Ensayo Unidad 1

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Análisis Comparativo de la Normatividad sobre la Atención de Victimas de

Violencia Sexual: Colombia y Estándares Internacionales

Introducción

La violencia sexual es una de las formas de vulneración de los derechos humanos,


afectando de manera integral a las víctimas. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
define la violencia sexual como: “todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto
sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para
comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante
coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en
cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”. A nivel mundial, se ha creado
normativas para poder erradicar esta problemática y ofrecer atención adecuada a las
víctimas. En Colombia, la atención a las víctimas de violencia sexual ha sido un tema
central en las políticas públicas, con avances significativos, pero también con desafíos
persistentes. La finalidad de este este ensayo es analizar la normatividad colombiana
sobre la atención de víctimas de violencia sexual, comparándola con los lineamientos
internacionales establecidos por organizaciones como la ONU y la Corte Penal
Internacional (CPI). A través de este análisis, se evaluará que tan efectivas han sido estas
normativas y se destacarán las áreas de mejora a fin de garantizar una atención integral y
adecuada para las víctimas de violencia sexual.

Normatividad en Colombia sobre la atención a víctimas de violencia sexual

La legislación colombiana ha avanzado en las últimas décadas en la creación de marcos


normativos para atender la violencia sexual y proteger a las víctimas. Entre las normativas
más destacadas se encuentran la Ley 1257 de 2008, la Resolución 459 de 2012, a Ley
1719 de 2014 y la Ley 1820 de 2016, que buscan garantizar un adecuado protocolo de
atención, protección de las víctimas, la reparación integral, y el acceso a la justicia. Sin
embargo, a pesar de los avances, siguen siendo pocos los casos reportados, ya que las
víctimas a menudo enfrentan obstáculos para acceder a la atención médica, psicológica y
legal necesaria.

La Ley 1257 de 2008 es fundamental en Colombia para combatir la violencia de género,


ya que introduce políticas públicas que buscan prevenir, castigar y eliminar la violencia
contra las mujeres. Esta ley también define mecanismos para la atención integral de las
víctimas, incluyendo la atención en salud, acompañamiento psicosocial, y protección
jurídica. A su vez, la Resolución 459 de 2012 adopta el protocolo y Modelo de Atención
Integral en Salud para Víctimas de Violencia Sexual, el cual es de obligatorio
cumplimiento para la atención de las víctimas de violencia sexual, por parte de las
Entidades Promotoras de Salud, del régimen contributivo y del régimen subsidiado e
Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud, además de los procedimientos de
vigilancia en salud pública de la violencia sexual que correspondan para el caso, los
seguimientos rutinarios que requiere una víctima de violencia sexual atendida por el
sector salud. la Ley 1719 de 2014 reglamenta la atención a víctimas de violencia sexual,
estableciendo procedimientos claros para la atención en salud, la recolección de pruebas
forenses y la coordinación entre instituciones públicas.

Por otro lado, la Ley 1820 de 2016, que regula la amnistía y la reparación a las víctimas
del conflicto armado, también abarca la violencia sexual como una de las formas más
graves de victimización en el contexto del conflicto armado interno. Esta ley se enfoca en
la reparación integral a las víctimas, reconociendo su sufrimiento y brindando medidas de
restitución, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.

A pesar de estos avances legislativos, la implementación de estas normativas ha sido


desiguales en el territorio colombiano, debido a que las víctimas a menudo enfrentan
barreras burocráticas, falta de recursos en el sistema de salud y obstáculos legales que
dificultan el acceso a la justicia. En muchas regiones, especialmente en las zonas rurales
y en áreas afectadas por el conflicto armado, la violencia sexual sigue siendo una realidad
silenciosa, y las víctimas no siempre cuentan con los recursos para acceder a una
atención adecuada, además que en estas áreas es poco el respaldo que tienen por parte
del estado para garantizar una protección adecuada, generando que una vez la victima
denuncia el caso se encuentra con el riesgo de que el victimario continue viviendo con
ella, o a pesar de las medidas de aseguramiento que aparentemente colocan esta a las
horas posteriores tenga un desenlace fatal.

Lineamientos internacionales para la atención de víctimas de violencia sexual

A nivel internacional, existen diversos instrumentos y organismos que han establecido


directrices claras para la atención de las víctimas de violencia sexual. La Organización de
las Naciones Unidas (ONU) y la Corte Penal Internacional (CPI) han jugado un papel
crucial en el desarrollo de estas normativas.

La OMS, en un tratado para combatir y abordar la violencia sexual, considera que


mientras que en el pasado los métodos usados se han centrado en gran medida en el
sistema de justicia penal, actualmente hay un movimiento general hacia un enfoque de
salud pública que reconozca que la violencia no es resultado de un único factor sino que
es causada por múltiples factores de riesgo que interactúan a nivel individual, relacional,
comunitario y social. Por tanto, es necesario la cooperación de diversos sectores, como
los de la salud, de la educación, de bienestar social y de justicia penal.

La ONU, a través de su Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer


(CEDAW), ha establecido en varias recomendaciones que los Estados deben adoptar
medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia sexual, ya que se buscan
herramientas a nivel mundial que permitan oponerse a los efectos de la discriminación,
que incluyen la violencia, la pobreza y la falta de protección legal, junto con la negación de
la herencia, los derechos de propiedad y el acceso al crédito. En particular, la Resolución
1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en 2000, destaca la
necesidad de proteger a las mujeres y niñas en situaciones de conflicto armado y
garantizar su participación en los procesos de paz y reconstrucción.

La resolución 1325 también subraya la importancia de proporcionar atención médica,


psicológica y legal a las víctimas de violencia sexual, estableciendo que los Estados
deben garantizar la capacitación de los profesionales de la salud y la justicia en el manejo
adecuado de los casos. Esta resolución ha servido como base para políticas públicas en
muchos países, promoviendo una atención integral y sensible al género en el manejo de
la violencia sexual.

La Corte Penal Internacional, por su parte, ha emitido jurisprudencia en la que establece


que la violencia sexual, especialmente en contextos de conflicto armado, constituye un
crimen de guerra y un crimen de lesa humanidad. El artículo 7 del Estatuto de Roma de la
CPI establece que la violencia sexual, en cualquiera de sus formas, es un acto prohibido
bajo el derecho internacional, y que los perpetradores deben ser procesados y castigados.
La CPI también ha instado a los Estados a proporcionar una atención adecuada a las
víctimas, garantizando el acceso a servicios médicos, legales y psicológicos, así como
medidas de protección y reparación.

Por tanto, los estándares internacionales buscan que los Estados deben garantizar el
acceso de las mujeres y las niñas a la justicia; adoptar procedimientos de investigación
para abordar la violencia sexual; realizar sesiones de capacitación y adoptar códigos de
conducta y protocolos para la policía y el ejército que tengan en cuenta las cuestiones de
género; desarrollar la capacidad de los jueces; asegurar la recopilación de datos de
manera coordinada sobre la incidencia y la prevalencia de la violencia por razón de
género; asignar los recursos suficientes; y adoptar medidas eficaces para garantizar que
las víctimas tengan acceso a servicios integrales de salud.

Comparación entre la normatividad colombiana y los lineamientos internacionales

Al comparar la normatividad colombiana con los lineamientos internacionales, se pueden


identificar tanto avances como áreas de mejora. La legislación colombiana ha incorporado
muchos de los principios establecidos por la ONU y la CPI, especialmente en lo que
respecta a la atención integral de las víctimas. Sin embargo, la implementación efectiva
de estas políticas sigue siendo un reto. A pesar de que Colombia cuenta con un marco
legal robusto, la falta de recursos, la corrupción y la violencia estructural siguen siendo
barreras significativas para garantizar una atención adecuada y una justicia efectiva para
las víctimas de violencia sexual.

La normativa colombiana ha progresado al adoptar un enfoque integral para la atención


médica, psicológica y legal de las víctimas, alineándose con estándares internacionales.
Sin embargo, estos servicios son escasos en las zonas rurales y en regiones afectadas
por el conflicto armado. Además, es necesario capacitar mejor a los profesionales de
salud y derecho, pues muchos aún no cuentan con las habilidades necesarias para
abordar los casos de violencia sexual de forma adecuada y con sensibilidad.

En cuanto a la justicia, si bien Colombia ha adoptado medidas para sancionar a los


perpetradores de violencia sexual, aún existe una impunidad generalizada en muchos
casos. La Corte Penal Internacional ha instado a los países a mejorar sus sistemas
judiciales para asegurar que los perpetradores sean llevados ante la justicia, y aunque
Colombia ha logrado avances, como en el caso de la condena de algunos actores
armados en el contexto del conflicto, se evidencia que siguen libres algunos por
vencimiento de términos procesales, falta de evidencias, corrupción en los sistemas
judiciales, condenas que a larga podrían beneficiar más al victimario que a la víctima.

Conclusiones

En conclusión, aunque Colombia ha logrado importantes avances al desarrollar una


normativa sólida para atender a las víctimas de violencia sexual, aún enfrenta obstáculos
para que estas leyes se apliquen de manera efectiva. A pesar de que tiene una alineación
general con los estándares internacionales, en cuanto a los principios de atención integral
y justicia para las víctimas, la realidad en el terreno es aún compleja. Se necesita un
esfuerzo conjunto entre el gobierno, la sociedad y las organizaciones internacionales para
mejorar la implementación de las políticas y garantizar que todas las víctimas de violencia
sexual, independientemente de su ubicación o contexto, reciban la atención que merecen
y que tengan un acceso adecuado a la justicia. Solo a través de un enfoque integral, que
incluya prevención, sanción, atención y reparación, será posible lograr una atención digna
y efectiva para las víctimas de violencia sexual en Colombia.

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