Juego Palabras

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Dina Grijalva

nnnnnnn

El placer de leer
juegos de palabras
En el bar Queirolo, la letra A toda embriagada le gritó a la letra Z:
“¡Tú tan lejos y tan cerca en el azar!”
José Beltrán

Sí, señoras y señores, como ven, el dueño


de la situación, el motor primero, sigue siendo
el juego de palabras, el salto de la muerte.
Severo Sarduy

L a l ec t ura puede s er un a f o r m a d e c o n o c i m i e n t o , p u e d e a y u d a r n o s
a enc o nt ra r s o l uc i o nes e n l a v i d a , t a m b i é n p u e d e se r u n a f o r m a d e
pl a c er y , en a l g una s o c a si o n e s f e l i c e s, p u e d e c o n j u n t a r t o d o : c o n o-
c i m i ent o , a yuda en l a bú squ e d a d e r e sp u e st a s v i t a l e s y p l a c e r .
H a y t ex t o s es c ri t o s qu e j u e ga n c o n l a s p a l a b r a s, qu e i n v i t a n a
q ui en l ee a j ug a r, a di v e r t i r se , a se r f e l i z . E so s t e x t o s d e sp i e r t a n
a s o m b ro y a l eg rí a . A l g u n a s v e c e s t a m b i é n t r a n sm i t e n c o n o c i m i e n -
t o s j unt o c o n fel i c i da d.
Hay libros, como Las vocales malditas de Óscar de la Borbolla,
q ue j ueg a n c o n l a s pa l a b r a s d e p r i n c i p i o a f i n ; h a y o t r o s, c o m o v a r i o s
de C o rt á z a r, q ue i nc l uy e n e n t r e su s p á gi n a s l o s j u e go s d e p a l a b r a s.
Ent re és t o s po dem o s m e n c i o n a r : a b e c e gr a m a , a n a gr a m a , b i f r o n t e ,
c a l a m b ur, c o nt ra pi é, c ha r a d a , d e r i v a c i ó n , d o b l e se n t i d o , e c o , e m p o -
t re, fa l s o s deri v a do s , g r e gu e r í a s, gl í gl i c o , h i p é r b o l e , h e t e r o gr a m a ,
i ro ní a , j i t a nj á fo ra s , l i pogr a m a s, m o n o v o c a l i sm o , o n o m a t o p e y a , p a -
l í ndro m o , q ui a s m o , ret r u é c a n o , sí n qu i si s, t a u t o gr a m a , v a c i l a c i o n e s,
“yo ya ” y z eug m a .

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octubre-diciembre de 2016 • ciencia 9
El placer de leer

1. ludens, como sujeto que juega. En su obra Huizinga

H
ay quienes juegan con balones, raquetas o (1990) define el concepto de juego como “una acción
bates y así ejercitan el cuerpo. Hay quienes u ocupación libre, que se desarrolla dentro de límites
juegan con naipes, dados o ruletas y así viven de tiempo y espacio determinados, según reglas obliga-
el vértigo del azar. Hay quienes juegan con torias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene
serpientes y escaleras, ocas o memoramas y así convi- su fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento
ven con amigos o en familia. Y hay quienes juegan con de tensión y alegría, así como de la conciencia de que
palabras y así disfrutan y proporcionan dicha a quienes mientras se juega, la vida cotidiana es diferente”.
gozamos con abecegramas, calambures y palíndromos. Veremos ahora cómo algunos autores han escrito
Veremos aquí algunos textos con divertidos juegos poemas o textos en prosa jugando con las palabras, y
de palabras que nos han regalado para nuestro deleite cómo, en esos textos, las palabras juegan, brincan, sal-
autores que al escribir juegan y nos invitan a jugar al tan, se acomodan de manera distinta a la habitual, se
leer. Pero antes disfrutemos un poco recordando la im- repiten, se abrazan, se repelen, se encuentran. En oca-
portancia del juego en nuestra vida. siones, se dividen y mezclan sus partes unas con otras
En su célebre trabajo seminal de 1938, Homo lu- (este juego se llama trabucación).
dens, Johan Huizinga analizó la significación del juego
como fenómeno cultural y actividad humana esencial.
Insistió en que el ser humano no sólo debe concebir- 2.
se como Homo sapiens, como sujeto de razón, o como Por ejemplo, el escritor madrileño Juan Pérez Zúñi-
Homo faber, es decir, como quien transforma median- ga, cuya razón de ser, según Miguel Mihura, consistía
te el trabajo la naturaleza, sino también como Homo en inventar un nuevo mundo, alegre, cordial e invero-

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• El placer de leer juegos de palabras

símil, creó textos divertidísimos: leerlos es un placer. Unos parecen haber sido ideados por mafiosos: “so-
Conoció a fondo muchos de los recursos cómicos. Uno metamos o matemos”, “severo revés”, “la turba brutal”,
de éstos, que él empleó con cierta frecuencia, tiene que “Onís es asesino”. Otros son de la vida cotidiana: “a
ver con escribir las palabras en desorden, apartándose Mercedes ése de crema”, “así mal oirá sor Rosario la
de las reglas de la sintaxis. Este desorden es causado misa”, “échele leche”, “ella te dará detalle”, “eso lo dirá
por la turbación emocional que se supone en el narra- mi marido, lo sé”, “Isaac no ronca así”, “le avisará Sara
dor (siempre en primera persona), quien nos refiere un si va él”, “no traces en ese cartón”, “saca tú butacas”,
hecho del que ha sido testigo y que le ha impresionado “sor Rebeca hace berros”. Algunos parecen referirse a
hasta el punto que, al tratar de contarlo, la excitación la realidad del país: “amargor pleno con el programa”,
emotiva que padece lo lleva a alterar el orden lógico “la moral, claro, mal”, “la tele letal”. Otros aluden al
de las palabras de su relato hasta el extremo de que el amor, al deseo o a la necesidad de cariño: “ese bello
suceso, generalmente serio y a veces trágico, se vuelve sol le bese”, “Eva usaba rímel y le miraba suave”, “a ése
cómico. Algunos títulos de esos relatos son: “Ramón desea”, “¡ámame, mamá!”, “a mí me mima”, “a mamá,
por don Funeral”, “El hijo de mi bautizo”, “Terrible Roma le aviva el amor a papá y a papá, Roma le aviva
Marcos en la calle de San Fuego”, etcétera. Estos tí- el amor a mamá”, “Ana mis ojos imana”, “así le ama
tulos, como los dos párrafos que citaré a continua- Elisa”, “así revelará su amada dama usar aleve risa”.
ción, logran un efecto divertido y quien los lee puede Además hay palíndromos poéticos: “Ema da luz azul a
hacer el ejercicio mental de ordenar las palabras en Dante”, “soñar ópalos, sola, por años”, “amé Oporto:
el orden habitual. Así, los títulos mencionados que- otro poema”, “Roma le da té o pan a poeta del amor”,
darían: “Funeral por don Ramón”, “El bautizo de mi “¿así versos revisa?”, “ser olfato, gota, flores”, “asirnos al
hijo”, y el último, al que pertenecen los dos párrafos
que leerás enseguida: “Terrible fuego en la calle de San
Marcos”.

Terrible Marcos en la calle de San Fuego


Casualmente, señores, fui yo mismo siniestro presencial
del horroroso testigo que ayer, a las doce de la calle, ocu-
rrió en la noche de San Marcos, esquina a la de noticia;
y aunque tengo la Hortaleza perturbada, voy a dar a uste-
des, una ligera catástrofe de la cabeza sensible.
Cuando yo me retiraba del humo de San Luis, vi que
salía mucho café de una vieja bastante casa, y observé
que hasta mis maderas llegaba un fuerte olor a nari-
ces quemadas. Cinco serenos después, el Gobernador iba
en aumento, se arremolinaban los minutos, el mando con
su bastón de olor dictaba puntos y los pitos corrían de
unos transeúntes a otros. ¡¡Qué terribles tan momentos!!

3.
Otro juego de palabras sorprendente y divertido es
el palíndromo. Los palíndromos son palabras o frases
que se leen igual de izquierda a derecha que de derecha
a izquierda. Despiertan tanta fascinación que saber de
ellos y querer crear alguno(s) es un impulso frecuente.

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El placer de leer

amor aroma la sonrisa”. También hay palíndromos que Blanca y Adán aman la danza. Van al palmar, allá
aluden al juego, de azar o de futbol: “sale el as”, “lograr cantan, danzan: cancán, chachachá, samba, lambada.
gol”, “logra Casillas allí sacar gol”. Arman la pachanga, la bachata, la jarana, la parranda.
La dálmata llamada Alma ladra.
Alán y Ana van a la sala clara, Ana abraza a Alán,
4. pasan a la cama, tras la mampara, tapan la pantalla a
Veremos ahora otro juego de palabras que propicia la lámpara, apartan las mantas, aplanan las sábanas.
el placer y la felicidad al leer. Se llama monovocalismo Ana saca la falda, la faja, las bragas; Alán, la chamarra,
y, como su nombre indica, consiste en escribir textos la casaca, la tanga. Ana palpa a Alán. Para acá, para allá,
con una sola vocal. Uno de los logros más grandes en para atrás, hasta agrandarla. Alán aclama a la agasajada
este terreno es del escritor mexicano Óscar de la Bor- Ana, palpa, apalanca, afana. Para acá, para allá. Llamara-
bolla, autor de Las vocales malditas, libro propiciador de da. Al acabar: catarata, cascada, alabanza a Alá.
asombro y diversión.
Leerás ahora un texto monovocálico escrito por la
autora de este artículo: 5.
Hay una frase de la escritora argentina Olga Oso-
Amar al acampar rio que siempre me ha encantado: “Leer para abrir los
Alán habla a Marta, a Ana, a Blanca: vayan a la playa, ojos al mundo, al ser, a lo maravilloso.” Yo agregaría que
a Málaga, a La Habana, al mar. Ana aclara: ama la ca- también podemos leer para divertirnos, para reír, y eso
baña, las amapas malvas, las jacarandas anaranjadas, la se logra con diversos tipos de textos, entre ellos los poe-
lavanda. mas, minificciones, cuentos y novelas que se constru-
Para acampar, la amada Ana –falda blanca, arra- yen en parte o en todo a partir de jugar con las palabras.
cadas amanzanadas– nada avara, arma cajas, canastas.
Halla pan, caña, calamar, pasas, pasta, garbanzas, habas,
alcaparras, algas, fabada, papayas, calabazas, manzanas, Fr ases si gni fi cati vas
naranjas, granadas, nata, mazapán; para la salsa para la
lasaña: albahaca, azafrán. Al alcanzar la cabaña, la casa La lectura debe ser una forma de felicidad.
amada, la grata Blanca arma: camas, hamacas. Al alba, Jorge Luis Borges
Marta martaja la masa para la tarta. Cada mañana, Alba
asa a las brasas garnachas, patatas, castañas caras al pa- ¿Qué cosa más dulce hay que estar tratando todos los días
ladar; gambas a la plancha, al acabar, apaga la llama. con los hombres más racionales y sabios que tuviesen los
Ablanda al flan. Garrafas, jarras, naranjada, champán, siglos todos, como se logra en el manejo de los libros?
cachaza. Crack. Feijóo

12 c ie n c ia • octubre-diciembre de 2016
• El placer de leer juegos de palabras

Aprender a leer es lo mejor que me ha pasado en la vida.


Mario Vargas Llosa

Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor


por los libros.
Adolfo Bioy Casares

Dina Grijalva es doctora en Letras por la Universidad Nacional


Autónoma de México y catedrática de la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Pertenece al
Sistema Nacional de Investigadores. Libros académicos publica-
dos: Eldorado: mito y evocación en la narrativa de Inés Arredondo;
Eros: juego, poder y muerte; Literatura y violencia: lo real pavoroso en
cuentos de Julio Cortázar y Luisa Valenzuela. Libros de minificción:
El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. Goza la gula y Las dos caras de la luna. Minificciones suyas han sido
Miguel de Cervantes incluidas en una docena de antologías y publicadas en España,
Colombia y Perú. Ha sido traducida al mixe, al zapoteco, al mix-
Leer para abrir los ojos al mundo, al ser, a lo maravilloso. teco y al francés. Actualmente realiza una estancia posdoctoral
Olga Osorio en la Universidad de Salamanca, donde elabora una antología de
minificción erótica.
El hallazgo afortunado de un libro puede cambiar el des- dina_grijalva@hotmail.com
tino de un alma.
Marcel Proust

Lectur as r ecomendadas
Mediante la lectura nos hacemos contemporáneos de to- Alfaro, Héctor Guillermo (2007), “El placer de la lectura”,
dos los hombres y ciudadanos de todos los países. Biblioteca Universitaria, 10(1):3-19.
Antoine Houdar de la Motte Argüelles, Juan Domingo (2012), Lectoras, México, Edicio-
nes B.
Borbolla, Óscar de la (2003), Las vocales malditas, México,
Sentarse tranquilamente bajo la luz de una lámpara con Imagen.
un libro abierto entre las manos, y conversar tranquila- Huizinga, Johan (1990), Homo ludens, Madrid, Alianza-
mente con los hombres de otras generaciones, es un pla- Emecé.
cer que traspasa los límites de lo imaginable. Pennac, Daniel (2003), Como una novela, Barcelona, Ana-
grama.
Elizabeth Barrett Browning
Petit, Michelle (2001), Lecturas: del espacio íntimo al espacio
público, México, Fondo de Cultura Económica.
¡Cuántas veces la lectura de un libro ha sido la encruci- Shúa, Ana María (2002), Libros prohibidos, Buenos Aires,
jada que ha cambiado de curso la vida de una persona! Sudamericana.
Henry David Thoreau

octubre-diciembre de 2016 • c iencia 13

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