Agua Ti Cap01
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capít ulo 1.
Agua y desarrollo
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contenido
1.1. Agua y vida pág. 61
1.2. El agua como factor de superación social pág. 63
1.3. El papel del agua en la producción pág. 65
1.4. Agua, recurso escaso en el planeta pág. 66
1.5. La seguridad hídrica pág. 68
1.6. La importancia del agua para el desarrollo futuro de Venezuela pág. 69
Referencias pág. 77
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¡ Agua de monte a monte! ¡ Agua para la sed insaciable de las bocas ardidas por el yodo y
la sal ! ¡ Agua de mil y tantos ríos y caños por donde una inmensa tierra se exprime para que sea
grande el Orinoco! Las que manaron al pie de los páramos andinos y perdieron la cuenta
de las jornadas atravesando el llano; las que vinieron desde la remota Parima, de raudales en
chorreras, de cataratas en remansos, a través de la selva misteriosa y las que acababan de
brotar por allí mismo, tiernas todavía, olorosas a manantial. Todas estaban allí extendidas,
reposadas, hondas, y eran todo el paisaje venezolano bajo un trozo de su cielo.
Rómulo Gallegos, Canaima, 1935
2 En lo que sigue se tratará de demostrar por qué esto último es una verdad irrebatible.
¿ Cuál es el vínculo entre la vida y el agua ? ¿ Cómo se inserta el agua en la sociedad ?
¿ Por qué no puede haber producción sin agua ? ¿ Cuán escasa es el agua en el planeta ?
¿ A qué se denomina seguridad hídrica ? ¿ Cuál es la importancia del aprovechamiento
sustentable del agua en Venezuela ? Y ¿ qué papel debe jugar la gobernabilidad de los
recursos hídricos en una buena administración para el desarrollo ?
1 . 1. agua y vida
3 Algo fundamental a tener en cuenta es que no hay vida sin agua; vida humana y la
de todas las otras especies. El agua es, sin duda, el recurso natural más importante para
la vida biológica en el planeta. La hidrosfera, conformada por el agua en sus diversos
estados: líquido, sólido y gaseoso, constituye a lo largo del ciclo hidrológico, una suerte
de aparato circulatorio del globo terráqueo, para sostener la vida animal y vegetal
que conforman la biota (falkenmark, 2001). De allí su trascendencia para el funcio-
namiento ecológico del planeta.
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Dicha demanda ha de cumplir con exigencias de cantidad y calidad. De esta última
condición, su potabilidad, depende en alto grado la salud humana. La salud de la
población está íntimamente asociada a la calidad del agua recibida por medio de los
sistemas de acueducto y de las obras de saneamiento de que disponga, para desha-
cerse de los residuos. Pero la vida de las especies que habitan los ecosistemas de agua
dulce también depende de la calidad del recurso, mermándose considerablemente,
como ha venido ocurriendo, por la creciente contaminación causada como consecuen-
cia de las actividades humanas.
6 Lo más grave es que existen miles de personas en el mundo que solo tienen acceso a
10 o 15 litros de agua por día y en esta situación se dice que padecen de pobreza hídrica.
7 La mala calidad del agua es responsable de un alto índice de muertes por enferme-
dades de origen hídrico y de la contaminación de muchos cuerpos de agua.
«Los 1,8 millones de muertes infantiles anuales relacionadas con el agua y la falta de
saneamiento eclipsan las muertes asociadas a los conflictos violentos. Ningún acto
de terrorismo genera tanta devastación económica como la crisis de agua y sanea-
miento» (pnud, 2006).
8 Por otra parte, gracias a la energía lumínica que proporciona el sol y la existencia del
agua y la tierra, se genera el mecanismo de la fotosíntesis que permite fijar el carbono
atmosférico y otros elementos, para formar la materia vegetal y el follaje de las plantas,
también denominada biomasa, que aporta la mayor parte de los alimentos reque-
ridos por las diferentes especies animales, además de las fibras y la madera. Por esta
vía, el abastecimiento de agua al suelo, de manera natural o artificial, es esencial para
la agricultura, asegurándose así la alimentación que es indispensable para la vida
de todas las especies que conforman la biosfera. En aquellas regiones en que escasea
el agua para la agricultura, suele ser frecuente la desnutrición entre la población huma-
na, especialmente de los infantes.
9 Los ecosistemas son elementos vivos del paisaje cuyo sostén depende en buena medi-
da del suministro de agua de que dispongan. Por ejemplo, por la riqueza de espe-
cies que suelen albergar los humedales, los ecólogos le otorgan gran importancia
a su manejo y conservación. La sustentabilidad de la biosfera genera una demanda de
agua que es muy importante atender apropiadamente cuando se planifica su apro-
vechamiento en una forma integral. Hay que tomar en cuenta, además, los servicios
ecológicos que brindan los diversos ecosistemas, entre los cuales el actuar como
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secuestradores de sustancias contaminantes del agua puede significar un valioso aporte
para evitar la degradación ambiental.
10 Al hablar del agua y la vida, no puede olvidarse que ella al fluir naturalmente sobre
los terrenos actúa como solvente y puede transportar contaminantes nocivos
a la salud u ocasionar daños, a los seres humanos y sus pertenencias, al desbordarse
de sus cauces y producir inundaciones o deslaves y también afectar a los animales
asentados en las planicies inundables. Además, el agua estancada sin drenaje puede
ser criadero de vectores transmisores de diversas enfermedades que constituyen
riesgos bióticos adicionales a la salud. Pero así como el agua en demasía genera serios
problemas, la sequía de origen climático puede constituir también la causa de severas
situaciones para las poblaciones, la agricultura y la cría; y en general, para todas
las actividades que dependen en cierta medida del suministro de agua. Esta gama
de situaciones conforman fases negativas de la relación agua – vida, que generalmente
son susceptibles de resolverse a través de la planificación y manejo adecuado del
recurso hídrico.
11 Es tal la importancia del agua para la vida, bien para la ingesta directa, la limpieza,
la alimentación, la producción de fibras y madera y el suministro de humedad
a los ecosistemas y el mantenimiento de la biota, que la intensidad de ella, en término
de especies presentes en un territorio, denominada biodiversidad, depende de la
cantidad del líquido disponible a lo largo del tiempo. Por eso la vida biológica es
mínima en los desiertos y rica en las selvas tropicales y en los humedales donde llueve
copiosamente.
14 Ahora bien, la distribución espacial entre la población abastecida con agua pota-
ble y la que solo tiene un acceso deficiente a ella en las ciudades y en las zonas rurales,
también ha producido una brecha de pobreza, coincidente con las áreas en donde
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vive la gente más humilde. En gran medida por eso difieren tangiblemente los índices
de morbilidad y mortalidad entre los barrios en que habitan las clases más pudien-
tes y los vecindarios pobres de una misma ciudad. Así mismo, en los campos o áreas
rurales suelen ser más deficientes los servicios de abastecimiento de agua y saneamien-
to y haber mayor pobreza. La deficiencia o carencia de los servicios de acueducto y
cloacas en los asentamientos pobres, explica mayormente la disparidad de los índices
de salud referidos.
15 De allí que en la lucha para mitigar la pobreza, una de las políticas públicas más
exitosas y efectivas, sea la de ampliar el número de habitantes con acceso a servicios de
agua potable y saneamiento. Estos servicios pueden significar un aporte económico
importante y directo a las familias pobres, al evitar los gastos en atención a la salud
por contracción de enfermedades de origen hídrico y por pérdida de días de trabajo
productivo, al ahorrarles gastos para la compra de agua a costos generalmente mucho
más altos que los prevalecientes en las zonas con buenos sistemas de acueductos
y cloacas. Igualmente, al liberarles fuerza física empleada en el acarreo del líquido,
cuando este solo se encuentra a largas distancias. A lo que puede sumarse una mayor
disponibilidad de tiempo para dedicarlo a un trabajo mejor remunerado, al estudio
de los hijos para aumentar el rendimiento escolar o al esparcimiento y en general
a mejorar la calidad de vida (manzolillo, 2012). Por eso se considera que una familia
al ser dotada de los servicios de agua potable y saneamiento, ha tramontado un
umbral muy importante en su ascenso social para salir definitivamente de la pobreza.
Y de allí que sea imprescindible reconocerle al agua un valor social y cultural. Sin embar-
go, a pesar de los esfuerzos que han hecho la mayoría de los gobiernos por asegurar el
acceso al agua potable a la población, se estimó que para el 2010 cerca de 1.000 millones
de personas en el mundo todavía no tenían acceso a estos servicios y más de 2.600
millones carecían de instalaciones sanitarias (unesco, 2006).
17 El acceso a los servicios de agua potable y saneamiento tiene tal relevancia de cara
al bienestar humano, que fue elevado a la categoría de Derecho Humano fundamen-
tal, por la Organización de Naciones Unidas. Igualmente, dentro de los llamados
Objetivos de Desarrollo del Milenio, que convinieron los presidentes y jefes de Estado
en el año 2000, se acordó el compromiso de reducir en 50 % el déficit en servicios
de agua potable y saneamiento, para el año 2015.
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18 En el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente en lo
referido a la dotación de obras de saneamiento, existe un lamentable retraso.
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que el agua es un insumo indispensable para la mayoría de las actividades productivas:
agricultura, industria, prestación de servicios, generación de energía eléctrica y
el transporte mediante la navegación o la conducción de sólidos por tuberías, entre
otras. Los deportes acuáticos son también una fuente de actividades económicas.
La disponibilidad de agua y su aprovechamiento a través de obras o medidas instru-
mentadas por el hombre, constituyen una palanca para el desarrollo, pudiendo
este verse seriamente limitado por la insuficiencia del recurso, tanto cuantitativa
como cualitativamente o por la falta de gobernabilidad para hacerlo disponible opor-
tunamente y satisfacer apropiadamente las variadas demandas.
24 Por otra parte, hay que estar concientes de que satisfacer las demandas de agua del
aparato productivo, exige de grandes inversiones para la construcción de obras
hidráulicas que deben ser aportadas por los sectores público y privado. Por todas estas
razones es que el agua desde la perspectiva del desarrollo se considera «que tiene
un valor económico en todos sus diversos usos en competencia a los que se destina y
debería reconocérsele como un bien económico» ( conferencia internacional
sobre el agua y el medio ambiente, 1992).
29 Pero el volumen del recurso, finito en su magnitud, puede verse aun más mermado
si su calidad se desmejora y se hace inutilizable, como consecuencia de la contami-
nación generada por las actividades humanas, también llamadas antrópicas, que vier-
ten sus residuos a los cuerpos de agua. Esto es lo que lamentablemente ha estado
ocurriendo en muchas fuentes fluviales y en el caso de algunos acuíferos, contaminán-
dolos de forma prácticamente irreversible. Por eso es que se dice que el agua es un
recurso natural solo parcialmente renovable.
30 Venezuela es un país muy rico en recursos hídricos. Cuando se divide el volumen total
de agua dulce utilizable, en término medio anualmente, se encuentra que cada
habitante dispone de un volumen de aproximadamente 47.120 m3 (unesco,2006 b).
Esa es una cantidad muy elevada cuando se la compara con la mayoría de los países
del planeta. Sin embargo, debe tomarse en consideración que las disponibilidades
hídricas no están uniformemente distribuidas sobre el espacio nacional. Por los
territorios localizados en la margen derecha de nuestro río padre, el Orinoco –estados
Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro–, discurre aproximadamente el 85 % del volumen
total de agua disponible. Ello configura por razones climáticas un desequilibrio
hidrológico que se ve agravado por el hecho de que el 93 % de la población del país y
sus actividades conexas, están asentadas en el territorio ubicado en la margen
izquierda del Orinoco. Este es un factor que condiciona fuertemente la planificación
del aprovechamiento sustentable de los recursos hídricos en el país.
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1 . 5. la seguridad hídrica
31 Como se desprende de lo antes expuesto, la disponibilidad hídrica de los países cons-
tituye una ventaja para su desarrollo y, por el contrario, su escasez, un factor de insegu-
ridad. Cuando el binomio abundancia – escasez se resuelve satisfactoriamente, a
través de una buena gobernabilidad del recurso, se dice que se ha logrado la seguridad
hídrica. Alcanzar esta última condición está asociada por lo general a una población
próspera, que disfruta de buena calidad de vida. Sin embargo, ello no siempre es
posible, porque la escasez del recurso frente a sus demandas potenciales puede ser
muy desequilibrada o por deficiencias en la gobernabilidad del recurso. En estos casos
se dice que existe inseguridad hídrica.
34 La huella hídrica, como nuevo índice geográfico del uso del agua, es un concepto afín
al de la huella ecológica, que surge para establecer comparaciones entre los volúmenes
de agua dulce usados para producir los bienes y servicios, o consumidos por una
comunidad, región o país, incluyendo los consumos hídricos implícitos en la dilución
de la contaminación causada (hoekstra y huynen, 2002). La huella hídrica puede
ser útil a los fines de extraer pautas para un mejor aprovechamiento de las aguas por
parte de los diferentes países. Por ejemplo, se ha estimado que la huella hídrica
per cápita promedio en el mundo es de 1.243 m3/hab./año, en este índice aparecen los
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Estados Unidos de América con una huella hídrica de 2.483 m3/hab./año y Venezuela
con un promedio de 883 m3/hab./año (manzolillo,2012 a).
36 La gestión del agua para atender esta multiplicidad de objetivos y metas, deberá
hacerse con un enfoque que privilegie la gobernabilidad, la eficiencia y sustentabilidad
del recurso. Dicha gestión, en su concepción amplia, es un proceso permanente y
de aproximaciones sucesivas en el cual diversos actores públicos y privados y la socie-
dad civil en general, adelantan un conjunto de esfuerzos específicos con el propó-
sito de preservar, conservar y aprovechar el agua de manera sustentable (rodríguez –
becerra y espinoza, 2002).
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37 La gestión del agua exige, por lo tanto, un proceso y una estructura institucional, legal-
mente fundamentados, que haga compatible la participación de los diversos actores
mencionados. A tales efectos, en Venezuela existe un instrumento jurídico moderno,
la Ley de Aguas del 2007, que da las pautas para administrar el agua y ordena en
su artículo primero que ella «tiene por objeto establecer las disposiciones que rigen la
gestión integral de las aguas, como elemento indispensable para la vida, el bienestar
humano y el desarrollo sustentable del país, y es de carácter estratégico e interés
del Estado» ( republica bolivariana de venezuela , 2007). La Ley de Aguas debe ser
instrumentada diligentemente.
38 En lo que sigue se formulan algunos comentarios sobre diferentes aspectos que han
de considerarse para alcanzar con éxito el aprovechamiento sustentable del agua
en Venezuela y satisfacer las diferentes demandas que sobrevendrán sobre el recurso.
—— Plan de Gestión Integral de las Aguas de cada Región Hidrográfica en las cuales
ha sido dividido el país
—— Plan de Gestión Integral de las Aguas de las Cuencas Hidrográficas, que haya
determinado el Ejecutivo Nacional que por su complejidad, importancia relativa
u otra situación así lo justifique
41 La Ley define de manera general el contenido de estos planes, que se transcribe, para
que pueda apreciarse su alcance general:
42 «El plan contendrá, entre otros aspectos, las estimaciones del balance actual y pros-
pectivo de las disponibilidades y demandas de agua para las regiones hidrográficas, las
decisiones sobre trasvases entre regiones hidrográficas así como la identificación de
las cuencas prioritarias y del uso primordial al que se destinarán las aguas en cada caso.
Así mismo, el plan incluirá la definición de lineamientos y directrices para la distri-
bución de las aguas, entre las distintas actividades que demandarán su uso, en función
de la disponibilidad del recurso y los beneficios sociales e importancia económica
de cada actividad».
70
1 . 6. 2 . la cuantificación de los recursos hídricos
43 La gestión de los recursos hídricos exige ante todo tener un conocimiento lo más
preciso posible de ellos, tanto de las aguas superficiales como de las subterráneas, en
cantidad y calidad. A tales efectos, la mencionada Ley establece un Subsistema
de Información de la Aguas que comprenderá las actividades de recolección, procesa-
miento, sistematización, almacenamiento y divulgación de datos e información de tipo
hidrometeorológico, hidrogeológico, fisiográfico, morfométrico y de calidad de
aguas. Como el sistema de información hidrológica existente en el antiguo Ministerio
de Obras Públicas, transferido en 1977 al Ministerio del Ambiente y de los Recursos
Naturales Renovables (marnr), fue desmantelado a finales de la década de los años
noventa del siglo pasado, ahora se hace prioritaria su reconstrucción, para cuya tarea
se creó el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (inameh) en el 2006,
pero que no ha podido adelantar dicha tarea, por falta de presupuesto.
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desarrollo social y económico futuro de Venezuela. Por ello también es cada vez más
necesario considerar la reutilización y el reciclado del agua, cuando el recurso es escaso
y ello sea técnicamente viable.
50 La población de Venezuela creció a partir de la segunda mitad del siglo xx a tasas muy
elevadas que llegaron en la década 1950 – 1960 a 3,84 % anual. Pero dicha tasa ha venido
disminuyendo y entre los dos últimos Censos Nacionales de Población (2001– 2011)
bajó a 1,5 %. De manera que el crecimiento de la población está perdiendo importancia
para la estimación de las futuras demandas de agua, aunque hay que tomar en
consideración la llamada inercia demográfica, dada la existencia en la actualidad de
cerca de treinta millones de habitantes en el país, que hace que anualmente la población
total crezca en alrededor de medio millón de habitantes, que deben ser atendidos
en sus requerimientos de diversos tipos de servicios.
51 Por su parte, es deseable que el crecimiento económico futuro sea lo más alto posible
y que este ocurra con equidad, para que pueda generar una elevación sostenida
del ingreso y la prosperidad de todos. Con la elevación del ingreso existe la tendencia
a incrementar el consumo de agua en todos los usos. Los factores económicos, por lo
tanto, serán determinantes del crecimiento de la demanda futura de agua.
52 En cuanto a los estilos de vida, debe destacarse que ellos determinan los consumos
domésticos y también en los sitios de trabajo. Con la elevación de los niveles de vida de
la población, dichos consumos tienden a aumentar e incidir aún más en el crecimiento
de la demanda. De aquí la importancia de crear hábitos más racionales de consumo
entre la población, mediante la educación para el desarrollo sustentable.
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1 . 6. 4 . la conservación de la calidad de las aguas
54 El deterioro de la calidad del agua en los territorios localizados en la margen izquierda
de los ríos Orinoco y Apure, es ya preocupante en la actualidad y ello contribuye a
acentuar la escasez del recurso.
56 Se impone durante los próximos años, por lo tanto, darle alta prioridad a la gestión
de la calidad de las aguas. Ello exigirá la construcción de muchos sistemas de trata-
miento de aguas residuales o efluentes, como también se denominan, pero sobre todo
del cumplimiento de la normativa técnica ambiental existente para evitar la impu-
nidad ecológica. También el aprovechamiento de los servicios ecológicos en forma
coadyuvante a la conservación de la calidad del agua. Esta última no puede divorciarse
del manejo ecosistémico de las cuencas hidrográficas.
58 Existe la opinión bastante extendida de que las crisis de agua que se presentan tienen
un componente institucional que incluye generalmente ingredientes políticos y,
por supuesto, también aspectos financieros y técnicos. Estas situaciones pueden
esquematizarse según Fernández – Jáuregui (2006) así: primero, falta de comprensión
por parte del liderazgo político para otorgarle la importancia que reviste el abasteci-
miento de agua y el saneamiento y por ende asignarle los recursos necesarios. Segundo,
la deficiencia o ausencia de las instituciones a todos los niveles. Tercero, falta de inver-
siones financieras necesarias y de capacidad de pago de las poblaciones desfavorecidas;
y cuarto, desafíos técnicos, como extender, por ejemplo, los servicios a las pobla-
ciones de zonas rurales dispersas o a comunidades urbanas densamente pobladas y de
bajos ingresos. Todos estos aspectos tienen que ver con la gobernabilidad del recurso.
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59 A los niveles regionales, desde la perspectiva de la gobernabilidad, uno de los modelos
de aprovechamiento del agua que está resultando más exitoso es el denominado de
gestión integrada de los recursos naturales de las cuencas hidrográficas. Las cuencas
tienen la característica de ser unidades geográficas en las cuales toda la precipitación
que cae sobre ellas y constituye el origen de las aguas superficiales y subterráneas
renovables de la cuenca, drenan por un solo punto. De esa manera se facilita establecer
la relación entre precipitación y escorrentía y los balances demanda – disponibilidad.
Igualmente ha de tenerse en cuenta que forma parte del comportamiento dinámico
de las cuencas el que toda intervención humana que se haga en sus partes altas,
tiene repercusiones ecológicas en sus tramos medios y bajos. De allí que las cuencas
hidrográficas sean unidades territoriales especialmente apropiadas para la planifica-
ción y gestión del aprovechamiento de las aguas y la conservación de los ecosiste-
mas hídricos, a pesar de que en ocasiones las fronteras político territoriales, por ser
diferentes de las hidrológicas, pueden entorpecer la gestión integrada de los recursos
naturales de la cuenca.
61 En Venezuela la Autoridad Nacional de las Aguas está conferida por la Ley al Minis-
terio del Poder Popular para el Ambiente. A este Despacho le corresponde darle cumpli-
miento a la Ley de Aguas y velar porque se logre un aprovechamiento sustentable
del recurso que permita satisfacer las demandas futuras de manera oportuna para
que coadyuven al desarrollo del país.
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Promover el reúso y reciclado del agua para reducir los consumos. Que la gente
tenga noción sobre el valor y costo del agua y esté dispuesta a cancelar la prestación de
los servicios de abastecimiento. ¿ Cómo hay que conservarla ? Cuidando en particular
su calidad. Motivar la participación ciudadana en la gestión del agua. Además,
explicar cómo dentro de una democracia hay que ejercer presión pacífica sobre las
instancias pertinentes, cuando no cumplen con el deber de satisfacer oportunamente
las demandas de agua.
Reflexiones finales
66 Ante esta gama de problemas, existe todavía un campo amplio para la investigación
y el desarrollo de nuevas tecnologías. De aquí que los países deban asignar recursos
para estos fines, con la seguridad de que ellos serán ampliamente remunerados, dadas
las ventajas sociales y económicas que significa mejorar la administración del agua.
67 El agua salada de los mares y océanos, por ser mucho más abundante que el agua
dulce en el planeta, representa para el desarrollo una reserva inestimable. Pero ello
requiere de su conversión en agua dulce, apta para el consumo de los seres humanos
y otros usos. Esa conversión, técnicamente posible, se hace con base al uso de ener-
gía, estableciéndose así otro nexo indispensable para el aprovechamiento del recurso:
agua y energía. El que ese lazo se concrete en beneficio para el desarrollo, depende
de factores técnico – económicos, que están en vías de perfeccionarse para que el
agua marina sea plenamente utilizable, a un costo aceptable, en aquellas regiones y
localidades donde la escasez de agua dulce lo haga necesario. El manejo del agua
implica generalmente el empleo de grandes cantidades de energía. Por eso algunos
proponen un proceso integrado de planificación del agua y la energía, como vía para
optimizar el uso de ambos recursos ( totten y zurita, 2006).
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68 Para las regiones que no son ricas en agua, su escasez representa una amenaza muy
importante para su desarrollo. Por eso es que algunos de los efectos más dañinos
del fenómeno de cambio climático, ocasionados por factores antrópicos, son las alte-
raciones meteorológicas que pueden conducir a la disminución de las precipitaciones
y, por ende, a la reducción de los caudales que históricamente han conducido las
corrientes fluviales. Esta nueva escasez del recurso que se vislumbra en ciertas regiones
del planeta, es motivo de preocupaciones que deben ser resueltas a través de medidas
de mitigación del fenómeno o de adaptación a sus consecuencias que sean eficaces.
70 «Es necesario comprender que no son las realizaciones físicas lo más importante
en la administración de las aguas. Este concepto de importancia de las obras físicas
todavía existe en el país, principalmente entre los ingenieros civiles especializados en
hidráulica, que aún hoy presentan las obras por las obras mismas, y parecen haber
olvidado que las obras solo son un medio para el aprovechamiento de los recursos
hídricos; por lo que no deben convertirse en una carga que impida cumplir los fines
propuestos». (pedro pablo azpúrua, 1980).
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