Historia de España Martina

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HISTORIA DE ESPAÑA

TEMA 1: ANTIGUO RÉGIMEN

1.1 EN ANTIGUO RÉGIMEN EN EUROPA


Durante la Edad Media se configuraron los diferentes Estados europeos bajo la forma política de
monarquías feudales, el poder de las cuales estaba dividido entre los monarcas y las grandes
familias de la nobleza. A lo largo del siglo XV, las monarquías europeas irán consolidando su
poder hasta convertirse en autoritarias y aglutinarán reinos y regiones para formar grandes
estados unitarios: Francia, Rusia, Inglaterra... La lucha de estas monarquías por dominar Europa
será el origen de numerosos conflictos en la época.

Las monarquías que reinarán en Europa desde el siglo XV hasta la crisis del absolutismo se
caracterizarán por el poder absoluto del que disponían sus monarcas, el origen del cual era de
carácter divino. Este poder absoluto podía estar limitado por los señores feudales, por la iglesia o
las leyes propias de ciertos territorios. Pero aquello más característico que define este sistema
político será la división social basada en el privilegio. La sociedad del siglo XVI al XVIII se dividía
en tres estamentos: la nobleza y el clero, que formaban los estamentos de los privilegiados, los
cuales tenían acceso a los cargos públicos, no pagaban impuestos y disponían de su propia
justicia. El tercer estamento o tercer estado, conocido en España como estado llano, no gozaba
de privilegios, pues pagaba impuestos y configuraba la mayoría de la población.

Esta situación cambiará bruscamente en Francia a partir de 1789, al suprimir el Antiguo Régimen
una revolución de carácter burgués y de ideología liberal. Desde este país se extenderá por toda
Europa durante las primeras décadas del siglo XIX, aunque algunos países como Rusia
mantendrán el absolutismo hasta 1917.

TEMA 2: LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII

0.INTRODUCCIÓN
El siglo XVIII se abrirá y cerrará con dos guerras: la primera, la Guerra de Sucesión, que
introducirá España una nueva dinastía de origen francés, la casa de Borbón, y reducirá los reinos
hispánicos (excepto Navarra y País Vasco) a una realidad política unitaria bajo las leyes de
Castilla. El siglo se cerrará, desde el punto de vista histórico, en 1808 con la Guerra de la
Independencia contra los ejércitos de Napoleón, en una época en que se plantea en España una
intensa reforma de la sociedad, del pensamiento y de la práctica política.

A lo largo de este siglo se producirán notables aportaciones en el ámbito de la ciencia, de la


economía y el pensamiento: es la influencia del espíritu de la Ilustración. Aun así, este reformismo
no se consolidará del todo por la incapacidad de la monarquía y los tropiezos que fomentará la
Inquisición.

5. UNA SOCIEDAD EN CONSTANTE EVOLUCIÓN


5.1 LOS GRUPOS SOCIALES PRIVILEGIADOS
Como la mayoría de las sociedades del Antiguo Régimen, la española del siglo XVIII se
identificaba con el modelo de una sociedad estamental, con dos estamentos privilegiados
(nobleza y clero) y uno no privilegiado (el estado llano) . No obstante, en el ámbito de cada
estamento había importantes diferencias entre los diversos grupos sociales que los configuraban.
Sin embargo, para los reformistas ilustrados, este modelo social debía mejorar, pero en realidad
será cuestionado muy pocas veces.

La nobleza era un grupo social poco numeroso, con marcadas diferencias regionales y con una
jerarquización bastante intensa. En la cima de este grupo social se encontraban las cien familias
de los Grandes de España y en los estratos inferiores los caballeros y los gentiles hombres. El
poder de este grupo social se apoyaba en:
a) El monopolio de los cargos públicos.
b) Las grandes posesiones territoriales, los señoríos.
c) La exención de pagar impuestos.
d) Una justicia particular y propia.

En la mayoría de estas ocasiones, los intentos de los ilustrados por transformar a esa nobleza
rentista en otra más moderna y emprendedora fracasarán.

El otro estamento privilegiado y minoritario era el clero. También dentro de este estamento había
diferentes categorías. Este estamento se configuraba con personas procedentes tanto del estado
llano como de la nobleza; era, pues, una vía de promoción social. Aparte de la jerarquía
eclesiástica (arzobispos, obispos y abades) también aparece el clero secular (frailes y rectores)
que en la mayoría de las ocasiones disponía de un nivel cultural muy bajo. El clero era el
encargado de educar, fomentar los valores sociales y tutelar las conciencias individuales. También
gozaban de privilegios fiscales y de patrimonios inmobiliarios, además del derecho de recaudar el
diezmo, su fuente fundamental de ingresos.

5.2 EL “ESTADO LLANO” Y LA POBLACIÓN MARGINAL


El estado llano o tercer estado era un conglomerado de grupos sociales, en consecuencia
pertenecían al mismo estamento los comerciantes ricos, los vasallos de señores y también los
artesanos de los gremios, es decir, el 95% aproximadamente del conjunto de la población
española de la epoca. El grupo más acomodado lo configuraba la burguesía, una minoría de
personas muy activas formada por grandes comerciantes, mercaderes y labradores. Otro grupo
lo integraban los artesanos, integrados en los gremios, con casa taller propia y con una economía
basada en el autoconsumo y el mercado local comarcal.

Pero la inmensa mayoría del estado llano eran campestres: algunos eran medios propietarios
(labradores), otros propietarios de pequeñas explotaciones, pero sobretodo, el más
predominante, era el de los jornaleros, los cuales percibían un salario por su trabajo y formaban
parte, fundamentalmente en las épocas de crisis, de los grupos marginales que se dirigían a las
ciudades en busca de trabajo y comida.

Esta estructura de clases de la que tan solo unos pocos se beneficiaban de la renta generada por
las masas campestres, fue denunciada por los pensadores ilustrados, los cuales, por otro lado,
serán incapaces de formular una alternativa para mejorar las condiciones de vida del
campesinado. En el último estrato del estado llano encontramos los marginados (pobres de
solemnidad, mendigos y vagabundos), los cuales pasaban los días por los barrios y mercados de
las ciudades. Dentro de la categoría de los marginados también distinguimos a las minorías
étnicas (gitanos) , a los que las autoridades del siglo XVIII trataban de manera más tolerante que
las de los siglos anteriores.

8.2 ESPAÑA BAJO LA INFLUENCIA DE NAPOLEÓN


El segundo tratado de San Ildefonso (1800) obligará en España a luchar contra Portugal, país
aliado de Inglaterra. No obstante, la derrota hispano-francesa en Trafalgar (1805) significará que
Francia abandonará la idea de invadir Inglaterra y la pérdida de la flota naval española. A pesar de
todo, para consumar el bloqueo naval de Inglaterra, Napoleón necesitaba la alianza de España
para concretar la invasión de Portugal, país aliado de los ingleses. Con esa finalidad se signará el
tratado de Fontainebleau (1807) . Así, el ejército francés, con el apoyo de las tropas españolas
ocupará Portugal un año después y es en ese contexto en el que se originarán los hechos de
Escorial y Aranjuez.

En octubre de 1807 se descubrirá en El Escorial una conspiración de la nobleza contra Godoy y el


príncipe Fernando. Este último fue perdonado por el monarca mientras que los más notables de
los conspiradores eran desterrados. Este hecho fortalecerá a los partidarios del príncipe
Fernando (un sector de la nobleza) que aprovecharán una segunda oportunidad en el motín de
Aranjuez (marzo de 1808) por tal de expulsar a Godoy del poder y conseguir también que Carlos
IV abdicara en su hijo Fernando; acontecimientos que se producirán en un contexto en el que las
tropas francesas ocupaban una buena parte del territorio peninsular. Posteriormente, se
producirán las humillantes abdicaciones de Bayona y por las que se proclamará a José
Bonaparte, hermano de Napoleón, como rey de España en junio de 1808.

TEMA 3: LA CRISIS DEL AUNTIGUO RÉGIMEN (1808-1833)

1. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808-1814) : GUERRA CONTRA LA INVASIÓN Y


GUERRA DE LAS IDEAS
1.1. CAUSAS DE LA GUERRA Y SU DESARROLLO
La guerra empieza a gestarse cuando Napoleón solicita permiso al rey Carlos IV para que el
ejército francés pudiera atravesar la península por tal de ocupar Portugal. A pesar de todo, la
presencia de tropas francesas en Madrid alertará a la población, que de forma espontánea se
sublevó contra Murat. Con este alboroto aparecerá en la escena política el pueblo como
protagonista colectivo. Pocos días antes la familia real había abandonado la corte en dirección a
Francia, donde se producirán las abdicaciones de Bayona, entre el 5 y el 6 de mayo, y por las que
la corona española pasaba a manos del hermano de Napoleón, José Bonaparte.

No obstante, de inmediato surgirán en varias ciudades españolas unas Juntas Supremas, que
asumirán la soberanía en ausencia del monarca secuestrado por Napoleón. Estas juntas estaban
integradas por personas notables del clero, el ejército y la nobleza, y de inmediato organizarán la
resistencia y defensa del territorio para luchar contra un ejército, como lo es el francés, más
preparado y numeroso. Sin embargo, la resistencia popular complicará las aspiraciones de
Napoleón, que se manifestará a través de:
a) La guerrilla, formada por grupos de civiles armados que molestarán continuamente a los
franceses en la retaguardia.
b) Los asedios, especialmente los de Gerona y Zaragoza, ciudades donde el asedio se prolongará
durante varios meses.

Durante los años del reinado de José I (1808-junio 1813) , el nuevo monarca recibirá el apoyo y la
colaboración de diferentes ministros, funcionarios y políticos, que posteriormente serán
conocidos con el nombre de afrancesados y perseguidos al finalizar la guerra, por lo que habrán
de exiliarse a Francia.

La Guerra del Francés fue un largo conflicto de desgaste en el que no había frentes fijos, la lucha
a muerte caracterizaba los asedios, las batallas y las acciones guerrilleras. Esta crueldad quedará
reflejada en la serie de grabados del pintor aragonés, Francisco de Goya, titulados Desastres de
la Guerra. Además, la Guerra de la Independencia fue un enfrentamiento entre los nacionalistas
españoles y los afrancesados. Sin embargo, en el desarrollo de la guerra tuvieron un
protagonismo destacado las tropas británicas dirigidas por el general Wellington, el cual se
beneficiará, en 1812, de la derrota francesa en Rusia, hecho que obligará al ejército francés a
reducir su presencia en España. Por lo tanto, la ofensiva final de Wellington permitirá el triunfo
sobre el ejército francés en Vitoria (julio 1813) . Con esta derrota las tropas francesas
abandonarán el territorio español. José I ya había regresado a Francia un mes antes.

1.2. EL BALANCE DE UN CONFLICTO


La Guerra del Francés producirá repercusiones de dimensiones desconocidas hasta ahora en
España. Las pérdidas demográficas (un millón de muertos) , el abandono de las tierras de cultivo,
la destrucción de caminos, puentes, industrias... dejarán el país en la ruina más absoluta. Sin
embargo, el patrimonio artístico, en especial el de la Iglesia, sufrirá durante el conflicto
numerosos daños y también será bastante expoliado. Los mariscales franceses en su huida se
llevaronnumerosas obras de arte, documentos y manuscritos valiosos y tan solo una parte muy
pequeña de estos se devolverá a la península al firmar los tratados de paz.

2. LA OBRA DE LAS CORTES DE CÁDIZ


2.1. CONVOCATORIA, COMPOSICIÓN Y FUNCIONAMIENTO
En septiembre de 1808, por iniciativa de la Junta de Valencia se creará la Junta Central Suprema,
que se considerará depositaria de todo el poder en ausencia del rey. Formarán parte de ella
destacados ilustrados como Jovellanos y Floridablanca y tomará importantes decisiones como la
formación de un nuevo ejército o la convocatoria de Cortes Generales. Las Cortes de Cádiz
mostrarán la necesidad de cambiar el sistema político del Antiguo Régimen. Para algunos
liberales las nuevas Cortes debían ser el inicio de un proceso revolucionario mientras que, para
otros, se trataba tan solo de reformar algunas leyes sin alterar la soberanía del rey.

En enero de 1810 se iniciará el proceso electoral a partir del sufragio universal. El lugar de
reunión sería la ciudad de Cádiz, libre del dominio francés y con un centro comercial de ambiente
cosmopolita. La primera sesión tuvo lugar el 24 de septiembre de 1810 y asistieron 104
diputados, número que posteriormente aumentará con otros procedentes de las provincias
ocupadas por el ejército francés.

La composición social de las Cortes de Cádiz estará mucho marcada por una fuerte presencia del
clero (un tercio del total) y también por numerosos funcionarios, militares y abogados. Los
diputados no se organizaron a partir de partidos políticos como en la actualidad, más bien por el
contrario adoptarán una posición personal delante de las cuestiones que suscitan los diferentes
debates. No obstante, de inmediato se configurará un grupo de diputados liberales (Muñoz
Torrero, Villanueva, Agustín Argüelles, el Conde Toreno...) y otro grupo de absolutistas (Ostolaza,
Inguanzo...) . Las Cortes generales y extraordinarias empezarán sus sesiones en La Isla de de
León y en febrero de 1811 se trasladarán a Cádiz, donde su tarea concluirá en septiembre de
1813. Las nuevas Cortes ordinarias se reunirán en un Madrid ya libre del dominio francés.

2.2. LA OBRA LEGISLATIVA Y REVOLUCIONARIA


El primer decreto de las Cortes (24-09-1810) significará de entrada una ruptura con el Antiguo
Régimen, ya que, además de no reconocer las abdicaciones de Bayona, establecerán la
soberanía popular, de la que los diputados se consideraban depositarios, y la separación de
poderes.

Sin ningún tipo de duda, la obra magna de las Cortes de Cádiz fue la redacción de la
Constitución de 1812, que establecía por primera vez en España una Monarquía Constitucional.
Sin embargo, numerosos decretos y leyes serán elaboradas por los diputados en una operación
de transformación política y social sin precedentes que preparaba un nuevo régimen político. Así,
se abolirán los derechos feudales, la Inquisición, la Mesta y la tortura. También se proclamará la
libertad de prensa y el reconocimiento de la libertad de trabajo implicará la desaparición de los
gremios. Además, se aprobará una primera desamortización de los bienes del clero y se
transformarán en propiedad privada los bienes de propios y yermos de los ayuntamientos.

Estas medidas irritarán a la Iglesia, aunque una buena parte del clero apoyará el proceso
transformador.Pero las nuevas medidas decretadas por las Cortes de Cádiz tendrán una vigencia
escasa, pues Fernando VII, al volver en España, suprimirá l'obra legislativa de las Cortes de
Cádiz, en mayo de 1814.

3. LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
3.1. ORÍGENES Y CARACTERÍSTICAS DE SU CONTENIDO
En diciembre de 1810, las Cortes de Cádiz decidirán crear una comisión que se encargará de
redactar el nuevo texto constitucional. A partir de un borrador, elaborado por el diputado Ranz
Romanillos, la esmerada comisión presidida por Muñoz Torrero y en la que destacará el diputado
Agustín Argüelles, también conocido como “El divino” por su oratoria tan precisa, se elaborará el
texto constitucional definitivo que al fin se aprobará el 19 de marzo de 1812, día en que se
conmemoraba el cuarto aniversario de la proclamación de Fernando VII como rey de España.

La Constitución de 1812 consta de 384 artículos, de los cuales un tercio se dedicarán a regular el
poder legislativo. Se trataba, pues, de un texto largo repartido en cuatro títulos y con un sistema
de reforma muy rígido. Por influencia de los diputados eclesiásticos, a pesar del carácter liberal y
revolucionario de algunos de ellos, se consideraba que “la religión de la nación española es y
será perpetuamente la católica apostólica, romana, única verdadera…”, además de prohibir
“ejercer cualquiera otra”.
El título primero de la Constitución de 1812 que habla de “la Nación española y los españoles”
proclamará:
a) La soberanía popular.
b) La división de poderes.
c) Los derechos políticos fundamentales, como la libertad civil, de prensa y el derecho de
propiedad, derechos que eran extensibles también a los españoles de ambos hemisferios, pero
no absoluta y el monarca estaba obligado a jurar y acatar la Constitución, texto que limitaba su
poder y soberanía.

Sin embargo, los tres poderes se repartían de la siguiente manera:


a) El legislativo entre el rey y las Cortes.
b) El ejecutivo en el rey.
c) El judicial en los tribunales de justicia.

La representatividad era proporcional a la población de cada provincia y no por estamentos,


aunque se establecía un mínimo de renta para elegir y ser elegido (sufragio censitario) . Además
además, la Constitución creaba también la división provincial y las diputaciones.

3.2. SU INFLUENCIA EN EL SIGLO XIX ESPAÑOL


La Constitución de 1812 será la bandera que defenderán los liberales durante las tres primeras
décadas del siglo XIX. Así los pronunciamiento contra el absolutismo del primer tercio del siglo
XIX tendrán como objetivo restaurar el texto constitucional.

Los sectores más reaccionarios de la época y posteriormente otros autores, acusarán a la


Constitución de 1812 de ser una copia de la francesa de 1791. Pero aunque, en el texto
constitucional aparecen elementos de origen francés (soberanía popular y división de poderes) ,
también es muy cierto que el texto español recoge elementos propios (como la confesionalidad y
la posibilidad de las iniciativas legislativas del rey). Estas características determinarán el carácter
de una Constitución, la de 1812, con personalidad propia que influirá sobre otras constituciones
de la Europa de la época (Portugal e Italia) y también sobre la de los países que se emanciparon
en América del sur durante el primer tercio del siglo XIX.

El texto de 1812 iniciará la historia del constitucionalismo español y representará el ideal de unos
gobiernos que respetarán los derechos de los ciudadanos. No obstante, este ideal que
representaba las aspiraciones de una minoría de ciudadanos, topará con los intereses de los
sectores más reaccionarios de la sociedad española (una gran parte del clero y la nobleza) , ya
que suprimirá sus privilegios, y también con la resistencia del estado llano que no comprendió el
cambio que se proponía.

4. REACCIÓN Y REVOLUCIÓN (1814-1823)


4.1. LA RESTAURACIÓN DEL ABSOLUTISMO
Derrotado el ejército francés de Napoleón, Fernando VII regresará en España en marzo de 1814 y
al llegar en Valencia en abril, tendrá noticias de un manifiesto publicado por 69 diputados
absolutistas (el Manifiesto de los Persas) , en el que solicitaban al monarca la restauración del
poder absoluto, la supresión de todo aquello legislado por las Cortes de Cádiz y la convocatoria
de nuevas cortes. El monarca animado por este ambiente, publicará en Valencia el 4 de mayo un
decreto por el que dejaba sin efecto toda la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, a las que
acusaba de haberle quitado su soberanía.

Pocos días después de haber regresado en Madrid, el monarca ordenará la detención de un


grupo muy numeroso de diputados liberales y la persecución de todos los afrancesados, además
de depurar a todos los funcionarios que habían colaborado con el gobierno de José I Bonaparte.
Se iniciaba así una dura represión que obligará a miles de personas a exiliarse. En consecuencia,
el Antiguo Régimen se restaurará con todo un seguido de medidas policiales que
complementarán con otros de carácter político: se suprimirán las diputaciones y la libertad de
prensa, se restablecerá la Inquisición y los privilegios feudales y se reintegrarán las propiedades
desamortizadas a la Iglesia.
Este período de seis años se caracterizará, además además, por la inestabilidad e ineficacia de
los diferentes gobiernos (el intento de reformar la hacienda fracasará) , por el desinterés en los
ámbitos de la economía y la política, lo cual determinará una pérdida de influencia muy
importante en el concierto internacional, y por una oposición creciente que se plasmará en
frecuentes pronunciamientos militares que tenían como objetivo restaurar el sistema
constitucional. Uno de estos pronunciamientos, el de Rafael de Riego en enero de 1820,
determinará el inicio de una nueva etapa política: el Trienio Liberal (1820- 1823) .

4.2. EL TRIENIO LIBERAL O CONSTITUCIONAL (1820-1823)


El pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan, donde se encontraba como cabeza de
las tropas que se dirigían en América a luchar contra los independentistas de las colonias,
obligará a Fernando VII a jurar y acatar la Constitución (marzo de 1820) .

No obstante, inmediatamente dos problemáticas muy concretas empezarán a entorpecer la tarea


de los diferentes gobiernos liberales:
a) La actitud conspiradora del monarca que solicitará la ayuda de la Santa Alianza (coalición de
monarquías absolutistas) para restaurar el Antiguo Régimen a España.
b) La división interna del grupo liberal, en que se enfrentaron dos facciones: la moderada,
partidarios de pactar con el monarca, y la exaltada, que exigía la aplicación de medidas políticas
de carácter radical. Se originaba así el principio de los partidos políticos, que junto a las
Sociedades Patrióticas, centros de reunión y discusión política, prepararán el clima de lucha
política del siglo XIX.

Los moderados gobernarán hasta verano de 1822, momento en que serán sustituidos por
gobiernos exaltados. Pero la intervención de la Santa Alianza acabará con esta efímera
experiencia de carácter constitucional, cuando un ejército francés (los Cien Mil Hijos de San
Luis) , dirigido por el duque de Angulema, restaurará el poder absoluto de Fernando VII en
septiembre de 1823.

5. LA SEGUNDA RESTAURACIÓN ABSOLITISTA(1823-1833)


5.1 PERSECUCIÓN POLÍTICA Y REFORMAS DE LA HACIENDA
Los liberales calificarán esta etapa como década ominosa. Durante este período de tiempo la
inmensa mayoría de los intelectuales huirán de España y se refugiarán en Gran Bretaña. Entre
otros optarán por esta alternativa Blanco White, Antoni Puigblanc, los hermanos Villanueva o
Vicente Salvá. En algunas ciudades se restaurará la Inquisición bajo la forma de Juntas de Fe y
así, por la iniciativa de los obispos más reaccionarios, como el de Valencia, se producirá la última
ejecución de la Inquisición.

Sin embargo, algunos miembros del gobierno de Fernando VII eran partidarios de llevar adelante
reformas administrativas muy semejantes a las que planteaban los ilustrados del siglo anterior. En
este sentido, el ministro López Ballesteros emprendió una reforma de la hacienda real al introducir
el presupuesto de 1828 y el Código de Comercio.

Pero Fernando VII durante este período debió hacer frente a dos tipo de conspiraciones:
a) La Liberal, que seguirá con la táctica del pronunciamiento y la insurrección armada. La más
importante que se organizará fue la protagonizada por el general Torrijos en diciembre de 1831, el
cual será detenido con el resto de conspiradores al desembarcar en las costas de Málaga
procedentes de Gibraltar. Aunque Torrijos y sus seguidores serán fusilados pocos días después,
estos se transformarán en un símbolo de la causa liberal revolucionaria.
b) Los otros tipos de conspiración procedían del sector político más reaccionario, aquellos que
eran conocidos como los ultrarrealistas o realistas puros. La más importante fue la que estallará
en 1827 conocida como la Guerra de los Malcontentos.

5.2. LA SUCESIÓN DE FERNANDO VII


La muerte en 1829 de la tercera mujer de Fernando VII determinará dos posibilidades de sucesión
a la corona de España:
a) Su hermano Carlos María Isidro.
b) Un heredero directo de un nuevo matrimonio del monarca.

Al final, Fernando VII se casará con María Cristina de Nápoles, mientras que en 1830, se
decretaba la Pragmática Sanción que suprimía la Ley Sálica, la cual impedía reinar a las mujeres,
delante de la protesta de los partidarios de Carlos Maria Isidro.
En este contexto, el 10 de octubre de 1830 nació la infanta Isabel, con lo cual empezarán a
perfilarse dos bandos que en un futuro mucho próximo se enfrentarán para hacer valer sus
derechos a la corona:
a) Los carlistas, defensores de los derechos de Carlos María Isidro a la Corona de España y
partidarios del absolutismo.
b) Los isabelinos, que harán valer el derecho de Isabel. Este bando, los isabelinos, será apoyado
por los liberales.

El 13 de septiembre de 1832 Fernando VII sufrirá un grave ataque de gota y presionado por los
partidarios de Carlos Maria Isidro y el ministro Calomarde, los cuales pensaban que el rey iba a
morir, firmará un documento que suprimía la Pragmática Sanción. Por lo tanto,
momentáneamente, los partidarios de Carlos Maria Isidro habían triunfado. No obstante,
Fernando VII se recuperará de su enfermedad, destituirá a Calomarde, signará una amnistía muy
ancha, abrirá las universidades cerradas dos años antes y restablecerá la Pragmática Sanción. De
esta manera, Isabel era declarada heredera de la Corona, mientras que Carlos Maria Isidro se
exiliaba a Portugal y sus partidarios preparaban la guerra. El 29 de septiembre de 1833 morirá el
monarca y Maria Cristina, su mujer, asumirá, en una primera fase, la Regencia durante la minoría
de edad de Isabel.
Inmediatamente los carlistas se sublabrán y se iniciará así la primera guerra civil del siglo XIX,
conocida como la I Guerra Carlina.

6. SOCIEDAD Y ECONOMÍA DURANTE EL PRINER TERCIO DEL XIX


6.1. POBLACIÓN, ECONOMÍA Y HACIENDA
La población española durante este período crecerá, a pesar de todo los efectos de las guerras,
las epidemias (1800, 1821, 1833) y los conflictos civiles. Pese a ello, la población española (12,2
millones en 1833) era bastante inferior a la de otros países europeos y se concentraba,
fundamentalmente, en las grandes ciudades.

La situación económica de España durante el período 1808-1833 la podemos calificar de ruina


total. Antes de 1808 ya habían aparecido los primeros síntomas de la crisis que se plasmará en
una subida generalizada de los precios, los cuales desde principios de siglo hasta el 1812 se
duplicarán. Pero a partir de 1812 la tendencia cambiará y la crisis se manifestará en una
espectacular caída de los precios por dos causas fundamentales:
a) La Guerra de la Independencia, que producirá la ruina y destrucción del país.
b) La emancipación de las colonias de América, principal destino de las exportaciones españolas
y primero suministrador de primeras materias a España. Entre 1792 y 1827, las exportaciones
españolas en América se reducirán en un 90% y las que se dirigían en Europa en un 66%.

La agricultura quedará muy afectada por las destrucciones de la guerra, mientras los métodos de
cultivo y la estructura de la propiedad se mantendrán inalterables y fieles a la tradición.
La industria también sufrirá las consecuencias de la guerra y la pérdida de los mercados
americanos, particularmente el sector del textil que fue el más perjudicado.

Sin ninguna duda, la hacienda real será una de las instituciones que sufrirá de manera más
considerable las consecuencias de estas crisis. Los gastos generados por la guerra, la pérdida de
las colonias y los privilegios fiscales reducirán notablemente los ingresos. Los intentos de reforma
que se iniciaran en la etapa 1814-1820 fracasarán y tan solo durante la Ominosa Dècada se
consolidarán algunas de ellas como consecuencia de las medidas adoptadas por el ministro
López Ballesteros, lo cual permitirá incrementar la recaudación en un 25%.

6.2. LAS PAUTAS SOCIALES


Durante el reinado de Fernando VII la situación social del Antiguo Régimen se prolongará, lo cual
impedirá que se apliquen algunas de las reformas económicas de carácter liberal que algunos
sectores de la sociedad exigían desde la época de la Ilustración. Pese a ello podemos considerar
el período como una etapa de transición, en la que irá gestando el pensamiento liberal y el
ascenso de la burguesía.

La Iglesia, que había sufrido la destrucción de su patrimonio y pérdidas humanas bastante


importantes, aún constituía un grupo social de gran influencia. De orientación mayoritariamente
conservadora, en el seno de este grupo social se configurará un destacado grupo liberal muy
activo, que defenderá el constitucionalismo y el liberalismo tanto en las Cortes de Cádiz como en
épocas posteriores. Por otro lado, la nobleza seguía dividida en tres grupos: los grandes de
España, los títulos de Castilla y los hidalgos. Las clases medias y populares están integradas por
funcionarios, campestres y artesanos.

Además, cabe resaltar que más del 70% de la población española se dedicaba a la agricultura
aunque un tercio de la tierra era improductiva, lo cual hará exclamar a un embajador francés que
“España es uno de los países de Europa donde menos se trabaja”.

7. LA EMANCIPACIÓN DE LAS COLONIAS AMERICANAS


7.1. LOS ACONTECIMIENTOS DE LA EMANCIPACIÓN
Los precedentes más próximos de la emancipación de las colonias americanas hay que situarlos
en el proceso de independencia de las trece colonias (1776-1783) y en la influencia de la
revolución francesa de 1789.El pensamiento emancipador y revolucionario será dirigido por la
burguesía criolla, americanos descendientes de españoles con unos ciertos niveles de riqueza,
los cuales, influenciados por la ideología de las revoluciones antes mencionadas, tratarán de
imitarlas.Por lo tanto, desde finales del siglo XVIII, empezará a gestarse el proceso
independentista con la publicación de textos como el del jesuita peruano Juan Pablo Viscador
“Carta a los españoles americanos”, publicado en 1799 y desde el cual se fomentaba el proceso
emancipador.

Hasta 1807, tan solo una minoría criolla defendía estos planteamientos ideológicos, pero los
sucesos de 1808 cambiarán de inmediato la situación y en pocos meses el movimiento
independentista, sin ningún tipo de planteamiento unitario, se propagará por todas partes de
América del Sur. Pero aunque las islas Antillas se mantendrán fieles a la Corona española, los
hechos revolucionarios de México serán el ejemplo a seguir para el resto de los territorios
americanos, los cuales iniciarán la lucha armada contra la metrópoli en un largo proceso que se
desarrollará entre 1808 y 1825.

7.2. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS


Este largo conflicto no fue tan solo una guerra entre españoles y americanos, sino también una
guerra civil entre americanos. El objetivo inicial, en sus orígenes, no era la independencia
absoluta sino más bien la emancipación o autonomía dentro de la lealtad al rey de España.

Al igual que España, a partir de 1809 se formarán Juntas que en muchas ciudades (Quito,
Caracas y La Paz) gobernarán en nombre del rey prisionero a Francia. No obstante, estas Juntas
proclamarán de inmediat la independencia de algunos territorios, como en el caso de Caracas y
Buenos Aires. En México el sacerdote Miguel Hidalgo movilizará a miles de campestres en una
revuelta de marcado carácter social y radical. Pero a pesar de todo, la ejecución del sacerdote
Hidalgo, otro rector rural, Morelos, declarará la independencia en 1813, pese a la oposición de la
burguesía criolla mexicana, por lo que esta no se hará efectiva. En Venezuela, la guerra se
intensificará al divulgar en 1813 Simón Bolívar el manifiesto titulado “Decreto de Guerra a
muerte”, en el que se mostraba contrario a la presencia de los españoles en América del Sur.

A partir de 1814, el conflicto adquirirá verdaderos connotaciones de guerra colonial. Sin embargo,
los liberales españoles apoyarán los patriotas americanos a través de logias masónicas, pese a la
intensa persecución de la monarquía sobre este tipo de sociedades secretas. Pese a ello la
guerra se estabilizará hasta el 1817, pero a partir de este año la actitud de los caudillos
americanos Bolívar y San Martín, transformarán un conflicto localizado en algunos puntos de
Sudamèrica en una guerra de ámbito continental. Así Bolívar conquistará Venezuela y Colombia y
San Martín cruzará los Andes y declarará la independencia de Chile. A pesar de todo, el Perú
continuará configurándose como el principal reducto español en América.

Sin embargo, el pronunciamiento de Riego, en enero de 1820, acelerará el proceso emancipador


de las colonias americanas, ya que en no recibir refuerzos las tropas realistas y iniciarse un nuevo
período liberal España los independentistas consolidarán sus convicciones emancipadoras. Así
en México, el criollo Iturbide proclamará “El Plan de Iguala” (febrero 1821) que en pocos meses
determinará la independencia del país. En julio de 1822 se producirá en Guayaquil el encuentro
de Bolívar y San Martín, los cuales junto al general Azúcar rodearán los territorios de Perú y
Charcas, los cuales conquistarán posteriormente después de derrotar a las tropas realistas en las
batallas de Junín y Ayacucho durante 1828.

Algunos autores considerarán esta guerra como una revolución frustrada, ya que la desigualdad
social y el dominio de la minoría criolla no cambiará con los nuevos gobernantes. No obstante,
cabe mencionar que el proceso que pretendía consolidar el movimiento emancipador tenía como
objetivos:
a) La independencia política.
b) El régimen republicano.
c) La libertad de comercio.

Objetivos que serán conseguidos, pero nunca pretendían consolidar una revolución social.

TEMA 4: LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1834-1868)

INTRODUCCIÓN
La consolidación definitiva del estado liberal es consecuencia de los hechos y acontecimientos
que se producirán España en la década 1834-1843, período durante el que se consumará la
Revolución burguesa antifeudal que suprimirá el feudalismo y la monarquía absoluta y
determinará la aparición de una nueva sociedad: la capitalista. En esta etapa la I Guerra Carlina
acelerará el proceso revolucionario, ya que los partidarios de la causa isabelina deberán apoyarse
en la burguesía liberal para hacer frente y parar las aspiraciones del pretendiente a la Corona de
España Carlos Maria Isidro de Borbón. Además, la resolución de la guerra por parte del ejército a
favor de la causa isabelina aumentará el prestigio de determinados generales de ideología liberal
que de inmediato se convertirán en los árbitros de la situación política.

Entre 1843 y 1868, con el casi exclusivo dominio y monopolio del poder político por parte de los
liberales moderados, se configurará en España un régimen liberal de tipo conservador y
centralista. Pero la marginación política de los liberales progresistas, como consecuencia de las
simpatías políticas de Isabel II hacia los liberales moderados, debilitará las bases sociales y
políticas del régimen, el cual entrará en crisis a partir de 1866 y será abatido definitivamente por
la revolución de 1868.

1.LA GUERRA CARLINA (1833-1840)


1.1. LOS ORIGENES Y BASES DEL CARLISMO
Con la muerte de Fernando VII, en 1833, se originará una guerra civil, durante siete años, que
será conocida con el nombre de I Guerra Carlina, en la que se enfrentarán los carlistas,
defensores del pretendiente a los derechos de la Corona de España Carlos Maria Isidro, hermano
de Fernando VII, y los isabelinos partidarios de Isabel II, hija de Fernando VII. Pero la Guerra Civil,
además de configurarse como una lucha cruel entre dos bandos, para dirimir la cuestión
sucesora, también será un conflicto en el que se enfrentarán los carlistas, partidarios del Antiguo
Régimen y los liberales, partidarios a su vez de instaurar una nueva sociedad basada en la
igualdad, la libertad y el derecho a la propiedad.

El carlismo obtendrá un apoyo bastante considerable en el ámbito rural, aunque también


conseguirá el de algunas pequeñas y medias ciudades de la meseta norte. Asimismo, el
campesinado y la nobleza se opondrán al liberalismo por los cambios que estos pretendían
introducir en las formas de propiedad tradicional y porque también pretendían suprimir los
privilegios forales. El carlismo también recibirá el apoyo de un sector De la Iglesia, que junto a las
masas campestres del norte de España, configurarán las partidas carlistas.

A pesar de todo, el carlismo carecerá de apoyos importantes, ya que la inmensa mayoría de los
mandos militares se mantendrán fieles a la causa isabelina y eso supondrá la configuración de
una organización militar compuesta fundamentalmente por un ejército profesional muy limitado y
todo un conjunto de partidas guerrilleras que nunca constituirán una tropa unificada. Incluso, a
las limitaciones militares que sufrirá el carlismo se añadirán las de carácter territorial ya que el
movimiento carlista tan solo se generalizará en el País Vasco y Navarra, mientras que en otros
sitios del estado español como el País Valenciano, Aragón, Cataluña, Castilla la Vieja y Galicia tan
solo conseguirá consolidarse en algunas comarcas muy determinadas.

1.2. OPERACIONES MILITARES Y FASES DEL CONFLICTO


Las operaciones militares de la I Guerra Carlista se desarrollarán en cuatro fases:
a) Entre 1833 y 1835. Época en la que el general Zumalacárregui creará los fundamentos de un
ejército regular que se consolidará en los territorios del País Vasco y Navarra. El fracaso del
asedio de Bilbao, durante el que se producirá su muerte, cerrará la primera fase. a pesar de
todo, la guerra se extenderá por los territorios montañeros del nordeste de Cataluña y
también por varias comarcas del País Valenciano.

b) Entre 1835 y 1837, el ejército carlista intentará con una serie de incursiones militares romper
su aislamiento en los territorios del País Vasco y Navarra y así contactar con otros áreas de la
resistencia carlista.

c) A finales de 1837 empezarán a gestarse las divisiones en el seno del movimiento carlista, lo
cual aprovechará el ejército isabelino, dirigido por el general Espartero, para romper el asedio
de Bilbao. El desenlace del conflicto se acelerará con el nombramiento del general Maroto
como cabeza del ejército carlista, quien se enfrentará con los cortesanos del pretendiente
Carlos Maria Isidro. En agosto de 1839, Maroto y Espartero, acordarán la paz, con la firma del
Convenio de Bergara y así concluirá el conflicto. La paz y el pacto significarán la
incorporación de los oficiales del ejército carlista a las filas del isabelino, e incluso Espartero
asumirá el compromiso de recomendar en las Cortes el mantenimiento de los fueros del País
Vasco y Navarra.

d) La resistencia carlista, después de la signatura del Convenio de Bergara, quedará limitada en


la zona montañera del Maestrazgo, donde Ramon Cabrera y sus partidarios se negarán a
aceptar las bases del Convenio de Bergara, pero las tropas isabelinas conquistarán Morella en
1840 y la resistencia carlista será finalmente abatida.

2. LA TRANSICIÓN DEL ABSOLUTISMO AL LIBERALISMO: EL ESTATUTO REAL


2.1. LA TRANSICIÓN AL LIBERALISMO
Con la muerte de Fernando VII en 1833 empezará la transformación definitiva de la sociedad
española con la implantación del estado liberal. Pero la heredera de la corona tan solo tenía dos
años de edad al morir el rey, por lo que durante la minoría de edad de la princesa Isabel, su
madre, la reina María Cristina, ejercerá la regencia como reina gobernadora. La explosión
inmediata de la guerra carlista obligará a la regente a una peculiar transición política que al fin
permitirá sostener la causa isabelina con el apoyo de los liberales moderados, después de pactar
con estos todo un conjunto de cambios políticos.

Una de las formas administrativas más importantes de este período será la que llevará adelante el
ministro de Fomento, Javier de Burgos, que consistirá en la división provincial de España en 49
provincias, al frente de las que estarán los cabezas políticos, cargo que precederá al de
gobernador civil. Esta reforma, pensada como el mecanismo de dominio de la administración
central sobre el territorio, será uno de los fundamentos más importantes de la centralización
liberal. A pesar de todo, no eran reformas administrativas sino transformaciones políticas las que
exigían los liberales que habían regresado del exilio de Londres y París. Incluso algunas
instituciones, como el Consejo de Gobierno, y algunos militares de prestigio como los generales
Llauder y Quesada serán partidarios de una convocatoria de Cortes y de redactar un texto de
carácter constitucional. Finalmente, la regente cederá a la idea de una transición pactada con los
liberales moderados para desmantelar algunas instituciones del absolutismo y evitar así el
hundimiento del estado.

2.2. EL ESTATUTO REAL Y LOS ACONTECIMIENTOS DE 1835.


El nombramiento de Martínez de la Rosa, líder de los liberales moderados, como jefe de gobierno
demostrará la intención de la regente de aceptar un sistema constitucional. Este político
conseguirá consolidar las nuevas exigencias del liberalismo moderado, con la promulgación del
Estatuto Real en abril de 1834. A pesar de todo, el Estatuto Real era tan solo una Carta Otorgada,
concesión voluntaria de derechos de un monarca a sus súbditos, lo cual limitaba en cierta
medida el poder del rey. La diferencia más importante de este tipo de documento respecto a una
Constitución reside en que este texto es consecuencia de la soberanía popular y la elabora el
parlamento o las cortes, mientras que la Carta Otorgada es una concesión del monarca. Pese a
ello, con la aprobación de la Carta Otorgada, la monarquía dejaba de ser absoluta y abría el
camino hacia la definitiva consolidación del régimen liberal.
Pero la promulgación del Estatuto Real provocará la división de los liberales entre los que lo
aceptaban, los liberales moderados, y los que exigían una Constitución emanada de la soberanía
nacional, liberales progresistas, cuyo referente era la Constitución de 1812.

Hacia el 1835 los fracasos militares en la Guerra Carlista y las demandas de las capas medias
urbanas, adscritas al liberalismo en su versión más exaltada o progresista, provocarán el
movimiento revolucionario del verano de 1835. Instigado por la burguesía urbana y la Milicia
Nacional, fomentará la constitución de juntas revolucionarias locales y provinciales que
desplazarán a las autoridades provinciales. Entre las reivindicaciones que exigían a la Regente
destacaban las siguientes:
a) Rechazo del Estatuto Real.
b) Exclaustración de las órdenes religiosas regulares.
c) Libertad de imprenta.
d) Una nueva ley electoral.

La radicalización del movimiento revolucionario y su extensión por todas partes del país obligará
a la Regente a nombrar a Mendizábal jefe de gobierno, con lo cual los liberales progresistas
accederán al poder.

3. LA RUPTURA LIBERAL(I) : LA DESAMORTIZACION.


3.1. LA OBRA DE MENDIZÁBAL
Mendizábal será la figura emblemática del liberalismo en su versión progresista, por lo que
asumirá el ideario progresista de las Juntas Revolucionarias y conseguirá, de las Cortes, poderes
muy anchos para legislar. Según el programa político de Mendizábal, para consolidar el régimen
burgués-liberal y la propia causa isabelina, amenazada por la Guerra Carlista, era preciso:
-suprimir definitivamente las formas de propiedad feudal típicas del Antiguo Régimen (señoríos y
bienes de manos muertas de la Iglesia )
-reunir recursos financieros y los créditos necesarios para los que el ejército isabelino acabara
con la guerra civil.

La Guerra Carlista había incrementado de manera muy considerable el gasto público, por lo
tanto, había que rebuscar nuevas fuentes de financiación por tal de eliminar el déficit de la
hacienda. Así, para llevar adelante estos planteamientos se adoptaron tres tipo de medidas:
a) La reforma y reorganización de la hacienda.
b) Una mayor presión fiscal sobre los ciudadanos.
c) La desamortización de los bienes y patrimonios de los monasterios y conventos. Así, entre
1835 y 1838, serán exclaustrados los frailes de los conventos, suprimidos todos los
conventos y monasterios, y en febrero de 1836, por la primera ley desamortizadora, los
bienes y patrimonios de las órdenes regulares masculinas serán nacionalizados y vendidos en
pública subasta con la finalidad de obtener recursos para la hacienda.

Además, a la finalidad fiscal se añadirán otros motivos como:


1. Desmantelar el poder económico De la Iglesia y menguar su influencia contrarrevolucionaria.
2. Impulsar otra clase de propietarios, cuyos intereses quedarían atados a los del estado liberal.
3. Satisfacer las reivindicaciones de las Juntas Revolucionarias.

En 1837, Mendizábal desamortizará los bienes del clero secular y posteriormente confiscará los
diezmos eclesiásticos. Los bienes De la Iglesia nacionalizados y vendidos en pública subasta los
comprará mayoritariamente la burguesía que, además, llevará adelante un gran negocio, pues se
admitirá el pago con títulos de deuda público.

Otra medida muy importante que se aplicará durante el gobierno de Mendizábal será la
disolución de los señoríos en 1837, que en realidad equivalía a suprimir definitivamente el
feudalismo. No obstante, la nobleza conservará la propiedad de la tierra y sus patrimonios.

3.2. LAS CONSECUENCIAS DE LA DESAMORTIZACIÓN


A pesar de todo, la desamortización y en general la disolución del feudalismo no determinarán un
proceso paralelo de reforma agraria en el sentido social del término, ya que la propiedad de la
tierra no repercutirá en el campesinado. Además, la desamortización tampoco conseguirá reducir
el déficit público, uno de sus objetivos más importantes. En realidad la liquidación del feudalismo
y de los señoríos acabará con un compromiso entre la burguesía, gran propietaria de tierras
consecuencia de las compras de bienes desamortizados, y la antigua aristocracia que, a pesar de
la supresión de los señoríos, conservará la mayoría de sus bienes y patrimonios. Estos dos
grupos sociales se configurarán como la clase dominante, bloque de poder según algunos
historiadores, del nuevo estado liberal.

4. LA RUPTURA LIBERAL(II) : LA CONSTITUCIÓN DE 1837


4.1. EL MOTÍN DE LA GRANJA
Mendizábal era partidario de introducir reformas para fomentar una transición desde el Estatuto
Real hacia crear un régimen auténticamente constitucional. No obstante, la tensión política
aumentará al producirse la división entre los partidarios de mantener el régimen político del
Estatuto Real, los moderados, los de llevar adelante una revisión constitucional, los progresistas,
e incluso los más radicales que reclamaban la abolición del Estatuto y la convocatoria de unas
Cortes Constituyentes. Así en 1836, y a partir de las dos tendencias del liberalismo, moderados y
progresistas, empezarán a gestarse los primeros partidos políticos.

A pesar de todo, la forzada dimisión de Mendizábal provocará una nueva sublevación de los
progresistas radicales, objetivo de los cuales era proclamar la Constitución de 1812. La ola
revolucionaria de 1836 culminará con el motín de los sargentos del cuartel de La Granja, los
cuales obligarán a la Regente a jurar la Constitución de 1812.

4.2. LA CONSTITUCIÓN DE 1837


El movimiento revolucionario de 1836 determinará el acceso al poder nuevamente de los
progresistas con Mendizábal como ministro de la Hacienda. Por lo tanto, una vez en el poder, los
progresistas restablecerán la elección democrática de los ayuntamientos, de acuerdo con la
legislación de 1813 y 1822, y se convocarán elecciones a Cortes Constituyentes. El propósito de
las nuevas cortes, de mayoría progresista, era reformar la Constitución de 1812 pero el resultado
será un nuevo texto constitucional, la Constitución de 1837. Entre las características más
importantes de esta Constitución, destacamos las siguientes:
a) Establecerá como principio básico el hecho de que la soberanía reside en la nación y
reconocerá, expresamente, una serie de derechos individuales como la supresión de la
censura previa, la libertad de expresión y el juicio por jurados.
b) Consolidará algunos poderes de la monarquía, al reconocer el poder moderador de la Corona.
Así esta institución podrá nombrar y destituir ministros, convocar y suspender las Cortes y
sancionar y promulgar las leyes.
c) Establecerá un parlamento bicameral y el monarca elegirá un determinado número de
senadores a partir de una lista elaborada por los electores.
d) La ley electoral de 1837 contemplará una decisiva ampliación del cuerpo electoral que se
establecerá alrededor del 5%.
e) La iniciativa legislativa corresponde en las Cortes.
f) Expresará un cierto anticlericalismo (supresión órdenes religiosas y decretos
desamortizadores) .

4.3. LOS GOBIERNOS MODERADOS


Pero inmediatamente se hará patente el abuso del poder moderador de la Corona que nombrará
a los ministros sin tener en cuenta las mayorías parlamentarias. Por otro lado, concluido el
período constituyente sucederá un hecho muy importante: el ascenso político de la figura del
general Espartero, comandante en cabeza de las tropas isabelinas, el cual después de derrotar a
los carlistas, se transformará en un mito y en el más poderoso de los generales.

Sin embargo, los liberales moderados criticarán, cada vez más, la Constitución de 1837. Así, a
partir de 1840, intentarán imponer una serie de limitaciones a la libertad de expresión, reducir aún
más el derecho al voto y acabar con la democratización y descentralización municipal. La
aprobación de una nueva ley moderada sobre los ayuntamientos en 1840 fue el detonante de un
nuevo movimiento revolucionario de carácter progresista.

5. LA REGENCIA DE ESPARTERO (1840- 1843)


5.1. ESPARTERO EN EL PODER
El movimiento revolucionario de 1840 fue organizado por los ayuntamientos progresistas y se
dirigirá contra la citada ley de ayuntamientos y la propia regente, además de reclamar la
intervención política del general Espartero. Ante esta situación, la Regente Maria Cristina viajará
hacia Barcelona, donde se encontraba el cuartel general de Espartero, con la finalidad de
acercarse a quien, en esos momentos, disponía del verdadero poder político por tal de ofrecerle
la presidencia del Consejo de Ministros. Pero la acceptación de Espartero del programa de la
Junta Revolucionaria de Madrid obligará a Maria Cristina a dimitir y a exiliarse a París.

Con la Regencia de Espartero se continuará con el programa progresista para consolidar el


estado liberal. En 1841 se aplicará la desamortización de los bienes del clero secular y
desaparecerá definitivamente el diezmo.

5.2. EL FIN DE LA REGENCIA DE ESPARTERO


La Regencia de Espartero será muy conflictiva a consecuencia de numerosos factores políticos.
Sin embargo, las filas del progresismo liberal se dividirán porque Espartero repartirá los
principales cargos entre sus amigos y excluirá a los principales dirigentes políticos del
progresismo. También se producirán divergencias en las filas del ejército por la cuestión de los
cargos y ascensos que beneficiaran fundamentalmente a los compañeros de Espartero. Por otra
parte, los moderados que se habían autoexcluido de la participación parlamentaria optarán por la
vía de la conspiración y del pronunciamiento militar y en 1841 se producirá una sublevación de
carácter moderado. El fracaso del pronunciamiento y la dureza que empleará Espartero para
reprimir el intento de golpe de estado acabará por quitarle el apoyo de un importante sector del
generalato.

En 1842 estallará en Barcelona una revuelta que al fin acabará por desgastar definitivamente el
poder político de Espartero. El origen de la revuelta, hay que situarlo en el contexto de las
conflictivas relaciones que predominaban en el seno de la moderna industria textil catalana. El
desarrollo del asociacionismo obrero catalán y la defensa de sus reivindicaciones sobre las
condiciones de trabajo topará con los intereses de la patronal y el gobierno, el cual declarará en
el margen de las leyes “ La Asociación Mutua de obreros de la Industria Algodonera”. Además , el
hecho de que Espartero se mostrara partidario de firmar un tratado librecambista con Gran
Bretaña, perjudicial para la industria textil catalana, y la generalización entre la clase obrera de
ideario republicano explicará la causa de la revuelta.

La respuesta de Espartero será bombardear Barcelona y reprimir de manera indiscriminada a sus


ciudadanos, hecho que aumentará su impopularidad y provocará la ruptura en el ámbito de las
filas progresistas. Así, en 1843, una extraña coalición de fuerzas antiesparteristes (progresistas y
moderados) se sublevarán contra el mítico general. Pero la clave de la derrota de Espartero será
el pronunciamiento de los militares moderados encabezados por el general Narváez, el cual
derrotará a los partidarios de Espartero en Torrejón de Ardoz. En consecuencia, Espartero se verá
obligado a exiliarse a Londres.

6. LA DÉCADA MODERADA
6.1. LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y ADMINISTRATIVA DEL ESTADO LIBERAL
Con el acceso al poder del dirigente moderado, el general Narváez, y con unas Cortes de mayoría
moderada, empezará la construcción política de un estado liberal de signo conservador, unitario y
centralista.

Los moderados elaborarán una nueva Constitución que sustituirá a la progresista de 1837. La
nueva Constitución, la de 1845, representará la ideología típica del moderantismo y las
diferencias con la de 1837 serán bastante considerables:
a) Se rechaza la soberanía nacional y consolida la soberanía compartida entre la monarquía y las
Cortes.
b) Otorgaba un poder muy considerable a la Corona (iniciativa legislativa, capacidad para
nombrar y destituir a los ministros, convocar y disolver las Cortes, nombrar a todo el conjunto del
Senado) .
c) Además , la ley de Imprenta de 1845 recortaba las libertades y se suprimían los juicios por
jurados. Incluso, el nuevo sistema electoral (1846) reducirá el derecho al inmediación al 1% del
cuerpo electoral.

Los planteamientos intensamente centralistas de los moderados influirán de manera muy


considerable en la ley de ayuntamientos de 1845 y en la reorganización de las diputaciones
provinciales y en consecuencia la Corona será la institución que nombrará a los alcaldes y los
cabezas políticos. Así, la administración provincial y local quedará bajo el control absoluto del
gobierno central.

Indudablemente, la reforma de la hacienda era una de las prioridades en la construcción del


Estado liberal, ya que el déficit público incrementaba de manera constante desde la crisis del
Antiguo Régimen. El nuevo sistema tributario que se impondrá se apoyará en dos tipos de
impuestos:
a) LOS IMPUESTOS DIRECTOS, los cuales afectarán a los bienes inmuebles, la actividad
agrícola y ganadera, el comercio y la industria.
b) LOS IMPUESTOS INDIRECTOS, los cuales grabarán los derechos de transmisión de bienes y
el consumo de bienes de primera necesidad.
Los moderados firmarán también el Concordado de 1851, por el que se normalizaban las
relaciones políticas y diplomáticas del Estado liberal español con la Santa Sede, relaciones que
se habían deteriorado con los decretos desamortizadores de los progresistas. No obstante, por
este tratado la Iglesia aceptaba la venta de sus bienes y la legitimidad de Isabel II, pero el Estado
se obligaba a mantener los gastos que generaba el culto católico y del clero.

6.2. LA CRISIS DEL RÉGIMEN MODERADO


La causa de la crisis del régimen moderado se explica por la corrupción y los escándalos
financieros que enfrentarán en el Senado y al gobierno. La exigencia del Senado de revisar las
concesiones ferroviarias obtendrá como respuesta la suspensión de las Cortes y el destierro de
algunos políticos y militares. Así, los pronunciamiento de carácter moderado y las revueltas
urbanas de signo demócrata y progresista que se producirán hacia el 1854, acabarán
definitivamente con los gobiernos moderados de la década 1844- 1854.

7. EL BIENIO PROGRESISTA: 1854-1856.


7.1. LA REVOLUCIÓN DE 1854
El movimiento político de 1854 es muy complejo. La crisis política que coincidirá, además, con
una crisis económica, caracterizada por la carencia de pan, propiciará muchas revueltas
populares de carácter urbano. Sin embargo, el pronunciamiento de algunos generales
moderados, encabezados por el general O’Donnell, pretendía, además de un cambio de gobierno
sin cuestionar la Constitución de 1845 y el poder de la Corona, integrar los progresistas en la
dinámica política y evitar así el aislamiento del régimen. No obstante, el enfrentamiento entre las
tropas de O’Donnell y las que se mantendrán fieles al gobierno acabará en tablas.

Pero en las ciudades estallarán varias revueltas populares que tratarán de dirigir los progresistas
y los demócratas mediante la creación de Juntas Revolucionarias, las reivindicaciones de las
cuales iban mucho más allá de las de los militares pronunciados: Cortes constituyentes,
ampliación de libertades, cambio de régimen político, sufragio universal y enseñanza gratuita.
Esta situación determinará un cambio de actitud de O’Donnell, expresado en el Manifiesto del
Manzanares, por tal de integrarse en el movimiento capitalizado por las Juntas Revolucionarias.
Sin embargo, al radicalizarse la revuelta urbana y sentirse amenazada la Corona, la reina Isabel II
buscará Espartero para que formo gobierno.

7.2. LA OBRA DEL BIENIO PROGRESISTA


A finales de julio de 1854 se constituirá un nuevo gobierno presidido por Espartero y con
O’Donnell en el ministerio de la Guerra. Esta coalición entre moderados aperturistas y
progresistas tratará de cambiar el régimen a partir de los principios políticos de los progresistas.

Así, la Constitución de 1856 se caracterizará porque recogía los principios políticos del
progresismo español: soberanía nacional, una muy amplia declaración de derechos y tolerancia
religiosa. No obstante, mantenía el poder moderador de la Corona como la de 1837. Pero la
Constitución de 1856 nunca será promulgada por lo que será conocida como la “no nata”.

Ahora bien, la desamortización general de 1855, conocida como la de Madoz, completará la de


Mendizábal. Así, a la desamortización de los bienes De la Iglesia, se añadirá en este momento
otra que afectaba los bienes municipales. Su finalidad consistirá al amortizar una buena parte del
deuda público, rebajar el déficit de la hacienda y financiar todo un conjunto de obras públicas. La
desamortización nuevamente iba atada a los problemas financieros del estado y tampoco se
planteaba como una reforma agraria. La venta en pública subasta de los patrimonios municipales
privará los ayuntamientos de todo un seguido de recursos muy importantes y los campestres de
las tierras de uso colectivo.

7.3. LA CRISIS DEL BIENIO PROGRESISTA


La inestabilidad política del bienio estuvo atada tanto a la fragilidad del pacto entre progresistas y
moderados renovadores como las propias contradicciones del partido progresista que tendrán la
máxima expresión en los enfrentamientos que se producirán en el seno de la Milicia Nacional. Así,
mientras que los cabezas y oficiales de la Milicia se elegían entre los propietarios, comerciantes y
profesionales liberales que militaban en las filas del progresismo, la tropa formada por artesanos
y pequeños comerciantes simpatizaba con el ideario demócrata y republicano.

Sin embargo, la conflictividad obrera y campestre se agudizará en 1856 por un aumento


bastando generalizado de los precios. La burguesía conservadora reaccionará exigiendo con
respecto a la propiedad. En este contexto, la coalición de gobierno se hundirá y Espartero
dimitirá. O’Donnell, con el control del ejército y el apoyo de la Corona, recibirá en 1856 el encargo
de formar gobierno.

8. LA UNIÓN LIBERAL Y EL AGOTAMIENTO DEL MODERANTISMO (1856-1868)


8.1. EL RETORNO DEL MODERANTISMO (1856-1868)
Durante los últimos diez años del reinado de Isabel II distinguimos dos etapas:
a) La del largo y estable gobierno de la Unión Liberal (1858-1863)
b) La de la estéril sucesión de gobiernos moderados y unionistas que supondrá el agotamiento y
la crisis final del régimen isabelino.

El primer gobierno breve de O’Donnell se caracterizará por el retorno a los principios políticos de
la Década Moderada. La Milicia Nacional será suprimida, se restablecerá la Constitución de 1845,
a la que se añadirá un Acta Adicional que ampliará las libertades. Pero la promesa de continuar
con los procesos desamortizadores y la oposición de los moderados, provocará la sustitución de
O’Donnell por Narváez que restablecerá completamente el régimen moderado de 1845,
derogando el Acta Adicional y suprimiendo la ley desamortizadora.

8.2 LA UNIÓN LIBERAL (1858-1863)


El retorno de O’Donnell y de la Unión Liberal al poder expresará el deseo de reconstruir la unidad
liberal y hacer posible la alternancia política por tal de ampliar las bases sociales del régimen
isabelino. Este período se configurará como una etapa de relativa estabilidad política y social que
impulsará el desarrollo económico (construcción de la red ferroviaria, expansión agraria y de la
industria textil algodonera, de la banca y de la minería).
Aun así, el principio más importante del programa de la Unión Liberal lo constituirá la política
exterior: política africanista en Marruecos, expedición militar en Indochina en colaboración con
Francia y la implicación militar junto a Francia e Inglaterra en México. El conjunto de estas
acciones tendrán como objeto fortalecer la imagen del régimen en el exterior.

Pero la Unión Liberal se hundirá porque no consolidará la alternancia política y la estabilidad


social. Así pues, en 1861 estallará una revuelta campestre en Loja (Granada) , promovida por los
republicanos, contra los grandes propietarios y los efectos de la desamortización y que pretendía
el reparto de las tierras.

8.3. EL AGOTAMIENTO DEL MODERANTISMO Y LA REVOLUCIÓN DE 1868


Desde 1863 hasta 1868 se sucederán varios gobiernos moderados de signo cada vez más
conservadores. Con el retorno de Narváez al poder se impondrá una política dura, autoritaria y
represiva que impedirá a los progresistas devolver pacíficamente al poder, por lo que apelarán
nuevamente a la táctica del pronunciamiento. Así, en 1866, el general Prim, el nuevo líder de los
progresistas, intentará el golpe de estado sin éxito en Villarejo de Salvanés (Madrid). En ese
mismo año se sublevarán los sargentos de la cuartel de San Gil, pero el movimiento será
duramente reprimido por Narváez y los sargentos fusilados.

En agosto de 1866, progresistas y demócratas, acordarán en Ostende firmar un pacto por tal de
acabar con el régimen y la monarquía que le sostenía, además de acordar que la futura definición
política del estado, monarquía o república, se consensuaría en unas Cortes Constituyentes. A
pesar de todo, la muerte de O’Donnell en 1867 y la intensa represión que incluso afectará al
generalato de simpatías unionistas, decantará a los unionistas hacia la causa revolucionaria.

9. LA CORONA, LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LOS MILITARES EN LA CONSOLIDACIÓN DEL


ESTADO LIBERAL
9.1. LA CORONA
Con la consolidación del Estado liberal, la monarquía absoluta será sustituida por la monarquía
Constitucional, es decir, los poderes del monarca quedarán limitados por una Constitución. No
obstante, tanto la Constitución progresista de 1837 como, sobretodo, la de 1845, otorgarán a la
Corona importantes poderes ejecutivos y una amplia participación en el legislativo.
En la práctica, pues, la monarquía tuvo un protagonismo político decisivo en la trayectoria del
Estado liberal. Así, la facultad de la Corona para nombrar y destituir ministros y convocar y
disolver las Cortes, determinará que los cambios políticos, en la mayoría de las ocasiones, se
consumarán sin la participación del parlamento.
Los gobiernos eran nombrados por la Corona y en teoría debían ser ratificados por las Cortes,
pero en la práctica para gobernar tan solos había que el apoyo de la monarquía. En consecuencia
el reinado de Isabel II se caracterizará por la confianza política que la monarquía depositará
exclusivamente en los gobiernos moderados.

9.2. LOS PARTIDOS POLÍTICOS


Los orígenes de los partidos políticos España hay que situarlos hacia 1835- 1836 cuando el
liberalismo se dividirá en dos tendencias, moderados y progresistas, y de las que,
posteriormente, surgirán otros partidos.

El partido moderado era partidario de integrar los cambios políticos y sociales de la revolución
liberal con la tradición histórica representada por dos instituciones fundamentales: el rey y las
Cortes, por este motivo, estos, rechazarán el principio de soberanía nacional y defenderán la
soberanía compartida. Su idea era que una vez consumada la revolución había que preservar el
orden social y el con respecto a la propiedad privada. Este tipo de pensamiento, explicará la
reducción del derecho al voto a una minoría y también su identificación con un estado centralista
y confesional.

En cambio, el partido progresista a pesar de aceptar algunos de los principios del liberalismo
moderado, poder moderador de la corona y el bicameralismo, establecerá sus diferencias con los
moderados al defender los principios de la soberanía nacional, los derechos individuales y la
ampliación del cuerpo electoral.
Sin embargo, un grupo de jóvenes progresistas y demócratas se separarán del progresismo y a
partir de 1849 crearán el Partido Demócrata para defender la monarquía democrática, la
soberanía nacional, el sufragio universal masculino, el estado aconfesional y la descentralización
política. Hasta la revolución de 1868 convivirán dos tendencias en el seno del partido:
monárquica-democrática y la republicana federal.

TEMA 5: LA EXPERIENCIA DEMOCRÁTICA DEL SEXENIO (1868-1874)

INTRODUCCIÓN
El sexenio revolucionario es una etapa de la historia contemporánea que se desarrollará entre
1868-1874 y que se caracterizará por su conflictividad. El movimiento revolucionario de
septiembre de 1868 se iniciará con un pronunciamiento que abrirá una nueva etapa en la que se
intentará instaurar un régimen democrático, lo cual se evidenciará a través de la Constitución de
1869, la primera verdaderamente democrática de la historia de España. Sin embargo, el período
también se caracterizará por una rápida sucesión de los acontecimientos: golpe de estado que
destronará Isabel II, gobierno provisional, monarquía democrática y Y República.
Incluso, el nuevo régimen también deberá hacer frente a los numerosos problemas políticos y
sociales que heredará de los gobiernos anteriores y que se remontan a los orígenes de la
revolución burguesa liberal: la problemática carlista y colonial e incluso la cuestión de la tierra.
Estas problemáticas, junto a la cuestión social, la excesiva centralización y sobretodo con la
generalización de algunos conflictos como: la Guerra de Cuba, la Guerra Carlista y la sublevación
cantonal serán las dificultades más significativas a las que deberá hacer frente al nombramiento
Sexenio Democrático.

1. LA REVOLUCIÓN DE 1868.
1.1. CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN
Las causas de la Revolución de 1868 serán muy diversas, pero la más importante, sin ningún tipo
de duda, será la crisis económica de 1866, en la que, además además, coincidirán factores de
tipo moderno, como la crisis financiera e industrial, con factores de tipo antiguo, como la crisis de
subsistencias, los cuales constituirán el verdadero fondo de la problemática política a que deberá
hacer frente el régimen moderado.

La crisis económica de 1866 supondrá el fin de un período de prosperidad económica que


coincidirá con la década 1856-1866. Pero el hundimiento de la bolsa y el hecho de que la
construcción del ferrocarril se atascará provocará la quiebra de numerosos bancos y empresas.
Igualmente, la industria textil catalana sufrirá los efectos de la Guerra de Secesión americana y el
descenso del consumo de tejidos, lo cual provocará una disminución importante de las
exportaciones.

A la crisis financiera e industrial se añadirá la crisis de subsistencias, consecuencia de todo un


seguido de cosechas muy malas que se producirán entre 1867-1868, que inevitablemente
provocará la falta de alimentos, hambre y el aumento de la mortalidad. La generalización de la
crisis generará el descontento popular y favorecerá el crecimiento y popularidad de los partidos
de izquierda (demócratas y republicanos).
En el ámbito de la política, el menosprecio de los moderados hacia un sistema político
verdaderamente parlamentario e incluso la corrupción y la negativa de estos a abandonar el
poder, serán las causas a que explican el agotamiento político del régimen moderado.

Los partidos de la oposición, Progresistas, Unión Liberal y los Demócratas, delante de la


imposibilidad de conseguir el poder por métodos legales, optarán por llevar a cabo un
movimiento revolucionario, el cual seguirá las pautas de los típicos pronunciamientos militares y
en consecuencia se apoyará en las Juntas Revolucionarias para destronar Isabel II.

La muerte de O’Donnell en 1867 facilitará la adhesión del general Serrano, el nuevo dirigente de
la Unión Liberal, a la causa revolucionaria. La participación en el movimiento de los generales
unionistas asegurará el apoyo militar a la iniciativa revolucionaria e incluso moderará el
radicalismo del movimiento revolucionario.

1.2. JUNTAS REVOLUCIONARIAS Y GOBIERNO PROVISIONAL


La revolución se iniciará con el pronunciamiento de la marine, comandada por el Almirante
Topete, y el ejército, dirigido por los generales Prim y Serrano. Pero el movimiento revolucionario
se consolidará como consecuencia de la formación de las Juntas Revolucionarias de carácter
civil que se originarán en Andalucía y de inmediato se propagarán por el resto de España.

En un primer momento, el poder residirá en las Juntas Revolucionarias, las cual reclamarán la
aplicación de importantes medidas para democratizar el país (sufragio universal y libertad de
expresión, de reunión, de asociación y de culto) y transformar la sociedad (desamortización y
abolición de consumos) . La desamortización es el proceso a través del que se nacionalizan y
posteriormente se venden en pública subasta los bienes y patrimonios de determinadas
instituciones como la Iglesia, ayuntamientos y obras pies; por otro lado, los consumos era un
impuesto de carácter estatal pero de gestión municipal que grababa todos aquellos productos
que entraban en una ciudad. Por lo tanto, se trata de un impuesto indirecto que incrementará el
precio de los alimentos de primera necesidad y en consecuencia será mucho odiado por las
clases populares.

No obstante, al triunfar el pronunciamiento, de inmediato se constituirá un gobierno provisional,


con Serrano como Regente y Prim como jefe de gobierno, el cual a pesar de asumir el ideario de
las Juntas Revolucionarias, decretará su disolución.

Pero una de las cuestiones clave que debía resolver el movimiento revolucionario será la que
hace referencia a la forma de gobierno, monarquía o república, cuestión sobre la que se
pronunciarán unas Cortes Constituyentes. El resultado de las elecciones a Cortes Constituyentes,
las primeras elegidas por sufragio universal directo, configurarán un parlamento dominado por los
partidos de la coalición antiborbónica, unionistas, progresistas y demócratas, partidarios de una
monarquía democrática. En la izquierda de la coalición se situará una fracción del partido
demócrata, partidaria de instaurar la república, y del que surgirá el Partido Republicano Federal.

2. LA CONSTRUCCIÓN DE UN RÉGIMEN DEMOCRÁTICO


2.1. LA CONSTITUCIÓN DE UN RÉGIMEN DEMOCRÁTICO
La Primera Constitución democrática de la historia española será la de 1869. Este texto
constitucional establecerá un régimen político monárquico que se basará en el principio de la
soberanía popular. Además, el texto en cuestión también recoge una amplia declaración de
derechos y libertades, no incluidas en las constituciones anteriores, como el derecho de reunión y
asociación, el sufragio universal y directo para los hombres mayores de 25 años y la libertad de
culto.

Además, la Constitución de 1869 también establecerá los principios de la división de poderes y la


descentralización política. Las Cortes, de carácter bicameral, estarán integradas por el Congreso
de los Diputados y el Senado, y serán elegidas por sufragio universal. Este institución asumirá
también la iniciativa legislativa y la elaboración de las leyes. Por lo tanto, la Constitución de 1869
configurará una monarquía constitucional en la que el rey reina pero no gobierna, ya que el poder
ejecutivo será responsabilidad de los ministros que configurarán los diferentes gobiernos.
Por tal de asegurar la independencia y la democratización de la justicia, el acceso a la judicatura
se regulará a través del sistema de oposiciones y también a través de la introducción de la
institución del jurado. Incluso se establecerá la elección democrática de los ayuntamientos y de
las diputaciones.

La nueva política que instaurarán los nuevos gobernantes del sexenio también se caracterizará
porque emprenderán nuevamente los procesos desamortizadores. El nuevo clima de libertades
afectará incluso al ámbito de la economía y así se impondrá en España una política económica de
carácter librecambista con el impuesto aduanero de 1869 que reducía las tarifas aduaneras, lo
cual provocará la liberalización de los intercambios pero también provocará la oposición de la
burguesía catalana, atada a los intereses del textil algodonero.

2.2. LOS PROBLEMAS DEL SEXENIO


Los principales problemas a los que deberán hacer frente los diferentes gobiernos del sexenio
serán:

a) El descontento de los republicanos. Generado por la trayectoria que el gobierno provisional


impondrá al movimiento revolucionario, al decantarse por la monarquía como sistema político.
Así, en septiembre de 1869 se producirá un alzamiento armado de carácter republicano que
obligará al gobierno a suspender las garantías constitucionales y a declarar el estado de
guerra.

b) La conflictividad social. Esta presentará varias variantes. Así, la crisis agraria de 1867-1868 y
las elevadas tasas de paro que provocará, serán la causa de la rebeldía constante y reiterada
del campesinado andaluz, el cual había confiado en una revolución que no llevará adelante el
reparto de tierras y la reforma agraria. sin embargo, el fracaso de las diferentes sublevaciones
generará entre los campestres la desconfianza hacia los partidos políticos, incluido el partido
republicano. Por lo tanto, será este contexto lo que explicará porque desde 1872, con la
legalización de la I Internacional al estado español, el anarquismo de carácter apoliticista y
colectivista se propagará de manera muy rápida entre el campesinado andaluz,
configurándose como la ideología dominante en el ámbito de esta clase social.

La I Internacional es una organización obrera de carácter internacional o más bien supranacional.


Conocida con el nombre de Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) , se crea en Europa en
1864 y entrará en crisis en 1872 aunque la organización aún se mantendrá hasta 1877 en los
Estados Unidos. En el seno de esta organización de carácter obrero se producirá un gran
enfrentamiento entre K. Marx y M. Bakunin, hecho que explica la crisis de la E Internacional. Los
enfrentamientos se originan porque los marxistas eran partidarios de organizarse en partidos
políticos y acceder así en los parlamentos de las democracias burguesas; en cambio, los
anarquistas consideraban que participar en los parlamentos burgueses de la época contribuiría a
perpetuar el sistema capitalista y, por lo tanto, se negaban a desarrollar cualquier acción de
carácter político.

c) La escasez y la protesta hacia los consumos provocará motines populares de carácter


urbano. Incluso surgirá un nuevo tipo de conflicto en el seno de la incipiente sociedad
industrial, característico de las nuevas relaciones entre la burguesía capitalista y los obreros, y
con un método de presión nuevo por parte de los obreros: la huelga. El alejamiento político de
los obreros respeto de los partidos que habían fomentado el pronunciamiento de 1868 se
intensificará con la divulgación de los ideales apolicistas del anarquismo. Anarquismo
significa etimológicamente “sin poder”, y por extensión si no hay poder no hay estado ni
propiedad privada.

d) El estallido de la Guerra de Cuba (1868-1878) provocará otro problema de gran envergadura


para los políticos del sexenio. La falta de respuestas delante del deseo de los cubanos de
conseguir la autonomía se la isla, provocará el movimiento independentista.

3. DIFICULTADES Y CRISIS DE LA MONARQUIA DEMOCRÁTICA


3.1. UNA NUEVA MONARQUÍA
La Constitución de 1869 establecerá como ya es sabido un régimen monárquico. Así, una vez
definido el sistema político, la problemática que se plantearán los nuevos gobernantes consistirá
en consensuar el candidato oportuno para ocupar la corona vacando. Ante la incapacidad de los
partidos políticos para consensuar un candidato y después de rechazar el ofrecimiento de
algunas familias de la realeza europea, el general Prim conseguirá que Amadeo de Saboya, hijo
de Víctor Manuel II, rey de Italia, acepte la corona de España.

La elección de Amadeo I de Saboya como nuevo rey de España por las Cortes no fue por
unanimidad, pues, era el candidato de Prim y los progresistas. Así pues, el nuevo monarca
durante su breve reinado (1871-1873) soportará la falta de apoyo de la mayoría de los partidos
políticos, de la aristocracia y de las masas populares.
Sin embargo, el asesinato de Prim le privará de un apoyo fundamental, pues Prim era el político
carismático que había mantenido unida la coalición monárquica y democrática y su muerte
provocará la descomposición de la coalición. Incluso, los unionistas se alejarán del régimen y se
acercarán a los partidarios de la solución alfonsina. Incluso, en el seno del partido más
consolidado de la coalición, el progresista, se producirá la ruptura.
-Por un lado, Sagasta encabezará una fracción del partido renombrada constitucionalista y
partidaria de acercarse a los unionistas.
-Por otro, los radicales de Ruiz Zorrilla que buscarán acercamiento a los demócratas, por lo que
se mostrarán partidarios de ampliar el programa de reformas democráticas: supresión de las
quintas, abolición de la esclavitud en Cuba y la separación de la Iglesia y el Estado.

Las quintas eran la forma a través de la que y mediante un sorteo, se reclutaban los jóvenes que
debían servir al ejército, y se dice quintas porque cada pueblo o ciudad debía de aportar al
ejército un joven de cada cinco en edad militar. No obstante, a cambio de una cantidad bastante
considerable de dinero, había quintos que se salvaban (los ricos se entregaban)

3.2. LA OPOSICIÓN AL REY


En consecuencia, la continua inestabilidad política que sufrirá la monarquía se explicará tanto por
la resistencia de las élites tradicionales como la abierta oposición de carlistas y republicanos. Así,
la Iglesia católica, y particularmente su jerarquía, se opondrá a la cuestión de la libertad religiosa,
mientras que la nobleza, gran propietaria de tierras y desplazada de los centros de poder político,
miedosa de que sus derechos de propietarios pudieran ser cuestionados, se alejará de la corte y
reaccionará apoyando la causa alfonsina.

La burguesía financiera e industrial y, muy particularmente los gran hacendados españoles en


Cuba y los hombres de negocios atados a los intereses coloniales, amenazados por el auge del
movimiento obrero y por el proyecto de abolir la esclavitud en las colonias, se vincularán al
partido alfonsino.
El carlismo se fortalecerá nuevamente al ser destronada Isabel II. Así, en mayo de 1872 se
producirá una sublevación general a favor del pretendiente Carlos VII, con lo cual se iniciarà la III
Guerra Carlista que no concluirá hasta 1876.

Los republicanos se opondrán a la solución monárquica y constituirán una importando minoría


que se declarará favorable a la República Federal como sistema de gobierno. Pero desde sus
orígenes, en el sí del republicanismo, existirán 2 tácticas o estrategias políticas:

a) Los partidarios de Pi i Margall, los cuales se decantarán por luchar a través de la vía
parlamentaria por tal de implantar la república.

b) Los clubes republicanos, partidarios de la insurrección armada.

Por lo tanto, en este contexto de gran inestabilidad política y social, Amadeo de Saboya abdicará
en febrero de 1873, pues se sentía aislado. Se frustraba así la solución monárquica defendida por
Prim.

4. LA I REPÚBLICA
4.1. LA IMPLANTACIÓN DE LA REPÚBLICA
La instauración de la I República en 1873 fue consecuencia del compromiso de una mayoría de
radicales monárquicos y una minoría de republicanos federales por tal de llenar el vacío de poder
que había dejado Amadeo de Saboya, al abdicar, y también para salvar el ideario democrático de
la revolución de 1868. El primer gobierno de la República estará formado por una coalición de
radicales y republicanos, presidida por el federalista Figueras. No obstante, los radicales tan solo
estaban dispuestos a aceptar una república unitaria, por lo que los republicanos renunciarán a
proclamar la República Federal de inmediato, asumiendo que la decisión de proclamar una
república unitaria o federal debía de adoptarla unas Cortes Constituyentes, que se elegirían con
esa finalidad.

Así, los dirigentes del republicanismo federalista, que habían optado por instaurar la República
Federal por la vía de la legalidad, de repente, se encontrarán delante una doble oposición: la de
los radicales y la de los intransigentes, partidarios estos últimos de establecer inmediatamente
una estructura política federal, incluso por la vía de la insurrección. La frustración de los
federalistas que aspiraban a la inmediata configuración de un Estado Federal se manifestará en el
intento de proclamar el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. La
radicalización se extenderá rápidamente en el ámbito rural, donde los campesinos identificarán el
acceso al poder de los republicanos con el reparto de la tierra. Así, en Andalucía estos brotes
revolucionarios originarán los graves disturbios de Montilla (Córdoba) .

El enfrentamiento de los federalistas con los radicales se producirá después de los intentos de
estos de hundir el gobierno y, sobretodo, porque también habían intentado impedir la
convocatoria de las Cortes Constituyentes. Desde ese momento y hasta el golpe de estado del
general Pavía, en enero de 1874, los republicanos federales gobernarán en solitario y deberán
hacer frente tanto a la Guerra Carlista como las conspiraciones del resto de los grupos políticos.
Sin embargo, delante la abstención de oposición: radicales, constitucionalistas y alfonsinos, las
elecciones a Cortes Constituyentes otorgarán una mayoría abrumadora a los republicanos
federalistas.

4.2. EL INTENTO DE UNA REPÚBLICA FEDERAL


El primer día de junio de 1873 las Cortes Constituyentes definirán el nuevo régimen político que
había surgido de las elecciones como una República Federal e inmediatamente se nombrará un
nuevo gobierno presidido por Pi i Margall. Además, una comisión, encabezada por Castelar, se
encargará de redactar un proyecto de Constitución a partir del ideario federalista.

El proyecto de Constitución federal contemplaba la separación absoluta de Estado e Iglesia y el


matrimonio civil. Además, se establecía un legislativo constituido por dos cámaras: el Congreso,
institución con capacidad para elaborar leyes, y el Senado, órgano de representación de los
estados. Para suprimir la centralización política, la Constitución contemplaba una estructura
federal integrada por 17 estados. Incluso, con el fin de solucionar el problema colonial, incluyó en
Cuba y Puerto Rico como Estados dentro de la nación española. Pero la Constitución Federal de
1873 no conseguirá el visto bueno de las Cortes como consecuencia de la generalización de los
alzamientos cantonalistas, la extensión de la Guerra Carlista y el problema cubano.

5.LA CRISIS DE LA I REPÚBLICA


5.1 EL CANTONALISMO
El cantonalismo es un movimiento promovido por los republicanos intransigentes que pretendían
crear pequeñas unidades políticas independientes las cuales establecerían acuerdos libres entre
ellas para formar un Estado federal.

La insurrección cantonal fue un fenómeno político y social bastante complejo y se originará


cuando la minoría republicana más intransigente abandona las Cortes, en julio de 1873, y
empieza a instigar la proclamación de los esquinas independientes. La generalización del
cantonalismo en el País Valenciano, Murcia y Andalucía, determinará que la burguesía más
conservadora considero a la República Federal como un régimen político incapaz de asegurar el
orden y el poder central del Estado.
La dimisión de Pi i Margall y el nombramiento de Salmerón como presidente del régimen
republicano supondrá un acercamiento del régimen hacia unos principios políticos más
conservadores. Salmerón reprimirá las actividades de la Internacional y recurrirá al ejército para
sofocar la insurrección cantonal.
En consecuencia, el movimiento cantonalista será desmantelado por la intervención del ejército,
no obstante el esquina malagueño y sobretodo el de Cartagena resistirán hasta el enero de 1874.
A pesar de todo, Salmerón dimitirá por motivos de conciencia, como consecuencia de su
negativa a signar dos penas de muerte, impuestas por la autoridad militar. En este contexto, las
Cortes elegirán como nuevo presidente de la República a Castelar, el cual conseguirá poderes
extraordinarios del parlamento y, en consecuencia, gobernará por decreto.

5.2. EL CARLISMO Y CUBA. EL FIN DE LA I REPÚBLICA


La reanudación de la Guerra de Cuba, en abril de 1873, será consecuencia de la falta de control
del régimen sobre los militares, mientras que los carlistas después de sus victorias en Eraul y
Montejurra, iniciarán el asedio de Bilbao y así conseguirán imponer, por todas partes del territorio
vasco, un Estado Carlista.

En Cuba, donde la guerra continuaba, la República tampoco controlaba la situación y, además


además, los proyectos de reformas políticas y sociales, entre los que destacaba lla abolición de la
esclavitud, toparán con la oposició frontal de los hacendados, los cuales apoyados por los
militares harán de Cuba el principal centro de conspiración contra la República y de apoyo
económico a la causa alfonsina. La solución alfonsina se refiere al intento de restaurar la
monarquía borbónica en España a partir de la figura del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

La presidencia de Castelar decantará al régimen republicano hacia planteamientos propios de la


derecha política, lo cual provocará una cierta confianza entre la burguesía industrial y financiera y
también, incluso, entre las filas del ejército, los cuales empezarán a creer en la posibilidad de
restaurar el orden político. Pero la concesión de los poderes extraordinarios a Castelar finalizaba
en enero de 1874 y entre la mayoría republicana federalista, liderada por Pi i Margall y Figueras,
se esperaba este momento para provocar la caída del presidente Castelar y así conseguir el
poder los republicanos intransigentes. El ejército, temiendo una derrota parlamentaria de Castelar,
fomentará el recurso al golpe de estado. Así el 3 de enero de 1874, Pavía, Capitán General de
Madrid, con fuerzas de la Guardia Civil ocupará el Congreso y disolverá las Cortes.

El propio Pavía reunirá a los militares y dirigentes de los partidos que se oponían a la República
Federal para consensuar un gobierno que sería presidido por el general Serrano. No obstante, a
partir de 1874, la causa alfonsina gozará del apoyo de la burguesía catalana, de la aristocracia,
de los círculos ultramarinos y de la joven oficialidad del ejército. Así, en diciembre de 1874 un
pronunciamiento militar en Sagunto, dirigido por el general Martínez Campos, impondrá la
Restauración de Alfonso XII de Borbón.

TEMA 7: LA RESTAURACIÓN CANOVISTA EN EL SIGLO XIX

INTRODUCCIÓN
Durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874) , el político conservador, Antonio Cánovas del
Castillo, preparará la Restauración de la Monarquía en la persona de Alfonso XII (1875-1885) , hijo
de Isabel II.
Para llevar adelante este proyecto, Cánovas del Castillo conseguirá que la reina Isabel II abdique
de sus derechos en su hijo Alfonso, creará un partido alfonsino e incluso, el 1 de diciembre de
1874, redactará el Manifiesto de Sandhurst, localidad inglesa donde el príncipe asumía el
compromiso de instaurar un régimen constitucional y parlamentario estable, si era nombrado rey
de España. La orden, el patriotismo, la religiosidad católica y el liberalismo serán los principios
ideológicos más importantes del nuevo sistema político que se pretendía implantar.

Además, Cánovas del Castillo también conseguirá aglutinar alrededor de la causa alfonsina a una
gran parte del ejército, a la burguesía catalana, a la aristocracia madrileña y a los círculos
conservadores españoles y ultramarinos de Cuba. Incluso, una vez implantado el régimen de la
Restauración, conseguirá que en 1876 el Parlamento apruebe una nueva Constitución.

1.CÁNOVAS Y LA CONSTITUCIÓN DE 1876


1.1 CÁNOVAS Y LA TRANSICIÓN
Durante el reinado de Isabel II, Cánovas fue miembro de la Unión Liberal de Donnell y durante el
sexenio apostará por la idea de la Restauración de la Monarquía borbónica en la persona de
Alfonso XII, el hijo de Isabel II. Este político era un contumaz admirador del modelo político a
través del cual los británicos habían efectuado el paso de las instituciones del Antiguo Régimen a
la nueva monarquía liberal burguesa, bipartidista y donde la monarquía compartía el poder con el
Parlamento. En España, Cánovas del Castillo, conseguirá consolidar un sistema político muy
semejante al inglés, después de que las Cortes aprueben la Constitución de 1876 y se consolide
el bipartidismo.

Entre el 1 de enero de 1875 y el 15 de febrero de 1876, Cánovas llevó adelante la doble misión de
presidir el primer gobierno de Alfonso XII y preparar la elaboración de una nueva Constitución que
debía integrar políticamente tanto a los carlistas más conservadores como a los liberales e
incluso a los republicanos desencantados por la Revolución del 68.

Las Cortes Constituyentes, que aprobarán la nueva Constitución, serán elegidas,


excepcionalmente, mediante el sufragio universal (masculino), con la finalidad de fomentar la
participación de todos los partidos e ideologías en las elecciones, lo cual suponía aceptar la
legalidad de la Restauración monárquica y la del nuevo régimen político que se pretendía
consolidar.

La misión de este parlamento consistirá al elaborar una nueva Constitución, con la cual se
identificaran todos los españoles. Se intentaba, así, evitar que cada partido impusiera su propia
Constitución al acceder al poder. Después de largos debates la Constitución fue aprobada el 15
de febrero de 1876.

1.2. LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES


El fundamento político más importante de la nueva Constitución se apoyaba en el principio
conservador de la soberanía compartida (Rey y Cortes) , dejando de lado el principio de
soberanía nacional y las conquistas democráticas de 1869. En consecuencia, la Corona asumirá
importantes poderes. Por otro lado, las Cortes dispondrán del poder legislativo y se dividirán en
dos cámaras: el Congreso de los Diputados y el Senado. Los diputados serán elegidos uno por
cada 50.000 habitantes, mientras que los senadores podían ocupar un escón de aquella cámara
por derecho propio: nobles, altos cargos De la Iglesia y del ejército o al ser designados por el rey
o nombrados por las Corporaciones Profesionales y los mayores contribuyentes (vitalicios).

El artículo 11 de la nueva Constitución será el que más discusiones provocará, aunque, al fin, se
aprobará que: la religión católica, apostólica y romana es la del Estado, lo cual recordará a la
Constitución moderada de 1869.

1.3 LAS LEYES ELECTORALES


Una vez aprobada la Constitución, serán les Cortes las encargadas de aprobar las leyes
electorales por tal de organizar las diferentes convocatorias electorales. Los conservadores del
partido de Cánovas preferirán el voto censatario, y así se constatará en la ley electoral de 1878:
“solo pueden votar los hombres que paguen al tesorero una cuota mínima de 25 pesetas anuales
de contribución territorial o de 50 pesetas de subsidio industrial”.
En cambio, los liberales de Sagasta optaran por el sufragio universal masculino en la ley electoral
de 1890, la cual cosa obligará a los políticos a manipular las elecciones, a comprar los votos y a
fomentar el caciquismo.

2. EL TURNO DE LOS PARTIDOS: CONSERVADORES Y LIBERALES


2.1. LOS NUEVOS PARTIDOS DINÁSTICOS
El partido conservador canovista expresará sus ideas políticas y religiosas a través del periódico
“La Época”. Entre los dirigentes políticos más importantes de esta formación destacamos:

a) Cánovas del Castillo y Francisco Silvela, los cuales procedían de la Unión Liberal de
O’Donnell.

b) Romero Robledo, el cual a pesar de proceder de la Unión Liberal, durante el Sexenio


Revolucionario se integrará a las filas del progresismo. No obstante, durante la Restauración
se afiliará al partido conservador, formación donde integrará a grupos con intereses opuestos
y también organizará un gran número de procesos electorales con un resultado favorable para
su partido.

c) El sector más reaccionario y católico estaba representado por Alejandro Pidal y Mi, el Conde
de Orgaz y el Cardenal de Toledo, Moreno y Maisonnave, el cual en 1881 fundará su propio
partido, la Unión Católica.

Los límites del sistema por la derecha les marcará el carlismo y por la izquierda un sector del
republicanismo, los socialistas y los anarquistas. sin embargo, una vez configurado el partido
conservador, Cánovas buscará la consolidación de un partido de oposición, tarea que dejará en
manos del antiguo dirigente progresista Práxedes Mateo Sagasta.

Sagasta era un joven liberal progresista que estudiará en Madrid la carrera de ingeniero de
caminos, el cual, además, participará en las revoluciones de 1854 y 1868 contra Isabel II.
Además, Sagasta, ocupará varios ministerios durante el Sexenio Revolucionario, período durante
el que se hundirá el partido progresista, hecho que moderará sus posturas políticas. Entre 1876 y
1880 transformará el partido Liberal Constitucional en el partido Fusionista (1880) , junto a
militares como Martínez Campos y nobles como el conde de Valmaseda. Posteriormente, también
se integrarán en el partido, políticos de ideologías más radicales como Cristino Martos y
Segismundo Moret, los cuales se distinguirán por sus reiterados intentos de reformar el sistema
canovista, fundamentalmente, mediante la sustitución del sufragio censatario por el sufragio
universal masculino (1890) , el cual será aceptado por los conservadores con la siguiente frase de
Cánovas: “soy enemigo declarado del sufragio universal, pero su manejo práctico no me da
miedo”. A partir de esta fecha se incorporarán al partido liberal la mayoría de los miembros del
partido republicano de Emilio Castelar.

Antes y después de la aprobación del sufragio universal masculino, los dos partidos se
comportarán como partidos de notables, los cuales ganarán las elecciones en función de la
actuación conjunta de políticos, caciques y empresarios, además de configurarse como una
oligarquía política en el poder, mientras que la masa del pueblo, especialmente la rural,
analfabeta, despolitizada y conformista, se mantendrá al margen.

3. OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO
3.1. EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA
El sistema político de la Restauración, en lo que se refiere a la formación de gobierno, se
caracterizará por un procedimiento diferente del actual. Primero el rey encargaba al líder de uno
de los dos partidos mayoritarios la formación de gobierno. A continuación se convocaban
elecciones a Cortes. Cánovas o Sagasta, a través de su ministro de la Gobernación, actuaba
entonces de una manera muy particular por tal de asegurarse la victoria electoral.

3.2. LA PREPARACIÓN DE LAS ELECCIONES


Al ser convocados Cánovas o Sagasta por el rey, con la finalidad de formar un nuevo gobierno, el
objetivo principal de estos consistía en que su partido ganara las elecciones a Cortes. Por este
motivo, el proceso electoral debía prepararse de dos maneras:
a) Publicación de una ley electoral favorable.
b) Disponer del apoyo en cada provincia de una serie de personajes adinerados (terratenientes,
empresarios, profesiones liberales) por tal de organizar el proceso electoral y, si era
conveniente, manipular los resultados. Estos, además, gozaban del apoyo y la colaboración
de los caciques locales, que eran una especie de notables locales que gracias a sus redes
clientelares controlaban las elecciones de un distrito, especialmente los rurales que eran la
mayoría.

3.3. EL VOTO RURAR Y EL VOTO URBANO


Por lo tanto, con este sistema, la opinión del pueblo y sus votos no eran elementos decisivos por
tal de elegir a sus representantes, ya que el partido ganador se decidía antes de realizar el
proceso electoral y en los distritos rurales (el 70% del total) siempre ganaba el partido que
convocaba las elecciones.
Los votos de los distritos urbanos se repartían entre los diferentes partidos dinásticos
(conservadores y liberales) y la oposición (carlistas, regionalistas, republicanos y algún socialista) ,
en no estar el voto de los trabajadores tan condicionado y ser más difícil su manipulación.

4. LA OPOSICIÓN REPUBLICANA Y LA DERROTA DEL CARLOSMO


4.1. LA DIVERSIDAD DEL REPUBLICANISMO
El republicanismo de carácter unitarista del Sexenio se fragmentará al restaurarse la monarquía
en la figura de Alfonso XII. Así, Ruiz Zorrilla conseguirá integrar en su formación política, el partido
republicano progresista, a un sector bastante importante del republicanismo y a algunos
comandantes del ejército. Este partido, intentará, entre 1875 y 1886, destronar a la monarquía a
través de varios pronunciamientos, el último de todos ellos fue lo que protagonizará el general
Villacampa en 1886 en Madrid.

No obstante, a partir de 1886 los republicanos, dirigidos desde aquel momento por Nicolás
Salmerón ningún de la Unión Republicana, participarán regularmente en los procesos electorales.
Este partido conseguirá importantes y buenos resultados electorales en varias ciudades
españolas como Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. De este partido se separarán, en 1895, los
seguidores de Alejandro Lerroux que fundarán en Barcelona el Partido Radical y el grupo de
Blasco Ibáñez que creará en Valencia la PURO. Ambos tendrán un fuerte componente populista y
anticlerical.

A la postrimerías del siglo XIX se configurará también un grupo republicano de tendencia más
moderada, dirigido por el expresidente de la I República Emilio Castelar, el cual será conocido
con el nombre de los posibilistas. No obstante, la inmensa mayoría de su militancia se integrará
entre 1891 y 1893 en el partido liberal, inmediatamente después de que las Cortes reconocieran
el derecho al sufragio universal masculino y los juicios por jurados. El republicanismo federal de
Pi i Margall se transformará y fomentará, a finales del siglo, diferentes movimientos de carácter
nacionalista como el de Almirall en Cataluña.

A pesar de todo, el republicanismo no supondrá nunca durante el reinado de Alfonso XII un


peligro serio para la monarquía.

4.2. DERROTA Y DIVISIÓN DEL CARLISMO


Con las victorias militares del general Martínez Campos finalizará la III Guerra Carlista (1872-
1876) . Previamente, este militar había derrotado en 1875 a los carlistas del interior de Cataluña y,
a partir de aquel momento, junto al general Primo de Rivera, intervino militarmente en Navarra y el
País Vasco. La guerra concluirá en febrero de 1876, después de las batallas de Montejurra y
Astilla. Como consecuencia del desenlace, un gran número de carlistas atravesará la frontera
francesa, para continuar con las conspiraciones a favor del pretendiente a la Corona española,
Carlos de Borbón.
Sin embargo, muchos políticos católicos y la propia Iglesia de Roma habían apoyado la causa
carlista, ya que los principios que defendía el pretendiente carlista estaban muy relacionados con
la idea de una religión católica única y oficial del Estado.

A pesar de todo, algunos carlistas, influidos por las ideas del general Cabrera, que había
reconocido como rey a Alfonso XII, se integrarán en el sistema y, incluso, colaborarán con el
partido conservador. En cambio, otros, sometidos a las ideas de Nocedal, empezarán a actuar
desde la clandestinidad, romperán en 1888 con el pretendiente carlista y defenderán un
pensamiento de oposición radical al liberalismo, a través del periódico “El Siglo Futuro”.
El propio pretendiente a rey, Carlos de Borbón, estuvo muy cerca de aceptar la legalidad del
sistema de la Restauración, aunque, al final, permanecerá exiliado. No obstante, algunos de sus
partidarios más destacados conseguirán ocupar algún escaño en el Congreso, después de
aprobarse la ley del sufragio universal masculino en 1890.

5. LOS MOVIMIENTOS OBREROS Y LAS REVUELTAS OBRERAS FINISECULARES


5.1. LA REPRESIÓN INICIAL DE LOS CONSERVADORES
Durante los primeros años de la Restauración, bajo el gobierno largo de Cánovas (1875-1881) , se
ilegalizará la única organización obrera de importancia que se había creado durante el sexenio: la
FRENO (sección española de la E Internacional) . Ante esta situación, la tarea de la organización
será considerada ilegal, sus líderes huirán al extranjero o serán encarcelados y sus militares
empezarán a actuar desde la clandestinidad. La represión y la clandestinidad provocarán una
radicalización de los planteamientos del movimiento obrero, pues, los trabajadores identificarán a
los gobernantes con los defensores de la patronal y de los terratenientes. Así, desde 1881, se
sucederán los atentados, como el que sufrirá Alfonso XII, y la violencia en el ámbito rural.

5.2. LA TOLERANCIA DE LOS LIBERALES


En la década de los ochenta, entre el primer gobierno de Sagasta (1881- 1883) y el segundo
(1885- 1890) , los liberales llevarán adelante un conjunto de medidas liberalizadoras que
permitirán la consolidación de algunas organizaciones obreras, después de ser legalizadas, como
consecuencia de la aprobación por las Cortes de la ley de asociación de 1887.

Así, los anarquistas, obreros catalanes y campestres andaluces fundamentalmente, fundarán en


el Congreso Obrero, celebrado en Barcelona en 1881, la FTRE, con la finalidad de organizar un
sindicato que defenderá los derechos del proletariado, a través de la legalidad.

No obstante, un sector bastante importante de los anarquistas andaluces eran partidarios de las
acciones directas y de la violencia como respuesta a los terratenientes, que se negaban a
aumentar los salarios y eliminar el trabajo a precio alzado. En este contexto, los campestres
andaluces protagonizarán varias huelgas y revueltas, la más importante de ellas fue la de febrero
de 1883 organizada por la “Mano Negra”, nombre que rebién por parte de la prensa oficial y el
gobierno, una sociedad secreta que alteraba el orden público y perjudicaba los intereses de los
terratenientes. De repente las prisiones se llenarán de campestres y quince militantes de la FTRE
serán condenados a muerto después de ser juzgados.

Por otro lado, los socialistas, bajo el liderazgo de Pablo Iglesias, crearán en 1879 en Madrid el
PSOE, ideario político e ideológico del que se divulgará desde 1886, a través del periódico “El
Socialista”. Seguidamente, el 1888, un grupo de militantes socialistas creará el sindicato UGT
(Unión General de Trabajadores) . Tanto el partido como el sindicato irán incrementando su
militancia, paulatinamente, sin sufrir los frecuentes altibajos de las organizaciones anarquistas.

5.3. ANARQUISMO Y SOCIALISMO FINISECUALRES


La FTRE se disolverá en 1888 y a partir de aquel momento los diferentes grupos anarquistas tan
solos conseguirán un cierto protagonismo en las convocatorias de huelgas y manifestaciones que
desde 1890 se celebrarán el día 1 de mayo. a pesar de todo, entre 1893 y 1896, las tácticas del
atentado violento, protagonizados por los anarquistas, devolverán en los calles de Barcelona,
hecho que explica porque un buen número de dirigentes anarquistas serán juzgados sin ningún
tipo de garantías y ajusticiados después del Proceso de Montjuic de 1896. Pese a ello, las leyes
represivas de 1894 y 1896 contra el terrorismo no impedirán que Cánovas fuera asesinato en
1897 por un anarquista, el cual pretendía, así, vengarse de la política represiva fomentada por los
conservadores. En cambio, el PSOE y la UGT, bajo la dirección de Pablo Iglesias, combinarán las
huelgas y manifestaciones con su participación en las elecciones.

6. LOS ORÍGENES DE LOS REGIONALISMOS Y DE LOS NACIONALISMOS


6.1. CARACTERÍSTICAS DE LOS MOVIMIENTOS REGIONALISTAS
Los primeros movimientos nacionalistas del Estado español de finales del siglo XIX se originarán
en Cataluña y el País Vasco. Ambas nacionalidades, se caracterizarán en la época por un
desarrollo industrial muy superior al del resto de España, el cual será protagonizado por la
burguesía enriquecida e influyente. Un elemento común entre los catalanes, los vascos e incluso
los gallegos será el hecho diferencial que reivindicarán los intelectuales nacionalistas: Sabino
Arana en el País Vasco, Brañas en Galicia y Valentí Almirall y Prado de la Orilla en Cataluña, los
cuales defenderán la lengua de su nacionalidad y su diferenciación histórica. Además, en
Cataluña y Galicia, un grupo de escritores y artistas defenderán el catalanismo a través de la
Renacimiento y el galleguismo a través del Resurdimento.

6.2. LOS ORIGENES DEL NACIONALISMO VASCO


Una consecuencia de la Guerra Carlista de gran trascendencia política para el País Vasco y
Navarra fue la ley de 21 de julio de 1876, que limitará indeciblemente el antiguo régimen foral de
estos territorios, al obligarlos a cumplir con el servicio militar y contribuir con una serie de
impuestos muy semejantes a los que se pagaban en el resto del Estado, aunque mantendrán
varios conciertos económicos especiales.

Además, el gran desarrollo de la banca y las industrias siderometalúrgicas y navales crearán una
importando burguesía, unas capas medias urbanas mucho fortalecidas y a un proletariado
industrial que romperá con la imagen del tradicional vasco, católico, carlista y conservador.

El hecho diferencial de los vascos será defendido por Sabino Arana, fundador del PNV (Partido
Nacionalista Vasco) en 1895, el cual será dirigido por una junta política, el Buru-Batzar, presidida
por Arana. Este partido surgirá y crecerá en Vizcaya, después de publicar en 1883 Sabino Arana
su obra “Vizcaya por su independencia”. A pesar de todo, en 1898 Arana entrará en la Diputación
Provincial y a partir de aquellas fechas el PNV moderará su ideología y en parte olvidará sus
aspiraciones independentistas, las cuales sustituirá por la demanda de una mayor autonomía.

6.3. EL RENACIMIENTO DEL CATALANISMO


El catalanismo del período de la Restauración será heredero directo del federalismo republicano
de Pi i Margall, que Almirall volverá a revitalizar entre 1879 y 1881, a través de la publicación
periódica del “Diari Català”.

En 1880 Almirall reunirá en Barcelona el Primer Congreso Catalanista, en 1885 participará en la


redacción del “Memorial de Greuges” que un grupo de catalanes dirigirá al rey Alfonso XII y, al fin,
en 1886 publicará su libro “Lo catalanisme”, en el que recordará los episodios más destacados
de la historia de Cataluña, además de definir las características más significativas del movimiento
político catalán, las cuales ratificarán en 1892, Almirall y Prado de la Orilla, en las Bases de
Manresa.

La crisis política de los años noventa facilitará la difusión de las ideas catalanistas. Así los
propietarios rurales y la gran burguesía del comercio y la industria, hasta entonces integrados en
el sistema de la Restauración, se aliaran con los defensores del catalanismo (Almirante y Prado
de la Orilla) en una coalición catalanista que triunfará en las elecciones de 1901 y que será el
núcleo originario del primer partido catalanista conservador: la Liga Regionalista de Cambó y
Prado de la Orilla.

7. LA CRISIS DEL FINAL DE SIGLO


7.1. EL RELIEVE DE CÁNOVAS Y SAGASTA
En los últimos años de la regencia de M. Cristina (1885-1902) , esposa de Alfonso XII, se romperá
la estabilidad creada por los líderes de los dos partidos dinásticos: el conservador y el liberal.
Después de la muerte de Cánovas del Castillo, a manos del anarquista Angiolino en 1897, lo
sucederán como ningún del partido conservador, Francisco Silvela, entre 1899 y 1902, y durante
los primeros años del reinado de Alfonso XIII, Antonio Maura, los cuales manifestarán su deseo
de regenerar la vida política y modificar el sistema de la Restauración. El partido liberal y su líder,
Sagasta, sufrirán las consecuencias de la crisis del 98 y asumirán el desprestigio político que
supondrá la derrota en la Guerra de Cuba, delante la opinión pública. Después de la muerte de
Sagasta en 1903, el partido liberal se fragmentará en varias tendencias y los nuevos dirigentes
(Moret, Canalejas, el Conde Romanones) no conseguirán aglutinar el conjunto del partido.

7.2. LA CRISIS DEL 98 Y SUS CONSECUENCIAS


La derrota de España en la guerra con los EE UU, en 1898, y la independencia de las últimas
colonias del Antiguo Imperio Español, evidenciará ante la opinión pública el problema de España:
su atraso y aislamiento respeto de los países más desarrollados. Sobre las causas de este atraso
se plantearán varias interpretaciones. Así, los políticos antidinásticos (republicanos y socialistas) y
también los nacionalistas, vascos y catalanes, señalarán la necesidad de reformar el sistema
canovista. Un sector de la burguesía y algunos economistas considerarán que la crisis de la patria
era consecuencia de la falta de modernización de nuestra economía. Por otro lado, los
intelectuales regeneracionistas (Joaquín Costa y Ortega y Gasset) e incluso los escritores de la
Generación del 98 (Pío Baroja, Azorín, Unamuno, Valle-Inclán) diferenciarán “La España real” de
“La España oficial” y consideraran que por tal de solucionar los problemas del país, previamente
se debía conocer la problemática de “La España real”.

Las consecuencias del “desastre del 98” irán mucho más allá de la pérdida de los territorios
ultramarinos:
a) La economía española y, especialmente, la industria catalana perderán un importante
mercado para sus productos y la posibilidad de importar materias primas baratas.

b) El fracaso del nacionalismo español, reforzará el sentimiento nacionalista durante el siglo XX


en Cataluña (Liga Regionalista) y en el País Vasco (PNB) y, en menor medida, en Galicia,
Andalucía y València.

c) El sacrificio de los jóvenes, reclutados por el ejército a través del sistema de quintas, que
lucharán en la guerra colonial, será duramente cuestionado y criticado.

d) Los intelectuales criticarán el sistema de la Restauración, se separarán de los partidos


dinásticos y al fin, defenderán el ideario de los partidos de la oposición, así Joaquín Costa,
Ortega y Gasset, Blasco Ibáñez i Pérez Galdós militarán a las filas del republicanismo,
mientras que Giner de los Ríos o Besteiro se afiliarán al PSOE.

En consecuencia, la crisis del 98 planteará la necesidad de generar cambios importantes en la


sociedad española de la época:

a) Mejorar las condiciones de vida de las clases populares.

b) Modernizar la sociedad y la economía.

c) Reformar el sistema político.

d) Recuperar el prestigio perdido en el 98.

TEMA 6. LAS TRANSFORMACIONES DEL LIBERALISMO

INTRODUCCIÓN
La España del siglo XIX se modernizará con cierto atraso, consecuencia del periodo de
estancamiento que caracterizará la primera mitad del siglo y también del lento crecimiento que
predominará durante el resto de la centuria. La baja productividad de la agricultura, el atraso en la
construcción de la red ferroviaria, en la explotación de los recursos mineros (hierro, plomo y
cobre), en el desarrollo de la industria pesada y, por otro lado, la carencia de recursos energéticos
y de capitales, la ausencia de un espíritu empresarial y el fuerte endeudamiento del Estado serán
las causas que explican este atraso.

La revolución burguesa, la construcción del Estado liberal, la desamortización y los tímidos inicios
de la industrialización, a mediados del siglo XIX, no implicarán una radical transformación de la
sociedad. Tanto en Europa como en España, la vieja nobleza, bajo el predominio del liberalismo
moderado, y la nueva burguesía se integrarán y constituirán, las dos, la élite (clase dominante) de
poder en la España del siglo XIX.

1. UN LENTO CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN


1.1. LOS MOVIMIENTOS NATURALES
La población española crecerá de manera muy lenta durante el siglo XIX, así de los 10,5 millones
de habitantes que tenía en 1800 pasará a los 18,6 en 1900. Este moderado crecimiento
demográfico revelará el atraso económico de España respecto de los países de la Europa
Occidental, los cuales se industrializarán durante este siglo y en algunos casos, como por
ejemplo Gran Bretaña, triplicarán su población durante este periodo.

Este lento crecimiento de la población española será consecuencia de la pervivencia de altas


tasas de mortalidad (29 por 1000 en 1900) y del predominio de unas tasas de natalidad
moderadas, las dos, características de un régimen demográfico de tipo antiguo, las cuales
predominarán en España hasta principios del siglo XX.

Las causas de las elevadas tasas de mortalidad y de la baja esperanza de vida serán:
a) Las que se derivarán del atraso económico (pésimas condiciones de higiene, baja
productividad agrícola, red de transportes deficiente) y, sobre todo, las que provocarán las
periódicas crisis de subsistencias, las cuales serán el origen de numerosos periodos de hambre y
afectarán España hasta medios del siglo XIX. Las más importantes de este siglo
serán las de 1847, 1857 y 1867-68.

b) Las que se originarán como consecuencia del desarrollo de enfermedades de carácter


epidémico (la fiebre amarilla y el cólera) y, también, de las de carácter endémico (tuberculosis y
tifus).

Por otro lado, hace falta también señalar que la tasa de natalidad española era relativamente más
baja que la de la mayoría de los países de la Europa Occidental, hecho que se explicará por la
disminución de la fertilidad matrimonial durante estos años. Aun así, a finales del siglo XIX todavía
vivían al ámbito rural dos tercios de la población española. Por lo tanto, la pobreza, el bajo nivel
de vida del campesinado y la superpoblación del campo serán el motivo de esa limitación en el
número de nacimientos.

1.2. LOS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS


La emigración era la fórmula más característica para escapar a la superpoblación del campo, esta
opción fue escogida por un número muy considerable de gente durante la segunda mitad del
siglo. Así, entre 1830 y 1880, predominará un importante corriendo migratorio hacia el norte de
África (Argelia). Sin embargo, el saldo migratorio más numeroso fue el que se dirigirá hacia
América, el cual durante el periodo 1882-1899 determinará el traslado de borde un millón de
personas. Los factores que fomentarán esta corriente migratoria serán:

a) Una legislación favorable para la emigración en los países receptores.

b) La crisis agraria de finales de siglo.

En consecuencia, la diversa incidencia de las migraciones internas y externas sobre cada una
de las regiones españolas provocará toda una serie de repercusiones que influirán en la
modificación de la distribución geográfica de la población. Así, en el siglo XIX, se consolidará la
tendencia que se inició a finales de la Edad Mediana, y que consistirá en el desplazamiento de
numerosos activos de población del norte en el sur y del centro en la periferia.

Durante el siglo XIX la población de la vertiente mediterránea pasará de suponer el 39,5% de la


población española a configurarse como el 45% de todo el conjunto de la población. En cambio,
en el centro de la península, a excepción de Madrid y Extremadura, se producirá un importante
descenso de la población.
También, durante el siglo XIX, se iniciará en España el proceso de urbanización pero a un ritmo
muy lento, puesto que, hasta el 1900, la mayoría de la población española vivía al ámbito rural y
tan solo dos ciudades, Madrid y Barcelona, tenían poco más de 500.000 habitantes a finales de
siglo.

2. UN LENTO CRECIMIENTO DE LA AGRICULTURA


2.1. EVOLUCIÓN Y PROBLEMAS DE LA AGRICULTURA
La agricultura fue durante el siglo XIX la principal actividad económica del país. En 1900 la
agricultura todavía ocupaba a dos tercios de la población activa española, proporcionaba más de
la mitad de la renta nacional y tenía un peso muy importante en el conjunto de las exportaciones.

La evolución de la agricultura española en el siglo XIX se caracterizará por la expansión de la


superficie cultivable y un incremento moderado de la producción global. Pero la estructura típica
de los cultivos tradicionales no se alterará sustancialmente y continuará predominantemente una
agricultura típicamente mediterránea, caracterizada por los cultivos del trigo, la viña y el olivo.

El moderado crecimiento de la agricultura española del siglo XIX, será consecuencia tanto de los
factores geográficos y naturales como de los políticos y sociales e incluso de los de carácter
técnico, configurando- se así, como una de las numerosas causas del relativo atraso de la
economía española durante el siglo XIX. En consecuencia, la aridez y la pobreza de la mayor
parte del suelo del interior, la altitud y la forma compacta de la Meseta, que lo aísla y provoca
dificultades en el transporte, serán las trabas más importantes que impedirán la modernización
de la agricultura durante el siglo XIX.

La disolución de los señoríos y en consecuencia del feudalismo no alterará sustancialmente la


estructura de la propiedad heredada del Antiguo Régimen excepto en el País Valenciano,
Cataluña y las Islas Baleares. Sin embargo, la antigua aristocracia y, sobre todo, la nueva
burguesía se beneficiarán de las transferencias de tierras de la Iglesia y de los municipios como
consecuencia de los procesos desamortizadores que se llevarán adelante en la época. Además,
el latifundio en la mitad sur peninsular, el minifundio en el noroeste, el absentismo de los grandes
propietarios y la extrema pobreza de la mayoría del campesinado continuarán caracterizando la
estructura agraria del campo español durante el siglo XIX.

2.2. INNOVACIONES AGRÍCOLAS. LA GANADERÍA


Durante el siglo XIX la carencia de innovaciones técnicas y el lento incremento de la
productividad, serán los factores predominantes que caracterizarán el campo español. El sistema
de cultivo que dejaba todos los años una parte muy importante de la tierra en barbecho todavía
era una costumbre bastante generalizada y el trabajo del hombre era un factor decisivo en la
producción.

Las únicas innovaciones de carácter moderno se durando adelante en el litoral valenciano, donde
se desarrollarán, desde medios de siglo, los trabajos especializados que fomentarán los cultivos
frutícolas y hortícolas. El crecimiento más espectacular de este tipo de cultivo lo protagonizará el
naranjo. En algunos regadíos del interior, el cultivo y producción de la remolacha empezará a
sustituir al azúcar de caña importado desde Cuba hasta el año 1898. Las islas Canarias se
especializarán en el cultivo del plátano, el tomate y el tabaco. También se consolidará el cultivo
de la viña, a pesar de la difusión de la filoxera en España, y el almendro, lo cual fomentará desde
medios de siglo una economía agraria basada en la exportación.

Aun así, la evolución de la ganadería estará marcada por la desamortización que favorecerá la
extensión de los cultivos, en perjuicio de los pastos y de la demanda de carne de los cascos
urbanos. La cabaña ganadera sufrirá una transformación muy importante, que se manifestará a
través del descenso de la ganadería trashumante del ovino, a pesar de que la manada porcina y
equina aumentará.

3. BANCA Y FERROCARRIL
3.1. EL TRANSPORTE Y SUS TRANSFORMACIONES
En la España del siglo XIX el problema de los transportes fue uno de las trabas más importantes
que habrá que superar para consolidar la modernización económica.

A pesar de todo el importante programa de construcción de carreteras, iniciado a partir de 1840,


consecuencia del cual España dispondrá a finales del siglo de unos 36.000 km., los progresos al
ámbito de las carreteras estuvieron insuficientes, mientras que el transporte fluvial era casi
inexistente, a causa de la naturaleza de los ríos españoles. Tan solo el transporte marítimo
experimentará en el siglo XIX un progreso considerable en función de la mejora de los puertos y
la introducción del vapor en los barcos a finales de siglo.

La construcción de la red ferroviaria en España se atrasará unos treinta años respecto de los
países más desarrollados de Europa, como por ejemplo Gran Bretaña y Francia. La causa de este
atraso se explica tanto por la desidia de los diferentes gobiernos de la época como por la
carencia de desarrollo económico. El Estado, a través de una ley de 1844, se reservará la
concesión de las líneas ferroviarias y así traspasará la responsabilidad de su construcción a la
iniciativa privada, lo cual generará considerables proyectos de carácter especulativo. En esa
época, tan solo se construirán unas pocas líneas (Barcelona-Mataró, Madrid-Aranjuez y València-
Xàtiva) y antes de 1855 tan solo se habían construido 475 km. de vía. Sin embargo, al diseñar el
trazado del ferrocarril, autoridades y técnicos, consumarán un error muy grave, la cual pervivirá
hasta nuestros días: el ancho de la vía era superior al establecido por la norma europea.

La construcción del ferrocarril en España, disfrutará de un impulso muy importante a partir de


1855, con la ley de ferrocarriles aprobada por los progresistas. A través de esta ley el Estado
otorgaba una serie de ventajas económicas a las empresas constructoras: facilitaba la creación
de sociedades anónimas y también la libre importación del material necesario para su
construcción. Además, la ley bancaria de 1856 permitirá la rápida formación de un sistema de
bancos que tendrá como objetivo fundamental, en esa época, financiar la red ferroviaria.

4. EL ATRASO DE LA INDUSTRIA
4.1. UNA INDUSTRIALIZACIÓN ATRASADA
La industrialización española durante el siglo XIX fue un proceso muy lento y localizado (Cataluña
y el País Vasco), incluso a finales del siglo, el trabajo artesanal disfrutaba de una importancia
bastante considerable en la producción global de las manufacturas españolas.

A pesar de todo, el evidente atraso de la industrialización española respecto de otros países de la


Europa Occidental, los historiadores, en la actualidad, prefieren hablar de atraso y no de fracaso
de la industrialización. Así, el atraso industrial español se relaciona con varios factores, pero las
principales causas del atraso hay que rebuscarlas en el mismo sector industrial: empresas de una
dimensión muy pequeña, carencia de competitividad en el mercado exterior y proteccionismo
económico. Aun así, como en la primera revolución industrial inglesa, la industria textil algodonera
y la siderúrgica serán los sectores punteros de la industrialización española.

4.2. LA INDUSTRIA TEXTIL


A mediados del siglo XIX Cataluña era la principal región industrial de España. La moderna
industria algodonera, una industria de bienes de consumo, como el resto de la Europa
Occidental, iniciará el proceso de industrialización. Pero este desarrollo inicial se parará por la
Guerra de la Independencia y también por la pérdida de los mercados americanos (1808-1824),
prolongándose a causa de la larga crisis política del Antiguo Régimen hasta 1830.

A partir de 1830, se iniciará la modernización y el despegue de la industria algodonera como


consecuencia de la mecanización (telares mecánicos y máquina de vapor), la consolidación del
sistema de fábrica, el incremento considerable de la demanda interna, la aparición de una
burguesía emprendedora y el desarrollo de un legislación económica de carácter proteccionista.

Así, durante la fase de mayor expansión (1840-1866), el textil algodonero, se mecanizará


gradualmente, se concentrará geográficamente (alrededor de Barcelona) y se abaratarán los
costes de producción al incorporarse en el mundo laboral las mujeres y los niños. A pesar de
toda esta fase de expansión, la industria algodonera no podrá superar sus límites: un mercado
interior muy frágil y débil y una carencia de capacidad competitiva de los mercados
internacionales.

Además, la Guerra de Secesión americana (1861-865) reducirá las importaciones de algodón y la


crisis económica de 1866-1867 acabará con el periodo de mayor crecimiento. Sin embargo, entre
1870 y 1880 se iniciará una nueva fase de expansión, aun así el crecimiento será menos intenso
que en la etapa anterior, consecuencia de la configuración de un mercado interior muy saturado.
Pero la demanda se mantendrá a causa de la política proteccionista y la concesión en exclusiva
del mercado cubano. Con la independencia de Cuba y Puerto Rico, en 1898, la producción se
estancará hasta las primeras décadas del siglo XX.

Pero, el desarrollo del textil algodonero catalán atraerá a otras industrias del textil tradicional. Así,
alrededor de Barcelona, Sabadell y Terrassa se concentrarán a mediados del siglo XIX industrias
como por ejemplo la de la lana y la seda, mientras que en los lugares tradicionales donde se
había localizado la mencionada industria hasta ese momento, Castilla y el País Valenciano,
entrarán en crisis. La industria textil, particularmente la industria algodonera, será la clave de la
industrialización catalana del siglo XIX, pero su consolidación en este ámbito territorial no tendrá
repercusiones sobre el resto de España.

5. LAS FUENTES ENERGÉTICAS Y LA MINERÍA


5.1. LAS FUENTES DE ENERGÍA
El carbón será la fuente de energía básica de la revolución industrial, pero en España al escasear
los recursos energéticos el proceso industrializador sufrirá numerosas trabas. La explotación de
los yacimientos de carbón en España, situados en el norte (Asturias y León) y en el sur (Córdoba
y Ciudad Real), presentará durante el siglo XIX numerosos problemas.

Los factores que condicionarán la producción de carbón en España, y, en particular la del carbón
asturiano serán:

a) La existencia de capas carboníferas caracterizadas por su irregularidad y finesa, lo cual


dificultará la mecanización de su extracción.

b) Las reservas de carbón serán escasas y de una calidad muy mala.

c) Una demanda limitada del mercado interior (ferrocarril y siderurgia), puesto que el carbón
inglés era más barato.

d) Malas condiciones de transporte.

En consecuencia, el grave problema que afectará al carbón español, en comparación con lo


otras cuencas carboníferas europeas, consistirá en qué era caro, escaso y malo. Por lo tanto, las
repercusiones negativas para la industrialización española serán evidentes.

5.2. LA MINERÍA
En cambio, España disponía otros grandes recursos mineros como por ejemplo: hierro, cobre,
plomo y mercurio..., a pesar de todo su explotación permanecerá cerrada hasta el fin del siglo
XIX, a causa de la carencia de capitales, de la carencia de demanda y de los conocimientos
técnicos oportunos. Además, la legislación (ley de minas de 1825) establecerá el dominio de la
Corona sobre este tipo de recursos, lo cual desanimará a la iniciativa privada para llevar adelante
su explotación.

A pesar de todo, la Ley de Bases sobre Minas de 1868 que concedía mayor seguridad a los
concesionarios en la explotación de las minas, el interés del capital extranjero y la demanda
internacional provocará, en el último cuarto del siglo XIX, una auténtica fiebre minera que
convertirá a este sector en el más dinámico de la economía española.

La explotación de los yacimientos de hierro, situados los más importantes en Málaga, Santander
y, sobre todo, en Vizcaya, será muy escasa hasta el 1870, sobre todo, a causa de la carencia de
desarrollo de la industria siderúrgica. A partir de esa fecha, la difusión en la Europa industrial del
convertidor Bessemer para fabricar acero incrementará la demanda del hierro español y varias
compañías francesas e inglesas fomentarán su explotación para exportarlo.

A pesar de todo, la masiva exportación del mineral de hierro, sus repercusiones sobre la
economía española y, muy especialmente sobre la vizcaína, serán importantes. Así, en Vizcaya
una parte del capital utilizado en la explotación y exportación del mineral de hierro será español y
los beneficios que provocará esta actividad se reinvertirán en la industria y en la banca. Además,
como el mineral era exportado en Inglaterra, en los viajes de retorno se transportaba el carbón
inglés, más barato que el español, para que lo consumiera la industria siderúrgica. El plomo, el
cobre y el mercurio, abundantes en el sur y en el suroeste peninsular, se explotarán casi
exclusivamente con tecnología y capital extranjero y su producción se destinará a la exportación.

Además, la minería española contribuirá a equilibrar la balanza de pagos y, incluso, su


explotación atraerá capital y técnicas de los países europeos industrializados. Pero los beneficios
de las compañías extranjeras serán considerables y una gran parte del mineral exportado se
transformará fuera de España en bienes de equipo, los cuales posteriormente se exportarán en
España.

7. LA RELACIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA


7.1. EL PROBLEMA DE LA DEUDA PÚBLICA
Uno de los problemas más importantes de la economía española durante el siglo XIX será el
constante desequilibrio entre los ingresos y los gastos. Por lo tanto, a consecuencia del
endeudamiento del Estado, se encarecerá el precio del dinero y de los créditos, lo cual
repercutirá de manera negativa sobre la economía española.

El déficit presupuestario convertirá en el Estado en la institución que más capitales demandará,


de forma que absorberá una buena parte del ahorro del país, además de acaparar también los
capitales de banqueros y financieros, los cuales, en consecuencia no invertirán en los sectores
productivos privados.

En 1845 el Estado liberal, bajo los gobiernos de los moderados, llevará adelante una reforma
tributaria al sufrir una tasas insostenibles de endeudamiento. El objetivo de la misma consistirá al
establecer una hacienda moderna y con más recursos.

El nuevo sistema tributario se basará esencialmente en dos tipos de impuestos:

a) La contribución territorial que afectará fundamentalmente a la propiedad agrícola y urbana. Sin


embargo, este tipo de impuestos tan solo aportará una quinta parte de los ingresos, cuando las
dos representarán más de la mitad de la renta nacional. Es evidente, por lo tanto, que la hacienda
se comportará con cierta condescendencia con los
terratenientes.

b) La contribución comercial e industrial. Un caso parecido al anterior acontecerá con este


tipo de imposiciones. A pesar de todo, los impuestos indirectos, entre ellos los tan rechazados
consumos, aportarán dos quintas partes del total de los ingresos.

En consecuencia, se encontramos con un sistema fiscal que grabará más a los pobres que a los
ricos, y que recaudará muy por debajo de aquello presupuestado, incluso, ni con los ingresos que
el Estado obtendrá de las loterías y de la aplicación de los procesos desamortizadores podrá
sufragar la deuda de la hacienda.

7.2. LA POLÍTICA COMERCIAL: PROTECCIONISMO Y LIBRECAMBISMO


Los aranceles, es decir, las tarifas que se aplicaban a las mercancías que entraban en un país, se
utilizarán bien como instrumento para recaudar impuestos (arancel fiscal) o bien con el fin de
proteger la economía del país de la competencia de las importaciones (arancel proteccionista).
Durante el siglo XIX los gobiernos españoles, los comerciantes, los agricultores, los industriales y
la opinión pública mantendrán un debate a nivel estatal que determinará la aparición de los
partidarios de políticas librecambistas (aranceles bajitos) y partidarios de políticas proteccionistas
(aranceles elevados).

Los proteccionistas, principalmente industriales ligados a los intereses del textil algodonero
catalán, agrupados en la asociación Fomento del Trabajo Nacional, defendían que la protección
era imprescindible para el desarrollo de la industria nacional, ante la competencia extranjera,
sobre todo inglesa. Los librecambistas, comerciantes, exportadores de productos agrarios y
compañías ferroviarias, crearán la Asociación para la Reforma de los Aranceles, los cuales se
verán apoyados por las clases populares que identificarán las políticas librecambistas con precios
más baratos.

Para el Estado, que sufría desde tiempo inmemorial graves problemas presupuestarios, aquello
más deseable era la consolidación de un arancel librecambista, para incrementar, así, el comercio
exterior y, por lo tanto, también, sus ingresos. Sin embargo, la política arancelaria española será
proteccionista hasta el llamado arancel Figuerola de 1869, relativamente librecambista. Pero, a
partir de 1891 se devolverá a una política limpiamente proteccionista.

8. LA SOCIEDAD LIBERAL: CAMBIO Y PERMANENCIAS


8.1. NOBLEZA Y BURGUESÍA EN LA SOCIEDAD LIBERAL
La revolución burguesa, la implantación del Estado liberal, la desamortización y los tímidos inicios
de la industrialización, a mediados del siglo XIX, no supondrán una total transformación de la
sociedad. En la nueva sociedad liberal o capitalista no se producirá una radical sustitución de la
antigua élite política y económica (nobleza) por una nueva (la burguesía). Tanto a Europa como
España, la vieja nobleza, bajo el predominio del liberalismo moderado, y la nueva burguesía, se
integrarán en la misma clase social y constituirán, las dos, la élite de poder y del dinero en la
España del siglo XIX.

La vieja nobleza del Antiguo Régimen perderá una buena parte de su poder político y económico
y desaparecerá como estamento privilegiado con la instauración del Estado liberal. A pesar de
todo, la nobleza demostrará su capacidad para adaptarse al nuevo marco de la sociedad liberal.

Aun así, la disolución del feudalismo y consiguiente desvinculación no provocará la derrota de los
patrimonios aristocráticos, al menos en los territorios de la antigua Corona de Castilla. Además,
durante la primera mitad del siglo, la mayoría de la vieja nobleza terrateniente mantendrá su
predominio económico, consecuencia de su inmenso patrimonio nobiliario que, por otro lado,
generarán una gran parte de la renta nacional. En la segunda mitad del siglo, a medida que
aumentaba el endeudamiento y la decadencia de la vieja nobleza, la élite económica empezará a
nutrirse de burgueses adinerados. Sin embargo, a finales del siglo resurgirá como consecuencia
de una generalizada política de matrimonios de sus miembros con las grandes fortunas
burguesas.

Pero a pesar de que la vieja nobleza perderá también su predominio político, mantendrá a cambio
cierta influencia al ámbito de la política. Su presencia en el Senado y en los aparatos de poder, el
ejército y la diplomacia, es la evidencia más irrefutable.

Además, la vieja nobleza se mostrará abierta al ennoblecimiento de la burguesía y de los altos


cargos de la administración, puesto que el Estado liberal, durante una buena parte del siglo,
concederá un gran número de títulos de nobleza a altos cargos de la administración, de la
diplomacia y del mundo de los negocios para pagarlos los servicios prestados al ámbito de la
política y de las finanzas.

La gran burguesía española la configurarán durante el siglo XIX, un conglomerado de grandes


propietarios rural y urbanos, hombres de negocios, industriales, especuladores y comerciantes. El
burgués típico del siglo XIX no es en muchas ocasiones un empresario emprendedor, más bien,
es un burgués enriquecido por la compra de propiedades desamortizadas. Aun así, también
aparecerá una élite burguesa que residirá en Madrid y que vivirá de las rentas de la tierra, de los
créditos en el Estado, de la especulación en bolsa, en los ferrocarriles y, sobre todo, de la
especulación inmobiliaria, aprovechándose del ensanche de las ciudades en los inicios de los
procesos urbanizadores. Tan solo, a finales del siglo XIX surgirá, en Asturias, Cataluña y País
Vasco, una verdadera burguesía empresarial, la cual propiciará el proceso industrializador.

9. LA SOCIEDAD LIBERAL: LAS CLASES MEDIANAS Y POPULARES


9.1. LAS CLASES MEDIANAS
Por debajo de la burguesía se ubicarán las clases medianas, en el ámbito de las cuales se
integrarán medios y pequeños comerciantes, profesionales liberales, profesionales de la
administración (jueces, jefes y oficiales militares), funcionarios y pequeños propietarios urbanos.
Sin embargo, el grupo más numeroso será el que configurarán al ámbito rural los medios
propietarios y arrendatarios.

Se trata, pues, de un sector social de pequeñas dimensiones que tienen como objetivo
consolidarse como propietarios, pues la propiedad representaba el éxito económico y la
posibilidad del ascenso social. En consecuencia, su ideal social perseguirá el aburguesamiento.

9.2. LAS CLASES POPULARES: ARTESANOS, OBREROS Y JORNALEROS


Como consecuencia del escaso nivel de industrialización, las capas populares urbanas se
nutrirán fundamentalmente de artesanos y trabajadores asalariados ligados al mundo de los
oficios y, incluso, de pequeños comerciantes y un elevado número de mujeres que se dedicarán
al servicio doméstico. En ese mundo de pequeños talleres, casi siempre a punto de hundirse
económicamente y, en consecuencia, con el peligro de la proletarización para sus amos, la
protesta social se caracterizará por las viejas formas del motín preindustrial en las cuales,
habitualmente, se enfrentarán a la carencia de alimentos, los consumos y las quintas.

La clase obrera industrial, el proletariado, todavía era minoritaria durante la segunda mitad del
siglo y se concentrará en la ciudad de Barcelona, alrededor de la industria algodonera, y en
Vizcaya, donde a partir de 1880 se consolidará la moderna industria siderúrgica.

Pero, a pesar de que, las condiciones de vida de las clases populares urbanas experimentarán
una lenta mejora desde el último tercio del siglo XIX, la permanente inestabilidad de los puestos
de trabajo, la inexistencia de prestaciones sociales ante los accidentes laborales y la vejez, el
hacinamiento y la mendicidad caracterizarán el ritmo diario de la lucha por la vida en el mundo
urbano.

Aun así, la mayoría de la población española del siglo XIX vivía al ámbito rural. Pequeños
propietarios, arrendatarios y jornaleros configuraban la estructura social del mundo agrario en esa
época. La disolución del feudalismo y de los señoríos en no alterar la estructura de la propiedad
en algunos lugares de España como por ejemplo Castilla, Andalucía y Extremadura, incluso los
procesos desamortizadores, a pesar de que incrementarán el número de propietarios,
fundamentalmente burgueses, perjudicarán a los campesinos y además empeorarán sus
condiciones de vida, al perder sus derechos de uso sobre las tierras comunales.

Así, los cambios sociales en la estructura de clases agraria provocados por el Estado liberal
generarán el desencanto entre el campesinado, en no acceder estos a la propiedad de la tierra,
en diferentes lugares del Estado españoles: Castilla, Andalucía y Extremadura. Estas
transformaciones las interpretará el campesinado como un auténtico despojo de las tierras que
trabajaban desde tiempo inmemorial.

El proletariado agrícola (jornaleros) era el grupo más numeroso de la sociedad española durante
el siglo XIX, especialmente en la España latifundista situada en el sur del Tajo. Esta estructura de
la propiedad explicará las revueltas agrarias, típicas durante la segunda mitad del siglo XIX, sobre
todo del campesinado andaluz, el cual animado por la idea del reparto de las tierras e influidos
por los republicanos y los demócratas así como, a posteriori, por el ideario anarquista,
provocarán toda una serie de sublevaciones, el objetivo de las cuales era la ocupación de las
tierras.
10. EL MOVIMIENTO OBRERO
10.1. LA LUCHA POR LA LIBERTAD DE ASOCIACIÓN
La aparición de un proletariado moderno con conciencia de clase surgirá a mediados de siglo, en
el mundo fabril catalán. A finales del siglo, el desarrollo otros núcleos industriales, mineros y
siderúrgicos, en Asturias y el País Vasco, incrementarán los activos del proletariado industrial.

Entre 1820 y 1840, la conflictividad social al si del incipiente movimiento obrero se inscribirá en la
línea de los llamados movimientos luditas, los cuales fundamentalmente se dedicarán a destruir
las máquinas, al considerarlas la causa de la miseria y del paro del proletariado. Los episodios
más conocidos, protagonizados por luditas españoles, serán los ocurridos en Alcoy en 1821 y los
de la fábrica de Bonaplata en Barcelona, que fue incendiada por los obreros en 1835.

A partir de 1840 el movimiento obrero español cambiará las tácticas de libra. Así, ante el lento
pero imparable proceso de industrialización, que implicará la aparición de nuevas relaciones
capital-trabajo y de nuevas condiciones de trabajo, los obreros adoptarán nuevas formas de
lucha y de organización, ante los problemas que originará el proceso de la industrialización: la
lucha por la libertad de asociación y la huelga.

En 1840 aprovechándose de las condiciones favorables de la legislación progresista, que


legalizará las asociaciones mutualistas de auxilio obrero, el obrerismo catalán fundará la
“Sociedad de Tejedores” y la ”Asociación Mutua de Obreros de la Industria Algodonera”. Estas
asociaciones plantearán las primeras reivindicaciones laborales: reducción de la jornada laboral,
aumento de salarios, reglamentación del trabajo de las mujeres y de los niños. Pero, de inmediato
serán suprimidas por el gobierno.

Durante el Bienio Progresista (1854-1856), una mayor permisividad política determinará el


resurgimiento de esas primeras sociedades de carácter mutualista. Pero la situación de la crisis
económica y conflictividad social estallará en 1855 con la primera huelga general que paralizará
los centros fabriles de la ciudad de Barcelona y su comarca.

10.2. EL IMPACTO DE LA I INTERNACIONAL


Durante el Sexenio Democrático (1868-1874), la carencia de auténticas reformas sociales
contribuirá al alejamiento del movimiento obrero de los partidos políticos (demócratas y
republicanos) y su despolitización. En 1868 con la llegada en España de Giuseppe Fanelli, amigo
de Bakunin y representante de la tendencia anarquista de la Asociación Internacional de
Trabajadores (AIT), organización conocida también con el nombre de Y Internacional y fundada en
Londres en 1864, se constituirán los primeros núcleos internacionalistas en Madrid y Barcelona.
Así, en 1870 se organizará en Barcelona el I Congreso de la Federación Regional Española de la
AIT, en que se consolidarán las tesis bakuninistas: el apoliticismo y el colectivismo.

Sin embargo, a finales de 1871, Paul Lafargue, yerno de Marx, el cual encabezará a la otra
tendencia de la Internacional, llegará a Madrid y en esa ciudad constituirá un pequeño grupo de
carácter marxista alrededor de la llamada “Nueva Federación Madrileña”, organización que tenía
como propósito fundar un partido político de carácter obrero. A pesar de todo, en el Congreso
Obrero de Córdoba de 1873 se ratificará la ruptura del movimiento obrero español y el
predominio del anarquismo entre el proletariado español. Así, en 1879 Pablo Iglesias fundará el
PSOE de tendencia marxista y en 1888 el sindicato UGT, iniciará la tarea para mejorar las
condiciones de trabajo del proletariado español.

TEMA 9. ESPAÑA Y EL IMPERIALISMO (1875-1923)

INTRODUCCIÓN
Las crisis políticas del fin del siglo XIX se agudizarán durante el reinado de Alfonso XIII por las
frecuentes insurreciones campesinas y obreras, fomentadas por las sindicales CNT y UGT, por la
problemática regionalista en Cataluña y el País Vasco y, incluso, por la problemática religiosa y
militar que provocarán varias crisis sociales. Incluso, estallarán también dos crisis coloniales: las
últimas colonias ultramarinas desaparecerán en 1898 y los nuevos territorios del Marruecos
generarán nuevas crisis durante el siglo XX.

Hay que señalar, también, que entre 1875 y 1923, la población y la economía española crecerán y
se iniciará un lento proceso de modernización que determinará la aparición de una rica agricultura
de exportación en zonas como por ejemplo el País Valenciano y de la industrialización en
Cataluña, País Vasco y Asturias. Igualmente, al ámbito cultural y artístico varios españoles
recibirán el premio Nobel (Echegaray en 1904, Cajal en 1906, Benavente en 1922), incluso, la
generación del 98 creará una auténtica Edad de Plata de la cultura en España.

2. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN Y SOCIEDAD ESPAÑOLA


2.1. LA POBLACIÓN
La población española durante el periodo de la Restauración tuvo un crecimiento lento pero
continuado: los 16,6 millones de 1877 se transformarán en 21,3 en 1920. Canarias se configurará
como la región española con un mayor crecimiento demográfico real durante el periodo. Las
causas de este crecimiento serán: el mantenimiento de las tasas de natalidad (35,7% entre 1878
y 1900, 29% entre 1920 y 1930) y un fuerte descenso de la mortalidad (30% entre 1878 y 1900,
19% entre 1921 y 1930), a pesar de que hay que señalar las excepciones de los años 1885
(epidemia de cólera) y 1918 (epidemia de gripe).

Aun así, la población activa crecerá más lentamente que la población absoluta, lo cual originará
un incremento bastante considerable en la demanda de ocupación y el aumento del paro en el
campo, hecho que explica los movimientos migratorios protagonizados por los campesinos. Las
migraciones interiores se caracterizarán por el éxodo del campo en la ciudad. Así, ciudades como
por ejemplo Madrid y Barcelona recibirán más de medio millón de activos poblacionales nuevos
en 1900 y alrededor de un millón en 1930.

La vida urbana se modificará. Se derrocarán las murallas, se construirán los ensanches (nuevos
barrios de carácter burgués), aparecerán los suburbios periféricos de casas humildes. Aun así,
mejorarán las comunicaciones al aplicarse al transporte urbano la electricidad (metro) y los
derivados del petróleo (coche y autobús).

Las migraciones exteriores serán constantes y hasta 1914 los emigrantes se dirigirán hacia
América. Así, entre 1882 y 1914, más de un millón de gallegos, asturianos, vascos y canarios
llegarán a las antiguas colonias de España en América. Al concluir la guerra mundial se iniciará el
éxodo cabe los países europeos, especialmente en Francia.

2.2. LOS CAMBIOS SOCIALES


La Restauración consolidará la sustitución de la sociedad estamental por otra de carácter
clasista, en el contexto de la cual la nobleza se aburguesará y la burguesía se ennoblecerá en una
España fundamentalmente rural que iniciaba la industrialización.

A la burguesía, ya consolidada, de terratenientes agrícolas y de industriales del último tercio del


siglo se añadirá otra, vinculada a la banca y a la construcción de barcos, y toda una serie de
comerciantes y especuladores que se enriquecerán con la favorable coyuntura de la Y Guerra
Mundial. Madrid, Cataluña y el País Vasco serán las regiones donde se consolidarán estos grupos
sociales, que desde 1900 fomentarán el asociacionismo patronal para ordenar y fomentar la
producción nacional.

La configuración de una pequeña burguesía agraria en Castilla y Aragón intentará implantar en el


campo las idees regeneracionistas de Joaquín Costa, mientras que en Andalucía Blas Infante
defenderá la urgencia de una reforma agraria desde 1915.

Sin embargo, una parte bastante considerable de la pequeña burguesía urbana defenderá el
ideario republicano, mientras que el resto se mantendrá fiel a sus ideas tradicionales. Por otro
lado, el campesinado y el proletariado urbano, con sus votos y la organización del movimiento
obrero se opondrán directamente al sistema establecido para conseguir una legislación social
favorable.
3. ECONOMÍA Y POLÍTICAS ECONÓMICAS
3.1. LA DIFÍCIL INDUSTRIALIZACIÓN
La industrialización española fue muy lenta en comparación con la otros países occidentales, muy
localizada y sin planificación.

Aun así, la España rural no se transformará en el mercado oportuno que las nuevas industrias de
la periferia necesitaban, consecuencia de:

a) Los elevados costes de transporte y la insuficiente red de comunicaciones.

b) Los elevados costes del carbón asturiano y la escasa producción energética.

c) Los elevados costes de producción industrial en comparación con otros países europeos y los
insuficientes salarios que impedían ampliar el mercado nacional.

Así, España no llevará adelante un desarrollo parecido a la del resto de países


europeos. En 1985 Jordi Nadal reafirmaba su idea del fracaso de la industrialización española:
“En 1930, en el ocaso de la Restauración, España es un país con más industria que en 1874, pero
también más atrasado en comparación con Francia y el Reino Unido”.

3.2. DEL LIBERALISMO AL PROTECCIONISMO


Entre 1875 y 1885 la economía española crecerá como consecuencia de la coincidencia de toda
una serie de factores:

a) Un incremento muy importante de las exportaciones del vino español a causa de los efectos
que la filoxera provocará en la viña francesa.

b) El desarrollo de la siderúrgica vasca como consecuencia de la proximidad de los yacimientos


de hierro.

c) La consolidación de la industria algodonera catalana a causa de la considerable demanda del


mercado cubano.

d) El incremento de la producción de cereales y de las exportaciones.

En este contexto y durante este periodo, España mantendrá una política de carácter
librecambista.

Pero, a partir de 1885, España adoptará una política proteccionista. Así, desde 1887, por decisión
del gobierno, la marina española tan solo comprará a empresas españolas. La crisis económica
internacional, la invasión de cereales americanos, el miedo de los industriales y agricultores
españoles y las preferencias proteccionistas de la marina mercante española, determinarán un
aumento de las simpatías hacia las políticas económicas proteccionistas, hecho que explicará la
aprobación del arancel proteccionista de 1891.

3.3. DEL PROTECCIONISMO AL NACIONALISMO ECONÓMICO


El eje Bilbao-Barcelona-Valladolid, importantes centros productores de la industria siderúrgica,
textil y de una agricultura de carácter cerealística, determinará la política proteccionista del
gobierno, opción económica que será defendida y apoyada, después de la crisis del 98, por los
regeneracionistas y los nacionalistas que exigirán unos aranceles más elevados y medidas de
apoyo y estímulo a la producción nacional. Se pretendía así, según Raymond Carr, “la
autosuficiencia nacional”, lo cual determinará que en 1906 España sea el país con las tarifas
aduaneras más elevadas de Europa.

El proteccionismo y el nacionalismo económico se complementará después de la crisis de 1898


con una masiva repatriación de los capitales invertidos en las colonias perdidas en 1898 y
también con los enormes beneficios obtenidos por las empresas españolas durante la primera
guerra mundial.

Con esta importante aportación de capitales, se fundarán nuevos bancos como por ejemplo el
Espanyol de Crédito, el de Vizcaya y el Santander, los cuales posibilitarán la creación de nuevas y
mejores empresas.

4. LA AGRICULTURA EN UNA ESPAÑA RURAL


4.1. CAMBIOS E INMOVILISMO AGRARIO
El proteccionismo, la consolidación del capitalismo agrario de carácter latifundista así como una
incipiente y limitada especialización son las características más importantes de esta etapa. Los
tres cultivos de carácter mediterráneo, típicos de la agricultura española, evolucionarán de
manera muy diferente durante el último tercio del siglo XIX. Así:

a) La producción cerealística se estabilizará y, además, se protegerá el mercado interior ante el


trigo más barato otros países europeos y de ultramar.

b) La viña (vino y pasa) y el olivo experimentarán una gran expansión, consecuencia del aumento
de la demanda exterior, que en el caso de la viña se explica por la epidemia de filoxera que sufrirá
la viña francesa.

Sin embargo, este crecimiento no se aprovechará para modernizar las estructuras agrarias. Así,
se mantendrán los sistemas de explotación y de cultivo tradicionales, por lo cual los beneficios
de los propietarios se consolidarán como consecuencia de los bajos salarios que recibirán los
jornaleros por su trabajo. Además, el aumento de la superficie agrícola cultivada eliminará en
muchos casos praderas y cañadas, lo cual perjudicará a la ganadería.

A pesar de todo, a partir de 1890 se introducirá la filoxera en España, lo cual determinará un


descenso muy considerable de las exportaciones españolas del vino y en consecuencia también
se producirá un descenso bastante considerable de la superficie conreable.

Sin embargo, durante este periodo aparecerán algunas innovaciones al ámbito agrícola que hay
que remarcar:

a) En el litoral valenciano se consolidará el cultivo del naranjo.

b) Se crearán algunos regadíos en las zonas del interior (Duero, Guadalquivir y Ebro), donde se
cultivarán el maíz, el algodón y la remolacha azucarera que sustituirá las importaciones de azúcar
cubano a partir de 1898.

c) En las islas Canarias se iniciará el cultivo del plátano y el tabaco, además de mejorarse las
infraestructuras de los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, lo cual impulsará
sus relaciones con el exterior.

A pesar de todo, a principios de siglo, la utilización de fertilizantes y la introducción de maquinaria


moderna tan solo predominaba en algunas zonas de regadío. Después de la primera guerra
mundial, la naranja valenciana ocupará el primer lugar entre los productos españoles destinados
a la exportación, superando las exportaciones de hierro y cobre, y por supuesto, a las del vino.

4.2. CRÍTICAS AL PROBLEMA AGRARIO


La agricultura española de finales del XIX y principios del XX continuaba fundamentándose en el
latifundio, en unos cultivos de secano poco rentables y con un sistema de explotación de la tierra
basado en arrendamientos a corto plazo, que segundos Maeztu, empobrecían a los hombres y a
las tierras. Incluso, los frecuentes periodos de hambre determinarán la aparición de actitudes y
soluciones extremas: alimentarse de bellotas o garrafas, el recurso al robo y, al fin, la emigración.
Ante esta situación, los intelectuales españoles de la época ofrecerán algunas alternativas para
solucionar la problemática de la agricultura. Así:
a) Los regeneracionistas de principios de siglo (Costa, Ortega y Gasset) pretendían transformar la
agricultura mediante una fuerte intervención estatal, que mejorara las técnicas de producción y
fomentara una política de construcción de grandes obras públicas para
ensanchar el regadío.
b) Por otro lado, Maeztu consideraba que el capitalismo periférico tenía que actuar sobre la
Meseta
castellana para convertirla en una zona rica y consumidora de productos
industriales.
c) Unamuno, en cambio, planteaba la necesidad de una reforma agraria que incidiera sobre la
propiedad
y las rentas.

5. LA INDUSTRIA ESPAÑOLA
5.1. LA RIQUEZA MINERA
Según Jordi Nadal, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la minería española
proporcionaba el 38% del plomo, el 51% del cobre y el 13% de hierro utilizado por la industria
europea. Incluso, a partir de las piritas de las minas situadas en Huelva se fabricaba, alrededor de
1900, la mitad del ácido sulfúrico mundial.

La minera española conseguirá la época de máximo esplendor en la década de 1910, cuando los
productos mineros suponían 1/3 del total de las exportaciones. Sin embargo, durante la década
siguiente, la actividad minera empezará a ser abandonada y disminuirá su rentabilidad, con lo
cual se iniciará su decadencia y muchas minas se cerrarán. Los únicos capitales extranjeros que
se mantendrán vinculados a los intereses de la minería española serán aquellos que invierten en
las minas de carbón asturiano y en las de hierro del País Vasco. A pesar de todo, mientras que las
minas de hierro en el País Vasco continuarán proporcionando importantes beneficios que se
invertirán en el desarrollo de la industria vasca, las minas de carbón en Asturias se configurarán
como empresas con una rentabilidad discutible.

6. IMPERIALISMO I: LA CRISIS DEL 98.


6.1. LAS CRISIS COLONIALES
La primera guerra de Cuba (1868-1978) la protagonizaba la burguesía criolla y la guerrilla de
mestizos y negros liberados de la esclavitud por los sublevados. Sin embargo, ni la Constitución
de 1876, ni la paz de Zanjón (1878), firmada por el general Martínez Campos, resolverán el
problema, puesto que a pesar de amnistiar los sublevados no se cumplirán las promesas de
reformas políticas para la isla (autonomía política).

En 1879, estallará la segunda guerra de Cuba, también conocida como la “Guerra Chiquita”,
rápidamente reprimida por el ejército, mientras que en 1895, años de la muerte de Jose Martí
(padre de la independencia cubana), se iniciará la tercera guerra de Cuba, dirigida por Antonio
Maceo y Máximo Gómez. En el año siguiente los independentistas filipinos, José Rizal y Andrés
Bonifacio, promoverán una insurrección general en las islas y el general Fernando Primo de
Rivera ordenará su ejecución. El nuevo líder de los independentistas filipinos, Emilio Aguinaldo,
mantendrá una paz transitoria hasta que los EE. UU. intervendrán al conflicto en 1898.

Los EE. UU. intervendrán desde 1860 en la economía cubana, a través de las empresas
azucareras de capital americano y a partir de la década de 1890 los presidentes Cleveland
(1893-96) y McKinley (1897-1900), manifestarán públicamente y a través de la prensa, su deseo
expansionista por las islas del Caribe y del Pacífico. En 1897 el presidente Cleveland le propondrá
a Sagasta la compra de la isla de Cuba por 300 millones de dólares.

El último intento de Maura, ministro de Ultramar, de parar el conflicto fracasará; la guerra estallará
en 1895 e inicialmente será reprimida por el general Weyler.

6.2. LA GUERRA HISPANOAMERICANA Y LA LIQUIDACIÓN COLONIAL


El gobierno de Sagasta destituirá a Weyler e iniciará las negociaciones con los sublevados que
conducirán a la concesión de una autonomía política bastante considerable (enero de 1898), pero
el presidente McKinley ya estaba decidido a intervenir, por lo cual enviará el acorazado Maine al
puerto de La Habana, donde misteriosamente explotará. La prensa americana acusará en el
gobierno español del atentado, mientras que el gobierno de los EE. UU. concedía un plazo de
tres días para que los españoles se retiraron de la isla, el que equivalía en una declaración de
guerra (20 de abril).

Entre abril y agosto de 1898, los modernos barcos de guerra de los EE. UU. destruirán la obsoleta
y antigua marina española, en que incluso navegaban barcos de madera (batallas de Cavite,
Santiago de Cuba y Puerto Rico). En este contexto militar desfavorable, Sagasta intentará
negociar la paz a través del gobierno francés, pero los EE. UU. impondrán sus condiciones en la
Pau de París (diciembre 1898). Así, por 20 millones de dólares, como indemnización, España
cederá en los EE. UU. Cuba, Puerto Rico, las Filipinas y las islas Guam.

Posteriormente, en febrero de 1899, España venderá en Alemania las últimas posesiones del
Pacífico: las islas Marianas, las Palaos y las Carolinas. Así, mientras que los EE. UU. y Alemania
impulsaban su política imperialista, España se despedía de las posesiones ultramarinas.

7. IMPERIALISMO II: LOS PROBLEMAS DE MARRUECOS


7.1. CAUSAS DE LA EXPANSIÓN
Entre 1885 y 1912, las principales potencias europeas se repartirán el continente africano. España
deseaba participar en el reparto y, por lo tanto, integrarse en las políticas imperialistas de carácter
internacional. Aun así, la intervención española en el norte de África se planteará como una
necesidad defensiva ante el deseo expansionista de los alemanes, ingleses y franceses en
Marruecos, lugar donde se ubicaban dos territorios de soberanía española (Ceuta y Melilla) desde
hacía cuatro siglos.

Otra razón que explica el expansionismo español por el norte de África será la que se derivará de
la necesidad de compensar, con nuevos territorios, el desastre colonial de 1898, para intentar que
el ejército recuperará el prestigio perdido.

7.2. LOS HECHOS


En España la guerra de África será impopular y generará importantes enfrentamientos entre la
monarquía, el ejército y los partidos dinásticos, por un lado, partidarios de la ocupación militar del
Marruecos; y las organizaciones obreras, los republicanos y socialistas y los jóvenes movilizados
por las qué, de otra, contrarios a la intervención. Además, el conflicto del Marruecos provocará
las más importantes de las crisis políticas del periodo: la Semana Trágica y Annual.

En el Marruecos la resistencia a la ocupación hispano-francesa no la llevó adelante el Sultán, sino


que la dirigirán los jefes de algunas cabilas : El-Raisuni y Abd-el-Krim.

Entre 1902 y 1904, Francia y España habían negociado las respectivas zonas de influencia en el
Marruecos, pero estas serán revisadas a causa de las llamadas crisis marroquíes de 1905 y 1911
que finalmente se resolverán al ceder Francia sus colonias de la África Central en Alemania, a
cambio de que este país renunciará a sus aspiraciones sobre Marruecos.

La campaña militar española de 1909 en Marruecos se iniciará a cosa del ataque de algunas
cabilas rifeñas sobre las minas que explotaban los españoles y el ferrocarril que las unía con
Melilla, ciudad que durante el conflicto siempre estará amenazada por las cabilas rifeñas. Aun así,
la derrota del ejército español, dirigido por el general Pintos, en el Barranco del Lobo (julio de
1909) provocará numerosas bajas y obligará en el gobierno español a movilizar los reservistas,
hecho que originará la Semana Trágica de Barcelona.

En 1912 los gobiernos de España y de Francia firmaban un tratado por el cual se reducía el
territorio español del norte del Marruecos en la región del Rif pero mantenía un territorio en el sur,
Ifni. En 1913, el Sultán del Marruecos aceptaba este reparto y la internacionalización de la ciudad
de Tánger.
En 1921 se producirá el desastre de Annual al iniciar el general Fernández Silvestre un
imprudente ataque contra la bahía de Alhucemas, sin el conocimiento del Comisario en Ninguno.
El jefe de los rifeños derrotará al ejército español y, además, anulará las conquistas conseguidas
durante doce años por el ejército español.

7.3. LAS CONSECUENCIAS


A pesar de todo, el ejército no estaba dispuesto a que se divulgaron las conclusiones del
expediente Picasso, que analizaba las causas del desastre de Annual. Este hecho junto con las
graves crisis políticas (gobiernos inestables) y sociales (protestas, desórdenes y pistolerismo)
serán las razones por las cuales el monarca apoyará el golpe militar de Primo de Rivera y la
consiguiente dictadura que regiría los destinos de España entre 1923 y 1930.

Las campañas del Marruecos fomentarán la configuración de todo un conjunto de jefes militares
africanistas que ascenderán por méritos de guerra, conseguirán un gran prestigio como por
ejemplo Franco y Sanjurjo y, posteriormente, provocarán una guerra civil en España.

La ocupación y guerra del Marruecos generará un coste muy elevado, desde el punto de vista
económico y en vidas humanas, para España. Tan solo en Annual España perderá 12.000
soldados y gastará 211 millones de pesetas a los cual hay que añadir los 3,2 millones que pagará
por el rescate de los prisioneros hecho por Abd-Lo-Krim.

TEMA 8. LA DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA CANOVISTA (1902-1923)

INTRODUCCIÓN
Las reiteradas manipulaciones electorales de conservadores y liberales junto con el considerable
poder acumulado por las oligarquías de ambas formaciones políticas, provocarán el deseo de
regeneración de la vida política, mientras que, por otro lado, la generación del 98 reivindicaba la
modernización de la sociedad y la economía española.

El reinado de Alfonso XIII (1902-1931) se caracterizará en sus inicios por los intentos de reformar
el sistema por parte de los conservadores (Maura) y los liberales (Canalejas). Posteriormente, los
dos partidos se fragmentarán en varias tendencias y así resultará muy difícil mantener gobiernos
estables. Sin embargo, ante el fracaso regeneracionista que se intentará desde el poder, los
grupos antidinásticos manifestarán el deseo del cambio a través de la prensa, en las Cortes y en
la calle. Esta época se configurará como:

a) Un periodo de crecimiento económico en beneficio de la burguesía.

b) Un periodo donde se consolidarán los sindicatos de clase: CNT (anarcosindicalista) y UGT


(simpatía por los socialistas).

c) Un periodo en el cual los intelectuales asumirán las ideas republicanas.

d) Un periodo de expansión del nacionalismo catalán y también de los partidos de carácter


nacionalista.

1. LOS ÚLTIMOS LÍDERES: MAURA(1907-1909 Y LA SEMANA TRÁGICA


1.1. LAS PRIMERAS CRISIS DEL SISTEMA
El sistema canovista había sufrido dos importantes modificaciones en la última década del siglo
XIX: la consolidación del sufragio universal masculino y los inicios del sindicalismo de carácter
obrero, situación que dificultará el mantenimiento del sistema electoral.

Además, el desastre colonial de 1898 determinará que muchos escritores e intelectuales inician
las críticas a un sistema político que *entrebancava la modernización y regeneración de España.
Es en este contexto, cuando a principios del siglo XX, se producirá un cambio de dirigentes al si
de los dos partidos mayoritarios. Así, Antonio Maura sustituirá al tándem Cánovas-Silvela en el
partido conservador y José Canalejas a Sagasta en el partido liberal.

1.2. LA OBRA DE MAURA


Entre 1907-1909 Maura intentará transformar el sistema canovista e iniciar una “revolución desde
arriba” para evitar una “revolución desde bajo”.

Así, este político conseguirá la aprobación de 264 disposiciones legales para solucionar algunos
problemas. Destacan, entre otros, las leyes para la protección de la industria nacional (exigidas
por la burguesía industrial catalana), los proyectos para fomentar la industria y el transporte
marítimo, la obligación del descanso dominical y la reforma electoral de 1907, que imponía el
voto obligatorio para todos los ciudadanos.

A pesar de todo, Maura no conseguirá que se aprobara la ley antiterrorista que propugnaba ni el
proyecto de ley de administración, el cual pretendía consolidar las mancomunidades ante el
enorme poder de la administración central.

1.3. EL PROBLEMA MILITAR Y LA SEMANA TRÁGICA (1909)


Los militares, después del pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto en 1874 a
través del cual se restauró la monarquía borbónica, eran conscientes de su fuerza y en
consecuencia querían mantener una estructura de poder independiente del gobierno, actitud esta
que recibirá el apoyo del monarca. Sin embargo, el ejército tuvo algunos problemas en Cataluña
y, así, en 1905 algunos oficiales del ejército destruirán las instalaciones del diario “La Voz de
Cataluña” y las del semanario “Cu-Cut”, como réplica a unas supuestas ofensas a la patria
realizadas desde las páginas de estas publicaciones. Pero todo y la protesta de los catalanes por
este incidente, el gobierno liberal de Moret dará la razón a los militares y, además, los concederá
mediante la ley de jurisdicciones de 1906 las competencias para juzgar todos aquellos delitos y
ofensas realizadas contra la patria. A la aplicación de estas medidas se opondrá la opinión
pública catalana. Es en este contexto político y social cuando Francesc Cambó i Prat de la Riba,
conseguirán consolidar una coalición política de carácter nacionalista, la Solidaridad Catalana,
que conseguirá una gran victoria electoral en 1907.

A pesar de todo, en julio de 1909, se producirá un nuevo incidente al declarar *Maura la


movilización de los reservistas, los cuales tenían que embarcar en Barcelona para defender
Melilla de los ataques de los marroquíes. Los catalanes apoyados por los sindicatos y algunos
partidos catalanistas que se oponían en la guerra, se negarán a aceptar la orden. Así, se
originará, el 26 de julio de 1909, la Semana Trágica, al estallar una huelga general que recibirá el
apoyo mayoritario de las clases populares, las cuales para protestar contra la movilización
general de los reservistas, construirán barricadas con adoquines, destruirán las líneas de los
tranvías y, incluso, incendiarán algunas iglesias. Por lo tanto, Barcelona vivirá unos días de terror,
a través del cuales las clases populares manifestarán su antimilitarismo y el anticlericalismo y,
incluso, se evidenciará la fuerza del republicanismo y del obrerismo organizado.

Ante estos acontecimientos el gobierno reaccionará de manera muy contundente. Así, ratificará
las 17 condenas a muerte, impuestas por los tribunales judiciales y encarcelará además de un
millar de trabajadores. Además, sin haber participado directamente en los hechos, fue ajusticiado
Ferrer y Guardia, pensador anarquista y fundador de la Escuela Moderna, institución que
fomentaba el libre pensamiento y las críticas al ejército, la Iglesia y el Estado.

2. Los últimos líderes: Canalejas (1910-1912) y el problema religioso.


2.1. LA TRANSICIÓN
Después de la Semana Trágica, el monarca nombrará a Moret presidente del gobierno. Sin
embargo, en 1910, los liberales sustituirán a Moret por Canalejas (1910-1912). Este político, igual
que Maura, pretendía regenerar la vida política española y con su liderazgo político conseguirá
incorporar al partido liberal a muchos intelectuales y republicanos.
Aun así, la Iglesia y el ejército serán los dos pilares básicos en los cuales se apoyará la
monarquía. Unidos entre sí y con la burguesía, se alejarán de las masas obreras e intelectuales
como por ejemplo Ortega y Unamuno. Así, la Semana Trágica evidenciará el anticlericalismo
militante de un sector muy considerable de las clases populares. Además, el Partido Radical y
otros grupos republicanos (Nicolás *Salmerón) que compartirán el anticlericalismo con los
sindicalistas, configurarán desde ese momento una importante coalición electoral, la “Conjunción
Republicana Socialista”, que incrementará la presencia de los republicanos en las Cortes
españolas después de las elecciones de 1910. Así, desde el Parlamento, Alejandro Lerroux i
Pablo Iglesias reiterarán sus ataques contra el poder y los privilegios de la Iglesia. Aun así, los
obreros anarquistas se organizarán, primero a través de la Solidaridad Obrera, y a partir de 1910
en la CNT, además, su actuación será trascendente en los años siguientes.

2.2. EL ÚLTIMO GRAN LÍDER


Canalejas empleará la dureza y recurrirá al ejército en numerosas ocasiones, sobre todo, cuando
consideraba imprescindible su actuación (huelga de ferroviarios de 1912, revueltas urbanas),
actuación que complementará con una serie de leyes progresistas que lo enfrentará con los
grupos sociales más conservadores.

La idea de separar la Iglesia y el Estado y la “Ley del Candado” (1910) lo enfrentará con Roma y
con una parte del clero, los cuales se opondrán a las ideas que tenía Canalejas sobre la libertad
de culto y la enseñanza de la religión. Incluso la idea de sustituir el impuesto de los consumos por
otro de carácter progresivo, según la riqueza urbana de cada individuo, lo enfrentará con la
burguesía. Incluso el proyecto de fomentar las mancomunidades provinciales (1912) recibirá el
apoyo de los catalanes, pero lo enfrentará a los políticos centralistas. Sin embargo, algunos de
sus proyectos reformistas conseguirán consolidarse: abolición impuesto de consumos y la ley de
reclutamiento obligatorio de 1911, que en tiempo de paz rebajaba el servicio militar a cinco
meses. Pero muchos de sus proyectos no se llevarán adelante, al ser asesinado en 1912 por un
anarquista en la Puerta del Sol de Madrid.

2.3. LA DIVISIÓN EN LOS PARTIDOS DINÁSTICOS


Después de la muerte de Canalejas, el partido liberal se fragmentará en varios grupos y los
nuevos dirigentes de este partido (Romanones, García Prieto, Alba) no conseguirán nunca la
claridad de ideas, la ética y la competencia de Canalejas. La misma división se producirá al si del
partido conservador entre los seguidores de Dato y La Cierva. Por otro lado, Maura no había
perdonado el hecho de haber sido cesado en 1909 y desde ese momento organizará un grupo
independiente de parlamentarios, conocidos como los mauristas. Incluso, en 1912, se creará un
nuevo partido, el reformista de *Melquíades Álvarez, el cual se presentará como republicano de
derechas y con la pretensión de contribuir a transformar el sistema político en una república de
carácter autonomista.

3. LOS CAMBIOS ECONÓMICOS Y SOCIALES Y LA I GUERRA MUNDIAL


3.1. LA DÉCADA DE LAS GRANDES CRISIS (1913-1923)
En octubre de 1913, el rey elegirá a Eduardo Dato para que formo un nuevo gobierno, el cual de
inmediato, como primera medida, decretará la concesión de la Mancomunidad en Cataluña. Aun
así, el estallido de la Y Guerra Mundial (1914) empezará a generar enfrentamientos entre los
aliadófilos y los germanófilos al si de la sociedad española de la época.

Durante el gobierno liberal de Romanones (1916-1917) aumentará la tensión social en Cataluña.


Además, la crisis de 1917 y las huelgas que se desarrollaron entre 1917 y 1919 provocarán un
intenso clima de conflictividad social por todas partes del Estado español, pues los iniciales
enfrentamientos entre patrones y obreros, se transformarán en episodios reiterados de lucha
violenta en las calles, los cuales causarán numerosos muertos, tanto entre los sindicalistas como
entre los miembros de la patronal.

A las crisis anteriores se añadirá otra que se originará a las filas del ejército, institución donde
empezaba a gestarse cierto descontento como consecuencia del desastre de Annual, además de
la descomposición del régimen que empezará a gestarse entre 1921 y 1923 y que explicará el
golpe de estado de Primo de Rivera.

3.2. EL IMPACTO DE LA GUERRA MUNDIAL (1914-1918)


Durante el conflicto de la Y Guerra Mundial, España se declarará neutral. Esta neutralidad
supondrá, en general, para el país el inicio de un periodo de expansión económica que se
prolongará más allá del conflicto y en consecuencia se mantendrá durante la inmediata posguerra
(1919-1923).

Sin embargo, durante estos años de bonanza económica también se generarán algunos aspectos
negativos que afectarán fundamentalmente a las clases populares:

a) El aumento de los precios fue mucho más elevado que el de los salarios.

b) Escaseará el carbón, energía fundamental para el transporte y la calefacción.

c) Escasearán los alimentos y los productos textiles puesto que estos serán masivamente
exportados en los países en conflicto.

d) En cambio, las exportaciones de cítricos disminuirán de manera muy considerable, lo cual


provocará la crisis de la agricultura valenciana.

Por lo tanto, este contexto explicará los movimientos migratorios, el incremento del proletariado y
la conflictividad social que se originará a partir de 1917.

Pero la burguesía catalana y del País Vasco obtendrá unos beneficios muy considerables con las
transacciones comerciales que se desarrollarán con los países en conflicto. Por la misma razón,
aumentará considerablemente la extracción de mineral a los yacimientos asturianos y las
cosechas de los propietarios agrarios de Castilla y Andalucía. Por lo tanto, la gran cantidad de
oro que ingresará el Estado como consecuencia de las transacciones comerciales le permitirá
cancelar la deuda estatal y adquirir las participaciones de capital extranjero en empresas mineras
y ferroviarias.

3.3. LA OPOSICIÓN DE LOS PARTIDOS ANTIDINÁSTICOS


Durante la guerra, tanto los seguidores de Alejandro Lerroux en Barcelona como los partidarios
de Blasco Ibáñez en València y así como los socialistas de Pablo Iglesias, intensificarán su
anticlericalismo y los ataques a la orden establecido. Sin embargo, estos partidos, además de
participar y fomentar vagos y manifestaciones, aprovecharán sus intervenciones en el parlamento
y los artículos de opinión en la prensa para desacreditar a la monarquía ante la sociedad española
de la época.

Aun así, durante estos años el nacionalismo catalán cambiará de signo. Así, entre 1901 y 1917, la
Liga Regionalista de Francesc Cambó ejercerá el monopolio del catalanismo burgués y practicará
el pactisme político con el gobierno central, mientras que el proletariado se integraba en las filas
del Partido Radical de Lerroux y en los sindicatos de clase como por ejemplo la CNT y la UGT.

Pero, a partir de 1917, surgirá un nuevo tipo de nacionalismo catalanista, caracterizado por una
ideología republicana y de izquierdas. Es en este contexto, donde aparecerán formaciones
políticas como por ejemplo la dirigida por Lluís Companys (Partido Republicano Catalán), el
Esquerra Catalana y el grupo independentista de Francesc Macià (el Estado Catalán). Todos
estos, como consecuencia de la tarea política que llevará adelante Acción Catalana, se
fusionarán en un partido de izquierdas (Esquerra Republicana de Cataluña) que desplazará
políticamente a la Liga a partir de 1931.

4. LA CRISIS DE 1917. MOVIMIENTOS Y SINDICATOS OBREROS


4.1. EL PROBLEMA MILITAR. LAS JUNTAS DE DEFENSA
Entre 1910 y 1917, el proletariado español se organizará y conseguirá ganancias importantes
(fundación de la CNT, colaboración CNT y UGT, actas de diputados para el PSOE), los
nacionalistas exigirán la autonomía y los republicanos se consolidarán políticamente. Este nuevo
contexto político y social determinará y hará posible que durante 1917 estallan tres conflictos de
gran envergadura, promovidos respectivamente por el ejército, por los políticos regeneracionistas
y también por el proletariado. Los tres acontecerán en Barcelona y en consecuencia la ciudad
catalana se convertirá en la principal protagonista de los mencionados episodios.

Al si del ejército, el conflicto se iniciará con la creación por parte de los oficiales de infantería de
las llamadas Juntas de Defensa en 1916. Estas organizaciones se configurarán como un tipo de
sindicatos militares, a través de los cuales los oficiales de la milicia intentarán defender sus
intereses económicos y, sobre todo, los de carácter profesional. Así, estos pretendían:

a) Evitar agravios comparativos con otras armas (caballería, artillería...).

b) Regularizar los ascensos para evitar el nepotismo y las influencias políticas.

A pesar de todo, las Juntas serán prohibidas hasta junio de 1917, fecha en la cual el gobierno
de Eduardo Dato, miedoso de un posible golpe de estado, decidirá legalizarlas.

4.2. LOS PROBLEMAS POLÍTICOS


En esta época el movimiento político catalanista y los partidos de la izquierda antidinástica
exigirán una reforma de la Constitución de 1876, pero el presidente del gobierno además de no
aceptar esa demanda, tampoco convocará a las Cortes, dominada por los partidos de la
oposición, y gobernará por decreto. Sin embargo, ante las reiteradas negativas de Dato a
convocar las Cortes, los parlamentarios catalanistas encabezados por Cambó y Abadal se
reunirán el 5 de julio, y además de exigir la autonomía para Cataluña, convocarán en todos los
diputados y senadores españoles a una “Asamblea de Parlamentarios” a celebrar en Barcelona el
19 de julio de 1917.

La Asamblea de Parlamentarios exigirá del gobierno la convocatoria de unas Cortes


Constituyentes para promover una reforma radical del sistema político vigente. Sin embargo, las
huelgas y los conflictos sociales que se originarán durante el verano de 1917, junto con la oferta
de Alfonso XIII a Cambó, que consistía al integrar dos miembros de la Liga Regionalista en el
nuevo gobierno que iba a presidir el liberal García Prieto, acabarán con los planteamientos
reformistas y con la Asamblea de Parlamentarios.

4.3. LOS PROBLEMAS SOCIALES


Después de configurarse la alianza obrera, al firmar un manifiesto conjunto el 27 de marzo de
1917 las dos grandes sindicales de la época, CNT y UGT, estallará unos meses más tarde, el 20
de julio, una huelga de ferroviarios en València que de inmediato se propagará por todas partes
de España.

Pero, el encarcelamiento a Madrid del Comité de Huelga y el decidido apoyo del ejército al
gobierno, junto con el replanteamiento de los posicionamientos políticos de la Asamblea de
Parlamentarios, determinarán el fracaso de la huelga y la posterior represión de los huelguistas.
Aun así, las manifestaciones obreras organizadas por los militantes de la CNT (Ángel Pestaña y
Salvador Seguí) y la UGT (Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero), recibirán desde el
principio el apoyo y la colaboración del PSOE (Pablo Iglesias), el Partido Reformista (Melquíades
Álvarez) y el Partido Radical (Alejandro Lerroux).

Al ámbito rural también aparecerán signos de descontento, los cuales se originarán en el País
Valenciano al disminuir las exportaciones de arroz y cítricos, mientras que en Andalucía serán
consecuencia de la pervivencia de una estructura de la propiedad basada en la gran explotación
y también a causa de los salarios de miseria que percibían los jornaleros a cambio de su trabajo.

5. EL FRACASO DESAMORTIZADOR Y LA DESCOMPOSICIÓN DEL RÉGIMEN


5.1. EL ÚLTIMO INTENTO DEMOCRATIZADOR Y LA DESCOMPOSICIÓN DEL RÉGIMEN
Entre 1917 y 1919 el recurso a la formación de gobiernos de concentración (nacionales o
liberales) fomentará entre la mayoría de los partidos políticos la esperanza de una próxima
democratización del sistema. Esta aspiración la resumía en 1918 el Partido Reformista al plantear:
a) La reforma de la Constitución.

b) El establecimiento de la soberanía popular y la limitación de las prerrogativas de la Corona.

c) El reconocimiento de la autonomía política para las diferentes regiones que configuraban


España.

d) Secularización del Estado.

e) Reforma o desaparición del Senado.

A pesar de todo, la democratización del país no fue posible, pues, el enfrentamiento entre dos
ministros más destacados del gobierno Maura, Francesc Cambó, ministro de Fomento y defensor
de los intereses de Cataluña y Santiago Alba, ministro de Instrucción Pública y defensor de los
intereses de Castilla, lo impedirá.

5.2. EL MIEDO DE LOS CONSERVADORES


El periodo 1919-1921 se caracterizará por la reacción política de los conservadores a causa de:

a) El miedo de la burguesía española ante las violentas huelgas que se originarán en 1919 y ante
el hecho de que en España triunfara una revolución parecida a la que se originó en
Rusia en octubre de 1917.

b) El problema del Marruecos.

c) El desorden y la violencia.

Entre 1919 y 1923 el movimiento obrero organizado conseguirá el máximo protagonismo del
periodo, sobre todo en la ciudad de Barcelona, como consecuencia de:
a) Los enfrentamientos entre patrones y obreros que generarán numerosos desórdenes en la
calle.

b) Atentados terroristas.

c) Fenómenos como por ejemplo el pistolerismo.

d) Huelgas obreras y “lock outs” o cierres de empresas por parte de los patrones.

Particularmente, destacará por su violencia, la huelga protagonizada en 1919 por los obreros de
la Canadiense, empresa eléctrica de Barcelona que iniciará un paro general de la industria en
Cataluña y forzará en el gobierno a aprobar la jornada laboral de 8 horas.

El retorno al poder del conservador Dato en 1920 y el apoyo del presidente del gobierno al
General Martínez Anido para que estableciera toda una serie de medidas para parar el terrorismo,
entre otros, la ley de fugas, no conseguirán los propósitos planteados puesto que incluso el
mismo Eduardo Dato será asesinado.

5.3. DE ANNUAL A LA DICTADURA


Entre 1921 y 1923, además de las problemáticas antes mencionadas, hay que insistir en otra que
se derivará del Desastre de Annual en 1921: emboscada preparada por fuerzas rebeldes de Abd-
lo- Krim en el norte del Marruecos que provocará 12.000 bajas al ejército español y anulará las
conquistas conseguidas por los españoles en los 12 años de dominación anterior. Como
consecuencia de la derrota se abrirá una investigación dirigida por el general Picasso, el cual,
como instructor del caso, determinará las responsabilidades del desastre. En este contexto, el
monarca no apoyará las propuestas democratizadoras del gobierno liberal de García Prieto y por
el contrario dará el visto bueno al golpe de estado del General Primo de Rivera.

TEMA 10. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y EL FINAL DE LA MONARQUÍA


(1923-1930)

INTRODUCCIÓN
Miguel Primo de Rivera, fiel a la tradición de los numerosos pronunciamientos militares que
caracterizarán el siglo XIX en España, protagonizará otro en 1923 con el apoyo de Alfonso XIII. Al
triunfar el golpe, Primo de Rivera se proclamará el salvador de la patria y “el cirujano de hierro”
que tenía que extirpar sus males.

De su compleja personalidad hay que destacar su paternalismo y su aparente religiosidad,


actitudes que contrastaban con una vida privada bastante escandalosa. Aun así, su educación
militar determinará una personalidad que valorará y respetará de manera muy considerable la
jerarquía y la obediencia. Además, este militar tenía una gran admiración por la ciencia y la
cultura, pero, contradictoriamente, despreciaba los intelectuales.

Su tarea como gobernante se caracterizará por su incapacidad para transformar y erradicar los
comportamientos oligárquicos de la sociedad española de la época.

1. LOS ORIGENES DE LA DICTADURA


1.1. EL PRONUNCIAMIENTO
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, encabezará
un golpe de estado que triunfará en todo el país y será apoyado por el rey Alfonso XIII. A partir de
ese momento el destino de la monarquía quedaba ligado al del dictador. Así, la caída del dictador,
siete años después, arrastrará un año más tarde a la del monarca.

A pesar de todo, hoy, todavía no se ha demostrado que el monarca fuera el promotor del golpe
de estado, pero no hay duda que estaba enterado de la conspiración que desde los cuarteles se
planeaba. Por otro lado, Alfonso XIII se sentía ahogado por una Constitución (la de 1876) que
limitaba su libertad de acción política; el monarca, incluso, declarará en alguna ocasión que
podría gobernar con la Constitución o sin ella. Incluso , llegará a consultarle a Antonio *Maura la
posibilidad de encabezar un régimen dictatorial, pero el político conservador le hizo comprender
que esto era una tarea propia de militares, como se había demostrado tantas veces durante el
siglo XIX.

Primo de Rivera, militar que había conseguido su prestigio en las campañas de Cuba, Filipinas y
Marruecos, para hacer triunfar el golpe recibirá el apoyo otros generales como por ejemplo
Sanjurjo en Zaragoza y, especialmente, del gobernador militar de Madrid, el duque de Tetuà. Ante
los hechos consumados del golpe, el presidente del gobierno, el liberal García Prieto, solicitará al
rey la destitución de los militares sublevados, pero al negarse este, el gobierno dimitirá. Entonces
el rey le encargará a Primo de Rivera la formación de un nuevo gobierno, y, así, por el real decreto
de 15 de septiembre de 1923 el Capitán General de Cataluña será nombrado presidente del
Directorio Militar. De inmediato, el mismo día, Primo de Rivera divulgará su “Manifiesto al País y al
Ejército”, documento donde expresaba su propósito de liberar en España de los profesionales de
la vieja política y también de iniciar todo un conjunto de reformas políticas, sociales y económicas
de manera urgente y de las cuales el Estado estaba muy necesitado. Iniciaba así, una política
personalista y paternalista que en ocasiones provocará algunas tensiones con el monarca; la
frase de Primo de Rivera “a mí no me borbonea nadie” es la evidencia del hecho mencionado.

1.2. APOYOS Y OPOSICIÓN AL GOLPE MILITAR


En el gobierno del Directorio Militar se opondrán el PCE y la CNT, organizaciones que intentarán
mediante el recurso a la huelga parar el golpe, pero que fracasarán en su propósito por la
carencia de apoyo popular a la iniciativa. Aun así, las dos organizaciones serán declaradas
ilegales y sus dirigentes más importantes encarcelados. Por otro lado, el nuevo dictador recibirá
el apoyo del Ejército, especialmente de los militares africanistas, la Iglesia y la aristocracia.
Además, el golpe de Primo de Rivera será recibido con gran satisfacción por la burguesía
catalana, que identificará al militar golpista con el restaurador de la paz social y de la orden en las
calles.

El Partido Socialista Obrero Español y la UGT, mantendrán una postura de prudencia y no se


enfrentarán al nuevo régimen, por lo cual este permitirá que las Casas del Pueblo continúan
abiertas y que, incluso, su periódico, “El Socialista” continúa publicándose. Incluso, algunos
dirigentes de estas organizaciones colaborarán en alguna ocasión con el régimen y, así, el líder de
la UGT, Largo Caballero, fue nombrado miembro del Consejo de Estado. Tan solo, a partir de
1929, al iniciarse la crisis política de la dictadura se opondrán al régimen.

2. EL DIRECTORIO MILITAR (1923-1925). PROBLEMAS Y SOLUCIONES


2.1. EL PROGRAMA REGENERACIONISTA
El Director Militar, presidido por Primo de Rivera, lo formarán ocho generales de brigada un
contralmirante . Además, el dictador reconocerá el poder del monarca y desde los principios de
una ideología limpiamente conservadora intentará resolver los principales problemas del país: el
grave problema del Marruecos, el terrorismo, la agitación de la clase obrera, el separatismo
catalán y la corrupción de los políticos.

Todos estos temas eran objeto de debates y discusiones entre la opinión pública, y, el dictador,
con una visión claramente regeneracionista, asumirá, inteligentemente, esas preocupaciones
populares en un programa de gobierno que resultará muy atractivo para la inmensa mayoría del
país, lo cual explica la buena acogida que tuvo el nuevo régimen en sus inicios.

2.2. OREDEN PÚBLICO, TERRORISMO Y PAZ SOCIAL


Para garantizar el orden público, el Directorio Militar declarará el estado de guerra por todas
partes del país y, además, el dictador sustituirá los gobernadores civiles por gobernadores
militares, los cuales reprimirán duramente cualquier manifestación contraria al régimen,
encarcelando los opositores, especialmente los anarquistas y los comunistas. Aun así, la
Constitución será suprimida, se prohibirán las actividades de todos los partidos políticos y,
incluso, el nuevo régimen procederá a la disolución de las Cortes.

Los resultados de esta política represiva serán evidentes de inmediato. Así, entre 1923 y 1928,
tan solo se producirán 51 atentados, mientras que en el quinquenio anterior, es decir entre 1918 y
1923, se habían producido 1.259. Las vagas también se reducirán considerablemente y, así, de
las 465 organizadas en 1923, una año después, en 1924, tan solo se contabilizaban 165. Tan
solo, cuando la Dictadura inicio su bajada, a partir de 1929, volverán a generalizarse las huelgas.
Pero, de momento, la tranquilidad volverá a las grandes ciudades, especialmente, en los grandes
centros fabriles de Bilbao y Barcelona.

2.3. EL REGENERACIONISMO DE LA VIDA POLÍTICA


La dictadura para regenerar la vida política y acabar definitivamente con la corrupción, propondrá
como alternativa una solución que empezará a gestarse, a partir de 1924, al iniciarse la
promoción de un partido político en que se quería integrar a “gentes de ideas sanas y a hombres
de buena fe”, para que se agruparon en un organismo que no sería ni de izquierdas ni de
derechas. Así, surgirá la “Unión Patriótica”, partido al cual su fundador describirá como “un
partido central, monárquico, templado y serenamente democrático” y con unos principios
políticos basados en el lema “Dios, Patria y Religión”. Sin embargo, este partido tan solo
incorporará a sus filas a antiguos caciques, un sector de la burguesía conservadora,
simpatizantes de los Círculos Católicos, comerciantes, terratenientes e industriales. Aun así, esta
formación política no conseguirá el apoyo social esperado, más bien, por el contrario, con el paso
del tiempo se convertirá en una agrupación de oportunistas sin ninguna vocación política. Por lo
tanto, este partido se originará con el régimen de la Dictadura y se hundirá cuando este entro en
crisis.
3. EL DIRECTORIO MILITAR (1923-1925).
3.1. LA SOLUCIÓN DE UN CONFLICTO
Desde principios de siglo, la pacificación del territorio del Rif, bajo protectorado español, había
sido un problema grave. En 1917, Primo de Rivera era partidario de abandonar el territorio,
puesto que observaba los reiterados enfrentamientos entre militares africanistas (partidarios de
mantener la ocupación militar del Marruecos, así esta situación permitirá a los militares toda una
serie de ascensos rápidos por méritos de guerra) y los militares integrados a las Juntas
(partidarios de una organización jerárquica del ejército y de los ascensos por antigüedad). Aun
así, Primo de Rivera era consciente del enorme gasto que en el Estado le suponía el
mantenimiento de un ejército en estado de guerra permanente, además de valorar también la
oposición de la clase trabajadora a la permanencia del ejército en el Marruecos, donde los
reclutas, procedentes de las clases más humildes, eran destinados sin ningún tipo de preparación
militar a sufrir numerosas penalidades. Recordamos, además, que la causa de la Semana Trágica
de 1909 fue la movilización de los reservistas para luchar en la Guerra del Marruecos.

El desastre de Annual, en 1921, pondrá de manifiesto la carencia de efectividad y la mala


organización del ejército de África, episodio que ocasionará más de 12.000 muertos entre las
tropas españolas y que, además, reforzará la tesis de abandonar Marruecos por parte de Primo
de Rivera. Sin embargo, el ascenso al poder de Primo de Rivera parará la instrucción del llamado
“Expediente Picasso”, el cual podría haber implicado directamente al rey en el desastre de
Annual, pues parece ser que este animó directamente al general Silvestre a llevar adelante la
operación, sin notificar nada al ministro de la Guerra.

Así, Primo de Rivera, al acceder al poder, iniciará una política de reducción de tropas y de retirada
de las zonas más comprometidas. La protesta de los militares africanistas, encabezados por el
teniente coronel Francisco Franco, segundo ninguno de la Legión Extranjera, será inmediata y
exigirán del dictador una ofensiva contra el líder de los rebeldes rifeños Abd-Lo-Krim.
Sin embargo, cuando Con-El-Krim decidió atacar la zona del protectorado bajo control francés, el
gobierno de París solicitará la ayuda de Primo de Rivera para organizar una operación militar
conjunta para reprimir definitivamente la rebelión *rifenya. El propio dictador diseñará y planteará
la operación de *desembarc en *Alhucemas (septiembre de 1925), consiguiendo, a causa del
factor sorprendida, la derrota del enemigo, con un número de bajas poco importante: 16 muertos.
El éxito de la operación tuvo repercusiones muy importantes, pues, siete meses después Abd-Lo-
Krim pedirá la paz y se rendirá a los franceses, los cuales lo deportarán en la isla de la Reunión,
en el Océano Índico.

3.2. EL FORTALECIMIENTO DEL EJÉRCITO DE ÁFRICA


Esta victoria militar facilitará la normalización de las relaciones del dictador con los militares
africanistas. El dictador, después de haber observado en combate la eficacia de las tropas
especiales (Legión Extranjera y Tropas Regulares Indígenas), decidirá la ampliación de estas
unidades para que, muy armadas, organizadas y mandadas, sustituyeron a los reclutas
peninsulares que sin ningún tipo de ilusión se dirigían en el Marruecos a realizar el servicio militar.

No hay duda, que el éxito de la campaña de África consolidará el régimen de Primo de Rivera y
animará el dictador a continuar en el poder, pero con la introducción de algunos cambios. Así, en
diciembre de 1925, nombrará un nuevo gobierno en el cual los militares serán sustituidos por los
civiles; se iniciaba así la época del Directorio Civil (1925-1930).

4. EL DIRECTORIO CIVIL (1925-1930): REFORMAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


4.1. EL INTERVENCIONISMO DEL ESTADO
Según Primo de Rivera, el Estado era una institución a la cual le correspondía dirigir y fomentar la
actividad económica. Por otro lado, su formación militar determinará su intento de jerarquizar
militarmente los organismos y la relaciones sociales en tres núcleos básicos: la familia, el
municipio y las organizaciones profesionales.

Este aumento del intervencionismo del Estado a ámbito de la economía y la sociedad, se


producirá por influencia del fascismo italiano, en un intento de crear una sociedad alternativa al
capitalismo y al socialismo. Se configurará, así, el espíritu del corporativismo que será el origen
de la Organización Corporativa Nacional, un nuevo modelo de sindicalismo en que estarán
representantes todos los oficios, agrupando sus miembros a través de comités locales,
provinciales y nacionales.
Aun así, el Estado tratará de incrementar la recaudación de la hacienda a través de:
a) La emisión de títulos de deuda pública.
b) Una reforma fiscal, que llevará adelante el ministro de Hacienda, Calvo Sotelo, a través de la
cual se intentará modernizar el impuesto sobre la renta y aumentar las contribuciones en el
Estado de los capitales invertidos y de los derechos de sucesión. Sin embargo, la reforma
tributaria no conseguirá sus propósitos: aumentar la recaudación de la hacienda.

Primo de Rivera intentará plasmar algunas de las ideas de Joaquín Costa y de los ilustrados del
siglo XVIII, a través de una política generalizada de construcción de obras públicas, bajo la
dirección del ministerio de Fomento (así durante la época de la dictadura se construirán más de
7.000 km. De carreteras). Incluso, incluso, se llevarán adelante también numerosas obras
hidráulicas para generalizar el regadío y aumentar la producción de electricidad. Surgirán así, las
Confederaciones Hidrográficas, encargadas de planificar el riego y la distribución de la
electricidad. En relación al ferrocarril, a pesar de que las nuevas líneas que se abrirán no serán
muy numerosas, se modernizará el material rodante y se doblarán, también, algunas vías de
ferrocarril, sobre todo las más importante.

Por otro lado, hay que señalar también, que la Dictadura llevará adelante una política monopolista
que, mediante la creación de la CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos),
pondrá en manos del Estado, la importación, refinado y distribución de este producto en el país.
Aun así, el monopolio de la telefonía será concedido a una empresa norteamericana, la ITT.

El proteccionismo a la industria se verá favorecido por una política antiliberal que restringirá los
importaciones. Aun así, se creará un Consejo Económico Nacional que será la institución que
autorizará la instalación de nuevas industrias.

4.2. UNA POLÍTICA SOCIAL PATERNALISTA


La Dictadura, a través del Ministerio de Trabajo, dirigido por Eduardo Aunós, conseguir consolidar
sin demasiadas pretensiones cierta política social. Así, el régimen establecerá un seguro de
maternidad y un subsidio para las familias numerosas, se crearán los comités paritarios de
empresarios y trabajadores para resolver los conflictos laborales y al ámbito de la educación se
crearán 5.000 nuevas escuelas y un número similar de maestros accederán a la función pública.

5. LA DESCOMPOSICIÓN Y LA CAÍDA DEL DIRECTORIO (1930)


5.1. EL DESGASTE DEL RÉGIMEN
Después de seis años de gobierno, la figura del dictador se había desgastado de manera
considerable desde el punto de mira político, que sobre su persona recaerán las
responsabilidades y el descontento de la actuación política de la Dictadura. Sin embargo, no se
ha valorado suficientemente el hecho de que el dictador, que entonces tenía 59 años, estaba
gravemente enfermo, por lo cual parece que no se enfrentará a sus opositores. Su mal sido de
salud se evidenciará al morir, dos meses después de su dimisión.

A pesar de todo, la Dictadura permitirá la existencia de ciertos partidos políticos y no actuará con
excesiva dureza con todos el opositores al régimen; incluso, la censura del régimen permitirá
cierta libertad de expresión y crítica al régimen a través de la prensa. En consecuencia, el régimen
establecido por Primo de Rivera, podemos catalogarlo como una Dictadura suave, sobre todo si
la comparamos con la brutal represión que sufrirá el país, nueve años después y durando cerca
de cuarenta años con la dictadura del general Franco.

5.2. LA OPOSICIÓN AL RÉGIMEN


Se opondrán al régimen de la Dictadura los que despectivamente eran considerados por Primo
de Rivera “profesionales de la política”, fundamentalmente, liberales y conservadores, excluidos
por el dictador de cualquier responsabilidad política en el nuevo régimen. Estos, con el apoyo de
algunos sectores del ejército, intentarán el recurso al golpe de estado en algunas ocasiones, a
pesar de que fracasarán a causa de una mala organización y carencia de preparación.

Pero, ¿por qué el ejército se oponía a Primo de Rivera? Las diferencias se iniciarán al enfrentar-
se el dictador con el cuerpo de Artillería, en intentado Primo de Rivera que los ascensos se
propusieron por méritos y capacidades y no por antigüedad. La mayoría de los oficiales
protestarán y algunos se entrevistarán con Alfonso XIII para que obligará a Primo de Rivera a
cambiar de opinión. A pesar de todo, el rey no apoyará el cuerpo de Artillería y desde ese
momento un sector del ejército empezará a simpatizar con las ideas republicanas.
Sin embargo, los republicanos, con dirigentes intelectualmente muy preparados como por
ejemplo Manuel Azaña, no representarán una fuerte oposición para el régimen.

La burguesía catalana, a cambio de su inicial apoyo al nuevo régimen, tratará de incrementar los
niveles de autonomía de la que disfrutaban. Sin embargo, Primo de Rivera los defraudará y, a
partir de 1925, se prohibirá el uso del catalán para predicar en las iglesias y en los actos oficiales
y también hacer ostentación de los diferentes símbolos con los cuales se identificaban las
distintas nacionalidades del Estado español.

Los intelectuales, aprovecharán las cátedras y los ateneos para censurar el régimen. En esta
tarea destacarán Valle-Inclán, Unamuno, Blasco Ibáñez y a finales de la Dictadura, Azorín y
Ortega y Gasset.

El mundo universitario provocará también numerosos problemas al régimen, sobre todo, por las
constantes alteraciones del orden público. Las universidades serán clausuradas en numerosas
ocasiones y algunos de los dirigentes de la FUE (Federación Universitaria de Estudiantes) serán
encarcelados.

Hay que señalar también, que las organizaciones con mayor intensidad y dureza sufrirán la
represión del régimen serán los comunistas y los anarquistas de la CNT y la FAI (Federación
Anarquista Ibérica).

Ante ese panorama de oposición y crítica, Primo de Rivera consultará a los Capitanes Generales
si continuaba disfrutando del apoyo del ejército para gobernar y ante la ambigüedad de la
respuesta, presentará su dimisión al rey el 30 de enero de 1930. Dos meses después moría al
exilio de París.

6. EL HUNDIMIENTO DE LA MONARQUÍA
6.1. LA DICTABLANDA DEL GENERAL BERENGUER
El rey, después de aceptar la dimisión el general Primo de Rivera, nombrará presidente del
Consejo de Ministros a otro militar: el general Berenguer. El objetivo de este militar consistirá al
devolver a la legalidad política anterior al golpe de estado de 1923, es decir, restablecer la
vigencia de la Constitución de 1876 y convocar elecciones generales.

A pesar de todo, la monarquía disponía ya en estos momentos de muchos pocos apoyos:


terratenientes y caciques, financieros, industriales y los católicos tradicionales se configuraban
como los principales apoyos del monarca.

Por otro lado, la oposición al régimen, sobre todo a partir del momento en que se suprime
cualquier tipo de censura a la libertad de expresión, se incrementará de manera muy
considerable, intensificándose y reiterándose los mítines y actos políticos contra la monarquía.
Aun así, la situación social y económica también se deteriorará, puesto que, a principios de los
años treinta, España empezará a sufrir las repercusiones del crack del 29, lo cual implicará un
descenso muy considerable de las exportaciones de productos agrícolas, el cierre de empresas y
el aumento del paro. Esta nueva situación determinará un incremento muy considerable de las
huelgas y de los atentados y, en consecuencia, la paz social desaparecerá.

Incluso, las clases medianas se daban cuenta de la incapacidad del monarca, con su nuevo
gobierno, para superar la crisis económica y social que sufría el país y empezarán a pensar en
otro sistema de gobierno, alternativo a la monarquía: la república.
El republicanismo, reprimido y marginado políticamente durante la dictadura de Primo de Rivera,
aumentaba su popularidad de manera muy considerable entre los diferentes grupos sociales que
configuraban la sociedad española de la época: clases medianas que deseaban la paz social,
autonomistas catalanes, militares humillados, partidos de izquierdas y sindicatos de clase
tradicionalmente opuestos a la monarquía y, el PSOE y la UGT, que a través de Indalecio Prieto
trataban de olvidar el colaboracionismo de algunos dirigentes del partido y el sindicato con la
dictadura de Primo de Rivera.

Incluso los intelectuales intensificarán sus críticas a la monarquía. En este sentido hay que
destacar algunos de los artículos publicados por Ortega y Gasset en el periódico “El Sol”.
Incluso, antiguos colaboradores de la monarquía (Niceto Alcalá Zamora i Miguel Maura)
abandonarán al monarca y, además, incluso, propondrán un referéndum para que la sociedad se
pronunciara sobre la continuidad de la monarquía.

En este contexto, la oposición política a la monarquía firmará en agosto de 1930, el pacto de San
Sebastián, con el objetivo de crear un comité revolucionario que provocara la quiebra de la
monarquía.
Por lo tanto, el gobierno, asediado políticamente por la oposición republicana y los partidos de
izquierdas, evidenciará su incapacidad para reaccionar y llevar adelante las reformas que la
oposición exigía. En consecuencia, este gobierno tan débil, empezará a ser conocido entre la
opinión pública como la Dictablanda, la prueba más evidente de esta realidad será la
configuración en el Ateneo de Madrid de un gobierno republicano que empezará a actuar desde
la sombra. Aun así, al declararse los republicanos partidarios de la abstención, ante las
elecciones generales que quería convocar Berenguer, este dimitirá como jefe de gobierno.

6.2. LAS ELECCIONES MUNICIPALES DEL 12 DE ABRIL DE 1931


El almirante Aznar sustituirá al general Berenguer como jefe de gobierno y una de las primeras
medidas que aprobará el nuevo ejecutivo será la convocatoria de elecciones municipales, las
cuales se celebrarán el 12 de abril. Las candidaturas republicanas se impondrán en 41 de las 50
grandes ciudades y el rey, como consecuencia de estos resultados, abdicará. Así, el 14 de abril
de 1931 se proclamará la II República Española, recibimiento con entusiasmo y una gran
expectación por la mayoría de la población.

PACTO DEL PARDO


Lo firman Cánovas, Sagasta y la regente Mª Cristina. Con el se consolida el turno pacífico, el
sistema canovista y la regente se mantiene al margen de la política.

CÁNOVAS Y SAGASTA TIENE CLARO QUE ESPAÑA TIENE QUE CENTRALIZARSE (MISMA LEY,
CONEDA, POLÍTICA, IMPUESTOS, EJÉRCITO)

LUDISMO: Romper las máquinas

TEMA 11. LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)

INTRODUCCIÓN
La segunda república española se proclamará en el contexto de una intensa crisis económica
internacional.

A principios de la década de 1930, España empezará a sufrir las repercusiones de la crisis


económica mundial que se había originado, en 1929, en los EE. UU.. Aun así, a lo largo de la
década, la crisis se intensificará y el paro se incrementará considerablemente, en consecuencia,
los planteamientos de las masas de parados rurales y urbanas se radicalizarán.
Políticamente, la Europa democrática se verá desbordada por la consolidación del fascismo en
Italia, el nazismo en Alemania y del comunismo en la Unión Soviética. Por otro lado, en España,
tanto de los fascismos como las diferentes ideologías de carácter obrerista conseguirán un
número bastante considerable de simpatizantes, los cuales se enfrentarán violentamente
alterando el orden público, fomentando una importante inseguridad ciudadana que a corto plazo
contribuirá a hundir una República democrática, asediada tanto por la derecha como por la
izquierda, sistema político, que por otro lado, sufrirá la crisis definitiva al estallar la Guerra Civil,
entre 1936-1939.

1. LOS ORIGENES DE LA SEGUNDA REPÚBLICA


1.1. LAS ELECCIONES DEL 12 DE ABRIL DE 1931
El 12 de abril de 1931, en el contexto de una gran expectación, se celebrarán elecciones
municipales en España. A pesar de que las mujeres no podían votar, el índice de participación se
aproximará al 70% del electorado, lo cual significará una abstención que se situará alrededor del
30%.

Los resultados electorales pondrán de manifiesto que el panorama político español había
cambiado, puesto que las candidaturas republicanas se habían impuesto en las grandes
ciudades, donde la libertad de voto, muy alejada de la influencia caciquil de los ámbitos rurales,
era muy elevada. En 41 de las 50 capitales de provincia y en otras ciudades como por ejemplo
Sabadell, Terrassa, Elda, Alcoy, Gandia, Jaca, Gijón, Irún, Cartagena, Linares y Úbeda, los
republicanos se habían impuesto. En total serán elegidos 5.775 regidores republicanos, en las
grandes ciudades, y 22.150 monárquicos en el medio rural.

En este contexto y ante la carencia de apoyos para la monarquía, puesto que tanto Romanones,
uno de los ministros más carismáticos del gobierno Aznar, como el general Sanjurjo, ninguno de
la Guardia Civil, se manifestarán ante el rey partidarios de respetar la voluntad popular y de la no
utilización de las fuerzas de orden público para reprimir a las masas urbanas que festejaban por
las calles la victoria republicana. En este sentido, el conde Romanones irá más lejos y aconsejará
el rey que abandono el país. Así, ante la carencia de apoyos, el rey iniciará su exilio el 13 de abril,
después de hacer público un manifiesto, donde explicaba los motivos por los cuales abandonaba
el país. Aun así, la tarde del día 14, los miembros del gobierno provisional (Alcalá Zamora de la
derecha liberal republicana y nombrado presidente de la II República; Azaña de Acción
Republicana; Largo Caballero del PSOE; y Lerroux del Partido Radical) proclamarán desde el
balcón del Ministerio de la Gobernación, en la Puerta del Sol a Madrid, la Segunda República
española, ante una gran multitud que los aclamaba.

1.2. EL GOBIERNO PROVISIONAL


El mismo 14 de abril se constituirá un gobierno provisional, que tendrá como objetivo principal
convocar elecciones a Corts para elaborar una nueva Constitución. En el mencionado gobierno
estarán presentes la mayoría de los firmantes del Pacto de San Sebastián.

A pesar de toda su provisionalidad, este gobierno, durante los dos meses en que desarrollará su
tarea, realizará importantes reformas. Así, establecerá la jornada laboral de ocho horas en el
campo, la obligación de los propietarios de dar trabajo prioritariamente a los jornaleros de su
término municipal y, incluso, la obligación de los propietarios de cultivar sus tierras según las
costumbres del lugar.

En el ámbito educativo, se autorizará la construcción de 6.570 nuevas escuelas y se convocarán


oposiciones para cubrir 7.000 plazas de maestro, además de aumentarlos considerablemente el
sueldo y planificarse la creación de 5.000 bibliotecas al ámbito rural. A pesar de todo, la
supresión de la enseñanza obligatoria de la religión empezará a despertar ciertas desconfianzas
por parte de la Iglesia católica.

Sin embargo, los problemas de la nueva república surgirán de inmediato. Así, en Cataluña, el
principal dirigente político de los nacionalistas Francesc Macià proclamará, ilegalmente, la
república catalana, los anticlericales más radicales quemarán un centenar de conventos a Madrid
y otras ciudades y de inmediato las huelgas se generalizarán y en algunas ocasiones las fuerzas
de orden público se enfrentarán con los huelguistas, produciéndose algunos muertos.

2. SOCIEDAD Y ECONOMÍA EN 1931


2.1. EL ATRASO ECONÓMICO Y SOCIAL
La España que recibe en la Segunda República el 14 de abril de 1931 era un país muy atrasado y
con unas considerables diferencias de clase entre la burguesía y la aristocracia por un lado y la
gran mayoría del proletariado urbano y agrícola por la otra.
La lentitud y el atraso de la Revolución Industrial no había permitido, como en otros países, la
aparición de una numerosa clase mediana que se habría configurado como un colchón para
amortecer las tensiones y enfrentamientos entre las dos clases antes mencionadas.
España, al proclamarse la Segunda República, tenía una población de 23.563.867, de los cuales
3 millones vivían en 11 ciudades de más de 100.000 habitantes y una gran masa de campesinos
se configuraba como el 45,41% de la población activa. En consecuencia, España continuaba
configurando- se como un país predominantemente rural, pero con unas estructuras agrarias muy
atrasadas, con una estructura de la propiedad muy mal repartida, con una carencia de inversión
para modernizar el país muy considerable y con unos niveles de renta por debajo de la media
europea, hecho que determinará un poder adquisitivo insignificante por parte de la mayoría de la
población.
En esta época se ha calculado que unas 10.000 familias eran las propietarias de más de la mitad
de las tierras cultivadas y que más del 33% de las tierras eran grandes propiedades superiores a
las 250 hectáreas. Esas cifras contrastaban con los cerca de 2 millones de jornaleros agrícolas
que no disponían, evidentemente, de tierras y que, con sus familias, generalmente bastante
numerosas, configuraban una gran masa de población.
En la industria se configuraban unos desequilibrios parecidos. Se estimaba en la época, que la
gran burguesía industrial estaba integrada por unos 78.000 individuos y la gran burguesía de
servicios (banqueros, altos funcionarios, gerentes de grandes compañías...) por 125.000
personas. Por lo tanto, el país carecía de una numerosa clase mediana de comerciantes y
profesiones liberales.
Incluso, la balanza comercial era la típica de un país poco desarrollado y, por lo tanto,
predominaban las importaciones (productos industriales) sobre las exportaciones (productos
agrícolas y minerales).

2.2. EL PARO
La emigración del campo en la ciudad y, incluso, en el extranjero, bastante considerable durante
los años de la dictadura de Primo de Rivera, se parará con las repercusiones de la crisis
internacional que afectará a todos los sectores productivos. Las ciudades habían dejado de
ofrecer trabajo en sus fábricas y en el sector servicios, y en los países extranjeros se rechazaban
los extranjeros y más de 300.000 personas devolverán en España durante los primeros años de la
República, cifra que contribuirá a incrementar las tasas de paro, el cual aumentará
considerablemente.

Este aumento del paro se explica, también, por la desconfianza que generará el nuevo régimen
republicano entre el gran capital. Así, este sentimiento de inseguridad provocará la caída de la
bolsa, ante la carencia de inversión. Aun así, se producirá una gran fuga de capitales hacia el
extranjero, los cuales, evidentemente, no se invertirán en el campo y en la creación de nuevas
industrias.

Estas serán las situaciones más importantes a las cuales tendrán que hacer frente los políticos de
la Segunda República, presidida hasta la época del Frente Popular por Niceto Alcalá Zamora.

3. LA CONSTITUCIÓN DE 1931
3.1. LAS ELECCIONES A CORTES CONSTITUYENTES (1931)
El gobierno provisional convocará elecciones en junio de 1931, para configurar las nuevas Cortes
Republicanas. No olvidamos que las anteriores, las municipales del 12 de abril, además de
renovar los ayuntamientos, habían propiciado el cambio de la monarquía por la república. Estas
elecciones se celebrarán con una elevada participación popular, un 70% del electorado
participará en la consulta. A pesar de todo, la abstención continuará predominando en las zonas
geográficas de influencia anarquista.

Aun así, de los 470 escaños en disputa, los socialistas conseguirán 115, convirtiéndose así en la
principal fuerza política de la izquierda, con mucha influencia en las zonas latifundistas de
Andalucía. En cambio, el principal partido de la derecha tan solo obtendrá 26 actas de diputados.
En su conjunto, el nuevo parlamento estará dominado por los republicanos y socialistas. Así,
formará gobierno la alianza de fuerzas políticas más votada: socialistas y republicanos y el
objetivo del nuevo parlamento consistirá al elaborar una nueva Constitución para sustituir la de
1876.

3.2. LA CONSTITUCIÓN REPUBLICANA DE 1931


Después de largos debates a las Cortes, se aprobará una nueva Constitución el 9 de diciembre
de 1931, y a través de sus artículos se pondrán de manifiesto los planteamientos nuevos,
modernos y progresistas del nuevo texto constitucional. España, según el artículo primero se
configurará como “una república democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en
régimen de Libertad y de Justicia”. Aun así, y en relación con la controvertida cuestión de las
autonomías la nueva Constitución consideraba que: “La república constituye un Estado
intermedio, compatible con la autonomía de los municipios y de las regiones”.

Sin embargo, la aprobación de los artículos referidos a la Iglesia generarán discusiones muy
acaloradas, ya en un primer momento se consideró la posibilidad de disolver todas las órdenes
religiosas y al confiscar sus patrimonios. Al fin, este planteamiento inicial se moderará y tan solo
se suprimirá la Compañía de Jesús (jesuitas), además de proponerse la posterior disolución de
todas aquellas que supusieron un peligro para la seguridad del Estado. Además, la nueva
Constitución evidenciará la separación entre la Iglesia y el Estado: “El Estado español no tiene
religión oficial”. Lo cual, generará la oposición de la Iglesia al régimen republicano.
Entre otros artículos de la Constitución, hay que mencionar aquellos que destacan por su
carácter innovador:

a) El que hacía referencia a la libertad de expresión: “derecho a emitir libremente sus ideas y
opiniones... sin someterse a censura previa”.

b) Los que reconocían el derecho al sufragio femenino por primera vez en la historia de España, la
posibilidad de que las mujeres accedieron a cargos públicos y también el derecho al divorcio.

c) Los que hacían referencia a los derechos de los trabajadores (seguro de paro, enfermedad...).
Incluso el artículo 44 preveía que “la propiedad de toda clase de bienes podrá ser objeto de
expropiación forzosa por causa de utilidad social, mediante adecuada indemnización... Los
servicios públicos y las explotaciones que afectan el interés común pueden ser nacionalizados”.
Este artículo, aparentemente revolucionario para la época, aumentará las ilusiones de jornaleros
sin tierra y provocará la oposición de los propietarios latifundistas, a pesar de que el carácter
revolucionario del mencionado artículo se diluirá, al considerar el texto constitucional que: “En
ningún caso se impondrá la confiscación de bienes...”.

Aprobada la Constitución por el parlamento, será designado presidente de la República Niceto


Alcalá Zamora y jefe de gobierno, Manuel Azaña, ambos dirigentes de dos partidos republicanos:
la Derecha Liberal Republicana y Acción Republicana.

4. EL GOBIERNO DE AZAÑA
4.1. PROYECTOS Y DIFICULTADES DEL PRIMER GOBIERNO
El gobierno de Azaña era una coalición de republicanos y socialistas, por lo cual el periodo
también es conocido como la época de la conjunción republicana-socialista o el bienio radical-
socialista. Este gobierno conseguirá el apoyo de los grupos nacionalistas catalán y gallego,
mientras que los radicales de Alejandro Lerroux se configurarán como una oposición moderada al
gobierno de Azaña.
Las tareas a las cuales tendrá que hacer frente este gobierno serán numerosas, pues tenía la
intención de llevar adelante todo un conjunto de reformas muy importantes al si de la sociedad
española de la época: Reforma Agraria (nacionalizar las tierras de Castilla, Extremadura y
Andalucía), ley del divorcio y del matrimonio civil, el Estatuto de Autonomía para Cataluña, la ley
de Congregaciones Religiosas y la ley de orden público entre otros.

A pesar de todo, la tranquilidad que necesitaba este gobierno y el parlamento para legislar y
aplicar las leyes se romperá de inmediato. Sobre todo, porque muchos jornaleros habían
supuesto que la proclamación de la República era sinónimo de reparto de tierras, lo cual generará
unas expectativas que muy pronto serán defraudadas y originarán conflictos, en ocasiones muy
violentos, entre los campesinos y las fuerzas del orden público (Guardia Civil y Guardia de Asalto).
Así, el último día del año de 1931 el gobierno tendrá que hacer frente al primer conflicto grave,
puesto que en el pueblo de Castilblanco (Badajoz), la Guardia Civil al disolver una manifestación
de campesinos, atacará los guardias, los mutilará y acabará con la vida de cuatro de ellos. La
situación se agraviará todavía más cuando por los mismos días, en Arnedo (La Rioja), al disolver
las fuerzas de orden público otra manifestación, herirán a veintiocho campesinos y acabarán con
la vida de cuatro mujeres.

Aun así, las huelgas se generalizarán por todas partes del país y en algunos pueblos como por
ejemplo Sallent (Barcelona), los mineros, mayoritariamente anarquistas y afiliados a la CNT,
ocuparán la ciudad y proclamarán la común anarquista, suprimiendo la propiedad privada y el
dinero. Para restablecer la orden el gobierno ordenará a las fuerzas de orden público que ocupan
la ciudad.

Por otro lado, intelectuales como por ejemplo Unamuno y Ortega y Gasset o periódicos como el
ABC, manifestarán su disconformidad ante la aprobación del Estado de Autonomía para
Cataluña, al considerarlo una idea separatista que rompería la unidad territorial de España. Con
estos planteamientos coincidirán algunos militares como por ejemplo los generales Sanjurjo y
Goded, los cuales empezarán a destacarse como los principales opositores del ejército al
régimen republicano.

La reforma militar, iniciada por el gobierno provisional, continuará y como consecuencia de su


aplicación se suprimirá la ley de jurisdicciones. Se pretendía así, someter el ejército al poder civil.

4.2. LA LEY DE DEFENSA DE LA REPÚBLICA


El presidente del gobierno, Manuel Azaña, al darse cuenta que el régimen republicano estaba
asediado desde diferentes ámbitos, intentará que la República fuera respetada y si hacía falta
temida.

Una de las medidas que se aplicarán para conseguir el respecto a la orden constitucional será la
llamada Ley de Defensa de la República. Azaña justificará esta ley por la necesidad de
republicanizar la administración de tal manera que la República y sus leyes llegaron a todos los
rincones de España. En realidad, esta ley era una auténtica ley de excepción que, en el caso
necesario, facultaba en el gobierno para suprimir las garantías constitucionales y, así, parar los
ataques que sufría el régimen. La derecha, en cambio, considerará que era una ley fomentada por
un gobierno dictatorial que cuestionaba las libertades democráticas.

5. LOS INICIOS DE LA REFORMA AGRARIA


5.1. LA REFORMA AGRARIA: LA GRAN ESPERANZA FRUSTRADA
La Reforma Agraria en España fue un experimento que tendrá que superar numerosos obstáculos
para aprobarse y se aplicará con una gran lentitud. Esta ley será una de las tareas más
importantes que intentará llevar adelante el gobierno de Azaña.

No hay duda que la discusión, aprobación y aplicación de esta ley, será la que más problemas
ocasionará en el gobierno reformista de la República y la que posiblemente más contribuirá a la
derrota del gobierno de Azaña, a finales de 1933, el cual será sustituido por otro gobierno, pero
de diferente signo ideológico y, por lo tanto, de derechas. Sin embargo, Azaña en las elecciones
generales de 1931 había conseguido el apoyo y el voto de un gran número de jornaleros sin
tierra, defendía la propuesta del reparto de las tierras, pero la lentitud en la aplicación de la ley
determinará un aumento bastante considerable de la conflictividad en el campo, especialmente
durante el año 1933, en que se producirán los hechos de Casas Viejas.

Pero, ante la propuesta de la Reforma Agraria, los propietarios agrícolas amenazados por la
expropiación de sus tierras, se unirán para combatir esta ley y conseguirán en el parlamento el
apoyo de la derecha, que evitará su aplicación el mayor tiempo posible.

Aun así, los medios propietarios, tradicionalmente conservadores, a pesar de que no estaban
amenazados por las expropiaciones de la ley de Reforma Agraria, de alguna manera se sentirán
también intranquilos por todo un conjunto de acontecimientos que cuestionaban la propiedad
privada y que propiciarán la ocupación de fincas, un aumento bastante considerable de los
robos, consecuencia del hambre y la necesidad, la destrucción de máquinas que eliminaban
puestos de trabajo y la destrucción de cosechas. Así, este grupo social, en los elecciones de
1933 apoyarán a la derecha, al considerar que otro tipo de gobierno establecería la paz social en
el campo.

5.2. LA REFORMA AGRARIA: LOS DECRETOS PREVIOS


En 1931 se publicará el Decreto de Términos Municipales que obligaba los propietarios a
contratar preferentemente a jornaleros del término antes de que a los forasteros. Este decreto
tenía una gran importancia, pues, si los jornaleros de una localidad apoyaban una huelga, los
propietarios no podían contratar jornaleros de otra localidad para hundir la huelga.
Ese mismo año se promulgará también el “Decreto de Trabajo Forzoso”, que obligaba los
propietarios a contratar más jornaleros del que era habitual. Aun así, se crearán los Jurados
Mixtas de Trabajo Rural, Propiedad Rústica e Industrias Agrícolas, integrado por propietarios y
representantes de los jornaleros sindicados, la tarea de los cuales consistía al reglamentar las
condiciones de trabajo y los salarios, además de configurarse como mediadores en los conflictos
que se originarán entre arrendatarios-propietarios y en la negociación de los convenios entre
jornaleros y propietarios. Incluso, se generalizarán también los seguros de accidentes de trabajo,
además de regularse la jornada laboral de ocho horas, considerándose las restantes como horas
extras.

Aun así, el ministro de Trabajo del gobierno Azaña, Francisco Largo Caballero, aplicará un
decreto, por el cual, el propietario tan solo podía expulsar a un arrendatario de las tierras que
cultivaba, si este no cultivaba la tierra o no le pagaba la renta, además, también se decretará una
rebaja de la renta en el caso de una mala cosecha y, incluso, si el arrendatario abandonaba
voluntariamente las tierras arrendadas, el propietario tendría que compensarlo por las mejoras
realizadas en la propiedad.

A pesar de todo, estas leyes no se cumplirán con la frecuencia deseada y habitualmente su


aplicación será impedida por los propietarios con el objetivo de desgastar en el gobierno. Así, por
ejemplo, en algunas provincias andaluzas los gobernadores civiles obligarán por la fuerza los
propietarios a cumplir con la “Decreto de Trabajo Forzoso”.

6. CONTENIDO Y CONSECUENCIAS DE LA REFORMA AGRARIA


6.1. LA REFORMA AGRARIA: SU CONTENIDO
El ministro de Agricultura Marcelino Domingo planteará el proyecto de Reforma Agraria con el
objetivo de rebajar las tasas de paro en el campo, asentando a los jornaleros en las tierras
expropiadas a los grandes propietarios absentistas. Estas tierras se repartirán individualmente
(tendencia republicana) o a través de cooperativas (idea de los socialistas) y mediante la
concesión de créditos a los nuevos propietarios se pretendía que modernizaron las parcelas,
aumentaron la producción y la superficie dedicada al regadío. En síntesis, la Reforma Agraria
pretendía: librar tierras a los jornaleros, suprimir el latifundio (gran explotación) y castigar el
absentismo.

Antes de aprobarse definitivamente la ley de Reforma Agraria, se discutirán varios proyectos


sobre la mencionada ley. Al fin se aprobará el más complicado y problemático. Sin embargo, el
primera era lo más fácil de aplicar y consistía al asentar anualmente entre 60.000 y 75.000
familias de jornaleros en tierras que ocuparían temporalmente por tiempo indefinido y en
propiedades superiores a las 10 ha. en regadío y de más de 300 en el secano. Las tierras podrían
explotarse de forma colectiva o individualmente. Además, se creaba el IRA (Instituto de Reforma
Agraria) para ejecutar el proyecto, además de crearse un impuesto que grabaría a los grandes
propietarios para financiar lo menciona Reforma Agraria. Sin embargo, el proyecto será
rechazado por el parlamento.

Al fin, el texto que se aprobará finalmente, el 24 de agosto de 1932, será un proyecto complicado,
que exigirá una burocracia considerable para inventariar las propiedades a expropiar y unos
medianos económicos también muy considerables para indemnizar a los antiguos propietarios.
Se expropiarán sin indemnizaciones las tierras de los Grandes de España, al considerar que
habían apoyado el intento de golpe de Estado protagonizado y dirigido por el general Sanjurjo, el
10 de agosto de 1932. La medida era muy importante, pues 65 aristócratas, poseían más de
500.000 ha. También se expropiarán pero con indemnización, las tierras sin cultivar o mal
cultivadas, regables y no regables, así como las que tenían una superficie de más de la sexta
parte del término de un municipio y fueron de un solo propietario, además de aquellas que sus
propietarios explotaban a través del sistema de arrendamiento.

Los jornaleros, beneficiarios de las tierras concedidas por el Estado no podrán venderlas ni
hipotecarlas. Aun así, el IRA tenía que indemnizar los propietarios y conceder créditos a los
nuevos propietarios para facilitarlos la obtención de fertilizantes, entonces y maquinaria... Las
indemnizaciones se harían efectivas, una parte en dinero (el 20% para las propiedades más
pequeñas y un 1% para las más grandes) y el resto del capital se satisfaría en títulos de deuda
pública del Estado.

A pesar de todo, el insignificante presupuesto asignado al IRA (50 millones de pesetas, 1% del
presupuesto del Estado) impedirá una rápida aplicación de la ley de la Reforma Agraria y de
alguna manera frustrará las ilusiones de miles de jornaleros.

6.2. LA REFORMA AGRARIA: LAS CONSECUENCIAS


A finales de 1933, cuando la derecha conseguirá acceder al poder y parará la Reforma Agraria,
tan solo se habían asentado de forma definitiva unas 2.500 familias de campesinos sobre 24.203
ha. Sin embargo, en 1935, el gobierno de la derecha aprobará la Ley de Reforma de la Reforma
Agraria, el contenido de la cual se fácil de adivinar.

7. LA CRISIS DE LA REPÚBLICA DE IZQUIERDAS


7.1. EL ESTATUTO DE AUTONOMÍA PARA CATALUÑA
El Estatuto de Autonomía de Cataluña será aprobado en 1932, después de recibir el apoyo del
90% de los ciudadanos catalanes. A partir de ese momento, Cataluña disponía de un gobierno
autonómico, la Generalitat, con un presidente Francesc Macià y un poder legislativo, el
parlamento de Cataluña. También, como consecuencia del desarrollo del Estatuto, Cataluña
dispondrá, incluso, de una policía autonómica, y se reconocerá la cooficialidad del catalán y el
castellano como lenguas del territorio. El Estatuto será recibido con satisfacción por la inmensa
mayoría de la sociedad catalana con la excepción de los sectores más radicales que pretendían
la separación absoluta del Estado español.

El País Vasco también estaba intentando, en esa época, conseguir en el parlamento de Madrid un
Estatuto parecido, a partir de la influencia política, cada vez más considerable del Partido
Nacionalista Vasco (PNB). A pesar de todo, un determinado sector de la sociedad española
identificará la cuestión autonómica con la desmembración de España, lo cual propiciará la
oposición de estos sectores hacia la República que los fomentaba.
7.2. CASAS VIEJAS Y EL DESPRESTIGIO DEL GOBIERNO
En Casas Viejas (Cádiz), el 11 de enero de 1933, un grupo de campesinos anarquistas afiliados a
la CNT ocuparán el pueblo y acabarán con la vida de dos guardias civiles. Para reprimir el
disturbio, el gobierno de la República dirigirá una compañía de la Guardia de Asalto al
mencionado pueblo. Entonces, un anarquista, que era uno de los jefes de la revuelta, se
atrincherará en su casa acompañado por sus hijos y nietos. La Guardia de Asalto incendiará la
casa y acribillará a tiros sus ocupantes, además de ejecutar posteriormente una docena de
campesinos.

Ante estos hechos, la opinión pública y el parlamento se conmoverán y el gobierno será


duramente censurado. La derecha política, que reclamaba por otro lado medidas drásticas para
imponer la orden, aprovechará la ocasión para intensificar las críticas en el gobierno. Aun así,
Azaña cometerá el error de afirmar que “el Casas Viejas no ha ocurrido, que sepamos , sino el
que tenía que ocurrir”. En consecuencia, l imagen del gobierno quedaba desprestigiada y la
oposición se aprovechará de una coyuntura política favorable para intensificar las críticas al
gobierno.

7.3. EL HUNDIMIENTO DE LA REPÚBLICA DE IZQUIERDAS


A mediados de 1933, la oposición en el gobierno aumentaba de manera considerable. Por otro
lado, todos los partidos de derechas se habían aliado alrededor de una nueva formación política,
la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), donde destacaba la figura de un
joven abogado, Jose María Gil- Robles, como el principal dirigente político de la formación. Esta
formación política de derechas, elaborará un programa electoral, a través del cual, asumirá el
compromiso de suprimir las reformas más importantes del gobierno Azaña.
Igualmente, la extrema derecha, cautivada y deslumbrada por el fascismo italiano y el
nacionalsocialismo alemán, se organizará alrededor de la figura de Jose Antonio Primo de Rivera,
fundador de la Falange Española.

Por otro lado, los anarquistas fomentarán una campaña de oposición en el parlamento y de
abstención ante las inmediatas elecciones que iban a convocarse, y, así, la CNT defenderá
durante este periodo el lema de “Ante las urnas, la revolución social”.

Al fin, la convocatoria electoral se caracterizará por una elevada abstención, sobre todo en las
zonas de mayor influencia de los anarquistas. Además, en estas elecciones (finales de 1939) la
derecha se presentará unida, a través de la CEDA, mientras que la izquierda se presentará
dividida y en consecuencia será vencida a las elecciones.

8. LA REPÚBLICA DE DERECHAS: EL BIENIO NEGRO


8.1. LOS PARTIDOS DE DERECHAS
El presidente de la República, Alcalá Zamora, en función de los resultados electorales, encargará
la formación de gobierno a los republicanos radicales de Alejandro Lerroux, a pesar de que la
formación política más votada fue la CEDA. La desconfianza de Alcalá Zamora hacia su líder, Gil-
Robes, se fundamentaba en qué muchos de los discursos del dirigente cedista sugerían actitudes
y comportamientos políticos no democráticos y totalitarios, además, se acusaba a Gil-Robes de
simpatizar con el fascismo italiano y con el nacionalsocialismo alemán.

Por otro lado, hay que considerar que Lerroux tan solo podía gobernar con el apoyo de la CEDA
y, de inmediato, Gil-Robes establecerá las condiciones del apoyo “Hoy, apoyo en el gobierno en
cuánto rectifico la política de las Cortes Constituyentes”. Es decir, apoyaría en el nuevo gobierno
siempre que este suprimiera las reformas legisladas por el gobierno Azaña, sobre todo, la
Reforma Agraria.

Entre los partidos más importantes de la extrema hay que destacar: Falange Española y de las
JONS, dirigido por Jose Antonio Primo de Rivera, los monárquicos de Renovación Española,
liderados por José Calvo Sotelo y la Comunión Tradicionalista, de tendencia monárquica pero
carlista.
8.2. LOS PARTIDOS DE IZQUIERDAS
La división de la izquierda ante las elecciones de 1933 explicará su derrota electoral. Por otro
lado, los anarquistas se agrupaban alrededor de la CNT (anarcosindicalistas) y la FAI (anarquistas
radicales). Aun así, la CNT era la sindical rival de la UGT, sindicado al cual consideraban una
organización aburguesada y poco combativa.

Igualmente, al si del Partido Socialista Obrero Español, también predominaban dos tendencias
enfrentadas, la moderada encabezada por Indalecio Prieto y la más radical que se agrupaba
alrededor de Francisco Largo Caballero, los cuales después de sufrir el gobierno de la derecha
durante el bienio 1934- 1936, se decantarán para fomentar la revolución social.

8.3. LAS TRES ETAPAS DEL LLAMADO BIENIO NEGRO


La configuración de las nuevas Corts, consecuencia de las elecciones de 1933, evidenciará el
poder e influencia de los representantes de la oligarquía económica: terratenientes, industriales y
banqueros. Los dos años de gobierno derechista, denominado por sus enemigos políticos Bienio
Negro o Reaccionario, se dividirá en tres etapas:

a) Etapa radical. Gobierno de los radicales de Alejandro Lerroux con el apoyo de la CEDA
de Gil-Robles. Se aprueban las primeras medidas contrarreformistas.

b) Etapa radical-cedista. Entran a formar parte del gobierno tres ministros de la CEDA y continúan
aplicándose las medidas contrarreformistas.

c) Etapa de descomposición. Se convocarán nuevas elecciones, en las cuales triunfará una


coalición de izquierdas: el Frente Popular.

En general, la época del Bienio Negro se caracterizará por el enfrentamiento entre la derecha y la
izquierda: a la amenaza comunista que divulgaba la derecha, se oponía el peligro del fascismo
que difundiría la izquierda. En este contexto el presidente de la República exigirá a los dirigentes
políticos y militantes de los partidos que la lucha por el poder se desarrollara dentro de la
legalidad, es decir, al ámbito parlamentario y a través de una discusión civilizada de las
problemáticas que los enfrentaban. Pero, desgraciadamente, nadie le hará caso y las diferencias
que separaban la izquierda de la derecha, cada vez serán más importantes durante este periodo.

9. LA POLÍTICA CONTRARREFORMISTA
9.1. LA CONTRARREFORMA AGRARIA
La nueva composición del parlamento, consecuencia de las elecciones de finales de 1933,
implicará que determinados grupos sociales como por ejemplo el clero, los militares y algunos
sectores de la burguesía recuperan una buena parte de la influencia política que habían perdido
durante el gobierno Azaña.

Entre las nuevas medidas legislativas que fomentará el nuevo parlamento destacará, sobre todo,
la política de contrarreforma agraria que se llevará adelante, lo cual propiciará la aprobación de
una nueva ley de Reforma Agraria, que se aprobará a principios de 1935. Así, durante este
periodo y a partir de la nueva ley, se establecerán nuevas medidas que facilitarán la expulsión de
las tierras de aquellos arrendatarios que no pagaban en el plazo establecido la renta a los
propietarios; se modificará, también, la ley de términos municipales, facilitando así la libre
contratación de jornaleros. Igualmente, se aprobará una ley, por la cual los implicados en el golpe
de 1932, dirigido por el general Sanjurjo, serán amnistiados, además de volver a la aristocracia
latifundista una buena parte de las tierras confiscadas por el anterior gobierno o indemnizarlos
económicamente con considerables cantidades de dinero. Además, los salarios se rebajarán y la
composición de los Jurados Mixtas se modificará para favorecer los patrones.

Por lo tanto, la Reforma Agraria se parará de tal manera que la izquierda considerará
anticonstitucional la nueva ley y, hasta la extrema derecha, concretamente la Falange Española, la
considerará insuficiente, lo cual pondrá de manifiesto en alguna intervención su dirigente político
más importante, Jose Antonio Primo de Rivera.
Ante este conjunto de medidas aplicadas por el nuevo gobierno, los sindicatos convocarán una
huelga general en el campo, en junio de 1934, época cuando se segaba el trigo. La huelga
afectará en unos 700 pueblos, pero el gobierno considerando la recolección de la cosecha como
una actividad de interés nacional, reaccionará de manera muy enérgica, ilegalizando los
sindicatos. A pesar de todo, más de 200.000 jornaleros apoyarán la huelga en 37 provincias,
7.000 huelguistas serán detenidos y el balance final de los enfrentamiento entre jornaleros y
fuerzas del orden público será de 13 muertos.

9.2. LA POLÍTICA MILITAR


Los diferentes gobiernos del Bienio Negro tratarán de conseguir el apoyo de los militares
africanistas, a través de una política generalizada de ascensos, además de encargarle,
particularmente al general Franco la represión del intento de revolución en Asturias durante
octubre de 1934, hecho que le proporcionará una gran popularidad entre sus compañeros de
armas.

Así, cuando Gil-Robles, entre a formar parte de un nuevo gobierno como ministro de la Guerra,
para prevenir nuevos movimientos de carácter revolucionario, rebuscará el apoyo de todo un
conjunto de generales de prestigio, a los cuales nombrará para ocupar cargos de confianza en el
ministerio. Así, el general Franco será designado Jefe del Estado Mayor Central del Ejército y el
general Mole será nombrado Ninguno del Ejército de África; los dos se sublevaran un año
después contra el gobierno legal de la República. Sin embargo, cuando un año después el
gobierno de izquierdas del Frente Popular, el cual surgirá de las elecciones de febrero de 1936, en
no confiar con estos generales y los cambio de destino, ya no llegará a tiempo puesto que la
conspiración de los militares contra la República estaba ya muy avanzada.

10. LA REVOLUCIÓN DE ASTURIAS


10.1. LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934
El día 5 de octubre de 1934, una vez confirmado el hecho que en el nuevo gobierno de Alejandro
Lerroux se integrarían tres miembros de la CEDA, se originará un movimiento revolucionario en
Asturias, dirigido por los socialistas, los cuales, además, gritarán al resto del país a la huelga
general y a la insurreción armada, a pesar de que eran conscientes del hecho que se estaban
sublevando contra un gobierno legítimamente elegido. Sin embargo, para justificar el movimiento,
difundirán la idea de que la entrada de la CEDA en el gobierno, podría originar la implantación del
fascismo en España.

La huelga conseguirá un gran seguimiento en Madrid, donde se construirán barricadas y se


originarán enfrentamientos entre los alborotados y las fuerzas del orden público, Cataluña, País
Vasco y Sevilla, pero será en Asturias donde el disturbio logrará un carácter revolucionario, hasta
entonces desconocido, al ocupar los alborotados 40 cuarteles de la Guardia Civil.
Entre los objetivos del movimiento revolucionario de octubre de 1934, hay que destacar, entre
otros, el intento de tomar el poder por parte de los socialistas; así como la supresión de la
Guardia Civil, la reorganización del ejército y la nacionalización de la tierra. Las juventudes
socialistas, comunistas, y, incluso, las anarquistas, pretenden fomentar un movimiento
revolucionario, muy parecido al que se había consolidado en Rusia en 1917 y, en consecuencia,
apoyarán la presa de poder por la clase obrera y, por lo tanto, la instauración de la dictadura del
proletariado.

Por otro lado, el movimiento revolucionario, se prolongará durante una semana en Madrid, País
Vasco, El Ferrol, Murcia, Alicante y las cuencas mineras del sur. Además, en Cataluña el
presidente Lluís Companys proclamará el Estado Catalán dentro de la República Federal
Española. Sin embargo, el gobierno controlará rápidamente la situación y después del
bombardeo del ayuntamiento y el palacio de la Generalitat en Barcelona, el gobierno catalán se
rendirá y sus dirigentes políticos encarcelados.

Pero, será Asturias, donde el movimiento de octubre de 1934 se transformará en una auténtica
revolución social, puesto que, en este lugar unos 20.000 trabajadores, fundamentalmente
mineros, después de apoderarse del armamento de la fábrica de Trubia, se harán con el control
de las ciudades más importantes del territorio. Además, en esta región se consolidará una Alianza
Obrera, que intentará organizarse a partir del lema “Unión de Hermanos Proletarios” y que estará
integrada por socialistas, comunistas y anarquistas. Estos establecerán un orden revolucionario
en las ciudades ocupadas con el fin de organizar un sistema de abastecimiento, sanidad, orden
público... para que la vida diaria continuara su curso habitual.

Pero, el gobierno, presionado por Gil-Robles, reaccionará encargando al general Franco la


recuperación del territorio. Sin embargo, al darse cuenta el gobierno que, con los soldados de
quinta no sería posible recuperar el territorio, puesto que, entre los insurrectos, había un número
bastante considerable de mineros que utilizaban la dinamita con una eficacia mortal, se ordenará
movilizar a las tropas profesionales del ejército de África. Así, 2.000 legionarios desembarcarán en
Gijón y después de cruentos enfrentamientos en las calles de Oviedo, conseguirán controlar la
ciudad principal de Asturias y el movimiento revolucionario se hundirá rápidamente.

10.2. CONSECUENCIAS
La represión, por parte del ejército, del movimiento de Asturias provocará más de 1.000 muertos
entre los revolucionarios, mientras que las bajas entre las filas del ejército y las fuerzas del orden
público serán insignificantes. A pesar de todo, previamente, durante el desarrollo de los
acontecimientos de Asturias, los revolucionarios fusilarán a algunos religiosos y a 30 guardias
civiles. Además, el número de heridos será de 3.000 y después de reprimir el movimiento se
encarcelará además de 30.000 personas, entre otros, también serán encarcelados políticos como
por ejemplo Azaña, Largo Caballero y Lluís Companys. A pesar de todo, uno de los principales
instigadores de los acontecimientos, Indalecio Prieto, conseguirá exiliarse. Aun así, la derrota de
clase obrera embravecerá la patronal y de inmediato se iniciará una importante represión
económica: los salarios se rebajarán, se aumentarán las horas de trabajo y se despedirán los
obreros sindicados.

11. LA CRISIS DE LA REPÚBLICA DE DERECHAS


11.1. EL HUNDIMIENTO DEL GOBIERNO DE DERECHAS
Como consecuencia de los hechos de octubre de 1934, la República se debilitará, a causa de las
acciones de los extremistas de derecha y de izquierdas y de los violentos que preferían los
enfrentamientos en los calle a la libre y democrática discusión de las ideas y opiniones. Así, de
este modo, empezará a originarse un ambiente de ruptura ante las instituciones republicanas.
Igualmente, después del fracaso del intento revolucionario de octubre de 1934, la CEDA se
fortalecerá y conseguirá cinco carteras en el nuevo gobierno presidido por Lerroux. En este nuevo
contexto político, se acelerarán las medidas contrarreformistas al ámbito de la agricultura, se
pararán las aspiraciones nacionalistas de los vascos, catalanes y gallegos y se reducirán las
partidas del presupuesto asignadas al gasto en educación y bienestar social.

Incluso, el escándalo del llamado caso “Estraperlo” (concesión de licencias mediante el soborno
para el juego de la ruleta) y en el cual se verán implicados varios miembros del gobierno, obligará
dimitir Lerroux. En este contexto, Gil Robles, el dirigente más importante del otro partido del
Gobierno, la CEDA, pedirá al presidente de la República, Alcalá Zamora, que lo nombrara
presidente del nuevo gobierno. Sin embargo, miedoso Alcalá Zamora que el acceso de Gil Robes
al poder significara la aparición de una dictadura de derechas, se negará y encargará a Portela
Valladares, un político de centro, la formación de un nuevo gobierno para convocar elecciones
generales en el parlamento, pues la coalición entre radicales y cedistas se había roto.

11.2. LA FORMACIÓN DEL FRENTE POPULAR


La izquierda y, sobre todo, Azaña, se dieron cuenta que ante la importancia y la prepotencia de la
derecha y para derrotarla en una convocatoria electoral, tan solo había una alternativa: la unión
electoral de la izquierda. Esta será la consigna que de manera reiterada, durante 1935, repetirá
Azaña en diferentes mítines una y otra vez. Mítines, en los cuales, a causa de su prestigio político,
conseguirá reunir grandes multitudes, como por ejemplo en Comillas, mucho cerca de Madrid,
lugar donde se concentrarán alrededor de 400.000 personas para escucharlo.
Por otro lado, Indalecio Prieto, el dirigente socialista en el exilio, seguirá la misma estrategia que
Azaña y así tratará de reunir en todas las fuerzas de izquierda en aquello que este político
nombrará “un Frente Popular”, con un programa en el cual se pedía la amnistía general para los
encarcelados en la revolución de octubre y la readmisión de los despedidos por motivos políticos
y sindicales en su puesto de trabajo, la necesidad de impulsar nuevamente la Reforma Agraria, de
legalizar el Estatuto de Autonomía de Cataluña, recuperar el espíritu inicial de los jurados mixtas,
incrementar el presupuesto de educación. Es decir, se pretendía legalizar aquello que la derecha
había deshecho.

El pacto del Frente Popular se firmará el 15 de enero de 1936 y se integrarán partidos y


sindicatos como por ejemplo: Esquerra Republicana, PSOE, UGT, Juventudes Socialistas, PCE,
Esquerra Republicana de Cataluña, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y la ORGA
(autonomistas gallegos) entre otros. La CNT y la FAI, a pesar de no firmar el pacto decidirán no
fomentar la abstención y, incluso, algunos de sus dirigentes, recomendarán votar en el Frente
Popular.

Ante la unión de las izquierdas y la división de la derecha, las candidaturas del Frente Popular se
impondrán en la mayoría del Estado español.

12. EL TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR


12.1. EL TRIUNFO ELECTORAL DEL FRENTE POPULAR
Las elecciones del 16 de febrero de 1936 se desarrollarán con absoluta normalidad. El hecho que
los anarquistas renunciaron a la abstención determinará una participación muy elevada, la cual se
situará alrededor del 72% del censo electoral. Los resultados electorales pondrán de manifiesto
una intensa concentración del voto entre las dos fuerzas políticas mayoritarias, la derecha y la
izquierda. Sin embargo, el resultado electoral favorecerá las izquierdas y el nuevo parlamento se
configurará de la siguiente manera:

a) Frente Popular 278 escaños.

b) Derecha 131 escaños.

c) Centro 40 escaños.

Con esta composición del parlamento, era evidente la mayoría absoluta del Frente Popular. El
voto de la derecha se concentrará mayoritariamente en la España rural del interior, mientras que
las izquierdas triunfarán en las grandes ciudades, zonas mineras y de latifundio, así como en
aquellas regiones donde predominaba un fuerte sentimiento nacionalista y autonomista.
Entonces, las nuevas Corts destituirán a Alcalá Zamora al considerarlo demasiado moderado y
nombrarán en su lugar a Manuel Azaña como nuevo presidente de la República.

12.2. VIOLENCIA Y REFORMAS


De febrero a julio de 1936, la sociedad española de la época se caracterizará por la
generalización e intensificación de los desórdenes públicos de todo tipos: atentados, asesinados,
incendios de sedes sindicales y edificios religiosos... que el gobierno se verá incapaz de parar.
Además, el nuevo parlamento aprobará una ley de amnistía a través de la cual recuperarán la
libertad unos 30.000 presos políticos y numerosos delincuentes comunes. Además, después de
que Lluís Companys recupere la libertad, en Cataluña volverá a tener vigencia el Estatuto.

Por otro lado, el nuevo parlamento acelerará el proceso de Reforma Agraria y el IRA será
autorizado a nacionalizar las fincas que considerará de utilidad social. La ilusión para conseguir la
propiedad de la tierra se generalizaba nuevamente entre las masas de jornaleros, pues, la
situación había cambiado al ser dominantes los sindicatos, lo cual, por otro lado, provocará el
miedo entre empresarios y terratenientes.

En las ciudades, la inquietud social aumentaba, sobre todo por las actitudes revolucionarias de
un sector del PSOE y la UGT, encabezado por Largo Caballero, y el radicalismo de la CNT que
despreciaba en el gobierno burgués del Frente Popular, y divulgaba la necesidad de una
revolución que originaría una sociedad sin clases, la cual se estructuraría a partir de
colectividades y comunes libertarias. Por otro lado, las reivindicaciones obreras eran las
habituales y exigían: salarios más elevados y menos horas de trabajo. Incluso, se exigirá la
readmisión, con indemnización, de los despedidos por motivos políticos y sindicales. La
hostilidad de los patrones hacia el nuevo gobierno del Frente Popular y también las
reivindicaciones obreras provocará el cierre de fábricas, talleres y minas generando una
sensación catastrofista al si de la sociedad española de la época.

En las calles, las milicias de la Falange se enfrentarán diariamente con las milicias de izquierdas,
anarquistas y socialistas. Estos últimos, se habían reforzado de manera muy considerable, al
fusionarse las Juventudes Socialistas y las Comunistas, hecho este, que determinará el
nacimiento de una nueva organización: las Juventudes Socialistas Unificadas, dirigidas por
Santiago Carrillo. Además, en los diferentes ámbitos de la sociedad española de la época se
hablaba de la Revolución, a la que unos aspiraban y otras se oponían. El balance final será la
destrucción de la República.

13. LAS CONSPIRACIONES


13.1. LA CONSPIRACIÓN CIVIL Y RELIGIOSA
A las vísperas del verano de 1936, algunas organizaciones de la extrema derecha se armaban y
se entrenaban pensando en el próximo pronunciamiento que estaba preparándose. Se trataba,
pues, de jóvenes extremistas, uniformados, los cuales se organizaban militarmente. En este
sentido, hay que destacar los militantes de dos organizaciones extremistas: los falangistas y los
carlistas.

Así, en Navarra, los carlistas, partidarios de los derechos en la Corona de España del
pretendiente Alfonso Carlos de Borbón, organizarán y prepararán su milicia armada, el Requeté.
También la Falange, que tan solo había conseguido 45.000 votos a las últimas elecciones
generales, aumentará considerablemente su militancia. A esta formación política se afiliaban
jóvenes violentos, desengañados de la CEDA y las llamadas “gentes de orden” de las clases
medianas, miedosas de los principios revolucionarios que defendían las izquierdas. Su dirigente
más importante, Jose Antonio Primo de Rivera, será detenido y encarcelado y el periódico de la
organización, Llega, clausurado, al descubrirse armamento en uno de los locales del partido.

Por otro lado, José Calvo Sotelo, dirigente del Bloque Nacional, se configurará junto con Gil-
Robles como el portavoz de la derecha en el parlamento, donde protagonizará violentos
enfrentamientos verbales con las izquierdas.

Igualmente, la Iglesia estaba atemorizada por el considerable aumento del anticlericalismo, que
generará y generalizará el incendio de numerosos conventos, y por las medidas adoptadas por el
gobierno como por ejemplo el cierre de los colegios religiosos, el incremento de 5.300 maestros
en la enseñanza pública y la coeducación de niños y niñas a las aulas. Con la excepción del País
Vasco, al resto de España, la Iglesia apoyará el golpe de estado militar y lo legitimará al
considerarlo una cruzada contra el comunismo ateo.

13.2. LA CONSPIRACIÓN MILITAR


La idea de la intervención del ejército mediante un golpe de estado en la vida política, era una
alternativa que se considerará desde los inicios de la Segunda República. Esta idea será asumida
a las vísperas del verano de 1936 por un grupo de generales (Sanjurjo, Mole, Goded, Varela y
Franco) que no tenían una ideología definida y que en teoría tan solo pretendían restablecer la
orden social tradicional, con el apoyo y colaboración de las organizaciones de extrema derecha,
subordinadas a su autoridad.

Pero el gobierno de la República, a pesar de estar enterado de la conspiración, tan solo alejará de
la península a algunos de los conspiradores y así destinará a Franco en Canarias y a Goded en
las Baleares. Sin embargo, el gobierno mantendrá a Mole en Navarra, general que asumirá la
dirección del golpe. Este militar había planeado que el día señalado para el golpe de estado, los
mandos militares de las provincias se sublevarían y él, con sus tropas y el apoyo de los requetés,
se dirigiría a conquistar Madrid desde el norte, mientras que Franco, con el ejército de África, se
dirigiría a la capital del Estado desde el sur. Pero la realidad será muy diferente a aquello que,
previamente, se había planeado.

Hasta entonces, en la historia reciente de España los pronunciamientos militares del ejército se
habían resuelto en pocos días con la victoria o derrota de los sublevados y sin ningún coste en
vidas humanas. Pero este pronunciamiento, el 18 de julio, será diferente, pues, muchos jefes del
ejército no apoyarán el golpe y la clase obrera asumirá la defensa de las ganancias de la
República. Por lo tanto, se iniciará una guerra civil de tres años, que provocará miles de muertes,
desencadenará una brutal represión de los ganadores sobre los vencidos y originará una
dictadura de 40 años.

TEMA 12. LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)

INTRODUCCIÓN
La Guerra Civil Española fue consecuencia de:
a) La quiebra de un sistema de convivencia democrática, en no respetar determinadas fuerzas
políticas las ideas del adversario y al tratar de imponer las suyas por la fuerza.

b) La quiebra de un sistema socioeconómico de tipo antiguo, sin reformar e injusto, que había
generado durante siglos, un reparto de la riqueza muy desigual.

c) El fracaso de unos, en no conseguir el triunfo de una sublevación dirigida a destruir la


República, y el fracaso de otros, por no conseguir dominar la sublevación militar.

1. LA SUBLEVACIÓN MILITAR DEL 17 DE JULIO DE 1936: LAS DOS ESPAÑAS


1.1. LA CHISPA DEL CONFLICTO
El 13 de julio será asesinado José Calvo Sotelo, uno de los principales dirigentes de la extrema
derecha española. Ante este hecho, los militares que conspiraban contra la legalidad republicana
decidirán que había llegado el momento de llevar adelante el golpe de estado. La tarde del 17 de
julio de 1936 se sublevará la guarnición melillense, apoyada de inmediato por los diferentes
mandos militares del protectorado del Marruecos y por numerosos jefes militares de la península.

(Objetivo de Mola: acción rápida, cambiar el gobierno pero seguir con la república militar. Franco,
desde Marruecos, tiene las mejores tropas, a los africanistas, a si disposición para el golpe de
estado.)

1.2. EL FRACASO INICIAL DE LA SUBLEVACIÓN MILITAR


Ante el pronunciamiento, hay que considerar, que la reacción de la mayoría de la sociedad
española fue la de defender el gobierno legal de la República. Por lo tanto, las clases populares
no serán, ante el hecho del golpe de estado, espectadores pasivos, como había ocurrido durante
los pronunciamientos del siglo XIX.

Aun así, hay que señalar que el golpe de estado fue un fracaso, puesto que no conseguirá triunfar
en las ciudades más importantes de la península (Madrid, Barcelona, València, Bilbao...), además
de no conseguir el apoyo de una buena parte del ejército y de las fuerzas de la orden (Guardia
Civil y Guardia de Asalto) que permanecerán fieles en el gobierno de la República.
Por otro lado, la larga duración del conflicto se explica también por la intervención internacional,
que ayudará a los dos bandos en conflicto, con armamento y hombres. En estos años, España se
convertirá en un campo de experimentación de armamento nuevo entre los estados fascistas por
un lado (Italia y España) y las democracias liberales y los Estados socialistas de otra (Francia,
Gran Bretaña, Unión Soviética...).

En Madrid, el general Fanjul, ninguno de los sublevados se encontrará rodeado en el Cuartel de la


Montaña, por las clases populares, las cuales se habían armado ante la impotencia del gobierno
para controlar la situación. En Barcelona, el general Goded y sus seguidores, serán derrotados
por la rápida actuación de las clases populares y la fidelidad al gobierno de la República de la
Guardia Civil y la Guardia de Asalto. En València y otras ciudades, la reacción de las clases
populares y una mala planificación del golpe determinará el fracaso de la sublevación militar.

Sin embargo, la sublevación triunfará en numerosas zonas de la España rural: Galicia, Castilla y
León, Navarra y en algunas ciudades importantes como por ejemplo Sevilla (la primera en caer),
Córdoba, Granada y Zaragoza. Así, toda la franja cantábrica (Asturias, Santander y una parte del
País Vasco) quedará aislada por la acción de los rebeldes, al permanecer fieles en el gobierno de
la República.

1.3. DOS INTERPRETACIONES DE LA GUERRA CIVIL


Para los golpistas, el Glorioso Alzamiento Nacional era una acción necesaria para salvar en
España de la anarquía, para restablecer la orden y acabar, mediante una Cruzada de Liberación,
con los enemigos de la patria: anarquistas, comunistas, socialistas y separatistas.
En cambio, los republicanos consideraban que había que luchar contra los rebeldes para
defender las ganancias de una República democrática y también para acabar con el fascismo
que iba consolidándose por una gran parte de Europa.

2. LOS ORIGENES DE LA GUERRA (1936)


2.1. LAS FUERZAS MILITARES DE LOS DOS BANDOS
Después del pronunciamiento del 17 de julio la zona republicana quedará configurada por la
mayoría de zonas mineras e industriales de España, con una población bastante considerable, a
la cual había que alimentar, mientras que en el territorio bajo la influencia y poder de los rebeldes
la industria era prácticamente inexistente y la población muy inferior a la de la España
republicana, pero disponía de unos recursos agrícolas mucho más considerables, especialmente
de trigo.

Los recursos financieros quedarán bajo el control del gobierno republicano: la cantidad de oro
depositado en el Banco de España, a Madrid, era de 635 toneladas (con un valor de 715 millones
de dólares de entonces). Una parte de estas reservas serán utilizadas para comprar armamento a
la Unión Soviética.

En relación a las tropas no se disponen de cifras exactas. Sin embargo, hay que señalar que de
los 18 generales de división tan solo se sublevarán cuatro (Cabanellas, Goded, Queipo de Llano y
Franco). Aun así, fieles en la República quedará el 66% de la aviación, un 65% de los efectivos de
la marina, el 47% del ejército de tierra, el 51% de la Guardia Civil y el 70% de la Guardia de
Asalto.

Fieles en la República quedarán unos 116.501 hombres y en las filas del ejército golpista 140.604,
de los cuales 47.127 pertenecían al disciplinado y profesional ejército de Marruecos (Legión y
Regulares), dirigido por el general Franco. Además, de los 16.000 oficiales del ejército tan solo
permanecerán fieles en el gobierno de la República unos 3.500, lo cual restará efectividad a su
ejército, por lo cual el ejército republicano se verá en la necesidad de nombrar nuevos oficiales en
pocos meses. Igualmente, surgirán espontáneamente cabe de milicias que, sin demasiada
experiencia militar, serán nombrados generales (Líster, Modesto, V. González) y otros sin ningún
tipo de grado militar (Durruti o Mera), los cuales durante los primeros meses del conflicto, dirigirán
a miles de hombres integrados en las milicias populares, mayoritariamente dominadas por los
anarquistas.

A pesar de tono, el ejército republicano actuará desde los orígenes del conflicto con una cierta
desventaja, pues el gobierno de la nación, para hacer fracasar la sublevación ordenará los
soldados que no obedecieron sus jefes. Sin embargo, la orden no nuevo acatada en la zona
sublevada y si en la republicana, donde un número bastante considerable de soldados
abandonarán los cuarteles y se dirigirán a sus casas. En consecuencia la República tendrá que
improvisar un nuevo ejército, obligando a volver a los cuarteles a los desertores, además de
incluir también en el ejército a las milicias populares que carecían de disciplina y de experiencia
militar. Por lo tanto, la efectividad del ejército republicano era muy dudosa, sobre todo, si la
comparamos con la fuerte disciplina que caracterizaba el ejército rebelde. Además, en las filas del
ejército sublevado contra la legalidad republicana se integrarán también unos 200.000 falangistas
y unos 63.000 carlistas, todos muy bien armados y disciplinados.

2.2. POBLACIÓN CIVIL Y LEALTAD GEOGRÁFICA


En relación en la población civil hay que destacar que las clases más acomodadas como por
ejemplo la aristocracia terrateniente, la burguesía y los banqueros y, incluso, los pequeños
propietarios apoyarán a los sublevados, mientras que la clase obrera y campesina será el
principal apoyo del gobierno de la República. Sin embargo, una importante mayoría silenciosa y
apolítica de la población tendrá que esconder su ideología, si en su pueblo o ciudad había
triunfado el bando rival.

De lo contrario, los gobiernos autonómicos del País Vasco y Cataluña, a pesar de estar
configurados por una clase política típicamente burguesa, apoyarán hasta el fin del conflicto la
República, pues eran conscientes que uno de los objetivos de los rebeldes era suprimir los
Estatutos de Autonomía.

En Madrid, durante el primer año del conflicto, el gobierno republicano estará presidido por
Francisco Largo Caballero (septiembre de 1936-mayo de 1937), al renunciar Casares Quiroga a la
presidencia del gobierno, ante su incapacidad para controlar el golpe, y ser sustituido por un
efímero gobierno de José Giral.

5. EL FRENTE DEL ESTE Y EL FIN DE LA GUERRA (1938-1939)


5.3. EL FIN DEL CONFLICTO: LA CONQUISTA DE MADRID
A finales de febrero de 1939, Manuel Azaña dimitirá de su cargo de Presidente de la República y
se exiliará en Francia. El presidente del gobierno, Juan Negrín, lo seguirá en el mes de marzo. Era
el principio del final.

En Madrid, el coronel Casado y otros militares no comunistas, como por ejemplo el general Miaja,
crearán un Consejo de Defensa Nacional, al discrepar de la influencia de los comunistas sobre el
ejército republicano, los cuales, además disfrutaban del apoyo del presidente del gobierno Juan
Negrín. Así, surgirá un tipo de gobierno paralelo al de la República que ingenuamente pretendía
negociar la paz con ciertas condiciones y garantías para los vencidos. Franco no aceptará la
propuesta y exigirá una rendición incondicional. Las tropas sublevadas contra la legalidad
republicana, legitimadas por la victoria militar, entrarán en Madrid el 28 de marzo de 1939, cuatro
días después Franco publicaba el último parto de guerra. Se iniciaba así la dictadura del general
Franco (1939-1975).

6. LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA EN LA GUERRA CIVIL


6.1. EL FRACASO DEL COMITÉ DE NO INTERVENCIÓN
La mayoría de estudiosos de la Guerra Civil coinciden que sin el apoyo extranjero a los bandos en
conflicto, la guerra no se habría prolongado más de medio año, ante la escasez de material militar
y víveres que afectaba los dos bandos en conflicto.

Sin embargo, Francia y Gran Bretaña, durante el transcurso del conflicto, crearán un Comité de
No Intervención en el que se integrarán 30 países, los cuales asumirán el compromiso de no
ayudar a ninguno de las facciones enfrentadas. Así, la marina británica, francesa, alemana e
italiana, controlarían en el mar el cumplimiento de este tratado, mientras que Francia y Portugal
cerrarían sus fronteras en la entrada de material bélico para la Guerra de España. Pero, a pesar
de los acuerdos firmados, en la práctica se incumplirá el espíritu del tratado.

6.2. LA AYUDA EXTRANJERA EN LA ESPAÑA REPUBLICANA


La República recibirá de inmediato la ayuda de material militar de la Unión Soviética y en menores
cantidades de Francia y México. El apoyo soviético en la España republicana intensificará la idea
de los sublevados de que la República era “roja y marxista”. Por otro lado, la República pagará
con el oro del Banco de España el material militar enviado por la Unión Soviética (510 toneladas
que equivalían a 530 millones de dólares).
Además, las Brigadas Internacionales llegarán a España para defender la República, 60.000
hombres de unos 30 países, sin demasiada experiencia militar, pero muy disciplinados lucharán
para conseguir que “España sea la tumba del fascismo”. Organizados y coordinados por los
diferentes partidos comunistas europeos, estos jóvenes idealistas que integraban las Brigadas
Internacionales, obreros, periodistas, intelectuales, funcionarios, parados y, incluso, aventureros,
se identificaban con la ideología comunista y socialista. Estos se dirigirán a España para luchar
contra la expansión del fascismo en Europa y para defender la democracia republicana en
España.

Los brigadistas, después de recibir una mínima instrucción militar en Albacete, serán distribuidos
en 6 Brigadas, donde se agruparán los brigadistas en función de su nacionalidad (así los norte-
americanos se agruparán en Lincoln y los italianos en el Garibaldi). Con su contribución se parará
el ejército rebelde a las puertas de Madrid durante el otoño de 1936. Al fin, se verán obligados a
retirarse de España en diciembre de 1938, a pesar de que 18.000 brigadistas ya habían perdido la
vida al defender los ideales republicanos y democráticos.

6.3. LA AYUDA EXTRANJERA EN LA ESPAÑA SUBLEVADA


Los sublevados contra la legalidad republicana, recibirán la ayuda de Italia y Alemania, muy
considerable por cierto, la cual se pagará con materias primas, especialmente en minerales
(hierro, cobre, plomo, mercurio...) fundamentales para el desarrollo de la industria de guerra
alemana. Así, Alemania dirigirá a España la Legión Cóndor, unos 6.000 asesores militares,
además de un número bastante considerable de tanquistas. Por otro lado, Italia dirigirá unos
40.000 hombres encuadrados en el Corpo di Truppe Volontari, Portugal apoyará los rebeldes con
unos miles de voluntarios, los llamados Viriatos, y, Irlanda dirigirá a España la Legión de San
Patricio.

Las cifras del material bélico que recibirán los dos bandos en conflicto, varían en función del
autor que trata el tema. Así, según los partidarios del franquismo, la ayuda internacional estará
muy equilibrada. Pero, sin ningún tipo de duda, la ayuda de la Unión Soviética en la República fue
mucho inferior a la que recibirán de Italia y Alemania el ejército sublevado, tanto en cantidad
como en calidad, puesto que los aviadores, tanquistas y asesores soviéticos tenían una peor
preparación técnica que los alemanes.

7. LA ESPAÑA REPUBLICANA: GUERRA Y REVOLUCIÓN SOCIAL


7.1. GUERRA O REVOLUCIÓN
Los primeros meses de la guerra se caracterizarán por la desorganización de los dos bandos en
conflicto, lo cual determinará la incapacidad de los poderes establecidos para controlar el fervor
de sus simpatizantes.

El bando de los sublevados será lo primero al organizarse con el acceso (el 29 de septiembre de
1936) del general Franco al mando político y militar del ejército rebelde. Por otro lado, en el bando
republicano, el poder de los partidos, de los sindicatos, de las milicias era tan importante, que
nunca se conseguirá la unidad de mando y criterios necesarios para ganar la guerra.

Aun así, la presencia de los rebeldes a las puertas de Madrid determinará en la zona republicana
la necesidad de configurar un gobierno de concentración nacional (septiembre de 1936). Así,
Manuel Azaña encargará la formación del mencionado gobierno a Largo Caballero, dirigente
radical de los socialistas, el cual incluirá en su gobierno a socialistas, comunistas, liberales
republicanos y, incluso, anarquistas, los cuales por principios rechazaban la existencia de
cualquier tipo de Estado.

Pero al si del bando republicano los partidos políticos y los sindicatos se dividirán y se
enfrentarán al plantearse la cuestión de si era más importante ganar la guerra o consolidar la
revolución, lo cual beneficiará al ejército de los sublevados.

Así, los anarquistas de la CNT y los militantes del POUM consideraban que era el momento más
oportuno para hacer la revolución. En consecuencia, numerosas fábricas, minas y empresas
serán colectivizadas y sometidas al control y dirección de los obreros. Al ámbito rural, se
generalizarán las ocupaciones de tierras y se organizarán las colectividades, se abolirán el dinero
y estos serán sustituidos por vales, mientras que los comités revolucionarios se harán con el
poder municipal.

7.2. EL GOBIERNO NEGRÍN Y LA INFLUENCIA DE LOS COMUNISTAS


Los comunistas, por otro lado, consideraban que si no se ganaba la guerra, desaparecerían todas
las ganancias conseguidas por la República, por lo tanto, había que aplazar la revolución, pues,
además, si la revolución se consolidaba, las clases medianas apoyarían la causa de los
sublevados. Estos planteamientos de los comunistas provocarán el enfrentamiento con los
anarquistas. Según los comunistas, el gobierno tenía que acabar con las confiscaciones de
tierras y fábricas y tan solo nacionalizar las industrias básicas para la producción de la guerra.
Aun así, el prestigio de los comunistas aumentará considerablemente al defender la orden y la
disciplina y contribuir de manera muy significativa a la reorganización del ejército republicano,
además de capitalizar el apoyo de la Unión Soviética en la España republicana.

Por otro lado, la presión de los comunistas y de los socialistas moderados, encabezados por
Indalecio Prieto, así como la incapacidad para parar el avance de los sublevados, obligará a
Largo Caballero a dimitir como jefe de gobierno (mayo de 1937). Su lugar lo ocupará el
catedrático de medicina y socialista Juan Negrín. A partir de este momento, con los anarquistas
fuera del gobierno, la influencia de los comunistas aumentará. Negrín considerará que era vital
resistir y ganar tiempo, pues parecía que una nueva guerra mundial se aproximaba y, por lo tanto,
las potencias democráticas enfrentadas en Italia y Alemania, ayudarían y salvarían en la
República. La predicción de Negrín casi se cumple, pues en septiembre de 1939 se iniciará la
Segunda Guerra Mundial.

8. LA ESPAÑA SUBLEVADA: GUERRA Y CONTRARREVOLUCIÓN


8.1. LA DICTADURA DE FRANCO
El fracaso inicial de la sublevación determinará a los militares golpistas a establecer un gobierno
en la zona que habían conseguido dominar. Así, el general Franco será investido con todos el
poderes del nuevo Estado y lo organizará, con el objetivo de ganar la guerra, a partir de la más
estricta disciplina militar. El nuevo Estado se apoyará en el ejército, la Iglesia y la Falange y
repudiará el comunismo, el anarquismo y el separatismo, además del liberalismo y la democracia,
estructurándose por lo tanto como una dictadura de carácter militarista.

Así, por lo tanto, el ejército recuperaba el protagonismo que con la República había perdido y en
que los militares africanistas se configuraban como el grupo dominante. Se estructuraba así un
ejército muy fuerte que rendirá una obediencia ciega a su caudillo.

Además, en la España sublevada, la Iglesia recuperará todos los privilegios perdidos con el
gobierno de la República, además de suprimirse la legislación laica. Así, el Estado se declaraba
confesional y católico, los jesuitas recuperaban las propiedades confiscadas por el gobierno de la
República y la materia de religión será considerada como una asignatura obligatoria en todos los
centros de enseñanza. En contrapartida, la Iglesia bautizará la rebelión militar como una “Cruzada
de Liberación Nacional” y al general Franco se lo considerará con la denominación de “Caudillo
de España por la Gracia de Dios”. Por lo tanto, la Iglesia bajo el régimen de Franco conseguir un
poder e influencia sobre la sociedad muy considerable.

8.2. LA CONTRARREVOLUCIÓN FRANQUISTA


Las primeras iniciativas políticas del bando franquista consistirán al suprimir todas las reformas y
la legislación social y laboral elaborada por los gobiernos de la República, además de prohibir
todos los partidos políticos y los sindicatos. Se establecerá la censura para cualquier tipo de
publicación, se abolirá la libertad de expresión y la ley del divorcio. Se suprimirá, también, la ley
de Reforma Agraria y se devolverán las tierras expropiadas a sus propietarios. Incluso, se
separará de sus puestos de trabajo a los funcionarios sospechosos de simpatizar con la
República.
A partir de entonces, se configurará un partido único, el Movimiento, del cual el general Franco
será nombrado Ningún Nacional y que, ideológicamente, se apoyará en las ideas fascistas de la
Falange, a pesar de que suprimirá de su ideario cualquier referencia a las nacionalizaciones y a la
Reforma Agraria, y en el conservadurismo del catolicismo carlista. El alma de este movimiento
será la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, fundada en 1937, donde se integraban
todos aquellos que habían apoyado el golpe de 1936. Así, a finales de la guerra, 650.000
españoles estaban afiliados a este partido, algunos porque se identificaban con su ideología,
otras por necesidad, puesto que el canet de Falange garantizaba la fidelidad al régimen. Además,
para acceder a cualquier puesto de trabajo en la administración municipal y nacional era
imprescindible su posesión.

En 1938 se promulgará el Fuero del Trabajo, en el que se reflejan los ideales laborales,
paternalistas y disciplinados, de Jose Antonio Primo de Rivera. Además, España se configuraba
en un Estado Nacional Sindicalista, que se apoyará en tres elementos básicos: la familia, el
municipio y el sindicato vertical.

Sin embargo, Franco concentrará en su persona todos los poderes políticos y militares: jefe del
Estado, presidente del gobierno, Ningún Nacional del Movimiento y Generalísimo de los Ejércitos
de tierra, mar aire.

9. LOS DESASTRES DE LA GUERRA


Es muy difícil evaluar la cifra de las víctimas que provocó la Guerra Civil, puesto que los
vencedores ocultarán un número bastante considerable de personas, a las cuales habían
ejecutado y por el contrario publicarán un documento llamado “causa general”, donde se
relataban los excesos causados por los republicanos. Sin embargo, el recuento de víctimas varía
desde el millón de muertes a los 300.000, en función de a quien se incluye para elaborar la
estadística. Así, para elaborar cualquier tipo de estadística con un mínimo de rigor hay que incluir:

a) Muertos y desaparecidos en acciones bélicas, alrededor de unos 150.000. también hay que
señalar que el número de heridos se aproximará a los 400.000.

b) Militares ejecutados por los sublevados al no apoyar el golpe de estado, alrededor de unos
3.000. algunos serán fusilados después de ser juzgados por los tribunales militares, otros serán
eliminados a sus cuarteles en el momento de la sublevación.

c) Muertos por la represión en la retaguardia de los dos bandos en conflicto, es decir,


simpatizantes de una u otra causa, personas de dudosa fidelidad...
Así, en la zona republicana, serán ejecutados 6.817 religiosos, mientras que los franquistas
fusilarán a 15 rectores vascos para apoyar el separatismo o por sus simpatías republicanas. En
ocasiones había gente que era represaliada y muerta como consecuencia de las envidias o por
cuestiones ideológicas, es decir por carencia de respeto hacia la libertad de los otros. Un número
bastante considerable de estas muertes se producirán sin juicio previo, como consecuencia de
los llamados “paseos”, protagonizados por milicianos republicanos o falangistas del bando
sublevado. El periodo durante el cual se intensificará la represión coincidirá con los cuatro
primeros meses de la guerra.
En el bando republicano la represión será el resultado del chasquido espontáneo de los odios de
clase y de la miseria acumulada durante años de explotación y ante la cual el gobierno
republicano demostrará su incapacidad para controlarla.
En el bando sublevado, la represión estará más controlada por las autoridades golpistas. En este
bando, la represión estará promovida por aquellos que querían mantener los privilegios de clase.
Se considera que las muertes, como consecuencia de la represión, se situarán alrededor de las
150.000.

d) Muertos por los ataques de la aviación: unos 10.000 civiles.

e) Muertos como consecuencia del hambre y las enfermedades: unos 50.000.

f) Ejecutados después de la Guerra Civil hasta los años 50: más de 30.000.
g) Exiliados durante y después de la guerra, más de medio millón de personas.

TEMA 13. EL FRANQUISMO EMERGENTE (1939-1959)

INTRODUCCIÓN
El régimen que surgirá de la Guerra Civil se configurará como una dictadura personal en la cual el
poder del general Franco será incuestionable. Sin embargo, la derrota de las fuerzas del eje
determinará el progresivo abandono de las formas fascistas por parte del régimen franquista,
además de su aislamiento internacional, consecuencia del bloqueo impuesto por los Estados
democráticos a la dictadura de Franco. A pesar de todo, el anticomunismo del régimen permitirá
en el contexto de la guerra fría su integración en el mundo occidental. Pero, aun así, el punto de
partida del nuevo régimen será desastroso y se caracterizará por: el aislamiento internacional, la
represión de la posguerra, la desaparición de las libertades políticas e individuales, el exilio, los
índice de producción y renta inferiores a los del periodo de la anteguerra y la penuria cultural. A
pesar de todo, a finales de estas dos décadas se producirán algunos cambios significativos al
ámbito de la economía, pero al ámbito de la política el régimen se mantendrá inmutable.

Después de finalizar la Segunda Guerra Mundial las democracias occidentales que habían
ganado la guerra romperán cualquier tipo de relaciones diplomáticas y comerciales con el
régimen franquista. La causa de este posicionamiento se explica porque el general Franco se
negaría a configurar un estado democrático. En este contexto la España de Franco no podría
importar determinadas materias primas y productos básicos.

1. LOS CIMIENTOS DEL NUEVO RÉGIMEN


1.1.LAS BASES INSTITUCIONALES E IDEOLÓGICAS
La organización gubernamental y legislativa del nuevo régimen evidenciará las simpatías de sus
dirigentes hacia los regímenes fascistas europeos de la época. La configuración del régimen de
Franco se realizará durante un largo proceso, a través del cual, experimentará una continúa
remodelación, consecuencia de los acontecimientos que se producen en el contexto político
internacional. Sin embargo, el régimen de Franco se caracterizará por la pervivencia de todo un
conjunto de elementos que se configurarán como una constante durante los casi cuarenta años
de gobierno:
-carácter personalista de la dictadura (el poder de Franco era incuestionable)
-el rechazo del sistema parlamentario
-la defensa del tradicionalismo español.
Este poder personal se apoyaba en ámbitos muy determinados como por ejemplo el institucional,
el ideológico y el social.

A nivel institucional el Ejército y la Iglesia se configurarán como los más fieles aliados del régimen
franquista. El primero, sobre todo, por su ideología anticomunista, centralista y por la dureza en el
mantenimiento del orden público. El Ejército se configurará como la institución que garantizará el
orden público, además de disponer de la jurisdicción para juzgar determinados delitos de
carácter político. Por lo tanto, el número de militares entre la nueva clase política será importante.
Por otro lado, la Iglesia legitimará desde el principio el nuevo régimen y, incluso, intervendrá muy
directamente en las instituciones, concretamente en el ámbito de la educación, en la censura y en
el mantenimiento de la moral pública, además de configurarse como un instrumento de
propaganda de la ideología del régimen.

Aun así, la Falange proporcionará los principios ideológicos más importantes sobre los cuales se
apoyará el nuevo régimen (patriotismo y autoritarismo de corte fascista) y sus dirigentes
dispondrán de una importante influencia política durante los primeros años del franquismo. Sin
embargo, a partir del decreto de unificación, la Falange irá diluyéndose dentro del nuevo partido,
el Movimiento, pues en no configurarse como el partido único de la dictadura sus dirigentes se
burocratizarán y serán integrados dentro del nuevo partido. Los monárquicos habían estado
también otra fuerza muy importante dentro de las filas del franquismo, sin embargo se
encontraban divididos en dos tendencias: carlistas y donjuanistas. Los primeros, defensores del
tradicionalismo católico y de principios muy conservadores, recibirán importantes cargos
públicos. En cambio, la relación con los según será más difícil, sobre todo, a partir del fin de la
Segunda Guerra Mundial, al configurarse la figura de Juan de Borbón como una alternativa frente
al régimen dictatorial. Al fin se impondrá un sector político dirigido por *Carrero Blanco,
caracterizado por su adhesión incondicional a Franco.

1.2. LAS BASES SOCIALES Y EL CONTROL DEL PODER


A nivel social el régimen se apoyará en la oligarquía terrateniente, los grupos financieros e
industriales y los pequeños propietarios agrícolas. Este espaldarazo se manifestará, sobre todo,
al aprobar el régimen las primeras medidas de carácter político y social: supresión de la Reforma
Agraria y devolución de las tierras expropiadas y confiscadas para el desarrollo económico de
España.

Aun así, desde un principio Franco tratará de asegurarse el control de todo el poder y de exigir
una absoluta fidelidad a sus colaboradores. Así, como consecuencia de una ley promulgada en
agosto de 1939 podía decretar leyes sin consultar ni con las Cortes, ni con el Consejo de
Ministros. Aun así, el Consejo Nacional de hecho de las JONS, quedará reducido, por un decreto
de julio de 1939, a un organismo asesor del Jefe de Estado y sus miembros serán designados por
Franco.

2. EL FRANQUISMO DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


2.1. LA ETAPA AZUL (1939-1945)
En agosto de 1939 Franco nombrará el segundo gobierno de la dictadura, el cual perdurará hasta
1945, con dos remodelaciones parciales. Estos años, paralelos en la Guerra Mundial serán
conocidos como la etapa azul del régimen, puesto que el gobierno estará integrado
fundamentalmente por falangistas y militares y en menor medida por monárquicos que habían
sido vinculados a la dictadura de Primo de Rivera. Desde este gobierno existirá una verdadera
voluntad para configurar un modelo de Estado de corte falangista, lo cual se evidenciará en la
legislación que se aprobará. Así, se promulgarán leyes para reprimir a la oposición con efectos
retroactivos (Ley de Responsabilidades Políticas, Ley de Responsabilidades contra la Masonería
y el Comunismo), además de organizarse sindicatos verticales, organizaciones juveniles (Frente
de Juventudes, Sección Femenina). Aun así, se estima que la represión fomentada por el régimen
determinará la ejecución de unas cuarenta mil personas, además de sufrir el exilio unas 500.000.

Además en estos años se crearán las Cortes (1942). Sin embargo, la creación de esta institución
no supondrá ninguna concesión de carácter democrático, pues ni sus miembros eran elegidos
por sufragio, ni Franco, el caudillo, renunciaba a su capacidad para legislar. Tan solo se trataba de
un órgano consultivo, la composición de la cual la controlaba estrictamente el régimen.

2.2. LA POLÍTICA EXTERIOR


Durante estos años el régimen de Franco mantendrá una intensa relación con las potencias del
eje, adhiriéndose, además, en 1939 al Pacto Anti-*Comitern. Sin embargo, al estallar la Segunda
Guerra Mundial España se declarará neutral, ante el ruinoso estado del país, consecuencia de la
Guerra Civil, y de la necesidad de proveerse de materias primas y de fuentes de energía
procedentes del mundo anglosajón. Sin embargo, en junio de 1940, con los alemanes en París, se
reconsiderará la postura inicial, al desaparecer el peligro de una invasión por el norte, además de
considerar- se una posible invasión de Gran Bretaña y la expansión de España por el norte de
África en la zona de influencia francesa. Así, el 13 de junio de 1940, España se declarará no
beligerante. Entonces, se iniciarán unas negociaciones entre los gobiernos alemanes y españoles
para concretar las condiciones de la entrada de España en la guerra. A pesar de todo, las
condiciones españolas para entrar en el conflicto serán consideradas excesivas, y, al fin, las
negociaciones se pararán hasta que, en octubre de 1940, se celebre en Hendaya, una
conferencia entre Franco e Hitler. En este encuentro, Franco firmará un protocolo secreto por el
cual se obligaba a entrar en la guerra en una fecha sin definir.

A partir de 1941 la evidencia de una guerra larga ratificará la negativa española a entrar en el
conflicto, actitud que Franco confirmará a Mussolini en la entrevista que mantendrán ambos
dictadores en Bordhighera (Italia). Sin embargo, cuando en junio se inicie la invasión de la Unión
Soviética, las autoridades españolas apoyarán la iniciativa con el envío en el frente ruso de la
“División Azul”, pues el régimen de Franco, evitará cualquier pronunciamiento público de
espaldarazo a las potencias del eje. Aun así, en abril de 1945 (derrota del nazismo) romperá
relaciones diplomáticas con Japón.

3. ESPAÑA EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL DE LA GUERRA FRÍA


3.1. EL AISLAMIENTO INTERNACIONAL
A pesar del cambio de imagen del régimen franquista a la última fase de la Segunda Guerra
Mundial, el fin del conflicto bélico determinará graves consecuencias para una dictadura, la de
Franco, que se había impuesto con el espaldarazo de las potencias del eje, con las cuales,
además, se habían establecido unos vínculos políticos muy intensos. Por lo tanto, de inmediato
los antiguos aliados denunciarán la carencia de libertades del régimen de Franco, actitudes que
determinarán, en junio de 1945, la negativa de estos países a que España se integrara a la ONU.
Así mismo, en agosto de este mismo año Stalin, Truman y Attle condenarán el régimen político
español en la conferencia de *Postdam. En el año siguiente Francia cerrará la frontera con España
y el Consejo de Seguridad de la ONU establecerá un conjunto de medidas para castigar el
régimen dictatorial de Franco. Así se excluirá en España de todos los organismos internacionales
vinculados a la ONU y la mayoría de los embajadores acreditados a Madrid abandonarán la
capital de España, tan solo permanecerán los de Portugal, el Vaticano, Irlanda y Suiza.
Ante esta situación, el gobierno de Franco optará para prescindir de aquellos elementos que lo
identificaban con un Estado de carácter fascista, en un intento de acercarse a las potencias
occidentales que se habían impuesto en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, se intentará,
con cierto éxito, una aproximación política y diplomática hacia los países hispanoamericanos y
árabes.

3.2. HACIA LA NORMALIZACIÓN DIPLOMÁTICA


A pesar de todo, en los gobiernos occidentales no los interesaba aplicar al régimen franquista
sanciones muy fuertes que a largo plazo beneficiaron a la Unión Soviética. Así, en 1947, el
representante de los EE. UU. en la ONU se negará a ratificar la condena sobre el régimen
español, lo cual se explica por el contexto de la Guerra Fría que predominaba en esa época,
hecho que determinará un nuevo planteamiento de las estrategias militares. Aun así, los
británicos firmarán un acuerdo comercial en 1948 con España, y, en el año siguiente, el gobierno
francés reabrirá la frontera. Incluso, la Guerra de Corea que se origina en 1950 favorecerá las
relaciones diplomáticas y comerciales de las potencias occidentales con el régimen de Franco.
Así, en noviembre la ONU eliminará el veto al régimen español, lo cual facilitará el retorno de los
embajadores a Madrid y los inicios del reconocimiento del régimen de Franco en los organismos
de carácter internacional. Igualmente, poco tiempo después se normalizarán las relaciones
diplomáticas entre España y los EE. UU. y en 1953 se firmarán unos acuerdos entre los dos
países. Acuerdos por los cuales España recibirá la ayuda del Plan Marshall y a cambio permitirá
en los EE. UU. la instalación de cinco bases militares para la aviación y una aeronaval. Incluso en
esa época se firmará un concordato con el Vaticano. Estos acuerdos supondrán un importante
triunfo de la diplomacia española que determinará su reconocimiento a nivel internacional.
Esta normalización diplomática recibirá un importante impulso nuevamente, en 1955, al ser
admitida España en la ONU. Entonces se iniciará la liberalización económica del régimen,
proyecto del cual se encargará, principalmente, el ministro de Asuntos exteriores del nuevo
gobierno que Franco había designado en 1957, Fernando María Castiella, el cual ocupará esta
cartera hasta el año 1969. Este político, además, conseguirá el espaldarazo de los organismos
internacionales, en los cuales España se integrará (Fondo Monetario Internacional). Incluso, este
político organizará la triunfal acogida que recibirá el presidente norteamericano Eisenhower, el
cual visitará Madrid a finales de 1959.

4. EL PROGRESIVO ABANDONO DEL APARATO FASCISTA


4.1. EL NACIONAL-CATOLICISMO
A pesar de que el fin de la Guerra Mundial obligará al régimen de Franco a gestar un cambio de
imagen, este no afectará al poder del dictador. Así, en julio de 1945, se promulgaba “El Fuero de
los Españoles” que a modo de carta otorgada concedía unos derechos a los ciudadanos
españoles siempre que no cuestionaron los principios del régimen. Además, se configurará un
nuevo gobierno con el predominio de ministros vinculados a determinadas instituciones católicas.
Se iniciaba así, la etapa del nacional-catolicismo de corte tradicionalista, religioso y defensor de
un ideal imperial. Sin embargo, el aumento de la presión de los monárquicos dificultará las
relaciones entre Franco y Juan de Borbón, especialmente difíciles como consecuencia de la
publicación del manifiesto de Lausana (1945). A pesar de todo, en 1947 las Cortes aprobarán la
“Ley de Sucesión” por la cual Franco se decantaba por la monarquía como sistema político de
gobierno para el futuro. Poco después el príncipe Juan Carlos se trasladaba a España con el fin
de recibir una educación oportuna.

A partir de la década de los años 50 empezará a disminuir la influencia política de la Falange en el


régimen. Dos aspectos incidirán, especialmente, en este cambio. Por un lado, hay que destacar
el contexto internacional caracterizado por el desarrollo de la Guerra Fría y la del aislamiento. Por
la otra, en el interior de España el fascismo iniciaba su declive como consecuencia de la
influencia conseguida en las esferas de poder de determinados sectores financieros, los cuales
impondrán un cambio de tendencia en la política económica del régimen. Por lo tanto, el
nacional-sindicalismo de la etapa azul prácticamente desaparecerá del escenario político
español. A partir de la década de los cincuenta, empezará a configurarse como un valor político
de futuro el almirante *Carrero Blanco, militar que defenderá un modelo de dictadura personal,
burocrática, de corte tradicional y católica, dirigida por personas fieles a Franco, y en la cual se
mantendría un equilibrio entre las grandes familias del régimen, ante los intentos de los
falangistas de configurarse como la fuerza política dominante.

Así, en 1951, se formará un nuevo gobierno y a pesar de que la composición del mismo es plural,
la Falange mantendrá todavía cierta influencia. En este nuevo gobierno *Carrero Blanco es
nombrado ministro Subsecretario de la Presidencia. Aun así, en esta época la difícil situación
económica que se originará en España generará una importante oleada de huelgas que
culminarán en 1956 al estallar la protesta estudiantil contra el régimen. El intento liberalizador
promovido por el ministro de Educación, Joaquín Ruiz Giménez, lo aprovecharán los estudiantes
para organizar huelgas universitarias de 1956. Como consecuencia del desarrollo del movimiento
de protesta estudiantil, Ruiz Giménez y los rectores de las universidades de Madrid y Salamanca
serán cesados.

4.2. EL NUEVO GOBIERNO DE 1957: LOS TECNÓCRATAS


En este contexto de inestabilidad se intentará fomentar un mayor protagonismo político de la
Falange, pero Franco, por el contrario, promoverá una importante renovación ministerial que
provocará el aislamiento político de la Falange y su desaparición del gobierno. Surgirán así,
nuevas figuras políticas vinculadas a la Opus Dei, como por ejemplo Navarro Rubio o Alberto
*Ullastre, que supondrán los inicios del predominio político de los tecnócratas. Este nuevo
gobierno promulgará “La ley de principios del Movimiento Nacional” (1958) en la cual se definirán
los principios básicos del franquismo, los cuales se alejarán del totalitarismo pero también
mantendrán la distancia respecto de la democracia. Así, el Estado quedará definido como
monárquico, tradicional y católico.

5. LA ECONOMÍA ESPAÑOLA EN LA DÉCADA DE LOS CUARENTA


5.1. EL MODELO ECONÓMICO DE LA POSGUERRA: LA AUTARQUÍA
A finales de la guerra civil se impulsará una política autárquica que supondrá la culminación de
las tendencias proteccionistas iniciadas a finales del siglo XIX. Esta política estará influida por el
fascismo italiano y hasta 1942 la impondrá, según el régimen, con el fin de corregir los
desequilibrios provocados por la Guerra. A partir de 1945 la causa que la justificará, también
según el régimen, será el aislamiento impuesto por los aliados que habían sido los vencedores en
la Segunda Guerra Mundial. Pero en la realidad, se trata de una política que favorecerá el control
de la economía por el aparato gubernamental. Además, el régimen franquista se autoexcluirá de
la ayuda internacional del Pla Marshall, al negarse a aceptar y adoptar los planteamientos
democráticos que exigían las potencias vencedoras.

5.2. SU APLICACIÓN
A pesar de todo, la aplicación de este tipo de política originará y generará unos índices de renta y
de producción por debajo de los que predominaban en los años precedentes en la Guerra Civil,
además de no conseguirse los objetivos establecidos. Pero, a pesar de que, la propaganda del
régimen divulgaba que el objetivo principal consistía al evitar el hambre, los problemas de
abastecimiento serán muchos frecuentes y ya en 1939 se generalizará el uso de las “cartillas de
racionamiento”, además de desarrollarse el mercado negro o estraperlo. Este, bastante
generalizado a nivel cotidiano, ocultaba y reflejaba las grandes operaciones estraperlistas. Así, se
calcula que en 1943 el 30% de la cosecha se desviará hacia el mercado negro, a pesar de que “El
Servicio Nacional del Trigo” y “La Comisaría de Abastecimientos y Transportes” se encargaba de
la comercialización, no se conseguirá parar estas prácticas.

Al ámbito de la política agraria se iniciará un proceso de ruralización que divulgará una visión
ideal de la vida en el campo y de la agricultura ante los valores urbanos y la industria. Se iniciaba,
así, un proceso de ruralización con la devolución de las tierras anteriormente expropiadas y con el
propósito también de recuperar los índices de producción anteriores a la guerra, a través de una
mayor tecnificación y de la potenciación del trabajo agrario. Para impulsar esta política agraria se
creará el Instituto Nacional de Colonización con el objetivo de aumentar el regadío y de asentar
nuevos colonos. Sin embargo, los resultados serán muy limitados.

En relación a la política industrial la Guerra Civil supondrá un periodo de estancamiento en el


desarrollo industrial del país. La legislación proteccionista que se iniciará en 1939 culminará en
1941 con la creación del Instituto Nacional de Industria, organismo que pretendía industrializar el
país, todo y las dificultades para conseguir la equipación y materias primas. Además, la
considerable intervención estatal parará la inversión privada y las relaciones comerciales con el
exterior. Así, el Estado se convertía en un gran inversor y se fomentaba la tendencia al monopolio.

Aun así, el comercio exterior tratará de alcanzar el país de aquellos productos que escaseaban en
el interior del país. A pesar de todo, durante la Segunda Guerra Mundial los EE. UU. suspenderán
en dos ocasiones las ventas de petróleo al régimen franquista. Sin embargo, otros países como
por ejemplo Argentina, enviarán importantes cantidades de trigo ante las cosechas tanto malas
de mediados de la década. En cuanto a las exportaciones que generaban unas divisas muy
importantes, estas se limitarán a algunos productos agrarios y otros como por ejemplo el
wolframio.

6. HACIA LA LIBERACIÓN ECONÓMICA


6.1. EL ABANDONO DE LA AUTARQUÍA
Durante la década de los años cincuenta asistiremos al agotamiento de la política autárquica y a
una progresiva liberalización de la economía. Los principales síntomas del agotamiento de la
política autárquica se manifestarán a través de un proceso inflacionista, problemas de suministras
a la industria e incremento de la deuda pública que casi provoca la suspensión de pagos por
parte del Estado. En los momentos de mayor expansión inflacionista se producirán movimientos
huelguistas en zonas como por ejemplo Asturias, País Vasco, Cataluña y Madrid, los cuales serán
duramente reprimidos y evidenciarán el descontento social por el aumento continuado de los
precios.

6.2. EL PROCESO LIBERALIZADOR


Se explica por dos razones:

a) Por el cambio de la coyuntura internacional, consecuencia de la aparición de la Guerra Fría,


conflicto que convertirá en España, por su tradicional anticomunismo, en un aliado de los EE. UU.
Así, al normalizarse las relaciones diplomáticas entre los dos países, el Congreso norte-
americano aprobará una primera ayuda en España, la cual se consolidará a partir de la firma de
los acuerdos de 1953. Así, España recibirá de los EE. UU. en los siguientes cuatro años una
ayuda superior a los 500 millones de dólares, además de créditos y material militar. Así, la ayuda
de los norte- americanos permitirá suprimir la política de racionamiento, con lo cual desaparecerá
el mercado negro. En efecto, las aportaciones de capital americano supondrán una auténtica
inyección revitalizadora para la economía española de la época y especialmente para el desarrollo
de la industria, puesto que las importaciones de equipación dependían básicamente de las
exportaciones de productos agrarios.

b) Por otro lado, la liberalización también se impulsará desde el interior, especialmente con los
cambios de gobierno de 1951 y 1957. La situación de pobreza que vivía el país hacían necesarios
estos cambios. El primero de estos gobiernos manifestará unas tímidas intenciones
liberalizadoras, las cuales favorecerán una mejor articulación del mercado interior y promoverán
un primer impulso industrializador. El gobierno de los tecnócratas será mucho más decisivo,
pues, España se introducirá y se integrará en los organismos internacionales, como por ejemplo
el FMI, organismos desde donde se promoverán toda una serie de cambios que integrarán a la
economía española en el capitalismo internacional. Los ministros de comercio, Alberto *Ullastres,
y de Hacienda, Navarro Rubio, serán los principales promotores de una serie de medidas que
determinarán el abandono definitivo de la política autárquica.

En definitiva, la década de los cincuenta supondrá el inicio del despegue económico con un
fuerte crecimiento anual de la renta nacional e importantes cambios en la política económica,
consecuencia del predominio de los intereses de la burguesía industrial ante los intereses del
terratenientes agrícolas. Así, las buenas cosechas a los inicios de la década de los cincuenta y la
normalización de las relaciones exteriores facilitarán la supresión de la política de racionamiento y
disminuirán el intervencionismo estatal. Sin embargo, se mantendrán algunos problemas en el
abastecimiento, el déficit exterior se incrementará y la inflación aumentará, hechos que pararán la
expansión y conducirán a la economía española a un callejón sin salida, lo cual exigía un cambio
radical en las directrices de la economía española.

7. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DURANTE LA ESPAÑA AUTÁRQUICA


7.1. VALORES Y COSTUMBRES DE LA NUEVA SOCIEDAD
La Guerra Civil configurará una España de vencedores y vencidos. Así, los primeros,
terratenientes, financieros y empresarios, disfrutarán de todo tipos de privilegios. Por otro lado los
derrotados serán marginados socialmente, incluso algunos serán encarcelados, otros ejecutados.
La depuración afectará a funcionarios, militantes de organizaciones políticas y sindicales y
militares republicanos.

La sociedad española de la época se organizará a partir de unos principios muy tradicionales,


bajo la intensa influencia de la Iglesia y la censura que se encargarán de velar por el cumplimiento
de estos principios. La educación, la enseñanza y las costumbres se regularán a través de una
vigilancia. Igualmente, al ámbito de la enseñanza, se prohibirá la coeducación a partir del
parvulario. Además, los textos estaban impregnados de un vocabulario militarista, religioso y
condenatorio de las ideologías políticas rechazadas por el régimen, incluso, estos valores
determinarán una educación marcadamente autoritaria. Por otro lado, hay que considerar que la
familia era uno de los cimientos más importantes del régimen franquista. La función de la mujer
quedaba definida por las tareas del hogar familiar, y tenía que ser, sobre todo, esposa y madre. El
hecho de quedarse soltera estaba mal visto y los problemas jurídicos eran considerables,
después de una ruptura matrimonial. Para la difusión y consolidación de estos tipos de principios
se fundará la Sección Femenina y el Servicio Social obligatorio, tarea que de no realizarse
imposibilitaba el acceso de la mujer al carné de conducir y al pasaporte. Para la formación
ideológica de los jóvenes se creará el Frente de Juventudes, donde, en un contexto de disciplina,
se exaltaban los valores de la virilidad.

7.2. EL MUNDO DEL TRABAJO


Al ámbito laboral el Estado era la institución que reglamentaba todo tipo de relaciones a través de
la Magistratura de Trabajo. Cualquier vestigio de sindicalismo de clase será supreso y prohibido y
en su lugar aparecerá el sindical vertical, dirigido por los falangistas. Aun así, las huelgas
quedaban prohibidas. Sin embargo, el régimen promoverá una legislación favorable para el
trabajador (ley sobre vacaciones, sobre accidentes laborales...) que concluirá con el
establecimiento del seguro de enfermedad en 1943. La conflictividad laboral será duramente
reprimida por el régimen, sin embargo, en la década de los cincuenta se organizará un importante
movimiento de vagas, instigado por organizaciones sindicales que se habían organizado en la
clandestinidad.
A lo largo de estas dos décadas se observará una progresiva emigración del campo hacia la
ciudad, con la ilusión de conseguir mejorar las condiciones de vida. Sin embargo, en las ciudades
el problema de la vivienda adquirirá unas características dramáticas y el chabolismo se
generalizará. Además, la investigación de trabajo era bastante difícil. Así, las situaciones de
pobreza se generalizarán, los salarios crecerán por debajo del precios y el consumo se restringirá.
El resultado de esta situación será la aparición de los problemas de nutrición en determinados
grupos sociales de la España de la posguerra.

TEMA 14. LA CONSOLIDACIÓN DEL FRANQUISMO (1959-1969)

INTRODUCCIÓN
La difícil situación económica y social de mediados de los cincuenta exigía un cambio radical que
al fin se producirá en 1959, con la aprobación del “Decreto de Nueva Ordenación Económica”, el
cual tenía como objetivo conseguir el desarrollo económico y una más intensa integración en la
economía internacional. A causa de la aplicación de este decreto, España se beneficiará, durante
la década de los sesenta, de un crecimiento económico continuado que superará al de la mayoría
de los países de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico).
Sin embargo, la sociedad española de la época continuará caracterizándose por la pervivencia de
desequilibrios sociales y regionales que provocarán una intensa corriente migratoria hacia la
Europa comunitaria. Además, al ámbito de la política, la dictadura franquista, tratará de
consolidarse y perpetuarse a través de un proceso de institucionalización que en ningún
momento integrará en el sistema político los principios básicos de la democracia parlamentaria.

1. EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN
1.1. UN DECRETO QUE REORIENTARÁ LA ECONOMÍA
El nuevo gobierno de 1957 empezará a aplicar una serie de medidas liberalizadoras que
podríamos considerar preestabilizadoras y que no necesariamente son muy acogidas en todos
los centros de poder (congelación salarial, flexibilidad de la normativa laboral y todo un conjunto
de medidas dirigidas a reducir el déficit público). Aun así, los organismos internacionales en los
cuales España se había integrado (Organización Europea de Cooperación Económica OECE y
Fondo Monetario Internacional FMI), promoverán la necesidad de una nueva orientación de la
economía española y, a finales de junio de1959, el gobierno español los dirigirá un memorándum
donde se explicaban las medidas que había previsto adoptar. Así, con el visto y aprobado y la
ayuda financiera de los mencionados organismos se publicará el “Decreto Ley de Nueva
Ordenación Económica” (21 de julio de 1959), más conocido como el Plan de Estabilización.

El Plan de Estabilización perseguirá dos objetivos: establecer las bases para un desarrollo
económico equilibrado y conseguir una mayor integración de la economía española en los países
del mundo occidental. Aun así, las medidas fiscales (limitación del gasto público) y monetarias
(limitación de los créditos al sector privado y mayor flexibilidad de los tipos de interés) tenían que
conseguir el equilibrio interior limitando la demanda, estabilizando los precios y reduciendo las
importaciones. Por todo esto, la liberalización del comercio exterior y la disminución del control
estatal sobre este facilitarán la integración de la economía española al ámbito internacional. Al fin,
se fijará un nuevo tipo de cambio de la peseta (1 dólar equivalía a 60 pesetas) y la liberalización
de las importaciones de capital permitirán abrir las puertas a la inversión extranjera.

1.2. LAS REPERCUSIONES DEL PLAN DE ESTABILIZACIÓN: EL CRECIMIENTO DE LA


ECONOMÍA ESPAÑOLA
El Plan de Estabilización determinará las bases para el crecimiento de la economía española
durante los años sesenta y ha esta considerado por la mayoría de economistas como la
operación económica de más envergadura realizada por el franquismo. Sus repercusiones, para
la sociedad española en su conjunto, serán positivas puesto que reducirá la inflación y
estabilizará los precios. Pero, a cambio, se restringirá la actividad económica y aumentará de
manera muy considerable el paro, el cual se reducirá a través del recurso a la emigración a
Europa en desarrollo.
Estas medidas de liberalización económica y de limitación de la intervención estatal estaban
mediatizadas e influidas por los principios de un neoliberalismo de tipo conservador en expansión
que permitirá la apertura de la economía española, a pesar de la pervivencia de un régimen
político de carácter autoritario. Aun así, la llegada del capital extranjero, la abundante mano de
obra procedente de las áreas rurales y las repercusiones de una coyuntura internacional
caracterizada por la bonanza económica sobre la economía española, explican el crecimiento
español durante los años sesenta. Una consecuencia muy significativa de la nueva configuración
económica de la sociedad española será la reducción de la población activa ocupada en la
agricultura tradicional. La política de espaldarazo a la agricultura junto con la reducción de la
mano de obra, consecuencia de los movimientos migratorios, fomentará la mecanización del
campo, aumentará los regadíos y la producción agrícola y ganadera.

2. LA PLANIFICACIÓN INDICATIVA: LOS PLANES DE DESARROLLO


2.1. EL CRECIMIENTO INDUSTRIAL
Durante la década de los sesenta el sector industrial experimentará un crecimiento muy
importante. Así, siguiendo el modelo francés de planificación indicativa, en 1962 se creará la
“Comisaría del Plan de Desarrollo”, organismo de carácter gubernamental dirigido por Laureano
López *Rodó. Con este organismo se pretendía programar el crecimiento de la economía (de
manera obligatoria para el sector público y orientativa e indicativa para el sector privado a través
de la concesión de ventajas fiscales y subvenciones), y también impulsar el desarrollo de
determinadas zonas geográficas a través de los llamados “Polos de Desarrollo”.

Los dos primeros planes de desarrollo se ejecutarán entre 1964-1967 y 1968-1971,


respectivamente. Sin embargo, durante la aplicación del primer plan de desarrollo aparecerá una
inflación muy elevada y, además, se devaluará la peseta. Pero durante la aplicación del segundo,
la inflación disminuirá, mejorará la balanza comercial y el crecimiento económico se situará
alrededor del 6%. Sin embargo, las críticas a la política de planificación económica han sido
diversas, pues, los porcentajes de cumplimiento oscilaban entre el 50 y el 70%. Aun así, la
aplicación de los planes mencionados no reducirán los desequilibrios regionales. Sin embargo, se
conseguirá una gran expansión de la pequeña y mediana industria, a pesar de que una gran parte
de las grandes empresas que se crearán serán de capital extranjero. Este hecho, junto con la
necesidad de importar corderos de equipación, determinará que el sector industrial español se
desarrolle con una dependencia muy considerable de los países extranjeros, lo cual evidenciaba
su fragilidad.

2.2. EL COMERCIO EXTERIOR


El comercio exterior experimentará durante estos años un crecimiento considerable, al
cuadruplicar el valor de las importaciones, a pesar de que se mantendrá un evidente
proteccionismo para proteger la producción nacional. Las exportaciones también aumentarán,
pero a un ritmo inferior al de las importaciones, por lo cual se mantendrá el déficit de la balanza
comercial. A pesar de todo, se conseguirá diversificar los productos que se exportan, los cuales,
hasta ese momento eran fundamentalmente agrícolas, consecuencia de la competitividad que se
explica tanto por los salarios a la baja como por las medidas de espaldarazo a la exportación.
Sin embargo, el déficit de la balanza comercial se equilibrará con los ingresos de tres partidas
que actuarán como mecanismos correctores:
a) El turismo, pues la cifra de viajeros que visitarán España se multiplicará por cuatro, además,
este hecho además de corregir una buena parte del déficit comercial, fomentará un
considerable aumento de los puestos de trabajo, tanto en el sector servicios como en el de la
construcción.

b) El dinero enviado por los emigrantes, pues, se estima que unos 2’2 millones de personas
abandonarán España, a principios de los sesenta, hecho que contribuirá a reducir las tasas de
paro.

c) Las inversiones de capital extranjero, más considerables con el paso del tiempo.
3. UN DESARROLLO CON FUERTES DESEQUILIBRIOS
3.1. UNA DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA MÁS PRÓXIMA AL MUNDO
INDUSTRIALIZADO
Los cambios económicos que se producirán durante la década de los sesenta determinarán
importantes transformaciones de carácter socioeconómico. Así, el reparto sectorial de la
población activa se orientará definitivamente hacia unos índice más semblantes a los de los
países desarrollados: descenso muy significativo de los porcentajes de población ocupados en el
sector primario (del 41’7 al 29’1%), mientras que la industria y la construcción sumaban en 1970
un 37’3% de los activos poblacionales. Sin embargo, los índices del sector primario todavía eran
elevados mientras que los del sector servicios (33’6%) los podemos considerar como
relativamente insuficientes, hecho que evidenciaba las carencias que el país presentaba en
aquella época. Aun así, el porcentaje de mujeres que se incorporarán en el mundo laboral será
muy inferior a la media de la Europa Occidental y Oriental (17’9%).

3.2. LOS MOVIMIENTOS MIGRATORIOS


El continuado descenso de la población ocupada en las actividades primarias se explica por la
intensidad de los movimientos migratorios de la época, los cuales afectarán además de tres
millones de personas. Estos movimientos migratorios se dirigirán, bien hacia las zonas
industriales del país (Madrid, Cataluña, País Vasco, País Valenciano), bien hacia el exterior. Aun
así, de los aproximadamente 2 millones de personas que abandonarán España en esa época, un
50% se instalará en los países europeos desarrollados (países de la Comunidad Europea y
también en Suiza y Gran Bretaña), un 39% serán temporeros y tan solo alrededor de un 11% se
dirigirá a los países de ultramar, con lo cual se producirá un cambio de la tendencia tradicional de
las grandes corrientes migratorias que se originaban en nuestro país. Los emigrantes huirán del
paro y de los insuficientes niveles de renta para rebuscar un sueldo fijo en el sector industrial y los
servicios de las áreas más desarrolladas. Este movimiento migratorio afectará a un número muy
considerable de las provincias españolas, con la excepción de las anteriormente mencionadas y
de las insulares que recibirán la mayor parte de los inmigrantes. Los porcentajes más elevados
del movimiento migratorio afectarán en Extremadura, Andalucía, algunas provincias castellanas
(Cuenca, Soria y Segovia) incluso algunas de Aragón (Teruel).

Entre las causas que explican estos movimientos migratorios hay que mencionar los intensos
desequilibrios existentes entre los diferentes territorios del país, que la política de desarrollo de
estos años no conseguirá compensar. Aun así, otra de las causas que explican este éxodo del
campo en la ciudad es el descenso de las rentas agrarias, todo el contrario del que se estaba
produciendo en las zonas industriales.

4. UNA SOCIEDAD EN TRANSFORMACIÓN


4.1. FACTORES QUE PROMOVERÁN EL CAMBIO SOCIAL
La influencia del turismo determinará un cambio en las actitudes y costumbres de los españoles,
muy mediatizadas hasta la consolidación del fenómeno turístico por los principios del nacional-
catolicismo. Por otro lado, el fenómeno turístico aportaba nuevas costumbres y modas de verano
que romperán con la monotonía de las costumbres tradicionales. Aun así, la consolidación de la
actividad turística transformará el paisaje costero, y, así, las viejas casas de pescadores serán
sustituidas por bloques de apartamentos y edificios de alturas muy elevadas, lo cual incrementará
las diferencias en un centro peninsular muy deprimido y una periferia donde se dirigían los flujos
de emigrantes para conseguir un puesto de trabajo en la construcción o en el sector servicios.
Aun así, en el cambio social que se producirá durante la década de los sesenta también influirán
de manera muy considerable los medios de comunicación, fundamentalmente la televisión, que
había iniciado las emisiones en 1958 y que durante la década de los sesenta se expandirá de
manera espectacular. A través de este medio de comunicación se difundirán por todas partes del
país programes, imágenes y una música que evidenciaba cierto aperturismo del régimen, todo y
las protestas de los sectores más integristas de la sociedad.

Aun así, el cine de aquella época también abandonará la mítica heroica de los primeros años y la
crítica de la década de los cincuenta para mostrar una sociedad más desenfadada y con unos
valores en los que destacaban el bienestar y el consumismo. Así, después de dos décadas de
penuria un importante sector de la sociedad disfrutará del coche, electrodomésticos y las
vacaciones.

Los emigrantes también contribuirán a consolidar este cambio social al conocer el


funcionamiento y desarrollo de las sociedades democráticas occidentales. Por otro lado
empezará a ser habitual el desplazamiento de los españoles a los países extranjeros, tanto para
estudiar como para hacer vacaciones, lo cual también contribuirá a divulgar otros valores
diferentes de los tradicionales que predominaban en la España de los sesenta.

4.2.SECULARIZACION Y CAMBIO SOCIAL


Paralelamente la sociedad española experimentará un proceso de secularización. Aun así, los
cambios que se producirán al ámbito de la Iglesia facilitarán la transformación de la sociedad
española. Así, bajo los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI se celebrará el Concilio Vaticano II,
en el cual la Iglesia se mostrará partidaria de fomentar los principios de tolerancia y libertad, lo
cual provocará un gran malestar entre los sectores más intransigentes y reaccionarios de nuestro
país. Aun así, en España, un sector de la Iglesia empezará a desvincularse de la tutela del
régimen franquista, lo cual determinará una aproximación a los sectores obreristas de la sociedad
y la identificación y espaldarazo de ciertas reivindicaciones sociales, además de vincularse a
ciertos movimientos de carácter nacionalista. A pesar de todo, desde ciertos sectores de la
Iglesia mostrarán una hostilidad bastante considerable hacia temas como por ejemplo el divorcio,
la planificación de la natalidad y la libertad de religión.

En consecuencia, España durante la década de los sesenta, se aproximará de manera muy


considerable hacia el modelo urbano y de consumo, característico de las sociedades
occidentales. Este proceso coincidirá con la pérdida de influencia política por parte de los
grandes propietarios agrícolas y su desplazamiento de los centros de poder por parte de la
burguesía industrial y financiera. Aun así, aumentará la influencia de las clases medianas y el
proletariado industrial superará al agrícola que reducirá notablemente sus efectivos.

5. EL RÉGIMEN SE INSTITUCIONALIZA
5.1. LA DEMOCRACIA ORGÁNICA
El alejamiento en el tiempo de la Guerra Civil, junto con la consolidación del proceso de
liberalización económica y los cambios sociales que se originarán durante la década de los
sesenta, determinarán un nuevo cambio de imagen del régimen. Así, cuando en 1964 se celebran
los veinticinco años del fin de la guerra, Franco se presentará a la sociedad como el “Caudillo de
la Pau” más que como el militar ganador de la contienda. Aun así, los niveles de desarrollo
económico y de bienestar conseguidos por la sociedad española de la época se convertirán en el
eje central que legitimaba el franquismo tanto en el interior como el exterior.

Además, el franquismo sustituirá el Estado nacional-sindicalista por otro fundamentado en la


democracia orgánica, modelo de Estado que se organizaba a partir de tres instituciones
fundamentales: el sindicato, el municipio y la familia. Pero esta falsa democracia no permitirá
cuestionar los principios definidos por el “Movimiento” y en consecuencia el régimen no
conseguirá la credibilidad democrática que pretendía. Aun así, el régimen con la represión
ejercida sobre los organizadores y participantes en el llamado Contubernio de Múnich (1962)
evidenciará su incapacidad para tolerar la más mínima crítica sobre el régimen establecido. Esa
incapacidad se evidenciará también, en 1963, al ser detenido Julián Grimau, con la represión de
las huelgas mineras de Asturias y con la creación del Tribunal de Orden Público, la finalidad del
cual era juzgar delitos de carácter político.

5.2. LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL RÉGIMEN : CARÁCTER Y FUERZAS QUE LO IMPULSAN


El régimen franquista, con el fin del perpetuarse, sobre todo, a partir del gobierno que se
configurará en 1957, intentará dotarse de una legislación pseudoconstitucional para fundamentar
la llamada democracia orgánica. Sin embargo, la nueva configuración del régimen a partir de la
llamada democracia orgánica no significará la desaparición de la dictadura personal del general
Franco, más bien, por el contrario se reforzará. Aun así, este proceso determinará la definitiva
marginación política de la Falange, lo cual se evidenciará en 1967 cuando el general Muñoz
Grandes sea cesado como vicepresidente del gobierno. Una de las causas que explicará la
marginación política de los falangistas se originará al oponerse los falangistas a la legitimización
de la monarquía como futura forma de gobierno. Pero esta marginación no era nueva, puesto que
los falangistas tenían la consideración de ser un grupo político molesto para las distintas familias
del régimen. Así, los falangistas más tradicionales configurarán aquello que en la época será
conocido como el Búnker, el objetivo del cual consistirá al parar cualquier tipo de apertura del
régimen.

Por otro lado, durante la época de los sesenta, consolidará su influencia política un grupo dirigido
por Carrero Blanco, almirante que había sustituido a Muñoz Grandes en la vicepresidencia del
gobierno. Estos, los partidarios de Carrero Blanco, estaban vinculados al Opus Dei, defendían la
vía tecnocrática, la liberalización económica y una de las figuras políticas más destacadas de
este grupo era Laureano López Rodó. Sin embargo, al definirse sobre algunos aspectos políticos
y sociales, este grupo evidenciará su integrismo, y, en consecuencia, es muy difícil considerarlos
cómo uno de los sectores aperturistas del régimen. Por lo tanto, los tecnócratas, los principales
promotores de la institucionalización del régimen, en no realizar una adecuación política a la
realidad de la época estaban provocando la propia desintegración del régimen franquista.

6. DESARROLLO LEGISLATIVO Y BÚSQUEDA DE LA NORMALIZACIÓN EXTERIOR


6.1. PRINCIPALES LEYES DEL PROCESO INSTITUCIONALIZADOR
A pesar de todo, el principal promotor y organizador de la institucionalización del régimen será el
nuevo gobierno que se nombrará en 1965. Este iniciará su tarea legislativa con la ley de prensa,
diseñada por Manuel Fraga, aprobada en 1966. Aun así, en el año siguiente se aprobará también
la “Ley Orgánica del Estado”, texto que intentaba configurarse como un tipo de
pseudoconstitución. Este texto modificaba algunas de las “Leyes Fundamentales” sobre las
cuales se había apoyado hasta ahora el franquismo. Con la aprobación de este texto se pretendía
hacer frente al reto doble:

a) La necesidad de modernizar el país, ante la voluntad de ingresar en el Mercado Común.

b) La necesidad de adecuar la legislación del régimen a los principios del Concilio Vaticano II,
pues la Iglesia manifestaba en estos momentos una actitud crítica ante la ausencia de ciertas
libertades. En consecuencia se creará en las Cortes un tercer sector de procuradores, los
representantes de las familias, lo cual obligaba al régimen a asumir en cierto modo algunas
opiniones de un sector de la sociedad. Aun así, con la “Ley Orgánica del Estado” Franco
aceptaba cómo a su sucesor el príncipe Juan Carlos en 1969. Con esta propuesta, planificada
por el sector dirigido por Carrero Blanco, se pretendía consolidar la continuidad del régimen y
reforzar la figura de Franco, pues, no se trataba de una restauración, lo cual habría implicado un
retorno a la legalidad anterior al 14 de abril de 1931, sino de la instauración de una nueva
monarquía inspirada en los principios del “Movimiento Nacional”.

6.2. LA POLÍTICA EXTERIOR


La política exterior durante los años sesenta estará dirigida por Fernando María Castiella. El
principal objetivo de este político consistirá en la normalización de las relaciones internacionales,
todo y las críticas del exterior ante la política represiva del régimen.
Así, los aspectos básicos de la política exterior que desarrollará Fernando Castiella se centrará
en:

a) Gibraltar. Desde 1957 se trasladará la cuestión a la asamblea de la ONU. Así, después de


varias resoluciones el organismo internacional se pronunciará de manera favorable sobre la
descolonización del peñasco. Pero la negativa de los británicos y la resistencia de los
gibraltareños pararán las negociaciones. El gobierno español reaccionará cerrando la frontera
en 1968.

b) Negociaciones con el Mercado Común. España solicitará en 1962 un tratado de asociación,


con lo cual se iniciarán las negociaciones dos años después. Sin embargo, las mencionadas
negociaciones fracasarán puesto que el carácter dictatorial del régimen era incompatible con
los principios que inspirarán el Tratado de Roma de 1957. Tan solo en 1970 se firmará un
acuerdo preferencial.

Aun así, la descolonización de las últimas colonias españolas será un proceso que desarrollará la
diplomacia española de manera poco adecuada. Así, en 1968 se concederá la independencia en
la Guinea española, país que se configurará de inmediato como una dictadura antiespañola, aun
así, en 1969, se cederá en el Marruecos el territorio de Ifni, que había provocado algunos
incidentes bélicos entre 1957 y 1958, mientras que el Sáhara continuará bajo el dominio español
hasta el fin del franquismo.

TEMA 15. LA OPOSICIÓN I EL DECLIVE DEL RÉGIMEN FRANQUISTA (1969-1975)

INTRODUCCIÓN
Durante los últimos seis años de la dictadura se iniciará el declive progresivo del régimen. Sin
embargo, en un principio, Carrero Blanco será el hombre encargado de velar por el
mantenimiento del régimen, pero al morir este en un atentado de ETA (diciembre de 1973), el
régimen se precipitará hacia su final. Así, el régimen, tan solo se mantendrá como consecuencia
de la pervivencia de la figura de Franco, y al morir este en noviembre de 1975 se desintegrará.
Aun así, el declive del régimen también será consecuencia de la consolidación de una oposición
que nunca había desaparecido y que en esa época disponía de un gran espaldarazo social. La
oposición no provocará la caída del régimen pero le usurpará las perspectivas de futuro y ganará
el proceso iniciado desprendido de la muerte del dictador.

1. DOS DÉCADAS CRÍTICAS PARA LA OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA


1.1. EL DESMANTELAMIENTO DE LA OPOSICIÓN
La intensa represión del fin de la guerra y el gran número de exiliados serán los factores más
importantes que explican la difícil tarea de reconstrucción de la oposición al régimen franquista
en el interior del país. Así pues, la oposición se configurará y se consolidará al exterior del país, a
pesar de que la fragmentación existente e incluso las diferencias internas de los partidos
mediatizarán su efectividad en la lucha contra el franquismo.

Así, hasta el 1945, su actuación será insignificante. Pero a partir del fin de la Segunda Guerra
Mundial las esperanzas de una posible restauración democrática aumentarán de manera
considerable, por lo cual se restablecerán en México las instituciones republicanas. Sin embargo,
de inmediato, las esperanzas de una posible restauración democrática se frustrarán, pues, en el
contexto político internacional empezará a considerarse la posibilidad de una restauración
democrática no necesariamente republicana.

A pesar de todo, la actuación de las partidas de guerrilleros, en cuanto a la oposición al régimen


franquista, será el aspecto más destacado de la década de los cuarenta, sobre todo, durante los
años siguientes a la finalización de la Segunda Guerra Mundial. La guerrilla antifranquista estaba
fomentada y apoyada, fundamentalmente, por el PCE. En sus orígenes, después de la liberación
de Francia en 1944 se consolidará en el Valle de Aran, para generalizarse, posteriormente, por
toda una serie de zonas montañosas de Asturias, Galicia, Serra Morena y lo Maestrat. Sin
embargo, la guerrilla antifranquista tan solo llevará adelante acciones aisladas en áreas rurales y
montañosas, las cuales serán duramente reprimidas hasta que, sin espaldarazo internacional, la
guerrilla desaparecerá a principios de los años cincuenta.

1.2. LA OPOSICIÓN EN LA DÉCADA DE LOS 50


La desaparición de la guerrilla y el reconocimiento internacional del régimen franquista supondrá
por la oposición a la dictadura uno de los momentos más difíciles. Aun así, parecía que la
oposición monárquica, con un prestigio internacional más reconocido, era el sector que más
posibilitados tenía de restaurar la democracia en España. Sin embargo, los monárquicos no
siempre se organizarán a partir de partidos políticos, subsistirán con cierto grado de tolerancia
por parte del régimen franquista y su influencia social será bastante limitada. Por otro lado, al
ámbito de la izquierda política se configurará en 1958 el Frente de Liberación Popular (FLP).
Incluso, el PSOE y la UGT atravesarán una coyuntura bastante crítica, mientras que el PCE, que
había renovado su dirección, promoverá una actitud de reconciliación nacional y la formación de
un frente antifranquista.

Aun así, a mediados de la década, surgirán organizaciones de carácter estudiantil al ámbito


universitario, las cuales promoverán la conflictividad universitaria que acabará con la destitución
del ministro Ruiz Giménez en 1956. Pero, el aspecto más destacable que caracteriza la actuación
de la oposición durante estos años será el intento de configurar plataformas unitarias de lucha
contra el franquismo. Así, en 1961, se constituirá la “Unión de Fuerzas Democráticas”, en la cual
se integrarán varios partidos de izquierdas y sindicatos. Aun así, en el año siguiente y
coincidiendo con la reunión del IV Congreso del Movimiento Europeo en Múnich se promoverá la
reunión de un centenar de representantes de la oposición española al franquismo (con la
exclusión de los comunistas), con el fin de elaborar una declaración a favor de la democracia en
España. Pero, la respuesta del régimen ante el que la prensa adicta al franquismo denominará
“Contubernio de Múnich”, será muy dura. A pesar de todo, este acontecimiento significará el
punto de partida para una colaboración más estrecha entre las diferentes tendencias y partidos
de la oposición democrática.

2. LA OPOSICIÓN DESPUÉS DE LA REUNIÓN DE MÚNICH DE 1962


2.1. LA INTENSIFICACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL
Después de la reunión de Múnich, el régimen de Franco intensificará la represión y detendrá
numerosos militantes de movimientos y partidos políticos clandestinos, incluso, ejecutará al
dirigente comunista Julián Grimau. Sin embargo, las ideologías de los diferentes partidos políticos
que configuraban la oposición democrática recibirán, cada vez más, las simpatías y el apoyo de
diferentes sectores de la sociedad española de la época.
Así:

- Se generalizará la protesta estudiantil y a mediados de los años sesenta la Universidad en su


conjunto adoptará una actitud muy crítica con el régimen. Incluso, las huelgas estudiantiles
recibirán el apoyo de algunos profesores y catedráticos que al fin serán separados de sus
cátedras universitarias (Tierno Galván, Aranguren y García Calvo). Aun así, en 1966, se constituirá
el “Sindicato Democrático de Estudiantes” en Barcelona, provocando el golpe definitivo al suyo,
sindicato universitario de inspiración falangista. Además, los años posteriores en mayo francés de
1968 se caracterizarán por una agitación estudiantil continúa y reiterada.

- La conflictividad laboral también se incrementará de manera considerable, sobre todo, por la


generalización de los sindicatos clandestinos en las fábricas más importantes, los dirigentes de
los cuales intentarán infiltrarse en los sindicatos oficiales, a través de las elecciones
representativas del sindicato vertical (CENSO). Esta conflictividad laboral será organizada
fundamentalmente por el PCE y una nueva sindical que estaba configurándose en esa época:
CCOO, organización que celebrará la primera asamblea, clandestina es evidente, en 1967.

- Aun así, algunos sectores de la Iglesia católica también experimentarán un cambio de actitud
hacia el régimen. Pero a pesar de que el cambio será consecuencia de la influencia de los
principios del Concilio Vaticano II, a finales de la década de los cincuenta algunas
organizaciones católicas partidarias de ciertas medidas sociales ya evidenciarán ciertas
actitudes críticas con el régimen. Incluso, algunas de estas organizaciones evolucionarán hacia
tendencias de izquierda o nacionalistas. En los años sesenta y en varias ocasiones
determinados sectores del clero vasco y catalán se manifestarán contra el régimen.

2.2. NACIONALISMO Y OPOSICIÓN AL RÉGIMEN


En el País Vasco, una escisión del PNB creará en 1959 Euzkadi Tu Askatasuna (ETA) Euzkadi y
libertad, organización que en su primera asamblea (1962) se autodefinirá como un Movimiento
Revolucionario de Liberación Nacional y a partir de 1964 establecerá y divulgará los principios de
la Guerra Revolucionaria. En 1968, después del asesinato del jefe de la policía política de San
Sebastián, el gobierno restablecerá la ley sobre represión de los roders y los terroristas,
trasladando a la jurisdicción militar cualquier delito de tipo político. Sin embargo, ante las
medidas represivas del gobierno el número de los opositores al régimen aumentará, y, así,
Franco, en 1970, se verá obligado a conmutar nueve penas de muerto, dictadas en el consejo de
guerra de Burgos, por la pena de cadena perpetua, sobre todo, a causa de la presión
internacional.

Aun así, a principios de los años setenta la oposición al régimen había recibido nuevos estímulos
en un momento en que la dictadura empezaba a mostrar signos de agotamiento. Sin embargo, la
unidad del movimiento antifranquista todavía era tan solo una aspiración. Ciertos sectores de la
oposición en el exilio se negaban a pactar con el PCE, a pesar de que, estos se configuraban en
el interior de España como la fuerza mejor organizada de todo el conjunto de la oposición.
Además, el terrorismo de ETA se intensificará e incluso surgirán nuevas organizaciones que
iniciarán la lucha armada contra el franquismo: FRAP, lo cual provocará el rechazo del resto de la
oposición democrática.

3. CARRERO BLANCO Y EL FRACASO DEL APERTURISMO


3.1. EL GOBIERNO HOMOGÉNEO DE 1969
Las diferencias y tensiones existentes entre los diferentes grupos políticos que predominaban al
si del gobierno estallarán a finales de la década a causa del llamado caso Matesa, empresa de
maquinaria textil que se había beneficiado de importantes créditos oficiales, los cuales,
posteriormente, no se podrán justificar. Además, como que algunas personalidades del régimen
estaban relacionadas con el caso, el sector político opuesto a Carrero Blanco intentará divulgar
los hechos a través de la prensa, todo y los intentos de Carrero Blanco para evitar su difusión. El
balance final de este enfrentamiento determinará una depuración ministerial que provocará la
salida del gobierno de algunos ministros contrarios a Carrero: Fraga, Solís Ruiz y Castiella. La
mencionada depuración significará la formación de un nuevo gobierno de carácter monocolor en
1969, en el cual, a pesar de incluir en personajes políticos procedentes de la Falange la influencia
de Carrero Blanco y López Rodó era evidente. En este contexto, todo parecía indicar que el
sector de Carrero Blanco había impuesto sus tesis al si del régimen; sin embargo, las tensiones
internas se incrementarán en una coyuntura en la cual la salud de Franco planteaba serios
interrogantes sobre el futuro, los enfrentamientos con la Iglesia aumentarán y la oposición
conseguirá el espaldarazo de un sector de la prensa y de algunos abogados de prestigio.

A pesar de todo, para consolidar su poder Carrero Blanco introducirá una dinámica aperturista en
este nuevo gobierno, avalada por determinadas figuras políticas que formarán parte del mismo. El
objetivo de Carrero consistía al acabar con las tensiones internas pero asegurando la continuidad
del régimen. Sin embargo, esta combinación era difícil, sobre todo, si consideramos el carácter
conservador de Carrero y su fidelidad a Franco. Así, la mayoría de las medidas políticas
aperturistas obtendrán unos resultados muy limitados como por ejemplo en el caso de la nueva
ley sindical o en las cuestiones de las relaciones con la Iglesia. Aun así, la cuestión del
asociacionismo político también se parará, incluso se reprimirá con cierta dureza a la oposición
con la creación de un Servicio de Documentación que dependía de la Presidencia y que será
organizado por los militares.

Aun así, al ámbito de la economía y de la política exterior se conseguirán ciertos éxitos como por
ejemplo la firma de un acuerdo preferencial con la CEE (1970) y el establecimiento de relaciones
diplomáticas con China y la República Democrática Alemania. Aun así, en esta época se aprobará
la ley de Educación del ministro Villar Palasí.

3.2. CARRERO BLANCO PRESIDENTE DEL GOBIERNO


A pesar de todo, el mantenimiento de las tensiones internas entre aperturistas y
ultraconservadores o inmovilistas, determinarán un nuevo cambio de gobierno en junio de 1973.
En la formación de este nuevo gobierno surgirá una importante novedad puesto que Franco
cederá la presidencia de gobierno a Carrero y su figura política se configurará tan solo como jefe
de Estado. Sin ningún tipo de duda, Carrero Blanco se consolidaba como el hombre fuerte del
franquismo, además de ser el elegido para mantener la continuidad del régimen. Pero, a pesar de
que este gobierno se caracterizaba por su carácter conservador iniciará el estudio de la polémica
cuestión del asociacionismo político. Sin embargo, el continuismo político que representaba
Carrero sufrirá un golpe definitivo cuando en diciembre de ese mismo año, ETA, mediante un
atentado, acabo con su vida.
4. EL GOBIERNO DE ARIAS Y LA CRISIS ECONÓMICA
4.1. UN GOBIERNO SIN UN PROGRAMA DEFINIDO
En enero de 1974 Franco nombrará presidente de gobierno a Carlos Arias Navarro, anterior
ministro de gobernación. Su nombramiento estará muy influenciado por el entorno familiar del
dictador. El nuevo presidente de gobierno intentará fomentar una imagen de ruptura con la época
de Carrero, lo cual evidenciará la pérdida de protagonismo político de los tecnócratas que no
formarán parte del nuevo gobierno. Sin embargo, el nuevo gobierno carecerá de unas directrices
políticas definidas. Así, por ejemplo, uno de los temas básicos que se planteará Arias en un
principio, el del desarrollo político, divulgado a través de un discurso ante las Cortes en febrero
de 1974, parecía el inicio de una vía aperturista al pronunciarse de manera favorable sobre ciertas
reformas y también sobre un estatuto de asociaciones políticas. Sin embargo, el estatuto que al
fin se aprobará era muy limitado y restrictivo, por lo cual tan solo se registrarán siete
asociaciones, pues, estas estaban obligadas a respetar los Principios Fundamentales del
Movimiento, además de estar sometidas al control del Consejo Nacional. Además, tanto los
sectores reformistas como la oposición lo rechazarán porque ofrecía muy pocas concesiones de
carácter político. Por otro lado, el príncipe Juan Carlos estaba absolutamente marginado de la
vida política e incluso el gobierno maniobraba en este sentido. Tan solo, durante el verano de
1974 el príncipe será el Jefe del Estado ante la enfermedad del dictador.

Así, la carencia de resultados que el gobierno obtendrá a través de la vía aperturista y la dureza
de las medidas adoptadas contra la oposición acabarán con las expectativas creadas
inicialmente y evidenciarán la carencia de criterios políticos del gobierno Arias.

4.2. LA CRISIS ECONÓMICA


La crisis económica será uno de los grandes problemas a los que tendrá que hacer frente el
gobierno de Arias. Así, el bienio 1971-1973 se caracterizará por una inflación muy elevada,
además, con la crisis económica de 1973 se evidenciarán los grandes problemas de la economía
española (base energética muy débil, dependencia tecnológica del exterior, desequilibrios
regionales) a causa del aumento de los precios de las materias primas y fuentes de energía. Así,
en 1975, la tasa de crecimiento se había reducido al 1% (entre 1972 y 1975 era del 8%) y la
inflación aumentaba de manera considerable. Las consecuencias de la crisis determinarán la
contracción de la inversión y de las exportaciones, importantes desequilibrios en la balanza de
pagos y un incremento bastante considerable de las tasas de paro. Ante la crisis, el gobierno
tratará de pararla intentando evitar su repercusión en los precios de la energía, a través de una
política generalizada de subvenciones. Sin embargo, la crisis se agraviará durante la primavera de
1975 y evidenciará la carencia de alternativas y propuestas de un régimen que se hundía
irreversiblemente.

5. EL FIN DEL FRANQUISMO


5.1. LA REITERACIÓN DE LA REPRESIÓN
Una de las problemáticas a las que tendrá que hacer frente el último gobierno del franquismo
será la del orden público, puesto que, durante los dos últimos años del franquismo los
movimientos de protesta contra el régimen se generalizarán y, además, se caracterizarán por el
gran número e intensidad de las vagas y, incluso, por un aumento muy considerable de los
atentados contra las fuerzas del orden público (entre enero y agosto de 1975 serán asesinados
once policías) . Aun así, la influencia de los reformistas se propagará en esta época entre las filas
del ejército, lo cual se evidenciará al descubrirse una organización de carácter democrático al si
del ejército (UMD), los dirigentes de la cual serán de inmediato encarcelados. Además, las
relaciones del régimen con la Iglesia se desarrollarán con importantes dificultades (arresto
domiciliario del obispo de Bilbao). Ante esta situación el gobierno optará para incrementar las
medidas represivas, actitud que desvirtuará el espíritu del 12 de febrero. Así, en abril de 1975 se
decretaba el Estado de Excepción en el País Vasco y entre finales de agosto y septiembre cuatro
consejos de guerra dictaban once penas de muerto de las cuales cinco se ejecutarán el 27 de
septiembre (tres miembros del FRAP y dos de ETA), mientras que los otros seis serán indultados.
Ante estas ejecuciones se originará una campaña de protesta internacional que se evidenciará
con la retirada de algunos diplomáticos extranjeros de Madrid y el asalto de algunas oficinas de
turismo y embajadas de España al extranjero. La respuesta del régimen será inmediata,
convocando una manifestación multitudinaria de adhesión a Franco, la decadencia física del cual
era evidente e irreversible.

5.2.ORGANIZACIÓN DE LA OPOSICIÓN Y EL FIN DE LA DICTADURA


Simultáneamente, se había iniciado un proceso de coordinación entre las diversas fuerzas que
configuraban la oposición. Sin embargo, en Cataluña, desde 1971, estaba organizada la
Asamblea de Cataluña, donde estaban representadas diferentes formaciones que se oponían al
franquismo, la mayoría de ellas de carácter nacionalista. A pesar de todo los dirigentes de esta
organización serán detenidos en 1972. Aun así, cuando en julio de 1974, se conoce el frágil
estado de salud de Franco, se constituirá en París la Junta Democrática, integrada por el PCE,
políticos vinculados a Juan de Borbón (Calvo Serer y García Trevijano). Posteriormente, también
se integrarán en la Junta los socialistas de Tierno Galván, los carlistas, CCOO y el Partido del
Trabajo. El manifiesto fundacional de esta organización reclamaba la ruptura democrática y la
apertura de un proceso constituyente. Un año después, en julio de 1975, el PSOE, los demócrata
cristianos y los liberales constituirán otro organismo de carácter unitario al margen de la Junta, se
configuraba así, la Plataforma de Convergencia Democrática.

En este contexto de protestas internacionales y de organización de la oposición, acontecerá un


hecho que agraviará todavía más la crisis final de la dictadura: la reclamación por parte de
Marruecos del Sáhara español. Así, mientras que España preparaba un referéndum con el fin de
conceder la independencia en el Sáhara, Marruecos organizará la “Marcha Verde” con el fin de
anexionarse el territorio. Así con el general Franco gravemente enfermo y ante la posibilidad de
un conflicto bélico se firmarán los acuerdos de Madrid, por los cuales la antigua colonia española
se repartía entre Marruecos y Mauritania. Poco después el 20 de noviembre se producía la muerte
de Franco.

TEMA 16. LA TRANSICIÓN POLÍTICA A LA DEMOCRACIA

INTRODUCCIÓN
Desde la proclamación de Juan Carlos I hasta la obtención de las libertades en España se
producirá la transición política. Con este término se denomina el periodo a través del cual se pasa
de una dictadura a un sistema político democrático. Este proceso fue una tarea difícil pero la
madurez de la sociedad española en su conjunto, la moderación de los partidos políticos y
sindicatos y la decidida actuación de la corona y del presidente Suárez determinarán al fin, la
construcción del Estado democrático en España.

La constitución de 1978, consecuencia de los consenso entre fuerzas políticas de diferentes


ideologías, supondrá el marco constitucional a partir del cual se organizará la convivencia
democrática en España. Aun así, el espaldarazo decidido de la Corona y de la sociedad española
en su conjunto pararán los intentos involucionistas de 1981.

En las últimas décadas España ha recuperado el prestigio que había perdido durante el periodo
de la dictadura franquista. En consecuencia, España se un país con cierta influencia al ámbito de
los diferentes organismos internacionales. Incluso, algunas organizaciones internacionales como
por ejemplo la UNESCO y la OTAN, e incluso, organismos de carácter deportivo como por
ejemplo el COI están presididos por políticos y diplomáticos españoles.

La entrada de España en la Europa Comunitaria (actual Unión Europea) y en la OTAN ha integrado


en nuestro país en el mundo Occidental. Además, España se ha configurado como un país muy
importante para consolidar las relaciones políticas y económicas entre Europa e Iberoamérica.

Sin embargo, al ámbito de las relaciones internacionales, la entrada de España en el bloques de


países occidentales no ha resuelto el problema de Gibraltar.

1. EL PRIMER GOBIERNO DE LA MONARQUÍA


1.1 LA ACTITUD DEL REY
Después de proclamar las Cortes franquistas a Juan Carlos I como rey de España, este se
encontrará ante un dilema, pues se había proclamado rey a partir de las leyes franquistas, pero
de acuerdo con su padre Juan de Borbón, estaba dispuesto a reinar por todos los españoles,
como ya había avanzado en su primer discurso a la nación. Al fin, Juan Carlos, optará para
desmantelar las instituciones franquistas desde dentro de esas mismas instituciones. Esta
alternativa se configuraba como un operación política muy delicada pero si se desarrollaba
paulatinamente podía asegurar el cambio sin ningún tipo de confrontación civil.

Por otro lado, el rey también había establecido contactos directos e indirectos con la mayoría de
los partidos políticos que en ese momento eran ilegales para enterarlos de su interés para
restablecer la democracia. Aun así, el monarca, a través de algunas intervenciones en foros de
carácter internacional, había transmitido la idea de restaurar la democracia en España, lo cual
despertará unas expectativas bastante considerables a nivel internacional. Sin embargo, su
posición era bastante difícil, pues, los franquistas desconfiaban, las fuerzas políticas
democráticas y los sindicatos también y, incluso, el padre del rey no renunciaba a sus derechos
en la Corona de España que había heredado de Alfonso XIII.

1.2. EL GOBIERNO DE ARIAS NAVARRO


Entre diciembre de 1975 y julio de 1976 dirigirá el gobierno, el franquista Arias Navarro. Sin
embargo, el rey obligará a incluir en el nuevo gobierno a personalidades que se habían
distinguido para apoyar una evolución del régimen franquista hacia un sistema plural y
democrático. Así, Fraga será nombrado ministro de gobernación, Areilza de Asuntos exteriores y
Garrigues de Justicia. A pesar de todo, intentó llevar adelante todo un seguido de pequeñas
reformas para maquillar el régimen pero sin desmantelar el franquismo. Así, un primer indulto
dejaba en las prisiones un gran número de prisioneros políticos, la legalización de los partidos
políticos marginaba los nacionalistas y los comunistas y, incluso, no se planteaba el tema de unas
elecciones generales ni tampoco una ley de amnistía, además de olvidarse de la cuestión de las
autonomías. Ante esta situación, y en un contexto de huelgas y protestas políticas, el rey se dará
cuenta que no podía llevar adelante la transición a la democracia con Arias Navarro como jefe de
gobierno.

1.3.LA ACTITUD DE LA OPOSICIÓN


La oposición política se organizará y creará la denominada Convergencia Democrática,
organismo donde se agruparán todos los partidos políticos que luchaban por la restauración de la
democracia, excepto los nacionalistas catalanes. Este organismo exigirá, en el gobierno y a la
monarquía, para negociar la restauración de la democracia la aplicación de una política que:
a) Legalizará todos los partidos políticos.
b) Concederá una amplía amnistía.
c) Convocará unas elecciones a Cortes Constituyentes.

En este contexto el rey decidirá forzar la dimisión de Arias Navarro/Navarro para elegir un político
con capacidad para restaurar la democracia en España. Sin embargo, cuando en julio de 1976
Adolfo Suárez fue nombrado jefe de gobierno, en sustitución de Arias Navarro/Navarro, la
sorpresa fue desconcertante, pues, Suárez era una persona poco conocida y parecía bastante
comprometida con el régimen franquista. Sin embargo, Suárez con el paso del tiempo
demostrará que era el político oportuno para restaurar las libertades democráticas en España.

2. LA REFORMA SUÁREZ Y EL PERÍODO CONSTITUYENTE


2.1.LA REFORMA SUÁREZ
En el primer comunicado del nuevo gobierno, en julio de 1976, este manifestaba su aspiración de
restaurar las libertades políticas en España, además de reconocer que la soberanía residía en el
pueblo. Aun así, el rey había encontrado los hombres, con el espaldarazo de los cuales iba a
llevar adelante la difícil tarea de desmantelar la dictadura franquista: Fernández Miranda desde la
presidencia de las Cortes y Suárez desde la presidencia del gobierno. Ambos políticos procedían
del franquismo y no de la oposición política, por lo cual la transición a la democracia se construirá
desde dentro del mismo sistema. Así, el rey se convertía en el motor del cambio y Suárez en el
principal actor.

Para desmantelar las instituciones políticas del franquismo se adoptará como marco jurídico “La
ley para la reforma política”, el espíritu de la cual será elaborado por Fernández Miranda y
aprobada, con la oposición de algunos sectores del franquismo, por las Cortes franquistas, lo
cual significaba su suicidio político. Así, en noviembre de 1976 las Cortes franquistas aprobarán y
legalizarán la ley que finiquitaba el franquismo y que establecía un nuevo sistema político de
carácter bicameral fundamentado en el sufragio universal. La ley en cuestión será aprobada por
referéndum con un 94% del todo el conjunto de los españoles. Aun así, el gobierno Suárez dura
adelante una amplía amnistía, autorizará la fiesta de Cataluña, además de legalizar la Ikurrinya
vasca.

2.2.EL PERIODO CONSTITUYENTE


Entre enero y junio de 1977 Suárez, para acelerar la transición a la democracia, gobernará a
través de decretos leyes. Así, se modificaba la ley de reforma política para integrar los partidos
políticos, pues la idea del monarca y de Suárez pretendía que nadie cuestionará las primeras
elecciones libres, después de cuarenta años. En consecuencia, era imprescindible legalizar el
PCE, el secretario general del cual era Santiago Carrillo. Así, el 9 de abril de 1977 Suárez asumía
la arriesgada decisión de legalizar los comunistas, ante el temor de cómo reaccionarían los
militares. Aun así, a través de diferentes y sucesivos decretos leyes se desmantelará el
“Movimiento” y se regulará el régimen electoral general, el derecho de huelga, la libertad de
expresión y se llegará a un consenso entre gobierno y oposición.

Las elecciones generales se celebrarán el 15 de junio de 1977. Previamente, el padre del rey,
Juan de Borbón, cedía los derechos de la Corona de España a suyo hijo, por lo cual la monarquía
era restaurada históricamente. Aun así, a las elecciones democráticas participarán numerosos
partidos políticos y el partido más votado será una coalición denominada la Unión del Centro
Democrático (*UCD) y en la cual se integraban liberales, demócrata cristianos y social-
demócratas.

Una vez celebradas las elecciones, el nuevo parlamento que se configurará como consecuencia
de las mismas iniciará la discusión y elaboración de una Constitución, texto, en la redacción del
cual participarán las diferentes tendencias políticas representadas en el nuevo parlamento. Aun
así, el nuevo gobierno surgido de las primeras elecciones democráticas restablecerá de forma
provisional la Generalitat de Cataluña y nombrará a Josep Tarradellas, en el exilio, presidente de
la institución. Aun así, también se aprobará el régimen preautonómico para el País Vasco. Al fin, el
31 de octubre de 1978 el parlamento español, con el consenso de todas las fuerzas políticas,
aprobará la Constitución, texto que el conjunto de los españoles aprobarán a través de un
referéndum el 6 de diciembre de 1978.

3. LA CONSTITUCIÓN DE 1978
3.1.LA GESTACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN
Las elecciones de junio de 1977 se habían celebrado para dotar a la sociedad española de una
Constitución que garantizará las libertades democráticas. Aun así, los partidos políticos
representados en el parlamento considerarán la necesidad de establecer, previamente, un
consenso para que la Carta Magna representará en todo el arco parlamentario, desde la derecha
hasta la izquierda.

Por lo tanto, con esa finalidad, se constituirá una comisión parlamentaria encargada de elaborar
el borrador del texto constitucional en la cual se integrarán un conjunto de diputados que
militaban en partidos políticos de diferentes ideologías. Estos diputados serán conocidos con el
tiempo como los padres de la Constitución.

A pesar de todo, Suárez se planteaba las posibles dificultades que podrían originarse al definir la
forma de Estado como una monarquía. Pero socialistas y comunistas cuestionarán este sistema
de gobierno, pues, valoraban la tarea del monarca como moderador del proceso que pretendía
consolidar las libertades en España.
Así, en julio de 1978 el Congreso de diputados concederá el visto y aprobado en el nuevo texto
constitucional por una ancha mayoría, desde la derecha liderada por Fraga a los comunistas de
Santiago Carrillo. Tan solo se extrema izquierda y la extrema derecha votarán en contra, mientras
que los nacionalistas vascos se decantarán por la abstención. Posteriormente, el 31 de octubre,
en una sesión conjunta del Senado y el Congreso, las dos cámaras, aprobarán la mencionada
Constitución, ratificada por el conjunto de la sociedad española a través de un referéndum en el
mes de diciembre, todo y la considerable abstención registrada en el País Vasco.

3.2.LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CONSTITUCIÓN


La Constitución de 1978 consta de once títulos y ciento-nueve artículos, además de un
preámbulo que avanza las características del texto. Se trata, según los juristas, de una
Constitución rígida difícil de modificar.

El texto constitucional de 1978 reconoce los derechos humanos y las libertades de los españoles.
El Estado es aconfesional, todo que también reconoce la realidad del catolicismo como religión
mayoritaria de la sociedad española. Aun así, la Carta Magna suprimirá la pena de muerte,
establecerá la libertad de enseñanza, además de definir la forma de Estado como una monarquía
constitucional, a través de la cual el rey reina pero no gobierna.

La Carta Magna también establece un parlamento o cortes de carácter bicameral, con un


Congreso de diputados que tiene un peso político más importante que el senado. En relación al
voto de censura, este tiene que ser constructivo, se a decir, el candidato o candidata a presidir el
futuro gobierno tiene que exponer un programa alternativo de gobierno. Aun así, las libertades
están aseguradas por el Defensor del Pueblo, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional.
Además, el título octavo que se refiere a la organización territorial de la Estado Español reconoce
las nacionalidades históricas de Cataluña, País Vasco y Galicia, posibilita la organización del
territorio en Comunidades Autónomas y en consecuencia reconoce la descentralización política.

4. LA CRISIS DE LA UCD
4.1.LAS NUEVAS ELECCIONES
Una vez redactada la Constitución las Cortes se disolverán y se convocarán de nuevo, elecciones
generales, las cuales se celebrarán en marzo de 1979. Los resultados de la convocatoria electoral
no alterará significativamente la composición política del anterior parlamento. Así, la UCD
obtendrá el 35% de los votos y el PSOE el 29%. Aun así, se consolidaban las formaciones
políticas en Cataluña y el País Vasco, además surgirá con fuerza un partido de la izquierda
nacionalista vasca, Herri Batasuna, e, incluso, los andalucistas obtendrán también representación
parlamentaria, a través del Partido Socialista Andaluz.

Además, en las elecciones municipales del mes siguiente triunfará la izquierda en las grandes
ciudades al sumar sus votos comunistas y socialistas, a pesar de que la fuerza más votada a
nivel del conjunto del Estado fue la UCD.

Aun así, las Cortes iniciarán su tarea legislativa y a lo largo de 1979 se aprobarán los estatus de
autonomía de Cataluña y el País Vasco, la ley orgánica del Tribunal Constitucional y la del
Consejo General del Poder Judicial.

4.2.LOS NUEVOS PROBLEMAS


Aunque las primeras elecciones autonómicas en el País Vasco y Cataluña determinarán una
mayoría nacionalista en sus respectivos parlamentos, el hecho más significativo de este periodo
será la moción de censura que presentarán los socialistas en el mes de mayo de 1980, la cual, no
obstante, fracasará.

Por otro lado, en febrero de 1981 Suárez presentará su dimisión como consecuencia del
agotamiento político de este y de la rebelión de algunos de los barones de su partido. Así,
Leopoldo Calvo Sotelo sustituirá como presidente del gobierno Suárez. Sin embargo, en la sesión
de investidura del nuevo presidente (23 de febrero de 1981) se producirá uno de los hechos más
importantes de la transición a la democracia: el asalto al palacio del Congreso por el teniente
coronel Tejero, con un grupo de “Guardias Civiles”. Pero la actitud del rey y la carencia de
espaldarazo de los golpistas, impedirán la consumación del golpe de estado.

4.3. LA DESCOMPOSICIÓN DE LA UCD


A lo largo de 1981 la UCD y el PCE sufrirán graves crisis internas. La primera formación política
perderá las elecciones de 1982, en las cuales el PSOE obtendrá la mayoría absoluta, mientras
que al si del PCE se producirá la división entre los seguidores de Santiago Carrillo y los
renovadores. Por otro lado hay que señalar que la crisis de la *UCD fue tan intensa que
desaparecerá como partido.

Las causas de la crisis del centro político español, durante la década de los ochenta, se explica
por la renuncia de Suárez a continuar en el partido, por las luchas internas entre los diferentes
“barones” del partido y por la salida del partido de Fernández *Ordoñez que fundará Acción
Democrática y se integrará en el PSOE.

Así, ante la situación de su partido Calvo Sotelo disolverá el parlamento y convocará elecciones
para octubre de 1982, convocatoria electoral en la cual el PSOE conseguirá la mayoría absoluta.

5. LA POLÍTICA ECONÓMICA
5.1.LAS CAUSAS DE LA CRISIS ECONÓMICA
En 1973 estallará una crisis económica internacional de superproducción, la cual se agraviará
considerablemente al aumentar los países productores el precio del barril de petróleo. En este
contexto de crisis, España ante la carencia de recursos petrolíferos propios, sufrirá grandes
desequilibrios en su economía en bordes obligada a continuar importando el petróleo.
Además, en el contexto de esta crisis económica se producirá la muerte de Franco, la
inestabilidad del primer gobierno de la monarquía y el inicio de la transición política a partir del
verano de 1976, lo cual determinará cierta indecisión de los diferentes gobiernos de la época en
referencia a las cuestiones económicas.

5.2.LOS PACTOS DE LA MONCLOA


Después de las elecciones generales del 15 de junio de 1977, el nuevo gobierno de Suárez
promoverá un consenso entre todas las fuerzas políticas para hacer frente a los nueve retos y
problemas que comportaba la instauración de un Estado democrático. Así, se firmarán los
llamados pactos de la Moncloa en ese año, entre todos los partidos políticos representados en el
parlamento y los sindicatos.

Los pactos en cuestión supondrán la aceptación de un marco legal común, a través del cual se
concedía un protagonismo muy importante a los sindicatos, además de intentar resolver
cuestiones como por ejemplo la supresión de la censura o el desarrollo de la cuestión
autonómica.

El balance final de la aplicación de los pactos de la Moncloa será diverso, pues, se reducirá la
inflación pero el paro se convertirá en un verdadero problema puesto que afectará a un 70% de la
población activa. Los acuerdos se mantendrán durante todo el periodo constituyente.

5.3.LA AGUDIZACIÓN DE LA CRISIS


Después de la salida del gobierno del especialista en cuestiones económicas, Enrique Fuentes
Quintana, el gobierno de Suárez aplicará una nueva alternativa de carácter económico lo PEG
(Plan Económico del Gobierno), pero su desarrollo no obtendrá los resultados que se esperaban,
el déficit de la balanza de pagos se situaba en 1982 alrededor de 4000 millones de dólares.
Aun así, con el gobierno de Calvo Sotelo se acentuarán la reducción de los salarios con el fin de
mantener puestos de trabajo (Acuerdo Nacional de Ocupación). Pero los problemas que se
derivaban de la reconversión industrial, planteados pero no aplicados, los heredará el gobierno
socialista que ganará las elecciones en 1982.
El desequilibrio en la balanza comercial, se a decir, la diferencia entre las importaciones y las
exportaciones aumentará considerablemente en los dos últimos años del gobierno de la *UCD. La
herencia que recogerán los socialistas en 1982 no será muy buena desde el punto de mira
económico, puesto que en los años anteriores las cuestiones políticas habían desplazado a las
económicas. Así, mientras que en otros países se había intentado hacer a los problemas que se
derivaban de la crisis en España se habían aplazado demasiadas veces, por lo cual, con el paso
del tiempo, cada vez se agraviarán más.

6. LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS


6.1.EL ESTADO AUTONÓMICO
Antes de la Constitución ya se habían tenido que conceder preautonomías a determinadas
regiones históricas por la presión social y política de los nacionalistas (Cataluña – Josep
Tarradellas- en 1977, País Vasco y Galicia a principios de 1978), y se señaló la posibilidad de
extender el sistema en otras regiones. Las regiones fueron negociando las transferencias de
competencias gracias a la creación de “Asambleas de Parlamentarios” . La Constitución
reconocía el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones. Se reconocieron 17
Comunidades Autónomas, más las ciudades autónomas ceutíes y Melilla, aunque continuaba
vigente la división provincial. Se ponía fin al centralismo del régimen franquista y se recogían
algunas de las aspiraciones de los grupos nacionalistas.

Las Comunidades Autónomas eran definidas como las provincias o agrupaciones de provincias
que poseen un sistema de autogobierno y asumen determinadas competencias, reguladas por
los Estatutos de Autonomía, en los cuales también se definen sus instituciones de autogobierno:
Asamblea Legislativa, Gobierno Autonómico, Presidencia, Tribunal Superior de Justicia, Defensor
del pueblo propio. Las autonomías tenían funciones en sanidad, educación, obras públicas,
urbanismo, cultura, turismo, pesca, protección del medio ambiente, etc. (algunas incluso tienen
competencias de seguridad ciudadana: Ertzaintza, Mossos d'Esquadra , etc.).

El primer Estatuto fue el de Cataluña, aprobado en 1979, a los cuales siguieron los de País Vasco,
Galicia, y el resto de autonomías, cerrándose el proceso con la aprobación de los estatutos
ceutíes y Melilla en 1995. A pesar de esto, es el punto que más descontentos ha creado, puesto
que el estado de las autonomías era contemplado por muchos como un despilfarro e iba contra
su visión centralista de España, para otros el modelo de Sido quedaba cerrado con las
autonomías, mientras para los nacionalistas se quedaba escaso (excesivo protagonismo del
gobierno central en determinadas políticas - exterior, fiscal, etc.-, prohibición de federación entre
autonomías, o de referéndums sin la aprobación central, selecciones deportivas propias, etc.).
Además creaba autonomías de primera y de segunda, en poder acceder a la autonomía por 2
vías (artículos 143 o el 151 de la Constitución, que daba más competencias y con mayor rapidez
a las segundas), por no hablar del caso especial de Navarra, con su legislación foral vigente
incluso durante el Franquismo. Mientras las autonomías históricas accedían a través del artículo
151 de la constitución, el resto lo hicieron por el 143 (excepto Andalucía, que después de un
referéndum, accedió por el 151).

6.2. EL PAÍS VALENCIANO DEL FRANQUISMO EN EL ESTATUTO DE AUTONOMÍA


En el *PV surgen gran cantidad de grupos políticos: nacionalistas, regionalistas, extensiones de
los grandes partidos de cobertura estatal (PSOE, PCE, *UCD, AP), que en 1977 concurren a las
primeras elecciones generales de la democracia, ganadas a nivel estatal por la *UCD. En el *PV
ganó el PSOE. Después de las elecciones se creó el Plenario de parlamentarios del *PV,
encargado de organizar el futuro autonómico que exigían las fuerzas políticas de izquierda. La
suya primera medida fue declarar el 9 d ́ Octubre como día nacional del *PV.
Mientras a nivel estatal se va preparando la Constitución, a nivel valenciano la principal discusión
será la organización de la futura autonomía, las competencias, lengua oficial, nombre de la
autonomía, símbolos. El Plenario creó una comisión para redactar el Estatuto de Autonomía. El 10
de abril de 1978 se creaba el primer Consejo del País Valenciano, el presidente del cual era el
socialista José Luis Albiñana.
La Constitución señalaba dos caminos para acceder a la autonomía: el artículo 151 para las
nacionalidades históricas (más rápido y con más competencias), o el arte. 143 (más lento y con
menos competencias). Se añadía otro frente de debate: Qué vía elegir?
En la derecha empezaron a surgir grupos regionalistas, abanderados del anticatalanismo , la
“lengua valenciana”, el “Reino de València”, la “*blavera”. Estos grupos eran muy poderosos
dentro de AP y UCD, y en los años 1978-1981 emprendieron una ruidosa campaña para imponer
sus criterios en la confección del Estatuto. Pronto UCD y AP adoptaron sus posturas para evitar
una guerra interna en sus partidos. Al PSPV-PSOE se le planteó la disyuntiva de ceder ante las
presiones de la derecha para obtener un mayor consenso para el Estatuto de Autonomía, y
conseguir- *lo cuanto antes mejor, o de mantener las posiciones progresistas que había sostenido
en años anteriores. En los años 1979-81 fue aceptando las posiciones de la derecha, mientras en
el seno del partido se imponía el sector más moderado, liderado por Joan Lerma. En marzo de
1981, se reunieron en el Hotel Azor de Benicasim (Castelló) representantes de las fuerzas políticas
valencianas y llegaron a un acuerdo de pre-estatuto:
•La vía para conseguir la autonomía sería el arte.143 de la Constitución (lenta).
•La autonomía se llamará Comunidad Valenciana (ni Reino, ni País, para contentar a todos,
lo cual decepcionó a todos).
•La cuestión de la lengua se dejó muy ambigua, al aludir al bilingüismo, pero
sin aclarar si el valenciano es una lengua o un dialecto del catalán, ni los medios para
impulsarlo.
•En cuanto a los símbolos, se transigió con las exigencias de la derecha: aceptación de la
*blavera coronada y el himno (símbolos de València , poco aceptados en Alicante y Castellón).

La derecha había impuesto sus criterios, pero el PSOE pronto tendría la mayoría en el Consejo. El
gobierno valenciano fue recibiendo competencias en materia de sanidad, educación, transportes,
turismo, obras públicas, agricultura, industria, etc., mientras que en otros aspectos compartía las
competencias con el gobierno central y con la CEE (después de la entrada de España en 1986), y
otros quedaban como competencia exclusiva del gobierno de Madrid (defensa, seguridad,
política monetaria, exterior, etc.). Sin llegar a tener el nivel de competencias de Cataluña, Euskadi
o Galicia, el gobierno valenciano ha ido asumiendo casi todas las competencias posibles.

TEMA 17. ESPAÑA DURANTE LOS AÑOS OCHENTA Y NOVENTA

1. LOS GOBIERNOS DEL PSOE


1.1. EL PRIMER GOBIERNO SOCIALISTA
El Partido Socialista Obrero Español ha sido la organización política que ha gobernado España,
con su dirigente más carismático Felipe González Márquez en el frente del gobierno, durante
trece años, desde 1982 a 1996. Durante este periodo, España ha vivido una transformación sin
precedentes en su historia, han desaparecido los intentos involucionistas y se ha consolidado un
sistema político democrático. Sin embargo, a finales de este periodo, la conjunción de toda una
serie de problemáticas, que afectarán directamente al socialistas, explicarán la pérdida de las
elecciones generales de esta formación política en 1996.

El primer gobierno socialista iniciará la tarea de gobernar España en diciembre de 1982, con el
apoyo de una mayoría de parlamentarios socialistas a las Cortes. Entre los hechos más
importantes que caracterizarán los años del primer gobierno socialista hay que destacar la
expropiación del holding RUMASA, el juicio contra los golpistas del 23-F y la aprobación de toda
una serie de leyes que determinarán la oposición de las fuerzas políticas conservadoras, como
por ejemplo la ley de aborto.

Aun así, desde un primer momento los socialistas se plantearán tres objetivos al ámbito de la
política internacional:
a) La universalización de las relaciones diplomáticas (reconocimiento del Estado de Israel en
1986).

b) La mejora de las relaciones diplomáticas con los países vecinos (Francia, Portugal y
Marruecos).

c) Consolidar una política dirigida a recuperar la soberanía sobre el peñasco de Gibraltar, después
de la apertura de la verja en 1982.
1.2. CARA Y CRUZ DEL GOBIERNO SOCIALISTA
Sin embargo, el más destacado del periodo socialista será la adhesión de España en la
Comunidad Económica Europea, a partir de 1985, y la integración parcial en la OTAN, después
del triunfo del si en el referéndum sobre la entrada en esta organización, en 1986. Pero a pesar de
que hay que reconocer los méritos del PSOE en los procesos de integración antes enmendados,
no hay que olvidar que serán los gobiernos de la *UCD, en ocasiones con la oposición del PSOE,
los que iniciarán los procesos de adhesión a los organismos en cuestión.

Aun así, desde 1986 se celebrarán cuatro consultas electorales. Las dos primeras las ganará el
PSOE por mayoría absoluta, la tercera (1993) también, sin embargo, perderá la mayoría absoluta
ante el crecimiento espectacular del PP, por lo cual Felipe González se verá obligado a pactar con
los partidos nacionalistas, vascos y catalanes. A pesar de todo, en la cuarta convocatoria, la de
1996, el PSOE perderá las elecciones.

Por otro lado, hay que señalar que durante los años de gobierno socialista se producirán cambios
muy significativos en relación a las infraestructuras del transporte, al ámbito de la educación
(aplicación de LOGSE y enseñanza obligatoria hasta los 16 años) y en las relaciones
internacionales. Aun así, la generalización de los servicios sociales se llevará adelante, en algunas
ocasiones, sin una política de consenso con los sindicatos, los cuales organizarán durante este
periodo dos huelgas generales. Además, los casos de corrupción dañarán de manera muy
considerable la imagen del partido y en parte serán la causa que explicará la derrota electoral de
1996.

Durante estos años el dirigente político más importante e indiscutible del PSOE fue Felipe
González, el cual dirigirá durante este periodo un partido, en ocasiones dividido entras los
“guerristas” y los renovadores. Aun así, durante el XXXIV Congreso del PSOE, Felipe González
dimitirá como secretario general del partido y su lugar lo ocupará Joaquin Almunia, dirigente
político que iniciará la renovación del partido.

3. LA CONSOLIDACIÓN DE LAS AUTONOMÍAS


3.1. LOS ANTECEDENTES
Durante el periodo de la transición y con anterioridad a la aprobación de la de 1978, a través de
diferentes decretos se crearán varias instituciones para el gobierno y administración de las
denominadas, entonces, nacionalidades históricas y regiones, las cuales recibirán el nombre de
entes preautonómicos. Con la consolidación de la Constitución, se garantizará el derecho a la
autonomía de las diferentes nacionalidades y regiones que configuraban la Estado Español, por lo
cual la sociedad española se configurará a partir de un Estado descentralizado.

3.2.LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS


La organización territorial de España se estructurará a partir del título VII de la Constitución, el
cual establecerá que el Estado es la organización política y administrativa de la nación española.
Aun así, en título en cuestión, señala que las Comunidades Autónomas son la forma jurídica de
las nacionalidades o regiones, las provincias se configuran como la demarcación territorial que se
origina por la agrupación de determinados municipios, además de configurarse como una
división territorial para facilitar la administración del Estado. Incluso, los municipios se
transformarán en administraciones de carácter local con autonomía propia para la resolución de
los intereses de sus habitantes y su territorio.

A través de los Estatutos de Autonomía se organizarán las Comunidades Autónomas, los cuales
reconocerán el derecho de las diferentes nacionalidades de la Estado Español a dotarse de una
Asamblea Legislativa, de un consejo de Gobierno, de un Presidente y de un Tribunal Superior de
Justicia como instituciones más importantes para desarrollar el autogobierno. Incluso, Ceuta y
Melilla, ciudades de soberanía española en el norte de África disponen también de un Estatuto
desde 1995. Aun así, hay Comunidades que coinciden con una sola provincia como por ejemplo
Asturias, Baleares, Cantabria, Madrid, Navarra, Murcia y la Rioja.
Aun así, la cooperación entre las diferentes comunidades autónomas es fundamental por la
desarrollo equilibrado del territorio español, por lo cual las más ricas contribuyen con más dinero
que las más pobres en cuanto al mantenimiento del Estado. Incluso en Cataluña y el País Vasco
disponen de una policía propia con atribuciones cada vez más anchas.

TEMA 18. ESPAÑA EN EL MUNDO ACTUAL

1. LA INCORPORACIÓN DE ESPAÑA A LA EUROPA COMUNITARIA


1.1. EL PERÍODO 1962-1982
El periodo se inicia con la dictadura franquista y concluye con el acceso al poder de los
socialistas. Durante estos años se consolidarán los cimientos que posibilitarán la entrada de
España en la Europa comunitaria.

Después del reconocimiento internacional de la España franquista, en febrero de 1962, el ministro


Castiella solicitará oficialmente la adhesión de España en la Comunidad Económica Europea.
Posteriormente, en 1970, España conseguirá firmar un acuerdo preferencial a través del cual se
facilitará la especialización y formación de funcionarios españoles en asuntos europeos, además
de permitir las exportaciones de algunos productos españoles a los mercados europeos.

En el contexto de la transición política en España, el 26 de julio de 1977, el ministro Orea Aguirre


solicitaba el ingreso de nuestro país en la CEE, pero la coyuntura de crisis que entonces
predominaba por toda Europa se configurará como una traba muy difícil de superar para
conseguir el ingreso. Sin embargo, las negociaciones entre España y la CEE se iniciarán en 1977,
pero todo y el consenso conseguido Francia bloqueará las negociaciones a causa de los
problemas agrícolas y pesqueros que enfrentaban los dos países.

Por lo tanto, hay que señalar que los diferentes gobiernos de la UCD iniciarán las negociaciones
con la CEE, pero a causa de la oposición francesa cuando los socialistas accederán al poder, en
1982, aquello más esencial estaba para definir. A pesar de todo, en 1981, los socialistas
franceses habían conseguido el poder el país vecino, lo cual facilitará el ingreso de España en la
CEE, a causa de las buenas relaciones existentes entre François Mitterrand, presidente de
Francia y Felipe González, jefe de gobierno en España.

1.2. LA FASE SOCIALISTA DE NEGOCIACIÓN


Será durante la época de los gobiernos socialistas cuando España se integrará en la Europa
comunitaria. El ministro Fernando Moran será el encargado de llevar adelante la integración
definitiva. Además, en 1983, en el Consejo Europeo celebrado en Stuttgart, Alemania vinculará el
aumento del fondos comunitarios a la ampliación de la Comunidad Europea, con lo cual se
aceptaba el ingreso de España y Portugal en la mencionada organización. Así en enero de 1986
España ingresaba definitivamente en la CEE, después de que Francia considerara que sin la
integración de España y Portugal la construcción de una Europa unida era una tarea imposible.

En consecuencia, 1985 se configurará como el año definitivo de las negociaciones. En marzo de


ese mismo año se consensuaba el acuerdo definitivo desprendido de superar con Francia las
problemáticas que se derivaban de la producción de vino y de la pesca. Así el 12 de junio se
firmaba el tratar de integración en Madrid y el 1 de enero de 1986 era ya miembro de la CEE.

3. LA OTAN Y ESPAÑA
3.1. LA UCD Y LA OTAN
A pesar de que el posicionamiento personal de Adolfo Suárez era lo de mantener en España bajo
el estatuto de la neutralidad, fue el gobierno de UCD, presidido por Leopoldo Calvo *Sotelo, el
que decididamente apostará por la integración de España en la CEE y en la OTAN Sin embargo,
al ámbito de las relaciones internacionales la Unión Soviética se opondrá a la aspiración
española, pues se consideraba que la entrada de nuestro país en el OTAN rompería el equilibrio
entre el bloque occidental y el bloque oriental. A pesar de todo, los EE. UU. se mostrarán
partidarios del ingreso de España en el bloque militar que configuraban los países occidentales.
Además, en España tanto el Partido Comunista como el principal dirigente de la oposición, Felipe
González, eran contrarios a la integración de nuestro país en el OTAN La oposición de estas dos
formaciones políticas determinará la organización de una campaña para recoger firmas con el fin
de celebrar un referéndum sobre la cuestión.
Sin embargo, el gobierno de Calvo Sotelo conseguirá aprobar la adhesión a la Alianza Atlántica lo
de octubre de 1981. Así, se iniciaban las negociaciones oficiales de la Estado Español con los
diferentes países que se integraban en el OTAN y en 1982 España presentaba el protocolo de
Adhesión.

3.2. EL PSOE CAMBIA SU ACTITUD ANTE LA CUESTIÓN DE LA OTAN


En 1982 ganaba las elecciones generales, con un importante espaldarazo popular y por mayoría
absoluta, el PSOE Esta formación política había continuado insistiendo, durante la campaña
electoral, en la necesidad de evitar la integración de España en la OTAN. A pesar de todo, una
vez en el gobierno, el PSOE cambiará paulatinamente su actitud hacia a la cuestión de la OTAN y
se manifestará partidario de la integración.

Felipe González para solucionar las contradicciones entre la postura que defendía antes de dirigir
el gobierno de la nación y la que mantenía desde el acceso al poder de su partido, decidirá
convocar un referéndum en 1986. Al fin, la sociedad española se pronunciará de manera
favorable sobre la continuidad de España en la OTAN, a pesar de que el referéndum lo ganará el
si por una margen muy escaso.

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