiene un fiambre metido en el baúl.

MICKEY - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Chapa de cartón: negra.


Ordinaria y fácil de clavar.

TRIBILÍN - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Fiat 600: porque cuando se
calienta sólo la enfriás con un palo en el culo.

MINNIE - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Cucaracha biónica: no hay


polvo que la mate.

MICKEY - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Azúcar impalpable: porque es


un polvo rico y barato.

MINNIE - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Corbata de muerto: sólo se la


ponen de lástima.

TRIBILÍN - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Mamadera negra: porque no


se sabe cuánta leche tiene adentro.

MICKEY - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Medalla de oro: el que llega
primero se la pone.

MINNIE - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Capa de ozono: cada día tiene
el agujero más grande.

MICKEY - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Sommelier de Tambo: ha


probado todas las leches.

MINNIE - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? Licuadora: porque le entran


tres bananas y un litro de leche.

TRIBILÍN - ¿Sabés cómo le dicen a la novia de éste? …

(De repente el PATO DONALD saca un revólver y lo pone en la cabeza de


TRIBILÍN).

PATO DONALD - ¡¡¿Cómo le dicen a mi novia?!! ¡¡¿Cómo le dicen?!! ¡¡¿Cómo le


dicen?!!

(Va hacia los otros, los apunta con el arma. Nadie habla, todos miran hacia abajo.
El silencio es largo y llega hasta los huesos. Suena el teléfono. Todos se miran,
MICKEY va y atiende).

13
MICKEY. – (Alegre y festivo) ¡Trencito de la Alegría, buenas noches! Sí, señor.
(Mira al resto) Todo en orden (el resto se disciplina). Sí, señor. Esperando
instrucciones. Ajá; Tomo nota. (Señas al PATO DONALD que toma papel y lapicera)
Tiene que ser en veinte minutos… no hay inconveniente señor (el resto comienza a
pertrecharse) ¿Zona liberada? Ajá (escucha.) Ajá… Sí, señor. ¿Origen?... (Al PATO
DONALD que anota) Avenida Roca 1237, departamento 4 en propiedad horizontal.
¿Destino? ¿El de siempre? (Escucha.) Sí, señor. Pareja de aproximadamente 29 y 25
años. Inteligencia de Montoneros. Dos hijos, uno de 9 y otro recién nacido. (Al PATO
DONALD.) ¿Anotaste? (El PATO DONALD asiente.) ¿Qué hacemos con los pibes? Sí,
señor. (Escucha.) Sí, señor. Entendido, señor. No le vamos a fallar, señor. A su señora
esposa le va a encantar, señor; se nota que tiene madera para eso. Sí, señor…
felicitaciones, señor. (Cuelga).

(Ya están todos listos y armados. Mientras MICKEY toma lo suyo da las últimas
directivas).

MICKEY – Vos PATO ocupate del fierrerío y te vas a quedar de campana en la


puerta. La cana está avisada así que no van a joder. TRIBILÍN y vos (por MINNIE) van
a entrar conmigo, en lo posible hay que llevarlos vivos. ¿Estamos?

MINNIE, TRIBILÍN – Sí, señor.

MICKEY - ¿Seguro? La última vez se emocionaron y reventaron a dos.

(Risitas cómplices de travesura.)

TRIBILÍN – No va a volver a pasar, señor.

MICKEY – Minnie, llevá una frazada: el bebé se viene con nosotros. A la piba de 9
la dejamos ahí.

MINNIE – Sí, señor.

Se ponen las Cabezas y salen de la casita con “los fierros” en la mano marchando
con paso militar. Todos quedan pausados menos el Pato Donald que regresa a la casa.
Prende la lámpara de la mesa y disca. La luz le da de lleno en la cara. Parece un
interrogatorio)

La llamada secreta del Pato Donald

PATO DONALD – (Muy muy tierno) ¿Daisy? Hola, mi amor… perdóname que te
llame tan tarde es que estamos a full con las salidas. ¿Cómo estás?... sí, yo también.
Bastante cansado… ¿Me extrañás?... ¿Mucho?... ¿Mucho mucho?... ¿Mucho, mucho,
mucho?... ¿Mucho hasta dónde? ¿Hasta la Quiaca? … entonces yo hasta París…. ¿Hasta
la luna?... Yo te extraño hasta el sol… No sabés cómo extraño tus plumitas… Sí… Sí…
Y cuando me acomodás el nido como a mí me gusta… Sí… y cuando íbamos a nadar a
la laguna del pueblo… ¡Cuánto hace que no vamos a esa laguna!… ¿Cómo?... Pero…
Pero… ¿Con quién fuiste?…. ¿Sola?... A esos lugares nadie va sola… Decime con

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quien fuiste… Decime con quien fuiste…. Decime con quien fuiste… bueno…
pongámosle que fuiste sola ¿qué hiciste ahí “sola”?... Ajá: Nada. ¿Nada de nadar o nada
de nada?... (Va creciendo la violencia del Pato) ¿Te vio alguien conocido ahí? …
¿cómo qué quiere decir “conocido”?... Alguien que sepa que sos mía y que sin embargo
fuiste a la laguna sola…. No… no… no… ¿Encima estuviste charlando con esa puta?
Qué carajo me importa que sea tu prima. Es una pata puta y listo… Más vale que no me
entere de que… Me importa un huevo que hacía calor y querías refrescarte… Me
importa un huevo que no te haya visto nadie conocido… (Comienza de a poco a hablar
con el típico “idioma” del Pato Donald hasta que poco a poco no se le entiende nada,
sólo el griterío en su lengua de Pato.) Sos una puta como todas las minas pero sos mía y
mientras yo no ande por ahí vos tenés que mantener tu culo gordo encima de los
huevos… (Griterío ininteligible en idioma de pato, luego pausa en la que Donald se
calma. Larga Transición.) Yo también te quiero… (Enamoradísimo.) Yo también… Yo
también… Mándame un besito… Yo también… Chau… Chau… Cortá vos… No, cortá
vos… No, cortá vos… No, cortá vos… Cortamos los dos cuando cuente tres… uno, dos
y tres.

Cuelga el teléfono y apaga la lámpara. Luego vuelve a su posición junto a los


otros. Todos reanudan la marcha y se acomodan en el espacio.

Meando de risa
Los cuatro de espalda al público y en hilera, sin sus cabezas. Están “meando” en
un baldío. Como chicos, escriben con pis en el piso de tierra. Las Cabezas se
encuentran junto a las armas, alineadas en proscenio. Harán pis sin interrupción
durante toda la escena.

(Deletreando con pis en el piso de tierra)

MICKEY – M – i – C – K – E – Y.

TRIBILÍN – T – R – I – B – I – L – I- N.

MINNIE – M – I – N – N – I – E.

PATO DONALD – P – A – T – O D – O – N – A – L – D.

MICKEY comienza a reírse muy desde abajo para continuar con una risa larga y
prolongada que será el fondo sonoro de toda la escena.

MINNIE – (Contagiada con la risa) ¿Qué carajo te pasa?

MICKEY – Es… (Intenta contestar pero no lo deja la risa.)

(MINNIE vuelve a preguntar pero esta vez deletreando la pregunta con el pis en el
piso)

MINNIE - ¿Q-u-e c-a-r-a-j-o t-e p-a-s-a?

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(Más risas de MICKEY).

PATO DONALD – Me parece que éste está en pedo.

TRIBILÍN- (Deletreando con pis en el piso) ¿E-s-t-a-s e-n p-e-d-o?

(A esta altura ya están todos tentados, apenas pueden hablar. Sin embargo todos
siguen meando).

MINNIE – Dale, boludo. ¿De qué te estás riendo?

PATO DONALD – (Deletreando con el pis) R-i-e-n-d-o.

(MICKEY sigue tentado).

PATO DONALD – ¿De cuando la mina se meo encima?

(Todos aumentan el nivel de las risas).

PATO DONALD – Dale, boludo. Contá de una vez ¿De cuando la mina se meó
encima?

(A MICKEY la risa apenas le deja expresar que no es por eso).

TRIBILÍN – Ya sé, ya sé. Del tipo cuando le mandó “no sé cómo llegaron esos
libros acá, los debe haber dejado mi abuelo…”

(Risas más fuertes).

MINNIE – No, no, “mi abuelito” dijo el boludo; “mi abuelito”, como si tuviera
cinco años.

(Risas)

TRIBILÍN - ¿Y? ¿Es de eso? ¿De eso?

(MICKEY, entre risas, hace señas de que no).

PATO DONALD - (Con pis en el piso) a-b-u-e-l-i-t-o n-o

MINNIE- Ya sé, ya sé. Cuando el boludo éste (Señala al PATO DONALD) le dijo
“esto me va a doler más a mí que a vos”.

(Risas generalizadas).

TRIBILÍN - (Con pis en el piso) M-a-s a m-i q-u-e a v-o-s.

(Risas).

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PATO DONALD - Y bueno che, quería ser un poco más humanitario.

(Risas de todos, inclusive el PATO DONALD).

PATO DONALD – (Haciéndose el “serio” parodia el momento.) Esto te va a doler


más a... (Risas.) No, no, fue así (Cambia) “Esto te va a doler más a mí que a vos”
(risas).

TRIBILÍN - Che, a ver, decílo en cordobés.

PATO DONALD - (en cordobés) “Esto me va a doler más a mí que a vos…


culiau”.

(Risas generalizadas).

MINNIE – Decilo en jeringoso.

PATO DONALD – Espetopo mepe vapa apa …

(Risas).

TRIBILÍN - (Con pis en el piso) a-p-a v-o-s-p-o.

(Risas).

MINNIE- Pará, pará. Decilo como paraguayo

PATO DONALD - (En tono paraguayo) “Esto me va a doler más a mí que a vos…
patroncito”.

(Risas).

TRIBILÍN - Como Speedy Gonzales.

PATO DONALD - (Con la tonada y los grititos del personaje) “Esto me va a doler
más a mí que a vos”.

(Más risas).

MINNIE – (a MICKEY) ¿Y? ¿De eso te estás riendo?

(MICKEY entre risas dice que no).

MINNIE – Entonces boludo ¿de qué mierda te estás riendo?

TRIBILÍN – Ya sé, ya sé. De cuando le encajé el sopapo a la mina y el pajero del


novio le mandó “si le pegás otra vez te mato”. (Risas.) ¿De eso? de eso ¿no?

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(MICKEY hace señas de que no).

PATO DONALD - ¿Entonces? ¿De qué carajo te estás riendo?

(MICKEY toma aire, lo va a decir).

MINNIE – Dale, ¡dale!

MICKEY – (con la voz llorona del nene del primer chiste) “… entonces puto no…
entonces quiero ser Mickey".

(Silencio corto, luego risas generalizadas).

Baile de El Trencito de la Alegría.

LUCES DE COLORES. Suena la música. La coreografía, aunque con música


infantil, tiene más “pinta” de entrenamiento o desfile militar que de baile para niños.
Se podría decir que “bailan como soldados en combate”. Todos tienen la cabeza
puesta.

(Esta vez con música, letra y voz tipo marcial).

¡Ahí va! ¡Ahí va!


Ahí va que te va.
La cosa funcionando está
Y todo así se arreglará
Ahí va, ahí va
Ahí va que te va

Ahí va, ahí va,


Ahí va que te va.
Llega un nuevo día
Hay que despertar.
Levántate ponte a saltar
Ahí va, ahí va,
Ahí va que te va.

Ahí va, ahí va


Ahí va que te va
Bailamos todos al compás
Qué divertido jugar con ¡Mickey Mouse!
Ahí va, ahí va
Ahí va que te va.

(Fin del baile y de las luces de colores. Todos caen muertos menos MINNIE, que se
saca su cabeza).

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Tercer Monólogo de la violencia argentina: 9500 Kilogramos.
MINNIE – Cristo vence. Siempre lo hace. Cristo vence. Por arriba de las nubes
llevaré su nombre y será su bendición el combustible de mi nave. Cristo vence. Él
derribará al Tirano. Le cortará la lengua, las manos, le mancillará el cadáver de la puta
bífida. Su ira revolcará en llamas a la ciudad maldita y yo seré su instrumento. Llevo
9500 kilos de bombas en mi nave y mi nave es inmensa, gigante, infinita. Todopoderosa
como él. Cristo vence. Las alas de mi avión llevan su nombre y con él mi alma. El
Tirano debe morir y con él sus ratas ladronas. Abajo la dictadura de negros y cabezas.
Un país no puede estar en manos de lo más bajo, de la chusma, del populacho, de la
marea.

(Hace con la voz el típico ruido de una bomba cayendo con la consabida explosión
final. Acompaña con el gesto, como si fuera un niño que juega).

No hay inocentes. Todos son cómplices. Todos. Niños, mujeres, ancianos. Todos.
Todos. La Casa Rosada es rosa porque está llena de maricones. De putos que se ponen
en cuatro ante la verborragia del Tirano. Y ya que el cáncer no va a hacernos un
segundo favor…

(Otra vez, como un niño jugando, hace los gestos y los ruidos de una
ametralladora disparando desde el aire).

Hoy es el día del bautismo de fuego. Las naves surcarán los cielos, oscurecerán el
día como un gran eclipse. Y la gloria será nuestra. Las multitudes comprenderán que no
somos niños. Que no somos maricas. Que estamos dispuestos a todo por limpiar a la
patria de esa mugre que tiene pegada. De esa costra maldita. Entraremos por el cielo,
por la tierra, por el mar.

(Hace ruidos de bombas, tiros y explosiones).

Y Buenos Aires arderá en llamas y desde el corazón del fuego llegará la


purificación. Y la chusma abandonará las calles para retirarse a sus cuevas y los
hombres de bien que construyeron la patria la recuperarán para siempre…

(Bombas, tiros y explosiones).

Y ya nada será lo que era, se hará la luz sobre nuestro reino, y el Almirante nos
colgará medallas y seremos recibidos con aplausos y laureles. Tendrán que comerse las
imágenes de la puta, meterse en sus culos negros las velas que le prendían con su
asquerosa herejía… ¡Uh! ¡Dije culo!

CAMBIO DE LUZ. Se escucha la cortina del programa de TV. Los muertos se


despiertan y vuelven a la casita corriendo a mirar el televisor. MICKEY se queda para
el stand up. Se saca la cabeza, agarra el vaso con whisky y se sienta en el banquito alto.
La luz televisiva lo ilumina. El personaje que encarna MICKEY para la cámara está

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evidentemente borracho y suena, definitivamente, como Galtieri en Cadena Nacional.
Los demás siguen el programa por la pantalla del televisor de la casita.

Tercer chiste barato: Programa de Mickey.


MICKEY
Primer acto: el Pato Donald juega al fútbol en la selección de Holanda.
Segundo acto: El Pato Donald juega otro partido para la selección de Holanda.
Tercer acto: el Pato Donald juega otro partido más para la selección de Holanda.
¿Cómo se llama la obra?
… Pato a la naranja.

Risas exageradas de los televidentes.

APAGÓN

Bésame mucho
Luz. MICKEY y MINNIE con sus cabezas puestas están listos para comenzar un
baile. TRIBILÍN canta y el PATO DONALD toca el bongó. Se trata del bolero “Bésame
mucho” de Consuelito Velázquez. Coreografía romántica e íntima pero con un aire a
Fred Astaire y Ginger Rogers.

Termina la canción y todos, menos Minnie, quedan pausados. Minnie se va a la


casita a hablar por teléfono. Prende la lámpara y disca. La luz le da de lleno en la
cara.

La llamada secreta de MINNIE

MINNIE - Hola. Sí, qué tal… soy MINNIE… Minnie Mouse… ¿se acuerda de
mí?... sí… sí…. sé que es tarde pero no puedo llamar en otro momento… disculpemé…
¿Me puede atender ahora? Necesito sí o sí que me atienda ahora, me estoy consumiendo
en esta incertidumbre. ¡¿Sí?! Gracias, muchas gracias… Sí, le aseguro que mañana
mismo mando el cheque…. Bueno… sí, espero… (Espera al teléfono un rato) sí… sigo
acá. (Escucha.) Listo, empecemos. Minnie Mouse… no, sin segundo nombre… 12 de
enero… sí… Capricornio con ascendencia en…. Sí…. sí…. eso me lo había dicho…
(Escucha) Mickey Mouse… doce de septiembre… Virgo… si. ¿Tengo posibilidades?...
Porque estuve leyendo el diario y encontré esto: (Saca un pedacito de diario todo
arrugado y lo lee) “Los de Virgo tienden a tener relaciones del tipo superficiales. Son
muy reacios al compromiso porque temen dar rienda suelta a sus sentimientos y son
extremadamente inseguros respecto de sus opiniones” ¿Le parece? Porque acá más

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abajo dice (lee)…”son muy intuitivos y meticulosos a tal punto de que les es muy difícil
llegar a conclusiones definitivas”… si pero… ah, claro… (Guarda el papel) claro… el
ascendente es lo que importa… nació a las diez y media de la mañana… sí… puede
ser… sí… ascendente en géminis… sí… ¿Y tengo que preocuparme? (Escucha.) No, es
un dulce. (Escucha.) Espere que anoto… (Anota) le encanta bailar… sí… es apasionado
cuando quiere... Es un líder natural… no le gusta que le pisen la cola… sí… sí… ¿le
parece? ¿O sea que Capricornio y Virgo tienen futuro? … ¡¿no?!... ¡ah! ¡Qué susto! Que
no me lo puede asegurar con estos datos… sí… sí… en el chino es rata… sí, igual que
yo… sí: Es Virgo, con ascendente en Géminis y una rata. (Escucha.) Pero necesito que
me diga algo… me estoy muriendo… cada vez que lo veo creo que me lo va a proponer
y nada… “A” positivo… sí… O sea que sigo esperando… bueno… bueno… bueno…
(Cuelga. Gran suspiro. Apaga la lámpara).

Minnie vuelve a la posición final de la coreografía. Todos caen muertos menos


TRIBILÍN. Luz sobre él que se saca su cabeza.

Cuarto Monólogo de la violencia argentina: occidental y cristiano.4


TRIBILÍN – Soy EL HOMBRE. El destinado. El elegido, el único. He venido al
mundo con un solo propósito: limpiar el suelo patrio de ideologías foráneas. De
secuaces apátridas, de populacho sublevado. Yo seré quien lo reemplace y dispuesto
estoy a gobernar por 40 años.
"Madre de Dios: Señora de Luján, a quien nuestro Pueblo os llama también la
Virgen de Itatí… Madre del Nordeste argentino… Señora de Sumampa en Santiago del
Estero y Virgen del Valle de Catamarca… Milagrosa Imagen de la Virgen en Santa Fe y
Virgen del Milagro en Salta, ante Vos estamos aquí reunidos…”
Soy EL HOMBRE. El custodio de Occidente. Y de algo estoy seguro: el enemigo
es interno. Está en las universidades, en los talleres, en los colegios secundarios, en los
diarios, en las librerías, en los teatros.
“… Virgen Santa. Nuestra bandera tiene el mismo color de vuestra túnica y manto.
Nuestra historia os venera en sus dramas y en sus júbilos. Virgen del Rosario, la
Reconquistadora… Virgen del Carmen, patrona del ejército emancipador por voluntad
del Libertador de medio continente, patrona del pueblo argentino y de sus regimientos
militares… Virgen de Loreto, Estela Maris, patrona de la Marina y la Virgen de la
Merced, Generala de nuestro Ejército. Nuestros próceres y héroes os invocaron antes de
la batalla y después de la victoria. Aún se escucha la voz de San Martín, de Belgrano, de
Pueyrredón, de Güemes, de Lamadrid y de Díaz Vélez: ¡Salve, Señora de Nuestro
Pueblo! Es que es la Argentina de hoy y de siempre la que da carril y empuje a esta
manifestación de fe…”
Soy EL HOMBRE y soy la última defensa de nuestras queridas tradiciones. Soy
occidental y cristiano como el pueblo argentino. Soy el fiel defensor de la sacrosanta
familia. La cristiandad y occidente me han encomendado cuidar esta parte del mundo,
amparado en la única y leal guardiana de nuestras tradiciones: las Fuerzas Armadas
Argentinas.

4
Éste monólogo contiene fragmentos del Discurso que el General Onganía, en ejercicio de facto de la
presidencia y frente a la Imagen de la Virgen “consagró los destinos de la patria a su Inmaculado
Corazón”. Luján, 30 de noviembre de 1969.

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Virgen Santa: “…Fieles a Vos, leales al país y a nuestra historia, nos sumamos al
testimonio de Fe que nos legaron los fundadores de la Patria y, conscientes de la
responsabilidad que impone a todos esta hora del mundo, llegamos a Luján, pago y
santuario entrañablemente nuestro, de todos los argentinos, para consagrar a Vuestro
Inmaculado Corazón, Nuestra República y todos nuestros esfuerzos, implorando
bendiciones por la grandeza de la Patria. Así sea".
¡Nuestra Señora de Luján, salva a la Argentina!

CAMBIO DE LUZ. Se escucha la cortina del programa de TV. Los muertos se


despiertan y vuelven a la casita corriendo a mirar el televisor. EL PATO DONALD se
queda para el stand up. Se saca la cabeza, agarra el vaso con whisky y se sienta en un
banquito alto. La luz televisiva lo ilumina. Los demás siguen el programa por la
pantalla. Otra vez Galtieri en Cadena Nacional.

Tercer chiste barato: Programa del Pato Donald


PATO DONALD

Primer acto. A Piter le piden un sanguche de Milán y queso y pone en un plato una
feta y una feta
Segundo acto. A Piter le piden un sanguche de mortadela y queso y pone en un
plato una feta y otra feta.
Tercer acto A Piter le piden un sanguche de crudo y queso y pone en un plato una
feta y otra feta.
¿Cómo se llama la obra?
Piter ¡Pan!

Risas exageradas de los televidentes.

APAGÓN
¿Dónde está el bebe? ¡Acá esta!
Cuando aparece la luz, Tribilín y Minnie están en la casita frente a un moisés o
cuna de bebé. Lo que sigue son las típicas muecas, voces y gestos que los adultos suelen
hacerle a un bebé pero hay algo que se instalará de a poco y se transformará en una
cadencia que será el fondo sonoro de toda la escena:

TRIBILÍN Y MINNIE- ¿Dónde está el bebé?... ¡Acá esta!

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Próximos a proscenio Mickey y el Pato Donald están frente a una mesa de
Pingpong. Los otros dos continúan durante toda la escena con los jueguitos hacia el
niño y la cadencia que cada vez será más siniestra.

El Pingpong patrio
Comienza el juego. Arranca Mickey, pero los textos los irá diciendo quién gane
cada jugada.

MICKEY - Por la licuadora. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Vamos por la colección de discos. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por el lavarropas. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por el juego de cubiertos del casamiento. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por la heladera. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por el televisor. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por la camita de la pendeja. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por el vestido amarillo que estaba en el ropero. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Vamos por el combinado. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por el traje de papá Noel.

MINNIE – (Interrumpiendo justo antes de que saque.) ¡No! El traje de Papá Noel
es mío, no te hagas el boludo que ése lo cargué yo.

EL QUE GANÓ – Está bien. Está bien. Por los guantes de arquero. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por las dos bicicletas grandes. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – por la bici chiquita. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ – Por todas las polleras de verano.

MINNIE - ¡Hey! ¿Las polleras no quedamos que me las quedaba yo? Sí, ¿qué me
mirás así? (Señalando a MICKEY.) Vos lo dijiste antes de entrar “si hay polleras son
tuyas” ¿o no?

MICKEY – Está bien, está bien, vamos por otra cosa entonces.

EL QUE GANÓ – (Se dispone a sacar.) El juego de pipas.

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MINNIE – (Interrumpe.) Eso dijimos que era para Popeye.

EL QUE GANÓ – (Se dispone a sacar.) Los auriculares.

MINNIE – (Interrumpe.) Esos son de Dumbo.

EL QUE GANÓ – (Se dispone a sacar.) La alfombra del comedor.

MINNIE – (Interrumpe.) De Aladino.

EL QUE GANÓ – (Se dispone a sacar.) Las herramientas de jardín.

MINNIE – (Interrumpe.) De los Siete Enanitos.

EL QUE GANÓ – (Se dispone a sacar.) Las revistas porno.

MINNIE – De Peter Pan.

EL QUE GANÓ – (Se dispone a sacar.) La máquina de cortar pasto. (Espera la


interrupción pero no sucede. Saca y juegan).

EL QUE GANÓ – Los libros del “abuelito”. (Saca, juegan).

EL QUE GANÓ - Las cuatro sillas y la mesa. (Saca, juegan).

Comienzan a discutir la jugada. Tribilín y Minnie se suman a la discusión. De


repente todos quedan en pausa menos Mickey que se va a la casita a hacer su llamada.
Prende la lámpara y disca.

La llamada secreta de MICKEY

MICKEY - ¿Hola? ¡Hola! (Está sorprendido de que lo atiendan) ¡Hola! No puedo


creer que pude comunicarme… sí, sí, espero. No hay problema. ¿Soy el primer…? …
¿Voy a poder hablar con ella? ¡No lo puedo creer! Espero… espero… ¡Hola! ¿Estamos
en el aire?... Es que estoy muy nervioso… Está bien… ¿Mi nombre? … No, preferiría
no dar mi nombre… Es que no quiero que se dé cuenta de que soy yo… ¿Un
pseudónimo? Eh… eh… Gonzales… Speedy Gonzales… Sí. La verdad es que estoy por
cortar con una relación que lleva mucho tiempo y todo eso me tiene bastante mal. Casi
no duermo… casi no como. Apenas si hago el laburo… ¿Usted cree que eso es
normal?... ¡Lo que pasa es que la veo tan entusiasmada! Me cocina… me hace
masajes… hace su trabajo con una alegría increíble… duerme plácidamente… ¡Está
radiante!… Bueno, lo que pasa es que son una parva de años juntos y mientras ella tiene
ganas de… de… de… (No encuentra la palabra) digamos… ganas de profundizar en la
relación, yo estoy necesitando un cambio. Aire nuevo, eso: Aire nuevo… Otro tipo de
cosas… ¿Cómo?... No, me encantan las ratoncitas. No es eso; pero siento que ya fue…

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sí, ya sé que tendría que hablar con ella pero no es fácil… (Escucha la pregunta) 40
años tengo… no, no creo que sea una crisis… Bueno lo que creo es que estoy
enamorado de otra… sí… no, no voy a decir cómo se llama… (Le insisten) No voy a
decir cómo se llama… (Le insisten.) No lo voy a decir… Bueno, eso sí: es pelirroja…
de pelo ondulado… de ojos profundos como el mar… y… y… (Duda, no sabe si
decirlo o no.)… Y… bueno, digamos que… es… bueno un detalle es que… no… el
tema es que… no… no tiene piernas… (Obviando el detalle) Lo que le quería decir es
que el amor que estoy sintiendo en estos momentos por ella es verdaderamente… (Lo
interrumpen.) No, no es lisiada (Escucha) ¡Sí, puede ser que no tenga piernas sin ser
una lisiada! ¿Por qué no?... (Retoma lo que estaba diciendo). …Que el amor que estoy
sintiendo por ella es verdaderamente… (Medio sacado por la insistencia.) ¿Acaso
existe una sola especie en este mundo?... (Retoma.) El amor que estoy sintiendo es tan
profundo, viene de tan hondo, de los abismos más oscuros de mi corazón. Siento que mi
pecho se mueve como… como… como olas… como olas que chocan contra los
acantilados… (Ante la insistencia.) ¡El amor no tiene nada que ver con las piernas! ¡No!
(Retoma.) Siento que su pelo rojizo se mueve en un interminable vaivén como si fueran
algas marinas envueltas en magia… ¡No! ¡Le digo que no! Pero ¿qué importan las
piernas? (Está fuera de control.) ¿Yo le hablo de amor y usted de piernas? ¡Que no!
¡Que no!... ¡Le digo que no!... ¡No es una lisiada!.. ¡No! ¡No! (Estalla) ¡Aletas!
¡Aletas! ¡Aletas! ¡Tiene aletas!

Cuelga y vuelve a su posición junto a los otros. Se reanuda la discusión. Todo es


un gran lío. Mickey se aleja de repente, toma un “grabador” y pone play. Suena música
china de relajación. Todos se relajan.

Tai chi chuán


Los cuatro personajes se acomodan para hacer Tai chi chuán. MICKEY oficia de
Sifu. Todos sin cabeza. Toda la escena tiene una profunda calma china y nunca se
dejará de hacer las formas del Tai chi

MICKEY – Inhalamos por la nariz intentando mantener nuestro volumen de aire en


perfecto equilibrio. Exhalamos por la boca. Inhalamos, exhalamos mientras
“Acariciamos las crines del caballo salvaje”. (Realiza la forma) Todo nuestro cuerpo
debe estar en perfecto eje y armonía con el cosmos. Me concentro en el enraizamiento:
mi conexión con el suelo. Como si nuestros pies fueran las profundas raíces de un árbol.
Soy pura energía que circula desde la tierra hacia mí y de mí hacia la tierra.

MINNIE- La energía recorre todo el cuerpo como una estela mágica. Y va


directamente hacia la mente, hacia los sentidos, y se clava ahí, como púas, como un
aguijón, como mil agujas envenenadas.

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MICKEY – Una respiración pausada nos tranquiliza y es especialmente útil para un
correcto fluir de la energía. Dejemos que la energía fluya y fluya. Que nada detenga su
eterno andar. Su fuerza vital. Su fuerza creadora.

PATO DONALD - La energía es poder. Es verdad, es incontenible. Los sentidos se


nublan y se iluminan a la vez. Los músculos se contraen. La lengua se dobla sobre sí
misma. Los ojos se inflan como un globo aerostático rojo, bien rojo. Pero la energía no
se detiene. Fluye por el alambre. Fluye por la reja, fluye por la carne marchita.

MICKEY – Dejo que la energía reinicie su recorrido y me llene de satisfacción y


paz. El Tai chi calma y regulariza nuestra mente, elimina emociones negativas. Soy
una sola cosa con la energía primordial, primigenia. Primera.

TRIBILÍN – La energía primera y primordial. Amiga de la verdad, de la palabra.


Capaz de moldear corazones, de movilizar historias, de hacer a la luz nombres,
direcciones, escondites, aguantaderos. Energía eléctrica.

MICKEY – El equilibrio es el secreto de todo balance. Movernos en el punto justo


entre el exceso y el defecto. Al enderezar nuestra espalda mejora el flujo de energía en
nuestro cuerpo.

TRIBILÍN – El equilibrio es el secreto. Hacerse uno con la máquina. Dejar que la


energía lastime pero no mate. Hable pero no silencie. Que la energía muerda pero no
desgarre. Soy el maestro de la energía. Su amo. Su dios. Soy dios con la máquina. Soy
uno con el universo.

MICKEY – El equilibrio es el centro. Es el corazón del tai chi, la lucha secreta y


primigenia del yin y el yan en su perfecto balance de energía.

MINNIE – Dejar correr la energía eléctrica como si fuera una serpiente


endemoniada. Pero tenerla atrapada por la cola. Para dominarla, para dominar, para
llegar a lo más profundo de la carne y hacerla hablar.

El PATO DONALD – Los ojos estallan, los dientes rechinan mientras en la frente
resbalan gotas frías de transpiración. Y a la energía le gusta la humedad. Es su medio.
Busca caminos por la humedad y se expresa en confesiones.

MICKEY - Si está recta nuestra columna la energía podrá fluir fácilmente. Dejar
que la energía fluya es la clave.

TRIBILÍN – Nadie puede resistirse a su paso. La energía busca y se expresa.


Camina por la reja, por el elástico de la cama de hierro, por la camilla de metal para
detenerse junto a su amor incondicional: el cuerpo que la espera y la retiene.

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MICKEY – Meditación energética: colocamos la lengua tocando el paladar detrás
de los dientes y visualizamos el flujo de energía en nuestro cuerpo. Saludamos. (Todos
saludan al Sifu con el típico saludo de Taichí y el Kun Fú).

Teléfono. MICKEY interrumpe lo que está haciendo y atiende.

MICKEY – ¡Trencito de la Alegría, buenas tardes! ¡Tenemos energía para rato!

Pero algo de lo que comienza a escuchar lo perturba. El resto lo mira queriendo


entender qué es lo que pasa. Su mirada es de total desconcierto. Comprende muy poco
lo que sucede aunque lo suficiente como para sentirse aterrorizado. Levanta la bocina
del teléfono para que todos escuchen. Es el discurso de Raúl Alfonsín de retorno a la
democracia. Apagón lento, muy lento. Queda el audio en la oscuridad.

Clasificados

Luz. Están los cuatro haciendo cola para hablar por teléfono con un diario y
lapicera en la mano. La música alegre de EL TRENCITO DE LA ALEGRÍA se escucha
de fondo. Todos están un poco contagiados por el ritmo.

MICKEY – (Por teléfono) Sí, amplia experiencia en ese ramo… Bueno, no sé si…
sí, sí, todo tipo de trabajos. (Escucha.) Altamente recomendado. Si usted vio mi
currículum habrá visto para la gente que trabajé. Todos muy conformes. Sí, absoluta
discreción. Entre ratones no nos vamos a andar pisando las colas…

Contento cuelga, se pone la cabeza y se aleja al ritmo de la música. Se acerca


TRIBILÍN al teléfono.

TRIBILÍN – (Por teléfono.) Pero ¡claro mi amigo! Soy un tipo con pocas pulgas.
(Escucha.) Cuando usted lo crea necesario me llama y nos ponemos en contacto.
(Escucha.) Discreción es mi segundo nombre. (Escucha largamente) ¿Así que somos
colegas? Pero mire que belleza… Espero su llamada entonces… No lo voy a defraudar,
se lo aseguro… ¡No lo voy a defraudar! (Escucha y luego se ríe.) Exactamente, amigo.
Es pura ecología lo nuestro. ¡Hay que reciclarse! ¡Hay que reciclarse!

Cuelga satisfecho, se pone la cabeza y se aleja bailando. Se acerca MINNIE al


teléfono.

MINNIE – (Por teléfono) La experiencia de traer niños al mundo es una de las


mejores cosas que le puede pasar a una. Estar ahí cuando el niño nace, verlos llegar al
mundo con tanta inocencia y expectativas, es… es… iluminador. Saber además que una,
no sólo como partera sino además como rata, ha contribuido que ese niño llegue a una
familia de bien, cristiana, occidental… que lo va a cuidar y criar como corresponde…

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es… es… iluminador…. Sí, claro. Puedo presentarme en su clínica mañana mismo ¿Me
pasa la dirección por favor?…

Cuelga Satisfecha y pone la cabeza y se aleja bailando. Se acerca el PATO


DONALD al teléfono.

PATO DONALD – (Por teléfono) ¿Buenos Aires Security? Sí, otra vez yo. Lo
estuve pensando y creo que el puesto de jefe de seguridad me queda al pelo, a las
plumas para ser más preciso… ¿Es una empresa muy grande?... Lo mío es un servicio
altamente calificado. (Escucha.) Tengo amplia experiencia en el combate… No, no, ahí
no… ahí no fui, no… quedaba lejos, hacía mucho frío y sufro de los bronquios, vio.
(Escucha.) ¿Cuento con el trabajo entonces? …

Cuelga el teléfono se pone la cabeza y se aleja bailando. Están felices. Todos


consiguieron trabajo. Comienza a subir el volumen de la música de EL TRENCITO DE
LA ALEGRÍA. Están ubicados como al principio, mirando a público. La música los
hace mover, están muy contentos. A media que se va produciendo el “fade in” del audio
la escena se torna más fría y siniestra. Ya no bailan y miran a público con sus fríos ojos
de muñecos, como al inicio de la obra. Están quietos y hay silencio, largo silencio. Las
luces de colores titilan cada vez más rápido hasta volverse incómodas. Apagón final.

FIN

Se estrenó en la sala del grupo teatral TRAC en mayo del 2016 con el siguiente
staff:

MICKEY: Pablo Durán


MINNIE: Daniel Posik
TRIBILÍN: Guillermo Médice
PATO DONALD: Mariano Rodríguez
ASISTENTE DE DIRECCIÓN: Gina Tosiani
DIRECCIÓN Y PUESTA EN ESCENA: Diego Scarpellino
PRODUCCIÓN: Grupo Teatral TRAC

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