Unidad Aristóteles
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Unidad Aristóteles
Contexto:
Nuestro texto pertenece a la Ética Nicomáquea, que se incluye en los tratados de filosofía práctica junto a
Ética a Eudemo, Magna Moralia, Política y Constituciones de Atenas. El texto, en concreto, se incluye en el
libro VI de Ética Nicomáquea, titulado “Exposición de las virtudes intelectuales”. Aristóteles, tras establecer
que la felicidad es una actividad del alma conforme a la virtud, define virtud y distingue entre virtudes éticas e
intelectuales o dianoéticas.
En la Ética Nicomáquea, muchos han apreciado una enorme influencia de Platón, ya que Aristóteles defiende
que la sabiduría o vida contemplativa es la actividad más perfecta del ser humano y, por tanto, la identifica
con la felicidad. Por otra parte, Aristóteles, como Platón, mantiene la concepción típicamente griega de que la
ética debe estar subordinada a la política. Es decir, la ciudad, la vida política, está por encima de la familia y
del individuo concreto. La Ética Nicomáquea nos proporciona un conjunto de reflexiones para unir felicidad y
justicia, y así podemos decir que se trata de un manual de ciudadanía
Aristóteles se aleja del intelectualismo moral de Sócrates y Platón. Para nuestro autor la virtud es el resultado
del conocimiento, pero también depende del carácter y del juicio del sujeto. El ideal de prudencia sustituye a
la Idea platónica de Bien. Concretamente, en el Libro VI, al que pertenece nuestro texto, Aristóteles analiza
las virtudes intelectuales que son las “disposiciones por las cuales el alma posee la verdad al afirmar o negar
algo”. Las cinco virtudes intelectuales son: arte, ciencia, prudencia, sabiduría e inteligencia. La prudencia es
la virtud principal: el hábito de juzgar correctamente lo que es bueno y malo.
A pesar de la vinculación entre ética y política, por primera vez en la historia, la Ética Nicomáquea convierte a
la ética en una disciplina independiente, por eso se considera que Aristóteles es el fundador de la ética
filosófica.
La filosofía de Aristóteles parte del platonismo, aunque pronto empezará a marcar distancias con respecto a
su maestro, para terminar adoptando una postura crítica frente a la filosofía de Platón. Este desacuerdo con
Platón afecta, en primer lugar, a la teoría de las Ideas ya que para Aristóteles sólo son reales las cosas
individuales. En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, critica la teoría platónica del
conocimiento: nuestro autor defiende que el conocimiento sensible es el punto de partida de todo
conocimiento. Recordemos que, para Platón, el conocimiento sensible es aparente, pura opinión.
2) Período de viajes: transcurre desde el abandono de la Academia hasta su retorno a Atenas. Aristóteles
comienza a apartarse de las tesis platónicas y empieza a elaborar su propio pensamiento.
3) Período del Liceo: es la época en la Aristóteles vuelve a Atenas y funda el Liceo. A este período
pertenecen la mayor parte de las obras que se conservan.
En relación al contexto filosófico, el pensamiento de Aristóteles abarca tal cantidad de temas que se puede
considerar enciclopédico.
Se interesó por los planteamientos presocráticos acerca de la naturaleza. Nuestro autor define la virtud ética
como el término medio entre el exceso y el defecto. Aristóteles mantiene la influencia platónica al considerar
que las virtudes intelectuales son grados de conocimiento que permiten al alma alcanzar la verdad.
- Aristóteles consideró innecesario afirmar la existencia de “otro mundo” ya que la esencia y la verdad de las
cosas sensibles sólo pueden estar en las cosas mismas, no en una realidad transcendente. Frente al
idealismo platónico, nuestro autor defiende una concepción realista
La filosofía de Aristóteles ha dejado una huella profunda en la cultura occidental. A partir de los siglos XI y XII,
se recuperaron las obras de Aristóteles gracias a las aportaciones de los filósofos árabes.
En cuanto a la física, la concepción aristotélica del universo se mantuvo vigente hasta la revolución científica
del Renacimiento. El enfoque científico de Aristóteles aportó un conocimiento riguroso basado en las causas
de los hechos, y apoyado en la inducción y la deducción. Esta concepción de la ciencia se mantuvo hasta
que los nuevos científicos, Copérnico y Galileo, introdujeron el método hipotético-deductivo.
Tema: Virtud y felicidad.
Aristóteles distingue dos tipos de ciencias: las ciencias teóricas porque su finalidad es el conocimiento, y las
ciencias prácticas, ética y política, cuyo objeto es la acción (praxis) humana en cuanto dirigida al bien y la felicidad.
Por lo tanto, los conceptos de virtud y felicidad están vinculados al ámbito de la ética.
En la Grecia clásica, ética y política significaban lo mismo. Aristóteles afirma que es impensable un ser humano
que viva aislado. Aristóteles defiende que existen muchos tipos de bienes y la tarea de la ética será definir el bien
propio del ser humano, un bien realizable.
En la obra que comentamos, Ética Nicomáquea, Aristóteles defiende una ética teleológica: afirma que toda acción
humana se realiza con vista a alcanzar un determinado fin, y el fin de la acción es el bien que se busca.
Sin embargo, existe un fin último: la felicidad. La felicidad es el fin último al que aspiran todos los seres humanos
por naturaleza. Esta felicidad se identifica con la vida buena. El problema es que no todos los seres humanos
tienen la misma concepción de esta felicidad. La ética aristotélica es también una ética eudemonista, una ética
cuyo objetivo es la felicidad. Pero también es una ética de la virtud, ya que ésta es el medio por excelencia para
alcanzar la felicidad.
Para Aristóteles, cada ser tiene una función propia que viene determinada por su naturaleza; actuar en contra de
esa función es actuar en contra de la propia naturaleza. En el caso del ser humano, sus facultades naturales y
propias son el entendimiento y la voluntad y, en consecuencia, la auténtica felicidad consiste en el ejercicio
correcto de dichas facultades.
La felicidad consiste en el ejercicio perfecto de la actividad propia del ser humano: la actividad intelectual, la
sabiduría, la contemplación.
Aristóteles dice que se debe practicar la virtud. Pero, ¿en qué consiste la virtud?:
- La virtud es, para nuestro autor, una habilidad, una capacidad, un hábito permanente cuyo objetivo es alcanzar la
felicidad.
- La virtud es un hábito voluntario y libre, que implica deliberación y elección.
- Las virtudes son el resultado de forjar el propio carácter adquiriendo hábitos de acción racionales. En cuanto
seres racionales. Por lo tanto, las virtudes implican un proceso educativo, un aprendizaje.
- En definitiva, la virtud supone: conocer el fin que se debe buscar, tener la voluntad de alcanzarlo, deliberar
acerca de los medios adecuados para conseguirlo, elegir reflexivamente entre ellos y actuar con firmeza.
El ser humano es una sustancia formada por cuerpo y alma, por lo que tiene tendencias apetitivas propias de su
parte animal y tendencias intelectivas propias de su naturaleza racional.
● Virtudes intelectuales: son aquéllas que surgen del hábito de razonar, cuya práctica hace a los humanos
realmente humanos. Son las virtudes propias del alma racional. Aristóteles distingue, dentro del alma racional,
entre la racionalidad teórica y la racionalidad práctica.
Como Aristóteles diferencia cinco tipos de saber, de conocimiento intelectual o racional, habrá, en consecuencia,
cinco tipos de virtudes intelectuales o dianoéticas: la técnica o arte, la prudencia, la ciencia , el entendimiento o
inteligencia y la sabiduría. Estas virtudes intelectuales persiguen la perfección del intelecto. Técnica y prudencia
son conocimientos que se obtienen gracias a la racionalidad práctica, mientras que ciencia, inteligencia y sabiduría
proceden de la racionalidad teórica.
TEXTOS
Estudio de la ciencia
En este texto se discute la idea de que el alma posee la verdad a través de cinco disposiciones: arte, ciencia,
prudencia, sabiduría e intelecto. Se plantea que la ciencia es aquello que conocemos como necesario,
eterno, enseñable y demostrativo. Se menciona también el papel de la inducción y el silogismo en el proceso
de adquisición del conocimiento científico.
El arte
El texto plantea la distinción entre la producción y la acción, así como el papel del arte en el proceso
productivo. Se menciona que la producción y la acción son diferentes, y que el arte es un modo de ser
productivo acompañado de razón verdadera. Mientras que la falta de arte implica un modo de ser productivo
con razón falsa, ambos referidos a lo que puede ser de otra manera.
La prudencia
El texto habla sobre la prudencia, al observar a quienes consideramos prudentes se manifiesta en la
capacidad de deliberar sobre lo que es bueno para vivir en general. Los que razonan correctamente para
alcanzar el bien, incluso en áreas sin un arte específico. La prudencia no puede ser ciencia ni arte, ya que la
ciencia requiere demostración y la prudencia se ocupa de acciones. Es un modo de ser racional, práctico y
verdadero relacionado con lo que es bueno y malo para el hombre.
Nociones:
a) Lo necesario y la ciencia.
En nuestro texto, Aristóteles afirma que, en la parte racional del alma, existen cinco disposiciones por la que se
alcanza la verdad. Estas disposiciones son las virtudes intelectuales, cinco hábitos que conducen al alma a la
verdad: el arte o técnica, la prudencia, la ciencia, la inteligencia y la sabiduría.
Aristóteles, considera que la ciencia es conocimiento de lo universal y necesario, pero invierte el proceso: el
entendimiento conoce lo particular antes que lo universal, al que llegamos gracias a la abstracción.
Nuestro autor distingue dos tipos de métodos para alcanzar el conocimiento: inducción y deducción. La inducción
es el procedimiento que va de lo inmediato a los principios. La deducción es el proceso inverso: parte de unos
principios generales y alcanza una conclusión menos general.
La ciencia es un saber que utiliza un tipo de deducción: la demostración, un razonamiento que parte de dos
enunciados denominados premisas y llega a una conclusión necesaria. Aristóteles considera que el rasgo principal
de la ciencia es su carácter demostrativo: la demostración nos proporciona un saber cierto.
En el texto, Aristóteles se pregunta por el origen de los principios que se utilizan en la demostración. Para
comprender estos principios y saber aplicarlos correctamente, son necesarios dos grados superiores de
conocimiento: la inteligencia y la sabiduría.
Finalmente, Aristóteles describe la ciencia como un conocimiento que puede ser enseñado y puede ser aprendido,
ya que es un conocimiento universal, necesario, que establece los principios y causas de lo que explica.
b) La producción y la acción.
Aristóteles defiende la existencia de una razón práctica y una razón productiva como modos de conocimiento
intelectual distintos de la ciencia. La ciencia es un grado de conocimiento intelectual que se ocupa de lo necesario,
y la producción son dos tipos de actividad humana que se ocupan de lo contingente.
En la Ética Nicomáquea, Aristóteles diferencia dos tipos de actividades que proceden de la racionalidad práctica:
la acción y la producción. La acción tiene un fin propio, interno a la actividad misma. La producción es aquel tipo de
actividad que siempre tiene un fin externo que genera algo distinto.
La racionalidad propia de la prudencia: la acción debe estar orientada por la prudencia; mientras que la
racionalidad propia de la poiesis es la técnica o arte: la producción debe responder a los conocimientos técnicos.
La técnica o arte es un saber poético que se ocupa de la poiesis o producción de cosas. Es un conocimiento de lo
universal, pero no de lo necesario ya que trata de lo posible, que puede ser construido o producido. El arte
consiste en saber hacer las cosas.
Aristóteles considera que la técnica es muy superior a la experiencia. La técnica conoce las causas de los hechos,
la experiencia es solo una habilidad; la técnica es un saber universal, frente a la experiencia que es particular.
La prudencia es un saber práctico que se ocupa de la acción individual y social en cuanto se dirige a conseguir un
determinado fin. Consiste en un conocimiento intelectual sobre lo bueno y lo malo para el ser humano, no desde
un punto de vista concreto, sino universal. La prudencia permite reconocer las virtudes éticas, aplicando el
conocimiento teórico a las acciones posibles, que son siempre imprevisibles. La auténtica felicidad vendría del
cultivo de la contemplación de los objetos propios de la razón, esto es, de las formas universales y eternas. El
sabio, por tanto, sería el que alcanzaría más propiamente la felicidad a través del conocimiento.
c) Prudencia y moderación.
Para Aristóteles, la felicidad consiste en la búsqueda de la perfección en cuanto ser humano. Las virtudes
intelectuales, aquellas que persiguen la perfección del intelecto, son cinco: el arte o técnica, la prudencia, la
ciencia, la inteligencia y la sabiduría.
Sin embargo, para alcanzar una vida buena, una vida feliz también son necesarias las virtudes morales. Para
alcanzar una vida buena, el intelecto debe reflexionar para conocer las virtudes morales, que son hábitos guiados
por la prudencia.
La prudencia es un saber práctico que se ocupa de la acción individual y social en cuanto se dirige a conseguir un
determinado fin. Consiste en un conocimiento intelectual sobre lo bueno y lo malo para el ser humano, desde un
punto de vista universal.
En nuestro texto, Aristóteles también compara la prudencia con la ciencia y la técnica. La prudencia no es ciencia:
la ciencia se ocupa de lo necesario y para ello utiliza la demostración, mientras que la prudencia delibera sobre las
acciones que son siempre contingentes.
Para terminar, es necesario analizar la relación que existe entre la prudencia y la moderación. La moderación es
una virtud moral, es decir, un hábito que nos permite actuar conforme al término medio. La moderación asegura
nuestra prudencia. Pero, a la vez, la prudencia hace posible la moderación. La prudencia y la moderación son
imprescindibles para que el alma racional se imponga al alma sensitiva.
Finalmente, hay que destacar que la prudencia es, a la vez, una virtud intelectual y una virtud moral.