Docente Etica - Osvaldo Dallera
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El problema de la tica
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Osvaldo Dallera
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La tica es la rama de la filosofa cuyo objeto de estudio es la moral. Si por moral hay que
entender el conjunto de normas o costumbres (mores) que rigen la conducta de una persona
para que pueda considerarse buena, la tica es la reflexin racional sobre qu se entiende
por conducta buena y en qu se fundamentan los denominados juicios morales.
Tanto la moral como la tica, trminos que en la prctica suelen identificarse, tienen una
funcin prctica: se refieren, aunque no exclusivamente, a situaciones conflictivas de la vida
de las personas. Desde el punto de vista de la moral, hay que tomar una decisin prctica;
desde el punto de vista de la tica, ha de formarse la conciencia en el hbito de saber decidir
moralmente. En ambos casos, se trata de una tarea de fundamentacin moral. La historia de
la tica es rica en matices y ramificaciones. Sin embargo, como ocurre en otros problemas
filosficos, tambin en este terreno, las obras de Aristteles y Kant han sido un punto de
inflexin dentro de sus respectivos perodos
2. La virtud. La palabra virtud (viene del latn virtus, que igual que su equivalente griego,
aret, significa cualidad excelente) se refiere a la disposicin habitual a obrar bien en sentido
moral. Puesto que se trata de una disposicin o capacidad adquirida, por el ejercicio y el
aprendizaje, de hacer lo que es moralmente bueno, la virtud es una cualidad de la voluntad
que supone un bien para uno mismo o para los dems. Y en esto se distingue una virtud de
cualquier otra disposicin habitual, como por ejemplo la salud, la fuerza fsica o la inteligencia:
en que en un hombre virtuoso la voluntad es la que es buena.
La virtud es, en Platn, el dominio de la parte racional del alma sobre la parte apetitiva e
irascible. Aristteles desarrolla este esquema y sistematiza la doctrina de la virtud en el libro II
de la tica a Nicmaco. El alma racional platnica es en Aristteles la dinoia en su funcin
prctica (excluidas las funciones tericas y productivas de la razn); el buen funcionamiento
de esta razn supone la virtud dianotica de la prudencia, o phrnesis, la racionalidad
prctica, y a ella incumbe el saber llevar una vida moralmente virtuosa. La vida es moralmente
virtuosa si se tiene el hbito de la virtud, por el cual el hombre se hace bueno y por el cual
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ejecuta bien su funcin propia. La prctica habitual de las virtudes ticas, que consisten en
un justo medio entre dos excesos, hace al hombre moral y lo dispone a la felicidad. Por esto
la tica no es sino el cumplimiento del fin del hombre.
4. Justo medio. Segn Aristteles la virtud moral es el justo medio entre dos extremos. Por
ejemplo, la valenta es el justo medio entre la cobarda y la temeridad. Ambos extremos son
defectuosos y el equilibrio es la condicin de la virtuosidad. Dicha tesis se apoya en su
concepcin de la virtud, a la que concibe como un hbito que se ha de adquirir
voluntariamente a partir de una previa potencialidad, y ha de desarrollarse mediante el
aprendizaje (por tanto puede ensearse), en el caso de las virtudes intelectuales o noticas, y
por la repeticin de actos buenos, en el caso de las virtudes ticas. La teora del justo medio
supone la prudencia como gua de la accin moral ya que, puesto que la tica no es una
ciencia exacta, solamente la recta razn gobernada por la prudencia garantiza el encuentro de
la mesura. Debe tenerse en cuenta que este punto medio entre dos extremos no es
equivalente a una defensa de la mediocridad, sino expresin de las directrices racionales, que
han de mediar entre los impulsos irracionales, y es expresin del ideal de medida de la cultura
griega opuesta a la hybris.
Esta tesis la desarrolla especialmente en su tica a Nicmaco, obra en la que va ms all del
intelectualismo moral socrtico: no es suficiente el saber para obrar justamente.
En sntesis, el concepto aristotlico de virtud, fundamento de la tica, pasa al mundo cristiano,
que a las virtudes morales de Aristteles y a las principales o cardinales que Platn menciona
como fundamentales en La repblica, a saber, prudencia, fortaleza, templanza, y justicia,
aade las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), que tienen por objeto a Dios.
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c. El deber. El deber refiere a que la 'buena voluntad', bajo ciertas limitaciones, no puede
manifestarse por s sola. El hombre, no es un ente puramente racional, sino que tambin es
sensible. Kant observar que las acciones del hombre en parte estn determinadas por la
razn pero existen tambin 'inclinaciones' como el amor, el odio, la simpata, el orgullo, la
avaricia, el placer... que tambin ejercen su influencia. El hombre rene en su juego la
racionalidad y las inclinaciones, la ley moral y la imperfeccin subjetiva de la voluntad humana.
Entonces, la buena voluntad, se manifiesta en cierta tensin o lucha con estas inclinaciones,
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como una fuerza que parece oponerse. En la medida que el conflicto se hace presente, la
buena voluntad se llama deber.
Si una voluntad puramente racional sin influencia alguna de las inclinaciones fuese posible,
sera para Kant, una voluntad santa (perfectamente buena). De esta forma, realizara la ley
moral de modo espontneo, esto es, sin que conforme una obligacin. Para una voluntad
santa, el 'deber', carecera entonces de sentido en tanto que el 'querer' coincide naturalmente
con el 'deber'. Pero en el hombre, ley moral, suele estar en conflicto con sus deseos.
Se distinguen tres tipos de actos:
a. Actos contrarios al deber: En el ejemplo de la persona que se est ahogando en el ro.
Supongamos que disponiendo de todos los medios necesarios para salvarlo, decido no
hacerlo, porque le debo dinero a esa persona y su muerte me librar de la deuda. He obrado
por inclinacin, esto es, no siguiendo mi deber sino mi deseo de no saldar mi deuda y atesorar
el dinero.
b. Actos de acuerdo al deber y por inclinacin mediata: El que se ahoga en el ro es mi deudor,
si muere, no podr recuperar el dinero prestado. Lo salvo. En este caso, el deber coincide con
la inclinacin. En este caso se trata de una inclinacin mediata porque el hombre que salva es
un medio a travs del cual conseguir un fin (recuperar el dinero prestado). Desde un punto de
vista tico, es un acto neutro (ni bueno ni malo).
c. Actos de acuerdo al deber y por inclinacin inmediata: Quien se est ahogando es alguien
a quien amo y por lo tanto, trato de salvarlo. Tambin el el deber coincide con la inclinacin.
Pero en este caso, es una inclinacin inmediata porque la persona salvada no es un medio
sino un fin en s misma (la amo). Pero para Kant, este es tambin un acto moralmente neutro.
d. Actos cumplidos por deber: El que ahora se ahoga es un ser que me es indiferente... no es
deudor ni acreedor, no lo amo, simplemente, un desconocido. O pero an, es un enemigo,
alguien que aborrezco y mi inclinacin es desear su muerte. Pero mi deber es salvarlo y lo
hago, contrariando mi inclinacin. Este es el nico caso en que Kant considera que se trata de
un acto moralmente bueno, actos en los que se procede conforme al deber y no se sigue
inclinacin alguna.
Obra segn una mxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley
universal
De esta forma, obraremos moralmente solo cuando podamos desear que nuestro deseo sea
vlido para todos. As, lo que se pretende es eliminar las excepciones, siendo igualmente
vlida para todas las personas.
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Hay un tiempo en que todas las pasiones son nefastas, envilecen a sus vctimas
con el peso de la estupidez; luego, hay otro momento posterior, muy posterior, en el
que se unen al espritu, en el que se espiritualizan.
Por muy sorprendente que pueda parecer a sus lectores libertarios, es
precisamente esta espiritualizacin, que Nietzsche eleva al nivel de criterio tico,
la que nos permite acceder a ese gran estilo y hace que podamos domesticar las
fuerzas reactivas en vez de rechazarlas, al comprender todo lo que podemos ganar
integrando este enemigo interior en lugar de desterrarlo y, por esta va,
debilitarnos. Nietzsche lo dice de la forma ms sencilla:
La enemistad es un triunfo ms de nuestra espiritualizacin. Consiste en
comprender en profundidad lo interesante que resulta tener enemigos: nosotros,
los otros, los inmoralistas y los anticristianos, estamos interesados en la
subsistencia de la Iglesia. [...] Y lo mismo ocurre en el caso de la gran poltica.
Para crear algo nuevo, por ejemplo, un nuevo imperio, se precisa ms de
enemigos que de amigos. Es la confrontacin la que hace que se empiece a
sentir la necesidad, de crear. No nos comportamos de forma muy distinta en
relacin al enemigo interior: tambin en este caso espiritualizamos la enemistad,
tambin en este caso comprendemos, su valor
En este contexto, Nietzsche no duda en sostener de forma alta y clara, l, que pasa
por ser el anticristo y el ms encarnizado crtico de los valores cristianos, que la
continuacin del ideal cristiano forma parte de las cosas ms deseables que pueda
haber14, porque la confrontacin a la que da luz verde es el medio ms seguro de
hacerse ms grande.
Cuando se comprende correctamente, se ve que es esta grandeza la que
constituye el alfa y el omega de la moral nietzscheana, la que debe guiarnos en
nuestra bsqueda de la vida buena por una razn que, poco a poco, empieza a
parecer ms evidente. La grandeza es lo nico que nos permite integrar en nosotros
todas las fuerzas, lo nico que nos permite llevar una vida ms intensa, es decir,
rica en su diversidad, pero tambin ms poderosa (en el sentido de lo que
denomina voluntad de poder), porque resulta ser la ms armoniosa. Eso s, la
armona en este caso no es, a diferencia de como la entendan los antiguos, una
condicin de dulzura y paz, sino la forma de evitar los conflictos y las mutilaciones
que debilitan la ms grande de las fuerzas.
La voluntad de poder como esencia ms ntima del ser.
En este punto debemos deshacer un malentendido tan enorme como frecuente: la
voluntad de poder no tiene nada que ver con el gusto por el ejercicio del poder, con
el deseo de desempear algn tipo de cargo importante. Se trata de algo
completamente diferente. Es una voluntad que busca intensidad, que quiere evitar a
toda costa esos desgarramientos internos que, por definicin, tienden a debilitarnos
porque llevan a que unas fuerzas anulen otras, de manera que la vida que hay en
nosotros se marchite y menoscabe. No se trata en absoluto de una voluntad de
conquista, de buscar riqueza o autoridad, sino del deseo profundo de gozar de la
vida con una intensidad mxima, de una vida no empobrecida, no debilitada por los
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desgarros, sino que, por el contrario, sea lo ms intensa y vivaz posible. Pensemos
en el sentimiento de culpa que a veces nos desgarra; no hay nada peor que este
desgarramiento interno del que uno no acierta a escapar y que nos paraliza hasta
el punto de impedirnos cualquier tipo de gozo.
La voluntad de poder no es la voluntad de ejercer el poder sino, en palabras del propio
Nietzsche, la voluntad de voluntad, la voluntad que se quiere a s misma, que ama su
propia fuerza y que, por lo tanto, no desea verse debilitada por los desgarros internos, las
culpabilidades, los conflictos resueltos insatisfactoriamente. Slo se autorrealiza en el mbito
del gran estilo, a travs de ciertos modelos de vida en cuyo seno por fin podemos acabar
con los miedos, los remordimientos y los arrepentimientos, con todas aquellas disensiones
internas que nos agotan, que nos pesan y nos impiden vivir con mayor soltura y libertad.
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sirvan para sostener las posiciones que defendemos sin apelar a la violencia a la
agresin o a la descalificacin de los otros participantes en la discusin.
En tercer lugar se puede escoger como fundamento de las normas morales el
conjunto de los hechos sociales que resultan aceptables para la comunidad.
Llamaremos a este fundamento el fundamento emprico. La moral, en este caso,
sera el resultado de abstraer de los hechos sociales aceptados y queridos por la
comunidad el conjunto de normas que regular la vida de todos y cada uno. La
moral, en este caso, sera slo un fenmeno social ms, como el lenguaje, la moda
o las comidas. Por decirlo de algn modo, el fundamento emprico de las normas
morales quedara reflejado en la expresin todos lo hacen.
El problema de aceptar este tipo de fundamento es que, dentro de una misma
sociedad habitan y conviven mltiples cdigos interpretativos acerca de cmo
deben ser los hechos sociales. En segundo lugar, y como consecuencia de esto, la
norma sera slo legtima dentro de un determinado mbito (por ejemplo tal o cual
sociedad) y entonces se dejara de lado la universalidad a la que aspira la norma
moral: La tendencia de la moral hacia la universalidad es evidente. Se debe a que
aspira a regir nuestra conducta como seres humanos y no como miembros de una
sociedad determinada. (R. Frondizi, 1992: 33).
9.2.2. La tica
9.2.2.1. ticas derivadas de los tres tipos de fundamentos morales
De los tres tipos de fundamentos morales que ya vimos pueden derivarse otras
tantas ticas que correspondan a cada uno de ellos.
Las morales que se sostienen en fundamentos trascendentales (es decir, que
proceden de fuentes que estn ms all de nuestra experiencia), producen ticas
que podramos denominar ticas dogmticas. Estas ticas tienen en comn su
carcter verticalista como respuesta a una autoridad de la que emana la norma. Es
el caso de la aceptacin de las normas de procedencia religiosa, como podra ser,
por ejemplo, para los catlicos casarse una sola vez y para toda la vida. Como
consecuencia de esta verticalidad los sujetos quedan sometidos a la fuerza de la
autoridad y al rigorismo de la sancin (premio o castigo) que se deriva del
cumplimiento o incumplimiento de la norma.
Las morales fundadas en la supremaca de la razn (supremaca con respecto a los
hechos o a la autoridad sobrenatural o trascendental) permiten formular ticas
formalistas, esto es, se construyen con independencia de los contenidos que
revisten las acciones humanas y, por lo tanto, en funcin de esa forma permiten
obtener normas vlidas para todos. Qu significa decir que una tica es
formalista? Significa simplemente, que lo que importa es la forma como se
construy la norma y no el contenido de la misma. En el caso de la tica con
fundamento racional lo formal de la norma est en que se llegue a ella como
resultado de la discusin entre todos los miembros que luego se vern afectados
por la aplicacin de la norma. Como vemos, no importa el contenido de la norma, si
previamente se cumpli con la formalidad de discutir los argumentos de todos los
involucrados. En este sentido, las ticas formalistas son universalistas al igual que
las ticas trascendentales, aunque por razones y fundamentos diferentes.
Algunas ticas fundadas en la supremaca de la razn son a priori y otras, en
cambio, parten de la propiedad o del atributo de la comunicacin que subyace a las
prcticas racionales. Las ticas fundadas en el carcter a priori de la razn (como
la tica de Kant) separan o desvinculan a sta de toda experiencia previa que
pudiera determinar o explicar cualquier normativa resultante. En este sentido la
razn es el tribunal supremo previo a la experiencia y a las prcticas humanas.
Otras ticas, tambin derivadas de la razn como fundamento, entienden la razn
no como una propiedad trascendental ms all de los sujetos reales sino como una
propiedad propiciadora de ciertas prcticas intersubjetivas entre las que se cuenta
la prctica racional comunicativa de la cual debe desprenderse un conjunto de
normas y principios consensuados entre los miembros pertenecientes a esa
comunidad de comunicacin y que permiten regular las acciones e intercambios
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trascendental
racional
emprico
+
-
Deber
(obligacin)
moral
+
+
-
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se tome a s misma por buena, pero por lo menos se debera poder esperar que la
tica no proceda simplemente a solidarizarse con el lado bueno de la moral,
olvidndose del malo. El tema de la tica tiene que ser la moral como distincin
entre lo bueno y lo malo o entre el bien y el mal.
Si la tica procede de este modo se ver inmediatamente enfrentada a la cuestin
de decir en qu casos es bueno emplear esta distincin y en cules no lo es. Para
ello tendra que poder observar con ayuda de qu distinciones observan los
observadores, y qu es lo que gracias a ellas pueden ver y qu lo que no pueden
ver. Si se lograra construir una tica de este tipo, entonces ella estara en
condiciones de entender que una distincin muy especfica (como es la de
bueno/malo) puede ser empleada universalmente, esto es, aplicada a cualquier
conducta.
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