Palestina
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Palestina
Clima
La región está situada entre los desiertos de África y Asia de una parte, y el mar
Mediterráneo, cálido y húmedo, de la otra, lo que produce una encrucijada de
influencias climáticas que han permitido distinguir hasta cuarenta tipos distintos de
clima en tan reducida superficie. El régimen térmico varía notablemente con la
altitud y la continentalidad, especialmente en invierno: de oeste a este se va
pasando de un clima típico mediterráneo a uno continental. Las regiones
montañosas suelen ser ventosas y muy frías, a veces con nevadas; el pico
del monte Hermón está cubierto de nieve la mayor parte del año.2 Las zonas
costeras tienen un típico clima mediterráneo con inviernos templados y húmedos y
veranos muy calurosos y secos. En el extremo sur, en el golfo de Eilat, el clima es
desértico.
En general se aprecia una estación seca entre abril y octubre y una lluviosa desde
octubre-noviembre hasta abril; de mayo a septiembre, son raras las
precipitaciones en Palestina;34 el mayor porcentaje de lluvias se alcanza entre
mediados de enero y principios de marzo. La pluviosidad se incrementa de sur a
norte y de este a oeste.
Etimología
Como ya se mencionó, la región recibió diversos nombres desde la antigüedad.
Los egipcios le llamaron Canaán, los hebreos Israel, y los romanos la dividieron en
tetrarquías, entre las que estuvieron las de Galilea y Judea (nombres
preexistentes para esas zonas en la lengua y tradición hebrea), para luego darle el
nombre de Palestina en el siglo II d. C., concretamente, en 135 d. C., cuando el
emperador Adriano aunó la provincia de Judea con la de Galilea para crear una
nueva provincia denominada Siria Palestina. Por su parte, los cruzados la
denominaron Tierra Santa.
El nombre de Palestina fue una nueva denominación utilizada por los romanos
para borrar el nombre de Israel, como parte de la represión y damnatio
memoriae decretada por Roma tras la revuelta de Bar Kojba, y es por este motivo
que la tradición posterior habla de la expulsión de los judíos de "Palestina". El
nuevo nombre de la provincia (así como el de Jerusalén, que fue
renombrada Aelia Capitolina) tuvo como fin completar la disociación del pueblo
judío con Judea.17
Historia
Palestina, cuna de civilizaciones y de religiones, encrucijada de caminos, es
la Tierra Santa de cristianos, judíos y musulmanes. Históricamente ha sido una
región de conflictos religiosos y territoriales que aún perduran de forma muy aguda
en el llamado conflicto árabe-israelí.
Prehistoria
La presencia humana en esta región data de miles de años. Se han encontrado
restos de una primera migración procedente del norte de África de hace 90 000
años y de la cual probablemente no hubo descendientes vivos. Desde hace
40 000 años arribaron poblaciones diferentes que pasaron del África oriental al
suroeste de Asia y migraron desde las costas del golfo Pérsico hacia el Medio
Oriente.
Edad Antigua
Durante la Edad de Bronce y hacia el IV milenio a. C. ya había en la región
ciudades como Jericó, Gezar, Megido y Lajich y áreas densamente pobladas. Se
cultivaba el trigo, olivos, chufa, higos y uvas. Se han encontrado abundantes
muestras de alfarería, metalurgia y evidencias claras de intensa domesticación de
animales y desarrollo de la ganadería.
Hacia el 2000 a. C. la región fue ocupada por pueblos de lenguas semíticas. Está
demostrado el origen común del idioma fenicio, las lenguas cananeas y el idioma
hebreo, lo que sugiere que estas lenguas procedían de una corriente de población
común, que conquistó la región; los fenicios establecieron sus ciudades y
redes comerciales en la costa del mar Mediterráneo, en tanto los cananeos
dominaron las ciudades antiguas y fundaron otras.
Los hebreos eran pastores y campesinos henoteístas, una parte de los cuales
descendía de grupos de lengua semita que habían emigrado a Egipto, donde
fueron esclavizados según relata la Biblia, y luego retornaron a Canaán. Algunos
historiadores los identifican con los apiru, grupos nómadas marginales que surtían
a los cuerpos mercenarios o de esclavos por todo el Creciente fértil.8 A partir del
1200 a. C. los hebreos comienzan a conquistar las ciudades cananeas y a
derrocar a sus reyes, proceso que se culminó hacia el año 1000 a. C. con la toma
de Jerusalén.
La región se caracterizó por la diversidad étnica y por ser un lugar de paso entre
África y Asia. Durante la mayor parte del tiempo la región perteneció a los distintos
imperios que dominaban la zona, como el egipcio, asirio y persa.
El reino hebreo de David y Salomón se dividió en los reinos de Israel al norte
y Judá al sur. El primero fue destruido por el imperio de Asiria en 721 a. C. y el
segundo por Nabucodonosor en 587 a. C., quien estableció la dominación
de Babilonia en toda la región y deportó a una parte de sus habitantes. Babilonia,
fue conquistada por el Imperio persa en 539 a. C. El rey Ciro II el Grande y sus
sucesores permitieron el retorno de los deportados y permitieron autonomía a sus
habitantes hebreos; entre los que volvieron y los que estaban se produjeron roces,
estableciéndose las autoridades de los samaritanos en Siquem (hoy Nablús) y las
autoridades judías en Jerusalén.
La región de Palestina fue parte de la Siria Otomana, bajo dominio del Imperio
otomano durante cuatro siglos hasta la I Guerra Mundial. Desde los años 1880 el
sur era parte del sanjacado separado de Jerusalén, mientras el norte dependía
del vilayato de Beirut y el este del río Jordán dependía del vilayato de Damasco.
Edad Contemporánea
En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña conquistó la región. Al
finalizar la guerra (1918), Francia e Inglaterra dirigieron la partición del Imperio
otomano. La Conferencia de San Remo y el Mandato de la Sociedad de
Naciones crearon el Mandato Británico de Palestina. Durante la guerra los
británicos buscaron el apoyo del sionismo con la Declaración Balfour y en
consecuencia favorecieron la creación en Palestina del hogar nacional judío. De él
quedó excluida la parte situada al este del río Jordán donde colocaron a uno de
sus aliados hachemíes, Abdullah ibn Husayn, como emir de Transjordania. Aun
así, la creciente inmigración judía provocó levantamientos de la población árabe,
respondidos por los judíos, creciendo la violencia entre ambas comunidades.