Rep 2 Arist 2023
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Aristóteles
Libro I
Teoría del bien y de la felicidad
“Todas las artes, todas las indagaciones metódicas del espíritu, lo mismo que todos nuestros actos y
todas nuestras determinaciones morales, tienen al parecer, siempre por mira algún bien que
deseamos conseguir: y por esta razón ha sido exactamente definido bien, cuando se ha dicho que es
el objeto de todas nuestras aspiraciones....
Por otra parte, como existe una multitud de actos, de artes y de ciencias diversas, hay otros tantos
Repartido 2 Sexto de derecho prof: Bettina Umpiérrez
fines diferentes: por ejemplo, la salud es el fin de la medicina; la nave es el de la arquitectura naval,
la victoria, el de la ciencia militar; la riqueza, el de la ciencia económica. Todos los hechos de cada
orden están en general sometidos a una ciencia especial que los domina: y así, a la ciencia de la
equitación están subordinados el arte de la guarnicionería y todas las concernientes al caballo; así
como estas artes a su vez y todos los demás hechos militares están sometidos a la ciencia general de
la guerra.
Si en todos nuestros actos hay un fin definitivo que quisiéramos conseguir por sí mismo, y en su
vista aspirar a todo lo demás; y si, por otra parte, en nuestras determinaciones no podemos
remontarnos sin cesar a un nuevo motivo, lo cual equivaldría a perderse en el infinito y hacer todos
nuestros deseos perfectamente estériles y vanos, es claro que el fin común de todas nuestras
aspiraciones será el bien, el bien supremo...”
Volvamos ahora a nuestra afirmación; y puesto que todo conocimiento y toda resolución de nuestro
espíritu tienen necesariamente en cuenta un bien de cierta especie, expliquemos cuál es el bien que
en nuestra opinión es objeto de la política y por consiguiente, el bien supremo que podemos
conseguir en todos los actos de nuestra vida. La palabra que le designa es aceptada por todo el
mundo; el vulgo, como las personas ilustradas, llaman a este bien supremo felicidad y, según esta
opinión común, vivir bien, obrar bien es sinónimo de ser dichoso. Pero en lo que se dividen las
opiniones es sobre la naturaleza y la esencia de la felicidad, y en este punto el vulgo está muy lejos
de estar de acuerdo con los sabios. Unos la colocan en las cosas visibles y que resaltan a los ojos
como el placer, la riqueza, los honores; mientras que otros la colocan en otra parte. Añadid a esto
que la opinión de un mismo individuo varía muchas veces sobre este punto; el enfermo cree que la
felicidad es la salud; el pobre que es la riqueza; o bien cuando uno tiene conciencia de su
ignorancia, se limita a admirar a los que hablan de la felicidad en términos pomposos y trazan de
ella una imagen superior a la que aquel se había formado...
...No es, en nuestra opinión, un error completo formarse una idea del bien y de la felicidad en vista
de lo que pasa a cada uno en su vida propia. Y así las naturalezas vulgares y groseras creen que la
felicidad es el placer, y he aquí por qué sólo aman la vida de los goces materiales. Efectivamente no
hay mas que tres géneros de vida que se puedan particularmente distinguir: la vida de que acabamos
de hablar; después, la vida política o pública; y por último la vida contemplativa e intelectual. La
mayor parte de los hombres, si hemos de juzgarlos tales como se muestran, son verdaderos
esclavos, que escogen por gusto una vida propia de brutos...
Repartido 2 Sexto de derecho prof: Bettina Umpiérrez
Capítulo VII
“Pero volvamos de nuevo al bien objeto de nuestra investigación e indaguemos
qué es."
“Puesto que parece que los fines son varios y algunos de éstos los elegimos por otros… es evidente
que no son todos perfectos, pero lo mejor parece ser algo perfecto. Por consiguiente, si hay sólo un
bien perfecto ése será el que buscamos, y si hay varios, el más perfecto de ellos…"
"Tal parece ser, sobre todo, la felicidad, pues la elegimos por ella misma y nunca por otra cosa,
mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud, los deseamos en verdad por sí
mismos, pero también los deseamos a causa de la felicidad…En cambio, nadie busca la felicidad
por estas cosas, ni en general por ninguna otra." "Parece que también ocurre lo mismo con la
autarquía, pues el bien perfecto parece ser suficiente…consideremos suficiente lo que por sí solo
hace deseable la vida y no necesita nada, y creemos que tal es la felicidad"
Libro II
Naturaleza de la virtud ética.
Capítulo I: De la distinción de las virtudes en intelectuales y morales.
“Existen pues dos clases de virtud, la dianoética y la ética. La dianoética se origina y crece
principalmente por la enseñanza y por ello requiere experiencia y tiempo; la ética, en cambio
procede de la costumbre...De este hecho queda claro que ninguna de las virtudes éticas se produce
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en nosotros por naturaleza, puesto que ninguna cosa que existe por naturaleza se modifica por
costumbre...De ahí que las virtudes no se produzcan ni por naturaleza ni contra naturaleza, sino que
nuestro natural pueda recibirlas y perfeccionarlas mediante la costumbre...pues por nuestra
actuación en las transacciones con los demás hombres nos hacemos justos e injustos....Pues
investigamos no para saber que es la virtud sino, para ser buenos, ya que de otro modo ningún
beneficio sacaríamos de ella, debemos examinar lo relativo a las acciones, como hay que realizarlas,
pues ellas son las principales causas de la formación de los diversos modos de ser...”
“Ahora bien, que hemos de actuar de acuerdo con la recta razón es comúnmente aceptado y lo
damos por supuesto...
“Y en lo relativo a las acciones y a la conveniencia no hay nada establecido...sino que los
que actúan deben considerar siempre lo que es oportuno, como ocurre en el arte de la medicina y de
la navegación...”
“Así pues, la moderación y la virilidad se destruyen por el exceso, pero se conservan por el
término medio. Llamo término medio de una cosa al que dista lo mismo de ambos extremos…todo
conocedor evita el exceso y el defecto, y busca el término medio y lo prefiere…" "…las obras
excelentes, que no se les puede quitar ni añadir nada, porque tanto el exceso como el defecto
destruyen su perfección, mientras que el término medio la conserva" "…cuando es debido…y hacia
aquellas personas debidas, y por el motivo y la manera que se debe, entonces hay un término medio
y excelente; y en ello radica, precisamente la virtud…"
Libro VI
Examen de las virtudes intelectuales. (Dianoéticas).
llamamos prudentes. En efecto, parece propio del hombre prudente el ser capaz de deliberar
rectamente sobre lo que es bueno y conveniente para si mismo, no en un sentido parcial, por
ejemplo para loa salud, sino para vivir bien en general..”
“...la prudencia es un modo de ser racional verdadero y práctico, respecto de lo que es bueno y malo
para el hombre. Porque el fin de la producción es distinto de ella, pero el de la acción no puede
serlo, pues una acción bien hecha es ella misma el fin.”