La Gastronomía en La Web
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La Gastronomía en La Web
deliciosa
La etiqueta #food tiene más de 150 millones de publicaciones en Instagram
Según el informe Sopexa, el 81% de los amantes de la cocina utilizan
Facebook, el 20% Twitter y el 17% Instagram para compartir sus experiencias
gastronómicas
Los expertos Alicia Aguilar, directora del Máster Universitario en
Nutrición y Salud de la UOC, Amalia Susana Creu, directora del Posgrado
de Comunicación Alimentaria y del grado de Comunicación de la
UOC y Francesc Xavier Medina, antropólogo de la alimentación y profesor
de los Estudios de Salud de la UOC, han estado estudiando acerca de la
relación entre la gastronomía e internet y las redes sociales.
En los últimos tiempos, las tendencias han cambiado de tal manera que,
actualmente, la comida es uno de los temas más recurrentes en el mundo
digital. De hecho, la etiqueta #food tiene más de 150 millones de
publicaciones en Instagram, seguida de cerca por #foodporn o #foodies,
muy por encima de la etiqueta #políticos.
Hay varias maneras de hacer que tu perfil como chef o tu restaurante, se visualicen en la
red y es necesario hacerlo ya que al día de hoy, el negocio que no está en el mundo
digital, nos guste o no, es como si no existiera. Eso no quiere decir que toda tu
comunicación tiene que estar en digital necesariamente, pero debe de ser una mezcla muy
bien planeada que tienes que elaborar; y así como en un platillo buscas el sabor perfecto a
partir de diferentes ingredientes, así es como tienes que utilizar los medios digitales para
que tu restaurante lo conozcan tus clientes o comensales.
Imaginemos que este plan para tener tu presencia en Internet, es como si tuvieras que
preparar un platillo, primero necesitas saber los ingredientes con los que cuentas. Después
necesitas saber hacer la combinación perfecta de los ingredientes y finalmente hacer el
emplatado para que todo luzca increíble y de sólo verlo den ganas de probar ese delicioso
platillo. Pues bien, ahora traduciremos esta metáfora al mundo digital, para que sea más
práctico y divertido nuestro proceso de aprender a estar en Internet.
Comenzaremos por los ingredientes. Serán todas las plataformas que existen actualmente
y es necesario que las conozcas. Primeramente están los sitios web, y éstos, son los más
utilizados por todos los restaurantes a nivel mundial ya que como tú bien sabes, nos sirven
para mostrar el nombre y el perfil de nuestro restaurante o cocina. También nos permiten
mostrar los platillos y menús que queremos ofrecer y sobre todo, nos permiten mostrar tu
filosofía como chef fundador y de todo tu equipo de colaboradores. Los sitios web también
son una buena herramienta para mostrar hermosas fotografías de platillos de temporada, y
nuevas tendencias que se manejan dentro de tu cocina, y además resulta muy eficiente
para brindar la ubicación de tu restaurante, sucursales si es que cuentas con varios, y para
hacer reservaciones.
Después existen las redes sociales, que no nos detendremos mucho en hablar de ellas
porque es un tema bastante extenso, pero sí te daremos un breve contexto para que las
consideres como parte de los “ingredientes” para tu plan de Internet. Facebook es la más
popular y la que tiene más usuarios interactuando diariamente; sin embargo, con la última
modificación de su algoritmo, los contenidos de las marcas deben de ser menos
comerciales y más “compartibles” dentro de la comunidad de usuarios, pero como nuestro
negocio es de alimentos, es mucho más sencillo generar contenido sin tener problema con
esta nuevo lineamiento que ha puesto esta red social. Le sige Instagram, el gran favorito
de todos los restaurantes, chefs y comensales, ya que en ella se pueden compartir fotos
de alimentos y a lo largo, desde su creación, se han generado grandes tendencias como
el foodporn, el Rawfood o comida cruda o el Sushi donuts entre otras. Esta red social
también se caracteriza por tener un contenido mucho más estilizado y artístico, fotógrafos,
modelos y arquitectos lo utilizan como una plataforma para mostrar su trabajo, y por lo
tanto, para ti que eres un creador de la alta cocina, también puede ser una red social que
brinda muchas oportunidades.
Finalmente, llegamos al emplatado final de nuestro plan para tener presencia en Internet.
Aquí lo que es muy importante es el contenido. Qué es lo que vamos a publicar para que la
gente lo vea, qué es lo que vamos a compartir de nuestro restaurante, qué es lo que
queremos que la gente sepa de nuestro proyecto culinario, qué tendencia estamos
marcando con las creaciones que estamos desarrollando dentro de nuestra cocina, por
qué los comensales tendrían que buscarnos a nosotros y no a otros restaurantes. Todos
estos puntos los debes de considerar en el momento de generar el contenido, ya que
siguiendo con la metáfora de la preparación de un platillo, es lo que el consumidor va a ver
y de lo que se va a enamorar. Es muy importante entender que el contenido al igual que un
emplatado, es algo visual que va a motivar a los comensales y a tus futuros clientes a que
te conozcan, compartan tu filosofía como chef y finalmente visiten y prueben tus
creaciones culinarias.
Muchos años antes ya había comenzado una revolución gastronómica, siempre bien fundamentada
en una tradición muy sólida, que aún actualmente dura y que sin duda ha contribuido de manera
muy clara en la revolución a escala global que ha vivido y vive la gastronomía.
Estos dos acontecimientos han coincidido en el tiempo y es una realidad que con la potente e
imparable irrupción de las redes sociales en nuestras vidas, estas se han convertido en el boca a
boca del siglo XXI. Todo lo que ha supuesto la entrada de la tecnología y a la velocidad que ha
sucedido, ha significado una auténtica revolución en muchos aspectos y, con el paso de los años, ha
supuesto un cambio de hábitos incuestionable.
La transmisión de la información es inmediata. La democratización del hecho de poder, cada uno de
nosotros, ser una fuente de información a la vez que ser un potencial consumidor ya es una realidad,
como lo es también la dificultad de discernir el rigor.
Todo un abanico interminable de comentarios, fotografías, vídeos, se abren a nuestra mirada más
curiosa. Y es imposible no prestar atención a ese ingrediente, utensilio o plato que nos llama la
atención y al que podemos tener acceso desde nuestro aparato, casi en tiempo real.
Por un lado tenemos que ser conscientes de que este hecho afecta claramente al proceso creativo de
cualquier restaurante y si hablamos de restaurantes que intentan llevar a cabo una cocina
arriesgada, creativa y de vanguardia, aún más. ¿Hasta qué punto lo hace de manera positiva o
negativa? Es difícil saberlo. ¡Esta es la pregunta del millón!
Hasta hace relativamente poco (10 años), el conjunto de conceptos, técnicas y platos que resultaban
de un período determinado de trabajo eran degustados, como mínimo, durante toda una temporada
por los clientes de un restaurante. Era entonces, pasado este tiempo, cuando estas novedades que
los clientes habían podido disfrutar en primicia y antes de ser compartidas con el resto de
interesados en la materia, que se empezaban a mostrar en los diferentes congresos de gastronomía
y/o publicaciones especializadas. Esto hacía que todo siguiera un tempo y un ritmo vital muy
diferente al de ahora. Hoy es una realidad inexistente, ya que antes de que puedas dar por
terminada una elaboración puede que ya haya sido expuesta a la red por parte de terceras personas
a través de cualquiera de los canales de los que hablábamos anteriormente, lo que otorga una
volatilidad extrema a la creatividad.
Pero por otro lado, este nuevo boca a boca del que hablábamos hace que todos tengamos la
posibilidad de existir de una manera más globalizada y que, al mismo tiempo, nuestras propuestas
gastronómicas, que ven la luz a través de nuestro restaurante, puedan disfrutar de una presencia en
los medios que de otro modo seguramente no tendrían o sería más complicado conseguir. En
definitiva, las nuevas tecnologías y las redes sociales nos han permitido situarnos en el mapa y
mostrar lo que más queremos, nuestra profesión, y la particular forma que tenemos de entenderla.
Ciñéndonos más al método creativo, la red hace que las fuentes de conocimiento a partir de las
cuales nos podemos nutrir sean de una pluralidad muy enriquecedora y que, al mismo tiempo, todo
este esfuerzo creativo sea cada vez más dinámico. Documentarse a través de la red también es una
manera de crear, buscar información de productos, recetas o diferentes maneras de entender la
cocina. Todo un mar de posibilidades para descubrir nuevas maneras y visiones que nos ayudan a
reinventarnos y, en definitiva, a nutrir nuestra particular manera de hacer. Sea como sea, los
cocineros estamos más auditados, y esto, inevitablemente, nos lleva a una mayor exigencia creativa.
También a los críticos gastronómicos, periodistas y gastrónomos les ha cambiado la realidad a la que
estaban acostumbrados hace unos años. Todos ellos eran precisamente, junto con las principales
guías, los encargados de dar a conocer las últimas tendencias y estaba en sus manos “generar
opinión”. Eran (y esperamos que continúen siéndolo) una fuente con criterio y credibilidad. Se les
respetaba y respeta porque alguien respondía por ellos, ya fuera el medio para el que escribían o
porque se habían ganado esta fiabilidad después de años de historia (en el caso de las guías) y de
experiencia (en el caso de críticos y periodistas).
Y todo este ir y venir de información nos afecta a nosotros, pero también al consumidor final. Perder
el efecto sorpresa, que en restaurantes como el nuestro es vital, puede suponer prescindir de uno de
los ingredientes más importantes que puede haber en la visita a un restaurante. Y nosotros, como
cocineros, eso lo lamentamos. Está claro que no podemos luchar contra ello, pero debemos
reconocer que no nos acaba de gustar
Sabemos que es mucho pedir, pero nos gustaría que los clientes respetaran ese factor sorpresa
para el comensal que aún está por venir al restaurante. Incluso que se lo planteen como un hecho
egoísta y pensando principalmente en ellos, para poder disfrutar al máximo de la experiencia y
divertirse sin condicionantes. La solución sería no dejar hacer fotos o vídeos en el restaurante. Así
conseguiríamos mantener la sorpresa y el cliente no perdería la concentración, pero… ¿vosotros
como clientes lo aceptaríais?
De hecho, en la mayoría de museos de todo el mundo, en muchas tiendas especializadas o en los
teatros y cines, esta medida ya existe y, en estos casos, la gente lo entiende y lo respeta. Esto
demuestra que aún hay que trabajar mucho en este sentido.
Pero si algún punto a favor tenemos nosotros respecto a otros sectores, es que, para vivir en primera
persona la magia, las diversas emociones, sensaciones o recuerdos que nos generan los diferentes
sentidos cuando vemos un plato por primera vez, lo olemos, notamos la temperatura, la textura o el
sabor… es que necesitamos de la memoria gustativa, del criterio, entre otros, y para ello sólo hay un
camino: vivir en primera persona esta experiencia.