Mi Ángel Guardián

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•Sinopsis•

Chloe apretó con fuerza el pequeño jazmín con su mano izquierda, deshaciéndolo en el
proceso. El dolor recorrió su cuerpo, convulsionó y sintió el sabor a óxido de la sangre pasar por
su garganta.

-¡Rápido, rápido, la perdemos! ¡Muévanse!

Los sonidos volvieron a sus oídos, abrió los ojos lentamente, la luz la encandiló
obligándola a sumirse nuevamente en la oscuridad y sintió la primer descarga eléctrica
atravesar su cuerpo. El jazmín se deshizo aún más entre sus dedos, pero aún así continuo sin
soltarlo.

-¡Cárgala a 180!

-¡Muévanse, muévanse! ¡Se nos va, se nos va!

•Capítulo 1•

-¡Vamos, Chloe! No seas aburrida. Veintiún años no se cumplen todos los días- Chilló Jennifer,
una hermosa chica de cabello color rubio con ojos de un brillante café la cual tenía una botella
de vodka en la mano.

La rubia sonrió coqueta agitando su cuerpo al ritmo de la música mientras movía la


botella lentamente ante los ojos de su amiga. Chloe tomó la botella entre sus manos y bebió
de un solo trago el líquido cristal que quedaba en la botella mientras escuchaba los chillidos y
gritos de sus mejores amigas.

Era su cumpleaños número veintiuno. Karen la otra mejor amiga de Chloe de cabello
castaño increíblemente liso y de ojos azules y Jennifer habían insistido en ir a festejar a un pub.
Aquellas chicas eran sus mejores amigas desde que tenía memoria y hoy al fin dejaba de ser la
más pequeña del grupo.

-Oh por dios, que mal me siento- Se quejó Jennifer tirándose en el asiento trasero de la
camioneta. Karen y Chloe se miraron divertidas. Jennifer había abusado del alcohol esa noche.
-Conduce tú, yo estoy peor -Dijo Karen entregándole las llaves de su camioneta a
Chloe, quien dudó unos segundos. Habían bebido demasiado esa noche y si bien era ella la
que menos había bebido, aún así estaba algo mareada por el alcohol y la música.

Aspiró profundo el aire frío de la madrugada, eran las seis de la mañana, el sol aún no
salía, estaban en pleno invierno, lo que hacía que hubiera una noche cerrada y oscura.

Chloe odiaba la oscuridad.

Intentó calmarse, se sentó en el asiento delantero de la camioneta y se abrocho el


cinturón de seguridad arrancando la camioneta despacio y al mínimo de velocidad. Jennifer
iba tirada en el asiento trasero profundamente dormida y Karen reposaba a su lado, en el
asiento del co-piloto. Sonrió divertida ante la escena y agradeció que esa madrugada no
hubiera tanto tránsito.

-Despacio- Susurró observando con cuidado la calle. Su vista se desvió hacía la guantera del
coche donde descansaba un hermoso jazmín que su pequeño vecino de la calle de enfrente le
había regalado. Se llamaba Zayn, tenía siete años y era un compañerito de clases de su
pequeña media hermana Ashley. Él solía sonrojarse cada vez que veía a Chloe, porque era
alta y bonita y poseía un hermoso y largo cabello color café.

A Zayn le gustan las niñas de cabello largo.

Ese día, él sabía que era el cumpleaños de Chloe, Ashley se lo había comentado. La
observo por la ventana de su dormitorio. Por la tarde dos chicas habían llegado en una
camioneta blanca y habían entrado al hogar de Chloe.

Cerca de la medianoche las vio salir de la casa de enfrente muy arregladas. Sus ojitos
café solo se fijaron en la hermosa chica de larga cabellera, llevaba un top negro brilloso atado
a su cuello con un sensual escote, un jean ajustado, azul oscuro y unos zapatos cerrados de
tacón color negro.

-¡Wow! La vecina sí que es linda. -Murmuró divertido su hermano mayor. Zayn frunció el ceño,
Louis largó una carcajada observando a su pequeño hermano con ternura.

-Tranquilo hermano- Comentó burlón recostándose en la cama- Tengo trece años, no me


gustan tan mayores.
-Como sea- Gruñó el pequeño pelinegro.

-Anda ve- Lo animó su hermano mayor- Yo te cubro si mamá viene- Le dijo divertido. El
pequeño sonrió agradecido y salió por la ventana en busca de su primer amor. Su madre los
había mandado a dormir temprano ya que por la mañana muy temprano irían a visitar a su
abuela que vivía a las afueras de la cuidad y el viaje sería un poco largo.

Zayn salió por la ventana y cruzó la calle corriendo llegando hasta la camioneta
blanca.

-¡Chloe!- La llamó. Esta se detuvo antes de subir al coche y volteó a ver quién la llamaba,
sonrió al reconocerlo y se acercó a él.

-Zayn- Lo saludó- ¿Qué haces solito tan tarde?- Murmuró preocupada con un tono de dulzura
en su voz.

-¡Feliz cumpleaños!- Chilló el pequeño entregándole un bonito jazmín. Porque el jazmín era la
flor preferida de Chloe.

-Cariño, muchas gracias- Comentó con ternura Chloe llevando el jazmín a su nariz y sintió ese
aroma que tanto le gustaba. Sonrió al pequeño y se inclinó quedando a su altura y así pudo
depositar un pequeño beso en la mejilla del chico, las cuales adquirieron un tono rojo cuando
Chloe se separó de él.

- Y... Y esto- Tartamudeó el pequeño aún atontado por el beso. Chloe tomó la pequeña cajita
de terciopelo color azul que el niño le entregaba y la abrió con sumo cuidado, dentro encontró
una hermosa cadenita de plata con una bella medalla en forma de alas.

Como las alas de un ángel.

-No debiste haberte molestado, Zayn- Sonrió agradecida -Es hermosa- Alabó observando el
colgante entre sus manos. El pequeño observó embobado los hermosos y brillantes ojos de su
primer amor. -¿Me la colocas? -Le preguntó Chloe agachándose hasta quedar a su altura.
Zayn asintió y tomó el colgante entre sus manos. Chloe tomó su cabello y el pequeño lo paso
por el cuello femenino, cerró los ojos al tenerla tan cerca y respiro profundo el rico perfume a
cerezos y frutos rojos que emanaba la chica. -Ya debo irme, pequeño- Comentó Chloe
poniéndose de pie, acarició el dije con sus dedos y sonrió agradecida -Muchas gracias, bonito-
Agradeció depositando un beso en la frente del pequeño. Él cerró sus ojitos disfrutando del
contacto de los labios de la chica con su frente.

-De... De nada- Susurró bajito observando a Chloe alejarse. Esta se despidió con la mano y
subió a la camioneta de su amiga. Zayn cruzó la calle corriendo e ingreso a su dormitorio
evitando hacer ruido.

-¿Cómo te fue, galán?- Se burló su hermano mayor al verlo tan emocionado y feliz.

-¡Cállate, Louis!

•Capítulo 2•

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-¡Muévanse, muévanse! ¿Quién es?

-Son los accidentados del otro coche. Él es el único sobreviviente -Murmuró la enfermera
observando con lástima al pequeño niño que estaba inconsciente sobre la camilla.

-¡Rápido, llévenlo al quirófano!

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-¡Zayn ¡Louis!- Gritó su madre despertándolos. Zayn observó el cielo aún oscuro por la ventana
de su dormitorio, intentó dar media vuelta y volver a dormir pero su madre se le adelantó y le
quitó las mantas que lo cubrían.

-Vamos, amor. Tu padre ya nos está esperando- Murmuró obligándolo a levantarse -Dormirás
en el coche.

Eran cerca de las seis de la mañana, bostezó recostándose en el asiento trasero del
coche, su padre conducía en silencio y su madre descansaba en el asiento del co-piloto.

-Louis- Llamó a su hermano. Este no le prestó ni la más mínima atención, iba escuchando
música en su reproductor, Zayn bufó fastidiado. Estaba aburrido, muy aburrido.
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El frío recorrió su pequeño cuerpo. Estaba recostado sobre una camilla de hospital y el
médico estaba tratando de hacer todo lo posible por salvar a ese pequeño niño que tenía toda
la vida por delante. El accidente había sido horrible.

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-¡Louis!

-¡Ya Zayn, déjame tranquilo!- Gritó su hermano mayor.

-¡Niños, es suficiente!- Había gritado su madre intentando calmarlos.

-¡Basta! ¡Dámelo! -Gritó furioso Louis intentando quitarle el reproductor de música a su


pequeño hermano. Zayn sonrió travieso y agarró con más fuerza el reproductor entre sus
pequeñas manitos.

-¡Basta, les dije! -Gritó su padre. Tomó a Louis por la remera y lo quitó de encima del otro
niño.

-¡Cuidado cariño!- Había gritado la madre de los chicos asustada.

-¡Zayn!

Lo siguiente que sintió fueron los cálidos brazos de Louis tomarlo con fuerza
hundiéndolo en su pecho.

-¡Sujétense!

-Hermano ¿Qué ocurre?

-Tranquilo Zayn, todo estará bien- Eso fue lo último que Zayn pudo escuchar, luego vio como
su padre se salía del carril y embestía a una camioneta blanca. Aún recuerda los gritos, el
llanto y el inmenso dolor.

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-¡Cárgala a 200!
La corriente eléctrica atravesó nuevamente su cuerpo, ella se quejó entre dientes pero
sus ojos aún así no lograron abrirse. Dolía, dolía demasiado. La única señal de vida que dio la
chica fue cuando apretó con más fuerza el hermoso jazmín entre sus dedos. La vida se le
estaba escapando.

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Veía algo nublado y no era a causa del alcohol que había bebido esa noche. La niebla
era espesa y le impedía ver bien.

-Mierda, no veo nada -Se quejó entre dientes.

-¿Por qué vas tan despacio? -Le pregunto Karen a su lado media adormilada.

- Hay mucha niebla- Explicó encendiendo las luces.

-¡Chloe, cuidado!

-¡Ah!

-¡Sujétense!

Lo siguiente que Chloe vio fue como era embestida por un coche color negro, la
camioneta giró sobre sí misma, choco contra la baranda metálica del puente y cayó al fondo
del lago. Ella no pudo hacer nada para evitarlo.

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-¡Vamos, vamos!- Murmuró el médico. La línea recta en la pantalla le mostró lo que él aún no
quería ver: su paciente había fallecido. El jazmín desecho resbaló de su inerte mano y los
pétalos blancos se esparcieron por el limpio suelo del hospital.

-Murió.

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-¡Eso es! ¡Respira! -Gritó. La enfermera a su lado sonrió satisfecha por todo lo que su jefe había
hecho por ese pequeño niño. Se acercó despacio a la camilla y observó como poco a poco el
pequeño abría sus oscuros ojitos.
-Bienvenido.

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Hoy a las seis y media de la madrugada en el puente principal a afueras de una ciudad
de Inglaterra, un coche embistió una camioneta. Las causas aún son desconocidas. Se le
atribuye parte de la culpa a la espesa niebla de la mañana y fuentes han confirmado que las
ocupantes de la camioneta iban en estado de ebriedad. El coche quedó destrozado en medio
del puente mientras que la camioneta chocó contra la baranda del puente y cayó al lago que
pasa por debajo. El brutal accidente ocasionó que las tres chicas, que ocupaban la camioneta
fallecieran, dos instantáneamente y una de ellas, la conductora murió en el hospital a las siete
de la mañana. En el otro coche iba una familia compuesta por los padres y dos hijos, los padres
fallecieron en el lugar del accidente, el hijo mayor murió camino al hospital. El único
sobreviviente de este brutal e increíble accidente fue un pequeño niño de siete años, Zayn
Malik.

•Capítulo 3•

El aire helado chocó contra su rostro, tirando sus cabellos hacía atrás. Observó fijamente
la soledad y oscuridad que lo rodeaba en aquel viejo y abandonado puente. Se paró en el
barandal de acero y observó el lago que pasaba debajo. El frío era imponente, más no el
suficiente para congelar ese lago.

-No lo hagas, Zayn.

Estiró sus brazos mientras sentía su corazón bombear cada vez más fuerte. La
adrenalina recorría su cuerpo, pero nunca el miedo.

-Zayn.

Cerró los ojos y agitó la cabeza, estaba solo. El puente había sido abandonado hacía
más de diez años. No había nadie con él.

-Zayn.
-Ah -Suspiró al sentir su voz tan cerca. Al voltear el rostro se encontró con una delgada y alta
muchacha parada junto a él en el barandal de acero. Estaba descalza, su piel era sumamente
blanca y únicamente la cubría un ligero vestido blanco de tirantes hasta sus rodillas. No podía
ver su rostro, ya que se encontraba inclinado hacia abajo y su corto y laceo cabello, de una
tonalidad castaña cubría su rostro.

-Imposible. -Susurró al reconocerla.

-La vida es muy valiosa, Zayn. -La escuchó susurrar y pudo jurar que era su voz. Tembló de
frío ante una nueva ráfaga de viento helado y sintió los copos de nieve caer a su alrededor.
Volvió la vista a ella, quien seguía sin verlo y solo observaba el fondo del lago. Hacía
demasiado frío como para que ella estuviera así vestida.

-Tu... Tu.. -Murmuró.

-Si, Zayn. -Comentó volteando a verlo al fin. Y él volvió a verla después de catorce años. Ella
seguía igual, no había cambiado nada. Su piel estaba más pálida, Zayn la recordaba más
bronceada. Su rostro seguía igual de delicado y redondeado demostrando sus escasos veintiún
años, sus rasgos seguían siendo finos, no poseía su normal sonrojo y sus labios estaban pálidos
casi azules pero sus hermosos ojos seguían igual de hermosos. Su cabello estaba del mismo
largo, dos plumas grandes de color blanco adornaban sus orejas en estilo de zarcillos y supo
que era Chloe cuando observó la hermosa cadenita de plata con una bella medalla en forma
de alas colgar de su cuello.

Como las alas de un ángel.

Él reconoció esa medalla, porque él se la había regalado el día de su cumpleaños.

-Chloe. -Murmuró. Ella se acercó -¡Aléjate!- Gritó dando unos pasos hacia atrás evitando
perder el equilibrio y caer.

-Zayn...

-Tú estás muerta -Murmuró. Y ella volvió a verlo con cariño y ternura, como cuando tenía
siete años.

-Zayn -Lo llamó.


-¡Aléjate!- Gritó asustado. Ella intentó acercarse, él se resbaló y cayó al fondo del lago.

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-Zayn.

-¡Ah! -Gritó despertándose de golpe. Observó asustado encontrándose en su cama, en su


dormitorio. Estaba vestido con un pantalón pijama azul y una polera manga corta negra, su
cabello estaba húmedo, aún podía sentir las gotas resbalar por su cuello. Tenía mucho frio.

-Tómate esto, te sentirás mejor.

Se sobresaltó al oír su voz, más cuando ella se acercó con una humeante taza azul de té
y se sentó en su cama.

-Toma. -Murmuró entregándole la taza azul.

-¡Aléjate de mí! -Gritó dándole un manotazo a la taza y esta acabó estrellada contra la
pared.

-Eso no fue amable. -Comentó Chloe recogiendo los trozos de losa del piso.

-Tu... No, esto es imposible. -Murmuró caminando de un lado a otro y pasando su mano por
sus cabellos nervioso -¡Dios debe estarme jodiendo! -Gritó enojado.

-No blasfemes -Lo retó la chica. Él la miro con una ceja alzada.

-Esto es un castigo -Murmuró observándola- Me están castigando por querer matarme- Se


autoconvenció. Chloe sonrió con ternura -Bien, ya entendí. La vida es valiosa ¡Ya vete!

-No es así como funciona -Murmuró Chloe saliendo del dormitorio con los restos de aquella
vieja taza color azul en sus manos. Zayn la siguió de cerca, observó como tiraba los pedazos
rotos de la taza en el cesto de la basura y volvía a poner agua a hervir para un nuevo té. -
Primero debes calmarte.

-Estoy calmado -Comentó entre dientes.

-Bien. -Dijo ella sirviendo una nueva taza de té, esta vez en la de color rojo- Toma, te sentirás
mejor- Lo animó con una sonrisa. Zayn tomo de mala gana la taza entre sus manos. -Estoy
muerta- Murmuró. Zayn casi se atraganta con el agua hirviendo -Soy un ángel. Soy tu ángel
guardián, Zayn. -Comentó con simpleza -Y debo encontrar tu felicidad para ganar mis alas-
Susurró.

-Dios debe estarme jodiendo. -Murmuró. Chloe frunció el ceño- Me estoy volviendo loco.

-No- Rió Chloe acercándose a él -Es hora de dormir- Susurró tomándolo de la mano. Zayn
estaba demasiado cansado como para discutir, solo se dejó guiar por la sonriente chica, quien
lo recostó en su cama como hacía hace tantos años, cuando él era apenas un niño y ella hacía
de su niñera, lo arropó y besó su frente. -Descansa- Susurró desde la puerta apagando las luces
-Mañana todo será mejor.

•Capítulo 4•

A la mañana siguiente cuando despertó se sintió más tranquilo y relajado, como si todo
hubiera sido un mal sueño. Se dio una ligera ducha y se cambió de ropa dirigiéndose a la
cocina para desayunar.

Esa mañana no logro encontrar la taza azul.

-Solo fue un sueño- Susurró tomando unos tragos de leche del cartón. Se colocó un abrigo color
negro y una bufanda azul oscuro, esa mañana hacía mucho frío. Tomó las llaves de su auto y
su mochila y se marchó a la universidad.

Desde hacía ya tres años vivía solo y estudiaba abogacía en una universidad privada.
Subió a su auto color negro y arrancó al campus. No pudo concentrarse en ninguna de sus
clases, ese sueño había sido demasiado extraño.

Cuando al fin las horas de clases acabaron, decidió caminar por el campus algo
desconcentrado, varias chicas voltearon a observarlo mientras pasaba.

-¡Zayn! -Gritaron sus amigos.

Caminó hasta una mesa de mármol en la cual se encontraban Liam, Harry y Niall.

-Has estado muy callado, Malik, más de lo normal- Murmuró Niall. Zayn ni siquiera se molestó
en contestar, solo se limitó a mandarle una mirada de advertencia a Niall. Hoy no tenía ganas
de nada. Su mente aún vagaba en el pasado y eso no le agradaba.
*Flash back*

-Hola, Zayn ¿Cómo te sientes? -Susurró la de cabellos castaños sentándose en la cama donde
descansaba el pequeño niño -Louis me dijo que estabas enfermo.

-Me duele mucho- Lloriqueó mientras apretaba sus brazos a su estómago, la chica tocó su
frente y noto que tenía algo de fiebre. Los padres del niño habían salido y lo habían dejado al
cuidado de su hermano mayor, Louis, otro niño que no pasaba de los once años. Había sido él
quien la llamo cerca de las diez de la noche cuando su pequeño hermano comenzó a sentirse
mal.

-Trae el termómetro- Ordenó y Louis obedeció de inmediato. -Tiene 38,5° Es fiebre- Le dijo a
Louis devolviéndole el termómetro. -¿Comiste algo raro? -Zayn solo asintió con la cabeza. -
¿Qué?

-Todo lo de la heladera- Contesto Louis -Me dejaron cuidándolo, yo jamás pensé que se iba a
engullir toda la heladera en quince minutos- Respondió defendiéndose ante la acusadora
mirada de la chica

-Bien, busca en el baño gotitas para el estómago, de niño -Le ordenó al hermano mayor. Louis
fue corriendo al baño y regreso con un pequeño frasco de gotas. Chloe le preparó las gotitas a
Zayn en un vaso con agua y se lo dio a tomar. -Anda Zayn, toma esto, te hará bien.

-Pero no quiero, eso sabe horrible- Mencionó con un puchero.

-Vamos, no seas infantil y tómatelo- Le dijo Louis.

-Louis- Lo regaño la chica -Vamos amor, te sentirás mejor.

-Con una condición. -Dijo y sus mejillas adquirieron un leve tono rosado -Un beso.

-Bien -Dijo Chloe con una sonrisa. Zayn tomó el vaso entre sus pequeñas manitos y tomó todo
el remedio, una vez se lo alcanzó a Chloe, esta se lo paso a Louis quien se encaminó a la salida
del dormitorio. -Descansa, bonito- Susurró besando su mejilla con cariño y ternura. Él sonrió
embobado por el beso y se acurrucó en la cama.

-No te vayas hasta que me duerma.

*Fin del flash back*


-Hola, Zayn- Lo saludó una voluptuosa chica despertándolo de su ensoñación.

-Hola- Contestó secamente el chico. La chica se sonrojó cuando el volteó a verla y se sentó a su
lado.

-Ash, Keila, ya ríndete- Se burló Liam logrando las risas de quienes los acompañaban en la
mesa.

-¡Cállate!- Chilló la presidenta del club de fans de Zayn en su escuela.

-¿Quién es ella? -Murmuró embobado Harry. Zayn volteó el rostro a donde sus compañeros
observaban y se topó con una bonita chica que caminaba hacía él con una sonrisa.

-No. -Susurró al verla acercarse. Su lacio cabello se mecía mientras caminaba, no poseía
ningún tipo de maquillaje pero sus mejillas tenían un ligero sonrojo y sus labios estaban tan
rojos como las cerezas, llevaba el mismo vestido blanco que tenía anoche, una bufanda negra,
unas botas color blanco y por encima cubriéndose del frío uno de sus abrigos, una chaqueta
holgada de jean que tenía detalles en negro.

-Hola, Zayn.

-¿Quién es ella? -Bufó entre celosa y fastidiada Keila observando a la chica hablarle con
mucha confianza a su Zayn.

-Si ¿Quién es ella? -La secundó Harry mostrando interés en su tono de voz. Chloe le sonrió
incómoda por la forma como la veía, Zayn bufó por lo bajo levantándose de golpe de la mesa
y llevándose consigo a la chica a rastras.

-¿Qué rayos haces aquí? -Le exigió una vez se alejaron del grupo.

-No te enfades, Zayn- Susurró. Zayn se relajó con solo oír su voz, porque era su voz la
recordaba todas las noches en el orfanato, cada noche al dormir en el cuarto que compartía
con otros doce niños huérfanos recordaba las canciones que ella le cantaba antes dormir
cuando hacía de su niñera y al morir sus padres hubiera querido que ella estuviera a su lado.

-Eres real. -Murmuró atontado. Chloe asintió con una sonrisa, lo tomó de la mano y volvió a la
mesa con los amigos del chico.
-Hola, mi nombre es Chloe Malik -Se presentó. Zayn la miró sorprendido a su lado. -Soy la tía
de Zayn- Agregó. Zayn rodó los ojos por la tonta mentira. Ellos no podían creerse eso.

-¿No eres muy joven?- Le preguntó Liam

-No, mamá y mi tía se embarazaron al mismo tiempo. -Contó sentándose en la mesa, Zayn
bufó por lo bajo sentado a su lado.

-Pues es un gusto conocerte- Dijo el rubio -Mi nombre es Niall Horan, un gusto. -Se presentó
enérgico. Chloe sonrió pero inevitablemente sus ojos se desviaron a la pequeña chica que se
encontraba a su lado. En realidad de pequeña ya no tenía nada, tendría cerca de veintiun
años, se veía más madura y bonita, pero conservaba su inocencia y ternura, su piel bronceada,
su cabello castaño y largo hasta la cintura y esos hermosos que poseía. Sonrió al recordarla,
Ashley inevitablemente le devolvió el gesto, fue algo más instintivo que un simple gesto de
cortesía. Liam frunció el ceño y solo se dedicó a pensar. Los rasgos de esa chica eran muy
particulares.

-¿A dónde vamos? -Preguntó observando las hermosas calles de Inglaterra por la ventanilla
del coche.

-Al centro comercial, comeremos y te compraré ropa. No puedes estar vestida así con el frío
que hace-Argumentó el pelinegro conduciendo su coche. Chloe sonrió como niña pequeña.

Una vez llegaron al centro comercial, la chica recorrió cada tienda dando pequeños
saltitos como si fuera una niña. Hacía años que ella no sabía lo que era sentirse así,
emocionada. Viva.

-Yo amaba comprar ropa con Jennifer y Karen- Susurró recordando a sus amigas.

-¿Ellas también murieron en el accidente, verdad?- Le preguntó cargando unas bolsas entre
sus manos. Chloe asintió levemente y Zayn notó como sus ojos se empañaban. -Ven, vamos por
zapatos.

-¿No crees que es mucho? -Preguntó mientras se sentaba en el medio del living con todos los
paquetes alrededor. Zayn negó con la cabeza mientras cerraba la puerta de su
departamento. Observó a la chica sentada en el suelo revisando toda la ropa que le había
comprado esa tarde, parecía una niña pequeña pero se veía feliz.
-¿Quién es la niña ahora?- Preguntó con ironía. Chloe le sacó la lengua a modo de respuesta.
El chico sonrió y se retiró a la cocina.

-Zayn.- Lo llamo mientras lo seguía, este la miro dándole a entender que la escuchaba -Keila
es bonita, ¿no te parece?- Preguntó sentada en la encimera.

-Hmp.- Bufó el morocho tomando un vaso de agua.

-¿No te gusta?

-No. -Contestó secamente.

-¿Al menos le has dado una oportunidad? -Volvió a insistir al verlo dejar el vaso en su lugar.

-No- Respondió retirándose de la cocina.

-Zayn. -Lo llamó.

-Buenas noches, Chloe- Contestó cerrando la puerta de su dormitorio. Chloe caminó al living
refunfuñando, se quitó las botas, la chaqueta de jeans y se recostó en el sillón arropándose con
las mantas que el chico le había dejado.

-Buenas noches, Zayn.

•Capítulo 5•

A la mañana siguiente cuando Zayn despertó demoró en captar lo que había pasado
en esas últimas veinticuatro horas, más logró confirmarlo al ver a ese hermoso ángel dormido
en su sillón.

El frío recorrió su cuerpo, se aproximó a la chica y la arropó mejor con las mantas,
instintivamente su mano se posó sobre la helada mejilla de la chica.

-Descansa- Susurró besando la mejilla de Chloe.

Luego de desayunar y vestirse partió rumbo a la universidad.

Liam observó con detenimiento al morocho al verlo entrar al salón de clases. Esa
extraña tía que le había aparecido de la nada le llamaba mucho la atención. Era tan
particular, su cabello, sus ojos, su voz, él la recordaba de algún lado y no podía recordar quién
era.

Chloe.

Pero lo averiguaría.

El timbre retumbó por todo el edificio anunciando el final de la jornada, Zayn había
tenido que ir a la biblioteca a retirar unos libros para su tesis, ya bastante retrasado se
encontraba caminando por los pasillos vacíos al estacionamiento donde estaba su auto.

-Zayn- Lo llamó Keila aproximándose a paso presuroso a él.

-Keila.-La saludo indiferente.

-¿Cómo has estado?- Le hizo plática la chica mientras salían del edificio principal rumbo al
estacionamiento.

-Bien- Contestó cortante. No es que Keila no le agradara, parecía ser una buena chica, pero él
no estaba interesado en ella, simplemente ella no era su tipo de mujer.

-Ammm... Me preguntaba si... -Murmuró sonrojada. Zayn bufó por lo bajo apresurando el
paso, llegando al estacionamiento observó a la bonita chica apoyada en el capot de su coche.
Llevaba un ajustado jean azul oscuro, sus botas blancas por encima y un poleron blanco hasta
la mitad de sus muslos, una bonita bufanda color rosa con varias flores y hojas bordadas
adornaban su cuello. Keila frunció el ceño al ver otra vez a esa chica. Se le hacía muy extraño
que siendo tan joven, fuera la tía de Zayn.

-Hola, Zayn. Hola, Keila. -Saludó amable la chica.

-¿Cómo llegaste aquí, Chloe?- Preguntó confundido. La chica sonrió cómplice.

-Creo que Keila quería decirte algo- Murmuró, Zayn frunció el ceño amenazándola con la
mirada -Te ves muy linda hoy, Keila- La alagó. Keila sonrió aumentando su ego.

-Gracias- Agradeció con orgullo. Chloe era simple y sencilla y no podía llegarle ni a los talones.
Ella era sensual y hermosa y esa chica fuera tía o no de Zayn, jamás podría llamar la atención
del chico. De su chico.
-¿Quieres salir conmigo el fin de semana? -Preguntó la colorada ganando confianza.

-Yo...

-Le encantaría- Respondió Chloe interrumpiendo al chico. Zayn la fulminó con la mirada.

-¡Genial! -Chilló la chica sacando de su bolso un lápiz -Esta es mi dirección- Murmuró


escribiendo su dirección en la palma de la mano del chico -El sábado a las diez. Te espero.
Adiós. -Se alejó gritando feliz. Chloe sonrió satisfecha por su trabajo.

-¿Qué? ¿Acaso estás loca?- Le gritó subiendo al coche, Chloe lo miró interrogante desde el
asiento del co-piloto -Lo olvidaba, si tienes hasta el cerebro muerto.

-¡Oye!- Se quejó la chica. Zayn bufó y arrancó el coche, no le habló en todo lo que restaba del
día.

-Zayn- Volvió a llamarlo como por cuarta vez. Fue inútil, Zayn acabó su cena, lavó su plato y
se retiró a su dormitorio, Chloe bufó fastidiada. ¿Tanto alboroto por una simple cita?

Eran cerca de la medianoche, entre aburrida y fastidiada por el enojo del morocho
decidió salir a dar una vuelta. Hacía mucho frío esa noche, más ella solo llevaba puesto su
vestido blanco, sus botas tejidas y un abrigo de lana color crema por debajo de las rodillas.
Suspiró y observó el cielo. Ella no quería que Zayn se enojara, solo quería dejarlo en buenas
manos antes de irse, con alguien que lo quisiera de verdad y que lo cuidara. El frío recorrió su
cuerpo y los primeros copos de nieve comenzaron a caer aumentando rápidamente su
intensidad.

-Nieve- Susurró extendiendo su mano y sintiendo los copos helados en la palma de la mano.
Sonrió y regreso corriendo al departamento de Zayn. -¡Zayn, Zayn, Zayn!- Gritó golpeando la
puerta del dormitorio del chico -¡Zayn, Zayn!- Volvió a gritar ingresando al dormitorio del
chico. Zayn bufó fastidiado bajo las mantas tapándose aún más con ellas, lo siguiente que
sintió fue el peso de la chica sobre él ¿Cómo alguien tan menuda podía pesar tanto?

-Quítate- Le ordenó con fastidio. Chloe se quitó de mala gana sentándose a los pies de la
cama.

-Está nevando- Comentó como una niña pequeña, Zayn alzó una ceja evitando enojarse.
-¿Y?

-Vamos- Chilló tirando de su mano -¡Vamos, vamos, vamos! -Gritó arrastrándolo por el lugar.

-Suéltame- Ordenó en vano. Chloe le sonrió emocionada y él acabó colocándose sus zapatos y
una chaqueta. -¿No tienes frío?- Le preguntó al ver el escaso abrigo de la chica, ella negó con
la cabeza. En cuanto llegaron a la planta baja, la de cabellos castaños lo tomó de la mano
corriendo al exterior, al llegar ella se tiró al suelo riendo y formando extraños dibujos en la
nieve. Zayn sonrió, eso hacían cada invierno, hace años. Él, ella y Louis.

-Zayn- Lo llamó ella acercándose a él. Zayn la miró con cautela. -Gracias- Susurró y sintió la
bola de nieve aplastarse en su cabeza y la carcajada de la chica.

-Me las pagarás- Comentó tomando nieve del suelo. No sabe en qué momento ya se
encontraba jugando con la chica a una guerra de nieve, no sabe hace cuanto no se divertía de
ese modo. Tomó a la delgada chica entre sus brazos y acabaron tirados en el suelo cubiertos de
nieve.

Él sobre ella.

Chloe sonrió con las mejillas arreboladas, Zayn la acarició sintiendo ese extraño frío que
desprendía la piel de la chica. No quería que eso se terminara. Lentamente comenzaron a
acercarse hasta por fin juntar sus labios en un tierno beso.

Ella no le contesto.

Él se alejó.

-Lo siento- Murmuró observando un punto indefinido.

-Esto no está bien- La escuchó decir antes de desaparecer de su vista.

Por más que él lo negara, ella estaba muerta, ella no era real y no podía enamorarse de un
bonito recuerdo.
•Capítulo 6•

Chloe suspiró una vez más en esa mañana, eran cerca de las ocho y los copos de nieve
no dejaban de caer formando un manto color blanco sobre su cabello. Se había levantado
muy temprano, evitando ver o encontrarse con Zayn.

-Zayn- Susurró mientras una nube de humo se formaba al respirar por su boca. Llevaba sus
botas de lana, blancas, una calza negra y un holgado abrigo de lana color blanco, una
bufanda rosa adornaba su cuello. Rozó sus fríos dedos con sus labios recordando el calor que
sintió al sentir los de Zayn sobre los de ella. Un calor que no sentía desde hacía años. Pero eso
era imposible, ella solo debía dejarlo en buenas manos, buscar su felicidad e irse y Zayn jamás
sería feliz enamorado de ella.

Chasqueó la lengua y sintió como alguien se sentaba a su lado, volteó despacio el rostro
y casi perdió el poco color que poseían sus mejillas al ver al castaño a su lado.

-Chloe- La saludó. Ella fingió una sonrisa. Él no podía reconocerla, ¿verdad?

-Hola, Liam -Susurró amigable evitando que su voz temblara. Liam tenía la misma edad que
Zayn cuando ella murió, él no podía recordarla y si lo hiciera, sería un problema. -Creí que
estarías en clase- Murmuró haciendo plática.

-No- Contestó seco el de ojos color marrón -Te pareces mucho a alguien que conocí- Murmuró
con voz ronca, Chloe tembló al oir sus palabras -Pero eso es imposible, la media hermana de
Ashley murió hace catorce años- Explicó y Chloe respiró con normalidad -Además era mucho
mayor que nosotros. Catorce años para ser exactos.

-Lo siento mucho- Susurró con voz suave, Liam hizo un ademán de sonrisa -¿Cómo murió?-
Preguntó cautelosa.

-La camioneta en la que volvía de un pub volcó, ella venía manejando, murió junto con sus
dos amigas cuando Ashley y yo teníamos siete años- Explicó.

-Y... ¿Por qué volcó? ¿Venía ebria o...?

-No- La interrumpió -Si había tomado pero no estaba ebria, chocó contra otro vehículo-
Murmuró el castaño algo enfadado al decir que la media hermana de Ashley estaba en
estado de ebriedad. Breves recuerdos invadieron la mente de la chica.
*Flash Back*

-Mierda, no veo nada.

-¿Por qué vas tan despacio?

-Hay mucha niebla.

-¡Chloe, cuidado!

-¡Ah!

-¡Sujétense!

*Fin del Flash Back*

-Yo... Debo irme. -Murmuró Chloe aún perdida entre recuerdos, Liam volteó a verla. Los ojos
cafe la recorrieron causándole un escalofrío en su espalda, él frunció el ceño volteando la vista.

-Lo siento- Se disculpó por su mirada -Es que te pareces tanto. Hasta tienes su mismo nombre-
Murmuró observándola. Chloe sonrió fingiendo tranquilidad.

-Cuando quieras hablar, puedes buscarme- Murmuró comprensiva -Adiós, Liam.

-Adiós, Chloe.

Esa tarde cuando Zayn volvió de la universidad supo por qué los ángeles no deben
beber.

-Zayn- Lo saludó con voz cantarina mientras reía como loca. Zayn alzó una ceja al verla
tirada allí en el suelo con una botella de vodka entre sus manos, se quitó la bufanda y el
abrigo dejándolos en el perchero y dejo su mochila en uno de los sillones, poco a poco se fue
aproximando a la chica que se encontraba en el suelo, con su botella de vodka y apunto de
vomitar.

-¿Sabes que no deberías beber, no? -Comentó intentando quitarle la botella de las manos.
Chloe frunció el ceño dándole la espalda, aún sentada en el suelo y volvió a beber un gran
trago de vodka.

-Es mi culpa- Susurró bajando el tono de voz. Zayn bufó por lo bajo y se sentó a su lado.
-¿Me das?- Preguntó con cautela estirando su mano. Chloe dudó unos segundos pero
finalmente le tendió la botella medio vacía. Zayn sonrió con ternura al observar el rostro
sonrojado de la chica y bebió un poco de la botella. -¿Qué es tu culpa?- Preguntó luego de
unos minutos en silencio. No es que él fuera curioso o le interesara la vida de los demás, pero
Chloe se veía frágil y lastimada y no le gustaba verla así.

-Yo... Yo no venía ebria- Comenzó, su voz sonó perdida, ida y rota -Fue un accidente- Zayn la
miró a los ojos con lástima. Se veía pálida, triste y rota. Sus ojos estaban rojos e hinchados, sus
labios temblaban, su pecho subía y bajaba a causa de los sollozos. Y lentamente comenzó a
acercarse a la chica para luego besarla. Ella no le contesto y cuando estaba por separarse
sintió los labios de su ángel responderle tímidamente. Enredo sus dedos en los sedosos cabellos
de la chica, el beso se hizo más rudo, más pasional, más... Doloroso.

Estaba rota, dolida y lastimada. Estaba ebria y sola y a pesar de todo lo que vivió, ella
era inocente y pura, era un ángel.

Ese ya no era el Zayn que cuidaba hacía catorce años.

Ese ya no era el Zayn que solía acurrucar cada noche.

Ese ya no era un niño.

Él beso su frente, sus mejillas, su nariz y sus labios. Él callo cualquier sentimiento de
culpa o miedo, él le enseño a amar otra vez. Zayn sonrió mientras besaba y marcaba el blanco
cuello de la chica. Acarició la espalda y cintura de la chica, mientras que ella solo le
correspondía de la misma manera.

Fue ella la que esa noche le confesó que hacía catorce años había chocado contra el
coche de sus padres.

Y fue él quien la echo de su casa al amanecer.

•Capítulo 7•

Hacía frío, la nieve caía lentamente y únicamente un vestido blanco cubría el cuerpo
de la chica.
*Flash Back*

-Yo fui quien chocó contra el coche de tus padres.

-¿Qué?

-Lo siento.

-¡Lárgate de mi casa!

-Zayn.

-¡No te quiero volver a ver!

*Fin del Flash Back*

Sentía mucho frío, demasiado, hacía tanto que no sentía todo lo que sintió esa noche.
Había vuelto a ser amada, querida por alguien.

-Zayn- Susurró. Veía nublado y temblaba. Sus pies estaban más azules de lo normal y su
cuerpo tiritaba a causa de las bajas temperaturas y el poco abrigo. -Zayn- Y se desvaneció.

-Chloe, Chloe.

Chloe se removió inquieta sintiendo el calor recorrer su cuerpo.

-Chloe- Volvió a oír esa tierna y dulce voz que la llamaba, abrió los ojos despacio enfocando la
vista, sus ojos se desviaron a la delgada figura a su lado.

-¿Ashley?- Murmuró sentándose en la cama. Las cobijas resbalaron por su cuerpo, estaba
cubierta por una pijama color lila.

-Niall y yo te encontramos desmayada en el parque- Comento la chica -¿Qué hacías allí?-


Chloe abrió la boca buscando algo coherente que decir pero agradeció internamente cuando
Niall entró por la puerta con una bandeja entre sus manos donde traía una taza humeante de
té.

-Chloe, ¿te encuentras bien?- Preguntó preocupado entregándole la taza a la chica.

-Gracias. Si, estoy bien yo...- Susurró observando perdida la taza -Discutí con Zayn- Murmuró.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas y cayeron dentro de la taza de té, Ashley le indicó a Niall
que las dejara a solas. El rubio entendió la indirecta luego de unos minutos y se marchó aún no
muy convencido.

-Chloe...-

-Dime Chlo- La interrumpió, Ashley sonrió con cariño

-Todo va a estar bien- Sentenció Ashley limpiando las lágrimas de Chloe con sus dedos. Chloe
dejó la taza de té sobre la mesita de noche y se lanzó a los brazos de su pequeña hermana,
quien ahora ya tenía su edad.

-Gracias, Ashley- Susurró sintiendo el aroma a jazmines que su hermana desprendía. Aún
había una pregunta que rondaba su mente ¿Sus padres? Ya que no sentía demasiado ruido
en el departamento. -Y... ¿No vives con tus padres?- Preguntó como para hacer charla
mientras observaba la habitación donde estaba, de seguro era la principal ya que la cama era
de dos plazas y estaba decorada con mucha calidez y cariño.

-No- Susurró cabizbaja. La castaña se aproximó a su tocador donde tenía una hermosa foto
familiar -Mi media hermana mayor murió hace catorce años. Mis padres quedaron muy mal,
mi papá la adoraba- Explicó con nostalgia y Chloe sintió un profundo dolor en su pecho -
Cuando yo fui mayor de edad, ellos vendieron la casa y me compraron este apartamento.
Luego se fueron de viaje a recorrer el mundo, la última vez que hablamos estaban en Estados
Unidos- Susurró con una leve sonrisa en sus labios.

-Se nota que los amas mucho- Comentó Chloe acercándose a ella.

-Si- Afirmó la de ojos marrones tomando la fotografía entre sus manos. Su sonrisa se borró, sus
manos temblaron y la foto cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos. -Imposible- Susurró. Dio
media vuelta de golpe y clavó sus ojos en la chica frente a si, Chloe supo que la había
descubierto, ahora tendría más problemas.

-Ashley- Intentó acercarse, la chica dio unos pasos hacia atrás asustada. Ashley la observaba
con asombro, con desconcierto, con amor. -Sé que estás asustada pero...- Chloe no pudo seguir
hablando, su hermana la abrazó de golpe.

-No importa cómo. -Susurró Ashley con la voz cortada, Chloe la envolvió entre sus brazos,
como cuando tenía siete años -Ahora estás aquí.
- Estoy aquí- Le confirmó Chloe hundiendo su rostro en los cabellos de su media hermana
menor.

-No te vayas- Rogó.

Y Chloe de verdad quiso prometerle que no se iría.

•Capítulo 8•

-Zayn- Volvió a llamarlo. Este la miró entre perdido y aburrido.

-Dime, Keila- Murmuró con voz monótona.

-¿Te gustó la película?- Le preguntó mientras lo tomaba del brazo. Zayn solo se limitó a
asentir. La verdad no le había puesto ni la más mínima atención a la película. Durante toda la
mañana estuvo tentado a llamar a Keila y cancelar su cita pero Chloe no había vuelto a su
departamento en días, no sabía ni siquiera donde estaba o si volvería y lo único que él quería
era distraerse, para dejar de pensar en ella y en esa noche.

-¿Quieres ir a mi departamento?- Preguntó de golpe. Y se arrepintió luego de decir la última


palabra. Keila lo miro emocionada, hacía mucho que quería oír eso.

-Claro- Aceptó subiendo a su coche. Él no le hablo en todo el viaje, ella solo se limitó a oír las
canciones de la radio. Hacía frío pero no el suficiente para nevar. .

-¡Zayn!- Chilló la colorada cuando el chico la estampó contra la puerta recién cerrada del
departamento. Todo estaba oscuro y lo peor, olía a alcohol, pero estaba con Zayn y eso era lo
único que a ella le importaba. Zayn la besó y la obligó a enredar sus piernas en su cadera y él
la recostó sobre su cama acomodándose sobre el voluptuoso cuerpo de la pelirroja. El
azabache mordió su cuello y deposito varios besos mientras acariciaba sus piernas, mientras
que la chica no ponía ningún tipo de oposición.

-Zayn- Abrió los ojos de golpe al sentir esa voz, tan suave y distinta a la mujer que se
encontraba ahora con él. Sus ojos azules se clavaron en los marrones del Malik menor, los
observo detenidamente por unos segundos y fue inevitable no compararlas.
Keila tenía el cabello más largo y de un color rojizo, pero carecía de ese aroma a
cerezos que le encantaba a Zayn desde que era apenas un niño, su rostro era más afinado y
con rasgos más felinos, Chloe poseía rasgos más delicados y el rostro más redondeado. Keila
enmarcaba sus ojos azules con un seductor maquillaje y sus labios eran más finos y de un color
rojo intenso, Chloe no usaba maquillaje.

-¿Zayn?

Chloe era más baja y a pesar de tener casi la misma contextura física que Keila, Chloe
siempre se veía más frágil y delicada.

-Zayn ¿Qué ocurre?- Murmuró la colorada al verlo perplejo sobre ella.

-Nada- Dijo levantándose de encima de la chica.

-¿Zayn? -Susurró preocupada a sus espaldas. Él por su parte se sentó en la cama y apretó el
puente de su nariz con su dedo índice y pulgar mientras cerraba los ojos. -¿Qué te ocurre?- Los
ojos de Zayn se desviaron a la ventana de su dormitorio.

Estaba nevando.

Se levantó de prisa de la cama dejando a Keila confundida y salió descalzo y


desabrigado del edificio. Nevaba, como cuando se besaron por primera vez.

A los pocos minutos Keila bajo ya vestida, lo observó parado a unos metros de ella,
tenía la cabeza levantada mirando el oscuro y encapotado cielo, con los ojos cerrados, tenía las
manos estiradas y sus pies desnudos se clavaban en la fría nieve del suelo.

-Zayn- Lo llamó. Este no le contestó, en lugar de eso comenzó a girar sobre si mismo, la nieve
caía lentamente sobre él, fría, helada, como la piel de Chloe, pero aún así hermosa y adictiva.

-Ven- Llamó a Keila mientras estiraba su mano hacia ella. Esta frunció el ceño.

-Hace frío- Comentó acurrucada en su chaqueta color roja. -Además la nieve me moja el
cabello- Murmuró. Zayn lanzó una risa baja que desconcertó a la colorada.

-Keila- La llamó -¡Gracias!- Gritó antes de salir corriendo rumbo desconocido para la chica.
-¿Qué?- Keila bufó al verlo perderse entre las calles, la había dejado sola y con ganas y solo se
había ido. -¡Idiota!- Zayn sonrió de lado al oírla gritar, sus pies cada vez quedaban más azules
al pisar el helado suelo, la nieve caía sobre él, hacía frío mucho frío pero jamás se había sentido
así.

Amaba a Chloe.

Lo que paso hace catorce años fue un accidente.

Chloe no maneja ebria.

Chloe no provocó el accidente. Fue eso... Un accidente.

Él amaba a Chloe y no la dejaría ir, no la perdería... Otra vez.

El viento frío chocó con su rostro, sus pies estaban azules de correr en la nieve descalzo
pero finalmente había llegado. Frunció el ceño al darse cuenta adonde había llegado, su
instinto lo había guiado y supo de inmediato por qué estaba allí.

-Louis. Mamá. Papá- Los saludó mientras se arrodillaba en la tierra. Sus dedos acariciaron las
tres lápidas en el suelo, acariciando con cuidado el grabado en cada una de ellas. La oscuridad
lo rodeaba y únicamente unos pocos faroles iluminaban el lugar dejándolo más lúgubre de lo
que ya era. -Mamá- Suspiró -Conocí a alguien- Murmuró algo apenado. Él nunca hablaba
con sus padres, siempre llegaba, les dejaba flores y se iba, nunca se había detenido siquiera a
llorar o a saludar. Pero esa noche era diferente. Toda su vida había estado solo, primero en un
orfanato y finalmente cuando cumplió la mayoría de edad, a los dieciocho años, había
logrado acceder al dinero que sus padres le habían dejado y había comprado un
departamento.

Pocas veces había llevado chicas allí, él no quería esa clase de relación y luego,
simplemente ella llegó, con su luz y su alegría, tan distinta y todos los recuerdos volvieron y él
no pudo evitar enamorarse, otra vez de ella.

-Chloe, ¿la recuerdas?- Susurró dirigiéndose al trozo de piedra -Era hermosa, es hermosa-
Corrigió -Y la amo- Terminó confesando mientras agachaba la cabeza.

-¿Eso es cierto, Zayn?- Su cuerpo tembló, no de frío, sino por la suave y dulce voz de la chica
¿Desde cuándo estaba ella ahí?
-¿Qué... Qué haces aquí?- Murmuró confundido. Al voltear la encontró a unos metros de él,
llevaba sus botas blancas tejidas, su vestido sencillo y blanco, una bufanda color rosa y un
abrigo de lana color verde.

-Tú me llamaste.- Comentó confundiéndolo.

-¿Qué?- Se levantó de prisa. Ella sonrió como si de un niño pequeño se tratara y se acercó más
a él. Zayn comenzó a verla borrosa.

-Zayn- Lo llamó con dulzura mientras posaba su mano en la mejilla del chico -No debiste salir
descalzo con el frío que hace- Susurró.

-Lo siento tanto- Esas fueron las últimas palabras que él logró decir antes de caer desmayado
entre sus brazos, Chloe sonrió con ternura mientras acariciaba el bello rostro del muchacho. Él
sonrió entre sueños adormilado por la fiebre.

Su ángel había vuelto.

•Capítulo 9•

-Zayn- Escuchó su cantarina y suave voz que lo llamaba. Abrió los ojos lentamente mientras
enfocaba bien la vista, el sol que se filtraba por la ventana lo obligó a cerrar los ojos
nuevamente, al abrirlos se encontró en su cama, en su dormitorio pero esta vez no estaba solo.
Chloe se acercó a él con una sonrisa, le quitó la toalla húmeda de la frente y acarició su mejilla
sonrosada. -Tienes fiebre, debes descansar- Comentó la chica preocupada, como cuando él era
apenas un niño y ella su niñera.

-Chloe...

-Shh- Lo calló colocando su dedo índice en los labios resecos del muchacho. Mojó nuevamente
la toalla en el agua fría y la colocó en la frente del chico mientras este nuevamente se
recostaba en su cama -Descansa, yo me ocupo de todo- Murmuró mientras se retiraba del
dormitorio. Zayn sonrió antes las atenciones de su ángel.
-Chloe- La llamó cuando la vio ingresar a su dormitorio con un tazón de sopa caliente. Ella se
sentó a su lado y le tendió el tazón. -Gracias- Murmuró educado -¿Cómo me encontraste?-
Preguntó confundido. Ella le sonrió.

-Soy tu ángel guardián, Zayn- Explicó como si fuera obvio. -Tú me llamaste- Como si eso lo
explicara todo.

El resto del día, el muchacho se quedó en cama, Chloe se ocupó de todo y eso en cierta
forma, le gustaba. Chloe cerró las cortinas cuando comenzó a oscurecer, lo arropó con otras
mantas por el frío que hacía esa noche, como si él fuera un niño pequeño. La fiebre había
bajado hacía ya unas horas, aún así ella lo seguía atendiendo como si estuviera grave y las
atenciones de la chica solo lo hacían sentirse aún mejor.

-¿Dónde estuviste?- Le preguntó serio mientras se acercaba a ella.

-¿Qué haces aquí? Vuelve a la cama- Le ordenó al verlo detrás de ella en medio de la cocina.

-Dime- Exigió. Ella rodó los ojos ¿Acaso eso era una escena de celos?

-Con Ashley- Comentó -Me reconoció pero... Ella no dirá nada- Susurró algo entristecida. Zayn
se acercó a ella, acaricio la pálida mejilla de la chica y la obligó a levantar el rostro.

-A partir de ahora seremos felices.

Y la besó. Ella quiso negarse, pero no pudo. Apoyó sus labios despacio sobre los helados
labios de Chloe y poco a poco los fue moviendo lentamente. Ella cerró los ojos dejándose guiar
por él y abrió la boca lentamente dejándole paso a la lengua del azabache, que no demoró
en entender el mensaje y colarse a la boca de la chica. Él la atrajo más a su cuerpo tomándola
de la cintura y ella apoyó sus manos en el pecho masculino. Zayn respiró profundo y volvió a
sentir ese aroma a cerezos que solo lo había sentido en ella, en Chloe.

-Zayn-Murmuró ella aún con los ojos cerrados. -¿Ahora si eres feliz, Zayn?- Dijo la chica con
una sonrisa.

-Si…soy muy feliz- Finalizó el azabache volviendo a juntar sus labios.

A la mañana siguiente cuando despertó Chloe ya no estaba y todo pareció un muy


bonito sueño.
-¿Chloe?- La llamó mientras se colocaba los pantalones -Chloe- Volvió a gritarle al salir del
dormitorio -¡Chloe!- Pero ella ya no estaba. -¿Dónde te metiste?

*Flash Back*

-Soy tu ángel guardián, Zayn...Y debo encontrar tu felicidad para ganar mis alas.

-¿Ahora si eres feliz, Zayn?

-Si... Soy muy feliz.

*Fin del flash back*

Por lo visto Dios había cumplido con su parte del trato y otra vez, lo había dejado solo.

-¡Chloe!

-¡Zayn!

Zayn bufó fastidiado al escuchar la chillona voz del rubio retumbar por el
estacionamiento. Habían pasado ya dos meses desde que Chloe desapareció sin dejar rastro y
no solo él se moría por verla, Ashley estaba igual o peor que él.

-Qué cara- Se burló el rubio a su lado. Zayn le envió una mirada fulminante mientras subía a
su coche. -Escucha- Murmuró el rubio apenado -Sé que la extrañas pero ya pasaron dos meses,
debes seguir adelante- Zayn solo bufó sin contestarle, Niall evitó que cerrara la puerta del
vehículo. -Ashley también debe dejarla ir- Comentó entristecido -El sábado es año nuevo, es...
Ya sabes, la fiesta en la universidad- Murmuró tratando de convencerlo para que asistiera -Te
espero-

-Hmp- Fue su simple respuesta. Niall le sonrió mientras le dejaba cerrar la puerta, el moreno
arrancó a toda velocidad. -No esperes mucho-

-Zayn.

Zayn maldijo por lo bajo al verla parada en la puerta de su edificio ¿Acaso no la había
rechazado más de veinte veces? ¿Ahora qué quería?
-Hannah ¿Qué haces aquí?- Preguntó al acercarse a la chica. Hannah era alta, delgada y
muy hermosa, había llegado a la universidad hacía un mes, poseía un hermoso y largo cabello
rubio ondulado y unos llamativos ojos marrones, quizás eso era lo único que le gustaba de ella.

-Bueno...-Balbuceó Hannah sonrojada -Él sábado es año nuevo y me preguntaba si quieres ir


al baile conmigo...- Preguntó coqueta mientras se acercaba al chico. Zayn frunció el ceño
mientras retrocedía, había algo que no le gustaba de esa chica. Negó con la cabeza y saco sus
llaves de su mochila.

Genial. Finalmente se había librado de Keila y aparecía esa extraña aunque hermosa
chica a acosarlo. ¡Por dios! Solo compartían dos clases.

-¿Sabes?- Lo interrumpió al notar la negativa del chico -A quien beses en año nuevo será con
quien pases el resto del año- Comentó intentando convencerlo. Zayn sonrió con amargura.
Solo había una chica con la que él quisiera pasar el resto del año. Y ella ya no estaba allí.

-Yo...-Murmuró.

-¿Irás?- Preguntó esperanzada. Y sus ojos marrones brillaron.

-Iré solo- Término aceptando ir. Hannah sonrió de lado.

-Ah... Bien.-Susurró tras el sutil rechazo del chico. -Entonces... Nos vemos en el baile- Comentó
mientras se retiraba.

Aunque... Había tomado el rechazo bastante bien.

•Capítulo 10•

El sábado por la noche, ya estaba listo para el dichoso baile. Sabía que Niall -o
Hannah, en su defecto- lo vendría a buscar si no iba y a pesar que muchas chicas lo invitaron a
ir al baile, él no deseaba ir con ninguna de ellas, ni siquiera con Hannah, que parecía ser la
más cuerda de todas, pero cada vez que pensaba en ella, algo -que no sabía que era- le
molestaba de ella.

Sacudió la cabeza quitándose a esa molestia de la mente y acomodó su corbata


marrón que combinaba perfectamente con su camisa blanca y su traje negro, no sabía porque
razón había elegido ese color para la corbata, era lo único que resaltaba de su traje, pero ese
hermoso tono oscuro, le gustaba.

En cuanto llegó al dichoso baile quiso irse. Sus amigos se acercaron tratando de
animarlo, aunque Ashley traía peor cara que él. No era para menos, ella había perdido a su
hermana. Dos veces. A lo lejos logró ver a Hannah en un sensual vestido verde. Ella le sonrió,
con dulzura y esa sonrisa lo desconcertó.

-Zayn- El llamado de Niall lo distrajo y cuando volteó nuevamente a donde estaba la chica,
Hannah había desaparecido.

-¡Faltan diez segundos para las doce!- Escuchó el grito del D.J.

Sus amigos se colocaron junto a sus parejas, en la cuenta regresiva. Por lo visto, todos
creían en lo mismo.

¡Nueve!

-¿Sabes que a quien beses a las doce en punto será con quien pases el resto del año?- Su
cuerpo tembló al escuchar su voz detrás de él. Se volteó de prisa rogando que no fuera otro
sueño y lo confirmó al ver su hermoso rostro. Ella le sonrió, con dulzura y ternura, como solo
ella podía hacerlo. Ella y alguien más. -No me reconociste, Zayn- Le reprochó con dulzura.

Ella era Hannah. Y todo ese tiempo había estado junto a él.

¡Ocho!

-Chloe- Susurró aún atontado por volver a verla -Lo siento- Se disculpó -Hannah... ¿Eras tú?-
Ella asintió solo para confirmarlo.

¡Siete!

-Estás aquí- Murmuró como en trance, ella lanzó una risita baja. Sus cortos y lacios cabellos
caían con gracia hasta sus hombros. Poseía un ligero pero sensual maquillaje que resaltaba el
color de sus ojos y sus labios estaban tan rojos como las cerezas. Su delicado cuerpo era
cubierto por un sencillo pero sensual vestido verde de mangas cortas, ajustado y demasiado
corto para su gusto, unos zapatos de tacón blancos acababan su conjunto, dos plumas grandes
de color blanco adornaban sus orejas en estilo de zarcillos y sus ojos negros no pudieron evitar
observar el cuello de la chica, la hermosa cadenita de plata con una bella medalla en forma
de alas colgaba de su cuello.

Como las alas de un ángel.

¡Seis!

-¿Esta vez si te quedarás?- Preguntó pero más era una especie de orden.

-Para siempre.

¡Cinco!

Zayn escuchó el gritito de sorpresa que dio Ashley al ver de nuevo a su hermana

¡Cuatro!

Liam solo sonrió de lado, ocultando el hecho de que ya sabía quién era ella. Danielle
Peazer, la novia del chico, aún no comprendía nada, pero esa chica le caía muy bien.

¡Tres!

Y Harry, que a pesar de no haber encontrado una chica con quien estar disfrutó la
noche como nunca.

¡Dos!

-¿Eres feliz ahora, Zayn?

-Muy feliz.

¡Uno!

Y como todo cuento de hadas acabaron con un beso. Aunque Zayn ya se encargaría de
que hubiera más el resto del año.

-Te amo, Chloe.

-Y yo a ti, Zayn.

❤FIN❤

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